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Nimrod y La Fiesta de

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"NIMROD Y LA

FIESTA DE
NAVIDAD"
"Cus engendró a Nimrod; éste llegó
a ser poderoso en la tierra...”
(Crónicas 1:19)

Introducción:
Nimrod, hombre a quién se le
atribuye el origen de la corrupta y
sucia ciudad de Babilonia (Génesis
10). Según el versículo 8, a este
individuo se le describe como “...el
primer poderoso en la tierra...”, y en el
versículo 9, como el “...vigoroso
cazador delante de Jehová...”.
Aparte de llevar una vida
sumamente misteriosa, llegó a
construir diversas ciudades
sumamente importantes en la historia
bíblica, entre las cuales podemos
mencionar a Babilonia y Nínive (v. 10,
11). Sin duda alguna llegó a ser en su
tiempo un hombre sumamente
famoso, célebre, notable; y desde
luego, temido.
Según el Nuevo Diccionario
Bíblico Ilustrado, el nombre Nimrod
significa “rebelde”, y tal parece que
en su nombre llevaba su filosofía,
pues en sus ciudades tuvieron como
fundamento el orgullo, el dominio
mundial, la idolatría, el politeísmo, el
henoteísmo, el demonismo, el
animismo, toda clase de obras e
ideas contrarias al Dios verdadero.
Es por esta razón que no suelen
existir historiadores o escritores que
hablen bien de él. Todos lo describen
como un hombre opuesto a Dios.
SU PERSONA Y RELACIÓN CON
DIOS.
Con respecto a la persona de
Nimrod, la Enciclopedia judía, página
309, dice que “...fue aquél quien hizo
a las gentes rebelarse en contra de
Dios...”, así pues, este hombre no
solamente se conformaba con vivir
lejos de la voluntad del creador, sino
que trabajaba para lograr que el resto
del mundo le siguiera en su rebeldía.
En el libro, Babilonia, misterio
religioso, dice que Nimrod “...era un
sacerdote de idolatría...”. Esto nos
muestra que no solamente tenía el
poder de la fuerza a su favor, sino
que lograba llevar a las gentes a
practicar una religión falsa y contraria
a Dios.
Es de notarse que en el
Antiguo Testamento Hebreo leemos
la palabra “gibor”, la cual es traducida
por “poderoso”; aunque el Diccionario
Hebreo y Griego de Strong, nos
informa que también puede ser
traducida por “tirano”, “violento”. Aquí
tenemos a un hombre poderoso,
sumamente ingenioso, pero también
violento y malo. ¿Qué clase de obras
puede producir una persona con tal
personalidad? Se dice que el poder
suele corromper a los hombres, pero
la maldad de Nimrod no descansa en
eso, sino que tal poder es parte de
los logros de su violencia y diabólica
forma de vivir.
Hay quienes sugieren, como
los Targumenes judíos y los escritos
de Josefo, que la frase “...delante de
Jehová...” bien puede ser entendida
como “contra Jehová” en un sentido
negativo. Por tanto, bien podemos
inferir que su caza no fue compuesta
sólo de animales, sino también de
hombres.
Flavio Josefo, historiador
judío, dice con respecto a Nimrod,
“...paulatinamente convirtió el
gobierno en una tiranía, viendo que la
única forma de quitar a los hombre el
temor a Dios era el de atarlos cada
vez más a su propia dominación.
Afirmó que si dios se proponía
ahogar el mundo de nuevo, haría
construir una torre tan alta que las
aguas jamás la alcanzarían... La
multitud estuvo dispuesta a seguir los
dictados de Nebrodes [Nimrod] y a
considerar una cobardía someterse a
Dios. Y levantaron la torre...”
(Antigüedades Judías, libro I, cap. IV,
secs 2, 3). Tal parece que la rebelión
registrada en Génesis 10, en la que,
con toda soberbia el hombre intentó
vencer a Dios con la construcción de
la famosa torre de Babel, tenía como
autor intelectual a este Nimrod, quien
definitivamente estaba dispuesto a
vencer a Dios.
LA FAMILIA DE NIMROD.
Estudiar la parte familiar de
Nimrod es sumamente importante,
pues los eventos que sucedieron
dentro de ella tuvieron gran impacto
en todas las naciones hasta nuestros
días.
La esposa de Nimrod llevó el
nombre de Semiramis, quien es
conocida como la “...Legendaria reina
de Asiría y Babilonia, esposa del rey
Ninos [Nimrod], a la muerte del cual
rigió el imperio Asirio...” (Océano
Uno. Diccionario Enciclopédico.
Edición del Milenio, Pág. 1748). Una
vez que ella obtuvo el gobierno de
Babilonia, nombró a Nimrod como
“Marduk, el dios solar”. El Diccionario
Océano Uno dice sobre él,
“...Marduk. Dios Mesopotámico... En
su origen fue dios de la vegetación y
del Sol. Durante la hegemonía de
babilonia fue la deidad suprema...”
(Pág. 1023). También se dice que
“...Algunas autoridades identifican al
dios Marduk – llamado en la Biblia
Merodac (Jeremías 50:1, 2) – con
Nemrod, pues era una antigua
costumbre el que una ciudad
(Babilonia) deificara a su fundador...”
(Ayuda para entender la Biblia. Watch
Tower Bible and Tract Society of New
Cork, Pág. 179). Lo supuestamente
milagroso del asunto, es que
Semiramis, tuvo un hijo, pero este no
pudo ser de Nimrod, pues él no
estuvo con ella para procrearlo, así
que ella inventó que Nimrod, una vez
muerto, volvería a nacer. Y fue así
que se creyó que Tamuz, como llamó
al niño, era Nimrod vuelto a nacer. De
Tamuz se dice que fue “...dios de
origen babilónico, adorado también
en Siria, Asiria, Canaán y Fenicia (en
donde se le llamaba Adonis debido a
la influencia griega)...” (Nelson Wiltom
M. Nuevo Diccionario ilustrado de la
Biblia). Todas estas cosas tuvieron
grandes efectos en la religión de
Babilonia y los otros pueblos.
EFECTOS IDOLÁTRICOS.
Por todos es sabido que la
ciudad de Babilonia y el resto de los
pueblo fueron sumamente idólatras, y
el nuevo culto que se originó
alrededor de Nimrod, Semiramis y
Tamuz se extendió sumamente por
diversas partes del globo.
Los babilonios daban culto al
sol, a las estrellas y a la naturaleza.
Ellos efectuaban una celebración el
25 de diciembre en honor a Tamuz,
con motivo de su natalicio. Según las
antiguas leyendas de Babilonia, que
vinieron después de la muerte de
Nimrod, y durante el proceso del
nacimiento de Tamuz, Semiramis, su
esposa, inventó la idea de que cada
25 de diciembre, Nimrod visitaba la
ciudad, viniendo en espíritu en un
frondoso “pino”, el cual, adornaban
con diferentes artificios brillantes, los
cuales simbolizaban al sol; lo cual
tenía como propósito bendecir a la
naturaleza. Dios mandó a Israel a no
contaminarse con este culto.
“...Destruiréis enteramente todos los
lugares donde las naciones que
vosotros heredaréis sirvieron a sus
dioses, sobre los montes altos, y
sobre los collados, y debajo de todo
árbol frondoso...” (Dt. 12:2)
“...Porque ellos también se edificaron
lugares altos, estatuas, e imágenes
de Asera, en todo collado alto y
debajo de todo árbol frondoso...” (1
R. 13:23)
“...Asimismo sacrificó y quemó
incienso en los lugares altos, y sobre
los collados, y debajo de todo árbol
frondoso...” (2 R. 16:4)
“...y levantaron estatuas e imágenes
de Asera en todo collado alto, y
debajo de todo árbol frondoso...” (2
R. 17:10)
Este culto invadió a diversos
pueblos, entre los cuales se puede
mencionar a Egipto, quienes
asimilaron la fiesta del 25 de
diciembre en honor al Sol. En la
Enciclopedia Católica, dice,
“...Christmas (Misa de Cristo), no
estaba entre los festivales primitivos
de la iglesia... La primera evidencia
de la fiesta procede de Egipto...”. En
la Enciclopedia Británica, leemos,
“...Christmas... no estaba entre las
festividades originales de la iglesia..
no fue instituida por Cristo o los
apóstoles, ni por autoridad bíblica...
fue recogida mucho tiempo después
de entre el paganismo...”. Como
vemos, la fiesta religiosa originada en
Babilonia, no solamente invadió a
pueblos paganos, sino también a la
iglesia apóstata. En la Enciclopedia
Americana, se nos informa que “...en
el siglo quinto la iglesia occidental
ordenó que dicha fiesta habría de
celebrarse por siempre precisamente
el día en que se celebraba la antigua
fiesta romana en honor al nacimiento
del sol, ya que no sabía con certeza
el día del nacimiento de Cristo...”. La
Enciclopedia Shaff-Herzog explica,
“...La fiesta pagana con su alboroto y
sus francachelas era tan popular, que
los cristianos con mucho gusto la
aceptaron, y sólo se excusaron por
continuar su celebración con
pequeños cambios en espíritu y en
manera. Los predicadores cristianos
de occidente y de cercano oriente
protestaron contra la inusitada
frivolidad con que se celebraba el
nacimiento de Cristo, mientras que
los cristianos de Mesopotamia
acusaron a sus hermanos
occidentales de idolatría y adoración
al sol por adoptar como cristianos
esta fiesta pagana...”
Una vez que fue establecida
la fiesta de diciembre, se honró
nuevamente al dios Nimrod a través
de Tamuz, por medio de dar culto a la
madre y al hijo. Desde entonces se
hizo todo un culto a Semiramis y a
Tamuz esparciéndose por todo el
mundo. En Egipto se adoraba a Isis y
Osiris, en Roma a Fortuna y Júpiter,
incluso el pueblo hebreo en la
antigüedad fue presa de ese culto
(Jueces 2:13).
En nuestros días la fiesta
navideña es todo un sincretismo.
Contiene elementos babilónicos,
egipcios y bíblicos. Se dice que es la
fiesta del nacimiento de Cristo, y a la
vez se adornan pinos con luces, con
esferas, incluso algunos hablan de
esperar a San Nicolás, un antiguo
obispo católico que se hizo famoso
por obsequiar una dote a dos jóvenes
que iban a contraer matrimonio, y que
a la postre, gracias a la fama que le
dieron los pueblos, y a la
transformación que le dio la Coca
Cola, millones de niños creen la
mentira de que él vendrá a sus casas
a dejarles regalos.
CONCLUSIÓN.
Lamentablemente la fiesta
navideña, como la conocemos hoy,
es toda una fiesta religiosa con
diversos componentes paganos, y
sobre todo, con viejas mentiras, pues
por todos es sabido que Jesús no
nació el 25 de diciembre. ¿Es
correcto que como cristianos
participemos en tales celebraciones
religiosas, llenas de paganismo y
engaños? No, no estamos diciendo
que dar regalos, o comer en familia
sea pecaminoso, pero sí hacer estas
cosas para celebrar la fiesta
navideña. Nimrod, Semiramis y
Tamuz, jamás pensaron hasta donde
llegarían sus engaños y su falsa
religión, pero está en nosotros ir
acabando con ese culto.

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