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La Contención Del Pecado
La Contención Del Pecado
La Contención Del Pecado
La tercera tormenta que sopla dentro de nosotros y hace perder la altura a nuestra
actitud hasta que se estrella es: la contencin del pecado.
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso
hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo
quien hace aquello, sino el pecado que mora en m. Y yo s que en m, esto es, en mi carne, no
mora el bien; porque el querer el bien est en m, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que
quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el
pecado que mora en m. As que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en
m. Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis
miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado
que est en mis miembros. Miserable de m! quin me librar de este cuerpo de muerte?
Gracias doy a Dios, por Jesucristo Seor nuestro. As que, yo mismo con la mente sirvo a la ley
de Dios, mas con la carne a la ley del pecado (Romanos 7.1525).
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Recibir perdn es una cosa; vencer el pecado es otra. David clama pidiendo poder
purificador en los versculos 5 al 13. Su oracin revela que hay ocho pasos para esta
liberacin, y para obtener poder para vencer el pecado:
Aydame a entender la verdad sobre m
He aqu, t amas la verdad en lo ntimo, y en lo secreto me has hecho comprender
sabidura (v. 6).
Que la sangre del sacrificio limpie mi corazn
Purifcame con hisopo, y ser limpio; lvame y ser ms blanco que la nieve (v. 7).
Llname de gozo y alegra
Hazme or gozo y alegra, y se recrearn los huesos que has abatido (v. 8).
Dios, no te acuerdes ms de mis pecados. No puedo soportarlos
Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades (v. 9).
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