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JOHN BEVERLEY Siete Aproximaciones Al Problema Indígena

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268 .

Raúl Bueno Siete aproximaciones al "problema indígena"t

Flórez Galindo, Alberto. La ciudad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima, John Beverley
17 80-1 830. Lima: Horizonte, 1991.. Unio ersity of Pittsburgh
García canclini, Néstor. Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la
modernidad. México: Grijalbo, 1990.
Kapsoli Escudero, wilfredo. Historia y psicología del indio. Lima: Biblioteca
Andina de Psicologia, 1,989. Especialmente el capítulo ,,De mis
observaciones en Lima", pág¡nas 43-54.
Laue¡, Mirko. El sitio de laliteratura. Escritores y política en eI perú det siglo xx.
Lima: Mosca Azul Editores, 1989. Para Crjstina: "Las muieres sostienen la mitad del
_ Andes imaginarios. Disa.rsos del indigenismo-2. Lima: Centro de Estudios cielo".
Regionales Andinos "Bartolomé de las Casas" y Su4, Casa de Esfudios
del Socialismo,1997. 1. Los üvms DE LA TRANScuLTURACTóN
Martí, José. "Nuestra América" [1891]. Nuestra América. Caracas: Biblioteca
Ayacucho 1977 ; pághas 26-33. En un entrevista hecha poco antes de su muerte en 1983 se le preguntó a
Matos Ma4,José. Desbordepopulary crisis delEstado. Lima: Insütuto de Estudios Ángel Rama si en la última novela de Argue das, EI zono de arriba y el1ono de
Peruanos, 1984 (5' edic.),1987. abajo, "hay todavía un lugar de la esperanza para la cultura indígena".
Monguió, Ltis. Poesía postmodernista peruana. México/Berkeley: Fondo de Respondió así:
Cultura Económica y University of California press, 1954.
Montoya, Rodrigo. La anlhua quechuahoy. Lirna: Hueso Húmero Ediciones, Sin duda, pero no de la cultura indígena sino de Ia cultura mestiza, porque
1987. la cultu¡a india ya no tenía sentido. Lo que él [Arguedas] comprendió es
Pásara, Luis. "Casa tomada". Caretas. Lima, agosto 26,1991. que efectivamente la salida era esa barrosa saüda del mestizaje. Ese
Rama, Angel . Transculturación narratiaa en Anlérica Latina. Méxjco: Siglo zigzagterúe, y muchas veces sucio, carnino, como la vida misma, pero
XXI Editores, 1982. Especialmente el capítulo "La gesta del mesdzó,,, que era mucho mas rico en posibilidades (Rama en Diaz32).
páginas 173-193.
_La ciudadletrada. Hanover, NH: Ediciones del Norte, 1984. "Más rico en posibilidades" ¿para quién, sin embargo? Rama - defensor
Sánclrez, Luis Alberto. V aldelomar o la belle époque. Li'ra: INpROPESA, 19g2, de la grandeza artística y política de Argu.edas - revela aquí una inesperada
Sarmiento, D.F. F acundo [1845]. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1985 (segunda y paradójica coincidencia con la conocida posición de Mario Vargas Llosa, el
edición). impugnador del indigenismo de Arguedas, sobre Ia necesidad de destruir o
Soto, Hemand o de, El otro sendero: la reaolución informal. En colaboración con transformar las culturas indígenas en nombre de su incorporación a un
E. Ghersi y M. Ghibellini; prólogo de M. Vaigas Llosa. Lirna: Instituto régimen de modemidad.'?
Libertad y Democracia, 1990. Para Rama, la transculturación es algo que ocurre entre la cultura
Taylor, Diana. "Opening Remarks". D. Taylor and j. Villegas (eds.). hegemónica y las culturas indígenas o subaltemas, no algo inherente a estas
Negotiating Performance. Gender, Sexuality and Theaticatity in Latin/o últimas. La literatura culta tiene el poder de incorporar la oralidad de estas
America. Durham and London: Duke Ur-riversity press, 1994. 1l-16. culfuras, pero sólo a expensas de relativizar la autoridad de la oralidad como
Valcárcel, Luis E. RutaculbraldelPerullg4\l. Lirna: Ediciones Nuevo tal. Aunque en principio culfuras orales y culfura letrada üenen una posición
1968. Mundo, igual en el proceso de transculfuración, ya que la literatura también es
Vargas Llosa, Mario. La tía lulia y eI escribidor. Barcelona: Seix Barral 2u ed. modficada por su contacto conlo no letrado (como enel caso del estilo literario
Bilioteca de Bolsillo. 1986. de Arguedas), de hecho la literatura es el polo superior, el lugar desde donde
se efectúa la transculturación. La novela se privilegia por sobre las formas
narrativas indígenas; el español sobre los idiomas indígenas; la posiciór-r
"intermediaria" o liminal de un intelectual tradicional - en el sentido que da
Gramsci a ese térrnino- como Arguedas sobre la posición de un intelecfual
orgánico indígena. Rama rara vez piensa en la posibilidad de una
transculfu ración inversa.
La transculfuración funciona para Rama (como antes para Ortiz) como
una teleología, no sin momentos de violencia, pérdida y desamparo, pero
270 .Iohn Beverley Siete aproximaciones al "problema índigena". 271

necesaria en última instancia paralaformación de una culfura ,,nacional,, O Ollantay narra la historia de un runi o villano, Ollantay, que llega a ser
latinoamericana. Las alternativas son o la renuncia o el genocidio cultural, generales pri-rcipales del ejército inca. Se enamora de Cusi Ccollior,
ur-ro de los
la l-rija del Inca Pachacuü. Este reacciona violentarnente (el matrimonio entre
Se puede concluir, escribe, que hay en [la transculturación] un runis e incas estaba prohibido), encerrando a Cusi (ya encinta por Ollantay)
fortalecimiento de las que podemos llamar las ,culturas interiores, dcl en el equivalente de un convento y desterrando Ollantay a su provincia natal.
continente, no en la medidad en que se atrincher.a. rígidamente en eul
tradiciones, sino en la medida en que se transculture., sin re*unciar a Bu
Allá Ollantay levanta un ejército para luchar contra el Inca. La guerra dura
alma ... para no cede¡ simplemente al impacto moderrizaclor exteÍno en diez años, en el curso de los cuales Pachacuti muere y es reeernplazado como
un ejemplo de extrema vuL;nerabüdad (Rama 71). Inca por su hijo, Tupac Yupanqui, el hermano de Cusi. Finahnente, Ollantay
es derrotado y llevado a C:uzco para ser juzgado ante el Inca corno traidor.
De ahí que Rama piense que la única vía factible para los pueblor Sin embargo, la hija nacida de su amor con Cusi, Yma Sumac, interviene en
indíger-ras de América es el mestizaje, un rnestizaje que el co^cápto clc su favor. Tupac Yupanqui perdona a Ollantay y le permite casarse con Cusi,
transculfuración a la vez refleja y postula como norma culfural. elevándolo alavez al rango de Inca.
Er-r últirna instancia, la transculfuración funciona para Rama corno unl Se podría leer Ollantay en el contexto histórico de su producción y
ideología culfural del deaenir de América Latina, relacionada coyunturalmenb recepción como (para usar el concepto de Fredric Jameson) una "alegoría
con las propuestas de la teoría de la dependencia sobre la'ecesidad dc nacional" que simboliza
con las estructuras
la enajenación de
de poder del ancien régime elite criollo-mestiza
una colonial. ernergente
Lo que complica esta
producir una nueva forrna de desarrollo o modernización del estado y de la
economía. Aunque Rama habla en nombre de la otredad de las clases o lecfura, sin embargo, son dos hechos: 1) como apuntamos, Ollantay fueescita
grupos sociales subordinados o marginados en el proceso de Ia formación y estrenada en quechua; de ahí que fuera inaccesible a un público criollo
histórica del estado latinoamericano, su concepto de transculturación implica, hispano-hablante; 2) aunque emplea el modelo de la comedia barroca
como Neil Larsen ha observado acertadamente, que "la culfura en sí devienc española, su intención estético-ideológica no es tanto "transculfurar" lo
el límite deslistorizador y nafuralizador de lo que podría se4 contrariamenüe, indígena para funcionar dentro de los códigos culturales de un emergente
la emergencia de una contra-racionalidad concreüa directamente opuesta a la nacionalismo criollo, sino, por el contrario, "transculturar" algunos elementos
racionalidad clel estado" (64, traducción mía). Articular lo indígena, lo de cultura española-católica al servicio de unproyecto cle hegernoriainiLígena.
regional, lo subalterno como un problema de integración al estado nacional Visto desde esta perspectiva, el "final feliz" de Ollantay tiene una
corurotación ideológica irnportante: la reconciliación de Ollantay con el Inca
-es decir, en relación al "proyecto inconcluso" de una modernidad
propiamente latinoamericana (hago alusión a Ia conocida frase de implica una saperacióndelprincipio de autoridad estarnental clel sistema inca
Habermas)- no le permite a Rama pensar éstas como entidades coll su¡ tradicional, principio que hubiera obligado a un final trágico de su amor con
propias lógicas históricas, valores y demandas. No le permite tampoco Cusi. Sirnboliza la posibilidad de ún nueao tipo de estado inca, capaz de
anticipar o valoriza4, desde la perspectiva de la transculturación, la ernergencia incorporar conro iguales a grupos rto-incas.
de Ios nuevos movimientos indígenas en los ochenta y noventa, (ni tampoco Podríarnos vislurnbrar en esta propuesta un matiz proto-democrático,
el movimiento de mujeres en América Latina), movirnientos que no sólo no hasta proto-jacobino, derivaclo, indudablernente, del contacto del autor de
se basan ideológicamente en una narrativa de la transculturación sino que Ollantay con el pensamiento político de la Ilustración. Pero - otra vez - es
muchas veces se sienten obligados a resistir o invertir esta narrativa. importante entender esta incorporación tanto estéüca (la forma de la comedia)
como ideológica (el principio de igualdad del liberalismo) como una
2. OttaNr,tv, o LA TRANScuLTuRacróN AL REvÉs transculturación " al revés" , fuirdada no en la manera en que una "ciudad
letrada" criolla se l-nce más y más capaz de representar lo indígena, sino
Ollantay es una obra de teatro, escrita en quechua circa1760 y estrenada como uncontra-proyecto de hegemonía indígena que apropia elernentos de
en el altiplano peruallo ante públicos indíger-ras en los años anteriores a la esa formación culfural para servir a sus propios intereses.a
grarr rebelión de l799,liderada por José Gabriel Túpac Amaru (quien debe En otras palabras: el concepto (y la realidad) de la nación no pertenecía
haber fig'rado entre los espectadores de la comedia). su historia está basada en la época de Ollantay exclusivamente a la población criollo-mestiza, aun
en una leyenda inca de la era precolornbina; sin ernbargo, sigue en su cuando ésta fuera mayoritaria, y no dependía necesariamente -como en la
elaboración formal las convenciones de la cornedia española del Siglo de Oro conocida tesis de BenedictAnderson- del texto impreso para su producción
(la división en tres actos; el uso de Ia figura del gracioso; la mezcla de forrnas y diseminación. También pudo haber habido producción de una voluntad
poéticas; etc.). ¿Un caso de transculfuracióry entonces? histórico-cultural indígena. Esto no es lo mismo que reconocer la
" participación" directa o indirecta de las cornunidades indígenas en la
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eventual configuración del estado nacional peruano rnodemo.s Implica nrll la oralidad; una culhTra oralenxpleapragmáltcamente un elemento de la cultura
bien reconocer Ia existencia de la posibilidad de otro estado, otra forma df letrada para sus propios fines, que no son los mismos de esa cultura letrada.
comunidad nacional, con otra extensión territorial. Por lo tanto, no hay un movimiento teleológico hacia una culfura "nacional"
en el cual oralidad y escritura, indígena y no indígena, europeo y no europeo
3. L¡ onrÉcncA ENTRE oRALTDAD y EsCRITURA se reconciliarían.
Esto no implica que no se puede producir una idea de la nación desde
El caso del Ollantay muestra que la escrifura y el libro no estaban una posición subalterna. Pero sí irnplica que este sentido de la nación y lo
necesariamente ausentes en el interior de las culfuras indígenas. Pero aparecen nacional es diferente de la idea de la r-ración representada por el proyecto
en ellas de una forma "invertida" difícilmer-rte representada en la articulación econórnico criollo y la "ciudad letrada" criolla.
particular que Rama da a la idea de transculfuración narrativa. En su libro
sobre las rebeliones campesinas en la India colonial, Ranajit Guha cuenta la 4. H¡c¡rr¿oNl¡ NAcIoNAL-poput-AR y sUpLEMENTARiEDAD DE Lo tNDicENA: uN pRoBr.EN,lA
historia de Kanhu, el líder de la insurreción Sar-rtal de 1855. En una ocasiór1 SANDINISTA
Kanhu muestra ante sus seguidores unos papeles supuestamente "caíclog"
del cielo como evidencia del apoyo de los dioses para la insurrección, La arüculación por los sar-rdinistas de la figura de Sandino como el
Posterionrrente, un periodista examina los papeles, ya desechados por Kanhu, símbolo de lo nacional-popularnicaragüense y de su programa revolucionario
y descubre que o están en blanco o son páginas sueltas de un horario de tren es un caso de lo que Laclau llama un "significante vacío" que funciona
y de una traducción a algún idioma de la India clel evangelio de San Juan. metonímicamente - Sandino es el pueblo - para constitutir discursivarnente
Guha comenta: lo social como tal (Laclau 3646). Pero Sandino no es exactamente " vacio" -
es decir, capaz de ser articulado con cualquier elernentc del "pueblo" o
Las condiciones de una cultu¡a pre-letrada en este caso hacen posible que cualquier forma de hegemonía. Para la población irdígena y afro-caribeña y
la insun'eción se propague no sólo en la forma grafémica de un discurso anglo-parlante de la Costa Atlár'rtica de Nicaragua, Sandino no fuvo el mismo
divorciado de su contexto [el horalio de tren], sino tarnbién como un significado que para la población católico-mestiza, nayorítaria en resto del
n-raterial de escritura fu¡cionando por sí núsmo sin marcas grafémicas. El
principio que gobiema esta extensión es esencialmente equivalente a Ia país. Aunque la Costa Atlántica tenía una larga historia de extrema pobreza
práctica de "beber la palabra" en algulas legiones islarnizadas cle África. y explotación, la figura de Sandino no sirvió para iÍrterpelar a esos grupos
AIIá la tinta o el pigmento usado para inscribir oraciones sagr.adas sobre como parte del "pueblo" que se sumaba a la revolución. De ahí que, como se
papel, papiro o pief y por lo tanto atribuido con la sanüdad de la misma sabe, los sandinistas se vieron obligados por un tiernpo a reprimir
oracióry es disuelta en agua y tomada como remedio para ciertos males, militarrnente a estos grupos - sobre todo los miskih¡ para evitar una invasión
Pero hay una diferencia también. Donde [en el caso de la práctica de "beber del país.
la palabra"] la proyección metonímica de poderes sobrenaturales de la Con el paso del üempo, los sandinistas lograron desarrollar una política
palabra escrita a los materiales de escribir es empleada para alistar la gracia de autonomías que respetaba las demandas indígenas y afro-caribeñas de la
de Allah en el remedio de u¡a enfermedad, para los Santals este mismo
procedimiento sirve simplemente para justificar su esfuerzo de remediar Costa relacionadas con su derecho a su identidad y autodeterrninación.
los males del mundo por fuerza de las armas Q48-249). Charles Hale, en su libro sobre el problema indígena en la historia de
Nicaragua, sugiere sin embargo que los problemas que surgieron entre los
Como en el caso de Ollantay, hay elementos de transculturación sarrdinistas y la población de la Costa Atlántica no fueron sintplenrcnte el
-para
no decir de performance posmoderna- en las acciones del rebelde 1-rindú.6 resultado
parte
de una falta de sensibilidad o incomprensión hacia lo indígena por
de los sandinistas:
Pero es una transculfuración gobemada por una lógica binaria que opone
escrifura (como instrumento y símbolo a la vez de clominación feudal y
Las mismas plemisas que er¿rn integrales al éxito cle los sandinistas en
colonial) y oralidad (como forrna discursiva "propia" de la cultura cle los unificar a la gran mayoría de los nicaragüenses *encapsulando sus
campesinos sublevados). En otras palabras, el empleo de los "papeles" por demandas, elabo¡ando una nueva visión de cambio social con amplio apoyo
Kanhu no cancela la oposición social entre carnpesino y terrateniente, estado popular, organizando los esfuerzos urgentes para resistir la agresión militar
colonial y cornunidad campesina, letrado y no letrado, cultura europea y de los Contras - estas misrnas premisas excluían directamente a los miskitu.
culturas indígenas. La transculturación no "trasciencle" ur-ra posición Dicho bruscamente, el FSLN elaboró una ideología contra-hegemónica que
subalterna: más bien, una posición subalterna -pero que busca ser desvalorizó facetas centrales de una militancia indígena miskitu
l'regemónica- se manifiesta y se reproduce culturahnente en la acfuación profundamente arraigada. Una nueva versión de nacionalisrno
del líder de la irsurrección. La "ciudad letrada" no incorpora lo indígena o nicaragüense -que enfatizaba soberanía, auto-suficiencia, y igualdad de
condición con otros estados nacionales- promulgó alavez un patrón
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Siete aproximacior-res al "problema indigena"' 275
mestizo de rromogeneidad curturar al cual to<los ciucladanos clebcrrri
conformarse .... [En- este contexto] iclentificarse como miskitu nafuraleza o razón). Este reconocirniento es lo que está implícito en la
€tl
equivale.te a ser co'sideracro conh.a-revorucio.ario (Hale 35-36, h.a.ru.lcfó$ actuación con los "papeles caídos del cielo" del líder de la insurrección Santal
núa). rnencionado por Guha.
Pero Ia negación del poder dominante no es sirnplernente "semiótica":
Quizás sin darse cuenta, Hale se hace eco aquí cle ra premisa cle requiere también la construcción de otraideologia, otra visión de identidad,
estudios postcolo'iales sobre la necesidad cle clesco.struir el discurso rol comunidad, valores, historia, territorialidad -lo que Gayatri Spivak
cle lo
nacional y del r-racio.{ismo como tal, para recor-rocer en los elementol denomina un "esencialismo estratégico". Esto es, en últirna instancia, una
heterogéneos del "pueblo', su identidad particular. La arUcrrla.ió"
q"i¿, visión de un orden social distinto, otra escala de valores, otro modo de
canónica de esta premisa se encuentra en el conociclo argumento producción. Por conkaste, el argumento de Bhabha establece lo que él
¿" ijomt
Bhabha de que la narrativa de la nación e. las sociedacl"es que
,rr.g* drl denomina "la regla de significación" como una especie de límite
proceso de descolonización "olvida" u oculta las rnultiforr',u" i-rirtoriui inlranqueable. Siguiendo en parte la lógica del argumento de Bhabha, Alberto
que de hecho producen esas sociedades. Escribe Bhabha:
rüsr Moreiras anota que "La relación hegemónica es precisarnente lo que excluye
lo subaltemo como tal".7 Pero esto equivale a decir que la posibilidad de
La anterio¡idarl d.e la.acióry sig.ificada en ra voruntacl cre olviiiar,
canrbil hegernonía esta limitada sólo a los intereses sociales que ahora son dominantes,
voluntadrelaciórr
.uestra de serdiacrónica
con el pasado y con er pr.ese^te sincro.,i.o de ta y, por lo tanto, que la lucha contra esos intereses tiene que renunciar a esa
una nación .... Estar oiligaclo a oiviclar. ... irnplica la posibilidad. Precisarnente en el momento en que aparece la posibilidacl de
construcción de un discurso sobre la sociedad que tlesempena el p.apel desplazar casi rnedio milenio de l-regemonía eruopeo-capitalista-colonial esa
cle
totalizar al pueblo y unificar la voluntacl nacional (161). hegernonía declara que la hora de la hegernonía ha pasado. Así, esa
hegemonía mantiene su autoridad aun en su auto-clesconstrucción.
Para Bhabha, Ia tarea de leer esta'arrativa cresco.sh.'ctiva'rente.,a
co.kapelo" produce el reconocirniento cle que la l-ristoria ta'to Ia historia 5. UN pasajr op Mr. uauo Rtcosnr,\ MtNcuú y EL DEsPI-AZAN4IENTo tA AUToRIDAD
de la "nación" como la historia "u.iversal"'- es rtfuridae.- vez de
DE
u¡nutru¡únca8
pSrlue,ir,rvollcra rnúltiples cruces, co'tradiccior-res y transculfuracio'es:
'ronista,
etecto del poder colo.ial es, en cierto sentido, precisamente ra prodtrcción el
d,e En el capítulo XXIII de su testimonio, Menchú describe la tortura y
esta Iibridez (cor¡o e. la tesis sobre Ia fu^ción der barroco au
p-arr.ir rna asesinato de su hermano por elementos del ejército guatemalteco en la plaza
:"*i:".i1 cultural propiamente criolla e. Anrérica Lafir_ra). Éara Bhabl.ra, municipal de Cl-rajul de esta forma:
ta.to la ide.tic{ad del subalterno colo.ial como sus for'rás cle resiste'cia
debe. fu.darse sobre el "movi'riento del significante,, es cleci4, sobre Eran monstruos fios presos del ejér'cito]. Estaban gordos, gordos, gordos
-
co.ciencia agudizada der carácter arbitrario, sir-r fu'cra'rento
una
todos. Inflados estaban, todos heridos. Y yo vi, que me acerqué más de
or-rtológico,
o¡den colonial (ya que, corno demuestra Lacar-r, cualquier p.of"rá áel .la ellos, la ropa estaba tiesa. Tiesa del agua que le salía de los cuerpos. Como
sigtficaciór-r está fu.dado sobre care.cia y ausencia). La a'rbivaier-rcra a la mitad del discurso, sería como una hora y media o dos horas ya, el
clela capitán obligó a la hopa a que le quitara la ropa de los tortur'ados Para que
autoridad colonial es lo que permite un contra-criscurso cle resiste'cia a
la todo el mundo se die¡a cuenta del castigo si nos metíamos en comunismos,
vez mimético-paródico y denegador.
Pero, a pesar de venir de u. punto de partida cristirto, la desco^sfurrcción en terrorismo, nos tocaúa ese castigo [. . . .] El capitán daba un panorama de
en cierto se.üdo.o hernos legado aquí rnuy rejos cre ra tra.scurturación todo el poder que tenían, la capacidad que tenían. Que nosotros como
pueblo no teníamos la capacidad que ellos tenían. Ela más que todo para
Ramay de la "ciudad lehada". Es decia tod aíiaástanos dentro delaautoridad de cumplir sus objetivos de meter el terror en el pueblo y que nadie hablara
de la "culfura", antr.. cuando empezamos con el deseo p."cira*er.rte áe Mi madre lloraba. Casi, casi mi madre exponía la vida de ir a abtazaÍ aver
desco^struir esa autoridad. Lo que-Bhabha parece confunai, urg';"r; a su hijo. Mi papá, yo lo veía, incleíble, no soltaba una lágrirna sino tlue
es el mecanismo de Io que Althusser llama la ideología ,n"r-,gn"r,rrri tenía ula cólera. Y esa cólela claro, la teníamos toclos. Nosotros más que
ideologías concretas. Toda ideología tiene u'a misrna- eshuJfura "on-iá" todo nos pusimos a llorar, como todo el pueblo lloraba No poclíamos
psíquico- creer, yo no creía que así era rni hermanito. Qué culpa tenía éf pues. Era
semiótica; perono por eso soniguales, por ejemplo, elfascisrno y et
tUlraiismo, niño inocente y le pasaba eso. Ya clespués, el oficial mandó a la hopa
o el machismo y el feminismo. De Á",r"ído con Ia dialéctiá á"i"t".-y
lleval a los castigados desnucios, hinchados. Los llevaron arrash'aclos y ncr
esclavo, una posición subaltema tier-re u. privilegio epistemorógico "l
el podían caminar ya. Arrastrándoles para acercarlos a un lugar. Los
sentido- de que puede darse cuenta de Ia iüsión sobrela cual se"fur-rda "i-, la concenh'aron en ul lugar dor-rde todo el mundo tuviera acceso a verlos,
autoridad que confronta (ra ilusión del arno cre que es do'.rinante por Los pusieron en filas. El oficial llamó a los más crimirales, los "Kaibiles",
que üenen ropa distinta a los demás soldados. Ellos son los más eirtrenaclos,
276 . John Beverley
Siete aproximaciones al ,,problema indígena ',. 272
los más poderosos. Llaman a los kaibiles y éstos se encargaron de echarlcs
gasolina a cada uno de los torturados. Y decía el capitán, éste no es t'l la veracidad de su versjón), su posición equivale a decir que er subalterno
último de los castigos, hay más, hay una pena que pasal todavía. Y eso puede, por supuesto, hablar (para recordaila far¡osa pregunta de Spivak),
hemos hecho con todos los subversivos que hemos agarrado, pues tientrr pero sólo a través de nosotros, de nuestra autoridad discrpl-inaria y süpuesta
que morirse a través de puros golpes. Y eso no les enseña nada, entonct's "objetividad" o neutralidad académica, cualidades q.," stoll.".ár-,oá puru
les tocará a ustedes vivi¡ esto. Es que los indios se de1'an manejar por krs sí rnismo. Pero es esa autoridad y esa objeüvidad la qul ros pueblos
comunistas. Es que los indios, como nadie les ha dicho nacla, pol eso st, i.dígenas
deAmérica enfre^tan diariamente bajo lás forma" du r"pr"riór-rmilrtar y"para-
var-r con los comuristas, dijo. Al mismo tiernpo quería convencer al puebk r
pero 1o maltrataba en su cliscurso. Entonces los pusieron en orden y lt's mfita4 discriminació., explotacióneconómica, pu.u
echaron gasoLina. Y el ejélcito se encargó de prenderles fuego a cada unt r "rq.r"-á,
o aculfuracióry esterilización fouada,confiscación "rr,,d""..,olo,,
de suls üerras. etc.
de ellos. Muchos pedían auxilio. Parecían que estaban medio mueltos _ Lo que la narración de la muerte del hermano de Rigoberta Menchú nos
cuando estaban allí colocados, pero cuando empezaron a arder los cuerp()s, obliga a reconocer es Io indígena-subarterno ,-ro
empezaron a pedir auxilio. Unos gritaron todavía, muciros bdncaron pcrr r "oño argo narrado
representado- para nosotros, sino como narrador. Narradoñon su propio
-
no les salía la voz. Claro, inmediatamente se les tapó la respiración. Pelr, proyecto y poder de gestión agency hegemónicos, porque no ru d"r.o
para mí era increíble que el pueblo, allí muchos tenían sus armas, sus - -
simplemente narrar su subaltemidad. euiere invertir violentamente ""
machetes, los que iban en c¿unino del habajo, otros no tenían nada en lir -
necesario y/ o posible los términos y ras reraciones sociales
si es
m¿rno, pero el pueblo, inmediatamente cuando vio que el ejército prencliti
subalternidad.
- que definen esa
fuego, el mundo querla pegar, exponer su vida" a pesar de todas l¡r¡
todoA¡rte
armas... la cobatdia, elmismo ejército se dio cuenta que toclo t'l
pueblo estaba agresivo. Hasta en Ios niños se veía una cólera, pero t:sir 6. Le ¡¡o-contclDENciA DE socIEDAD cIVIL y coMUNIDAn
cólera no sabían como demosh'arla. Entonces, inmediatamente el oficial
dio orden a Ia tropa que se retirara. Todos se retfuaron con las armas err l¡r En parte como altemativa al tipo de articulació.l-regemó.ica ,,.acio.al-
mano y gritando consignas como que si hubiera habiclo una fiesta. estabar r popular" representada por el sandinismo, se ha fromoviclo mucho
felices. Echaban grandes carcajadas y decían: lViva la patria! lVrvrr últirnamente el co.cepto de sociedad civil, ente.dida ésta corno el conjunto
Guatemala! lViva nuestro presidente! lViva el ejércitol lViva Lucas! lil
de asociaciones o relacio'es entre individuos, grupos, u organizacio.es
pueblo levantó sus armas y corrió al ejército (Menchú 203-205).
a-utónornas gobernadas por la ley civil pero elaboradas indeper-r-clientemente
del estado. se podría ver la disputa u.,t u ro, sa'dinistas yios miskitu, por
Un antropólogo norüeamericano, David Stolf ha cuesüonado la veraciclot I
ejemplo, como un caso de la contradicción entre sociedad civil y estado lel
de este pasaje. Sugiere, basado en una serie de entrevistas hechas por él en In
argumento de Hale sugiere más o rner-ros esto). pero, sirve el
región de Chajul, que la tortura y muerte del hermanopor el ejército n(' co.cepto de sociedad civil para pensar la naturaleza clÉ¿reahner-rte
ocurrieron precisamer"rte de la manera en que Menchú las describe aquí, (lur, las comur-ridades
indíge'as en América Latina? ¿o se trata rnás bien en la idea de sociedacl
ella no pudo haber sido testigo directo del evento ("Y yo vi, que rne aceft¡ui
civil de un ideologema post-marxista, sir-rto'izado cor-r la actual hegemonía
más de ellos ..."), y, por lo tanto, que el pasaje es "una invención literaria" (rr del neoliberalismo?
literary inuention).e En el verano de 7996, dos curanderas mestizas fueron acusadas por
La ager-rda de Stoll está clara: quiere criticar la estrategia de la ltrr'lr,r comunidad indíger-ra en el sur de Ecuador, donde trabajaban, de ,e.
armada en Guatemala, porque, en su opinión, los grupos indígenas r,r curanderas falsas. se les culpó de muchas muertes innecesarias. Confrontadas
suÍlaron a ésta no por convicción siÍlo porque se encontraror, "entre tlo', con Ia acusación y bajo amenaza, las rnujeres confesaron que habíar-r estafado
fuegos": entre la violencia de la guerrilla y la violencia clel ejército. l',1 a Ia comunidad. surgió entonces er probiema de cómo juzgarras y castigarlas.
testimonio de Menchú, por contraste, es una justificación de la r"recesidarl , L,
la vía de la lucha arrnada por parte de las cornunidades irdígenas. La comuniclad
dispuesta_ las había secuestraáo en una .uru puiti"rilut, y'"" -o""t ubu
a juzgarlas de acuerdo con sus propios
Lo que Stoll no pone en duda es el hecho mismo de la tortura y rrru('r'lr! cédigo, y Lu,
"ostumbre".
autoridades estatales, sin embargo, sentían linecesidad de ir-rtervenir contra
del hermano, sino sólo la manera en que Mencl-rú narra ese acontecirnit'¡rlo
la acción de la comunidad para áfi.*ut la autoridad cle la ley. Esto l-rubiera
La pregunta clave, por lo tanto, no es ¿qué pasó?, sino ¿quién tiene Ia autoritl¡rr I
requerido en la práctica u.a acción policial y / o nilítar para rescatar a las
de narrar y sobre qué base? Sería otra instancia del "informante nativo" rlr,
qrujeres y detenerlas oficialmente, porque la comunidad
la antropología colonial conceder a un narrador testimonial como Rigobr,r'lrr
Menchú sólo la posibilidad de serun"testigo", sinelpoder decrear su plo¡ri+r
'o reconocía
derecho del estado en este caso._ El problema fue que las mujeres sólo podían
el

narrativa de los hecl-ros y de negociar sus condiciones de veraciclad.ro Atut


ler culpadas de un delito civil -estafa- mie'tras que lts indígenas las
consideraban como asesinas que l'rabíar-r dañaclo la iritegriclad fís"ica de la
suponiendo que Stoll tenga razón (y Menchú ha insistido una y otra v(.ir ¡n
comunidad.
279 o John Beverley Siete aproxirnaciones al ,,problerna indígena ),.
279
colonizado cnnstruye su identidad de'tro cre
Actuandocor.rmuclraPrudencia,elgobemadordelaprovirrciadonde
rrarrativa de la sociedad.civil, la ,,esfera publica,,
u'a narrativa distinta cle la
ocurrió este incidente decidió r-ro ir-rtervenir conha la comur-ridad. Ante todos b"rg""r;,;iJ;.'i;,.".r.
narrativa de comunidad, tradición, y territorialidad
los habitantes, las mujeres fueron desnudadas, golpeadas' y expulsadas de llmitadá.
Cl-ratterjee tega a ra concrusióri a" ;1u
la comunidad. Esta acción de la comunidad -por supuesto' representada e'fre estado/sociedad civil e^ Ia lucl-raqr" ir-wocació' de la oposición
en todos los medios de comunicación nacionales del Ecuador (la cual coincidió contra tos regíme'es burocrático_
socialistas del este de Europa o e.las u'rUg,ru,
casualmente con los preparaüvos para las elecciones presidenciales) provocó ,"p,iblicas de la URS$ o, e. el
mlsmo sentido, e'Chi.a,'o puede proáucir
,r^ J"Uut" ger-t"ral en "l país. Algunas organizaciones de mujeres veían en el
reproducir la l-ristoria de Europa occidentalf (23g).esüategias que busca'
srr-ro
castigo dias curand"rur ,rt-r ejemplo de violencia co^tra la mujer -un ¿por !"ez'r".*"
concepto de sociedad civil clepende de un
p.ouí"lnu muy extendido en toda la sociedad ecuatoriana, tanto en las "moder'idad,, social y u'a ,,participació.,, ,"r",íial ,_,o.ir_,uurro"á""*.r.u"f
iomunidades indígenas como en la población criolla-mestiza -que estaban amplios sectores de la poblaciór-r."ui d" lu
cívica que cle hecho excluye a
tratando de combaár. Otros veían en la acción de la comunidad la persistencia que Ia asociación sociádad civil-modernij;j:
,-,Jór-r. E'rique Dussel observa
de traclicior-res y costurnbres pre-modernas, ar-racrónicas (ésta hubiera sido, q"" tiene sus raíces en los
perxadores de la Ilustraciór-r y, sobre todo, en
uno imagina, ia reacción cll un Vargas Llosa)' Otros -antropólogos' Heger, ocurta ra relació. l-ristórica
intelectuales indígenas, rePresentantes de la comunidad - señalaron que la ernergencia de,la.stciedacl civil euffia y el
::tt".li observa Dussel, ,,la
Hegel", colo.ialis'ro. ,,para
ley civil cle heclloi-ro c,,,bríáadecuadamente el daño causado a la comunidacl, periferia d" E;;;;" e-s ,espacio
y que entonces Para restablecer su integridad vivencial y espirifual ltr permlte a los
capitalista, pobres, producidos por las .or-rt adi."io.res
la posibiridad de ser elros u. del desarro[olibre, que
comunidad necesitaba castigar a las mujeres a su iltanera' Ias colonias"', "Hegel parece no darse ^irro* fropretarios y capitaristas er.r
jQuien tenía la razón á este debate? ¿El movimiento de mujeres o t'l cuenta a" qrru las coronias tiene. que
ser tomadas de otros pueblos,, (70_72).
movilñe^to en favor cle más autonornía para los grupos i-rdíge.as? ¿EI estacl.
5u pu.to es que ra idea de sociedacr civil e'Ios
o la sociedad civil? ¿Fue de hecho la acción de la cornunidad contra lar; Ilustració', corno ef idear du rtu¡".*u, á.lr*i".r"lt¿"a pensacrores cle la
mujeres una instanciá de "sociedad civil"? ¿Qué sig^ifica decir que trrtn requiere una modemidad "lo gra.d.a,, y porlo
curandera -que ernplea rnedios muy distintos a los que se reconocen ell.lir , tanto deper_rde "árrr,rr-rr"uirru;ti"y,
cle u'a.arrativa
historicisra de la ,,.ecesidad7 de i-;;"";;;;;u.-ilo,,
medicinaocciáer-rtal- puedeserfalsa? ¿Quientierrelaautoricladdedecitlir Ii^güístico, religioso, higiénico, p"á"gJgi.", ""tc.,¡ 1".""0r".", i"g^',
esto?
contraste, para Dussel,,,una cornprensió.
a ot o" pueblos. por
No hay resPuestas fáciles a estas preguntas' Lo que si está claro' r;irr áe h rehéió" CffiirL y
embargo, es que r-ro se trata aquí c{e unu iit'.plu opotició^ er-rtre sociedacl
t iv r l Ia forrnación de la Europa *odu.r-ru per_iiu
una nueva"""" ilvisión cle la
modernidad que rnuestra no sólo Iuáo ernancipatorio,
(brrur-ruiy"rt^clor-racional(malo),pordosrazones:1)elconceptode.sotitrl'r'l "r, ? si.o tambiér-r su
lado des tructivo, de genocidio,, (Dussel
)irA a"p"'ra" de la autoriiad de la ley civil burguesa -una autoridad c¡rr. l'r si Ia modernidad.teva
+;;;.'
comunidad precisamente no r".o'ro.iu; 2) en este caso, el malo de la pelít t rl,r, ema.cipació. -co'dicio.es inherentÁ .en
sí la posibríidaa de ra cre'rocracia y la
el estado, concedió defacto a la comunidad el derecho deiuzgaty castil¡tlt a la .i"il b";;;; r"
lascuranderas,Esmás:enciertosentidosepodríaverelconflictocolll(ltl!|
conjilión necesaria parece ser ra represió. clelsocieclac{ tipo cle lógica cornu^ar pre-
capitaüsta representada en la accián a" ru
conflicto entre una lógica de comunidad (indígena' quichua-hablrrrrl"' curanderas falsas: lo cue hoy está de ,'rodu"or,.,.rr-riclad e. el caso cle las
campesir-ta, pobre, rurul), Por un lado, y lna sociedad ciuil (utbana' bltttt' 't
rr
llurr_,u, saberes locales (local
;;;r., hispano-habluite l"t udu, eurócéntrica o"pituca")' por otr.' r'rrtt r'l knouledges)' Pero er .u*ltuao a" urt"
co'runitaria puede "co-ex,isfir pacífican-rente""u"oi.oJren serrara que esta Iógica
estaclo, curiosamente, en la posición de mediador' con la.rocter.idacr y el estacro
sor-r realirl,r,l¡'e nacional'rl Lo que hace farta es que
Lo que pasa En
.o'r*"'rrlruúles. es lá
que
celebración civil ydel
sóciedad actual concepto de sociedatl , iv¡l ,,F
cornu'idad.o conro tal: que no vean su terosiotnola destruccióny "tcre"rtuao
la'rodernicú la áá;"" ".rri.
esa rógica conunar,
trata, según Partl-ra Chatterjee, precisam-ente-de "una supresión ["'l rll rlrrs que reconozca. su derecrro y-.egocie.
su autor-romía y t".rit-iut.
narrafivá indepencliente de comu^idad [...]. Lu comu.idad, e' la ¡ri' r irltr,:l
Pero esto requiere u.,,estadoi¿uí,,, r.r.,a";;; "rrrturui
r;;"r r.bre un,,pensarniento
del capital, es relegada a la prel-ristoria<{e-ésta -un estado cic t'vttltt' lttll
débil"r'z -es decir una redefuiiciot-t á" 1., ái"""*lr.
u-rt".""u" que co.shrryer-r
t"r^turul,pre-políticá'prirnordial"(235)' F'nformacionessociales(ltrt'r'¡rrr!"Fll il estado-nación corno sujeto cle la historia.
Ju ."gi*ur-r", coloniales, la fuerza cle la dicotomía sociedad civil/t'r,l,rt l'
e€
r;u lt'r lérl "UNa nrrunocENErDAD tvo omtÉcnc¡,,
despüzacla por la imposibilidacl clel estaclo colonial de ilrstituir u tril
civii efectivá, ya que no puede reconocer al sujeto colo.izado - t'l t t'l llt'tr'
"
nativa o nof- como un ciudada.o ple.o. Por lo t¿rtrl', r'l 4rlltstti En uno de sus últimos ensayos, publicado
(o a la poco antes de su rnuerte en
'rujer, Antonio Comejo-Porar sugiere algunos el"-"r"rto"
' pu.u .,na recrefinició.
2gg . John Beverley Siete aproximaciones al ,,problema indígena ,,. 2g1
de la nación de este tipo. Cornejo-Polar comienza su ensayo señalando r'l provinciano nunca niegues a tu tierra. yo vivo orgulloso como serrano gue
hecl-ro de que la poblaciónurbana clel Perú ha crecido en los úlümos cincuer-rt¿r soy/ serrano a mucha horua, serrana zo" (g43).
años de 35% a 70% de la población nacional, principahnenteconro investigadores que transcribiero'esta acfuación sugiere. que este
consecuencia de la rnigración indígena de la región andira, migración cltrl -Los
cambio abrupto y aparentemente contradictorio resulta i"l pro""ro d.
fue precisamente el tema de Arguedas en EI zorro de arriba y el zorro de abn jo. desplazamiento metonímico característico de u. discurso oral, semi-
Corno se sabe (Rama alude a esto en las palabras de su entrevista citadas ¡ improvisado'14 cornejo-Polar señala, sin embargo, que el desplazamiento
principio de este artículo), Arguedas experirnentó esta diáspora como lrr lingüístico de la actuación del cómico también "iepitl ul arará"o itinerarro
destrucción irreversible del mundo indígena y de la posibilidad de la utopiir del migrante[...]. [T]al vez en Ia deriva del curso metonírnico el rnigrante
de la "nueva ciudad" ar-rdina con la que soñaba. Pero Cornejo-Polar sostierrt' encuentre lugares desiguales desde..los que sabe que puede hablar p"orque
que es importante evitar "la perspectiva que hace del migrante un subalterrr, r son Ios lugares de sus experie.cias". cornejo-polar üncluye: ',ser'íanias
sin rernedio, siempre frustrado, repelido y humillado, inmerso en un muntlo voces múltiples de las muchas mernorias que se niegan at otviao,,
hostil que no comprende ni le comprende" (8a ). El migrante andino tambií'rr 1s+e¡.
Este dinámica de doble .egación si. superaciór1 de no olaid.ar it. eí acto
se impone sobre la ciudad criollo-mestiza costeña: "triunfo y nostalgia rro mismo de afirmarse corno sujeto en un nuevo contexto, cle ser,,cloble,, <r
son términos contradictorios en el discurso del migrante". múltiple, podría leerse corno la figuració. de ra posibilicracr de un nuevo
Se trata de entender y valorizar la relación entre identidades emergent('ri discurso de Io en relación a ro incríge.a y lo subalterno decir,
yRaymorld
residualesWilliams.
en el sujeto migrante, para emplear una conocida distinción tlr'
Aunque estas identidades co-existen sincrónicanrenl,
del "pueblo". Pero no es u. discurso de los riuchos que devie.en uno;
'acional -es es ur-r
discurso del uno deviniendo rnuchos.
enun rnisrno sujeto, este sujeto no debe entenderse, piensa Cornejo, corrrrt
transculturado o - aludier-rdo explícitarnente a la tesis de Canclini, "híbriclo". Nores
Más bier-r, es un sujeto descentrado o esquizofrénico, construido alrecleclol
de dos (o más) ejes de identidad que son contradictorios de una fornta trrt l
Quiero reconocer en estas páginas la presencia clirecta o indirecta de mis rlebates y
dialéctica - es decir, que no resulta en un AuJhebung o supresión-superacirirr conversaciones sobre este tema con Juan Zevallos, Jesús Díaz y Mario Roberto
Morales
de la contradicción: de este departamento, con mis esfudiantes en un semi*ario sóbre Estudios Culfurales
en América Latina en la urúversidad Andina de euito en el verano de 1996 (sobr.e
todo e^ la secció. 5), y con los miembros der Grupo de Estudios subalümos
[E]l discurso rnigrante es radicalmente clescenh'ado, en cuanto se consh'rryr Latinoamericanos.
alrededor de ejes varios y asimétricos, cle algula manera incompatibles y
contradictorios de un modo ro dialéctico. Acoge no menos cle tlor plice the¡ [I^dian peasants] must pay for integratior-r is high re^unciation of
],"The
their -
culture, their language, their beliefs, their tráditio.s aná customs,
experiencias de vida que la migración, conh'a Io que se supone en el uso tl,' ancl trre
la categoría de mestizaje, y en cierto sentido en el del concepto tlr' adoption of the culture of their ancient masters..., If forced to choose between the
h'ansculfuración, no intenta sintetizar en un espacio cle resolución arnttitrir ir preservaüon of Indian cultures and their complete assimilatiory with great sadness I
(844-84s).
wouldchoose modemizationofthelndianpopuratiorybecausethereárepriorities...
fM]odernization is possible only with the sacrifice of the Indian culturis,,. Mario
Vargas Llosa, crtado en Harper's Magazine (diciembre 1gg0), 52_83.
Cornejo-Polar Íecl:Laza la opción, que también asocia con Canclini, rl,' slvfartin Lienhard expJica
el final d e óIlantay comoel resdtaáo de un cálculo iclmlógico
pensar la identidad del sujeto migrante como "desterritoriahzada". Por' ,'l destinado estratégkamente a formar un bloque histórico hegemónico, en el
conkario, el desplazamier-rto territorial de los Andes a Lirna "duplica (o rrrrrr,) que da Gramsci a ese concepto: "si la aristoc¡acia neoinca, que car.ecía de un".r".ido
poder
el territorio del sujeto y le ofrece o lo condena a hablar desde rnás dt' rrrr político real, pretendía crea¡ las condiciones para uÍra restauració. i'caica,-^o le
(841). convenía, por cierto, insistir en las prerrogativas discrecionales
Es un discurso
lugar.Cornejo-Polar doble
ofrece o múlüplemente
como situado"
unejemplo concreto de este sujeto descentr¿trL Para recuperar eI pocler en la situació. póIítica del siglo XVIil, necesitaba
cle los I¡casalhistóricos.
rne'os la
' alianza con los clemás sust¡atos i'dígenas, probabléme.te también con los crioilos
el caso de la acfuación de un cómico ambulante de srcen andino elr lrra überales. No podía permitirse et tup ae iurr',* a sus l'ripotéticos aliac{os co' la
calles de Lima, transcrita por dos investigadores interesados en las nut'v,tu perspectiva de un gobier.o inca totalme.te inflexible. sí el óltnntav per.tenece a este
formas de cultura oral surgidas en el contexto de la diáspora andir-ra.ri lil contexto neoinca, es lógico pensar que el o los autores dei clrama Jr"fi.i"ra., ofre"".
cómico empieza su actuación con una referencia a "nosotros los criollrx," una imagen más adecuada para apoyar ra rucha revincricativa de los 'I.cas'
para distinguir a su público (limeño-urbano) de "la gente de la sierra" ,t contempor¡íneos. una image. más humana, pero no desvilhrada: el rrr.ama ilustra
quienescalificacorno"estosÍrierdas". Ur-rosrnomentosdespués,sirembut1i,t, precisarnente la capacidad de la sociedad inca par.a restablecer; e' u'a época cle crisis,
lar-rza un encomio apasionado a los Incas y a la figura de José Gabriel
-l'ril'¡r un poder supremo'justo"' (Lienl-rard 248).
{ Este esel tema del libro de Florencia Mallon sobre la formación del estado e. el perú
Amaru, con el cual se identifica a sí mismo como serrano: "[S]i tú r'r'r'q
y México en el siglo XIX, Peasant and Nstlon. Tiene el defecto cle hacer cle la historia.
otra vez, una forma de la biograf,a de la nación,
292. Joltn Beverley
Siete aproximaciones al ,,problerna ,,. 283
5Judith Butler explíca perfornta¿c¿ indígena
-acfuación es quizás el término rnás cercano en Diaz-Caba7Lero,
español- como una acción de representación que desconshuye (vgr. parodiando) la Jesús. Ángel Rama o la crítica d.e Ia transanlturación
oposición binaria que constituye una identidacl y, a Ia vez, actualiza o afuma esa cntreuista). Lima: Lluvia Editores, (úttima
identidad. Es una manela de solucionar urr conocido problema en Ia teoría feminista'
ñ,usse,''Enrique. I991.
"Moderrusm a.d Euroce.trism,,. The postntodernism
la identidad "mujer" es formacia precisamente por los códigos de clominación in Laün America. Beverley, M. A.o;;, Debate
patriarcal, pero a la vez es a través de esa identidad -experimentada como J.
Duke University pre ss,I99é. y J. Oviedo, eds. Durham:
"esencial" - que uno tiene que proponer una práctica cle emancipación femerrina.
r'En el caso de Cuba, Ia figula de Martí, invocada tanto polel régimen como pol la
^ , Ranajit.
Gul-ra, Erementary Aspects of peasflnt Insurgency
Olf"r$ Universiry press,19lá. in Coroniar India. Derhi:
oposición contra-revolucionaria en el exilio, tiene una misma fulción. ., , Charles .
Hale,
7 Alberto
Moreilas, "Populism in a Double Register/', h'abajo presentaclo en la reuliórr Resistaice and. contradiction. Miíkitu
Indians and the
del grupo de Estudios Subaltemos Latinoamericanos de7997. S t ate, 1 8 g 4- 1 9 B 7.
Stanfor d: Stanford Universtty pr ess, 1996. Nicaraguan
8He tomado esta sección en palte de mi ensayo "The Real Thing". Laclau, Ernesto. ,,Why Do l_mpty
e
Cito del manuscrito del habajo hédito de Stoll, " l, Rigoberfn Mettcl1i ancl Humarr
Sigrifi"r, Matter to politics?,,.
u*::'.:!otion(s). Lonárer y r',rr"uJ vori:'verso,
Riglrts Reporting irr Guatemala", presentado en una conferencia sobre Politictl *T[I:1#
, ^-
demism and HiSemony. Miror.upolis:
rsso.
u'iversity
Correctness and Ctiltural Sfi¿dl¿s. Sin mencionar el incidente del helmano, Stoll hacr of Mi^nesora
una crítica similar del testimonio de Menchú en su ensayo "'The Land No Lon¡;t'r' Lierrhard, Martin. ,,Of
Gives': Land Reform in Nebaj, Guatemala", especialmente pp. 4-5. Mesüzajes, Heterogeneities, Hybridisms
l0Ver Beverley, Agaürst Literature 97. Yéase también el conocido ensayo de Dorin Chimeras: on the and Other
Macroprocesru, Jf c.-,rto.ar
Sommer sobre la estrategia narralva de Me llanto Rigoberta Menchli, "SitSecrelos" loumat of Latin Ámerican StudirrInteractio'
6:,-;"e;ü, itüoo.
i^ Latin
La aoz v su huella.'La4abana:Casac"it*a
America".
,

11 Es
erróneo ver a 1o indígena como pre-modemo. Los pueblos indígenas tambititr
viven en la ntodenidad, pero a su manera. Viven en otros tiempos también, pero t'sh' t"'!3*rlj!!A:ia' Peasant and Nation. n".r.ui"y,
delas arnéricas, 1990.
u'iversiry of Catifor^ia
hechodevivi¡"tiemposmixtos"(lafraseesdeCanclini)noespeculiaraellos. Dt'¿rlrt -
que la relación de 1o indígena con 1o moderno no sea trccesariafirctúe :ur:.a relaci(rr rlr, Merrclrú' Rigoberta cor-r Elisabeth Burgos.
hibridización o transculturación, que, en cierto sentido, es lo que el concepto rh' Me ,anto Rigoberta Mencrtú, y así
,,.orió l!.lottcicncia. nte
sociedad civil expresa. Mexico: sigfoiXf, f és5.
12La alusión es a ia idea de pertsnnrcnto debbole en el posmoclemismo italiano. ^,-
wrorelras, Alberto. "populisnl jlra úouble RegisLer,,,
habajo prese¡taclo e. Ia
13Ver Biondi y Zapata.
lrPala MartinLeinhard, seríaunejemplo de Ia persistencia ensociedades poscolotti,rh'l iiilü *":,ffi i: rl¿: i::;::?rfios La bi'¡roa rír e'i'",'.,. c.ri"s"
como el Perú de una "diglosia culfural instituida durante el proceso tle cont¡ttisl'r y "^ aerdadDoris' "Sür Secretos". Li
Domrrle4
z-toz del otro: Tes.timonio,
subarternidad y
colonización". narratiaa. y H;;o
,l:h. ?::^".1"y Achugar, eds. Lima:
..DtoI!,, Ljn,.ou-ericana
'¿

BIsLlocRArÍ¡ cIr¡oa
Editores, 1993.
lJ¿vjd' " I, Riroberta Mlnchú andHumar-r
Rigrrts Reporting in Guaternala,,
Beverley, Jolrn. "The Real Thing". The Real Tlúng. Testintonial Discttttt:r' ttt !:!7:,::-ru1t::presenrado en una .onfur"ri"ia bre poliücal Correctness
trt!":::Jfloí:;;l.or.,^o"enrau'iversidaddec"i,f ;;l,;;;iJy,
"o
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It

177 (1996\: 837-844.

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