Lo Mas Esencial Del Duelo
Lo Mas Esencial Del Duelo
Lo Mas Esencial Del Duelo
DEL DUELO
Todo lo que quiso saber sobre el duelo
y nunca se atrevió a preguntar
Prefacio 3
Introducción 4
Sobre el Autor 31
Referencias 32
Agradecimientos 33
Prefacio
Este e-book le explica, en un lenguaje claro y sin tecnicismos, qué es
el duelo y cómo manejarlo. También responde preguntas clave sobre el
tema: ¿cuál puede ser su duración?, ¿cuándo la emoción está desbordada?,
¿es malo llorar?, ¿cuál es la utilidad de las ceremonias de luto?.
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Introducción
El duelo es esa experiencia que toca nuestras emociones y se manifiesta
de infinitas formas. Es una respuesta natural a la pérdida de una
persona, relación, condición de vida, parte de sí mismo o de cualquier
aspecto con valor significativo, incluso también se manifiesta, más sutilmente,
cuando tenemos que abandonar ideas caducas que ya no se
adaptan a nuestra nueva realidad.
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Algunas certezas encontradas:
Las pérdidas nos muestran que no podemos dar nada por garantizado:
ni la salud, el poder, la seguridad ni una vida “feliz”. Después de ellas,
nuestro mundo no volverá a ser igual, pero en ese mundo diferente hay
espacio para recuperar la esperanza, la armonía y el bienestar.
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El proceso del duelo no sólo requiere desarrollar la capacidad de soltar
y dejar ir el pasado; el duelo nos lleva a los lugares más profundos
de las relaciones de vida y de nuestra existencia. Nos devuelve a la vida
plena. En lugar de ser visto como sólo una consecuencia de la pérdida,
podemos asumirlo como el trabajo de crecimiento personal que nos
lleva a adaptarnos a una nueva realidad.
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6 Preguntas esenciales del duelo
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Este fue otro recordatorio de que mucha gente piensa que la aflicción por
una pérdida es un proceso que debe vivirse muy rápidamente, en pocos días,
y que a veces, manifestar tristeza no es considerado adecuado, se percibe
como un indicador de “debilidad” y de fracaso en el manejo del duelo.
Cada persona vive el duelo en una forma muy particular, a su propio ritmo y
tiempo. En muchos casos, no requiere de asistencia médica aunque puede
beneficiarse del apoyo de familiares así como de consejería profesional
especializada personal y de grupo.
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Hay autores que afirman que, cuando el duelo no se complica, puede tener
una duración alrededor de 6 meses y frecuentemente se resuelve en un año,
pero estas son generalizaciones y, en ocasiones, un duelo “sano” por una
pérdida significativa puede extenderse más. Especialmente en los casos de
pérdidas de cónyuge o hijos dos años en duelo es un tiempo frecuente y
“normal”.
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Es importante ser pacientes y considerar los factores
que influyen en la duración del duelo antes de
juzgarse a sí mismos o juzgar a otras personas que lo
transitan por que nos parece que llevan demasiado
tiempo sintiéndose mal.
Por otro lado, es también muy importante estar alertas cuando trascurrido
un tiempo de varios meses, el dolor, la pena o la ansiedad muestran
muy poca o ninguna tendencia a decrecer. En esos casos, tanto
como si el duelo es propio o ajeno, es importante buscar apoyo profesional
pues el proceso normal puede estar estancándose o volviéndose
“patológico” con consecuencias nefastas para la salud y calidad de vida
de una persona.
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2. “Se habla del duelo como un proceso lleno de
emociones. Pero ¿cuándo una emoción está desbordada?
¿Cuándo es demasiado?”
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Se hace necesario aprender cómo manejar las
emociones, para poder llevarlas a su papel sano de
equilibrio en la vida.
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3. “En algunos casos, las personas no manifiestan
tener ningún dolor y a veces parece que no quieren
o no pueden llorar. ¿Se debe a que este tipo de personas
son muy fuertes?”
Los siguientes meses fueron muy duros para mí. En aquel tiempo cuando
yo era adolescente, en mi país no era usual buscar ayuda psicológica
tras una pérdida.
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Algunos quizás no tienen la oportunidad de vivir su duelo de forma apropiada
debido a los compromisos laborales o las demandas de cuidado
de una familia que no les permiten darse una pausa para sentir que
les sucede internamente.
Sin embargo, el que una persona tras una pérdida afectiva no manifieste su
conmoción o sentimientos, no siempre se traduce en que tenga siempre una
gran estabilidad emocional o, como se dice comúnmente, posee una gran
“fortaleza de carácter”.
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A menudo queda dolor reprimido y escondido por muchos años y
emerge aleatoriamente en forma de episodios de depresión o ansiedad.
Cuando el dolor permanece enterrado por tiempo, requiere de
asesoramiento psicológico, en el marco de una revisión profunda de
vida, para actualizarlo y liberarlo definitivamente.
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En particular las técnicas de trabajo psico-corporal como el masaje terapéutico
muscular profundo, el yoga y otras técnicas corporales supervisadas por un
terapeuta especializado, pueden ayudar a desbloquear las emociones y
restaurar su expresión más natural y auténtica.
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4. “Si el tiempo y el olvido lo curan todo, ¿para qué ocuparse
del duelo?
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El duelo es un trabajo que emprendemos a muchos niveles conscientes
e inconscientes y, como toda labor, requiere de la realización de tareas
ineludibles para superarlo.
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Hace poco leí una frase anónima que decía “Haz como el sol que
renace cada día y olvida la noche que pasó”. Esta frase puede ser
muy hermosa,pero tomando el sentido de la imagen, ni siquiera
el sol puede olvidarse de la noche que pasó pues de ella deviene.
Aceptar el dolor
y expresarlo sin
considerarlo como una experiencia
puramente negativa es una clave
fundamental para superar el duelo.
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5. “Las ceremonias de despedida o luto parecen vacías y sólo
formalidades sociales, muchas veces llenas de hipocresía.
¿De qué sirven?”
Una amiga, mediante las redes sociales, me dijo alguna vez que los funerales
eran para ella una formalidad llena de hipocresía y que, cuando ella muriera,
no quería que se celebrara ningún rito ni mucho menos que llevaran luto por
su ausencia.
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En todas las tradiciones de ritos fúnebres hay elementos comunes.
Generalmente hay un altar con el cuerpo, una imagen u objeto que simboliza
la persona desaparecida. También frecuentemente están representados
los elementos de la naturaleza, agua, aire, tierra y principalmente
el fuego de la trasformación en forma de velas o antorchas.
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Los rituales son sanos y sanadores, facilitan el dejar
ir al fallecido y reunirnos a plenitud con la vida de
nuevo.
“La forma
La forma de expresar el luto está estrechamente
de expresar
relacionada con la cultura a la que pertenezcamos (por
el luto está
ejemplo: vestirse de negro u otros colores específicos,
estrechamente
guardar una dieta especial o continuar ceremonias
relacionada
para el difunto como misas o novenarios, etc.).
con la cultura”.
Si bien la manifestación de las ceremonias fúnebres ha mermado en
nuestro mundo actual, más lo ha hecho la expresión del luto.
En la cotidianidad de la calle, para mí es cada vez más difícil distinguir
qué personas han tenido una pérdida reciente pues las señales de luto
tradicionales, como ropa de colores particulares, bandas y botones de luto
ya no se observan.
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Creo que esto tiene varias razones: muchas personas en la sociedad
contemporánea se sienten incómodas al ser reconocidas como dolientes,
es decir el duelo es una vivencia que se prefiere ocultar del público
en general y por otra parte, como no hay educación sobre cómo acompañar
a una persona en duelo, mucha gente también se siente incómoda
ante una persona que denota estar en duelo: no sabemos cómo
comportarnos ni qué decir.
El problema es que cuando creemos que “el luto se vive sólo internamente
y no hay que demostrarlo”, frustramos la posibilidad de obtener
más apoyo psicosocial durante el duelo.
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6. “¿Para qué ir a terapia o consejería cuando se vive un
duelo?”
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Un amigo mío me repetía, recientemente, la razón que más he escuchado:
“no tengo tiempo para pasar horas acudiendo a un terapeuta, tengo
demasiadas obligaciones”. Es la famosa “falta de tiempo” para dedicarse
a uno mismo, especialmente si se trata de “materias del corazón”, como
pasa con los duelos, donde la gente descuida sus necesidades más profundas.
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Ciertas personas, muy educadas, piensan que la terapia es
para gente “débil” y “sin madurez”. Juan, mi quiropráctico,
perdió a su esposa de muchos años repentinamente. Una
mañana amaneció sin vida debido a un infarto fulminante
mientras dormían juntos.
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También he escuchado que algunas personas han acudido a terapia
previamente y no han quedado satisfechas con lo que lograron. Una conocida
mía tuvo muchos problemas por la relación difícil que tenía con su hijo durante
la adolescencia y las terapias a las que asistieron no les parecieron de utilidad.
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Cuando tenemos una herida importante en el cuerpo o un hueso roto,
no dudamos en acudir a un profesional para atenderla mejor y evitar
complicaciones. Ahora, ¿Cómo descartar, a priori, la ayuda cuando la herida
es en el alma y el corazón se siente roto?
La canción del cantautor argentino Piero, “Soy Pan, Soy Paz, Soy Más”®
tiene una estrofa que dice:
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En nuestro mundo lleno de información se nos educa y enseñan muchas
cosas valiosas para la vida pero poco se dice sobre cómo elaborar las
pérdidas. Nuestra sociedad carece, en general, de educación para manejar
las despedidas, las ausencias y los duelos.
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cómo lidiar con una transición en tu vida,
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Lo Más Esencial Sobre el Duelo: Todo lo que quiso saber sobre el duelo y nunca se
atrevió a preguntar por Julio Vicente Pérez para uso exclusivo de ManejoDelDuelo.com.
Este e-book no podrá ser reproducido ni distribuido total o parcialmente
sin el permiso previo por escrito de ManejoDelDuelo.com.
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Sobre el Autor
Julio Vicente Pérez Infante es psicoterapeuta y coach, Premio Nacional de
Psicoterapia (2003) de la Asociación Venezolana de Psicoterapia por su
investigación en la asistencia psicológica de pacientes al final de la vida. Su
trabajo abarca consultas personales y grupales.
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Referencias
• Bayés, Ramón, (2001) Psicología del sufrimiento y la
muerte, Barcelona, Ediciones Martínez Roca.
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Agradecimientos
Infograpps y su generosa
contribución en la ilustración
de este e-Book.
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