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Testigos Del Morral Sagrado

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MARCELINO LPEZ BALAN MARCELINO CANO SAUCEDO NGEL OVIDIO VELSQUEZ CASTELLANOS TIBURCIO HERNNDEZ UTUY

Con la colaboracin de SANTIAGO OTERO DIEZ

TESTIGOS DEL MORRAL SAGRADO

Guatemala, abril de 2011

Publicacin en homenaje a los cientos de Catequistas sobrevivientes que han trabajado con dedicacin, an arriesgando la propia vida, por la construccin del Reino de Dios y de las comunidades cristianas, conscientes de su misin histrica al servicio de la libertad, los derechos de la persona humana y la vida de la gente ms humilde del pueblo guatemalteco.
1 edicin, abril de 2011 MARCELINO LPEZ BALAN / MARCELINO CANO SAUCEDO / NGEL OVIDIO VELSQUEZ CASTELLANOS / TIBURCIO HERNNDEZ UTUY

ODHAG Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala 6 calle 7 - 70, Zona 1, Guatemala, Guatemala, C. A. PBX: (502) 2285-0456 FAX: (502) 2232-8384 Correo Electrnico: ddhh@odhag.org.gt www.odhag.org.gt Arzobispo Metropolitano: Director Ejecutivo: Coordinador Cultura de Paz: Equipo de Memoria Histrica: Monseor Oscar Julio Vian Morales Nery Estuardo Rodenas Carlos Alarcn Novoa Patricia Ogaldes Brenda Pineda Lisa Chauln Duilio Monterroso. Patricia Ogaldes Francisco Castro Sandra Fernndez Marta Cedillo Olga Marina Ventura P. Santos Prez Santiago Otero Diez, fms. Javier Alvarez Santiago Otero Diez, fms. Marvin Olivares Tinta y Papel, S.A. Tel.: 2471-7203

Colaboradores y correctores:

Responsable de la edicin: Diseo y diagramacin: Fotografa: Dibujo de Portada: Impresin:

Con ocasin del XIII Aniversario del martirio de Monseor Juan Gerardi.

Dedicado a Monseor JULIO CABRERA OVALLE Pastor, padre, hermano y amigo

CONTENIDO
Presentacin, por Santiago Otero Diez, fms

Pg.
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Cronologa 19 Marcelino Lpez Balan 25 Marcelino Cano Saucedo 155 ngel Ovidio Velsquez Castellanos 213 Tiburcio Hernndez Utuy 277 ndice General 351

PRESENTACIN

PRESENTACIN
Cuatro Catequistas nos cuentan su vida. Una historia narrada en primera persona, por hombres muy concretos que vivieron en carne propia los profundos horrores de la guerra, que nos dividi a los guatemaltecos durante 36 largos aos de enfrentamiento armado interno. Son Marcelino Lpez Balan, que vive actualmente en Ixcn, Marcelino Cano Saucedo, que vive en Nebaj, Tiburcio Hernndez Utuy, de Chajul, los tres de la Dicesis de Quich y, ngel Ovidio Velsquez Castellanos, de Los Amates, Izabal. Testigos del morral sagrado. Estos catequistas son lderes de comunidades cristianas que crecieron al calor del empuje de la Accin Catlica en el altiplano guatemalteco y el movimiento de los Delegados de la Palabra en Izabal. Todos ellos pertenecen a Iglesias mrtires, castigadas por la persecucin, fundamentalmente durante la dcada de los aos ochenta del siglo pasado en Guatemala. Monseor Julio Cabrera Ovalle, obispo de Quich desde enero de 1987 hasta finales de ao 2001, lleg a esta Dicesis martirizada con el lema: Consuela a mi pueblo, recordando un texto del profeta Isaas. Un lema que encerraba una actitud y un proyecto. Escuchar, acompaar y defender la vida, la dignidad, la reconciliacin, el perdn y la paz. Ideales que haba promovido Monseor Juan Gerardi algunos aos antes, cuando tambin fue Obispo de Quich de 1974 a 1980. En varias ocasiones Monseor Julio Cabrera me hizo ver la gran importancia de contar con la narracin de vida del camino recorrido por los Catequistas que haban sido vctimas de la violencia fratricida, como lo recordara el Papa Juan Pablo II. A principio de la dcada de los aos noventa, las Parroquias iniciaron un proceso de memoria y discernimiento, recordando aquellas personas que fueron trazando el camino de la identidad eclesial que haba dado fortaleza evanglica a las comunidades; as nacieron varios libros ya publicados sobre los mrtires. Pero Monseor Julio tambin insista en los Catequistas que habiendo sufrido, se pudieron
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librar de la muerte y son ahora testigos vivos y activos en las comunidades. Hubo cientos de catequistas, animadores de la fe y delegados de la Palabra asesinados; y tambin fueron muchos los sobrevivientes. Con la presente publicacin tenemos la oportunidad de acercarnos a la vida de cuatro de estos apstoles del Evangelio de Jesucristo, verdaderos seguidores del Resucitado en la construccin de una Iglesia tal y como lo soaban el Concilio Vaticano II, Medelln y Puebla, que son los grandes momentos de la Iglesia universal y de la Iglesia latinoamericana, que nos han acercado a la fuente viva del Evangelio. Marcelino Lpez naci en una aldea de San Martn Jilotepquez, Chimaltenango, y en 1975 se integr a las Cooperativas de Ixcn Grande, dirigidas por el padre Guillermo Woods, sacerdote Maryknoll, y pas a vivir a Cuarto Pueblo. Su lengua materna es el k'akchiquel. Marcelino Cano naci en la aldea de Vijolom, cerca de Salquil Grande, Nebaj; su familia procede de Chiantla, Huehuetenango. En 1983 con toda la poblacin ixil que se refugi en las montaas, llega a Santa Clara, norte de Chajul; estuvo once aos viviendo en las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra. Su lengua materna es el castellano. Tiburcio Utuy, as conocido por la gente, naci en la aldea Xix, Chajul, departamento de Quich, descendiente de abuelos de Totonicapn y, en 1983 pas a vivir a las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra; su lengua materna es el k'iche', aunque habla el castellano y el ixil. Ovidio Velsquez naci en una aldea de Los Amates, Izabal; cuando era nio, sus padres se trasladaron a la aldea de Buena Vista, donde ha vivido el resto de su vida. Su lengua materna es el castellano. Los cuatro nos cuentan su vida desde distintos ngulos. Estamos ante narraciones desgarradoras que nos gritan y nos hablan del
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PRESENTACIN

valor absoluto de la dignidad de toda persona humana, y a la vez denuncian la violencia a la que se vieron sometidos. Son vidas, son retazos de historia muy concretos, son girones de humanidad, de lucha y esperanza. Son autobiografas comprimidas al mximo, narradas casi siempre en primera persona, con un estilo directo, transparente, coloquial, como quien recorre a grandes rasgos los momentos de la propia historia. Vidas arraigadas en firmes convicciones que se entretejen con la existencia de personas, familias y pueblos. Estamos ante narraciones de vidas ejemplares, o ms bien arquetpicas, que nos describen en pocas pginas los derroteros de otras muchas personas marcadas por el mismo compromiso. Es difcil substraerse a la progresiva indignacin tica en la que nos sumergen ests pginas tan llenas de humanidad, y a la vez rasgadas por el horror. Pginas que nos describen la realidad de la Guatemala de no hace muchos aos. Por qu hablar del morral sagrado? Sencillamente, como un memorial. Cuando despus de una larga caminata de las comunidades ya sea en condiciones de emergencia, huyendo de la persecucin, o despus de muchos das de no encontrarse, o con ocasin de la visita de un catequista, sencillamente se reunan, extendan una tela limpia en el suelo, y sacaban del morral la Eucarista. Al calor de la Palabra de Dios y de la presencia vital de Jesucristo celebraban la vida, la unidad y la alegra de estar juntos Era un momento en el que se fortalecan la fe, la esperanza y la caridad. Se celebraba el gozo de haberse salvado. El morral era como un sagrario, Dios camina con su pueblo. En l va la Biblia, una cruz, los cuadernos en los que se anota el caminar de la comunidad y, sobre todo, el pan consagrado en la ltima celebracin de la Eucarista. Todo esto simbolizado en la sencillez de un morral. La primera vez que vi a un Catequista duramente torturado por llevar en su morral una Biblia, fue hace ms de 30 aos; era un salvadoreo llamado don Pilar. Nunca dej por ello de ser Catequista. Queremos hacer una propuesta de lectura vital, porque no se trata nicamente de entrar y entender el texto, sino de adentrarnos en los corazones de las personas que nos hablan, que nos convocan, que nos con-mueven y desafan. Personas que estuvieron lejos de
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los privilegios o las concesiones gratuitas de una vida heredada de posicin holgada. Nacieron todos en aldeas sencillas, lejos de los grandes centros donde se remueven las vsceras del poder, de padres vinculados a la tierra como su nico cordn umbilical que los aferra a la vida. Son vidas transidas de resonancias bblicas; como el pueblo de la primera Alianza caminaba por el desierto y llevaba consigo el carca de la Alianza, smbolo de que Dios caminaba con su pueblo; as estos testigos han llevado consigo la presencia de Jess, presencia que daba entereza a su corazn, referencia indispensable para la fe y la esperanza del pueblo que en el desierto de la frondosa selva de Ixcn y el norte de Quich, les serva de proteccin y salvacin. Cuando la poblacin se tena que movilizar en los das de emergencia, en circunstancias muy difciles, cada quin cargaba con los nios y las pocas cosas que les podan servir y no les iban a impedir huir de la persecucin del ejrcito; pues bien, los Catequistas, llevaban adems un morral colgado sobre su cuello, que caa sobre su pecho; ah en ese morral llevaban la Eucarista, el pan consagrado fruto de alguna celebracin eucarstica que algn sacerdote heroico lleg a celebrar con ellos. Por eso se habla en el libro del morral sagrado. En el horror de tantas persecuciones, de campos de concentracin, como los gulags o las cmaras de gas de la Alemania nazi, hay un captulo que corresponde a nuestra Guatemala. Un captulo adverso para el sentido de humanidad, pero tambin una historia fecunda de entereza de la identidad cristiana confirmada con su vida y con su muerte por tantos testigos de la fe. Es importante reconocer tantos lugares de la geografa guatemalteca, donde podemos afirmar: Este lugar ha sido baado con la sangre de los mrtires, y aqul otro, tambin Tambin por la sangre de los torturados, y que siguen fieles al proyecto del Reino de Dios que anunciaba Jess. El Papa Juan Pablo II fue reiterativo en recordar a los Obispos de Guatemala que no se deba perder la memoria de los mrtires. Cuando hablamos de mrtires en Guatemala, hablamos de personas que murieron por seguir a Jess, por identificarse con su proyecto de amor, justicia y verdad; y lo hicieron en circunstancias de
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PRESENTACIN

extrema conflictividad social. A lo largo de la historia, la Iglesia ha visto por desgracia correr la sangre de sus mejores hijos, vctimas de los conflictos ms diversos. Una lectura cuidadosa del siglo XX en esta perspectiva, nos muestra la realidad sangrante de los miles de mrtires cristianos, de todas las iglesias, y an de personas no cristianas, que murieron por la causa de la justicia. Esta publicacin nos transmite la voz de testigos que siguen vivos. Que se encontraron con la muerte en varias ocasiones, y sin embargo, permanecen entre nosotros. Son un milagro viviente. Son testigos, y esta palabra los reviste enteramente, de arriba abajo, interna y externamente. Testigos de momentos histricos fundantes, que dejan huella, que nos muestran la realidad al desnudo, descarnada, all donde se juegan intereses que por un lado, rebajan el valor de la persona humana a su mnima expresin. Y por otro nos hablan del don de Dios, que nos concede testigos que luchan heroicamente contra los demonios de la muerte. Y de todo esto nos hablan los relatos que el lector tiene en sus manos. Alguien ha dicho, y pienso que no le falta razn, que en las ltimas dcadas de nuestra historia hemos asistido a mucha izquierda y mucha derecha, a esa que le encanta revestir lo religioso con sus propios intereses inconfesados, y que nos falta, sin embargo, altura y profundidad. Estas cuatro narraciones nos colocan ante una alternativa ineludible, escoger el bien, que es colocar los valores en su orden lgico de acuerdo al sentido de humanidad, o elegir conscientemente o no un itinerario de descarrilamiento humano y social excluyente, donde a la orilla del camino van quedando los que no cuentan para un sistema que ha hipotecado su futuro y se aferra con hechos muy concretos, no a la trascendencia de las verdades profundas que dan sentido a la vida, sino al poder y los privilegios que siguen causando vctimas y ms vctimas. Es la lgica diablica de la no fraternidad. Cmo hacer conciencia de que este camino no lleva a la vida? El Nunca ms de Monseor Gerardi. En el ao 1989 Monseor Gerardi, describa la realidad de la Guatemala de la dcada de los aos '80, con estas frases lapidarias: En esta realidad angustiosa que pasar a la historia como la epopeya de un pueblo que lucha
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por la reivindicacin de sus derechos y como el testimonio ominoso de la represin ms sangrienta y despiadada jams desatada en nuestra tierra, la Iglesia no par en la simple denuncia, sino tambin se constituy en voz de los sin voz; y, ms de una vez, intervino ante el poder constituido para demandar justicia y pedir con vehemencia que se humanizara el proceso y se liberara al pueblo de la tortura y de la muerte1. Estamos ante cuatro vidas, pues, que nos pueden resultar incmodas, que nos confrontan con nuestras aspiraciones, con nuestras decisiones diarias, con nuestro sentido de trascendencia, con la raz superficial o profunda de nuestras verdades domesticadas, adquiridas en el supermercado de bienes simblicos de marcas perecederas. Vivimos en un mundo que se mantiene en las superficiales dimensiones de las realidades lquidas, sin atreverse a profundizar en las fuentes cristalinas de lo sublime y lo profundo, desde la hondura en la que se arraiga nuestra identidad y le da futuro. Esta lectura nos llama a un ejercicio abierto de reflexin y discernimiento a colocarnos en el lugar del otro, sobre todo cuando el Otro es con mayscula, el perseguido, el hurfano, la viuda, el extranjero, cuyo rostro nos evoca la presencia de un Dios, que si bien no hace acepcin de personas, ha entregado su Reino a los humildes y desheredados: Dichosos sern ustedes cuando los hombres los odien, y cuando los excluyan, los injurien y maldigan su nombre a causa del Hijo del hombre. Algrense ese da y salten de felicidad, porque su recompensa ser grande en el cielo; pues lo mismo hacan sus antepasados con los profetas (Lc 6, 22 - 23); el que se burla del pobre ofende a su Creador (Prov 17, 5). Los Obispos latinoamericanos nos recuerdan en el documento de Aparecida, la permanente validez de la opcin evanglica por los pobres (n 128), opcin encarnada, porque o es concreta o no ser capaz de mostrar el signo de la encarnacin de Cristo en nuestra historia (cf., Aparecida 392).
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Conferencia Episcopal de Guatemala, MONSEOR JUAN GERARDI, TESTIGO FIEL DE DIOS. Guatemala 1999, p. 72. Cuando recurrimos al diccionario para consultar qu quiere decir la expresin del entonces Obispo de Quich, con testimonio ominoso, leemos: Abominable, que merece desprecio o reprobacin. Es muy importante recurrir al libro de Jean-Marie Simon, GUATEMALA: ETERNA PRIMAVERA, ETERNA TIRANA, por la calidad siblica y real de sus fotografas, muchas de ellas tomadas en los pueblos de la regin Ixil de los aos 1980 a 1984; la edicin en espaol se public en Guatemala en el ao 2010.

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PRESENTACIN

Los autores y protagonistas de la presente publicacin nos entregan su palabra, nos abren el corazn, para mostrarnos la riqueza de un camino de lucha y esperanza; se trata de una palabra cualificada, acrisolada en el fuego de la represin sufrida, una palabra que nos confronta con la Palabra de Jess, a la que ellos dedicaron y dedican sus fuerzas, sus desvelos arriesgando lo nico que tenan, su vida, porque Dios les concedi el don de una ofrenda total. Se les ha pedido que nos ofrezcan ese tesoro que llevan en su corazn; por momentos se han resistido. Ante la insistencia, algunos han escrito varias pginas de memorias y recuerdos; en algn momento han preferido que primero se graben y luego se transcriban y corrijan. En algn momento se han unido fragmentos de una charla aqu, una conferencia en otro lugar, tal y como han ido compartiendo la riqueza que les habita. La presentacin es narrativa de principio a fin, contada casi siempre en primera persona; los mismos autores dan voz a las personas que intervienen en la narracin. La expresin del lenguaje adquiere as caractersticas propias, de acuerdo con el modo de expresin de cada uno de los Catequistas. Posiblemente algunos prrafos debern ser reledos, para acostumbrarse al martilleo constante de las palabras acentuadas al final, cuando se da cuenta de dilogos que nos describen los interrogatorios en los momentos de las torturas sufridas por dos de los autores de estos relatos2. Creo que la vivacidad y claridad del lenguaje en razn de la expresin concreta de sus autores, se impone a la vertebracin de frases literariamente construidas. Aqu lo que priva es la vida y la humanidad. Es una palabra crtica que se levanta con dignidad para someter a juicio el poder que se ejerce desde aquellas razones de Estado que reducen a las personas y las comunidades a objetos y cosas, y que se justifican en razn de leyes o intereses que han trastocado el orden de los valores, razn que se traduca en el despliegue de la fuerza bruta contra poblaciones enteramente inocentes e inermes,
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Una publicacin indispensable para entender estos hechos es la publicacin del Informe Interdiocesano para la Recuperacin de la Memoria Histrica (REMHI), GUATEMALA NUNCA MS, en sus cuatro volmenes, Guatemala 1998. En este caso es indispensable la consulta del volumen II, que lleva por ttulo: LOS MECANISMOS DEL HORROR.

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reproduciendo estrategias de guerra ya ensayadas en otros continentes, como Vietnam, o arropados por la llamada doctrina de la seguridad nacional, tan ajena a los principios cristianos y al sentido de humanidad. Con el Informe de la Comisin del Esclarecimiento Histrico, Guatemala Memoria del Silencio, se lleg a identificar que tales polticas haban producido un verdadero genocidio. Son narraciones que nos confrontan con el rostro no solo de una persona muy concreta, sino con el rostro de los pueblos, pueblos humillados, culturas despreciadas, clases explotadas como denunciara hace muchos aos un gran telogo latinoamericano, el padre Gustavo Gutirrez3. Rostros que denuncian la realidad asimtrica a la que nos condenan las fuerzas en pugna del mundo de hoy, creado a imagen y semejanza de los dictados de los grandes centros financieros, que se cobijan bajo los dictados del sistema neoliberal, que se precian de haber alcanzado el ltimo eslabn de la evolucin del ser humano globalizado. Nuestros autores, no se identifican como vctimas, sino como agentes de aquella Palabra que libera y salva, que coloca los principios del Evangelio ms all de los horizontes del xito individual o de grupos de poder. Es una palabra transformadora, porque nace de la Palabra que recrea y enamora, como deca san Juan de la Cruz, palabra que arraiga con fortaleza en la vida que se transparenta en estos testimonios, que nos recuerda el testimonio que da Jess de Juan Bautista: Qu salieron a ver en el desierto? Una caa agitada por el viento? Pues qu salieron a ver? Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo y se dan buena vida estn en los palacios de los reyes. Pero entonces, qu salieron a ver? Un profeta? S, y les aseguro que ms que un profeta. Este es de quien est escrito: Yo envo mi mensajero por delante de ti; l te ir preparando el camino (Lc 7, 24 27). Es bello comprobar, que existen actualmente profetas que siguen los pasos de Juan Bautista. Cuando contemplamos estos rostros marcados por la urgencia de
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GUTIRREZ, Gustavo, LA FUERZA HISTRICA DE LOS POBRES. Centro de Estudios y Publicaciones (CEP). Lima, Per 1979, p. 354.

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PRESENTACIN

la sobrevivencia diaria en condiciones de despojo, transitando por veredas, como ellos dicen, a vida o muerte, les preguntamos: Y qu fue lo que te dio fuerza para sobrevivir, para no claudicar en momentos tan fieros cuando las fuerzas humanas parecen derrotadas? Y todos responden: Son nuestros hermanos, es el amor a la Palabra de Dios, es la Biblia, es la presencia de Jess, es la referencia del morral sagrado. Quin saba que all estaba su fuerza? En cada una de las historias a las que nos vamos a asomar est presente la huella de Dios, como un signo de los tiempos que pervive como referencia de vida para nuestra Iglesia. En los tiempos que corremos, tan dados a una espiritualidad a la carta, los testimonios que presentamos nos muestran vidas que se desmarcan de los lugares comunes, donde se recurre a la experiencia religiosa como un modo, legtimo, ciertamente, de cultivar la autoestima personal o grupal, tan afectada por los mismos acontecimientos del pasado y del presente. Sin embargo, ellos, no son ajenos a la historia, sus vidas no evaden el compromiso de un viernes santo prolongado. Es una subida a Jerusaln, como la de Jess, no exenta de los riesgos que significa asumir el don de Dios con radicalidad. Es el campo de la fe adulta y sincera. Nuestra carta de recomendacin son ustedes (2Cor 3, 2). Gracias Ovidio, Marcelino Cano, Tiburcio y Marcelino Lpez por este regalo, nos ayudar a vivir el Evangelio, a ser ms conscientes de la realidad en la que vivimos, a seguir haciendo vida el mandamiento del amor que nos dej Jess como herencia. Gracias a la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) que ha hecho el esfuerzo de promover la presente publicacin. Gracias al Papa Juan Pablo II que en 1996 con ocasin de los 400 aos de la imagen del Santo Cristo de Esquipulas, quiso rendir homenaje a los miles de Catequistas y Delegados de la Palabra de Dios de Guatemala. Nos alegramos con su beatificacin el primero de mayo de este ao 2011. Monseor Juan Gerardi sigue siendo la inspiracin para mantener viva la memoria de la lucha por la justicia, la verdad y la dignidad de cada persona humana.
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Para que la lectura de los testimonios pueda ser histricamente mejor contextualizada, ofrecemos aqu una breve cronologa de hechos y acontecimientos de la historia de Guatemala. Santiago Otero Diez, fms Guatemala de la Asuncin, abril de 2011

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CRONOLOGA

CRONOLOGA
1954 1960 1963 1965 1975 Golpe de Estado; derrocamiento de la primavera democrtica. Gobiernos militares. Inicio del enfrentamiento armado interno. Golpe de Estado. Creacin de proyectos cooperativos (7 de junio) El EGP asesina al finquero Luis Arenas Barrera, dueo de la vinca La Perla, al norte de Chajul, y en los linderos de Ixcn (Quich); militarizacin del departamento. (4 de febrero) Terremoto en Guatemala. Carta Pastoral de los Obispos: Unidos en la Esperanza. 20 de noviembre: Asesinato del P. Guillermo Woods. Se instala un destacamento militar en Tzalbal, Ixcn (en las inmediaciones de la Cooperativa Ixcn Grande). (noviembre) Gran marcha de los mineros de Ixtahuacn (Huehuetenango). (1 de mayo) Creacin del Comit de Unidad Campesina (CUC). (28 de mayo) Masacre de Panzs (Alta Verapaz). El 30 de junio: Asesinato del P. Hermgenes Lpez Coarchita, en San Jos Pinula. El 19 de diciembre de 1978: Secuestro del padre Carlos Stetter, sucesor del P. Guillermo Woods en Ixcn. Posteriormente liberado y expulsado del pas.
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1970 - 1974 Gobierno del general Arana Osorio.

1974 - 1978 Gobierno del general Kjell E. Laugerud Garca. 1976

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1978 - 1982 Gobierno del general Romeo Lucas Garca. 1979 (25 de enero) Asesinato en Guatemala, ciudad, del lder poltico Dr. Alberto Fuentes Mohr (PSD). (29 de enero a 13 de febrero) III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla (Mxico). (enero) El EGP ocupa Nebaj. (22 de marzo) Asesinato de Manuel Colom Argueta, exalcalde de Guatemala y dirigente del FUR (socialdemcrata). (19 de julio) Triunfo de la Revolucin Popular Sandinista en Nicaragua. (31 de enero) Masacre en la Embajada de Espaa. Marzo: asesinato de varias mujeres en Nebaj. Marzoabril ametrallan la casa parroquial de Uspantn, Quich. (24 de marzo) En San Salvador, asesinato del Arzobispo Monseor Oscar Arnulfo Romero. (El 1 y 12 de mayo), los sacerdotes Conrado de la Cruz (filipino) y Walter Voordeckers (belga), ambos de la Congregacin del Inmaculado Corazn de Mara, y de la Prelatura de Escuintla fueron secuestrado y asesinado respectivamente. (mayo) Informe del Comit de Santa Fe (USA), plataforma poltica para la presidencia de R. Reagan, que permaneci en el cargo dos legislaturas. (4 de junio) Asesinato del P. Jos Mara Gran (MSC), y de su sacristn Domingo del Barrio Batz, en una aldea de Chajul. (10 de julio): Asesinato del P. Faustino Villanueva, en Joyabaj (Quich). El 21 de julio, Monseor Juan Gerardi y los agentes de pastoral, se ven obligados a dejar la dicesisde Quich.
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CRONOLOGA

Constantes secuestros y desapariciones de universitarios, profesionales, sindicalistas, jvenes y campesinos. 1981 (15 de febrero) asesinato del P. Juan Alonso, que atenda las parroquias de Cunn, Uspantn y Chicamn (Quich). En abril inicia el xodo de refugiados hacia Mxico. Organizacin en patrillas de autodefensa civil de la poblacin controlada por el ejrcito. (30 de abril) Asesinato de los dirigentes de la Cooperativa y lderes de Cuarto Pueblo, Ixcn. (1 de julio) Secuestro y asesinato del P. Tulio Maruzzo Rappo, franciscano, prroco de Quirigu y de Obdulio Arroyo Navarro (Izabal). (27 de julio) Asesinato del P. Stanley Francisco Rother, sacerdote norteamericano, prroco de Santiago Atitln, Solol. (2 de agosto) Secuestro y desaparicin del P. Carlos Prez Alonso, sacerdote jesuita espaol. Nunca ms apareci. (6 enero) Secuestro de la religiosa bethlemita Victoria de la Roca, de su convento en Esquipulas. Nunca ms apareci. (14 de marzo) Masacre de Cuarto Pueblo, Ixcn. Hechos similares se repitieron en los distintos centros de la Cooperativa Ixcn Grande. (23 de marzo) Golpe de Estado del general Efran Ros Montt. Salida de muchas personas hacia Mxico, buscando refugio. El ejrcito bombardea sistemticamente distintos lugares del departamento de Quich. Se suceden masacres y continuas violaciones a los derechos humanos. Prctica de tierra arrasada.
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Conformacin de las Comunidades de Poblacin en Resistencia de Ixcn, primero, y luego de la Sierra de Chajul. Se hace propaganda de una amnista del Gobierno Ofensiva del ejrcito contra poblaciones del norte de Quich. (febrero) Primera Visita del Papa Juan Pablo II a Guatemala. Reunin en Quetzaltenango con los pueblos indgenas. Haba programado visitar Quich, pero luego de desestim la propuesta. Pero el Papa nunca olvid los sufrimientos de las parroquias y comunidades de Quich. (8 de agosto) golpe de Estado del general Meja Vtores. (7 de noviembre) Secuestro y asesinato del sacerdote franciscano, padre Augusto Ramrez Monasterio, prroco de la iglesia de San Francisco, de Antigua Guatemala. Nueva Constituyente, redaccin de una Nueva Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala, y convocacin de elecciones democrticas. (14 de enero) Asume mandato el presidente Vinicio Cerezo, democracia cristiana, elegido en las urnas. (17 de enero) Inicia su ministerio pastoral el nuevo Obispo de Quich, Monseor Julio Cabrera Ovalle. Gran ofensiva del ejrcito contra las poblaciones civiles que resisten en pueblos y montaas de Quich, sobre todo contra las CPR. Llega el P. Ricardo Falla para hacerse cargo del trabajo pastoral en las CPR de Ixcn. Reuniones de Esquipulas II, para el logro de la paz firme y duradera; creacin de la Comisin Nacional de Reconciliacin. Inicia el Dilogo Nacional. Siguen los enfrentamientos
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CRONOLOGA

armados en distintos lugares del pas. Persecucin contra las CPR. Inicia el dilogo de los sectores sociales con las partes en el conflicto armado. 1990 1991 (11 de septiembre) Asesinato de la antroploga Myrna Mack. (enero) Inicia el nuevo mandato Jorge A. Serrano Elas, elegido en las urnas. Inicio de las negociaciones de paz entre El gobierno-Ejrcito de Guatemala, con la Insurgencia revolucionaria. (29 de abril) Asesinato del religioso Hno. Moiss Cisneros, marista, en Guatemala. Firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador. (27-28 de abril) Celebracin en Santa Cruz del Quich de los 25 aos de la Dicesis de Quich; era la primera vez que se reuna multitudinariamente la feligresa catlica despus de los aos ms severos del enfrentamiento armado interno. Se recordaron los mrtires y los catequistas. (enero) Primer retorno organizado de los Refugiados de Mxico. (23 de mayo) Golpe de Estado, y destitucin del Presidente Serrano Elas. El Congreso de la Repblica elige como presidente a Ramiro de Len Carpio. Negociaciones de las CPR para salir al claro y ser reconocidas como poblacin civil. (2 de febrero) Salida al claro de las CPR de Ixcn. (21 de noviembre) Instalacin de la Misin Internacional de las Naciones Unidas para Guatemala (MINUGUA). (enero) Inicia presidencia lvaro Arz Irigoyen. (marzo) Visita a Guatemala del Papa Juan Pablo II.
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1991 1992 1992

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1994 1994

1996 1996

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Homenaje a los Catequistas en la magna celebracin en el campo de Marte, ciudad de Guatemala; en esa ocasin la Conferencia Episcopal de Guatemala present una largan lista de mrtires, y el Catequista Dionisio Baten y su esposa, de las CPR, presentaron una de las ofrendas al Papa Juan Pablo II. 1996 1998 (29 de diciembre) Firma de los Acuerdos de Paz en Guatemala. (24 de abril) Presentacin del Informe para la Recuperacin de la Memoria Histrica (REMHI). El 26 de abril: Asesinato de Monseor Juan Jos Gerardi, coordinador de REMHI. (25 de enero) Presentacin del Informe de la Comisin para el Esclarecimiento Histrico, Guatemala Memoria del Silencio, de las Naciones Unidas.

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MARCELINO LPEZ BALAN

En Chichicastenango 1993

MARCELINO LPEZ BALAN

ITINERARIO DE VIDA
Marcelino Lpez nace el 26 de abril de 1952, en la aldea Chohataln, San Martn Jilotepquez, Chimaltenango. Lengua materna el k'akchiquel. De nio nunca pudo frecuentar la escuela. Trabaj en las fincas de la Costa Sur. Desde adolescente fue Catequista, lder juvenil y cooperativista. En 1975 se integra a las Cooperativas de Ixcn, norte de Quich. Vive primero en Tercer Pueblo, y posteriormente en Cuarto Pueblo. Contina su labor de Catequista. Trabaja como comerciante y agricultor en su parcela. En las masacres que sufre Cuarto Pueblo en 1981, pierde a su padre y a su hermano. Forma parte de la poblacin de las Comunidades de Poblacin en Resistencia de Ixcn, donde trabaja como Catequista durante 12 aos. Con la salida al claro de las CPR en 1994 decide regresar a Cuarto Pueblo y seguir su labor como agente de pastoral de la Iglesia, participando en las Asambleas y Reuniones de la Dicesis de Quich. Ha sido uno de los coordinadores de la labor del Proyecto de Recuperacin de la Memoria Histrica en Ixcn, y posterior mente, encargado de la Pastoral Social. Ha viajado con su esposa por diversos pases con el fin de promover la solidaridad con su pueblo y con su gente: Holanda, Blgica, Alemania, Italia
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Vive actualmente en Ixcn con su esposa, Mara Lorenza y sus hijos. Se le encuentra en su oficina frente a la computadora, leyendo o redactando documentos. A peticin de varias personas e instituciones ha narrado el testimonio de las Comunidades de Poblacin en Resistencia y de su acompaamiento a las mismas; parte de ese testimonio de vida es el que nos ofrece seguidamente. En 2004 recibe la Orden Monseor Gerardi de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.

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MARCELINO LPEZ BALAN

RACES DE MI VIDA
Nac el 26 de abril del ao 1952, (ahora, aniversario del martirio de Monseor Gerardi), en el Paraje San Miguel, Aldea Chohataln. Mis padres fueron Catalino Lpez y Apolinaria Balan. Mis abuelos por parte de mi pap: Ciriaco Lpez y Mara Coj. Y los abuelos por parte de mi mam, Abelardo Balan y Encarnacin Puy. Todos ellos eran campesinos, que vivan del cultivo de la tierra en el campo, pero de forma muy rudimentaria; aunque trabajaban con bastante tierra, no lograban conseguir la cosecha suficiente para atender a la familia, ni siquiera la deseada para poder vender y obtener algn dinero Tampoco existan los agrnomos que los pudieran asesorar, ni tenan la tecnologa agrcola necesaria. En lo religioso, mis abuelos no estaban muy dentro de la espiritualidad cristiana, van a Misa, pero es un cristianismo de domingos, no asisten a las reuniones ni estn comprometidos con la Iglesia. As los recuerdo, cuando yo era chiquito. Mi pap era rezador, haca novenas para los Santos, para las nimas del purgatorio, porque en aquel tiempo haba muchas tradiciones entre la gente, como las de San Antonio, San Judas Tadeo y otras. Luego lo nombraron catequista de nios. Era amigo del padre Joaqun, prroco de San Martn, pero el vnculo no es muy estrecho, slo por el tema de los nios, l daba la enseanza del catecismo, hasta que llegaba el Sacristn que examinaba a los nios, para ver si estaban bien preparados. Yo siempre andaba con mi pap, bien pegado a l todo el tiempo. Me hizo un palo con un bordn, para que los perros no me mordieran cuando visitbamos las casas. Me gustaba ir a rezar con mi pap, era muy alegre. Le preguntaban, por qu tu nio es tan callado? Pero yo no me enojaba. Utilizaba el Catecismo de los Nios, que tiene como 75 preguntas. Todas estas preguntas se aprenden de memoria, todo se tena que memorizar. Despus de la Primera Comunin, vena el estudio del Catecismo nico de Adultos, que contena una explicacin a las preguntas que se hacan. Luego se pasaba a la Instruccin Religiosa, no se manejaba mucho la Biblia, es decir, la Sagrada Escritura. Cuando
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yo tena como doce aos, hacia 1963 1964, nos enteramos que la Iglesia quiere hacer el cambio del ritual en la Santa Misa, porque antes cuando se iba a Misa, el sacerdote estaba de espaldas al pueblo y era en latn. Fue el tiempo del concilio Vaticano II; de esto se habl mucho. Hubo un ao de preparacin para que el pueblo aprendiera a contestar en castellano en la Misa, y as pudiera seguir con ms atencin todo lo que se celebraba Antes slo el Sacristn contestaba, o una religiosa, diz que en latn En realidad, ante la Misa era casi como un adorno, porque nadie saba qu se deca La gente estaba all por su fe, y qu fe tiene la gente, porque a pesar que no entendan nada, siempre llegaban. Despus nombraron prroco al Padre Gonzlez Herrera, pero lleg cuando yo ya estaba algo mayor. Recuerdo que en aquellos aos no haba gente evanglica en las comunidades; y por ejemplo, para contraer matrimonio tenamos que seguir unas disposiciones bien ordenadas. Para poderse casar o tener una esposa hay que cumplir con el matrimonio civil y luego realizar el matrimonio por la Iglesia, est muy prohibido el juntarse as no ms La gente de antes tena estas disposiciones muy en cuenta. De acuerdo con este orden, corresponde al alcalde municipal revisar tu cdula para comprobar si no ests casado, si has tenido hijos con otra mujer Y como eres cristiano, aunque no te hayas entregado mucho a Dios, te tienes que casar por la Iglesia; esta era entonces la costumbre de la gente. Mi pap nos dijo a mis hermanos y a m, que si no nos casbamos, no estaba permitido tener una mujer en la casa para vivir en matrimonio.

MIS HERMANOS
Fuimos diez hermanos, uno falleci, si no seramos once. Voy a recordar los nombres: Heliodoro Lpez, Fermana, Dorotea, Felisa, Marcos (ya falleci, en la violencia, como dir despus), luego vengo yo, Marcelino, luego Teresa, Juana, Edmundo y Felipa (no la conoc, muri de chiquita); nos contaron que el primer hijo de mis paps falleci Es decir, vivimos actualmente ocho hermanos. Mis paps vivan en extrema pobreza, era demasiada la pobreza,
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cuando yo crec puedo decir que no conoc qu es un pantaln, sino que me cubran con un mantabril, una tela algo basta spera. Antes de que yo naciera fue el tiempo de la revolucin, que se conoce como la Primavera Democrtica, y mi pap estaba afiliado a esa revolucin, para conseguir tierra, y lograron obtener un terreno para ellos. Pero cuando dan vuelta a la revolucin, vino otra ley que indicaba que los que estaban afiliados a la revolucin, iban a ser sancionados por la ley; era como un castigo. En realidad, los empezaron a perseguir. Entonces mi pap tuvo que irse de la casa para esconcerse en los montes, de modo que las nuevas autoridades no lo fueran a capturar. Esto es algo de lo que yo escuch, de la desgracia de estas polticas, pero tambin lo viv Yo me iba detrs de l por los caminos de las montaas, para esconderme con l bajo los rboles. Mi pap llevaba un costal con algunas cosas, y yo lo acompaaba para dormir en el monte con l y que no se quedara solito. Mi mam se quedaba en la casa triste y preocupada. Al fin agarraron a mi pap, y lo llevaron a la crcel, tal vez lo metieron en la crcel de Chimaltenango, de esto ya no recuerdo. Mi pobre madre lo iba a ver. Se acab el maz en la casa. Comamos frutas y otras cosas; por ejemplo, con la mata del guineo, se escarba la raz del guineo, se corta y luego se machaca un poco, y se le echa algo de masa de nixtamal, y as comemos, pero era una comida dura y basta, ordinaria, lo indispensable para no morirnos. No fue mucho tiempo el que pas preso a mi pap, tal vez cuatro meses. Mi mam haba pensado pagar la multa para sacarlo de la prisin, pero no tena dinero; as que mi padre tuvo que pagar quedndose en la crcel, as fueron corriendo los das, hasta que le toc salir. Cmo buscar dinero y dnde buscarlo? Pasaron los aos, y cuando yo tena unos diez aos, hice mi Primera Comunin; esto fue algo muy alegre; primero me tuve que aprender de memoria las 75 preguntas con sus respuestas del Catecismo, y despus logr aprenderme tambin una parte del catecismo de adultos.
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ROMERA DE CHIANTLA
Mis abuelitos eran muy religiosos y devotos del Santo Cristo de Esquipulas y de Nuestra Seora de Candelaria; recuerdo que en una ocasin me llevaron a Chiantla, para la romera de la Candelaria; pero el compromiso, decan, es que hay que visitar a la Virgen tres veces. La segunda vez me fui con mis hermanos y otras personas; cuando caminbamos en medio de toda la gente, en la romera, llevbamos con nosotros las candelas que nos haban dado, para que el sacerdote las bendijera en Chiantla, porque en el santuario haba un lugar por donde uno se acercaba a rezar delante de la imagen de la Santsima Virgen Pero por el campo por donde caminbamos haba unas estacas donde amarraban las vacas y otros animales, y me tropec en una estaca, y al verme en el suelo, mis compaeros se empezaron a burlar, y a decirme que eso era porque yo haba cometido un gran pecado, y que por eso me ca me decan que la penitencia de mi romera ya no vala Y as se lo dijeron al sacerdote, cuando llegamos a pedirle que nos bendijera las candelas, que las mas no se podan bendecir, porque yo haba perdido la gracia. Esto para m fue una gran tristeza, al ver que mis compaeros queran impedir que el sacerdote bendijera mis candelas; pero cuando paso el padre de la iglesia, s bendijo mis candelas, y yo sent una gran alegra al ver que bendeca mis reliquias. Cuando llegamos a la aldea, mis hermanos y los otros compaeros empezaron a contarle a la gente que nos salieron a recibir, y les dijeron que las candelas que yo llev no estaban buenas, porque cuando iba en la romera me ca, y que eso era por un pecado Pero ms bien, lo que suceda es que ellos haban tomado, y eso era la verdad Recuerdo que en otra ocasin, despus de hacer la oracin, me fui para mi casa; de la misma casa donde fui a hacer la oracin sali un perro negro; el perro me sigui y me iba acompaando. Como llevaba mi linterna, a cada rato iba alumbrando para ver si me segua o no. Cuando yo me detena, tambin se detena el perro; cuando yo caminaba, el perro caminaba. As todo el camino.
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Y tena que cruzar por un lugar donde la gente deca que espantan, yo pas con el perro y nadie me asust. Luego dej el camino, y me met por una vereda, como un sendero, y el perro me sigui Iba llegando ya cerca de mi casa, y tena que pasar por un arroyo, brinqu para saltar el arroyito, y pas del otro lado. Alumbr para ver al perro Ya no estaba! Me acompa y luego desapareci. Esta historia la recuerdo porque es como pensar que el acompaamiento viene de parte de Dios. Porque, cmo es que un perro sale detrs de una persona que no conoce, y cuando yo le alumbraba el se paraba y no se acerca a m, y guarda con uno la distancia?

ESCUELA Y TRABAJO
No pude entrar en la Escuela, y como tena unos tos que de vez en cuando iban a trabajar a las fincas de la Costa Sur, mis paps me recomendaron con mis primos, uno era Gonzlez Balan, hijo de un to mo Yo era muy pequeo de edad y de estatura. En mi mente pensaba que la Costa era un lugar muy lejos. Pero los acompaaba en los viajes a las fincas de la Costa. Fuimos a una finca por Siquinal, Escuintla; sembramos milpa en los cerros de las fincas de Siquinal, donde prestaban terreno Muy al principio empezamos a trabajar en el corte del algodn; pero el caporal de la finca no me recibi como un trabajador, porque soy un nio, y lo mismo, slo me dieron media racin de comida. Comenc a trabajar ms duro, hasta juntar 100 libras, mepagaban un centavo por libra de algodn. Al ver que s poda trabajar bastante, aunque eso s, no tena fuerzas para cargar mi costal en el camin Entonces el caporal habl con la molendera para que me entregaran la racin completa. Yo ya me senta ms contento. Aprend que hay que tener amistades que te ayuden para subir al camin el algodn. Despus pasamos a otra finca. Como no tena fuerzas para trabajar con ellos en la tierra, ni ellos queran que lo hiciera, empec ayudndoles con la comida, mola el maz y les haca las tortillas,
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tenamos una piedra de moler, era como el cocinero Y despus lleg otra persona a trabajar con nosotros y yo siempre les preparaba la comida a todos Y en recompensa, un da me dijeron que me iban a dar mis cinco cuerdas de milpa; yo no tena la menor idea de cunto era eso. Pero por dentro sent una gran alegra, una satisfaccin inmensa; un nio se alegra de todo lo que le dicen que le van a dar No era mi pap el que me da comida, yo trabajaba, como les ayudaba, ellos me dieron cinco cuerdas de milpa, que era bastante. Y cuando en la primera ocasin que regresamos a la aldea, vendieron uno de los quintales del maz que me haban dado, y me ayudaron a llevar el resto del maz a la casa Pagaron transporte para llegarlo. Yo iba feliz. Esto fue un regalo para la familia, les llegaba el alimento. Esto era en 1965. Todas las cosas estaban baratas en ese tiempo; los jornales de un da de trabajo son de 25 centavos; si uno quiere comprar una mula, cuesta cuarenta quetzales, si quiere comprar un caballo, cuesta 15 quetzales. La libra de sal vale 2 centavos, la libra de maz 3 centavos Y esto lo pongo aqu por escrito para que no se olvide. Cuando uno encuentra un buen trabajo, le pagan 30 quetzales al mes, es un buen trabajo! Por aquellos aos, mi hermano mayor, Marcos, estaba en la escuela de la Aldea. Entonces, tambin mi pap quera que yo tambin fuera a la escuela; y a m me entr la gana de aprender, como un deseo de estudiar, y me fui unos das a la escuela. Pero result que unos das despus, otros tos se fueron a la Costa, entre ellos, Mateo Balan Y le hablaron a mi pap, para ver si me dejaba ir de nuevo con ellos Y tuve que salir de la Escuela y me regres a las fincas de la Costa Slo fui a conocer el maestro, que se llamaba Rigoberto, era algo grande. Cuando se enter la autoridad de que yo estaba en la Costa, porque no llegaba a la escuela, llegaron a preguntar por m en la casa, porque yo haba sido inscrito, pero slo aparecan ausencias; le reclamaron a m pap, y cuando yo regresaba de la Costa, lo que hacan era esconderme, para que no me viera el Alcalde auxiliar, o el maestro. Pero un da me encontr con el maestro por
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la calle, y me pregunt qu haba pasado, por qu no llegaba a la escuela y le tuve que explicar la situacin. El me insisti que no me desanimara, que aunque fuera letra por letra, tienes que ir aprendiendo, porque me daba vergenza llegar tan pocas veces a la escuela, t puedes llegar cuando quieras, me dijo el maestro, que era bien comprensivo, y as, aunque sea poco a poco, pero vas adelantando. Pero me daba pena, porque no poda estudiar y no iba a sacar el examen, y mis compaeros iban por delante en los estudios. Pero hice lo que me orden el maestro, y con esas letras que yo aprend, empec a leer el catecismo que yo me haba aprendido de memoria, empec a deletrear, y deletrear y aprend, porque lograba relacionar los signos con los sonidos, y aprend a leer un poquito, no mucho Pero siempre tena que regresar a la Costa por los meses de marzo, abril, mayo, junio Mis tos arrendaban terrenos en las Fincas Y se pagaban cinco centavos por cuerda, y podan sembrar, otra parte la pagaban con maz Yo iba con mis familiares, ellos hacan toda la siembra y yo les ayudaba con la preparacin con la comida. As fue cmo me acostumbr a dejar a mi mam y a mi pap, y marchar a la Costa. Con el tiempo ya no me daba tanta tristeza dejarlos.

CATEQUISTA
Pero result que cuando tena unos trece aos, empec a trabajar con los nios, porque mi pap tuvo que viajar, y tena a su cargo las clases de Catecismo para la Primera Comunin en la Parroquia. Me dijo, ya que t sabes el catecismo de memoria, t puedes preparar a los nios Y le dije: Voy a probar. A pesar de que no fui a la escuela, me gustaba participar en las cosas de la Iglesia. Me sent, y me dije, qu voy a hacer con estos nios? Como yo tambin era nio, me gusta jugar; entonces se me ocurri decirles a los nios que vinieran al catecismo media hora antes de la clase, y jugbamos a la pelota, con esto podamos comenzar la clase a la hora indicada, que era a las cinco; nadie faltaba, todos llegaban a tiempo para jugar. A las cuatro y media nos juntbamos en el
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patio de mi casa, haba un patio grande, colocbamos unas porteras y jugbamos pelota, nios y nias Mi mam estaba en sus tareas, no nos deca nada Das despus los mismos nios se organizaron para comprar una pelota, y llegaban puntuales para jugar Y luego el catecismo: les enseaba el catecismo. Tena entre 18 a 23 nios. El prroco era el P. Gonzlez Herrera; despus de un tiempo, cuando comprob que todos ya saban el catecismo, llev los nios para que los viera el sacerdote, se los present, y le dije: ya le traigo a los nios para el examen, porque lo que yo s ya lo saben ellos tambin. Se qued muy admirado y contento de la preparacin, me felicit y se acord todo lo relacionado con la Santa Misa de su Primera Comunin. Luego vena la confesin, antes de la comunin. Todos felices.

ANIMADOR DE JVENES
Y en esas estbamos, cuando el sacerdote me dice que de ahora en adelante t vas a venir a las clases con el resto de los catequistas. Est bien, Padre, si usted lo dice, vengo; tena que venir con los catequistas, que ya eran personas adultas. Lleg el domingo indicado para hacer la Primera Comunin de los nios que haba preparado, y fue fiesta. Y cul no fue mi sorpresa, cuando en la tarde empezaron a llegar los padres de familia con regalos para el Catequista, y cada uno daba un regalito al catequista, y yo no saba nada de eso, pero lo sent como un agradecimiento de los padres. Yo no conoca qu era comer pan, slo lo comamos en las ferias, y apareci un montn de pan en la casa, mi mam agradeciendo, y colocando cada cosa en su lugar, porque me regalaron muchas cosas, yo no lo esperaba, fue una gran sorpresa Eso me anim mucho Me compromet a preparar otro grupo para ensearles a los nios el catecismo Pero un da el sacerdote cambi de idea y decidi integrarme al grupo de jvenes; era como dar un paso adelante ramos como 130 jvenes, y yo uno de los ms pequeos. Recordemos que la Iglesia estaba haciendo los cambios que mandaba el Concilio Vaticano II; el prroco nos dio un Nuevo Testamento a cada uno, no s cmo lo consigui, bueno, lo
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compramos. Cada domingo nos enseaban cmo leer los Evangelios, nos explicaban qu son los captulos, los versculos; bamos poco a poco a leer la Sagrada Escritura. La Santa Misa era a las ocho de la maana, as que a las nueve empezbamos la formacin, como a las once, ya quedbamos libres Yo era como un jovencito en medio de todos los jvenes, ms grandes que yo. Pero haba un entusiasmo grande. Un da el sacerdote nos reuni e hizo unas preguntas a los presentes, fue preguntando a varios y me pregunt tambin a m: Marcelino, t estaras de acuerdo en ir a recibir un Curso en la Casa Central, en Guatemala? La parroquia te da el pasaje No vas a ganar nada, pero vas a aprender bastante sobre la Palabra de Dios, para que te formes bien en la Biblia. Tal vez nos fuimos seis jvenes de San Martn Estuvimos quince das en la Casa Central Llegaron diversos sacerdotes para darnos los cursos, charlas, conferencias y dems. All resulta que conoc al Padre Ricardo Falla, tena barba y era blanquito Y despus cuando nos vimos en las CPR, yo lo descubr y le dije que yo lo conoca de los Cursos de la Casa Central, porque nos haba hablado del libro del Gnesis, de cmo eran antes las cosas, sobre la creacin del mundo y del universo, de cmo fue la evolucin, nos ense esa palabra. Verdad que t eras? S, me contest. Tambin estaba el padre Chemita, que hablaba por Radio Mundial, y sac un folleto de los Cantos Sagrados, era muy espiritualista, fue mi maestro; tambin otros padres salesianos Tambin lleg el seor Arzobispo Mario Casariego y otros obispos a saludarnos y darnos charlas En la Casa Central nos daban hospedaje y comida. Estbamos muy bien, a veces nos pedan que diramos de comer a unos conejos que tenan. Luego pasamos a otra casa de los padres Salesianos, los cursillos duraban ms o menos lo mismo: quince das cuatro veces al ao, durante dos aos. Era algo intenso. Pero considero que en ese tiempo se desat mucha propaganda contra la Iglesia Catlica Se notaba que los hermanos evanglicos queran como suplantar a la Iglesia, con sus autoparlantes y
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propaganda gritaban y hablaban De San Martn nos quedamos slo cuatro de los jvenes y luego al final, tres Nos dieron la instruccin para formar un equipo para la defensa de la Iglesia, integrbamos equipos de tres personas. Nos llevaban al Parque de La Concordia, donde se mantenan algunos pastores evanglicos predicando y gritando todo el tiempo, de vez en cuando hablando contra la iglesia catlica, y nosotros fuimos a observar qu decan aquellos seores, siempre nos acompaaba algn maestro Ninguno de nosotros deca nada. Al regresar, evaluaban con nosotros; bamos viendo todos los puntos necesarios para defender nuestra fe. Recibimos una tarjeta, un carnet, con la que podamos mostrar que ramos Misioneros de la Iglesia Catlica. El Obispo nos dio la bendicin y nos entreg la tarjeta; conmigo tambin estaba Jos Cupertino Zunuc (que lo mataron en la violencia) y Manuel Antonio Vargas, que era muy joven, tambin ha fallecido Fuimos los tres que conseguimos la tarjeta. Yo tena unos 17 aos. Tena el carnet de la Iglesia, pero todava no tena mi cdula. Con esa tarjeta ya podamos a ir a las parroquias, ms bien nos mandaban, nos presentbamos con los prrocos, y trabajbamos con los jvenes. Fue as que desde mi juventud tuve la satisfaccin de contar con esta tarjeta, que se me arruin toda en los aos de la violencia. Pero cuando llegu a Ixcn, llevaba esta tarjeta. Consegu una Biblia Ncar-Colunga, esta fue mi arma, la llevaba a todos los lados, hasta que en Ixcn el ejrcito acab con todas mis cosas; tambin con esta Biblia. Luego de estos aos de mi juventud, me cas.

CONOZCO A MARA LORENZA Y ME ASOCIO A LA COOPERATIVA


Conoc a Mara Lorenza en el pueblo de San Martn, ella era de La Estancia de La Virgen en el departamento de Chimaltenango; estuvimos unos tres aos platicando, a veces nos encontrbamos una vez al mes, haba tiempos que nos veamos como a los tres meses La distancia del tiempo se nos haca largo, comparado como lo que pasa ahora; adems yo tena que cumplir con mi trabajo y ella tambin. Fui muy directo con ella, le hice ver que
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la quera, pero tambin le habl de mi pobreza, que era mucha, que no fuera a pensar, que cuando nos casramos le iba a dar todo. Fui franco en decirle que no tena nada Recuerdo que en una de las reuniones de jvenes en la Parroquia, el coordinador que trabajaba con nosotros, los varones, un da nos pregunt: Qu piensan ser el da de maana? Qu piensan hacer? A qu se piensan dedicar? Cada uno fue contestando lo que quera hacer. Yo le dije: Voy a conseguir a una mujer, me voy a casar As se lo dije directamente. Tambin hubo como diez o quince jvenes que se decidieron por el estudio, algunos tal vez fueron al Seminario para ver si podan ser sacerdotes. El resto nos tiramos por el matrimonio. Y segn esto, nos dieron las capacitaciones, porque si nos queremos casar haba que tener una capacitacin: qu es tener una mujer, qu preparacin vamos a tener como jvenes, como cristianos, qu responsabilidades tiene que tener un esposo Y esto nos lo daban los catequistas; uno de ellos fue mi padrino de matrimonio, el seor Oswaldo, pero tambin estaban los seores Santiago Estrada, Francisco Estrada (ya falleci) y Wenceslao Armiro Todos ellos nos daban la formacin. Todos los compaeros recibimos la misma formacin, formacin cristiana, humana, pero tambin sobre el trabajo y la economa familiar. Y la idea era que antes de casarnos debamos tener una cuerda de terreno, para tener un lugar donde hacer la casita, y presentarle a la mujer al menos el lugar donde iba a estar nuestra casita. Logr conseguir un terreno con rboles de pino, porque se necesita la madera para la casa, por ejemplo Luego haba que descombrar el terreno y prepararlo bien, para hacer la casa, conseguir la madera, lminas o teja, lo que se necesitara Porque cuando uno se quiere casar, hay que ver que en la familia tambin hay otros hermanos y, si el pap no te da terreno, dnde vas a estar, dnde vas a vivir? Nos daban bien la formacin para que nosotros mismos pudiramos conseguir los propios recursos; ellos nos ayudaban. La otra parte de la formacin sobre el matrimonio era cmo ser fiel con la mujer. Si te vas a casar debes saber el compromiso que contraes, y debes ser fiel, y vivir unidos hasta que Dios nos de la vida o nos separe. Que a veces viene la cruz, la enfermedad, los problemas, o cuando no hay centavos Pues si el matrimonio est unido, no habr
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tanto problema. Nos daban toda la formacin, para que estuviramos bien preparados. Las clases slo las recib yo, no mi esposa. De acuerdo con estas instrucciones, me decid a comprar mi terreno, lo busqu donde haba pinos grandes para construir; tena las lminas Posteriormente recib tambin la formacin agrcola. Era una capacitacin que nos preparaba para dejar la Costa y empezar un trabajo en nuestra propia tierra; todo esto nos vena por parte de la Iglesia. Tenamos que aprender a cultivar la tierra con la tcnica que nos daba el agrnomo, que era el que nos acompaaba. Wenceslao, nos daba los talleres agrcolas Francisco Estrada, nos daba la capacitacin sobre qu es una Cooperativa, y Santiago Estrada nos imparta otros talleres. Yo creo que ellos estn en el Cielo, porque hicieron mucho bien a los jvenes. Aquellos cursos era como ir a la universidad, porque no es que un maestro te da toda la capacitacin, como en la escuela, sino que cada maestro te da una parte de la capacitacin, de manera ordenada y prctica, que nosotros la podamos entender. As nos preparaba la Parroquia. Con la capacitacin nos integramos en la Cooperativa Flor chimalteca. Entonces, cuando compr el terreno, lo empec a arar La Cooperativa nos mandaba el tractor para arar la tierra, donde no se poda, cavbamos con azadn. Nos decan: Es un deber del campesino preparar el propio terreno. Si lo haces bien, tienes segura la comida, y entonces ya puedes tener una familia. Esta era la formacin que nos daban. Nos insistan que si uno es una persona responsable, tena que trabajar bien la tierra. Para m fue una maravilla aprender a trabajar como campesino. Pero para realizar el matrimonio tuve un problema; primero no tena fondos y despus haba un problema con los papeles de mi esposa. Lo hablamos con Mara, que era muy jovencita, ella tena 17 aos y yo 18. Ahora no nos podemos casar, pero si me esperas, tal vez dentro dos aos o tres aos, nos podemos casar. Yo le propona un tiempo de espera, pero ella me hizo otra propuesta: Y por qu no de una vez? Si yo me voy contigo y t conmigo, no tenemos que gastar nada, y despus veremos qu pasa dentro de tres aos, como t dices Todava me ro de la propuesta
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Cuando la vi tan decidida, entend que era el momento de juntarnos, pero todava no nos podamos casar. Y yo le pregunt, si de veras ests decidida, vamos adelante. Pues yo estoy decidida, me respondi. Concertamos cundo la iba a buscar para llevrmela a la casa de mis padres. Pero para llegar a este punto, todava haba que sobreponerse a otras dificultades. Habl de todo esto con mi pap, que me quera casar, que ya haba encontrado una mujer para mi vida, pero que no sabemos cmo nos vamos a salir de todas las dificultades Y me pregunt por la pedida; le respond que no iba a haber pedida, ella se viene as no ms a nuestra casa, y ya veremos cundo viene lo del casamiento. No le gust a m pap esta manera de arreglar las cosas. Trat de hablarle serenamente para que entendiera las dificultades: Primero, no tenamos fondos, cierto, haba comprado el terreno, pero no tengo fondos. De todos modos tanto Mara como yo queramos casarnos, acordamos qu vamos a hacer; y as se lo habl a m padre. Hubo otra dificultad; en ese momento tampoco el pap de Mara Lorenza, don Daniel Cumatzil, se encontraba en la aldea; llevaba varios das fuera de casa en no recuerdo qu trabajos. Llegu con los abuelitos de Mara Lorenza. No estaban muy de acuerdo, y en su cara pude ver el enojo o la disconformidad De todos modos ya nos presentamos juntos. Das despus lleg el que iba a ser mi suegro, el pap de Mara, tampoco estaba de acuerdo y se puso enojado con Mara y conmigo. Tuvimos que buscar a otras personas para que hablaran con l. Algunos vecinos de su confianza y familiares llegaron a su casa para hablarle de nuestro casamiento, de que no fuera a tomar una mala decisin con su hija; tu yerno vendr a presentarse, y es buen muchacho. Los que le hablaron daban las razones que nos favorecan. Cuando escuch que las cosas estn calmadas, llegu a visitarlo; iba con cierta preocupacin y nerviosismo. Y me present, y le dije: aqu estoy, soy tu yerno, tal vez no es lo que usted quiere, pero ya estamos viviendo juntos Le hice ver que yo quera a su hija, y que nos disculpara porque ya estbamos viviendo juntos, pero que iba a cuidar de ella. Uno de los problemas que tuvimos que resolver fue lo relacionado con los papeles. La mam de Mara Lorenza, que se llamaba
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Mara Faustina Hernndez, ya haba fallecido, y en los papeles de mi esposa estaban cambiados los datos. Haba una confusin con el nombre de mi esposa y el de su mam, de tal manera que apareca que mi esposa se llamaba Faustina. Esto atras las cosas que no nos permiti preparar todo para casarnos desde un principio. Conoca al Licenciado Jos Garca Bauer, que trabajaba con todo lo relacionado a la Iglesia, llegu a su casa de la Capital, me conoca bastante con l. Le expliqu mi situacin, le hice ver que no saba qu hacer No te preocupes, yo te hago el matrimonio y te ayudo a arreglar todo lo de los papeles. Usted pregntele al sacerdote de San Martn cundo puede hacer la celebracin del matrimonio; yo llevar la mquina de escribir y el sello para que arreglemos todo ese mismo da, para que te cases por lo civil y el mismo da tambin por la Iglesia. Siempre le agradec al Licenciado Jos Francisco Garca Bauer este gran favor, estaba muy afligido Nos casamos el 7 de abril de 1971, en la Iglesia de La Estancia de la Virgen, en San Martn Jilotepquez, nos cas el Padre Gonzlez Herrera y, despus de la Santa Misa el Licenciado Garca Bauer, nos cas por lo civil. Nuestros rostros se llenaron de alegra. Fue una celebracin sencilla, como lo hace la gente humilde. Pero estbamos realmente muy felices. Pasamos el da en la casa de los paps de mi esposa, y luego regresamos a nuestra casa en Chohataln. Cuando decidimos juntarnos yo ya tena mi casita preparada, sencilla, pobre, pero ah estaba nuestra casita, con el lugar para el fogn, para cocinar. La primera casa que hice era muy chiquita; las pareces las hice de bajareque, las caas se cortan por la mitad, se van juntando y se recubren con arcilla o lodo; se haca fcilmente y resultaba barato Pero no vivimos en ella mucho tiempo. Luego tomamos la decisin de hacer una casa mejor. Habamos reunido algo de dinero.

CONSTRUIMOS NUESTRA CASA


Sembramos una buena cantidad de milpa. Y la bendita milpa se dio muy bien. Dios es muy bueno con uno! Vendimos esa vez 150 quintales de maz, y estaba a tres quetzales el quintal. Nunca en
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mi vida haba juntado tanto dinero. Era mucho dinero! Al menos para nosotros, que vivamos muy sencillamente. Tambin nos sobr el maz necesario para nuestro consumo. Con ese dinero conseguimos la madera, la teja, hicimos los adobes, pero todava no tenamos lo suficiente para contratar un albail, o si le pagbamos al albail, nos quedbamos sin nada de capital. Mi esposa fue del parecer de no gastar todo el capital. En ese tiempo no haba nacido ninguno de nuestros hijos. Decidimos empezar a trabajar nosotros dos, yo haca de albail, saba hacer el adobe, me ensearon a poner la plomada, a trazar las esquinas con escuadra, y los lugares donde iban a quedar las puertas y ventanas y, Mara, mi esposa, fue nombrada ayudante de albail; juntos hicimos el trabajo. Fue bonito trabajar juntos. Todo de puro adobe; la construccin fue creciendo rpido. Cuando ya bamos llegando a la parte de arriba, donde hay ms dificultades, habl con un hermano mo, y tambin con un cuado, hermano de mi esposa, nos ayudaron, sobre todo para colocar la madera del tejado No haba muchas complicaciones, siempre era una casa humilde, el fogn lo hicimos de adobe, como le gust a Mara. Personalmente sent, que al casarme lograba tranquilizar mi corazn; senta una gran satisfaccin, uno siente como una limpieza en su vida, porque tuve que pasar un ao sin ser catequista, iba a la Misa, pero no participaba en la comunin, me senta aislado, no me senta bien. Pero cuando ya me cas se volvieron a abrir las puertas, y retorn al trabajo de la misin, viendo qu hacer en la Iglesia; esta ha sido mi vocacin, realmente.

DE NUEVO LA COSTA Y PROBLEMAS CON MI ESPOSA


Sin embargo, para vivir yo no poda dejar de trabajar. Tengo que irme de nuevo a la Costa Sur a trabajar, esta vez fuimos por el Cerro Colorado -que dicen-, en Tiquisate, por las Fincas del Cajn, en el departamento de Escuintla Pero en ese tiempo ya haba otro objetivo: ayudar a los rancheros, y ser presencia de Dios en medio de su trabajo. Yo llegu a trabajar con ellos, con la idea de que tambin el prroco sepa que estamos trabajando. Sembr milpa en la Finca de Guantepec. Y los sbados y los domingos
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llegaba a las pequeas iglesias de las fincas, y all daba la formacin sobre la Iglesia, sobre la fe cristiana, sobre la religin; me daban un rato para platicarles en las celebraciones. Estuvimos en Cerro Colorado, que no est tan lejos de El Cajn, y cuando los catequistas ven que yo tambin estoy con ellos trabajando y a la vez aprovecho los sbados y domingos para la catequesis, yo le agradeca a Dios!, porque ellos tambin comprendieron la necesidad de uno, y decidieron ayudarme Yo s que voy a la Costa a sembrar milpa pero tambin voy con la preocupacin de la misin; y cuando ellos me preguntan cmo estoy con la siembra, les digo que estoy fregado, atrasado No tenga pena, me dijeron. Juntaron una colecta, no s cmo lo hicieron y despus llegaron para ayudarme a limpiar el monte para sembrar la milpa, rpido desmontamos las cuerdas que a m me correspondan. Ese aporte que me ofrecieron me hizo ver que no estaba solo; quedamos en que les iba a seguir dando los cursos de religin y en lo que poda ayudarles, que estaba a si disposicin. La gente me peda un da y a veces cinco das; les gustaba la predicacin. Los Catequistas invitaron a algunos evanglicos, y yo les dije que sera bueno que llegaran, que despus de la conferencia bamos a platicar los catequistas con ellos solos. Pero yo haba dejado a mi familia, a mi esposa, cerca de tres meses. Es cierto que haba conseguido bastante milpa, pero estaba lejos de mi esposa. Cuando llegu a mi casa mi esposa estaba enferma Estaba enojada, pensando que yo andaba con otra mujer en la Costa, por qu tanto tiempo? Mis hermanas se pusieron a pelear conmigo, dndole la razn a mi esposa, y que me tena que corregir de los errores que haba cometido. Slo escuch todo lo que decan; porque tienen razn, es cierto que me alej muchos das de la casa, eso s lo reconoc. Pero no es cierto que tenga otra mujer. Trat de calmar a mi esposa, y lo que hice fue pedirle que me acompaara en los retiros espirituales y en los cursos bblicos. Me dijo que eso no era la solucin, lo que ella quera es saber dnde tena yo la otra mujer. Bueno, no la pude convencer! Lo que hice fue ir a orar debajo de unos pinos en un cerro, y aprovechando llegu para una conferencia a Santa
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Anita Las Canoas; llegu temprano, aunque los catequistas tenan que llegar a las dos de la tarde. En mi oracin, meditando, le present a Dios mis problemas, todo lo que estoy sufriendo, porque yo hablo de la importancia de la vida de un Catequista y del regalo de la vida de Dios para uno. Al cabo de un rato sent que mis lgrimas estaban regando las pginas de la Biblia que llevaba. En ese momento me dije: Voy a seguir con la Palabra de Dios y voy a conseguir que tambin mi esposa se venga conmigo. Saba que esto no era fcil; tuve que aguantar muchas cosas y por mucho tiempo; mi vida se fue arreglando un poco. Pero la oracin me ayudaba a entender que no estaba solo, siempre pensaba que cuando uno sufre, si uno habla la verdad, uno tiene la fuerza de Dios para mantenerse uno mismo y ser consciente que la vida es pasajera, y sobre todo, saber que la vida es de Dios. Y en ese momento siento la unin con la naturaleza, cmo Dios es tan lindo, porque uno ve cmo la naturaleza nos habla de Dios, y recuper la fuerza, uno siente la fuerza de Dios. Durante mi vida no todo me ha dado satisfaccin; tambin he podido experimentar frustraciones, tristezas y no pocos sufrimientos. La vida de catequista no ha sido cosa fcil para m; cuando uno est casado, la mujer necesita el calor y el cario del marido, necesita la compaa, vivir estrechamente y compartir juntos el trabajo, el cuidado de los nios, las cosas de la casa Pero lo que me sucedi, es que el trabajo pastoral no me dejaba tiempo para mi familia. Yo llevo actualmente cuatro aos aqu en Cantabal, Playa Grande, desde el ao 2006, y puedo decir, con algo de pena, que hasta ahora puedo decir que s lo qu es el matrimonio. Durante mi vida, creo que he estado siempre en el trabajo de la misin de la Iglesia, he caminado de comunidad en comunidad, de pueblo en pueblo, y me quedaba en las comunidades quince das, a veces un mes Otras veces ocho das; en ocasiones consegua regresar a m casa dos o tres das; mi esposa ha sufrido bastante con todo esto, no es que no estuviera de acuerdo, porque siempre me ha apoyado, pero estaba claro que no le dedicaba tiempo. La salvacin no la tengo slo yo, tambin est en ella, y tengo que pedir perdn por dejarla sola y fatigada. A veces maz, hay pero
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faltan otras cosas. Mara tena que luchar sola con los hijos. Siempre la apoyaba, y le he guardado un amor profundo y tierno, pero no es igual que estar y compartir juntos el da a da. Yo le explicaba que lo que haca era una responsabilidad ma, no era un trabajo del que voy a sacar un salario. Para el Catequista no hay un reconocimiento por parte de la Iglesia, es un trabajo gratuito, dar las clases a los nios, formar para el matrimonio, para la Confirmacin, coordinar la pastoral lo hacemos porque sentimos que es una responsabilidad con nuestra fe. Ella a veces me reclamaba, que no he sido el mejor marido. Y yo no le poda decir nada, porque tiene toda la razn. Pero yo tambin s por qu lo hago, saba que mi misin era estar con la gente. Tengo que decir que todo este trabajo nunca lo hubiera podido realizar sin el apoyo de mi esposa Mara Lorenza. Agradecerle a ella es como agradecerle a Dios y a mis hijos. Slo Dios sabe lo que hemos vivido durante este tiempo. Yo slo le pido que haga fecunda la semilla de nuestro trabajo; lo poco o mucho que hemos sembrado, que Dios vele para que algn da de fruto.

EL AGUA DE LA CASA
Pero volviendo al principio, mi costumbre es tener agua en la casa, en el patio de la casa. Hice un pozo de unos diez metros de profundidad, y encontr agua muy buena La gente empez a llegar a buscar agua, porque sobraba para nosotros. Entonces pensando en la gente, hice otro pozo, dentro del mismo terreno, porque en la aldea donde vivimos la sequa aflige mucho a la gente y no era tan fcil conseguir agua, viendo esta necesidad, y para que m familia estuviera ms tranquila, decid hacer otro pozo similar al que haba hecho antes. As que hice otro pozo para la gente. Le puse un cerco al terreno donde cav el pozo para la gente de la aldea, pero les dije que no les iba a cobrar, solamente que tenan que hacer un trabajo muy sencillo, y todos estuvieron de acuerdo, sobre todo las mujeres, que son las que ms llegan a buscar agua. Les hice una puerta para que entrara la gente; pero cada persona tena la obligacin de regar algunas matas de chile que yo haba sembrado Porque a veces tienen que lavar sus tinajas, y para que no se desperdiciara el agua les ped ese favor
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Y as iban regando las matitas del chile y otras hortalizas Y as nos iban ayudando, hicimos las siembras y ellos lo regaban. Y no era una cosa difcil, y lo hicieron muy bien. Mi esposa, cada domingo llevaba un canastito de chile y de otras cosas a vender al mercado del pueblo; y con esto ganaba el dinero necesario para el gasto; con cinco o seis quetzales cada domingo, perfectamente alcanzaba para el gasto y ella misma compraba las cosas necesarias para la casa. La gente nos ayudaba y yo les ayudaba. Esto hizo que hubiera mucha amistad entre las familias. Por qu sabas que en ese lugar haba agua? Me preguntaban. Pero en realidad, yo no saba que en ese lugar haba agua; un seor que saba buscar agua me dijo dnde poda cavar para encontrar agua, porque yo no saba cmo buscar agua en la tierra, hice el pozo y sali buen agua. Yo slo me imaginaba que tendra que haber agua Ahora creo que ya s cmo encontrar agua. Fue pura obra de Dios, el encontrar agua. Ese terreno lo vend aos ms tarde, cuando estaba en Ixcn, para comprar una parcela. Y cuando lo vend, vino un inspector, con el fin de instalar el agua potable para toda la aldea, y debajo de mi pozo, tambin ellos encontraron suficiente agua, en la misma direccin de donde estaba el pozo que yo hice, y sin profundizar muchos metros ms. Todava hoy el pozo da agua surte a toda la aldea, y se hizo la instalacin de tuberas para todas las casas de la aldea, que estn algo separadas; se instal un motor que bombea el agua para un estanque colocado en una loma, un lugar alto, y alcanza para todos. Ellos encontraron la bendicin del agua. Yo ya no lo aprovech. Lo vend a un vecino, Simen Sajil, al que todos le dicen Moncho Este mismo seor vendi un pedacito del terreno a la comunidad para el manantial del agua potable.

COOPERATIVA FLOR CHIMALTECA


Como ya he explicado, con la formacin que recibimos siendo jvenes, dej de ir a la Costa, y me asoci a la Cooperativa Flor Chimalteca. Hubo una organizacin llamada Vecino Mundial, de Estados Unidos que apoy bastante Con este apoyo se form
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la Cooperativa Flor Chimalteca; esa asociacin as llamada Vecino Mundial, estuvo unos diez aos trabajando con nosotros. Los jvenes que form la Parroquia no se quedaron en la calle, porque tenamos formacin agrcola y de cooperativa Y los que nos ensearon nos aconsejaron que nos asociramos a la Cooperativa para trabajar mejor, y as nos podamos superar econmicamente hablando. Uno de los que trabajaba con Vecino Mundial, era Rolando Gamuch, y l nos propuso: Ustedes que son jvenes, estaran de acuerdo en que compremos una finca? Ustedes podran pagar anualmente una parte del terreno, por abonos, y un da el terreno les quedar para ustedes? La condicin que nos pona Vecino Mundial para entregarnos el terreno era el pasar a formar parte de la Cooperativa y que trabajramos la tierra de acuerdo con las instrucciones que ellos nos haban dado. Reconocieron que estaban seguros de que nosotros podramos salir adelante con este trabajo. Y aceptamos comprar la finca. Vecino Mundial compr la Finca Cataln, cerca de Chohataln. Esto debi ser por el ao 1973. Midieron y dividieron las parcelas, eran de dos manzanas o de manzana y media cada una. Se pagaba al ao alrededor de unos cuarenta quetzales, en aquel tiempo, entendamos que no era tanto. Pero haba unas condiciones que tenamos que cumplir: Haba que cumplir con las condiciones agrcolas que nos aconsejaban, para eso nos daban cursos de capacitacin, y si hacemos lo que el agrnomo dice, nos prometan que la Cooperativa tambin iba a tener en cuenta nuestro trabajo, es decir, se nos perdonaba la deuda que tenamos que entregar anualmente. Pero si no cumplamos con estas condiciones, y el rendimiento de nuestro trabajo no era el adecuado, entonces, s, haba que pagar lo que se haba acordado. Era un incentivo. Era un acuerdo que estaba a nuestro alcance, siempre que trabajramos bastante. Tenamos que dedicarnos a nuestro trabajo. Con nuestro trabajo tambin podamos hacer crecer el fondo que cada uno tena en la Cooperativa. Durante el primer ao sembr manzana y media, haciendo curvas a nivel para las siembras; es un trabajo que hay que hacer con mucho cuidado; pero no era tan difcil. Este fue el primer reto. Llegaba el agrnomo y el gerente, que era don Jos Cupertino, revisaban nuestro trabajo y los cultivos y, si encontraban bien, y
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as durante todo el ao, se nos perdonaba el monto que tenamos que aportar cada ao por el pago del terreno. Al siguiente ao nos piden arreglar tres cuerdas, y cultivarlas bien, de acuerdo con las tcnicas que ellos nos daban, y si lo hacamos bien, nos perdonaban la deuda. Lo que importaba era lograr una buena cosecha. De esa manera fue como fui aportando e incorporando la tecnologa a los cultivos que yo haca. Lo que producamos lo vendamos a la Cooperativa, y la Cooperativa nos pasaba el dinero, y todos estbamos de acuerdo. Pero no me olvidaba del trabajo de la Iglesia. Por las tardes sigo yendo a la misin, y por la misin tena que salir de mi aldea, a otras aldeas de San Martn; cada domingo tenamos reuniones, y ah nos asignaban el trabajo que tenamos que hacer durante la semana y qu aldeas tenamos que visitar, por ejemplo, haba que ir a Santa Anita Las Escobas, o a Las Escobas La parroquia enviaba sus misioneros para hacer el servicio de la parroquia. Llegbamos a las aldeas para dar las conferencias, hablbamos del Evangelio, de los tiempos litrgicos, si es Cuaresma, o el tiempo de Pascua En cada aldea se haba organizado el Crculo Bblico, se lea la Palabra de Dios y se dialogaba sobre la misma, se lea pero tambin se meditaba y se haca oracin con la Palabra de Dios. Se trataba de meditar lo que nos dice hoy la Palabra de Dios y cmo se aplica a nuestra vida; en la Parroquia los catequistas encargados nos daban las instrucciones y nosotros lo multiplicbamos en las aldeas El Licenciado Jos Garca Bauer llegaba de vez en cuando, l ms bien se encargaba de los retiros, enseaba a la gente a rezar el Rosario, daba charlas. El viva una fe profunda. Mi esposa quedaba preocupada cada vez que yo tena que salir a la misin de la Parroquia. Al mismo tiempo, nos ayudbamos con todo lo relacionado con la Cooperativa, para vivir bien, con lo necesario. Y si vives bien, todo en tu vida estar bien, puedes ir a la Santa Misa, puedes ir a las conferencias, pero lo importante es vivir bien, hacer bien las cosas En la Cooperativa Flor Chimalteca haba una tienda grande, donde se recoge el producto que nosotros cultivamos, y lo venda; a nosotros nos pagaban puntualmente. Mientras ms aportas a la Cooperativa, ms te
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reconoce la Cooperativa. Al ao nuestro fondo iba creciendo. Si necesitbamos dinero, la Cooperativa nos prestaba. Desde mi punto de vista, la Cooperativa ha sido una bendicin para nosotros los pobres, que siempre nos ayud a nosotros, los pobres. Y he seguido esta mstica de trabajo en la Cooperativa hasta ahora. Cuando fue la guerra de 1980 en adelante, yo todava visit la Cooperativa Flor Chimalteca, porque yo tuve que salir despus de la primera masacre de Cuarto Pueblo, Ixcn; hice viaje a Chimaltenango, para hablar con los de la Cooperativa Flor Chimalteca, llevaba mi tarjeta de la Cooperativa Ixcn Grande, y me dijeron que mi fondo todava estaba all, y que poda hacer con l lo que quisiera; decid retirarlo, saqu el fondo que all tena, porque yo haba dejado la Cooperativa en 1975, cuando me fui para Ixcn.

EL CAMINO A IXCN
Tengo que decir que no s por qu me decid en salir de mi pueblo. La misma Iglesia me trajo. En aquel tiempo se escuchaba que el Gobierno estaba dando facilidades para colonizar tierras en Petn, por ejemplo. Despus me enter que la Iglesia haba logrado acuerdos para llevar a Ixcn a campesinos sin tierra. La Iglesia compr las fincas de las Cooperativas, y pens que la Iglesia no puede engaar a la gente. Cuando ya tuve mi parcela en Ixcn, y estaba seguro que tena mi propia tierra, dej la Cooperativa Flor chimalteca. Desde 1973, yo haba empezado a buscar tierra para cultivar. En ese tiempo el ente encargado era el Instituto Nacional de Transformacin Agraria (INTA). Yo llegu al INTA para ver si poda conseguir una parcela, ya fuera en Petn o en cualquier otro lugar Llev mi cdula y la de mi hijo. Cuando llegu al INTA dej mis papeles, y quedaron en mandarme un telegrama para avisarme dnde me podran asignar tierra. Pero el tal telegrama nunca lleg. Despus me enter por un paisano de mi pueblo, que lleg de Ixcn, llamado Ramn Lool, l conoci al P. Guillermo Woods Y me dijo que iba a haber parcelas, que si viajaba para Ixcn me iban a dar tierra. No lo pens mucho, deje todo lo que tena en Chimaltenango, y emprend camino con l y toda mi familia, mi esposa y dos nios -Catalina y Josu
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Amado, que todava estaban chiquitos Fuimos en carro hasta Huehuetenango, y con buena suerte, logr hablar con el P. Guillermo Woods. Le dije que era catequista, que trabajaba en la Parroquia San Martn Jilotepquez, en Chimaltenango, se qued contento de saber todo lo que le dije de mi vida. Me pidi la identificacin de la Cooperativa Flor Chimalteca. Y me dijo: preprate, porque pasado maana nos vamos para Ixcn. Yo estaba junto con mi esposa y mis dos hijos: Catalina y Josu, nunca me imaginaba cmo bamos a viajar; por primera vez mi familia y yo supimos lo que era viajar en avioneta, con el Padre Guillermo Woods, llegamos a Pueblo Nuevo. El pasaje por persona, no era fijo como ahora, nos pesaban, y se pagaba a tres quetzales el quintal, segn lo que uno pesaba; no recuerdo cunto pesbamos toda la familia, con las cosas que llevbamos. El Padre Guillermo Woods llevaba algunos aos trabajando en la legalizacin de la propiedad de los terrenos, que iban a ser asentados a nombre de la Cooperativa Ixcn Grande. Era gringo; un sacerdote muy simptico, nos preguntaba muchas cosas, nos animaba. Le gustaba hacer bromas a los nios. No tena problemas para hablar con nadie, de modo que era muy bien aceptado por todos. Supimos despus que era de la orden de los Sacerdotes Maryknoll, de Estados Unidos, que trabajaban por todas las parroquias de Huehuetenango, y en ese tiempo, trabajaban para que la gente ms pobre de Huehuetenango pudiera tener tierra, buena tierra, y no tener que bajar a la Costa4. Llegu a Ixcn el 22 el 23 de abril de 1975. Sent que estbamos aterrizando en medio de la montaa. bamos a lo desconocido. Estn en La Resurreccin!, nos dijo el Padre Woods. As se llamaba a Pueblo Nuevo, tambin conocido como Tercer Pueblo. Fui observando el trabajo que haca la gente. Me llevaron con la Directiva que me dio las instrucciones de cmo funcionaba todo. Que lo primero que tena que hacer es buscar a una persona que haca de padrino. All mismo busqu un padrino, que ya tiene parcela y contrato con la Cooperativa, el ya poda ser padrino mo, y poda hablar por m e informar de mi trabajo y posibilidades.
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Para la biografa, ver: OTERO, Santiago, PADRE GUILLERMO WOODS.. Ixcn, Quich,, Guatemala 2006.

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Llevaba nylon, compramos lminas en la Cooperativa, as pudimos hacer un ranchito para protegernos, mientras conseguamos hacer una casa algo mejor. Mi padrino fue Cecilio Lpez, creo que era de Huehuetenango, y tambin era Catequista, o Animador de la Fe. Daba los cursos en la Iglesia. Cuando llegu estuve tres meses sin nada, pero s asista a las celebraciones de la Iglesia A mi esposa le cost bastante adaptarse a la situacin del Ixcn. Pero como dicen, el amor es ms canijo es por eso que ella se vino conmigo; tambin yo tuve que hacer el esfuerzo, porque en San Martn ya estbamos bastante bien. En Ixcn todo era nuevo, todo era selva, no haba pueblos. Haca un calor sofocante; no haba mercado dnde comprar, solo se poda comprar lo que haba en la tienda de la Cooperativa. En algn momento tambin a m me entr la tentacin de regresarme a mi pueblo. Los nios se enfermaban mucho, y esto nos llev a una tristeza muy grande. Cuando uno cumple seis meses de permanencia en la Cooperativa, sortean las parcelas, y la Junta Directiva de la Cooperativa te comunica qu parcela te ha tocado. Recuerdo que entonces uno de los responsables de la Cooperativa era Mateo Silvestre. La parcela me la dieron en Cuarto Pueblo, aunque yo haba llegado a Pueblo Nuevo donde estaba viviendo hasta ese momento. Sent una gran alegra de saber que ya tena un terreno, y dnde queda? Pregunt La Junta nos mandaba con el Comit de vigilancia, porque ellos saban bien dnde quedaban los mojones de cada parcela; no era fcil orientarse. La parcela que me toc a m, tena unas diez cuerdas de ancho y otras cuarenta de largo, -eso en mi caso-; haba parcelas con otras trazadas de diferente manera, pero siempre con la misma medida, 400 cuerdas de terreno. Cuando llegu a la parcela me sent algo dichoso, sabiendo que iba a ser el dueo de aquella tierra. La junta nos daba un carnet, con el nmero de la parcela y el nombre del cooperativista; luego nos entregaban una certificacin; era como un ttulo de propiedad pero no escritura, sino ms bien un escrito con el que la parcela quedaba registrada en el archivo de la Cooperativa. La Cooperativa tiene su reglamento: 1. Cada asociado tiene que conocer el reglamento de la
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Cooperativa, pide que alguien se lo explique bien, y si ests de acuerdo, pides el ingreso. 2. Tienes que buscar un padrino para entrar en la cooperativa; un padrino que ya es socio y a la vez testigo de los progresos que uno ha realizado durante seis meses, y luego te asignan y entregan una parcela y el lote en el pueblo. 3. Hay que cumplir con las colectas que demanda la Cooperativa, que sirven para los gastos de la Junta Directiva, para que se movilicen a la Capital para hacer las gestiones de la escritura de la tierra y otras actividades propias de la Cooperativa. 4. Se elige un lder en cada Centro para reunir las colectas y organizar la mano de obra para el mejoramiento de la comunidad. 5. Cada 15 das haba una reunin en el Centro para ver qu trabajos hay que hacer; tienen que asistir todos; el que falta, tiene que tener el permiso, si hay que pagar una multa para cumplir con el reglamento. 6. La educacin con la familia durante los seis meses es bien evaluada, si no te has emborrachado, si no has pegado a tu esposa todo el comportamiento.

NOSTALGIA DE SAN MARTN


A veces pensaba en por qu sal de San Martn, porque no tena ningn problema. Tal vez la razn que me impuls fue que ya tena a mis hijos, y pensaba que en el futuro ellos, y los hijos de ellos tendran que tener un terrenito, y eso no haba en San Martin, all la tierra es pobre. Tena la esperanza de que la parcela que me pudieran entregar en Ixcn, dara buen resultado. As fue; era una parcela muy grande, se pierde uno dentro de la gran extensin de toda aquella parcela; esto nos produjo una gran satisfaccin a mi esposa y a m; al fin tenamos tierra. Las distancias tambin eran grandes, a veces ni nos veamos con los dems vecinos. Cuando yo llegu a Ixcn segu con la misin de catequista, habl
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con los Animadores de la Fe y les present mi carnet de Catequista. Sin embargo, las dificultades de los primeros meses no fueron fciles de superar. En la selva haba animales, mosquitos, zancudos, un calor que no te dejaba tranquilo Luego venan unas lluvias tremendas La casa no aguantaba. Nos entraba la afliccin, el desaliento. Una de mis mayores tristezas vino despus de un ao de residir en Ixcn; fallecieron mis dos hijos; les dio la fiebre del sarampin, y Catalina falleci el sbado de ramos de 1976, y mi Hijo Josu Amado el sbado de gloria de ese mismo ao; en ocho das se nos fueron los dos. Muchas veces me preguntaba: Qu hago yo aqu? Vea a la dems gente trabajar, y me pude dar cuenta que tambin las dems familias tenan dificultades. Algunos me aconsejaban que tuviera paciencia, que me iba a acostumbrar. El problema es que cuando uno no est claro en que uno puede vivir aqu, se enferma, y viene una enfermedad tras otra, y se enferman los hijos y la esposa. Yo me enfermaba, y me daba un tremendo dolor de cabeza, me agarraban calenturas, a veces con fiebres altas; lo mismo a los nios, a ellos ms Iba a la clnica, me daban inyecciones, haba que pagarlas, pero las medicinas eran baratas, me calmaban unas horas, a veces un da, pero el mal segua Despus fui entendiendo que el problema era otro. Y el problema era que psicolgicamente yo no estaba bien, siempre pensando en mi casa que haba dejado en San Martn, en las dificultades con mi familia; cuando llegaba a mi champita, no le deca nada a mi mujer, yo me haca el fuerte, pero cuando me enfrentaba a la montaa de mi parcela, me entraba el desnimo; rboles y ms rboles; si aquel terreno lo tuviera en Chimaltenango! Tambin nos costaba conseguir dinero Haba necesidad de cosas que no era tan fcil comprarlas Y todos estos pensamientos, y las dificultades no me ayudaban para salir de la enfermedad. Cierto da, caminando por Pueblo Nuevo, me fui a sentar debajo del rbol ms grande, tal vez, que haba all, era un rbol de caoba inmenso; no nunca haba visto un rbol as. Llegu all desconsolado, y empec a pensar, qu voy a hacer? Tengo que decidir: o regreso a San Martn, o me quedo aqu. Y all debajo del rbol empec a pensar, estaba sentado, dando vueltas en mi cabeza una pregunta,
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otra pregunta, las dificultades: Qu voy a hacer Dios mo? Pero en eso record un pasaje de la Biblia, cuando Adn y Eva estaban en el Paraso, y es que aquello se pareca a un paraso de verdad, y me preguntaba, sera que Dios ya les dio todo el trabajo hecho a Adn y a Eva, o no ms los dej tirados bajo la montaa del paraso? Como uno lee que era un Paraso terrenal deba ser algo bonito. Y yo estaba igual. Qu vas a hacer aqu, Marcelino, qu vas a cultivar? Si me voy, me regreso, perder la gran oportunidad! Y en ese momento tom la decisin, si me muero me morir en el Ixcn. Fue una decisin firme. Siguiente decisin, me voy a seguir el trabajo en la Iglesia? Tena que reconciliarme, esto era claro para m. Y volv a responder: S, von a seguir siendo Catequista. Otra decisin: Y de qu voy a vivir? Tengo que ser comerciante, cmo? Todava no lo s; y tambin tengo que seguir en la Cooperativa. Entonces me decid por seguir trabajando en la Iglesia, ser comerciante, para tener lo necesario para vivir y, formar parte de la Cooperativa. Cuando uno est en medio de la parcela, hay que tener mucho cuidado, porque uno se puede perder. Ya sabamos, porque as nos avisaron, que si uno se pierde Recomendaba la junta, que si ven que estn perdidos y no saben regresar a su casa, se suban a un rbol, lo ms arriba que puedan, all se amarran con un lazo o con bejucos, para esperar, y gritar que lo vengan a buscar. La familia avisa tambin a la Junta Directiva si al final del da falt alguien de la casa, que avisan a todos los asociados, y se organiza una comisin para buscar a la persona, tratando de adivinar los caminos por donde pueden estar Hubo personas que fueron encontradas tres das despus; y los que se han perdido, la gente los busca y los encuentra en medio de la selva.

QUIERO COMERCIAR
No conoca el pueblo de Barillas, en Huehuetenango, un pueblo con el que la gente comerciaba mucho. Era el municipio ms cercano que haba. No exista Cantabal, en Playa Grande. Se me ocurri hacer un viaje a Barillas para conocer cmo era el pueblo,
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el mercado y dems. Y tom la decisin de ir a Barillas. Fue otra buena decisin. Yo estaba sentado debajo de aquel inmenso rbol; fue como una profesin de fe: Aqu me voy a quedar, y aqu me voy a morir. Desde ahora en adelante, Ixcn ser mi tierra. Me levant, y me fui alejando despacito de junto aquel rbol Senta ms paz, ms tranquilidad. Como que me hubiera quitado un peso de encima. Pero en realidad, no haba cambiado nada todava. Llegu a la casa, me encontr con mi esposa y le dije: Mara, quiero que me prepars algo de comer para ir de viaje; me prepar un poco de totoposte, con algo ms de comida. Qu vas a hacer? Me pregunt. Quiero ir a Barillas. Voy a solicitar dinero y voy a ir a ver qu venden Me dijo, andte, yo me quedo. No saba qu camino me esperaba. Tard da y medio en llegar a Barillas; cuando llegu por un lugar que se conoce con el nombre de El Canchoch, oscureci y empec a buscar un lugar para descansar y pasar la noche, ya iba muy cansado, pero pude llegar todava a San Ramn. Entonces uno poda caminar slo por aquellas veredas, preguntando a la gente con la que te encontrabas, no haba temor, porque no se conoca ni siquiera qu era un ladrn por aquellos lugares. Pregunt en San Ramn que cunto faltaba para Barillas; all me dijeron que para llegar con tiempo haba que salir como a las dos de la maana. No dorm mucho. Escuch que ya se movan las bestias de otras personas que caminaban igual que yo, y me pegu detrs de algunos seores que iban al mercado con sus bestias. Al fin llegu a Barillas. No es un pueblo grande, como Huehuetenango Pero haba cosas, haba mercado. Fui dando vueltas para ver todo. Compr dulces, medicinas, jarrillas, utensilios de plstico, tambitos, lo fui colocando todo en una red, como acostumbra a hacer la gente cuando va al mercado; por fuera, amarr a la red cubetas y otras cosas Tal vez eran ochenta libras de peso. Empec el camino de regreso; llegu a San Ramn como a las cinco y media de la tarde. All la gente habla kanjobal, y yo pregunt dnde se poda pasar la noche; me indicaron por seas que poda quedarme en la escuela. Y dnde hay para comer? Pregunt; tambin me dijeron dnde vendan tortillas. Mientras
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tanto, yo tena all conmigo toda la mercadera, y la gente empez a preguntar si venda. Les dije bromeando que s, porque como no poda hablar el kanjobal, no saba cmo expresarme, era con seas. Total que la gente entendi que era comerciante y llegaba a vender cosas Extend la red con todo lo que llevaba, y la gente empez a ver y a comprar. Segu el camino al da siguiente, con menos carga, y llegu al Primer Centro; e hice lo mismo; vend todo lo que llevaba. De tal manera que cuando llegu a Pueblo Nuevo nada ms me quedaban los dulces que haba comprado. Haba vendido toda la mercadera. Me qued sin nada. No saba qu le iba a decir a mi seora. Eso s, consegu dinero. Llegu a la casa para saludar a mis hijos y a mi esposa que se extra que llegara sin carga, porque segn ella, que iba a comprar a saber cuntas cosas. Le expliqu qu haba pasado por el camino y le di todo lo necesario para el gasto; qued conforme. Decid regresar a Barillas; al lunes siguiente me puse en camino. Estaba contento, porque ya conoc Barillas. As empec a comerciar. Cada semana viajaba a Barillas. En un momento dado viaj a Huehuetenango a conseguir medicinas. Los fines de semana, estaba en la Iglesia. Con todo esto, el dolor de cabeza ya no me afectaba. Ya no tengo dolor de cabeza! Me dije Dnde se fue mi enfermedad? A saber! Ah me di cuenta que lo psicolgico lo aprieta a uno cuando no est claro de las cosas, la mente se turba, se te mete la tristeza, y la angustia crece tanto que es ms grande que las propias fuerzas Y la enfermedad va haciendo su trabajo y te enfermas. Creo que desde que tom las decisiones que tena que tomar, tambin cambi mi vida. Y cuando ca en la cuenta ya no tena nada. Segu comerciando. Como los negocios me iban bien, decid viajar hacia Mxico, cruzando la frontera, que no se distingua dnde estaba la frontera, hasta un pueblo que se llamaba Agua Tinta, en direccin a Comitn. Todo a pie. Las camionetas llegaban hasta Agua Tinta desde Comitn. Este viaje duraba tres das. Haba otras personas que iban a comerciar igual que yo. Uno puede ir vendiendo por los caminos, por las casas que hay en los caminos. Se puede conocer a mucha gente. Los comerciantes conocen a mucha gente. As uno va viendo cmo se puede mejorar la vida, humanamente hablando. As empec mi trabajo en Ixcn,
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como comerciante. Pero el fin de semana, siempre lo dedicaba a la Iglesia; era comerciante y era Catequista. Uno se siente alegre al poder trabajar en el propio terreno; poda caminar todo el da, viendo los rboles, registrando no salirse a la parcela de otro vecino; hay que caminar junto con el vecino para ver por dnde van quedando los linderos de cada uno, los mojones; como el terreno est en medio de la selva, uno se puede perder Y las brechas todas se parecen, y no conviene equivocarse; por eso que nos dan un plan, y nosotros bamos colocando los nmeros que limitan con los terrenos de la parcela de los vecinos. Junto con la parcela nos entregaban tambin un lote en Cuarto Pueblo. En un primer momento hice una pequea champita en el pueblo, pero luego tambin hice otra casita en la parcela, de hoja de Posh, o palma de corozo, que es la hoja de manaco. Para las paredes emplebamos palo rollizo Dentro de la parcela haba que ir ubicando todo lo que hay dentro de la parcela, es algo hermoso.

NUESTROS HIJOS NECESITAN ESCUELA


Con el tiempo vimos que era necesario vivir en el pueblo, porque all haba escuela; porque cmo mandar los nios desde la parcela a la Escuela del pueblo ellos solitos? No se puede Lo primero que hice fue desmontar, para sembrar el maz Era un terreno virgen, que nadie lo haba tocado En la Cooperativa nos hablaban de que era la primera vez que un ser humano iba a cultivar aquellas montaas. Empec a notar, que en ciertos lugares por donde iba desmontando nacan unas plantitas que daban un tomatito chiquito, pero de muy buen sabor. Yo me preguntaba, cmo apareci aqu la semilla de esos tomates? Cuando creca la milpa, tambin crecan estos tomates, y nos servan de alimento En Ixcn haba gente que cultivaba caf, cardamomo, achiote y sobre todo, maz, frijol, algunas verduras Para sacar la produccin se haca con las avionetas; tambin haba
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gente, sobre todo de Los ngeles, Mayaln y otros sectores, que empleaban mulas para transportar la carga. Cuando uno est en la parcela, en medio de aquella tierra que se te concedi, te vienen las ganas de rezar, de levantar los ojos al cielo: Dios mo, cmo eres t con nosotros! Pap, cmo eres t con nosotros, porque yo no sembr el tomate, y aparece en mi parcela? Cmo es que la semilla fue trada por los pjaros, o por quin? Dnde estarn los descampados, donde estarn los sembrados de este tomate, para que los pjaros hayan trado la semilla? Porque uno puede caminar un da entero por la selva y no encuentras un trabajadero, un lugar donde haya tomates sembrados, entonces, cmo fue que lleg hasta aqu la semilla? Cmo es que al limpiar la tierra y desmontar para sembrar la milpa, resulta que nacen estos tomatitos? Era algo de admirar Yo siempre sembraba sin echar abono Lo nico que hacamos era la rotacin de los terrenos para cada ao. Logrbamos tener suficiente comida en ese tiempo. Con el P. Woods podamos platicar todo lo que nos pasaba; un da se me ocurri decirle que me gustara traer unas vaquitas a Ixcn, porque comprob que se poda dar el zacate, y eso serva para que las vacas pudieran comer; estuvo de acuerdo. Slo le dije que iba a ir a Chimaltenango a comprar las vacas. Nos pusimos en camino como cinco personas con el mismo objetivo. Pero antes quisiera decir algunas palabras sobre la vida del fundador de las Cooperativas de Ixcn.

EL PADRE GUILLERMO WOODS


Me encontr con l por primera vez en Huehuetenango. Como ya seal, un paisano me lo present. Hablamos unos momentos, no mucho. Me di cuenta que era una persona amable, hablaba como gringo, pero rpido buscaba la manera para entrar en confianza con nosotros; nos habl de lo que estaba haciendo, y se vea con mucha esperanza y alegra; tena mucho entusiasmo, as era el padre Guillermo. Me dijo que cuando llegara a Ixcn me iba a dar cuenta del gran proyecto que se estaba realizando para los pobres, un proyecto que es de los pobres. Cuando t llegues te dars cuenta de la importancia de aquella Cooperativa y cmo
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este proyecto va a ser para sacar a la gente humilde de la pobreza; yo le present mi familia, los salud a todos, a mi esposa y a los chiquitos. Vi que estaba alegre porque nos bamos a ir con l a Ixcn. Estando en Pueblo Nuevo Resurreccin, o Tercer Pueblo, empec mi trabajo en la Iglesia, no inmediatamente, como ya queda dicho. Tal vez se repitan algunas cosas El P. Woods llegaba un sbado cada quince das; lo primero que haca era ir a reunirse con la Junta Directiva, y despus tena reuniones con los Catequistas, o dar un Curso a los Catequistas. El domingo se reuna toda la gente y celebraba la Santa Misa. En cada viaje trataba de abarcar dos Cooperativas, por ejemplo, visitaba Pueblo Nuevo y Cuarto Pueblo, y en otro viaje Mayaln y Tzalbal. Cada quince das se haca presente; ahora bien, si haba urgencias, llegaba cuando lo necesitaran. A los Catequistas les daba su tiempo, tanto en las reuniones como para hablar con l. Era muy solidario con la gente. Es difcil encontrar un sacerdote de esa calidad. El es un gringo, que viene de Estados Unidos, y ver la amabilidad que tiene con la gente de Guatemala que somos nosotros, como si furamos su familia, no solo con la Junta Directiva, sino con todos, era algo lindo La avioneta del Padre Woods serva de ambulancia para llevar enfermos a Jacaltenango, a Huehuetenango, a la Capital donde hubiera que llevar a las personas necesitadas, para sacar a seoras que iban a dar a luz All en Jacaltenango haba un hospital que dirigan las Hermanas religiosas de la Congregacin Maryknoll; el P. Woods llegaba con frecuencia a ver a estas Hermanas religiosas. Trataba de que en la Tienda de la Cooperativa, siempre hubiera lo necesario y ms urgente para la gente: azcar, jabn, lminas De lo dems no se preocupaba tanto; de la ropa, cada quien se encargaba. La Cooperativa se encargaba de las primeras necesidades. Todo esto lo traa en la avioneta. El tena otros dos pilotos que hacan dos o tres viajes al da con las avionetas. Sobre todo los viajes se hacan a Tzalbal, Pueblo Nuevo y Mayaln, que eran los grandes centros de la Cooperativa. Su carcter era muy abierto, y cuando llegaba a las reuniones ya sabamos si vena molesto, triste o contento; pronto nos dimos
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cuenta de sus preocupaciones. Nos habl que el Gobierno le estaba poniendo demasiadas dificultades, era como una persecucin del gobierno, de los militares. Nos dbamos cuenta que la presin de los organismos del Estado le causaban dolor, porque a finales de 1975 los problemas ya se haban desencadenado, aunque no llegaron a tener la gravedad que alcanzaron ms tarde; pero el buen funcionamiento de las Cooperativas empez a tropezar con grandes obstculos5.

1976. EL TERREMOTO DE GUATEMALA


El 4 de febrero de 1976 fue el terremoto de Guatemala. En ese tiempo el Gobierno de Guatemala ya estaba listo para empezar la guerra con Belice; pero con el terremoto, se par lo de la guerra. A pesar de todo el trabajo en las Cooperativas, el P. Woods empez a solidarizarse con los damnificados del terremoto. Organiz a las Cooperativas, y les dijo que as como la Iglesia les haba ayudado para conseguir un terreno, tambin nosotros, ahora, tenamos que ayudar a la gente que haba sufrido el terremoto en otros lugares del pas. La gente colabor con mucho maz; pidi que llevaran el maz a la pista de cada lugar; el mismo P. Woods, consigui un helicptero Chinoc, de dos hlices, nosotros preparamos el gran bulto, como una gran red y el aparato levant todo aquel cargamento Llevaba el gran bulto como que fuera un gaviln Fue as como el P. Woods no slo nos hizo ver que la Iglesia colaboraba con nosotros, sino que nos ayud a ser solidarios y ayudar a los dems. Y nos deca, esto es la vida de la Iglesia, preocuparnos unos por otros. Cuando lo mataron, toda la gente lo llor, nunca va a llegar con nosotros otro sacerdote como el Padre Guillermo Woods!
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Ver el documento REMHI de Ixcn realizado por el Equipo REMHI de Ixcn, y publicado por la Dicesis de Quich, con la presentacin de Monseor Julio Cabrera Ovalle, entonces Obispo de la Dicesis, y que lleva por ttulo: TIERRA, GUERRA Y ESPERANZA Memoria del Ixcn (1966 - 1992). Ixcn, Guatemala, abril 2000. Consultar tambin la biografa del P. Guillermo Woods escrita por el H. Santiago Otero. 2006.

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Recuerdo que un da lleg a una reunin con nosotros, le gustaba sentarse y colocar sus piernas con las botas encima de la mesa, y empez a decirnos: Hermanos: Un da tendr que morir yo aqu con ustedes, y ya no estar, pero yo aqu me voy a morir con ustedes. Y lo que yo quiero es que estn unidos en el trabajo, -esto nos lo recomendaba mucho-, quiero que piensen en ver si estn preparados para defender el terreno que ya tienen, y que nos preocupramos del bienestar de cada familia. A los Catequistas nos deca: Ahora estoy con Ustedes, pero qu van a hacer cuando yo no est? Era su pregunta. Yo creo que Ustedes ya tienen la capacidad de guiar la Iglesia, qu van a hacer Ustedes si a m me matan? No tenamos nada qu decirle, nos quedbamos en silencio. Como insista, entonces le dijimos que no desebamos que le pasara nada, pero cada Catequista qued con la impresin de que aquellas palabras eran como una despedida. En nuestro corazn sabamos que tenamos que hacer como Pedro hizo con Jess: Te seguiremos donde vayas, le dijo Pedro a Jess. Su preocupacin principal estaba en el tema de la tierra, porque no todos estaban claros de lo que haba que hacer, el gobierno y otras organizaciones estaban manipulando la cosa a espaldas del P. Woods. l se mova con autoridades del gobierno, de las gobernaciones, de las municipalidades. Se relacionaba con los responsables del INTA, con organizaciones internacionales. Siempre para buscar el bien de la gente de Ixcn. La Iglesia le daba todo el apoyo. Monseor Juan Gerardi era entonces el Obispo de Quich y, Monseor Vctor Hugo Martnez el Obispo de Huehuetenango; en lo pastoral, nos coordinbamos con la Dicesis de Huehuetenango, dado que las comunicaciones con la avioneta eran todas con Huehuetenango, aunque estbamos en territorio del departamento de Quich. El P. Woods era un sacerdote amigo, fcilmente se acercaba a la gente; no haba problema con acercarse a l, no haba que cuidarse en colocarle una buena silla, o darle algo arreglado para comer, nada a veces llegaba y se sentaba sobre trozas, como si fuera un campesino, como nosotros Cuando vean que se acercaba
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la avioneta del Padre Woods y aterrizaba, la gente se alegraba, sobre todo los nios gritaban: Ya viene el Padre ya viene el Padre! Y corran todos a buscarlo. Era como un pap con sus hijos, todos lo saludaban. No era que les trajera dulces, pero s le gustaba fregar a los nios, y tambin a la dems gente Era como un familiar al que se conoce mucho y llega a su casa. Su casa era la casa de todos y la casa de todos era su casa; y as sigue ahora, que hay una foto del P. Woods en cada casa de Ixcn. Y por todo eso es que nos duele tanto que lo hayan matado. En ese tiempo, a m me haban nombrado para trabajar en el Aeropuerto de Guatemala. All la Cooperativa tena un Hangar, el n 13, donde estaba el almacn con las cosas necesarias para la cooperativa, los productos que se traan de Ixcn Se alquilaba. Pero tambin haba una radio para que nos pudiramos comunicar con las sedes de las cinco cooperativas y otra en Huehuetenango. Yo estuve encargado del Hangar n 13 casi tres aos. Empec este trabajo en 1976. David, era un joven norteamericano, que trabajaba como piloto con una de las avionetas que tena la Cooperativa. Cuando nos comunicamos con todas las Cooperativas y nos dimos cuenta que el Padre Woods y los pasajeros que iban con l no llegaron, ya nos asustamos. Luego supimos que su avioneta cay en las montaas de Cotzal. Nadie saba si haba sido un accidente, o si tal vez lo haban matado. Cuando la gente se enter de la noticia en todos los pueblos de Ixcn lloraba por el P. Woods como si hubiera muerto un miembro de la propia familia. Todos saban que l no quiso morir, estbamos cien por ciento seguros que esa avioneta la haban bajado, y as lo creemos porque el control del ejrcito era muy fuerte; queran terminar con su vida. Yo me encontraba haciendo llamadas por radio en el Hangar 13 de La Aurora, empec a llorar. Pero David y otras personas de los padres Maryknoll fueron a Cotzal, al lugar donde cay la avioneta del P. Woods, ya no encontraron mucho Cuando este amigo regres de nuevo al aeropuerto con algunas cosas de la avioneta, al hangar n 13, nos mostr el silln en el que iba sentado el P.
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Guillermo, el silln del piloto; tena sangre y seal de balas se podan notar las seales de las balas, lo que quiere decir que dispararon desde tierra contra la avioneta del Padre Woods, por lo menos un proyectil cruz el silln del P. Woods. Yo guard el silln de la avioneta en la parte superior de la bodega del Hangar 13 en el Aeropuerto de La Aurora. Los restos del P. Guillermo los enterraron en Huehuetenango. Con su muerte sentimos que todo se nos vena abajo; todas las Cooperativas quedaron hurfanas Con la ausencia del P. Woods, el ejrcito fue el que empez a trasladar las cosas y productos de la gente de Ixcn, con Arawat o helicpteros Quisieron ponerse de nuestro lado, para que no furamos a sospechar que ellos lo haban matado, porque se oponan al trabajo del P. Guillermo. Nosotros sabamos muy bien sus intenciones. Llegaba el coronel Fernando Castillo, y pareca dolido por la muerte del P. Woods, nos dijo que haba que continuar con el trabajo del sacerdote, y que para eso estaban los aviones de la Fuerza Area. Pero esto lo hicieron poco tiempo. Unos meses despus lleg el ejrcito para tener una reunin con nosotros, con toda la Cooperativa, que lo que iban a hacer de ahora en adelante sera para dar seguridad a toda la gente, para que vean que nosotros estamos a favor del pueblo. Y lo que hizo fue poner un destacamento en Cuarto Pueblo, otro en La Resurreccin, en Los ngeles, en todas las Cooperativas. Pero esto tambin fue el inicio de la represin. Estando all controlaban mejor a los lderes, y as como empezaron a secuestrar a los dirigentes. Cuando algn tiempo despus empez la guerra en Ixcn, el ejrcito se apropi del hangar 13, y las cooperativas ya no tienen nada que ver. Qu hicieron con todas las cosas? No sabemos. Ms adelante, al hablar de los aos de la violencia, quiero detenerme en algunos hechos concretos, para entender lo que fue la guerra en Ixcn. Lo importante fue que antes de su muerte, el padre Guillermo Woods, ya haba dejado arreglados los ttulos de los terrenos de las Cooperativas, y pudimos seguir trabajando.
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SE PUEDE CRIAR GANADO EN IXCN? VIAJO A SAN MARTN


Esta es otra historia que quiero narrar. Cuando sembr la milpa un da se me ocurri la idea de ir a la pista donde aterrizan las avionetas, porque all haba zacate, una especie de grama con buena semilla. Llev un costalito, y fui a recoger la semilla de la grama, la met en el costal Cuando llegu a mi parcela, regu la semilla en el terreno donde estaba de la milpa, y como la bendita agua que nunca falta, siempre llega, al poco tiempo apareci el zacate. En ese momento tomamos la decisin de comprar vacas y traerlas a Ixcn, como ya seal anterior mente. Cuando fue el terremoto del 4 de febrero, yo me encontraba en San Martn Jilotepquez Haba ido al pueblo donde nac para comprar las vacas. Pens que llevando algunas podra ser como la semilla para reproducir las vacas en Ixcn; compr seis vacas, un caballo y una mula. Los otros compaeros que vinieron conmigo tambin compraron. A las tres de la maana del 4 de febrero estbamos juntando el ganado, para cargar el camin con todos los animales; pensamos que el camin poda llegar hasta Barillas. Pero estaba desatando las vacas, cuando en ese preciso momento, empez el movimiento de la tierra por el terremoto... Escuch un gran ruido, como un viento que vena cuando sent, ya estaba cado en el suelo, tambin las vacas se hincaron, mugan, con la boca para arriba: muuu muuu! Es como que las vacas gritaran a Dios, porque se hincaron y mugan, mirando hacia arriba. Se escuchaba el ruido de los animales, de casas que se derrumbaban, de piedras Ni siquiera me preocup en amarrarlas de nuevo; corr hacia la casa de mi pap, pero ya no lo encontr, porque l haba salido a buscarnos a nosotros Volva a buscarlo y lo encontr en el camino de vuelta, regresando a la casa Nuestra casa se haba cado, todo por tierra; en eso vi a m mam en medio de la oscuridad, que estaba junto al fuego y le dije: Mma! Y qu pas hijo?, me respondi Estaba todava juntando el fuego,
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sentada al lado del fuego estaba rezando Y casi no se haba dado cuenta que se haba cado toda la casa, que era de adobe y a ella no le haba pasado nada, ni el menor rasguo. No le cay ningn palo encima Y me dijo: Tu hermano ya se muri! Empec a buscarlo: Edmundo Edmundo! Y me respondi, pero como que estaba dormido Le quitamos los adobes y los palos de encima, gracias Dios, no tena ningn golpe. No te pas nada? No, nada Luego fuimos a la casa de mi sobrino Demetrio, llamamos, slo el lloro de una nia; tena una hija chiquita que se llamaba Yolanda de unos cuatro o cinco aos; la sacamos, pero su pap y su mam ya haban muerto Falleci tanta gente en la aldea! Pero fue peor en el mero pueblo de San Martn, all era ms fcil caminar por los tejados, no se saba dnde estaban las calles Hicimos una lista de todos los fallecidos en la aldea, cavamos una zanja grande, y comenzamos a llevar a todos los fallecidos; cargbamos a la gente sobre nuestra espalda, para llevarlos hasta la fosa El terremoto los agarr dormidos, y la gente qued en distintas posiciones, sotre todo, encogidos Era triste ver cuntos nios fallecieron debajo de los escombros. Los bamos colocando junto a los adultos en la fosa, encima de unos petates que colocamos abajo; los cubrimos con un nylon Y echamos la tierra, all todos juntos. A otros se les dio sepultura cerca de su casa Uno quiere llorar, porque siente esa gran tristeza al enterrar los muertos. Pero no se puede llorar. Es la voluntad de Dios, tambin nos llegar a nosotros. Quieres llorar, pero los ojos ya no tienen lgrimas o no las quieren soltar, tenemos los ojos secos! Estamos enterrando a la gente, sin saber quin nos va a enterrar a nosotros. Estamos como mudos El terremoto dej a toda la gente en un solo llanto Es difcil explicar cmo pudo suceder todo aquello. Fuimos enterrando a toda la gente. Slo pensando que el Dueo de la tierra es Dios, y que l quiso recoger a la gente La mayora de los pueblos de Chimaltenango sufrieron la misma tragedia. En esos momentos de tristeza la gente llora sin consuelo, y uno le dice, qu se va a hacer, Dios lo hizo, l sabe Hay una historia Antes del terremoto, aparecieron por los
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potreros de las montaas muchos coyotes aullando y se miraba que andaban con las cras. Se metan en las casas, y se coman los animales que encontraban. A la gente le daba miedo caminar despus de las cinco de la tarde. Yo me preguntaba cmo la naturaleza, la creacin, Dios tiene su manera de avisar a la humanidad, pero nosotros no somos capaces de interpretar la naturaleza, nos falta ms acercamiento a la naturaleza, para interpretar las seales que el Padre Dios nos quiere comunicar. Lo extrao es que despus del terremoto, los coyotes desaparecieron. Dnde se fueron? Nadie sabe. Uno slo se puede preguntar que lo que pas, fue que dieron el aviso a la gente y se fueron. Para m es como un misterio, cmo Dios por medio de la naturaleza nos comunica lo que va a suceder.

REGRESO A IXCN
De todos modos, decid seguir con el plan de llevarme el ganado para Ixcn; pero primero nos pusimos a trabajar para levantar una casita para mi pap y mi mam; clavamos nuevamente los horcones, y levantamos otra vez la casa Era ms sencilla que la anterior. Pero trabajamos rpido. Los que habamos llegado a San Martn desde Ixcn, estbamos con la preocupacin de la familia que habamos dejado. Mi hermano Marcos (que luego muri en la violencia), tambin haba venido, estaban otros paisanos de La Estancia de La Virgen, ramos cinco hombres. Conseguimos reunir unos 32 animales. Pero con el terremoto todas las carreteras quedaron cerradas. Nos pusimos en camino a pie, llevando los animales En Quich, conseguimos un mapa del departamento. Habamos salido de San Martn hasta Joyabaj, luego pasamos por Chich, luego Quich, de aqu a Sacapulas, de Sacapulas a Nebaj, luego seguimos hasta cerca de Chajul, para cruzar y bajar a Ilm; de Ilm a San Luis Ixcn, de San Luis a Tzalbal, de Tzalbal a Pueblo Nuevo, y de Pueblo Nuevo a nuestra parcela. Fueron catorce das y medio. Caminaron los animales..! Compramos tubos de goma de las llantas de las ruedas de los vehculos, las vejigas, digamos, y las
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arreglamos bien, para colocrselas en los cascos de las patas de las vacas, se las amarramos bien; sus cuatro patas estaban calzadas con esos zapatos; las bestias que traamos, las habamos herrado. As pudieron caminar las vacas. Nunca apresuramos las vacas, sino que las dejbamos a su ritmo, despacio, porque tenan que venir comiendo, y tenan que beber agua; uno pierde la nocin del tiempo, en qu da de la semana estamos Comprbamos comida por el camino, aunque tenamos problema con la gente de lengua k'ich y con los de lengua ixil Por ejemplo cuando llegamos a las aldeas de Nebaj, pedamos tortilla y la gente se esconda; cerraban la puerta de la casa, no sabamos cmo decirles, se nos ocurri llevar el dinero en la mano, para que lo vieran, haciendo el gesto de que tenamos hambre Slo nos sealaban dnde estaban las tortillas, tombamos las tortillas del comal o de la canasta, y les dejbamos el dinero. No nos las entregaban. Les daba miedo. Nosotros juntbamos las manos, les agradecamos y seguamos el camino. As caminamos y caminamos subiendo y bajando laderas de montaas. El camino desde San Martn a Ixcn, es un camino tan largo En Tzalbal encontramos un potrero con buen zacate, y hablamos con el dueo, le pagamos para que se quedaran all los animales pastando y descansando; tambin haba agua. Nosotros seguimos hasta Pueblo Nuevo, cada uno a ver cmo estaban nuestras familias. A los ocho das regresamos por las vacas, las encontramos en el mismo lugar donde las habamos dejado. La crianza de las vacas result muy buena. Podamos ordear para consumir leche. Las pudimos reproducir, y los animales se fueron multiplicando; funcion la crianza de las vacas. Aqu lo que no funcion fue el ejrcito, que lleg para acabar con todo lo que tenamos. Pues resulta que despus del terremoto lleg el P. Woods a Pueblo Nuevo, y pregunt por los sanmartinecos Y cuando le contaron que estaban en San Martn, se ech las manos a la cabeza: Ya se murieron..! Pidi que un Catequista de Cuarto Pueblo lo acompaara en la avioneta, para que fuera a San Martn a enterarse bien de si nosotros estbamos vivos o no; y cuando llegaron a San Martn, ya les dijeron que nosotros bamos de camino para Ixcn.
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Que todos los de Ixcn estaban vivos El padre Woods qued ms tranquilo. Su preocupacin era la gente de la ciudad Capital.

25 DE FEBRERO DE 1976: HISTORIA DE UNA MUJER DE PUEBLO NUEVO


Sucedi que una mujer que se llamaba Rosa y ya viva con su esposo pero no estaba bautizada se enferm. La gente deca que esa mujer tena dos espritus Yo no me enter de cmo comenz este problema, porque no estaba en el pueblo. Nos llamaron para que la furamos a ver a su casa. Me fui con mi difunto hermano, Marcos, porque su esposo nos avis que tena un mal espritu, nos contaba que tena unas reacciones muy raras, haca cosas que daban miedo. Cuando llegamos a la casa, la mujer estaba durmiendo Hay otros catequistas que ya haban llegado primero. Nos contaron todo lo que ella haca, que hasta me entr un poco de miedo. Despus de un rato, de repente, se levant la mujer, salud a todos y comenz a predicar; pero yo analizaba que todo lo que deca estaba escrito en la Biblia, y hasta citaba el lugar donde se encontraba lo que deca Empez a decir que era Mara Yo lo cuento como lo vi yo y mis compaeros, los que estbamos all. Les dije a los Catequistas que no se asustaran porque deca que la Virgen estaba en ella. Se tir por el suelo y se puso a caminar como una lombriz, con la cabeza arrastraba todo su cuerpo, sin mover los pies; como una culebra; era algo muy extrao Despus empez como que iba a parir un nio, se meti debajo de la pila donde lavan los trastes, se ensuci, y luego empez otra vez a predicar de Jess; hablaba de las cartas de San Pablo Yo estaba escuchando atentamente sin decir una palabra, pensando en lo que me haban dicho, cmo poda ser que tena un mal espritu! Luego le pidi a su esposo que le cortara unas ramas de un rbol de naranjo que tenan junto a la casa, y se paraba con los pies descalzos sobre las ramas, que tienen espinas Esto es lo que yo
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vi y los catequistas de ese tiempo pueden confirmar lo que estoy diciendo. Eran ya como las once de la noche. Despus ella deca que se le meta un espritu malo; yo miraba los gestos que haca. Empez a dar unos gritos tremendos, que todas las gallinas y los pollos que estaban subidos en los palos junto a la casa, empezaron a revolotear para el suelo Los perros se ponan a ladrar Como que algo hubiera llegado a la casa; todos los que estbamos all nos asustamos volvi a querer saludarnos a todos, pero nadie le hizo caso, entonces se enoj, se puso roja, se le salan los ojos. Luego lleg hacia m, otra vez a saludarme, t eres mi esposo! (su esposo estaba a mi lado y ya me haba dicho que llevaba veinte das haciendo esas cosas); se tir hacia m con rabia, saludndome fuerte En ese momento le dije: Rosa!, por qu has recibido ese espritu malo? Se tir al suelo, se levant otra vez, y de nuevo hizo lo mismo Trat de hacer fuerza, y dije: Si el espritu malo est metido en el cuerpo de Rosa, que salga! Otra vez se tir por el suelo, se estiraba Yo estaba apenado, pero el esposo me dijo, que no tuviera pena, porque ella actuaba bruscamente, con fuerza. Su pelo se descompuso enteramente, le cubra la cara, comenz a escupir y su cabello pareca como ver a un len. Mova su cabeza, y se vino otra vez contra m Yo estaba a punto de salir corriendo por el miedo; pero tuve el valor para gritarle con fuerza: Rosa! En el nombre del Hijo de Dios, deja a Rosa libre, sal de su cuerpo, no lo martirices ms! La mujer se desplom, y se qued por tierra un ratito. Luego me dej en paz, y comenz a bailar como si fuera un payaso, frente a todos. Nosotros estbamos tristes viendo todo lo que estaba sucediendo; volvi hacia m para decirme que yo era un tropiezo para ella, porque t ests apoyado por el viejo de all arriba contigo estoy enojada!, por qu no te vas de aqu? -me gritaba-, yo a todos ustedes los puedo mandar fuera; pero con este hombre no puedo, porque est apoyado por el viejo Todo esto nos llev como tres horas; volv a gritarle recio: Espritu malo que ests en esta mujer, deja libre su cuerpo! Yo estaba ya molesto y cansado. Su esposo se disculpaba conmigo; les dije a l
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y a la mam de la mujer que tuvieran paciencia por todo lo que le suceda a Rosa. Algunos das despus hablamos con el padre Guillermo Woods Despus esta mujer y su esposo se acercaron a la iglesia, se bautiz y luego se casaron; tuvieron un camino mejor, y ya no se enferm ms; ese da 25 de febrero de 1976 fue la ltima vez. Cuando les hablo a mis hermanos, siempre les recuerdo que los cristianos que hemos aceptado ser los lderes de cada comunidad, debemos tener el valor de acompaar a nuestras comunidades y a las personas necesitadas de nuestro apoyo.

PROBLEMAS EN LAS COOPERATIVAS


Ese mismo ao 1976 sufrimos dos problemas muy fuertes en las Cooperativas. Primero: Algunas familias del Segundo Centro se vuelven inconformes y no aceptan las condiciones del reglamento de la Cooperativa. El problema se hizo grande, porque ellos no estn de acuerdo con la distribucin de la tierra La Cooperativa tom la decisin de sacarlos; hubo que cuidar las casas para que no se volvieran a meter La Cooperativa les reconoci el trabajo y les pag la casa que tenan. Segundo: Los de Ixtahuacn llegaron a Ixcn procedentes de Huehuetenango, y empezaron a invadir los terrenos de las Cooperativas; y tenan un ingeniero midiendo Llegamos, les quitamos los aparatos y los fuimos a entregar a la Capital. La gente de esa comunidad se enojaron mucho y comenzaron a descombrar las montaas de las Cooperativas, construyendo sus casa en los lugares ya entregados por la Cooperativa Dos de esas familias fueron despus los primeros cooperativistas de Los ngeles. Se hicieron reuniones con la gente del INTA, y
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el mismo Gobierno les firm el ttulo de los terrenos; por lo mismo, otras personas quieren invadir nuevos terrenos; la Cooperativa pensaba que por ser gente pobre y necesitada hay que hacer algo por ellos; la Cooperativa les entreg terreno a la gente de Ixtahuacn, pero sin pertenecer a las Cooperativas. Las cuatro Cooperativas comenzamos a trabajar para que la Comunidad de Los ngeles se mejorara y pudiera integrarse a la Cooperativa.

EL CONTROL MILITAR
Despus de la muerte del padre Woods, el ejrcito nos dijo que ellos iban a ayudar. Pero en diciembre de ese mismo ao 1976, comienzan a reubicar cada Cooperativa, diciendo que es para la seguridad de la gente Y que los aviones y helicpteros del ejrcito, tambin van a trabajar por el bien de la gente. As lo dijo el coronel Fernando Castillo. Pero as fue cmo comenz el control de todas las Cooperativas. No solo fue un engao, no cumplieron con lo que nos prometieron. Empezaron las dificultades.

MUERTE DE MIS HIJOS: UNA HISTORIA DIFCIL DE ACEPTAR


Marzo de 1977. Con el tiempo nos fuimos acostumbrando a la vida de Ixcn, al clima de la tierra caliente, tan diferente al clima de tierra fra, como eran los pueblos donde mi esposa y yo nacimos. Ahora quiero contar una historia muy difcil de aceptar. En este ao murieron mis dos hijos. Todos tenemos que morir, pero cuando Dios llama a un miembro de tu familia, y ms cuando se trata de un hijo, es muy doloroso. La separacin de un ser querido es muy dolorosa La nia mayor se llama Catalina, tiene 7 aos, y el varn se llama Josu. Se enfermaron los dos de sarampin. Catalina muri el sbado de Ramos. Yo me haba ido a toda prisa a Cuarto Pueblo para buscar la medicina. Cuando regres me encuentro a todos
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llorando; cuando entr en la casa, la nia estaba en la cama, y me dice mi esposa: Ya muri! Sent en mi corazn un dolor tremendo cuando me dijo eso mi esposa. Estaban con nosotros mi hermana y otras personas. Al ver que ya estaba muerta, yo me acerqu a ella y le habl: Catalina, t eres mi hija, cuando estabas viva te acuerdas que te dije que nuestro Padre Dios nos cuida T ya lo ests viendo a hora, frente a frente. Yo todava me quedo en la tierra. En ese momento contempl que ella hizo un movimiento; la sent en la cama, la abrac, quera hablarme y me estaba mirando. La gente estaba asustada, y yo sin hallar qu hacer. Se me vino a la mente algo, y le dije a mi esposa: trigame un poco de agua! Comenc a bendecir el agua y luego le dije: Hija, te doy un poco de agua; con esta agua fuiste bautizada y con esta agua nos llevan al Reino de Dios! Catalina pudo beber un poco de agua y se persign con su mano, hizo exactamente la seal de la cruz, sin equivocarse Tom su manita, la coloqu sobre su pecho, y falleci. Es un recuerdo imborrable en mi vida. A veces les hablo a la gente de lo que me sucedi con mi nia, y algunos no lo creen. Pero para m es importante dar a conocer las maravillas de Dios con uno. A veces uno tiene problemas en la vida como Catequista, me digo: Ya estoy cansado, ya no tengo ganas de seguir! Y uno recuerda lo que ha visto y piensa cmo Dios sigue luchando a nuestro lado, aunque haya sufrimientos, pero seguimos caminando. A Catalina la enterramos el domingo de Ramos; Josu muri el sbado de gloria y lo enterramos el domingo de Resurreccin. No fue fcil aceptar la muerte de nuestros primeros hijos, como ya dije ms arriba; se nos fueron cuando ms los necesitbamos; por ellos es que habamos decidido salir a buscar tierra, para que tambin ellos tuvieran un lugar para vivir. La muerte de un hijo siempre te taladra el alma. Mi esposa llor y sufri mucho Siempre nos ha dolido la prdida de nuestros hijos! Despus Dios nos consol vinieron ms hijos nuevamente; sin
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embargo, el primer embarazo no se logr, naci el nio, pero falleci. Despus naci un varoncito, le pusimos por nombre de Josu Amado, recordando al hermanito anterior fallecido; luego naci Joel. Los siguientes fueron Reina Azucena, Olver, Florinda, Eliezer y David Vicente; estos cinco ltimos los bautiz el padre Ricardo Falla cuando ya estbamos en las CPR. Hoy ya todos han crecido y estn bien gracias a Dios.

UNA MUJER ENFERMA.


Era por el ao 1979. Nos llamaron para visitar a una mujer que llevaba varios das enferma, se llamaba Amparo; su esposo se llamaba Santiago. Vivan en el Centro Santiaguito, de Ixcn. Est como loca por un dolor del cuerpo y haca cosas muy extraas, platica sola se enoja con su marido Nos dijo que le haba dado mucha medicina para ver si se cura, pero no se curaba. Pensaron que haba que llamar a los Catequista, para hacerle una oracin. Me invitaron a m; el esposo me previno que me poda maltratar, que no tuviera pena, porque as ha hecho con otros Catequistas. Tuve que caminar bastante para llegar a la casa de don Santiago. Cuando llegu, tenan a la mujer amarrada a su cama, para que no se golpeara. Al verme, se enojo y le deca a su esposo: por qu trajeron a este hombre a mi casa?, yo no quiero verlo aqu! Su esposo, el suegro y la suegra, me animaban dicindome que no me preocupara de lo que deca, porque nosotros te hemos invitado para que nos hagas una oracin. A m me daba tristeza y sentimiento mirar a los ojos de aquella seora llenos de dolor, pensando: cmo voy hacer la oracin? De repente vino en mi mente la idea de traer agua, y le dije a su esposo que trajera un poco de agua de un nacimiento de agua que tenan; su esposo enseguida me trae una tacita de agua, y agarr a su esposa, de tal manera que no me poda ver a m. Comenc la oracin a mitad de la oracin, empec a bendecir toda la casa, su cama cuando el agua cay sobre ella, se tir en
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su cama. Su marido le acomod un poco la cabecera. Se qued dormida profundamente. Seguimos nuestra oracin y terminamos con un Padrenuestro Despus de todo esto, me sirvieron mi almuerzo, y camin para m casa. Al domingo siguiente, fuimos al pueblo. Encontr a su esposo en un puesto vendiendo tamales, y tambin la seora venda tamales, y les pregunt: cmo es que ella se cur? Y don Santiago, que estaba all vendiendo tamales, me dijo: con la oracin ella se cur. Despus que se despert del sueo, estaba consciente de todo lo que haca. Yo sent cmo la presencia de Dios est con uno. Esta es la misin del Catequista, predicar la Palabra de Dios, asistir a todas las invitaciones que nos hacen los Centros de Cuarto Pueblo. Cuando era por varios das, ya tenamos los conjuntos preparados, y se coordinaban los temas que a cada uno le tocaba impartir. Yo senta que los trabajos que tenamos como campesinos que somos, nos salen bien; yo creo que Dios bendice los trabajos que nosotros hacermos. De un pueblo a otro no haba ninguna carretera, menos para ir a los centros. Caminbamos con botas, pero sentamos la bendicin de Dios; no nos enfermamos, hasta nuestras familias estn contentas con nosotros. Nos llegaron invitaciones de los centros que les dicen Retalhuleu y San Marcos y luego de Talismn, que est cerca de la frontera con Mxico, en cada lugar permanecamos varios das, la gente no nos quera dejar regresar; la gente se senta contenta con nuestro trabajo, que en realidad, no es trabajo, es servir a la Palabra de Dios. Yo creo que Dios nos estaba dando fuerza, porque ya se acercaba la guerra, ya iban a venir los tiempos difciles. En Bullaje nos regalaron mucha miel de abeja, es un lugar con muchos cerros llenos de cuevas, y hay muchas flores El amor de la gente nos da ms valor para seguir adelante y ensear la palabra de Dios; uno siente lo que verdaderamente es
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ser un misionero, porque trabajamos a tiempo completo como Catequistas.

EL TIEMPO DE LA VIOLENCIA
Tal vez por septiembre o en el mes de octubre de 1975 el EGP dio muerte a un finquero dueo de la Finca La Perla, al norte de Nebaj y Chajul, en los lmites con Ixcn, lo conocan como El Tigre del Ixcn La guerrilla pasaba, se saba que andaban, pero todava no se haba detenido por los pueblos de Ixcn, al menos, que nosotros pudiramos verlos como tales, sabamos que haba movimientos. A veces dejaban mantas con mensajes y propaganda; pero despus de este hecho, el ejrcito invadi Ixcn como una tormenta, cuando menos pensbamos, los soldados estaban en la aldea, y la gente con miedo donde ms llegaban era a los pueblos, vigilaban los puestos de las Cooperativas; mostraban la propaganda que segn ellos, era de la guerrilla, y atemorizaban a la gente Empezaron a llamarnos guerrilleros Cuando el Padre Woods llegaba para celebrar la Santa Misa, siempre aparecan unos dos o tres soldados, que se sentaban a la puerta de la iglesia con sus armas, escuchando todo lo que el sacerdote deca en la celebracin. Si nos tocaba a nosotros hacer la celebracin, llegaban a controlar de la misma manera Esto empez a finales de 1975. Un ao despus, el 20 de noviembre de 1976, dan muerte al P. Woods6. Con el control militar, ya no tenamos la libertad para hacer nuestras celebraciones con la confianza para hablar y explicar la Palabra de Dios. Peor cuando nos quitaron al P. Guillermo. Cmo bamos a tener libertad cuando llegaban los soldados a escuchar? Por ejemplo, si nosotros queremos tratar un tema a fondo, hacer un comentario bien concreto de la Palabra de Dios, no lo podamos hacer. Pongamos por caso el pasaje del evangelio de San Lucas donde Jess deca: He trado la Buena Noticia a los pobres. Explicar
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Los horrores de los aos de la violencia estn muy bien descritos en el Informe REMHI de Ixcn, que la misma gente hizo, que lleva por ttulo: TIERRA, GUERRA Y ESPERANZA Memoria del Ixcn (1966 - 1992). Ixcn, Guatemala, abril 2000. Pero en 1992 el padre Ricardo FALLA haba publicado un libro sin precedentes en Guatemala, titulado: LAS MASACRES DE LA SELVA. No se puede entender la realidad de la violencia en Ixcn sin la lectura de este libro.

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bien a la gente este punto con los soldados delante, no era posible. Ese evangelio nos habla de anunciar que es el momento de que los pobres se levanten, y si nosotros explicamos bien este pasaje, los soldados lo van a entender mal, y por eso no podamos explicar todo lo bueno que hay en el Evangelio. Nos recordbamos cmo por los meses de marzo o abril de 1976 la haban quitado el P. Woods las licencias de sus avionetas. Ya no podan volar.

1977. RENOVACIN CARISMTICA


Como se tuvo que ir el P. Carlos Stetter, se desencaden un nuevo problema, con la llegada de la Renovacin carismtica. Un sacerdote Maryknol, lleg desde Huehuetenango con esta nueva religin, era el sacerdote padre Estanislao, entr a caballo, no con la avioneta. Venan desde Barillas o desde San Mateo Ixtatn, Huehuetenango. La gente hablaba de que vena un profeta que curaba a los enfermos y que haca grandes milagros. Hubo un tiempo que se escuchaban muchas cosas En Los ngeles, Tzalbal y otros centros empezaban a surgir los grupos de los renovados, tambin en Pueblo Nuevo. Los Catequistas de Cuarto Pueblo no conocamos nada de ese movimiento, qu hacer? Y como la rebelda es rebelda los Catequistas de Cuarto Pueblo nos organizamos en el Pueblo y dimos aviso a los Centros a cada uno de los Animadores de la Fe. Por su parte, el Animador de la Fe del Pueblo, que era el Centro principal, es el que se coordinaba con la pastoral de la Dicesis de Huehuetenango; el principal era Venancio Prez, pero tambin estaba Francisco Vargas, aunque no era tan decidido, los dos eran Animadores de la Fe en el Centro de Cuarto Pueblo. Hablamos con Venancio para hacer todo lo posible para que la gente no se vendiera rpidamente al llamado Movimiento carismtico que estaba llegando Y el aviso tena que ser urgente para todos los Centros y comunidades. Quedamos que l fuera a comunicarse con el Obispo de la Dicesis, para ver si este movimiento es de la Iglesia o no. Aunque vena unido a la presencia de un sacerdote, no sabamos bien si tena la autorizacin del Obispo, porque nadie nos haba avisado.
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Se trataba de observar, participar sin meternos; para nosotros era indispensable comunicar las cosas al Obispo; si todos los sacerdotes estaban ya en la Renovacin, cmo es que no nos avisaron; cmo es que ahora se equivoc toda la Iglesia si ya todos los sacerdotes son as? Nos reunamos con frecuencia y dialogbamos sobre lo que estaba pasando, y esto era lo que pensbamos los Animadores de la Fe en ese momento, porque las rdenes tenan que venir desde el Obispo, y esa nueva religin no traa la autorizacin del Obispo de Huehuetenango. Formamos como una red de trabajo para comunicarnos y analizar todo eso que viene Pero hubo algo de divisin algunos Catequistas decidieron obedecer sin ms al sacerdote que vena con la Renovacin. Estos no quisieron acatar nuestras disposiciones. Primero dieron un curso en Tzalbal. Nos invitaron al Curso para entrar en la Renovacin, y participamos en l. Lo imparti el padre Estanislao con algunas otras personas, fue en Pueblo Nuevo. Nosotros llegamos a escuchar, nada ms. Estbamos convencidos de que primero tenamos que esperar las rdenes del Obispo, para ver si es de la Iglesia o no. Por eso digo yo que ramos rebeldes. Conseguimos que en todos los grupos de trabajo hubiera algn representante de nuestros Catequistas No s si esto estaba bien, pero fue lo que se nos ocurri en ese momento. El problema es que sentimos que lo que se estaba haciendo vena en contra de la misma Iglesia, cmo poda ser posible..? Despus de la reunin de los grupos nos juntbamos por nuestra cuenta, para ver qu decisin tombamos Analizbamos todo lo que se deca. La verdad es que sentamos mucho dolor por lo que estaba sucediendo. Nunca habamos visto algo parecido. No rechazbamos la propuesta que traa el P. Estanislao, pero estbamos conscientes de que antes de aceptarla tenamos que analizarla bien. Nosotros acordamos mantenernos firmes en la fe que siempre habamos profesado. Pero se dieron cuenta de quin era el dirigente de todo esto Y me llamaron a m; me mandaron llegar frente al sacerdote, el padre Estanislao; me presentaron delante de todos; el P. Estanislao estaba presidiendo la reunin. Y preguntaron: Por qu razn ustedes no dejan que todos los catequistas sean renovados? Era
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una pregunta directa. Entonces present el Catecismo que llevbamos por parte de la Iglesia, la Instruccin religiosa, las guas de la Biblia, con el sello de la Dicesis de Huehuetenango y la carta del Obispo Y yo les dije que el libro de cantos que ellos llevaban tena la firma del P. Estanislao, pero no el sello del Obispo. Que necesitbamos que estos libros estuvieran registrados en la Dicesis, y que tuvieran el sello del Obispo de Hueheutenango, con esto no haba problema para aceptar todo aquello. Todas las cosas que estn autorizadas por el Obispo de la Iglesia Catlica, le dije, son bien recibidas, todas las cosas que no estn autorizadas, tenemos que esperar. El mismo Jess obedeci la ley de Moiss. El orden es uno, y tiene que partir de la jerarqua. Si ustedes traen esta orden, nosotros nos vamos tambin Le record lo que pas en 1963, con los cambios del concilio Vaticano II, que la Iglesia celebraba la Misa en latn, que el pueblo no entenda nada Pero para hacer los cambios que peda la Iglesia, -le dije-, se promovieron cursillos para preparar a la gente, se fue comunicando a toda la gente los cambios con el fin de que todos estuvieran de acuerdo. Y usted quiere entrar con la renovacin pero sin comunicarlo a nadie Y seguimos la discusin. Yo senta una gran preocupacin, por tener que estar peleando con un sacerdote, eso era algo que nunca haba querido hacer en mi vida. Esto no le debi gustar al P. Estanislao ni a la gente que lo segua.

EXCOMULGADO
En las plticas que nos daban, la gente estaba escuchando con atencin. Pero no haba mucha gente de Cuarto Pueblo, yo era el nico guiador y los delegados de los Centros Yo no era el Catequista ms indicado para estar all presente, pero los otros Catequistas tal vez eran ms tmidos, obedecan ms, y no queran buscar problemas Yo no tena la autorizacin del sacerdote como ellos; de tal manera que a mi regreso a Cuarto Pueblo, comuniqu al resto de Animadores de la Fe lo que haba pasado; les habl de lo que nos dijeron en el Curso y tambin les habl de lo que yo pensaba. Y lo que yo pensaba era que haba que hacer una visita al Obispo Vctor Hugo Martnez y llegar tambin con Monseor Juan Gerardi de Quich, para comunicarles lo que pasaba, eran los dos Obispos encargados de ambas Dicesis. Si
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el Obispo de Huehuetenango nos deca que el sacerdote iba con su autorizacin, pues no haba ms que hacer, quieras o no quieras, eres parte de la Iglesia. En ese tiempo yo era el tesorero del Comit para la construccin de la Iglesia de Cuarto Pueblo. Nos sorprenda mucho la religiosidad de la Renovacin, porque era muy exagerada; decan que conocan a Dios, que vean cmo llegaba el Espritu Santo hablando en profecas Una seora deca que viene la Virgen Mara conmigo Que ya no me llamo Ana, soy Mara el Espritu de Dios ha prestado el cuerpo de Ana para que yo sea Mara Haba cosas que no podamos entender. Cuando se iniciaba la Santa Misa empezaban a aplaudir, y luego venan los gritos, la msica, los llantos. Yo era como algo juzgador, cuando muera sabr qu me va a decir Dios, algo me va a decir, creo yo, si estaba en lo correcto o equivocado. Yo analizaba las cosas, y en Pueblo Nuevo lleg un conjunto, y repetan un canto titulado Slo Cristo es nuestro Rey, y en una estrofa deca: En Cuarto Pueblo no han recibido la renovacin, pero s en La Resurreccin, Xalbal, Mayaln todos ellos ya recibieron la renovacin. Tenan un coro que cantaba todas estas canciones, y las repetan en todos los pueblos Decan que en Pueblo Nuevo haba un profeta que vea los pecados de la gente, y miraba a una persona y los iba juzgando de una vez, le adivinaba los pecados, y les daba las penitencias Yo me acordaba que en el Evangelio, Jess no haca as las cosas; cuando se encontr Jess con Mara Magdalena, la perdon, pero ella reconoci sus pecados. Y es que cuando uno comete algn error, tenemos la confesin para cambiar de conducta. Pero haba ms problemas, porque empezaban a discriminar a la gente, si vean que uno no estaba renovado, gritaban: Ah est el demonio! No todos los Catequistas, entraron en la Renovacin Entre nosotros hicimos un Equipo, nos organizamos para ver qu podamos hacer. Pero tambin del otro lado trabajaban Y un da el sacerdote Estanislao lleg a Cuarto Pueblo con un plan bien trazado, era algo estratgico. Cuando lleg lo invit a comer, le desensill el
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caballo Com con l en mi casa. Le dije que todo estaba listo para la Santa Misa; entramos juntos a la iglesia. Comienza la Santa Misa, con la bienvenida y los cantos. Pero l empez a hablar, y dijo: Hermanos, les quiero decir que la Renovacin ya est por toda la dicesis de Huehuetenango, tal vez faltan algunos pueblos pero aqu hay una persona que es catequista, y est contra la Renovacin y, lo siento mucho porque es Catequista, pero quiero informar pblicamente a toda la comunidad, que este Catequista se llama Marcelino. Sent como que me hubieran puesto una piedra encima de m cabeza; y pens: por qu no me avis personalmente, a solas, cuando estbamos almorzando? Sigui hablando: Yo como Prroco quiero comunicar a toda la gente de la comunidad, que l en este momento queda fuera de servicio, no va a ser catequista, no tendr ningn cargo Los libros que tiene van a ser recogidos por los otros Catequistas El pasa a descanso Yo me qued callado, no habl nada Si es as, ni modo. Yo senta que esto poda venir Despus de un rato volvi a decir: Yo le ordeno a Marcelino que pase los libros a los otros Catequistas, y que sepan, que desde este momento queda excomulgado de la Iglesia; lo dijo delante de todos, no a m personalmente. En ese momento, yo le pregunt: Qu quiere decir esto, padre? Que queda excomulgado de la iglesia. Yo no sal de la Misa, me qued sentado. Ya no cant no sent cunto tiempo dur la Misa A la hora de la Comunin empec a llorar no poda ir a comulgar, porque estaba excomulgado Pensaba: qu sabe l de mi corazn, si yo fuera un paraltico, hasta el paraltico tiene derecho a la comunin, si soy pecador, precisamente para eso es la comunin Como a las cinco de la tarde el sacerdote se fue el P. Estanislao. Los Catequistas llegaron y me dijeron: don Marcelino, nos acompaa a la Iglesia Pens que seguro era para que les entregara los libros y todos los materiales Yo tena los libros de Bautismos cuando llegu a la iglesia ya estaban todos reunidos. Aqu traigo todos los libros de los que habl el padre, les dije, y aqu los vengo a dejar con ustedes como dijo hoy el padre en la Misa. Ustedes saben que ya no puedo ser catequista. Tal vez soy un monstruo, y si ustedes van atrs de m y me voy al fuego, todos se van a quemar, ustedes tienen que pensar qu van a hacer. Se levant
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Carlos Batres, que es uno de los Catequistas fundadores Aunque el sacerdote te excomulg, nosotros no te vamos a dejar. Tenemos que hablar con el padre Estanislao, que por qu razones hizo eso. Nosotros no te podemos dejar. No compliquemos las cosas, les dije; el padre es el padre, l tiene el orden y el mando Y yo tengo que obedecer. Ahora, si ustedes me apoyan, les digo que yo maana voy a Huehuetenango, para ir a hablar con el Obispo. Si l me excomulga, salgo de todo. Pero quiero saber por qu razones. Y si antes la iglesia tuvimos fallos, por qu no nos dieron las razones, por qu no hubo un curso para que supiramos los cambios que ahora trae el nuevo sacerdote. Ahora, si nosotros no estamos en lo correcto, entonces es culpa de la Iglesia, y el padre Estanislao tiene razn; pero si la Iglesia no ha dicho nada, entonces es culpa del sacerdote. Una de las dos cosas. Yo tengo que ir a Huehuetenango.

VISITO A LOS OBISPOS DE HUEHUETENANGO Y QUICH


Si t te vas, me dijeron los Catequistas, nosotros te ayudamos con el pasaje de ida a Huehuetenango, el de regreso t te arreglas Haca viajes en avioneta un piloto que haca viajes a Santa Cruz de Quich, en Alas de Esperanza, de Santa Mara Tzej con l me fui, yo slo. Llev los libros. Cuando llegu al Obispado no estaba el Obispo, pero el secretario me dijo que esperara, porque iba a llegar. Sal al parque todo desconsolado, todo triste, como que algo se le muri a uno. Yo no me di cuenta cuando entr en el Obispo, seguro que tena entrada por otro lado, porque yo era nuevo en esto. Y vino el secretario a llamarme. Entr, salude al seor Obispo, y enseguida me pregunt de dnde vena; le dije que vengo de Ixcn de Cuarto Pueblo; pasa, me dijo. Le cont todo lo que haba pasado Yo no lo haba saludado con anterioridad, s saba su nombre Todava tena la tarjeta de Catequista, desde los tiempos de San Martn. Yo estaba trabajando en la Iglesia, pero lleg el padre Estanislao este domingo, y dijo delante de todos que yo estaba excomulgado y que entregara todos los libros de la Iglesia. Que ya no poda comulgar. Por eso vengo contigo, Obispo, qu voy a hacer? Si es orden de la Iglesia, tal
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vez no soy el nico que estoy excomulgado, que son ms los que estamos excomulgados Platiqu con l sobre las clases que daba, que trabajaba de acuerdo con los materiales de los Animadores de la Fe, porque Francisco Vargas nos daba la formacin Despus de hablarle me dijo: Ven conmigo; me llev a su capillita; Ahora no estamos en la Santa Misa, pero aqu est el Santsimo Sacramento; hagamos un ratito de oracin, nos arrodillamos. Luego tom la llave y abri el Sagrario: Marcelino, -dijo- el padre Estanislao te ha excomulgado, pero no fue mi orden, yo soy el Pastor de esta Dicesis, y te digo que comulgues, y sigue trabajando, no te quito de que sigas trabajando; bienvenido a la Iglesia. Comulgu Estuve un ratito all Me hizo una carta para los Catequistas. Les entregu la carta para mis compaeros. El recordar esta historia todava me duele; fue a finales de 1978. Fui a Quich a visitar a Monseor Juan Gerardi. Ped hablar con l y me recibi, y le platiqu todo lo que haba pasado en Ixcn, y que ya haba visitado a Monseor Vctor Hugo Martnez. Qu te dijo, pues el Obispo? Me pregunt Que ya estoy nuevamente en la Iglesia. Pues ahora qudate conmigo, no te vas. Si t dices que me quede, me quedo -le respond-. Vamos a cenar, me dijo. Me sent con l a la mesa, y empezamos a hablar de todo, me haca preguntas El me animaba mucho. Yo no lo conoca a l personalmente Hablamos de la renovacin que tambin haba por otros lados de Quich. Me dijo: T tienes que saber que ests en la Iglesia, as que mantente firme y claro en tu fe; tampoco te tienes que pelear con los de la renovacin. T sigue con tu fe, no ests excomulgado, slo Dios es el que nos va a juzgar, yo no tengo otra cosa que te pueda ofrecer, pero s que cuentes con mi apoyo. De Quich me fui a Chimaltenango, a visitar a unas religiosas que yo conoca; tambin habl con el P. Gonzlez Herrera de San Martn, y me dijo: Si no te has desviado de tu trabajo, sigue adelante; reza al patrono del pueblo, el Obispo San Martn, y lleva el ejemplo de este Santo a la gente donde t trabajas. Visit despus a Monseor Rafael Gonzlez Estrada en La Lagunilla; hice un cursillo all, con el Obispo, estuve unos ocho das; le present mi situacin y le expliqu todo lo que me haba pasado, que tena el apoyo de los Obispos, y l me apoy con otra
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carta. Luego en la Capital pas con el Cardenal Casariego, y me dijo que no estaba de acuerdo con lo que haba pasado en Ixcn. Regres a Ixcn a trabajar nuevamente. Les habl a los compaeros Catequistas, y llevaba la carta. Pero tambin tengo que decir que me dio mucha pena, porque despus que el padre Estanislao lleg a Ixcn y me excomulg a m, ya nunca volvi a regresar; fue su ltima vez No s si el Obispo le dijo que no regresara. Yo siento que tal vez yo lo ofend. Tal vez yo lo ofend primero pienso yo. La Renovacin Carismtica, sigui por su parte, igualmente. En algn momento lleg a Ixcn el padre Antonio, de San Pedro Carch, pero no hizo muchas visitas Llegaron otros sacerdotes, alguno que entreg recursos de Critas. El P. W. Donnelly, MM, tambin lleg desde Huehuetenango, pero slo en plan de visita. Tambin lleg el Licenciado Jos Garca Bauer, para mediar en el conflicto con la renovacin catlica, y ofreci algunos talleres y retiros para lograr la unidad, y los daba en Pueblo Nuevo Despus del ao 1980, ya no hay visitas, sin sacerdotes ni prrocos Ni siquiera nos enteramos de la salida de Monseor Juan Gerardi y los sacerdotes. Supimos que haban matado al Padre Jos Mara Gran, eso s

EL PADRE CARLOS STETTER


Luego lleg otro sacerdote, pero este era alemn, se llamaba Carlos Stetter; tambin era piloto y saba manejar la avioneta. En este momento, es Obispo de una Dicesis en Bolivia. Dimos gracias a Dios, porque los Obispos se haban acordado de nosotros y nos mandaron otro sacerdote que tambin era piloto, lleg con su propia avioneta. Su preocupacin era la unidad de la gente, pero ya estbamos divididos. El padre Stetter pens en la importancia de una emisora de radio, con una frecuencia local; mand construir una casa para la radio en Pueblo Nuevo Estaban levantando la antena para la frecuencia. El ejrcito no debi mirar con buenos ojos este proyecto; el slo hecho de que un sacerdote estuviera en Ixcn en las mismas condiciones que lo haba hecho el padre Guillermo Woods, causaba inquietud en los jefes militares; por las
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mismas razones emprendieron el control y la persecucin contra el padre Carlos. Lo acus de ser subversivo. De modo que cuando lleg un da a Huehuetenango lo secuestraron; lo bueno es que no lo mataron. Fue a mediados de diciembre de 1978. Nuevamente nos quedamos sin sacerdote que prestara el apoyo espiritual y material en las Cooperativas. Donde est ahora Cantabal, Playa Grande, no exista nada; se conoca con el nombre de Polgono 19. Haba slo algunas familias; de hecho me invitaron en alguna ocasin para la celebracin, cerca de donde est hoy la iglesia de la Parroquia, haba una capilla Hicimos un da de camino desde Pueblo Nuevo, para llegar a estar con las familias que all se encontraban; era por el ao 1977. Este fue un ao en el que experimentamos con mayor agresin la presin del ejrcito Cuando empez 1980, yo deca: Padre Dios, por qu has abandonado a este pueblo donde vivimos nosotros? Cuando lleg la represin, en toda la Dicesis de Quich, los sacerdotes tienen que dejar sus parroquias; ya no podemos tener comunicacin con ellos. Los Catequistas fueron perseguidos, secuestrados, desaparecidos Llega el dolor y ya no se pueden tener las celebraciones. Ya no hay Obispo en Quich; a Monseor Juan Gerardi, lo expulsaron del pas. Celebramos la Navidad de 1980 con mucha tristeza, pensando nicamente en lo que nos podra pasar. Hubo Animadores de la fe que buscaron la frontera con Mxico, y pasar del otro lado. Otros decidimos seguir trabajando por la Iglesia.

MASACRES Primera masacre en Cuarto Pueblo


La primera masacre de Cuarto Pueblo, fue el 30 de abril de 1981; en esta masacre perd a mi pap, Catarino Lpez Coj y, a mi hermano, Marcos Lpez Balan; en total murieron 16 personas, miembros de la Cooperativa. Luego sigui la matanza selectiva, un da un Catequista, algn miembro del Comit, que
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escuchbamos que secuestraron a otro Por ejemplo, Ramn Daz Jimnez, encargado del Puesto de salud, se lo llevaron vivo, pero nunca ms apareci. Era promotor de salud de Cuarto Pueblo. Su pobre mujer despus de muchos aos segua pensando que algn da su marido podra regresar vivo. Haba nacido en Huehuetenango. Todo comenz en la maana del 30 de abril, cuando lleg la guerrilla y atac el destacamento de Cuarto Pueblo; hubo un gran enfrentamiento entorno al destacamento de Cuarto Pueblo. Podemos decir que desde ese momento, el accionar de la insurgencia fue un hecho pblico para todos. Hubo muchos soldados muertos, no sabemos cuntos, tal vez unos cien o ms. Al parecer slo un guerrillero muri; esto es lo que sabemos nosotros. Despus el ejrcito reuni a toda la gente, fue directamente a la casa de la Cooperativa, y dio muerte a todas las personas que estaban all, algunos quedaron muertos en el mismo lugar, dentro de la Cooperativa, y otros se los llevaron y nunca se supo de ellos. Ah muri mi hermano Marcos, que era tesorero de la Cooperativa, que lo mataron a culatazos, le destrozaron la cabeza Estaba tambinManuel Francisco, encargado de la secadora de la Cooperativa; mataron tambin a Efran Lpez, un maestro que daba clases a los nios, y traa un nio con l, que tambin se llamaba Marcos, y tambin muri. Los mataron en la escuela, cuando estaba dando la clase7. Yo me encontraba en mi casa, escuchando la gran balacera porque todo nos agarr por sorpresa. Nos habamos metido en un zanjn que haba hecho, por si llegaban los bombardeos El ejrcito la emprendi contra las autoridades, no se meti mucho en las casas. Pero la mayora de la gente se retir a las parcelas, no toda. Despus de la gran balacera, cuando ya se calmo la cosa un poco, sal al corredor de la casa; llegaron los soldados, y yo tena conmigo a uno de mis hijos pequeos, me quitaron al nio, se lo pasaron a mi esposa, y tres soldados me empujaron contra la casa, delante de mi familia, y los tres me pusieron el arma en
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TIERRA, GUERRA Y ESPERANZA Memoria del Ixcn (1966 - 1992). Ixcn, Guatemala, abril 2000, p. 71.

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el pecho para matarme Yo slo pensaba en Dios, mirando a mi lado izquierdo, pensando cundo me van a disparar En eso lleg un teniente, y les dice: Djenlo, revisen la casa! Revisaron y luego me dejaron libre El teniente me pregunt si saba algo de la guerrilla, y yo realmente, no saba nada de por qu haba pasado todo aquello. Solo supimos, porque a las cinco de la maana pas una persona avisando que no saliramos de la casa Y despus fue cuando comenz el combate Mi pap se encontraba en Ixcn por casualidad, haba venido a visitarnos. Lo agarraron ese mismo da como a las seis de la maana, se lo llevaron al destacamento, nos dijeron cmo haban visto que los soldados se lo haban llevado y all lo mataron; muri por asfixia, le amarraron por el cuello con una cuerda; y as falleci, a consecuencia de esa tremenda tortura. Muy posiblemente fue enterrado en la misma fosa que abrieron para enterrar a los soldados que murieron del ejrcito. Despus de estos hechos, tuve que sacar a mi mam, que tambin estaba con nosotros, y la llev para San Martn. Yo me escap de esta masacre casi milagrosamente Me entr una gran tristeza, me qued en la oscuridad, no saba qu poda hacer. Como me haban dicho que a mi pap se lo haban llevado al destacamento, all me present, an pensando que por preguntar por l, algo me podra suceder tambin a m. Pregunt por l, y me dijeron que s, que all estaba. No sospech en ese momento que lo pudieran estar torturando y que despus lo fueran a matar. Como ya saba que estaba all, agarr camino para ver qu haba pasado con mi cuado y a mi sobrino Los soldados me siguieron, y se colocaron delante; luego pas yo delante de los soldados, llegu donde estaba Manuel Antonio, y ya lo vi muerto, me arrodill ante su cuerpo y le hice la cruz sobre su cabeza, y dije: Qu buen hombre! Un soldado me escuch, y me peg una tremenda patada la espalda me ca sobre su cuerpo Cuando llegu a la tienda de mi hermano, los soldados estaban quemando la tienda, pens que a mi sobrino tambin lo habran quemado Yo quera entrar, quera ver si estaban vivos y sacarlos, no pude Luego fuimos a la tienda que yo tena, les abr la puerta, la dej
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abierta para que entraran; se quedaron all y ya nunca ms recuper aquella tienda Se llevaron las cosas y luego la destruyeron. Me condujeron de nuevo al destacamento, pens que me iban a matar. Yo quera ver a mi pap; caminaba yo en medio de los soldados Pens que iba a la muerte Ya haban matado a la Junta de la Cooperativa, a mi pap, a mi hermano Yo quera rezar, pero no era capaz de rezar Slo se me vena a la cabeza: Padre, t sabes lo que puedo hacer. Si voy a vivir, voy a seguir trabajando por la Iglesia, y si voy a morir, slo t lo sabes. Slo estas palabras se me vinieron a la mente. Quera rezar un Padrenuestro, pero no era capaz se me borraba todo en la mente Las oraciones que saba se me borraron Es difcil describir lo que uno siente en tales situaciones. S que Dios nos da las fuerzas, porque si no, no hubiera podido hacer lo que realmente hice. Entrando en el destacamento lleg un seor, Antonio Agustn, lo conoca, porque es mi compadre Estaba muy afligido. Le habl al comandante de los soldados: Ven, le dijo, la bomba cay en mi casa! El comandante sali a toda prisa detrs de l con otros soldados Y yo me qued parado en el destacamento. Nadie se fij en m Quedaron nicamente los vigilantes, el resto de soldados se fueron Pens que era un buen momento para librarme de ellos, como si Dios me hubiera escondido a su vista qu hacer?, esper que se fueran los soldados And! Me dice uno de los vigilantes T pap es aquel gordo, andte! Porque el comandante ya dijo que te furamos a buscar. No esper ms. Entend por estas palabras, que mi pap ya estaba muerto. Buscando correr por los lugares menos visibles, llegu a mi casa, le dije a mi esposa, a mi mam y mi hermano mayor: vmonos! Y con mi mam, los nios Jos Amado, Joel llegamos a la parcela para escondernos. Hable con mi cuado Domingo, qu podemos hacer? Me buscan para matarme, y ya mataron a mi pap y a mi hermano Me dijo: A ti te conocen, y van a venir a buscarte a la parcela. Inmediatamente tom la decisin de escaparme camino de Pueblo Nuevo, donde estn mis paisanos
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sanmartinecos Les cont Uno era Modesto Martn, que me dijo: cmo te vas a liberar, eres Catequista, y todos te conocen, t no te puedes esconder, si te vas a Mayaln, te conocen igual No te podemos esconder! Es menor que salves tu vida antes que te suceda como a tu pap y a tu hermano! Despus siguieron secuestros y muertes selectivas En Tzalbal hubo muchas muertes, recuerdo por ejemplo, la familia de Lucas Paiz, de la renovacin carismtica; no quisieron huir del ejrcito, llegaron los soldados y los mataron. Esto fue ya en 1982.

SALGO CON MI FAMILIA DE IXCN


Pens que tena que salir de Ixcn; record que para el da 3 de mayo estaban los programas de la fiesta de Pueblo Nuevo; era un da que posiblemente iba a llegar mucha gente. Tambin haba anunciado su llegada el coronel Fernando Castillo, piloto de la FAG, que haba sido nombrado coordinador de las Cooperativas por el gobierno militar del Presidente Kjell E. Laugerud. , Tena que inaugurar el Hospital que haban hecho en Pueblo Nuevo Le dije a Modesto: dame posada por lo menos un da o dos, porque ya se acerca el 3, y como viene mucha gente es ms fcil salir en medio de toda la gente Le ped posada para el da uno y dos de mayo Salimos tempranito el tres por la maana, dejamos Pueblo Nuevo y nos dirigimos a Veracruz, en ese momento vimos que llegaba un Pick-up de Playa Grande, le pedimos el favor y nos subimos Llegando al entronque del Polgono 19, vimos que una camioneta iba en la misma direccin, ya cerca del puente del ferri; me dijo el que manejaba el pick-up; por qu no se suben a esa camioneta, va para Guatemala!; aquella camioneta haba ido a dejar trabajadores a una finca del Polgono 19. Detuvo a la camioneta y le dijo al conductor: estos pasajeros van para la Capital ramos cinco personas mayores y los nios Cuando llegamos al destacamento militar, donde est ahora la Base militar de Playa Grande Lleg un soldado, y pregunt: Y esa gente? La traigo
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de la finca, respondi el conductor. Ah, de la finca a bueno, pasen! No nos registraron Cuando estbamos para embarcar en el ferri, miramos hacia atrs, y aquel pick-up que nos haba ayudado un buen tramo, lo desarmaron entero Fue otro milagro de Dios el que nosotros pudiramos pasar. Yo lo sent como un milagro, cmo es que al piloto de la camioneta se le ocurri decir que nosotros venamos de la finca y que bamos para la Capital sin haber hablado una palabra con l? En mi corazn le dije a Dios: siento que tu presencia est con nosotros. Todo esto que estoy escribiendo no es todo lo nos ha tocado sufrir, es difcil dejarlo todo escrito. Para m, en ese momento, lo ms duro de entender, era pensar cmo es que yo estoy libre y otros por la misma causa sufren Me costaba entenderlo. Nos fuimos en direccin a Raxruj, pero en Chisec cruzamos hacia Cobn y luego a la Capital Cuando llegu al Hangar 13 del Aeropuerto La Aurora, quise hablar por radio con el Coronel Castillo, lo conoca por todo el trabajo relacionado con las Cooperativas; l tambin me conoca, no lo encontr Al fin llegamos de nuevo a San Martn, sin mi pap, con toda la tristeza. Me qued all unos cuatro meses

TRABAJO COMO SASTRE EN SAN MARTN


Regresamos a la casa de mi pap; l ya no pudo venir con nosotros. Me puse a trabajar como sastre Pens dejar la parcela de Ixcn Compr una mquina de coser y empec a hacer pantalones a la gente, tena bastante clientela Haba aprendido la sastrera en Ixcn llegaba mucha gente conmigo. Un da lleg a nuestra casa un pariente, que era medio primo de mi mam, le decamos to. Dnde aprendiste a ser sastre, me puedes hacer un pantaln? Le dije que escogiera las telas, haba comprado en la Capital algunas telas y las tena all mismo; le tom las medidas y empec a trabajar el pantaln para mi pariente; l se fue a platicar con mi mam
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Como era mi to, mientras yo trabajaba, l hablaba con mi mam Le cont todo lo que haba pasado en Ixcn, que mataron a mi pap y a mi hermano se les pas el tiempo hablando. Yo le hice el pantaln, lo prob, le qued bien Y me dijo: Llevo tres horas hablando con tu mam y t me hiciste el pantaln, te felicito! Se fue. Al parecer, la informacin que le dio mi mam, la pas a la G2 Pocos das despus, llega un grupo de gente a tomar la casa de mi hermano Edmundo. Esto fue un martes de la primera semana de agosto, como a las cinco de la tarde. Lo agarraron, sin preguntarle quin era lo empezaron a golpear. Era el ms pequeo de mis hermanos, y ya estaba casado. Su esposa escuch los gritos, y entr en la casa diciendo: El es Edmundo, es Edmundo! Le pidieron la cdula y su mujer se la entreg; le pidieron disculpas. Pensaron que era yo Cuando lo golpeaban le gritaban: Qu hiciste en Ixcn, verdad que eres guerrillero? No, -respondi mi hermanoyo son Edmundo soy Edmundo! Cuando se dieron cuenta del error, hasta le ayudaron a curarse, y le dejaron medicinas Slo le dijeron: Si no te mets con la guerrilla, quedas libre. A m me doli mucho esta paliza que le dieron a mi pobre hermano, que no tena nada que ver... Pero no fue todo. Su esposa sali corriendo para avisarme de lo que haba pasado, y me escond en el palizal de pinos, yo solo Me fui lejos de mi casa. Pens que me iban a encontrar Esto me oblig a tomar todas las precauciones, para no dejarme ver. Tres das despus se metieron en mi casa, pero no me encontraron, slo encontraron a mi mam. Luego se metieron por la milpa, y empezaron a pisotear las plantas de frijol y de la milpa Me dio mucha tristeza ver aquello. El domingo, es el da de la Celebracin de la Santa Misa en la iglesia del pueblo; le dije a mi esposa que era mejor que no fuera Qudate en la casa con el nio! Me dijo mi esposa. Ya tenamos a Jos Amado, el segundo No, le contest, no quiero que se quede el nio conmigo. Djame slo Porque pens: no hay cosa ms triste que me maten delante del nio, era mejor que ella se llevara al nio. Se fueron con mi mam a la Misa. As empez
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otra etapa en la que tena que esconderme; en la noche me iba al monte, y en un momento del da, regresaba con cuidado a la casa para comer. Al momento lleg mi sobrino Cornelio, y empezamos a hablar de la paliza que le haban dado a mi hermano Edmundo Y me dice: yo vengo a cuidarte, to! No, le dije. Me mand mi pap, me dijo. Mejor andte al pueblo a ver a tu novia, hoy hay gente en el pueblo, as te diviertes. Yo vine dispuesto a estar contigo, para ver quin te quiere a matar o qu te van a hacer! Se qued conmigo. Me dej caer en la cama, y me vino una gran tristeza, como esperando la muerte. Dios mo, qu voy a hacer, no ca en Cuarto Pueblo, y ahora aqu estoy en peligro, seguro que voy a morir Se me salieron las lgrimas No quera que mi sobrino me viera triste. Empec a pensar: Qu cosas he hecho buenas y cules no, cules son mis culpas se me olvidaban las oraciones Yo slo esperaba la muerte. Le dije a mi sobrino: Yo estoy esperando la muerte y t, Cornelio, ests esperando a ver cmo me muero. Mir, el conejo se muere con el zacate en la boca!, como dice la gente. Vamos a ver cmo est la milpa! Voy a buscar el caballo, para ensillarlo. Me sub al caballo, que pronto agarr el trote, y en pocos minutos haba llegado; mi sobrino se fue corriendo. Por el camino no nos dimos cuenta que unos hombres nos vigilaban; haban puesto una emboscada. Al regresar, prefer que mi sobrino se llevara el caballo; porque luego lo tena que ir a dejar al potrero; le dije que no se preocupara, que me iba por la vereda, que pasara a ver a mi esposa, y que le dijera que bamos a cenar juntos en la casa; me esperas en la casa, le dije. Luego vemos dnde dormimos Se subi Cornelio al caballo y cay en la emboscada Lo bajaron del caballo a culatazos Que yo soy Cornelio..! Gritaba mi sobrino, pero ya tena la cara hinchada de los golpes que le dieron Cuando llegu a la casa, me enter de lo sucedido, y les dije: Por mi causa ustedes estn sufriendo Yo no lloro por el dolor, lloro por Cornelio! Todos en mi familia pensaban lo mismo: Cuando
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encuentren a Marcelino lo van a hacer pedazos! Todos andbamos preocupados, ellos y yo. Tengo la sensacin de que estoy con una deuda al ver a los dems sufrir, porque ellos no estaran sufriendo si no hubiera llegado yo a tierra fra, a San Martn. Cuando uno hablaba de Ixcn en San Martn, haba gente que pensaba que all slo haba guerrilleros Dios mo!, me puse a pensar; quera rezar, pero no se me vea nada a la mente. Dios sabe qu me van a hacer, -pensaba-. Y luego le repeta a Dios: Si t me das vida, yo seguir trabajando en la Iglesia como Catequista, para acompaar a la gente Me puse a pensar: Otros sufren por mi causa, y slo por estar aqu para visitar a mi familia. Slo Dios por m, cuando yo le entregue cuentas en la hora de mi muerte.

DECIDO REGRESAR SOLO A IXCN


Tena que trabajar, no poda andar siempre escondido; as que decid regresar a Ixcn. Dej a mi esposa Mara en San Martn, junto con mis hijos Amado y Joel, porque eran pequeos Tena el sentimiento que regresaba entre la vida y la muerte. Para no afectarlos, quera andar solo. Siento un gran dolor al recordar esta historia de mi vida; me desped de mi esposa y mis hijos; todos quedaban llorando, y yo empec a caminar llorando; sin saber si me iba a quedar por el camino, porque los soldados registraban las camionetas. Cuando a uno le llegan estos momentos difciles, en los que uno cree que se va a morir, siente cmo Dios lo protege, an en medio de los enemigos, Dios siempre va caminando con uno. Me met en la camioneta de San Martn - Guatemala; en el camino los soldados detienen la camioneta; empiezan a registrar a las personas apuntan en una lista. Yo tambin baj, pero no me registraron; estaba esperando qu me iban a decir. Al grupo donde yo estaba, nos ordenaron subir de nuevo a la camioneta, pero al otro grupo no supimos qu hicieron con l, no los dejaron subir a la camioneta. Yo agradec a Dios por mi vida, pero los que
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quedaron, saber qu sufrimientos padecieron Llegu a Cobn, fui al aeropuerto, y pude alcanzar la avioneta que haca el ltimo viaje a Ixcn; eran las avionetas de un seor que se llamaba Antonio, nos conocamos; estas avionetas transportaban cardamomo. La preocupacin que llevaba, me pesaba ms que los costales que cargu. Llegu a Pueblo Nuevo. Apenas me baj de la avioneta, una seora de Todos los Santos, Huehuetenango, que tiene un comedor aparece inmediatamente en la pista, y al verme me pregunta: Acabas de llegar? Mtete en el monte, rpido, porque los soldados estn en mi comedor ahorita, y te estn buscando, siempre que llegan preguntan por Marcelino Esa seora me salv la vida. Yo traa azcar, sal, jabn Le dej todo a la seora Y me dijo: Mtete al monte, no te quedes en Pueblo Nuevo y ya vendr una persona a buscar las cosas. Me adentr en las veredas de la selva, haciendo lo posible para no encontrarme con nadie. Caminaba triste, muy triste. En m corazn no me quedaba ms recurso que pedirle a Dios, porque mi cuerpo ya no tena fuerzas. Llegando a Cuarto Pueblo iba llorando: dnde me voy a quedar? a qu lugar puedo ir que no se entere nadie? Sal de aqu por la situacin de la guerra, porque me iban a matar; me fui a San Martn. Estando en San Martn dejo a dos torturados, que han sufrido por mi causa; llego a Pueblo Nuevo, y me dicen, escndete!, porque te estn buscando, dnde puedo estar? Dej Cuarto Pueblo y fui directo a mi parcela, camin por las veredas, poco a poco. Me haba quedado con un machete nuevo que compr en Cobn, una lima y un hule para bajar pjaros Lo dems se lo entregu a doa Felisa. Llegu al Centro al que perteneca, Champerico, fui directo a la casa de uno de los vecinos, se llamaba Juan, no recuerdo bien si era Juan Hernndez Le habl; se extrao que llegara. Entra, no te quedes en la puerta, me dijo. Si te ven te van a matar. Los soldados pasan por aqu Me dice: Marcelino, todo lo tuyo se acab, no tens nada, todo se lo llev el ejrcito, los animales, las gallinas lo de la tienda! Me dio de comer. La misma gente lloraba al verme como al Job
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de la Biblia, sin nada, sin trastes para cocinar, porque todo se haba terminado Quera pasar por el pueblo para ver a mi hermana y a mi cuado, pero pens que si llegaba con l, podan matarlo a l por mi causa; estaba casado con mi hermana Teresa. Por su seguridad, no me fui con ellos. Decid quedarme bajo los rboles en la montaa. Record lo del Evangelio: las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dnde reclinar la cabeza. Juan, que era el lder de la comunidad, fue a avisar a la gente; se reunieron Y cuando vi que llegaba el Catequista Venancio Prez, me abrac a l y comenc a llorar Me pregunt si me iba a quedar, y tambin me pregunt cmo estaba la familia Les dije que se haban quedado en San Martn. Me ratific: aqu ya no tienes nada Acabaron con todo lo tuyo Me recibieron con cario, estaban tristes por todo lo que me haba pasado. Vamos a ayudarte a hacer la casa en tu parcela, en un lugar donde te sientas seguro! Ellos trabajaron conmigo. Llegaron bastantes vecinos, yo los miraba chapear en la parcela, enmontaados, bajo los rboles; pero sobre todo miraba y agradeca el cario de la gente. Se preocupaban por m como que fuera alguien de su familia. Me entregaron una hamaca para que hiciera el intento de descansar. Al da siguiente llegaron de nuevo y poco a poco terminamos la casita. Venancio Prez, de acuerdo con Juan, compraron un molino de mano, me dejaron una olla, una jarrita con el molino poda moler maz, me dejaron un comal Me qued solito en la casa Los jvenes se organizaron por turnos, y cada noche llegaba uno o dos, empezaban a platicar conmigo, a veces me traan la comida que les haba dado su mam para que me la entregaran, les decan: Llvele esta tortillita a Marcelino En ese momento senta que ya estaba entregado a la muerte. Pero logr sobrevivir a la soledad, la tristeza y el pesar de estar lejos de mi familia. Tambin tena mucho tiempo para rezar, me diriga a Dios para pedirle por todos; poda estudiar, me dieron un Nuevo Testamento para leer; me iba a trabajar el cardamomo Pasaron unos veinte das, el cardamomo estaba bien cargado, en
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ese tiempo lo pagaban a buen precio La gente me ayud a hacer la cosecha Lo fueron a vender y me trajeron dinero Compraron caf, comida Y todo esto lo hacan en silencio, trabajando, limpiando, pero siempre pensando y vigilando para ver si el ejrcito no se asoma para buscarme; pero la gente del Centro se portaron conmigo de manera fraternal Yo creo que el ejrcito nunca se dio cuenta de estas cosas. Pregunt si saban de alguien que vendiera una bestia (Despus me enter que el ejrcito haba vendido o regalado mis bestias y animales por Los ngeles). Es triste saber que los animales de uno se los llevaron a otro lado Haba seis vacas, una mula y un caballo De todos modos, compr un caballo grande, blanco, al que se le podan cargar dos quintales. La gente lo llevaba con quintal y medio. Con esto consegua mover poco a poco el dinero. La gente me ayud mucho.

CARTA PARA MI ESPOSA


Un paisano sanmartineco se enter de que estaba en la parcela, viene a visitarme Me dijo que quera ir a San Martn, yo le dije que si se iba a San Martn, le daba medio pasaje para que me llevara una carta para mi familia. Se fue, y llev mi carta para Mara, mi esposa. Le deca que estaba en la parcela, que toda la gente me ayud, que haba conseguido una vaquita con su cra, tambin un caballo... La comunidad me hizo una casa bajo los rboles Estoy slo... Cuando le lleg la carta a mi esposa decide venirse; se vino en camioneta hasta Cobn En carro de Cobn a San Lucas, cerca de Pueblo Nuevo, y despus caminando hasta la parcela. Eran como las once de la maana; ese da haba estado trabajando en la parcela, y regresaba a almorzar, y cuando siento algo de ruido, observo y miro que llegaban mis dos hijitos, nos abrazamos con una alegra tremenda, al ver llegar a mi esposa, a mis hijos me llen de claridad Bueno, le dije a mi esposa: Aqu nos tendremos que morir los dos. Fue el da 20 de septiembre de 1981, yo haba dejado San Martn casi dos meses antes.
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Al recordar estos hechos, podemos decir que la vida es como un rosario de sufrimientos, pero si uno es fiel a la esposa, y si la esposa te es fiel, puede haber sufrimientos, pero cuando uno est con la familia encuentras la alegra de vivir. Lleg el 26 de noviembre de ese mismo ao 1981; los militares ya haban conseguido colocar en cada comunidad a un comisionado militar para vigilar ms de cerca a la poblacin y tener la seguridad de que la estaban controlando; se juntaron los comisionados del pueblo, porque se enteraron que yo ya estaba de nuevo en Cuarto Pueblo, y me escribieron una carta para que me presentara con el jefe de comisionados; la carta era del da 14 de noviembre. Uno de mis paisanos, que se relacionan con esta gente, me entreg la carta, donde se especificaba que me presentara con el jefe de comisionados en fecha y hora all indicada, con un tal Santos Luis Velsquez. Era un seor de San Marcos. No le poda decir nada de esto a mi esposa, para que no estuviera preocupada, para que no empiece a llorar y se preocupen los nios entonces le dije simplemente, que iba a hacer una celebracin y despus regreso. Ella quiso venir conmigo, pero le aconsej que mejor se quedara con los nios. Yo s saba a dnde iba a ir; sal un da por la maanita, por el camino iba rezando, me encomend a Dios, y record lo que dijo Jess: yo estar con ustedes todos los das hasta el fin del mundo. Me present en la casa del comisionado, su seora saba que iba a llegar, haban matado una gallina y me invitaron a comer. Yo les dije que cul era el mandado conmigo. Estaban otros comisionados. Empezaron a decirme que era necesario que los acompaara al destacamento de Cuarto Pueblo, para que la autoridad te vea y quedes libre, para que puedas venir al pueblo a la vista de los militares, tienes que aclarar que has estado escondido Yo les pregunt, si ellos eran capaces de defenderme o no eran capaces. Lo que va a pasar es que a m me quieren dejar en el destacamento, y luego ustedes se regresan. As les habl yo Nosotros te podemos sacar, respondan Y de todos modos ya ests en nuestras manos y tienes que cumplir las rdenes Y yo pensando en mis adentros, y para esto me dan de comer, y matan un pollo? Me arrepent
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de haber venido. Slo terminamos de comer y nos vamos al destacamento, me dijeron. Ya no sent ganas de comer, no quise probar la comida, slo tom un poco de fresco Se me fue el hambre Terminaron ellos de comer y nos fuimos Estbamos caminando, cuando vimos que llegaban aviones Arawak y un helicptero empezaron a dar vueltas, aterrizaron en la pista de Cuarto Pueblo, no saba qu objetivo tendran. Estaba tan afligido que me puse a rezar dentro de mi corazn; ya poda rezar un poco: le peda a Dios y, le deca que hoy s haba llegado la hora, qu puedo hacer, Dios mo? Pero tendr que pasar este da Qu puede hacer ahora mi pobre familia! Llegamos al destacamento, y nos encontramos con el teniente que estaba intranquilo, como preparando viaje Y el jefe de los comisionados le dijo que llegaban para ver qu haba pasado, a preguntar por qu estaban sobrevolando tantos aviones y helicpteros Y en eso se me ocurri decirle al teniente: Usted necesita que yo le apoye en algo Y me dijo, hay que llevar esta mochila a la pista. Yo agarr la mochila al hombro, y camin detrs de ellos y, dej la mochila en la pista como me haba ordenado, era una mochila militar Y el teniente nos dijo, que ya que habamos llegado los comisionados militares, nos encargaba cuidar las mesas y todas las cosas que haba en el destacamento; yo le dije: No tenga pena, teniente, de esto yo me encargo, y ya veremos qu hacemos con las cosas! En eso el teniente me dijo que ya se iba y se despidi. Al parecer, era el ltimo viaje del helicptero En ese momento se fue Alcanc a ver que subi al helicptero la mochila que le haba dejado en la pista. Y yo me qued all solito, no haba ya ningn militar; yo cre que se haban olvidado de la cita. Entonces les dije a los comisionados militares, y ahora qu? Pues ya estuvo, -me dijeron- porque ya se fue el ejrcito... No lo pens ms. Dios haba estado en mi camino. Regres lo antes posible a mi parcela, pensando en aquel pasaje del evangelio donde dice Jess: Dnde estn los que te condenan? Pues ya no haba nadie! Se fueron, y yo qued libre. Y pensaba, cmo es el poder de Dios! Le agradec a dios por la vida, porque ya puedo caminar nuevamente con libertad Me
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record de las palabras de Jess, donde le dice a la mujer pecadora: Dnde estn los que te haban condenado? No hay nadie, Seor. Cmo es Dios con uno; yo llegu a ver qu queran, y los enemigos se fueron del lugar! Recuerdo que medit que cuando Dios lo tiene en vida a uno, puede pasar por muchas pruebas, y es como reforzar la fe para confirmar que Dios no nos abandona, y afianzar los pasos que llevamos en nuestra propia historia. Mucha gente ha pasado por esos mismos sufrimientos, pero no han tenido la oportunidad de escribirlos; al volver sobre nuestros pasos podemos ver cmo est marcada la vida de uno. Me imagino que la vida de los santos fue tambin un camino de sufrimientos, pero ellos cumplieron con la misin que Dios haba marcado para sus vidas. Me dirig hacia Pueblo Nuevo y llegu a mi casa en la parcela Iba contento, chiflando y cantando. Cuando salud a mi esposa, le dije: ya estamos libres, se fue el ejrcito! Y fjate que all vi en el destacamento que tenan nuestras cosas, la mesa que yo tena de sastre, con las reglas Por qu no lo sacaste? Me pregunt Porque me poda controlar los comisionados Eso ya se perdi, le contest. Sent que desde ese momento ya poda de nuevo aparecer pblicamente, y caminar con gran alegra donde me necesitara la gente. Esto fue en noviembre de 1981. La comunidad me pidi que de nuevo volviera a presidir las Celebraciones en la iglesia; les dije que mejor me invitaran a los centros. Cuarto Pueblo tena 14 Centros: La Democracia, Tacan, Champerico, Villa Nueva, Argentina, San Luis, B6, Centro Maravilla, B8, Santiaguito, Beln si llegaba a cada centro, podra encontrar ms libertad. Me conoca los caminos y senderos de cada centro; estaban los Catequistas que tambin hacan la celebracin; yo celebraba normalmente. en mi centro de Champerico. Ese ao 1981 no celebramos la Navidad en la iglesia, porque hay muchos rumores de que el ejrcito quiere meterse a las Cooperativas
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para matar y si nos encuentran juntos o en las celebraciones terminan con nosotros. Los que s se juntaron fueron los carismticos para hacer sus oraciones en las casas.

MASACRE DEL 14 DE MARZO DE 1982 EN CUARTO PUEBLO


Lleg el 14 de marzo de 1982. Era un domingo; fui al pueblo, porque era da de mercado. Llevaba mi caballo porque iba con la intencin de comprar algunas cosas para la casa. Cuando estaba en el Pueblo, lleg un helicptero color blanco y azul a inspeccionar el mercado a eso de las ocho de la maana. Cuando nos dimos cuenta, el ejrcito ya casi tena acorralado todo el pueblo; eran como las diez de la maana. Inmediatamente empez el bombardeo del pueblo. La gente empez a gritar, las casas se llenaron, y yo me met en una tienda con mi compadre Antonio Agustn, pero haba tanta gente, que mejor sal Se escuchaba que el ejrcito bombardeaba el mercado. El comisionado militar encargado, el seor Santos Luis Prez, que era Catequista, pero tambin comisionado, fue el que dijo a la gente que se metieran en las casas: Tratar de ver si puedo hablar con el ejrcito Lo mataron tambin; fue un catequista que trabaj por la gente Mi caballo saltaba y relinchaba Me mont en el caballo y salgo al galope, a toda velocidad Pero con tan mala suerte que me fui a topar con el ejrcito, que vena por la punta de la pista,, por donde pensaba salir yo; mi caballo pas muy cerca de ellos. Nos dispararon, ca con el caballo. Vi que haba sangre en mi ropa, pens que me haban pegado El caballo ya no se levanto, le pegaron de frente, en el pecho, pero yo segu corriendo. Mi pobre caballo all se qued. Miraba que la gente corra por todos los lados sin rumbo buscando dnde esconderse, algunos cayeron heridos, que gritaban, lloraban, otros quedaron muertos; pude ver a varias personas que geman entre la vida y la muerte. Se vino sobre nosotros como una lluvia de balas, las hojas de los rboles caan Fue terrible, hasta que consegu salirme de todo aquello corriendo, y a veces saltando sobre personas ya fallecidas. Me encontr con el presidente de la Cooperativa, Rafael, y otro de la Cooperativa, que queran llegar al pueblo; les cont que el ejrcito haba acabado
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con todo De todos modos siguieron, slo a encontrarse con la muerte. Sal del pueblo, y como a unos dos kilmetros me met en un ro, para ver dnde era que me haban pegado pero no, no haba heridas; lav la sangre que haba en mi pantaln, era la sangre del caballo Me met en la montaa, no me fui por el camino. Esta masacre acab con nuestro pueblo, y puedo decir que soy un testimonio vivo, porque increblemente me pude librar de esa matanza. All me entregu a Dios; le dije: Seor, t me salvaste de la muerte, yo me comprometo mientras est vivo a trabajar con la gente como Catequista; en tu nombre. Era la cuarta vez que me liberaba de la muerte. Leyendo mi propia historia hasta este momento, quiero recordar las veces que me he librado de la muerte, o mejor, que Dios me ha librado de la muerte: 1. En el terremoto del 6 de febrero de 1976. 2. El 30 de abril de 198, en Cuarto Pueblo, primera masacre del ejrcito. 3. En agosto de 1981 en San Martn, de no caer en manos de la seguridad, de la G2. 4. El 14 de marzo de 1982, en la segunda masacre de Cuarto Pueblo.

VCTIMAS DE LA MASACRE DE CUARTO PUEBLO


Cuntos fueron los muertos? En un primer momento calculamos que ms de 375 personas murieron en esa masacre. Un domingo que nunca podremos olvidar. Como los soldados haban abandonado el destacamento, no podemos dar otra explicacin a la actitud del ejrcito que la de querer acabar con la poblacin
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de Cuarto Pueblo. Hay personas que hablaban de que la guerrilla llegaba a hablar con la gente que manejaba la secadora de cardamomo. Algunas personas que tenamos familiares en el pueblo nos arriesgamos a caminar el lunes de regreso a Cuarto Pueblo, queramos saber qu haba pasado. Venamos con mucho cuidado, gateando y arrastrndonos por el suelo Desde lejos, pudimos ver a los soldados que seguan encerrando gente en la casa del Juzgado, porque en Cuarto Pueblo tambin haba Juzgado. Vinos en otro lado que el ejrcito andaba trayendo y llevando a varias mujeres, cerca de la casa de la cooperativa que se estaba quemando, y luego por donde otra casa que serva de prisin. No podamos ver bien qu hacan con ellas realmente, si las estaban violando o torturando, all las dejaron muertas Ese da no vimos ms, era el 15 de abril, lunes; seguir adelante era arriesgarse mucho. Regresamos el martes de nuevo todo segua lo mismo El da 18, vimos a muchos soldados y a otras personas acarrear los cuerpos de las personas muertas, y los iban amontonando junto a la escuela, algunos los llevaban en carretas; ser que estn todos muertos? Habr algunos vivos? Nos preguntbamos. Despus que estaba la gente amontonada, empezaron a arrancar el cerco de madera de la casa de la secadora y fueron colocando la madera encima de los muertos Rociaron todo con gasolina, es posible que hayan encontrado la gasolina que haba en los tambos en la casa de la secadora del cardamomo Nosotros mirando, qu van a hacer con la gente, Dios mo? Era un poco despus del medio da, como a la una o dos de la tarde, slo vimos que todo aquello empez a arder. El cielo se volvi oscuro, y llegaba el olor de la carne quemada de la gente. Estbamos seguros de que debajo de toda aquella madera haba gente todava viva, se notaba por la forma en que los haban llevado. Estas pobres personas s que son santos, -me dije-, cmo es posible que los estn quemando as? Nosotros no podamos aguantar las lgrimas por toda aquella gente. Cmo es que el ejrcito mata a tanta gente si no deben nada a nadie, son gente humilde, ancianos y ancianas, nios y nias, que estaban tranquilos en el mercado Slo los capturan, les ponen el nombre de guerrilla y los matar! Son unos demonios!, les deca yo, no piensan que a los que estn matando son sus mismos hermanos!
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Cuando escuchamos que el 23 de marzo haba habido golpe de Estado en Guatemala Nos atrevimos a entrar en Cuarto Pueblo. Puedo decir con dolor que me toc ver todo esto, no me lo contaron, lo vi con mis propios ojos. Ese da nos dimos cuenta que ya no haba personas vivas en el pueblo. Tampoco hay soldados, ya pudimos entrar con algo de ms confianza, siempre con todo el cuidado. El ejrcito comenz a matar a los nios ese mismo da, y se puede decir, porque revisamos al otro lado del bordo, la casita de la Clnica, ya quemada, y nos encontramos con los huesitos quemados de los nios. Pasamos por donde estaba la capilla evanglica; estos hermanos estaban orando en su iglesia cuando empez el bombardeo y lleg el ejrcito a quemarlos dentro de la iglesia; all perecieron todos. Al ver aquello sent que la fe se me fue Quemaron la capilla y dentro se podan mirar los cadveres ennegrecidos, los huesitos de la gente Era una capilla de lmina y todo lo dems de madera, no quedaba nada de la construccin, todo lo haban reducido a cenizas. Dios mo, cmo es que dejaste a estas personas que murieran, si no te estn ofendiendo, estaban orando, y murieron estas pobres gentes Cmo Dios permiti la muerte de tantas personas? Pens mal de mi Creador Me acord, de que tambin a su Hijo lo dej morir en una Cruz, como que me consolaba acordarme de que tambin a Jess lo haban matado. Pobre tanta gente que encontr la muerte! Yo comenc a llorar viendo aquellos huesos blancos como la nieve: Qu deben estos hermanos, si estaban haciendo oracin? Me dije: Terminaron con todos los evanglicos. Y yo senta la necesidad de que si quedaba vivo, algn da iba a denunciar esto por todo el mundo, el ejrcito acab con la gente de Cuarto Pueblo. Me fij que a una hermana con la cabeza quemada, le quedaba su orejita, de la que colgaba un arete, entonces me dije: Pobre, esto es lo que hace el ejrcito, esta es la democracia de la que nos hablaban. Encontramos cerdos y perros rebuscando entre los huesos. Seguimos despus para ver qu haba pasado en el mercado, y cerca de la escuela comprobamos que haban cavado una fosa muy grande, tal vez de unos diez metros de largo, por unos dos metros de ancho; comprobamos que all amontonaron a toda la gente que haban matado y los que haban quemado junto a la
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escuela. Haba un olor insoportable. Los cuerpos no los enterraron bien, se notaban los huesos de la gente. Cortamos un palo largo y lo pusimos como seal, sin pensar que algn da, aos despus los bamos a exhumar Los que se pudieron salvar se escondieron en la montaa; pudimos visitar algunas persona o familias, estaban aterrorizados, rezando, pidindole a Dios; yo hice un recorrido por los centros de Champerico, Tacan, La Democracia (Centros de Cuarto Pueblo); encontramos la gente escondida, unos por aqu, otros por otro lado Los convencimos que as no podamos hacer nada, que tenamos que juntarnos ms personas, cinco o seis familias; era mejor estar reunidos por grupos pequeos. El ejrcito empez a rastrear toda la zona, y donde encontraba casas quemaba y lo mismo haca con los cultivos Pensamos que quedando dispersos era la mejor manera para caer en manos del ejrcito. Empezamos a hacer comunidades de centros Fuimos organizando poco a poco a la gente que qued escondida bajo la montaa. Sent que haba llegado el momento de ayudar a la gente como Catequista, ya no tenemos sacerdote, ya no tenemos nadie de la Iglesia con quien hablar, pero tenemos que hacer algo. Dej a mi familia cerca de una quebrada, para que si lloran los nios, no se escuche. Y empiezo a buscar a la gente. Me encuentro con gente rezando debajo de los rboles, otros lloran entre el cardamomo, otros tristes porque no encuentran a sus familiares. Y les deca: Hay que esperar en Dios, l sabe lo que nos hace falta y va a proteger nuestra vida. Y los pobres hurfanos slo llorando por sus paps y por sus mams; recogimos varios nios pequeitos, y encargamos a ciertas personas para cuidarlos, pero muchos murieron Yo empec a sentir en ese momento que para m el camino de la Iglesia es estar con los que sufren.

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EL REFUGIO Y LAS CPR


Aqu empieza la gran Pastoral con las Comunidades de Poblacin en Resistencia, porque toda la gente decidi esconderse en la montaa. El nombre como tal, se empez a utilizar a finales de 1983. En un primer momento, la gente lleg a sus propias parcelas, yo las visitaba, quera saber quines haban quedado vivos, o heridos No les llevaba nada, solo el consuelo. En la segunda gira fui tomando los nombres de las personas que estaban en las comunidades, pero esto ya fue como en diciembre de 1982. Cuarto Pueblo despus de la masacre qued sin nada. La gente deca que el ejrcito se haba marchado a Los ngeles Cuando les cont todo lo que habamos visto en el pueblo, la gente del centro al que yo perteneca, se solt en lgrimas, la gente lloraba Porque algunas mujeres se enteraron que sus esposos o paps estaran entre los muertos, all los agarr la masacre Fue un gran dolor para muchas mujeres que quedaron viudas, nios hurfanos, personas desamparadas. Buscbamos la forma de consolarlos, tenemos que cuidarnos nosotros, les deca Se nos moran los hurfanos... Algunos resistieron, por ejemplo Julia, de Cuarto Pueblo, qued solita, toda su familia muri en la masacre de Cuarto Pueblo. Aqu comenz la otra etapa de la vida de la iglesia, el tiempo de solidaridad con la gente al ver el sufrimiento de la gente. Antes yo era muy espiritualista, algo as como son los carismticos; pero al ver la realidad de la gente, cambi completamente mi forma de ver: Era a Dios, a Jess al que vea sufriendo en toda aquella gente. Qu puedo hacer?

HACEMOS GESTIONES EN EL REFUGIO


El 22 23 de octubre decid viajar a Mxico, para visitar al seor a don Antonio Snchez, en Puerto Rico. Tena una pequea finca; le ped si no poda acoger unas cien familias en su finca, y por
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supuesto, que s, me dijo. Fui a pedir posada. Fuimos en cayuco por un ro, y me mostr el lugar donde podamos estar; a m me pareci bien el lugar. Me regres al Centro, coordin con el Centro San Luis, guardamos unos 28 quintales de maz, hicimos una coordinacin con los Centros, y les dije que don Antonio Snchez nos reciba. Pero result otra cosa Como el aviso lleg, la gente de Mayaln, de Santa Mara Dolores, y los de San Juan Ixcn empezaron a salir; fue el 26 de octubre. Llegaron primero a la Finca, y mi gente, se tuvo que quedar As qued la gente resistiendo bajo la montaa. Y as empezaron los aos de la Resistencia, que luego llamamos las CPR, que se formaron como en octubre de 1983. Estos eran los meses del gobierno de Ros Montt, cuando se masacraron a tantas personas Aqu empieza la vida y la historia de la Iglesia en las CPR. En un primer momento pensamos en salir para el refugio, pero como no pudimos salir, y yo era el Catequista, me preguntaba en mi corazn, qu camino voy a agarrar? Comprob que entre la gente que se fue a Puerto Rico ya haba catequistas, y Animadores de la Fe; entonces me comuniqu con otro Animador de la Fe para decirle que me iba a quedar con la gente; si vemos que podemos salir, salimos todos, yo me quedar hasta que salga el ltimo. Del lado de Mxico habl con un sacerdote que ya estaba con la gente del refugio; l no me conoce, y yo tampoco lo conozco a l Quedamos en hablar por la noche. Buscamos un rbol donde platicar, y me cuestionaba el por qu yo no me quedaba con los refugiados. Y le dije que yo como Catequista, haba decidido quedarme en la montaa con la gente, si ellos se mueren, yo morir con ellos; y si logramos vivir, viviremos juntos. Le cont al sacerdote que haba visitado a la gente escondida debajo de la montaa, slo esperando la muerte Me pregunta: Tal vez sos guerrillero Mejor es que aclares la situacin para no tener problema. Y le dije: Soy Catequista, yo no le puedo decir mentira. A los ocho das me citaron con otro sacerdote, porque eran dos los que all trabajaban. Me comunicaron que haban aceptado mi peticin de ayuda y que me iban a dar diez mil pesos
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para que comprara recursos para la gente. Les dije: No quiero dinero, yo quiero los recursos. Aceptaron que me iban a entregar ms recursos. As logramos entregar los primeros recursos a las comunidades de la montaa. Pero la gente que no pudo salir y se qued en la selva nos enteramos que en el refugio haba muchos problemas, que empez el hambre entre la gente refugiada, porque si bien lleg ayuda, no fue suficiente. Nosotros tenamos todava maz; el ejrcito no consigui destruir o quemar todo lo que tenamos. En ese momento decidimos quedarnos, aunque fuera con un poco de maz, pero podamos comer. Hicimos una reunin para tratar todos los problemas; la gente empez a opinar que nos tenamos que quedar, porque si esta era nuestra tierra no tenamos por qu salir. En diciembre de 1982 entr a visitarnos un sacerdote. Celebramos en medio de la montaa la Navidad, celebr la Santa Misa y hubo bautismos. Yo sent que habamos logrado un gran objetivo, pensando en el camino de Moiss para salir de Egipto, es posible hacer las cosas, si el pueblo est unido. Record a la gente cmo Moiss se encontr con aquella zarza ardiendo, y no se consuma (Exodo 3, 1-6). Despus de una alegra comienza una tristeza por no conocer qu es una guerra. Terminada la celebracin del padre, lo fuimos a dejar en la frontera de Mxico. Cuando regreso a la comunidad, hay una cita que dice que me tengo que presentar con la guerrilla, ya que la comandancia me esperan para hablar conmigo; y le dije al que llev el correo, que en ese momento no puedo, pero que otro da s podr ir. Me mandaron razn que ellos iban a llegar. Cuando llegaron me llev un gran susto Inesperadamente, se present la guerrilla; y me hablaron de la venida del sacerdote, si tena el permiso de la guerrilla. Yo me asust y les dije: Ustedes saben que yo soy un Catequista, y ustedes pidieron permiso a la Iglesia para organizar a toda la gente catlica? Este fue el error grande que comet delante de ellos. Se enojaron conmigo. Mejor se desaparece, y se va a otra comunidad; pens que me iban a matar. Y me dije: los soldados no me mataron y
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ahora la guerrilla me va a matar. Pero antes de que me maten, pens que sera bueno platicar. Me sent con ellos y les dije: Yo como catequista estoy con la gente, estoy animado su lucha y ayudndoles para que no olviden a Dios; si ustedes estn luchando por los pobres, por qu no me dejan trabajar, qu mal estoy haciendo yo en estos momentos? Ya les traje los primeros recursos para las comunidades. La organizacin se dio cuenta que los recursos entran a travs de la Iglesia; y les pregunt: y ustedes qu estn dando a la gente?, bien les dan tareas, pero no les dan nada a la gente pobre. Les hice ver lo que estaba pasando y me puse a llorar, por lo que estoy haciendo. Pens: estos no me van a matar delante de la gente, pero s me van a matar por el camino, as que voy a ir a avisar a la gente Me levanto, para marcharme Dnde va? Me preguntaron. Voy a avisar a la gente que ustedes me van a matar A unos cuatrocientos metros, me salen otros guerrilleros en el camino, y me dicen que regrese, que era una orden del mando. Por un lado pienso que todo lo que sucedi en ese momento tuvo un lado positivo, fue un buen entrenamiento. Entendieron cul era mi trabajo de Catequista. Conoc cules eran sus disposiciones, las rdenes que daban; y que nos debamos respetar. Tomamos un acuerdo: Cuando un sacerdote entre, hay que darlo a conocer al cuadro de la organizacin y al DR. Y si de parte de la organizacin iba a entrar un sacerdote, tambin me avisaran a m, para que no haya problema. As terminamos la reunin, y termin el ao 1982.

GESTIONES EN LAS CPR


Quiero aadir algo ms del triste ao 1983. Un ao en el que vimos cmo todo se terminaba y se iniciaban los ataques contra la poblacin civil, que no tenan otro objetivo que la tierra arrasada. El ejrcito comienza la guerra, con aviones y helicpteros, y con los soldados, que se meten en las comunidades, cortan las siembras, como la milpa, los frutales; matan o se llevan los animales, terminan de quemar las casas, si dentro de la casa encuentran maz, lo
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queman. No respetan a nadie; a las personas que encuentran, las matan. Cremos que haba llegado el momento que iban a acabar con nosotros. Nosotros vivimos directamente debajo de los grandes rboles, en medio de la selva, no tenemos casas, slo un nylon, para cubrirnos. En este ao llegaron a visitarnos algunas personas, entr un sacerdote y un seminarista o estudiante; era una visita coordinada, pero nos pareca increble que en aquella situacin recibiramos una visita. Era el padre Ricardo Falla. Este sacerdote jesuita empez a hacer pblicos los testimonios de la gente que viva debajo de la montaa, y de los hermanos que ya estaban refugiados en Mxico. As fue como pudo publicar el libro: Las Masacres de la Selva8. En mayo de ese mismo ao me enferm gravemente, y me tuvieron que sacar para llevarme al hospital de Comitn, en Mxico. Me qued un tiempo con los refugiados hasta que termin el tratamiento. Cuando sent que ya estaba curado, comienzo a sembrar hortalizas para mandar apoyo a las familias que se haban quedado bajo la montaa. Empezamos a atender a las enfermas tambin. Sucede que un da la esposa del representante de los refugiados en Mxico viene conmigo, porque est casada con l, pero su esposo tiene otra querida, y tuvieron un serio problema, porque vivan juntas en la misma casa; y lleg conmigo para ver qu consejo le daba, porque no saba qu poda hacer. Yo le dije: Haga su casa aparte, para no vivir juntas; y as lo hicieron. Cuando el esposo se enter que yo le haba dado este consejo, se fue con los representantes de la migracin para presentar su queja, para que me sacaran del lugar donde me encontraba en ese momento refugiado. Cierto da recib una citacin del representante de migracin, para que me presentara en su oficina con urgencia. Me present a la hora indicada. Me empez a hablar de que por rdenes superiores yo tena que salir del refugio donde estaba y
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FALLA, P. Ricardo, SJ, MASACRES DE LA SELVA. Ixcn, Guatemala (1975 - 1982). Editorial Universitaria, Guatemala 1992.

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pasar a otro campamento; que ellos se encargaban de avisar a los representantes. En ese momento, me qued preocupado; pero pens que mejor deba decirle que me presentara dnde estaba esa orden superior, para saber los motivos por los cuales me estaban trasladando de lugar, y poder informar a las comunidades. Y le dije: No salgo, sin conocer los motivos!, porque si se me acusa de haber cometido alguna falta, mejor quiero que aclaremos cul es el problema. Yo soy un extranjero en este pas, y si el motivo es serio, no me queda ms remedio que salir. El jefe de migracin me comunic que era una orden, y que como refugiado que era, las rdenes haba que cumplirlas. Le respond: Es cierto que soy un refugiado, pero legal; y como tengo el carnet de refugiado, -le dije-, tengo derecho a saber cules son las disposiciones superiores. Le manifest que iba a solicitar una reunin para que esa misma tarde se aclarara todo. Se tuvo la reunin. Al escuchar la gente que me quieren sacar, dijeron: por qu motivo? porque las familias de las enfermas a las que Marcelino atiende con la provisin de las hierbas que cultiva, piensan que no me van a dejar salir. Y ellas tambin estaban enteradas de los problemas en los que andaba metido el representante de migracin, y entonces sugirieron otra solucin: mejor se saca al representante, se nombra otro y se soluciona el problema. Y as lo hicieron. Hasta ese momento me enter yo del verdadero problema que tena; sacaron a esta persona, y yo segu trabajando con la gente con el apoyo del nuevo representante de migracin. Pero en mi corazn tambin me preguntaba: Qu estoy haciendo aqu? Mejor es no tener problemas; pero qu voy a hacer, ya me enfrent, ya no se puede hacer nada. Lleg conmigo el compaero que sacaron de su puesto de representante con la migracin, a pedirme disculpas, que perdonara lo que me haba hecho. Yo le dije que no volviera a hacer esas cosas Empezamos a hablar, y aqu ya era mi trabajo de Catequista, para ayudarle un poco tambin a l; le dije: Dios siempre perdona; trat de hacerle ver que poda cambiar. De todos modos, yo tena que hacer un esfuerzo, para decirle: No tenga pena, ya pas todo, ya no hay ningn problema!
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Despus me acord de aquel pasaje del Evangelio: Yo les envo como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas. Cudense de la gente, porque los llevarn a los tribunales, los azotarn en las sinagogas, los llevarn ante los gobernadores y reyes por mi causa; as darn testimonio de mi ante ellos (Mateo 10, 16-18). Tendra muchas otras cosas que contar, pero dejo aqu la narracin de este ao. As termin este terrible ao 1983.

AO 1984
Fueron desalojados los refugiados que estaban en la frontera de Mxico, cerca del territorio de Guatemala, y fueron llevados a campamentos situados en los Estados mexicanos de Quintana Roo y Campeche. Yo pas la frontera, y me regres con mi familia nuevamente a las montaas de la Selva de Ixcn en territorio guatemalteco. La gente viva con mucho sufrimiento; era un sufrimiento horrible. All me qued con ellos. Mi esposa no estaba de acuerdo; pero me sigui, nunca se separ de m. Y lo que digo de los dems, es parte del sufrimiento de mi propia familia. Entramos en Guatemala nuevamente el 15 de agosto de 1984. Uno quisiera ver contenta a la gente, pero el sufrimiento, el dolor no los abandona ni de da ni de noche. Entonces me dije: Yo tampoco los voy a abandonar. Y por eso estoy escribiendo. Muchas personas me han pedido que escriba todas estas cosas. Me cuesta escribir; me gusta ms hablar. Pero estoy recordando la situacin, y me pregunto: Cmo pudo aguantar la gente tanto sufrimiento? Cuando uno miraba palpablemente que la gente de las Comunidades de Poblacin en Resistencia padecan tanto, me acordaba de la parbola del buen samaritano, que al ver al herido que se haba quedado en el camino, tuvo compasin. As lo sent yo, no poda dejarlos y ver las lgrimas de la gente que sufre por causa del ejrcito de Guatemala, y del Gobierno, que constantemente amenazaban a la gente con todo tipo de persecucin, para acabar con la pobre gente.
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Contemplamos las maravillas de Dios en medio del sufrimiento; realmente, cuando uno siente que Dios es Padre, que existe A veces uno no se da cuenta en el momento, pero despus podemos meditar, y entender que es por obra de Dios que podemos superar tantos sufrimientos. El ejrcito nos persigue y nosotros con todas las familias caminando en medio de la montaa, bajo los rboles. La montaa es como nuestra madre, nos protege y nos esconde de la vista del enemigo. Como trasladaron ms lejos a nuestros hermanos refugiados, nosotros nos quedamos ms solos, ms aislados, con menos apoyo. Fue un momento en el que la Iglesia empez un proceso de presencia con agentes de pastoral, sacerdotes y religiosas con los refugiados, pero era un apoyo que llegaba desde Mxico. La Dicesis de San Cristbal de las Casas, con su Obispo, Dom Samuel Ruiz, empez a apoyar; los sacerdotes visitaban con mucho amor a la gente. Recuerdo que en la Navidad de 1982, lleg con nosotros un sacerdote para la celebracin; le decamos padre Carlos. Un sacerdote bastante alto, que trabajaba con los refugiados. Los agentes de pastoral de la Iglesia nos empezaron a apoyar con medicinas, con botas, con ropa, en ese momento comenz una gran hermandad de la Iglesia que estaba en Ixcn, los que nos quedamos, con los que estaban fuera. Pero la llegada de sacerdotes no era muy seguida. As pasamos desde finales de 1982 y 1983, que no tuvimos celebracin de la Navidad. Durante 1984 no entraron muchos sacerdotes. Hacia el ao 1986 los Catequistas nos organizamos mejor para atender las necesidades pastorales de la gente; se form el Equipo de Trabajo Pastoral. Entraron algunos sacerdotes que nos dieron los Cursillos quedamos que por lo menos deba haber un coordinador de Catequistas en cada una de las comunidades que se haban formado bajo la montaa. ramos 23 comunidades. Durante 1985 tuvimos un sacerdote que nos acompaaba, era de los Misioneros del Sagrado Corazn, y nos sentimos muy animados, porque podamos fortalecer nuestra fe. Le decamos padre Julio
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(su nombre: Luis Gurriarn). Organizamos las celebraciones y los ministros de la Comunin. En cada comunidad se trat de hacer una casita con palos y hojas, de las que hay bastantes en la Selva, y cada domingo tenamos celebracin de la Palabra de dios, recibamos la comunin, y tenamos la adoracin del Santsimo Sacramento. El ministro de la Comunin era tambin el encargado de sacar el Santsimo As, el Santsimo caminaba con nosotros, cuando el ejrcito nos persegua. Se dieron cuenta de que con nosotros caminaba un sacerdote; lanz una ofensiva muy fuerte contra las comunidades, acab con nuestras siembras, con las capillas, pero con la gente no puedo acabar. El sacerdote que nos acompaaba se enferm, y hubo que sacarlo hacia Mxico. De esa manera se salv su vida. Con la ofensiva del ejrcito del ao 1985, empez a padecer de una lcera, y ya no pudo seguir a nuestro lado. Pero fue en ese tiempo que el padre Ricardo Falla entra para quedarse con nosotros. Cuando estbamos en lo mejor de este trabajo con la Iglesia, empez la gran ofensiva del ejrcito de 1987 y 1988. Cul fue el trabajo que hizo la Iglesia? En primer lugar, apoyar pastoralmente toda la zona de Ixcn donde estbamos. Segundo, colaborar en el apoyo econmico a las comunidades, para resolver todas las necesidades de la gente, con medicinas, ropa Tercero: tomamos la decisin de ser voz proftica de la Iglesia; por tanto tenamos que denunciar los hechos de muerte que causaba el ejrcito en medio de la gente; esto lo tenan que hacer los catequistas, cada uno en su centro tena que tomar nota de cuntas bombas tiraba el ejrcito, cuntas caen en un da, por ejemplo; y el coordinador lo anotaba en un papel, y contbamos por mes todo eso. Si llegaba algn sacerdote, le dbamos toda la informacin, que se remita al apoyo de la Iglesia que estaba fuera, para hacer las denuncias. Despus conseguimos grabadoras pequeas, para grabar las denuncias. Los Catequistas tenamos la responsabilidad de que el trabajo del anuncio de la Palabra de Dios no se detuviera, por ms que nos combatiera el ejrcito, haba que estar agarrados a la Palabra de Dios. Haba catequistas que se encargaban de trabajar con los nios. Yo trabajaba con los matrimonios y las Celebraciones de
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la Palabra. Y estbamos todos de acuerdo en denunciar las injusticias que cometa el ejrcito contra nosotros. La Iglesia no se poda tapar los ojos ante la situacin. La lectura de la Palabra de Dios nos ayudaba, la reflexin sobre la vida de Jess, el recuerdo de la vida de Moiss y de Aarn frente al faran Nosotros no solicitamos la presencia de un licenciado para hacer las denuncias, nosotros mismos escribamos en papeles lo que pasaba en las comunidades, con nuestro puo y letra, escribimos, aunque fuera con muchos errores de ortografa. Por qu les hablbamos a la gente de la vida de Jess en medio de la guerra, de los bombardeos? La vida de Jess era fundamental para nosotros; Jess fue sencillo, fue pobre, naci pobre verdad? Sus padres son gente pobre y l no naci en un pas principal, no naci en una gran ciudad, sino que naci en una aldea, que es Beln, vivi en Nazaret. Yo creo que son tierras humildes como estas de Ixcn. Nosotros nos imaginamos que Nazaret est como en una gran joyada, algo as como vemos que estn los hermanos de las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Nosotros hemos mantenido una fe muy grande en la vida de Jess. Los sacerdotes nos decan que aunque no tuviramos la Santa Misa, hiciramos siempre la celebracin, y pudiramos comulgar, que tuviramos el Santsimo en cada comunidad; porque en la celebracin es el momento de estar juntos y de recibir la comunin. Recuerdo cuando un sacerdote nos dijo: Les vamos a dejar el Santsimo, pero lo van a cuidar bien, que siempre haya algunas flores, ya que ustedes no le pueden poner una luz, que tenga algunas flores; si estuvieran en la catedral lo adornaran muy bien, pero aqu no tenemos luces Le respondimos: Est bien, padre. Hicimos una capilla en cada comunidad para el Santsimo, clavamos los horcones para la casita, y lo cubrimos con hoja que se consigue en la montaa. Les pusimos una cruz grande, alta, para que se pudiera ver bien. Por desgracia, cuando fue la ofensiva del ejrcito en 1987 no respet nada; quemaba todas las casas y tambin nos quemaron la casa del Seor, la capilla, aunque se vea la cruz bien alta, y que aquello era una capilla. Entonces nos dijimos: Terminaron con nuestra capilla, pero nosotros que somos la verdadera imagen de
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Dios seguimos vivos, nosotros somos la imagen de Dios, y empezamos a hablar que la capilla la quemaron porque es una construccin de los hombres, pero Dios ha dejado su imagen dentro de cada uno de nosotros, y a nosotros todava no nos ha podido destruir el ejrcito, y si no nos ha destruido tenemos que mantener la fe firme, y decidimos que como tenamos que caminar, tambin el Santsimo tena que caminar con nosotros a cualquier lugar que furamos, si no hay casa para el Santsimo, no importa, porque tampoco nosotros tenemos casa. Su casa es nuestra fe. Y suceda que cuando nos avisaban que llegaba el ejrcito, o venan los bombardeos, metamos el Santsimo en el MORRAL, y lo colgbamos al cuello. Y toda la gente saba que si el coordinador lleva el morral al cuello, es que va el Santsimo adentro, y va tambin con nosotros. El Coordinador de la pastoral lo llevaba colgado hacia adelante, ya sabamos que esa era la seal de la presencia del Santsimo, que tambin el Santsimo sale en la emergencia, nos acompaa la presencia de Jess, esta es nuestra fe. Todava me provoca las lgrimas el recordar todas estas salidas de emergencia Salimos en carrera, y llegamos a otro lugar muy cansados La gente se tira en el suelo; a veces tienen un nylon para taparse y otras veces no A veces con el helicptero encima buscndonos para poder bombardear. Cuando llegaba el Coordinador, colgamos el morral del Santsimo en el tronco de un rbol de manera que lo pudieran ver todos, y junto al morral colocbamos, si podamos una cruz, aunque fuera chiquita Y todos vemos que junto al Santsimo est el signo de la cruz, y quedaba all como un lugar que todos respetbamos, y cuando tenemos la Celebracin, podemos recibir la comunin. No podemos cantar, porque se escucha, pero s la oracin. Esta era nuestra misin de Catequistas, acompaar a la gente.

EL PADRE MARCOS (RICARDO FALLA)


El padre Ricardo Falla, jesuita, lleg a visitarnos en 1987. Yo era Catequista; a finales de ese ao empec a trabajar como miembro
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del Equipo de Trabajo Pastoral (ETP). Mi trabajo era acompaar al P. Ricardo para visitar las comunidades. Cuando lo vimos llegar y estar con nosotros, sentimos mucha alegra, pero tenamos la preocupacin de si iba a aguantar la vida que llevbamos nosotros en la montaa. Personalmente no crea que fuera capaz de aguantar la vida en la selva. Pero vimos que l empez a resistir, como nosotros. Se fue quedando muy flaco, se qued delgado. Con la Ofensiva del ejrcito en 1987, haba entrado otro sacerdote, y con el P. Ricardo ya eran dos los que estaban acompandonos para atender todas las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Al padre Ricardo le llambamos Marcos; en aquel tiempo quera que lo reconociramos con ese nombre Nos acompa durante la ofensiva del ejrcito, caminaba con nosotros, y le toc sufrir bastante. Recuerdo que en una comunidad que le llambamos Irlanda, los compaeros Catequistas vieron como el padre Marcos tena que correr bajo el bombardeo al lado de la gente, cuando la gente se tiraba al suelo, l tambin se tiraba al suelo, si la gente encontraba refugios bajo tierra, tambin l se mete al refugio. Llevaba una grabadora, y poda registrar todo lo que le contaba la gente de lo que suceda en los bombardeos y despus del bombardeo. Sentamos un gran alivio el poder salvar la vida despus de un bombardeo, los bombardeos son como un bautismo, porque en ese momento uno no sabe si va a salir vivo de los bombardeos o no Booom por all, boom por otro lado, las bombas explotan cerca de nosotros Nos movamos entre la vida y la muerte. Lo que nosotros hacamos era entregarnos totalmente a Dios: Seor, hoy es el momento, protgenos, danos tu ayuda Se organiz una actividad con los coordinadores de los Catequistas de cada comunidad, para escribir cada ocho das una carta y hacerla llegar al ETP. Esto nos ayudaba para saber cmo se encontraban todas las comunidades; as podamos saber la situacin de la gente que estaba en Ixcn, y todo esto lo envibamos a Mxico, para informar a las personas de solidaridad con las CPR. Vivir debajo de los bombardeos un da y otro da, es un tiempo para transformar la vida Cuando pasa el bombardeo sentimos
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que quedamos libres nuevamente. Sentimos la felicidad; tal vez hay gente apenada porque perdieron sus cosas, algunos que se lamentan de haber perdido a sus gallinas o pollitos, pero eso se puede volver a conseguir. A otras personas se les rompi tanto la ropa, que ya casi no tenan cmo vestirse, o quemaron su casita con las pertenencias que tena, lo consolbamos, y le decamos: Lo importante es que t ests vivo. Y as haba que ir consolando a la gente. Porque no era uno solo, no: uno te contaba lo que haba perdido, otro te contaba otra cosa, otro que se le extravi un nio, y haba que buscarlo Repartamos entre nosotros las cosas. El mismo padre Marcos, en ms de alguna ocasin le toc apoyar a otras personas con su ropa personal. Cuando los del Equipo de Trabajo Pastoral recibamos ayudas, como ropa, la metamos en bolsas y la colocbamos en una especie de subterrneo hasta que se lograba distribuir, la escondamos, para entregar luego a la gente su ropa. Haba que visitar a las personas que se enfermaban, consolarlos y preguntarles que si ya les haban dado las medicinas, porque ese era el deber del encargado de salud. El trabajo en el ETP, estaba bien organizado. Nos coordinbamos para permanecer ms tiempo con la gente de cada comunidad; el padre Marcos visitaba a las comunidades del sur y, yo, estoy con las comunidades situadas ms al norte. Despus nos juntbamos para evaluar las actividades. Siempre terminbamos hablando de los sufrimientos de la gente. El padre Marcos es una persona abierta, no es nada enojado, durante los cuatro o cinco aos que yo trabaj con l, nunca lo vi maltratar a nadie. Si se molestaba un poco, nos dbamos cuenta, porque se le pona roja la cara Y si yo lo miraba as, esperaba un rato y ya se calmaba. Pero nunca seal a nadie; si tena que llamar la atencin, lo haca de buena manera. Tal vez esto le costaba tambin a l. Recuerdo que durante las comidas, si le ofrecamos un blanquillo, un huevo, por ser el sacerdote, l se fijaba en los nios para ver si comen o no, y si vea que faltaba para los nios, parta la mitad y se lo daba al nio, se lo entregaba en medio de una tortillita doblada. Si la comunidad le daba algn guineo, y l saba que haba alguna persona enferma, iba donde estaba el enfermo y le llevaba el guineo para que comiera. El padre
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Marcos recorra todos los centros con nosotros. No descansaba. Tenamos reuniones, a veces de dos das, si todo estaba tranquilo, y luego sala para visitar las comunidades. Celebraba la Santa Misa en cada comunidad, detenindose en cada comunidad uno o dos das, de manera que a veces regresaba como a los 23 25 das de nuevo, a la sede, es decir, donde tena la casa, que era en Los ngeles. Viva con toda la gente. Cada da llegaba con una familia para compartir la comida con esa familia; es como si dijera, yo no tengo hijos propios, pero todos ustedes son mis hijos, sus hijos eran toda la gente, y por eso le gustaba ir a comer en cada casa Las casas estaban abiertas para todos.

RETIRO ESPIRITUAL EN LA SELVA


Una de las experiencias ms bonitas que recuerdo del trabajo pastoral en la selva, bajo la montaa, en tiempos de las Comunidades de Poblacin en Resistencia, fue el retiro espiritual que nos imparti el padre Marcos. Lo planificamos bien. Buscamos un lugar silencioso, donde sabamos que no iba a pasar mucha gente; estuvimos en un cerro, algo retirados de la gente; un retiro en silencio. El padre Marcos quera que tuviramos tranquilidad, para poder hacer oracin, para entrar en nuestro corazn, para hacer cambios en nuestra vida, que eso es la conversin, para fortalecer nuestra espiritualidad profundamente. En primer lugar, fueron tres das de oracin; en segundo lugar, fueron tres das de examen de conciencia. Slo invitamos a personas que tienen cargos en la comunidad, Catequistas, coordinadores de salud, comits de los proyectos Como tercer aspecto, hicimos un verdadero examen de conciencia para ver si estamos desempeando nuestras responsabilidades con dedicacin. Nuestro trabajo lo colocbamos ante Dios, y a la luz de la fe nos examinbamos. No se trataba de cumplir porque haba un nombramiento; el trabajo por el pueblo necesitaba una fe viva. La montaa era nuestra casa de retiro; bajo los rboles que buscan la luz del sol y se proyectan en el cielo, como queriendo alcanzar alguna estrella. La selva es tambin un lugar de silencio; slo se escucha el canto de aves y pajaritos; bajo los rboles hay penumbra,
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porque en el da los rayos de sol son detenidos por sus hojas. En la montaa hay espacio para caminar, para perderse. Es un lugar ideal para el encuentro con Dios. Sabemos que Dios nos acompaa, que est con nosotros, pero queramos dedicarle un tiempo especial. La montaa era tambin la iglesia, el templo donde nos movamos. Nos podamos sentar, arrodillar, pasear. Era la montaa de la comunidad, por tanto era la montaa de los hijos de Dios; era como una montaa sagrada que nos protege, nos defiende y nos da lo necesario para vivir. Cuando ests acostumbrado a caminar por la montaa, no hay miedo, puedes distinguir todos los sonidos; distingues el ruido de los rboles, como si nos estuvieran hablando. No era necesario que el padre Marcos hablara muy fuerte, porque se escucha perfectamente. En ese retiro el padre Marcos tambin nos pidi que escribiramos nuestra situacin de vida, desde la niez hasta la juventud, y despus hasta el tiempo presente. Nos iba guiando para hacer un examen de toda nuestra vida. Por ejemplo, si te has peleado con alguien, si has maltratado a alguien, cmo has desempeado tus responsabilidades La parte final buscaba fortalecer el compromiso de nuestro trabajo como Catequistas. Vas a seguir trabajando como Catequista, o eres un catequista slo de bulto?; de bulto, porque slo llevamos la Biblia, pero nada ms. Eres capaz de enfrentar los problemas o dejas las cosas para que las haga otra persona? Porque as como Jess estaba haciendo oracin en el Huerto de Getseman, el Huerto de los Olivos, en Jerusaln, tenemos que abrir nuestro espritu a Dios. Haba algunos que empezaban a escribir todas estas cosas llorando. Vaya, nos deca el padre Marcos, escribe tambin con tus propias lgrimas! El resultado fue bueno. Hubo personas que salieron del retiro con mayor decisin para el trabajo; tambin hubo algn compaero que no aguant el ritmo del retiro. No podemos que vamos a trabajar por los ms necesitados como verdadera Iglesia de los pobres si nosotros no estamos de corazn en medio de la gente. Lo contrario, es no entender el evangelio El que quiere vivir de acuerdo con el evangelio de Jess, el que quiere pertenecer a esta Iglesia de los pobres, tiene que estar al tanto de las necesidades de los ms humildes. Yo mismo me examinaba si estaba desempeando
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bien mi trabajo; si pensaba ms en marchar al refugio o realmente me quedaba en la resistencia. El retiro me ayud para seguir fortaleciendo mi espiritualidad para permanecer en la resistencia y luchar para que nuestro pueblo tuviera voz, para ayudarles a reclamar los derechos humanos, para que el pueblo reavive su compromiso por el Reino de Dios. Cada uno busc descubrir a Dios a partir de sus propias responsabilidades con la comunidad. Al final decidimos ser la voz proftica de nuestra gente. Recuerdo que uno de los catequistas le pregunt al padre Marcos: Padre!, qu es un profeta? Un profeta, -nos explic- es aquella persona tocado con la fuerza de Dios, para estar con la gente que ms sufre; tiene que denunciar estos sufrimientos, y a la vez tiene que anunciar la buena noticia de la salvacin. Cmo encontrar salvacin en la Selva? Personalmente experiment en este retiro grandes cosas: Uno hace un compromiso con uno mismo y al mismo tiempo se compromete a estar con la gente, con los que sufren. Se comparten sus sentimientos tambin. Vivir cara a Dios en un cerro, en medio de la montaa, no se le olvida el compromiso que hicimos Gracias a los padres jesuitas, nosotros pudimos hacer este retiro espiritual ignaciano; nos ayud a conocer nuestra propia vida. Donde l viva siempre haba gente con l, llegaban a platicar con l, de todos los lugares visitaban al sacerdote. Su misin principal era la de dar esperanza a la gente; nos deca que vivir en la resistencia es como un don de Dios, pero no tenemos que entenderlo slo as, tenemos que buscar la seguridad de la gente. Haba personas que pedan ir al refugio, porque la selva se les hace muy duro. El padre Marcos, les deca que estaba bien, que era bueno que se fueran al refugio; nos peda que rezramos por ellos, para que Dios los acompaara. Y les prometa que si regresaban nuevamente, all estbamos para recibirlos de nuevo. Por eso que cuando ya supimos que no poda seguir presente entre nosotros, la gente empez a llorar de tristeza.
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LA OFENSIVA DE 1987
En Guatemala ya se haba instalado un gobierno no militar, pero el ejrcito segua sus campaas contra la poblacin civil. La ofensiva del ao 1987, fue terrible. Esta ofensiva fue como si el terror se lanzara contra nosotros. Aviones de guerra y helicpteros sobrevolaban toda la regin de Ixcn. Pareca que Ixcn se hubiese transformado en un aeropuerto, de tantos aviones. El ejrcito por tierra comenzaron el rastreoNosotros corriendo delante del ejrcito, los Catequistas ramos como los guas de la fe. Llevbamos el Santsimo en un morral, sobre nuestro pecho colgaba el morral Cuando ya cansados llegbamos a un lugar, y sentamos que el ejrcito ya no nos sigue, colocbamos el Santsimo y empezbamos a rezar. No podemos cantar por miedo de que el ejrcito todava estuviera cerca, y nos pudiera escuchar. Comulgamos, y sentimos la fuerza de dios, es su ayuda para estar preparados en este camino, que es un camino de autntica liberacin; era lo que le pedamos diariamente en nuestras oraciones, que nos liberara. Donde llegbamos y creamos que era un buen lugar para que se quedara la comunidad, extendamos un nylon en el suelo; colocbamos un crucifijo en el lugar, y comenzbamos nuestra oracin Podamos seguir celebrando nuestra fe, para seguir caminando como Pueblo de Dios en medio de la montaa Y el pueblo llegaba a comulgar; todos sentamos que somos uno. Y los catequistas seguimos con la misin de la Iglesia en medio de los sufrimientos, y esto lo informbamos a la Iglesia. Haba una organizacin que se llamaba Iglesia Guatemalteca en el Exilio (IGE), en Mxico; a ellos les mandbamos la informacin de la solidaridad.

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Luego tambin ellos nos mandaron una carta que deca: Procuren que el Santsimo no se tenga en la montaa en los momentos de emergencia, es decir, cuando han ofensiva del ejrcito Mejor esperar que el sacerdote llegue para poder comulgar, para no descuidar el Santsimo, y respetar el lugar. Nosotros sabamos que all no podamos tener un lugar como el que hay en las iglesias, bien arreglado. Hicimos una reunin para hablar de aquella carta que nos haban mandado Y los Catequistas dijeron: Qu hara Jess si estuviera con nosotros en esta guerra? Porque, pensando bien, de acuerdo con lo que nosotros pensbamos, al tener en medio a Jess, l nos protege y nos anima. Les mandamos una carta de respuesta, y les agradecimos el mensaje; pero les escribimos que nosotros ya habamos tomado la decisin mantener con nosotros el Santsimo, porque era llevar a Jess con nosotros. Yo era el encargado de llevar el Santsimo; y donde nos quedbamos para dormir, yo dejaba el santsimo a mi lado. Llevaba el Santsimo en un morral; as lo hice desde 1989 hasta 1996. Cuando el ejrcito nos saca de las comunidades, y nos persigue, o cuando nos despierta temprano Yo s dnde est el Santsimo, cuelgo el morral sobre mi pecho, y ah va el Santsimo con nosotros. Que Dios me perdone, pero no lo dej descansar en ningn lugar, porque no se poda, por motivo de la guerra. El Santsimo lo tuve hasta el 15 de agosto de 1996, el mero da de la fiesta de la Asuncin de la Virgen. Ese da se lo entregu a Monseor Julio Cabrera, que estaba visitando Ixcn. Cuando se lo dej comenc a llorar, en el momento que lo coloqu sobre el altar y ya lo pusieron en el sagrario, all descans el Seor de tantas caminatas. Para m es un da muy significativo, y cada ao recuerdo la historia en la misma fecha.
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NO TENEMOS ALTARES
Los momentos de emergencia por las constantes ofensivas del ejrcito, eran muy difciles para la gente. Los Catequistas tenamos que andar consolando y explicando: Hermanos, cuando uno est en emergencia ya no hay altar, no hay nada. Slo llevamos el nylon para cubrirnos cuando llueve. Y si llegamos a otro lugar y se calman los bombardeos, preparamos todo para celebrar la Eucarista; colocamos una cruz y nos reunamos para celebrar, a veces bajo el agua. Es bonito ver ahora que uno llega a la iglesia est todo muy limpio, bien preparado, hay luces, se pone el aparato de sonido; entonces no podamos hacer nada de eso; era como dice el evangelio, que los zorros tiene madrigueras, y las aves tienen sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni un lugar para reclinar su cabeza; as deca Jess. Algo as, creo yo, nos pasaba cuando estbamos en las Comunidades de Poblacin en Resistencia Ahora vemos que se habla de la transformacin de todo, nos vienen los apoyos de las organizaciones, de la solidaridad, de la Dicesis pero en aquel tiempo las cosas eran bien difciles. La gente entenda que aunque no haba altar, s haba comunidad. Tenamos un templo grande, que es toda la naturaleza; la selva es como una gran catedral. Y el altar lo podamos arreglar en el suelo, si es que estamos en emergencia. Nos gustara tener un altar bonito, pero no tenemos mesas. Los Catequistas tenamos que acompaar las comunidades; el trabajo pastoral era importante. Yo tena dificultades para cumplirlo bien, porque tengo la responsabilidad de una familia, es difcil llevar las dos cosas a la vez; es como que se me presentaran dos evangelios en el mismo camino. Cuando me venan estos pensamientos buscaba un rbol, me sentaba al pie de ese rbol grande, y comienzo a hacer mis planes: Qu es lo mejor que debo hacer? Encuentro que los dos son importantes, la familia y las comunidades. Siempre sacaba la conclusin que tena que hablar con mi esposa, si ella tambin estaba de acuerdo con mi trabajo, porque el evangelio no slo es predicar. Y siempre me apoyaba. Gracias a mi esposa he podido tener fuerza para seguir con el trabajo pastoral. Pero creo que tambin la sacrifiqu, y tengo que
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pedir perdn a Dios. Mis hijos tambin me ayudaron porque ellos ayudaban a su mam, y yo ayudaba a las comunidades. Yo saba que cuando llega el ejrcito, mi familia est en peligro, pero a m me agarraba la emergencia en cualquier lugar, y tena que llevar el mensaje de esperanza a la gente. Lo bonito del ao 1987, es que ya supimos que haba un nuevo Obispo en la Dicesis de Quich; lleg el 17 de enero de ese ao a Santa Cruz del Quich. Pero ni la gente ni yo lo conocamos. Yo creo que tampoco l saba que haba comunidades en la Selva del Ixcn, o tal vez s, no lo sabemos.

VISITA A LAS COMUNIDADES DE LA SIERRA Empezando por Santa Clara


En ese entonces determinamos que sera bueno visitar las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra, que estn en el municipio de Chajul. Era un lugar muy lejos de nosotros. Sabamos que estaban sufriendo y necesitaban nuestro apoyo pastoral. Y le dije al padre Marcos: Si t vas a ir a la Sierra yo voy contigo, vamos juntos a hacer la visita. Pero si a m el Obispo no me deja qu vas a hacer tu solito; y yo le dije, que aunque a l no lo dejara ir el Obispo, yo s iba a visitar la Sierra. El padre Marcos se comunic con el Obispo, y el Obispo le dijo que no haba ningn inconveniente para que llegara a visitar las Comunidades de la Sierra; entonces me consult si yo estaba dispuesto a realizar la gira, y yo le ratifiqu lo que ya haba dicho: Yo voy a visitar para ver cmo viven los pobres de la Sierra. El padre Marcos me pregunt en nombre del Obispo si me senta de acuerdo para hacer esa misin; y le dije que para m la misin es un regalo de Dios, para conocer la vida de las comunidades, porque es descubrir cmo Dios est con ellos. Pero la visita no se pudo hacer sino hasta el ao 1989. Preparamos el viaje, planificamos qu era lo que yo tena que hacer; con el
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padre Marcos preparamos todo lo que se poda hacer con las comunidades de la Sierra. El padre Marcos nos reuni en oracin. Era como un envo de misioneros. Me impuso sus manos, rez por m y por mi compaero, que me tena que acompaar. Me dijo: Bueno, Natn, -porque as me conoce la gente-, vas a empezar tu camino, llevas la carga, lo necesario para los hermanos de la Sierra; contigo va el Santsimo, tienes que estar confiado de nuestra oracin, sabemos que es una misin difcil, pero Dios te va a proteger. Me puso en medio, comenz a hacerme preguntas delante de la gente: Ests claro en la misin para la que Dios te escoge, y que vas a ser enviado para anunciar el Reino de Dios? Ests dispuesto a trabajar por lo ms difcil que vas a hacer en tu vida? Qu piensas si Dios te pidiera la vida por el trabajo de la misin? Para m fue como una ordenacin que yo nunca pensaba recibir en mi vida; y me puso un listn sobre mis hombros: Esta seal te acompaar en la misin que te encomienda la Iglesia. Y luego nos dio la bendicin a mi compaero y a m, y nos enva a la Sierra. Hoy, cuando recuerdo aquel viaje, no es por alabarme, pero no cualquiera es capaz de emprender aquel viaje. Cuando empezamos el camino, nunca creamos cmo iba a ser aquel largo viaje. Me acompaaba Ramn. Sabamos que era una misin de la Iglesia, y tenamos que estar dispuestos a caminar entre la vida y la muerte. No tengas miedo, sigue adelante porque es el Seor Jess y su Santsima Madre los que te van a ir guiando. Cada uno llevbamos como 70 u 80 libras de carga con mecapal. Caminamos durante ocho das para llegar a la primera comunidad; ocho das y siete noches para llegar a Santa Clara. Durante estos ocho das nunca dormimos en una casa Tenamos que tratar de que no nos vieran los patrulleros civiles, porque si te encuentran ya no podemos seguir. Y por la gracia de Dios, no nos encontramos con nadie. Tenamos que ir escogiendo los caminos. Yo haba solicitado una brjula; ped a la Iglesia que me consiguieran una brjula, y fuimos con compaeros que saben manejar este aparato Y la brjula nos sirvi de gua. Caminamos por
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barrancos, entre zarzas, entre espinas, por lugares con zacate, bajo los rboles, con lluvia, con calor durante los ocho das nunca caminamos por donde caminaba la gente que comercia o que conocen las personas que van de un lugar a otro. Un da no fuimos capaces de conseguir agua para beber Y tenamos necesidad de beber agua. Pues buscamos unos bejucos, los cortamos, y con esto conseguimos sacar dos vasos de agua para cada uno; llevbamos el machete, eso nos ayudaba cuando haba dificultades por la montaa. Tampoco nos cruzamos con tropas militares; a veces escuchbamos a lo lejos los disparos. La gente que de Santa Clara ya estaba avisada de que bamos a llegar, pero no saban cundo; les habamos mandado una carta. Al fin llegamos a nuestro primer destino Cansados, pero no tanto, al ver la alegra de la gente, todos se acercaban a saludarnos Les dijimos: Aqu nos enva la Iglesia con ustedes Les llevbamos Biblias, libro de cantos, catecismos pero nada ms. Programamos tener un Cursillo con los Catequistas de Santa Clara. Hicimos la Celebracin de la Palabra de Dios; despus les hablamos del Rosario a la Virgen Mara, cmo se rezaban los misterios del Rosario. Era por los das de la Navidad; pasamos la Nochebuena en Santa Clara, haba mucho fro. Me encontr con mi tocayo, Marcelino Cano, que tambin era Catequista en la Sierra. Para la celebracin se reuni muchsima gente Despus les dije que ya haba mandado una carta a Amajchel, que era la siguiente comunidad que bamos a visitar. La siguiente etapa era Amajchel; sabamos que cerca estaba el ejrcito; all la guerra era como en Vietnam. Tuvimos el Cursillo, luego tuvimos la celebracin de Bautismos, preparamos a los paps, a los padrinos, hicimos el Bautismo de los nios. Pienso que a lo largo de dos meses de trabajo pastoral bautic a unos 800 nios; y quedaron otros todava sin bautizar. Visit 21 comunidades; y si comparamos el tener que visitar 21 comunidades, en sesenta das, es poco tiempo el que podamos estar en cada comunidad, apenas tres das. Despus de Amajchel visitamos Cab hicimos lo mismo. Pero luego haba que llegar tambin hasta Xeputul en cada lugar
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dbamos los cursos para los Catequistas, sobre los sacramentos, cmo deban bautizar, cmo tenan que anotar los nombres de los nios en los libros, con el de los paps y el nombre de los padrinos Le dije a Ramn: t te quedas en Cab para presidir las celebraciones y bautizar, y yo voy a seguir para Xeputul. Est bien, me dijo; si t me autorizas Y como no podamos pedir ms autorizacin. Sabamos que ya haba nuevo Obispo en Quich, y nos dijimos, es seguro que el Obispo Julio Cabrera va a estar de acuerdo con el trabajo. Qu vamos a hacer? Tenemos que hacer todo en nombre de Dios. T vas a bautizar y yo me voy a Xeputul.

CAMINO DE XEPUTUL
Las comunidades de Xeputul estaban ms al sur, en direccin de la Finca San Francisco. Me acompaaban tres Catequistas. Nos pusimos en camino un da a las seis de la maana; empec a caminar bien Pero sucedi que al subir por una montaa bastante alta, en un camino empinado, me siento fatigado y las fuerzas me empiezan a fallar. Me sent tremendamente cansado; siento que me estoy rindiendo. Habamos pasado das de desvelos por el trabajo; nos enfrentamos a la subida, como digo, de ese montaa tan alta que nunca se terminaba de llegar, la conocen como Buena Vista, arriba de Xeputul. Fue all cuando me vino la tentacin, porque llegando a Buena Vista, les dije a los compaeros: Quiero descansar, porque ya no aguanto ms Senta sed. Busqu unas piedras para sentarme, me quit las botas Me qued con los ojos cerrados, acostado. Por mi mente empezaron a pasar un montn de preguntas: Dnde estoy, dnde dej a la familia, qu estarn haciendo? Ya llevaba catorce das de caminata desde que sal de m comunidad, qu estoy haciendo aqu? Despus de tanta caminata, yo entend que lo que me haba pasado fue una tentacin; en aquel momento no lo experiment as, cre que era un desfallecimiento por el cansancio. Qu estoy ganando yo con todo esto? La Iglesia no nos daba ni un centavo Estos fueron los pensamientos que me iban llegando Pero no era cierto, porque el padre Marcos s nos haba dado unos centavos. Dnde se qued mi gente, qu hago ahora en tierra fra? Habamos
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logrado subir aquella montaa, y corra aire fresco; desde aquel lugar se puede divisar toda la regin de tierra fra; me puse a pensar mirando al horizonte, dnde estar mi pueblo San Martn? Pens que se podra ver desde all Pero me dije, creo que lo que estoy pensando no es bueno. Les dije a mis compaeros, sigamos caminando. Despus yo analic este momento como una tentacin, porque empec a pensar si vala la pena seguir con el trabajo pastoral, porque no tena ningn tipo de reconocimiento cuando se me borraron esos pensamientos, caminamos de nuevo y llegamos a la comunidad Llegamos, y haba alegra en todos. Me esperaban los Catequistas Pude dormir y descansar para seguir trabajando al da siguiente. Les propuse a los Catequistas si queran que tuviramos un cursillo de formacin. Acordamos cmo se iba a realizar el cursillo, que se realiz en una finca, de la que no recuerdo el nombre; era una finca en la que se cultivaba caf. Tena un buen patio, y all hicimos el cursillo. Fue despus del quince de enero de 1990, como el da 18 de enero. Fueron tres das de trabajo con los Catequistas; lleg muchsima gente, me dijeron que haban llegado 618 personas. Qu puedo hacer con tanta gente? Me dije Senta que me faltaban las fuerzas. Los Catequistas me pusieron encima de un muro de cemento de un lugar que serva para arreglar el caf, y desde all tal vez puedes gritar. Me ayudaron a subir a aquel muro, porque no era tan fcil, haba que agarrarse con las manos y hacer esfuerzo. Lo primero que hice fue felicitar a la gente, en nombre de Dios y de la Iglesia; en nombre de Monseor Julio Cabrera, que es el Obispo de la Dicesis de Quich; le dije que l saba positivamente que yo andaba visitando las comunidades. Que Monseor Julio les mandaba saludos a todos, y que tambin les traa los saludos del padre Marcos, que se haba quedado en la selva de Ixcn. Les dije que daba gracias a Dios porque me haba permitido llegar con la comunidad porque el camino haba sido muy largo Luego empez la formacin; formamos la coordinacin de los Catequistas, con los responsables del Equipo de Trabajo Pastoral (ETP). Todos los catequistas se presentaron delante de la comunidad para que los pudieran conocer bien. Les anunci que al da siguiente bamos a celebrar los Bautismos de los nios y de
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los patojos que no estuvieran bautizados. Aunque no tena muchas ganas de hablar, cuando ya empec el discurso, estuve hablando como hora y media a la gente En la noche seguamos las plticas. Yo quera descansar, pero la gente llegaba: Natn, queremos hacerte algunas preguntas! En algunos momentos me agarraba un sueo tremendo Y la gente con uno. Ya me dola la garganta de tanto hablar Los Catequistas me trajeron una jarra con caf caliente y con chile; nunca haba tomado caf con chile: Hermano, tmese este cafecito con chile, que lo va a mejorar! Me dije, lo voy a tomar, porque si me lo dan mis hermanos, tiene que ayudarme para que me ponga bien Empec a sudar y a sudar Y all haca calor. Pero me compuse del dolor que senta en la garganta. A las cinco de la tarde ya estbamos coordinando todo para el da siguiente, con los conjuntos, para tener la celebracin. Al da siguiente, que creo ya era el cuarto da, empezamos la Celebracin de la Palabra de Dios en aquel patio de la finca, y como ya estaba preparado el conjunto, empezamos a cantar tuvimos el Bautismo de 128 personas Pens que eran muchos, y que mejor me deban ayudar Ellos estaban a mi lado, con todo preparado Empec a hacerles las preguntas y las renuncias que se hacen en el Bautismo, si de veras queran que fueran bautizados los nios, y si van a mantener la fe de la Iglesia, si se comprometen a seguir educando a los nios, hice las preguntas para todos, pero eran los paps y los padrinos los que se tenan que comprometer a educar ms adelante a estos nios. Luego hice la bendicin del agua, adornamos con flores las tinajas de agua, haba tres tinajas con agua Uno de los Catequistas llevaba la sal, para ponerle en la boca del nio, y otro el aceite para ungir en la frente, otros las candelas, las flores todo estaba bien coordinado con los Catequistas. La verdad es que las candelitas no eran muchas; la candela se iba pasando de unos a otros. Yo senta que en ese momento ramos como los apstoles de Jess Y pudimos bautizar a las 128 personas que nos presentaron En Vicabac nos sucedi que como a las cuatro de la tarde, lleg el ejrcito persiguiendo a la gente; estaban todos huyendo. No pudimos tener la celebracin. Se puso a llover muy recio, y haca bastante fro. Estbamos todos temblando de fro sin un lugar para
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dormir. Encontramos un rbol grueso en el suelo, ya estaba casi podrido; sacamos todo lo que estaba podrido y pudimos meter all a los nios, para protegerlos un poco. Es un hecho de sufrimiento que me toco ver. Pude ver a seoritas, con sus cortes rotos y remendados con pedazos de nylon; casi nadie tiene cobijas para dormir; es un sufrimiento que no se puede explicar. Les falta sal para la comida. Yo haba llevado un poco de sal, y empec a repartir La gente amanece con los ojos hinchados; les pregunt a qu se deba, y me dijeron que era por la falta de sal. Era como el pueblo de Israel buscando la tierra prometida. Tambin visit a los hermanos evanglicos, les haba llevado libros de cantos tienen guitarras. Tuvimos una reunin y los invit para un curso con los Catequistas; no es para que se hagan catlicos -les dije-, sino para que se fortalezca su fe, para que puedan seguir adelante en sus iglesias. Aceptaron. Tuvimos la formacin bblica y hablamos del tema del xodo, la vida de Moiss y la de los apstoles, sobre el bautismo. Cuando pasamos a la parte de los sacramentos les dijimos a los hermanos evanglicos, que en ese momento podan ellos tener otra reunin. En el primer da todos haban llevado comida para la reunin, y se junt la comida, de los hermanos evanglicos y de los catlicos Se multiplic la comida: malanga, Gisquiles, tomates de palo probamos de todo. Para m fue una enseanza muy profunda de amor a los hermanos. Agradezco a Dios el haber podido tener estas reuniones con los hermanos evanglicos, que tambin obedecan a nuestro trabajo, para seguir con la Palabra de Dios. Al siguiente da tuvimos la celebracin; el tema era sobre la comunin. Pusimos el Santsimo en un altarcito pequeo Y la gente empez la confesin Cada persona comenz a hacer su confesin frente al Santsimo. Mientras tanto, yo les explico los cinco puntos para confesarse bien; muchos de ellos se fueron a confesar con su esposa Tambin algunos hermanos evanglicos estaban all haciendo esta confesin. Estaba admirado de ese encuentro con los hermanos evanglicos, todos unidos. Cuando termin mi conferencia, algunas personas vinieron a hablar conmigo, para que los aconsejara; estuve unas dos horas escuchado a las personas que quisieron hablar conmigo.
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Cuando terminamos nuestro trabajo en Xecoyeu, salimos de nuevo para Santa Clara Volvimos a reunir a los Catequistas. Recuerdo que les record el evangelio: Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo Y les habl de los deberes del Catequista; fue un cursillo de mayor compromiso As termin esa primera gira a las comunidades de las CPR de la Sierra en Chajul. Estas giras han sido para m inolvidables; celebr algn matrimonio con la autorizacin de la Iglesia que tena; los nombres de estas personas estn archivados en la parroquia Candelaria de los Mrtires, en Ixcn. El libro de Bautismos se llen. Est la firma de Natn, que era el nombre que yo usaba en ese tiempo. Durante la gira nos encontramos con el padre Javier Gurriarn, que haba dejado el ministerio; l haba sido el prroco de Nebaj antes de la guerra, y en las CPR haba mucha gente de esa parroquia. Cuando lo vio la gente se amontonaron para saludarlo, y le pidieron que les celebrara la Santa Misa, pero les contest que no estaba all para la celebracin de la Misa, porque ya no era sacerdote. Nos dijo que iba ayudar a la gente para que pudieran salir al claro. Natn es el que les va ayudar para los sacramentos de la Iglesia. La gente estaba admirada de que un Catequistas como yo hubiera sido nombrado por la Iglesia. Durante ese ao me toc sufrir bastante por las caminatas con la mochila en la espalda. Se me infect la espalda, por el sudor, los roces de la mochila me provocaron heridas; esto fue en el camino de regreso de la Sierra de Chajul. Lleg un momento en que ya no poda caminar ni cargar la mochila; tena que tomar mucha agua volva a caminar unos 300 metros, y a tomar ms agua As baj al Ixcn. Me costaba respirar y hablar. Hicimos el camino muy despacio. Cuando llegu a mi comunidad, la gente me quera sacar para Mxico, para curarme, pero ni tan siquiera me pudieron sentar en una silla para sacarme. El encargado de salud me atendi, y me dijo que con las curaciones, en unos veinte das, ya estars mejor. La primera visita la hicimos a finales de 1989; Visitamos Santa Clara, La Gloria, Amajchel, Santa Mara Vixabac, Cab, Vicab, y Xeputul. La segunda visita la hicimos en mayo de 1990; luego
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les dej fecha para otra visita, que hice en febrero de 1991.

REUNIN CON EL OBISPO DE QUICH


El obispo de Quich, Monseor Julio Cabrera, tena prevista una reunin con nosotros en San Cristbal de las Casas, Chiapas, Mxico. Quera conocerme, y hablar sobre el trabajo pastoral que hice en las CPR de la Sierra. Desgraciadamente, como estaba bien enfermo, me dio una gran tristeza no poder asistir a la reunin. El padre Ricardo Falla me sugiri que hiciramos una grabacin para que la pudiera escuchar el Obispo, y que le explicara todo lo que fui a hacer a la Sierra. Hice la grabacin, pero me cost, porque no me poda ni sentar; busqu un lugar solitario, debajo de un rbol de zapote, me acost debajo del rbol y comenc a hacer la grabacin. Le habl de todo el trabajo, y le cont las necesidades que yo miraba tenan las comunidades; que lo que se necesita es que el Obispo y la Iglesia tengan la voz de las comunidades. As nos pudimos comunicar con Monseor Julio Cabrera. Ese casset lo escucharon todos los sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral de la Dicesis9. La Asamblea de la Dicesis solicit a Monseor Julio Cabrera la posibilidad de que algunos catequistas de las Comunidades de Poblacin en Resistencia pudieran llegar a las Reuniones de la Dicesis. Para que yo pudiera llegar tena que salir a Mxico y volver a entrar a Guatemala, para viajar a Santa Cruz del Quich. Para esto necesitaba varios documentos Empec a tramitar mis papeles, para poder estar presente en las reuniones de la Dicesis. En el ao 1990 me decid a viajar a una reunin de la Iglesia en Guatemala; consegu un documento de un refugiado en Chiapas;, pero al llegar a Comitn, ca en manos de la polica de migracin;
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Monseor Julio Cabrera present este cassett a los agentes de pastoral el da 7 de septiembre de 1990, durante la Reunin diocesana, en el Centro Pastoral Marista de Chichicastenango; se escuch el mensaje con un respeto reverencial por todos los presentes; mucha gente llor al escuchar las palabras de don Marcelino Lpez, a quien nadie conoca, pero bastaba saber que era un Catequista que estaba sirviendo a los ms pobres en condiciones terribles para experimentar la cercana de corazones.

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fue un da como a las 5 de la maana. Me detuvieron y me enviaron a un lugar donde se interroga a la gente; vi que haba mucha gente en la crcel. Cuando lleg mi turno, me llamaron por el nombre del documento de refugiados y se rean de m. Me dijeron: Este no es su documento. El jefe de la polica de migracin me dice que hay que llamar al representante del campamento donde yo vivo. Le ped que no hiciera eso, que iba a escribir una carta para la Iglesia para que intercedieran por mi ante la Organizacin de las Naciones Unidas Le ped el favor que me concediera el permiso de mandar las cartas As fue como me consiguieron el permiso. Mand la carta con un de taxi; pero el jefe de la polica de migracin de ese lugar, me dijo: Mientras llega la respuesta, usted tiene que entrar en la crcel. Yo les dije que por qu me iban a hacer eso. Les ped que me dieran trabajo para limpiar la oficina, porque estaba bien sucia Usted, si quiere se queda con mi mochila, y a m me deja libre que yo puedo limpiar la casa. Me dijeron: Est bien Limpi la casa hasta en la parte de afuera, quem la basura; cuando lleg un vendedor de caf ofreciendo, y le dije que me diera un caf. Pas de nuevo adentro; vi a una pobre mujer llorando en la crcel; le dije al vendedor que le diera un caf a la pobre. Y as lo hizo. Despus el jefe me dice: por qu le mand caf a la seora, usted no sabe la razn del por qu la tenemos encerrada. Le dije: Yo no conozco a la pobre mujer, de lo que me di cuenta es de la tristeza y el sufrimiento; y es verdad -le dije-, no conozco a la mujer ni de dnde es. Entonces le pregunt a la seora que de dnde era; me dijo que era del Pacayal. Cuando termin la limpieza, regres con el jefe y le dije: Qu puedo hacer ahora? Me mandaron a sembrar flores; estaba arreglando la tierra cuando lleg un vehculo de la ONU preguntando por m. Todava tena las herramientas en las manos; les dije: s, yo soy el que escrib la carta. Aquellos seores certificaron que yo tena que quedar libre, por ser de las CPR que no me podan detener. Y me preguntaron si algn otro andaba conmigo, y yo les dije: Tambin esa mujer que est en la crcel. Los guardias de migracin, como estaban all los de la ONU, abrieron la puerta
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de la crcel, y sacaron a la seora, que se la llevaron los de la ONU. Cuando sali de la crcel empez a llorar de alegra porque no supo cmo es que pudo salir, sin esperarlo le lleg la liberacin. Cuando esto sucedi, sent una gran alegra; ni siquiera yo me puedo explicar cmo pudo ser Di gracias a Dios por los pensamientos que tuve y de la forma en que me liber de las manos de los guardias; y luego, despus de una reuni con los representantes de la ONU, ellos mismos me sacaron hasta cerca de la frontera de Guatemala para que regresara nuevamente a las CPR. No pude seguir el viaje a Guatemala. Pero los documentos s me sirvieron para poder entrar en Guatemala, para visitar a Monseor Julio Cabrera y explicarle qu haba pasado con los archivos robados por el ejrcito en la sacrista de las CPR de Ixcn. Tanto en Mxico como en Guatemala la situacin es dura. Empezamos a pensar: Y qu hacemos con los archivos de la Iglesia? En l tenemos los libros de Bautismo hablamos con el Obispo de la Dicesis de San Cristbal de las Casas, Monseor Samuel Ruz; l nos dio un lugar para los archivos, all guardamos todos los libros de bautismo que hemos realizado en las CPR. Yo quera entregrselos a Monseor Julio Cabrera, Obispo de Quich.

JUNIO DE 1992
Fue una tarde como a las 4:30; el padre Marcos y yo llegbamos a mi comunidad, cuando un helicptero se fij en nuestro campamento. Primero dej caer una bomba de humo para que llegaran los aviones de guerra. Cuando escuchamos el gran ruido de los aviones de guerra, vino una tremenda tempestad de lluvia, las nubes cubrieron el campamento donde estbamos nosotros, ni siquiera nosotros que nos encontrbamos all, podamos ver bien. Los aviones no pudieron entrar, ni mirar dnde quedaba el humo de la bomba del helicptero. Escuchamos que tiraron una bomba por otro lugar Las nubes eran oscuras La gente estaba muy contenta, porque ya no se escuchaban los ruidos de los aviones.
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Empezamos a salir nuevamente llegamos a un lugar que nos pareci bien como a las dos de la madrugada; limpiamos el suelo un poco u empezamos a cocinar, para que cuando amaneciera el humo de nuestros fuegos ya no se note. El padre Marcos colg su hamaca A los dos das, como el ejrcito ya detect el lugar, llegaron nuevamente los aviones de guerra a tirar bombas En unos minutos acabaron con todo. Nosotros ya no estbamos. Cayeron bombas de 500 libras; dejaban un hoyo grande Destruyeron todas nuestras champitas. Tuvimos que buscar otro lugar para la gente. Pero dimos gracias a Dios que a ninguno nos haba pasado nada, estbamos todos vivos. Pensamos que era Dios el que nos haba defendido con las nubes cuando se oscureci la montaa. Fue el da de San Juan, el 24 de junio. Esto es como un gran milagro de Dios con las comunidades; no nos pas nada, y quiero dar testimonio de lo ocurrido en ese tiempo.

EL EJRCITO DESCUBRE LA SACRISTA EN LA SELVA


Para las cosas de la Iglesia, en las Comunidades de Poblacin en Resistencia de Ixcn, habamos cavado una cueva bajo tierra, como un subterrneo. Tenamos all las cosas que nos sirven para la Santa Misa, libros de cantos, libros para las celebraciones, algunos ornamentos, mquina de escribir En ese ao 1992, el ejrcito encontr la sacrista, el subterrneo. Se llevaron los archivos All tenamos tambin listas de la gente que se encontraba en las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Haba bastante informacin que nicamente perteneca a la Iglesia. Inmediatamente decidimos comunicar todo esto al Obispo de Quich, para que cuando a l le reclame el gobierno, ya tenga la informacin necesaria para que pueda defender la presencia de la Iglesia catlica en las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Tambin se llevaron los archivos del padre Ricardo Falla, por este motivo, el padre Falla ya no pudo seguir apoyando el trabajo
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pastoral con su presencia en las CPR. Pero el Equipo s pudo seguir en las comunidades de las CPR10. Despus de todos estos acontecimientos, consegu arreglar mis papeles para poder participar en las Asambleas Diocesanas de la Dicesis de Quich, que se realizaban en Chichicastenango. En la reunin de los laicos, me pidieron que diera el testimonio de cmo estaban las comunidades en resistencia; particip junto con otro compaero de las CPR de la Sierra. En relacin con esto, voy a escribir lo que sucedi con el seor Nuncio, en abril de 1993. En ese ao la Dicesis de Quich invit al seor Nuncio Apostlico del Papa, para que pudiera escuchar a los agentes de pastoral de la Dicesis durante la Reunin que se hace cada cuatro meses; Monseor Julio Cabrera me invit tambin a m, para participar en la reunin con el seor Nuncio; se llev a cabo en el saln de la Casa Social de Santa Cruz del Quich. Tambin los prrocos de las parroquias de Chajl y Nebaj hicieron una presentacin para hablar de cmo estn sufriendo las comunidades por causa del ejrcito; de las masacres, de los sobrevivientes que estaban bajo una constante represin. Los sacerdotes dijeron que era muy importante seguir con el acompaamiento de la gente, para denunciar las violaciones de todo tipo, que contra la gente cometa el ejrcito. Yo quera hablar, y hubo un poco de silencio con aquellas intervenciones, y me pareci bien decir al seor Nuncio unas palabras: Que si algo de lo que estbamos haciendo en la Iglesia no estaba bien, nos deberan perdonar, porque el mensaje de la Iglesia es de perdn; que recordara lo que se deca en el Padrenuestro, perdnanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden Y aad todava un poco ms: Seor Nuncio, todos vemos que usted lleva una cruz sobre el pecho Esa es una cruz bonita Pues la iglesia ahora es como esa cruz, porque la iglesia est sufriendo, y sufre en las comunidades donde son perseguidos por el ejrcito. Usted lleva la cruz sobre el
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FALLA, P. Ricardo, SJ., HISTORIA DE UN GRAN AMOR. Recuperacin autobiogrfica de la experiencia con las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Ixcn. Ed. Universitaria, Guatemala 1995

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pecho, ah pegada a su corazn. Pues yo tambin le quiero suplicar que as como esa cruz, lleve junto a su corazn la cruz en la que estn clavadas las Comunidades de Poblacin en Resistencia. Yo habl as, porque con las palabras del seor Nuncio, nos sentimos ofendidos, porque no estaba nada a favor del pueblo que est sufriendo. Mientras l hablaba, estaba escuchando atentamente, sentado entre los sacerdotes y las monjitas; qu le puedo decir?, reflexionaba yo en mi corazn; si hablo o no; pero me dije, si no hablo, a qu vine a esta reunin, porque yo estaba pensando en el sufrimiento de las comunidades, qu puedo hacer? Aunque saba que el que hablaba era el Nuncio, pens que tambin l era humano aunque tena poder Me decid y le ped la palabra Los sacerdotes presentes estaban se los vea contentos cuando empec a hablar, esto me anim. En primer lugar, le ped disculpas, porque era un laico, pero que estaba de acuerdo con lo que haban dicho los sacerdotes Y creo en la oracin del padrenuestro que Jess nos ense. Podemos perdonar, pero se perdona cuando el ejrcito reconozca los errores, pero el ejrcito no reconoce nada de las violaciones que estn haciendo, con el fin de acabar con la pobre gente de las aldeas donde vivimos. Di un ejemplo: Qu puede hacer en este momento el seor Nuncio, si aqu en este lugar, mientras est el Obispo, los sacerdotes, las religiosas, entra el ejrcito a maltratar y matar a los que estn presentes? Le pregunt: Ser que usted, Monseor, sera capaz de aguantar, si queda vivo, sin denunciar todo lo malo que aqu se hizo? Y creo es un pecado -le dije-, estar a favor de los que hacen mal, aunque uno diga que est entregado a Dios, pero si no denuncia lo malo, no ser un discpulo bueno Y termin: esto es lo que yo le tengo que decir, Monseor, ah me disculpa Todos los presentes, los padres y las religiosas se sintieron contentos. Algunos meses despus, el seor Nuncio, que se llama Juan Bautista Morandini, cumpli lo que haba prometido, y lleg a visitar las Comunidades de Poblacin en Resistencia, con los Obispos de Quich y Huehuetenango: Monseor Julio Cabrera y Monseor Julio Bethancourt. Lleg a Cuarto Pueblo, y me dijo: Hoy s creo lo que me dijiste, porque estoy escuchando los testimonios de las comunidades, y es como t nos hablaste en Quich.
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Para mi esas palabras fueron un regalo de Dios, de poder hablar en las reuniones importantes de la Iglesia.

ACUSACIONES CONTRA EL PADRE RICARDO FALLA


Ahora empiezo la narracin de otra historia que nos sucedi cuando el ejrcito entr en aquel lugar sagrado para nosotros, pens que haba dado con el archivo de la guerrilla o saber qu pensaron. Unos das despus los medios de informacin empezaron a hablar del tema, se acusaba al padre Ricardo Falla de guerrillero. Era una forma de desacreditar la labor pastoral del padre Marcos. Era una acusacin sin ningn tipo de fundamento Lo acusaban de comandante, que yo sepa no hay comandantes en la Iglesia; cmo es que un comandante va a bautizar y al mismo tiempo lo llaman guerrillero? No dice el ejrcito que la guerrilla es gente atea? Y entonces, por qu acusan al sacerdote que nos acompaa con tanta dedicacin, de guerrillero? O es que los de la guerrilla ahora ya creen en Dios? Bueno, a m me venan unas cuantas palabras a mi mente para demostrar que el padre Marcos era nuestro sacerdote y no un guerrillero. La gente esto lo entenda. Pero el ejrcito se aprovech de la ocasin. Uno puede examinar los documentos que se llevaron con lupa, y no encontrarn por dnde acusar al padre Ricardo Falla. Los que conocamos la relacin con la guerrilla, con los miembros del Ejrcito Guerrillero de los Pobres (EGP), sabemos que haba diferencias con la Iglesia y tambin hubo roces. El padre Ricardo Falla y el Equipo de Trabajo Pastoral de los Catequistas, mantenamos nuestra autonoma como miembros de la Iglesia. Nosotros sabamos quines eran ellos y quines somos nosotros; la guerrilla es la guerrilla, y esto lo puedo decir porque lo conoc y puedo dar testimonio, porque en las relaciones de los Catequistas con el EGP tambin haba diferencias y discrepancias. Se daban situaciones en las que el EGP no estaba de acuerdo con las decisiones que tomaba la Iglesia; del mismo modo, nosotros no
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estbamos obligados a seguir sus consejos. Nosotros mantenemos nuestra fe y seguimos con el pueblo en la resistencia aunque estemos en medio de los lugares donde tambin se mueve la guerrilla Por otro lado, nos dbamos cuenta de que la guerrilla no atacaba nuestra fe, no persegua ni mataba a los campesinos, nunca quemaba nuestras casas, ni macheteaban nuestras siembras, no llegaban a secuestrar a nuestra gente No tenamos que acusarlos de cosas malas en este sentido. Haba colaboracin y entendimiento, porque cuando entraba el ejrcito en una ofensiva contra la gente, la organizacin de la guerrilla lo que hace es mandarnos un aviso rpido, porque que os avisaban, nos avisaban, y esto era algo que siempre les tenemos que agradecer. Los desacuerdos eran en aspectos pequeos. Para el EGP la labor de los Catequistas deba reducirse a lo estrictamente religioso, a celebrar los Bautismos, a tener las Celebraciones de la Palabra de Dios, a preparar a los nios para la Primera Comunin Es decir, las cosas estrictamente religiosas. Pero si el Catequista entra en otras situaciones empiezan las dificultades, por ejemplo hablarles a la gente de la situacin poltica, de cmo la ve la Iglesia. Yo creo que es un deber del Catequista acompaar a la gente tambin en este aspecto. No podamos dejar de hacer las denuncias. El EGP entenda que todo esto les corresponda a ellos, no a nosotros. A pesar de este problema, nosotros siempre seguamos haciendo las denuncias Aos despus pas lo mismo con el tema de la salida al claro, para que se nos conociera en el mbito pblico. La gente de las comunidades apoyaba nuestra propuesta de salir al claro, y los Catequistas en nuestras reuniones preguntamos a la gente sobre qu les parece Y la gente nos empezaba a decir que s, que era necesario, que estamos cansados de vivir bajo la montaa y es bueno que la Iglesia o la solidaridad Internacional nos apoye con los acompaamientos y as podamos salir al claro. La gente quera tambin estar en su tierra, criar animales, hacer sus siembras con tranquilidad Pero cmo se poda tener esto si siempre estbamos hostigados por el ejrcito? De esta manera dialogbamos con los dirigentes del EGP, y con frecuencia no les gustaban nuestras propuestas
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Cuando acusaron al padre Ricardo Falla era el tiempo de las negociaciones de paz; me pareca que si el Gobierno estaba tan seguro de lo que deca el ejrcito, y tenan plticas con los Comandantes de la URNG, por qu no les preguntaron a los Comandantes a ver si el padre Falla era guerrillero? Si llevaran al padre Marcos a una de esas reuniones para ver qu son capaces de hablar ante su presencia, seguro que el padre Marcos se iba a rer de todos ellos La Iglesia catlica no puede pensar como el gobierno, ni como el ejrcito. La Iglesia siempre tiene que ver las cosas que necesita la comunidad, la gente, tiene que velar por los derechos del pueblo El ejrcito en cambio, nos reprime, nos persigue, siembra el sufrimiento entre la gente

HERMANOS EVANGLICOS
En las CPR se vivi mucha hermandad entre todos. Entre nosotros haba hermanos evanglicos de las iglesias Pentecosts y Centroamericana. Es cierto, ellos se sentan un poco ms solos porque no tienen un pastor evanglico que los dirija, nadie entr a la resistencia, como los sacerdotes catlicos. Los Catequistas, al ver su situacin, solicitamos la posibilidad de que entrara algn pastor evanglico. Pero no se pudieron encontrar pastores que directamente quisieran entrar para consolar a la gente y quedarse con ellos. Entonces pensamos otra solucin, y decidimos tener encuentros y oraciones que llamamos ecumnicas; cuando nosotros tenamos algunas jornadas de oracin, los invitbamos a ellos para que nos acompaen. Haba cantos, haba coros que tocaban con guitarras A veces ellos proponan las lecturas de la Palabra que podamos hacer, y tambin entonaban los cantos. Eran encuentros muy bonitos, haba mucha convivencia y hermandad. El apoyo siempre llegaba por medio de la Iglesia catlica, y a los evanglicos les hubiera gustado que algn pastor entrara con la solidaridad; pero no. De todos modos, lo que nos llegaba se reparta entre todos por igual.

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COMPRENSIN EN MEDIO DE LOS PROBLEMAS


Quiero referirme ahora a los problemas que siempre hay en las familias. Vamos a suponer que un matrimonio estaba peleado, no se entendan o se separaron, tal vez la mujer se haba marchado a vivir con su mam y el hombre se quedaba slo cuando vena la emergencia por la ofensiva del ejrcito, qu hizo la mujer? Lleg luego a la casa del marido, para platicar con l y ver qu hacan con las cosas Y se terminaba el pleito de alguna manera tenan que ponerse de acuerdo para salir con las cosas o ver qu hacan con ellas Y tal vez ya se fueron a dormir juntos, y as se terminaban las peleas. Lo mismo se puede decir con la religin. Antes de la represin s haba problemas entre nosotros, que unos catlicos, que otros evanglicos Los evanglicos con sus capillas grandes, a veces hacen las reuniones en la plaza, empiezan a gritar en los mercados Porque hay que distinguir, que una cosa eran las capillas y otra los misioneros que gritaban en los mercados Pero cuando vino la represin, los que eran ms gritadores, fueron los que primero se fueron al refugio Tambin pas en la Iglesia catlica, que casi todos los Animadores de la fe se fueron tambin al refugio Pero los que nos quedamos tratbamos de entendernos mejor; cmo bamos a pelear, si tenamos el ejrcito detrs de nosotros? Yo digo que el ejrcito nos hizo el favor de unirnos, ellos con su represin slo consiguieron que nosotros nos amramos ms Desgraciadamente, cuando han venido los tiempos en que ya se firm la paz, las cosas empezaron a cambiar; porque ahora s llegaban los pastores evanglicos con sus ideas, y no favorecieron el ecumenismo que nosotros tenamos cuando vivamos bajo la montaa. Lo mismo pasa con nosotros, queremos que los sacerdotes que lleguen a nuestras comunidades nos ayuden a vivir unidos, no a fomentar la divisin; no queremos que pase lo que sucedi con el padre Estanislao. Monseor Julio Cabrera, que es el Obispo de
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Quich estaba muy de acuerdo con nuestra manera de pensar, nos apoyaba, y quera que siguiramos trabajando de la misma manera. Para nosotros siempre ha sido un problema el tener que pensar que muchos de los soldados que llegaban a nuestras comunidades eran indgenas, personas de familias muy humildes. Primero, tal vez los agarraron y se los llevaron obligadamente al cuartel. Esto pasaba. Es doloroso pensar cmo el ejrcito les turb la mente y los obligaba a matar Esto era lo que pensbamos al ver lo que hacan con la pobre gente de las CPR, los perseguan como si la gente fueran demonios El ejrcito les ense a creer que son subversivos, y los subversivos hay que eliminarlos Era la ideologa que les metan en su mente. Es como su un padre de familia tiene varios hijos que viven en un pueblo, y les dice que la gente de la otra aldea son cabritos, son malos Pero ellos no se han parado a pensar si de veras es as Y llegan a aquel pueblo considerando a toda la gente negativamente, que son puros cabritos, porque as les ense su pap. Lo mismo los soldados, se meten en las comunidades sin saber, slo con la idea que el ejrcito les ha metido en su cabeza. No piensan. Nosotros cuando decidimos salir al claro no fue porque nos rendimos Nosotros durante 11 aos hemos mantenido nuestras propias autoridades No creo que el ejrcito cambie o vaya a reconocer todas las injusticias que cometieron; pero s creo que los evanglicos pueden caminar hacia adelante, y no volverse a lo anterior.

MARZO DE 1993
En marzo de 1993 los representantes del Trabajo Pastoral de las Comunidades de Poblacin en Resistencia tuvimos nuestra primera reunin oficial con los agentes de pastoral de la Dicesis de Quich. Anteriormente mencion, la situacin que se dio con la visita del seor Nuncio. Pero uno de los problemas que tenamos que plantear a la Dicesis era saber qu parroquia se podra encargar de las distintas Comunidades de Poblacin en Resistencia, de acuerdo con la ubicacin geogrfica de cada una. El padre Bernardo, que estaba en la parroquia de San Jos Ixcn, en Tzalbal, dijo que
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como parroquia, l no poda ayudarnos. Tena razn, porque el ejrcito lo estaba controlando constantemente; y en ese tiempo las CPR, son para el ejrcito lo mismo que la guerrilla. En agosto de ese mismo ao tuvimos una Asamblea de Catequistas de las CPR, con los Catequistas de los Retornados, en la comunidad de Santiaguito Estaba presente un seminarista jesuita, Francisco Iznardo, Paco. El problema era tratar la manera de colaborar con ms unin porque las dos partes estbamos sufriendo mucho. Hicimos un recuento de todos los catequistas asesinados, de los secuestrados, a ellos los llamamos nuestros mrtires, junto con el padre Guillermo Woods, el primer mrtir en Ixcn. En esa Asamblea decidimos qu nombre le bamos a poner a la nueva Parroquia: Candelaria de los Mrtires. Esta decisin fue aceptada por el Obispo de Quich, Monseor Julio Cabrera; acept que la fiesta se celebrara el da dos de febrero, fiesta de la Virgen de Candelaria, en el aniversario del nacimiento de nuestra parroquia. Abarca las siguientes comunidades: Primavera del Ixcn, Cuarto Pueblo, Los ngeles, Ixtahuacn Chiquito, Mayaln, San Lorenzo. Hicimos dos celebraciones grandes ese ao: El dos de febrero, da de la Virgen de Candelaria, celebramos en Pueblo Nuevo; y el da 14 de marzo, da de los Mrtires, celebramos en Cuarto Pueblo, porque all fue la gran masacre. En ese tiempo la parroquia se empieza a formar, pero sigue funcionando el Equipo de Trabajo Pastoral. No existe todava un lugar para guardar las cosas de la iglesia Haba gente de las CPR pero tambin retornados, que haban regresado de los campamentos de Mxico No tenemos iglesia; la gente vive en champitas. El Santsimo lo seguimos llevando como en las CPR. El padre Paco nos dice que no pensemos ahora en construir una iglesia; pensemos mejor en la gente, en cmo se va a ubicar, que primero tengan sus casas y luego emprendemos los trabajos para la iglesia. Quisimos que la parroquia se llamara Candelaria de los Mrtires, porque el da 2 de febrero, las Comunidades de Poblacin en Resistencia, pudimos sacar un comunicado en los medios de prensa,
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nacional e internacionalmente, para que todo el mundo sepa quines somos, y que ya podemos salir con libertad de la montaa, sin miedo, de tal manera que se reconozcan los derechos de toda la poblacin, se respete su vida y ya no sean perseguidos por el ejrcito. Esto fue el 2 de febrero de 1994; hubo una celebracin con varios sacerdotes, y presidida por el padre Melo, que es jesuita, y fue el que sucedi al padre Falla en Ixcn. Esto es algo importante que tenemos que recordar. En el ao 1995 las parroquias de Ixcn, se organizan para formar la Zona Pastoral de Ixcn, de la Dicesis de Quich; pero en la siguiente reunin se volvi sobre el tema, y se cambi el nombre: Regin Pastoral, y ha quedado.

REMHI
Ese ao empiezan los trabajos para la Recuperacin de la Memoria Histrica de Ixcn (REMHI); se organiz un Equipo de agentes de pastoral, sacerdotes y laicos o laicas, para empezar a escribir el testimonio de las personas de cada comunidad. Pero sucedi que la gente no est conforme, hay divisin. Y esto se vio cuando hicimos una reunin para los cursos de preparacin al trabajo. Los Catequistas de las comunidades donde la gente tuvo que participar en las patrullas de autodefensa civil se juntaron a parte, los de los retornados hicieron lo mismo, separados, los Catequistas de las CPR, igual. Yo sent una gran tristeza, porque la divisin es clara Y lo que queramos era que con la devolucin del trabajo se buscara la unidad de la gente. El primer trabajo de ese ao fue el de la reconciliacin entre la gente; sabamos que los muertos haban quedado enterrados en diversos lugares, otros haban sido quemados Se pens en las exhumaciones, empezando por Cuarto Pueblo, para enterrar con dignidad a todos los masacrados por el ejrcito. Las CPR y los retornados nos unimos en este trabajo, y le pedimos a CALDH que nos ayudaran para hacer los trmites legales que se necesitan para la exhumacin, y asumieron el trabajo de las exhumaciones una organizacin, el Centro de Antropologa Forense
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Centro de Accin (CAFCA). Los policas hicieron la vigilancia durante todo el tiempo que dur la exhumacin. Lo que encontramos eran huesos en medio de cenizas, pedacitos de huesos Sacamos 30 quintales de huesos. La gente llor por sus familiares al ver que estaban all enterrados.

AO 1996
Como iglesia se pens que para unir a los diversos sectores, era bueno tener promotores de derechos humanos. Lo logramos. Luego pensamos en promotores agrcolas, y el IBIS nos ayud a promover el proyecto. Con esto se pudo capacitar en agronoma a los promotores de las comunidades. Con esto, comienza a caminar la Pastoral Social de la Iglesia en Ixcn. Fueron tambin frutos de unidad para la gente. 15 de Agoto 1996. Dej la Sagrada Eucarista en la iglesia de Cuarto Pueblo, la puse en manos del prroco, que lleg para la celebracin. Cuando se la entregu, sent una gran tristeza, porque durante 12 aos yo la llev, y fui el responsable de cuidarla durante todo el tiempo que trabajamos con las CPR. Sintiendo profundamente lo que estaba haciendo, cre conveniente que ya haba llegado el tiempo de dejar el Santsimo en el sagrario de la iglesia. Cuando estbamos en la montaa, en las horas de emergencia y el ejrcito nos persegua, trat de cuidar bien el Santsimo durante ese tiempo, tal vez, nunca permit que cayera en manos del ejrcito durante doce aos. Es cierto, no tuve un lugar donde descansar, no tuvimos una capilla, Jess camina con nosotros. El da que dej el Santsimo en el altar lo hice pensando que era la fiesta de la Asuncin de la Virgen Mara, patrona de Guatemala, pidiendo por la paz y la reconciliacin de toda la gente de Guatemala. En este ao llego de nuevo a mi tierra de Cuarto Pueblo, empiezo a reconocer nuevamente la tierra que haba cultivado muchos aos antes. Se siente una gran alegra al ver la propia tierra. Comenc de nuevo a construir mi casa Es como empezar la vida de nuevo, porque durante doce aos habamos permanecido fuera de nuestras parcelas.
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LOS MRTIRES
En 1997 hicimos un monumento, la casa de los mrtires, como un monumento, para guardar los restos de las exhumaciones; se escribieron los nombres de los mrtires. Este lugar era para nosotros como un museo o lugar sagrado, para tener la presencia de los restos de todas las vctimas, con sus nombres Los fuimos colocando en tinajas, uno puede tomar los restos con sus manos, y sentimos como que uno est platicando con sus familias; nos hace recordar la historia, la vida de ellos. Cada 14 de marzo celebramos el aniversario. Llega muchsima gente a visitar los restos de sus familiares; tambin llegan el da de los difuntos, el 2 de noviembre, cada ao. El 7 de diciembre, da de Concepcin, se bendijo la casa de los mrtires; se hizo la inhumacin de los resto de los mrtires. El da anterior, 6 de diciembre, se hizo una caminata por todos los caminos del municipio, para recordar todo lo sucedido en los aos de la violencia. Presentamos los restos frente a la Municipalidad de Playa Grande. Los policas de la Municipalidad nos dieron todo el apoyo para realizar con libertad este acontecimiento. En la tarde la caminata sigui de regreso a la comunidad, agradeciendo a Dios por el trabajo de toda la comunidad; as hicieron las otras cuatro comunidades que forman parte de la Cooperativa. Tenamos acompaantes internacionales que aterrizaron tranquilamente en la pista en avionetas, y la visita a Playa Grande, se hizo con confianza y libertad. Vino el Vicario General del Obispo a dar la bendicin a la casa de los mrtires. Esto lo quiero dejar como una Historia para la comunidad. En el ao 2004, acordamos hacer 12 estaciones de viacrucis, para recordar la historia de los mrtires. Estas pinturas se quedaron en el pueblo. Nos recuerda cmo fue la muerte de los mrtires. El tiempo que llev la realizacin de estas pinturas fue de tres aos. Y esto fue lo que hicimos: 1. Se hizo un viacrucis recorriendo los lugares donde muri cada una de las personas, pensando cmo estos hechos fueron tan
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crueles. Tardamos dos das en sacarlo, escribiendo estacin por estacin. Este recorrido me cost mucho, al recordar la vida de los mrtires. 2. Estos escritos los llev con algunos sacerdotes, para dar bien la forma a cada una de las estaciones; lo que cuesta es encontrar a un pintor que lo pueda hacer; y luego, no tengo dinero para las estaciones. Cada cuadra de pintura cuesta dos mil quetzales, y para las doce estaciones se necesitan 24 mil. Acab el ao y estoy triste, porque no encuentro la forma de hacer las estaciones, no tengo dinero. 3. Habl con las Hermanas Esclava del Sagrado Corazn de Jess, ellas me dijeron que van a platicar con sus Hermanas religiosas para ver si podemos encontrar los pintores y ver cmo se puede hacer para el fondo que se necesita para pintar las estaciones. Al fin encontraron a una mujer pintora, de Italia, se llama Teresa. Empez a leer todos los escritos que tenamos, y luego comienza a hacer las primeras pinturas; por mi parte, la acompaaba y trataba de corregir algunas, para dar mayor significado a las pinturas. As fue como se pudieron hacer las estaciones para la comunidad Cuarto Pueblo. 4. La comunidad recibi las estaciones como si fueran el propio sufrimiento del pueblo. Desde entonces tenemos las estaciones, y cada Semana Santa, nos permite recordar la vida de los mrtires que juntamos con la pasin de Jess. Al contemplar las estaciones, resulta muy duro de aceptar cmo el ejrcito de Guatemala cometi tantas violencias con la gente. Estas imgenes se llevaron a otros pases, para que tambin conocieran la vida de los mrtires, con las estaciones del sufrimiento del propio. 5. Cuando terminamos este trabajo, el padre Paco me dijo: Marcelino, ahora ya puedes descansar de todos tus trabajos de Catequista! Es bueno que la comunidad nombre otros Catequistas para que puedan continuar el trabajo. Tambin pens que estas pinturas podan ofender al ejrcito y al gobierno, porque con las estaciones, qued para siempre plasmado en
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pinturas los horrores de la violencia, para que nadie olvide lo que el pueblo padeci, con las grandes masacres con las que quisieron acabar con toda la gente. Obedec al padre Paco, y dej en ese tiempo de ser Catequista en la comunidad, pero segu con otra misin, la Pastoral Social.

VISITAS A OTROS PASES


Trabajando con la Iglesia acompaando a las Comunidades de Poblacin en Resistencia, fue un tiempo difcil, pero tambin se aprende mucho. Pudimos aguantar esos aos. La convivencia de esos aos nos dej muchas cosas positivas; con la gente aprendimos qu es en verdad ser un cristiano. De la misma manera, yo tambin tuve la oportunidad de conocer otros pases. Mi primer viaje fue en 1991, por medio de Accin Cristiana Guatemalteca ACG. Visit Holanda y Blgica, En Holanda tuvimos que presentar los testimonios de las CPR. Y los refugiadas en Mxico, hicieron lo mismo. Luego tuvimos un encuentro en la Parroquia de Don Bosco, con la que hicimos una hermandad. Se hizo como el smbolo de un matrimonio; pusimos el anillo, y nos comprometimos que nosotros pasaramos toda la informacin sobre los sufrimientos de la gente en las CPR, y las personas de la solidaridad, iban a platicar con el Gobierno de Guatemala, para que dieran el respectivo reconocimiento a las CPR como poblacin civil en resistencia. Fue un gran apoyo el que nos dieron. En 1993 fui a Suecia y Holanda. En Suecia participamos en un encuentro con la Iglesia Luterana de ese pas, ellos nos hicieron la invitacin y consiguieron el fondo para que pudiramos viajar. Escucharon los testimonios de las CPR y de los Catequistas. Hicimos un acuerdo con ellos para que nos ayudaran con una publicacin en los medios de informacin, para la salida al claro de las CPR. Se hizo de la misma forma que en la Parroquia Don Bosco de Holanda. Para mi fueron dos momentos muy importantes: una la salida al claro con su apoyo y, la otra, la cofinancia con la Iglesia de las CPR.
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El Obispo Monseor Julio Cabrera, que en ese tiempo era nuestro Obispo en la Dicesis de Quich, tambin hizo una gira por esos pases, y le contaron que yo haba pasado, que les haban gustado los testimonios que dimos sobre la iglesia en las CPR, y en general todo lo relacionado con la Dicesis de Quich. Entonces Monseor Julio me dijo: Marcelino, t has visitado otros pases, por qu no pasas por las parroquias de la Dicesis. Le dije que hablara con los prrocos de cada lugar, para coordinar cada visita. En 1996, fui a Alemania, con invitacin de la Iglesia catlica. Asist a 30 aos la tnica sagrada de Jess, que segn las leyendas, esta ropa fue la que rifaron durante la noche de la pasin de Jess, cuando lo torturan y rifaron la tnica, lo gan uno de los soldados que maltrataban a Jess, y l se la dio a su mam, que se llama Magdalena. En ese tiempo los soldados tenan que servir al imperio de Roma, de all sali la orden. Esa mujer guard la ropa en un templo de Alemania. Cuando ella se muri, encontraron la sagrada tnica. Hoy est guardada en la Catedral, y cada 30 aos la sacan para mostrarla a la gente, y que el pblico la pueda conocer. Cuando el obispo de Alemania habl, yo no lograba entender bien, de qu se trataba, y le pregunt: Seor Obispo, de quin es la Sagrada Tnica? l me explico cmo lleg aquella ropa de Jess a Alemania y Roma. Cuanto sacaron la tnica sent que era un gran regalo, porque nunca en mi vida haba conocido esa tnica, que no tiene costuras. Empezaron a sonar las campanas y las bombas, pero cohetes. Yo recordaba las ropas de los mrtires de Cuarto Pueblo Nos hincamos frete la Sagrada Tnica; eran las 9 de la noche y me levant de mi oracin a la una de la maana. No sent cmo se pas el tiempo, y Monseor nos llev a descansar. Al da siguiente, cuando el Obispo me salud en la maana, me pregunt cmo me senta, y me puse a contarle lo que senta Y l me dijo: Por qu no retrasa su regreso a Guatemala? Le dije que s se poda, pero despus de la misin que est en agenda. Pude conocer otros lugares. En el ao 2000, despus de la Santa Misin que se tuvo en la
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Dicesis de Quich, particip en el Congreso Misioneros representando a Guatemala; viaj con mi esposa, y tambin me acompa Marcelino Cano, de Nebaj, con el que me haba encontrado en las visitas a las CPR de la Sierra. Presentamos el trabajo de la Santa Misin. Cuando se present cada pas, mi esposa llevaba la reliquia de las cenizas de los huesos de nuestros mrtires, y yo llevaba la bandera de Guatemala. Como Catequista, sent que todo aquello era un gran regalo que la Iglesia le hace a uno; todos los gastos los asumi la Iglesia. Hubo un encuentro donde presentamos cmo se hizo la Misin en cada pas; nosotros presentamos la experiencia de la Santa Misin en la Dicesis de Quich, con los hermanos de lengua latina, los que hablbamos espaol. La visita fue rpida, de 4 das. Pero antes tuvimos la oportunidad de asistir a una audiencia con el Papa Juan Pablo II. Asistimos a la celebracin de la Santa Misa, y nos daba pena, porque l estaba enfermo, y casi no poda hablar; le temblaban las manos al pronunciar su homila. Lo bueno es que nos dio la bendicin, y fue una gran oportunidad, porque pienso que no siempre es el Papa el que nos da la bendicin; muchos estaban lejos, nosotros estbamos cerquita del Papa. Fue un gran regalo. En el ao 2002, el comit de solidaridad de los cristiano de Italia, me invitaron como laico que era, para que hiciera un recorrido por Italia, dando un testimonio de la Iglesia de Guatemala, y lo principal, tengo que decir, que lo hice como parte de los laicos de la Iglesia en Ixcn. Acept; me prepar bien y viaj junto con mi esposa. Para esta visita fuimos con mucho tiempo y, al final de todo el recorrido, lo sent como una peregrinacin, porque tuvimos la oportunidad de visitar algunos lugares de mucho significado para la fe, lugares de los que no haba escuchado y menos que los hubiera visto. Estuvimos en la Catedral de San Marcos Evangelista, en Florencia Luego visitamos Roma; me vino la idea de hacer un retiro en el Coliseo de Roma, donde ejecutaron tantos mrtires cristianos. Ped si se poda ver el lugar donde estuvo preso San Pablo, en la crcel. Y los que nos dirigan estuvieron de acuerdo, y nos llevaron a ese lugar Estuvimos tres das haciendo todo el recorrido por Roma; en cada lugar meditaba Vi las
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representaciones que muestran cuando tiraron a los cristianos frente a los leones; uno pagaba, y le colocaban como un telfono, donde te explicaban cmo haban sido los sufrimientos de los apstoles Pedro y Pablo en Roma. Cuando llegu a la baslica de San Pedro llegamos al sepulcro donde lo enterraron, en el Vaticano Cuando llegu a la casa de los Jesuitas, un padre nos explic cmo estaba enterrado San Pedro Y cmo arriba de la tumba celebra el Papa, donde hace el juramento de ser el seguidor de San Pedro, pues el mismo Jess as lo dej, y slo un Papa hay para todo el mundo. El Vaticano es un lugar pequeo, pero es respetado por todo el mundo. Cada vez que he llegado a Roma, dos veces, ha sido como renovar el compromiso de seguir trabajando con la Iglesia, trabajando como Catequista, conociendo los fundamentos de la Iglesia. Aunque por otro lado, tambin se puede ver que la Iglesia maneja muchos bienes, y es demasiado el poder que tiene la jerarqua. Hay muchos lugares de negocio, los museos son negocio Y los padres all s son importantes.. Para llegar a ver al Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, solicitamos el permiso 15 das antes, y luego tuvimos que pasar por el control de la seguridad, es como entrar con un rey, verdad? Pero mirando la otra cara, es muy maravilloso ver la entrega total de los seguidores de Jess; cuando los apstoles estn en la crcel, un nio que se llamaba Tarsicio, que participaba en las celebraciones de los Apstoles, cuando daban la comunin, a l no se la daban por ser nio. Entonces, cuentan que l les llevaba el pan a los apstoles que estaban presos en la crcel. Cuando los soldados se fijaron que l llevaba la comunin a los encarcelados, lo mandaron matar por el camino, solo por darles la comunin a los encarcelados. Es triste escuchar la vida de este santo, pero es la realidad en los seguidores de Jess. Yo pienso que este fue el gran regalo que Dios me ha dado a travs de las personas cristianos que nos invitaron y dieron su aporte econmico para los pasajes y la comida. Gracias por ello. Yo
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cuento mi historia, lo que he visto y lo que recuerdo de la vida de los Apstoles.

QUIERO TERMINAR ESTA HISTORIA


En todo este relato no he contado todo lo que nos pas; es casi imposible. Pero s queremos ir juntando lo de todos, la vida de la gente, por lo menos desde 1983 Queremos que nuestros hijos y nuestros nietos conozcan esta historia. Se la tenemos que ir contando poco a poco. Tambin es importante que la entiendan bien, porque hoy hay mucha confusin y ha vuelto el divisionismo. Recuerdo que en una ocasin hablando con los nios todava pequeos, pero que ya entienden algo, nos preguntaban: y si uno no conoci al pap, porque se muri en la violencia, dnde podemos conseguir su foto? Cmo pueden saber cmo era su pap? Otro nio deca: Por qu Dios dej al ejrcito aqu, si el ejrcito mata; por qu Dios lo cre? Y claro, tenamos que explicarles un poco que el ejrcito estaba all, y lleg a reprimirnos, pero no lo cre Dios Lo que s es cierto es que todos tenemos un poquito de la historia; nadie puede decir que l sabe todo lo que sucedi en la violencia, y nadie de las comunidades puede afirmar que no sabe nada. Todos tienen un poquito, y no es cierto que solamente uno lo conozca todo, verdad? Tenemos que pedir apoyo para hacer todo este trabajo Hay que juntar las historias cmo podrn entender todo lo que nos pas aquellos nios que estn naciendo ahora, o que van a nacer dentro de algunos aos? No se puede esconder la historia, que ms que historia es la vida de la gente, sus sufrimientos, los dolores por perder a los seres queridos, la lucha para sobrevivir en medio de la guerra. No slo es importante que lo conozcan nuestros hijos y nietos, sino que lo conozca el mundo, porque en la represin de nuestra gente tambin est la responsabilidad de otros pases, los que venden armas, los que apoyan la violencia, los que mantienen la discriminacin. Ahora nos toca luchar para que en Ixcn la gente viva mejor, en paz, con alegra, que se vea el desarrollo Que los nios se acostumbren desde pequeos a respetar la vida de los dems, que la muerte es
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lo que ms nos aleja de Dios. Confiamos en seguir adelante sabiendo que Dios nos seguir dando fuerzas para luchar por la justicia, la verdad y la dignidad de la gente.

Profetas mayas, gritad: No morirn los quetzales, Que llega la libertad! La sangre de los leales Nos ha salvado la herencia. Poblacin en resistencia, Ponte de Pascua y de pie. Ponte las galas de bodas, T la ms mrtir de todas, Santa Iglesia del Quich!
Pedro Casaldliga Obispo de So Felix do Araguaia, Brasil. En el 25 Aniversario de la Dicesis de Quich 28 de abril de 1992

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Foto de Jean Marie Simon Soldado sobre el campanario de la Iglesia de Nebaj, 1983

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MARCELINO CANO SAUCEDO

Marcelino Cano Director de Radio Nebaj, Enero de 2011

MARCELINO CANO SAUCEDO

ITINERARIO DE VIDA
Marcelino Cano nace en Nebaj, el 2 de agosto de 1959. De nio no pudo frecuentar la escuela. A los 13 aos, se integr de adolescente en la Accin Catlica para trabajar como Catequista. A los 16 aos fue nombrado secretario de la Junta Directiva de la Accin Catlica de su aldea. Confirmado por Monseor Juan Gerardi, Obispo de Quich. A los 22 aos contrae matrimonio con Zenaida Herrera, con la que tuvo un hijo: Pedro. Forma parte del Comit Pro-Mejoramiento de su aldea, y lo nombran monitor de los proyectos apcolas y de agricultura. Cuando se inicia la violencia, su aldea es duramente golpeada, y huyen a las montaas; el ejrcito asesina a su esposa, a su hijo y a su abuelo, junto con otras personas ms (1982). Al ao siguiente, despus de haber pasado un tiempo en las filas guerrilleras, contrae matrimonio con Fidelina Garca. Pasa a formar parte de las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra, desde 1983 a 1993. Desde 1994 trabaja en la Parroquia de Nebaj en diversos proyectos: Proyecto de Recuperacin de la Memoria Histrica (REMHI) y la Santa Misin Diocesana del ao 2000. Es representante parroquial en las Asambleas y Reuniones de la Dicesis de Quich. Particip como delegado por Guatemala en el Congreso Mundial de Misiones, en Roma, en el ao 2000.
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En 2006 recibe la Orden Monseor Gerardi de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. Actualmente es el coordinador de la Radio La Voz de Nebaj, en la Parroquia de Nebaj.

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LAS RACES DE MI FAMILIA


Mis orgenes son del Municipio de Chiantla, departamento de Huehuetenango. Mis paps son chiantlecos: Mi pap se llamaba, Luciano Cano, y mi mam, Francisca Saucedo Galicia. Eran de la aldea San Jos Las flores. Mis abuelos nacieron tambin de all. Por parte de mi mam: Simn Saucedo y Guadalupe Galicia. Los paternos, Augusto Mrida y Ricarda Cano. Mi padre llevaba el apellido de la abuela. Mis abuelos ya no viven. Mi mam falleci en 1997, y mi pap a finales del ao 2000. Mi pap se cas con una seora que falleci poco despus del matrimonio, se llamaba Pascuala Velsquez, de la que nacieron dos hijos, Roso y Fabin Cano. Posteriormente mi pap se conoci con mi mam, que tambin tena un hijo, Lucio Tello. Despus de su matrimonio, procrearon cinco hombres y cuatro mujeres. Yo ocupo el antepenltimo lugar, el octavo. Pero fallecieron tres. Con los medio her manos somos doce her manos. Mis abuelitos paternos vivieron en San Jos Las Flores. Mi pap y mis abuelos paternos se vinieron a Nebaj como emigrantes, buscando tierra. Yo ya nac en el municipio de Nebaj. En la aldea donde nacieron, en Chiantla, no tenan tierra, y la que arrendaban para sembrar, era pobre. Mi familia es campesina, vivan del cultivo de maz y frijol. Con lo que sacaban, hacan viajes para comerciar los productos, as fue como conocieron las tierras de Nebaj. Cruzaban por la Aldea de Palop, a tres horas a pie de la aldea de San Jos Las Flores. Vivamos en la parte alta de Salquil Grande, en Vijolm II, all vivimos hasta antes de la violencia. Cuando no haba carretera ni transportes, viajbamos a pie hasta Nebaj, el trayecto nos llevaba unas siete horas de camino.

RECUERDOS DE MI NIEZ Y JUVENTUD


En mis papeles de identificacin personal aparece la fecha de mi
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nacimiento el da 2 de agosto, pero mis padres me dijeron que tuvieron un atraso para asentar mi nacimiento en los libros de la Municipalidad, pero cuentan que la verdadera fecha de mi nacimiento es el 26 de abril de 1959 Mi pap acostumbraba poner los nombres de sus hijos de acuerdo con el almanaque, as como consta el 26 de abril. Recuerdo los tiempos de mi niez, cuando acompaaba a mi mam al mercado de Salquil Grande, le decamos La Plaza, pero en realidad, era un mercadito. Haba all una escuela, y vea a los nios jugar alrededor de la escuela. A m me entr la inquietud de entrar en la escuela. Pero en aquellos tiempos, a partir de los ocho aos, uno ya era til para trabajar en la casa, la pobreza era grande, y lo primero que le enseaban a uno era a cultivar la tierra, porque para mis paps y abuelos era la nica fuente de vida. Lo primero que tena que aprender todo hombre era cultivar la tierra, sembrar maz, frijol, papas, verduras... Esta es una primera razn de por qu no frecuent la escuela. Pero tambin la distancia, desde Vijolom II a Salquil, haba que caminar por lo menos una hora, y a mis paps les preocupaba mandarme solo slo a la escuela. El camino pasa por muchos guatales de bosque cerrado; el peligro est en los animales, por ejemplo, los coyotes o las dificultades del mismo camino, haba pocas familias por el camino, las casas estaban dispersas. Y no haba otra escuela ms cerca que la de Salquil Grande. La escuela tena doble jornada de estudio, de ocho de la maana, hasta las cuatro de la tarde, dejando un tiempo libre para el almuerzo. En un primer momento, un seor del lugar le concedi tierra prestada a mi pap. No se pagaba ningn alquiler a los dueos, que eran ixiles; uno se llamaba Juan Corio y el otro Domingo Matom; se hicieron muy amigos con mi pap. Solo les peda la tierra, y se la daban. Mi pap les agradeca ayudndoles con un da de trabajo, ya fuera en la siembra, en la limpia o en la tapisca. Mis hermanos y yo fuimos creciendo; mis hermanos mayores empezaron a buscar trabajo en las fincas de la Costa y, ao con
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ao se trasladaban para los cortes de caa o caf; as trabajaron Lucio Tello, Roso y Fabin Cano; y los hermanos ms pequeos, que ramos Arcadio y yo, nos quedbamos atendiendo la milpa y en los trabajos de la casa atendiendo a todo lo que necesitaran nuestros padres. Los mayores hacan dos meses, o tres en la Costa y luego regresaban. Ellos traan dinero a mi pap, y con eso se logr conseguir un terreno propio y construir una casa. Aquella casa, de la que me acuerdo todava, era una casa rstica, el tejado se colocaba sobre los horcones de madera clavados en el suelo, de acuerdo con las tradicionales construcciones de la poca, techo de paja, en realidad, muy sencilla. Todos ayudamos a mi pap a traer paja que haba que buscarla por los montes; esta paja es una planta que crece en las montaas sin que nadie la cultive, y se utilizaba slo para construir A las matas se les daba el nombre de pajones, se cortan con un machete, y slo se usaba para los techos de las casas; se amarraban en forma de manojos, y se iban colocando ordenadamente, segn la experiencia que la gente conoca. Es muy fresca, y puede aguantar unos veinte aos. Como en las casas se acostumbra hacer fuego para cocinar, el humo fortaleca los pajones por dentro, y aunque por fuera daban la impresin de un cierto deterioro, por dentro se conservan muy bien. El nico peligro era el riesgo de un incendio. Como ya he sealado, con mis hermanos Lucio Tello, Roso Cano, Fabin Cano, somos medio hermanos. De la segunda esposa de mi padre, nacimos: Higinio (falleci de nio, pero no recuerdo la fecha), Perfecta (vive todava), Arcadio (falleci por enfermedad, hace unos cinco aos), luego vengo yo, despus est mi hermana Luca, que vive en Quich, luego dos hermanitos que fallecieron: Margarito, y otro que falleci al nacer, Lucio; despus viene mi hermana Natalia, que vive, y la ltima Irene, que tambin vive. Mi pap, tena ms o menos mi estatura, muchos me dicen que me parezco a l, no slo en lo fsico, si no tambin en mi forma de ser, en mi actitud, en los gestos y movimientos. Era de carcter fuerte En aquel tiempo, para mis paps educar a los hijos era mostrar un carcter fuerte, para que aprendiramos a ser responsables, honestos y trabajadores. Nos deca que lo que uno
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come y lo que vestimos, hay que ganarlo con el sudor de la frente. Era estricto. Cuando desobedecamos, tena listo el chicote, y deca, para educar al hijo, el pan en una mano y el chicote en otra. Si slo le damos pan, el hijo crece malcriado, y hay que corregirlo con la otra mano. En este sentido era rgido, era la forma en que lo haban educado a l. Para ellos estudiar no era importante. Yo les insista que quera ir a la escuela, y me respondan que eso no era para nosotros, t tienes que aprender a utilizar el hacha, el azadn y el machete; no era importante para ellos el estudio, sino que aprendiramos a cultivar la tierra, el estudio era para personas de otra categora, gente de dinero

LA ESCUELA
Segua yendo con mi mam al mercado, pero un da me encontr con el maestro, -que el falleci en tiempos de la guerra-, se llamaba No Palacios; era el maestro de Salquil Grande; cuando me vea, sospechaba mis deseos de estudiar como los dems nios; me llamaba: ven a jugar con los otros nios!; pensaba que yo no quera asistir a la escuela, me animaba y me haca: Pasa adelante! Para que entrara en el aula con los nios que estudiaban En cierta ocasin le dije, que yo quera venir a la escuela, pero que mis paps no me lo permitan. Me dijo, veo que vienes todas las semanas al mercado, los martes llegaba con mi mam a vender papa, cargaba como unas 20 25 libras, bajbamos a la aldea a pie Mi mam cargaba otro tanto o ms; se vendan dos libras de papa por 5 centavos; la libra de sal, a un centavo; haba cosas a medio centavo, por ejemplo los jabones, te daban dos jabones por un centavo. Las manzanas, te daban 8 10 por un centavo. Recuerdo que mi mam con un quetzal llenaba el canasto con todo lo necesario para la semana: Sal, jabn, azcar, cebollas, tomates, carnes, un montn de cosas, entonces estos productos eran bien baratos. Tambin recuerdo, que por un da de trabajo, te pagaban 25 centavos. Para ganar un quetzal, haba que trabajar cuatro das. Mi pap sembraba maz y frijol en algunos terrenos, atenda
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nuestras siembras, pero despus buscaba trabajo con otras personas. Mi mam era de un metro cincuenta o cincuenta y cinco centmetros, y un poco gordita; tierna y dulce. No le gustaba que nuestro padre nos pegara, ms de una vez la vi llorar, porque se senta sin autoridad ante mi pap era el machismo del esposo, la mujer tiene que obedecer, sin poder decir nada, y terminaba llorando manifestando su disgusto por lo que haca con nosotros mi pap. Tuvimos crianza de cabros, que producan abono. Mi pap abonaba un terrenito, y en l sembraba las papas; sembraba ms papas que maz. Nosotros pastorebamos los cabros por los bosques, llamados guatales En Nebaj hay unos terrenos que son comunales, es decir, toda la gente los puede usar Y servan sobre todo para el pasto de los animales. Tambin vendamos cabritos, cuando se criaban, otros se sacrificaban para el consumo, muy sabrosa la carne Mi mam ordeaba las cabras para darnos la leche. Era una mujer tierna, buena Muy devota a la Virgen del Carmen, y esta devocin la mantengo, conservo una imagen en m casa como herencia de mi mam. Tambin se aprovechaban los cueros, los compradores los curtan, servan para zapatos, cinchos y monturas Regreso al tema del maestro de Salquil, cuando le expliqu que eran mis paps los que no me dejaban ir a la escuela, el seor maestro me dijo un da: yo te voy a ensear!, y me dio un cuaderno, un lpiz, un libro que en aquel entonces le llamaban las cartillas o libro amanecer, con el abecedario. Me dejaba mi deber, y a la semana siguiente le traa el cuaderno para que revisara los ejercicios; nuevamente me dejaba tareas para la siguiente semana, y as aprend las primeras letras.

LA ACCIN CATLICA
Eran los tiempos de la Accin Catlica, casi todas las parroquias del departamento de Quich, eran atendidas por los Misioneros
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del Sagrado Corazn. El primer prroco que yo conoc, fue el padre Javier Gurriarn. Mis paps eran catlicos, pero de esos catlicos de nombre, que slo bautizan a los hijos y nada ms. La Iglesia no estaba tan organizada como hoy, porque con la llegada de la Accin Catlica todo empez a cambiar. Recuerdo aquellos tiempos del P. Javier, cuando se estableci la Accin Catlica en el Pueblo y en las aldeas. Las primeras aldeas que se organizaron en la Accin Catlica, tomaban el compromiso de llegar a otras aldeas para hacer lo mismo. A nuestra comunidad llegaron los hermanos de Palop, llevndonos el mensaje de la Iglesia y la Accin Catlica. Yo tena trece aos, recuerdo bien aquella experiencia. Entre los hermanos de Palop, recuerdo a don Gabriel Prez, don Santos Prez, don Lorenzo Prez, este vive, los otros no. Tambin recuerdo a don Saturnino Lpez, que lamentablemente ahora es evanglico, por la misma situacin de violencia que padecimos, pero antes fue un gran Catequista. Todos ellos organizaron la Accin Catlica en mi comunidad. Por ese tiempo, mi pap era casi alcohlico, luchbamos con medicinas para que dejara de tomar, pero no se logr hacerle cambiar. Era ayudante del comisionado militar; mis hermanos mayores me encargaron de cuidar a m pap, para evitar que fuera a lugares donde se vende licor. Pero a veces me engaaba, me deca, esprame aqu!, voy a tal lugar tengo que hacer un mandado. Conoca los lugares donde vendan alcohol y no era capaz de resistir la tentacin; varias veces lo encontr tomando, otras veces estaba ms al tanto y no lo dejaba tomar. Recuerdo que en cierta ocasin, yendo a la casa, sucedi que los que vendan cusha, que es como un licor que fabrica la gente, estaban escondidos en los matorrales, mi pap me deca: voy al monte para hacer mis necesidades; pero cuando me di cuenta que pasaba mucho tiempo y no regresaba, me dije, voy a ver qu pas; y me fui, y lo encontr tomando aguardiente con unos seores chiantlecos que fabricaban la cusha. Para fabricarla molan trigo, medio quebrado, no fino, y lo ponan a fermentar Despus, cuando ya estaba en su punto, no s cmo lo hacan compraban panela, le echaban agua, no
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s en qu cantidad y dejaban todo fermentar unos tres o cuatro das, a este fermento le llamaban chicha; y luego hacan el alcohol, la cusha, o aguardiente echaban la chicha en un tonel bien sellado, lo ponan al fuego, al hervir, iba saliendo el alcohol por una caa, como si fuera un alambique construido de forma rudimentaria Este licor se venda por octavos y botellas Una botella de seis octavos, costaba como 15 centavos, pero con una botella se podan emborrachar varios. Bueno, pues esa vez me enoj mucho al ver a mi pap tomar con aquellos seores. Recog unas cuantas piedras en el camino, y me acerqu lo ms que pude, no les habl para nada Estaban hablando muy entretenidamente sin darse cuenta que yo me les acerqu Y les lanc piedras a los que vendan aguardiente todos se espantaron Al verme, mi pap me llam y me dijo que no hiciera eso; les dije a los seores, ustedes son los responsables de lo que le pueda pasar a mi pap. Yo tena como doce aos. Cuando mi pap se emborrachaba, lloraba y se quedaba como muerto, y esta era nuestra preocupacin; mi mam sufri demasiado y tambin nosotros. Porque cuando l sala, deba regresar a las tres o cuatro de la tarde, y cuando eso no suceda tenamos que salir a buscarlo, a veces hasta de noche, y el temor era encontrarlo muerto por el camino.

ORGANIZACIN DE LA DIRECTIVA Y NOMBRAMIENTO DE CATEQUISTAS


Cuando lleg la Accin Catlica, se organiz la directiva, a mi pap lo nombraron Presidente de la misma, un to mo llamado Eleuterio, vicepresidente, Macario Lpez, secretario, y otro to mo, era el tesorero, todos de la comunidad. Nombraron Catequistas, eran seis, y entre ellos yo, porque ya saba leer un poco; recuerdo a Armando Mrida, Gaspar Velasco, Alberto Jimnez, yo y algunos ms. Tena en ese momento trece aos. Luego, hizo su primera visita a la aldea el P. Javier, para celebrar la Misa, y reconocer la comunidad como un nuevo centro de la Accin Catlica. A partir
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de ah empezamos a participar en las actividades de la iglesia. Al principio nos reunamos en la casa de m pap. No haba Catequistas, ni celebradores de la Palabra de Dios, tampoco ministros de la Comunin; la primera estructura que se configur, fue la de los directivos y Catequistas. No se hablaba de celebracin de la Palabra, sino de la clase, donde se lea un texto bblico, se reflexionaba, y luego se terminaba con el rezo del santo rosario y los cantos Los Catequistas empezamos a dar la formacin a los nios que se preparaban para la primera comunin, tambin a los adultos que se pensaban casarse En ese tiempo la formacin no se imparta en la iglesia, sino en las casas. A m me toc preparar a 36 nios para la primera comunin; pero ni siquiera yo la haba recibido la primera comunin; me preparaba y los preparaba tambin a ellos; tambin prepar a ocho parejas para el matrimonio, este fue mi primer trabajo como Catequista; el trabajo se completaba con las visitas a las casas por la tarde Siempre me reciban bien. En ese tiempo se organiz una misin, llegaron de otras parroquias, lleg un misionero de Chajul, don Gaspar, otro de Cunn, don Diego Sarat; ambos permanecieron en la comunidad durante un mes; en el da bamos a visitar las familias, sobre todo se hablaba con las mujeres. Y en la tarde-noche con toda la comunidad. A m me daba mucha curiosidad cuando vea que lean la Biblia; no saba nada de la Biblia, la vea, pero no saba cmo estaba organizada, escuchaba que mencionaban san Mateo, san Lucas que un captulo, que un versculo. A m me entr la curiosidad de saber qu era la Biblia. Durante ese mes me fueron explicando qu era la Biblia, comprend que tena dos partes, el Antiguo y Nuevo Testamento, con varios Libros, y que estaban divididos por captulos y versculos, con el fin de encontrar los mensajes Despus de ese mes, empec a manejar la Biblia. Andaba todo el da detrs de de estos misioneros; recuerdo que en cierta ocasin estbamos rezando el rosario, yo estaba de pie, y me dio un desmayo, y cuando me di cuenta, me tenan fuera de la casa donde estbamos, dndome aire Mi pap me dijo, que por tanta preocupacin y de tanto ver papeles, folletos de cantos, me cans y me desmay En verdad, yo estaba bastante delgadito
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Un mes despus, vinieron los sacerdotes Misioneros del Sagrado Corazn a visitar todas las comunidades, recuerdo uno se llamaba Faustino, creo que era Faustino Villanueva, de mediana estatura, que es uno de nuestros mrtires de Quich. Cuando lleg montado a caballo, estaba lloviendo, con capa y lentes. Con l hice yo la Primera Comunin, junto con los 36 nios que prepar y las ocho parejas de matrimonio. No nos pusimos ropa nueva, pero s llevbamos flores y candelas Se hizo la celebracin en la casa de mi pap, todava no tenamos oratorio. Mi aldea tendra unas treinta familias.

LOS HERMANOS MARISTAS


Despus de esto, llegaron las misiones de los Hermanos Maristas, Diego Antn, Guillermo Retuerto, Alberto Parra, Pedro Luis Irizo, Ral Gomar El primer ao, llegaron slo a Palop, pero de nuestra aldea nos juntbamos unos doce jvenes y bajbamos para asistir a las actividades Los Hermanos Maristas nos ensearon muchos juegos, eso nos encantaba Cuando regresbamos ya tarde, por los llanos de Polopchim, seguamos jugando, para practicar los juegos que nos enseaban Uno era el juego del pauelo, nos gustaba, en grupos colocados en crculo, se colocaba el pauelo detrs de alguien, si no se daba cuenta, se le pegaba con el mismo Y de nuevo empezaba la ronda, y as sucesivamente. ramos incansables. Los Hermanos Maristas tenan todo un programa de alfabetizacin, usaban el mtodo Palau, Nos llevaban cuadernos, lpices, pizarrones, tizas El mtodo Palau de alfabetizacin, consiste en mostrar unos cartoncitos, no muy grandes a los estudiantes; en un lado del cartn haba un dibujo, en otro la letra inicial de lo que mostraba el dibujo; supongamos, que era el dibujo de una naranja, por lo tanto la letra era la n, la que estaba del otro lado, para poder decir naranja!, y al mismo tiempo relacionarla con la letra n. Qu ven aqu?, decan Una naranja! Qu letra es esta: la ene! Conoc otro Hermano, Emilio, que ahora est casado con una seora alemana, tambin lleg con el mismo grupo a trabajar con nosotros; otros Hermanos iban a otras aldeas.
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Estos Hermanos era muy jvenes, y estaban estudiando en la Universidad en Guatemala; en las vacaciones de noviembre y diciembre llegaban a las aldeas de Nebaj Al ao siguiente logramos que los Hermanos Maristas llegaran a Vijolom, recuerdo a Diego Antn, Pedro Luis y otro que no recuerdo ahora su nombre, eran espaoles. Se quedaban en la casa de mi pap No slo alfabetizaban Nos ensearon a inyectar, aprendimos a inyectar mi hermano y yo; ya podamos ser enfermeros. Cuando los Hermanos regresaron a la Capital a sus actividades, me qued encargado del material de alfabetizacin para seguir el proceso Me ha tocado ensear y aprender a la vez Tanto cuando me preparaba y era al mismo tiempo Catequista, como con la alfabetizacin, tena que hacer el esfuerzo de prepararme y dar las clases. Pero tambin estaban las reuniones y encuentros, los momentos con los jvenes, con dinmicas, canciones y juegos, para nosotros era algo hermoso Nadie se quedaba en casa todo el mundo sala de su casa para ir a participar en las actividades con los Hermanos Maristas Nosotros les decamos padres maristas, tambin mi pap les deca as Les decamos padres, pensando que eran sacerdotes, aunque ellos no tenan nada que ver con la celebracin de la Santa Misa, como el prroco. Una vez los invit mi pap a almorzar nosotros acostumbramos decir gracias!, despus de cada comida. Cuando terminamos, mi pap les dijo: gracias, padres maristas!; y uno de ellos inmediatamente respondi: de qu, por qu nos dice gracias? Por la comida, les respondi mi pap; pero qu raro, -nos respondi- usted nos invit, es el dueo de casa; nosotros somos los que tenemos que agradecer, porque estamos comiendo la comida que t nos das! Ellos aprendieron nuestras costumbres, de agradecer la comida Uno lo hace con el pap, con la mam, con los hermanos, es normal hacerlo as despus de comer, y tambin lo hace el mismo dueo de la casa, el que invita. Pero los Hermanos no lo entendan as

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SECRETARIO DE LA ACCIN CATLICA


Cuando yo tena diecisis aos me nombraron secretario de la Directiva de La Accin Catlica de la comunidad, ya no segu con el trabajo de Catequista. Adems se form un comit promejoramiento (algo parecido a los COCODES de ahora), para gestionar proyectos, el comit lo integramos Juan Velasco, Gaspar Velasco y yo como secretario. Empezamos a gestionar una escuela para Vijolom. Fuimos a la Supervisin del Ministerio de Educacin en Nebaj, a solicitar que nos mandaran un maestro y lo logramos gracias a Dios. El primer maestro era de Poaquil, Chimaltenango, se llamaba Elmer Larios, viva en la casa de mi hermano Lucio. Los nios empezaron ir a la escuela, yo me consideraba ya un joven, no poda ir; no exista una casa para la escuela, sino que se usaba la casa de don Gaspar, de la Directiva; no logramos construir la escuela a causa de la violencia. Por medio de la Accin Catlica logramos muchos proyectos, haba mucho trabajo, las conferencias de Catequistas se realizaban cada mes en la Parroquia de Nebaj, adems tenamos que asistir a las reuniones de cursillos para los directivos, que duraban una semana o quince das. Particip en varios cursos de quince das; en el saln parroquial recibamos las clases; traamos petates y cobijas, y nos quedbamos a dormir en la misma parroquia Participbamos hombres y mujeres. En los cursos se nos daba formacin sobre diversos temas: Catequesis, Biblia, sobre la realidad Se nos explicaba la historia del pueblo En Nebaj, la mayora de la gente bajbamos por temporadas a las fincas de la Costa donde realizbamos diversos trabajos con el fin de ganar un poco de dinero En el pueblo haba personas que contrataban a la gente para las fincas. Yo conoc algunos: Don Petronio Len -as le decan-, Clemente Samayoa, otro era Santiago Lpez, y un ixil, Gaspar Bernal. Tenan sus oficinas, y la gente que buscaba trabajo llegaba con ellos para apuntarse, se firmaba un contrato y le daban un anticipo de 3 4 quetzales, si el contrato era para un tiempo largo les
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daban hasta 10 quetzales; pero este anticipo era como un enganche, quedaban comprometidos, se lo descontaban de lo que uno ganaba durante el tiempo que estipulaba el contrato. Era una vida muy dura; en la Costa nos contagibamos con muchas enfermedades Se dorma en galeras sin ningn tipo de comodidad Yo fui varias veces con mis hermanos a la Costa Sur, por Escuintla, a la finca Pantalen, a la finca Asuncin, al pie del volcn de fuego, a la finca Margaritas y a la finca Limones El trabajo era el corte de caa, la comida era muy mala. Yo me enfermaba. El poco dinero que se ganaba, se gastaba en medicinas al regresar a la aldea. Por una tarea o por un da de trabajo se nos pagaba un quetzal. La tarea tena una extensin de 40 varas cuadradas, sobre todo para la limpia del caf. La caa se cortaba por maletas o toneladas. Trabajbamos por grupos de cinco personas, cuatro cortaban, y uno era el carretero, encargado de transportar las maletas de caa en carretones, jalados por una yunta de bueyes hasta las gras; en estas se pesaban las maletas de caa y luego las colocaban en los camiones. Haba un encargado que apuntaba el peso de cada maleta, es decir, que el corte de caa se nos pagaba por cada tonelada puesta en el camin. En las fincas cafeteras se nos pagaba por tarea. En cierta ocasin fuimos a cortar caa a una finca llamada Margaritas, en La Gomera, Escuintla. Empezbamos a trabajar a las dos de la maana, todava de noche y, para poder cortar la caa nos alumbrbamos con candiles. Los candiles se hacan con botes de hoja de lata, se les echaba gas y con una mecha de trapo, que sala por un orificio, se encendan; nos ayudaban para iluminar. Trabajbamos desde las dos de la maana hasta las siete de la noche, porque queramos ganar ms dinero. Pero recuerdo que cuando nos pagaron, solo recibimos cuarenta quetzales y habamos trabajado cinco semanas, esto fue el salario de cada uno. El trabajo se haca todos los das, de lunes a domingo. Volviendo nuevamente a los Cursos de formacin que se impartan en la parroquia de Nebaj Mucho del contenido era eso, del porqu se daba esa situacin con nuestro trabajo, se nos haca conciencia sobre las causas de la pobreza, las diferencias de clases sociales, del porqu tenamos que bajar a la Costa. En estos cursos logrbamos tomar conciencia de cules eran nuestros derechos.
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Hay que conocer y analizar la situacin! -nos decan-. Porque cuando uno no conoce la realidad, piensa que todo lo que pasa es por voluntad de Dios, y no nos damos cuenta que es por el egosmo y la ambicin de algunos. Pero el centro de nuestra preocupacin en la formacin estaba en echar a andar los proyectos parroquiales para mejorar las condiciones de vida de la gente; entonces se utilizaba la expresin nivel de vida. Antes de la llegada de la Accin Catlica y los proyectos, trabajbamos y resolvamos nuestros problemas individualmente, es decir cada familia o cada uno por su lado. Con la formacin recibida entendimos que trabajando juntos o asociados podamos salir adelante. Recuerdo que en los cursos ayudaban al P. Javier, el P. Axel Mencos, prroco de Cotzal, el P. Juan Alonso y el Padre Faustino Villanueva.

NUEVOS PROYECTOS, LA APICULTURA


Se intent montar un proyecto de crianza de ovejas, no recuerdo de dnde trajeron la semilla, pero eran unas ovejas muy grandes, productoras de lana. Antes aqu la lana se utilizaba para hacer chamarras y otras prendas. Las ovejas que haba en nuestras aldeas eran ms pequeas, apenas daban unas dos libras de lana, sin embargo, las otras daban hasta diez libras. Lamentablemente, estas oveja no se aclimataron, muy pocos lograron hacer el cruce con las de aqu; fue un proyecto que no funcion. Cuando se analizaron las causas de por qu este primer proyecto no haba dado resultado, se pens en un nuevo proyecto. El padre Javier, nos dio la noticia de que estaba la posibilidad de otro nuevo, no ovejas sino abejas, un proyecto de apicultura. No sabamos qu era la apicultura y se nos dijo que se trataba de trabajar con abejas para la produccin de miel; el proyecto nos interes mucho y dijimos que haba que poner manos a la obra. Las abejas que se consiguieron eran de una especie llamada abeja italiana. Se repartieron enjambres de abejas por cada comunidad que aceptaba el proyecto; haba que seguir todo un proceso, hasta hacer el apiario propio de la aldea, siempre en relacin con el apiario
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central, que estaba en Nebaj; es decir, el colectivo, ste serva para la crianza de otras colmenas de abejas. Se empez con unas 10 15 colonias (colmenas), nosotros llegamos a tener en la comunidad de Vijolom unas 300 colmenas Este proyecto s peg bien y dio buenos resultados. Un proyecto que daba en abundancia. El principal coordinador de todo era el P. Javier. Luego se trajeron tcnicos especializados. Cada comunidad nombr a dos personas, a los que se les llam monitores, eran los que tenan que asistir a las capacitaciones correspondientes, para empaparse bien de las tcnicas apcolas, para luego ensear a los dems. Se nos ense cmo trabajan las abejas, cmo detectar las enfermedades, cmo saber cundo haba un nuevo enjambre en la colmena, cmo extractar la miel. Caminbamos a Nebaj para recibir la capacitacin, que despus bamos a poner en prctica en la comunidad Yo era un monitor, y tenamos que capacitarnos y poner luego en prctica lo aprendido con el grupo de la aldea, ensearles todo lo que habamos aprendido; esto no nos daba privilegio ni devengbamos un salario; era un servicio para la comunidad. Era igual que ser Catequista o directivo, era un servicio, ya que los frutos del trabajo, seran repartidos ms tarde a partes iguales para todos. No se trataba de un trabajo remunerado. La miel se concentraba en Nebaj, se organiz la Cooperativa Santa Mara, con personera jurdica Recuerdo algunos gerentes de la misma, como Miguel Itzep, luego un joven llamado Sebastin, hijo de don Pedro Cobo, quien ahora es Ministro de la Eucarista, estuvo tambin don Lorenzo Prez, catequista, ahora es maestro en Palop. En la Cooperativa estaban todos los accesorios, cajas, medicinas, marcos, cera estampada todo lo que se necesita para la apicultura Haba una carpintera para hacer los cuadros y las cajas para las colmenas o colonias La miel se cosechaba cada ao, se empezaba como a finales de enero, y haba cosecha hasta que empezaban las lluvias Se extraa miel cada quince das era muy fcil hacerlo. La parte tcnica era importante con el fin de facilitarles a las abejas su trabajo, no tenan que construir celdas,
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que les podra llevar de quince a veinte das, por eso producan ms rpido la miel Recogamos 20 30 tambos de miel, de veinte litros cada uno. Se trasladaban a Nebaj y desde aqu se exportaba la miel a Suiza. Luego vena al dinero. La gente estaba contenta; se reparta para todos igual, de acuerdo al trabajo. Esto fue una gran cosa Con esto se redujo mucho la ida a la Costa de campesinos sin trabajo. Quin quera ir a la Costa a matarse cortando caa? Aqu era ms fcil trabajar con las abejas, lo nico duro era sufrir picaduras, pero tenamos un traje especial para protegernos, si nos picaban era por un descuido. La mayor parte de la miel la vendamos, pero tambin dejbamos para el consumo familiar. Durante el tiempo de lluvia, no hay flores, las abejas no trabajan y hay que alimentarlas; para eso se haca un jarabe espeso de azcar, la colocbamos en latas de leche que a veces se deshechan, se perforaba un hoyito en la parte de abajo, de manera que goteara lentamente; as se podan alimentar. Una vez que empezaban las flores, de nuevo las abejas empezaban a trabajar Esto cambi la vida de las comunidades Fue un proyecto importante. Aprendimos a vivir en comunidad. Que yo recuerde, nunca tuvimos problemas en este trabajo comunitario. Todo estaba muy bien organizado. Todos sabamos cunto costaba la miel, cunto producamos, sabamos cunto dinero iba a llegar, no haba dudas, la palabra corrupcin no se conoca. Para eso estaba la formacin de la conciencia. Estbamos conscientes que era un servicio para la comunidad. Haba mucha honestidad y gran voluntad de trabajar. En los tiempos de la Accin Catlica, los directivos eran como un alcalde auxiliar de la comunidad. Los directivos no solamente resolvan problemas de la iglesia, todos los problemas de la gente llegaban con ellos. La Accin Catlica provoc un cambio muy fuerte, no slo en lo religioso, tambin en lo social, econmico y cultural Hubo pequeos problemas con la costumbre, personas que se mantenan aferradas a sus tradiciones religiosas, que tambin eran un modo
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de ejercer poder; se desconoca la espiritualidad maya y se crea que los que practicaban la costumbre era brujera; por eso todo el que se haca de la Accin Catlica, tena que dejar el pom, el incienso, a esto se le llamaba conversin, dejar todas las costumbres de la religin maya Esto s provoc muchos disgustos a los que no aceptaron integrarse a la Accin Catlica, a la que perteneca la mayora de la gente de las comunidades. Sin embargo, siempre se trabaj por el buen entendimiento entre la gente y la unidad, porque los de la costumbre seguan llegando a la iglesia, con sus cofradas y celebraciones religiosas. Antes de los Misioneros del Sagrado Corazn estaba en Nebaj el padre Gaspar Jordn, un espaol ancianito, que recorra todos los pueblos ixiles celebrando y bautizando; pero yo no lo conoc. Yo slo conoc a los Misioneros del Sagrado Corazn. Estamos hablando de los aos 1976 a 1980. Cuando Guatemala sufri el terremoto de 1976, nosotros no tuvimos que lamentar mayores daos, que yo recuerde pocas casas se daaron. La que s se da bastante fue la iglesia parroquial de Nebaj. Se da la fachada, se desplom la parte de atrs y se destruy el bello retablo que tena y que nunca se pudo recuperar. Algunos sacerdotes que llegaron aos despus, han intentado construir un nuevo retablo, como el que haba antes, pero no se ha conseguido. Haba en Nebaj un fotgrafo famoso, ngel Arriola, lo visitamos con Pedro Gregorio, y logramos encontrar una fotografa con la mitad del retablo, que era ciertamente hermoso, de madera labrada, de los que haba antes en las iglesias. La dinmica de trabajo de la Accin Catlica era muy exigente; cuando mi pap recibi el nombramiento para ser presidente de la directiva de nuestra aldea, cambi radicalmente. Dej de tomar, sali del problema. Adems, era una condicin que pona la Accin Catlica para que pudieran ser elegidos para algn cargo. Desde ese momento, mi pap sala y regresaba a la hora que lo esperbamos en la casa, traa las cosas que se necesitaban para la familia, y se olvid completamente del alcohol.
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TCNICAS AGRCOLAS
Despus de todo logramos construir el oratorio de nuestra aldea, muy sencillo, todo de madera, pero lo importante era que ya tenamos un lugar para reunirnos y celebrar la Palabra de Dios. En todos estos aos, tuve la suerte de ser nombrado para participar y colaborar en todos los proyectos de la comunidad, de catequista, secretario de la Accin Catlica, secretario del comit promejoramiento y monitor del proyecto apcola. Tambin fui monitor agrcola, me capacit en la Casa Social de Santa Cruz del Quich; la Dicesis hizo un convenio con INTECAP, para que nos ofreciera capacitacin en diversos temas. El primer curso tuvo una duracin de dos meses. Al terminar, regresbamos a la comunidad a poner en prctica lo aprendido, se trataba de compartir los conocimientos. La Dicesis contaba ya con una radio, Radio Quich, y por la radio pasaban un programa de media hora, de lunes a viernes, de cuatro a cuatro y media de la tarde sobre los temas de este curso. El INTECAP, nos haba proporcionado unos libros o manuales que contenan los temas que se nos haban impartido en el curso, y en el programa de radio se repasaban nuevamente todos los temas. Despus del programa, vena la clase prctica, nos bamos a un terreno para hacer los experimentos, o mejor dicho las prcticas. Nos ensearon a hacer aboneras, a trazar curvas a nivel, para disponer la tierra en forma de terrazas, que sirven para hacer cultivable un terreno muy inclinado Al trazar las curvas a nivel, se van construyendo tcnicamente las terrazas, y los terrenos van adquiriendo una forma plana, con lo que se evita la erosin de suelo, ya sea por las lluvias o por los vientos. Con las curvas a nivel el terreno por ms inclinado que sea, queda como si fuera un puro plan. Haba varias tcnicas para trazar las curvas a nivel; recibimos las instrucciones para hacer un sencillo aparato con palos que nosotros mismos cortbamos y arreglbamos y, para trazar las curvas a nivel, nos ensearon dos diseos, a uno se le llama A, porque al colocar el instrumento de trabajo sobre la tierra, tiene la forma de una A mayscula; el otro se conoca como caballete. Estos se hacen con tres reglas de la misma longitud y ancho. El
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ms usado era el de tipo A, porque el otro necesita un nivel de construccin. En la prctica no era difcil Se marcaban pequeas porciones de terreno y se empezaban a trazar desde el centro hacia los lados, primero del centro hacia un lado, luego del centro hacia el otro lado As, iban saliendo todas las curvas a nivel Despus de haber trazado las curvas se proceda a construir las terrazas, a cada una se le colocaban barreras, que se conocan como barreras vivas o muertas; las barreras vivas, son plantas apropiadas que se van sembrando a la orilla de la terraza, las muertas son piedras o trozos de madera, que sirven para sostener la tierra. A quienes les interesaban estas nuevas ideas, las iban poniendo en prctica en sus propios terrenos. Nos ensearon a cultivar e injertar manzanos con diversas tcnicas. Lo primero que hay que hacer es buscar los patrones, rbol de manzano resistente al fro y las plagas stos se siembran, y cuando tienen buenas races, se busca el injerto de la variedad de manzana que uno quiera cultivar, y se injertan; cuando los injertos se hacen sobre rboles ya crecidos, se injertan despus que los rboles tiran la hoja, esto sucede despus de la cosecha. Injertar no era complicado, pero s exiga un cuidado muy especial. Cuando se haca el injerto sobre la corteza del arbolito, se cubra con una especie de parafina para protegerlo del agua. En el transcurso del desarrollo de estos proyectos, era evidente el cambio de vida que se iba experimentando en la comunidad. Anteriormente, los que sembrbamos el maz, lo hacamos sin conocimiento de las tcnicas, sobre todo para aprovechar el suelo de la mejor manera posible. Todo esto implica trabajo cuidadoso, algunos lo aplicaron y otros no. Quise realizar el experimento personalmente. Mi pap haba abonado un lote de cuatro cuerdas. Le dije que me diera la mitad para cultivarlo de acuerdo con las tcnicas aprendidas. Esto exiga ms dedicacin a la preparacin del terreno, era un trabajo lento, fui cavando la tierra metro a metro, para dejar la tierra lo ms fina posible. Mi pap trabaj las otras dos cuerdas como lo hizo siempre y, termin de acondicionarlas mucho antes que yo. Me
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reclamaba, al verme tan dedicado a la preparacin de la tierra, que estaba perdiendo el tiempo, y que lo que haca no iba a servir para nada. El trabajo mo iba despacio. Segua con su manera de pensar, que mientras ms terreno se preparaba en un da, se aprovechaba mejor el tiempo. Tngame paciencia! -le dije-, estoy haciendo un experimento. Tard varios das en preparar la tierra, luego hicimos la siembra. Mi pap sembr su maz tal y como estaba acostumbrado. Yo seleccion la semilla. Tom las mejores mazorcas de la cosecha anterior, y busqu los granos bien formados. Despus hice una prueba de germinacin; supongamos que se utilizan cinco libras de maz, de esa cantidad, saqu cien granos, luego los coloqu en fila sobre un papel de peridico, los enroll con ese papel, los humedec con agua, y esper... La germinacin depende de la temperatura, en tierra fra tarda de diez a doce das Cuando calcul el tiempo. La germinacin era excelente, el cien por ciento; haban germinado todos los granos. Eso me garantizaba que la semilla era de ptima calidad. Si la semilla germina por debajo del 80%, no es recomendable. Mi pap sembr matas, poniendo cinco o seis granos en cada hoyito que haca. Yo coloqu una pita para que los surcos me salieran rectos y con la misma medida, iguales. Y en cada hoyito iba colocando slo dos o tres granos. Cuando la milpa brot, brotaron tambin muchos hijos, como es normal. Yo arranqu los hijos para que quedaran solo las matitas originales, cuando observ mi pap lo que estaba haciendo, me rega y me dijo que eso era pecado. Yo le deca que slo estaba experimentando para ver si era cierto lo que me haban enseado Los agrnomos nos decan que mientras ms granos se colocan en cada hoyo, es como una familia grande, habr desnutridos, porque no alcanza el alimento, as es con la siembra, mientras ms granos se colocan ms alimento necesitan de la tierra. Cuando lleg el tiempo de la cosecha, yo cosech el doble que mi pap. Entonces se qued admirado. Comprendi, que para sembrar no se trata solo de labrar la tierra y conseguir un terreno muy grande. Comprendi tambin, que para cosechar la misma cantidad que yo segn l lo haca, necesitaba conseguir un terreno dos veces mayor que el que haba sembrado y para eso necesitaba ms terreno. Comprendi la efectividad de mi experimento! Por su parte, el frijol se sembraba dentro de la milpa.
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A nosotros nos tocaba dar el ejemplo; los monitores tenamos que poner en prctica lo que aprendamos. Llev al grupo con el que trabajaba para que observara la milpa que haba sembrado, les mostr el terreno y cmo iba el crecimiento de las matitas de maz; haba matitas, que tenan cuatro elotes; algo increble. Y los que sembraban cuatro granos o ms, recogan solo un elote. Por ejemplo, tres pies de maz me dieron doce mazorcas de igual tamao, era un signo de la buena cosecha. Los proyectos agrcolas y de apicultura daban buenos resultados y beneficios para la gente. Sin embargo, los contratistas tomaron medidas muy drsticas, porque ya no haba mucha gente disponible para bajar a la Costa, los problemas eran ms grandes con aquellos, que por alguna razn no se presentaban en la fecha indicada, los clasificaban como faltistas, mandaban a sus caporales para capturarlos en su casa o en sus cultivos; algunos contratistas tenan crceles privadas para encerrar a los faltistas. Cuando llegaba la fecha de salida para la Costa, los metan a los camiones y los mandaban a las fincas sin ropa y ni otras pertenencias personales, tenan que ir obligadamente. Iniciamos un proyecto de manzana, en Salquil Grande, eran tierras buenas para el cultivo de la manzana. La idea no era solo producir, sino elaborar los productos derivados, jugos, jaleas, pasteles De modo que el productor se quedara con las ganancias. Haba que traer las mquinas procesadoras. Tenamos el terreno para el vivero y una casa para el tcnico encargado de capacitarnos. Desgraciadamente, este proyecto no se pudo desarrollar por causa de la violencia. Viajar a la Capital o la Costa en aquellos tiempos no era fcil. Por ejemplo, para ir a la finca Pantalen o a Escuintla, haba que salir a las cinco de la maana, para llegar a las ocho de la noche. A los campesinos nos transportaban en camiones, cincuenta o sesenta personas juntas. Haba camiones que se embarrancaban y no podan seguir La gente perda el viaje.

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MATRIMONIO
Creo que en la mayora de los casos, los novios que en aquel tiempo queran conocerse tenan que verse casi clandestinamente. Nuestros paps no nos hablaban de esto, era como falta de respeto. Y era un paso importante en la vida. Entre la gente ixil tenan tradiciones propias que se deban observar de acuerdo con la costumbre. En los proyectos que he descrito anteriormente, participaban muchas personas de las aldeas de Chiantla, cercanas a Nebaj, como San Jos Las Flores, Mixlaj, San Francisco Las Flores, y otras. Estas aldeas queran formar centros de Accin Catlica como los que haba en la parroquia de Nebaj; en Chiantla haba un sacerdote gringo, que se llamaba Carlos Quinn, al que haba que pedirle el permiso para poderlo hacer. El P. Carlos dio el permiso al P. Javier. Junto con un catequista, Herman Garca, que fue asesinado aos despus en la violencia-, visitbamos esas aldeas para animar a la gente y crear los centros de la Accin Catlica. Fue en Mixlaj donde conoc a la joven que fue mi primera esposa. La enamore y acept ser mi novia. Empezamos un noviazgo largo, de casi cinco aos; yo ya haba cumplido los dieciocho aos. Pero nuestro padres no tenan muy buenas relaciones, las razones las desconozco; las dos familias no se llevaban. Y todos se opusieron a nuestro noviazgo, por un lado y por el otro. Mi novia se llamaba Zenaida Herrera, era catequista, participativa de manera muy activa en la iglesia. Cuando se enteraron mis padres me decan que no me convena. Sin embargo, nosotros estbamos enamorados, y nos queramos. Antes uno iba a ver a su novia cada quince das ms o menos. Mixlaj se encuentra a unas tres horas a pie de mi aldea. Zenaida por su parte, sufra los mismos problemas que yo en su propia casa; sus paps no estaban de acuerdo que se casara conmigo. Sus padres intentaron llevrsela a Huehuetenango sin que yo mediera cuenta y engandola tambin a ella.

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ME ROB A MI ESPOSA
La comunicacin en aquellos tiempos era difcil, no se contaba con telfonos y menos con celulares, se haca a travs de cartas, que se enviaban por personas conocidas y de confianza. La abuela paterna de mi novia s estaba de acuerdo y aprobaba nuestro noviazgo. Y en algn momento escuch lo que planeaban sus paps; llam a mi novia y le dijo: mira, ten cuidado, porque dicen que te van a llevar a escondidas a Huehuetenango, y que tal da se van a ir. Mndale llamar a l que venga... Y si no te da tiempo, hazte la enferma y busca la manera de comunicarte, aunque sea te escaps con l, porque tus paps nunca van a aceptar ese noviazgo Le agradeci a su abuelita por el aviso, y como era su abuelita, era una palabra no slo creble sino bien autorizada, su abuelita quera su bien. Me mand una nota con un amigo con el que me encontraba cuando tenamos partidos de ftbol, yo era portero, y mi amigo era delantero, pero del otro equipo; y en una de esas, muy disimuladamente, sac del bolso del pantaln un papelito y me lo entreg; cuando termin el partido, me fui a escondidas a ver qu deca; en el papel mi novia me deca que necesitaba urgentemente hablar conmigo; me fui como pude, pero rpido. Haba que hablar a escondidas. Antes se acostumbraba encontrarse cerca de los pozos para enamorar. Me deca en el papel, te espero tal da a tal hora, en tal lugar Me fui a verla sin pensarlo dos veces. Cuando la encontr me pregunt, si de verdad quera que viviramos juntos, ya lleg la hora, -me dice-. Yo no quera ir tan rpido, y menos de aquella manera. En el fondo, los dos queramos hacerlas como es nuestra costumbre: hacer la pedida y todo lo dems, pero esta fue la situacin, y lo que deseaban nuestros padres era separarnos. De todos modos, despus de discutir todas estas cosas, me pregunt: T ests dispuesto? S, le dije. Habl con mi hermano Lucio, haba momentos que l haca las veces de mi pap. Me dijo que no me preocupara, que l mismo se encargaba de hablar con mis padres, les platic la situacin. Mis padres se molestaron y le dijeron que ellos no moveran un dedo. Lucio, les respondi: yo les vengo a avisar, y si ustedes no quieren asumir
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la responsabilidad, quedar de mi parte; espero que no se tenga que avergonzar despus, por no haber asumido su responsabilidad, -le dijo-. Ellos sabrn cmo van a vivir. Yo le voy a apoyar porque es mi hermano, que conste que ya les vine a avisar. As termin aquella conversacin, de acuerdo con lo que me cont mi hermano. De esta forma presion a mi pap. Y con el consentimiento de mi pap, le fui a decir a mi novia, que s me reciban en casa con ella. Entonces acordamos la fecha en que llegara a buscarla, me la tena que robar; y fue cabalmente un ocho de diciembre de 1979. Mi hermano Lucio fue conmigo, tuvimos que traerla de noche, porque ella se escap de la casa sin avisar a sus paps.

LA PEDIDA FORMAL
Cuando ya haban pasado unos ocho o diez das, mi padrino de confirmacin, don Carmen Lpez, se encarg de ir a visitar a los paps de mi novia, los suegros, para saber cundo nos podan atender; as organizamos el viaje con mis padres, mi padrino, mi hermano y mi novia a la aldea de los suegros Cuando llegamos cerca de la casa de Zenaida, mi padrino se detuvo un momento y le dijo a ella: Cuando llegue usted a la casa y salude a sus paps, se hinca delante de sus paps y les pide perdn!; y dirigindose a m, me dijo: Usted no se va a hincar, slo les pide disculpas! No s por qu nos dijo as, y lo hicimos como nos indic. Ella tena que decir: pap, mam, perdnenme porque me fui de la casa!, pero yo no tena que pedir perdn. Sin embargo, cuando lleg el momento Zenaida se arrodill, mi suegro, que se llamaba Domingo Herrera, y la quera mucho, la levant inmediatamente, y le dijo: aqu estamos para arreglar las cosas! Empezaron a hablar un poco todos Cuando me toc hablar a m, les dije que lamentaba lo que haba pasado, y que nosotros dos no hubiramos querido hacer las cosas as, pero que ellos nos haban cerrado todas las posibilidades. Y que durante cinco aos de noviazgo no habamos tenido ningn problema entre nosotros dos, y que no era justo que nosotros tuviramos que pagar las diferencias entre ellos, nosotros nos amamos, queremos ser felices juntos, y por eso tomamos esta decisin. Les dije, lo lamento mucho, pero no nos dejaron otro camino; si ustedes nos hubieran abierto el camino,
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las cosas hubieran sucedido de otra manera; ustedes mismos lo saben, tanto mis paps como ustedes, les dije a mis suegros, son conscientes; ella tambin lo explic brevemente de la misma manera. El resultado fue que mi suegro, empez a hablar: olvidemos esto, ahora ya eres parte de la familia, lo que pas ya no lo mencionemos, ahora estn juntos, qu bueno que vinieron a la casa! Y dirigindose a m, me dijo: ya eres mi hijo, mi yerno, no tengas desconfianza en regresar cuando quieras! Habamos llevado pan, caf, refrescos Cuando se hacan formalmente las cosas, se llevaban ms cosas Eso sirvi para la reconciliacin de las dos familias. Nuestros paps se empezaron a hablar y se visitaban con ms frecuencia; nuestra unin sirvi de reconciliacin. Fue un ocho de diciembre, cuando yo la fui a traer, fiesta de la Virgen de Concepcin, no se me olvida. En febrero o marzo del ao siguiente, 1980, lleg el P. Javier a la comunidad para celebrar la Santa Misa. Y cuando me vio me dijo: ya me enter sinvergenza, ya s lo que hiciste! Era su forma de hablar, porque me tena mucha confianza. Ah me vas a explicar luego! Celebr y me llam. Y qu pas vos, explcame, por qu te robaste la mujer? Pues no me la rob, padre, -le dije, ella se quiso venir voluntariamente. Pero explcame, porque yo esperaba que la presentaras, te casaras, eres un buen catequista. Qu pas? Yo le expliqu todo Y concertamos que nos bamos a presentar en la parroquia, para ver en qu fecha nos casbamos por la Iglesia Pero resulta que al final del ao 1979 las cosas se fueron tornando muy violentas en Quich, y fue la ltima vez que vi al P. Javier en mi parroquia, por amenazas se vio forzado a dejar la parroquia a finales de febrero o en los primeros das de marzo de ese mismo ao. Los soldados estaban ya por todo el departamento. Tambin haba sucedido ya la masacre de la Embajada de Espaa. El P. Javier viva en una casita de tabla a un costado de la iglesia; recuerdo que cuando llegbamos a visitarlo, hablbamos de las precauciones que haba que tener por todo el control del ejrcito, porque ya haban empezado los secuestros y las desapariciones. No nos avis de su salida, no se lo dijo a nadie.
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Aos despus, pude hablar con l, cuando ya se firmaron los Acuerdos de Paz; cont que no pudo despedirse de la gente, que sali a escondidas, sin decir nada, porque haba reunido mucha informacin de masacres y otras violaciones para hacer una denuncia ante los organismos internacionales de derechos humanos, y emplazar al gobierno del general Lucas Garca, en Ginebra. Despus sali de la Congregacin de los Misioneros del Sagrado Corazn y se seculariz. Se estableci por un tiempo en Nicaragua. Viaj a Mxico para acompaar a los refugiados guatemaltecos que haban dejado su tierra y el pas por causa de la guerra. Y, juntamente con el P. Manuel Antonio, fundaron una organizacin denominada Iglesia Guatemalteca en el Exilio (IGE). La gente lo quera y todava lo recuerdan mucho en Nebaj. El se entreg de lleno a su trabajo pastoral sirviendo y viviendo con la misma austeridad que toda la gente. Posteriormente los problemas con los de la costumbre se fueron amortiguando. La Accin Catlica fue un movimiento misionero de la iglesia catlica que hizo mucho bien a la gente, a todos; trataba de convencer a la gente de lo necesario que era recibir la Palabra de Dios; no se trataba de convencer a la gente solamente con palabras, si no tambin con las hechos, con obras y proyectos que los sacaran de su situacin de postracin, y los liberaran de la esclavitud y la dependencia de la Costa.

LA TOMA DE CONCIENCIA DE LA SITUACIN


Ahora que ya hemos comprendido un poco ms la realidad y la vida de la Iglesia, veo que la Accin Catlica fue como la primera comunidad cristiana, la que formaron aquellos discpulos que se decidieron a seguir a Jess cueste lo que cueste. La primera comunidad cristiana ofreca algo novedoso al mundo, algo distinto a la comunidad, y esto provocaba que la gente se fuera incorporando a sus comunidades, primero con la oracin, luego con la Eucarista, despus con el compartir en comunidad, luego con los trabajos y proyectos. La gente en aquel tiempo no estaba acostumbrada a vivir en ese estilo de vida, en comunidad de amor, donde no haba
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quin tuviera ms a costa de otros que tenan menos; dicen que la gente venda sus bienes, y el dinero lo repartan de acuerdo a las necesidades de cada uno. Este es un ideal maravilloso, si queremos cambiar no podemos prescindir de este ejemplo. Yo creo que la Accin Catlica era algo parecido a ese ideal de vida. Lo que atrajo tanto a la gente fue ese nuevo estilo de vida, de participacin, desde los proyectos, con la vida comunitaria, donde se reparta con equidad. Era como un despertar que mova a todos. Nadie se adueaba de los proyectos. Critas contribuy mucho en este sentido. A travs de Critas llegaban a la gente muchos alimentos: leche, incaparina, aceite, frjol, maz y diversos materiales; aquellos alimentos eran para nosotros alimentos desconocidos. Hubo muchas personas buenas ligadas a estos proyectos, recuerdo algunos, don Domingo Guzmn, pap de don Vicente -que fue asesinado durante la violencia cuando vena de Acul hacia Nebaj-, vena de celebrar los bautismos. Don Domingo, fue uno de los directivos de aquel tiempo, que trabaj por la gente. Dentro de las mismas directivas haba un encargado de Critas, tanto en las comunidades como en la Parroquia, para distribuir las ayudas que se reciban para la gente. La realidad era un tema que no se poda separar del Evangelio; al hablar de la realidad, de lo que estbamos viviendo y de las causas o razones del por qu vivamos en esa situacin, tombamos conciencia de las verdaderas causas que afligan a la gente. Era aplicar el Evangelio a nuestra realidad. Antes pensbamos que todo lo que nos pasaba era por voluntad de Dios, pero el Evangelio nos hizo descubrir que todo aquello, todo ese mundo de injusticia, vienen a causa del egosmo de la misma humanidad, es decir, el Evangelio tocaba profundamente nuestra situacin. Eso fue lo novedoso, lo que fue consolidando la vida de las comunidades, y se lleg al compromiso de decir: yo estoy aqu para el servicio de la comunidad, para buscar su desarrollo y el bienestar de todos! La alegra se contemplaba en los rostros de la gente. Crecieron tambin otras organizaciones, no poda ser de otra manera. Pero yo era muy joven en ese momento para darme cuenta de todo S saba que existan los partidos polticos, saba
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que exista la Democracia Cristiana, pero yo no saba qu era la DC Sin embargo, la influencia de estos partidos no era la causa que nos mova. No sabamos que significaba la palabra comunismo, como algunos nos acusaban Lo que s sabamos y descubramos es que tenamos que cambiar nuestra vida, que todos tenamos dignidad, con los mismos derechos a una vida digna Y la misma Iglesia nos abra el camino para hacer avances en esta direccin, para tener un trabajo mejor remunerado y tener mejor alimentacin, vivir felices... Como ya seal, cuando yo era muy nio, para los padres el estudio de sus hijos no era importante o una prioridad; pero luego, cuando se organiz la Accin Catlica, las Escuelas fueron creciendo y la mentalidad tambin cambi. Los paps se dieron cuenta de que la causa de muchos de los problemas que vivamos era la ignorancia, que al que sabe leer y escribir no tan fcilmente se le puede engaar, por ejemplo, firmar con el dedo un documento sin haberlo ledo, cuando era tal vez para el robo de sus terrenos. Todo esto se fue superando con las escuelas. Recuerdo que antes, al iniciar el ao escolar, los alcaldes auxiliares tenan que salir de casa en casa, tratando de convencer a los padres de familia para que mandaran a sus hijos a la escuela, pero despus, cuando tomamos conciencia de la importancia del estudio, los mismos paps iban a inscribir a sus hijos en la escuela y les exigan que cumplieran con puntualidad, para que aprovecharan la oportunidad que tenan de formarse. Este fue un cambio que se dio con el trabajo que la Iglesia haca. En Nebaj exista un alcalde municipal, que jugaba el papel de juez de paz para resolver un montn de problemas. Pero antes, el poder estaba en manos de los ladinos del pueblo; la mayora de los alcaldes fueron ladinos, los que llegaron a ser maestros eran ladinos, los pilotos de camionetas, los comercios ms grandes pertenecan a los ladinos; no haba tanta participacin de la gente ixil, a ellos se les encomendaban las alcaldas auxiliares de las aldeas. Con la Accin Catlica, empezaron a surgir los maestros ixiles, autoridades ixiles, y esto contagi a otros, y la gente ixil empez a participar en la vida activa del pueblo; la Iglesia les daba la palabra... As fueron aparecieron ixiles con comercios y ocupando puestos de
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responsabilidad, cada vez con ms estudios. Yo desciendo de una familia ladina de Chiantla. El comportamiento de los ixiles con nosotros dependa mucho de nuestro comportamiento. Haba familias que vinieron de fuera, y queran mandar, haba discriminacin, si un joven ladino se enamoraba de una joven ixil, era un escndalo. Todo dependa de nuestro comportamiento. Si uno les daba el tratamiento de amigos, ellos hacan igual. Haba familias que discriminaban a la gente ixil, y los ixiles respondan de la misma manera. El caso de mi familia era distinto: vivamos en medio de familias ixiles, compartamos con ellos, trabajbamos con ellos, estbamos en la misma Iglesia, en la misma Cooperativa... En el equipo de ftbol participbamos todos juntos, lo mismo en el conjunto de marimba. Yo pude vivir esta realidad de otra manera, gracias a Dios.

CMO SE DESENCADENA LA VIOLENCIA?


Se escuchaba que en Ixcn haba un grupo de subversivos, la gente del pueblo deca que eran ladrones. Pero no sabamos dnde quedaba el Ixcn, pensbamos que era una regin que estaba lejos; no tenamos idea de que nuestro municipio de Nebaj limita al norte con Ixcn. Sabamos por las noticias de esos grupos, la gente escuchaba la radio; en las noticias no los mencionaban con el nombre de guerrilleros, les decan ladrones. Luego ya hubo noticias de que los vean por aqu, por all y hablaban de guerrilleros. El primer hecho del que tuvimos conocimiento fue el asesinato del dueo de la Finca La Perla, el seor Luis Arenas, un terrateniente al que llamaban El tigre del Ixcn. Algunos testigos presnciales cuentan que fue un grupo armado que se identific como guerrilleros con el nombre de Ejrcito Guerrillero de los Pobres; despus fueron apareciendo pintadas con grandes letras: E.G.P. En su discurso dijeron que luchaban contra los ricos y por el poder
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del pueblo. No recuerdo la fecha de esta muerte. Fue como la primera presentacin del EGP. Luego se presentaron en el mismo pueblo de Nebaj, no recuerdo la fecha. Esto ya removi a la gente. En ese entonces yo no tena idea de lo valioso que es la historia, ni siquiera se me ocurri documentar detalladamente aquellos acontecimientos, o recordar las fechas. En la toma de Nebaj, asesinaron a un ladino de la familia de los Brol, don Enrique Brol, era una de las familias que se consideraban ricas en aquel entonces, dueas de la Finca San Francisco del municipio de San Juan Cotzal, en Quich. Despus de la toma de Nebaj, la guerrilla empez a pasar de vez en cuando por las aldeas. En una ocasin, tenamos un encuentro de ftbol en la aldea Vicalam, era un jueves. Los jueves en Vicalam era el da de mercado. Estbamos para empezar el partido cuando vimos salir de la montaa a un grupo de hombres y mujeres enmascarados y con armas en sus manos. Se dirigieron hacia nosotros y nos dijeron que tenamos que suspender el partido, que subiramos al mercado porque ellos tenan un mensaje para todos. Cuando ya estbamos en el lugar, empezaron su discurso, dicindonos: Somos el Ejrcito Guerrillero de los Pobres, los que vamos a hacer la guerra al gobierno de los ricos, para quitarles el poder, porque el gobierno no gobierna para los pobres, y que la tierra no estaba en las manos de los campesinos, que la trabajan, que la tierra de la Costa Sur se la haban robado a los pobres, y ellos se la iban a dar a los campesinos! En la aldea haba una especie de crcel, serva para encerrar a los borrachos, sobre todo, ellos la destruyeron y liberaron a unas personas que estaba all detenidas. Y as iban apareciendo en las diversas aldeas. No sabamos quines eran, porque llevaban el rostro cubierto. Luego nos dimos cuenta que entre ellos tambin haba ixiles. Hay diversas versiones del por qu empez la persecucin del ejrcito contra la poblacin civil en la regin ixil, y sobre todo en contra de la iglesia. Como he dicho anteriormente, a travs del trabajo de la Accin Catlica, la gente se haba organizado en comunidades, y luego cuando aparece la guerrilla haciendo un llamado a la poblacin a la lucha y a la organizacin, de ah vino
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que el ejrcito acusara a la iglesia de ser la responsable de organizar a la gente. La palabra organizacin empez a ser sinnimo de guerrilla. De tal manera que los primeros perseguidos por el ejrcito eran los miembros de la Iglesia, empezando por los Catequistas y los directivos En Nebaj no haba destacamento militar; solo haba una estacin de la polica nacional. Desde ese momento, el ejrcito instal sus destacamentos, en los municipios y en algunas aldeas. Exigan a la gente que sacara una tarjeta de control militar. Yo la vine a sacar con mi pap y mis hermanos, era en los primeros meses de 1980. Al principio desde el pueblo sala el ejrcito a patrullar por las aldeas. Lo primero que hicieron fue secuestrar a los lderes de la comunidad, no perseguan a toda la gente. Y los lderes de la comunidad eran los catequistas y directivos, era una persecucin selectiva. Llegaban de noche a las casas, se los llevaban, a veces les daban muerte despus de haberlos torturado dejndolos por los caminos. Pero como todos estbamos comprometidos en la comunidad y de alguna manera todos ramos lderes, y vimos que llegaban de noche a secuestrar, cada vez que tenamos noticia de su posible presencia, nos escondamos y huamos; empezamos a salir, nadie saba por quin iban; no nos podamos confiar, y decir, no debo nada, mejor me quedo esperando. Esto era un riesgo. Tenan un listado con nombres de los que consideraban de la guerrilla, pero la mayora eran los lderes de las comunidades.

TESTIGO DE LAS VIOLENCIAS


Los primeros asesinatos que cometieron y que yo vi, fue la muerte de mi padrino de confirmacin, don Carmen Lpez, chiantleco, viva en Palp; era el carnicero de la Aldea, junto con otro seor que se llamaba Pedro, ixil; los dos vivan del mismo oficio. En una incursin del ejrcito, salimos huyendo y nos encontramos con l a las montaas. Cuando se corri la voz de que el ejrcito se haba retirado hacia Huehuetenango, empezaron a regresar. El tena unos animales para el destace, regres con su hijo Juan a la casa, pasaron primero por la casa de Pedro, no lo encontraron, haba otras personas Por la parte de arriba de Palp, hay un camino
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hacia Mixlaj, por ese camino vena una tropa del ejrcito que nadie advirti, encontraron a los seores en la casa de Pedro y los mataron. Al hijo de mi padrino, no s con qu le destrozaron la cabeza, dejndolo irreconocible, lo distinguimos por la ropa. A mi padrino lo mataron con cuchillo, como se mata a un marrano, le introdujeron el cuchillo hasta el corazn, luego le cortaron la piel de los brazos, y se la desgarraron como si fuera un guante. El chicote que tena para arriar los animales, se lo dejaron metido por la garganta. Otra de las personas, apareci con el maxilar inferior arrancado de su cara; a otro le rajaron la cabeza en cuatro pedazos quedndole abierta, a un tercero, lo ahorcaron. Hechos horrorosos, que provocaron la tristeza ms absoluta y el pnico de la gente. Nos lleg la noticia de que estaban muertos en la casa de Pedro. Los soldados intentaron quemar la casa, era de tabln fuerte y de techo de teja. El ejrcito roci gasolina y le prendieron fuego. Un grupo de personas que estaban cerca, al ver que los militares se haban retirado, bajaron con la intencin de apagar el fuego; ellos avisaron a los dems de lo sucedido. Llegamos al lugar ms personas y vimos lo que haba pasado, inmediatamente nos organizamos y como pudimos los llevamos para el cementerio y los enterramos sin poder hacerles un cajn. Estos fueron los primeros asesinatos que me horrorizaron. Uno nunca saba las razones ni por qu los mataban. Mi padrino era una persona muy comprometida en el trabajo de la comunidad, uno de los directivos y lderes de la comunidad catlica de Palp, era un lder. Esta fue una experiencia terrible, en la noche despertaba sobresaltado, me venan las imgenes a la mente. Ante esto decidimos huir, para defender nuestra visa. Cuando el ejrcito incursionaba, todos nos escondamos; al no encontrar a la gente, quemaron nuestras casas. Lo hicieron en nuestra aldea, pero tambin en las aldeas grandes como Salquil Grande, Parramos, Tzalbal, solo para mencionar algunos lugares. No se conformaban con esto: mataban los animales, machetearon nuestras siembras y toda persona que se descuidara y cayera en sus manos, la mataban. Cuando encontraban maz cosechado dentro de las casas, o en otros lugares, le prendan fuego.
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A mi compaero catequista Herman Garca, de San Francisco Javier, con el que llegamos a formar los centros de Accin Catlica en las aldeas de San Jos Las Flores, Mixlaj, San Francisco, en el municipio de Chiantla, lo mataron en Mixlaj, ese mismo da dieron muerte a su pap y a otro hermano. Luego de la muerte de mi compaero catequista, por tres veces encontr un papel en mi casa que deca: Marcelino. A Herman ya lo matamos. Y el da que te encontremos te va a pasar lo mismo que a l, el mensaje era claro: vas a correr su misma suerte. Luego mataron a otros hermanos Catequistas, y no se conformaron con estos hechos, empezaron la represin masiva con ejecuciones colectivas de la poblacin: las masacres. Recuerdo la masacre de Canaquil, contra un grupo de personas ixiles, que se dijeron: no vamos a huir porque no le debemos nada el ejrcito; no todos se resignaron, algunos s huyeron para esconderse en el monte; los que se quedaron estaban en la iglesia en la Celebracin de la Palabra. All los encontraron los militares, prendieron fuego a la iglesia y los quemaron vivos. Entre Tzoloch y Parramos Chiquito, en la comunidad de Tuchauk, encontraron gente en una cueva y los mataron a todos.

DE LOS ASESINATOS SELECTIVOS A LAS MASACRES


Luego se dieron asesinatos diversos, de una, dos, tres o ms personas. Otro caso terrible que me toco presenciar, fue la muerte de una seora que estaba embarazada y en los das en que poda dar a luz, cuando los alertaron de la presencia del ejrcito, toda la familia sali huyendo; ella no poda correr, se qued sola, apenas pudo esconderse entre unas matas de gisquil, todas las casas tienen gisquil sembrado alrededor de la casa, que sirve para cocinar con otras hierbas y hacer el boxbol Los soldados llegaron, y la encontraron. La mataron, le abrieron el vientre, le sacaron el beb, y se lo dejaron metido por su cabecita dentro de su vientre. Este caso caus mucho terror. La seora era de Tzalbal. Otro caso, fue el de una jovencita de unos quince aos, la
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capturaron, la violaron, y cerca de una aldea que se llama Vicalam, la colgaron, pero no de cualquier manera; le amarraron de pies y manos y la sujetaron en las ramas de un rbol a ambos lados del camino. Suceda que no se conformaban con matar a la gente, sino que los despedazaban, les hacan sufrir. Se encontraron personas muertas con su vientre rasgado, y les dejaban metida unas estacas en forma de cruz, para dejarles el vientre totalmente abierto. Por todo esto, no podamos vivir tranquilos, no haba paz, la principal preocupacin empez a ser cmo esconderse, y tener los lugares preparados. Lo ms fuerte lleg en 1981, 1982 y 1983, ya era el tiempo de la tierra arrasada. El ejrcito estaba dispuesto a acabar con todo lo que encontraba a su paso. Las primeras veces era el terror lo que nos mova, salamos a la desbandaba, a cualquier lado. Luego salimos organizadamente, para poder controlar los movimientos del ejrcito y defendernos mejor.

LA POBLACIN SE REFUGIA EN LA MONTAA


En 1983, el ejrcito ya haba organizado las patrullas de autodefensa civil, en ese ao lanzaron una de sus grandes ofensivas, rastrearon hasta el ltimo rincn de todas las aldeas de Nebaj. Yo ya viva con mi esposa, y haba nacido mi primer nio, Pedrito. Eran los primeros das de abril de ese ao. Cuando nos enteramos de la presencia de los militares, yo sal junto con dos tos mos, Tiburcio Mrida y Joselino Mrida y sus esposas, mi abuelito paterno, Augusto Mrida, iba toda mi familia, salimos hacia un cerro que se encuentra arriba de Vicalam. Recuerdo que en una ocasin durante el ao 1982 habamos estado en la punta de aquel cerro, un poco ms abajo, hay un llano; qu coincidencia!, a ese lugar lleg el ejrcito a establecer su campamento, permaneciendo en l durante 45 das; lo interesante es que no subieron nunca durante ese tiempo hasta la parte de arriba. Cuando en esta ocasin tuvimos que salir, cremos que el lugar ms seguro era all. Es un cerro muy alto, de puras rocas, que slo
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nosotros sabamos por dnde subir Debi ser el 11 de abril por la tarde. No logramos subir hasta la cima del cerro, nos entr la noche, yo andaba con mi esposa y mi hijito, mi abuelito y los tos, cada uno con toda su familia. Al da siguiente, al amanecer, seguimos camino para coronar el cerro. Cuando llegamos a la cima, buscamos cuevas entre las rocas para protegernos de un posible bombardeo. Y ciertamente, como a las ocho de la maana, aparecieron aviones y helicpteros; despus supe que a los aviones les llamaban A37 B; bombardearon casi dos horas el cerro. No nos pas nada. Esto nos dio ms confianza, porque por los lugares que bombardeaban ya no pasaban; cremos ingenuamente que no iban a pasar de nuevo, segn ellos, las bombas ahuyentaban a la guerrilla, y eso nos dio confianza de que no iban a subir. Eran como las diez o diez y media de la maana, estbamos entre las rocas. Vimos que los aviones se alejaron, empezamos a salir, en la cima del cerro, haba una joyada, una especie de valle, un lugar adecuado para quedarnos No habamos comido nada. Mi primo Medardo me dijo: sabes qu, t te quedas vigilando mientras que yo me llevo a la familia hacia abajo, comeremos algo y luego vengo para quedarme y t te vas a comer con tu familia! Cuando se fueron le dije a mi esposa, no lleves nada, solamente a nuestro hijo, nunca imagin que era la ltima vez que los vera a los dos, a mi esposa y a mi hijito; y bien recuerdo ese momento que se me grab en el alma: mi hijito tena dos aos y tres meses; mi esposa lo llevaba cargado, cuando empezaron a caminar l me segua mirando hacia atrs, y deca papato! Y segua gritndome, papato, papato, papato! Y as hasta que desapareci la voz de mi hijito en medio de la montaa, no pens tan poco que era la ltima vez que iba a escuchaba la voz tierna y dulce de mi hijito En ese momento, le habamos encargado a uno de los primos que cuidara bien y vigilara por cualquier cosa, pero lo llamaron para que bajara a comer. Sin que nos diramos cuenta, el ejrcito haba emprendido camino hacia la cima del cerro, justamente del lado donde tena que estar vigilando mi primo. Cuando regres mi
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primo Medardo me preguntaba si se miraba algn movimiento de los militares; yo le explique que ya estaban campados, porque juntaron fuego y ya se les uni otro grupo procedente de Mixlaj y que un helicptero haba aterrizado all donde estaban. Eso estbamos hablando cuando empezamos a escuchar los disparos, y las balas pasaban cerca de nosotros. Entonces mi ta Rafaela pens que a su hijo le estaban ametrallando, y como ya le haban matado a un hijo, empez a gritar, los soldados fueron hacia el lugar donde se escuchaban los gritos, y nos dejaron a nosotros Mi to Tiburcio, mi ta Rafaela, mi esposa, mi nio, mi abuelito, ya no pudieron huir, los capturaron en ese momento, mi to Rosolino, la esposa de Medardo, Marina, lograron huir con sus nios, casi milagrosamente. Medardo regres conmigo sin saber qu haba pasado con el resto de la familia, porque se dividieron; tratamos de rodear el cerro, pero no lo logramos, porque se nos hizo de noche. Trat de ir a buscar a mi pap. Lo encontr all donde vivamos, le dije que estbamos en el cerro y le expliqu lo que haba pasado, pero no sabemos qu sucedi con la familia -le dije-. Mi mam me habl con severidad: hijo, no vaya a ser que solo fuiste a dejar a mi nieto y a mi nuera por all! Le ped que me preparara comida, hicimos totoposte, tortilla tostada, que aguanta bastante. Regres de nuevo. Al da siguiente, seguimos rodeando el cerro, tratando de subir por donde se haba quedado nuestra familia.

PERDIDOS EN LA MONTAA
Al llegar al lugar donde se haban quedado nuestras familias encontramos las cosas quemadas, pero en ese momento, nosotros no sabamos si alguien haba podido escapar o no, empezamos a llamar a la gente, para ver si alguien de ellos nos responda, pero los soldados nuevamente empezaron con los disparos Emprendimos otra vez la bajada, a la mitad del cerro nos sentamos tristes y cansados a pensar qu hacer. Ser que la familia pudo escapar? Por dnde pudieron agarrar? Dimos vueltas de un lado a otro y no encontramos a nadie. Seguimos caminando hacia abajo y llegamos a una milpa, no encontramos nada. Emprendimos
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el regreso, cuando de repente, escuchamos los pasos de una persona que caminaba muy despacio. Miramos sorprendidos, era mi to Joselino! La esperanza nos invadi nuevamente. Le hablamos con cuidado, mi primo le dijo: pap! Haba salido del escondite a buscar agua, que llevaba en unos canutos de una planta llamada tzoloj para los nios, por que no tenan nada de comer. Al encontraros, le preguntamos por los dems, no s nada de los dems -nos respondi-, slo los dos nios andan conmigo. Escuch que algunos quisieron seguirme, pero no s qu pas con ellos. Lo que hicimos fue llevarlo a un lugar lejano, en un barranco en la selva, ya no recuerdo el nombre, cerca del Montelin, por Mixlaj, por la parte de Chiantla. Volvimos al mismo sitio del Cerro de Sumal Grande, como a una hora de camino. Tratbamos queriendo buscar las huellas de los dems, regresamos de nuevo al mismo sitio, porque no encontramos nada; no nos habamos movido ni 15 minutos, cuando escuchamos un ruido, el ruido se segua oyendo, una persona o un animal? Empezamos a subir despacio, de piedra en piedra Detectamos que era la esposa de mi primo, que haba pasado una noche sola con su nio; mi primo le habl: Marina, no tengas miedo, soy yo! Tena la ropa toda rota Le preguntamos por los dems; igual, no saba nada La llevamos tambin donde mi to Volvimos al lugar, porque faltaba Vicente, Chente -que as le decamos-, era un nio de ocho aos, hijo de mi primo. Tambin faltaba mi esposa y los dems. Seguimos buscando por el Cerro de un lado a otro, siempre despacio, de repente encontramos un pequeo rastro que nos llev hasta donde se haba cado un rbol grande, y con las races arranc la tierra, pues all, entre las races del rbol encontramos a Vicente, haba permanecido all dos das y dos noches. Al encontrarlo mi primo le dijo: Hijo, porqu no me contestabas? No, pap, porque yo pensaba que tal vez eran los soldados y tuve miedo! Nos respondi. Tal vez por el fro o el hambre, deliraba a ratos no articulaba bien lo que deca. Le pregunt por la Zenaida, mi esposa y me dijo: S, yo la vi, se acaba de ir! Y cmo la viste? Insist. Y respondi: Iba con su rebozo y los paales, y el nene lo llevaba en brazos Yo me alegr mucho, porque vi que s haba huellas. Le dije a mi primo, llvate a Chente donde est mi to, y yo sigo
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buscando. Segu aquellas huellas, me llevaron hasta una milpa, pero ah las perd. Las que haban dejado el rastro, eran una hija de mi to Tiburcio y una nia que mi to Josefino haba adoptado. Despus supimos que las nias llegaron hasta el otro lado del cerro donde se encontraron con otra poblacin escondida en la montaa. Cmo llegaron? Slo Dios sabe. Llevbamos tres das de bsqueda, pero el cansancio era menor que la angustia y el deseo de encontrar a mi familia; le dije a mi to y a mi primo, yo no tengo ms que hacer aqu, los que estn, estn!, ya los encontramos, de plano, los dems fueron capturados por el ejrcito! Debo ir a darles la noticia a mis padres. Empec a caminar y caminar, se vean rastros del paso de los soldados por todas partes Me dirig directamente a la cueva donde se haban quedado mis padres, mis hermanas y una mi cuada. Antes de llegar la cueva, empec a ver huellas de los soldados, me dio mucho miedo acercarme. Como pude llegue hasta la cueva, para mi sorpresa, solo encontr huellas de los militares, pero mis padres ya no estaban, se los haban llevado? Tuve miedo de entrar a la cueva, porque pens que los podran haber dejado muertos dentro de la cueva. Todo ese lugar era un desierto, no haba nadie, nadie Record que mis hermanos se haban quedado en otra cueva y los fui a buscar, encontr a mi hermano Lucio en la entrada de la cueva vigilando, le pregunt cmo estn ustedes? Me respondi: bien, pero no podemos salir porque hay soldados por todas partes! Le comuniqu todo lo que me haba pasado y que a mi esposa no la haba encontrado, ni a mi nio. Le pregunt: saben algo de pap? Me respondi, no sabemos nada, pero de seguro que estn en la cueva. No, -le dije-, a ellos ya se los llevaron! Cmo! me dijo; s!, le contesto, acabo de pasar por la cueva y solo encontr las huellas de los soldados! Salimos de inmediato, con la gran suerte de encontrarnos con mi hermano Arcadio, mis cuados Gonzalo y Virgilio, ellos se haban quedado fuera de la cueva para vigilar, pero como eran tantos grupos de soldados los que pasaban por un lado y otro, era imposible controlarlos a todos. Les dimos la noticia y nos fuimos a inspeccionar la cueva propiedad de mi padre. Mientras unos vigibamos, otros entramos a la cueva; mi cuado Gonzalo fue el que entr primero, le dijimos, baja con
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mucho cuidado, puede que hayan dejado granadas, porque eso era lo que hacan los soldados, dejaban granadas debajo de los muertos, para que cuando los familiares llegaran a levantarlos, estallaran y murieran muchos ms. Solo encontramos unos canastos que mis hermanas haban dejado con trastos de cocina. Comprobamos que se los haban llevado, pero no sabamos si estaban vivos o los haban dejado muertos en algn lado. Iniciamos la bsqueda, llegamos a los lugares donde el ejrcito haba acampado. En uno encontramos colillas de cigarrillos que solo mi pap fumaba, en otro lugar, encontramos paales sucios, eran de los hijos de mis hermanas. Y as de un lugar a otro.

BUSCANDO A MI ESPOSA Y A MI HIJO


Fuimos a ver los lugares por donde haba acampado el ejrcito. Volvimos a encontrar colillas de tabaco de los cigarros que slo mi pap fumaba. Los soldados fumaban cigarros, pero de cajetilla. Seguimos buscando Pero no encontramos a nadie. No nos detuvimos, caminamos por otro sitio buscando y buscando, encontramos a un perro que lo haban matado con un disparo; luego fuimos a dar con una casita quemada, era de horcones de madera y techo de tejas, en el piso los dueos haban cavado una zanja para esconder sus cosas, la zanja estaba llena de tejas quebradas y en los horcones un manojo de patas de ovejas que posiblemente los soldados haban matado. Nos entr la curiosidad, empezamos a revisar la zanja con cuidado, sacando los pedazos de las tejas y para nuestra sorpresa, encontramos el cadver de un seor, don Diego, era de la aldea San Francisco Javier, lo conoca bien. Lo haban ahorcado y lo dejaron completamente desnudo Siempre que uno se encontraba con l, lo mirbamos con un rosario en el cuello. Como un signo de burla, le dejaron una cruz hecha de patas de oveja ceida con el rosario entre sus manos. Nos dio mucha tristeza ver aquello, indigna! Cmo pudieron matar aquel ancianito? Desde ah perdimos el rastro de la familia y nos convencimos de que se los haban llevado. Pero la pena y la tristeza era tanta, que yo no senta cansancio, ni
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hambre, ni sueo, slo quera saber de mi esposa, de mi nio, de mi familia. Todo esto sucedi del 11 al 21 de abril de 1983 por las montaas que rodean el Cerro del Sumal Grande, la cumbre ms alta del municipio de Nebaj. Pudimos comprobar que el 21, las tropas del ejrcito empezaron a retirarse. Ese da sal con mis hermanos Lucio y Arcadio, rumbo a un lugar llamado Tisumal, donde sabamos que haba gente escondida, caminaba con la esperanza de encontrar a mi esposa, pero todo fue intil, no la encontr. Regresamos de nuevo y al llegar al Sumal, la gente de ese lugar empezaba a regresar, encontramos a unas personas y les preguntamos si no haban visto a mi familia; S! -contestaron-, pero ya estn muertos!; los dejaron en una fosa, intentamos enterrarlos mejor, porque los perros los estn sacando, pero no se aguanta por el mal olor. Les pedimos que nos hicieran el favor de indicarnos el lugar, y cuando llegamos comprobamos que se trataba de ellos, porque encontr restos de ropa de mi esposa, que los perros haban arrastrado hacia afuera. Tambin nosotros intentamos enterrarlos mejor, pero igual, no pudimos hacer ms. Lo que hicimos fue poner piedras encima y trozos de madera, para impedir que los perros siguieran escarbando. Posteriormente nos encontramos con un seor que no recuerdo su nombre, nos dijo que l haba visto cmo les dieron muerte, coincidi que l se tuvo que quedar escondido muy cerca del lugar. Nos cont: primero pusieron a mi to Tiburcio junto con mi abuelo a cavar la zanja, cuando la estaban cavando se les acercaban los soldados y les decan saber que cosa!, de plano se burlaban, porque se rean a carcajadas. Luego los fueron matando uno por uno empezando con mi abuelo, l tena ms o menos unos 70 aos de edad. No s con qu, pero les daban un solo golpe en la cabeza y los echaban a la fosa. Por ltimo mataron a una mujer algo pequea que tena su hijo en brazos, cuando le queran quitar al nio ella se opona y si la agarraban morda a los soldados, pero entre todos se lo quitaron, no se compadecieron del nio, le dieron el golpe en la cabecita y a la fosa, despus hicieron lo mismo con la seora As fueron asesinando uno a uno. Al escuchar todos estos detalles se me deshaca el alma.
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Los nombres de las personas que fueron asesinadas son los siguientes: Zenaida Herrera, mi esposa de 20 aos, mi hijo Pedro Cano, de dos aos y medio; mi abuelo Augusto Mrida, mi ta Rafaela Saucedo, mi to Tiburcio Mrida y su esposa Mara Hernndez, su hijo David, nio todava, de los dems no recuerdo la edad.

ME INTEGRO A LA GUERRILLA
Yo nunca tuve planes de irme con la guerrilla, pero en medio de mi desesperacin, me fui a buscarlos para pedirles si me aceptaban, ya que estaba dispuesto a ir con ellos. Me dijeron que s. Regres para comunicarles a mis hermanos la decisin que haba tomado. Quera ir lejos, a lugares donde no encontrara recuerdos de mi familia. Adems senta una gran tristeza, impotencia y por qu no decirlo?, tambin odio por lo que haban hecho con mi familia, senta ganas de vengarme. Al da siguiente me present con los jefes de la guerrilla y les dije: ya estoy aqu, listo y preparado! La guerrilla estaba estructurada en diferentes niveles jerrquicos. La DN o Direccin Nacional, la DF o Direccin de Frente, la DR o Direccin Regional y la DD o Direccin de Distrito. Me incorporaron a la DD, en ella estaban los cuadros polticos que trabajaban con la poblacin; era una labor de concientizacin para organizar a la poblacin. Me fui al lugar que me corresponda, pero mi tristeza era tan grande que no me dejaba pensar en lo que tena que hacer, yo solo pensaba en lo que haba pasado con mi familia. Despus de seis meses, empec a reflexionar y me preguntaba qu estoy haciendo aqu? En el transcurso de esos meses la guerrilla asesin a un primo mo, Rosalo Cano y a mi cuado Gonzalo; eso me caus mucho ms dolor y pens que haba tomado el camino equivocado. Como a los ocho meses, habl de nuevo con los jefes para decirles que haba tomado una nueva decisin, quera regresar de nuevo con la poblacin. Me hicieron muchas preguntas y trataban de convencerme para que me quedara, pero les dije que mi decisin era definitiva. Dentro de las filas de la guerrilla nos tratbamos de compaeros y uno pasa momentos muy difciles; eso nos encaria y nos une,
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a tal grado que cuando me autorizaron el regreso a la poblacin, ya no me quera ir, senta nostalgia por mis compaeros. Pero la decisin ya se haba hecho. Al estar de nuevo en la poblacin pens que no poda vivir solo, necesitaba de una compaera. Conoca a Fidelina Garca, pens en ella y le propuse si quera ser mi esposa; gracias a Dios, acept y nos casamos. Nuestro matrimonio lo realizamos en la montaa, en nuestro lugar de refugio. Pues ya no haba sacerdote, nos tuvo que casar un hermano catequista, don Alberto Jimnez.

LAS COMUNIDADES DE POBLACIN EN RESISTENCIA DE LA SIERRA


En todas las aldeas y montaas de Nebaj ya no se poda vivir, todo estaba controlado por el ejrcito, entonces recibimos noticias de un lugar llamado Santa Clara, en el municipio de Chajul, la noticia fue de que all haba buenas tierras para sembrar y no haba presencia del ejrcito. Nos organizamos unas 30 familias y emprendimos camino. Salimos el 7 de mayo de 1984 de Sumal Grande. La caminata se nos torn muy difcil, porque se nos fueron terminando los alimentos, comiendo hierbas y todo lo que encontrbamos por el camino, por fin llegamos a Santa Clara el 14 de mayo. En ese lugar haba poca gente, pero nos recibieron bien. Durante algn tiempo estuvimos acampados bajo los rboles, mientras pudimos levantar unas pequeas casitas, les decamos champas; construidas con troncos de rbol y techadas con hojas de una planta que conocemos como posh. Las tierras eran prcticamente baldas, empezamos a reconocer nuestros pedazos de terrenos y nos pusimos a sembrar, sembramos milpa, frjol, malanga, camotes, bananos, caa de azcar, bueno, sembramos de todo y no pasbamos hambre. Pero esa felicidad dur solamente unos dos aos; en el transcurso de ese tiempo
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fueron llegando ms y ms familias y llegamos a ser una gran poblacin. En el mes de octubre de 1887, el ejrcito de nuevo nos empez a perseguir, instal destacamentos en distintos lugares de la regin, ya que no solamente haba poblacin en Santa Clara, sino tambin en Cab, Xeputul, los Cimientos y otros lugares. Despus del ao que ya seal empez de nuevo nuestro calvario de sufrimientos y as es como nacieron las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra (CPR). Nos organizamos para poder vivir. Aos despus hablbamos de resistir para vivir. Nuevamente el ejrcito empez a destruir nuestras siembras y a perseguirnos. Las CPR, quedamos totalmente aisladas de los dems pueblos y aldeas, sobre todo en los lugares que haban quedado bajo el estricto y total control del ejrcito. Esto significa que no podamos salir a comparar lo que necesitamos, se nos termin todo: la ropa, el calzado y hasta la sal; comimos mucho tiempo sin sal, y a consecuencia de esto, mucha gente se hinch, algunos lograban conseguir una o dos libras con sus familiares a travs de contactos muy arriesgados. Una onza de sal en las CPR, lleg a valer dos quetzales, el que lograba conseguir una onza, la guardaba para cuando hubiera un enfermo y as poder darle comida con un poquito de sal. Toda esta situacin nos oblig a crear una muy buena y hermosa organizacin; se propag entre nosotros un ambiente de mucho amor, respeto y solidaridad. Esto me permite recordar la vida de la primera comunidad cristiana, como se nos narra en el libro de los hechos de los apstoles.

EL TRABAJO PASTORAL BAJO LA MONTAA


Pasamos un tiempo en que no podamos reunirnos para rezar y compartir la Palabra de Dios. En las CPR, del Ixcn estaba el padre Ricardo Falla acompaando pastoralmente a las comunidades que all haba, as fue como en octubre de 1988, envi a un catequista a la Sierra, mi tocayo Marcelino Lpez, un Catequista
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recio y decidido. Durante su estada con nosotros, visit algunas de nuestras comunidades, celebr bautismos e imparti charlas. Despert el inters en toda la poblacin; tuvimos asambleas y fuimos nombrados Dionisio Baten, Tiburcio y yo, para encargarnos del acompaamiento pastoral de las Comunidades en la Sierra. En febrero de 1989, nosotros tres bajamos al Ixcn para tener un encuentro con el P. Ricardo. Pasamos con l dos meses, tiempo necesario para que l nos diera una preparacin adecuada, sobre todo para la administracin de los sacramentos del bautismo y el matrimonio, tuvimos adems la oportunidad de conocer cmo tena l organizado el trabajo pastoral en las CPR del Ixcn. Despus de dos meses regresamos a la Sierra, no tuvimos ningn percance ni a la ida, ni a la vuelta. Fue una gran caminata. Empezamos a trabajar, lo primero que hicimos fue visitar todas las comunidades, esta visita nos llev dos meses; tenamos que tardar por lo menos tres das en cada comunidad. Lo que nos pidieron en las comunidades fue que bautizramos, porque haba demasiados nios, algunos ya casi jvenes, sin el sacramento. Cada da tenamos largas filas para bautizar. Luego fuimos organizndonos mejor, creamos nuestro Equipo de trabajo, el MTP, Misioneros de Trabajo Pastoral, lo integrbamos nosotros tres y que lo ampliamos con otros her manos de Cab y Xeputul. Toda esta regin estaba estructurada en tres reas. Luego de consolidar nuestro equipo, nombramos Catequistas en cada comunidad y una directiva en cada rea. Cuando logramos terminar este trabajo, nos vinieron nuevos retos, los catequistas y directivos nos empezaron a pedir ms formacin. Nosotros no contbamos con ningn material, ms que una sola Biblia, unos cuantos cuadernos y una mquina de escribir que nos haba regalado el P. Falla, que por cierto, ni siquiera sabamos cmo escribir a mquina. Con eso empezamos organizar cursillos y nuestras reuniones.
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NUESTRAS CELEBRACIONES DE LA PALABRA DE DIOS


Ante la demanda de Biblias, que era imposible conseguir, se nos ocurri escoger pequeos mensajes del evangelio y copiarlos en hojas de cuaderno y, para que no nos ocupara mucho espacio en papel, lo hicimos con la mquina, porque una hojita de cuaderno nos deba alcanzar para tres mensajes. Estos pequeos mensajes los repartamos a los Catequistas de cada comunidad, para usarlos en las celebraciones, pero esto no lo podamos hacer cada semana, lo hacamos cada mes, ya que cada mes nos reunamos para evaluar nuestros trabajo. Evalubamos todo, y haba ms cosas positivas que negativas; cuando tocbamos el tema de las celebraciones, los hermanos nos decan: le estamos sacando todo el jugo al Evangelio, porque el mismo mensaje lo reflexionamos cada domingo, pero siempre le encontramos una enseanza nueva. Porque el mismo mensaje tena que servir para todo el mes, para los cuatro domingos de ese mes. Cuando tenemos la Biblia, es como tener en abundancia y no profundizamos la Palabra de Dios; en cambio la escasez nos ayuda a profundizar el Santo Evangelio. Seguimos realizando nuestros encuentros, visitas y celebrando bautismos y matrimonios. Nosotros lo hacamos porque la gente nos lo peda, pero en el fondo sentamos pena porque no habamos sido delegados por el Obispo para poderlo hacer. En una ocasin y a travs del P. Falla, logramos enviar una carta al Obispo, que en ese entonces era Monseor Julio Cabrera. Yo no lo conoca, porque el que era obispo antes de la violencia en Quich, fue Monseor Juan Gerardi, yo recib la confirmacin por imposicin de sus manos. Junto con la carta, le enviamos a Monseor Julio un mapa, indicando los lugares y las comunidades que estbamos atendiendo y, adems le manifestbamos nuestra pena por estar administrando los sacramentos sin su autorizacin. Como a los tres meses recibimos una respuesta, una carta de Monseor Julio. La recibimos con gran alegra. Habamos pasado muchos aos sin comunicacin con el Obispo.
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CARTA DEL OBISPO DE QUICH


En su carta nos manifestaba su agradecimiento por el trabajo que estbamos realizando en ese lugar, que ni siquiera ellos podan llegar con nosotros. Adems, nos animaba para que siguiramos adelante con el trabajo pastoral y que no solo contbamos con su autorizacin, sino que con todo el apoyo de la Dicesis de Quich. Eso nos dio mucha tranquilidad y seguridad para seguir adelante. La persecucin contra nuestras comunidades se intensificaba cada vez ms, habamos llegado casi a los lmites de nuestra resistencia. Era el momento de tomar dediciones para salir de aquella situacin. Tuvimos muchas reuniones para discutir y llegar a un consenso sobre lo que debamos hacer. Entonces decidimos que la nica alternativa era salir a luz pblica. Realizamos nuestra primera Asamblea General de las CPR de la Sierra, en la que elaboramos una declaracin sobre quines ramos los que estbamos en las CPR y de donde ramos, lo que estbamos viviendo, especificbamos una serie de demandas para el gobierno. Se nombr una comisin que deba viajar a la capital y dar a conocer el documento en todos los medios de comunicacin y las organizaciones populares, organizaciones de derechos humanos, a la iglesia, tanto a nivel nacional como internacional. La comisin se puso en camino y slo Dios sabe cmo lograron llegar hasta la Capital. Semanas despus escuchamos por la radio un comunicado, donde ellos daban a conocer su presencia en la Ciudad. No recuerdo cuntos meses despus, estall como una bomba nuestro comunicado en todos los medios de comunicacin. Sabamos que eso era un logro para nosotros, pero nuestra interrogante era qu vendra despus? La respuesta del ejrcito no se dej esperar, intensificaron la persecucin en contra nuestra, su intencin era terminar con nosotros, antes de que llegaran comisiones a verificar nuestra situacin. En Amajchel, lugar donde nosotros habamos permanecido algn
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tiempo, antes de que el ejrcito instalara un destacamento militar, se form una nueva aldea con la gente que iban capturando de las CPR. Un domingo estbamos escuchado la misa transmitida por Radio Quich, la misa era presidida por Monseor Julio Cabrera, en su homila le comunicaba la gente de su reciente visita a Amajchel; esta aldea est a media hora de Santa Clara, donde nosotros vivamos. En su homila dio a conocer todo lo que haba constatado y que desde entonces en adelante el padre Rosolino, prroco de Chajul, estara visitando dicha comunidad peridicamente11. Dionisio y yo pensamos que aquella era la oportunidad para encontrarnos con el padre Rosolino. Decidimos salir a esperar en el camino por donde deba pasar, pero no sabamos cundo, pero an as nos fuimos. A los dos das de estar esperando escondidos a la orilla del camino que conduce de Chel hacia Amajchel, un camino que ya no se transitaba, pero era el nico que haba, se nos hizo el milagro. Cuando nos dimos cuenta nos hablaron unos hombres armados, nos asustamos mucho, creamos que era el ejrcito, pero no, eran los guerrilleros. Nos preguntaron qu hacamos en ese lugar; nosotros les explicamos todo y luego nos dijeron que tenamos que caminar con ellos porque era un lugar muy peligroso. Esa primera vez, tardamos unos 15 das sin haber logrado nuestro objetivo. Luego decidimos que no era conveniente que saliramos los dos, que ms bien era mejor por turnos. Al siguiente turno fue Dionisio a observar el camino, estuvo como 12 das esperando; regres sin noticias, tampoco se logr nada. Poco tiempo despus fue mi turno nuevamente. Ya tenamos contacto con los guerrilleros que controlaban ese lugar. Todos los das salamos al camino, pero escondidos; un da de repente vi que los guerrilleros se pusieron como nerviosos y era porque el ejrcito iba pasando por un lado, cuando escuch los disparos yo no saba qu hacer, dos de ellos me llevaron a otro lugar y nos volvimos a reunir hasta el siguiente da. Al llegar me dijeron, hoy en la maana pas el padre y dijo que regresaba maana. Al amanecer salimos muy temprano al camino,
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CABRERA OVALLE, Monseor Julio, CONSUELA A MI PUEBLO. Seleccin de homilas. Edita Voces del Tiempo. SERGUA, Guatemala 1997. Ver pginas: 31 - 33 y 83 - 94.

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como a eso de las 10 de la maana, me avisaron: ah viene el padre!, solo pods hablar con l unos 20 minutos para no comprometerlo, porque no viene solo. Al momento apareci, salimos al camino, me present y brevemente le compart sobre el trabajo pastoral que estbamos realizando. As fuel como conoc al padre Rosolino, prroco de Chajul, y hoy Obispo de Zacapa.

EL APOYO NACIONAL Y LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL


Nuestros hermanos en la Capital haban logrado integrar una Comisin Multipartita, con distintas personalidades e instituciones de derechos humanos, las iglesias, periodistas y algunos embajadores, etc. Esta Comisin se form con el fin de verificar la situacin de nuestras comunidades. En uno de los viajes que realiz esta Comisin a las CPR, conoc a Monseor Julio Cabrera. Aquella visita nos proporcion mucha esperanza. Era un viaje arriesgado, pero se logr. A partir de entonces la persecucin fue cesando, empezamos a salir a visitar a nuestros familiares que se haban quedado en nuestros lugares de origen y con la ayuda y acompaamiento del P. Rosolino, logramos llegar a Santa Cruz del Quich para reunirnos con el Obispo. En esa reunin, Monseor Julio nombr al padre Rosolino para que acompaara personalmente a las CPR. Despus llegaron las Hermanas de la Sagrada Familia a quedarse un largo tiempo en nuestras comunidades. Posteriormente, un padre franciscano, fray Manuel Pineda. Mientras tanto nosotros empezamos a participar en las Asambleas Diocesanas, en las que se reunan todos los agentes de pastoral, en el Centro Pastoral Marista de Chichicastenango.
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TRABAJO EN LA OFICINA DE DERECHOS HUMANOS DE CHAJUL


A finales del ao 1995, las negociaciones entre el Gobierno y la insurgencia haban avanzado y la firma de la paz estaba por fin muy cerca. Durante los aos 1994 y 1995, estuve trabajando en una oficina jurdica en Chajul para defender los derechos humanos, instalada en Asociacin Chajulense, fundada por el P. Rosolino. Pero mi familia an segua viviendo en Santa Clara. En diciembre de 1995, decid salir definitivamente de Santa Clara, para vivir en Nebaj, donde se encontraban viviendo mis padres y mis hermanos.

REGRESO A LA PARROQUIA DE NEBAJ


Lo primero que hice fue estudiar, de nio no pude ir a la escuela pero gracias a Dios, soy el nico de mis hermanos que logr cursar el tercero bsico. En ese mismo mes, Monseor Julio se enter de mi llegada a Nebaj e inmediatamente me mand llamar para preguntarme si quera seguir trabajando en la pastoral de la parroquia de Nebaj. Me dijo: no lo he hablado con el prroco de Nebaj, porque primero quera escuchar tu parecer. Yo respond que aceptaba con mucho gusto. En febrero del 96 inici mi trabajo en la parroquia colaborando en la pastoral. Al principio sent un poco de temor de ser rechazado, ya que todos saban que vena de las CPR; pero no fue as, todos me recibieron muy bien, hasta me confundan, porque me decan padre. Mi principal aporte ha sido acompaar a las comunidades a travs de visitas, celebraciones y con la formacin de los Directivos, Catequistas, Delegados de la Palabra y ministros de la comunin. Pero tambin quisiera compartir algunos acontecimientos que fueron para mi muy particularmente significativos, en los que pude colaborar muy decisivamente despus de mi regreso a Nebaj.
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EL PROYECTO REMHI
A mi llegada a Nebaj se estaba formando el equipo de animadores de la reconciliacin, integrado por las Hermanas de la Caridad, y tres laicos; despus de un proceso de formacin, empezamos recoger los testimonios, es decir, que la gente contara los sufrimientos y atrocidades cometidas en contra de las personas y las comunidades. Esto fue un proyecto lleno de riesgos porque se realiz antes de la firma de los Acuerdos de Paz, cuando estaban todava activadas todas las estructuras de control militar, las patrullas de autodefensa civil, los comisionados militares y la presencia de los destacamentos militares. Sabemos qu importancia le dio Monseor Gerardi a este proyecto a nivel nacional, y en Quich tuvimos todo el apoyo de Monseor Julio Cabrera. Sabamos que era algo muy importante, porque para muchas personas fue la primera vez que se les presentaba la oportunidad de poder hablar de sus dolores y sufrimientos causados por la guerra. A dems, a travs de REMHI, se podra dar a conocer una gran verdad que muchos pretendan silenciar, y firmar una paz entre el olvido y la impunidad. Este proyecto lleg a su feliz trmino en su presentacin pblica el 24 de abril de 1998, y como precio la vida de Monseor Juan Gerardi dos das despus de su presentacin.

LAS EXHUMACIONES
Cuando regres a Nebaj lo que traa en mente era poder exhumar a mis seres queridos masacrados durante la violencia, que an seguan enterrados en el cementerio clandestino donde los asesin y dej el ejrcito. As fue como hice el planteamiento al prroco de Nebaj para que motivramos en las comunidades a las personas que tuvieran el deseo de exhumar a sus seres queridos, nos apoyaran. Result que eran muchos los que estaban interesados; aprovechando que en la Dicesis a travs de la Oficina Paz y Reconciliacin se haba formado un equipo que ya estaban trabajando en otras exhumaciones en otras parroquias, nosotros nos unimos tambin.
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Sacamos un listado de 120 personas que podran ser exhumadas inmediatamente, en 22 de nuestras comunidades. Hablamos con el equipo correspondiente, que aceptaron gustosamente hacer el trabajo. Por parte de la parroquia fuimos delegados el P. Diego Agapito, el primer sacerdote nacido en Nebaj, quien en ese entonces estaba recin ordenado dicono y yo, para acompaar a las comunidades durante el proceso. Este trabajo se llev a cabo en 1999. En el ao 2000, iniciamos el trabajo. Por lo inaccesible de los lugares donde estaban enterrados mis familiares, se decidi que fuera la primera exhumacin. Yo sent una inmensa alegra, por fin se cumplira mi sueo. Viajamos a Sumal I, lugar donde bamos a trabajar. Cuando empezamos a encontrar los restos y reconoc las ropas que an quedaban de mi esposa, mi hijito y de los dems, me conmovi enteramente, revivieron en m aquellos momentos de dolor, de impotencia y tristeza, mis heridas estaban todava abiertas. Me hizo reflexionar sobre el objetivo y la intencin de exhumar a nuestros seres queridos, era para darles una sepultura digna, pero tambin para sanar nuestras heridas, no para volver a revivir el pasado. Qu hacer con todas las familias que estaban en la misma situacin? El trabajo se estaba iniciando y no lo podamos detener. Despus de tanta reflexin y oracin le di gracias a Dios por haberme dado a m el primero la experiencia de lo que se experimenta en estos casos, le di gracias porque esto me iba a ayudar para saber cmo tratar a los dems que tenan que pasar por la misma situacin. Retomando el objetivo por el cual estbamos haciendo el trabajo le plante al equipo que no hablramos de proceso de exhumaciones, mejor hablar del REENCUENTRO CON NUESTROS FAMILIARES, porque eso cambiaba todo el panorama. As fue como se contino el trabajo que se fue desarrollando positivamente. El 29 de julio de 2001, se hizo la devolucin de los restos a los familiares, fue una fiesta en Nebaj, por fin el reencuentro, la integracin de nuestros familiares al seno de la familia. Por ese acontecimiento qued establecido en la parroquia celebrar el da de los mrtires el ltimo sbado del mes de julio
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de cada ao. Creemos que como consecuencia de este hecho, fue el incendio de la casa parroquial el 21 de febrero de 2002, que la dej en las cenizas. Pero fue un gran paso, todava limitado porque la mayora de las personas asesinadas y desaparecidas, cuyos familiares no saben dnde quedaron, no se han podido exhumar.

LA SANTA MISIN DIOCESANA


En diversos momentos de discernimiento diocesano para celebrar el Gran Jubileo convocado por el Papa Juan Pablo II para el ao 2000, recuerdo que en una asamblea diocesana, se lleg a la conclusin de que la mejor forma de celebrar este acontecimiento era celebrar con una misin en toda la Dicesis. Fueron tres aos de preparacin que inclua formacin y organizaron de todos los fieles, parroquia por parroquia. En cada comunidad se hizo la invitacin a todos los que desearan ser misioneros, hombres y mujeres y, con ellos se inici un proceso de formacin especial y formar las pequeas comunidades para esperar el ao 2000, con una adecuada preparacin. Se trataba de una semana de misin en cada parroquia, se hizo el calendario, para que las parroquias pudieran intercambiar los misioneros. Este fue un acontecimiento muy especial, fue un momento de resurreccin para muchas comunidades que an seguan en el desnimo.

LA RADIO
El incendio de la casa parroquial fue un hecho de intimidacin para nuestra parroquia y para nuestro trabajo. La intencin era intimidarnos para bloquear los procesos parroquiales de trabajo pastoral, pero como en otros muchos casos, y como dice un dicho: el tiro les sali por la culata. Dentro de nuestros proyectos parroquiales estaba el de fundar una radio que fuera un instrumento de evangelizacin. Se hicieron acuerdos con la Radio Quich para que nos permitieran el uso de la frecuencia en el sector geogrfico de nuestra parroquia y, as fue como el 15 de agosto de 2002, da de la Virgen la Asuncin, Patrona de esta parroquia, salimos al
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aire por primera vez. Se haba adquirido un pequeo aparato transmisor, con cobertura nicamente para el rea urbana de Nebaj. Poco a poco fuimos creciendo y ahora logramos cubrir toda la regin ixil, parte de San Miguel Uspantn, pero nuestra seal se puede sintonizar en regiones de Alta Verapaz, como Chisec y Sayaxch, tambin entra en algunos lugares del departamento de El Petn. Desde entonces me encomendaron la direccin emisora, donde permanezco hasta la fecha. El mudo de los medios de comunicacin era para m desconocido, pero descubr una faceta de mi vocacin en este trabajo, al que le entrego mi tiempo y mi corazn sin ninguna condicin. Es una experiencia muy bella con la que he podido aprender muchas cosas nuevas que nunca antes hubiera podido sospechar. Le doy gracias a Dios y la iglesia por todas las oportunidades que me han dado, he aprendido muchas cosas buenas y sobre todo a servir a mis hermanos. Para terminar quiero agradecer primeramente a Dios y a nuestra Madre la Virgen Mara por todas sus bendiciones, porque me siento un hombre realizado, al Hno. Santiago Otero por todo el apoyo que me ha brindado, a la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, que me han otorgado la Orden Monseor Juan Gerardi para los Derechos Humanos. Un agradecimiento muy, pero muy especial a Monseor Julio Cabrera, una persona que siempre llevar en mi corazn, porque a l le debo gran parte de lo que soy. Quiero agradecer con todo mi amor a mi amada esposa, ha sido una verdadera compaera y gracias a su apoyo incondicional he podido realizar mi trabajo. Con ella hemos procreado 5 hijos de quienes me siento orgulloso. Leonel, naci en 1985, es ahora profesor de enseanza media y cursa el primer ao de licenciatura en Pedagoga con orientacin en medio ambiente, Geovany, naci en 1987, es Bachiller industrial y Perito en computacin, Helmer, naci en 1989, es maestro de Primaria y cursa el segundo ao del profesorado en Enseanza Media, Rosolino, naci en 1993, cursa el ltimo ao de magisterio, todos ellos nacidos durante los aos transcurridos en las CPR. Mi reina, Francisca Candelaria, naci
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en 1997, en Nebaj, cursa el segundo ao del ciclo bsico. Te doy gracias Seor por el don de la vida y aqu estoy, siempre dispuesto para escuchar tu llamada. Amn.

Foto tomada en las Comunidades de Poblacin en Resistencia , Chajul.

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Iglesia de Nebaj, Marcelino Cano en la inhumacin de los restos de su esposa, hijito y familiares (julio de 2001)

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En la Parroquia de Los Amates, Izabal

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ITINERARIO DE VIDA
Ovidio Velsquez naci en el municipio de Los Amates, Izabal, el 18 de septiembre de 1954. Frecuent la escuela hasta el 3er. Grado de Primaria. En 1973 empieza a trabajar en la parroquia como Delegado de la Palabra. Confirmado por Monseor Constantino Luna, Obispo de Zacapa. El 5 de junio de 1975 se casa con Odilia Roque Prez. En 1983, siendo Delegado de la Palabra de Dios, es detenido por el ejrcito y torturado. Es Ministro Extraordinario de la Comunin, Delegado y Catequista. En noviembre de 1983, particip en el III Congreso Americano de Misiones y VII Congreso Latinoamericano de Misiones (CAM2 - COMLA 7), en Guatemala. En el ao 2009 particip en el III Congreso Misionero de Guatemala.

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LOS COMIENZOS
Comenc mi trabajo en la Iglesia como Delegado de la Palabra en 1973, por orden de Monseor Gerardo Flores Reyes, Administrador de la Administracin Apostlica de Izabal. Pertenecamos a la Parroquia del Sagrado Corazn de Jess en Quirigu. La Parroquia de Los Amates no exista. Nac un 18 de septiembre de 1954. Hijo de Amado de Jess Velsquez de Len y de Laura Castellanos. Nac en la Aldea Jubuco, del Municipio de Los Amates. Mis primeros aos los pas en esa aldea, de la que sal con mis paps cuando tena cuatro aos, hacia un rea montaosa, a la Aldea Colombia, del Municipio de Los Amates. Mis abuelos hombres no los conoc; slo tengo los nombres, el pap de mi pap se llamaba Eusebio Velsquez. Recuerdo que mi pap deca que era originario del departamento de Zacapa. Su esposa, mi abuela, era Olimpia Paredes, originaria de Gualn, Zacapa. Por parte de mam, mi abuelo se llamaba Juan Castellanos y mi abuela Mara Meja. Por parte de mi pap eran cinco hermanos, tres hombres y dos mujeres, uno era Samuel Imerio Paredes, Isauro Velsquez Por lo que cuentan, cuando naca un nio, se lo comunicaban a la autoridad de la aldea, que era el compareciente en la Municipalidad, y los nios quedaban con el apellido de la mam; otro de los problemas fue el descontrol en el hogar, pues mis abuelos se separaron, mi abuela se uni a otro seor. Nuevamente se separ de este seor, y regres nuevamente con mi abuelo. El pap de Imerio no fue reconocido por el padre, y tampoco era hijo de mi abuelo. Por mi parte hemos sido ocho hermanos; han fallecido cuatro y quedamos cuatro. De los fallecidos, el tercero de mis hermanitos, Hugo Ren, muri a la edad de cinco aos, porque desde el nacimiento vena con desnutricin. Las otras tres fueron nias, pero nacieron de partos prematuros, y no se lograron. De manera que de los cuatro vivos, yo soy el mayor; luego viene Gabriel, mi
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segundo hermano; luego mi hermana Mabelita y Mario.

CMO VIVAN MIS PADRES


Mis paps eran campesinos pobres. De los primeros aos de mi vida, recuerdo desde los cuatro aos. Una joven vecina llamada Tomasa, hija de Rito Salvador Estrada, dueos de ganado, me daba leche para que yo la aprovechara con mis paps. Me mantena desnudo, sin ropa, llegaba donde estaban los animales, cuando ordeaban, y all al pie de la vaca me daban leche recin ordeada. Y as me haban acostumbrado. Tomasa me consenta, me deca: Ovidio, ven a tomar un vaso de leche! Mi mam le deca: Tomasita no me malacostumbres a Ovidio con eso, porque de repente nos vamos, ustedes se quedan Pero nos responda: Ustedes no se van a ir Recuerdo que lo primero que yo haca cuando me levantaban era ir a ver a Tomasita, que me daba la leche. Siempre andaba desnudito. Mi mam me deca que me pusiera la camisa y la calzoneta, pero como era lugar de calor, no quera ponerme nada. Vivamos cerca del ro Jubuco, y aprend a nadar desde muy pequeo; nunca le tuve miedo al agua. Mis padres no tenan tierra propia, y cultivaba a medias con el seor Ramn Arita, que era de origen hondureo, y todava vive en Honduras. Con l trabajaba mi pap, dos o tres manzanas de milpa, dos o tres manzanas de frijol, y lo compartan a medias. Juntos llevaban el peso del trabajo. La casa donde vivamos era de caa de casa, madera rolliza, hecha de manaca, corozo Era muy resistente para la lluvia. El piso de tierra, y el fogn en la cocina. Para el fuego buscbamos lea seca en los guamiles, sobre todo de un rbol que se conoca como masico, rbol duro para cortar y rajar; tambin se utilizaba el maro, que es un rbol que sirve para la construccin. Con esta madera se poda lograr una gran brasa, resistente y aguantadora, serva para echarla a la plancha, y poder planchar, por ejemplo. La comida fundamental era el maz y el frijol, pero tambin el llame, yuca, llamp, semejante al llame, es una raz Se siembra la mata, y cuando la tierra es frtil, una sola semilla produce una
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planta grande y dentro de la tierra crecen hasta cien races, que queda como verdura que se come con caldo de res, o con chirmol de tomate; tambin comamos el bad, que se siembra en las vertientes lodosas cerca de los ros El ayote (calabaza) se siembra dentro de las milpas. Bananitos, pltanos, guineo habanero colorado, el habanero amarillo, guineo moroca, cuyo sabor se asemeja al del pltano. En la casa se criaban gallinas, patos, chompipes. Mi padre venda maz y frijol; cuando pasamos al rea de Colombia, el caf; pero no se pudo cultivar mucho tiempo, porque luego lleg la violencia. Pero cuando yo ya tena un poco ms de cuatro aos, mi pap decidi cambiarse y salir para la Aldea de Colombia. Esta era un rea supuestamente del Estado. Cuando llegamos se poda cultivar la superficie que uno quisiera. Pero como suceda en aquel entonces, la gente mal organizada, nunca declararon legalmente sus propiedades en el registro de la propiedad, y as fue como otros, tambin del Municipio, con modos muy sucios se apropiaron del terreno; seores famosos que toda su vida han actuado con injusticia. Yo en ese tiempo ya tena diez aos; solamente fueron seis aos. Pero hacia el ao 1960 se llegaron a situar en los entornos de esas montaas algunas fuerzas guerrilleras, y en ese momento empez el sufrimiento para todos los campesinos que all vivamos; nuestros paps empezaron a sufrir con las persecuciones del ejrcito, que vino a asentarse en todos los Municipios. Yo mismo empec a ser vctima, porque cuando acusaban a mi pap y a mi mam, amenazndoles porque decan que daban de comer a la guerrilla a veces llegaban a la Aldea, secuestraban y torturaban a la gente. A m con ocho aos, me agarraban a empujones, y a decirnos que me iban a quemar con todo la familia, en los ranchitos donde vivamos. Porque aqu en la Aldea de Colombia, el techo ya no se haca de hoja de manaca, sino de hoja de un rbol que se llama lancetillo, es decir, capuquilla. Entonces, pegaban fuego a las casas sin importarles dejar en la pura intemperie a las familias; hasta que nos sacaron. Mis padres tuvieron que salir de la Aldea de Colombia para
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trasladarse a la Aldea de Buena Vista; yo llegu de diez aos a esta Aldea, o sea, tenemos 46 aos de vivir en esta aldea. Qu problema alegaba el ejrcito? La guerra o la persecucin que se desat Que hoy decimos que fue de 36 aos, y yo los viv, y no fue porque me los contaron, porque empec desde la edad de ocho aos: sufri mi pap, sufri mi mam, y todos nosotros; sufri mi abuela (mam de mi pap) y todos mis tos, que les toc salir huyendo De todo esto puedo hablar, desde que tena ocho aos vi llegar a los militares amenazando, y acusndonos de que mantenamos a la guerrilla, y si no dicen la verdad, van a morir, y van a pagar junto con toda la aldea. No es que estuvieran equivocados, porque todos saban que por aquella regin andaban los guerrilleros. Pero el problema era que si alguien daba parte de que cruzaban las fuerzas armadas rebeldes contrarias al Gobierno, y que en ese tiempo gobernaba Idgoras Fuentes Yo conoc al que inici las Fuerzas Armadas Rebeldes, a Marco Antonio Yon Sosa, visit la Aldea de Colombia; la primera vez que los vimos eran 22, armados y vestidos de particular, l era el nico que andaba con uniforme. Antes de que yo naciera mi pap haba prestado el servicio militar (primero en Puerto Barrios y luego en Morales) viviendo ya con mi mam, y nos contaba mi mam (el tiempo reglamentario era un ao, pero a los nueve meses le causaron baja, porque mi abuela solicit la baja porque mi mam estaba embarazada de m, y le extendieron constancia del servicio militar, en los aos de la Liberacin Y los de la guerrilla los llevaban fichados Y cuando descubran a alguno, tambin la guerrilla los ejecutaba Y mi pap fue compaero de Marco Antonio Yon Sosa para los juegos de ftbol, en la Aldea de Las Vias, porque su mam resida en Quirigu. Suceda entonces, que tena este comandante una novia en la aldea de Las Vias, y ah se hicieron amigos con mi pap, porque los dos jugaban ftbol. Marco Antonio era originario de la regin de Ro Hondo, Zacapa; segn me enter su pap, no lo conoc, era chino; y a Marco Antonio le decan el Chino de apodo Pero tiempo antes cuando Marco Antonio Yon sosa estaba en el
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servicio militar, mi pap, -que no mucho lo quera la suegra, es decir, mi abuelita-, se molest y se present para hacer tambin el servicio militar, en el mismo tiempo que Marco Antonio estaba de alta en el ejrcito; como a los dos o tres meses de estar mi pap en el cuartel, Marco Antonio se desert de las filas militares, cuando era subteniente, es decir, que ya tena cierta graduacin. Desert y empez a formar su grupo colocndose en el rea fronteriza con Honduras, por el Cerro Azul, que pertenece al municipio de El Paraso, en Honduras. En ese momento los empez a seguir el ejrcito Luego se trasladaron a un rea montaosa a orillas del Lago de Izabal; nuevamente los sacaron de estos lugares, y vinieron a la zona montaosa por donde vivimos nosotros. Esa vez que llegaron a la aldea y que habl con mi pap, mi pap le dijo: Te acuerdas de m? Pero a m pap le gustaba tomar aguardiente, era un domingo, cuando pas la tropa guerrillera dirigida por Yon Sosa se fij y dijo: Estos no son militares! Tal vez pasaba la fila de hombres como a trescientos metros. A ver si no es que aqu ya se meti la guerrilla! Y cabal, as fue. Pues entonces, cuando llegaron a la casa, le pregunt a mi pap: Te acuerdas de m? Mi pap todava no estaba tan agarrado por el aguardiente S, cmo no me voy a acordar! Mi pap tena un temperamento fuerte, y le sigui hablando: Vos Maco, vos sos un cobarde! Y le responde: Ah, cobarde donde estoy metido no andan los cobardes Aqu andan hombres, hombres conscientes de la mala situacin en la que estamos viviendo As que no son cobardes Pero en lo que s somos cobardes es que aquel que nos denuncie, aquel s lo matamos y lo matamos nosotros con las propias manos, no vamos a buscar quin lo mate As que si vos te vas a chillar, muy amigos hemos sido, pero a vos te tenemos que quitar, cuidte la lengua, cuidadito con que vas a ir a decir que nosotros por aqu nos cruzamos Te lo digo como recomendacin, porque agradecme todava por ser amigos conocidos, te estoy perdonando, porque todos aquellos que se quedaron prestando servicio en las filas militares al gobierno de la liberacin, despus que yo desert, esos todos quedan muertos, y vos sos uno de esos, pero por ser amigos, a vos te voy a disculpar porque aqu ando el listado de los que ya se fueron As que cuidte mucho!
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Le respondi mi pap: Bueno, est bien, lo nico es que no nos andes comprometiendo, porque yo me puedo reservar, pero habr otros que no, as que de todas maneras yo voy a sufrir, junto con mi familia, porque luego el ejrcito va a venir aqu. Tal vez no pasaron dos meses y el ejrcito ya andaba rondando la regin; no entraban a investigar, sino que de una vez colgaba a la gente, torturando y malmatando a la gente para conseguir la informacin a la brava, que dijeran cmo colaboraban con la guerrilla Y bajo ese martirio vivimos durante dos aos Mi pap llevaba mercadera desde Los Amates a la Aldea de Colombia, azcar, cal, jabn lo que se necesita en las familias; tena cuatro bestias A principios de marzo de 1963, entr el ejrcito a la Aldea de Colombia algo temprano y nos quemaron una casa nuevecita, como en galera, cubierta de palma de guano, que se da mucho por Chiquimula. Esa casa tena unos diez metros de largo por unos siete de ancho, le pegaron fuego, y ni siquiera la estrenamos; empezaron a golpear a mi mam, me golpearon a m y me golpeaban en la espalda con una faja Mir, -me preguntaban-, no se cruzan hombres armados aqu que anden llevando escopetas o rifles? No, les dije, no conozco a nadie. -Aunque s los haba visto-, yo tena ocho aos. Como mi pap no estaba empezaron a interrogar a mi mam por el nombre de mi pap, que cuntas bestias llevaba, de qu color eran las bestias para identificarlo bien. Por el ro Vega Grande lo encontraron cruzando el ro con las bestias bien cargadas de mercadera, se lo llevaron y lo metieron por la orilla del ro por un lugar lleno de guamiles Mi pap usaba caites, y se haba subido al caballo slo para pasar al ro. Lo bajaron del caballo a culatazos, a puros golpes, y lo empezaron a torturar entre los guamiles a la orilla del ro hacindole todo tipo de preguntas, que si conoca a la guerrilla. l les dijo que s los conoca. Ustedes los buscan, y no los conocen; yo no los ando buscando pero s los conozco, porque puedo decirles que yo crec con el comandante de las Fuerzas Armadas Rebeldes, que es Marco Antonio Yon sosa!
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Entonces un capitn le pregunta: Conocs a Marco Antonio Yon Sosa? Y le responde: Como la palma de mi mano! As que se pueden encontrar con l, y l se puede encontrar con ustedes, sin darse cuenta con quin se saludan! Recuerdo que hablaron con mi padre y le pidieron que los acompaara en la montaa Cargos sucios yo jams los he desempeado! -les respondi-. En todo caso, a partir de maana, la montaa la vamos a bombardear para que se muera quin est all, sin importarnos las casas ni la gente. Mi pap sali al da siguiente; era como a principios del mes de marzo de 1963. Tal vez eran como las cuatro de la tarde. Recuerdo que mi pap no les quit ni el aparejo a las bestias; les coloc los trastes de la cocina, las piedras de moler, unas cajas de ropa de vestir y de cama, y yo me agarr a una chompipa, que era ma, y me la llev bajo el brazo todo lo dems se qued all: como 350 gallinas, patos que dorman en unos rboles grandes all se qued el maz, frijol, arroz, caf Dejamos la casa que tenamos en la montaa, llegamos a hacer noche a la Aldea Palmilla Vega Grande, que antes le decan Madre Vieja, a la casa de un comisionado militar amigo de mi pap que se llamaba Rigoberto Sarceo No tuvo problema en recibir a mi pap Pero al da siguiente en la maana llegaron seis camiones con soldados y se colocaron en el terreno del seor Tino Len, que acaba de morir, y all colocaron las seis piezas de artillera, y empezaron a bombardear la Aldea de Colombia y toda el rea de la montaa La tropa militar se desperdig por tierra en la montaa. Murieron siete familias que se hicieron renuentes a salir de sus aldeas, recuerdo que una de ellas era de apellido Martnez Ante eso, el mismo da mi pap le dijo a mi mam: Yo me voy para Buena Vista, porque mi abuelita se alarm mucho con el aviso, y tres das antes de que a nosotros nos sacaran, ella ya se haba marchado para Buena Vista, donde viva un hermano suyo, Sal
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Paredes. Se vino directa mi abuela tres das antes de que nosotros nos sacaran, y mi pap preocupado tambin se march a Buena Vista. Nosotros nos quedamos en la misma casa. Pero don Rigoberto le dijo a mi pap: Vyase, don Amado, porque doa Olimpia se va a venir de nuevo, pensando que usted ya se muri con su familia, tenga cuidado porque es peligroso. Como en el camino estaba el destacamento militar, all mismo lo agarraron los del ejrcito, y lo empezaron a interrogar que para dnde iba Yo soy uno de los vecinos que vivan en Colombia -les dijo-; ya obedec salir, y mi familia est en la casa de un comisionado militar que me dio autorizacin para salir, y ando buscando al resto de mi familia para ver dnde me puedo quedar! Cruz a pie el ro Motagua, que no estaba en ese tiempo muy crecido. Al da siguiente lleg nuestra abuela, y nos encontr en la casa; luego mand una seora, Francisca, mujer de uno de mis tos, que nos llegara a sacar, para llevarnos Y nos fuimos para Buena Vista. Nos sali a buscar mi pap, porque mi mam estaba embarazada de una de mis hermanitas que murieron; llegamos a posar a la casa de un seor que se llamaba Cstulo Contreras; era una casa humilde, hecha de tarro, parecido al bamb, y con techo de madera. Mientras, a mi pap las autoridades de la aldea le dieron un terreno para que hiciera la casa. Y all crecimos, y all vive todava mi mam, porque mi pap ya falleci hace dos aos. Luego mi pap empez el trabajo de Catequista. Conoci en Quirigu al Padre Herculano; luego yo hice la Primera Comunin con el Padre Demetrio Miolli; yo ya tena doce aos. ramos 150 nios que llegbamos de tres comunidades: Buena Vista, Cumbre de Buena Vista y Cerro Chino; cincuenta de cada comunidad. Recuerdo que la parroquia tena su equipo de trajes tanto para nios como para nias, en armarios. El da fue el 24 de diciembre; el catequista presentaba su grupo, y el sacerdote le deca al sacristn, que se llamaba Vidal, que llamara a los catequistas para que te entreguen el listado de cuntos traen preparados, y les das el uniforme. El sacristn observaba la talla, y nos entregaba una camisa blanca y un pantaln azul marino. Llevbamos una candela encendida con un ramo de flores; las nias con vestido blanco
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hasta los pies y velo. Recuerdo que la Misa fue a las nueve de la maana. Los catequistas nos enseaban el Catecismo Breve, con preguntas y respuestas, y las oraciones. Tena setenta y tres preguntas, con las oraciones: Padrenuestro, acto de contricin, credo, avemara, salve Aprend las setenta y tres preguntas, que hasta la fecha recuerdo. La primera deca: Quin es Dios? La respuesta: Dios es un espritu puro, infinitamente perfecto, creador soberano y seor de todas las cosas. Pregunta que me aprend cuando tena doce aos. Otra pregunta importante, que el catequista nos peda que nunca la olvidramos: Qu es la Santa Misa? La respuesta deca: La Misa es el sacrificio ofrecido a Dios por manos del sacerdote representando y renovando el sacrificio de la cruz. Y esta respuesta, nunca se me olvid. Todos los das nos reunan, de cuatro a seis de la tarde, el catequista Jess Raimundo, en un primer momento, y lo reemplaz otro que se llama Patrocinio Aldana, que vive todava, ya ancianito, en la comunidad de Buenos Aires, cerca de la aldea El Rico. Luego ste se traslad y lleg a ser mi catequista, uno de los testigos de la fe de la Iglesia de Izabal, que est en la lpida de Puerto Barrios, Zacaras Hernndez Prez; llegaba desde cerca de la aldea donde yo nac hasta la aldea donde vivamos. Fue mi tercer catequista durante el ao de mi preparacin para la Primera Comunin, porque tambin fue l el que le dio las catequesis a mi pap para su casamiento. La que nos ense las prcticas religiosas desde cuando ramos nios fue mi abuelita Olimpia Paredes, la mam de mi pap. Nos deca: Bueno hijos, vamos a rezar vamos a pedirle a la Virgencita que nos acompae, nos bendiga y nos proteja esta noche! Recuerdo que haba veces que me encaprichaba y no quera rezar; le decamos mam Venga para ac bandido, cmo es eso que no quiere rezar? Vamos a darle gracias a Dios por el da que ya se termin, porque no sabemos si maana vamos a amanecer vivos... Me agarraba de la oreja. Y yo bravo all hincado Algunas veces le deca mi pap: Mire, mam, djelo, si no quiere no quiere, djelo; pero ya sabe que maana se tiene que alistar temprano porque hay que rezar, porque tiene que acompaar a la mam. Y yo le responda a mi pap: Y por qu vos no rezs con mi
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abuelita?; yo le trataba de vos a mi pap Pero eso no quiere decir que vas a ser hombre sin fe igual que yo, me deca. Y luego llegaba tambin a hincar. Y entonces mi abuela se aprovechaba y le deca: Prob hijo de rezar una decena del Rosario, hijo! Pero si eso es lo que no me gusta, mam!, le responda mi pap Y aunque no quera, con el tiempo, mi pap le tom un gran cario al rezo del rosario. Mi pap se cas en Jubuco, porque el finado Zacaras Hernndez lo haba preparado, don Zacaras ya era Catequista Pero mi padre siempre sigui un poco descarrilado. Su conversin, despus de pasar todos los suplicios a los que nos vimos forzados, lleg un da, cuando el mismo don Zacaras le dijo abiertamente: Bueno Maio, -por Amado-, el Seor te ha protegido hasta ahora, te est demostrando que te ama y te quiere; te ha defendido de grandes desprestigios de la vida, de vicios y malas costumbres Y te ha defendido de manos de la guerrilla, de manos del ejrcito, vale la pena que empieces a cambiar y perseverar! No te parece que tu familia ya se merece algo mejor? Todava recuerdo verlos en esta conversacin, sentados en unos trozos de madera en el corredor de mi casa, lo estaba catequizando nuevamente Y nombr Catequistas en Buena Vista, a mi pap, a Feliciano Ormn y Natalio Vega; estos fueron los primeros tres catequistas que empezaron a trabajar en la casa del seor Pedro Prez Recinos, all se reunan A la gente tambin le gust. Luego hicieron un ranchito provisional. Un comisionado les dio un pedacito La familia de Servando tambin viva all Tambin su pap, Santos Prez Genes, complet los cuatro catequistas. Don Natalio se descarril, no sigui. El pap de Servando falleci de tuberculosis (Luego, con su familia se pasaron para la Palmilla Juan de Paz).

LA IGLESIA DE BUENA VISTA


Don Zacaras Hernndez sigui trabajando como Catequista en todas las aldeas y motiv a la gente para que empezaran a hacer la iglesia; lo empezaron mi pap, Adrin Daz, que se hizo de catequista (que acaba de fallecer), y Feliciano Ormn; estos fueron
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los que empezaron; con techo de hoja de capuca; era una construccin todava pequeita, de ocho varas de largo por cinco de ancho. Se coloc la imagen de la Virgen de Ftima, que era tambin chiquita sobre una peana de madera. Para las celebraciones tenan el misal dominical, donde podan leer las epstolas y el evangelio. Despus del rosario, los Catequistas lean la carta, el salmo y el evangelio; segua una pequea reflexin. Los Catequistas se reunan cada tres meses, un jueves, en la parroquia de Quirigu, un da entero. Tambin se reunan en su centro, una hora ms o menos cada semana. Les daban unas hojas, hojas diezmales, porque daban como ofrenda diez centavos; cada mes llegaban a la reunin Tambin reunan algo de dinero Haba algunos evanglicos, tres familias de la iglesia Amigos En la Iglesia catlica el nmero se mantiene, unos das cien otros ochenta personas que se mantienen. Cuando yo hice la Primera Comunin, ya me qued dentro del trabajo de la iglesia; me gustaban los cantos, y acompaar a los conjuntos.

MIS AOS DE ESCUELA


Al mismo tiempo que llega mi familia a Buena Vista, estaban con el deseo de construir la escuela; ya tenan el terreno arreglado, por medio de los comisionados militares haban hecho una solicitud a la zona militar de Puerto Barrios para que les concedieran maestro; les respondieron que si miraban su inters les proporcionaran maestro. Desde el primer momento que mi pap lleg a la aldea, empez a trabajar en la construccin de la escuela. Empezamos a estudiar en 1965. Yo slo pude estudiar dos aos. Mi primer maestro era de Quirigu, Carlos Romeo Bracamonte. Cada ao tuve un maestro; al primer maestro que nos mandaron, le gustaba a tomar. A veces pasaba un mes, y no llegaba. Los mismos comisionados lo mandaron fuera. Solicitaron otro, que vino de Chiquimula, por parte del Ministerio de Educacin. La
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escuela era como en ranchito, pero con hoja de mojano, una hoja comn y corriente, que no dura ms de un ao, y hay que renovarla

LOS DELEGADOS DE LA PALABRA DE DIOS


Empezamos a ir a Morales a las reuniones para prepararnos; en la segunda reunin, Monseor Gerardo Flores, me sac del grupo, con otro joven Catequista de El Rico, cerca de Los Amates, pues haba empezado a formar a los Delegados de la Palabra, y nos dijo: Fjense que a ustedes dos, los necesito, a ti Ovidio y a ti Rudy, los voy a responsabilizar para que vayan al Seminario! Pero creo que en ese momento mi pap me involucr miedo para la vida sacerdotal; me fall, en ese sentido. El me orientaba hacia el matrimonio. A veces le preguntaba: Pap, cmo ser eso de vestirse como padre?, le deca. Y me responda: Ah, es que estudian, m'hijo! Pero a vos no se te vaya a ocurrir meterte a eso. Esto me lo deca antes de su conversin. Y te lo digo por dos cosas, me deca: Porque si te has acostumbrado a estar junto a nosotros, cuando te tengas que hacer sacerdote te vas a ir lejos, as que ya no te podremos ver; y otra cosa, a los sacerdotes mucho los persiguen, y hasta los matan, y yo no quiero que te vayan a matar a ti. Y cuando Monseor Flores me estaba dando la oportunidad, de lo primero que me acord fue de lo que me haba dicho mi pap. Le dije: Monseor, djeme pensar! Y por qu tens que pensar mucho? Porque la verdad es que me quiero casar. Y es que cuando yo tena 15 16 aos, mi pap empezaba a aconsejarme, sobre todo cuando comamos, y me deca: Si te quers ir Miro que hay patojas que te persiguen mucho Quiero que tengs cuidado en eso, no quiero que te dejes invadir la mente Porque esas patojas que se andan ofreciendo, no sirven Yo ya me somet en las cosas de la Iglesia, y quiero que me ayudes cuando penss en una patoja, mejor se hacen novios, para que en ese tiempo la conozcas, porque el matrimonio es un compromiso con uno mismo,
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con Dios y de la iglesia. Quiero que me des el privilegio, que cuando seas joven y sientas que te puedes defender por ti mismo, y sientas que puedes sostener una familia, me permitas el gusto de ir a solicitar a la patoja a quien vos ya sents amar, a la que te ama y te quiere y con la que vos ya tanteas que vas a querer para toda la vida; porque eso s, ya sabs que es una esposa la que Dios y la Iglesia te van a entregar. Tens que tener cuidado en que sea de tu gusto quiero que te cass como corresponde Mujer as no ms, no quiero que me llevs a la casa. Yo me quedaba en silencio, sin decirle nada Y se enojaba porque no le contestaba Yo le deca que para m no haba llegado el tiempo de casarme. Cuando entr a la escuela ya tena 14 aos, y estuve en la escuela tres aos. ramos 76 compaeros de escuela para un solo maestros; llegaban a Buena Vista de otras dos aldeas Jugbamos pelota, que hacamos de capa de tusa de maz; y hacamos unas pelotas bien entaquilladas con pita (cuerda), y nos serva, las taquebamos con tusa No se conocan otras pelotas. Si existan las pelotas de cuero, las de los futbolistas, que costaban seis quetzales, pero no tenamos dinero para conseguir una as. En una ocasin el maestro que vino de Chiquimula, Reginaldo Orozco Vsquez, nos trajo la primera pelota formal de ftbol; as que me tienen que dar cada fin de semana cinco centavos. En resumen, la primera que llev se la pagamos, y la segunda ya no alcanzamos para pagrselo, porque ya se vino el tiempo de lluvia y los paps no nos daban centavos. La tarea de trabajo al da la pagaban a cincuenta centavos. Y en tiempos de lluvia no haba mucho trabajo. Luego de los tres aos en la escuela, ya no quise seguir, me daba lstima dejar a mi pap en el campo. Ms tarde sent que fue una lstima no haber seguido en la escuela. Me cas a los 21 aos de edad, el 5 de junio de 1975, con Odilia Roque Prez. Hemos tenido diez hijos, pero viven ocho: Arsenia Esperanza, Etna Rosibel, rica Nineth, Daeisy Luslita, Amado de Jess (como se llamaba mi pap), Oscar Ovidio, Luis Enrique y Denia, que es la cume, que tiene ahora doce aos. Los que fallecieron eran prematuros, nunca supimos la causa. Mi suegra era la comadrona, y la que ayud a mi esposa.
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EL TRABAJO EN LA IGLESIA
Dos veces me invit Monseor Flores para que fuera al Seminario, cuando tena unos 18 aos. El ya no me insisti, pero siempre me apoy. A partir de los dieciocho aos empec la formacin que siguen los Delegados de la Palabra, nos los impartan en el Centro Apostlico de Morales; all cursamos esos estudios. Mi primer maestro fue el padre Cirilo Santamara, el padre Vicente Costa, que en paz descanse, que era prroco de Bananera y el padre Tulio Maruzzo, que es uno de los mrtires de nuestra Iglesia). El padre Vicente Costa permaneci en Izabal unos 30 aos, y aqu falleci, por enfermedad. De los dos sacerdotes que han quedado como inscritos en mi alma, han sido el padre Cirilo y el padre Tulio, que se hicieron acompaar siempre de la presencia de Monseor Gerardo Flores; el prroco de Quirigu era el padre Honorio Benet, franciscano italiano, pero no mucho apoyaba el trabajo de los Delegados, y a veces creaba contradicciones en el proceso. Yo soy de la segunda promocin de los Delegados de la Palabra; los originarios, con los que inici el trabajo pastoral de los Delegados, fueron formados por personas llegadas de Honduras; entre estos Delegados est Adrin Daz, de Cumbre de Buena Vista, otro de Planes de Santa Rosa, Estanislao Duarte, todava vive, ya ancianito y sin vista. Adrin Daz me apoy mucho, y de la misma manera Estanislao. Siempre que me ve o lo llego a saludar, derrama unas lgrimas, porque conviv mucho con l, recibiendo formacin. De aquel grupo primero slo queda Estanislao, con unos noventa aos. Fue un campesino, que trabajaba la tierra. Toda su familia trabaja con la Iglesia, sus hijos, nietos, sobrinos Son de una familia de apellidos Duarte Valds, que siempre siguieron las huellas del Evangelio; don Estanislao sembr la buena semilla del Evangelio en Planes de Santa Rosa y otras muchas comunidades, lo apreciaron mucho, un Delegado muy bien preparado, extenso, profundo; con una gran estabilidad de fe y muy preparado en la Sagrada Escritura, en la Biblia. Gracias a Dios en ese trabajo dej la mayor parte de sus fuerzas. Ahora cuando uno lo visita, slo lo
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puedo saludar, porque ya no puede ver y ha perdido el odo. Pero siempre me da una gran satisfaccin aunque slo sea saludarlo; siempre llega al oratorio. Y ya monseor Gabriel lo conoce. Dej alma, vida y corazn en todas las comunidades que l atenda.

CURSOS DE PASTORAL
El primer encuentro se conoca con el nombre de Curso de Iniciacin Cristiana para Delegados de la Palabra de Dios. Nos enseaban a conocer la historia de la Iglesia desde sus orgenes, para analizar cmo empez la Iglesia de Jess. Estudiando el Antiguo y el Nuevo Testamento, de manera que los agentes de pastoral pudiramos adquirir una formacin amplia y bien estructurada. Muchos catlicos se dicen catlicos, pero desconocen cules son los fundamentos de la Iglesia. Mi primer maestro, el padre Cirilo, nos peda que leyramos bastante los fundamentos de la Iglesia, que lean con frecuencia el captulo 16 de san Mateo. La Iglesia es el Corazn de Cristo, pero ese corazn necesita fluir, llevando el mensaje a los dems. En la Iglesia no se viene slo a rezar. Hay que llevar el mensaje a los dems, y trabajar para formar cristianos que sean discpulos de Jess, pero con el corazn en la mano. Hay que entender que tenemos tanta gente explotada, humillada, y esto se da como consecuencia de la gran injusticia social que a nivel mundial se vive, no digamos, -nos deca- en este territorio de Izabal. Esto a nosotros nos conmova, y nos preguntaba, que qu quera decir todo lo que nos deca? Nos mandaba a trabajar en grupos, para reflexionar el texto de Mateo 16: T eres Pedro, y sobre esta piedra edificar mi Iglesia. Qu creen ustedes que les quiso decir Jess a esos doce hombres? Nos preguntaba Empezando por Pedro, que era la cabeza Nos dejaba, un rollo de papeles, que les decamos cuestionarios, con preguntas; era el material para estudiar en la casa, con la Biblia abierta, leyendo, meditando, estudiando las preguntas y contestando las respuestas. Cada mes tenamos que llevar a Morales el trabajo terminado, entregbamos los papeles. A finales de
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diciembre de cada ao, entregbamos los ltimos papeles Y en febrero tenamos que llegar. El padre Cirilo, nos deca: Trabajen, haraganes, porque nos han venido unas respuestas que no estn de acuerdo con lo que el Equipo les solicita Insistan en la formacin; sigan estudiando. Gracias a Dios, cuando me ve el padre Cirilo siempre me recuerda. Porque en aquellos tiempos, me deca: Bueno, Ovidio, ven para ac Y me empezaba a dar palmadas fuertes en la espalda Te quiero felicitar, porque puedo hacer constar que s te quiebras el cerebro, porque no me has fallado con el material que te dej. Te has ganado los cien puntos en cada hoja. Y sers de aquellos agentes de pastoral, que cuando vean que llegan los temblores, no te vayas a poner a temblar. Cuando me deca as el padre Cirilo, me puse a pensar en aquello de temblores. Un da me dice: Nos van a querer matar, porque esto que estamos estudiando se est difundiendo -nos deca-, y hay gente que no les parece, y la prueba es que ya andan controlado las parroquias, y eso ya dice mucho. Nosotros todava no tenamos los ojos abiertos. Pero ellos s que se daban cuenta. Y cabalmente, al poco tiempo ya nos dimos cuenta que haba individuos con deseo de manipularnos. Esta formacin ha producido sus frutos en la Iglesia de Izabal, nos ayudo a muchos agentes, para mantener el testimonio de vida, y muchos tuvieron que ofrendar la vida, y los pocos que nos quedamos, hemos seguido ese mismo camino. Cuando regresbamos del Cursillo, ya la gente lo saba, porque la misma comunidad nos nombraba para ir a hacer el Cursillo. Despus, con lo que asimilbamos, lo compartamos en la comunidad, tanto en la Parroquia o de cara a la Administracin Apostlica formbamos pequeos grupos, unos para visitar enfermos, otros para ayudar a personas necesitadas, ya sea en su trabajo o en cualquier otro aspecto. Si por algn motivo alguno de los nombrados al Cursillo, al regresar no deca nada, la misma comunidad le reclamaba: Y fulano de
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tal, qu nos trajo del cursillo? Nos preguntaban Y obligadamente tenamos que darles a conocer lo que nos haban enseados. La gente quera aprender; hubo mucha gente que respondi como Iglesia; ahora nos cuesta un poco ms el trabajo pastoral. Hoy la gente busca las distracciones tecnolgicas, y a los trabajos de la Iglesia no se les da tanta importancia. A m me evaluaron en Morales, y me evalu el padre Cirilo Santamara, despus del primer ao de formacin. Nos dijo: Ustedes tienen que ser enviados, no a celebrar Misa, sino a presidir la Celebracin de la Palabra de Dios. Ustedes, -nos dijo-, tienen que dar la bienvenida a la gente y presidir la celebracin; nos reproducan unos materiales que llegaban desde Choluteca, Honduras, diseados de acuerdo con los tiempos litrgicos, eran como unos misales. Como es una semana la que permanecemos reunidos en el Cursillo, -nos dijo un da el padre Cirilo-, y hoy que es lunes, el primer da, le toca presidir a Ovidio. All estaba presente Monseor Gerardo Flores, el padre Vicente, el padre Tulio, el padre Cirilo, y las seis monjas canadienses, una de ellas era Andrea, que era la Superiora del Convento de Morales. Maana va a presidir otro, pero no se va a decir hasta el momento. Queremos ver qu estn asimilando de todo lo que estn aprendiendo aqu Recuerdo muy bien estas palabras del padre Cirilo delante de todos. Yo sent que el nerviosismo me invadi todo el cuerpo. Lo que me ayud es que ya haba visto a un pequeo grupo de Delegados celebrar la Palabra, y trat recordar su manera de hacer, y eso me tranquiliz. Y tienes que hacer la Celebracin en cuarenta minutos. Inmediatamente busqu quines me ayudaran con las lecturas, quines preparan los cantos, y yo presidiendo la Celebracin de la Palabra. Cuando finaliz la Celebracin, el mismo Obispo, Monseor Gerardo, me dijo delante de todos: Ovidio, por esto mismo es que yo he deseado, que t hubieras aprovechado el Seminario Y les dijo a los otros: Ovidio tendra que haber pasado el ltimo, entonces hubiramos pensado que haba aprendido bien con el ejemplo de todos; pero l ha sido el primero; as que todos tienen que seguir aprendiendo. Y sigui diciendo: Al final de la semana, el padre Cirilo va a dar a conocer los
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nombres de los que sern enviados como Delegados de la Palabra, porque posiblemente no todos van a sacar bien el curso; Ovidio ya est cerca, -nos dijo-. El sbado se celebr la Santa Misa de clausura de la semana, y fue ah cuando dijo Monseor Flores: De seis que se pusieron a prueba para presidir la celebracin, mil puntos son para Ovidio de Buena Vista, porque trat de ceirse al tiempo que se le indic, dado que no se tuvo la distribucin de la comunin, de Jess Eucarista, -nos dijo-. Me felicit, y volvi a insistirme sobre lo del Seminario, era la segunda vez que lo haca: Me urgen que te vayas al Seminario! No, Monseor, le respond, creo que no es mi vocacin. Pero insisti nuevamente: Claro que s, lo que sucede es que te falta nimo! Gracias a Dios, si presidir la Celebracin, es esto, creo que lo puedo hacer, le dije a Monseor Flores; ahora, lo que s, considero que me va a costar vivir lo que Jess a travs de ustedes me est regalando Por qu te va a costar?, me pregunt. Porque soy humano, porque a veces soy bueno, y otras no, contest. Por qu? Insisti Humanamente no me quiero dejar humillar por otras personas. No te preocupes, Ovidio, Jess te va a humillar, para que no desprestigies a los dems!, me dijo. As fue como empez mi vida de Delegado de la Palabra, y es algo que siempre le tengo que agradecer a la Iglesia. Y cuando he participado en reuniones de la Iglesia, el padre Cirilo siempre me descubre, y llega a saludarme, y nunca me puedo escapar de que me resquebrajara los huesos con los apretones y las palmadas de los saludos en mi espalda. El sabe que lo que tuve de juventud, lo dej en la Iglesia, y en ocasiones me ha tocado desempear responsabilidades en la Iglesia, con prroco o sin prroco. As pasamos cinco aos dando formacin. En esos aos, la comunidad me meti el hombro, cuando les deca que estaba atrasado en los trabajos de la casa, en pocas de trabajo, pero me tena que ir al trabajo pastoral Y dejaba todo en manos de Dios. Pero siempre haba gente que me deca: Ovidio, cunto quieres arreglar para milpa? Esa era la nica pregunta que me hacan, el resto quedaba de su parte... A veces tena que ir una semana entera a Santo
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Toms, Puerto Barrios o Morales, y cuando llegaba, ya los miembros de la comunidad haban llegado a chapodar y limpiar la tierra En todo este tiempo, la comunidad tom conciencia de esto, y no slo conmigo, ramos siete los Delegados, y cuando tenamos que salir a la formacin Y cuando regresbamos ya estaba hecho el trabajo, ya fuera poda, o siembra, o limpia As pudimos caminar mucho tiempo. Slo Dios sabe cunto le tengo que agradecer a la gente de mi comunidad. En el rea donde vivo, hasta el momento casi nadie tiene escritura legal de propiedad, tienen un derecho, pagan un pequeo impuesto, el IUSI, pero sin documento legalizado de propiedad. Gracias a Dios no ha resultado nadie diciendo que la tierra le pertenece. Yo mismo soy uno que no tiene terreno propio. Cuento nicamente con el lugar de mi casa; trabajo a medias, arrendando Uno de mis yernos es el que me da tierra, porque compr como doce manzanas; se fue un tiempo a trabajar a Estados Unidos, hizo unos centavos y, cuando regres compr tierra y arregl su casa. El es el que me da un lugar para trabajar No cultivo tampoco mucha cantidad de tierra, para no retrasarme en el trabajo pastoral. El trabajo es bonito, pero a veces es como una trampa, sobre todo cuando faltan los recursos econmicos, para detenerse en la misin de la Iglesia. Y a m me ha gustado medirme en esto. Les digo a mis hijos: Vamos a hacer una manzana de milpa bien trabajada, para que produzca lo necesario para alimentarnos, y una manzana de frijol, del que se siembra en junio, y se cosecha en agosto o septiembre. El maz lo sembramos al principio de diciembre La otra la sembramos en junio

LAS ESPINAS DEL CAMINO


Cuando la persecucin se empez a desatar, vimos que surgieron las dificultades con los campesinos, por las organizaciones de las Ligas Campesinas, que eran como Comits que buscaban una solucin para defender las propiedades de la tierra. El ejrcito tild inmediatamente esa actitud como comunismo, y que no podan dejar que esa clase de organizaciones se ampliaran, porque iba a traer problemas a la nacin. Empez as el control. Cualquier
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organizacin que surga, como un Comit Pro-Mejoramiento, o de un equipo de ftbol, o de padres de familia siempre investigaban qu tipo de comit era. Despus apareci otra organizacin el Comit de Unidad Campesina; pero entre nosotros no se desarroll mucho, las dificultades eran grandes, y el ejrcito no lo permiti. Pero s se formaron otras organizaciones con una cierta mentalidad de lucha; en algunas partes apareci propaganda del EGP, del Ejrcito Guerrillero de los Pobres. Nosotros siempre salamos cada mes para la formacin, y ah el ejrcito pens que los Catequistas o Delegados eran los que se preparaban para la guerrilla. Empezaron a sospechar que en todas las comunidades haba guerrilleros. Decidieron crear en las comunidades sus propias organizaciones, adems de los comisionados militares y alcaldes auxiliares, nombraron a sus confidenciales secretos, la gente los conoca como orejas. Yo descubr como a cuatro personas que ejercan este trabajo siempre de los mismos campesinos. Llegaban a la iglesia cuando estbamos haciendo la Celebracin, encendan sus cigarros, dejaban ver sus pistolones Y se notaba bien el humo. Cuando me cansaba, sala para reclamarles su actitud: Ese humo del cigarro, daa porque est la gente dentro y molesta, no a todos les parece! Y cules son los brincos, nosotros estamos afuera...! Me decan Si estamos aqu, es porque estamos autorizados para estar aqu. Y de parte de quin? Les pregunt Eso no te podemos decir. Debido a tal actitud, lleg el momento que tuvo que decirles a dos de ellos: Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, les parezca o no les parezca, aqu quien manda soy yo; ustedes se me retiran! Tuve que agarrarlos y sacarlos; queran sacar las armas Pero los saqu del atrio del oratorio. Si quieren, vayan a denunciarme! Puedo decir que ah fue donde el ejrcito fall, porque coloc elementos que por venganza venan, y llegaban a comentarles cualquier cosa En ciertos momentos que tuve que hacer esto, me deca, yo mismo me estoy perjudicando, y tambin a la Iglesia.
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Tena que buscar otra forma para tratar con esta gente Pero ya haba hecho todos los intentos lo posibles. Y resulta que un da me presentaron una especie de carnet Tena una calavera Entonces entend que ellos no queran cambiar por las buenas Yo s de dnde son ustedes, lo nico que no los conozco es por dentro, porque son parsitos, y ustedes a mi no me llegan ni a los tobillos. Empec a trabajar un lenguaje algo violento, porque senta que llegaban a desprestigiarme Y ya llegaban a informar con el comisionado. Entonces el comisionado, les responda: No deben molestar, porque el humo de puro, molesta en la iglesia. Yo si voy, no me llego cerca ni a molestar. Estos jvenes llegaban a quedarse de pie, con sus sombrerones, delante de la iglesia Un da llegaron con los caballos, y los amarraron en la iglesia Saqu una navaja, les cort las riendas, y se los mand a correr Es que no tienen potrero? Esta es casa de oracin, y la casa de oracin se respeta, si a nosotros no nos respetan, respeten el local, les dije. Vos poco tiempo vas a comer frijoles! Me deca uno Algn tiempo despus las cosas se complicaron verdaderamente Cuando descubr que si andaban los grupos armados de los guerrilleros, les habl de lo que pasaba conmigo. Y me dijeron: No tengan miedo, porque ya vamos a sacar a esas personas de all Cosa que nadie pudo descubrir cmo lo hice ni con quines lo hice; yo no quera que les fueran a hacer nada, pero s que me los quitaran de encima. Les habl de quines eran, que eran cuatro Me dijeron: Vamos a llegar yo con otros compaeros! Me dijeron. Un domingo, por cierto, estbamos en la celebracin de un cumpleaos en una casa particular, con bastante gente reunida; ya haba personas que tenan miedo. Lleg esa persona de la que hablo, de la que nunca supe cmo se llamaba, me deca que era de Quich. Era alto y delgado. Y eso lo hice, porque ocho das antes me haba dicho la mam de la nia que cumpla aos, que mejor quera suspender la celebracin Porque cuatro personas me hablaron. Y a ellos les tiene miedo usted? No se preocupe, le dije. Por las cosas de Dios yo estoy decidido a dar la vida donde me toque, -le dije-. Pueden hacer de m lo que quieran Y me dije, voy a probar a ver hasta dnde llegan estas personas con las que habl, que nunca supe dnde quedaban ambulantes; y le habl de la fecha Celebramos, empezaron a repartir tamalitos,
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pastel No celebr yo, porque saba que me iban a llegar a buscar. Llegaron estos personajes al corredor de la casa, siempre con sus palabras tontas e interrumpiendo la celebracin; despus de la celebracin, sacaron sus pistolas y empezaron a disparar Al rato lleg la persona que haba contactado y salud: buenas noches! Yo saba quin era. Y dijo: quin es aqu fulano, zutano? Y los fue nombrando a los cuatro Todos callados. Y aqu, Ovidio Velsquez, quin es? Pregunt. Yo me qued callado Pero ellos rpido dijeron: Es l! Sealndome a m. Pensaron que el que haba llegado preguntando era alguno que tena que ver con su trabajo de orejas, aunque no lo conocan. Cuatro judas Iscariotes son ustedes! Les replic. Vnganse para ac, a ustedes los necesito! Y sac una pistola nueve milmetros Salgan de ah, porque si no, yo los voy a sacar Se me vienen alineados, nada de que dispersos. La gente se asust Seores, no tengan pena, yo con los que tengo que platicar es con stos seores! Y los coloc algo lejos, frente a la gente, para decirles: A partir de este momento les hago saber que ustedes no van a permanecer ms interrumpiendo la reunin de la gente, porque el da de maana me dar cuenta si ustedes siguen molestando a Ovidio, como siempre lo han molestado hasta ahora Nadie se ha quejado, pero yo conseguir informacin, y yo mismo me voy a encargar de esto! Le respondieron todos a la vez: Estamos de acuerdo, jefe! Pero uno pregunt: Nos gustara que se identificara para saber de parte de quin viene usted! Eso es lo que no puedo decirles respondi-; militar es militar y punto, no tenemos por qu andarnos identificando Y lo que s les quiero decir -sigui diciendo- es que para que no tengan mayores peligros, es mejor que abandonen la comunidad. Si no saben vivir como gentes, abandonen la comunidad, porque si a alguna persona de la Iglesia le pasa algo, ya sabemos que han sido ustedes Insistieron: De parte de qu institucin viene usted? No me interesa darles la informacin, ni tampoco a ustedes les interesa saberlo; les replic Yo a eso vine, dio la vuelta y se fue. Esto en parte me sirvi, pero al tiempo me llamaron del destacamento militar de Los amates, porque siempre pasaron la informacin. Cuando llegu, el oficial empez a interrogarme: Cunto tiempo lleva usted de estar trabajando en la Iglesia catlica
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como Catequista? Unos ocho o diez aos (llevaba exactamente diez aos). Qu les ensean en la Iglesia? Saqu mi Biblia del morral: Esto es lo que enseo a la gente. Se la mostr, para que la viera bien; y les dije: estudiamos el antiguo y el nuevo testamento. Segu hablando: Yo s que ustedes a los soldados les hablan de guerra Y la Biblia nos habla de nuestros antepasados, y la Palabra de Dios nos dice cul es el remedio que se le debe poner a la guerra, si a la guerra no le aplicamos justicia, no vamos a vivir en paz, teniente. Exacto, -me responde-, eso no se lo niego De nuevo segu insistiendo: La Iglesia lo que hace es denunciar y anunciar al mismo tiempo; los obligados a aplicar y poner en prctica la justicia tendran que ser ustedes, pero lamentablemente no se entiende; entonces es que no lo quieren poner en prctica. Entonces nos tocar a otros buscar la justicia, proclamar justicia, no empuando armas, sin empuar machete, sino evangelizando a la gente. Me gusta! Respondi el teniente; y aade: Pero mire pues, para llegar al grano, de parte de quin lleg un tipo a una casa particular donde ustedes estaban en esa ocasin, hace quince das, porque usted sabe a quines llevaba en la lista? Lo llevaba anotado a usted y a otros cuatro ms. Pero lleg a llamarles la atencin y amenazar a los otros cuatro, por qu motivo lleg l? Es cierto, l lleg, le dije; pero es extrao; llevaba mi nombre y a los otros cuatro los amenaz. Pero no quiso identificarse ni decir de parte de quin llegaba, si de parte de la polica, o de parte de un comando militar superior, o de parte de ustedes. No dijo nada. El cliente, como que lleg en defensa ma, -le dije-. No ser que usted le est colaborando a la guerrilla. Si es tan gentil, entrgueme pruebas, yo no conozco a los guerrilleros. Cuando era nio conoc a Marco Antonio Yon Sosa, as que si hubiera querido ser guerrillero, hubiera tenido la oportunidad, pero de aquellos guerrilleros finos, de los de marca. Pero los dej de ver a los diez aos. Le dije al oficial. El oficial meneaba la cabeza, y me dijo: Usted podra ser un buen elemento militar, para ayudarnos con las filas militares
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Yo le soy realista, a mi no me gustan las armas, las detesto Por qu? Me pregunt Porque lo que engendra violencia, destruccin, derramamiento de sangre, es algo que no est de acuerdo con Dios, y por eso rechazo las armas. Si nos guiramos por las enseanzas de Jess, no hara falta invertir tanto dinero en armas. Si todos utilizramos la inteligencia que Dios nos dio para amar a Dios y al prjimo, esto cambiara. Por eso detesto las armas. Soy pobre, pero si supiera que las armas son mi defensa, ya hubiera invertido unas cien cargas de frijol para comprarme unas dos pistolas. Pero no las necesito; y le mostr la Biblia: Esta es mi arma, -le dije-. Esta es el arma que siempre llevo conmigo. Esta es la biblia, la Palabra de Dios que a cualquier lugar que voy, siempre me acompaa. Bueno, si usted cree en eso, est bien; pero me deja en duda con ese individuo que lleg! Es bueno que investigue, le dije, porque yo tambin ignoro de dnde lleg. Y la verdad es que hasta el da de hoy nunca supe de dnde vena ni quin era. Que lleg en mi defensa, eso s es cierto Porque les dijo que en el momento que yo apareciera muerto, l saba quines eran, y que iba a llegar en m defensa y que los iba a buscar para matarlos; eso s es cierto que lo dijo Contest. Quin era? Sepa Dios! Le dije En una comunidad hay de todo. Me gustara que usted me dijera cul es el cargo que desempean estos seores que llegaron a amenazarme Lo ignoro. Me ensean una tarjeta donde hay dibujada una calavera Y seguro que este que lleg, alguien le ha de haber pasado alguna nota, porque esos seores tienen la mala costumbre de colocarse a la puerta del oratorio, siempre oliendo a aguardiente, cigarro tras cigarro y aunque yo les llame la atencin por las buenas, no me entienden Cuando estamos en la Celebracin, ellos siguen fumando y haciendo desorden y molestando a la gente. Y le aad: A un centro educativo o de salud, a casas de oracin, por ley es penado que alguien entre armado. Y ellos no respetan. Y como dos o tres veces les he llamado la atencin, ellos me han amenazado. Y todo el mundo mira y oye -Le dije-. Sin duda que por ah lleg la noticia, y por eso es que lleg ese seor. Cmo se llaman esos seores que llegan a molestar? Para que
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vea que no lo estoy engaando: Ellos me han dicho que estn autorizados por la comandancia de la cabecera departamental, de Puerto Barrios. Ignoro sus cargos, s que hay comisionados militares que ms o menos trabajan decentemente Los alcaldes auxiliares tambin estn Pero nunca supe cules son sus datos, qu necesidad hay de que le de los datos, porque usted sabe que esos datos tienen que estar aqu. Y por qu no me los da usted? Me pregunt el oficial Porque a m me gusta prevenir ciertas cosas, mi teniente, y es que cuando usted los mande llamar, se va a lavar las manos, les va a decir que yo los vine a denunciar al destacamento, y entonces usted me mete en problemas a m con sus familiares, o con ellos mismos. No, no soy baboso en eso! Me contest el oficial A m la Palabra de Dios me ha quitado la ignorancia El libro de los libros es el libro sagrado, con el que se han formado grandes telogos, y tantas personas de nuestras mismas comunidades a las que Dios les ha concedido una gran sabidura; pero tambin hay que aadir, que a algunos los ha vuelto bruto, disculpe la expresin Porque en la misma Biblia podemos leer que algunos viendo no ven y, oyendo no oyen ni entienden. A m me gusta sentarme a profundizar lo que dice la Biblia. Entonces el oficial me dijo: Entonces djeme averiguar cmo se llaman y yo voy a mandar llamar a esos individuos. Para que vea que no me tiemblan los pantalones, -le dije-, le di todos los nombres Y que vengan a arreglarse conmigo, estoy decidido a morir por defender el ministerio que Dios y la Iglesia me han confiando, estoy decidido a morir donde me toque; no con las armas ni peleando, ni con piedras, ni con machete, sino dicindoles las cosas frente a frente; tal vez para que se arrepientan Al parecer, les quitaron las credenciales que les haban dado, y andaban enojados; les quitaron las armas. Y se volvieron a encontrar de nuevo con el individuo que lleg al oratorio, y les volvi a decir: Ustedes se van de aqu Desocupen esto. Al parecer se fueron
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para Petn. Ellos no se dieron cuenta de quin era. Yo slo recuerdo su fsico, pero nunca supe su identidad. Alguna vez hasta comi en mi casa, y me dijo: vos sos un tipo que te las sabs espantar, no te perjudicaste, no me perjudicaste Y los que tenas aqu que te llevaban ya de cerca, se fueron y no los lastimamos. Quienes se portan agresivos con nosotros, esos s tienen problema. Pero yo tambin le insista: Decime tu nombre! Soy del Quich, y con eso te tienes que conformar! Su seudnimo era Roberto. Y siempre llegaba solo, nunca vi compaeros. Pero la persecucin fue creciendo poco a poco, porque haba organizaciones que defendan a la gente pobre; y como hubo secuestros y muertes, la gente se indign mucho, y entonces algunas personas si buscaron a la guerrilla para integrarse a la lucha. De todos modos todos estos hechos a m no me favorecieron en nada; todo lo contrario. Para cruzar el ro Motagua, hay un amigo Y cuando yo llegu para la vela del padre Tulio, despus que lo mataron, yo quera ir a Quirigu; entonces este seor me dijo: A vos no te paso, vos vas a velarle los caites al cura que se quebraron. Mejor regreste Porque todos los que lleguen a esa vela, todos se van a ir con pinta, dndome a entender que los iban a matar a todos. Porque el raizn de la planificacin de la muerte del P. Tulio todava vive ah, a la orilla del ro Motagua, ya todo acabado. Era jefe del MLN, y se coordinaba con Mariano Snchez, de Gualn, que viva en Zacapa. Eran los caciques de Los Amates. La Iglesia apoyaba a ciertas organizaciones, que favorecan la lucha por la justicia en beneficio de los pobres. Pero las instituciones represivas de ese momento, lo entendieron mal, y hasta ahora, lo siguen entendiendo mal, y se soltaron en contra de la Iglesia con una fuerte persecucin. Haban asesinado a Catequistas y Delegados; pero nunca haban puesto la mano sobre un sacerdote. Cuando luego se atrevieron a dar muerte al padre Tulio, y lo martirizaron, la persecucin contra la Iglesia alcanz horrores insospechados. La prueba es la gran lista de mrtires que tiene la Iglesia de Izabal. Catequistas y Delegados secuestrados, desaparecidos, asesinados de la manera ms cruel e impune. Esta tierra de Izabal est regada por la sangre de los mrtires, de
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catequistas que verdaderamente lucharon por seguir el ejemplo de Jess en medio de las comunidades de la gente ms sencilla, y por ellos, por defender su fe y la causa de la justicia, fueron quitados de en medio. Yo estoy convencido que dieron su vida como Jess, por seguir a Jess, porque estaban convencidos de que hoy hay que poner en prctica el Evangelio; pero tomar en serio el Evangelio puede tener consecuencias demasiado serias, es arriesgar la vida. Pero cuando iniciamos nuestro trabajo como Delegados de la Palabra, a eso nos comprometamos, ya se saba a lo que nos metamos. La persecucin contra la Iglesia se multiplic de 1980 hasta 1986; se inici con el gobierno de Lucas Garca, luego vino Ros Montt, que lo sentimos mucho peor, porque en ese tiempo actuaban con una prepotencia que nadie poda poner lmites; entraban a las iglesias, a los oratorios, y se permitan ordenar cundo se debe abrir o no; qu iglesias pueden abrirse y cules no. Llegaban a ordenarnos que no podamos celebrar, diciendo que tenan rdenes de que no se podan abrir los oratorios. Esto lo podan hacer los confidenciales y los comisionados militares. En el tiempo de Ros Montt le toc fuerte En Morales lanzaron dos bombas en el convento de Morales, con el fin no slo de hacer dao, sino de matar o al sacerdote o a las religiosas; pero el padre Cirilo no se encontraba en ese momento. Yo fui testigo de los destrozos que estas bombas causaron. Inmediatamente tuvieron que dejar Morales las Hermanas religiosas. Con este ataque al convento de Morales, ya nos dimos cuenta que la persecucin contra la Iglesia se haba desatado a todo lo largo y ancho de Izabal, de manera que los sacerdotes tenan que acordar muy bien para ver cundo se poda celebrar la Eucarista o reunirse con los Catequistas. Recuerdo que como en Quirigu nos reunamos cada dos meses, el sbado, se cambi el horario, de 8 a 12 de la maana, nicamente. Y esto lo hacan por seguridad. No dejaban programada la siguiente reunin. Slo mandaban una nota, para avisar cundo era la siguiente reunin Hubo algunos Delegados que ya no quisieron
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seguir con la misin de la Iglesia; haba destacamento en Los Amates, El Rico, en Los Planes de Santa Rosa, por la aldea Mojanales, por la aldea Canan y finca Francia. Tambin haba en Quirigu, Morales y no digamos en Morales o Puerto Barrios. Por el cruce de Morales, en el cruce por la Ruidosa; si uno viajaba en bus, ah mismo lo bajaban, con las manos sobre las camionetas o los carros, y le quitaban los zapatos, los calcetines, a veces hasta el pantaln, registrando a ver si no llevaban algo. Y al que desafortunadamente, por los datos de la cdula, lo encontraban, ya no pasaba. A m, por equivocacin, regresando de una reunin de Morales, despus de la reunin con el P. Jaime y la religiosa Rosa, me bajaron del bus y al verme me confundieron, porque hay un agente de pastoral de Bananera, que se llama ngel Velsquez; y mi primer nombre es tambin ngel y de apellido Velsquez. Gracias a otros compaeros que venan del Cursillo intervinieron por m, y el padre Tulio que lleg a reclamar, que le avisaron rpido. La Iglesia ya tena su manera de actuar para defenderse. El P. Tulio lleg con el hbito, y le dijo al capitn: Vengo a averiguar por qu causa me tienen detenido a un Delegado de la Palabra, que son servidores de la Iglesia, son mis colaboradores! El padre Tulio trabajaba en Morales. Yo estaba como a unos cien metros, junto a otros muchachos que agarraron sin documentos. Ellos insistan que yo era, y me deca el capitn que andan falseando los datos Yo le dije que podamos ir al municipio a ver si los datos estn correctos. Cuando lleg el padre Tulio, le dijo al capitn: Les guste o no, yo me llevo a Ovidio, porque nada tiene que hacer aqu; sbete al carro, Ovidio! Y me agarr fuerte del brazo para sacarme de aquel lugar Se quedaron mirando, y le dijeron: Segn usted, padre, hay que respetar las autoridades o no hay que respetarlas? Y les respondi: Claro que s, cuando se dan a respetar, a m me gusta respetarlas; pero cuando ustedes no respetan la ley, tampoco yo debo respetar lo que ustedes estn haciendo, porque yo s acto apegado a la ley; si les parece, sganme -les dijo el P. Tulio-, porque me voy a Los Amates. No se atrevieron a seguirnos. Me trajo en el cruce del Motagua por Los Amates, y ya me dej slo para mi aldea. Esto sirvi tambin a mi compaero ngel, de Bananera, para que saliera
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un tiempo para Honduras, porque era Delegado de la Palabra. Siempre que me ve, me agradece. El no se daba cuenta de que lo estaban persiguiendo. Pero a otros si los pudieron matar, como Abrahn Esquivel, que era Delegado, vivi en la aldea Chispalito, y viva en ese entonces en Bananera; lo secuestraron y no sabemos dnde lo mataron; lo mismo hicieron con Braulio Lpez, otro Delegado que secuestraron el mismo da, y a los dos los desaparecieron juntos. Esto sucedi antes de la muerte del P. Tulio Maruzzo. Eran hechos que creaban mucho temor y preocupacin entre los Delegados de la Palabra, a los que ms tiempo tenamos de trabajar, sabamos que nos llevaban en lista, sobre todo a los que nos oponamos a entregar las llaves de los oratorios. Los comisionados llegaban diciendo que tenan rdenes de recoger las llaves, porque ustedes no pueden reunirse Yo me opuse. Yo primero muerto. Y les dije: Miren seores: las llaves del oratorio no se las doy a ninguna persona particular ni a ninguna autoridad. Las manejo y de mis manos no salen. Si ustedes dicen que tienen autoridad material, yo tambin la tengo espiritual. Si les parece, as bueno; y si no, tambin. Me dijeron: No hags as, te van a matar Cuando en la Aldea Los Limones, de este municipio, mataron a Guillermo Molina, en 1981, que era Delegado de la Palabra, sala del oratorio una noche, despus de la celebracin; llegaron a buscarlo personas desconocidas, lo secuestraron, y lo mataron en una finca conocida como Finca Francia, y lo enterraron en un terreno baldo cerca de la carretera que va hacia la frontera, que era de terracera. Nadie tuvo valor cuando la recuperacin de la memoria histrica del conflicto armado, porque a m me dijeron que avisara a personas de El Limn, para que fueran a dar testimonio, luego de la primera reunin que hizo Monseor Gerardi para ese trabajo, pero ninguno quiso ir por el miedo. Yo me haba comprometido para ir a mostrar el lugar, donde estaba en la sepultura, porque no dejaron que lo llevaran al cementerio. Pero con el huracn Mitch, las crecientes del ro Molj se desbordaron y se destruy Pero all estuvo la cruz durante largos aos. Un ao antes fui a llevarle unas flores, y la cruz estaba de medio lado, y la enderezamos. Y en la cruz deca: Por guerrillero se muri
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Guillermo Molina, de Aldea El Limn. Esto jams fue cierto; yo conoca bien a Guillermo. Iniciamos juntos la formacin, era un hombre joven, de la misma edad que yo El no era como yo, yo he sido ttere-, porque a m es difcil que me tapen la boca, pero l no. El era tranquilo, calmado, educado; no le gustaban mucho las bromas, pero tena una gran preparacin espiritual. A veces, cuando le tocaba a l la predicacin, yo le deca: Vea, hermano Guillermo, no hay que ser tan confiado Y es que en cierta ocasin que a l le tocaba la predicacin en el oratorio, lo estaban esperando y l no se dio cuenta; eran los comisionados bien equipados con armas que se las daba el ejrcito Delante de la gente se lo llevaron; le arrebataron la lmpara que llevaba en la mano y, delante de la gente se lo llevaron. Por el camino le quitaron la ropa, estaba ensangrentada, de los golpes o las torturas, y luego lo mataron y luego lo enterraron, como ya he sealado. Algunos das despus me dijo uno de los comisionados de mi aldea, que se llama Juan Antonio Zacaras, que ahora vive por El Petn (la verdad es que conmigo nunca me trat mal) Me deca: Mire Vo (por Ovidio), le quiero decir algo: Vyase, no quiero que le hagan dao! Fjese que Guillermo Molina habl de un montn de Delegados, la noche que lo secuestraron. Yo estoy fastidiado de seguir siendo comisionado, estoy en contra, andan haciendo barbaridades; as que mejor usted vyase, y mire a ver dnde le dan refugio, porque a usted lo andan llevando en lista; porque ya en el destacamento de Los amates nos han dicho a quin andan llevando en la lista, y en la lista est usted -me dijo-, y Adrin Daz (ramos los dos de Buena Vista); vyase. Gracias por decirme, le dije, pero no me voy a ir. Pero don Adrin lleg al extremo de sentir tanto miedo, que me dijo: Yo si voy a comprar un rifle para que nos cuidemos los dos, porque estos malditos nos van a matar. Insist en insistirle que no. Pero en algo me contagi, porque en otra ocasin que segua con la mente con ese deseo, me dijo: No cree usted, que con una buena pistola, o un buen rifle, no se puede defender? Le respond: La verdad, es que s. Pero yo lo pierdo todo, y es lo que no quiero. Djese de eso, muchos cristianos estn en el cielo a pesar que les toc matar en defensa propia. Cmprela! Le dije Yo la voy a comprar y la usa usted, -me dijo-. Veo que usted no la quiere usar para no manchar sus
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manos, pero hechor y consentidor pecan por igual, hermano Adrin. Si usted la compra, y al usarla yo voy a manchar mis manos, de todas maneras va a pagar usted de la misma manera De todos modos le compr a un vecino un rifle automtico de dieciocho tiros, que apenas tena un mes de haberlo comprado el don. Le dio 375 quetzales por el rifle. En alguna ocasin estaba en los retenes, y andaba con el rifle al hombro; los comisionados me decan que tena que tener cuidado. Pero yo tena que dormir fuera de mi casa, y me dije: qu tal? Yo fuera de la casa Y si llegan a buscarme, a ellos los van a matar No, yo si muero, morir con ellos -me dije-. Lo que hice, aunque mi ranchito era humilde, con paredes de palos, fue lo siguiente, tirbamos los petates al suelo, y all dormamos todos, con mi esposa y las tres nias que tenamos, porque si dado el caso algn individuo ya ha controlado dnde tenemos los tapescos donde dormimos, y disparan ah Nosotros ya estbamos por tierra. A m tambin me entr el miedo, y me empec a descontrolar dentro de mi conciencia, por el miedo que tenamos, porque la presin era fuerte. Le deca a mi esposa: Yo me voy a quedar aqu muerto, porque vivo no me sacan. Por amor a ustedes, aunque me maten a m Luego, no s lo que harn con ustedes pero mientras, si tengo que disparar, disparo Yo pensaba en mi cabeza las cosas ms horribles Haca y deshaca era como si el diablo me hubiera inclinado de su lado. As pas el ao 81 y el 82, durmiendo fuera de mi casa; cuando me tocaba hacer los retenes que haba ordenado el ejrcito, pues en ese momento, no haba problema Era algo parecido a las patrullas de autodefensa civil No me poda hacer renuente. Haba que colaborar en eso, pero era por gusto, porque yo saba que me tenan en lista As pasamos en ese sufrimiento dos aos.

EL EJEMPLO DEL PADRE TULIO MARUZZO Y OBDULIO ARROYO


Cuando mataron al P. Tulio Maruzzo y a Obdulio Navarro Arroyo,
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en la misma noche Estuvimos en la vela, nos quedamos all hasta que los sepultaron Lo que hicimos en las comunidades fue denunciar su muerte con bastante fuerza. Hicimos algunos carteles, centrados en lo que Monseor Estrada denunci en los funerales: Yo como Obispo repudio y condeno estos actos de violencia contra el padre Tulio y contra Obdulio Esta sangre est clamando S que tal vez aqu estn los hechores, aunque tengan su cara cubierta con la mscara de la hipocresa Esta sangre derramada por nuestros hermanos, proclamar justicia desde el cielo, y si no se arrepienten, irn a pagar con el castigo eterno. Pido a mis Catequistas, a mis Delegados, que son mi brazo derecho en las comunidades, no aflojar en su compromiso El padre Tulio y el Catequista Obdulio ya sellaron con su sangre su fidelidad al Evangelio; no se vayan a desanimar por eso, -nos dijo con una voz potente-. Esta sangre es la voz del Evangelio; nos tendrn que matar a todos, porque si nos matan, antes nos vamos al cielo. Pero no vamos a callar Y ciertamente, nos podemos dar cuenta, que algunos hechores all andaban Uno era Bayron Salguero Esa noche me encontr y me dijo: qu tal Vo? Qu desgracia fue la que hicieron, verdad? Le respond: Mejor diga, hicimos, porque usted es uno de los que anda involucrado en todo esto Venga, me dijo me llev afuera Quin dice que yo andaba en esto? Me pregunt. Ya ve..! Yo no le voy a dar nombres, pero lo que han hecho, s me duele Y crame, yo soy cristiano, pero con pistola en mano, puedo ser el diablo tambin, as le dije en ese momento. Por eso, la persecucin contra m no me lleg de muy lejos, por ellos mismos Porque yo me molest mucho, y si maana amanezco muerto aqu, no me importa. Bayron era comisionado de Los Amates Aos despus lo mataron dentro de su propia casa, celebrando el cumpleaos de su cuada El que lo mat era hijo del seor que anda por ah todo acabado Despus este seor, se huy Pero despus un hijo del muerto veng la muerte de su padre, y ahora est preso El pobre Guillermo, bajo las torturas, debi mencionar nombres: Adrin, Pedro Reyes y Ovidio Velsquez.
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Yo tuve que tomar ms medidas para seguir mi trabajo, pero martirizado con todas esas contradicciones; era una situacin invivible En 1983, de camino para la reunin que tenamos en Quirigu, era un da sbado Mi esposa, antes de salir me haba dicho: Vaya corazn, usted se va y yo me quedo afligida, por lo que se sabe! Hay que pedirle al seor por m y por usted, para que no se vaya a violentar cuando lo interroguen, y no sufra, porque por lo que yo s lo andan buscando! Despus que me dijo esto, me di media vuelta y emprend el camino para la parroquia de Quirigu Haba salido a las cinco de la maana, y llegu como a las siete y media de la maana Yo segu la lnea del ferrocarril Cuando llegu, ya haban empezado la reunin. El padre Jaime, cuando me vio, me dijo: Bueno Ovidio, usted tienen que hacer ahora como aquel famoso pjaro nocturno que le dicen, pajarolen, predicando con los ojos bien abiertos, porque est crtica de la situacin. Ya nos informaron, que haban venido a preguntar a la parroquia a preguntar por ti ahorita en la maana; como no habas venido, dijeron que no, y aunque hubieras estado, tambin hubieran dicho que no. Pero estoy con el convencimiento de que te andan buscando, porque algo se traen en mano S, padre, es cierto Pues pidmosle a Dios por ti Esto fue el 15 de enero de 1983.

SECUESTRO Y TORTURAS
Estuve en la reunin; salimos a las dos de la tarde. Era un da algo lluvioso. Cruc a pie el ro Motagua, por un lugar que le dicen Finca Nueva, en algunos lugares, tena que atravesar nadando Por el camino, vi sobre el lodo del camino, las huellas parecan de militares Pero camin y camin hacia mi casa, hasta la aldea Chapultito pero las huellas no agarraron rumbo a la frontera de Honduras cuando llegu a otro desvo, me di cuenta que las huellas se dirigan a mi aldea Caminaba con precaucin. Eran como las cinco y media de la tarde, aproximadamente Cuando salgo a la cumbre, cuando camino por una parte plana Escuch los fusiles, y salieron unas personas, que me dijeron: Alto ah hijo de tantas! Yo llevaba un machete con su vaina; llevaba una bolsa con unas bolas de jabn, cinco libras de azcar y unos dulces
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para mis nios. En el morral llevaba yo mi Biblia, dos libros de canto, seis constancias de bautismo para unas parejas de novios en vsperas de casarse La bolsa que llevaba con golosinas, las haba colgado al hombro, trabada en el barbiquejo de la vaina del machete Cuando escuch la rastrillada de los fusiles y la voz de los soldados, hice un movimiento, que no s cmo fue, y se me trab la bolsa en la vaina del machete Y alguien se me acerc por atrs y me peg una gran patada, y como era un terreno liso me ca, y el machete se me cay, y slo me qued con la vaina, y con ella le regres un buen golpe en la cara En eso me cayeron encima tres Qu andabas haciendo? Verdad que vienes de informar al ejrcito de que nosotros andamos aqu? Y es que alguno andaba encapuchado Qu importa, les respond! Yo ya saba quines eran, slo que me queran engaar. Ya te trag la gran Aqu sos de nosotros Si debo algo, ya me tienen Me amarraron las manos hacia atrs Pas, pues Pero ya no fuimos por el camino por donde yo haba subido, siguiendo sus huellas, sino que tomaron otro camino, por la aldea que se conoce con el nombre de Beatriz Al parecer, tambin los del retn se pusieron nerviosos, porque en el cerro que me agarraron, haba gente con la preocupacin de que yo no haba llegado; ellos fueron los que corrieron y avisaron en la aldea Los otros comisionados del retn se dieron cuenta de la situacin, de que tenan que disimular Los soldados empezaron a hacer descargas al aire, cuando ya me tenan en sus manos. Andaban como unas 80 personas, los que llegaron a buscarme. Yo me dije: Aqu slo Dios y la Virgen conmigo; no hay otra solucin. Slo ellos saben si me conviene vivir, y si no me voy a decidir a morir. Segu caminando con ellos, me empujaban en medio de golpes y patadas; de la aldea hacia abajo caminamos unos dos kilmetros; el camino va por todo el cerrito, cuando llegamos a un potrero, se detuvieron junto a un rbol grande de guayaba, y colocaron unos lazos, y me dijeron: Bueno, aqu es el lugar donde vas a colaborar con nosotros, o colabors o mors
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Porque si colaboras te dejamos libre, pero si no te mueres. Ya te diste cuenta quines somos? Yo no les dije nada. Tampoco te vamos a decir!, siguieron diciendo Y qu quieren que les diga? Les dije Algunos me tenan los fusiles pegados al cuerpo, presionando Y el oficial sac una pistola, nueve milmetros y me la puso en la frente; luego la baj y me la coloc sobre el corazn. Dicindome todo tipo de palabrotas En ese momentito, a pesar de que yo me encomend a Dios, me dej invadir de un mal pensamiento, y cuando vi que me puso el arma sobre el corazn, cre que le poda quitar el arma para matarlo y luego darme muerte yo mismo Y l me mostraba los lazos colgados, y me deca: Antes de que te amarremos con los lazos, quiero que me digas la verdad, el padre Tulio era guerrillero? No, les dije. Cmo que no?, y cmo es que se le encontraron tres armas en el carro, papeles subversivos, y decs que no? No me consta, le respond En ese momento mov mi brazo rpido para intentar agarrarle el arma Y l como estaba furioso, pero algo confiado Yo le pegu el manotazo en el brazo, no le agarr la pistola, y hasta cay sobre mis zapatos Y me lanc al barranco, pero l segua agarrado a m. Empezamos a rodar sobre un trabajadero de maz, bien empinado y bien largo. Yo lo agarr de la aldaba del cinturn pensaba que lo iba a matar a porrazos, aunque l era un gran hombrn El gritaba a los soldados que me mataran, todos los soldados detrs Y en la noche se ven los resplandores de los disparos Los disparos ni a l ni a m nos tocaron En las vueltas y revueltas, ca en una presa de agua, y l encima de m: Aqu sos mo, hijo de tantas Pero yo le not que ya no llevaba armas, ni bayoneta ni armas Yo tena con la cabeza hacia abajo, e intent agarrarme por el cuello pero al intentar agarrarme le fui metiendo las rodillas y le di vuelta pero no lo pude controlar, pero s me lo quit de encima. Los soldados alumbraron, y yo me
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tir al suelo y segu rodando de un lado a otro, no me pude detener, hasta que llegu a una quebrada con algo de caudal, a la que ca sentado, pero me golpe fuerte en la cabeza si hubiera cado de cabeza me hubiera ahogado Cuando me recuper de mi mente, eran como a las once de la noche cuando recuper el conocimiento. Ellos no lograron encontrarme Emprend camino nuevamente a mi aldea, como pude Y llegu a la aldea, donde entr tal vez como a la una de la maana. Mi segundo hermano haba causado baja del servicio militar del ejrcito quince das antes Pero los soldados cuando ya no me encontraron, haban regresado y tomaron la aldea, la rodearon De todos modos, me met sin que se dieran cuenta. Llegu a la casa de mi pap l estaba en un solo temblor, que no poda hablar Mi hermano me dijo: Te estoy viendo y no lo creo. Del ejrcito vengo, y yo s lo que hacen; cuando buscan a alguien a ciertas horas de la noche no lo buscan para otra cosa que para matarlo. Ya que te salvaste, mejor es que te vayas a algn lugar donde sepas que te puedes salvar Llvate un machete, l me lo dio. Yo no te puedo ayudar de otra manera empez a llorar Le ped que me hiciera un favor: Llvame unas dos mudadas de ropa limpia a tal lugar!, que los dos conocamos Porque no quiero pasar por la casa, porque mi esposa se estar muriendo de miedo y de afliccin No pas a la casa, me fui a quedar en un cafetal, donde lleg mi hermano a dejarme la ropa en una bolsa de pita de nylon Para dnde voy? No conoca Honduras, pero lo que s saba es que en el municipio de El Paraso, haba una colonia de guatemaltecos refugiados perseguidos en Guatemala Trat de llegar a ese lugar Era ya el domingo Cruc la frontera por la montaa Cuando pas por una aldea que se llama San Antonio Las Crucitas, ah estaban los comisionados hondureos viendo un partido de ftbol Salud, y se me quedaron viendo Varios de ellos me dijeron, detnganse! Usted es guatemalteco? Les di mi cdula Uno de ellos me dijo: No ser que le andas colaborando a la guerrilla, porque muchos guerrilleros agarran para ac? De ninguna manera, voy a ver a un amigo que est aqu en El
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Paraso, les dije. Cmo se llama ese amigo? Quera llegar con un joven que era hijo de mi padrino de bautismo, naci donde yo nac; pero se cas con una muchacha hondurea, y se fue a vivir a Honduras. l tambin era comisionado militar, aunque all les dicen sargentos Ahjajaa Nosotros a l lo conocemos! Pues somos harina del mismo costal, les dije. Pero siguieron insistiendo: Hay cinco soldados ah en el campo que quieren hablar con usted Me dijeron. Yo no conoca me vino a la idea de quererme escapar Pero no saba para dnde poda huir si me atrapan, ser peor la situacin. Llegaron los soldados y me esposaron. Nos va a acompaar a la comandancia de El Paraso All me llevaron Dnde lo agarraron? Les preguntaron. En San Antonio Las Crucitas Desndenlo, porque aqu vamos a aplicar la justicia! Me desvistieron, slo me dejaron el calzoncillo Tal vez eran como a las cinco de la tarde. Me llevaron a un tanque de agua refrigerada, fra; el agua me daba por el cuello Me dejaron como una media hora. Estaba helado En eso lleg el jefe del batalln y me pregunt, para qu lugar vena? Para El Paraso Le contest. Y a qu vienes a El Paraso? Vengo a visitar a un amigo Cmo se llama ese tu amigo? Entonces le pregunt: Qu es lo que quiere saber de l, sus datos, o cmo es fsicamente? Dgame su nombre.
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Se llama Jaime Sols Lpez. A Jaime Sols Lpez lo conozco yo Me dijo. Pues ese es mi amigo. Qu raro! Jaime Sols es tipo, me dijo Porque les colabora a ustedes en alguna manera? Le pregunt. Por eso me extraa que sea tu amigo Porque me vio usted con ropa humilde Es cierto, l juega dinero Le contest, pero no por eso se va a sentir engredo cuando me vea. l bien me conoce. Y si lo mando a llamar, y te desconoce, ah te vas a quedar en el agua? Bueno, si por miedo me desconoce, qu otra cosa me queda que aceptar, le dije. Y se me empez a subir la sangre: Y si l no me quiere reconocer, le voy a decir que no sea cobija Despus de una hora de estar all metido en aquella agua helada, estaba tieso Senta que no poda mover ni mis prpados Pero fueron a buscarlo cuando lleg y me vio, me dijo: Y qu es lo que te est pasando, vos? Qu me est pasando? Apenas le pude contestar Squenmelo de ah, es ahijado de mi pap! Me sacaron, pero no poda dar un paso Jaime me tuvo que llevar en brazos a una sala al lado de afuera Y logr vestirme, porque estaba tieso, entumecido Me llevaron una especie de ventilador caliente, y me fui recuperando hasta que no vieron que ya haba normalizado la voz, empezaron a interrogarme de nuevo, en presencia de Jaime.
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Yo vena a pasear con l. Y por qu no pidi una constancia para entrar aqu, porque aqu est fregada la situacin? Por eso no se va a ir ya, tenemos que averiguar cmo estn las cosas del otro lado de la frontera. Ahora no podemos, porque tenemos que consultar con el alcalde municipal As que va a quedar prisionero en el calabozo municipal, y no sabemos en cuntos das regresar. No les dije lo que me haba sucedido en Guatemala. Haba otros prisioneros. Me encontr con un vecino de origen hondureo, que fue un damnificado de la montaa de la aldea Colombia, era Ins Ocampos Garca. Estaba preso por asuntos polticos, y llevaba siete meses all. Al da siguiente obtena la libertad Me cont que cuando el ejrcito se meti en la aldea de Colombia, se vino para Honduras, pero estoy aqu por asuntos polticos. A m me dejaron preso de lunes a jueves. ste da por la tarde lleg Jaime, el hijo de mi padrino, y me dice: Ovidio, estoy triste, mano! Me traa comida. Me dice: es que el alcalde no ha venido y el comandante del batalln mand a pedir a la G2 en Guatemala, y que aqu les llaman el DIM (en Honduras), y estos del DIM ya vinieron precisamente para llevarte Porque el comandante ya mand que vinieran a recogerte Estoy triste, porque estos te van a llevar a ningn lado, estos van a proceder a matarte; me dijo Jaime. Le dije, para que me maten yo estoy decidido a dejar los huesos donde sea, pero la verdad es que no los quiero dejar en territorio ajeno, los voy a dejar en m pas. Qu me decs? Ser que me trasladan a manos del ejrcito de Guatemala? Si vos lo solicitas, s; me dice Jaime. Y yo tambin les voy a decir que te manden para Guatemala; porque yo soy guatemalteco y tengo que andar cuidndoles las espaldas a estos hijos de la gran -era muy mal criado- Pero si vos no tens ningn problema, que slo a pasear venas, no te van a mandar para Guatemala
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S tengo problemas! Le contest. A m me persigue el ejrcito de Guatemala. Y me escap Y quers volver a caer en sus manos? S. Porque un gusto me va a quedar, Jaime: El ejrcito de Guatemala secuestra y mata y siempre siempre lo hace bajo de agua Y como eso era lo que queran hacer conmigo, ahora los voy a desenmascarar. Se fue Jaime, y me llegaron a buscar cinco soldados. Dicen que quieres hablar conmigo, me pregunt el jefe del batalln, aadiendo la palabrota S, le contest. Y por qu me negaste cosas cuando te interrogu? Porque las Constituciones de todos los pases rezan, no s si en la de Honduras tambin est, que uno tiene el derecho de buscar salvar su vida en cualquier circunstancia en la que se encuentre Y como seres humanos que somos, todos tenemos derecho a vivir en el pas que mejor nos parezca, siempre y cuando andemos por vas legales, aunque aqu reconozco que le estoy fallando Porque a m se me acusa, no existen pruebas, de que participo en la guerrilla. Pero como no pudieron demostrarme que ellos pertenecan a las fuerzas guerrilleras, por eso me les fui de las manos, y por eso es que quiero que me trasladen para Guatemala. Me explico: Cuando me secuestraron, no se presentaron como ejrcito, sino como fuerzas guerrilleras, por eso me les fui de las manos Y quiero que el capitancito que est en Los Amates me demuestre delante de sus jefes que es guerrillero Yo lo conoca. Pero yo lo voy a hacer apegado a la ley No con violencia. Tens huevos de regresar a manos del ejrcito de Guatemala? S, le dije. Sos un hombre cabal! Es cierto, no soy afeminado ni estoy vestido con paales Hombres son ustedes, y hombre soy yo. Practico vida cristiana, y de eso no me voy a avergonzar.
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Vida cristiana, en qu iglesia? La catlica al ciento por ciento, y lo digo aunque me muera aqu. Esa es la iglesia subversiva! Nada de eso, les cae mal porque es la nica iglesia que no anda encubriendo pecados. A pesar que es pecadora, pero est contra el pecado Y de los que me iban a llevar estaban insistiendo No se deje vencer, le decan al oficial Slo firme el traspaso que nosotros lo llevamos; le dijeron. Pero no les obedeci. Te felicito!, porque quers pasar a manos del ejrcito de Guatemala Ya sea para vivir o para morir, pseme para Guatemala. Se puso en una mquina, y empez a querer escribir en un papel Entonces, cuando te agarraron dime el lugar, hora Y no se identificaron como elementos militares? No. Pero el capitn no me puede engaar, aunque andaba disfrazado, no se me present con limpieza, me quiso engaar, y a los hombres no se engaa A Dios y a las personas que entendemos, no se nos puede engaar. Yo conoca hasta su misma voz. El se me quiso presentar como un comandante guerrillero. Pero yo no quise decirle en su cara quin era, me qued callado en ese momento Bueno, me dijo. Aqu est el reporte. Se va a ir un soldado y un sargento de aqu. Confiados en que tienes una decisin clara, te confo en que no me los vayas a comprometer. No tenga pena, a m el seor no me ha mandado remendado, me ha dado una dignidad perfecta y a eso me atengo, yo no los voy a perjudicar ni a usted ni a ellos, porque as quien se perjudicara sera yo, tanto fsicamente como espiritualmente.
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A eso de las tres de la maana me sacaron de El Paraso. Se vea la luna bien clara Salimos por ro Lindo, por la rivera, y llegamos a la aldea El Rosario, que pertenece al Municipio de Los Amates All me dijeron: Se queda en manos de los comisionados de aqu? Est bien. No hace falta que caminen conmigo hasta el municipio Los comisionados ya empezaron a hacer alboroto y qued en manos de comisionados guatemaltecos con ellos segu caminando por la rivera del ro Yo no vena con las manos atadas y quisieron amarrarme. Les dije: Autoridades extranjeras no me traan amarrado, porque consideraron que lo que declar lo hice apegado a la ley, y por eso no vengo engrilletado... Y ustedes que saben que soy pura sangre de este municipio, no! Les dije. Si me amarran, atnganse a las consecuencias, porque ustedes no saben quin soy yo Es que as es el reglamento, me decan. Nada de reglamento! Si se me amarran, ustedes saben a qu se atienen, porque ustedes no saben quin soy yo, con eso les digo todo. Se van a arrepentir As les dije, y no me amarraron. Llegamos a la Finca Francia, y andaba el ejrcito, y all me entregaron, con un capitn que haban enviado de Puerto Barrios. Con ellos me entregaron. Recibi la papelera. Llvenlo a un cuarto de la finca! Como a las dos de la tarde me llevaron un plato de frijoles con arroz y unas tortillas, y me las com. A la mera seis de la tarde me sacaron y me llevaron a Mojanales, donde llegamos como a las nueve de la noche Cambiaron el turno de vigilancia A las once seguimos viaje para Los Planes de Santa Rosa, bajo un gran aguacero; llegamos como a la una de la maana. En ese momento ya me llevaban engrilletado. Me metieron en un saln comunal que haba en
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aquella aldea Esto fue el da jueves de esa semana. En la madrugada entr el capitn, y me pidi que me sentara Estaba mirando la papelera. Por qu vos pediste que te pasaran a nuestras manos? Porque a m me gusta que aquello que lleva trazas de ser tarde, mejor se realice temprano, mi capitn Cmo as? Me pregunt el capitn Porque el capitn que est en Los Amates me busca, pero no me est buscando limpiamente, le dije; como autoridad de la institucin armada que es... Cuando me encontr se identific como un comandante guerrillero. Fue por eso que me les fui de las manos. Pero t lo identificaste?, me pregunta. Claro que s Y por qu le dijiste que lo habas conocido? Esccheme bien, mi capitn: Por los medios de comunicacin, muchos militares tratan de engaar al pueblo, diciendo que estn para proteger al pueblo. Pero con lo que ocurre conmigo, veo todo lo contrario. Ahora bien, si me acusan de que soy un cristiano catlico, ante eso no me le voy a agachar a nadie a nadie Yo voy a derramar mi sangre por amor a Cristo y a la Iglesia a la que pertenezco. Y si por eso tengo que morir, no importa, pero no por lo que me acusan. Y en qu forma me dices que lo quieres agarrar con las manos en la masa? Porque a l todos ya lo conocen l anda dicindole a la gente que son los protectores del pueblo, y si es as, por qu no me llama, y dialogamos, platicamos Y no que viene a tratarme con prepotencia y amenazas si me hubiera acobardado, ya me hubiera muerto.
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Porque no me puse a pelear con l, si no es por defender mi vida. Por qu no me llev ante cualquier otra autoridad superior y con l mostrar las pruebas que tiene contra m? No que de una vez lo secuestran a uno para asesinarlo y que no se sepa dnde qued Eso no es cumplir con la Constitucin poltica que tenemos, eso es violar los derechos de todo ciudadano Y por eso es que hay tantas muertes en Guatemala. Qu grados estudiaste vos? Me pregunta No estudi ningn grado. La Biblia es mi escuela. S la he estudiado, y la Iglesia que como madre que es, me ha enseado a interpretarla; pero no para hacerle la guerra a nadie Le dije. Sos cabrn! Hoy te vamos a tener aqu, todo el viernes, porque vamos a llamar a los comisionados militares para que te reconozcan Uno de los que lleg fue un seor ya algo anciano, deba ser el patrullero ms antiguo, de unos 65 aos Lleg montado en la mula. Y a una cierta distancia, ya dijo: l es, mire; siento que es de Buena Vista. A ese no lo conozco yo, dijo el seor Chapetn A m me tenan amarrado de pies y manos, con las manos hacia atrs, en la espalda. Trat de incorporarme algo, para que me viera mejor, y le dije: Usted es un cobarde, de balde tiene las canas que gasta! Le dije El que me cuidaba, me dijo, no le est permitido hablar Qu..? Ese es un arruinado, para qu les dan un carnet a estos individuos que no tienen la decisin de dar la vida por la patria? Y vos s ests dispuesto a dar la vida por otro? Me pregunta el capitn S, y es por eso que soy cristiano; y por el camino que llevamos no me va a esperar otra cosa. Pero por Cristo, y no me avergenzo!
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Cuando venga mi compaero, a ver si es cierto que por Cristo vas a derramar la sangre! Como ustedes no creen!, le dije. Se llevaron al comisionado, que slo vino a decir: No lo conozco! Con lo que dijo, y a saber qu otras cosas les habr dichos a ellos personalmente, sent que me vino a terminar de refundir, me estaba dejando de mentiroso Pero al mismo tiempo me reconfortaba lo que decan los documentos, del lugar que soy y dnde vivo Entr de nuevo el capitn: Ya ves que este seor niega rotundamente que te conozca Mi capitn, le contest: Hasta dnde llega usted en el rango militar? Le pregunt. Usted es el que lo deja irse Porque bien sabe ese seor quin soy yo, es un vecino y me desconoce Aunque debe saber usted, que a ese seor, hace algunos aos, l me mandaba a que le comprara cigarros a la tienda; de eso ya no se acuerda de eso? Pero si l dice que no vivo en Buena Vista, mejor mire mis documentos Es cierto, pero somos seres humanos, y a veces se nos cierra el cerebro Al cabo de un rato llega un comisionado militar que era de la Cumbre Buena Vista, lleg, entr y me dijo, -porque era allegado a la Iglesia-: Hermano Ovidio, qu tal est, me di cuenta que a usted aqu lo tienen. Y pidi permiso al capitn: quiero ir a comprarle una gaseosa, porque a l desde que tena unos doce aos lo conozco yo. Era Magdaleno Lpez. Pidi permiso y se fue Me trajo un bocadillo, gaseosa, galletas Y me desamarr las manos el capitn para que comiera Te ests salvando!, me dijo. Y sali en busca del otro comisionado, les dijo a unos soldados: Vayan a agarrarme al comisionado aqul,
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al viejo aquel...! Pero el seor iba montado y no lo alcanzaron Llegaron los soldados todos sudados sin el comisionado: Mi capitn, le rendimos novedades, que no pudimos alcanzar al seor aqul! Despus de esto me tuvieron all, siempre detenido, pero no me hicieron nada. El sbado bien temprano de esa misma semana subi el capitn con un gran pelotn de tropa; el mismo al que me le haba escapado yo. Cuando lleg y me vio empez a darme patadas Te me quisiste escapar, y no pudiste, hijo de las gran tantas! Me dijo. S. Le dije. Pero que a m me tiene. Ped que me pasaran a manos de ustedes, porque lo que yo quiero es reconocerlo ahora, delante de todos, pero sin capucha, le dije. El da sbado 15 por la noche usted me dijo que era un comandante guerrillero, y ahora resulta que usted es un capitn del ejrcito. Y nuevamente me agarr a golpes y patadas Ahora, con mi palabra es que voy a recuperar algo de lo que usted me debe y de todo lo que me est haciendo. Elementos como usted muestran con qu razn est corrompida la institucin armada, -le dije-. Porque los ciudadanos guatemaltecos humildes estn acabando en sus uas, porque ustedes tienen el poder, que slo saben abusar de su autoridad. Y si no se arrepiente, capitn, de todo lo que hizo y est haciendo, un da va a entregar cuentas ante alguien especial, y ah va a ser el llanto y rechinar de dientes Yo segua acostado, amarrado por los pies a un tronco con una cadena. Pero yo no dejaba de mirarle. Un capitn me dice: callte, porque te va a ser peor! Hacia las cinco y media de la maana me cubrieron con un poncho que se utiliza para protegerse de la lluvia, iba todo cubierto, para
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que nadie me reconociera por el camino; llegamos al destacamento de Los Amates como a las doce del medio da; siempre con mis manos amarradas, y con un lazo me haban atado a la cintura, y un soldado me llevaba, como que fuera un animal Estando en el destacamento, me empezaron de nuevo las torturas. Me torturaron durante diez das seguidos, pero estuve en manos del ejrcito durante cuarenta das. En alguna ocasin me llevaron a Puerto Barrios, donde no me hicieron ningn interrogatorio. Me castigaban a las seis de la maana, a las doce del medio da y a las seis de la tarde. La emprendan a golpes contra m, me ponan la capucha, y me exigan que declarara que el padre Tulio Maruzzo era uno de los formadores de la guerrilla. Pero siempre les insist que no exista ninguna prueba. A veces inventaban pruebas, y engaarme Una vez presentaron papeles donde estaban escritas las letras EGP, y que eso lo haban encontrado en su vehculo, la noche en que lo asesinaron, pero sin duda, ellos mismos lo hicieron. Lo que ya no me preguntaron era por las armas, porque con qu armas me iban a querer engaar, a no ser que fueran las armas del mismo ejrcito? Pero con los papeles, insistan. Esos papeles, -les dije-, saber dnde los encontraron ustedes, y quieren hacer ver que se los quitaron al padre Tulio Maruzzo; yo lo conozco a l hace tiempo, y jams, jams nunca nos dijo que fuera a formar grupos clandestinos, y que nos prepararan para luchar contra el ejrcito Nuevamente empezaban los golpes entre cuatro, me iban dando golpes tirndome de uno a otro Yo me tiraba al suelo, para que no me siguieran golpeando. Para todo esto siempre me colocaban una venda adhesiva de plstico sobre los ojos; en la oscuridad y con los golpes, perda la sensacin del lugar donde estaba. Luego me ponan una capucha, de la que me qued una sensacin de que era de suela, me la ponan por la cabeza; Cuando ya no me llegaba el aire, empezaba a dar botes sobre el suelo se tiraban encima de m siempre con insultos y malas palabras, con el fin de sujetarme. Esto me haca sufrir tremendamente, que no quiero ni recordarlo.
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Cuando nos quieras dar informacin, slo meneas la cabeza Me decan. Y cuando yo ya no aguantaba, meneaba la cabeza Me quitaban la capucha y en ese momento aprovechaba para respirar profundamente Luego me golpeaban con la palma de la mano en la cabeza, para que recuperara el conocimiento Por qu no nos quiere dar informacin? Porque no tengo ninguna informacin que darles No es cierto de lo que acusan al padre Tulio ni de lo que me acusan a m. Mtenme pero yo no voy a confesar lo que no es, no me quiero llevar a ese pecado Cuando terminaban estos tormentos, me quedaba prcticamente como drogado mi cabeza no rega. Me arrancaban con fuerza la venda que me haban puesto para taparme los ojos, y en alguna ocasin, hasta me arrancaba la piel; tengo una cicatriz en mi nariz, que a consecuencia de todo esto, ya nunca se me quit Mi brazo izquierdo y mi pierna izquierda, me han quedado mal, porque a patadas me desarticularon la rodilla izquierda, y como nunca fui a una clnica, as se ha quedado. Y el muslo de la pierna derecha no es igual al de la izquierda. Y mi brazo izquierdo, desde la mueca y la mano Estas han sido las consecuencias que me quedaron de las torturas. Cuando en otras ocasiones se aburran de andarme torturando, porque no les deca nada, me metan a una poza muy sucia de letrinas; como me tenan amarradas las manos hacia atrs, no poda defenderme con tanto gusano que haba en aquella suciedad, y me angustiaba que se me fueran a meter por las fosas nasales, o por los odos Pero no me poda ni menear Sacuda fuerte la cabeza, para que no se introdujeran en las fosas nasales A veces, me dejaban en esa situacin hasta cuatro o seis horas Luego me sacaban, y me mandaban baarme en una pila me daban una especie de overol, y luego me dejaban en un cuartito estrecho, como el lugar donde tenan una regadera tal vez para ducharse
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Adems de esto, pude ser testigo de cmo asesinaron delante de m a otras personas. Recuerdo a un seor de Honduras, que decan lo haban capturado en la aldea de El Charco, en Honduras; y otro seor ya anciano, como de 75 aos, que me conoca a m y cuando se dieron cuenta que nos conocamos lo llevaron a otro lugar A los tres das ya lo haban matado; le iban haciendo perforaciones con un pual en las piernas y en las plantas de los pies; este seor se llamaba Arnulfo Crisstomo; que yo sepa no tena nada que ver con la iglesia. Por lo que yo pude escuchar, lo engaaron. Le prometieron que si l deca algo que fuera verdad, de su participacin en la guerrilla, lo iban a dejar libre Pero era mentira; porque eso no era nada ms para ver de qu se confesara y luego ya no tena remedio. Cuando lo empezaron a torturar les dijo que andaba distribuyendo propaganda subversiva y que haba aprendido a hacer bombas Un da, como a las cinco de la tarde me di cuenta que lo estaban torturando a eso de las once de la noche, me vinieron a buscar a m, y me dicen: Cerquita tienes compaeros que han hablado para colaborar con nosotros nicamente t eres el duro, que no quiere colaborar Lo miraba como derramaba sangre el pobre ancianito Le metieron un pedazo de tela en la boca, y con la culata del pual empezaron a golpearlo para que quedara retacado Luego le pusieron una faja de hule bien apretada, para que no pudiera gritar Slo se estremeca, cuando pasaban la punta del pual por su piel A m me tenan amarrado, para que no tuviera posibilidad de moverme, casi en cuclillas casi pegado al ancianito; luego le quitaron un testculo Despus que lo mataron, me desatan y me dicen que lo fuera a tirar a la palangana de un vehculo. Lo envolvieron en unos plsticos y le tiraron encima una especie de canoa de barril, un recipiente que haban hecho cortando un tambo de gasolina no por la mitad, sino transversalmente, a lo largo. Y me dijeron: Mir eso te va a pasar a vos! No te ahuevs? Lo que no es justo es que lo engaaron Les dije. Porque como es anciano, l por quedar libre dijo cosas que ni siquiera saba slo por quedar libre
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Y entonces, por qu confes que saba hacer bombas? Por qu no le pusieron la prueba, consganle los materiales, y pnganlo a prueba Porque as como fue cobarde por amor a la vida, tambin les hubiera podido demostrar a ustedes si saba o no hacer las bombas. Porque si al menos les hubiera mostrado que s saba hacer bombas, y ustedes por eso decidieron matarlo, siempre es una tremenda injusticia, pero al menos hubiera muerto por decir la verdad. Pero en el caso mo, que no s nada de lo que me estn preguntando, y no s nada, y aunque me consiguieran las cosas no les puedo hacer nada, porque no s nada. Prefiero morirme! As pas diez das, de tortura en tortura, pero no pudieron hacerme confesar lo que ellos queran, porque no tena nada que ver con lo que me preguntaban. Lleg el capitn de Los Amates con semblante desencajado y ojos llenos de rabia, para decirme: Me has dejado por los suelos, hijo de! Pero no te la voy a perdonar jams! Si de esta yo logro salir, no me voy a olvidar de tu cara, y cuando te encuentre, yo mismo te voy a matar con mis propias manos Me dijo el infeliz, con desprecio. De acuerdo; yo no puedo decidir qu es lo que usted piensa ni qu va a hacer; es su responsabilidad; pero eso que trama en su corazn es la cobarda ms grande Si pudiera dejar yo mi vida cristiana, y estuviera bien recuperado fsicamente como lo est usted, tambin me gustara verme con usted frente a frente, si yo quisiera seguirle la pista al diablo Porque, como hombre, humanamente, sepa que lo que me dice no me hace temblar. Pero no quiero entrar por esos caminos. Y si yo aparezco muerto, todo el mundo va a saber quin fue, y que usted como militar es como una cucarachita, un elemento corrupto. Y punto. Pues te vas a dar el gallo de hacerlo y no creo que un pinche labrador de zacate se vaya a burlar de m, para que yo deje el uniforme! Gracias a Dios, a este seor nunca ms lo volv a ver. Al parecer,
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alguien me ha dicho que muri en Quich. Lo conocan como Edgar, los dems datos, nunca lo supe; el capitn Edgar Hubo un cambio total en el destacamento. El tiempo posterior que all transcurr detenido, el trato fue muy diferente; me daban agua para tomar y comida. Aunque los primeros das, mi estmago slo aceptaba agua. Luego ya me decan: Comte la comida, vos, porque te vas a morir y est jodido, com; dice el jefe que coms! A veces me daban dos tiempos, a veces uno. Ya no tuve castigos. Eso s, me empezaron a recorrer con ellos las aldeas, hasta me llevaron a m aldea, en horas de la noche, cuando me faltaban 15 das para que me dejaran libre. Unos das antes, haba llegado un militar que me enter que era el jefe de la G2, y me dijo: Te traigo una buena noticia S, mi mayor, le contest. Te vas a ir con tu familia, porque te has salvado peleando como gato panza arriba. Te vas a ir Slo te vamos a llevar a la fiscala para comprobar que no tengas ningn hueso roto Cmo sents tu vista, la tens normal? S, le dije. Tu cerebro, tu pensamiento, no lo tens no te sents como mareado? No, le dije. Quitte la ropa, quiero ver yo mismo si lo que me dices es cierto. Me quit la ropa, y me examin Me dijo que bamos a ir a fiscala donde haba aparatos de rayos X, para examinarme. Yo andaba cojo y muy dbil. Si tens fracturas graves, te tenemos que matar! Si tens golpes internos que juzguemos graves, te tenemos que matar Me pasaron por rayos Y no encontraron tales gravedades Me preguntaron por la pierna, y les dije que no me preocupaba. Me regresaron de nuevo a la habitacin donde me tenan Y me dijeron que me alistara, porque en ocho das te vamos a ir a
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entregar a manos de tu familia Yo no les crea. Como a los ocho das, volvi a llegar el capitn Palomo, de la base de Puerto Barrios, porque as se llamaba. Cuando me vio me dijo: Vas a empezar a rer de contento!, -me dijo- por qu ests descalzo? Porque cuando me agarraron, un soldado me quit mis zapatos los mos estaban nuevos, y al verlos le gustaron y se qued con ellos, por eso ando descalzo Desde que me traan por la aldea de Los Planes de Santa Rosa, me los quit Y desde all me vine descalzo, a pura chua, le dije. Aqu un soldado te va a tener que parir a vos Un soldado me dio sus zapatos ya usados, que quitaron el overol, y me dieron ropa limpia, y salimos del destacamento hacia la una de la madrugada Me preguntaron: Cunto se tarda a pi en llegar a tu aldea? Les respond: Normalmente, son tres horas y media. Pero as como estoy yo tardar unas cinco o seis horas Me senta preocupado, porque a muchas personas las sacaban solo para ir a matarlas a otro lado No me crea lo que me decan. Me sacaron del destacamento cruzamos el ro Motagua hacia el otro lado Pero cuando llegamos a m aldea, estaba tomada por el ejrcito, y a la gente la haban reunido en el campo de ftbol; los soldados estaban por todos los lados, entre guamiles, entre potreros De aqu se llevaron una compaa entera, 75 elementos y, una compaa entera es la que haba en cada puesto, en Planes de Santa Rosa, en Mojanales, en El Rosario, en Canan, en Finca Francia Y todos esos pelotones los reunieron en Buena Vista. Haba aterrizado un helicptero en medio y tambin haban llevado periodistas y gente con cmaras Cuando ya llegamos, el capitn Palomo salud a la gente y les pregunt: No hay novedades en esta aldea? Todos permanecan
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callados, en un absoluto silencio Ningn hombre se atrevi a hablar, pero s una seora fue la que se atrevi a decirle: Jefe, nadie tiene valor de hablarle, pero de aqu desapareci un seor de la Iglesia catlica, que no sabemos qu habrn hecho con l! Pidi a la seora que se acercara, y le pregunt: quines se lo llevaron? Bueno, dicen que fueron guerrilleros Pero estoy ms segura de que fue el ejrcito militar, porque ellos eran los que lo andaban buscando Porque l en ciertas ocasiones se present ante el destacamento, y lo dejaban regresar. El era Delegado de la Palabra de Dios y en sus predicaciones siempre deca que orramos mucho por l, porque saba que de un momento a otro lo iban a atrapar autoridades del Gobierno; porque como se est viendo, incluso hasta el sacerdote que nos visitaba lo mataron Y dicen que fueron militares! No seora, no fueron militares! Replic el capitn. Bien, jefe, que s se sabe! Quines dicen eso? Bueno, como, como ya no existe l, -y yo escuchando-, lo voy a declarar, porque ese hermano, era el que deca que los militares fueron los que asesinaron al padre Tulio -se llama don Ovidio Velsquez. El capitn slo mova la cabeza As es que, no es que no haya novedades en nuestra aldea Y el capitn la interrumpe para preguntarle: Y a ese seor cuando estaba aqu, cmo lo consideraba usted? Bueno, l se dedicaba mucho a la enseanza bblica, enseaba el catecismo, y nos consta que era sincero para predicar, eso nos
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consta. Pero se basaba en la Palabra de Dios, que quien mata al prjimo, si no se arrepiente con justicia, no alcanza la salvacin As deca ese individuo? Le pregunt; y la seora sigui reafirmando sus palabras: S, mi jefe. Esa seora que habl a m favor, se llama Paulina Medina, esposa de un comisionado militar. En ese momento, el capitn llam a un subteniente para decirle: Subteniente, trigame al elemento al soldado del que le habl! A m me haban ordenado que me vistiera con una especie de traje militar y me colocaron a cucuche (en la espalda) el radio transmisor de la tropa con un sombrero encima y una escopeta vieja en las manos que no serva para nada As me presentaron ante la gente. Dej el radi ah! Me orden el capitn Palomo tir la escopeta y el sombrero Y le pregunta a la seora: Conoce usted a este hombre? En ese momento, inmediatamente reconoc a mi pap entre los presentes Senta una gran tristeza el verlo all Que hasta el da de hoy me hace derramar lgrimas Trat de controlarme Cuando ya me ve sin todo lo que llevaba, me ordena el capitn: saluda a tu gente! Salud a la gente y les dije: Hermanos, no estoy muerto; aunque no lo crean estoy vivo. Soy Ovidio; aqu estoy entre ustedes Lleg mi pap, me abraz, pero sin poder decirme una palabra Tambin se acerc a la gente Le pidieron al capitn si me podan traer alimentos Y responde el capitn: Su estmago es el que manda! Pero permtanme un momento Y ordena: Vengan los diez elementos que vienen preparados! Los diez soldados le hicieron el saludo, dando el taconazo
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correspondiente Y t vete para all! Me llevaron como a unos diez metros Y empieza a preguntar: Qu dicen ustedes? Levanten la mano los que estn de acuerdo que a ste lo fusilemos, porque a esto vienen preparados estos diez elementos, aunque bastara un cartucho Nadie se atrevi a hacer el mnimo gesto En eso se adelant mi hermano y le dice al capitn: Capitn Palomo, disculpe, permtame decir una palabra l es mi hermano mayor. Y yo hace sesenta das que entregu el equipo en la Zona militar de Ixcn, Quich, y con esto me quieren pagar? Velsquez, venga para ac! Y le dice: Nunca pens yo que alguien de sus hermanos andbamos llevando en mano! Se me acerca el capitn, y me da unas palmadas dicindome: No te ahuevs tu gente te quiere, porque si no te quisieran, ni modo, cuando les pregunt que alzaran su mano, la hubieran levantado, y lo hubiramos tenido que hacer, porque al pueblo hay que complacerlo, pero el pueblo sabe quin eres! Yo no lo pude contestar, tena un nudo en la garganta Me mandaron quitarme el uniforme; yo no poda hablar. Lleg mi esposa a recibirme Y no le pude decir nada a nadie de mi familia Y el capitn orden a mi esposa, que me llevaran para la casa, y cuando est arreglado me lo regresan de nuevo En ese momento ya no poda decir nada Me llevaron a la casa me ba, me dieron la ropa que me corresponda, y me acompaaron de nuevo al campo Desde que yo ca los comisionados se haban apropiado de las llaves del oratorio, de la iglesia catlica La gente ya no se reuna en el oratorio El capitn Palomo habl con voz fuerte, para que lo escucharan: quines son aqu los dems Catequistas? Se levant uno que se llamaba Cndido Mndez Jefe, yo tambin soy Delegado!
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Y t por qu no has abierto el oratorio? Porque los comisionados llegaron con la esposa de don Ovidio y le quitaron las llaves Pero desde que l desapareci, ya no nos pudimos reunir Y hacindose el muy valiente le contest el capitn: Si fueras un cristiano valiente, aunque sea hubieras rompido la puerta Pero decidido como ste lo ha hecho Por ser as lo trajimos con ustedes; porque si hubiera sido como uno de esos aguados, ya lo hubiramos eliminado; ste es un tipo valiente! Y pregunt: Quin fue el comisionado que se atrevi a quedarse con las llaves? Yo!, contest un comisionado presente, que se llamaba Pedro Prez. Quin te dio orden de que recogieras las llaves de la iglesia catlica? El capitn Edgar!, contest. l dio la orden? S, l fue En qu momento te dio esa orden? Cuando l llevaba tres das de estar en sus manos Contest. Ests seguro de que estaba en sus manos? S! Slo que no le dejaban a uno entrar a verlo Y sigui diciendo el capitn: Los comisionados tienen cierta culpa cuando las cosas caminan incorrectamente por los errores de sus jefes inmediatos por qu no lleg usted a la Zona Militar en Puerto Barrios para hablarme de esto, o con cualquier otro jefe de la Zona, para que lo hubiera presentado?, porque el padre de todos ustedes, soy yo Y yo no he dado orden de que anden
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recogiendo llaves de templos, ni de evanglicos ni de catlicos, ni de nada ustedes se lo han sacado de la punta de los calcetines! Ahora mismo se va a buscar las llaves, y se las entrega! Aqu las tengo, le respondi el comisionado. Reconoc las llaves, porque estaban en el mismo llavero que yo tena. Hoy abrs el oratorio! Me dijo. No, mi capitn; ahora no lo voy a abrir, lo har cuando me recupere! O si alguien de los hermanos encargados que han trabajado conmigo, quieren las llaves para abrir el oratorio pues, no soy dueo de las llaves. Aqu todos tenemos derecho a orar, siempre que queramos hacer oracin pero yo voy a hacer reposo. El capitn, volvi a dirigirse a la gente: Ovidio queda en sus manos y de una vez les advierto, delante de todos los elementos militares De hoy en adelante, a Ovidio nadie le va a poner la mano Ni elementos de alto rango militar ni comisionados, ni menos confidenciales, ni alcaldes auxiliares, nadie! Luego se dirigi a m pero para que lo escucharan todos: Ovidio, cuando t te sientas perjudicado por algn elemento de stos pass a la Zona Militar, no aqu en Los Amates, esto a partir de esta fecha; es el 23 de febrero. Que nadie te haga dao Es cierto, soy un alto militar, pero hay cosas que me gusta analizarlas, porque no tengo suciedad en mi cerebro (-dijo otra palabra-), tengo sesos en la cabeza, y yo no estoy decidido a matar a uno que diga que es cristiano Ahora, a guerrilleros, s estoy decidido a desaparecerlos Y por esta clase de gente que se ha atrevido a mancharse las manos, por ser malos militares que le quede claro a Buena Vista, va a llegar el momento, en el que se van a ir abajo comisionados, confidenciales y hasta alcaldes auxiliares Estos estn cometiendo muchos errores por saber cuntos rencores personales Y a nosotros tambin nos han hecho cometer errores
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El capitn hasta se emocion, y no pudo hablar ms Y me entreg las llaves en ese momento. Para los que llegaban de la Zona era una oportunidad de mostrar a los periodistas que no eran como los pintaban Me tomaban fotos Volvi a decir: Que todos los jefes de rea reconozcan sus lugares a partir de este momento, y a esta Aldea, no quiero enterarme de que entren autoridades militares! Y t, Ovidio, cuando alguien pase por aqu amenazndote a vos, o a cualquiera de tu familia o vecinos, vos mismo llegs y me informs en la Zona Militar de Puerto Barrios, t mismo directamente, de acuerdo? Y como haban llevado un secretario, que estaba all con una mesita y una mquina tecleando, hicieron un escrito, para que firmara yo mi libertad; me leyeron el acta donde se especificaba qu da me haban atrapado, mis datos, mis declaraciones y dems, y firm. No voy a firmar nada antes de leerlo! Me dieron un rato para leer, y ver que no haba nada contra otras personas. Entonces la firm. Me qued en la aldea. Y como habl de que haba una amnista, me dej como abanderado Y que la fuera a dejar a los ocho das Era el da 23 de febrero de 1983, durante el Gobierno del general Ros Montt. En el patio de mi casa se qued una bandera de Guatemala en un asta de palo de bamb durante seis meses. Luego, yo mismo la quit, y la fui a entregar. Y hasta hoy, gracias a Dios no he tenido amenazas de ninguna clase de autoridades, ni nunca me permit a decir ni una sola palabra a ningn otro lado. Esta es una de las partes ms tristes de mi vida. Pero estoy agradecido a Dios que me liber de todo esto sin haber cometido dao contra nadie. Tengo que dar gracias a Dios por el privilegio que me ha dado, que en estos tiempos que vivimos es tambin una gracia, de no haber manchado nunca mis manos con sangre, ni material ni espiritualmente hablando. Cuando empec a trabajar como Delegado de la Palabra de Dios, nunca me imagin todo lo que me iba a suceder No slo a m
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me ha tocado sufrir por el Evangelio; he podido conocer a hermanos mejores que yo, que llegaron hasta derramar su sangre por la causa de Jess, y nunca seremos capaces de reconocerles en su justa medida, el valor y el sacrificio que hicieron. Personalmente, he seguido trabajando al servicio de la Palabra de Dios; eso es lo ms importante en mi vida. Tengo el privilegio de trabajar en el proceso de las Santas Misiones Populares en Izabal, y slo le pido a Dios, que pueda servir a su Iglesia con salud y alegra para dar testimonio de la fe que siempre ha dado sentido a mi vida.

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En la Parroquia de Chajul, enero 2011

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ITINERARIO DE VIDA
Tiburcio Utuy naci el 11 de agosto de 1942, en la aldea Xix, Chajul, departamento de Quich. Algunos aos despus fue reconocido por su padre, del que recibi el apellido Hernndez. Pas tres aos por la escuela de Chajul, donde curs hasta el segundo grado de Primaria. A los 13 aos fue nombrado Catequista de la Accin Catlica. Fue confirmado por Monseor Manresa, Obispo de Quetzaltenango. A los 22 aos se cas con Juana Ajanel Velasco, que falleci en 1990. Sucesivamente fue pasando por varios cargos de servicio a la comunidad: vocal de la Junta Directiva, Presidente de la Junta Directiva, Catequista Trabaj en el Comit Pro-Mejoramiento de su comunidad desde 1968. Desde 1982 a 1996 permaneci en las Comunidades de Poblacin en Resistencia, en Santa Clara, Chajul. En 1996 regres de nuevo a su aldea natal, Xix, en Chajul. Contrae matrimonio con Catarina Utuy Oxlaj. Forma parte del Comit Pro-Mejoramiento de su comunidad. Actualmente es Misionero, Celebrador de la Palabra de Dios y Ministro de la Eucarista. Ha escrito parte de sus memorias, y se ha podido completar su testimonio con grabaciones sobre su vida y las torturas que padeci a manos del ejrcito en 1982. Las huellas de de las mismas siguen visibles en todo su cuerpo.
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RECUERDOS DE INFANCIA
Cuando yo era nio crec con mi pap, Cipriano Hernndez Pastor, y mi mam, Mara Utuy; los abuelos paternos fueron: Sebastin Hernndez Jimnez y Antonia Pastora; por el lado de mam: Guillermo Utuy, e Isabela Itzep. Vivan en la Aldea de XIX, fueron las primeras personas que salieron de San Francisco El Alto, Totonicapn, eran siete personas, y se vinieron a la Aldea Xix. Yo ya nac en Xix; en cambio mi pap naci en Chil, donde lleg primero mi abuelo. Pero no tenan ni ovejas ni tierra. Y lleg a buscar trabajo a Chajul. Lleg con un chajulense de nombre Gaspar, que le dio terreno... Trabajaba para el seor Gaspar, y se regresaba a Chil. Luego el seor Gaspar le ofreci a mi abuelo que se pasara a una troja que tena en Chajul; y llegaron a un acuerdo, y fue as como mis abuelos llegaron a Chijulch, en Xix. La palabra Xix tambin tiene su significado. Hay unas plantas que crecen en tierra fra llamadas tixil y la otra xixil. Son dos clases de plantas. La primera se come como verdura, tiene hojas anchas, se puede hacer con ellas boxbol, o chirmol o simplemente como verdura. Cuentan que la gente de la aldea se reuni con el fin de buscar nombre para la aldea; no muy lejos hay un cerro que se llama Xun, ms o menos como un kilmetro atrs de la aldea. En todo el lugar donde ahora est la iglesia, haba matitas de Tixil. Algunos opinaban que mejor ponerle el nombre de Xun, por el cerro; pero otros opinaban que el cerro estaba algo retirado; otros deca que como haba tantas plantas, por qu no se juntan los nombres, por qu no decirle Xix, que abarca el nombre de las dos plantas. En la montaa sagrada, en el cerro, antes haba mucho bosque, con rboles grandes, y all unas piedras como de jade, y los sacerdotes mayas lo arreglaron como que fuera un altar, donde llegaban para las ceremonias. Mi abuelo Sebastin era el aj'kij, l llegaba a la montaa a rezar. Esta es la historia que me cont mi pap. No recuerdo cundo falleci mi abuelo, yo era muy patojo. Pero s iba con l cuando iba a hacer ceremonias, o pedidas; era el guiador, el Chuskajau. Mi abuelito llegaba con el pap de la jovencita a peticin del novio, para que le diera permiso de ser novio de su hija. Luego se acuerda tambin el gasto que se le iba
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a dar al pap de la muchacha; tal vez veinte libras de carne, unos dos canastos de tortilla, pan, y unas dos botellas de aguardiente. Antes no haba aguas. A veces tambin se peda un poco de dinero, pero no abundaba el dinero. El licor que se ofreca era el tzam, que vendan en la cantina. Ahora, si el pap de la muchacha pide Cusha, le pide algo ms, unos cuatro litros, tal vez. Esta era la costumbre de nuestra gente antes. Despus mi abuelo le pidi que le vendiera tierra, don Gaspar le ofreci la mitad de su terreno, pero no quera dinero, sino que le ayudara con trabajo para cultivar sus terrenos. Llegaron tambin a un acuerdo, y mi abuelo pudo hacer una casita en el terreno que le ofreci don Gaspar. Mi abuelo empez a cultivar maz, y se dedic a la crianza de coches, y compr la otra parte del terreno a don Gaspar, y as fue como le vendi todo el terreno. En ese tiempo mi abuelo fue el primero que lleg, y luego su cuado y su hermana, luego llegaron ms, hasta juntarse siete familias en la Aldea. Despus de mi abuelo y sus familiares, las siete familias, vinieron ms personas de Totonicapn. Nosotros hablbamos en lengua k'iche'. Creci el grupo de gente en la aldea. Recuerdo, porque mi pap me cont, que fue a hacer el servicio militar, pero no s dnde se fue. Cuando regres del servicio militar, la aldea era algo grande, y se necesitaban autoridades, hicieron una asamblea, y la gente eligi a mi pap como Alcalde Auxiliar. Primero solicit que se hiciera un cementerio, y construir una casita para la Alcalda Auxiliar. Todava no haba escuela. Cuando qued de alcalde mand arreglar los caminos, abri una brecha ms arreglada para llegar a Chajul; no era como una carretera, pero ya era buen camino. Mi pap falleci en el ao 1990. Eran los aos del conflicto armado, y no s cmo fue su muerte. El se qued en la aldea de Xolcuay, con su segunda esposa. Crey que la masacre no les iba a llegar. Por tanto, yo crec con mis abuelos y mis paps, y era un pastor de ovejas. Nac el 11 de agosto de 1942, soy el tercer hijo de mi
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familia. Mis hermanos eran: Antonia Hernndez Utuy, la segunda Isabel, luego vengo yo, Tiburcio. A continuacin Catarina, Elena, Jos Luis, Ana y Faustina, que es la ltima. Fuimos ocho, pero ahora slo vivimos tres: Tiburcio, Catarina y Faustina 12 .

ALGUNOS DATOS DE MI NIEZ


Crec y cuando ya pude trabajar fui pastor de ovejas, las cuidaba con otra hermana ma. A veces nos ponamos a jugar Y en alguna ocasin las ovejas se nos escapaban a la milpa, y esto tena como consecuencia que nuestro pap nos daba con el chicote. Y es que mi pap tena que pagar el perjuicio al dueo. A los 7 aos, mi pap me mand a la escuela, que slo haba en Chajul. A veces por el invierno, nos ponamos a jugar con los compaeros, y no llegbamos a la escuela. Era bien difcil, porque tenamos que caminar dos horas. ramos traviesos. Costaba llegar a la escuela, tenamos que salir a las seis de la maana, para llegar a la escuela, que estaba en el Convento. Uno de los maestros se llamaba Juan, un ladino, no recuerdo de dnde era, un seor algo alto. Salamos a las doce, y comamos en una casa donde dejbamos recomendado el almuerzo. Yo perd como un ao entero, no aprovech nada. Slo saqu el primer grado y el segundo; fui tres aos a la escuela. Mi pap pens que slo andbamos jugando, as que me dijo: va a quedarse conmigo para trabajar. As empec a ir detrs de mi pap en la milpa, o a ir al mercado, hasta Chel llegaba mi pap. As empec a trabajar. Iba hasta Ilom, la Finca La Perla, Zotzil, Santa Marta Ixcn Yo a veces slo cargaba el almuerzo, bamos caminando. Si salamos a las seis de la maana, llegbamos a Ilom a las dos de la tarde, unas ocho horas, pero si hay lodo, llegbamos como a las seis de la tarde; jornadas de 5 y 6 das de viaje. Recuerdo que en cierta ocasin se embarranc mi bestia, y empec a llorar, pero logr sacarla viva. En 1955 recib
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El 28 de enero de 2011.

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el curso de catequesis y recib la primera comunin; trabaj en la Iglesia dando clases y apoyando a los dems Catequistas.

MI PADRE QUIERE CASARME


Cuando tena doce o trece aos haca todo esto; como a los 17 aos, un da m pap me dijo: Vamos a buscar a tu mujer. Yo me senta muy joven, y me opuse: No quiero mujer ahora. No tengo todava el pensamiento de casarme con una mujer, aunque sepa trabajar o negociar, no quiero casarme. No fue a pedir la mujer. Luego de unos cuatro o seis meses, volvi a insistir: Aqu hay una muchacha que es muy respetuosa, parece muy buena Otra vez me le negu, no quiero mujer. Y ahora? Nosotros estamos pensando que necesitas una mujer, porque ya ves que hay enfermedades, y quin hace la comida? Volv a decirle que no, y ya estuvo. La tercera vez fue casi un ao despus: Ahora s tens que cumplir, y no quiero que me ests jugando de que no quers mujer. Y resulta que ya lo tena avisado con un Chuchkajaw, el pedidor, que vino de Chil, vena con su esposa, y se llamaba Toribio Hernndez, to de mi pap. Yo los salud, y no saba a qu vena. Luego mi pap me habl dicindome: Mir hijo, ya vinieron los seores que van a pedir a la muchacha, y t tens que respetar. Respond inmediatamente: No, no quiero. Tens que querer. Pues no, respond. Si usted quiere gastar su dinero, gstelo, pero no. As era la insistencia de mi pap. Pero la cosa se complic, me agarr fuerte y con un lazo me amarr las manos de una de las vigas de la casa, y me empez a pegar. Antes tenan un chicote de cuero; me golpe bien fuerte que hasta me sac la sangre, era un gran dolor. Me quit la camisa, y mi espalda se qued roja por los golpes de chicote. Dicindome: Tens que respetar! Para que no me golpeara ms le dije: Est bueno, voy a ir! Pero en mi corazn saba que no iba a cumplir, va a malgastar el dinero. Me fui detrs de ellos hasta la casa de la muchacha. El seor pap de la muchacha estaba contento y tranquilo. Y empez a hablar:
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Claro, yo a ustedes los conozco, son gente trabajadora, tienen qu comer en la casa, tienen sus propiedades, les voy a dar a mi hija! Sacaron guaro y empezaron a dar de beber a todos, al pedidor, a mi pap, a mi mam, a los de su familia, y luego tambin nos ofreci a la muchacha y a m; pero yo estaba enojado: Tom vos, me dijo! Tom del guaro Y as una vuelta, y otra vuelta, segua tomando ellos platicaban muy alegres; cuando se termin el guaro, acordamos la fecha siguiente, y el valor del gasto para la pedida de la muchacha, era el gasto de costumbre y el valor de la muchacha. Est bueno, qu voy a hacer! Al parecer la patoja estaba contenta de casarse conmigo, pero yo no, ms bien con un gran disgusto.

A PESAR DE MIS PADRES, ME VOY A LA COSTA A TRABAJAR


Mi mam me dijo: And, y les dejs un viaje de lea, as platics un poco con la muchacha. Yo estaba contrariado, cumpl lo que dijo mi mam para que no se enojara Y llegu a la casa de la muchacha, y me ofrecieron entrar: No, les dije, tengo que ir por otro viaje de lea, no puedo. Pero regres a mi casa, y pensaba, no voy a cumplir, y si me obligan, me voy. A tiempo sucede que un cuado mo, que ya iba a la Costa, y le dije: Me voy con vos a la Costa, llevme, no me gusta estar aqu. Me voy contigo. Era el ao 1963. Y me pregunt: Y qu les vas a decir a tus paps? No les voy a decir nada le respond. Bueno, pues vete a traer unos dos pantalones y unas tus dos camisas. Le advert que no le fuera a decir nada a mi madre. Quedamos en el lugar donde nos bamos a encontrar fuera de la aldea. El pas despidiendo a nuestra mam Yo ya iba adelante, no me desped de los paps Llegamos a Nebaj y nos subimos al camin. Llegamos a la Costa, y trabaj como diez das Pero la gente se revel, no quiso trabajar, que la tierra para recoger caf donde nos colocaron no era bueno, y no quisieron trabajar, y yo detrs de mis compaeros, porque,
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aparte, pagaban muy poco; era una finca cerca de Patulul. Nos fuimos a otra finca, pero quedaba lejos, por Mazatenango, y no tenamos transporte. Nos fuimos a pie. Nosotros fuimos los ltimos en marchar, ramos cuatro. Le dejamos al patrn los canastos, costales, las piedras de moler No queramos tener problemas. Fue una gran caminata, despus de caminar muchas horas, vimos que llegaba una ambulancia de bomberos, que nos ofreci llevarnos hasta cerca del pueblo, y as llegamos a Mazatenango como a las cuatro de la tarde, all tomamos camioneta para llegar hasta Retalhuleu. Llegamos donde estaban los contratistas de trabajadores para recoger algodn, fuimos directamente; era por el mes de noviembre Pero tuvimos que seguir hasta una finca cerca de Champerico, a la finca agrcola San Antonio. Le hablamos al administrador que ramos trabajadores, que queramos trabajo, y que a cmo pagaban el quintal de algodn. Nos respondi que a 1,25, pero sin comida. Ahora, si necesitan comida, es a quetzal el quintal. Est bueno, le respondimos. Nos dieron maz y frijol y cal, y todo, y empezamos a cocinar nuestra comida para el da siguiente, que era el primer da de trabajo. En esa finca me qued yo seis meses, ya no regres Mi cuado regres Con l mand cien quetzales a mi pap. Cuando mi pap recibi los cien quetzales lo agradeci mucho. Le pregunt a mi cuado: Pero va a venir l? S, le respondi, porque prometi su palabra, pero creo que ahora va a ser difcil que venga, le dijo refirindose a m. Ustedes tienen que saber que Tiburcio se disgust mucho con ustedes porque fueron a pedir la mujer. Me dijo que vendra en marzo o abril, para la fiesta del segundo viernes Mis paps estaban apenados, mi mam lloraba, mi pap tom la decisin de ir otra vez con los paps de la muchacha a decir que ya no

REGRESO A LA ALDEA
Y as lo hicieron. Despus de seis meses regres a la aldea. Yo ya tena dinero; pagbamos pasaje de Retalhuleu, de aqu a Xela haba camioneta; de Xela a Santa Cruz del Quich tambin haba camioneta; pero de Quich a Nebaj no haba camioneta, slo estaba la camioneta Quiroa, era la nica. Haba una camioneta que llegaba de la Costa con cuadrilleros; yo ya haba conseguido
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llegar hasta Sacapulas; me met en el Convento para pedir posada en la parroquia; me dieron posada. Yo estaba con una gran tristeza. Dorm all, habl con el prroco, no recuerdo su nombre. En la maana temprano ya estaba yo listo en la plaza esperando que pasara la camioneta para subirme... Pero vena tan llena de gente que no me quisieron recibir; insist, pero no. Me dejaron! Y tengo que emprender camino desde Sacapulas hasta Chil a pie, camin el da entero. All llegu con mi to Tiburcio, el que haba ido a la Aldea a pedir la mujer Me qued con l a dormir; maana sigues o si quieres descansas dos o tres das. Pero no le dije nada de lo sucedido con la pedida. Segu caminando hasta Nebaj, donde llegu bien cansado. Me met en una cantina, y compr dos litros de aguardiente, de la quetzalteca. Mis pies los tena doloridos de tanto caminar. Andaba con unos caites de correa. Luego ped un octavo y me ech unos mis dos tragos Ped todava otros dos octavos ms Y segu caminando hacia la Aldea. Pero senta que no aguantaba, con mi maleta y el mecapal. Por el camino me tom otro octavo. Llegu a un lugar que le dice Los Compadres, y venden Cusha, entr y ped un octavo para tener fuerza para caminar. Como llevaba dos vasos, le ped al seor de la cantina que me llenara los embases, costaba tres centavos cada uno. Me encontr con mi primo a medio camino, yo iba con los tragos. Nos sentamos. Le dije que no aguantaba a caminar. Me anim, el carg mi carga Segu tomando y platicando con l. Cerca de la aldea haba otra casa, y entramos, compr otros dos octavos. Cuando llegu cerca de la casa, mi mam me vio, y bien alegre me dijo: Oy, qu es eso, no ser que mi hijo ya viene! Y sali a abrazarme Entramos en la casa. Saqu el litro de guaro y se lo di a mi mam. No, me dijo, no sea que vaya a venir tu pap y qu va a decir. Cundo viene pap? Le pregunt. Me dijo que maana. Ah, entonces tomemos unos tragos, y le di a ella y a mi primo. Yo me qued dormido. Al da siguiente estoy bueno, pero con mucho dolor. Pero lleg la tarde y no llegaba mi pap; al fin vimos que llegaba el caballo adelante, vena detrs mi pap con mi cuado, el que me llev a la Costa. Se llev una sorpresa al verme
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y estaba muy contento; le descargu la bestia y la fui a dejar al potrero. Regres a la casa. Mi mam le entreg trago del que yo haba trado, pero l ya vena con trago. El haba ido a Chel. Mi pap se emborrach completamente, yo no tom ms Al da siguiente le ofrec ms Y al otro da, ya estaba bueno. Entonces mi mam le habl. Mira, aqu est tu hijo, y ha trado este dinero Y le entreg unos 400 quetzales. Yo ganaba a quetzal el quintal, haca horas extras; a veces sacaba tres quetzales al da Ah s que sinti alegra, mi pap. Es cierto, yo s que soy un loco. Pens que te ibas a casar con la mujer que te escog. Pero te dejo, y te doy permiso para que t decidas hasta cundo A tiempo supimos que ofrecan un terreno, algo barato, a tres quetzales la cuerda, y compr 50 cuerdas, con 150 quetzales, a un seor de Chajul. Estaba con mucha alegra; era buen terreno y en buen lugar para la siembra de maz. Mi pap dijo: Vamos a gastar un poco ms de tu dinero, para comprar algo para tu mam, para m y tambin para vos, me dijo. Le respond: Est bueno. Otra parte lo dejaremos para nuestro principal, para el comercio. En ese momento pens no ir ms a la Costa. Era mucho sacrificio. Ir a la Costa era muy duro. En mi vida fui como nueve veces a la Costa. La primera vez fue por Champerico; era un calor tremendo, y nos babamos en un ro sucio, no haba ro limpio. El maz tena un fuerte olor de bolaton, que es un veneno para el gorgojo Con ese olor no podamos comer tranquilos. Nos alojbamos en una galera en la finca, era un lugar que tena toneles alrededor, eran toneles de gasolina. Dormamos en el suelo; as estuve seis meses.

DE NUEVO EN LA COSTA BUSCANDO TRABAJO


Aunque haba prometido no volver a la Costa, al tiempo regres otra vez a los cortes de Caf, por Patulul, en Santa Mara Tecojate;
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pero encontr trabajo como ayudante de albail. Antes el salario era de cincuenta centavos, en un mes ganaba 15 quetzales, y lo que me daban por el sptimo, por el trabajo del domingo. Trabaj dos meses, y el segundo mes me aumentaron y me dieron horas extras; el albail trabajaba desde las seis de la maana hasta las ocho de la noche. Con horas extra resulta mejor. Trabajbamos para el patrn de la finca. Luego de los dos meses, me regres de nuevo a la aldea Y as fui yendo y viniendo Hice nueve viajes. En el ltimo ya no gan nada. La ltima vez que pude ganar, antes de ir por ltima vez, empec ganando nicamente siete centavos al da El caf no tena mucha cosecha Todos ganbamos lo mismo; no era porque no sabamos trabajar. Me enoj, y con otros muchachos le fui a reclamar al patrn Aqu no hay trabajo. Le fuimos a reclamar, hablamos con el administrador. Disculpe, seor, -le dije-, aqu en el trabajo de la finca no ganamos nada; queremos que nos cambien de trabajo. No habr otro trabajo de limpia de caf, o cualquier otra cosa. Queremos trabajar y queremos ganar; no somos haraganes, si furamos haraganes no pediramos trabajo. Nos respondi el administrador de forma brusca: Ah, babosadas! Ustedes son haraganes porque son guerrilleros. Ah fue la primera vez que yo escuch la palabra guerrillero. Sigui hablando: Si quieren trabajar, trabajen, porque yo aqu no los necesito. Ustedes estn aconsejando a la gente No quiero a gente que venga a reclamar aqu. Y sac la pistola y dispar al aire. Nosotros nos asustamos mucho. Mire seor, si usted nos mata aqu Nosotros no venimos a pelear Venimos a exigir nuestro trabajo, y si no nos da tambin es libre, nos vamos a retirar. Hay otras fincas donde hay trabajo. No los quiero ver aqu, nos respondi. Salgan de aqu. Si no quieren trabajar, all a ustedes. Llam al caporal, con el pitido de un gorgorito. Lleg este otro seor, y le dijo: Mir, sac machetes y limas, y mand a aquellos haraganes -sealndonos a nosotros, que vayan a traer unos costales y canastos, que se los entreguen a estos seores Maana se van a ir con su caporal, y voy a ver si de verdad quieren trabajar.
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Nos dieron machete y lima a cada uno; a las cinco de la maana estbamos listos. Nos fueron a entregar unas tareas de limpia de caf de cuerda y media; pero era un lugar lleno de piedras Me dejan bien limpias las calles, nos dijo. ramos cuatro. Le dimos duro. Pero no fuimos capaces de sacar las tareas, nos quedaron cuatro surcos de cada tarea. Regresamos al da siguiente. Le pedimos al cocinero: Adelntenos unas tortillitas, y nos vamos. La seora estuvo de acuerdo. Estbamos contando las tortillas que haca la seora, hasta que estuvieron listas las tortillas. Desayunamos, y nos dieron cinco tortillitas para el almuerzo con una botellita de atol. Empezamos a trabajar, y cuando el caporal ya tenamos el trabajo. Lleg el caporal. Y nos felicit: Ya lo lograron, much; ustedes son listos, se madrugaron; as quiero yo, para que el patrn no se enoje, porque ese viejo estaba enojado! Eso pienso yo tambin, le respond. Pero le dije: Yo quiero una tarea ms; a m deme dos tareas de una vez, y ya veremos maana. Dos tareas nos dej a cada uno. El trabajo era suave, ya no haba tanta piedra. Saqu las dos tareas, es decir, tres cuerdas. Al da siguiente el caporal lleg a ver si habamos terminado. Le dijimos que s, que ya estaba el trabajo terminado. Babosadas, nos dijo; voy a ir a ver! Son buenos ustedes, nos dijo. Pero slo les voy a dejar una tarea, porque el patrn no permite que dejemos dos tareas, solo nos dej una. A los cinco das, cuando lleg el mero patrn, yo ya tena ocho tareas. Vimos que lleg el patrn a la finca, toc el gorgorito para llamar al caporal para decirle: Dgales a los mozos que trabajen contentos, que la tarea es una cuerda por tarea. Nosotros nos pusimos muy contentos. Por cada tarea nos entregaban unas fichas, no es que nos dieran el dinero de una vez, nos daban una ficha de hoja de lata. Cuntas tareas sacaste ya? Me pregunt. Habamos sacado ocho tareas; nos dej ocho fichas. Luego nos puso a fumigar los cafetales. Luego nos puso a arreglar las corrientes de agua Esta vez tambin llev algunos quetzales para la casa
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Pero la ltima vez ya no gan nada. Pensaba en mi casa, en el negocio, en la milpa. Si no sera mejor negociar o cultivar milpa y no este trabajo... Puse un negocio de tienda de comestibles Haba un mercado en La Perla y en Ilom; ponamos nuestro manteadito en el mercado; llevbamos sal, azcar, arroz, chiles, tomates, cebollas, que comprbamos en Nebaj. Traamos caf; la subida de regreso era dura; a los caballos les cargbamos bastante, pero no aguantaban con todo, y nosotros traamos tambin unas dos arrobas.

ENTR EN LA ACCIN CATLICA.


Esto fue parte de mi vida. Siendo comerciante, decid recibir la Primera Comunin. Resulta que cuando yo tena nueve a diez aos, empez la religin con unos seores que venan de Totonicapn, uno era don Francisco Gutirrez; llegaba a ensear y a predicar, y se eligieron unos catequistas: don Sinforoso Itzep, don Jos Itzep Michicj, don Gaspar Itzep Tzanic, don Juan Tum, y don Antonio Itzep. Fueron a visitar a mi pap a la casa. Yo acept rpido integrarme. Las plticas eran en la casa de don Sinforoso. Empec a recibir la catequisis. Esto fue antes de que yo empezara a ir a la Costa. En aquellos tiempos recuerdo que el sacerdote que llegaba era el P. Gaspar Jordn, andaba con un caballo blanco. Ya era muy anciano. Yo estaba muy decidido. Y la directiva me pidi que los acompaara para hacer las visitas a las casas de la gente. Acept. Visitamos toda la gente de la aldea. Fuimos a Chacalt, a Juil, a Xolcuay, hasta llegamos a Chajul a predicar y a ensear. As empezamos la Accin Catlica en la Iglesia. Empec con decisin y entrega. A veces hasta las once de la noche regresbamos, salamos a las tres de la tarde. Aguantbamos lodo, fro, lluvia. Y al ver mi vida, que fui pastor de unas cuarenta ovejas, que despus me fui a la Costa Como ya dije, en la escuela no aprend mucho, pero en el camino de la Iglesia aprend un poco ms, aunque no mucho. Pero siempre caminaba con la Directiva. Cuando estaba en este trabajo, me puse a pensar en lo que me
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haban dicho mis padres, y me puse a pensar: Estoy solo, sin mujer. Con quin puedo hablar, cmo hacer con mi trabajo, la ropa Yo viva con mis padres. Mi padre era muy bebedor, y por el guaro siempre tena mucha necesidad Cuando se compr el terreno, yo sembr mi milpa Luego nos ofrecieron otro terreno; le dije: Pap, nos ofrecen otro terreno. Dnde? Me pregunt. Y tenemos pisto m'hijo? S tenemos pisto. Vamos a ver el terreno. Pregunt que cunto terreno era: doscientas cuerdas, y que nos lo dejaban todo a ciento veinticinco quetzales; al final nos lo dej por noventa quetzales. As invertimos el dinero. Era un terreno que estaba una zona en algo ms caliente. Se hizo un documento, pero yo no dije que era mi terreno, no. Es de mi pap. Entonces no se haca escritura, no se iba a la Municipalidad, bastaba un arreglo entre las partes y firmar un documento, que se hizo a nombre de mi pap, aunque el dinero yo lo haba ganado. Era como una constancia con dos o tres testigos. Yo sembr 75 cuerdas de limpia. Mi pap me dijo: Mir a ver cmo la limpias. Yo s trabajar; sacaba unas cinco cuerdas al da. Busqu otro ayudante, porque no quera que la milpa se enmotara; en diez das la hice Lo mismo hice en la segunda limpia. Para cosechar hicimos una troja en Chacalt, bien grande, y la llenamos. Y le dije mi padre: Pap, y qu vamos a hacer? Lleg un momento en que el maz se puso algo caro, y empezamos a comerciar maz para Chel; a cada caballo le ponamos seis arrobas, un quintal y medio. Compramos un macho, y le ponamos al lomo dos quintales; y luego compramos otra mula Vendamos y cambibamos por caf. Los primeros viajes nos salieron bastante buenos. Con ese negocio, tambin empec a fabricar candelas de parafina Pero en un momento agarr fuego la parafina; y es que haba una profesora, que paraba en nuestra casa, y entr all donde yo estaba trabajando con lo de las candelas, y empez a juntar fuego, y cuando se levant la llama, entr en la palangana y sali una gran llamarada Tir la palangana por la puerta, pero no lo hice bien y cerr la puerta, ya estaba para quemarse la casa, y abr la puerta y saqu la palangana Pero en ese momento me desmay.
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Y es que estaba bien quemado, de la cara, del pecho, de las rodillas, de los brazos. Ante el alboroto, lleg mi mam: Qu te pas, hijo? Tambin lleg mi cuada Yo tena un galn o dos de Diesel o gasolina, y menos mal que no agarr fuego; me echaron la gasolina por la cabeza Pero se me amonton la piel, por ejemplo, la de la cara, cay debajo de la barba Despus me qued dormido pero bien quemado. Cuando me quise levantar no era capaz, mi boca cerrada, no la poda abrir Mi esposa me iba ayudando poco a poco con algo de agua para beber y dndome algo de comer. Me qued muy dbil. Entonces no se iba al mdico, con lo que haba de medicina natural. Tard en sanarme como un ao y medio.

DECID CASARME
Ya he dicho que iba hasta dos veces a la Costa a trabajar cada ao. Pero cuando dej de ir a la Costa decid casarme. Ya expliqu que mi pap ya no me molest. Yo iba al mercado de Nebaj, y me encontr con una seora, que tena una hija vendiendo chile verde, tomates, caf, granadillas y otras cosas La mir Y a la siguiente vuelta la volv a ver Y me vino al pensamiento: No ser esta la que puede ser mi mujer? Pero no le deca nada. Segua llegando al mercado de Nebaj, y volva a ver a la patoja, y aunque no tena ninguna necesidad de comprar, fui a comprar donde estaban ellas Tena que comprar algo para poder platicar con la seora. Compr a la seora cuatro onzas de chile; le pregunt que cunto costaban las granadillas Yo no quera comer granadillas, pero era como obligado comprarles algo; compr tomates Otro da regres de la misma manera Hasta que un da que llegu a comprarles, me anim y le dije a la seora: Seora, disculpe, quiero hacerle una pregunta. Qu es? Me respondi. Slo quiero preguntarle si su hija tiene marido o es soltera Por qu? En realidad le cuento, que yo me quiero casar con ella, y si me da permiso voy a hablarle. No, me dijo. La costumbre nuestra no es as. Ah est nuestra casa, ah est mi pap y mi mam, y viven todava. Y si vos de verdad quers tener mujer o sos mentiroso
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No, le dije Fjese que me caye bien la muchacha, y siento en mi corazn que esta es mi esposa, le dije. Bueno, me respondi, ah vos, pero hasta la casa tens que ir a preguntar por mi pap Le quera hablar a la muchacha, pero no quiso hablar, estaba muy seria. De regreso a mi casa le cont a mi mam, y mi mam le cont a mi pap. Ah bueno! Dijo mi pap, pues entonces vmonos a preguntar dnde est la casa de la muchacha Nos dijeron dnde estaba. No era de Xix; era de Acul. Pidi mi pap a un seor que nos acompaara. Cuando llegamos a la casa de la muchacha, el abuelito, que se llamaba Diego Ramos y su esposa Magdalena Velasco, la mam de la muchacha, Mara Ramos Velasco; ya no tena pap, haba fallecido. Ellos agradecieron que hubieran llegado con el hijo, y don Diego estuvo de acuerdo en que yo ya poda hablar con la muchacha. Despus nos regresamos de nuevo a la casa. Al salir, mi pap me dijo que me quedara tal vez en una posada. Yo mejor pens acompaarlos hasta la casa, porque pens que tal vez ellos iban a empezar a chupar, y se iban a quedar tirados en el camino. Nos fuimos. Llegamos a Xix. Segu trabajando, y prepar algunas cosas para ir a ver a la muchacha y contentar a la muchacha; esta vez iba yo solito. Como ya haba permiso no haba problema. Le dije a su seora mam: Mire seora, yo quiero ayudar con unos das de trabajo, le dije; no vengo a perder tiempo, les vengo a ayudar a trabajar. Est bien, me respondieron: si tens tiempo and a trabajar Ya te darn luego tu almuerzo Empec a trabajar, pero con una gran alegra Trabaj duro, y para las doce del da ya haba sacado mis dos cuerdas. Le di muy duro al trabajo. Cuando vi, lleg la muchacha a llevarme el almuerzo; me llam y almorc. Empezamos a platicar Yo no tena ganas de comer, sino de platicar, y empezamos a platicar nos sentimos enamorados verdaderamente. Ella me pregunt, que si bien es cierto que tus paps dieron el permiso, pero yo quiero saber si no tens pareja, tal vez has dejado una mujer con hijo Le respond: No, de ninguna manera. Ha sido tu actitud, tu manera de ser, tu platicar y hablar me gusta mucho. Me gusta cmo hablas, cmo caminas Le saqu las
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mejores palabras que tena Est bueno, me respondi. Y si de veras cumples, y no que despus me pegas o me dejas abandonada. No, le dije, yo hablo de verdad y de corazn. Se llamaba Juana Ajanel Ramos. Yo le confirme mi cario. Luego hablamos del gasto con sus abuelitos, y me traje a la muchacha de una vez. Despus de unos meses nos casamos por la iglesia en la Aldea en Xix; nos cas el P. Abimeleq. El estaba de acuerdo, aunque nos hablaba un poco duro. Tuve mucha alegra con ella, es una persona muy honrada muy amable para platicar, para dar consejos, como una persona adulta. Hablaba con las seoras, con otras patojas Despus del casamiento hubo fiesta. Cuando estbamos casados vivimos tranquilos.

PROBLEMAS CON MI PADRE


Hice mi casa, pero por un problema. Yo no quera salir de la casa de mi pap; saba que mi pap es mi pap y lo tengo que respetar. Como digo, pero tengo dinero y voy a negociar, pero no digo: es mo, es de mi pap; y cuando mi pap reparti la tierra para todos los hermanos, me dijo: Mir, voy a repartir la tierra entre todos los hermanos. Es cierto que t ganaste el dinero, pero quiero repartirles a todos. Yo estuve de acuerdo. Pero hubo un problema, porque falleci mi mam, y l se consigui otra mejor, y l era muy celoso, y pensaba que yo me meta con la madrastra; pero de verdad, yo la respetaba como si fuera una anciana. Mi pap segua peleando conmigo. Ah fue cuando pens que tengo que salir de la casa. Yo no quiero salir a la fuerza, ahora bien, si usted me dice que tengo que salr, le dije, est bueno, me voy. Quedamos en que bamos a hacer la casa. Buscamos el lugar. Y como yo tena mi pisto, le dije a mi pap: Mire, disculpe, del dinero que tenemos voy a gastar una parte. Y el dinero que le quede, ya es para usted. Fue as como compr madera, lminas, vigas todo lo necesario Hice un terrapln para allanar el terreno En poco ms de una semana, levantamos la casa. Yo tena otro hermano que me ayudaba, Jos Luis, que tambin estaba casado, l se qued con mi pap.
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Desde antes de estar casado, yo ya estaba en el Comit ProMejoramiento; hicimos muchos proyectos: la Escuela, el Agua potable, ganadera, apicultura Yo estaba bien unido a toda la gente, y trabajaba fuerte en los proyectos Y la gente confiaba en m. Haca bien el trabajo, sin importarme el tiempo; por ejemplo, en la construccin de la Escuela estuve como 110 das, para el trabajo del Agua potable, gast como 132 das Y as era todo. Cuando yo qued en el Comit me dijo un anciano, un seor que ya era bien ancianito, ya el seor: Seor, me dijo -aunque yo pens que por qu me deca seor, porque el seor era l-, le agradezco que usted es el guiador del pueblo, es una persona trabajadora, legal y honrado con la gente; y yo le digo, usted tiene que ser como un padre de familia aqu en la comunidad. Gracias, le respond, pero sigui diciendo: Hasta yo le tengo que decir seor, aunque usted es todava un patojo, que Dios le bendiga en su camino, y siga trabajando, as me dijo. Fueron unas palabras que me animaron mucho; me emociona todava cuando recuerdo a don Diego, porque as se llamaba el ancianito, don Diego Lpez, que haba nacido en Totonicapn. Cuando empez el conflicto me record de muchas cosas. Cundo iba a la Costa, siempre iba viendo la actitud de los patronos, la explotacin, la discriminacin Nos aumentaban el trabajo y no suba el salario, o nos quitaban la racin que deba dar a la gente. Por eso que cuando sali la organizacin de la URNG13, ah escuch hablar de estas cosas En los pueblos si haba organizaciones de campesinos, pero no en las aldeas. Yo soy un caminante, viajaba a la capital, iba a Xela Platiqu con el CUC14, por eso que ya conoca yo cul era el problema de los campesinos la situacin de la pobreza en Guatemala. Pero cuando lleg con nosotros el EGP15 de la URNG, entend que haba necesidad de luchar, pero qu podamos hacer? No tenemos la capacidad, as me deca para m. Si se est callado; el EGP, nos dijo que hay que tener cuidado con hablar.
13 14 15

URNG = Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. CUC = Comit de Unidad Campesina. EGP = Ejrcito Guerrillero de los Pobres.

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CONSTRUCCIN DE LA ESCUELA DE XIX


Ya me refera anteriormente que en la aldea no haba Escuela; yo fui el primero en integrar el Comit Pro-Mejoramiento, con la credencial del Alcalde de Chajul, y con eso ya podamos ir con las organizaciones y abrir puertas de ayuda. En el Comit estaba mi cuado Carlos Hidalgo, don Santos Utuy, don Juan Acabal y yo, pero haba ms. Hay veces que uno encuentra personas, empiezas a platicar, y les preguntas por los proyectos, y hubo personas que nos informaron. Fuimos a la Gobernacin de Santa Cruz a solicitar proyectos. Era como si la suerte nos estuviera guiando. Fue muy fcil. Solicitamos los maestros. Hacamos lo que nos mandaban. Llegamos hasta la Capital para visitar el Ministerio de Educacin, all nos mandaron. Logramos que nos enviaran un maestro. Nosotros habamos hecho una escuela de tablas y con techo de paja. Luego compramos un predio de dos cuerdas, hicimos el documento en la Municipalidad, y apareci como que la Municipalidad lo compraba y nos devolvi el dinero. Solicitamos para hacer una escuela grande en el Ministerio de Educacin. Antes de ir a hacer la solicitud, yo tuve como un sueo: Esto tens que decir y cuando me despertaba empezaba a escribir y esto es lo que tienes que decir. As le dije al Alcalde Auxiliar, para que convocara una reunin. Si la gente nos colabora para los pasajes, nos vamos a la Capital a hacer la solicitud en AID; encontramos la ayuda. Hicieron una escuela de tres aulas, con sala de direccin Una escuela que ni siquiera haba en Chajul, de tal calidad. Pero todava no tenamos carretera. Los materiales se quedaban en Xolcuay: piedrn, cemento Solicitamos al prroco la ayuda de alimentos por parte de CRITAS. No tenamos dinero para transportar los materiales Con Mulas fuimos trasladando los materiales, de Xolcuay, a Chonkaj Conseguimos 60 mulas para transportar los materiales, diariamente hacan varios fletes, un viaje tras otro, y se traan los blocks, cemento, piedrn, hierro, lminas Pero fue indispensable la ayuda de los alimentos que nos dio CRITAS.
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Los albailes los mandaron desde la Capital Eran dos, y todos nosotros ayudbamos, con mano de obra. Yo estaba en el Comit. Esa escuela fue destruida por los soldados y los patrulleros, fue una tristeza.

EL AGUA POTABLE PARA LA ALDEA DE XIX


Despus solicitamos el Agua potable. Cuando se construy la Escuela, las mujeres iban a acarrear agua muy lejos, hacan dos o tres viajes al da Pensamos que primero se tena que haber puesto el agua potable, pero empezamos con la Escuela. Antes la gente era muy unida. Yo mismo no me explicaba cmo era que consegua la ayuda. Me fui a Quich Encontramos una institucin que nos ayud. Debi ser por el ao 1974. La Escuela la habamos hecho en 1972. As fue ese tiempo. Termin mi perodo y sal. Pero estaba el catequista Jos Itzep Michicoj, me dijo: Mira Tiburcio, la suerte es tuya, y la suerte de la comunidad es que Dios te mand aqu. Y si t hubieras nacido en otra aldea, a ninguno le hubiera dado tiempo, como t lo das. Quin va a dar ese tiempo! Cmo fue que Dios nos mando a una persona con nosotros, que eres t! Sus palabras me ayudaron mucho. Era cierto, yo trabajaba sin descanso por la comunidad. Se logr el proyecto, buscamos el nacimiento de agua, logramos el permiso del paso del agua, de las tuberas, compramos el predio del tanque El nacimiento estaba en un lugar que le dicen Xecaxibal. El arroyo no era grande, era el nico que haba. Y como yo les dije a la gente, este nacimiento de agua es como cuando Moiss, abri una piedra y vino el agua. Y esa es nuestra agua, y quin encontr el nacimiento Yo llevaba tiempo buscando el agua desde haca aos, y me haba dado cuenta que ese manantial no se secaba ni en los aos en los que el verano era bien largo La gente me escuchaba con atencin. Y yo les hablaba a la gente, que el agua que nos dio Dios es como el agua que encontr Moiss cuando golpe con un garrote la pea Logramos entonces, el agua potable. Antes la gente estaba
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muy separada, haba que poner tubos por todos lados, cientos de metros.

PROYECTO APCOLA
Luego la parroquia inici los proyectos de ganadera y de apicultura. Se trataba de vacas lecheras y de engorde, tambin de ovejas. Pero lo que mejor se logr fue la apicultura. Organizamos un grupo de personas, queramos que fuera toda la gente de la comunidad, pero algunos tenan miedo a los picones de las abejas, les sala mucha temperatura. Estbamos en este proyecto cuando empez el conflicto. Era muy buen proyecto. Tenamos un extractor muy grande, en el que metamos como 30 tablillas de panales de miel. Eso nos daba dinero. Lo que ching fue la guerra.

LOS AOS DEL CONFLICTO


La gente saba que poda haber un cambio; ojal se hubiera logrado! Porque la gente que iba a la Costa estaba convencida de la explotacin Al principio yo pens que tal vez no pasa nada. Al principio los guerrilleros pusieron una mina grande, de gran tamao, en el camino que viene a Chajul. Los vimos pasar con la gran carga. Cuando sentimos explot la mina, que hizo un ruido grande, que llen toda la regin ixil Dicen, no lo vimos, para qu decir que lo vimos, saber cuntas camionadas de ejrcitos murieron. Ah empez la represin contra la gente. El ejrcito pas diciendo a la gente que no se fueran a meter en mierdadas con eso de la guerrilla, que esos son cubanos, ladrones, que vienen a robar terrenos, que vienen a robarles sus mujeres; nosotros somos los que estamos para defender al pueblo de Guatemala Y as, eso era todo lo que deca el ejrcito. Ya tenan destacamentos en Nebaj, Cotzal y Chajul. Cuando fue el pencazo, empez la represin. Un da llegaron por la aldea de Cocop, en Nebaj, y hubo una masacre. Algunos sobrevivientes llegaron a Xix, fueron a mi casa a pedir posada; iban con mucho cuidado a buscar qu comer Tardaron algn tiempo con nosotros. Hubo otra masacre en Pulay, y los
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sobrevivientes, tambin llegaron con nosotros. Cuando ellos llegaron, ya nos dijeron: Tenemos que organizarnos. Tenemos que cuidarnos, porque el ejrcito sigue, tal vez nos quieren venir a terminar aqu. Hay que poner vigilancia, dijeron. Y pusimos vigilancia. Y da y noche vigilbamos para controlar al ejrcito. Esto era nuestro de la poblacin, no era con la guerrilla. Estbamos en esta vigilancia, con bocinas, con cachos de ganado para avisar Una vez me toc a m el turno con otro seor algo anciano. El seor estaba hablando sin pensar, y yo controlando el camino que viene de Chacalt; pusimos tres vigilancias, una por Chajul, otra de Nabaj, otra por si el ejrcito viene de Xolcuay Era una locura. Estaba yo mirando, y vi que el ejrcito vena qu hago? Le dije al seor que avisara a la gente de arriba Yo empec a tocar la vocina La gente escuch la vocina, y se levantaron para escapar a esconderse Haba gente ms tranquila, les dije que se apuraran, que todava daba tiempo, pero ellos no se apresuraban: Est bueno, me dijeron, tal vez el ejrcito no hace nada Yo llegu hasta la Auxiliatura, por donde est hoy la iglesia, y pude ver que el ejrcito estaba entrando a la primera casa de la aldea, a los que pas avisando y no quisieron salir. Rodearon la casa, y como la seora all estaba, su nuera estaba de visita en la casa vi que una mujer se corri, pero la agarraron, la machetearon y la llevaban a rastras, la metieron en la casa y prendieron fuego a la casa La gente gritaba, los patojos, los nios Murieron nueve personas. A otra seora que se corri hacia arriba, tambin la alcanzaron los soldados cuando ya llegaba a casa, estaba embarazada, le abrieron la barriga, le sacaron el beb y lo estrellaron contra un tronco, gritaba la mam del beb, Ay, cmo gritaba! Tambin pude ver que a otra seora le quebraron la cabeza.

LA VIOLENCIA DEL EJRCITO CONTRA LA POBLACIN


Luego fueron a traer a la casa del Alcalde auxiliar, porque no se huy alcalde Auxiliar. Tambin pasaron por la casa del Catequista del seor Jos Itzep Michicoj, segn me informaron, dos hijos s escaparon, pero que su pap estaba rezando en su casa, cuando lleg el ejrcito, y lo mataron en su propia casa y lo balearon. Lo
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mismo hicieron con el Alcalde auxiliar, don Zacaras Hernndez Jurez, lo llevaron a la casa de Jos Itzep y all lo mataron tambin; all mataron en esa casa diez u once personas. Yo trataba de seguir controlando qu haca el ejrcito. No poda correr, para que no me vieran. En eso escuch un disparo, y con ese disparo el ejrcito se junt para regresar a Chajul. Luego vi que iba saliendo una persona, luego otra y despus yo Y fuimos a ver lo que haba pasado, fuimos a ver las casas que se haban quemado Volvimos a poner vigilancia En la primera casa ya no haba gente viva, estaban muertos fuimos a ver la otra casa, para ver si hay gente, vimos la seora a la que le abrieron el vientre y al nio estrellado Otros llegaron diciendo: Jos ya se muri. La gente lloraba, eran gritos Nos empezamos a organizar para enterrar a la gente Los enterramos cerca de la casa, no los llevamos al cementerio, daba miedo a la gente. A Jos Itzep, lo enterramos detrs de la casa. Esta masacre fue el 16 de febrero de 1982. Los que no muy queran salir, entendieron que con el ejrcito no haba perdn. La gente ya saba que el 15 de enero, como un mes antes, el ejrcito haba hecho una masacre en un casero algo separado de Xix, era la familia de Juan Meja, y Miguel Meja y Cristbal Meja con su esposa; y otras personas ixiles Eran unos nueve. Luego es que llegaron con nosotros. Haba un comisionado que se llama Alfonso Molina, con su hermano Enrique Molina y Santiago Molina, que son chiantlecos, ellos pensaban que no les iban a hacer nada. Y cuando en la tercera vez lleg el ejrcito, ellos no salieron; el ejrcito llegaba de vez en cuando y a ellos no les hacan nada, pero tres semanas despus, lleg el ejrcito y los mataron a todos. Era una casa de unas diez personas tambin. Nosotros nos corramos al barranco, bajando por la parte de atrs. All estuvimos escondidos De noche llegaban algunos a buscar el maizito Pero luego prendieron el bosque, y la gente tenamos que caminar por el arroyo, y caminamos hacia la parte de Nebaj, por la parte de Xe'Qootz'. All estuvimos un tiempo, all estuve yo. Y nos preguntbamos:
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Qu vamos a hacer? Qu vamos a hacer? Estbamos los de la aldea Xix, los de la aldea Chonc, los sobrevivientes de las aldeas de Xolcuay y Cocop, la gente de Ro Azul, la gente de Chacalt y La Pista Una vez contamos que ramos 1999 familias, tal vez diez mil personas. Era un gento bajo los cafetales Las mujeres lavaban ropas, y como las tenan que asolear, el helicptero nos detect Nos organizamos Cada comunidad llevaba sus lderes Comits, alcaldas, Directivos de la Accin Catlica, pastores evanglicos Dnde podemos ir? Algunos hablaban de regresar al pueblo, pero cmo, decamos, si ya el ejrcito sabe que nos huimos de la aldea, slo vamos a ir a morir. Otros decan que tenamos que ir a la montaa algo lejos, pero tambin era problema, qu vamos a comer? Otros decan que si nos organizbamos igual encontrbamos paso para llegar hasta Mxico, si no, dnde?

LA POBLACIN SE REFUGIA EN LA MONTAA


La gente acord ir a la montaa y caminar. Quin conoce las aldeas? Les dije que yo s conoca, porque haba viajado por Santa Clara, a Amaq'txe'l, Cab, Xecoyeu Con otro compaero nos fuimos a visitar estas aldeas. Hablamos con los Comits de cada aldea; tardamos cuatro das en las vueltas; regresamos rpido. Y ya estbamos como una hora para llegar a Xe'Qootz', aparece el ejrcito dando vueltas y vueltas, y no podemos caminar, tuvimos que escondernos. Al ratito llegaron dos aviones de guerra y tres helicpteros a dar vueltas, y el avin empez a bombardear La gente se asust mucho, buscando dnde esconderse, y segua el otro avin El peligro no era tanto por las bombas; pero los helicpteros pasaban ametrallando, como una media hora Era terrible. Nosotros estbamos escondidos. Cuando se fueron los aviones, la gente se junt y decidimos salir Eran como las cuatro de la tarde, que cay una neblina bien cerrada Empezamos a caminar con aquella gran columna; yo creo que era como una hora de larga algunas personas llevaban molinos, otros sus chamarritas y ropas, otros haban preparado totoposte, otros pinoles, otros tamalitos y a puro mecapal Los perros los mataron, para que no se fueran con la gente, porque ladraban.
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Llegamos al Sumalito, eran como las nueve de la noche, los ltimos a las diez. Hablamos con la gente que encontramos y preguntamos que nos mostraran por dnde pasar el ro, porque todava viva gente. Hay un lugar donde hay dos pinos, y cortamos uno de un lado y otro del otro; la gente llevaba lazos, y ellos mismos fueron a cortar los rboles Y amarramos los dos rboles con lazos, para que no se separaran los arreglamos lo mejor posible, como un puente Empezamos a pasar el ro a las tres de la maana, y se termin el paso hasta las seis de la maana A las ocho llegaban los helicpteros No tuvimos que lamentar que nadie se muriera Cuando por las tardes caa la neblina, era cuando ms caminbamos, as llegamos a Xe'Qootz', que ya perteneca a Chajul, all llegamos como a las diez de la noche. Descansamos, hay mujeres, hombres, ancianos, enfermos, nios Los lderes tenan la responsabilidad de cuidar nios y ancianos Tambin ponamos a los catequistas a cuidar. Yo platicaba con la gente: Miren, hermanos, les pido el favor, no es mi hijo ni es mi pap, todos vamos juntos caminando como hizo Moiss No se desanimen, vamos! La gente cansaba. A las dos de la maana tenamos que salir para Chel; a esa hora empec a despertarlos a todos Cruzamos por el camino, dejamos para el final una autoridad para borrar la huella Bajamos por un barranco muy difcil al ro Cumil, era puro camino de animales. Cuando llegamos al ro, las mujeres no podan pasar; es profundo y con corriente. Estuve dos horas en el ro ayudando a pasar a las mujeres, los nios Luego me reemplaz otra persona Nos bamos turnando para ayudar a la gente; era difcil pasar a los enfermos. Todos pasamos, ninguno se qued. Llegamos a un casero y subimos a Vi'Sich, seran como las cinco de la tarde. Pero la gente ya no quera caminar El ltimo fue llegando hacia las ocho de la noche. Nos reunimos las autoridades Aqu ya estamos en la montaa, gracias a Dios no nos pas nada. Que la gente descanse hasta las ocho de la maana. Recuerdo a Carlos, que era de Pulay, otro era Alfonso de Cocop, otro era Jacinto, de Ro Azul. En Vi'Sich compraron guineos, caas, gisquiles Cocieron hierbas, a punto de Gisquil, desayunaron, y a las ocho empezamos a caminar No tenemos que dejarnos ver por los helicpteros algunos pedan descansar un da. No, estamos muy cerca de La
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Perla, y ah est el ejrcito. Entramos en la selva, no haba caminos, haba grandes troncos de rboles cados atravesados, y haba que saltarlos Cruzamos dos o tres montaas Hacia las tres de la tarde llegamos a Xe'Sai', un poco por arriba de Chel. Era un casero algo grande, y haba gente. Los que viajbamos, como todava tena pisto, compraron frutas y otras cosas Y yo iba con el pensamiento de que era como Moiss Yo iba con mi esposa (la que despus muri) y dos hijos. Mis paps salieron de Xix, y se quedaron en Xolcuay Yo siempre iba adelante, y llevaba a mi esposa conmigo, y tambin mis hijos. En Xe'Sai' llegamos a descansar cinco das. Pero yo no descans nada. Nos colocamos bajo los cafetales, era clima ms caliente, bajo de nylon para cubrirse un poco. Yo siempre en mi corazn senta una responsabilidad por todos, como que fuera un pap, verdad? Tengo en mi corazn ese nimo de cmo llevar a la gente, iba con esa voluntad. Les hablaba a los lderes: Miren, much, por qu no vamos a ir a hablar a la gente de Santa Clara, o de Amajchel Est bien, me decan. Si usted conoce, vamos Yo tambin estaba cansado. Podemos coordinar que los de Xecoyeu puedan venir a caminar. Uno se anim a ir conmigo a Xecoyeu Quin va a Cab? Me acompaaba Carlos, de Pulay, que era muy animoso. Llegamos a Santa Clara; saludamos: Buenas tardes, disculpen, aqu venimos a pedir un favor. Qu clase de favor ser? Nos preguntaban. Tenemos un mandado y ojal que por su medio puedan atender nuestra necesidad. Aqu venimos por un asunto de que en nuestra comunidad hubo masacres y muertos, y todas las comunidades de Xix, de Choncab, Cocop, La Pista, Pulay, de Ro Azul de todos esos lugares Traemos cantidad de gente. Queremos que por su buena colaboracin, nos puedan recibir una buena cantidad de gente; los ixiles que vengan a Santa Clara los quichs a otra La gente habl entre ellos, nos preguntaron si estuvo dura la cosa donde nosotros, y decan: Peor, si ahora con ustedes, nos van a venir a chingar Bueno, de eso ya no tenemos la culpa, porque nosotros slo venimos a pedir el favor Est bueno nos dijeron. Fue un alguacil a llamar al alcalde de Xecoyeu, que eran ixiles, y los lderes Nos reunimos con ellos, y les pedimos
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el favor. Nos dijeron que iban a consultar a la gente. Les dijimos, tal vez se comprometen a recibir cien o doscientas gentes, porque somos muchos, pero muchos, muchos Nos dijeron: Vamos a hacer nuestra reunin. Y vamos a ir a encontrar la gente hasta all, para traer a los grupos; la gente estuvo de acuerdo para recibir a cuatro o cinco personas en cada casa. Les dijimos que pedan vender un almud de maz (unas cinco libras), algunos tienen dinero, y pueden comprar, o tal vez venden malanga Estaban de acuerdo. As visitamos luego Amaq'txe'l, donde hablamos al alcalde, el comit, los lderes de la iglesia. Hablamos al alcalde: Les pedimos disculpas a ustedes, les hablamos de la gente que llegaba, hay ancianos, nios, hurfanos ojal que por su comprensin pueda venir la gente aqu con ustedes. Y otra vez nos dijeron, tenemos que reunir a la gente. Usted se puede quedar hasta la tarde para ver si la gente est de acuerdo; nos quedamos con ellos. Nos dieron de comer. Citaron a la gente, mandaron llamar a la gente de los caseros. Haba algunos que se rean, y se preguntaban si no eran guerrilleros, algunos no les gustaba, tal vez ellos son culpables. La verdad, les dijimos, ninguno es culpable, quien es culpable es el ejrcito En realidad no somos guerrilleros; s sabemos que hay guerrilleros, porque llegaron a hablar a la comunidad, pero pasamos de largo. Decidieron que s iban a recibir a las personas. Les agradecimos bastante; si los que tienen maz, lo pueden vender, y as pueden ayudar. Aceptaron que llegramos. Decan: Gracias a Dios que nuestra gente comprendi, que s van a recibir a la gente; y cuando lleguen, veremos cmo les vamos a dar comida. A nosotros nos llevaron boxbol, caa Les dijimos: La capa nos va para seguir camino, maana, para ir a Cab. Era un camino tremendo; el alcalde nombr un gua para llevarnos, porque era un sendero por el que costaba mucho caminar. Llegamos, hablamos al alcalde, y mand que la gente se reuniera a las cinco de la tarde. Eran Ixiles. Mandaron tambin venir a los de los caseros. Yo les hablaba en ixil Les pedimos que llegaran las personas de las aldeas y caseros, para ver cunta gente puede venir Decidieron venirse con nosotros a Xe'Sai'

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NUESTRAS FAMILIAS SE DISTRIBUYEN POR LA SIERRA DE CHAJUL


Dividimos las familias entre cuatro pueblos grandes, luego se repartan entre las aldeas y caseros segn la capacidad que tuvieran. De cada aldea llegaban dos personas para conducir a las familias que se iban a quedar en la comunidad. Por ejemplo, a Amajchel, se fueron unas 1,500 personas, lo mismo a Cab; en Nuevo Punto, por Amajchel, se fueron unas cincuenta familias Al final, cuando ya se repartieron entre todos, todava nos quedaban cien familias por distribuir. Dnde van a ir a estas familias? Suplicamos todava a los de Santa Clara; stos nos guiaron hasta San Juan Ixcn, les hablamos de que tenamos todava muchas familias sin posibilidad de quedarse; sta era una aldea de ixiles y quichs; algunos me conocan. Cuando llegu a San Juan Ixcn habl con las autoridades, los lderes, y les dije: Les ped por favor. Disculpen, les pido una gran disculpa a ustedes, porque les venimos a molestar, y que por su buena comprensin nos puedan ayudar. Nosotros venimos de Chajul, nos salimos por la represin y la masacre que hubo, donde murieron mujeres, nios hombres, y les cont cmo quedaron Y les expliqu que ya se haba llenado Amajchel, Cab, Santa Clara Les expliqu despacio. Nos sobr mucha gente, y que por su buena comprensin nos puedan ayudar para que viva aqu la gente; no sabemos por cunto tiempo ser, porque no sabemos hasta cundo va a seguir la guerra No lo sabemos, ojal nos puedan comprender. Me preguntaron: Pero si viene el ejrcito aqu, cmo vamos a hacer? Pues eso lo veremos, les dije Me dijeron: Vaya a traer a la gente. Yo les supliqu: Disculpen, ya no aguanto a caminar, tal vez por sus propios medios pueden ir dos seores para ir a recogerlos Yo tena que regresar, pero no aguantaba para encaminarlos. Yo me regres con ellos Y es que tenamos muchos problemas, eran tantas las necesidades de la gente: dnde cocer la comida, dnde cocer nixtamal Ah se me cerr la mente, qu voy a hacer con la gente? Cuando llegamos a Xezai, les habl a las personas, porque por
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el camino habamos hablado con los seores de San Juan de todas estas necesidades. Yo habl con la gente que se iban a trasladar all, y les dije: Presten cosas a la gente, no arruinen sus cosas, prstenles un comal, una silla, aunque sea vieja. Pero que no se enojen, que no se disgusten Porque aqu estamos en otro lugar; aqu la santa tierra es diferente, estamos en otro lugar, hay lugares con gente delicada, otros son como nosotros, pero no podemos molestar a la gente. Les segu insistiendo: todos nosotros somos campesinos creo que algunos de ustedes saben hacer ollas, o un comal. Miren, aqu hay tierra, la pueden cribar y hacer lo necesario Haba personas que saban hacer estas cosas: Hicieron comales As entre ellos se ayudaban; ellos pudieron ver que la gente es capaz. As fueron entendiendo la gente se dio cuenta de que es capaz, porque no todo hay que ir a comprarlo al mercado; aqu no hay mercado; a la hora de enfrentar los problemas, yo les hablaban y ellos iban haciendo lo que les deca, y acordbamos. Lo mismo pas con la ropa de la gente, se iba terminando, desgastando, se rompan sus ropas; y qu vamos a hacer con la ropa de la gente? Lo mismo para las siembras, dnde vamos a sembrar? Y yo les deca: Es cierto, algunos de ustedes tal vez tenan tierra para sembrar diez cuerdas, pero ahora tal vez nos bastan con dos cuerdas, con lo que tienen el alcance de sembrar, si tienen semilla. Prestemos terrenos, un pedazo aqu, otro all Siembren malanga, siembren chile, siembren tomate, siembren yuca, siembren camote dulce Aqu la tierra da de todo, lo que se necesita es pensar y trabajar. Algunos se rean y no acertaban qu hacer. Otros se enojaban. Volva a insistir: disculpen, no soy yo el culpable, ustedes vieron quin es el culpable Yo slo les estoy haciendo el favor. Porque en realidad, me criticaban. Al fin la gente se convenci y fueron a comprar semilla. Pidan a los seores la semilla de malanga Al fin la gente se convenci, no esperen a maana para sembrar; siembren hoy mismo: Gisquil El camote dulce a los tres meses da fruto As tienen que hacer, no esperen La hierba santa Catarina, aqu es la tierra de esa verdura Y la gente se organiz y empezaron a trabajar. Me llamaron de Xecoyeu, de Santa Clara Y voy aconsejando a la gente. Me vieron como una persona sencilla y que dej a mi familia, que estaba en Santa Clara, y como dice el
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Seor, el que trabaja tiene derecho a su tortilla; siempre me daban de comer en las comunidades La gente sufri mucho, porque algunos encontraban qu comer y otros no As empezaron a comer todo tipo de hierbas. Hubo un momento que se termin el maz La gente que nos recibi se port muy bien con nosotros. Despus sembraron maz, dos cosechas se dieron bien Pero en la tercera el ejrcito entr, y destruy nuestras milpas, las cosechas, no pudimos recoger maz. El ejrcito puso destacamento en todos los pueblos: Uno en Santa Clara, otro en Amajchel, otro en Cab, otro en Xecoyeu, otro en Santa Clara, camino de Chel. Ah la represin fue para todos igual, para los que estaban antes y para nosotros que llegamos despus. Cuando lleg el ejrcito cortaron los cultivos de malanga, cortaron la milpa, cortaron la caa, los gisquilares, cortaron la milpa, cortaron los guineyales Y estuvo buena la idea que les di: siembren aqu un pedazo, otro all, otro en el otro lado donde encuentre terrenos libres aunque sea a una hora o media hora de camino. Porque si el ejrcito encuentra una siembra, tenemos otra siembra en otro lado, y as, se fueron haciendo siembras por todos los terrenos donde se pudo. Aunque sea con un chilito en la boca, pero vamos calientes, quitamos algo el hambre Yo pude ver el valor y la esperanza de la ayuda que Dios me daba; y pareca que las cosas se iban sucediendo como si yo fuera una gente estudiada, pero yo no tengo ningn estudio Yo fui guiando y animando a la gente. Alguno me deca que era como un Moiss cuando haba problemas la gente me llamaba. Yo no tena preparacin, pero si haba problemas, llegaba e iba solucionando los problemas, para que no hubiera conflicto ni pleitos.

RESISTIENDO EN LA MONTAA
De dnde sacaba tanta resistencia? La sacaba de la Biblia; el nimo me vena de mi fe; he ledo algo la Biblia, un poco, porque no tengo tanta capacidad.
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Yo recuerdo cuando mataron al P. Jos Mara Gran, en 198016, el ejrcito ya estaba en Juil, en Chacalt Quedamos muy tristes El ejrcito se empez a regar por los caminos Yo iba a comerciar Tambin a m me atacaron, y me acusaron: Vos ests pasando comida a tus padres, los guerrilleros No, yo voy directo con mis dos mulas a La Perla. Tena una mula bien brava, haba tener cuidado con ella Y les advert a los soldados Yo la cargaba bien de productos Llevaba cervezas, y los soldados queran sus cervezas, pero la mula no se detena, y me decan: Detenga el animal Pero era tan arisca, que no se dejaba; daba vueltas cuando la atacaban, y casi golpea a un soldado, daba coces en todas las direcciones, y sigue corriendo el camino, y yo segua por el camino, no me detena Y les gritaba: No vayan a atacar las mulas Ese animal no es gente, ustedes entienden, tienen odo? No son como las personas. Me insultaron, no les contest Al fin me fui, me dejaron en paz. Esto suceda antes, cuando comerciaba con Chel, con La Perla Cuando regresaba, la misma cosa, tal vez ya no eran los mismos soldados As tena que pasar los destacamentos, con la ayuda de Dios, yo le deca: Dios mo, aydame -le deca al seor-, dale fuerza a este animal, porque slo con este animal puedo pasar Cuando llegu a Chacalt, la misma cosa La mula se tiraba a morder a los soldados, y les deca: Dejen pasar al animal, ese animal no es gente. Pero ya me empez a dar miedo. En eso escuchamos que mataron al Padre Gran, me dio miedo, ya no me atrev a seguir comerciando; adis negocio Trabajaba en mi aldea. Cuando el Padre se muri ya era mucho ms terrible. Yo ya no quera salir de casa. Mi esposa todava iba a Chajul, y los soldados le preguntaban: Dnde est tu esposo? En Chel. Cundo va a venir. No s! Responda mi esposa No me animaba ni a ir a las reuniones, despus es cuando vino la primera masacre en 1982.
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LADA CAMBLOR, P. Jess, MSC, DIERON SU VIDA. Guatemala 2003 (Edicin del CAM2 - COMLA7). En este libro encontramos las semblanzas biogrficas de los tres Misioneros del Sagrado Corazn asesinados en Quich: El P. Jos Mara Gran fue asesinado el 4 de junio de 1980, junto a su sacristn, Domingo del Barrio Batz, en Chajul; el P. Faustino Villanueva, fue asesinado en la casa parroquial de Joyabaj el 10 de julio de 1980 y, el P. Juan Alonso Fernndez, fue asesinado en Cunn, el 15 de febrero de 1981.

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Yo haba hablado con los Padres y les pregunt: qu vamos a hacer, Padres? Ser que vamos a seguir reunindonos en la Iglesia para celebrar la Palabra de Dios? Es que ahora est muy peligroso. Nos respondieron: Ha llegado el momento en que cada uno en su corazn tiene que orar a Dios, si ustedes estn firmes, si tienen fe, Dios les ayudar. As me dijo uno de los Padres Pero la situacin en Santa Clara, donde llegamos era muy distinta. Ya no haba sacerdote.

LA VIDA EN LAS CPR DE LA SIERRA


Estando en Santa Clara decidimos poner vigilancia por si llegaba el ejrcito. As sucedi. Y tuvimos que meternos en la montaa, con pocas cosas El ejrcito se apoder de Santa Clara, donde estuvieron cinco meses. Nosotros nos retiramos a lo ms profundo de la montaa y tuvimos que redoblar vigilancia; los de Santa Clara no fuimos hacia el norte, hacia Ixcn Nos fuimos a un bordo delante de Santa clara, y creo que en ese bordo Dios nos dej ese lugarcito, porque el ejrcito no se atrevi a entrar ah. Es un cerro que avisa, avisa cuando viene el ejrcito, es un cerro que avisa cuando llueve, es un cerro que nos ayud para protegernos. El ejrcito nunca logr entrar Haba una comunidad all, le llambamos el Cerro de Vi'San Juan, es decir, arriba de San Juan. En esa montaa tal vez tardamos unos seis meses. Estbamos bajo los grandes rboles de la montaa: Chicharro, Caoba, Chilacayotes -que era un rbol grande, muy grande-, otros rboles eran de nonas, as les deca la gente all. Yo llegaba un poco desnutrido y se nos termin la comida, porque el ejrcito la destruy. Y pensamos ir a la Finca Covadonga, delante de Ilm, ms all de Chel, era una finca de Pancho Tello, haba otro seor tambin de apellido Tello. Nos vamos dijeron algunos compaeros. Como necesitbamos caa, nos pusimos en camino, sin pensar qu poda pasar en el camino. Yo iba adelante, caminando Y en eso me di cuenta de una huella en el lodo, y quise darme cuenta bien de quin poda ser y confirmar si era del
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ejrcito Y en esto estaba, cuando un soldado me agarr del cuello, y me tir al suelo.

ME CAPTURA EL EJRCITO Viacrucis de torturas


Yo di un gran grito. No grits, hijo de puta Pero ya me tenan en el suelo. Cuando los otros dos compaeros escucharon mi grito, se regresaron y pudieron huir. Si no me hubiera adelantado un poco, tal vez nos hubieran agarrado a los tres, o no, quin sabe! La gente estaba en Vi San Juan, y los dos compaeros regresaron a dar aviso; la gente se asust, me dijeron despus, porque yo era muy conocido. Tal vez pensaron que yo iba a regresar con el ejrcito para mostrar dnde estaba la comunidad Pero no, mi pensamiento fue que tena que aguantar el dolor de las torturas. Me amarraron por el cuello con un lazo, me amarraron los brazos las piernas, y as me iban amarrado; yo iba caminando. Un pelotn del ejrcito iba adelante y otro atrs, y yo en el medio En eso se escuch un disparo contra ellos. Gritaron: Hijo de la gran p Aqu est la guerrilla, much Y se organizaron, slo se quedaron algunos. Pero no encontraron nada. Llegamos a Santa Clara, pero ya ellos la haban quemado; al llegar all, un oficial, que era un hombre negro, felicit al Subteniente: Te felicito, ahora te asciendo otro grado; hoy ya eres teniente La felicitacin era por mi captura. Me dijeron: Sentte aqu Al rato viene el negro, el oficial: Vos guerrillero, por qu vinieron aqu? Ustedes son los que estn matando a los soldados del ejrcito! No le respond. Yo soy campesino, soy agricultor Respondi: Ni mierda todos los que estn aqu son guerrilleros, cuntos soldados has matado? Me dijo. Nada, seor. Yo no soy guerrillero, ni tengo arma. Nosotros nos corrimos por la masacre que el ejrcito hizo en la aldea, y nosotros nos vinimos aqu en las montaas, a defender la vida, pero ustedes nos siguen persiguiendo. De dnde ss? Me preguntaron. Soy de la Aldea de Xix. Verdad..? Ustedes son la guerrilla. Vos sos el mejor comandante Cmo te llams?
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Como nos habamos organizado en la comunidad con nuevos nombres, me preguntaron: Vos sos el Daniel? Y como mi nombre era Daniel. Pues es cierto, pues ese mi nombre; pero tu nombre legal cul es? Ya tenan mi nombre en la lista; tal vez alguna persona me haba acusado Vos sos el mejor comandante, Vos sos el que est engaando a la gente, vos sos el que ests a favor de que muera la gente!, por qu engaaste a la gente? La gente debe entrar al pueblo, por qu no iban a entrar al pueblo si no tenan delito. Nosotros no tenemos delito, yo no tengo delito, respond. Nosotros salimos por la culpa del ejrcito que hizo la masacre en la aldea, eso nos dio miedo, y sabamos que al llegar al pueblo nos matan; y nosotros tenemos que buscar la forma de salvar la vida, y por eso es que nos escondemos bajo las montaas, para no dejarnos matar por el ejrcito Entonces el oficial sigui con sus palabrotas, malas palabras me deca: Vos sos el principal comandante aqu, vos sabs un montn de cosas T fuiste a matar al ejrcito a Xexmoxn. No le respond, no soy guerrillero, no soy nada, no soy militar. Es mentira, sabemos que vos fuiste a poner la mina en el camino, fabricas armas y tens el buzn de Claymore No, nada de eso. Yo soy directamente campesino, soy agricultor. Cmo no! Seguan insistiendo. Vos sos el principal comandante, d la verdad, verdad que vos ests participando con la guerrilla? Dec la verdad, y si no quers decir la verdad aqu est tu palo Yo no s nada. Yo no les puedo mentir, en realidad yo hablo la verdad, qu saco yo con decirles mentira. Ustedes son autoridad. Yo no les puedo mentir. Insistan: Si no quers decir, aqu te vamos a dar No s nada, nada. No hay nada que decirles Trajeron el lazo, me amarraron por el cuello, y me colgaron de un rbol. No sent cuntos minutos me tuvieron. Cuando d cuenta, ya estaba en el suelo, y ya no miraba bien, slo miraba luces de distintos colores Despus ya me pude incorporar algo, y levant la cabeza; cuando vieron que levant la cabeza, enseguida me vieron, y me dijeron:
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Qu tal, est sabroso? Gracias, les dije; esta es la democracia de la que hablan, esta es la amnista que ustedes dicen, aqu dicen que hay libertad? Com mierda, esto es porque no quers decir la verdad. Yo le estoy hablando la verdad Al que dice la verdad, nosotros no le vamos a hacer nada. Pues yo le estoy diciendo la verdad, no les estoy mintiendo, les dije. Dejte de mierdas, me dicen: Dnde tens los buzones, dnde tens las armas? Nos tens que mostrar dnde estn, porque sabemos que vos sos el que tens guardados todos los armamentos Dnde los tens? Yo no tengo nada. No quers hablar? Seor, yo no soy loco para decir mentiras, yo hablo la verdad, no soy patojo para decirles mentira. Entonces no quers decir? Nada, no s nada. Vas a hablar o no? Seores, -respond-, si me van a matar, mtenme de una vez. Yo no puedo mentir. Quers morir? As ser, porque ustedes no respetan lo que les estoy diciendo. Dec, la verdad, cabrn!
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Pero seor, no tengo qu decirles, no les puedo mentir. En ese momento, me amarraron la boca, y con un costal me torcieron la cara hacia atrs, y estaba amarrado as en arco, de pies y manos con la cabeza hacia atrs Tenan encendido un gran fuegn quemando las casas Yo quera gritar, pero no poda, casi no poda respirar Me quemaron en la frente con un tizn cerr los ojos fuerte, pero me quemaron las cejas Pero luego me quemaron en el vientre, metieron el tizn en los testculos, y quebraron la punta del tizn en mis miembros. Era un gran dolor; quemaron mis espaldas Luego me soltaron el amarre de la boca, me soltaron las manos Tena el intestino fuera, y poco a poco fui metiendo el intestino en mi vientre Me qued con las manos tapando el intestino Como me vieron hacer eso, me dijeron: Est sabroso, verdad? Gracias, les respond, gracias. Ustedes hablan tanto por las avionetas, por el helicptero, cuando pasaban diciendo a la gente, que ustedes hacen bien a la gente, y ahora qu estoy pasando? No es verdad, no es legal lo que estn hablando. T eres cuerudo, por eso no colabors Yo soy pobre, no les puedo colaborar con dinero No te estoy pidiendo dinero Tens que colaborar y decir la verdad, dnde est, y as terminar con la guerrilla. Yo no puedo decir si la guerrilla se va a terminar, no s qu cantidad de gente tienen ellos. Dejate de mierdas, si sentiste sabroso, entonces tens que decir la verdad Y si no vas a sufrir ms Bueno, si ustedes me quieren matar, entonces pguenme un tiro Ah, quers un tiro!
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Bueno, si ustedes me estn torturando, porqu no me pegan un tiro. Te vamos a preguntar, pero si no quers hablar, s vas a aprovechar el tiro Si me matan, est bien. Les agradezco Eso es lo que ustedes hacen, as ser el cumplimiento que ustedes hacen, ustedes matan a la gente, y por eso la gente no tiene confianza de entregarse al ejrcito, porque la gente sabe cul es la actitud de ustedes Dejte de mierdas, y vas a responder!: Dnde est el campamento de la guerrilla, por qu lugar, nos vas a ir a mostrar, nos vas a guiar, para capturar a esos cabrones, si o no? No s yo a qu se refieren ustedes. Esos son tus padres, cada da andas con ellos, y no los conoces. No quers decir? Entonces otro soldado me pregunt: Ahora s tens que decir dnde est la poblacin, ahora s sabes dnde est la poblacin, porque la estamos buscando y no la encontramos, pero t si sabes, y nos vas a mostrar el camino por dnde se va. Miren les dije, yo: Yo no puedo mostrar a mi gente, no soy judas ni soy vendepatria Si ustedes me van a torturar, o me van a matar, slo a m me van a matar, pero no a la gente Qu saco yo con ir a mostrar a mi gente? Para eso estn ustedes, si los encuentran es cosa de ustedes. Yo no puedo mostrarles dnde est mi gente. Ajaa cabroncito verdad que ests bien entrenado por tus padres, los guerrilleros hijos de puta! Pues en verdad, yo no soy vendepatria por lograr que no me maten, yo no voy a ir a mostrar... Si ustedes me van a matar, es mejor que yo me muera y no decir nada. No puedo decir nada!
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Te vamos a examinar para ver si conocs o no conocs la guerrilla. Si me examinan, vern que yo no tengo dos corazones, ni dos espritus, no... Yo con mi boca estoy hablando con la fuerza de mi espritu: Yo no tengo dos clases de sangre, una a favor y otra en contra de m, una sola sangre tengo. Y tengo un solo cuerpo, y aunque me examinen, vern que mi cuerpo no est en contra de mi espritu. Yo estoy hablando con mi cuerpo, con mi sangre y con mi espritu. As es como hablo yo. Y si ustedes me quieren examinar, estoy de acuerdo, ah se ver si soy mentiroso Ajaaa cabrn, ests bien preparado por tus padres los guerrilleros! -As me dijeron-. No quers ir a mostrarnos. No s nada de lo que me estn preguntando, nada, nada No quers hablar, ah? Si hubiera sabido, tal vez les voy a decir si s o no, pero como no s. Y qu les voy a mostrar? Y si voy a ir a la montaa delante de ustedes y no encontramos nada, me van a decir que soy mentiroso y de todas maneras me van a matar. Ajaaa si no quers decir dnde est la poblacin decinos quines son los comandantes que andan all! No s, ni he visto si hay gente que es comandante, no lo s. Bien sabs, hijo de puta, si cada poco tienen reunin con ellos, no quers decir nada? Nada, seor, -le dije-. No quieres decir nada, pues? Nada, porque no s.
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En eso se fue a traer un palo, tal vez como de una vara de largo, algo grueso Vino con el palo, y me peg un golpe en la boca, quise darme vuelta, pero me alcanz Sent un gran dolor, porque tienen ms fuerza que un caballo tienen unos brazos ms gruesos que los muslos de mis piernas. Con el dolor me ca al suelo. Me levantaron, me pegaron nuevamente por el otro lado de la boca, y otro golpe, con el que me quebraron los huesos de la cara, sent un gran dolor en el odo Y otra vez ca al suelo Y no record nada ms Slo pude recordar despus, que cuando me golpearon eran como las nueve de la maana, y cuando recuper el conocimiento tal vez eran ms de las cinco de la tarde. Me qued todo el da muerto Por la boca segua sangrando, amarrados los pies me d cuenta que me haban quebrado las muelas Mis intestinos se salan En eso levant la cabeza Cuando me vieron, me gritaron: Qu tal? Est sabroso, verdad? Por baboso te pasa esto Gracias, les respond. Gracias! Esto es ahora veo cmo ustedes engaan a la poblacin con todo lo que ustedes les dicen con lo de amnista Me qued tirado Ya no me pegaron. Segu tratando de meter el intestino con mis manos Mi cara ya no era cara de gente Estaba herido, chamuscado, quebrado, las muelas quebradas, tres costillas quebradas, rompieron el hueso de mi rodilla No me poda levantar Como a las seis, me arrastraron, como si fuera un perro muerto, y me fueron a tirar a un llanito, y ah estuve toda la noche. El centinela, el soldado que me cuidaba, estaba conmigo y empez a llover, una llovizna algo fuerte Tena miedo a las hormigas que se subieran al estmago, pero no. Pero s tena un gran dolor de todo mi cuerpo Qu voy a hacer? Me deca yo dentro de mi corazn A media noche cambiaron al centinela. Y el otro soldado me dijo: Vos, qu te pas? Ests bien golpeado! Tens fri? Me pregunt. S, le dije. Y fue a cortar unas hojas grandes, y las coloc encima
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de m. Luego junt fuego Me calent un poco la espalda, primero de un lado y luego por el otro lado

ME TRASLADAN A NEBAJ
Gracias, le dije quera darme vuelta, pero no poda. Amaneci el siguiente da, y segua all tirado. Como a las ocho de la maana baj un helicptero y me fueron a traer, me soltaron los amarres Me vistieron con un pantaln verde olivo, igual la camisa, y una gorra del mismo color. Y me colocaron un cinturn, y me subieron en el helicptero, que lleg hasta Nebaj, aterriz donde est la terminal ahora, antes no haba nada ah. La gente estaba all amontonada mucha gente. Me bajaron del helicptero me mostraron a la gente, qua estaba alrededor, y empezaron a decirles: Aqu est un guerrillero que hemos capturado Si ustedes se quieren organizar con la guerrilla, as le va a pasar, como a este guerrillero. La mayora de la gente estaba en silencio mirando; algunos se rean Yo tambin los miraba miraba sus rostros tristes Y segua el oficial hablando. Si alguno quiere ser guerrillero, as les vamos a hacer, les deca. De nuevo me subieron al helicptero y me trasladaron a Santa Cruz del Quich. Pero al parecer, los guerrilleros haban detectado al helicptero, cerca del Boquern, y empezaron a disparar; el helicptero empez a hacer un ruido tremendo, echaba humo, y empez a bajar, a bajar y lleg a un rastrojo Me sacaron del aparato de un empujn, pero en realidad no sent nada Me metieron a un carro Era cerca de Sacapulas. Camos por Parrastut, entre Ro Blanco y Sacapulas. El helicptero agarr fuego y se quem. Me llevaron, y uno de los del ejrcito me pregunt si haba comido algo En realidad no entenda qu me estaban preguntando, o por qu me preguntaban. Les dije que no haba comido nada Ah bueno, aqu hay buena comida!
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Vi que me llevaban a la casa del Convento de Sacapulas, y me metieron en un cuarto. En el convento slo haba soldados. Ya no estaba el sacerdote que es prroco De nuevo me amarraron las manos por la espalda, y me colgaron de una viga. Me levantaron y qued en el aire, y me retorcieron el hombro, y se volte completamente, con un gran dolor. Dentro de m pensaba: Qu voy a hacer? No hay para dnde. Llegaron cuatro soldados, y empezaron a gritarme: Sos guerrillero, cabrn! Y empezaron a pegarme por todos lados a puetazos y a patadas, uno detrs del otro qu se yo cunto tiempo me golpearon as Todo esto debi ser por el 16 de noviembre, cuando me capturaron, de aquel ao de 1983. El da 18, por la maana, casi ciego, sin capacidad para poder escuchar, mis manos quedaron tiesas, y lo mismo mis piernas Al bajarme de la viga, senta un dolor tremendo en los huesos Sent que fueron moviendo mis brazos hasta que llegaron a su lugar Porque ellos se daban cuenta que no poda mover ni mis brazos ni mis piernas Cuando vieron que ya poda moverme, entre dos me sacaron a la calle, y haba un carro, y me metieron al carro. Eran soldados. Tenan sus dos galiles (fusiles).

TRASLADADO A SANTA CRUZ DEL QUICH


Pensaba yo: Dios sabe dnde me llevarn, donde ir a morir. Y s muero, ojal que Dios me recoja! Este era mi pensamiento. Al llegar a Quich me presentaron ante el Capitn. Este orden que me encerraran en un cuarto en el destacamento que est en el centro, detrs de la Gobernacin, debajo de la torre que est all. Poco a poco empec a darme cuenta que aquel cuarto estaba lleno de manchas de sangre, por las paredes, por el piso lleno Pero en el piso se notaba la cantidad de sangre, los pies se juntan en la sangre Muchos caites de correas, cinchos ropa, un gran montn, como de dos metros de altura Yo pens que tal vez
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mataron all mucha gente. Como haba dos tubos, la mano derecha me la dejaron amarrada con chacha (una especie de esposas que llevan los policas) a uno de los tubos, y como me haban dicho que me sentara, me sent en el suelo, sobre la pura sangre, me amarraron un pie al otro tubo. Haba un poco de luz, y se poda ver toda aquella sangre, la tocaba con la otra mano Haba un olor terrible. Empec a rezar: Dios mo, aqu voy a terminar la vida. Aqu tengo que venir. Dios mo y Seor mo, aydame. Si es que soy un gran pecador que ya no hay disculpa para m, Padre aydame. Ser que ya lleg mi momento, o tal vez tengo vida todava, no lo s. Pero mustrales a estas gentes el milagro. Y perdnales y perdname si soy un pecador. Estaba tremendamente triste. Empec a llorar. Segua haciendo oracin Luego me llevaron a otro saln, que creo estaba como debajo de la torre. Eran como las seis de la tarde. En la sala haba una mesa grande, redonda, donde estaba sentado el capitn. Tambin a m me sentaron en una buena silla. Pude observar, que el cuaderno que yo llevaba en la mochila, que me haban quitado, estaba sobre la mesa. En l yo tena las listas de la poblacin. Y empez a entrevistarme: Ahorita te vamos a hacer unas preguntas, tal vez t ya declaraste con el teniente que te golpe; qu mala gente ese hombre Verdad? Cmo te da tanto. Es que vos tens la culpa, no dijiste nada, no quisiste colaborar con el ejrcito. Ahorita no te vamos a pegar, no te vamos a hacer nada, pero tens que tener que decir la verdad, tal vez records ahora otras cosas, dec la verdad Nada, le respond. El ejrcito me pregunt, y le dije que no s nada, no puedo decir cosas que son mentiras. Tienes que colaborar, ahora ests vivo, tienes que colaborar. As que tienes que decir la verdad. Y qu quieren que les diga?
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Dec la verdad, de dnde est la guerrilla, las armas, el buzn, de dnde vienes Seores, yo ya les dije que no s nada de la guerrilla. De lo que yo les puedo hablar es de mi machete, de mi azadn, de mi balanza. Yo les puedo hablar de mi negocio, soy comerciante, porque ando vendiendo en las aldeas. De armas no s nada. Cmo no Ustedes se metieron con la guerrilla y vos colaboraste con la guerrilla y ahora no quieres colaborar con nosotros Seores: No tengo dinero para colaborar con ustedes, no soy rico, no soy patrn para colaborar. Entonces no quers colaborar En realidad, ya me golpearon, qu ms quieren hacer? Si ustedes me quieren matar, mtenme. Tengo que morir. Pero si me matan, deben saber que algn da tambin tendrn que morir ustedes. Yo estaba sin miedo. Y yo senta una gran confianza, porque sent como que Dios me habl: Tiburcio, ests aqu, aprovecha para que hables, y no tengas miedo, porque yo soy el que te ayudo, yo soy el que hablo, y no vos. Esto lo sent cuando estaba en medio de la sangre y me llevaron a declarar. Gracias, Padre, le respond al Seor. Y como estaba en la tristeza, mejor me dije, no voy a llorar, y me puse duro para estar delante de esas gentes; y as fue como le ped a Dios que no me permitiera llorar delante de ellos: Dios mo, aydame, y si Usted me regala la vida, gracias, Padre, aydame. Y perdona lo que esta gente me est haciendo, por qu estn haciendo esas cosas... Mustrales que t eres el Padre Dios, mustrales el milagro. Con la oracin, senta ms fuerza, como si Dios me estuviera hablando: No tengas miedo, Tiburcio, en contestar las cosas que te pregunten. No tengas miedo, aqu estoy. As fue como sent que Dios me hablaba en mi corazn. Cuando me sent, sent un calor bien fuerte, y un gran valor, cuando estaban all frente a todos los soldados del ejrcito.
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Miren seores, les dije: Ustedes nos estn persiguiendo, torturando, hacen masacres contra nuestro pueblo, qu delito tiene esa gente? Qu delito tenemos nosotros, los campesinos, los pobres? Nosotros no hemos hecho nada al ejrcito Acaso un nio recin nacido, que cae preso tiene un arma? Acaso una seora embarazada tiene arma? Acaso un anciano tiene arma? Nada de eso. Y ustedes s masacraron a esa gente inocente. Les digo la verdad: Nosotros los campesinos trabajamos en las costas, por el bien de los ricos, por el bien del ejrcito. Sabemos que en las Costas los dueos tambin son los del ejrcito. Y nosotros estamos luchando para trabajar y ganar un poco ms. Qu somos nosotros para ustedes. Ustedes tienen buena casa, viven en buena casa. Ustedes tienen grandes aviones y helicpteros, andan alegres; y tienen carro donde se pasean. Y los pobres y los campesinos sufriendo, qu es eso? Acaso ustedes no son hijos de Dios? Ustedes son hijos de Dios y nosotros los pobres somos hijos de Dios, Dios nos cre igual, pero ustedes ya no respetan el derecho de los pobres. Tal vez ustedes miran mejor a un perro que a los pobres. Qu somos para ustedes? No agradecen que a cuenta de los pobres estn viviendo bien, estn comiendo bien, andan bien, tienen buenos carros a cuenta del sudor de los pobres, que estn trabajando en las Costas cortando algodn, caa, caf y hasta en las fbricas. Este fue el calor que me dio Dios en ese momento. Y segu: Ustedes tienen un cuerpo, yo tengo un cuerpo, ustedes tienen una sangre y yo tengo una sangre, ustedes tienen un espritu y yo tengo un espritu, usted tiene los cinco sentidos y yo tengo los cinco sentidos; pero lo que pasa es que ustedes han violado nuestros derechos, nos han quitado el derecho del estudio As les deca. Ustedes no respetaron lo que dios nos ha dejado para que nos podamos mirar como hermanos, para que nos miremos como un solo cuerpo, como un solo espritu. Ustedes slo miran para ver hasta dnde pueden ensanchar su riqueza, y eso no es justo. Y les digo la verdad: Sobre todo lo que ustedes me estn preguntando, esta respuesta que no les doy. Sent una gran fuerza para hablarles. Haba mucha gente, todos
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soldados, dentro de la sala. Yo en medio sentado en la mesa. No s si eran coroneles, tenientes, sargentos Ajaaa Estas bien entrenado, cabroncito! Te vamos a examinar As empezaron, por una segunda vez. Y volv a repetirles: Les quiero decir que yo no tengo dos corazones, ni dos clases de cuerpo para creer que uno est en contra y otro a favor de lo que digo. Yo estoy hablando con el mismo cuerpo, estoy hablando con la misma sangre, quin es el que es mentiroso? Ser que es mi cuerpo o es mi sangre? Y si me van a examinar, les dije, ah van a saber que yo no soy mentira. Ests de acuerdo que te examinemos? Me preguntaron Estoy de acuerdo, y as se ver quin dice la verdad, si el aparato o yo Se quedaron callados Se hizo un gran silencio entre ellos, estaban escuchando Al rato el que preguntaba volvi a repetir: Ajaaa! Me dijo, parece que t eres el mejor de los jefes guerrilleros No te vamos a hacer nada, pero dec la verdad, queremos que nos ayudes. Miren, seores: soy pobre, no tengo con qu ayudarles, no tengo dinero Ajaaa! Cabroncito, con razn te golpearon porque no has querido colaborar Ni a t comunidad nos quers ir a mostrar? Nada, les respond. No soy judas, ni vendepatria. No es porque tenga miedo de morir. Si me muero, me muero yo solo, pero menos el pueblo. Observ que se miraban entre ellos comentando alguna cosa El capitn estaba en el centro. As que no sabs nada, no quers decir que ests metido con tus
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padres -refirindose a los guerrilleros- Pero te vamos a hacer una ltima pregunta. Aqu hay unos mapas y vas a mostrar En eso lleg uno, que tal vez era de la G2, y me puso un pual sobre la garganta, pero apretaba bastante. Pero yo no grit; no me mov, tampoco poda hablar, esperaba para ver qu queran En eso escuch, que uno de los soldados, de los que estaba sentado en la mesa grit: Este hombre tiene vida..! S respondieron todos. El capitn me mir: Cabroncito, tens suerte, ya viste que todos quieren que quedes libre, tens suerte hijo de p Ahora ya no te podemos hacer nada! Gracias, seores, porque no debo nada Y as segua la pltica. Vamos a ver en el mapa. Era un mapa muy grande, que tenan en el corredor. A m me costaba caminar, pero era con la ayuda de Dios, porque estaba bien golpeado. Tal vez Dios me llevaba en su mano. Cmo se llama este cerro? Me preguntaron Bueno, pues en realidad segn la historia de mis abuelos, de m pap, cuentan que se llama Cerro de Sumal Grande Ahjaaa bien! Pero cuntanos, t conoces ese cerro, has llegado all? S he llegado, les respond. Entonces, decnos, dnde est el campamento de la guerrilla?, me preguntaron. Nada, les dije. Ustedes estn escuchando que yo les estoy hablando de la historia que me han contado mis abuelos, mi pap y me dijeron que es Sumal Grande, es una historia de Sumal Grande. Y sealando con el dedo en otro lugar del mapa, me preguntaron, y este cerro, cmo se llama?
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Les dije: Mencionan mucho que por ah estn los Cuchumatanes, es una cordillera Y despus sealaron por Cotzal, y aqu, cmo se llama? Tambin es parte de los Cuchumatanes, pero ah le dicen en dialecto Vi'tz'unukab', pero en castellano no s Y dnde est el campamento? La verdad les digo que yo no conozco campamento, ni guerrilla, nada de eso que ustedes me preguntan. Nada. Ajaaa. No quers decir! Pues esa es la verdad, lo que les digo, aunque me maten, no s nada. Y aqu, en el cerro de Juil. En realidad, les tengo que decir, que segn los ancianos, los sacerdotes mayas, es un lugar sagrado Ah, bueno. Y dnde est aqu el campamento. No lo s. Y aqu?, me sealaron un lugar cerca de la aldea de Xix, por donde tenemos el nacimiento de agua Ah es de donde sacamos el agua para la aldea Y siguieron sealando. Y les fui respondiendo: Ah es la montaa de Vi'Sich Y dnde est el campamento guerrillero? No lo s, no conozco si hay campamento guerrillero. Y nos vas a mostrar el lugar donde est la poblacin?
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Tampoco, no soy judas, no soy vendepatria Y me mostraron una foto, y me preguntaron: este individuo cmo se llama? Ah, s, esa persona yo s la conozco. Es una persona muy honrada y trabajadora. Cmo se llama, me preguntaron? El es Miguel Itzep. Estuvo trabajando como gerente en la cooperativa de ahorro y crdito de Chajul. Pero ya est muerto, ya no est vivo, porque lo secuestraron, lo desaparecieron, les dije. Me respondieron: Mierda, eso es mentira, ese es tu padre, el guerrillero, ese es el que los organiza a ustedes! No, de verdad. El pas a Nebaj a la Cooperativa de Ahorro y Crdito, y estaba en Nebaj cuando lo desaparecieron, se lo llevaron, a saber dnde. Lo que sabemos es que est muerto. De dnde era? Era de Xix, un trabajador honrado y humilde. As lleg la media noche y me volvieron a encerrar Yo no poda nada Tocaba el reloj de la torre, y escuchaba la campana. Al amanecer lleg otro soldado, como que era de la G2, una persona abusiva, sin gracia Qu tal guerrillero? No le contest qu tal, ests bueno? Claro que s
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Quera preguntarte, me sigui diciendo: No viste algo aqu esta noche, no viste a un animal? No, no vi nada Bien, tuviste que haber visto un tigre, que te vena a comer No, no vi nada. No viste un len, sigui insistiendo No, nada. No miraste un lobo, un zopilote Tampoco, le dije No viste si un gaviln te vino a picar. Nada Bien me dijo, es que vos no quers decir Y como a m no me gustaba lo que me estaba preguntando, pens que tena que buscar la manera de cmo responderle. Y le dije: Bueno, yo vi una cosa Y se sonri Qu fue lo que viste? Ahora s que me vas a decir Pues lo que yo v, fue que vino el ngel de Dios y me dijo que ningn hombre tiene el derecho de matar Com mierda! Me respondi Yo no te estoy preguntando esa mierda! Se march Al ratito lleg otro soldado, y con las mismas preguntas de todos los animales que ya dije dicindome que cada persona que entra
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aqu ve que hay animales, como el zopilote que le vienen a picar, y preguntando qu miraba yo Yo no vi nada, le contest. Bien, cmo no... Insista. Vino un tercero, con las mismas preguntas, y le di las misas respuestas Segu encerrado Una semana me tuvieron all. Como a los ocho das me sacaron de aquel cuarto, y me pusieron en medio del patio del cuartel Y me dijo: Guerrillero, hijo de puta! No me quers mirar a la cara? No le contest Ponte firme, hijo de puta! No le contest, tampoco. Ponte firme, hijo de punta! Aqu estoy parado, seor!, le dije. T eres guerrillero, tens que ponerte firme. No s lo que es firme, acaso que eso se come, le dije Mirame a la cara! Me dijo. Y en eso sac un pual. Hoy cabrn, s me vas a conocer la cara! Yo no tena nada que hacer, estaba perdido Me puse a rezar dentro de mi corazn: Dios mo, aydame en este momento, y perdona a este hombre tambin. Si lleg el momento que me vas a recoger, gracias, Seor. Aqu tens mi cuerpo, aqu dejar mis huesos. Yo s que mi espritu Usted lo va a recoger, muestra el milagro delante de esta gente. As le peda al Seor.
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Y en eso el soldado solt el pual, pero con fuerza, que silbaba Pas por arriba de mi hombro Y fue a caer al suelo, del otro lado Ajajay cabrn, quin sos? Fue a recoger el su pual, gritando palabrotas. Parate aqu! Al rato vino otro Y con lo mismo, diciendo: El otro no pudo, pero yo s que voy a pegarte con el pual No me esconds la cara, mrame bien T no vas a jugar conmigo. No le contest, volv a rezar a Dios: Dios mo y Seor mo, aydame y perdname todos mis pecados. Ser que he cometido un gran pecado ante Usted? Perdname todos mis pecados! Perdname, y perdona a ese hombre que es mi hermano y no sabe qu va hacer! Y sigui el soldado, delante de m: Lanz el pual con fuerza Y pas el pual por debajo del brazo Ajaajay Qu es eso? En otros casos aqu no han pasado ni uno ni dos soldados, quin sos vos? No le contest Parate aqu. Le mir a la cara, estaba con una cara bien fea. Luego vino otro; no pareca si tena cara, tena como jabn en toda la cara Me dio miedo. Senta yo: Ay, Dios mo, slo Dios me puede ayudar, delante de esta pobre persona, aydame! Ponte firme y mirme a la cara! Y con insultos Aqu estoy, seor!
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Y se puso a gritar: desped a tu vieja puta, desped a tu vieja madre, desped a la que te pari, desped la tierra donde te parieron! Yo en mi corazn me deca: Dios mo, pero qu clase de hombre es ste! Muestra el milagro, aydame en este momento! Muestra el milagro que Usted tiene ante esta persona Empez a manipular el pual, dndole vueltas en su mano, y lo lanz contra m; silbaba el pual Me pas entre las piernas, sin tocarme el pantaln y cay en el suelo Yo dando gracias a Dios, que no me haba pasado nada Ajajay, cabrn! Qu clase de magia uss, porque sabs magia y, por eso no somos capaces contigo? Por aqu han pasado otros guerrilleros y slo con el primero ya se quedan Y aqu vamos tres, y no somos capaces. Qu sos vos? Me vas a ensear esa magia que sabs, porque me va a servir a m Yo no s nada, seor, nada, nada! Le contest, no s ninguna clase de magia! Y me segua insistiendo. Entonces le dije: S s una cosa! Se puso contento Tena una cara fea Lo que s s, le dije, es que el ngel del Seor me dijo, que ningn hombre tiene derecho de matar a otro hombre. Ni mierda, yo no te estoy preguntando esa mierda! Se fue, y me qued otra vez slo. Cuando recuerdo esto, me vienen las lgrimas. Yo puedo decir, que soy una persona muy simple, que no tengo nada de estudio. Pero como en ese momento se abri mi boca para aclararles a ellos, todo con la ayuda de Dios, porque l fue el que me ayud en el tiempo del conflicto, de tortura, de muerte... Porque no slo yo pas todo esto, mucha gente se muri as, torturada, acuchillada Se murieron baleados Otros murieron tirados en los ros, otros tirados en hoyos profundos,
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otros enterrados Yo estuve siempre muy pegado a Dios, porque estuve muy cerca de la muerte Pero estaba ms cerca de Dios, y vi el milagro de todo lo que hizo Dios conmigo. El me comunic todo, lo que yo iba a decir, la hora a la que iba a salir Y as fue Creo que estuve unas dos semanas detenido all en Santa Cruz del Quich Me sacaron nuevamente, me llevaron en un carro, me subieron a un helicptero, y me trasladaron hasta Amajchel, de nuevo Y estuve all quince das, me tenan en el destacamento, sin comer No tengo nada para comer

LOS SOLDADOS ME TRASLADAN DE VUELTA A AMAQ'TXE'L


Me preguntaron por los buzones de armas... Y yo les dije que s, que lo que yo tena era un buzn de maz, para m familia, para mis hijos. Y si quieren se lo voy a mostrar, pero esto sera quitar la comida a mi familia. As me llevaron hasta donde yo tena el maz Pero me empezaron a alegar Pero si vos nos dijiste que aqu haba armamento! No seores, yo les dije que era maz. Y les dije que haba quintal y medio. Yo haba dejado all el maz, como una reserva. Era en un lugar llamado Las Victorias, ms cerca de Santa Clara. Me volvieron a preguntar, dnde est la gente? Porque se escuchaba que ladraban los perros, t nos vas a mostrar. Pero no vas a pasar por donde hay vigilancia, me decan, vas a ir por otro lado Est bien, les dije Pero yo saba que tena que pasar por donde estaba el vigilante Llevaba un palo en la mano, y golpeaba duro contra el suelo para el vigilante se diera cuenta de que por all cerca pasaba gente Y como en las montaas, estos golpes se escuchan mucho No hags ruido, hijo de puta! Me quebraron el palo Yo iba adelante, y como unos diez soldados detrs voy hacia el vigilante, pero el puesto estaba abandonado. Yo pens que tal vez iban a
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encontrar a la gente Yo tambin recordaba que hubo un seor que se le volte a la guerrilla y fue a informar al ejrcito, y l saba todos los caminos de la aldea Ese tambin iba con los soldados. Y l me insista que tena que mostrar los lugares donde estaba la poblacin, por eso fui directo a donde yo pensaba que estaba el vigilante obligadamente Me preguntaron: Nos ests llevando a donde est el vigilante? No, le dije, porque yo no s dnde est el vigilante. Yo s saba, pero no les quera decir. Pero estaba abandonado Y me dijeron: Mir a ver si estn sembrando, decles que sos la guerrilla, pedles comida porque a ti te conocen El otro, empez a gritar: much, aqu estamos, somos los de la guerrilla yo los vengo a buscar queremos un poco de comida! Fueron saliendo como tres personas que escucharon: Est bien, ven con nosotros, vamos a platicar un poquito! Eran los tres del Comit Los soldados estaban escondidos muy cerquita All capturaron a los tres muchachos del comit En ese momento otra gente dio el aviso, y toda la poblacin se corri Empezaron a ametrallar la montaa Pero no lograron dar a nadie Los del ejrcito tambin corrieron, y alcanzaron a un anciano, y mataron al anciano era por Las Victorias. Como haba comida, se quedaron unos tres o cuatro das; haba malanga, se la terminaron, bien grande machetearon todas las cosechas Ahora nos vas a decir dnde est el camino pero no nos vas a llevar por el camino, me dijeron. Pero de todos modos nos tenemos que ir cerca del camino, por el bordo. Agarraron camino a Amajchel. A tiempo encontramos un camino, donde se vea que haca poco haba pasado la gente. Organizaron a los soldados para seguir a la gente chenles riata Al rato, son una mina, hizo un ruido grande Hubo como diez
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muertos del ejrcito, y varios heridos Siguieron ametrallaron. A m me haban dejado con tres soldados. Encontraron a un guerrillero muerto. Lo traan desnudo, para preguntarme quin era. No lo conozco, les dije. Aunque s saba el nombre del muchacho. Ests contento de que hayan matado tantos soldados? No les dije. Cuando una persona se muere, da lstima Ah, bueno! Vino el helicptero a recoger los muertos, no aterriz, los fueron subiendo con lazos se los llevaron. Al rato, otro enfrentamiento, fue un combate largo Vos, hijo de puta, -me decan-, ven con nosotros a ver si cachs un tiro de tus mismos compaeros, ojal que ellos te maten. Me fui con la ayuda de Dios. Haba un soldado, tal vez un teniente que me dijo: Mir, vos; no te vayas a parar mucho, mejor agachte ni yo voy a disparar, no tengs miedo! Hubo un gran tiroteo, muy largo Haba un barranco, y el ejrcito no quiso pasar Luego se fueron para Amajchel Y despus de unos quince das, levantaron todos los campamentos, de Cab, Xecoyeo(cerca de Santa Clara, hoy Nueva Victoria Xecoyeo) Santa Clara Me llevaron a San Antonio Tzej bamos caminando entre la montaa; llegamos a una pea en un barranco muy profundo Los soldados fueron bajando con lazos; pero yo no, tuve que bajar poco a poco, con mucho cuidado, agarrndome en las piedras Y as baj Se admiraban que haba bajado Yo tena hambre, porque no me haban dado nada qu comer Pero ah iba, con la ayuda de
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Dios. Cuando encontraba arroyos, beba un poco de agua. As llegaron los soldados a San Antonio Tzej Me presentaron ante la gente. Pero la gente de San Antonio fue muy buena gente conmigo, muy amables. Ellos me conocan muy bien de cuando yo llegu para pedir posada para la gente Y por eso es que me conocan. Pero ninguno habl. Conocen a esta persona, saben si ha llegado aqu? Preguntaron los soldados a la gente. No, seor, no lo conocemos. Respondieron. Y me preguntaron a m: Has llegado aqu a visitar a esta gente? No, seor. No conozco aqu. Y toda la gente se qued muy tranquila. Gracias a dios tuvimos la fuerza. Nadie habl Le ped a dios: Seor, bendice a esa gente. Gracias que no dijeron nada, si no me hubieran golpeado ms

EN SANTIAGO IXCN
Dormimos, y me llevaron a Santiago Ixcn All estaban preparando comida como para dos batallones del ejrcito; tenan cociendo carne en dos ollas muy grandes Hacan tortillas muchas mujeres, un gran montn de tamales; cinco canastas de pan Haba marimba, con tambor, violn, chirima El ejrcito comi muy bien. Yo mirando, sin comer nada. Luego que comieron, me presentaron delante de la gente, y me pusieron a bailar delante de todos, con los otros tres que haban capturado en Amajchel Nos pidieron que nos besramos Y as estuvieron Terminamos muy tristes esa noche, ellos, al parecer estaban contentos Temprano, al da siguiente, salimos para un lugar que le dicen Valle Uno; llegamos al ro Xak'b'al, que es un ro grande El oficial dijo a los soldados:
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Metan a ese hombre en el ro, que camine por el ro, y que vayan un grupo de soldados para ver por dnde pasar! Haba mucho barro Y me met en el ro, caminando, a veces nadaba en contra de la corriente Le ped a Dios que me ayudara. Hay partes hondas Al fin sal al otro lado Los soldados echaron lazos, pero yo les iba diciendo lo profundo Llegamos del otro lado, el agua no me arrastr. Al llegar a Valle Uno, ya estaba lista la fecha de Navidad. Tenan preparados cinco toneles de tamales de cerdo Me mandaron preparar los tamales Empec a preparar y juntar fuego, les ech agua para que no se quemaran Y como a las once y media de la noche Y sent el aroma de los tamales, senta que estaban ricos Tenamos varias ollas cociendo a la vez Se consigui que todos se hicieran Agarr un tamalito para probar, y cuando me vieron los soldados: Miren, ese guerrillero, se est comiendo los tamales? Llamaron al oficial, y vino el oficial Por qu ests comiendo el tamal? Estoy comiendo para probar, porque cmo voy a saber que ya estn bien cocidos? Yo tengo que probar primero para informar si estn bien cocidos. Est bien, cabrn! Me dijo. Y slo me pude comer un tamal no ms,, aprovech en ese momento. Cuando les inform que ya estaba todo cocido, mandaron organizar a todos los soldados vinieron como que fueran zopilotes: Uno jalaba dos, otro tres Pero yo no poda comer nada. Al da siguiente sigui la marimba Y me presentaron a la gente. Yo iba vestido con el uniforme verde olivo que ellos me vistieron. Haba un seor que recordaba de cuando comerciaba con Ixcn, y yo lo conoca, era de lengua k'ich, y al verme me dijo. Es usted Tiburcio?
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S, le contest. Ay Dios!, por qu se dej usted agarrar? Esta gente es tan peligrosa. Ha comido algo? Sac dos tamalitos, y me dio de comer. Se llamaba Carlos, es un momosteco, de Las Majadas Momostenango), viva al pie del Cerro, por Valle Uno, cerca de San Luis Ixcn Nos vieron los guerrilleros. Y lo capturaron. Los soldados me empezaron a preguntar. Ese individuo es colaborador de la guerrilla? Nada. Entonces, por qu lo conoces, por qu te dio de comer? Me preguntaron. Claro, seor. Esa persona es mi cliente desde los tiempos en que yo negociaba. Venda caf, y yo le compraba unos cuatro o cinco quintales, y lo llevaba a vender a Nebaj. Y lo mismo, yo traa mercadera, y l me compraba. Ustedes no tienen por qu capturar a esa persona, l no tiene ningn delito. Slo por el favor que l me hizo de darme dos tamalitos, no es justo que ustedes lo vayan a matar. No es justo. Les pido el favor de que no lo vayan a golpear. No era l el que estaba dando comida en la montaa? No, les dijo. Ni tampoco yo soy guerrillero ni l tampoco. Nunca ms supe qu pudieron hacer con ese pobre seor.

CINCO MESES EN UN HOYO EN PLAYA GRANDE


Despus de dejar Valle Uno, pasamos a una Aldea, Nueva Comunidad. Al da siguiente, nos metimos en la mera selva de Ixcn, por el Cerro Cuache, cruzando hacia Barillas. Nos encontramos con un campamento que haban abandonado las
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CPR de Ixcn. La gente logr salir, pero se quedaron sus cosas. Yo estaba bien apenado. Los soldados se quedaron durmiendo en el campamento, listos, para ver si regresaba la gente. Luego salieron al amanecer para ir a Xak'b'al, todo estaba destruido. Arreglaron la pista de aterrizaje, y aterriz una avioneta y un helicptero. Me llevaron a Playa Grande. Estuve all dos das en un cuarto. Pero despus me llevaron a otro lugar y me metieron en un hoyo, no muy lejos. Me encerraron en el hoyo, era en un lugar que tenan hierros y otros materiales, que tenan para hacer el puente. Haba otros calabozos, pero en cuartos. Pero a m me encerraron en un hoyo, y arriba un cemento, como si fuera un panteoncito. No poda estar de pie, a penas si me poda arrodillar En la maana me daban una tortillita, y unos frijolitos Cuando tengo necesidad de hacer mis necesidades en el bao empiezo a tocar la tapadera, y me paso mucho tiempo en el bao. Me daban un galn de agua para el da y peda otro para la noche. Sal de Xak'b'al el 5 de enero, y dos das despus me encerraron en el hoyo Y el cinco de junio me sacaron de aquel hoyo. Haca mucho calor, la tierra quemaba, y por eso que solicitaba agua. Orinaba all mismo. Cuando los soldados abran la tapadera se tapaban la nariz. Dios me hablaba en el hoyo. Yo estaba acostado. Dios me deca, no ests triste, yo estoy contigo. Vas a salir a las once en punto Pero yo no saba si iba a ser de da o de noche. Yo le peda a Dios Y l cada vez hablaba. Y vea una luz, y trataba de mirar para ver quin me hablaba, pero se iba la luz y no vea nada Yo le segua pidiendo a Dios Y me quedaba con lgrimas, y le peda fuerza, y que si me muero, aqu dejo mi cuerpo, pero mi espritu, espero que t me recojas. Cuando pasaron los cinco meses Lleg un oficial abri la tapadera y me dijo: Daniel: dnde vas a estar porque te van a dar libertad? Te van a dar una casa, porque te van a dar una casa de las mejores. En qu pueblo vas a estar? Vas a ir a algn departamento o a la Capital, dnde vas a estar?
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Yo estaba confuso de todo lo que me deca, y le dije: Pues, yo espero la voluntad de Dios, y las rdenes de Dios. Yo no puedo decir en qu pueblo. Slo espero la voluntad de Dios. Aquel soldado, malhumorado, me grit: Com mierda! Y me tir otra vez encima la losa de cemento Al siguiente da escuch una voz: Tiburcio, hoy vas a salir. A las once. Y as fue; un poco antes de las once de la maana, llegaron, y me tiraron un pantaln y una camisa. Yo estaba desnudo. Y dijeron: Antes de que contemos cinco, tens que estar fuera. Y yo tratando de colocarme el pantaln y la camisa, pero no poda tenerme de pie, no aguantaba; empezaron a contar: uno dos Pude salir Quera caminar, pero me caa, a ratos caminaba de rodillas Me dijeron que fuera hacia el helicptero. Subte! No puedo, les dije. Me ayudaron ellos. Haba en el helicptero una caja de municiones. Pesaba la caja, no la poda mover. Luego subi otro soldado con un fusil galil, pistola y pual, se puso en una ventana, y el otro del otro lado. Yo estaba pensando: A qu hora me van a tirar desde el helicptero! Y le peda a Dios que me ayudara.

NUEVAMENTE EN SANTA CRUZ


Ellos sentados uno a cada lado Estaba dispuesto a morir, si me iban a matar. El helicptero lleg a Santa Cruz del Quich, tal vez llegamos despus de las doce del medio da. Me bajaron, y me qued sentado encima de unos blocks que haba all cerca de la pista y estando all vino un oficial, que dijeron que era del G5
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Qu ests haciendo aqu? Sos guerrillero? Ustedes, son los que me dicen guerrillero, les dije. Ya comiste? S, le dije. Babosadas, vente. Y me llev a la cocina del ejrcito de la Base de Santa Cruz. Haba mucha comida, verduras, arroz, carne Me llen un plato grande, me dej dos bananos sobre la mesa, un vaso de caf A penas pude comer una tortilla; no pude comer la carne; agarr slo un guineo y un panito. Senta que se reventaba mi estmago. En la mera tarde, hacia las seis, me volvieron al destacamento que est cerca de la iglesia Catedral, detrs de la gobernacin. Pero ya no me pusieron en el mismo cuarto. All me tuvieron unos catorce o quince das. Me mandaban barrer, hacer limpieza cuartos donde haba camas, haba fusiles, y dinero tirado en el suelo, balas tiradas en el suelo Yo llegaba, y limpiaba, iba levantando las armas, el dinero lo dejaba all bien colocado, las municiones Despus me mandaban planchar la ropa Luego me mandaron cortar madera para hacer los moldes para hacer el adobe Luego me mandaron cocinar unos pescados con tomate y cebolla. Yo aceptaba todo, vean que trabajaba bien. Les prepar el pescado. Puse una olla sobre el fuego, y cuando estaba el agua bien caliente ech el tomate y la cebolla, y luego el pescado, y qued muy bien preparado. No eran tantos los que vinieron a comer el caldo. Me ofrecieron, y com yo tambin un poquito. Despus de esos catorce das, una noche, lleg un camin de Nebaj lleno de armamento Tal vez era como la una de la maana. Encima del armamento traan costales de azcar, frijol, maz
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Pero en eso un quintal de frijol se call y se reg por la calle Y yo como vi que se cay el frijol, les grit fuerte: Much, les dije yo, y como estaba con el uniforme, por qu estn regando el frijol?, pepenen rpido! Les dije. Y empezaron a amontonar el frijol. Y yo no era nada de autoridad para ellos Pero ellos pensaron que s era soldado

A NEBAJ EN CAMIN
Luego me llevaron a Nebaj. Tambin estuve trabajando en lo que me mandaban. Despus me llevaron a pie a Juil. Ese fue un viaje duro, ya no aguantaba a caminar. Donde haba paredes, me agarraba a las paredes. Entrando la noche entr yo con los soldados. Otros ocho das estuvimos all. Despus me bajaron a La Perla, otra semana. El oficial que estaba en Juil, me agarr a patadas Cuando sala, me vio una seora que me dijo: Lstima que ya se van a ir! Pero usted no va a aguantar! Est golpeado y desnutrido! Llvese una bolsita de arroz para el camino! Esta seora me conoca bien, era de las CPR, pero haba sido capturada, y los soldados la tenan de cocinera en el destacamento Me dio una buena bolsa de arroz. Cuando bajaba por Visiquichn, ya no aguantaba Haba que pasar el ro,, no haba puente logr pasar sobre un tronco al otro lado; y para subir, no aguantaba no poda caminar iba caminando de rodillas Y comiendo cada vez un poquito de arroz luego agarr por la falda de la montaa, slo con un soldado que me acompaaba Al fin llegamos a la Finca La Perla descans Los soldados me mandaron cocinar: coca maz, arroz, frijol As fue mi vida. Estuve dieciocho das en La Perla. Al tiempo me vinieron unas noticias: Una seora que era clienta, con la que yo me conoca antes de comerciante, le venda candelas, aguas, cervezas iba a dejarle en su tienda En ese momento se
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encontraba de cocinera del ejrcito, y me dijo: Mire, don Tiburcio, yo siento mucha lstima por usted Lstima, yo s que es una persona muy buena, pero cmo se dej a agarrar? Yo s que Dios le va a acompaar. Le voy a decir una noticia, pero cuidadito no lo vaya a decir con los soldados: A usted ya lo van a matar Ya lo tienen planeado. El ejrcito lo va a sacar de aqu, y lo van a entregar con los patrulleros, y ellos lo van a matar. Gracias, le dije, por la noticia. No tenga cuidado. As me habl la seora. Al siguiente da vino el sargento, y me dijo: Daniel, lstima, porque te dejaste capturar, pero yo s que tens que salir. T conoces toda la montaa y tens que ir si yo estoy de centinela, te voy a dejar salir Porque te van a matar, ya me dijo tambin la seora, pero cuidado, no vayas a decir nada.

LA LIBERACIN
Al otro da, yo sent en sueos como que Dios me hablaba; contempl a dos seores con el pelo muy canoso, casi blanco, barba larga, los dos vestidos de blanco: Tiburcio, levntate, vamos! Hoy mismo vas a salir, y te venimos a buscar... Vamos, Tiburcio. Pero cuidado no vas a mirar hacia atrs, para que no te vayas a quedar hecho ceniza Est bien! -les dije-. En el sueo miraba que caminaba junto a ellos, me mostraron el camino de La Perla, por Chel; all en medio del camino haba un palo de naranjo, y me dijeron: Vas a comer y te ayudar para el camino... Agarr muchas naranjas, com, y llev otras... Segua caminando En un momento dado me vi en Santa Clara. All me dijeron los dos seores: ...Aqu vas a sembrar milpa para tu familia... Y all va a estar la comunidad, ah vas a vivir... Seguimos adelante Haba otro pedazo de tierra ms adelante: ...aqu va a comer toda la gente; y hay todava otro pedazo... van a sembrar, para que puedan comer... Esto es para todos Ustedes, estbamos al pie del cerro del Ixcn. Record en ese momento, que por all era donde el ejrcito me haba llevado para buscar el buzn... del
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maz. En el sueo, me vea nuevamente en medio del ejrcito. Camin, me dirig hacia abajo hasta un lugar que le dicen el Tesoro, cruc el ro, los dos ancianos caminaban junto a m Yo vi en sueos que estos dos ancianos me llevaron hasta Santa Clara, nos encontramos con unos rboles de naranjas, y cortamos slo dos naranjas Pero esto era en el sueo que yo vea todo esto A eso de las 9:00 de la maana lleg el oficial del destacamento: Tiburcio, qu ests haciendo aqu? Estoy cumpliendo lo que el ejrcito me manda! Contest Y qu sos vos? Nada -le dije-. Tens toda la libertad...! No soy tu responsable No te puedo meter en mi patrulla Andte! La gente ya no est con miedo. Dnde est tu familia? En Santa Clara... Ah! Verdad que son guerrilleros...! No, son poblacin. Babosadas, toda la gente que anda en la montaa, son guerrilleros! Ya te pods marchar... Disculpe- -le dije-, quiero solicitar permiso para ir a traer a mi familia; vi a un seor de Santa Clara que habl con mi esposa... Vos penss ir a la mierda! No, -le dije-: le agradezco que me den permiso, porque estn sufriendo mucho...
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Cuntos das vas a estar? Solamente tres das Ah, no!, me dice el oficial Te doy dos das. Vas hoy, y maana ests aqu... Est bueno. -Contest- Solicito nicamente la nota para pasar con las patrullas... En ese momento el oficial mand que un soldado hiciera la nota, y adems orden que me entregaran dos tortillas para los dos das... Tens ropa civil? Me pregunt Llevaba conmigo un pantaln y una camisa ordinaria, que haba encontrado en Nebaj, cuando los soldados me tuvieron all, al regreso de Santa Cruz, y los guard, pensando que en algn momento me podran servir. Sal del destacamento a eso de las 11 de la maana, como me dijeron... Vas a traer tu familia y un montn de gente... verdad? Empec a caminar, como a unos 40 metros, me empezaron a tirotear... chorros de balas... Descargas tras descargas Ni una sola bala me alcanz... No volte a mirar atrs... Segu caminando despacio... Me fui, me fui... hasta la garita de los patrulleros! Quin es? Me preguntan Soy Tiburcio! Me hablaban desde lejos...
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Dnde vas? A una comisin... Quin te mand? El oficial... -Y as fui contestando las preguntas de los patrulleros... Tras nota? Cmo no, aqu est... Me miraban con desconfianza, y me dicen: Saber si regress...! En ese momento, rec en silencio nuevamente... Ped la ayuda de Dios... Tena que cruzar un ro, por un puente de hamaca, las tablas estaban muy separadas, daba algo de miedo; cruc con precaucin... Pero ya del otro lado del ro, no se distingue por dnde va el camino, era todo un guatal... pasto y monte... Camin todo el da. Consegu llegar a Xe'Sai' por donde habamos pasado con toda la poblacin, pero se vino un tremendo aguacero, caa lluvia y lluvia Era el 16 de julio, cuando sal. A las nueve de la noche estaba caminando yo slo, con la ayuda de Dios, y tambin con la ayuda de los relmpagos, que me iluminaban el camino As iba caminando, creo que nunca estuve sin luz Pero cuando llegu a la montaa, ah s, ah ya no se puede caminar. Decid meterme debajo de unos rboles, cort hojas de posh y me las ech encima; y me qued dormido, pero con un sueo profundo. Cuando sent, ya los pajaritos estaban cantando Qu voy a hacer? No se notaba el camino, pero yo senta que s iba por el camino correcto. Y llegu a un lugar donde hay una gran roca, y me sub encima de aquella piedra, me qued sentado all Pero estaba cansado, como aturdido Se desmay mi fe, y empec a llorar: Y dnde voy a ir a encontrar a mi familia!
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Dnde estar la comunidad? Qu puedo hacer? Mejor si me muero aqu en la montaa: Gracias, Seor, porque me libraste del ejrcito que ya me iba a matar. Cuando ya se fueron mis lgrimas, baj de aquella gran piedra y empec de nuevo a caminar, y volv a sentir que el Seor me acompaaba: Dios mo, perdname, tal vez me disgust, tuve miedo y desnimo, por qu no s dnde encontrar a mi familia; pero si t me guas, podr encontrar a mi familia! Al ratito alcanc el camino que me haban sealado los dos seores de pelo blanco en el sueo... por donde me haban mostrado un rbol de naranjas... Sent que estaba libre, pero fue un momento muy duro para m. Cort y com naranjas, y llev mis dos naranjas... Caminando como poda, con ms corazn que energas, llegu a Chel, eran como a las 6 de la tarde; y de ah ligerito, tom el camino para Santa Clara, por el camino viejo... Me agarr la noche, y la lluvia se puso fuerte, llova recio! Decid esperar y descansar bajo los rboles de la montaa: con hojas de posh me tap como pude, tambin puse debajo... para no sentir tanto la humedad... Dorm... En la maana con el canto de los pjaros, despert... Y me puse de nuevo en camino... Como a medio da, ya estaba en las montaas de Santa Clara... Todo coincida con el camino que mostraron los dos seores en el sueo No distingua si estaba libre o era un sueo. Era el segundo da de camino, pero no consegu llegar hasta el lugar donde yo supona podra estar la gente, la poblacin. Estaba muy cansado, agotado, pens que me mora... Pero an as, en ese momento me dije:
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Adis La Perla, adis ejrcitos... Nunca volver! Lleg la noche, nuevamente en la montaa... Y a pesar de todo repeta en mi corazn: ...Aunque me muera en la montaa, pero nunca ms con el ejrcito. Al amanecer del tercer da no poda conmigo: Tena la cara inflamada, no poda con el cuerpo, senta el fro de la noche, estaba bien mojado porque la lluvia fue permanente... Quera levantarme... Y en eso escuch el canto de un gallo. Le puse atencin cantaba una y otra vez... se escuchaba a lo lejos, por entre la montaa... Afin mi odo para distinguir hacia dnde cantaba el gallo... Rec a Dios... le ped fuerzas... Me levant. El cuerpo hinchado, las rodillas tiesas... Me levant agarrndome a un palo, poquito a poco... con dificultad... El gallo no se callaba... Pero no poda casi caminar: Fui paso a paso, muy despacio... Y el gallo cantaba... Al ratito, en el camino, distingu huellas de gente... de personas que debieron pasar por all... Decid entonces, seguir el camino... Segu hacia donde cantaba el gallo... A medida que me iba acercando, escuch ruido de nios que estn jugando... Qued escuchando a ver si distingua quines eran... Sern mis sobrinos? A medida que me iba acercando, pude ver que eran ellos... Eran ellos! En mi corazn senta una inmensa alegra. Yo nunca pens que solito hubiera podido hacer todo aquel camino, volv a rezar: Seor mo y Dios mo, gracias, Padre, ya llegu!. Me encontr con una milpa, pas por medio de la milpa... Ms all escuch que alguien mola dentro de una casa, que mola el maz en la piedra... Vi una mujer moliendo, de espaldas, porque
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estaba moliendo hacia el cerco... Llegu a la casa y me sent a la puerta de la champita, muy discretamente, sin querer molestar, y le habl... Modesta! La mujer volvi la cara: To...! Ella no sala del asombro, no saba si era yo, o un espritu... No poda creer que estuviera all. Soy yo, tu to! Ya no habl, empez a llorar... Se tir sobre m, un largo rato, abrazados... La calm un poco... La content, le habl... Soy yo, tu to! Y vengo con toda la fuerza, con toda la voluntad, con la ayuda de Dios... Pero como no era el primero que regresaba de esa manera, enseguida me pregunt: No trae usted ejrcito? No!, -le dije-. No vengo con dos caras o dos corazones. Vengo con la ayuda de Dios... Dnde est tu mam? Fue a trabajar... Me contest. Mi sobrina, en ese momento, sali corriendo, sin dejarme nada de comer; al rato lleg su mam: a unos 20 metros ya me reconoci, y mi hermana empez a llorar, y yo la fui a encontrar, y nos abrazamos entre lgrimas y sollozos... Me calm y la calm... Quiero platicar con ustedes! Vengo con todo corazn, con toda fuerza vengo con toda voluntad, dnde est mi familia? Mi hermana me pregunta: Cmo viniste?
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Vengo a entregarme directamente con ustedes. Slo quiero pedir un favor: Dnde estn los Comits para hablar con ellos? Dnde est mi familia? Entonces les dije a mi hermana y a mi sobrina: Hganme un favor: T vas al comit, le dije a mi hermana, y la Modesta a hablar a mi familia... Me quedo aqu con ustedes...! Mi hermana se fue a avisar al Comit, y la sobrina, fue corriendo a avisar a mi familia... que estaba ms lejos. Como a la una de la tarde lleg mi esposa. Con grandes lgrimas, nos abrazamos... Me trajo comida Vena con una bolita de masa de maz, un peo de guineos, y una taza de frijol... De tanta alegra, casi no com... Pero en eso nos enteramos que la gente del Comit se asust, se asustaron mucho, y dieron orden a la gente que se escondieran en la montaa... Fue un momento muy duro para m... Porque yo vena solo, nadie me segua, no vena a delatar a nadie, ni a entregar a nadie... Como a las 5 de la tarde ya llegaron los del Comits para hablar conmigo... Les cont todo lo que me pas... Y cmo llegu aqu con la ayuda de Dios... Despus de 8 meses llegaba de nuevo a Santa Clara... Esto es lo que yo pas...! -les dije-. Habl con ellos ms de tres horas Hasta que se convencieron que era el mismo de antes, aunque no igual, porque llegaba todo golpeado, cansado Y en ellos la duda, cmo el ejrcito me pudo dejar escapar? No es fcil para m hablar de estas realidades, pero creo que me hace bien En realidad, tendra que estar muerto. Slo Dios sabe por qu estoy vivo y qu es lo que quiere de m. Al hablar con mis hermanos de la comunidad, que tambin han
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sufrido tanto, sentimos el peso de la crueldad del ejrcito... Sigo trabajando con esperanza en Dios... Aunque me golpearon mucho... A veces como que el cerebro dejara de funcionar en mi cabeza..., todo a consecuencia de los golpes, de los dolores... Y todo el trabajo para salir a la luz ha tenido buenos resultados, y gracias a la Iglesia, al Obispo, se form la Multipartita, y llegaron con nosotros hasta las CPR... Mi esposa muri en 1990 de enfermedad, en la montaa, en las CPR... Est enterrada en Santa Clara... Qued all... aunque quiero que pase al cementerio de la aldea Xix, y espero algn da traerla. Tuvimos dos hijos: Uno est ahora en la Costa Sur, con lo del traslado de un grupo de familias de las CPR; el otro est en Xix... Me junt con otra mujer... Pero ella es de otra religin... Aunque yo nunca voy a cambiar mi fe... En casa ella se arrodilla conmigo para rezar el rosario... Leemos juntos la Biblia... No s qu ms decir de todo esto, pero creo que Dios se mostr conmigo directamente, me hablaba, senta su presencia en los momentos difciles... Y hoy sigo trabajando por la comunidad, aqu en la aldea Xix, donde me encuentro actualmente.

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Catequistas y Religiosas en las Comunidades de Poblacin en Resistencia de la Sierra, 1993

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