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El Caballo Como Animal Psicopompo en La Grecia Micénica
El Caballo Como Animal Psicopompo en La Grecia Micénica
El Caballo Como Animal Psicopompo en La Grecia Micénica
~ic~icn
Por Luis GMEZ CASAL
Praza de Sofa, n." 2, 1 W
Abstract: Critique de I'ide du cheval et son relation avec le passage au I'au dela dans la
Hace cien aos que A. W. Verrall crea que con su artculo sobre Hades
inferior, a la vez que del muerto-caballo se pasa al muerto con caballo, desempeando ahora ste una funcin psicopompa, como animal de silla o de tiro.
Para Malten, si el caballo se concibi inicialmente, a la vez, como encarnacin del matador (Toter) o del difunto, no se debi a su especial naturaleza ctonia o a unas creencias animistas, sino a la fantasa popular, que encontrando
ajeno al caballo y su naturaleza inquietante, escogi a este animal como forma
adecuada para encarnar los poderes subterrneos y espectrales, ya fuese el
seor de los muertos, ya su presa, puesto que ambos para el pensamiento primitivo forman un conjunto conceptual, <<pertenecena un estado esencial
(Wesenzustande) que se opone a todo ser viviente como una unidad cerrada.
(Malten, 1914: 248) Por este mismo motivo, el perro o el pjaro, sentidos como
portadores de poderes aciagos, han servido tambin como formas de aparicin
del matador y del muerto (Malten, 1914: 235-250)'.
Que esto ha sido as lo probara el paralelismo con otros sistemas de creencias:
al igual que en Grecia, en el sentir germano el perro y el pjaro, pero sobre todo el
caballo, han sido los animales escogidos por al fantasa popular para la encarnacin
de poderes demnicos, como lo atestiguan multitud de leyendas nrdicas y alemanas y su moderna fe popular, donde, figura funesta y presagiadora de muerte, el
caballo es, unas veces, la figura que toma la Muerte, el diablo o el muerto, otras, su
montura o su tiro. Esta semejanza no se debera tanto a un (<indogermanischen
Gedanke,), como a unas mismas presuposiciones acerca del caballo en Grecia y
Alemania, que han llevado a acuaciones iguales (Malten, 1914: 254-255).
En todo esto claramente Malten parte de unos presupuestos que, cuando
menos, son cuestionables, como son: un pensamiento primitivo que no diferencia netamente entre agente (matador) y paciente (muerto); una distincin, no
explicitada sino tomada como garantizada, entre fe (o fantasa) popular, supersticin popular (Volkabersglaube),y (hay que suponerla) fe no popular; la idea de
un desarrollo religioso que pasa de una etapa caracterizada por el teriomorfismo
a una antropomorfa; o la nocin de un sentir (Gefhle) comn a diferentes religiones, que hace su comparacin directa la cosa ms natural del mundo. Esto
ltimo nos interesa especialmente por el uso que hace Malten de los testimonios
del Norte, en especial de las sagas y creencias populares germanas: el autor afirma que ofrecen la oportunidad de verificar las lneas de desarrollo trazadas para
la Antigedad, pero la impresin que se obtiene, sobre todo cuando lo griego y
lo germano aparecen puestos a un mismo nivel en la argumentacin, es que lo
segundo sirve de modelo para agrupar e interpretar los testimonios clsicos.
La primera de sus conclusiones, que el matador, originariamente concebido
como caballo, se convierte posteriormente en matador con caballo, la deduce
Malten a partir de dos hechos: primeramente, que el seor del mundo inferior aparece radicalmente (wurzelhaft) ligado al caballo (Malten, 1914: 196), y, en segundo lugar, que este animal ha sido pensando encarnando poderes daimnicos.
' El perro habra sido una encarnacin del matador en tanto que devorador de las almas del moribundo, y damones del mundo inferior con figura de perro habran sido Cerbero, Orto y Caronte; el
alma vagara como perro en el squito del seor del mundo inferior. Como pjaro tambin volara el
alma del muerto, y seres alados seran las sirenas y otros damones de muerte raptores.
aspecto equino que adopta en alguna de sus relaciones con esta <<Diosa
Tierra.,
como en las leyendas arcadias de Telpusa y Figalea, no necesariamente se
explican como supervivencia de unas <<alte,noch im Stadium einer theriomorfischen Religion wurzelnde Verbindungen. (Malten, 1914: 179)'; el epteto Hippios
tampoco ha de verse necesariamente como borroso recuerdo de un primitivo
hipomorfismo, puesto que, al igual que otras divinidades que lo llevan, ante todo
expresa su relacin y poder sobre ese animal5.
Junto a Hades y Poseidn, una serie de dioses del mundo inferior tambin se
pueden reconocer en la pica, aunque aqu, con el paso a ultramar el carcter
originario de estas divinidades ha palidecido, quedando reducidas a simples
hombres; la esencia (das Wesen) del dios slo se puede rescatar entonces a partir de su nombre y de su genealoga (Malten, 1914: 188): as, por ejemplo, Neleo
sera el <4mplacable~>,
Admeto el <<Invencible>,
, el rey troyano Erictonio el
<<PoderosoSeor del Ctnn, y Laomedonte el que gobierna sobre los haoi subterrneos; todos ellos, como es propio de un seor del mundo inferior, poseedores de afamados caballos. Sin embargo, la validez de estas deducciones de
Malten es tremendamente cuestionable, puesto que se fundamenta casi exclusivamente en especulaciones etimolgicas, en algunos casos errneas, como
parece ser el caso de N q k V s , cuya relacin con el adjetivo vllhefi~
se debe a la
;
1963: 80), en
etimologa popular (Chantraine, 1968-1980: S.V. v q k q ~ Palmer,
otros sospechosas de estar predeterminadas por las preconcepciones del autor6.
Por lo visto hasta ahora, la unin de dios infernal y caballo no parece tan evidente como Malten pensaba7;veamos a continuacin la idea de un caballo daimnico en la fe popular griega.
Malten, 1914: 179. <<Laasociacion de la figura equina con Poseidn y Demeter sealara en
este caso el carcter ilegal, violento y catico de su unin)). (Bermejo,1996: 104).
Atenea Hippia, Hera Hippia o Ares Hippio; sobre estas deidades vase Yalouris, 1950: 19-101 ;
ms especificamente, sobre la relacin entre Atenea Hippia y Poseidn Hippio, puede consultarse
Detienne, 1988: 167-189.
NOqueremos negar con esto el valor y utilidad de los estudios etimolgicos, o la posibilidad de
que tras figuras heroicas puedan ocultarse antiguas figuras divinas; tan slo creemos que es el estudio de los relatos, antes que la lingstica, la mejor va para la comprensin del significado y funcin
de un personaje, sea humano o divino; y en los ejemplos arriba citados nada hay en la mitologa de
estos hroes que pueda dar pie a pensar en un originario dios de los muertos en asociacion con el
caballo.
Somos conscientes de que con las pginas anteriores no hemos agotado los muchsimos y abigarrados ejemplos de Malten en favor de su tesis, pero s creemos haber presentado los ejemplos
mas relevantes. An hay dos que no podemos dejar de citar por su frecuente mencin en la literatu~ ) un inno5 x3Lwp~en Apocalipsis VI, 8, y el Charos neora sobre el tema: la Muerte ( B b a ~ osobre
helnico a caballo. En cuanto al primero, aunque el texto dice 6 B v a ~ o(<la
~ , continuacin deja pensar que se trate.de la epidemia, de la peste: la palabra griega da a menudo esta idea en la LXX))
(Sauzeau, 1995: 302, n. 2); en todo caso, la complejidad de una obra como el Apocalipsis obliga a
ser cautos a la hora de aducir este fragmento como testimonio vlido para el caso griego. Acerca de
Charos el cazador a caballo, y los intentos de retrotraer la raz de esta idea al mundo antiguo,
Sourvinou-lnwood (1996: 361) ya ha advertido de lo ilegtimo de proyectar los datos de un periodo
posterior a uno mucho ms temprano; algn autor ha querido ver un origen medieval en Charos el
Cazador (vase Alexiou, 1974: 193 y n. 36).
Segn este autor, en la tragedia se puede reconocer la idea del daimon que
vagando en figura de caballo, asalta y pisa a los hombres, trayndoles as la desgracia (Malten, 1914: 200): esta es la nocin que subyace en Agamenn 1660,
donde Clitemnestra exclama: 6apovog xqhfi p a p ~ aFIJOTU~W~ ~ ~ n k w v o i ,
verso que Malten pone en relacin con las palabras de Edipo (Ed. Rey 1300 SS.)
<<Bs8 ~ 6 r i q pa ~~i < o v a(qFfipa~a)6aipwv TOV paici~~.iwv
und $opt&qv (=
$&ppEvo~
), iw 6alpov, i v 6Cfi;ilhw). (Malten, 1914: 201 ), concluyendo, con cita de
Wilamowitz, <<dassder Damon in Rossgestalt entweder noch gedacht wird oder
doch von ihm aus alterer Tradition so geredet wird. (Malten, 1914: 201), idea que
se podra rastrear tambin en una serie se pasajes de la tragedia donde el daimon, o un sustituto de ste como n~pog,Txq o ~ k qaparecera
,
en relacin
(E~)~WEIV
,
o B~@VICELV(Malten, 1914:
con verbos como E<- &S- ~ v r h k o ~ r n
201). Pero esta suposicin del daimon como caballo se fundamenta tan slo en
la ~ q h (de Agam. 1660, una prueba poco concluyentee,y el propio Wilamowitz
(1955 [ l 9311: 149, n. 2) parece reconocerlo as cuando en una obra posterior afir...)Die ~qhrdes Damons (...) gehort freilich den Pferde (...). Aber sie
ma que <<(
beweist nicht, dass der Damon der berhaupt keine bestimmte Personlichkeit ist,
m Pferdegestalt gedacht wird, sondern dass der Dichter, an pferdegestaltige
Wesen der Unterwelt gewohnt, ihn einen Huf gibt, drastischer als Pers. 516 6aipov hg byav papz>srco60Tv ivrihov>>.Tal como sugiere Wilamowitz, aunque sin
compartir su explicacin, pensamos que Agam. 1660 ha de leerse no tanto como
expresin literal sino ms bien como imagen potica. En esta tragedia el citado
verso tiene un precedente parecido en 6aipov Uleppapi~6pxbcvwv (v. 1175),
cuya idea subyacente se ha comparado con el ya mencionado Pers. 515
(Fraenkel, 1962: 538). La impresin comn a estos pasajes es la de la violencia
con que el daimon alcanza o golpea a su vctima, enfticamente reforzada en
Agam. 1660 con el empleo metafrico de ~ q h f iadrastischer)>
,
que en los otros
ejemplos puesto que se buscara dar mayor patetismo a los versos finales de la
tragedia.
El mito griego habra conservado tambin, en opinin de Malten, el recuerdo
del caballo como daimon acago (Unheilsdamon) en Arin y Pegaso, animales
que llevan a desgracia a su amo. El primero, nacido de poderes ctonios, segn
la reconstruccin de este autor, fundada en trabajos de Wilamowitz, llevara a su
dueo Adrasto, <<Elque no puede escapar,,, en su huida de Tebas bien a
Colonos, a Argos o a Sicin, los tres lugares donde mora la Erinia madre de
Erin: el caballo regresa entonces a las profundidades de la tierra, junto a su
madre, llevando consigo a su jinete que, no pudiendo huir de los poderes del
<<Infierno*,cumple as su destino (Malten, 1914: 201-203). Detrs de la pareja
Adrasto-Erin cabra ver originariamente un dios del mundo inferior con caballo,
El trmino aparece tan slo dos veces en Esquilo, en el ejemplo citado y en Pers 208, referido
a un ave de presa (Italie, 19 s. v. tqhfi). Puede tener tambin en autores contemporneos el sentido de pezua^^ de buey o animal semejante (Eur. Bac. 619, acerca de un toro; Eur. El. 474, en relacin a Quimera) o ((garras,, de alguna fiera (Eur. Fen. 808, de la Esfinge; Eur. Hec. 90, en singular,
hablando de un lobo).(Liddell / Scott, 1951: s. v. E,T?L~). Ninguno de los verbos arriba citados sirven
exclusivamente para designar acciones exclusivas del caballo.
En Hornero (11. VI, 200 SS),quien parece que no conoce la historia de Pegaso, tras atraerse la
ira de los dioses Belerofonte vaga solitario, y Eurpides, Belerofonte310, lo presenta en escena herido tras la cada.
'O Preferimos este sentido, y no el de ((enviar,,, por paralelismo con Pndaro, 0
1 IX,. 33 SS:
oh6 'Ai8ao.s &uv.i)zav &EL brp6ov, p p ~ e aadpa0'@~ a z y ~
a o~ h c r v ' e&~y u ~ a v8 v y o r v ~ o v .
K A ~ T EhaUvEtv
~
~ a h d k ~ E I ~ ~ C I E V OT@
V
Kai aur4
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ycXp rrouc; ~ a Oi roiq+
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nw~t6Ova'lsriovK U ~ O ~~ aEOV
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~~popov,
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pkv Ma s r w
TG KA~TIq p a v ~~[OA~TWV
~,
(SE
~~ E vrci
Este captulo es una buena muestra del mtodo de Artemidoro, para quien la
interpretacin de los sueos no es ms que una yuxtaposicin de semejantes.
nap&QEola,
11 15), y tan importantes como las caractersticas relevantes
del sueo simblico son las personas que 10 tienen: el mismo sueo puede tener
distintos significados segn el origen del sonante, SU edad, sexo, grado de parentesco, profesin, estado de salud, situacin econmica, aspiraciones..., 10 que
lleva a un relativicm0 interpretativo y a una casuistica casi inagotable (Del Corno,
1988: 263-307; Nieto Ibez, 1994: 273-288). Segn ese principio de analoga,
Malten podra tener razn en su interpretacin, pero el hecho es que el enfermo
no suea con un caballo; en el primer caso lo hace con una biga y una cudriga,
y en el segundo ejemplo la analoga no es tanto con el hecho ir a caballo, como
con entrar o salir de la ciudad.
En definitiva, creemos que faltan pruebas concluyentes para afirmar que antao el dios del mundo inferior se concibi como caballo, e idntica es nuestra opinin sobre la idea de un alma del muerto como caballo.
Malten parte para esta suposicin del sacrificio de Pelpidas antes de la batalla de Leuctra, recogido en Pseudo-Plutarco Narrationes Amatoriae y Plutarco
Pelopidas: en un sueo se le aparece a Pelpidas Escdaso, padre de unas
muchachas violadas y asesinadas por unos jvenes espartanos, urgindole a
que sacrifique bien un potro blanco (Pelop. 3) o una virgen rubia, que es luego
sustituida por una yegua blanca (Narrat. Amat. 21). Para Malten el sacrificio de
la yegua o el caballo se explicaran en esta historia porque sus receptoras eran
entendidas como potras, y puesto que a una de ellas se le da el nombre de Hipp
o Euxippe, entonces concluye por semejanza con Melanippe, una Diosa Madre
tambin pensada, como sealara su nombre, como una yegua, que <<sodenkt
man sich die toten Madchen, die Leuktrides, in der Gestalt der weissen Stuten.))
(Malten, 1914: 215). Esta conclusin es tremendamente subjetiva y trata de
demostrar una idea a partir de otra no demostrada, a saber, que Melanippe sea
una Diosa Madre, y que se imagine como yegua negra.
Lo cierto es que, como ya apunt Capozza (1963: 277), el significado de la
historia queda oscuro. A. Schachter (1986: 277) ve en las Leuctrades unas
muchachas que, tras su muerte, tienen el poder de garantizar la victoria en la
batalla, por lo que seran unas heronas semejantes a las Keronides en
Orcmenos o las Antiptrides en Tebas. Burkert (1983 [1972]: 65), explica el
sacrificio de doncellas antes de una batalla como la base y excusa psicolgica
para la matanza subsiguiente, que se concibe como el acto de reparacin que
venga a la joven muerta. Ms recientemente, D. Hughes (1991 :110) ha sealado
lo difcil que es separar la ficcin de los hechos en estos relatos, y opina que
seguramente en Leuctra haba una tumba de heronas locales, pero que la historia de la violacin pudo ser una invencin para dar una razn de la derrota de
los espartanos, y posiblemente tambin seran embellecimientos legendarios el
sueo de Pefpidas y el sacrificio humano.
A partir de esta idea del muerto como caballo segn Malten va a derivar,
cuando se pierda la conciencia del sentido originario pero se siga conservando
an la antigua forma de apariencia del muerto, la idea del muerto con caballo.
Los mejores ejemplos de esto aparecen en los monumentos figurados, como la
estela de Crisafa (Esparta), en la que el difunto est entronizado y en una esqui-
na aparece un caballo; en una serie de relieves con escenas de banquete fnebre, donde en una esquina aparecen un prtomo de caballo o unos jinetes entre
unos cortinajes; o las nforas ticas con prtomo de caballo, a veces conteniendo cenizas del difunto. En estas obras el caballo aparecera como la .contrasea>. (Merkzeichen) que emplea el artista para sealar que el personaje es un
difunto, y que como tal cabalga en su ltimo viaje al ms All, un recuerdo de su
antigua forma en la que antao vag (Malten, 1914: 216 SS). Toda esta argumentacin es bastante cuestionable, como ya ha sido sealado por otros autores (Nilsson, 1952: 382-383; Blzquez, 1967: 48-80), y por nuestra parte slo
aadiremos que se basa ante todo en la tesis de una primitiva alma-caballo, de
cuya existencia, como creemos haber mostrado, no hay pruebas concluyentes.
Aos ms tarde, Fritz Schachermeyr (1950) va a retomar en su trabajo sobre
Poseidn la idea de Malten de la relacin entre caballo y mundo ctonio de los
muertos. Poseidn es para este autor una divinidad nacida en Grecia, fruto de la
fusin de las concepciones tradas por los invasores griegos indoeuropeos que
entran en la pennsula en torno al 1900 con aquellas de la poblacin autctona
egea. Los primeros traen el caballo, hasta entonces desconocido en el mbito
egeo, una religin en estado amorfo, que an no ha llegado a la formacin de figuras divinas de perfiles netos -la nica excepcin sera la del dios del cielo-, y
cierto nmero de asociaciones conceptuales que estarn luego presentes en
Poseidn, como son la vinculacin del caballo con el inframundo, con el elemento hmedo, con la fertilidad, y con el tiempo y el rayo (Schachermeyr, 1950:
65-108, 109 SS).En Grecia los recin llegados se encuentran con un fuerte desarrollo del antropomorfismo y un principio de deidad divina antropomorfa, la Gran
Madre, no una sola sino adorada bajo distintos nombres por las distintas poblaciones locales. Esta diosa, seora del mundo inferior y de la fertilidad, tendra a
su lado un joven compaero, que, como la vegetacin, nace y muere cclicamente (Schachermeyr, 1950: 121 SS). Es entonces, en la tranquila vida campesina y pastoril del Heldico Medio, que se funden en una las dos tradicones religiosas y surge, sustituyendo al joven amante de la Gran Diosa, la figura de
Poseidn, divinidad con asociaciones con el mundo inferior, lo hmedo, la fertilidad y los terremotos, que conserva de la tradicin indoeuropea toda una serie de
asociaciones conceptuales y el teriomorfismo, que transfiere a su compaera
(Schachermeyer, 1950, 128 SS). El caballo, insuficientemente domesticado y no
propiamente domado, seguir emplendose, como antes, para la produccin de
leche, carne, y quiz en fines cultuales; dejndosele pacer libremente, conserv
la idea trada por los griegos, y reforzada por su vinculacin con Poseidn y la
Diosa Madre, de animal vinculado con las fuerzas sobrenaturales, Geisteross y
Totenross.
Con el inicio de la poca micnica y la introduccin en Grecia del carro ligero, Poseidn sufre un primer cambio sustancial: se convierte en dios del carro, y
como conductor su figura empieza a concebirse antropomrficamente; la recin
surgida clase caballeresca (ritterliche), que amaba y apreciaba el caballo para la
guerra, la caza y las carreras, lo toma por su patrono divino en estas actividades
aristocrticas. Todo esto, al hacer del caballo un factor fundamental en la vida de
~oseidn,<<Untemeltsherrund Todesbringer>>(Schachermeyr, 1950: 15), teriomorfos; o las leyendas de Arin y Pegaso como restos de su antigua condicin
de Totenrosse, como tambin lo fue Escifoll. En cambio, en relacin con Malten
hay un elemento fundamental en su argumentacin: la :~retroconexin~
(Rckverbindung) indoeuropea de la idea de la relacin del caballo y el mundo
de los muertos, que para Schachermeyr estara probado en << die indische Maruts
und wohl auch Varuna, die skythische Begrabnisritual, die kaukasischen Brauche
und Sagen, der thrakische Reiter, die Lokalisierung armenischer Geisterrose in
Hohlen, der romische Consus, des etruskischer Mares, der germanische Odin
wie auch vielfaltiger Sagengut und Brauchen in keltischen, germanischen und
slawischen Bereich,, (Schachermeyer, 1950: 106). De estos ejemplos, slo en las
leyendas del folclore moderno germano, celta, eslavo u osseta aparecen alusiones a la muerte, el matador o el muerto como caballos, pero la utilizacin del folclore moderno para la reconstruccin de concepciones protoindoeuropeas exige
bastantes precauciones. La vinculacin indoeuropea del caballo con el paso al
ms All no parece concluyentemente establecido por las argumentaciones de
Schachermeyri2, y no vemos en la exposicin de Schachermeyr elementos fundados para pensar en un caballo del muerto, o espectral, en el mundo griego.
Muy distinta de las anteriores es la obra de Lucy Goodison (1989), con la que
concluiremos este apartado. El inters de la autora se centra en el estudio, en
base al registro arqueolgico, del simbolismo solar en la religin egea, por lo que
no veremos en esta obra ninguna mencin a los familiares caballo-alma o demnico, o una compleja reconstruccin de la religin griega prehistrica a partir de
documentos histricos.
La autora parte de la teora de un continuurn, si bien con variaciones locales
entre Creta, las Ccladas y el continente, en el Bronce Inicial egeo, que por las
evidencias de escenas o contextos religiosos parece que se caracteriz en la religin por un sistema de creencias y rituales <<animista>>,en
que un poder divino no
parece tanto estar representado en o asociado, sino ser inmanente a determinado objeto, animal o elemento de la naturaleza (Goodison, 1989: XIII-XIV). El sol
parece haber sido en esta epoca un elemento central de las concepciones simblicas y religiosas, y el conjunto de las evidencias sugerira no slo un papel
" Por supuesto, tratndose de una monografa sobre el tema, Schachermeyr emplea una documentacin ms abundante y detallada que Malten, si bien en esencia no es muy distinta. No le falta
razn a Nilsson (1953: 165-166) cuando sospecha que el punto de partida de la argumentacin de
Schachermeyr es la etimologa de Poseidn propuesta por Fick a finales del pasado siglo y popularizada por Kretschrner a comienzos de ste: Posei - Da (<esposode Da),, (siendo Da el nombre de
la Diosa Madre), una etimologa que ha sido fuertemente discutida desde su formulacin y que hoy
parece poder descartarse (vase Hamp: 1968: 203 y 204; d., 1967: 93-95). Una explicacin alternativa se intentado buscar en *Potis *da- (*da palabra indoeuropea para ((corriente de agua,,),
((esposodel agua,,, forma paralela a la protoindoeuropea *Nep(o)t- "ap- ((sobrino del agua,), de la
que derivaran las formas Nechtan, Apam Napat y Neptunus (Scott Littleton, 1973: 423-440).
l2 Y tampoco en argumentaciones recientes como la de Polom (1994: 48), quien afirma que el
sacrificio del caballo, animal ctonio, en los ritos de enterramiento asegura el vnculo entre el mundo
de los vivos y el de los muertos; pero esto no parece probado por los ejemplos que presenta.
Maringer (1981 : 177-204). tampoco presenta pruebas claras en favor de una nocin psicopompa del
caballo.
relevante de la mujer en su culto sino tambin una fuerte relacin con el sexo
femenino, en cierta manera identificndose con l en sus funciones de fertilidad
y sexualidad (Goodison, 1989: 15-20). Algunas formas furerarias (cista, tumba
tholos o pithoi) y la orientacin al E de algunas tumbas, la vinculacin con el ciclo
vegetal, la contraccin de los cadveres, el tratamiento de los huesos o una cierta forma de culto en los cementerios, y la ap aricin en algunas tumbas de barcas y conchas, parecen sugerir una idea, asimilada al movimiento del sol, de
renacimiento y viaje por mar del difunto, en una concepcin cclica semejante a
la del mundo natural (Goodison, 1989: 20-48). La vasija aparece estrechamente
asociada al sexo femenino, como fuente de fertilidad; y las plantas y animales en
algunos casos parecen presentar conexiones con la fertilidad, la muerte y el sol,
sugiriendo las distintas evidencias que la relacin de los seres humanos con los
otros elementos de la naturaleza, era de participacin fsica e incluso, al igual
que con el sol, implicaba cierto grado de identificacin (Goodison, 1989: 39-46,
49-56).
Este simbolismo solar estara en estrecha relacin con la estructura social
que lo produjo, en esta poca del Bronce Inicial caracterizada por una cierta
colectividad en la organizacin de los vivos como los muertos, por un alto grado
de igualitarismo y falta de rasgos marcados de jerarquizacin (salvo en el caso
de los tempranos palacios), por la ausencia de claros intereses guerreros, y por
evidencias de la valoracin y significacin de la mujer y la esfera religiosa
(Goodison, 1989: 56-65).
Con el auge de los palacios cretenses y la poca micnica, la estructura
social, y con ella el simbolismo, van a cambiar. Se produce ahora una clara diferenciacin social y de la riqueza, y el inters por las actividades blicas pasa a
primer plano, a la vez que entra en franco declive el poder social de la mujer.
Pese a estos cambios, parecen haber sobrevivido en buen nmero creencias y
smbolos del periodo anterior en Creta, Ccladas y el continente: sigue documentndose la importancia del sol y su asociacin con la mujer, en escenas de
adoracin y baile, y se mantienen ciertas practicas consistentes con la concepcin anterior de resureccin asociado con el movimiento solar, a la vez que se
acrecienta la evidencia de la relacin de la religin minoica con el mar, y al ya
conocido motivo del viaje del difunto en barca se une ahora el carro y el caballo
como transportes para el muerto, cuyo viaje en algunos casos parece seguir
identificado con el del sol; la rama y la vasija continan como smbolos de fertilidad. Esta relacin simblica entre las creencias funerarias, el movimiento del sol
y la fertilidad, parece sugerir que sigue vigente la antigua concepcin cclica del
sol, que nace y muere, del difunto y de la vegetacin.
Al lado de estas muestras de continuidad, aparecen nuevos temas y motivos,
como la exaltacin del combate y de las armas, y la aparicin de la <<posicin
de
mando- en la representacin de las divinidades, que sugiere que se incrementa
el sentido de estatus y autoridad (Goodison, 1989, 106-108), a la vez que se
enfatiza lo vertical, alusin a la creciente importancia de la jerarqua y autoridad.
Adems, hay una creciente significacin de la figura masculina en el contexto
religioso, que comienza a asociarse al sol y a la vegetacin (Goodison, 1989:
EL CABALLO EN EA A R Q U E O L O G ~
MICENICA
Una de las evidencias ms directas que podran llevar a pensar en el caballo
como animal psicopompo es su aparicin en un contexto funerario. Por ello haremos a continuacin un repaso de los distintos hallazgos arqueolgicos del caballo en Grecia desde las primeras seales de su aparicin, y trataremos de ver
hasta qu punto el caballo pudo haber sido pensado como vehculo de paso
hacia el ms All.
Las evidencias ms antiguas del caballo en Grecia provienen del asentamiento de Kastanos, en Macedonia, donde han aparecido tres hallazgos en
capas del Bronce Inicial, en torno al 1890 a. C. (Becker, 1994: 156). Sin embargo estos hallazgos quedan aislados, y es slo en el Heldico Medio cuando
empiezan a aparecer con cierta frecuencia, en el nivel 22 de Kastanos, en Lerna
V, en Argissa y Pevkakia (Tesalia), y en Nichoria (Becker, 1994: 156).
Entre el Heldico Medio II-III y el Heldico Final I se datan 2 pares de caballos aparecidos en los tmulos B y C de Dendra (Protonotariou-Deilaki, 1990: 85106). En el primero los animales yacan en un hoyo, dando la apariencia de estar
uncidos a un carro. En el tmulo C apareci otro hoyo conteniendo dos caballos,
aparentemente como lo anteriores vctimas sacrificiales. En ambos casos no han
aparecido en relacin con tumba alguna, aunque la excavadora piensa que
debieron estar uncidos a carros de jefes, y tras el entierro fueron sacrificados y
enterrados para acompaar a su amo en ei viaje al ms All.
Uno procedente de Micenas, con un pulpo en la cara interior y un carro y caballos en la exterior, cuyo contexto de aparicin no justifica un uso funerario, y otro de Tirinto (Vermeule, 1965: 124,
n. 3).
Su sentido queda oscuro. Para Blzquez (1977: 51) no aludiran al viaje del muerto, sino a la
importancia del caballo en las ceremonias fnebres.
2o La autora considera los carros tirados por agrimi y grifos representados en los lados laterales
como forma simblica de transporte, quiz del muerto o de la divinidad. Pero como ha sealado
Laffineur (1994:137, n. 17), esta decoracin se presta a una difcil interpretacin, y aparentemente
no tiene relacin directa con las escenas de los largos.
2 1 Frente a lo que sugiere la autora, Sourvinou lnwood (1996: 46) rechaza una funcin psicopompa del carro.
22 Goodison (1989: 93), ve en l al carro que lleva al muerto por el mar, fundndose en el pulpo
que aparece bajo el carro, pero Sourvinou lnwood (1996: 46), cree que es ms acertado ver en esta
escena una parte del ritual fnebre.
j9
Tambin de fines del Heldico Medio parece ser el caballo de la Tumba 3 del
tmulo I de Vrana, que parece que fue sacrificado sobre la tapa de la tumba
(Drews, 1988, 189-190).
Del Heldico Final se fecha un tiro de caballos aparecidos en el dromos de
una tumba tholos de Maratn, depositados con cuidado en un pozo poco profundo, las cabezas hacia el extremo exterior del dromos, el lomo hacia los lados
y las patas entrelazadas en el centro, sacrificados como parte de la ceremonia
funeral (Vanderpool, 1959: 280; Jameson, 1960: 33).
En Argos en la tumba de pozo 8, de Heldico Final 111 A 2 B, han aparecido
un esqueleto de caballo, que descansaba sobre el costado, y dos crneos humanos (Sakellarakis, 1960: 200).
Lo nico que sabemos de un caballo aparecido en una tumba de cmara de
Nauplia es la noticia de Stais, en 1892, que dice que apareci al lado de un
esqueleto masculino, sin ajuar funerario (Sakellarakis, 1970: 200).
Un caso particular lo constituye el esqueleto de caballo aparecido en Lerna,
en desorden y rodeado de fragmentos de al menos 37 clicas y otros vasos del
Heldico Tardo Ill, al que no se le ha dado una explicacin convincente y que
Sakellarakis ha puesto en relacin con restos de un enterramiento humano al W
de este esqueleto (Sakellarakis, 1970: 200-201).
En la tumba de cpula A de Archanes (Sakellarakis, 1970: 135-21B), del
Minoico Tardo, ha aparecido un caballo desmembrado enterrado en un hoyo
excavado en el suelo del tholos, junto a la entrada de una cmara secundaria que
guardaba el rico enterramiento principesco de una mujer. El excavador,
Sakellarakis, pone en relacin los restos del caballo con esta mujer, que cree que
sera posiblemente una reina o princesa sacerdotisa, y relaciona el desmembramiento del animal con la magia de destruccin como signo de pena, y con la
crqyla de la tradicin griega.
Dudosos son los ejemplos de Micenas 505 y de la necrplis de Eleusis
(Sakellarakis, 1970: 200-201), y la tumba 8 bajo el tmulo I de Vrana (Drews,
1988: 189), y parece descartable el supuesto caballo de la tumba tholos de
Menidi, probablemente un confusin con las ms tardas figurillas de carro
encontradas en la misma (Sakellarakis, 1970, 201).
Est por hacer un trabajo que aborde la cuestin de la relacin del caballo con
los enterrarnientos de poca micnica, por lo que aqu nos limitaremos a presentar un breve estado de la cuestin. Adems de la idea de un animal de funcin psicopompa, se han intentado dar otras explicaciones al hecho. Mylonas
(1948: 56-81), lo interpreta como el sacrificio de un animal favorito, de una de sus
pertenencias, ofrecida al difunto para dar gusto su psique. En opinion de
Vermeule (1984: 115-121), se trata de un acto de magnificencia individual, que
se debe a un jefe y guerrero, que se lleva a la tumba el animal que en vida tuvo,
como seal de dignidad, liderazgo y afecto. Para Drews (1988: 190), la mejor
explicacin se encuentra en los kurganes del sur de Rusia y en las .tumbas reales)) de Alaca Huyuk, y habra que ver en estos animales la prctica indoeuropea
del envo del caballo para acompaar al guerrero en el ms All.
Lo cierto es que la evidencia no permite extraer conc~usionesconcluyentes.
do hasta nosotros. En su gran mayora est formado por tablillas de arcilla en las
que se registraba la contabilidad palaciega del ao en curso, conservadas slo
por su coccin accidental en los incendios que destruyeron los palacios. La religin y actividad cultual micnicas, en su aspecto administrativo y econmico,
aparecen tambin reflejadas a veces en estos documentos, cuando se registra la
salida de determinadas substancias, artculos o personal para el culto o servicio
de una($ divinidad(es) o la celebracin de algn tipo de ceremonia religiosa.
Pese a este carcter prosaico, el estado fragmentario de muchas de los documentos, su extrema concisin y la dificultad de su interpretacin de muchas de
ellos, unido al abuso que algunos investigadores han hecho de la comparacin
con religiones contemporneas o con la conocida en la Grecia histrica, han propiciado las ms diversas conjeturas acerca de la religin micnica; el caballo, a
pesar de su modesta representacin en el conjunto de las tablillas, no ha sido
A continuacin, trataremos de ver, a la luz
ajeno a esta corriente <(sacralizadora~.
de los actuales conocimientos sobre los textos micnicos, qu puede haber de
cierto en estas interpretaciones, haciendo un repaso de las distintas menciones
relativas a[ caballo.
Comenzaremos con una tablilla sobre cuya interpretacin existe cierto consenso y que es, a la vez, el testimonio ms simple y directo de la presencia del
caballo en la Lineal B; se trata de KN Ca 895:
.l
.2
i-qo
o-no
EQUf 5
EQUm4 po-ro
E Q U ~ . . ~ po-ro EQU 2
EQU [
EQUm4 [
Frente al gran nmero de tablillas que listan bueyes o ovejas, sta es la nica
segura que contabiliza caballos (dudosa es la tablilla KN Ca 7788); en la primera lnea se registran 5 yeguas, 4 caballos y un nmero desconocido de potros;
en la segunda, 3 asnas, 2 animales jvenes (bardocelos en opinin de Guidi,
1988: 164) y 4 asnos. La opinin generalizada es que estamos ante la prueba de
una cra de caballos por el palacio.
Otro ejemplo de la cra del caballo la encontramos en PY Fn 79, tablilla que
recoge la entrega de distintas cantidades de cebada (y en algunos casos de aceitunas) a una serie de receptores:
nada en estas tablillas que pueda llevar a una interpretacin religiosa, puesto que
la juncia en bruto no aparece nunca como ofrenda a una divinidad; el iqo de
ambos documentos aludira a un caballo corriente. J. Chadwick (1973: 259-260)
rechaza que en Ea 59.5 iqo se trate de un dios, y cree que quiz pueda tratarse,
como en poca clsica, de un trmino empleado colectivamente (ilirnoa);
Kretheus tendra as ese usufructo de grano para el mantenimiento de los caballos que estaban a su cargo y para el suyo propio.
l. Chirassi, en su estudio sobre el Poseidn micnico (1968: 945-991), ve
improbable que en los documentos PY Ea 59 y PY Fa 16 i-qo se trate de un dioscaballo, y mucho menos que bajo esta apariencia pueda verse ah una hipostasis de Poseidn (Chirassi, 1968: 975)25.Las atenciones especiales que reciben
estos animales, comparables a otros ejemplos del Prximo Oriente, llevan a pensar en caballos destinados al carro del wanax, al de algn sacerdote, o al vehculo que llevaba la imagen divina en una ceremonia religiosa: un caballo, en cualquier caso, importante (Chirassi, 1968: 975). El caballo, como en otros pueblos
de la cultura del Bronce, sera un animal precioso en la guerra y la vida civil, y en
el mundo micnico tendra un particular significado funerario, como lo demostraran los hallazgos de restos de este animal en las tumbas (Chirassi, 1968: 975976); similares costumbres funerarias se practicaran en el mundo hitita, donde
mulas y caballos sacrificados serviran como medio de transporte al alma del
difunto al ms All, y , en opinin de la autora, ((potrebberoavere lo stesso valore i cavalli sacrificati nelle tombe micenee o quelli sacrificati da Achille su1 rogo di
Patroclo,> (Chirassi, 1968: 976, n. 80). Sin embargo, esta conclusin est debilmente fundamentada, basndose tan slo en una supuesta koin religioso-cultural mediterranea muy discutible; adems de esto, la idea del caballo como medio
de paso al ms All no parece tan clara en el mundo hitita: la existencia del rey,
y del difunto en general, en la otra vida se concibe como la de un criador de ganado y agricultor, y por ello en la ceremonia fnebre real, junto a los animales arriba mencionados, se sacrifican tambin bueyes, y se hace entrega al difunto de
aperos de labranza y una capa de hierba (pars pro toto) para que apaciente en
ella a sus animales (Haas, 1994: 87-88; Del Monte, 1987: 97-101).
Recientemente, una sugestiva hiptesis ha sido planteada por M. Guidi (1988:
170-174), quien no encuentra elementos seguros para atribuir a PY Fa 16 un
sentido cultual, y ve algunos problemas a la explicacin que quiere hacer a i-qo
un simple caballo, puesto que falta el ideograma *105, y las cabezas de ganado
25 La autora defiende la existencia de una koin cultural mediterranea en la poca del Bronce que
habra determinado una cierta uniformidad espiritual y religiosa entre distintas culturas de este mbito: Egipto, Smer, Ugarit, Babilonia, el imperio hitita, la civilizacin micnica...; Poseidn , como en
muchos panteones contemporneos, aparecera en esta ltima como una antigua divinidad cosmognica, ser supremo cuyo poder abarca mltiples funciones (1968: 145 SS).Pero el hipomorfismo que
aparece en el Poseidn de poca histrica sera ajeno por completo a su figura divina originaria
(1968: 949), y se desarrollara en poca postmicnica, cuando el caballo se hace prctica comn y
((ladivinita puo essere raffigurata como cavaliere e nel ritmo del galoppo persona ed animale diventano una sola cosa,>(1968:978). Las leyendas arcadias que unen en un t ~ p 6 qyyoq a Poseidn y
Demeter seran superposiciones de antiguos mitos y cultos teriomorfos, ms propios de una cultura
de caza que de una agrcola, a las figuras originarias de ambas divinidades (1968: 984-985).
nunca aparecen como destinatarias en los documentos. La autora, por comparacin con otras tablillas que registran cantidades de juncia en bruto, prefiere ver
en este i-qo el nombre de un personaje (Hippoc como antropnimo aparece en
griego de poca histrica) que tiene que ver con las actividades de perfumera;
el mismo Iqo aparecera en Py Ea 59.5, donde Kretheus, un posible esclavo
sagrado, recibira a causa de este perfumista una cierta cantidad de grano, en
compensacin por prestaciones profesionales que aquel pudiera haber desempenado en la esfera cultual.
Una nueva mencin del caballo aparece el documento PY Ta 72z2?
.1 ta-ra-nu , a-ja-me-no , e-re-pa-te-jo , a-to-ro-qo , i-qo-qe , po-ri-po-de-qe ,
po-ni-ke-qe *210 1
Se trata, pues, de un escabel decorado en marfil, con uno (o ms) hombre(s),
uno (o ms) caballo(s), un pulpo y una palmera. Este desconocimiento del nmero de dos de los elementos ornamentales, as como el de la distribucin de stos,
bien en paneles individuales, bien formando una o ms composiciones, hace que
cualquier intento de reconstruccin de la decoracin sea muy hipottico.
Consciente de estas limitaciones, Chadwick (1973: 345-346) ha propuesto, a ttulo orientativo, dos posibles diseos, en base a los paralelos conservados en el
arte micnico: en caso de tomar a-to-ro-qo e i-qo en singular, las figuras podran
aparecer por separado en cuatro paneles simtricos; si se toman en plural,
podra interpretarse como una nica composicin, comparable con el motivo de
((mozode cuadra y caballo), o. <<mozoy caballo), .
Mucho ms aventurado es el intento de reconstruccin hecho por M. Guidi
(1988: 178-181), quien cree que en los motivos decorativos se conservara una
significacin religiosa heredada de la civilizacin minoica, aludiendo el caballo, el
pulpo y la palmera al nacimiento, a la reproduccin y a la muerte, una valencia
funeraria comprensible si, segn la interpretacin de Palmer, este escabel formaba parte del ajuar de la tumba de un alto personaje. La escena representada
sera nica, con el hombre, quiz un oferente, en primer plano, distribuyndose
hacia el fondo los animales y la palmera, simbolo de la diosa y principio de vida
y muerte. Pero la autora en esta propuesta va ms lejos de lo que aconseja la
prudencia.
Por lo visto hasta ahora en este repaso de las evidencias del caballo en la
Lineal B, creemos que parece claro que no existen bases reales en las tablillas
que hagan pensar en la existencia de un dios-caballo, y mucho menos en un
caballo con carcter psicopompo, o con una marcada conexin con el mundo
2"a serie Ta, que registra elementos de mobiliario, vasijas y tiles de hogar, ha dado lugar a muy
distintas interpretaciones segn sea la lectura que se haga de la frase introductoria Ta 711.1: o-wi-de
p~-ke-qi-rio-te wa-na-ka te-ke au-ke-wa da-mo-ko-ro. Palmer da a te-ke ( O ~ ~ K Eaoristo
,
de &3ept), el
significado, posible pero no habitual, de <(enterrar)),e interpreta el conjunto de tablillas como el
((acta,, que registra los objetos ( K T & ~ ~ ~ ~ . L C X Tcontenidos
~)
en una tumba en el momento del entierro en
ella de Au-ke-we (Palmer, 1957: 58-92; 1965: 160-167). Chadwick (1973: 497-498) da a te-ke un sentido, ms habitual, de nombrar,^, y considera la serie como un recuento de los objetos conservados
en un almacn del palacio, cuya supervisin habra de corresponder a Aukewe, recin designado
damokoro.
A lo largo de este trabajo hemos hecho un recorrido por una serie de teoras
que, de una u otra forma, ponan en relacin al caballo con el paso al ms All.
Su elaboracin pensamos que estuvo en buena medida mediatizada por toda
serie de concepciones desarrolladas en el siglo pasado, centradas en conceptos
como ctonio, daimnico, hipomorfismo o Diosa Madre, que servan para explicar
todo lo que a ojos del investigador no entraba en su concepcin de lo racional o
luminoso. El estudio, si bien breve, de la historiografa sobre el tema hecho aqu
creemos que, al menos en sus lneas elementales, ha permitido reconocer algunos de estos prepuestos historiogrficos, que muchas veces pasan por encima
de las evidencias, o las hacen encajar forzadamente en su esquema. Las evidencias que puedan llevar a pensar en el caballo imaginado como animal psicopompo en la Grecia micnica son ciertamente escasas, y no exentas de problemas de interpretacin. No nos atrevemos a negar que esa idea no haya existido,
pero, no hallando en el material conservado de esa epoca algo que proporcione
una base fundada para esa suposicin, y pensando que las tesis que durante
aos postularon su existencia son fuertemente cuestionadas y cuestionables,
creemos que es muy improbable que haya sido as.
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