La Mitificación Occidental de Saladino
La Mitificación Occidental de Saladino
La Mitificación Occidental de Saladino
Universidad de Colonia
Centro de Estudios sobre Espaa, Portugal y Amrica Latina
Universitt zu Kln
Arbeitskreis Spanien Portugal Lateinamerika
XIII Y XIV
Abstract:
This article deals with the figure al ad-Dn, Saladino or Saladin
and his reception in European cultures. It describes its function as
myth which reappears in distinct shapes in relation to local realities
and nevertheless also exhibits general features of the European
cultural identity.
Introduccin
Nada humano es nada en s mismo. Deca Martin Heidegger en su
obra Ser y tiempo. El ser del hombre se define por su relacin con el
mundo, y eso es lo que sucede con la figura de al ad-Dn Ysuf ibn Ayyb.
Quin fue al ad-Dn? Ms conocido en occidente como Saladino, es
una de las grandes figuras de la historia universal, como lo son Alejandro
Magno, Carlos I el Grande, Gengis Jan o Irene de Atenas. Saladino unific
el islam en un momento muy aciago en el que todo el sistema califal se
tambaleaba debido a las luchas internas que infligan, como si de un
parsito se tratase, heridas internas en el cuerpo socio-poltico abbas.
Surgi como una esperanza para todos los musulmanes y durante los aos
de su liderazgo se vivieron momentos gloriosos que encumbraron su
figura. Su fama se extenda de oriente a occidente y all dnde se hablaba
de l se recalcaban sus atributos caballerescos, se le ejemplificaba como el
caballero medieval por excelencia.
Todo esto ha fundamentado un gran nmero de obras, tanto literarias
como histricas, en las que a travs de su determinacin se han proyectado
las caractersticas inherentes de las sociedades siendo as posible que
siguiera aumentando, y encumbrando, su leyenda; como tambin ha
posibilitado que existan distintas visiones de la figura de Saladino. La
cultura existe conectada a la vida humana que es la que le presta su
autntico sentido y Saladino est conectado tanto a la cultura como a la
vida humana de las distintas sociedades medievales de occidente, tanto en
Castilla, como en Italia, como tambin en Francia; que son los ncleos en
los que nos basaremos a la hora de realizar nuestro trabajo.
Heidegger segua desarrollando su tesis recalcando: La cultura no es
realidad trascendente y en s misma, porque nada humano es nada en s mismo, nada
Dinasta turca reinante entre los siglos IX y XIII en territorios del Asia Central y los
actuales Iraq e Irn.
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Saladino en Italia
Como resultado de lo que venimos discutiendo, desde un primer
momento el Saladino italiano es caractersticamente italiano, valga la
redundancia, en su descripcin. Como sostenemos es una proyeccin de
los autores y de las obras italianas. Ante esto la posicin de Saladino en la
leyenda de los tres anillos en Italia es sumamente interesante, as parece que
no entra en disputas mantenindose entre el borde y el margen de la
cuestin teolgica. Lo que interesa es la sagacidad y la astucia, los ejemplos
morales y la posibilidad de resolver los conflictos con el buen hacer
italiano, y en esto Saladino se erige como uno de los mximos exponentes.
Es decir, a la hora de tratar con los tres anillos la pregunta italiana es:
cmo resuelvo la incgnita?, no: cul es la verdadera?.
Chi non ha ancora nel cuore Alessandro per li suoi reali beneficii? Chi non ha ancora
il buon re di Castilla, o il Saladino? (Dante, Convivio, IV, 11). Es en este
punto donde radica la no teologizacin del personaje, pues ni siquiera tiene
un tratamiento islmico, un Saladino escptico pero sabio. Dante no elogia
la figura como lo hara otro escritor sino pensando en la calidad regia e
ilustre de tan altos seores que aparecen en su obra cumbre, la Divina
Comedia. Pues el ilustre escritor lo colocar en el limbo reservado a los
personajes no bautizados que debieran estar en el paraso: E solo in parte vidi
il Saladino. (Dante, Inferno, IV, 129)
Poco le sue leggi e i suoi commandamenti prezzasse 2. En este caso es Bocaccio el
que fundamenta su visin de Saladino reforzando el aspecto de la
indiferencia del sultn en cuanto a los asuntos religiosos. Sigue el relato de
Bocaccio haciendo referencia a una ancdota en la que Saladino fue el
protagonista: mand dar, cierta vez, 200 marcos a alguien; el tesorero se equivoc y
escribi 300; el Soldn, entonces le hizo escribir 400 para que la pluma de su tesorero
Di Francia, L. Le cento novelle antiche, o Libro di novelle e di bel parlar gentile, detto
anche Novellino (Vol. 48). Unione tipografico-editrice torinese, 1945.
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no fuera ms generosa que l3. Aunque quizs uno de los relatos que ms
certifica la condicin de astuto caballero es la siguiente: en otra ocasin luchan
Ricardo Corazn de Len y Saladino. El rey de Inglaterra combate desmontado; su
adversario le ofrece un caballo para que hombre tan noble no vaya a pie; el rey desconfa
y le pasa la bestia a un escudero. El caballo estaba amaestrado y sali a galope hacia el
campo de Saladino4. Aunque en algunas redacciones le ofrece el caballo sin
ninguna malacia. Lo que se pone de manifiesto aqu es la calidad de astuto
caballero que edifica el personaje.
Los tres anillos vuelven a aparecer en el Venturoso Ciciliano, de Bosone de
Gubbio, con espritu parecido al del Novellino. Pero es en el Decameron (I,3)
donde el cuento adquiere el mximo relieve literario. Como italiano de alta
clase, a Bocaccio le seduca la magnificencia de la audacia intelectual. La
vida se le pareca como una batalla entre las apetencias humanas y las
resistencias morales encontradas, as como el Decameron estaba
confeccionado.
Existen adems otros relatos como Il Saladino e messer Torello di Pavia, que
nos hace ser capaces de ver que lo que la genialidad italiana puso de
manifiesto fue la imagen de un Saladino astuto, sabio, escptico,
caballeresco y fuera de la cuestin teolgico, como solo los grandes
caballeros podan.
Saladino en Francia
Al sumergirnos en la literatura francesa nos topamos con un panorama
totalmente distinto as que intentar trazar un campo de afinidad entre el
Saladino italiano y el Saladino francs sera bastante complicado y nos
llevara a la confusin. Parece que hubieran dos saladinos y no s podra
saber cul es el verdadero. Al poder observar el objeto de estudio desde un
punto de vista alejado del mismo y anacrnico, vemos claramente que
ninguno se acerca a la realidad, pero que ambos son tan reales como sus
propias manifestaciones literarias.
La relacin entre el francs y la religin, que es nuestro punto clave en
las tres orillas, difiere de la italiana. As su relacin con el francs se erigir
como el estandarte cristiano, pues su realidad, su sistema feudal y
monrquico estaba sustentado por la religin. No interesaba a los franceses
pensar estticamente sobre cierta invalidez de tres religiones, ni planear
argucias que encaminasen a posiciones inconclusas, sin lugar a dudas el
cristianismo es la nica y verdadera religin. La manera en la que
solucionaban esta cuestin era bsica, cristianizando a Saladino.
3
CASTRO, A., Presencia del Sultn Saladino en las literaturas romnicas, Hacia
Cervantes. Madrid, Taurus, 1957, pg. 54.
Idem, pg. 55.
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Saladino en Castilla
En Castilla tambin encontramos que las diferencias sociales con Francia
e Italia son visibles y eso repercute directamente en la visin que se tiene de
Saladino. Nos encontramos, como ya hemos sealado, con una sociedad
totalmente distinta de las anteriores. En la actual Espaa, se saba y se
hablaba de cosas islmicas ms que en ningn reino o regin de Occidente,
y sin embargo es sorprendente que los reflejos literarios de Saladino son
escasos y sin correspondencia con los de las otras literaturas romnicas.
Saladino no vino a Castilla a espiar las fuerzas cristianas ni a emprender
hazaas caballerescas, porque en la fantasa castellana no florecieron,
original o espontneamente, ni cuentos como los del Novellino, ni poemas
como los de Chrtien de Troyes. Ni era pensable que un castellano planteara
por escrito la cuestin del valor respectivo de las tres religiones dentro de
las cuales aconteca su vivir.
Contemporneo de Boccaccio es don Juan Manuel, el nieto del rey San
Fernando, autor de la coleccin de cuentos titulada Libro del conde Lucanor.
El inters principal de estos relatos no yace en lo que en ellos sucede, ni en
sus circunstancias espectaculares o decorativas; la atencin del autor se
concentr ante todo en la conciencia moral de sus figuras, y desde ella
planea sus narraciones. Saladino aparecer como conducta moral, sin
mencionar vacilaciones religiosas o andanzas caballerescas. Ser un ejemplo
de omne en s, dador y receptor de sabios conceptos. Patronio define al
conde Lucanor las caractersticas de este omne en s: E ass entendet que todo el
pro e todo el dao nase e viene de qul el omne es en s, de qualquier estado que sea. E
por ende, la primera cosa que se debe catar en el casamiento es qules maneras e qules
costumbres e qul entendimiento e qules obras a en s el omne o la muger que a de
5
As reza un poema, de hacia 1215, citado por Gaston Paris en Melanges de littrature
franaise, pg 294.
Idem, pg 429.
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casar7. Del ejemplo L, De lo que a conteio a Saladn con una duea, muger de un
su vasallo, podemos extraer un comentario al mismo de R. Ayerbe-Chaux:
Es un cuento de la estructura armnica realmente extraordinaria que
como en un mosaico precioso acopla elementos dispares. Ningn otro
cuento de El Patronio recoge y sincroniza con tanta perfeccin un mayor
nmero de elementos ofrecidos por las tradiciones europeas8.
Conclusiones
Basndonos en el carcter cultural de los estudios literarios es posible
trazar una red de proyecciones que se asocian para tejer la imagen que se
tiene de Saladino en el occidente medieval. Esto se presta para argumentar
las dos tesis propuestas con esta introductoria y somera investigacin:
Segn nuestra teora el mundo occidental antiguo posea una figura que
estaba por encima de cualquier otra y daba constancia al discurso
hegemnico; este era Alejandro Magno. Tras su muerte y la llegada de la
Edad Media, periodo oscuro para los occidentales, nos encontramos con
que no hay ninguna figura que pueda satisfacer las pretensiones de los
historiadores y que sea la que recoge el testigo y hereda las cualidades de
Alejandro Magno -aunque haya figuras en occidente como Carlomagno del
Sacro Imperio Romano-. En ese momento la figura que parece aunar todas
esas premisas no es occidental, sino oriental y se llama Saladino. Es por ello
que las sociedades a partir de su cultura, y de la representacin de la misma
a travs de la literatura, hacen partcipe al personaje proyectando sobre l
las distintas cualidades necesarias para esa reinterpretacin. Todo esto se
lleva a cabo a la misma vez en todas las sociedades occidentales medievales,
que es lo que hace plausible la formulacin de esta teora.
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8
Alfonso I. Sotelo en su edicin de El conde Lucanor, de. Ctedra, Madrid, 1984, 183.
AYERBE-CHAUX, R., El conde Lucanor. Materia tradicional y originalidad creadora,
de. Porra Turanzas, Madrid, 1975, 137.
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