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Un Juego de Espejos - Pensar La Diferencia Desde La Pedagogía Intercultural
Un Juego de Espejos - Pensar La Diferencia Desde La Pedagogía Intercultural
Un Juego de Espejos - Pensar La Diferencia Desde La Pedagogía Intercultural
ISSN: 1139-613X
educacionxx1@edu.uned.es
Universidad Nacional de Educacin a
Distancia
Espaa
ISSN: 1139-613X
RESUMEN
Con este artculo se pretenden aportar reflexiones que nos permitan pensar
las diferencias que nos constituyen desde el tamiz intercultural para, a partir
de su consideracin, ver otras maneras de entender las relaciones educativas
bajo los principios de la equidad y la inclusin. Para ello, en primer lugar se
desgrana el concepto de diferencia en consonancia con el de identidad, de forma que obtengamos un sustrato terico desde el que elevar nuestros anlisis y
propuestas. En segundo lugar se establecen qu principios se derivan de la anterior conceptualizacin desde la perspectiva intercultural y de cara a la atencin a la diversidad desde el punto de vista educativo. Finalmente, se lleva todo
esto a una perspectiva en forma de capacidades desde la cual le pongamos sentido aplicado a esos principios como competencias docentes necesarias para
abordar en los espacios educativos los planteamientos desarrollados.
ABSTRACT
With this article we try to contribute with some reflections that permit us to
analyse the differences that constitute us from the intercultural sieve. From
this point, we aim to develop other ways of understanding the educational relations under the principles of equity and inclusion. In order to achieve such
aims we firstly analyse the concept of difference in relation to that of identity,
so that we obtain a theoretical substratum from which to raise our analyses
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and proposals. Secondly, we establish what principles stem from the previous
conceptualization from the intercultural perspective and with a view to the attention to the diversity from the educational point of view. Finally, we seek
competences perspective in relation to which apply this principles understood as necessary teachers competences to undertake the developed concepts in the educational dimensions.
INTRODUCCIN
Siempre fuiste mi espejo. Quiero decir que para verme tena que mirarte. Estas palabras de Julio Cortzar nos llevan al resbaladizo territorio de
la identidad y de la diferencia, al intrincado laberinto de la educacin en y
para la diversidad, a las mltiples cartografas sociales de lo que pensamos
desde la alteridad que nos constituye y, sobre todo, al rostro de quien es en la
medida que hay otro u otra que le ayuda a ser desde el juego de espejos que
constituyen las relaciones humanas.
Estas pginas pretenden aportar reflexiones que nos permitan pensar
las diferencias que nos constituyen desde el tamiz intercultural para, a partir de su consideracin, ver otras maneras de entender las relaciones educativas bajo los principios de la equidad y la inclusin. Para ello en primer
lugar se desgrana en concepto de diferencia en consonancia con el de identidad, de forma que obtengamos un sustrato terico desde el que elevar
nuestros anlisis y propuestas. En segundo lugar se establecen principios
vinculados con la anterior conceptualizacin desde la perspectiva intercultural y de cara a la atencin a la diversidad desde el punto de vista educativo.
Finalmente, se lleva todo esto a una perspectiva en forma de capacidades
desde la cual le pongamos sentido aplicado a esos principios como competencias docentes necesarias para abordar en diversos espacios educativos los
planteamientos desarrollados.
1. IDENTIDAD Y DIFERENCIA
Hablar de identidad es hacerlo de un proceso complejo y con mltiples
factores en interaccin de ndole personal, social y cultural, lo cual otorga un
papel destacado en su configuracin a la educacin como elemento clave
para la constitucin de la subjetividad, la intersubjetividad, las diferencias y
la organizacin identitaria.
Dado el entramado que supone siquiera un esbozo de definicin de la
identidad, como aproximacin a la misma debemos tener en cuenta mltiples elementos. En todo caso, siguiendo a Bilbeny (2002), resulta prioritario
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destacar que las identidades no son productos acabados, sino que estn
continuamente hacindose, teniendo un carcter cualitativo y autorreferente a la vez que con ello permite ver la alteridad ajena. Esto significa que
tanto las identidades como las diferentes no tienen un carcter homogneo
ni aislado, sino que permanentemente contactan con otras y se establecen
apropiaciones mutuas, e incluso en el contacto dialctico consigo mismas en
su contexto pueden desproveerse de lo propio para seguir siendo ellas mismas, pero de otro modo. Por ello debemos enfatizar el carcter tambin contingente de las identidades, lo que conlleva que los fenmenos de apropiacin, desposeimiento y reapropiacin que caracterizan la relacin, no la
sustancia, que es la identidad, sean fenmenos siempre selectivos y culturales, no mecanizados, y que se construyen a su vez desde las propias diferencias.
Por el contrario, los procesos de globalizacin parecen haber hegemonizado una creencia contraria sobre la naturaleza de la identidad, puesto que
en lugar de aceptar su carcter fundamentalmente hbrido, resultado y a la
vez posibilidad de diversos cruces de experiencias, ha exagerado su naturaleza particular y sus funciones individualizadoras, motivando una cierta
confusin conceptual entre identidad y etnicidad, al mismo tiempo que invisibilizando, o al menos llevndolas a un terreno secundario, a otras formas
de identidad como las vinculadas al gnero, negando o discriminando en
funcin de las diferencias. Todo ello haciendo nfasis en que la pluralidad de
identidades y culturas no es algo que constituya ningn problema, y si los
genera es en todo caso por la manera en que dicha pluralidad es tratada social o institucionalmente, transformando las diferencias en desigualdades o
pretextos para la exclusin.
De lo anterior podemos deducir que la construccin de la identidad es
un proceso, pero no una secuencia definida, sino que tiene un carcter
dialctico y se configura a travs de distintas dimensiones desde la prctica
social (Jenkins (1996) habla de momentos de identificacin.) As, podemos
considerar que la identidad se basa en normas de pertenencia fundadas sobre oposiciones simblicas, entendiendo esas pertenencias como espacios de
experiencia y sentido que van configurando desde su multiplicidad el ahora
de lo que somos (Brcena, 2004), estando ese ahora ligado de forma indisoluble al de un otro/a tambin plural y diverso. Por eso mismo no debe entenderse esto de forma restringida ni rgida, porque ello conlleva un riesgo
enfatizado desde el punto de vista educativo, donde los ejercicios reduccionistas y los juicios dicotmicos no suelen beneficiar la diversidad al minimizar la complejidad de los procesos, como los de construccin identitaria.
Por tanto, las identificaciones entre las nociones de identidad, diferencia y
cultura constituyen un riesgo para el pensamiento pedaggico al intentar reducir a los individuos a quienes se dirige a conceptos o categoras abstractas,
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teraccin, lo que nos hace ver su complejidad sustantiva a la vez que nos
desvela su potencialidad para la construccin social y educativa, la cual
consideramos fundamental desarrollar a travs del paradigma intercultural,
el cual se ha visto bastante vapuleado, tergiversado a veces, encorsetado
otras, o simplemente vaciado de contenido utilizando el trmino para cuestiones que poco o nada tienen que ver con su verdadero sentido.
2. LA PERSPECTIVA INTERCULTURAL COMO EJE DE LA
REFLEXIN IDENTIDAD-DIFERENCIA.
La reflexin sobre la educacin en la actualidad no puede realizarse con
un mnimo de rigurosidad y honestidad intelectual desligada de la interculturalidad como referente. Esto es as porque ni la escuela actual, como valuarte
de la educacin formal, ni el amplio abanico de teoras y prcticas de la educacin social, puede dejar de vincularse a la diversidad y los derechos inherentes a esa presencia que los otros y otras diferentes tienen en ella, dotndola
de sentido y potencialidad transformadora. Lo anterior nos lleva, entre otras
cuestiones en el mbito de la multiculturalidad, a plantearnos la necesidad de
repensar la pedagoga desde una valoracin de la diversidad cultural que no la
convierta en diferenciacin cultural ni desigualdad social, a la manera que
plantea Bhabha:
La idea de que la diversidad cultural constituye un problema porque ya
hay muchas culturas diferentes no es la razn por la que existe la diferencia
cultural. La diferencia cultural es un discurso elaborado en un momento en el
que se estn desafiando elementos del poder o la autoridad () La diferencia
cultural no resulta difcil, si se quiere, por el hecho de que haya diferentes culturas, sino porque existe una cuestin particular sobre la redistribucin de los
bienes entre las culturas, o los fondos de las culturas, o el surgimiento de minoras o inmigrantes en una situacin de recursos -a dnde deben dirigirse estos- o la construccin de escuelas y la decisin sobre si la escuela ser bilinge, trilinge o lo que deba ser. Es en este punto en el que se produce el
problema de la diferencia cultural. De este modo, constituye verdaderamente
un argumento contra la naturalizacin de la idea de cultura (Bhabha, cit. Giroux, 2001, 71).
Esto nos debe hacer sentar las bases para una concepcin pedaggica intercultural que d respuesta a nuestras realidades multiculturales y los desafos
de la globalizacin, desgajada del cors de su definicin neoliberal y tristemente hegemnica. Se trata de avanzar hacia una comprensin de la multiculturalidad como interpretacin ampliada de la democracia, trascendiendo
el multiculturalismo liberal y tolerante que habla retricamente de lo Otro
pero sin su Otredad (Martnez de Bringas, 2007). En este sentido, hay que reFacultad de Educacin. UNED
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cordar que las estrategias multiculturalistas suelen rechazar el reconocimiento de los espacios de confluencia en la coexistencia (multicultural)
como paso previo para una convivencia (intercultural) entre diferentes comunidades en el seno de una sociedad concreta. E incluso yendo ms all,
podemos afirmar con Zizk (1998, 114) que: La insistencia en el multiculturalismo entendido como la coexistencia hbrida y mutuamente intraducible de diversos mundos de vida culturales puede interpretarse tambin sintomticamente como la forma negativa de la emergencia de su opuesto, de la
presencia masiva del capitalismo como sistema mundial universal.
Por lo tanto, adems de lo dicho, podemos distinguir estas cuestiones
respecto a las diferencias entre multiculturalidad e interculturalidad (Mar
Ytarte, 2007, 84-86):
a) La multicultura se refiere a una situacin de hecho, la de la coexistencia (y convivencia) de grupos culturales diferentes en un mismo territorio, y la intercultural a una estrategia de accin, la de conseguir
que esos grupos culturales se nutran mutuamente de sus diferencias al tiempo que crean, o comparten, proyectos de vida en comn.
b) Lo multicultural correspondera a un discurso que acenta el valor
de las diferencias culturales, miembros que lo intercultural privilegiara el principio de semejanza y la nocin de igualdad.
c) La distincin esencial estara en la limitacin conceptual del prefijo multi-, ya que no implica comunicacin e intercambio entre
grupos culturales. Lo multi- tendra un carcter descriptivo y el inter- ms normativo.
La interculturalidad aqu, lejos de verse como una categora abstracta,
racional y homognea, remite ms a la confrontacin y entrelazamiento
polmico de diferentes grupos, comunidades e identidades que entran en conexin e intercambio. As, mientras que multiculturalidad liberal supone la
aceptacin terica de lo heterogneo; la interculturalidad, en un buceo ms
profundo y delicado, evidencia que las diferencias son lo que son y se afirman identitariamente a partir de intensas relaciones de negociacin y de
dialcticas conflictivas desde los cuales podemos intentar desarrollar prstamos recprocos de significados para la construccin intercultural. Con
esto es necesario aclarar tambin que la interculturalidad tampoco es un
trnsito de las diferencias a las fusiones que las diluyen, puesto que los flujos
presentes en las realidades multiculturales son conflictivos y hay que saber
ubicarse en ellos reconociendo las diferencias desde la lgica de los procesos
de produccin de condiciones de igualdad/desigualdad, conexin/desconexin, inclusin/exclusin (Garca Canclini, 2005) como referentes claros a la
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hora de abordar la construccin intercultural. Por lo tanto, el discurso intercultural se interrogara entonces por una doble dimensin de la cultura y
por la posibilidad de su articulacin conjunta: como proceso de multiplicidad desde lo comn y como forma de expresin de las pertenencias subjetivas, individuales y colectivas en tanto que reconocimiento de lo particular. Y
a su vez, ese discurso intercultural requiere por parte de la pedagoga de una
interrogacin, de un modo de preguntarse sobre los modos de articular el
propio discurso sobre la cultura y las diferencias (Mar Ytarte, 2007).
Desde el mbito educativo, por tanto, el proceso intercultural est ntimamente ligado a la perspectiva de los derechos humanos y nos plantea
como exigencia tica la bsqueda de cdigos y puentes de conexin comunes
y recprocos a todas las identidades y cosmovisiones en interaccin y/o conflicto, de manera que stos nos sirvan para el contraste y crtica de los mecanismos culturales presentes y, a partir de ah, para establecer pautas de
traduccin plausibles desde las distintas pticas culturales implicadas como
condicin de posibilidad para la convivencia. De esta forma, la presencia y la
relacin con el otro u otra y su otredad nos puede ayudar a transformar el
choque de civilizaciones en un encuentro de vecinos (Bauman, 2007).
Pero eso s, la propia interculturalidad debe aqu asumir la condicin inconmensurable de ciertos enunciados culturales, los cuales no es posible codificar en un lenguaje de mediacin intercultural en determinados contextos.
Se trata entonces de contrastar la gramtica de la interculturalidad asumiendo la dificultad y las limitaciones del propio proceso intercultural
cuando las condiciones del conflicto cultural lo hacen insensible a la traduccin. Ah es donde la interculturalidad debe resituarse como elemento
fundamental para el acceso a un posible pacto cultural que recree las condiciones para la convivencia. Por eso se hace necesario para la interculturalidad el llevar a cabo anlisis de los procesos de las diferencias y las causas
estructurales que generan dinmicas de desigualdad en recursos y capacidades en contextos concretos, de falta de reconocimiento para determinadas
identidades personales y/o colectivas, de desconexin selectiva de posibilidades comunicacionales y de bienestar que lleva a la exclusin. Ello exige
evitar una construccin meramente victimista de los/las excluidos/as-oprimidos/as, perversin tan propia del multiculturalismo liberal, y superar una
comprensin esencialista y dogmtica de la alteridad que la aleja del sujeto
(Martnez de Bringas, 2007). Y esto a su vez conlleva que hablemos de la pedagoga intercultural como una pedagoga de la escucha, de los encuentros
y de las posibilidades, de las negociaciones y los espacios comunes, de las indefiniciones y las pertenencias, de lo afianzado y aquello por construir.
En este sentido podemos hablar de la necesidad, en el marco de la gestin de las diferencias, del imperativo intercultural (Prez Tapias, 2007,
152) como imperativo moral que obliga a romper los monlogos etnocnFacultad de Educacin. UNED
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tricos para dar paso a un dilogo cuya multiplicidad de voces anuncie la polifona de los pueblos (...) Esto no ser posible si no tomamos en serio la obligacin moral de activar el dilogo entre los culturalmente diferentes, abrindose cada cual a la alteridad diversa, para tratar de lograr los necesarios
acuerdos sobre las cuestiones de justicia que hemos de resolver para hacer
viable la convivencia. Y para ello hay que renunciar a cualquier pretensin de
lugar privilegiado en la esfera relacional, lo cual incluye una reformulacin de
las relaciones de poder que en el marco intercultural se ven afectadas por elementos de dilogo y traduccin bajo el eje comn de la bsqueda de justicia
en trminos de igualdad real de condiciones, exigiendo por un lado la igualdad social y de derechos desde las diferencias culturales y por otro el reconocimiento y participacin de las personas y colectivos cuya identidad cultural se diferencie de la hegemnica (Garca y Goenechea, 2009).
Por todo ello, la perspectiva intercultural pretende denunciar y trascender modelos histricamente hegemnicos de gestin de la diferencia
para visualizar espacios de confrontacin y conflicto donde, sin caer en el relativismo, aceptemos la relatividad contingente a la interaccin cultural
como eje de la accin educativa desde la mirada al otro/a cultural (Vila Merino, 2007). Todo ello sin obviar la existencia de condicionantes culturales y
polticos, en forma de voluntades reales ms all de los discursos, que limitan la implicacin e implantacin efectiva de la educacin intercultural, y
que van desde la propia formacin docente a cuestiones organizativas, de
gestin de recursos, planteamientos curriculares etnocntricos, etc.
Esto implica una manera dialgica de ver las relaciones de forma que
se posibiliten espacios pblicos compartidos y confluencias desde la concrecin del espacio moral entre culturas que supone la interculturalidad y
sus consecuencias pedaggicas, lo cual conlleva un planteamiento diferente
de la interaccin con las culturas minoritarias, ms all de lo conocido
como integracin, que resulta un concepto fallido y poco apropiado en trminos interculturales. En palabras de Prez Tapias (2007, 61): Este trmino,
incluso manejado con la mejor de las voluntades, an lleva consigo demasiadas connotaciones asimilacionistas y, por tanto, el riesgo de imponer a los
diferentes exigencias particularistas no justificables como universales. Por
ello, mejor que hablar de integracin, aquilatando ms en torno a lo comn
que ha de suscribirse, por responder efectivamente a los principios universalistas de la democracia en los que podemos reconocer una validez transcultural, lo pertinente es hablar de inclusin. La lgica de la inclusin, y no
de la integracin, es la que tiene un verdadero sentido intercultural, de la forma que vamos articulndolo, y desde ah vamos a adentrarnos en el mar de
la educacin intercultural como referente terico y las competencias docentes interculturales necesarias como capacidades a desarrollar en y desde
el profesorado.
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tica educativa, abarcando aspectos tales como la investigacin relacionada con la educacin intercultural, la innovacin pedaggica,
la formacin en centros, instituciones y espacios educativos sobre
estas cuestiones, el desarrollo de grupos de trabajo especficos, la
creacin colectiva de materiales didcticos interculturales para todo
el alumnado, etc.
g) El conocimiento y generacin de herramientas y espacios para la colaboracin con el resto de la comunidad y otros agentes sociales y
educativos (mediadores interculturales, servicios sociales, centros de
salud, etc.), logrando la apertura de la escuela al contexto inmediato
y coordinando las actuaciones necesarias para fomentar la sensibilizacin y el desarrollo cvico intercultural en la comunidad.
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REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Bauman, Z. (2007). Confianza y temor
en la ciudad. Vivir con extranjeros.
Barcelona: Arcadia.
Mar Ytarte, R. (2007). Cultura y diversidad. Pensar la intercultura en educacin. Barcelona: Gedisa
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PALABRAS CLAVE
Educacin intercultural, Pedagoga intercultural, Identidad, Diferencia,
Multiculturalismo, Competencias educativas.
KEY WORDS
Intercultural education, Intercultural pedagogy, Identity, Difference,
Multiculturalism, Educational Competences.
PERFIL ACADMICO Y PROFESIONAL DEL AUTOR
Prof. Dr. Eduardo S. Vila Merino, ha sido Maestro de Educacin Primaria y actualmente Profesor Contratado Doctor en el Dpto. de Teora e Historia de la Educacin de la Universidad de Mlaga (Espaa).
Siete libros publicados. Diez captulos de libro. Una veintena de artculos publicados en revistas nacionales e internacionales. Ponencias y comunicaciones en ms de treinta congresos y jornadas. Estancias en varias
universidades latinoamericanas (Argentina, Venezuela, Honduras, Mxico).
Principales lneas de investigacin: teora de la educacin, educacin intercultural, coeducacin, derechos humanos, poltica educativa.
Direccin del Autor: Departamento de Teora e Historia de la Educacin
Facultad de Ciencias de la Educacin
Universidad de Mlaga
Campus de Teatinos, s/n (29076) Mlaga, Espaa
E-mail: eduardo@uma.es
Fecha Recepcin del Artculo: 23. Agosto. 2010
Fecha Revisin del Artculo: 12. Enero. 2011
Fecha Aceptacin del Artculo: 23. Febrero. 2011
Fecha de Revisin para publicacin: 15. Noviembre. 2011