Jakaru
Jakaru
Jakaru
tener variedad de culturas, pero que lamentablemente muchas lenguas, entre ellas el
jacaru se encuentran al borde de la extinción, esto debido a que se encuentra asediada
por el quechua y desplazada poco a poco por el castellano.
El 1 de abril del 2002, el distrito de Tupe y sus anexos Aiza y Colca fue
Declarado “PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACION” con la Resolución Directoral
Nacional Nº 259 – INC. por el Instituto Nacional de Cultura, por lo que cualquier ejecución
de proyecto de construcción, tiene que pedir previamente permiso al Ministerio de
Cultura.
Una razón básica para haber mantenido su cultura es que sus habitantes todavía hablan
en su propia lengua materna: el Jaqaru. Y en el anexo de Cachuy tienen otra lengua
original conocida como Kawki. Según la lingüista y antropóloga norteamericana
Martha J. Hardman, el aymara altiplánico, el jaqaru y el kawki son tres lenguas vivas
de una misma familia a la que ella denomina jaqi.
La población adulta de Tupe (en lengua Jaqaru “Txupi” significa juntos, pegados) es en
su mayoría analfabeta, pero curiosamente la nueva generación habla español, inglés, y
algo de su propia lengua. Por ello, Hardman y la tupiña Nelly Belleza, con apoyo del
Ministerio de Educación, han logrado que el jaqaru tenga gramática y los niños puedan
escribir en su lengua materna. Así, esta lengua, que sobrevivió por cientos de años
de manera oral, se resiste a ser una lengua muerta.
En tupe la educación solo es inicial y primaria, no hay secundaria. donde todos los niños
cantan por las mañanas el himno nacional del peru cuando formam y pasan lista. Además
los niños llevan obligatoriamente dos horas de su lengua materna a la semana. Se esta
implementando con siete libros de matemáticas y comunicación en jaqaru, vemos que
poco a poco también se trata de implementar la lengua jaqaru en los niños a través de
textos y problemas matemáticos. Gracias a la ayuda del gobierno del peru.
La llegada de ¿una tupina?:
La Dra. Martha James Hardman llegó a la comunidad de Tupe en el año de 1959 para
hacer investigación lingüística-de lo que no había casi nada-y, específicamente, para
formar un Alfabeto para la gente. Ya había logrado mucho el campo de la lingüística.
Entre otras cosas, había introducido la lingüística a la universidad de San Marcos y
fundado la Institución Nacional de Estudios Lingüísticos en Bolivia. Un profesor en la
universidad le había pedido ir a Tupe para crear un Alfabeto, porque no había nadie más
para hacerlo. Ella aceptó. Alguna gente le avisó que los tupinos eran taciturno y que no
le hablarían, pero cuando llegó, ella encontró con una realidad totalmente diferente.
Durante los siguientes años de investigación, ella convivió con la gente tupina, y ellos le
recibían con “brazos abiertos,” formando relaciones íntimas durante su estancia
prolongada en Tupe. De hecho, preguntando a otra tía sobre la Dra.
Inicios de un Alfabeto:
En los años y siglos anteriores a la llegada de Martha Hardman, el Jaqaru había existido
solamente en forma oral. Es decir, que no tenía una sistema de escritura. Para casi tres
décadas, un tupino, el Dr. Dimas Bautista Iturrizaga, estaba buscando a alguien para
ayudarle formar un Alfabeto para su comunidad. Cuando él encontró con la Dra.
Hardman, sus deseos para el trabajo con la lengua coincidieron. Así que muy pronto,
ellos empezaron trabajar juntos para crear un Alfabeto. Para Hardman, era indispensable
tener la ayuda de un nativo hablante en el proceso de formación. Ella afirma esto en un
artículo de la revista Tupinachaka, comentando que el Alfabeto “es mayormente del Dr.
Dimas. Tenía que ser así. El alfabeto práctico es para el uso de quienes hablan la lengua;
como lingüistas podemos usarlo, pero no es la meta.” De esta perspectiva, la Dra.
Hardman incluyó al Dr. Dimas Bautista en el trabajo por razones éticos. Los tupinos,
como los recipientes y usuarios futuros, tenían el derecho de participar en la formación
de su propio Alfabeto; el Dr. Bautista podía servir como el representante de la gente
Jaqaru hablante durante este proceso.
Sin embargo, también había razones prácticos para incluir al Dr. Bautista en la formación
del Alfabeto. Su perspicacia y intuición sobre la lengua ayudó mucho en el escogimiento
del grafema. Él hizo muchas de las decisiones sobre esta grafema, como
la decisión de usar la nh en vez del ng para la fonema nasal velar (el sonido que en
inglés, termina palabras presente progresivas como ‘running’ y ‘sleeping’). Aun con la
ayuda del Dr. Bautista, había muchas dificultades en la formación del Alfabeto. Querían
tomar especial precaución para representar con fealdad el Jaqaru oral y para evitar
castellanizaciones de la lengua-cosa que ha pasado y dañado a muchas lenguas como
el Quechua y el Ese Eja. Esto, junto con la complejidad del mismo Jaqaru, resultó en
retos como la representación de unos consonantes que no se encuentra en las lenguas
europeos. En este caso, decidieron usar el tz, el tx, y el cx, así indicando que
“lo que representa no es nada del castellano” y que tampoco interfiere con otros sonidos
del Jaqaru. Así avanzaron, poco a poco, formando un Alfabeto para la lengua Jaqaru.
Jaqaru hablante. Sin embargo el gobierno muchas veces no ve las cosas con la misma
urgencia o interés, y cuando Hardman fue con su trabajo “Jaqaru” (publicado en 1983) al
Ministerio de Educación, pidiendo permiso para el inicio de la educación bilingüe con el
Alfabeto nuevo en Tupe, recibió rechazo.
Con todo este apoyo de los pobladores tupinos, Martha Hardman comenzó a dictar clases
nocturnas de lecto-escritura para la gente en el año 1983. Estas clases atraían a
personas de todas edades y eran recibidos con entusiasmo. Unos años después, en
1988, la Dra. Hardman era invitado enseñar la misma tema a un clase de tercer y cuarto
grado. Aquí otra vez era recibida con emoción su enseñanza. Era bien importante su
buena relación y confianza con la gente para que los niños se sentaran cómodos con
ella. De hecho, sentaban tan cómodos con ella, y ella se había hecho tan querida por
todos, “que no querían que les enseñe el curso otras personas, ni el mismo ayudante de
la profesora, quien era Jaqaru hablante.” Incluso los niños trajeron
El retiro de los textos era un triunfo para los tupinos, pero sin embargo, todavía tenían
que luchar sin cansar para lograr la oficialización del Alfabeto de la Dra. Hardman y su
implementación en las escuelas.
Por su parte, los funcionarios señalaron que el jaqaru es una lengua que sufre de un
problema de transmisión intergeneracional debido a que los padres no se la enseñan a
sus hijos, por lo que es importante revertir esta situación con la participación y ayuda de
todos.
El Proyecto Piloto Voces Vivas del Ministerio de Cultura se viene implementando con la
lengua kukama kukamiria, en Loreto; y con la lengua uro, en Puno. Para el año 2015,
se ampliará la atención a las lenguas shiwilu, ikitu, capanahua y ocaina, las cuales
también atraviesan un grave peligro.
Por eso los 17 docentes del colegio San Bartolomé (el único que existe
en Tupe) están tratando de rescatar su lengua nativa a través de la
lengua oral. Las clases vienen acompañadas de exposiciones en jaqaru y
también en escritura jaqaru. La gran dificultad que tienen los niños de
Tupe es que los textos escolares que manda el Ministerio de Educación
están en español. Todavía en el 2016 llegarán los libros en jaqaru. El
profesor Galdino Robinson explica que los niños son bilingües porque los
padres les enseñan español desde muy pequeños. Según un diagnóstico
socio-lingüístico el 56% de los niños hablan jaqaru en casa, mientras que
sus padres el 100%. En las calles los niños hablan español.
Al rescate de la lengua
El futuro del jaqaru solo dependerá de los más jóvenes. En esta tarea
los adultos mayores son los mejores aliados para que esta lengua se
mantenga viva. Por ejemplo, Zelbia Manrique (93) enseña a su nieto
Jefferson (4) a contar los números en Jaqaru. Con la ayuda de sus dedos
el pequeño cuenta del uno al diez: 'maya', 'paja', 'kimsa', 'pushi', 'pichqa',
'sujta', 'qancxisi'. El pequeño se resiste al principio llegar hasta el número
10, pero accede por la presión de la abuela.
Desde julio del 2014, los adultos mayores de Tupe forman parte del
programa ‘Saberes Productivos’ del Ministerio de Desarrollo e Inclusión
Social (Midis). Dicho programa es un esfuerzo para que la lengua y
cultura de los pueblos no llegue a desaparecer.
Son 40 usuarios de Pensión 65 que se reúnen una vez por semana para
enseñar a los más jóvenes la lengua jaqaru y también las prácticas
ancestrales como el tejido de la manta jaqaru, fajas y el anako, un
atuendo negro que distingue a las mujeres de Tupe mayores de 50.