Mariano Saba-Esto Tambien Pasara
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ESTO TAMBIÉN PASARÁ
De Mariano Saba
Wolfiasky:- (Lo interrumpe, él otro detiene rápido el artefacto) ¡¿Para qué, Dandy?! ¡No hace falta
asentar el problema fisiológico, atenta contra la intimidad!
Dandy:- Hace falta. ¡Claro que hace falta! Que esta injusticia se sepa algún día.
Wolfiasky:- Igual no voy a extrañar la verdura: me caía mal… Todo me cae mal acá…
Wolfiasky:- Igualmente, lo que debía ser hace un siglo, ¿no? Meses apelmazados en una cabina y encima
flotando…
Dandy:- Y sí… Ahora el confort espacial es otro. (Wolfiasky, satisfecho, hunde su mano en la basura del
tubo obstruido. El Dandy vuelve a grabar, mientras chequea unos medidores del panel) “Hora trece:
medición del viento, oscilación del anemómetro entre los niveles cero y cero cinco. Repentinas ráfagas
menores, filtración de polvo en el gabinete central. Nuevo intento de colocación del emblema nacional
tras fallidas pruebas de perforación. Añadida la escasez de viento: no ondea. Repito: pabellón no ondea,
postergación de toma fotográfica”… (Deja de grabar. Mira por el ojo de buey) Hecho.
Wolfiasky:- (Sacándose unos guantes) Esto también. (Va hasta el cubo de vidrio, mete sus manos por las
dos aberturas y comienza a operar en el interior con unos tubos de ensayo) Hay que prepararle el
precipitado… No come desde ayer.
Dandy:- (Mirando el planeta Tierra tras el ojo de buey, como si continuara una conversación
interrumpida…) Lejana Tierra mía… No es que se añore, no es eso… Es que las tragedias duelen más
desde lejos…
Dandy:- ¿Cómo?
Wolfiasky:- (Mientras trabaja con el precipitado en los tubos) La verdadera patria del hombre es la
infancia.
(Se miran. Wolfiasky saca sus manos de la cámara de vacío extrayendo el tubo que acaba de preparar. El
Dandy lo observa y después voltea nuevamente la cabeza hacia el “ojo de buey”. Wolfiasky se coloca
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una máscara facial de oxígeno, su cara completa desaparece tras el artefacto. Va hasta la pequeña caja
de metal situada en el extremo izquierdo de la cápsula. Cuando posa las manos en su doble puerta, baja
la tensión lumínica. Misterio en el aire. Finalmente, abre. En su interior, iluminado por fosforescencias,
un alien minúsculo, de pie pero vencido. Sus nimias manos y las escuálidas piernitas abiertas en X,
muñecas y tobillos con mínimos grilletes que sujetan su cuerpo al fondo de la caja. Sólo la cabecita
tiembla y se mueve con cierta timidez. Pareciera que sus labios intentan emitir sonido y fracasan.
Wolfiasky le ofrece el precipitado. El alien-miniatura corre su rostro. El hombre lo encierra nuevamente.
La luz se repone)
Dandy:- A lo mejor extraña. Eso te cierra el estómago. (Mira por el ventanuco, los ojos vidriosos)
Wolfiasky:- Puede ser. (Vuelve a colocar el tubo en la cámara de vacío. Ruidos desde la manga, aparece
el Capitán, con el casco bajo la axila. Los otros dos se yerguen, lo observan)
Capitán:- Descansen. (Los otros distienden) Dandy, pude testear la reparación del traje. Algo falla todavía,
no sé qué… Hay que reforzar las bandas de Dacrón: en un momento se me desniveló el peso y perdí el
manejo del torso. La luz de tiempo adicional me titiló adentro todo el rato…
Dandy:- Si fuera nuevo. Éste está fallado. Tira media hora, nomás…
Capitán (Con retórica algo artificial mientras le van desarmando el atuendo):- Compañeros, quiero
decirles algo. Noto un aire de tristeza en sus miradas. Será tal vez por el desgaste de la aventura, por la
dilación del reabastecimiento… Pero quiero decirles que confíen. De nosotros depende que el sueño de
Marte no sea una fiebre pasajera como lo fueron otrora los parripollos, las canchas de paddle o las pistas
de patinaje sobre lava…
Wolfiasky:- (Ajetreado con la cremallera trasera del traje de Perdomo) Se trabó el precinto…
Dandy:- Insistí…
Capitán:- …Quiero que sepan que yo valoro el trabajo que hacen. Ustedes son héroes, sépanlo. No
podemos bajar los brazos ahora. Piensen que si hallamos agua, si podemos disponer el territorio para
recibir a nuestro pueblo, será gracias a ustedes. A nadie más. Y piensen, también, en todo el sacrificio que
nos costó llegar hasta aquí. Piensen en el esfuerzo, en los tragos amargos…
Dandy:- (Retira las partes del traje y las ordena) Listo. Yo me ocupo…
Capitán:- …Como solía decirme mi madre cuando niño, “esto también pasará”. Porque nos merecemos la
paz. ¡Nos merecemos el brindis, y la palmada en el hombro y el amor de los niños argentinos corriendo
por las praderas marcianas! ¡Nos merecemos el triunfo porque merecimos la confianza…! (Espera un
aplauso que no llega)
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Capitán:- ¡Nos mandaron porque somos especialistas temerarios!
Wolfiasky:- Hasta el chimpancé llegó mejor equipado… Si aunque sea nos hubieran provisto de
bananas…
Capitán:- Está bien… (Busca en el bolsillo de su pecho y saca un pequeño papel. Lo muestra en alto y lo
despliega.) Me lo estaba reservando por si llegábamos a este punto…
Capitán:- Escuchen… (Eleva la hoja hasta su mirada y lee. La emoción lo embarga) “Querida delegación
argentina: mi nombre es Feliciano Montoya, tengo siete años. Soy de la quebrada porque nací acá.
Cuando sea grande quiero conocer el mar, si se puede, y comer carne de vaca, si se puede. Mi sueño es
ser astronauta. Rezo por ustedes que son mi ejemplo y…” (Se detiene, abrupto)
Capitán:- Como quieran. Veo que nada les llega al corazón. Ni la plegaria de un niño…
Capitán:- Es bíblico… El cielo será de los que posean un corazón puro como el de un niño. Los niños
todavía saben creer. Por eso, como dijo en su tiempo el vate uruguayo Rainer María Rilke: “La verdadera
patria del hombre es la infancia”.
Capitán:- Piensen en eso. Ahora necesito estar solo. Voy a descansar unos minutos.
(El Capitán se mete en el compartimento vertical, los otros vuelven a sus tareas)
Dandy:- (Observa la Tierra desde la ventana) Qué diminuta se ve desde acá. Parece una pupila quebrada.
(Pausa, reanuda) Mi padre me miró a los ojos y me dijo: “Hijito. Hijito mío, tengo que pedirte perdón…
Quise dejar un mundo mejor del que había recibido. Quise… quise sanar las heridas de mis padres y de
los padres de mis padres y a fuerza de párpados cerrados creer en un futuro que fuera tuyo…. Pero… Ya
no hay futuro, hijito, ya no hay mundo”.
Dandy:- Sigue.
Wolfiasky:- Ah.
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Dandy:- Dijo: “Todo lo que queda es un rejunte de escombros y odio… un odio demente por todas partes.
Un páramo de sol para los cuervos. Un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”.
Wolfiasky:- ¿Y se fue?
Dandy:- Me besó en la frente y se arrojó en medio de una muchedumbre furiosa que protestaba por la
hambruna. Se mandó al grito pelado de una consigna suicida… (Pausa. Mira hacia el cielo marciano)
Wolfiasky:- ¿Qué?
Dandy:- ¿Cuándo?
Wolfiasky:- Claro.
Dandy:- Lo desmembraron.
Wolfiasky:- Fuerte.
Dandy:- Sí. Ante mis ojos. “¡Hijitoooo, huyeeee!”. Así gritaba… un espanto.
Dandy:- Sí. Ahí decidí que mi vida iba a pasar por el cielo.
Wolfiasky:- ¿Ahí?
Dandy:- ¿Qué?
Dandy:- Sí. Hará tres años… Hasta ahí era jefe de mecánica en el cosmódromo… Siempre en tierra…
Descubrí tarde la vocación. Y me enlisté para la etapa selectiva. (Pausa) ¿A vos te queda alguien?
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Wolfiasky:- No…
Dandy:- Triste.
Dandy:- Ah.
Wolfiasky:- Una morocha… (Se emociona, le tiemblan los labios del llanto apretado, la voz le vibra)
Poca cosa…
(Tiempo, incomodidad)
Wolfiasky:- No lo defiendas…
Dandy:- Se encierra en el cubículo para empedarse con éter y después anda revolcándose hasta perder el
vahído. Se marea solo, recuerda, está resentido…
Wolfiasky:- Quiso la gloria y se echó a perder… No tendría que haber esperado el reconocimiento…
Wolfiasky:- No hay que esperar nunca nada… “El que espera, desespera…”
Dandy:- ¿Qué?
Wolfiasky:- ¿Qué?
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Dandy:- ¡¿Que quién cantaba?!
Wolfiasky:- No…
Wolfiasky:- Nada…
(Pausa. Incomodidad)
Wolfiasky:- Por entonces se podía… Hasta en la radio pasaban el dos por cuatro…
(Como si fuera una pequeña puerta falsa, uno de los paneles se abre al ras del suelo y desde el
desmelenado cablerío de su interior sale el cordobés arrastrándose)
Cordobés:- (Con claras señales de cansancio, se para, va hasta uno de los trajes y comienza a
colocárselo mientras suelta un soliloquio algo sonámbulo, marcado por su acento regional) El miedo…
Siempre el miedo…. E’ un pulso en el estómago. El miedo e’ un compás de do’ por cuatro. (Pausa) Do’
por tre’, iueve. Do’ por cuatro, diluvia. Así en la tieya como en el cielo… Siempre va a iover ande estemo’
paraos…
Dandy:- ¿Qué?
Cordobés:- (Autómata) La zoncera nos ampara… La lengua hija va pa’ atrás, como el cangrejo. Se hace
gurisa, balbucea y se enmudece…El resto es silencio… (Cierra su casco, toma el asta con la bandera y
sale al exterior ayudado por los otros)
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Wolfiasky:- ¿No deberíamos retenerlo?
Dandy:- Al caraxo, Wolfiasky. Un cordobés presumido, no sé qué quiere inventar. Acá el día tiene
cuarenta minutos más. En una semana, el desfase te hace mierda el ritmo circadiano. Sumá la poca luz de
la cápsula, el desconcierto entre el día y la noche… Sin pastillas no se puede…
Dandy:- ¿Ah?
Wolfiasky:- “Barrios”…
Dandy:- ¿Qué?
Dandy:- Sí… La cuna… Un barrio era… Armenios, sirios, libaneses… Un crisol de esfija, keppe, falafel.
Estaría en lo que ahora es el segundo perímetro del distrito central… Ya no queda nada en pie.
Dandy:- Eso y el turistismo, y los saqueos… las bombas… No queda casi nada.
Wolfiasky:- Pocos ingenieros y mucho teatro, ¡mucho! Ya son tantos los que actúan, que es difícil
reconocer lo que es real…
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Dandy:- Ni que lo digas. Una vez: tres horas sentado en la mesa de un bar con una pelirroja. No paraba de
hablar. Al final me dice que todo había sido una farsa: que me había estado mostrando su unipersonal.
Que le debía la plata de la entrada.
Dandy:- Todo es calamidad. Todo. En el solar de la casa de mis ancestros, sólo hay polvo… Hemos
aprendido a olvidar a fuerza de cadáveres sin nombre…
(Pausa)
Dandy:- ¿Qué?
Wolfiasky:- Tango.
Dandy:- ¡¿Sos loco, vos?! Te eleva la bilis negra, no se hace eso… ¿O tengo ganas de agarrarme el bicho
yo? ¿De reventar melanchólico?
Wolfiasky:- Mirá que yo vi trampear a varios en la cuarentena y los tipos se revolcaban del llanto… Hay
que ver cómo se mueren, así… Los ahoga la congoja… Peor que perros atragantados…
Dandy:- Como perros atragantados, ni más ni menos… Pero no. Lamento tu adicción, lo que habrás
pasado para limpiarte… Pero yo nunca le di soga al tímpano…
Wolfiasky:- Mejor para vos… El veneno entra por el oído… Es anletiano… (Comienza a activar unos
paneles)
Dandy:- ¿Arltiano?
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Dandy:- Sí, sí… Teatro griego…
Dandy:- Ah…
Dandy:- De la Bretaña…
Wolfiasky:- Sí, sí… Dice eso, en Anlet… Que el veneno entra por el oído…
Wolfiasky:- Un descuido.
Dandy:- Y jode con eso… Un tipo culto, en cuanto se le dispara la chaveta, le sale lo peor…
Capitán:- ¡Stultífera Navis! ¡¿Quo usque tandem abutere, Argentina, patientia nostra?!
Capitán:- (Desde adentro) “…Collige, uirgo, rosas dum flos nouus et noua pubes…”
Capitán:- (Murmullo sordo en el interior del receptáculo) “…et memor esto æuum sic properare tuum…”
Wolfiasky:- ¿A mí? Es droga blanda… ¡Borges! Cachafaz, pergeñador de cuentos persas… Mugre
metafísica… Ni me hace.
Dandy:- (Al capitán) Libere el siestáculo, Perdomo, la tarea lo reclama… (A Wolfiaski, más bajo) ¡La
lengua hija! ¡La lengua hija que vuelve al útero materno! El cordobés tiene razón. Está probado: la verba
involuciona… Hablamos para atrás…
Dandy:- Como el ejército que retrocede… Fracasa cada vez más atrás…. Estamos hablando casi como en
los cincuenta del siglo XX…
Dandy:- El castellano es un viejo sin dientes que vuelve de vez en cuando a pegar una mordida…
Wolfiasky:- Bueno.
Dandy:- (Al cubículo) Salga que el encierro hace daño. Y abra la escotilla que tiene que airearse el
cubículo. Le va a tocar siesta al cordobés…
(Se abre de golpe la pequeña abertura y cae ovillado como un amasijo de carne envuelto en polvo. Se
desanuda, abre los brazos, se despereza.)
Capitán:- (Discursea solitario en su desborde) La verdad sea dicha: no puedo engañar a nadie. ¡Stultífera
navis…! La nave triste de los locos soltada a la deriva marciana… como una lanza mellada, escupida por
la mano displicente de la ruindad patria…
Capitán:- …arrumbada por el óxido del tiempo y del aliento furioso de este planeta rojo… Misión
olvidada. Los indeseados somos, el fondo necrosado de la heroicidad argentina…
Dandy:- No se torture, capitán, no tiene sentido… (Le acerca una mascarilla) Tome, tome un poco de
aire…
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Wolfiasky:- Necesitamos de su fe, capitán… Por la moral de la tripulación…
Capitán:- (Respira un poco… Repuesto, aparta la máscara) Y encima de la ignominia tener que luchar
contra la tentación… Ayer, a las mil trescientas, miré por el periscopio y estaban paradas sobre la colina
noreste. Los torsos desnudos, los pezones erectos y las manos aceitadas, acariciándose las ingles…
Wolfiasky:- ¡No se hable más! No se hable más de eso, capitán, que la carne duele…
Capitán:- …Una me dio la espalda y bajó despacio la cabeza. Posaba… separándose los glúteos, me
miraba de reojo por encima de su hombro… me incitaba…
Dandy:- Son visiones… No sé en qué pueden perturbarnos si tenemos claro que son visiones telepáticas...
Dandy:- ¡Trucos! Son los nativos que cobran la apariencia del deseo… Basta con imaginarse la propia
mano de uno tocando la superficie escamosa de esos bichos radioactivos para hacerse una idea del chasco
y que el ímpetu se enfríe…
Capitán:- ¿Nada?
Dandy:- Nada.
Capitán:- ¿Y el radiomail?
Wolfiasky:- Averiado…
Capitán:- ¿Y el cordobés?
Capitán:- ¿Y para qué me apuran si todavía…? (Toma conciencia) ¡¿Y a dónde fue?!
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Wolfiasky:- Le tocaba… Le tocaba a él… (Toma una planilla y le muestra al capitán) “Minuta de jornada
dos cero tres. Colocación de emblema nacional, intento treinta y cuatro. Responsable a cargo: Benavídez,
Adrián. Tripulante de abordo, jerarquía rasa”…
Wolfiasky:- Se empecinó en clavar el mástil… Usted sabe… él trata y trata, pero en el perímetro asignado
la tierra es roca…
Dandy:- Se obstinó…
Capitán:- ¿Se obstinó? ¡¿Pero ustedes son estúpidos o se hacen?! ¡¿Y lo dejaron ir?! Ese chico es…
¡Ayúdenme! ¡Rápido, caraxo! ¡Ayúdenme con el traje…! (Le van colocando el atuendo astronáutico para
la caminata exterior mientras lanza su diatriba) Ese chico es mucho más que un cordobés… ¡¡ese chico
es el símbolo de Córdoba!!
Capitán:- ¡Sí: Córdoba, pedazo de infeliz! ¡Córdoba, la sacrificada… la trocada por este terruño infausto!
¡Una provincia entera canjeada por este desierto miserable a mil años luz! ¡La patria ha quedado
agujereada, vejada en el centro mismo de su vientre! Y todo, ¿para qué? ¡¿Eh?!
Capitán:- Para que la bandera cuelgue fláccida, inmóvil, en esta tierra sin sombra.
Capitán:- ¡No! Quiso ir para inmolarse… ¡Es un desarraigado! ¿No entienden, zopencos? No tiene a
dónde volver… ¡¿Y todo para qué?! ¡¿Para qué?!
Capitán:- ¡Para probar que no hemos desaparecido del todo…! ¡Para que tipos como ustedes… ustedes,
un hatillo nutrido de idiotas útiles, jueguen al futuro luminoso de la potencia que no son! ¿Cuánta carga
oxigenada tenía?
Wolfiasky:- Poca.
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Capitán:- ¡¿Saben lo que son ustedes dos?! ¡Parias!… Eso son… descastados, exiliados por voluntad
propia para ser retribuidos con la nada misma… ¿Porque saben quién de nosotros convoca las miradas de
toda la nación? (Toma conciencia. Los otros bajan las cabezas) Nadie, en verdad… Nadie nos mira…
(Arremete) Pero si hubiera un ojo… si tan sólo hubiera un ojo interesado en esta misión condenada, ese
ojo… ¡estén seguros!... ese ojo caería sobre él… Sobre ustedes dos, no… ¡No, señor!...
Wolfiasky:- Sí, es un modismo arcaizante… pero ayuda a identificar al objeto… (Gesticula con las
manos como si ordenara la realidad en compartimentos cuadrados)… el contenedor por el contenido…
(Dibuja contornos en el aire)…como cajas chinas: acá está Córdoba y acá el cordobés, yo menciono a
uno por el otro y entonces…
(El capitán se lanza sobre un gesto de Simón Wolfiaski y le clava la dentadura en su pulgar)
Wolfiasky:- ¡¡¡Ayyyy!!! ¡Mierda! Me mordió… Eso no se hace, capitán… ¡ya le dije que no se hace! (Al
Dandy)
Capitán:- Qué querés… Me exasperás, tengo que descargar por algún lado…
Capitán:- Les tengo dicho que no lo llamen por su lugar de origen… Es como clavarle un puñal en el
esternón del desarraigo…
Wolfiasky:- ¡Pero no muerda, señor! ¡No muerda! (Al Dandy) ¡Mirá! Me dejó marca…
Capitán:- ¡Oíd, mortales! El cordobecito ése… Ese mocoso infeliz es el símbolo mismo de la patria
donando las pocas tierras fértiles que le quedan, regalando el corazón de sus raíces para asegurar un lugar
postrero a los argentinos sobrevivientes… ¿Y ustedes lo dejan ir…? ¡¡Así no nos van a televisar nunca!!
Wolfiasky:- Insistió…
Capitán:- Séllenme el casco… Conecten el oxígeno y suban la presión… (Al Dandy, amenaza) Y a vos te
aviso que si no lo encuentro… si no lo encuentro… (Le calzan los artefactos en su cráneo, señas a través
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del vidrio que le protege el rostro, con torpeza lo llevan hasta la escalerilla, lo ayudan a salir por la
manga y desaparece. Silencio, actividades de los dos viajeros con palancas y tableros. Anotaciones…)
Wolfiasky:- Un desagradecido…
(Pausa)
Wolfiasky:- ¿Y vos…?
Dandy:- Rango…
Wolfiasky:- Bueh. Voy… (Va hasta la impresora de cableláser y retira la agujeta calígrafa para
arrancar el papel)
Wolfiasky:- ¿Él? Está indispuesto, Dandy. ¿No viste? ¿Por qué no lo…?
Wolfiasky:- 11 es A… 12 es B… 13 es C…
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Wolfiasky:- Una idiotez… ¡Leélo, Dandy!
Dandy:- No, no… Interpretá vos… ¡Interpretá vos! Tanta pericia, entonces… ¡corré el riesgo! ¡¿Por qué
yo?!
Dandy:- No, no… Puede ser privado… puede ser un alerta de infiltración, una intimidad… Cualquier
cosa puede ser… Y vos sabés… la intromisión está penada. La efectividad comunicacional depende de la
jerarquía, si no el mensaje se distorsiona y después…
Wolfiasky:- ¡¿Pero oíme?! ¡Esto es importante! ¡Alguien tiene que mantener la cordura…! Escasea la
comida… el abastecimiento se difiere… No tenemos directiva…
Wolfiasky:- Medio año de celibato con la apariencia menéandose ahí afuera… El oxígeno de la cabina se
filtró noventa veces… La máquina de aguación está rota… Cuando orina Córdoba no se puede tomar ni
un trago… ¡¿Hasta cuándo vamos a…?!
Dandy:- Bueno, bueno… Creo que… creo que podemos hacer una excepción… Dáme… (Le saca de las
manos el papel) Pero queda acá.
Dandy:- Quiero decir que el tema queda acá, el tema… entre nosotros.
Dandy:- No. Porque te dije “que queda acá” y me contestás con una referencia espacial… Como si se
tratara del cableláser… Y no es el papel en sí… Yo me refiero a otra cosa…
Dandy:- Claro, a otra cosa… Porque es el mensaje lo que puede distorsionarse y causar pánico… El
soporte es superfluo…
Wolfiasky:- Al silencio.
Dandy:- ¡¿Pero qué decís?! Hablás como si fuéramos conspiradores… Acá no estamos haciendo nada
malo…
Dandy:- ¿Quién siente culpa? ¡¿Por qué voy a sentir culpa yo?! Si vos sos el que está proponiendo la
infamia…
Wolfiasky:- Ojo, eh… No empecemos a estigmatizar con palabrerío borgeano porque terminamos de
vuelta en la tanguería…
Dandy:- Otra vez… Ya te dije: yo estoy limpio… una palabrota nomás… Te pido disculpas.
Dandy:- Fijáte por el ojo de buey que no vuelva… Voy a ver a trasluz…
(Contorsiones de los cuerpos, manipulación de los brazos en alta verticalidad para descifrar el mensaje
a la luz violácea de un pequeño tubo empotrado en el techo de la cámara)
Dandy:- ¿Qué?
Wolfiasky:- Fonema…
Wolfiasky:- A ver…
Dandy:- ¿Qué?
Wolfiasky:- Un adagio…
Wolfiasky:- No, no… Quiero decir que el intérprete solitario se embrolla… que en materia de traducción
dos ojos ven mejor que uno…
Dandy:- (Con rabia incontinente) ¡Por eso tengo uno izquierdo y otro derecho…!
Wolfiasky:- En este caso quiero decir que cuatro ojos ven mejor que dos… eso quiero decir.
Dandy:- (Burla) “¡Quiero decir, quiero decir!”… No se te entiende… ¿No te das cuenta? Si querés decir,
no se te entiende. Es sabido. (Sigue la tarea) ‘I’…
Dandy:- ‘ENE’… ‘E’… ‘CE’… Vocal ‘A’… Se tildó, me parece… Porque acá repite… otra vez ‘TE’…
Debe estar rota la plumilla del registrador… Después no hay nada…
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Dandy:- A ver… (Baja, le arrebata la libreta) “ULTIMANECAT”…
Dandy:- Está comprobado que los incas miraron al cielo y le erraron en todo…
Dandy:- Sí… Pero querían los fueguitos de artificio, el rechinar de dientes… Un acabóse como se debe…
¿y al final?
Dandy:- Por la altura… Tan cerquita del cielo, no hicieron a tiempo de atajar la pedrada.
Wolfiasky:- Sí, sí… Es que oigo un refrán y siento un latigazo en el anca de la verba…
Dandy:- Probable.
Wolfiasky:- (Sobre el aparato de cableláser) Debe estar mal el microcontrolador de ondas sonoras… Son
piezas rusas de la tercera guerra… Lo mismo de siempre… Esta cápsula es una trampa… Piezas falladas
y manufactura viciada…
Wolfiasky:- Lo vi con mis propios ojos… En la cuarentena de adictos auriculares… Muchos tenían la
marca de la enfermedad en las ojeras…
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Wolfiasky:- Sí… Tipos perdidos, boleados…
Wolfiasky:- …tubos de propulsión… Para pagar las horas de trabajo comunitario por los desmanes de la
melancholía…
Dandy:- Atento. (Toman lo que parece un caño y es en realidad un arma imponente que cuelga de un
panel)
Wolfiasky:- Posición preparada. (Se colocan en una extraña postura escalonada en la que ambos operan
el arma, Wolfiasky introduce un proyectil y el Dandy apunta hacia la manga) Carga lista. (Luces que
indican un crecimiento energético de la furia contenida por el artefacto) Mira en foco.
Dandy:- (Susurra a un micrófono de su muñeca) Capitán, tenemos intrusos en Casa Uno… Repito…
Intrusos en Casa Uno… Prevenido al regreso…
Wolfiasky:- Dandy… Ahora que lo decís, si esto es Casa Uno, ¿cuál es Casa Dos?
Dandy:- (En un susurro furioso y hastiado) ¡¡Es donde cayó la nave con el mono…!!
Wolfiasky:- Ah.
(Como si fuera un zombi, el cordobés entra desde el túnel con paso cansino. Su casco y traje muestran
signos de lucha y de desgaste. Arrastra la bandera argentina. Se desploma en el suelo de la nave)
Wolfiasky:- ¡Córdoba!
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Wolfiasky:- (Intentando desajustar el casco) ¡Está rebelde la rosca!
Dandy:- (Por la juntura del casco) Está roída por el óxido… A la cuenta de tres, tiramos los dos para la
izquierda… Va…
Dandy:- (Se aleja, suspenso) ¿Qué decís…? (Mira el casco. Se acerca con la mano tensa, desempaña el
visor, lo lustra con la manga) Es él, lo estoy viendo…
Dandy:- Cobran la apariencia del amor sexuado, ¡del deseo rabioso de la carne! ¡¿Cómo se van a
camuflar de este cordobés piojoso?!
Dandy:- Sí…
Wolfiasky:- Porque… ¿viste… que…? En el entrenamiento jodían mucho con eso… con que tuviéramos
cuidado de los parásitos…
Wolfiasky:- Y… sí…
Dandy:- ¿Rociaste?
Dandy:- ¡Suficiente!
Wolfiasky:- (Cortándole el paso) ¡Pero mirá a los charrúas! Se les coló uno en el traje de un compañero…
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Dandy:- Sí, al Washington Cruz…
Dandy:- Ya sé…
Dandy:- Ya me contaste…
Dandy:- ¡¿Podés confiar?! ¡Una vez, aunque sea! ¿Podés respetar la cadena de mando?
Wolfiasky:- Sí…
Dandy:- Bueno, ¡vamos, entonces! Uno, dos y… ¡tres! (Logran con esfuerzo zafarle el casco)
Dandy:- ¿Y vos?
Wolfiasky:- Rango.
(Con ritmo veloz, el Dandy abre la cremallera del pecho cordobés y empieza a practicarle resucitación
cardio-respiratoria. El contacto entre las bocas es aséptico y profesional, pero inhibe sobremanera a
Wolfiasky. Rápidamente el moribundo abre los ojos y vuelve en sí: ocupada su boca en traspasarle aire,
el Dandy no se percata de que el otro ha reaccionado…Cuando se yergue para hacerle presión en el
pecho lo ve. Los ojos del muchacho, fijos y duros en el techo, lo espantan. Protege a Simón y ambos
retroceden hacia una esquina del espacio)
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Dandy:- ¡Atrás! Wolfiasky, ¡cubríte, caraxo! ¡Atrás!
(El cordobés se yergue con movimientos duros, casi robóticos…Es un Frankestein algo decadente…
Suelta un sonido gutural y se acerca lento hacia ellos, con las manos autómatas estiradas hacia delante.
Los otros, arrinconados, cierran los ojos como si algo frente a ellos fuera a explotar. De repente,
Córdoba rompe en carcajadas)
Cordobés:- ¡Juajjajaj! ¡Qué par de culiaos, tenís que verte ahí, los do’ apretadito’ como tanga en culo!
¡Juajajuaj!
Cordobés:- La usé pa’ algo que ni te lo va’ a creer, mirá… (Toma la bandera, la retuerce con violencia, la
eleva y deja que escurra un fino chorro dentro de su boca)… ¿A que no sabés qué é’?
Wolfiasky:- Un líquido.
Wolfiasky:- ¡Esperá, Dandí! Mirá… (Escurre más aún, caen escuálidas gotas. Los otros dos se apartan)
Dandy:- ¿Agua?
Cordobés:- He salido ahí nomá’ de las coordenadas que me indicaron, y al querer clavar el asta, ¡de no
creer…! ¡Dura la tierra como cuero ‘e mula…! Le di al dispositivo y nada… mellaba las mecha’ pior que
acero… Tomé la estaca y le di de bronca al suelo, así, ¡una ve’, y otra ve’…! ¡Así…! (Muestra con
ademanes extremadamente lentos que exhiben la mediana gravedad del exterior). Me subió la fiebre de la
impotencia y lancí la vara lejo’… así, ¿vite? Flotó en el aire así… (Lentísimo ademán en arco)…y fue a
clavarse limpita nomá’… Erguida como potriyo alzao…
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Dandy:- ¿Y?
Cordobés:- Y brotó.
Wolfiasky:- ¿Qué?
Cordobés:- El agua. ¡Brotó un chorro de agüita limpia que daba ganas de sacarse el casco y saciarse…!
Dandy:- (Abraza a Córdoba de la emoción) ¡Hijo de puta! ¡Yo sabía! ¡Muy bien! ¡Yo sabía que para algo
ibas a servir! ¡¡Encontró agua, caraxo!! (A Wolfiasky) ¡¿Viste?! ¡No era un idiota redomado, al final! ¡Esto
tiene que saberlo, Perdomo! (A Córdoba) Salió a buscarte, estaba asustado… ¡¡Córdoba salvó a la patria
y quién lo hubiera dicho!! ¡¡Agua encontró!! (Festejo a los gritos, se abraza con el Cordobés) ¿Estás
contento? ¿Eh? ¡¿No estás contento?!
Cordobés:- ¿Sabé’ qué ricuerdo…? Ante’ de vení, fui a despedir a mi agüelo... Tení un rancho ayí…
colgau del lao de Crú Grande… Le digo: “Tata, he salí sorteao pa’ ir al cielo, a buscarte tieya pa’ que
pasé’ tus último’ año’ en paz”. Se queda caiao… Me dice, “qué va a ir vó, si no serví’ ni pa’ levantarte a la
mañana”… “¡Que he salí sorteao!”… Me mira: “Pa’ nosotro’ no hay ná, así en la tieya como en el
cielo…” Le repito: “Te via buscá un rancho nuevito, va’ a ver…” Y me suelta: “Vo’ só un fresco. Pa’
nosotro’ no hay ná… así en la tieya como en el cielo”… Terminó de juntar su atao y rumbió pa’ la
caravana…
Cordobés:- Sí… Uno atrá’ de otro, como hormiguita’ nomá’… Con lo’ carro’ ieno de bulto’… Los
mueble’, las vieja’, los bebe’ iorando a moco tendido… Una fila larga perdiéndose en la hueya… (Pausa)
Pobre viejo. Murió pateando la Punilla… al rayo del sol.
(Silencio)
Dandy:- Bueno… Pero todo eso es pasado… ¿no entendés? ¡Terminó! Encontraste agua, Córdoba. Vos
solito, encontraste agua, ¡y los vamos a traer a todos, mierda!
Dandy:- ¡Tarde, nada! Arriba esa frente… ¡es una orden! Sonreí, caraxo, ¡viva la patria!
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Cordobés:- Viva la patria…
Dandy:- Así me gusta. ¡¡Claro que sí!! ¡Viva la patria! ¿Eh? ¡Viva!(A Wolfiasky, sin soltar al Cordobés)
¡¡El cordobés encontró agüita fresca! ¿Te das cuenta, Wolfiasky, lo que significa? ¡Vamos a traer a nuestra
gente!
Wolfiasky:- (Al Cordobés) No seas ignorante, Córdoba. ¿Qué voy envidiarte yo a vos? Lo que pasa es que
tengo el don de la duda científica. Y por nada tomaría esa agua antes de revisarla. La radiación en Marte
es proverbial.
Dandy:- Cierto.
Cordobés:- E’ paranoia…
Wolfiasky:- ¿Qué paranoia? Antes de aprovechar el agua que encontraste, hay que analizarla… Hay que
ver si puede purificarse… Y recién después hay que cubrir con regolito el terreno alrededor del pozo.
Necesitás un metro para protegerte de la radiación.
Wolfiasky:- Obvio.
Cordobés:- Aier me pegué una revolcada con la apariencia de la Marilyn y acá me ando vivito y
culiando…
Wolfiasky:- ¡Mierda!
Dandy:- (Por el Cordobés) ¡Metélo, mierda, metélo adentro! (Lo enclaustran en el siestáculo a pesar de
su resistencia. Cierran la compuerta y se dejan caer sentados en el suelo. Silencio, cansancio)
(Tiempo)
Wolfiasky:- Butz.
(Se trenzan en una pelea lúdica pero bestial… Suenan pasos por la manga. Entra el Capitán e
interrumpe. Con parsimonia, se quita el casco)
Capitán:- ¿Jugueteando?
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Dandy:- (Componiéndose) Perdomo, tenemos un problema.
Capitán:- Claro que sí. Perdimos un tripulante. No lo encontré por ningún lado. Y tuve un percance…
Wolfiasky:- “Manda”.
Capitán:- ¿Qué?
Capitán:- ¿Me está corrigiendo, Wolfiasky? (Silencio obediente. Pausa. Solemnidad) Muchachos, hay un
momento en la vida de todo líder que debe asumir lo más puro de su humanidad, es decir, su idiotez… un
pequeño error para el hombre, un grandísimo problema para la nación… Estamos como al principio,
conquistando desiertos… La aborigen se ofrece y el instinto tiende a querer civilizar…
Capitán:- Merodeando en busca de Benavídez me allegué a Casa Dos, la nave abandonada del chimpancé
pionero... y allí… adentro… apareció un nativo con apariencia de madonna rafaelita…
Wolfiasky:- ¡¿Qué?!
Capitán:- Sí, quiso seducirme… Siempre tuve debilidad por esos cuerpos redondeados que mi madre me
mostraba impresos en la Enciclopedia del Arte… ¡Pero no teman! No hubo contacto carnal: pude refrenar
el deseo y estoy a salvo… Aunque llegué a sacarme la ropa y todo se complicó un poco…
Capitán:- Me vio desprotegido y amenazó con liquidarme a tangazo limpio… De hecho empezó a tararear
El traspié…
Dandy:- (Alarmado, se lanza sobre Wolfiasky y lo abofetea) ¡No! ¡¡NO!! ¡Tranquilo, cerrá la boca! (Le
tapa la boca con la palma de su mano) ¡Eso! ¡Apretá los dientes! ¡Apretá! Cuento hasta diez… Sí…
Miráme… A los ojos… Eso… Tranquilo… Respirá por la nariz… Uno… dos… Eso… Cinco… Eso… Ya
está… Te voy a soltar… Ya pasó…
Dandy:- ¡No! Nooo… Ojo, ¿eh? Como la piña de los antiguos púgiles, nosotros tenemos la lágrima
prohibida… No cabe llorar… ¿Estamos?
Wolfiasky:- Estamos.
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Dandy:- Fortaleza… (Lo suelta, Wolfiasky queda agitado en su rincón. A Perdomo) ¿Qué hace…?
¡¿Usted está mashnum?!
Capitán:- ¿Qué?
Capitán:- La apariencia se puso furiosa… Insistía con que estaba invadiendo su propiedad…
Capitán:- Defender lo nuestro… me puse el traje y corrí con el botín… (Mete su mano en el interior del
traje y saca un pequeño cráneo de mono). No iba a dejarlo ahí, a merced de esos salvajes…
Capitán:- Rodas. El primer homínido argentino en lograr amartizar… Se ve que buscaban profanar su
descanso eterno…
Capitán:- Me siguieron hasta acá… Pude sentirlos al llegar… Están ahí fuera, al acecho…
Dandy:- Hizo todo mal… es probable haya absorbido cantidad de radiación… pero…
Cordobés:- ¡Encontré hache do’ o, mi capitán! ¡¡Ió la encontré, nomá’!! ¡¡Ió fui!!
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Dandy:- (Al cordobés, alfanje en mano) ¡Quedáte ahí donde estás, mierda!
Capitán:- (Pasmado por las noticias) Bueh. No va a quedar otra que aislarte un tiempo en el siestáculo…
(A todos) ¿Es cierto lo del agua? ¿Se dan cuenta…? Somos héroes… ¡somos héroes! ¡Estamos en
condiciones de dar carta blanca a la migración masiva! Habrá que ver el asunto del transporte, claro…
¡pero no importa! ¡Al menos seremos televisados: al fin nuestros rostros visitarán los hogares de la nación
desde las resplandecientes pantallas donde nos honren!
Capitán:- No te va a pasar nada… Vos, Dandy: prepará una dosis de yoduro de potasio y que el pibe se la
tome. (Al Cordobés) Mientras tanto desechá tu traje y procedé con la crema jabonosa… (El cordobés se
va quitando los jirones del atuendo) Y gracias… querido, gracias…
Capitán:- Es que vos no entendés… Vos sos importante para tu país… Sos el emblema del sacrificio
patrio…
Capitán:- No. No te tratés así. Pero asumí que condensás los sueños de mucha gente que también ha
quedado sin destino y que pone esperanzas en venirse hasta acá…
Capitán:- ¡Ya no! ¿No te das cuenta? ¡Agua, señores! ¡Y todo gracias a vos, Benavídez! ¡Encontramos el
agua que avivará nuestro fuego, que alimentará nuestras…!
Wolfiaski:- Casi nada… Las raciones de emergencia: glucosa simple y vitamina compuesta…
Capitán:- Poca cosa…Vamos a tener que aguantar… (A Wolfiasky) Mientras tanto analizá el líquido…
Dandy:- (Ensueño gastronómico) Qué lindo sería festejar con un buen anís, con el pepinito untado en
laven…
Dandy:- (Al paso)…actriz de cine mudo… (Continúa con la fantasía culinaria)… la pita caliente,
dispuesta a palear el baba-ganoush… el humus con oliva…
Capitán:- ¿Qué?
Capitán:- No hay caso… Ustedes llevan el fracaso tatuado en el ánima, retroceden a la lágrima… (Al
cordobés) ¡Y vos…! Metéte adentro…
Cordobés:- (Serio) Sí, mi capitán… Pero ante’… quería… (Al Dandy) Superior, gracias por besarme en la
boca…
Dandy:- (Sorprendido, avergonzado) ¿Qué decís? No te besé en la boca… ¡No te besé! Te hice RCP…
Capitán:- ¿Qué?
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Wolfiasky:- (Advierte) Caso omiso, Dandy… Busca roña…
Cordobés:- Sí. ¿O no hay lugar pa’ la ternura ya…? ¿E’ vergüenza la ternura?
Dandy:- Resucitación, te hice… Resucitación… ¡Hijo de puta! (Se lanza al cuello del cordobés y
comienza a ahorcarlo, los otros tratan de separarlos)
Dandy:- ¡Lanac!
Wolfiasky:- (Al Capitán) ¡Me evita la nostalgia prohibiéndome el ídish y él se pone a putear en árabe…!
¿Es justo eso?
Dandy:- Rango.
Capitán:- ¿Qué…?
La apariencia:- (Recorre la cápsula con displicencia ante la mirada atónita de los otros) Su madre lo
llevó a conocer el mar. Tendría siete años. Sentados los dos en la orilla, estuvieron viendo flotar un bote
amarillo. Ella lloraba, y lloraba. Una lágrima continua le caía por atrás de los lentes negros y le cortaba la
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mejilla. Movió los labios rojos y le explicó que aquel mar tan inmenso que no sentía nada había estado
desde siempre y estaría por siempre, y que ellos, que tanto sentían, iban a desaparecer.
(Pausa)
La apariencia:- Claro. Viene al caso. (Pausa) Como dijo su madre, la vida es efímera.
Capitán:- Minuto. Conciliábulo. (Los astronautas se agrupan con recelo) ¿Alguien reconoce la
apariencia?
Dandy:- No me gusta la hembra corriente. Yo fantaseo más con la típica putona californiana de film
erótico, algo que…
Wolfiasky:- (Interrumpe, sin dejar de mirar a la muchacha) Es mi novia… la morochita que tuve…
(Congoja)
Wolfiasky:- (Sin dejar de mirarla, el Dandy lo retiene) Duró poco… Para ella no habrá significado
nada… Venía de tierra adentro, tenía experiencia… Y yo, un moishele purrete, harapiento y sin destino,
que de tarde en tarde le invitaba un vaso de cerveza, una porción de anchoas… cualquier cosa con tal de
que después me metiera en su pieza de pensión, y me acostara en su cama revuelta donde yo me dejaba
hacer… Tanto tiempo pasó que casi no fue cierto. Ni sombra queda, nada. Yo era un chico, y la sigo
soñando y ahora se me hace carne y me dan ganas de llorar…
(Lagrimea. Tiempo)
La apariencia:- En todos lados fue igual. Les pusimos nombres a las cosas porque sabíamos que iban a
desaparecer. Le pusimos nombre al tiempo y dividimos los trabajos en días. Nombramos los días y se
fueron uno a uno, con sus nombres. No sabíamos que los nombres también podían desaparecer. La lengua
se cansa, se aquieta, se vuelve in-fante. No habla ya… Los nombres se callan y el resto es silencio…
(Pausa)
Capitán:- (A la Apariencia) Oiga. No sé quién es usted, a qué origen pertenece ni qué quiere… Pero voy a
decirle algo importante y usted va a escucharme. Esta nave es territorio argentino: usted ha infringido las
normas que protegen la propiedad privada de las tripulaciones amartizadas y que rigen la convivencia de
colonizadores en el planeta rojo. Por lo tanto, y antes de usar la fuerza, la conmino a salir.
La apariencia:- ¿O qué? ¿Me van a encerrar como a él? (Señala la cajita donde se encuentra el marciano)
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Capitán:- El cráneo es propiedad del pabellón albiceleste. Si quieren, podemos hacer un canje. Nos dejan
los restos de Rodas y se llevan a su compatriota.
La apariencia:- (Carcajada espontánea) ¿Compatriota? (Ríe con ganas. Seriedad repentina) ¿Ese
deforme, compatriota mío? Eso es un marciano: basta con oírlo hablar…
Dandy:- ¿Qué?
La apariencia:- Habla todo el tiempo. ¿No lo oyen? Es infrasonido… pero se entiende. (Va hasta la caja y
abre las pequeñas puertas) Habla una lengua muerta, olvidada… Él muere con su lengua.
La apariencia:- Habla de su infancia, y de los últimos días antes de la explosión… antes de la supernova
Vela y el Apocalipsis marciano... Eran felices.
La apariencia:- Quedan pocos y viven bajo tierra. Dicen que en la colonia china se los comen en guiso…
Dandy:- …se comen todo los chinos, se hacen los que no entienden, pero te entienden… ¡te entienden!
La apariencia:- (Al capitán) No viene al caso… Como puede apreciar, con tal de sobrevivir somos lo que
ustedes quieran ver…
La apariencia:- ¿Nosotros?
Capitán:- Sí.
Capitán:- Sí…
Capitán:- No sé. Nosotros venimos de una tierra que se llora para adentro. Allá nadie es muy feliz…
Capitán:- Diga…
La apariencia:- Se equivoca: el mono vivió entre nosotros. Cuando su cápsula cayó, lo encontramos.
Estaba casi desintegrado… Lo reciclamos, lo apañamos, le dimos de comer… Vivió entre nosotros, formó
familia e hizo carrera… Fue un referente entre mi pueblo… Recordaba con resentimiento que ustedes lo
hayan mandado hasta acá con un cargamento minúsculo de plátanos…
Capitán:- ¿Y si no qué?
(Tiempo. Se miden)
Dandy:- (Con visible temor) Eso es desleal… Acá también sabemos defendernos…
La apariencia:- (Al Dandy) De los marcianos… No de nosotros. De hecho somos telépatas. Usted está
contrariado por el miedo… y tiene la cabeza llena de tango.
Dandy:- (A Wolfiasky) Me rehabilité… De hecho hice esta nave con mis propias manos…
La apariencia:- No sea imbécil. Podemos hacerlos llorar hasta que les brote un río de sangre de las
cuencas de los ojos…
La apariencia:- Decidan.
Capitán:- (Lanza la orden) ¡¡A las sogas, marineros!! (Alboroto, todo se acelera)
Wolfiasky:- ¡¡Perra!!
(Con extrema rapidez, cada tripulante se despliega hacia un sector y sujeta su cuerpo a la pared con los
cinturones previstos, mientras pugnan por proteger sus oídos. La apariencia canta con voz estertórea,
como si desparramara un veneno. En simultáneo, gritos y quejidos de los astronautas.)
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La apariencia:- (Canta)
(Fin del cántico. Agitación. La apariencia se acerca a Perdomo, cuya cabeza cuelga cansina por haber
resistido el embate)
La apariencia:- Sus compañeros tienen otras letras en la cabeza… Puedo cantarlas todas.
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La apariencia:- ¡No es lo que dice mi gente! Usted llegó hasta la nave abandonada de la misión Tití… la
primera cápsula argentina que trajo al simio… Estaba custodiada por un compatriota. Usted quiso fornicar
con la apariencia renacentista. Ella se negó y en medio del berrinche le robó el cráneo… O lo devuelven o
sigue el tango… Mis compañeros esperan en la colina…
Capitán:- (Solemne) Antes la muerte que entregar el patrimonio. De todos modos, a cada uno le llega su
tiempo: omnes feriunt, ultima necat…
(Wolfiasky y el Dandy reconocen las palabras y lo miran de pronto, pasmados, se sueltan los lazos)
Capitán:- Una frase latina que iba inscripta en los relojes antiguos… Un recordatorio de que nuestro fin
siempre está al acecho… Omnes feriunt, ultima necat… Se refiere a las horas: “todas hieren, la última
mata”…
La apariencia:- Concedo.
Wolfiasky:- (A Perdomo) Algo llegó en su ausencia, capitán. (El Dandy busca nuevamente el mensaje
cifrado y se lo entrega a Perdomo, que se libera de las cuerdas)
Dandy:- Lo descifré con la seguridad de que era urgente. Pero creímos que se trataba de un error…
Capitán:- (Lo lee, tiempo. Levanta la cabeza con visible turbación. Dobla el papel con parsimonia
nerviosa y continúa con fingida tranquilidad) No, no. No hay ningún error. Es un código que pautó
conmigo la Base Ingeniero White…
(Tiempo)
Wolfiasky:- ¿Y qué…?
Capitán:- (El capitán se acerca al ojo de buey y se dirige a la apariencia) Está de suerte: han surgido
mayores inconvenientes y voy a hacerle devolución temporaria del cráneo. Pero antes tengo que
despachar a mi tripulación y me gustaría que tengamos una reunión a solas.
(Silencio)
Capitán:- Sí… sí. Claro… Una clave… “Ultima necat” era la clave para abortar la misión. De recibirla…
Quiero decir… si la recibía... Yo…
Wolfiasky:- ¡¿Qué?!
Capitán:- Voy a explicarlo una sola vez y quiero que acaten. La clave pone en marcha el Operativo
“Retorno”… Es decir… La tripulación debe ser guiada por el Dandy hasta el extremo sur de los Valles
Marineris…
Wolfiasky:- ¿Marchando?
Capitán:- Es eso o la muerte… Ya está arreglado. Allí les darán asilo y los devolverán a casa con la
próxima partida de recambio… Es un plan de emergencia. Siempre estuvo en los planes… Mal que nos
pese… nuestra… nuestra empresa llega hasta acá…
Cordobés:- No me jodá’…
Capitán:- No puedo saberlo… Malos entendidos… arrepentimiento… falta de fondos… no sé… Puede
ser cualquier cosa. Tal vez no resulte provechoso… tal vez no estemos a la altura de las circunstancias…
Wolfiasky:- (A Perdomo) Pero… ahora… falta un traje… Benavídez echó a perder el suyo…
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Capitán:- Yo me quedo. Tengo la obligación irrestricta de custodiar la nave hasta reestablecer contacto y
que se resuelva qué hacer con ella… Tal vez podamos venderla a alguna delegación extranjera…
Cordobés:- Si ni casa me ha quedao aiá… ni tengo ande caerme muerto ió… (Gimotea)
Dandy:- (Palmea al cordobés) ¿Ves? ¡Para esto hemos perdido Traslasierra…! Donde antes danzaban las
aguas cristalinas de los arroyitos menudos, donde olía el apetitoso sacrificio humeante de los corderos
asados, hoy se secan las orillas y se alzan los refinados restaurantes europeos replicando sus mejunjes
foráneos… ¡Siempre seremos hijos del amo!
Capitán:- Basta…
Wolfiasky:- (Al Dandy que sigue aferrado al cordobés) Ojo la radiación… (El Dandy retira su mano del
hombro de Benavídez y la mira con asco) Hay que desahogarse, Perdomo… La desidia patria es
innegable…
Capitán:- Seguro... No digo lo contrario… Nuestra épica ha sido una tardanza enorme… Hemos rodeado
el triunfo para volver con las manos vacías… ¡pero los quiero con la frente en alto! ¡¿Me oyen?! ¡¡La
frente en alto, señores!! ¡Y no quiero quejas! Alistarse.
Cordobés:- Si no me han dejao ni el ranchito ande criaba la bataraza… ¡Lo’ poyito’…! (Llora)
Dandy:- (A Wolfiasky) Medio país vivía de eso… Se aprovecharon de la culpa al final, de la vorágine
ecologista… ¡Y estuvieron bien! Todos querían salvar al mundo, comer sano: ¡tarde piaste…! Vendían
pollos “orgánicos”… ¡Eran pollos comunes pintados con cúrcuma…! Je. Jajjajjaj… (Ríe. La carcajada
crece, es una risa nerviosa)
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Wolfiasky:- Tranquilo, Dandy…
Wolfiasky:- Dandy, te va a hacer mal… (El Dandy ríe con odio, se revuelca por el piso)
Capitán:- Basta, Dandy… ¡Basta! (Se lanza sobre él y lo abofetea, logra detenerlo) ¡Basta, te digo! ¡¿O
qué?! ¡¿Te pensabas que llegar al cielo era cosa de saltitos y rayuela?! ¡No, señor! ¡Este es el anhelo de
una nueva era, y ningún sueño se conquista sin traspiés! ¿Cuál es el problema? ¿Ahora hay que
retroceder? Insistiremos más adelante, mierda. Y si mañana ocurre otra desgracia, volveremos a
intentarlo. Porque ése es el destino patrio: fracasar de nuevo, fracasar mejor…
La apariencia:- Se encuentra pronosticada una tormenta solar para la dos mil cien… ustedes saben…
llamaradas de intensidad calórica... Les aviso por si quieren acelerar los preparativos.
Wolfiasky:- ¿Y usted?
Capitán:- Yo… (Señala a la apariencia con la cabeza) Yo siempre he dependido de la amabilidad de los
extraños…
Wolfiasky:- (Mirando de reojo a la apariencia) La próxima vez tendrían que mandar a una hembra
aunque sea…
Dandy:- Otro. Sí. Y que después viniera lo demás… Lo que pasa es que estamos trabados… hace siglos,
siempre trabados. Todo urgido, siempre… Un presupuesto de malaria… Tecnología obsoleta…
Cordobés:- Ojetudos…
Dandy:- Siempre domando desiertos… Un desierto para la nación. ¿Y qué nación, al final? Ahora a vivir
entre chinos… Nos van a dejar acá… Con suerte, si podemos reproducirnos, va a ser trincándonos
chinitas… Una desgracia… Gauchos con ojos rasgados…
Wolfiasky:- (Pausa. Piensa) Los gauchos siempre tuvieron los ojos rasgados… Rasgaban la guitarra…
Las mujeres siempre fueron “las Chinas”…
Dandy:- Coincidencias… Yeites de la lengua hija… Lo único cierto es que hasta que decidan
devolvernos vamos a vivir entre chinos… Como esclavos, capaz… y entre chinos… que te entienden. Se
hacen los que no… pero te entienden…
Wolfiasky:- Sí, un jueguito… Quiero jugar a que es ella, creer que es ella y decirle…
Cordobés:- Dejeló…
Dandy:- Yo espero afuera… (Mira la nave con desprecio) No queda nada para decir: la lengua hija se
repliega, la madre le suelta la mano… ya no se entiende nada. (Escupe en el suelo y sale)
Wolfiasky:- (Piensa. A la apariencia) Creo que… Me gustaría… me gustaría decirte un adiós enorme…
¿sabés? Despedirme de mi vida, de mi vida toda, de este amor entero que se va a tragar la oscuridad. Pero
no puedo, morocha: ya casi no sé hablar. (Sale. Quedan el capitán y la apariencia. Silencio)
Capitán:- No. No podrían soportarla. (Va hasta el dispositivo de grabación del panel vertical. Lo
enciende y la cinta gira. Toma el receptor y graba con audible angustia en la voz) “Cierre de bitácora:
clausura de la expedición argentina en el planeta rojo. Imposibilidad de reestablecer contacto, diáspora de
la tripulación. Mensaje cifrado de la Base Ingeniero White: recibido y decodificado. Ultima necat: la
última es la que mata. Es decir, desastre terrícola irreversible. Es decir: detalles fatales desconocidos,
imposibilidad de retorno. Repito: desastre global. La Tierra se ha ido”. (Detiene el registro)
La apariencia:- (Por el ojo de buey) Mire. Una nube de polvo la envuelve, parece una luna en cuarto
creciente…
La apariencia:- Cuando Venus desapareció, nosotros también nos salvamos por estar lejos de casa. Todo
termina para volver a empezar. (Por el planeta Tierra que no deja de observar a través de la pequeña
abertura) Mire su planeta. Es como una mancha de tinta que lo ensucia… una media luna perfecta…
La apariencia:- Varios.
Capitán:- Bien. Bien… Voy a pedirle que elija uno, y… que lo cante… No retroceda ante mis síntomas.
Es probable que me vea sufrir… no importa… Siga cantándolo una y otra vez. ¿Me haría ese favor?
La apariencia:- El cráneo.
Capitán:- Seguro: tome. (Le devuelve la calavera del simio) Cante y no se detenga. Hasta el final. (Va
hasta la bandera, la toma y se recuesta en el suelo, apoyada su cabeza en la pequeña celda del
marciano). Y al salir, por favor, liberen al nativo y sellen la nave. ¿Puede ser?
La apariencia:- Sí. (Tiempo. Mirando siempre hacia el cielo, a través de la ventana.) Ojalá que la última
noche de la humanidad haya sido como cualquier otra. Que las madres les hayan cantado a sus hijos. Que
los padres hayan cerrado las puertas. Que la oscuridad haya corrido por las casas, que el silencio haya
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silbado entre las plazas y las calles. Que las persianas hayan colgado como párpados frente a los
comercios, que el rocío haya mojado el asfalto por última vez. Y que la Tierra se haya dormido para
siempre, sin saberlo.
Capitán:- (Acaricia la caja del marciano. Se abstrae, habla para sí mientras se cubre con la bandera)
Ojalá pueda dormir, esa morocha, Tierra mía… la madre Tierra… ¿no? Eso de ahí…
Capitán:- (Con su mano tierna sobre la cárcel del cautivo, ido) Y el futuro, ¿no? No, ya… Como un
suelo… ¿Un suelo, dije? No. Decir: un sueño. Yo soñé… es decir: algo ha muerto…
Capitán:- Vacío… ya. (Tiende la bandera sobre su rostro. Es un túmulo fúnebre cubierto por el emblema
nacional. Silencio. La apariencia comienza a cantar con voz plena el tango “Lejana tierra mía”, de
Carlos Gardel y Alfredo Le Pera. La bandera argentina vibra: debajo de ella se adivina el llanto del
capitán, los estertores postreros de su agonía. Las luces de la cápsula parpadean, oscuridad)
FIN
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POST SCRIPTUM PARA SER LEÍDO CUANDO TODO VUELVA A INICIARSE
Recordar el futuro implica un enorme trabajo. La tentación de adivinarlo intenta salvar los escollos. Esta
bufonada trágica que narra la llegada de los cuatro primeros astronautas argentinos a Marte, fue escrita
probablemente por un dramaturgo… es decir, un “cronista” ávido de falsedad. Su misión historiográfica
de registrar los hechos a partir de unos pocos datos que han logrado trascender, fue cruelmente trastocada
por la cruza insólita de la ironía con la nostalgia. Sin embargo -y vale la pena arrojar un manto de piedad
sobre su ignominia-, no carece de sentido el brebaje que ha volcado de su propia cosecha: la aventura
patriótica de la colonización marciana se exhibe inmersa en el problema consecuente de la lengua que se
pierde, la cual -como ha dicho Agamben siglos atrás- retrocede hasta volverse in-fante, hasta desaparecer
en el silencio eterno. La lengua siempre escapa al sujeto: el psicoanálisis acorraló a los antiguos hombres
con este reproche que logró contenerlos y desvalijarlos. La lengua vive del aire y del tiempo, dos
elementos problemáticos en el espacio exterior: en ese contexto, entonces, morirse es hacer silencio, un
silencio de niño gritón reprendido finalmente por la historia. Sin embargo, es nuestro deber recordar que
ninguna idea carece de fuentes y que en los clásicos estaba ya la base que sustenta esta épica del fracaso
humano, esta distopía irreverente de la patria. Si la infamia pudiera llevar epígrafes, dos nombres
deberían coronar el texto que precede a este post scriptum. Y serían:
1
Novela española que ha sufrido la pérdida irremediable de sus capítulos finales. Si bien quedan sólo dos ejemplares impresos
en Madrid durante el siglo XXI, se considera que fue muy divulgada desde su escritura en el XIX.
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