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Manual de Metodología Semiótica

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MANUAL DE

METODOLOGA
SEMITICA
Juan Magarios de Morentin

1 CONCEPTO DE SEMITICA
1.1 Concepto
Entiendo por semitica:
un conjunto de conceptos y operaciones
destinado a EXPLICAR
cmo y por qu un determinado fenmeno
adquiere, en una determinada sociedad
y en un determinado momento histrico de tal sociedad,
una determinada significacin
y
cul sea sta,
cmo se la comunica
y cules sean sus posibilidades de transformacin .
La intencin inicial de este enunciado es proporcionar, a quien se acerque a nuestra
disciplina, una perspectiva a la vez amplia y operativa. En este sentido, considero
que, a partir del concepto propuesto, la perspectiva amplia puede asentarse en la
propuesta de estudiar la significacin de un fenmeno social y la perspectiva
operativa en la de explicar esa significacin.
As pues, la semitica puede interesarle a los estudiosos e investigadores de los
fenmenos sociales, en la medida en que buscan explicar la significacin socialmente
atribuida a tales fenmenos y en la medida en que enfocan esta bsqueda de un
modo riguroso, que justifique las conclusiones a las que lleguen, y no de un modo
intuitivo, que se comprende pero cuya razn de ser se desconoce o sin que se pueda
establecer por qu se considera que es sa significacin (o, mas bien, conjunto de
significaciones) la que corresponde atribuirle a tal fenmeno y no cualquier otra.
Por tanto, el abogado, el socilogo, el psiclogo, el historiador, el licenciado en letras,
el crtico de arte, el lingista, el antroplogo, el gegrafo, el arquelogo, el licenciado

en turismo, el economista, el filsofo, el terminlogo y el traductor, el epistemlogo,


el bibliotecario, el publicitario, el comunicador, el arquitecto, el muselogo, el
politiclogo, el licenciado en ciencias de la salud, el demgrafo, el pedagogo y tantos
otros, en el mbito de las ciencias sociales, necesitan de la semitica como
instrumento estructurador para la consistencia y el rigor de sus estudios e
investigaciones.
Esto se basa en que todos ellos tienen como objeto de conocimiento de sus
respectivas disciplinas a otros tantos objetos semiticos, o sea, a fenmenos sociales
que ya (sin que sea imaginable un momento previo en que todava no) tienen
atribuido (pacficamente o no) un determinado significado.
Todos ellos, por tanto, son usuarios potenciales de la semitica, en la medida en que
sepan que la semitica puede proporcionarles las operaciones necesarias para
elaborar una explicacin bsica de la significacin (plural, contradictoria,
competitiva) que posee, en un momento dado de una sociedad determinada, el
concreto fenmeno que estn estudiando, y en la medida en que nosotros, los
estudiosos de la semitica, que pretendemos elaborar y proponer las operaciones
analticas pertinentes, no los defraudemos.
Tambin los objetos de conocimiento de las ciencias naturales (dejemos al margen,
por el momento, el tema de si esta dicotoma es o no pertinente, si bien anticipo que
considero que no) son otros tantos objetos semiticos y, por tanto, tambin en ese
dominio la semitica tiene utilidad. El problema es epistemolgico y relativo a las
caractersticas del proceso de produccin de los correspondientes conocimientos y
sugiero tratarlo en otra oportunidad; pero quede ya planteado.

1.2 Signos y
metodologa.

Objetos

Semiticos.

Ciencia

La que propuse como primera caracterstica: entender por semitica un conjunto de


conceptos y operaciones, no supone la identificacin de dos universos diferentes,
sino su compenetracin de modo tal que los conceptos que se definan como
pertinentes a la semitica sern aquellos que permitan comprender el
funcionamiento de las operaciones que constituyen su finalidad especfica y
aplicarlas. Conceptos y operaciones interactan en el proceso cognitivo que
identifica a la semitica: desarrollar procedimientos analticos y reconstructivos que
permitan llegar a enunciar explicaciones relativas a la produccin e interpretacin
del significado de los fenmenos sociales. Estos conceptos y operaciones integran
un conjunto que, en definitiva, se constituye en un mtodo de investigacin.
Al afirmar esto, tiendo a rechazar la concepcin de la semitica como una
ciencia. Creo que, para ello, hay un argumento importante: no puede admitirse que

sea una ciencia por el especial carcter del que sera su objeto de conocimiento: el
signo. Desde la perspectiva peirceana (a la que sigo, sin aceptaciones
dogmticas), todo es signo. Es muy rico el concepto de semiosis infinita que esto
ltimo implica, tanto (1) en lo relativo a la recurrencia semiotizante de cada una de
las partes del signo, que las constituye a su vez en signos, y a las partes de estos
nuevos signos, a su vez, en signos (o sea, de 3 partes de un primer signo se pasa a 9,
de stas a 27, de stas a 81, y as sucesiva y, al menos desde una perspectiva terica,
interminablemente[1]), como (2) en la productividad del signo en la mente de cada
interpretante[2] (que no lo percibe desde alguna exterioridad como un incidental
espectador, sino como parte constitutiva del signo que no est completo sin l), en
la cual, a partir del signo propuesto se crea un nuevo signo y as, para cada uno
de los posibles interpretantes, en la autorreflexin y/o en la comunicacin, contina
transformndose indefinida y creativamente aquel signo inicial, que ya no es uno
sino tantos como interpretantes lleguen a incorporarlo. Pero, si todo es signo, el
signo no puede ser objeto de conocimiento cientfico, ya que no tiene otro objeto de
conocimiento del cual diferenciarse (o al que utilizar dialcticamente
como definiens).
Pero, efectivamente, todo es signo? La significacin es un constructo de la
humanidad y todo cuanto somos capaces de verlo vemos porque significa y del
modo como significa; y de aqu uno pasa a decir que todo es signo. Pero, que algo
signifique quiere decir que por eso ya es un signo?
En principio, podramos decir que todo lo que vemos (o sea, percibimos, conocemos,
sentimos, intuimos, soamos, etc.) lovemos porque est semiotizado (o sea, porque
significa). Al admitir que efectivamente se produce un proceso de semiotizacin
como condicin necesaria que hace posible la identificacin de las entidades de
nuestro entorno, se est admitiendo que existen dos clases de objetos: los que
semiotizan y los semiotizados. En otros trminos: los signos y los objetos
semiticos. Pero los objetos semiticos no son signos. Los objetos semiticos reciben
ese nombre para indicar que ya estn semiotizados (un foucaultiano dira que ya
han sido dichos desde algn discurso; creo preferible, para aprovechar el aporte de
Foucault evitando la interferencia de la lingstica, decir que ya han sido
construidos desde alguna semiosis sustituyente: que puede ser no slo verbal, sino
tambin visual, comportamental, etc.) y aquellos objetos que no estn semiotizados,
no es que no existan (no planteo la duda ntica de si acaso nuestro entorno no ser
el sueo de un loco en un rincn de un manicomio); lo que ocurre es que no
podemos verlos (o sea, percibirlos, conocerlos, sentirlos, intuirlos, soarlos, etc.), ya
que no tienen identidad (en cuanto posibilidad de identificacin mediante su
significado) para nosotros.
En principio considero que la distincin entre signo y objeto semitico es importante
para conferir y mantener el rigor y la eficacia de la metodologa semitica. Pero es
una diferencia coyuntural y no sustancial, ya que lo que en un momento es signo en
otro puede pasar a ser objeto semitico y viceversa. Del mismo modo que, para el

enfoque semitico, nada es definitivamente icnico o indicial o simblico (una


pintura clsica: el Erasmo de Holbein, por ejemplo, es un icono en la medida en que
propone una representacin de la apariencia fsica de ese admirable humanista y no
slo por esto; es un ndice para el trabajador que tiene que colgarlo de una pared o
para el curador que tiene que decidir junto a qu otros cuadros o puerta o esquina o
panel conviene situarlo y no slo para estos; y es un smbolo para el marchand que
lo mira codicioso y tambin para otras mltiples miradas)[3]. Quienes se acercan al
conocimiento riguroso (o cientfico) con la esperanza (positivista) de pisar un suelo
definitivamente firme, acostumbran criticar esta movilidad de los conceptos
semiticos y los sealan como una prueba de su inconsistencia. Considero, por el
contrario, que esa movilidad acredita el enraizamiento cognitivo de la semitica, la
capacidad que tiene nuestra disciplina para dar cuenta de las operaciones mentales
que intervienen en la produccin y el cambio del significado de determinado
fenmeno, sin necesidad de modificar sus conceptos bsicos ni sus operaciones
analticas.
Pero volviendo a la distincin entre signo y objeto semitico, creo que el criterio para
establecerla pasa por una visin generativa (no en sentido causalista). Para que algo
llegue a ser un objeto semitico, es necesario que un signo (debidamente
contextualizado) lo enuncie, lo que no ocurre procesualmente sino de modo
simultneo o en paralelo. Entonces, algo ser signo cuando interviene como
enunciador que semantiza a algo diferente a s mismo. Y algo ser objeto semitico
cuando ha recibido su significado de algo diferente a s mismo (lo que ocurre con
todo lo que estamos en condiciones de percibir). Dicho de modo ms simple: lo que
enuncia es un signo y lo que resulta enunciado es un objeto semitico. O tambin
(entendiendo dinmicamente y no de forma especular al trmino "sustitucin"), la
semiosis sustituyente est constituida por signos y la semiosis sustituida est
constituida por objetos semiticos. Obsrvese: este texto es una semiosis
sustituyente (est constituido por signos) y el problema al que se refiere (eso de lo
que habla) es una semiosis sustituida (la forma en que queda construido el problema
en cuestin, por el modo en que se lo dice, lo constituye en objeto semitico). Pero
cuando alguien responde y comenta lo que aqu se dice, su texto es la semiosis
sustituyente (en cuanto est constituido por signos) y este texto, que he llegado a
escribir y que recibe un nuevo significado a partir del nuevo texto dicho por el otro,
es una semiosis sustituida (en cuanto resulta construido como objeto semitico).[4]
Entonces, si, por ejemplo, puede decirse que una casa es un mbito donde
transcurre la vida familiar (siendo ese uno de sus significados, entre otras muchas
posibilidades), y el edificio de tribunales es un lugar donde se administra justicia
(siendo ese su significado predominante), etc., ello ser as porque existe algn texto
(quiz el tema de alguna conversacin incidental; o el resultado de una simple
entrevista hecha en la calle; o una obra de psicologa o de derecho; o muchas
entrevistas y libros; y no exclusiva ni necesariamente verbales) que as lo expresa;
por tanto, una casa o el edificio de tribunales son objetos semiticos y la respuesta

del o de los entrevistados, o lo escrito en el o en los libros es lo que utiliza los signos
mediante los que la casa adquiere el significado de representar a la vida familiar y
el palacio de tribunales el significado de representar a la justicia. Pero si, de pronto,
nos encontramos ante una casa concreta, con sus corredores y piezas y puertas y
cocina y dormitorios y baos, y sus colores en las paredes y juguetes en el suelo y
olores en el aire, etc., podemos preguntarnos acerca de qu clase de vida familiar
est representando (construyendo) esa casa y, entonces, la casa es un signo (en rigor,
un discurso o contexto de signos) o una semiosis sustituyente y la vida familiar es el
objeto semitico o la semiosis sustituida. Mutatis mutandis, lo mismo sirve para el
edificio de tribunales; por eso, por lo general, se busca que sea un edificio de cierta
solemnidad arquitectnica, para construir un significado solemne de la justicia; sin
perder de vista que la solemnidad arquitectnica tambin es un objeto semitico
que se construye con recursos de la semiosis (sustituyente) de la arquitectura de
determinada sociedad, poca histrica y escuela arquitectnica, de un modo en el
diseo y de otro modo en la obra, los que as se constituyen en otros tantos signos.
Pero lo anterior no da lugar a la posible identificacin de dos objetos de
conocimientos, adecuadamente diferenciados: por un lado los signos y por otro
los objetos semiticos. En ambos casos estamos en presencia de signos, pero
que cumplen funciones semiticas diferentes; en un sentido prximo al de L.
Hjelmslev cuando (1971/1966: 49) optaba por hablar de funcin semitica y no
de signo). Cuando los denominamos "signos", atendemos a su eficacia para
producir lo que denominamos "objetos semiticos"; cuando los
denominamos "objetos semiticos" atendemos al resultado de esa eficacia
productora; pero, en ambos casos, se trata de signos. Por eso, un objeto semitico
puede cumplir una funcin de signo, cuando produce la identificacin de otros
objetos semiticos; y un signo puede ser considerado como objeto semitico, cuando
atendemos al signo que lo ha producido. Con lo cual, tampoco aqu tenemos un
criterio suficiente para admitir que exista una ciencia de la semitica.
Esto hace que esta interdependencia entre signo y objeto semitico, esta
necesariedad del vnculo, lleve a excluir la posibilidad de que tengamos dos objetos
suficientemente diferenciados como para poder hablar de ciencia al referirnos a la
semitica o si estamos ms bien ante dos funciones del mismo objeto, lo que cerrara
el universo conceptual sin la alteridad necesaria para constituirse en ciencia. Para
m, con la provisionalidad de todo pensamiento que se asume crticamente, lo
especfico es concebirla como metodologa rigurosa; reconociendo la validez de
quienes prefieran explorarla, utilizarla y construirla como ciencia.
Al hablar, en el concepto inicial, de conjunto de conceptos y operaciones tampoco
pretendo referirme a un conjunto de conocimientos finales, en cuanto verdades ni
sustanciales ni procedimentales alcanzadas mediante, en este caso, la semitica, y
que as planteados tendran una pretensin universal de validez, en completa
oposicin con lo que los propios anlisis semiticos pueden evidenciar. Con ello
aludo a los conocimientos previos que se requieren para poder llegar a formular los

criterios metodolgicos en que se fundamentan las operaciones pertinentes al


mtodo semitico, conocimientos tambin provisionales, como lo son las mismas
operaciones que la semitica utiliza en un determinado momento.
Desde esta perspectiva, una metodologa necesita estar apoyada en un conjunto de
conceptos bien (pero siempre provisionalmente) fundamentados. Por ejemplo, entre
otros muchos, ser necesario disponer de conocimientos acerca del concepto de
signo, de representacin, de enunciado, de valor (ste ltimo como
designacin genrica de la significacin dialcticamente contrastada con los dems
signos del mismo sistema, ya sea en su aspecto sintctico [ser un sustantivo
masculino es un significado metalingstico posible de silln], ya sea en lo relativo
a la semntica [la calidad de mueble con peculiares caractersticas que se proyecta
como el referente de silln] y, en cada caso, recuperada por el anlisis del uso); as
mismo se requiere disponer de un concepto operativo y emprico de contexto
(evitando, en las semiticas de la imagen visual o de la imagen musical o de la
imagen del sabor o de la imagen del comportamiento, etc., la connotacin
estrictamente lingstica [su linealidad, por ejemplo] y buscando identificar las
caractersticas pertinentes a la calidad de cada contexto [por ejemplo, las cuatro
dimensiones: lineal, superficial, volumtrica y temporal que intervienen en la
configuracin del contexto del comportamiento como signo]); y, como dije, de
muchos otros, algunos de los cuales esbozo en el Glosario, en la segunda parte de
este trabajo. O sea, hay conceptos que adquieren un especfico significado en el
mbito de la semitica y que son fundamentales para establecer la eficacia
metodolgica de las operaciones que constituyen la especificidad de la semitica.
Ello es coherente con la posicin asumida en el punto anterior, acerca de considerar
a la semitica como una metodologa de investigacin en ciencias sociales.
Y aqu una acotacin netamente dialctica: tan provisionales considero a esos
conceptos y a esas operaciones que cimientan y dinamizan, respectivamente, a la
semitica, que les atribuyo el destino de llegar a provocar su propia desaparicin;
de agotar, al aplicarla, su propia potencia explicativa, ya que sus xitos van
demarcando sus propios lmites, o sea, aquello de lo que no puede dar cuenta, pero
que no hubiera podido llegar a conocerse (en cuanto lmite) ms que despus de
haber intervenido y gracias a la aplicacin de la propia semitica. En definitiva, los
semilogos, si cumplimos adecuadamente con nuestra tarea, seremos quienes
acabaremos con la semitica: aplicndola, usndola, mostrando su eficacia, ya que
todo ello conducir a tomar conciencia de sus lmites, a saber dnde no resultar
aplicable, dnde se mostrar ineficaz, qu pregunta no podr responder (lo que hoy
no es ni siquiera imaginable porque no sabemos todava que tal pregunta exista o
que sea formulable), pero que slo como resultado de su propia prctica, de su
efectiva aplicacin, podr llegar a conocerse ese desconocimiento que la semitica
habr producido pero que no podr resolver[5]. En definitiva: el destino de la
semitica es dar a conocer un desconocimiento que ella misma ya no puede
resolver. Y de ello surgir un nuevo conocimiento, una nueva forma de operar que

resuelva esa limitacin que, sin que se supiera antes de usarla, contena la semitica:
el conocimiento de su propia negatividad, con la que se construir una nueva
metodologa; para que, en definitiva, ese nuevo conocimiento ingrese, tambin, en
un nuevo proceso de agotamiento respecto de esas nuevas respuestas que mostrarn
otras preguntas que, a su vez, quedarn sin resolver, y as indefinidamente,
construyndose de este modo la superacin histrica (no necesariamente el
progreso) del conocimiento humano[6].

1.3 Hacia una teora dinmica de los discursos sociales


Del concepto de semitica que venimos analizando quisiera comentar,
elementalmente, lo que considero que surge de las dos ltimas proposiciones:
.../ cmo se la comunica (a la significacin) / y cules sean sus posibilidades de
transformacin.
En principio, la comunicacin constituye el comportamiento (en cuanto proceso) en
el que la significacin adquiere su especfica existencia y es, tambin, el
comportamiento (asimismo, en cuanto proceso) en virtud del cual llega a perder su
posibilidad de seguir existiendo en cuanto tal, por exigencia de su propia
superacin. Esto se puede comprender si se considera que el hecho de transformarse
es una cualidad inherente a toda significacin.
Tengo que aclarar que entiendo por existencia de la significacin su circulacin y
vigencia (lo que nada tiene que ver con su verdad o falsedad), en el interior de un
determinado grupo social.
Al incluir a la significacin y al proceso de comunicacin de tal significacin en el
concepto de semitica, estoy afirmando que la semitica deber proporcionar las
operaciones necesarias para identificar los modos segn los cuales una determinada
significacin se propone, para la identificacin de un determinado fenmeno social,
ante los integrantes de determinada comunidad, circula entre ellos, y
resulta interpretada por tales integrantes de ese determinado grupo social (que se
constituye en tal en la medida en que concuerdan en la aceptacin o el debate acerca
de la vigencia de determinada significacin) que as la aceptan como uno de los
modos posibles de percibir al fenmeno en cuestin.
En esta circulacin, la significacin cambia. O sea, los sucesivos interpretantes, al
construir nuevos signos, a partir de la interpretacin de otros determinados signos,
los modifican, de modo que el signo interpretado ya no es el mismo signo propuesto
a la interpretacin. Esto sugiere la necesidad, inherente a la semitica, de la
construccin de una teora dinmica de los discursos sociales (en cuanto conjunto
efectivamente existente de las construcciones semiticas que circulan en una
sociedad).

Esta teora sera dialctica (como es dialctica la propia existencia de la semitica,


segn afirm un poco antes), ya que la interpretacin del significado va
determinando relaciones de negacin y sntesis, que constituyen un gradiente de
distanciamiento del discurso inicial, hasta construir otro discurso en el que ya no
son vlidas las reglas segn las cuales se construy el primero. Estaramos, en ese
momento, ante una nueva semiosis o un nuevo lenguaje; se habr producido una
especie de "ruptura epistemolgica" en la sucesin de discursos, lo que
correlativamente habr conducido a la construccin de un nuevo universo de objetos
semiticos; o sea, si circula otra semiosis, se construye otro mundo. Y en esta
transformacin consiste el transcurso histrico, que se independiza del transcurso
cronolgico, de modo tal que el transcurso histrico puede manifestarse, tambin,
en la coexistencia, en un momento determinado, entre las diferentes partes de una
misma sociedad o grupo social, en el cual habra subpartes que habitaran tiempos
histricos diferentes, pese a su contemporaneidad. (Cabra preguntarse, en el
transcurso de nuestra cotidianeidad, qu momento histrico enfrentamos cada vez
que abrimos una puerta.)
Para producir investigaciones encuadradas en tal teora dinmica, capaz de dar
cuenta de la dialctica inherente a la existencia de los discursos sociales, la semitica
necesita disponer de determinadas operaciones fundamentales y rigurosas que
muestren cmo se produce y cmo se transforma la significacin del fenmeno
social en estudio.
Como designaciones y descripciones tentativas de los conceptos correspondientes a
tales operaciones, he propuesto los siguientes:
1/ atribucin de un valor a una forma (significante o representamen[7]) como efecto
del conjunto de las posibilidades de su integracin contextual junto a otras formas
(significantes o representmenes); construye el valor sintctico de la forma de cada
signo en cuanto pertenecientes a una determinada semiosis;
2/ sustitucin entre, al menos, dos semiosis, una de ellas en funcin de sustituyente
y la otra en funcin de sustituida; construye el valor semntico de las formas de los
correspondientes signos pertenecientes a tales semiosis; valor semntico que nunca
podra afirmarse de una nica semiosis, sino de la interrelacin diferencial entre la
semiosis que sustituye y la sustituida; esto implica aceptar que para que haya
semntica tiene que haber, al menos, dos semiosis operativamente vinculadas en
una relacin de sustitucin;
3/ superacin entre, al menos, dos pares de semiosis, de modo tal que una
semiosis pierde capacidad de sustituir, o sea, de construir los significados de los
fenmenos de determinado mundo (primer par), en virtud de la entrada en vigencia
de otra semiosis (que sustituye a la precedente) que construye otros significados de
los fenmenos de un mundo que ya no es el precedente (segundo par); construye
el valor pragmtico de las formas de los correspondiente signos pertenecientes a las
semiosis involucradas: en el proceso de la comunicacin, construyen determinado

significado y muestran su limitacin para construir otros significados que se hacen


posibles a partir del efectivamente construido.[8]
Considero que estas designaciones y estos esbozos de descripcin de las
correspondientes operaciones se corresponden con los procedimientos
reiteradamente descritos por quienes han construido la teora y la prctica de la
semitica; lo nico que pretendo es sintetizar y abstraer el mltiple pensamiento y
las mltiples aplicaciones de la semitica, de modo que puedan ponerse a
disposicin de quienes se acercan a la semitica para conocer su estructura terica y
la dinmica de su aplicabilidad.

1.4 La base textual de la significacin. Produccin e


inferencia
Yo no me comunico en representacin de la semitica, lo que considerara a la vez
pretensioso y absurdo, sino tan slo a ttulo personal. En realidad, la
semitica, como cualquier ciencia, no existe al margen y con independencia de cada
uno de los escritos que la van construyendo. Slo desde un punto de vista poltico,
en este caso el de la bsqueda del poder acadmico, puede alguien arrogarse o
pretender ser el portavoz autorizado de la semitica, lo que vendra a querer decir
que todo lo que ese escritor dice es semitica por el hecho de decirlo l. Esto viene a
cuento, para aclarar que lo que yo pueda afirmar corre bajo mi exclusiva
responsabilidad y que podr o no ser compartido por otros semilogos y podr o no
resultar til para otros investigadores.
Desde esta perspectiva, me interesa comentar el alcance que le atribuyo al concepto
de significacin, por el hecho de considerar a la explicacin de su produccin, de
la interpretacin de sus caractersticas identificatorias y del proceso de su
transformacin, los aspectos fundamentales de la tarea analtica que le asigno a la
semitica.
Considero que el trmino significacin abarca la totalidad y cada uno de los
aspectos posibles que pueden aparecer, como interpretacin de determinado
fenmeno, en la construccin del conocimiento (potico, cientfico o mtico) del
mundo, tal como lo realiza determinada sociedad en determinado momento de su
historia. O sea, uso significacin como el conjunto de interpretaciones
materializadas en determinados discursos, relativas a determinados fenmenos y
vigentes en determinado momento de determinada sociedad, con lo que resulta
admisible la pretensin de describir y explicar la produccin de la significacin en
esa determinada sociedad y momento.
La semitica procura explicar la produccin de esa(s) interpretacin(es), siempre
con la prudencia de acotar adecuadamente el campo de estudio o contexto en

funcin del cual se considerar viable tal pretensin explicativa. El carcter


fundamental que habr de conferirle rigor al desarrollo que conduzca a la obtencin
de ese objetivo consiste en que dicha explicacin se base en la textualidad de
determinada(s) semiosis, o sea, en la materialidad de discursos no slo verbales, sino
tambin visuales, auditivos (musicales), gestuales, comportamentales, etc. vigentes
(o sea, efectivamente en uso y, en diferente medida, aceptables) en determinada
sociedad.
Aqu, textualidad, as como, en su oportunidad, contextualidad, son trminos
que se refieren a la materialidad existencialmente efectiva de tales semiosis
sustituyentes y no al sistema (social, cultural, lingstico o de la semiosis que
corresponda), que siempre, al menos por definicin, se considera virtual, en cuanto
pura posibilidad. Con la expresinposibilidad virtual del sistema se entiende la
posibilidad que tiene todo sistema de llegar a manifestarse (transformado en
enunciados en los que se aplican las reglas que lo constituyen) mediante la
produccin de la correspondiente textualidad, en el proceso de produccin de la
comunicacin (o produccin de determinadas semiosis sustituyentes). Por ser esto
as, es posible la recuperacin de ese sistema virtual, mediante una inferencia que se
obtiene invirtiendo el anterior proceso de produccin de textualidad; inversin
mediante la cual se accede a dicho sistema virtual e inversin en la que consiste tanto
el proceso de interpretacin como el de investigacin, los cuales, a partir de la
textualidad (o sea, a partir de la semiosis sustituyente efectivamente producida que
se est percibiendo), permiten inferir la virtualidad (de otro modo inaccesible) del
sistema y, por tanto, permiten comprender y/o explicar la eficacia significativa
resultante de la produccin de dicha textualidad. Recuperar el sistema a partir de
los textos que de l se derivaron permite conocer las posibilidades significativas de
determinado sistema cognitivo tal como es compartido y diversificado en el interior
de determinada comunidad (la cual se identifica por el hecho de poseerlo) y en ello
consiste un importante aspecto de la eficacia que se le atribuye a la semitica.
A la semitica o, mejor, a los semilogos corresponde la tarea de ir proponiendo las
operaciones necesarias, rigurosas y explcitamente definidas que sean eficaces para,
a partir de los resultados que se obtengan al intervenir con ellas en las
materialidades discursivas mencionadas, inferir el conjunto de operaciones
mentales (en que lo individual, en cuanto eventual autora, se especifica en lo social,
en cuanto posibilidad de aparicin de tal individualidad), disponibles en
determinado momento de determinada sociedad, que han concurrido a la
produccin de aquellos discursos interpretativos que por hiptesis se ha supuesto
que atribuyen significacin al fenmeno en estudio.
El resultado, en caso de tener xito, ser conceptual o afectivo o emotivo o
puramente cognitivo, pero, en cualquier caso, su determinacin requerir partir de
concretas (y por supuesto, mltiples) materialidades discursivas, utilizar un
conjunto deoperaciones1 formalizadas (no necesariamente simbolizadas, pero s
explcitamente
definidas)
y,
por
su
intermedio,
demostrar

qu operaciones2 mentales, provenientes de qu vigencia social (o sea, permitidas,


exigidas o excluidas por determinado estado de las normas sociales), han dado lugar
a los discursos que han construido el significado de los fenmenos en estudio.
Es necesaria esta doble referencia diferencial a operaciones, ya que las
primeras: operaciones1, son operaciones tcnicas destinadas a intervenir
analticamente en los discursos sociales, perteneciendo, por tanto, al mbito de la
disciplina semitica; mientras que las segundas: operaciones2, son las operaciones
mentales de representacin/interpretacin que produjeron tales discursos,
perteneciendo, por tanto, al mbito filogenticamente constituido de la facultad
semitica, y que, por hiptesis, pueden ser identificables y recuperables mediante
aquellas operaciones tcnicas.

1.5 Para ver hay que conocer


Acerca de esta inicial aproximacin a las operaciones semiticas fundamentales
(atribucin, sustitucin y superacin), hay algunos aspectos que me gustara
comentar.
Uno de los que me interesan especialmente es el relativo a saber si las operaciones
de atribucin y de sustitucin suponen que los valores y las formas preexisten a su
puesta en relacin. Me interesa porque tiene que ver con la perspectiva dialctica
desde la que, personalmente, oriento la investigacin semitica y, por tanto, su
metodologa.
En efecto, por una parte, no se pude partir de la nada (todo acto creativo es una
diferencia respecto de algo que ya exista). Eso de lo que se parte consiste en la
vigencia de determinados sistemas semiticos, en cuanto efectivamente utilizados
para construir los respectivos discursos (simblicos, indiciales y/o icnicos) con los
cuales, determinado grupo social (definido a posteriori, por la constatacin de tal
vigencia y no por algn criterio apriorstico de positivismo de secano [9]), en
determinado momento, construye la significacin de la totalidad de los fenmenos
sociales (entre los cuales estar el fenmeno en estudio y, por tanto, el/los
discurso/s correspondiente/s).
As que, en un momento dado, todas las posibilidades de atribuir significacin a un
fenmeno estn acotadas por las diversas e incluso contradictorias semiosis sociales
(sistemas virtuales y discursos efectivos) vigentes en el grupo social en estudio. Hay
una correspondencia entre sistema y significacin de un fenmeno, mediada por el
discurso (o semiosis sustituyente) que puede producir (o que puede provenir de) tal
sistema y la significacin que este discurso puede atribuir a tal fenmeno (o semiosis
sustituida).

Hay que tener en cuenta que existe una etapa pre-discursiva (en cuanto todava no
significativa) que es fundamental en este conjunto de operaciones y que puede
identificarse como la etapa de construccin del texto, en cuanto resultado,
puramente sintctico, de la combinatoria que permite(n) el(los) sistema(s)
utilizable(s) por los miembros del grupo en cuestin. Quienes estn leyendo este
texto, por una parte lo identifican como resultado de una semiosis lingstica
permitida por el sistema de la lengua (castellana), en cuanto conjunto de prrafos
sintcticamente correctos; por otra, lo reconducen a un sistema de conceptos
preexistente y buscan situar los efectos de sentido que tales prrafos van
produciendo cerca de, en sustitucin de, como expansin de, en contradiccin
con, otros conceptos preexistentes y posedos por ellos (en funcin de lo cual,
aceptan, modifican o rechazan los conceptos que estos prrafos proponen; todo ello,
no de un modo procesual sino con el sistema neuronal trabajando en paralelo).
Slo mediante este conjunto de operaciones, el texto se transforma en discurso, al
menos en el sentido que aqu les confiero a estos trminos; entendiendo
por discurso: un texto semantizado, y por texto: un discurso desemantizado (o
un desarrollo sintctico que todava no ha sido semantizado). Definiciones
recursivas que tienen como eje diferencial, para el texto, la atencin puesta en el
cumplimiento de las reglas de contextualizacin de la semiosis de que se trate (en
algunos casos de muy difcil determinacin, al menos hasta el momento), y para el
discurso, la atencin puesta en el cumplimiento de las reglas de semantizacin
vigentes para esa semiosis en esa sociedad, o sea, las caractersticas de los
significados o el argumento peirceano, que pueden construirse con tales
contextualizaciones (por lo general, de muy difcil determinacin, al menos hasta el
momento). Si todo se agotara en esta produccin de determinados discursos a partir
de determinados sistemas la consecuencia sera trgica: no existira la historia (lo
que no deja de ser una pista para comprender, aparte de su falsedad, el autoritarismo
e incluso la esclavizacin de la mente humana implcita en la mera idea de que la
historia o algn aspecto de la historia, haya terminado).
Hasta aqu, en este aspecto dialctico de la relacin entre sistemas y discursos
mediados por los textos, estn dos de las operaciones que vengo comentando: (1) la
atribucin que construye textos contextualizando, o sea, poniendo a las formas de
un determinado sistema en una determinada relacin fsica, material, existencial (e
insisto, formas ya bien significantes, si slo se toma en consideracin la
contextualizacin que el propio sistema, en s mismo, le confiere a las formas de los
signos que lo constituyen, ya bien representmenes, si se toma en consideracin el
valor, provisionalmente sintctico, que el interpretante conferir a esas formas
contextualizadas) y (2) la sustitucin que construye discursos por la interrelacin
de dos sistemas: el de los signos y el de los objetos semiticos; interrelacin que, con
sus precisiones, ambigedades y desplazamientos constituye lo que denominamos
semntica, la cual, referida a los signos da lugar a los enunciados (incluso en sentido
foucaultiano; M. Foucault, 1969: 116) o semiosis sustituyentes y referida a los objetos

semiticos da lugar a los referentes (especialmente en el sentido cognitivo que les


atribuye F. Rastier, 1991: 82) o semiosis sustituida.
Una nueva etapa histrica se originar cuando otra semiosis aparezca en los
intersticios de esos signos contextualizados (el sonido y la furia)[10] y en las
ambigedades de esos objetos semiticos (precepto entrpico)[11] y, sobre todo, en
la intuicin que genera un espacio conceptual posible (mente borrosa)[12] acerca
de la existencia de otros objetos semiticos posibles que slo se percibirn despus
de haberse construido, reiteradamente (envejecimiento de determinada semiosis),
los que permiten los sistemas vigentes (no slo lgicos o simblicos, sino tambin
emocionales, estticos, metafsicos, etc.; si tal etc. an puede caber). En esa
insatisfaccin es donde la comunidad empieza a sentir la necesidad de otra semiosis
para que nuevos discursos vengan a decir otros fenmenos, que ya no sern los
mismos que los anteriores, del mismo modo que los textos y discursos ya no sern
los mismos que antes, sino que otra semiosis habr aparecido, que por las carencias
detectadas en las anteriores ser aceptada por la comunidad, la misma comunidad
que habr sido su nica y efectiva creadora. Cuando esto ocurre y slo a condicin
de que ocurra, puede decirse que habr historia, o sea, que es identificable la
intervencin de la (3) operacin, la de superacin, que nada tiene que ver con
el progreso y s tiene mucho que ver con la apertura hacia nuevos (en cuanto
efectivamente histricos) universos constituidos por otras percepciones que se
hicieron posibles mediante otras semiosis eficaces; en definitiva, vemos lo que las
semiosis disponibles nos permiten ver y del modo como nos lo hacen ver[13].

1.6 La significacin construida


Sobre el tema de considerar a la significacin como el conjunto de interpretaciones
materializadas en determinados discursos, relativas a determinados fenmenos y
vigentes en determinado momento de determinada sociedad no s si habr logrado
trasmitir lo que me propongo.
Yo estoy evitando la significacin conceptual o normativa, que sera la que viene
predefinida desde determinados sistemas simblicos y que conduce a la pretensin
de estar en condiciones de juzgar si la significacin asignada a un fenmeno
escorrecta o no. Este enfoque conduce a un anlisis dogmtico-hermenutico de
todo texto y de toda interpretacin que se le atribuya, ya que la verdad y la falsedad
estn establecidas a priori. As, habra una verdad, en la realidad o en algn sistema
de creencias, a la que habra que atenerse; positivismo y dogmatismo metafsico
avanzan en total acuerdo.
Otra cosa es que todo texto proceda de algn sistema, ya que esta afirmacin
pertenece a la descripcin del proceso cognitivo de produccin de un
comportamiento que implica la actualizacin de una posibilidad, pero que no

condiciona la aparicin de determinado contenido y no de otro. Lo que estoy


buscando es una explicacin que d cuenta del proceso deconstruccin de la
significacin que realizan los miembros de una comunidad, al interpretar un texto
o un fenmeno. Puede ser que todos produzcan la misma interpretacin, o sea, que
le asignen el mismo contenido a las interpretaciones que vayan produciendo; pero
tambin puede ser (y, por hiptesis, es lo que afirmo como regla del comportamiento
simblico de cualquier comunidad) que no sea posible reconducir a la unidad el
conjunto de las interpretaciones que en esa comunidad se van produciendo acerca
de determinado fenmeno en estudio.
sta es la que considero tarea fundamental de la semitica: proporcionar las
operaciones mediante las cuales puedan inferirse los sistemas de donde proceden las
representaciones - interpretaciones (perceptuales y conceptuales) que van siendo
producidas, en determinado momento de determinada sociedad. Y ello incluye sus
coincidencias y divergencias, la forma de su pluralidad, esos modelos o
configuraciones de significaciones posibles, producidos y provisionales (nunca
punto de partida ni punto de llegada definitivo), a los que designo como mundos
semiticos posibles que pueden definirse como los diversos conjuntos de opciones
disponibles, en determinado momento de determinada sociedad, para que sus
miembros construyan las significaciones de los fenmenos de su entorno, y la
posibilidad de reconocer las opciones creativas que quiebran las disponibles y
enriquecen, superndolas, a las semiosis (lenguajes verbales, visuales, kinsicos,
etc.) existentes.
Entonces, la semitica no proporciona las operaciones que permitan juzgar el grado
de proximidad o de apartamiento de las interpretaciones efectivamente producidas
en determinada sociedad, respecto de algn dogma de eventual vigencia
hegemnica, estableciendo la verdad o la falsedad de tales interpretaciones. Se trata,
ms bien, de un conjunto de operaciones que permita explicar cules son, cmo se
construyen y qu transformaciones producen en los modos habituales de significar,
esas interpretaciones cuyo registro habr de requerir un relevamiento representativo
y adecuado de lassemiosis sustituyentes que circulan en determinado momento de
determinada sociedad.

1.7 Problemas y divergencias


Quisiera reunir, a ttulo meramente indicativo, algunos de los temas, problemas y
concepciones divergentes que considero especialmente importantes en semitica,
sin pretender agotarlos ni resolverlos.
Por ejemplo, la semitica no es una reflexin crtica, ni un enfoque informal y de
algn modo iconoclasta, acerca de la semntica lingstica.

La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a


partir del supuesto de que la lengua puede explicar (limitadamente) cmo otra
semiosis produce determinado significado, pero no puede sustituirla en la tarea de
producirlo.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que cada semiosis produce un efecto de significacin
especfico e intransferible.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que ninguna semiosis se basta a s misma para realizar tal
tarea;
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que existe un dispositivo mental (o quiz algo semejante a
la estructura conceptual de R. Jackendoff, 1989: 121 ss) de coordinacin y
complemento entre las distintas significaciones que adquiere un fenmeno como
resultado de la informacin visual, verbal, acstica, tctil, kinsica, etc., cuyas
imgenes se procesan en el cerebro humano; en este sentido, toda semitica sera
sincrtica.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que la semitica estudia, identifica, aplica y (en determinada
medida) prev la eficacia de las operaciones (mentales, calculatorias) con las que
cada una de las distintas semiosis producen las significaciones que le son
especficas.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir de la condicin de que no se maneje con modelos con los que (1) se clausura
toda posibilidad de un nuevo significado y (2) slo se puede reconocer lo ya
sabido.Por ello, en la semitica se opta por utilizar operaciones en cuanto reglas de
procedimiento rigurosas que no implican el contenido del resultado .
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que la forma de la expresin construye la forma del contenido
y no a la inversa y de que todo ello slo ocurre en el interior del sistema histrico social de conocimiento desde el que un intrprete la percibe y en el que la incluye y
donde la transforma y desde el que la transfiere.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que toda significacin es un constructo y de que antes de que
el hombre estuviera sobre la tierra no exista significacin alguna.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que toda semiosis tiene historia; esto implica que toda
semiosis sustituyente lleva en s el germen de su propia negacin. Esta propia
negacin consiste en que lo que, en un determinado momento histrico de
determinada comunidad, la nueva semiosis sustituyente permite construir no era

imaginable desde la anterior semiosis sustituyente (salvo que no haya habido tal
construccin, sino una mera reconstruccin). A mi criterio, ni el significado en
cuanto interpretacin textualizada de los fenmenos sociales, ni la potica en
cuanto posibilidades semiticas de produccin del significado de los fenmenos
sociales, son patrimonio de la lingstica, sino que se comparten entre todas las
semiosis socio-histricas disponibles. En este sentido, toda semiosis tiene su propia
potica.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que lo que identifica constitutivamente a un grupo social es
el uso que hace de sus semiosis sociales para la construccin de los significados de
los fenmenos de su entorno, que slo con ese uso adquieren ese significado.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que cada grupo social es libre en el uso que hace de sus
semiosis sociales, sin tener que cuidarse de respetar verdades metafsicas, verdades
cientficas o eficacias tcnicas de ningn tipo. Esto proviene de que la metafsica, la
ciencia y la tcnica son los resultados del uso de las semiosis sociales (por tanto,
locales e histricos) y no principios vlidos previos a toda semiosis.
La semitica propone respuestas al problema de la produccin del significado a
partir del supuesto de que la libertad en el uso de sus respectivas semiosis sociales
tiene como lmite la necesidad de comunicacin. As, la creatividad individual tiene
como lmite externo la interpretabilidad por otro, en algn momento; y tiene como
lmite interno la posibilidad de alcanzar, en algn momento, la consistencia de la
propia interpretabilidad. Fuera de estos lmites, hacia el interior o hacia el exterior,
comienza la alienacin: el individuo tiene que dejar de ser l para s mismo, para
empezar a ser l para otros; hacia el exterior se encuentra con la alienacin que le
exige la sociedad para integrarlo; hacia el interior se encuentra con la alienacin que
lo conducira a ser un alienado de s mismo (reaparece el sueo de un demente en
el rincn de un manicomio).
El problema de la identificacin de los usos a los que las distintas semiosis son
sometidas en un determinado grupo social y en un determinado momento histrico,
con el objetivo de construir el significado del entorno, es lo que encuadro bajo la
denominacin de los mundos semiticos posibles.
Con lo que vengo diciendo y atendiendo a que, desde otras perspectivas semiticas,
pueden adoptarse criterios diferentes, no pretendo entrar en polmica, sino que,
respetando profundamente los diversos criterios al respecto, trato de mostrar las
posibles ventajas que puede aportar el hecho de adoptar las que aqu enuncio, como
eventuales pautas operativas para la investigacin semitica.
Los criterios de los que he formulado un pequeo resumen (que slo vale en cuanto
punto de partida y que requiere, todava, de los consiguientes desarrollos
operativos), me han dado buenos resultados (en cuanto a la obtencin de
explicaciones plausibles acerca de la produccin, circulacin y transformacin de las

significaciones, socialmente vigentes, de determinados fenmenos) y me han


permitido conservar una satisfactoria coherencia terica, ya que pude mantenerlos
sin auto-contradecirme, al menos a lo largo de cada investigacin y/o texto
acadmico, pero con libertad para modificarlos de una a otra investigacin o de uno
a otro texto. Mantengo mi libertad para seguir cambiando, desde mi adhesin
(nunca dogmtica) al concepto foucaultiano de sujeto, en el que, hasta el momento,
tambin me siento cmodo.
Desde esta perspectiva, enfrentar el anlisis de las semiticas simblica, icnica e
indicial, tratando de establecer cmo significan y qu significado producen, en
determinado momento de determinada sociedad.

APNDICES
Apndice 1: Otra vez, qu es la semitica?
He partido de un concepto esttico de semitica. Lo considero vlido y eficaz. No
obstante, siguindolo a Foucault, tampoco pretendo que una definicin construya el
contenido nico de una disciplina, sino que podr identificar un punto dedispersin,
a partir del cual se despliegan perspectivas distintas desde las que se construyen
interpretaciones diferentes.
Precisamente, la semitica se impone, como uno de sus objetivos o
finalidades, explicar desde qu perspectiva se ha construido determinada
interpretacin; sin que la semitica se reduzca a esto.
La actitud diferencial de la semitica, al menos en lo que a m me interesa, es
que excluye el supuesto de una situacin inicial en la que un sujeto se encuentra ante
un objeto. La excluye porque su inters consiste en establecer las caractersticas
del instrumento social mediante el cual se construye un sujeto al involucrarse en la
tarea de construir un objeto; proceso a cuyo trmino recin podr decirse que ese
sujeto
se
encuentra
en
presencia
de
ese
objeto.
Y
ahora dispersemos: losinstrumentos sociales que hacen posible esa relacin son
mltiples; los sujetos que se construyen al manejar cada uno de tales instrumentos
sociales son mltiples; y los significados que resultan construidos, segn el manejo
que esos sujetos hagan de tales instrumentos, tambin son mltiples. Por su parte,
sta es la tarea que har percibibles a los objetos y quepermitir percibir tantos
objetos cuantos significados se construyan, con lo cual estoy afirmando que la
percepcin es posterior al conocimiento que tenemos de su posibilidad, y est
condicionada por ste.
Desde este enfoque, ninguna caracterstica de determinado objeto, ni general ni
particular, es identificable si no es como resultado del modo en que se utiliza
determinado instrumento social, utilizacin y aplicacin concreta de la que resultan
las caractersticas identificadoras del concreto sujeto que as lo ha utilizado.

Lo que, segn mi modo de ver, exige la semitica, en cuanto explicacin del


significado, es que, cuando se afirme algo acerca de un objeto, (1) se hagan explcitas
las caractersticas del instrumento social que se ha utilizado para afirmar lo que se
afirma (lo que incluye, por supuesto: para negar lo que se niega de tal objeto); o
sea: identificacin y descripcin analtica de cules son y como operan las semiosis
intervinientes; (2) que se hagan explcitas tanto la eficacia diferencial del
instrumento social por el que se ha optado (frente a la eficacia de otros instrumentos
sociales posibles, vigentes y disponibles en determinado momento de determinada
sociedad), como las especficas caractersticas del uso que determinado sujeto le ha
dado a ese instrumento social, frente a los otros usos posibles, vigentes y disponibles
por otros determinados sujetos, o por el mismo sujeto en otro determinado
momento, para producir la afirmacin en estudio; o sea: mostracin del contraste
dialctico entre la eficacia diferencial de las diversas semiosis disponibles (al
menos, entre dos de ellas).
Lo que, desde mi perspectiva al menos, se excluye de la semitica es el supuesto de
que el objeto tenga caractersticas propias de alguna especie, pretendiendo
prescindir de que haya un sujeto que se constituya en tal al atriburselas en funcin
de su modo de utilizacin de determinado instrumento social. Tales caractersticas
propias son histricas y provienen, por acumulacin, de los significados que le
fueron siendo atribuidas a travs de los tiempos.
Se excluye, tambin, el supuesto de que el sujeto tenga caractersticas propias de
alguna especie con prescindencia de las que provienen de los instrumentos sociales
que ha aprendido a utilizar y del modo segn el cual los utiliza para atribuirle las
caractersticas que son identificables al intervenir en la produccin del significado
de determinado objeto.
Se excluye, asimismo, el supuesto de que el instrumento social tenga caractersticas
propias de alguna especie con prescindencia de las que le confiere el sujeto que lo
utiliza, por el modo de utilizarlo para producir determinados significados acerca de
determinados objetos.
Se excluye, adems, el supuesto de que esta tarea, de que alguien afirme algo acerca
de algn objeto, tenga caractersticas propias de alguna especie que le permitiese
prescindir de algn otro, al menos uno, que interprete esa afirmacin de un modo
determinado; y por aqu viene resonando Peirce, al incorporar al interpretante a la
estructura constitutiva del signo. Lo que digo no estar completo hasta que el
significado construido se integre, como un nuevo hbito, en la mente de otro.
De esto resulta que las caractersticas, generales o particulares, de determinado
objeto son externas al objeto y dependientes del instrumento social utilizado para
atriburselas; que las caractersticas del instrumento social son externas a ese
instrumento y dependientes del uso que le confiere determinado sujeto en
determinado momento de determinada sociedad; que las caractersticas del sujeto
son externas al sujeto y dependientes del aprendizaje vigente en determinada

sociedad para la utilizacin de los instrumentos sociales disponibles y de la


interpretacin que se atribuya al modo de utilizacin y al instrumento utilizado.
Hablo de "objeto" como ente cognoscible; de "instrumento social" como signo (en
su unidad) y como semiosis (en su conjunto); y de "sujeto" como ente cognoscente
(lo que no excluye a la totalidad de lo biolgico al margen del ser humano, en la
medida en que pueda constatarse, entre los individuos de esa marginalidad
antropocntrica, algn principio de organizacin social).
Volviendo al principio: qu es la semitica?
Provisionalmente, con el sesgo dinmico que aqu he ido elaborando y sin pretender
todava quitarle eficacia, el concepto relativamente esttico propuesto inicialmente
podra completarse afirmando que
la semitica
consiste en el estudio acerca
de cmo se producen las variaciones de los significados de todo lo que le rodea al
hombre en el mundo;
de cmo se producen las variaciones de los instrumentos con los que se construyen
aquellos significados;
y de cmo se producen las variaciones de los sujetos que usan estos instrumentos
para producirlos y/o para interpretarlos,
desde que el hombre accedi al uso de los signos, y sin que consista slo en eso.

_________________________________________________
__
Apndice 2: Concurrencia y no contradiccin
Como deca, el concepto dinmico de semitica, sobre el que reflexion en el
apndice anterior, no pretende todava quitarle eficacia al concepto relativamente
esttico formulado al comienzo de este trabajo. Y el "todava" no lo puse para
implicar que en algn momento va a quitrsela, sino asumiendo la propia hiptesis
de variabilidad con que est construido el contenido del concepto de semitica que
he ido elaborando y que supone que, efectivamente, en algn momento, ambos (el
esttico y el dinmico) van a perderla; lo que consagrar la eficacia de la disciplina
semitica que habr, as, cumplido su cometido, iniciando una nueva forma de
pensamiento, de discurso y de mundo, que seran impensables antes de haber
agotado el que la misma semitica propona. Pero como puede prestarse a algn
equvoco, quiero aadir una reflexin ms.
Los dos conceptos de semitica, el formulado al comienzo de este trabajo y el que
acabo de formular en primer apndice, no se contradicen sino que responden cada
uno a una mirada diferente.

Con el ltimo creo haberme referido (al menos sa ha sido mi intencin; oh, los
implcitos del hbito del interpretante productor!) a las caractersticas de
la variabilidad de los modos operativos (con cierta semejanza a un
proceso fractal[14]) que la semitica le atribuye al sujeto, al instrumento, al objeto y
a la interrelacin de estos tres elementos, en cuantoprctica socializante.
Con el primero pretenda describir las caractersticas metodolgicas que seran
especficamente aplicables, en cada situacin concreta, de entre la permanente
variabilidad de cada uno de aquellos elementos, a la tarea de explicar la significacin
de determinado fenmeno, ya que el trabajo de investigacin requiere explicar (y
explicar requiere un mtodo) la concreta eficacia con la que, en un momento
determinado, un sujeto determinado aplica una semiosis social determinada, para
constituir, mediante un determinado significado, la posibilidad de
identificar un determinado fenmeno social.
Pero vimos cmo esta explicacin tiene que dar cuenta simultneamente (aunque
eso se despliegue en una sucesividad enunciativa) de la diferencia que ese conjunto
de operaciones as descrito establece con respecto a la eficacia con que en el mismo
u otro momento determinado, el mismo u otro sujeto determinado aplica el mismo
u otro instrumento social determinado, para constituir de la misma u
otra determinada manera el mismo u otro significado determinado del que ser el
mismo o habr pasado a ser otro determinado fenmeno social. O sea, estoy
afirmando que la investigacin semitica tiene que dar cuenta rigurosa y racional
(es decir, explcita y, por ahora, conforme a las exigencias de alguna de las corrientes
acadmicas vigentes en el momento de su aplicacin) de cundo, quien, con qu y de
qu modo se constituye un determinado fenmeno social y tambin tiene que dar
cuenta rigurosa y racional acerca de cul es ese otro cundo, quien, con qu y de qu
modo, respecto del cual el que se est estudiando constituye una desde variacin
hasta contradiccin y que, con determinados requisitos, es la condicin necesaria y
suficiente para que haya historia. Aspecto que he planteado en Los fundamentos
lgicos de la semitica y su prctica, bajo el nombre de operacin
de superacin; slo que entonces, 1996, la restringa a la variabilidad del instrumento
social utilizado para conferir determinado significado a un fenmeno social y
ampliando, ahora, el concepto propuesto por el trmino superacin al sujeto que
lo utiliza, al fenmeno social resultante y a la interrelacin de los tres elementos,
que siendo los mismos (en cuanto eventual permanencia de su denominacin), ya
no son los mismos (en cuanto efectiva transformacin de su significado).
En definitiva, el concepto actual explora las caractersticas semiticas intervinientes
para la produccin del significado de los fenmenos sociales.
El concepto anterior exploraba las caractersticas metasemiticas necesarias para
la explicacin del proceso de produccin del significado de los fenmenos sociales.
Ninguno contradice al otro y ambos concurren en la produccin del conocimiento
acerca de cmo el hombre construye el significado.

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___
REFERENCIAS
Foucault, Michel (1969). Larchologie du savoir. Paris: Gallimard.
Hanson, Norwood Russell (1977/1971). Patrones de descubrimiento. Observacin y
explicacin. Madrid: Alianza.
Hjelmslev, Louis (1971/1966). Prolgomnes a une thorie de langage. Paris : Minuit
Jackendoff, Ray (1989). Consciousness and the Computational Mind. Cambridge: MIT
Mac Cormac, Earl & Stamenov, Maxim I. (Editors) (1996). Fractals of brain, fractals of
mind. In search of a symmetry bond. Amsterdam: John Benajamins
Magarios de Morentin, Juan (1996). Los fundamentos lgicos de la semitica y su
prctica. Buenos Aires: Edicial.
Rastier, Franois (1991). Smantique et recherches cognitives. Paris: PUF.
Varela, Carlos (1996). What is Visual in the Visual Anthropology of Human
Movement? Visual Anthropology 8 (2-4): 155-170.

[1]

Ver el trabajo sobre secuencias de transformaciones de un signo de base en http://www.centro-desemiotica.com.ar/Peirce-Arquitectura.html y en http://www.centro-de-semiotica.com.ar/Peirce-Museo.html


[2]
Uso la conocida expresin de Peirce interpretante, tanto para designar al intrprete (como Peirce prefera:
sin connotaciones psicolgicas), como para designar a la eficacia que sume el signo en la mente de tal
intrprete (tambin como se lo propona Peirce: en cuanto hbito producido por el nuevo signo.
[3]
En esta direccin apunta la opcin de Louis Hjelmslev por referirse a la funcin semitica y no a los
signos.
[4]
Para entrar en la semitica prefiero la zambullida al lavado de manos. De todas formas, aclaro que la
segunda parte de la lectura de este Tema 1 consiste en unGlosario en el quedarn definidos la mayora de los
trminos que estoy utilizando sin previo aviso.
[5]
Puede verse, como desarrollo esquemtico pero ms interrelacionado, mi trabajo Pensamiento-SemiosisMundo, en http://www.centro-de-semiotica.com.ar/gio.htm (Maracaibo, 2005)
[6]
Este ha sido el tema de la Introduccin que, como compilador hice al N 17 de la Revista Cuadernos, de la
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy: "Semitica 2001",
nmero dedicado ntegramente a recopilar las plurales visiones de 32 semilogos contemporneos de habla
castellana.

[7]

Quiero formular una breve observacin acerca de esta mencin, en forma conjunta y equivalente, del par
significante/representamen, ya que puede despertar ciertas suspicacias entre los cultores de Saussure y los de
Peirce. Dicha observacin se refiere a que el aspecto perceptual de los signos necesitan del contexto con otros
para que adquieran significacin (al margen, por supuesto, del significado histrico que su uso, o sea, su
contextualizacin precedente les haya ido atribuyendo). En este sentido, me interesa ms cuando Peirce se
refiere al representamen como ese aspecto perceptual, que vincula con la idea de representacin (y que
habr de llevarle a la posibilidad de plantearlo como semejante a la relacin entre el abogado y su cliente), que
no es todava el juicio perceptual, y en el que se basa su concepto de primeridad y en el que, por tanto,
predomina la categora de forma/posibilidad; digo que me interesa ms este enfoque, que cuando lo construye
como signo y parece una entidad en un conjunto frente a los otros dos aspectos: su objeto y su interpretante.
Al representamen en cuanto forma, que requiere del contexto para fijar su capacidad representativa, lo
considero prximo al significante saussureano, cuyos valores, en el sistema de la lengua (que l asume como
ya dados en un momento determinado, desinteresndose de explicar su proceso de produccin, y limitndose a
sealar un estado de tal sistema: sincrona, o a constatar la diferencia entre dos o ms estados: diacrona), son
el resultado de su uso o contextualizacin, en los sintagmas del habla; mbito de conocimiento que Saussure
elude y que Peirce anticipa en su dicisigno, en cuanto proposicin o contexto existencial, y en su terceridad,
en cuanto conclusin provisional, en ese objeto mental que denomina interpretante, del proceso semitico,
con lo que ofrece una base analtica a los actuales enfoques cognitivos de la pragmtica y de la recepcin. En
este sentido, configuro la atribucin como la operacin que le confiere valor a una forma como resultado de su
integracin en determinado contexto.
[8]
Estas tres operaciones semiticas estn propuestas y desarrolladas en Magarios de Morentin, 1996.
[9]
A semejanza de la designacin pardica de materialismo de secano utilizada por N. R. Hanson,
1977/1971: 26
[10] [11] [12]
Las tres expresiones provienen del esquema ya mencionado Pensamiento-Semiosis-Mundo,
accesible en http://www.centro-de-semiotica.com.ar/gio.htm
[13]
[14]

De modo similar, Carlos Varela (1996: 155) afirma que ver es creer, en cuanto prctica de la creencia.
Ver, sobre el concepto de fractal, Mac Cormac, Earl & Stamenov, Maxim I., 1996

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