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Bergoglio y Teologia Del Pueblo

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El papa Francisco

fe-cultura
y la teologa del pueblo

Juan Carlos Scannone S.I.

Recibido 12 de octubre de 2014


Aceptado 5 de noviembre de 2014

RESUMEN: uno de los frutos del Concilio Vaticano II, asimilado a lo largo de los
tiempos en Medelln, Puebla y Aparecida y ledo en los diversos pases de la Amrica
Latina, muy especialmente en la Argentina, ha sido la llamada teologa del pueblo.
Ahora con el papa Francisco esta peculiar manera de comprender el pueblo cristiano
y su religiosidad ha ganado Roma. En este artculo, uno de los grandes conocedores
de la realidad teolgica hispanoamericana y ms en concreto uno de los jesuitas ms
cercanos al papa Bergoglio, el padre Scannone, nos ofrece las caractersticas de la teo-
loga del pueblo y su presencia ms que directa en la Evangelii Gaudium.
PALABRAS CLAVE: teologa del pueblo, COEPAL, Lucio Gera, conocimiento por
connaturalidad, papa Francisco, Evangelii Gaudium.

Cuando, en el festival de Rmi- amor preferencial por los pobres, y


ni 2013, el Padre Pepe (Jos) Di dicha teologa. Ello se confirma si
Paola, cura villero argentino, se re- recordamos que, en 2012, cuando
firi a la pastoral del papa Fran- falleci Gera, lo hizo enterrar en
cisco como arzobispo, en las villas la Catedral de Buenos Aires como
miseria de Buenos Aires, se reco- experto del Concilio VaticanoII y
noci a s mismo y a sus compae- de las Conferencias del Episcopa-
ros como hijo de la Teologa del do Latinoamericano en Medelln
Pueblo (TP), difundida por el Pa- (1968) y Puebla (1979); y que, cuan-
dre Gera, aadiendo: en la Ar- do un discpulo de Tello, el Pbro.
gentina tenemos dos personas Enrique Bianchi, public asimis-
muy importantes con quienes nos mo en 2012 un libro sobre aqul1,
formamos en la TP: los PP. Lucio
Gera y Rafael Tello. De ese modo 1
Cf. E. C. Bianchi, Pobres en este
mostr el vnculo, al menos indi- mundo, ricos en la fe: la fe de los pobres en
recto, entre la pastoral del enton- Amrica Latina segn Rafael Tello, Bue-
ces Cardenal Bergoglio, su actual nos Aires, gape, 2012.

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el mismo Bergoglio lo present al de plantear un plan nacional de


pblico. pastoral. La formaban obispos,
telogos, pastoralistas, religiosos
De ah el inters de vincular rasgos y religiosas, entre los que se conta-
pastorales del actual Papa con la ban los mencionados Gera y Tello
TP, para comprenderlos mejor. En sacerdotes diocesanos profesores
este artculo tratar, primeramen- de la Facultad de Teologa de Bue-
te, de sta. Luego abordar la cues- nos Aires, los otros diocesanos
tin de su inclusin o no dentro de Justino OFarrell (antes, de Don
la Teologa de la Liberacin (TL) Orione), Gerardo Farrell (especia-
latinoamericana. Por ltimo en- lista en Doctrina Social de la Igle-
focar los puntos de convergencia sia), el jesuita Fernando Boasso
entre el enfoque pastoral del Papa (del Centro de Investigacin y Ac-
Francisco en especial, aunque no cin Social), etc. Esa Comisin fue
solamente en su exhortacin Evan- el mbito donde naci la TP, cuya
gelii Gaudium (EG) y algunos ras- impronta ya se not en la Declara-
gos distintivos de la TP. cin del Episcopado argentino en
San Miguel (1969) especialmente
en el documento VI, sobre Pastoral
La teologa argentina del pueblo: Popular, la cual aplicaba la Con-
surgimiento y caractersticas2 ferencia de Medelln al pas.

Aunque la COEPAL dej de existir


A su regreso del Concilio Vati-
a principios de 1973, con todo, va-
cano II, el Episcopado argentino
rios de sus integrantes siguieron
cre, en 1966, la COEPAL (Comi-
reunindose como grupo de re-
sin Episcopal de Pastoral) 3 a fin
flexin teolgica bajo el liderazgo
de Gera. ste se desempe como
2
En las dos primeras partes del experto en Medelln y Puebla,
presente trabajo retomo prrafos de fue miembro del Equipo Teolgi-
mi artculo: Aportaciones de la teo-
co-pastoral del CELAM (Conse-
loga argentina del pueblo a la teolo-
ga latinoamericana, en S. Torres G. jo Episcopal Latinoamericano) y,
y C. brigo O. (coords.), Actualidad y ms tarde, form parte de la Co-
vigencia de la teologa latinoamericana. misin Teolgica Internacional. Su
Renovacin y proyeccin, Santiago (Chi- teologa fue ms oral que escrita,
le), Univ. Cat. Silva Henrquez, 2012,
203-225.
3
Sobre la COEPAL cf. S. Politi, Teo- zlez, Reflexin teolgica en Argentina
loga del pueblo. Una propuesta argentina (1962-2010). Aportes para un mapa de
a la teologa latinoamericana 1967-1975, sus relaciones y desafos hacia el futuro,
Buenos Aires, 1992, cap. 4; M. Gon- Buenos Aires, Docencia, 2010, cap. 2.

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aunque tambin tiene importan- rn. Entonces nacieron en la Uni-


tes escritos y muchas de sus inter- versidad de Buenos Aires las as
venciones orales fueron grabadas llamadas Ctedras Nacionales de
y luego trascritas 4. Ms tarde, yo Sociologa, con figuras como el ya
mismo particip de esas reuniones, mencionado OFarrell .
junto con Gera, Farrell, Boasso, el
actual Vicario General de Buenos ste fue el nexo entre las Ctedras
Aires, Mons. Joaqun Sucunza, Al- Nacionales y la COEPAL, pues for-
berto Methol Ferr quien viajaba maba parte de ambas. As es como,
desde el Uruguay, etc. distancindose tanto del libera-
lismo como del marxismo, ambos
El contexto poltico argentino de equipos de reflexin encontraron
los tiempos de la COEPAL inclua su conceptualizacin en la historia
la dictadura militar de Ongana, la latinoamericana y argentina (real y
proscripcin del peronismo desde escrita) con categoras como pue-
1955, la represin del movimiento blo y antipueblo, pueblos con-
obrero peronista, el surgimiento trapuestos a imperios, cultura
de la futura guerrilla y un fenme- popular, religiosidad popular, etc.
no nuevo, a saber, que no pocos in-
telectuales, docentes y estudiantes En el caso de Gera y la COEPAL
universitarios progresistas apoya- se trat principalmente del Pueblo
ban entonces al peronismo como de Dios categora bblica privile-
resistencia popular ante los mi- giada por el Concilio para desig-
litares y movimiento de protes- nar a la Iglesia y su interrelacin
ta social, lo que no haba acaecido con los pueblos, en especial, el ar-
durante las presidencias de Pe- gentino. Es de notar que una de las
expresiones caractersticas de Ber-
4
Ver una seleccin de sus obras en: goglio es la de pueblo fiel, cuya
Virginia R. Azcuy, Carlos Mara Galli fe y piedad populares valora fuer-
y Marcelo Gonzlez (Comit Teol- temente.
gico Editorial), Escritos Teolgico-Pas-
torales de Lucio Gera. I: Del preconcilio Asimismo, para la COEPAL no es-
a la Conferencia de Puebla (1956-1981),
Buenos Aires, gape-Facultad de Teo- taba en juego slo la emergencia
loga UCA, 2006; II: De la Conferencia del laicado dentro de la Iglesia,
de Puebla a nuestros das, ibid., 2007. Se sino tambin la insercin de la
estn publicando los inditos de Tello, Iglesia en el transcurso histrico
v.g., La nueva evangelizacin. Escritos
de los pueblos en cuanto sujetos
teolgico-pastorales I, Buenos Aires,
gape, 2008; id., Pueblo y cultura, Bue- de historia y cultura, receptores
nos Aires, Patria Grande, 2011. pero tambin agentes de evange-

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lizacin 5, gracias a su fe incultu- tiempos en la vida del pueblo y


rada. No dej de influirlos como de los pueblos, que para los cre-
al resto de la teologa latinoameri- yentes, son tambin ndices de la
cana de aquel tiempo la teora de voluntad providente de Dios.
la dependencia, pero la entendie-
ron no tanto a partir de lo econ- En Amrica Latina (AL), son los
mico, sino prevalentemente desde pobres quienes, al menos de he-
la dominacin poltica (imperial), cho, conservan como estructurante
que incluye la econmica, encua- de su vida y convivencia la cultu-
drndolas a ambas en la liberacin ra propia de su pueblo (Documen-
integral del pecado, aun de sus to de Puebla [DP] 414), as como
consecuencias estructurales. su memoria histrica, y cuyos in-
tereses coinciden con un proyecto
histrico comn de justicia y paz,
El pueblo y la opcin por los siendo as que viven oprimidos
pobres por una situacin de injusticia es-
tructural y de violencia institucio-
La categora pueblo es ambigua, nalizada. Por ello, en AL, al menos
no por pobreza sino por riqueza. de facto, coinciden la opcin por los
Pues, por un lado, puede designar pobres y por la cultura. Y, proba-
el pueblo-nacin como en las ex- blemente, tambin de jure, porque
presiones: pueblo argentino, pue- son ellos que slo son Juan Pue-
blo coreano y, por otro lado, las blo, sin los privilegios del poder,
clases y sectores sociales popula- tener o saber, quienes trasparen-
res. La COEPAL lo entendi ante tan mejor la cultura comn de su
todo en la primera acepcin, des- pueblo6.
de la unidad plural de una cul-
Una vez le pregunt a Boasso por
tura comn, enraizada en una
qu la COEPAL haba privilegiado
comn historia, y proyectada ha-
cia un bien comn compartido. el tema de la cultura, y me contes-
Como se nota a primera vista, la t que lo haba tomado del nme-
dimensin histrica es fundamen- ro 53 de la Constitucin Pastoral
tal en tal concepcin de pueblo, Gaudium et Spes (GS). Con todo, la
que implica tambin de parte de redaccin del nmero 386 del DP
pastores y polticos un atento dis- (uno de cuyos principales respon-
cernimiento de los signos de los
6
Sobre la interrelacin entre pue-
blo y pobres segn la COEPAL, ver:
5
Cf. C. M. Galli, Eplogo de la F.Boasso, Qu es la pastoral popular?,
obra citada en la nota 4, tomo I, 879. Buenos Aires, Patria Grande, 1974.

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sables fue Gera) muestra cmo La TP no pasa por alto los acu-
GS fue leda en perspectiva lati- ciantes conflictos sociales que vive
noamericana; ya que en el DP se AL, aunque, en su comprensin de
insertan las palabras en un pue- pueblo, privilegie la unidad so-
blo, en la citacin no textual de bre el conflicto (prioridad luego
los prrafos 53 a y b de la Consti- repetidamente afirmada por Ber-
tucin, palabras que no estn en goglio). Pues, aunque no toma la
su texto. As se desplaz el sentido lucha de clases como principio
conciliar ms humanista de cul- hermenutico determinante de
tura de ambos primeros prrafos, la comprensin de sociedad e his-
hacia el que el Concilio relacio- toria7, con todo, da lugar histrico
na luego con su aspecto histri- al conflicto aun de clase, con-
co y social y denomina sentido cibindolo a partir de la unidad
sociolgico y etnolgico, que GS previa del pueblo. De ese modo la
aborda solamente despus, en el injusticia institucional y estructural
tercer prrafo (53 c). Por consi- es comprendida como traicin a ste
guiente, Puebla relee GS 53 a y b por una parte del mismo, que se con-
desde la ptica de 53 c y, por ello, vierte as en antipueblo.
cambia el ngulo de enfoque de
su comprensin de la cultura. En
una reunin de los profesores de La religin del pueblo
las Facultades de Filosofa y Teo-
loga de San Miguel con los de la Lo dicho hasta ac incide en la con-
de Teologa de la UCA (Univer- sideracin de la religiosidad popu-
sidad Catlica Argentina), inme- lar. Pues, por un lado, se considera
diatamente despus de Puebla, le la religin (o, respectivamente, la
pregunt a Gera si los redactores actitud negativa ante lo religioso)
haban cado en la cuenta de ese siguiendo a Paul Tillich como
desplazamiento de ptica, y me ncleo de la cultura de un pueblo
contest que no. Es decir que se y, por otro, se hace referencia, con
trat de un acto espontneo, no Pablo VI, a la piedad de los po-
reflejo, debido probablemente al bres y sencillos (Evangelii Nun-
nuevo lugar hermenutico des- tiandi [EN] 48). Pero aqu tambin
de donde se interpretaba el texto la contraposicin es slo aparente,
(desde AL), cambio de punto de si estimamos que, al menos de he-
vista que tampoco fue percibido
como tal por los Obispos, ya que 7
Ver la Instruccin de la Congrega-
no hubo objecin; y que se con- cin para la Doctrina de la Fe Libertatis
serva en la exhortacin EG. Nuntius (1984) X, 2, cf. IX, 2.

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cho en AL, y probablemente tam- lar 8. As se gener una espiral


bin de derecho, son estos ltimos virtuosa entre Amrica Latina y
quienes preservan mejor la cultu- Roma. Pues, comenzada en Ar-
ra comn, sus valores y smbolos gentina, fue llevada al centro por
(aun religiosos), los que de suyo el Snodo. All PabloVI la profun-
tienden a ser compartidos por to- diz, siendo retomada en Puebla,
dos, pudiendo ser en nuestros pa- donde fue nuevamente enriqueci-
ses el germen en los no pobres, da, as como en Aparecida. Ahora
de una conversin al pobre para retorna a Roma con el Papa Fran-
lograr su liberacin y, as, la de to- cisco, quien la vuelve a hacer fruc-
dos. Por ello, la religin del pueblo, tificar y la ofrece de nuevo a la
si est autnticamente evangeliza- Iglesia universal.
da, lejos de ser opio, no slo tiene
un potencial evangelizador, sino Una importante novedad est en
tambin de liberacin humana, la relevancia que da Puebla en la
como en los hechos lo ha mostra- lnea de la TP a la sabidura po-
do la lectura popular de la Biblia. pular, en las dos secciones citadas
del documento (respectivamente:
De ah que Puebla sea considera- DP 413, 448), relacionando la reli-
da como autntica continuacin de gin del pueblo con el conocimien-
Medelln, aunque haya tomado de to sapiencial que no reemplaza al
la exhortacin EN (1975) aportes cientfico, pero lo sita existencial-
nuevos sobre evangelizacin de la mente, lo complementa y lo confir-
cultura y piedad popular. Se pue- ma. La TP la considera clave como
de probar que el Snodo del 74 los mediacin entre la fe del pueblo
haba abordado bajo el influjo de y una teologa inculturada 9. Y el
la TP, tanto gracias a obispos la- papa Francico reconoce su impor-
tinoamericanos como por medio tancia al hablar del conocimiento
de quien luego sera el Cardenal por connaturalidad, siguiendo a
Eduardo Pironio. As es como Pa-
blo VI recogi esas aportaciones 8
J. Alliende se refiere elogiosamente a
en su exhortacin post-sinodal,
la que denomina escuela argentina de
la cual, a su vez, fue aplicada por pastoral popular en: Diez tesis sobre
Puebla (1979) a AL y enriquecida pastoral popular, Religiosidad popular,
con nuevas contribuciones, v.g. la Salamanca, Sgueme, 1976, 119.
9
Sobre esa mediacin, ver mi libro:
de Gera en Evangelizacin de la
Evangelizacin, cultura y teologa, Bue-
cultura y la del chileno Joaqun nos Aires, Guadalupe, 1990 (2. ed.,
Alliende, en Religiosidad popu- con Introduccin: ib., Docencia, 2012).

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Toms de Aquino, pero asimismo al criticarla, pero tambin adop-


al DP y Gera. t Sebastin Politi, al propugnar-
la. Gutirrez la caracteriza como
Ms tarde, Aparecida supo discer- una corriente con rasgos pro-
nir en la piedad popular latinoa- pios dentro de la TL, y Roberto
mericana momentos de verdaderas Oliveros, reconocindola como
espiritualidad y mstica populares una vertiente de sta, la denomi-
(Documento de Aparecida [DA] 258- na peyorativamente teologa po-
265, en especial, 262). Ya lo haba pulista. Luego, la mencionada
sealado Jorge Seibold, pastora- clasificacin que, por cierto, no
lista de la TP, al introducir la ca- es la nica posible, fue acepta-
tegora mstica popular10. Como da por telogos de la liberacin,
veremos, en EG el Papa se refiere como Joo Batista Libnio, y por
dos veces a sta. Tenerla en cuen- sus crticos, como Methol y Mons.
ta es hoy un nuevo reto en y fuera Antonio Quarracino, al presentar
de AL. la Instruccin Libertatis Nuntius
(LN)12.

Una corriente dentro de la TL? Entre los rasgos propios mencio-


nados por Gutirrez, adems de los
En 1982 distingu cuatro corrien- de carcter temtico sealados por
tes en la TL latinoamericana 11. m en la 1.a Parte, se dan otros de
Entre ellas situ a la TP, nombre ndole metodolgica, relacionados
que le puso Juan Luis Segundo con los primeros, a saber: el uso del
anlisis histrico-cultural, privile-
gindolo al socio-estructural, sin
10
CF. J. R. Seibold, La mstica popular,
Mxico, Buena Prensa, 2006. desecharlo; el empleo como me-
11
Me refiero a mi artculo: La teo- diacin para conocer la realidad
loga de la liberacin. Caractersticas, y para transformarla de ciencias
corrientes, etapas, Stromata 48 (1982), ms sintticas y hermenuticas,
3-40; fue escrito para la obra: K. Neu-
feld (ed.), Problemi e prospettive di teo-
logia dogmatica, Brescia, Queriniana,
1983. En el texto del mismo prrafo Hablo, respectivamente, de: J. B.
12

aludo a: J. L. Segundo, Liberacin de Libnio, Teologia da libertao. Roteiro


la teologa, Buenos Aires, Lohl, 1974, didtico para um estudo, So Paulo, Lo-
264; al libro de S. Politi citado arriba, yola, 258 ss.; A. Methol Ferr, De Rio
en la nota 3; a G. Gutirrez, La fuerza de Janeiro a Puebla: 25 anni di storia,
histrica de los pobres, Lima, CEP, 1988, Incontri 4 (1982), 4; y A. Quarracino,
372; y a R. Oliveros, Liberacin y teolo- Presentacin de LN, LOsservatore Ro-
ga. Gnesis de una reflexin (1966-1977), mano (ed. sem. en espaol: OR), n.
Lima, CEP, 1977. 819 (9 de septiembre de 1984), 567.

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como las de la historia, la cultura del cual tambin yo haba parti-


y la religin, completando as el de cipado 15 fue una prueba de la
ciencias ms analticas y estructu- fecundacin mutua entre la ver-
rales; el mencionado enraizamien- tiente principal de la TL y la pre-
to de dichas mediaciones cientficas dominantemente argentina. Pues
en un conocimiento y discerni- en el mismo se dio un lugar im-
miento sapienciales por la conna- portante a las problemticas de la
turalidad afectiva que da el amor cultura, del nuevo imaginario so-
(EG 125), que, a su vez, las confir- cio-cultural, de la sabidura popu-
ma; distanciamiento crtico del m- lar, etc., por ejemplo en ponencias
todo marxista de anlisis social, y como las de Pedro Trigo, Diego
de las categoras de comprensin y Irarrzabal, Antonio Gonzlez,
estrategias de accin que le corres- Vctor Codina, etc.16.
ponden13.
Algunos aos ms tarde, en setiem-
Las dos Instrucciones de la Con- bre de 1996, la cpula del CELAM,
gregacin para la Doctrina de la con participacin de las autorida-
Fe de 1984 y 1986 ayudaron a pre- des de la Congregacin para la
venir posiciones extremas. Por su Doctrina de la Fe (entre ellas los
parte, Juan PabloII, en su mensaje entonces Cardenal Josef Ratzin-
del 9 de abril de 1986 a los obispos ger y Arzobispo Tarcisio Bertone),
del Brasil, dio reconocimiento ecle- reuni en Schnstatt (Alemania)
sial a la TL no slo como oportu- a un grupo relativamente peque-
na, sino [como] til y necesaria, y
o de telogos y expertos lati-
como una etapa nueva en la re-
noamericanos, para reflexionar
flexin teolgico-social de la Igle-
sobre el futuro de la teologa en
sia, con tal que est en continuidad
con sta14.
15
Ya entonces, mi exposicin la ha-
El segundo encuentro de El Esco- ba hecho desde la ptica de la TP, cf.
rial (1992) a 20 aos del primero, Teologa y poltica. El actual desafo
planteado al lenguaje teolgico latino-
americano de liberacin, Instituto Fe
13
Cf. mi trabajo: Situacin de la y Secularidad, Fe cristiana y cambio
problemtica del mtodo teolgico en social en Amrica Latina. Encuentro
Amrica Latina (con especial nfasis de El Escorial, 1972, Salamanca, S-
en la teologa de la liberacin despus gueme, 1973, 247-281.
de las dos Instrucciones), en: El mto- 16
Cf. los trabajos de esos y otros
do teolgico en Amrica Latina, Bogot, autores, en: J. Comblin, J. I. Gonzlez
CELAM, 1994, 19-51. Faus y J. Sobrino (eds.), Cambio social y
14
Cf. ese mensaje en: OR n. 904 pensamiento cristiano en Amrica Latina,
(1986), prrafo 5. Madrid, Trotta, 1993.

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AL, pidindoseles el desarrollo sidad Catlica de Lovaina, seccin


de cuatro temas, a saber: la TL, la de lengua neerlandesa, convoc a
doctrina social de la Iglesia, el co- otro encuentro en torno de la cues-
munitarismo y la teologa de la tin de un eventual cambio de para-
cultura. Yo, que tambin particip digma en la TL, de un paradigma
de ese encuentro, pregunt a los socio-econmico a otro cultural18.
organizadores por qu se haban De ese modo se pretenda poner
elegido dichos temas; la respues- el dedo en la llaga de un eventual
ta fue: porque se los consideraba trastocamiento de eje entre los dis-
los ms relevantes para la teologa tintos enfoques de dicha teologa.
latinoamericana del tercer mile- Por ello, aprovech la ocasin del
nio. El primero de ellos fue enco- encuentro con Gutirrez en Schns-
mendado a Gustavo Gutirrez, y tatt para preguntarle qu opinaba
el cuarto por dificultades de sa- acerca de ese asunto. Me contest
lud de Gera a su discpulo Carlos que el tema de la cultura haba es-
Galli, con la consigna de presentar tado presente desde el comienzo, y
la teologa de su maestro. Es decir, que no haba habido cambio de pa-
que se le reconoca un papel de- radigma, sino de acento. Pues bien,
cisivo para el futuro teolgico de esa fue la respuesta mayoritaria de
AL tanto al tronco principal de la los participantes del encuentro de
TL como a la corriente argentina.17 Lovaina: la acuciante preocupa-
Despus de la brillante exposicin cin social y econmica por la libe-
de Gutirrez, Ratzinger le alab racin no slo continuaba, sino que
explcitamente su cristocentrismo se haba agravado, pero se haba
y su sentido de la gratuidad. ampliado y ahondado por la consi-
deracin de la cultura.
Ese mismo ao, en noviembre, la
Facultad de Teologa de la Univer-
El enfoque pastoral del
17
Cf. G. Gutirrez, Una teologa de papa Francisco y la TP
la liberacin en el contexto del Ter-
cer Milenio; y C. M. Galli, La teo- Desde su salida al balcn de San
loga latinoamericana de la cultura Pedro, despus de su eleccin,
en las vsperas del Tercer Milenio,
en: Mons. Luciano Mendes de Almeida
(et al.), El futuro de la reflexin teolgi-
ca en Amrica Latina, Bogot, CELAM, 18
Ver: G. De Schreijver (ed.), Libe-
1996, respectivamente 97-165 y 245- ration Theologies on Shifting Grounds.
362. A m se me pidi el tema: El A Clash of Socio-economic and Cultural
comunitarismo como alternativa via- Paradigms, Leuven, University Press-
ble, ibid., 195-241. Peeters, 1998.

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el papa Francisco realiz ges- pueblo y del papel de los laicos en


tos simblicos, dio entrevistas, el mismo. De ah su predileccin
habl como jefe de la Iglesia y por la expresin pueblo fiel, que
public una especie de hoja de tambin se repite en EG (v.g. 95,
ruta de su pontificado en la Ex- 96) y que explcitamente recono-
hortacin postsinodal Evangelii ce como misterio que hunde sus
Gaudium (EG), que, en no pocos races en la Trinidad, pero tiene
rasgos, recuerdan la TP argenti- su concrecin histrica en un pue-
na. De ah la pregunta acerca de blo peregrino y evangelizador, lo
las probables convergencias de cual trasciende toda necesaria ex-
su perspectiva pastoral con di- presin institucional (EG 101; cf.
cha teologa. 95)19. Es ese pueblo en su conjunto
En esta tercera parte considerar, quien anuncia el Evangelio. Dios
entre dichas convergencias, prime- ha elegido dice convocar[n]
ro, su comprensin del pueblo fiel os como pueblo y no como seres
de Dios (3.1). Luego, la de los pue- aislados; nos atrae teniendo en
blos de la tierra, en su relacin con cuenta la compleja trama de rela-
aqul y en su propia construccin ciones interpersonales que supone
histrico-cultural como pueblos la vida de una comunidad huma-
(3.2). En un tercer paso, abordar na (EG 113).
la valoracin pastoral y teolgica
En esos textos se oyen ecos de la
de la piedad popular (3.3); y, por l-
Escritura y del Vaticano II, pero
timo, la relacin de sta con los po-
tambin de la TP, sobre todo en lo
bres (3.4).
referido a los pueblos, sus cultu-
ras y su historia: Este Pueblo de
El Pueblo fiel Dios se encarna en los pueblos de

Llam la atencin el gesto del El mismo Bergoglio remite a sus


19

Papa, de hacerse bendecir por el estudios de teologa su admiracin


acerca de que el pueblo fiel es infali-
pueblo casi inmediatamente des-
ble in credendo en el creer, y lo
pus de presentarse en pblico. No formul as, para su propio recuerdo:
nos admir a quienes conocamos cuando quieras saber lo que cree la
su aprecio teolgico por el pueblo Iglesia, and al magisterio, pero,
fiel de Dios, que implica al mis- cuando quieras saber cmo cree la
Iglesia, and al pueblo fiel, cf. J. M.
mo tiempo una manera especfica Bergoglio, Meditaciones para religiosos,
de concebir la Iglesia, el reconoci- San Miguel, Ed. Diego de Torres, 46 s.
miento del sentido de la fe del (ver: EG 124).

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El papa Francisco y la teologa del pueblo

la tierra20, cada uno de los cuales Por ello, el papa Francisco, cuan-
tiene su cultura propia Se tra- do habla del Pueblo de Dios, se
ta del estilo de vida que tiene una refiere a su rostro pluriforme
sociedad determinada, del modo (EG 116) y a su multiforme ar-
propio que tienen sus miembros mona (EG 117) gracias a la di-
de relacionarse entre s, con las de- versidad de las culturas que lo
ms criaturas y con Dios La gra- enriquecen, como, cuando lo
cia supone la cultura, y el don de hace de los pueblos, usa analgi-
Dios se encarna en la cultura de camente la imagen del poliedro,
quien la recibe (EG 115). Remar- para marcar la unidad plural de
co que Francisco adopta la relectu-
las irreductibles diferencias en el
ra que hace el DP, siguiendo a la
seno del mismo.
TP, de los dos primeros prrafos
de GS 53, desde el tercero. Asimis- Adems, en la misma lnea que
mo recuerdo que, cuando el P. Ber- la TP, acenta una doctrina tra-
goglio era Rector de las Facultades dicional, cuando reconoce que
de San Miguel, organiz el primer Dios dota a la totalidad de los
Congreso sobre evangelizacin fieles de un instinto de la fe el
de la cultura e inculturacin del sensus fidei que los ayuda a dis-
Evangelio que se hizo en Amri-
cernir lo que viene realmente
ca Latina (1985), lo program con
de Dios. La presencia del Esp-
presencia de telogos de Amrica
ritu otorga a los cristianos una
del Sur y del Norte, Europa, Asia y
cierta connaturalidad con las
frica, y, en la Conferencia inau-
realidades divinas y una sabi-
gural, habl de inculturacin, ci-
tando al P. Arrupe, pionero en el dura que les permite captarlas
uso de ese neologismo21. intuitivamente, aunque no ten-
gan el instrumental adecuado
para expresarlas con precisin
20
Recuerdo que la tesis doctoral de
(EG 119). An ms, el rebao
Carlos Mara Galli, dirigida por Gera
lamentablemente todava indita mismo tiene su olfato para en-
en su totalidad, tiene por ttulo: El contrar nuevos caminos (EG31)
Pueblo de Dios y los pueblos del mundo. de evangelizacin.
Catolicidad, encarnacin e intercambio en
la eclesiologa actual (1993). Uno de sus
captulos se public como: La encar- nal de Teologa Evangelizacin de la
nacin del Pueblo de Dios en la Iglesia cultura e inculturacin del Evangelio,
y en la eclesiologa latinoamericanas, Stromata 61 (1985) n. 3-4, 161-165; la
Sedoi 125 (1994). alusin a la intervencin de Pedro
21
Cf. J. M. Bergoglio, Discurso Arrupe en el Snodo de 1974, est en
inaugural, en: Congreso Internacio- la p. 164.

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Las cuatro prioridades comn 22, a saber: 1. La superiori-


bergoglianas en la dad del todo sobre las partes (siendo
construccin y conduccin ms que la mera suma de las par-
del pueblo tes); 2. La de la realidad sobre la idea;
3. La de la unidad sobre el conflic-
El episcopado argentino incluido to, 4.La del tiempo sobre el espacio.
el Cardenal Bergoglio, siguiendo Segn se dice, estn tomadas de
los enfoques de la TP y enrique- la carta de Juan Manuel de Rosas
cindolos, adopt el planteamien- (gobernador de Buenos Aires) a
to de la Comisin Justicia y Paz Facundo Quiroga (gobernador de
argentina, sobre pasar de habi- La Rioja en la Argentina) sobre la
tantes a ciudadanos. Ello ilumi- organizacin nacional argentina,
escrita desde la hacienda de Figue-
na lo que el Papa Francisco, con un
roa en San Antonio de Areco (20
an mayor ahondamiento, escribe
de diciembre, 1834) 23, donde Ro-
en EG220 sobre el pueblo-nacin:
sas no las explicita, aunque las ten-
En cada nacin, los habitantes
ga en cuenta implcitamente. Ms
desarrollan la dimensin social
como ciudadanos responsables
en el seno de un pueblo, no como
22
En la Congregacin Provincial
XIV (de la Provincia Argentina S.I.,
masa arrastrada por las fuerzas 18 de febrero de 1974) habla, como
dominantes Pero convertirse en Provincial, de tres de esos criterios,
pueblo es todava ms, y requiere sin hacerlo explcitamente de la su-
perioridad de la realidad sobre la
un proceso constante en el cual idea. Ver la obra citada: Meditaciones
cada nueva generacin se ve in- para religiosos, 49-50; la presentacin
volucrada. Es un trabajo arduo y y el desarrollo de los cuatro lo ofrece
lento que exige querer integrarse en su Conferencia como Arzobispo
de Buenos Aires en la XIII Jornada
y aprender a hacerlo hasta desa- Arquidiocesana de Pastoral Social
rrollar una cultura del encuen- (2010): Hacia un bicentenario en jus-
tro en una pluriforme armona. ticia y solidaridad 2010-2016. Noso-
tros como ciudadanos, nosotros como
Notemos la expresin tpica suya: pueblo, sobre todo en el apartado
cultura del encuentro. 4; todo el documento ilustra su con-
cepcin del pueb, cf. http://www.
Ya como Provincial de los jesuitas, arzbaires.org.ar/inicio/homilias/
Bergoglio enunci y, luego, como homilias2010.htm#XIV_Jornada_
arzobispo de Buenos Aires, explic Arquidiocesana_de_Pastoral_Social
23
Cf. E. Barba, Correspondencia entre
ms detalladamente, prioridades Rosas, Quiroga y Lpez, Buenos Aires,
de gobierno conducentes al bien Hyspamrica, 1984, 94.

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El papa Francisco y la teologa del pueblo

tarde ya como Papa Francisco parte, Bergoglio, como jesuita, par-


introdujo las dos ltima priorida- ticipa de ese carisma de discerni-
des en la encclica a cuatro manos miento y, probablemente, conoca
Lumen fidei (n. 55 y 57). Finalmen- los mencionados aportes tericos
te las desarrolla y articula en EG de esos pensadores. A pesar de
217-237, presentndolas como un todo, no deja fuera al espacio, sino
aporte desde el pensamiento so- que lo considera a partir del tiem-
cial cristiano para la construccin po. Pues corona sus consideracio-
de un pueblo (en primer lugar, de nes diciendo: el tiempo rige los
los pueblos del mundo, pero tam- espacios, los ilumina y los trans-
bin del Pueblo de Dios). forma en eslabones de una cadena
en constante crecimiento, sin ca-
minos de retorno (EG223).
Sentido teolgico-pastoral
del tiempo
Unidad plural y conflicto
La exhortacin comienza con la
prioridad del tiempo sobre el es- La TP lo pensaba a ste desde la
pacio. Pues se trata ms de iniciar unidad, pero reconoca la reali-
procesos que construyan pueblo dad del antipueblo, del conflicto
(EG224; 223) en la historia, que de y de la lucha por la justicia. Tam-
ocupar espacios de poder y/o po- bin en este punto hay en el pen-
sesin (de territorios o riquezas). samiento del Papa no slo un
influjo inteligentemente recibido,
Segn mi opinin, el sentir espi- sino una profundizacin evangli-
ritual del tiempo propicio para la ca y teolgica. Pues afirma que no
recta decisin, sea sta existencial, se pueden ignorar los conflictos,
interpersonal, pastoral, social o pero tampoco quedar atrapados
poltica, es parte del carisma igna- en ellos o hacerlos la clave del pro-
ciano, conectada ntimamente con greso. Por lo contrario, se trata de
el discernimiento de espritus. En aceptar sufrir el conflicto, resol-
su teologa Gera reconoce su im- verlo y transformarlo en el eslabn
portancia para profetas, pastores de un nuevo proceso. Felices los
y polticos, y Methol es conocido que trabajan por la paz! (Mt5, 9)
por sus anlisis geopolticos y por (EG 227), no la paz de los cemente-
su interpretacin cristiana de los rios, sino la de la comunin en las
signos actuales de los tiempos y diferencias, un mbito viviente
de la Iglesia latinoamericana como donde los conflictos, las tensiones
ya devenida Iglesia-fuente. Por su y los opuestos pueden alcanzar

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una unidad pluriforme que en- sa (ib.232), afirma el Papa. Segn


gendra nueva vida (ib. 228), un l, ese criterio hace a la encarna-
pacto cultural, una diversidad cin de la Palabra y a su puesta en
reconciliada (ib. 230). Pues no prctica, pues aade no poner
es apostar por un sincretismo ni en prctica, no llevar a la realidad
por la absorcin de uno en el otro, la Palabra, es edificar sobre are-
sino por la resolucin en un plano na, permanecer en la pura idea y
superior que conserva en s las vir- degenerar en intimismos y gnos-
tualidades valiosas de las polarida- ticismos que no dan fruto, que es-
des en pugna (ib.228). Recuerdo terilizan su dinamismo (ib.233).
que Bergoglio deseaba hacer su te-
No veo una conexin inmediata
sis doctoral sobre Romano Guar-
entre esta prioridad y la TP como
dini, consult sus archivos y se
en los casos anteriores, a no ser en
dedic a su comprensin del dina-
la crtica que sta hace a las ideolo-
mismo dialctico (no en el sentido
gas, tanto de cuo liberal como
hegeliano o marxista!) de los con-
marxista, y en su bsqueda de ca-
trarios24, para aplicarla a la praxis
tegoras hermenuticas a partir de
y a la historia, ya que su unin se
la realidad histrica latinoamerica-
da plenamente en Cristo (ib.229). na, sobre todo, de los pobres.
All est el fundamento ltimo de
su propiciada cultura del encuen-
tro en la no ignorancia de la reali- La superioridad del todo sobre
dad del conflicto. las partes y la suma de las partes

El Papa conecta este principio con


La realidad superior a la idea
la tensin entre globalizacin y lo-
calizacin (cf. EG 234). En cuan-
Tambin entre stas existe una to a esta ltima, ella converge con
tensin bipolar (cf.EG 231), pues la el arraigo histrico-cultural de la
segunda est en funcin de la pri- TP, situada social y hermenutica-
mera, sin separarse de ella; si no, mente en AL y Argentina; y con
existe el peligro de manipularla. su nfasis en la encarnacin del
Hay que pasar del nominalismo Evangelio, de suyo transcultural,
formal a la objetividad armonio- inculturndolo en el catolicismo po-
pular.
24
Cf. R. Guardini, Der Gegensatz.
Versuche zu einer Philosophie des leben- En cuanto a la globalizacin, la
dig Konkreten, Mainz, Mathias Gr- COEPAL no la tuvo explcitamen-
newald, 1955. te en cuenta cuando todava era

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El papa Francisco y la teologa del pueblo

slo emergente. Luego, lo hicieron comn que verdaderamente in-


sus continuadores, como Methol corpora a todos (EG 236). Sin em-
Ferr, Gerardo Farrell y los traba- plear la palabra, el Papa apunta a
jos interdisciplinares del Grupo la interculturalidad.
de Pensamiento Social de la Igle-
sia que tom su nombre del lti- Anteriormente el Papa Francisco
mo, despus de su fallecimiento25. haba ofrecido la fundamentacin
Farrell haba sido integrante y Se- trinitaria de lo dicho: El mismo
cretario de la COEPAL, aunque Espritu Santo es la armona, as
por su edad es considerado como como es el vnculo de amor entre
perteneciente a la segunda genera- el Padre y el Hijo. l es quien sus-
cin de la TP, y fue miembro fun- cita una mltiple y diversa rique-
dador del mencionado grupo. za de dones y al mismo tiempo
construye una unidad que no es
Tambin en este punto Bergoglio nunca uniformidad sino multifor-
avanza hacia una sntesis supe- me armona que atrae (EG 117).
rior que no borra las tensiones, Atraccin de la belleza: otra carac-
sino que las comprende, vivifica, terstica del enfoque del Papa, que
hace fecundas y las abre al futu- no deja de converger con enfoques
ro. Pues, como ya dije, para l el de Methol.
modelo no es la esfera, que no es
superior a las partes, donde cada
punto es equidistante del centro La piedad popular
y no hay diferencias entre unos y
otros. El modelo es el poliedro, que Una caracterstica distintiva de la
refleja las confluencias de todas las TP es su revalorizacin teolgica
parcialidades que en l conservan y pastoral de la religin del pue-
su originalidad. Y, casi ensegui- blo, de tal modo que lleg a reco-
da, aade: Es la conjuncin de los nocer una mstica popular, como
pueblos que, en el orden universal, lo hace tambin DA 262. En dos
conservan su propia peculiaridad;
ocasiones la EG se refiere a sta,
es la totalidad de las personas en
por ejemplo, cuando ejemplifi-
una sociedad que busca un bien
ca la superioridad del todo sobre
las partes, aseverando: La mstica
25
Cf. G. Farrell (et al.), Argentina: al- popular acoge a su modo el Evan-
ternativas frente a la globalizacin, Bue- gelio entero, y lo encarna en expre-
nos Aires, San Pablo, 1999; asimismo
ver: A. Methol Ferr y Alver Metalli, siones de oracin, de fraternidad,
El Papa y el filsofo, Buenos Aires, Bi- de justicia, de lucha y de fiesta
blos, 2013. (EG237; cf. ib.124).

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Tambin converge con la TP, cuan- tad laicales, en el contexto de su crti-


do EG relaciona la piedad popular ca a la tentacin de clericalismo en
con otros temas clave para ambas, la Iglesia. Pues la reconoci como
como son los de la inculturacin una manifestacin del catlico
del Evangelio (EG 68, 69, 70) y de como pueblo, en su carcter comu-
los ms necesitados y su pro- nitario y adulto en la fe, a la par que
mocin social (ib. 70). Las dos la recomendaba entonces organismos
distinguen claramente del cris- caractersticos de AL, como son los
tianismo de devociones, propio de grupos bblicos y las comunidades
una vivencia individual y senti- eclesiales de base26.
mental de la fe (ib.), sin negar, con
todo, la necesidad de una ulterior Un ejemplo patente de convergen-
purificacin y maduracin de esa cia con la TP lo ofrece EG cuando,
religiosidad, para la cual es preci- citando DP450 (y DA264) concluye
samente la piedad popular el mejor que, mediante su piedad popular,
punto de partida (ib.69), segn lo el pueblo se evangeliza constan-
plantea la misma exhortacin. temente a s mismo, si se trata de
pueblos en los que se ha incultu-
Cuando sta se refiere a las rela- rado el Evangelio (EG122; cf. 68).
ciones nuevas que genera Jesucris- Pues cada uno de ellos es el crea-
to, las conecta espontneamente dor de su cultura y el protagonista
con la religiosidad popular, recono- de su historia. La cultura es algo di-
ciendo que sus formas propias, nmico, que un pueblo recrea per-
son encarnadas, porque han bro- manentemente, y cada generacin
tado de le encarnacin de la fe en le trasmite a la siguiente un sistema
la cultura popular. Por eso mismo de actitudes ante las distintas situa-
incluyen una relacin personal, no ciones existenciales, que sta debe
con energas armonizadoras, sino reformular frente a sus propios de-
con Dios, con Jesucristo, Mara, un safos (ib.). Entonces, en su proce-
santo. Tienen carne, tienen rostros. so de trasmisin cultural tambin
Son aptas para alimentar potencia- trasmite la fe de maneras siempre
lidades relacionales y no tanto fu- nuevas; de aqu la importancia de
gas individualistas (EG 90).

Una de las apreciaciones ms ricas 26


Ver la alocucin del Papa en su
y profundas del papa Francisco so- encuentro con el CELAM (28 de julio
bre la religin del pueblo la tuvo de 2013), en: Mons. V. M. Fernndez
(et al.), De la Misin Continental (Apa-
en Ro de Janeiro ante el CELAM, recida, 2007) a la Misin Universal (JMJ
cuando la present como expresin Ro 2013), Buenos Aires, Docencia,
de creatividad, sana autonoma y liber- 2013, 287.

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la evangelizacin entendida como especialmente en sus pobres (ib.


inculturacin. Cada porcin del 125).
Pueblo de Dios, al traducir en su
vida el don de Dios segn su genio An ms, la exhortacin culmi-
propio, da testimonio de la fe reci- na el tratamiento de la religiosi-
bida y la enriquece con nuevas ex- dad popular, aceptando, con la TP,
presiones que son elocuentes (ib.). su relevancia no slo pastoral sino
Notemos que no habla de una mera estrictamente teolgica, pues termi-
trasmisin cultural externa, sino de na diciendo: Las expresiones de la
piedad popular, para quien sabe
un testimonio colectivo vivo; por ello
leerlas, son lugar teolgico al que de-
aade: Se trata de una realidad en
bemos prestar atencin, particular-
permanente desarrollo, donde el
mente a la hora de pensar la nueva
Espritu Santo es el agente princi-
evangelizacin (EG126).
pal (ib.).
El Espritu sopla cuando y donde
No voy a citar in extenso esos im-
quiere. Pues bien, me parece que
portantes prrafos de EG, sino slo
hoy, en espacios secularizados del
observar que entonces vuelve a ha-
Norte, donde Dios brilla por su au-
blar por segunda vez de mstica
sencia 27, se ofrece humildemente
popular, como espiritualidad en-
desde el Sur, el testimonio vivido y
carnada en la cultura de los sen-
sentido de la piedad de los pobres
cillos, y que, aunque ella, en el
y sencillos y de su mstica po-
acto de fe, acenta ms el credere
pular, como aporte para la nueva
in Deum que el credere Deum esto
evangelizacin (cf. EG126).
me recuerda expresiones de Tello,
con todo no est vaca de conteni- Pero el Papa no es ingenuo, y no
dos, sino que los descubre y expre- ignora que en las ltimas dca-
sa ms por va simblica que por el das se ha producido una ruptura
uso de la razn instrumental. An
ms, consigo conlleva la gracia de 27
Me refiero a expresiones conver-
la misionariedad, del salir de s y gentes de fenomenlogos de la reli-
del peregrinar (EG124). gin europeos como Bernhard Welte
(cf. su obra: Das Licht des Nichts. Von
Un poco despus, casi calcando der Mglichkeit neuer religisen Erfah-
a Lucio Gera y al DP, ensea que rung, Dsseldorf, Patmos, 1980, 54
slo desde la connaturalidad afec- ss.); y Jean-Luc Marion (ver su art-
culo: Mtaphysique et Phnomno-
tiva que da el amor podemos apre- logie: une relve pour la thologie,
ciar la vida teologal presente en la Bulletin de Littrature Ecclesiastique 94
piedad de los pueblos cristianos, (1993), 189-206, en especial 203).

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en la trasmisin generacional de la preferencial al pobre, marginado,


fe cristiana en el pueblo catlico, a excluido, desempleado, enfermo,
la que se haba referido en EG122. discapacitado, desechado, so-
Ya lo haba alertado como arzobis- brante, tanto que algunos han di-
po de Buenos Aires. Entonces no cho que sus primeras visitas fuera
slo ausculta sus causas (EG 70), de Roma, a Lampedusa y Cerdea,
sino que apuesta por la pastoral ur- y su encuentro all con los migran-
bana (EG71-75), ya que Dios vive tes refugiados y con los desem-
en la ciudad (DA514), aunque su pleados, operaron simblicamente
presencia debe ser descubierta, como verdaderas encclicas.
develada (EG 71), no en ltimo
No slo declara que la solidari-
lugar, en los no ciudadanos, los
dad es una reaccin espontnea de
ciudadanos a medias [y] los so-
quien reconoce la funcin social de
brantes urbanos (ib.74), es decir,
la propiedad y el destino universal
los pobres y excluidos, y su lucha de los bienes como realidades an-
por sobrevivir, la cual esconde teriores a la propiedad privada
un profundo sentido de la existen- (EG 189), de acuerdo a la doctri-
cia que suele entraar tambin un na catlica, sino que luego afirma:
hondo sentido religioso (ib.72). Para la Iglesia la opcin por los
pobres es una categora teolgica
antes que cultural, sociolgica, po-
La opcin preferencial por los ltica o filosfica (EG198). De ah
pobres que vuelva a expresar lo que ya ha-
ba dicho en otras ocasiones: Por
Puse nfasis en la estrecha co- eso quiero una Iglesia pobre para
nexin entre sta y la piedad po- los pobres. Ellos tienen mucho que
pular como se vive en AL, sobre ensearnos. Adems de participar
todo en los sectores pobres. Pues del sensus fidei, en sus propios do-
bien, aunque toda la Iglesia, inclui- lores conocen a Cristo sufriente. Es
dos los Sumos Pontfices han hecho necesario que nos dejemos evange-
esa opcin, es indudable que la TL lizar por ellos (ib.).
en todas sus corrientes, tambin la
argentina, se caracteriza por poner Pero Francisco no deja de ver tam-
en dicha opcin su punto de parti- bin la otra cara de la misma me-
da y su lugar hermenutico. dalla. De ah que critique una
economa [que] mata (EG 53),
Pues bien, el nuevo Papa, desde el fetichismo del dinero (ib. 55) y
la eleccin de su nombre, puso de un sistema social y econmico,
manifiesto su acentuacin del amor injusto en su misma raz (ib. 59),

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El papa Francisco y la teologa del pueblo

debido a las ideologas que defien- aportes importantes de la Iglesia


den la autonoma absoluta de los y la teologa latinoamericanas a la
mercados y [de] la especulacin fi- Iglesia y teologa universales, dos
nanciera (ib.56, 202). Afirma que mbitos caractersticos de su vida
Dios, en Cristo no slo redime la y reflexin: la teologa liberadora y la
persona individual, sino tambin religin del pueblo; y, por ello, com-
las relaciones sociales entre los pil y edit un libro sobre cada
hombres (ib.178), de modo que los una de ellas 28. Pues bien, ambas
cristianos tenemos que luchar, sin caracterizan a la TP y segn mi
violencia pero con eficacia histri- opinin forman tambin parte
ca, por la inclusin social de los del aire fresco del Sur, que irrum-
pobres (ib. 185) y contra la eco- pi en la Iglesia gracias al Papa ve-
noma de exclusin e inequidad nido desde el fin del mundo.
(ib.53) y el mal cristalizado en es-
Como la realidad es superior a la
tructuras sociales injustas (ib.59).
idea, pienso que, adems de las
No pretendo desarrollar aqu el ideas nuevas que Francisco trajo
tema de los pobres segn el Papa al papado sobre las cuales habl
Francisco, porque es demasiado en este artculo, hay algo toda-
obvio y conocido, pero, en el pre- va ms importante aportado por
sente contexto, al menos no poda la realidad de su persona y su ca-
dejar de mencionarlo como punto risma, a saber, una radical trans-
esencial de convergencia entre su formacin del temple de nimo en la
magisterio, la enseanza social de Iglesia y tambin fuera de ella.
la Iglesia y la TP. En esos tres ca-
Con Ricoeur acepto que la histo-
sos no se trata de una mera teora,
ria, inclusive la de la Iglesia y su
sino de su encarnacin en prcticas
relacin con el mundo en este l-
existenciales y sociales (inclusive
timo ao, puede ser interpretada
estructurales), que hacen realidad
la encarnacin del Evangelio y la
revolucin de la ternura (EG 88).
28
Ver: K. Rahner et al. (eds.), Be-
freiende Theologie. Der Beitrag Latein-
amerikas zur Theologie der Gegenwart,
Stuttgart-Berlin-Kln-Mainz, Kohl-
Conclusin hammer, 1977; id., Volksreligion Re-
ligion des Volkes, ibid, 1979. El mismo
Karl Rahner, aunque no conoca Rahner escribi el prlogo de la prime-
ra obra, y Einleitende berlegungen
personalmente AL, tena un fino zum Verhltnis von Theologie und
sentido de la actualidad teolgica. Volksreligion (9-16), para la segunda.
Por ello percibi ya entonces como Tuve el honor de participar en ambas.

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como un texto29. Pues bien, segn un nuevo temple de nimo en la


el mismo, forma parte del signi- Iglesia, tanto en las intervencio-
ficado de un texto, no slo lo que nes del Papa, como en la respuesta
en l se dice, sino tambin el mo- creativa del Pueblo fiel. Tal temple
mento pragmtico de cmo se dice, de nimo se trasparenta en la reite-
con qu actitud existencial y tem- racin textual, gestual y vivida de
ple espiritual, qu tono afectivo y Leitmotive como gozo del Evan-
vivencia lo acompaan. De ello se gelio, revolucin de la ternura,
encuentran ndices objetivos en el cultura del encuentro, etc. Ellos
estilo del texto o en la reiteracin se oponen a actitudes de acedia,
de las palabras, etc. desencanto y aislamiento individua-
Pues bien, el ltimo ao de Pontifi- lista; y, sobre todo, testimonian y
cado tomado como texto y el texto trasparentan la alegra de evange-
mismo de EG me parecen reflejar lizar y ser discpulos-misioneros,
el despojo gozoso, el amor preferen-
cial por los pobres, la misericordia
29
Cf. P. Ricoeur, Le modle du tex-
te: laction sense considre comme de Jess, la esperanza del Reino y
un texte y Expliquer et comprendre. de otro mundo posible. Pero no
Sur quelques connexions remarqua- se trata de tonalidades separadas,
bles entre la thorie du texte, la tho-
sino que configuran un armni-
rie de laction et la thorie de lhis-
toire, en: id., Du texte laction. Essais co sistema de actitudes (EG122)
dhermneutique II, Paris, Seuil, 1986, que traslucen y contagian el gozo
respectivamente, 183-211 y 161-182. del Evangelio. n

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