Marco Teórico
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Es importante recalcar que la inseguridad en México existe desde hace muchos años pero que año
con año va aumentando y gobierno tras gobierno implementa la lucha contra lo mencionado sin
tener resultado. La inseguridad se divide en varias ramas y existen mucho tipos de inseguridad que
va desde inseguridad alimentaria hasta inseguridad en uno mismo pero hablaremos de una de ellas
que es la delincuencia organizada.
Delincuencia organizada.
Entiendo de delincuencia organizada un grupo de personas que planean y organizan actos que no
son aceptados para la sociedad y afectan a los ciudadanos.
La mafia existe desde hace cientos de años, donde se encuentra en primer lugar y sobre todo en la
singular cultura de Sicilia, algunos sostienen que el sur de Italia, hogar de la ‘Ndrangheta Calabresa,
la Camorra Napolitana y la más reciente, la Sacra Corona Unita, también puede ostentar la condición
de ser el origen de las asociaciones mafiosas. Adolfo Beria di Argentine, conocido estudiosos italiano
del derecho, describe así a la Mafia: La mafia es una mafia rural y una mafia urbana; es un poder de
control material del territorio y es un poder de explotación de los circuitos políticos y administrativos
locales y nacionales, y de los intangibles circuitos financieros internacionales, es una cultura de la
omerta (silencio) que se refugia en el entorno del subdesarrollo, y es una cultura de la falta de
escrúpulos en diversos y complejos circuitos internacionales; es violencia lucrativa y es una
estructura de poder que impregna todos los demás poderes. La historia de la mafia de Sicilia
demuestra que se desarrolló como un cuasi Estado socialmente arraigado. Los mafiosos (o gabelloti
–intermediarios-), como se les conocía al principio, actuaban de apoderados de los terratenientes
ausentes en el gobierno de Sicilia, en unos tiempos en que el gobierno estaba alejado, era extranjero
o, en el mejor de los casos, ineficaz, en consecuencia, la mafia fue única en su decidido ejercicio de
una función cuasi gubernamental. Los gobiernos ejercen el monopolio de la fuerza mediante
instituciones legalmente constituidas como es el caso de la Policía, a los que se les concede de
acuerdo a la ley el poder de utilizar la fuerza cuando sea necesario, pero cuando el gobierno es débil
o corrupto, o, quizá, sencillamente de una ineficacia total, se crea un vacío de poder que, como
ocurre con cualquier vacío, se llena y es en ese momento en donde la mafia o las organizaciones
de tipo mafiosos, asumen y ejercen el poder donde y cuando el gobierno no sabe, o no quiere ejercer
el monopolio de la fuerza.
Paoli dice de la mafia de Sicilia y Calabria que controlan a la población en general, resuelven
conflictos, recuperan bienes robados y aplican las leyes que salvaguardan los derechos de
propiedad, graban con impuestos las principales actividades productivas que se llevan a cabo dentro
de su territorio.
Según lo manifestado con anterioridad, se podría afirmar que la mafia nace de un vacío de autoridad
y ocupa el lugar que al gobierno le corresponde en cuanto al ejercicio del poder, de allí que sea
menos probable que surjan mafias en democracias sólidas y estables con instituciones fuertes y una
sociedad civil vigorosa, en las democracias sólidas en donde las mafias ya existen, éstas son
combatidas fuertemente por su sistema legal. En cuanto al Crimen Organizado es fundamental
entender que algunos crímenes, por su complejidad y sus múltiples facetas no los pueden cometer
personas que actúen solas, si la naturaleza del crimen y la situación lo exige, se puede contar son
asociados dispuestos, lo que podría convertirse en un grupo que comete tal crimen; por lo que se
puede considerar que este grupo es una red criminal, si existe algún tipo de división del trabajo (es
decir, si las personas desempeñan funciones distintas y tienen tareas diferentes en la comisión del
delito), y la red permanece a lo largo del tiempo y comete más delitos. Esta última circunstancia es
importante: si la red no sigue viva más allá de una sola o limitada oportunidad delictiva, si sus
miembros no se organizan para seguir cometiendo crímenes, si no se consideran una organización
criminal y si la red no lo desarrollo, una permanencia, una reputación, una continuidad, no es una
auténtica organización criminal. Clavería, J. R. (2011). El crimen organizado. Instituto de Estudios en
Seguridad. Guatemala.
Desde hace algunos años me involucré en el estudio del Crimen Organizado, sentí que era un tema
de suma importancia política en el contexto mundial y que además abarca aspectos Criminológicos,
de Política Criminal, de Derecho Penal y Procesal Penal de suma importancia. Éste empeño no ha
resultado fácil, en nuestro país, hay una escasa bibliografía del tema e incluso las publicaciones
jurídicas en español lo han tratado insuficientemente. En nuestro idioma hay escritos sobre este
tema pero, especialmente, sobre aspectos muy concretos de carácter normativo. No hay duda de
que gran parte del material escrito en el ámbito del crimen organizado está muy lejos de ser
académico por naturaleza, cayendo con demasiada frecuencia en un estilo periodístico y
sensacionalista de escribir. A menudo estos escritos están abarrotados de valores cuyo resultado es
la distorsión total de los hechos. Los científicos sociales de cualquier disciplina que se han adentrado
en el tema han tendido a ser menos activos que otros actores que por obligación profesional, como
las agencias de seguridad o los medios de comunicación de masas, han estado obligados a hacerlo.
En los últimos años los estudios sobre el crimen organizado, a menudo inducidos desde la esfera
pública al objeto de mejorar los mecanismos para contrarrestar sus efectos, han proliferado. Sin
embargo, la tendencia a recurrir a fuentes secundarias, en especial procedentes de los medios de
comunicaciones de masas o de diversas instancias gubernamentales, no sólo no ha disminuido sino
que ha aumentado exponencialmente desde los niveles previos. De algún modo, buena parte de los
trabajos han implicado dar un prurito académico a la visión ya elaborada desde las agencias de
seguridad encargadas de la persecución del crimen organizado y de su valoración como riesgo o
amenaza a la seguridad nacional. No hay dudas acerca de la amplificación del problema del crimen
organizado a escala mundial, es evidente que la evolución reciente del crimen organizado ha
significado un cambio en sus estructuras orgánicas y una multiplicación efectiva de su poder para
retar a las autoridades estatales. Varios son los factores que han influido en esta dinámica hasta
alcanzar una fase novedosa del mismo fenómeno que, por su carácter predominantemente
internacional, se ha denominado crimen organizado transnacional. Este modelo de crimen
organizado presenta tres diferencias fundamentales con fases anteriores del fenómeno: una
operatividad a escala mundial, unas conexiones transnacionales extensivas y, sobre todo, la
capacidad de retar a la autoridad nacional e internacional. Varios procesos han permitido el salto
de unas organizaciones criminales confinadas a ámbitos restringidos hacia una actuación a escala
mundial. La rapidez y posibilidades del transporte internacional y otros factores económicos y
financieros han hecho aumentar los flujos de bienes lícitos así como de los ilícitos. Esta situación se
agrava en la concepción de que en el negocio criminal más lucrativo, el tráfico de drogas, los países
productores se encuentran muy alejados de los lugares de consumo, aunque la distancia tiende a
reducirse e incluso desaparecer con el incremento de la utilización de drogas sintéticas. No es casual,
en este sentido, que las actividades, e incluso los abusos, realizados por las grandes multinacionales
suponen un precedente habitual para la introducción del crimen organizado. Importantes
investigaciones en los Estados Unidos y Europa demuestran que no sólo se produce un acoplamiento
con las actividades de las empresas legales, sino que importantes segmentos de la economía
legítima han sido penetrados por el crimen organizado. Por otra parte, el modo de actuación del
crimen organizado y su persecución legal requieren de abundantes recursos, ya sean económicos,
materiales o humanos. Por lo general éstos exceden la capacidad de las fuerzas policiales existentes
para hacer frente al problema de un incremento generalizado del crimen y de una sofisticación del
mismo. Las aportaciones para la seguridad, generalmente costosas, tienden a perjudicar los modos
de actuación y la cuantía de las políticas de redistribución social, con lo cual se cuestiona de nuevo
una de las fuentes de legitimidad del estado democrático moderno. No obstante, la principal
consecuencia de un crecimiento rápido y sustancial de los presupuestos de las fuerzas de seguridad
del Estado suele ser cierta desorganización que, contrariamente a sus objetivos, tienden a facilitar
la penetración del crimen organizado y la vulneración, en muchos casos sistemática, de las
libertades individuales. El crimen organizado genera también problemas de gobernabilidad en la
medida en que provoca inestabilidad e inseguridad general y fallas estructurales en la economía que
afectan negativamente a los ciudadanos.
Objetivos de la investigación.
Objetivo General: caracterizar el crimen organizado y analizar las vías legales que, de acuerdo a la
normativa internacional y el Derecho Comparado, resultan más convenientes para su control.
Objetivos Específicos:
1. Definir la criminalidad organizada e identificar sus características y nexos con otros fenómenos
contemporáneos.
3. Analizar las instituciones procesales de mayor utilidad para la reacción ante estos fenómenos. De
la Cruz Ochoa, R. (2008). Crimen organizado: aspectos criminológicos y penales. Editorial
Universitaria.
En diversos países gobierno tras gobierno tratan de implementar formas de trabajo que sean
efectivas para el combate a la delincuencia organizada por lo cual hasta el momento es una negativa
y realidad en muchos países.
A los fenómenos característicos de la delincuencia, que se pueden agrupar bajo el concepto del
crimen organizado transnacional, se le añaden otras formas de crimen transfronterizo: el tráfico de
drogas, los delitos medioambientales y económicos; el tráfico de seres humanos, dentro lo cual se
incluye la entrega ilegal de trabajadores, la entrada clandestina de inmigrantes y el tráfico de
mujeres y niños, el fraude organizado y el blanqueo de dinero.
Naturalmente el crimen organizado, debe estar bien diferenciado y hay que plantear diferentes
conceptos en un ámbito que vaya más allá de los contenidos semánticos de motivación
criminológica de la primera mitad del siglo XX. Albrecht, H. J. (2001). La delincuencia organizada
transnacional y los instrumentos internacionales de control. Revista Catalana de Seguridad Pública,
(8), 87-105.
1. Narcoactividad.
3. Lavado de activos.
5.Extorsiones.
6.Secuestros.
7.Robo de Vehículos.
8.Sicariato.
La delincuencia es un tema que nunca va a finalizar y quien lo afronte debe ser con estrategias claras
y que impacten duro contra ello.