Arte y Educación Inés Sanguinetti Abstract 15 Pág
Arte y Educación Inés Sanguinetti Abstract 15 Pág
Arte y Educación Inés Sanguinetti Abstract 15 Pág
La crisis del sistema educativo actual nos lleva a incursionar en las conexiones posibles entre los diferentes
recursos y entornos que educan al sujeto (dentro y fuera de la escuela, dentro y fuera de la educacin formal)
y de cmo, a partir de darles un lugar en la escuela o establecer un vnculo con ella, se puede mejorar la
construccin de aprendizajes y conocimiento en el propio mbito escolar.
La crisis de referencias en la construccin de imgenes del futuro nos lleva a una sensacin de inseguridad
permanente y generalizada en el planeta. Philippe Meirieu (2007) seala que quizs sea renunciar al
porvenir y victimizarnos en la inaccin y la impotencia el mayor de los daos de esta poca de incertidumbres.
Los vnculos entre educacin y arte pueden ser significativos para vislumbrar la importancia de la formacin
integral del ser humano y de la creacin de espacios posibilitadores del desarrollo de los potenciales
individuales y colectivos.
Estas potencias en accin quizs nos alejen de los determinismos de la realidad cotidiana. La construccin de
posibilidades de felicidad tanto como la resistencia de las adversidades se fragua en una trama de habilidades
individuales y colectivas. La comunicacin y el dilogo son instancias fundamentales en este punto para la
construccin de sentidos y para la generacin de conexiones entre nuestra experiencia vital como individuos y
Por otro lado, y apuntando ms directamente al bienestar , la creatividad puesta en marcha en la construccin
de aprendizaje es una posibilidad de valoracin concreta de la libertad, la reglas de convivencia y el
pensamiento crtico que sienta las bases para la consolidacin de la democracia participativa desde una
escuela que forma en la convivencia.
Seala a este respecto J Beech (existe). gran desorientacin en cuanto a cmo tratar el tema de las
identidades colectivas y la cohesin social en las escuelas.
Al decir de John Dewey - quizs el filsofo norteamericano ms importante de la primera mitad del siglo XX- la
escuela no es la preparacin para la vida sino la vida misma1. Es decir, no es en el tratamiento terico del
contrato social en donde formaremos ciudadanos, sino que lo lograremos en la experiencia escolar
democrtica como prctica escolar.
1
En: Sarason, Seymour. La enseanza como arte de representacin. Amorrortu Editores, 2002, p.72.
EL ARTE Y LA EDUCACIN
La educacin como proceso social
Cada una de las formas de abordar la prctica educativa conlleva cosmovisiones del mundo y
consecuentemente concepciones del ser humano que le son propias. Estas ideas rigen la manera de construir
los espacios para la situacin de enseanza-aprendizaje, condicionan la percepcin de los actores y privilegian
la conformacin de un sujeto resultante coherente con los tpicos rectores del proceso.
Educar es, por ende, una tarea extremadamente compleja, un desafo constante, una actividad subjetiva y
humana. Como toda construccin social, la educacin est alejada de la naturalidad y de la neutralidad.
Reflexionar acerca de ella es repensar la sociedad que tenemos y la que queremos y resignificar el valor de la
formacin integral del hombre.
En las antpodas de la integralidad encontramos quizs al mundo escolar de hoy en da. Y en relacin a la
cohesin social/ fragmentacin social,
ignorancia o de la educacin?
Vivimos tiempos de crisis de todo tipo, las cuales nos alientan a imaginar un lugar ms estratgico de la escuela
en ese cambio cultural que mayoritariamente las instituciones y ciudadanos anhelan y no pueden operar.
Sobre el principio de responsabilidad sobre nuestro entorno y sobre el rol de algunas instituciones como la
escuela para crear lo nuevo, Phillipe Meirieu (2007) nos dice:
Somos responsables del futuro primero y solo el hombre puede ser responsable de aquello que no existe y
puede hacer existir aquello que todava no existe
Debemos pensar lo clave que ser cualquier modificacin en nuestra educacin para transformar nuestro
contexto, recordando que la educacin est inscripta en el marco de una cultura. Debemos poder afirmar sin
miedo la intencionalidad inherente de la prctica educativa y la concepcin de la educacin como proceso de
formacin integral humana, es decir, como instancia que involucra al hombre en su totalidad, como unidad
indisoluble.
Todo docente es un gestor cultural, en la medida en que educa con su accin en el contexto de una cultura.
Esta conexin entre educacin y cultura es el puente conceptual para entender la conexin entre arte y
educacin.
el capitalismo inicial que planteaba -en la idea rectora del progreso ilimitado-
el
alineamiento de las historias de vida singulares. El filsofo nos sugiere que la sociedad de consumo del postcapitalismo ya no produce objetos para los hombres, sino hombres para el mercado de objetos, lo que implica
el consumo exacerbado y el control frreo de los medios de comunicacin global sobre las opciones de ese
consumo. Cul puede ser en este marco el destino de cada persona como sujeto de deseo? Cules son los
mrgenes reales de libertad para construir y fortalecer identidades?
En palabras de P. Meirieu (2007), Y a esto debe agregarse adems un medio ambiente meditico y comercial
que exaspera el infantilismo en la propia sociedad. La publicidad, el conjunto de los medios de comunicacin,
reducen al individuo a la condicin de consumidor y el consumidor es aquel que est en estado de regresin
infantil
Ser en este marco la escuela el espacio para resistir estas marcas culturales o para producir individuos que
la sociedad requiere de acuerdo al sistema econmico imperante y al ritmo que este impone? Qu rol cumple
la escuela en una sociedad que ya es consciente de la presin sobre los colectivos que el sistema ejerce? Qu
rol cumple la escuela resistiendo el ejercicio de una hegemona cultural donde se modelan sutilmente los
sujetos? Qu margen de decisin tiene para tomar en estas tensiones?
Uno de los aparatos ideolgicos ms fuertes del Estado es el aparato escolar, encargado de la sistematizacin
de saberes y de la socializacin secundaria del individuo.
Es entonces la escuela slo un espacio de reproduccin del sistema imperante? Veremos que la respuesta
est lejos de algo tan simple y es en su complejidad que la respuesta brinda oportunidades transformadoras.
El potencial del hombre puede desarrollarse en terrenos adversos, la educacin propicia la continuidad de una
cultura y transmite un sistema simblico comn que contiene y unifica, pero tambin brinda instrumentos para
el cambio. Educar es incentivar en los otros el conocimiento de alternativas, la posibilidad de eleccin y
creacin, la ampliacin de los campos de accin, la generacin de pensamientos independientes.
Esta visin emancipadora y el aliento del pensamiento crtico que conlleva, parte de la idea de que todas las
personas -al decir de Paulo Freire- somos sujetos de derecho, antes nos reconocemos como sujetos de
conocimiento y mucho antes y primordialmente sujetos de deseo.
Derechos, Conocimiento y Deseo son tres pilares fundamentales en el desarrollo personal de un joven que
prepara desde la escuela y su entorno formativo un proyecto de vida.
Qu es un punto de cultura? Es un concepto de poltica pblica. Son organizaciones culturales de la sociedad que ganan fuerzas y
reconocimiento institucional al establecer una alianza, un pacto con el Estado. No es para las personas, sino que es de la personas. No
es un equipamiento cultural del Gobierno sino un servicio. Es un proceso desarrollado con autonoma y protagonismo social.
El dilogo y la participacin son necesarios para la democracia y para la construccin de convivencia entre
seres diversos. La introduccin de actividades en el aula que indaguen en el goce, la expresin de sentimientosan del malestar- de modo creativo, sienta las bases de una infancia y adolescencia en empata y conexin son
el mundo propio, el grupal y con el entorno. Esto es preparacin y construccin de ciudadana activa como
accin transversal al currculo.
La educacin para la liberacin en trminos de Freire est ligada a la praxis vital, a la operacin en el mundo
real, al reconocimiento del hombre como ser capaz de transformar el aqu y ahora y de transformarse a s
mismo. De mero observador, el sujeto se torna partcipe y desarrolla su conciencia histrica. La introduccin de
actividades creativas como recurso en el aula favorece la perspectiva Freireana:
El proceso educativo debe incentivar la creacin, cultivar la vida, incluir a todos los miembros de una
sociedad para que se conozcan y reconozcan como productores de cultura
Todas las corrientes desarrolladas a partir de la dcada del 70 que contemplan la educacin como motor de
transicin
derechos y obligaciones y la escuela produce individuos comparables. Como resultado de este proceso, algunos
sern ms dotados que otros. La negacin de la desigualdad social estructural es funcional a la concepcin
del aparato escolar como mquina reproductora y selectiva de sujetos.
Las condiciones del entorno, como vemos, nos condicionan y hasta pueden determinarnos. Sin embargo,
debemos dar a conocer opciones transformadoras, abrir nuevas perspectivas, superar las condiciones adversas,
aprovechar nuestro potencial y permitir a los dems el despliegue del propio. Es por eso que, ms all de las
circunstancias de lo dado, es necesaria la lucha por la creacin de espacios que faciliten la libertad creativa,
la participacin, la pertenencia como una forma de materializacin de la democracia.
El arte y la creatividad como recursos para el fortalecimiento de las subjetividades, la capacidad de expresar la
infinidad de emociones -que preceden y continan a la actividad ms racional- y como medio para desarrollar
la convivencia en la sociedad dialgica es mi punto de partida en este trabajo para el acercamiento entre la
educacin formal y la educacin no formal.
La escuela se halla, en gran medida, desbordada por las responsabilidades que recaen sobre ella. La escuela
aparece como la institucin que se hace cargo de los estallidos y reclamos de los ciudadanos (nios, jvenes y
adultos) pues es la escuela el estado en el territorio.
En el barrio, el Estado se materializa como una presencia real: espacios, personas y vnculos donde referir
demandas no canalizadas.
Algunas instituciones, en nombre de la calidad educativa y la innovacin, olvidan la misin que les concierne en
este sentido; otras, en contraposicin se afectan a ese rol mediador de demandas como cara visible del Estado
y precarizan su funcin educativa ms formal. En realidad, inmersa en esta tensin, el sistema escolar todo
lucha por alcanzar el equilibrio y por sostenerse en un mundo posmoderno que an no aborda la complejidad
de la funcin social actual de la escuela.
Sobre este punto Silvia Duschatzky habla de la escuela como frontera, como borde de contacto con los
aprendizajes extraescolares y experiencias de lo no escolar y como horizonte de posibilidad de accin contra
los determinismos de clase, situacin econmica o anomia que plantean las recurrentes crisis socioeconmicas
en Argentina.
como frontera es la escuela del otro lado. Desde el punto de vista del pensamiento
moderno, es la cultura de la periferia, la del sentido comn, la de los saberes experienciales,
la de la proxemia, la no autorizada En este sentido la escuela como frontera es la de la
variacin simblica, es decir la escuela que introduce una diferencia.
En esta frontera de vnculos y dilogos la escuela deja colar nuevos significantes y renueva de ese modo los
propios: Es la escuela que sabe abrirse y fortalecerse en esa apertura.
Una escuela post-moderna que ya no puede ser la garante de las oportunidades laborales y el bienestar de las
personas- dado que el trabajo no es ya un derecho garantizado desde la educacin- podr recuperar su
autoridad siendo en la comunidad la institucin que cimenta esos sentidos mltiples de la cultura que se
produce en ms de un espacio.
Cuando alentamos desde el arte y la cultura a los principios de educacin/accin, imaginamos una escuela que
puede recolectar nuevos sentidos en otros nodos educativos reconocibles en las experiencias que validan los
jvenes y la comunidad.
Se pueden y deben evaluar desde las lgicas de arte-cultura- educacin los alcances de ese otro, de lo no
escolar que son las prcticas autogestoras juveniles dentro y fuera de la escuela. El compromiso comunitario ha
probado ser una excelente estrategia no convencional de recuperacin y retencin de la poblacin escolar.
Pero mucho ms all de resolver problemas se trata de descubrir cmo acciona la participacin de los
jvenes en la gestin del aula. La responsabilidad puede ser una variable fuertemente relacionada con
creatividad. El binomio arte-educacin a travs de la herramienta del juego creativo permite conectar estas
dos variables como concomitantes en la produccin de mejores resultados en el aprendizaje.
El arte y la cultura pueden ser recursos para la integracin si entendemos la creatividad y la gestin y la
animacin sociocultural como nuevos recursos para el aula, la escuela y el dilogo entre escuela y comunidad
educativa. La educacin no formal tiene la posibilidad de producir espacios de intercambio, comunicacin y
accin entre los diferentes nodos educativos en la comunidad: centros de atencin primaria de la salud,
organizaciones culturales barriales, bibliotecas populares, centros deportivos, centros de jubilados, centros de
tradicin, etc.
Para atisbar posibles nuevas relaciones entre arte, creatividad y educacin cabe sealar que nos referimos a un
arte no concebido como mera contemplacin para grandes masas de pblico de la creacin de pocos
especialistas, sino ms bien a los principios de la cultura popular donde el arte es accin de todos convertida en
creacin y celebracin colectiva en la fiesta popular. El arte acadmico ha sabido interactuar en diferentes
momentos con la cultura popular como lo demuestra el movimiento mundial de teatro del oprimido y las
interacciones estticas con los movimientos populares y la cultura comunitaria en Latinoamrica.
"Porque, al igual que los pintores no pintan para ser admirados por otros pintores,
ni los msicos componen para ser escuchados slo por expertos en msica,
tampoco los filsofos escriben y piensan para los entendidos en filosofa. La
filosofa es para los profanos, para todos aquellos a los que les gusta tener
instrumentos para comprender mejor sus vidas, el mundo y las relaciones con los
dems" (J. Dewey. En: Larrauri, Maite. La educacin segn John Dewey. 2012)
De todas estas experiencias quizs la ms destacable -por su peso terico, profundidad de accin en la
comunidad, penetracin en el sistema educativo y multiplicacin de la metodologa a nivel mundial- sea la de
Augusto Boal3, lejos la ms notable para el siglo XX.
Boal est convencido de que toda actividad humana es poltica. El teatro, entonces, no est exento de esta
cualidad; muy por el contrario, es un arma capaz de ser utilizada para la transformacin.
El autor sostiene que las discusiones sobre las relaciones entre teatro y poltica son tan viejas como el teatro y
la poltica mismas. Afirma que dos posiciones dicotmicas se contraponen histricamente: por un lado, se cree
que el arte es pura contemplacin, del otro, que representa siempre una visin del mundo en transformacin y
es, en consecuencia, poltico. Varios interrogantes se desprenden de este planteo: es el arte un fenmeno
contemplativo o poltico? Es suficiente que el artista plantee sus intenciones para que la realizacin siga el
curso previsto por este?
Para resolver las inquietudes anteriores, indagar, en principio, en la figura de Aristteles, quien propone una
clara diferenciacin de gneros y la independencia entre poesa y poltica. Boal cuestiona esta proclamada
independencia, pues asegura que Aristteles construye un poderossimo sistema potico-poltico de
intimidacin del espectador, que se utiliza an en la actualidad. Ante esta perspectiva, Boal propondr nuevas
formas de hacer teatro, con un punto de partida comn: la idea de que el arte es un arma para la liberacin y
la transformacin de la realidad.
Augusto Boal fue director, dramaturgo y pedagogo brasileo (1931-2011). Adquiere reconocimiento mundial a partir del desarrollo
del Teatro del Oprimido. Su corriente de pensamiento y su obra en general presentan claras correspondencias con los escritos de Paulo
Freire.
El arte en tanto fuerza transformadora tiene una potencialidad que produce mejores posibilidades para el
desarrollo de nuevas formas de convivencia. De esta manera el arte puede contribuir a la construccin de un
mundo solidario que rescate, recupere y construya identidades reparadoras del dao que esas condiciones
materiales desfavorables producen en los sujetos y en las comunidades tanto dentro como fuera de contextos
vulnerables o no vulnerables.
I.
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El plano de la produccin de sentido individual y colectivo: es decir el arte como movilizador del
pensamiento crtico, como reparacin de la estigmatizacin y la diferenciacin, como posibilidad de
confrontacin y de construccin de una cultura alternativa.
El arte no es un objeto o una cosa, sino un vnculo. Esta perspectiva en el arte conecta con la idea de que lo que
educan son los vnculos y los espacios. La creacin artstica es la posibilidad de generar un campo imaginario y
un conjunto de prcticas, que estimulan la produccin de otros campos imaginarios y que se retroalimentan
mutua y sucesivamente.
La obra artstica ofrece su corporeidad (actor-msica-cuadro) para que los otros (espectadores) puedan
proyectar sus campos imaginarios propios desde este estmulo en sus propios espacios sociales y culturales.
El arte y en particular las prcticas artsticas transversales a otros campos de la experiencia (educacin-vida
comunitaria-economas solidarias-industrias creativas-salud), generan conexiones entre espacios sociales
diversos,
Todos pueden recuperar y ejercer esa posibilidad de imaginar y componer algo solos y juntos como
comunidad humana por fuera del consumo.
En este sentido, la creatividad es aliada al cometido educativo de aprender a ser4. La creacin de nuevas
identidades o dimensiones de una misma identidad pueden despertarse desde el arte y la creatividad a la
voluptuosidad, la fusin, la desmesura y el plus de vida. En esto radica su mayor eficacia para ponerse en
competencia con la misma voluptuosidad y vigor de la pulsin consumista.
El plano de la prctica social integradora: el arte como accin que organiza, moviliza, genera
grupalidad.
4
UNESCO. La educacin encierra un tesoro. Informe de la Comisin Delors sobre la Educacin para el siglo XXI, 1996.
convivir.http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF. Se basa en el concepto de los cuatro pilares de la educacin: aprender a
conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos.
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Las prcticas derivadas de esta visin del arte asentadas en su potencialidad de conexin transversal
entre espacios sociales y campos simblicos, constituyen herramientas privilegiadas de integracin
social y promocin comunitaria de las personas.
Es as que la produccin de expresiones artsticas es una accin socio- cultural productora de mecanismos
generadores de condiciones de posibilidad y de oportunidad, de integracin y ampliacin de espacios
individuales, grupales y sociales.
El arte concebido como produccin social de espacios de libertad, como manifestacin de lo humano, tiene la
capacidad de albergar y potenciar la diversidad y las diferencias, siendo sta la base terica y prctica desde la
cual podemos apostar a revertir situaciones de pobreza, exclusin, violencia, discriminacin, etc.
El arte necesita proponer una revalorizacin de la produccin artstica y de la obra - es decir del hecho
artstico - como proceso social y comunitario creador de nuevas estticas, nuevas metforas y emociones si se
hace transversal a otros espacios que los propios del arte.
El arte como prctica es estudio, es proceso de enseanza- aprendizaje, es relacin social y es vnculo personal,
es prctica poltica y prctica de transformacin.
Los encuentros de individuos y grupos provenientes de diversos espacios sociales con el arte, su produccin y
sus variadas modalidades de expresin, son semillas de institucionalidad para el desarrollo cultural y por ello
nuevos recursos para los nuevos enfoques educativos.
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Los hechos artsticos por lo tanto son transformadores de las formas de interpretar el mundo y esto
es lo que posibilita que sus protagonistas se transformen a su vez en creadores de nuevas realidades,
en sus propios espacios educativos y comunitarios.
Los procesos estticos creativos y participativos producen nuevas modalidades del hecho artstico, casi siempre
ligadas en diferentes escalas a transformaciones personales, sociales y polticas. Las experiencias
protagonizadas con nios, presos, desocupados, dirigentes etc. muestran que en un proceso artstico creativo y
participativo, el final del camino nos encuentra siempre ms libres, ms capaces y ms fuertes para desarrollar
un proyecto de vida. Nuevos territorios para el arte son entonces nuevos lenguajes para la participacin
poltica.
El binomio arte-educacin al que hicimos referencia puede ponerse al servicio de potenciar la educacin tanto
como la capacidad de incluir a muchos ms artistas que los especialistas en el mundo del arte y mejorar as
su calidad.
Es decir un arte y una educacin de mayor calidad porque han dejado atravesar sus dominios hacia una mayor
integralidad de la experiencia humana.
13
CONCLUSIN
La escuela, principal representante de la educacin formal, no es ajena a la crisis que atraviesa el estado-nacin
como referente para la construccin de identidades y la resolucin de incertidumbres de futuro. En el mundo
contemporneo, el Estado no garantiza la integracin al sistema y son muchsimos los que quedan fuera de los
flujos de produccin y circulacin de conocimientos, bienes y servicios.
Crear sitios de expresin, creacin y encuentro que favorezcan la exploracin del propio ser y sirvan para
establecer lazos con los dems es trascendental para reconocer al otro como par, respetarlo e integrarlo y
sentar las bases de la resolucin creativa del presente y el futuro.
No sabemos que resultar de los destinos de los estados-nacin, pero seguramente las personas seguiremos
habitando territorios dotndolos de sentido.
El binomio arte-educacin articula dos conceptos claves. El primero: el arte, es fin y medio, es objetivo y
recurso. El segundo: remite a formacin integral de hombres y mujeres, a la co-formacin en espacios
dialgicos y multi-referenciales.
Proponernos estos objetivos implica encontrar nuevos recursos como el arte-educacin aplicado a lo curricular
para recuperar la centralidad poltica de las emociones y la creatividad al servicio de la generacin de contratos
de convivencia.
La educacin, en todas sus formas, es un proceso de descubrimiento y enriquecimiento que nos permite tener
una vida ms plena. Generar relatos democrticos que privilegien la comunicacin y la asuncin de la propia
voz es responsabilidad de todos los miembros de la sociedad.
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