El Decamerón
El Decamerón
El Decamerón
En cuanto al contenido de este texto, habría que comenzar por señalar la etimología
de su nombre, puesto que según los expertos, Decamerón es una palabra latina, que
proviene a su vez del vocablo griego compuesto, conformado por las voces: déka,
que significa “diez”; y hēmérai, la cual puede traducirse como “días”. De esta forma,
el nombre Decamerón puede interpretarse literalmente como “diez días”.
Cuando se revisa el contenido de este texto, este nombre cobra aún más sentido,
pues la historia que plantea Boccaccio se desarrolla exactamente en diez jornadas.
De esta forma, el Decamerón comienza con una detallada descripción de la peste
bubónica que azotó Europa, durante la Edad Media, diezmando su población.
Conocida históricamente como la Peste Negra, este episodio vivido en Florencia
durante el año 1348, inspira a Boccaccio a recrear la historia de siete mujeres y tres
jóvenes de posición acomodada, que deciden refugiarse, durante diez años, en la
villa de descanso perteneciente a una de las mujeres, a fin de huir de la terrible
enfermedad.
Para entretenerse, esta decena de jóvenes inventan un juego, en donde cada uno
podrá ser Rey cada día (exceptuando el viernes y sábado, días que deben dedicar a
la oración) escogiendo el tema sobre el cual los otros deben contar historias. Sentados
en torno a una fresca sombra del jardín de la residencia, se reúnen tarde a tarde para
escuchar durante una hora la historia de ese día, y así olvidar por un rato la terrible
impresión y tristeza de la que vienen huyendo. Esta operación literaria, que consta
de diez narradores, que cuentan con la responsabilidad de contar una breve historia
cada día, durante diez jornadas, da como resultado los cien cuentos, que componen
el Decamerón. De esta forma, el lector se encontrará con estas cien historias, dentro
de la historia que viven estos diez jóvenes de la clase alta florentina.
Al principio, tal como refieren los críticos, las primeras historias serán un poco el
reflejo de la experiencia recientemente dejada atrás, pues estarán llenos de paisajes
sombríos y narrativas con tendencia a reflejar momentos de dolor y tristeza. No
obstante, a medida que avanzan las jornadas, los temas van cobrando un tono un
poco más lúdico, teniendo la intriga como elemento fundamental. Para la cuarta
jornada, es el amor desdichado el que toma el escenario. No obstante, para la jornada
siete, la alegría regresa a la narrativa de los jóvenes, retornando el brillo al ambiente,
el cual se mantiene en las próximas jornadas, hasta llegar a la décima, donde el tema
es cómo el humano logra purificar las cosas que le rodean, pudiendo también
convertir en algo sublime, lo que puede parecer simple o corriente.
Construido en base a diez Jornadas, en donde se cuentan cada vez diez cuentos,
Boccaccio dota a su Decamerón de una estructura o columna vertebral, en donde se
van abordando cada vez temas inherentes a la condición humana, es decir, a los
límites e impresionantes capacidades del género humano. En este sentido, la
mayoría de los críticos han señalado que la estructura del Decamerón puede ser
considerada de la siguiente manera:
Segunda y Tercer Jornada: las historias giran en torno a la Fortuna humana, pero
también a la mercantilización.
Cuarta Jornada: los jóvenes narran historias que hablan de amores, cuyos finales
pueden ser clasificados como finales trágicos.
Quinta Jornada: en esta jornada el tema continúa siendo el amor, pero con final feliz.
Sexta, Séptima y Octava Jornada: los jóvenes dedican las narraciones de estas
jornadas, para reflexionar, a través de historias donde el elemento principal es la risa
y la picaresca, la capacidad de ingenio del hombre.
Saladino, cuyo valer fue tanto que no solamente le hizo llegar de hombre humilde a
sultán de Babilonia, sino también lograr muchas victorias sobre los reyes sarracenos
y cristianos, habiendo en diversas guerras y en grandísimas magnificencias suyas
gastado todo su tesoro, y necesitando, por algún accidente que le sobrevino, una
buena cantidad de dineros, no viendo cómo tan prestamente como los necesitaba
pudiese tenerlos, le vino a la memoria un rico judío cuyo nombre era Melquisidech,
que prestaba con usura en Alejandría; y pensó que éste tenía con qué poderlo servir,
si quería, pero era tan avaro que por voluntad propia no lo hubiera hecho nunca, y
no quería obligarlo por la fuerza; por lo que, apretándole la necesidad se dedicó por
completo a encontrar el modo como el judío le sirviese, y se le ocurrió obligarle con
algún argumento verosímil
Conoció Saladino que éste había sabido salir óptimamente del lazo que le había
tendido y por ello se dispuso a manifestarle sus necesidades y ver si quería servirle;
y así lo hizo, manifestándole lo que había tenido en el ánimo hacerle si él tan
discretamente como lo había hecho no le hubiera respondido. El judío le sirvió
libremente con toda la cantidad que Saladino le pidió y luego Saladino se la restituyó
enteramente, y además de ello le dio grandísimos dones y siempre por amigo suyo
lo tuvo y en grande y honrado estado lo conservó junto a él.
El libro cuenta como un grupo de jóvenes que están aislados en el bosque debido a
que la terrible peste se ubica en la ciudad, se entretienen día a día, para olvidar sus
problemas y soledad, contándose historias. Cada día se elige un rey o reina entre
ellos y este propone un tema a desarrollar por los compañeros y contar historias
que entretengan a los demás. Desde aquí el libro narra las diferentes historias
contadas por los jóvenes, historias de sexo, amor, traición y sobre todo de engaños,
timadores y como la gente logra zafarse de timos.
El libro se centra en Florencia, aunque luego, las historias nos van llevando por
otros lugares.
Las imágenes son muy visuales hasta el punto de que te lleva a imaginarte en el
lugar que es un poco revoltoso; lo que me es difícil de gustar es que te revuelve un
poquito al momento de que le pierdes el hilo por realizar alguna otra cosa.