La Columna Minera de Riotinto
La Columna Minera de Riotinto
La Columna Minera de Riotinto
Comandante que por la cuesta de Castilleja bajaban gran nmero de camiones y coches ligeros
pensando en ese momento fuesen los mineros de Ro Tinto los que venan en ellos, por lo cual
se hizo alto antes de salir a la carretera general en cuyo momento de uno de los coches que
iban en vanguardia bajaron tres siendo reconocidos uno de ellos por el que depone al
diputado socialista Juan Gutirrez Prieto que iba acompaado por un tal Lorenzo dirigente
socialista que call [sic] del coche y del diputado federal Cordero Bel que emprendieron huida
hacia Huelva.
Justo despus se oy un Alto a la Guardia Civil! Y empezaron los disparos sobre los
vehculos que transportaban a los civiles. El coche en el que viajaba Cordero Bel dio la vuelta,
dejando a sus dems ocupantes en medio de una desbandada general y en el caos provocado
cuando los disparos de los hombres de Haro alcanzaron al camin en el que se transportaban
los explosivos. Sobre el suelo quedaron veinticinco cuerpos inertes y los restos de algunos de
los vehculos destrozados por las balas y la explosin; otras 71 personas fueron capturadas y
encarceladas hasta, el 1 de septiembre, ser cumplida la sentencia del Consejo Sumarsimo,
celebrado dos das antes y que conden a muerte a 67 milicianos. Manuel Rodrguez Mndez
fue condenado a veinte aos de prisin mayor por ser menor de edad, otros tres no
consiguieron sobrevivir al cautiverio en la prisin improvisada en la que se convirti el barco
de vapor Cabo Carvoeiro.
Ricardo Limia, el testigo mencionado ms arriba, resuma el episodio diciendo que nos
estaban esperando como lobos y, de alguna forma, se felicitaba recordando que La suerte
que tuvimos, fue que los nacionales no tenan ametralladoras, si no, no quedamos ni uno.
Sin embargo, los sublevados contra la II Repblica s que disponan de ametralladoras. De
hecho, en la hoja de servicios de Antonio Morillos se puede leer que estaba al mando de una
seccin y con una ametralladora actu enrgicamente con fuerzas tan exiguas colocndose en
vanguardia, abriendo personalmente un fuego eficacsimo, lo que, unido a su arrojo y valenta,
siendo en todo momento el primero en atacar y dando un alto ejemplo a sus hombres, influy
de una manera decisiva en la victoria, desmoralizando al enemigo al que caus veinte
muertos contribuyendo tambin en gran parte de la captura de prisioneros, puesto que con
varios guardias civiles se lanz a su efectiva y eficaz persecucin.
A pesar de esto, la gloria fue para Gregorio Haro; que en adelante pas a ser el hroe de La
Paoleta, fue nombrado Gobernador civil de Huelva a su cada en manos de los rebeldes y
condecorado con la Medalla del Mrito Militar en una ceremonia multitudinaria, presidida por
Queipo de Llano, el 31 de agosto de 1936; cinco das despus de la toma de la Cuenca Minera
de Riotinto y en la misma ciudad de la que sali en la tarde del 18 de julio. Slo estuvo al
mando del Gobierno Civil onubense durante seis meses, tras los cuales fue apartado a causa de
ciertos escndalos en las incautaciones de bienes de los represaliados; pero que fueron ms
que suficientes para que algn que otro poeta ensalzara su figura en versos como los que
siguen:
Huelva te debe a ti, noble patricio,
que no se consumara el sacrificio
decretado por brbaras ideas
El ngel bueno de mi Huelva eres,
pues salvando el honor de sus mujeres,
la salvaste tambin Bendito seas!
Ni que decir tiene que el propio Haro aliment la leyenda en torno a su nombre; como
demuestra su versin acerca de los hechos que lo hicieron hroe, publicada en La provincia del
5 de septiembre de 1936, donde afirma que a ocho metros de distancia me volaron 60 kilos
de dinamita. Es decir, hicieron volar un coche que iban utilizando y que era propiedad del
director de la Compaa de Ro Tinto. Cierto que uno de la columna de dinamiteros me dispar
seis veces. Y yo al disparar contra l lo hice caer herido. Entonces el individuo en cuestin
prendi fuego a la dinamita que llevaba el coche y que produjo la explosin a la que antes
aludo. Los dems huyeron en desbandada y nosotros acudimos a ellos logrando coger a 71,
que se hallaban escondidos entre los camiones.
Ms all de leyendas, algunos de los mineros que se integraron en aquella columna
consiguieron huir y llegar a sus casas; mucha gente corriendo, como yo, a travs de la
sierra, recordaba Ricardo Limia. Otros, con ms suerte, en alguno de los vehculos que
lograron dar la vuelta y dirigirse al punto de partida.
Al respecto, el mismo 19 de julio a las diez de la noche, Lawrence Hill le cont a su esposa
que ahora hay cinco coches aparcados cerca de nuestra puerta de atrs incluyendo el de
Harding, que fue devuelto esta noche Sin manchas de sangre! Aparentemente ha estado en
Sevilla con los dinamiteros pero haba escuchado la batalla de lejos y respaldado por el polvo
dio la vuelta apresuradamente.
El nervense que relat, en la crnica ya mencionada, lo que ocurri en su pueblo narr la
llegada de un joven, de unos diecisis aos, que consigui llegar a pie, atravesando montes y
barrancos asegurando que un da lo vimos aparecer y lo vimos con pena. Tan derrotado vena
en su aspecto fsico como en su aspecto moral. Horror daba mirarlo. Era una pobre ruina de
hombre. Vena horrorizado y contaba con tintes terrorficos el encuentro de los mineros con la
Guardia Civil en la paoleta de Sevilla.
Con la llegada de los primeros supervivientes, lo hicieron tambin las noticias de aquella
derrota y, quizs como revancha, la noche del 19 al 20 de julio de 1936 ardieron las parroquias
de los pueblos mineros. Definitivamente, la guerra civil haba empezado y, ms tarde o ms
temprano, los golpistas llegaran para tratar de incorporar aquellas minas al territorio bajo su
control.
Y lo hicieron, el 26 de agosto, sin problemas que no pudieran solucionar la artillera, los
bombardeos areos y lo fusiles Pero esa es otra historia