Vida y Obra de Trujillo
Vida y Obra de Trujillo
Vida y Obra de Trujillo
Trujillo nació en la ciudad de San Cristóbal el 24 de octubre de 1891. Hijo de José Trujillo
Valdez, pequeño comerciante hijo del sargento grancanario José Trujillo Monagas, que llegó a
Santo Domingo como integrante de las tropas españolas de refuerzo durante la Anexión, y de
Altagracia Julia Molina Chevalier, más tarde conocida como Mamá Julia, hija de Pedro Molina
Peña, campesino dominicano, y de la maestra Luisa Erciná Chevalier, cuyos padres aunque
oriundos de Haití eran predominantemente de origen francés: su padre, Justin Alexis Víctor
Turenne Carrié Blaise, era blanco, y su madre, Eleonore Juliette 'Diyetta' Chevallier Moreau,
mulata. No obstante, Trujillo siempre renegó de la ascendencia haitiana de su madre.
Fue el tercero de once hijos. Sus hermanos fueron Virgilio, Flérida Marina, Rosa María Julieta,
José "Petán" Arismendy, Amable "Pipi" Romero, Luisa Nieves, Julio Aníbal, Pedro Vetilio, Ofelia
Japonesa y Héctor "Negro" Bienvenido Trujillo Molina. Trujillo tuvo asimismo hermanos por
parte de padre. Todos sus hermanos varones con excepción de Amable Romeo fueron
generales y coroneles del Ejército Dominicano. Bajo su dictadura, Héctor Bienvenido llegó a ser
nombrado generalísimo en 1959.
La infancia de Trujillo pasó relativamente sin incidentes aunque su educación básica fue
irregular y bastante limitada. En 1897, a sus 6 años fue inscrito en la escuela de Juan Hilario
Meriño. Un año más tarde se trasladó a la escuela de Broughton, donde fue discípulo de
Eugenio María de Hostos y permaneció allí durante tres o cuatro años.
En 1907 a los 16 años de edad, Trujillo obtuvo un empleo como telegrafista, actividad que
ejerció durante 3 años. Después, se dedicó junto a su hermano "Petán" al cuatrerismo, a la
falsificación de cheques y el robo postal. Por estos delitos fue declarado culpable y
encarcelado algunos meses.
Formación militar
En 1920, ya con el grado de teniente, fue sometido a un juicio militar por violación y extorsión
a Isabel Guzmán, una menor de 16 años, pero fue exonerado de culpa. En 1921 ingresó en la
Academia Militar fundada por el ejército de ocupación en Haina y el 22 de diciembre de ese
mismo año fue designado para ocupar la jefatura de la Guarnición de San Pedro de Macorís.
En 1922 fue trasladado al Cibao y, mientras se encontraba en San Francisco de Macorís, fue
ascendido a capitán sin pasar por el grado de primer teniente, algo irregular en el escalafón
militar, pero explicable debido a los servicios prestados por Trujillo al ocupante
estadounidense. Este ascenso fue acompañado por la reorganización de la Guardia Nacional, la
cual más tarde pasó a ser Policía Nacional Dominicana, de la que ocupó muy poco tiempo
después el mando de la 10. Compañía.
En 1923, antes de su nombramiento como inspector del primer distrito militar, participó como
estudiante en la Escuela de Oficiales del Departamento del Norte. En esta época, a pesar de su
formación militar, comenzaron a manifestarse sus inclinaciones políticas. En su vertiginosa
carrera en la milicia, llegó al grado de mayor y cuando las tropas de EE. UU. abandonaron el
país en 1924, dejaron a Trujillo a cargo. En 1927 Trujillo se integró en la Brigada Nacional,
institución creada para reemplazar la Guardia Nacional y ascendió al grado de general.
Con el triunfo de Horacio Vásquez en las elecciones que siguieron a la desocupación de las
tropas estadounidenses en 1924, Trujillo permaneció al frente de la Policía Nacional. El 6 de
diciembre de ese mismo año, el Presidente Vásquez lo nombró teniente coronel y jefe del
Estado Mayor.
En 1930, estalló en Santiago una insurrección contra el presidente Horacio Vásquez y los
rebeldes marcharon hacia Santo Domingo. Trujillo recibió la orden de someter la rebelión,
pero cuando los amotinados llegaron a la capital el 26 de febrero, no encontraron resistencia
alguna. Enterado el presidente Vásquez de que uno de los ideólogos de la insurrección era el
propio Trujillo decidió renunciar como una salida negociada a la crisis a fin de evitar
derramamiento de sangre. Vásquez fue enviado al exilio y el líder rebelde Rafael Estrella fue
proclamado presidente interino.
Trujillo se convirtió en el candidato en las elecciones presidenciales de 1930 llevando a Estrella
Ureña como vicepresidente. La candidatura opositora, representada por Federico Velásquez
Hernández y Ángel Morales a la presidencia y vicepresidencia respectivamente, se retiró
quedando la de Trujillo-Ureña como única opción.
La campaña electoral se realizó bajo un clima de terror provocado por Trujillo y su banda
paramilitar La 42, dirigida por el mayor del ejército Miguel Ángel Paulin. Hasta los miembros de
la Junta Central Electoral se vieron forzados a renunciar el 7 de mayo, siendo sustituidos por
personas que respondían a la voluntad de Trujillo. El binomio Trujillo-Ureña ganó las
elecciones el 16 de mayo, oficialmente con el 45 % de los votos. Más tarde se supo que sólo el
25 % de los votantes acudieron a las urnas, lo que hizo pensar que fueron elecciones
fraudulentas. El 24 de mayo de 1930 fueron proclamados oficialmente Trujillo y Ureña,
presidente y vicepresidente del país, respectivamente. El 16 de agosto a la edad de 38 años,
Trujillo asumió la presidencia de la República.
En marzo de 1931 el general Desiderio Arias renunció al gabinete de Trujillo, quien al quedar
sin oposición alguna, fortaleció su dictadura. En octubre Trujillo promulgó la ley de
emergencias, mediante la cual el estado dominicano suspendió el pago por concepto de
amortización de la deuda externa con los Estados Unidos. También redujo el gasto público con
despidos masivos y reducción de sueldos. Además, disminuyó las importaciones y equilibró la
balanza comercial.
En febrero de 1934 se celebró una convención para elegir a Trujillo nuevamente candidato a
presidente por el partido dominicano. El 16 de mayo de ese año y sin ninguna oposición
política se celebraron las elecciones nacionales con Trujillo como único candidato. El 16 de
agosto asumió el poder por segunda ocasión consecutiva, esta vez llevando a Jacinto
Bienvenido Peynado como vicepresidente.
Gabinete de gobierno
Secretario
Secretaría
En febrero de 1942 Trujillo fue nuevamente postulado a las elecciones de ese año por el
Partido Dominicano y por el recién creado «Partido Trujillista». El 16 de mayo fueron
celebradas las elecciones donde votaron casi 600.000 ciudadanos, saliendo electo Trujillo
nueva vez como presidente.
En 1944, al cumplirse los 100 años de la fundación de la nación dominicana, Trujillo celebró un
evento llamado «Las fiestas del centenario».
En enero de 1946, la Federación Local del Trabajo, un grupo de manifestantes obreros fundado
por el líder sindical Mauricio Báez hizo una huelga que duró más de una semana. Aunque la
dictadura terminó cediendo a las peticiones de los demandantes, posteriormente algunos de
sus dirigentes y participantes fueron perseguidos y asesinados, mientras que otros se vieron
obligados a tomar el camino del exilio. Tiempo después Trujillo desintegró todos los sindicatos
del país, obligándolos a pertenecer a una federación afín a él. En 1950 Mauricio Báez fue
secuestrado en Cuba donde estaba exiliado y nunca más se supo su paradero.
En mayo de 1947 se celebraron nuevas elecciones, matizadas esta vez con fuertes críticas
internacionales sobre el carácter dictatorial del gobierno, lo que obligó a Trujillo a montar una
ficción democrática. En dichas elecciones participaron tres partidos políticos, el Partido
Nacional Laborista, el Partido Nacional democrático y el Partido Dominicano, quienes llevaban
de candidatos a Rafael A. Espaillat, Francisco Prats Ramírez y Rafael Leónidas Trujillo,
respectivamente. Trujillo terminó ganando el certamen con el 90 % de los votos.
En octubre de 1952 Trujillo creó el Instituto Trujilloniano con Manuel A. Peña Batlle como su
presidente. La institución tenía como misión la difusión de la obra de gobierno de Trujillo.
Política económica
Bajo los gobiernos de Trujillo se verificó un cierto bienestar económico. Su política económica
se fundamentó en la eliminación del endeudamiento externo, la promoción de importaciones
y el fomento a la producción nacional.
Política migratoria
En 1938, en la Conferencia de Evian fue el único país dispuesto a aceptar una cantidad
significativa de judíos franceses, con un convenio realizado entre Trujillo y empresarios semitas
de la ciudad de Nueva York, donde acordaron el pago de alrededor de un millón de dólares. En
1940 llegaron a República Dominicana 750 judíos mediante un acuerdo firmado por Trujillo,
que instituía la donación de 110 km² para los refugiados, que luego se asentaron en Sosua. No
obstante las intenciones del régimen dominicano, el número total de refugiados judíos no
superó el millar.
En 1939 terminada la guerra civil española, se permitió la entrada al país de los exiliados del
bando republicano. En 1952, Trujillo volvió a España para reunirse con su homólogo el
generalísimo Francisco Franco. Este viaje buscó, entre otros asuntos, propiciar la inmigración
de españoles a República Dominicana, actitud que atribuyen algunos historiadores al afán del
dictador de «blanquear la raza».
Política medioambiental
El régimen de Trujillo amplió considerablemente el Vedado del Yaque, una reserva natural
alrededor del río Yaque del Sur. En 1934 creó el primer parque nacional del país y estableció
una agencia de guardia para proteger el sistema de parques. Así mismo, prohibió la tala de
árboles de pino sin permiso. No obstante, detrás de esas actitudes "ecologistas" se dejó
entrever la intención monopolista de beneficiar sus empresas privadas.
Desde su segundo año de gobierno, Trujillo procuró obtener el respaldo de la iglesia católica y
decretó varias medidas en favor de ésta. Entre estas medidas estuvo el otorgamiento de
subsidios por parte del gobierno. La iglesia correspondió estos favores y esto le mereció la
Orden Hierosolimitana del Santo Sepulcro otorgada por el Arzobispo de Santo Domingo
monseñor Adolfo Nouel en agosto de 1931.
El 15 de junio de 1954 Trujillo viajó a la Ciudad del Vaticano para firmar un concordato con la
Iglesia católica, encabezada en esos momentos por el papa Pío XII, quien le otorgó al dictador
la Gran Cruz de la Orden Piana. Este encuentro le garantizó a la Iglesia católica tener privilegios
por encima de otras iglesias.
En 1957 se celebraron las elecciones presidenciales para el periodo 1957-1962 con Héctor
Bienvenido Trujillo y Joaquín Balaguer como candidatos a la presidencia y vicepresidencia,
respectivamente. Ante la gran presión internacional y en afán de aparentar cierta democracia,
Trujillo hizo renunciar a su hermano Héctor Bienvenido en 1960. El 3 de agosto de ese mismo
año tomó posesión Joaquín Balaguer en sustitución de Héctor Bienvenido. Este sería el último
presidente del dictador.
Estos recursos fueron utilizados por Trujillo para engañar a los demás países y así mantener su
dictadura con una falsa imagen de democracia a la vista de la comunidad internacional. Trujillo
nunca dejó de gobernar efectivamente la República desde que asumió el poder en 1930.
A finales de los años 1950, durante el régimen de Trujillo se creó una especie de polícia secreta
denominada Servicio de Inteligencia Militar (SIM) la cual tuvo como finalidad la represión
política. La organización contó con varios agentes secretos y funcionarios de la dictadura con
Johnny Abbes como jefe. Abbes se encargó en muchos casos de llevar a cabo las órdenes de
represión y tortura de Trujillo, aunque muchos aseguran que a veces Abbes actuó por cuenta
propia.
El SIM atemorizó a la población en general mediante la tortura y contó con varios lugares para
llevarlas a cabo, como la Cárcel del 9 y la Cárcel de la 40.
Trujillo y el mundo
Durante la Segunda Guerra Mundial, Trujillo se colocó del lado de los aliados y declaró la
guerra a Alemania Italia y Japón el 11 de diciembre de 1941. Si bien la República Dominicana
no tuvo participación militar directa, este hecho determinó que el país se convirtiera en uno de
los miembros fundadores de las Naciones Unidas.
Trujillo alentó las relaciones diplomáticas y económicas con los EE. UU., pero mantuvo
relaciones tensas con parte de América Latina, especialmente con Costa Rica y Venezuela.
Mantuvo relaciones amistosas con Franco en España, Perón de Argentina, y Somoza de
Nicaragua.
En 1941, Élie Lescot, que había recibido el apoyo financiero de Trujillo, sucedió a Sténio
Vincent como presidente de Haití. Trujillo esperaba que Lescot fuera un títere, pero Lescot se
volvió en su contra. Trujillo, sin éxito, intentó asesinarlo en 1944, y el gobierno haitiano se hizo
eco del hecho con la finalidad de desacreditar al régimen dominicano.
Hacia el final de su gobierno, su relación con los Estados Unidos volvió a deteriorarse. El 12 de
marzo de 1956 por órdenes de la dictadura fue secuestrado el exiliado español Jesús de
Galíndez, profesor de Columbia University y quien en ese entonces residía en Nueva York,
representante del gobierno vasco en el exilio. Galíndez había escrito una tesis doctoral sobre la
dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y este, al enterarse, lo mandó secuestrar, haciéndolo
desaparecer más tarde. Este hecho hizo que los Estados Unidos rompieran las relaciones
definitivamente con la dictadura.
Ese mismo año, cuando Trujillo se dio cuenta de que Fidel Castro estaba ganando terreno,
empezó a apoyar a Fulgencio Batista proveyéndole de dinero, aviones, equipamiento y
hombres. Trujillo, convencido de que Batista vencería a Castro, se sorprendió mucho cuando
este se presentó como un fugitivo, después de ser derrocado. Trujillo mantuvo a Batista hasta
agosto de 1959 como un «prisionero virtual» y luego del pago de una cantidad estimada entre
tres y cuatro millones de dólares, Batista pudo viajar a Portugal, país que le había concedido
un visado.
Castro amenazó con derrocar a Trujillo, y este respondió aumentando el presupuesto para la
defensa nacional. También, se organizó una legión extranjera para defender a Haití, ante la
posibilidad de que Castro invadiera primero la parte oeste de la isla para derrocar el régimen
de François Duvalier.
A partir de 1959, Trujillo comenzó a interferir cada vez más en los asuntos internos de otros
países vecinos. Trujillo expresó un gran desprecio por el presidente de Venezuela Rómulo
Betancourt, quien era un abierto oponente del dictador que había estado asociado con los
conspiradores dominicanos.
Trujillo desarrolló un odio obsesivo y personal hacia Betancourt y apoyó numerosos planes de
los exiliados venezolanos para derrocarlo. Debido a esto, el gobierno venezolano llevó el caso
en contra de Trujillo a la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta situación enfureció a
Trujillo, quien ordenó a sus agentes extranjeros colocar una bomba en el coche de Betancourt.
El intento de asesinato, llevado a cabo el 24 de junio de 1960, hirió pero no mató al presidente
venezolano cuando se dirigía a un desfile militar en el paseo Los Próceres de Caracas.
El atentado contra Betancourt puso a la opinión mundial contra Trujillo. Indignados los
miembros de la OEA, aprobaron por unanimidad romper relaciones diplomáticas con el
gobierno de Trujillo e imponer sanciones económicas a la República Dominicana. La relación
con el dictador se había convertido en una vergüenza para los Estados Unidos y las relaciones
diplomáticas fueron rotas de manera irreconciliable después del incidente de Betancourt.
Intentos de derrocamiento
El 19 de junio de 1949 se realizó un segundo intento fallido para derrocar al régimen trujillista,
terminando los expedicionarios apresados o carbonizados en un contraataque del ejército
dominicano.
El 14 de junio de 1959, varios hombres armados comandados por Enrique Jiménez Moya
aterrizaron en Constanza con la finalidad de derrocar a Trujillo. Días más tarde, el 20 de junio,
desembarcaron en Maimón unos 144 hombres dirigidos por José Horacio Rodríguez en la
provincia de Puerto Plata, quienes llegaron en una lancha llamada «Carmen Elsa». Luego de
varios días de combate en contra del régimen, los expedicionarios fueron derrotados y
trasladados a la Base Aérea de San Isidro, donde fueron torturados. Algunos sobrevivieron,
pero luego la mayoría fue fusilada.
Ese mismo año se formó en el país un grupo político de izquierda llamado Movimiento 14 de
junio, compuesto por jóvenes que procuraban un cambio hacia la democratización del país. El
movimiento contó con Manolo Tavárez Justo y su esposa Minerva Mirabal como líderes. El
régimen de Trujillo se ensañó contra la mayoría de los miembros del grupo y el SIM se encargó
de perseguir, encarcelar y torturar a sus miembros.
Cuando John F. Kennedy tomó posesión como presidente de los Estados Unidos el 20 de enero
de 1961, ya los planes de la CIA para derrocar a Trujillo estaban en marcha. A pesar de eso, el
presidente Kennedy envió al diplomático Robert D. Murphy para que se entrevistara con
Trujillo y lo persuadiera de que se retirase del poder. Murphy llegó a Santo Domingo el 15 de
abril de 1961, siendo el cuarto y último emisario del gobierno estadounidense que trató de
convencer a Trujillo para que se retirara del poder, planteamiento que fue ignorado por el
dictador.
Para el complot del 30 de mayo, el gobierno de los Estados Unidos ofreció su apoyo en armas y
logística a quienes buscaban poner fin a la dictadura pero no mantuvo su apoyo luego del
magnicidio del tirano. Si bien el plan puso fin a la vida de Trujillo, también supuso la muerte de
casi todos los involucrados, al quedar aislados sin apoyo internacional.
Declive de la dictadura
El dictador se había convertido en una vergüenza para los Estados Unidos, situación que se
haciendo cada vez más tensa a raíz del atentado contra Rómulo Betancourt.
El viernes 25 de noviembre de 1960, el brutal asesinato de las tres Hermanas Mirabal —Patria,
Minerva y María Teresa— opositoras a la dictadura, aumentó aún más el descontento hacia
esta.
Emboscada y asesinato
Las armas proporcionadas por la CIA habían sido ocultadas por el estadounidense Simon
Thomas Stocker «Wimpy», como también se le conocía, propietario del único supermercado
del país y residente en la República desde 1942, fue contactado por la CIA bajo el nombre en
clave de «Héctor». Stocker rehusó la remuneración de la CIA por sus esfuerzos, aduciendo su
convicción moral. Las armas fueron ocultadas por más de dos meses, a riesgo personal y de su
familia, dentro de un armario pequeño en su estudio, en su residencia privada, hoy ya
demolida y que estuvo ubicada en un solar en el lado sur de la avenida Independencia,
próximo a la avenida Máximo Gómez.
Algunos afirmaron que dichas armas nunca llegaron a las manos de los organizadores del
ajusticiamiento, debido a la supuesta falta de una autorización explícita de la CIA para su
entrega. Esta opinión fue contradicha por testimonios de viva voz, comunicados por Stocker a
familiares y personas de confianza, afirmando que las armas fueron entregadas por él a un
dominicano, después de haberlas ocultado en su propiedad, según su relato. No obstante, esa
versión fue negada por el único sobreviviente del ajusticiamiento, el general Imbert Barrera.
Algunos analistas mencionan que el interés de Estados Unidos en acabar con Trujillo se debió a
que la represión de su gobierno podría desembocar en una revolución filocomunista en
República Dominicana, similar a la Revolución cubana, que fue una consecuencia del rechazo
del pueblo cubano al dictador Fulgencio Batista.
La familia de Trujillo trató de huir con el cuerpo del dictador en su yate «Angelita», pero no fue
posible. Su funeral, realizado el 2 de junio del mismo año, fue el de todo un estadista y una
larga procesión lo acompañó desde el Palacio Nacional hasta la localidad de San Cristóbal,
donde fue enterrado. Miles de personas de todos los estratos sociales desfilaron ante el
féretro con los restos de Trujillo. El entonces presidente Joaquín Balaguer dio el discurso
laudatorio, diciendo, entre otras cosas:
... El momento es pues propicio para que juremos sobre estas reliquias amadas que
defenderemos su memoria y que seremos fieles a sus consignas manteniendo la unidad.
Querido jefe, hasta luego. Tus hijos espirituales, veteranos de las campañas que libraste
durante más de 30 años, miraremos hacia tu sepulcro como un símbolo enhiesto y no
omitiremos medios para impedir que se extinga la llama que tú encendiste en los altares de la
República y en el alma de todos los dominicanos.
Después de esto, ante la presión popular, la familia Trujillo salió del país y Ramfis Trujillo tuvo
que sacar el cuerpo de su padre. Trujillo fue enterrado en París, en el Cementerio del Père-
Lachaise, a petición de sus familiares.
Represalias
Horas después de la muerte de Trujillo, su hijo Ramfis, quien se encontraba en París, alquiló un
avión y regresó a Santo Domingo en las primeras horas del miércoles 31 de mayo, poniéndose
de inmediato al frente de la situación y convirtiéndose en el hombre fuerte del país, no
obstante el hecho de que Joaquín Balaguer seguía formalmente al frente de la presidencia.
El Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y todos los servicios de seguridad del Estado realizaron
amplias redadas en todos los sectores de la ciudad, buscando a los victimarios. El 2 de junio de
1961, agentes del SIM irrumpieron en la casa del teniente Amado García Guerrero donde fue
asesinado de varios disparos de ametralladora. El 4 de junio de ese mismo año fueron
asesinados otros dos implicados, Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza. El 10 de junio fue
apresado y torturado el general José René Román Fernández («Pupo») quien fungía como
secretario de las Fuerzas Armadas de la dictadura, al conocerse de su vinculación al complot. El
18 de noviembre fueron capturados Roberto Rafael Pastoriza Neret, Pedro Livio Cedeño
Herrera, Luis Salvador Estrella Sadhalá, Modesto Díaz Quezada, Huáscar Antonio Tejeda
Pimentel y Luis Manuel «Tunti» Cáceres Michel. Todos fueron llevados a la «Hacienda María»
en San Cristóbal, donde fueron fusilados por órdenes de Ramfis Trujillo.
Transición posdictadura
Después de varios intentos de los familiares de Trujillo por mantener el poder y del golpe de
Estado que derrocó al presidente Joaquín Balaguer, protagonizado por el comandante de la
fuerza aérea, general Pedro Rodríguez Echavarría, un consejo de Estado puso en marcha una
apertura política que culminó con la celebración de elecciones libres el 20 de diciembre de
1962. Estas elecciones fueron las primeras con características de pluralidad democrática y
donde los partidos políticos pasaron a representar un papel significativo.
Los comicios dieron la victoria a Juan Bosch, candidato presidencial por el Partido
Revolucionario Dominicano con el 59,5 % de los votos escrutados.
Legado
Trujillo reorganizó el Estado y la economía a la vez que realizó una vasta labor de construcción
de grandes obras de infraestructura en la República Dominicana. Su dictadura terminó con la
inestabilidad política fruto del caudillismo arrastrado desde el siglo XIX, lo cual se reflejó en
una cierta prosperidad y modernidad para los dominicanos, aunque gran parte de la riqueza
generada en el país durante ese período terminó en las manos del dictador y sus familiares.
Este desarrollo económico relativo se verificó aparejado con la restricción de los derechos y
libertades civiles que fueron prácticamente inexistentes durante todo su régimen.
Fue conocido popularmente como "El Jefe" o "El Benefactor", pero también con apodos menos
"elegantes" como "Chapita", por su fascinación por las medallas. Los niños dominicanos lo
emulaban construyendo medallas de juguete con tapas de botella. También fue conocido
como "El Chivo".
Vida personal
El 30 de marzo de 1927, se casó con Bienvenida Ricardo Martínez, una joven de Montecristi,
hija de Buenaventura Ricardo Heureaux (primo de Ulises Heureaux Lebert y tío de Joaquín
Balaguer Ricardo). Un año más tarde conoció a María de los Ángeles Martínez Alba, conocida
como «la Españolita» y tuvo un romance extramarital con ella. De esta relación nació Rafael
Leonidas (Ramfis), el 5 de junio de 1929. Según una publicación de Jesús de Galíndez, Ramfis
no era hijo de Trujillo, sino de un cubano llamado Rafael Dominici con quien María Martínez
estaba casada en el momento que este nació. La publicación nunca se desmintió quedando
todo como un misterio.
Se divorció de Bienvenida Ricardo en 1935, alegando que esta no podía darle hijos. Más tarde,
en 1936, procreó con Bienvenida a Odette. Tuvo dos hijos más con María Martínez; Angelita
Trujillo nacida en París el 10 de junio de 1939, y Rhadamés Leonidas Trujillo, nacido el 1 de
diciembre de 1942. Ramfis y Rhadamés fueron nombres tomados de personajes de la ópera
Aida de Giuseppe Verdi.
En 1937, Trujillo conoció a Lina Lovatón Pittaluga, una joven de la clase alta con quien mantuvo
una relación extramarital y con la que procreó dos hijos: Yolanda, nacida en 1939, y Rafael,
nacido el 20 de junio de 1943.
A pesar de no ser aficionado al béisbol, Trujillo utilizó el deporte que era la pasión de los
dominicanos como herramienta de seducción para sus fines reeleccionistas. Trujillo invitó a
muchos beisbolistas negros de los EE. UU., donde no podían jugar con libertad por la
discriminación de la época. Leroy Robert "Satchel" Paige, un jugador de la liga del negro, viajó
al Caribe y América Latina, donde los equipos estaban integrados. Lanzó para un equipo
organizado por Trujillo, quien estaba tratando de ganar popularidad, por lo que creó el Equipo
Ciudad Trujillo. Le llegó a pagar a Paige hasta 30 000 dólares para que ganara el campeonato
dominicano. Paige huyó de la República Dominicana con sus compañeros de equipo tras el
cobro, por temor a represalias por parte de los enemigos de Trujillo.
Trujillo fue una persona dinámica y saludable. Médicamente, gozó de buena salud en general,
pero sufrió de crónicas infecciones urinarias y, más tarde, problemas de próstata. En 1934, el
doctor Georges Marion fue llamado desde París para realizarle tres procedimientos urológicos
a Trujillo.
Con el tiempo Trujillo adquirió numerosos bienes. Su lugar favorito era «La casa de Caoba»,
cerca de San Cristóbal, y una casa en la playa de Najayo. Otros lugares de su propiedad que
rara vez frecuentó, fueron Santiago, Constanza, La Cumbre, San José de las Matas, y muchos
más. Además, tenía un penthouse en el hotel Embajador, en Santo Domingo.
Aunque Trujillo era nominalmente católico frente al público, su real devoción fueron las
supersticiones.
Patrimonios adquiridos
Trujillo utilizó el método de adquirir propiedades, fincas y otros negocios lucrativos a precios
bajísimos fruto de la presión política. Esto fue fuente de preocupación para los sectores de la
clase alta e inversionistas, que se aterrorizaban cuando Trujillo se interesaba en alguno de sus
bienes. De estas y otras maneras Trujillo se adueñó de todo y mientras veía a la República
Dominicana básicamente como un feudo privado, suyo y de su familia.
Trujillo y su familia amasaron una enorme riqueza. Adquirió propiedades incluyendo tierras
ganaderas a gran escala y se vinculó a la producción de carne y leche, operaciones que pronto
evolucionaron hacia el monopolio. Otras industrias de su propiedad fueron: azúcar, sal, tabaco,
madera y lotería. Ya para 1937, el ingreso anual de Trujillo rondaba el millón y medio de
dólares y en 1940 ya se había adueñado de la mayoría de las empresas dominicanas, creando
un monopolio en el país. Para 1960 era dueño del 60% de la industria azucarera dominicana.
Llegó a acumular una fortuna personal estimada en unos 800 millones de dólares, lo cual lo
colocó entre los 6 hombres más ricos del mundo. En el momento de su muerte, en el país
había más de 111 empresas de su propiedad.
De distintas maneras, logró concentrar a lo largo de su vida una gran parte de la economía
dominicana en sus manos. Como ejemplo tenemos:
Sal. En 1931 se adueñó de la producción y venta de sal. Esto le reportaba unos 400 000 pesos
netos anuales.
Carne, las que le proporcionaban ingresos anuales de unos 500 000 pesos.
Arroz. Prohibió la importación de arroz y sólo permitió el consumo del arroz criollo que
distribuía una de sus empresas personales.
Central Lechera.
Ingenios Esperanza, Porvenir, Ozama, Amistad, Monte Llano, Barahona, Consuelo, Quisqueya,
Boca Chica, Las Pajas, Santa Fe, Catarey y Río Haina.
Licorera La Altagracia.
Molinos Dominicanos.
Fábrica de Vidrio.
Caribbean Motors.
Ferretería Read.
Periódico La Nación.
Industria Caobera.
Aserradero Santelises.
Naviera Dominicana.
Industrias Nigua.
. Radio Caribe (desaparecida) . Periódico El Caribe . Radio HIN Tv (Rahintel)
Culto a la personalidad
Una de las piedras angulares del régimen de Trujillo lo constituyó el culto a su persona. En
1936, a sugerencia de Mario Fermín Cabral, el Congreso aprobó por abrumadora mayoría
cambiar el nombre de la capital Santo Domingo a Ciudad Trujillo. La provincia de San Cristóbal
fue renombrada como "Provincia Trujillo", y el pico más alto del país, el pico La Pelona Grande
(hoy Pico Duarte), fue renombrado "Pico Trujillo" en su honor.
Las estatuas de "El Jefe" fueron producidas en masa y erigidas en toda la geografía del país, y
los puentes y edificios públicos también fueron nombrados en su honor. Los periódicos del país
escribían elogios para Trujillo, como parte de la portada, y en las matrículas vehiculares se
incluyó el lema "¡Viva Trujillo!". En la capital del país se erigió un letrero de neón con el lema
"Dios y Trujillo".[cita requerida]
Con el tiempo, incluso las iglesias fueron conminadas a publicitar el lema "Dios en el cielo,
Trujillo en la tierra". Conforme pasó el tiempo, el orden de la frase se invirtió a "Trujillo en la
Tierra, Dios en el Cielo".
Trujillo llegó a ser recomendado para el Premio Nobel de la Paz por sus admiradores, pero el
comité rechazó la sugerencia. Cuando Trujillo recibía (o llamaba) a un visitante, sus cuatro
guardaespaldas disparaban hacia arriba. Obligó a los intelectuales a escribir libros para
después atribuirse su autoría. Además, se adjudicó varios títulos honoríficos, tales como:
Doctor, Licenciado, Padre de la Patria Nueva, Benefactor de la Patria, Protector de la Iglesia y
muchos más. Para entrar en la universidad había que rendirle pleitesía y para graduarse en la
misma fue requisito indispensable hacer confesión pública de fe trujillista.[cita requerida]
Feria de la Paz
El 20 de diciembre de 1955 fue inaugurado un evento para celebrar los 25 años de la obra de
gobierno de Trujillo denominado la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, donde
fue coronada una de sus hijas como Angelita I, con un vestido que costó alrededor de 80 mil
dólares. Además los organizadores de la feria proclamaron a la esposa de Trujillo, en esos
momentos María Martínez Alba, como "escritora y filósofa", a pesar de que era semi-
analfabeta.
La feria le costó al Estado más de 30 millones de dólares, casi un tercio del presupuesto
nacional de aquel tiempo. Ese gasto desproporcionado provocó una crisis económica de la que
el régimen no se recuperó jamás.
Condecoraciones