Educacion Mbiental
Educacion Mbiental
Educacion Mbiental
El proceso de sociabilización por el cual una persona asimila y aprende conocimientos recibe el
nombre de educación. Los métodos educativos suponen una concienciación cultural y conductual
que se materializa en una serie de habilidades y valores.
Se conoce como medio ambiente o ambiente natural al entorno que incluye al paisaje, la flora, la
fauna, el aire y el resto de los factores bióticos y abióticos que caracterizan a un determinado lugar.
Cuando se estudia y se trabaja dentro de este tipo de educación se gira en torno a cuestiones que
se consideran que son fundamentales para conseguir proteger nuestro entorno natural y para lograr
así también una mejor calidad de vida. En este sentido, uno de los ejes de la citada educación
ambiental es el conjunto de las llamadas energías renovables, gracias a las que cuales se intenta
reducir la contaminación, disponer en todo momento de fuentes de energía y hacer uso de los
recursos naturales para contar con ella. La solar, la térmica, la eólica o la fotovoltaica son algunos
de esos tipos de energías renovables que cada vez se están haciendo más presentes en todo el
mundo ya que las mismas no tienen problema de acabarse pues utilizan como fuente tanto el Sol
como el viento, por ejemplo.
Este tipo de educación debe tener en cuenta las distintas dinámicas sociales, culturales y
económicas que hacen a la vida de una comunidad. El modelo de consumo y los métodos de
producción suelen tener un impacto directo sobre el ecosistema y son las principales cuestiones que
deben modificarse para alcanzar el desarrollo sostenible.
OBJETIVOS
Los objetivos de la educación ambiental pueden ser clasificados en tres grupos:
La Educación Ambiental debe entenderse como un proceso de aprendizaje que tiene como
propósito facilitar la comprensión de las realidades del ambiente, del proceso socio histórico que
ha conducido a su actual deterioro; y su finalidad es la de generar una adecuada conciencia de
dependencia y pertenencia del individuo con su entorno, que se sienta responsable de su uso y
mantenimiento, y que sea capaz de tomar decisiones en este plano.
La educación ambiental está dirigida a promover la adopción de un modo de vida compatible con
la sostenibilidad, y para lograr esta aspiración, es imprescindible elevar el nivel de conocimiento e
información, de sensibilización y concientización de los ciudadanos, científicos, investigadores,
gobiernos, la sociedad civil, instituciones y organizaciones. El desarrollo de actitudes, opiniones y
creencias debe apoyar la adopción sostenida de conductas que guíen a los individuos y a sus
grupos, para que cultiven, fabriquen, compren sus bienes, desarrollen tecnología, etc. de forma
que minimicen la degradación del paisaje y/o características geológicas de una región, la
contaminación del aire, agua o suelo, y las amenazas a la biodiversidad.
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS:
El término Educación Ambiental, tiene su origen a fines de la década de los años 60 y principios de
los años 70, período en que se muestra más claramente una preocupación global por las graves
condiciones ambientales en el mundo, por consiguiente, “la educación ambiental es hija del
deterioro ambiental”.
Sin negar de ninguna manera el surgimiento de la educación ambiental desde la época antigua,
situaremos sus orígenes en los años 70, debido a que en este período empieza a ser tomada en
cuenta con mayor fuerza en diversos foros a nivel mundial; aunque antes ya se habían dado
algunas experiencias de manera aislada y esporádica.
Este evento convocó a 1,200 delegados de 110 países. Como producto se obtuvo La Declaración de
Estocolmo, que fue aprobada durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente Humano.
Se aprobó una declaración final de 26 principios y 103 recomendaciones, con una proclamación
inicial de lo que podría llamarse una visión ecológica del mundo.
Los objetivos definidos de educación ambiental en ese evento, siguen en plena vigencia y son:
TOMA DE CONCIENCIA: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir mayor sensibilidad y
conciencia del ambiente en general y de sus problemas conexos. Conocimientos: ayudar a las
personas y grupos sociales a adquirir una comprensión básica del ambiente en su totalidad, de los
problemas conexos y de la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una
responsabilidad crítica.
ACTITUDES: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir valores sociales y un profundo
interés por el ambiente, que les impulse a participar activamente en su protección y
mejoramiento.
APTITUDES: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias para
resolver problemas ambientales.
CAPACIDAD DE EVALUACIÓN: ayudar a las personas y grupos sociales a evaluar las medidas y los
programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, económicos,
sociales, estéticos y educacionales
Evento organizado por la UNESCO, en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA).
•Dirige un llamamiento a los Estados Miembros para que incluyan en sus políticas de educación
medidas para incorporar contenidos, direcciones y actividades ambientales.
Organizada por las Naciones Unidas; en ella se propone la definición de educación ambiental como
“un proceso permanente en el cual los individuos y las comunidades adquieren conciencia de su
medio y aprenden los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la
determinación que les capacite para actuar individual y colectivamente en la resolución de los
problemas ambientales presentes y futuros” Ahí surge la propuesta de una estrategia
internacional para la acción en el campo de la Educación y Formación Ambiental para los años
1990 - 1999. En el documento derivado de esta reunión se mencionan como las principales causas
de la problemática ambiental a la pobreza y al aumento de la población, menospreciando el papel
que juega el complejo sistema de distribución desigual de los recursos generados por los estilos de
desarrollo acoplados a un orden internacional desigual e injusto, observándose en dicho
documento una carencia de visión crítica hacia los problemas ambientales.
e. CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE Y EL
DESARROLLO (RÍO DE JANEIRO, 1992)
Conocida como “Cumbre de la Tierra”, en ella 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y de
Gobierno, aprobaron tres grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: el Programa 21,
un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de principios en los que se definían los derechos
civiles y obligaciones de los Estados, y una Declaración Principios Relativos a los Bosques,
directrices para la ordenación más sostenible de los bosques en el mundo.
Se abrieron a la firma, además, dos instrumentos con fuerza jurídica obligatoria: la Convención
Marco sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Al mismo tiempo, se iniciaron negociaciones con miras a una Convención de Lucha Contra la
Desertificación, que quedó abierta a la firma en octubre de 1994 y entró en vigor en diciembre de
1996.
En esta Cumbre de la Tierra se emitieron varios documentos, entre los cuales es importante
destacar la Agenda 21, que contiene una serie de tareas a realizar hasta el siglo XXI; el capítulo 36
de esta agenda se dedica al fomento de la educación, capacitación, y la toma de conciencia;
establece tres áreas de programas: La reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible,
el aumento de la conciencia del público, y el fomento de la capacitación.
Fue organizado por la Universidad de Guadalajara (U. de G.), con el apoyo del Programa de las
Naciones Unidas (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO). En este evento se planteó con relevancia la necesidad de que las
Instituciones de Educación Superior de la región iberoamericana, ofrecieran posgrados de alto
nivel académico en educación ambiental.
Otras reuniones celebradas en diferentes partes del mundo de manera paralela a las señaladas
fueron: Chosica, Perú 1976; Managua 1982; Cocoyoc, México 1984; Caracas 1988; Buenos Aires
1988; Brasil en 1989 y Venezuela 1990.
Los gobiernos de los países se reunieron en junio 1997 en Nueva York para hacerse una pregunta
fundamental al final del milenio: ¿Qué logramos cinco años después de la Cumbre de la Tierra?
(Rio 1992). En Río, 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y de Gobierno, aprobaron tres
grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: el Programa 21, un plan de acción mundial
para promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, un conjunto de principios en los que se definían los derechos civiles y obligaciones de
los Estados, y una Declaración de principios relativos a los bosques, serie de directrices para la
ordenación más sostenible de los bosques en el mundo.
Conocida también como “II Cumbre de la Tierra”, donde se reunieron miles de participantes,
incluyendo jefes de Estado y de Gobierno, delegados nacionales y dirigentes de las Organizaciones
No Gubernamentales (ONG), empresas y otros grupos principales, con el objetivo de centrar la
atención del mundo y la acción directa en la resolución de complicados retos, tales como la mejora
de la calidad de vida de los ciudadanos y la conservación de nuestros recursos naturales en un
mundo en que la población crece cada vez más, aumentando así la demanda de alimentos, agua,
vivienda, saneamiento, energía, servicios sanitarios y seguridad económica.
Nuestro país es uno de los pioneros en educación ambiental formal en América Latina, algunos
hitos importantes así lo demuestran:
En 1976, se llevó a cabo el Taller Sub Regional de América Latina en Educación Ambienta para
Educación Secundaria, como una acción preparatoria a la Conferencia de Tbilisi.
Entre los años 1981 y 1983, se desarrollaron diversas experiencias piloto en educación Ambiental
que sirvieron de sustento para la creación del Comité Técnico Permanente de Educación
Ambiental. Este comité desarrolló importantes acciones como el Seminario Nacional Intersectorial
sobre educación ambiental, donde se inició la elaboración de los lineamientos para una política de
educación ambiental.
Entre los años 1984 y 1987, a través de una alianza entre el Ministerio de Educación y El Ministerio
de Agricultura, se ejecutó el Programa de Educación Forestal, dirigido principalmente a escuelas
andinas, y entre los años 1988 y 1995, se desarrolló el Programa de Educación Ecológica para
Escuelas Rurales, que permitió desarrollar una propuesta curricular ambiental apoyada en
sistemas agroecológicos productivos que articulan escuela con comunidad.
Entre los años 1988 y 1999, el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional del Ambiente
implementaron el Proyecto GLOBE, que permite el uso de tecnología de procesamiento de datos
de información ambiental global y reportar observaciones e imágenes locales, recursos
pedagógicos muy importantes que no fueron asumidos por los programas tecnológicos del
Ministerio de Educación.
Entre el 2001 y el 2003, la Oficina de Tutoría y Prevención Integral del MINEDU desarrolló el
Programa de Protección del Medio Ambiente y Prevención de Desastres, y bajo la responsabilidad
de su Área de Prevención de Desastres, desarrolló actividades de capacitación en temas
ambientales, organización de brigadas ecológicas en instituciones educativas y elaboró materiales
para inicial y primaria.
En enero del 2003, se inició el Programa de Educación Ambiental (PEA) dependiente del Vice
Ministerio de Gestión Pedagógica, no encontrándose en la estructura orgánica ni contando con
presupuesto. Luego, en el año 2004, por disposición de este Vice Ministerio, pasó a depender de la
Dirección de Educación Secundaria y Superior, pese a tener carácter transversal.
En el 2005, el PEA lanzó la primera actividad de alcance nacional sobre educación ambiental en las
instituciones educativas, la Campaña Nacional “Escuelas Limpias y Saludables”. Se aprobó el Plan
Estratégico de Educación Ambiental 2005 – 2010 y se sentaron las bases para su
institucionalización.
A partir del 2008, la DIECA profundizó su acción intersectorial, consolidando su alianza con el
Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente, extendiendo su accionar a otros sectores y
Gobiernos Regionales y Locales; ello permitió la institucionalización de la Estrategia Nacional de
Aplicación del Enfoque Ambiental denominada “Instituciones Educativas para el Desarrollo
Sostenible” que cuenta con un marco conceptual, de política y normativa, componentes y líneas
de acción, sistema de evaluación de logros y de reconocimiento a nivel local, regional y nacional.
La implementación de esta estrategia ha permitido que al año 2010, unas 18,000 instituciones
educativas del país hayan reportado la aplicación del enfoque ambiental, de las cuales, el 13% ha
obtenido logros destacados.
En el año 2009, se realizaron los primeros congresos regionales de educación ambiental en el país,
que dieron marco motivador para la ejecución del I Congreso Peruano de Educación Ambiental en
noviembre del 2010, donde tuvo destacada labor la Red Nacional de Educación Ambiental. Este
congreso constituyó un hito histórico en el camino de fortalecimiento de la educación ambiental
en el Perú.
En el 2010, delegados estudiantiles de varias regiones del país, de instituciones educativas con
logros destacados, participaron de la Conferencia Internacional Infanto Juvenil “Cuidemos el
Planeta” realizado en Brasilia; experiencia importante y de reconocimiento a nuestras escuelas
que destacaron en la aplicación del enfoque ambiental.
Diversos Gobiernos Regionales y Locales del país han aprobado sus Políticas Regionales de
Educación Ambiental, ejecutan actividades y proyectos de educación ambiental y fortalecen las
instancias de gestión para la educación ambiental. Aparece la primera “Unidad de Educación
Comunitaria y Ambiental” en la estructura orgánica de la DRE del Cusco y una gran mayoría de DRE
y UGEL del país se cuenta con especialistas encargados de educación ambiental.
UNICEF desarrolla desde el 2009, en alianza con la DIECA, un proyecto para el fortalecimiento de la
educación en gestión del riesgo y la cultura de prevención en instituciones educativas del Callao,
Apurímac, Ayacucho, Ucayali, Amazonas y Cusco, y en esa misma línea, la UNESCO desarrolla un
proyecto en La Libertad, Lima provincias y Callao.
En el 2011, y luego de un largo trabajo interinstitucional, se aprobó el Plan Nacional de Acción
Ambiental 2012-2021 con Decreto Supremo Nº 014-2011-MINAM, que precisa la acción
estratégica y las metas de la aplicación del enfoque ambiental en las instituciones educativas de la
Educación Básica, con lo que el país planifica y traza sus metas nacionales en relación a la
educación ambiental, lo que implica responsabilidades del Estado peruano en el cumplimiento de
estas metas.
Existe un 74% de I.E. que no reportan acciones de la aplicación del enfoque ambiental, conforme
se aprecia en el cuadro. Revertir esta situación constituye el reto histórico de la educación
ambiental.
Así mismo, realizado el análisis del nivel de logro alcanzado por las I.E. que reportaron ejecución
de acciones del enfoque ambiental en el año 2010, se concluye que un 13% (2,431 I.E.) obtienen
“logro destacado”, un 30% obtiene “logro previsto”