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Bernstein - La Santa Alianza
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PABLO II)
La Santa Alianza
Por CARL BERNSTEIN1
Domingo, 24 de Junio, 2001
2 25 millas
Abajo Yalta
Segn algunos ayudantes que compartan la visin del mundo de sus jefes, Regan
y Juan Pablo II rehusaban aceptar un hecho poltico fundamental de su poca: la
divisin de Europa decretada en Yalta y el dominio comunista de Europa Oriental.
Estaban convencidos de que una Polonia libre, no comunista, sera un pual en el
de su
Reagan lleg con ideas muy simples y a las que estaba fuertemente aferrado
dice el almirante norteamericano Bobby Inman, ex director de la CIA. Es un punto
de vista vlido el de que l vea llegar el colapso (del comunismo), y lo impuls y
con fuerza. Durante la primera mitad de 1982 surgi una estrategia compuesta
de cinco partes, dirigida a lograr el colapso de la economa sovitica, debilitando
los lazos que unan a la URSS con sus Estados clientes del Pacto de Varsovia.
Esa estrategia inclua:
El fortalecimiento de la defensa de Estados Unidos, ya comenzada, tendiente a
hacer que fuera demasiado costoso para la URSS competir militarmente con los
Estados Unidos. La Iniciativa de Defensa Estratgica de Reagan Star Wars
se convirti en pieza maestra de esta estrategia.
Operaciones encubiertas tendientes a alentar movimientos reformistas en
Hungra, Checoslovaquia y Polonia.
Ayuda financiera a los pases del Pacto de Varsovia, proporcional a su
disposicin para proteger los derechos humanos y a emprender reformas polticas
y de mercado libre.
Aislamiento econmico de la Unin Sovitica, y privacin de tecnologa
occidental y japonesa a Mosc. El gobierno de Estados Unidos puso especial
empeo en que la URSS no obtuviera lo que sta esperaba que fuera su principal
fuente de divisas en el siglo XXI: post-beneficios de un gasoducto transcontinental
que llevara gas natural a Europa Occidental. El gasoducto de 5.800 km, que va de
Siberia a Francia3, se inaugur como estaba previsto el 1 de enero de 1984, pero
en una escala mucho menor de lo que esperaban los soviticos.
Utilizacin creciente de Radio Libertad, la Voz de Amrica y Radio Europa
Libre, para transmitir los mensajes del gobierno de Estados Unidos a los pueblos
de Europa Oriental.
Sin embargo, en 1982 ni Reagan ni el Papa podan prever la llegada de un lder
sovitico como Mikhail Gorbachov, el padre del Glasnost y de la Perestroika. Sus
3 3.600 millas.
La represin
La campaa de Washington y el Vaticano para mantener con vida a Solidaridad
comenz inmediatamente despus de que el general Wojciech Jaruzelski declar
la ley marcial el 13 de diciembre de 1981. En aquellas horas sombras, fueron
cortadas las comunicaciones de Polonia con el mundo no comunista; fueron
detenidos 6.000 dirigentes de Solidaridad; centenares de ellos fueron acusados de
traicin, subversin y contrarrevolucin; nueve fueron muertos, y el sindicato fue
proscripto. Pero miles de otros pasaron a la clandestinidad, y muchos buscaron
proteccin en iglesias y casas de sacerdotes. Las autoridades asieron a Walesa
bajo custodia y lo internaron en un remoto pabelln de caza.
Poco despus de que las fuerzas de seguridad salieran a la calle, Reagan llam al
Papa para pedirle su opinin. En una serie de encuentros en los das inmediatos,
Reagan analiz sus opciones. Tuvimos un gran revuelo en el gabinete y en el
Consejo
Nacional
de
Seguridad
contrarreacciones recuerda
para
tratar
de
armar
un
men
de
sanciones que por su impacto hubieran aplastado a Polonia, hasta hablar tan
duramente que hubiera podido crear otra situacin como la de Hungra en el 56
de Checoslovaquia en el 68
Haig envi al embajador viajero Vernon Walters, devoto catlico, a ver a Juan
Pablo II. Walters lleg poco despus a Roma y tuvo encuentros separados con el
Papa y el cardenal Casaroli, Secretario de Estado del Vaticano. Ambas partes
estuvieron de acuerdo en que la llama de Solidaridad no deba extinguirse; que los
soviticos deban convertirse en el centro de una campaa internacional de
aislamiento, y que el gobierno polaco deba ser sometido a presin moral y a una
limitada presin econmica.
Segn fuentes de inteligencia norteamericanas, el Papa ya haba aconsejado a
Walesa, a travs de canales eclesisticos, que mantuviera a su movimiento
operando clandestinamente, y que pasara la consigna a los 10 millones de
miembros que no deban salir a la calle y arriesgarse a provocar la intervencin del
Pacto de Varsovia o una guerra civil con las fuerzas de seguridad polacas. Como
los comunistas haban cortado las lneas telefnicas directas entre Polonia y el
Vaticano, Juan Pablo II se comunicaba con el cardenal Jozef Glemp, en Polonia,
por radio. Tambin despach a sus enviados a Polonia para que le informaran
sobre la situacin. La informacin del Vaticano era absolutamente mejor y ms
rpida que la nuestra en cualquier aspecto dice Haig.. Si bien tenamos
algunas excelentes fuentes propias, nuestra informacin tardaba demasiado para
filtrarse por la burocracia de inteligencia
In the first hours of the crisis, Reagan ordered that the Pope receive as quickly as possible
relevant American intelligence, including information from * a Polish Deputy Minister of
Defense who was secretly reporting to the CIA. Washington also handed over to the Vatican
reports and analysis from Colonel Ryszard Kuklinski, a senior member of the Polish general
staff, who was a CIA informant until November 1981, when he had to be smuggled out of
Poland after he warned that the Soviets were prepared to invade if the Polish government did
not impose martial law. Kuklinski had issued a similar warning about a Soviet military action
in late 1980, which led the outgoing Carter Administration to send secret messages to Leonid
Brezhnev informing him that among the costs of an invasion would be the sale of sophisticated
U.S. weapons to China. This time, Kuklinski reported to Washington, Brezhnev had grown
more impatient, and a disastrous harvest at home meant that the Kremlin did not need
mechanized army units to help bring in the crops and instead could spare them for an invasion.
"Anything that we knew that we thought the Pope would not be aware of, we certainly brought
it to his attention," says Reagan. "Immediately."
En las primeras horas de la crisis, Reagan orden que el Papa recibiera, con la
mayor rapidez posible, cualquier informacin importante que tuviera Estados
Unidos, incluyendo la que obtena de un Subsecretario de Defensa polaco que
La Iglesia trataba de modular toda la situacin dice uno de los funcionarios del
CNS que dirigan los esfuerzos para acortar los caminos de ayuda. Sus dirigentes
[los de la Iglesia] trataban de crear circunstancias que alejaran la seria amenaza
de una intervencin sovitica mientras nos permitan a nosotros mostrarnos cada
vez ms duros. Tomaban parte en prcticamente todas nuestras deliberaciones,
en cuanto a cmo veamos la evolucin de la represin gubernamental, si aflojaba
o se pona peor, y cmo debamos proceder.
En cuanto a sus propias conversaciones con Reagan sobre Polonia, Clark dice
que generalmente eran cortas. Creo que nunca tuve con l una conversacin
privada por ms de tres minutos. Sobre cualquier tema. Puede parecer extrao,
pero tenamos nuestro cdigo de comunicacin. Yo saba adnde quera l llegar
en Polonia. El Presidente, Casey y yo discutamos la situacin polaca
constantemente: operaciones encubiertas; quin estaba haciendo qu cosa,
dnde, por qu y cmo, y las probabilidades de xito.
El Papa mismo, no slo sus representantes, se reuna con funcionarios
norteamericanos para evaluar los acontecimientos en Polonia y la efectividad de
las acciones de los estadounidenses, y enviaba mensajes, orales o escritos, a
Reagan. En casi todos sus viajes a Europa y al Medio Oriente, Casey volaba
primero a Roma para ver al Papa e intercambiar informacin. Pero el principal
emisario entre Washington y Roma sigui siendo Walters, un ex subdirector de la
CIA que trabajaba cmodamente con Casey. Walters vio al Papa quiz una
docena de veces, segn fuentes vaticanas. Walters iba y vena del Vaticano con
el especfico propsito de llevar mensajes entre el Papa y el Presidente, dice el ex
embajador de EE. UU. en el Vaticano, Wilson. No deba saberse que Walters
estaba all. No siempre se hablaba slo sobre Polonia; a veces tambin sobre
Amrica Central o sobre los rehenes en el Lbano.
En los tiempos de Reagan, muchas veces las operaciones encubiertas de EE.UU.
(incluyendo las de Afganistn, Nicaragua y Angola), incluan ayuda letal! A los
insurgentes: armas, mercenarios, asesoramiento militar y explosivos. En Polonia,
el Papa, Reagan y Casey utilizaron el camino opuesto: Lo que tenan que hacer
explica un analista- era dejar que actuaran las fuerzas naturales ya instaladas en
el lugar y no dejar huellas digitales. Lo que emerge d la colaboracin ReganCasey es una operacin cuidadosamente calibrada cuyo alcance era modesto
comparado con otras actividades de la CIA. Si Casey viviera ahora, estara
sonriendo observa uno de sus admiradores involuntarios. En 1991 Reagan y
Casey consiguieron el reordenamiento del mundo que ellos queran.
La directiva secreta
Menos de tres semanas antes de su encuentro con el Papa en 1982, El
Presidente firm una directiva secreta de seguridad nacional (NSDD 32) que
autorizaba una serie de medidas econmicas, diplomticas y encubiertas para
neutralizar esfuerzos de la URSS para mantener su dominio en Europa Oriental.
En la prctica as operaciones encubiertas ms importantes se realizaron en
Polonia. Los principales propsitos de la NSDD 32 eran la desestabilizacin del
gobierno polaco mediante operaciones que incluan propaganda y ayuda a
Solidaridad; la promocin de los derechos humanos, especialmente los
relacionados con los derechos religiosos y de la Iglesia Catlica; presin
econmica, y aislamiento diplomtico del rgimen comunista. El documento,
citando la necesidad de defender los esfuerzos de reforma democrtica en todo el
imperio sovitico, tambin reclamaba el aumento de la propaganda y de las
operaciones de radio clandestinas en Europa Oriental, acciones que los asesores
de Reagan y los disidentes en Europa Oriental consideraban particularmente tiles
para destruir la nocin de la invencibilidad sovitica. Observa el diputado
republicano Henry Hyde, miembro de la Comisin de Inteligencia de la Cmara de
1985 a 1990: En Polonia hicimos todas las cosas que se hacen en pases en los
que uno quiere desestabilizar a un gobierno comunista y fortalecer la resistencia
contra l. Hemos brindado aprovisionamiento y asistencia tcnica en trminos de
diarios
clandestinos,
radio,
propaganda,
dinero,
ayuda
organizativa,
Casi todo lo que tena que ver con Polonia era manejado fuera de los canales
normales del Departamento de Estado y pasaba por Clark y Casey dice Robert
McFarlane, que fue segundo de Clark y de Haig, y luego Consejero de Seguridad
Nacional del Presidente. Yo saba que se reunan con Pio Laghi, y que ste haba
estado viendo al Presidente, pero Clark nunca me dijo cul era la sustancia de las
conversaciones.
En seis ocasiones por lo menos Laghi estuvo en a Casa Blanca y vio a Clark y al
Presidente. Siempre entraba por la puerta del sudoeste para esquivar a los
periodistas. Aun con tan estrecho contacto, no cruzbamos nuestras lneas dice
Laghi. Mi papel principal era facilitar los encuentros entre Walters y el Santo
Padre. El Papa conoca a su pueblo. Era una situacin muy compleja: cmo insistir
en los derechos humanos, en la libertad religiosa y mantener vivo a Solidaridad,
sin provocar ms a las autoridades comunistas.
sacerdotes traa y llevaba mensajes entre las iglesias donde se ocultaban los
lderes de Solidaridad.
En el verano de 1984, cuando las sanciones parecan golpear a los polacos
comunes y no a los comunistas, Laghi viaj a Santa Brbara, California, para ver a
Reagan en la Casa Blanca Occidental y pedirle que levantara algunas sanciones.
El gobierno accedi. Al mismo tiempo, la Casa Blanca, en constante y estrecha
consulta con el Vaticano, se neg a aliviar su presin econmica sobre Mosc,
negndole alimentos, tecnologa e intercambio cultural, como precio por su
continua opresin a Polonia.
Buena parte del equipo destinado a Solidaridad llegaba a Polonia por barco;
muchas veces embalados en contenedores con identificacin de contenido falsa,
enviados desde Dinamarca y Suecia, y desembarcados en Gdansk y otros puertos
por estibadores que trabajaban en secreto para Solidaridad. Funcionarios del
gobierno de EE.UU. afirman que el gobierno socialista de Suecia y los sindicatos
suecos desempearon un papel importantsimo en la organizacin de los envos
de bienes a Polonia. Desde los muelles polacos, los equipos eran levados hasta
su destino en camiones y coches particulares conducidos por simpatizantes de
Solidaridad, quienes muchas veces utilizaron a las iglesias, con apoyo de sus
sacerdotes, como punto de contacto para entregas y retiros.
Solidaridad vive!
El gobierno se comunica con la Iglesia dice Derwinski, hoy Secretario para
Asuntos de Veteranos- no por intermedio de la jerarqua eclesistica, sino a travs
de iglesias y obispos individuales. Monseor Bronislaw Dabrowski, auxiliar del
Cardenal Glemp, vena muchas veces a decirnos qu necesitaban; me vea a m,
a Casey, al CNS y a veces a Walters. El Cardenal John Krol de Filadelfia, cuyo
padre haba nacido en Polonia, era el obispo norteamericano ms cercano al
Papa. Frecuentemente se reuna con Casey para hablar del apoyo a Solidaridad y
las operaciones encubiertas, segn fuentes de la CIA y segn Derwinski. .Krol
haca bunas migas con Reagan y era una fuente constante de asesoramiento y de
contacto, dice Derwinski. Muchas veces era l a quien se diriga Casey o Clark;
era el que realmente entenda la situacin.
Para 1985 ya era evidente que la campaa del gobierno polaco para suprimir a
Solidaridad haba fracasado. A juzgar por un informe de Adrian Karatnycky, quien
colaboraba con la organizacin de la ayuda de AFL-CIO a Solidaridad, haba ms
de 400 peridicos clandestinos en Polonia, algunos con una circulacin que
superaba los 30.000 ejemplares. Libros y panfletos que desafiaban la autoridad del
gobierno comunista, se impriman por miles. Historietas para nios adaptaban
fbulas y leyendas polacas, con Jaruszelski mostrado como el villano, el
comunismo como el dragn rojo, y Walesa como el rodo caballero. En hogares y
en stanos de iglesias, millones de espectadores miraban videos documentales
producidos y editados con los equipos que entraban de contrabando.
Mediante equipos de transmisin clandestinos provistos por la CIA y por la AFLCIO,
Solidaridad
interfera
regularmente
en
los
programas
de
radio
y el Presidente. Las crceles se vaciaron; los cargos contra Walesa por calumnia
contra funcionarios fueron levantados, y la economa del pas colaps en una nube
de huelgas, manifestaciones y sanciones.
El 19 de febrero de l987, cuando Varsovia se avino a iniciar un dilogo con la
Iglesia, Reagan levant las sanciones de EE.UU. Cuatro meses ms tarde, el
Papa Juan Pablo II era aclamado por millones de sus compatriotas mientras
cruzaba Polonia, reclamando por los derechos humanos y alabando a Solidaridad.
En julio de 1988, Gorbachov visit Polonia y marc el reconocimiento de Mosc de
que el gobierno no poda desenvolverse sin la cooperacin de Solidaridad. El 5 de
abril de 1989, ambas partes firmaron convenios que legalizaban a Solidaridad y
llamaban a elecciones parlamentarias abiertas para junio. En diciembre de 1990,
nueve aos despus de haber sido arrestado, y su sindicato proscripto, Lech
Walesa se converta en Presidente de Polonia.-