Hacia El Habla. Tres Niños Autistas en Psicoanálisis (Marie-Christine Laznik-Penot) PDF
Hacia El Habla. Tres Niños Autistas en Psicoanálisis (Marie-Christine Laznik-Penot) PDF
Hacia El Habla. Tres Niños Autistas en Psicoanálisis (Marie-Christine Laznik-Penot) PDF
Marie-Christine Laznik-Penot
HACIA
EL HABLA
AGRADECIMIENTOS
Ttulo del original en francs:
Vers la parole
Trois enfants autistes en psychanalyse
ditions Denol, 1995
,.
ISBN 950-602-369-7
1997 por Ediciones Nueva Visin SAIC
Tucumn 3748,'(1189) Buenos Aires, Repblica Argentina
Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723
Impreso en la Argentina / Printed in Argentina
INTRODUCCION
11
'Sin embargo, la edad en la cual nosotros intervenimos constituye un factor clave en cuanto a las posibilidades de movilizacin.
3 J.Lacair"L' Angoisse", seminario indito, leccin del 5 de junio de
1963.
tuacin del beb se encuentra en una relacin fundamentalmente asimtrica con el Otro (que es en este caso
la madre), un Otro gracias al cual adviene como sujeto.
Cuando empieza el tratamiento de un nio autista,
el analista apuesta a que, atribuyendo a toda produccin del nio, gestual o hablada, un valor significante,
y constituyndose l mismo en destinatario de lo que l
considera a partir de este momento como un mensaje,
el nio podr reconocerse a posteriori como fuente del
mensaje. El analista ocupa entonces, en algunas ocasiones, el lugar del Otro primordial. Pero, adems, incurre en una anticipacin sobre el sujeto por advenir,
interpretando toda produccin en tanto acto planteado
por el nio para tratar de alcanzar un orden simblico
que lo preexiste.
El trabajo con un nio autista se efecta al revs de
la cura analtica clsica: la meta del analista no es interpretar los fantasmas del inconsciente ya constituido de un sujeto, sino permitir el advenimiento de tal
sujeto. Se constituye entonces en intrprete, en el sentid-o de traductor de una lengua extranjera, tanto para el
nio oca-O- para sus padres. Sabemos hasta qu punto
las conductas estereotipadas y las reacciones
paradojales de los nios autistas pueden desorganizar
a sus padres,hasta ocultar para ellos el valor de acto o
de palabra de tal produccin de su nio. Este priiner
trabajo de traductor va a permitir que los padres vean
al nio en su fulgor de llama, ah donde slo solan ver
un residuo. De este modo, la madre podr recobrar su
capacidad de ilusin anticipatoria; o sea, su aptitud
para escuchar una significacin all donde s.lo
quiz, masa sonora lo que Winnicott llama la locura
n`e-s- aiia de las madres.
Poco importa aqu saber si la prdida de esta capacidad es causa o consecuencia de los trastornos del nio.
Tenemos que reconocer forzosamente que un beb que no
llama, o que dej de llamar, que no mira, o que dej de
mirar, desorganiza completamente a su madre. A partir
1.3
4 En las tres curas que describo, as como en la mayora de aquellas de las cuales me he ocupado personalmente, ha sido posible,
gracias al trabajo teraputico con el nio y su madre, restablecer la
capacidad de ilusin anticipatoria de esta ltima.
'Igualmente, queda pendiente para el psicoanlisis la pregunta
en cuanto a saber por qu en tal familia, en tal momento de su historia, en tal nio, esta predisposicin tuvo lugar. Se inscribe en la
historia que el sujeto ms tarde podr reconstruir para s mismo,
constituyendo as sus propios mitos fundadores. Para eso, har falta
que ya pueda hablar.
14
de, construyendo frases, construirse de un modo diferente a como se encontraba anteriormente, cuando su palabra caa sistemticamente en el vaco.
L.a clnica del autista remite a los primeros tropiezos
del aparato psquico, tiempo inaugural poco tratado en
psicoanlisis. Ella me ense mucho, no solamente en lo
que concierne a las primeras relaciones del sujeto ron el
lenguaje, sino tambin sobre las condiciones de instauracin de la imagen especular y de la imagen del cuerpo,
el posicionamiento pulsionl y el funcionamiento de las
representaciones inconscientes. Las hiptesis metapsicolgicas que me fueron sugeridas sern el tema de otra
obra. 6
15
II
Captulo 1
LA TRADUCCION EN UNA CURA'
"Cmo podra hacer de su ser el eje de
tantas vidas, l que no sabe nada de la
dialctica que lo involucra con sus vidas
en un movimiento simblico. Que conozca bien la espiral adonde su poca lo lleva en la obra,perdurable de Babel, y que
sepa la funcin de intrprete en la discordia de las lenguas".
J. LACAN2
'Este captulo retorna en parte un artculo ya publicado en el nmero 4 de la .revista L'Artichaut, sobre "Traduire, interprter,
transmettre" [Traducir, interpretar, transmitir], Estrasburgo, 1987.
2 J.Lacan,"Fonction et champ de la parola et du langage", en
crits, Pars, Seuil, 1966, p.321).
17
1
puede escuchar pertenecen a la historia del sujeto o a la
lengua de su propio contexto familiar.
Una experiencia anterior con otro nio autista de origen extranjero, nio que haba sido introducido a la palabra en el francs de su cura, me haba enseado que
este lazo exclusivo con la lengua de su analista produca
un corte con las fuentes vivas de los significantes de su
entorno familiar.
Es por este motivo que, luego de haber recibido a la
madre .de Halil, primero sola, luego con Su nio, y luego
con su marido, decid escuchar en turco. A posteriori,
esta apuesta aparentemente insensata produjo efectos
muy interesantes.
Cuando recib a Halil por primera vez, haba padecido
una larga exploracin neurolgica en un hospital parisino,
antes de que se hubiere efectuado el diagnstico de
autismo y de que el servicio de psiquiatra infantil donde
haba sido transferido nos hiciera la derivacin para intentar un tratamiento ambulatorio. El examen neurolgico
haba sido motivado no solamente por el aspecto general
del nio, sino tambin a causa de terrores nocturnos particularmente.violentos, durante los cuales se tenda como un
arco, lleno de miedos, e indiferente a toda presencia que se
acercara a l para intentar calmarlo.
Halil es el cuarto nio de la familia, pero el primero
nacido fuera de Turqua. La mayor es una pequea nia,
fallecida a la edad de un mes. La madre aludi apenas al
hecho, y con cierta indiferencia. Luego, tuvo dos nios, y
Halil naci en Francia. Halil haba llegado en un momento en el cual ella no deseaba tener ms chicos; deca
que haba sido un accidente, acontecido en un perodo en
el cual su marido estaba muy deprimido, viviendo mal la
muerte de su propio padre que haba permanecido en
Turqua. El padre se mostraba manifiestamente muy
deprimido, hecho que la madre destacaba. Ella se mostr durante mucho tiempo como una mujer de mucho
coraje, quejndose nicamente de la enfermedad de su
hijo. El nico sntoma que dejaba traslucir era un endurecimiento importante de la nuca y de la espalda que la
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oportunidad de los exmenes hospitalarios, que no volvieron a aparecer en los exmenes de control efectuados
ms adelante. En cuanto a los movimientos estereotipados, hizo falta un ao para que desaparecieran.
Los efectos de una psicoterapia precoz sobre signos del
electro-encefalograma, como en este caso, dan una idea
de la complejidad de la imbricacin de lo orgnico y de le_
psquico en loS sndromes autistas. El hecho de que algunas relaciones primarias no hayan podido instaurarse
puede tener una repercusin orgnica detectable y, eventualmente, reversible, si se toma a tiempo.
Contexto de la cura
El contexto inicial fijado para esta cura era el siguiente: reciba a la madre y al nio tres veces por semana, y la
Dra. Marie-Annick Seneschal4 interna encargada del
caso, asista a dos de las tres sesiones semanales y tomaba nota de todo lo que poda a medida que se iban desarrollando las sesiones. Gracias a ella disponemos de la
transcripcin de lo que iba ocurriendo y de todo lo que se
deca en la sesin a menudo en turco. Me he dado cuenta de la dific .Itad de retener mentalmente enunciados, o
simiflemente palabras en un idioma desconocido. Me haca falta una marca de los significantes de la madre y del
nio, que empez pronto a balbucear palabras una, dos,
a veces tres en una sesin.
No entender las palabras que escuchaba no era solamente un "handicap". La ilusin de entender, gracias a
la cual uno se siente aliviado frente a un autista, era en
21
7!)
Fragmentos de los cuatro primeros meses
del trabajo clnico
Fines de noviembre
Hace dos meses que atiendo a Halil. Apenas llega,
entra corriendo a la habitacin, como manifestando su
impaciencia para que la sesin empiece. Su madre, al
verlo deambular por la pieza, le ofrece juguetes y lpices, pero parece no ver ni escuchar nada. Se dirige hacia
la puerta metlica del placard, que hace mucho ruido
cuando la golpea, lo que despierta la bronca de su madre. No soporta su alboroto. Este da, lo amenaza dicindole: "Anne atta!", lo que quiere decir mam se va!
Se vuelve a encontrar entonces con un objeto formado
con dos piezas de "Mecano", de tamaos y colores diferentes, ajustadas entre s con una tuerca y un tornillo.
El azar puso este objeto en el placard de los juegos, pero
Halil lo ubic desde las primeras sesiones. Ha descubierto tambin que si las sacude, las partes se separan,
aunque todava no entendi que eso ocurre porque se cae
el tornillo. Nuevamente, este da, las sacude mucho hasta que terminan separndose; Halil triunfa.
Entonces, la madre se precipita, le retira las piezas
de las manos, las vuelve a atornillar para que no se separen ms, y se las devuelve. El nio empieza a protestar y luego monta en clera y arroja violentamente al
suelo varios pequeos juguetes. La madre retira la caja
de juguetes antes de que siga tirando los otros. En este
momento, Halil corre haca m y hacia la madre y nos
pega. La madre retrocede, primero como frente a un acto
incomprensible, luego acepta mejor la situacin cuando
le explico el porqu de la bronca de su hijo. Pero de repente Halil se pone muy triste; trata de acurrucarse entre los brazos de su madre, mas no llega a calmarse y
vuelve a bajar. Cae entonces en un estado de desamparo,
al cual en general le sucede un repliegue autista muy
rpido. Mientras le nombro su desamparo, se esconde en
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Principios de diciembre
Para intentar entrar en contacto con este nio tan
retrado, la madre de Halil, como muchas otras en circunstancias parecidas, haba tomado la costumbre de
requerirlo mucho, y de seguirlo por todos lados, actitud
frente a la cual el nio se protega como frente a una
intrusin. Este da, va tomar la palabra para defender
su espacio. Hay en efecto un rincn de la pieza donde se
refugia habitualmente, y donde la madre no ha irrumpido an. Esta vez, queriendo seguirlo, penetra en el
espacio. El nio entonces se acurruca en el rincn exclamando: "Atta!"
S que atta es una palabra de la lengua turca, porque
la madre la emplea a menudo. En el momento, no le encuentro la significacin. Por su parte, ella no reacciona;
es como si nada se hubiera dicho. Pero cuando la interrogo sobre el significado de la palabra, ella contesta:
"Salir, sal".
Algunos das ms tarde, me enterar con la ayuda de
una persona6 de que en realidad atta es una manera in-
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26
Mitad de diciembre
Vamos a ver surgir una segunda variante del juego,
esbozada en la separacin de las partes del Mecano, pero
esta vez hablada. Empleo aqu el trmino juego en su sentido ms radical de trabajo del pensamiento. Halil parece
ilustrar muy bien lo que Lacan dice a propsito del juego
de la bobina del nieto de Freud: el hombre piensa con su
objeto? Este Mecano me parece una herramienta adecuada para pensar la separacin.' En la primera sesin, el
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31
Fines de enero
En el curso de una sesin, Halil pasea con las partes
sueltas de la serpiente de plstico. No tenemos la seguridad de que se trata, para l, de una serpiente, pero,
por lo menos, de un todo fraccionable en sus partes.
mam, lo que no es para nada habitual. Agarra la serpiente que est en el placard yla deshace en pedazos, al
mismo tiempo que se acerca su madre, como para mostrrsela.
Su madre le dice entonces: "Dame, Halil, dame!"
Me escucho contestarle: "Quers drselos a anne o
bien prefers que ella te mire?". Se trata para m de una
interpretacin hecha a la madre; es a ella a la que indirectamente me dirijo. Trato de hacerle entender algo as
como: "Una madre puede tambin mirar, puede Ud. quiz privarse de tomar."
Halil pronuncia entonces con voz fuerte: "Rack!"
La palabra no me es conocida, interrogo entonces a la
madre que me contesta: "Quiere decir mira!"
De modo que este nio entiende el francs y traduce
en turco. El final de la sesin lo va a confirmar. A su
analista, no le dice atta que pronuncia cuando se quiere
ir sino: "Hasta luego".
Sin embargo, esta sesin est atravesada por varios
momentos difciles. La admiracin que su traduccin
suscita en su analista es para Halil un primer triunfo
que manifiesta subindose a la mesa. Pronto, se baja de
la misma; pidiendo ayuda primero a su padre ausente,
luego a su madre. Encuentra entonces un zapatito de
mueca que lleva a su boca. En este momento, las cosas
se complican. Su madre le pide que tire el zapato. Pero
en seguida, sin tener en cuenta el no que Halil expresa
con su cabeza gesto que nunca haba observado anteriormente, trata de distraerlo con la serpiente para
recuperar el zapatito. Halil termina aceptando tomar la
serpiente, que se rompe entre sus manos. Entonces,
arroja el zapato y se pone a girar sobre s mismo como
un trompo, mientras mira fijamente la lmpara del techo. Para sacarlo de este hechizo, rompo violentamente
la serpiente en dos pedazos. Su mirada se detiene en
este momento sobre la serpiente, los ojos exorbitados
en primer lugar, y luego interesados; agarra de vuelta la
serpiente y el zapato.
Este remolino sobre s mismo constitua un ritual
34
..
. . a la cual la someto.
La posicin de tercero del analista era la nica sostenible en esta circunstancia: traducir los actos del hijo en
trminos que los vuelvan dignos de respeto. Cualquier
otra actitud me hubiera hecho pasar de "Guatemala a
Guatepeor", tanto si yo hubiera asistido como espectadora de la situacin: la madre acorralando, a su pesar, al
nio hacia su repliegue como si, cual una sper
Erinnia, me hubiese constituido en un supery acusandla por lo que era incapaz de hacer.
Por el contrario, si el analista se deja sorprender por
lo que le es dado escuchar y tambin ver, puede hacerse
traductor, intermediario del nio. Entonces, bajo su mirada, el gesto se vuelve acto, y el sonido insignificante
pasa a transformarse en un fonema.
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destaca cada palabra de una manera definitiva y le devuelve su estatuto de significante; pero sobre todo la
confrontacin entre las dos lenguas revela la imposibilidad_de esta madre de
creer
que los enunciadhs de su hij o
'ara-ira.
. -",,
significan algo.
r"-Lacan Id planteado que el grito de necesidad del beb
debe ser traducido en el contexto del tesoro de los
, significantes del Otro materno para poder transformarse
ien demanda, lo que, por este mismo hecho, lo aliena a no
ser ms que demanda del Otro, ya que es expresada en los
significantes de aqul. Pero es en este mismo lugar del
Otro que el hombrecito encontrar las palabras que darn
cuenta; para l, de la separacin con el Otro primordial, la
madre; de la prdida vivenciada necesariamente como desgarro de l mismo, de su propio yo. Es en el tesoro de los
significantes maternos, en la lengua alemana hablada por
su madre, donde el nieto de Freud encuentra fort y da. Es
en turco, lengua materna de sus padres, que Halil encuentra estos pares de oposicin a l mismo, el bir en relacin
con biri, el jat! que lo aliena mientras se opone a buldu.
Estos dos registros de la lengua indican que hay efectivamente dos operaciones de causacin del sujeto, la alienafcin y lneparicin, y que no es posible separar lo qu no
Fia-aido-prevra-m
-rt e areTiaaciT- - -- - Segn Charles -Fitelii-Ta-n,14 la lengua materna sera
aqulla donde la madre estara prohibida para el nio.
Ahora bien, no haTiiiiijna duda sobre el hecho de que
es en turco donde podra formularse una prohibicin
cualquiera concerniente a la madre de Halil. El padre
habla casi nicamente esta lengua. Los tos del nio,
que tienen un rol importante en las representaciones de
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la madre, que viven en distintos pases de Europa, siguen hablando este idioma, que es entonces el nico
comn a esta familia. Quedo an escptica hoy con respecto al valor que puede tener para la madre la palabra
del padre de Halil, pero es efectivamente en turco que
las madres de esta familia son prohibidas para sus hijos.
El hecho se destaca claramente en lo que concierne a los
dos hermanos de Halil nacidos en Turqua, en la casa
del abuelo paterno.
Charles Melman agrega un reflexin interesante relativa a los problemas con los inmigrantes. En su criterio, cuando la madre no est incluida en la lengua que
habla el nio, habr dos madres en juego: una madre
simblica, la de la lengua que habla el nio, que relega a
la otra a no ser ms que una madre real, no reconocida
como verdadera pariente de su nio. Este mismo fenmeno puede producirse en cuanto al padre. Melman concluye diciendo que hablar una lengua extranjera implica
.una verdadera despersonalizacin para el nio, ya que
tiene que encontrar un nuevo padre y una nueva madre.
De este modo, permitindole a Halil acceder al turco,
no saturaba el lugar de un padre-madre simblico, que
hubiera relegado a sus progenitores al rango de padres
reales.
Aun cuando, en los primeros dos arios del tratamiento, retom a menudo lo que se deca empleando yo misma una palabra en turco, de hecho hemos trabajado
sobre la distancia entre ambas lenguas; no solamente
porque me vea obligada a menudo a pedir la traduccin,
sino tambin - por el hecho de que pronto recurrimos a un
diccionario que tronaba como tercero entre nosotros sobre la mesa. Quizs encarnaba la presencia oscura de la
Sra. Seni, Otro, representante del tesoro de los significantes de la .lengua de los padres. Pero sobre todo, ha
cbrporizado el hecho de que yo crea que los enunciados
de Halil constituan un mensaje, aun si no aprehenda el
sentido y tena que buscarlo. El diccionario representaba 'entonces para el nio lo que faltaba a su analista;
pero tambin el lugar donde las dificultades de traduc47
blar, que las cesuras faltan, que algo queda irremediablemente pegado entre los significantes. Aquello se expresa
clnicamente en el lenguaje llamado "post-autstico"; alguna vez de manera caricatural con los fenmenos llamados de holofrase (una palabra-todo), alguna vez con el
empleo de palabras-signos donde la dimensin del equvoco se encuentra suprimida. Aqullos no funcionan entonces como significantes, ya que no remiten a Miro
significante, y toda posibilidael de representar a un sujeto se encuentra sustrada por este hecho.
Captulo 2
CORTES MUTILANTES Y CORTES
ESTRUCTURANTES
'Entonces Yahv hizo caer sobre el 'nombre un sueo profundo, y el hombre se
durmi. Tom una de sus costillas, y cerr
la carne en este lugar. Luego, de la costilla
que haba salado del hombre, Yahv molde una mujer y la trajo al hombre. Entonces, ste exclam: Aqu est el hueso
de mis huesos y la carne de mi carne. Ser
llamada 'mujer', porque fue extrada del
hombre, sta."1
El sujeto' se funde en una experiencia de corte
Halil, lo hemos visto, plantea una cuestin comparable a
la del nieto de Freud con s carretel. Lacan le da su mareo a propsito de la compulsin a la repeticin.2 Esta repeticin aparece primero, nos dice Lacan, "bajo una forma
que no est clara, qu no es evidente, como una presentificacin en acto". 3 Cuando hable de acto, ser en el sentido
que le otorga Lacan en este seminario: como una pue:ta
en relacin de la repeticin con lo real. Para Lacan, el
acto, con su inistencia repetitiva, no cesa de trabajar
para que algo de lo simblico se articule con un real que
evidentemente an no est tomado.
Lacan otorga a la compulsin de repeticin una fp,nun rol
cin totalmente 'generado?) del, orden . sim.l51ico.
rea-gent e 're hirmaiii7iffdinchis- o, ya que, haciendo del
hombrecillo un sujeto para la muerte, le permite al mismo tiempo advenir al lenguaje. Esto supone que el nio
ha pasado por un momento, traumtico o no, que lo funda como sujeto. En el anlisis que hace de esta famosa
escena del nio con su carr. eflLacan nos proporciona
precisamente su lectura \S-eeste tiempo. A su criterio, el
carretel es una pequea cosa que se desprende del sujeto, siendo, al mismo tiempo, atado todava a l por un
hilo. Es la experiencia de una prdida de una parte de su
propiirdirlib;ifti- -xperiencia de automutilacion. Sin
embargo, la repeticin de la desaparicin dl-gii -iiidre es
causa de la divisin, de la escisin'en el iii6JdT3ji
s el trmino ms us-adb . por Lacan pra traducir
Spaltung. El juego del carretel se acompaa en el nio
de la emisin del O-A, fort-da, una de las primeras oposiciones en el habla que produce. Para Lacan, el significante es la marcapriniera_del_sujeto; por lo tanto, condi:137e que el objeto al cual esta oposicin significante se
aplica en . acto, el carrete, es lo que hay que designar
como sujeto! Y Lacan agrega: "A este objeto le daremos
posteriormente su nombre en el lgebra lacaniana la
a pequea". 4 Esta proposicin paradjica de Lacan puede, ella soja, dar cuenta de la constitucin del sujeto a
partir del objeto cado, 'y 1 coMo- Ipareci en la cura de
FIalil, y tambin en la de otro pequeo autista, Mourad. 5
Continuacin del caso Halil
Antes de abordar la parte del tratamiento de Halil
que transcurre desde sus dos arios hasta sus dos arios y
medio, debo evocar un episodio traumtico que tuvo lugar antes del principio de la cura y que me fue contado
por una educadora, que haba soportado mal la violencia
i lbid., p. 60.
'Vase ms adelante.
- su. nio.
Segunda escena con la soga, un ao ms tarde
Esta hiptesis se encuentra apuntalada por otro
episodio aparentemente similar, pero cuyo efecto fue totalmente diferente. Tuvo lugar un ario ms tarde, en el
contexto de la cura. Haca nueve meses que atenda a
Halil con su madre, tres veces por semana; pero, desde
haca un mes, vena solo en la primera media hora de
una de sus sesiones semanales. En ese entonces ya deca
varias palabras. Nos encontrbamos en la misma habitacin donde haba tenido lugar la escena de la soga.
Surge entonces el episodio siguiente: Halil va a buscar
esa misma soga y pasea, arrastrndola detrs de l, tal
como lo haba hecho en otras oportunidades. En un momento dado, me trae la soga, me pone un rollo de la misma en las manos, dicindome: "Al! al!" en turco, el
imperativo del verbo tomar. Lo tomo entonces, como me
lo pide. Luego, las cosas se precipitan: se va, mientras
tengo todava en la mano el rollito de soga; la soga resiste, y me grita de nuevo: "Al! al!", mientras tira de la
soga. Entonces, aparentemente . se reproducen el mismo
desamparo, el mismo dolor, el mismo sentimiento de
desgarramiento.
55
6 En efecto, Lacan dice explcitamente, en reiteradas oportunidades, que la operacin de frustracin en la cual el nio se imagina
corno perdiendo un objeto real, un pedazo de cuerpo el seno, por
ejemplo es vivida por l como una experiencia de mutilacin, ya
que se trata de un objeto investido como parte de su propio cuerpo;
sin embargo, esta experiencia de prdida va a establecer el orden
,D simblico de los intercambios. Pero har falta que esa perdida
--ir
-felerable para el nio. Vemos aqu como la teora pule-de a
Vnee
s-rvirle de- contexto al analista, permitindole soportar situaciones sextremadamente difciles.
La costilla de Adn
La constitucin de un no-yo, en tanto tiene que ser
arrancado de un gran Todo (de un yo indiferenciado madre-nio), forma la experiencia desgarradora, mutilante,
el dao imaginario por excelencia de todo nio. Este sufrimiento no provoca en los otros nios el grito del
autista. Para cada uno de nosotros, ha cado en el sueo
del olvido, o ha sido ocultado por un dolor de muelas que
obligaba a nuestras madres a mecernos de noche.
Uno de los elementos del mito de Adn, amputado de
su costilla, muestra a las claras que hay escisin; si no
Yahv no hubiera cerrado de vuelta la carne en este lugar. Ahora bien, esta escisin vivida por Adn, y que
permite el surgimiento del sujeto Eva a partir de un objeto a, su costilla, ocurre durante el sueo. Cmo puede
ser que el sufrimiento de la mutilacin haya sido suprimido para Adn? Este sueo sera la metfora de un
olvido, de una represin originaria?
Lacan evoca el .mitl-cre la Enstilla de Adn en su seminario de 19687 para ilustrar la cuestin del rol del objeto a
en el deseo de un hombre para una mujer. Por qu Adn
ha deseado justamente a esta Eva, constituici.-a
n.:a:i)
' .:a-,r..:f,i-r--&_:ifn-fa-lta-en siniSmo? Y Laca" '' retbindenfo-nces la cuesfirn-dt657da a y la gnesis concomitante del sujeto.
Pc,i)
encuentro sorpresivamente con el mismo deseo irresistible de dormir, y me duermo nuevamente! Este nuevo
fading me indic que segua yo ocupando, en la transferencia, al lugar de un Otro que poda ser "borrado".
Recordemos el momento descripto en el captulo anterior donde, en el momento en que estoy a punto de transcribir una sesin, me duermo y sueo que alguien lleva
un objeto frgil, formado de dos partes, una de las cuales,
la inferior, se desata, cae, y se rompe al llegar al suelo. Es
probable que, en el plano transferencial, haya jugado una
rivalidad entre la madre y yo, la analista, que podra
enunciarse como la pregunta sobre cul de las dos tiene la
pertenencia del nio. Pero eso no es lo ms importante.
Dicho sueo deba ser estructuralmente necesario para
que este nio pueda finalmente hablar como sujeto y acceder al estadio del espejo. Si, en el momento mismo en
que el sujeto surge de una palabra, yo viv esta experiencia de fading, es quiz porque alguien tena que ocupar el
lugar de un Otro primordial soportando la privacin, la
prdida de algo. Mi posicin de sujeto tuvo una vacilacin
en este sueo incontenible. En el sueo me encontraba,
como Adn, como quien pierde un pedazo, como quien se
desprende de una parte. No es acaso a partir de este sueo que Halil adquira el valor de objeto precioso, de objeto
a, de parte faltante por lo menos en transferencia
para m, su analista?
Algunos meses ms tarde, redactando un artculo" sobre la secuencia en la cual Halil enuncia yo tomo, me
'El presente captulo retorna, en parte, modificndolo y aumentndolo, el artculo que he publicado bajo el ttulo de : "La infancia y
sus estereotipos en la sintomatologa autstica", en Clinique
mditerranennes, n 13-14, C.I.R.P.C., Univ. de Provence, Aix-enProvence, 1987.
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sala de espera, donde est su madre. No alcanza a hacerlo, y renuncia a su propsito, mientras le pregunto si
tiene miedo de que anne se haya ido como el tacho de
basura que ha alejado. Despus de haber arrancado todava algunos pelos a la mueca, diciendo "tatatatatczta" , viene hacia m y muestra la puerta, detrs de la
cual se encuentra su madre, luego el silln vaco donde
habitualmente se sienta. Finalmente, se instala en el
bao para mirarse en el espejo, hacer muecas y besar la
boca del chico del espejo.
Un rpido repaso de esta sesin muestra que las ausencias reiteradas de la madre, aunque sean cortas, producen varios efectos El nio nombra a su madre y su
ausencia (anne gitti-mam ida) y muestra su silln vaco,
como tambin la puerta, lugar donde la haba dejado.
Efecta tambin un corte, arrancndole parte de los pelos
a la mueca, llamada en la ocasin tata. Contrariamente
a la madre, que lo soporta muy mal, este hecho de arrancar los pelos me recuerda lo que Lacan haba dicho de los
cortadores de trenza en China: este acto, segn l, era
una tentativa de producir una marca en un Otro que no
asume simblicamente su castracin. La sesin que sigue
es la de la soga en la cual dir "Yo he mordido."
Fragmentos de la sesin siguiente a la de la soga
En la primera parte de esta sesin, mientras no est
con su madre, Halil me alcanza la serpiente hecha pedazos, mientras dice "tata". Luego, nuevamente, arranca
10 Muy a menudo, padres de nios autistas que han sido sometidos muy tempranamente a un anlisis solos, mientras ellos mismos
esperaban detrs de una puerta cerrada, ine han contado no Solamente su sufrimiento, sino tambin su sentimiento de incapacidad
radical para ocuparse de su nio y, consecuentemente, su obligacin
de confiar en alguien que se supone ms competente que ellos, que
esta puerta cerrada materializaba.
0
63
"Se trata aqu del Otro simblico con respecto al cual se suele
olvidar que tiene una dimensin encarnada, el pariente en general.
4
la clnica ms cotidiana, y Kanner la ha descripto. Ahora bien, sabernos que impedirle tomar esa mano no conduce a nada, sino a gritos, o bien a un repliegue
autstico. Se trata de una frustracin intolerable.
Pero, qu es lo que explica que en la ltima sesin
descripta, hayamos podido pasar de un registro de la
frustracin donde el objeto con el cual se priva al nio
es real, o sea que equivale a un pedazo de su propio
cuerpo, a un registro donde la frustracin pasa a ser
soportable? Todo ocurre comoksi el analista se hubiera
transformado en un ser que tiene una realidad, y que
puede reemplazar aquello con lo cual lo priva de otros
objetos que constituyen marcas de amor, palabras. Reconocemos aqu la dialctica desarrollada por Lacan en
su seminario sobre La Relacin de objeto.' 2 Trata justamente del pasaje de una frustracln,yivenciada como
mutilante,. a un segundo registro donde el objeto .sobre
raiil se ejerce ha pasado a ser un objeto -SifriblicJ,
marca d amor Esto supone que el nio ha efectuado
un pasaje desde una representacin muy parcial de la
funcin materna la d una pura escansin presenciasenCia- al reconocimiento de la existencia de la
aTumadre. Es entonces cuando lo que ella da, o lo cHie- iid
da no es nicamente objeto de-la. iledeidaers-iho. O[iiideviene signo de prinr. Estamos aqu en el registro del
Qu es lo que habr impedido a Halil acceder ms
temprano a este registro? Recordemos que su madre soporta,inuy_mal.toda manifestacin de oralidad que no se?
relacione con la necesidad Que una: idadr-Proliffia"-rilar"`
cirdral de su nio es un hecho comn. Pero la madre de
Halil se encontraba remitida al horror de un goce que ya
no tendra final; es lo que expresa frecuentemente con
esta frase: "Silo dejo, eso no se va detener mas." No estaba del todo equivocada, ya que ms all de la satisfaccin
de la necesidad, la demanda es demanda de amor. Entre
la necesidad y la demanda, el deseo es indestructible-1)71ra
demanda impbible desatisfacer. Ahora bien, es la demanda que era insostenible para esta madre pero en
ese momento y pra ese nio, ya que nada indica que procediera de la misma manera con sus otros hijos. Era como
si Halil pudiera situarse frente a ella nicamente en el
nivel de la necesidad vital, o sea, en una dimensin de
puro real. Durante mucho tiempo, cuando su nio presentaba un signo cualquiera de sufrimiento, de malestar, o
bien cuando manifestaba su bronca cuando algo le haca
falta, ella se levantaba, llenaba un vaso de agua, se lo
haca tomar; y l tragaba.
El trabajo que hemos llevado a cabo ha consistido sobre todo en ofrecer a Hall un ms all de la satisfaccin,
de la necesidad. Pdo percibirla diversin y el placer
que irie-Proil.u.Ca, cuando se puso a traducir, por ejemplo. Pienso que en ese momento recibi una mirada que
le permiti constituirse como deseable, mirada con Ta
cul 'su madre poco a poco se ha identifi.clo.
" 'El- analista pas a ser un" Otro capaz de ofrecer una
experiencia de satisfaccin, superando el cuadro estricto
de la necesidad. Halil pudo entonces aceptar reconocer a
su analista en su realidad, o sea, admitir que pudiera
darle otra cosa a cambio de aquello con lo cual lo frustraba.
Llegado a este punto, persiste una dificultad. Cuando
el nio descubre la existencia de este otro dador de lo
que pide, este Otro pasa a ser todopoderoso a los ojos del
nio. Busca entonces la falla, la falta en el Otro, aunque
sea para poder amarlo o ser arriado. Si en el amor, se da
lo que no se tiene, de todos modos habr que tener el
sentimiento de darlo a alguien que carece, aunque sea,
un poquito del mismo. Lacan dice que hay dos categoras
de seres incapaces de amar, el rico y el santo, ya que
estn tan llenos que no pueden ofrecer sino lo que tie66
"J. Lacan, Le Sminaire, hure VIII, Le Transfert (1960-61), Pars, Seuil, 1991.
67
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Captulo 3
RECONOCIMIENTt DE UNA FALTA EN LA
MADRE Y APERTURA DE UN ESPACIO
IMAGINARIO EN EL NIO
'Comparto con otros autores la idea de que los tropiezos de estructura que presenta el autismo no son necesariamente los de la
psicosis.
'S. Freud, La Naissance de la psychanalyse, tr. fr. A. Berman,
Pars, PUF, 1979, pp. 153-160.
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SP(WZ)'
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XX
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74
Halil. Y es en m que este trabajo de ponerla en representacin debe ponerse en marcha.Puse un vendaje al dedo de Han.. Retorn el trabajo
con su madre. El vendaje le molesta; lo arranca, muestra su dolor, y, por primera vez, va a buscar -refugio y
consuelo en los brazos de su madre; entre los cuales se
duerme. Durante el sueo del nio, la madre me habla
de su nica hija, muerta a la edad de un mes. Ella asocia
con el hecho de que ella misno, la segunda entre cuatro
hijos, es la nica hija mujer, situacin que siempre le
result penosa, Nunca me haba hablado espontneamente de su hija muerta, ni de su lugar en tanto hija. Y
aqu, mientras sil hijo con el dedo lastimado suea entre
sus brazos, me relata este pasado. Es la primera vez que
puede evocar algo del orden de una herida en ella.
Qu habr pasado entre nosotras dos, mujeres, la
madre y la analista, para que tal cambio pueda advenir?
Pienso que es dentro de una relacin especular conmigoquien-haba-debido-soportar-tener-este-beb-herido,
que puede ahora enfrentar su propia herida.
Mientras dorma entre los brazos de su madre, Halil
debi soar, porque se despert radiante y transformado. Este nio presentaba a menudo extraos accesos de
sopor de los cuales sala dificultosamente, y que desaparecieron completamente despus de esta sesin.
Halil nombra la falta por primera vez
Al da siguiente, en la parte de la sesin sin su madre,
Halil manifiesta de nuevo inters por el espacio vaco que
se encuentra detrs de su silln de respaldo alto. Lo mira
como si se tratara de un abismo fascinante y terrorfico.
Trataba desde hace un tiempo de colmarlo, sea fingiendo
arrojarse l mismo, sea tirando lpices de color, pero en
vano. Ahora bien, ese da, proyecta en dicho espacio una
palabra. Es incluso un fragmento de cadena significante:
"Al lamba!" Luego agrega: "Yok, o yok." Al lamba puede
traducirse literalmente por: tom lmpara.
75
8114. Parman nota que yok,o yok puede ser traducido por "ausente, l est ausente", la "o" siendo "l" o "ella".
9.11,2 es "nosotros" y bize es "a nosotros".
una de sus agujas estaba rota. Lo hace aparecer y desaparecer, diciendo: "Dede" (Papi). Luego organiza una
especie de juego de la sortija, bastante complejo, dndonos
sucesivamente a su madre y a m una sortija y diciendo:
Es dede". Luego, muestra las rodillas de su madre y le
dice en turco, muy tiernamente: "Ha llegado, el pequeo
nio ha llegado."
Vuelve a bajar, se dirige al placard dm-1de toma un
pequeo libro, al dorso del cual estn dibujados una cantidad de minsculos pequeos personajes. Los muestra
a su madre, enunciando sin interrupcin: "Dedel, dede,
dede, dede, a vi dede, pati dede".
Este dede me recuerda al abuelo paterno, en cuya
casa haba vivido la madre con sus dos primeros hijos,
mientras su marido haba viajado solo a Francia para
trabajar. Recordemos que, segn la madre, Halil, fue
concebido mientras su marido atravesaba un perodo
depresivo como consecuencia de la muerte de su propio
padre.
Mientras pienso en todo eso, Halil se ha subido nuevamente a la falda de su madre. Me doy cuenta de que
trata de levantar su pauelo que, como buena musulmana tradicionalista, lleva muy apretado a su cabeza. Y
me escucho decir en lugar del nio: "Anne, tiene pelos?".
Frente a mi asombro, la madre me contesta: "No,
poquito, no mucho, se han cado todos! Antes de Halil,
tena, pero no despus. Mi marido dice que le gustara
que tuviera. Pero yo digo, para qu?"
A la sesin siguiente, como hablamos de la sesin anterior, ella se quita el pauelo, mostrando una pelada
muy importante. Halil, mientras juega con la serpiente
desmontable, proclama: "flan gzel" (Serpiente linda).
Su madre acepta consultar por su pelada y, algunas
semanas ms tarde, el nio, encontrndose otra vez con
la serpiente, dice en turco: "Quiero serpiente... quiero mi
mam."
Es evidente que a lo largo de las sesiones, gracias a
los juegos y las palabras, se han tejido relaciones imagi82
sin) contra el recuerdo de huellas mnmicas o percepciones dolorosas provenientes del mundo exterior. Estas
conductas no tienen (o ya no tienen) un alcance de acto,
no llevan a la puesta en escena, a la representacin de la
ausencia. El material clnico del cual disponemos permite
pensar que las gesticulaciones automticas han sido, en
su origen, del orden de un acto. Las estereotipias seran
las ruinas de este acto." Volveremos a encontrarnos con
Halil en el captulo 9.
Captulo 4
EL CASO MOURAD
86
tren de plstico que no puede enganchar, y como manifiesta signos de nerviosismo, le digo: `Ayeres que los
pongamos juntos, Amar? Esta vez, escucho mi lapsus; y
me dirijo a la madre para hacrselo notar; ella me seala que es la segunda vez que me pasa. Y ya que cometa el
mismo lapsus por tercera vez, comento: "A Amar; 120 podra hablarle en francs; si estuviera aqu, debera hablarle en el idioma de los Cabilas".
A una pregunta ma sobre un parecido eventual entre
los dos hermanos, la madre me dontesta que, en efecto, los
dos nios se parecen mucho, pero que uno tiene el pelo
negro mientras que el otro lo tiene castao. Mientras ella
habla, Mourad la mira sonriendo. Digo entonces al nio
que para la Sra. Laznik sera mucho ms fcil si Amar
hubiera estado aqu; uno estara en el consultorio, y el
otro en la sala de espera, y no los mezclara todo el tiempo
en mi cabeza. Mientras hablo, Mourad mira a su madre
muy atentamente, y luego vuelve a toquetear el tren.
Como s que el padre de ella haba sido jefe de estacin en
su pueblo, le pregunto cmo se dice tren en "kabyle"; me
contesta, pero es incapaz de escribir la palabra. Me explica que Argelia se opone a la escritura de la lengua de los
Cabilas, que est prohibida su enseanza, y que el racismo de los rabes contra los Cabilas es extremadamente
violento. En este momento, Mourad se pone a llorar y a
gritar muy fuerte; es simplemente porque los vagones
del tren se han separado nuevamente?
Ya que l hace rodar un pequeo coche hacia una caravana voluminosa cuyas puertas se abren, trato de
verbalizar las relaciones entre una mam-coche, un beb-coche y un pap-tren. Pero esta propuesta sobre escenarios fantasmticos, que, a menudo, tiene efectos
sobre nios pequeos, deja a Mourad en la indiferencia
ms absoluta.' Volver sin embargo sobre lo mismo en
'Propuesta introducida por Melanie Klein con el "caso Dick". Vase "L'importance de la formation du symbole dans le dveloppement
du moi", en Essais de psychanalyse, tr. fr. M. Derrida, Pars, Payot,
1968, pp. 263-278.
87
mentario sobre el hecho de que no estar con su hijo mayor, que no ve desde hace ms de tres arios. Releyendo
las notas de esta entrevista, pienso que me toca a m
manifestar inters por su hijo mayor y por la lengua de
los Cabilas, lengua que sin embargo ha hablado toda la
vida.
Segunda semana de septiembrek
Mourad va a buscar el coche pequeo, y su madre
recuerda con placer que hay una mam-caravana, el
pap-tren y el beb-coche. El no manifiesta inters por
lo que decimos. En cambio, cuando introduce el bebcoche en la caravana, emite un ou ou ou prolongado,
luego sigue el ruido de un beso, que no est dirigido a
nadie. Esta serie de vocales le es propia, y su madre la
considera como un ruido que no quiere decir nada. Sin
embargo, en este contexto, me parece escuchar el resto
de un mensaje que habra perdido su direccin. Pregunto entonces a la madre: cmo se dice beso en el
idioma de los Cabilas? "Azouzena" me contesta. Mientras hablamos, Mourad trae el beb-coche diciendo
nuevamente: "Ou ou ou." Le pregunto a quin llama, y
le propongo varios nombres; pero es como si no escuchara nada. Parece triste, suspira, esconde sus ojos.
Hace de vuelta el ruido de un beso. La madre dice que
es a partir de la tarde de ayer que empez con los ruidos de besos.
Mourad sigue haciendo rodar' el coche-beb, primero
en la caravana-mam, luego sobre la mesa, desde donde
se cae. La madre exclama: "Ah s! Beb-coche se ha
cado!". En este momento, Mourad se sonre verdaderamente; el mensaje parece haber sido recibido. Le pregunto a la madre cmo se dice beb en el idioma de los
Cabilas; me explica que se dice a menudo ami, una palabra que sera como mi pequeo (de hecho, parece ms
cercano a un a m). De repente, le pide a su hijo que
89
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Comentarios
Cuando la madre se queja de su dolor de muela, y me
dice que se la van a sacar, pienso en seguida en la sesin anterior en la cual ella me explic cmo le haban
quitado a su hijo mayor. Con el mismo tono desafectado, incapaz de expresar dolor, me cont la historia
siguiente: segn la tradicin, su padre le haba elegido
un marido, un primo hermano.,Un nio haba nacido;
pero como el casamiento haba frcasado, su padre exigi
que se divorciara y decidi que, en cambio, la familia
del ex-marido, guardara al nio. Las cosas concluyeron de esta manera, sin que la madre tuviera la posibilidad de protestar. Vivi dos aos con su padre, no muy
lejos del pueblo donde estaba su hijo, pero sin poder
volver a verlo, salvo en la vspera de su partida a Ft-al cia, despus de haberse vuelto a casar con otro primo
hermano. Cmo aqul viva en Francia, tena que dejar
a Cabilia para seguirlo. Una sola marca de emocin
apareci a manera de puntuacin de este relato casi
impersonal: "No puedo tenerle rencor a mi padre, haba dado su palabra!"
Agreg tambin que, habindose encontrado bastante
sola en Pars, iba por las calles sin rumbo determinado,
en aparentes paseos que la llevaban a menudo a la explanada de la Dfense. Como relataba aquello en la primera persona del singular, me llev cierto tiempo entender que Mourad la acompaaba en su cochecito, en el
curso de sus errancias. Se me ocurri entonces la idea de
que quiz no le hablaba. De hecho, durante nuestras
primeras entrevistas, no le diriga espontneamente la
palabra, ni siquiera en el francs que ella deca que empleaba con l. En mis notas de esa poca, he consignado:
"Parece una relacin en la cual se hubiera cortado el sonido."
Hoy, seis aos ms tarde, me pregunto si, durante
esos paseos, esta mujer no persegua, en efecto, un soliloquio interior; de aquellos en los cuales solamente los
labios se mueven, sin que salga ningn sonido.
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Lo que me permite formular esta hiptesis es un escenario que su hijo, que ahora tiene ocho aos, ha pedido
representar en varias oportunidades estos ltimos tiempos. Tengo el rol de una presentadora de televisin que
relata una pelcula a telespectadores que, evidentemente no ve, pero a los cuales ella dirige una sonrisa de circunstancia. Lo importante, me explica, es que tiene que
hablar en un micrfono cuyo sonido ha sido cortado.
Mourad es un buen director, y me da indicaciones detalladas sobre la manera en que debo actuar. Si intento
mover lentamente los labios para que pueda leer en ellos
palabras, se pone furioso, y me explica que tengo que
mover los labios de tal manera que el espectador no pueda saber nada al respecto. Existe una varianteS a este
juego: debo ser una miss, que pasea de ,derecha a izquierda, dirigiendo esta misma sonrisa rgida a un pblico que ella sigue sin poder ver. El juega el papel del
pblico. No puede decirme qu le hizo pensar en tales
escenas, pero experimenta una satisfaccin autista con
el hecho de que pudiramos representarlas de la manera
ms ajustada posible.
Volvamos al pequeo nio autista que Mourad era
hace seis' aos atrs y a lo que su madre consideraba
como gritos de ruidos autistas podramos decir,
aunque el nombi e no estuviera pronunciado. Cuando
releo las notas concernientes a la segunda sesin de septiembre expuesta anteriormente, me reencuentro con
toda mi perplejidad frente a los enunciados del nio.
Hicieron falta varios meses de labor para que la lectura
que sigue fuera posible para nosotras.2
En lo que se refiere al ou ou ou prolongado, me enter
ms adelante de que un beso en "kabyle" se ,dice
azouzena, un besote se dice azouzou.
'Digo aqu "nosotras" ya que la Dra. Martine Bey, nuestra observadora, tuvo un rol muy activo en el trabajo de desciframiento de las
notas tomadas en sesin.
92
sus rodillas, le toca el pecho, me contesta, esta vez tambin, que ella no sabe, que eso no quiere decir nada.
Agrega que ha pasado todo el da de ayer repitiendo:
"Neu neu neu", pero que tampoco se entiende a qu puede remitir.
Ms tarde, en la misma sesin, Mourad parece salir
nuevamente un poco de su repliegue autista cuando lo
llamo, a propsito, por el nombre de su hermano, al no
haber obtenido ninguna reaccin con su propio nombre.
Quince das ms tarde
En un momento en el cual se encuentra particularmente replegado y ausente, acostado debajo de la mesa,
lo miro dicindole: "Oh, pero es Mourad A. que se encuentra aqu!". Ya que no parece registrar el sonido de
mi voz, digo: "Entonces, es Amar que est aqu. Dnde
ests Amar?". Entonces se levanta y, con los ojos cerrados, los brazos tendidos hacia adelante, como un ciego,
avanza hacia m, hasta tocarme. Por primera vez, este
nio contesta a un llamado! Por suerte, la Dra. Bey,
nuestra observadora, est presente, si no, hubiera credo que soaba.
Sesin siguiente
La madre llega muy conmovida por los acontecimientos concernientes a Argelia de los cuales la prensa se
hace eco.. Ha habido todava manifestaciones, y ella
teme que se produzcan represalias contra los Cabilas. Se
pone a hablar espontneamente de Amar. Cuenta su primer encuentro con l, despus de la separacin: "Lo vi
un mes despus, estaba muy flaco, estaba triste, pero
haba aceptado, me habl amablemente. Luego, lo vi solamente,una vez, antes de mi partida hacia Francia."
Por primera vez, se queja de que su marido no quiere
volver nunca ms a Cabilia.
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Algunos das ms tarde, en ocasin de un nuevo lapsus de mi parte, lo que me obliga a reconocer una vez
ms de qu manera los hermanos se confundan en mi
mente, la madre podr decirme, finalmente, que durante varios meses haba tomado a Mourad por Amar.
Durante toda la primera parte del tratamiento, que
llamo la prehistoria de Mourad, nada de lo que le deca
que lo involucraba personalmente pareca atravesar el
muro de su sordera, ni inclusive su nombre. Sin embargo, justamente cuando me encontraba en algo que concerna a acontecimientos no simbolizados en la madre
y la prdida de Amar era un ejemplo tpico sala de
su mundo amurallado y clavaba sus ojos en mis labios.
71 lector habr encontrado seguramente llamativo
qu, la madre ya no supiera el significado de boubou, una
semana despus de que ella misma diera su traduccin.
En la lectura, efectivamente, salta a la vista. Pero tenemos que constatar forzosamente que el enunciado de un
nio autista tiene este efecto caracterstico de inducir a
pensar que no es portador de ningn mensaje. "Eso no
quiere-decir nada" repite la madre, en el mismo momento en que su hijo, arriba de sus rodillas, le toca precisamente el pecho. Pero debemos notar que una represin
parecida se produce en el analista. Para la observadora,
ms alejada de los efectos transferenciales, la escena
pareca aun ms sorprendente por el hecho de que ella
poda ver, desde el lugar en el cual se encontraba, que el
nio, que acababa de colocar su pequeo coche en el armario, miraba al bibern mientras enunciaba boubou.
Slo ms tarde, despus de haber reledo las notas de las
sesiones, nos percatamos de que, una semana antes, el
nio haba enunciado ya este significante boubou y que
la madre haba ya contestado que eso no quera decir
nada. Consultamos el diccionario, que nos ense que
eso significaba tambin zizi. Polisemia que recuerda la
ecuacin simblica de Freud: pecho-pene-heces...
La palabra boubou en este nio autista es un
significante? Tena para l un valor polismico? Puedo
96
responder afirmativamente con la condicin de anticiparme a lo que sigue, o sea, relatando una escena que
tuvo lugar un mes ms tarde. El Dr. Brouti 4, que es ala
vez el consultor y el director del centro, le presta un da
su estilogrfica Bic. Mourad la pone en el Placard, en la
casa-coche, un poco en todos lados. El capuchn se cae,
hecho del cual no me percato. El nio entra en una situacin de gran desamparo y grita: "Boubou!" Le doy el
bibern, pero en vano. Como reitera el grito, esta vez
llamando: "Mam! boubou!", terminamos entendiendo;
y su madre es la que encuentra el capuchn perdido.
Mourad est radiante de felicidad.
Nuestros descubrimientos relativos a la polisemia de boubou nos llevaron a buscar en el diccionario si neu
neu neu no tena tambin una significacin, ya que adems esta serie fonemtica volva casi en cada sesin, y
la madre deca que la repeta a veces a lo largo de todo
el da. Descubrimos que nau se traduce por triste, y que
neuneu anei poda escucharse como cada, cae. El diccionario incluso brindaba un ejemplo que fue muy "hablado" para la madre: "Wik- yess nej;nin?"(Quin te
puso triste?).5 Haba escuchado a menudo e incluso
empleado esta frase. Ahora bien, este neu neu surga
siempre qui Mourad tena momentos de tristeza, de
abatimiento.
Durante este perodo "prehistrico", Mourad, como
los otros nios autistas, no peda nada, no llamaba.
Cuando necesitaba algo, tomaba la mano de su madre,
que funcionaba entonces, evidentemente, como una prolongacin de su propio cuerpo. En mi consultorio haba
un bario. Mourad se serva de la mano de su madre cuan-
97
98
'S. Freud, Inhibition, symptme et angoisse, tr. fr. Ni. Tort, Pars,
PUF, 1968, p.10.
7Ibid., p. 53 y ss.
101.
indica que se trata de algo del mismo orden a la prdida del pecho materno en el momento del destete. Segn
l, el nacimiento representara una castracin para la
madre, ya que el nio sera para ella el equivalente del
falo. Esta experiencia, traumtica para la madre, constituira un smbolo de separacin. Freud subraya que,
para el nio, el nacimiento no est vivido subjetivamente como, separacin de la madre, ya que aqulla es,
en tanto objeto, .completamente desconocida por el feto
(ntegramente narcisista piensa Freud). En el estado de
desamparo (Hilflosigkeit), la angustia estara ligada,
para el beb, a la ausencia del objeto. Esta angustia sera similar a la angustia de castracin en que este objeto, tenido en gran estima, es vivido como una parte de su
yo de la cual el nio se siente separado. Segn el texto
freudiano, el trauma primordial se relaciona entonces
con una experiencia de prdida de una parte despegable
vivida como perteneciendo al yo.
La divisin como necesaria a la constitucin del sujeto
en Lacan
Lacan, lo hemos visto, concibe, por su lado, la divisin
ola escisin del sujeto como instaurndose a partir de la
identificacin del sujeto a una parte perdida. Desde un
gran Todo primordial cae una parte despegable; es a
partir de all que se origina el sujeto deseante.
Es a propsito de la circuncisin que Lacan, en su seminario de la angustia, hace del pequeo pedazo de cuerpo que cae el prototipo del objeto a. Si la circuncisin es
un modelo de este corte, no es el nico. Para l como para
Freud, el corte que el nacimiento instaura no es la separacin entre el nio y su madre. Desde este punto de vista, Lacan observa que el corte ocurrira ms bien entre el
nio y la envoltura placentaria cuyo origen embriolgico
atestigua que es un tejido de la misma naturaleza que el
nio mismo. Esta primera separacin con una parte
destacable no instaura sin embargo un sujeto.
102
Lacan investiga tambin del lado del pecho. Se pregunta de qu lado se encuentra el corte: entre la madre
y el pecho, o entre el nio y el pecho? El destete no es el
desencadenante del proceso de subjetivizacin, sino ms
bien la prueba de autonzutiiacin: el juego del carretel
con el fort-da constituye el ejemplo princeps; es el momento de la separacin sujeto/objeto y el acceso a lo simblico, al lenguaje.
El autismo nos confronta con un sujeto mtico, ya que
no existe todava, ni siquiera n tanto sujeto del enunciado. Se trata entonces de una clnica que permite asistir al proceso de subjetiyizacin en tanto tal. .
- Segn Lacan, es en el lugar mismo de este objeto cado
que el nio podr ulteriormente designarse como sujeto.s
Ahora bien, el objeto cado no puede representar al sujeto
sin la condicin de que est investido libidinalmente, o
sea, no ser puro residuo. En mi opinin, es lo que llamo el
rol fundador de la mirada del Otro primordial que permite que el nio sea un objeto de investidura libidinal.9
Este objeto a, lo recordamos, no es especularizable; es
justamente lo que el nio no encuentra en la imagen de su
cuerpo. Es nicamente a travs de la mirada del Otro real
que el nio puede reencontrar. su propio valor de objeto
CauSa de deseo.1 Volveremos a encontrar en la clnica
esta . articulacin entre, por un lado, el .episodio traumtico que introduce un corte en el gran Todo primordial y,
por -el otro lado; la constitucin de un objeto cadej.pero
marcado por T investidura libidinal,
103
105
106
plazado por el siguiente, al que le daban el mismo nombre. Tenamos entonces que calcular por partida doble
una Lela viva, pero Que reemplazaba a una muerta?
Este sistema volva en todo caso- nula a la falta, y haca
un recuento imposible. Por este hecho, la madre de
Mourad no saba si era la tercera o la cuarta nia de su;
madre.
Si el corte vivido por Mourad en la ltima sesin
antes de las vacaciones de Navidad haba inscripto un
traumatismo en el sentido freudiano de un smbolo
necesario que debe ser creado de todos modos, no es
solamente porque el nio hubiera podido vivir, paralelamente con su analista, la experiencia de una puesta
en acto de la cada de una parte eminentemente muy
valiosa, lo que he llamado el juego del brbk; sino tambin gracias al trabajo efectuado por la madre, en la
sesin anterior, en particular en relacin con su capacidad de poder nombrar lo que haba perdido ms all de
su nio en el divorcio de su primer marido. Aqul presentaba episodios delirantes por los cuales haba sido
hospitalizado, antes incluso de Su casamiento. La familia de la madre haba sido aparentemente engaada
sobre sus condiciones. El padre de sta haba querido
efectuar la anulacin del matrimonio antes de que estuviera embarazada de Amar; ella fue la que se neg,
pensando que era capaz de curar a su marido y sintindose ms libre en el pueblo de Su familia poltica que
encerrada en la casa de su padre. Pero lo que poda entenderse sin que ella misma lo formulase claramente,
era la fascinacin que este hombre, incluso su enfermedad, haba ejercido sobre ella. El hecho es que se senta
muy cerca d l, lo que no parece haber sido del agrado de su suegra. Aqulla habra negociado la separacin de la pareja, tomando como pretexto un nuevo episodio delirante del hijo. Habra incluso prohibido el acceso a su casa a su ex-nuera, que no pudo ni siquiera ir
a visitar a su hijo.
Estos elementos explican quiz mejor los eventuales
celos de parte del padre de Mourad hacia su primer ma107
rido, celos cuya evocacin haban desencadenado los gritos alrededor de la canilla.
Gracias a la restauracin de su lengua materna, y por
eso mismo, de sus recuerdos, recuerdos de lo que poda
haber causado su deseo, esta mujer pudo, dirigindose a
su hijo, revelarse como una mam marcada por la prdida. De ese modo, empez a salir de su falta de falta, lo
que destap la situacin. La teora del lugar estructural
de la falta como constitutivo del deseo es uno de los
aportes lacanianos tiles para trabajar la clnica del
autismo.
El circuito pulsional
En la escena del brbh, el nio llegaba en tanto objeto
dejarse
caer, para que otro su analista en este caso
a
fuese el sujeto de este dejarse caer ("me mostrs que te
dejo caer" le dije). Y la irrupcin de la risa que compartamos juntos indicaba que nos encontrbamos, ya no en
el registro del principio de placer, en tanto displacer evidente (lo que en los autistas es siempre muy cercano a la
homeostasis), sino en el del goce."
En el mismo perodo y de mai.3ra paralela, Mourad
construy con su madre un espacio para el juego del eso
quema. Este juego, ntegramente en el idioma de los
Cabilas, se construy a medida que se producan
reencuentros con las frases escuchadas por su madre en
su propia infancia. Mourad acerca su dedo a la lmpara
que est encendida a riesgo de quemarse; la madre acude gritando: "Cuidado! Est caliente! Est caliente!
109
Captulo 5
LOS NO DEL PADRE
Mourad y la marioneta
Volvamos sobre la escena que Mourad me pidi jugar al
principio del mes de enero. Como recordaremos, me
acerca una marioneta que representa a un animal peludo, de boca grande que se abre y se cierra y que llama ira
irn. Se ubica en el placard agarrando la mano de su madre. Esta debe tratar de alcanzarlo en el placard, mientras la marioneta debe hablar con voz gruesa y mon- er
las manos reunidas de la madre y del nio. Me desori
t percibir que cuando la gran boca de la bestia morda
las manos lo que produca el efecto de separarlas el
nio no manifestaba ninguna angustia..A1 contrario, se
pona muy contento y me peda volver a empezar. Mi
perplejidad aument vindolo besar a la bestia cuando
sali del placard. En las sesiones siguientes, pidi volver
a jugar la misma escena, y me agradeci con un beso.
Todo eso no era entonces nada fortuito, pero constitua
ms bien un intento de poner en escena la separacin.
Ms exactamente, la escena representaba la representacin de este corte.' Como si lo real para Mourad no pu-
11
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114
dedura de izim, el len, sera entonces como una sustitucin metafrica del agujero. Hablo del agujero de lo real,
en tanto vaco de toda representacin. El recinto de los
dientes que, como seala Lacan, vuelve tan frecuentemente en el relato de Hornero, no es solamente el agente
de una mordedura; produce tambin un corte, delimita
una estructura de borde que circunscribe el agujero.' La
ausencia de angustia, as orno el amor dirigido al animal que muerde, indicara que el len es un verdadero
hallazgo frente .al peligro del devorar materno al cual
sustituye. metafricamente.
El paralelo entre Mourad y Juanito puede extenderse,
ya .que el animal que muerde, sustituto paterno, suple
una carencia del padre real, Por otro lado, la mordedura,
en ambos casos, cualesquiera fueren las diferencias, se
articula a la cuestin de la cada. Para Ju -mito, la cada se relaciona con su fantasma "de ser dejado atrs, de
que se lo deja caer" Segn Lacan, el fantasma de la
mordedura surge cuando falta el amor de la madre; en
este caso, la reaccin del nio es morder, caerse y rodar
por el suelo. Juanito teme que el caballo se caiga, siente
que se lo deja de lado, ya que todo es para su hermana
Anna.
Siempre a propsito de Juanito, Lacan muestra que
la mordedura y la cada constituyen un elemento
significante desde dos aspectos: Hay ambivalencia: esta
cada.), esta mordedura no son solamente temidas, son
tambin deseadas." Lacan subraya, por otro lado, una
dimensin positiva de la mordedura: no se tiene ganas
de morder, de comer. lo que no es ms que un residuo;
imaginar que se le puede morder el pene restablece simultneamente su valor flico para Juanito. Mourad, no
119
A partir de este no del padre, en las sesiones siguientes tiene lugar un juego: El nio acerca la plastilina a Su
boca mirndonos, y basta que le digamos: "Qu dijo
pap? Ha dicho que no!" para que la saque con una
amplia sonrisa. Eso no le impide repetir el mismo manejo algunos instantes ms tarde. Nos encontramos entonces todos sometidos a esta palabra del padre Mourad,
porque obedece, aunque sea temporariamente; y la madre y yo, porque nos hemos vuelto ahora mediadoras de
esa palabra paterna. En este caso preciso, fue necesario
que el padre sostuviera realmente la prohibicin, la
cual, tomemos nota, se refera a la esfera oral.
Las sesiones siguientes son montonas. Con excepcin de los juegos reiterativos sobre las prohibiciones,
tengo la sensacin de que estamos estancados. Los llamados antes esbozados han desaparecido, y con ellos, la
esperanza de su analista de escuchar a Mourad hablar
algn da. Por ms que sepamos que la cura no viene
sino por aadidura, con autistas muy pequeos nos quedamos, a veces, con el deseo de escucharlos finalmente
hablar. El analista tiene que hacer un trabajo de duelo
por su omnipotencia, duelo que tuve que volver a trabajar en el caso de Mourad a partir del anlisis de un sueo que tuve a fines de marzo.
Este sueo es el siguiente: Veo a nios en cochecitos
de bebs. Tienen los brazos y el cuerpo tomados en yesos
blancos, rgidos, como aquellos que se ponen a los grandes incapacitados mltiples. Me inclino, y hablo al odo
de uno de ellos que me parece un nio muy pequeo. Me
contesta hablndome fluidamente. Pienso en este momento en el sueo que habra empezado a hablar antes
de caminar, lo que no es la ley natural.
Me despierto entonces con el sentimiento extrao de
haber tenido un sueo megalomanaco. Asocio los nios
en los yesos con aquellos de los cuales me hablaron en
una institucin para retardados profundos donde expuse
recientemente. Habr visto cochecitos parecidos en el
hall de entrada. En este centro, hay tambin algunos
autistas adolescentes que, a los ojos de los miembros del
120
"Ms tarde, trabajando el seminario que Lacan titul 'Les nondupes errent"seminario indito, clase del 19 de marzo de 1974-encontr un pasaje que corrobora lo que la clnica de Mourad me
haba enseado. Lacan pone en perspectiva la cuestin del Nombredel-padre con la del no del padre, o sea de su palabra en tanto agente de prohibicin. Interrogndose sobre lo que puede ser el nombre
del padre, piensa que la cuestin no puede ser abordada
frontalmente; de modo que se propone "mostrar de qu modo se puede negociar este nombre". Recuerda que es raro que el nombre del
padre no sea por lo menos reprimido, cuando no directamente
forcluido. Cmo iiortar este nombre? se pregunta Lacan. Nos da
una condicin necesaria, pero no suficiente: conviene que la que encama al Otro, la madre, traduzca este nombre por un no, "justamente el no que dice el padre y que nos Introduce al fundamento de la
negacin". Se trata del no de la prohibicin, del cual, en el mejor de
los casos, la madre quiere constituirse en el portavoz. Si aquello no
es suficiente para introducir al sujeto a la plena dimensin del Nombre- del-Padre, es porque hay que agregar un tercer tiempo, del cual
hablbamos anteriormente, el de un padre capaz de satisfacer a la
madre.
123
"Estamos aqu en el nivel de la pulsin. Mourad provoca la prohibicin, pide ser golpeado y escruta en su padre, figura del Otro
para l, la aparicin de la bronca, que me parece una de las formas
ms palpables del goce del Otro.
"S. Prokhoris, Le Pre, Pars, Denol, col L'Espace analytique,
1989, pp. 183-195.
"Ibid., p.188.
124
Captulo 6
CUANDO YO ES UN OTRO,
T NO PUEDE ADVENIR YO
126
'Voluntariamente aslo aqu, cada vez, el pronombre del conjunto de la frase. Sin duda, Kanner hubiera considerado que el enunciado entero constitua una ecolalia diferida, o sea, el simple retomar
el enunciado del Otro, tal cual. Esto nos introduce a la cuestin del
enunciado como un todo sin cesura, como una holofrase. Consagraremos una parte del captulo 9 a esta cuestin.
133
Enero
Vale la pena subrayar un segundo rasgo en el discurso de Mourad: que puede designarse a s mismo con el
pronombre personal "vos". Aqu cito un ejemplo, en una
sesin de enero.
Mourad juega entonces con el agua delante de la pileta. Le gusta mucho tomar en un pequeo vaso azul que,
este da, ha quedado en el placard. Me mira como para
pedirme algo.
Mourad: Vos quers el vaso azul!... vos quers el vaso
azul!
Yo: Quin quiere el vaso azul?
Mourad: Vos, cuando evidentemente este vos lo designa a l.
Ya que vimos aparecer el yo en fragmentos clnicos
anteriores, podramos pensar que la posibilidad de
enunciar el "yo" precede a la de reconocerse como "moi".
En efecto para Mourad parece ms fcil enunciar un
yo-que-quiere que un "moi" que pide ayuda al otro. Sin
embargo, cuando habla de s mismo, el uso del yo sigue
frgil, y, en cualquier momento, puede autodesignarse
de nuevo con la segunda persona. Es lo que vemos en el
pequeo extracto de una sesin de principios de febrero.
Intenta abrir una canilla de la pileta que resiste, de
modo que necesita ayuda. Se vuelve hacia m, y me dice:
"yo te ayudo". Lo miro sin contestarle, se corrige entonces: "Yo quiero ayuda!" Pero agrega en seguida: "Vos te
ayudas!"
Un enunciado puede a veces ser el sostn de otro. Por
ejemplo, la demanda de un nio puede sostenerse de la
oferta de un servicio y eso ocurre como si su propia voz
se impusiera sin saber de dnde viene: "Vos quers ayuda?... Yo quiero ayuda."
Ms complicados son los enunciados de Mourad en los
cuales yo y "moi" vienen a presentificar, no a l, sino a
su analista. Este tipo de enunciado surge muy a menudo
137
'J. Lacen, "D'une question prliminaire tout traitement possible de la psychose", en crits, op.cit. p. 535.
6 R. Jakobson, "Les embrayeurs, les catgories verbales et le
verbe russe", en Essais de linguistique gnrale, tr.fr. de N. Ruwet,
Pars, Minuit, 1968, pp. 176-198.
138
una clase especial de unidades gramaticales que l llama entonces embragues. Estos embragues tienen un
doble carcter: son a la vez smbolos e indicadores. Un
smbolo, por ejemplo la palabra rojo, se encuentra asociada a un objeto representado por una regla convencional.' Por otro lado, el indicador (el acto de mostrar algo
con el dedo) est en una relacin existencial con el objeto
que representa.8 Los embragues, de los cuales el pronombre "yo"es el ejemplo ms; llamativo, combinan las
dos funciones. "La palabra yo designa, segn el caso, a
personas diferentes, y adquiere por este hecho una significacin siempre nueva".9 Este pronombre "yo" posee
tambin una significacin general, designa a la fuente
mientras que "vos" designara al destinatario. El empleo de estos smbolos-indicadores es complejo; es por
eso que Jakobson piensa que figuran entre las adquisiciones ms tardas del lenguaje infantil, y entre las primeras prdidas de la afasia. Agrega que, ya que los mismos lingistas tienen cierta dificultad para definir la
significacin general de los trminos "yo" o "vos", entendemos que un nio que ha aprendido a identificarse con
su nombre propio no se acostumbra fcilmente a trminos tan alienantes como los pronombres personales.
Puede dudar de hablar de s mismo en primera persona
cuando sus interlocutores lo llaman "vos"? Jakobson
llega a decir que el nio puede usar sin que pueda discriminarlos el "yo"(o el "moi"), el "vos"(o el "toi") para designar indistintamente a la fuente como al destinatario,
de manera que el pronombre puede designar a cualquier
protagonista del dilogo.
La inversin entre los pronombres "yo" y "vos": rasgo
del autismo o momento del lenguaje infantil?
7 Ibid.,p. 179.
elbid.
141
143
142
"El trabajo que el Mdico consultante haba llevado con esta familia ha contribuido de manera importante al desarrollo de la posibilidad para el padre de tener su papel.
145
146
147
han bajado. Un tratamiento mdico arreglar el problema. Luego, el padre, musulmn, decide que es tiempo de
prever una fecha para la circuncisin del hijo, ahora totalmente digno de ser sometido a la misma. A principios
de febrero, al da siguiente de la consulta con el cirujano
respecto de sus testculos, tuvo lugar la sesin de la cual
expongo un extracto.
Despus de haber manipulado vagamente algunos
personajes, Mourad se recuesta en el suelo y exhala una
serie de gemidos quejosos, mientras se repliega de un
modo autista. Para tratar de sacarlo de all, y ya que el
ruido que l hace me recuerda los aullidos de un lobo,
dispongo en el suelo, alrededor de l, pequeos personajes, e imagino, en voz alta, los dos nios, un hermano y
una hermana, en su cuarto, los padres en su otro cuarto,
y el ruido del lobo que asusta. Hasta aqu, nada retiene
la atencin de Mourad, cuando, de repente, la figura que
representa al padre se cae. Mourad sale inmediatamente de su encierro, mira la figura, y, reproduciendo con su
dedo el gesto de la cada, le dice: "T te caes." Desde que
habla, es la segunda vez que lo escucho emplear el "t"
para nombrar a aquel a quien se dirige. La primera vez,
fue, lo -.ecorda-mos, para decir a la madre "t te quedas",
cuandc me relataba las dificultades que atravesaba.
Mourad se levanta, y se pone a jugar con los personajes. Agarra la figura que representa a la madre, la recuesta sobre la del padre, mientras le dice: "T has visto? T
tienes un bobo." Luego, toma al hermano que pone al lado
de la hermana en la misma cama; las dos parejas se reflejan como en espejo. Podramos decir que la madre, marcada por este "bobo", se vuelve un pequeo otro, un semejante a quien se puede dirigir en la segunda persona.
Los enunciados que l dirige a este semejante tienen
un punto en comn: t te quedas (un sobreentendido por
decir que ests enferma y que necesitas ayuda); t te
caes (dirigido al padre a quien coloca luego sobre la madre en una escena primaria); t tienes un bobo, todas
estas imgenes especularizables estn marcadas por
una falta, una falla, una herida. La frase subraya ade118
151
150
Captulo 7
DEL ESTRIBILLO AUTISTA AL CHISTE
El caso Louise
En el captulo anterior, record que Kanner, en su artculo de 1943, subraya de manera insistente que el habla austista no sine a la comunicacin.' Aunque ocho de
los once nios de su observacin adquirieron la posibilidad de hablar, sea a la edad habitual, o algn tiempo
ms tarde, Kanner afirma que ninguno de ellos dispona
de un lenguaje que le permitiera conversar con los dems. Segn Kanner, recordmoslo, el nio se dedica a
repetir los enunciados parentales en una ecolalia diferida, y no es capaz de invertir los pronombres. Adems,
nota acertadamente que ese lenguaje consiste esencialmente en "la nominacin de nombres de objetos identificados, en adjetivos que indican los colores, o en numerosas indicaciones sin especificidad".2 Me resulta sin
embargo ms difcil seguirlo cuando concluye: "En cuanto a lo que concierne a la funcin de comunicacin de la
palabra, no hay diferencias fundamentales entre los
ocho nios que hablan y los tres mudos".3
Knner, "Autistic Disturbance of Affective Contact", en
L'Autisme infantile, op.cit., pp. 217-264.
2/bid, p. 254.
3.Tbid., p. 255.
153
Por otro lado, Kanner observa que casi todos los padres relatan con orgullo que sus nios son capaces de
aprender a repetir versos de poemas o retahlas para
echar suertes. Y Kanner deplora el hecho de que estos
padres sean llevados a atosigarlos cada vez ms con
versos o canciones. Kanner se muestra particularmente preocupado a propsito de dos nios pequeos, uno
que saba de memoria gran cantidad de poemas, y otro
capaz de desembuchar alrededor de veinte salmos. No
slo, nos dice, aquello "no poda tener ms sentido que
una serie de slabas sin sentido para un adulto (...) sino
que (...) es difcil saber, en algunos, si el llenado como
tal no contribuy al desarrollo de condiciones
psicopatolgicas (...), tambin es difcil imaginar que
no haya interrumpido profundamente el desarrollo del
lenguaje como instrumento de recepcin y de emisin
de mensajes significativos".4 Kanner llega a pensar entonces que la presencia de este tipo de discurso, lejos de
constituir un elemento estructurante, podra ser patgeno. Al final de este captulo, veremos que las conclusiones de Kanner a propsito del habla son sumamente
discutibles, no slo en cuanto a la clnica que voy a presentar, sino tambin en cuanto a sus propios casos.
En mi opinin, el habla de un nio autista guarda la
marca de lo Real de donde proviene. El concepto de Lo
Real en la obra de Lacan es extremadamente complejo.
Para ser breve, podemos figurarnos lo real del lenguaje
comparndolo con lo que puede registrarse en un grabador, en un disco, como es a menudo el caso en las canciones infantiles y de la retahlas antes citadas. Adelantar
que cuando Kanner dice que el nio autista habla como
un loro, se trata de un discurso que no se entrecruza con
una cadena significante, de modo que no puede cerrarse
sobre una significacin. Un ejemplo clnico permitir
comprender lo que entendemos por elementos de una
4Ib d
154
pequeo lobo de las estepas" dice. Esta frase est textualmente retomada del comienzo de un pequeo cuento
infantil que escucha en un disco, y que repite entonces
en una especie de ecolalia diferida, pero esta vez en relacin con un objeto soporte de una representacin posible. Aqul ser uno de los primeros estribillos que podr
encarnarse, tanto sobre el plano imaginario ya que el
objeto ser soporte de una representacin, desencadenante de una escena como en el plano simblico, ya
que Lou es el apodo que le da su madre. Lo real del habla
el texto del disco se anuda a un elemento significante para la nia, aun cuando este apodo remita a la
representacin de un animal y no a la de una nia. La
palabra lleva la huella cierta de una investidura materna.
Algn tiempo ms tarde, otro enunciado, aqu tambin desconectado de todo contexto y puesto al voleo,
golpea mi odo: "Riachuelo profundo." Interrogo al padre, presente en esta sesin. Reconoce una de las
estrofas de la cancin En las escalinatas del palacio.' El
padre se la canta, Louise la retoma: la sabe de memoria,
y puede, desembucharla automticamente. Pero me
asombro cuando muestra jbilo al escuchar a su padre
decirle: "Hay una chica tan linda" es la primera vez
que el significante chica la toca.
Ya que en esta sesin pierde todava sus zapatos, y
que, segn lo habitual, su padre vuelve a calzarla, le pido
al pap que cantemos la estrofa siguiente: "Es mientras
la calzaba." Louise, que anteriormente se dejaba calzar
como una mueca de trapo, acerca esta vez su pie a su
el
157
*"Atteing" es la pronunciacin especial que la gente de esta regin imprime a la palabra "Attends" "Espera" en espaol.
'En el plano fenomenolgico, estos estados recuerdan las excelentes descripciones de lo que Donald Meltzer llamaba desmantelamiento cf. D. Meltzer, J. Bremner, S. Hoxter, D. Weddel, I.
Wittenberg, Explorations dans le monde de l'autisme, tr. fr. G. Haag
y col., Pars,Payot, 1980. En el plano metapsicolgico, me parece que
nos encontramos ms ac de la constitucin de la unidad corporal
que se elabora en lo que llamo la mirada del Otro. Louise est todava ms ac del registro del yo como unidad constituida sobre la
imagen especular. Para eso, vase M.C.Laznik-Penot, La Psychanalyse l"preuve de la clinique de l'autisme, op.cit.
158
162
a una traduccin permanente de los gritos y sonidos proferidos, permitir al nio hacer pasar su demanda por .el
desfiladero del significante que, al mismo tiempo, lo
alienar; ser, por otro lado, la que, aun sabiendo antes
de que l sepa, se deja desbordar por l.
J. Bergs, siempre a propsito de la motricidad, atribuye un valor pulsional a lo que llama el funcionamiento
de la funcin. Este mismo registro funcional est en juego.
en la tercera persona de la cual habla Freud, consagrndole un captulo entero al segundo tiempo del reconocimiento del chiste, el de la iluminacin, o sea, el placer
pulsional experimentado por un tercero, placer que significa con una sonrisa y el deseo de comunicar a otros lo
que ha escuchado. Este placer pulsional, del cual habla
Freud, no debe ser confundido, a mi criterio, con el del
principio de placer, que tie;. de a una homeostasis de las
tensiones para huir del displacer. En el caso del chiste,
el placer pulsional que experimenta la tercera persona .
el Otro en la terminologa lacaniana no apunta a un
displacer disminuido. Se trata de lo que en la obra de
Lacan aparece bajo el trmino de goce flico."
Volvamos a los enunciados acerca de la ecolalia del
nio autista. Aunque, al principio, un enunciada lo atraviesa, luego sale del nio sin destinatario, o sin que lo
module bajo la forma de una demanda, pero cuando le es
devuelto como teniendo una significacin, como teniendo
caracterstica de mensaje, algo se inscribe entonces en
l. Por supuesto, slo ms tarde el nio puede identificarse con la fuente de ese placer experimentado por el
Otro. Lo que ha sido devuelto al nio, es que ha proferido un enunciado que "ex-iste" para el gran Otro, que
pudo haberlo asombrado, y que incluso es objeto de una
investidura pulsional.
Louise atribuye la funcin de ser reconocida a la mi"Sobre la diferencia entre "goce", "placer", vase M.C.LaznikPenot, "La mise en place du concept de jouissance chez Lacan",
art.cit., pp. 55-81.
] 3
167
166
Captulo 8
CONSTRUCCION DE LOS MITOS
EN UNA NIA POSAUTISTA
En su mpetu, Louise no se detendr con el descubrimiento de Rabelais. Durante los dos arios que siguieron
atravesar, a su manera, versiones de textos de
Perrault, Swift, Hoffmann y algunos otros. Pero antes
debo dar cuenta de los puntos de referencia tericos que
han sido el marco de mi escucha.
Estos puntos de referencia existan en m desde hace
ya mucho tiempo, antes del principio del tratamiento de
Halil; haban seguramente influido en mi manera de
trabajar con l, con Mourad y con otros. Pero fue el azar
de una relectura del seminario de Lacan, La _relacin de
objeto, que me hizo tomar consciencia de los mismos.
Haca varios arios, siguiendo las indicaciones de Lacen,
me haba consagrado a un trabajo sobre el Juanito de
Freud. Haba anotado en fichas separadas los significantes importantes de Juanito el caballo, el coche, la
jirafa, la mordedura, la baadera, etc. para establecer
cmo cada uno de ellos vena a ocupar un lugar diferente
segn el contexto en el cual estaba tomado. Terminado
este trabajo, lo haba introyectado y luego reprimido.
Pero seguramente incidi sobre mi escucha de estos
fonemas, aparentemente desprovistos de significacin, o
de estos "trozos de frases" propios del lenguaje autista.
Estas son las dos directivas que, sin darme cuenta,
169
ficatorio nico, o bien apresurarse para comprender elementos aislados, sera el procedimiento exactamente
opuesto al que Lacan recomendaba cuando, a propsito
de Juanito, recuerda que ningn elemento significante
"es el equivalente de un significado tinico".7 Con ms
fundamentos an que con un neurtico, cuya problemtica podramos creer que conocemos, en el caso de Louise
era "urgente" no comprender demasiado rpido cosa
que me resultaba fcil por el hecho de que era totalmente intil proponerle alguna interpretacin: no escuchaba. En cambio, ella misma traa tal cantidad de material nuevo que bastaba esperar la continuacin para
aprehender mejor la recurrencia de estos mitemas. Ella
trabajaba ya paralelamente su historia sobre el Aprendiz de brujo.
El aprendiz de brujo
Louise le dice a su padre durante una sesin: "Ay los
ojos verdes!" El padre declara que ella ha repetido aquello varias veces, y que no se da cuenta de qu est hablando. Frente a la evidente admiracin regocijada que
la frase de su hija suscita en m, el padre necesita de
toda su habitual amabilidad para no fusilarme con sus
ojos negros. Y es que tiene razn, ya que la frase de
Louise es, en primera instancia, incomprensible.
Si pude entender lo que deca Louise, se debe al hecho
de que ella descubri un da, en mi sala de espera, una
versin en colores del Aprendiz de brujo, que me haba
hecho leer. Se haba mostrado atenta al comienzo de la
novela, que describa "un viejo brujo, muy sabio, capaz
de transformar un prncipe en un ratn y desaparecer, en
un santiamn, en una nube de polvo azul." La frmula
mgica capaz de hacer funcionar la escoba, como tam-
'bid., p. 286.
P-
174
175
sIbid., p. 263
Kanner, rrelevant and Metaphorical in early Infantile
Autism", art. cit.
176
nos: parecera que le basta con inclinarse para recolectar en lo real de la cultura de su alrededor materiales
para seguir brindando representaciones a lo imposible,
al que debe hacer frente. Es cierto que el neurtico
encuentra en el discurso existente en lo real las representaciones de palabras que toman un lugar en el
preconsciente. Parece que en l estas representaciones
traducen lo que ya est constituido en su inconsciente.
En Louise, como en otros nios autistas, es como si el
trabajo de ligazn que efecta 'lel proceso primario no
tuviera lugar en el inconsciente sino a cielo abierto, en el
nivel mismo de estas representaciones de palabras. Un
mecanismo particular que suple permanentemente la
carencia de su vida fantasmtica la obligara a arrancar
pedazos de discurso en lo real, en cada etapa de su proceso de pensamiento.
Volvamos al texto de la cancin; ste, al parecer le
permite expresar a Louise la experiencia primaria de
desamparo; con la aclaracin de que retoma adems elementos que ella ya haba privilegiado en la historia de
Pulgarcito, el bosque negro por ejemplo. El tema de la
cada, cuya importancia vimos en Mourad, est igualmente presente en esta cancin. Sus palabras autorizan
otra lectura de Pulgarcito. Ms all del aspecto manaco
pero logrado de la defensa frente a la experiencia primaria del desamparo, representada por Pulgarcito, el desamparo sin nombre del guijarro, que no es siquiera un
ser humano y que ha perdido toda posibilidad de hacerse
escuchar, podra tener el valor de una parbola de lo que
lleva al mutismo autista.
Me objetarn que nada prueba que Louise se identificaba con este pequeo guijarro, que podra tratarse de
un estribillo ms. Claro que podra haber ocurrido aquello, cuando por otro lado es una cancioncilla que ella tararea. Pero, ser porque me sent interpelada por este
texto, alojada en la transferencia destinada a esta perso-
na que no la escuchaba? Ser mi propia escucha lo que
le permiti a Louise retomar este texto en primera persona? El hecho es que enunciar en reiteradas oportuni179
dades: Soy un pequeo guijarro, un pobre y pequeo guijarro, lo que la cancin no dice.
Gulliver
Louise llega a su sesin y larga: "Gunaglich, tiene la
nariz tapada." Como la interrogo, agrega: "Es una prin:
cesa que nadie entiende", sin ninguna otra explicacin.
Es cierto que durante mucho tiempo Louise ha hablado
con un tono de voz nasal, de modo que se le entenda
mal. Pero Gunaglich? La chica que trabaja por horas y
que la acompaa me dice que en la historia de Gulliver
en el pas de los gigantes, hay una pequea nia llamada
Glumdalclitch.l Es la hija del gigante que se ha ocupado
de Gulliver en la oportunidad de su se.,unda serie de
viajes. Ahora bien, Glumdalclitch no es una princesa y
no tiene la nariz tapada, son agregados de Louise.
Gracias a la fotocopia del libro que el padre me trae,
me entero de que esta pequea nia, de diez metros de
altura, es muy tierna y atenta con Gulliver. Gulliver es
evidentemente tan minsculo en comparacin con los
gigantes como lo era Pulgarcito en relacin con el Ogro.
Durante mucho tiempo, Louise no puede pedirme que
le lea ninguna de estas historias; le basta con sealar
con el dedo la pgina que tengo que leer, y slo se interesa en fragmentosprecisos. En esta historia, ser en primer lugar la manera en que Gulliver fue abandonado:
Repetir durante ms de dos aos la frase pronunciada
por los marineros al acercarse los gigantes: "Huyamos! Rememos fuerte hasta la nave. Y Gulliver?
Peor para l, se salva quien puede!" Otro extracto le llama la atencin. Gulliver, al que la pequea nia gigante
ha dejado solo en su cama, cuenta: "Me dorm pero no
por mucho tiempo, escuch un ruido. Eran dos ratas
enormes!" dice Louise con fuerza, impaciente por escuchar la continuacin. "Haba guardado mi sable. Toma,
exclam, toma, agarra!" Luego es ella quien por lo general completa: "Ah! Ellos han muerto. Pero cunta sangre!" Se muestra tambin muy interesada por lo que
Glumdalclitch, que ha llegado en ese momento, le dice al
minsculo Gulliver: "Bravo Grildrig, te adoro. Eres un
hroe!" Louise sabe que Grildrig quiere decir microbio
pero sin duda es el reconocimiento por parte de Gulliver
del valor de ese microbio lo quela. colma.
A mi criterio, los dos fragmentos que Louise extrajo
de estas largas aventuras tienen efectivamente la estructura de un mito. La cuestin del desamparo original
del nio, del cual nos habla Freud, se encuentra presente en la cada de Gulliver y en el abandono del cual es
vctima." El desenlace favorable de la aventura en el
momento en que se pelea con enormes ratas es estructuralmente el mismo que el de Pulgarcito. El desamparo
vivido es parecido al del Pequeo Guijarro. Una misma
pregunta se plantea a Louise. La comparacin de diferentes historias hace aparecer sus mltiples identificaciones posibles. Ella no es nicamente Gulliver, todo
pequeo en su desamparo, aunque est armado con un
sable flico. Es tambin la pequea nia gigante, cuando le dice que Gunaglich tiene la nariz tapada. El tono
nasal de la voz de Louise ha sido, probablemente, causa
de burla por parte de los dems chicos. En cuanto al gigantismo, la eleccin de Garganta, el beb formidable,
constitua la primera ocurrencia. Gulliver mismo tiene
dos facetas: a veces microbio en un desamparo radical, a
veces gigante cuando est en el pas de Lilliput historia que Louise conoce tambin perfectamente.
Zralda
La historia que sigue presenta ciertos puntos en comn con aquellos que Louise haba destacado en
Gulliver. Louise "trabaja" en ambas historias casi simultneamente, o sea que en una misma sesin me hace
recorrer prrafos de uno y otro texto. Pero esta vez se
interesa en fragmentos ms largos. Se trata una vez
ms de un ogro que posee un cuchillo grande. Louise se
complace en repetir: "Las escuelas estaban vacas, los
maestros estaban en huelga." En efecto, los padres escondan a los chicos para protegerlos del ogro; pero no
puede afirmar que Louise percibiera este vnculo. En
cambio, la continuacin que habla del hambre del ogro
capta su atencin: "...se volva cada vez ms cascarrabias Tengo tanta hambre que me hara un festn
comiendo cinco o seis chicuelos. Los devoro con mucho
apetito."
El libro pasa luego a una cosa muy distinta: "En un
valle alejado vive un campesino con su hija Zralda. A
Zralda, a la edad de seis aos, le gustaba mucho cocinar." Una pgina preocupa a Louise. Vemos al padre
enfermo en su cama, diciendo a su pequea hija:
"Zralda, mi querida hija, me siento muy mal, ,w puedo
ya mover ningn miembro, y todo me da vuelta delante
de los ojos. No voy a poder ir maana al mercado. Vas a
tener que ir sola en mi lugar." Como ya podemos suponer, Zralda va a tener que enfrentarse con el ogro estando sola.
Detengmonos en esta pgina insoportable para
Louise. En mi opinin, es el texto y no la imagen lo que
la inquieta, ya que ella puede mirar la imagen mientras
me dice fragmentos del texto en ingls! Me entero de ese
modo que ella posee el mismo libro, con las mismas ilustraciones, en ingls. Este texto, que no puede escuchar
en francs, le gusta escucharlo en ingls. De este modo,
Louise empieza a aprender otro idioma; no el quechua,
lengua de su bisabuela, ni siquiera el espaol, lengua de
la niez de su madre, sino el ingls. Su madre lo habla
182
bastante bien, como suele suceder en el caso de las clases medias de Amrica del Sur, pero de todos modos
para ella no es ms que una lengua de cultura.
Louise trabaja paralelamente en las dos versiones,
francesa e inglesa, de la historia de Zralda, ya que el
padre nos haba facilitado las fotocopias de los dos libros. Louise, que no puede escucharme leer en francs la
parte en la cual el padre de Zralda habla a su hija, se
complace en repetir las primeras palabras en ingls:
"'My loving child!" Las usa toda-Ira hoy en formulaciones
que significan una denegacin de abandono. Me ha pasado, por ejemplo, al tener que ausentarme para participar en un congreso, deber anunciar a Louise que no iba a
poder recibirla con tono de pesar en la voz. Y Louise me
retrucaba entonces inmediatamente: "My loving child!"
En otra oportunidad, siguiendo sus indicaciones, volv a
leerle el comienzo de Gulliver en el pas de los gigantes.
Llego al pasaje en el cual los marinos dicen entre ellos:
"Huyamos! Rememos fuerte hacia el barco. Y
Gulliver? Peor para l, se salva quien puede!" y escucho a Louise agregar: "My loving child!"
Volvamos a la historia de Zralda. Camino al mercado, el ogro cae sobre Zralda cae, literalmente, de lo
alto de una roca, y se lastima mucho. Louise est muy
atenta al texto: "Grrr, pequea nia! Oh, mi cabeza!
Grrr, tengo tanta hambre! deca el ogro gimiendo.
Este pobre hombre se muere de hambre, pens Zralda,
y comenz a cocinar." La pequea nia tiene compasin
por este gigante muerto de hambre. Sigue la lista de los
nombres de los manjares que le prepara. Louise se relame. Luego, el ogro lleva a la pequea nia a su castillo
para que sea su tocinera. Deja de comer a nios pequeos para saborear exclusivamente la cocina de Zralda.
Louise manifiesta un vago inters por estos episodios,
pero una pgina retiene durante meses su atencin y
parece obligarla a un trabajo de elaboracin. Se trata del
men donde figuran los nombres de los manjares que
Zralda prepara para el gigante. Sobre una doble pgina
estn dibujados los distintos platos, acomodados como
183
aisladamente, el cuento de Zralda propone, evidentemente, una solucin elegante al devorar materno. En
tanto hombre, el ogro es susceptible de dejarse seducir
por los encantos de la pequea madre, transformada en
mujer. Es un fantasma histrico bastante comn en las
nias. Sin embargo, mi opcin en el trabajo con Louise
no es interpretarle lo que podra creerse un fantasma
ya instalado en ella.12 Y luego ella privilegia en el texto
un desamparo de recin nacido hambriento en este ogro
despus de su cada. Acaso no es l tambin una figura
de identificacin para ella? Dejndome asombrar con
sus hallazgos, sostengo a Louise en su bsqueda de representaciones capaces de operar relaciones psquicas
para ella. Lo importante es que, a travs de estos cortes, reagrupamientos, desplazamientos metonmicos
que ella no cesa de efectuar en ese material mtico-cultural, Louise da consistencia a la dimensin imaginaria que le hace falta.
El trabajo en dos idiomas en los nios autistas
En este material, un punto me parece especfico de
los problemas del autismo. Tiene que ver con un tipo
particular de relacin con las palabras. Sin el ardid
del atajo por el ingls, me parece que Louise hubiera
seguido enquistada en ciertos enunciados. Recuerdo el
del padre dbil que declara querer a su hija siendo al
mismo tiempo incapaz de protegerla. Tambin est el
men en el cual Louise misma parece ser tomada, incluida. Como si las palabras de esas frases no llegaran
a adquirir un estatuto de significante que representa
a un sujeto sino a otro significante. Como si algo con-
185
186
187
de las nieves, que mantiene cautivo al joven chino. Descubriremos que este yeti, furioso cuando quieren recuperar a Tchang, se ha encariado con el muchacho y se ha
ocupado de l como una nodriza muda.
El inters de Louise por esta historia ha empezado
con lo que llamara su identificacin con el yeti. Ella
misma trae el libro ilustrado, y me indica con el dedo
que quiere que le lea la ltima pgina. Vemos a Tintn
volverse con la expedicin que haba salido a su encuentro, mientras habla con su amigo Tchang. Tintn le
transmite su deseo de que un da el yeti sea capturado.
Y es la respuesta de Tchang lo que llama la atencin de
Louise: "Y en cambio yo deseo que no lo encuentren jams, porque lo van a tratar como a una bestia salvaje."
Louise quiere decirme la continuacin, que sabe de memoria: "Sin embargo, te aseguro Tintn, me ha tratado de
tal manera que me he preguntado a veces si no ser un
ser humano." Luego Louise agrega lo que no figura en
el texto: "Est muy triste, muy solo." En efecto, en la
ltima imagen del libro vemos, en primer plano, al yeti,
bastante colosal pero encorvado, mirar con aire triste la
expedicin que parte lejos; a su alrededor, las montaas
vacas.
Los padres de Louise y yo quedamos conmovidos por
lo que esta nia pequea nos permita finalmente captar. Lo que haba debido ser la experiencia de soledad,
de aislamiento, incluso de rechazo, que haba padecido
en el jardn maternal que frecuentaba desde haca tres
aos. Louise nunca mencion a ningn chico del jardn.
Es probable que se quedara en un rincn, apenas tolerada. Es posible que hubiera captado en la mirada de algunos nios cierto temor frente a sus actitudes, a veces
extraas, las de un ser que ellos no reconocan como humano.
Retrospectivamente, comprendemos que el trmino
de beb formidable tiene que ser tomado igualmente en
su primer sentido de espantoso. La palabra deriva del
verbo latn formidare que significa tener miedo, temer,
tener aprensin. Recientemente adquiri su significa-
191
La cada en el agujero
Cuando era ms chiquita, Louise haba aludido a menudo a la cada en el agujero, ms especficamente en el
agujero del inodoro. Antes de utilizar los textos me peda con insistencia que le dibujara inodoros con un depsito de agua. Quera tambin que dibujara una pileta,
luego un filtro. (Hay una pileta en la casa de su abuela
materna.) Me parece que peda algo que impidiera ser
aspirado dentro del agujero. Este tema del hundimiento
estaba ya presente en el Aprendiz de brujo, salvado a
ltimo momento por el viejo brujo severo. En cuanto a la
historia de Gulliver, Louise regresaba a menudo al episodio de su abandono por los marineros, pero adems
haba ubicado otro pasaje donde la cada est claramente evocada. Al final de las Aventuras en el pas de los
gigantes, Gulliver se encuentra en una casa pequea
transportada en el aire por un guila. Esta ltima suelta al cordn atado al techo de la jaula, Gulliver cae al
mar gritando: i Socorro!" Estoy. cayendo!" Louise lo ha
repetido innumerables veces.
Los nios autistas, cuando empiezan a hablar, suelen
poner en palabras esta experiencia de cada o de derrumbe del soporte. Recordemos a Mourad cuando dice:
"Mam pone a Mourad en el agujero." Halil teme que el
suelo ceda debajo de sus pies, como el plano inclinado de
un tobogn sobre el cual la nica posibilidad consiste en
deslizarse. Adelantara la hiptesis de que tales vivencias corresponden a experiencias de desinvestidura
libidinal masiva y repentina, producidas por un movimiento de retraimiento de tipo autista por parte de la
persona que ocupa el lugar del Otro primordial.
El caso de Louise parece designar un debilitamiento
frecuente entre los padres de autistas durante los primeros meses de vida de su nio. En lo que se refiere a
Halil, vimos que, en el momento de su nacimiento, la
depresin del padre se haba agravado por la muerte te
su propio padre. Cuando Mourad nace, su padre sigue fl
todava involucrado en un juicio grave, concerniente a la
194
mucho tambin; la que tiene lugar delante de sus hermanas y su madrastra, de modo que se ponen a mirar a
Cenicienta de otro modo. Como parte de un mismo movimiento, Louise se interesa en el casamiento de Cenicienta con el prncipe. Slo despus de haber recorrido la
historia desde la mitad hasta el final, Louise acepta leer
el principio, donde cuentan que el padre de Cenicienta,
un seor de la nobleza, muy rico, haba tenido una hija
de su primer matrimonio. Ahora Louise comienza a leer
globalmente, sin que le hayan enseado, pero reconoce
casi todas las palabras de la historia. Continuamos entonces leyendo alternadamente: "Esta joven era tan buena como linda. Su madrastra y sus hermanastras, locas
de celos, la trataban sin ninguna consideracin." Como
todo el mundo sabe, nada se dice sobre los motivos por
los cuales este padre no interviene para proteger a su
hija, ni lo que le ocurri al mismo.
Por el hecho de sus orgenes en parte andinos, Louise
es una nia muy linda cuya inmensa cabellera negra
contrasta con su piel blanca. Se parece mucho a
Blancanieves. Conoce bien la historia, sus padres se la
han ledo a menudo. Cuando comienzo a contarle una
parte, puede decir la continuacin. Pero el tema de la
transformacin de la madrastra mala n bruja no le interesa; es su propia transformacin lo que le llama la
atencin. Y Louise parece haber encontrado en la imagen de la Cenicienta un yo-ideal, reconocido y admirado
por los otros. Pienso que no se trata del ideal-del yo, sino
de un yo ideal, instancia imaginaria y soportada aqu.
por la mirada del hada-madrina.3-6 La muchacha que trabaja en la casa ha venido a ocupar, en parte, este lugar
197
20
202
203
Louise no consiste en salir de una situacin donde ocupara el lugar del falo que le falta a su madre, como era
el caso de Juanito. No tiene que hacer, como aqul, el
duelo del objeto a del cual sera portadora, objeto causa
del deseo materno. El callejn sin salida para Louise se
sita justamente en la imposibilidad de presentare
como una imagen flicamente investida frente a la mirada del Otro.
Si el problema de Juanito es renunciar a ser el falo
para poder esperar tenerlo algn da, lo que Louise tiene
que trabajar no es la separacin, sino la posibilidad de
entrar en la alienacin, no slo la que es propia al estadio del espejo alienacin en una imagen flica para la
mirada del Otro, sino tambin la alienacin en los
significantes. En el material de Louise vimos que aceptar hacerse sujeto de un enunciado es admitir hacerse
representar por un significante que remite a otro significante, el lugar del sujeto que oscila cada vez.
Las diferencias entre el caso de Louise y el de Juanito
aclaran las funciones respectivas de la alienacin y de la
separacin. en la constitucin del sujeto. Juanito, como
buen neurtico, llega a trabajar el registro de la separacin: podr k ntr ar en una dialctica del deseo y apuntar
a un objeto que le falta. Louise, en tanto sujeto, vacila de
significante en significante; y nada, por el momento,
parece estar en condiciones de marcarla con una falta
que le permitira apuntar a un objeto causa de su deseo.
No podemos hablar de fantasma propiamente dicho en
ella. Sin embargo, gracias a su trabajo, Louise logra entrar en la alienacin. Y aquello es un xito, ya que podemos pensar que, sin el trabajo que ella ha realizado, no
hubiera podido tener acceso a esta ltima; hubiera quedado sin posibilidad de acceder a aqulla. Quizs esta
sera, por otro lado, la definicin del autismo: el hecho
de quedar fuera del registro de la alienacin.
Captulo 9
LA SUPLENCIA DE LA REPRESENTACION
EN UN NIO POSAUTISTA
(RETORNII A HALIL)
205
constituir una unidad fija escapando as al deslizamiento propio de la cadena significante habitual.
Me haba percatado, por otro lado, de que la imagen
del juguete al lado del nombre de la marca no le interesaba para nada; accedi a echarle una mirada mucho
ms tarde. A partir de esta sesin, se puso a extraer
imgenes de todos los catlogos y revistas que circulaban entre sus manos. Me dediqu a conservar en una
carpeta con su nombre todas Ilas imgenes que traa.
Pronto, l mismo iba al placard para buscar su carpeta y
encontrar algunas imgenes.
Por un pedido mo, o por uno de su madre, Halil aceptaba, desde haca ya un tiempo, hacer garabatos en una
hoja de papel. Pero una vez ubicada la huella sobre el
papel, el aspecto propiamente icnico del grafismo lo
dejaba perfectamente indiferente. No estaba seguramente capacitado todava para producir grficamente
una forma acabada. Pero tampoco manifestaba inters
en los dibujos que su madre y yo podamos hacerle, ni
en aquellos que encontraba en los libros. Hasta el da en
que, escuchndole proferir en turco las palabras mezquita
y minarete, se las dibuj. Esa misma noche, l lo coment delante de su padre. En lo sucesivo, me pidi varias
veces que volviera a dibujarli-s. Fue su primer inters
hacia una imagen dibujada.
Partiendo de tres fragmentos de sesiones escalonados
en tres meses, vamos a tratar de ubicar cmo Halil se
apoya esencialmente en las imgenes publicitarias para
hacer lo que llamo suplencias. Mi hiptesis es que sirven
para paliar en l una falla fundamental en la organizacin de los pensamientos inconscientes. Su riqueza
metafrica y metonmica me parece sostenida por la organizacin de la representancia por la significancia.2
El material clnico proviene de sesiones a las cuales
asista la Dra. Seneschal, nuestra observadora. Sin es-
207
Halil: Tu aris?... la serpiente... e tivaz?... la espalda... yilann (que quiere decir serpiente en turco).4
Agarra un bibern vaco, juega a que est tomando y a
darme de tomar, y luego se pone muy inquieto. Va entonces a buscar en el placard una caja con plastilina, y
hace otra serpiente que coloca en el suelo al lado de la
primera. La nombra l mismo yilann (serpiente). Es
muy grande, compuesta de varios trozos de plastilina
colocados en fila. Antes, Halil \se haba siempre rehusado a tocar la plastilina, diciendo que era caca y sucio.
Parecera que, a partir del momento en que ha dibujado
una caca y la ha nombrado, pudo ponerse a jugar con la
plastilina.
Le digo: "Es grande esta serpiente, es un pap serpiente."
Entonces Halil declara de un tirn: "Elefante! Biblioteca, kitap Moustapha abi, bebek... balda! Fanta... las
dos fanta bldu. Las dos tatas; tata, es la otra tata
Seyyare. Dibujo! llamar dibujo."
Al escucharlo, creo estar soando: me parece que, por
primera vez, Halil trata de contarme, in absentia, algo
que le vuelve a la memoria. Ya que kitap significa libro
en turco y que abi quiere decir hermano, tengo la impresin de que me habla de un libro de la biblioteca de su
hermano Moustapha. Y ya que bebek buldu quiere decir
ha encontrado beb, pienso que me cuenta que ha encontrado un beb, que ha encontrado dos elefantes.
Segunda parte de la sesin con su madre
Su madre me confirma luego que Moustapha, el hermano de Halil, efectivamente pidi prestado a la biblioteca un libro que relata la historia de dos elefantes, uno
209
Figura 1
Figura 3
La. cadena discursiva del nio toma apoyo en su posibilidad de evocar nuevamente huellas mnmicas visuales, imgenes del libro. Estamos a menudo confrontados,
sobre todo en las psicosis, con la gravedad de las deficiencias simblicas. Pero este fragmento clnico nos recuerda tambin que: "Somas as --es nuestra debilidad
animal, necesitamos imgenes. Y, por falta de irrtgpnes, puede suceder que los smbolos no aparezcan",..como
dice Lacan.5
Como vimos, Halil comenz a interesarse en" la imagen
bidimensional al descubrir un .vnculo entre la imagen
sonora de.un nombre propio y la huella escrita correspondiente: Es la imagen grfica Id ue le interes al princi-
Figuta 2
210
pio. Luego, pudo mantener una cadena significante sostenindose en imgenes visuales. Por otro lado, cuando se .
detiene en una imagen, cualquiera sea, dice en turco,
okudum, lo que significa he ledo. Para l, mirar el material es leer.
Volvamos a la continuacin del material clnico.
Cuando su madre entra al consultorio, Halil pide su carpeta. Saca de la misma la revista que haba elegido en
la sala de espera. La hojea muy rpidamente, designando
y comentando ciertas imgenes: "Yengenler - bicicleta"
(figuras 3 y 4). Da vuelta varias pginas rpidamente, y
dice mostrando una nueva imagen: "Yede, yeterde" (figura 5). Est ya en otra pgina y ordena: "Dar seora!"
(figura 6).Tengo apenas tiempo de ubicar el nmero de
la pgina cuando ya est mirando otra, y dice:
"Coucou!" (figura 7). Luego contina con la misma velocidad, como si supiera perfectamente donde estn en la
revista las pginas que le conciernen. Lo escucho decir
en seguida: "Burda, inecigibi. Yazmuslar!" Su madre le
alcanza las pinturitas; yazmuslar significa escribir.
Halil hace garabatos, y besa la imagen de un nio que
come un libro (figura 8).
Como comento: "Te gustan los libros y la imagen del
nio pequeo que quiere a los libros", me contesta: "Varmuz", lo que su madre traduce por: hay .
El material de esta sesin y sobre todo la secuencia de
imgenes es bastante tpica de lo que Halil produce
de manera reiterada durante varios meses. Este material,
tal como ha sido transcripto en el momento,' es indescifrable y desconcertante, pero restituye exactamente la situacin en la cual me encontraba yo misma. Si no poda entender las significaciones, supona sin embargo que Halil haca un trabajo sobre representaciones, cosa que a mis ojos
tena un valor importante. Es l quien constitua una serie
a partir de estas imgenes, ya que no se presentaban de
ninguna manera reagrupadas en las revistas de donde las
sacaba. La necesidad que lo llevaba a reunirlas me pareca
comparable al trabajo del sueo. A travs de esta serie de
imgenes, Halil produca a cielo abierto el sustituto de lo
que hubiera sido, en otro, una serie asociativa de pensa
212
'Hago alusin aqu a los dos registros de organizacin significante tales como los lee Lacen en la carta 52 de Freud a Fliess, en
La Naissance de la psychanalyse, op.cit ., de los cuales he hablado en
el captulo 3.
214
215
f7- ;
aa *MI
!,11,r1frta,>,1 .11,44:4.!**
/t.
aievai,
Figura 4
Figura 5
Figura 7
216
Figura 8
217
Figura 9
El fragmento trunco,, solidificado, del enunciado paterno seketa* indica sin embargo que la repeticin
ya se ha instaurado y que el nio se encuentra atrapado
en lo simblico, en lo que Lacan llama el discurso del
otro y que define como el discurso del circuito en el cual
se encuentra integrado."
Retomemos aqu el anlisis del material clnico. La
secuencia siguiente revela la misma ausencia de cortes:
el beb inquoi okl (il est quoi? qu es l? otl
qu'elle est? dnde est ella?), seketa (ce que fas
qu tens?), la hacer, la frambuesa. Notaremos la aparicin de un shifter, la tercera persona del femenino singular, ella (dnde est ella?) que remite probablemente
a la vaca. Qu lugar viene a ocupar esta vaca? Parece
yuxtapuesta, ms que lgicamente articulada, al beb
que la precede. Este beb poda haber constituido las
iniciales de un quin soy?, bajo la forma de qu es l?
de no ser la forma solidificada inquoi bajo la cual
se presenta la pregunta. Notamos de paso que es en el
lugar del otro en tanto imagen especular el beb que
surge la pregunta: qu es l?
Luego aparece el verbo hacer tomado como sustantivo, y el pasaje, siguiendo el proceso primario, a la frambuesa. En semejantes circunstancias, la madre exclama,
irritada: "Dice cualquier cosa!" Y quiz no est equivocada. Sin embargo, he tomado partido en tanto analista,
en pensar que existe una articulacin significante de la
cual uno no escapa. Es lo que me lleva a decir a Halil que
miento a una soberana, aunque sea la de la marca importante a la cual rinde homenaje con su compra.
Este fragmento transmite la sensacin de un fuego
artificial polismico, abunda en equvocos que desarticulan el habla. En ocasin de una exposicin sobre este
material clnico, me han sugerido su parentesco con
ciertos escritos de James Joyce, y en particular
Finnegans Wrike.li Este paralelo, escandaloso en primera instancia comparar a un nio autista con uno de los
genios de la literatura de nuestro siglo pide que de
entrada p'recisemos los lmites del mismo. Hecha la
aclaracin, su inters es doble. Acercar al valor de un
texto el decir de este nio confiere a esta palabra una
dignidad. Ahora bien, he tratado de mostrar de qu
manera, por no haber ocupado un lugar de ideal para
quienes estaban en el lugar del Otro, un nio puede encontrarse privado de representaciones parentales, las
nicas capaces de conferirle un valor de objeto causa de
deseo. La comparacin con Joyce ha llevado al equipo
que se ocupaba de Halil, y a l mismo poco tiempo despus, a considerar de otra manera su decir.
En segundo lugar, este acercamiento plantea la pregunta de si hay algo en comn en las estructuras de es tos dos sujetos, tan diferentes por otro lado. Parece que
se trata de una patologa de lo imaginario. Para Halil,
hemos tenido varias ocasiones de destacarla; y es justamente a propsito de Joyce que Lacan dice: "Cuando lo
imaginario se las toma, lo real no se anuda a lo inconsciente."12 Otras consideraciones van en el mismo sentido. La aparente riqueza polismica no abre paso a un
juego de verdadera equivalencia, ya que no hay posibilidad de metaforizacin, las dos significaciones evocadas
223
2'25
"Imagen no reproducida.
226
Figura 10
227
pero d'e dnde saca Halil la continuacin? Como mientras hablaba pareca recordar algo, fui A . buscar en su
carpeta despus de la seSin qu imagen pudo haber
'evocado aqu. Encontr una publicidad para leche donde
haba. un garabato sobre la marca. Sobre esta imagen ;
vemos a varios bebs en el interior de una heladera (figura 13). En las sesiones siguientes, not que esta imagen provocaba en. Halil casi invariablemente el ihunz! es
rico!, bnunciadoque ese da haba relacionado con la leche. Halil designaba en esta imagen una forma muy conreta del hundimiento de los bebs.
Figura 13
Si consideramos ahora el conjunto de- estefragmento
- clnico, notamos que, ms all del proceso primario que
Figura 12
:230
Halil fue a buscar estas imgenes en l real. Luego, lasha trabajado, marcado, firmado. Mi hiptesis es que este
trabajo de bsqueda, de marcar simblicamente las imgenes, viene a suplir un defecto del registro imaginario
en l, que haca problemtica la organizacin de las representaciones propias del registro inconsciente.2
Figura 1.
.
Halil rodea entonces ^mi . cabeza con la cortina y cm,
pieza: "Tatataznik .coucou!",Ya .que me pellizca la nariz, le pregnto si ni 1a - quiere sacar. Me contesta: "No,
el noeil !"*. Le recuerdo que eso se cunta pero no se hace.
Entonces 'dice: "Konici... ijia pequea, beb a pop." i,Se
trata de: Popi o d . poape .- (meca)? . D todos modos,
durante sus vacaciones en :Kenya; en Trqua, arroj a
su Mueca Por la ventana y la'perdi.. En Konya haba
muerto la hermana pequea. .
. No tengllmpo de decirle algo.-yaqueeat hurgando
ansiosainente en sU carpeta mientras declara: "Seoraseor, busca!". Queriendo ayudarlo, por temor a que haga
caer todo, le propongo equivocadamente la imagen que
haba nombrade en una sesin anterior, Seora Queso (figura.16). Muy enojado, la rompe, diciendo: "T! Colorado." Dice la direccin del centro 'donde lo recibo, y agrega:
"Es bueno!". 'Sin embargo, est muy agitado y tendr
- dificultades pra tranquilizarse.
Figura 16
Hasta ese momento, el queso haba permitido a Halil
mantener el mito de un reproduccin por Una divisin
22 Despus de mi error, que tuvo aparentemente un valor de interpretacin, Halil me hizo notar que al dorso de la pgina de esta
publicidad, se encontraba la foto del seor Shirac en compaa de
una dama y me declar que este seor era Intendente maire en
francs-- que es homnimo de mere madre.
236
ra bien, Halil siempre ha nombrado/ sta imagen, sosteniendo a ultranza su noininacin; queso; como si representara la misma amenaza de ser tragado que su mito
sobre la reproduccin por divisin en dos partes.
Algunas sesiones ms tarde, retomar la imagen de
Seora queso para dibujarle sobre la panza lo que l llamar un qigek una flor en turco. En esa misma poca,
uno de. los dioses cuyo culto coinparte con su madre en
los supermercados es la marca Yoplait. Cundo encuentra la publicidad en las reviltas que hojea, .s.e detiene
regularmente y se apresur a colorear el logo, que es
justamente una flor pequea;(figur.l.8).
Yoplait ha entrado enau vida per intermedio del nombre de uo de s'in 'productos: 1 los Yokos. ..ReCordemos que
este nombre ha constituido panal Halil la- primera posibilidad de nombrar la ausenCia, la falta. yoko significa no
hay en turco.23 'Y me parece que la pequea flor, emblema
de Yoplait, . e ha brindado un soporte para la representacin de la prdida, ya que hablando turco con su madre,
siempre quiere nombrar 9ig las hojas muertas cadas de
los rboles.(Son estas hojas las que, por el atajo de la
homofona posible, nos permitieron hablar de la pequea
hija muerta de la madre, su hermana mayor.)
He necesitado mucho tiempo para darme cuenta de
que las publicidades de Yoplait difundan el "mitema"
de la reproduccin por divisin en dos partes --jel frasco
de yogur que sale de una mueca rusa! (figura 18). Deb
darme cuenta, ya que en mi consultorio hay una serie
de muecas rusas idnticas; han captado la atencin de
Halil muy tempranamente ya que las .separaba mientras
las nombraba yengeler tas, justamente
.
El dibujo se instalar en Halil dos aos ms tarde, en
toda la legibilidad de su despliegue espacio-temporal..
En aquella poca, raras veces dibujaba en hojas de
papel; en alguna ocasin, se decida sin embargo a trazar formas sobre un gran pizarrn negro, en la habita"Vase captulo 3. 0 yok puede traducirse por l o ella est ausente.
237
Figura 18
cin donde lo reciba. Si bien es cierto que desde haca
algunos meses haba adquirido la capacidad motriz de
coordinar el trazo, su grafismo se mantena indescifrable ya que no inclua ningn recorte. La sobreimpresin
de los trazos daba por resultado un paquete sin forma de
lneas, una suerte de garabato. Sin embargo, siguiendo
paso a paso la ejecucin, crea entrever por momentos el
trazo de una letra, o bien algunas formas, como la de
una casa. Gracias a las notas de la Dra. Seneschal, siguiendo el orden de aparicin d.e los diferentes trazos,
pudimos hacer un anlisis espacializado que el dibujo
final de Halil haca imposible.
238
1/
7) al hombrecillo que haba dibujado, suspira profundamente y dice: "No est aqu."
Todo eso ha ocurrido muy rpidamente. Frente al resultado final (figura 19)25 , frente a estas sobreimpresiones sucesivas, me pregunto si no se trata simplemente de un garabato, y si n- o he soado en voz alta que se trataba de una
escritura de la cual cada trazo corresponda tal como un
ideograma a la representacin de un pensamiento. Tengo la impresin de haber querido imponer escansiones
significantes donde no haba significacin ninguna.
recubre (lnea
u)
1 (5) 1
t_70
ce
Figura 19
La fig. 19 corresponde a la copia hecha en el : momento por l
Dra. Seneschal.
25
240
241
242
Figura 20
Figura 21
j,
243
do construir un ideal del yo. Veremos que este nio haba quedado capturado en la imagen especular materna,
lo que tuvo consecuencias dramticas en ocasin del nacimiento de un hermanito.
244
245..
I/
Captulo 10
SI LA ENVIDIA NO PUEDE DESEMBOCAR
EN LOS CELOS, EL FANTASMA
NO PUEDE POSICIONARSE1
247
desaparece a veces por debajo de onomatopeyas o de ruidos guturales. Vuelve a recurrir a los nombres de marcas.
En la vspera del nacimiento de su hermano, ya que
repite que se va a comprar un beb y que repite sin cesar
las marcas Phillips y Sony, le propongo hablar de eso
con su madre. Le digo a ella, con seriedad, que su hijo se
pregunta de qu marca es el beb que va a ser comprado:
Phillips o Sony? La expresin comprar al beb no le
molesta: es de este modo que se anuncia un nacimiento
en su cultura. Pero la interrogcin sobre la marca del
nio la hace vacilar. Luego se recompone, entiende de
qu se trata, y contesta radiante: "Pero por supuesto!
Ser un beb Seyyare" su apellido de soltera. Mientras la
escucha, su hijo dibuja un hombrecillo con barba. Le pregunto si conoce a alguien que tiene barba. Por supuesto,
sus hermanos llevan barba, ya que son todos Hajj, o se.
que hicieron el peregrinaje a La Meca en oportunidad de
la fiesta del carnero. El padre de Halil no es un Hajj.
Ya notamos que el apellido de su padre no era portador de un trazo diferencial que le hubiera permitido sostenerse en un corte con el gran todo materno, ni de un
trazo metafrico de algn lugar flico a los ojos de la
madre. Al nacer su hermano, Halil se encuentra en una
situacin sin salida, tomado en esta relacin mortfera
de absorcin especular en relacin con su hermanito.4
48
94.0
11
Halil a su lado. Parece ms bien contento y me interpela
para que vea al hermanito. Es en este momento, como en
un cuento de hadas, que varias mujeres del equipo
irrumpen en la sala de espera con exclamaciones de entusiasmo. Rodean al recin nacido, parecen ignorar la
existencia de Halil, que est apartado del centro de la
escena. La madre goza visiblemente de la admiracin
general producida por su beb.
Veo a Halil ponerse lvido, petrificado, luego dirige
una mirada amarga sobre su hermano, que contesta con
sonrisas a todas las miradas que lo rodean. Mido en seguida el carcter dramtico de la situacin. Esas miradas, que son nicamente para el beb, son vitales para
Halil, l que empez tan tarde a mirar y que ha sido
mirado l mismo durante tanto tiempo como un puro
real.' Para l, el destete de una mirada fundadora del
Otro primordial todava no se efectu. Aqu est, plido,
y tengo el presentimiento de que algo que acababa de
instaurarse vuelve a caer. Luego se recompone, corre
haca su hermano para darle un beso, le muerde el pie
cosa que hace llorar al hermanito y protestar a la madre, y se va dignamente hacia mi consultorio.
Recuerdo haber pensado entonces que bamos a trabajar los celos fraternos, pero no qued ninguna huella
de ello. Durante los cuatro meses siguientes, Halil atraviesa a menudo momentos bastante largos en los cuales
su lenguaje se desorganiza, su cuerpo se vuelve el lugar
de expresin de ruidos guturales, difciles de imitar, una
suerte de explosiones sonoras, emitidas nicamente por
el sujeto de un desprecio gozoso. Esos momentos alternan con secuencias en las cuales puede poner en escena
una familia utilizando pequeos personajes. En todas
'Hago aqu referencia a un concepto empleado por Lacan a propsito del esquema ptico. A propsito del uso de este ltimo en la
clnica del autismo, vase M.-C.Laznik- Penot, La Psychanalyse
l'preuve de..., op. cit.
250
las escenas, una constante: nada tiene que separar nunca al beb de la madre. Hay otros nios en la escena,
pero un poco apartados, mientras el beb y la madre forman una unidad indisoluble y como sagrada.
No solamente no escenifica ninguna representacin
de celos, sino que rechaza con vehemencia mis intentos
de introducir la figura de un hermano celoso que querra
apartar al beb. Halil se queda con la escena fija e inmutable de la completud materna. ;Esta escena lo aniquila
en tanto sujeto. Se hunde en undesprecio en el cual parece complacerse.
La institutriz y la ortofonista, que lo toman en sesiones individuales, declaran que a veces parece no haber
nadie a quien dirigirse salvo cuando uno se enoja con l.
La muerte del hermano
En julio, cinco meses despus del nacimiento del beb, Halil no viene durante dos semanas. Eso haba ocurrido pocas veces, pero no me percato en seguida de la
situacin, ya que yo misma haba estado ausente por
enfermedad durante ese perodo. Su hermano lo acompaa, y, en el momento, no me doy cuenta de que los dos
nios estn muy plidos.
En el consultorio, Halil me cuenta de entrada una
historia que me parece literalmente inverosmil: "No
hay ms beb. He comido una zanahoria, entonces he
dado una zanahoria a M. (el beb), entonces llegaron los
bomberos, entonces M. se muri y pap se fue con M. en
avin a Turqua."
Tengo un momento de vacilacin, me pregunto si no
se trata del famoso fantasma, aun cuando este nio no
haya podido expresar todava ninguno. Como insiste,
termino proponindole ir a buscar a su hermano. Este,
con la cara plida, me confirma ntegramente todo lo
que se ha dicho. Agrega que es la razn por la cual Halil
no haba vuelto a su tratamiento, y que hoy, l, el hermano de doce aos, ha tomado la iniciativa de volver a
251
ti
'2.5a
254
"La posibilidad de esta sustitucin metafrica no depende nicamente del nio sino tambin de la que ocupa el lugar del Otro, la
madre. Tal como lo vimos en el captulo 5, la constitucin misma del
objeto a depende de la posibilidad del Otro parental de vivenciarse
como pudiendo ser ahuecado, como soportando l mismo la incompletud.
255
111
riencia crucial, es efectivamente porque el sujeto barrado vendr yo agregara o no vendr a constituirse all. En efecto, el sujeto barrado puede no constituirse,
aterrorizado por la emergencia de su deseo.
En su seminario sobre La Identificacin, Lacan dice
textualmente que el objeto que se constituye como objeto
perdido remite a una prdida en la imagen misma, a una
prdida en el yo. Por eso el sujeto barrado no puede
instaurarse ms que con la condicin de soportar esta
prdida en la imagen, ese "retumbar del deseo hasta- lo
ms ntimo de su ser, esa amenaza que lo conmueve en
sus fundamentos mismos, al revelar, su falta fundamental."" Estamos entonces convocados a pensar que, en
ciertos casos, la subjetivizacin no es suficiente - para
permitir la instalacin del fantasma.
En Los Cuatro Conceptos fundamentales... ,12 Lacan
hace una distincin entre celos e invidia. Considera a la
escena agustiniana como momento fundador de esta envidia, cuando el otro no es nada para el sujeto, sino la imagen fundante de su deseo, frente a la cual l se pone plido, porque ella es la imagen misma de una completud que
se cierra. sobre s-misma. En cuanto a los celos fraternos,
tienen lugar en el sujeto ya subjetivizado, barrado', y por
eso, separ...lo de su semejante al que puede considerar
como un otro y, por ende, odiar alegremente.
Cuando Halil se pone plido frente a las miradas
admirativas que envuelven a su hermano, est en la posicin del sujeto afectado por el. i/ Si, sujeto de la
autodestruccin pasional lvida. El objeto a es aqu la
mirada del Otro refractada en estas miradas de laS
mujeres alrededor del beb; El sujeto Halil torna consciencia del objeto a al mismo tiempo que comprende que
se encuentra privado del mismo por este otro nio
"Esta evolucin deficitaria sera a mi entender el efecto dei tropiezo del posicionamiento del deseo, y no la causa del autismo, como
cierta tendencia defectuosa organicista parece proclamar.
257
41'
frente al espectculo: efecta entonces una regresin
que podr desembocar, segn los destinos del yo, en una
psicosis esquizofrnica o en una neurosis hipocondraca."" En vez de aniquilar al otro, gratuitamente, por
placer como dice Lacan mencionando la riqueza de los
juegos fantasmticos de los nios en oportunidad del
nacimiento de un hermano menor es l mismo a quien
Hall aniquila. En vez de consumar la prdida del objeto
materno, se ofrece ala recomposicin de su unidad totalizadora. Esta recomposicin produce un goce mortfero;
el que est antes del destete, el goce de ser tragado.
No es extrao entonces que Halil me haya dado la
oportunidad de ver repetitivamente esta imagen de
completud beb-madre, frente a la cual se hunda en el
desprecio, mientras mis esfuerzos de abertura de un espacio imaginario al fantasma de los celos se revelaban
completamente infructuosos.
La mordedura
Si la imagen de la completud materna es tan mortfera
para Halil, Su gesto de besar-morder el pie del hermanito podra pasar por el intento de marcarlo con una falta,
una incompletud. Recordemos que una de las primeras
veces que Halil pudo sostener un enunciado en tanto
"yo", lo hizo mordiendo a la madre y declarando: "He
mordido".15 En la escena de la sala de espera, su intento
an irrisorio, fallido apunta a producir un ahuecamiento, un corte anlogo al rasgo unario del cual habla
Lacan. Nos vemos llevados a interpretar el acontecimiento que caus la muerte del hermano como un efecto
de transitivismo ms que un verdadero deseo de des-
el nombre. Le sugiero entonces que Halil habr escuchado mencionar el tema en la casa. De ninguna manera me
dice, ni su marido, ni sus hijos, han hecho alusin al
tema. Quizs entonces haya hablado con sus hermanos o su madre por telfono? En efecto, se han hablado
todos por telfono, pero nadie mencion al padre muerto.
Su propia madre est enferma, y es de ella que se ha
hablado. Pens mucho sobre aquello, pero no se haba
animado a hablar con alguien hasta ahora, ya que nadie
haba tocado el tema con ella.
Le digo que quiz, ya que es hija nica, estaba ms
ligada a su padre. Me contesta que cuando tena doce
aos, su padre haba ido a trabajar a Europa. Lo haba
visto poco despus; por lo tanto, duda de que pueda estar muy ligada a l. Como le hago notar que a los doce
arios muchas cosas ya han ocurrido, me repite una vez
ms que no recuerda nada de su infancia. Luego enumera nuevamente a sus hermanos: un hermano cuatro
arios mayor que ella, un hermano menor, nacido cuando tena tres arios, el siguiente, nacido cuando este ltimo tena cuatro arios. Le digo: "Cuatro y tres siete: tena
entonces siete aos." Y de repente se acuerda: eso debi
ser terrible para ella, tuvo que dejar de ir a la escuela
para ocuparse del beb, ya que los dos padres trabajaban en los campos. Se haba puesto muy triste porque
los estudios eran muy importantes para ella. Ahora
sabe gritar, pero en aquella poca no dijo nada. Todos
sus hermanos han hecho muchos estudios. Su padre
tambin lea mucho, en rabe y en turco. Mientras ella
slo puede leer el Corn, sin ser capaz de traducirlo. En
cuanto a su marido, no puede siquiera leerlo...
Subrayo simplemente que tena, al nacer su tercer
hermanito, la misma edad que Hall cuando naci el
beb. Se pone pensativa:
Nunca volvimos a hablar de lo que se dijo en esta sesin. Pero la madre nunca volvi a acusar a Halil, como
si algo se hubiera dado vuelta en ella en lo que se refiere
al lugar donde haba podido colocar a su hijo.
262
est conservada en toda su complejidad. Son cantos religiosos turcos. Halil los escucha, parece, todo el da, pero
la madre est furiosa; no quiere prestarle los casetes porque los arruina. En efecto, Halil quiere aprender algunos
cantos de memoria, de modo que de tantas idas y vueltas,
se equivoca a veces de botn y borra los pasajes. Los
casetes se han vuelto casi inaudibles. Despus de largas
conversaciones a propsito de la importancia de lo que se
juega alrededor de estos cantos, la madre logra encontrar
otros originales de los cuales hago hacer copias para Halil
quien, por otro lado, no volvi a arruinarlos.
Durante todo un perodo, trato de volver a transcribir
algunos fragmentos de las frases cantadas por Halil
para pedir su traduccin a la madre." Finalmente, es 'l
quien dicta a su madre algunos cantos, a los cuales parece estar muy apegado. La madre vuelve a leer las frases
tratando de traducrmelas. Pero es a partir del momento
en que capto algunos fragmentos que tienen significacin para m, que los mismos, en espejo, constituyen un
mensaje para la madre." Sin que pueda aprehender el
sentido exacto, los pedazos de frases que la madre traduce parecen aludir a la muerte precoz y al destino ineludible, y expresar aquello con mucha sensibilidad.
Decido pedir a una traductora que escriba en francs las
notas que, bajo el dictado de su hijo, la madre ha tomado
de los fragmentos de canto que l ha elegido. A continuacin siguen dos extractos de estas traducciones:
Estabas como un rbol joven en este mundo mortal
Te han arrancado las races, t te das cuenta?
Tu hoja se ha secado, tu rosa se marchitar
El ngel de la muerte golpear a tu puerta.
Luego:
Tus dientes han cado, t te das cuenta?
Tu cuerpo est podrido, t te das cuenta?
Nunca piensas en morir,
No abandonas la risa,
Hay una solucin para no poner la camisa blanca Sin
cuello?
Sobre tu pelo todo negro caer la nieve,
Tu hoja secar, tu rosa se marchitar.
Segn la madre, que los compara con lo que escucha
en los casetes, algunas variantes seran creaciones de
Halil. Me explica tambin que la rosa es una referencia
al nio en su pas. Tenemos aqu ala madre de Halil
designando espontneamente una metfora!
Adems de su capacidad para elegir los textos, el reconocimiento de su aptitud real para el canto cambi la
mirada de sus padres sobre Halil. Este don era por otro
lado compartido con uno de los primos del lado materno
que viva en Alemania; primo prestigioso, ya que pronto
se convertir en imn. Por primera vez, la imagen de
Halil se vuelve flica a sus ojos.
Estos cantos podrn tener lugar de nombre del padre,
o sea representar para Halil la pertenencia a un "Heim",
a un "familiar". Podrn permitirle inscribirse en un linaje, aqul de una familia musulmana en la cual el trabajo
sobre los textos sagrados implica un reconocimiento?
La cuestin de la responsabilidad del sujeto
Se puede hablar para Halil de una subjetivizacin a
priori, despus del acto, habiendo implicado la muerte
de su hermano?
En el curso de jornadas consagradas a la responsabilidad del sujeto, Fetih Ben Slama ha hecho una exposicin sobre lo que, en el Islam, inaugura la posibilidad de
la subjetivizacin. En su opinin, si en la teologa cris265
19 Halil se encontraba en primer lugar en una clase de perfeccionamiento de una escuela privada, donde se someta bastante bien a
las exigencias del medio escolar normal. Como consecuencia de la
Me parece que esta oposicin sirve para paliar la imposibilidad del nio de encontrar un soporte identificatorio
al trazo, en tanto remite al nombre del padre. Ese es el
problema actual para Halil. En su ms tierna infancia,
las experiencias de satisfaccin no se han repetido de tal
manera que La Cosa y el objeto puedan constituirse convenientemente. Pero en l; el Nombre-del-Padre tampoco
pudo jugar el papel que.hubiera permitido la constitucin
de un ideal del Yo distinto al,Yo ideal. Hubiera podido
escapar de la fascinacin de la'imagen de completud materna. . Podemos sin embargo pensar que el intento de
"cura" por intermedio de los cantos religiosos fue un
trmite dirigido a hacer circular la palabra del Otro, palabra que recuerde un orden simblico preexistente al
nacimiento y a la muerte mismos. Y aquello se configura
no para aplacar una culpabilidad todava mal establecida, sino para permitir a Halil encontrar una salida a una
frustracin radical que la muerte del beb no solucionaba, ya que en sus representaciones el beb ocupaba siempre el lugar central de la familia.
Me he enterado de que Halil, que acaba de cumplir
once arios, que habla perfectamente dos idiomas y que tiene un grado de autonoma razonable para su edad, tiene
todava a su madre limpindole la cola. Me vi en la obligacin de prohibir a su madre el cuerpo de su nio. Tuve
as que sostener una palabra paterna que no haba intervenido en la situacin."
Ya que Halil deba viajar a Turqua al comienzo de
las vacaciones de verano, tiempo que quera consagrar a
267
11
266
41
268
CONCLUSION
cuenta. Lene que haber constituido previamente una relacin con su semejante en el espejo, experiencia que le
permite envolver a su yo de un moi que va a ubicar en su
imagen especular. Esta operacin slo es posible si el
nio establece un lazo con un Otro (lugar ocupado en la
transferencia por el analista) capaz de soportar algo de su
propia incompletud.
Nos damos cuenta entonces, asombrados, de que la
experiencia del sujeto supone la prdida de algo vivido
como perteneciendo al cuerpo del nio. Esta experiencia
traumtica parece tener un valor fundente, como si no
existiera la posibilidad de sujeto ms que por intermedio
de un prdida, de una cada.
La escuela llamada cognitivista atribuye la imposibilidad de invertir los pronombres personales a una incapacidad constitutiva del nio. Me parece que, lejos de
constituir una prueba de deficiencia, es ms bien
indicadora de los caminos y de las trampas posibles de
la cuestin del sujeto.
Con un nio autista, como ya he sealado, podemos
hablar de psicoanlisis al revs, ya que se trata de permitir, en primer lugar, que la alienacin constitutiva del
moi se posicione, que el sujeto del enunciado tenga la
posibilidad de emerger. Slo entonces podr p -Lantearse
la pregunta por el sujeto de la enunciacin, del sujeto del
deseo. Lo que no quiere decir necesariamente que se va a
resolver. El material clnico de la cura de un nio
autista puede aclararnos este momento fundador de prdida en el cual el objeto y el sujeto del deseo se van a
constituir, siempre de manera simultnea. Sin embargo,
hemos visto que esta empresa poda fracasar; el sujeto
hubiera podido naufragar en el desprecio para no enfrentar la experiencia crucial del momento lgico
fundante de su deseo. El objeto del deseo constituyndose slo como objeto perdido, implica necesariamente una
prdida concomitante en el moi mismo. Esta revelacin
de su falta fundamental es una amenaza que algunos
autistas no pueden soportar. En ellos, ningn fantasma
podr posicionarse; habr un fracaso de la constitucin
270
271S
FUENTES
27.3
274
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11.10. 1983.
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Les
Etats autistiques chez l'enfant, tr.fr. Ch. Oler, M.
_INDICE
Introduccin
11
Captulo 1
La traduccin en una cura
17
Captulo 2
Cortes mutilantes y cortes estructurantes 51
Captulo 3
Reconocimiento de una falta en la madre y
apertura de un espacio imaginario en el nio 69
Captulo 4
El caso Mourad
85
Captulo 5
Los no del padre
111
Captulo 6
Cuando yo es un otro, t no puede advenir yo 125
Captulo 7
Del estribillo autista al chiste
153
279
Captulo 8
Captulo 9
La suplencia de la representacin en
un nio posautista (retorno a Halil)
Captulo 10
Si la envidia no puede desembocar en los celos,
el fantasma no puede posicionarse
247
Conclusin
269
Fuentes
273
280