Postcosecha de La Zanahoria
Postcosecha de La Zanahoria
Postcosecha de La Zanahoria
Calidad: Los requisitos mínimos de calidad que debe reunir el producto son: estar entero,
sano (sin rajaduras (eclatación), plagas ni enfermedades), limpio (sin materiales
extraños), de consistencia firme, con un color típico de la especie y variedad, no
bifurcadas, desprovistas de raíces secundarias, tiernas (sin textura leñosa), de aspecto
fresco, exentas de humedad exterior anormal, exentas de olores y sabores extraños y
preferible sin lenticelas; bien rematadas.
Categoría I o Selecta: son las de calidad superior; además de tener forma regular,
no presentar magulladuras, heridas o grietas y debe tener un color anaranjado
propio de la especie. No debe tener más de 4.5 cm de diámetro, puede tener hasta
18 cm de largo y no puede medir menos de 7.5 cm o no debe pesar más de 200 g.
Se toleran algunos defectos leves en la forma, en la coloración y leves heridas
cicatrizadas.
Categoría II o Corriente: se incluyen las zanahorias que no pueden clasificarse
en la categoría superior, permiten defectos en su forma, coloración, heridas
cicatrizadas que no alcancen el corazón.
Separación de hojas: se debe separar el fruto de las hojas. Esta operación se realiza con
cuchillos grandes y afilados que faciliten la operación y la hagan más rápida; se realiza
en campo o en bodega. Si la zanahoria es para manojitos, esta operación no se realiza.
Curado: es una operación que se realiza para permitir la cicatrización de las heridas
producidas en la cosecha y en otras operaciones. Se efectúa extendiendo el producto en
superficies limpias a una temperatura de 20ºC y una humedad relativa mínima de 80%,
cambiándole el aire dos o tres veces al día durante 48 horas.
Preenfriamiento: reduce la temperatura interna del producto para aumentar la vida útil
en almacenamiento. El enfriamiento por agua es el método más empleado para este fin.
También, se utiliza el agua junto con el hielo y cloruro de sodio para bajar el punto de
fusión en proporciones determinadas. Puede reducirse a una temperatura interna de 8 a
10ºC.
Secado: se debe dejar un buen flujo de aire fresco entre el producto (empaquetado o sin
empaquetar) utilizando ventilación natural o un ventilador, hasta retirar la humedad
excesiva que pueda reducir la vida de almacén del producto. No debe dejarse la
ventilación en exceso porque puede ocasionar problemas.