Viacrucis D. Antonio Amundarain
Viacrucis D. Antonio Amundarain
Viacrucis D. Antonio Amundarain
Vía Crucis
cuando viereis que mi generosidad flaquea y que la traición Para ganar la indulgencia concedida al rezo del Viacrucis,
me ronda, clavadme y cosedme a mi sacrificio sacerdotal, a por las intenciones del Papa.
fin de que molido en el sacrificio, «panis mundus effíciar». Padrenuestro, Avemaría y Gloria
V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum?
ORACIÓN PARA PEDIR LA BEATIFICACIÓN DEL SIERVO
12ª. ESTACIÓN Jesús muere en la Cruz
¡Morir...! He ahí, Señor, vuestra mayor hazaña... Os hicisteis
mortal para poder morir. Y muriendo Vos, quedó destruida la
DE DIOS D. ANTONIO AMUNDARAIN GARMENDIA
Santa María, Virgen humilde y sencilla, acogedora de
la Palabra de Dios, escucha nuestra súplica confiada:
Sacerdotal
muerte y hecha la Redención; porque “sine sanguinis
effusione non fit remissio». Continuador de vuestro
Te sabemos Medianera poderosa de todas las gracias y
tu ternura maternal la hemos experimentado siempre con el venerable
que hemos acudido a Ti.
Sacerdocio, entre mis ministerios sacerdotales no puede
faltar el de la muerte por Vos y por las almas. Es esta mi Alcánzanos de tu querido Hijo la gracia de que la D. Antonio Amundarain
suprema hazaña. Iglesia declare la santidad heroica del que se llamó tu
El soldado que muere por la Patria es un héroe, el misionero esclavo, ANTONIO AMUNDARAIN, que tanto te amó y
tan gozosamente cantó tus alabanzas.
que sucumbe debajo de una palmera es otro héroe, el
Que esta gracia, Madre Inmaculada, redunde en gloria
Iglesia del Salvador de Toledo
Sacerdote que sucumbe en el sacrificio de su Sacerdocio es
un redentor. Señor, que mi último acto sacerdotal sea morir de Dios, honor del sacerdocio, promoción de los ESPAÑA
por Vos y por las almas. Institutos Seculares y paz y alegría plena entre los FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? hombres. Amén.
EJERCICIO DEL SANTO VIACRUCIS de mi Sacerdocio y caminar junto a Vos, porque me la 6ª ESTACIÓN La Verónica limpia el rostro a Jesús
Por la señal… brindáis Vos y me la exigen las almas. Por Vos, por ellas y ¡Oh, Señor! Mayor fue el consuelo que recibisteis de esta
por mí, echádmela sobre mis hombros, Señor. “Ecce ego”; intrépida mujer que del alquilado Cirineo. Y así éste cobró el
Acto de contrición: Señor mío Jesucristo soy Sacerdote. salario convenido con los judíos, mientras la Verónica
Oración preparatoria V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? recibió vuestra divina Faz en tres pliegues de su lienzo.
Dejadme, Señor, acompañaros en vuestra vía dolorosa, a mí, 3º, ESTACIÓN Primera caída de Jesús ¿Será posible, Señor, que una niña inocente haga más bien y
vuestro Sacerdote y continuador de vuestro Sacerdocio y de La fatiga y la debilidad dan en tierra con vuestro sagrado os ame más que un amigo Sacerdote...? ¡Oh! Ya os entiendo,
vuestro Sacrificio. Pisando vuestras huellas ensangrentadas Cuerpo... ¡Sois hijo del hombre! En Belén probasteis la Señor... No os agradan las obras hechas sin amor y con miras
con mi cruz sacerdotal, y siguiéndoos sin desalientos en mi debilidad del niño, en el taller la fatiga del obrero, y ambas humanas, porque no son hechas por Vos. Queréis amor en las
sacrificio, «adimplebo quae desunt Passionis vestrae», ahora en la obra de vuestra inmolación... Mas no decaen el obras, aunque éstas sean humildes y sencillas. Señor, no
aligerando vuestra carga y redimiendo mi propia alma y las ardor y la fineza de vuestro Corazón, el cual desde el suelo quiero ser un Cirineo alquilado; prefiero ser una humilde
que Vos, Señor, habéis confiado a mis cuidados sacerdotales. sigue amando a los pobres CAÍDOS. VOS caído reparasteis Verónica.
A vuestro lado aprenderé, Señor, esta lección, siguiéndoos mis graves caídas y levantasteis a la humanidad caída. V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum?
paso a paso en este piadoso Ejercicio. Aunque mi cuerpo sucumba bajo el peso de mi sacrificio
sacerdotal, no quiero, Señor, que caiga mi corazón, ni que 7ª. ESTACIÓN La segunda caída
Al principio de cada estación se puede decir: decaiga un instante su ánimo y amor. Desde el suelo seguiré ¡Señor! No es ahora la cruz la que os derriba, es la carga
V/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos amándoos a Vos y a las almas por Vos; recordando con dolor inmensamente mayor de la ingratitud de un pueblo que,
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo. las veces que, miserablemente caído, dejé de amaros. maldiciéndoos, os arroja como a un leproso fuera de vuestra
Y al final de cada estación: V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? propia Casa. Imponderable debió de ser este dolor. Y no
V/. Señor, pequé. obstante, Vos, a la vista de la ciudad, con los brazos
R/. Tened piedad y misericordia de mí y de todos los 4º. ESTACIÓN El encuentro del Hijo con la Madre extendidos, moríais pidiendo a vuestro Padre por ella.
pecadores. ¡Señor, he ahí tu Madre! ¡Señora, he ahí tu Hijo...! ¡Oh, Señor! Aunque las almas rechacen con negra ingratitud
V/. Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro ¡Qué doloroso, qué consolador al mismo tiempo, el todos mis sacrificios sacerdotales, y me desprecien y hasta
Señor Jesucristo encuentro del Hijo con la Madre! El imponderable dolor de me arrojen..., sepa yo, con fineza de amor, morir en mi cruz
R/. Y los Dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz. la Madre a la vista del Hijo fue nuevo tormento para el pidiendo por ellas.
____________________________________________ Corazón de éste; mas su dulce, compasiva y amante V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum?
1ª ESTACIÓN Jesús condenado a la muerte compañía alivió y dulcificó su amargura ...
¡Oh, humildísimo Señor! Yo soy el miserable condenado que ¡Madre mía! En la persona de este pobre sacerdote, tu Hijo 8ª. ESTACIÓN Habla a las hijas de Jerusalén
merecía estar, para siempre, a los pies del demonio en el sigue avanzando todavía por la senda difícil y tortuosa de su Hijas de Jerusalén, no lloréis mi desgracia, llorad la vuestra;
infierno, si Vos no hubierais sido condenado por mí. ¡Qué sacrificio sacerdotal. ¡Oh, Madre mía! Lo que no te dejaron porque grandísimas desgracias se ciernen sobre vosotras y
poco os he agradecido este inmenso favor! hacer entonces con Él, hazlo ahora conmigo: que yo sienta tu sobre vuestros hijos, pues, si esto se hace en el leño verde...
Siendo yo ahora, Señor, Sacerdote y continuador de vuestro mano dulce, compasiva y maternal, aliviando mi pesada Señor, grandes males se ciernen sobre el mundo
Sacerdocio en la tierra, debo en justicia, y quiero ser cruz. prevaricador, y las almas ríen, juegan y se divierten en la
condenado al sacrificio que Vos libremente queráis V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? iniquidad... El Sacerdote tiene la misión de llorar “inter
señalarme por mi propia alma y por las de los demás vestibulum et altare”, y mis ojos, Señor, están secos e
hermanos, a fin de que ni ellos ni yo seamos condenados al 5ª. ESTACIÓN El Cirineo lleva la Cruz de Jesús insensible mi corazón. Dadme llanto copioso para llorarme a
suplicio eterno. ¡Oh, Señor mío! Entre tantos amigos no se halló más que un mí y llorar, en mi sacrificio sacerdotal a las almas que no
Condenadme ahora, Señor, para que no sea condenado Cirineo, alquilado con salario, para llevaros la cruz. Si con lloran.
después. esto quedó aliviado el peso material de vuestra Cruz, V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum?
V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? agravóse, en cambio, el peso de la ingratitud, con que
abrumaron vuestro Corazón. 9ª. ESTACIÓN Tercera caída
2ª ESTACIÓN Sale con la cruz a cuestas ¡Señor! Este Sacerdote no ha cargado con su cruz sacerdotal Señor, hasta el fin, hasta más no poder, hasta sucumbir, os
¡Señor! He ahí el instrumento del suplicio a que se os por vil salario, sino por amor fiel y sincero a Vos y a las arrastráis en la cima del Calvario.... Queréis morir allá donde
condena. No acierto a imaginar, con cuánto ardor, fineza y almas. Cambiemos, Señor, los oficios. Mientras yo avanzo es voluntad del Padre, y os arrastraréis hasta el límite de lo
generosidad lo habéis abrazado. Quísolo el Padre y “sicut con mi cruz, aliviando vuestro peso, en mis fatigas, flaquezas imposible… ¡Oh Señor!¡Qué ejemplo para un cobarde como
mandatum dedit mihi Pater, sic facio” . Lo exigían nuestros y debilidades sed Vos mi fiel Cirineo ... yo! ¡Qué lección para un tibio, para un delicado, para un
pecados e “iniquitates nostras Ipse portavit”. ¡Oh, Señor! V. Calicem quem dedit mihi Pater R. ¿Non bibam illum? comodón! Haced, Señor, que yo, elegido para prolongar
Con semejante ardor y generosidad quiero yo abrazar la cruz vuestro Sacerdocio, siga vuestras pisadas y avance sin