Wolfgang BEINERT - La Problematica Cuerpo-Alma
Wolfgang BEINERT - La Problematica Cuerpo-Alma
Wolfgang BEINERT - La Problematica Cuerpo-Alma
Wolfgang BEINERT
Wolfgang BEINERT
Competencia de la teologa
El nuevo esquema interpretativo suscita un sinfn de interrogantes. Sin
embargo, el principal objetivo de la labor teolgica no puede ser asegurar la fe
de la gente, como recordaba J. Ratzinger en el contexto de la escatologa. Pero
en 1977 l rechaz la tesis de la resurreccin del ser humano integral en la
muerte (con la consiguiente vuelta al dualismo) para acabar con una mentalidad
que deja la predicacin sin palabra. La misma preocupacin muestra el
documento Recentiores episcoporum synodi que en 1979 insiste en la existencia
de un estado intermedio as como en el trmino alma, consagrado por el uso en
las Sagradas Escrituras y la tradicin; y, aunque la Congregacin de la Fe
reconoce la amplia polisemia bblica de este vocablo, declara que no existe
razn convincente para desecharlo, ya que, para la conservacin de la fe, es
indispensable un verbale instrumentum, un instrumento terminolgico
adecuado. Tambin el Catecismo de la Iglesia Catlica de 1992, n362 al 368,
sigue la antropologa griega.
Es de alabar el deseo de regular el lenguaje. La Iglesia lo necesita como
toda sociedad. Pero el lenguaje cambia. Trminos usuales entendidos por todos
de modo ms o menos unvoco, se van haciendo disonantes, inexpresivos, de
doble sentido y por fin ininteligibles. Puede que en su destino histrico tomen un
matiz caracterstico y exclusivo. Esto es precisamente lo que ha ocurrido con
los trminos cuerpo y alma, que hoy se entienden de modo totalmente distinto
en las ciencias humanas.
Aunque consciente de ello, la teologa cientfica debe insistir en que su
competencia peculiar es la valoracin de la Palabra de Dios conforme a las
fuentes de la fe, tambin en puntos problemticos de la antropologa. Esto traza
nuestro esquema: preguntar qu contienen o no las fuentes (tarea de
comprobacin), cul es la intencin de las expresiones bblicas (tarea de
validacin) y cmo puede expresarse racionalmente esta intencin (tarea de
penetracin intelectual) respecto a las discusiones antropolgicas que
impregnan la sociedad de lenguaje -sincrnica y diacrnica- que es la Iglesia.
el esquema griego, que no conoca; constata que el ser humano, como creatura,
es como todas las dems y convive con ellas, pero tambin es ms que todas en
cuanto slo a l le ha sido otorgada la vida divina.
El aliento de vida es peculiar de Dios, quien hace partcipe de l al ser
humano. Objetivamente coincide esto con la expresin de ser imagen fiel del
creador de Gn 1,27. Al igual que imagen no denota un espejismo momentneo
sino una cualidad inmanente del ser humano, la inspiracin del aliento de vida
no debe entenderse como un acontecimiento fugaz, sino como la obra
permanente de Dios.
La teologa cristiana asumir la creacin progresiva bajo el concepto
creatio continua. En el momento en que Dios no confiriera ya su aliento vital los
seres humanos falleceran: Si escondes tu rostro, desaparecen; les retiras tu
soplo y expiran, y retornan al polvo que son (Sal 104,29; vase Jb 34, 14s). La
muerte no es la desintegracin platnico de soma y psique, sino el fin de la
comunicacin divina. Para los israelitas, la vida significa estar con Dios,
participar inmediatamente de la vida que Dios otorga como nefes, ruach,
basar, leb, o como se quiera llamar al ser humano; lo cual pona ms que difcil a
los seres humanos del Primer Testamento creer en una vida despus de la
muerte. Si no se goza del aliento de Dios, todo se acab. nicamente si se une la
idea de la fidelidad divina al concepto de la vida, puede dibujarse tambin la
resurreccin de los muertos en el horizonte mental de los judos.
Siendo la comunicacin de fuerza vital una suerte de comunicacin, lo que
define el aliento de vida como esencia del ser humano puede describirse con
conceptos de la teora de la comunicacin. En la tradicin derivada de Gn 1, la
creacin se describe como un acontecimiento de comunicacin oral, traduciendo
sus rdenes por dice Dios; tambin en la creacin del ser humano, cuya
diferencia de esencia y funcin proclama solemnemente.
El ser humano es la nica creatura hecha a imagen y semejanza de Dios.
sta es la primera diferencia. La segunda consiste en que Dios, inmediatamente
despus de completar su obra, entra en comunicacin con l: y les bendijo Dios
y les dijo: creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla (Gn 1, 28). Ser
imagen de Dios conlleva la responsabilidad y su condicin previa -la libertadcomo caracterstica del nuevo ser. El cuidado seorial sobre el resto de la
creacin por encargo divino requiere sopesar, decidir, proponerse un fin,
operaciones que suponen y exigen procesos conscientes de valoracin.
Los seres humanos devienen as mandatarios y fieles administradores de
Dios en el mundo. El autor usa bien el plural ya que al principio no exista el ser
humano en singular, sino que Dios lo cre como hombre y mujer (Gn 1, 27).
Hombre, como fruta o flora, es un abstracto que como tal no existe. Lo
que se da son ambos gneros y este ser doble gnero es tan originario como el
devenir ser humano. Ni por un instante ha existido slo un ser humano.
La valoracin de Gn 2 es aparentemente distinta. Si all existe primero el
hombre, no debe atribuirse a la preeminencia de ser varn, sino a la
insuficiencia de ser singulare tantum, inherente a la incomunicacin del hombre
solitario: estar solo no es bueno para una creatura esencialmente relacionada
con Dios. Del cuerpo del hombre, es decir de lo ms noble de la creacin, forma
Dios la ischa para el isch, la varona para el varn, en buena traduccin literal. El
varn entabla enseguida un dilogo, cuya primera frase reconoce su igual valor
y dignidad: esta vez s que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. sta
ser llamada varona, porque del varn ha sido tomada (Gn.2,23).
4
Wolfgang BEINERT
Wolfgang BEINERT
supone la tesis de que en todo caso slo la formacin del cuerpo ha seguido el
proceso evolutivo, no la hominizacin en conjunto.
Como observ Karl Rahner hace unos cuarenta aos, el creacionismo
implica que Dios no es verdaderamente creador, sino a lo ms acta como
demiurgo en concurrencia con la causa segunda, degenerando as l mismo en
causa segunda. Si se pretende evitar esto, se debe situar totalmente el acto de
la generacin del individuo en el proceso generativo. En l los padres vienen
facultades por Dios como causa primera, para reproducirse de tal modo que no
solamente nazca un ejemplar ms de la misma especie, sino uno nuevo, es decir,
un ser humano nico, individual, personal.
Se repite el proceso de la primera hominizacin. En un punto determinado
del proceso de la evolucin, ocurri la constitucin iniciada por Dios de una
creatura como su t personal, que el Gnesis designa como imagen de Dios. Al
ocurrir esto, surgi el primer ser humano. Cundo, dnde, cmo se diferenci,
sobrepasa los actuales conocimientos histricos. Adems, teolgicamente,
resulta de poco inters. Lo que hemos descrito es un acontecimiento
transemprico y, a la vez, sumamente real, que puede pensarse
independientemente de todo modelo antropolgico, dado que lo especficamente
humano no es el alma, sino el ser persona del ser humano entero.
2. Alma asexual? Agustn y otros Padres de la Iglesia pretendan zanjar el
dilema entre el patriarcalismo cultural y la equivalencia bblica de los sexos
atribuyendo el primero a la diversidad corporal y la otra al alma indiferenciada.
En la misma lnea, R. Schulte cita las palabras de Franz Ebner fundador del
personalismo: En la espiritualidad de su existencia, el ser humano no es varn
ni mujer.
Esta perspectiva es inaceptable. Pues, aun entendiendo al ser humano
primariamente como unidad de alma y cuerpo, no responde a la vivencia
originaria del yo individual, que, como sexual, se experimenta determinado slo
por su anatoma. Hoy sabemos adems que la sexualidad biolgica no se agota
en la conservacin y propagacin de la especie, sino que es y ha de ser
expresin de la inclinacin y amor humano en todas sus dimensiones. Lo
contrario es como si se definiera el apretn de manos en un encuentro por un
simple movimiento de brazos.
Con mayor razn la tesis del alma asexual no se sostiene, si ser persona
constituye la esencia del ser humano y le caracteriza como un todo.
Teolgicamente en esto consiste la comunicacin con Dios, ampliada a la
comunicacin corpreo-anmica con el mundo y con los dems seres humanos,
igualmente seres comunicativos y con parecidas relaciones. Claro que en tal
comunicacin interviene el cuerpo, desde la insinuacin por un simple gesto o el
apretn de manos hasta la compenetracin sexual, pero si es realmente
comunicacin humana, es un actus humanus y no un mero actus hominis y, en
consecuencia, su sujeto es propiamente el yo apostrofado. Este es -hablando de
nuevo en lenguaje teolgico- creatura de Dios, quien nunca ha creado un ser
humano asexual. No existe jams el ser humano, sino siempre nicamente un
varn o una mujer. Lo que puede afirmarse de un varn o de una mujer se
enraza en su respectiva humanidad individual, tambin su sexualidad. El
aspecto anatmico y biolgico no es ms que una manifestacin de su realidad
antropolgica.
3. Alma inmortal - cuerpo mortal? Desde fines de la edad antigua, el
principal mbito en el que se desarroll la antropologa teolgica y, por
8
Wolfgang BEINERT
10
Wolfgang BEINERT
11