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Leyenda Del Cerro Chalpon y Cerro Rajado

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LEYENDA DEL CERRO CHALPON Y CERRO

RAJADO
DESCRIPCIÓN

Los cerros Chalpón y Rajado, cercanos al pueblo de


Motupe, fueron dos hermanos gemelos que tuvieron
idéntica creación y objeto, ya que eran centinelas
avanzados del Cielo, guardianes de la Ley Divina y
anunciadores del triunfo del bien. Como hombres,
nacieron y vivieron, gozaron y sufrieron y morirán
también. El Cerro Chalpón, además de la difundida
devoción que existe por la cruz que posee, tiene el
privilegio de haber sido dedicado a Dios, mientras que
su hermano, el Cerro Rajado, se dedicó al servicio del diablo. En la falda del Cerro
Chalpón, aquella que mira hacia Motupe, existe un jagüey o manantial, destinado
a dar de beber a los ángeles que allí vivían, ellos sembraron en ese mismo sitio,
varias cañas de Guayaquil, para que les ofreciera sombra y les refrescara el
ambiente. Además, para su hogar y reposo, construyeron la gruta y el jardín, o sea
la propia cueva, la cama de piedra para su descanso y colocaron, como símbolo
de su dedicación y de su triunfo, una cruz; privilegios que no gozaba el Cerro
Rajado, el cual por haberse entregado al diablo, es oscuro, tétrico y negro; quien
además no tiene ninguno de estos distintivos, excepto la cruz. En cuanto al Cerro
Rajado, lleva este nombre por ostentar una raya muy ancha, que fue producida por
un sablazo que pretendió darle el arcángel Gabriel al diablo en la lucha eterna que
sostenían, pero el diablo al esquivar el golpe, el sablazo cayó sobre el cerro,
produciéndole esa raya que le sirve de distintivo. Con el fin de que todo aquel que
viviera o visitara este cerro, sufriera su maligna influencia, los mismos ángeles
encantaron el pozo, que se formó por aquel sablazo y del cual brota un agua sucia
y pestilente y cuyo encantamiento consiste en que lo que cae en ese pozo no podrá
ser hallado jamás. Como el Cerro Chalpón se había dedicado a Dios, la cruz que
se colocó en el fue objeto de adoración, devoción y fe; en prueba del triunfo de la
verdad cristiana, con el agregado de que cuando fuera encontrada por los hombres
se convertiría en milagrosa intercesora entre ellos y el Cielo. En cambio, la cruz
colocada en el Cerro Rajado, serviría para representar la influencia del mal y estaba
decretado que cuando ella fuera encontrada por los hombres, en previsión del
peligro que encerraba, se convertiría en tierra. De aquí explicado porque cuando
esta cruz fue hallada, por aquellos mismos que descubrieron la del Cerro Chalpón,
se convirtió en polvo en sus manos, pues era la cruz del diablo, mientras que la
del Cerro Chalpón, aún hoy mismo, es objeto de veneración, porque es la cruz de
Dios.
OBSERVACIONES

Esta leyenda simboliza también la dualidad de la ley eterna: premio al uno y castigo
al otro, por sus intenciones y acciones tan contrarias, aún cuando los dos Cerros
fueron hijos del mismo Padre: Dios. La cruz del Cerro Chalpón, es conocida como
la Santísima Cruz de Motupe y su festividad anual es celebrada en el mes de
agosto.
EL MITO DEL CONEJO A LA LUNA

El Conejo de la Luna Hace mucho, el buen Dios Quetzalcóatl fue de viaje por el mundo en forma
de un Hombre. Tras haber caminado todo el día, él estaba cansado y con mucha hambre pero
continuó su caminata por mucho tiempo hasta ver las estrellas y la Luna brillar en el cielo. Decidió
sentarse y mientras descansaba, vio a un pequeño Conejo que estaba comiendo. El Dios le
pregunto que estaba comiendo, el Conejo le respondió "Zacate" (varias especies de hierba que
sirven de pasto y forraje) y si quería un poco. El Dios le dijo que no le gustaba pero le agradecía
su bondad. Nuevamente el Conejo le preguntó que hará, y el Dios le dijo que quizás morir de
hambre. El Conejo en su máxima bondad le dijo: "No soy más que un pequeño conejo, pero si
tienes mucha hambre, cómeme y aliméntate". El Dios, conmovido por su gran gesto, le dijo que
sería recordado por todos. Luego lo tomó y elevándolo hacia la luna su figura quedó estampada
en ella. Luego de esto, el Conejo bajó nuevamente a la tierra y el Dios le dijo: "Ahí está tu retrato
para que todos te recuerden por mucho tiempo".
FÁBULA CORTA PARA NIÑOS: EL CONGRESO DE LOS RATONES

Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero
temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera
de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a
petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No
podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento-Atemos un cascabel al gato, y así
sabremos en todo momento por dónde anda. El sonido nos pondrá en alerta y podremos
escapar a tiempo.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos
y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la
llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión
importante: ¿Quién de todos le pondrá el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no
podían contestar a aquella pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y
todos, absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes.
Moraleja: Es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo
LA SOMBRA DEL AVENTURERO (NOVELA)
Antonio Segura, reportero y articulista de un conocido diario de la ciudad, entró en el apartamento
de Miguel Estébanez, y una muchacha joven le indicó amablemente dónde estaba. Se hallaba
sentado en un cómodo sillón de una sala, acompañado por un vino añejo y unas melodías
románticas que provenían de un disco compacto. La mujer se retiró después de cerrar la puerta
y el periodista se sentó frente a él. El individuo no debía superar los treinta años pero, a través
de su rostro apesadumbrado, se veían muchas vicisitudes pasadas. De hecho, por unos
segundos, el reportero no se podía creer que se hallaba ante un aventurero que había recorrido
tierras orientales, que había reunido tribus árabes para derrotar a enemigos de gobiernos
dictatoriales, que había impedido un golpe de Estado en la India, cuando una secta de fanáticos
intentaban instaurar un nuevo imperio de terror y que había desarticulado redes de
narcotraficantes chinos que se dedicaban a su vez a la prostitución y a extorsionar a pequeños
comerciantes de Pekín. También había colaborado humanitariamente en los Balcanes y había
mandado sobre un grupo de guerrilleros albaneses. En pocos años había recorrido esos diversos
países, llenos de contrastes, de riqueza y pobreza, de vida y desolación. Pero quedaba un hueco
para llenar su vida... -¿Ha venido para la entrevista? -preguntó Miguel con aire cansado. -Sí, el
jefe del rotativo me envía, pero además quiere que nos explique su odisea con detalles -repuso
el periodista-. Llevo mi grabadora y mi cuaderno de notas para contar sus... sus experiencias
desde su desaparición en las montañas del Cáucaso, hace aproximadamente un año. Los ojos
de Miguel Estébanez parecieron brillar por unos instantes sin embargo, luego se apagaron
misteriosamente. -¡Oh! ¿Un año? Un año ya... -repetía mientras miraba la ventana, cuando unas
grisáceas nubes marcaban la tarde-. ¿No tiene miedo de aburrirse, amigo? -La gente tiene
mucha curiosidad por saber qué ha pasado -contestó el reportero-. No tengo prisa, empiece a
contar su historia. Pero Miguel no empezó todavía. Se limitó a levantarse de su asiento ante un
desesperado periodista y se acercó a un armario. Extrajo de él, otro Whisky y se lo dio al
periodista, el cual se mostró agradecido. Después, Miguel abrió un escritorio para sacar un
cuaderno de tapas rojas, de aspecto muy desgastado y se lo tendió al reportero amablemente. -
¿De qué se trata? -preguntó Antonio intrigado. -Es un pequeño diario en el cual iba anotando las
incidencias de mi viaje -contestó el aventurero mientras se volvía a sentar-. Tómelo prestado,
pues le ayudará mucho para complementar su escrito sobre mi estancia en el Cáucaso. Después
le agradecería que el diario me lo devolviera. En él, como podrá comprobar, hay dibujos y
pequeños mapas que hablan de los sitios que pisé sombríamente, lugares remotos que no
aparecen en los mapas ahora, con lo cual, aunque me leyese con frecuencia el diario, continúo
dudando si se trató de una verdadera aventura o de un amargo sueño. El periodista lo abrió y lo
miró por unos breves minutos. Efectivamente estaban unos mapas dibujados y unos trazos
sencillos sobre diferentes situaciones o personajes que aparecían en esa odisea. -Pueden
reproducir los mismos dibujos tranquilamente -añadió Miguel-. Seguramente el rotativo
aumentará la tirada de ejemplares. -De acuerdo -repuso el periodista-. Como veo que tenemos
poco tiempo, iniciaremos su narración. Y con un rostro marcado por un mohín de disgusto, Miguel
Estébanez se propuso contar su historia...

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