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Realidad Informativa

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La realidad informativa

como realidad de segundo orden


Qu queda de la objetividad?
Jos Manuel Chilln1

La pura verdad es que en el mundo pasa en todo instante, y, por tanto ahora, infinidad
de cosas. La pretensin de decir qu es lo que ahora pasa en el mundo ha de entenderse
pues, como ironizndose a s misma. Ms por lo mismo que es imposible conocer
directamente la plenitud de lo real, no tenemos ms remedio que construir
arbitrariamente una realidad, suponer que las cosas son de un cierta manera. Esto nos
proporciona un esquema, es decir, un concepto o enrejado de conceptos. Con l, como
al travs de una cuadrcula miramos luego la efectiva realidad y entonces, slo
entonces, conseguimos una visin aproximada de ella. En esto consiste el mtodo
cientfico. Ms an, en esto consiste todo uso del intelecto2

En este texto de Ortega tenemos ya apuntada la direccin que hemos de seguir.


La pretensin de decir exactamente lo que sucede en el mundo es tanto ms intil
cuanto ms complejos se vuelven los acontecimientos y cuantas mayores repercusiones
tiene cada hecho en todos los mbitos en esta era de la globalizacin3. Las cuadrculas
que, segn Ortega, condicionan la visin de la realidad para la ciencia, son ahora las que
tambin agrupan las rutinas profesionales de los periodistas como las nicas armas de
recepcin de lo real4. Y todo ello del lado del sujeto, del profesional, precisamente
porque desde Kant ha cado la barrera entre lo objetivo y lo subjetivo como si de
compartimentos estancos se tratara. De la misma manera que la objetividad del
conocimiento necesita de la subjetividad para constituirse, la objetividad periodstica
precisa de la actividad profesional para construirse. Por eso necesitamos sustituir la

1
Pertenece al Cuerpo de Profesores de Enseanza Secundaria. Es profesor de Filosofa en Valladolid.
Licenciado en Filosofa (UVA) en Teologa (UPSA) y en Periodismo (University of Wales). Es Premio
Extraordinario en las dos primeras titulaciones y Mencin Especial en los Premio Nacionales Fin de
Carrera otorgados por el MEC. Posee el Diploma de Estudios Avanzados y trabaja en la tesis doctoral
sobre las relaciones epistemolgicas y deontolgicas entre filosofa y periodismo. Ha publicado el libro
Periodismo y Objetividad: entre la ingenuidad y el rechazo. Esbozo de una propuesta, en la editorial
Biblioteca Nueva adems de otros artculos en revistas especializadas.
2
ORTEGA Y GASSET (1972), 196-97.
3
Una pretensin que, por cierto, se hizo famosa con el slogan de Ernesto Senz de Buroaga, as son las
cosas, y as se las hemos contado Todo un ejemplo de ingenuidad (as son las cosas) y de petulancia
profesional (as se las hemos contado)
4
En este sentido, Snchez Noriega sita a los medios como los nuevos dolos que obstruyen el
acercamiento y el conocimiento de la realidad, al estilo de la lnea comenzada por F. Bacon para
identificar distintos dolos o prejuicios que hay que conocer para librarse de ellos. Pero adems, los
medios, por el otro lado, y siguiendo la misma imagen de la cuadrcula que propone Ortega, constituyen
tambin aprioris en los que se puede dar la percepcin de la realidad SNCHEZ NORIEGA, J. L.
(1997) 133

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Chilln, Jos Manuel: La realidad informativa como realidad de segundo orden

bsqueda tradicional de un periodismo objetivo por la comprensin de lo que vamos a


llamar la subjetividad objetivante. La subjetividad de cuyo lado caen los a priori del
conocimiento y los presupuestos profesionales, y la tendencia objetivante que marca el
terreno real en donde opera el sujeto-profesional y el medio. Slo as podemos saber lo
que hace el periodismo informativo con la realidad: la construye. Veamos cmo.

1. Medios y construccin de la realidad social. Influencia y efectos en los pblicos

La informacin ya no es slo privilegio de unos pocos, sin embargo, s es distribuida


por unos pocos. Y es aqu donde deberamos cuestionarnos si los medios transmiten la realidad
social o la construyen. Al intentar captar el estado de la opinin pblica, estamos investigando
la opinin del pblico, o estamos generando opinin en el pblico? Los profesionales de los
medios de comunicacin no slo contribuyen a la formacin de la opinin pblica sino que
determinan su formulacin5

Las propuestas de investigacin sobre la construccin de la realidad social que


llevan a cabo los medios, se han basado fundamentalmente en los efectos que una
construccin as provoca en los pblicos tanto en la cosmovisin social como en la
formulacin concreta de opinin pblica, segn nos explica el texto de Codina. En este
encuadre terico se sita el pensamiento de Mauro Wolf y su estudio de los efectos
sociales de los medios de comunicacin. El punto de partida de su investigacin es el
mismo que el que utiliza Lipmann en sus trabajos sobre opinin pblica: los pblicos
dependen cognitivamente de los medios de comunicacin para conocer la realidad
social. Pero el punto de llegada es mucho ms sutil y original: consiste en analizar el
proceso por medio del cual las representaciones simblicas de los medios se utilizan
como recursos para elaborar los sistemas de conocimiento de los consumidores6. Los
medios asumen de esta manera el papel de ser las nicas representaciones posibles (al
menos inmediatas) de la realidad. Todos invocamos (en terminologa de Giddens) a
ellos como fuente e incluso utilizamos sus representaciones como forma de comprender

5
CODINA (2002), 31
6
WOLF (1994), 113-14. Son muy importantes, a mi modo de ver, sus observaciones sobre cmo la
construccin de la realidad social que llevan a cabo los medios es tambin un proceso de formacin de
cultura, aunque quienes lo experimentan permanezcan inconscientes a esta particular estructuracin del
conocimiento y de la conciencia. A este respecto afirma: Los media seran as actores destacados de un
proceso que se aleja del conocimiento en la medida en que constituye el cuadro en el que se produce el
conocimiento de la realidad social. Esto no quiere decir que esta clase de proceso sea invisible, sino ms
bien que se tiene que convertir en visible, porque su invisibilidad es una condicin de su eficacia
118-19

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y asimilar nuestras propias actividades cotidianas. Pero todava, segn Wolf, hay que
destacar algo ms:

A su monopolio como fuentes fcilmente accesibles de conocimientos sobre aquella


realidad social que se escapa de la experiencia personal directa e inmediata, los media aaden
un componente de facticidad intrnseco a su ser, al mismo tiempo recurso y vnculo. No es slo
un problema de falta de fuentes alternativas de conocimientos y de representacin de la
realidad: es tambin el hecho de que en el uso de los media se produce y reproduce su manera
de ser, un recurso estructuralmente estable, institucionalizado y que se puede compartir, y esto
repercute automticamente en los trazos que caracterizan la recepcin7

En este sentido, los medios no slo constituiran el universo simblico de


referencia para cada individuo sino para el conjunto de los grupos humanos que
comparten la visin de la realidad social ofrecida por los medios de comunicacin a los
que todos tienen acceso. No tienen valor slo y exclusivamente por capacitarnos para
acceder a experiencias mediatas que escapan a nuestras percepciones inmediatas, sino
porque son ellos los que establecen la institucionalizacin de lo que sea la realidad
social. Independientemente de la capacidad crtica de sus receptores, para los tericos de
esta lnea de pensamiento, la influencia de los medios de comunicacin, (elevada a una
potencia mayor desde la introduccin de la televisin) reside precisamente en ser los
depositarios de la imagen social de la realidad segn la construccin que sobre ella
imponen a los ciudadanos. Una imposicin que, al parecer, se hace tanto ms sutil
cuanto ms se va borrando la diferencia entre el contenido de los medios y los sistemas
de representacin que los individuos utilizan en el conocimiento de lo social, es decir,
cuanto ms inconscientes nos hacemos ante este proceso de influencia meditico8.

Las teoras ms conocidas sobre la influencia de los medios en los pblicos


vienen a incidir en este mismo sentido. Tanto la propuesta de la Agenda Setting como la
famosa Espiral del Silencio de Noelle-Neumann o la Teora del cultivo de Gerbner,
tratan de determinar cmo el quehacer cotidiano de los medios de comunicacin, al
seleccionar unos temas y no otros, al privilegiar unos testimonios y al otorgarles un

7
Ibid. 120
8
En esta lnea, otros autores han supuesto que el periodismo es la fuente de racionalidad pblica,
responsable, por tanto, de constituir una cierta univocidad en los significados sociales. Los medios
construyen la realidad social transformando la significacin de las prcticas sociales y de las tradiciones
en funcin de un contexto de sentido que ya no es local o territorial e interpersonal, sino transcultural y
despersonalizado ABRIL (1997), 274 -75

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puesto y una extensin determinada en el bloque de la informacin, estn contribuyendo


a la jerarquizacin y valoracin que, ms o menos conscientemente, llevan a cabo los
pblicos sobre los distintos temas. Estas teoras, por primera vez, descubrieron que la
mayor influencia de los medios reside en que las realidades descritas por ellos son, en
ltimo trmino, la realidad social que existe y que los pblicos conocen (ms all de la
realidad social de la que tienen experiencia directa). Y es que, la responsabilidad de las
empresas informativas y de sus profesionales reside en que, precisamente, la
elaboracin de su propia agenda de acontecimientos relevantes y noticiables construir
la realidad social pblicamente reconocible, condenando la otra parte a la espiral del
silencio9. La propia dinmica de trabajo periodstico se encarga de encumbrar y
destronar a las realidades sociales, sin contar con el agravante que, a este respecto,
suponen las dependencias ideolgicas de los medios o las presiones empresariales.

Muchos de los autores situados en esta lnea de la construccin de la realidad


social consideran, sin embargo, falsa la falacia que trata de considerar pasivos a los
pblicos destinatarios, como si no hubiera posibilidad de interaccin entre emisor y
receptor. La influencia en la construccin de la realidad se asienta en una especie de
contrato por el que los receptores asumen la competencia de los medios y les otorgan
confianza, un contrato que se ha ido forjando con la extensin del uso social de los
medios. Unos medios que, por su parte, se han encargado de autolegitimar esas
pretensiones.10 Hemos trado a colacin estas posturas tericas para tratar de desvincular
la construccin de la realidad que queremos proponer como actividad constitutiva del

9
Hoy da lo vemos de forma clara aunque slo tomemos el ejemplo de las guerras. La cuestin es, por
una parte, cmo la guerra de Irak ha ocupado pginas y horas de informativos, cmo ha dividido a Europa
frente a Estados Unidos, qu implicaciones polticas y electorales ha supuesto... pero por otra, tiene una
contrapartida moral: haber privilegiado la guerra de Irak ha condenado a otros muchos conflictos tan
graves o ms al mayor de los silencios. A quin le interesan las guerras de frica? La teora de la espiral
del silencio defiende que, como consecuencia de todo ello, en un entorno de representacin
desequilibrada de las tendencias de opinin, los individuos tienden a proceder de una manera
caracterstica ya anteriormente detectada por la investigacin del comportamiento en los pequeos
grupos: rehuyendo la posibilidad de aislamiento y sumndose, al manifestar sus opiniones, a la posicin
mayoritaria.
10
La legitimacin, en general, ha sido entendida por Berger y Luckmann, como el proceso en el que se
explica o justifica el orden institucional atribuyendo validez objetiva a sus significados. Los autores
distinguen cuatro niveles de legitimacin que van desde la transmisin del sistema por el que se objetiva
lingsticamente la experiencia a los universos simblicos que unifican el orden institucional. (cfr.
BERGER, P-LUCKMANN (1984) Gonzalo Abril ha hecho una traduccin interesante de estos 4 niveles
autolegitimadores a la actividad de los medios de comunicacin. Cfr. ABRIL (1997) 285-87.Por cierto,
tambin la sociologa de la ciencia ha venido manteniendo desde los aos sesenta que la realidad es una
construccin social, un artefacto construido como fruto del debate cientfico. Una lnea terica que nos
sita, a mi modo de ver, en los umbrales del posmodernismo relativista y escptico.

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periodismo informativo, de las propuestas terico-sociolgicas que tratan de


comprender los medios exclusivamente desde los efectos que provocan en los pblicos.
Las teoras sobre construccin de la realidad social sirven, en alguna medida, para un
momento posterior al estudio de los medios donde es preciso analizar su influencia en
las sociedades contemporneas y justificar as, en qu sentido puede decirse hoy que la
informacin es poder. Pero slo en un segundo momento, porque antes tenemos que
resolver la pregunta que ha dado origen a este trabajo: la posibilidad de encontrar una
fundamentacin a la teora de la informacin periodstica que integrando las
aportaciones subjetivas y profesionales y tomando en cuenta la realidad sobre la que se
pretende emitir informacin, responda a los interrogantes ms profundos que recorren la
historia del periodismo desde sus comienzos: es posible ser objetivos?11

2. La mediacin constructiva del periodismo informativo

La idea de que el Periodismo no se limita a dar una versin de la Realidad, sino


que, al mismo tiempo, crea una nueva Realidad, escribe Enrique de Aguinaga, ya es
bastante comn en los anlisis tericos. Ttulos como La invencin de la realidad; La
produccin de la noticia o La construccin de la Realidad, significan, en definitiva, que
el sistema periodstico crea una Realidad artificial en la que estamos inmersos
naturalmente, con la misma naturalidad que el actor se mueve en el decorado teatral12.
Pero, aunque este sea el estado de la cuestin, no deja de ser inquietante saber hasta qu
punto esa produccin o fabricacin respeta la realidad de la que levanta acta y sirve al
derecho a la informacin del ciudadano. Y es que, la sospecha generalizada sobre los
medios de comunicacin tiene que ver con el tipo de relacin existente entre lo que al
pblico le llega y lo que sucedi. Cul es, entonces, la realidad que transmiten los
medios de comunicacin y que reciben los pblicos?Existe alguna diferencia entre la
realidad de la que los medios son testigos, y la realidad contada a los pblicos?

11
Algunos tericos han visto en el presupuesto sociolgico de una realidad social que es creada, la
imposibilidad evidente para que los medios de comunicacin puedan someterse a una lgica distinta que
dependa e incluya concepciones ticas y morales. Aceptar este presupuesto constituye una de sus
propuestas de intervencin en el mercado informativo. Puede verse en este sentido el estudio de
RAUSELL KSTER, C-RAUSELL KSTER, P. (2002), 127-78. Una propuesta, en mi opinin,
demasiado conformista y pesimista de la realidad actual
12
AGUINAGA (1998), 127

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La actividad profesional de los periodistas en los medios consiste en una


interpretacin sucesiva de la realidad social. Tal interpretacin resulta posible gracias a la
reduccin de la realidad a hechos que puedan comunicarse como noticias (...) Los medios
actan de este modo como mediadores generalizados. Esta es su funcin social13

La mediacin que ejercen los medios para cumplir con la misin que les ha
encargado la sociedad, tiene que ver con tres momentos esenciales: captacin,
seleccin y difusin de los hechos. Precisamente porque la mediacin se despliega en
este triple dinamismo, la mediacin nunca puede ser reflejo, ni ventana ni espejo de
ninguna realidad. Una visin tericamente responsable y sensata de los medios tendr,
por tanto, que abandonar esa postura ingenua y precrtica de los medios como autnticos
correveidiles de los acontecimientos sociales (como ya aclaramos en el captulo
dedicado al realismo informativo) Desde el momento en que la mediacin de los medios
deja de ser considerada como mera correa inocente de transmisin de los hechos, o
reformulamos la objetividad buscada, o nos quedamos sin la legitimacin social que
requiere el periodismo informativo. El medio en s impone restricciones muy severas a
la realidad en bruto. l es el responsable de convertir un hecho en noticia, un proceso de
conversin que es, en nuestra propuesta, un proceso de construccin.

Eso que les pasa a individuos y colectivos les ocurre tambin, a no dudarlo, a los
periodistas y a los medios de comunicacin. Estos no existen aparte ni se apostan ante una
supuesta realidad objetiva, entendida como cosa externa, preexistente y dada. Establecen
con ella, ms bien, una compleja relacin dialctica en virtud de la cual los media se
alimentan del abigarrado conjunto de enunciados lingsticos, icnicos y de accin que damos
en llamar realidad, y a su vez generan nuevos enunciados que inciden sobre los ya
existentes.14

Muchos autores situados en la lnea realista han huido de la comprensin del


trmino construccin azuzados por la posibilidad de que ello mine la pretendida
objetividad de lo real. Han credo que construir no es sino la antesala para la persuasin
y manipulacin de los medios15 y que llevar a cabo propuestas en este sentido, no hace

13
GOMIS (1991) 175.
14
Cfr. CHILLN (1998) 96
15
Los cientficos sociales que estudian las noticias hablan un lenguaje del que los periodistas
desconfan y no comprenden. Hablan de construir noticias o hacer noticias o la construccin social
de la realidad (...) Incluso los periodistas que critican las prcticas diarias de sus colegas y de sus
organizaciones, encuentran ofensiva esta jerga PHILIPS, B. cit. por VALBUENA (1997) 100. Sin
embargo, no ha tenido miedo a caer en las redes de un constructivismo radical Niceto Blzquez, que
hemos incluido dentro de la lnea del realismo informativo y que se expresa en estos trminos: La
informacin consumada se convierte en una nueva realidad para el receptor. Tiene el mismo papel que

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ms que legitimar la prctica periodstica ms nefasta para la sociedad. Sin embargo,


penetrando ms en el funcionamiento de los medios, entenderemos que la construccin,
constitutiva de su mediacin, no tiene por qu incluir ninguna sospecha de
intencionalidad desinformativa. Los medios manipulan los hechos en la cotidianeidad
de sus tareas y en el ejercicio de sus rutinas. Entre esa manipulacin esencial que llevan
a cabo para ejercer correctamente su misin social de mediacin, y la manipulacin ya
no de los hechos sino del sentido y contenido de los mismos, existe el espacio ocupado
por la deontologa meditica: el espacio salvado por la veracidad profesional como
condicin de posibilidad de que la realidad informativa, la realidad captada por los
pblicos, tenga las garantas de verdad informativa.

El profesor Lorenzo Gomis ha explicado esta mediacin de los medios en


trminos de interpretacin. Y aunque el trmino interpretar tenga connotaciones
difcilmente conciliables con la objetividad buscada, rescataremos el texto precisamente
porque en l se define lo que nosotros preferimos nombrar como mediacin
constructiva:

Puesto en trminos de Teora de la Comunicacin, diramos que considerar el


peridico como intrprete significa que hace las veces de receptor y emisor o fuente. El
peridico percibe mensajes diversos procedentes de las agencias de prensa, de los propios
corresponsales del peridico, de otros medios de comunicacin, de servicios oficiales, de
personas directas... los descodifica, los elabora, los combina, los transforma y, finalmente emite
nuevos mensajes16

Anlogamente a cmo en Kant las cosas en s, la realidad noumnica, se


presentaba como un lmite infranqueable para el conocimiento, las realidades en s, los
hechos periodsticos en s, se presentan como lmites para la comunicacin masiva: no
es posible que los pblicos puedan recibir la misma realidad de la que los medios son
testigos. Y ya sabemos por qu no es posible. Lo sabemos, desde el punto de vista del
conocimiento, por Kant17, y periodsticamente por la mediacin de los medios. Y es que

desempeaba la realidad para el emisor. En tal sentido, puede decirse con toda propiedad que el emisor
es un fabricante de una realidad capaz de adecuarse al entendimiento como verdad objetiva. El emisor al
elaborar la informacin construye una realidad para el receptor que se enfrenta a ella como algo
objetivo. El receptor es as descubridor de una especfica realidad adecuando a ella su mente como en el
proceso de verdad lgica. El emisor convierte la realidad en informacin, la cual es una a modo de
realidad para el receptor
16
GOMIS (1987), 18
17
Y tambin por Ricoeur, segn recoge el estudio de Haber Guerra, ya que, siguiendo la trada
hermenutica del filsofo francs, cabran tres interrogantes iniciales: a) Contar la noticia, es explicar el

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ni siquiera los medios pueden captar la realidad tal cual es ya que slo una parte de ella
es susceptible de ser recibida por los profesionales de la informacin. Una especie de
realidad fenomnica que slo existe en la cmara de TV, y en la grabadora de sonido.
De la misma manera que el espacio y el tiempo (primer escaln del conocimiento),
como formas puras de la sensibilidad, operan refirindose a objetos considerados en
cuanto fenmenos, pero no representan las cosas mismas18 y son los fenmenos los que
determinan el terreno de su validez objetiva, la realidad captada por los medios de
comunicacin (primer eslabn del proceso productivo de informacin) a partir de la cual
comenzarn las operaciones de construccin posteriores, es tambin una realidad
fenomnica. Slo podemos captar, tomar testimonio y recoger imgenes de lo que
aparece, del fenmeno susceptible de convertirse en noticia. Es verdad que la realidad
es mucho ms amplia, mucho ms compleja. En ese sentido, y siguiendo con la lectura
de quienes han visto en el nomeno de Kant un concepto lmite, podemos pensar que un
periodismo de precisin y de investigacin tratara de ir ms a las entraas de lo
meramente fenomnico, aun a sabiendas de que la realidad en s es un horizonte
inalcanzable.

La cmara cinematogrfica, y tras ella la de vdeo, se fabrican para producir


imgenes que se asemejan a la esttica renacentista. sta unific el ngulo de visin, centrando
la imagen en un punto que coincide con la proyeccin del ojo. Hay pues, una visin unvoca que
define una verdad. Y hay tambin, por lo tanto, unos tericos lmites de la visin que crean unos
lmites de la imagen (...) Segn Danto, incluso si pudiramos contemplar la totalidad del
pasado, cualquier relacin que diramos de l, supondra una seleccin, una insistencia, una
eliminacin, y presupondra criterios de relevancia, por lo que nuestra relacin no podra
incluir todo (...)Los hechos en s mismos, por lo tanto, carecen de significacin. El historiador
debe integrarlos en una construccin narrativa, en un relato que, al darles valor, los hace
inteligibles. La narracin es una forma de organizar los datos, y por ello, un modo de
interpretar19

hecho noticioso? b) Leer (escuchar, ver) un texto periodstico, es comprender la noticia? c) Estar
informados, es interpretar la realidad objetiva noticiada? Las respuestas desmontaran, una vez ms, la
llamada objetividad informativa. Para contar la noticia hacen falta dos condiciones sine qua non: percibir
el hecho noticioso y convertirlo lingsticamente en texto periodstico. Ambas remiten a la mxima segn
la cual, lo que yo digo que veo, no es tal, sino la forma que tengo de expresarlo. HABER GUERRA, Y
(2007), 86. Ms adelante, insistir con ms vehemencia, ilusin de realidad, transparencia como
artificio, ficcin del directo y la autenticidad, simulacro de la realidad, de tal suerte, no existe ni
informacin objetiva ni lectura objetiva de la informacin 87
18
A 39, B 56. Ms adelante, justo en el comienzo de la Esttica Trascendental, Kant define as el
fenmeno:recibe el nombre de fenmeno el objeto indeterminado de una intuicin empricaB 34, A 20
19
URRUTIA (1997), 50

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La realidad-materia prima de la informacin, garanta de la comunicacin


verdadera, sufre un primer proceso de sntesis desde el momento en que los medios slo
captan una parte muy reducida de lo acontecido: una captacin que conlleva unos
lmites tecnolgicos presididos por actitudes de decisin profesionales20. Es a esa
realidad en bruto recogida por los medios, segn las directrices de los periodistas
testigos del acontecimiento, a la que llamamos realidad fenomnica y slo sobre ella
ejerce el periodismo la tarea posterior de seleccin, ordenacin, jerarquizacin... y todas
las dems rutinas profesionales que darn lugar al producto final que reciben los
pblicos.

Hay que aclarar que cuando hablamos de realidad fenomnica, estamos hablando
de la nica realidad que puede ser captada por los medios, de la realidad que
precisamente por manifestarse, puede ser comunicada mediticamente. En ningn
momento estamos justificando la omisin voluntaria de datos o de hechos reales
provocados por una intencionalidad desinformativa previa. Si as sucediera, estaramos
ante una realidad en bruto, ante una realidad fenomnica que no ha seguido los dictados
profesionales de la veracidad21 y que por tanto, desde su nacimiento, est incapacitada
para transmitir una verdad informativa al no haber garantizado la relacin esencial del
mensaje informativo con la realidad original (la realidad en s, siguiendo con la
terminologa kantiana). Nuestra propuesta, en ese sentido, ofrece un fundamento terico
a las crticas sociales que otorgan una cierta responsabilidad a los profesionales de la
informacin sobre lo acontecido: porque desde el primer momento actitudes
profesionales como la veracidad garantizarn que los distintos avances constructivos
que se dan hasta llegar al producto final, no pierdan el punto esencial de referencia a la
realidad-materia prima de la informacin. Por eso construir la realidad no implica

20
La profesora Casals Carro atribuye a todo acto de escritura una forma de construir la realidad en la
medida en que presupone la situacin concreta y particular del autor as como una decisin voluntaria de
hacerlo de esta o de otra manera: Cuando narramos algo por escrito empezamos un proceso muy
parecido al que empleamos cuando decidimos fotografiar espacios: depende de la posicin, del ngulo
de mira, del zoom, de la iluminacin, el que ofrezcamos una imagen ms o menos acertada. Nunca ser
real, tan solo ms prxima o ms manipulada. La escritura no genera verdad. Pero construye realidades.
Y, desde luego, es un acto de voluntad previa el modo de esa construccin CASALS (1999), 45
21
La falta de veracidad provoca que el sujeto quede informado pero errneamente, o dicho de otra
manera, reciba una percepcin equivocada de la realidad. As lo expresa el profesor LPEZ
CAMBRONERO (2002): Quien recibe informacin falsa construye su imagen del mundo, lo que l
considera realidad, a partir de relatos que no se adecuan correctamente a los acontecimientos, con lo
que sus conceptos de lo real, y ms todava, su forma de ser (que est mal construida, mal informada)
carece de una cierta falla 85

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inventarla ni tampoco negar el estatuto ontolgico de lo que existe fuera de nuestra


conciencia. De esta manera, podemos aventurarnos a distinguir tres tipos de realidad:

- Realidad-materia prima de la informacin: Es la que hemos


llamado tambin realidad en s o realidad noumenica. Es la realidad que da
sentido a toda la informacin y al ejercicio periodstico. Si no furamos capaces
de reconocer este nivel de existencia, perdera legitimidad toda tarea informativa
y caeran en el absurdo todas las reclamaciones legales en torno al derecho a la
informacin. Sin este primer nivel de realidad, cualquier proyecto de regulacin
tica de los medios as como los cdigos deontolgicos profesionales se
convertiran en meros programas de intenciones sin contenido. El medio nunca
puede producir esta realidad que lo trasciende, de otra manera estara
inventndosela. Esta realidad sera, en trminos fregeanos, la referencia,
susceptible de ser expresada por multitud de sentidos Estara puesto a buen
recaudo nuestra necesidad social y nuestro derecho a la informacin en medios
que se conciben a s mismos como fabricantes de los hechos de los que
pretenden informar? La relacin entre este nivel de realidad y la informacin
posterior transmitida la expresa muy correctamente este texto de Snchez
Noriega:

Los medios no son, habitualmente, productores de hechos sino transmisores,


elementos de una cadena cuyo primer eslabn est fuera de ellos. Sin embargo, no hay
cadena sin ellos, lo que equivale a decir que, en cuanto productores de la noticia esto
es, de convertir los hechos en hechos noticiosos- tambin son, en definitiva, productores
de informacin22

- Realidad fenomnica: Acabamos de referirnos a ella. Es la


realidad-materia prima en su aparecer para los medios: testimonios de
protagonistas, imgenes de los hechos (tomadas con un ngulo y un enfoque
determinado) Los medios no pueden recogerlo todo, en primer lugar por el
tiempo normalmente escaso para la captacin de esta realidad, y en segundo
lugar porque hay aspectos que, formando parte de la realidad primera, no son

22
SNCHEZ NORIEGA (1997), 83

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susceptibles de ser comunicados por estos canales. La realidad fenomnica es,


por tanto, el conjunto de hechos periodsticos noticiables que pertenecen a esa
realidad-materia prima de la informacin y cuya captacin depende tanto de las
condiciones impuestas por los aparatos tecnolgicos utilizados, como de las
orientaciones profesionales requeridas (ante un asesinato, un periodista puede
preferir planos del cadver tapado en la calle, totales de los testigos, primeras
declaraciones de los cuerpos de seguridad o simplemente un plano general del
suceso) Esa primera decisin de tomar un material audiovisual u otro sobre la
realidad en s para el bruto de la informacin, que como hemos visto tendr que
estar guiada por la veracidad, unida a los condicionantes ineludibles de la
tecnologa de los medios, justifican que podamos hablar, en este primer paso del
proceso de construccin informativa, de realidad fenomnica.

- Realidad informativa-realidad construida: El ltimo nivel de


realidad es el que corresponde a la realidad emitida por los medios y captada por
los receptores. Estamos ante la misma realidad que al principio? qu ha
pasado en este trnsito?, si estamos ante otra realidad, qu garantas de verdad
le corresponden? Hemos llegado al final del proceso: la realidad estaba ah,
algunos retazos han sido captados por los medios y ahora se presentan
informativamente. Lo que ha sucedido no es una degradacin del primer nivel
para convertirse en informacin23, sino que ha tenido lugar el proceso
constructivo por el cual, el periodista ha colocado y ordenado los hechos
periodsticos que constituan el nivel anterior de realidad fenomnica y ha vuelto
a imprimir en ellos distintas condiciones exigidas por el trabajo y las rutinas
profesionales: les ha conferido un espacio, un tiempo, ha seleccionado algunos
de esos brutos, otros se han obviado, ha recortado las declaraciones de los
protagonistas... Y todo ello, de nuevo, guiado por una decisin profesional que

23
As lo han entendido los hermanos Rausell Kster, como si la realidad informativa que reciben los
pblicos significara una deformacin de la realidad inicial. Los autores hablan de esta realidad
informativa como una segunda realidad que slo conocemos a travs de los medios de comunicacin,
algo en lo que estamos de acuerdo. Sin embargo aaden una nota pesimista a esta reflexin: esta
realidad es tan inmensa y contradictoria que ya no somos capaces de discernir los enunciados
verdaderos de los falsos, y nos referimos a ella en trminos de verosimilitud e inverosimilitud, es decir,
en trminos de coherencia con respecto a enunciados anteriores pero no con relacin a un referente que
exista al margen del discurso RAUSELL KSTER, C-RAUSELL KSTER, P. (2002) 32

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Chilln, Jos Manuel: La realidad informativa como realidad de segundo orden

baraja criterios como la importancia y relevancia, la respuesta social, el inters


pblico...

Es inevitable que en cierta medida, la existencia misma de medios como instrumentos


de mediacin significativa traga aparejada la construccin de significados y de la realidad.
Negar lo inevitable de este proceso implicara querer borrar los estudios de los ltimos decenios
sobre la semitica y la sociologa del periodismo. Sin embargo, lo que queremos decir es que
estos fenmenos se producen en mayor medida de lo que sera fisiolgico, debido a la falta de
cuidado profesional y, a veces, lamentablemente, a intereses particulares y mala fe24

Por eso, si el proceso tiene todas las garantas de veracidad profesional,


es decir, si las rutinas y las decisiones profesionales no esconden ningn inters
espurio, la realidad informativa en cuanto realidad construida para los pblicos,
ser una realidad de segundo orden, de algn modo la realidad virtual,
entreverada por la verdad informativa: la verdad esperable del periodismo que
permite a los destinatarios la posibilidad del conocimiento sobre esa primera
realidad-materia prima de la informacin25.

3. Volver a la objetividad periodstica: la subjetividad objetivante

Hegel ya acus a Kant de que la objetividad postulada por su Crtica no era sino
una objetividad subjetiva. No haba ms remedio si queramos fundamentar el
conocimiento en la seguridad y en el xito del que disfrutaban la geometra y la fsica de
la Ciencia Nueva. La posibilidad de los juicios sintticos a priori fundaba, desde ese
momento, la Ciencia de las posibilidades de la ciencia. Es posible obtener juicios que,
ampliando nuestro conocimiento, nos ofrezcan la universalidad y necesidad que no
puede ofrecernos la experiencia. El idealismo trascendental kantiano se encargara de
poner el basamento terico necesario para fundamentar el conocimiento cientfico en la
realidad que aporta la experiencia, y en la necesidad y universalidad de las formas y

24
BETTETINI, G. Y FUMAGALLI, A. (2001), 23
25
Lorenzo Gomis ha hablado de dos niveles periodsticos refirindose a dos grados en la interpretacin:
debe distinguirse una interpretacin de primer grado, que nos permita llegar a decir que tal cosa ha
ocurrido en tal sitio, que Fulano ha hecho esto o ha dicho aquello (con lo que obtenemos el producto
comnmente llamado informacin) y una interpretacin de segundo grado que nos permita situar un
hecho, dado como noticia, en el contexto social y decir qu significa (...) La interpretacin de primer
grado nos dice qu ha pasado: es descriptiva. La interpretacin de segundo grado nos dice qu significa
lo que ha pasado: es evaluativa GOMIS (1987) 17

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Chilln, Jos Manuel: La realidad informativa como realidad de segundo orden

categoras a priori que inauguran la Filosofa Trascendental. La objetividad de los


juicios, desde entonces, o contaba con el sujeto, o no sera ms que un cmulo de
experiencias sin orden ni horizonte.

La objetividad periodstica, de igual modo, abandona ahora la estrechez de miras


con la que la haban comprendido el realismo y el idealismo. En una u otra postura
tendramos que haber ya firmado su sentencia de muerte, pero hemos entrevisto una
posibilidad terica de entenderla y resucitarla. El realismo informativo haba
abandonado la cotidianeidad del trabajo profesional que cada da se encuentra con las
dificultades propias de tener que informar sobre unos hechos que tiene que modelar,
redactar, fotografiar... El idealismo informativo, por su parte, haba despreciado el
sentido precrtico que supone la existencia del mundo y la posibilidad de ser conocido,
dejndonos en un acosmismo de enormes consecuencias ticas y en el fondo,
deslegitimando la funcin informativa como tal. El periodista que a diario tiene que
codearse con todos estos problemas sabe que hay algo ah fuera que sucede, pero
tambin tiene conciencia de que, de alguna manera, l manipula lo sucedido: no puede
conocerlo en su totalidad, no puede captarlo globalmente, tiene que resumirlo,
seleccionarlo, ponerlo en conexin con otros acontecimientos... La esquizofrenia vital
para quien se para a pensar en su trabajo consiste en elegir entre la objetividad como
servicio pblico o la profesionalidad como realizacin personal. El problema es que,
antes incluso de elegir, reconoce que la objetividad sin profesionalidad, sin el sujeto
periodista y sus rutinas profesionales, es una objetividad sin valor informativo, de la
misma manera que el sujeto profesional sin realidad sobre la que informar condena al
periodismo a renunciar a la verdad.

Por eso la comprensin del quehacer informativo, desde la propuesta de una


subjetividad objetivante, viene a conciliar estas dos exigencias creando toda una nueva
teora de la informacin periodstica como la que se ha expuesto en las pginas
anteriores. Un presupuesto filosfico que, situado en la tradicin kantiana, sirve para
cimentar tericamente una objetividad que, lejos de paradigmas ingenuos, construye la
realidad informativa que reciben los pblicos. Y por eso, a la construccin de la
objetividad del conocimiento en la que nos ilustra Kant, se aaden los apriori propios
de la profesin periodstica. El trnsito entre las tres realidades antes diseadas
presupone un sujeto que va progresivamente construyendo la noticia que ser

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comunicada masivamente. Una subjetividad que tiene como punto de partida la


realidad-materia prima de la informacin, y que reconoce en la veracidad la condicin
de posibilidad de que su construccin sea objetivante, es decir, una comprensin de la
subjetividad que, al agrupar todos los quehaceres y decisiones profesionales, construye
una realidad informativa que posibilita y facilita a los pblicos (lectores o audiencias)
un conocimiento sobre las realidades sociales de las que no han tenido experiencia
directa. Si este es el resultado, el periodismo volver a entrar en la senda de la
objetividad de la mano de la subjetividad que la constituye, de la mano del profesional
que la hace posible.

En un extremo de la cadena hermenutica de la noticia se halla una supuesta


objetividad de partida. Pero cuando la comprensin de la noticia se explicita en la
interpretacin de la realidad noticiada, con el lenguaje siempre como mediador, se obtiene una
intersubjetividad de llegada: infinitas lecturas de una misma noticia; cada hecho y cada noticia
que lo expresa constituye una unidad de variantes fenomnicas donde el yo se utiliza siempre
(aun cuando gramaticalmente no aparezca la primera persona del singular), que el periodista
informa de algo a un receptor t/yo lector. La significatividad de la noticia no depende
solamente del hecho noticioso como tal, sino de lo que tanto el periodista como el lector pueden
aportar gracias a las posibilidades ontolgicas de las palabras y el lenguaje. De un lado est el
texto periodstico, del otro, su sentido, su interpretacin; de un lado la realidad noticiable, del
otro la imagen de esta, la visin que de esta nos entrega el lenguaje. La conversin del hecho
noticioso en informacin periodstica es llevada a cabo por un operador humano, el periodista.
La traduccin de lo real mediada por un observador (periodista) en smbolos/signos, lenguajes y
discursos (periodsticos) constituye la realidad (noticiosa)26

El periodista, se convierte en el ingeniero y en el arquitecto de una nueva


realidad construida con materiales procedentes del acontecimiento del que se est
informando. Hay una nueva disposicin de los hechos, hay una ordenacin concreta de
los mismos y hay una valoracin de esa realidad en el conjunto de las otras realidades
fenomnicas que se pretenden transformar tambin en realidades construidas. El
arquitecto (subjetividad) toma decisiones sobre cmo orientar la recepcin primera de
esa realidad, acta con ella, la modifica, ajusta los materiales al espacio de obra, al
tiempo de emisin, selecciona las imgenes representativas de los hechos, une las
palabras que se dirigen protagonistas en conflicto para que se vea la declaracin y
contra-declaracin seguidas... pero no crea los materiales (objetivante) hacia los que se
mantiene en continua referencia. Un arquitecto de cuyo xito slo podr hablarse a

26
HABER GUERRA (2007), 87

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posteriori: cuando esa determinada construccin y, por tanto, esa particular dotacin de
sentido al conjunto de la realidad, produzca el efecto cognoscitivo esperado.

Para este camino necesitamos ms alforjas. Necesitamos deslindar la nocin de


verdad informativa que emana de este tercer de nivel de realidad construida.
Necesitamos explicar la veracidad27 como actitud profesional garantizadora de la
permanente soldadura de quehacer profesional con la verdad. Y necesitamos saber que
junto a la justificacin y pretensin del periodismo informativo, o mejor dicho, que de
ese anlisis de la justificacin y pretensin del quehacer periodstico, emerge una
deontologa concreta y un sentido democrtico esencial para la profesin. Temas que
dejamos abiertos para posteriores investigaciones.

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concomitancias en Estudios sobre el mensaje periodstico 13, 83-90
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Alfahuara
ORTEGA, F. (ed.) (2006): Periodismo sin informacin, Madrid, Tecnos

27
Para un acercamiento concreto a estas cuestiones puede verse otras de nuestras publicaciones como
(2007) La verdad periodstica. En busca de un nuevo paradigma en Universitas Philosophica 48,
Bogot, Pontificia Universidad Javeriana. 95-125 (2008): Verdad informativa y veracidad
informadora. Puede hacer algo el periodismo por la Verdad? en Estudios Filosficos, Valladolid (en
prensa)

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