Winnicott - La Adolescencia
Winnicott - La Adolescencia
Winnicott - La Adolescencia
(1960)
La lucha contra la inercia
Existe hoy en todo el mundo un gran inters por la adolescencia y los problemas del adolescente. En casi todos
los pases hay grupos de adolescentes que se ponen en evidencia de una u otra manera; hay numerosos estudios
sobre esta fase del desarrollo, y ha surgido una nueva literatura, constituida por autobiografas de autores
jvenes o bien por novelas cuyos personajes principales son adolescentes. No es arriesgado suponer que existe
una relacin entre esta nueva conciencia social y las condiciones sociales especiales de la poca en que
vivimos.
Algo que deben reconocer desde el comienzo quienes se interesan por esta rea de la psicologa es que el
adolescente no desea que se lo entienda, y los adultos deben guardar para s los conocimientos que adquieren
sobre la adolescencia. Sera absurdo escribir un libro para adolescentes sobre la adolescencia, porque sta es
una poca que debe vivirse, una poca de descubrimiento personal. Cada individuo est comprometido en una
experiencia vital, en un problema de existencia.
Formulacin Terica
Existe considerable acuerdo entre los estudiosos de la psicologa dinmica con respecto a una formulacin
general de la adolescencia en trminos del desarrollo emocional del individuo.
Durante esta fase, el adolescente est dedicado a la tarea de afrontar sus cambios personales inherentes a la
pubertad. Cada uno de ellos llega al desarrollo de su capacidad sexual y a las manifestaciones sexuales
secundarias con una historia personal, que incluye un patrn personal en la organizacin de las defensas contra
diversos tipos de ansiedad. En particular, y cuando se trata de individuos sanos, cada uno de ellos ha vivido a
fondo, antes del perodo de latencia, la experiencia del complejo de Edipo, es decir, de las dos posiciones
principales en la relacin triangular con ambos progenitores (o sus sustitutos), y tambin existen ya formas
organizadas de evitar la ansiedad o de aceptar y tolerar los conflictos inherentes a esas circunstancias
esencialmente complejas.
Tambin como consecuencia de las experiencias de la temprana infancia y la niez, existen ciertas
caractersticas y tendencias personales heredadas y adquiridas, fijaciones a tipos pregenitales de experiencia
instintiva, residuos de dependencia y crueldad infantiles y, adems, todo tipo de patrones patolgicos
vinculados con fallas de maduracin en los niveles edpico y preedpico. As, el varn o la nia llega a la
pubertad con todos sus patrones predeterminados, que responden a experiencias de la temprana infancia y la
niez; y es mucho lo que permanece inconsciente y tambin mucho lo que se desconoce porque an no se lo ha
experimentado.
Existe una amplia gama de posibilidades en cada caso individual en lo relativo al grado y al tipo de problema
que puede presentarse, pero el problema general es siempre el mismo: cmo reaccionar esta organizacin
yoica frente al nuevo avance del ello? Qu posicin ocuparn los cambios de la pubertad dentro del patrn
especfico de la personalidad de cada adolescente? Cmo manejar cada adolescente esa nueva capacidad
para destruir e incluso matar, un poder que no complicaba los sentimientos de odio en la temprana infancia? Es
algo as como poner vino nuevo en odres viejos.
El medio
En esta etapa, el medio desempea un papel de inmensa importancia, tanto que, si se quiere hacer una
exposicin descriptiva, conviene incluir en el cuadro el inters sostenido de los padres del nio y del grupo
familiar ms amplio. . Buena parte de las dificultades de los adolescentes por las que se solicita la intervencin
profesional derivan de fallas ambientales, y este hecho no hace ms que subrayar la importancia vital del
medio y del marco familiar para la gran mayora de los adolescentes quienes, efectivamente, alcanzan la
madurez adulta, aunque den a sus padres muchos dolores de cabeza durante dicho proceso.
Desafo y dependencia
Una caracterstica de la adolescencia es la brusca alternacin entre una independencia desafiante y una
dependencia regresiva, e incluso la coexistencia de ambos extremos en un momento dado.
El adolescente es en esencia un ser aislado. Es a partir de ese aislamiento que se inicia un proceso que puede
culminar en relaciones entre individuos y, eventualmente, en la socializacin. En este sentido, el adolescente
repite una fase esencial de la infancia, pues el nio tambin es un ser aislado, por lo menos hasta que ha
repudiado el no-yo, y se ha convertido en un individuo separado, que puede establecer relaciones con objetos
que son externos al self y se encuentran fuera del rea del control omnipotente. Cabra decir que el nio est
aislado por la naturaleza subjetiva de su medio, antes de que el principio del placer-dolor haya cedido su lugar
al principio de realidad.
Los adolescentes jvenes son individuos aislados, que intentan por diversos medios constituir un agregado
mediante la adopcin de gustos idnticos. Pueden llegar a agruparse si se los ataca como grupo, pero se trata de
una organizacin paranoide que reacciona frente al ataque; cuando la persecucin desaparece, los individuos
vuelven a aislarse.
II) El desarrollo de tcnicas anticonceptivas ha proporcionado al adolescente libertad para explorar. Se trata de
una libertad muy nueva, la que se necesita para conocer todo lo relativo a la sexualidad y la sensualidad en un
momento en que no slo falta el deseo de procrear, sino tambin, como casi siempre ocurre, existe el deseo de
no traer al mundo un nio no deseado y sin padres. Desde luego, los accidentes ocurren y seguirn ocurriendo,
y desembocan en infortunados y peligrosos abortos o en el nacimiento de hijos ilegtimos. Pero, creo que al
examinar el problema de la adolescencia debemos aceptar que el adolescente moderno puede explorar, si desea
hacerlo, todo el campo de la vida sensual, sin padecer la agona mental que implica un embarazo accidental.
Esto es cierto slo en parte, porque la agona mental vinculada con el temor a un accidente no desaparece, pero
este nuevo factor ha modificado el problema en el curso de los ltimos treinta aos. Ahora podemos
comprender que la agona mental se origina en el sentimiento de culpa innato en cada adolescente. No quiero
dar a entender que todo nio abrigue un sentimiento innato de culpa, pero s que, tratndose de un nio sano,
ste desarrolla en forma muy complicada un sentido del bien y del mal, de la culpa, de los ideales, y una idea
de lo que quiere ser en el futuro.
III)
La bomba atmica es tal vez el factor responsable de cambios an ms profundos que los producidos por
las dos caractersticas mencionadas. La bomba atmica afecta la relacin entre la sociedad adulta y la marea
adolescente, que parece fluir incesantemente. Ahora debemos marchar hacia adelante sobre la base de que no
habr otra guerra. Esta afirmacin podra objetarse diciendo que existe la posibilidad de que en cualquier
momento estalle una guerra en algn lugar del mundo, pero sabemos que ya no es posible resolver un
problema social haciendo preparativos para otra guerra. De manera que, ya no existe ningn motivo que
justifique el hecho de que se someta a nuestros hijos a una fuerte disciplina militar o naval, por cmodo que
ello pudiera resultarnos.
Y es aqu donde se manifiestan las consecuencias de la bomba atmica. Ya no tiene sentido manejar a nuestros
adolescentes difciles preparndolos para luchar por su patria, lo cual nos lleva de vuelta al problema de que
esa adolescencia existe, es una realidad en s misma. Y ahora tenemos que tratar de "comprenderla".
El adolescente es pre-potente. En la imaginacin, la potencia del hombre no se refiere slo a lo activo y lo
pasivo en la relacin sexual, sino que incluye la victoria de un hombre sobre otro y la admiracin de una
muchacha por el triunfador. Sugiero que todo esto debe expresarse ahora a travs de la "mstica del caf" y de
ocasionales altercados con armas blancas. La adolescencia debe refrenarse mucho ms de lo que lo ha hecho
hasta ahora, y eso, a pesar de constituir en s misma un material bastante violento, algo as como el
inconsciente reprimido del individuo, que no resulta demasiado agradable si se pone de manifiesto ante el
mundo.
Cuando pensamos en las evidentes atrocidades de la juventud moderna, debemos poner en el otro platillo de la
balanza todas las muertes provocadas por esa guerra que ya no tendr lugar, toda la crueldad inherente a la
guerra que no ha de estallar y todo el desenfreno sexual que acompaa a todas las guerras que ha sufrido la
humanidad pero que ya no volvern a ensombrecerla. As pues, la adolescencia es ahora un hecho, que es
La necesidad de desafiar dentro de un marco en el que existe y debe existir tambin dependencia.
La necesidad de provocar repetidamente a la sociedad, de modo que el antagonismo de sta se ponga en
evidencia y sea posible enfrentarlo tambin con antagonismo.
La adolescencia sana y los patrones patolgicos
Lo que se manifiesta en el adolescente normal est relacionado con lo que observamos en diversos tipos de
personas enfermas. Por ejemplo:
La necesidad de evitar soluciones falsas corresponde a la incapacidad del paciente psictico para aceptar una
frmula de transaccin; es comparable tambin a la ambivalencia psiconeurtica y a la actitud engaosa y
autoengaosa de las personas sanas. La necesidad de sentirse reales o de no sentir en absoluto est asociada a
la depresin psictica con despersonalizacin. La necesidad de desafiar corresponde a la tendencia antisocial
que aparece en la delincuencia.
De esto se deduce que, en un grupo de adolescentes, las diversas tendencias suelen estar representadas por los
miembros ms enfermos del grupo. Por ejemplo, un miembro de un grupo ingiere una dosis excesiva de alguna
droga, otro yace sobre la cama sumido en una depresin, al tiempo que otro se siente libre al poseer una
navaja. En cada caso, los individuos aislados se agrupan detrs del individuo enfermo, cuyo sntoma extremo
constituye una agresin contra la sociedad. No obstante, para la mayora de los individuos que participan en
esto, la tendencia no es bastante fuerte como para que el sntoma se haga manifiesto y provoque una reaccin
social.
La murria
Digmoslo una vez ms: si queremos que el adolescente pase por esta fase del desarrollo siguiendo un proceso
natural, entonces inevitablemente debemos esperar la aparicin de un fenmeno que podramos llamar murria
adolescente. La sociedad debe comprender que se trata de un rasgo permanente y tolerarlo, reaccionar
activamente frente a l, salirle activamente al encuentro, pero no tratar de curarlo. La pregunta es sta: es
nuestra sociedad lo suficiente sana para adoptar esta actitud?
El problema se complica por el hecho de que algunos individuos son demasiado enfermos (psiconeurosis,
depresin o esquizofrenia) como para alcanzar una etapa del desarrollo emocional que pueda llamarse
adolescencia, o bien slo llegan a ella en forma muy distorsionada. No he incluido aqu una descripcin de las
enfermedades psiquitricas serias que aparecen durante este perodo de la vida; sin embargo, existe un tipo de
enfermedad que sera inadmisible omitir en una formulacin sobre la adolescencia: me refiero a la
delincuencia.
mostrara retrada o deprimida, o que la familia se haya desintegrado. Incluso una deprivacin pequea, si se
produce en un momento difcil, puede tener consecuencias perdurables porque somete a las defensas existentes
a un esfuerzo excesivo. Detrs de la tendencia antisocial siempre ha existido un perodo de salud y luego una
interrupcin, despus de la cual las cosas ya nunca volvieron a ser como antes. El nio antisocial busca de
alguna manera, violenta o amablemente, conseguir que el mundo reconozca su deuda, o bien trata de que el
mundo restablezca el marco que perdi en algn momento de su vida. Por lo tanto, la tendencia antisocial es
fruto de esta deprivacin. Pero no es posible afirmar que la adolescencia en general sea necesariamente el
producto de una deprivacin, y, no obstante, hay algo que es similar pero que, debido a que se produce en
forma ms difusa y menos intensa, no somete a las defensas a un esfuerzo excesivo. De modo que en el grupo
que el adolescente encuentra para identificarse, o en el conjunto de individuos aislados que constituyen un
grupo en relacin con una persecucin, los miembros extremos del grupo actan en representacin del grupo
total. La dinmica de este grupo, sea que se encuentre escuchando msica o dedicndose a tomar alcohol, debe
contener todos estos elementos de la lucha adolescente: los robos, las navajas, las violencias y los estallidos,
etc. Y, si nada ocurre, los miembros individuales comienzan a sentirse inseguros con respecto a la realidad de
su protesta y, no obstante, no son seres suficientemente perturbados como para llevar a cabo el acto antisocial
que les proporcionara esa seguridad. Pero, si existe en el grupo un miembro antisocial, o dos, o tres,
dispuestos a llevar a cabo el acto antisocial que produce una reaccin social, ello otorga unidad a todos los
dems, los hace sentirse reales y, temporariamente, sirve para estructurar el grupo. Cada uno de los miembros
ser leal y ofrecer su apoyo al que acte en nombre del grupo, si bien, tomados aisladamente, ninguno de
ellos habra aprobado el acto cometido por el miembro antisocial.
Creo que este principio se aplica al uso de otros tipos de enfermedad. El intento suicida de uno de los
miembros resulta muy importante para todos los dems; o bien uno de ellos no puede levantarse, est
paralizado por la depresin y se pasa el da escuchando discos y eligiendo las melodas ms tristes, encerrado
en su habitacin sin dejar que nadie se acerque. Todos los dems saben que esto ocurre y, cada tanto, el
individuo deprimido hace una salida y entonces todos se renen y beben, o algo parecido, y esto puede durar
toda una noche o incluso dos o tres das. Estos sucesos pertenecen a todo el grupo, y el grupo est cambiando y
los individuos estn cambiando a sus grupos pero, de alguna manera, los miembros individuales utilizan a los
miembros extremos para sentirse reales, en su lucha por sobrevivir a este perodo de la vida.
Se trata simplemente de cmo ser adolescente durante la adolescencia; sin duda, algo que requiere una enorme
valenta, y que algunos de estos adolescentes estn tratando de lograr. Esto no significa que los adultos
debemos decir: "Miren a estos encantadores adolescentes dedicados a vivir su adolescencia; debemos tolerar
cualquier cosa y dejar que nos rompan las ventanas". No es esto lo que quiero decir, sino que es a nosotros a
quienes se desafa, y debemos enfrentar ese desafo como parte de la funcin de la vida adulta. Pero se trata
nicamente de responder a ese desafo y no de proponerse curar algo que es bsicamente sano.
La que se ve puesta a prueba frente a ese desafo que representa el adolescente, es precisamente esa parte
nuestra que nunca tuvo una adolescencia. Es ese pedazo de nuestro ser el que hace que nos sintamos
agraviados y molestos frente a quienes se permiten vivir esta fase, y es el que nos lleva a tratar de encontrarles
una solucin. Existen centenares de soluciones falsas; cualquier cosa que decimos o que hacemos est fuera de
lugar; los apoyamos y desbarramos; no los apoyamos y tambin nos equivocamos, no nos atrevemos siquiera a
mostrarnos "comprensivos". Pero, con el correr del tiempo, comprobamos que el adolescente ha salido de esa
fase y puede comenzar ahora a identificarse con la sociedad, con los padres y con toda una gama de grupos
ms amplios, sin sentirse amenazado con la aniquilacin personal. NOTAS:
1) Recuerdo claramente una conversacin que tuve con una seorita poco despus de la primera guerra mundial. Me dijo que slo el
temor a las enfermedades venreas la haba prevenido de convertirse en una prostituta. Se haba horrorizado frente a una idea que yo
haba expresado en una charla respecto a que un da podran prevenirse y curarse dichas enfermedades. Afirm que no se imaginaba
como haba podido sobrevivir a su adolescencia (recin sala de ella) si no hubiese experimentado ese temor que la haca portarse
bien.
Actualmente est casada y es madre de una numerosa familia, se la considerara una persona normal, pero tuvo que superar una dura
lucha en su adolescencia contra sus instintos. Le fue muy difcil. Menta y robaba a veces, pero finalmente pudo superar todo ello
aferrndose a su temor a las enfermedades venreas.