Miguel Dalmaroni La Investigacion Literaria
Miguel Dalmaroni La Investigacion Literaria
Miguel Dalmaroni La Investigacion Literaria
(director)
La investigacin literaria
Problemas iniciales de una prctica
ndice
INTRODUCCIN (Miguel Dalmaroni)
Cmo y para qu usar este libro
La investigacin es una moral
Normas de citacin
PRIMERA PARTE: EL PROYECTO DE INVESTIGACIN (M. D.)
1. La retrica del gnero
2. La planificacin del proyecto
3. El ttulo y la eleccin del tema
4. Los objetivos
5. Un horizonte de debates
6. El estado de la cuestin
7. Las hiptesis
8. La metodologa y el cronograma
9. La bibliografa
9.1. El apartado Bibliografa del proyecto de investigacin
9.2. Bibliotecas, bibliotecarios y repertorios
10. Director, lugar de trabajo y comunicacin
10.1. El director
10.2. El lugar de trabajo
BIBLIOGRAFA CITADA EN LA PRIMERA PARTE
INTRODUCCIN
alcances que pudo haberle dado la historiografa de las ciencias naturales (Kuhn), segn
la cual ciertas investigaciones establecen modelos y mtodos consensuados como
cientficos, y cuya aplicacin en otros casos particulares garantiza la fiabilidad del
conocimiento al que se arribe o evita errores metodolgicos que conduzcan a
conclusiones falsas. Se trata ms bien de mostrar cmo ha sido posible, en el contexto
de la matriz problemtica de cada campo vg. literatura y culturas populares
construir y resolver un problema particular mediante un itinerario de investigacin
especfico que, como ya sealamos, no est all para ser replicado vg. El discurso
criollista en la formacin de la Argentina moderna de Adolfo Prieto.
Conviene aclarar aqu que, a diferencia de lo que sucede en esta segunda parte del libro,
en la primera apelamos a ejemplos puntuales tomados de estudios y libros de trayectoria
diversa: un texto crtico reciente an no es un ejemplar ni sabemos si lo ser, pero puede
ofrecer un muy buen ejemplo de formulacin de hiptesis, igual que un clsico de
Bajtn.
3. Algunos otros casos ejemplares: con el mismo propsito que el apartado anterior, y
para ampliar el alcance y la diversidad temtica y metodolgica de la imagen de cada
campo que proporcionamos, se mencionan algunas otras investigaciones publicadas,
acompaadas de una resea muy breve.
4. Algunas de las principales revistas acadmicas, en papel o electrnicas,
especializadas en investigaciones del campo. Este apartado tiene una importancia
particular, ya que entre las tareas de iniciacin en la investigacin se cuenta la de
informarse acerca de cules son las revistas especializadas de calidad que publican
investigaciones del subcampo disciplinario de que se trate. Procuramos dar una primera
orientacin al respecto, pero tambin advertir cmo, sobre todo en algunos territorios de
investigacin emergentes, los soportes del debate y de la publicacin son variados, aun
no convencionales en muchos casos, preliminares en otros.
Como se ve, aunque el sesgo del conjunto del libro es informativo, el contenido de la
primera parte es predominantemente procedimental y normativo, mientras que la
segunda es la zona propiamente crtica de la obra. El lector har bien en esperar que la
primera parte aporte algo sobre todo a sus destrezas y conocimientos prcticos e
institucionales, y que la segunda lo haga ms bien con su enciclopedia y con sus
disposiciones crticas y creativas.
Hay que temer, naturalmente, que este libro se asocie a un gnero que con honrosas
excepciones parece definido por dos rasgos prescindibles: la pseudopedaggica
reiteracin de reiteraciones, y la compulsin por el humor ligero y dudoso. Creemos
haber hecho lo posible por evitar su abuso. Por un lado, si este libro tiene lectores sern
universitarios, es decir lectores profesionales: pueden releer cada frase todas las veces
que as lo decidan, sin que el texto las repita. Por otro lado, humor ligero pero del bueno
ya se ha hecho con temas como los de este libro, no en manuales de metodologa sino en
la novela de David Lodge Small World, traducida al espaol como El mundo es un
pauelo, un libro que sin dudas todo investigador en temas culturales y literarios hara
bien en leer.1
1
Aunque debemos admitir que es muy curioso cmo tantsimos acadmicos que han ledo no slo la
novela de Lodge entre carcajadas sino hasta Homo academicus de Bourdieu entre gestos de asentimiento
reflexivo, siguen regodendose acrticos y bizarros en la repeticin creyente de los rituales, la etiqueta
y los ademanes mandarinales que la pedagoga corporativa se ocup de inocularnos y que nos confirma
en cada rutina profesional para que reproduzcamos a nuestra escala los mecanismos de la dominacin.
que se derive del contacto con prcticas como la literatura, el arte o el filosofar no podr
sino mantener una relacin conflictiva, disimtrica o tensa con los valores de una
actividad como la investigacin, profesionalizada e integrada a un orden social en cuyo
interior la clase de procesos, prcticas y cosas que estudiamos siempre produce alguna
perturbacin. Pero conviene tener en cuenta que, en ltima instancia, toda investigacin
aun la ms profesionalizada, aun la ms codificada enfrenta una tensin parecida: las
nociones de creatividad y de originalidad, que se cuentan entre los valores menos
discutidos en todas las ciencias, prescriben para todos bioqumicos o filsofos,
astrnomos o historiadores del arte una disposicin de extraamiento frente a la
realidad y la exigencia permanente de no slo sospechar de lo comn, lo convenido, lo
previsible, sino adems de desafiarlo.
3. Normas de citacin
Este libro sigue las normas de citacin del MLA Style Manual (Modern Languages
Association) segn la versin castellana disponible en 2007 en el sitio web del Instituto
de
Investigaciones
en
Literatura
Iberoamericana
de
Pittsburg,
en
http://www.pitt.edu/~hispan/iili/Normaseditorials.html
(28/9/07).
Incluimos
a
continuacin un resumen de las ms importantes:
A) Las citas, tanto en el cuerpo del escrito (artculo, captulo, informe)
como en las notas al pie, deben incluir los datos mnimos para identificar
el texto citado y el nmero de pgina correspondiente a la cita. Ejemplo:
(Rama 32); o (Rama, La ciudad letrada 32) en caso de que se cite ms
de una obra del mismo autor; o (Rama, La ciudad 32) cuando sea
suficiente la primera palabra del ttulo para identificarlo en la nmina de
bibliografa al final.
B) Nmina de Bibliografa al final del escrito (ejemplos):
Libros:
Frye, Northrop. Anatomy of Criticism: Four Essays. Princeton: Princeton University
Press, 1957.
Artculos de revistas:
Adorno, Rolena. El sujeto colonial y la construccin cultural de la alteridad. Revista de
crtica literaria latinoamericana 28 (1988): 55-68.
Artculos de libros:
Goc, Cedomil. La novela hispanoamericana colonial. Historia de la literatura
hispanoamericana. Tomo I. poca colonial. Luis Iigo-Madrigal, editor. Madrid:
Ediciones Ctedra, 1982. 369-406.
Artculos de peridicos:
Labrunas, Jos Ignacio. Con real y medio. El Nacional (Caracas, 16 nov. 1990): C-7.
Documentos en Internet:
Garca Mrquez, Gabriel. Discurso de aceptacin del Premio Nobel de Literatura
1982.
En:
http://www.islapoetica.com.mx/premios-literarios/nobel/discurso/garciamarquez.htm (19/01/05).
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5. Evitar los subjetivemas y el uso figurativo de las palabras o, cuando se los incluya,
buscar el modo de hacer explcito su carcter de tales y las razones por las que el autor
del proyecto cree preferible no suprimirlos.
6. Privilegiar la claridad y la precisin terminolgica, conceptual y lgico-semntica
aun cuando impida optar por las mejores alternativas de estilo, sonoridad o calidad
literaria de la prosa.
Los puntos 5 y 6, como puede verse, ignoran posiciones tericas y filosficas
conocidas acerca de la productividad epistemolgica de la escritura, de la forma, de
la configuracin crtica de la experiencia literaria o del discurrir de la subjetividad y la
intersubjetividad. Por eso mismo, conviene no olvidar que son normas que aun as
suelen (con mayor o menor peso segn el caso) estar presentes en las expectativas de
quienes evalan proyectos por encargo de instituciones.
Agreguemos finalmente un comentario sobre el punto 1.a), es decir sobre los
lectores: el proyecto de investigacin es un instrumento de interlocucin, una forma de
dilogo por escrito. Cuando sea acreditado y puesto en marcha, funcionar como gua,
plan, hoja de ruta del trabajo de investigacin. Pero antes de eso, el proyecto es una
apelacin que procura persuadir en teora y a largo plazo a cualquier miembro de la
comunidad de especialistas, y en la prctica y a corto plazo a un grupo ms bien
pequeo de ellos: el comit de evaluadores. El autor del proyecto y su director deben
hacer lo posible por tener en cuenta con quines estn dialogando. Por ejemplo, en
algunas agencias y organismos los comits para la evaluacin de becas incluyen ex
profeso investigadores de disciplinas ajenas a la que se evala; en la mayor parte de las
Universidades, el sistema de admisin a los posgrados tambin hace intervenir a
especialistas de otras reas (adems de investigadores en literatura y lingstica, el
comit que evale nuestro proyecto puede incluir historiadores, socilogos,
comuniclogos, epistemlogos, etc.). Puede que, en cambio, el proyecto de
investigacin sea presentado para su evaluacin en un contexto acadmico vinculado a
tradiciones y usos que no son idnticos a los propios por ejemplo, ante un programa,
instituto o agencia del exterior y en otra lengua; en todos los casos es preciso
mientras lo redactamos ponerse todo el tiempo en el lugar del lector del proyecto, pero
en circunstancias como sa conviene intensificar tal disposicin.
Por supuesto, por muchos motivos esta retrica acadmica puede ser desafiada o
ignorada, aunque tal vez sea ms estratgico y provechoso hacerlo en otros gneros, no
en un proyecto de investigacin (no parece muy coherente que quien suscriba una
posicin terica de inclume hostilidad hacia los presupuestos epistemolgicos de la
retrica del gnero, escriba un proyecto de investigacin ni, menos, lo presente en
pblico). Aunque, ms o menos remotamente, pueda dar lugar a un ensayo, el proyecto
de investigacin no es un modo del ensayo (Giordano Modos), sino un papel de
trabajo, un instrumento preliminar para dar curso a la produccin de conocimiento
sobre un tema. En este sentido, un buen evaluador examinar sobre todo la capacidad
para identificar un problema, formular hiptesis originales y planificar una
investigacin; mientras que atender especialmente a los mritos de la prosa crtica en
los escritos de investigacin publicados o inditos que agregue el aspirante a becario o a
tesista en su presentacin.
Ahora bien: conviene distinguir estas normas retricas de lo que sera, en cambio, la
adopcin ms o menos pasiva de una jerga que consideremos ideolgica, algo a lo que
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no slo no estamos obligados sino que la propia moral cientfica excluye. Por supuesto,
los gneros de la investigacin suelen ser capaces de tornar indigerible la prosa casi de
cualquiera, como sucede con los guios identitarios que toda colectividad se inventa,
sea profesional o no (todo hbito gregario es, digamos, oligoltrico y, se sabe, la
veneracin de s nubla a menudo el gusto y la vergenza); pero no es necesario por eso
que se vuelva acrtica.
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encuadra el proyecto en cierta tradicin del campo disciplinar. A nuestro modo de ver,
una vez anticipado el contenido ms importante del proyecto en la breve introduccin,
los fundamentos pueden desarrollarse de modo satisfactorio en el estado de la cuestin,
en la metodologa y el marco terico.
Marco terico es una frmula cuyos presupuestos epistemolgicos muchos
preferimos discutir, ya que sugiere la adopcin de una teora previamente delimitada. Es
posible que la frmula sea apropiada para ciertos tipos de investigacin en ciencias
naturales o exactas. En cambio, las fronteras de la dimensin terica de un proyecto del
campo de las ciencias de la cultura se trazan junto con el resto del proyecto y siempre
deberan quedar abiertas, sea que se use o no la defectuosa frmula marco terico. La
conveniencia de separar Metodologa de Marco Terico suele depender del tipo de
proyecto. De hecho, muchos buenos proyectos utilizan el apartado Metodologa para
exponer, entre otros aspectos, puntos de partida tericos de la investigacin.
Algunos organismos usan Plan de trabajo como sinnimo de proyecto de
investigacin o de plan de tesis. En otros, Plan de trabajo es aproximadamente un
sinnimo de Cronograma y/o Plan de actividades. No debe confundirse el plan
con el ndice tentativo del informe final o de la tesis que resultar tras la
investigacin. Los proyectos de investigacin no incluyen ndice o sumario provisorio,
un instrumento de trabajo que corresponde a un momento posterior, cuando la
investigacin ya ha comenzado y avanzado al menos algn trecho.
En general, puede decirse que a diferencia de los proyectos presentados para
solicitar una beca, es aconsejable que los proyectos o planes de tesis doctoral sean ms
extensos y pormenorizados.
En qu orden proceder para elaborar un proyecto? Lo peor que se puede hacer es
comenzar por atorarse leyendo toda la bibliografa disponible sobre el tema. Cualquiera
que comience a pensar en un posible tema de investigacin conoce ya por lo menos algo
de las fuentes y de la bibliografa. En el comienzo, entonces, conviene evitar el quedar
aplastado por las tesis, artculos y documentos acerca del tema antes de haber concebido
algunas ideas provisorias pero de apariencia inicial prometedora. Es decir, lo ms
aconsejable es intensificar el contacto con la base emprica (por ejemplo el corpus de
textos que nos interesa), comenzar a bosquejar todas las ideas que se nos ocurran y
seleccionar luego las que sean a primera vista a la vez razonables, importantes,
originales, provocativas. Despus de ese hallazgo preliminar de las ideas que en un
futuro podrn transformarse en las hiptesis del proyecto y slo despus de eso,
conviene iniciar el estudio de la bibliografa especializada en el tema, tanto crtica como
terica. A partir de all, lo habitual es que comience una etapa en que vamos y venimos
de la bibliografa a nuestro borrador de hiptesis y viceversa, en una sucesin de
borradores sucesivos. Cuando disponemos de un borrador avanzado de las hiptesis y
del estado del conocimiento sobre el tema, y hemos bosquejado ya las conexiones entre
el tema y los presupuestos tericos, estamos en mejores condiciones de saber si el ttulo
imaginado inicialmente era el correcto o conviene reescribirlo, se clarifican los
objetivos de la investigacin, podemos comenzar a precisar cules sern las teoras en
que se apoyarn las hiptesis, delinear un recorrido metodolgico y, en fin, ir
completando el resto de los apartados del proyecto.
En esta secuencia de borradores sucesivos, la participacin intermitente del director es
muy importante.
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A la luz del ejemplo, conviene advertir que esta base emprica no es una hiptesis. Por
supuesto, algunas reas de las ciencias sociales y culturales emprenden a menudo
investigaciones cuyo propsito principal es el de reunir y describir de manera metdica
lo que aqu llamamos evidencia emprica, sobre la que, subsecuentemente, esas mismas
investigaciones u otras posteriores levantan hiptesis crticas, es decir explicaciones.
Pero conviene tener en cuenta en general que lo que podemos llamar proposiciones
observacionales no son (o no deberan tomarse por) hiptesis. El metro predominante
en el corpus es el endecaslabo; En esos textos Saer reitera que Espino fue para l la
figura del artista ejemplar; En la novela Middlemarch de la inglesa George Eliot la
sintaxis de la prosa se complejiza e ironiza en mayor grado segn la voz de la narracin
toma distancia de la historia: no son hiptesis sino ms bien constataciones derivadas
de un anlisis mtrico, documental o narratolgico, segn el caso; una hiptesis, en
cambio, razona y explica eso que el anlisis ha constatado (por ejemplo, responde por
qu predomina el endecaslabo, qu signific la ejemplaridad de Espino para la potica
de Saer, por qu sucede eso en la novela de Eliot o qu efectos produce).
B. El tema se convierte en un problema cuando
1) la base emprica nos conduce a formular una o una serie de preguntas
importantes (o relevantes); para nuestro ejemplo: Dado que la relacin de Saer y de sus
escritos con la pintura parece haber sido intensa y constante cunto y de qu manera pudo
haber incidido en su proyecto creador y en las configuraciones de su narrativa? Habra,
entonces, aspectos principales de la narrativa de Saer para cuya descripcin e interpretacin
resulta imprescindible considerar sus vinculaciones con la pintura?
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inspiracin. Por supuesto, estas dimensiones subjetivas tambin han sido explicadas en
trminos de pulsiones derivadas de la voluntad de dominio y del narcisismo. Como sea,
algo de lo que ha sido razonado en estos u otros trminos es, como sealbamos,
imprescindible para que una investigacin no fracase (o para que su xito no consista
meramente en el correcto y tedioso recuento de obviedades que nadie haba inventariado
ni clasificado antes).
4. Los objetivos
Los objetivos son las metas de la investigacin, esto es lo que se espera conseguir con
ella una vez concluida.
Como ya anotamos, deben quedar slida y claramente articulados con el ttulo y la
introduccin que los precedan, y muy especialmente con las hiptesis. Durante la
redaccin del proyecto conviene, por lo tanto, asegurarse de que resulte claro que cada
hiptesis apunta al cumplimiento de alguno de los objetivos formulados: las disimetras,
hiatos o discontinuidades de contenido entre objetivos e hiptesis se evalan como una
debilidad metodolgica importante del proyecto. Segn esto, algunas bases y
formularios de presentacin de proyectos, y no pocos manuales de metodologa de la
investigacin, anan objetivos e hiptesis en un mismo apartado. Nosotros creemos que
separarlos es beneficioso para la legibilidad del proyecto sencillamente porque son
cosas diferentes, pero lo importante es que se mantenga la imbricacin lgico-semntica
entre ambos.
No es imprescindible enunciar los objetivos comenzando con infinitivos, pero es
preferible que el ncleo de su sintaxis est en infinitivo. Los infinitivos ms apropiados
para formular objetivos en sentido estricto son los del tipo de explicar, conocer,
evaluar, contribuir al conocimiento de o profundizar el conocimiento de; suelen
utilizarse, conforme al caso, otros como establecer, describir, delimitar, definir,
caracterizar, determinar, reconstruir, elaborar, disear.
De acuerdo al proyecto, puede ser necesario distinguir objetivos generales y
especficos o particulares.
Lo que aqu llamamos el objetivo principal de la investigacin es aquel que, dentro de
los que presentan a la vez un recorte ms preciso y un mayor grado de factibilidad que
otros, reviste mayor importancia cientfica, crtica o cognoscitiva. En general, puede
decirse que en proyectos individuales que disponen de entre dos y cuatro aos para su
realizacin, el objetivo principal de la investigacin es alguno de los objetivos
especficos (vase el ejemplo ms adelante).
Un error frecuente es confundir los objetivos de la investigacin con algunas actividades
mediante las que se llevar a cabo o a que dar lugar. Por ejemplo, publicar artculos o
exponer en congresos no forma parte, de ninguna manera, de los objetivos de una
investigacin (publicar y comunicar son actividades consecuentes mediante las que
todos los investigadores difunden regularmente los resultados). Llevar a cabo un rastreo
o emprender una compulsa de fuentes, tampoco son objetivos, sino actividades en
procura de alcanzar los objetivos. Actividades como analizar un corpus de textos
pueden en algunos casos incluirse en la redaccin de los objetivos (por ejemplo, cuando
conste que ese corpus no ha sido analizado, o no lo ha sido ms que parcialmente), pero
no presentarse como un objetivo en sentido estricto, menos como el objetivo principal o
como el propsito final de la investigacin. En consonancia con eso, tampoco conviene
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sostienen esos trabajos (cuya inclusin carecera en rigor de sentido, ya que entre los
temas de esos escritos no se cuenta el de las relaciones entre Saer y la pintura, ausencia
que es precisamente lo que este estado de la cuestin se propone demostrar). Por
supuesto, en casos como el del ejemplo, el estado de la cuestin suele considerar
investigaciones temticamente emparentadas con la que se planifica, y de las que
extraer al menos algunos criterios y pautas a utilizar por proximidad, analoga o
comparacin; para el ejemplo, sera posible revisar los trabajos sobre el problema de la
percepcin sensorial en Saer, las relaciones de su narrativa con el cine, y con las
propiedades espaciales y visuales de la poesa con que tom contacto su proyecto
artstico.
Conviene a la vez distinguir el estado de la cuestin de los presupuestos tericos
(o marco terico), tanto como de los presupuestos contextuales o histricos. En el
caso del ejemplo, el proyecto debe disponer de una teora acerca de las relaciones entre
pintura y prosa literaria; pues bien, esa teora no versa acerca de la cuestin (las
vinculaciones de la narrativa de Saer con la pintura), pero puede formar parte de lo que
se explica en el estado de la cuestin si las investigaciones precedentes la han hecho
intervenir para tratar la cuestin. Por ejemplo, en el apartado estado de la cuestin el
proyecto podra plantear que las conclusiones sobre el tema a las que arrib la
investigacin I son diferentes a las alcanzadas en la investigacin I 2 debido a que
utilizaron marcos tericos distintos acerca de las relaciones entre narrativa y pintura. A
su vez, el estado de la cuestin puede plantear que si se reconsidera el tema desde
presupuestos tericos nuevos o nunca aprovechados para el caso, es posible formular
preguntas nuevas; de acuerdo a eso, incluir en el estado de la cuestin un subttulo
sobre los Presupuestos tericos puede resultar lo ms conveniente. Lo importante es
siempre encontrar el lugar del curso del proyecto en que cada parte quede mejor
articulada, imbricada con la ilacin del conjunto. Por otro lado, y volviendo al ejemplo,
datos relevantes sobre la carrera de Saer o sobre la situacin de las artes que le eran
contemporneas no forman parte por s mismos del estado de la cuestin, a excepcin
de que se conecten claramente con el tema del proyecto; por ejemplo, los contactos de
Saer con la pintura de Fernando Espino, o su amistad con el plstico rosarino Juan
Pablo Renzi, no son tesis crticas sino datos biogrficos, pero es obvio que el proyecto
deber referirlos junto con otros en algn lugar de su desarrollo.
El estado de la cuestin suele ser el apartado en que el proyecto se justifica,
porque da lugar a las hiptesis. Es decir, el conjunto ya ms o menos establecido y
disponible de tesis sobre el tema plantea la necesidad casi siempre implcita de nuevas
investigaciones. El estado de la cuestin presenta errores, tesis discutibles o
incompletas, hiptesis apenas enunciadas y nunca exploradas, lagunas, vacos y olvidos
que pueden ser el punto de partida y la justificacin del proyecto. El valor de
originalidad del proyecto surge en ese contexto (o en el contexto de las nuevas teoras
desde donde reconsiderar la cuestin, o en ambos). As, el estado de la cuestin es la
prueba de que aquello que sabremos una vez desarrollada la investigacin no se sabe
todava. El proyecto debe mostrar que hemos podido formular una o una serie de
preguntas que nuestros predecesores no se haban hecho, o que apenas haban
formulado porque prefirieron dedicarse a responder otras que en su momento se les
presentaban como ms importantes. En este sentido, es posible recordar que eso que un
nuevo proyecto de investigacin vendra a descubrir o a responder se constituye como
tal vaco, error, olvido, descuido, postergacin sobre el horizonte de la historia de los
intereses y valores de una cultura, de una sociedad o de un grupo; algo as como lo que
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As, la controversia que esta relectura de las tesis precedentes descubre y que, diramos,
justifica la investigacin propuesta, ha quedado claramente planteada.
Por supuesto, el lector puede proseguir el anlisis aqu apenas insinuado de estos
mismos trabajos, o encontrar otros muchos ejemplos seguramente sin salir de su propia
biblioteca. A continuacin agregamos otros tres, seguidos de un breve comentario:
24
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Si el lector considera que demostrar es una nocin ligada a una concepcin epistemolgica
esquemtica, anacrnica e incluso ya ingenua, puede reemplazar la frase por esta otra: la hiptesis es la
explicacin del problema que la investigacin se propone tornar preferible en la comunidad de los
especialistas. Incluso si se admite el uso de una nocin como la de contrastar las hiptesis, conviene
saber que la posibilidad de, efectivamente, contrastarlas en sentido estricto y de modo satisfactorio resulta
por lo menos muy discutible, y eso no slo en el campo de las ciencias de la cultura o de las ciencias
sociales que privilegian mtodos cualitativos e interpretativos.
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no la de Piglia sea la preferible, es decir que sea la hiptesis con mayor grado de
definicin que podemos aspirar a formular si queremos saber en efecto algo sobre el
tema sin caer en simplificaciones que nos alejen, digamos, de la verdad. Pero eso no
invalida el principio metdico que nos conduce a buscar siempre el mayor grado de
definicin posible, ya no en trminos meramente lgicos sino en relacin con eso que
queremos explicar: sera lgicamente posible que siempre, sin excepciones, un cuento
narre dos historias; pero si no es, adems, histrica y empricamente verdadero, la
hiptesis por ms que ofrezca el mximo grado de definicin ser falsa.
El criterio de definicin no debe confundirse con una norma sobre el contenido del
predicado de las hiptesis. Por ejemplo, una hiptesis que, tras exponer qu habremos
de entender por indecidibilidad de un texto, dijese que El sentido del final del texto T
es indecidible por la razn R es una asercin definida: predica una propiedad del texto
(dice una cosa y niega su contraria).
Dejemos ahora las simplificaciones preliminares, y volvamos al tema que
utilizamos de ejemplo, Vinculaciones de la narrativa de Saer con la pintura.
Recordemos que ya hemos identificado el tema, lo hemos convertido en un problema y,
por otra parte, hemos propuesto una formulacin de objetivos para la investigacin. El
objetivo principal (es decir el objetivo especfico de carcter explicativo) propona:
Explicar los efectos de esas vinculaciones en el proyecto creador de Saer y en la produccin
narrativa de significaciones de sus relatos, particularmente en relacin con el grado de
consecucin literaria de la finalidad del arte postulada (por el proyecto) y alcanzada (por la
produccin narrativa).
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29
32
[]
Este punto parece discutible en el campo de las investigaciones en ciencias sociales en general (Egua y
Piovani); para el caso de lo que aqu llamamos investigaciones literarias, nos parece preferible la
inclusin de hiptesis en los proyectos.
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8. La metodologa y el cronograma
Ya hemos hecho algunos sealamientos sobre la Metodologa del proyecto a propsito
de otros puntos, pero recapitulemos y completemos aqu lo ms importante a tener en
cuenta al respecto.
En primer lugar, es importante que el proyecto quede claramente inscripto en un campo
de investigaciones con cierto desarrollo, o en una tradicin identificable dentro de ese
campo. En estos casos, la bibliografa especializada siempre cuenta con dos tipos de
ttulos que es provechoso citar en la Metodologa del proyecto y mostrar que
legitiman el modo en que hemos construido el problema: por una parte, textos
fundadores o ejemplares de ese campo o de esa corriente; por otra parte, artculos de
revisin y puesta al da, estados de la cuestin casi siempre escritos por especialistas de
cierta trayectoria. Los ejemplos ms prximos de estos dos tipos de ttulos estn en la
segunda parte de este libro: las reseas de los dos casos ejemplares de cada captulo lo
son de textos fundadores o modlicos de los itinerarios metodolgicos de cada campo,
mientras que las descripciones del campo que los preceden y que inician cada captulo
son precisamente esos textos de revisin y puesta al da. El proyecto puede hacer
tambin otras consideraciones terico-metodolgicas, pero lo importante es que el
mtodo, en un sentido amplio de la palabra, resulte identificado y permita al evaluador o
lector ver con claridad dnde se encuadra el proyecto y cmo lo hace.
La Metodologa, entonces, suele ser un buen lugar para precisar o incluso desarrollar
las teoras que el proyecto tomar como puntos de partida. En la elaboracin de cada
proyecto en particular es donde se debe decidir si hace falta incluir un apartado titulado
Marco terico, o si conviene en cambio exponer la teora entre la Metodologa y un
subttulo dentro de Estado de la cuestin y presupuestos tericos, o de otro modo que
se conjugue mejor con el curso de la exposicin.
En segundo lugar, para muchos evaluadores es importante que el proyecto muestre
cmo proceder concretamente la investigacin. Es el momento del proyecto en que la
Metodologa se superpone con el Cronograma; es decir, se enumeran, describen y
encuadran disciplinariamente tcnicas y actividades a llevar a cabo que se suceden en
etapas que luego el cronograma organizar en lapsos estimativos. Por ejemplo,
bsqueda, recoleccin y recensin de datos y fuentes; reelaboracin del marco terico y
profundizacin del estudio del estado de la cuestin; primera reconsideracin de la
hiptesis; desarrollo de los anlisis y las argumentaciones para cada hiptesis;
reconsideracin y cierre del corpus; integracin y exposicin general de resultados.
Por supuesto, aunque nunca conviene excederse, es posible y casi siempre conveniente
ser ms especfico. Por ejemplo, en el apartado Metodologa del ejemplo que venimos
desarrollando se podra incluir la comparacin y resolucin crtica de las superposiciones
tericas comprometidas en las categoras que sern utilizadas en la argumentacin principal:
objetalizacin, materiacin, espacializacin (Gramuglio; Bachelard), espesorizacin,
simultaneidad (Gumbrecht; Bachelard), subitaneidad (Bachelard), sntoma y anacronismo
(Didi-Humerman), acontecimiento (Badiou; Blanchot), experiencia presente (Williams).
Entre las actividades a llevar a cabo en este proyecto (que luego el Cronograma
ubicar en las etapas que a cada una correspondan) podran incluirse las siguientes:
a) Investigacin de colecciones y fondos pblicos y privados en Santa Fe, Rosario, Crdoba y
Buenos Aires (vg. Museo Provincial de Artes Visuales Rosa Galisteo de Santa Fe; Museo
Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario; Casa Supisiche en Santa Fe;
coleccin Espino en la casa familiar de Unquillo, Crdoba); sistematizacin de imgenes
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Fuentes o corpus? Las dos palabras no son sinnimos, sobre todo porque cada una de
ellas representa una posicin terica e ideolgica diferente acerca del objeto de
investigacin. Por lo menos tendencialmente, fuentes remite a una concepcin
empiricista y autenticista del objeto de las investigaciones culturales: lo que hemos de
estudiar tiene existencia previa e independiente respecto de la intervencin del
investigador; ste va a buscar a las fuentes, encuentra la materia primera de lo que
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estaba all, en los orgenes, y lo analiza y explica. Peter Burke recuerda que desde
siempre los historiadores han llamado fuentes a los documentos con que trabajan,
como si se dedicaran a llenar sus cubos en el ro de la verdad y sus relatos fueran
hacindose ms puros a medida que se acercaran ms a los orgenes o como si fuese
posible escribir sobre el pasado sin la contaminacin de intermediarios (Burke 16).
Corpus, en cambio, suele estar vinculado desde hace algunas dcadas a una
concepcin constructivista del conocimiento de la sociedad y de la cultura: el objeto de
investigacin del crtico de la cultura es inevitablemente su propia construccin, o por lo
menos no es posible que se constituya como tal sin la intervencin articuladora del
crtico. Volveremos sobre este problema en el captulo inicial de la segunda parte, pero
conviene anotar desde ya que la eleccin de fuentes o corpus no es una eleccin
meramente retrica. En proyectos de investigacin literaria la distincin se usa a veces
como herramienta para presentar por separado las obras de las ediciones. Por ejemplo,
bajo el subttulo Fuentes se incluye Saer, Juan Jos. Lo imborrable. Buenos Aires:
Alianza, 1993; mientras que bajo el apartado Corpus, se consigna Saer, Juan Jos.
Lo imborrable (1993).
En numerosos casos, las fuentes o el corpus suelen establecerse de manera provisoria y
quedar abiertos a modificaciones que aconseje el avance de la investigacin. Es de rigor
detallar las ediciones con que se trabajar y dejar establecida su confiabilidad; si no se
trabajar con las primeras ediciones o con ediciones crticas, hay que justificar con
razones de peso por qu no se lo hace (ya que, en principio, una segunda o subsiguiente
edicin no es una fuente de primera mano). Cuando se trate de materiales y documentos
de existencia infrecuente en bibliotecas pblicas conviene informar dnde se dispone de
los mismos y en qu condiciones de conservacin, acceso y consulta.
En general, conviene tener en cuenta que la bibliografa y su distribucin indican tanto
un mrito crtico (adelantan el conocimiento slido de un enfoque con el cual la fase
inicial de la investigacin queda comprometida) como un mrito cientfico-institucional
(exhiben capacidad de acopio y acceso). Y un buen evaluador de proyectos examina
siempre esos mritos.
Por supuesto que el autor de una tesis o de un informe de resultados de investigacin
debe haber ledo y estudiado ntegra la bibliografa que cita. En un proyecto, en cambio,
la bibliografa es una hiptesis de trabajo: por una parte, el autor del proyecto deber
haber ledo y estudiado los ttulos sin cuya consideracin no hubieran podido
formularse de modo fiable el estado de la cuestin y las hiptesis. Por ejemplo, un
proyecto sobre Efectos y representaciones de la Revolucin Cubana en la narrativa
argentina entre 1960 y 1968 debe demostrar que parte de un conocimiento
historiogrfico suficiente y fiable acerca de lo que el ttulo denomina Revolucin
Cubana, y seguramente deber entonces organizar un apartado de la bibliografa en que
se d cuenta de ese conocimiento.
Por otra parte, es aconsejable incluir en la bibliografa del proyecto todos los ttulos de
los que se tenga una referencia segura suficiente. Aqu los calificativos segura y
suficiente son lo importante. Por ejemplo, la resea de un libro al que an no hemos
tenido acceso publicada en una revista de la especialidad, puede resultar una orientacin
acerca del contenido de la obra que baste para asegurarnos su pertinencia para el tema
del proyecto; la lectura del sumario, la introduccin y la conclusin de una tesis doctoral
que no alcanzaremos a leer completa antes de entregar el proyecto puede no obstante ser
suficiente para que no dudemos en incluirla en la bibliografa. El abstract de un artculo
cuyo texto completo an no hemos conseguido puede ya indicarnos sin lugar a dudas su
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conexin con nuestro tema: si estamos seguros, por lo tanto, de que lo buscaremos para
estudiarlo, entonces ese artculo forma parte de lo que planificamos investigar y merece,
luego, un lugar en la bibliografa del proyecto (aunque slo ms tarde vayamos a saber
si seguir figurando en la bibliografa de la tesis o el informe). Por supuesto, sobre la
bibliografa consignada en el proyecto el curso de la investigacin operarn
necesariamente modificaciones, tanto exclusiones y descartes como la inclusin de
trabajos no disponibles o no publicados al momento de la redaccin del proyecto.
Algunos formularios para la presentacin de proyectos establecen una extensin
mxima en pginas o caracteres. A nuestro modo de ver, se trata de una norma razonable
respecto de algunas partes del proyecto (puede ser til para evaluar capacidad de
sntesis y de articulacin de la informacin sustantiva), pero riesgosa respecto de la
bibliografa. En efecto, obliga al autor del proyecto a aclarar que incluye una seleccin
muy escueta de ttulos debido a los lmites de extensin impuestos, y al evaluador a
confiar en la completa veracidad de esa declaracin: si en la bibliografa no figuran
algunos ttulos que el evaluador considera muy importantes para un aspecto del tema,
siempre se le podr echar las culpas de la omisin a la restriccin impuesta por las bases
del concurso o al formulario.
9.2. Bibliotecas, bibliotecarios y repertorios
Nuestra modesta experiencia indica que la mxima insistencia en el siguiente punto
nunca es excesiva: no es posible investigar prescindiendo del apoyo de una clase
particular de profesionales, los bibliotecarios y referencistas. No lo fue nunca, pero lo es
menos desde que se generaliz el uso de recursos informticos para la investigacin. La
circunstancia de la informatizacin de las bibliotecas acarrea una ventaja para la
economa de la investigacin, porque abre y acelera el acceso a muchos recursos
bibliogrficos y hemerogrficos remotos desde sitios fsicamente prximos. Los
investigadores de un rea especfica pueden y deben conocer las tcnicas e instrumentos
de bsqueda y obtencin de fuentes y bibliografa, pero sera un error que cada
investigador pretenda replicar lo que, en cambio, un buen bibliotecario debe saber para,
como le corresponde, hacernos una parte del trabajo: asesorarnos y guiarnos en los
procesos de bsqueda, seleccin y organizacin de los materiales.
Por lo tanto, una de las primeras decisiones estratgicas que un investigador que se
inicia debe tomar es la de elegir, hasta donde le resulte posible, un bibliotecarioreferencista y una biblioteca. Es necesario, por supuesto, concurrir personalmente a
muchas bibliotecas y archivos, pero es conveniente hacerlo regularmente desde una. No
debe tratarse necesariamente de la biblioteca que, entre las ms prximas a nuestro
domicilio de trabajo, ofrezca el acervo ms copioso. No es una buena biblioteca la que,
tenga unos pocos miles de volmenes o varios centenares de miles, se mantiene aislada
y no dispone de recursos eficaces y rpidos de acceso a la informacin. La mejor es la
que cuenta con equipamiento y servicios de acceso actualizados (desde la consulta de
bases de datos y de textos completos de publicaciones especializadas hasta el prstamo
entre bibliotecas), y con bibliotecarios-referencistas que saben usar y ensear a usar
esos recursos, y sobre todo que trabajan guiados por la conviccin de que apoyar a los
investigadores es provechoso y representa una parte sustantiva de su profesin. Puede
que la biblioteca elegida no disponga de una copia de la fuente principal de nuestra
investigacin, pero tanto o ms importante es que disponga de los recursos para saber
dnde hay copias de esa fuente, cun accesibles son y de qu modo, cul es la
bibliografa disponible sobre el tema, cules sus soportes y los modos de acceder a ella.
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Para acceder a copias digitales completas de revistas se puede comenzar por DOAJ.
Directory of Open Access Journals, http://www.doaj.org (17/3/08), de acceso abierto
directo. Una de las bases de textos completos de revistas ms usadas es JSTOR-Journal
Storage. The Scholarly Journal Archive- (http://www.jstor.org): es un recurso excelente
al que es posible acceder a travs de numerosas bibliotecas universitarias y otras
instituciones de investigacin. Para tener una primera informacin sobre el recurso se
puede consultar About Jstor en espaol (o en otros varios idiomas), en
http://www.jstor.org/about/desc.es.html (17/3/08); para un primer vistazo de la lista de
revistas sobre lengua y literatura de JSTOR, http://www.jstor.org/about/langlit.list.html
(17/3/98). Para acceder a textos completos de revistas igual que por JSTR pero slo en
el campo de ciencias sociales y humanidades, es recomendable Project MUSE.
Scholarly journals on line, http://muse.jhu.edu (17/3/08).
Con el asesoramiento de un bibliotecario-referencista y de su director, el interesado
podr reemplazar y, sobre todo, acrecentar y completar estas sugerencias con muchas
otras; pero lo que nos interesa es subrayar que disponer de los recursos necesarios para
escribir un buen proyecto y, ms en general, formarse como investigador, implica
tambin volverse un nativo de estos territorios tentadores y prdigos pero a la vez
espesos e intrincados, capaz de recorrerlos y navegarlos con curiosidad exhaustiva y
selectiva a la vez. En este sentido, un buen investigador es no slo capaz de usar estos
recursos sino adems de examinar la calidad y la fiabilidad de los materiales que es
posible hallar en la web (igual que lo har con libros o revistas convencionales, en
soporte papel).
10. Director, lugar de trabajo y comunicacin
desde una mscara de autoridad y distancia tal que impida la comunicacin). Traducida
en principio metdico, esta norma podra imaginarse como el criterio que resuelve
situaciones como la siguiente: Es obvio que el malicioso de X un colega, un
evaluador, un comentador, un lector ha elaborado este contraargumento a mis tesis con
el propsito de perjudicarme; pero precisamente porque se ha esforzado en elaborarlo
para asegurar su efecto perjudicial, es posible que el contraargumento sea bueno, es
posible que X tenga razn: examinemos, entonces, sus razones (examinmoslas como si
no fuesen suyas). Por supuesto, no es imprescindible tener convicciones gnoseolgicas
racionalistas para adoptar una disposicin de este tipo como recurso de trabajo.
Luego, un investigador que se muestre fastidiado o renuente con las solicitudes
de asesoramiento u opinin, que las rechace o se les sustraiga, puede ser un excelente
crtico, un erudito excepcional o un ensayista admirable pero no es lo que se considera
un buen investigador. Obviamente, conviene evitar esta clase de temperamentos a la
hora de elegir un director de tesis o de beca.
10.1. El director
Al momento de elegir un especialista a quien solicitarle que dirija nuestra
investigacin, conviene tener en cuenta las siguientes circunstancias:
Los investigadores mejor capacitados y calificados para dirigir becarios, tesistas
y grupos de investigacin suelen ser los que disponen de menos tiempo para hacerlo,
entre otras cosas porque ya dirigen a un buen nmero de discpulos y grupos. No
siempre es posible sortear esta contradiccin, pero siempre conviene conocerla,
evaluarla y conversarla abiertamente con el director elegido. Un buen director sabe que
debe dedicar mucho tiempo a cada becario o tesista que se inicia en la profesin bajo su
asesoramiento; debe saber adems cundo es necesario rechazar pedidos de direccin, o
derivarlos a colegas ms vinculados a la temtica elegida por el becario, o asociarse con
un co-director con quien compartir (pero no en quien delegar completamente) la
responsabilidad y la tarea.
La proximidad con el tema de investigacin del director no debera ser la
mxima ni la mnima: si es la mxima, ser muy difcil evitar el riesgo de quedar
capturados en las tesis del director (todos hemos conocido algn tesista o becario cuyos
escritos suenan demasiado a menudo como efectos de ventriloquia); si la proximidad del
director con el tema es la mnima, podr asesorarnos en cuestiones metodolgicas y en
aspectos generales del tema, pero a poco de andar el dirigido conocer mucho ms su
tema que el director (y es mejor que esto suceda promediando la investigacin o cuando
ya est algo avanzada, y no muy poco despus de iniciada).
Se dice que el mejor director no es ni el especialista ms joven ni el ms viejo.
El consejo, adems de antiptico, no es el correcto: el mejor director es el que tiene
suficiente experiencia y conocimiento del campo y es adems un miembro activo de la
comunidad de la disciplina, sin importar en principio su edad; aunque es cierto que
alguien demasiado joven puede cumplir con la segunda condicin pero raramente con la
primera. Desde ya que hasta esta ltima observacin merece desconfianza crtica: por
un lado, no parece conveniente que un par dirija a otro, pero el pedido regular de la
opinin de los pares es un hbito intelectual del mayor provecho; por otro lado, buenos
directores son los que integran como codirectores de tesis y proyectos a los
investigadores jvenes ya formados (esto es ya doctorados). Por supuesto, siempre
habr directores que pretendan legitimar el hbito narcisista o paranoico de acaparar
dirigidos con el pretexto de que quin mejor que yo para; obviamente, conviene
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