1 - Realidad y Deseo La Utopía y El Sentido de La Historia (Lectura Obligatoria)
1 - Realidad y Deseo La Utopía y El Sentido de La Historia (Lectura Obligatoria)
1 - Realidad y Deseo La Utopía y El Sentido de La Historia (Lectura Obligatoria)
EL SENTIDO DE LA HISTORIA
Reality and Desire: Utopia and the Meaning of History
Resumen
El presente ensayo se estructura en tres partes. En la primera se realiza una argumentacin encaminada a justificar que el estudio de la utopa constituye una apropiada reflexin sobre el sentido del pasado; es decir, sobre filosofa de la historia.
Despus, para aclarar el concepto de utopa, nombro a Toms Moro que es quien lo
introdujo. Cito las caractersticas que tiene dicho concepto anticipando que una de
ellas es el problema de su proyeccin a la realidad. Hago una breve descripcin de la
obra de Moro con el propsito de sealar finalmente que el mismo filsofo ya plante este problema de la transferencia del deseo a la realidad. El segundo apartado
contiene un breve repaso cronolgico de los principales utpicos occidentales, desde
los filsofos y escritores de los siglos XVI y XVII, hasta el da de hoy y de sus grandes aportaciones: plantear preguntas, reflexiones, inquietudes, generar sentimientos,
etc. Se destaca el valor de sus trabajos para entender el sentido del presente que
narran. El tercero y ltimo apartado retoma el asunto de la transferencia del deseo
utpico a la realidad para alertar, como hicieran los crticos utpicos del siglo XX,
acerca del mismo. Como se desprende de la lectura de este ltimo apartado comparto, con estos grandes crticos, el deseo ilusorio de una sociedad no utpica.
Palabras clave: utopa, realidad, deseo, filosofa de la historia.
Abstract
This paper consists of three sections. In the first one, I argue that the study of utopia
is a valid reflection on the meaning of the past; that is, on the philosophy of history.
After explaining the concept of utopia I make reference to Thomas Moore, the
person who introduced it. I list the main characteristics of utopia arguing that one
of them is the difficulty in projecting it into reality. Lastly, I make a short description
of Moores work, showing that the philosopher himself had already considered the
problem posed by transferring wish into reality. In the second section, I write a
short chronological survey of the main Western utopians: philosophers and writers
from the 16th and 17th century up to the present. I expose the ideas that synthesize
their works and draw attention to their most remarkable contributions: posing
questions, reflections, concerns, generating feelings, and so on. Besides, I stress again
the high value of their works when it comes to understanding the meaning of the
present they narrate. In the third and last section, I resume the topic of transference
of utopian wish into reality in order to warn about it, as the utopian critics of the
20th century did. As can be inferred in this last section, I share with these notable
critics the illusory wish for a non-utopian society.
Key words: utopia, reality, desire, philosophy of history.
1. INTRODUCCIN: EL
MORO
El estudio de la utopa constituye una apropiada reflexin sobre el sentido del pasado2. A travs de la investigacin del pensamiento utpico
entramos por la puerta grande en el terreno de la filosofa especulativa de
la historia3 que pretende descubrir el sentido y la finalidad de todo el pro-
2. El trabajo que presento es fruto del estudio y las reflexiones realizadas en la asignatura
Filosofa de la Historia, magistralmente impartida por el Prof. Ignacio Izuzquiza en la
Universidad de Zaragoza.
3. La filosofa especulativa de la historia se origina en Alemania de la mano de Kant, Herder
y Hegel fundamentalmente. Uno de los antecedentes de esta filosofa es Agustn de Hipona
(354-430). En La ciudad de Dios (22 libros) desarrolla una teologa de la Historia, dos ciudades, generadas respectivamente por el amor del hombre a s mismo (la civitas terrena) y
por el amor hacia Dios (la civitas Dei), se disputan el dominio de la tierra y ambas aspiran
a la paz. La ciudad terrena aspira a una paz que coincide con el bienestar temporal, mientras que la ciudad celestial aspira a una paz eterna que se obtiene despus de la muerte gracias a la plena posesin de Dios en la visin beatfica. En el desarrollo de la historia los contornos de las ciudades no son, sin embargo, perfectamente netos: la Iglesia no coincide con
la ciudad de Dios, ya que en el interior de ella conviven buenos y malos, del mismo modo
ceso histrico en un intento por revelar una trama subyacente de la historia que fuera ms all de la enumeracin de unos acontecimientos
muchas veces incoherentes. Se tratara de narrar los hechos buscando su
verdadero sentido y su especial racionalidad. Walsh (1968) concluye
diciendo que si puede afirmarse que el filsofo tiene un inters especfico por el curso de la historia, ha de ser por la totalidad de ese curso, es
decir, por el sentido de todo el proceso histrico (p. 26).
Para Izuzquiza, la filosofa de la historia es reflexiones de segundo
grado sobre la historia: reflexiones sobre el trabajo del historiador y preguntas que no se hace este profesional como por ejemplo, las relativas al
problema de la historicidad, al sentido de la historia y a la memoria. La
primera de estas tres preguntas interpela a la construccin de la esencia del
ser humano y a la asuncin de la propia historicidad; la segunda, al problema del sentido filosfico, al significado del pasado al que los historiadores raras veces atienden (o tambin al del presente como muestra la obra
Izuzquiza, 2003); la tercera, aboga por ejercer el sentido de la memoria de
manera creativa que no consiste en acumulacin de datos sino en preguntarse por los hechos.
Realizando este anlisis se pueden inferir aspiraciones, ambiciones,
pretensiones y esperanzas de las gentes de otras pocas. Tambin es posible preguntarse sobre cules son los significados del pasado, es decir, abordar el problema del sentido al que a veces los historiadores no prestan
atencin. Diversos autores novelistas, filsofos, etc. han proyectado
en sus obras anhelos acerca de lugares ideales (presentes en sus imaginaciones) y variadas consideraciones sobre lo que podra ser una sociedad
bien organizada; sociedad que para cada uno de estos pensadores viene
definida por proposiciones dispares.
As pues, durante el humanismo, Toms Moro inicia la reflexin sobre
utopa. Con l nace este concepto que deriva del griego ou no y tpos,
lugar (cf. Enciclopedia de la Filosofa). Significa pues, no lugar4, lugar
que no existe, en ningn lugar. Puede entenderse en su acepcin espacial pero tambin temporal: todava no.
En el concepto de utopa hay otro elemento significativo: la relacin entre
posibilidad y realidad. La utopa por definicin es inaplicable. Consiste en
ideales que no se pueden traducir a la realidad. Son deseos que no tienen su
correlato en el terreno de lo concreto, improbables de materializar, ya que
deja de ser utopa si se pretende traducir a la realidad. En definitiva, nunca
puede proyectarse, ya que cuando se hace pierde el sentido. Generalmente
hay quienes escriben utopas y quienes intentan materializarlas. Son protagonistas distintos (sobre ello volveremos al final de este ensayo).
La utopa es, por lo tanto, un tratado de perfeccin que nunca culmina. Para enunciar estos tratados hay que tener un gran conocimiento del
presente y una excelente capacidad de crear distancias: ver realidades
desde ngulos distintos. Es decir, hay que disponer de discernimiento, que
no es erudicin vaca sino reflexin microscpica, y de la capacidad de
cultivar la perspectiva alejndose de dogmatismos. Virtudes que se expresan en Moro y en otros muchos autores posteriores.
Como hemos adelantado, Toms Moro (Londres, 1478-1535)5 es considerado como el primer utpico. En su obra (1516)6, escrita en latn, describe un estado ideal perfecto, la isla de Utopa, donde rigen principios de
igualdad jurdica y econmica para los ciudadanos. Para entender el texto,
sea este o cualquier otro, hay que comprender quin es su autor y el contexto en el que vive (su presente). En el caso de Moro podramos destacar
su brillante carrera poltica, durante el reinado de Enrique VIII, y su espritu humanista. Subrayamos tambin su amistad con Erasmo de
Rotterdam a uno de cuyos discpulos, Pedro Egidio, dedica su obra; obra
sobre la que, haciendo filosofa de la historia, nos preguntamos por cul
sea su sentido.
5. He decidido escribir las fechas de nacimiento y muerte de los autores utpicos que cito,
as como la fecha de sus obras, no para proporcionar un dato erudito sino porque sirven
para situarnos en el contexto general de la poca en que escribieron estos autores y permiten realizar un discurso escrito cronolgicamente coherente.
6. Utopa, al igual que el resto de las obras que citar en este trabajo, tiene tantas lecturas y
es tal su densidad de significado que hara falta ms de un ensayo para plantear todas las
cuestiones que sugiere y las preguntas que nacen de su lectura. Semejante propsito excede los propsitos de estas pginas. Tampoco quiero enumerar datos ya sabidos por todos
y que se encuentran en cualquier enciclopedia. Por eso, tan slo me limito a hacer algunos pequeos comentarios sobre cada obra, acerca de su autor y su contexto presente, con
el propsito de realizar un breve estado de la cuestin del pensamiento utpico occidental y en relacin con la filosofa de la historia.
De entre las lecciones, los interrogantes y las reflexiones que nos proporcionan sus lecturas la crtica de la propiedad privada, el concepto de
isla y su relacin con la identidad, el nacimiento de lo urbano y el significado de la ciudad, la nocin de semejanza, el sentido del trabajo y del ocio,
el concepto de la guerra, etc., nos quedamos con una de las metforas de
la vida humana que ms puede inquietar y que se expresa a travs de uno
de los protagonistas: Rafael Hitlodeo. Es un imaginario navegante portugus, un personaje misterioso abierto a innumerables posibilidades de
interpretacin e identificacin. En l se apoya Moro para describir las
penosas condiciones de vida de la Inglaterra de su tiempo (libro primero)
y las circunstancias apropiadas de su repblica perfecta en la isla de Utopa
(libro segundo). Lo ms destacable es su definicin navegante interesado por los viajes, sabio conoce la lengua latina y la griega, inclinado a
la Filosofa, ansioso por conocer nuevas tierras, y desapegado dej a
sus hermanos el patrimonio. Es este hombre, con estas virtudes,
quien describe Utopa, la mejor organizacin de un Estado. Al terminar
de hacerlo, Moro da un ejemplo de respeto hacia Rafael y plantea el problema de la relacin entre el deseo y la realidad (problema ya mencionado
con anterioridad y al que volvemos en el ltimo apartado de este trabajo):
[] como me di cuenta que la narracin lo haba fatigado y no estaba yo muy
seguro de si le gustara ser contradicho, ya que el propio Rafael haba, en el
curso de su relato, censurado a esos que temen no parecer lo bastante discretos
si no encuentran algo que criticar en las invenciones ajenas, le tom de la mano
y, alabando su discurso y las leyes utpicas, le conduje al interior a cenar, no sin
advertirle que en otra ocasin y despus de meditar discutira con l ms por
extenso. Ojal se presente ocasin de hacerlo Entre tanto, debo confesar que
as como no me es posible asentir a todo lo dicho por un hombre ilustrado
sobre toda ponderacin y conocedor profundo del alma humana, tampoco
negar la existencia en la repblica Utpica de muchas cosas que ms deseo que
espero ver implantadas en nuestras ciudades7. (E. Imaz, 2001: 138)
2. OTROS
Nueva Atlntida, donde los inventos cientficos sean alentados; su utopa de un mundo en progreso constante dominado por la ciencia al servicio del hombre y por la conquista tecnolgica del mundo natural (cf.
Enciclopedia de la Filosofa). Dado su nfasis en el progreso cientfico con
el tiempo se convierte en profeta de la ciencia, con sus aplicaciones tcnicas e industriales, lo que provoca afinidades y alabanzas (por ejemplo, por
parte de los positivistas) o crticas severas (como las que provienen de la
Escuela de Frankfurt).
Por la misma poca, el filsofo italiano Tommaso Campanella (Stilo,
Reggio Calabria, 1568-1639) caracteriza su ciudad imaginaria en la idea de
comunidad, que todo sea comn, abogando, como Moro, por la desaparicin de la propiedad privada. Como con otros muchos autores, las interpretaciones de su obra son abundantes. Ahora bien, si algo resulta curioso es su tratamiento de la alimentacin. Sus referencias a esta actividad son
tan prdigas que uno de los mayores especialistas contemporneos en cultura alimentaria humana, Vito Teti, de la Universidad de Calabria, lo cita
copiosamente. Por ejemplo, en Il peperoncino (1997: 60, 78) dice:
Le opere del filosofo di Stilo sono caratterizzate da riferimenti a piante alimentari e midicinali, cibi, essenze, profumi. Campanella si pone costantemente
problemi di ordine alimentare, dietetico, medico. La Citt del Sole (1602)
unopera rivelatrice anche di concezioni alimentari e mediche di un filosofo che
attento ai sogni e ai desideri di popolazioni che vivevano in uno stato dindigenza e di precariet () Campanella, con la sua filosofia, la sua utopia, le sue
osservazioni, appare una figura centrale, testimone e interprete del passaggio dal
mondo antico a quello moderno, anche dal pepe al peperoncino. Nei suoi scritti troviamo il riflesso di viaggi reali, immaginari, utopici e di scambi di uomini,
animali, piante, cose, cultura che avvengono tra Vecchio e Nuevo Mondo.
ticas, opiniones y deseos sobre cmo debiera ser. Son los tiempos de la
revolucin gloriosa en Inglaterra; tiempos durante los cuales se origina la
poltica contempornea (se cuestiona la monarqua absoluta para dar paso
a la constitucional, nace la figura del Primer Ministro y surgen los dos
grandes partidos polticos Tory y Wigh, se reconoce el papel del
Parlamento, etc.). Es la poca de los grandes filsofos britnicos Locke
(1632-1704), Berkeley (1685-1753), Hume (1711-1776) de la gran colonizacin de los Estados Unidos, de la India, etc., y donde se estn poniendo los cimientos del capitalismo industrial. El dinero adquiere relevancia
entendindolo de variadas maneras: mantenerlo quieto o invertirlo y
tenerlo en movimiento.
Es durante estos momentos en que Defoe escribe Robinson Crusoe
(1719) y Swift, Los viajes de Gulliver (1726). Las dos obras surgen en una
poca nueva. Por su carcter es un perodo histrico que motiva la bsqueda del sentido. Ambas ficciones proyectan la utopa de sus autores a travs
de las cuales podemos inferir su personalidad y su concepcin del mundo.
El ingls Defoe es vivo, con gran sentido de la oportunidad, optimista, progresista (Wigh) y negociante. Se suma al ideal general del colonialismo. Cree en las relaciones sociales interesadas, es decir, en virtud de
los beneficios que le puedan reportar (as entiende tambin la poltica).
Fruto de su mpetu comercial arriesga su capital pasando por momentos
de abundancia y ruina. Aora el poder, el dinero y la influencia. Robinson
Crusoe es una proyeccin de s mismo. Ejemplifica todos los rasgos de
carcter y los anhelos personales de su autor. La metfora del naufragio se
puede leer como la ruina econmica y toda la historia es la isla como la de
la colonizacin inglesa: comienza de cero hasta llegar a construir un enclave de civilizacin britnica ejemplificado en la concepcin del territorio y
en el adoctrinamiento de Friday. La lectura plantea interrogantes Quin
gana los inteligentes o los vivos? Es posible comenzar de cero? Qu es
la civilizacin y un ser civilizado? Por ello podemos preguntarnos qu
conceptos e ideas hay detrs de lo que plantea Defoe e indagar sobre el
sentido de su presente.
El irlands Swift es el contrapunto de Defoe. Swift es lcido, conservador (Tory), pesimista, no aprecia Gran Bretaa (es un pas industrial,
rico; mientras que Irlanda es agrcola por entonces y presenta una fuerte
emigracin), odia el colonialismo, mira el progreso con distancia, se mofa
del poder y de los que hacen cualquier cosa por conseguirlo. No puede
soportar la modernidad porque s, ni tampoco el enriquecerse especulando. Todo ello lo expresa en sus trabajos satricos no en vano es considera-
dr que descubrir su universo pasional. Fourier inventa pequeas comunidades, los fanasterios, donde se permiten desarrollar estas pasiones. En
definitiva, si su obra es utpica es porque desea una sociedad apasionada.
Si Fourier levantara la cabeza vera que nuestra poca es, como las anteriores, un tiempo de represin brutal de las pasiones; un tiempo que
aboga por la moderacin, el comedimiento, la compostura, etc., muchas
veces justificado en trminos de proteccin de nuestra propia salud. En
todo ello tal vez tenga algo que ver la preponderancia de la cultura norteamericana anglosajona que como en el Festn de Babette8 considera pecado lo que es placentero. La legislacin sobre el tabaco, las recomendaciones acerca de la prctica deportiva moderada, las presiones sobre la delgadez, la demonizacin de la bebida, la contencin de la sexualidad, la
McDonalizacin del juego infantil9, la sobre valoracin del trabajo productivo, etc., no son sino la expresin de este poder calvinista que nos
gobierna que desea a toda costa mantener su estatus ideolgico. El estado
de hasto y pesadumbre en el que nos encontramos los seres humanos
contemporneos es fruto del cumplimiento de los anteriores dogmas; es el
resultado de nuestro orden social.
Y as es como llegamos casi hasta nuestro presente. Antes de abordarlo hay que detenerse en las crticas utpicas de la primera mitad del siglo
XX. Durante este tiempo hay dos autores britnicos populares que escribieron sendas novelas inquietantes muy adecuadas para el sentido histrico de su momento: Aldous Huxley (1894-1963) y George Orwell (1903-
8. Creo que El Festn de Babette (1987) expresa, entre otras cosas, el conflicto entre normas,
valores y creencias religiosas. Por un lado, Martina y Filipa, dos hermanas danesas llamadas as en honor a Martn Lutero y el telogo luterano Philip Melanchton, y, por otro, la
chef francesa Babette representan dos maneras diferentes de concebir el mundo: el de la
Europa septentrional reformada (Dinamarca) y el de la meridional catlica (Francia). La
manera fundamental en la que esta confrontacin se pone de manifiesto es a travs de la
alimentacin. En el Festn de Babette la afirmacin hemos perdido the sense of taste es
una manifestacin de la represin de una pasin, el gusto alimentario, propio de una identidad cultural religiosa que denota un rechazo voluntario del placer y del pecado y un distanciamiento de lo que Babette representa para esta comunidad (un anlisis de esta pelcula se puede encontrar en V. Luzn y L. Cantarero, 1999).
9. Aconsejo la lectura del libro de Ritzer, 1999, para entender lo que es la McDonalizacin
de la sociedad. En este libro expone de una manera brillante cmo el sistema de funcionamiento del MacDonalds se ha proyectado sobre otras instituciones sociales hasta tal
punto que hoy en da es imposible entender la sociedad sin comprender los principios
fundamentales que rigen estos restaurantes de comida rpida. Es importante entender
cmo funciona el orden social uniformizado para comprender el comportamiento social
general y sus funestas consecuencias.
1950). Ambos critican de una manera irnica la materializacin de los deseos utpicos.
Huxley empapado de una fina educacin y una buena situacin econmica critica la sociedad decadente de su tiempo. En Un mundo feliz expresa su visin de una sociedad futura dominada por la tecnologa en la que
los ciudadanos de Utopa, confortablemente sojuzgados por la droga
soma, han renunciado a la libertad a cambio de una existencia sin problemas (El PAS, viernes 31 de octubre de 2003). Esta novela futurista se sita
en el ao 632 despus de Ford. La naciente sociedad es el resultado de una
guerra que ha acabado con traiciones, religiones y donde los seres humanos
se reproducen in vitro. Bilogos y genetistas crean el nuevo orden social; un
orden mecanizado, absolutamente homogneo, estructurado en castas bien
instauradas. Huxley advierte del peligro de los que crean semejante estabilidad social que por medios cientficos desean la revolucin final.
En la misma lnea de cuestionamiento de los propsitos de las revoluciones humanas, Orwell, en Rebelin en la Granja, pone en entredicho la
posibilidad de una sociedad sin poder. Bsicamente el libro es una crtica
del comunismo de Stalin y del poder en general. De los innumerables
comentarios que se podran hacer sobre el libro, de sus copiosas interpretaciones, de las abundantes preguntas que plantea y de entre los contradictorias sentimientos que genera me quedo con prestar atencin a uno de
sus protagonistas Squealer y dedicarle unas pocas lneas. Este personaje es tan actual que no hay nada ms que felicitar a Orwell por haber
sabido describir tan acertadamente a uno de los pilares que ampara a una
persona que desee ostentar el poder. Squealer es el mximo exponente del
cinismo que miente y engaa sin pestaear. Su poder y su verdadero peligro consiste en que su capacidad de persuasin es ilimitada: es capaz de
generar una opinin pblica favorable hacia los intereses de quien sirve
manipulando, mintiendo, ocultando informacin, difamando y denigrando al Otro. Su actualidad es tal que encontramos estos personajes all
donde de lo que se trate sea mantener o alcanzar el poder ya sea en las altas
esferas de la poltica, la economa o la ideologa o en las sencillas relaciones vecinales (pasando por los departamentos universitarios, por
supuesto). Aunque solo fuera para poder desenmascarar a los Squealers
contemporneos merecera la pena leer este libro.
Finalmente, en el siglo XXI, todava se siente la necesidad de expresar
deseos y aspiraciones de un nuevo modo de organizarnos donde podamos
cuestionar algunas de las consecuencias negativas del mundo postcapitalista, por ejemplo, el universo de asepsia que nos engulle y que pertenece a la
3. CONCLUSIN: DEL
DESEO A LA REALIDAD O
LA UTOPA COMO TIRANA
Les utopies apparaissent comme bien plus ralisables quon le croyait autrefois. Et nous nous trouvons actuellement devant une question bien autrement
angoissante: Comment viter leur ralisation dfinitive...? Les utopies son ralisables. La vie marche vers les utopies. Et peut-tre un sicle nouveau commence-t-il, un sicle o les intellectuels et la classe cultive reveront aux
moyens dviter les utopies et de retourner une socit non utopique, moins
parfaite et plus libre10.
(Nicolas Berdiaeff, en Aldous Huxley, 1987: 6)
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