Self-Improvement y neurobiología">
Afectividad y Conciencia
Afectividad y Conciencia
Afectividad y Conciencia
ISSN: 0718-0551
editor@neurociencia.cl
Universidad de La Frontera
Chile
Len, Diego A.
Afectividad y conciencia: la experiencia subjetiva de los valores biolgicos
Revista Chilena de Neuropsicologa, vol. 7, nm. 3, diciembre, 2012, pp. 108-114
Universidad de La Frontera
Temuco, Chile
DOI: 10.5839/rcnp.2012.0703.03
Artculo breve
Resumen
El objetivo del presente escrito es proponer un modelo terico desde la neurociencia afectiva para abordar el problema del origen y funcin de
experiencia consciente, para ello se parte de una pequea discusin acerca del problema epistemolgico, ontolgico y metodolgico que implica construir una explicacin de la subjetividad, entendida esta como el atributo central y bsico de la consciencia. Se contina con la presentacin de algunos de los fundamentos de la neurociencia afectiva, en especial se explora la propuesta de Jaak Panksepp, desde este punto de
vista, la neurociencia afectiva resulta ser un marco conceptual relevante y actualizado para el abordaje de la naturaleza de la experiencia consciente. En este modelo se resalta el papel primordial, bsico y biolgico de los procesos afectivos, los cuales permiten una autoorganizacin de
los parmetros neurodinmicos, a partir de la cual van emergiendo nuevos patrones de actividad orgnica que dan lugar a los diferentes tipos
de subjetividades, estas experiencias subjetiva le permiten al organismo sentir los valores biolgicos de su actuar en relacin con las exigencias
medioambientales. En el ltimo apartado, se presentan algunas consideraciones, se discute sobre el uso desafortunado del concepto de inconsciente, el aporte a problemas de la biotica, y las implicaciones que esta aproximacin podra tener para la sociedad en general y para la psicologa en particular.
Palabras clave: conciencia, subjetividad, neurociencia afectiva, emociones, problema mente-cuerpo
Abstract
The paper aims is to propose a theoretical model from affective neuroscience to treat the problem of roots and functions of the conscious
experience, the paper begins with a short discussion about the epistemological, ontological and methodological problem that implies to build a
subjectivity explanation, understood this as the core and basic characteristic of the consciousness. It is continued with the presentation of some
affective neuroscience principles, in especial is explored the Jaak Panksepp approach, from this point of view, the affective neuroscience result
to be a relevant and updated conceptual framework to treat with the nature of conscious experience. The paper remarks the primordial, basic
and biologic role of the affective process, which lets the autoorganization of the neurodynamics parameters, from which goes emerging new
patrons of organic activity that result in the different subjectivities feelings, this subjective experiences lets to organism fell the biological values
of its action in relation with the environmental challenges. In the last part, are presented some considerations, is discussed about the fortuneless use of unconsciousness concept, the contribution to bioethical problems, and the implications of this approximation on the society in
general and the psychology in particular.
Keywords: consciousness, subjectivity, affective neuroscience, emotions, mind-body problem
Introduccin
La pregunta de por qu y cmo tenemos un conocimiento
consciente del mundo tiene una larga historia en la humanidad
(Len & Castro, 2010; Seager, 2007). En las ltimas dcadas la
indagacin por la conciencia ha vuelto a adquirir una gran
relevancia para disciplinas como la psicologa, la biologa, las
neurociencias, entre otras; sin embargo, an no es claro cmo y
para qu tiene lugar la conciencia (Len, 2010). Para algunos
este fenmeno nunca podr ser explicado (Mc Guinn, 1991);
Correspondencia: daleon@unisanitas.edu.co. Facultad de psicologa, Fundacin Universitaria Sanitas. Direccin: Avenida carrera 7#173-64, Bogot
D. C., Colombia. Telfono: 57(1) 6680050.
Recibido: 03-11-11. Revisin desde: 22-11-11. Aceptado: 06-05-12
La conciencia
Len (2010) propone que la conciencia es un atributo estrechamente relacionado con la vida y puede ser entendida como
una capacidad emergente en los seres vivos que les permite
sentir y conocer en primera persona los cambios suscitados en
sus cuerpos por el devenir de sus transacciones con el entorno.
Por otro lado, para Chalmers (2010) la palabra conciencia es
un trmino ambiguo que hace referencia a dos clases de fenmenos: los problemas fciles y el problema duro. Los
primeros se refieren a los mecanismos de un sistema cognitivo
y con el trabajo de las ciencias cognitivas y las neurociencias se
llegar a su explicacin. El problema duro refiere a la dificultad
para explicar la subjetividad de la experiencia consciente (Chalmers, 2004, 2010). Para Seager (2007) el centro del problema
de la conciencia se enfoca sobre la naturaleza de la subjetividad (p.10) y para que una teora sobre la conciencia se considere completa debe dar cuenta del por qu y para qu existen
las experiencias subjetivas; sta teora debera decirnos por qu
las experiencias de los humanos y animales se acompaan de
aspectos fenomnicos (Nagel, 1974).
Para los modelos cognitivos que abundaron en los aos
90 la actividad consciente es uno de los aspectos humanos ms
elaborados, que permite reflexionar y actuar de forma voluntaria y que para su adecuado estudio es necesario apartarla de
pasiones e interferencias afectivas, primitivas y propias de las
bestias no humanas. Esta postura es esencialmente errada; la
actividad consciente est inmersa en matices y valoraciones de
tipo afectivo, necesarios para que nuestro actuar sea efectivo
ante las demandas ambientales (Len, 2010). Para Compi (2003,
2007) el pensamiento puro y exento de afecto no existe ni en
la ciencia ni en la lgica formal, ni siquiera en las matemticas
(p. 427), los afectos no solo acompaan al pensamiento y al
comportamiento sino que tambin en buena medida los guan y
los organizan (p. 430).
La neurociencia afectiva y el carcter afectivo
de la conciencia
En los 80 Zajonc propuso que toda experiencia es en principio
afectiva, ya que la interaccin con el mundo es mediada por
valoraciones implcitas realizadas a travs de los sistemas afectivos. Toda la informacin que un organismo procese, incluyendo la que se hace verbalmente accesible y reportable, debe ser
significativa para sus propsitos de adaptacin y supervivencia,
procesos guiados y organizados por los afectos (Zajonc, 1980).
Por ello, conocer las dinmicas y bases neurofuncionales que
dan lugar a los diferentes afectos tambin podra indicarnos la
dinmica a partir de la cual emerge la experiencia consciente
(Len, 2006, 2007).
La experiencia emocional cumple un importante rol en el
funcionamiento biolgico de muchos de los seres vivos. Cuando un animal es capaz de experimentar un estado afectivo, tiene
una forma prctica de representarse el significado biolgico del
evento que desencaden este afecto. Por lo tanto, la experiencia
afectiva es un conocimiento directo de la realidad interna mientras es afectada por las exigencias externas que permite la autorregulacin de la actividad incrementando la eficacia biolgica
(Buck, 1993).
Adicionalmente, la emocin es un factor organizador de la
conciencia, ya que en los procesos de evaluacin afectiva se
estructura el Yo (self) como una entidad continua y diferenciada, donde el yo consciente resulta del sentir la actividad elec -
109
el comportamiento. Las emociones se forman a partir del funcionamiento de circuitos neuronales y sistemas bioqumicos
especficos, los cuales determinan las tendencias de accin y de
cuya interaccin dinmica con los sistemas de representacin
del yo emergen todas las posibles experiencias subjetivas (Panksepp, 1998).
La construccin de las experiencias conscientes parten del
funcionamiento de un grupo de sistemas afectivos, desarrollados a partir de dinmicas evolutivas; cada uno de ellos puede
ser caracterizado dentro de un grupo de tendencias de accin,
sistemas neuronales, de neurotransmisores, hormonales y experiencias subjetivas. Desde esta perspectiva, la aplicacin de la
neurociencia afectiva al estudio de la conciencia se debe realizar
siguiendo los siguientes supuestos:
a) La subjetividad de las emociones. No es posible abordar las emociones sin tener en cuenta la experiencia afectiva y
su rol en la regulacin del comportamiento. Para explicar por
qu las emociones llevan a los organismos a comportarse como
lo hacen, es importante saber qu experiencias pueden estar
teniendo estos; solo as podremos comprender qu motiva a un
animal a evitar un estimulo nocivo o a acercarse a uno apetitoso. Los sentimientos de las emociones son una fase de la actividad neurobiolgica y constituyen el sistema motivacional primario del comportamiento humano (Izard, 2009).
b) Funcin biolgica de los afectos. Los sistemas afectivos se han desarrollado para permitir la adaptacin a las exigencias ambientales. El papel de las emociones y por tanto de sus
aspectos subjetivos, es propiciar medios implcitos y estereotipados para fomentar la adaptacin de los organismos a un
ambiente desafiante. Sin experiencias conscientes no sera
posible adaptarnos a las exigencias ambientales, porque no
habra motivacin alguna para mover nuestro cuerpo hacia
algn objeto. Sin conciencia no habra por qu aprender, interactuar con otros, comer, abrigarnos, buscar conocimiento e
incluso educarnos; sin conciencia no tendra sentido vivir, ya
que los nicos que tienen como objetivo mantenerse con vida
son los sistemas biolgicos.
c) Carcter innato de las emociones. Las emociones
bsicas no se aprenden ni adquieren con la experiencia, son el
reflejo de tendencias neurodinmicas seleccionadas por la evolucin de las especies y transmitidas genticamente. Ellas emergen de la autoorganizacin durante el desarrollo de los sistemas
neurocorporales. Es importante tener en cuenta los nuevos
aportes de la epigentica y de los endofenotipos para comprender cmo es que de la disfuncin en estos procesos autoorganizativos emergen formas desadaptadas de sentir y comportarse,
las cuales solemos llamar alteraciones mentales.
d) Aproximacin evolutiva. La nica forma de estudiar y
comprender las emociones, incluyendo su componente subjetivo, es por medio de una aproximacin evolutiva que nos permita reconstruir la forma como se han construido los afectos a
travs de una historia de cambios y adaptaciones filogenticas y
ontogenticas. Vigotsky (1979) propone que el anlisis psicolgico no debe hacerse solamente sobre las fases finales o productos del desarrollo, sino desde su origen y a travs de las
fases o etapas de su desarrollo y evolucin. Una aproximacin
evolutiva sugiere que las emociones son una extensin evolutiva de los mecanismos de homeostasis; que la cognicin es una
extensin de la emocin, y que el cerebro est organizado para
hacer la integracin entre homeostasis, emocin y cognicin
(Watt, 2005). En este sentido, los procesos homeostticos les
permitiran a los organismos organizar sus comportamientos
para mantener el equilibrio fisiolgico de sus sistemas, mientras
110
que los procesos emocionales cumpliran un papel ms elaborado como anticipadores de las consecuencias ambientales
suscitadas por el comportamiento.
e) Aproximacin desde los sistemas dinmicos. La experiencia subjetiva refleja el funcionamiento dinmico del sistema
neural, endocrino e inmune, en el que cada estado subjetivo
puede ser modelado como un atractor complejo constituido a
travs de la historia del organismo (ver figura 1). El sistema
nervioso es un sistema catico que se autoorganiza y desde cuya
actividad autoorganizativa emergen patrones de funcionamiento que se configuran en sensaciones, sentimientos y comportamiento intencional. De esta forma, la subjetividad no solo surge
a partir del caos, sino que tambin se configura dentro de un
sistema intencional autoorganizado. La conciencia surgira as
en medio de bifurcaciones, atractores, formacin de clases por
generalizacin y estados de transicin (Freeman, 2000).
f) Aproximacin neural. La naturaleza subjetiva de la
conciencia y su connotacin afectiva es el resultado del funcionamiento del sistema nervioso, el cual se ha desarrollado con el
fin de procesar la informacin relevante para los fines de adaptacin y supervivencia. En este sentido, el cerebro solo procesa
informacin que es significativa dentro de una jerarqua de
valores biolgicos, sociales y personales (Watt, 1999a). De esta
forma, los circuitos neurales que dan lugar a los comportamientos estereotipados, propios de cada emocin, son los mismos
implicados en la experiencia subjetiva que se adjunta a estos
despliegues afectivos.
g) Existen homologas entre las especies. Los estados
afectivos no son exclusivos de los seres humanos, sino que son
parte de los sistemas desarrollados a travs de la historia evolutiva de las especies. De aqu que el estudio de la conciencia
puede ser realizado investigando el funcionamiento de estos
sistemas en especies cercanas. Para Panksepp (2004), la conciencia afectiva es una funcin intrnseca del cerebro, compartida homlogamente por todas las especies mamferas.
Los sentimientos afectivos son generados por el cerebro
como experiencias fenomnicas en las que se les asigna un valor
biolgico positivo o negativo, organizadas en deseables (valencia positiva), e indeseable (valencia negativa), las cuales
estaran organizadas en dinmicas neuroqumicas, en especial
con la funcin de estructuras mediales, tales como la sustancia
gris periacueductal (SGP). De esta forma, los mecanismos
neurales que dan lugar a las experiencias psicolgicas son directrices muy importantes para determinar lo que los humanos y
animales hacen. De estas tendencias se desprende la ley del
afecto, la cual indica que las recompensas y castigos solo funcionan en la medida en que cambian la forma como los animales se sienten afectivamente. Estas dinmicas se configuraran
en emociones primarias, las cuales constituyen los aspectos ms
importantes de nuestras vidas mentales, e intrnsecamente nos
ayudan a anticipar el futuro (Panksepp, 2011).
Jaak Panksepp (1998, 2004, 2005, 2011) propone que existen siete sistemas afectivos: la bsqueda, la ira, el temor, el deseo
sexual, el cuidado del otro, el pnico/ afliccin y el juego. En la tabla 1
se hace un resumen de las principales reas cerebrales y sistemas de neurotransmisores implicados en cada uno de ellos.
La bsqueda es un sistema motivacional apetitivo encargado de suscitar sensaciones de euforia y energa y que promueve
la exploracin y la bsqueda de recursos faltantes, necesarios
para vivir. Su hipoactivacin se relaciona con trastornos como
la depresin, y la hiperactivacin con manas y sntomas psicticos; adicionalmente, estara implicado en todos los trastornos
de abuso de drogas (Panksepp, 2011).
Bsqueda
Sistema de expectativas (reforzante)
Temor
Ansiedad (aversivo)
Deseo sexual
Sexualidad (reforzante)
Ira
Enojo (aversivo)
Juego
Jbilo
Dopamina
(+)
Glutamato
(+)
Opioides
(+)
Otros
Neuotestina (+)
Orexinas (+)
Otros pptidos
(+)
Sustancia P (+)
Ach (+)
(+)
DBI
CRH
CCK
Alfa-MSH
NPY
(+/-)
(+/-)
(+)
(-)
(+)
(+/-)
Esteroides (+)
Vasopresina
Oxitocina
LH-RH
CCK
Oxitocina (+)
Prolactina (+)
Oxitocina (-)
Prolactina (-)
CRH (+)
Ach (+)
Canabinoides
Los signos positivos indican excitacin de procesos y los negativos su inhibicin. VTA, rea tegmental ventral; SGP, sustancia gris periacueductal; BNST, ncleo de la cama de la estra terminal; Ach, acetilcolina; DBI, inhibidor de la unin del diazepan; CRH, hormona liberadora de
conticotropina; CCK, colescitoscinina; alfa-MSH, hormona estimulante del melanocito; NPY, neuropeptido Y; LH-RH, hormona liberadora de
la hormona luteinizante. Tomado de Panksepp 2004 y 2011.
111
El nacimiento de la subjetividad
Las imgenes construidas por las estructuras que mapean el
cuerpo constituyen una entidad unificada capaz de sentir, la que
Damasio (1999, 2010) denomina protoyo. Los productos ms
elementales del protoyo son los sentimientos primordiales,
postulados por Denton (2006, 2009) como los elementos subjetivos que acompaan las acciones instintivas. Estas emociones
estaran relacionadas con tendencias que contribuyen al mantenimiento de la homeostasis (Damasio, 2010). Dentro de estas
emociones, Denton destaca la sed por lquidos, hambre por
comida, hambre por oxgeno, dolor, excitacin sexual y orgasmo, sensaciones que acompaan el impedimento de la actividad
visceral como la defecacin y la miccin, deseo de dormir,
hambre por minerales, evitacin de cambios en la temperatura
central del cuerpo, entre otras. Todos estos afectos comparten
dos constituyentes esenciales: 1) poseen una sensacin especfica que, en caso de deficiencia de un recurso vital, genera un
intenso sentimiento aversivo que moviliza al organismo para
una rpida y apremiante bsqueda e ingesta del recurso faltante,
experimentando ahora, intensas sensaciones de gratificacin y
recompensa, y 2) generan una intencin persuasiva y dominante
para realizar las acciones que conlleven a la satisfaccin de esta
emocin. Estas dos condiciones hacen que las sensaciones
generadas durante los afectos primordiales permeen y dominen
el contenido de la mente consciente, de tal forma que adquieren
un poder plenipotenciario sobre el comportamiento.
Estas emociones al ser intrnsecamente subjetivas, son los
mayores componentes de los procesos conscientes (Denton,
2009). Estos afectos nos daran una experiencia directa de tener
un cuerpo viviente, la cual se constituira en el sentimiento ms
bsico y profundo de nuestra existencia. La emergencia del Yo
primordial dependera estrechamente de la actividad de circuitos del tallo cerebral, los cuales representan el cuerpo mismo
mientras es afectado por el contexto en que se desenvuelve. Un
ejemplo humano de esta conciencia primaria son los nios con
hidranencefalia, alteracin en la que los hemisferios cerebrales se reabsorben durante el periodo fetal dejando lugar solo al
tallo y el hipotlamo (Damasio, 2010). Estos nios presentan
comportamientos que podran indicar que sienten emociones
primordiales y que poseen un Yo subjetivo, muestran patrones
de sueo-vigilia, se ven alertas y atentos a los estmulos que son
de su preferencia, responden a objetos, rostros y sonidos familiares, demuestran preferencia por estmulos que les generaron
placer antes y rechazo por aquellos que les generaron dao
(Merker, 2007).
Segn Damasio (1999), el Yo nuclear surge a partir de circuitos convergentes que representan la relacin entre el protoyo
y el mundo. El Yo-nuclear constituye la conciencia nuclear, que
es un conocimiento del aqu y el ahora, sin imgenes del pasado
ni del futuro. Hace parte de una personalidad sin identidad, ya
que existe una unidad en la forma de sentir el mundo y en las
tendencias de accin hacia este mundo sentido, pero no hay
acompaamiento por representaciones simblicas que permitan generar un idea explcita de s mismo (Damasio, 2010). Es
una conciencia primitiva presente en todos los mamferos, y es
continua y permanente sin importar el estado de vigilia del
organismo. Por otro lado se encuentra la conciencia ampliada,
la cual se presenta en diferentes grados, dependiendo de procesos como memoria, atencin, lenguaje y estrategias de razonamiento. Por medio de la conciencia ampliada podemos hacer
planes y prever hechos, no es temporalmente dependiente y en
su forma ms elevada es exclusiva de los humanos (Damasio,
1999). Esta es la conciencia de mayor alcance; implica la experiencia de un pasado vivido y un futuro anticipado y planificado, tambin hay identidad, la cual permite que aparezca el Yoautobiogrfico, basado en la conciencia explcita de s mismo
(Damasio, 2010).
Los mapas complejos de la conciencia
Para Izard (2009), dividir los procesos mentales en dos dominios (consciente e inconsciente) podra ser la mayor sobresimplificacin en la ciencia psicolgica actual. Para Izard no es
prudente continuar hablando de inconsciente, este puede ser
un trmino mal definido y potencialmente engaoso (Izard,
2009, p. 17). La creencia en la existencia de contenidos inconscientes puede ser equvoca, ya que si una persona no puede
verbalizar la informacin que le es presentada, ello no indica
que estos contenidos sean inconscientes, ya que el reporte
verbal no es ms que una de las formas de expresar los eventos
conscientes. Tomar como nico indicador el reporte verbal nos
lleva a descartar las experiencias conscientes y subjetivas de los
nios, animales no humanos, pacientes con disfuncin cerebral
y estados mentales no mediados por lenguaje. El lenguaje brinda nuevas posibilidades en el tipo de experiencias subjetivas al
igual que otros procesos cognitivos, dando lugar a rdenes de
complejidad variable entre cada acto mental. Procesos como
atencin, funciones ejecutivas, control inhibitorio y memorias
crean un juego dinmico que da forma al paisaje de experiencias
subjetivas que podemos tener (ver figura 1). El desarrollo de
teoras y tcnicas que permitan examinar la influencia de las
emociones en los diferentes niveles de conciencia ayudara a
reducir el nmero de procesos psicolgicos que son relegados
al concepto ambiguo de inconsciente (Bechara et al., 2000; De
Martino et al., 2006; Izard, 2007; Izard et al., 2008; Lerner &
Tiedens, 2006).
La hiptesis que la mente se divide en instancias conscientes e inconscientes tambin ha sido mantenida por la falsa
creencia que las acciones automticas y estereotipadas son
necesariamente inconscientes. Sin embargo, que un comportamiento sea automtico no lo hace carente de experiencia subjetiva y por lo tanto no lo hace inconsciente. Adicionalmente, si
retomamos la hiptesis de que los eventos mentales deben
tener una funcin biolgica, el inconsciente no parecera tener
ninguna clara; un evento que no pueda ser sentido no sera
relevante para coordinar repertorios conductuales adaptativos.
Por lo tanto, considerar la conciencia como un fenmeno
gradual podra ser de mayor utilidad para comprender el funcionamiento de la mentalidad humana (Izard, 2009). La conciencia y subjetividad son fenmenos gradual-mente emergentes que se construyen en la estructura de los afectos (Compi,
2003).
No obstante, el modelo gradual de la consciencia no es un
buen reflejo de la realidad y conlleva a ciertas imprecisiones
para interpretar datos del desarrollo, la clnica y la etologa. Un
modelo ms adecuado es tomar la conciencia como un mapa
complejo determinado por el interjuego de diferentes sistemas
afectivos y sensoriales que proporcionan los contenidos a las
experiencias subjetivas.
En la figura 1 se modela la conciencia como mapa complejo que emerge a partir de la evolucin de un sistema dinmico no lineal y autoorganizado. En este mapa no se refleja la
gradualidad de la conciencia sino un espacio compuesto por
mltiples dimensiones (X, Y, Z y N), cada una de ellas reflejando parmetros biolgicos. Cabe resaltar que en la evolucin del
112
Chalmers, D. (2004). How can We Construct a Science of Consciousness? En Gazzaniga (Ed.) The cognitive Neurosciences III
(MIT Press).
Chalmers, D. (2010) The Character of Consciousness. Oxford University Press.
Ciompi, L. (2003). Reflections on the role of emotions in consciousness and subjectivity, from perspective of affect-logic.
Consciousness and Emotion, 4(2), 181-196.
Ciompi, L. (2007). Sentimientos, afectos y lgica afectiva. Su lugar
en nuestra comprensin del otro y del mundo. Revista de la
Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra, 27(2), 425-443.
Damasio, A. (1994). Descartes Error: Emotion, Reason, and Human
Brain. New York: Avon Press.
Damasio, A. (1999). The Felling of What Happens. New York: Harcourt Brace and Co.
Damasio, A. (2010). Self Comes to Mind: Constructing the Conscious
Brain. Pantheon.
Davidson, R., & Sutton, S. K. (1995). Affective neuroscience: The
emergence of a discipline. Current Opinion in Neurobiology, 5,
217-224.
Davidson, R. J., Jackson, D. C., & Kalin, N. H. (2000). Emotion,
plasticity, context, and regulation: Perspectives from affective
neuroscience. Psychological Bulletin, 126, 890-909.
Dennett, D. (1996). Facing Backwards on the Problem of Consciousness. Journal of Consciousness Studies, 3(1), 4-6.
Denton, D. A. (2006). The primordial emotions: The dawning of consciousness. Oxford University Press.
Denton, D. A., McKinley, M. J., Farrell, M., & Egan, G. F. (2009).
The role of primordial emotions in the evolutionary origin of
consciousness. Consciousness and Cognition, 18, 500-514.
Freeman, W. (2000). Brain Dynamics: Brain Chaos and Intentionality. En Integrative Neuroscience. Bringing Together Biological, Psychological and Clinical Models of the Human Brain. Sydney Australia:
Harwood Academic Publishers, Chapter 10b, 163-171.
Izard, C. (2009). Emotion Theory. Annual Review of Psycholgy, 60, 125.
Izard, C. E. (2007). Basic emotions, natural kinds, emotion schemas, and a new paradigm. Personality Psychoogy Science, 2, 260280.
Izard, C. E., Quinn, P. C., & Most, S. B. (2008). Many ways to
awareness: a developmental perspective on cognitive access.
Behavioral Brain Science, 30, 506-577.
Len R., D. (2006). Es explicable la conciencia sin emocin?: una
aproximacin biolgico-afectiva a la experiencia consciente.
Revista Latinoamericana de Psicologa, 38(2), 361-381.
Len, D. (2007). Una visin emocional de la conciencia. En Castro,
Len y Martnez. Mentes conscientes. Bogot, Colombia: Unibliblos.
Len, D. (2010). El carcter afectivo de la conciencia. En Roso, J.,
& Prez, A. El reto de la conciencia. Respuestas desde la psicologa y la
neurociencia. Bogot, Colombia: Editorial PSICOM Editores.
Len, D., & Castro, J. (2010). Conciencia. Una revisin. En Roso,
J., & Prez, A. El reto de la conciencia. Respuestas desde la psicologa y
la neurociencia. Bogot, Colombia: Editorial PSICOM Editores.
Mc Guinn, C. (1991). Can we solve the mind-body problem? The
problem of consciousness. Essays towards a resolution. Cambridge
Mass: Basil Blackwell.
Merker, B. (2007). Consciousness without a cerebral cortex: A
challenge for neuroscience and medicine. Behavioral and brain
sciences, 30, 63-134.
Nagel, T. (1974). What Is it Like to Be a Bat? Philosophical Review,
435-450.
Panksepp, J. (1990). A role for affective neuroscience in understanding stress: The case of separation distress circuitry. En S.
Puglisi-Allegra, & A. Oliverio (Eds.) Psychobiology of stress.
Dordrecht: Kluwer, 41-58.
Panksepp, J. (1998). Affective Neuroscience. New York: Oxford University Press.
113
114