Manual de Injertos de Especies Forestales
Manual de Injertos de Especies Forestales
Manual de Injertos de Especies Forestales
M. GABRIELA
BARBOSA
GARCIA
CENTRO DE GENETICA
FO REST A L A.C.
POR EL M EJO R A M IE N T O GENETICO R f j l F T I |\ | | F f j |\ ] C O
DE LOS B O SQ U ES M EX IC A N O S" ^ W fc-fc- ■ e • * ■ fc- w i ■ i w w
DÍRECTORIO
C O N SEJO DIRECTIVO
Dr. Ignacio M éndez Ramírez
PRESIDENTE
PATRONATO
Ing. Gilberto C. Rosas Solórzano
PRESIDENTE
CO N SEJO TECNICO
Dr. Teobaldo Equiluz Piedra
PRESIDENTE
M A N U A L D E I N J E R T O S D E ESPECI ES F O R E S T A L E S
INTRODUCCION
Considerando el ritmo de deterioro del recurso forestal en México, se
:reve que en un futuro no muy lejano los bosques puedan ser incapaces de
satisfacer la demanda creciente de productos forestales, de manera que se deben
rlantear alternativas para resolver este problema' una de ellas consiste en el
establecimiento de plantaciones forestales comerciales altam ente productivas,
con las especies más adecuadas y que tengan involucrada alguna estrategia de
mejoramiento genético.
El impacto del hombre sobre las masas forestales ocasiona que éstas vayan
desapareciendo en forma gradual, lo cual obviamente provoca una disminución
de los recursos genéticos. De esta forma, con el paso del tiempo será difícil
implementar programas de mejoramiento genético basados en especies nativas
y se recurrirá entonces a la importación de productos forestales, o bien, a la
introducción de especies exóticas que posiblemente no se adapten a las condiciones
de nuestro país.
La selección masal es uno de los métodos de mejoramiento genético más
utilizados en todo el mundo y consiste en la selección fenotípica de ciertos
individuos que se hallen creciendo en rodales naturales o plantaciones, y que
satisfagan las necesidades de tipo de producto de la industria a la que se destinen
los programas de plantación.
Después de haber seleccionado los mejores fenotipos de una especie,
surge la necesidad de conjuntarlos en una localidad mediante propágulos obtenidos
de esos árboles, los cuales pueden corresponder a semillas o a partes vegetativas
que tengan la capacidad de formar plantas completas, todo esto con el fin de
establecer huertos semilleros.
Una vez que en los huertos semilleros se cosecha semilla, se procede
a la siguiente fase que consiste en el ensayo de progenies con el fin de saber
cuáles individuos tienen la capacidad de heredar las características por las que
fueron seleccionados y cuáles no, y en base a esto, se continúa con la eliminación
en el huerto de los árboles con mala progenie.
Los huertos semilleros a partir de plántulas pueden establecerse más
rápidamente y su costo es reducido, pero se obtiene poca ganancia genética
y se requiere de más tiempo para obtener la producción de semilla; los huertos
semilleros clónales, es decir, a partir de propágulos vegetativos se han constituido
en la mayoría de los casos con injertos, pues presentan la ventaja de que pueden
establecerse en corto tiempo, se obtiene una ganancia genética mayor y los
injertos tienden a florecer en poco tiempo; algunas de sus desventajas son el
alto cosio que representa la ejecución y el establecimiento de los injertos >
los problemas de incompatibilidad que puedan aparecer en ciertos clones.
- - , - -
2.
En virtud de que el injertado es una herram ienta importante dentro de
los programas de mejoramiento genético y propagación de especies, se ha conside
rado pertinente elaborar el presente manual que tiene por objeto abarcar los
aspectos más importantes dentro de este tema, algunos de ellos como métodos
de injertado, herram ientas y materiales, y protecciones y cuidados posteriores,
corresponden al proceso práctico de injertación; otros como unión anatómica,
incompatibilidad, edad, maduración y topófisis, influencias patrón-púa y, condicio
nes fisiológicas y factores ambientales, tienen como finalidad presentar los
aspectos teóricos de este método de propagación asexual.
La mayor parte de la información, que aquí se presenta, proviene de
experiencias realizadas en otros países en especies forestales de coniferas.
En México se cuenta con poca información referente al tema, pues aunque existe
un profundo conocimiento empírico con respecto a injertos en árboles frutales,
muy poca atención se ha prestado a su aplicación en especies forestales, contándo
se a la fecha con cuatro trabajos realizados por el INIF en las coniferas: Pinus
patula Schl. etC ham ., P.pseudostrobus Lindl., P.oaxacana Mirov, y Cupressus lindleyi
Klotsch., y dos trabajos con las latifoliadas Swietenia macrophylla King. y Pimenta
dioica (L.) Merrill.
A
METODOS DE INJERTADO
k
a) Aproximación natural.- El procedimiento consiste en aproximar lo
suficiente las partes sin ninguna operación además del amarre, para
que las plantas logren una unión, la cual, tarda en realizarse pero
se obtienen en la mayoría de los casos, buenos resultados.
b) Aproximación con corte.- En este caso la operación puede ser tan
simple como cortar una parte de cada planta a unir exponiendo el
cambium y practicar el amarre correspondiente cuidando de que
las superficies permanezcan en contacto hasta lograr la unión (Figura
1) o bien, practicar algunos cortes en los que se dejan lengüetas
que afirmen la unión a fin de que exista mayor superficie de contacto.
Aunque se han reportado algunos casos de injertos por aproximación
en especies forestales, estos tipos no son tan comunes, utilizándose principalmente
para plantas herbáceas.
2.2. Injertos de propágulo
Dentro de esta categoría se incluyen todos los tipos de injertos que
se realizan colocando un propágulo vegetativo previamente separado de la planta
madre, sobre un patrón que conserva todas o algunas de sus partes.
De esta clase de injertos se incluye una clasificación basada en Garner
(1958), en donde se mencionan los tipos principales dentro de cada categoría
(Cuadro 1).
2.2.1. Injertos de yemas
Se emplean en general cuando se usan como patrones plantas con la
corteza suficientem ente delgada para realizar con facilidad la operación. El
trabajo se realiza en la estación de crecimiento de las plantas, que es cuando
la corteza se separa de la madera sin dificultad, lo cual es un requisito esencial.
Entre los injertos de yemas se pueden describir:
a) Escudete. De la planta que se desea propagar, se separa una yema,
con una porción de corteza preparada en forma de escudete. Aunque
existen algunas variantes, el corte en el patrón generalmente se
realiza en dos movimientos perpendiculares para dar a la corteza
una abertura en forma de "T", la cual se separa lo suficiente con
la uña de la navaja para que pueda insertarse el escudete. Finalmen
te, se lleva a cabo el amarre cuidando dejar libre la yema (Figura
2 ).
b) Doble escudete. Puede considerarse una variante del tipo anterior
que se usa para superar la incompatibilidad, cuando se presenta,
entre patrón y yema pues en la abertura del patrón se coloca un
escudete desprovisto de corteza y yema de la planta compatible
con ambas partes y sobre éste se adapta el escudete de la planta
que se desea propagar para que pueda desarrollarse sin problemas.
FIGURA 1. Injerto de aproximación :
a ) c o r t e s q u e s e r e a l i z a n en _as =• _-
b ) a d a p t a c i ó n de l a s c a r a s de
C) AMARRE Y APLICACION DE v i : : _ 1
FIGURA 2. Injerto de e s c u d e t e :
a ) yem a y c o r t e z a p r e p a r a d a s en form a de e s c u d e t e
b ) i n s e r c i ó n de l a yem a en e l p a t r ó n
c) amarre de la unión
«osc«c
F I G U R A 4. I njerto en anillo :
a ) a n i l l o s e p a r a d o de la rama a p r o p a g a r y c o r t e
en e l p a t r ó n
b ) s e p a r a c i ó n de l a c o r t e z a en e l p a t r ó n
O itU J C » s t» ; L K -* U j - .i
FIGURA 7 . In j e r t o de d o b l e :
s i l l a
a ) p o r T F S E F E C T U A D O S EN LA PUA
B) PATRON L I S T O PARA INSERTAR LA PUA
C) A C E R C A M IE N T O DE LAS PA RTEb
16.
Como en los otros casos, este tipo de injerto tiene también variantes,
una de las cuales puede ser la elaboración de lengüetas para aumentar
la superficie de contacto entre patrón y púa, o bien, el dejar las
piernas de la púa más largas, de manera que sean fijadas al patrón
por cortes adicionales en su corteza.
g) Fisura terminal. Este es uno de los tipos de injerto más usados
en general para casi cualquier planta. La púa debe tener un diámetro
tan semejante al del patrón como sea posible, si esto no se logra,
de cualquier manera puede realizarse. En la púa se hacen dos cortes
laterales que avancen en profundidad a medida que ganen longitud
para dejar la base muy delgada en forma de cuña. El patrón se
libera de su copa por un corte transversal y se le hace una fisura
en la parte media de una profundidad similar a la de las longitudes
de los cortes de la púa, así, la púa se inserta en el patrón y se
ajusta de tal forma que cuando menos de un extremo queden los
cambia vasculares justamente opuestos (Figura 11).
h) Fisura e inserción oblicua. Es una modificación del tipo anterior
pero en este caso la fisura en el patrón se hace lateralm ente. La
púa se prepara también en forma de cuña pero con los cortes desi
guales, es decir, un corte más largo y menos inclinado que el otro.
En el patrón el corte que se hace a un lado, no debe ser muy profun
do y su copa se presiona hacia un lado para abrir la fisura e insertar
la «púa teniendo precaución de que el corte más largo quede en la
parte interna. Posteriormente, se corta la copa del patrón inmediata
mente arriba del contacto con la púa (Figura 12).
i) Corona. Se le dá este nombre por la apariencia que resulta de
injertar varias púas en un solo patrón en posición terminal. Son
varios los tipos que se pueden ejecutar, tales como inserción oblicua,
incrustación, separación solo de corteza, fisura, terminal, etc.; los
que ya han sido descritos (Figura 13).
F I G U R A 9. In jer to de i n c r u s t a c i ó n :
a ) c uñ a l a t e r a l r e a l i z a d a en la PUA
b ) cortes r e a l i z a d o s en e l PATRON_
c) INSERCIÓN DE LA PÚA EN EL PATRON
b ) i n c i s i ó n m e d i a en e l p a t r ó n
d ib u jo : r o g e r io leó n sa la za r .
FIGURA 13. In jer to frE c o r o n a :
a ) FISURA EN LA PARTE MEDIA DEL PATRÓN
B) PÚA PREPARADA EN FORMA DE CUÑA
C) DOS PÚAS INJERTADAS EN EL PATRON
DH U JO : R0 6 E R K ) LEO N SALAZAR
22.
b ) púa p r e p a r a d a p a r a e l i n j e r t o
D IBU JO ; KO O ER IO LEON S A L A Z A R
15. In jer to de e n c h a p a d o con l e n g ü e t a :
A) CORTES REALIZADOS EN LA PÚA
B) PATRÓN CON CORTE LONGITUDINAL Y LENGÜETA
C) ACERCAMIENTO DE LAS PARTES
FIGURA 16. In jer to l a t e r a l d e c o r t e z a :
a ) i n c i s i ó n r e a l i z a d a en e l p a t r ó n
b ) p r e p a r a c i ó n de l a púa
c) VISTA TRANSVERSAL DE LAS PARTES YA INJERTADAS
DIBU JO : R O C E R IO L EO N « U . A 2 A * .
FIGURA 1 7 . In jer to l a t e r a l t i p o f r a s c o :
a ) EL EXTREMO LIBRE DE LA PÚA SE INTRODUCE EN UN
FRASCO CON AGUA
B) SE LIBERA ESA PORCIÓN DE LA PÚA DEJANDO SOLO
LA UNIÓN
D IB U J O : ROGERIO LEO N SAI,AZAR
2.2.3. Injertos de raíz
Dentro de este grupo se incluyen injertos en que, independientemente
del tipo empleado, se hagan sobre porciones de raíces. En el caso de que se
coloque una púa en el sistem a radicular del patrón se habla de injerto total
de raíz, pero si la raíz principal se secciona y cada porción recibe una püa,
se habla de injerto de pieza de raíz.
Cualquier tipo de injerto que se elija para estos casos puede tener éxito
siempre y cuando cumpla con el requisito de asegurar un contacto cambial, tenien
do cuidado de que la superficie de corte de la püa se una al cambium del patrón
y no en la parte correspondiente a la corteza externa. Una mala adaptación
con frecuencia resulta en una excesiva formación de callo en la zona de unión.
Dentro de esta clase de injertos podemos citar:
a) Estaca de raíz. Cuando se tiene el caso de que las plantas no pueden
propagarse por brotes o enraizado de estacas, se puede injertar un
brote sobre una estaca de raíz como patrón y el injerto se pondrá
a enraizar en esta zona. También se le pueden injertar al propágulo
varias porciones de raíces nodrizas en posición basal y enterrar los
injertos lo suficiente para que se logre que enraice el propágulo;
posteriormente, se sacan y se cortan las raíces nodrizas volviendo
a replantar el propágulo ya enraizado. Un tipo de injerto importante
.para este caso es el de inserción oblicua en posición invertida (Figura
18).
b) Aproximación de raíces. Como en los injertos de aproximación de
tallos cuando ambas partes descansan sobre sus raíces, en este caso
se pueden acercar las raíces de patrones y púas lo suficiente para
que se pongan en contacto y logren una unión natural o bien, reali
zando cortes simples o complicados en ambas partes para lograr
una unión más rápida.
Los injertos de raíz han sido ampliamente usados en horticultura
f
f
d ib u jo : r o g e r io leó n sa l a z a r .
In jer t o de a p r o x i m a c i ó n en c r u z :
a ) a p r o x i m a c i ó n de l a s p a r t e s
b ) c o r t e p a r a e l i n j e r t o
D IB U J O : * 0 € E f t lO L EO N SA L AZAR
b) Enchapado en estaca. Este tipo es muy complidado y consiste en
injertar un anillo de corteza de una planta de fácil enraizado, en
un brote de una variedad que difícilmente enraiza, para lograr con
ésto, un estímulo hacia la producción de raíces.
De todos los tipos de injertos descritos anteriormente solo algunos
de ellos han sido utilizados en especies forestales, lo que no descarta
que algún otro tipo pueda ser empleado con buenos resultados. Entre
los más usados se pueden mencionar los siguientes:-Aproximación, Escu
dete, Parche, Empalme, Fisura terminal, Enchapado lateral, Enchapado
lateral con lengüeta, Lateral con frasco y Lateral de púa bajo corteza.
Lo anterior hace pensar que no hay un tipo de injerto que sea el
mejor para todas las especies y condiciones, por lo que deben probarse
varios de ellos para determinar el más promisorio en cada caso,
además, con frecuencia deben hacerse ciertas adaptaciones con el
fin de obtener mejores resultados.
A continuación se citan algunas recomendaciones tomadas de Zobel et al.
(1979), para aumentar las posibilidades de éxito de los injertos de especies fores
tales, particularmente de pinos:
- Procure no injertar púas carentes de yemas vegetativas.
%
- Conserve, mientras realiza los injertos, las púas bajo sombra en bolsas
de papel humedecidas o en un refrigerador de unicel para evitar
que se deshidraten pero no permita que se congelen.
- Conserve su navaja siempre bien afilada.
- Limpie con mucha frecuencia la resina y/o restos indeseables de la
hoja de la navaja y tijeras, con alcohol u otros medios.
- Quite todas las flores masculinas y femeninas de las púas antes de
injertarlas.
- De las zonas de patrones y púas donde los cortes serán hechos, despoje
hojas y restos indeseables sin dañar la corteza.
- Haga los cortes de las partes a unir, con un sólo movimiento de la
navaja, tratando de dejar las caras completamente lisas.
- Nunca toque las superficies de corte con sus dedoá.
- Trate de adaptar las caras de contacto de patrones y púas tan bien
como sea posible de manera que haga coincidir las capas cambiales.
- Al hacer los amarres, sostenga patrón y púa firmemente en su lugar
evitando, que se deslicen.
- Evité envolver residuos bajo la cinta de amarre.
T rate de hacer los injertos sin demora, especialmente para que no
se deshidraten las superficies expuestas de patrones y púas.
Mantenga sus injertos debidamente identificados con el fin de observar
su com portamiento posterior.
3. HERRAMIENTAS Y MATERIALES
a ) con uña p a r a i n j e r t o s de y em a
d ib u jo : r o g e r io leó n sa la za r
34.
FIGURA 2 1 . Afil a d o de n a v a j a s :
a ) C O L O C A C IÓ N DE P I E D R A Y N A V A J A
b ) I N C L I N A C I Ó N DE 10°
c) I N C L I N A C I Ó N D E 20®
D) I N C L I N A C I O N DE 30°
E) D E S L I Z A M I E N T O DE LA N A V A JA EN UN S E N T I D O
F) D E S L I Z A M I E N T O DE LA N A VA JA EN SENTIDO OPUESTO
DiftUJO: * c « e * to l eó n sa la z a r
d) Plástico. Es el material de am arre de mayor uso. Cintas de polietileno
o cloruro de polivinilo se consiguen en presentaciones que varían en
color, anchura y grosor pero se pueden obtener también de porciones
de plástico cristal transparente el cual posee muy buena elasticidad
y aprieta adecuadamente. El plástico perm ite a los injertos un cierto
crecimiento en grosor, además se puede dejar por el tiempo necesario
en el caso de especies cuya unión sea prolongada y su eliminación
es muy fácil.
e) Rafia. Aunque originalmente era un material obtenido naturalm ente,
en la actualidad la rafia se produce sintéticam ente. Es aconsejable
para injertos de especies cuya unión sea rápida pues su tiempo de
descomposición es breve. Para su empleo, se recomienda que se ponga
a remojar unas horas antes de hacer los injertos a fin de lograr cierta
flexibilidad.
f) Tela. De lienzos de tela viejos se pueden obtener tiras las que, una
vez pasadas por cera, mantienen juntos a patrones y púas y eliminan
la necesidad de usar una mezcla protectora.
Al elegir algún material de am arre hay que tomar en cuenta el tipo
de injerto, el grosor de la planta, la presión que se quiera dar, el
tiempo que tarda en formarse la unión, la facilidad de su manejo y
su disponibilidad en el mercado.
3.3. Materiales para protección
Una vez realizada la atadura correcta de los injertos, es necesario aplicar
alguna mezcla protectora con el fin de sellar la unión para evitar la pérdida
de humedad, e impedir la entrada de organismos que provoquen descomposición
y pudrición en los tejidos.
Cuando se hace un tipo de injerto en el que se logra un empalme perfecto
de las partes, la mezcla protectora puede sustituir al amarre, manteniendo las
caras de corte correctam ente alineadas (Hartman y Kester, 1971); además de
que para algunas especies de pinos parece no ser necesario el uso de una mezcla
impermeabilizante pues la resina que exudan los tejidos expuestos puede proteger
adecuadamente las uniones (Mirov, 1940).
Hasta hace algunos años era muy común el empleo de arcillas plásticas
y pastas preparadas a base de brea, cera de campeche, cera de abeja, aceite
de linaza, vaselina, cebo, etc., en diferentes proporciones y combinaciones, las
que, necesitando de un calentamiento ligero, logran una buena consistencia y
con la adición de pequeñas cantidades de carbón vegetal o negro de humo,
adquieren color negro, con el fin de dar una aplicación uniforme sobre toda la
superficie de unión y que la mezcla absorva el calor suficiente para que alcance
el injerto una tem peratura adecuada. Aún cuando se siguen utilizando, su empleo
se ha restringido debido principalmente al inconveniente de prepararlas y a los
problemas de su aplicación.
Las ceras preparadas se han ido sustituyendo por emulsiones comerciales
elaboradas a base de asfalto y agua pues existen en el mercado un buen número
de productos de este tipo los cuales, además de los elementos mencionados pueden
38.
f
V
FIGURA 22. E le m e n to s q u e c o n s t i t u y e n l a m a d e ra
/
epitelio de los mismos y secretan resina; estos canales pueden formarse también
como respuesta a lesiones en la madera.
En angiospermas el parénquima del leño ocupa una parte importante
del plan leñoso, posee una distribución especial en relación a los poros y es
en base a esta característica que el tipo de parénquima puede ser muy particular
para algunas especies, en cambio, en gimnospermas el parénquima del leño es
escaso.
Los rayos medulares constituyen un elemento im portante que se encuentra
desde el centro a la periferia del leño y corresponde a hileras de células paren-
quimatosas que funcionan como conductores de sustancias en sentido centrípeto;
cada rayo puede estar formado por una sola fila de células como en gimnosper
mas (rayos uniseriados), o bien por dos o más filas de células como en angiosper
mas (rayos multiseriados).
La parte central de todas las maderas la ocupa un elemento parenquimáti-
co vivo llamado médula, la cual, al comienzo del crecim iento secundario del
árbol puede ser más o menos grande y de forma estrellada y a medida que
el individuo crece, disminuye su tam año llegando a ser circular o redonda, hasta
que finalmente en individuos adultos se limita a un punto central o excéntrico.
En todas las maderas, los vasos y fibras o traqueídas más cercanas a
la médula, pierden su actividad por cambios metabólicos, a esta parte del xilema
se le llama duramen, en contraposición con la albura es decir el xilema más
cercano al cambium vascular, el cual es madera activa pues sus células están
vivas.
En muchas maderas pueden percibirse a simple vista anillos de crecimiento
que en el caso de especies de condiciones templado frías son producidas por
la actividad estacional del cambium vascular, pues en la estación de crecimiento
realiza una producción celular intensa y en invierno esa actividad disminuye
o cesa completamente. A la madera de primavera se le llama también madera
temprana la cual es menos densa con células de cavidades más amplias y paredes
delgadas, mientras que la madera tardía, es decir la de invierno, consta de células
con paredes anchas y cavidades estrechas.
Algunas maderas tropicales también presentan anillos de crecimiento
pero en este caso se forman por demarcación del parénquima y poros que dan
como resultado el color, el veteado y otras características muy diferentes a
las maderas de clima templado.
/
5.2. Desarrollo de la unión de injerto
El desarrollo de la unión de injerto depende, entre otras causas, de los
tipos de injerto que se hagan, la especie o especies involucradas y la época
d ^ año en que se realicen los trabajos (Dormling, 1964), además, se ha encontra
do variación entre y dentro de clones e incluso en injertos individuales pues,
en este caso, el grado de desarrollo no es el mismo en toda la longitud de las
uniones ya que en la parte central se puede observar un estado más avanzado
de unión que en los extrem os (Copes, 1969). Esau (1976), menciona que los
primeros cambios anatómicos en el desarrollo de la unión de injerto son muy
similares a los cambios que ocurren en la cicatrización de heridas.
✓ 46.
t
52.
i
nalmente murieron; los injertos en P. peuce a los tres años todavía presentaron
buenas características; los mejores resultados los obtuvo cuando patrones y púas
fueron de la misma especie. Hashizume (1979), realizó injertos con púas de
P. taeda y P. eU iottii con patrones de P. densiflora Sieb. & Zucc., los injertos
de P. taeda comenzaron a florecer después de los ocho años y los de P. eU iottii
después de los once años, además, a los dieciseis años los injertos de P. taeda
produjeron más flores que los de P. eU iottii. Dyson (1975), incluyó en un huerto
semillero injertos con púas de P. patula sobre patrones de P. patula y P. radiata;
su evaluación demostró que 38% de los injertos interespecíficos se vieron conspi
cuamente achaparrados y el resto tuvo reducción en altura y diám etro además
el tallo deteriorado, pero no encontró diferencias importantes en la producción
de semillas entre injertos intraespecíficos e interespecíficos por lo que este
autor recomienda observar la sobrevivencia de los injertos interespecíficos para
concluir si el achaparramiento tiene o no valor práctico en la recolección de
semilla y manejo del huerto.
Ahlgren (1962), en su estudio con varias especies de pinos encontró que
la sobrevivencia de injertos interespecíficos fue significativamente más alta
que la de intraespecíficos, además, el crecimiento, la sobrevivencia y la producción
de conos femeninos y masculinos de combinaciones interespecíficas en patrones
de una misma especie fueron más altos que para patrones de otra especie.
Además de las influencias atribuidas a las especies utilizadas como patrones,
existen diferencias que dependen del árbol de donde se toman las púas, es decir,
influencias clónales, de esta forma, Schmidtling (1973) injertó púas de tres clones
de una especie de pino usando patrones de cinco especies del mismo género,
este autor determinó que la variación en la sobrevivencia de un clon se vió
muy influenciada por la especie de patrón, no así en los otros dos clones; el
crecimiento en altura difirió también significativamente entre clones y entre
especies de patrones en el primer año; después del cuarto año, hubo un crecimien
to muy reducido en los injertos de una de las especies de patrones en com para
ción con las otras cuatro; en cuanto a la fructificación también encontró diferen
cias clónales importantes.
Puesto que pueden haber diferencias clónales en sobrevivencia, crecimiento
de los injertos, incompatibilidad, producción de semillas, etc., el ensayo de clones
y la depuración de los huertos semilleros son tareas indispensables para un buen
manejo de los mismos¿
De todo lo anterior conviene hacer notar que para cada una de las especies
forestales de interés comercial en las que se contemplen programas de mejora-
✓ miento genético, es necesario que existan ensayos previos de injertado que incluyan
patrones de varias especies para determinar si existe alguna especie que se
adapte adecuadamente a la que se quiere propagar y se obtengan ventajas
impor/Sntes, o bien, que lo mejor sea la combinación homoplástica, así mismo,
determinar si para ciertas especies existen grandes diferencias clónales para
conocer así los árboles adecuados de donde se tomen las púas.
i
8. EDAD, MADURACION Y TOPOFISIS
V
Smith y Smith (1968), reportan para Pinus palustris que las púas deben colec
tarse de brotes terminales vigorosos de la porción superior de las copas, a su
vez Switer (1970), injertó púas de la parte superior, media e inferior de las
copas de árboles de Pinus taeda y P. eU iottii y encontró que para P. taeda las
mejores uniones se obtuvieron con púas del tercio medio y las peores uniones con
púas de la parte inferior, pero en P. eUiottii hubo poca variación en cuanto a la
posición. Ladrach 11975), recomienda que en Cupressus lusitanica Miller se colecten
las púas de la parte superior.
Los cambios asociados con la edad, la maduración y los efectos de posición
están contemplados en el concepto de topófisis, Hartman y Kester (1971), se
refieren a este término como el fenómeno en el que diversos puntos de crecimien
to en partes diferentes de una planta al ser propagados asexualmente, pueden
perpetuar una fase específica de desarrollo; Wright (1976), define la topófisis
como la persistencia a largo plazo de la edad o los efectos de posición en árboles
desarrollados a partir de estacas o injertos, este autor refiere el término perífisis
para la persistencia de los efectos de la edad e indica entre algunas característi
cas asociadas con la topófisis las siguientes:
Forma del árbol.- Ya se ha mencionado que púas tomadas de la parte
baja de la copa y de ramas horizontales de muchas coniferas continúan creciendo
en esta forma por algunos años.
Forma de la hoja.- Púas tomadas de las copas de árboles adultos produci
rán hojas maduras después de ser injertadas y no un tipo juvenil de follaje.
Fructificación.- Las púas colectadas de ramas productoras de frutos pueden
retener su habilidad de producir flores después del injertado o hacerlo a los
pocos años de establecidos los injertos en el campo.
Crecimiento en altura.- En pinos, los brotes terminales de ramas superiores
son más largos que aquellos de ram as bajas y una vez injertados continúan con
una velocidad de crecim iento mayor.
De todo lo anterior se desprende que al seleccionar el material de púas,
hay que tener en cuenta la habilidad de las mismas para desarrollar la unión
y fructificar al poco tiempo, lo que depende de la edad del árbol y la posición
en la copa, además, debe tom arse en cuenta que el elegir púas de la parte
superior y de ramas laterales donde se desarrollan flores femeninas y tienden
a no crecer mucho verticalm ente es adecuado para un programa de establecimien
to de huertos semilleros pues se verán facilitadas las labores de colecta de
semilla y en poco tiempo podrán comenzar los ensayos de progenie para el
manejo y depuración de los huertos.
9. CONDICIONES FISIOLOGICAS Y FACTORES AMBIENTALES
Hartman y Kester (1971), dicen que la unión de injerto requiere oxígeno pa
ra la producción de tejido de callo; en ciertos casos puede ser suficiente un
nivel inferior al del aire pero en otros, la unión anatómica puede mejorar si
no se pone una mezcla protectora encima de los injertos pues esta protección
reduce el movimiento del aire y el oxígeno puede volverse un factor limitante
en la unión de las partes.
Dependiendo de los objetivos y de la disponibilidad de recursos, los injer
tos pueden mantenerse en diferentes condiciones ambientales. Cuando se tienen
los injertos en invernadero, los factores ambientales pueden controlarse para
mantener una humedad relativa cercana al 100%, una tem peratura adecuada
para el desarrollo de las uniones y un fotoperíodo largo para estimular el creci
miento vegetativo, además, se pueden tener otras condiciones favorables como
son sistemas de nebulización y un alto nivel de dióxido de carbono para propiciar
la fotosíntesis; si los injertos van a permanecer en vivero, pueden colocarse
bajo sombras apropiadas o bajo el dosel de árboles adultos y aplicárseles riegos
y otros cuidados sin mayor problema; en el caso del injertado directo en campo,
se escapa el control de Jos factores ambientales y únicamente los injertos pueden
protegerse por bolsas y otras cubiertas, quedando com pletamente sujetos a las
condiciones meteorológicas del lugar.
Gansel (1973) realizó injertos de Pinus eU iottii en condiciones de vivero (con
sombreado) e invernadero y encontró un alto porcentaje de sobrevivencia (98.5%)
en invernadero pues en vivero bajo sombra, la sobrevivencia fue de 56.5%. Este
autor atribuye sus resultados a que el injertado en invernadero es ejecutado
cuando los patrones están activos en cambio en vivero, se encuentran en latencia
relativa.
Para las condiciones de Zambia, Guldager (1972), injertó Pinus kesiya y P.
oocarpa Schiede en condiciones de campo y vivero, encontrando en general, que la
sobrevivencia y el crecimiento en altura fueron mejores en campo, pudiendo esperar
hasta un 70% de éxito.
Smith y Smith (1968), dicen que para Pinus palustris cuando los patrones de
2 años de edad son trasplantados a campo e injertados uno o dos años después,
el crecimiento en altura de los injertos es mayor que cuando los patrones son
mantenidos en envases e injertados en invernadero. Por su parte, Parra (1980)
en Pinus halepensis obtuvo 96% de éxito cuando los injertos se mantuvieron en
vivero; en campo, obtuvo resultados muy diversos atribuyéndolos a las diferencias
en la fertilidad del suelo.
Dormán (1976), dice que el injertar directam ente en campo tiene algunas
ventajas sobre el trabajo en vivero, pues aún en el caso de que los envases sean
lo suficientemente grandes, las plantas para patrones no son tan vigorosas como
aquellas cuyas raíces no tienen un espacio limitado para su desarrollo. Así mismo,
al mover las plantas envasadas de un lugar a otro y su transplante a campo,
representan un cambio drástico de sus condiciones, lo cual puede tener consecuen
cias graves en la sobrevivencia y desarrollo de los injertos. En cambio, el
injertado en campo evita un gran trabajo preparatorio que es necesario cuando
se emplean patrones envasados. Algunos inconvenientes del injertado en campo
son que para el establecimiento de huertos semilleros el ir transportando el
material de púas y equipo a cada uno de los patrones previamente establecidos
representa tiempo y costos adicionales al hacer menor número de injertos en
una jornada de trabajo, además antes de comenzar el trabajo los patrones deben
ser liberados de especies com petitivas y fertilizados debidam ente.
Para las condiciones de México en que es difícil contar con invernaderos
equipados para realizar injertos, resulta indispensable llevar a cabo las experiencias
necesarias con el fin de definir las mejores condiciones de vivero para asegurar
un buen porcentaje de prendimiento y un buen desarrollo de los injertos, o plantear
la posibilidad del injertado en campo.
Así mismo, para cada una de las especies en que se desarrollen programas
de mejoramiento genético, es necesario contar con la investigación acerca de
todos los factores que determinan el éxito en el injertado. Es importante
mencionar una vez más, que no hay nada definitivo y cada situación se tiene
que trabajar de manera particular.
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