Insecticida Botánico
Insecticida Botánico
Insecticida Botánico
Insecticidas botánicos
Sin embargo, este último, al domesticar los cultivos alimenticios (con la aradura
del suelo, la fertilización, el cultivo y la aplicación de plaguicidas), ha provocado
que pierdan en cierto grado sus mecanismos de defensa, al ser más dulces,
suaves y suculentos para los insectos. El efecto nocivo que causan los
plaguicidas hace que los agricultores en muchas regiones del mundo utilicen
las plantas silvestres (las cuales son más rústicas) en cultivos intercalados, en
extractos, etc. para combatir las plagas, siempre teniendo en cuenta la
posibilidad de que los insectos pueden crear resistencia a los químicos que
producen las propias plantas. Es importante que cuando se utilicen plantas con
fines plaguicidas se tengan en cuenta las siguientes recomendaciones:
Nunca cosechar todas las plantas de un lugar. Siempre se deben dejar algunas
para que produzcan semillas y se complete nuevamente el ciclo de
reproducción.
Nunca se debe descortezar el tronco de un árbol, ni cortar sus ramas para usar
la corteza.
Todas las plantas silvestres que son de utilidad deben sembrarse en un área
de cultivo para mantener una fuente permanente de recursos.
Las antiecdisonas son aquellas que interfieren alguna de las fases del proceso
de la muda en los insectos. Por ejemplo, la azadiractina, producida por la
especie Azadirachta indica (árbol del Nim) de la familia Meliaceae y la
plumbagina y la naftoquinona, sintetizadas por el arbusto Plumbago capensis
de la familia Plumbaginaceae.
Inhibidores de la alimentación
Compuestos fototóxicos
Acción de disfrazar olores. Este modo de acción aprovecha los olores fuertes y
desagradables que expelen algunas plantas para ocultar el olor del cultivo
principal y evitar que sea atacado por las plagas.
Uso del jabón mezclado con los insecticidas naturales. Al añadir el jabón
aumenta la potencia del insecticida de dos formas: primero contribuye a
deshacer la piel de los insectos con cuerpos blandos (áfidos, moscas blancas y
algunos gusanos) y a su vez obstruye los espiráculos de estos y no los deja
respirar; y segundo porque sirve como adherente haciendo que el insecticida
se adhiera mejor a las hojas del cultivo.
Con respecto a las familias botánicas más estudiadas, se señala las siguientes:
Meliaceae, Asteraceae, Leguminoseae y Labiatae, aunque también hay
muchas otras con esas propiedades, tales como: Lauraceae, Umbelliferae,
Cruciferae, Solanaceae, Euphorbiaceae, Celastraceae, Rutaceae, Aroideae,
Capparidaceae, Verbenaceae, Piperaceae, Chenopodiaceae, Phytolaccaceae,
Caryophillaceae, Portulacaceae, Convolvuceae, Moraceae y Pedaliaceae, las
que han sido objeto de estudios químicos para detectar la actividad insecticida
y aislar los compuestos activos.
Entre los métodos para preparar los plaguicidas naturales están los siguientes:
El MIP fue enunciado por primera vez en 1954 y más tarde, en 1965, fue
ampliado por parte de los expertos de la FAO en esta temática, quienes lo
definieron como: “Un sistema de manejo de plagas que en el contexto del
ambiente y la dinámica poblacional de la especie plaga, utiliza todas las
técnicas y métodos apropiados de la forma más compatible posible y mantiene
la población de la plaga en niveles inferiores a los que causarían daño
económico.
Los avances progresivos que se han alcanzado con los medios biológicos
indican que no todo está resuelto en materia de control de plagas, por lo que es
necesario el uso racional de los plaguicidas botánicos como parte del MIP y
para ello se debe considerar la compatibilidad con los restantes medios
biológicos.
Fuente
Los insecticidas botánicos: una opción ecológica para el control de plagas.
Control de plagas a base de insecticidas botanicos.