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01/05/14 22:06 La accin teraputica como creacin de signicado
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La accin teraputica como creacin de significado
What I do with what you give me. Therapeutic action as the creation of
meaning, Frank Summers, Psychoanalytic Psychology, 2001, vol 18, n 4, pp. 635-
655.
Summers aborda el problema de cmo hacer que el insight en la sesin se traduzca en
cambio en la conducta y la personalidad, una inquietud que se refleja bien en un
conocido chiste sobre el psicoanlisis en el que un sujeto dice sobre sus sntomas que
me sigue pasando, pero ya se porqu me pasa. Su propuesta es incluir un nuevo papel
dentro de los objetivos del psicoanalista, el de facilitador de cambio en el paciente, y
esto dentro del marco de lo que hoy da se conoce desde diversas ramas de la psicologa
sobre cmo se produce el cambio: de un modo activo por parte del sujeto. Para el autor
esto es consecuencia de hacer ms coherente la tcnica con los nuevos objetivos que
hace tiempo se incluyeron en la tarea psicoanaltica a partir de los tericos del self:
buscar la emergencia de un nuevo self, de nuevas formas de ser y desarrollarse.
El artculo comienza con una revisin histrica de las teoras que tratan sobre los
factores teraputicos del mtodo psicoanaltico, la cual exponemos a continuacin.
Freud respondi a esta cuestin con su concepto de elaboracin, que consista en repetir
el insight, y el tiempo se encargara de producir el cambio. Pero como ste no siempre se
produce, al final de su vida se mostr pesimista en cuanto a que el tratamiento tuviera
poder para producir este paso. Despus de Freud, las diferentes escuelas psicoanalticas
han abordado el tema y sugerido distintas respuestas. El autor clasifica estas en, por un
lado, respuestas de las teoras clsicas y, por otro, respuestas de las teoras no
tradicionales.
Teoras clsicas. Son las que mantienen los postulados bsicos de la teora del
conflicto pulsional. Por un lado est Strachey, quien dice que la clave del cambio
teraputico es reducir la ansiedad causada por el supery y, a travs de la interpretacin,
mostrar la diferencia entre las figuras del pasado y las presentes, interpretacin que se
convierte entonces en putativa productora del cambio. Por otro lado estn los
psiclogos del yo, que proponen centrarse en los mecanismos del yo y las defensas,
ms que en la pulsin, y tambin centrarse en el aqu y ahora de la transferencia ms de
lo que hizo Freud.
Teoras que se alejan del modelo tradicional. El autor agrupa stas en dos
amplias categoras:
1- Los del primer grupo se centran en la importancia del contenido, de lo que se
interpreta. Entre ellos, los kleinianos, ven que lo importante es interpretar las
fantasas agresivas primitivas, ms que los deseos libidinales, y por otro lado no
consideran eficaz centrarse en las defensas, como hacen los psiclogos del yo.
2- Los del segundo grupo no consideran que lo importante sea cambiar el contenido de
lo que se interpreta, ni el estilo con que se hace, sino que para ellos lo teraputico est en
la relacin misma. Kohut, aunque considera importante la interpretacin, ve que la
base de su eficacia est en la clase de relacin que se establece entre analista y paciente.
Algunos psiclogos del self creen que lo importante est en la internalizacin de
funciones provistas por el analista, a travs de la relacin teraputica, y otros piensan
que la clave est en la profundidad de la relacin de intimidad creada en sta. Por su
parte, los tericos de la perspectiva relacional, consideran que la clave est en la
relacin analista-paciente. Tanto la psicologa del self, como la perspectiva relacional,
rompen con la teora clsica al hacer el centro en importancia que dan a la relacin
afectiva establecida entre analista y paciente, y por tanto la estrategia que apoyan no es
cambiar el contenido de lo interpretado sino desplazar la importancia desde la
interpretacin a la relacin.
Summers considera que todos estos abordajes tienen algo en comn, a pesar de sus
diferencias: todas las estrategias teraputicas estn centradas en las aportaciones del
analista, ya sea centrndose en las defensas, en cambiar el contenido interpretativo, o
en poner el nfasis en la relacin. Todas asumen implcitamente que el cambio se
produce por algo que el psicoanalista aporta, y asignan al paciente un papel pasivo, el
de alguien que absorbe la experiencia correcta, de un modo u otro.
Y esto es transmitido tambin incluso por las teoras relacionales, aunque sea menos
aparente. Las teoras relacionales dieron un paso respecto a las clsicas. Hasta entonces
(en lo que podramos llamar la poca de realismo ingenuo del psicoanlisis), se haba
visto que los esquemas relacionales surgidos en la terapia eran aportados
exclusivamente por el paciente, vindose al analista como pantalla neutra que slo
reflejaba lo que ste pona. Los relacionalistas, por el contrario, enfatizaron el papel
activo del analista en la construccin de modelos de relacin analista-paciente. Lo que
seala Summers es que, a pesar de esto, lo que estas teoras consideran crucial para el
cambio sigue siendo lo que el analista aporta a la relacin, el impacto del analista
sobre el paciente. Digamos que, para los relacionalistas, ambos miembros de la pareja
construyen en comn los esquemas o modelos de relacin que surgen, pero es la actitud
especfica del analista respecto a estos esquemas de relacin surgidos su autoanlisis,
su toma de conciencia de estos esquemas surgidos, la comprensin y puesta en palabras
que emerge de ellos- lo que produce el cambio teraputico. Por consiguiente, coinciden
con los otros modelos en que es el impacto emocional del analista sobre el paciente lo
que hace cambiar a ste. Para Summers, este modelo terico no deja espacio conceptual
para concebir que el paciente es alguien creativo, activo en la creacin de un nuevo
significado a partir de lo que ocurre en la sesin. Y el autor cita el concepto de
Winnicott de espacio teraputico como transicional, segn l esto era una llamada al
analista para que deje espacio para la creacin de una nueva relacin de objeto, que l
llam objeto anacltico; para crearlo es necesario que se de importancia a una actitud del
analista que atienda a las necesidad del paciente de desarrollar un gesto espontneo.
Accin, creacin y crecimiento emocional
En este apartado, Summers va exponiendo las razones que apoyan que el cambio es un
proceso activo. Algunas de estas razones provienen de desarrollos dentro del
psicoanlisis y otras provienen de otros campos de la psicologa. La primera razn es que
el objetivo del anlisis tal como se ve hoy da es la autorrealizacin, el crecimiento del
sentimiento del self, lo que supone crear nuevos modos de ser y de relacionarse con los
otros, y esto no puede desarrollarse basndose en lo que el otro da, sino a partir de una
bsqueda propia por parte del paciente.
Sostiene el autor que la importancia del desarrollo del self para el crecimiento emocional
est demostrada por la investigacin en el campo de la psicologa del desarrollo, as
como lo puesto en evidencia el campo de las teoras del aprendizaje. En cuanto a las
teoras del desarrollo, es interesante el dato que el autor aporta de una investigacin de
Beebe en la cual demostr que los bebs ms seguros no eran aquellos con los que sus
madres sintonizaban ms sino aquellos que se encontraban en un nivel medio de
entonamiento (medido por los esquemas afectivos y vocales compartidos con sus
madres). De ah concluy este autor que los nios necesitan no slo regulacin de sus
estados afectivos por los adultos, sino tambin oportunidad de autorregularse, algo que
es impedido por el sobreentonamiento. Otra investigacin interesante aportada por
Summers es la de Demos, que observ que la capacidad del nio de ser sujeto activo,
iniciador de acciones, se promova ms cuando el padre o madre no alivian su situacin
de ansiedad en seguida sino que permiten que su hijo la experimente, y le ayudan a
resolverla de modo que el propio nio se siente partcipe del alivio de tensin. A partir
de aqu, estableci una zona ptima de experiencia afectiva que permite al nio sentir
una necesidad interna y ser participante activo en intentar atenderla. Esto lleva a
Summers a decir que el nio no recibe significado desde las atenciones parentales, sino
ms bien crea significado desde la relacin.
Por otro lado, desde la psicologa del aprendizaje hoy da se considera la importancia del
aprendizaje procedimental, adems del declarativo o simblico, estudiado como
aprendizaje de habilidades motoras de diferentes tipos, como montar en bicicleta (pero
que desde el psicoanlisis hemos concebido como habilidades de mayor alcance,
incluyendo la regulacin de los afectos negativos y el manejo de las relaciones
interpersonales). Lo importante aqu es que el aprendizaje de habilidades
procedimentales se realiza actuando. El papel del enseante entonces cambia, y abarca
desde la enseanza de contenidos semntico-declarativos, hasta la aportacin al alumno
de la posibilidad de llevar a cabo la actividad, facilitarle la prctica. El nio, dice
Summers, aprende a relacionarse con su progenitor en la prctica mucho antes de poder
explicar con palabras cmo lo hace, precisamente porque ste le da la oportunidad de
que interacte.
Por otro lado, el autor acude a la investigacin de la psicologa del desarrollo sobre la
edad adulta. En esta rea se muestra la evidencia de que los adultos continan teniendo
capacidad de expandir sus intereses a nuevas actividades y nuevas relaciones, siempre
hasta la mediana edad y con frecuencia ms all de sta. Refiere tambin que el cambio
en la personalidad ocurre en cualquier momento del ciclo vital, y los mismos obstculos
y crisis vitales llevan a unos adultos a estancarse, y a otros a crecer y cambiar
positivamente si tienen un entorno apropiado. Estos descubrimientos, junto con los de
las teoras del aprendizaje, llevan al autor a considerar que no puede mantenerse que el
cambio teraputico se efecta a travs de la mera recepcin de lo que proviene del
exterior sin una contribucin activa por parte del paciente.
Por ltimo, Summers hace referencia a la cuestin, debatida en el psicoanlisis, de si el
paciente que recibe funciones o impacto emocional desde el analista, despus internaliza
esto en una experiencia autntica, o por el contrario lo que surge es una actividad
mimtica, que tiene ms que ver con la complicidad con el analista que con la creacin
de una nueva estructura del self.
De manera que no slo desde las nuevas teoras del desarrollo y del aprendizaje, sino
desde los avances en la teora psicoanaltica, las conclusiones llevan siempre al autor a
que el crecimiento emocional requiere una accin creativa, un hecho que sugiere un
papel facilitador por parte del agente del proceso de crecimiento.
La tcnica psicoanaltica
Summers sostiene que las teoras psicoanalticas sobre la accin teraputica debaten
acerca de dos tipos de polaridades: 1) La existente entre, por un lado, una psicologa
unipersonal y, por el otro, una concepcin la bipersonal -la preconizada por
interpersonalistas, relacionistas, intersubjetivistas. 2) La polaridad entre el cambio
mediante la interpretacin versus el cambio mediante la relacin. Sin embargo, para l
esto es insuficiente, ya que una de las funciones ms importantes del analista es facilitar
la creacin de nuevos modelos de ser y relacionarse por parte del analizando.
Esto no significa que desestime el papel de la interpretacin. La toma de conciencia
produce diversos efectos, como poner al paciente en contacto con sus motivaciones y
emociones ms profundas, que dan una explicacin a porqu el sujeto ha mantenido sus
modelos disfuncionales a lo largo de su vida, y crear insatisfaccin con sus esquemas
antiguos, y motivacin para cambiarlos. Sin embargo, insiste el autor, con esto no se
aborda suficientemente el factor que considera el ms importante: cmo hacer, qu
tcnica utilizar para que el paciente tome a su cargo el crear nuevas formas de sentir y
relacionarse.
Sostiene que en el proceso analtico suele ocurrir que se activan los modelos relacionales
que precisamente se quieren cambiar por ejemplo, un paciente competitivo que
interpreta las intervenciones del analista como intentos de quedar por encima. Esto se
interpreta, y a su vez la interpretacin activa la competitividad del paciente, entrando en
un ciclo repetitivo que al final deja, tanto al analista como al paciente, con una sensacin
de fracaso y frustracin, porque se pone la atencin en los modelos antiguos, se explica
sus orgenes y su desarrollo, pero no hay, de momento, otros nuevos que los sustituyan.
Ahora bien, dice Summers, aunque parezca que no se avanza, que se vuelve al mismo
lugar que al principio, esto no es as. Hay una insatisfaccin, producida por la
autoconciencia, que no estaba antes, y una sensacin de vaco porque no hay modelos
nuevos con que sustituir a los antiguos. El analista no debe intentar paliar esa sensacin
de frustracin que crea ansiedad, pretendiendo que sabe qu hay que hacer,
interpretando la dificultad para el cambio por parte del paciente como resistencia, o
teniendo un papel activo en la creacin de una relacin de diferente tipo.
Qu es entonces lo que ha de hacer el analista? Summers toma el modelo de la
pregunta socrtica. Scrates pide al sujeto que defina trminos que previamente ha
usado de modo no reflexivo, y va demoliendo sus intentos de definicin con nuevas
preguntas. Llega un momento en que est claro que el sujeto no tiene la respuesta,
entonces Scrates hace una nueva pregunta que de nuevo abre el dilogo. Pero esta
pregunta tiene efecto precisamente por el trabajo que antes se ha realizado, cuyo objeto
ha sido barrer la confianza previa del interlocutor en su propio saber y colocarlo en
buena posicin para buscar.
Lo que Summers resalta aqu al comparar los dos modelos, el de los interrogatorios
socrticos y el de la situacin analtica, es el hecho de que primero hace falta una
desconstruccin, para luego llevar a cabo la construccin. La desconstruccin en el
dilogo con Scrates se efecta sobre la confianza del sujeto en su saber previo, y la
curiosidad a que esto da lugar. En el proceso psicoanaltico, la desconstruccin se refiere
al anlisis de las motivaciones defensivas que guan al paciente, llevndolo a una
situacin en que el conocimiento de sus propios mecanismos los deja sin efecto. Es un
proceso que produce humillacin, la del reconocimiento de que uno no se conoce tanto
como pretenda. Pero esto no es vano, es una situacin preparatoria para que se
desarrollen nuevas formas de ser y relacionarse.
El autor aclara que no quiere decir que haya identidad entre el dilogo socrtico y el
proceso psicoanaltico. Este ltimo no es slo un ejercicio intelectual, sino vivencial, que
busca en el paciente la toma de contacto afectivo con partes de su self no manifiestas.
Con la comparacin por tanto no se pretende que exista identidad, sino un factor comn
en el mtodo que el autor ve iluminador: destruir la certeza lleva a la ambigedad e
inseguridad, que es caldo de cultivo para un nuevo comienzo.
A partir de entonces, es momento de que el analista cambie de posicin, desde una
interpretativa a una que el autor llama facilitadora. Para esto, el analista ha de usar las
asociaciones libres del paciente, pero ahora no ya para descubrir defensas, sino como
indicadores de un potencial self que aun no se ha realizado. Asociaciones libres que
aqu el autor cita a Loewald como origen de esta idea- no slo indican lo que el paciente
ha sido, sino tambin sealan hacia lo que puede llegar a ser. En las asociaciones del
paciente emerger, dice Summers, algn inters, deseo o ambicin que nunca antes ha
sido articulado.
A continuacin el autor ilustra esto con un ejemplo, el de Harry, un hombre con supery
hipercrtico y severo, que necesitaba sentirse seguro e independiente en todo momento.
Summers cuenta que a travs del trabajo analtico, Harry era ya consciente de que el
origen de esto estaba en la internalizacin que haba hecho de su padre, y su posterior
proyeccin en el analista, pero a pesar de esto no poda dejar se ser culposo e
hipercrtico consigo mismo. En un momento determinado, Harry dijo a gritos que no
quera atacarse a s mismo, pero que no saba qu otra cosa hacer, ni saba cmo hacer
algo diferente. Ante esto, el autor cambi de la actitud interpretativa a la que denomina
facilitadora, diciendo: Deja ver qu viene. A partir de ah, el paciente inici una cadena
de asociaciones que llev a la aportacin de dos temas importantes. Por un lado tom
conciencia de que necesitaba, deseaba, poder depender de otros, traer al anlisis
consultas y asociaciones referidas a su negocio lo que implicaba un alivio de su
exigencia de ser independiente y perfecto. En segundo lugar, asoci con actividades que
le gustaban, pero gastaba un tiempo precioso en hacerlas, que eran expresin de su
anhelo de una vida sin la presin de las expectativas de su padre sobre l. De este modo,
las asociaciones estaban indicando nuevos modos potenciales de ser.
Momentos como este, dice Summers, aparecen muchas veces a lo largo de un
tratamiento, cada vez que la dada analista-paciente est profundizando en la
comprensin de esquemas especficos de transferencia. Son los momentos oportunos
para cambiar a la posicin facilitadora, en los que el analista tiene la tarea de estar alerta
a los gestos espontneos del paciente y responder de modo que los facilite, ms que lo
afecte. Una nueva metfora del autor es la de que el analista acta entonces como una
matrona que ve un aspecto emergente del self verdadero en el paciente y lo ayuda a
desarrollarse, algo que el autor reconoce que propuso ya Winnicott con su expresin
objeto analtico: un nuevo objeto que es creado por el paciente a partir de las
aportaciones del analista.
Summers ilustra su propuesta con la inclusin de un caso clnico ms detallado, el caso
de Dexter. Este hombre presentaba peleas destructivas con su mujer, adems de bajo
rendimiento profesional, con tendencia a cometer descuidos en el trabajo. El autor
describe la relacin teraputica como dominada por una serie de transferencias. El
paciente se haba sentido exigido por su madre, que anhelaba de l el xito social que su
padre no tuvo, y esto le provocaba a Dexter sentimientos ambivalentes: por un lado
deseaba complacer a la madre-analista y ganar su amor, pero por otro estaba lleno de
resentimiento y se senta explotado por ella. En un segundo tiempo, en la relacin
analtica se manifestaron caracteres de la relacin con su padre: vea al padre
amenazado por su propio xito, lo que le provocaba una nueva ambivalencia consistente
en el deseo de superarlo, pero culpa por sus logros; lo que se manifestaba era un
autosabotaje, tanto en el trabajo como en el proceso analtico, donde se olvidaba del
material analtico trabajado, o bien dejaba de asociar. En resumen, relaciones
transferenciales marcadas por la ambivalencia, el resentimiento y la competitividad
Aoraba ser especial para m, pero se senta explotado; deseaba superarme pero tema
mi envidia y mi castigo.
Durante una poca, Dexter reconoca ya el tipo de relacin que estableca, y deseaba un
cambio, pero no saba qu hacer, y acababa reproduciendo los esquemas de siempre. En
un determinado momento, el analista dijo Si no fueras competitivo, qu ocurrira?. O
sea, un interrogante sobre qu otra posibilidad de ser tendra el paciente. A partir de
ah, aunque le cost manifestar sus asociaciones, surgi lo primero que le vino a la
mente Todo lo que l quera era que yo lo quisiera. Esta expresin emocional,
autntica y directa, le sorprendi al mismo paciente, e inici una poca marcada por un
tipo de relacin diferente, en la que lo prioritario era el contacto afectivo y la expresin
de afectos autnticos y la confianza en el otro. Despus de un tiempo de avances en
zigzag, en que se volva a los modelos anteriores cuando sobrevena la ansiedad ante la
intimidad, el nuevo modo de relacionarse se afianz, y tras eso comenzaron a surgir
cambios en su vida profesional y privada como consecuencia.
Para el autor, esto ejemplifica el cambio desde una postura analtica que privilegia la
comprensin a otra en la que el objetivo ms importante es la creacin de nuevos
modos de ser y de relacionarse, la emergencia del nuevo self, y esto iniciado por el
paciente. Summers resalta que la pregunta que hizo a Dexter no era una interpretacin,
sino una peticin de otras posibilidades. Y por otro lado, lo que el paciente hizo no fue
slo expresar nuevos deseos, sino que los llev a cabo, cre una nueva relacin a travs
de esa expresin espontnea de sus deseos ms profundos.
Summers remarca aqu dos novedades respecto a la tcnica tradicional: por el lado del
paciente, el carcter activo del proceso de cambio, y por el lado del analista, el
desplazamiento desde una postura clsica de buscar slo insight a otra que induce el
cambio necesario. El autor considera necesario que ocurra lo que pas a Dexter para que
los cambios de la terapia sean duraderos, y sostiene que con frecuencia esto mismo se
produce espontneamente en los tratamientos; pero l reivindica la necesidad de no
dejar al azar que ocurra o no ocurra, sino que los analistas tomemos conciencia de esa
faceta de nuestro rol, el rol de facilitadotes de potencial creativo, que implica nuevos
objetivos y nuevas tcnicas en el trabajo.
Comentario
Me detendr en la primera vieta clnica del autor, que me parece significativa de lo que
quiere decirnos, pero sobre todo de lo que no quiere decirnos. Se podra pensar que, con
su nfasis en la actividad del paciente, Summers est abogando a favor de mayor
neutralidad. Sin embargo, si observamos lo que ocurri en el caso de Harry, vemos que
lo que emergi del paciente fue precisamente su necesidad de depender, y un deseo que
antes no osaba manifestarse, el de llevar a la consulta temas sobre su trabajo,
manifestando su inseguridad y buscando tambin orientacin. Por supuesto que la
orientacin que propone el autor no es del tipo directivo lo que tienes que hacer es.
Pero en ocasiones solemos de un modo u otro manifestar lo que pensamos sobre una
decisin a tomar, con lo que el aspecto directivo est presente, y a veces el hacerlo de
modo explcito puede ser conveniente.
Quiero decir con todo esto que no creo que Summers se est refiriendo, cuando habla de
facilitar el papel activo del paciente, a que estemos callados y neutrales -aunque podra
interpretarse as-, sino todo lo contrario. Y esto se ve bien claro en el comentario final de
este apartado, en el que dice que otra opcin por parte del analista en los momentos de
crculo repetitivo sera preguntar (como hace en el caso de Dexter) Si no te relacionaras
conmigo de este modo, entonces qu ocurrira, enfocando as lo amenazador de
abandonar viejos modos de interaccin y esforzarse por desarrollar otros nuevos, y a
continuacin, Summers aade Aunque esta postura analtica es ms activa que la
posicin clsica, es tambin menos intrusiva en su aportacin y respetuosa con las
necesidades del paciente de articular nuevos modelos.
Ah est la clave, segn entiendo el mensaje de Summers: no en que seamos menos
activos generalmente hablando -no intervenir, refugiarnos en la neutralidad- sino en
ser activos en ayudar al paciente a desarrollar su propio camino, por ejemplo haciendo
preguntas o intervenciones especficas para este objetivo, como la de hacer que se
interrogue sobre qu otras conductas, sentimientos, o formas de relacionarse podra
tener, y las razones por las cuales se restringe a las repetitivas.
Ahora bien, ante la propuesta de Summers es interesante detenernos en dos puntos, el
primero sera en qu consiste ser activo, para un psicoanalista? Y, como la pregunta
tiene muchas respuestas, porque hay muchas formas de intervencin, qu tipo de
actividad es teraputica, o bien iatrognica, en qu casos?
Hemos visto, con Summers, que dejar que el paciente sea activo no implica que el
analista sea pasivo, sino que aada a la clsica actitud interpretativa una distinta, no
slo la de buscar motivos histricos e interpretar los sntomas actuales y rasgos
caracterolgicos a la luz de ellos, ni tampoco nicamente esperar que el modelo de
relacin que le ofrecemos produzca el cambio directamente, sino adems la de ayudar al
que emerja ste. Esta actitud puede implicar por un lado abandonar automatismos que
como analistas tenemos despus de dcadas de aprendizaje: como puede ser interpretar
sistemticamente como resistencia del paciente su dificultad para cambiar (una
negacin de nuestro sentimiento de incompetencia, y proyeccin en el otro de la culpa).
Implica tambin adoptar una actitud de confianza respecto a las capacidades del
paciente, (y para ser justos, aqu tenemos que citar a los humanistas: Maslow, 1968;
Rogers, 1951, como precursores de esta visin positiva sobre el ser humano).
En un artculo de Frank (2001) publicado en esta revista se propona que el analista
debe ser activo para ayudar al paciente a convertir en hechos, en conductas fuera de la
sesin, lo que ya se ha trabajado a nivel simblico con objeto de producir insight, ya que
hay pacientes que solos no dan ese paso. El artculo de Frank pretende dar respuesta al
mismo tema que Summers, cmo convertir el autoconocimiento en cambios reales de la
personalidad y la conducta, un paso que en algunos pacientes, o en algunos momentos
del proceso analtico, se dan con facilidad pero en otros no. No es casualidad que l,
como Summers, tambin cite a Loewald, cuando dice que el paciente, reconocido por su
analista como algo ms de lo que es en el presente, puede intentar alcanzarlo.
La terminologa del trabajo de Frank es ms propia de un intento de integracin de
tcnicas cognitivo-conductuales dentro del trabajo psicoanaltico. Habla de sentimiento
de autoeficacia, retomando la motivacin exploratoria-asertiva de Lichtenberg (1989).
Su propuesta es que seamos activos, y con ello se refiere a intervenciones que conllevan
una directividad ms o menos explcita ante actuaciones en la vida externa a la consulta,
(como tambin sostiene Power, 2001). El analista puede manifestar qu actitud es la
saludable a travs de identificar alguna como producida bajo la defensa, o incluso
promover acciones concretas difciles para el paciente, ensayando en la consulta, por
ejemplo, cmo hablara con el jefe, o con la pareja, tanto para ver cmo se traducen sus
dficits en esas conductas reales, como para ayudarle a superarlos.
En qu se diferencia esta alternativa de la que propone Summers? Sin duda ambos
autores estn hablando de una actitud como terapeutas que les ha servido con
determinados pacientes y por eso la estn comunicando al mundo psicoanaltico. La
cuestin es ver qu elementos han captado cada uno de ellos que les han sito tiles,
aunque a primera vista puedan parecer contradictorios. Frank propone una actividad
ms en el sentido de directividad, no como postura general en el anlisis, sino como una
actitud complementaria a la posicin clsica del analista, que puede ser til en
determinados momentos del tratamiento con pacientes especficos por ejemplo
fbicos, como el mismo Freud postulaba en Nuevos caminos de la terapia analtica.
Summers propone una actividad diferente, busca provocar en el paciente la emergencia
de algo que asume est dentro de l, partes del self reprimidas o no desarrolladas, pero
potenciales.
Ambos se enfrentan con el mismo problema: cmo pasar del autoconocimiento al
cambio. Frank y Power ven la dificultad de algunos pacientes como dficits para hacer
este camino solos, y plantean tcnicas activas que pasan por la directividad (el analista
muestra una opcin que le parece ms saludable y buena para el paciente que otra).
Frank va ms all, aboga tambin por un cierto papel pedaggico (el analista puede
directamente ensear o ensayar con el paciente comportamientos adecuados a llevar a
cabo fuera de la sesin). sta propuesta, de incluir en el trabajo psicoanaltico cuando
sea necesario tcnicas de origen cognitivo-conductual, es tambin sostenida por
Gabbard y Westen (2003).
Por su parte, Summers plantea una actividad por el analista que se refiere a un estado de
alerta respecto a contenidos y conductas que asoman en el paciente y que pudieran ser
indicadores de un self emergente, y a conductas en el analista dirigidas concretamente a
estimular esa emergencia, como sera su pregunta sobre qu pasara si dejara de
relacionarse de la manera que lo hizo hasta ese momento.
Tanto Frank como Power insisten en no abandonar el trabajo de contenidos de fuera del
anlisis. Summers, por lo que transmite en sus ejemplos, parece poner mayor nfasis en
la transferencia. Summers acenta el papel activo del paciente, la necesidad de que
aprenda actuando. En eso no es diferente de Frank, excepto en que ste aboga por una
ayuda ms directiva menos clsicamente psicoanaltica- para que se produzca esa
actuacin.
Como conclusin, opino que estas diferentes propuestas pueden ser vlidas para casos
especficos, es decir, no pueden plantearse como tcnica universal. Sin duda hay
pacientes que recibirn mejor una actitud menos directiva, que exija ms creatividad por
parte de ellos. La inclusin de la actitud facilitadora que propone viene a enriquecer
nuestro repertorio. Es ms, hay casos en los que es necesario precisamente enfocar como
objetivo del tratamiento modificar la pasividad, la espera por parte del paciente a que se
le de un camino hecho, lo que puede indicar dficit de recursos pero tambin una cierta
implicacin motivacional defensiva (mantenerse en una actitud infantil, evadiendo la
responsabilidad). Pero hay pacientes deficitarios que se beneficiarn al ser acompaados
ms de cerca en el camino teraputico, en el sentido de poder contar con un analista que
busque con l opciones distintas a aquellas con las que cuenta en su repertorio habitual
de respuestas y actitudes.

BIBLIOGRAFA
Frank, K. (2001), Ampliando el campo del cambio psicoanaltico: la motivacin
exploratoria-asertiva, la autoeficacia y el nuevo rol analtico para la accin, Aperturas
psicoanalticas, 11, revista por Internet (www.aperturas.com).
Gabbard, G. y Westen, D. (2003), Rethinking therapeutic action, International journal
of Psychoanalisys, 84: 823-41. Accesible en internet:
(http://www.psychsystems.net/lab/Gabbard_and_W%20IJP_therapeutic_action.pdf )
Lichtenberg, J. D. (1989), Psychoanalysis and Motivation, Hillsdale, NJ, The Analytic
Press.
Maslow, H. (1968), El hombre autorrealizado, Barcelona, Kairs, tercera edicin, 1979.
Power, D.G. (2000), Intentando algo Nuevo: El esfuerzo y la prctica en el cambio
psicoanaltico, Aperturas psicoanalticas, 7, revista por Internet (www.aperturas.com).
Rogers, C. R. (1951), Psicoterapia centrada en el cliente, Buenos Aires, Paids, 1977.

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