Via Crucis Viviente
Via Crucis Viviente
Via Crucis Viviente
Guía 1: Hermanos, nos preparamos para iniciar la meditación del Vía Crucis
acompañando al Señor en su camino de cruz, con la certeza de que este
camino nos conduce a la Resurrección, centro de nuestra fe y de nuestra
vida. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Guía 1: Te damos gracias, Padre, porque el misterio de la Pasión de tu Hijo
nuevamente nos reúne como comunidad orante. Que al compartir este
recorrido juntos nos anime a ser testigos de tu amor redentor en nuestro
barrio. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
TODOS: Amén.
Canción:
1° Estacion “Jesús es condenado a muerte”
Te adoramos Cristo y te bendecimos.
Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo
Guía 1: El pueblo gritó ¡crucifícalo! Y Pilato cómplice temeroso, se lavó las manos
entregándolo. También hoy hay gritos que pretenden acallar la Buena Noticia, se escuchan
por todos lados grupos que siembran la violencia y el desencuentro.
Hoy Jesús sigue siendo condenado a morir injustamente, tantos jóvenes condenados a muerte,
cayendo en el acoso del bullying, en las drogas, el alcohol, envueltos en tremendas depresiones
y a veces convencidos de que nadie apuesta por ellos.
Es inevitable pensar en lo doloroso que fue para Jesús ser escupido, humillado, pateado, ser el
objeto de burla de todos, ser visto como un ser que denota repudio y desprecio; pero quizás fue
aún más doloroso no ver en los momentos de tempestad a todos sus amigos. Seguramente es
doloroso también para las victimas del bullying ver como sus ‘amigos’ no lo defienden al
momento de los ataques.
Hay quienes hacen la vida imposible a quienes viven su fe de otra manera, a veces con
limitaciones e incoherencias, pero que apenas van caminando en el seguimiento de Jesús y
todavía no están maduros para resistir las persecuciones. Algunos se desaniman, e incluso de
alejan de la Iglesia y hasta de Dios.
… También hoy frente a todo esto hay muchos” pilato” dentro nuestro, que mira hacia otro
lado y se lava las manos.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Canción: Pretorio.
Guía 1: Se acallaron los gritos de la muchedumbre, pero siguen las burlas y las provocaciones de
los soldados hasta que la Cruz es puesta sobre los hombros de Jesús. El madero pesa desde el
primer instante y a pesar de su extrema debilidad, Jesús la recibe.
También yo recibo todos los días una cruz que debo llevar. Y mi cruz no es de madera sino de
pequeñas cosas que forman mi día: trabajo, sufrimientos, enfermedades, incomprensiones,
cansancio, nerviosismos, etc.
La cruz son todos los problemas, y los problemas nadie los quiere. La cruz no es nada dulce, pero
es algo que forma parte de nuestra vida humana. En la cruz está inscripto el dolor del hombre
que Jesús abraza para sanarlo. A veces, el hombre ama más las tinieblas que la luz, porque está
apegado a sus pecados. Sin embargo, sólo abriéndose a la luz, y sólo confesando con franqueza
las propias culpas a Dios, es que se encuentra la verdadera paz y la verdadera alegría.
No creo Señor, que te pueda prometer que buscaré la cruz a lo largo de mi vida, pero lo que sí
te prometo es que intentaré llevarla cuando me la envíes Tú.
Quiero recordar las palabras del Evangelio: "Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo,
tome su cruz de cada día y sígame".
Guía 2: Señor que en este viernes santo, podamos con amor sanar y aliviar a los que sufren, a
quienes están solos, a los que buscan, a los que están excluidos. Enséñanos y danos fuerzas para
cargar con nuestra cruz, una cruz de madera, una cruz sin brillo, una cruz que a veces se hace
insoportable pero contigo, Señor, podemos abrazarla y llevarla con amor.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
CANTO: Las heridas.
Guía 2: Dios, Padre de misericordia, que en Jesús nos manifiestas la inmensidad de tu amor,
fortalécenos, para superar las caídas, aprender de ellas y ponernos nuevamente en el camino de
la fe, de la esperanza y de la caridad.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdón e indulgencia, perdón y
piedad”
Canción: Salmo 18.
Guía 1: La Virgen Madre, está en el camino de su Hijo, desde aquel Si incondicional sabias
que una espada te atravesaría el corazón… seguramente aquella frase que despertó
desconcierto ahora tiene sentido pleno. La espada del dolor, de la madre que ve padecer a la
vida de sus entrañas. María acompaña a su Hijo, en el camino más fuerte que puede tener una
madre que es el de contemplar el final de su hijo. No hay dolor más fuerte ni más grande.
Entre tanto odio y desprecio, Cristo encuentra una mirada de bondad, un corazón lleno de
ternura: María, su Madre.
Con esa mirada Cristo se sintió aliviado y renovando sus fuerzas pudo seguir su camino.
Toda persona tiene un camino para recorrer. Y en ese caminar se necesitan muchas veces
miradas buenas que alienten a proseguir la marcha. ¿Soy yo una de esas personas que animan a
seguir caminando, luchando o sufriendo?
Nos unimos al dolor de tantas madres del mundo, que ven morir a sus hijos por el hambre, la
droga, las enfermedades, que ven morir a sus hijos ante la falta de ilusiones y de oportunidades.
Madres dolorosas del mundo, corazones partidos por el dolor. Mujeres fuertes que acompañan
hasta el final sin pasar facturas. Mujeres libres, sensibles y dolorosas, como María, nuestra
Madre.
Guía 2: También hoy en seguramente, en tu encuentro eterno con tu Hijo, las miradas se
encuentran en el dolor de tantos padres y madres angustiados, en tantos hijos destrozados, en
tantas personas abandonadas, en tantos niños humillados por el hambre, la guerra, la desidia
humana. ¡Vuelve a nosotros tu rostro madre y muéstranos en ellos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre!
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdón oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Canción: Reina Mia.
Guia 2: Señor, mándanos cirineos que nos ayuden, vocaciones de hombre y mujeres para estar
cerca de los jóvenes, a veces en los peores momentos de su vida. Y que en medio del mundo, tu
Iglesia de testimonio de frescura, entrega, sencillez y alegría. Iglesia samaritana, misionera y
cirenea. Tu comunidad, tu pueblo, tu gente Impúlsala con tu amor a servir. Gracias, Señor, por
todos los cirineos que pusiste en mi camino y que me enseñaron y ayudaron a vivir la vida desde
el Amor de Dios y el servicio de los hermanos.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Guía 2. Señor bendice y multiplica las “verónicas” que recorren nuestros barrios, las verónicas
escondidas en el corazón de los voluntarios, de los misioneros, de los que donan su tiempo en
Caritas, los hogares, los hospitales, las cárceles, los que recorren las calles de nuestros barrios
más pobres, los que se las ingenian para dar de comer a los que no tiene, los que llevan cultura
y alegría, los que se van a otros pueblos arrasados a llevar un poco de esperanza.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Guía 1. Es la segunda vez que has caído en el camino de la Cruz. Esta vez te costará más
levantarte. El peso de esa cruz se te hace cada vez más pesado. Pero te esfuerzas y pronto estás
de nuevo en pie, para continuar tu marcha, la marcha que te llevará a tu muerte y a nuestra
salvación. Es verdad que los jóvenes somos a veces frágiles. Todos los que caminamos, podemos
caer. Yo también caigo por causa de mí debilidad, por mi fragilidad, por no saber resistir. Pero,
después de alguna falla, si alguien me da una mano, puedo volver a levantarme. ¿Tengo yo esa
actitud de bondad y de amor frente al que ha fallado o se encuentra desesperado por su
situación?
Jesús sigue cayendo hoy. Cae con el joven que se droga… Y nosotros no caemos en la cuenta de
como tantos están cayendo.
Guía 2: Señor, también nosotros como Pedro, asustados y cobardes te negamos. Caemos bajo el
peso de la duda, del que dirán, de la comodidad y de la pereza. También nosotros muchas veces
nos dejamos corromper por el facilismo. También nosotros somos como aquellos que
señalamos….Señor ofrécenos tu mano para nuestras caídas. Ordénanos con la misericordia de tu
amor ¡Levántense!
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Canción: Como el hijo prodigo.
8° Estacion Jesús Consuela a las mujeres de Jerusalén.
Guía 1. Las mujeres salen al paso de Jesús y lloran por lo que ven y no quisieran ver. Jesús las
mira con compasión y sabe que no será el único dolor que hallaran en el camino.
Ser joven no puede significar estar hundido y pasando a veces por noches oscuras. Necesitamos
encontrar en la Cruz el rostro de Cristo crucificado que nos enseña a descubrir el sufrimiento de
tantos hermanos nuestros que caminan a nuestro lado. El mundo de los jóvenes de hoy busca el
consuelo fácil. A veces a costa de la verdad. La Iglesia desde la realidad y la verdad nos ofrece el
verdadero consuelo que alma nuestra sed y nos abre a la esperanza en la vida diaria al
contemplar el rostro del que tiene siempre abierto el Corazón.
Guía 2. Jesús, también hoy en el camino de la cruz, hay muchas mujeres humilladas y
violentadas, las marginadas y sometidas a prácticas indignas, a la locura de la violencia de
género, las mujeres solas y abandonadas ante su maternidad, las madres adolescentes, las
madres que no quieren serlo, las madres judías y palestinas, las madres de Siria, y las de todas
las tierras en guerra, a las madres del dolor, las mujeres victimas de la trata, las viudas y las
ancianas olvidadas por sus hijos... Ellas testimonian un mundo árido y cruel que necesita el don
de la ternura y de la compasión. Danos la fuerza de consolar sus lágrimas comprometiéndonos
en el trabajo por la justicia.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Guía 1: Es la última caída, ante tantas contradicciones, el peso vuelve a vencer la humanidad de
Jesús, falta muy poco, apenas unos pasos para la entrega definitiva. Por eso, se pone de pie
para volver abrazar el pecado del hombre y redimirlo en la Cruz de la donación total.
La fragilidad de los jóvenes a veces también es fuente de humildad y esperanza. San Pablo decía
que todo lo podía en Aquél que nos conforta, y decía algo más luminoso, aunque misterioso:
“porque cuando soy débil entonces soy fuerte”. ¿Qué quería decir? Que con Cristo todo lo
podemos quiere decir que nuestra fragilidad viviendo con fe se puede convertir en fuente de
esperanza. Porque es verdad que Cristo y yo es igual a mayoría aplastante. Sólo hay que
levantarse y confiar en Aquél que nunca nos abandona.
Perdón Señor, Pecamos contra Ti.
Guía 1. Se reparten tus vestidos y echan a suerte el manto de Jesús. Él hijo de Dios que llegó al
mundo sin nada, para compartir la pobreza con los humildes, es despojado de todo, ultrajando
su dignidad.
¡Cuántos jóvenes despojados de trabajo, de la dignidad más elemental, de ver sus derechos
pisoteados, de tanta instrumentalización ideológica! Jesús se despoja de las vestiduras y lo
presentan sin nada, sólo con su Amor al Padre y a todos, y con su Verdad proclamada a los
cuatro vientos. Nos lo ha dado todo. Se ha despojado hasta de su Madre, que nos la entregará
como Madre nuestra. En su Corazón sólo hay un deseo de “amar hasta el extremo”.
Guía 2: Señor ¡que necios somos! También frente a nosotros los pobres son despojados de lo
necesario para subsistir, los jóvenes son echados a la suerte por los mercaderes de la droga y el
consumo y por un sistema que los excluye, los niños son despojados de su inocencia por una
sociedad que no entiende de valores y de personas que “entendiendo”, han corrompido su
corazón. ¡Señor en cada uno de ellos es ultrajada tu dignidad, la misma que vive en cada uno de
nosotros y de nuestros hermanos! Por las faltas a la dignidad humana y a sus derechos.
Señor, despójanos de todo lo que nos aparte de Ti, no dejes que caigamos en la tentación de la
desesperanza, de instalarnos en la queja. Despójanos del pecado que nos aparta de Ti, de la
tristeza inmensa de una vida vivida sin Dios
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdón oh Dios mío, Perdón e indulgencia, perdón y
piedad”
Canción: Jesus de las 7 palabras.
Ladrón Gestas: ¡Que no te llamabas ser el Hijo de Dios!, entonces sálvate a ti mismo, y nos salvas
también a nosotros.
Ladrón Dimas: No tienes temor a Dios, tú que estás en el mismo suplicio, nosotros si merecemos
esta condena y paganos por lo que hemos hecho, pero éste hombre no ha hecho nada malo.
Jesús… Jesús acuérdate de mi cuando entres en tu Reino… (Mirando a Jesús y pausadamente)
Jesús: En verdad, en verdad te digo, que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.
Narrador: La Madre piadosa estaba junto a la cruz y lloraba mientras el Hijo clavado en la cruz;
traspasada y dolorosa viendo a su Hijo al que más amaba
Nota: Se acerca María y Juan al pie de la cruz. Y dice Maria:
GUIA: Jesús es clavado en el madero. La cruel fuerza de un soldado, perfora con los clavos las
manos y los pies del Señor. A su lado un ladrón arrepentido y otro que no puede
comprender…Al pie de la cruz, mientras los soldados se repartían entre sí los haberes materiales
del Divino Crucificado, Él entregaba su preciosa herencia –María Santísima- al discípulo amado,
en un último y supremo gesto de amor filial. Y allí, junto a la cruz, latía el corazón de María, el
más tierno y dulce de todos los corazones, atravesado de dolor por culpa de nuestros pecados.
La presencia de la Virgen aumentaba el sufrimiento de Jesús, aunque también era un consuelo
para El. Pero, a pesar de tanto sufrimiento, María no rechazó la espada que le traspasaba su
pecho. ¿Qué madre, si pudiese, no elegiría morirse en lugar de su hijo?. Pero en estos momentos
dolorosos, la Virgen, vuelve a darnos ejemplo de amor a Dios entregándose totalmente a El,
igual que en la Anunciación, porque esta Madre entregó lo que más quería: su propio Hijo.
Señor, ¡tus manos! Las que sanaron , las que bendijeron, las que consagraron el pan y el vino de
la Amistad, al igual que tus pies que fueron de pueblo en pueblo, predicando la Buena Notica,
ahora están atados a la Cruz. No solo los clavos te sujetan a ella, la abrazas por amor como
signo del misterio de la Salvación. Y a tu lado las dos alternativas para el hombre: Creer, aun
cuando nos asalte la duda, o no creer y burlarse ante lo que nos supera…Acoger tu misericordia
o cerrar el corazón. ¡Vuelve Señor a nosotros tu rostro y perdónanos, tampoco hoy sabemos
bien lo que hacemos. Y que Maria nos haga sentir cuan grande y cuan humilde es este misterio.
Y de los labios de Jesus te recibo como madre, recíbeme tu, como hijo.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Cancion Martillero (vivo)
Narrador: Desde el medio día hasta las tres de la tarde, toda la región, se cubrió de tinieblas.
Jesús con imponderable angustia levantó su cabeza, puso su mirada casi sin luz en el cielo, y con
una voz grande, eco de todas las tristezas; exclamó con amargura infinita:
Guía 1: Jesús no puede más, siente toda la tensión de la humanidad a la hora del dolor y la
ruptura. La muerte duele porque trastoca la esencia misma del hombre que ha sido creado para
la Vida, y en ese momento sublime y supremo, se entrega al Padre, se abandona a su Voluntad
con la infinita confianza que nace del Amor. La tierra y el cielo se conmueven ¡Todo se ha
cumplido!
Guía 2: Señor se doblan nuestras rodillas ante tu entrega y el silencio nos envuelve también a
nosotros. ¡Sí, todo se ha cumplido! (Un breve silencio) A Vos que nos ha reunido para recorrer y
orar el camino de la Cruz, te pedimos nos ayudes a cambiar nuestro corazón frente al
sufrimiento por el cual has dado tu Vida. Que nos conmueva el dolor de la Iglesia perseguida en
el medio oriente, que nos duela la guerra y el terrorismo, que nos duela el fanatismo inútil, que
nos duela el hambre y la desocupación, que nos duelan los hermanos que mueren por las
enfermedades de la pobreza, que nos duela la corrupción que tritura la justicia y la verdad, que
nos duela toda forma de injusticia que avasalla la dignidad humana, que nos duelan los
escándalos de tu Pueblo, que es el nuestro, de modo tal que el dolor hecho compromiso como
el tuyo, transforme la realidad.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Narrador: Al instante de que Jesús murió, el velo del templo se rasgo de arriba abajo, y la tierra
tembló. Los soldados a ver esto, quisieron apurar la crucifixión. El centurión ordeno quebrar las
piernas de los crucificados, pero al llegar a Jesús y notar que este ya estaba muerto, no le
quebró las piernas sino que con la lanza le atreveso su el costado, y al instante broto sangre y
agua. El soldado a ver lo sucedido exclamo:
Centurion: Verdaderamente este Hombre era el Hijo de Dios.
Los soldados bajan a Jesus de la cruz y lo dejan tirado maria se acerca t contempla el cuerpo de
jesus.
Guía 1: Ya todo ha pasado, atrás queda Pedro llorando la traición, Judas desesperado y
ahorcado, los soldados atemorizados abandonando sus puestos, el templo rasgado, la noche que
cubrió la tarde, el pueblo curioso que huyó, y unos pocos poquísimos que se dieron cuenta que
se había dado muerte al Hijo de Dios. Ya todo ha terminado, y ahí al pie de la cruz, tal vez ajena
a todo, queda la Madre y el discípulo amigo.
Guía 2. Señor, los brazos de tu madre te esperan; su corazón también ha sido traspasado y desde
ahora es corredentora. Ella te recibe en sus brazos de mamá, conmovida y entregada. Ahora
Señor, su “Sí” alcanza la plenitud de la generosa fidelidad. No hay palabras que puedan describir
este momento, pero lo intuimos en las partidas dolorosas de tantos hijos que se van
prematuramente, de tantos hijos que no encuentran un rumbo para sus vidas, de tantos hijos
que no llegan a nacer. Que tu Madre, que es la nuestra, nos enseñe a decir “Sì” y a recibirte
siempre en nuestros brazos, sobre todo en el hermano que sufre cualquier tipo de dolor.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
Guía1: Un lugar en la montaña, prestado por José de Arimatea, será el destino transitorio de su
cuerpo. La sábana que lo envuelve el testigo de su victoria. La única lámpara encendida en el
sepulcro de Jesús es la esperanza de la madre, que en ese momento es la esperanza de toda la
humanidad. Por que Jesús lo había anunciado: « Si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
queda infecundo; pero si muere, dará mucho fruto».
Guía 2: Señor, has sido elevado al cielo y ahora la tierra te recibe para que seas fruto de
salvación para todos. La semilla ha sido fecundada en el dolor, pero por sobre todo en el Amor.
La cruz no es el signo de fracaso sino de victoria. La muerte será vencida y la vida será plena en
la mañana nueva de la Resurrección.
Padre Nuestro –Ave María y Gloria “ Perdon oh Dios mio, Perdon e indulgencia, perdón y
piedad”
CREDO
Oración final
Aquí estamos, Señor y esperamos tu victoria. Nos ha dado la Vida, porque confías en nosotros
como amigos. Aguardamos tu triunfo redentor, y te pedimos que venga a nosotros tu Reino:
Para que tu Iglesia, pueblo de Dios sea comunidad de servicio, Para que nuestro país viva en
amistad social, solidaridad y justicia. Para que nuestras familias descubran caminos de amor, de
diálogo y respeto Para que los que están solos, desorientados o sufren el dolor encuentren el
consuelo Para que la fe anime nuestra esperanza y sostenga nuestra caridad En la espera de la
Pascua, queremos ser hombres nuevos, renacer a la gracia y la libertad de los hijos de Dios.
¡Esperamos Señor, el anuncio de la Pascua! para correr como las mujeres a anunciar ¡Ha
resucitado! Amén