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Infección, Miasma y Contagio Análisis Histórico y Metodológico de Una Teoría Infecciosa Fallida.
Infección, Miasma y Contagio Análisis Histórico y Metodológico de Una Teoría Infecciosa Fallida.
Infección, Miasma y Contagio Análisis Histórico y Metodológico de Una Teoría Infecciosa Fallida.
Resumen:
Introduccin.
Es lo que ocurre con trminos como contagio, infeccin y miasma que, usados durante
siglos, han acumulado distintas capas de significacin durante su larga vida. En cada
perodo se le fueron agregando nuevas caractersticas a su definicin, dejando atrs
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otras. Si bien hubo diferentes intentos para reemplazar esa terminologa en pos de una
mayor claridad, finalmente terminaron fallando (Bynum & Porter, 2013).
Hipcrates en el libro Sobre los vientos, fue el primeo en hablar acerca de los miasmas,
a los que describa como un mal aire asociado a cataclismos naturales. Eventos
extraordinarios como terremotos, inundaciones y eclipses, eran capaces de transformar
las cualidades atmosfricas, haciendo que partculas benficas cambiaran por otras
malignas a las que llam miasmas: emanaciones originadas espontneamente de la
tierra o el agua que llegaban cargadas de mal olor, seal inequvoca de su contenido
corrupto (Byers, 1988). Para la medicina hipocrtica, el miasma "era" la enfermedad que,
depositada en la persona, tena la propiedad de desarrollar la enfermedad completa.
Convencidos de que la enfermedad estaba envenenando desde algn lugar, buscaban
encontrar la fuente y destruirla, pero lo ms comn era que no se supiese de donde
vena, as que se quemaba todo lo sospechoso. Algunos mdicos vean como causas
favorecedoras de epidemias a la sobrepoblacin y a la miseria, pero muchas de las
epidemias no hacan ningn tipo de distingo social, enfermando tanto a pobres como a
ricos. Aislar a los enfermos durante una epidemia fue una de las primeras medidas que
se tomaron pero, qu sentido podra tener si la enfermedad estaba en el aire?
Girolamo Fracastoro fue quien por primera vez pens en una explicacin distinta luego
de ver lo que ocurra con la cadena de personas que caan enfermas a causa de una
epidemia que haba aparecido por primera vez durante ese siglo XVI: la sfilis.
Fracastoro, sin hacer ningn tipo de investigacin, pens que, si el medio para contraer
la enfermedad era otro individuo, deba de haber algn tipo de partcula que
intermediara para contagiarse contagio animado, y llam a ese agente seminaria
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contagiosa, una semilla que se reproduca a s misma, pudiendo sobrevivir afuera del
enfermo. Esta nueva posibilidad de contraer la enfermedad a travs de otro individuo, y
no por medio del aire, pensamiento tan cercano al nuestro, fue para la poca
demasiado revolucionario, as que pronto qued olvidado (Palafox, 1994).
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las plagas, no solo para proteger a los otros, sino como castigo para el mismo enfermo
(Lagerkvist, 2003). En el contagio la enfermedad no se "plantaba" como en el miasma,
sino se desarrollaba "en" la persona, y era el individuo "el" responsable de la
transmisin.
Durante dcadas se discuti la validez de la posicin a favor del contagio o a favor del
miasma. Los anticontagionistas o promiasmticos acostumbraban a darle importancia
al ambiente, a la calidad del aire, al agua y al clima de la zona. Era frecuente que los
miasmas cambiaran de acuerdo a la poca del ao, hecho comprobable, ya que las
enfermedades respiratorias aparecan con mayor frecuencia en invierno y las diarreas
en el verano. La existencia de los miasmas haba podido confirmarse empricamente
luego de una epidemia de clera en Londres en 1854, gracias a John Snow.
Durante esa epidemia, en pases como Francia que adheran a la teora del contagio,
se haban tomado medidas de aislamiento, pero no sirvieron de mucho para contener la
enfermedad. Los britnicos, en cambio, que apoyaban a la teora del miasma, no
consideraban como alternativa a la cuarentena ni al aislamiento. En primer lugar, por
considerarlos inhumanos -al afectar la libertad de las personas y al comercio-, pero
adems porque no ayudaban a frenar la propagacin. Snow intuitivamente pensaba
que el miasma deba originarse en el agua, por lo que se dedic a recorrer las fuentes
de donde la gente sacaba el agua para beber. Finalmente encontr que en la fuente de
Broad Street, casualmente el centro de la epidemia, se extraa el agua para el
consumo, y era el mismo lugar en donde se volcaban las deposiciones de los
enfermos. Esto lo llev a concluir que la fuente de la enfermedad deba estar all. Luego
de construirse un tanque en altura para contener el agua para consumo, los casos de
fiebre tifoidea cayeron de mil quinientos treinta a ochenta y nueve en el siguiente ao.
La teora del contagio era la que menos apoyo tena. Si bien consigui ser confirmada a
travs de un concienzudo mtodo de investigacin, en un ambiente como el de Viena
donde los mdicos con toda la evidencia en sus manos, siguieron siendo ms
permeables a creer en los miasmas que en las partculas contagiosas.
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En Viena como un modo de hacer frente a los problemas de infanticidio a
consecuencia de embarazos no deseados se haba creado una ley con la que se
reciba a la madre en el hospital manteniendo la privacidad de su identidad y ofreciendo
cuidado gratuito siempre que diera a luz dentro del nosocomio. La maternidad de Viena
era de las ms grandes y se haba convertido en una de las ms modernas de Europa.
Dos eran las complicaciones ms temidas: la hemorragia y la fiebre puerperal -lo que
hoy conocemos como infeccin uterina-.
Existan en el hospital dos salas maternales. La primera de mala reputacin por culpa
de una mortalidad alta alrededor del 18%, dirigida por Johann Klein. En la segunda,
la de Bor, el porcentaje de muertes era considerablemente ms bajo, menor al 3%.
Esta situacin era bien conocida fuera del hospital. Como en cada sala los ingresos se
hacan en das alternos, las mujeres a las que les corresponda la sala de Klein
rogaban ser admitidas en la otra.
Ocurra que luego de trabajar con los cadveres en la sala de autopsias, los mdicos,
sin lavarse las manos, iban directo a examinar a las pacientes internadas. Su sala era
la nica de las dos que practicaba autopsias. Era posible que el "material cadavrico"
quedara en las manos de los mdicos y llegara a la vagina de las embarazadas y ese
fuera el causante de la fiebre? Para confirmar su teora hizo dos cosas. Por un lado,
hizo experimentos inyectando material de la secrecin vaginal a conejos. Adems,
instruy a los mdicos y a los estudiantes en el lavado de manos luego de trabajar con
cadveres previo a realizar tactos utilizando una solucin de cal clorada (la cal
clorada se usaba para sacar el olor ptrido). El resultado fue dramtico, la tasa de
mortalidad se redujo en un 90% hasta equilibrarse con los nmeros de la segunda sala.
Para Semmelweis el material que vena del cadver o el pus de las parturientas,
contena un veneno fatal. En pocas en las que toda enfermedad infecciosa era
producto de miasmas en el aire, Semmelweis vena a decir que la responsabilidad era
de las manos de los mdicos que transportaban partculas. Estaba acusando a
honorables caballeros de corromper y ensuciar las heridas de sus propios pacientes! El
resultado fue predecible. Salvo algunas excepciones, la hiptesis fue ignorada, cuando
no rechazada; y l, ridiculizado. Semmelweis trat de muy mala manera de llamar la
atencin, pero termin siendo despedido de su trabajo en el hospital por su
comportamiento cada vez ms errtico. Su esposa, creyendo que se estaba volviendo
loco, le pidi ayuda a Hebra, el dermatlogo colega de Skoda, para internarlo en un
asilo. El 30 de julio de 1865, Hebra lo ingres en un instituto mental, convencindolo de
que era uno de los "nuevos institutos de investigacin". Sospechando algo raro,
Semmelweis trat de fugarse, pero fue sometido a la fuerza por los guardias. Se
lastim una pierna y muri dos semanas despus a consecuencia de una gangrena.
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produccin y el modo de contagio. El caso finalmente qued en el olvido y por aos
nada cambi. Solo se sac a la luz en las dcadas finales del siglo, cuando se
revisaron los antecedentes histricos de la teora bacteriana.
A lo largo del siglo XIX la infeccin de las heridas quirrgicas llevaban a la muerte al
50% de los pacientes en cualquier servicio de ciruga. (Virchow, 1879) Cul era la causa
por la que una persona previamente sana, luego de un corte o una herida menor, un
traumatismo o una amputacin terminasen falleciendo? Los grmenes de los que
hablaba Pasteur parecan no ser los nicos responsables ya que se los vea en
cualquier material que se pusiese bajo el microscopio. Theodor Billroth (1829-1894)
que era el jefe de ciruga en el mismo hospital de Viena en el que haba trabajado
Semmelweis 30 aos antes, saba que la ciruga no poda seguir avanzando sino se
encontraba el porqu de esta complicacin.
El pus era parte normal de la evolucin de una herida. Se esperaba la aparicin del pus
cremoso y amarillo con cierto olor, al que se llamaba pus saludable, ya que era el que
iba a dar lugar al tejido de granulacin propio de un proceso de cicatrizacin normal. A
esto Billroth lo llamaba un modo de curacin "asptico". Pocos grmenes, escasa
inflamacin y baja fiebre de corta duracin. Para los cirujanos, la herida con pus
cremoso era algo normal y no se la consideraba una enfermedad. Pero haba otro pus,
sin olor, que retardaba la granulacin, que decoloraba los msculos. Ms activo y
daino. Que se produca en los tejidos necrticos o en la sangre coagulada, asociado a
una fiebre maligna que generalizndose se transformaba en septicemia, erisipela o
piemia y mataba al paciente. Al no existir aun, una relacin directa entre fiebre e
infeccin, Billroth especulaba acerca de los diversos mecanismo posibles en la
produccin de la fiebre.
Billroth reconoce en la cocobacteria a los organismos de los que hablaba Pasteur, cuya
presencia era necesaria para que haya descomposicin y secreciones, pero no estaba
de acuerdo en que fueran causa suficiente de la infeccin. Para l la explicacin era
qumica. As como existen fermentos qumicos fisiolgicos en el jugo gstrico producto
de la actividad celular, del mismo modo traza la hiptesis de la existencia de una
substancia de accin fermentativa, producto final del tejido que se necrosa que es a la
responsable por su accin de la inflamacin, siendo tambin la activadora de los
grmenes y que al volcarse a la sangre acta como un veneno.
Billroth sospechaba de las heridas que no daban olor, ya que de acuerdo a lo visto en
sus estudios, las bacterias productoras de gases olorosos como el amonio y cido
butrico al inyectarlas en animales sanos no producan ni infecciones graves ni
toxicidad. El problema eran las heridas que reconoca como "aflogsticas"; las que se
acompaaban de fiebres altas y una enorme cantidad de cocobacterias, pero en las
que caractersticamente, no se produca el conocido pus con mal olor. Segn su
hiptesis las fiebres inflamatorias malignas, habitualmente mortales tenan origen en
ese veneno, para cuya produccin era necesaria la falta de oxgeno en la herida,
motivo por el dejaba las heridas abiertas.
Anlisis de la teora.
Billroth tena una formacin idealista especulativa y le costaba despojarse de sus viejas
creencias. En principio no acepta a los grmenes de Pasteur, y cuando lo hace no
propone cambios en su pensamiento. Sigue intentando que sus viejas creencias
miasmticas encajen con los nuevos conocimientos bacterianos. Su labor diaria no le
deja tiempo para profundizar en la contrastacin de sus hiptesis. El mismo lo reconoce
en el momento en que est a punto de descubrir el efecto bacteriosttico de la
penicilina varios aos antes que Tyndall (Majno & Joris, 1979). Billroth dice que siempre
que se observa el penicillium creciendo en un medio a temperatura ambiente, el
contenido del lquido se mantiene claro. Supone que el hongo modifica al medio
impidiendo que otras formas de vida crezcan, pero no avanz ms que eso. Dice que
se deberan seguir haciendo estudios acerca del efecto de esas "plantas", no solo para
polemizar sino para observar los resultados. Pero l no tiene tiempo, esos estudios
deberan ser hechos, recomienda, por botanistas ya que "a m me han hecho perder
mucho de mi tiempo".
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denomina cristalizacin- en la que los modelos de una teora se van construyendo de a
pasos a travs de muchos estados intermedios, hasta que finalmente queda constituida
una nueva red terica plenamente desarrollada. Todos ellos serian modelos que
contienen diferentes elementos tericos que compiten por las mismas aplicaciones
intencionales (las infecciones). Terminando el proceso de cristalizacin queda
establecida una red terica arbrea alrededor de un solo elemento terico bsico
firmemente establecido -en este caso, los grmenes que determinan la infeccin-.
Conclusin.
Haciendo una revisin histrica especifica, hemos visto que a pesar de terminar siendo
errada, la teora qumica de las heridas infecciosas esbozada por Billroth contribuy
finalmente a la cristalizacin del nuevo paradigma microbiolgico.
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