El poema describe el profundo amor del autor por una mujer que ha muerto. El poeta piensa constantemente en ella y su recuerdo lo atormenta. Aunque desea olvidarla y escapar de su pasión, su amor por ella es más fuerte. El poeta queda atrapado en la agonía de un amor no correspondido.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
322 vistas3 páginas
El poema describe el profundo amor del autor por una mujer que ha muerto. El poeta piensa constantemente en ella y su recuerdo lo atormenta. Aunque desea olvidarla y escapar de su pasión, su amor por ella es más fuerte. El poeta queda atrapado en la agonía de un amor no correspondido.
El poema describe el profundo amor del autor por una mujer que ha muerto. El poeta piensa constantemente en ella y su recuerdo lo atormenta. Aunque desea olvidarla y escapar de su pasión, su amor por ella es más fuerte. El poeta queda atrapado en la agonía de un amor no correspondido.
El poema describe el profundo amor del autor por una mujer que ha muerto. El poeta piensa constantemente en ella y su recuerdo lo atormenta. Aunque desea olvidarla y escapar de su pasión, su amor por ella es más fuerte. El poeta queda atrapado en la agonía de un amor no correspondido.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3
"YO PIENSO EN TI" (José Batres Montufar)
Yo pienso en ti, tú vives en mi mente
sola, fija y sin tregua a toda hora aunque talvez el rostro indiferente no deje reflejar sobre mi mente la llama que en silencio me devora. En mi lóbrega y yerta fantasía brilla tu imagen apacible y pura como el rayo de luz que el sol envía a través de una bóveda sombría Callado inerte y sin estupor profundo mi corazón se embarga y se enajena y allá en su centro vibra moribundo cuando en vano el estrépito del mundo la melodía de su nombre suena... Sin lucha...sin afán y sin lamento sin agitarme, en ciego frenesí... sin proferir un leve acento las largas horas de la noche cuento Y PIENSO EN TI..... Mostrate Yo pienso en ti Fabiana quiso compartir su poesía con nosotros Vos también podés enviarnos la tuya!! Yo pienso en ti Yo pienso en ti, tú vives en mi mente, sola, fija, sin tregua, a toda hora, aunque tal vez el rostro indiferente no deje reflejar sobre mi frente la llama que en silencio me devora.
En mi lóbrega y yerta fantasía
brilla tu imagen apacible y pura, como el rayo de la luz que el sol envía a través de una bóveda sombría al roto mármol de una sepultura.
Callado, inerte, en estupor profundo,
mi corazón se embarga y se enajena, y allá en su centro vibra moribundo cuando entre el vano estrépito del mundo la melodía de su nombre suena.
Sin lucha, sin afán y sin lamento,
sin agitarme, en ciego frenesí, sin proferir un sólo, un leve acento, las largas horas de la noche cuento y pienso en ti! "Nocturno a Rosario" Por Manuel Yo quiero que tú sepas Acuña(1849-1873) que ya hace muchos días Pues bien, yo necesito estoy enfermo y pálido decirte que te adoro, de tanto no dormir; decirte que te quiero que ya se han muerto todas con todo el corazón; las esperanzas mías; que es mucho lo que sufro, que están mis noches negras, que es mucho lo que lloro, tan negras y sombrías que ya no puedo tanto, que ya no sé ni dónde y al grito que te imploro se alzaba el porvenir. te imploro y te hablo en nombre ¡Que hermoso hubiera sido de mi última ilusión. vivir bajo aquel techo. De noche cuando pongo los dos unidos siempre mis sienes en la almohada, y amándonos los dos; y hacia otro mundo quiero tú siempre enamorada, mi espíritu volver, yo siempre satisfecho, camino mucho, mucho los dos, un alma sola, y al fin de la jornada los dos, un solo pecho, las formas de mi madre y en medio de nosotros se pierden en la nada, mi madre como un Díos! y tú de nuevo vuelves ¡Figúrate qué hermosas en mi alma a aparecer. las horas de la vida! Comprendo que tus besos ¡Qué dulce y bello el viaje jamás han de ser míos; por una tierra así! comprendo que en tus ojos Y yo soñaba en eso, no me he de ver jamás; mi santa prometida, y te amo, y en mis locos y al delirar en eso y ardientes desvaríos con alma estremecida, bendigo tus desdenes, pensaba yo en ser bueno adoro tus desvíos, por ti, no más por ti. y en vez de amarte menos Bien sabe Díos que ése era te quiero mucho más. mi más hermoso sueño, A veces pienso en darte mi afán y mi esperanza, mi eterna despedida, mi dicha y mi placer; borrarte en mis recuerdos ¡bien sabe Díos que en nada y huir de esta pasión; cifraba yo mi empeño, mas si es en vano todo sino en amarte mucho y mi alma no te olvida, en el hogar risueño ¡qué quieres tú que yo haga que me envolvió en sus besos pedazo de mi vida; cuando me vio nacer! qué quieres tú que yo haga Esa era mi esperanza... con este corazón! mas ya que a sus fulgores Y luego que ya estaba? se opone el hondo abismo concluido el santuario, que existe entre los dos, la lámpara encendida ¡adiós por la última vez, tu velo en el altar, amor de mis amores; el sol de la mañana la luz de mis tinieblas, detrás del campanario, la esencia de mis flores, chispeando las antorchas, mi mira de poeta, humeando el incensario, mi juventud, adiós! y abierta allá a lo lejos la puerta del hogar... José Martí La niña de Guatemala Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor: la niña de Guatemala, la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda y de jazmín; la enterramos en una caja de seda...
Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor; él volvió, volvió casado; ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
obispos y embajadores; detrás iba el pueblo en tandas, todo cargado de flores...
Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador; él volvió con su mujer, ella se murió de amor.
Como de bronce candente,
al beso de despedida, era su frente -¡la frente que más he amado en mi vida!...
Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor; dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos: besé su mano afilada, besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer, me llamó el enterrador; nunca más he vuelto a ver a la que murió de amor.