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Espíritu de Engaño
Espíritu de Engaño
Espíritu de Engaño
Esas dos voces son la voz de Dios y la voz del diablo. Ambas tienen
acceso a nuestro ser interior. La voz de Dios es la verdad, la del diablo la mentira.
Dios nos habla para hacer de nosotros seres felices, para enseñarnos, mientras que
el diablo lo hace para coaccionarnos (Chantajeamos), hacernos errar el camino y, si
puede, desequilibrarnos y enloquecernos. Claro está que él es un artista del mal y
no se presenta ante nosotros con todas estas maléficas intenciones a la vista.
Él le dijo a Eva: “Seréis como Dios”, pero no les dijo: “Y seréis como
demonios”. Los ángeles y el hombre conocieron la maldad cuando cayeron en
pecado, pero Satanás no le dijo esto a Eva al añadir “sabiendo el bien y el mal”. Su
verdadero objetivo era engañar a Eva llevándola a un acto de desobediencia a Dios,
pero el dardo que usó, fue: “Seréis como Dios”.
Sin embargo, la propia víctima pasó a ser el vehículo, el medio por el cual
vendría el Vencedor que destruiría definitivamente las obras del diablo, limpiando y
purificando los cielos y la tierra de toda señal de sus hechos. La serpiente es
maldita, pero la víctima de su engaño es bendecida, pues Dios le promete que de
ella saldrá la “simiente” que destruirá al diablo y sus huestes.
Por lo tanto, la historia de todas las edades consiste en el relato de una
guerra entre estas dos simientes: la simiente de la mujer, la cual con el correr de
todos los tiempos viene a ser Cristo y sus redimidos, y la simiente del diablo.
(1 Juan 3: 10)= En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del
diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
A esta etapa van antecediendo los períodos preliminares de las obras del
engañador en los hombres, tanto en aquellos que están dentro de la iglesia como
en los simples miembros asistentes. Aparte, el engañador ejerce sus artimañas y
enceguecimiento sobre el mundo no redimido de fuera de la iglesia. En Apocalipsis,
Satanás está descrito como el engañador del mundo entero y hemos de recordar
que esto es lo que ha sido desde el principio.
(1 Juan 5: 19)= Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo
el maligno.
Gálatas 6:3 asegura que somos engañados cuando creemos ser algo no
siendo nada; Santiago 1:26 es más duro aún: el hombre es engañado cuando
aparenta ser religioso y su lengua sin freno revela su verdadera condición.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra
las asechanzas del diablo.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el
día malo, y habiendo acabado todo, estad firmes.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno.
Hay una forma de engaño que se relaciona con las cosas espirituales. Esto
muestra que el pueblo de Dios que vive cerca del fin de los tiempos estará
esperando la venida del Señor y, por lo tanto, se verá más predispuesto a prestar
atención a toda clase de movimientos de apariencia sobrenatural.
Aquí vale la pena clarificar lo que Efesios 6:12 señala y detalla con
relación al organigrama de las fuerzas satánicas: 1) Principados: con fuerza y
dominio para ejercer su poder con los gobernantes y las naciones.- 2) Potestades:
con autoridad y poder de acción en todas las esferas que le sean abiertas (Aquí
recordamos la recomendación de las escrituras de no dar “lugar al diablo”, es decir,
no cederle terreno para que pueda aprovecharlo y empezar a actuar). 3)
Gobernadores: comandando en las tinieblas y cegando a la gente. 4) Huestes
espirituales de Maldad: en los lugares celestiales, cuya fuerza está dirigida
contra la iglesia de Cristo en forma de “dardos”, asaltos y todo tipo de engaños
imposibles de imaginar en cuanto a “doctrinas” y mentiras que ellos mismos
planean y forman.
Aquellos que son engañados de esta manera, creen que han llegado a sus
propias conclusiones por medio de sus razonamientos, completamente ignorantes
de los espíritus de error les han incitado a “razonar” sin base suficiente o sobre
falsas premisas y, por lo tanto, a llegar a falsas conclusiones. El espíritu mentiroso
ha conseguido su propósito introduciendo una mentira en la mente del hombre a
través de un razonamiento falso.
Cada creyente debe probar a los maestros tomando como base la Palabra
de Dios y su actitud hacia la cruz expiatoria de Cristo y otras verdades
fundamentales del evangelio. No debe cometer el error de juzgar la enseñanza por
el carácter del maestro, puesto que los hombres buenos pueden ser engañados y
estos son, precisamente, los que usa Satanás para introducir sus mentiras bajo la
apariencia de verdad.
La manera como los espíritus falsos se las ingenian para enseñar sus
falsas doctrinas está expuesta en los escritos de Pablo. El apóstol afirma que ellos
dicen sus mentiras en “hipocresía”, esto es, diciendo mentiras como si fueran
verdades.
Esta verdad está sujeta a todos los principios y leyes de Dios. Las
“doctrinas de demonios” consisten simplemente en aquello que el hombre piensa o
“cree” como el producto de las sugerencias introducidas en su mente por los
espíritus engañadores.
Será muy bueno para tu salud espiritual el recordar si has visto en algún
sitio no demasiado lejano de ti algunas de estas cosas. Sin embargo, la prueba para
todo pensamiento y creencia está, por lo tanto, en armonía con estas dos cosas:
(Apocalipsis 13: 13)= También hace grandes señales, de tal manera que
aún hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.