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Jose Almoina Una Satrapia en El Caribe

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JOS ALMOINA

Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

UNA
SATRAPA
EN EL
CARIBE

30 / V / 1961 - 30 / V / 2011
50 Aniversario de la
muerte de1 la bestia
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

JOS ALMOINA

UNA
SATRAPA
EN EL
CARIBE

30 / V / 1961 - 30 / V / 2011
50 Aniversario de la
muerte de la bestia
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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

CONTRA EL OLVIDO

Jos Almoina Una Satrapa en el Caribe

Primera edicin: Mxico, 1950


Edicin dominicana: Letra Grfica Breve: Junio 2007

Edicin Digital: Mxico, abril-mayo 2011


Portada: Francisco Hernndez
Corregida de la edicin mexicana de Siglo XXI Editores.
en ocasin del 50 aniversario de la muerte de la bestia.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CONTENIDO

Dedicatoria................................................................................................................7
Prefacio a la edicin dominicana..........................................................................9
Aclaracin importante.......................................................................................... 11
Advertencia indispensable.................................................................................. 15

Captulo I. La familia de los Trujillo................................................................... 17


Captulo II. La familia de Chapita....................................................................... 25
Captulo III. Los que rodean al strapa: alcahuetes,
bufones, lacayos y aduladores................................................................... 37
Captulo IV. Tretas de que se vali el megalomaniaco
Trujillo para llegar al poder......................................................................... 45
Captulo V. Cmo se sostiene el strapa?...................................................... 85
Captulo VI. La ferocidad ms que neroniana del mulato Chapita.......... 101
Captulo VII. Inexistencia de los poderes legislativo y judicial y
trasiegos burocrticos................................................................................ 133
Captulo VIII. Un rgimen monopolista......................................................... 153
Captulo IX. La poltica internacional del tirano............................................ 173
Documentos y noticias corroborantes........................................................... 229

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

DEDICATORIA

Dedico este libro crudo, amargo, brutal, a todos los que por su
condicin de demcratas, presencian con repugnancia invencible,
el espectculo de la ms sangrienta, srdida y feroz tirana que ha
contemplado Amrica desde los das del, comparado con Trujillo,
apacible Doctor Francia.[1] Pero especialmente ofrezco su lectura
montona como la vida en una mazmorra, repetida como las conver-
saciones entre amigos que se renen a diario, pero exacta en todas
sus partes, a los que por la posicin en que los coloc el proceso
histrico, pueden aplastar a este dragn, que con su aliento infecta
a todo el Continente nuevo. Son stos:

Mr. Truman,
Mr. Acheson,
Mr. Dewey,
Dr. Juan Jos Arvalo,
Lic. Miguel Alemn,
Dr. Gonzlez Videla,
Lic. Pro Socarrs.
Ing. Jos Figueres,
Ricardo Alfaro,
Galo Plaza,
Mr. Lie,
Mr. Cohen,
Lic. Torres Bodet.[2]

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Una vigorosa y conjunta accin de todos ellos, denunciando


al mundo los procedimientos selvticos de Rafael L. Trujillo, daran
al traste con esa tirana purulenta, que amenaza la tierra toda de
Amrica.

Jos Almoina.[3]

Nota del editor: Jos Almoina pretenda con esta dedicatoria, mover
a la reflexin a estas figuras para que, por lo menos hicieran algo
en apoyo al pueblo dominicano... No movieron un dedo! Y, el
pueblo hubo de continuar su agona desangrndose. Y, a la muerte
de la bestia, hubo de soportar otra intervencin Yanqui y seguir pa-
deciendo la tirana sangrienta apoyada y mantenida por el imperio
del norte, que, impuso y sostuvo al aplicadsimo mulo del Strapa,
Joaqun Balaguer Ricardo.

NOTAS

1. Jos Gaspar Rodrguez de Francia (1766-1840), poltico y dictador de Paraguay


(1814-1840). Fue lder del movimiento por la emancipacin de Paraguay del
dominio espaol (1811) y pas a formar parte de la junta de gobierno instituida
despus de declararse la independencia paraguaya. Tras ser nombrado dictador
supremo en 1814, dos aos despus proclam su cargo vitalicio. Su gobierno
fue tirnico, anticlerical y xenfobo. A pesar de su creciente despotismo, favo-
reci el desarrollo industrial, comercial y agrcola. Su rgimen pas a la historia
por convertirse en un periodo repleto de oscurantismo y aspectos cercanos a la
leyenda, debido a la contradictoria personalidad del propio Rodrguez de Francia,
personaje que durante su vida conjug etapas dispares de conviccin religiosa,
apasionamiento por los autores del Siglo de las Luces, aislamiento intelectual o
disipadas aventuras de amor y juego. No en vano, es el personaje central de la
novela del escritor uruguayo Augusto Roa Bastos, Yo el supremo (1974).
2. Harry S. Truman, Presidente de los Estados Unidos; Sean Acheson, Secretario de
Estado norteamericano; Thomas Dewey, Gobernador del Estado de Nueva York;
Miguel Alemn, Presidente de Mxico; Gabriel Gonzlez Videla, Presidente de
Chile; Carlos Fro Socarrs, Presidente de Cuba; Jos Figueres, Presidente de Costa
Rica; Ricardo Alfaro, Presidente de Panam; Galo Plaza, Presidente de Ecuador;
Trygve Halvdan Lie, poltico noruego y Secretario General de las Naciones Unidas;
Benjamn Cohen, Subsecretario General de las Naciones Unidas; Jaime Torres
Bodet, Ministro de Relaciones Exteriores de Mxico.
3. En la edicin del ao 1949 aparecen las siglas GRB [Gregorio R. Bustamante],
seudnimo que utiliz Jos Almoina.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

PREFACIO A LA
EDICIN DOMINICANA

La presente edicin del libro de Jos Almoina Una satrapa en el


Caribe, es la primera realizada en la Repblica Dominicana. Hace
cincuenta aos este libro fue publicado en Mxico, por lo que hoy
es casi desconocido en el pas.
Originalmente Una satrapa en el Caribe fue publicado bajo el
seudnimo de Gregorio R. Bustamante. Este seudnimo buscaba
resguardar la integridad fsica de su real escritor, Almoina, quien fue
secretario particular de Trujillo, persona que conoci la dictadura en
sus intimidades. Debido a que Almoina fue asesinado por el dictador,
ya no es necesario mantener el seudnimo.
El hecho de que Almoina fuese secretario particular de Trujillo
convierte a esta obra en un testimonio de alto valor. Es cierto que
el libro de Almoina es incisivo, llegando a veces casi a lo vulgar.
Pero, acaso no fue as la dictadura? Almoina trata de ser justo en
sus juicios, y as lo dice l en la presentacin de la primera edicin.
Aquellas familias de verdaderos patriotas dominicanos quedan dibu-
jadas en esta narracin con la intensidad y grandeza de sus luchas
e ideales; de igual modo, la vileza y desdoro de aquellos notables,
responsables en gran medida de la tirana, queda aqu al desnudo.
La historia de la tirana tiene que ser conocida en su crudeza, para
que jams exista otro Trujillo en la historia dominicana.
Algunas aclaraciones deben ser hechas sobre la presente
edicin. A pesar de que se respet el texto de la primera edicin,
la calidad tipogrfica de la misma es muy precaria. Existen en la
primera edicin errores de todo tipo. Las correcciones que se han

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

hecho corresponden bsicamente a incongruencias gramaticales,


de sintaxis, y errores obvios en la composicin del texto, los cuales
fueron hechos deliberadamente por el autor, quien era un gran
conocedor del idioma.
Los errores ms importantes han sido subsanados, respetando
el texto original en su conjunto. Para esclarecer aquellos pasajes
confusos se incluyen notas del historiador Orlando Inoa.

Santo Domingo, enero 2003

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ACLARACIN IMPORTANTE

Cuando finaliza ya la impresin de este libro se estn produciendo en


la Repblica Dominicana acontecimientos que ya no es posible reco-
ger con la amplitud y detalle que ameritan en esta edicin; en la nueva
en espaol y en la inglesa que ya est preparada, hallarn los lectores
con todas sus circunstancias y pormenores noticias de la actualidad
de aquel desdichado pas que gime bajo espantosa tirana.[1]
No se debe dejar de consignar aunque slo en resumen que
el 19 de junio pasado se produjo all un movimiento contra aquella
insoportable dictadura.[2] Fuerzas muy pequeas pero valerosas de
exiliados dominicanos llegaron en avin al pueblecito de Lupern,
en la costa septentrional de la Repblica Dominicana, logrando en
los primeros momentos dominar parte de aquella zona y armar y
levantar a grupos de patriotas de la comarca de Puerto Plata, una de
las ms importantes ciudades del pas. Pero este puado de valientes
tuvo que rendirse siendo en su mayora brbaramente asesinados.
Murieron tres aviadores norteamericanos que demostraron con su
sacrificio su fe en la democracia por la que haban luchado en la
ltima guerra contra el nazi-fascismo. Cayeron tambin asesinados
los dominicanos Hugo Kunhardt, Salvador Reyes idealista de la
Juventud Democrtica y miembro del Ajefismo masnico[3] Gug
Henrquez,[4] nieto del patriarca de las letras dominicanas don
Federico Henrquez y Carvajal, el hermano espiritual de Mart;
Manuel Caldern, Fernando Surez, Fabio Spignolio, Alberto Ra-
mrez, Alejandro Selva y otros. Fueron encarcelados en solitarias y
sometidos a terribles torturas: Julio Horacio Ornes Coiscou, que tan

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

valerosamente ayud a la democracia costarricense; Tulio H. Arvelo;


ngel Feli Arzeno; Jos Rolando Martnez Bonilla, hermano de la
delicada poetisa Carmen Natalia, vctima tambin de la tirana; Jos
Flix Crdoba Beniche y otros.
Estos hechos han proporcionado al tirano ocasin nueva para
seguir desenvolviendo sus sanguinarios instintos. Muchos patriotas
que creyeron llegado el momento de salvar a su pas y no ocultaron
su adhesin al movimiento, se vieron descubiertos y la represin
que ha seguido sobrepasa todo lo imaginable y no tiene par con
ninguna otra en nuestra Amrica. Trujillo se traslad a Lupern para
comenzar a dirigirla; condecor all al soldado Leopoldo Fuentes
Rodrguez uno de los asesinos ascendindolo a Teniente y orde-
n la ms espantosa matanza en toda la comarca de Puerto Plata
y del Cibao. Slo en esta regin, que es la ms rica del pas, pasan
ya de 400 los asesinados y continan los encarcelamientos y las
torturas. La represin se ha extendido a todo el pas y los campos
de concentracin y de trabajo y las crceles estn llenos de vctimas.
Entre los asesinados se encuentra el ingeniero Guido dAlessandro,
de origen italiano, en cuya muerte han mediado circunstancias que
indignaron hasta a gentes muy allegadas al dictador.[5] Las purgas
en el Ejrcito no han terminado an; y se siguen procesos secretos
e investigaciones en sus filas.
Un escalofro de terror recorre e invade la Repblica Dominica-
na. Se ha obligado, bajo amenaza de muerte, a enviar adhesiones al
tirano a todos los dominicanos; se organizan constantes manifestacio-
nes en las que se obliga a desfilar por grupos a la burocracia, comer-
ciantes, obreros, etc., y a leer discursos ya escritos bajo rdenes del
tirano, a sus dirigentes. A Ornes Coiscou le arrancaron declaraciones
falsas a fuerza de torturas. Se ha montado una parodia de procesa-
miento y juicio en donde los abogados defensores son acusadores
y los jueces y magistrados slo dicen y hacen lo que les manda el
tirano. A los altos funcionarios y personas de relieve como a Pea
Batlle y otros se les ha obligado a escribir artculos o leer discursos
llenos de baja adulacin. El dictador trata de esta manera de engaar
al exterior y en especial al Embajador norteamericano Ackerman[6]
para presentarse como siendo apoyado por el pueblo que le repudia
y le odia pero se somete por el miedo ms espantoso.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

La situacin que prevalece en la Repblica Dominicana des-


pus del 19 de junio es insoportable y constituye una vergenza
para Amrica; a describirla en detalle se dedicar un captulo en la
nueva edicin de este libro.
Mientras tanto a unas cuantas millas de las costas de la Flo-
rida, es decir, del territorio norteamericano, en donde vive una
democracia modelo, se desarrolla y acta con impunidad absoluta
la ms feroz dictadura, un sistema de vida poltico-social que cau-
sara vergenza en los das del feudalismo y que no se diferencia
en nada del de aquellos ya desaparecidos bajalatos orientales que
describen los relatos de viajes de hace dos siglos. Trujillandia no
est en Asia, ni en el Oriente Europeo, sino en plena Amrica y re-
presenta un sistema denigrante e inhumano que rompe con todos
los principios Occidentales: en primer lugar con las doctrinas del
cristianismo y con la Iglesia Catlica; despus con los fundamentos
contenidos en el Pacto de las Naciones Unidas y, an, representa
un contrasentido para dar eficacia y viabilidad a la reciente Alianza
del Atlntico del Norte.
Pero en tanto tal rgimen podrido se hunde, y ante la ola
de sevicias que en su agona produce, parece indispensable que
las cancilleras de Amrica intervengan para gritar un BASTA! al
insaciable apetito de sangre del tirano. Millares de dominicanos
agonizan en medio de inauditos martirios todos los das; da a
da, cientos de ellos son asesinados. El dictador, pretextando que
son comunistas, mata y mata incansablemente. Pero valerse del
subterfugio que se ha hecho lugar comn para tiranos y plut-
cratas, de luchar contra el comunismo, es un recurso sin valor
en el caso de Trujillo que desde hace dieciocho aos est ase-
sinando a la flor de la juventud dominicana. En Santo Domingo
no existe el comunismo aunque el dictador lo proclame ni hay
la ms remota posibilidad de una amenaza comunista; este es
un pretexto, una mscara trgica. La verdad es una, y esa arroja
diariamente cifras de asesinados en las ciudades y el campo de
aquel hermoso pas digno de que Amrica vaya en su ayuda y
de que la democracia no lo abandone en esta hora dramtica y
angustiosa por la que pasa.
El Editor.[7]

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

NOTAS

1. Ninguna de las ediciones prometidas fueron publicadas. Cincuenta aos despus


se public la primera edicin dominicana (Editora Cole, Santo Domingo, febrero
de 1999, 294 pginas). Una segunda edicin publicada por Editorial Letra Grfica
(Santo Domingo, enero 2003) tom como base la primera edicin dominicana
de Editora Cole. L.G. Breve la publica por primera vez en marzo del 2007.
2. Invasin de Lupern. La noche del 19 de junio de 1947 un avin tipo Catalina
acuatiz en las cercanas del poblado de Lupern, Puerto Plata, en la primera
invasin armada en contra de la dictadura de Trujillo. Consltese la siguiente biblio-
grafa: Horacio Ornes, Desembarco en Lupern. Mxico, Ediciones Humanismo,
1956; Tulio H. Amelo, Cayo Confite y Lupern. Memorias de un expedicionario.
Santo Domingo, Editora de la Universidad Autnoma de Santo Domingo, 1981;
Bernardo Vega, Los Estados Unidos y Trujillo. Ao 1947. Santo Domingo, Fun-
dacin Cultural Dominicana, 1984 (dos volmenes); Charles D. Ameringer, The
Caribbean Legin. Patriota, Politicians, Soldiers of Fortune, 1946-1950. University
Park, Pennsylvania, The Pennsylvania State University Press, 1996. La versin
oficial del gobierno de Trujillo se encuentra en el folleto El dcimo aniversario de
la intentona de Lupern (Ciudad Trujillo, Publicaciones del Partido Dominicano,
1959).
3. El Ajefismo refiere a la agrupacin de jvenes masones Asociacin de Jvenes
Esperanza de la Fraternidad (AJEF). Vense la pgina 93 de este libro.
4. Federico Horacio Henrquez, (Gug). Naci en Santo Domingo en el ao 1921.
Se inici en el deporte en el colegio Muoz Rivera, brillando en la prctica de
baloncesto. Lleg a ser capitn de Los Mosqueteros de La Normal. Vino en el
desembarco de Lupern en el ao 1949.
5. Evidentemente es un equvoco de Almoina. Guido dAlessandro muri el 15
de marzo del ao 1954. Al momento de su muerte estaba en desgracia con el
dictador.
6. Ralph H. Ackerman.
7. Vicente Llorens, en su libro Memorias de una emigracin. Santo Domingo, 1939-
1945 (Barcelona, Editorial Ariel, 1975, 166) afirma que el editor era Bartolom
Costa Amic.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ADVERTENCIA InPRESCINDIBLE

Yo s que ste es un libro literariamente mal redactado. Es la primera


vez que me veo en este trance.[1] S tambin que la organizacin de
materias est muy lejos de cumplir las exigencias que piden, de un
lado, el eludir las repeticiones, y del otro, una mayor claridad.
Con todo, desafo a los trujilleros a que me rectifiquen un
dato, un nombre, una fecha; y si lo intentaran conste que guardo
muchos ms datos, muchos ms nombres y muchas ms fechas,
para confundir al ms escptico.
Muchos me han preguntado cmo logr obtener tan copio-
sa documentacin. Toda me la proporcionaron los que rodean al
Strapa. No ser yo quien los denuncie, que tanto equivaldra a
cortarles la cabeza. Lo que aseguro es que cuanto s, y es mucho
ms de lo que aqu se estampa y para nuevo libro reservo, me lo
comunicaron los que supone el tirano ms afectos suyos, los que en
la primera oportunidad se sumarn a los que han de derrocarle. Lo
que de un modo fatal ocurrir en los primeros meses del prximo
ao de 1950.
Jos Almoina.[2] - Ciudad de Mxico, mayo de 1949.

NOTAS

1. Esto fue una treta de Almoina para despistar al tirano sobre la identidad del autor
de Una satrapa en el Caribe. Vase el libro de Vicente Llorens, Memorias de una
emigracin, pginas 168-171.
2. Vase nota No. 3 en la pgina de dedicatoria.

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO I

LA FAMILIA DE LOS TRUJILLO

1. El abigeo Trujillo Valdez. Este Jos Trujillo Valdez, que figura


en el Registro Civil como padre de Rafael Lenidas, dedic todos sus
afanes al abigeato, considerando que no hay mejor procedimiento
para llegar a tener una ganadera, que robndole a los dems las bes-
tias. Quiere decirse, que Joseto Trujillo Valdez fue lo que en prosa
llana y hasta en prosa encrespada se denomina con el nombre de
abigeo o cuatrero. Aunque muchas veces pudo eludir la accin de la
justicia, algunas veces hubo de responder de sus robos.
2. De ladrn de ganado a Senador y eximio patricio. Al
alcanzar el hijo de... su padre la primera magistratura del Estado, el
insigne ladrn de ganado alcanz el tributo de los honores mximos.
Se le hizo Senador, se dio a una provincia su nombre, su efigie fue
colocada en el saln de sesiones del Congreso Nacional, al lado de
las de Duarte, Snchez y Mella. En homenaje a tan eximio cuatrero
se instituy el Da del Padre y olvidando la inmediatez de sus robos,
se le hizo pasar por smbolo de la honestidad y esposo modelo de
virtudes. Cierto que esto se mostr el gran patricio empeado en
rectificarlo, dejando al cuidado de la Repblica, el pstumo regalo
y el vstago ilegtimo, concebido en una sirio-libanesa.[2] Llmase
el tal retoo Nene y es rechoncho, adiposo, ceceante, hidrocfalo,
un retrasado mental. Lo que no impide que sea ya Coronel, aunque
no pase de los doce aos y propietario de una gran finca Engombe,
con harta ganadera. Vive con su media hermana Nieves Luisa, tipo
caracterstico de la prostituta envejecida en el oficio, si bien hoy est
casada con un jefe del Ejrcito.[3]

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

3. Las cenizas del cuatrero reposan en la Catedral Primada


de Amrica, al lado de las de Coln. El ladrn de ganado tuvo a
su muerte homenajes que no se tributan a los Emperadores. Aparte
de dar su nombre a canales, puentes, calles y plazas, de disponerse
un duelo nacional que lleg a ser ridculo, se orden que su cuerpo
recibiera sepultura en la Capilla de los Inmortales, bajo las mismas
bvedas que cubren los restos de... Coln. Parece que las bvedas
se estremecieron un poco, sin decidirse al derrumbamiento. Por
todo el Bonao se oy el relinche de los caballos y los mugidos de
los vacunos, contrapunteando la muerte del hroe. Por fin los haba
dejado en paz[4].
4. Incorporacin al abigeato de la rama masculina de
los Trujillo. Los primeros que secundaron al padre, en el robo de
ganados, fueron los hijos mayores, Anbal, Virgilio y Jos Arismendi.
Como cuatreros actuaron durante algunos aos, secundndolos los
hermanos menores, especialmente Rafael Lenidas, no sin algunos
tropiezos que les obligaron a comparecer ante los tribunales, en
ciertas ocasiones. La comarca del Bonao, la banileja, conocen
las hazaas de los Trujillo, a quienes siguen teniendo por unos
bandidos.
5. El loco Anbal que siendo pnico jug a ser corso:
suicidio misterioso. Este Anbal, como todos los Trujillo (heredo
alcohlicosifiltico) es un esquizofrnico, tiene la mentalidad rota
y como tal hay que tenerlo por peligrossimo. Anbal, olvidndose
de su nombre, quiso imitar a Napolen. Vesta con una capa de
colorines muy parecida a la de su hermano el Strapa y formaba a
los criados de su finca como a milites y a cada uno les adjudicaba
un nombre ilustre. Acompabanle todos, en calidad de Estado
Mayor. A veces gritaba Anbal: Presntese Ney!, otras, Massena!
y acusaba a cualquier otro gran mariscal de Napolen, de que no
se cumplan estrictamente las rdenes del amo. Al romper filas cada
uno de estos negritos se retiraba a su conuco a recoger la yuca que
haban levantado. Como el loco Anbal a veces se le vea pasear
en Ciudad Trujillo a caballo por la calle del Conde en direccin
contraria al trfico digo que como loco Anbal hubiese conver-
tido su finca en Estado independiente, su hermano Rafael mand
soldados para rodearlo y llevrselo preso. ltimamente apareci

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

suicidado. Todo el mundo lo achaca a rdenes dadas por Can


Lenidas Trujillo Molina.
6. El feroz Jos Arismendi ms conocido por Petn. Si la
locura de Anbal se limitaba a desfilar a caballo en calidad de Napo-
len, diciendo incoherencias ininteligibles para sus cachicanes, o a
suponerse Hitler cuando ste apareci en los horizontes polticos
de Alemania all haba estado de diplomtico mandado por su
hermano o a recogerse cerca de su madre, en Rancho Cayuco,
cuando se vio rodeado por destacamentos del Ejrcito, la de Petn
se resolvi en asesinatos, violaciones y sobre todo estupros. An
ahora, que por su impotencia, ya no puede realizarlos, busca a
muchachitas para desflorarlas con el dedo.
7. Su bajalato en el Bonao. A este megalmano, le haba
hecho su hermano Rafael a ms de Mayor del Ejrcito, rbitro de
las tierras del Bonao y explotador de la finca Rancho Grande. Es-
tableciese Petn en el Bonao, que hoy se llama Monseor Nouel,
y luego se hizo proclamar rey y seor, bajo la designacin de Hijo
Adoptivo de la Comn. Pronto comenzaron en ella los crmenes
para apoderarse de tierras y ganado y los raptos para llevar a cn-
didas doncellas al lecho del brbaro. El nombre de Jos Arismendi
es execrado en el Bonao.
8. La Voz del Yuna. Como compete a todo buen dictador,
Trujillo no consiente ms radios que las oficiales. Funcionan con
la sigla HIN y HIIN, con ondas de 6.243 Kc. y 48.05 y 1.090 Kc
y 275 M respectivamente. Mas estas estaciones unidas a la del
Ejrcito no son las ms potentes. Existe la llamada La Voz del Yuna,
propiedad de Trujillo, pero administrada por Petn. Al principio
funcion en El Bonao; ahora est magnficamente instalada en
la Capital. Con dinero del Estado La Voz del Yuna comenz a
contratar artistas extranjeras, para cubrirse con apariencias cul-
turales de difusin.
No hay que decir que todas las artistas contratadas pasaban por
las caricias de Rafael, de Ramfis o de Jos Arismendi, aunque a ste
la impotencia lo tenga ya una poco abatido. Nada de lo transmitido
por las radiodifusoras deja de llevar el visto bueno del dictador. A
travs de La Voz del Yuna especialmente, se ataca a Guatemala, a
Venezuela, a Cuba, a Hait y a veces a Mxico y Panam. Da nu-

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

seas or las loas que valindose de las ondas pretenden enaltecer al


Benefactor de la patria.
9. Monopolio de frutos menores. A este ferocsimo Petn,
concedi el Strapa, nada menos, que la exportacin y comercio
interior de huevos, guineos, aves, etc. La economa del campo do-
minicano estribaba en la produccin de frijoles, pltanos, guineos,
naranjas o chinas, limones, guayabas, etc. Todos estos productos,
antes de escalar Trujillo al poder, se vendan en el mercado libre. El
pltano se mandaba a los Estados Unidos por Puerto Plata, Saman y
Snchez. Los negociantes norteamericanos hacan el negocio sobre
los muelles. Vio Trujillo que aquello era un negocio y encomend a
su hermano, el Estuprador del Bonao, el adquirir almacenes donde
recoger estos productos exportables. El miserable Petn muy luego
distribuy por el campo dominicano destacamentos del Ejrcito, que
obligaban a los campesinos a entregarles los productos de su trabajo
a precios irrisorios. Hizo ms; intervino en los muelles de los puertos
para que sin su autorizacin no pudiera salir del pas un solo racimo
de pltanos. Qued as, por el doble sistema de coaccin directa o
de intervencin coactiva, todo el sistema en sus manos. En adelante
no se consumiran frutos menores sin pasar por las manos de Petn.
l los mandaba a comprar directamente, a precios caprichosos, y el
campesino no tena otro remedio que vender. Este monopolio se
ampli con el de la exportacin de huevos y aves. La cosa se llev al
extremo de que el campesino que sala a la carretera y no entregaba
sus productos a los esbirros de Petn, apareca muerto, modo de
sembrar el terror en la comarca. Nos reservamos para otro libro los
nombres de algunos de los eliminados.
10. Hctor Bienvenido, de alias El Negro. La hija del Co-
ronel McLaughlin y la esposa de Leyba Pou. Dicen los que lo han
tratado ntimamente, que de todos los Trujillo ste es el ms de-
cente. Es actualmente Secretario de Guerra y Marina y sucesor de
su hermano en caso de muerte. Al Negro se le escapan muy pocas
mujeres. Una vez agotadas las coloca de empleaditas, bien en la
administracin fiscal o bien en el Hotel Jaragua, o empresas particu-
lares. Presenta a una hija del indigno Coronel McLaughlin,[5] como a
su novia oficial y se acuesta l que tiene tanto donde escoger con
la esposa del aguerrido milite Leyba Pou, que la pobrecita es fea

20
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

para fea.[6] Por lo dems el Negro no desaprovecha ningn medio


de enriquecerse, ambicin comn a toda la familia.
11. Por qu a Rafael lo apodaron Chapita? Cuentan los que
conocieron a esta avorazada familia, que como Rafael no estuviese
an ducho en lo de robar ganado, merodeaba por las calles de San
Cristbal afanando cuanto poda, como ser medallas, cadenitas,
relojes, etc. Toda esta prendera menuda la entregaba en su casa y
cuando su madre le preguntaba: Qu traes ah?, l contestaba:
chapitas. De donde vino el que le apodaran Chapita.
12. Virgilio se hace guaje y no rinde cuentas. En un
concurso de sinvergenzas que Virgilio se lleva el primer diplo-
ma es vetusto. Era Virgilio Ministro de Santo Domingo en Pars,
cuando por derrumbe de los frentes republicanos espaoles, se
acogieron a Francia medio milln de stos. Buscaban los iberos
con afn, salir hacia las playas americanas. Para proveer a stas
y otras necesidades, se formaron los Comits SERE y JARE[7] Con
el primero de stos se entendi Virgilio que recibi alhajas y oro
en cantidad muy apreciable y cien dlares por refugiado que la
Repblica Dominicana aceptase. Virgilio hizo el negocio sin contar
con su hermano, mas como era muy cuantioso pasaron a Santo
Domingo ms de cinco mil espaoles Chapita par las orejas y
exigi cuentas. An no se arregl el enojo entre los dos herma-
nos. Las cuentas rendidas por Virgilio no parece que fueran muy
claras. En el asunto anduvo, como agente de Virgilio, el asesino
Porfirio Rubirosa, de quien ya ms adelante hablaremos.[8] Tan
turbio estuvo el negocio, que para que se cumpliese el informal
contrato de inmigracin, el SERE hubo de dar nuevas cantidades al
substituto de Virgilio, el ladino Moiss Garca Mella, que tampoco
rindi cuentas claras.
13. Pip no es un polluelo, es un padrote que monopoliza
la trata de blancas. Este retoo del gran cuatrero, dedica sus activi-
dades a cobrar a dlar por da y mujer, a todas las que venden sus
gracias sea en las casas de lenocinio, sea en sus domicilios privados.
Nadie puede ejercer en Ciudad Trujillo la prostitucin sino entrega
un dlar a Pip.[9] Es un monopolio que su hermano el dspota le
concedi. Para que no se escape sin pagar, ninguna mujer que ponga
venal su cuerpo, Pip recorre, con sus esbirros, los lupanares, casas

21
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de citas, cabaretuchos, etc., noche a noche. No les parece este


Trujillo el mximo chulo de la Repblica?
14. En la Repblica Dominicana hay por decreto dos
Primeras Damas: la Ilustre Mulatona, digo Matrona; y la Mara
Martnez. Esta doa Altagracia Julia Molina, era una regular modista
y sin retrucano una mujer modesta. Parece seguir siendo, aunque
un tanto desvanecida, una pobre seora. El dictador la convirti en
Primera Dama y su retrato, como el de su esposo el cuatrero banilejo,
se puede ver, un tanto retocado, en los sellos de correo. Esta buena
mulatona tiembla cuando su hijo Rafael la visita. ste lo hace, para que
se diga de l que es un hijo modelo. Mientras su vstago se pasea por
la habitacin, doa Julia permanece absorta, cuando no temblorosa.
Aunque las visitas no son de ms de cuatro minutos, para la Primera
Dama resultan un martirio, y no sabemos si tambin los homenajes
que tanto se le prodigan. Como para su marido, el eximio ladrn de
ganado, se estableci el Da del Padre, para ella se instituy el Da de
la Madre. En esa fecha, en la de su natalicio y en la de su onomstico,
la buena de doa Julia, recordando sus das modisteriles y de esposa
de un bandolero, se sentir abrumada recibiendo, en su ahora suntuo-
sa residencia, comisiones de Diputados y Senadores, Secretarios de
Estado, representantes del Poder Judicial, Jefes del Ejrcito, Marina y
Aviacin y grupos de mujeres del Partido Dominicano con esplndidas
ofrendas florales. Lo que va de ayer a hoy!, pensar la buena mujer,
o no hay cuatrero que no medre.
15. A Nieves Luisa, cantonera en La Habana la casa el Jefe
con el hoy Teniente-Coronel Castillo. Chapita casa a todas las suyas
con Jefes del Ejrcito y, cuando se tercian con civiles, son pocos
escrupulosos. A Nieves Luisa era un poco difcil buscarle marido.
Mujer en sus aos juveniles de muy gentil donaire, haba conocido
los hoteles equvocos de La Habana en su totalidad. Quiere decirse
que haba estado en la capital cubana dedicada a vida non santa y
aunque semejante desliz no inhabilite para el matrimonio, lo dificulta
un poquitn.[10] Mas como siempre hay en las dictaduras sinvergen-
zas dispuestos a sacrificarse, he aqu que surgi dispuesto a ello el
dignsimo milite seor Castillo. Con su pan se lo coma. Hasta aqu
la familia que cre o herman con Trujillo. Vamos a ver ahora la
por l formada.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

NOTAS

1 En la Gaceta Oficial No. 1322, del 23 de diciembre de 1899, ltima pgina, hay
una informacin del Ministerio de Justicia sobre los procesos en curso en la Pro-
curadura Fiscal de la Provincia de Santo Domingo. En la lista de presos, aparece
en el orden No. 31, Jos Trujillo Valdez, por homicidio (octubre de 1898).
2. Luis Rafael Trujillo Molina (Nene). Naci el 21 de enero de 1936. Hijo pstumo
de Jos Trujillo Valdez procreado con Caridad Stefan (Cachita). En sus primeros
aos fue adoptado por el matrimonio de Nieves Luisa (hija de Trujillo Valdez)
y Fernando Castillo. Por muchos aos firm los apellidos Castillo Trujillo: luego
adopt los apellidos Trujillo Molina.
3. Vase nota No. 10 ms abajo.
4. Los restos de Jos Trujillo Valdez fueron sacados de la Catedral de Santo Domingo
el 19 de diciembre de 1961. Vase Sacan de Catedral restos de Jos Trujillo
Valdez. La Nacin, 20 diciembre 1961, 15.
5. Charles McLaughlin, lleg al pas durante la ocupacin norteamericana (1916-
1924). Se quedo residiendo aqu al convertirse en consejero militar, algunas veces
traductor y socio empresarial de Trujillo.
6. El 12 de diciembre del ao 1959, siendo Presidente de la Repblica Dominicana,
Hctor Bienvenido Trujillo se cas con Alma McLaughlin despus de un noviazgo
de muchos aos.
7. Vase ms detalles en la pgina 232.
8. Vase nota No. 14 en la pgina 35.
9. Amable Romeo Trujillo Molina. El manejo de la prostitucin por Pip es narrado
por Flix A. Meja, Viacrucis de un pueblo. Ciudad Mxico, Editorial Jus, 1960,
243-245.
10. Nieves Luisa Trujillo Molina. En su juventud se le conoca como la Trujillito,
por su vocacin protagnica cuando se entusiasmaba en los prostbulos (Pedro
Andrs Prez Cabral, El ladrn de San Cristbal. Caracas, s.p.i., 1946, 8). Cuando
en enero de 1920 se proces a Trujillo en San Pedro de Macors por el estupro
de una nia en Los Llanos, Nieves Luisa era popular en La Arena, zona de tole-
rancia de prostitutas en esa poblacin. Un cercano colaborador de Trujillo de
esos aos cont que la vida desorganizada de Nieves Luisa era para Trujillo un
gran problema social, lo que unido a la acusacin de estupro lo mantuvo en el
estado ms agobiante de toda su vida, (testimonio recogido por Salomn Sanz,
Trujillo: paciente, activo, cuidadoso, agresivo. Ultima Hora, 28 mayo de 1991,
16). En los aos veinte Nieves Luisa se traslad a Cuba, donde alcanz notorie-
dad ejerciendo la prostitucin, negocio al cual aport capacidad de accin y de
ejecucin (Robert D. Crassweller, Trujillo. La trgica aventura del poder personal.
Barcelona, Editorial Bruguera, 1966, 154). Al retornar al pas, se cas con Manuel
de Jess Castillo h. (Lolo), quien fue nombrado Cnsul en Montreal (1930-1932);
y luego Oficial Suministrador del Gobierno Dominicano. Al morir Lolo, Nieves
Luisa se cas con Fernando Manuel Castillo (Nando), hermano de su esposo
anterior, quien luego lleg a ser Jefe de la Aviacin Dominicana. Crassweller la
define como revoltosa, deshonesta y corrupta, agregando que en la familia era
la ms inmoral. Muri en Miami a inicios de la dcada del setenta.

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO II

LA FAMILIA DE CHAPITA

1 La primera esposa del Teniente Trujillo, hoy abandonada.


Esta buena seora, siempre hay un chivo expiatorio, madre de
Flor de Oro, es el personaje que no habla de las comedias clsicas.
Pas por la vida sin hablar, se desvanece como una sombra. Sin su
hija Flor de Oro, nadie hubiera sospechado su existencia. Fue la
primera vctima del ms grande megalmano que haya pasado por
Santo Domingo.
2. El caso de doa Bienvenida Ricardo. Esta doa Bienve-
nida fue la segunda esposa del Strapa. Se separ de ella, mientras
la Ricardo paseaba por Francia, haciendo que el Congreso votara
una ley por medio de la cual, y pretextando la falta de sucesin,
poda divorciarse. En efecto la Ricardo no tena hijos por entonces.
Los tuvo luego dos del mismo Chapita, que segua visitndola.
[1]
Doa Bienvenida que todava vive, es legalmente la legtima
esposa de Trujillo. Si ste la repudi por una ley que destruye los
fundamentos mismos de la sociedad cristiana y la perennidad del
sacramento del matrimonio, y que an no ha sido objetada por la
Iglesia dominicana, hora es ya de que sus jerarcas se decidan a salir
al paso de tanta deturpacin moral, como a la vida de su pas ha
trado el dspota Trujillo.
3. Trueque de amantes en una parranda. Corran una noche
la caravana, en plan parrandero un Doctor dominicano radicado
en Pars, que no hay por qu nombrar, y su amigo Rafael Lenidas
Trujillo. A cierta altura de la jerga y cuando ya las exaltaciones del
alcohol haban llegado a su mayor auge, hubo trueque de hembras

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

y al hoy tirano de Santo Domingo correspondi en suerte la Mara


Martnez Alba, de origen gitano, pues son sus padres y abuelos de
Vper de la Frontera, que es en la espaola provincia de Cdiz.[2]
4. La Mara Martnez pasa de frecuentar casas de citas
habaneras a Primera Dama de la Repblica. Al ceder el Doctor
residente en Francia a la Mara Martnez y quedarse l con la queri-
duela de Chapita, qued aquella de amante oficial de ste. La Mara,
que como buena gitana no carece de gracejo, se meti en la talega
al monstruo. Haba hecho una buena faena. Desde sus tiempos ha-
baneros durante los que tena el rcord de toda clase de citas y no
precisamente de clsicos griegos ni latinos, anhelaba tropezar con
alguien que la instalara definitivamente en la vida. En Rafael Lenidas
encontr al hombre. Por de pronto era su concubina. Ya pasara
a mayores. Como as sucedi. Hoy es, al alimn con su suegra, la
Primera Dama (?) de la Repblica.
5. Doa Diabla harta de carne se mete a moralizadora.
Esta inefable Mara Martnez, no quiere pasar inadvertida y para
mejor airearse se ha metido a escritora. Y no a escritora as como
as, sino a doctora en moralidades.
Debut dando al teatro una, digamos comedia con el ttulo
de Falsa Amistad, en la que aluda con alusin directa a la esposa
de Pano Pichardo,[3] que se refocilaba con su marido el Strapa, sin
tener en cuenta la intimidad que a ella le discerna. Dicen que se la
escribi el miserable gallego Almoina, entonces secretario de Trujillo.
La prensa nica la puso en los cuernos de... Pano Pichardo. La com-
paa mexicana de la Montoya la repuso ya se haba estrenado por
unos aficionados creyendo salvar as sus atollos econmicos, pero
el propio Presidente tuvo inters en que fracasara, para satisfacer a
su querida la mujer de Pano.
Mas donde culmina su actuacin como escritora, es en el
libro Meditaciones Morales,[4] con prlogo pagado de Jos Vascon-
celos y artculo como el de Gonzlez-Blanco, tambin sin duda
recompensado, que en punto a vil adulacin ni que se tratara de
la Consolacin a Helvia de Sneca. Quien conozca la vida de esta
nueva Mara Egipcaca, tiene con las Meditaciones Morales quin
se las escribira? risa para todo un ao. El diablo harto de carne se
meti a fraile! Mara Martnez ahta de parrandearla, se las echa de

26
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

moralizadora. Del libro se han hecho algunas ediciones que natu-


ralmente paga el pas y beneficia el pirata de la Parra[5] y el Comit
de Damas valientes damas y madamas! del Partido Dominicano.
Esta agrupacin le rindi un homenaje, consistente en la entrega de
una medalla de oro con piedras preciosas, en la que se grab un
libro, una paloma, una pluma y una campana. Lo de la paloma ha
de ser una irona, pues ya se sabe que es la ms disoluta de todas
las aves.
6. Los monopolios de la Mara Martnez: el Banquito, la
Caribean Motors, la Ferretera Read y el arbitrio de 25 centavos
por kilo de harina. No se crea que en la hoy vieja rascona todo sean
larismos y moralidades. Tambin la dot el cielo de un cierto espritu
prctico. As tiene establecido el Banquito, institucin filantrpica,
donde se les adelanta dinero no sin fuerte inters a los empleados
pblicos, a descontar de sus cheques mensuales. Algunos piden
adelantos constantemente, para mejor asegurar la continuidad en
sus empleos. Para que el negocio no tenga quebrantos, la Tesorera
Nacional manda al Banquito, los cheques de los empleados que se
le sealan. En este negocio da la cara un hermano de la interesada:
Francisco Martnez Alba.
Otro de los negocios de la Mara, es introducir autos y ca-
miones para la empresa Caribean Motors que es suya sin pagar
derechos de aduanas, que luego vende al Ejrcito, a los Ministros, a
los hospitales, etc., como si lo hubiera hecho. El negocito no debe
ser muy malo.
La Ferretera Read que es de doa Mara y de Francisco, haba
almacenado muchos clavos. Dizque para evitar el agio, se promul-
g un decreto determinando el precio de los tales clavos y al Lic.
Pea Morros para que los controlase. Reciba este vil Licenciado
los pedidos de clavos de todas las obras, grandes y chicas, que se
hacan en la Repblica y stos se compraban en la Ferretera Read,
al precio que sta fijaba.
Un observador de la vida matinal sandominguea, es casi segu-
ro que habr tropezado con un buen hombre que, con un saquillo al
hombro, recorre todas las panaderas de Ciudad Trujillo. Su misin
es comprobar la cantidad de harina que se haya empleado en la
panificacin y cobrar 25 centavos de dlar por cada kilo. Con este

27
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

arbitrario el panadero queda autorizado a dar el pan con merma


y tutti contenti. El importe de esta gabela pasa ntegramente a los
bolsillos de doa Mara, a quien se le supone un ingreso diario de
dos mil dlares incluidos todos sus otros negocios.
7. Es Ramfis hijo del Doctor autntico que se march a
Francia o del Doctor honoris.., sin causa? Queremos expresar
una duda que la Martnez Alba comunicaba a una ntima suya: la
de si Ramfis ser o no, hijo del Doctor del trueque, o del mulato
Rafael Lenidas. Ramfis es blanco. Esto establece una cierta duda.
Por otro lado, acusa caractersticas del Strapa, mas en esto puede
haber influencias del ambiente o ley de imitacin. Desde luego el
asunto no est del todo claro. Nada en lo que Trujillo intervenga
puede estar claro.
8. Un General de... diez aos. La megalomana trujillesca
rebasa sus propios designios y alcanza a cuanto le rodea. El caso
de su hijo Ramfis es tpico. Este nio era General a los diez aos. Lo
nombr, por orden de Trujillo en la Repblica Dominicana no se
hace absolutamente nada sin orden del tirano el Presidente pelele,
Mozo Peynado. El decreto en que se nombra a Ramfis General de
Brigada del Ejrcito Nacional, con tratamiento, emolumentos y ho-
nores de tal, es del 26 de agosto de 1938. No de General, sino de
Jefe de Estado, eran los honores que se le rendan. Tena su Estado
Mayor: dos Coroneles y varios Capitanes estaban a sus rdenes y
le acompaaban a tomar el bao, llevbanle los perros, ayudbanlo
a subir a caballo. Ramfis jug desde nio a los soldados, slo que
cobrando por sus acciones heroicas.[8]
9. Ensayo domstico de Ada. De la primera esposa, tuvo
ste a Flor de Oro; de la segunda, la Ricardo, a dos hijos, despus
de divorciarse de ella por carecer de sucesin; de la tercera, la
Mara Martnez, tres, Ramfis (?) reconocido por el dictador a los
cinco aos de nacer fuera del matrimonio, Angelita Mara de
los ngeles del Corazn de Jess, y Lenidas Radhams. Todos
estos nombres masculinos hay que ir a buscarlos a la pera Ada de
Verdi. All Ramfis es el bajo, que acta de sacerdote, y Radhams
el protagonista, que canta de tenor. Lo grotesco y rimbombante es
la caracterstica de esta familia. Tiene necesidad de echarle teatro a
todo, de convertir la vida en espectculo perpetuo, vida para este-

28
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

nografiar con todo y reflectores, tal como le gusta al jefe, al gallo, al


machazo, figura siempre principal y deslumbradora, bamos a decir
criminal y destructora.
10. La colegiala del Sagrado Corazn de Santiago de los
Caballeros. Ramfis sigue la escuela de los suyos si es que no los
supera. Nos referimos a las mujeres. l naci ya millonario y no le
fue preciso robar ni bestias, ni chapitas. Mas rodeado de la ms
servil adulacin, acostumbrado a ordenar y a ser obedecido, qu
poda sujetarlo a la hora del escndalo y del desenfreno? A los 15
aos tena su camarilla que le buscaba chiquitas. El Doctor Robiou,[9]
su to, valiente sinvergenza! le haba separado en el hospital
Marin, donde era Director, una habitacin para que all Ramfis
pudiera recibirlas y despus de reconocidas, deshonrarlas.
Todas las muchachas ms distinguidas de la Era de Trujillo
han pasado por Ramfis. Lo mismo Lel Mieses, que el Moya, son
los proveedores del amito, del mimado del Jefe.[10] Se las traen de
todos los rincones del pas para ser sacrificadas a la ya peligrosa
sexualidad del vstago del tirano o que por tal pasa.
Lo ms terrible es que para satisfacer a la bestia, los Trujillo
no se detienen ante ningn obstculo. Si se les antoja una mujer,
o cede sta o sitian por hambre a la familia. Padres, hermanos, cu-
ados, quedan automticamente sin empleo. Eso cuando no pasa
la cosa a mayores.
Como a Ramfis se le antojara una hermosa muchacha, interna
del Colegio del Sagrado Corazn de Santiago de los Caballeros,
regido por Mercedarias espaolas, se orden que fueran a buscarla.
Las monjas, al fin extranjeras, se negaron a acatar semejante arbi-
traria orden. Pero Ramfis quera poseer a la bella joven e insisti.
Nuevamente las monjas exigieron, para entregar a la educanda, el
permiso de su padre. Entonces se busc a ste y como no quisiera
ceder, se le encarcel, apale espantablemente, se le arruin, y...
finalmente la muchacha fue arrancada del colegio y entregada al
hijo... del Strapa.
Cmo pueden suceder esas cosas en la libre Amrica? Pues
suceden y en Santo Domingo con mucha frecuencia. La dictadu-
ra trujillana no admite lmites, ni consiente reducciones. Es total,
absoluta, caprichosa, feroz, grosera, sucia. Cuanto rodea a Trujillo

29
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

aparte lo grotesco y zarzuelero est cargado de tintes sombros,


trgicos, tragedia que lleva ya veinte aos de sangre, miseria,
abyeccin y lacras inenarrables. Chapita, el raterillo Chapita, ha
conseguido que la vida moral de la Repblica se convierta en una
sentina de abyecciones. Todo est all relajado, prostitudo, des-
quiciado. Por dondequiera el tirano fomenta los vicios, ejercita las
corrupciones, en el intento de convertir a su pas en una sentina. La
corrupcin del rgimen trujillero ejerce sobre la vida dominicana
su accin destructora y puede decirse que ha infectado ya todos
sus tejidos.
11. Aventura de la americana del hotel Jaragua y otros
casos gravsimos. Esto de las mujeres de Ramfis es algo trgico y
complicado. Su afn de lujuria no reconoce lmites. Los amigos que
le rodean y que viven a su cuesta son los ms activos alcahuetes.
Uno de estos amigotes, sobrino de don Cucho[11] cucho en espaol
antiguo significa estircol que anda de espa por el hotel Jaragua se
fij en una linda periodista norteamericana, que haba ido a Ciudad
Trujillo en plan de descanso. Invitada, por este canallita, a dar un
paseo en auto, al tiempo de regresar al hotel quiso llevarla donde
Ramfis la esperaba.
La joven se neg terminantemente a ello y para salvarse de no
ir, se arroj del automvil, producindose al caer al suelo algunas
heridas. Ya en el hotel comunic a la Embajada de su pas lo suce-
dido. Se produjo el escndalo consiguiente. Al otro da el frustrneo
y miserable raptor, penetr en el cuarto de la joven, buscando un
arreglo que satisficiese los deseos del amito. De nuevo la norteame-
ricana pidi auxilio y la propia Embajadora fue a buscarla, quedando
de husped en la Embajada hasta que cur de las heridas y pudo
salir del terrible Santo Domingo.
Uno de los crmenes ms abominables realizados por Trujillo,
para satisfacer caprichos de Ramfis, fue el del asesinato del oficial
de la Polica Nacional, Mayor Arredondo. Tena ste una hija lin-
dsima, como de 15 aos. Un da se le antoj al hijo del Strapa.
Comprendi el Mayor lo peligroso de aquel deseo y se mantuvo
reservado ante las proposiciones que se le hacan. Ms, obligado
a una decisin, rechaz en forma violenta semejante infamia. A las
24 horas apareca muerto.

30
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

En otro momento, tuvo Ramfis el capricho de poseer a


una de las tres hermanas Ferra, de nombre Dinorah, hija de un
italiano. Que la posey no puede caber duda. El padre avergon-
zado la mand a un colegio norteamericano. No era la nica que
segua ese camino y ni an en Norteamrica quedaban libres de
persecuciones.
12. A las que Ramfis emprea, las casa con dignos oficia-
les del Ejrcito. Ya se dice que Ramfis est rodeado de camarillas.
Una de las tales es de oficiales del Ejrcito dominicano, a quienes
protege con exceso. Tan pronto licencia Ramfis alguna desdichada
de su harn, sobretodo por preez, pasa a ser esposa legtima de
los propios militarzuelos que se las proporcionan. Digno castigo a
su abyecta y sumisa alcahuetera. Los caprichos del nio no slo
perturban la vida de las familias, sino que llenan de cieno las de sus
compaeros de parranda.
Tiene el Ramfis, desde la edad de 17 aos, amantes que sos-
tiene en casas bien amuebladas, lo que se dice en Santo Domingo
mudadas. Una de esas mudadas, es la hija de un caballero de apellido
Pichardo, a quien Ramfis cercaba. Muri de asco el seor Pichardo
y la Pichardita, que en el intern se haba casado, hubo de divorciar-
se para satisfacer los anhelos del hijo de... la Mara Martnez. Este
le puso una gran residencia a su disposicin, en Gazcue, el barrio
residencial ms distinguido de Ciudad Trujillo.
13. Flor de Oro y... azul. Flor de Oro, fuera de que es ms
alegre y ligera que las gallinas, es un caso aparte. Desenvuelta, con
despejo natural, aunque ayuna de cultura, abandonada por su padre,
casi desde nia, galop por el mundo como yegua sin freno. En al-
gn momento tuvo cargo diplomtico en la Embajada Dominicana
en Washington. Ha vivido en Mxico, en el Brasil, en Alemania y
actualmente en Francia. Su handicap de generosa excede a todo
lo imaginable. Es un caso tpico de ninfomana.[12]
14. Los maridos de la ninfomanaca. Flor se ha casado
cinco veces.[13] La primera, con el tristemente clebre asesino, a
sueldo de Trujillo, Porfirio Rubirosa, que fue a Estados Unidos para
matar a ngel Morales, fall el golpe y elimin a Bencosme. Todo
esto acontecer en Nueva York y Rubirosa pudo escapar amparado
en el pasaporte diplomtico que llevaba.[14] Nombrado Secretario

31
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de la Legacin Dominicana en Pars, cas con Flor de Oro y ms


tarde con Danielle Darrieux y luego con la multimillonaria norte-
americana Doris Duke, que acaba de echarlo a puntapis de su
casa. Divorciada del asesino Rubirosa, fue Flor a Santo Domingo,
donde cas con el Doctor Brea Messina, a quien Trujillo nombr
Encargado de Negocios en Mxico. Por ese tiempo se vio Flor
enredada en el asunto de la desaparicin de unas joyas. Pronto se
divorci del Doctor Brea, para casarse con un mdico norteame-
ricano, que un buen da apareci quemado en el cuarto del hotel
que habitaban. Regres Flor a Santo Domingo y all cas de nuevo,
con el negociante brasileo, amigo de Dutra[15] Antenor Mayrink
Veiga. Con l residi algn tiempo en Ro de Janeiro, como seis
meses, pues al cabo de ellos la inquietsima Flor presentaba de-
manda de divorcio, March Flor a Mxico nuevamente y all cas
con un Capitn francs.[16]
Por no estar de acuerdo con ese nuevo matrimonio y por
la faena que a Mayrink, su enlace con Dutra, hizo Flor, Trujillo la
deshered, consolando a su ex-yerno con algunas sumas y dndole
parte en algunos negocios.
Como se ve todo cuanto del Strapa procede es yerba mala.
Todos los Trujillo son gentes arrebatadas, locas. O son ladrones o
asesinos o tienen taras sexuales considerabilsimas. No hay en la
familia nada noble o puro.
15. Lina o... La hija de un Magistrado. Un capricho del
tirano, puede echar un borrn indeleble en toda una familia. Tal es
el caso de Lina Lovatn, hija de un respetable magistrado.[17] Elegida
Reina del Carnaval, Trujillo incit a su alcahueta oficial, Isabel Mayer,
a que se la facilitara y sta, con sus artes sutiles de tercera, satisfizo
los deseos del monstruo. Lina qued deshonrada, la familia aver-
gonzadsima, hubo ms tarde de someterse en fuerza de ddivas,
que como todos sabemos quebrantan peas. A la madre de Lina
prometi Trujillo que se casara. Cualquier da lo hace. Tiene varios
hijos con Lina, quien vive en Miami Beach, esplndidamente alojada.
Sus hermanos ocupan altos cargos en el gobierno del dspota y ella
posee grandes propiedades. En Ciudad Trujillo, por ejemplo, un
palacete, que hoy ocupa la Embajada del Brasil, lo que merece una
aclaracin. Estuvo como Embajador del Brasil hasta hace no muchos

32
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

meses, Gastn Peranhes Ro Branco, colateral del Gran Barn del


mismo apellido y casado con una hija del Mariscal de Botafogo, con
la que no hace vida marital. Necesitaba para s y para su Embajada,
un lugar discreto y alejado donde amparar sus escarceos. Trujillo hizo
que Lina, ya en Miami, le alquilara su palacete. Con sto consegua
el Strapa, alejar definitivamente a Lina de la capital, evitndose
escndalos en que interviniera la Mara Martnez, conocedora ya de
quien era su ms enconada rival, y de paso servir al amigo.
Esto nos lleva como de la mano a decir algo de las relaciones
de Trujillo, con los diplomticos acreditados cerca de l. Al dicho
Ro Branco le pasaba una gruesa suma mensual, para cubrir sus
copiosos gastos. Don Gastn quera justificar el nombre. Sostena
una querida en el hotel Jaragua, y a veces, de Norteamrica venan
tres muchachitas a entretenerle sus ocios.
Igualmente pasaba y pasa subsidio el tirano, al Embajador de
los Estados Unidos Avra Warren, al Ministro de la Argentina Loizaga
y al Encargado de Negocios de Nicaragua, Sansn Balladares, ilustre
piruetista y perfecto badulaque. Tambin tiene a sueldo al represen-
tante del Salvador, un poetastro que firma con el pseudnimo de
Conde Gris. Ambos sirven a Trujillo de confidentes, dndole cuenta
de lo que hablan sus colegas del Cuerpo.
Como se ve no hay nada fuera del alcance del tirano. Todo lo
cohecha, todo lo corrompe. Egocentrismo, megalomana, afn de
conocerlo y abarcarlo todo llevan a Trujillo al ridculo, pero tambin
a la tragedia. El que es famoso en un lugar del mundo quisiera
que ese lugar fuera todo el mundo, dice la conocida frase. Mas no
se tomen a risa los actos de este desorbitado. Ya no le basta para
cacarear recio su propio estercolero. Un loco puede provocar un
gran incendio, Recordemos el caso de Hitler. Los ingleses se rean
de l y de su bigotito de pintor fracasado. Sin embargo su mega-
lomana conmovi al mundo. En otra proporcin, no tan mnima
como se supone, el vesnico Trujillo constituye un serio peligro
para las naciones de la cuenca del Caribe. Ms adelante veremos lo
que se propona realizar en Cuba, intuyendo que de ah vendr en
algn momento su ruina. De la accin demencial de Trujillo, puede
esperarse el mayor desatino, que cuando est ya desencadenado,
no ser muy fcil de subsanar.

33
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

NOTAS

1. En realidad Trujillo tuvo una sola hija con Bienvenida Ricardo llamada Odette,
quien naci en Pars en el ao 1936. Al momento del divorcio, ya Bienvenida
Ricardo estaba embarazada de Odette.
2. La mencin del pasado amoroso, de Mara Martnez no est muy bien explicada
por Almoina. Para ms detalles vase la nota No. 6.
3. Rafael Pano Pichardo. Naci el 27 de abril de 1898. Era hijo del historiador Ber-
nardo Pichardo. Fue educado en Santo Domingo y Alemania. Desde septiembre
de 1917 hasta enero de 1926 trabaj en el International Banking Corporation,
luego denominado en ese ao National City Bank of New York, donde perma-
neci hasta principios de los aos treinta con el cargo de subcontador. Se cas
con Clara Aurora Ricart en junio de 1935.
Sirvi, junto a J. M. Bonetti Burgos y J. A. Ricardo, como uno de los padrinos
de la boda de Trujillo con Bienvenida Ricardo, lo cual es indicador de su estrecha
amistad con Trujillo. Fue nombrado Ministro de Finanzas el 1 de septiembre
de 1932; y sirvi luego como Embajador en Chile, Per, Bolivia y Ecuador. En
el verano del ao 1954 fue nombrado Embajador en el Canad. Fue el primer
dominicano en ocupar ese puesto.
En el ao 1937 represent a la Repblica Dominicana en la Convencin
Internacional del Azcar que comenz el 5 de abril, a la vez que ostent la re-
presentacin personal de Trujillo en la coronacin del rey Jorge VI de Inglaterra
el 12 de mayo.
Presidente del Partido Dominicano desde diciembre 1938 hasta mayo de
1942. Fue el primero en inscribirse en el Partido Trujillista creado por Jos Enrique
Aybar en noviembre de 1940. Secretario de la Presidencia a partir de mayo de
1942 cuando Trujillo retoma la presidencia. Cae en desgracia en enero de 1945.
Dice Galndez que en esos seis aos fue el hombre de confianza de Trujillo (La
Era de Trujillo. Buenos Aires, Editorial Marymar, 1962, p. 222). En mayo de 1945
es designado Presidente del Consejo Administrativo de Ciudad Trujillo y en julio
es nombrado Secretario de la Presidencia permaneciendo un ao en el puesto.
A la muerte de Trujillo era Senador da la Repblica.
4. Mxico, Editorial Offset Continente, 1948; segunda edicin: Barcelona, Industrias
Grficas Seix y Barral Hnos. 1954; traducido al ingls como Moral Meditations.
New York, The Caribbean Library, 1954.
5. Gonzalo de la Parra, periodista mexicano. Vase pgina 54.
6. Mara Martnez tuvo varios romances antes de convertirse en querida de Trujillo.
En el ao 1927 estuvo ligada sentimentalmente con el Lic. Antinoe Fiallo Rodr-
guez, en una relacin que casi termina en tragedia cuando Mara Martnez, en
un despecho amoroso, intent suicidarse. Esto ltimo no se consum gracias a
la intervencin mdica del Dr. Viriato Fiallo, hermano de Antinoe. (Entrevista a
un miembro de la familia Fiallo, enero 1999).
Mara Martnez tambin mantuvo un romance con el Mayor Porfirio Domi-
nici. Se estima que despus de Dominici, Mara se convirti en querida de Trujillo.
Un annimo al Presidente Horacio Vsquez firmado por Un viejo horacista
deca: El General [Trujillo] almuerza los mediodas con Maria Martnez, su nueva

34
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

concubina, en un cuarto reservado de un restaurante de la Avenida Espaa, y


sta descarada, que no hace mucho era la querida del Mayor Dominici, se pasea
todas las tardes en el gran carro particular de Trujillo, impdicamente sonreda
y cubierta de sedas y joyas. Me cuentan que cuando usted interpel al General
sobre su nueva conquista, el se burl de usted dicindole que el hroe de la
aventura no era l, sino su hermano menor. No se si esto ser cierto, porque es
difcil creer que usted se deje engaar en un asunto que todo el mundo conoce
con sus pelos y seales (Archivo General de la Nacin, Annimos a la Presiden-
cia, Depsito Especial).
7. Publicado en la Gaceta Oficial No. 5414, del 31 de agosto 1938.
8. Sobre la educacin recibida por Ramfis vase el captulo 1 [La vida en la estancia
Ramfis] del libro de Jos Almoina Yo fui secretario de Trujillo. Buenos Aires, Editora
y Distribuidora Del Plata, 1950.
9. Manuel A. Robiou.
10. Se refiere a Armando Mieses Burgos y a Manuel de Moya Alonzo.
11. Virgilio lvarez Pina, (Cucho). Se inici en la poltica en el gobierno de Horacio
Vsquez, siendo designado en el ao 1924 Director de Registro Civil y Conser-
vador de Hipotecas. Tambin por instruccin del Presidente Vsquez sustituy
a Manuel de Jess Castillo como Gobernador de Santo Domingo entre octubre
de 1926 y los primeros das de enero de 1927, periodo de las elecciones con-
gresionales. A finales de este ltimo ao form parte de la comisin de festejos
en honor del Presidente Born de Hait en su visita a Santo Domingo.
El 11 de marzo de 1929 Cucho lvarez Pina le envi una carta a Horacio
Vsquez a su residencia de San Jos de las Matas en la que le deca: Las cosas
por aqu, polticamente excelentes. Con la concertacin del tratado con Hait la
oposicin ha lanzado un grito de agona, y la nica voz es sta: la reeleccin
(AGN, Gobierno de Horacio Vsquez, presidencia de la Repblica, legajo 1).
Su militancia trujillista fue proverbial, Su campo de accin fue el Partido
Dominicano.
12. Sobre Flor de Oro vanse sus notas autobiogrficas en: My Tormented Life as
Trujillos Daughter , Look, Vol. 29. 15 junio 1965, 44-66: y My Lite as Trujillos
Prisionero, Look, Vol. 29, 29 junio 1965, 52-71: as como tambin la autobiografa
de Porfirio Rubirosa Mis memorias (Santo Domingo, Editorial Letra Grfica, 2000,
220 pginas).
13. Este tonteo slo llega hasta los aos cuarenta, Debe de agregarse a la lista: Paul
Louis Gurin, Jos Manuel Lpez Balaguer y Miguel Ferreras para completar los
ocho matrimonios de Flor de Oro.
14. El 28 de abril de 1935 fue asesinado en Nueva York Sergio Bencosme, antiguo
Secretario de Defensa del gobierno de Horacio Vsquez, al ser confundido con
ngel Morales. Este crimen lo cometi Luis de la Fuente Rubirosa (Chichi), sobrino
de Porfirio Rubirosa, quien escap a la Repblica Dominicana.
Debido a que das antes del crimen Porfirio Rubirosa haba viajado subrep-
ticiamente a Nueva York, abandonando esta ciudad el da antes del asesinato, se
le consider sospechoso del mismo. El Fiscal del Distrito de Nueva York solicit
cuestionar a Porfirio Rubirosa, peticin que fue denegada alegando que posea
inmunidad diplomtica.

35
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Sobre este hecho vase: R. Michael Malek, Rafael Lenidas Trujillo Molina:
The Rise of a Caribbean Dictator. Ph.d dissertation University of California (Santa
Brbara), 1971, 248-249.
15. Eurico Gaspar Dutra (1883-1974), militar y poltico brasileo. Elegido Presidente
de la Repblica (1946-1951). En el plano internacional, su gobierno se aline
firmemente junto a Estados Unidos, en el contexto de la Guerra Fra.
16. Capitn Charles Stehlin. Atach militar norteamericano de puesto en Francia.
Flor de Oro le conoci en Nueva York y se casaron en Mxico. Fue su quinto
esposo.
17. Ramn O. Lovatn.

36
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO IiI

LOS QUE RODEAN Al. STRAPA:


ALCAHUETES, BUFONES,
LACAYOS Y ADULADORES

1. Doa Celestina Mayer, Gobernadora, Senadora y la


Biblia encuadernada en piel de zorra. Trujillo no admite ms que
esclavos y esclavas, de hinojos, temblando a su sola presencia. Pasea
ante ellos taconeando fuerte, con estudiada afectacin de dominio,
y nadie osa sentarse antes de que l de orden para ello. Hasta sus
ms cercanos familiares saben que sus raptos son peligrossimos.
En Santo Domingo la depravacin moral alcanza a todas las
clases sociales. Slo se salvan algunas figuras seeras que han recha-
zado dinero, posicin poltica, etc. Son las pocas que quedan de la
vieja sociedad dominicana que no quiere saber nada con la canalla
advenediza de abigeos, ladronzuelos y estupradores. Estas figuras se
llaman Federico Henrquez Carvajal, Amrico Lugo, Enrique Apolinar
Henrquez, los Fiallo y algunos retoos de estas viejas capas. Trujillo
ha tratado de humillar a todos estos claros varones, pisotendoles
su dignidad y cercndoles por hambre. Un hijo de Amrico Lugo
tuvo que marchar a Norteamrica a ganarse el pan como locutor
de la radio.[1] Tambin hubieron de emigrar los Ducoudray, Pendes
Ornes, y Ornes Couscou, etc.
Abandonemos estas lamentaciones para ocuparnos brevemen-
te de la ms conspicua y asidua proveedora de mujeres que asiste al
dspota: Isabel Mayer, que ha visto premiado su ejemplar celestineo
con los cargos de Gobernadora de una provincia dominicana y de
Senadora de la Repblica. Su presencia en cualquier regin del pas
conmociona. Todo el mundo sabe que va dispuesta a robarse la flor
de la juventud femenina.

37
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Por donde ella pasa, se hace leva de muchachitas para el Jefe.


Con frecuencia se presenta la Mayer en Fundacin la mayor finca
de Trujillo llevando nias de diversas comarcas. Inmediatamente
las instalan en La Casa de Caoba y all sirven de pasto a la lujuria
del monstruo durante unos cuantos das. Opera la Mayer muy es-
pecialmente en la regin Noroeste de la Repblica y confa tanto
en sus habilidades de tercera que no trepida en penetrar hasta en
casas de la ms alta categora. Es la Mayer el ms fiel trasunto de
la Celestina de Rojas.
2. La Fefita Snchez de Gonzlez, otra fiel alcahueta. En las
sociedades corrompidas parece como si se desarrollara la emulacin
del vicio. Hay en el Partido Dominicano que preside el miserable de
Cucho lvarez Pina ya nos hemos referido al origen estercolario
del apellido, una rama femenina, organizada por la Fefita Snchez.
Insigne en alcahuetear, no est dispuesta a que le pise la Mayer el
poncho. A veces es don Cucho quien le hace ventaja. Este bellacazo,
ha colocado en el Partido a dos queridas suyas, para que le organicen
lo que podramos llamar parrandas ambulantes. Son stas las que se
celebran en los distintos centros provinciales del Partido, a los que
se lleva al Jefe para que cambie de vaca.
Ms donde la Fefita apura su terceril instinto, es en la elec-
cin de Reinas, ya de Juegos Florales, va de Carnaval. Siempre la
elegida es de las nuevas y se la obliga a perder su doncellez, bajo
las pezuas trujillescas.
3. El caso de Norma Dujarric. Ya se ha dicho que cuando
Ramfis, su padre o sus tos, quieren deshacerse de compromisos,
casan a la perjudicada con oficiales del Ejrcito stos son los ms
afectos a la cabronera, empleados e hijos de los amigos. Tal fue
el caso del Norma Dujarric. Despus de habrsela disfrutado, no ya
slo Trujillo, sino toda su camarilla, apareci un buen da casada, con
el hijo del negro Nanita, secretario particular del dspota.
4. Las orgas en La Casa de Caoba, La Suiza y en San Jos
de las Matas. Todo es en Trujillo turbio y complicado. Nunca se
sabe dnde duerme. A veces se le halla en la Estancia Ramfis, donde
vive con su mujer y sus hijos, dizque legtimos, como si los de doa
Bienvenida Ricardo no lo fueran, a mejores ttulos. Otras, las ms,
est en La Caoba, casa situada en una colina eminente, dentro de

38
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

sus fincas de Fundacin. En la primera de estas residencias, recibe


lo que pudiramos llamar el elemento oficial y all las recepciones,
ms cursis, eso si, que el arroz con leche de postre, no suelen al-
canzar grandes desmesuramientos. A veces, no obstante, el Strapa
se corre un poco en el Carlos I, y entonces los asistentes, incluso el
Embajador Norteamericano recurdese a Mr. McGurk, han de
soportarle las bromas ms soeces y pesadas.
Mas donde el tirano sostiene sus juergas en grande, es en La
Casa de Caoba. Tambin utiliza para sus orgas las residencias de La
Suiza y de San Jos de las Matas,[2] pero mucho menos.
Para llegar a la Casa de Caoba, casa de dos pisos, toda ella
edificada con la madera de este nombre, sobre lo alto de una co-
lina, es menester atravesar la muy extensa hacienda denominada
Fundacin. El acceso a La Casa de Caoba, rodeada de una cerca
de alambre electrificado, es imposible. Est guardada por destaca-
mentos del Ejrcito, no slo en la entrada principal, sino en todos
los caminos por los que se puede llegar a ella. Por su situacin,
en La Casa de Caoba, an en los das de intenso calor, se disfruta
de un clima grato. La casa tiene las caractersticas y distribucin
del puente de un trasatlntico. Est lujosamente alhajada y en la
cmara del Capitn hay instalado el bar, un bar muy amplio. Los
camarotes, o alcobas, son independientes, con bao individual,
y salida a los pasillos laterales, que a su vez se asoman a lo que
simula la borda del navo. Chapita tiene su habitacin en lo ms
alto, absolutamente aislada. Todas las semanas pasa dos o tres
das en La Casa de Caoba, que cuida una vieja sirvienta, llamada
Antonia.
Corre en este sitio sus juergas el dictador, acompaado de
personas de su confianza, l lo supone as, pero no lo son tanto
que previamente se han encargado del reclutamiento de las mujeres.
Estas son a veces simples prostitutas, otras seoras de la sociedad
afectas al rgimen y algunas impberes, a quienes el Jefe desea
poseer. Se las arrastra siempre, a estas cndidas corderas, con el
seuelo del baile y luego, a favor de la bebida, caen en brazos del
tirano, que a veces las retiene tres y cuatro das. Estas orgas son
las que pueden llamarse normales. Mas hay otras de tipo viteliano,
para satisfacer los impulsos ambisexuales de Trujillo.

39
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

No ha de olvidarse que el Strapa es un anormal tpico. Cuando


an era solo Mayor en el Ejrcito, persigui a una mujer hasta el
templo de Los Llanos, y all mismo, en el sagrado recinto, la viol[3].
El poder ha dado satisfaccin amplsima a esos torpes impulsos. No
tolera resistencias, ni oposiciones. A una muchachita honesta que
rechaz sus pretensiones, la prendieron y se la llevaron, e hizo que
todo el destacamento de Fundacin la poseyera y as destrozada,
moral y materialmente, la mand a su casa. Como se ve, Tiberio era
un caballero de la Tabla Redonda, si se le compara con el Chacal
de La Casa de Caoba.
Para lo ambisexual, el hombre de confianza de Trujillo es
Manuel de Moya, que se desnuda ante su Jefe y juntos realizan
las ms indescriptibles combinaciones. Otro tipo igual, pero ms
degenerado, es Vega Batlle, complaciente camarada del tirano y...
Rector de la Universidad. Hay pocas en que el dspota se rodea
de Secretarios maricones. Es cuando le domina la libido anormal.
En una ocasin fueron a decirle a Trujillo que Telsforo
Caldern La Calderona y Vega Batlle La Julia haban sido
sorprendidos en una habitacin del hotel Presidente, desnudos y
acaricindose. Un hombre decente, o un macho, como el dictador
pretende ser, les hubiese mandado a la Fortaleza. l reaccion en
ambisexual y premi el escndalo Por todo Ciudad Trujillo corri
la especie hacindolo a uno Secretario de Estado en la Presidencia
y al otro Rector de la Universidad.
Esta Julia Vega, que como Moya cede tambin su casa al
Strapa, para que en ella se vea con mujeres o muchachitos, es
tambin reputadsimo alcahuete. Sin embargo su esfera de accin
es muy diferente de la Mayer, a la que ya hemos aludido, y de la
de Moya. Moya acta en el interior del pas, en los campos de La
Vega, entre guajiritas y nias de la clase media; la Julia desarrolla
sus actividades en los medios burocrticos, entre mecangrafas,
oficinistas y estudiantes.
A ms de La Casa de Caoba, de La Suiza, de la residencia
aislada de San Jos de las Matas, el dictador tiene otra casa, para
motivos orgisticos, en Santiago de los Caballeros, y en todos los
Palacios del Partido Dominicano dispone de habitaciones reservadas.
A veces se organizan verdaderas expediciones en busca de gallinas,

40
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

que es como denominan a las hembras y Trujillo galardona a


quien las trae ms suculentas.
En todo esto hay un complejo muy curioso de machismo y
de alardes de resistencia viril. Trujillo es de un narcisismo grotesco.
Muchas veces sale del bao y se exhibe desnudo ante sus adulado-
res, que al verle prorrumpen en aclamaciones admirativas: Qu
cuerpo!
Qu blancura de piel! mentira que es mulatn Qu for-
mas! Qu musculatura! As se explica que las mujeres no resistan
al Jefe!, etc. En estas loas hay un complejo narcisista-degenerado
sexual, muy curioso.
Otras exaltadas alabanzas se refieren a la resistencia fsica del
Chacal.
E! Jefe, dicen, es un gallo. Estuvo con dos mujeres toda la
noche y las dej agotadas. l se levant a las 7 y sin desayunar
trabaj hasta las dos de la tarde. O bien, el Jefe pas la noche
bebiendo, de pie, y consumi varias botellas de Carlos 1 la bebida
que prefiere el dictador; a las seis de la maana mont a caballo,
recorri varias leguas, bebi toda la tarde, bail el merengue la no-
che entera y de nuevo sali al trote hasta cansar a los ayudantes y
agotar los caballos. El Jefe, que es un machazo, un gallo, como si
tal cosa. Pues bien, esto lo publican los peridicos y lo difunde la
radio. Se trata de lambisconeras babosas, pero Trujillo ha llegado
a crerselas.
La verdad es muy otra. El dictador sabe cuidarse. Se levanta
temprano, ms o menos a las seis de la maana, desayuna un vaso
de agua caliente que, para descongestionar el hgado, le recomend
el Dr. Marin. A veces, a las 8 de la maana, toma un jugo de toronja
o naranja, come a las dos de la tarde y duerme una siesta de hora
y media. Despus ya est listo para todo.
Sus juergas son de acusado tipo sexual. El baile en ellas no es
ms que un pretexto, un medio. Trujillo ha impuesto el merengue
este baile parece originarse en el carabin haitiano lo ha hecho
obligatorio, lo ha impuesto como un trgala a la sociedad dominica-
na honesta, que lo abomina.[4] En Santo Domingo se bailaron, hasta
Trujillo, danzas espaolas y bailes de saln. El dictador, queriendo
vejar el espritu tradicional, impuso el merengue. Mas los ncleos

41
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

sociales decentes, se apartan con asco de los bailes donde concurren


el dictador y sus camarillas. Saben bien, por lo ocurrido con Lina
Lovatn, que un capricho del dspota, puede arruinar moralmente
a una familia.
5. Las esposas de Pano y Parra y otras que tal bailan. Con
miras a prosperar y a que sus maridos se hagan millonarios, hay
mujeres de cierto rango social, que no repugnan el acostarse con
Chapita. Podran citarse algunas, pero las de ms relieve, fueron,
hasta hoy, las esposas legtimas de Frank Parra toln, Coln! y
de Pano Pichardo, ambas blancas. La de Parra, lo hace menos
descaradamente que la de Pano. Esta se queda a veces una noche
entera con el tirano y en una ocasin en que a Pano se le enco-
naron los cuernos oh, cocu magnifique la maltrat agriamente
de palabra. Quejse la tal a Trujillo y ste mand llamar al marido,
a quien maltrat de obra, a fuetazos.
Raras veces, pero s algunas, estas seoras distinguidas asis-
ten en La Casa de Caoba a violaciones, estupros, casos de ambi-
sexualismo y locuras ya ensayadas en Capri. Con esto Trujillo trata
de humillar a las que supone damas de sociedad. Para vejar a las
gentes superiores a l, se pinta solo el tirano. El caso del Licenciado
Pea Batlle es tpico. Pea Batlle es un hombre culto e inteligente
de contra y, como es natural, aborrece a Trujillo. Este que lo sabe,
ha procurado humillarlo de todas maneras, atrayndolo a su redil
de un modo canallesco.
Era Pea Batlle abogado de la firma azucarera Vicini. Como
italianos, fueron incluidos los Vicini en las listas negras inglesa y
norteamericana, y consecuentemente sus ingenios, que trabajaban
a todo rendimiento, se hallaron con una zafra almacenada y la em-
presa en peligro inminente de quiebra. En esta situacin, acudieron
los Vicini a Trujillo, quien, para atenderlos, puso por condicin que
fuera Pea Batlle quien le solicitara el favor. Pea Batlle, que pocos
das antes haba manifestado a un amigo del tirano su desprecio por
el mismo, estaba muy agradecido a los Vicini, que se haban negado
a despedirle, como su abogado, pese a las presiones que sobre ellos
haba hecho el Strapa, y se dispuso al sacrificio. A poco, Trujillo
obtena de los organismos americanos que se borrara a los Vicini
de la lista negra, para que pudieran vender su azcar. Fue Pea

42
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Batlle a darle las gracias al dspota y a ponerse a su disposicin,


para responder as al favor otorgado. El dictador slo le pidi que
aceptara los cargos para que fuera nombrado. Poco despus reciba
el nombramiento de Diputado ya se habla en otro lugar del proce-
dimiento a seguir [5] y casi inmediatamente el de Presidente de la
Cmara, donde se le oblig a pronunciar un discurso ditirmbico, en
honor al brbaro. No haba pasado mucho tiempo y ya Pea Batlle
era Secretario de lo Interior y Polica, y a muy poco, de Relaciones
Exteriores. Hubo de pasar entonces el Licenciado Pea Batlle por
la vejatoria humillacin, de que lo tuteara el mulato abigeo de otros
das, delante de los representantes diplomticos, la de permanecer
horas enteras de pie, sin que ste se dignara contestar a su saludo,
ni a las preguntas que le haca. Mas Trujillo nunca olvida y guardaba
an, para su culto Secretario, mayor agravio. En ocasin en que
se movilizan hacia algn poblado campestre las concubinas y los
amigotes del Jefe con las amantes de lvarez Pina, Lel Mieses y
Nadal el patizambo,[6] y otros de semejante jaez, fue invitado Pea
Batlle. Organizse un baile, con las que seguan al Jefe, ms algunas
muchachitas de los poblados vecinos. Entonces Trujillo oblig a
Pea Batlle a que tocara las maracas, en pie, toda la noche, hasta
que se hizo de da. Tan denigrante acto, iba a ser seguido del nom-
bramiento del Secretario de Relaciones Exteriores, para Embajador
dominicano en Hait. Hay que conocer el discurso del Licenciado,
que va en otro lugar, para medir toda la humillacin que implicaba
pasar como diplomtico a Port-au-Prince.[7] Obligar a Pea Batlle a
la aceptacin de aquel cargo, era pisotearlo moralmente. Esto es lo
que pretenda el Strapa.

NOTAS

1. Amrico Lugo Romero, hijo nico de Amrico Lugo.


2. Esta casa fue construida originalmente para un sanatorio anti-tuberculoso, apro-
vechando el excepcional clima que goza el poblado. En lugar de hospital, el
Presidente Horacio Vsquez la utiliz como residencia veraniega, por lo que se
le conoci desde entonces como La Mansin. Al iniciarse la Era de Trujillo, esta
residencia fue utilizada por Trujillo como centro de operacin militar en la pacifi-
cacin de la Lnea Noroeste, y por algunos meses funcion all el gobierno. En el
ao 1932 en esta casa se celebr la boda de Flor de Oro con Porfirio Rubirosa.
Un incendio destruy La Mansin en la dcada del sesenta.

43
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

3. Este episodio de la vida de Trujillo fue documentado por primera vez por los
historiadores Richard Millett y Marvin Soloman, The Court Martial of Lieutenant
Rafael L. Trujillo, Revista/Review Interamericana, Vol. II, No. 3, otoo 1972, 396-
404.
4. Durante la campaa electoral de 1930, Trujillo hizo acompaar a sus proslitos
de conjuntos tpicos de merengue que cantaban loas al candidato que ya se
consideraba ganador. Este hecho era tan aberrante para la clase alta de Santo
Domingo como lo eran los atropellos de los matones de La 42, pues este gnero
musical era despreciado por las clases altas del pas.
El merengue desde su aparicin fue calificado de msica del populacho. La primera
referencia documental que se conoce del merengue, es un artculo aparecido en
el peridico El Oasis el 26 de noviembre del ao 1854. En enero del ao siguiente,
ese mismo peridico inici una candente acusacin contra este nuevo gnero
musical, considerado por ellos como bajo e inmoral. Este peridico argumen-
taba en su crtica al merengue que si una persona sin educacin y que no haya
frecuentado sociedades comete esos excesos all en sus bacanales, que baile a
su modo de tal o cual manera, se excusa, no sabe hacerlo mejor; pero los que se
dicen decentes traten de ofender pblicamente en buen decoro de la sociedad
es imperdonable (citado por Emilio Rodrguez Demorizi, Msica y baile en Santo
Domingo. Santo Domingo, Librera Hispaniola editora, 1971. 112).
La popularidad del merengue en vez de decrecer iba en aumento. En el ao 1875
el Presidente Ulises Francisco Espaillat inici una campaa contra el merengue
que fue totalmente intil debido al arraigo de que gozaba este gnero musical,
especialmente en la zona rural del Cibao.
En los primeros aos de este siglo el merengue alcanz los barrios de la ciudad de
Santiago, donde gan fama de ser un baile impdico (ms detalles puede encon-
trarse en el trabajo indito de Agustn Pichardo y Csar Franco Posibles origen del
merengue. Santiago, 23 pginas). Instalado Trujillo en el poder hizo del merengue
el ritmo oficial del gobierno y del pas. En el primer recorrido militar que realiz
en el ao 1931 se hizo acompaar por la banda de msica del Ejrcito Nacional
tocando merengues por toda la geografa del pas.
5. Vase pgina 134.
6. Virgilio lvarez Pina, alias Cucho; Armando Mieses Burgos, alias Lel; y Amable
Nadal, alias el Patizambo.
7. No incluido por Almoina en su libro.

44
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO IV

TRETAS DE QUE SE VALI EL


MEGALOMANACO TRUJILLO
PARA LLEGAR AL PODER

1 Cmo ascendi Trujillo a la presidencia de la Repblica?


Todo el rgimen trujillero se fundamenta, en el exterior, por la insul-
tante tesis de que el pueblo dominicano necesita de una dictadura
personal ante la incapacidad en que se halla de ejercer sus derechos
democrticos. Encierra este concepto un intolerable desdn por
la sociedad dominicana, que siempre encerr en su seno nclitos
valores intelectuales y cvicos, capaz de paragonarse con los ms
altos de Iberoamrica.
De aqu que la primera decisin del tirano fue vejar todo cuan-
to en Santo Domingo representaba honor, dignidad, inteligencia,
tradicin decente, prestigio.
Era ya Trujillo Jefe del Ejrcito, protegido por los norteame-
ricanos, que haban ocupado el pas de 1916 a 1924. Este puesto
lo deba Trujillo a Horacio Vsquez, que nunca crey, dado el
desprestigio del luego tirano y de la familia, que pudiera prosperar
en sus ambiciones.
Efectivamente, la sociedad dominicana rechaz siempre a los
Trujillo, por abigeos y desvergonzados. Cuando el Strapa pretendi
entrar en los Clubes de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros,
las sociedades capitalina y cibaea lo rechazaron violentamente.[1]
Uno de los opositores ms grandes que tuvo Trujillo en el Club de
la capital fue su luego alcahuete y lambiscn Virgilio lvarez Pina,
casado con una hermana de don Manuel de Jess Troncoso de
la Concha, emparentado adems con otras familias de prestigio,
aunque l no lo tuviese.

45
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Por lo dems el Strapa no haca nada por salir de aquella


cuarentena. Continuaba con su padre y hermanos robando fincas
y ganado y a la base de aquellos expolios y de la explotacin de la
leche, comenzaba a reunir sus primeros bienes. Por donde pasaba
l, su padre, sus hermanos o secuaces, no volva a verse animal vivo.
Cuando los campesinos los presentan, guardaban el ganado como
podan, conociendo que si los dejaban al potrero, no volveran a
divisarlo. Ya comenzaban los Trujillo a inspirar terror. Rodeados de
la gente ms proterva, de los deshechos de la delincuencia, recorran
el pas de punta a punta. Con todos aquellos bandidos, formara ms
tarde Trujillo el estado mayor del Partido Dominicano, la Brigada 43,
que mandara el sanguinario Miguel A Paulino y el ncleo de ver-
dugos, asesinos y secuestradores que habran de formar la Gestapo
trujillera.[2] Los robos en beneficio del Jefe ya desde aquellos das
se le llamaba de ese modo forman una cadena ininterrumpida, de
1927 a 1930. Se lleg al extremo de robar un caballo amaestrado a
la alta escuela, que llevaban unos cirqueros ambulantes y que se le
antoj a Trujillo. Sus esbirros se apoderaron de l y al da siguiente
pastaba en los campos de La Suiza.[3] Los propietarios del circo,
que eran extranjeros, reclamaron. Se supo quines haban sido los
ladrones, quin era el poseedor de la bestia, pero slo pudieron
obtener una pequea cantidad, en concepto de indemnizacin. Era
una demostracin de a qu punto llegaba el insofrenable cuatrerismo
del tirano, entonces un simple militar de fortuna.
La historia de cmo ascendi Trujillo al poder, es de un con-
dotierismo vulgar. El Strapa estaba, por los aos de 1928 a 1930,
en una situacin privilegiada. Tena una familia que, como l, an-
helaba los goces del poder, y en el Ejrcito fuertes resortes y a sus
hermanos Hctor, Anbal y Jos Arismendi, en puestos castrenses
de confianza. En los cuadros de las diferentes guarniciones sostena
a grupos de asesinos y ladrones sacados de los ms bajos fondos y
alentaba el cantonalismo, ayudando a jefes y caudillejos comarcanos,
envindoles armas y dinero. Contaba adems con el respaldo de
algunos militares norteamericanos, que le haban ayudado durante
la ocupacin y con la pluma de su pariente Icdulo Pina Chevalier,
que sola escribir en la prensa. Esto le serva de mucho, pues dada
su alergia a la letra manuscrita o impresa, no hubiera podido tener

46
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

acceso a los peridicos. Frente a todo esto no haba nada ms que


un gobierno dbil, incauto, fraccionado en grupos, agitado por me-
nudas ambiciones polticas y una opinin pblica voltaria, que, tras
la ocupacin norteamericana, no contaba sino con unos cuantos
grupos selectos. Cuando en 1929 Horacio Vsquez, mal aconsejado,
pretendi reelegirse, se produjo una reaccin muy viva, que alentaba
grandes posibilidades de restauracin para el pas. Este movimien-
to tuvo su sede, muy especialmente, en la regin cibaea, la ms
rica y poblada de la Repblica y la ms desligada de los manejos
polticos-burocrticos, por depender casi todos sus habitantes de la
agricultura o de la industria. Era cabeza visible de este movimiento, el
Lic. Rafael Estrella Urea, hombre ntegro, de acrisolado patriotismo
y de una gran honestidad pblica y privada. Fue ste quien levant
la bandera antiterreeleccionista y form el Partido Nacional, con un
programa generossimo.[4] Muy pronto se vio rodeado de una gran
masa, en la que se inclua lo ms selecto del pas.
Un da de 1929 y ante la obstinacin de Horacio Vsquez,
este gran movimiento se puso en marcha hacia la capital. Vsquez
ignoraba que Trujillo, por bajo cuerda siempre el juego torpe,
apoyaba indirectamente el movimiento. As al pedir Vsquez a su Jefe
del Ejrcito, a Trujillo, que fuese al encuentro de los que llegaban,
como ste le diese una respuesta sibilina y dilatoria, se refugi en
la Embajada norteamericana. Rafael Estrella Urea fue designado
Presidente provisional de la Repblica, mientras se preparaban las
elecciones. Haban stas de tener lugar el 16 de mayo de 1930. Al
tratar de la presentacin de candidatos, todo el mundo se decidi
por Estrella Urea. La opinin que segua a este era arrolladora.
Fue entonces cuando el tirano Trujillo, valindose del hampa
que le rodeaba, maniobr para que lo designaran candidato. A la
Brigada 43, del monstruoso Paulino, se le dio el encargo de sostener
por donde quiera la candidatura del Jefe. Produjo este procedimiento
impositivo y el nombre de Trujillo, un sentimiento de repugnancia
y asco en la opinin honrada del pas y no menos en la Embajada
norteamericana, donde conocan demasiado bien al pillete de Cha-
pita, y donde se haba procurado un arreglo civil, pacfico y nacional,
al problema planteado. No hace mucho que el distinguido hombre
de letras dominicano y expresidente del Rotary Club en su pas, Lic.

47
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Antonio Bonilla Atiles,[5] ha publicado un folleto en el que se trans-


criben los documentos cruzados entre la Embajada norteamericana
en Santo Domingo y el Departamento de Estado de Washington,
as como otros testimonios de la misma procedencia, que prueban
que el gobierno de los Estados Unidos, an siendo Trujillo hechura
suya, no estaba dispuesto a soportar el baldn de que semejante
ladronzuelo ascendiese al poder. Por su lado la opinin dominicana
echaba a relajo que el abigeo, hijo de abigeo y hermano de abigeos,
aspirase a ser Presidente. Para demostrarlo as comenzaron a fijarse
carteles con el No puede ser un ladrn en la presidencia. En todas
las paredes se vea. Mas a Trujillo esto le importaba muy poco. Ya
se vengara llegada su hora.
Pronto la candidatura de Chapita dejaba de tener contrincante.
Rafael Estrella Urea, evitando mayores males, pasaba a ser simple
candidato a la vicepresidencia. Vino luego el triunfo de las dos can-
didaturas: la de Trujillo por la violencia y con muy pocos votos; la
de Estrella Urea con montones de sufragios.
Al siguiente da de ser elegido, Trujillo mostr ya sus intencio-
nes de anular a todos los partidos polticos y organizaciones similares,
para entrar a ser Presidente perpetuo y dictador militante. A muy
poco se formaba el tristemente clebre Partido Dominicano, inte-
grado por la hez del pas, por los desertores de los dems partidos,
por la gente audaz e inmoral, dispuesta a disfrutar del botn que
Chapita ofreca. Las personas dignas que condenaban aquel siste-
ma comenzaron a ser perseguidos, inaugurndose la ms brbara
tirana que haya pasado por Hispanoamrica. Al que no alababa,
palo; al que no se sumaba, saqueo; al que se expresaba con realismo
respecto al Strapa; el cementerio. La ola de terrorismo se desen-
caden sobre lo ms honesto, lo ms culto, lo ms renombrado, lo
ms selecto socialmente. A las mujeres decentes se las insultaba en
pblico o se las atropellaba o estupraba en privado. Comenzaron
los esbirros y los sabuesos, que hoy forman en la Gestapo trujillana,
a obrar tropelsticamente. Haba tambin otra Gestapo castrense,
que intent militarizar al pas en pleno y donde desde los primeros
das actuaron Vsquez Rivera, Leyba Pou gran cabrn! Federico
Fiallo, Cocco y otros muchos, unos que an siguen vivos, otros que
murieron a manos de la misma tirana a que sirvieron. Entretanto, la

48
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

sociedad dominicana trepidaba empavorecida. Qu clase de loco


y de bestia feroz les haba cado encima? Los que podan, buscaban
el modo de liquidar sus bienes para salir del pas; las que se queda-
ron los Hernndez, los Henrquez, los Coiscou, los Alfonseca, los
Morales, los Grulln, los Fiallo los buenos, etc., vivan aisladas, sin
trato con nadie y consternadas ante las espantosas referencias que
las sirvientas les traan de la calle.
Trujillo, lo mismo entonces que ahora, se regordeaba humi-
llando a los ms dignos, vejando a los hombres cultos, estrujando
a los ricos hasta empobrecerlos. Una de sus vctimas fue, desde
el principio, don Amrico Lugo, eximio historiador, que hasta hoy
no se ha doblegado ni a la ddiva ni a las persecuciones.[6] Se le
quiso abatir su entereza con proposiciones tentadoras, encargo de
discursos y trabajos profesionales. Mas todo fue rechazado. Por fin
ya que era un historiador, a quien el Estado haba subvencionado
para trabajar en archivos extranjeros y haba llegado a formar una
coleccin importantsima de papeles relacionados con la historia
dominicana, por qu no la escriba? Don Amrico Lugo acept
la oferta, a condicin de que la historia que se le peda escribir no
rebasara del ao 1930. Trujillo se indign, ya que se trataba de
prescindir de l y su mayor anhelo es que todo el mundo se ocupe
de una persona y relate sus prodigiosos hechos. El seor Lugo pu-
blic entonces la carta que haba dirigido al dictador, de dignsima
austeridad asentando que la historia no se escribe de rodillas, ni
al dictado de situaciones polticas, al cabo siempre efmeras, por
mucho que duren, sino en ambiente sereno y desapasionado.[7]
Mal poda escribir l una historia posterior a 1930, que en lo ms
ntimo condenaba y que sin duda a mayor distancia se vieran mejor
en sus resultados. No quera, pues, ni escribir con pasin y hasta
con indignacin la historia de los ltimos veinte aos, ni tampoco
una historia ulica, llena de alabanzas al tirano, por no mancillar su
limpia historia de escritor. Una historia de adulaciones al dspota,
que deshonraba a su patria, no poda escribirla. Conocida la carta
por el tirano y por el pblico, pues circul clandestinamente, Trujillo
declar reo de lesa patria al insigne historiador.
La persecucin comenz ipso facto. Se prohibi visitar al gran
patricio, comenzaron los ataques en el peridico oficial acusndole

49
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de haber aprovechado los subsidios del gobierno dominicano en


beneficio propio y no de la comunidad y de que su coleccin la
llamada Coleccin Lugo era defectuosa. Don Amrico se vio com-
pelido a irse deshaciendo, a escondidas, de sus valiosos libros, sin que
el tirano se diera cuenta, para evitar represalias en los compradores;
su hijo hubo de emprenderla para los Estados Unidos, buscando
ganarse all la vida. Mas el noble historiador se mantiene erguido
frente al tirano, como un smbolo de que an quedan hombres de
la vieja raza en tierras de Amrica.
Adems don Amrico tena el ejemplo del polgrafo Pedro
Henrquez Urea. Hijo de la egregia poetisa Salom Urea y del Dr.
Francisco Henrquez, gozaba no slo de fama internacional sino de
la de su propio pas, donde se encontraba al tiempo de las elecciones
de 1930, en la que jugaba Trujillo y su pariente Rafael Estrella como
Presidente y Vicepresidente.[8] Pedro Henrquez, conocido por su
fecunda labor en Espaa, Mxico, Argentina y Estados Unidos crey
que era momento propicio para intervenir en la educacin pblica
de su pas. Le nombraron Intendente de Enseanza, mas como
Trujillo pretendiese hacer de l su adjunto y ayudante, el Maestro
se apart asqueado y regres a sus ctedras de las ms connotadas
universidades americanas.
El dspota, para cohonestar de alguna manera esta retirada,
hizo publicar, por los analfabetos de la camarilla, que haba fracasa-
do por no poder seguir el impulso dinmico del Csar-Dios, que de
abigeo iletrado haba ascendido a Presidente de la Repblica.
El caso de los Fiallo es parecido s se excepta el de Federi-
co, General jefe de la Gestapo del tirano. Todos los Fiallos estn
frente a la tirana. Lo estuvo el gran poeta Fabio, amigo de Rubn
Daro, pese a tener que disimularlo a veces; lo estn el Dr. Viriato
Fiallo y sus hermanos a quienes el tirano ha encerrado varias veces
en las celdas de la tristemente famosa Fortaleza. Al Doctor se le ha
tenido en una de esas celdas, sin poder sentarse durante meses, pese
a padecer una desviacin de la columna vertebral, maltratndole
horriblemente y ya en la calle, arrebatndole toda la clientela.
Mantienen tambin un digno aislamiento el centenario don
Federico Henrquez y Carvajal, gran amigo de Jos Mart, el poeta
don Francisco Henrquez,[9] que fue Secretario de Relaciones Exte-

50
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

riores con el General Heureaux (Lils) y que durante la ocupacin


yanki sostuvo con vigor la causa independentista.
Otros han aceptado, no sin reservas, cargos fuera del pas,
como el internacionalista Carlos Snchez, y Max Henrquez Urea,
hermano de Pedro.
Ms, an cuando colaboran con el tirano, lo desprecian pro-
fundamente.
Dura ya la tirana de Trujillo 19 aos. Esta lacra se mantiene
an sin extirpar, porque las sombras potencias de la finanza norte-
americana as lo quieren. Como no se trata en este libro de anlisis
crticos, sino de simple exposicin de hechos, dejamos al lector la
tarea de enjuiciar el por qu los gobiernos llamados democrticos
consienten que siga supurando la llaga dominicana.
2. El caso del Licenciado Bonilla Atiles. Que la violencia
del rgimen trujillero no ha tenido modificacin, ni an despus de
haberse producido decisivos acontecimientos internacionales, lo
prueba el caso del Lic. Bonilla Atiles.
Este culto abogado dominicano, enemigo del rgimen por
formacin y sentimientos, tuvo que acallar sus convicciones, des-
pus de haber estado preso varias veces y sometido a espantosos
tormentos en el campo de concentracin de Nigua. Sirvi al tirano a
regaadientes, como diplomtico en Caracas, como Vicepresidente
del Consejo Administrativo, Vicerector de la Universidad y Decano
de la Facultad de Derecho, en Ciudad Trujillo, donde su bufete era
uno de los ms prestigiosos del pas y, con las igualas de importantes
empresas, viva holgadamente.
Pero Trujillo, que ya haba humillado varias veces al abogado
necesitaba an seguir vejndolo para vengar en lnea ininterrumpi-
da, lo que l crea antiguo agravio personal. La historia merece ser
relatada porque demuestra la psicopatologa del dictador. Bonilla
Asiles haba sido Mayor de Leyes en el Ejrcito dominicano, cuando
Trujillo era su jefe. La amistad entre ambos era grande, al punto
de que fue Bonilla quien encarg el ajuar del General, cuando
este contrajo segundas nupcias con doa Bienvenida Ricardo. Se
visitaban frecuentemente. Un da el General anunci a Bonilla, que
iba a visitarlo con su esposa aquella noche; y Bonilla parece que
se excus dicindole que la suya estaba enferma. Pero a la noche

51
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Trujillo pas por la calle donde viva Bonilla, acompaado de uno


de sus esbirros, el patizambo Nadal [10] y ste le hizo ver que en
casa de Bonilla haba una fiesta. Al da siguiente Trujillo llam a su
despacho de General Mayor de Leyes y lo insult; Bonilla tuvo que
renunciar a su cargo en el Ejrcito. Desde entonces la persecucin
no ces. Bonilla fue preso, se le obligo a vestir el uniforme de
presidiario, a trabajar en las carreteras y en las fincas del Jefe, se le
condujo a Nigua, etc. Con ese fro sentido del martirio que slo los
enfermos mentales son capaces de abrigar. Trujillo calculadamente
perdon as se dice en Santo domingo cuando el Jefe devuelve
su gracia, al abogado. Pero no era por mucho tiempo. Cuando
lo hubo situado de nuevo en posiciones visibles, cuando Bonilla
haba sido elegido Presidente del Rotary Club Internacional y le
haba hecho pronunciar discursos en la Universidad y fuera de ella,
encomisticos de su obra de gran estadista, el dictador dio orden
de comenzar la persecucin. Se le hizo ver que era Presidente del
Rotary y venerable Maestro de la Logia Cuna de Amrica, la ms
vieja y ms prestigiosa institucin del pas, que el predicamento de
Bonilla en la Universidad era grande. Trujillo ahinc entonces ms la
persecucin, cuanto alto estaba el sujeto de ella, pues esto es lo que
persigue siempre para efectos generales de terror y ejemplaridad. La
persecucin comenz por una carta de Bonilla hizo publicar en el
diario La Opinin, quien la acogi, porque entonces su director el
espaol Lic. Jos Ramn Estella haba recibido de Trujillo la seguridad
de que se permitira libertad de prensa.[11] Eran los das inmediatos al
fin de la guerra y el dictador quera hacer ver que democratizaba su
gobierno. La carta no contena nada que pudiera ofender y cualquier
gobernante en cualquier pas del mundo hubiese dado las gracias
al que la escribi, por proporcionarle un testimonio de la bondad y
libertad de su rgimen, pero para Trujillo decir pblicamente, cuan-
do se estaba preparando su reeleccin ensima, que un ciudadano
reservaba su opinin y su voto y no los comprometa con un ao
de anticipacin, era un insulto a la omnipotencia divina de que se
cree investido por la gracia suya que a su juicio est por encima de
la de Dios. Pronto Bonilla fue destituido de sus cargos. Sali de la.
Universidad por decreto, se le ech tambin de la presidencia de
Rotary Club Oh las grandes sociedades fraternas internacionales!,

52
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

dej la veneratura de la Logia Cuna de Amrica. Mas todo esto no


era bastante; haba que cercarle por hambre; todas las empresas y
particulares, que tenan igualas en su bufete, hubieron de comuni-
carle que no las sostenan; ningn particular poda acercarse a la
casa de Bonilla que era vigilada da y noche por los ms feroces
sabuesos de la Gestapo; Bonilla se hallaba pues cercado, sitiado.
Ni an sus familiares le visitaban; Viriato Fiallo y sus hermanos que
se atrevieron a hacerlo, fueron inmediatamente encarcelados y
maltratados. Un da Bonilla, desafiando la vigilancia que se haba
establecido en su alrededor y exponindose a ser muerto, pudo
llegar a la Embajada de Mxico y pidi al Embajador, don Enrique
Gonzlez, asilo. Comenz entonces un dilogo entre la Embajada
y la Cancillera. El Sr. Gonzlez no deseaba salir de la paz y sosiego
de que disfrutaba, en una residencia frente al mar paredaa a la
residencia de la Primera Dama doa Altagracia Julia Molina, madre
del tirano, residencias ambas que pertenecan y cules no! a
Trujillo. Se lleg a un arreglo amistoso. El Canciller Lic. Pea Batlle
ofreci oficialmente al Embajador, para que ste lo hiciese saber al
gobierno mexicano, que el dspota respetara la persona del Lic.
Bonilla y le dejara en libertad de transitar y de poder salir del pas si
lo deseaba; esta comunicacin se hizo tambin a travs del Emba-
jador de Santo Domingo en Mxico, Lic. Gustavo Julio Henrquez
que se la transmiti al General Castillo Njera, Canciller mexicano
entonces, y al Sr. Subsecretario de la misma Cancillera. Es decir que
estableca as y de una manera oficial una garanta de gobierno a
gobierno. Bonilla creyendo disfrutar de ella volvi a su casa para
ser cercado como antes y amenazado todos los das en cuanto se
atreva a asomar la cabeza. Constantemente se le provocaba a l y a
sus familiares. Los hermanos Fiallo seguan encarcelados, una sobrina
del abogado, la poetisa Carmen Natalia Martnez Bonilla y sus padres,
eran cesados en los puestos de empresas particulares y sus muebles
arrojados a la calle y no encontraban casa donde alojarse; la librera
que Carmen Natalia haba establecido, en la calle Arzobispo Nouel,
frente al Archivo de la Nacin, era apedreada y asaltada y la misma
poetisa insultada en las calles por mujerzuelas pblicas, sacadas de
la casa de prostitucin, para aquellos efectos.
En este momento lleg a Santo Domingo el periodista mexica-

53
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

no Gonzalo de la Parra, y Bonilla, desafiando de nuevo un medioda


la vigilancia, y acompaado de su esposa, se atrevi a ir hasta el
hotel Jaragua, donde se hospedaba el tal. Su visita tena por objeto,
hacer patente su situacin y pedir al periodista interviniese cerca
del Embajador de su pas, para que aquella situacin terminara y
se le permitiese salir al extranjero, pues cuantas gestiones hacia se
estrellaban contra un silencio absoluto y no se le haba concedido
el pasaporte, que con garanta ante el gobierno de Mxico se le
haba ofrecido.
Era un leproso que se acercaba al mundo. El tirano se indign
por aquella gestin, de la que tuvo conocimiento directo y orden
que se suprimiese el estorbo que Bonilla representaba, y al da
siguiente cuando sala de su casa con su esposa, al llegar a la calle
Duarte, frente a un cine, fue agredido a muerte, por el polica vestido
de paisano y esbirro que le vigilaba, Apolinar Jquez, quien despus
de romperle la cabeza con una porra de hierro sac su pistola de
reglamento para consumar el asesinato. La esposa del agredido se
interpuso, abrazada a su marido y en la confusin el asesino no se
atrevi a disparar, dando tiempo a Bonilla para tomar un automvil
pblico y ganar la Embajada de Mxico, casi desvanecido y cubierto
de su sangre que manaba copiosamente. Sus primeras palabras ante
el Embajador Sr. Gonzlez y el Primer Secretario don Fidencio Soria
fueron estas: He aqu las garantas oficiales que ofrece el gobierno
del tirano Trujillo al gobierno de Mxico. El atentado contra Bonilla
fue un testimonio de que Trujillo no tiene respeto alguno a los actos
de las Cancilleras, ni a los Embajadores, ni a nadie. El Embajador de
Mxico arregl el asunto juntamente con el periodista de la Parra,
que representaba al gran diario de Mxico El Universal y que
viajaba con pasaporte diplomtico, como Ministro Consejero de la
Embajada de Mxico en Washington. Arreglo pacfico que Bonilla
tuvo que aceptar, escribiendo una carta que reproducimos tal como
se la dictaron en la propia Embajada, donde en la cama se curaba
de sus heridas. La carta puede leerse en la seccin de Documentos
y noticias corroborantes.[12]
Despus de esto, a los pocos das, Trujillo prometi al Embaja-
dor Gonzlez dar pasaporte a Bonilla, a sus dos hijos y a su esposa,
pero condicionndolo a que Bonilla volviese a su casa. As fue. Pero

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

en el momento de subir al avin, Bonilla era detenido, juntamente


con el Secretario de la Embajada Sr. Soria, que le acompaaba y
ambos fueron conducidos en un coche alambrado del que se usa
para los delincuentes, a la jefatura de la polica, ante el Coronel de
triste nombre, Ludovino Fernndez, quien los llen de improperios.
Tuvo el pobre Embajador que volver a pedir a la Cancillera de
nuevo lo que ya se haba garantizado. Tuvo que hacer antesalas;
tuvo que someterse por su parte a no dar noticia de lo ocurrido,
para que al fin, al cabo diez horas de espera, se permitiese a Bonilla
tomar el avin.
La leccin del caso Bonilla no termin con esto. Uno de los
mdicos que asistieron a Bonilla, fue el refugiado espaol Dr. Romn
Durn; este eminente psiquiatra prest su concurso a la curacin
del paciente y del amigo; lo era tambin del Embajador del Per.
Pues bien, Romn Durn qued cesante como catedrtico de psi-
cologa en la Universidad y obligado a salir del pas; y el Embajador
del Per fue llamado por Trujillo, para amonestarle por aquella
indirecta intervencin, ya que el diplomtico se haba atrevido en
conversacin con el Canciller dominicano Pea Batlle a preguntar
por la suerte de Bonilla.
La persecucin que se desencaden en torno al caso Bonilla
fue terrible. Ms de veinte asesinatos en el Cibao y varios en la ca-
pital; estudiantes presos; otros suspendidos en sus matrculas en los
centros escolares. Las hermanas Josefina y Silvia Padilla Deschamps
fueron saudamente perseguidas; se les neg derecho a entrar a la
Universidad donde estudiaban medicina, se destituy a su padre de
una empresa particular; a Josefina la asaltaron unas prostitutas, a las
rdenes del Partido Dominicano y de la Gestapo, desgarrndole las
ropas en plena calle y colmndola de insultos; ambas tuvieron que
acudir a la Embajada de Mxico donde ya estaba otro diplomtico,
el Sr. Cerisola, casado con una hija del dictador Caras. Fueron
atendidas hasta donde era posible.
Fue por aquellos das cuando cay asesinado, en el cuartel de
la polica, un impresor y fueron encarcelados varios oficiales del Ejr-
cito, entre ellos el Capitn Marchena de artillera. Una ola de terror
recorri todo el pas y reapareci pblicamente la Brigada 43 con el
mismo Miguel A. Paulino al frente, desfilando por las poblaciones y

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

cayendo de noche en las casas para hacer registros y detenciones.


Junto con esta organizacin apareci la de los Veteranos, mandada
por el General Cocco hijo, militares vestidos de paisano y esbirros
de la peor calaa, armados y dispuestos a ejercer todos los terrores;
fue entonces cuando Trujillo impuso a la Universidad un homenaje
obligatorio a su persona, haciendo desfilar a los estudiantes hasta el
palacio del Ejecutivo, a entregarle un pergamino que todos tuvieron
que firmar, so pena de perder sus estudios para siempre; fue entonces
cuando el dictador nombr Rector de la Universidad a Vega Batlle,
para imponer el primer centro universitario a sueldo y haciendo
matricular como estudiantes a cientos de militares; fue entonces
cuando se fortific la Guardia Universitaria Presidente Trujillo orga-
nismo militarizado que depende de la Secretara de Guerra y acta
en la Universidad, convirtiendo a sta en un cuartel.
3. La locura megalomaniaca de Trujillo. La megalomana de
Trujillo es posiblemente el caso ms pintoresco de cuantos puede
ofrecer la historia del mundo. Hay que reconocer que en esto no
ha tenido par el dictador dominicano. Su buena dosis de sangre de
color le condujo desde muy pronto a gustar los entorchados, lo es-
pectacular grotesco. Su incultura enciclopdica le hace desconocer
el valor de las proporciones. Todo en su megalomana es absurdo,
todo descomunal, todo risible en grado superlativo. Pero por esto
mismo se descubre, a travs de esta megalomana, su complejo
psicoptico y conviene precisar como fue evolucionando y qu
manifestaciones ms destacadas produjo en la vida pblica de la
Repblica Dominicana.
Cuando Trujillo comenzaba su carrera militar, a la sombra
de la ocupacin castrense norteamericana, quiso descollar por
sus andares, sus pasos eran iguales, rgidos, taconeantes; tena un
cuidado sumo de aparecer siempre con afectada marcialidad de
tal manera uniforme, que pareca y parece porque esta afeccin
teatral la sigue sosteniendo efecto de cacofona vesnica. Lo que
ms puede molestar al tirano es que nadie le de importancia a sus
ademanes; por esto desde los primeros das de su ascenso militar
cuando en efecto nadie sino el reducidsimo crculo de subordi-
nados lambiscones le alababa se fue formando en su espritu un
complejo antisocial de rencor. Este complejo hizo explosin en forma

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

de revanchas sucesivas en un afn de ir reuniendo en su persona y en


la de sus parientes, el mximo de ttulos, honores, condecoraciones,
entorchados, uniformes, plumeros, espadas, homenajes, etc.
Cuando ascendi a la presidencia de la Repblica tena que
dejar de ser Jefe del Ejrcito, pero esto no le gustaba. Inventose
entonces la Ley, dictada por l mismo, por la cual el Congreso (C-
mara de Senadores y Cmara de Diputados reunidas) le acordaba
el ttulo perpetuo de Generalsimo en Jefe de todos los Ejrcitos de
Tierra, Mar y Aire.[13] Entonces tena la Repblica un efectivo militar
de unos mil o mil quinientos hombres y su Marina la componan dos
caoneros o barcas artilladas y en cuanto a la aviacin la constituan
dos aparatos Parman, anteriores al 1916. La misma Ley dispona cual
haba de ser el uniforme oficial del Generalsimo. Lo eligi l mismo.
Este uniforme, con el cual se presenta en las grandes solemnidades
y que luci al conmemorar su ltima reeleccin, en 1947, es el ms
pintoresco que puede imaginarse. Lo constituyen una casaca con
faldones de frac, de tela azul de vicua cubierta de entorchados a
realce de oro, con peso aproximado de unos diez o doce kilos; el
pantaln tambin con bandas de entorchados de oro e igualmente
de vicua recia y azul; un bicornio adornado de entorchados de oro
y cubierto de plumajera diversa, como de guacamayo; un fajn con
colgantes de oro y flecos de lo mismo; la banda tricolor terminada en
colgantes de oro y con el escudo de la Repblica bordado en oro en
el centro; un espadn que cuelga de un tahal de oro; un bastn de
Gran Mariscal y un bastn de mando, con borlas; guantes blancos
de cabritilla y zapatos de charol con hebilla de oro. Los legisladores
muy sesuda y seriamente votaron por unanimidad no hay que
decir que en Santo Domingo todas las Leyes son acordadas por
unanimidad este cargo nico y este uniforme nico. Es posible que
por algunos corriese el pensamiento muy recndito de preguntarse:
Pero, seor cmo soportar este hombre tal aparejo bajo el sol
tropical y qu va hacer con las manos enguantadas si quiere soste-
ner un tal cmulo de bastones, espadines, y entorchados? Pero si
este pensamiento apunt en la mente de alguno de los legisladores
qued apagado enseguida para dar paso a las loas adulonas. Ya era
el dictador, Presidente y Generalsimo. Pero por entonces tena otro
gran ttulo. El Partido Dominicano se haba constituido para servir

57
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de comodn poltico y de pantalla, como lo viene siendo hasta hoy.


Para cualquier otro hombre normal, el partido sera un instrumento al
servicio de determinada poltica y l se contentara con ser llamado
Fundador o Presidente o Jefe del mismo. Trujillo convino en que
este ttulo tan sencillo no era suficiente. Entonces se adjudic el de
Jefe Supremo y Director nico del Partido Dominicano. En la sede
central del partido un palacio construido con los fondos de que se
hablar y en todos los llamados Palacios del partido, se mantiene
el despacho del Jefe Supremo cerrado hasta que l llega. Ya hemos
dicho lo que para el Strapa representa el dirigir esta agrupacin:
el 10% de todos los sueldos de todos los empleados oficiales de
la Repblica.
Como don Estircol, quiero decir don Cucho, Presidente no-
minal de tal partido, es por ese hecho Secretario de Estado, a l van,
como a la mar los ros, ingresos considerables, procedentes de las
Secretaras Educacin, Sanidad, etc. so pretexto de actividades
de asistencia social y otras. Lo cierto es que el partido, en cuestiones
de asistencia, se limita a repartir todas las maanas unas botellitas de
leche entre familias escogidas, de las que van a las manifestaciones
desgaitndose dando vivas al Jefe por las calles cntricas de la ciu-
dad. Todo a cuenta de la leche, que paga el Estado y que compra a
la Central Lechera, viene a dar en los bolsillos del tirano.
Esta forma lechera de asistencia es, como todos los actos
benficos. de Trujillo, y recuerdan la generosidad de aquel don
Juan de Robres que primero hizo un hospital, pero antes haba
hecho los pobres.
Como todo cuanto el pas produce es del dictador, resulta que
con la beneficencia pblica se magnifica l.
En el caso del Partido Dominicano los ingresos de Trujillo son
enormes, segn ya se dice, pero hay que aadir que cuando se
construye un Palacio para esta organizacin, el 70% de lo que en
l se invierte, es suyo. Si se abre un camino carretero, que el parti-
do propicia, hay que separarle el 50% de lo que cueste. Cuando el
partido celebra un festival, el 60% cae en las buchacas del antiguo
ratero.
Hay ms: las cuentas que el partido presenta a la administra-
cin fiscal, se parecen algo a las del Gran Capitn y cubren gastos

58
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ajenos a la dicha entidad poltica. As, por ejemplo, cuando Trujillo


tiene que reponer las ropas de trabajo de sus numerosos obreros
y peones agrcolas suman miles de personas el partido presenta
al Estado una cuentecita, para reponer el Ropero Infantil Escolar,
de cien o doscientos mil dlares y con ella facturas falsas. Trujillo
ha vestido a sus obreros industriales, peones, capataces, vaqueros,
ordeadores, etc.
Este es el aspecto digamos benfico-econmico sustancios-
simo, mas tiene otros alcances polticos. La masa del partido ya se
supondr que no cuenta; el Jefe Supremo est investido de plenos
poderes, para hacer y deshacer a su antojo. l designa los que han
de ser Diputados y Senadores y los que ocuparn puestos burocrti-
cos; l ordena las manifestaciones, los actos de propaganda, las loas
pblicas a su gobierno, los letreros lumnicos con el Dios y Trujillo,
Trujillo siempre, Trujillo y la Virgen de la Altagracia; l es quien da el
visto bueno a los artculos que han de insertarse, las cartas pblicas,
etc. El Partido Dominicano es Trujillo. A veces Trujillo quiere dar la
sensacin de que no le interesa el partido, ni para nada interviene
en l. Se trata de hacer entender fuera, que este partido ni es nico,
ni es oficial. Esto sucedi al ver, durante la guerra, que triunfaban las
democracias. Entonces se quiso hacer ver a los gobiernos de Am-
rica que no slo no era oficial el partido sino que Trujillo deseaba y
protega la constitucin de otras agrupaciones polticas. Fue entonces
cuando de acuerdo con el Partido Comunista de Cuba y enviando a
Marrero Aristy a entenderse con Blas Roca y con otros dirigentes del
comunismo cubano, o recibiendo la visita de Franco Ferris, Trujillo
obtuvo que regresasen algunos dirigentes obreros expatriados y
otros jvenes dominicanos demcratas, tambin exiliados fueron a
constituir organizaciones sindicales y polticas de obreros y fundar
el Partido Comunista dominicano, que jams haba existido. Los
estudiantes no entraron en esta red y formaron la Juventud Demo-
crtica, cuyo final fue espantoso para sus componentes, como ya se
dice. En tanto el Partido Dominicano actuaba en los medios obreros
y lograba que elementos salidos haca muchos aos del obrerismo
dominicano, como Ballester[14] y otros, cumpliendo consignas del
Partido nico y recibiendo cantidades muy importantes para esa
labor, organizasen los llamados gremios, cuyo solo nombre ya

59
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

desvela, sin ms comentarios las afinidades con la Falange Espaola


y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, con los Sindicatos
Verticales del Estado Azul y con los Sindicatos del Laboro Fascista
italiano y con los Gremios Nacionalistas de Hitler. Pero al tiempo
que formaba estos ncleos, de marcado sabor medieval y europeo,
completamente exticos en los sistemas poltico-sociales de Amrica,
se vala de dos elementos del Partido Dominicano, ambos de una
fidelidad a prueba, Prats Ramrez y Fello Espaillat,[15] para crear otros
dos partidos de juguete: el Partido Laborista y el Partido Nacional
Democrtico. Estos dos mestizos ncleos de absoluta inexistencia,
fueron dos comodines salidos del Partido Dominicano, para cubrir
las apariencias, ante la campaa democrtica y por la democracia
que en toda Amrica se levant inmediatamente despus del ingente
sacrificio, tan caudaloso en sangre y recursos, que el continente tuvo
que realizar, para hacer triunfar la democracia y los principios de
la Carta del Atlntico. Trujillo quiso entonces, como siempre, ganar
tiempo, mientras sus recursos econmicos eran movilizados, para
lograr que se paralizase toda accin, por justa que fuese que pusiera
en peligro su tirana de 19 aos. Fue por aquellos das, cuando la
seora de Cordell Hull reciba un magnfico y regio presente del
Dictador. Pero esto es ya harina de otro costal.
4. El sentido reeleccionista trujillero. El perodo presidencial
en la Repblica Dominicana, con arreglo a la constitucin existente,
al ascender Trujillo, era de cuatro aos, como en los Estados Unidos
del Norte; as pues, el primer perodo presidencial del dictador fue
de 1930 a 1934; su reeleccin se impuso como indispensable, para
cumplir el programa que no haba podido desarrollarse del todo,
por circunstancias adversas y al margen de la voluntad personal, tales
como el cicln de septiembre de 1930, la guerrilla con el General
Arias en el Cibao, el problema de la deuda externa, etc. El segundo
perodo, comprendi desde 1934-1938, es decir, terminaba el 16
de agosto de 1938, pero las elecciones deban realizarse en mayo.
Trujillo quiso reelegirse, pero haba en medio un gran charco de
sangre: la de 12,000 haitianos asesinados por orden suya, como
ganado llevado al sacrificio, en 1937*, y estaba pendiente ante la
* Aunque originalmente Trujillo acept que los muertos ascendieron a 12,000,
la cifra real de muertos es de cerca de 30,000. El asesinato de los haitianos, llevado

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

conciencia pblica de Amrica aquel caso escalofriante, que haba


llegado a conmover hasta el Departamento de Estado; esto unido
al caso subsecuente del Pastor Evanglico Barnes, que estaba al
frente de la Iglesia Episcopal Norteamericana, en la cual era evidente
que Trujillo tena a un hombre, que conociendo sus infamias, le pona
el veto. Este hombre era Sumner Welles. Por esto no pudo reele-
girse Trujillo en 1938; pero actu ya con un tinglado slidamente
montado, para escamotear aquel aparente impedimento y seguir
siendo de hecho Presidente. En primer lugar el dictador tena ya
preparadas dos personas para ocupar nominalmente los cargos de
Presidente y de Vicepresidente; una de ellas Jacinto Peynado, ms
conocido con el nombre de Mozo Peynado. Este sujeto cuya esposa
haba tenido una aventura con cierto violinista, por lo cual cuando
su marido mostraba enfado ella se la recordaba haciendo ademn
de tocar el violn, haba ido al Partido Dominicano buscando solu-
cin al problema de una familia numerosa; una hija cas con Anbal
Trujillo, hermano del dictador, del cual se separ ms tarde;[16] otra
estaba casada con un oficial del Ejrcito, y an le quedaban otras
que fueron colocadas en distintos puestos oficiales; a un hijo se le
design Cnsul en Francia, y despus ocup sucesivamente cargos
de relieve en la Administracin; Mozo Peynado, adems tiene en su
cuenta de trujillista la invencin de la frase Dios y Trujillo, que iba
a dar la vuelta al mundo y que si ahora no causa ya tanta sorpresa
debe ser por las buenas relaciones que existen entre la Casa Blanca
y el Vaticano y por la influencia que tuvo el hecho de que uno de
los magnates de la Coca Cola, fuese a Roma, pasando por Ciudad
Trujillo: el Papa le recibi, pero Trujillo no.
Pues Mozo Peynado, fue sealado por el dictador, para
nominalmente salir electo Presidente en mayo de 1938; para la

a cabo a todo lo largo de la margen del ro Dajabn mediante una operacin militar
denominada Perejil, en dicha operacin, los militares obligaban a los emigrantes
haitianos a pronunciar la palabra Perejil [cosa imposible de hacer en el caso de
hombres, mujeres y nios que hablaban en creole y tan slo lograban champurrear
algunas palabras en espaol]. Si no lo hacan correctamente eran considerados in-
vasores haitianos y se les ejecutaba a filo de machete. Los militares fueron vestidos
de civiles con la finalidad de decir que dicha accin haba sido llevada a cabo por
dominicanos hastiados de los haitianos invasores. A partir de entonces, el ro Dajabn
ha sido conocido por la poblacin como el ro Masacre. (N del E.)

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

vicepresidencia seal el nombre del Dr. Manuel de Jess Troncoso


de la Concha, tambin con numerossima familia, de hijos e hijas ya
mayores. Estas designaciones que demuestran la sagacidad del tirano,
para enlazar las razones polticas en las personales y familiares, eran
acertadas en beneficio de la maniobra de seguir siendo Presidente
efectivo. Un hombre con numerosa familia en un ambiente como el
creado por la dictadura, en los ocho primeros aos de frrea actua-
cin de sus instrumentos de tortura, es prcticamente impotente para
el menor asomo de inquietud, inconformidad o descontento; detrs
de l estn los hijos reclamando, unos colocados, otros haciendo
negocios, otros ambicionando las cien pequeas cosas que se ne-
cesitan para abrirse paso en la vida, an en un rincn tan pequeo
del mundo como Santo Domingo. As establecido el sistema de
sustitucin nominal, el Partido Dominicano anunci que dolindole
mucho tena que proclamar que no haba podido rendir la resistencia
del Jefe Supremo, del invicto Generalsimo del ms grande estadista
de todos los tiempos, para ser postulado oficialmente candidato a
la presidencia, reeligindose, cosa que la Constitucin no prohiba
y la opinin reclamaba, para seguir disfrutando de gobierno tan es-
clarecido; pero en cambio tena la satisfaccin de participar que el
Jefe Supremo en un acto de modestia y de patriotismo, al rechazar
su postulacin, recomendaba a dos de sus amigos, ilustres afiliados
al partido: y aqu venan los nombres de los que iban a ser reco-
mendados del Jefe. Pero ste tena ya desde antes de tal paso, otro
ttulo y categora que lo situaba por encima de la ms alta funcin de
la Repblica. En efecto, el Congreso, haba votado por unanimidad
como siempre una Ley por la cual se designaba a Trujillo Bene-
factor de la Patria con rango, ttulo, honores y preeminencias que
estn por encima de las de Presidente de la Repblica: derecho de
presidencia en todos los actos oficiales, derecho a intervenir en todos
los actos de la administracin del Estado; obligacin por parte de
todos los funcionarios de la Repblica de dar cuenta al Benefactor
de la Patria de cuantos servicios realizasen; obligacin de someter
a su dictamen todas las disposiciones, de cualquier gnero, que
se tomasen en la administracin pblica. Es decir, el dictador an
habiendo elegido cuidadosamente a sus nominales sustitutos, tom
todas las precauciones para asegurar un absoluto dominio de los

62
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

resortes del poder. De esta manera se producir la maniobra de


tener que acatar la No reeleccin que el departamento de Estado
impona y al tiempo rechazarla descaradamente y por un sistema que
abra en Amrica una ruta de incalculables consecuencias estable-
ciendo funesto precedente para burlar el ejercicio de la democracia
y las libertades pblicas. Producida la eleccin de mayo de 1938,
Trujillo continu ocupando el despacho oficial de Presidente de la
Repblica y el nominal Presidente se sent en el de Secretario de
la Presidencia; se cre el cargo de Secretario de Estado del Gene-
ralsimo y Benefactor, que era en realidad el Secretario nico que
diriga y llevaba todos los asuntos directamente con el Strapa. El
lector comprender por estas muestras de cargos y ttulos, que el
dictador se ha ido dando, que no se trata slo de honores, sino de
puestos efectivos, creados para apretar ms cada vez los poderes
que en su mano tiene desde 1930.
El mismo ao 1938, ya tena Trujillo el ttulo de Primer Doctor
Honoris Causa de la Universidad de Santo Domingo. Ese ao, en
octubre, se celebr el cuarto centenario de la ereccin de esa Uni-
versidad, la primera fundada en Amrica. Todos los actos giraron en
torno a la persona del dictador; ms que homenaje recordatorio de
la efemrides, aquello fue un no disimulado homenaje a la persona
del tirano. El nico acto que celebr la Universidad para conmemorar
la fecha centenaria, estuvo totalmente organizado por la Guardia
Universitaria Presidente Trujillo institucin militar que hacia de la
Universidad un cuartel, bajo la disciplina y el mando del Ejrcito y
tuvo por objeto hacer entrega al represe en los ttulos y su orden
Generalsimo Dr. Don Rafael Lenidas Trujillo y Molina, Benefactor
de la Patria, del ttulo y medalla de Gran Protector de la Universidad
de Santo Domingo. Hay que leer la resolucin que declam en el
acto el dentista Dr. Jos Enrique Aybar, Mayor Comandante de la
Guardia, para rerse un ao entero. No resistimos la tentacin de
transcribirla. Dice as:

La Guardia Universitaria Presidente Trujillo. Considerando:


Que el Generalsimo Doctor Rafael Lenidas Trujillo Molina,
Benefactor de la Patria, con sus patriticos empeos civilistas
y su magnfica proteccin a la cultura, ha reivindicado para la

63
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Universidad de Santo Domingo, la ms antigua de Amrica, el


prestigio y esplendor que alcanz enantes y que dieron a esta
ciudad el justo renombre de Atenas del Nuevo Mundo.
Considerando: Que el Generalsimo Doctor Trujillo Moli-
na, en noble gesto de generoso y emulador desprendimiento,
don a la Universidad su valiosa y laureada obra Reajuste de
la Deuda Externa y una lujosa edicin de la misma, de diez mil
ejemplares, para iniciar con el producto de su venta el fondo
que habr de destinarse a la edificacin de la Ciudad Univer-
sitaria, mximo anhelo del Benefactor de la Patria.
Considerando que por primera vez en la historia poltica
de la Repblica, los estudiantes universitarios, por disposicin
expresa del Generalsimo Doctor Trujillo Molina han gozado de
la ms amplia ayuda y del ms noble estmulo, para el logro de
sus aspiraciones; resuelve: l- Designar al Benefactor de la Patria
Generalsimo Doctor Rafael Leonadas Trujillo Molina, GRAN
PROTECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE SANTO DOMINGO;
2- Otorgarle una medalla de oro con el escudo de la Univer-
sidad, en esmalte y un pergamino en que debe transcribirse
la presente resolucin, en acto pblico y solemne, el da 28
de octubre del presente ao, en que se cumple el IV cente-
nario de la Universidad de Santo Domingo. Dada en Ciudad
Trujillo, Distrito de Santo Domingo, Capital de la Repblica
Dominicana a los veinticuatro das del mes de octubre del ao
de mil novecientos treinta y ocho. Doctor Jos Enrique Aybar,
Mayor Comandante; Licenciado Max R. Garrido, Capitn de
Leyes; Jos Mara Nouel Simpson, Capitn Ayudante; Primeros
Tenientes: Rodolfo Bonetti Burgos, Alfredo Mere Mrquez,
Otilio lvarez Villegas, Mximo Llaveras Marty, Ulises Vargas,
Carlos Comide hijo. Segundos Tenientes: Luis T. Oliva, Hctor
B. Goico, Rogelio Man, Alcides LOficial, Enrique Bello Cairo,
Luis Columna Velazco...

La imposicin de esta medalla, en el valeroso pecho del Be-


nefactor, corri a cargo de la favorita de turno; la bachiller Carlota
Consuelo Meja Feli, que se visti para la ceremonia el uniforme de
General de la Guardia Universitaria con faldas pero con espada al

64
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

cinto y una gorra cubierta de entorchados que calada graciosamente


era todo un poema. Aquello ms pareca opereta bufa que vodevil.
Por supuesto al acto asistieron el nominal Presidente Peynado, que
se sent a la derecha del Benefactor nico que puede presidir en
donde se halle, el nominal Vicepresidente Troncoso, el nominal
Rector Ortega Frier y todos los dems nominales muecos, movidos
en aquel retablo, entonces, como ahora, por el dictador. Este agra-
deci el homenaje diciendo que era merecido y que no se cubra
con aquello lo mucho ms que se deba: y se le deba el generoso
donativo nada menos que de un libro El reajuste de la deuda exter-
na que l no haba escrito, pues se lo hizo el conocido publicista
chileno Doctor Carlos Dvila. Se le deba el enorme donativo de
un libro que nadie poda negarse a comprar, en todo el territorio
de la Repblica, porque se impuso la obligacin de adquirirlo; es
decir, el libro no era suyo y el dinero que produca era del bueno y
paciente pueblo; eso s en su discurso Trujillo declar que gracias
a l se haba hecho la Universidad, que por l haban venido a dar
conferencias eminencias como el Doctor Marin que fue trado
para que le operase de una prostatitis, consecuencia de cierto mal
venreo mal curado, el Doctor Arruga, que fue a curar a un parien-
te del dictador, de un mal de los ojos; y el Doctor Meyer, que era
un enviado del nazismo hitleriano, para organizar, con el pretexto
de un Instituto Dominico-Alemn, el sistema de abastecimiento a
los submarinos del Eje, que iban a operar en aguas del Caribe, no
bien comenzaba la guerra.[17] Otro de los ttulos que alegaba en su
discurso el Benefactor, para merecer el homenaje, era el de haber
recomendado al poderoso Partido Dominicano la candidatura de
Peynado y la de Troncoso, eminentes profesores universitarios
que ya estn ejerciendo las funciones respectivas de Presidente
y de Vicepresidente de la Repblica. Pero aadi estas palabras,
con respecto a la Ciudad Universitaria: Considero... que ste es el
mejor establecimiento para dotar al elemento militar de la necesaria
preparacin Es decir, anunciaba que la Ciudad Universitaria segui-
ra siendo lo que la Universidad era, un cuartel. Y lo ha cumplido.
Hoy al frente de la Ciudad Universitaria que no est terminada ni
mucho menos hay un Coronel y todo su sistema de vida interna
est dominado por militares.

65
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Tena pues Trujillo, al terminar el ao 1938, un ttulo ms que


le permita dominar la Universidad y mantener sometidos a los
estudiantes y profesores.
5. Trujillo y Nern. A veces hemos pensado que la carrera
de Trujillo tiene algunos rasgos que le aproximan a ciertos aspectos
del gobierno de Nern salvando las distancias y con el mximo
respeto para el hijo de Agripina, que al fin y al cabo, y pese a todos
sus crmenes, era al lado de Trujillo una figura honesta y culta. Como
Nern, tambin tuvo Trujillo una ciudad destruida y un escenario
que reedificar. Claro que a Nern no se le ocurri que por aquel
hecho deba Roma llamarse en lo sucesivo Neronpolis. Trujillo hay
que reconocerlo supo aprovechar el cicln de 1930, extrayndole
todas la consecuencias que podan beneficiar sus designios. Tom
posesin del gobierno el 16 de agosto de 1930; pues bien, el da
3 de septiembre se abata sobre la ms antigua capital del Nuevo
Mundo, el ms espantoso cicln que ciudad alguna de Amrica
haya sufrido jams. El centro del meteoro, su vrtice, vino a quedar
precisamente en la Ciudad y pas sobre ella dos veces en el espacio
de pocas horas, al producir los dos movimientos caractersticos de
estos fenmenos terribles: el de avance y el de retroceso circular,
en forma de tornillo de propulsin. Con todo, lo que qued en
ruinas no fue la parte colonial de piedras arcaicas y edificaciones
grandes, pues esta parte resisti la embestida; lo destruido fue la
ciudad de barracas y casas de madera de tpica construccin tro-
pical. Trujillo aprovech inmediatamente la situacin en provecho
propio. Se constituy en administrador municipal y jefe general de
los servicios de todo gnero, para atender al desastre; pidi ayuda
a los militares norteamericanos, amigos suyos, y pronto se puso
en movimiento un cmulo de auxilios, que Trujillo se encarg de
administrar. Pero adems, la ciudad apareci ante la opinin de
toda Amrica, como totalmente arrasada. Era necesario dar un
ancho margen de confianza al nuevo Presidente, aunque salido
del cuartel, para la reconstruccin. Este margen de confianza fue
explotado durante ocho aos por el dictador, para cubrir su tirana.
Su enriquecimiento de esos aos fue prodigioso, por lo rpido. Este
enriquecimiento le permiti dominar los resortes financieros del
pas y sujetar a quienes, siendo ricos, se crean protegidos por la

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

importancia de sus bienes, negocios y propiedades. Quienes eran


ms ricos que Trujillo, pensaban que ste se contentara con el
poder poltico; pronto fueron desbordados por la riqueza personal
del dictador, que en pocos aos fue la primera y la nica en un pas,
que hasta entonces slo haba conocido modestos capitalistas, que
vivan de rentas, de productos de la tierra y de bienes races. Para
este prodigioso aumento de su riqueza personal, el dictador tuvo
un auxiliar inesperado en el cicln. Y vino casi en seguida el mayor
y ms inaudito homenaje nacional, que podra ser soado: el de
dar el nombre del strapa a la ciudad capital, a aquella vieja Santo
Domingo de Guzmn, fundada por Bartolom Coln, en 1496, pues
haba sido la primera sede de la primera corte virreinal en Amrica,
el centro cultural y poltico de la colonizacin espaola del Nuevo
Mundo, el lugar donde actu la Primera Real Audiencia y donde se
fundaron las dos primeras universidades y los primeros conventos y
donde haba surgido la primera defensa formal y jurdico-teolgica
del indio americano. La historia de este atrevimiento desmesurado,
de este insulto al Nuevo Mundo, de esta bofetada a la totalidad de
Amrica, merece ser conocida y vamos a presentrsela al lector.
6. Cuando el vil traidorzuelo de Cabral, cambi, a instancia del
tirano, el nombre de la venerable Santo Domingo por... Ciudad
Trujillo. Trujillo haba tenido que someter a sangre y fuego para
sostenerse en el poder por un segundo perodo, la oposicin de
la sociedad dominicana. Esta oposicin haba tenido entre sus ms
destacados conductores, el General Desiderio Arias, cuyo prestigio
en el Cibao pusieron en peligro la situacin del dictador. Durante
meses se sostuvo la lucha, en las comarcas de Santiago. Finalmente
un amigo de Desiderio Arias, llamado Mario Fermn Cabral, trai-
cion al guerrillero y este fue asesinado por las gentes de Trujillo,
que despus de mutilar el cadver, llevndolo como trofeo por los
pueblos, se lo entregaron para mayor escarnio a su viuda. Trujillo
quiso pagar al traidor Cabral aquel favor y le hizo Senador. Poco
despus este santiaguero sin escrpulos, denunciaba al dictador
a cientos de personas del Cibao, que eran asesinadas. Trujillo vio
en tal tipo abyecto, un dcil instrumento y fue a l a quien confi
el proyecto que haca tiempo maduraba: el de dar a la capital su
nombre. Para comprender hasta qu punto el tirano tena inters

67
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

extraordinario en llevar a efecto aquel desaguisado histrico, ha de


tenerse en cuenta que por aquellos das lo ms selecto y mejor de
la sociedad dominicana, no ocultaba su repudio ante el espectculo
que presentaba la dictadura, con una de gentuza procedente de los
ms bajos fondos sociales, adueada de todos los puestos pblicos y
desbordada en oprobiosos crmenes por todo el territorio nacional,
sin respeto para las familias, la propiedad y la cultura. Trujillo senta la
necesidad de demostrar que poda pasar todos los lmites y que no
le importaba pisotear lo ms sagrado. As fue como orden a Mario
Fermn Cabral, despus de nombrarle Presidente del Senado, que
presentase un proyecto de ley para cambiar el nombre de la ciudad,
dndole el de Ciudad Trujillo. Este pensamiento no era nuevo en el
dictador. Cuando de acuerdo con el aventurero puertorriqueo y
pseudoingeniero Flix Bentez Rexach, emprendi unos trabajos de
dragado en el puerto de Santo Domingo, se apresur a ordenar que
al nuevo puerto de la ciudad, an inexistente, se le denominase
Puerto Trujillo, tratando de colocar su nombre junto al de la ciudad
de los colones. Pero aquello era poco y adems inoperante, pues el
puerto seguira siendo de Santo Domingo; se necesitaba algo ms
radical y definitivo. Esto fue lo que llev a las Cmaras el Presidente
del Senado, por Trujillo, el traidor de Desiderio Arias, el inescrupuloso
Cabral. La ley se inici en junio de 1935. La conmocin que produjo
en todo el pas fue enorme. Los grupos ms selectos se llenaron de
estupor. Sera posible, se preguntaban, que llegase el tirano a tal
desacato histrico? Consentira la opinin culta de Amrica seme-
jante atropello que no era slo un insulto a lo dominicano-colonial,
sino a todo el hemisferio? No caeran sobre aquel vituperio las
protestas masivas del mundo? El ambiente se hizo tan denso, que
Trujillo contuvo un mes la aprobacin de la ley, organizando en ese
tiempo manifestaciones espontneas conducidas por la Brigada 43
y el Partido Dominicano y que eran a la vez una gran ficcin y una
amenaza terrorista. Las personas respetables, los hombres cultos, las
gentes selectas, se apartaban con indignacin y geman de dolor, en
el retiro de sus casas. Era el mayor agravio que podra perpetrarse
en la historia de Santo Domingo, era rasgar y pisotear las ms caras
tradiciones de los dominicanos, que sienten con fervor la gloria
de haber acuado la cultura colonial en sus comienzos. Porque se

68
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

trataba de dar a la ciudad ms vieja del Nuevo Mundo el nombre


del ms desvergonzado de los abigeos, el apellido de una familia de
ladrones, y el ttulo de un dictador que en cinco aos haba cubierto
de dolor, de sangre, de lutos al pueblo dominicano. El mismo Trujillo
se sinti sobrecogido por su intento. Era tan desmesurado que tuvo
vacilaciones. Con todo, dispuesto a realizarlo, fingi una ausencia
temporal, para que en aquellos das, en que ocupaba la presidencia
en interinidad el Vicepresidente, se acordase la ley y fuese sancio-
nada y promulgada. El da 11 de enero de 1936, el Presidente en
funciones, que era Jacinto B. Peynado el mismo Mozo Peynado
que Trujillo tena de mueco y pantalla firm la ley, que entr as
en ejecucin. Desde aquel da, la vieja Santo Domingo de Guzmn,
se llamara Ciudad Trujillo. Para cohonestar este insulto, Trujillo se
crey en el caso de dar dos muestras de su modestia. Una antes
de que la ley fuese aprobada. En efecto, el da 19 de julio de 1935,
el dictador diriga una carta a su compinche y subordinado Mario
Fermn Cabral; era una carta de conceptos vagos y frases sobreen-
tendidas; el tirano deca que aunque avasalladora la corriente de
opinin favorable a aquel homenaje a su persona, aunque l haba
de hecho reconstruido la ciudad, arruinada despus del cicln, y
aunque el cambio significaba muy poco, pues quedara siempre el
recuerdo histrico, l no quera que aquel poderoso plebiscito de
admiracin a su persona, se consumase. Esta carta se public, junto
con la respuesta de Mario Fermn Cabral, en la cual el cnico Presi-
dente del Senado declaraba, que con arreglo al sistema democrtico
y de libertad de opinin que rega en la Repblica, de acuerdo con
el sistema de absoluta independencia del Poder Legislativo, y
usando de los derechos que como senador de eleccin popular
tena, estaba dispuesto a desor la voz de la modestia del ilustre
estadista, etc., etc. Era la farsa llevada a su ms alta cima; la burla
ms soez, cubierta por un fingido acatamiento a las instituciones
inexistentes, a las que se invocaba con tanta falsedad y dolo, como
desvergenza. Trujillo exultante, dej con gusto que se cumpliera la
voluntad popular y el acontecimiento fue celebrado espontnea-
mente, con manifestaciones voluntarias en todo el pas. Pero das
antes de salir a un viaje a Europa viaje que dur escasamente dos
meses quiso el dictador ahincar ms y ms el pie sobre la cabeza

69
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de la opinin y recordar que su poder era ilimitado. El 27 de junio


de 1939 diriga al nuevo Presidente del Senado Licenciado Porfirio
Herrera con otra carta, cuyo tenor conviene que sea conocido en
su integridad, porque es otra muestra del estilo farsante, vanidoso,
estpido de la dictadura. He aqu este documento de mendacidad
que pona un inri al oprobio:

Ciudad Trujillo, Distrito de Santo Domingo,


27 de junio de 1939.

Seor Licenciado Porfirio Herrera. Presidente del Senado,


Ciudad.
Seor Presidente: Hace cuatro aos que el Senador Ma-
rio Fermn Cabral lanz a la ponderacin y a debate pblicos,
desde la blasonada ciudad de Santiago de los Caballeros, la
idea de que a la capital de la Repblica, le fuese cambiada su
antigua denominacin de Santo Domingo de Guzmn por
disposicin de la ley como una perpetua glorificacin de mis
gestiones gubernativas asignndole mi nombre a tal efecto,
en lugar de aquella designacin histrica.
Tan pronto hube observado que semejante sugestin
iba cobrando rpidamente los lineamientos de un formidable
movimiento de opinin, calurosamente socorrido por la uni-
versalidad de mis conciudadanos, me apresur a interponer
mi diligencia con tempestiva accin y vlidas razones para
evitar que fuesen traducidos a la realidad los designios de la
mocin que el pueblo estaba haciendo suya, en un rapto de
inusitados entusiasmos.
En carta que a tal efecto le dirig al Senador Cabral, el
19 de julio de 1935, expuse los motivos de mi franca y leal
oposicin al proyecto de que la propuesta transmutacin de
nombres fuese convertida en ley de la nacin; y le formul a la
vez mi ms encarecida splica, extensiva a mis dems amigos
de ambas Cmaras Legislativas, para que se abstuviesen de
iniciar cualquier texto de ley, cuyo objetivo fuera cambiar o
alterar el nombre de la ciudad de Santo Domingo, nombre que
la tradicin y la historia haba consagrado, a travs de cuatro

70
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

siglos. Ya ese histrico nombre, a mi juicio, no era slo nuestro.


Habase trocado, en el devenir de los tiempos, en uno de los
ms gloriosos patrimonios morales de la humanidad civilizada;
y as visto y apreciado, como lo juzgaba y contemplaba yo,
lleno de mstica uncin y fervorosa reverencia, lo nico que
nos era dable, consista en la solcita incumbencia de conser-
varlo con exaltacin cada vez ms ascendente, haciendo de
su tradicional prestigio uno de los mayores cultos de nuestra
cvica religin nacional.
Sin que haya de tener en cuenta lo merecido o inmereci-
do del honor con que se quiere distinguirme de modo singular,
al darle mi nombre a esta histrica ciudad de Santo Domingo
deca yo entonces me adelanto a declarar que tal designio
est en franca oposicin con una de mis ms caras aspiracio-
nes de patriota y de gobernante: la de mantener la nacin
dominicana ntimamente vinculada a sus gloriosas tradiciones,
que constituyen las pginas ms interesantes de la civilizacin
del Nuevo Mundo. Santo Domingo, ciudad de los Colones, a
que dio lustre con el prestigio de su nobleza doa Mara de
Toledo y que llen de apologas la adusta figura del frreo
Comendador de Lares profes entonces con fervor histrico
que arraigaba en lo ms hondo y ms sensible de mi patritico
orgullo; Santo Domingo, primera piedra del monumento de
la conquista y la colonizacin de Amrica, que ostenta con
silenciosa dignidad las ms hermosas reliquias de la fe que
trajeron consigo los conquistadores; Santo Domingo, ciudad
legendaria, con su vieja baslica y sus muertos monasterios, con
su gran ciudadela y su impasible Torre del Homenaje, con su
Alczar desolado y su derruido templo de San Nicols, primer
altar levantado en Amrica por los intrpidos aventureros de
la Mar Tenebrosa; Santo Domingo, ciudad sucednea de la
Isabela, que fue asiento de la austera Real Audiencia y sede
de la ilustre Universidad de Santo Toms de Aquino; Santo
Domingo, ciudad heroica que es, en fin, cuna de la indepen-
dencia nacional, debe conservar como un tesoro el nombre
que le diera su fundador, en las postrimeras, del siglo XV.
Esas expresiones revelan una vocacin sentimental que en

71
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

mi espritu jams sufri mudanza veleidosa y cuya consisten-


cia pregonan los hechos realizados cuando ejerc la funcin
ejecutiva del gobierno nacional. Es cosa obvia que yo hice de
m amor y reverencia por las cosas histricas, esos tesoros de
valor inestimables que diariamente nos recuerdan y nos hablan
con su elocuente lenguaje tcito del magnfico esplendor que
abrillant nuestro pasado legendario, una sistemtica poltica
oficial. Bien pudiera ufanarme a justo ttulo indicndoles, pues
ah estn expuestos a la contemplacin de todos, varios mo-
numentos y otras tantas ruinas que esa poltica preservadora
rescat del abandono deletreo, de la obliteracin cabal en
unos casos y en otros de los desintegrantes deterioros a que
la incuria imperdonable de anteriores gobernantes haba con-
denado esos tesoros.
Gracias a esa accin conservadora de mi gobierno, esas
ptreas reliquias constituyen hoy da uno de los ms intere-
santes atractivos para los extranjeros que visitan nuestra tierra
y se solazan a sus anchas, con el auxilio estimulante de tales
monumentos y tales ruinas, evocando la vida febril, piadosa y
culta que discurra cuatro siglos antes en este prstino centro
del descubrimiento y la conquista hispnica del nuevo mundo,
en este centro inicial que irradi sobre los dilatados mbitos
del Hemisferio Occidental los beneficios y las bendiciones de
la civilizacin cristiana.
Mas a despecho de todos los esfuerzos que yo haba
desplegado en inters de conservar inclume el nombre aejo
que el ilustre fundador de esta ciudad le haba investido, mi
clamor sentimental en sufragio de ese nombre fue porfiada-
mente desodo y desatendidas fueron mis ardientes splicas.
Considerando que la universalidad del pueblo dominicano
haba manifestado pblicamente sus legtimos deseos de que la
ciudad de Santo Domingo, capital de la Repblica, sea llamada
Ciudad Trujillo; y adems, que esa manifestacin unnime del
pueblo dominicano constituye un plebiscito, en el cual se ha
expresado su voluntad de llamar Ciudad Trujillo a la Ciudad de
Santo Domingo el Congreso Nacional vot una ley cuyo texto
dispone que a partir de la publicacin de la misma la Ciudad

72
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

de Santo Domingo, capital de la Repblica, se llamar Ciudad


Trujillo. Temporalmente separado de las funciones del Poder
Ejecutivo, yo no estaba en condiciones de observar esa ley. Tres
das ms tarde el Vicepresidente de la Repblica Doctor J. B.
Peynado, quien a la razn ejerca interinamente la funcin
ejecutiva del gobierno nacional, le imparti la autoridad de su
promulgacin; y en tal virtud, a partir del 11 de enero de 1936,
su cumplimiento y ejecucin han sido obligatorios.
Eran aquellos das el crtico momento en que dos im-
petuosas corrientes, igualmente apasionadas, pugnaban por
aniquilar mi obra y por complicar y exagerar mis triunfos ad-
ministrativos, con el mpetu de apasionamiento polticos que
jams haban sido exhibidos con anlogo ardor en el pas y
que me hacan a la par objeto de los injustos ataques de los
unos y de los exaltados encumbramientos de los otros. Qui-
zs era ms til que la obstinacin idealista de mi negativa en
tan delicadas circunstancias, dejar que la opinin dictaminara
libremente su imparcial veredicto an en una forma como esa
que tanto lastimaba mi sensitiva vocacin a rendirle las ms
cumplidas reverencia y pleitesa a la tradicin histrica.
Esa actitud mental explica por qu razn al reasumir poco
despus el ejercicio del Poder Ejecutivo, me limit a dejar las
cosas en el mismo estado en que las encontr. Esa posicin no
implicaba ni poda significar, empero, que yo hubiese abjurado
de mis inveteradas convicciones. Si es verdad que me impuse
entonces el penoso sacrificio de aceptar la designacin de mi
nombre que se le otorg contra mi manifiesta voluntad a esta
vieja ciudad primada, es igualmente cierto que no lo hice obe-
deciendo al designio de retener por siempre los blasones de tan
alto honor, sino para tener ocasin de devolver ese honor con
un deliberado fin de til enseanza cvica, tal y como deseo
hacerlo ahora en fiel acatamiento de una imperiosa, suprema
necesidad de mi destino histrico.
En vsperas de hacer un viaje al extranjero, viaje que ser
de observacin, de estudio, de descanso y de expansin espiri-
tual al mismo tiempo, no quiero alejarme del pas sin que antes
le haya dado satisfaccin cumplida a esa suprema necesidad

73
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de mi destino histrico. En obtenerlo empeo mis esfuerzos


y mis influencias, a fin de que el histrico nombre de Santo
Domingo le sea restituido a la Capital de la Repblica. No es
ocioso recordar de una vez, que mi idiosincrasia personal no
se aviene fcilmente a esta clase de homenajes que consisten
en atribuirle el nombre de personajes vivos a ciudades, calles,
o monumentos pblicos; y de ello di palmaria prueba cuando
suger que le fuera retirada la designacin de mi nombre a la
hermosa avenida que bordea en nuestra costa urbana las agi-
tadas aguas del Mar Caribe, para imponerle el nombre de un
gran hroe del Continente Americano: George Washington.
Si alguna perpetuidad deseo alcanzar en justa compensacin
moral de mis desvelos por el progreso y la felicidad de mi
pueblo, as como por el engrandecimiento de la patria, no
es precisamente de las que se materializan en piedras, ni en
mrmoles, ni en bronces, sino en las que se graban indeleble-
mente en el corazn de mis conciudadanos.
Seor Presidente del Senado: en vista de las ideas y de las
consideraciones que acabo de exponerle, me permito rogarle y
a travs de usted a los dems Senadores amigos que se dignen
tomar la iniciativa del caso para que la ley 1067, promulgada
el 11 de enero de 1936, sea cuanto antes derogada.
Muy sincera y cordialmente. Rafael L. Trujillo.

Hemos querido reproducir esta carta porque constituye fe-


haciente y documentado testimonio de la cnica doblez e ilimitada
megalomana del tirano. En esta carta se trata de hacer patente que
lo que restaba de la vieja ciudad no era sino ruinas y que an stas
persistan gracias a Trujillo; que lo nico que haba de atrayente en
Santo Domingo era un recuerdo para turistas desocupados, una
evocacin, pero ningn vestigio real y tangible. Que el nombre del
tirano se haca por el cambio nombre universal. En dos prrafos
seguidos habla de la suprema necesidad de mi destino histrico,
con nfasis que da risa, como cuando uno se encuentra frente a un
vesnico que se cree Napolen. Pero, adems, en la carta se pone
el sello del desprecio a lo dominicano descubriendo que todo ha
sido una maniobra, al declarar la temporal separacin de las fun-

74
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ciones presidenciales (separacin voluntaria que coincide con el


instante en que se promulga la ley); al presentar la decisin como
una respuesta a la oposicin y a los injustos ataques y al afirmar
que despus de reasumir la presidencia l, Trujillo, se limit a dejar
las cosas como las haba encontrado, es decir, a afirmar el cambio
de nombre ordenado por l mismo antes. La carta es una muestra
ms de su megalomana y del rencor hacia la oposicin del pueblo;
jugando con las instituciones, convirtindolas en juguete de su va-
nidad ilimitada. Trujillo cnicamente vena a decir en esta carta que
le importaba poco todo lo histrico, ante su propia conveniencia.
De sobra saba al escribir esta carta que los resultados seran otro
homenaje. Porfirio Herrera se apresur a contestar que era imposible
aceptar aquella splica. Quien haba tenido poder para que en
vez de su nombre se pusiera el de Washington a la avenida en-
tonces un desierto junto al mar, para congraciarse con el gobierno
norteamericano, no lo hubiese tenido para impedir el desafuero
de que se diese su apellido a la Ciudad de Santo Domingo? Si por
casualidad Porfirio Herrera u otro cualquiera de los legisladores
electos por Trujillo, se hubiese atrevido a tomar en serio aquella
carta, sus cuerpos hubiesen ido a ser pasto de los tiburones del
Caribe. Pero era necesario, para afianzar el cambio, durante la
ausencia momentnea del pas, representar aquella escena y hacer
aquel jueguito epistolar. Los resultados fueron un gran homenaje
del Congreso Nacional al ilustre, al eximio, al ms grande estadista
de todos los tiempos, al ms modesto y enemigo de las lisonjas de
todos los Presidentes.
Hay en esta carta un prrafo que se refiere con hipcrita
comicidad a la idiosincrasia no conjugable con homenajes con-
sistentes en dar nombres de personajes vivos a ciudades, calles o
monumentos pblicos. Trujillo alcanza en esto los ms altos tonos
del cinismo. Cmo se atreva a escribir tales palabras, cuando por
aquellos das ya existan ms de veinte lugares y obras, con nombres
de l y de sus familiares? Posteriormente el afn de nominacin
trujillera se extendi desmesuradamente. Veamos:
En 1939, tena el dictador una retahla de ttulos y ya resultaba
difcil escribir su nombre, sin llenar medio pliego de papel, an con
letra pequea. En 1940 iba a obtener otro ms, con el consiguiente

75
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

homenaje. Fue entonces cuando prepar el entendimiento con


Cordell Hull, para firmar un tratado que nominalmente, al menos,
devolviese al pueblo dominicano la administracin de las aduanas,
hasta entonces intervenidas directamente por los Estados Unidos,
para responder de la deuda exterior. El tratado fue denominado
Trujillo-Hull, no Hull-Trujillo pues el dictador no poda consentir que
ningn otro nombre fuese antepuesto al suyo. Los homenajes que
muy espontneamente, como todos los anteriores, se rindieron
al dictador duraron meses y culminaron en una Ley del Congreso
Nacional por la cual se le otorgaba el ttulo de Restaurador de la
Independencia Financiera de la Repblica. As pues el ao 1941,
para escribir el nombre de Trujillo, haba y hay, desde entonces,
que poner todo esto:
Doctor, Don Rafael Lenidas Trujillo y Molina, Generalsimo
de todos los Ejrcitos de Tierra, Mar y Aire; Benefactor de la Patria;
Gran Protector de la Universidad de Santo Domingo, Primada del
Nuevo Mundo; Primer Maestro de la Repblica; Primer Msico de
la Repblica; Primer Periodista de la Repblica; Primer Propietario
de la Repblica; Restaurador de la Independencia Financiera de la
Repblica, etc., etc.
7. La caravana maltense. Pero en 1940 ya estaba en marcha
otro homenaje, ste de carcter muy pintoresco. Nos referimos a la
imposicin del collar de la orden de Malta. Hay cosas que hacen rer
desde su misma enunciacin. Cmo pudo haberse concedido al
abigeo de San Cristbal, categora para ser nombrado Caballero de
la Orden de San Juan de Malta? Qu mritos o qu ttulos podan
invocarse para tal disparate jocoso? A veces creemos que todos
estos homenajes sucesivos se hicieron en una tomadura gigantesca
de pelo, para burlarse del analfabeto vanidoso de manera despia-
dada. Desde luego ninguno de los homenajes que se dedicaron a
Trujillo (es decir, que l mismo se encarg de dedicarse) supera en
burla, sarcasmo y risotada a ste de verle armado caballero de una
Orden Militar. Es cierto que podra recordarse la frase del cura de
Kent, aquel John Ball que preguntaba desde el plpito: Cuando
Adn cavaba y Eva hilaba dnde estaban los caballeros?; pero
Trujillo ni siquiera se haba hecho esta pregunta. Para l, que es un
autntico e insospechado parvenu, la nica preocupacin ha sido

76
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

siempre humillar a los dems estrujando las categoras sociales y las


conveniencias de la cultura, bajo sus pies. Se le present ocasin
de ser Caballero de Malta y la aprovech. El instrumento fue un
arruinado aristcrata italiano, el Conde Ugolino Persichetti, que se
prest servilmente, pero con su reserva socarrona consiguiente, a
arreglar el asunto a fuerza de dlares cerca del Gran Consejo de la
Orden, en Roma. Estaba entonces all como Ministro dominicano
un tal Telsforo Caldern y ste recibi las instrucciones del caso,
para preparar la gran comedia. El dinero corri abundantemente
y la Orden despus de concedido el ttulo, hbito y gran collar,
design al Prncipe de Borbn-Parma delegado suyo, para que se
trasladase a Ciudad Trujillo en compaa de Persichetti a realizar la
imposicin de todo aquel vestuario teatral. No hay que decir que
todos los gastos corrieron de cuenta de Trujillo, es decir, los pag
el buen pueblo dominicano. Y un buen da, he aqu que se aparece
el Prncipe en Santo Domingo con un numeroso squito; vesta el
Borbn-Parma uniforme de Requet Espaol pues haba estado en las
fuerzas sublevadas contra la Repblica, tomando parte suponernos
que muy lejos de los frentes en la Guerra Civil. Persichetti llevaba
el uniforme chamarrado y emplumado de Camarero Pontificio; con
este atuendo teatral, digno de una revista a lo Frank Lear, se realiz
la ceremonia de imposicin. Tuvo lugar en el Palacio Nacional, en
el gran saln de recepciones. Trujillo a quien acompaaban sus su-
bordinados, el Presidente y el Vicepresidente de la Repblica, todo
el gobierno, el Cuerpo Diplomtico, que siempre est dispuesto a
servir de complaciente coro, y los llamados altos funcionarios de
la nacin, se present vestido de gran uniforme de Generalsimo.
El Prncipe de Borbn-Parma que crey deslumbrar con su uniforme
de Gran Comendador de la Orden, arrastrando la solemne rauda
de la capa, y cubierto de condecoraciones, se debi llevar una gran
decepcin, al comprobar que en las Antillas haba un tipo capaz
de oscurecerle y dejarle en nimia caricatura. La ceremonia revisti
gran solemnidad. Hubo discursos. El del Prncipe lleno de nfasis
a los merecimientos del ilustre nuevo Caballero; el del homena-
jeado, pleno de autoelogios a su persona, que reciba el homenaje
como un justo galardn a sus grandes hazaas. El Prncipe calz al
abigeo las espuelas, y le dio el espaldarazo medieval. La esclarecida

77
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Orden de Malta y de San Juan de Jerusaln tena en su seno al ms


grande caballero de los tiempos, a un Caballero ante cuyas hazaas
quedaban anuladas las gestas de las Cruzadas y a cuyo lado el Cid
Campeador era un nio de teta.
8. Nuevas manipulaciones electorales. En 1942 tena prepa-
rada Trujillo su reeleccin nominal. Pero antes dispuso una reforma
a la Constitucin, para que el perodo presidencial que era de 4
aos fuese ampliado a 5 aos. La reeleccin no necesitaba ser muy
preparada ante el exterior. La guerra estaba an sin terminar; los
Estados Unidos demasiado ocupados en problemas mundiales, no
poda detener la atencin, como en 1938, en un asunto pequeo.
De todas maneras, Trujillo hizo correr el dinero para la propaganda
fuera de las fronteras y mont un tinglado interior para dar cariz
democrtico a la farsa electoral. La eleccin tuvo lugar el 16 de
mayo de 1942. No haba que elegir Vicepresidente, pues Trujillo
haba dispuesto en la reforma constitucional que ese cargo quedase
suprimido; en caso de vacante de la Presidencia el orden de sucesin
sera: 1- El Secretario de Estado de Guerra y Marina; 2- El Secre-
tario de Estado de lo Interior y Polica; 3- El Secretario de Estado
de la Presidencia. Ahora bien, el Secretario de Estado de Guerra y
Marina era y es el hermano de Trujillo, Hctor Bienvenido, llamado
el Negro. Cuando Trujillo fue electo Presidente, en 1942, no esper
al 16 de agosto para posesionarse oficialmente de hecho nunca
haba dejado de ejercer el cargo sino que hizo que Troncoso de la
Concha (Vicepresidente en funciones que cubra el perodo de Mozo
Peynado, fallecido a fines de 1940) le designase Secretario de Estado
de Guerra y Marina y presentase la renuncia de Presidente interino;
automticamente Trujillo, como Secretario de Guerra y Marina, pas
a la Presidencia tres meses antes del plazo. Pero todo esto era para
el exterior, especialmente con vistas a los Estados Unidos, pues el
tirano tema cualquier molestia que pudiera aplazar o vetar lo que l
llama su destino histrica. De hecho, como dijimos, Trujillo nunca
dej de ser el Presidente y Jefe nico del pas; los nombramientos
todos, desde el de un Secretario de Estado o Embajador, hasta el
ltimo ordenanza, se hacan por el Presidente nominal, pero con
esta frmula que figuraba siempre en los nombramientos: por re-
comendacin del Jefe Supremo y Benefactor de la Patria. No haba

78
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

tal recomendacin; el Presidente nominal no haca sino firmar lo


que el Jefe le pasaba por un empleado subalterno y a veces como
sucede segn diremos con las leyes y disposiciones legislativas ni
siquiera se le pasaba a la firma; sta apareca en las publicaciones
oficiales, como si en realidad hubiese sido estampada.
En da 16 de agosto de 1942, sin embargo, quiso el dictador
que se hiciese un despliegue de solemnidades. Su toma de posesin
revisti caracteres de gran representacin teatral. Trajo de Cuba al
gran fantoche Snchez Arcilla, que fue nombrado Embajador Especial
y lleg vestido de uniforme chamarrado, bandas, condecoraciones,
espadn, bicornio de plumas, etc., llamando la atencin y provocando
las carcajadas de la concurrencia; vino de Espaa el Marqus Luca de
Tena, que tambin hizo el fantoche en el cortejo; el dictador oblig
a Hait que era entonces pas sometido a enviarle una Embajada
numerossima; Estados Unidos le mand a Corrigan, que estaba
entonces en Caracas; el Brasil a Figueredo, que despus estuvo en
Mosc; y as sucesivamente, tuvo Trujillo aquellos das en Santo
Domingo, no slo el Cuerpo Diplomtico acreditado, sino a muchos
otros Embajadores Especiales, que vinieron a formar un coro dramti-
co en la gran tragedia del pueblo dominicano. Faltaba algo necesario
para la vanidad del strapa; el homenaje de la cultura. Lo obtuvo por
medio del seor Len Falk Jr, uno de los actuantes y beneficiarios
del escandaloso establecimiento de los Judos refugiados en Santo
Domingo, tema del que hablamos en otro lugar. Len Falk present,
como Sndico de la Universidad de Pittsburg, a este centro docente
norteamericano una ponencia proponiendo para el grado honorario
de Doctor en leyes, de aquella Universidad, al dictador dominicano,
fundndose en sus actividades como conductor de su pueblo, entre
las que citaba: el mejoramiento de la escuela pblica; la extensin de
carreteras; la promulgacin de leyes para el desarrollo del comercio
interior y exterior; el mejoramiento de las condiciones del trabajo
y del agricultor; la creacin de un banco nacional y la promocin
de reformas progresivas financieras.... Estos hechos, para el bien
pagado sndico, evidenciaban la visin y la sabidura (sic) del antiguo
abigeo. Adems se fundaba en que cuando en 1938 el Presidente
Roosevelt someti a la Conferencia de Evian el reclamo de lugares
para refugio de las vctimas de la Alemania Nazi, el Generalsimo

79
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Trujillo ofreci, en nombre de su pueblo y de su gobierno, un hogar


en la Repblica Dominicana para cien mil refugiados. Esta razn,
como en otro lugar decimos era un subterfugio utilizado por Trujillo
en beneficio personal. El caso fue que la Universidad acord conce-
der el ttulo de Doctor Honoris Causa en Leyes a favor de Trujillo.
Toc firmar este honor al Canciller de aquella Universidad John
Gabbert Bowman. Detrs de la cortina haba actuado, tambin, el
seor Rosemberg, unido a la empresa de la DORSA. Trujillo posea
ya, desde el 17 de octubre de 1934, el Doctorado Honoris (Primer
Doctor Honoris Causa) de la Universidad de Santo Domingo. Ahora
era una Universidad extranjera aunque norteamericana la que le
confera igual ttulo.
El acto de investidura se celebr el 17 de agosto de 1942 en el
Paraninfo de la Universidad de Santo Domingo, y fue el Embajador
de los Estados Unidos y amigo personal del Jefe, el seor Avra M.
Warren, quien impuso las insignias al dictador. Era un ttulo ms. La
coleccin aumentaba. Tambin se beneficiaban los muidores de
aquellos honores. El nico que pagaba y segua padeciendo, era el
pueblo dominicano que haba credo candorosamente que al triunfar
la democracia y los ideales de dignidad humana, por los cuales se
deca desde el Departamento de Estado que se estaba haciendo la
guerra, iban a terminarse sus dolores y su sojuzgamiento.
Trujillo tena pues ante s, el 16 de agosto de 1942, otro pe-
rodo de cinco aos constitucionales; este perodo se terminara
el 16 de agosto de 1947... para empezar otro nuevo. Todo el pas
era una sla palabra: Trujillo; todo el territorio nacional, una granja:
la de Trujillo. Y todo Trujillo, un retablo de condecoraciones, ttulos,
homenajes, y desorbitados sobrenombres. Poco despus de su re-
eleccin de 1942, reciba el dictador la Espada de Honor del Ejrcito
Brasileo. Se la enviaba el entonces Ministro de la guerra de Getulio
Vargas, General Eurico Gaspar Dutra, actual Presidente del Brasil.
El encargado de entregrsela fue el seor Antenor Mayrink Veiga,
propietario y negociante brasileo, dueo de una estacin radiodi-
fusora y amigo ntimo de Dutra. Mayrink Veiga vena rondando el
rico caudal de la hija de Trujillo, Flor de Oro, que ya haba anulado
a tres maridos, El, Mayrink, fue el cuarto, por poco tiempo. Tambin
por aquellos das Trujillo reciba la Gran Condecoracin de la Cruz

80
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

del Sur; la Gran Cruz Paraguaya de la Orden Nacional del Mrito


y la Medalla cubana, conmemorativa del Vuelo Panamericano Pro
Faro a Coln.

NOTAS

1. Fue en la ciudad de El Seibo donde Trujillo sufri su primer gran revs social,
pues all le fue negada reiteradamente su aspiracin de ingresar al Club de la
sociedad, as como tambin fue denegada su peticin de matrimonio a la hija de
un acaudalado terrateniente (Robert D. Crassweller, Trujillo. La trgica aventura
del poder personal. Barcelona, Editorial Bruguera, 1968, 62).
Aos ms tarde, estando Trujillo ya separado de su primera esposa y casa-
do con Bienvenida Ricardo de la alta sociedad de Montecristi, y siendo Jefe del
Ejrcito, fue propuesto por el propio Presidente Horacio Vsquez como socio al
aristocrtico Club Unin de Santo Domingo. Su solicitud fue aceptada tras una
maniobra fraudulenta en el conteo de los bolos de aceptacin, causando gran
sorpresa entre los miembros del Club quienes no deseaban compartir con este
advenedizo miembro de la clase alta (sobre este incidente vase a Crassweller,
Ibdem, 73). Lo que sucedi ms tarde con el Club Unin fue una insinuacin de
lo que sucedi en la sociedad dominicana, como bien lo seala R. Michael Malek
en su trabajo sobre Trujillo (R. Michael Malek, Rafael Leonidas Trujillo Molina:
The Rise of a Caribbean Dictator. Ph.d dissertation University of California (Santa
Brbara), 1971, 212). El 8 de noviembre de 1932 Trujillo es elegido Presidente
del Club y fue reelegido por dos aos consecutivos. En el ao 1934 Trujillo abri
el Club para todos los oficiales del Ejrcito en desafo directo a la oligarqua del
pas. Ms tarde mud el Club a un local construido por l y el antiguo local del
Club Unin fue derribado, y con l, simblicamente, se derrumb el poder de la
oligarqua. Entonces se le cambi el nombre a Club Juventud.
2. La brigada paramilitar que dirigi Miguel ngel Paulino se llam La 42. Sobre el
origen del nombre de esta temible banda existen al menos tres versiones: Robert
D. Crassweller dice que este grupo de matones se movilizaba en un carro Packard
rojo (el carro de la muerte) ostentando en la parte delantera un letrero con el
nmero 42 (Trujillo. La trgica aventura del poder personal. Barcelona, Editorial
Bruguera, 1968, 87). Por otro lado, Jacinto Gimbernard afirma que La 42 hacia
alusin a la 42va. Compaa de U.S. Marine Corps, de terrorfica recordacin
(Trujillo. Santo Domingo, Editora Cultural Dominicana, 1976, 65). Ambas explica-
ciones han sido repetidas por otros historiadores quienes no citan fuente. Andrs
A. Font Bernard, quien naci en Santo Domingo en el ao 1918, me inform que
en la calle Jos Trujillo Valdez No. 1 (hoy Duarte) esquina Capotillo (hoy avenida
Mella) exista una ferretera llamada El 42, propiedad de Gregorio Quincoces, y
que en la parte alta de la ferretera estaba el cuartel de Miguel ngel Paulino. De
todos modos, Font Bernard da ms veracidad a la versin de Gimbernard quien
la oy de su padre Bienvenido Gimbernard, hombre de amplios conocimientos
de la Era de Trujillo (entrevista 14 abril 1997). En el libro de R. Damirn Quin
es Quin en Ciudad Trujillo (s.p.i., 1943) se dice sobre Miguel ngel Paulino:

81
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Fundador del destacamento de civiles armados 42 a las rdenes del General


Trujillo. 1930. Para ms detalles sobre La 42 consltese a Orlando Inoa, La vida
cotidiana al inicio de la Era de Trujillo, Isla Abierta, sbado 3 de mayo 1997,
11.
3. Finca propiedad de Trujillo localizada en San Cristbal.
4. El Partido Nacional era el de Horacio Vsquez. Rafael Estrella Urea fund el
Partido Republicano.
5. Jos Antonio Bonilla Afiles. Naci en Ponce, Puerto Rico, el 5 de diciembre de
1898. En el ao 1921 se gradu de Licenciado en Derecho. En carta enviada
al Presidente Horacio Vsquez se declar partidario de su reeleccin (AGN,
Gobierno de Horacio Vsquez, Secretara de la Presidencia, legajo 21).
Fue Oficial de Leyes del Ejrcito dominicano. En enero del ao 1937 se
inici en la carrera diplomtica al ser nombrado Encargado de Negocios de la
Repblica Dominicana en Venezuela, permaneciendo en este puesto hasta junio
del ao 1938.
En octubre del ao 1941 fue nombrado Decano de la Facultad de Derecho
de la Universidad de Santo Domingo, alcanzando el puesto de Vicerrector el 29
de octubre de 1943.
En mayo de 1944 fue nombrado Vicepresidente del Consejo Administrativo
del Distrito de Santo Domingo.
Sali al exilio del 30 de mayo de 1946. El gobierno dominicano public en
forma de panfleto sus trabajos que lo ligaban al rgimen de Trujillo (Discursos y
conferencias enjuiciando la poltica del Presidente Trujillo, 1940-1946, Ciudad
Trujillo. Ediciones Ventas, 1946).
Fue nombrado Canciller el 15 de enero de 1962 en la postrimera del
gobierno de Joaqun Balaguer. Aos despus, en el momento en que la OEA
decidi apoyar la intervencin armada de los Estados Unidos en la Repblica
Dominicana era representante dominicano ante ese organismo. Su voto fue el
nmero 14, necesario para oficializar ese apoyo.
6. Tampoco lo hizo al final de su vida. Muri en la capital dominicana, entonces
Ciudad Trujillo, en el ao 1952. Amrico Lugo representa el ments de aquellos
que alegan que la dictadura corrompa a todos los dominicanos.
7. Esta carta apareci publicada en el libro de Flix A. Meja, Vacrucis de un pueblo.
Mxico, 1951. Puede leerse tambin en Xinesquema No. 2. octubre 2002, pp.
94-99.
8. Pedro Henrquez Urea no se encontraba en la Repblica Dominicana al mo-
mento de la eleccin de Trujillo a la presidencia. Pedro lleg al pas en diciembre
de 1931 a ocupar la posicin de Superindendente de Enseanza, para la cual
fue nombrado estando en Argentina. Pedro se retir en julio del ao 1933, y no
regres ms al pas. Para ms detalles vase: Pedro Henrquez Urea en Santo
Domingo. Santo Domingo, Ediciones Ferilibro, 2002.
9. Francisco Henrquez y Carvajal, hermano de Federico.
10. Amable Nadal.
11. La carta de Bonilla Atiles apareci en La Opinin, 21 febrero 1946.
12. Se refiere al apndice de este libro titulado Documentos y noticias corroborantes
(pginas 229-266 en esta edicin). Esta carta no fue incluida por Almoina en su

82
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

libro, pero puede leerse en el folleto, que auspiciado por el gobierno de Trujillo
y bajo la autora de Jos Antonio Bonilla Atiles, apareci con el titulo Discursos
y conferencias enjuiciando la poltica del Presidente Trujillo (1940-1946). Ciudad
Trujillo, Ediciones Ventas, 1946, 52-56.
13. Ley No. 512 que crea el grado de Generalsimo. Gaceta Oficial No. 4578 del 31
de mayo de 1933.
14. Julio Csar Ballester.
15. Rafael Espaillat. Haba sido Secretario de Agricultura durante los seis aos del
gobierno de Horacio Vsquez.
16. Mireya Peynado.
17. Dr. Adolf Meyer-Abich. Sobre el Instituto Dominico-alemn vase a Bernardo
Vega, Nazismo, fascismo y falangismo en la Repblica Dominicana. Santo Domingo,
Fundacin Cultural Dominicana, 1985.
18. Rafael L. Trujillo, Discurso de reconocimiento a la juventud universitaria en el
acto solemne celebrado por ella el 28 de octubre de 1938 para rendirle tributo
de viva simpata y de cordial adhesin a su poltica creadora, en: Rafael L. Tru-
jillo, Discursos, mensajes y proclamas. Santiago, Editora El Diario, 1946, Tomo III,
386-397.

83
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

84
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO V

CMO SE SOSTIENE EL STRAPA?

Para lograr la absoluta dominacin del pas Trujillo se ha valido


de todos los medios. No poda olvidar el control completo de los
de comunicacin y de expresin de pensamiento. El correo y las
telecomunicaciones estn intervenidos. Todas las cartas son ledas
despus de abiertas; y vueltas a cerrar convenientemente, entregadas
a los interesados. El destinatario puede creer que nadie sabe lo que
se le dice, pero est equivocado. El sistema que se emplea est per-
fectamente experimentado. En correos funciona un negociado con
empleados, en gran nmero, que slo se dedican a este servicio. A
su frente est el seor Buenaventura Urea. A sus manos van a parar
todas las valijas diplomticas, que Urea abre con toda maestra,
examina y detiene slo el tiempo indispensable, para que se saquen
copias de su contenido, si esto lo amerita. Los paquetes conteniendo
libros o peridicos, son separados. Generalmente pasan meses y
an aos sin ser entregados. A esta clase de correspondencia se le
da un curso muy lento, pues no es fcil examinar libros, folletos, y
peridicos. A veces la recogida es ordenada casi enseguida de su
recibo, por descubrirse algn artculo contra el dictador. Tal suce-
di con el Readers Digest de junio o julio de 1946 que insertaba
el artculo de Kent, Dios y Trujillo[1] Por lo general, todo envo de
peridicos, procedente de pases libres, es retenido y no se entrega
nunca; por ejemplo los envos procedentes de Cuba, incluyendo los
de peridicos como el Diario de la Marina o Informacin. En cuanto
a los libros se revisan tambin sin discriminaciones de materias. Esto
crea un problema serio para las libreras dominicanas que se ven

85
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

obligadas a tener siempre libros retrasados pues cuando reciben las


ediciones hace mucho tiempo que stas dejaron de ser novedad
en el mercado.
Como la correspondencia de las valijas diplomticas tanto
la que sale como la que llega es conocida y revisada resulta casi
imposible tener una fisura por donde se manden noticias libres del
pas. nicamente por las personas que no siendo sospechosas viajan
al exterior, pues las que son mnimamente dignas de entredicho,
ofrecen pocas seguridades, ya que se les registra minuciosamente
a la salida. As al escritor y pintor espaol Fernndez Granell, ac-
tualmente en Guatemala, se le hizo objeto de varios registros antes
de su salida y el avin que iba a conducirlo tuvo que esperar, para
dar tiempo a que terminase esta diligencia. A un seor Burgos se le
cancel el pasaporte y su viaje a los Estados Unidos, slo por llevar
una carta de Don Amrico Lugo para su hijo.
No hay que decir que el tirano conoce todo: cuanto telegrama,
cablegrama, o radiograma, llegan o salen, que puedan contener
siquiera el indicio de algo no conveniente. No importa que las em-
presas de radiografa y cablegrafa sean extranjeras, porque estn
todas intervenidas.
Todos los das el Director General de Comunicaciones pasa
a Trujillo resumen de lo que han captado las estaciones receptoras
dominicanas. Lo mismo hace la radiorreceptora-transmisora del
Ejrcito. Esto le sirve al dictador de ndice de las noticias de fuera,
que oyen los dominicanos y por ellas puede juzgar de la gente y
de cuales transmisiones escucha. Es un medio de descubrir cmo
proceden sus sbditos.
Por lo que respecta a la prensa, Trujillo no deja entrar en
Santo Domingo ms que aquellos peridicos del extranjero que l
tiene asalariados y an as muchas veces los detiene y decomisa. Tal
sucede con el Miami Herald de Miami, Fla., que estuvo contratado
por Trujillo por medio del periodista Morrison, para dar las informa-
ciones y editar las crnicas y relatos que le convenan al dictador
hacer circular; este peridico era el nico extranjero que podan
leer los huspedes del hotel Jaragua y en general cuantos vivan en
la Repblica; pero muchos das el peridico publicaba noticias de
distintas procedencias, que no le interesaba al tirano que circulasen

86
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

en Santo Domingo y entonces era recogido y los turistas que ya


habituados a l lo pedan, reciban la respuesta de no haber llegado.
Despus, este sistema se modific con la llegada a Santo Domingo,
en agosto de 1947, del periodista norteamericano y agente de la
International News Service, Stanley Ross. Pero antes de ver cmo
por la intervencin de este sujeto Trujillo ha dado nuevo cariz a su
prensa, conviene que digamos cmo lleg a controlar en absoluto
los peridicos dominicanos diarios de gran arraigo en el pas: El Listn
Diario de la familia Pellerano y La Opinin de don Ren de Lepervan-
che. Ambos representaban aquella situacin de estabilidad, dentro
de las luchas de partidos y de las actividades sociales y culturales de
la repblica y se editaban en su capital. En Santiago de los Caballeros
se tiraba La Informacin, propiedad de la familia Franco y tambin
con gran prestigio en la regin cibaea. Toda esta prensa estuvo en
contra de Trujillo desde el primer momento, aunque no se atreva a
manifestar su oposicin ante el terrorismo dominante. Poco a poco
fue adaptndose y as los Pellerano por medio de amigos, como don
Pip Troncoso, y otros, entraron a disfrutar del rgimen (senaduras,
subsecretaras, empleos, etc.). La Opinin se mantuvo equidistante
pero con tendencia a la aproximacin aparente. La Informacin
sostuvo a Estrella Urea, hizo sus coqueteos con Desiderio Arias y
despus con el feroz criminal Jos Estrella, brazo derecho del tirano
en el Cibao. Pero en general puede decirse que Trujillo no tuvo
prensa suya al principio. Esto condujo al dictador a la obsesin de
conseguir dominar toda la prensa. As fue como naci el diario La
Nacin. Trujillo trajo maquinaria nueva de los Estados Unidos, mont
talleres, y lanz el peridico al que desde luego impuso para todas
las subscripciones de la administracin, y de los particulares. Los em-
pleados pblicos fueron obligados a subscribirse a La Nacin, hasta
tal punto que el recibo del peridico se descontaba de sus sueldos
directamente; todas las oficinas del Estado tuvieron que adquirir
varios ejemplares; en las casas en donde haba ms de un empleado
era obligatorio adquirir tantos ejemplares como empleados hubiese.
De la misma manera los anuncios oficiales y los particulares fueron
para La Nacin, cuyo captulo de publicidad abarcaba el pas entero.
Los trabajos de impresos, ediciones, formularios, etc., tenan que en-
cargarse a los talleres de La Nacin. En fin los ingresos del peridico

87
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

eran ingentes, el mismo mes en que comenz a salir. Su Consejo de


Administracin constituido por el sistema de Trujillo, para la organi-
zacin de sociedades por acciones, segn en otro lugar decimos, era
designado por el dictador quien asimismo nombraba el Director y el
Administrador. El primero que ocup ambos cargos unidos fue Rafael
Vidal, santiaguero, amigo antiguo del Jefe, quien le dio las primeras
lecciones de estrategia poltica cuando encarcelado en los das de
la ocupacin americana en la Fortaleza, trab conocimiento con el
entonces comandante Trujillo. Vidal llev a La Nacin a algunos de
los espaoles exiliados y pudo presentar un peridico aceptable.
Pero pronto comenz a ocupar la primera plana el retrato de Trujillo,
el de su hijo, el de su madre, el de su esposa, el de sus hermanos,
con grandes titulares cantando las alabanzas del dictador. Es decir
La Nacin, era el diario grito de vanidad y megalomana del Jefe. Y
as sigui sindolo hasta nuestros das y los que vengan. Claro est
que absorbida la publicidad por entero y la suscripcin completa
del pas por La Nacin, los otros peridicos no podan sostenerse.
El primero que se rindi fue el Listn Diario, cuyo cierre fue un da
de duelo para los dominicanos, que recordaban aquel portavoz del
nacionalismo, que tanto luch en los das de oscurecimiento de la
independencia del pas, de aquella tribuna, la ms vieja de la Rep-
blica, en donde haban escrito las mejores plumas contemporneas:
los Henrquez Urea, los Amrico Lugo, los Henrquez y Carvajal
y poetas del fuste de Juan Jos Llovet. Pero todo esto, qu poda
importarle al tirano! El caso es que el peridico decano de la prensa
dominicana tuvo que cerrar, ante la asfixia. La Nacin domin mejor
el panorama; fue ganando terreno tambin, es decir avasallando todo
lo que poda quedar sin sojuzgar, en el Cibao y La Informacin tuvo
que someterse. Trujillo la compr para s por medio de Mario Fermn
Cabral que, adems, mont una imprenta editorial por cuenta del
Jefe, la editorial El Diario. Quedaba nicamente La Opinin de los
Lepervanche; una hija de don Ren, cas con un refugiado espaol,
el Lic. Jos Ramn Estella, quien, al morir su suegro, qued al frente
del peridico. En realidad no molestaba a La Nacin, por ser diario
vespertino y La Nacin matutino; as pudo ir arrastrando lnguida
vida unos aos, pero sostenindose pues la gente lo compraba y
tena buenas subscripciones y anuncios.

88
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Trujillo, despus de algunos trasiegos en la direccin de La


Nacin quiso que fuese ms adaptable a su afn de ganancias y llev
a su direccin y administracin al Lic. Gilberto Snchez Lustrino.
Haba sido este Embajador de la Repblica en Ro de Janeiro y al
pasar a la Cancillera, como amigo de Pea Batlle, que era entonces
Secretario del departamento, ocup el cargo de Embajador Conseje-
ro; pronto teji Trujillo una conjura para derribar a Pano Pichardo,
que estaba de Secretario de la Presidencia y se vali de Pea Batlle
y de Snchez Lustrino. Este fue designado Director de La Nacin
y el peridico se renov. Nunca antes haba presentado la prensa
dominicana un ejemplo mejor de diario; pero esto no era lo que
Trujillo y sus familiares queran; faltaba la adulacin en tono alto; los
titulares a ocho columnas de plana mayor comparando a Trujillo con
Dios; no aparecan como deban los encomios a las novias de Ramfis
o las loas al cumpleaos de Angelita. No es que no se registraran
estos acontecimientos trascendentales; es que se colocaban en
las pginas de notas sociales. El caso es que Trujillo ide una intriga
para deshacerse de Snchez Lustrino; fueron sus instrumentos un tal
Bienvenido Gmez y el mismo Pano Pichardo. Ambos presentaron
una denuncia de malversacin de fondos contra Snchez Lustrino
precisamente en vsperas de que ste, junto con Pea Batlle sala
para la Conferencia de San Francisco; en su ausencia Bienvenido
Gmez, nombrado por Trujillo interventor de las cuentas de La Na-
cin, inform que en ellas apareca un pago de doscientos dlares
cargado al peridico y era la contribucin de Snchez Lustrino al
homenaje que con motivo de su onomstico se haba rendido al Jefe
y otro recibo que corresponda a un smoking para su hijo. Se trataba
de una infamia. Snchez Lustrino fue destituido de la direccin del
peridico. Regres de San Francisco y a los pocos das mora del
disgusto a consecuencia de un ataque cardaco. Haba escrito una
biografa de Trujillo,[2] le haba servido en diferentes cargos, le haba
defendido, y se crea correspondido en aquella amistad. El tirano le
despach sin escrpulos y ni se preocup por sus hijos y su viuda.
Esta es hermana de Porfirio Rubirosa el primer esposo de Flor de
Oro Trujillo, la hija del dictador y de su primera mujer.
La Nacin tuvo despus como administrador a Bienvenido
Gmez y a Hamlet Garca, dos en uno, iguales en latrocinios, que

89
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

llevan una parte de lo que roban, al Jefe. El Director fue despus


Cundo Amiama, uno de los que le hacen las leyes a Trujillo y despus
de Cundo Amiama, el poetastro Juan Bautista Lamarche, y despus
Ramn Emilio Jimnez, etc.
Entre tanto La Opinin, el otro diario, iba a caer tambin en
manos del dictador. Cuando al final de la guerra preparaba Trujillo
su reeleccin haba prometido al Departamento de Estado demo-
cratizar su rgimen. Para demostrarlo llam un da a Jos Ramn
Estella y le dijo que poda publicar cuanto quisiera sin censura ni
miedo; Estella le pidi algn documento que le garantizase y Tru-
jillo le envi una carta con su firma, asegurndole que la libertad
de prensa era una realidad de sus artculos, noticias o comentarios.
Hasta entonces La Opinin insertaba nicamente lo que convena
al dictador y se abstena de insertar la menor noticia que molestara.
Es decir, era un diario amigo. Pero a los pocos das iba a ponerse
a prueba la sinceridad del tirano, con el caso de Bonilla Atiles. Este
dirigi una carta a La Opinin por la cual explicaba su retirada del
comit de Profesionales Pro-Reeleccin de Trujillo; Bonilla deca que
entenda que no deba jugarse a la democracia y que era ya tiempo
de ejercerla, por eso l no poda enajenar su voto con un ao de
anticipacin; an reconociendo los mritos del dictador crea que
no poda proclamarse que no hubiese otro hombre en el pas capaz
de gobernar, porque esto era depresivo para el pueblo dominicano.
La carta siguiendo la promesa y garanta del dictador fue publi-
cada. Era la primera vez, desde 1929, que un peridico se atreva
a semejante cosa. El hecho caus estupor. Bonilla fue destituido de
todos sus cargos y cercado y perseguido; los estudiantes enviaron a
La Opinin un manifiesto, firmado por ms de cuatrocientos jvenes.
Estella se dispona a publicarlo, cuando recibi orden del tirano de
no hacerlo. Se haba terminado la libertad de prensa. Pero aquel
da se firm tambin la sentencia de desaparicin del diario. Trujillo
adquiri todas las acciones de Lepervanche y compr la editora y
Estella se march con su esposa del pas. La Opinin se convirti
en el rgano de la Reeleccin, dirigido por el trnsfuga espaol
Fernndez M., y despus por Hctor Inchustegui, un poeta amigo
de Snchez Lustrino, que despus Trujillo ha dedicado, con Marrero
Aristy, a ciertos servicios pseudo-diplomticos en La Habana.

90
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Quedaba pues resuelto el problema de la prensa nica y dirigi-


da. Para afianzar este sistema lleg en agosto de 1947 a la toma de
posesin de Trujillo el periodista Stanley Ross, que ya haba prestado
servicios al dictador en Venezuela, y por eso haba sido expulsado
de aquel pas. Stanley Ross mont el tinglado de prensa a base de
los servicios informativos de la agencia norteamericana con la que
trabajaba, la International News Services. Pero necesitaba un rgano
diario; La Opinin era vieja en sus maquinarias y tipos y, adems
ya no serva ni por el ttulo. Stanley Ross propuso la fundacin de
una Sociedad Annima, para crear otro diario de Trujillo; as naci
El Caribe con informaciones controladas por el tirano, para toda el
rea del Caribe de ah su ttulo y para intervenir en la vida interna
de los pases de su cuenca. Intervenir o intentar intervenir. El Caribe
por s mismo, como diario de Santo Domingo, no circula sino dentro
de la Repblica; ni por su contenido puede interesar sino a Trujillo y
su cortejo. Est escrito en el tono lisonjero y adulador de La Nacin,
con el cual hace pareja, igual que un huevo con otro huevo: pero El
Caribe no es slo un diario, es una subcentral de noticias que Tru-
jillo paga es decir, el buen pueblo explotado por l dirigida por
la International News Services; desde all se irradian informaciones
tendenciosas a la prensa continental que est suscrita a la INS y que,
sin saberlo, acoge las orientaciones trujilleras. Es algo parecido, pero
ms peligroso y eficaz y descarado que los boletines emitidos por
Alejandro Sux desde Nueva York, con el timbre de Andrux Press; es
algo ms eficaz tambin que los servicios de la agencia de Klemfuss.
Desde luego tiene el inconveniente de que siendo servicio desca-
rado y ya conocido, va a perjudicar a la International News Service
y no va a beneficiar al dictador. Este se ha servido de este sistema
de Ross para casos concretos: el de la proyectada expedicin de
Cayo Confites; el del ataque a Venezuela y a Guatemala y Centro
Amrica (Legin del Caribe) y el de la insurreccin proyectada
contra Estim[3] en Hait, planeada por Roland, de acuerdo con el
dictador dominicano. Por esto cuando cay el rgimen de Rmulo
Gallegos, el periodista Stanley Ross se apresur a presentarse en
Maiqueta, de donde fue expulsado; se trataba de aunar relaciones
con el nuevo gobierno e intervenir Trujillo en aquel pas. Otros
servicios le presta Stanley Ross al dictador y algunos llegan hasta la

91
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

adquisicin de armamento en el Norte. As pues tiene Trujillo tres


peridicos, que en realidad no son ms que uno. Pero esto es en
la Repblica; fuera de ella ya decimos en otro lugar de este libro, a
cules alcanza su influencia.
En otro captulo se habla de las agencias, peridicos, revistas,
escritores y hasta hombres respetables, que sirven a Trujillo (Davies
recibe una suma fabulosa y el mexicano Portes Gil como dos mil
dlares mensuales). Nadie gasta tanto dinero en letra impresa que
es lo que ms odia el dictador dominicano.
Trujillo siente verdadero horror a la letra. Nunca lee nada. No
ya libros o peridicos y revistas, pero ni an su correspondencia ms
ntima. En la presidencia tiene ms de diez personas, nicamente
encargadas de leerle y an esto ha de ser a base de extractos o
resmenes. Cuando le llevan algn documento, por importante
que sea, el tirano bosteza, se estira, y ordena al que est a su lado:
lee, a ver que dice eso. Cuando es larga la carta o el documento,
el dictador vuelve a bostezar y corta la lectura: eso es muy largo,
djalo. En su vida no ha podido el tirano acabar un slo libro. Su
mayor tormento es tener que leer discursos. Estos se los hacen
distintas personas, pero no pueden pasar de dos o tres cuartillas.
Cuando son ms largos los rechaza y encarga que se le haga otro
ms corto. Su odio a cuanto significa cultura e intelectualidad, se
manifiesta siempre que puede y en las formas ms diversas. As su
conducta con don Amrico Lugo responde a tal actitud; lo mismo
con respecto a don Federico Henrquez y Carvajal, a cuya familia ha
perseguido sin lmites, en especial a su nieto el Dr. Chito Henrquez.
[4]
Cuando muri Pedro Henrquez Urea, fue tan fra su actitud,
que apenas dio lugar a permitir un modesto acto en la Universidad.
Lo que deba haber sido un gran duelo nacional, por la prdida de
uno de los ms grandes hombres que ha producido la Repblica
Dominicana, se redujo a dos o tres discursos, en un acto al cual no
se dign asistir el tirano. El hecho de que se haya puesto el nombre
de Henrquez Urea a uno de los edificios de la Facultad de Filoso-
fa de la Ciudad Universitaria no quiere decir nada, por la sencilla
razn de que esos edificios... no existen sino en proyecto. En fin,
para el tirano la ilustracin y la cultura son estorbos y aunque hace
lo posible por aparentar que las protege, la realidad es bien distinta:

92
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

al frente de la Universidad coloca a un Coronel que adems todo


el mundo sabe que es un degenerado sexual y uno de los ms ab-
yectos alcahuetes suyos.
Ms con todo, no hubo nunca tirana que ms haya gastado
en el exterior, hacindose la propaganda.
Para el pas le basta con su Gestapo, con la sombra Fortaleza
Ozama y con los campos de concentracin de Nigua, Santiago de
los Caballeros y zona fronteriza, de donde salen todas las maanas,
camiones cargados de presos polticos, para trabajar de sol a sol en
las fincas del tirano.
Todas estas fincas robadas, porque no hered bienes races
ni fincas urbanas, estn a nombre de individuos de su familia y lo
mismo ellas que los edificios que levanta, son labradas y fabricadas
por presos desafectos al sistema trujillero. No le basta tenerlos en
ergstulas, vergenza de la humanidad, inhabitables por el calor y
la humedad. Como en los plomos de Venecia all sufren los enemi-
gos y an los tibios, que tambin la falta de entusiasmo se castiga.
En estas mazmorras de la Fortaleza no pasa da sin que aparezca
algn suicidado.
Las ciudades o pueblos fronterizos han sido construidos por los
presos all concentrados y cuando le conviene suprimirlos, publica la
noticia de un encuentro entre la fuerza pblica y los merodeadores
haitianos. As justifica este cnico Chapita sus crmenes.
Del espantoso campo de concentracin de Nigua ya hemos
hablado. Es algo que tiene para los dominicanos un perfil siniestro,
que hace estremecer a la gente. Se dijo durante mucho tiempo que
era preferible tener cien niguas en un pie que un pie en Nigua. La
situacin de este campo de concentrados polticos, entre arenales
que se torrefactan al sol implacable del trpico y se humedecen por
la accin del mar prximo, es algo horroroso. En estos inhspitos m-
danos los presos estaban obligados a trabajar de sol a sol y, vejacin
satnica, a contemplar los fusilamientos de sus propios compaeros.
Por Nigua han desfilado miles de dominicanos y all han muerto
fusilados, o incapaces de soportar ms trabajos, centenares de ellos.
En Nigua padecieron sevicias y humillaciones, algunos que luego
tuvieron que aceptar cargos del dspota. All sufrieron aflicciones
inolvidables don Manuel de Jess Troncoso de la Concha,[5] antes

93
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de ser Vicepresidente y Presidente de la Repblica, a las rdenes de


Trujillo, el hoy General lvarez Pina; Mximo Vsquez el que llev
en mala hora a Trujillo a la jefatura del Ejrcito, el Lic. Jos Antonio
Bonilla Atiles; Juan Isidro Jimenes Grulln, el Dr. Lara, etc.
2. Dios, Coln y hasta el merengue le sirven. A Trujillo le
sirve todo, de Dios al merengue. Cuando el periodista norteameri-
cano G. Kent, despus de haber visitado Santo Domingo, public
un artculo, reproducido en el Readers Digest junio de 1946,
todo el mundo reconoci que all se deca la verdad. Por mucho que
White se esforz en publicar rectificaciones, no consigui nada. Kent
reprodujo lo que haba visto, Toda la Repblica Dominicana est
llena de letreros donde se lee Dios y Trujillo, Trujillo siempre, Seguir
a caballo. Trujillo est presente, como Dios, en todo el territorio do-
minicano. Hay una provincia Trujillo, otra Trujillo Valds el ladrn
de bestias, otra Benefactor, un pueblo que se llama Villa Altagracia
Julia Molina, hospitales con los nombres de la Mara Martnez y de
sus hijos Ramfis, Angelita, etc. Hasta los accidentes geogrficos han
sido intervenidos: el pico ms alto de Santo Domingo, y quizs de
las Antillas, se llama Pico Trujillo. Todo esto, que es muy chusco,
culmina en el endiosamiento.
Al marchar Trujillo a Europa, sus ntimos Peynado que era
por entonces Presidente pelele y Logroo, se confabularon para
deshacerse de l. Ms, faltos de apoyo en el Ejrcito, que segua
al loco Anbal y al General Vsquez Rivera, cuyo desastroso fin se
relata en otra parte, hubieron de desistir de la maniobra.
Al regresar Trujillo de su viaje, Logroo fue fulminantemente
despedido. Mozo Peynado, tapndose con la contrapinta, hizo
colocar en la fachada de su casa, de la Avenida Pasteur, un letrero
luminoso que deca Dios y Trujillo. Qued el dictador satisfecho,
porque el rtulo le pona en camino de Canosa. No hay ni qu de-
cir del exitazo que tuvo el letrero. A poco no haba fuente pblica,
mueble de oficina, pared, puerta, Iglesias de la Repblica, donde no
estuviera el Dios y Trujillo, que trajo como secuela obligada el de
Trujillo siempre. Esta frase se coloc en la Avenida Washington, en
Gibia, y en la fachada del Consejo Administrativo, vulgo Municipio.
En los automviles y mquinas de escribir de las oficinas pblicas,
aparecieron tambin ambos rotulitos.

94
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Ms Logroo no poda dejarse pisar la papeleta lambiscona


e intervino nada menos que la siguiente frasecita: Para los casos
normales yo estoy conforme con lo de Dios y Trujillo, pero en los
casos graves y decisivos entiendo que hay que cambiar los trminos
y decir Trujillo y Dios. No es para ir a exonerar la vejiga sobre su
tumba?
Ms no par ah la cosa: Logroo produjo, a poco, un artculo
hablando de San Cristbal, como de Beln, que, para regocijo de los
lectores, va al final del libro, en la seccin Documentos y noticias
corroboradores.[6]
Pero esto no era an suficiente y haba que transitar a la hi-
perdulia. La patrona de la Repblica Dominicana es la Virgen de la
Altagracia, con santuario en Higey. No ha mucho decidi Trujillo
levantarle una baslica, que sobrepase a la de Guadalupe en el Te-
peyac mexicano.[7] Con este motivo se constituy un Comit, cuya
primera resolucin fue el que todos los membretes del papel impreso
para comunicaciones, recibos, etc., llevasen en cabeza Trujillo y
Nuestra Seora de la Altagracia. La desconflautacin!
Tambin a Coln lo ha utilizado a quin no habr utilizado
este pillete!. Pero a la base de considerarse superior al descubri-
dor. No en balde se codea con Dios. Al conmemorar el tirano oh
sarcasmo! el 450 aniversario de la fundacin de Santo Domingo
por Bartolom Coln, el hermano del Almirante, Trujillo mand
traer de los EE.UU. unos camargrafos, para que tomaran pelcula
de los actos que iban a celebrarse. Uno de ellos, la escena en que
Cristbal Coln... lo visitaba en su despacho presidencial, con un
globo en la mano y vestido de la poca, ponindose de hinojos
ante el Strapa. No es para morirse de risa? Pues la pelcula se
pas en todas partes y la fotografa respectiva se public en la
cadena de peridicos norteamericanos, donde influye el bellacazo
de Klemfuss.
El afn exhibicionista de Trujillo demostracin palmaria de
inferioridad lo lleva a extremos inconcebibles. Subvencion, por
ejemplo a los Dodgers, el equipo pelotero de Brooklyn, para que en
vez de ir a Cuba a entrenarse, fueran a Santo Domingo. Los aloj
en el hotel Jaragua, aislado de la tristsima realidad del pueblo, y
todo esto lo hizo para poder fotografiarse, con gorra de beisbolero,

95
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

dando la mano a Leo Durocher y recibiendo la interesada y adulona


sonrisa de Lorraine Day y de los esposos Rickey.
A Trujillo le vale todo, hasta el merengue. Esta danza la im-
puso en los bailes oficiales. Al imponer el baile impona tambin la
letra. El Partido Dominicano paga unos cuantos msicos, para que
de la ltima necedad que haya prorrumpido el Jefe compongan un
merengue.
Descuella entre todos Luis Alberti, de San Cristbal, con or-
questa que toca en el hotel Jaragua.
Con los merengues se hace proselitismo trujillero. Hay uno
Y seguir a caballo en el que se pretende inmortalizar una frase
pronunciada por el dictador, all por 1941, antes de reelegirse,
pretendiendo acallar as la oposicin del Departamento de Estado
norteamericano. El Y seguir a caballo se convirti en un slogan
y por todas partes se vea estampada la frase.
Otros merengues cantan: Trujillo Molina hombre sin igual y
alguno hay de tipo celestial:

Trujillo en la tierra
y en el cielo Dios.

Pues estas letras y algunas otras ms, alusivas al Chacal de La


Casa de Caoba, han de soportarlas horas y horas los que a diario
bailan en el Jaragua.
3. Slo un quido se le resiste. Aparte los intelectuales que
lo abominan las opiniones de algunos los llevaran al cementerio
el nico que se ha resistido a Trujillo es... un caballo.
La inauguracin del hipdromo Perla Antillana en Santo
Domingo, tuvo lugar con motivo de las fiestas del Centenario
de la Repblica, en 1944. Nominalmente el hipdromo apareci
como propiedad del Consejo Administrativo del Distrito de Santo
Domingo. Realmente era de Trujillo. Estas aclaraciones no hay ni
que hacerlas cuando se habla de algn negocio en Santo Domin-
go, pero para que el lector no se olvide, insistimos. Cuando se nos
olvide decirlo a nosotros puede creerlo l sin temor a equivocarse.
Al principio de las carreras se trajeron caballos de distintos sitios: de
Puerto Rico, Estados Unidos (muy pocos) y ms tarde de Jamaica.

96
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Los jockeys fueron al empezar puertorriqueos. Naturalmente Tru-


jillo que no puede perder nunca, no poda perder en las apuestas.
Tampoco podan perder sus hijos, ni su esposa, ni sus hermanos, ni
sus parientes. El nico que perda era el pblico. El dictador crea
que el espectculo iba a servir de distraccin al pueblo, para que
no pensase en poltica. Se equivoc. El hipdromo se convirti en
lugar de manifestaciones contra su rgimen. Esto se produjo en
cuanto muy claramente apareci el afn de lucro del tirano y sus
familiares. Trujillo trajo caballos suyos, comprados en Estados Uni-
dos; la cuadra apareci a nombre de Ramfis y ste La bautiz con
el nombre de su novia de turno, que entonces era Dinorah Ferra;
as la cuadra trujillera se denomin Haronid que es Dinorah al revs.
Esta cuadra era la que poda ganar. Pese a esto la gente apostaba en
contra. Prefera perder y dar gritos animadores contra los caballos
del strapa. Otra cuadra era del cuado de Trujillo, Martnez Alba, y
se denominaba Caribbean por la agencia automovilstica en donde
tanto dinero estaba ganando la familia. Otra cuadra tuvo la desdicha
de hacerla un comerciante espaol, residente haca muchos aos en
Santo Domingo, persona buena y muy rica; este espaol se llama
Benigno Prez; su cuadra, por ser l buen conocedor de caballos,
tuvo pronto los ejemplares mejores que eran los que la impericia
de los agentes de Trujillo y su desconocimiento de caballos haban
desechado. Uno de estos caballos era un tordo llamado Dicayagua.
Tena entonces la Haronid otro ejemplar denominado Sombra. Las
carreras deba ganarlas Sombra, por ser de Trujillo. Pero resultaba
que Dicayagua era mejor animal y ganaba. Esto enfureca al tirano,
porque cada carrera era un motivo de manifestacin adversa a su
rgimen. La gente gritaba desde las gradas hasta desgaitarse y mi-
rando al palco presidencial, de donde el tirano presenciaba la carrera
y lanzaba gritos de nimo a Dicayagua que se convirti as en hroe
nacional. Era su figura equina un smbolo. La cosa se puso fea algunas
tardes en el hipdromo. La polica entraba a golpes por las gradas,
haca detenciones. El veterinario espaol, Dr. Garca, fue destituido
por permitir que se pusiese a Dicayagua un revulsivo. La noticia era
falsa. Pero Trujillo y sus sabuesos la hicieron correr para justificar
los xitos del caballo de Benigno Prez. El Dr. Garca fue vejado y
escarnecido por la polica trujillera: Trujillo le quit por decreto la

97
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

ciudadana dominicana que le haba concedido. (Juan Palomo, yo


me lo guiso yo me lo como). Pero pese a todo esto, a la siguiente
carrera Dicayagua volva a ganar, por varios cuerpos y con toda faci-
lidad, en medio de las aclamaciones del pblico, que lo ovacionaba,
como si fuese a un libertador de sus cadenas. Entonces comenz el
calvario del pobre y rico Benigno Prez; fue llamado por la polica;
se public una carta contra l firmada nada menos que por todos
los Secretarios de Estado, los Subsecretarios, los Oficiales Mayores,
los Ayudantes del Presidente; y los mecangrafos. Era indigno lo que
estaba pasando. Dicayagua era comunista, Esta fue la conclusin a
que se llegaba en los crculos oficiales, interpretando como siempre
la doctrina Truman. Y el resultado fue que Benigno Prez tuvo que
cerrar su cuadra; y esto fue cerrar el hipdromo, porque la gente
dej de ir. La tirana triunfaba pero Dicayagua quedaba como un
smbolo. Este caballo, digno de un monumento, muri y no se sabe
donde se halla enterrado.[8] Merece el monumento, mucho ms que
quienes llamndose sostenedores del ideal democrtico, no tienen
escrpulos en venderlo.

NOTAS

1. George Kent, Dios y Trujillo. Selecciones del Readers Digest, mayo 1945, Vol.
XI, No. 66, 88-94.
2. Gilberto Snchez Lustrino, Trujillo. El constructor de una nacionalidad. La Habana,
Cultural, S.A 1938.
3. Dumarsais Estim, Presidente de Hait, 1946-1950.
4. Francisco Henrquez Vsquez, alias Chito.
5. Manuel de Jess Troncoso de la Concha nunca estuvo preso en Nigua, aunque
s en la Fortaleza Ozama en julio de 1930. Era tal el terror reinante en el pas en
esos momentos, que el Listn Diario, peridico en el que laboraba como edito-
rialista, apenas hizo referencia al caso en unas pocas lneas (Listn Diario, 23 julio
1930).
6. Documento No. 8, pginas 246-247.
7. El Parque nacional El Tepeyac, estaba ubicado en la sierra de Guadalupe, en el
Distrito Federal. Constitua una de las pocas reas verdes para la recreacin y
esparcimiento de los habitantes del Norte de la ciudad. La tenencia de la tierra era
ejidal. Se puedan realizar das de campo y recorridos por el parque. Su acceso
se llevaba a cabo por la Avenida Insurgentes Norte, en direccin a Pachuca. (Ac-
tualmente es una zona cntrica de la ciudad y no queda nada del otrora Parque
Nacional.
8. Durante la Era de Trujillo se le encomend al escultor Ismael Lpez Glass reali-

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

zar una estatua al caballo Sombra, la cual se coloc en la entrada principal del
hipdromo en el ao 1951. En el ao 1962, ya muerto Trujillo, Carlos Prez
Ricart, hijo de Benigno Prez, pint la estatua de blanco y le coloc el nombre de
Dicayagua. Todava hoy se conserva esta estatua, y los dominicanos la nombran
Dicayagua.

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO VI

LA FEROCIDAD MS QUE
NERONIANA DEL MULATO CHAPITA

1 Cmo es Trujillo? Tipo normal; tipo anormal? Herencia


psicofsica y color. Para juzgar a Trujillo hay que tener en cuenta sus
condiciones personales, clave verdadera de todos sus actos, tanto
privados como pblicos. El dictador es un enfermo mental, tal vez
con viejas taras heredo-sifilticas, que actan sobre un complejo
negroide muy caracterstico. Tiene, lo que se llama comnmente
talento natural, en este caso viveza y despejo y no mala memoria,
mas todas esas buenas cualidades, se entremezclan con el oscuro
y frondoso ramaje de alucinaciones, temores, desconfianzas, mana
persecutoria, proclividad a la traicin, megalomana y egotismo
acusadsimo. Se trata, pues, de un espritu, que a momentos se nos
presenta con una cierta limpieza y claridad, y casi siempre enterrado
y ciego, bajo la morbosa complejidad hereditaria.
El tiempo y las circunstancias han hecho su trabajo. Pudo haber
dominado, con voluntad decidida, todas las taras sealadas, pero
su enriquecimiento prodigioso, la seguridad de que todo se rinde
ante l, el poder omnmodo que ejerce en el pas y el casi ilimitado
que tiene fuera, lo han llevado a considerarse exento de frenar las
explosiones de su subconsciente. Han colaborado a esto las gen-
tes que siempre le rodearon, negroides casi todos ellos, gentes sin
escrpulos, nacidas para la servidumbre y dispuestos a todo con
tal de conservar posiciones, ddivas, lujos y prestigios, que aunque
insignificantes para cualquier civilizado, en aquella isla de la que
nunca salieron, colman todas sus aspiraciones.
Recordar esto, es de capital importancia, para entender el

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

proceso mental del Trujillo, primitivo, prelgico, complicado. Esto


explica que guste el que adulen su machismo y para seguir demos-
trndolo, no trepida ante el uso de afrodisiacos, pues no en balde
discurren los aos.
Ahora est viviendo Trujillo un momento peligrossimo, para l
y para cuantos le rodean. Sexualmente ha dado en degeneraciones
sodomticas. De momento est en turno la Julia Vega, que adems
le proporciona efebos universitarios. Lo mismo sucede con Moya, a
quien la esposa del tirano prohibe la entrada en Estancia Ramfis.
Este fondo morboso del dictador, larvado de criminalidad, le
lleva a ordenar asesinatos, por los motivos ms ftiles.
2. Espionaje y gestapismo trujillero. Trujillo, ya antes de
tomar el poder, tena un servicio de espionaje dentro del pas; una
vez en la presidencia lo perfeccion. No slo hay que tomar en
cuenta en Santo Domingo a la Polica y al Ejrcito, sino tambin a
los grupos seleccionados por el Partido Dominicano, por la Gestapo
secreta y por el mismo dictador personalmente. Estos grupos, actan
de muy diferente manera y con resultados similares. La Gestapo in-
terviene en los casos ya precisados de oposicin al rgimen; es decir
cuando no ofrece duda de que se trata de adversarios; en cambio
la Gestapo privada del Partido Dominicano y la que directamente
Trujillo dirige, averigua conductas, an entre los elementos, que
aparentemente son fieles a la situacin y leales al Jefe. La Polica y
el Ejrcito colaboran con estas Gestapos, de una manera brutal y
decidida; a estos elementos hay que aadir la agrupacin de Vete-
ranos, la Brigada Cuarenta y tres y el servicio de informacin de
la Secretara de la Presidencia.
Conviene saber cmo actan cada uno de estos organismos.
El Partido Dominicano, organiz un sindicato de servicio doms-
tico; aparentemente se trataba de proteger a las pobres sirvientas
explotadas; en realidad se convirti en medio de infiltrar espas en
la intimidad de los hogares. Cada sirviente recibe instrucciones en
el Partido y ste se encarga de buscar y conseguir ocupacin para
ellos.
Las familias a las que se ofrece una sirviente por el Partido y
no la acepta comienza a pasar de la categora de sospechosa a la
de desafecta y entonces el servicio de espionaje pasa del Partido

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

a una de las Gestapos. Si por el contrario, la familia acepta a la sir-


vienta propuesta por el Partido, comienza entonces el servicio de
informacin a actuar. Todos los das la criada debe ir al Partido a
dar cuenta de lo que pasa en la casa, las visitas que se reciben, las
conversaciones que se sostienen, la manera de pensar de todos los
miembros de la familia. Se trata de un arma muy peligrosa, porque
a veces la ignorancia de los sirvientes produce interpretaciones
falsas y complica a gran nmero de gentes que comienzan a ser
perseguidas inmediatamente. Esto mismo sucede con los servicios
domsticos de las Embajadas y Legaciones. El Partido tiene un
servicio de camareros de ambos sexos, especialmente preparado,
y por lo general formado de negros cocolos, es decir de gentes
procedentes de las Antillas Menores; estos servidores producen
informaciones altamente apreciadas por la Gestapo trujillera pues
todos hablan el ingls y el francs ya que son gentes de la Guada-
lupe, de la Martinica, de Jamaica, de Santo Toms, de Barbados,
de Tobago, Antigua, etc. Y reciben gratificaciones importantes. La
Gestapo, para colocarlos en las Embajadas y Legaciones se sirve
de medios indirectos y completamente reservados; los empleados
de esta manera, aparentan ser adversarios o tener poca simpata
por el rgimen, aprovechan cualquier oportunidad para manifestar
su desagrado por Trujillo y su familia; algunos son suficientemente
hbiles, como para ganarse la confianza del Jefe de la Misin, de
su esposa o de sus hijos, o la de algn secretario y de esta manera
obtienen informaciones preciosas; tambin son de estos grupos de
donde recluta la Gestapo a los choferes del cuerpo diplomtico,
elementos de mayor inters para Trujillo, pues consigue por medio
de ellos relatos vivos de inapreciable valor, ya que comnmente es
al final de las entrevistas o cuando se va a ellas, cuando los diplo-
mticos conversan sobre los temas tratados, con sus acompaantes
o comentan lo sucedido.
En una palabra, el diplomtico en Santo Domingo, est ab-
solutamente vendido y todo cuanto hace o dice, an en la mayor
intimidad, llega al dictador. Este pues posee por la violacin de la
valija diplomtica, de la correspondencia general, de los cables y de
la radio y por las informaciones de los empleados de la Misin una
detallada noticia de cuanto pasa en ella. Si tal sucede con el cuerpo

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

diplomtico, no hay que decirlo qu pasar en las casas particulares.


Trujillo da mucha importancia a la vida ntima de las gentes y tiene
especial cuidado en vigilar y obtener informaciones preciosas de
cada familia y en envilecer la vida privada, o favorecer su envileci-
miento. Le molesta que se le diga que hay alguien honesto y limpio;
en cuanto sabe que existe familia que viva honradamente trata de
mancharla y empujarla a la abyeccin. Para todo esto se necesita un
servicio inquisitorial muy bien organizado y Trujillo lo posee desde
1930. Esto explica, por qu todos los complots y movimientos en
contra de su rgimen, fracasaron.
3. Complots, rebeliones y movimientos insurreccionales
develados. El testimonio ms elocuente de la vitalidad y amor a la
libertad y la democracia que mantiene el pueblo dominicano contra
su tirano Trujillo, lo podemos encontrar en las sucesivas rebeliones
que para derrocarle se han producido, pese a que cada una de ellas
ha sido seguida de un torrente de sangre y de los ms escalofriantes
crmenes por parte del Strapa.
Los que estuvieron ms prximos a triunfar fueron los pro-
ducidos en los cinco o seis primeros aos de su mando. De ellos
los hubo nicamente militares muy pocos y la mayora cvico-
militares. Trataremos de registrarlos a fin de presentar al dictador en
su propia salsa, es decir, manando sangre y responsable de crmenes
espantosos.
La rebelin de Desiderio Arias, General regional, que dominaba
el Cibao, fue un movimiento de tipo cantonal. Trujillo se enfrent a
l con pocas fuerzas. Se trataba de luchar en el campo y el dictador
tema, que si concentraba todos sus elementos en una comarca,
podra ser atacado en la capital. Por eso ante todo trat de pactar
con Arias y lo logr circunstancialmente. Arias lleg a un acuerdo
por el cual Trujillo le cedera determinados puestos en el Cibao y
un nmero de armas y municiones. El dictador pareci conforme y
la rebelin se apag. Pero el dictador no pens nunca en cumplir
con el arreglo y en cuanto tom precauciones en Santiago y otras
localidades cercanas, rompi el tratado, forzando a Desiderio Arias
a lanzarse de nuevo. La lucha fue desigual porque Trujillo tena ya
cercada la regin; las tropas del dictador no hubiesen ganado sin
embargo, a no ser por la traicin de Mario Fermn Cabral que entreg

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

a Arias; ste fue asesinado, su cadver mutilado horriblemente se


llev por los pueblos como un trofeo y finalmente se le entreg a
la viuda; la suerte de los partidarios de Arias fue espantosa; no se
salv ni uno; todos perecieron, despus de horribles martirios. En-
tonces design Trujillo, lugarteniente suyo en el Cibao a uno de los
tipos ms criminales que haya producido su rgimen, el tristemente
clebre Jos Estrella. Se instal en Santiago en calidad de General
Gobernador, y pronto su fama hizo estremecer la regin entera;
Estrella asesinaba con alevosa y detalles tan espeluznantes, que las
gentes no se atrevan ni a vivir en la comarca y cientos de familias
buscaron, con diferentes pretextos, excusas para trasladarse a otras
poblaciones o al extranjero. Sin embargo, Estrella no haca sino se-
guir puntualmente las instrucciones del Jefe; ste trataba de obtener
dos objetivos: deshacerse de sus numerosos adversarios del Cibao
y sembrar un terror tal en aquella comarca que pudiera apoderarse
de las fincas tabaqueras y de los arrozales. Estrella logr plenamente
este objetivo. En un ao los asesinados por Estrella sumaban ms
de seiscientos. La llamada Fortaleza de San Luis, en Santiago, se
convirti en la ms horrorosa mazmorra de torturas; all se aplica-
ban los mtodos nazis del ltigo alambrado de pas y cubierto de
cuero, llamado cantaclaro; all el sistema del tortor testicular; all
el tormento del agua, el de hierro candente, el de arrancamiento de
las uas; all se violaba a las doncellas; all se obligaba, a latigazos,
a los propietarios a firmar letras y pagars o cesiones de sus fincas
y de sus intereses; All se infamaba e insultaba a los hombres de
mayor posicin econmica y moral, humillndolos, indefensos ante
la bestialidad. Estrella logr de esta manera que pasasen a Trujillo las
tierras de mayor produccin tabaquera y arrocera y que el nmero
de enemigos se multiplicase ilimitadamente. El tirano lo sostuvo all,
hasta lograr para s el dominio del monopolio del tabaco. Despus
lo destituy; y aos ms tarde orden que se le procesase por asesi-
nato. Fue una comedia espantosa; Trujillo que saba donde estaban
enterrados los cadveres de las vctimas, orden que se encontra-
sen algunos y mand abrir expediente contra Estrella; se trataba
de echarle la culpa de aquellos crmenes, que haban cometido por
orden suya, a fin de humillarlo. Estrella fue condenado, pero despus
devolvi unas fincas con las que trataba de quedarse y dio fuertes

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

sumas de dinero y el dictador, una vez que le haba despojado de


las cantidades con las que l se haba quedado sin su permiso, lo
perdon. Pero en el Cibao, qued Estrella, hasta hoy, como ejemplo
de lo que es la dictadura trujillera.
El movimiento de Desiderio Arias no tena ni simpata ni ob-
jetivo noble de ningn gnero. Era un brote del sistema cantonal
y del individualismo partidarista de los das de Ulises Heureaux. El
primer gran movimiento para derribar a Trujillo, fue el preparado
por el Coronel del Ejrcito Nacional, Leoncio Blanco. El origen y
caractersticas de este movimiento, deben ser tenidos en cuenta,
para enjuiciar la situacin de la Repblica Dominicana. Trujillo,
haba formado en el Ejrcito un ncleo de partidarios suyos que
deseaban su triunfo, no slo por ambiciones personales, sino para
renovar la vida del pas. La mayora de estos elementos pensaba que
Trujillo realizara esa renovacin dando paso a gobiernos turnantes
y benficos, terminando con el sistema de absorcin en beneficio
de determinadas familias o personas. No se poda volver al sistema
de Lils (Ulises Heureaux) ni con su larga dictadura, aunque sta
jams fue sanguinaria ni humill al pueblo; pero tampoco al frac-
cionamiento partidarista, que atemorizaba las fuerzas nacionales y
haca estril toda renovacin. El tipo de gobierno que los domini-
canos buscaban entonces era el de Mon Cceres; ste haba sido
asesinado en 1911 por intereses obscuros y su desaparicin haba
trado el triunfo de los grupos numerosos e inestables y abierto el
camino para la ocupacin norteamericana. El gobierno de Ramn
Cceres haba sido democrtico y popular y al mismo tiempo eficaz
y reconstructor. Los militares que ayudaron a Trujillo podan creer,
en la intimidad de sus conciencias, la mayora de ellos, en algo pa-
recido a la poltica de Cceres. Pero al ao de gobernar Chapita se
dieron cuenta de que ste slo buscaba su enriquecimiento personal,
el establecimiento definitivo de l y de su familia en el mando, la
humillacin de las gentes, y el ms desenfrenado despotismo. Los
jefes y oficiales que le ayudaron a subir se dividieron en dos grupos,
uno el formado por aquellos que estaban dispuestos a aguantar
todos los abusos y vejaciones, con tal de disfrutar prebendas, y
otro el de aquellos que se consideraban, por conocerlo, superiores
moral e intelectualmente al tirano. En este ltimo grupo estaban los

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

militares de mayor graduacin y aquellos que por su cultura y su


patriotismo queran que la Repblica fuese renovada, dentro de la
libertad, que no se cometiesen violaciones a los derechos personales,
que se respetase la propiedad privada y la estructura de la sociedad
dominicana, basada en principios tradicionales muy caros. Tal vez
hubiese cierta confusin en cuanto a los ideales generales de estos
militares, pero casi todos ellos buscaron enseguida orientaciones y
contactos con los elementos ilustrados del pas. La mayora de estos
militares desafectos a Trujillo eran masones y asiduos asistentes a
las logias. Encontraron en ellas los mejores discpulos de Hostos, el
gua magistral que ha abierto toda una teora poltico-moral de gran
aliento. En las logias y en los cuarteles comenz pues a fraguarse
la conjuracin, que trataba de derrocar al tirano. El movimiento,
preparado con todo cuidado, tena el apoyo de la mayora de la
oficialidad del Ejrcito y estaba con Blanco, el comandante Vsquez
Rivera, el Capitn Anbal Vallejo, Mirabal de Salcedo, en fin, ms de
doscientos jefes y oficiales. Este grupo militar, se puso en relacin
con elementos civiles, que deban constituir el gobierno. Al frente
de ellos se hallaba el probo ciudadano Dr. Eduardo Vicioso, Decano
de la Facultad de Derecho de la Universidad, Gran Maestro de la
Masonera, uno de los conspicuos discpulos de Hostos y hombre
cuya vida honesta y lmpida, cuya actitud caballerosa y ejemplar, le
vala el respeto y la admiracin de todos los dominicanos. Puede
calcularse que detrs de esta figura se alineaba toda la intelectualidad
dominicana y la juventud estudiosa.
El movimiento, con todos estos elementos estaba llamado a
triunfar. Pero Leoncio Blanco (Blanquito) quiso asegurarse la Marina,
muy escasa, pero necesaria para transportes determinados. Comuni-
c el proyecto a Moncls y este fue el que denunci la trama.[1] Tru-
jillo se atrajo para aplastarla a Fiallo, Coceo, Castillo Prez, Snchez,
Leyba Pou, Pimentel.[2] Comenzaron las detenciones rpidamente
y la conjura qued desarticulada. Leoncio Blanco fue conducido a
Nigua, junto con la mayora de sus amigos del Ejrcito. All fueron
todos sometidos a torturas inauditas. Ms de cien, despus de ho-
rrorosos tormentos fueron llevados a Camungui, el cementerio
del campo de concentracin y asesinados all. Las descargas y los
gritos de angustia o las palabras de rebelda y furor, llenaron varios

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

das Nigua. A Blanco lo torturaron de manera brbara, durante ms


de dos meses; al final le haban arrancado todas las uas, sin lograr
que declarase; finalmente lo ahorcaron y apareci colgado en una
celda del campo de concentracin; se quiso presentar as el asesi-
nato como suicidio. Al Dr. Eduardo Vicioso lo tuvieron sometido
a trabajos forzados varios meses; all en Nigua tuvo que pasar por
todas las humillaciones y sentir el horror de los tormentos de los
otros; l fue testigo de ellos y de los asesinatos; cuando despus de
tiempo sali del campo de concentracin, era un cadver ambulante;
muri poco despus, a consecuencia de los martirios. En cuanto al
Capitn Anbal Vallejo y a los civiles Rafael Felipe, Pablo Estrella,
Astasio y otros, fueron puestos en libertad, despus de horrorosos
martirios y asesinados ms tarde; lo mismo sucedi con un tal Parra
(Parrita), complicado en el movimiento.
Quedaban algunos de los que haban sido presos y tortura-
dos, pero cuya complicidad como consecuencia de la entereza
y hombra de Leoncio Blanco no estaba demostrada. Entre ellos
se destacaba Ramn Vsquez Rivera. Haba sido compaero de
Trujillo antes de 1930; despus de la intentona de Blanco, el tirano
hizo como si no supiera que Vsquez Rivera haba estado compli-
cado; le volvi al Ejrcito y lleg a ser jefe de las Fuerzas Armadas;
Trujillo le propuso un da para el cargo de Cnsul de la Repblica
en Burdeos, Francia, y all se fue Vsquez Rivera; poco despus
fue llamado al pas. Trujillo no perdona y ya tena preparada la
venganza; Vsquez Rivera apareci asesinado en una celda de la
Fortaleza Ozama, en 1940. Se dijo que se haba ahorcado; es decir
que le mat de la misma manera que a Leoncio Blanco y bajo la
misma forma de disimulo. As puede decirse que qued liquidada
la rebelin de Blanco.
En 1934 el ambiente contra Trujillo era irrespirable. Todo el
pas arda en odio al tirano. Este, engredo, seguro de la proteccin
norteamericana, se haba lanzado a la carrera de saqueos, pillajes,
estupros, violaciones y asesinatos, que lo convertan en el ms san-
griento dictador de Amrica. Fue en esos das cuando en la Repblica
Dominicana se sinti la influencia de la lucha que las juventudes
cubanas mantenan contra la dictadura de Machado. Infinitamente
ms terrible era la de Trujillo y la juventud dominicana crey llegada

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

la hora de actuar como lo estaba haciendo el estudiantado y la inte-


lectualidad de Cuba. As fue, como se prepar el llamado complot
de Santiago de los Caballeros, la ciudad vctima de la opresin del
tirano, por mano de su lugarteniente Estrella. Haba bastantes causas
para que fuese all donde se produjese el movimiento. De un lado,
el terror sembrado por el gobernador asesino, de otro el antiguo
rencor que la sociedad santiaguera senta y sinti siempre contra
el tirano y, finalmente, la conducta de ste para con el prestigio
poltico mayor de aquella comarca, el pulcro y digno Rafael Estrella
Urea. En efecto haca ya tiempo que Estrella Urea haba tenido
que buscar en el extranjero la paz y libertad que le eran negadas en
su patria; amenazado de muerte por el tirano, decidi salir al exterior
y comenzar desde all la lucha para reconquistar la democracia y
las libertades pblicas, que crey ganadas en 1930. Estrella Urea
estaba por aquellos das de 1934 en Estados Unidos, e iba a pasar
a Cuba dispuesto a aunar voluntades y obtener ayuda para formar
un contingente que fuese a Santo Domingo y lo salvase de la tirana.
Estrella Urea es el ms ilustre y glorioso predecesor del intento de
Cayo Confites, a trece aos de distancia. Todo esto lo saban en
Santiago las juventudes. Pronto fue organizndose all un numeroso
grupo de hombres, dispuestos a librar al pas del monstruo. Estos
hombres eran en su mayora profesionistas, intelectuales, jvenes
estudiantes y patriotas. El complot consista en asesinar a Trujillo
cuando visitase Santiago; la conjura era vasta pues se contaba con
algn elemento militar dentro de la Fortaleza de San Luis de aque-
lla ciudad y se tena la seguridad de que una vez desaparecido el
tirano, el movimiento se extendera por todo el pas y propiciara
una solucin poltica democrtica. La juventud que tomaba parte
en la conjura, no pareca ocultarse mucho; en Santiago cientos de
personas saban que estaban repartiendo armas clandestinamente y
que se fabricaban bombas; se llegaba a hablar del asunto en pleno
caf. Y sin embargo, el dictador no tuvo noticia del asunto, hasta
el momento en que ya haba estallado. Esto prueba, que pese a la
organizacin de espionaje, Santiago estaba tan saturado de ene-
migos, que resultaba imposible precisar sus actividades. Pero esta
manera de proceder imprudente, facilit el descubrimiento de los
elementos rebeldes. El fracaso de este se debi en buena parte a

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

la poltica seguida en el pas por los norteamericanos, que haban


desarmado a todo el mundo, menos al Ejrcito, con lo cual resultaba
que, queriendo impedir asonadas, haban facilitado la permanencia
de la tirana, cuya nica posibilidad de enemigos la tena en los
cuerpos armados, pues stos posean los elementos necesarios para
violencia, mientras el pueblo inerme tena que someterse y aguantar.
Con todo, entre los conjurados de Santiago, en 1934, se repartieron
armas aunque no muchas: pistolas, revlveres, algunas bombas de
mano. La explosin de dos bombas, una en el correo y otra en la
estacin del ferrocarril, y actos, como reuniones, etc., puso en la pista
a los sabuesos trujilleros y pocos das despus iban siendo presos
los principales complicados, a los que a fuerza de torturas se les
arrancaron declaraciones que alcanzaban a muchos inocentes. Un
sirio de Santiago, llamado Jos Najul, fue el principal delator; ms
tarde las declaraciones de los denunciados fueron aumentando el
nmero de prisioneros. A fines de junio de 1934 eran ms de cien
los aprehendidos. Esta cifra an subi en los meses siguientes. Haba
entre ellos ricos propietarios, industriales, mdicos, abogados, estu-
diantes, obreros, campesinos. Es decir la sociedad entera, como en
un smbolo que se alzaba frente a la inaguantable tirana. La lista sera
interminable. Daremos los nombres de los ms destacados: Daniel
Ariza; Ramn Vila Piola; Ellubn Cruz; Juan Isidro Jimenes-Grulln,
Doctor en medicina; Manuel Bermdez, propietario; Fernando
Bermdez; Rigoberto Cerda; Flix Ceballos; Felipe Blanco; Enrique
Veras; Manuel Cantizano; Cndido Ruiz; Alfonso Coln; Chich
Montes de Oca; Luis Hel Bencosme, un anciano servidor de un
asilo de monjas de Santiago, Chich Patio, etc.
Todos ellos fueron conducidos a Santo Domingo que an no
se llamaba Ciudad Trujillo y encerrados en el campo de concentra-
cin de Nigua. All, sometidos a inenarrables torturas y terrorficas
escenas fueron presenciando unos los tormentos de los otros, y
vieron como se consuman sus vidas da a da, en medio de oprobios
infrahumanos. Ellubn Cruz y Luis Hel se volvieron locos y murie-
ron despus de tormentos espantosos. Daniel Ariza sucumbi tras
torturas tales que lo convirtieron en un cadver, al que se obligaba
a seguir trabajando con pico, pala, azadn, y pesados instrumen-
tos, mientras su cuerpo se renda y los vigilantes le pegaban hasta

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

hacerle perder el sentido dos o tres veces al da; cuando falleci,


deshecho, con slo la piel y los huesos, el mdico legista Doctor
Romn, muy hbil en provocar abortos, certific que haba muerto
de arterioesclerosis.[4] Rigoberto Cerda fue terriblemente martirizado
durante meses. Un da le pusieron en libertad, pero poco despus
su cadver apareca en un descampado. Flix Ceballos recibi
palizas infrahumanas, de manos del Teniente dominicano lvarez
y del Coronel Prez; ste ltimo, jefe de los ayudantes del tirano.
Durante meses estuvo sometido a torturas, abandonado con intensas
fiebres paldicas, contrajo la tuberculosis y muri desangrndose en
hemoptisis. Manuel Bermdez fue arrastrado por los cabellos varias
veces, sufri toda suerte de vejmenes y perdi todos sus bienes.
Cndido Ruiz, sobre el cual no haba seguridad de estar complicado,
fue sometido a interrogatorios sin resultado. Un da se enviaba a un
sacerdote para que lo confesase y a travs de la confesin saber si en
verdad conoca o no algo de la conjura. Fernando Bermdez, tortu-
rado tambin, contrajo una grave dolencia en Nigua y fue asesinado
tambin; igual sucedi con Alfonso Coln. Chich Montes de Oca se
mantuvo mucho tiempo sin ser aprehendido; un da lo detuvieron;
fue horriblemente martirizado; poco despus apareca ahorcado en
la celda. Flix Ceballos, fue torturado, con el tortor testicular, por
varias veces; qued muy enfermo; puesto en libertad fue asesinado
en una calle de Santiago; Chich Patio puede presentarse como
el caso ms angustioso e indignante de aquella poca; la dictadura
haba asesinado ya a su padre y a dos hermanos, l tambin fue
asesinado y despus otro hermano; es un caso de arrasamiento de
una familia entera. Decimos uno porque hay otros. Por ejemplo, el
de los Martnez Reyna; el Doctor fue asesinado en su casa en San
Jos de las Matas junto con su esposa, que estaba a punto de dar a
luz; un hermano llamado Germn fue sometido a terribles torturas
y asesinado tambin. De la conjura de 1934 en Santiago se salvaron
muy pocos, entre ellos el Doctor Jimnes Grulln, Vila Piola, Mioln
y pocos ms.
Por aquellos das caa la dictadura de Machado, ste se refu-
giaba en Santo Domingo y Trujillo negaba la solicitud de extradicin,
que Grau San Martn y los revolucionarios de Cuba triunfantes,
le dirigan. La situacin pareca propicia para preparar algo que

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

terminase con la tirana trujillera, tanto ms cuanto que se saba


que Estrella Urea, ya en Cuba, estaba en contacto con el valiente
Guiteras y ambos preparaban una expedicin para liberar a Santo
Domingo. Por otra parte la estancia de Machado aqu, complicaba
las relaciones de la tirana con el gobierno popular cubano.
Fue entonces cuando el hermano de Trujillo, el protervo Petn,
amenaz a Machado dicindole que, si no le entregaba determinada
cantidad, preparara la entrada de elementos revolucionarios cuba-
nos que le prendieran; Machado se dio cuenta de que esto era otra
combinacin del tirano para sacarle an ms dinero del que ya le
haba entregado y pens en salir del pas. Encontraba mejor correr el
riesgo de que le devolvieran a Cuba a sufrir el constante chantaje
del dictador insaciable; por lo dems Machado, a quien el pueblo
cubano haba dado justamente el mote de Asno con garras, pese
a sus mltiples crmenes, era un gran caballero al lado de Trujillo.
El caso es que todos estos acontecimientos cercanos predispu-
sieron la opinin oposicionista decidindola a realizar determinados
actos, para derribar al tirano. El primero de estos movimientos fue
el simple asesinato del dictador. Se trataba de colocar una bomba
en el cementerio cerca del lugar donde el tirano haba de ir a una
ceremonia de enterramiento. Por desdicha la bomba explot a des-
tiempo. El asunto, fue descubierto. Como complicados se detuvo a
los Martnez, padre e hijo; ste, discpulo de Hostos, fue asesinado
en Nigua y muri recitando de memoria prrafos de la Moral Social,[6]
a su padre, ya viejo y enfermo, se le oblig a presenciar el martirio
y muerte de su hijo y vivi aos encarcelado, muriendo enfermo a
consecuencia de los malos tratos recibidos. Pero el director principal
de aquella trama haba sido Vitaliano Pimentel; durante un ao fue
incesantemente buscado, sin lograr detenerle; estaba escondido en
un aljibe; all fue hallado y conducido a Nigua, donde despus de
horribles martirios lo asesinaron.
Entre tanto, en el interior del pas se alzaba el guerrillero En-
rique Blanco, que, durante casi un ao, mantuvo en jaque a todas
las fuerzas militares que el tirano envi contra l. Enrique Blanco era
asistido en secreto por los campesinos y se sostena en las montaas;
pasaba con agilidad asombrosa de un lugar a otro y en donde sor-
prenda a los esbirros del tirano los haca huir o los prenda. Nunca

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

mat a nadie y pareca tan slo un smbolo del odio del pueblo y de
la protesta de la nacin contra la infamante dictadura. Lleg a reunir
un pequeo grupo armado, que protega a los perseguidos por el
rgimen y a los pobres. Pero lucha tan desigual tena que terminar
con su aplastamiento. Un da, despus de meses de persecucin.
Blanco, agotado, sin municiones, sin alimentos, acorralado, decidi
suicidarse. Su cuerpo, descubierto por los sabuesos de Trujillo, fue
llevado a un poblado. All las tropas dictatoriales dispusieron en una
casa una gran fiesta. Todos los campesinos, hombres y mujeres,
tuvieron que concurrir. Lo hicieron bajo el terror, pues desde haca
meses los ms espantosos tormentos se estaban infligiendo a los
habitantes de la comarca, acusados por Trujillo de sostener al rebel-
de. Esta poltica llen de cadveres los campos cercanos. La fiesta
pues tuvo un concurso obligado. Los soldados pusieron el cadver
de Enrique Blanco en una silla, le colocaron un gran tabaco puro en
la boca, y ante aquel macabro espectculo, obligaron a embriagarse
y bailar hasta la maana, a hombres y mujeres. Al da siguiente, el
cadver del guerrillero fue llevado a Santiago y all paseado por las
calles, sentado en una silla sobre un camin, con el mismo tabaco
puro en la boca, mientras unos soldados le escarnecan e insultaban.
Las gentes asustadas, huan. De esta manera quera el tirano sembrar
el pnico. Nunca se supo donde fue a parar aquel despojo humano,
tras la macabra procesin.[7] Entre tanto, una hermana del guerrille-
ro fue encarcelada y asesinada por delito de consanguinidad. No
qued vivo ni un solo pariente de Enrique Blanco. Trujillo prometi
extirpar a la familia y lo cumpli. Hay como se ve, muchos casos de
arrasamiento de familias enteras.
En 1935 fue ao prdigo de persecuciones y asesinatos por
parte de la dictadura. Para entonces haban pasado al servicio de
Trujillo hombres experimentados en Cuba durante la dictadura
de Machado, tales como Arsenio Ortz, el jaguar de Oriente, y
como el Capitn Crespo y otros. Pero Machado sala de Santo
Domingo y las relaciones de Trujillo con el gobierno cubano
mejoraron, hasta el punto de que el crucero Cuba hizo una visita
a Ciudad Trujillo. En los primeros meses de 1935 la dictadura
estaba en una hipertensin extremada. Ya desde fines del ao
1934 crea descubrir por doquier, y a la menor seal, complots y

113
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

rebeldas. As se produjo la detencin y martirio de Rodolfo Pea,


cuyo nico delito consisti en un deseo de que cayese Trujillo;
por esto slo se le someti a meses de encierro en Nigua, se le
aplicaron los mayores tormentos, entre ellos el tortor testicular,
y qued mortalmente enfermo.
Poco despus la Gestapo trujillera descubra otra conspi-
racin, esta vez en la misma capital. Comenz por encarcelar al
anciano de 70 aos, don Jacinto Hernndez, smbolo de honestidad
pblica y privada, uno de los ejemplares de la sociedad dominica-
na tradicional; toda su familia sufri con l la persecucin zafia y
bestial de la tirana; dos hijos tuvieron que exiliarse; la farmacia del
otro fue cerrada y slo tras otras muchas gestiones se le permiti
abrirla; perseguidas fueron otras dos hermanas Hernndez. Despus
de don Jacinto se encarcel a Fremio Soler, el Dr. Eduardo Vicioso,
que ya haba salido de Nigua y volvi a ser encerrado all y someti-
do de nuevo a infrahumanos martirios, que le llevaran a la tumba;
a Pupito Snchez,[8] a Oscar Michelena, al ingeniero Alfonseca[9]
y al ilustre mdico, graduado en Pars y uno de los ms famosos
clnicos hispanoamericanos, Dr. Ramn de Lara, ex-Rector de la
Universidad de Santo Domingo y maestro admirado y querido de
varias generaciones de jvenes, y muchos ms. Se les acusaba de
preparar un atentado contra el Jefe. Todos ellos fueron sometidos
a tan cruentas torturas que el mismo Dr. Lara intent suicidarse; a
Oscar Michelena, de riqusima familia de abolengo, a quien Trujillo
haba despojado de fincas y propiedades, entre otras de la Estancia
que despus bautiz Ramfis, y fue apaleado varias veces y azotado
con vergajos hasta hacerle perder el conocimiento. Pupito Snchez
recibi tormentos tan espantosos, que perdi la razn. Con todo,
nada se pudo probar contra los detenidos. Haban sido encarcelados
solamente por no ser simpatizadores de la dictadura. Su crimen era
no pensar como el tirano. Pero Trujillo no haba preparado aquella
conspiracin sin fines precisos. Hizo incluir entre los conspiradores,
inventados por l, al seor Amadeo Barletta; era ste un italiano,
Cnsul de su pas en Santo Domingo y propietario de empresas
muy productivas. Trujillo, que por entonces trataba de apoderarse
de todas las riquezas del pas, sin excepcin, haba puesto sus miras
en las tabacaleras, una de las cuales era de Amadeo Barletta. Tena

114
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ste, a ms de representaciones de vinos y vveres, casas, fincas, y


acciones en otros negocios; Trujillo le acus de pretender atentar
contra su vida; la reclamacin diplomtica esperada surgi; vino a
Santo Domingo el Ministro de Italia en Cuba, amenaz Mussolini,
intervino Washington, y Barletta sali del pas, pero... dej todos sus
bienes que fueron a parar a manos del tirano. Para este fin, haba
urdido el dictador toda aquella trama. Cost aquella conspiracin
la muerte del Dr. Vicioso; acort la vida del probo don Jacinto
Hernndez; llev al exilio al Doctor Ramn de Lara, privando as al
pas de una eminencia cientfica, y al ingeniero Alfonseca; destruy
la salud de Pupito Snchez; hizo salir del pas a Oscar Michelena,
que perdi sus bienes y puso en peligro los de sus hermanos, ya
muy recortados por las ambiciones del strapa. El nico que pudo
arreglar su situacin fue Fremio Soler, a quien Trujillo aos despus
dio cargos pblicos, pero siempre para vejarle y humillarle cuando
se le antoja.
Entonces, y en plena saturacin terrorista fue cuando el misera-
ble de Mario Fermn Cabral recibi rdenes del Jefe para presentar
la propuesta de cambio de nombre a la capital. Era la coronacin
de tantos crmenes; el galardn de todos los oprobios: hacer que
Santo Domingo se llamase Ciudad Trujillo, y hacerlo en aquellos
das cargados de sangre, de crmenes, de tragedia. Feroz insulto a
la dignidad y a la historia.
Tambin por entonces comenz a designarse la poca opro-
biosa de esta sangrienta dictadura con el ttulo de Era de Trujillo.
Los letreros donde esta expresin se puso fueron edificios, puentes,
casas, calles, muebles, mquinas de escribir de las oficinas, trajes,
escaparates de las tiendas, retratos, automviles, etc.
Por aquellos das tambin se sublev el ridculo y feroz Petn,
el terrible estuprador del Bonao. Desde haca tiempo este hermano
del strapa vena presentndose con caractersticas megalomaniacas
a la admiracin de las gentes. Petn establecido en el Bonao, que hoy
se denomina Monseor Nouel, se hizo proclamar nico seor bajo
la designacin de Hijo Adoptivo de la Comn. Pronto comenzaron
all los crmenes para ir apoderndose de fincas, robando ganado,
y llevndose a las muchachas. La rebelin qued naturalmente, en
agua de borrajas.

115
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

4. Siguen los asesinatos; persecuciones a los estudiantes;


temores del dspota. Los asesinatos continuaron durante los aos
1936-1938; Trujillo fue eliminando a todos sus enemigos. Un da
estaba uno de sus ms peligrosos opositores sentado en el caf
del hotel Coln, en pleno parque de este nombre, en el punto ms
cntrico de la capital. De pronto sonaron unos disparos y el hombre
se derrumb muerto. Por este sistema, todos los das, grupos de pis-
toleros, encabezados por el terrible Olivita (antiguo Sargento Oliva,
uno de los esbirros de la Gestapo militar), hacan morir a cientos
de adversarios.[10] El pas estaba en calma. Estos crmenes no tenan
repercusin alguna. Sucedan, todo el mundo lo saba, pero la prensa
nada deca, nadie se atreva a hablar de ellos; referirse a estas muer-
tes era ya un indicio de enemistad con el rgimen y por tanto una
sentencia de muerte. Ese terror domin, escalofriando a las gentes,
durante aos en todo el pas, de punta a punta. Pero la oposicin sor-
da continuaba. El tirano la senta. Especialmente se notaba entre los
intelectuales jvenes y los estudiantes. Por eso quiso Trujillo dominar
la Universidad y poner la marca de su pezua en ella, con el ttulo
de Doctor Honoris Causa y de Catedrtico en Economa Poltica;
por eso tambin tuvo el atrevimiento de presentarse al Ateneo, con
un discurso lleno de cursilera en el cual se comparaba a Augusto,
Alejandro Magno, Septimio Severo, etc. discurso del archipedante
Logroo y que l tartamude como los nios el silabario, sin saber
lo que deca.[11] La tirana se mantuvo, pues, durante varios aos por
el terror sembrado; apenas si quedaban ya gentes que perseguir; la
mayora o haba sido asesinada o haba tenido que exiliarse o padeca
en las mazmorras de Nigua o de la Fortaleza Ozama, o tena que
aguantarse, en silencio, esperando la muerte en cualquier esquina o
descampado. La etapa de 1938 a 1942 fue relativamente tranquila.
Siguieron desapareciendo desafectos pero Trujillo se preocup,
sobre todo, de sus finanzas.
Desde 1942 el sistema criminal de Trujillo volvi a actuar, con
furor igual a los peores aos. Fue al terminarse la guerra, en efecto,
cuando el pueblo dominicano que lea y oa a todas horas desde
los Estados Unidos que se estaba luchando por el triunfo de la de-
mocracia, crey lleno de fe, de ingenuidad que en efecto la derrota
de Hitler significaba tambin la liberacin de su opresor y que los

116
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Estados Unidos de acuerdo con sus promesas devolveran a los


pueblos sus libertades y haran que se estableciese la democracia
en ellos. Esto produjo un estado de inquietud poltica en el pas.
Trujillo trat de dominarla. Para esto empez a presionar, con falsos
sindicalismos, a los propietarios o accionistas y gerentes de los in-
genios de azcar, casi todos en manos de capitales norteamericanos;
hizo que se declarasen huelgas, que se amenazase con actos de
sabotaje; esto oblig a los gerentes de las empresas a informar a los
grandes propietarios de la situacin; Trujillo agit el fantasma del
comunismo; las empresas se asustaron. Qu iba a suceder si Truji-
llo caa? El Departamento de Estado se content con una promesa
de democratizacin. Promesa vaga, que Trujillo dio enfticamente.
l saba qu democracia necesitaba su pueblo. El Embajador
Warren, de los Estados Unidos declar entonces, ganado por las
desinteresadas razones de Trujillo, que ste estaba de hecho de-
mocratizando su rgimen y que su poltica era autnticamente
partidaria de los Estados Unidos y devota de los intereses del Norte;
aquello tranquiliz a la conciencia de la Gran Democracia. As se
produjo la reeleccin de 1942. En 1943, sin embargo, se agitaba el
pas. Trujillo haba hecho aos antes ciertos acercamientos a la masa
estudiantil. A travs de un sistema de militarizacin, por medio del
organismo Guardia Universitaria Presidente Trujillo, grupos de estu-
diantes fueron seleccionados y acompaaron al Jefe a una excursin
por la frontera de Hait; entonces preparaba el tirano la matanza de
1937; despus algunos de esos jvenes recibieron cargos pblicos;
eran ddivas que caan como ejemplo y que la prensa del strapa
se encargaba de exaltar para hacerlas resaltantes. Despus Trujillo
quiso acercarse a los jvenes profesionistas; eligi Santiago para
una reunin con ellos, los invit despus a visitarle en el yate Ramfis
que acababa de adquirir; algunos de aquellos jvenes, que en su
alma llevaban an los martirios de sus hermanos, de sus padres, de
sus parientes, algunos muertos por la tirana, se resignaban ante la
situacin internacional. Cuando la gran crisis de 1939-40, los truji-
llistas eran en el fondo de sus almas germanfilos; al cabo el dictador
haba favorecido el establecimiento del Instituto Dominico-Alemn
a cuyo frente, el Dr. Meyer no era sino el delegado de la Gestapo
Nazi, para organizar el mismo sistema de persecucin poltica y el

117
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

establecimiento de bases de aprovisionamiento para los submarinos


del Eje. Los negros en su mayora vieron el problema mejor que los
blancos en Santo Domingo. Casi todos los hombres de color eran
germanfilos y se entusiasmaban con las victorias del Eje. Si uno les
preguntaba, muchos callaban, pero otros decan en lo ntimo su
verdad. Y era esta: Si ganan los norteamericanos, decan, continua-
r Trujillo que es su administrador aqu y nosotros seguiremos
siendo esclavos: pero si gana Hitler todo esto se va de patas y los
alemanes montan otro sistema y puede que sigamos siendo esclavos
o que no. Hay una probabilidad; en cambio con los Estados Unidos
no hay ninguna, sino seguir bajo este criminal tirano. El razonamien-
to era muy simplista, pero encerraba un concepto que el tiempo ha
hecho, por desgracia, verdadero. Trujillo estaba seguro de que su
posicin se afirmara con los Estados Unidos. Sus amistades all
crecan con el mucho dinero que ya posea. Entre estos amigos
estaba el Sr. Joseph E. Davies, autor de Misin en Mosc;[12] entre
estos amigos estaba tambin el mismo Nelson Rockefeller, quien
bajo la impresin de Warren se dejaba convencer de la necesidad
de Trujillo; entre esos amigos estaba el mismo Cordell Hull, a quien
el tirano cultivaba muy especialmente, invitndole a ir a Santo Do-
mingo y envindole regalos valiosos. As pues el tirano tena tomadas
sus precauciones. El pueblo las ignoraba y el estudiantado, lleno de
generosidades, crea que eran verdad las promesas de las naciones
democrticas. As se iba a producir un choque de consecuencias
desgraciadas para el pueblo y con l nuevas vctimas de la tirana;
esta vez vctimas del tirano y del engao de la llamada Carta del
Atlntico. En efecto un da aparecieron por las calles de la ciudad
capital, manifiestos escritos en mimegrafos y firmados por la Ju-
ventud Democrtica, en los cuales se peda el cumplimiento de las
condiciones de la Carta del Atlntico, elecciones libres para formar
un Gobierno legtimo, el cumplimiento de la Constitucin en sus
artculos ms significativos y el fin del sistema de persecuciones.
Estos jvenes no hacan otra cosa que solicitar que en Santo Do-
mingo, una nacin aliada a las democracias, se viviese en rgimen
de libertad y fuese posible el establecimiento de las Cuatro Liberta-
des de Roosevelt. Esto era todo el pecado. Trujillo sin embargo no
estaba de acuerdo con aquellos sueos. Al da siguiente comenz

118
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

la persecucin. Fueron encarcelados varios estudiantes universitarios,


entre ellos Ramn Martnez Burgos, Mena Blonda, los Fernndez
Reyes, etc. Otros perseguidos, hasta sus propios domicilios, pudieron
ganar las sedes de Legaciones extranjeras y asilarse. As Pendes
Franco Ornes fue acogido en la Legacin de Colombia, junto con
los hermanos Ducoudray. El Dr. Chito Henrquez y su padre Enri-
quillo Henrquez, se acogieron a la Legacin de Venezuela. Comen-
z entonces la pugna entre el tirano y las misiones diplomticas.
Trujillo someti a torturas y extremados martirios a los detenidos,
tratando de arrancarles declaraciones. Hubo ms detenidos. Entre
ellos un impresor que fue asesinado en la Jefatura de Polica, delan-
te del Tristemente famoso General Ludovino Fernndez. En el Cibao
haba cundido tambin la rebelin y La Vega, Moca, Santiago y otras
poblaciones fueron objeto de bsquedas y encarcelamientos de
cuantos resultaban sospechosos. El caso ms espeluznante sucedi
en San Francisco de Macors. Aqu exista una familia que desde
haca aos era desafecta. Trujillo haba hecho asesinar al padre, a
un hermano de ste y a dos hijos. Quedaban la viuda y otros dos
hijos; uno de stos de 13 aos, asista a la Escuela Normal. Parece
que durante los sucesos que relatamos, apareci uno de los nume-
rosos bustos del tirano cubierto de excrementos, en San Francisco
de Macors; Trujillo encomend al feroz General Caamao el des-
cubrimiento del culpable y Caamao, fuera para justificar su celo o
porque realmente diese con el autor, hizo asesinar al nio de 13
aos de la familia Perozo, ya arrasada casi por Trujillo, pero el ase-
sinato tuvo caracteres espantosos; este nio iba por la calle cuando
un esbirro del tirano le dio una pualada en el vientre; fue llevado
a la jefatura militar, es decir, a la sede de la Gestapo; no se permiti
que nadie se aproximara al agonizante y se le dej morir sin que se
llamase al mdico y sin que su pobre madre, la viuda deshecha en
llanto, pudiera acercarse. La conmocin que este espantoso crimen
produjo, no slo en San Francisco de Macors, sino en todo el Cibao,
llev al tirano a cubrir con apariencia de hecho comn su asesinato;
hizo detener a un pobre muchacho vendedor de billetes de la lote-
ra y achacarle el crimen a l, alegando ria entre muchachos, pero
al da siguiente de la detencin, el billetero apareca ahorcado en
la prisin. As se ech tierra al asunto. Con todo, el clamor sali del

119
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

pas. Trujillo entonces hizo que la viuda fuese trada a la capital, la


hosped en un hotel, pero la amenaz de muerte a ella y al nico
hijo que le quedaba si no escriba una carta al tirano, redactada por
l, dicindole que como madre de la vctima declaraba que Trujillo
nada tena que ver con el asunto y que al contrario ste le haba
ayudado en la desgracia, etc.
Mientas tanto pugnaba el tirano con las legaciones de Co-
lombia y de Venezuela, para que le entregasen a los asilados en
ellas. Trujillo promovi entonces una campaa de prensa, para
demostrar que no se poda aplicar el derecho de asilo; despus
present expedientes por delitos comunes en los que aparecan los
asilados, expedientes abiertos por los tribunales, pero a los que se
puso fecha anterior; demostrando as que el Poder Judicial segua
siendo una farsa canallesca al servicio del tirano; finalmente prome-
ti que nada les ocurrira a los asilados si se entregaban. Como no
obtuvo resultado alguno; como pese a las promesas y coacciones
de todo gnero que se les hizo, el Dr. Lpez Escauriaza, Ministro
de Colombia y el Dr. Hermgenes Rivero, Ministro de Venezuela,
se negaron siempre a transar con el tirano, ste declar a ambas
personas non gratas, pidiendo su retiro; lo que llev a la ruptura
con Venezuela cuando era Presidente don Isaas Medina Angarita;
Colombia no rompi, pero tuvo la legacin sin cubrir mucho tiempo,
ahora bien, los asilados salieron del pas, bajo la proteccin de ambas
legaciones. Pendes Franco Ornes se dirigi, con los Ducoudray y
otros, a Colombia y a Chile; Chito Henrquez y su padre fueron a
Cuba; otros asilados marcharon a Mxico. Trujillo rabiando se veng,
en los que quedaban encarcelados. Entonces fueron detenidos casi
todos los miembros de la organizacin de juventudes masnicas,
llamada AJEF (Asociacin de Jvenes Esperanza de la Fraternidad) y
se cerraron las Logias, persiguindose a los miembros de la Libertad
N 20. Mientras tanto, Trujillo se atraa al Soberano Gran Comenda-
dor del Grado 33, don Haim H. Lpez Penha, para que hiciese una
declaracin de confianza en el rgimen, a cambio de la cual don
Haim fue enviado a New York, en misin diplomtica, asistiendo
a la promocin al Grado 33 del Presidente Truman y moviendo a
favor de Trujillo al Comendador del distrito de Washington. Es decir,
Trujillo persiguiendo a la masonera, trataba de presentarse ante las

120
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

altas potencias de la Fraternidad como protector de ella; lo que era


falso. Mientras tanto el Ajefismo era aplastado y el tipgrafo que
editaba el boletn de los AJEF asesinado en la Jefatura de Polica, slo
por imprimir esa publicacin masnica y en las logias se temblaba y
peda por las vidas de los jvenes masones encarcelados.
Pero hubo ms. Por aquellos das llegaba al pas el hijo del
Dr. Oscar Cifuentes Solar. Era ste Encargado de Negocios de Chile
en Santo Domingo; viva con su esposa y una hija, sta Doctora,
Trujillo trat de atraerse a esta familia; la hija fue empleada en los
servicios de la Cruz Roja Dominicana y en la especialidad de nios,
pero se dio cuenta de aquel ambiente feroz y se retir. Su hermano,
tambin mdico, lleg de Chile y trajo como obsequio un cuadro
de factura japonesa, que el tirano acept. Poco tiempo despus, el
joven Doctor se dio cuenta de la persecucin de que eran vctimas
los estudiantes, y se march del pas llevndose un manifiesto de los
universitarios dominicanos, en el cual se declaraba la verdad y una
botella con tierra de la Repblica. Al llegar a Chile el Dr. Cifuentes
hijo public el manifiesto e hizo declaraciones opuestas a la tirana.
El tirano mont en clera; envi al Jefe del Protocolo Sr. Purcell
Pea, a devolver el cuadro al Encargado de Negocios, ordenndole
que le dijese una grosera fuerte e insultante; cerc la residencia del
chileno; public que su hija haba sido prostituda all; los llen de
vejmenes y los expuls del pas.
En tanto Pendes Franco Ornes llegaba a Colombia y a Chile y
en ambos pases haca declaraciones contra el tirano. En Colombia
los exiliados que venan a aumentar la cifra de los perseguidos del
rgimen en el exterior, recibieron buena acogida por parte del ilustre
demcrata Dr. Eduardo Santos; y por otra parte encargaba al Rec-
tor Ortega Frier que le invitase; la carta de invitacin fue llevada a
Santos por el Ministro Dominicano en Bogot Dr. Balaguer a quien
no recibi el pulcro ex Presidente colombiano que tiempo despus
contest adecuadamente diciendo que l no poda aceptar ir a Santo
Domingo donde no exista institucin alguna que no hubiese sido
mancillada por el oprobio del dictador.
Trujillo se veng en la familia de Franco Ornes. Su anciano
padre, don Pendes Franco, Licenciado en derecho, Catedrtico
de la Universidad, haba sido colaborador del rgimen; el tirano le

121
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

hizo destituir de todos los cargos, e igualmente a su esposa, anti-


gua profesora de la Escuela Normal, y a sus hijas de otros puestos;
comenz el cerco por hambre de la familia; un da el viejo Franco
fue encarcelado; estuvo meses y meses sometido a torturas en un
separo de la Fortaleza Ozama.
Los Fernndez Reyes eran de nacionalidad cubana, vivan con
un to suyo, viejo masn, espaol llamado Fernndez Fierro. Eran
dos hermanos, uno de ellos logr pasar a Cuba en los primeros das
del asunto, el otro, estudiante de la Universidad y miembro del AJEF
fue encarcelado. Las torturas a las que se le someti, debilitaron de
tal manera su cerebro, que perdi la razn; pese a esto continu
preso. Hizo falta una fuerte presin, por parte de Cuba para que
Trujillo cediese y no lo hizo sin antes fingir un procesamiento por
delitos comunes.
Mientras tanto salan del pas las familias de los Ministros de
Venezuela y de Colombia, empezaba a recibir con frecuencia cartas,
con nombre supuesto, en las cuales se le denunciaban infidelidades
de su marido, que haba quedado slo en Santo Domingo. Estas
cartas las redactaba el pervertido sexual Vega Batlle, quien est
dedicado a escribir annimos, con denuncias falsas para sembrar
confusin, como lo ha hecho para crear odios entre los catlicos,
denunciando a algunos como comunistas, cuando lo que son es
enemigos del dictador y de su oprobioso sistema.
Esto de presentar a sus enemigos como comunistas, es el tpi-
co de que se vale Trujillo, desde hace unos dos o tres aos. Recibi
la consigna de sus amigos de Estados Unidos. All en los pasillos del
Departamento de Estado de Washington algunos de estos espas
del tirano, recogieron pronto el olor de la campaa anticomunista;
el dictador no necesit ms para emprender tambin con el pretexto
del anticomunismo la persecucin ms ceuda a cuanto signifique
discrepancia con l. Para cubrir con cierta apariencia de verosimilitud
este sistema protervo Trujillo permiti y hasta pidi a los comunistas
cubanos que constituyeran el Partido Comunista en Santo Domingo.
l dio las mayores facilidades para que volviesen al pas Mauricio
Bez, el lder de los centrales azucareros, Franco Ornes, los Du-
coudray y otros. l propici el viaje de lderes comunistas cubanos
para que pudiesen organizarse los sindicatos y partidos obreros,

122
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

aunque en verdad los cubanos que llegaron fueron sindicalistas


simples, y ni Lzaro Pea ni Agero, que haban sido invitados acce-
dieron a ir, pese a los ofrecimientos de Marrero Aristy y de Hctor
Inchustegui; el nico que hizo dos o tres viajes a Santo Domingo
fue Luciano Franco Ferrn, quien habl con el dictador. Pero todos
estos manejos poltico-sindicales van ya en otro lugar.
5. Persecuciones a Juancito Rodrguez; Cayo Confites; el
loco rematado. Los crmenes de Trujillo son innumerables y cono-
cidsimos. En el libro Blood in the Streets,[13] aparece, al final, una
larga relacin de vctimas todas ellas desdichadamente autnticas.
Mas la relacin de Hicks es muy insignificante, si ha de contarse el
total de los asesinatos.
Cabra, un poco sofisticadamente, alegar que Trujillo mata por
defenderse y mantener su dictadura, que considera ptima. Esto sera
ya que no justificable, por lo menos lgico en un rgimen como el
suyo. No, el Chacal de La Casa de Caoba mata porque es un ve-
snico, un anormal, un loco barrido, como dicen los portugueses.
Otros dictadores han mandado eliminar a sus enemigos por causas
polticas, alegando razones de Estado. Trujillo manda asesinar por
pequeas contrariedades personales, por discrepancias que nada
tienen que ver con su rgimen gubernamental y que de ninguna ma-
nera representan peligro alguno para su continuidad en el poder.
Esto no quiere decir que asesina cuando tal peligro, soado o
verdadero, se presenta a su mente. Valgan algunos ejemplos de esta
idea. Cuando en 1939 apareci colgado en la celda de la prisin
de la Fortaleza Ozama el General Vsquez Rivera, antiguo jefe del
Estado Mayor del Ejrcito, y ex Cnsul en Burdeos, dndose la ver-
sin de que se haba suicidado, todo el mundo estuvo de acuerdo
en que el asesinato de aquel hombre era un crimen, pero Trujillo
poda explicarlo diciendo que tema una sublevacin de su parte.
Ms, cmo explicar el asesinato en San Francisco de Macors, en
el verano de 1945 de Perozo, un muchachito de trece aos, slo
por haber expresado, en palabras inofensivas, su disconformidad
con un letrero? Y cmo explicar que para cubrir este crimen, el
muchachito fue acuchillado por la Gestapo de Trujillo, agoniz sin
asistencia mdica ni espiritual en el mismo cuartel de la guardia,
impidindose que nadie se le acercase se encarcelar a un negrito

123
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de la misma edad, vendedor de lotera, que apareci muerto en su


calabozo, ahorcado, para dar la versin de que tal inocente haba
sido el asesino y se haba suicidado?
Cmo explicar igualmente, que a un Doctor de Derecho,
recin graduado, por haberse permitido unos comentarios entre
amigos, que parecieron desfavorables a ciertas medidas del gobier-
no, se le nombrase Juez de un pueblo del Sur de la Repblica, se le
citase para tomar posesin, y sin darle tiempo a despedirse de su
esposa, fuera conducido a la Fortaleza Ozama, acuchillado all, para
al da siguiente publicar en La Nacin la noticia de que el automvil
en que viajaba, para posesionarse, haba sufrido un accidente, des-
pendose por un barranco el Juez recin designado? Ms adelante
damos ms detalles.
Cmo explicar asimismo que porque un Doctor en Odon-
tologa el Sr. Minio de un pueblo del interior de la Repblica
eluda firmar una adhesin u homenaje de los odontlogos a Trujillo,
aparezca asesinado al da siguiente?
Qu dao podan hacerle estas vctimas, slo botones de
muestra, entresacados sin cuidado en el ingente Himalaya de crme-
nes caprichosos de este tipo para su permanencia en el poder?
La representacin de Trujillo contra sus adversarios no se
limita a lo que stos hacen concretamente, ni an a lo que piensan,
sino a lo que pueden hacer segn el criterio del dictador. Esto con-
duce a afrentosas muertes de inocentes y a una exacerbacin, por
parte de la Gestapo, que adquiere, con sus poderes omnmodos,
formas espantosas. Pero adems Trujillo prepara el descubrimiento
de sus adversarios, por todos los medios. La fundacin del Partido
Comunista, fue uno de ellos. Otro se lo proporcion la fracasada
expedicin de Cayo Confites.
Conviene que hablemos de este episodio en cuanto sus reflejos
en Santo Domingo.
La persecucin que Trujillo desencaden contra el rico propie-
tario vegano, Juancito Rodrguez, no era nicamente poltica, sino
econmica. Tal vez fuese el nico propietario de cierta importancia
que se sostena todava en la Repblica, sin que sus bienes hubiesen
sido dominados por el dictador. Haca tiempo que ste molestaba a
Rodrguez, con diferentes vejmenes de todo orden. Con todo obli-

124
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

gaba a los hijos de Rodrguez a aceptar puestos en la administracin.


No sin temor los aceptaban. Y no era para menos. No haca mucho
que Trujillo haba realizado una de las ms espantosas infamias a
este respecto. Cierto joven, hijo de un rico propietario de cafetales
de la regin de Barahona y Azua, acababa de terminar su doctorado
en derecho; supo Trujillo que sus opiniones como las de su padre
no le eran favorables; y un da fueron a buscarle para comunicarle
que el Jefe lo acababa de nombrar Juez en Azua. El flamante doctor
estaba en la capital, donde haba contrado matrimonio no haca
mucho, con la hija de la viuda Velzquez; le sorprendi la noticia y
pidi que le dejasen ir a su casa a participrselo a su mujer y dejarle
algn dinero; le dijeron que no haba tiempo que perder y le metieron
en un automvil; lo llevaron a la Fortaleza Ozama donde aquella
noche lo mataron a pualadas. Al otro da apareca en el peridico
La Nacin la noticia de su nombramiento como juez con el decreto
firmado por el Presidente Trujillo; y un da despus el mismo peri-
dico daba la noticia de que el nuevo juez haba perecido al volcar
el automvil que lo conduca a su destino en una vuelta del camino;
los familiares pudieron recoger el cadver en la fortaleza, pero no
se les dej verlo, sino dentro de la caja y con sta cubierta, salvo el
rostro, a travs de un vidrio para evitarles mayor dolor.
Con este antecedente se comprender que los Rodrguez no
aceptasen con mucho gusto los puestos que el tirano les ofreca.
Pero haciendo de tripas corazn fueron fingiendo, hasta que su
padre logr salir del pas y tener algn dinero en el exterior. La
salida de efectivo en gran cantidad, puso a Trujillo sobre aviso;
pronto comenz a apoderarse de todas las fincas de Rodrguez y
de su rica ganadera; pronto le declar enemigo del pas y mand
procesarle. La Justicia del tirano obedeci complaciente y se forma-
ron los procesos por motivos fingidos. Era el fundamento legal para
la usurpacin de las propiedades. Para mayor indignidad Trujillo,
cuando supo que Rodrguez estaba en relaciones con Morales,
Bosch, Jimnes Grulln, y con elementos cubanos, hizo encarcelar
a la hija de Rodrguez cuyo paradero se ocult mucho tiempo. Ro-
drguez puso todo el dinero que haba sacado de Santo Domingo a
disposicin de los exiliados, para preparar la expedicin; eran unos
seiscientos mil dlares. Ya haca bastante tiempo que Trujillo tena

125
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

preparada una intervencin suya en Cuba, de acuerdo con elemen-


tos militares cubanos exiliados en Miami; lleg a realizarse el pacto
con ellos, a base de dar Trujillo los elementos blicos; no se realiz
porque Trujillo puso como condicin, la eliminacin previa del Ge-
neral Fulgencio Batista, cosa a que se opusieron los otros militares
cubanos comprometidos. Pero entre tanto, conocedores de esto
otros elementos cubanos, prepararon la respuesta a base de utilizar
fuerzas irregulares, como los bonches, y enlazarlas con los exiliados
dominicanos. Este elemento de base, ya estaba pues preparado,
cuando lleg el refuerzo financiero de Rodrguez. Con l se adqui-
rieron determinados elementos de que se careca, como aviones,
barcos y armamento complementario. El Ministro cubano Alemn,
el intrpido Manolo Castro, y otros elementos cubanos junto con
los dominicanos, Maderne, Liz, Caldern, Bosch, a ms de Eufemio
Fernndez, Rolando Masferrer y otros, formaron el llamado Ejrcito
de Liberacin de Amrica, tropa compuesta de hombres de todas las
nacionalidades, algunos antiguos luchadores de la guerra de Espaa,
otros exiliados por las tiranas de Somoza y de Caras. All se dieron
cita cubanos, espaoles, hondureos, salvadoreos, venezolanos. Era
como si la conciencia de la Amrica, verdaderamente democrtica,
quisiera dar una leccin a su vecina del Norte. Pero sta tambin
estaba presente. Porque a ms de que haba norteamericanos, all
estaban los pertrechos facilitados con la lenidad de las autoridades
del Norte, para quienes la presencia de Trujillo significa mayor baldn
de ignominia si cabe, que para los mismos dominicanos, ya que el
mundo democrtico cuando habla de la dictadura feroz de veinte
aos de Santo Domingo mira invariablemente al Departamento
de Estado. Los norteamericanos adems conocen la frase de Mar-
shall: Ya no soportamos a ese cursi sangriento de Trujillo. Y esos
pertrechos eran de aquellos que no pueden adquirirse sin cierta
benvola autorizacin oficial: siete aviones del tipo P-38; seis del
B-25; un Libertador ingls; como tampoco se improvisan aviadores
expertos que hagan reconocimientos y fotografen en zonas que
se iban a invadir, volando en aparatos norteamericanos sobre ella,
das antes de comenzar las operaciones. Trujillo saba con todo,
cunto se preparaba; lo saba por distintos servicios de espionaje;
unos directos procedentes de la misma Cuba y otros indirectos, de

126
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

origen norteamericano, derivados de periodistas de Miami, como


Morrison, o de su agente Klemfuss. En julio-agosto Trujillo conoca al
detalle lo que se tramaba; por aquellos das se produjo la ruptura de
relaciones con el gobierno de Guatemala y la tirantez con el cubano
lleg al mximo; no eran mejores las relaciones con Estados Unidos.
El da de la fiesta nacional Norteamericana, el dictador no asisti a
la recepcin en la Embajada de Estados Unidos; en cambio fue a
la de la Embajada Argentina, coincidiendo con la cada de Braden,
Trujillo orden un ataque contra el funcionario derrocado; este ata-
que consisti en cinco artculos, el ltimo de los cuales se publicaba
el da de la fiesta norteamericana; los escribi Logroo y contenan
terribles insultos a la democracia del Norte. Por los mismos das
comenz el ataque a fondo contra Grau San Martn por medio de
La Nacin y de la radio La Voz del Yuna, oficiales. Grau era tratado
de ladrn, asesino, bandido, etc. se sacaba a la vergenza de su
vida ntima, se insultaba la memoria de su hermano y a su cuada,
la Primera Dama cubana.
En este momento Trujillo dispuso grandes maniobras mili-
tares; diariamente volaban los aviones sobre la ciudad; se hacan
simulacros de desembarco de fuerzas enemigas. Pero en el fondo,
Trujillo no saba bien por dnde iba a ser atacado. Sin embargo,
aquellos anuncios de invasin le sirvieron para descubrir enemigos
y asesinarlos. Durante das y das se estuvieron haciendo correr, por
medio de espas, que se fingan enemigos del rgimen, noticias de
desembarcos de armas en distintos lugares de la costa; se citaba
all a los enemigos, para que fuesen a recogerlas; muchos iban y
encontraban la muerte. Cayo Confites fue un cebo que permiti
a Trujillo eliminar a muchos de los que le eran desafectos. Pero el
tirano cuando supo que los expedicionarios contaban con elementos
muy serios, cuando vio que se apoderaban de la goleta Angelita y
que la cosa marchaba, pens en ganar por el dinero, adelantndose.
Entonces fue cuando envi a Arturo Despradel a Washington y fue
citado all Genovevo Prez Dmera, el Jefe del Ejrcito de Cuba;
Despradel y otro invitado de Trujillo, el llamado Manuel de Moya
llevaron a Estados Unidos fondos suficientes para sobornar y parar
con oro la expedicin. Prez Dmera hizo un viaje rpido y feliz; a
su regreso tambin Grau qued convencido desinteresadamente;

127
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

lo dems cuestin de horas. Prez Dmera denunci la expedicin


como intento perturbador del orden en Cuba y dijo que el Ejrcito
cubano se opona a ella; hasta su rpido viaje a Washington, no lo
haba dicho; parece que all se le dieron razones muy fructferas.
Grau fingi una gripa para inhibirse; el General Rodrguez y Feliciano
Maderne, que eran el jefe y el segundo jefe del movimiento, fueron
engaados, con un viaje a La Habana, para dar tiempo a desorga-
nizar la operacin de salida, que estaba dispuesta, para mediados
de septiembre. Masferrer, Horacio Rodrguez, hijo del General, y
otros, intentaron moverse hacia el objetivo, junto con Maderne, Liz,
Bosch, Caldern, etc. Todo en vano; los batallones muy dispuestos
y aguerridos: Mximo Gmez, Guiteras, Sandino, Lupern, iban a
disolverse. Ya de hecho era inoperante la expedicin despus de
que por orden de Prez Dmera el Ejrcito cubano se haba apo-
derado de todo el material blico almacenado en la finca Amrica,
haba asaltado las oficinas de la expedicin en el hotel Sevilla de La
Habana y haba ocupado importantes documentos. Lo que Ramn
Vasconcelos denomin peripecia de Cayo Confites, estaba termi-
nada. Trujillo se apunt un xito interno, logr fortificar su tirana;
y lo peor, valindose de la estratagema de anunciar desembarcos
de armas, para el alzamiento interior, consigui descubrir y asesinar
a muchos enemigos. El terror trujillero alcanz su mximo, como
represalia, despus de la frustrada intentona. Esto ha llevado al dic-
tador a reforzar su Ejrcito y su Gestapo.
Se trata de un verdadero loco; Trujillo es un enfermo mental y
moral; su enfermedad ha causado ya miles de asesinatos, la ruina de
un pas, la abyeccin ms baja de un pueblo digno de mejor suerte
y puede producir, el da menos sospechado, un conflicto de conse-
cuencias incalculables en el Caribe. De hecho el asesinato de treinta
mil haitianos, perpetrado por Trujillo en 1937, la intervencin en la
poltica interna de su vecino y en la de Venezuela y Cuba, la ingente
acumulacin de material de guerra y el aumento de fuerzas militares
y navales y areas, no son ciertamente signos tranquilizadores para
quien sepa que el dictador dominicano es un anormal, que procede
por raptos de furia y suea con ser un nuevo Hitler.
Al respecto recordamos esta ancdota pintoresca. En una
ocasin estaba el tirano en la Avenida Washington de Santo Do-

128
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

mingo, donde acostumbra a exhibirse casi todas las noches, poco a


poco fueron llegando los aduladores que siempre le rodean: Virgilio
lvarez Pina, Manuel de Moya, Lel Mieses y otros tipos de esta
calaa. El primero en agitar el incensario fue Mieses, alcahuete y
espa del tirano; dijo que Trujillo era el hombre ms grande que haba
producido la Amrica de habla espaola, y que superaba a Bolvar
y a San Martn. Hubo un pequeo silencio; el dictador se haca el
distrado, pero estaba visiblemente halagado. Tom entonces la
palabra Manuel de Moya y dirigindose a Mieses le dijo: T s que
ests buen pendejo; ni Bolvar ni San Martn pueden compararse
con el Jefe, porque eran slo militares; el Jefe es el hombre ms
grande de Amrica toda, y est a muchas millas de altura sobre Lin-
coln y Washington. Se hizo de nuevo el silencio y el tirano segua
sonriendo pero sin decir nada. Le tocaba el turno a Alvarez Pina,
que dijo: Un hombre como Trujillo no lo hace Dios dos veces; y
en la historia del mundo no hay ningn ejemplo que se le parezca;
Trujillo ha hecho ms en diez aos que Napolen en toda su vida;
lo es todo, General, Legislador, Doctor, Arquitecto, Estadista genial,
Economista, Escritor, Orador, todo; hubiera yo visto a Napolen o a
Lincoln o Bolvar o a San Martn aqu en este pas pendejo, arruina-
do cuando Trujillo empez; todos ellos hubiesen fracasado; y este
hombre nico nos ha salvado y convertido a Santo Domingo en la
nacin ms grande del mundo.... Trujillo abri su cara de mulato
llena de exaltacin y exclam: Yo no me parezco a nadie, soy
nico; estoy por encima de todos esos; a m no me echan como
a San Martn, ni como a Bolvar; ni me asesinarn como a Lincoln,
ni me dejar derribar como Napolen; todos esos hicieron cosas
corrientes, insignificantes....
Aquella noche fue Cucho como se llama a lvarez Pina el
que gan el concurso; porque todos los das y a todas horas hay en
torno a Trujillo una competencia para la adulacin y el servilismo.
Es la nica manera de estar a su lado.
Actualmente Trujillo ha vuelto a los negros. Fueron negros o
mulatos quienes en los primeros das ms le ayudaron; pero durante
algn tiempo Trujillo quiso blanquear a su corte, Ahora desea en-
negrecerla, con la mirada puesta en Hait y en Cuba. Otra vez ha
colocado a su lado a Anselmo A. Paulino, a Abelardo R. Nanita, a

129
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Arturo Despradel, a Julio Ortega Frier, es decir, negros o mulatos,


admiradores de lo espectacular y teatral. Trujillo sabe que estas
gentes gustan de los uniformes, las condecoraciones, los homenajes.
No olvida que as sucede en Hait; an recuerda que cuando en una
ocasin fue a Port-au-Prince, a firmar el tratado con el Presidente
Stenio Vincent, se present ante la multitud de negros vestido con
el uniforme de Generalsimo de gran gala y esto arranc a aquellos
infelices gritos de Vive lEmpereur! Como en los das de Soulouque.
Y ste es el sueo de Trujillo, su obsesin enfermiza: dominar Hait,
dominar el Caribe, ser una especie de Hitler.
Esta obsesin le ha conducido, en los ltimos tiempos, a
verdaderas epilepsias furiosas y a planes tan atrevidos corno insen-
satos para intervenir en los pases que l considera rea suya: Hait,
Venezuela, Cuba, Jamaica, Puerto Rico. Esto mismo le ha llevado a
entenderse con los otros dos dictadores centroamericanos, Tacho
Somoza y Tiburcio Caras y a buscar la alianza hacia el Sur con
Pern y con Dutra.

NOTAS

1. Este juicio es bastante equivocado. La dictadura de Lils se sostuvo en base al


terror y la represin.
2. Capitn Andrs Julio Moncls, era quien maneaba el yate privado de Trujillo.
3. Federico Fiallo, Joaqun Cocco h., Manuel Emilio Castillo, Fernando Snchez,
Antonio Leyba Pou y Jos Pimentel.
4. Dr. Jos Ma. Romn, alias Pepito, Director de la Maternidad del Hospital Padre
Billini a partir del ao 1933. Era el padre de Jos Ren Romn (alias Pupo), quien
lleg a ser Secretario de las Fuerzas Armadas.
5. Ernesto Prez. Alcanz notoriedad pblica cuando rapt a Ozema Petit en
Montecristi. Una biografa novelada de este personaje puede verse en Miguel
Holgun-Veras, Juro que sabr vengarme. Santo Domingo, Editora da Colores,
1998.
6. Eugenio Mara de Hostos, Moral Social, libro tercero [pginas 94-2081 del Tratado
de Moral, Tomo XVI de Obras Completas de Hostos, Edicin Conmemorativa del
Gobierno de Puerto Rico, 1839-1939. La Habana, Cultural S.A., 1939.
7. Fue sepultado en el Ingenio Arriba, Santiago, el 25 de noviembre de 1936. Va-
se: Luis Arzeno Rodrguez, Enrique Blanco: Hroe o forajido? Santo Domingo,
Publicaciones Amrica, 1980, pginas 294 y 303.
8. Rafael Ramn Ellis Snchez, alias Pupito.
9. Juan de la Cruz Alfonseca, alias Nio.
10. Jos Oliva Garca (Olivita), hijo del italiano Jos Oliva, Jefe del Cuerpo de Bom-

130
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

beros de Santo Domingo a partir del ao 1934, y dueo de la Joyera Oliva de


la calle El Conde. Su hermano Csar Oliva (Cutuco) alcanz el rango de General
y dirigi la seguridad nacional a finales de la Era de Trujillo. Otros dos hermanos
suyos eran Silverio, quien venda armas en la Joyera Oliva, y Vctor Oliva.
11. Rafael L. Trujillo, Discurso en la inauguracin del Ateneo Dominicano, el 23 de
enero de 1932, en: Rafael L. Trujillo, Discursos, mensajes y proclamas. Editora El
Diario, Santiago, 1946, Tomo 2, 151-155. De este discurso se hizo una publicacin
en forma de folleto (Discurso del Hon. Presidente de la Repblica, General Rafael L.
Trujillo Molina, al inaugurar oficialmente el Ateneo el 23 de Enero de 1932. Santo
Domingo, La Opinin CporA, 1932, 15 pginas).
12. Joseph Edward Davies, Mission to Moscow. New York, Simon and Schuster,
1941.
13. Albert C. Hick, Blood in the Streets. The Life and Rule of Trujillo. New York, Creative
Age Press, Inc., 1946. Hay una traduccin al espaol publicada en la Repblica
Dominicana (Sangre en las calles. Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bi-
blifilos, 1996).

131
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

132
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO VII

INEXISTENCIA DE LOS PODERES


LEGISLATIVO Y JUDICIAL Y
TRASIEGOS BUROCRTICOS

1 Cmo elige Trujillo a los miembros de las Cmaras y


cmo se producen las vacantes de Senadores y Diputados. Los que
hasta aqu vayan leyendo, se preguntarn: Pero es que no existe
en Santo Domingo ni Poder Legislativo, ni Poder Judicial, ni sistema
alguno que garantice la vida y la propiedad de los ciudadanos? No
existe nada que salvaguarde al hombre digno o a la mujer honesta,
ni que preserve las ms elementales normas de la convivencia. El
Departamento de Estado de Washington sabe perfectamente que
desde hace 19 aos no existe en la isla La Espaola, vida humana
libre. Cuando Roosevelt lanz al mundo la consigna de las cuatro
libertades los habitantes de Santo Domingo se miraban con extra-
eza. Sera verdad que Roosevelt iba a instituir esas libertades en
toda la faz de la tierra?
El Strapa en su hacienda Fundacin rea socarronamente,
acariciando la pelambrera de sus vacunos y echando de Santo Do-
mingo a puntapis, primero al Embajador Ellis O. Briggs, y despus al
Embajador McGurk.[1] Se rea y se sigue riendo de Roosevelt, a quien
Bentez Rexach y el tirano insultaban, al conocer su fallecimiento,
al modo con que agravian a Truman, llamndole gngster de la
banda de Pendergast. Trujillo sabe bien que desde su pedestal de
doscientos cincuenta millones de dlares, se puede rer, pero bien
reir el que ra el ltimo.
Que cmo funciona en Trujillandia el Poder Legislativo? Va-
mos a verlo. Constitucionalmente est dividido en dos Cmaras: La
de Senadores y la de Diputados, que se eligen es un decir por

133
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

provincias y por determinado nmero de habitantes. Mas esto slo


en la Constitucin, que Trujillo manda reformar ad hoc cuando se
le pasa por... los sesos. El nombramiento de Senadores y Diputados
se hace de este modo: el dictador incluye en las candidaturas a
los que han de ser elegidos, que son los que... salen poda no!.
Esto en primera vuelta, es decir, el 16 de mayo de cada cinco aos,
que es cuando se hacen las elecciones. Ahora bien; la Constitucin
reformada por Trujillo prescribe que cuando se produzca vacantes,
el Partido Dominicano, que es el nico que existe, el nico oficial,
debe presentar una terna a la Cmara correspondiente; bien enten-
dido que siempre sale elegido el que va en primer lugar, a menos
que no haya orden del dictador en contrario.
Pero cmo se producen las vacantes? Cuando los padres de
la patria pobre patria! salen elegidos, no pueden posesionarse
de su curul sin antes firmar un documento, con la fecha en blanco,
presentando renuncia. Cuando el tirano quiere desposeerlos de su
representacin a Diputados y Senadores cursa las renuncias,
que por lo dems seran innecesarias, pues all no se hace ms que
lo que quiere el dictador. Se ha dado el caso de ir un Diputado a
sentarse en su curul y encontrarla ya ocupada. El dspota lo haba
substituido. Sin saberlo el interesado, su renuncia haba sido cursada.
Cuando se dan estos casos, y no son infrecuentes, tales decisiones
del padre de la patria el afectado sale para su casa temblando,
ante la idea de ser encarcelado, desposedo de sus bienes, arrojado
a los tiburones o asesinado.
A veces se trata de una broma del Jefe para meterle el resuello
en el cuerpo y pocos das despus se le designa Magistrado de la
Suprema Corte, Embajador, Portero de una escuela, Mecangrafo
del Partido Dominicano, o Conserje de una Secretara. Todo esto
se puede ser en Santo Domingo, al arbitrio del Chacal de La Casa
de Caoba y hay de quien se atreva a renunciar al puesto! All no se
puede renunciar nada, ni dejar de aceptar nada, todo est militari-
zado, a la campaa, como se dice en Cuba, y no caben discusiones
ni observaciones.
Bien se deja entender que con este sistema de eleccin, el
Poder Legislativo es Trujillo. Conviene, con todo, que digamos cmo
se elaboran las leyes. Chapita no sabe ms que robar. Est ayuno

134
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

de derecho y de economa, aunque sea o pase como autor de un


tratado que le escribi Dvila, segn en otro lugar se dice. La incul-
tura de Trujillo rebasa todo lo imaginable. Pero de la misma manera
que el chileno Dvila le hizo el tratado de Economa Poltica, para
la formulacin de leyes tiene a dos o tres personas, regularmente
preparadas que varan segn las circunstancias: unas veces se trata
de Ortega Frier, ilustre pedante; otras del pobre Cundo Amiama,
galeote de la dictadura, tan pronto decano de Filosofa, de la que
no sabe jota, como director de La Nacin, como Consultor Jurdico
del Poder Ejecutivo, e intervienen tambin los Troncoso don Pip
y sus hijos Pedro y Jos Mara. Mas en esto de forjar leyes Trujillo
no se para en barras. Su mujer le ha sugerido algunas, sus queridas
otras, la Julia Vega tambin y cuando no salen a gusto del Jefe, las
modifican el escribiente Pea Morros o el taqugrafo turco Yamil
Isaas. Una vez redactada la ley, Trujillo manda a los Presidentes de
las Cmaras que estampen su firma en ella, y la promulga sin ms
ni ms. Al da siguiente, y con inaudito descaro, los peridicos la
publican, con esta resea fantaseada:

Ayer tuvieron lugar discusiones muy fructferas en las Cmaras


Legislativas. La de Diputados discuti durante varias horas el
proyecto de Ley, creando el Banco Central de Emisin. La im-
portancia de este tema y la trascendencia que para los destinos
del pas tiene, hizo que nuestros legisladores estudiaran con
todo cuidado el asunto, haciendo algunos de ellos constar el
inters que Su Excelencia el Presidente Trujillo ha puesto en
la gran reforma financiera, que completa la independencia
de la Repblica. En efecto, nuestro gran estadista el Genera-
lsimo y Benefactor de la Patria, en el mensaje que envi al
Congreso haca constar los extremos de su genial iniciativa...
Despus de muy bien discutido el articulado del proyecto, fue
aprobado por unanimidad. Ayer mismo por la maana pas a
la Honorable Cmara de Senadores, que ocup toda la tarde
en la detallada discusin del asunto. Finalmente, bien entrada
la noche, la ley haba sido aprobada y la mesa del Congreso
la llev solemnemente al despacho del insigne Presidente y
Generalsimo, quien inmediatamente y vista la peticin de

135
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

urgencia que le formularon los respetables legisladores, firm


su promulgacin. Hora era ya de que esta obra tan importante
se llevara a cabo. Gracias a la genial visin, que de la realidad
nacional tiene nuestro ilustre Jefe y Benefactor de la Patria, se
ha podido realizar ahora lo que desde hace ms de un siglo
ansiaba el pueblo dominicano.

El lector supondr que todo lo que dice el peridico es cierto.


Pues todo es puritita mentira. Ni la ley sali del despacho del tirano,
ni se discuti en ninguna Cmara, ni los legisladores son respetables,
porque quien firma renuncias como las prealudidas es un botarate,
ni hubo tal mensaje presidencial. Bueno pero entonces ese pueblo
es de sainete? No, es de tragedia.
Todas las leyes se hacen tal cual se dice, sin excepcin. As se
cambia el nombre de la venerable ciudad de Santo Domingo, por el
del mamarracho sancristobaleo; as se otorg el de Benefactor de
la Patria, as se legisla sobre lo grande y lo pequeo, en propulsin
a chorro, que brota de cualquier momento genial del Strapa.
2. Reformas constitucionales. Desde 1930 hubo de revisarse
la Constitucin de 1929, en varias ocasiones. La primera se realiz en
1934 y atae precisamente a los artculos relativos a las atribuciones
del Presidente de la Repblica, que fueron muy aumentadas. Esta
revisin no hay que decir que se hizo a iniciativas del tirano. Igual-
mente la reforma de 1942. Era entonces Presidente, el sainetesco
don Pip. El Congreso inici la ley, declarando la necesidad de la
reforma con estas palabras:
Considerando: Que para seguir el ritmo de la Era de Trujillo,
en que la Repblica alcanz tan alto grado de progreso moral (???) y
material, al amparo de la paz paz de cementerio, la libertad ay
del que se mueva! y el trabajo, es conveniente la reforma de aque-
llos cnones constitucionales que pudieran afectar, entorpecindola,
la poltica de general renovacin que dicha Era significa...
Se colocaban, como pantalla, una serie de temas que forma-
ban la cortina de humo desorientadora o de disimulo. La verdad
era que la reforma se llevaba a cabo por el deseo de Trujillo, de
aumentar an ms legalmente sus poderes y sujetar a su voluntad
cualquier posible contingencia futura, en cuanto a la sucesin de

136
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

mando. Por eso los artculos objeto principal de la revisin estn


en el ttulo VIII Seccin Primera: Del Poder Ejecutivo. En todas
las Constituciones anteriores se haba respetado la existencia de un
Vicepresidente de la Repblica; en esta revisin qued tal cargo
absolutamente suprimido y el artculo 51 dispone, que en el caso
de falta temporal del Presidente de la Repblica, ejercer el Poder
Ejecutivo, mientras dure la falta, el Secretario de Estado de Guerra y
Marina; a falta de ste, el Secretario de Estado de lo Interior y Polica
y a falta de stos dos, el Secretario de Estado de la Presidencia. En
caso de falta definitiva, es decir, de muerte, ocupar la presidencia
la persona que est investida con el cargo de Secretario de Estado
de Guerra y Marina... etc.
En el artculo 49, inciso 8, se dice que en caso de alteracin
de la paz pblica, y si no se hallaren reunidas las dos Cmaras, podr
decretar el Presidente, el estado de sitio y suspender los derechos
individuales que segn el artculo 33, inciso 7, se permite suspender
al Congreso...
Este inciso sobraba, como sobra toda la Constitucin. En Santo
Domingo no existe garantas individuales, sino nicamente la omn-
moda voluntad del dspota. La reforma se hizo para asegurar siempre
la herencia, ya que el Secretario de Guerra y Marina es Hctor B.
Trujillo, El Negro, hermano del dictador y en todo caso puede ste
designar para el cargo a quien le plazca y ste ser el sucesor.
3. Subordinacin del Poder Judicial al Strapa; los casos
de Barnes y Gonzlez Rodal. El Poder Judicial est totalmente su-
peditado a Trujillo, tanto o ms, si cabe, que el Legislativo. Todos
los nombramientos, desde el de Presidente de la Suprema Corte
de Justicia, hasta el del ltimo Alguacil, los hace directamente el
dictador. Tambin l renueva por destitucin, traslado o cambio, a
los jueces, empleados judiciales, etc. De suerte que en su mano est
todo cuanto hacen los Tribunales, tanto los civiles, como los crimina-
les, como los de tierras. Las sentencias son siempre sometidas, antes
de publicadas, al tirano en el caso de asuntos de gravedad o en los
cuales el dspota tiene inters, los jueces van a la Presidencia a recibir
instrucciones y actan de acuerdo con cuanto se les manda.
Hay a este respecto varios casos tpicos, que demuestran
hasta qu punto es inexistente en Santo Domingo el llamado Poder

137
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Judicial, no ya su independencia, que sera cosa inaudita en aquella


dictadura. Uno de estos casos fue el del pastor evanglico Mr. Bar-
nes, que estaba al frente de la iglesia Episcopal de Santo Domingo
y era ciudadano norteamericano. Trujillo lo mand asesinar, porque
denunci ante las iglesias de su pas y a la prensa de Norteamrica,
el espeluznante y horroroso matadero de los treinta mil haitianos,
en 1937. Todo Santo Domingo saba quines eran los asesinos. Pero
la Justicia de Trujillo se hizo la ignorante y acept como culpable a
un pelele, que declar que haba dado muerte al pastor evanglico,
porque ste era un depravado sexual y haba querido abusar de
l. Es decir, al asesinato se una la infamia. No hubiese hecho falta
el pelele ante el Juez, si no se tratase de un norteamericano y no
hubiese presentado reclamacin la Embajada, pero aquello era una
burla a la Justicia y a Norteamrica. El juez conden al pelele, pero
la sentencia fue nominal. El condenado se paseaba por las calles,
con toda libertad; se paseaban igualmente los asesinos verdaderos.
Era la Justicia. Otro caso fue el del juicio, ante tribunal, de los acu-
sados de querer asesinar a Trujillo. Hay que advertir que el dictador
cada vez que quiere suprimir a sus adversarios y opositores, finge
un complot, acusa a quien le parece, lo encarcela y lo suprime en
la celda, diciendo despus que se ha suicidado. La justicia asiente y
todo queda en paz. Pero en el caso que decimos el complot existi
en Santiago de los Caballeros. Fueron inculpados los que lo formaron
y muchos otros que eran inocentes, pero opositores a los que el
dictador quera suprimir. En el proceso se incluy a todos y todos
fueron juzgados y sentenciados, segn el deseo del dspota, que
de antemano haba determinado las penas que a cada uno deba
aplicarse. Algunos, que fueron asesinados antes del proceso que-
daron anulados, sin que el tribunal preguntase por ellos, ni abriese
informacin alguna. Esto s, se publicaron por orden del dictador,
dos gruesos volmenes conteniendo todo el proceso fingido. Se
juzg, por ejemplo, a un procesado que estaba ya completamente
loco de las palizas y malos tratos que haba recibido y se le oblig
a comparecer a todas las sesiones de la farsa; lo mismo que a un
muchacho al que das antes se haba asesinado en un descampado,
a su padre y a un hermano y que poco despus iba a ser asesina-
do a su vez. Se dio el caso de que el abogado defensor leyese un

138
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

discurso acusando a los procesados, a quienes tena que defender,


y convirtindose por tanto en otro Fiscal. Pero lo ms curioso es
que tanto las intervenciones del fiscal como las del abogado de la
parte civil, como las del abogado defensor, fueron escritas todas en
la Presidencia y los sujetos las leyeron en el Tribunal. La sentencia
dictada, fue antes dispuesta en la presidencia.
Otro caso demostrativo de esta independencia del Poder
Judicial, es el de la muerte del espaol y Teniente de Sanidad Militar,
Rafael Gonzlez Rodal; muri al volcar una camioneta del Ejrcito,
por imprudencia del conductor y malas condiciones del vehculo. La
viuda hizo la reclamacin consiguiente, pero fue desatendida. Esta
seora era pariente del General Caamao, uno de los asesinos ms
destacados del rgimen y aprovechado ladrn de fincas; se dirigi
a su pariente, sin obtener mejor resultado. Reclam judicialmente y
no se estim la demanda, hasta el punto de que no se le consinti
obtener ni el certificado de defuncin de su esposo, que dej dos
hurfanos, sin recursos. El asunto fue entregado al ilustre civilista
espaol doctor Snchez Romn y se han hecho reclamaciones por
medio de la Embajada de Mxico en Santo Domingo, sin resultado
alguno. La justicia de Trujillo no permite reclamaciones que puedan
molestar al rgimen y sera intil que se encomendase este caso a
un abogado en Santo Domingo, porque no habra ninguno que se
atreviese a hacerse cargo de su defensa. As pues, ni la ms peque-
a indemnizacin ha logrado esta viuda con dos hurfanos, ante la
muerte violenta de su marido.
Otro caso tpico es el del intento de asesinato del licenciado
Jos Antonio Bonilla Atiles. El asunto fue bien conocido. El dictador
orden que se matase a su opositor y encarg de llevar a cabo este
asesinato al polica Apolinar Jquez, quien abri la cabeza del abo-
gado, pero err el golpe definitivo. Como el atentado tuvo lugar en
plena calle y hubo intervencin del Embajador de Mxico, se hizo
la farsa de detener a Jquez, que desde luego se sigui paseando
muy ufano de su hazaa. Se abri una comedia de proceso, ridcula
pantomima, pues el Fiscal mismo fue a la presidencia a recibir el
expediente que haba de firmar, las declaraciones del interesado
y las conclusiones suyas y el proceso qued sobresedo sin ms,
Para mayor escarnio se complic en l a los amigos de Bonilla,

139
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

especialmente a los hermanos Fiallo, a fin de burlarse cnicamente


de todos.
Esta es la forma en que acta el llamado Poder Judicial en
Santo Domingo. Hay otros ejemplos, stos de carcter econmico.
Cuanto el dictador quiere apoderarse de tierras, no necesita sino
ordenar abrir un proceso de revisin de lmites o de propiedades,
en el Tribunal de Tierras. El fallo es seguro y tal como lo desee el
tirano para sus intereses.
4. Cmo se celebran los Consejos con los Secretarios-
lacayos. Cumple ahora que digamos cmo actan los Secretarios
de Estado y altos funcionarios, cerca del tirano. Cuando ste llega a
la presidencia, ni un solo empleado permanece sentado, aunque no
lo vea. Bastan sus pisadas para que todo el mundo se ponga en pie
y nadie se sentar sin saber que el dictador ya lo ha hecho. Trujillo
tutea a todos los Secretarios de Estado, como si fuesen sus criados,
y en efecto lo son. Criados en el ms amplio sentido de la palabra,
ya que l los cra y los sostiene o los deja morir de hambre y los
hunde en la crcel o en la muerte. En su entorno no cabe sino la
ms abyecta sumisin. Los Secretarios actan slo despus de recibir
rdenes. Ni el ms pequeo nombramiento les est permitido, sin
antes pedirlo al Jefe o recibir de ste mandatos terminantes. Si esto
sucede con los nombramientos, calclese lo que ser para cualquier
otra resolucin de cada departamento. Cuando Trujillo llama a un
Secretario, ste entra a su despacho plido y tembloroso. Si est en
su departamento, cuanto hace tiene que hacerlo en nombre y por
orden del Jefe. Un Consejo de gobierno es la ms divertida cosa
del mundo. El Jefe cita por medio de un mecangrafo o ayudante
a los Secretarios, para que se presenten a Consejo. Van llegando
tmidos, miedosos, empavorecidos. Adems de los Secretarios de
Estado con departamento, estn en tal calidad en el Consejo, el Rec-
tor de la Universidad, que es un Coronel; el Presidente del Partido
Dominicano, que es un General, y como representante del Partido
del Estado tiene categora de Secretario; el Presidente de la Suprema
Corte de Justicia; el Procurador General de La Repblica. Todos
llegan y se colocan delante de los sillones, sin sentarse y guardando
respetuoso silencio. De pronto se conmueven. Han odo las pisadas
del Jefe. Este entra rpido y se pone a pasear por delante de ellos,

140
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

sin mirarlos ni dirigirles la palabra, sin un ademn de saludo. A los


pocos minutos comienza a lanzar denuestos. Estoy slo; tengo
que hacerlo todo; no me servs para nada; en vez de colaborar me
ponis dificultades, ya estoy cansado pendejos.... Y as sigue algn
tiempo insultndolos. En una ocasin iba por este camino ofensivo
y cada vez ms violento, cuando de pronto Arturo Logroo le dijo:
Jefe, me permite hablar? Qu vas a decir t, pendejo gordo,
habla?. Y Logroo dijo: Jefe, todos los que estamos aqu slo
tenemos la preocupacin y el inters de hacer cunto usted nos
mande; hemos hecho todo lo que creemos que le gusta, slo nos
ha faltado menersela.... Trujillo dibuj una sonrisa. Y Alvarez Pina
que estaba esperando su turno de adulonera, terci para terminar
la frase de Logroo: Jefe, y eso no lo hemos hecho an, porque
no sabemos si le gustara.... Trujillo lanz una carcajada y abraz
a sus criados y el Consejo de gobierno termin aquel da con bien.
No todos acaban as. A veces el tirano se enfurece de verdad y por
capricho hace pasar a un Secretario, del Consejo a la Fortaleza, y
de sta a la panza de un tiburn. Otras tiene preparada la cada,
con vituperio y oprobio de algn Secretario, porque ya se cans
de verle. Entonces hace asistir al Consejo al Subsecretario de aquel
departamento, quien pronuncia un discurso en contra del Secreta-
rio, discurso ya preparado por el Jefe. El pobre atacado tiene que
humillarse y callar; es insultado y despedido. Nadie se atrever a
dirigirle la palabra, mientras est en desgracia. Es un hombre muerto,
inexistente, perdido. Los aduladores le llenan de calumnias, le insul-
tan. Si se mete en casa irn a buscarle hasta all las persecuciones
y las molestias y puede prevenirse, porque a la menor actitud de
rebelda ser asesinado.
5. La condicin del funcionario pblico; cesantas y ascen-
sos fulminantes. Si esto pasara con los Secretarios de Estado, casi no
es necesario que se diga, lo que sucede con los empleados pblicos.
Los pobres burcratas en el rgimen de Trujillo han de pasar por todo
lo ms abyecto. Cambiar de puesto es, an descendiendo, lo menos
malo. Generalmente cuando cesa a un alto funcionario, Trujillo lo
hace Diputado o Senador; es una especie de retiro con sueldo y
el primer paso para el despido definitivo. A veces la senadura o la
diputacin son lugares de apartamiento, para volver al favor, a la

141
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

gracia del Jefe, por eso los que van a ellas procuran distinguirse por su
servilismo. Lo mismo sucede con aquellos a quienes designa Jueces,
Magistrados de los Tribunales o Procuradores de la Repblica. Trujillo
tiene en esto sus escalafones. Los Tribunales de Justicia son lugares
para mantener a los que no estn todava completamente purga-
dos. El caso ms tpico es el del Licenciado Rafael Estrella Urea, a
quien Trujillo debi la ocasin para apoderarse del mando. Estrella
Urea fue Presidente de la Repblica, al caer Horacio Vsquez,
pero cuando Trujillo desarroll su terrorismo, ya entre 1931-1932,
el digno ciudadano se exil, residiendo en Estados Unidos. Trujillo le
tema pues la popularidad de Estrella Urea era muy grande, sobre
todo en el Cibao y en la ciudad de Santiago de los Caballeros. El
dictador hizo cuanto pudo por atraerlo al pas. Pero Estrella Urea
era ideolgicamente un convencido de la democracia y del libera-
lismo y repudiaba los crmenes y el sistema de violencias del tirano.
Finalmente la necesidad y otras circunstancias de familia, llevaron a
Estrella Urea a aceptar el regreso y fue el dictador a buscarle en su
yate Ramfis, el antiguo Camargo, que adquiri de Julius Fleichsman,
de Norteamrica. Pero al llegar Estrella Urea, se encontr con un
panorama horroroso. El antiguo lder liberal tena la garanta del
Departamento de Estado y crey contar con la proteccin de la Em-
bajada de los Estados Unidos. Esto contuvo a Trujillo de su intento
de asesinarlo. Estrella Urea llev una vida llena de sufrimientos;
cercado por la polica, acusado constantemente, llevado a declarar
ante gentes inciviles y groseras, como Fiallo y Castillo, se le tuvo
confinado en el hotel Palace de la capital, sin dejarle salir durante
mucho tiempo. Por aquellos das entr Santo Domingo en la guerra
al lado de las Democracias, para desdoro de estas, y Estrella Urea
fue acusado pblicamente, en carta firmada por el Jefe de la Polica,
Coronel Castillo[2] carta dictada por Trujillo de haber importado al
pas el fascismo de Mussolini; acusacin proterva que nadie crey,
porque todo el mundo saba la intachable ideologa del mrtir.[3]
Finalmente Trujillo le oblig a aceptar el puesto de Magistrado de
la Suprema Corte y un da... Estrella Urea se sinti muy enfermo y
muri, posiblemente envenenado, por orden del tirano; ste dispuso
unos solemnes funerales, a los que asisti para mayor sarcasmo, y
hasta dispuso que se diese el nombre de Presidente Estrella Urea

142
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

a un centro de Santiago.[4] Pero como se ve, el cargo de magistrado


es, algunas veces, un comodn, para emplazar y controlar a los no
adaptados.
Trujillo quiso repetir el juego de Estrella Urea, pero por otros
motivos, con Pedro Henrquez Urea, el gran humanista dominicano.
Le ofreci el cargo de Embajador de la Repblica ante las Naciones
Unidas; el ofrecimiento lo hizo en Buenos Aires el Secretario de
la Embajada seor Cabral;[5] el polgrafo lo rechaz, alegando mal
estado de salud.[6] Es otro medio de que se vale Trujillo para atraer
y dominar: el de dar cargos diplomticos. As ha hecho con Max
Henrquez Urea, con Daz Ordez, con Carlos Snchez, con Elas
Brache, con Tulio Cestero, con Rodrguez Demotizi, con Pastoriza,
con Prez Alfonseca, etc.[7]
El trasiego de cargos y puestos burocrticos es continuo y pin-
toresco. Pongamos por caso tpico el del Licenciado Manuel Arturo
Pea Batlle del que hablamos en otro lugar.[8] Este ciudadano era
opositor de Trujillo y el dictador lo oblig a aceptar una diputacin;
de ella pas a la presidencia de la Cmara de Diputados y de aqu
a la Secretara de Estado de lo Interior y Polica; todo en poco ms
de seis meses. Pero no haban transcurrido otros seis, cuando ya era
Secretario de Estado de Relaciones Exteriores y de aqu, despus
de vejaciones inauditas, pas de Embajador a Port-au-Prince; cargo
que ocup poco tiempo; despus qued disponible hasta que fue
designado Secretario del Trabajo.
A veces se dan casos de ascensos fulminantes, metericos,
como el del degenerado sexual Vega Batlle, que dedicado a fun-
ciones de archivero en la Secretara de la Presidencia, de pronto
asciende a Secretario del departamento y despus a Embajador y
despus a Coronel y despus a Rector de la Universidad, en poco
ms de dos aos. Tambin se dan casos de destituciones inesperadas,
producidas por un telefonazo de la querida de turno.
La burocracia de Trujillo est siempre temblando. No ya por
lo que el mismo empleado realice, sino por lo que hagan sus pa-
rientes y sus amigos. Si se produce algn descarro en la familia, las
consecuencias las sufre el funcionario. As por ejemplo cuando el
seor Roques Martnez,[9] pariente de Bonilla, se permiti un da,
engaado por lo que deca la prensa nica, de libertad de actuacin

143
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

poltica, asistir a un acto del partido obrero que consinti Trujillo,


para despistar, fue destituido del cargo de Subjefe del protocolo;
pero como era cuado de Arturo Despradel, ste se vio desposedo
de la Secretara de Relaciones Exteriores; y todos los parientes se
encontraron de pronto sin ingresos de ningn gnero. La enemistad
de Trujillo con cualquiera, trae como consecuencia el aislamiento
social de la vctima y la cesanta de todos los deudos; un desafecto
al rgimen arrastra en su desgracia a todos los que estn empleados
en la administracin o fuera de ella. Si es propietario o lo son los
parientes y allegados sufren la prdida de sus propiedades o el dis-
frute de sus rentas. Un caso tpico es el de la esposa del ingeniero
J. C. Alfonseca C., la seora Felicia Espaillat, hija de un ex-Presidente
de la Repblica. Esta seora vena recibiendo las rentas de sus pro-
piedades, de su hermano Pedro Espaillat, pero Trujillo dio orden a
este seor para que no enviase un centavo a la interesada, porque
su marido el ingeniero Alfonseca, es un exiliado poltico, adversario
de la tirana.
Cuando como consecuencia de la persecucin a Bonilla,
muchos estudiantes firmaron adhesiones al perseguido, todos sus
parientes quedaron cesantes de los puestos que ocupaban.
6. Los partidos polticos. Antes de la instauracin de la dic-
tadura Chapitera, Santo Domingo tena en el estadio de las luchas
polticas varios grupos y partidos; los ms importantes eran dos: el
de los bolos y el de los colos, segn que el gallo smbolo comn
de ambos apareciese sin cola o con ella. Uno era personalmente
dirigido por el ex-presidente Jimnez y el otro por el presidente
Horacio Vzquez, a quien sus partidarios denominaban La Virgen
de la Altagracia con chiva, por la barba en forma de perilla, que
usaba y haciendo alusin a su inclinacin a repartir favores. Estos
dos partidos, luchaban en el terreno electoral, en la prensa, en las
reuniones pblicas, y eran en fin demostracin de la existencia de
una libertad. A ms de estos partidos, inmediatamente a 1930 se
movan otros, como el Socialista, que capitaneaba el Doctor Wen-
ceslao Medrano, el Nacional, etc. Todos estos grupos desaparecie-
ron, sin ser disueltos. Trujillo cuando preparaba su reeleccin de
1947, trat de galvanizarlos y dirigi una carta al Licenciado Estrella
Urea, a Medrano, a Rafael Espaillat y otros antiguos dirigentes,

144
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

para que reconstituyesen los antiguos partidos, proclamando que


viva ya la conciencia poltica del pas por los aos de su gobierno
y educada para la democracia, por el ejemplo que l le haba dado,
entenda que era conveniente que todas las ideologas fuesen a la
palestra cvica. Esto era una aagaza y as lo comprendieron los
citados; la mayora de ellos, por otra parte, ya estaban enquistados
en el sistema dictatorial y al servicio del tirano y otros se hallaban
exilados o en el cementerio de Camangui, o enterrados al borde
de los caminos, en montes, descampados y playas. Es decir, era una
invitacin llena de sarcasmo y adems un gesto que Trujillo saba
que nadie seguira. La invitacin resultaba inoperante y permita
en cambio al dictador comunicar al Departamento de Estado la
democratizacin de su rgimen. Suceda esto como consecuencia
de la oposicin del Departamento de Estado a que Trujillo comprase
armas en Estados Unidos. El dictador quiso aprovechar la respuesta
de Braden, para demostrar que en el pas exista democracia. Natu-
ralmente a la altura de los tiempos resultaba tan indispensable como
el ejercicio de la democracia de los partidos polticos, la existencia
de organizaciones obreras. Trujillo las haba aplastado a todas, sin
distincin. Dentro del Partido Dominicano hizo constituir unos
gremios caricaturescos que dirigidos por antiguos lderes obreros
que ante el asesinato de todos los dems, se haban sometido; mera
parodia de sindicatos. Estos lderes llamados Julio Ballester o Prats
Ramrez, se prestaban a todas las combinaciones del tirano. En 1944,
comenz ste a pensar en la necesidad de construir gremios, que
diesen al exterior la apariencia de sindicatos verdaderos. Pero un
ao despus, se dio cuenta de que su combinacin poda propor-
cionarle la reeleccin para 1947, si saba manejar a los obreros, y
hacer de ellos instrumentos amenazantes para los grandes intereses
azucareros y para otras empresas que se estaban instalando en el
pas, como la Grenada Fruit Company que por entonces acababa
de adquirir una extenssima rea en el Noroeste, para dedicarla a
cultivos de pltanos. Es decir, Trujillo pens en seguida, y pens
bien, que si l haca que la masa obrera amorfa fuese bien contro-
lada por medio de dirigentes asequibles, poda con ella agitar el
fantasma rojo del comunismo criollo. Fue as como cre Trujillo la
Secretara del Trabajo y comenz a lanzar leyes y decretos a boleo,

145
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

dizque para favorecer a los obreros. Todo eso era en el papel. Las
leyes salan, se publicaban, se haca propaganda en torno de ellas,
pero el obrero dominicano segua trabajando de sol a sol, por un
salario tan nfimo que no le llega para comer, ni tan siquiera el
mang humilde y ha de contentarse cuanto mucho con el arroz
blanco seco y un puado de frijoles, esto cuando los intereses del
Jefe o los negocios de Pern no interfieren y hacen subir el precio
del arroz, los frutos menores y la torta de casabe. Pero eso si, Tru-
jillo hizo la ley del Seguro Social, la ley de Contratos de Trabajo,
la ley de Huelgas, la ley creando los Delegados Obreros, dijo que
de su pecunio haba regalado a los obreros el Centro Social, lugar
donde l y lvarez Pina ganaron una gruesa suma, a cuenta de la
llamada Asistencia Social del Partido Dominicano, y adonde van las
mocitas de las clases laboriosas con el pretexto de bailes, para que
el Jefe pueda renovar el stock de sus mujeres. All en ese Centro
Social, se han realizado las mayores infamias en la trata de blancas
del rgimen. Inaugur tambin un da del mes de abril de 1946, el
llamado Barrio de Mejoramiento Social, diciendo que sus casas y su
hospital Morgan eran propiedad, desde aquellos momentos, de los
obreros. Todo esto, todo, todo, es una gran mentira, una patraa,
asquerosa y sangrienta.
Trujillo vivi entre 1944 y 1946 das de preocupacin ante lo
que pudieran hacer con l las Democracias triunfantes. Necesitaba
de un lado apaciguarlas y sostener una gran ficcin de democrati-
zacin de su tirana. Fue entonces cuando su propaganda gast las
ms ingentes sumas de dinero, para hacer creer que no eran ciertas
las persecuciones, que no era verdad que asesinase, que la realidad
dominicana era una realidad de progreso y bienestar para el pueblo.
Alquil entonces la ms grande diversidad de hombres y de medios,
literatos, profesores, editoriales; peridicos, revistas, la radio; pag
para evitar la salida de libros en su contra; compr la edicin entera
de Blood in the Streets, de Hicks, para impedir que llegase a la calle;
hizo un suntuoso regalo a la esposa de Cordel Hull; pag a inter-
mediarios cercanos a la Casa Blanca, como al mdico de Truman,
ganado por Manuel de Moya Alonso y a espas cerca del Departa-
mento de Estado; alquil diarios y magazines norteamericanos;
compr acciones de editoriales en Mxico y hasta una imprenta

146
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

en Bogot; alquil los servicios de estaciones de radio en Cuba y


en Colombia; hizo que se lanzasen extraordinarios constantes en
los diarios El Universal de Mxico, La Razn de Bogot, El Nacional
de Barranquilla, Ventas de Buenos Aires; sostuvo el pago mensual
de cantidades enormes a publicaciones diversas en toda Amrica y
a periodistas y hombres distinguidos y mujeres de relieve; se gan
a la Comisin Interamericana de Mujeres, por medio de la seora
Amalia Caballero de Castillo Lodn, quien estuvo en Santo Domin-
go como husped del tirano, cuando era Vicepresidenta del citado
organismo femenino, acompaada de la poetisa Esperanza Zam-
brano asistiendo a bailes y juergas con el dictador y recibiendo de
l fuertes sumas; hizo que fuesen a Santo Domingo personalidades
diversas de Cuba, Mxico, Brasil, Argentina, y sobre todo de Estados
Unidos, es decir, trat de que el mundo entero quedase aprisionado
con cadenas de oro, mientras l tena tiempo de ver el sesgo de los
acontecimientos y se produca un cambio en el furor democrtico.
Mientras, presentaba por doquier a sus obreros amaestrados; a sus
sindicatos de mentira; y Ballester, y Prats Ramrez y otros dirigentes
a sueldo suyo, iban a los congresos internacionales y hablaban en
nombre de los sindicatos dominicanos con nfasis, defendiendo la
poltica del Jefe. Fue entonces cuando llev a Santo Domingo, varias
veces, al lder cubano Arvalo,[10] no ha mucho asesinado en La
Habana, quien produjo un informe favorable al rgimen trujillero y
le entreg copia del mismo a Vicente Lombardo Toledano a quien
Trujillo quera ver en Santo Domingo, para ganarle; copia igualmente
entreg este pagado lder cubano a Braden, en el Departamento de
Estado, hacindole ver que el chacal de La Casa de Caoba estaba
dispuesto, en verdad, a hacer poltica democrtica. Mientras, por
dentro, el plan de Trujillo era muy otro. Hizo delegado obrero en el
Este es decir, en la comarca de los grandes ingenios azucareros
a Mauricio Bez, lder autntico, verdadero, y le hizo creer que su
nombramiento obedeca a la necesidad de organizar en firme a los
obreros, frente a la explotacin capitalista que era inaguantable.
Bez crey de buena fe, que Trujillo quera hacer algo en favor de
la clase obrera, explotada por los gerentes y capataces norteameri-
canos que administran y dirigen las empresas. Los resultados no se
hicieron esperar. La clase obrera pidi aumento de jornales; se dis-

147
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

cutieron las condiciones y los amigos del Jefe en el Central Romana,


en San Pedro de Macors, etc., todos ellos accionistas norteameri-
canos, enriquecidos en las empresas azucareras, vinieron a verle;
y el tirano les dijo: Seores, yo no puedo hacer nada, es Braden,
en el Departamento de Estado que me ha estado atacando como
dictador diciendo que no he implantado la democracia; no quieren
democracia, pues tnganla. Aquellos hombres, por instrucciones
del Jefe salieron hacia el Norte a quejarse. La huelga en los centrales
estall; los obreros pedan aumento de jornales, disminucin de
las agotadoras jornadas, supresin de los almacenes, donde eran
explotados a diario, pues sus pagas resultaban descontadas con los
consumos que hacan de ropa, alimentos, etc., a precios enormes y
con fabulosas ganancias para las empresas administradoras. Pero a
los pocos das volvieron, los norteamericanos que haban salido para
Estados Unidos, exultantes. Dos das despus se reciba la noticia
de que los Estados Unidos haban designado ya nuevo Embajador
ante Trujillo (haca casi un ao que no lo haba); y poco despus
llegaba este nuevo Embajador, el seor Butier, que se apresur a
comunicar que su Gobierno vera con buenos ojos la reeleccin del
Jefe, para el perodo 1947-1952. La huelga termin, interviniendo
el Ejrcito; hubo unos doscientos heridos, veinte muertos, cientos
de arrestados; Mauricio Bez fue destituido del cargo de delegado
obrero; tuvo que refugiarse en la Embajada de Mxico, porque su
vida corra peligro.
Eso s, Trujillo haba permitido la organizacin de los Sindica-
tos y para celebrar el acontecimiento fueron de Mxico Fernando
Amilpa y Luis Gmez Z., y otros delegados llegaron a Cuba. Todos
entonaron gloriosos discursos a la clase obrera dominicana y a su
resurgimiento; Amilpa se mostr muy suave; advirti a Mauricio
Bez, que haba regresado despus de un exilio breve por rdenes
del Partido Comunista Cubano, comprado por Trujillo, que no deba
exaltar a los trabajadores y que dentro de las leyes tendran garantas
suficientes. La maniobra estaba consumada. Pero todo esto haba
conmovido un poco a los clericales y a ciertos timoratos; Trujillo se
apresur a reunir a los Arzobispos Pittini y Beras, a los Obispos, a
los dignatarios de las iglesias, y en esa reunin les ley el documento
en que Bramen le negaba derecho a adquirir armas, alegando que

148
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

no haba libertad en la Repblica; Trujillo deca a los eclesisticos:


Braden, como es comunista, me peda que permitiese la instauracin
del partido suyo, yo no tuve ms remedio que acceder, por eso hay
comunistas aqu; y los habr hasta que yo sea reelegido y si todos
ustedes se unen a m en la campaa contra el comunismo vern
cmo los extirpo..., y haca un gesto significativo con los dedos,
pasndoselos por el cuello en ademn de cortar. Reuniones similares
se hicieron con los Senadores y Diputados, con los miembros de
la Cmara de Comercio, etc., mostrndoles que por la presin de
Braden se haba instaurado el comunismo en Santo Domingo. Trujillo
dijo pblicamente a todo el mundo, que Braden y el secretario de
ste, Durn, junto con Dean Acheson, eran los responsables de que
hubiese comunismo en Amrica y que l haba tenido que ceder. A
todo esto las persecuciones dieron comienzo de nuevo. Trujillo pudo
comenzar a disminuir las subvenciones para su propaganda exterior.
Del Norte le llegaban vientos agradables; all tambin se iniciaba
la guerra fra y la lucha contra el comunismo; su gran comodn, su
maniobra comenzaba a dar frutos. La cada de Braden, complet su
euforia, al comenzar el nuevo perodo que le llevar a los veintids
aos de dictadura omnmoda.
A los obreros no les queda ya nada qu hacer en la Repblica.
Ni siquiera lo que se les dio en el papel. El barrio de Mejoramiento
Social no fue para ellos, sino para los oficiales del Ejrcito, a quie-
nes Trujillo regal la mayor parte de las casas; otras fueron para
Celito Pea Morros, para lvarez Pina, o para otros capitostes o
tutumpotes[11] de la situacin; stos a su vez las alquilan a su
capricho, a precios altos, para sacar rentas gananciosas; el hospital
Morgan presta servicios a quien lleva recomendaciones fuertes y
no es sospechoso de enemistad. El derecho de huelga qued en la
Gaceta, pero ni un obrero se atrever a utilizarlo, si quiere conservar
la vida; lo del Seguro Social es un negocio de Trujillo, pues siendo
l propietario de la Compaa de Seguros la San Rafael que ya tena
el de enfermedad y accidentes, todas las cuotas van a parar a sus
bolsillos y el disfrute del seguro queda tan reducido que slo con
grandes merecimientos, a juicio del tirano, se otorga. Eso s, trajo
el dictador a un seor peruano,[12] especialista, que se hosped a
gran tren en el hotel Jaragua y recibi condecoraciones y todo y

149
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

buenos dineros para hacer el estudio, pero el seguro fue como todo
lo dems una cortina de humo.
Los partidos polticos que Trujillo peda se formasen, para dar
al exterior sensacin de lucha democrtica, no existen ni existieron
nunca, sino en el papel. Cuando llegaron los das electorales, result
que Fello Espaillat, fue proclamado candidato por el Partido Nacional
Democrtico, entidad fantstica y Prats Ramrez, por un sedicente
Partido Laborista Nacional. Lo pintoresco es que ambos candidatos,
mientras duraba el perodo inmediato a las elecciones, se sentaban
en la antesala del Jefe; ste ni les reciba; un escribiente sala con unos
papeles en donde se haba escrito todo cuanto tenan que declarar
a los corresponsales extranjeros; Fello Espaillat, por ejemplo, dijo a
stos corresponsales, que se moran de risa, que de antemano saba
que su candidatura sera derrotada por la avalancha de votos que
reunira la persona del ilustre estadista Generalsimo y Benefactor
Trujillo, etc., etc., pero que con todo quera sostener la lucha, para
demostrar que el Partido Nacional Democrtico era una autntica
fuerza; el otro candidato, Prats Ramrez, hizo otras declaraciones
parecidas, confesndose derrotado, antes de ir a las urnas. La farsa
hacia carcajear con estrpito a los periodistas que trajo amaestra-
dos y amarrados como simios el seor Klemfuss manager de
esta comedia informativa. Trujillo les ech de comer en la estancia
Ramfis el mismo da en que se estaban celebrando las elecciones y
les entreg una pintoresca declaracin, en que deca que su ideal
de gobierno sera luchar contra el comunismo. Era la consigna que
sus delegados y espas, en la Casa Blanca y en el Departamento de
Estado, le haban transmitido. Despus del aplastante triunfo del
Jefe los partidos se esfumaron. Pero con todo hay an el detalle lleno
de vis cmica que prueba las seguridades que toma el dictador an
ante las comedias que l mismo prepara. Antes de ir a la reeleccin
hizo que la Constitucin se modificase. Fue otra reforma constitu-
cional, para con motivos diversos, introducir modificaciones en el
Ttulo VIII, Seccin Primera, que trata Del Poder Ejecutivo y en el
artculo 45 de dicho ttulo, que se refiere a las condiciones para ser
Presidente de la Repblica. Trujillo impuso que estas condiciones
fuesen: ser dominicano por nacimiento y por origen antes se deca
ser dominicano por nacimiento u origen y haber residido por lo

150
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

menos los diez ltimos aos anteriores a la eleccin y seguidos en


el pas. Preguntar el lector que por qu tanta cautela cuando de
antemano se sabe en Santo Domingo que las elecciones son una
farsa y que Trujillo saldr siempre reelegido, mientras el Departa-
mento de Estado quiera. Pues la respuesta es sta. Se trataba de
dos cosas; de impedir que un exiliado volviese al pas y presentase
su candidatura; de proteger toda eventualidad adversa, ya que ni
Fello Espaillat llevaban los diez aos consecutivos de residencia en
el pas, ni Prats Ramrez poda considerarse dominicano de origen,
pues su padre era puertorriqueo; de esta manera, an en el caso
de que por aquellos das Trujillo muriese, o se produjese cualquier
circunstancia que le impidiese ser proclamado, tampoco podran
serlo ninguno de los otros dos candidatos, cualquiera que fuese el
nmero de votos que se le adjudicase, pues ninguno de ellos reuna
las condiciones requeridas.
Como se ve todo resulta fcil. Se reforma la Constitucin, cuan-
do Trujillo lo necesita; se hacen partidos o se oscurecen, cuando le
conviene; se crean sindicatos de papel, si le parece oportuno, forma
lderes o los disuelve; juega a la democracia y se burla de ella; se
aparece como campen del anticomunismo y se limpia las manos
y la boca en cuanto a sus procedimientos democrticos, a este
lado de ac de la cortina de hierro. Y Viva la Democracia!, Vivan
los que han muerto por ella! y... que vayan aprendiendo los que an
morirn para que Trujillo siga viviendo y... asesinando.

NOTAS

1. Joseph E McGurk. Fue Embajador de los Estados Unidos en la Repblica Domi-


nicana en el ao 1945. Dur menos de un ao en el cargo.
2. Manuel Emilio Castillo, hijo de Manuel de Jess Castillo (Lico).
3. Rafael Estrella Urea senta admiracin por la ideologa fascista. Vase a Bernardo
Vega. Nazismo, fascismo y falangismo en la Repblica Dominicana. Santo Domingo,
Fundacin Cultural Dominicana, 1985, 325-326.
4. En carta enviada al Senado de la Repblica Dominicana pidiendo que se asigne
el nombre de Estrella Urea a un hospital de Santiago. Trujillo escribi: Movido
por los sentimientos de justicia que siempre han determinado mis acciones y con
el propsito de honrar la memoria de un distinguido compatriota a quien, hasta
el momento de su sentida desaparicin, manifest en formas ostensibles aprecio
y estima.... Vase Sugiere el Jefe del Estado se le de nombre de Rafael Estrella

151
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Urea al hospital que se construye en Santiago, La Nacin, 26 junio 1947, 1.


5. Manuel del Cabral, poeta, entonces adscrito a la Embajada dominicana en la
Argentina.
6. Sonia Henrquez Urea de Hlito, Pedro Henrquez Urea: apuntes para una bio-
grafa. Mxico, Siglo Veintiuno editores, 1993, 152.
7. Virgilio Daz Ordez, Carlos Snchez y Snchez, Elas Brache, Tulio Manuel Ces-
tero, Emilio Rodrguez Demorizi, Andrs Pastoriza, y Ricardo Prez Alfonseca.
8. Pginas 35-36.
9. Eurpides Roques Martnez.
10. Juan Arvalo. Secretario general del Sindicato de Artes Grficas de Cuba. Estuvo
al servicio de Trujillo. Muri asesinado en Cuba. Vase a Gerardo Gallegos, Tru-
jillo. Cara y cruz de su dictadura. Madrid, Artes grficas Iberoamericanas, 1968,
126-129. Vase ms adelante la pgina 182.
11. El trmino tutumpote fue popularizado por Juan Bosch inmediatamente despus
de la muerte de Trujillo. Patn Maceo lo recoge en su diccionario de dominica-
nismos y lo define como personaje influyente en la poltica (Manuel A. Patn
Maceo, Dominicanismos. Ciudad Trujillo. Librera Dominicana, 1947). Este vocablo
est bien arraigado en la cultura dominicana. Agustn Concepcin dice que esta
palabra la usa Juan Antonio Alx en el siglo XIX, as como tambin Alejandro An-
gulo Guridi en el ao 1859 (J. Agustn Concepcin, Idioma nuestro de cada da.
Santo Domingo, Editora Taller, 1978, 75-76). Sobre el trmino tutumpote vase
adems el artculo de Bruno Rosario Candelier, Connotaciones sociosemnticas
de tutumpote e hijo de machepa, Eme Eme Estudios Dominicanos, No. 23,
marzo-abril 1976, 3 -14.
12. Edgardo Revagliati.

152
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO VIII

UN RGIMEN MONOPOLISTA

1 Cmo se hacer 250,000,000 de dlares en menos de


veinte aos. No creo que precise un gran esfuerzo para comprender
que no hay en Santo Domingo actividad industrial o comercial de
alguna importancia que se substraiga a la garra del Strapa. Todo lo
monopoliza, todo lo controla. Slo as pueden hacerse doscientos
cincuenta millones de dlares. Trujillo es hoy, muerto Patio, el
hombre ms rico de Hispanoamrica.[1] Primero se dedic a eliminar
a sus enemigos, reales o supuestos; despus a enriquecerse. Lo que
no cae bajo su accin inmediata, como la Compaa de Luz, paga
un fuerte canon al dictador. Veamos los monopolios que controla.
2. El Tesoro Nacional se confunde con el particular del
Strapa. Al ascender a la presidencia, en 1930, Trujillo no tena
flaco. Ya dijimos que con sus hermanos, dirigidos por el padre, se
dedicaban, por los alrededores de San Cristbal y de Ban, al robo
de ganado. A todos ellos se les abri expediente o proceso como
abigeos, saliendo en libertad merced a la influencia de los Pina
Chevalier Plinio y Tedulo sus parientes. Ms tarde Rafael, ya
se ha dicho, terne o perseverante con lo de no abandonar las artes
del hurto, se dedicaba a escamotear relojitos de pulsera, medallas,
cadenitas y otras chucheras y cuando la madre le preguntaba por
qu haca eso responda: No es nada, son chapitas. De donde a
l le qued el apodo de Chapita.
Protegieron a Trujillo, obligndole a dejar sus aficiones al robo,
don Plinio y don Tedulo Pina Chevalier. Este ltimo estuvo al servi-
cio de los americanos invasores. Por su recomendacin, ingres el

153
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

pillete de Rafael, en el Ejrcito reorganizado por los norteamericanos


y por ellos subi ms tarde al poder protegido especialmente por el
General Watson. El canalla de McLaughlin, entonces Sargento, fue
luego su agente en Estados Unidos.
Ya de Capitn, Trujillo organiz, de acuerdo con su pajolero
padre y sus pajolersimos hermanos, el robo de tierra y ganado en
las regiones sancristobalea y banileja. A poco tena ya una peque-
a finca donde hoy se ubica La Suiza, dentro de Fundacin. Para
entonces slo haba en ese predio una casita, con colgadizo para
los ganados robados, que all llevaban.
El tesoro del Strapa es hoy el de la nacin. Al menos con-
fundidos estn y desde luego quien quisiera desglosarlos se hallara
ante un laberinto inextrincable.
3. Monopolio de la Central Lechera o una exclusiva por
decreto. Sobre La Suiza, cre Rafael Lenidas un negocio lechero.
Sera lo que ms tarde y por decreto haba de ser la Central Lechera.
A ese decreto se le dio un tono de proteccin a la salud. Controlada
la leche por las autoridades el pblico consumidor poda tener la
seguridad de su pureza. Mas lo cierto es que los productores haban
de acudir a un centro receptor, donde la vendan a tres centavos litro,
precio que multiplicaba con a mucho la sociedad monopolizadora,
esto es, el dictador.
4. Monopolio de la sal: eliminacin de los Michelena. Las
nicas salinas que se hallaban en Sur del pas y desde mucho antes
de ascender el brbaro al poder, les explotaba una compaa, cuyos
primeros accionistas eran los Michelena. El Strapa comenz amena-
zando a estos tenedores de la mayora de las acciones y uno de ellos
hubo de exiliarse. El otro casado con Teresa Ariza, emparentada con
una de las grandes firmas de Puerto Plata,[2] tuvo que vender una casa
que posea cerca de la costa la hoy estancia Ramfis est ubicada
en ese lugar y en vista de las coacciones a que se le someta, salir
tambin del pas. Al fin tom Trujillo violentamente posesin de las
salinas, estableciendo el monopolio no slo para el pas, sino para
la exportacin a otros lugares del Caribe.
5. Monopolio del tabaco: rebelda de Barletta y sumisin de
Copello. Casi todo el tabaco es de la regin del Cibao y se elabora
en Santiago de los Caballeros. Los que dominaban la industria eran

154
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Copello y Barletta. Haba otros fabricantes y todos se distinguan


por su desprecio al tiranuelo. Al intentar ste ser socio del Club de
Santiago, unnimemente le repudiaron. Y conste que para entonces
era ya Trujillo General, bajo la presidencia de Horacio Vsquez. Mas
los dignos cibaeos no queran codearse con un ladronzuelo, por
muchos galones que llevase encima.
Existan dos compaas de tabacos las ms fuertes, una El
Faro a Coln, cuyo principal accionista era un ex-cnsul de Italia,
y otra La Tabacalera Dominicana. Esta fue la primera vctima de
Chapita. Pero no una vctima cualquiera sino una vctima sangrienta.
Fueron asesinados algunos de los accionistas y los otros, transigie-
ron con entregar a Trujillo las acciones a muy bajo precio. Lanz el
brbaro un decreto nombrando a un delegado del gobierno para la
Industria de Tabaco y as pudo Trujillo comprar la mayor parte de
las acciones, dejando a Copello en minora. Acab ste por some-
terse y el Strapa agradecido lo nombr Embajador dominicano en
Washington, donde muri.
Dueo ya el dspota de La Tabacalera Dominicana el pueblo
para manifestar su oposicin a la dictadura compraba slo los ciga-
rros El Faro a Coln. Por el ao de 1937, los antes preciados Cremas
de La Tabacalera apenas se vendan. Este ao el tirano orden una
maniobra por la que apareca Barletta de acuerdo con el Cnsul de
Italia y elementos dominicanos, capitaneando una supuesta conju-
ra encaminada a exterminar a Trujillo. El Secretario de Relaciones
Exteriores era el gordo Logroo abri expediente, procediendo
nada menos que al encarcelamiento del Cnsul italiano, so pretexto
de que trataba de substituir la democrtica y vil tirana trujillera, con
el rgimen fascista. Amenaz Italia y se dej en libertad al Cnsul.
Ms, lo importante era quedarse con El Faro a Coln y que el Chacal
monopolizara todo el negocio del tabaco.
En 1942 public el Canciller Pea Batlle, servidor forzoso del
tirano caribeo, un Libro Blanco no hay nada blanco en Santo Do-
mingo como no sea la leche monopolizada al intento de demostrar
que desde 1937 Trujillo era un antifascista y tuvo la avilantez de traer
a cuento el caso de Barletta y del Cnsul italiano en Santiago de los
Caballeros, cuando la realidad es que el Strapa lo que necesitaba
para quedarse con el monopolio del tabaco, era someter a estos

155
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

hombres, dueos en su mayor parte de El Faro a Coln. No poda


tolerar el chacal que hubiera nadie que se le resistiese.
6. Monopolio de las exportaciones e importaciones de
arroz: Badu Dumit. Durante mucho tiempo en la Repblica Domi-
nicana importaba el arroz de Siam. Es el arroz la base de la alimenta-
cin en Santo Domingo, como en casi todas las Antillas. Desde an
antes de ser Presidente, Trujillo dese convertir en arrozales grandes
zonas del pas. Dentro de Fundacin y sobre todo en los aledaos,
foment el riego, organizando colonias de gentes pobres a los que
suministraba semillas. Pronto comenz a cobrar auge la produccin
arrocera. Al principio el Strapa explotaba la venta del arroz por s
mismo, mas como no le conviniese aparecer detentando un mono-
polio, se puso de acuerdo con la firma Badu Dumit de Santiago de
los Caballeros. A este siriolbans convirti Trujillo en almacenista y
distribuidor de todo el arroz que se produce en el pas. El negocio se
hizo gigantesco, al aumentar la produccin y al ser regulado su precio
oficialmente, alcanzndolo tan alto que ya slo estaba al alcance de
la clase media. Los sobrantes se vienen exportando a muy buenos
precios a Puerto Rico, Cuba y otras Antillas menores. Durante la
guerra, sobre todo, Trujillo es el poseedor hasta el ltimo grano de
arroz de Santo Domingo. Se llev a cabo una exportacin masiva a
las Antillas, con lo que no slo gan dinero a manos llenas, sino que
apareci ayudando al plan de reconstruccin. En el mercado interior,
sin embargo, los precios subieron. Mas como por entonces se pre-
paraba el ambiente para la reeleccin del dspota se vio obligado a
tener un gesto de generosidad, creando el control del arroz que
sarcasmo! y haciendo que Badu Dumit l realmente llenase de
sacos de arroz unas camionetas del Ejrcito, que el Jefe mandaba
vender a precios asequibles a todas las fortunas.
Poco despus y como a Trujillo le interesaba vender el arroz
fuera del pas, de nuevo lo import de Siam, que le resultaba ms
barato, sobre todo sin pagar aduanas. Helfant fue quien intervino
en una de esas importaciones.
7. Monopolio del aceite de man, incendio de la fbrica y
negocio subsiguiente en el que aparece como testaferro Bonetti y
Burgos. La Aceitera Dominicana se crea en 1939, utilizando el ds-
pota como hombre de paja al ilustre pendejo seor Bonetri Burgos,

156
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Secretario del Despacho del Generalsimo en poca en que ste


apareca, al menos oficialmente, alejado de la presidencia.
Para construir una sociedad, Trujillo sigue el sistema de levantar
un acta notarial de constitucin de la misma, por medio de acciones
a diversas personas. Al da siguiente son llamadas stas para firmar en
blanco el endoso de las dichas acciones, quedando en interesados
platnicos, y sin figurar para nada el tirano.
As se hizo en el caso de la Aceitera, cuyas acciones se asig-
naron a los hermanos Bonetti, instalndose la fbrica con dinero
proporcionado por Trujillo. Los campesinos fueron obligados, manu
militari, a plantar man en zonas extenssimas, comprometindose a
vender a la Aceitera toda la produccin en las condiciones que sta
fijara. Los precios que se pagaban eran tan bajos, que resultaba la
siembra de man antieconmica a ms de que los terrenos que dan
este producto quedan estriles para otras producciones. La cosa lle-
g, a que el segundo ao hubo de hacerse uso de la ms extremada
violencia, para que sembrasen man los campesinos.
Dio la Aceitera al Strapa considerables rendimientos. Ms,
para mayor ganancia y viendo lo renuentes que andaban los cam-
pesinos a sembrar man, la empresa asegur contra incendios la
fbrica, que a poco arda el haber sido ladrn desde nio imprime
carcter muy aparatosamente y vino entonces el segundo negocio.
Se haba salvado qu feliz casualidad! todo el aceite almacenado,
cuyo precio se elev ms que un globo.
Volvi a levantarse de nuevo la fbrica y volvi consiguiente-
mente a exigirse por la fuerza el que se sembrara man.
La faena que acaba de relatarse lleva, en algunos pueblos ci-
vilizados, a la crcel. En Santo Domingo, se le permite al Presidente
de la Repblica.
8. Monopolio del cemento; contratos con el Estado; lo que
ha dejado el Strapa el Capitolio y el Canal Trujillo; faena que ste
le hizo al arquitecto Alessandro. La construccin de una fbrica
de cemento en Santo Domingo, fue obligado corolario del sistema
dictatorial de levantar grandes edificios pblicos, de construir carre-
teras, puentes, etc. De todo lo presupuestado para estas obras, que
sirven al tirano de justificacin en el exterior, se gasta de dos partes
una; la otra se la embolsa Chapita. El Palacio de Justicia produjo a

157
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Trujillo un beneficio neto de 300,000 dlares. Los Palacios todos


del Partido Dominicano y son unos cuantos han dejado al tirano
un 40% lquido. Y lo mismo sucede con las obras emprendidas, ya
por contrato directo, ya por administracin.
Necesitaba el dspota poseer esa fuente de produccin y as
constituy una sociedad por los procedimientos ya indicados y cuya
cabeza visible, fue este viaje, el distinguido alcahuete y bufn del
tirano, Manuel Moya Alonso.
Llevronse tcnicos norteamericanos y se comenz la construc-
cin de la planta. Se presentaron algunas dificultades, por errores de
tcnica, y la produccin hubo de demorarse ms de lo que Trujillo
esperaba, lo que vino luego a reflejarse en el precio del cemento.
Hoy la importacin de este producto es ya mnima y se sostiene
para cubrir las apariencias en el mercado norteamericano.
El afn del dictador por las grandes obras, se comprender
cuando se sepa que slo el canal Trujillo le ha dejado un beneficio
de 2,000,000 de dlares y el Capitolio 3,000,000. Esta ltima sun-
tuosa edificacin la encomend el Strapa a un ingeniero italiano,
de apellido Alessandro. Trujillo lo conoca, porque cuando lleg al
pas fue nombrado ingeniero militar y por aquellos das el ladron-
zuelo Chapita era ya jefe del Ejrcito. Ya de Presidente le oblig a
casarse con Carmen, la hija de la muy acrisolada y sutilsima alca-
hueta Isabel Mayer, a quien como y se dice en otro lugar, nombr
el dspota Senadora y Gobernadora de Santiago de los Caballeros.
Tambin se sabe que doa Celestina Mayer fue la que proporcio-
n al tirano a la Lina Lovatn y a muchas otras. Trujillo visitaba la
casa de la Mayer Dios los cra y ellos se juntan! con la mayor
intimidad y haba prometido al ingeniero Alessandro el 10% de la
obra del Capitolio, que aparece costando a la nacin nada menos
que 6,000,000 de dlares. Pues bien no slo le rebaj el tanto por
ciento a 100,000 sino que le sopl a la Mayer. Aunque hay quien
diga, que las intimidades del dictador con Carmen, son de antes y
despus del casamiento.
9. Monopolio de la cerveza; la botella de luxe y la lla-
mada batatica o don Pip, que es como le dicen a don Manuel
Troncoso de la Concha; la nueva fbrica para competir con las
marcas extranjeras. La organizacin de la Cervecera Nacional se

158
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

hizo por los mismos das, y con procedimiento, que la Aceitera,


interviniendo los Bonetti Burgos ms el aditamento del cuado del
dspota, Francisco Martnez Alba.
La Cervecera Nacional lanz inmediatamente al mercado la
marca Presidente, de obligado consumo, en sus dos tipos de luxe
y don Pip grande y media respectivamente, aludiendo la ltima
al testaferro presidencial de Trujillo, en el nico perodo que no se
reeligi.
Con ser el negocio estupendsimo, sin restricciones para la
Carta Blanca mexicana o para las marcas canadienses y norteame-
ricanas, el Strapa les hace la guerra y para terminar con ellas ha
instalado una nueva planta, que dirige un muy buen tcnico de la
Cervecera Nacional, un norteamericano. En esta nueva fbrica han
entrado como accionistas (?) el acreditado buey Pano Pichardo
desde aqu omos el cencerro, Hctor Bienvenido Trujillo y el
pollo Ramfis. Elaborar la nueva planta, cerveza en todo iguales a
las canadienses y norteamericanas.
10. Monopolio de drogas y medicamentos para el Ejrcito,
clnicas, etc. Una hermana de la Mara Martnez, la esposa del tirano,
est casada con un Coronel mdico militar, el eximio sinvergenza
Robiou, a quien Trujillo nombr jefe de todos los servicios sanitarios
Este es quien facilita al dictador no slo los beneficios que derivan
de las instalaciones mdico-quirrgicas, farmacolgicas, etc., sino los
procedentes de la venta de drogas, ampolletas de inyectables y toda
clase de medicamentos que se sirven al Ejrcito y a las dependencias
de la Secretara de Sanidad, obligada a entenderse para cualquier
adquisicin con el tal Robiou. Las ganancias son fabulosas.
11. Monopolio de la madera, obtenido en la comarca de
San Jos de las Matas, en fuerza de violencias y depredaciones
cometidas por la brigada 43 que manda el feroz Paulino. A fuerza
de sangre adquiri Chapita y cundo no: una de sus mejores
posesiones, en la montaosa comarca de San Jos de las Matas
Cordillera Central del pas a 1000 metros sobre el nivel del mar.
All, en aquel lugar donde reina perpetuamente la primavera, tiene el
tirano una de sus ms esplndidas residencias, teatro de toda clase
de orgas, y a ms grandes extensiones de terreno.[3] Este latifundio,
al igual que Fundacin, est organizado a base de apropiaciones

159
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

ilegtimas y despojos inicuos, que constituyen verdaderos latrocinios.


En esta comarca apacible se han realizado los ms tenebrosos crme-
nes. La tristemente clebre Brigada 43, mandada por el sanguinario
Paulino, acab en estas montaas con todo cuanto se opona a
la codicia del dspota. Un pequeo propietario que estorbaba a
Trujillo, fue vilmente asesinado con su esposa, sta embarazada,
y sus hijos.
El dominio de estos terrenos, que incluyen grandes extensiones
de bosques proporcion al dictador riquezas enormes en pinos y
otros rboles maderables. Ms tarde domin el aprovechamiento ma-
derero de todo el pas. Se apoder tambin de todos los aserraderos.
Por cierto que uno de los tales, ubicado en la regin de Jarabacoa
y Constanza, era de su concuo Robiou. Mas ni el parentesco, ni el
haber sido mdico de Trujillo y de su familia durante aos, le sirvi.
Lo despoj como si hubiera sido un extrao. Esta voracidad que
nada respeta y todo lo atropella es caracterstica trujillera.
12. Monopolio del calzado. La organizacin del monopolio
del calzado se hizo sobre bases muy seguras. La compaa fundada
por el tirano se denomin FADOC sigla de Fbrica Dominicana de
Calzado y se puso como hombres de paja o accionistas nominales
a unos comerciantes espaoles, asociados con los Corripio, y a un
mallorqun llamado Rosell, junto con Pano Pichardo. La empresa
estaba asegurada en cuanto a la venta de la produccin, por los
decretos que con pretexto de favorecer al industria nacional trataban
la importacin de calzado extranjero y adems con la adquisicin de
calzado para el Ejrcito y las instituciones oficiales. No slo zapatos
y botas se fabricaban, sino tambin correajes militares y aparejos.
La prosperidad de la industria se hizo patente inmediatamente con
beneficios para el Strapa, que era, en realidad, quien dominaba
como nico propietario la empresa. Especialmente los aos de la
guerra fueron de pinges resultados. Cuando el conflicto armado y
los ataques a la pseudo-democracia trujillera alcanzaron mayor pro-
porcin, el tirano disfraz el asunto. Rosell se qued nominalmente
con todo y a cambio de que se prestase al manejo se le concedieron
exclusivas de exportacin de frutos menores, de acuerdo con Petn,
con el cual hubo de hacerse un arreglo, no sin ciertas dificultades;
Pano Pichardo qued asociado a Rosell y los Corripio se retiraron

160
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

de su nominal participacin. Pero Trujillo sigui y sigue quedndose


con todos los beneficios de este monopolio.
13. Monopolio de la provisin de agua; represalias polti-
cas. La empresa proveedora de agua, o Acueducto, era de carcter
privado. Trujillo fue apoderndose de ella, desde los primeros das
de subir al poder. Actualmente es ya del dictador. En ella no slo
tiene enormes ingresos el tirano sino que posee un arma para atacar
a sus adversarios a los que no le cantan alabanzas. Cuando alguien
cae en desgracia, se le corta el agua, se establece un sitio en regla
y el tan necesario elemento es el primero que falta en las casas de
los tildados de desafectos.
14. Monopolio de la navegacin. La Naviera Dominicana es
la empresa del transporte martimo propiedad del dictador. Ya diji-
mos cmo se aprovech el tirano de la guerra, para cobrar las gruesas
primas de seguro de los dos barcos hundidos por rdenes suyas. La
empresa aument entonces sus efectivos por la construccin de las
llamadas goletas de transporte en beneficio de las democracias.
En realidad es un sarcasmo y una burla terrible; porque estas goletas
construidas en el mismo puerto de Santo Domingo y pagadas por el
Estado, eran en realidad unidades que iban a engrosar la Naviera de
Trujillo. No hay que decir que todo el transporte martimo hay que
hacerlo cuando se trata de viajes de cabotaje o de navegacin por
las Antillas, en los barcos de la Naviera. Al frente de esta empresa
est el Coronel McLaughlin, que es en realidad el manager del
dictador para los negocios gruesos: navos de guerra y mercantes,
aviones, armamento, adquisiciones en los Estados Unidos, en donde
el ex-sargento de las tropas yanquis de ocupacin, tiene amistades
en el Ejrcito. La Naviera ha aumentado ltimamente sus efectivos
y ya posee barcos que hacen el servicio entre Nueva York y Santo
Domingo. Lo mismo sucede con la empresa de aviacin constituida
por Trujillo, para el transporte y viajes en el interior del pas; empresa
en la cual son dirigentes el citado McLaughlin y el General Fiallo,
pero cuyos beneficios caen en la brisa del dictador.
15. Monopolio de la cordelera y saquera. El negocio de la
fbrica de Sacos y Cordelera se mont igualmente sobre la base de
una aparente y nominal sociedad annima. Trujillo reparti acciones
nominales con sus correspondientes endosos en bancos, a favor de

161
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

distintas personas entre ellas el ingeniero italiano Alessandro, un tal


Bienvenido Gmez y otros. El problema era obtener materia prima,
porque cuando se fund el negocio se hizo a base de la produccin
de sisal, pero en la prctica result que esta produccin era tan
limitada como poco asequible. En su vista se quiso concertar una
compra grande en Hait, pero las dificultades que surgieron por la
brbara conducta del dictador para con los desgraciados braceros
de color del vecino pas, no permitieron la adquisicin all de sisal.
Como ya la planta estaba instalada, el dictador lanz una serie de
decretos estableciendo el control de sacos y de cordelera. De
esta manera toda la importacin de caros artculos indispensables
para el empaquetado de azcar, cacao, caf, etc., y para el atado
de otros productos, qued en manos suyas. Nadie poda importar
directamente sacos y cordeles. Toda esta importacin pas a Trujillo
para ir a la fbrica y salir de all como si hubiese sido fabricado por
ella. De esta manera se hacan dos negocios en uno y el precio de
los sacos y cordelera subi a las nubes. Despus de esta medida
vino la de obligar la plantacin de plantas de sisal y otras fibras con
contratos leoninos para los plantadores. Se llev a un tcnico de
Guatemala y a otro italiano establecido en El Salvador[4] y la fbrica
comenz a funcionar con doble seguridad: la de que siempre tendra
mercado y la de que an en el supuesto de carecer de materia prima,
reelaborara la importacin monopolizada. Todo para aumentar el
dinero en las arcas trujilleras.
16. Monopolio de la venta de azcar; monopolio del cacao.
La venta de azcar en el interior del pas es otro de los negocios
monopolizados por el dictador. Las empresas productoras de azcar
y propietarias de los ingenios azucareros ms grandes son norte-
americanas y la exportacin se dirige preferentemente a Inglaterra.
El ms importante rubro del presupuesto nacional es el impuesto
del azcar; pero estas empresas pagan a Trujillo en varias formas:
polticamente respaldndolo con los poderes de Wall Street y por
estos con la Casa Blanca y el Departamento de Estado; econmica-
mente por medio de peridicas, regulares y determinadas entregas
de contribucin personal; y, adems, obligndose a darle a l la
venta exclusiva de azcar en el interior del pas. De esta manera
Trujillo por medio de firmas como la de Badu Dumit y otras recoge

162
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

el azcar para el consumo interior, le pone precio y lo revende. Es


uno de los ms serios renglones de beneficio para el Strapa.
Por si esto fuese poco el dictador controla desde hace cuatro
aos la produccin de cacao. Fue esta siempre el sostn de los
campesinos y pequeos propietarios cibaeos, que con cosechas
regulares de la rica almendra podan asegurar el ao; la exportacin
haba sido libre relativamente, pues nunca faltaron, desde 1930 las
indirectas contribuciones en favor de Trujillo y sus familiares, para
conseguir permiso de salida, buen lugar en los almacenes y sitio
en los barcos de transporte. Pero al fin el producto iba de manos
de los productores a la de los intermediarios o fabricantes estado-
unidenses. Pero Trujillo ha terminado con este sistema. Ahora el
cacao pasa a una empresa que aparentemente es norteamericana,
pero en realidad es de Trujillo; esta empresa adquiere a un precio
bajo todo el cacao que se produce en el pas; lo elabora en polvo
o pasta y as le exporta a Norteamrica. Trujillo se queda de esta
manera con el cacao y con los inmensos beneficios que supone la
exportacin del producto semielaborado. Esto significa al ao varios
millones de dlares.
17. Monopolio de muebles y de carbn vegetal. Mo-
nopolio parecido es el de los muebles. No es que Trujillo haya
querido monopolizar en absoluto la fabricacin de muebles, sino
que duplic el sistema. Es decir, en realidad fund una sociedad
de fabricacin de muebles para aprovechamiento de madera, esta
sociedad denominada La Caobera se constituy con un nominal
accionista, el tristemente clebre General Joaqun Cocco hijo; des-
pus se adicion a ste el ingeniero Alessandro; quien en realidad
dominaba la empresa, no tenemos que decir que era Trujillo. Pero a
fin de dominar el mercado y conquistar la exportacin, La Caobera
logr varios decretos favorecedores. Uno prohibiendo de cortar
madera sin permiso especial a fin de favorecer la riqueza forestal
del pas; se trataba de un pretexto para que slo pudiesen cortar
madera los proveedores de La Caobera y de rechazo aumentar el
mercado de madera de los aserraderos de Trujillo que administra
el Coronel Santelises,[5] con el consiguiente aumento en el precio;
pero adems por otro decreto se prohibi el transporte de madera
en el interior del pas, sin permiso, con lo cual no caban filtraciones.

163
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

A estos decretos sigui el establecimiento del control de muebles y


maderas con el pretexto de favorecer la industria nacional; por este
control resulta que no se puede exportar ni una silla ni las partes
sueltas que la componen, sin un permiso especial y este permiso,
claro est, slo se otorga a quien el dictador quiere. De esta manera
el monopolio cierra toda posible salida tanto dentro como fuera del
pas y somete a Trujillo la industria de la madera y sus derivados.
Por si esto fuese poco, se estableci el control del carbn. En Santo
Domingo no hay gasmetro y la electricidad se produce por aceite
pesado y es de empresa norteamericana y muy cara; como conse-
cuencia todo el mundo usa el carbn vegetal, carbn de madera.
Trujillo al establecer el control del carbn, se ha reservado para s
otra fuente de buenos ingresos; la organizacin de este sistema de
monopolio carbonfero se la encomend a la familia Castillo, que
dio el asunto al aventurero espaol Rodolfo Bosch Pearson, un tipo
que fue sargento del Tercio de Extranjeros en Espaa, y cas con una
Castillo.[6] Para establecer el control riguroso, se colocaron guardias
en las entradas de las poblaciones al objeto de apoderarse de todo
el carbn que se traa a ellas; los pobres carboneros, que haca aos
y aos se dedicaban a esta pequea manera de ganarse la vida, se
encontraron despojados; hubo un arreglo; ellos haran el carbn
como siempre en el monte, para lo cual se les dara autorizacin
que les permitiera cortar y quemar madera en zonas determinadas
y se obligaban a entregarlo a los agentes de Trujillo para su venta en
centrales; los carboneros tuvieron que someterse, con gran prdida,
y el carbn aument de precio... en beneficio del Jefe.
18. Monopolio de la exportacin de cocos. Uno de los
productos ms fciles y seguros para el tirano es el de los cocos.
Como consecuencia de la expropiacin en su beneficio, de todos
los predios con alguna agricultura, Trujillo vino a convertirse en el
primero y casi nico propietario de los mayores cocotales de la
Repblica. Slo en el distrito de San Cristbal y en las tierras del
Sur, puede decirse que no hay un solo cocotal que no le pertenez-
ca. Durante mucho tiempo se limit el tirano a exportar cocos a
Estados Unidos y a las Antillas, dejando as que esta riqueza fuese
a manos de industriales extranjeros para su elaboracin. Desde
1944 la consigna de industrializar el pas, lanzada por el Strapa

164
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

con fines de mayor lucro personal y para dar solucin econmica a


los inmensos recursos que posee en el campo, condujo al estable-
cimiento de fbricas sostenidas por empresas que se constituyeron
con nominales accionistas, pero todas ellas de la exclusiva propiedad
de Trujillo, segn el sistema de constitucin de estas sociedades que
ya sealamos al hablar de la aceitera, la cervecera, etc. Una de estas
industrias de carcter monopolista tambin ya que no es posible
ni hablar de competencia, que de asomar siquiera sera aplastada
a hierro y fuego es la de aceite de copra. Trujillo dueo de la ma-
teria prima con jornaleros que nada le cuestan, pues son los presos
quienes realizan todas las labores en sus propiedades, ha podido
montar una industria que deja enormes beneficios y adems puede
colocar su aceite elaborado en el exterior en mejores condiciones y
precios que los de las industrias similares del extranjero, sometidas
al pago de jornales, transportes, etc. Puede afirmarse que en esta
industria Trujillo gana anualmente cerca de un milln de dlares.
Esto ha llevado al dictador a aumentar el rigor de su sistema de
apoderarse de tierras con cocotales, usurpaciones que en los ltimos
aos lleg a extremos terribles o inhumanos, pues ya no es slo en
las comarcas donde l tena sus antiguos latifundios, sino que este
afn se ha extendido a la totalidad del territorio dominicano. Ahora
no slo exporta ms cocos que antes, sino que aument tambin la
produccin de aceite de copra. Los beneficios son enormes.
19. Monopolio de las carnes; Savin, Farber y Garca; la
finca Catarey. En la hoy Ciudad Trujillo exista un antiguo matade-
ro, donde acudan ganaderos e intermediarios. Dominando Trujillo
la ganadera del pas, desde que era Jefe militar, ya haca tiempo
que vena siendo el Rastro para el Chacal de La Casa de Caoba,
un fuerte ingreso de dineros. Con todo, pens que ms lo sera la
industrializacin de las carnes, montando un matadero en la carre-
tera de San Cristbal, no lejos de la Estancia Ramfis. Organiz su
explotacin, poniendo como hombre de paja a su cuado Savin
Lluberes y como tcnicos al judo austriaco Ferber y al veterinario
espaol Garca.[7]
Para lograr todos sus propsitos en gran escala el tirano hizo
que el Estado le vendiera a bajo precio y cmo no? una gran finca
de pastos, llamada Catarey finca que de nuevo Chapita endos al

165
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

gobierno, a un precio exorbitante, un ao despus y ya sin ganado


y el pasto exhausto.
La industria prosper al extremo de que produca una ganan-
cia anual de 800,000 dlares y ms cuando se exportaba carne a
Puerto Rico.
20. Monopolio de la Lotera Nacional, que toca a quien
quiere Trujillo y damos un ejemplo. Antes de la llegada de Trujillo
al poder exista una lotera administrada por el Estado y cuyas ganan-
cias se dedicaban a la beneficencia pblica. El dspota se apoder
de este negocio y lo puso bajo la gerencia del preciado Savin,
casado con una hermana suya. Hoy es la lotera un negocio personal
del Strapa con beneficios exorbitantes y cuyos premios recaen en
las personas que designa el dictador. En una ocasin, queriendo el
tirano despedir con una gran ddiva, que no le costara nada, a su
valer de chambre o ayuda de cmara, le indic, por tercera persona
que adquiriera un nmero determinado de la lotera. La casualidad
(?) hizo que saliera premiado con el gordo.
21. Sistema de controles. Durante la guerra, increment
Trujillo el sistema de controles, que en realidad funcionaban ya como
monopolios. Ejemplo tpico: el del sebo. Con el pretexto de proteger
a la industria nacional es decir a su propio matadero y planta de
refrigeracin se decret un alto impuesto sobre las importaciones
de sebo procedente de la Argentina, que consuman las fbricas
dominicanas de jabn, con esta medida, el dspota trataba de con-
graciarse con la poltica econmica norteamericana, obteniendo de
paso mayores ganancias para su industria.
Ms no le bastaba esto y entonces estableci un control no
declarado, mediante el que no se poda introducir ningn sebo sin
el permiso especial de la presidencia. Encomend la expedicin de
estos permisos, a la Julia Vega Batlle, sodomita, alcahuete, Coronel
y hoy Rector de la Universidad primera del continente. Cuando
algn jabonero, tras de haber pagado los impuestos oficiales, tena
ya el sebo desembarcado en el muelle, derritindose bajo el sol
trrido de Santo Domingo, tropezaba con el arduo inconveniente
de que no poda llevarse los barriles, pues una guardia especial se
lo prohiba. Necesitaba entonces acudir a la presidencia, donde
con dinero contante y sonante nada de cheques se le expeda

166
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

un permiso, por una suma que sola oscilar entre los 20,000 y los
40,000 dlares.
Caso an mucho ms grave fue el del control sobre importa-
ciones y exportaciones, establecido por Trujillo, durante los aos de
guerra, y administrado por el cabronzuelo Frank Parra. Este cuc,
est protegido por la Mara Martnez, esposa del tirano, en razn de
un sedicente parentesco. Lo verdadero en el caso es, que el padre
de Frank Parra protegi a la familia de los Martnez Alba, en sus
primeros aos de vivir en Santo Domingo.
El sistema que rega este control era como sigue: todo co-
merciante que deseaba importar productos del exterior, haba de
presentar a Parra una solicitud detallada sobre lo que deseaba traer
de fuera. Luego, mediante el pago de un 10% a un 25% sobre el
monto global de la partida, quedaba concedida la autorizacin. El
pago se haca, el 50% al entregar la solicitud y el otro 50% al llegar
la mercanca. En los casos de exportacin se segua el mismo pro-
cedimiento, slo que la autorizacin concedida implicaba el pago
total del tanto por ciento establecido, que era el mismo que para
las importaciones.
Todas las semanas llevaba el Parra a la presidencia y entre-
gaba al Secretario, un sobre conteniendo, en billetes, el importe
de lo recaudado, con los justificantes correspondientes. Creo que
despus de cuanto se dice no puede caber duda que la Repblica
Dominicana es una propiedad exclusiva del dictador. Los mapas
debieran determinarla, no como isla de Santo Domingo, sino como
hacienda de Trujillo y la geografa aclarar que toda la extensin
superficial es propiedad del Chacal y de su familia, lo mismo que
las producciones, etc.
22. Lo confiscable a la cada, el prximo ao, del desgobier-
no trujillero. La fortuna del antiguo raterillo Chapita, se calcula en
250,000,000 de dlares. Desde el ao 1938 sus ingresos anuales se
cifran en 30,000,000 por lo muy bajo. Parte de ella radica en Santo
Domingo, pero no la mayor colocada en empresas y bienes races,
en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Puerto Rico. A Francia y a
Inglaterra mand, a fines de 1946, a Vega Batlle, para que hiciera
nuevas inversiones y realizara ciertas comprobaciones financieras.
Preguntamos: cundo en 1950 logre liberarse el pueblo

167
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

dominicano, no podr recuperar el producto de tantos despojos?


Conviene llevar al conocimiento de la opinin internacional y desde
ahora, que al instaurar la democracia el pueblo dominicano tiene
un indiscutible derecho a exigir que regresen a las arcas del Tesoro
Nacional todos los caudales que le han sido robados. Entonces habr
llegado el momento de hacer un estado de cuentas por el que se
demostrar que Trujillo no tena en 1927 bienes de ninguna especie
y que desde aquella fecha no ha cesado de extorsionar al pueblo.
Habr llegado entonces el momento de embargar al dictador ya
todos sus familiares, las propiedades de todo gnero que tengan
en el pas, y de solicitar el embargo de todas las que se hallen en el
extranjero, invocando los preceptos de derecho internacional pri-
vado, por tratarse de delitos comunes y no de cuestiones polticas.
Y esto que se dice para las inmensas fortunas de los Trujillo y de los
Martnez Alba, habr de hacerse extensivo a la de los amigotes y
esbirros del dictador, que se vieron de la noche a la maana nadando
en oro, por rapias realizadas en perjuicio del Erario Pblico. Tal
es el caso de la Julia Vega Batlle, de Pano Pichardo, de los Bonetti
Burgos, de Savin Lluveres, de Frank Parra, de Celito Pea Morros,
de McLaughlin, de lvarez Pina, de Badu Dumit, de Bentez Rexach,
de Miguel Santelises, de Joaqun Cocco hijo, etc.
Es lo menos que se puede exigir al cabo de veinte aos de
robos y asesinatos, ya que no se pueden recobrar las vidas de los
eliminados, ni el honor y la moral perdidos. Esta deber ser la primera
medida que tome el pueblo libertado del tirano, para escarmiento y
ejemplo de tan perniciosos ejemplares de la fauna humana.
23. Referencias a las Gacetas donde se consignan los
decretos extorsivos sobre monopolios, exclusivas, controles, etc.
Control de sacos y cordelera: Gaceta N 5840, de 11 de diciembre
de 1942; control de maderas: Gaceta N 5798, de 12 de septiembre
de 1942; del caf y cacao: Gaceta 5799, de 15 de septiembre de
1942; exportacin y reexportacin de botellas: Gaceta 5848, de
30 de diciembre de 1942; control de la parafina: Gaceta 5982, de-
creto 1427; control de la harina: Gaceta 5759, decreto 57; control
de materias elctricas; Gacetas N 6061 y 6088, decretos 1844 y
1868; control de clavos; Gacetas N 5848 y 5859 de 30 de diciem-
bre de 1942 y de 20 de enero de 1943; control del papel: Gacetas

168
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

5923 y 6106, decretos 1168 y 2025; control de impresiones y pu-


blicaciones: Gaceta 5898, decreto 1084; control de vveres, frutos,
animales, etc.: Gaceta 5814, de 21 de octubre de 1942; control de
la quinina: Gaceta N 5816, de 28 de octubre de 1942; control de
tejidos: Gaceta N 5949, decreto 1294; comisin de importacin
de materiales: Gacetas N 5755 y 5764, de 27 de mayo y 20 de
junio de 1942 respectivamente; control de precios de productos
farmacuticos: Gaceta 5766, de 27 de junio de 1942; control del
tabaco: Gaceta N 5796, de 5 de septiembre de 1942; control del
arroz: Gacetas N 5750 y 5751, de 19 y 20 de mayo de 1942; con-
trol del ganado: Gaceta 5784, de 8 de agosto de 1942; control de
precios de materiales de construccin: decreto 1379 inserto en la
Gaceta de 9 de septiembre de 1943; la ley N 479 Gaceta 5603,
de 14 de junio de 1941 prohibe la exportacin de ciertos efectos,
artculos y materiales; decreto 1514, que pone bajo el control del
Gobierno Gaceta 5708, de 14 de febrero de 1942 toda clase de
operaciones comerciales que se realicen con autos, camiones, etc.;
reglamento que controla y rige la venta de gasolina, circulacin de
autos, etc. Gaceta 5722, de 14 de marzo de 1942; decreto 1564,
prohibiendo la exportacin o reexportacin de vehculos de motor y
accesorios o partes de los mismos: Gaceta 5724, de 21 de marzo
de 1942; reglamento para la proteccin de las llantas de goma de
los vehculos de motor: Gaceta 5721, de 14 de marzo de 1942;
ley 564 prohibiendo operar estaciones radio-elctricas a buques
extranjeros en aguas jurisdiccionales: Gaceta N 5649; reglamento
que establece control sobre las refrigeradoras existentes en el pas
que ni pueden ser vendidas ni exportadas sin previo permiso: Gaceta
5724, de 21 de marzo de 1942; decreto N 1042 que controla las
importaciones de neumticos y gomas para vehculos de motor:
Gaceta 5889, de 19 de marzo de 1943; decreto N 1111, que esta-
blece la censura sobre la correspondencia postal: Gaceta 5903, de
20 de abril de 1943; decreto N 113, que prohibe la exportacin de
moneda corriente norteamericana: Gacetas N 5771 y 5772, de 11
de julio y 9 de noviembre de 1942; ley 51, que establece el control
sobre expedicin de giros bancarios: Gaceta 5780, de 29 de julio
de 1942; ley N 16, declarando el estado de emergencia nacional:
Gaceta 5765, de 24 de junio de 1942, ley importante pues en virtud

169
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de ella crearon casi todos los controles; decretos 1198, que declara
bajo administracin militar las zonas portuarias de Ciudad Trujillo,
Barahona, San Pedro de Macors, La Romana y Puerto Plata: Gaceta
5931, de 12 de junio de 1943; ley que crea inspectores para contro-
lar el trnsito de buques de nacionalidad extranjera: Gaceta 5720,
de 11 de marzo de 1942; ley 623 que permite fijar la jornada de
trabajo mientras dure la guerra: Gaceta 5848, de 30 de diciembre
de 1942; decreto 995, que suspende, en tanto dure la guerra, el
reembolso del impuesto sobre alcoholes y derivados: Gaceta 5875,
de 23 de febrero de 1943; decreto que coloca bajo el control del
gobierno toda clase de embarcaciones de mar o ro, incluso las de
pesca: Gaceta 5718, de 28 de marzo de 1942; decreto 568, sobre
la declaracin obligatoria a particulares de material de hierro, acero
o anlogos: Gaceta 5730, de 4 de abril de 1942; Comisin Nacional
de Transportes y control de petrleo: Gaceta 5748, de 14 de mayo
de 1942; decreto N 1678, que prohibe la exportacin, sin permiso,
de carnes, aves, huevos, frutos, etc.: Gaceta 5748, de 14 de mayo de
1942; ley que crea el Comit Nacional de Alimentos: Gaceta 5750,
de 17 de mayo de 1942; decreto 246 que prohibe la exportacin,
venta o traspaso de equipos radio-telegrficos, repuestos o partes de
los mismos: Gaceta 5800, de 16 de septiembre de 1942, etc., etc.
Fcil es adivinar que hay en todos estos decretos una intencin
definida: la de enriquecer al Strapa. Lo mismo sucede con la llamada
liberacin financiera. A Trujillo le interesaba que Norteamrica le
devolviera las aduanas, para mangonearlas l, y fijar nuevos aran-
celes. Por eso se le ha llamado Oh sanctas gentes! Restaurador
de la Independencia Financiera de la Repblica.
Igualmente sucedi con la creacin del Banco de Reservas de
la Repblica en realidad un banco del dictador de acuerdo con
el National City Bank y constituido en banco emisor de moneda
fiduciaria dominicana. A realizar este negocio le ayud un Tronco-
so Snchez y el chileno Carlos Dvila, que le escribi un texto de
Economa poltica a Trujillo que no sabe casi leer! y el Reajuste
de la Deuda Exterior. El negocio del Chacal fue tremendo: a) con
la retirada de bonos de la deuda exterior pagando a sus tenedores
con el sobrante de la retirada de moneda circulante, al crear el peso
dominicano papel; b) con la retirada de garantas de circulacin del

170
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

dlar papel, pagndolas con rebaja; y c) con las manipulaciones que


mediaron antes de sacar a la calle las notas fiduciarias dominicanas.
La operacin vali a Trujillo 9,000,000 de dlares. Y a vivir que son
dos das!

NOTAS

1. Simn Ituri Patio. Naci en Cochabamba en el ao 1860. Sin apenas formacin


cultural, se introdujo en la industria minera, donde consigui una de las mayores
reservas mundiales de estao. Financi la participacin de su pas en la guerra del
Chaco (1932-1935) y sirvi como diplomtico en Espaa y Francia. Despus de
la II-Guerra Mundial, cre varios trusts mineros con estadounidenses y britnicos.
Falleci en Buenos Aires en el ao 1947.
2. Hija de Jos del Carmen Ariza.
3. Vase nota No. 2 en la pgina 43.
4. Se refiere a Ellas Gadala Mara. Sobre sus actividades en la Repblica Dominicana
vase a Orlando Inoa, Estado y campesinos al inicio de la Era de Trujillo. Santo
Domingo, Ediciones de la Librera La Trinitaria, 1994, 172-173.
5. Miguel A. Santelises (Pilo) de San Jos de las Matas. Hombre de confianza de
Trujillo en el Cibao. Administr varias propiedades rurales que pertenecan a Tru-
jillo. Ostent el rango de Capitn, aunque no fue un militar de carrera, ni estuvo
adscrito a ningn recinto militar. Sobrevivi a Trujillo. Muri el 29 de noviembre
de 1979.
6. Luz Marta Castillo, hija de Manuel de Jess Castillo (Lico), medio hermana de
Manuel de Jess Castillo (Loto) y Fernando Manuel Castillo (Nando).
7- Enrique Garca y Garca.

171
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

172
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

CAPTULO IX

LA POLTICA INTERNACIONAL
DEL TIRANO

1 Trujillo es un positivo peligro para la paz del Hemisferio


Occidental. La conviccin de que Trujillo significa un evidente y
constante peligro para la paz y la seguridad de las naciones del Ca-
ribe, no nace de prejuicios ni consideraciones polticas cuanto a lo
dominicano, es decir, no se produce ante el panorama interno de la
Repblica Dominicana ni a la vista del largo y continuado proceso de
reelecciones, para lograr la permanencia durante ms de diecisiete
aos del mismo sistema personal dinstico, monrquico-feudal; ni la
contemplacin de sus abominables y sanguinarios procedimientos
tirnicos, unos descarados y desafiantes de todos los principios de
humanidad y decencia y otros hbilmente envueltos en tretas y
aagazas de todo gnero, que desde el atentado personal al des-
pojo de bienes ha recorrido la gama de las arbitrariedades; ni an
la existencia de un rgimen francamente antiliberal, negacin de los
ms elementales principios democrticos, y de todo rudimento de
respeto a la persona humana.
No, porque todos estos aspectos se refieren a la vida interna
de un Estado y por muy lamentables que sean y por triste que pa-
rezca verlos triunfantes en un trozo de tierra americana, despus
de la Segunda Guerra Mundial, ni constituyen caso nico si bien
sea el ms violento, repugnante y sui generis que se refleja hoy en
el espejo de las dictaduras an existentes, como secuela del ciclo
histrico que quiere cerrar el Estatuto Universal de las Naciones
Unidas, ni, si se desenvolviesen nicamente dentro de las fronteras
de aquel pas, podra ser tratado y solucionado sino por los propios

173
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

nacionales, aunque hubiesen los pueblos americanos de ceir con


barrera sanitaria el permetro de ese campo de concentracin en
espera de que se libere.
No, la conviccin de aquel peligro se fundamenta en hechos
y testimonios de acciones que desbordan, con absoluta e irrebatible
realidad, los lmites geogrfico-polticos de la Repblica Dominicana.
Todos ellos se dirigen a una accin internacionalmente intervencio-
nista, para suscitar, en otras Naciones soberanas de la cuenca del
Caribe, determinadas condiciones polticas, militares y sociales que
permitan al gobierno monrquico de Trujillo trastornar, cambiar y
orientar, con arreglo a su voluntad, la libre determinacin de esos
pueblos y la subsecuente y actual funcin de sus gobiernos. Y esto
ya no es, para las naciones objeto de tales proyectos, cuestin del
rgimen poltico interno que padezca o pueda gozar la Repblica
Dominicana sino inters vital comn en el cual se juega y pone
en peligro a ms del statu quo de las interrelaciones pacficas,
la garanta de digna y leal convivencia; la seguridad de que el
intercambio de la vida poltica bajo el amparo de excepciones y
privilegios diplomticos y consulares no sirva para inconfesables
tramas perturbadores del orden interno y patente de corso para las
infidencias; y, finalmente, la misma paz internacional.
Para comprender los aspectos aludidos conviene:
a) Considerar las condiciones personales de Trujillo, ya que
siendo su gobierno monrquico-absolutista se comprender fcil-
mente que lo personal en todas sus formas (taras, costumbres, en-
fermedades, nexos familiares, vida intima), tenga capital importancia
para explicar las relaciones y determinaciones de gobierno hacia el
exterior. En las determinaciones de la lnea poltica slo juega all
lo estrictamente personal sin que quepa responsabilidad alguna a
ningn funcionario, pues todos ellos son simples lacayos sin librea,
criados, siervos de la omnmoda voluntad del dspota. All no se
puede hablar de lealtad sino de sumisin a los menores caprichos
del tirano, de los de sus familiares, por lejanos que sean, o de los
de los amigos y amigas de turno. Es decir, todo es domstico y
recuerda muy de cerca el sistema de los haremes en las satrapas
orientales, hasta en la misma promiscuidad de sexos en el mismo
ambisexualismo.

174
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

b) La exposicin y anlisis de una serie de acciones y hechos


absolutamente comprobables que fueron sucedindose escalona-
damente y siguiendo una lnea premeditada y tan precisa en cuanto
a la consecucin de aquellos objetivos intervencionistas que puede
y debe ser calificada de obsesiva.
c) Reflejar los resultados y efectos que se produjeron como
consecuencia de las mismas acciones y que casi no precisarn ser
enunciados, una vez que stas queden descubiertas.
Las naciones sobre las cuales se ha ido fijando la intencin y
accin intervencionista son varias. Unas, que podemos llamar de im-
pacto directo, estn siendo objeto de tal intervencin o amenazadas
de sufrirla de una manera que pudiera denominarse violenta, manu
militari. Otras, las que podran calificarse de sin objeto beligerante,
estn siendo intervenidas indirectamente por resortes que vayan
preparando el ambiente para la consecucin de los objetivos direc-
tos. Si sobre aquellas naciones el procedimiento se dirige a crear
dificultades y establecer metdicamente quintas columnas, sobre las
ltimas, la red es ms sutil y va enlazando sus mallas por el soborno
personal, la subvencin peridica a empresas, el regalo, la ddiva,
la adquisicin de posiciones econmicas, la compra de peridicos,
la fundacin de semanarios y revistas, el cohecho, etc.
2. Actividades del trujillato en Venezuela; utilizacin de Pra-
to, Landaeta, Urbina y el grotesco matrimonio Pepper; intentos de
provocar una revolucin en territorio venezolano; concomitancias
con Lpez Contreras; intervenciones de Eloy Coln Alfaro. Desde
los comienzos de 1944 y de una manera obsesiva hay que emplear
este trmino dadas las caractersticas psicopticas del tirano le
andaba por la cabeza lo de intervenir en los asuntos de Venezuela.
Mas slo en los comienzos de 1946 comienza la accin directa
contra el gobierno de este pas con intervenciones concretas.
En pleno gobierno de Medina Angarita, Trujillo deseaba que
ste fuese derribado y substituido por Lpez Contreras o por un
amigo de ste que se comprometiese a aplastar en Venezuela a to-
dos los elementos liberales, amordazar a la prensa y llevar a cabo la
implantacin de un sistema de dictadura que le permitiese a Trujillo
conseguir la entrega de los exiliados dominicanos que en aquella
nacin laboraban contra su rgimen (Bosch, Meja, Lara,[1] etc.).

175
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Cuando se celebr en Santo Domingo el Tercer Congreso de


juventudes y no atrevindose Trujillo a que se invitase a estudiantes
venezolanos se trajeron dos individuos, uno de ellos antiguo confi-
dente de la polica, llamados Courlander y Castaeira. Ambos fueron
recibidos por Trujillo y recibieron el encargo de fundar un peridico
en Caracas que tendra por finalidad atacar a Medina Angarita y po-
nerse a disposicin de Lpez Contreras, para que ste pudiese llevar
a cabo su campaa. Los dos citados sujetos se comprometieron a
hablar con Lpez Contreras y convencerle de que Trujillo le ayudara
para derribar a Medina Angarita. De la misma manera ambos deban
hablar con militares venezolanos, para organizar un alzamiento
preparatorio. Pero cuando los dos enviados estaban realizando en
parte sus compromisos (para los cuales se les entregaron gruesas
sumas y se les pag su estancia en el hotel Jaragua) se produjo el
levantamiento de Octubre de 1945.
Las primeras noticias causaron indecible alegra a Trujillo, que
crey que la cada de Medina Angarita significaba el dominio de los
militares y favoreca sus planes. Tanto fue as que dio instrucciones a
la prensa que l controla, tanto dentro como fuera de la Repblica
Dominicana, y a las agencias de informacin y corresponsales, de
que hiciesen la mayor propaganda sobre la gravedad del movimiento
en Caracas, la cada de Medina Angarita, dando esta como hecho
consumado, mucho antes de tener noticia de que se haba produci-
do y haciendo el mayor escndalo posible sobre los hechos que se
producan en Venezuela y que l an no conoca. Es decir, Trujillo
crey que aquel movimiento iba a desembocar en un gobierno que
le entregara a los exiliados.
Cuando llegaron las noticias de la verdadera significacin del
acontecimiento, todo cambi. Se hizo un gran aparato en torno al
ataque a la legacin Dominicana, se comenzaron a redactar artcu-
los inspirados por Trujillo que fueron apareciendo en La Nacin y
La Opinin y finalmente se organiz una manifestacin, con mitin,
exaltndose la vena patriotera y militarista, con amenazas a Vene-
zuela que ya dejaban ver el verdadero propsito que alimentaba
aquella campaa.
Esta exterior aparatosidad, que se ha mantenido desde enton-
ces hasta hoy sin tregua ni respiro, es la preparacin del ambiente

176
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

popular y si se quiere nacional para que en l floten los sentimiento


agresivos y un concepto de superioridad militar. Era frecuente que
Trujillo dijese que l entrara en Caracas triunfante para salvar junto
con el honor nacional ofendido al pueblo venezolano sojuzgado.
Pero al mismo tiempo otras maniobras ms peligrosas bullan
en la mente del dictador. Cuando se enter de que Medina Angarita
y Lpez Contreras pasaban camino de Miami, por el aerdromo de
Ciudad Trujillo, envi a varios militares y funcionarios a recibirlos con
encargo de ofrecerles hospitalidad. Si la hubiesen aceptado, junta-
mente con sus acompaantes, casi todos miembros del gobierno de
Medina, Trujillo les hubiera convencido de que constituyesen all el
Gobierno, dndole su reconocimiento inmediato como el legal de
Venezuela, Pero ni Medina ni Lpez Contreras quisieron quedarse.
Esto frustr el propsito.
De otra parte Trujillo estaba muy preocupado con la falta
de exiliados venezolanos en la Repblica Dominicana, y su mayor
afn era atraer el mayor nmero de ellos an a trueque de pagar-
les viajes, gastos, instalacin y estancia. Bajo el seuelo de estas
reiteradas invitaciones llegaron: Federico Landaeta, Rafael Simn
Urbina, Luis F. Prato y, finalmente, Jos Vicente Pepper y su esposa
Graciela Rincn-Calcao. Es verdad que en los primeros das estuvo
el Director-propietario de Crnica, peridico subvencionado haca
tiempo por Trujillo, pero el dictador no le hizo caso, y el periodista
regres a Caracas. Landaeta entr inmediatamente en La Nacin para
escribir contra la nueva situacin creada en su patria. Rafael Simn
Urbina se instal con toda su familia recibiendo un subsidio mensual.
Prato, militar retirado, fue igualmente empleado en La Nacin.
Los grotescos Pepper cuya actividad contina, como la de
Landaeta tienen a su cargo dos secciones diarias en La Nacin:
Pepper tena un despacho en la presidencia junto al del ya difunto
Senador Logroo, que trabajaba con l, pero adems era el confiden-
te personal de Trujillo en todos los asuntos de Venezuela. Desplaz
del favor de Trujillo a Landaeta. Tanto l como su mujer se dedican a
entonar loas almibaradas al rgimen de Trujillo, a Franco y a Pern.
La esposa de Pepper llam a Eva Duarte Eva de Amrica y a Fran-
co Primer Feminista del Mundo. Por este estilo se comprender
que quien hoy tiene ms fortuna entre los venezolanos en Santo

177
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Domingo sea este pintoresco matrimonio que escribe libros sobre


el peligro comunista en Venezuela y en Amrica exaltando a los
gobiernos de tipo tirnico.
Rafael Simn Urbina lanz unas cuantas proclamas por radio
y permiti que su libro Victoria, dolor y tragedia[2] se reeditase en
Santo Domingo, pero se cans pronto y se fue. Prato tambin se fue
con el propsito de acrecentar las fuerzas antigubernamentales en
la frontera colombiana, bien abastecido de fondos por el dspota.
Qued Landaeta, que, aunque quiso irse, fue contenido vehe-
mente por Trujillo con ddivas amplias. Entonces lo necesitaba Trujillo,
como nexo para la maniobra que estaba llevando a cabo. Era sta:
Descont desde el primer momento que Medina Angarita no
le serva; en cambio puso todo su afn en atraerse a Lpez Contre-
ras. Como Landaeta era su representante en Santo Domingo, por
medio de l ofreci a Lpez los elementos necesarios para producir
un levantamiento en la Tchira, contra el gobierno venezolano.
Las negociaciones se llevaron durante el otoo de 1945 y duraron
hasta el verano de 1946. Trujillo instrua a su Legacin en Bogot
para la propaganda all al tiempo que compraba apresuradamente
armamento y barcos.
Los complicados venezolanos aseguraron a Trujillo que ellos
tenan fusiles y municiones enterrados, pero que haba que entrar
por la fuerza desde la frontera de Colombia, para ir a buscar aquellos
elementos y que necesitaban adems de barcos, armas modernas;
sealaban en su pedido, precisamente fusiles automticos, morteros,
tanquetas y bombas de mano.
A esta peticin, que se hizo por el mes de mayo a junio de
1946, contest Trujillo que no le era posible dar todos los elementos
solicitados y que algunos de ellos, como los fusiles automticos, no
los tena an pero que se estaban haciendo gestiones para conse-
guirlos. Por lo que se refera a los barcos, encarg su adquisicin
en Curazao, al cnsul dominicano Espinal,[3] mientras que estaba
llevando a cabo la compra en Canad de una corbeta, una fragata
y otras menores a Mclaughlin, ex-sargento de la Infantera de Marina
norteamericana, hoy Coronel del Ejrcito dominicano y socio de
Trujillo en negocios, como la Compaa Dominicana de Aviacin y
la Naviera Dominicana.

178
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Por los mismos das tenan lugar en Curazao una serie de


entrevistas entre Espinal y algunos exilados dominicanos residentes
en Caracas, para tratar de llegar a un arreglo.[4] Todo con vistas a
distraer la atencin del principal objetivo, que era preparar una
invasin a Venezuela.
Antes de que Prato saliese para la frontera de Colombia (ya
haba hecho un viaje a ella Urbina) Trujillo provey de pasaporte a la
familia Trueba, con el nombre de Morones o Mirones, entregndoles
una fuerte suma para que comenzasen desde la frontera los ataques
a puentes, carreteras y vas de comunicacin en la comarca del T-
chira y Andes. Al mismo tiempo pasaban desde Miami determinados
elementos militares a Curazao, para comunicar con otros actuantes
en los cuarteles y campos de aviacin de Venezuela.
Pronto se hicieron sentir los efectos de este plan. Hubo incur-
siones desde Colombia y saltaron caminos y volaron puentes en
las carreteras, y en noviembre se produjo el levantamiento parcial,
apareciendo sobre Caracas un avin. El fracaso de este movimien-
to, aunque contrari vivamente a Trujillo, no le hizo cejar en sus
propsitos.
Se reiniciaron entonces las conversaciones con enviados de
Lpez Contreras. Uno de ellos ya de regreso Lpez Contreras de
Colombia fue el Sr. Eloy Coln Alfaro que sirvi de intermedia-
rio ya antes de la intentona de noviembre, para concertar Lpez
Contreras con Trujillo. Eloy Coln Alfaro estuvo con Trujillo, en
septiembre de 1946 y no slo llevaba como propsito ayudar a
Lpez Contreras, sino favorecer un movimiento en el Ecuador
contra el gobierno de Velasco Ibarra. Pero el fracaso de noviembre
de 1946 en Caracas convenci a Trujillo de que Lpez Contreras,
bien fuese por su edad o por no contar con elementos internos,
no era el hombre. Esto le llev a buscar a otras gentes. Ni que de-
cir, que cuando Eloy Coln Alfaro sali de visitar a Trujillo llevaba
una fuerte suma de dinero para su gestin. Desde diciembre la
intervencin de Trujillo qued limitada a la fuerte propaganda de
prensa, radio y publicaciones. Pero en los primeros das de febrero
Pepper le orient, en el sentido de aunar nexos con personas ms
reaccionarias que Lpez Contreras, a fin de crear en Venezuela el
ambiente propicio para un golpe nacionalista de extrema derecha,

179
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

que condujese a la dictadura. Uno de los nombres que jug fue


el de Caldera.
La campaa, desde febrero, fue favorecer toda accin contra el
comunismo presentando al gobierno venezolano como sovitico y
por tanto como peligro para la unidad de Amrica, toda vez que no
obedeca sino a las consignas de Mosc, que reciba a travs de la
Embajada rusa en Caracas. Al mismo tiempo se hizo fuerte destaque
de los nexos de Betancourt con los organismos sindicales de Costa
Rica, el Salvador y Colombia, culpndole de ser el instigador de los
movimientos obreros en estos tres pases.
Por entonces comenzaron tambin las arremetidas contra
Guatemala, siempre a travs de los ataques, al gobierno de Caracas.
Para cubrir estos movimientos intervencionistas sobre Venezuela,
en diciembre de 1946 hizo correr la especie de que se preparaba
una invasin a la Repblica Dominicana, procedente de Venezuela,
con barcos venezolanos camuflados y con tripulaciones integradas
por dominicanos exilados, junto con fuerzas reclutadas entre los
bonches cubanos. Hasta tal punto se quiso justificar el rumor, que se
orden el acuartelamiento, primero, y despus la concentracin de
las fuerzas militares en las inmediaciones de Ciudad Trujillo. Pero ya
por entonces estaba llegando a su punto culminante la intervencin
preparada contra Cuba.
3. Se prepara la insurreccin contra Grau; propaganda
periodstica; compra de un lder obrero; actividades del mayor
Guin; soborno de elementos castrenses; trabajos para darle la
Presidencia a Prez Dmera; homenaje intempestivo a Maceo;
actividades de Sanz Lajara; fracas el gordo Arce; propsitos de
Trujillo respecto a Cuba y a su Presidente; condiciones en que
ayudara al gobierno cubano por l nombrado. Ya desde 1945 vena
bullendo en el magn del Chacal caribeo, la idea de intervenir en
Cuba. Mas hasta noviembre de 1946 no se haba estructurado toda
la trama. Fue sta, precedida de una cuidadosa preparacin.
Sistemticamente se reprodujeron en La Nacin de Ciudad
Trujillo todos los artculos, sueltos, gacetiles o comunicados, apare-
cidos en la prensa de Cuba, que significaban ataques o envolvan
descrdito o acusaciones contra la administracin de Grau San
Martn. Esta labor fue constante y unida a comentarios, artculos

180
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

difamatorios, etc. contra el mismo Presidente. Se extendi no slo a


La Nacin, sino tambin a La Opinin cuando este diario de Ciudad
Trujillo fue comprado por Trujillo.
Aparecieron en La Nacin varios artculos escritos por el Sena-
dor Logroo, bajo la inspiracin de Trujillo, insultando personalmente
a Grau. Al lado de este trabajo de propaganda interna se llev a
cabo el de propaganda exterior. Se subvencionaron para ello a al-
gunos peridicos de La Habana, especialmente a Informacin, con
$100,000.00 y una suma mensual, y a Pueblo. De la misma manera
se pasaba una mensualidad a la Cadena Oriental de la Radio de
Santiago de Cuba, por medio del Cnsul dominicano Bonetti, para
que incrustase diariamente en sus comunicados aquellas noticias
que el cnsul citado le proporcionaba hacindoles aparecer como
recibidas de distintos lugares del mundo.
Se gan por fuertes sumas la voluntad del dirigente obrero
Juan Arvalo, invitndole varias veces a Ciudad Trujillo, hacindole
ir a Estados Unidos, a entrevistarse all con dirigentes de organiza-
ciones norteamericanas, para que respaldase el movimiento sindical
dominicano en el Congreso Internacional. Arvalo visit el Departa-
mento de Estado en Washington, con el mismo fin y a objeto de que
quedasen desacreditadas las organizaciones obreras que apoyaban
a Grau, presentndolas como antinorteamericanas y comunistas.
Por otra parte Trujillo, ya en julio de 1946 se decidi a atraer-
se a los comunistas cubanos, procurando que las organizaciones
del Partido Socialista Popular o sus dirigentes se prestasen, a que
elementos suyos viniesen a organizar a los obreros dominicanos y
prometindole garantas y libertad de actuacin. Para esto se vali,
primero de invitaciones como la del dirigente Jos Luciano Franco
Ferrn, y despus del periodista Marrero Aristy. A ste lo nombr
comisionado obrero cerca de las organizaciones dominicanas a fin
de que se captase algunos elementos como Mauricio Bez, quien
asilado en la Embajada de Mxico fue a Cuba y despus regres
por consejo de los dirigentes del P.S.P.
Entre Marrero Aristy y Bez, hubo nexos que prepararon la
labor de Marrero en Cuba. Varios y muy inmediatos viajes hizo Ma-
trero a La Habana, entrevistndose con Lzaro Pea, Marinello, Blas
Roca y otros. Los resultados fueron el regreso a Santo Domingo de

181
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

bastantes exilados dominicanos, la constitucin del Partido Socialista


Popular en Santo Domingo, organismo que cubri de apariencia
democrtica el nacimiento de los sindicatos obreros dominicanos,
todos ellos originados en combinaciones del Partido Dominicano,
nico partido poltico admitido y al cual estn afiliados todos los
mayores de edad. Pero los viajes de Marrero no se limitaron a esta
labor, sino que se adentr en las diferencias existentes en el seno
de las organizaciones cubanas y produjo informes valiossimos para
que Trujillo pulsase el estado de la opinin obrera, tanto poltica
como judicial, y del estudiantado.
A ms de estos informes, precisaba Trujillo adentrarse en los
medios sociales y militares cubanos, para obtener precisa informa-
cin de su estado y procurar captarse aquellos elementos ms ma-
leables. Para esto no le serva, segn l, el Ministro Daz Ordez,
demasiado intelectual y poco propicio a hacer intensa vida social.
Fue entonces cuando se produjo la designacin del Mayor Henry
Gazn, como agregado militar de la Legacin Dominicana.[6]
Este nombramiento se gest en un medio muy curioso. El
protector de este seor fue lvarez Pina, Presidente del Partido
Dominicano, cuya querida vive en casa (la casa del barco) de Cazn.
Pero adems hubo para nombrarle otra razn muy poderosa: su
esposa, Evangelina de Gazn, en efecto, haba hecho las primeras
escaramuzas en los servicios secretos informativos de Trujillo, ac-
tuando como amante del Secretario de la Legacin de Hait en Santo
Domingo, Sr. Helie. De entonces databan sus manejos a lo Mata
Hari. Reuna pues el Mayor Gazn muchas ventajas para ser enviado
a La Habana. l y Evangelina se instalaron pronto en los clubes, en
reuniones y en la vida nocturna habanera. Pronto tambin empe-
zaron a llegar al Estado Mayor del Ejrcito dominicano constantes
y casi diarios informes del Mayor Gazn, quien remita igualmente
dichos informes al tirano y al General Hctor B. Trujillo.
Los resultados de la labor de Gazn fueron la captacin, por
medio de distintos disfraces del soborno, de elementos militares
cubanos y la preparacin de visitas de comisionados de las Fuerzas
Armadas de Cuba a la Repblica Dominicana. Una de las comisio-
nes mejor recibidas fue la del Cuerpo de Sanidad Militar, presidida
por un Teniente Coronel Mdico, quien fue recibido por Trujillo.

182
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

A travs de esta comisin, o mejor por mano de dicho Teniente


Coronel, Trujillo, de acuerdo con las conversaciones que Cazn
haba tenido frecuentemente en Columbia,[7] se decidi a invitar al
Jefe del Ejrcito General Genovevo Prez Dmera, envindole una
afectuosa carta. Trujillo esperaba con impaciencia la visita de Prez
Dmera, porque confiaba en entenderse con ste para provocar un
golpe militar en Cuba contra Grau San Martn y deseaba hacerle
proposiciones concretas de ayuda efectiva para elevar a Prez D-
mera a la presidencia. Parece que el General cubano, si no rehus
la invitacin dio en su respuesta una dilacin sine die.
El fracaso de esta parte del plan, se compens con otras amis-
tades adquiridas por Gazn entre algunos militares, que llevaron
a contactos con los jefes del Ejrcito cubano exiliados en Miami.
Con todo Trujillo crey que convena sacar a Gazn de La Habana,
pues all ya resultaba molesta su presencia y podan descubrirse sus
conquistas.
Cuando Gazn fue llamado a Santo Domingo ya tena Trujillo
a la persona que habra de llenar un doble papel, el de diplomtico
y el de captacin social. Esta persona fue la de Jos Sanz Lajara,
hijo de un espaol, destacado falangista y educado en las ideolo-
gas nazifascistas. Sanz Lajara haba servido en Estados Unidos en
la Embajada Dominicana, pero el Embajador Garca Godoy[8] pidi
su relevo, por la vida licenciosa que llevaba y los escndalos que
produca en cabarets y otros lugares de perdicin, lo que oblig a
su esposa a separarse de l.
Cuando Sanz Lajara lleg a La Habana le convena a Trujillo
un apaciguamiento con Cuba, para detrs de l concluir sus planes.
As se produjo un parntesis en los ataques de prensa y se prometi
un concierto comercial que beneficiara a Cuba, con arroz y otros
productos dominicanos. Al mismo tiempo los peridicos de Santo
Domingo cejaban en sus insultos a Grau y se hablaba de la amistad
tradicional entre Cuba y Santo Domingo, inaugurndose el busto
de Maceo en una plazuela cerca de los muelles a la que se bautiz
con el nombre de Mara Grajales. Se invit para aquella ceremonia
al Senador Salvador Garca Agero, que no asisti, pero fueron en
la numerosa comisin cubana, entre otros, el seor Luciano Franco
Ferrn. Trujillo deseaba aprovechar la exaltacin de Maceo para

183
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

ganarse a los negros cubanos y en este sentido se orient toda la


campaa de glorificacin del hroe cubano.
Pero adems Trujillo logr que los comisionados militares que
asistieron a aquella inauguracin, fuesen todos de la guarnicin de
Oriente. Esto probar cules eran los efectos de la infiltracin en el
Ejrcito cubano ya por la primavera de 1946. En el esto del mismo
ao llegaba a Santo Domingo el nuevo Ministro de Cuba don Fran-
cisco de Arce y Piln, que con los propsitos mejores significaba un
triunfo del plan de Trujillo de ganar tiempo (ya veremos que lo haca,
para adquirir los elementos que an entonces no tena) y preparar la
explosin de su plan. Arce fue bien recibido y tratado, en los primeros
das. Pronto comenz a sentir los efectos del ambiente.
En primer lugar toda su correspondencia era violada, no slo
la particular, sino la oficial remitida por valija, pues y esto debe
tenerse en cuenta siempre para cualquier caso y misin diplomtica
todas las valijas diplomticas han sido y son abiertas y violadas sus
comunicaciones por el servicio especial que tiene a su cargo el jefe
de correos Buenaventura Urea, quien a este respecto despacha
directamente con Trujillo. Este mismo seor dirige al grupo selecto
de subalternos que censura toda la correspondencia, tanto la que
entra como la que sale del pas. Al seor Arce no slo se le violaba
la correspondencia, sino que se le lleg a incomunicar y para que
se vea hasta qu punto, ni an poda recibir el Diario de la Marina,
al que estaba suscrito.
A esto se aadi el fracaso rotundo en la obtencin de un
tratado comercial domnico-cubano. Se le ofreci a Arce, al princi-
pio, un contrato para el envo a Cuba de una partida de arroz, pero
todo qued en promesa. Cuando se fij el precio y la cantidad, se
vio que no se quera favorecer el apaciguamiento si ste significaba
el menor sacrificio para los intereses econmicos de Trujillo, pues
ste, con la firma Badu Dumit de Santiago de los Caballeros, como
testaferro, monopoliza totalmente el comercio arrocero dominicano.
Quien apareci en las negociaciones fue Manuel de Moya Alonzo,
antiguo maniqu de anuncios en Estados Unidos (an pueden verse
en distintas ciudades del continente infinidad de fotografas, que le
presentan en ropas menores anunciando camisetas y calzoncillos
o vestido de smoking con gesto amoroso, al lado de una rubia

184
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

anunciando la brillantina Glostora), que a ms de servir a Trujillo


como mignon, le proporciona (fiel a la prctica del ambisexualis-
mo) doncellitas que arranca a los padres, ya en el campo, ya en la
ciudad, para llevrselas a Fundacin o an a la misma casa de Moya
donde el dictador las estupra. Por estas prcticas lleg a elevarse a
la categora oficial de Ministro de Obras Pblicas.
Moya es el intermedio general de Trujillo para toda clase de
negocios y combinaciones por sucios que sean.
Finalmente ya por septiembre-octubre Arce saba que su
fracaso era completo. Para entonces la prensa se desataba contra
Cuba.
El parntesis de apaciguamiento haba terminado, porque
Trujillo tena ya en sus manos los elementos necesarios para no es-
perar ms. Cuando el buque escuela cubano Patria estuvo en Santo
Domingo, Arce dio una recepcin, a la cual no asistieron ninguno
de los altos jefes del Ejrcito dominicano. El Ministro de la Guerra,
Hctor B. Trujillo se neg a todo trato con los visitantes. Los ataques
a Grau San Martn comenzaron de nuevo en los peridicos.
Se lleg en ellos hasta a reproducir artculos publicados en La
Habana, adulterando prrafos intencionalmente. Por entonces la pol-
tica dominicana estaba sesgando, obtenidos los objetivos inmediatos.
Antes de pasar a describir este culminante momento, debe decirse
que Arce abandonaba Santo Domingo, en noviembre de 1946, sin
haber logrado ninguno de los propsitos que all lo llevara. Trujillo
haba ganado seis meses. Con qu fin? Ahora vamos a verlo.
Cuando Trujillo detena los ataques a Grau San Martn, en-
viaba a Matrero Aristy a Cuba, atraa a los comunistas, permita el
regreso de los exilados dominicanos, prometa una poltica liberal y
de tolerancia en el interior, consenta que se organizase el Partido
Socialista Popular en Santo Domingo y que se constituyese el gru-
po de estudiantes liberales, en una Juventud Democrtica, cuando
invitaba a tcnicos obreros de Cuba y de Mxico para que presi-
dieran el Gran Congreso Obrero Sindical, y encarrilaran la naciente
organizacin, no expona nada y en cambio obtena los siguientes
resultados internacionales que iba a explotar:
1. Engaaba a la opinin cubana moderada, para tener fuerza
y autoridad a fin de embiscarla y lanzarla contra Grau San Martn (ya

185
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

que no se le poda seguir tachando, a Trujillo, de antiliberal, pero al


mismo tiempo se le parangonaba con el Presidente cubano, diciendo
que ste careca de energa frente a los demagogos mientras Trujillo
consintiendo la libre constitucin de los partidos polticos y obreros
mantena en cambio el orden pblico, el respeto a la propiedad y
no toleraba extralimitaciones).
2. Descubra, al permitir la constitucin del Partido Comunista,
a todos los dominicanos que lo eran o simpatizaban con aquel credo
o simplemente eran enemigos suyos, maniobra que ahora mismo
ha conducido a que corriera un torrente de sangre y a un sin fin
de sufrimientos. Cientos de obreros y de estudiantes estn en este
momento pagando la ingenuidad de haber credo en Trujillo y en el
mismo Partido Socialista Popular de Cuba que les aconsej trabajar,
a cara descubierta, por sus reivindicaciones y por la democratiza-
cin de la Repblica Dominicana y lo mismo sucede con el grupo
Juventud Democrtica. Estas ventajas las logr Trujillo sin ningn
inconveniente para l. Aunque hubo manifestaciones y mtines todos
ellos fueron perfectamente controlados. Incluso la provocacin de
incidentes fue obra suya. Para esto cre el Cuerpo de Veteranos,
en el fondo, militares vestidos de civil, pero convenientemente ar-
mados y bien pagados. Esta misma situacin de falacia le permita
constituir dos partidos de mentira, es decir, hacer que elementos del
Partido Dominicano formasen el Partido Nacional Democrtico y el
Partido Laborista, que al llegar las elecciones del 16 de mayo fueron
los nicos que con el Dominicano pudieron presentar candidatos,
pues con arreglo a la Ley Electoral del Partido Socialista Popular
no posea el nmero de afiliados ni el tiempo necesario para ir a
los comicios. Toda esta falsedad se logr merced al momentneo
apaciguamiento con Cuba y a la interesada colaboracin del Partido
Socialista Popular de Cuba.
3. De momento y mientras no se llegaba a precisar si Trujillo
se reelegira o no, la maniobra de traer comunistas y sindicalistas
cubanos y dirigentes sindicalistas mexicanos a Santo Domingo,
presentaba al dictador como favorable a una poltica democrtica
e inclinado a un cambio en su pas y ofreca el seuelo de que pu-
diera substitursele con determinadas fuerzas. De ah el que algunos
dirigentes comunistas dominicanos jugasen el albur. Con todo esto

186
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

se amordazaban los ataques de los comunistas, y ya tapada la boca


del grupo de Arvalo (quien produjo un informe favorabilsimo a
Trujillo dndoselo a Lombardo Toledano al tiempo que se le invitaba
a visitar Ciudad Trujillo), se desorientaba al obrerismo cubano.
4. Y lo ms importante, Trujillo consegua con el apacigua-
miento momentneo ocultar sus maniobras militares y blicas, para
un ataque de quinta columna, con sublevacin en Colombia, contra
Grau.
Desde el esto de 1946 Trujillo, por mediacin de McLaughlin,
iniciaba un gran esfuerzo para obtener las armas ms modernas en
Norteamrica. Los resultados fueron ptimos.
Mientras en el Brasil el Embajador de Trujillo, Arturo Despradel,
consegua de Dutra, por los buenos oficios de Antenor Mayrink Veiga
(casado con Flor de Oro Trujillo, hija del dictador, la que despus
se separ de l para contraer quintas nupcias con un Capitn fran-
cs) la venta de un importante arsenal de fusiles y morteros con las
municiones correspondientes. Esta partida fue entregada a bordo
de la corbeta Coln dominicana, recin adquirida en Canad, y se
desembarcaba en Ciudad Trujillo a fines del verano de 1946.
Trujillo al hacer aquella compra quiso, a ms de proveerse de
armas, demostrar que se saltaba a la torera al Departamento de Esta-
do americano y que Brasil le serva a l, pese a las recomendaciones
de la Cancillera de Washington en contra. Una vez ms triunfaba
el dinero del dictador, pues a esto debise su buen xito en aquella
negociacin con Dutra, ya que Antenor M. Veiga esperaba recoger
una pinge suma, al tramitarse su divorcio de Flor de Oro, a quien su
padre deshered, y al mismo tiempo llevar a buen fin los negocios
que tena con Trujillo, uno de ellos el de la conversin monetaria
y la fabricacin de billetes dominicanos, que substituyeran a los
dlares, al hacerse aquella.
Mayrink Veiga, puso siempre a disposicin de su suegro ade-
ms, los servicios de su importante emisora de radio en Ro, que
sostuvo la campaa en favor de Dutra al caer Getulio Vargas. As
pues, en septiembre-octubre de aquel ao el dictador tena en sus
manos muy buenos naipes.
En esos meses el dictador posea un equipo formidable de
fusiles automticos, ametralladoras, subametralladoras, morteros,

187
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

caones, bombas y cincuenta aviones modernos, (actualmente el


Ejrcito dominicano tiene ms de cien aparatos) monomotores de
caza y bimotores de bombardeo y combate. El importe de estos
armamentos, juntamente con su parque, se elev a unos cinco
millones de dlares.
Cuando estos elementos estuvieron en su poder, ya haba Tru-
jillo iniciado conversaciones muy serias con jefes y oficiales cubanos
para preparar el golpe de La Habana. Por aquellos das deca con
frecuencia: Tengo elementos suficientes para destruir La Habana en
tres horas. Persona de la confianza absoluta del General Federico
Fiallo, inici los contactos y en octubre de 1946 ste reciba en su
casa particular de la avenida Independencia de Santo Domingo, a
un jefe del Ejrcito cubano y representante de los Generales Ben-
tez y Galndez y del comandante Belisario Hernndez, todos ellos
residentes en Miami. Esta primera conversacin tuvo pleno xito.
Los militares cubanos se comprometan, si Trujillo les propor-
cionaba los elementos militares de que carecan, a provocar una
inmediata sublevacin en el interior de Columbia,[9] y aprovechn-
dola, presentarse por distintos puntos del pas con amagos areos y
navales, mientras perforaban la ciudad de La Habana con el grueso
de las fuerzas de que decan disponer.
Cuando Fiallo dio cuenta a Trujillo de estos primeros planes,
el dictador dispuso un pliego de condiciones en procura de los
mayores beneficios. En primer lugar, desde el punto de vista militar
o estratgico, no le pareci bien la idea de extender las fuerzas.
Entenda l que el golpe deba darse de madrugada en Columbia,
siendo la seal el vuelo de aviones sobre el recinto, mientras los
complicados dentro, hacan ver que la aviacin cubana se les haba
unido y provocaban que el resto de la fuerza les siguiese.
Para esto los aviones dominicanos, camuflados con bandera
cubana, iran en un navo hasta playas prximas, haciendo el viaje
por la noche fuera de las aguas jurisdiccionales. En estos barcos
ira igualmente el material restante. Pero Trujillo quera que de este
material se hiciesen cargo, con todas sus consecuencias, los compro-
metidos, quienes deban dirigir la operacin bajo su responsabilidad
y procurarse las fuerzas o contingentes de hombres que necesitasen,
principalmente en Cuba, para lo cual Trujillo les proporcionara el

188
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

dinero necesario a la recluta y an hombres, siempre que se camu-


flasen bien.
En los meses de octubre y noviembre las conversaciones es-
taban tan adelantadas, que Trujillo se crey en el caso de redactar
un proyecto de gobierno para Cuba, seguro del triunfo. El gobierno
que saliese del movimiento triunfante, se comprometera (y los mi-
litares citados ms todos los otros conjurados daban su palabra de
caballeros de que lo convenido se cumplira) a estos extremos:
1. Encarcelamiento de Grau San Martn y de sus familiares, a
fin de descubrir sus nexos con los elementos enemigos de Trujillo.
Este quera que el encarcelamiento del Presidente cubano fuera
muy rgido a fin de que las torturas le compensasen de su sed de
venganza, por haber permitido el Magistrado cubano los ataques
contra el dictador.
2. Sera designado Ministro de Estado el seor Oreste Ferrara
y de no poder por razones polticas u otras, se le reservara siempre
la Embajada en Washington.
3. Todo el material que Trujillo entregaba (valorado en cinco
millones de dlares) sera pagado al contado. Caso de que el nuevo
gobierno no quisiese todo el material podra ser devuelto a Trujillo,
pagndole las prdidas y desgastes que se hubiesen producido
4. El gobierno triunfante se comprometa a buscar inmedia-
tamente detener sin restriccin alguna a todos los dominicanos
exilados enemigos del dictador, entregndolos en Ciudad Trujillo o
en un barco dominicano que ira a buscarlos.
5. El gobierno triunfante se comprometa igualmente a declarar
fuera de ley al Partido Socialista Popular y a todos los comunistas
a quienes perseguira hasta su exterminio. Lo mismo hara con
cuantos elementos fuesen significadamente enemigos de Trujillo y
se hubiesen significado por sus ataques.
6. El gobierno triunfante prohibira actos, publicaciones o ma-
nifestaciones de carcter pblico, cualesquiera que fuesen contra
Trujillo y su poltica. Comprometase ste igualmente a hacer lo mis-
mo en Santo Domingo con respecto al nuevo gobierno cubano.
7. El nuevo gobierno cubano propiciara el concierto de
tratados de alianza entre los dos Estados, siendo secretos los proto-
colos.

189
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

8. El nuevo gobierno se comprometi a establecer un intenso


intercambio comercial para que Cuba consumiese preferentemente
productos agrcolas dominicanos, debiendo celebrarse un tratado
comercial.
9. El nuevo gobierno pagara y liquidara cuantos gastos hu-
biese efectuado el Comit Revolucionario Militar, dejando saldada
la cuenta que Trujillo presentase.
10. El nuevo gobierno se comprometa a no seguir en la
poltica internacional aislado del dominicano, y antes al contrario, a
ponerse de acuerdo para asistir a las Conferencias Internacionales
de todo gnero, a fin de postular, defender y propiciar, de consuno,
las resoluciones ms convenientes a ambos.
11. El nuevo gobierno se comprometa a concertar un nue-
vo tratado de extradicin y desde luego no consentira por ningn
caso asilamientos en la sede de su Misin en Santo Domingo.
12. Seran elevadas a Embajadas las Misiones Diplomticas
cubana y dominicana.
Tales eran las principales condiciones del pacto con los mi-
litares cubanos. As estaban las cosas en noviembre-diciembre de
1946. El fracaso de la intentona de noviembre en Venezuela contra
Betancourt, que estaba enlazada con el golpe contra Grau, detuvo
un tanto a Trujillo. Pero quienes parece que no ofrecieron al final
garantas suficientes de contar con elementos bastantes en Columbia,
fueron los militares comprometidos.
Se produjo pues un aplazamiento en tanto se conseguan en La
Habana enlaces mayores entre los conjurados y otros compaeros
de armas. Trujillo aument en tanto su flota, que en enero entraba en
masa por el Ozama en un alarde naval, de ms de cincuenta barcos
entre corbetas, fragatas, caoneros, guardacostas y transportes. Los
meses de febrero y marzo transcurrieron en maniobras de esta flota,
en distintos lugares de la costa dominicana. Se creaba el Estado
Mayor de la Marina de Guerra, seleccionndose los mandos para
estos barcos. Se intensificaba la fabricacin de bombas, de minas y
de cargas de profundidad. En marzo, llegaba contratado por Truji-
llo un as de la aviacin militar norteamericana, hroe del Pacfico,
para entrenar a los jvenes dominicanos que iban a pilotear los 98
aviones modernsimos.[10] Este entrenamiento dur varios meses.

190
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Se instrua el cuerpo de veteranos adicionndole ms contingentes.


Se aumentaba los efectivos del Ejrcito. Resucitaba la temible Bri-
gada 43, al mando del feroz Miguel ngel Paulino, haciendo que
recorriese en formacin y uniformada las calles de la capital y las
de algunas ciudades para amedrentar, como en 1930. Finalmente
el mes de julio se pas en medio de una intensa campaa contra
Cuba acusndola de ser la cabeza de puente para el ataque a Tru-
jillo, y Grau fue insultado, de tal manera, que an los ms cercanos
amigos de Trujillo se asustaron: la pluma del gordo Logroo, que en
las calderas infernales arda, carg sus ms groseros eptetos contra
el Primer Magistrado de Cuba.
Pero en medio de todo esto, volaban da y noche veinte o
treinta aviones sobre la capital y a medianoche bajaban cerca de los
tejados, rugiendo los motores. Es decir, se preparaba un ambiente
blico. Trujillo vesta el pintoresco y chamarrado uniforme de Ge-
neralsimo en Jefe de los Ejrcitos de la Tierra, Aire y Mar, Purititos
sobrinos del Capitn Grant!
A fines de julio practicaban la instruccin militar todos los
funcionarios pblicos y los das festivos formaban, encuadrados
en lneas del Ejrcito regular. Igual hacan los veteranos al mando
del General J. Joaqun Cocco, sanguinario ex-jefe de la polica, hoy
acaudalado negociante y proveedor preferente de la UNRRA.
La radio La Voz del Yuna estaba en plena actividad infamatoria
de lo cubano, bajo las rdenes del hermano de Trujillo, el tristemente
clebre Petn. Y un da el gobierno lanzaba por ella, y lo reproduca
la prensa al da siguiente, un comunicado asegurando que Trujillo
dispona de 110,000 hombres armados que desfilaran por delante
de l el 16 de agosto. As fue. Basta leer los peridicos de Ciudad
Trujillo de esos das para darse cuenta de la movilizacin y de las
posibilidades que tiene Trujillo.
Ahora ocurre preguntar pretende Trujillo, con esto, un ataque
a Cuba, directamente con sus fuerzas, de acuerdo con elementos
quintacolumnistas? Toda la aparatosidad de la proyectada agresin
a Santo Domingo que tanto le interes jalear, fue un pretexto
para justificar un clima de guerra, un aumento de armamentos y
de fuerzas o en verdad se trataba de llevar a firme hasta el fin la
opresin a Cuba?

191
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Hay que conocer la megalomana de Trujillo, para contestar


con conocimiento de causa estas preguntas. Trujillo est viviendo
desde hace un ao una crisis psicoptica agudsima. El ambiente
que le rodea, va ya para dos dcadas, es de absoluta sumisin a los
menores deseos de su voluntad, por torpes, por descabellados, por
disparatados que aparezcan y nadie se atreve all a contrariarlos.
Al contrario, las gentes que le rodean (cretinos, degenerados
sexuales, analfabetos, negociantes sin escrpulos, etc., etc.) no son
capaces de contradecirle sino que sustentan el fuego de sus arrebatos
y delirios de grandeza. Para ellos la isla entera es pequea y pobre,
espelunca, ante la grandeza y majestad de su genio, sin par en la
historia del mundo. Ni Napolen, ni San Martn, ni Bolvar, ni Lincoln
le superan. En fuerza de ser repetidas estas expresiones, actuando
sobre un cerebro dbil, propicien la vesania y absolutamente vaco
de cultura y saber, pues apenas si el dictador deletrea, han llegado
a formar en Trujillo un drama de locura capaz de los ms feroces
desencadenamientos.
Tngase en cuenta su fortuna inmensa, que se eleva a doscien-
tos cincuenta millones de dlares, y el disponer de todos los recursos
de Estado de los particulares, pues los despojos son continuos, le han
conducido a obtener por dinero cuanto ha deseado, dentro del pas,
fuera de l y an en lugares que parecan inasequibles al cohecho
y al soborno, y sobre personas que Amrica ha proclamado como
venerables apstoles, tal el caso de Cordell Hull. Quin ser capaz
de prever a dnde puede ir un loco desatado y sin freno, cuando
se obsesione con convertirse en seor del Caribe, en dictar leyes a
gobiernos y decretos a Cancilleras? Porque todo esto piensa y dice,
soando en vesnico, Trujillo. l deseaba que los mismos planes de
gobierno que dio para Cuba se hiciesen extensivos a Venezuela.
Con frecuencia habla de extender su frula a Colombia y an de
hablar de igual a igual con Mxico. Naturalmente esto no queda
en palabras ni en deseos. Y para probarlo basta exponer la labor de
Trujillo sobre aquellas naciones que pudiramos llamar de indirecta
intervencin. Son ellas Estados Unidos de Norteamrica, Colombia,
Mxico y Centro Amrica. Entre las de esta ltima regin, Guatemala
est siendo ahora objeto de un proyecto de impacto directo como
veremos oportunamente.

192
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

4. Poltica trujillera de soborno con los Embajadores nor-


teamericanos y otros personajes; oposicin a Braden; compra del
Miami Herald; la Universidad de Pittsburgh se deshonra; el collar
de la esposa de Cordell- Hull; la farsa de la UNRRA; White y Stattley
Ross; la agencia Klemfuss; Sux y... a ellos; el condotierro Helfant; la
Prensa de Nueva York.
La intervencin en Norteamrica tom las formas ms cautas
y aviesas dirigindose contra altos funcionarios del Departamento
de Estado y se contrajo principalmente.
1. A establecer contactos con determinadas personalidades,
para por medio de sobornos de mltiples facetas, debilitar la po-
sicin o neutralizar la accin de los embajadores norteamericanos
en la Repblica Dominicana. En 1944 se conquist a Avra Warren;
en 1945 se anul a su sucesor Ellis O. Briggs; despus se logr
desplazar al substituto de ste, McGurk. Trujillo se vali mucho
para estas combinaciones del ex-Embajador en la URSS, Joseph E.
Davies, consocio suyo en algunos negocios y a quien paga una
subvencin anual que alcanza cientos de miles de dlares. Cuando
la oposicin de Braden a la compra de armas de Trujillo, a fines de
1945, ste invit a Cummings, antiguo Procurador General de los
Estados Unidos a quien compr.
2. En 1945-46 tambin comenz la captacin de la voluntad
del ex-Canciller Cordell Hull, dedicndole una calle en Ciudad Tru-
jillo, invitndole reiteradamente para que el viejo enfermo fuese a
convalecer en Santo Domingo, y regalando a su esposa un magnfico
collar de perlas valorado en una gran suma.
3. En 1946 se trat ya descaradamente de anular al propio
Bramen y a Briggs usando influencias en el Ejrcito americano; la
del Mayor General Watson, ntimo amigo del Chacal y su husped
en muchas ocasiones, y la del Mayor General Brett. Luego Manuel
de Moya fue a Washington a establecer contactos con el mdico
personal de Truman, logrando formar en partidas de pocker con el
propio Presidente de los Estados Unidos Las sumas entregadas al
mdico citado fueron de gran consideracin.
4. La sistemtica oposicin a Braden se hizo terrible, despus
del siguiente hecho: al recorrer el General Brett las Antillas, hubo
una reunin del Estado Mayor dominicano con l. Se trataba de

193
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

tomar medidas para preparar la defensa de los puntos estratgicos


de la zona, Brett entre otras consideraciones hizo la de que era
necesario proveer de armamento adecuado a los distintos Ejrcitos
nacionales. Entonces se le dijo hbilmente, por encargo de Trujillo,
que el material que posea el Ejrcito dominicano era insuficiente
y anticuado y que Trujillo deseaba adquirir el ms moderno para
cooperar con Estados Unidos.
Pocos das despus, se enter el Departamento de Estado,
de que agentes de compra de Trujillo estaban gestionando adqui-
sicin de material del Ejrcito norteamericano. Inmediatamente
se llam al Embajador dominicano en Washington, seor Garca
Godoy y se le entreg un Memoire (fines de 1945), en el que el
Departamento de Estado expresaba su opinin absolutamente
contraria a aquellas adquisiciones, dadas las condiciones internas
de la Repblica.
Se deca en dicho documento que aquellas armas slo podan
servir al dictador, o para amenazar a la vecina Repblica de Hait,
o para producir trastornos en el rea del Caribe, o para aherrojar y
someter a mayores sevicias al pueblo dominicano, y que a un pueblo
donde no exista ni libertad de prensa, ni garantas humanas de vida,
no era posible consentir el excesivo armamento que pretenda. Este
documento fue contestado con un largo Memorndum inspirado
por Trujillo, rebatiendo aquellos extremos.
Pero la reaccin del dictador no se hizo esperar. De entonces
datan los ms furibundos ataques a Braden, la compra del Miami
Herald y de otros peridicos norteamericanos y agencias informati-
vas, para que se presentase al citado funcionario como comunista
y autor de movimientos contra la seguridad de Amrica y contra la
unidad del continente.
Cuando Trujillo tuvo noticia de que Braden sala del Depar-
tamento de Estado, su alegra no tuvo lmites. Entonces pens en
utilizar contra l toda la artillera de denuestos. Primeramente dio a
conocer el Memorndum rebatiendo el Memoire de Braden antes
citado. Para ello encomend se leyese en una reunin en el Palacio
Arzobispal a la que concurrieron el Arzobispo Pittini, el Arzobispo
Beras, el Obispo Gallegos y otros sacerdotes. All se explic enton-
ces al clero las causas que haban movido a Trujillo a consentir en

194
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

la organizacin de los comunistas criollos, y se les dijo que todo se


deba a las presiones de Braden en favor del comunismo.
Se quiso, pues, cohonestar con aquel documento, la maniobra
que arriba queda reseada, ante la actitud del clero cuando aquella
tuvo lugar, que fue de franca oposicin, aunque silenciosa, a la
medida. Se ley tambin el documento aludido a los Senadores y
Diputados. Se pens en publicarlo oficialmente, pero no se hizo
porque hubiera sido preciso publicar el texto del Memoire del De-
partamento de Estado y esto no convena.
Preparado as el ambiente contra Braden, en el fondo era
contra los Estados Unidos se publicaron cinco artculos en La Na-
cin redactados por Logroo. El ltimo y ms truculento e insultante
apareci coincidiendo con la fecha del 4 de julio. Este da el dictador
no asisti a la recepcin en la Embajada Americana, rompiendo as
la costumbre y tras haber ido el 25 de julio, a la de Argentina.
5. Del grado a que se lleg en la captacin de personalidades
norteamericanas, da buena idea el hecho de que hasta consigui el
analfabtico dictador, ser nombrado Doctor Honoris Causa de la Uni-
versidad de Pittsbough, maniobra realizada por Warren, de acuerdo
con Leon Falk. Las sumas que esto cost las pag la DORSA, pues
en el fondo el establecimiento de judos en Sosa fue un negocio
de Trujillo, hbilmente manejado por los mismos administradores
del establecimiento, en los Estados Unidos.
6. De la misma manera una de las cosas que ms valor
Trujillo, fue su colaboracin en favor de la UNRRA. Este es uno de
los ms deshonestos negocios del dictador que ya es decir, por la
altruista cortina que cubri sus manejos. Consista en que para ob-
tener permisos de exportacin para mercancas cuyos excedentes
del consumo nacional estaban comprometidos, por medio de un
convenio firmado con Sayre, haba que entregar en dinero efectivo,
no cheques, una suma proporcionada a la libre exportacin que se
deseaba llevar a cabo. Esto produjo una situacin que impidi efec-
tuar los ltimos embarques planeados para Grecia. Aprovechando
el terremoto del 4 de agosto de 1946 y aduciendo falsas perdidas
de cosechas, se cancelaron el resto de los envos proyectados, pa-
sando por sobre ciertos productos en los que vinculaba la UNRRA
una etapa de reconstruccin y cuya finalidad principal era seguir

195
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

cobrando por la entrega de permisos para exportar. Tanto en una


etapa como en la otra el producto de este negocio era entregado,
por los intermediarios, al Secretario de la Presidencia de turno a la
Julia Vega Batlle, quien tena que rendir cuentas muy justas al tras-
pasarlo a Trujillo. Como dato pintoresco y repulsivo a la vez puede
recordarse la compra de 1,000 burros que se enviaron a Grecia y
que para que dejaran amplio margen fueron adquiridos a precios
de caballos de carrera.
Lo que resulta verdaderamente paradjico es que un Senador
norteamericano, compaero de Vandenberg, en la reunin de la
ONU en Londres, el seor Bloom, proclamase el rasgo humanitario
de Trujillo en favor de la UNRRA; desde luego este Senador estaba
bien pagado para producir tal manifestacin. En suma, todo esto
se cohechaba para formar obscuras e inconfesables maniobras del
dictador, en su afn de enriquecimiento, verdaderamente inconte-
nible e insaciable.
7. Estn tambin al servicio de Trujillo, con consignacin
mensual muy importante, los publicistas norteamericanos John
W. White y Stanley Ross. White lleg a Santo Domingo como
representante de varios peridicos americanos, despus de una
gira por Suramrica. Trujillo lo recibi, encargando a Manuel de
Moya que lo acompaara. Qued hospedado en el Hotel Jaragua
donde pronto las cuentas de licores y mujeres del visitante ascen-
dieron a varios miles de dlares. Trujillo entonces le fue dando
cantidades muy importantes y White se dej ganar, quedndose
en la Repblica varios meses, viviendo a gran tren y adquiriendo
propiedades rsticas en la regin de Constanza. Precisamente el
seudnimo con que Trujillo lo cita en las comunicaciones que le
enva, por conducto de la Embajada Dominicana en Washington,
es el de Constanza.
White durante su estancia en Santo Domingo, a ms de la
labor de prensa que hizo, comunicando a los peridicos que re-
presentaba las informaciones que por conducto de Moya le daba
Trujillo, accediendo a los deseos de ste remiti muchas rectifica-
ciones avaladas con su firma, cuando aparecieron ataques en los
peridicos del Norte, por ejemplo: envo comunicados a Time y
especialmente al Selecciones del Readers Digest al publicarse el

196
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

famoso y absolutamente veraz artculo de George Kent Dios y


Trujillo y redact y public el folleto editado en una tirada de ms
de 50,000 ejemplares por la editorial Montalvo, y que an se est
distribuyendo en los aerdromos como propaganda turstica. Esta
edicin, fue un negocio de los muchos realizados por el entonces
Secretario de la Presidencia Julia Vega Batlle, quien present una
cuenta exorbitante para que se pagase con fondos del Estado, dinero,
a quien preparaba el fraude.
Despus de su larga estancia en Santo Domingo, White march
a Washington con la misin precisa de buscar por el Departamento
de Estado, por los centros informativos y de prensa, y hasta por los
crculos militares allegados al Estado Mayor, para que proporcio-
nase y diese las informaciones que pudiesen interesar al dspota.
La suma que se le pasa mensualmente es muy importante porque
conlleva no slo su sueldo sino el pago de sobornos, cohechos y
otros resortes por el estilo, cerca de personalidades y altos funcio-
narios norteamericanos.
Los ltimos grandes informes que ha proporcionado White a
Trujillo fueron obtenidos, dos en la Secretara de la ONU; otro en
el Departamento de Estado, en la Divisin de Asuntos Latinoame-
ricanos y otro en el Estado Mayor. Los dos primeros se referan a
las maniobras que segn White se estaban haciendo para con los
delegados de la Repblica Dominicana de todas las comisiones
de aquel organismo internacional y a las impresiones recogidas y
redactadas por el Secretario General y por Cohen despus del viaje
que realizaron por Iberoamrica; el del Departamento de Estado
consista en un memorndum dando a Trujillo los nombres de las
personas interesadas en hacer saltar de sus puestos, no slo a Bra-
den, sino a Briggs, con acusaciones contra ambos, tildndoles de
favorecer el desenvolvimiento de 200 grupos comunistas en diversos
pases; el del Estado Mayor facilitaba una lista de jefes y oficiales
norteamericanos dispuestos a entenderse con Trujillo, para hacer
ver la necesidad de mantener un gobierno militar por la situacin
estratgica de la isla y comprometindose a lograr que el chacal
pudiese adquirir armas directamente de los parques militares, entre
los sobrantes de la guerra.
La labor de White, por tanto, abarca un radio muy extenso y

197
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

sus servicios son muy considerados por el dictador, lo que prueba


la importancia que para sus maquinaciones le concede.
Cuando en sus maniobras de soborno el strapa lleg hasta la
Casa Blanca, el Senado norteamericano y las organizaciones interna-
cionales, comprenderse bien lo peligroso que resulta su deseo de
intervenir en otros pases de organizaciones sociales ms dbiles.
Por ejemplo, en la misma Cuba, personas como el ingeniero
Martnez Castell, (que fue informante del dictador durante tres aos
y debe seguir sindolo) como el Senador Emilio Nez Portuondo,
y como el periodista Arroyo Maldonado, no son sino botones de
muestra de otros ms altos ejemplos.
Desde la primavera de 1946, Trujillo acept, por intermedio
de Manuel de Moya, los servicios de una agencia de noticias nor-
teamericana que tena por finalidad la propaganda de noticias e
informaciones en favor del chacal a travs de una cadena de peri-
dicos, tanto de New York y Washington como de los Estados y an
de otros pases de Hispanoamrica. Esta agencia ofreca muchas
ventajas, la ms importante reside en que correspondiendo con otras
agencias ms importantes puede hbilmente hacer insertar las notas
que convengan, por toda la Amrica, tanto en la prensa como por
la radio. El Director de tan importante servicio es el seor Klemfuss,
con la ayuda de un hijo suyo, quienes a ms de dirigir los aspectos
de prensa tienen relaciones con cinematografistas, escritores y edi-
tores norteamericanos.
La agencia cuesta a Trujillo como 100,000 dlares anuales,
aparte de gastos extraordinarios que deben ser satisfechos a la pre-
sentacin de las cuentas. La oficina de prensa, se camufla con otra
de turismo, en New York.
Klemfuss prepara toda la propaganda que aparece en los pe-
ridicos norteamericanos, de acuerdo con las indicaciones directas
de Trujillo. As se ver que de tiempo en tiempo aparecen en los
peridicos, an de los Estados Unidos, alabanzas a la situacin de
los judos en Sosa, o de un certamen de trajes en Santo Domingo,
o de la celebracin de una fecha histrica, y tambin ataques a la
situacin social o poltica de este o aquel pas del Caribe. Por ejem-
plo recientemente, cuando Trujillo desencaden su campaa contra
Cuba, denunciando la invasin de Santo Domingo, Klemfuss haca

198
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ya dos semanas que tena preparado todo el material y se da el caso


de que peridicos de la misma Habana, sin saberlo, insertaron notas
y comunicados de agencias informativas norteamericanas que proce-
dan de Klemfuss. Este estaba en Santo Domingo en el hotel Jaragua
durante los das en que la campaa llegaba a su punto culminante y
se alababa de haberlo preparado todo tan bien. Correspondiendo
con esta agencia, acta en parte la prensa del Sur de Estados Unidos,
la de New Orleans y la de Miami sobre todo.
Klemfuss adems par, o trat de parar, por orden de Truji-
llo, la difusin del libro Blood in the Streets y edit por cuenta del
dictador otro titulado Sambumbia[11] de una periodista yanqui que
estuvo en Santo Domingo con todos sus gastos pagados y a la que
se compr el original. De la misma manera trajo otros escritores que
estn trabajando en libros para ser publicados en Estados Unidos,
en ingls.
El acercamiento a la municipalidad de New Orleans y a cen-
tros de la cuenca del Missisipi, lo logr Trujillo por intermedio de
las Cmaras de Comercio de Santo Domingo (dominadas por l, a
travs de su cuado Francisco Martnez Alba y de un espaol llamado
Manuel Resumil Aragunde), y de elementos como el periodista gua-
temalteco seor Urruela que lleva muchos aos en New Orleans y
est al servicio de aquel consejo. Tambin ayud mucho el mexicano
radicado en New Orleans y profesor de la Universidad de Tulane,
doctor Jos Ortiz Monasterio. Tanto a Urruela como a Monasterio
les dio Trujillo importantes sumas. Urruela fue el promotor de una
serie de viajes de periodistas, fabricantes e industriales tanto de
New Orlens como de todo el valle del Missisipi a Ciudad Trujillo.
Adems escribi series de artculos en distintos peridicos, por los
que el monstruo le pag y sigue pagando.
An quiso el dictador fortificar su propaganda, extendindola
no slo a Estados Unidos sino a toda Amrica. Para esto concert
la formacin de una agencia en New York de la cual se encarg
Alejandro Sux. Este fue a Santo Domingo, por mano del seor Prez
Alfonseca,[12] Embajador que ha sido de Trujillo en diversos pases.
Sux estuvo con el brbaro, en noviembre de 1946, celebrando largas
conferencias, al cabo de las cuales regres a New York. El objetivo
era fundar una agencia que publicase semanalmente, un boletn en

199
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

ingls y otro en espaol, para ser distribuido bajo sobre y por correo,
tanto en los Estados Unidos como en Iberoamrica.
Pero la gran innovacin de este boletn es que Trujillo no apa-
rece para nada. Sux ha dirigido invitaciones a todos los gobiernos
de Amrica Espaola ofrecindoles una suscripcin anual para que
inserten las noticias e informaciones que les interesen. Si aceptan la
suscripcin, entonces cada gobierno designa la persona que debe
enterarse con Sux y ste a su vez nombra un corresponsal en cada
pas para que le informe aparte. El objeto aparente del boletn, segn
se dice a los gobiernos, es publicar aquellas informaciones que las
grandes agencias norteamericanas no dan, por presiones distintas,
bien de carcter poltico econmico, o bien por no interesarles a
ellas, aunque sean de importancia para naciones respectivas de Ibe-
roamrica. Sux con este seuelo ha captado ya algunos gobiernos.
Por ejemplo, al de Guatemala, que ignora la verdadera significacin
de esta agencia.
Pero lo curioso es que Sux est de acuerdo tambin con Pern,
con Somoza y con Caras. Trujillo le pasa una suma gruessima todos
los meses y tiene formalmente un contrato extendido ante notario
en Ciudad Trujillo, en el cual aparecen concertando, por una parte
aparece Sux y por la otra Telsforo Caldern, La Calderona, actual
Secretario de la Presidencia, Las informaciones que publica el bo-
letn se someten antes a la aquiescencia del dspota, pero adems,
si en otros pases Sux sostiene un agente suyo, en Santo Domingo
no, sino que el mismo Caldern es a la vez el del gobierno y el de
la empresa. Es decir, la agencia puede ser que publique notas o
informaciones que no convengan a algunos de los gobiernos subs-
criptores y siempre se amparar en su agente en cada pas; pero
en Santo Domingo no suceder jams tal cosa. El boletn ya lleva
tiempo publicndose.
Este no es el nico negocio que Sux subscribi con Trujillo;
otros se refieren a la compra de barcos para establecer una compa-
a de navegacin, otros a la compra de armamento y municiones,
etc.
Pero en esto de negocios quien llevaba la direccin y tena la
confianza de Trujillo era un rumano llamado Henry Helfant, antiguo
agregado comercial de Rumania en Espaa. Este seor, amigo del

200
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

ex-rey Carol, aunque no tanto como l pretende y dijo a Trujillo, y


amigo tambin circunstancial, del ex-rey Pedro de Yugoslavia, lleg
a Santo Domingo procedente de Chile, donde resida y donde estu-
vo al servicio del coordinador cultural norteamericano, en los das
de Nelson Rockfeller. Se dedicaba a distintos asuntos, negocios de
diversas cataduras, incluso viajaba representando un lquido para
evitar que se soltasen los puntos a las medias. Estaba en relacin
con firmas ms o menos importantes, ms bien menos, de casas
comerciales. Lleg a Ciudad Trujillo por el mes de septiembre de
1946. Llegaba invitado por la Cancillera dominicana a travs del
jefe de la misin en Santiago de Chile, para que trajese el original
de un libro sobre la doctrina trujillera dizque del asilo diplomtico
humanitario. Estos originales fueron entregados a Trujillo y se han
editado en Mxico, con el mismo ttulo, en espaol e ingls.[13] Por
cierto que con esas ediciones hizo un negocio redondo el piratilla
Gonzalo de la Parra.
Al ponerse Helfant en contacto con Trujillo le hizo distintas
proposiciones, una de ellas era la fundacin de un peridico parecido
al Selecciones del Readers Digest que tirase de uno a cinco millones
de ejemplares y que se editara en Estados Unidos, pero con agen-
cias independientes en los dems pases de Amrica y redacciones
centrales en Mxico, Ro de Janeiro, Buenos Aires y La Habana. Esta
publicacin se hara en ingls, castellano y portugus.
El otro proyecto que propuso Helfant al brbaro consista en
crear el pasaporte Trujillo de asilo y refugio humanitario, para atraer
a Santo Domingo a todos los desplazados por la guerra en Europa,
comprometindose la Repblica a acogerlos, ensearles espaol,
adaptarlos a la vida americana y despus preparar su emplazamiento
en otros pases.
En el fondo, como veremos, se trata de un negocio de millones
de dlares que irn a parar a bolsillo de Trujillo, igual que las gruesas
sumas de los refugiados espaoles cobradas por l y por su hermano
Virgilio y causa del distanciamiento que entre ambos existe an, y
de la que hablamos en otro lugar; igual que el negocio de Sosa
con los refugiados hebreos, etc.
Helfant, para convencer al strapa de lo de la revista, le dijo
que esta publicacin tendra slo la finalidad de combatir al comu-

201
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

nismo y que precisamente esto le aliviara de gastos excesivos, pues


Helfant esperaba que en Estados Unidos podra reclutar grandes
firmas interesadas en la campaa que suscribiran acciones por
sumas enormes.
Para el segundo plan, el cuentista Helfant, llevaba el pro-
psito de entrevistarse con los representantes de los yugoslavos
exilados y principalmente con el ex-rey Pedro, convencindoles
de que el mejor lugar del mundo para sus compatriotas, que an
estaban en Italia y en otros lugares de Europa, era la Repblica
Dominicana. Este convencimiento llevara a un negocio de ingentes
proporciones.
Trujillo entreg a Helfant cantidades respetables para que
llevase a buen fin estos proyectos y cualesquiera otros que se le
presentasen. Helfant se sostuvo en Estados Unidos enlazndose
con elementos adinerados, con representantes de entidades de
refugiados, con ingenieros navales, con tcnicos industriales y con
diplomticos. Logr hablar con ciertas personalidades, hasta obtener
informaciones secretas del Departamento de Estado y darle, por con-
ductos zigzagueantes, otras falsas y favorables a Trujillo. Finalmente
interes a ciertos negociantes sin escrpulos, en la explotacin de
industrias en Santo Domingo, campo virgen en estos aspectos.
Con todo este material en las manos y con un sin fin de posi-
bilidades de negocios pinges, Helfant regres a Santo Domingo en
febrero o marzo de 1947. Desde las primeras y largas conversaciones
con el dspota obtuvo la destitucin de determinados funcionarios
del servicio exterior dominicano, que le estorbaban a Helfant, porque
podan descubrir sus planes de aventurero en los Estados Unidos, la
aceptacin de la inmigracin yugoslava en el pas, y el encargo de
que pusiese en marcha los negocios que traa proyectados: fbrica
de hilados y estampados, y fbrica de botones en San Cristbal, la
ciudad natal de Trujillo; compra de barcos de carga y pasaje para
establecer lneas comerciales; organizacin de la inmigracin hacia
Santo Domingo... El delirio en bicicleta!
Para llevar a cabo todo esto Helfant tena ya preparado el pro-
yecto de una sociedad que el chacal acept, quedando constituida
una, intitulada Hispaniola, con nombre ingls para lo cual Trujillo dio
una fuerte suma a fin de emitir acciones (todo hipottico) y atraer

202
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

al capital yanqui. Esta sociedad estableci su despacho en el recin


construido edificio Savin, calle del Conde, en Ciudad Trujillo.
Helfant, con todo el dinero que dijo necesitar, volvi a Estados
Unidos, en el mes de abril y all llev a cabo las ltimas gestiones
para lo de la inmigracin yugoslava que deba tener su punto de
arranque en Npoles y barcos a su servicio, cuya compra natural-
mente dio al condotierro y al tirano, desde el primer momento, un
ingreso enorme.
Helfant, abandon el proyecto de fundar la publicacin suso-
dicha. Se atuvo a los negocios industriales y de inmigracin.
Haca tiempo que Trujillo haba atrado a un tcnico hngaro
exilado, el ingeniero Alexander Kovacs,[14] que estuvo al servicio
del gobierno ingls en Birmania para resolver los problemas de
transportes y carretera durante la pasada guerra. Kovacs haba ya
experimentado algunos proyectos durante la ausencia de Helfant
(octubre-febrero) y el Strapa quera utilizarle, porque Kovacs tam-
bin ofreca inversiones de capital americano y deca representar
firmas de gran importancia.
Pero Trujillo tena ms confianza en Helfant los pillos es sa-
bido, que se atraen mutuamente y sin perder a Kovacs hizo que
ste se uniese a Helfant para las explotaciones comunes. Helfant,
mientras tanto, en los Estados Unidos contrataba tcnicos, compraba
barcos, todo por cuenta de la inmigracin yugoslava y del ex-rey
Pedro y con capital yugoslavo y finalmente traa las primeras mues-
tras de las industrias que habran de establecerse en San Cristbal:
tejidos, estampados y botones. En los meses de abril-agosto Helfant
no dej de moverse.
En junio-julio volvi a Norteamrica. Esta vez no slo le lleva-
ban all los negocios, sino tambin el preparar el terreno diplom-
tico para defender a Trujillo del ataque temido por el dictador, con
motivo de la reunin de la Asamblea de la ONU. Helfant es uno
de los espas ms peligrosos y temibles y tal vez la persona ms
inteligente que Trujillo haya tenido a su servicio. Es tambin el ms
ansioso de dinero y de los que va corriendo desolado al campo
donde mejor le paguen.
Helfant es amigo de Wellington Koo y del asistente de ste,
conoce a casi todos los viejos diplomticos europeos, habla nueve

203
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

idiomas y tiene una humilde apariencia de fraile descalzo, para


deslizarse por los lugares menos previsibles. Todo el aparato de
propaganda, que tanto la Embajada dominicana en Washington,
como los consulados dominicanos lanzaron desde Estados Unidos
contra Cuba, durante el mes de julio lo dirigi l de acuerdo con las
instrucciones de Trujillo. Es decir, Helfant es un tipo polifactico, de
aventurero internacional, capaz de todo por dinero.
Otro elemento comprado por Trujillo y que acta a su servicio
es el colombiano, residente hace muchos aos en New York, Julio
Garzn, Director-copropietario de La Prensa de aquella ciudad, el
peridico escrito en castellano de ms circulacin all. Garzn sirve
adems de enlace con otros periodistas norteamericanos e iberoame-
ricanos y defendi entre bastidores a Trujillo, tanto en el Congreso
de periodistas de Caracas, en 1945, como en el de Bogot.
5. Compra de peridicos en Colombia; invitacin a Eduar-
do Santos; La isla iluminada; intentos de capacitacin de Lleras
Camargo. En este pas, la labor de Trujillo fue intervencionista contra
Eduardo Santos principalmente, pero cuando se produjo el movi-
miento de octubre de 1945 en Caracas todo el plan de propaganda
se dirigi a convertir Colombia en puente para atacar a Venezuela.
Pero el ambiente all contra Trujillo era muy denso. Lo primero que
hubo que hacer fue romper contra la propaganda enemiga. Para
ello actu el Ministro Balaguer atrayndose primero a La Razn,
por medio de un estipendio anual de 6,000 dlares. Este fue el co-
mienzo, pata ganarse por fuertes sumas al mejor periodista de all,
a don Juan Lozano y Lozano. Conseguido esto se atrajo tambin
al periodista ecuatoriano Lismaco Orellana, exilado despus de la
cada de Arroyo del Ro, de quien era amigo.
Lozano siempre se mostr reacio a visitar Santo Domingo, pero
en cambio hizo el viaje Orellana, quien recibi dinero para organizar
una campaa constante de prensa, radio e informacin general. Esta
agencia qued montada en Bogot, en el verano de 1945.
La llegada de exilados dominicanos a Colombia, se produjo
como consecuencia de la intervencin del Ministro colombiano
en Santo Domingo, seor Lpez Escauriaza quien asil a algunos
y consigui obtener, pese a la fuerte oposicin de Trujillo, que se
les diese pasaporte. Esto coloc de nuevo en campaa a Eduardo

204
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Santos. Trujillo para anular la favorable acogida que el ex-presidente


diera a los exilados, le envi una invitacin firmada por el Rector de
la Universidad de Santo Domingo, seor Ortega Frier. Santos la re-
chaz al entregrsela Balaguer, alegando que l no poda ir a un pas
ensangrentado por la ms feroz tirana de los tiempos modernos.
Fue entonces cuando Trujillo mont en clera y dio inicio a
una campaa en La Razn, invit al seor Devis Echandia, Director
de El Nacional de Barranquilla, quien traa la representacin de la
revista Estampa, propiedad del seor Martnez Derrin; a Echandia le
regal una cantidad personalmente y adems pag 10,000 dlares
para que Estampa que le haba atacado hasta entonces, publicase
un extraordinario en su defensa.
Hizo ms, compr en doce mil dlares maquinarias y equipos
de prensa para fundar un peridico suyo. De este peridico se encar-
gara como Director el seor Juan Lozano y Lozano. Todo el inters
de Trujillo era que triunfasen los conservadores en las elecciones,
pero por si no sala as y el triunfador era Eliezer Gaitn, consigui que
uno de sus amigos, el seor Jos Antonio Osorio Lizarazo, viniese a
Ciudad Trujillo. Antes invit a tres estudiantes, elegidos por Balaguer,
para que visitasen el pas a fin de prepararlos como opositores a los
ataques que se prevean en el Congreso Estudiantil que iba a tener
lugar en Bogot. A estos tres estudiantes se les pagaron sus viajes, y
la estancia en el Hotel Jaragua y cuando regresaron, llevaban harto
dinero que les haba entregado el dictador.
Despus lleg Osorio Lizarazo, que al cabo de estar un mes
en el pas, escribi La isla iluminada, [15] por la que recibi 12,000
dlares.
En Colombia, pues, tiene Trujillo una prensa adicta y sub-
vencionada convenientemente, periodistas pagados, y ahora un
peridico propio para intervenir en la poltica de aquel pas. Honda
contrariedad le produjo que el gobierno colombiano reconociese
a la Junta de Caracas en los primeros das, pues esperaba que la
campaa de La Razn contuviese aquella medida, para lanzar a los
elementos que tena dispuestos en la frontera de Colombia con
Venezuela, a la lucha. Al prohibrsele a estos elementos la perma-
nencia en el pas, sus intervenciones tomaron otro sesgo. Ahora trata
subrepticiamente de infiltrarse en la poltica colombiana. Ya hace

205
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

tiempo que busca nexos con el ex-presidente Lpez, al cual invit


a ir a Ciudad Trujillo.
Otra de las personalidades que Trujillo trat y an trata de
atraerse, es el seor Lleras Camargo. Hizo gestiones al caso por
medio del Presidente Ros, de Chile, cuando ste estuvo en Santo
Domingo. Al regresar a su pas se detuvo en Cali y celebr una
conferencia con Lleras para convencerle de que Trujillo haba pro-
metido democratizar y liberalizar el pas. Lleras parece que recibi
con reservas estas impresiones. Posteriormente Trujillo escribi a
Lleras invitndole a visitar la Repblica Dominicana. La carta se la
entreg a Lleras Balaguer, pero Lleras hasta la fecha no se ha deci-
dido a visitar al Chacal.
6. El respetable Portes Gil subvencionado por el dspota;
periodistas y peridicos devotos; el pirata Gonzalo de la Parra;
splicas al Presidente Alemn y a Torres Bodet para que vayan a
Ciudad Trujillo; adquisicin de armas. Muchos son los elementos de
que dispone Trujillo en Mxico, y de los ms diversos y dispares. En
principio Trujillo trat de ganarse la voluntad del General Crdenas,
a raz del incidente de 1937 con Hait. Despus su amigo ntimo fue
Emilio Portes Gil, que cobra una bonita suma mensual como dos
mil dlares por sus servicios posibles y su personal propaganda fa-
vorable. Cuando se produjo la conferencia de Chapultepec estableci
nexos Trujillo con la Asociacin de Reporteros. Diez o doce de ellos
fueron a Ciudad Trujillo, donde se les agasaj principescamente.
Quedaron enlazados por considerables sumas a la voluntad
del dictador para que no se produjesen ataques en la prensa y se
publicasen artculos favorables.
Por la misma fecha se hizo un concierto con las revistas Todo,
As, Hoy, Maana y Tiempo para que insertasen informes que bene-
ficiaran al Strapa.
Este concierto alcanzaba muchos miles de dlares mensuales.
Posteriormente se hizo otro por cerca de 5,000 dlares con las
empresas de El Universal y del Exclsior, acuerdo que an subsiste y
por el cual estos diarios se comprometen a no publicar nada contra
Trujillo en toda la red de sus peridicos que son seis cotidianos.
El editor y periodista Gonzalo de la Parra fue a Ciudad Trujillo
y obtuvo una ayuda de 10,000 dlares para un extraordinario de

206
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

El Universal, otro de 3,000 dlares mensuales para la inexistente


organizacin de la Prensa de Amrica que debiera irradiar noticias
a todo el continente y adems consigui interesar a Trujillo en el
negocio de la editorial Continente y en la revista del mismo titulo
que l edita. Es calculable que Gonzalo de la Parra ha conseguido
del dictador ms de cien mil dlares.
El seor Palavicini[16] fue a Santo Domingo y obtuvo, a mas de
importante suma, el grado de catedrtico en la Universidad. lti-
mamente fue tambin Jos Vasconcelos, con excelentes resultados
pecuniarios.
El Embajador dominicano est actualmente interesado en la ad-
quisicin en Mxico de un importante arsenal de armas y municiones,
especialmente fusiles ametralladoras. Pero adems hace gestiones a
travs de De la Parra para convencer a Alemn de que invite a Trujillo
a visitar oficialmente Mxico. La maniobra era magnifica, de haber
salido bien, porque hubiera sido un espaldarazo consagrador antes
de la conferencia de Bogot. En principio el Embajador hizo creer a
Trujillo que ya haba conseguido la invitacin. Mas no haba en ello
nada de verdad. Sin embargo hizo publicar en Novedades un suelto,
dando por hecho que Trujillo sera invitado ms adelante.
As estn las cosas. La invitacin es muy factible por los ele-
mentos que juegan y la importancia de las sumas de dinero puestas
sobre el tapete. Trujillo ha ofrecido 100,000 pesos a los estudiantes
mexicanos para la Ciudad Universitaria. Los elementos obreros van
a ser comprados tambin, si es que ya no lo estn a estas fechas; no
se olvide que a Lombardo Toledano se le invit a ir a Ciudad Trujillo
reiteradamente. Pero quedan por convencer los ms conspicuos
dirigentes, que son Fernando Amilpa y Luis Gmez Z.[17] Ambos
estuvieron en Ciudad Trujillo en el mes de septiembre de 1946 y
fueron despus (especialmente Amilpa) rudamente atacados en la
prensa de Trujillo, por sus intervenciones en la farsa del Congreso
Sindical Obrero que el Strapa haba preparado. Ellos conocen
bien el ambiente dominicano y es muy posible que, a no mediar
cantidades muy fuertes de dinero, se opongan. De toda la accin
de Trujillo sobre Mxico ahora la ms importante es la adquisicin
de armas. Las quiere para pertrecharse principalmente en su mana
de grandezas en su obsesin de atacar a Cuba.

207
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Las conversaciones para la compra de este armamento estn


tan adelantadas que el Embajador dominicano y el General Limn,
Secretario de la Guerra, ya se pusieron de acuerdo en los precios
y en las comisiones. La prensa no puede decir nada, porque las
empresas estn pagadas. Todo se lleva en secreto, Slo una accin
desveladora a tiempo, y una nota de Cancillera a Cancillera, podra
evitar lo que parece ya inevitable.
7. Intentos de intervencin armada en Guatemala; utiliza-
cin de Cerisola y sumas que manej Miranda. No se hizo patente
el propsito intervencionista sobre Guatemala hasta despus de
los viajes de la Misin Especial que este pas envi a Caracas, para
reconocer a Betancourt y el de ste a Mxico y Centro Amrica. La
forma que adquiri esta intervencin hostil, es descarada despus
de la ruptura de relaciones del Presidente Arvalo[18] con Trujillo.
En el momento actual Trujillo est creando una estrecha
alianza con Honduras. Mand de Embajador a Tegucigalpa a uno
de sus mejores y ms hbiles diplomticos, a Balaguer, sacndolo
de Bogot y sacrificando su inters en Colombia. Para esta alianza
le ha servido de nexo el Embajador de Mxico en Santo Domingo,
seor Cerisola, yerno de Caras.
El propsito consiste en crear sobre la frontera de Honduras
con Guatemala, partidas armadas de guatemaltecos exilados, con
cuyo paravant Trujillo podr enviar por mediacin de su Embajada
en Tegucigalpa, pertrechos de todo gnero hasta conseguir derribar
al Presidente Arvalo.
Esta alianza con Honduras se quiso enlazar con otra con el
gobierno de El Salvador, fundada en iguales puntos de vista y acri-
solada por la actitud pareja que asumi aquel gobierno en el caso
de Franco ante la ONU. As pues, brevemente, el Chacal caribeo
se dispona a enfrentarse con el gobierno del Presidente Arvalo,
apoyndose en Honduras y El Salvador. [Nota del editor de la
primera edicin del ao 1949: Esto se refiere a antes del cambio
poltico habido en El Salvador en diciembre de 1948; actualmente
la junta revolucionaria de este pas mantiene excelentes relaciones
con Guatemala].
La manera como actu Balaguer en Tegucigalpa y los resortes
que logr mover all daran la pauta de los trabajos realizados. Por

208
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

de pronto el Embajador dominicano en Mxico, ha pagado, en


nombre de Trujillo, algunas cantidades para que el exilado Miranda
de Guatemala, junto con otros correligionarios suyos, se trasladasen
a Ro de Janeiro, donde han repartido entre los delegados folletos u
hojas de propaganda contra el Presidente Arvalo, preparando as el
ambiente para demostrar que la oposicin a este digno gobernante,
fuera de las fronteras de Guatemala, es tan fuerte que puede pro-
vocar intervenciones armadas. As se cura en salud para su prxima
intervencin y para la ayuda que piensa dar a los elementos armados
guatemaltecos, es decir, para armarlos y pertrecharlos desde Hondu-
ras, y an desde Mxico, pues realizada la compra de armamentos
es posible que parte de ellos cambien de destino.
8. Injerencia del Strapa dominicano en los negocios de
Hait; compromisos de Lescot con Trujillo; lo que para ste vale un
haitiano; revisin de tratados. Casi parece innecesario demostrar la
constante intervencin de Trujillo en los problemas haitianos y en
la poltica y la economa de este pas. La realidad de esta interven-
cin resulta evidente con slo asomarse a las mismas publicaciones
dominicanas, tanto de la prensa diaria como a los libros, folletos y
declaraciones que la propaganda a sueldo del dictador dominicano
ha ido sembrando por Amrica.
Desde el comienzo mismo de su administracin, Trujillo se
propuso, como sueo e ideal de conquista gloriosa, la incorporacin
de Hait a Santo Domingo. Cuando realiz el viaje de 1936 a Port-
au-Prince, para firmar con el Presidente Stenio Vincent, el protocolo
de revisin del Tratado fronterizo de 1929, todo el terreno estaba
comprado con gruesas cantidades por Trujillo. Funcionarios de dis-
tintas categoras recibieron dinero, incluso el propio Vincent.
Fue entonces cuando Trujillo consigui hacerse con la volun-
tad de Elie Lescot para disponer de este resorte. As se explica que
el dictador dominicano vestido de Generalsimo con el uniforme
pintoresco y recargado de oro y de condecoraciones, cintajos y
bandas, con su bicornio de plumas, apareciese espectacularmente
ante la masa ignara haitiana, ya trabajada por los elementos com-
prados, para que esta le aclamase creyndole reencarnacin del
Emperador Soulouque.
Desde entonces Lescot fue el servidor fiel de los propsitos

209
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de Trujillo sobre Hait. Basta leer la correspondencia cruzada entre


ambos para darse cuenta. Esta correspondencia da comienzo el 16
de marzo de 1937 (el ao trgico que culminara operacin Perejil
que cost la vida a 30.000 haitianos ordenada por el dictador en
una orga de sangre), y termina en 1943. Trujillo ha publicado para
molestar a Lescot, esta correspondencia que puede verse en un
folleto muy mal escrito, aunque con tensiones de sinopsis histrica,
titulado La Frontera de la Repblica Dominicana con Hait,[19] pero en
el fondo lo que ha conseguido con esta publicacin es demostrar
su intervencin en los asuntos internos de su vecino.
Lescot quera ser Presidente de Hait, lo deseaba por todos
los medios. Uno fue engaar a su propio amigo Vincent. Este le
envi de Ministro a Washington, para alejarlo. Pero Lescot contaba
con el apoyo de Trujillo y cuando elementos suyos preparados
por el dinero del Chacal dominicano se vieron en apuros en Hait,
pasaron a Santo Domingo, siendo acogidos all y preparados para
la maniobra. Uno de estos elementos era el Coronel Calixte quien
goz en Santo Domingo del favor del dictador y fue instrumento de
sus planes. Lescot era el ms impaciente para precipitar la cada de
Vincent, y el 11 de abril de 1940 escriba a Trujillo dicindole que
como aquel no tomaba decisiones, sino bajo amenazas o temor, era
necesario que el Strapa movilizase a Calixte, para que este realizara
movimientos con tropas sobre la frontera por los lados de Dajabn
y de Comendador presionando as al Presidente haitiano.
Calixte en efecto estuvo muy activo, bajo las rdenes de Tru-
jillo, para provocar la cada de Vincent.
Este se vio tan agobiado as por la presin de las fuerzas
internas pagadas por Trujillo, como de las exteriores que desde la
frontera dominicana lo amenazaban, que se puso de acuerdo con el
Mayor Amand, para dar un golpe militar que cambiando la situacin
aparentemente, impidiese el triunfo de sus enemigos.
Despus, el mismo Vincent pens en sostener la candidatu-
ra a la presidencia de Abel Leger, a fin de impedir que Lescot se
abriese paso. Este deca a Trujillo que contaba con la aquiescencia
del Departamento de Estado de Washington para ser el sustituto
de Vincent, pero con quien tena confianza y en el que depositaba
toda su fe era en el Chacal caribeo. Entonces se lleg a un plan,

210
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

segn el cual Lescot presentara su renuncia de Ministro de Hait en


Washington y producira un escndalo, publicando toda la correspon-
dencia comprometedora que tena de Vincent. Inmediatamente ira
a la Repblica Dominicana donde con Calixte y otros jefes haitianos
ya preparados por Trujillo y con armamento dominicano suficiente
entrar por la fuerza en Hait y dominar la situacin. Pero lo que
no saba Lescot, al jugar con ese fuego, era que el plan de Trujillo
no consista slo en favorecer las ambiciones del haitiano, sino en
levantarse, como suele decirse, con el santo y la limosna, aprove-
chando aquella coyuntura para realizar su sueo de megalmano:
la incorporacin de Hait a Santo Domingo. Lescot no se decidi
a correr aquel albur; prefiri atenerse en Washington jugando con
dobles cartas: unas para Trujillo y otras para Vincent.
Hubo sin embargo un momento en el que Trujillo pudo haber
desbancado a Lescot forzndole a tirar por la calle del medio, pero
no se atrevi a ello porque significaba desacreditar a Lescot frente
al pueblo de Hait y por tanto inutilizarse un precioso instrumento.
Este momento se produjo cuando Lescot malvers, o por mejor
decir, rob la suma de 31,250 dlares que Vincent le haba remitido
para la compra de rifles. Vincent, dndose cuenta de que Lescot
cuya ambicin y cario por el dinero conoca haba tragado el
anzuelo quedndose con el dinero y gastndolo, pasado un plazo
prudencial, le lanz la peticin de reintegro de los fondos, toda
vez que la compra de rifles haba sido rehusada por el gobierno
Norteamericano. Lescot se encontr as en descubierto y sin poder
devolver la suma al Tesoro haitiano. Estaba en la ratonera del viejo
Vincent, mucho ms cauto y desde luego muchsimo ms preparado,
por su cultura y saber, que Trujillo y Lescot juntos. Fue entonces
cuando Lescot como nufrago recurri a su protector dominicano,
al que llamaba gran amigo, gran hombre de Estado, hermano,
fraternal amigo, etc., y Trujillo le facilit, por medio del Ministro
dominicano en Washington seor Pastoriza, la suma citada con lo
cual cubri el desfalco.
Por su parte Lescot, no hay que decirlo, tena a Trujillo al co-
rriente de todo lo que suceda en Hait y hasta le enviaba copias de
cuanta correspondencia reciba l de los centros oficiales haitianos
y copia de cuantos documentos podan interesarle a Trujillo de los

211
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

archivos, tanto de la Legacin haitiana en Washington como del


mismo gobierno de Hait. A veces estas copias eran fotostticas para
mayor exactitud. Finalmente y repartiendo enormes cantidades de
dinero proporcionadas por Trujillo logr Lescot escalar la presidencia
de Hait. Su compromiso con Trujillo era tan vasto y hondo que el
dictador dominicano crey y as fue durante mucho tiempo que
Lescot no era en Hait sino un simple gobernador provincial en su
servicio. Puede decirse que toda la vida haitiana qued sometida
a Trujillo. El trazado de la frontera se hizo como quiso Trujillo, las
compras de grandes cantidades de productos de la Repblica Domi-
nicana por el gobierno y los particulares haitianos dejaron al Strapa
tan enormes sumas de dlares que puede decirse que el gigantesco
y asombroso acrecimiento de su fortuna personal se debi a esta
intervencin en Hait. Todo esto le condujo a la matanza antihumana,
horrorosa de treinta mil haitianos que conmovi al mundo. Estaba
seguro de la impunidad. Dominaba ambas Repblicas, saba que con
una palabra suya bastaba para arreglarlo todo. Se burl del pueblo
haitiano e hizo pasar a Lescot por el bochorno de reconocer que la
culpa de aquellos sangrientos hechos corresponde a los merodea-
dores y abigeos de Hait. El arreglo a que se lleg despus de la
amenaza de juicio internacional fue otra nueva burla. Trujillo pag
unos 700 dlares por persona asesinada, (de los 30,000 muertos
slo se reconoci poco menos de 12,000 N del E).
Pero aparte de que el nmero de los cados fue limitado en
la cuenta, el dinero lo erog indirectamente el propio gobierno de
Lescot. Este dio a la prensa una declaracin vergonzosa cancelando
el asunto y cuando se volvieron a producir incidentes del mismo
tipo, en 1941, el propio gobierno de Lescot se apresur a publicar
una nota oficial, con fecha 9 de septiembre, declarando de nuevo
la culpabilidad haitiana.
Pero las relaciones de Trujillo con Lescot se hicieron lentamen-
te difciles a medida que el Presidente haitiano iba afirmando sus
nexos con Norteamrica, reciba apoyo del Departamento de Estado
y realizaba negocios tan pinges para l, como arruinadores para la
economa haitiana, como el del SHADE, que puede compararse a
un caballo de Atila para la agricultura de aquel pas. Cuando Lescot
ya tuvo la seguridad de que Trujillo no se atrevera a atacarle no

212
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

slo por contar con el apoyo de fuertes empresas del Norte sino
tambin por los propios problemas internos dominicanos y por
la situacin creada por la Segunda Guerra Mundial se decidi a
romper la cadena de esclavitud.
En mayo de 1943, con motivo del da de la Bandera y de la
Universidad, pronunci un discurso en el cual muy veladamente
mostraba su disconformidad con el rgimen trujillista; despus dio
acogida a algunos exilados dominicanos; ms tarde, el 6 de septiem-
bre del mismo ao pronunci otro discurso en el cual los ataques
eran ms claros. Trujillo exager, sin embargo, la gravedad de estas
manifestaciones. Para l resultaban inslitas. Cmo era posible que
aquel a quien l haba colocado en la presidencia de Hait, como
subordinado suyo, como especie de gobernante o Presidente de-
legado, le faltase al respeto, y tratase de desconocer su autoridad
sobre toda la isla? Fue entonces cuando Trujillo quiso por medio de
una carta a la vez amistosa y amenazante atraer a Lescot al redil.
Esta carta lleva fecha de 1 de noviembre de 1943. Inmediatamente
y curndose en salud Lescot comunic todo esto a Washington.
Trujillo lo hizo tambin y propuso una entrevista apaciguadora en
la frontera a lo cual se neg Lescot. La ruptura era un hecho.
Pues bien; desde fines de 1943 hasta la primavera de 1946
no cej el dictador dominicano en su empeo de derribar a Lescot.
Para ello se atrajo a elementos haitianos viejos conocidos suyos,
entre ellos, quin lo dira!, estaba aquel Coronel Calixte, antiguo
partidario de Lescot. Junto a este actuaba el periodista Saint Amand
y otros. Calixto continuaba en Hait, camuflado; Saint Amand pas
a Ciudad Trujillo siendo subvencionado por Trujillo. Lo quera para
su labor de enlace con los elementos enemigos de Lescot que es-
taban en Hait. Trujillo trat de ganarse al periodista Houdicourt y
encomend esta gestin a Garca Godoy.
La campaa contra Lescot fue espantosa. No slo la exterior
sino la interna y clandestina. Se pasaron sumas a Hait, por medio
de un chofer que haca el recorrido y hablaba muy bien el creo-
le y se prepar el atentado contra la Nunciatura, con armas y
municiones proporcionadas por Trujillo. Finalmente, ponindose
de acuerdo an con los elementos ms extremistas logr Trujillo
derribar a Lescot.

213
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Durante varias semanas antes de que se produjese el estallido


revolucionario en Hait, la radio dominicana estuvo al servicio de
Saint Amand y de sus amigos los exilados haitianos al servicio del dic-
tador. Calixte actu hbilmente dentro del territorio haitiano y cerca
de los elementos militares. Este esperaba la mayor recompensa del
dictador: ser designado Presidente. Cuando se cre la Junta Militar
Provisional, Trujillo se apresur a reconocerla, entablando conversa-
ciones seguidamente. La campaa para la presidencia le llev a dar
grandes sumas con qu favorecer la candidatura de Calixte.
Cuando triunf Estim se acerc a ste, a quien ya se ha ga-
nado. Su plan sigui desarrollndose, a fin de poder intervenir an
ms. As comenzaron inmediatamente conversaciones entre la Can-
cillera dominicana y la haitiana y en el mes de septiembre-octubre
se entrevistaban los dos Cancilleres, Pea Batlle de la Repblica
Dominicana y Price-Mars de Hait.
Se trataba de echar los cimientos para una revisin general
de tratados y especialmente a fin de llegar a la redaccin de proto-
colos no slo para la frontera y su desarrollo econmico, sino para
el intercambio de productos y la entrada de trabajadores haitianos
en Santo Domingo.
Para lograr una mejor intervencin en Hait, Trujillo propuso
que los cancilleres de aquella fecha pasasen a ser embajadores res-
pectivamente, elevndose as las categoras de las dos Misiones. Se
acept y se hizo. Pea Batlle, que es uno de los ms hbiles y cultos
diplomticos y escritores dominicanos en este momento, aunque
en el fondo enemigo de Trujillo y de sus procedimientos, domin
en Port-au-Prince. Estim puede decirse que se ha sometido ya la
frmula del dictador dominicano, a lo menos no ve otra salida para
vivir en paz que un statu quo, en el cual Trujillo lleva la mejor
parte. En el fondo Hait est sometido a Trujillo y hoy por hoy tiene
puestos grilletes econmicos y polticos muy fuertes, pues el dictador
ha minado totalmente el terreno y cuenta con poderosos resortes
en el Ejrcito de Hait y entre muchas personalidades influyentes y
ambiciosas de mando.
9. Hitler y Trujillo. Una de las ms obstinadas propagandas
del Chacal ha sido presentarse como un entusiasta de las demo-
cracias y la entrada de Santo Domingo en la guerra el mismo da

214
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

que los Estados Unidos. Esto, como todo cuanto hace relacin al
dspota, es una mentira.
En 1939, con motivo de un viaje de un mes del tirano a Fran-
cia, la prensa de ese pas public la noticia de que los submarinos
alemanes se avituallaban de combustible en las costas dominicanas,
y era cierto. Das antes de marchar Trujillo, a lo que pomposamente
se llam viaje de estudio, el viaje de instruccin, de los antiguos
principales dejando a Mozo Peynado como ttere presidencial,
se haba constituido y ya estaba actuando, un organismo nazista
bajo el rtulo Instituto Dominico-Alemn a cuyo frente estaba un
doctor Meyer y sin otro ni ms cultural objetivo que almacenar en
puntos estratgicos de la costa, avituallamiento para los sumergibles
alemanes, que operaban en el Caribe y golfo de Mxico. Todo esto
se haca de comn acuerdo con las autoridades militares domini-
canas y agentes alemanes. Por tolerar estas actividades, reciba el
Chacal, entregada por su hermano Hctor Bienvenido, Secretario
de Guerra y Marina, una suma semestral considerable, quedando en
su favor, al terminar la guerra, los almacenes construidos, las radas
acondicionadas, etc.
Al dar la prensa francesa la noticia verdadera de todo esto,
Trujillo se apresur a negarla, mas dndose cuenta de que el Depar-
tamento de Estado de Washington andaba investigando, apresur
su regreso, negndose a detenerse en Espaa, donde proyectaba
permanecer algn tiempo, para evitar toda sospecha de contacto
con el Eje. Atravesando en automvil Espaa, lleg a Lisboa donde
lo esperaba su yate Ramfis, tomando rumbo a Nueva York, donde
luego de atracar declar falsa la noticia de que los submarinos ale-
manes se abastecieran en su feudo y gritando su amistad hacia los
Estados Unidos y las democracias.
Pese a todos estos alardes, sus sentimientos fueron siendo
nazistas y su admiracin hacia Hitler constante, hasta el ltimo mo-
mento. Bastaba or a los que ocupaban altos cargos en el gobierno
dominicano y las noticias que daban por altas voces las radios. Todas
procedan de agencias alemanas. Entre sus ntimos. Trujillo expresaba
su admiracin por Hitler, hasta en los momentos finales, cuando ya
Alemania estaba a punto de rendirse. El Chacal caribeo sostena
que Hitler ganara la guerra con un arma secreta.

215
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Sin embargo, a ltima hora, los alemanes retiraron a Trujillo su


confianza, acercndose a su ministro en Madrid, Emilio A. Morel,
a quien prometieron, si triunfaban, la presidencia de Santo Domin-
go. Esto lo supo el Strapa, que se guard mucho de exteriorizar
ninguna molestia contra Morel. Por ser ste su agente de enlace
con los alemanes. En plena guerra hizo la esposa de Morel un viaje
a Santo Domingo llevando a Trujillo determinadas proposiciones
nazis. Al terminar la contienda el tirano depuso a Morel de su car-
go, calumnindole y haciendo creer al Departamento de Estado
norteamericano, que aquella destitucin obedeca a los contactos
que Morel haba tenido con los alemanes.[20]
Se ha explotado demasiado el tpico de la entrada de Trujillo
en la Segunda Guerra Mundial. En 1941 era Presidente pelele, por
muerte del titular, el Vicepresidente don Pip Troncoso. Las simpatas
de Trujillo se dirigan hacia Hitler, mas cuando en diciembre de este
ao que se cita, se produjo el ataque de Baha Perla, el dictador se
hallaba en Washington a la espera de los acontecimientos. Aconse-
jado por J. E. Davies, por el General Watson y por Dvila, el dspota
tom sus precauciones. La primera fue asegurar sus barcos mercan-
tes. Desde haca tiempo era propietario de la Naviera Dominicana,
que posea dos buenos barcos: el Presidente Trujillo y el San Rafael
y otros menores, como la motonave Julia Molina y Angelita, etc.
Todos estos buques fueron asegurados por fuertes sumas; Trujillo
es previsor como veremos. Y el 9 de diciembre de 1941, por orden
del dictador, su pelele Troncoso convocaba al Congreso, y ste
formado como ya sabe el lector por legisladores nombrados por
Trujillo declar la guerra al Japn y despus a Alemania y a Italia.
Poco despus, los dos barcos mayores de la Naviera Dominicana, el
Presidente Trujillo y el San Rafael, eran hundidos misteriosamente;
se dijo que por submarinos del Eje; la verdad de esta aseveracin no
est comprobada; la mayora de los tripulantes salvados declararon
que se hundieron por explosiones, y uno de los muertos oficial que
era exilado espaol pereci, por heridas producidas por rebotes de
metralla y astillas. El caso es que hubo muertos, heridos, y Trujillo se
apresur a proclamar que la Repblica, es decir, el rgimen, estaba
dando su contribucin a la sagrada causa de las democracias. Lo
cierto fue que estos dos hundimientos le proporcionaron el cobro de

216
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

la cuantiosa pliza del seguro es decir, un pinge ingreso personal.


Era la guerra. La guerra proporcion al dictador cuantiosas entradas
por todos conceptos: monopolios, controles, ventas al exterior, inten-
sificacin del comercio de frutos menores y arroz con las Antillas y
el negocio de la UNRRA. Le proporcion tambin la consolidacin
por el perodo de 1942-1947 de su tirana y a consecuencia de ella
pudo preparar la reeleccin del siguiente perodo 1947-1952, que
hoy disfruta.
Por eso causa risa leer el folleto que Pea Batlle escribi con
el ttulo de Nuestra actitud[21] para justificar con razones ideolgicas
la entrada de Trujillo en la segunda Guerra Mundial, al lado de las
Democracias a las cuales odia. El hecho de que en dicho en folleto
se d una versin totalmente falsa del caso de Barletta, para coho-
nestar con ella el robo de los bienes de dicho seor por Trujillo y en
especial de su negocio tabaquero y fundamentar en convicciones
democrticas la actitud de Trujillo es una solemne falsedad, una bur-
da patraa. Lo del complot en el que se incluy a Barletta era todo
lo contrario a un acto fascista; era precisamente un acto de defensa
de los principios democrticos, contra la tirana que los asfixiaba. De
la misma manera es ridculo que en ese folleto se hable del proyec-
to, tantas veces cacareado por la propaganda a sueldo de Trujillo,
de la Liga de Naciones Americanas. Este proyecto, que es muy
antiguo, no pertenece ni an en cuanto a su forma de presentarlo
ante la Conferencia de Buenos Aires de 1936 al dictador. Todo l
fue obra de Max Henrquez Urea. Este fue quien lo ide, quien lo
estructur, quien lo dio articulado y quien lo defendi. Trujillo que
quera hacer de figurn en una Asamblea Internacional se apropi
aquel proyecto, y desde entonces la propaganda pagada por l
no ha cesado de exhibir, con cualquier motivo, an en ocasiones
inoportunas y fuera de lugar, ese engendro que slo provoca la risa
cuando se le pone el nombre de Chacal de La Casa de Caoba. Pero
cmo van a pasar las naciones de Amrica por el insulto de que el
ms feroz y sanguinario tirano de todos los tiempos en la historia del
hemisferio, aparezca como el orientador jurdico internacional de sus
relaciones? Con qu derecho el hombre tinto en sangre, cubierto
de crmenes horripilantes, destructor de los ms sagrados principios
de humanidad, arrasador de la familia, del honor, de la vida social

217
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de un pueblo, puede presentarse ante las gentes decentes y tener


el atrevimiento de dar normas jurdicas a los Estados?
La primera vctima entre ellos, que se alzara llevando junto a
s en escalofriante procesin a treinta mil espectros degollados, sera
la pacfica Repblica de Hait, la vctima propiciatoria de la vesana y
megalomana blica de este esquizofrnico furioso. Y Hait hablara
de los protervos crmenes que Trujillo ha perpetrado y sigue perpe-
trando contra ese pueblo vecino; Hait dira como esos espectros
fueron asesinados en la ms espantosa matanza que recuerda la
historia de Amrica, obligndoles antes a abrir sus propias sepulturas;
Hait dira como el tirano ha montado, por una propaganda atroz,
todo un sistema de mentiras para calumniar a los pobres habitantes
haitianos de la frontera, llegando a pagar fuertes sumas al gobierno
de Lescot, su esclavo y su hechura durante muchos aos, para que
hiciese declaraciones que les culpasen de inexistentes robos de ga-
nado en la frontera. Hait dira por cuales procedimientos de soborno
Trujillo compr conciencias de polticos haitianos, amenaz a otros,
cohech funcionarios, y despleg una propaganda internacional a
fin de conseguir que el incidente vergonzoso para Amrica de 1937
quedase impune y con las manos libres para seguir coaccionando
a los gobiernos de la vecina Repblica. As lo ha hecho hace poco
con el Presidente Estim, manejando como comparsa al Coronel
haitiano Andr Roland. Este seor recibi dinero, instrucciones
y apoyos de Trujillo por mediacin de su amigo el Secretario de
Interior y Polica dominicano Anselmo A. Paulino. Paulino, que
est casado con haitiana, que vivi aos en Port-au-Prince y que se
relaciona con los servicios antiguos del Coronel Calixte y con otros,
fue el elemento de enlace para preparar una rebelin que pusiese
en el poder a Roland o a Calixte ya que ste que era candidato de
Trujillo para las elecciones subsiguientes a la cada de Lescot, no
haba triunfado en ellas. Trujillo tiene, pues, frente a ese proyecto
de Liga de Naciones Americanas, que pretende suyo, que predicar
con el ejemplo, y ya lo est haciendo con Hait, como lo hace con
relacin a Venezuela, a Cuba, a Guatemala; en donde sus servicios
pagados de espionaje utilizan la valija diplomtica que l no permite
que se respete en Santo Domingo.
Este es otro de los puntos que trata el folleto Nuestra actitud.

218
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Otro se refiere a la generosa acogida a los refugiados. Esa generosi-


dad la conoce muy bien Trujillo y su encargado de recaudaciones a
los desdichados que arriban a Santo Domingo. El Seor Carbuccia,[22]
que era este encargado, se hizo cargo de todo el dinero que cada
emigrante tena acreditado, que oscilaba ente doscientos y cincuenta
dlares por cabeza. Si se cuenta que entre 1939 y 1941 llegaron
a Santo Domingo ms de cinco mil refugiados se tendr una idea
de la cantidad que por este slo concepto entr en los bolsillos del
tirano. Pero ste percibi mucho ms. En primer lugar los anticipos
en cuotas extraordinarias que exigi de las organizaciones y des-
pus todo cuanto stas enviaron para cumplir los contratos con el
gobierno, de facilitar aperos, semillas, habitacin, alimentacin, etc.
Y a esto nase la cifra de los envos por socorros libres, que tambin
administraban los seores Carbuccia y Bosch Pearson.
10. La pantomimesca promesa de Evian. Conocido es que
en 1938 se reuni en Evian, a iniciativa del Presidente Roosevelt,
una conferencia donde se tratara de la distribucin en Amrica de
refugiados polticos europeos. El Strapa, que gusta mucho de los
grandes espectculos y a quien por entonces interesaba extraordi-
nariamente amistarse con Estados Unidos, prometi por medio de
su delegacin la ermita, la fuente y el ro. Ofreci unos terrenos
infrtiles, que tambin en el trpico los hay, donde segn sus cuantas
galanas podran establecerse 100,000 refugiados. La tal oferta era
un verdadero timo para los refugiados, pero un gran negocio para
Trujillo. Poco despus y mediante los oficios de Falk, Rosemberg y
el Comit lsaiah Bowman se llegaba a constituir de acuerdo con el
dictador del organismo titulado Dominican Sattlement Association
de Nueva York, cuyo anagrama fue y sigue siendo si es que an
quedan refugiados DORSA. Se trataba de una organizacin de
hebreos para propiciar la salida de Europa y el establecimiento
en Santo Domingo de refugiados en su mayora centro europeos,
que constituyesen ncleos campesinos para colonizar partes del
territorio dominicano y establecerse all con sus familias. Trujillo
vio rpidamente el negocio. En primer lugar estos refugiados traan
dinero, eran judos y gozaran de la proteccin econmica de los
organismos hebreos de ayuda; esta garanta colocaba en seguridad
al dictador en cuanto a los gastos y le aseguraba posibles ingresos

219
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

y combinaciones; en segundo lugar dada la simpata del gobierno


norteamericano para estos refugiados, su admisin y establecimiento
era un tanto que se apuntaba el dictador cerca del Departamento
de Estado; en tercer lugar iban a llegar hebreas bonitas y gentes
blancas para mejorar la raza y poder decir ms alto cuales eran las
diferencias con la vecina Repblica de Hait.
La primera operacin que hizo Trujillo fue en provecho de su
pecunio personal. Vendi a buen precio al organismo, y de acuerdo
con sus dirigentes, una franja de tierra arenosa, cercana al mar, no
lejos de Puerto Plata, llamada Sosa, tierras que no eran suyas sino
comunales o del Estado, pero que el dictador se apropi sin ms que
desearlas. El gesto fue elogiosamente ensalzado en panegricos
solemnes. As llegaron a Santo Domingo, no cien ni mil refugiados
como haba prometido el tirano, sino unos cientos tan slo que
en cuanto vieron la perspectiva que se les ofreca, comenzaron a
dedicarse a otras actividades muy alejadas del campo. El asunto fue
discutido hasta el punto de que la Brookings Institution se vio en el
caso de encargar a tcnicos suyos el estudio de las condiciones de
asentamiento de aquellos desgraciados; el informe rendido con el
ttulo de Refugee Settlement in the Dominican Republic[23] fue clara-
mente desfavorable. Las condiciones actuales vena a significar el
informe de la vida en Santo Domingo son poco adaptables para
estos refugiados; fijndose en la comida que el tirano deja recibir
al pueblo, al que tiene sometido, el informe era tan explcito como
decir que la dieta del dominicano no difera en estos das trujilleros
de la de aquellos precolombinos en que los tanos se sostenan con
unas cuantas races. Hay que leer ese informe para darse cuenta de
la situacin en que la dictadura ha colocado al pueblo dominicano
pese a la propaganda en contrario, que a fuerza de dinero lanz el
dictador por doquier, para hablar de la prosperidad del pas bajo su
rgimen. El informe de la Brookings aseguraba que la comida de cam-
pesinos y peones era montona, salvo cuando haba naranjas, limones
dulces, o mangos; y que segn las mismas estadsticas del gobierno
se desprenda que slo se consuma menos de una onza de carne
por persona y por da. Si de la alimentacin se pasa en el informe a la
salubridad, el panorama es peor. La Brookings, con cifras precisas, pre-
sentaba el porcentaje espantoso de sifilticos, paldicos, tuberculosos

220
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

y leprosos que tena la Repblica, a los diez aos de tirana. El mismo


cuadro de abandono presenta el informe en cuanto a la enseanza
de instruccin pblica. En fin cuando se conoci este informe, los
ricos hebreos que haban aportado fondos para la DORSA, se dieron
cuenta de que al aceptar la invitacin de Trujillo haban cometido
un error y sometido a los desdichados centro europeos, tratando de
salvarlos, a vivir en lugar poco recomendable por todos conceptos.
Calcule el lector lo que pensaran los demcratas austriacos que no
haban aceptado a Dolfuss, cuando se encontrasen viviendo en el
rgimen de Trujillo; los que venan de los campos de concentracin
del nazismo se encontraron con campos de concentracin como el
de Nigua o como la Fortaleza Ozama, o como las zonas fronterizas.
Quienes huan de las persecuciones domiciliarias, de los asesinatos en
las noches pavorosas, se enfrentaban con el mismo sistema; los que
haban visto a los nazis apoderarse de sus bienes, de sus industrias,
de sus modestos talleres, vean que eso suceda en Santo Domingo a
diario con las tierras, con las industrias y ellos mismos cuando trataron
de dedicarse a negocios lcitos tuvieron que someterse al sistema
de entregas peridicas de sumas para el dictador y algunos vieron
sus industrias modestas atenazadas por las dificultades del rgimen
trujillero. En fin el informe proclamaba las mentiras del dictador
cuando afirmaba: Es patente que pese a la invitacin del gobierno
dominicano del nmero de refugiados que fue invitado a instalarse
slo escasamente el 5% podr establecerse....
Este informe hizo que los hebreos interesados en Estados Uni-
dos por la suerte de sus hermanos, enviase otro comit de expertos
perteneciente al Isaiah Bowman Committee, y estos expertos, pese
a que ya por entonces se haba movilizado la DORSA, es decir, sus
dirigentes, para paliar el mal efecto del informe de la Brookings,
dictaminaron que aunque pudiera ser factible en el futuro el esta-
blecimiento de unos 28.000 colonos en las condiciones existentes
al presente, tal colonizacin era imposible. El clculo ms favorable
para aquellos das, en cuanto al nmero de refugiados posibles,
era el de 5.000; el informe aada que todo lo que se prometa era
para el futuro, pero que en clculos tales no se poda basar una
inmigracin ya que el establecimiento de refugiados no era posible
slo fundndose en suposiciones.

221
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Total, cuando llegaron las cosas a la realidad se descubri la


falacia del dictador. Pero ste ya no se preocup por ello. Concedi
al Sr. James N. Rosemberg el ttulo de Doctor Honoris Causa de la
Universidad y recibi en cambio el de Doctor Honoris Causa de
la de Pittsburgh. En el asunto hubo transacciones de sumas muy
respetables.
A Sosa fueron algunos refugiados. All, en barracones ms o
menos habitables, comenzaron a defender su vida del paludismo, la
sfilis, la tuberculosis, y a tratar de hacer producir aquellos arenales.
Fue una labor inhumana. Los resultados pueden verse todava y
basta leer los informes de la DORSA para darse cuenta del fracaso.
El nico que hizo negocio fue Trujillo.
Lo mismo sucedi con la inmigracin de refugiados espa-
oles. Tambin el dictador, para estar alineado con los Estados
Unidos despus de Evian, acept un contrato informal que hizo su
hermano Virgilio siendo Ministro de Santo Domingo en Pars con
el organismo republicano espaol Servicio de Emigracin de Repu-
blicanos Espaoles, con el anagrama SERE. Este se comprometi a
situar por cada refugiado que llegase a Santo Domingo la cantidad
de 50 dlares y adems, a financiar en forma de Cooperativa Pro
Inmigracin Espaola la explotacin de las tierras que el gobierno
de Trujillo proporcionase. La cooperativa citada se constituy en
Santo Domingo bajo la presidencia de un tal Ral Carbuccia, Secre-
tario de Agricultura, que era el encargado por Trujillo de obtener el
dinero del organismo en beneficio propio. Adems estaban en el
organismo un tal Rodolfo Bosch Pearson, aventurero que casado
en Espaa se bigami en Santo Domingo con una hermana del
Coronel Castillo, jefe de la Polica del dictador, obteniendo as
el apoyo oficial; dos ingenieros, uno de ellos Giner de los Ros y
Pedreo y otras personas. El resultado fue deplorable. Las tierras
que Trujillo ofreci estaban unas cerca de fincas suyas y las en-
tregaba para ser preparadas y cultivadas en su provecho; otras en
regiones extremas como el Seybo o la zona fronteriza con Hait, y
que an produciendo no tendran medios de sacar sus productos.
La cooperativa ofreca vveres anticipados por cuatro meses, hasta
que las tierras comenzasen a dar cosecha y tambin viviendas.
Tenemos a la vista el folleto que con el ttulo Orientaciones para los

222
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

inmigrantes espaoles en la Repblica Dominicana se public en la


editora Montalvo el 1940, por la citada cooperativa pro inmigracin
espaola, y que prometa no slo las tierras, viviendas y riegos, etc.,
sino industrias derivadas, ganadera, pesca y cabotaje, conservas de
carnes y embutidos, teneras; en fin, el oro y el moro. Nada de esto
se cumpli. Baste decir como resultados de esta inmigracin que en
1940 haban llegado unos cinco mil refugiados espaoles huyendo
ya de Francia y dispuestos a acogerse a cualquier cosa; pues bien,
hoy no habr en toda la Repblica Dominicana ni cien. Los dems
pasaron, para huir despavoridos. Quienes haban luchado en su
Patria por libertades polticas y econmicas, no podan adaptarse
ni aceptar aquella espantosa realidad, que los situaba frente a algo
peor que el rgimen de Franco. Es cierto que por desdicha hubo sus
Judas. Aunque avergence a los republicanos espaoles debemos
consignarlo; algunos de ellos se entregaron al dictador y le rindieron
servicios capaces de prolongar su tirana o de colaboracin con l,
para su vanidad y su despotismo; tales fueron los indignos Almoina,
Fernndez M. y Gonzlez B.[24] que le sirvieron directamente en lo
poltico e indirectamente le ayudaron otros como Vela Zanetti y
Manolo Pascual; aquel retratndole, ste haciendo bustos del tirano,
de su padre, de Flor de Oro. Y otros como Lpez Mezquita, que pas
a Ciudad Trujillo a retratar al Strapa y a la Ilustre Mulatona. Mas en
general, y fuera de estas excepciones, la emigracin espaola pas
por Santo Domingo con un gesto de repudio que la enaltece. Los
que aceptaron cargos de mdicos y an de mdicos del Ejrcito, o
los que ocuparon cargos universitarios o de tcnicos en la Secretara
de Educacin o de Industria, se mantuvieron en actitud despectiva y
en cuanto pudieron salir para otros lugares se marcharon, al punto
en que de los cinco mil quedarn hoy en la Repblica Dominicana
unos ochenta.
En qu qued el ofrecimiento de Evian? En pura pantomima.
Cualquier otro gobernante hubiese realizado una labor benefi-
ciosa para su patria, atrayendo a los refugiados con reglamentacin
adecuada y procurando adaptarlos al pas. Mas un gobierno como el
del Chacal de La Casa de Caoba, negacin de los ms elementales
derechos humanos, no poda llevar a cabo esa labor.
Eso mismo le hizo fracasar a la hora de atraerse a inmigrantes

223
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

puertorriqueos. Por difciles que sean las condiciones de la vida


boricua cmo establecer parangn entre la libertad democrtica
que rige en Puerto Rico y el aherrojamiento y esclavitud que preside
el trabajo en Santo Domingo?
Todo este laberinto de los refugiados no sirvi ms que, como
ya se dice, para que el dictador y su hermano Virgilio hicieran nego-
cios fabulosos nos referimos a la inmigracin espaola y para que
no se viese clara la muy turbia actuacin de Tolentino, Garca Mella
y Pina Chevalier.[25] Tampoco parece que anduvieron muy limpios
los negocios que, a nombre del tirano, haca en Alemania el Lic.
Roberto Despradel. El generoso ofrecimiento de Evian fue un gran
negocio para el dspota. No obstante cuando se reuni en Mxico,
en 1943, el Congreso Demogrfico Interamericano, el delegado de
Trujillo, Gustavo Julio Henrquez, tuvo el desparpajo de reiterar la
oferta de su amo, de recibir 100,000 refugiados europeos, rebatiendo
los informes de la Brookings y del Comit Isaiah Bowman.
11. Preparacin del Strapa para la guerra y gravsimos
peligros que ello ofrece. La organizacin militar que ha logrado
Trujillo en los ltimos meses es verdaderamente imponente. Actual-
mente el dictador dominicano mantiene en pie de guerra treinta mil
hombres del Ejrcito regular y unos cincuenta mil entre veteranos,
reservistas y juventudes militarizadas en la Universidad, Escuelas
Normales y dems Centros de Enseanza. Es decir, Trujillo puede
movilizar en cualquier momento cerca de cien mil hombres. Para
su armamento ha recibido, ya por compra o por canje, las armas
ms modernas de la Argentina y del Brasil. Pern le envi una fuerte
cantidad de fusiles, fusiles ametralladores, ametralladoras, morteros
y caones junto con la Misin especial que fue a Santo Domingo
el 16 de agosto de 1947, a la nueva posesin del reelecto tirano.
Posteriormente Trujillo sigui adquiriendo ms armamento. Un ao
antes haba comprado en Brasil fusiles y ametralladoras, con su co-
rrespondiente dotacin y en el Canad adquiri barcos de guerra:
una corbeta, una fragata y algn barco transporte. Fue precisamente
la corbeta bautizada Coln, la que hizo el viaje a Ro, para traer el
armamento vendido a Trujillo por Dutra, pese a la oposicin del
Departamento de Estado. Desde agosto de 1947 posea Trujillo,
pues, una flota de guerra de unas doce unidades grandes. Por los

224
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

mismos das estaba gestionando cerca del gobierno ingls, la adqui-


sicin utilizando operaciones de exportacin de azcar de seis
destroyers modernsimos. Dos de ellos ya estn en su poder: uno el
Hotspur, que tom parte en la batalla de Narvik, fue construido en
1935, ha sido reartillado y reajustado convenientemente y puede
considerarse como un crucero ligero; al llegar a Santo Domingo se
le rebautiz Generalsimo; el otro, de tipo muy parecido, lleva el
nombre de Trujillo; los otros cuatro estn para llegar y representa la
fuerza naval ms importante del Caribe, ya que cualquiera de ellos
tiene una marcha de 30 nudos cuando menos y un tiro de precisin
y seguridad que puede sobrepasar el de unidades de mayor categora
en tonelaje; adems, estos buques estn perfectamente blindados
por el sistema ingls de espacios intercostales al vaco. Es decir,
cuando estas pginas sean publicadas, Trujillo tendr una flota de
guerra de ms de veinte unidades principales, de las cuales ocho o
diez de primera lnea. Por otra parte, ya en agosto de 1947 posea
el dictador unos cien aviones de combate y bombardeo, monomo-
tores y bimotores; un instructor norteamericano estuvo varios meses
entrenando a los pilotos dominicanos. Posteriormente el dictador
pudo adquirir en Estados Unidos unos veinticinco aviones ms del
tipo P-38, los ms modernos que se han construido antes de salir
los de propulsin a chorro, aparatos de combate con ancho radio
de accin, pues pueden hacer, sin aprovisionarse de combustible,
intervenciones a ms de trescientas millas de su base y regresar a
esta fcilmente.
Todo este aparato blico que ya estaba en proyecto en parte
adquirido desde 1945-1946, fue aumentado y lo seguir siendo,
despus de la fracasada expedicin de Cayo Confites.

NOTAS

1. Juan Bosch, Luis E Meja y Ramn de Lara.


2. Rafael Simn Urbina, Victoria, dolor y tragedia. Ciudad Trujillo, L Snchez Andjar,
1946.
3. Andrs Julio Espinal.
4. Andrs Julio Espinal, Trujillo, Bosch y Yo. Santo Domingo, Editora Arte y Cine,
1971. Vase adems el comentario de este libro de Juan Isidro Jimenes Grulln
Puntualizaciones histricas, El Nacional, 8 septiembre 1970, 11; y 9 septiembre
1970,16.

225
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

5 Jos Mara Velasco Ibarra (1893-1979), poltico ecuatoriano, Presidente de la


Repblica (1934-1935; 1944-1947; 1952-1956; 1960-1961; 1968-1972). Aunque
su talento oratorio le fue de gran ayuda a la hora de alcanzar victorias electorales,
no fue muy hbil para mantenerse en el cargo, una vez alcanzado. Naci en Quito
y estudi en esta ciudad y en Pars. Durante su primera presidencia (1934-1935),
trat de introducir reformas econmicas, pero cuando el Congreso se opuso a
stas y Velasco adopt poderes dictatoriales, fue destituido por un golpe militar
en 1935 y se exili. Regres en 1944, colabor en la cada del presidente Carlos
Arroyo del Ro y, posteriormente, fue nombrado presidente provisional. Sin
embargo, una vez ms, sus impopulares polticas le hicieron perder apoyo, y en
1947 fue expulsado nuevamente del poder por el Ejrcito. En 1952 fue elegido
para un mandato de cuatro aos; dej el cargo en 1956, para ser reelegido
nuevamente en 1960 y derrocado al ao siguiente. Fue elegido por ltima vez
en 1968 y casi haba acabado su mandato cuando fue depuesto en 1972. Desde
entonces, vivi exiliado en Argentina, hasta un mes antes de su muerte, en que
regres a Ecuador. El Ejrcito impidi que en 1978 se presentara de nuevo a la
presidencia.
6 Henry Gazn se gradu de ingeniero en el ao 1931 en la Escuela Central de
Pars. Al final de los aos treinta fue arquitecto auxiliar del Consejo Administrativo
del Distrito de Santo Domingo. En esas funciones confeccion el proyecto del
balneario Boca Chica. En el ao 1940 fue nombrado Subsecretario de interior y
Polica. Se hizo rico construyendo durante la Era de Trujillo. Construy una casa
que asemejaba un barco y le coloc el nombre de Vitalicio. Otras obras suyas
fueron la iglesia parroquial de San Cristbal, el Mercado Modelo, y el edificio El
Cerro en las afueras de San Cristbal.
7 Cuartel General del Ejrcito cubano, sede de la aviacin multar.
8 Emilio Garca Godoy.
9 Vase nota No. 7 anteriormente citada.
10 Otto Winter fue el piloto alemn contratado por Trujillo para entrenar a los
pilotos dominicanos. Una carta enviada desde la Embajada Norteamericana
al Departamento de Estado en octubre del ao 1947 deca: [...] el Gobierno
dominicano est empleando a no-americanos en condicin de consejeros. Por
ejemplo, el antiguo instructor de la fuerza area alemn Otto Winter, ha sido
empleado recientemente como consejero e instructor para la fuerza area [...].
Vase a Bernardo Vega, Los Estados Unidos y Trujillo, ao 1947. Santo Domingo,
Fundacin Cultural Dominicana, 1984. tomo II, 842.
11. Page Cooper, Sambumbia. A Discovery of the Dominican Republic, the Modern
Hispaniola. New York, The Caribbean Library, 1947.
12. Ricardo Prez Alfonseca.
13. Henry Helfant, The Trujillo Doctrine of the Humanitarian Diplomatic Asylum.
Mxico, Editorial Ofsset Continente, s/f.
14. Sobre Kovacs vase el libro de Domingo Liln Armas y poder. Los hngaros y La
Armera de San Cristbal. Santo Domingo, Editora Cole, 2000, 245 pginas.
15. J. A. Osorio Lizarazo, La isla iluminada. Santiago, Editorial El Diario, 1947.
16. Ing. Flix F. Palavicini.
17. Fernando Amilpa y Luis Gmez Z.

226
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

18. Juan Jos Arvalo, (1904-1990), poltico guatemalteco, presidente de la Repblica


(1945-1951).
19. Ciudad Trujillo, Editorial Nacional, 1946. En otro libro suyo (Yo fui secretario de
Trujillo. Buenos Aires, Editora y Distribuidora del Plata, 1950) Almoina afirma
que l fue el autor de esta obra. Esta afirmacin la corrobora Emilio Rodrguez
Demorizi en Seudnimos dominicanos. Ciudad Trujillo, Editora Montalvo, 1956,
42.
20. Vase el folleto Un crimen de alta traicin. El caso de Emilio A. Moral ex-Ministro
Plenipotenciario de la Repblica Dominicana. Ciudad Trujillo, Impresora Domini-
cana, 1948.
21. Ciudad Trujillo, Editora La Nacin, 1943.
22. Ral Carbucia.
23. The Brookings Institution, Refugee Settlement in tire Dominican Republic. Was-
hington, George Santa Publishing Company, 1942. El gobierno respondi esta
publicacin con el libro Capacidad de la Repblica Dominicana de absorber
refugiados. Ciudad Trujillo, Editora Montalvo, 1945
24. Jos Almoina [el autor de este libro], Ramn Fernndez Mato, y Pedro Gonzlez
Blanco.
25. Rafael Csar Tolentino, Moiss Barcia Mella, y Plinio Pina Chevalier.

227
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

228
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

DOCUMENTOS Y NOTICIAS
CORROBORANTES

ADVERTENCIA MUY PERTINENTE

La reaccin de Trujillo ante los ataques que se le hacen fuera del


pas no puede ser ms pueril. Busca testimonios falsos, fabrica do-
cumentos inexistentes o hace que se redacten escritos individuales
o colectivos. Quiere ante todo aparecer como vctima atacada.
En una ocasin en que Juan Bosch, el denodado luchador
dominicano, produjo unas viriles declaraciones contra la tirana
de Trujillo, este mand fabricar una carta en la que al pie apareca
la firma autgrafa del enemigo de la dictadura. Bien se ve lo fcil
que es hacerse de un autgrafo de cualquier persona. En esta car-
ta apareca Bosch solicitando del Chacal un empleo y haciendo
grandes elogios de Trujillo. Pura patraa y procedimiento muy
usual en el dspota.
Ya sabemos que cuando asesinaron al nio Perozo, en San
Francisco de Macors, el Chacal hizo escribir a la viuda del mismo
apellido una carta ensalzndole. De ella se hicieron copias fotost-
ticas que se mandaron a las Embajadas y Legacin norteamericana,
para que rectificaran la noticia del asesinato.
Al protestar la prensa y la masonera cubana del trato que se
estaba dando a los miembros del AJEF y en especial a los Fernndez
Reyes, el Strapa oblig a un to de estos, viejo masn, a escribir
una carta rectificando aquellas noticias y diciendo que no haba
tales malos tratos.
Como ya conocemos el sistema trujillero advertimos a los lec-
tores, seguros como estamos de que al conocer este libro intentar
desvirtuarlo con rectificaciones fuera de toda verdad. Lo que aqu

229
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

se dice podr ser, a veces, un poco crudo, pero es tan exacto que
trabajo le damos al que intente rectificarnos.

DOCUMENTO NO. 1
CARTA MANIFIESTO

Ciudad Trujillo, 22 de enero 1945

Al Presidente del Senado de la Repblica

El Presidente, Generalsimo Doctor Trujillo Molina, Benefactor


de la Patria, debe ser nominado desde ahora Presidente de la Re-
pblica, hasta diez aos ms del perodo de la postguerra, a partir
de la firma del tratado de la Paz

TTULO IV
DE LA SOBERANA

Artculo 12 de la Constitucin Poltica del Estado

Solo el pueblo es soberano

Honorables Senadores:

Como ciudadano en pleno ejercicio de mis derechos civiles


y polticos, y teniendo como razn suprema la grandeza moral y
material de la obra realizada por el Generalsimo Dr. Rafael Leonidas
Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Libertador de las Finanzas
Dominicanas, en bien de todas las clases sociales, y muy especial-
mente del obrero rural y campesino, unidos hoy por un mismo senti-
miento partidarista, al grado que no existen ni banderas ni dirigentes
adversos a la ideologa de su alta poltica de Estado; prevalido de
esas razones, Honorable Seor Presidente del Senado, vengo en
solicitud de su potestad, prerrogativas, patriotismo y de su devocin
por el sentimiento dominicanista del Ilustre Estadista, a fin de que
haga viable en forma plebiscitaria, mediante resolucin solemne
de la Asamblea Nacional, la extensin del mandato soberano del

230
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

pueblo para que el Generalsimo Dr. Trujillo Molina, Benefactor de


la Patria, permanezca en el poder desde ahora, durante diez aos
ms del perodo de postguerra, a partir de la fecha de la firma del
Tratado de Paz.
Las manifestaciones de gratitud del pas han de corresponder
a la magnitud del bien que l ha realizado y nada podra como
para prueba de cario pasar a la historia con ms fuerza moral y
sensatez.
Agobiado por dolores fsicos, y de no pocas torturas morales,
tal vez en trance a pasar a mejor vida, me he valido de mis derechos
de ciudadano agradecido, para escribiros dentro de mis dolores, esta
Carta Manifiesto, sin otro estmulo que el de ver a mi amado pue-
blo, tan sufrido, tan desventurado ayer, hoy tan dichoso y contento
rebosante de satisfacciones.
Vos sabis, Honorable Seor Presidente, que fui de los que
sufrieron las angustias de aquellas inquietudes, de los horrores de
aquellos das inclementes de hambre, de odios y de duelos.
En la paz de mi hogar, en el silencio de mis horas largas,
examinando mejor el gran bien que ha hecho y hace el Presidente
Trujillo Molina a su pas, he comprendido todo el pasado trgico y
doloroso en que vivi la Repblica, para ponderar en toda su gran-
deza esa obra sin precedentes realizada por el gran patriota y nico
Estadista dominicano; restableciendo la paz, la justicia, el derecho
y la fraternidad dentro del conglomerado social.
Vale seor Presidente, no tengo otro inters que el ver cum-
plida en la democracia dominicana la nica apoteosis capaz de
corresponder en Gloria a los servicios del herosmo silencioso de
Trujillo por hacer feliz a su pueblo, creando constantemente nuevas
industrias para enriquecerlo y dignificarlo cada vez ms con la digni-
dad con que anda ya por el mundo el crdito de la Repblica.
Las posibles perturbaciones de la postguerra y el progreso del
pas y la estabilidad del bienestar del pueblo dominicano requieren
imperativamente, la permanencia en el poder del Generalsimo
Trujillo.
Si el noble, altruista y consciente pueblo americano ha estudia-
do detenidamente con la frialdad caracterstica de l, las necesidades
y los grandes y complicados problemas que afrontar la gran Nacin

231
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Americana cuna de la primera democracia del mundo durante el


perodo de la postguerra; problemas que tendrn por delante todas
las dems naciones del mundo; y especialmente las de la Amrica
Latina y concurri serenamente, a depositar sus votos para llevar
nuevamente a la Primera Magistratura del Estado, reelecto por
cuarta vez, al prominente hombre de Estado, Honorable Roose-
velt; apreciando con tranquilidad de conciencia las circunstancias y
difciles momentos de la hora actual porque atraviesa el mundo con
el conflicto armado cuya finalidad parece ser que es la del extermi-
nio universal; qu motivos; qu circunstancias, pueden impedirle
al Pueblo Dominicano, nico soberano, para que no pueda votar
consciente y responsablemente, para que el gran patriota y nico
Estadista dominicano, el Generalsimo Trujillo Molina, ocupe desde
ahora, permanentemente, la Presidencia de la Repblica y contine
en ella diez aos despus del perodo de la postguerra, habida cuenta
de los grandes problemas y complicaciones internacionales que van
a afrontar las Naciones Unidas durante ese lgido perodo, cuando
dichos problemas sera Trujillo el nico capaz de resolverlos, por
sus profundos conocimientos y gran experiencia de catorce aos de
gobiernos bien organizados que han llevado a la Nacin al grado
de civilizacin y de orden donde hoy se encuentra.
Adems; es bien sabido en todo el mundo, y por todos los
gobiernos de los dems Estados, que el Generalsimo Trujillo Molina,
fue quien concibi y propuso la Liga de las Naciones Americanas;
luminosa idea que fue acogida con entusiasmo, con amor, por el
corazn de todos los pueblos de Amrica, crendose como autor
nico de ese luminoso proyecto, un compromiso internacional de
carcter permanente; que su labor en ese sentido ha sido siempre
constante; que su proyecto fue acogido con admiracin, con respeto
y con inters por lo que l encierra, por sus dos grandes amigos; el
Honorable Presidente Roosevelt, y Cordell Hull; quienes, estudiando
como cosa de Estado la noble y sabia idea, llegaron a la conclusin
de ver, serenamente, el bien que le proporcionara a la Amrica una
Liga de Naciones Americanas, como defensa de este Continente
amenazado por las fuerzas de los poderosos; que las semillas de
esa democrtica proposicin continan germinando en el corazn
de Amrica, porque ellas conllevan en s la defensa de los pueblos

232
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

dbiles; que esa resolucin del Honorable Congreso Nacional, no


atropellara ni violara de ningn modo nuestra constitucin poltica,
habida cuenta de que es una voluntad expresa del pueblo que es
el nico soberano, y cuya voluntad hay que cumplir, porque l vela
por su bienestar, por su progreso, por el sostenimiento de la paz que
hemos adquirido durante la Era de Trujillo, en estos dolorossimos
momentos en que la tierra vomita fuego con el furor de la guerra;
y agradecidos hasta la saciedad por la obra que l ha realizado,
corresponde de este modo a sus desvelos, a sus luchas que cons-
tantemente le proporcionan los problemas del Estado.
Los pueblos se engrandecen reverenciando a sus Benefactores;
porque ese es el tnico del pueblo; pero ese plebiscito ms que
una reverencia es una necesidad histrica; una contingencia de la
postguerra que se impone como un imperativo categrico en la
conciencia poltica del pueblo dominicano.
Vean y pauten los parlamentarios las vas de su viabilidad legal,
situndose dentro del patriotismo que siempre han demostrado y
que ha sido su pauta como leales servidores del ms ilustre de todos
los dominicanos: el Generalsimo Dr. Trujillo Molina, Benefactor de
la Patria y Creador de la Nueva Nacionalidad.

Dios, Patria y Libertad.

Francisco Martnez Gonzlez

DOCUMENTO NO. 2
TRUJILLO Y LA MONUMENTALIDAD

Ya en el texto se dan muestras de la desbordada megalomana del


Chacal, en lo relativo a personales homenajes. Mas quiso tambin
tener monumentos que lo glorificasen. Parece innecesario advertir
que sus retratos llenan el pas entero. Es obligatorio tener su efigie, al
lado de alguna imagen, especialmente del Sagrado Corazn de Jess
o de la Virgen de Altagracia, con los lemas Dios y Trujillo, Trujillo
Siempre, y Trujillo y la Virgen de Altagracia. Es tambin indeclinable,
el que en los vestbulos de los edificios pblicos aparezca el busto
del dictador en gran tamao. As puede vrsele en el Jaragua hotel

233
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

que es de su propiedad, en el Capitolio, en la Universidad, en la


Ciudad Universitaria, en las Escuelas Normales, en las Secretaras de
estado, en la Escuela de Bellas Artes, en el Congreso Nacional, etc.
Hay adems por toda la nacin bustos, lpidas, estatuas, etc.
En San Cristbal, donde naci el tirano, se derribaron varias
cuadras de casas, para dejar espacio al emplazamiento de un mo-
numento, nico en el mundo, llamado Monumento de las piedras
vivas. Se trata de toda una revolucin en la biologa y en la mine-
raloga: hacer de lo inanimado elemento vital. La cosa no era para
menos. All haba nacido el Padre de la Patria Nueva. Lo denominan
as para oscurecer a Duarte, al que llaman Padre de la Patria, sin
aditamentos.
La importancia que los aduladores, alentados por Trujillo, con-
ceden a San Cristbal, el alden donde vino al mundo el Chacal de
La Casa de Caoba, llega a extremos inauditos. En esta misma seccin
documental puede leerse cmo el adiposo Logroo compara a San
Cristbal con... Beln. El gran turiferario del rgimen no se paraba
en barras, a la hora de los parangones.
Ms haca falta un monumento enorme, definitivo, disparatado.
Ya en 1935 se pens en ello y desde aquella fecha vino engendrn-
dose la idea de un Comit Nacional pro Monumento a Trujillo, que
recaud grandes cantidades entregadas, como fcilmente se supon-
dr espontneamente. Se presentaron varios proyectos. El Strapa
deseaba un monumento no es broma, aunque lo parezca en el
que se le representara, en bronce y mrmol, y en diversas actitudes:
ecuestre, sedente, con muceta de doctor, con toga de magistrado,
con uniforme militar, con traje de equitacin, pedestre, sobre todo
pedestremente. Como esto era un sueo disparatado, aunque para
sus aduladores no hay nada infactible, fue el depravado y sedicente
ingeniero puertorriqueo Bentez Rexach. Conchavado con el dic-
tador en todos los manejos de obras de puertos, quien convenci
a ste de que lo nico que iba bien con su personalidad, era un
monumento parejo al que representa a Bolvar en Boyac. Dicho
y hecho. Llam el Strapa a la sabandija de Mario Fermn Cabral
y ste se encarg de planear el monumento, que sera emplazado
en la plaza mayor de Santiago de los Caballeros, para que los hon-
rados vecinos de esta ciudad, donde se odia al dictador, tuvieran

234
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

que tragar paquete a diario, ante el testimonio del arbitrario poder


del dspota.
Fue este monumento para el traidorzuelo y ladrn Cabral,
pretexto de ingreso de sumas ingentes, que reparta con su Jefe.
No se trataba de una estatua cualquiera, sino de un monumento
que escalase los altos cielos. Inicironse las obras, y an continan,
de este desconcertante y monstruoso engendro, que para mayor
sarcasmo se llama Monumento a la paz de Trujillo. Se trata de la
portada del gran cementerio en que ha convertido el Strapa la
tierra dominicana. La paz reina en Varsovia. Es un prtico enorme,
cuyo pedestal lo forman tres o cuatro cuerpos de edificios, donde
se proyectan alojar tropas, crculos del Partido Dominicano, etc.
Sobre todo esto se levanta, una a modo de chimenea de fbrica,
sobre cuyo cornisamento cabalgar la estatua ecuestre del dictador,
encabritada y sofrenada por este gran mamarracho, la capa al viento
y el emplumado bicornio sobre la mollera. Va a costar cierto traba-
jito apearlo, pero todo se andar. Creo que tambin hay una figura
simbolizando la... Paz. La ponen muy alta para que nadie la vea,
pero la ponen. Como se ve, se trata de un poema arquitectnico-
escultrico, disparatado, que va costando al pas, hasta hoy, varios
milloncejos de dlares. La codicia del antiguo raterillo, ayudado
por el menguadsimo Cabral, seguir explorando esta seria fuente
de ingresos.
Y ya que de monumentos hablamos, convendr que nos
refiramos al proyecto de Faro a Coln, otro tpico ejemplo de los
procederes poltico-econmicos del dictador. La construccin en la
isla de Santo Domingo de un monumento al descubridor del Nuevo
Mundo fue acordada definitivamente por la Octava Conferencia
Panamericana, reunida en Lima del 9 al 27 de diciembre de 1938
al aprobar el proyecto presentado por la delegacin dominicana
presidida por el Sr. Max Henrquez Urea, si bien en la Conferencia
Interamericana de Consolidacin de la Paz, celebrada en Buenos
Aires del 1 al 23 de diciembre de 1936, es decir, dos aos antes,
ya se haba determinado el que las Repblicas todas de Amrica
contribuyesen a la construccin de un Faro Conmemorativo a Co-
ln, smbolo de la fraternidad y de la Unin de Amrica. Par, ante
tal acuerdo, Trujillo par las orejas y pidi que los caudales fueran

235
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

entregados a la Repblica Dominicana, esto es, a l. Y preguntamos


ese dinero que ya le han ido entregando algunos gobiernos inge-
nuos, cmo se invierte? Quin inspecciona el empleo que de l
se hace? Sometemos esto a los gobiernos interesados, no sea que
suceda lo mismo que con la memorable declaracin de Evian o con
lo del derecho de asilo trujillero defendido por el sinvergenza de
Helfant y que a poder, jams hubiera respetado el tirano.

DOCUMENTO NO. 3
LOS EMBAJADORES NORTEAMERICANOS

El trato que da el tirano a los Embajadores estadounidenses jz-


guese lo que suceder con los otros no puede ser ms degradante.
Trujillo conoce el procedimiento para captarse a los representan-
tes diplomticos. Srvanos de ejemplo, el que utiliz con Avra M.
Warren: fue cohechado. Una vez el Embajador a su servicio, ya
sabe el Chacal de La Casa de Caoba que al Departamento de Es-
tado de Washington no llegar ms informacin que la que a l le
convenga.
Si el Embajador no es fcil al soborno, busca por todos los
medios informarse de cuanto acontece en la embajada, de las
relaciones del diplomtico antes de llegar al pas y un buen da,
inopinadamente, el funcionario es destituido. Tal sucedi con Ellis
C. Briggs. La razn es obvia: este digno diplomtico sucesor de
Warren no quiso doblegarse al tirano. Contrariamente, informado
de los crmenes de Trujillo, se mantuvo distanciado de l, en todo
cuanto no afectase al protocolo. Briggs, hombre de pulcritud ejem-
plar, de muy elevado puritanismo, repugn inmediatamente aquella
corte operetstica, bajo cuyas apariencias de ridcula solemnidad se
vive uno de los ms intensos dramas de la poca presente. Briggs
hubiera deseado hacer algo por el pueblo esclavizado de Santo
Domingo. No poda.
Estando de Embajador Briggs, pasaron por Santo Domingo, el
coordinador Rockefeller y el ilustre musiclogo Durn. Comprendien-
do el Strapa que Briggs era un testigo importuno hizo cuanto pudo
por deshacerse de l, y utilizando a sus banqueros, a Davies, a sus
amigos negociantes de Nueva York, consigui que Briggs fuese llama-

236
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

do a Washington. Poco despus llegaba a Santo Domingo el nuevo


Embajador yanqui, McGurk, un hombre apopltico, congestivo, de
limpia conciencia e intenciones honestas. Tuvo McGurk que soportar
bromas muy pesadas del tirano ante los dems diplomticos, y an la
calumnia promovida por el propio Trujillo, de que era homosexual.
Al fin tambin McGurk fue llamado a Washington. Indudablemente
las empresas azucareras y la Grenada Fruit Company tienen en la
Casa Blanca ms fuerza que las personas decentes.

DOCUMENTO NO. 4
EL INTERVENCIONISMO TRUJILLISTA

Unos aviones, confiscados en Nicaragua y que iban camino de Ve-


nezuela, eran de procedencia dominicana, enviados por el Strapa
para colaborar con el levantamiento lpezcontrerista. Traslademos
la noticia escueta dada por la United Press.

Nicaragua confisc unos aviones


que iban hacia Caracas

Washington, febrero 3 (UP). El Embajador de Nicaragua en


Washington, Guillermo Sevilla Sacasa, anunci que el gobierno de
su pas ha confiscado dos aviones que aterrizaron recientemente
en Puerto Cabezas, Nicaragua, y que sus tripulantes fueron inter-
nados.
Sacasa dijo que los aviones llegaron hace varios das equipa-
dos con armamentos y con veintisiete revolucionarios venezolanos
a bordo. Agreg que stos fueron detenidos inmediatamente y
que los aviones quedaron bajo la vigilancia de las autoridades de
Puerto Cabezas. Posteriormente, manifest, los detenidos fueron
trasladados a Managua.
Sigui diciendo que el gobierno de Nicaragua no permitir a
los aviones salir del pas y que sern utilizados de ser necesario, para
defender al pas contra cualesquiera revolucionarios que puedan
proyectar agresiones contra Nicaragua.
Sevilla Sacasa inform que no sabe si haba norteamericanos

237
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

a bordo de los aviones en cuestin. Agreg que el Presidente


de Nicaragua, Vctor Romn Reyes haba cablegrafiado al Pre-
sidente de Venezuela Rmulo Betancourt informndole de la
confiscacin de los aparatos, y asegurndole que su gobierno
nunca permitir la realizacin en su territorio de actos hostiles,
contra ningn otro pas.

DOCUMENTO NO. 5
LAS ELECCIONES DEL 16 DE MAYO

Trujillo sali victorioso sobre los dos tteres que se prestaron para el
bochornoso juego de las falsas elecciones del 16 de mayo.
Leamos lo que dijo la prensa mundial acerca de los preparativos
y la celebracin de las mismas.

La Revista Time.

Rafael Espaillat ha pasado su campaa trabajando el huerto


de su finquita en las afueras de Ciudad Trujillo. Prats Ramrez fir-
m recientemente una resolucin rutinaria de encomio hacia el
Benefactor. Ninguno de ellos ha pronunciado un discurso durante
la campaa.

Prensa Asociada:

Trujillo regres anoche de un recorrido por la regin ganadera,


tabacalera y platanera del norte. Dirigi la entrevista sentado tras
un bur lleno de papeles. Expres que tiene confianza en ganar las
elecciones presidenciales de maana (mayo 15).
Espaillat y Prats Ramrez han admitido ya su derrota. Ambos
partidos son ramas del Partido Dominicano (el de Trujillo), y no hacen
crtica del actual rgimen. Ninguno de los dos puede ser considerado
de oposicin, ya que ninguno habla de cambios importantes en el
actual programa de gobierno.
...la victoria ha sido abrumadoramente grande a favor del
presidente actual, candidato a un cuarto perodo. Trujillo parece

238
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

estar ya seguro de ocupar la Primera Magistratura por otros cinco


aos (mayo 16).

DOCUMENTO NO. 6
TRUJILLO Y LA REACCIN NORTEAMERICANA

Trujillo el genio tenebroso de Amrica, al celebrar con tan bue-


nos resultados la nueva farsa de las elecciones, sin que ninguna
presin internacional lo molestara en lo ms mnimo, maneja ahora
el argumento de que busc la reeleccin para continuar la lucha
internacional contra el comunismo.
Vamos por parte, para explicarnos la maquiavlica actuacin
del tirano dominicano.
El ao pasado los Estados Unidos mostraban cierta tibieza en
sus relaciones con el gobierno dominicano. Pareca que Trujillo haba
sufrido baja en su valores. En este intervalo, le visit su abogado, el
norteamericano Joseph Davies, que le alent y le proclam cam-
pen de la libertad, asegurndole que actuara en Washington a su
favor. Cuando Davies autor del libro Misin en Mosc[1] lleg al
aeropuerto de Rancho Boyeros, se hall por coincidencia con el
Presidente del Partido Comunista de Cuba, y conversaron un buen
rato sobre Santo Domingo.
En octubre 13 de 1946, el tirano dirigi una carta pblica al
Secretario de lo Interior y Polica de su rgimen. Entre otras cosas,
recomendaba a ese funcionario tomar todas las providencias ne-
cesarias para garantizar a los componentes del grupo comunista
la libre realizacin de cuantas actividades lcitas estimen tiles para
formar un partido poltico que pueda ser legalmente reconocido.
Washington puso en seguida ojo avizor. La abandonada y
lujosa Embajada del barrio de Gazcue fue ocupada inmediatamente
por un nuevo Embajador. Trujillo reclamara a su favor la poltica del
dejar hacer a cambio de una futura actuacin contra el comunismo
internacional.
De ese modo, Trujillo tomaba a los comunistas de conejillos
de indias para ensayar una nueva maniobra con el fin de que el De-
partamento de Estado no lo molestara en sus planes de mantenerse
en el poder. Abrindoles las puertas a los comunistas, intentaba

239
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

tambin contradecir las acusaciones que se le hacen a su rgimen


unipartidista y haca ver a los intereses yanquis que l hombre
fuerte era el que convena a su utilitarismo.
Los comunistas saludaron con efusin lo que consideraron
pblicamente, en carta de octubre 16, un paso firme y de positivo
alcance para la democratizacin de nuestro pas, y un golpe rudo
a las maniobras de los reaccionarios enemigos del pueblo que pre-
tenden liquidar las garantas democrticas existentes y obstaculizan
la consolidacin y ampliacin de las mismas.
Trujillo sonrea con gran satisfaccin...
Comenz a poner en prctica su maniobra. Aparent simpati-
zar con el comunismo, los invit a actuar con relativa libertad para
chantajear al Departamento de Estado. Escribi sobre Rusia y los
comunistas, en la carta antecitada, lo siguiente:

El comunismo, cuya existencia en la Repblica es ya un he-


cho real de positivas proyecciones, tiene su indudable origen
en las organizaciones de la Unin Socialista de Repblicas
Soviticas y, para apreciarlo como gestador de actividades
poltico-sociales, sera justo no olvidar la abnegada cooperacin
que en el transcurso de la reciente guerra mundial prestaron
aquellas democracias. Su existencia entre nosotros es, asimis-
mo, un ments rotundo y elocuente a los calumniadores que
infundadamente acusan a la Repblica Dominicana de no estar
conducida por un rgimen democrtico, los comunistas actan
aqu deliberadamente y tienen las ms amplias oportunidades
para organizarse legalmente como partido poltico e intervenir
en las cuestiones de inters nacional, etc.

Ocho meses despus de haber firmado esas palabras, hizo a


los corresponsales de la United Press y de Associated Press, algunas
manifestaciones que contradicen totalmente las anteriores. (Was-
hington lo haba dejado hacer). Trujillo se pronunci as:

La poltica norteamericana de energa con Rusia es una pol-


tica que los Estados Unidos debieron haber aplicado hace ya
mucho tiempo. Me opongo al comunismo en cualquier forma

240
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

y bajo cualquier nombre. Por todo el tiempo que yo sea Jefe


del gobierno de mi pas, no vacilar en eliminar cualquier mo-
vimiento comunista interno, y cooperar con firmeza y eficacia
a eliminar el comunismo del territorio de nuestras Amricas.

Esas palabras, en labios de Trujillo, no son una simple amenaza


sino un decreto aterrador. No hay que olvidar que en 1936 [2] dio la
orden de matar a todos los haitianos que residan en la Repblica
Dominicana, macabra degollina que ascendi a por lo menos 30,000
cadveres. Trujillo es firme y eficaz cuando se trata de eliminar cual-
quier intento de arrancar al pueblo de su absolutismo.
Segn sus propios clculos, en el pas slo hay unos 300
stalinistas. Su eliminacin le sera fcil; pero lo horrible, lo espanto-
samente criminal es que en lo adelante Trujillo encuadrar a todos
los dominicanos que sean desafectos a su rgimen en la categora
de comunistas, los perseguir, eliminar y condenar a su capricho
sin que necesariamente todos obedezcan las consignas del Kremlin,
los que exclusivamente luchan porque en la Repblica Dominicana
sea instauradas la libertad, la democracia y la justicia social, sin haber
hecho testimonio de la fe en los pasos progresistas del tirano.
Indudablemente, Trujillo cooperar de un modo efectivo y
radical con los reaccionarios de la poltica imperialista norteame-
ricana en la lucha, no contra los comunistas, sino contra todos los
movimientos progresistas en Amrica, contra todo programa revo-
lucionario, contra toda actitud antiimperialista y democrtica. De
hecho, lo ha venido haciendo. Trujillo es el brazo fuerte que apoya
el movimiento reaccionario contra la Junta Revolucionaria de Vene-
zuela y estimula las labores que en el propio pas dominicano estn
realizando los enemigos del rgimen popular autntico de Cuba. En
la prensa dominicana fiscalizada por Trujillo, se denuncian como
comunistas a los gobiernos de Betancourt y Grau.
Mientras tanto, Amrica permanece indiferente ante las maqui-
naciones antidemocrticas y fascistas de Trujillo. Nuestros pueblos
no se han determinado todava a arremeter contra el trujillato, el
ms fuerte y slido baluarte de la reaccin en Amrica Latina. En
la organizacin y capacitacin para la lucha revolucionaria de las
masas dominicanas, est la liberacin del pueblo que ahora sufre la

241
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

vergenza de unas elecciones amaadas y obligadas. Los militantes


de la O.I.P.D., se reafirman cada vez ms en el mtodo de lucha
revolucionaria que se han trazado y en las conclusiones a que han
llegado en su postura socialista-revolucionaria.

*****
Explicacin dada por un lder de la imposibilidad de una
lucha legal. Mauricio Bez, lder obrero en el Este, y sus compaeros
Dato Pagn y Vctor Ortiz, a su llegada a Cuba, han manifestado
que se encuentran en franca contradiccin con la tctica del Partido
Socialista Popular Dominicano, algunos de cuyos dirigentes los han
expulsado del mismo bajo la acusacin de traidores en razn no de
que se hayan ido con el enemigo, sino que no han podido seguir obe-
deciendo la equivocada tctica seguida en el caso dominicano.
Dichos compatriotas estiman que la lucha legal en Santo
Domingo es absurda, dadas las condiciones feroces de la tirana
trujillista. Segn sus informaciones, el movimiento legal preconizado
por el PSPD ha sido totalmente aplastado.
Despus de escuchar esos informes, la OIPD. ve una vez ms
la confirmacin de su tesis, pues seal la traicin poltica del PSPD
por cuanto en Santo Domingo no haba madurez revolucionaria para
que se abriera un perodo de lucha legal, y que esa falsa maniobra
de los stalinistas dominicanos insinuada y obligada por otras volun-
tades ajenas a las suyas, no conduca a otra cosa sino a reforzar la
tirana trujillista en los siguientes aspectos fundamentales:

a) Darle un cierto barniz democrtico a Trujillo para el con-


sumo exterior en los precisos momentos en que ste ms
lo necesitaba por aspirar a la reeleccin.
b) Darle oportunidad a Trujillo para que Washington se pu-
siera en guardia y enviara su embajador para tallar con el
tirano.
c) Sorprender la ingenuidad de una parte de la oposicin que
luchaba en la clandestinidad descubriendo al pasar a la
legalidad su militancia oposicionista.
d) Confundir la oposicin interna y la opinin internacional que
puede llegar a pensar en la democratizacin del rgimen.

242
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

La direccin de la confederacin de Trabajadores de Cuba


(Lzaro Pea) y el Sargento del Kremlin en el Caribe (Blas Roca)
que tallaron esa ilusa legalidad progresista con el Subsecretario de
Trabajo del rgimen de Trujillo,[3] deben sealarse como culpables
del desmandamiento del incipiente trabajo de base realizado con
tantos sacrificios por tantos luchadores annimos. Bajo su realstico
tutelaje se ha consumado el crimen de un pueblo aplastado en su
lucha, para cuyo resurgimiento habr que esperar tal vez muchos
aos.
Pero Mr. Truman no se ha enterado an de qu clase de
dictadura es la del Chacal Chapita? En la presentacin de creden-
ciales del nuevo Ministro dominicano en Washington, Doctor Julio
Ortega Frier, hubo los discursos de rutina. El nuevo Embajador es
uno de los soportes principales de los intereses imperialistas yanquis
en Santo Domingo, habiendo servido a los mismos desde la inter-
vencin norteamericana y siendo el abogado de varias compaas
monopolistas en el pas, tales como la Compaa de Electricidad,
Centrales Azucareros, etc. Sus amplias vinculaciones con el capita-
lismo imperialista le servirn de mucho a Trujillo.
En esa ocasin, Mr. Truman dijo, contestando al discurso del
quisling trujillista:

Es mi inalterable conviccin que nuestros respectivos Gobier-


nos tienen contrada una firme obligacin respecto de sus
propios pueblos de hacer todo lo que est en su poder para
la realizacin de esos ideales (libertad y democracia)... Es claro
que el respeto a los derechos humanos fundamentales por
parte de cada miembro de la familia de naciones est inex-
tricablemente entrelazado con un sistema internacional en el
que impera el respeto por los derechos de las otras naciones
y contribuye inconmensurablemente al mantenimiento de
dicho sistema.

Ms tarde, en su visita oficial a Mxico, el Presidente norte-


americano dijo:

Nosotros creemos en la dignidad del individuo. Creemos que

243
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

la funcin del Estado es preservar y desarrollar los derechos


humanos y las libertades fundamentales. Creemos que el
Estado existe para beneficio del hombre, no el hombre para
beneficio del Estado. Sabemos que el mximum de libertad
y dignidad del individuo no puede ser alcanzado bajo una
dictadura. La libertad y la dignidad del individuo pueden
ser logradas nicamente bajo un sistema de ley que proteja
los derechos de los individuos y por medio de un gobierno
formado por representantes del pueblo libremente elegidos.
Cuando tenemos esto, tenemos un gobierno democrtico
uno que es adecuado para el modo democrtico de vida.
La no-intervencin no significa ni puede significar indiferencia
respecto a lo que pasa ms all de nuestras fronteras. Los
sucesos en un pas pueden surtir efectos profundos en otros
pases. A la comunidad de naciones le interesa por parte de
uno cualquiera de sus miembros, de aquellos principios de
conducta nacional que han sido consagrados. La transgresin
a la ley por parte de una nacin puede constituir una amenaza
para la existencia misma de la ley de que dependen todas las
naciones... Es alentador notar el progreso realizado en cuanto al
establecimiento de una comunidad de naciones con autoridad
para aplicar la ley a los delincuentes.

Todo esto, como pieza oratoria, es muy bello, pero tanta belle-
za no es cierta en algunos pases latinoamericanos y, especialmente,
en la Repblica Dominicana. Mr. Truman sabe que all son burlados
los derechos humanos; que no existe la dignidad del individuo; que
el hombre es una marioneta del Estado; que el sistema judicial de la
dictadura no garantiza en lo ms mnimo la libertad ni la democracia
de los ciudadanos; y que el delincuente Rafael Trujillo no ha recibi-
do en lo ms mnimo la sancin merecida aplicada por la llamada
comunidad de naciones.

244
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

DOCUMENTO NO. 7

SAA CONTRA UNA FAMILIA

La poetisa Carmen Natalia Martnez es uno de los talentos jvenes


ms briosos de la nueva generacin dominicana, incubados en un
ambiente de miserias morales, atropellos y coacciones que han
debido superar con herosmo y dignidad.
La figura de esta muchacha ha adquirido perfiles de distincin
en la lucha anti-tirnica. Sus versos y sus artculos recogidos en su
libro Veinte Actitudes[4], han sido la expresin del ansia contenida
del pueblo dominicano y uno de los estmulos a la lucha por la
conquista de los derechos usurpados.
ltimamente, la maquinaria de la tirana ha desplegado
toda su saa para coaccionar insoportablemente a toda la familia
de Carmen Natalia. Su padre fue despedido de la Compaa de
Telfonos; sus dos hermanos de sus respectivos trabajos; su her-
mana, de una plaza de maestra en el Colegio Santa Teresita; y ella
misma perdi su trabajo en el Crculo Peliculero Rialto. Todo esto
se realiz por presin de los amigos de Trujillo. Pano Pichardo y
Virgilio lvarez.
Para colmo y vergenza de la civilizacin americana, Jos
Elmdesi, el propietario de la casa en que reside la familia Martnez-
Bonilla, le ha exigido que se muden de ella.
La mencionada familia ha pedido pasaportes para salir del pas,
donde se le hace imposible la subsistencia; pero hasta la fecha no
se los han entregado.
Qu dice Mr. Truman de todo esto y su discurso de Ciudad
de Mxico?
Es bueno sealar que Carmen Natalia es sobrina del Licen-
ciado Rafael C. Castellanos, Presbtero y orador poltico rebelde,
quien ocup la Administracin Apostlica de la Iglesia Catlica
Dominicana, y segn todas las posibilidades fue envenenado por
rdenes de Trujillo por los mdicos que lo atendieron durante una
leve enfermedad que padeci.
Todo esto corrobora lo que se dice en el texto, respecto a las
venganzas del trujillato. Y de estos casos hay a centenares.

245
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

DOCUMENTO NO. 8

EL DELIRIUM DELIRAMENTUM!

He aqu una brillante pgina antolgica segn el diario La Nacin de


Ciudad Trujillo. Despus de ledo no cabe ms que mentarle la familia
a Logroo que ya revent y a Trujillo que est para reventar.
Y ahora odo al parche:

El milagro ha florecido[5]

24 de octubre de 1891...

La noche cubre con un manto de dulzuras al pueblecito


dormido.
Chorros sutiles de brisas montaeras, como pebeteros en
marcha, descienden de las lomas de Cambita y convierten el valle
en lampadario de fragancias mientras el ro, en peregrinacin can-
tarina, murmura sus amores con arpa de cristales en la noche dulce
y callada.
Es la medianoche... San Cristbal duerme. El Padre Marcelino,
de hinojos en el reclinatorio que fuera antes de Ayala y de Merio,
ora con fervor mientras se deslizan suavemente, como seda del cielo,
las cuentas de su rosario por entre los dedos pos y marfileos. Una
casa, antaosa, olorosa a trabajo y a santidad, con tibio rezumo de
hogar, es la nica casa iluminada en el pueblecito dormido. En la
sala, trajinan y quedamente conversan personas. En la casa noble
del Jefe de la casa, se retrata la ansiedad. A la mortecina lumbre de
las viejas farolas, que de una a otra esquina roban encanto y paz a la
sombra, vense cruzar, presurosas, rumbo a la casa, siluetas amigas.
De improviso, cesan los cuchicheos en la casa iluminada. Viniendo
desde la alcoba prxima, donde impera hasta ese instante, tierno y
promisor, el sufrimiento, se escuchan los vagidos augurales y miste-
riosos de un nuevo ser que saluda a la Vida.
En la naturaleza toda se produce una sensacin de xtasis... El
ro sigue discurriendo serpentino y murmurador, pero en su rondel de
amores hay ahora arpegios de epifana; son capitosas las fragancias

246
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

que con la brisa nocturnal descienden desde las lomas de Cambita,


el Padre Marcelino se ha quedado dormido en el reclinatorio, en
gesto de gracia, con sonreda paz en el rostro venerable, y la noche
sigue reinando, mansa y dulcemente sobre San Cristbal dormido
mientras una extraa luz, extraterrena, fulge sobre la casa antaona,
sobre la casa olorosa a trabajo y a santidad, donde trajinan personas,
donde se escuchan los vagidos augurales y misteriosos del nuevo
ser que saluda a la Vida.

Aquella casa es ya nuestro Portal de Beln.


Es el 24 de octubre de 1891.
Es la medianoche.
El milagro se ha hecho carne de gloria...
Rafael Lenidas Trujillo y Molina ha nacido!

DOCUMENTO NO. 9

INFORMACIN SOBRE LA FRACASADA EXPEDICIN DE


CAYO CONFITES

Trasladamos una informacin sobre el hecho de Cayo Confites que


descubre en parte a quien alcanza la responsabilidad del fracaso.
Dice as:

Cuando el rico hacendado dominicano Juan Rodrguez Garca


firme carcter, sencillo, hombre de accin abandon hace un ao
su patria ensangrentada, para lanzarse abiertamente a la lucha contra
la tirana de Trujillo, ya los desterrados de su pas, regados por todos
los rincones de Amrica, llevaban mucho tiempo consagrados al
empeo de coordinar sus esfuerzos al objeto de derribar del poder
al dspota que mantiene aherrojado al pueblo de Lupern. Ms,
carentes de apoyo econmico, desenvolvan sus actividades frente
a numerosos obstculos, divididos, en ocasiones, por las pugnas
intestinas naturales en movimientos de esa clase, aunque siempre
animados por la esperanza de ver cuajar sus propsitos.
La presencia del nuevo exilado aviv el espritu de todos.

247
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

JRG, agricultor, alejado de la vida pblica, traa, sin embargo, una


intencin concreta: vertebrar el movimiento de los emigrados a fin
de conducirlo a feliz trmino. Como sus compaeros saban de su
proceder, nadie puso en entredicho su palabra. Con posterioridad
se ratific dicha opinin, cuando Rodrguez Garca entreg para la
organizacin de la lucha armada la suma de medio milln de pesos
que logr sacar de su isla.
El fuerte respaldo econmico aportado por JRG galvaniz la
emigracin quisqueyana. Poco tiempo despus de establecer con-
tacto con sus compatriotas se integr un Comit Revolucionario
bajo la presidencia del licenciado ngel Morales, ex Embajador de
su pas en Washington, del cual formaban parte, adems del propio
Rodrguez, los Doctores Juan Isidro Jimenes-Grulln y Leovigildo
Cuello y el escritor Juan Bosch.
El Comit contando con la cooperacin de la totalidad de
los desterrados y simpatizadores de otras nacionalidades inici sus
gestiones encaminadas a obtener el equipo blico necesario para la
empresa liberadora. Los primeros trabajos se realizaron en territorio
norteamericano, por razn de que es el mercado de dicho pas el
ms nutrido de armamentos. Pero aqu el entusiasmo para ganar
el tiempo perdido en la expatriacin, los puso en manos de varios
negociantes que resultaron ser gngsters de los ms genuinos. Y en
manos de tales delincuentes dejaron la cantidad de $20,000.00 que
ya haban adelantado para la operacin.
Acostumbrados a recibir duros golpes, los dominicanos no
cejaron en su empeo. Dirigieron entonces la vista hacia los gobier-
nos que, por su estructura democrtica, tenan que simpatizar con
la causa antitrujillista.
Ya los $20,000.00 perdidos en las inescrupulosas manos de
los pandilleros norteamericanos estaban reivindicados. Ahora bien,
todos los problemas an no se hallaban resueltos. Los aviones, las
bombas y las ametralladoras no se haban podido adquirir todava
y eran imprescindibles para la invasin de Santo Domingo. Para
cumplir este propsito el Comit enderez sus pasos hacia los go-
bernantes venezolanos y cubanos, hasta cerrar sus contactos con
los mismos. Y en efecto, a travs de ellos fueron comprados en los
Estados Unidos aeroplanos y ametralladoras. Las bombas fueron

248
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

transportadas desde las playas vecinas en barcos de guerra de Cuba.


Se haba conseguido equipar la infantera y comprar, asimismo, dos
barcos del surplus blico norteamericano. Faltaba ahora articular la
fase final de la expedicin: el reclutamiento y adiestramiento de las
tropas, as como la utilizacin del territorio cubano como base para
el ataque. Ese fue el objeto que llev a miembros del Comit Central
Revolucionario a sostener tres entrevistas con Grau, en el curso de
las cuales se explic a ste la situacin del movimiento. El profesor
de Fisiologa accedi a la peticin y dio rdenes a algunos de sus
subalternos para que sirvieran de enlace con los dominicanos.
Responsabilizado Jos Manuel Alemn con la empresa, por
indicacin del Presidente de la Repblica, dispuso, conjuntamente
con los dominicanos, todo lo concerniente a la organizacin de la
expedicin. Despus, nombr a Manolo Castro agente de enlace
entre l y los integrantes del CCR. Para esa fecha, ya el general Juan
Rodrguez, designado jefe militar de la invasin, haba conferenciado
al respecto con el Primer Magistrado de la nacin.
Al amparo de las instrucciones cursadas por el Doctor Grau
comenz el reclutamiento en el hotel San Luis, de esta capital, con-
vertido a la sazn en una suerte de cuartel general del CCR. Esta
labor se desenvolvi sin contratiempos. La Polica y el Ejrcito, con
conocimiento de ella, no la interfirieron. Los reclutados eran conduci-
dos al Parque Juvenil Jos Mart y desde all trasladados en camiones
del Ministerio de Educacin o por tren, con boletas oficiales, a las
llamadas escuelas politcnicas de Matanzas y Holgun, donde se
proceda al entrenamiento. Cuando se estim que se acercaba la
fecha de partida, todos los voluntarios fueron concentrados en este
ltimo lugar para las indicaciones finales (coincidiendo con tal paso
haban arribado a las costas orientales dos buques expedicionarios, el
Berta y el Aurora, el primero de ellos con el material de guerra para
la infantera. Ambos pudieron anclar sin tropiezos en una ensenada
junto a la finca La Chiva, en Antilla).
Nadie dudaba del xito. De Venezuela, de Puerto Rico y de
Estados Unidos comenzaron a llegar exilados dominicanos a incor-
porarse a la expedicin punitiva. De pronto surgi una dificultad:
dos puertorriqueos que fueron trados a Cuba porque mostraban
deseos de enrolarse, se arrepintieron a ltima hora y quisieron re-

249
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

gresar a su pas. Se les permiti el retorno, pero cuando pisaron las


playas de Miami, dieron publicidad a la noticia de la expedicin,
provocando el consiguiente escndalo internacional.
Trujillo, por supuesto, asustado, movi sus resortes y rabiosa-
mente grit que una brigada comunista quera barrerlo del poder.
Plante la cuestin en los crculos diplomticos y ante la ONU. El
gobierno de Cuba neg los cargos, pero un tanto atemorizado por
las consecuencias, dispuso que los expedicionarios se trasladaran
inmediatamente de Holgun para la finca La Chiva para tomar las em-
barcaciones. De nuevo los camiones del departamento de Educacin
jugaron su papel. En ellos, los revolucionarios fueron trasladados,
suscitndose el primer incidente con miembros del Ejrcito.
Efectivamente, los soldados del puesto militar de Cueto de-
tuvieron varios camiones, obligando a sus ocupantes a volver a
Holgun.
Ms tarde, el oficial del puesto de Antilla se present en La
Chiva en actitud amenazadora, requiriendo el desarme y disolu-
cin de los grupos. Desde luego, los expedicionarios se negaron,
informando al mencionado oficial que contaban con la proteccin
del gobierno y recomendndole que indagara con sus superiores.
Luego de aclarada la situacin se permiti el paso de los camiones
en Cueto.
Encontrndose en Antilla lleg otra orden a los jefes del
movimiento: el Doctor Grau dispona que abandonaran las costas
cubanas y se dirigieran a Cayo Confites, sitio escogido por el propio
Primer Mandatario. La nueva instruccin provoc discrepancias en
el comando de la expedicin. Una parte estimaba que se deba
partir hacia la Repblica Dominicana con lo que en aquel momento
se tena a mano y otro sealaba que era preferible acatar la dispo-
sicin presidencial, ya que de esta manera se podra continuar el
entrenamiento en el cayo y esperar la fuerza area decisiva para
la victoria.
Con la proteccin de los soldados acantonados en Antilla
se produjo el transporte de las tropas. Pero para cubrir su respon-
sabilidad, el jefe del puesto solicit del General Rodrguez que le
expresara por escrito que las rdenes haban sido cumplidas. As lo
hizo el lder dominicano, agradeciendo en una carta la colaboracin

250
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

prestada por el Ejrcito cubano, en la cual veo la solidaridad con


la noble causa defendida.
La orden de Grau provoc, tambin, otro difcil problema. Los
barcos Berta y Aurora, no tenan capacidad para acoger a todos los
voluntarios, motivo por el cual hubo de alquilar una goleta, La Victo-
ria, para efectuar la completa evacuacin. En ella fueron trasladados
400 hombres, quienes permanecieron en el mar, a merced del mal
tiempo, durante cuatro interminables das. Hacinados, hambrientos,
en lamentables condiciones higinicas llegaron a Cayo Confites, para
sufrir ms penalidades. En el trayecto perdieron a dos compaeros,
que cayeron al agua.
El grave inconveniente de cayo confites arenoso y escasa
extensin, con rompimientos al Noroeste y Suroesteera la ali-
mentacin y el agua. Los expedicionarios lo recorrieron con el fin
de hallar las partes ms abrigadas del mismo. Desembarcaron por
el este debido a que es all la profundidad de ms de 2,000 pies,
con calado para grandes barcos. A cuatro kilmetros, al Norte, est
Cabo Romano, hacia donde miraban muchas veces pensando en los
caballos salvajes y en los animales domsticos que lo habitan, sobre
todo, cuando el hambre haca presa en sus organismos.
No transcurrieron muchos das sin que la comida empezara a
escasear. Naturalmente, las protestas por ello no fueron vigorosas,
ya que confiaban en la promesa del gobierno de que nada les fal-
tara. Ms, como el tiempo pasaba y los alimentos no llegaban, se
decidi enviar el Berta a Nuevitas para solicitar lo prometido. All
estaba andado el caonero Emilio Diguez, que poco antes haba
escoltado la expedicin hasta el cayo.
El regreso del Berta fue reconfortante, pues lo hizo con agua y
vveres y la noticia de que el ministerio de Educacin se encontraba
estudiando el sistema de asegurar un abastecimiento regular. Y,
ciertamente, en breve qued todo el avituallamiento organizado por
cuenta del gobierno. El Berta y el Aurora viajaban peridicamente
a Nuevitas en busca de agua y alimentos, siempre protegidos por
fuerzas de la Marina y el Ejrcito.
Pronto surgi otro conflicto, sin embargo. Los expedicionarios
se impacientaron observando que la orden de partida se dilataba in-
definidamente se dijo entonces que la demora obedeca a la lentitud

251
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

en acondicionar los recursos de aviacin. Al parecer, el argumento


no fue convincente, pues se produjeron algunas deserciones, nacidas
segn las informes de las rudas condiciones de vida en el cayo,
ya que adems del racionamiento alimenticio, los revolucionarios
tenan que dormir a la intemperie, en las costas. Para evitar un
motn, fue designado Rolando Masferrer, comandante del batalln
Sandino, para que mantuviera el orden, quien hubo de recurrir a
distintas medidas coactivas.
La situacin se agrav al notar los expedicionarios que a diario
volaban sobre el campo aparatos militares cubanos, fotografiando
el sitio. Tal hecho dio pbulo al rumor de que los altos jefes de las
Fuerzas Armadas no estaban de acuerdo con el movimiento. La moral
se quebr ms an al recibirse la noticia de los sucesos de Marianao
y, posteriormente, la del registro de la finca Amrica, propiedad de
Alemn, con la ocupacin de numeroso material blico.
Ese ltimo suceso origin instantes de verdadera amargura
entre los dirigentes de la expedicin, puesto que para esos das,
precisamente, se hallaran listos los 20 aviones requeridos para la
empresa y adquiridos dicho sea de paso por el gobierno del Pre-
sidente Grau. Se conoci, adems, que con anterioridad, el Ejrcito
haba confiscado algunos aparatos, aunque muchos haban sido
devueltos obedeciendo rdenes del Doctor Grau. Por tal motivo, las
dudas que abrigaban sobre la solidaridad del general Prez Dmera
con el movimiento se desvanecieron totalmente. Ahora prevaleca
la seguridad de su oposicin al mismo.
Todos dichos acontecimientos impulsaron a los lderes de la
aventura a enviar un emisario a la capital, a fin de recabar apoyo
nuevamente (las condiciones eran desastrosas, pues si no contaban
con fuerza area, las posibilidades de triunfo eran remotas debido
a la preparacin del enemigo y a la ausencia del factor sorpresa).
El designado fue el General Juan Rodrguez, quien celebr una
dramtica entrevista con el ministro Alemn y el jefe del Ejrcito, el
lunes 22 del pasado.
El General Prez Dmera fue radical en su decisin. Concedi
al Lder dominicano un plazo de 24 horas para desalojar el cayo.
Rodrguez accedi, mediante el compromiso previo de que se le
entregaran los aviones y las armas confiscadas, indispensables para

252
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

la invasin. Solicit tambin abastos para las tropas y combustibles


para los barcos. Todo ello le fue asegurado.
Decurs el tiempo y no se vio llegar a Cayo Confites ni los
aviones ni los alimentos. El viejo General insisti en la entrega de
lo primero, pues de no ser as la expedicin estaba condenada al
fracaso. Le fue negada la ayuda. Entretanto, el agua y la comida se
agotaban.
Al tiempo en que en el inhspito cayo se intensificaba el des-
asosiego, una entrevista decisiva para el destino de la expedicin se
celebraba en el Palacio Presidencial, entre el profesor de Fisiologa y
los jefes del Ejrcito y la Marina de guerra. El hecho se desarrollaba
a la una de la madrugada del jueves 25.
El escenario de la mansin palatina esa noche ha sido descrito
as: la mayor parte de las luces fueron apagadas por orden del Te-
niente Coronel Jos M. Acosta, jefe de la Casa Militar. Las guardias
fueron reforzadas y se prohibi la entrada o salida de persona algu-
na. JMA sala a cada instante al Saln de los Ayudantes para ingerir
caf y calmar sus nervios alterados. Abajo, los pocos periodistas
que se haban quedado, imposibilitados de subir al segundo piso,
se deshacan en conjeturas.
Ms tarde se conoci el motivo de la conferencia. Trascendi
al pblico que el Comodoro guila Ruiz se neg a los requerimientos
del General Prez Dmera de que la Marina copara a los expedi-
cionarios en el cayo. Para decidir la cuestin, el asunto se present
al Primer Magistrado. Genovevo explic:
Presidente, en este problema de la expedicin hay lo que se
ve y lo que no se ve. Me consta que elementos adictos a Alemn
participan del movimiento con nimo de utilizar las fuerzas contra
Cuba. Tengo agentes de mi absoluta confianza deslizados en sus filas
y me tienen al tanto de lo que all sucede. Estn planeando una ma-
niobra para rescatar a Salabarra, que el lder oculto del Movimiento
Socialista Revolucionario, organizacin al servicio de Alemn. Hay
que liquidar esa conspiracin, pues luego ser tarde...
guila Ruiz apunt: Yo creo que no es necesario ningn alar-
de de fuerza. Los expedicionarios cuentan con la simpata popular
por la causa que defienden y es un error traerlos presos...
Grau intervino para decidir la cuestin: Yo creo que no es

253
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

necesaria la violencia. Una solucin pacfica del asunto es factible.


No hace falta que la Marina ataque Cayo Confites.
Al finalizar la entrevista, los periodistas fueron autorizados
a subir para interrogar a los mximos regentes de las Fuerzas
Armadas.
Es cierto, preguntaron, que son tirantes las relaciones entre
la Marina y el Ejrcito?
Genovevo habl primero: Las relaciones entre ambos cuer-
pos armados son; como siempre, cordiales.
guila Ruiz: Esas informaciones periodsticas que men-
cionan la tirantez entre el Ejrcito y la Marina son sencillamente
estpidas.
En el vrtice de aquel desastre emergi una postrera esperan-
za. El gobierno de Venezuela, enterado del rumbo negativo de los
acontecimientos, envi a La Habana, como emisario personal del
Presidente Rmulo Betancourt al seor Dubock, quien se entrevist
inmediatamente con el Jefe del Estado. Esto ocurra el viernes 27,
a las doce meridiano.
Dubock manifest al Doctor Grau su sorpresa por las medidas
adoptadas contra los revolucionarios dominicanos. Expres, adems,
que el jefe del gobierno de su pas le peda que continuare prestn-
dole su apoyo a la expedicin, Venezuela djole tiene inclusive
un plan militar de ayuda al movimiento.
El venezolano sali favorablemente impresionado de la conver-
sacin con el profesor-fisilogo y as lo comunic a los impacientes
lderes revolucionarios. Pero ese mismo da, al rayar las seis de la
tarde, parti la orden del Palacio Presidencial de capturar a los ex-
pedicionarios y disolverlos.
Cuando Dubock supo de la noticia, coment: Efectivamente,
este es un pas de bachata y de conga...
Y un dominicano destacado, declar con amargura: Los
culpables sern juzgados por la historia! Esta es una traicin que
afecta a Cuba!
Apenas lleg a Cayo Confites la orden de Grau, los expedi-
cionarios se lanzaron al mar en los buques para invadir a Santo
Domingo, haciendo caso omiso de las inferiores condiciones en
que se hallaban.

254
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Al pasar por Cayo Winch, posesin inglesa, dejaron a 337


hombres y radiotelegrafiaron a la direccin del movimiento en la
Habana para que la Marina de Guerra los recogiera (portador del
mensaje fue el distinguido periodista Luis Gmez Wangemert, cuyo
joven hijo de 21 aptos se hallaba enrolado en la expedicin, quien
lo entreg al Coronel Casanova).
Los rezagados, segn ellos, abandonados a su suerte, semi-
desnudos y sin alimentos, por Masferrer, fueron ingresados en el
Campamento Militar de Columbia en la noche del domingo ante-
rior. Otro grupo, hasta el nmero de cuarenta, fue apresado a doce
millas de Cayo Confites, en la goleta denominada Maceo, que con
anterioridad navegaba con pabelln dominicano, bajo el nombre
de Angelita. El resto de los expedicionarios cercano a 900 fue
capturado en los barcos Aurora y El Fantasma, el lunes 29. Fuerzas
de la Marina de Guerra, que conocan exactamente el itinerario de
los mismos, por haber sido planeada la ruta a seguir hasta suelo
dominicano en el Estado Mayor de dicho cuerpo, fueron las que
realizaron el servicio.
Afrmase que en medio del Caribe, los bravos soldados de la
libertad comentaban con los puos cerrados que el hecho de su
aprehensin vena a confirmar el temor de que el Mayor General
Prez Dmera se haba entrevistado, en su reciente viaje a Washing-
ton, con el Licenciado Arturo Despradel, Secretario de Relaciones
Exteriores del tirano Trujillo. Los eptetos se perdan en el mar...
Por su parte, el Senador Eddy Chibs, como Presidente del Co-
mit Senatorial Cubano pro Democracia en Santo Domingo, acus
al Presidente de la Repblica de haber traicionado la causa de la
libertad dominicana, despus de brindarle hospitalidad y amparo
a los refugiados polticos de la hermana repblica insular. La expe-
dicin revolucionaria de Santo Domingo agregaba fue liquidada
en las costas de Oriente y Camagey por rdenes del Presidente
Grau, cuando se frustr, como consecuencia de los sangrientos su-
cesos de Marianao, el intento de golpe de Estado planeado contra
las instituciones democrticas de nuestra Repblica.
En dinero, la frustrada expedicin liberadora haba costado a
los revolucionarios la cantidad de $700,000.00, al gobierno de Cuba
1 milln de pesos, amn de lo aportado por los otros gobiernos que

255
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

simpatizaban. Hunda en la miseria a los lderes del movimiento, prin-


cipalmente al General Juan Rodrguez Garca, abrumado, adems,
por el hecho de la implacable persecucin desatada por el Strapa
antillano contra sus familiares (Su esposa se encuentra encarcelada
y su hija ha sufrido torturas a manos de los esbirros de Trujillo).
Como Presidente del Comit Revolucionario de los Cinco
actuaba el Licenciado ngel Morales, nacido en la provincia de
Saman, en Santo Domingo, hace 53 aos. Hasta 1930, fecha en
que tuvo que abandonar la isla, al iniciarse el rgimen de Trujillo,
desempe cargos de importancia poltica y diplomtica en su patria.
Fue Secretario de Relaciones Exteriores bajo el gobierno de Vicini
Burgos, el primero despus de la desocupacin americana, y titular
de Gobernacin ms tarde. Represent a su pas en Pars, Suiza, Italia
y Blgica, como Ministro, y como Embajador ante el gobierno de
Washington. Fue candidatizado a la vicepresidencia de la Repblica
en el ticket en que figuraba como Presidente Federico Velzquez
y Hernndez, muerto en el destierro en 1933. Su existencia, en el
curso de estos tres ltimos lustros, ha estado consagrada a la lucha
contra el despotismo que oprime al pueblo dominicano.
El Comandante en jefe de la frustrada invasin revolucionaria
de Santo Domingo, miembro tambin del Comit de los 5, era
Juan Rodrguez Garca, opulento hacendado y ganadero. Hasta
hace siete aos, no haba intervenido en la vida pblica de su isla.
Pero la actuacin dictatorial de Trujillo, su desconocimiento de los
intereses fundamentales de la nacin, lo impulsaron a participar en
la lucha liberadora. Puso, pues desde el primer minuto, su fortuna
al servicio de la causa dominicana, hasta que tuvo que tomar el
camino del destierro.
Fue esta la oportunidad que aprovech el Strapa para confis-
carle sus propiedades, entre ellas 8,000 cabezas de ganado. Partici-
paba en la fracasada y traicionada expedicin con la sola ambicin
de contribuir a la libertad y a la implantacin de justicia social en la
Repblica Dominicana. Logrado esto, se reintegrara a su funcin
de toda la vida: la agrcola.
Juan Isidro Jimenes-Grulln, de familia de abolengo en la isla
hermana antecesores suyos presidieron la Repblica, es otro de
los lderes ms destacados del movimiento revolucionario domini-

256
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

cano. Como los anteriores formaba parte del Comit de los Cinco.
Es mdico de la Facultad de la Sorbona, periodista y escritor. Se vio
obligado a huir de su pas, luego de ser condenado en una farsa
judicial iniciada por los servidores del dspota a veinte aos de
trabajos forzados, junto con otros cuarenta de sus compaeros, y
de cumplir ao y medio de prisin. JIJG ha desarrollado actividades
como conferenciante y periodsticas en los Estados Unidos y distintos
pases de Amrica Latina. Es autor de los siguientes libros: Luchemos
por Nuestra Amrica, Ideas y Doctrinas Polticas Contemporneas,
La Repblica Dominicana y Una Gestapo en Amrica. Casado en
Cuba con una distinguida bayamesa, Jimenes-Grulln es padre de
dos pequeos.
El Doctor Leovigildo Cuello 58 aos, y 17 en el exilio
integraba como los otros, el comit dirigente del movimiento
revolucionario dominicano. A lo largo de su vida de desterrado,
aparte de las actividades polticas contra el rgimen sangriento de
Trujillo, ha ejercido la profesin de mdico, en las especialidades
de ojos, nariz, garganta y odos, en Puerto Rico, en donde reside
con su esposa y tres hijos. Presidi el Primer Congreso del Exterior
del Partido Revolucionario Dominicano, celebrado en La Habana
en 1943. Retorn de nuevo a esta ciudad en 1944, para asistir
como delegado en Puerto Rico al Congreso del Frente Unido de
Liberacin Dominicana, que lo design representante, con plenos
poderes, para la accin revolucionaria, y que fue clausurado en
el Aula Magna de la Universidad, bajo la vicepresidencia del pro-
fesor Roberto Agramonte. LC es autor de numerosos folletos de
propaganda poltica antirrujillista.
Miembro, como los anteriores, del organismo director de la
causa dominicana es Juan Bosch, adems de ser uno de los cinco
mximos jefes de la frustrada expedicin punitiva. Su nombre es
conocido ampliamente en el continente americano, as por su labor
poltica antitrujillista, como por su faena de escritor y periodista.
En este ltimo aspecto, su firma se ha destacado en las pginas de
los principales diarios y revistas de Amrica, conquistando lauros
literarios como el premio Hernndez Cat por su cuento intitulado
Luis Pie, y el galardn de los Juegos Florales Hispanoamericanos,
por su relato El Socio.

257
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

DOCUMENTO NO. 10

DECLARACIN DEL COMIT CENTRAL


REVOLUCIONARIO DOMINICANO

La Revolucin Dominicana acaba de perder, antes de iniciarla, una


batalla. Convencidos de la justicia de su causa, Cuba y los pueblos
democrticos de Amrica, le brindaron, en el curso de los ltimos
tres meses, los ms generosos respaldos. Pero cuando la culminacin
victoriosa, se acercaba, el destino, en forma cruel, se interpuso... Y
a los mximos amigos de ayer tuvieron las tropas revolucionarias
que entregar sus armas y sus ensueos.
Sombras son, indudablemente, para muchos pases del Con-
tinente, las consecuencias de este trgico suceso. Pero el que ms
habr de padecer es el pueblo dominicano, que lleva ya 17 aos
de martirio y vio en el movimiento expedicionario liquidado, la ms
risuea esperanza de liberacin y dicha. Desde ahora en adelante,
caern sobre ese pueblo sufrido y generoso, nuevas torturas. Sabe-
mos, sin embargo, que ello no disminuir su capacidad de lucha. l
seguir en la brega por la democracia, como habremos de seguir
nosotros. El fracaso de hoy convertido est ya en estmulo.
Temprana es todava la hora para establecer plenamente las
responsabilidades.
Slo podemos decir que fuimos abandonados... La tirana de
Trujillo encontr amigos que se pusieron a su servicio y determina-
ron, de manera difcil an de ponderar, la suspensin de la ayuda
imprescindible que estuvimos recibiendo.
Precisamos que el nico propsito perseguido por nosotros y
por quienes nos acompaaron en estas semanas de ilusiones y vicisi-
tudes, fue el de derrocar la ignominiosa tirana de Trujillo e implantar
en nuestro pas un rgimen de democracia poltica y econmica.
Mienten a conciencia, con el fin de justificar la incalificable
alevosa que dio al traste con la noble empresa, quienes lo contrario
afirman. De Cuba recibimos el ms solcito y prdigo apoyo y nunca
podamos nosotros responder a ese gesto de solidaridad volviendo
las armas contra los hombres u organismos que nos amparan y ayu-
daban. Hacia ellos mantuvimos, por las facilidades y los respaldos

258
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

brindados, un sentimiento de gratitud profunda, que se empea


en sobrevivir a la magnitud de la catstrofe. Y era la seguridad de
que esos respaldos se mantendran hasta el ltimo momento, lo
que robusteca nuestras esperanzas y nos empujaba a recabar del
pueblo dominicano que se fuera aprestando para la lucha decisiva.
Respondiendo a nuestra llamada, ese pueblo acrecent sus trabajos
revolucionarios y, como consecuencia de ello, miles de hombres y
mujeres han sido asesinados o padecen las torturas de las crceles
y los campos de concentracin.
Con el fracaso expedicionario, no es slo el empeo democr-
tico dominicano el que ha sido momentneamente vencido: es la
idea democrtica en s, con lo que ella entraa de felicidad para los
pueblos, la que ha sufrido una derrota en los precisos momentos en
que, con motivo del aplastamiento del nazifascismo en la Segunda
Guerra Mundial, todo debi asegurar su victoria. Para el pueblo
dominicano esa guerra, con su ttrico balance de dolor y sacrificio,
ha sido peleada en vano. Frente a la desgracia de ese pueblo se han
puesto en juego las mismas tcticas de apaciguamiento utilizadas con
los Gobiernos de Hitler y Mussolini por las naciones democrticas.
Para stos, el escndalo y el peligro no estaban en la existencia de
aquellos regmenes, sino en la posibilidad de que desencadenaran una
contienda blica. Y ahora hay quienes dicen que el deber fundamental,
ante el caso dominicano, es mantener la paz y no destruir un rgimen
de oprobio, como el de Trujillo, que es vergenza de Amrica y ne-
gacin de los principios de libertad y justicia por los cuales lucharon
las Naciones Unidas en la ltima guerra. A la idea de una paz basada
en la abominacin y en el crimen, sacrifican esos hombres la felicidad
de un pueblo y la lealtad a los postulados democrticos.
Ante la frustracin de la empresa, que lleva el desastre y las
lgrimas a una infinidad de hogares y alarga la agona del rgimen
de Trujillo, debemos manifestar nuestro agradecimiento ms hondo
hacia los pueblos e instituciones y muy especialmente hacia el
pueblo de Cuba que nos brindaron en todo el desenvolvimiento
de la empresa, su cooperacin ms generosa, firme y decidida.
Nunca podremos olvidar ni lo olvidar el pueblo dominicano, que
dio a Cuba sin vacilaciones ni desvos, su ayuda para la guerra de
Independencia, el entusiasmo y el fervor con que tantos cientos

259
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

de cubanos se dispusieron a ofrendar la vida en aras de la libertad


dominicana.
Con la frustracin de hoy se inicia una nueva etapa de nuestra
lucha. As como Mart no cej despus del fracaso de la Fernandina,
tampoco nosotros cejaremos. Persistiremos en la brega, convencidos
de la justicia y nobleza de nuestra causa y de la honda simpata con
que la han abrazado todos los pueblos de Amrica. La batalla que
acabamos de perder antes de iniciarla, acrecienta nuestro impulso
hacia la victoria definitiva.

Comit Central Revolucionario Dominicano:

Lic. ngel Morales, Presidente; Dr. Leovigildo Cuello, Miembro;


Dr. Juan I. Jimenes-Grulln, Miembro.

La Habana, 30 de septiembre de 1947.

DOCUMENTO NO. 11

LA CARABA COLOMBFILA

Rafael Lenidas, que en lo de sacar dinero se pierde de vista no en


balde comenz de raterillo aprovecha toda ocasin para buscar
aportaciones al monumento Faro a Coln. Los delegados dominica-
nos a todas las Conferencias Panamericanas, Interamericanas del
Caribe, reunida en Ciudad Trujillo y de Ministros y Directores de
Educacin, celebrada en Panam en 1943 y Congresos Congre-
so de Municipios, que tuvo lugar en La Habana se pasan la vida
pidiendo para el Faro a Coln.
La insistencia est explicada. Trujillo tiene con el Faro de Coln
un doble pretexto: el de distraer de un lado la atencin americana
hacia motivos sentimentales, que redundan a favor de su vanidad,
y la llegada a sus manos de grandes sumas.
Por otra parte la Punta Torrecilla, donde se levantar el monu-
mento, est en la propia Ciudad Trujillo, con lo que el homenaje a
Coln lo ser tambin al dictador. Razn tuvo un refugiado espaol,
que despus de pasar unos das en Santo Domingo, escribi:

260
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Mi verso no tiene brillo,


ni mi palabra emocin,
al verme frente a Trujillo
que es ms grande que Coln.

Y claro que lo es. Acaso no est a la par de Dios y de Nuestra


Seora de Altagracia? No se dice en un libro apologtico: Dios y
Trujillo es la frase que encierra un llamamiento en los das normales,
pero cuando llegan grandes resoluciones y los instantes graves, debe
cambiarse por esta otra: Trujillo y Dios, porque Dios hizo el mundo
porque Trujillo se lo mand. Y en otro, no ha mucho publicado, se
compara a Trujillo con Cristo y sale ste perdiendo.
Todo esto es la consecuencia de la megalomana oficial,
impuesta por el tirano a travs de 19 aos de terrorismo omnipo-
tentemente, ejercido sobre el pueblo dominicano.
Cuando se trata de comparar las dictaduras, que an hay en
el continente, para vergenza del Hemisferio Occidental, se olvidan
estos extremos que caracterizan al trujillato, extremos a los que van
ligados horrores, martirios y crmenes, que hacen la vida imposible
a las personas dignas, de la vieja isla espaola, nido de donde salen
a la conquista de Amrica, los Corts, los Pizarro, los Balboas, etc.

DOCUMENTO NO. 12

MS SOBRE LOS ESTUDIANTES

Casi todos los afiliados a la Juventud Democrtica, estudiantes de


la Universidad y de las escuelas normales han pasado por la crcel.
La mayora estuvieron incomunicados en la tenebrosa Fortaleza
Ozama.
Sus familias formularon una representacin ante el Procurador
General de la Repblica, pidindole que explicara dnde se halla-
ban sus hijos y parientes encarcelados. No tuvieron respuesta. As
pasaron las das, hasta que, al fin, pudieron averiguar que todos los
detenidos estaban en las regiones fronterizas, realizando trabajos
forzados y expuestos a ser asesinados.

261
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

Entre los que ms peligro corren estaban y no sabemos si an


estn Luis Mena Blonda, Jos Ramn Martnez. Burgos, la familia
de Juancito Rodrguez, Josefina y Silvia Padilla Deschamps, el Capi-
tn Marchena. Este era jefe de artillera y parece que preparaba un
levantamiento, que fue descubierto. No lo asesinaron an, porque
intervino la Embajada norteamericana. El Capitn Marchena sirvi
era el Ejrcito estadounidense en Puerto Rico, pero si no sale de
Santo Domingo acabarn por matarle.
Una de las hijas de Juancito fue insultada, atropellada, violada y
no se sabe nada de ella. Lo probable es que haya desaparecido.[6]
Las Padilla Deschamps, estudiantes de medicina, se acogieron
a la Embajada de Mxico, no sin antes haber sido no slo presas
sino maltratadsimas. El Embajador mexicano gestionaba pasaportes,
para que ambas seoritas salieran de Santo Domingo.
Muchos ms detalles se pudieran dar. Basten los sealados,
para corroborar una vez ms cules son los procedimientos de que
se vale el Strapa, para sojuzgar a su pueblo.

DOCUMENTO NO. 13

TRUJILLO Y LA IGLESIA DOMINICANA

La actitud de la iglesia dominicana fue, en los primeros aos, de


absoluta reserva. El Strapa, con cinismo inaudito haba repudiado
a sus dos primeras esposas y, desde el punto de vista cannico,
viva amancebado con su actual mujer. Frente a la digna actitud de
la iglesia, el tirano reaccion, llevando a su concubina a todos los
actos del culto y haciendo que se sentara en el presbiterio.
Ms ltimamente, Trujillo ha desarrollado una gran campaa
para patentizar su amor al catolicismo, aunque su vida sea totalmente
anticristiana. No est casado cannicamente, ni puede estarlo, pues
todo el mundo sabe que vive su segunda esposa doa Bienvenida
Ricardo. Tiene a ms de la manceba Mara Martnez, a Lina Lovatn
en Miami, y en segundo rango a una serie de pipilas, que lleva a La
Casa de Caoba, a La Suiza y a San Jos de las Matas.
Lo de Lina es de todos conocido, pues cuando sta viva en

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Ciudad Trujillo, en la casa de su propiedad hoy Embajada del


Brasil acudan a esta residencia, todos los Secretarios de Estado y
altos empleados con sus esposas y hasta representantes extranjeros.
La casa era, pues, pblica.
No digamos nada de cmo cumple Trujillo con la iglesia. Ni
confiesa, ni comulga, ni va a misa, pero adems ha prostituido al
pas, deshaciendo matrimonios, estuprando impberes, acostndose
con las esposas de los ministros, etc., al punto de que los cargos
pblicos se dan o se quitan segn estn en candelero las mujeres
o hijas de los agraciados.
Qu postura asume la iglesia dominicana ante esta deprava-
cin que pone en peligro los fundamentos de la sociedad, porque
ataca implacablemente los lazos de familia? Cmo acepta la iglesia
la presencia en el presbiterio catedralicio, de la ilegtima esposa,
conociendo que la cannica vive todava?
El Arzobispo de Santo Domingo es italiano y procede de la
congregacin salesiana. Fue prelado en Montevideo y de all pas
a Ciudad Trujillo, en el momento en que se vislumbraba el cambio
de rgimen de la democracia Vasquista a la tirana trujillera. Mos-
trase muy cauto este Monseor Pittini, en los primeros aos de la
dictadura.
Ms, hacia 1936 el Arzobispo estaba entregado totalmente
al dictador. Este le haba hecho regal1s substanciosos. Monseor
Pittini se dej arrastrar por la realidad ambiente y prefiri ser dctil
a ser rebelde.
EI primer caso grave en que hubo de intervenir fue en el
del asesinato del Pastor Barnes. Se le haba asesinado vilmente y,
aunque funcionario de otra religin, era preciso echar las barbas a
remojar.
Despus de esto, se comprender que en otros negocios de
menor gravedad, los prelados dominicanos se hayan inhibido ante
los desenfrenos del Strapa. Con todo, cuando, por enfermedad de
Monseor Pittini, hubo que designar un arzobispo coadjutor, Trujillo
hubo de mover sus influencias cerca del Encargado de la Nunciatura
en Port-au-Prince. Tres candidatos sonaron entonces para aquel
puesto: el del Padre Santa Anna, jesuita cubano, que trabajaba en
una misin de tipo educacional agrcola en Dajabn, parte septen-

263
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

trional de la frontera haitiana; el del tambin jesuita Gonzlez, que


fue ms tarde nombrado obispo auxiliar; y el del doctor Octavio A.
Beras, que fue el designado.
La primera vez que Trujillo asista a un acto religioso, en el que
oficiaba el nuevo arzobispo, esper que al igual que sola hacerlo
Pittini, moviese el botafumeiro, alabando al gobierno. No lo hizo
el nuevo arzobispo y ello mortific no poco al satnico orgullo del
tirano.
As, pues, la iglesia dominicana se mantiene dificultosamente,
entre el cumplimiento de su misin apostlica y cristiana, y el estado
de cosas oficial, tendiente a impedir la salvacin y moralizacin de
3,000,000 de habitantes, que en el gobierno contemplan un cons-
tante ejemplo de paganismo e inmoralidad.

DOCUMENTO NO. 14

TTULOS, HONORES, CONDECORACIONES A QUIEN SLO


MERECE UNA CUERDA CON QUE AHORCARLO

Los que tienen honor no quieren honores, Para qu? El honor no se


adjudica, va con uno. Por eso los plebeyos encaramados, los ladrones
ascendidos a personas honradas, buscan cintajos, condecoraciones,
etc. Es el caso de Trujillo. Desea que se le honre y deshonrar a los
dems honrados.
Sabe el tirano que no hay poder ms fuerte que el econmico.
Ante l todos, o casi todos, los hombres inclinan sus espinazos. Por
eso tiene en una mano la estaca y en la otra la bolsa del oro, capaz
de comprar hasta las conciencias menos pervertidas. El Partido
Dominicano ha sido el instrumento del dspota. Con l ha jugado
todas las cartas reeleccionistas democrticas. l lo ha proclamado
Jefe nico y Director del Partido. Mas este honor no es de los
meramente platnicos, sino que implica uno de los ms pinges
ingresos mensuales del Strapa. No se trata de medallas, cintas o
entorchados, para deslumbrar papanatas, se trata de que el 10%
de sueldos emolumentos burocrticos, consignaciones y crditos
de toda ndole, pasen a los bolsillos de Chapita.

264
Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Muchos ms ttulos le fueron otorgados, siempre a insinuacin


suya, secundado por la taifa de adulones y esclavos que le rodea,
aterrorizados ante la idea de caer en desgracia. No le bastaba con
ser Generalsimo, con ser Benefactor de la patria, con ser Jefe nico
y Director del Partido; quera que se le concediesen los ms pinto-
rescos ttulos, tales como Primer Maestro de la Repblica, a l que
apenas si sabe deletrear; Primer Periodista de la Repblica, a l que
suprimi todos los peridicos libres y cre el peridico baboso a
su exclusivo servicio y publicando su fotografa y la de su pajolera
familia, con toda una cursilada de adjetivos encomisticos, da a
da; Primer Doctor Honoris Causa, de la primera Universidad del
Hemisferio Occidental, a l que abomina de la cultura y de los cultos
y que en su vida ha ledo un libro de la portada al colofn; Primer
labrador, a l que se hizo propietario de bienes races despojando a
pequeos propietarios; Primer Ganadero, a l que slo cra ganado
que rob; Primer Ciudadano, a l que no hizo en veinte aos nada
ms que violar las garantas individuales y las libertades pblicas;
Primer y Gran Protector de los Odontlogos de Amrica, oh la
paradentosa y el inefable arrastracueros brasileo Alejandro Agral;
Primer Deportista, a l que jams jug limpio, regla fundamental
de la agonstica; Primer y nico Lirforo de todos los Msicos de
la Repblica, a l que no pasa de los merengues de Luis Alberti;
Primer Caballista, esto quizs, pues tuvo su entrenamiento como
cuatrero, cuando desde San Cristbal haba que recorrer leguas a
lomos de un regular rocn; Primer Danzante, si a la danza que se
refieren es a la macabra.
Cuando de acuerdo con Cordell Hull no hay que olvidar el
collar de perlas que Trujillo obsequi a la esposa del entonces Can-
ciller norteamericano, de gran valor el Strapa concert el tratado
por el que los Estados Unidos devolvan con su cuenta y razn las
aduanas para que de nuevo las administrase el Estado dominicano,
las cmaras, a instancias del tirano, le concedieron el ttulo de Res-
taurador de la Independencia Financiera de la Repblica.
En la celebracin del cuarto centenario de la fundacin de la
Universidad, la Reina de los Estudiantes, formados militarmente en
Guardia Universitaria Presidente Trujillo, le entreg la gran medalla
de Gran Protector de la Universidad y hay que contemplar las foto-

265
Jos Almoina Una Strapa en el CAribe

grafas de aquellos das para proveerse de carcajadas, ante la Reina


vestida con pintoresco uniforme abrazando al mulato sancristoba-
leo, catedrtico (??) de Economa Poltica, con texto obligatorio,
escrito por el chileno Dvila y esto si es para llorar.
Claro que la retumbancia de todos estos ttulos palidece al
lado de la transmutacin de Santo Domingo en Ciudad Trujillo y
de los puentes, canales, provincias, hostales, pueblos, caminos y
hasta montaas que llevan su nombre o el de los miembros de su
familia.
Pero de esto se habla en el texto.

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Una Strapa en el CAribe Jos Almoina

Jos Almoina, quien acept ser secretario particular de Trujillo y


despus escribi a su favor el libro Yo fui secretario de Trujillo (sin
perjuicio de escribir en contra Una satrapa en el Caribe, utilizando
el pseudnimo de Bustamante).
Este libro fue la acusacin ms directa y detallada que hasta
entonces se conoca contra Trujillo y su dictadura.

Otros libros sobre el tema:


Jess de Galndez, La Era de Trujillo.
Vicente Llorens, Memorias de una emigracin. Santo Domingo,
1939-1945. Barcelona, Editorial Ariel, 1975.

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Jos Almoina Una Strapa en el CAribe
Jos Almoina naci en Lugo, Espaa, el 21 de junio de 1903. En su pas
haba sido funcionario de correos, y estudiante de Letras en la Universi-
dad de Santiago de Compostela. Vino a la Repblica Dominicana como
exiliado poltico el 7 de noviembre del ao 1939.
Al igual que muchos de sus compaeros, obtuvo empleo gracias
a la solidaridad de algunos intelectuales dominicanos con influencia en
el gobierno. Empez a trabajar en febrero de 1940 como profesor en la
Escuela Diplomtica y Consular de la Secretara de Estado de Relaciones
Exteriores.
La estrella de Almoina fue en ascenso al ser nombrado preceptor de
Ramfis en octubre de 1942, lo que le facilit puerta abierta a la intimidad
familiar del tirano. En febrero del ao 1943 fue nombrado catedrtico
especial de la Facultad de Filosofa de la Universidad de Santo Domingo,
responsable del rea de portugus, al hacerse obligatoria la enseanza de
esta lengua en el pas. En mayo del ao 1944 se le concedi la ciudadana
privilegiada. En enero del ao 1945 fue nombrado Secretario Particular
del Presidente Rafael L. Trujillo, lo que le facilit conocer la dictadura
desde adentro.
En la Repblica Dominicana, Almoina public dos libros con el
auspicio de la Universidad de Santo Domingo. Primero apareci La biblio-
teca erasmista de Diego Mndez (1945) y luego Rumbos heterodoxos de
Mxico (1947). Aunque no se publicaron con su firma, se sabe que tambin
escribi Meditaciones Morales y Falsa Amistad, que aparecieron bajo la
autora de Mara Martnez de Trujillo, entonces Primera Dama de la Re-
pblica Dominicana. Tambin es suyo el libro La frontera de la Repblica
Dominicana con Hait (Ciudad Trujillo, Editorial La Nacin, 1946).
En junio del ao 1947 sali hacia Mxico. All fue docente y trabaj
en la Editorial Norma. En octubre del ao 1950 public en Buenos Aires
su libro Yo fui secretario de Trujillo (Buenos Aires, Editora y Distribuidora
Del Plata, 1950), un libro laudatorio al tirano que intentaba despejar du-
das sobre su fidelidad al rgimen de Trujillo. Estando en Mxico public
el libro La pstuma peripecia de Goya; una edicin anotada de la Regla
Cristiana Breve de fray Juan de Zumrraga; un libro sobre Daz Mirn
y su potica; varios folletos; y numerosas traducciones francesas para la
casa editorial que trabajaba.
Por algn tiempo continu al servicio de Trujillo, hasta que ste se
convenci de su doble actividad. El 4 de mayo de 1960 fue asesinado en
Ciudad Mxico a manos de pistoleros a sueldo del dictador.
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