TESIS
TESIS
TESIS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA
TESIS DOCTORAL:
BURGOS: PATRIMONIO, PAISAJE Y ESPACIO
URBANO
DIRIGIDA POR:
DR. D. Basilio Caldern Caldern. UNIVERSIDAD DE
VALLADOLID
INTRODUCCIN
etapa, programa un nuevo futuro para historiados y gegrafos y verifica un nuevo Grado
de Historia y Patrimonio.
Y la palabra Patrimonio es nueva y atractiva, pero es nueva y su contenido, hasta
cierto punto extrao, para un profesor de materias ms tradicionales.
La idea de este formato de tesis parte de la necesidad de crear una asignatura para
una nueva titulacin en la UBU basada en un estudio riguroso y cientfico.
Del compromiso con esta tarea y para poder articular los mecanismos que explican la
complejidad de procesos que se producen a nuestra vista, lo cual no es tarea fcil, surge la
necesidad de trabajar desde la Geografa con equipos multidisciplinares dedicados al
anlisis del patrimonio y a su defensa. Ello explica mi conexin con ICOMOS, ForumUNESCO e Hispania Nostra y explica tambin la creacin de una asociacin como el Arca
de No.
El trabajo que se realiza en estos organismos es una especialsima ocasin para
adquirir conceptos, criterios y experiencias para comprender y valorar los bienes
patrimoniales. Las posibilidades de adquisicin de conocimientos y de debatir criterios
sobre la caracterizacin, la trascendencia social y la mediacin entre los hombres que
supone una adecuada gestin de los bienes del Patrimonio, las encontr cuando empec a
trabajar en el Comit Nacional Espaol (CNE) del Consejo Internacional de Monumentos
y Sitios (ICOMOS), organismo asesor de la UNESCO. Y de la teora a la prctica: asum
el compromiso de informar, aconsejar, pedir y reivindicar, debidamente argumentados
aquellos errores cometidos en aquella intervencin, unos proyectos amenazadores para la
integridad de un bien, o los desatinos de particulares o de instituciones que por
engrandecer la ciudad o una parte de ella echan a perder un patrimonio heredado de tantas
generaciones.
En aquellos momentos liminares de una nueva carrera, creamos, y cremos bien, que
las lecturas de Geografa Urbana no eran suficientes para encarar con rigor la definicin de
Patrimonio Urbano (tampoco de la novedosa asignatura de Patrimonio Natural). Haba que
dotar a la nueva asignatura de un contenido potente, especializado dentro del rea de la
Geografa Humana y capaz de explicar los procesos que hoy ya conocemos. Se me
antojaba que el tema del patrimonio urbano, o la mirada de la ciudad como patrimonio
cultural era, y es, muy propia de la disciplina geogrfica, en tanto que sta se interesa por
un hecho absolutamente humano, pero deba ser estudiado y discutido de forma plural para
poder desgranar y localizar los procesos y los agentes involucrados:
arquitectos
vista como una manifestacin cultural digna de servir para ampliar el conocimiento de las
generaciones futuras. Por todo ello, mi trabajo ha sido expuesto en reuniones, congresos,
conferencias, medios comunicacin, donde la reflexin se somete a debate y donde se
recogen los postulados generados durante las dos ltimas dcadas de mi vida. Ello me ha
permitido articular progresivamente los contenidos que ahora se presentan y gracias a los
que puedo formular unas conclusiones cabales.
A lo largo de estas dos ltimas dcadas he podido distribuir mis preocupaciones por
temas en los que se analiza lo que yo considero que son las constantes que afectan a todas
las ciudades y permiten identificar la dinmica de un fenmeno sin precedentes en la
evolucin de la ciudad: la planificacin y desarrollo urbanstico; el crecimiento de la
ciudad de Burgos a largo de este ltimo siglo largo; la descentralizacin del centro
histrico y el abandono expectante de la ciudad histrica; la rehabilitacin y
peatonalizacin de sectores de la ciudad; del fachadismo; de los intereses por introducir la
arquitectura contempornea en los lugares de la historia; el cambio de uso de la ciudad
histrica; la turistizacin y museizacin del espacio pblico y del patrimonio edificado; la
banalizacin del arte y de la ciudad histrica; la trivializacin de la historia, original y
copia; el concepto de Patrimonio Mundial; las nuevas categoras: del monumento a los
Itinerarios Culturales; el Patrimonio Intangible; los Paisajes Culturales; la competitividad
entre ciudades; la Universidad y su compromiso con la ciudad, etc.
Son algunas de las imgenes y manifestaciones de un nuevo modelo de vida, de un
nuevo modelo urbano cuya consolidacin en Espaa se produce de manera
extremadamente rpida como para plantear todos los conflictos y contradicciones que
explican las actuales polticas de gestin y estructuracin del territorio urbano.
Hace ya bastantes aos, empec a estudiar el desarrollo de la ciudad de Burgos y me
interes de manera apasionada los dos momentos en los que el impulso expansivo de la
ciudad se mostr con todo vigor, el desarrollo de la vivienda obrera en los espacios
perifricos de la ciudad consolidada -las barriadas de Casas Baratas- y la explosin
industrial y demogrfica de Burgos a partir de un pequeo ncleo histrico, Gamonal de
Ro Pico. Al estudiar el desarrollo urbano nos vamos dando cuenta que existen etapas
anteriores que empiezan a ser valoradas como testigos de la memoria, como solucin
novedosa al problema de la vivienda, las Casas Baratas, y como elementos de un rico
patrimonio industrial que se resiste a ser olvidado.
En mi continuado trabajo de anlisis de la ciudad, me voy dando cuenta de que la
ciudad consolidada, por su parte, est en constante devenir, una consideracin que encaja
con la definicin de patrimonio, que es lo heredado y contiene valor. Tambin la teora
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sobre el patrimonio pasa en ese tiempo del monumento al sitio y esa consideracin del
sitio, de ir ms all del monumento, lleva a formulaciones fructferas y enriquecedoras
para la comprensin ms cabal de la realidad urbana, como el entorno, la proteccin
ambiental, el paisaje, Todo ello me merece la atencin y comienzo a ver Burgos de otra
manera y empiezo, a travs del estudio de esta ciudad, a aportar ideas y teora sobre
patrimonio tanto en foros nacionales como internacionales. Estudiando diferentes casos y
buscando las relaciones que puedan establecerse con otros, me pongo a la tarea de
identificar elementos, sectores o mbitos susceptibles de ser considerados bienes
patrimoniales.
El trabajo que presento aqu es resultado de una reflexin sobre los valores culturales
de la ciudad contempornea, cambiantes como la sociedad, por lo que parece que el
discurso intelectual sobre la ciudad ms se parece a un "tornillo sin fin" o a una espiral que
a una marcada y sencilla linealidad. Siempre es necesario, siempre es posible darle una
vuelta ms al torno.
El concepto de Patrimonio Cultural es una idea superadora de la de Patrimonio
Histrico Artstico y tiene la virtud de promover en los ciudadanos un sentimiento de
pertenencia porque est ligado al territorio, a la historia, al paisaje, etc.
Lo heredado se valora y se trata de conservar, pero es mejor y prioritariamente
mediante la educacin y despus, adems, con recursos econmicos. Hasta ahora se ha
pensado que la cultura de la conservacin del Patrimonio requiere dedicacin financiera,
pero en esta tesis afirmo que nunca se ha dedicado mayor cantidad de inversiones en la
destruccin del Patrimonio Cultural. Es una destruccin con el aparente fin de conservarlo.
Por otro lado hemos asistido a una generalizacin de la banalizacin y adulteracin
en la aplicacin de los criterios de conservacin urbana, sometidos a intereses econmicos
concretos. En este terreno se han cometido, en muchas ocasiones, torpezas clamorosas.
Y de los intereses econmicos tenemos que pasar a la especulacin y falta de tica de
los agentes urbanos, incluidos cmo no! los ciudadanos, que en muchas ocasiones no
demuestran mucha capacidad para resolver los problemas de la ciudad, que es siempre
dinmica y compleja.
Un ejemplo de estas actitudes y aptitudes se puede ver reflejada en la arquitectura
contempornea realizada en Espaa. No se ha realizado para la poblacin, para construir
viviendas, sino para dotarse de una imagen y manifestar poder. Estas construcciones no
sirven tanto para realidades reales sino que se resuelven en pura fachada, pura forma, pura
imagen.
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Sobre los temas tratados en este captulo, se pueden consultar los siguientes trabajos de la autora:
BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (1996): De Gamonal a Burgos. Un captulo en el desarrollo urbano
de la ciudad de Burgos, Burgos, Aldecoa. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (1999): Relacin
Universidad-ciudad en Burgos, en Vivir las Ciudades Histricas. Ciudad Histrica y Calidad Urbana,
Burgos, Universidad de Burgos-Fundacin "la Caixa", pp. 21-42. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa
(2001a): Las Casas Baratas en Burgos, Burgos, Editorial Dossoles. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa
(2001): La transformacin de la ciudad de Burgos en el siglo XX, en SANZ, Federico (coord.): Burgos
siglo XX, Burgos, Cmara de Comercio de Burgos, pp. 199-217.
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Desde finales del siglo XIX se haba ido formando una doctrina de la nueva ciudad,
cuyas principales lneas vienen marcadas por el retorno a la naturaleza; por la importancia
de la salubridad y formulacin del principio de absoluta prioridad a las condiciones de
soleamiento e higiene de la vivienda, factores ambos que llevan a situar las condiciones
del hbitat como objetivo del planeamiento con el fin de mejorar el standard de la vivienda
y de las condiciones de vida en las ciudades; y, por ltimo, por la preocupacin por una
organizacin del trfico y por los medios de transporte moderno que posibiliten una
extensin perifrica de la ciudad de acuerdo con el principio de descentralizacin
inspirador de la alternativa al crecimiento urbano, que en trminos funcionales, formula el
movimiento racionalista. Surge as la idea de zonificacin especializada del uso del suelo
como instrumento de planeamiento.
Estas son, en definitiva, las innovaciones que el urbanismo moderno proclama para
la renovacin de la ciudad y todas estas ideas son las que inspiran y van dando forma a las
diversas leyes de Casas Baratas que fueron promulgadas en Espaa desde 1911 hasta 1934.
La realizacin de polgonos o barriadas de Casas Baratas es, sin duda, la primera
operacin de vivienda popular realizada en nuestro pas y tiene su raz en ese principio de
separacin de funciones preconizado por el racionalismo
Tanto el objetivo como las principales caractersticas que definen las Casas Baratas
son el resultado de una serie de aportaciones tericas surgidas ante la preocupacin de
solucionar el problema de la vivienda obrera, que representa una nueva perspectiva en el
desarrollo de la ciudad.
Desde el Instituto de Reformas Sociales y por una mocin de uno de sus vocales, F.
Largo Caballero, sobre las condiciones de vida de los trabajadores, Adolfo Posada analiza
la legislacin comparada sobre este tema y presenta, en 1907, la Preparacin de las Bases
para un Proyecto de Ley de Casas de Obreros. Casas Baratas, donde se articulan los
principios para la elaboracin de unas normas aplicables a Espaa, que dieron origen a la
Ley de Casas Baratas de 1911, con la que comienza en Espaa la poltica de fomento para
la construccin de viviendas. Esta primera legislacin sufri importantes modificaciones
en virtud de la Ley de de 1921 y, en tiempos de la Dictadura, por el Decreto-Ley de 1924
que revis y perfeccion algunas de las instituciones de la ley anterior; todo lo cual supuso
la ampliacin de los cometidos de la legislacin de viviendas y la incorporacin de una
serie de instituciones netamente urbansticas que parten de una concepcin global de la
poltica de la vivienda.
Se lleg as a la coordinacin de la normativa especfica de la vivienda y las
cuestiones urbansticas, integrndose en el movimiento moderno con los nuevos conceptos
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insistan en la necesidad de difundir la propiedad entre las clases obreras para evitar los
antagonismos y la lucha de clases. En muchos casos, no obstante, se hace un llamamiento
a la caridad cristiana y al altruismo de las clases propietarias, de manera que la finalidad es
obra de apostolado.
Por otra parte se extienden las ideas de la Ciudad-Jardn y construccin de viviendas
unifamiliares dignas para la clase obrera como signo de progreso social y econmico.
Ambas corrientes cristalizan en la orientacin que adquieren las Casas Baratas y explican
las caractersticas del modelo adoptado en su realizacin. En los aos veinte Adolfo
Posada se dedic enteramente a materializar a travs del Instituto de Reformas Sociales los
ideales de armona social, reformismo jurdico y concienciacin moral, con el propsito de
eliminar en Espaa la posibilidad de un enfrentamiento de clases. El estmulo de
formacin de sociedades benficas y cooperativas realizado por el Instituto y el inters por
aumentar el nmero de pequeos propietarios para eliminar los conflictos sociales y
conseguir la paz social coincide con el pensamiento social de la Iglesia. De modo que
catolicismo social y cooperativismo constituyen los factores que favorecen la formacin de
cooperativas de personas de la misma profesin para edificar su viviendas de Casas
Baratas en propiedad.
La difusin de la propiedad de la vivienda contribua a una utilizacin mxima de la
fuerza de trabajo por el esfuerzo que durante aos deban hacer los trabajadores para pagar
los crditos obtenidos para la compra de su vivienda. De ah el xito de que el ideal de la
habitacin econmica es indudablemente la casita individual aislada para cada familia,
rodeada de aire, luz y vegetacin.
El esquema ideolgico de la burguesa espaola ante la cuestin social englobaba la
defensa incondicional de la concepcin individualista de la propiedad privada y la defensa
del orden y sociedad liberales. Y aunque los sectores ms conservadores y acomodados de
la burguesa mantenan una actitud paternalista, humillante a veces, los sectores ms
liberales y progresistas de la burguesa mantuvieron posturas reformadoras como medida
defensiva de clase frente a la amenaza revolucionaria que protagonizaban las clases
obreras. En todo caso, aumentar poco a poco el nmero de propietarios a fin de que cada
familia tuviera su casa propia en cuanto fuera posible, se presenta como una labor
hondamente pacificadora y cristiana vigorizadora por otra parte de ese sentir intensamente
conservador que atribuyen a la sociedad humana todas las escuelas econmicas y sociales,
sin excluir la comunista.
En otra lnea se plantean las alternativas que engloban las ideas de socializacin de
la propiedad urbana y de algunos servicios pblicos y su administracin por parte del
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Municipio. stas propugnan que es deber del Estado intervenir en el plano concreto de la
urbanizacin empleando el derecho de expropiacin por utilidad pblica. Los socialistas, a
pesar de que en algn momento apoyaron la formacin de cooperativas de viviendas en
propiedad, defendan que no slo se trataba de procurar una vivienda digna para cada
familia, sino que tenan que concebirse viviendas econmicas construidas por el Municipio
para cederlas en alquiler a la clase trabajadora. De ah que el modelo de vivienda obrera
propuesto fuese la colectiva en vez de unifamiliar.
Todos estos planteamientos tericos hacen que el papel de intervencin, tanto en el
nivel estatal como por parte de los Ayuntamientos, se vaya definiendo en torno a tres tipos
de soluciones.
La solucin al problema de la vivienda obrera poda conseguirse mediante la
adecuacin de los pisos superiores de las viviendas burguesas o bien mediante nuevas
construcciones exclusivas para los obreros.
La mayor polmica se centra en la eleccin del modelo de vivienda, individual o
colectiva, de acuerdo con el cual se ha de ocupar un determinado espacio. Por ello se
enfrentan las propuestas de construccin en bloque, es decir, grandes edificios para
muchas familias, y construccin unifamiliar, bien mediante casas independientes, o bien
agrupadas por barrios formando colonias obreras.
En el primer tercio del siglo XX, pues, asistimos a un debate terico, que surge al
mismo tiempo que se van realizando las viviendas obreras y cuyo resultado es un reparto
espacial de uso del suelo urbano, que marcar el desarrollo de las ciudades a lo largo de
este siglo.
Aunque la primera Ley se aprob en 1911 su realizacin cristaliz a partir de 1921,
momento en que el Estado vincula a la necesidad de viviendas sanas, la necesidad de paz
social, para lo cual convena que el obrero construyese su propia vivienda, ayudado por los
organismos oficiales. De ah se deriva la opcin de las casas unifamiliares formando
barriadas aisladas entre s frente a las colectivas, de varios pisos, puesto que la
diseminacin y el aislamiento reportan indudables ventajas de carcter social, moral y
econmico. Slo a partir de 1923 el Ministro de Trabajo, recogi en su Proyecto de Ley,
conocido como Proyecto Chapaprieta, que la casa popular, situada en barriadas construidas
por los Ayuntamientos, sera de dos clases, casa colectiva y casa familiar, predominando
sta. Con ello se diferenciaba de manera clara el rgimen de acceso a la vivienda propuesto
desde la Administracin pblica y un modelo para cada tipo; las viviendas colectivas
seran dadas en alquiler a la clase media y a los funcionarios que, por su movilidad,
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I.1.1. La vivienda social en Burgos: una forma de creacin del espacio urbano (19001935)
Durante los primeros aos del siglo XX Burgos padece gravsimos problemas de
alojamiento, que resuelve mediante una serie de soluciones que pueden calificarse como
formas de habitacin subestandard, del tipo de casas de dormir, realquilados, etc., y no
faltan casos en que alguna familia ocupa cuevas -como la Cueva del Moro-, por no tener
donde refugiarse.
Ante la situacin provocada por tales formas de alojamiento, subarriendo,
hacinamiento y superdensificacin que caracterizan sobre todo a los barrios del casco
antiguo, surgen constantes denuncias por parte de la poblacin. De los artculos crticos en
la prensa se pasa al estudio del problema a nivel municipal y, una vez promulgada la
primera Ley de Casas Baratas, el Ayuntamiento de Burgos considera que la construccin
de este tipo de viviendas, es el mtodo adecuado para iniciar la solucin del problema de la
falta de viviendas.
Las dos primeras dcadas del siglo se caracterizan por una prctica paralizacin de la
edificacin, como consecuencia del elevado precio de los materiales, y por un constante
aumento de los alquileres, lo cual constitua un grave problema para la poblacin menos
21
favorecida econmicamente. Pero fue sobre todo a partir de 1923, con la iniciacin de las
obras pblicas planteadas por el Gobierno y particularmente por la construccin del
ferrocarril Santander-Mediterrneo, cuando se agrav repentinamente y de forma
alarmante la crisis de la vivienda. Al comenzarse los trabajos de esta va frrea, la ciudad
experiment un aumento de poblacin obrera que trajo consigo el hacinamiento y origin
graves perjuicios para la higiene y salubridad pblica.
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Del primer tipo de cooperativas, es decir aquellas que se organizan entre obreros,
muchos de ellos del ramo de la construccin, que edifican su propia vivienda, se formaron
12. Construyeron 142 viviendas, formando barriadas de casas unifamiliares.
En algunos casos los obreros que integraban una cooperativa estaban vinculados a una
determinada organizacin poltica. As la Fraternidad, se denominaba tambin
cooperativa
de
los
socialistas, y la Divina
Pastora era conocida como
la de los comunistas, por
otra parte, el presidente de
la
Esperanza
era
un
de
El
Progreso
de
Diputacin
Existe
la
Provincial.
adems
una
Cooperativa nacida de la
Asociacin de Inquilinos.
Se trata de la Cooperativa
Burgalesa
de
Baratas.
Estas
cooperativas
Casas
14
edificaron
134 viviendas.
24
25
recursos del Estado y durante un perodo quedaron paralizadas las ayudas econmicas, con
grave perjuicio para los cooperativistas que iniciaron sus obras en este momento.
La importancia de la participacin municipal en la resolucin del problema de la
vivienda queda reflejada en la memoria publicada en 1932 por el Patronato de Poltica
Social Inmobiliaria del Estado, que incluye un grfico en el que Burgos aparece con un
nmero de 276 Casas Baratas construidas, ocupando el sptimo lugar entre las dems
provincias espaolas, detrs de Vizcaya, Madrid, Barcelona, Mlaga, Sevilla y Zaragoza.
Al margen de las ayudas ofrecidas por el Ayuntamiento, en este mismo perodo se
construye la Barriada de Casas Militares Dos de mayo, que constituye un grupo especfico
de Casas Baratas. Por Decreto de 25 de febrero de 1928 se cre un Patronato de Casas
Militares con el fin de llevar a cabo un plan de construccin de viviendas para Jefes,
Oficiales y Suboficiales del Ejrcito. Se construyeron 84 viviendas entre 1928 y 1930.
Las ltimas barriadas de Casas Baratas se construyeron en 1935. A partir de 1930,
los expedientes de construccin de Casas Baratas quedaron en suspenso, no slo por causa
de la crisis econmica, como hemos apuntado, sino porque el nuevo Gobierno inicia la
revisin de la obra econmica y financiera de la Dictadura afectando considerablemente a
la poltica de Casas Baratas.
A pesar de que durante estos cinco aos varias cooperativas iniciaron sus
expedientes, solamente se realizaron cuatro barriadas; una de ellas pudo acogerse a los
beneficios que el Ayuntamiento haba ofrecido en 1926 a las Cooperativas Benficas, es la
Constructora Benfica del Crculo Catlico de Obreros que, en 1932, ampli la barriada
obrera existente con un nuevo grupo de 10 viviendas que recibi el nombre de Barriada del
Padre Salaverri. Las tres barriadas restantes no se pudieron realizar hasta 1935. Se trata de
las barriadas Doctor Zumel, Caldern de la Barca y Emilio Castelar, con doce, doce y diez
viviendas respectivamente, en el trmino de S. Julin. Estas cooperativas no pudieron
disponer de las ayudas municipales por la grave situacin econmica, por lo que tuvieron
que enfrentarse a numerosos problemas. Todas ellas construyeron viviendas unifamiliares.
Es cierto que todas esta viviendas no resolvieron las necesidades reclamadas pero las
Casas Baratas de Burgos representan la mayor parte del espacio construido y por lo tanto
suponen el prctico monopolio del crecimiento urbano de esa poca. Ello significa una
presencia casi absoluta de la Corporacin Municipal en la expansin urbana. El elemento
clave fue el Estatuto Municipal, el cual fomentaba la actuacin del Ayuntamiento en la
construccin de viviendas, que haba de llevarse a cabo estimulando la formacin de
nuevas barriadas en los alrededores de la ciudad. Evidentemente stas tenan que disponer
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largo, ms de cincuenta aos. Todava hoy muchos burgaleses no conocen las Casas
Baratas, que slo existen en la percepcin de los ciudadanos mayores, pero incluso en esta
ocasiones las mezclan con otras barriadas y las incluyen con las barriadas semirrurales de
Mximo Nebreda, Yllera y General Yage, edificadas en la postguerra.
Hasta ahora se han mantenido prcticamente todas aquellas barriadas que no son
piezas importantes para el planificador. Como no tienen gran relevancia no las han tenido
en cuenta y, por la misma razn, podran pervivir, pero el envejecimiento o fallecimiento
de sus propietarios y los problemas de herencias y transmisiones constituyen los
principales factores de indeterminacin del futuro de las Casas Baratas. Pero esta
caracterstica no es exclusiva de las barriadas obreras sino que es propia de todos los
elementos constitutivos de la ciudad cuyas transformaciones son tan significativas y tan
rpidas que en ocasiones no da tiempo a analizarlas porque las estamos viviendo en tiempo
real. Pese a ello y teniendo en cuenta, como punto de partida, que la superficie de las
viviendas, as como la flexibilidad para introducir variaciones internas, ofrecen
posibilidades de demanda por parte de nuevos clientes, hemos realizado un somero sondeo
del futuro de los habitantes. Se observan dos tendencias. Una que valora estas viviendas
por un renovado inters por la vivienda unifamiliar y el espacio al aire libre. Afecta a las
que estn mejor situadas, en la zona norte de la ciudad, tales como El Cid, la Burgalesa o
San Jos.
Pero donde ms claramente se ha observado este fenmeno de recuperacin del
modelo de la vivienda unifamiliar es en un grupo que ha tenido graves dificultades para
sobrevivir,
por
lo
que
resulta ms significativo. Se
trata de la barriada de la
Asociacin de la Prensa que
representa un caso especial
en
la
evolucin
experimentada
barriadas
por
las
obreras
de
se conserva la Barriada Obrera del Crculo Catlico, la gran superficie que ocupaba ha
servido a esa misma institucin para realizar bloques de viviendas destinadas tambin para
obreros afiliados al sindicato catlico.
gran dificultad por el tipo de crecimiento producido, mediante barriadas diseminadas, que
se caracteriza por la fragmentacin que introduce en el conjunto urbano. De esta forma se
observa una clara oposicin entre los planteamientos tericos de los urbanistas y la
realizacin prctica que se efecta.
Es obvio que la disgregacin de barriadas inconexas, producida en Burgos, es una
realizacin totalmente contraria a las propuestas, surgidas a partir de Howard, de conseguir
una adecuada jerarqua de las unidades urbansticas y restituir a la ciudad una articulacin
correcta. Y resulta interesante analizar cmo unos planteamientos -los de la Ciudad-Jardn, que constituyen el punto de partida para planificar el crecimiento de la ciudad y dotar de
vivienda a la clase obrera, se van transformando de tal modo que llegan a perder su
contenido. En concreto en Burgos el principio sobre el que se inspiran tales
planteamientos, se hipotec en funcin de un objetivo muy definido, la paz social.
Esta contradiccin existente entre los planes dictados por las modernas teoras
urbansticas y los fines polticos con los que se construyeron las Casas Baratas est patente
en la realidad que tales barriadas presentan en la actualidad, puesto que, pese a ofrecer
unas viviendas de calidad constructiva y tipolgica ciertamente positivas, la valoracin del
espacio como de menor calidad urbana y la consideracin psicolgica de que se trata de
espacios marginales, las sita en un marco de segregacin residencial, del que no estara
ausente, sin duda, su carcter de vivienda obrera. Tal fue el resultado del impacto que
produjeron en el espacio urbano contemporneo a su construccin y que han seguido
manteniendo en cierta medida a lo largo de todo el siglo XX.
En el emplazamiento de las barriadas tuvo relacin con el valor econmico y la
disponibilidad de terrenos, pero lo que result decisivo fue el deseo de prevenir los
problemas sociales que podan
surgir de la propagacin de las
ideas
poca.
revolucionarias
Por
esta
de
razn
la
las
marginales.
Las
512
Burgos, se distribuyen en 31
barriadas
de
casas
dispersas es posible establecer una serie de ncleos de relativa importancia, si bien sin
conexin entre s. nicamente se perfila una rea importante de construcciones
unifamiliares -aunque no todas acogidas a los beneficios de la legislacin de Casas
Baratas- sobre todo en la calle de San Pedro de Cardea y en torno al Camino del Calvario
y Crucero de San Julin. Esta zona de la ciudad se consolidar como un sector
caracterstico por su baja densidad edificatoria y en los aos cuarenta se desarrollarn
numerosas barriadas que edificarn viviendas protegidas con las ayudas del Instituto
Nacional de la Vivienda.
En el espacio situado al norte del ro Arlanzn se crean tres fragmentos urbanos
perifricos: el formado en la zona meridional del cerro del Castillo, en la alineacin de la
calle Doa Jimena, Fernn Gonzlez, Francisco Salinas, donde se encuentran las siguientes
barriadas: La Fraternidad; El Progreso; La Esperanza; La Divina Pastora; y la Concepcin.
Estas cooperativas edificaron sus casas en terrenos cedidos por el Ayuntamiento excepto la
Concepcin que compr la parcela a un particular. Un rasgo de estas barriadas es que todas
ellas estn compuestas por viviendas adosadas formando grupo.
Otro ncleo es el existente en el trmino conocido como los Vadillos. En l se
edificaron seis barriadas, construidas formando grupo, a las que hay que aadir las 64
viviendas colectivas de los bloques surgidos por iniciativa municipal. La relacin de
cooperativas de este sector es la siguiente: La Burgalesa, El Cid y San Jos, en una parcela
cedida por el Ayuntamiento situada en las antiguas eras de San Francisco. Las tres
cooperativas restantes realizaron sus barriadas en Los Vadillos, una de ellas, Empleados
Municipales, lo hizo en el propio paseo, en una de las zonas ms favorecidas y de gran
belleza por el arbolado que tena, que puso a su disposicin el Ayuntamiento. Las
viviendas de la Cooperativa Asociacin de la Prensa se construyeron, detrs de los bloques
de Bomberos y Vadillos, sobre un terreno parte cedido por el Ayuntamiento y parte
comprado por la cooperativa. Por ltimo, nos queda sealar la barriada la Unin, en
terrenos comprados por la cooperativa. En cuanto a los dos bloques del paseo de los
Vadillos denominados Bloque Vadillos y Bloque Bomberos cabe destacar, obviamente,
una menor utilizacin superficial.
32
disponer
trazado
de
interno
un
de
entre
la
carretera de Vitoria y la
margen derecha del ro,
Figura 9: Crecimiento de Burgos originado por la construccin de Casas
Baratas (1935). Barriadas al norte del ro Arlanzn. (Fuente: la autora)
cuya
extensin
es
33
En los alrededores de la calle Salas y Camino del Calvario estn situadas cinco
barriadas: Auns y La Ferroviaria Burgalesa se edificaron en una antigua huerta situada en
el Camino del Calvario, que el Ayuntamiento adquiri para cedrsela a estas cooperativas.
Las tres barriadas restantes se edificaron en el trmino de la calle Salas en terrenos
comprados por las propias cooperativas: Doctor Zumel, Emilio Castelar y Caldern de la
Barca
El paseo de los Pisones es otra zona en la que hay cuatro barriadas: La Social,
Municipium, Empleados Provinciales, y la Provincial.
Por ltimo destaca que en el barrio de San Isidro, en zona agrcola, se realizara una
barriada de casas para los agricultores: La Agraria Burgense.
El nacimiento de todas estas barriadas, que conforman una corona alrededor de la
ciudad consolidada, introduce una solucin de continuidad en el plano de la ciudad que
34
propios
entornos,
poco
integrados y dependientes de la
ciudad tradicional. Los espacios
as surgidos se definen por su bajo
nivel de accesibilidad urbana.
Quienes
localizacin
defendan
de
las
la
barriadas
Pero teniendo en cuenta las disposiciones del Estatuto Municipal tal defensa lleva implcita
la idea de revalorizacin de las reas urbanas marginales en las que se sitan las barriadas
de Casas Baratas, puesto que su urbanizacin y dotacin de servicios deban realizarse por
la Administracin local. De este modo, al extender los servicios desde el centro de la
ciudad hasta los nuevos grupos de viviendas, se creaban importantes expectativas de
edificacin en los suelos intermedios, transformando los terrenos rsticos iniciales en
zonas urbanas.
En el caso de Burgos las barriadas obreras no cumplieron esa funcin de manera tan
clara, puesto que se trata de pequeas realizaciones, a las que no se dot de urbanizacin y
adems los terrenos donde se edificaron eran en su mayor parte, de propiedad municipal,
35
en otros casos del Estado o de la Corporacin provincial, pero sin ninguna duda sirvieron
para dirigir el crecimiento posterior generando plusvala.
La marginalidad del suelo en el que se asientan se debe a las posibilidades de
adquisicin de los terrenos por parte de las cooperativas.
La mayor parte de las barriadas obreras de construccin autnoma se edificaron en
terrenos del Ayuntamiento. En cambio, del otro tipo de barriadas, las realizadas por
contrata, solamente cuatro recibieron parte de la prima en terreno y, de ellas, dos son las
del personal de la Corporacin local. Las barriadas realizadas en terrenos propiedad
municipal son doce en total. En el caso de la barriada militar Dos de Mayo, la parcela era
del Estado. La Diputacin fue el tercer organismo pblico que financi la realizacin de
Casas Baratas cediendo terreno a las dos cooperativas de sus funcionarios, Empleados
Provinciales y la Provincial, y eligiendo los situados en el Paseo de invierno de los
Pisones.
El resto de las barriadas, es decir, las realizadas mediante el sistema de contrata,
excepto cuatro, adems de las cuatro de prestacin de trabajo personal que no edificaron
sus casas en terrenos del Ayuntamiento, se sitan en fincas de propiedad particular que
cada cooperativa adquiere por compra, la mayora en el Crucero de San Julin y en la zona
sur de la ciudad. Un caso particular lo constituye la Barriada del Crculo Catlico, puesto
que se edific en terrenos que la Sociedad Benfica haba conseguido por donaciones
particulares.
Independientemente del modo de adquisicin del suelo por parte de cada barriada
existe un factor unificador para la mayora de ellas. Este es el carcter de marginacin,
derivado no slo de su significado anterior -huertas, eras, basurero municipal- sino
tambin de la servidumbre que introduce la topografa adversa, que adquiere un grado
limitador mximo en el caso del Crucero de San Julin. Por esta razn, las barriadas de
Casas Baratas en vez de contribuir a la integracin de los distintos sectores en la ciudad,
han colaborado en la consolidacin de una forma urbana especfica de residencia obrera,
dependiente respecto del rea central.
No obstante, las barriadas de Casas Baratas burgalesas pueden ser consideradas
como la primera actuacin en la urbanizacin y edificacin de las reas perifricas, pues, a
pesar de que se limitaron a una funcin colonizadora del espacio urbano, con una dotacin
mnima de infraestructura, crearon la posibilidad de lograr calificacin urbana a los suelos
rurales intermedios. Es cierto que en diversas ocasiones desde el Ayuntamiento se trat de
realizar el ensanche de la ciudad, pero sus planteamientos demuestran que Burgos trataba
nicamente de facilitar el crecimiento urbano ms que de ordenar la ciudad. Era un
36
planteamiento que responde, como en otras ciudades, a una intencin de apertura para
crear una ciudad inacabada (TERN, 1978: 46) que ha ido incorporando estos
fragmentos a medida que los ha ido necesitando, logrndose en la dcada de los aos
setenta una unin total.
Las barriadas de Casas Baratas constituyen piezas dispersas, sin relacin entre s. Se
edificaron en suelos de fcil adquisicin aunque las condiciones en que se realizaron
implican posiciones desfavorables, topografa adversa, inexistencia de accesos y servicios,
y, en algn caso, mala orientacin.
La existencia de ocho ncleos de barriadas de Casas Baratas, tres al norte del ro
Arlanzn y cinco en la zona sur, realizadas en el extrarradio de la ciudad, supone una
diferenciacin, tanto en trminos espaciales como sociales, entre el casco tradicional
urbano y el crecimiento planeado en la periferia, caracterizado por su baja densidad, y por
estar mal dotado de infraestructuras bsicas y de relacin. Formaron un modelo de
urbanizacin sin urbanizar.
Los terrenos en los cuales se llev a cabo la edificacin de Casas Baratas carecan
totalmente de infraestructura por tratarse en su mayor parte de fincas rsticas y en dos
casos, de paseos, el de los Vadillos y el de los Pisones. Este fue el principal problema con
que se enfrentaron los cooperativistas.
Si todas las barriadas resolvieron de alguna manera las dotaciones de luz para sus
casas, abastecimiento de agua y evacuacin, no fue as respecto a los servicios generales
de urbanizacin, por lo que en muchas de ellas faltaban todos los servicios indispensables
como acceso, alumbrado pblico, aceras, asfaltado de calles y por tanto limpieza e higiene.
La inexistencia de alumbrado fue especialmente grave para los vecinos de las cooperativas
situadas al sur de la va del ferrocarril por el peligro que supona cruzarla en tales
condiciones, aparte de los problemas de seguridad ciudadana. Estas cooperativas adems
de estar sometidas a las servidumbres del ferrocarril, son las ms alejadas del ncleo, al
que estaban conectadas de manera precaria, porque ocupaban una posicin que puede ser
considerada como prototipo de este perodo histrico, sobre antiguas huertas y en un sector
con pocas expectativas de crecimiento.
De esta manera, las barriadas obreras cumplan muy bien los principios higinicos
referentes a la iluminacin solar y ventilacin, tal como lo propugnaba el modelo de casa
unifamiliar con jardn, pero se encontraron enclavadas en unos espacios que incumplan de
modo absoluto los preceptos de salubridad e higiene, establecidos por el Estatuto
Municipal, por la falta de un servicio de limpieza y recogida de basuras, y por no haberse
realizado las obras de saneamiento del terreno en aquellos lugares en los que hubiera sido
37
en los aos veinte del siglo pasado defenda la Junta de Fomento y Mejora de Casas
Baratas de Burgos, cuyo secretario, Alfredo Garzn, present al Ayuntamiento un
proyecto completo para solucionar el problema de la grave crisis de vivienda que padeca
Burgos, que cristaliz en un Acuerdo municipal (20 de mayo de 1926) gracias al cual el
movimiento cooperativista y la construccin de Casas Baratas tuvo un gran xito en la
ciudad. Se consideraba que la Ley de Casas Baratas era un gran acierto al vincular a la
familia durante treinta aos a la vivienda barata, sobre todo si el obrero la construye con su
trabajo convirtindose as en la felicidad de la familia y defensa inexpugnable de la gran
propiedad.
Parece que ahora, y no antes, (ESTVEZ, 2005) los promotores de ladrillo,
propietarios de suelo y administraciones liberalizadoras se han puesto de acuerdo para
hacer realidad todos propietarios! A cambio de este anhelo, los ciudadanos de este pas
se encuentran atrapados, en lo mejor de la vida, haciendo un esfuerzo financiero que les
impide el acceso a la cultura, al ocio y el intercambio, y que les llevado en muchas
ocasiones a la ruina. Desde hace ms de una dcada hemos asistido en Espaa a una pasin
inmobiliaria y un esfuerzo individual que pueden parecer nuevos, igual que los errores
ocasionados por un modelo de crecimiento extensivo y fragmentario que tiene graves
repercusiones econmicas, urbansticas, territoriales, ecolgicas y, sobre todo, sociales.
Pero esto, que ahora se aprecia desde el satlite del Instituto Geogrfico Nacional, ya era
algo sustancial a principios del siglo XX. En realidad fue una eleccin muy meditada.
Por un lado, las caractersticas de las viviendas -unifamiliares, con jardn, escasa
densidad y ubicacin marginal- de las barriadas de Casas Baratas tienen mucha relacin
con la obra de Ebenezer Howard y la realizacin de las Ciudades-Jardn (SATO, 1977).
Por otro lado, el modo de acceso a la vivienda por parte de los trabajadores es el
resultado de un continuo esfuerzo y una serie de aportaciones sucesivas encaminadas a
lograr una solucin ordenadora como condicin bsica para el cambio social. Este fin se
expresa con frecuencia en la planificacin de las barriadas de Casas Baratas que haban de
realizarse para reconstruir la vida social.
Desde la aportacin utpica de los primeros reformadores sociales y del
paternalismo filantrpico del capital hasta la creacin de los Congresos Internacionales de
Arquitectura Moderna, en los que tcnicos de diversos pases tratan de aunar sus esfuerzos
con el fin de crear una nueva teora sobre la concepcin de la ciudad, se producen distintos
proyectos, tendentes a lograr una transformacin cualitativa de la ciudad. Una de las
soluciones, la que se adopt mayoritariamente en Espaa, como ya hemos apuntado, fue la
construccin de Casas Baratas. La ideologa que las conforma y la tcnica de construccin
40
que en ellas se utiliza constituyen una de las opciones propuestas en el marco general del
planeamiento urbano.
Todas las revistas cientficas ocupaban su atencin en las conclusiones de los
congresos que se celebraban sobre habitaciones econmicas, la descripcin de sistemas y
los tipos adoptados en diversos pases, sobre todo a partir de la Exposicin Universal de
Pars de 1889, momento en el que el problema de la construccin de Casas Baratas e
higinicas toma extraordinaria importancia, acentuada con la promulgacin, en Blgica y
en Francia, en 1889 y 1894 respectivamente, de leyes especiales para la construccin de
estas viviendas para obreros. La celebracin de Asambleas y Congresos de Casas Baratas
(Pars, 1889; Amberes, 1894; Burdeos, 1895; Bruselas, 1897; Pars, 1900; Dsseldorf,
1902; Lieja, 1905), fue adquiriendo importancia cada vez mayor. El organismo que ms
empuje dio a estas reuniones fue el Comit Internacional permanente de los Congresos
Internacionales de Casas Baratas, con residencia en Bruselas. Se logr una sistematizacin
en el estudio del problema de la vivienda y un gradual desarrollo en los procedimientos de
solucin. Los temas tratados fueron demolicin o mejora de las habitaciones insalubres,
casas excesivamente habitadas y reglamentacin legal de la extensin de las ciudades,
adquiriendo gran importancia las Ordenanzas Municipales. Se trat por primera vez de la
intervencin directa del Estado y del Municipio para resolver el problema de la vivienda
obrera y del fomento de la propiedad entre la clase trabajadora. Los resultados fueron
distintos segn los pases.
En Espaa, los cambios de finales del siglo XIX, las nuevas ideas y las teoras
revolucionarias del principios del XX, hicieron sentir miedo a dos poderes: la Iglesia y el
Estado. El temor a los obreros, o mejor, el pnico ante la posibilidad de propagacin entre
ellos de las ideas revolucionarias nos brinda un magnfico ejemplo para reflexionar sobre
la maquinacin y el procesamiento institucional del miedo y sus consecuencias ms
inmediatas en la ciudad.
No es casualidad que Espaa sea un pas de propietarios urbanos, pequeos
propietarios, pero todos propietarios. La opcin de la vivienda en propiedad, frente al
acceso a la vivienda en rgimen de alquiler, no es sino el resultado bien medido de una
estrategia concebida por el Estado y la Iglesia catlica para alejar un peligro que se cerna
sobre una sociedad demasiado frgil y con grandes desigualdades sociales como la
espaola. En unos momentos en que el Estado se plantea por primera vez solucionar el
problema de la vivienda obrera, todos, incluidos sectores de la izquierda, tenan claro que
la propiedad de la vivienda es un mtodo indefectible para conseguir la paz social. Esta
idea era bsica para el secretario la Junta de Casas Baratas de Burgos, quien preconiza la
41
estructura de la ciudad de Burgos se repiten hoy muchas situaciones del pasado, y quiz no
debamos pensar sin ms que es debido a aquella herencia, pero hay que ser conscientes de
que el triunfo actual de ciudad dispersa, con urbanizaciones de adosados cada vez ms
pequeos y pensados para que las clases trabajadoras puedan disfrutar de las ventajas del
campo y del aire libre, no constituye un fenmeno nuevo o reciente como alguien llega a
decir, porque recuerda mucho a lo que sucedi, en circunstancias socialmente ms
angustiosas hace cien aos. En estos momentos, Burgos, lo mismo que otras ciudades
medias, est protagonizando un proceso muy marcado de invasin del territorio perifrico
circundante. Algunos autores, suponen que el triunfo de la ciudad desintegrada y de la
segregacin funcional es fruto de la sociedad actual, y lo consideran consecuencia de un
cambio de mentalidad, un cambio cualitativo en la forma de evolucionar la ciudad. Pero,
despus de estudiar las Casas Baratas que se hicieron en Burgos, pensamos que no es ms
que la consecuencia lgica de un proceso iniciado con el siglo XX, con el intento de
definir unas polticas de vivienda social y de planeamiento de la ciudad, que podemos
caracterizar como la historia de un proceso sorprendente como la cinta de Moebius. Es
igual estudiar las ideas de extensin caractersticas de la ciudad industrial de principios del
s. XX que analizar la ciudad postindustrial de principios del s. XXI, que ha optado por un
modelo de ocupacin total del territorio. El resultado en ambos casos es la formacin de un
espacio urbano segregado y una urbanizacin del medio rural, irracional, que ya se
manifiesta como absolutamente insostenible.
La realizacin de barriadas de Casas Baratas es la primera operacin de vivienda
popular realizada en Espaa. El objetivo y las principales caractersticas que definen las
Casas Baratas son el resultado de una serie de aportaciones tericas surgidas ante la
preocupacin de solucionar el problema de la vivienda obrera, que representa una nueva
perspectiva en el desarrollo de la ciudad.
Las reflexiones tericas en torno a la habitacin de las clases modestas fueron
cristalizando en una serie de planes y normas de carcter legislativo que convergen en los
primeros aos del siglo XX en la Ley de Casas Baratas. La primera ley, 1911, se convierte
en realidad como consecuencia de una serie de estudios, intentos y proyectos de nuevas
soluciones basadas en la accin de los poderes pblicos en la construccin de viviendas
para las clases obreras. Destaca el Proyecto de Ley de 1878 sobre Construccin de
Barriadas de Obreros, que propona la edificacin de tales barriadas cerca de las
poblaciones y mezcladas con las construcciones de otras clases, de manera que pudieran
tener acceso a todos los servicios municipales (BASSOLS, 1973).
43
origen a numerosos escritos que insistan en la necesidad de difundir la propiedad entre las
clases obreras para evitar los antagonismos y la lucha de clases. As aparece en la prensa
burgalesa con ocasin de la promocin de barriadas de viviendas obreras promovidas por
el sindicato catlico: Si en la vida social de nuestra Patria y an en la del mundo,
hubieran surgido muchas obras como la del Crculo Catlico, inspirada en los principios de
justicia y caridad incesantemente proclamados y recordados por los ltimos Pontfices,
singularmente desde Len XIII, la violenta situacin social que padece el mundo, no digo
que se hubiera corregido por completo, porque las imperfecciones humanas son grandes,
pero se hubiera aliviado considerablemente (MARTIN, 1932). En muchos casos se hace
un llamamiento a la caridad cristiana y al altruismo de las clases propietarias, de manera
que la finalidad es obra de apostolado.
Por otra parte se extienden las ideas de la Ciudad-Jardn y construccin de viviendas
unifamiliares dignas para la clase obrera como signo de progreso social y econmico
(INSTITUTO DE REFORMAS SOCIALES, 1923; KELY, 1923). Ambas corrientes
cristalizan en la orientacin que adquieren las Casas Baratas y explican las caractersticas
del modelo adoptado en su realizacin. En los aos veinte A. Posada se dedic
enteramente a materializar a travs del Instituto de Reformas Sociales los ideales de
armona social, reformismo jurdico y concienciacin moral, con el propsito de eliminar
en Espaa la posibilidad de un enfrentamiento de clases (LAPORTA, 1974).
La difusin de la propiedad de la vivienda contribua a una utilizacin mxima de la
fuerza de trabajo por el esfuerzo que durante aos deban hacer los trabajadores para pagar
los crditos obtenidos para la compra de su vivienda. De manera que la concepcin de que
el ideal de la habitacin econmica es indudablemente la casita individual aislada para
cada familia, rodeada de aire, luz y vegetacin, est totalmente dominada por la entera
libertad de iniciativa privada y se mantiene en un marco capitalista liberal (CASAL,
1915).
El esquema ideolgico de la burguesa espaola ante la cuestin social englobaba la
defensa incondicional de la concepcin individualista de la propiedad privada y la defensa
del orden y sociedad liberales. Y aunque los sectores ms conservadores y acomodados de
la burguesa mantenan una actitud paternalista, humillante a veces, los sectores ms
liberales y progresistas de la burguesa mantuvieron posturas reformadoras como medida
defensiva de clase frente a la amenaza revolucionaria que protagonizaban las clases
obreras: De todas formas de construccin, ninguna tan humana, tan social y tan cristiana,
como la de la casa familiar, independiente, para que sea propiedad del que la habite. La
propiedad es signo de estabilidad (POSSE, 1931: 8). En todo caso, aumentar poco a poco
45
el nmero de propietarios a fin de que cada familia tenga su casa propia en cuanto se
posible, se presenta como una labor hondamente pacificadora y cristiana vigorizadora por
otra parte de ese sentir intensamente conservador que atribuyen a la sociedad humana
todas las escuelas econmicas y sociales, sin excluir la comunista (ALLE, 1928: 11).
Durante este perodo, las posiciones discurren entre el fomento de la accin
caritativa y espontnea y el llamamiento a la conciencia de los propietarios. Las solicitudes
de ayuda para los obreros que siempre son agradecidos y estiman la proteccin en todo su
valor se realizan basndose en caridad filantrpica, porque moralmente todos estamos
obligados a contribuir, en la medida de nuestras fuerzas en esta obra tan simptica y
bienhechora, tal como seala la prensa en su seccin Casas Baratas (Diario de Burgos,
18-5-1926).
Engels, en su obra Contribucin al problema de la vivienda, seala que toda esta
concepcin, de que el obrero se ha de convertir en propietario, se apoya a su vez sobre la
teora reaccionaria de Proudhon, y en verdad no surge del seno de la idea
revolucionaria, sino de la propia gran burguesa. A este respecto se hace eco de un
artculo aparecido en el semanario madrileo, La Emancipacin -rgano de las secciones
marxistas de la I Internacional en Espaa- en el nmero del 16 de marzo de 1872, cuando
cita que existe otro medio de resolver la cuestin de las habitaciones, medio propuesto por
Proudhon, que a primera vista deslumbra, pero que, bien examinado, descubre su total
impotencia. Proudhon propona que los inquilinos se convirtiesen en censatarios, es decir,
que el precio del alquiler anual sirviese como parte de pago del valor de la habitacin,
viniendo cada inquilino a ser propietario de su vivienda al cabo de cierto tiempo. Esta
medida, que Proudhon crea muy revolucionaria, se halla practicada hoy en todos los
pases, por compaas de especuladores, que de este modo, aumentando el precio de los
alquileres hacen pagar dos y tres veces el valor de la casa. M. Dollfus y otros grandes
industriales del noroeste de la Francia han puesto en prctica este sistema, no slo para
ganar dinero, sino con un fin poltico superior. Los jefes ms inteligentes de las clases
imperantes han dirigido siempre sus esfuerzos a aumentar el nmero de pequeos
propietarios, a fin de crearse un ejrcito contra el proletariado. Los revolucionarios
burgueses del pasado siglo, dividiendo la gran propiedad de los nobles y del clero en
pequeas partes, como quieren hacerlo hoy los republicanos espaoles con la propiedad
territorial que se halla an centralizada, crearon toda una clase de pequeos propietarios,
que ha sido despus el elemento ms reaccionario de nuestra sociedad, y que ha sido el
obstculo incesante que ha paralizado el movimiento revolucionario de las ciudades.
Napolen III, dividiendo los cupones de las rentas del Estado, intent crear esa misma
46
clase en las ciudades y M. Dollfus y sus colegas, al vender a sus trabajadores pequeas
habitaciones pagaderas por anualidades, han querido sofocar en ellos todo espritu
revolucionario e impedir al mismo tiempo al obrero, ligado por la propiedad, que fuese a
otra parte a ofrecer su trabajo. As, pues, el proyecto de Proudhon, no slo era impotente
para aliviar a la clase trabajadora, sino que se volva contra ella (ENGELS, 1971: 135136).
Es revelador el escrito del secretario de la Junta de Casas Baratas de Burgos al
referirse al problema de la vivienda de esta ciudad: contribuira mucho a la solucin y
simultneamente hara disminuir
los odios sociales la construccin
de viviendas a base de prestacin
de trabajo por los beneficiarios.
Las doctrinas comunistas ganan
ms campo cada da y acaso
detendramos
su
arrollador
viviendas; medio ste, por otra parte, altamente simptico y con el que se consiguen otros
fines igualmente saludables para la paz social; el obrero se habita al trabajo, modifica sus
costumbres, crea en l la virtud del ahorro, se aleja del vicio y al evitarse el hacinamiento y
la promiscuidad desaparece la fuente de insalubridad para su cuerpo y para su espritu, que
no otra cosa son las casas en que
actualmente viven, y en fin, los
que llegan a ser propietarios,
tened la seguridad de que jams
dejarn de ser propietarios; su
vida entregarn antes que dejarse
despojar de la casita que tantos
esfuerzos, afanes y sudores les
cost (GARZN, 1928b).
Figura 12: Barriada El Progreso. (Fuente: la autora)
defendan que no slo se trataba de procurar una vivienda digna para cada familia, sino
que tenan que concebirse viviendas econmicas construidas por el Municipio para
cederlas en alquiler a la clase trabajadora. De ah que el modelo de vivienda obrera
propuesto fuese la colectiva en vez de unifamiliar.
El PSOE parece renunciar a la vieja tradicin de los conceptos comunales cuando el
propio M. Muio, en 1933, en la Memoria sobre la labor realizada por el primer
Ayuntamiento en la Segunda Repblica Espaola, defiende un esquema dual de la ciudad,
oponiendo centro y periferia; ... el centro de la actividad comercial se halla en el centro de
la poblacin, pero las zonas de vivienda se sitan ventajosamente en los sitios ms sanos
de las afueras, donde, por el menor precio del suelo, es posible vivir con el mismo gasto
ms desahogadamente, e incluso formar ciudades satlites constituidas por casas con
jardn. Esta solucin es la mejor, no slo desde el punto de vista higinico, sino incluso
desde el econmico y social; adems, fomenta el espritu de cooperacin y ahorro, pues es
muy halagea la idea de vivir en familia en un hotelito, pero no la de llegar a poseer un
cuarto interior de una casa de vecindad (SAMBRICIO, 1976: 31).
Estos planteamientos tericos van definiendo la intervencin, del Estado y de los
Ayuntamientos, en torno a dos tipos de soluciones, mediante la adecuacin de los pisos
superiores de las viviendas burguesas o bien mediante nuevas construcciones exclusivas
para los obreros. Se trata de optar entre el sistema de la segregacin o la mezcla social en
la funcin residencial de la ciudad, pero tambin se plantea si se utiliza la ciudad
construida y se adecuan las viviendas del casco urbano o si se prefiere extender la
poblacin creando nuevas viviendas en la periferia de la ciudad. El dilema se materializa
en la eleccin del lugar que se debe asignar en la ciudad para construccin de viviendas
obreras, y la mayor polmica se centra en la eleccin del modelo de vivienda, individual o
colectiva, de acuerdo con el cual se ha de ocupar un determinado espacio. Por ello se
enfrentan las propuestas de construccin en bloque y de construccin unifamiliar,
mediante casas independientes o agrupadas por barrios formando colonias obreras.
En el primer tercio del siglo XX, pues, asistimos a un debate terico, que surge al
mismo tiempo que se van realizando las viviendas obreras y cuyo resultado es un reparto
espacial de uso del suelo urbano, que marcar el desarrollo de las ciudades espaolas a lo
largo de este siglo. En realidad se trata de una disyuntiva muy simple, puesto que se
oponen claramente dos tipos de segregacin en materia de vivienda obrera, frente a la
tradicional segregacin vertical dentro del inmueble se propone una segregacin espacial,
horizontal, mediante barriadas en el extrarradio.
48
partir de 1920, por la Administracin socialista de la ciudad, con el fin de conseguir unos
alquileres muy bajos, constituan verdaderas unidades vecinales con servicios comunes. El
ejemplo de Viena tuvo mucha difusin en la prensa, sobre todo porque las manzanas de
casas de vecinos disponan de lavadero mecnico, baos, duchas, piscinas, cooperativa,
almacenes, salas de reuniones, biblioteca, y sobre todo un jardn de infancia donde los
nios estaban asistidos y vigilados en las horas de trabajo de los padres, como C.
Redondo3 explicaba en la Conferencia que dio en la casa del pueblo el 12 de julio de
1927. En un principio los socialistas espaoles proponen repetir la obra de la experiencia
austraca en el tema de la vivienda y as lo defienden en la Conferencia de la Edificacin
de 1923.
Los arquitectos Lus Lacasa y Fernando Garca Mercadal trabajan por encauzar sus
planteamientos sociales dentro de las oficinas tcnicas municipales y, siguiendo la
actuacin de los arquitectos europeos, lograr soluciones globales para mejorar el sistema
de vida de las clases trabajadoras. Ambos consideraban necesaria la gestin municipal de
la vivienda mediante la realizacin de bloques comunales en alquiler. Precisamente en el I
Congreso Nacional de Urbanismo, celebrado en 1926, se cuestiona la efectividad de las
Casas Baratas construidas formando colonias como solucin al problema de la vivienda y
se considera necesario planificar grandes conjuntos de viviendas multifamiliares
(GARCS, 126: 685).
Aunque en ocasiones se construyeron barriadas obreras en bloques, el modelo
adoptado generalmente en Espaa fue la vivienda individual en construcciones
unifamiliares.
La obra de L. Casal, traducida en 1915, propona los mismos principios de CiudadJardn, a base de agrupaciones mnimas de viviendas unifamiliares en edificaciones
aisladas, rodeadas de jardines, oponindose a las casas de varios pisos o casas de vecindad
por considerarlas nocivas a la higiene.
En Espaa el concepto de Casa Barata se difunde a travs de los contactos
mantenidos con la Federacin Internacional de Ciudades-Jardn y Trazado de Poblaciones.
Despus de haberse promulgado la primera Ley de Casas Baratas, el Instituto de Reformas
Sociales, el Instituto Nacional de Previsin y la Sociedad Cvica La Ciudad-Jardn,
iniciaron una serie de conferencias que muestran la preocupacin por las soluciones que
haban adoptado en pases como Inglaterra, Blgica o Italia, analizando los distintos
sistemas y su realizacin econmica y legal y ponderando las ventajas de la Ciudad-Jardn.
La proyeccin de estas ideas se llev a cabo mediante un ordenamiento legal desde 1911,
3 En la casa del pueblo. Conferencia de C. Redondo, Diario de Burgos, 13-7-1927.
50
proyectos que intentaba llevar a cabo para resolver el problema de la vivienda, se hizo eco
de los planteamientos tericos catlicos con un plan de construccin de una barriada
obrera para sus asociados. De hecho en el momento en que tuvo aplicacin el Reglamento
de 1912, solicit la calificacin de casa barata, que fue obtenida por Real Orden del
Ministerio de Gobernacin, de 14 de febrero de 1913, para las viviendas que desease
construir. Las casas fueron construidas entre 1910 y 1915
agremiados en el Crculo por lo que la obra les proporcion un doble beneficio, casas
cmodas, higinicas y baratas por un lado y trabajo por otro. Este hecho tuvo
extraordinaria importancia sobre todo en 1914 porque al estallar la guerra internacional se
produjo una enorme crisis de trabajo que sumi al obrero en una situacin angustiosa que
amenazaba ser irresistible en la temporada de invierno.
Aos ms tarde, 1932, el Crculo Catlico ampla esta barriada con la construccin
de
10
Barriada
nuevas
casas,
del
Padre
los
burgaleses.
La
Federacin
de
obreros
propia
Obreros
Catlicos de Burgos, se
haba dirigido al Consejo
de Gobierno, durante el
invierno de 1931 por ser
ms agudo el problema,
Figura 14: Barriada del Padre Salaverri. (Fuente: la autora)
hipotecaria de las casas. Solamente de esta forma se podan continuar estas construcciones,
que adems de proporcionar al obrero casa higinica, alegre, con luz y aire, viene a
conseguir que la moral reine en todos los hogares de los trabajadores. De aqu saldr la
fraternidad, pues el hombre que puede da su dinero para estas obras y el trabajador, con su
esfuerzo, levanta las casas. As lo leemos en el artculo sobre la Barriada del Padre
Salaverri (Diario de Burgos, 7-8-1933)
La promocin de este conjunto obrero se realiz con un objetivo social, invocando el
sentido de caridad cristiana de las clases privilegiadas para conseguir la fraternidad entre
los hombres y terminar con la lucha de clases. Finalidad social igualmente pretendida por
la accin municipal al iniciar en 1918 su colaboracin con el Estado en la construccin de
Casas Baratas. El Ayuntamiento decidi construir Casas Baratas de alquiler y promover un
plan de ayudas a todos aquellos particulares que quisieran colaborar en la solucin de un
problema cada vez ms urgente. Como consecuencia de la propaganda realizada por la
Junta de Casas Baratas y una vez conocida la decisin del Ayuntamiento de apoyar a los
cooperativistas, surgi un gran movimiento de apoyo en favor de la construccin de Casas
Baratas por parte del resto de las corporaciones, as como de tcnicos de la construccin,
organismos y particulares, de manera que adems de la cesin de terrenos y subvenciones
que reciban de la Corporacin municipal, las cooperativas contaron con otras
colaboraciones importantes..
En 1928 el alcalde de Zaragoza (ALLE, 1928), al exponer la actuacin de su
Ayuntamiento en el IV Congreso Nacional Municipalista, sealaba la relevancia adquirida
por la construccin de muchas e importantes barriadas de Casas Baratas en distintos
lugares de Espaa como Vizcaya, Madrid, Barcelona, Mlaga y Sevilla. Teniendo en
cuenta que tambin en Zaragoza tuvieron gran significacin, podemos ver la importancia
de lugar ocupado por Burgos, detrs de estas grandes ciudades, el sptimo, puesto
especialmente relevante y llamativo en una pequea ciudad sin industrializar.
partir
de
1979
el
afectado
hasta
ese
ese
movimiento
se
de
Burgos,
porque
subjetiva de las Casas Baratas. Lleg justo en unos momentos en que las barriadas obreras
parecan destinadas a desaparecer, tal como indicaba la evolucin de la barriada de la
Asociacin de la Prensa. El hecho de que el planeamiento urbanstico las valorara supuso
un freno importantsimo en un proceso de destruccin que, auque se haba iniciado unos
aos antes, pareca que iba a acelerarse en esos momentos.
El PGOU Delta Sur, aprobado en 1985, teniendo en cuenta que la vivienda obrera
forma parte de la historia de la actividad industrial, estableca distintos grados de
proteccin para estos edificios. Proteccin estructural para aquellos elementos y conjuntos
singulares que por sus destacadas caractersticas objetivas y simblicas deberan
conservarse manteniendo sus notas esenciales de carcter, sin perjuicio de intervenciones
de adaptacin compatibles con su vinculacin a la cultura. Se contemplaban una serie de
actuaciones, tales como conservacin -consolidacin o restauracin-; obras de
rehabilitacin que permitieran la redistribucin del interior sin modificacin de la fachada;
se aceptaba la renovacin mediante el vaciado del interior del edificio manteniendo la
fachada, incluso se aceptaba la reconstruccin integral del edificio siempre que se hiciera
un reconstruccin fidedigna de la fachada. Primaba por tanto el mantenimiento tipolgico
puesto que los interiores podan ser renovados libremente. En este nivel de proteccin se
incluan, junto con otros elementos y reas de proteccin, las cooperativas El Cid, La
Burgalesa y San Jos, de la calle de San Francisco, y los antiguos chalets de la calle Rey
Don Pedro, en clara referencia a la barriada de La Asociacin de la Prensa y podemos
interpretar que tambin se inclua a la barriada La Unin4. Todas estas barriadas se
encuentran catalogadas como elementos del Patrimonio Singular.
En cambio para el Patrimonio Genrico se define otro grado de proteccin,
denominado ambiental. Afecta a los edificios que se asocian configurando reas de inters
ambiental que requieren medidas especficas de proteccin con el fin de evitar
desfiguraciones, o transformaciones de su carcter. Por esta razn el PGOU estableci que
las intervenciones que se llevaran a cabo tendran que adaptarse a las caractersticas
esenciales reconocibles, determinantes de la identificacin de este patrimonio desde el
punto de vista ambiental. De ah que a pesar de que se autorizaran intervenciones de
redistribucin, reconstruccin o sustitucin por vaciado de elementos, construcciones o
4 Resulta extrao que se mencione la calle Rey D. Pedro para sealar la barriada de la Asociacin de la
Prensa, puesto que son sus traseras y jardines los que se asoman a dicha calle. Lo lgico y lo que entienden
todos los vecinos es que esta barriada, antiguamente de los periodistas, est en la calle de Juan Albarellos,
pues es en ella donde tienen su fachada principal y es por ella por donde est la entrada a las viviendas. Todo
lo cual demuestra que los redactores no conocen en vivo la realidad urbana sobre la que actan. Por otro lado
la que s que existe en la citada calle Rey D. Pedro es la barriada denominada La Unin, y por tanto, a pesar
de lo extrao de la referencia, consideramos que estn catalogadas ambas barriadas.
55
edificios, stas deberan llevarse a cabo de tal manera que en los nuevos elementos se
reconociesen las normas predominantes que caracterizaran el ambiente, motivo de la
proteccin del rea en el que se integran.
Entre estas reas de proteccin ambiental se encuentran catalogadas la barriada
Agraria Burgense, las cooperativas del Paseo de los Pisones, el conjunto del barrio del
Crucero de San Julin y la Barriada Militar. Todas ellas se deban mantener con el mismo
carcter y, en el caso del Crucero, por existir solares y suelo libre, el Delta Sur ordenaba
que al completarse el trazado y la edificacin se respetara el carcter de las viviendas
existentes, de acuerdo con el criterio de recuperacin tipolgica para los exteriores. En
aquellos casos que se realizara una renovacin de la construccin debera guiarse por los
ritmos, proporciones y detalles dominantes en el espacio y ambiente circundantes,
mediante el mantenimiento de alturas, volmenes, colores, perfiles, distribucin de huecos,
aleros, esquema decorativo y materiales. Este mantenimiento tipolgico no es
contradictorio con un cambio de uso y con la redistribucin interior, del mismo modo que
podan realizarse todas las reparaciones necesarias, nuevas instalaciones y reposiciones del
acabado, con nuevos materiales. En definitiva las actuaciones contempladas por el
planeamiento para las Casas Baratas, adems de procurar su conservacin y renovacin, se
orientaban al logro de la rehabilitacin de estas viviendas5.
Estas previsiones del planeamiento urbano indican por primera vez en los aos
ochenta que los conjuntos morfolgicos de arquitectura edilicia realizados acogindose a
la legislacin de Casas Baratas haban cobrado importancia. Por primera vez las Casas
Baratas merecan una atencin por tratarse de una experiencia arquitectnica y urbanstica
en materia de alojamiento obrero, que explica las polticas de intervencin pblica en
materia de vivienda obrera. Y por ello deban conservarse.
A pesar de que este plan propona la pervivencia de la barriadas como una necesidad
cultural por ser testimonio de una etapa de la historia de la ciudad, no se logr detener la
desaparicin de la Barriada Militar Dos de mayo -barriada consolidada con caractersticas
muy homogneas que se debern mantener, segn sealaba el PGOU-, ni la
transformacin tipolgica de la barriada Helios. Paradjicamente han desaparecido justo
cuando se protegan, lo cual demuestra que la conservacin del patrimonio edificado no
depende slo de la existencia de un catlogo, sino del inters del mercado y del
conocimiento y valoracin que tenga para la poblacin.
5 Fase de informacin pblica del Plan General de Ordenacin Urbana de Burgos, junio de 1983.
56
La revisin del Plan General y la realizacin del Plan Especial del Centro Histrico,
redactados en la dcada de los aos noventa, plantean una curiosa y singular proteccin de
las barriadas de Casas Baratas. Son muchas las barriadas que cuentan con un grado de
proteccin ambiental o estructural -11 en total-, pero ello no se debe a su especificidad.
La proteccin que la Administracin les brinda no se debe al hecho de que tales
construcciones tengan un carcter histrico y cultural singular que nos permite obtener una
imagen y unos atributos propios de una determinada etapa histrica de la ciudad. Eso no ha
sido tenido en cuenta, o eso es al menos la nica razn por la que se puede explicar que la
proteccin no alcance a todas las barriadas. No es fcil establecer una lgica para entender
por qu motivo se salvan o se protegen unas y otras no. No es por esttica, tampoco por
inters morfolgico o tipolgico, y ni siquiera el nuevo PGOU recoge las disposiciones del
anterior Plan Delta-Sur sobre estas barriadas por lo que se llega a una situacin rayana en
el ridculo, dado que en la misma calle existen unas barriadas catalogadas y otras no,
siendo muy semejantes.
En concreto, las barriadas La Fraternidad, el Progreso y La Esperanza aparecen
catalogadas en el PECH (1995) como arquitectura domstica con proteccin estructural
por estar localizadas en el centro histrico y coincidir con su delimitacin; pero no por su
especificidad, que sin embargo s que queda recogida en el catlogo del PGOU-Prointec
(1999) para la barriada de La Concepcin (llamada barriada azul), en el mismo eje que las
anteriores y en el que falta La Divina Pastora. Tambin forman parte del catlogo las tres
cooperativas de la calle de San Francisco; la barriada de la Asociacin de la Prensa y la
Unin (antiguos chalets de la calle Rey Don Pedro), La Agraria Burgense, y La Social.
La inclusin de la barriada La Social en el catlogo de bienes protegidos del PGOUProintec (1999), constituye un hecho tan llamativo como la no inclusin del resto de las
barriadas que componen el conjunto del Paseo de los Pisones, que en el anterior Plan Delta
Sur s merecan todas, una proteccin ambiental. Y si se comparan las caractersticas
tipolgicas, estilsticas y cualitativas de La Social con respecto a las de Municipium,
Empleados Provinciales y La Provincial se observa que no existe ninguna razn objetiva
que explique tal presencia y tamaas ausencias en el catlogo.
Por eso es necesario hacer una reflexin. La posicin de esta barriada en un parcela
de difcil acceso, en fondo de saco y a la espalda de la barriada Municipium hace, por un
lado, que no sea apetecida por ninguna promotora inmobiliaria para su transformacin en
bloques de pisos, y, por otro lado hace que, protegindola, se garantice que nunca
perjudicar a las nuevas y contiguas construcciones realizadas a su espalda. Su tamao y
escasa densidad, amn de sus pequeos y cuidados jardines, permiten un desahogo a los
57
bloque que se levantan por encima de ella. Con lo que ms que proteccin pensamos que
La Social queda en realidad como un espacio prohibido edificar.
PROTECCIN DE LA BARRIADAS DE CASAS PGOU
PECH (1995) PGOU (1999)
BARATAS ESTABLECIDA POR EL PLANEAMIENTO Delta Sur (1985)
PROINTEC PROINTEC
Patrimonio
Patrimonio
Patrimonio
Patrimonio
Nombre de la barriada
Localizacin
singular
genrico
singular
genrico
proteccin
proteccin
proteccin
proteccin
estructural
ambiental
estructural
ambiental
1. La Fraternidad
C/ Da. Jimena
La Fraternidad
2. El Progreso
C/ Fernn Gonzlez
El Progreso
3. La Esperanza
C/ Francisco Salinas
La Esperanza
4. La Divina Pastora
C/ Francisco Salinas
5. La Concepcin
C/Francisco Salinas
La Concepcin
6. La Burgalesa
C/ San Francisco
La Burgalesa
La Burgalesa
7. El Cid
C/ San Francisco
El Cid
El Cid
8. San Jos
C/ San Francisco
San Jos
San Jos
9. Empleados Municipales
Paseo de los Vadillos
10. Grupo Vadillos
Paseo de los Vadillos
11. Grupo Bomberos
Paseo de los Vadillos
12. Asociacin de la Prensa
C/ Juan Alabarellos Asociacin de la Prensa
Asociacin de la Prensa
(Vadillos)
13. La Unin
C/ Rey D. Pedro La Unin
La Unin
(Vadillos)
14. Dos de Mayo
Carretera de Vitoria
Dos de Mayo
15. Constr. Benfica del C/ Zatorre-San Jos
Crculo Catlico de Obreros
16. Padre Salaverri
C/ Zatorre-San Jos
17. Monte Carmelo
C/ S. Pedro de Cardea .
18. El Roselln
C/ S. Pedro de Cardea
19. Helios
Crucero de San Julin
Helios
20. Coop. Burgalesa de C. B. Crucero de San Julin
Coop. Burgalesa de C. B
21. Juan de Vallejo
Crucero de San Julin
Juan de Vallejo
22. La Humanidad
Crucero de San Julin
La Humanidad
23. El Crucero de San Julin
Crucero de San Julin
El Crucero de San Julin
24. Alfonso XIII
Crucero de San Julin
Alfonso XIII
25. Auns
Camino del Calvario
26. La Ferroviaria
Camino del Calvario
27. Doctor Zumel
C/Salas-C Mirabueno
28. Caldern de la Barca
C/Salas-C Mirabueno
29. Emilio Castelar
C/Salas-C Mirabueno
30. La Social
Paseo de los Pisones
La Social
La Social
31. Municipium
Paseo de los Pisones
Municipium
32. Empleados Provinciales
Paseo de los Pisones
Empleados Provinciales
33. La Provincial
Paseo de los Pisones
La Provincial
34. La Agraria Burgense
C/Diego Polo
La Agraria Burgense
La Agraria Burgense
Totales: 34
5
12
3
8
Figura 17: Proteccin de las barriadas de Casas Baratas establecidas por el planeamiento. (Fuente: la autora)
Tal vez sean intereses, como el sealado, los que priman al ordenar y priorizar usos
de unas parcelas sobre otras y al incluir determinadas barriadas en el catlogo de bienes
patrimoniales de la ciudad, pero ante semejante aleatoriedad y ante tantos olvidos, tal vez
tambin haya que contar con el desconocimiento geogrfico de la ciudad de los equipos
que han realizado los planes general y especial de Burgos, que con el rotring han
delimitado reas, fijado usos, y elegido elementos segn sus gustos y su entender, que por
lo que respecta a las barriadas de Casas Baratas de Burgos queda claro que es
manifiestamente mejorable. La Administracin pblica burgalesa debera tener en cuenta
58
Figura 19: Burgos a principios del siglo XX. (Fuente: Archivo Histrico
Municipal de Burgos)
En aquellos momentos se definan los barrios altos y parte de los bajos como
vergenza de la ciudad, un baldn para una ciudad culta que ningn burgals querra
ensear al visitante, por lo que se estimaba que habra que demoler al menos mil viviendas
del barrio de San Esteban y de las laderas del Castillo hasta dejar explanada esta parte de
la ciudad, tal como en su da hubiera diseado Juan Moya. Los gestores de entonces
imaginaban que las anchas calles que se trazaran en los 19.000 m2 reservados para viales
habran de servir de acceso a un conjunto de 70.000 m2 ocupados por elegantes hotelitos.
Asimismo en una zona de diseo tan moderno se consideraban proscritas las casas de
pisos. Este sentir llevaba a proponer la eliminacin de las que calificaban como mezquinas
construcciones que se adosaban a las iglesias de San Gil, San Esteban, San Nicols o Santa
gueda.
Al cabo de un siglo una mirada atenta a la vida de la ciudad actual nos pone de
manifiesto que aquellos rasgos siguen vigentes an hoy y muchos de los problemas siguen
sin resolver. Uno de ellos es el problema de la vivienda, como entonces. Una de las
preocupaciones ms importantes de la poblacin burgalesa en estos momentos es la
caresta de la vivienda y, no tanto por la dificultad de acceso a una casa digna por parte de
las clases trabajadoras, sino por la dificultad de pagar la hipoteca. La situacin de los
inmigrantes a principio del siglo XXI -viviendo en pisos patera y compartiendo cama
caliente- nos recuerda la situacin existente a principios del XX. Es una realidad tan cruda
como en aquellos momentos, que refleja el pesimismo con el que muchos ciudadanos
burgaleses viven en el nuevo siglo. Igual que entonces.
La vivienda unifamiliar en adosados se ha extendido nuevamente en el espacio
urbano y en el rural. La ideologa urbanstica ha evolucionado muy poco desde principios
del movimiento moderno, puesto que el modelo racionalista haba postulado una ciudad
abierta, zonificada, en la que los smbolos de progreso eran el contacto con la naturaleza y
la dispersin espacial. Hoy, igual que ayer, la vivienda unifamiliar es concebida
mayoritariamente como el modelo ideal por la clase media, tanto conservadora como de
izquierdas, que ve la casa propia con jardn como una meta. Ayer este modelo se apoyaba
como un mtodo eficaz contra los intentos revolucionarios siguiendo las directrices de la
doctrina catlica. Hoy se defiende siguiendo otra doctrina, la ecologista, que hace extender
los males detestados de la ciudad a todo el espacio que an queda sin construir.
Tambin estamos asistiendo a la consolidacin de una periferizacin de la ciudad
con la consiguiente desarticulacin del espacio urbano, en el que la falta de las
infraestructuras necesarias y la escasez de dotaciones generan una dualidad urbana que
60
demuestra la existencia de una segregacin espacial, visible tanto en el nivel social como
en el funcional. Igual que en el primer tercio del siglo XX.
Atrs quedaron las crticas al fenmeno de segregacin en la ciudad por ser un hecho
altamente antisocial, y las propuestas y la defensa de la comunidad vecinal frente al
individualismo del modelo anterior. El habitante que se va desde la ciudad a vivir fuera, en
una urbanizacin, renuncia a la condicin de ciudadano y frente al carcter colectivo
propio de la urbe, cada vez tiene que defender ms su individualismo y privacidad en una
urbanizacin tanto ms segura cuanto ms cerrada. Desde la dcada de 1990 se ha
sancionado, como si fuera irremediable, la desorganizacin de la ciudad
con sus
problemas derivados de una organizacin fsica urbana que no ha sido capaz de controlar
un crecimiento en extensin que, adems de antisocial, se ha reflejado ya como
antieconmico, y que provoca cada vez mayores problemas de circulacin y de trfico. El
transporte y movilidad de las personas, su nivel de libertad y la dependencia del automvil
hace de este proceso, tan comn en nuestras ciudades, uno de los ms insostenibles desde
el punto de vista fsico y un serio problema humano.
La promocin inmobiliaria en Burgos sigue con el modelo expansivo de crecimiento
de la ciudad, a la vez que ha comenzado la estrategia de reutilizacin del Centro Histrico.
El resultado que se persigue es mantener la posibilidad de disear nuevas formas de
generar plusvalas y mantener una demanda permanente de viviendas para una poblacin
cada vez menor.
En este repertorio de similitudes es preciso hacer una referencia a dos que a lo largo
de un siglo han sido protagonistas muy recurrentes y afectan al equilibrio inestable del
espacio urbano. Me refiero a los planes y proyectos que se han realizado para Burgos
durante una centuria, muchos de los cuales quedaron en el cajn, y a los afanes de
desarrollo de la capacidad turstica de la ciudad. Ambos aspectos, adems, han afectado de
modo singular a dos zonas de la ciudad especialmente sensibles y frgiles. El parque de La
Quinta, junto al ro Arlanzn, y el barrio histrico de San Esteban en la parte alta de la
ciudad, han sido dos espacios deseados, siempre en relacin con las quimricas propuestas
de explotacin turstica de la ciudad por un planeamiento que ha tratado de ordenar ambos
sectores urbanos sin comprender su complejidad. Y en este punto, a pesar de los planes, a
pesar de los proyectos, a pesar de las ofertas y a pesar de los deseos, tambin comienza el
siglo XXI como empez el siglo anterior.
La gestin y la evolucin de la ciudad ha estado marcada por la divergencia entre la
realidad y los documentos y proyectos de planeamiento urbano, caracterizados por la
extensin y la zonificacin como rasgos semejantes desde el inicio del siglo XX hasta
61
en
especial
el
parque de La Quinta. En
varias
ocasiones
este
dispuesto
para
su
transformacin y, a pesar de
ello, ha logrado pasar al siglo XXI. Sin duda, los proyectos ms antiguos o ms modernos
62
que le han afectado, demuestran que esta ciudad se ha movido en vacilaciones a la hora de
definir su espacio urbano, tal vez sea ste un buen ejemplo de la gran fuerza que tienen los
espacios pblicos para mantenerse. Podemos considerar, no obstante, que los proyectos de
convertir La Quinta en un barrio de hotelitos de lujo inician los fracasos de la planificacin
urbana deseada en la ciudad.
La parte alta de la ciudad siempre ha estado amenazada por su acentuada
degradacin pero tambin por su privilegiado emplazamiento. Juan Moya propuso la
demolicin de todo el casero tradicional del barrio de San Esteban, muy deteriorado, y en
el que vivan las clases menos favorecidas. En aquellos momentos se propona una
transformacin del casco histrico mediante la sustitucin de los viejos edificios y de los
ciudadanos pobres que los habitaban por una elegante Ciudad-Jardn. Lo quiso tirar Moya
en 1919 y, aos ms tarde, en 1944, el arquitecto y planificador Paz Maroto tambin quiso
eliminarlo. Y propuso tambin la creacin de dos barrios-jardn en La Isla y en La Quinta.
Felizmente no se llev a efecto la transformacin fsica y social de la parte alta de la
ciudad histrica. Gracias a lo cual se ha mantenido un tejido urbano histrico que
constituye un Bien de Inters Cultural. Sin embargo, el gusto por la eliminacin del casero
est profundamente enraizado en la poblacin. Aunque esta vez se hace sin aquel espritu
higienizador, el barrio histrico de Burgos en su parte ms alta, desde San Esteban a San
Martn, desde San Gil y el Hospital de los Ciegos hasta Santa gueda, est
experimentando una renovacin fsica y social por medio de actuaciones de expulsin de
los ciudadanos pobres que lo habitaban y ello a pesar de que no se haya procedido a su
derribo y explanamiento total.
Tambin el gusto por las ampliaciones de la trama urbana, al estilo haussmaniano. ha
calado profundamente en las ansias de la poblacin burgalesa, que no duda en manifestar
su apoyo a singulares derribos de edificaciones que alteran el parcelario o a derribos
masivos -como el antiguo pueblo de Gamonal- para la construccin de vas de
comunicacin nuevas, propuesta del nuevo PGOU Ezquiaga elaborado en 2012 a falta de
aprobacin definitiva por parte de la Junta de Castilla y Len, que se opone precisamente
porque supone eliminar Gamonal.
Podemos concluir que ha habido una serie de cuestiones que han formado parte de la
vida ciudadana del Burgos de antes y del Burgos de ahora. Cambiando la escala , los
problemas no son nuevos, los planteamientos de soluciones no son novedosos, sino que se
han venido repitiendo durante los ltimos cien aos.
Lo que no es igual es el proyecto municipal que en las primeras dcadas del XX
supuso un intento serio de paliar el grave problema de la vivienda obrera otorgando primas
63
a la construccin, cediendo terrenos a muy bajo precio y, sobre todo, impulsando desde la
oficina tcnica los proyectos y trabajos necesarios para hacer realidad la poltica de
construccin de Casas Baratas. El Ministerio de Trabajo, a travs de la Seccin de Casas
Baratas, fue el rgano propulsor de movimientos sociales favorables a la construccin de
casas para las clases ms modestas y para la clase media, y con un gran aparato de
propaganda se consigui una intervencin positiva del Estado mediante las Leyes de Casas
Baratas de 1911,1921 y 1924. Pero la accin del Estado no era suficiente para solucionar
el problema de la vivienda con eficacia, por lo que es imprescindible destacar la
importancia de la labor, de la intervencin activa, del Ayuntamiento de Burgos ms all de
la labor estatal. Su apuesta decidida se consider como un modelo no slo por el nmero
de viviendas construidas, sino por la seriedad con que presidi todo el proceso de
tramitacin.
Lo que no es igual tampoco es la existencia de un debate. En el primer tercio del
siglo pasado existi un debate terico detrs de cada doctrina: del Instituto de Reformas
Sociales, de la Unin Patritica, de la Iglesia, de los socialistas, de los propietarios ricos
que vivan de las rentas de sus casas, y un debate entre los muncipes que enriqueca las
sesiones de las comisiones celebradas en el Ayuntamiento y que ayudan a entender la
morfologa de la ciudad heredada. Hoy, en cambio, la morfologa de la ciudad y del
territorio circundante puede ser entendida precisamente por la ausencia de debate
municipal sobre cmo ha de solucionarse el problema de la vivienda, cules son los
problemas que se generan con el crecimiento que se est experimentando ahora, y, en
definitiva, cmo ha de ser el futuro de la ciudad de Burgos. Hoy no sabemos el modelo de
ciudad deseada por nadie. Tampoco por los ciudadanos, a diferencia de lo que suceda a
principios de siglo pasado. Hoy se echa en falta la reflexin colectiva. En otro tiempo era
de destacar la opinin de los ciudadanos cuando valoraban con toda su importancia la
urbanizacin de los lugares donde se construan viviendas baratas, y sus escritos reflejan
un gran inters y un gran nivel de anlisis respecto de lo que supone el modelo de
crecimiento urbano realizado y el coste que conlleva su eleccin. Por ello con frecuencia
los simples ciudadanos, pero ciudadanos, se planteaban los problemas derivados de la
apuesta municipal por extender la ciudad, manifestaban su preocupacin por el plano y
elaboraban propuestas alternativas, coincidiendo a menudo, con los urbanistas ms
cualificados.
Los aos anteriores a la guerra (in)civil, en fin, se caracterizaron por la necesidad de
buscar alternativas arquitectnicas que no eran formales, ni de estilo, sino que trataban de
definir una nueva arquitectura a partir de las nuevas necesidades que estaban surgiendo en
64
El antiguo y pequeo pueblo de Gamonal con su escaso trmino municipal, de apenas 2,33
Km2 de extensin, estaba situado en un llano cascajoso y arenoso que se extenda por las
vegas de los ros Vena, Pico y Arlanzn, justo al lado de Burgos. El inters que siempre
tuvo el Ayuntamiento burgals por lograr la anexin del pueblo vecino a la capital se
basaba en la consideracin de que su espacio era el idneo porque por su cortsima
distancia y el hbitat preexistente le servira para disear en el futuro un mejor y ms
racional ordenamiento de su expansin urbanstica, tanto en el orden esttico y de calidad
de vida como en el econmico por el incremento de suelo urbano edificable y su
inexorable secuela de generacin de plusvalas inmobiliarias, tal como se manifiesta en
numerosos escritos.
65
caballo,
antiguos
entre
los
trminos
de
1623
cuando
los
Ortega
donan
heredades
estas
censo
es
un
sepultura
en
el
cementerio de Gamonal a
los que encontraban la
muerte en el camino que
llega desde San Juan de
Ortega, por eso los monjes
Figura 23: Fincas de los Catorce en el lmite este del municipio de
Burgos. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos)
6 La Iglesia, a partir de la Edad Media tuvo predileccin por esta institucin de la enfiteusis como medio de
lograr el cultivo de su patrimonio territorial y de realizar una funcin social en beneficio de los que carecan
de l. Surgi as la teora del dominio dividido, segn la cual son dueos tanto el censualista como el
censatario, respectivos seores de los dominios directo y til.
66
Figura 24: Plano de Burgos y sus inmediaciones, 186.. (Fuente: Biblioteca Nacional)
Las condiciones del censo imponan que ste deba mantenerse igual a lo largo del
tiempo, sin poder ceder ni vender las tierras censidas. En la escritura de constitucin del
censo se estipulaba que de esas heredades no se podan hacer nunca ms de catorce suertes
para los catorce vecinos ms antiguos, por lo que a este modo particular de usufructo de
unos terrenos por parte de los vecinos de Gamonal se le llam Suerte de los Catorce o
Censo de los Catorce.
La existencia de este censo ha provocado a lo largo del tiempo algunos problemas y
conflictos entre los vecinos de Gamonal, cuestionando unos, defendiendo otros, la literal
aplicacin de todos los extremos de la escritura de 1623. Pero tambin los intereses de los
beneficiarios de las suertes en cada momento y de los que esperaban algn da poderse
encontrar entre aquellos, unos y otros presentes en el gobierno de Gamonal, explican de
manera principal las difciles relaciones entre Gamonal y Burgos y el tortuoso camino
recorrido en el proceso de incorporacin a Burgos del municipio gamonalino. A su vez, la
expansin y desarrollo urbano de la ciudad de Burgos encontraba en su propio trmino
municipal un conjunto de parcelas sobre las que era difcil o imposible ejercer su accin
jurisdiccional (aprovechamiento de pastos, paso de ganado) y urbanstica, ya que las fincas
del censo eran intocables en cuanto a su calificacin rstica, parcelacin y propiedad. A
67
esto hemos de aadir que la Corporacin municipal de Gamonal era, en definitiva, garante
de que las estipulaciones de la escritura censual se cumplieran con toda exactitud, con lo
que la relacin dialctica no se estableca entre vecinos particulares de Burgos y Gamonal,
sino entre ambos Ayuntamientos.
68
Figura 26: La "isla" del municipio de Gamonal dentro del trmino municipal de Burgos.
(Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos)
conocimientos
en
se
considerara
el
pozo
pblico
existente,
todo tipo de infecciones por filtracin de las aguas sucias de las casas y corrales del
pueblo. El pueblo intent conseguir una acometida de aguas con una infraestructura
moderna a cambio de algo que Gamonal tena, terrenos bien situados y mano de obra8.
7 Desde antiguo los vecinos de Gamonal tuvieron serias dificultades para mantener con sus propios recursos,
los del comn del pueblo, la pequea cabaa ganadera, dado lo reducido del trmino municipal y la casi
inexistencia de monte o pastizal. En abril de 1902 el Ayuntamiento de Gamonal peda que, en virtud de lo
dispuesto en la Ley de 8 de mayo de 1888, se declarasen exceptuadas de desamortizacin un conjunto de
fincas (51 hectreas) para ser destinadas a dehesa boyal por no tener este pueblo otros bienes de propios que
los anteriormente deslindados y serles de absoluta necesidad a los labradores que componen la totalidad del
municipio. Los pastos son punto fundamental de preocupacin y negociacin con motivo de la bsqueda de
terrenos para instalar el Campo de Aviacin. En sesin de 3 de enero de 1920, el Ayuntamiento de Gamonal
acuerda ceder al Ayuntamiento de Burgos el terreno necesario para la instalacin de la Escuela de Aviacin.
Y como primera compensacin exige que el Ayuntamiento de Burgos permita que los ganados del pueblo
de Gamonal puedan pastar en una extensin igual de terreno que la que tome para Campo de Aviacin de los
que existen a la izquierda, prximos a la posesin de la titulada Casa de la Vega.
8 El trmino de Gamonal, se extenda por una amplia llanura, de la que apenas sobresale un pequeo
altozano en el que est emplazada la iglesia de Santa Mara. Esta caracterstica topogrfica adquiere todo su
valor cuando el Ayuntamiento de Burgos pretende ofrecer al Ramo de Guerra unos terrenos adecuados para
que se pudiera instalar all una escuela y campo de aviacin, lo que dara mucha vida a la poblacin (de
Burgos). En estas circunstancias encuentra que el lugar ms idneo est en una zona en la que coinciden los
trminos de Burgos, Gamonal y Villayuda, y al lado de la carretera de Francia. Hechos los oportunos
contactos el Ayuntamiento de Gamonal aprueba ceder al de Burgos los terrenos solicitados a condicin que
la cesin fuera a precario y nicamente para destinarlos a campo de aviacin; que el Ayuntamiento de
Burgos compensara a Gamonal la prdida de pastizales; y que Gamonal pudiera aprovechar la conduccin de
aguas al campo de aviacin, puesto que habra de haber agua sobrante, comprometindose a llevar por su
cuenta y por medio de una tubera la cantidad que se precisara para el abastecimiento del pueblo, en
atencin a que no exista ninguna fuente. Pero dicho abastecimiento no se hizo, ni tampoco, en
consecuencia la fuente. No obstante habra otras ocasiones para insistir, todas ellas fallidas. En 1922 el
Ayuntamiento de Burgos realiz obras en el barrio de Villmar, situado al este y a corta distancia del ncleo
urbano de Gamonal, para instalar una fuente, abrevaderos y lavaderos. Dada la proximidad y considerando
que se producira un sobrante de agua una vez satisfechas las necesidades del barrio burgals, el
Ayuntamiento de Gamonal solicit al Ayuntamiento de Burgos ese sobrante, comprometindose a pagar no
slo los gastos de la toma y conduccin hasta el pueblo, sino aquellos otros que por dicha obra hubiese
70
Una cierta solucin vino a paliar la carencia de agua de Gamonal despus de pedir,
durante mucho tiempo, compensacin a la cesin de terreno al Ayuntamiento de Burgos
que llevar a cabo obras en Gamonal para suministrar agua a una fuente, a unos lavaderos
pblicos y a la casa del maestro. La inauguracin de la fuente, el lavadero y de la escuela
de nias constituy un acontecimiento en el pequeo pueblo, que lo celebr con
grandiosos actos el da 19 de octubre de 1930. Tres aos ms tarde se dotaba de agua
corriente la casa del maestro de Gamonal.
Si la va del canje o trueque de terrenos por servicio de agua haba tenido tan flacos
beneficios para el pueblo, menores frutos an se obtuvieron de los esfuerzos encaminados
a solucionar el problema con medios propios por no encontrar un acufero adecuado a las
necesidades de la poblacin. El pueblo intent aprovechar un manantial y realizar la
acometida de aguas desde Los Tomillares, en el trmino municipal de Castrillo del Val.
Pese a tener un caudal ms que suficiente el acufero de Los Tomillares, el Arma de
Aviacin se opuso al proyecto. Hubo que esperar al entronque con la red general de la
ciudad de Burgos, lo que equivala simblicamente a la unin de ambos municipios. En
efecto fue as, ya que fue requisito previo para proceder formalmente a la anexin. El
abastecimiento de agua potable, bueno o no, funcional o no, tiene su correlato ineludible
en la evacuacin de aguas residuales. Hasta medida la dcada de los aos cincuenta,
Gamonal, fue un ncleo de poblacin con todos los problemas derivados de la ausencia de
la ms mnima infraestructura de evacuacin o eliminacin de aguas sucias. Alguno pozos
negros particulares y un rudimentario desage del lavadero al ro Pico era todo lo que se
conoca en esta materia. Solamente la fincas situadas al borde del trmino municipal de
Burgos, en Capiscol, haban podido disfrutar de los servicios de alcantarillado de la
ciudad. Este es por tanto otro problema que no ver su solucin hasta tanto no se produzca
la anexin a Burgos.
En varias ocasiones desde 1867 el Ayuntamiento de Burgos procur la fusin de
ambos municipios, pero los esfuerzos y gestiones ms continuadas se llevaron a cabo a
partir de 1937. Esto no fue obstculo para que desde los aos veinte se produjera en
Gamonal una lenta y progresiva penetracin de intereses de la ciudad y de vecinos de
efectuado el Ayuntamiento de Burgos. La respuesta era obvia, habra agua si haba anexin. El Ramo de
Guerra, y para la instalacin de un Parque de Intendencia de Campaa, deseaba unos terrenos en el trmino
de Gamonal y propiedad de Ayuntamiento, cercanos al Campo de Aviacin y al lado de la carretera de
Madrid-Irn. Gamonal acord la cesin de esos terrenos con la nica condicin de poder disponer
libremente de la cantidad de agua para instalar una fuente pblica para las necesidades indispensables del
referido pueblo, bebidas y coccin de alimentos, derivando de aquella cantidad mediante caera, que tenga
origen en la red de abastecimientos de aguas al Parque. Se considerar tomada posesin del terreno desde el
momento en que el Ramo de Guerra acepte la base anterior", pero el Parque de Intendencia se instal en los
terrenos cedidos por Gamonal y el agua tan deseada no lleg al pueblo.
71
Burgos bajo la forma de ocupacin de terrenos para grandes instalaciones militares o para
la radicacin de modernas industrias.
La burguesa burgalesa y en su
nombre el Municipio mantuvo la
tradicional poltica de procurar que
Burgos siguiera siendo, y cada vez
ms,
lugar
distintos
de
servicios
administracin
Figura 28: Campo de aviacin de Burgos en terrenos
cedidos por Gamonal. (Fuente: Lorenzo Matas)
asentamiento
del
de
de
la
Estado.
Entre
En
1920
El
pero, a diferencia de stos, los comunales son de los individuos que forman la
colectividad9. Esta clase de bienes se caracterizan por ser inalienables, imprescriptibles y
de aprovechamiento exclusivamente vecinal bajo la tutela de los ayuntamientos. Por ello
en el supuesto de enajenacin por razones de gran trascendencia o de redencin del censo,
era preceptiva la conformidad solemne del Ayuntamiento, verdadero representante del
dominio directo y de los usufructuarios.
Con el paso del tiempo y a medida que aumentaba el vecindario de Gamonal el
Figura 30: En los terrenos heredados de "los Catorce", al este de ncleo urbano de
Gamonal, se desarrolla el polgono industrial. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de
Burgos)
9 Joaqun Costa los denomina tierras comunes del vecindario y seala cmo, adems de los bienes de
propios que poseen los pueblos como entidades polticas, existe otro patrimonio tambin colectivo, tierras de
labor, dehesas, prados y bosques, propiedad del Concejo o colectividad de vecinos. Mientras que los
primeros tienen por objeto la vida econmica del municipio en cuanto Estado, ya que sirven para dotar con
su renta los servicios pblicos y el vecindario no los usufructa directamente por s, los bienes comunes del
vecindario tienen por objeto la vida econmica de los individuos que lo componen, puesto que son tierras
destinadas al aprovechamiento directo, personal y gratuito de los vecinos y el Ayuntamiento no puede
convertir estos bienes en fuente de renta.
74
el largo y complejo proceso judicial mantenido por la Corporacin burgalesa y que finaliz
con una sentencia del Tribunal Supremo en 1961.
Desde que el Gobierno central interesado en la fusin instara al Ayuntamiento de
Burgos en 1867, los argumentos que se manifiestan para solicitar la anexin se van a
repetir a lo largo del proceso hasta 1955 dan muestras de una realidad: se constata que
Gamonal est encerrado como una isla dentro del trmino de Burgos y que existen
problemas entre ambos municipios, dada su situacin, referidos a la utilizacin indebida de
forestales, veredas, pasos y pastos, puesto que hay terrenos que comparten ambas
demarcaciones territoriales. En segundo lugar, existe continuidad de edificaciones tanto en
la carretera de Francia como en la de Logroo. A esto hay que aadir que la escasez de
habitantes en Gamonal, 584 vecinos, contrasta con el trasiego de personas entre ambas
entidades debido a las fbricas, parques, aerdromo, etctera, existente en Gamonal.
Asimismo es de sealar que existe una comunidad de servicios, tales como carreteras y
caminos, autobuses, canalizaciones de los ros Vena y Pico, agua, etctera, que benefician
a Gamonal y sin embargo son costeados por Burgos o por el Estado. Y finalmente se da
cuenta de la existencia de carniceras y tiendas de Gamonal que se sostienen con la
poblacin de Burgos sin que el Ayuntamiento de la ciudad se vea beneficiado por el cobro
de los arbitrios.
Es claro que, aunque existieran intereses particulares de algn sector de la poblacin
de Burgos para que las cosas siguieran como estaban, Burgos y, formalmente su
Corporacin Municipal, queran una
anexin que permitira en el futuro un
mejor y ms racional ordenamiento de
su
expansin
urbanstica
con
sus
calidad
de
vida,
como
en
el
urbano
edificable
su
inexorable
Frente al inters por lograr la fusin mostrado por el Gobierno central, a travs de su
representante, y frente a la iniciativa emanada del Ayuntamiento de Burgos, contrasta de
forma evidente el comportamiento del Ayuntamiento de Gamonal, que por no querer
perder algunos beneficios de los que disfrutaban sus vecinos y desear por lo tanto
mantener su independencia jurisdiccional da la callada por respuesta. Ni las
comunicaciones del alcalde de Burgos sobre el asunto, ni la intervencin en el mismo
sentido del Gobernador Civil hacen salir del mutismo a la Corporacin de Gamonal. Ello
lleva a los ediles de la capital a pedir al Ministerio de la Gobernacin la incorporacin
forzosa.
Ni las gestiones hechas en Madrid por concejales de Burgos ya en 1898 para que el
Gobierno decretara la anexin, ni las peticiones del alcalde en 1938 y del Pleno del
Ayuntamiento de Burgos en 1939,
obtuvieron el fruto deseado a pesar de la
coincidencia
de
pareceres
gobernantes
en
Madrid.
de
En
los
todo
pactada
entre
ambos
podido esgrimirse razones como el inters general para solucionar el problema. Cabe
preguntarse por las causas que hicieron que, en un rgimen poltico como el instaurado en
Espaa con la ascensin a la Jefatura del Estado de Francisco Franco, se respetase tan
escrupulosamente la voluntad de una Corporacin Municipal de un ncleo rural tan
insignificante en extensin y nmero de habitantes como Gamonal. Pensamos que la clave
del problema hay que buscarla en la existencia del censo de Las Catorce Suertes. Dado que
dichas fincas, fueron otorgadas al Concejo y vecinos de Gamonal, slo la pervivencia de
dicho Concejo garantizara el cumplimiento exacto de la escritura de constitucin. Por otro
lado el Ayuntamiento de Gamonal, como garante ante sus vecinos del disfrute de las
fincas, no poda sino pactar voluntariamente con otra entidad, el Ayuntamiento de Burgos,
el traspaso de esta obligacin constitucional, al comprometerse el Concejo de Burgos a
asumir este papel.
Habr que esperar a los primeros meses de 1954 para llegar a la recta final. Una vez
acordadas las bases del convenio de adhesin, la Corporacin de Gamonal aprueba
solicitar al Ayuntamiento de Burgos la anexin el da 17 de mayo de 1954. Cuatro das
76
Burgos
para
urbanizacin,
que se socorre a los pobres. Siendo igualmente y en las mismas condiciones usada por los
jvenes para celebrar bailes en las fiestas locales. Y a que sin perjuicio de que en Gamonal
se celebren las fiestas locales de Burgos, continuarn observndose en aqul las
tradicionales de San Antn y de Las Candelas, siendo de cuenta del Ayuntamiento de la
ciudad los gastos que anteriormente atenda el de Gamonal.
Estos pactos, han permitido que la poblacin de Gamonal tenga un sentido de
comunidad que no existe en otros barrios de la ciudad. A pesar de que desde la
instauracin del Polo de Desarrollo haya crecido con poblacin procedente de variados
lugares, los vecinos de Gamonal tienen un sentido identitario muy definido, por el que
todava mantienen en su percepcin la existencia de dos ciudades: Gamonal y Burgos.
77
estaba
destinado
acoger
local,
el
llev
desarrollo
consigo
de
una
78
existente
con
por
organismos
Franco,
la
Obra
protagonista
del
espacial
de
crecimiento
Gamonal.
La
construccin
80
la
pervivencia
del
antiguo
calidad,
antiguas
por
el
distinto
signo
se
claramente
observa.
visible
Resulta
una
81
su
crecimiento.
La
formacin
de
contrastada
una
estructura
compleja
en
el
mejor
ejemplo
de
la
en el que a Gamonal no le corresponde el trato ms favorable, puesto que por haber sufrido
un urbanismo devastador y agresivo no se le concede el derecho ni siquiera a lo que le
pueda dignificar, porque, se dice, ya no tiene arreglo.
Figura 41: Definicin en el plano de Burgos de los dos polgonos industriales. (Fuente: Archivo Histrico
Municipal de Burgos)
83
que desearan instalarse en el Polo. Aunque para lograrlo se tuvo que redimir el censo de
las catorce suertes.
Ya hemos mencionado que la localizacin de la industria haba sido una de las
formas de penetracin de los intereses de Burgos o con sede en Burgos en el municipio de
Gamonal. A principios de siglo en Gamonal no existan apenas otras industrias que una
fbrica de velas, dos molinos y dos fbricas de curtidos, las de Amadeo Alameda y
Victoriano Cristbal. A partir de 1938 van a ir asentndose un creciente nmero de
fbricas de capital forastero que ven en Gamonal un lugar idneo por sus buenas
comunicaciones tanto por carretera como por ferrocarril, por las disponibilidades de
terrenos, por su proximidad a una poblacin que proporcionara abundante mano de obra y
a la que no entorpecera en su desarrollo urbano, y, en fin, porque en la jurisdiccin de
Gamonal, disfrutarn de un mejor trato en materia tributaria y de reglamentacin de
trabajo lejos de la accin fiscalizadora e la hacienda municipal burgalesa10. A partir de esa
fecha se suman tres nuevas fbricas de pieles: Industrias de la Piel S. L que luego se llam
INDUPISA, Industrias Lanaflor S. L. e Hijos de Toms Garca S. A. Tambin se implant
una fbrica de Colores y Recipientes. Este establecimiento en Gamonal de industrias
alimentarias tan importantes como una Fbrica de Caramelos, Productos LOSTE,
Conservas Campofro, la Azucarera San Pascual o la Central Lechera, supone que en 1951,
Gamonal era ya un pequeo pero pujante ncleo desarrollo industrial, inducido desde fuera
de su propio mbito municipal. Es evidente que las necesidades de infraestructura
demandadas por las industrias, tales como agua y alcantarillado, no podan ser resueltas
por Gamonal, por lo que eran los servicios urbanos de Burgos los que subvenan dichas
necesidades. De manera que fue la propia ciudad, la que ayud a la instalacin industrial y
la que desde siempre haba estado trabajando oficial y pblicamente por conseguir la
anexin de Gamonal para realizar la expansin urbana de Burgos a travs un adecuado,
natural y planificado ensanche.
Nosotros sabamos que los vecinos de Gamonal, antes de anexionarse a Burgos
vivan felices en su repblica independiente y lo que teman es que con la anexin el
nuevo impuesto de plusvala, que era de aplicacin en la ciudad de Burgos, fuese aplicado
a las propiedades del trmino de Gamonal, que hasta la fecha estaban libres de dicha carga.
Queda dicho ms arriba que los industriales gozaban en Gamonal de una situacin
contributiva ventajosa respecto a los de Burgos, por ello no es descabellado pensar que la
demora en la anexin les reportaba algn beneficio. No obstante, a partir de 1946, algunos
10 Este fue un motivo para acelerar los trmites de una anexin que permitira a Burgos imponer sus
contribuciones industriales a aquellas empresas.
84
aos ms tarde, en 1966, encargue la redaccin del primer PGOU, Plan Garca Lanza
(aprobado en 1970) para tratar de ordenar el uso industrial, y este documento mantiene la
orientacin industrial en el oeste de la ciudad. Pero la realidad es que el propio
Ayuntamiento ya haba elegido suelo para desarrollar la primera fase del Polo (1964-1974)
y destina 350 Ha. para Polgono Industrial de Gamonal. A todo ello habra que aadir la
dotacin de suelo industrial hecha por el Estado en la zona opuesta, en Villalonqujar, con
lo que se configur un plano de localizacin industrial con graves problemas de
accesibilidad y conexin mutua. Dicha comunicacin se ha solventado en la dcada del
2000. Pero el trfico originado por camiones que iban de uno a otro polgono atravesando
la ciudad por el centro urbano han constituido uno de los problemas ms serios de
movilidad en la ciudad.
Si la localizacin del uso residencial nos permiten ver que por un lado va el
planeamiento y por otro la actividad real en la construccin de las viviendas, con los datos
sealados ms arriba referidos al uso industrial del suelo urbano, podemos afirmar que
existe un desencuentro tan continuado y evidente que no puede ser calificado como casual,
o accidental, sino como el resultado de una actuacin de doble faz: una para el documento,
para el papel, y otra para la actividad concreta de los agentes que actan en la ciudad. No
es verdad, pues, que haya ausencia de planificacin, como se puede creer con una mirada
superficial, sino que lo que existe es un verdadero modelo de actuacin, en el se disean
dos cosas, una en el documento y otra en el espacio.
oficial
-INV,
OSH,
tener en cuenta que a la atona constructiva de los aos treinta se suma la paralizacin total
86
por la guerra civil y el envejecimiento de los inmuebles del centro, con lo que se inician
los aos cuarenta con un importante dficit de viviendas, estimado en 2.575 viviendas.
Aunque los grupos de promocin oficial y las barriadas de viviendas protegidas
surgidas desde los aos cuarenta se realizan siguiendo unos criterios de planificacin, de
cada grupo, no se integran en un esquema de ordenacin global de la ciudad. El modelo de
ampliacin superficial del plano es similar al de las Casas Baratas, caracterizado por la
nuclearizacin del crecimiento, la desarticulacin de los grupos entre s y con la ciudad, y
la diferenciacin social de esos espacios. La nica diferencia que puede establecerse es que
las nuevas realizaciones pblicas son ms heterogneas y ofrecen distinta tipologa y
calidad dependiendo del momento de la construccin y, sobre todo, de sus destinatarios,
obreros o clases medias.
En la dcada del cuarenta,
podemos distinguir entre los barrios
de casas-jardn, como la Barriada de
Mximo Nebreda o la SESA, que fue
planteada por la empresa como una
barriada de Casas Baratas para
vivienda de sus obreros; y poblados
semirrurales, como las Barriadas de
M. Illera y de J. Yage, de vivienda
Figura 43: Plaza de toros y edificio Feygon en la zona de
los Vadillos. (Fuente: Foto Fede)
iglesia, el hogar del productor, los locales comerciales, etc. Mediados los aos cincuenta
predomina la construccin de grupos de bloques de cuatro o cinco plantas dispuestos en
manzana cerrada, entre los que destaca el grupo Francisco Franco en la Avda. de Reyes
Catlicos. El crecimiento superficial
posterior,
aprovech
el
espacio
por
los
organismos
pblicos.
Figura 44: Confluencia de dos nuevas avenidas en la plaza
de Espaa, la avda. Reyes Catlicos y la avda. General
Yage, ahora de la Paz. (Fuente: Foto Fede)
El avance de la construccin
implica un claro incremento de
servicios de todo tipo. La puesta en marcha del nuevo abastecimiento de agua a la ciudad
87
residencial entre el barrio de Gamonal y el centro tradicional. Pero a partir de esas fechas
se pudo integrar en la ciudad el ro Vena y se ocup el espacio comprendido entre este ro
y el Arlanzn, en un intento de fusin que se ha consolidado gracias a variadas actuaciones
pblicas realizadas en los bordes
de
este
sector.
construcciones
Numerosas
de
viviendas
servicios
equipamientos
por
la
pblicos
realizados
tanto
administracin
autonmica
local,
por
la
forma
parte
del
sistema
del modelo industrial y la implantacin de una fase postindustrial en la que se produce una
alteracin de la relacin entre el crecimiento de la ciudad y el dinamismo econmico. Uno
de los rasgos que presenta es la difusin de un modelo de deslocalizacin entre el lugar
donde se trabaja y el lugar donde se vive.
A pesar de que la ciudad cont anteriormente con dos planes, el del Paz Maroto y el
PGOU de Garca Lanza, podemos considerar que la planificacin urbanstica de Burgos
tuvo mayor incidencia a partir de los aos ochenta, con la segunda generacin de PGOU
que coincide con una poca de gran desarrollo inmobiliario y en la que tiene lugar una
recomposicin absoluta del espacio urbano, caracterizada por el abandono del Centro
Histrico y algunas actuaciones en la lnea del acabado urbano. stas se pudieron llevar a
cabo al disponer de espacios vacantes proporcionados por el cambio de funcin de algunos
edificios, por instalaciones industriales obsoletas que se trasladan a los polgonos
industriales, y sobre todo por las instalaciones militares, cuyo suelo se utiliz para
construir viviendas y algunas dotaciones y equipamientos. Entre ellos destacan la
Delegacin de Hacienda sobre el antiguo Cuartel de Artillera y las Piscinas Municipales
en
lo
que
Veterinaria.
fue
Cuartel
Asimismo,
de
la
La ltima dcada del siglo supone el triunfo de las estrategias que permitan continuar
con el negocio inmobiliario a travs de mecanismos que hagan posible seguir
construyendo un mayor un nmero de viviendas para un nmero cada vez menor de
habitantes.
Los aos noventa, durante los cuales se elaboran el Plan Especial del Centro
Histrico (PECH, 1995) y la Revisin del PGOU (1999), definen perfectamente lo que es
el juego en el que la ciudad se vaca y se vuelve a llenar, en virtud de la creacin de nuevas
necesidades de vivienda, dirigindolas unas veces hacia la periferia y otras hacia la ciudad
consolidada. Es lo que explica la reactivacin de la estrategia de provocar el abandono del
casco antiguo para, una vez vaco, proceder a su rehabilitacin o renovacin, que permita
ser retomado como lugar de residencia por la poblacin que abandon la ciudad para ir a
vivir a un chal adosado en las
afueras.
La terciarizacin del Centro
Histrico
su
vaciamiento
cada
vez
ms
de
Como
la
ciudad
durante
los
nuevas
formas
de
como
cambios
residenciales
consecuencia
de
los
parte del cerro del Castillo o que ocupan los barrios perifricos y los municipios vecinos.
De igual modo se pueden interpretar las nuevas formas de creacin de ciudad con la moda
de construir centros comerciales, crear espacios de ocio y esparcimiento de carcter
intensivo, y con la idea de crear un campus universitario nico.
Hoy Burgos, tras este largo proceso de crecimiento sin un desarrollo cualitativo
paralelo, se caracteriza por ser una de las ciudades donde ms elevado precio alcanza la
vivienda. ste es un grave problema con que se inicia el siglo XXI, puesto que tales
precios hipotecan toda posibilidad de mejorar la calidad de vida urbana de los ciudadanos,
a lo que hay que unir el efecto disuasorio sobre los inversores que pudieran protagonizar
un desarrollo futuro para la ciudad. En estas circunstancias, Burgos parte con menos
posibilidades de concurrir con xito en un mundo cada vez ms competitivo entre
ciudades. Y todo lo anterior no es nuevo, sino que se ha venido sucediendo durante los
ltimos cien aos.
En Burgos hasta hoy no ha existido tal debate, pese a algunos intentos como los
manifestados por el presidente del Colegio de Arquitectos de Burgos ya en junio de 1995,
un ao despus de la creacin de la Universidad de Burgos. Retomando una iniciativa
propuesta
por
el
Departamento
de
Construcciones
Arquitectnicas,
sealaba:
pretendemos abrir un debate ciudadano que nos permita definir qu universidad queremos
y cmo debera integrarse en la ciudad14.
El concepto de campus universitario, las relaciones entre la ciudad y el espacio
acadmico, entre el patrimonio y la actividad universitaria, el problema del alojamiento y
los servicios universitarios y su implantacin en el conjunto urbano son factores de gran
incidencia, en el territorio y en las ciudades de larga tradicin universitaria, pero se
manifiestan con mucha ms entidad y con ms urgencia en ciudades como Burgos, en la
que el desarrollo universitario se est produciendo en la actualidad.
Creemos que es necesario analizar los problemas de ordenacin espacial que tiene
actualmente Burgos para lograr una Universidad plural y diversa que ha de coexistir con la
ciudad del siglo XXI, y las iniciativas que se han ido tomando hasta ahora para resolverlos.
Esta reflexin sobre el papel de la universidad en el debate de las actuaciones sobre el
territorio y la ciudad, pretende potenciar la participacin de las instituciones pblicas y
organismos privados y, a ser posible, de la sociedad burgalesa que la respalda y sustenta.
La Universidad es una institucin participativa y activa, y la intencin de este
anlisis es aprovechar las sinergias de las fuerzas antagnicas que intervienen en la ciudad
y sumar experiencias de otros lugares con la intencin de lograr mejorar la relacin de la
institucin con el territorio.
Las ciudades medias, Burgos entre ellas, buscan conseguir un prestigio universitario
en el conjunto de su regin y creemos que para conseguirlo la organizacin fsica de la
universidad y sus propias relaciones con la ciudad deberan formar parte principal de una
apuesta sensata. Por eso la Universidad de Burgos tendra que elaborar, como cualquier
empresa, su propio plan estratgico, un plan racional y coherente para su desarrollo y para
mantener el equilibrio entre la realidad fsica y simblica de su patrimonio.
Vamos a tratar de fotografiar las relaciones universidad-ciudad a travs de una
realidad tridimensional y en el plazo de los tres aos de vida propia que tiene la
Universidad de Burgos15, es decir, de mayo de 1994 a septiembre de 1997, periodo de
14 Entrevista con el nuevo presidente del Colegio de Arquitectos, (Diario de Burgos, 11-6-1995).
15 La Universidad de Burgos fue creada por la Ley 12/1994 de 26 de mayo, publicada en el B. O. E. de 27
de mayo de 1994. En la citada Ley se contemplaba el nombramiento de una Comisin Gestora que llevara el
gobierno universitario hasta que el Claustro Constituyente eligiera al primer Rector de la Universidad de
Burgos, hecho que ocurri en septiembre de 1997.
93
un
deliberado
propsito
de
evitar
las
consecuencias
surgen
los
dos
ncleos
llegue a materializarse el
dicho campus, con lo que se
han sentado las bases de una nueva imagen que s que existe ya, ahora s, dibujada en los
diversos planes parciales aprobados y a punto de hacerse realidad. El papel de la
Universidad de Burgos ha gravitado en torno a los intereses especulativos del suelo. Y de
ello tambin de hace eco la prensa.
95
de
equilibrar
la
compleja
Burgos
pareca
haberse
policntrico distribuyendo las funciones centrales a otros dos sistemas cuyos ncleos se
sitan uno en la avenida de Cantabria (antes del General Vign), que conecta Gamonal y
Burgos que se ha configurado como el nuevo espacio del poder, econmico, financiero y
de gestin, y otro en el rea de San Amaro. La ubicacin de casi todas las funciones
direccionales en el eje de la avenida de Cantabria, lnea que marcaba la solucin de
continuidad entre dos importantes partes de ciudad, el Burgos tradicional y el barrio de
Gamonal, configura el rea oriental de Burgos como un espacio fuertemente estructurado
desde el punto de vista urbano.
La centralidad, el valor econmico por excelencia en una ciudad, se repartir en tres
sectores: uno que, como hemos dicho, conecta Gamonal y Burgos; otro en el rea cuya
centralidad le viene de ser un ncleo histrico -barrio de las Huelgas-Hospital de Rey- que
estimula una reestructuracin por parte de las instituciones pblicas a travs de una
funcin de prestigio, la universitaria; y otro que ser el resultado de la recualificacin del
casco histrico. La ciudad antigua se convertir en el espacio central geogrficamente
hablando y en el centro simblico. En la marca de la ciudad. Para ello se reserva una
especificidad enriquecedora, castillo, Teatro Principal, Ayuntamiento, San Agustn,
Hospital de la Concepcin y solar de Caballera (finalmente solar del Museo de la
Evolucin Humana o del conjunto denominado pretenciosamente Complejo de la
Evolucin Humana), pueden convertirse en hitos de una nueva morfologa urbana.
En cuanto a la funcin universitaria, el documento de planeamiento mantiene la
actual distribucin de los centros universitarios y contempla la coexistencia de las dos
localizaciones,
con
el
criterio
de
FACULTAD DE
CIENCIAS DE LA
EMPRESA
BIBLIOTECA CENTRAL
OTROS USOS
ZONAS VERDES Y
ESPACIOS
AJARDINADOS
RED DE ITINERARIOS
PEATONALES
Superficie
mxima
edificable
-m2-
Superficie neta
de la parcela
Edificabilidad
neta
-m2-
m2/m2
de
Las
20.000,00
7.210,00
2,77
la
16.000,00
6.666,00
4.584,00
5.555,00
3,490
1,20
19.019,00
0,008
152,15
5.710,00
1.433,30
42.818,15
43.512,00
Figura 53 Reparto de superficies edificables para equipamiento educativo.
(Fuente: Universidad de Burgos, 1996)
APARCAMIENTO
TOTAL
Universidad
de
existen
otras
de
tipologa
popular
de
gran
valor
como
son
histrico,
las
que
conforman el conjunto o
barrio de Las Huelgas y
las de la plaza del Sobrado y aledaos de la ermita de San Amaro. La aprobacin del
PECH en 1995 ha permitido consolidar la reutilizacin del conjunto histrico del Hospital
del Rey para uso universitario.
Este Plan incluye entre sus propuestas de orden estructural la ampliacin de las
dotaciones universitarias actuales, en El Parral, en el rea de Intervencin denominada 5A.I.-2, calificando el suelo como sistema general de equipamiento comunitario para uso
docente y remite su desarrollo a un Plan Especial, el Plan Especial de la Universidad.
Asimismo contiene las correspondientes determinaciones para garantizar la proteccin del
Hospital del Rey y de la plaza del Sobrado. El mbito de este Plan Especial de la
19 En la actualidad esos estudios y sus estudiantes ocupan los nuevos edificios construidos para ellos en el
sector de San Amar-Hospital del Rey.
99
dependiente
del
Teniendo en cuenta este modelo urbano de estructura policntrica, al que nos hemos
referido, el centro histrico se reserva como smbolo de la identidad urbana, sede de
representacin institucional y espacio dotacional de servicios cualificados, ligados al ocio
y a la cultura. Por eso el Ayuntamiento y la Diputacin han iniciado un proceso de
creacin de un sistema cultural y de servicios que prepara el gran cambio de futuro de la
ciudad, una vez que se ha verificado el desvo del ferrocarril.
En este sistema, el papel que se otorga a la Universidad es el de servir como
elemento de cohesin de las zonas histricas de la ciudad, con lo que se consigue crear una
dialctica activa entre los lugares de la memoria y los lugares del desarrollo cultural y
cientfico, estrategia que se ha revelado muy eficaz, puesto que se ha podido vencer la
resistencia de los burgaleses a ocupar una zona que se considera hostil por la existencia de
no pocos aspectos negativos y peligrosos.
Figura 55: Situacin del campus de San Amaro-Hospital del Rey, en la interseccin del Ferrocarril
Santander-Mediterrneo con la carretera de Valladolid: Facultad de Ciencias, San Amaro, Hospital del
Rey, depsitos de CLH, Bakimet frente a Facultad de Humanidades, e industrias abandonadas. (Fuente:
Paisajes espaoles)
Hospital del Rey. A pesar de la existencia del barrio de La Castellana, zona residencial con
espacios de gran calidad paisajstica y con un medio ambiente urbano envidiable, no
exista ningn mecanismo capaz de relacionar a los burgaleses con este entorno que nunca
ha ejercido el papel de atraccin que por su calidad podra esperarse.
La existencia de las vas del ferrocarril, de la fbrica de Cellophane, de los depsitos
de combustible de Compaa Logstica de Hidrocarburos (antigua CAMPSA), de un
corredor elctrico de alta tensin, de la crcel y de diversas instalaciones industriales y de
almacenamiento, haba generado un paisaje industrial, desmantelado ya, marginal y
peligroso, puesto que las fbricas prcticamente derrumbadas dieron paso a un poblado,
Bakimet, considerado como uno de los ms peligrosos por su grado de marginalidad y
delincuencia. La presencia de todos estos elementos explica una imagen de este espacio
cada vez ms desdibujada y degradada en la percepcin ciudadana, hasta adquirir los
rasgos propios de un rea perifrica y marginal propia de las salidas de las ciudades. Todo
ello configuraba a este espacio como uno de los peor valorados de Burgos.
La rehabilitacin del Hospital del Rey y la creacin de una serie de equipamientos
capaces de atraer a los diversos sectores sociales de la poblacin y a los distintos estratos
de edad, para evitar una actividad socialmente restringida y unidimensional, han
conseguido hacer atractivo el barrio a futuros residentes. El rechazo de la poblacin hacia
esta zona solamente ha podido ser vencido gracias a una decidida intervencin pblica
que ha permitido la reaccin favorable de los promotores privados. Como el suelo
urbanizable tena unas caractersticas negativas se han creado otro tipo de relaciones
funcionales y simblicas para hacerlo atractivo.
El Ayuntamiento ha realizado un complejo deportivo, San Amaro, que incluye
piscinas, campo de rugby, campo de atletismo, pabelln polideportivo cubierto y pistas de
tenis. Traslad adems hacia ese sector, al recinto de La Milanera, la ubicacin del
mercado de ganados, de las ferias y salones comerciales, de las atracciones infantiles de las
ferias tradicionales y de los conciertos musicales para la poblacin joven.
La localizacin estratgica de los grandes equipamientos pblicos sealados ha
creado una nueva referencia en la dinmica urbana. Las instalaciones deportivas, el recinto
de La Milanera (ahora cerrado y en una situacin expectante) y la Universidad se han
convertido en hitos de naturaleza funcional perfectamente estructurados a travs de un
nuevo itinerario peatonal de calidad, el paseo de la Universidad, creado a lado del Parque
del Parral. La virtualidad de la funcin de este elemento urbano inaugurado a finales de
1996 se ha puesto de manifiesto al mostrar ya su capacidad para dinamizar, ordenar y
conectar los grandes espacios existentes.
102
Estas actuaciones pblicas han sentado las bases para la creacin de una nueva
imagen del espacio pblico. Ahora bien, las operaciones urbanas necesarias para lograr la
recualificacin definitiva de esa imagen urbana sin duda afectan a los aspectos ms
negativos y peligrosos: demolicin de los depsitos de la Compaa Logstica de
Hidrocarburos, eliminacin de las instalaciones industriales, de los cables de alta tensin,
solucin al tendido del ferrocarril, acoso a la crcel y eliminacin del poblado gitano de
Bakimet. Todo ello es de tal magnitud operativa y tanto coste econmico y social que
precisaba un esfuerzo adicional para que pudiera llevarse a cabo en un plazo breve. Y ya
se ha producido casi al cien por cien.
Burgos
para
acelerar
el
para
magnfica21.
una
Merece
universidad
la
pena
informe
realizado
por
espacios
vacos
canchas universitarios. Tanto con un uso carcelario como de centro de peregrinaje, puede
utilizarse cmodamente la zona deportiva colindante, en la misma orilla del ro32.
Adems de este programa completo de infraestructuras docentes y de ocio, para
completar el atractivo turstico del campus, el estudio propone crear un campo elico en
los cerros que bordean la barriada Yage con treinta molinos de 150 Megavatios, proceder
a una reforestacin de los citados cerros y crear una reserva de fauna ibrica e introducir
tambin algunas especies saharianas. Finalmente no estara mal visto dejar pastar en
libertad media docena de camellos y camellas33, para convertir la zona en un ejemplo de
viabilidad de las energas alternativas y en un sector atractivo desde el punto de vista
cultural, turstico y recreativo.
El disparate no es slo esta buclica atencin al paisaje, sino que se completa con
una peculiar referencia a la arqueologa industrial, mirando de reojo a las instalaciones de
la fbrica Cellophane, y con una autntica visin del futuro que viene de la Edad Media:
Una vez que desaparezca la fbrica de Celofn, todo el entorno de las Huelgas podr
recuperar su profundo significado histrico. Parte del patrimonio de las Huelgas,
especialmente las casas situadas fuera del Monasterio, pero propiedad del Monasterio, y en
sus cercanas, pudiera funcionar como beguinatos y beaterios 34.
Ahora bien, este paraso que se describe tomando como argumento la implantacin y
desarrollo de la Universidad de Burgos solo sera posible una vez desaparecidas las
disfunciones medioambientales nefastas. En este marco se explica que el RectorPresidente presentara ante el Ayuntamiento en noviembre de 1996, como ya se ha dicho,
un documento de 18 alegaciones que pretendan la correcta solucin de las sombras para
hacer realidad un barrio de alto nivel. Quizs sea ste el verdadero objetivo del informe y
no el desarrollo de un campus universitario.
del
Rey
por
el
la
voluntad
rectorado
al
actividades
universitarias
del
institucin en el proceso de reorganizacin urbanstica al que nos hemos referido ya. Una
de las opiniones ms duras se reflejan el editorial de Diario de Burgos, titulado La
Universidad propone y reclama, al sealar que la Universidad es una institucin
fundamental del porvenir de esta ciudad, pero no sera bueno que precisamente la
Universidad contribuyera a especular con el suelo y a encarecer la vivienda de Burgos
(Diario de Burgos, 23-1-1997).
La Universidad de Burgos, pues, se ha manifestado como el instrumento ms eficaz
para vender ciudad. Hoy en ese sector se comercializa la imagen del espacio pblico, no
otra cosa. Sin embargo este es un proceso fue muy cuestionado por la opinin ciudadana36.
Las crticas pblicas son ms intensas cuando la ciudad conoce la propuesta de la
Universidad de eliminar las instalaciones de la antigua Escuela de Magisterio y el Colegio
Pblico anejo, Francisco de Vitoria, recalificar los terrenos y construir en ellos edificios de
viviendas, operacin que reportara a la Universidad de Burgos un beneficio econmico de
37 La Universidad enva al alcalde una propuesta urbanstica que generar 1.000 millones(Diario de
Burgos, 22-1-1997). El presidente de la Federacin de Asociaciones de Padres de Alumnos de Enseanza
Pblica sealaba ante la noticia: Me parece vergonzoso que la Universidad intente especular con los
terrenos de la antigua Escuela de Magisterio (Entrevista con el presidente de FAPA Burgos (Diario de
Burgos, 27-1-1997). Los padres del Colegio Francisco de Vitoria tambin se suman a la crtica a la
Universidad ante su propuesta de recalificacin de la parcela de Magisterio (Diario de Burgos, 2-2-1997).
109
ciudad. ste podra ser el proyecto, soldar la ciudad, no slo mediante el espacio edificado
sino tambin desde el punto de vista funcional, y soldarse con toda la ciudad. En
definitiva, el objetivo sera colaborar en el reequilibrio funcional de la compleja estructura
urbana que caracteriza al Burgos actual.
La universidad tiene un papel importante en el proceso de recuperacin de la ciudad
a travs de la colaboracin con otras instituciones que han apostado expresamente por
favorecer el papel de Burgos
como lugar de encuentro, como
lo fue en otras pocas, como
ciudad de congresos en la que las
actividades ligadas a la cultura
(congresos
cientficos,
110
38 El Seminario de San Jernimo ha sido puesto a la venta por el Arzobispado de Burgos. El edificio, de
24.000 m2, se inaugur en 1961 cuenta en su entorno con 9.000 m2 de patios y 32.000 m2 de terrenos de
espacio libre.
39 Patrimonio rechaza el Plan Especial de la Universidad (Diario 16 Burgos, 19-12-1997).
111
Sobrado y ha aceptado la demolicin de un nuevo edificio para abrir una salida hacia El
Parral, con la solicitud de que se mantenga la estructura de soportal40. La institucin
universitaria no ha tenido una conducta ejemplar respecto al patrimonio.
Lo cierto es que la calidad del conjunto histrico artstico del Hospital del Rey y
plaza del Sobrado est pasando por su momento ms crtico a pesar de las determinaciones
del PECH. Adems, los dos nuevos edificios que se han construido, Biblioteca Central y
Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales, han cambiado la percepcin del
conjunto del Hospital del Rey. Se ha producido un enorme desequilibrio de un frente
visual de gran inters. El conjunto constituido por una serie de pequeas edificaciones que
conforman el Hospital del Rey y la plaza del Sobrado se ha transformado como
consecuencia de estas nuevas edificaciones en bloque. No se trata de un simple problema
esttico, es un problema de paisaje, en el que indudablemente las edificaciones y su
tipologa forman parte del paisaje pero no como nicas protagonistas. El paisaje, la lejana
se ha roto por una proximidad sorprendente en la que el conjunto ilustre del Hospital del
Rey ha desaparecido. Una tradicional zona semirrural y de parque se ha alterado
sustancialmente, ha cambiado. Ha desaparecido un perfil urbano histrico, pues la
vegetacin de El Parral y el entorno, que era abierto, han desaparecido.
Por otro lado, la plaza del Sobrado, constituida por una serie de edificaciones de
carcter popular y de gran inters
histrico, uno de los elementos ms
valiosos del Hospital del Rey, pese
a su mal estado de conservacin y
pese a est catalogada, est siendo
amenazada. La Universidad ha
derribado una construccin de su
propiedad, adosada al Hospital del
Rey, a fin de establecer un eje de
Figura 60: Plaza del sobrado antes del derribo de la casa
propiedad de la Universidad de Burgos. (Fuente: Paisajes
espaoles)
la
implantacin
su
recualificacin.
La
41 La Plaza del Sobrado servir de eje de conexin con lo nuevos edificios del campus (Diario de Burgos,
9-1-1998). En la primavera de 1998 se procedi a la apertura de dicho eje, mediante la demolicin de la casa
adosada al Hospital de Rey,objetivo logrado!
113
superficies en la periferia, a pesar de los afanes e intereses lucrativos que eso genera. O
quiz por eso.
Los problemas derivados de la segregacin funcional con la periferizacin de la
ciudad, la degradacin del centro histrico y la dependencia cada vez mayor del automvil
han puesto en crisis entre otras cuestiones el modelo concentrado de ciudad universitaria.
Frente a l son cada da ms los que abogan por una localizacin dispersa de los centros
que configuran la ciudad del saber. Desde que se inici la dcada de los noventa se ha
puesto en tela de juicio el modelo funcionalista vigente desde los aos treinta por ser la
causa de los problemas del medio ambiente, y se manifiesta la necesidad de volver a
modelos de organizacin urbana que favorezcan el acercamiento y la mezcla funcional y
humana. Lograr la coexistencia de los hombres entre s y de los hombres y sus actividades
es el criterio de calidad del urbanismo del futuro que propone el Libro verde sobre el
medioambiente urbano.
Frente al crecimiento fsico que origina la segregacin funcional y la produccin y el
consumo de suelo urbano que promueve el negocio inmobiliario, nos apuntamos a un
modelo de planificacin que intente mantener la integracin de las funciones de residencia,
estudio, trabajo y diversin, porque reduce considerablemente la circulacin y permite una
interrelacin sostenida. El problema de accesibilidad que ya padece la zona de San Amaro
es grande, problema incrementado desde hace unos cursos por el traslado de la Facultad de
Ciencias Econmicas y Empresariales (1999) y la Escuela Universitaria Politcnica
Superior (2002), a lo que habr que aadir el aumento de desplazamientos generados por
la ocupacin de la nuevas viviendas que se siguen construyendo a la vera de la
Universidad.
114
como
Caballera,
el
varios
Cuartel
de
edificios
medieval
del
monasterio
Las
Los diferentes aspectos que se incluyen en este captulos han sido tratados en las siguientes publicaciones
de la autora: BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (1999): Valoracin y gestin del patrimonio histrico
en Burgos en EGEA LPEZ, Andrs Joaqun (coord.): Actas del I Seminario de Derecho Urbanismo y
Patrimonio, Crdoba, Cajasur, pp. 219-227. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (1999): El planeamiento
en Burgos. Un pulso entre la destruccin y la salvaguarda del Patrimonio Histrico, En plural, Cuadernos
burgaleses de cultura, n 2, Burgos, Editorial Dossoles, pp. 51-56. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa
(1999): Los problemas de la conservacin del patrimonio, II Seminario, Derecho, urbanismo y patrimonio,
Sevilla, Colegio Oficial de Abogados, Colegio Oficial de Arquitectos, Universidad de Sevilla. BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa (2000): El Camino de Santiago en el planeamiento y la gestin urbanstica en la
ciudad de Burgos, en LPEZ. L. (ed.): Ciudades y villas camineras jacobeas, Len, Universidad de Len,
pp. 133-143. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2005): El juego del miedo y la libertad. Un riesgo para
la ciudad histrica, en GUTIRREZ, Obdulia (coord.): La ciudad y el miedo. Girona, Universitat de Girona,
pp. 153-168. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2005): Los espacios del miedo en la ciudad, en El
espacio pblico. Memoria histrica, cultura e identidad en la ciudad postmoderna. X Jornadas de Geografa
Urbana, Burgos, Universidad de Burgos, indito. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2011): El Camino
de Santiago, un Itinerario Cultural en peligro, en VIDARGAS, Fco., LPEZ MORALES, Fco, J. (eds.):
Itinerarios Culturales. Planes de manejo y turismo sustentable, Mxico, pp. 107-122.
115
malla urbana desde el siglo XIX, no es lo suficientemente atractiva para lograr que la
ciudad se desarrolle en esa direccin. El crecimiento masivo se produce, como tambin se
ha sealado a partir de Gamonal: desde Gamonal a Burgos.
El gran ncleo obrero constituido por Gamonal se genera fundamentalmente a partir
de la declaracin de Burgos como Polo de Promocin Industrial, por Acuerdo del Consejo
de Ministros el 24 de enero de 1964, cuando la superficie del antiguo pueblo ya perteneca
a Burgos. Un ao despus, el Ayuntamiento de Burgos pudo disponer de suelo suficiente,
al quedar redimido el censo de los catorce, el 14 de mayo de 1965. El salto que se produjo
a partir de ese momento fue inmenso para la ciudad que de los 80.754 habitantes que tena
en 1960, pas a casi 120.000 en 1970, lo que supone un ritmo de crecimiento significativo
que gener de grandes tensiones en
algunas zonas, en las que fue
necesario
construir
nuevas
industriales y a una edificacin, construida sin plan general. Las nicas determinaciones
con que se construy Gamonal provenan del Plan de Ensanche del ao 1944 de Paz
Maroto. Pero el aumento de 36.000 habitantes en slo 10 aos como sucede entre 1970 y
1980, con la demanda de viviendas y servicios que ese crecimiento genera, no poda dar
como resultado nada ms que un caos.
En Burgos, a partir de 1970, se ve la necesidad de cumplir con la obligacin de
redactar un plan general tal como se contempla en la primera Ley del Suelo de 1956. A
esta necesidad responde el Plan Garca Lanza 1971, que ya es un Plan General, que
pretenda unir la ciudad histrica de Burgos con este otro ncleo de poblacin que se
estaba construyendo en Gamonal.
A este plan se debe la extensin de la ciudad para lo que no duda en derribar una
parte importante del lienzo norte y otra parte del lienzo oriental de la muralla medieval en
un intento de lograr un ensanche en torno a la antigua plaza de toros, que tambin se
derriba. Este espacio que hoy es la plaza de Espaa, en la que unos jardines colgantes
recuerdan (slo a quien lo sabe) el trazo de la muralla, representa el ncleo principal de la
nueva ciudad que intenta extender la ciudad hacia el este para unirse con Gamonal,
ocupando as los espacios intermedios que permanecan como huertas esperando esta
oportunidad. As, mediante lo que se denomina Ensanche este, y desde la plaza, se
construyen las grandes avenidas del
nuevo centro de Burgos. Esta zona
formada por la avenida del Cid,
avenida de los Reyes Catlicos y
avenida de la Paz que confluyen en
la plaza de Espaa. constituyen el
espacio que sirve para construir un
gran
Figura 64: El ensanche de Burgos con los bloques de Villa
Pilar, entre el Arlanzn y la calle de Vitoria. (Fuente:
Lorenzo Matas)
nmero
de
viviendas,
de
1970-1980.
En
el
ensanche que parte de la plaza de Espaa con sus grandes arterias, se construy en buena
medida a impulso de las Cajas de Ahorro (2.000 viviendas), que tenan grandes bolsas de
suelo a la espera de una buena ocasin.
El ensanche se completa con el tramo de la calle de Vitoria que llega hasta la plaza
del Rey, de la que desaparecen los cuarteles que haban sido borde del centro histrico
hasta mediados los aos 70. Con su derribo se construyen 875 viviendas entre la calle de
117
pblica,
junto
la
documentacin correspondiente a su
tramitacin ambiental, de acuerdo con
las disposiciones legales vigentes en
la materia. El 20 de enero de 2012,
tuvo lugar su aprobacin definitiva
por
parte
de
la
administracin
no tener en cuenta que Gamonal tiene la proteccin que se deriva de estar includo, como
parte del Camino de Santiago, en la Lista del patrimonio Mundial. Por lo que no se puede
destruir.
de
una
dcada
recuperacin,
sobre
la
conservacin,
de
aportar
un
aumento
y por ser el soporte de la identidad de los pueblos, sino que se ha revelado como un
recurso de desarrollo fundamental. Por eso la consideracin econmica de la cultura ha
propiciado una valoracin de la ciudad como un bien y como un factor ms de desarrollo
120
territorial. Las ciudades que tienen simbolismo y cultura actan como ncleos culturales
de referencia. Vender ciudad es el lema que intenta superar al anterior de vender
cultura, puesto que los cambios en los comportamientos socioeconmicos han
demostrado que las ciudades ofrecen grandes posibilidades de atraccin al sector turstico
y para la inversin, adems de beneficiar a la sociedad local. Se concibe la ciudad como
recurso, para lo cual hay que proceder a una mejora global de su imagen que, adems de
sus cascos histricos, logre adecuar aquellos espacios urbanos obsoletos que haban ido
degradndose por abandono de anteriores usos, sobre todo de los industriales.
generado modos de vida y de cultura que presentan un inters excepcional, lo que exige su
conservacin como patrimonio de la humanidad entera.
En Burgos se ha producido una mala interpretacin sobre lo que significa formar
parte de la Lista del Patrimonio Mundial, aspecto sobre el que vale la pena detenerse.
Burgos podra intentar formar parte del Grupo de Ciudades Patrimonio de la
Humanidad de Espaa y orientar sus esfuerzos en unirse al resto de las ciudades cuyos
cascos histricos estn declarados Patrimonio de la Humanidad, para poder hacer frente a
los problemas comunes que afectan a estas ciudades, para poder obtener las ventajas de la
unin y para tener ms fuerza para
navegar por los circuitos globales. Pero
para eso es necesario comprender que
en la Lista del Patrimonio Mundial la
UNESCO inscribe aquellos bienes del
patrimonio cultural y natural que
presentan un inters excepcional y cuya
desaparicin se considera una prdida
Figura 67: Permetro de la propuesta municipal ante la
UNESCO para declarar el centro histrico burgals
Patrimonio Mundial. (Fuente: Ayuntamiento de
Burgos)
irreparable
que
supondra
un
122
por Gamonal hasta el barrio de Las Huelgas y el Hospital del Rey a la salida de Burgos,
por una especulacin sin lmite43.
conservacin
del
la
patrimonio
urbano.
Las
actuaciones
en
incluso
Existe
una
oposicin entre los principios que fundamentan la proteccin del centro histrico de la
ciudad y el otro centro histrico que Burgos tiene en Gamonal. Del mismo modo las
intervenciones en el propio centro de la ciudad tampoco parecen ser consecuencia de los
mismos criterios. En ste, en el centro histrico, se manifiesta el distinto tratamiento que
se da al patrimonio inmobiliario de los barrios histricos y lo que el Ayuntamiento
pretende hacer en el Parque del Castillo. En Burgos la discriminacin jerrquica en la
proteccin de los espacios urbanos est resultando uno de los factores ms perniciosos
43 La UNESCO y el comit de expertos que asesoran en materia de declaraciones del patrimonio mundial,
ICOMOS (Consejo Internacional para la defensa de los Monumentos y Sitios Histrico-Artsticos), han
sentido la necesidad de superar los modelos de proteccin hasta ahora vigentes por considerar que no slo se
deben conservar los monumentos. Incluso se considera superado el modelo de centro histrico (ya existen
en suficiente nmero y muy representativos) y ahora se tiende a valorar el patrimonio mundial con nuevos
criterios que ayuden a lograr la cohesin de los pueblos. El objetivo es colaborar en el mantenimiento de la
convivencia pacfica entre los pueblos a travs del conocimiento mutuo y establecer lazos de unin. Por esta
razn la nueva generacin de declaraciones patrimoniales con la mxima distincin, con el mximo prestigio
engloba rutas y redes universales, lo que conlleva una valoracin del patrimonio intangible. Los itinerarios
constituyen un modelo de desarrollo de esta propuesta, porque siempre ponen en relacin regiones
fronterizas, son rutas de paso y de relacin, de trnsito y conocimiento, y favorecen el contacto regional.
123
poner
de
manifiesto
problemas
derivados
decisiones
pblicas
de
los
las
tomadas
del
patrimonio
histrico.
Figura 69: El cerro del Castillo sin castillo desde 1813.
(Fuente: Lorenzo Matas)
quiere eliminar un ncleo histrico pero perifrico, Gamonal, que, aunque de pequeas
proporciones fsicas y humanas, tiene la calificacin de bien patrimonial perteneciente a la
Humanidad por ser una parte del Camino de Santiago.
Es esta una contradiccin que resulta de toda una serie de actuaciones sumamente
complejas y en ocasiones difciles de desenmascarar y que producen una crisis visible en el
desequilibrio vital y en el deterioro del casco histrico burgals que es Bien de Inters
Cultural y que pretenda obtener en 1994 la calificacin de Patrimonio de la Humanidad.
El planeamiento urbano actual est desintegrando morfolgicamente una parte de la ciudad
crendose disociaciones nefastas entre la proteccin del patrimonio y su uso, lo que ha
conducido a una degradacin muy rpida del centro histrico.
En Burgos patrimonio y urbanismo se mueven en un clima de conflicto permanente.
La ciudad se mueve en parmetros urbansticos muy tradicionales. Se abusa del valor
histrico, pero con una edad lmite, y se desprecia la ciudad histrica visible que es una
ciudad heredada del siglo XIX, por eso se puede demoler. De ah que convivan decisiones
antagnicas como las siguientes: en la parte alta de la ciudad, en el Parque del Castillo, la
reconstruccin de la fortaleza y la recuperacin de las siete puertas y de las murallas de la
124
ciudad con fines tursticos; un provocado deterioro y vaciamiento rpido del centro, como
paso previo a su posterior renovacin y reutilizacin, para lo que se han puesto en marcha
dos instrumentos bsicos, la peatonalizacin radical de las calles del barrio histrico (al
tiempo que se procede a la recuperacin del Castillo para eliminar el efecto que posea de
espalda urbana) y la destruccin del antiguo pueblo de Gamonal a pesar de ser un hito
significativo del Camino de Santiago y, por tanto, Patrimonio Mundial.
Cuando ya parece que en Espaa se han acabado las prcticas de un urbanismo
destructivo, el nuevo PGOU de Burgos constituye un ejemplo de preocupacin al igual que
el Plan Especial del Centro Histrico y el Plan Especial del Castillo44. La administracin
municipal burgalesa se conforma con una conservacin del patrimonio de mera apariencia
utilizndolo como coartada para llevar a cabo actuaciones inmobiliarias y urbansticas de
gran envergadura. De ah que el PECH se dirija fundamentalmente a la conservacin de
fachadas de las antiguas edificaciones del casco histrico, mientras que en el Castillo se
lleva a cabo una operacin emblemtica que, mediante la recreacin del espacio urbano
imaginado de pocas medievales, intenta especializar a la ciudad como escenario tursticofolclrico, convirtiendo la ciudad histrica en una autntica disculpa para crear una nueva
distribucin del espacio urbano en el que el Castillo deje de ser una barrera urbana y se
convierta en un hito reestructurador. Esta es la estrategia con la que se opera en el centro
histrico.
En cambio en la periferia no se necesita ninguna estrategia, para Gamonal se utiliza
el tpico desprecio de un patrimonio inmobiliario de cuatro casas malas y viejas y se
aprovecha la ignorancia de los ciudadanos para lograr as que el inters econmico
planifique la demolicin del patrimonio inmobiliario histrico y de un paisaje urbano
singular para abrir una va rpida -por la que no se puede circular a ms de 50 km/h- que
posibilite la comunicacin de Gamonal con la parte occidental de la ciudad enlazando con
una va de ronda, la norte. El desprecio a la calidad simblica e identificadora de un tejido
urbano puede permitir la destruccin de un pequeo pueblo cuyo inters se quiere que pase
desapercibido para los ciudadanos burgaleses. Sin embargo por tratarse del Camino de
Santiago y por su obligada proteccin, la administracin no est legitimada para ocultar el
autntico valor y significado de este elemento urbano.
Restablecer el castillo que fue volado por los franceses, como anacrnico elemento
histrico-pintoresco, constituye una contradiccin contestada por los vecinos del centro
histrico burgals que ven cmo su casero se deteriora y degrada, y cmo la
administracin municipal olvida que la funcin residencial es la principal para lograr la
conservacin del patrimonio, antes que la turstica. As, mientras se preparan fiestas, cenas
y torneos medievales en un castillo que a su vez va ser reedificado para albergar estos
eventos, aumentan las declaraciones de ruina de los edificios del Casco histrico y su
consiguiente deterioro y abandono. Estos criterios de intervencin en el patrimonio se
revelan as no slo como caducos y superados sino como un acto de nostlgico
romanticismo y un claro intento de crear la ciudad museo para instalar en ella el museo de
la ciudad, donde se albergarn los hallazgos arqueolgicos de la ciudad y maquetas de los
castillos de la regin.
La reconstruccin del castillo se ha planteado como una operacin de rehabilitacin
de la ciudad histrica, pero en ella no tienen nada que ver las reales necesidades de sus
habitantes y, por supuesto, no sirve para mantener las estructuras urbanas heredadas, sino
que es un ejemplo de estrategia de recuperacin basada exclusivamente en la explotacin
turstica. En Burgos parece despreciarse la idea de la necesidad de conservacin de un
patrimonio vivo y vivido por sus habitantes y se prefiere, en cambio, recrear ese
patrimonio hacia fuera en un claro triunfo de una visin musestica y esttica. Mientras se
invierte en la reconstruccin del
Castillo, las calles y viviendas
del Centro histrico se van
arruinando progresivamente, y
mientras se buscan los cimientos
de las cercas de los primitivos
Burgos del cerro del Castillo, se
planifica
Figura 70: Ejemplo expresivo del abandono del casco histrico.
(Fuente: la autora)
la
demolicin
del
en el barrio de Gamonal que, con su Iglesia, constituye el ncleo histrico de carcter rural
del antiguo pueblo de Gamonal de Ro Pico, y, por tanto, su centro histrico. Se intenta
recrear la historia de la ciudad conduciendo las intervenciones a los siglos medievales en
una apreciacin desmedida y demaggica de esta etapa histrica, pero este criterio slo se
aplica al Parque del Castillo. De ah que se cierren las posibilidades de mantener viva la
ciudad histrica.
126
con
la
especial.
vital
del
Camino
de
de
las
manifestaciones
primeras
de
la
visible
todava
en
Aqu
parece
no
los
que
la
incertidumbre
actividades
negocios,
las
de
comerciales
para
que
no
han
podido
El
antiguo
pueblo
de
ofrece
un
pequeo
conjunto
de
avenida de Eladio Perlado, que enlazara con el nuevo puente de Casa la Vega, la
edificacin de nuevos inmuebles residenciales en manzanas de bloque de cuatro y once
45 Dicho Plan no lleg a elaborarse, como tampoco el del Centro Histrico de Burgos, que ha sido elaborado
por PROINTEC y aprobado por el Ayuntamiento en 1995. A pesar de que la Administracin municipal
asumi totalmente su contenido, el Plan Delta Sur ha sido objeto de revisin por sentencia judicial, que lo
declar nulo por defectos procedimentales.
46 El conjunto afectado por las previsiones corresponde en el plano catastral a 92 parcelas, de las que slo 4
son solares grandes sin edificar, siendo las 88 restantes pequeas parcelas de una superficie media de 100
m2, todas ellas edificadas en una, dos o tres plantas, salvo aquellas que han sido ya derribadas por
situaciones de ruina. Esta parcelas corresponden a un nmero mayor de afectados, en total 400. En general se
trata de edificaciones del siglo pasado y primeras dcadas de ste, construidas en piedra y estructura
tradicional de madera. Adems existen 27 establecimientos dedicados a diversos usos comerciales y tres
peas recreativas, que aglutinan una importante actividad del barrio. En esta parte del pueblo viven 50
familias que precisamente son las que mantienen la cultura y las fiestas populares que recuerdan la
singularidad del ahora barrio burgals.
128
plantas, que sustituirn al actual casero rural, y la liberacin de una zona libre de parque,
en el que se mantendra la casa que alberga la Cofrada de San Antn en el centro de una
rotonda, como un adorno. Con ello quedara una amplia avenida transversal al eje del
Camino de Santiago (calle de Vitoria) y una moderna rotonda, de bloques edificados,
similares a los que caracterizan al barrio surgido en la dcada de los sesenta en relacin
con el desarrollo industrial basado en el Polo de Promocin.
El Plan afecta al pueblo en un doble sentido, unos espacios se integrarn en el
sistema general de viario, transformndose para dar paso a una avenida rpida, y con los
dems se establece una unidad de ejecucin. El conjunto afectado por las previsiones
corresponde en el plano catastral a 92 parcelas, de las que slo 4 son solares grandes sin
edificar, siendo las 88 restantes pequeas parcelas de una superficie media de 100 m2,
todas ellas edificadas en una, dos o tres plantas, salvo aquellas que han sido ya derribadas
por situaciones de ruina. Estas parcelas corresponden a un nmero mayor de afectados, en
total 400. En general se trata de edificaciones del siglo pasado y primeras dcadas de ste,
construidas en piedra y estructura tradicional de madera47. En cuanto a negocios y
comercios existen 27 establecimientos dedicados a diversos usos: siete bares, tres
restaurantes, dos tiendas de frutos secos, dos carniceras, una pescadera, un obrador de
pan, un despacho de pan, una tienda de comestibles, un garaje, un taller de carpintera
metlica, una mercera, una peluquera, una zapatera, una papelera y tres peas
recreativas, que aglutinan una importante actividad del barrio. En esta parte del pueblo
viven 50 familias que precisamente son las que mantienen la cultura y las fiestas populares
que recuerdan la singularidad del ahora barrio burgals.
Gamonal hoy es un barrio obrero, sin embargo lo que queda del antiguo pueblo es la
expresin material de la sociedad rural tradicional, que se ha seguido manteniendo hasta
hace poco tiempo. Es la parte ms querida y ms valorada del barrio pero no por su
esttica, sino porque es una referencia histrica en la que se conservan las races del
pasado. Es un documento histrico, que posee un gran valor popular no slo por su
casero, sino por la cultura de sus habitantes que sigue enriqueciendo la vida cultural y
social de la ciudad, y sus manifestaciones completan el patrimonio etnogrfico de Burgos.
Lo cierto es que Gamonal no es un barrio surgido por generacin espontnea y
creado ex novo como muchos de los barrios obreros que agrandan las ciudades espaolas.
Gamonal no es slo un barrio de nueva creacin en una ciudad en desarrollo constituido
por poblacin procedente de distintos puntos de nuestra geografa, sino que es el resultado
47 De las viviendas existentes hay cerca de 50 que se encuentran habitadas, mientras 17 estn deshabitadas y
otras en estado de ruina.
129
Figura 75: El casero del antiguo pueblo de Gamonal se ha convertido en un estorbo para los planes
urbansticos de la ciudad. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
primitivo ncleo con las nuevas arquitecturas, es una cuestin de mentalidad que responde
a un planteamiento cultural completamente periclitado, ya que precisamente esa dualidad,
esa pervivencia de parte del pueblo y las nuevas construcciones es la que merece una
consideracin diferencial que ha de ser tenida en cuenta por el planificador urbano, porque
es el fiel reflejo de la historia reciente de Burgos, que as ha podido mantener casi intacto
su centro histrico. Precisamente la relacin Gamonal-Burgos, el hecho de que un
pueblecito se haya transformado en el principal barrio de la ciudad, constituye un ejemplo
muy interesante en la evolucin de la ciudades espaolas. La ciudad de Burgos
aparentemente despreocupada en la planificacin de su desarrollo urbanstico decidi no
130
crecer sino anexionar un territorio ajeno, con lo que paradjicamente fue el desarrollo de
Gamonal el que le llev a tomar contacto con los lmites de la ciudad histrica. Es decir, el
desarrollo urbano se efectu de Gamonal a Burgos.
De todas las maneras y dado que la conservacin del patrimonio est regulada por
una normativa jurdica basada en la teora del valor y no en funcin de la esttica, nos
remitimos a lo que sealan los documentos.
La Documentacin Tcnica para la Declaracin del Camino de Santiago como
Patrimonio de la Humanidad, se realiz por encargo del Ministerio de Cultura a travs del
Instituto de Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales como conclusin de un
trabajo ya realizado por el mismo equipo redactor en el citado Instituto. En el trabajo se
desarrollan todos los aspectos requeridos en la ficha de la UNESCO para la inclusin en la
Lista del Patrimonio Mundial.
El principal problema en cuanto a Bien a declarar, El Camino de Santiago, estrib
tanto en su identificacin como en su delimitacin. Para la identificacin, tomando como
base los trabajos elaborados en los ltimos aos por el M.O.P.U., I.T.U.R, Ministerio de
Cultura y Comunidades Autnomas, se lleg a identificar el ramal histrico principal del
llamado Camino Francs.
Pese a tener el Camino la Declaracin de Conjunto Histrico artstico (1962), ni su
identificacin ni delimitacin estaban claras ni resultaban eficaces. En este extremo hay
que resaltar la labor realizada ya por dos comunidades autnomas, Navarra con su Decreto
Foral 290/1988, de 14 de diciembre, por el que se delimita definitivamente el camino de
Santiago a su paso por Navarra y se establece su rgimen de proteccin; y Castilla y Len
con su Documentacin bsica para la proteccin del Camino de Santiago como bien de
inters cultural con categora de Conjunto Histrico, que viene a ser un desarrollo de la
delimitacin de la declaracin de Conjunto de 1962 (Decreto 2224/62).
En el citado trabajo queda identificado y delimitado fsicamente, de modo definitivo,
el llamado camino francs -el incluido en el Cdice Calixtino- a su paso por Espaa.
Esta identificacin se ha materializado en la documentacin grfica que forma un anexo
adjunto. En todo caso, el Camino de Santiago queda constituido por los terrenos que
ocupe y sus elementos funcionales, con el ancho que conserve en cada tramo. La
delimitacin del permetro de proteccin se establece, en tanto no se desarrolle por el
respectivo planeamiento comarcal o local, en un ancho de treinta metros a cada lado del
Camino desde el borde exterior del mismo. Este permetro se ampla en el caso de los
ncleos urbanos y en los enclaves de fragilidad ambiental segn la documentacin grfica
aportada en el tomo 2 (el trabajo contiene cinco tomos). Este permetro abarca bsicamente
131
los cascos antiguos de los ncleos y los elementos que por su inters histrico, cultural y
paisajstico definen dichos enclaves.
En el citado tomo 2 aparece la relacin de todos los ncleos de poblacin
atravesados por el Camino, efectuando su identificacin y delimitacin.
Por lo que toca al municipio de Burgos, en la documentacin aludida aparece de
manera expresa la Entidad Gamonal de Ro Pico. A pesar, pues, de que desde el ao 1955,
Gamonal de Ro Pico pas a integrarse al municipio de Burgos, convirtindose en barrio
de Gamonal, los textos de la Documentacin Tcnica para la Declaracin del Camino de
Santiago como Patrimonio de la Humanidad, identifican y delimitan singular y
expresamente esta Entidad, denominndola con su tradicional e histrico nombre:
Gamonal de Ro Pico.
Por otro lado, Gamonal (anexionado el 1 de enero de 1955), an hoy, forma un
ncleo singular claramente identificable por constituir una entidad fsica distinta, por sus
caractersticas
incluido en
la Lista del
protegido por la declaracin y todos los lugares que lo constituyen, tambin. Entre todos se
ha conformado la calle Mayor de Europa en la que existen muchos bienes en serie
monumentales o no; rurales, y urbanos, que son los que hacen que el mismo camino sea a
la vez unitario y diverso. Y en este itinerario no sobra ningn tramo. Ni siquiera Gamonal.
El Ayuntamiento de Burgos no lo entiende as. La ciudad de Burgos, su ncleo
histrico es Patrimonio Mundial, porque as lo dice el documento que en 1993 incluy en
la Lista del Patrimonio Mundial al Camino de Santiago. En el citado documento se seala
que el permetro de proteccin a lo largo del Camino abarca bsicamente los cascos
antiguos de los ncleos que atraviesa y los elementos que por su inters histrico, cultural
y paisajstico definen dichos enclaves. Burgos no est integrada en el grupo de Ciudades
Patrimonio de la Humanidad, federacin o club privado donde se unen ciudades con
centros histricos declarados, porque as lo quieren los alcaldes de las ciudades que hoy lo
integran, pero el ser una ciudad del Camino de Santiago, hace que pertenezca a otro club
de calidad, el selecto club de los bienes universales, que va desde Roncesvalles hasta
Santiago, cuyos representantes territoriales forman tambin una federacin, el Consejo
Jacobeo.
El Camino es una va natural de trnsito. Por eso unimos camino y puentes, camino y
arte, camino y cultura, camino y pueblos, veredas, viejas sendas, hospitales y siempre
comunicacin, personas y pueblos. Pero a veces se olvida que el camino tambin atraviesa
ciudades y que es configurador de tramas urbanas y trazas camineras, como sucede en el
tramo que afecta al ncleo histrico de Gamonal. La propuesta del PGOU (1999)
mantenida por el planeamiento realizado en 2013 es destruir el antiguo pueblo de
Gamonal, salvando nicamente su Iglesia, sin tener en cuenta, por ignorancia o desprecio,
los valores, histricos y culturales, es decir, patrimoniales de ese tramo de la Calle Mayor
de Europa que singulariza al antiguo pueblo y hoy barrio de Gamonal. Su conservacin
sera posible aprovechando las subvenciones que el Ministerio de Fomento otorga a las
Corporaciones Locales para dar utilidad a los bienes declarados BIC al servicio de la ruta
jacobea.
La filosofa y la propuesta del PGOU sobre Gamonal contradice frontalmente toda la
legislacin existente en materia de proteccin del patrimonio. No se puede disociar el
monumento y su entorno, sin embargo el Plan pretende conservar nicamente la Iglesia, el
Ayuntamiento y la Cofrada de San Antn, que quedara como una pieza de museo en
medio de una gran plaza enmarcada por bloques de pisos, sin comprender que aquellos
elementos forman un conjunto indisociable del pueblo y con el pueblo.
133
48 Por Decreto 224/1962 el Camino de Santiago fue declarado Conjunto Histrico-Artstico. Dicha
declaracin afecta al camino y comprende tambin los lugares, edificios y parajes de la ruta. Por otro lado la
catalogacin de este camino en 1989 como Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa, y como
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 son la consecuencia del reconocimiento mundial de la
importancia cultural e histrica de esta va y del territorio que lo soporta.
134
y contribuye a que Burgos tenga sus propias seas de identidad. La historia de la ciudad de
Burgos y su evolucin desde 1955 hasta hoy no pueden explicarse tachando con un rotring
el ncleo primitivo a partir del cual se efectu su crecimiento urbano.
Lo cierto es que, se valore o no, esta pieza urbana del primitivo pueblo de Gamonal,
configura una unidad claramente delimitada en el espacio y que a pesar de que ha quedado
comprendida y desbordada por la ciudad conserva todava su identidad propia. Es una
unidad diferenciada dentro de la ciudad actual y por tanto es merecedora de tutela y
proteccin, por su inters histrico. El casero del ncleo antiguo de Gamonal no debe
plantear problemas de reutilizacin, de acondicionamiento para usos diversos y de simple
conservacin en estado original, puesto que permite una reutilizacin de esa arquitectura
histrica sin hacer importantes inversiones para su adaptacin bien a usos originales, bien
a otros diferentes.
Gamonal actualmente es el resultado del desarrollo experimentado a lo largo de su
historia. El envejecimiento o ruina de los edificios producido por el abandono al que le ha
sometido el planeamiento y la falta de la debida conservacin empobrecen sin duda la
imagen de ese casco antiguo, pero esta realidad no puede hacer olvidar que precisamente
esa zona es la ms representativa, puesto que en este conjunto se deposita toda su memoria
histrica.
135
cabo la edificacin masiva alrededor del mismo, segn las previsiones del PGOU,
Patrimonio Nacional, como titular del inmueble, inici la tramitacin de un expediente de
Plan Especial de Proteccin,
tal como contempla la Ley de
Patrimonio Histrico Espaol
de 1985, para garantizar la
preservacin
del
entorno
en su da Patrimonio Nacional
hizo al PGOU. Todo ello se ha
previsto sin tener en cuenta la
este privilegiado patrimonio del Camino de Santiago, Burgos de empea en parecerse cada
vez ms a otras ciudades a travs de sus realizaciones ms vulgares que adems a nadie
satisfacen
La administracin municipal poda optar por una poltica econmica fundamentada
en la cultura si supiera aprovechar el Camino como un eje cultural y turstico y las
posibilidades de convertir la ciudad en plataforma de encuentro de personas e ideas, en un
lugar de comunicacin y cultura, dado que una de las potencialidades del itinerario es que
posibilita el desarrollo de iniciativas y proyectos innovadores en el mbito del turismo y
desarrollo cultural sostenible. Valorar la propia historia y el patrimonio europeo ayudara a
entender la ciudad y a actuar en ella, porque el Camino ofrece el dilogo entre unos
espacios ms desarrollados y otros ms desfavorecidos, entre aquellos en que domina la
cultura popular (Gamonal) y otros donde las creaciones culturales alcanzan el mayor grado
de expresin artstica (Catedral, Monasterio de Las Huelgas, Hospital del Rey), lo que
sucede a lo largo del tramo que atraviesa la ciudad de Burgos, en el que se ve claramente
que el paisaje de la ruta es diverso porque es representativo de la historia. Precisamente
por eso forma parte esencial del
patrimonio europeo, y su pervivencia
y
conocimiento,
contribuye
que
solidaridad,
jalona,
facilita
colaboracin
la
y
-frente
la
138
vender la ciudad49. Se trata pues de una actitud que dilapida una enorme potencialidad, la
que ofrece la ruta jacobea, que otras ciudades ansiaran tener. Burgos podra propiciar los
intercambios y aprovechar la oportunidad de estar en una de las mejores rutas culturales
que sirve de modelo para las que ahora se intentan crear.
49 Burgos hasta el ao 2008 es la nica ciudad del Camino que no contaba con un albergue para peregrinos.
En 1993 se instal un pabelln prefabricado y otro en 1997. Estos barracones, con grietas y goteras, con
capacidad para 96 personas no reunan las condiciones necesarias para garantizar a sus usuarios unos
mnimos de calidad por no tener el aislamiento bsico para mitigar las inclemencias meteorolgicas. El
nuevo, situado en la calle de Fernn Gonzlez, se inaugur el 8 de agosto de 2008. Es un edificio esplndido
por su capacidad y servicios que ofrece, pero hasta las 12:00 horas en verano o hasta las 14:00 horas en
invierno los peregrinos deben esperar haciendo una considerable cola sentados en la calle.
50 El Plan General de Ordenacin Urbana, PROINTEC se elabora en 1996, y es aprobado en 1999 .
139
en el futuro una ciudad mejor. La cuestin de la deseada supresin del ferrocarril pesa
como una losa que frena cualquier esperanza de alcanzar un desarrollo equilibrado.
La entidad de este problema urbano y territorial, a nuestro juicio, le hara merecedor
de ser objeto de tratamiento en el Plan General que Burgos est elaborando. La nueva
ordenacin espacial que se pretende para Burgos en el conjunto de la regin no puede
olvidar decisiones de tanta transcendencia futura como qu proyecto se estima
conveniente para adaptarse a las exigencias y criterios de las lneas de alta velocidad. No
se entiende que el plan no opte por una solucin entre el soterramiento del ferrocarril o su
desvo, sobre todo cuando esta polmica marca la divisin entre los partidarios de cada
una de las dos opciones y en unos momento en que ambas cuentan con los oportunos
estudios y proyectos. Creemos que cuestiones como la integracin del ferrocarril, en los
que sin duda se incorporan estrategias y tratamientos innovadores de participacin, e
incluso de gestin, entre el sector pblico y privado, son proyectos que deben definirse en
unos momentos en que se estn tomando una serie de decisiones de ordenacin espacial
que tienen su plasmacin en el PGOU. Por eso la poblacin burgalesa se siente
defraudada ante el planeamiento, ya que esperaba un proyecto urbano definido y
definitivo bien de depresin o bien de desvo del ferrocarril, puesto que las dos
alternativas estn suficientemente debatidas.
En la etapa de exposicin pblica del PGOU los ciudadanos burgaleses han visto
que el planeamiento no presenta una definicin clara de la ciudad, puesto que la
incidencia posterior de la solucin que se d al ferrocarril a su paso por Burgos se
considera una cuestin vital desde el punto de vista econmico y social. Por contra han
podido observar que el PGOU determina el traslado de la actual Estacin de Autobuses y
fija con exactitud su futura ubicacin en Las Tejeras, apuesta sta que solo puede tener
sentido si se opta por la solucin del desvo, dada la importancia que el propio
planeamiento otorga a la eficacia del transporte intermodal del ferrocarril y el autobs.
La indefinicin del planeamiento ha provocado una gran insatisfaccin a la hora de
calificar las propuestas urbansticas. Falla la lgica de la poltica de ordenacin del
territorio. Al definir y caracterizar el nuevo Plan se pone nfasis en la creacin de unas
infraestructuras viarias que faciliten los desplazamientos internos en la ciudad y aquellas
que conviertan a Burgos en un centro redistribuidor de transportes. Pero as como se
definen las vas rpidas a travs de dos rondas -ronda norte y ronda sur- conectadas entre
s que han de servir para cohesionar el tejido urbano y cerrar los bordes de la ciudad, nada
se expone sobre la solucin del actual trazado del ferrocarril cuando sta proporcionara
en cualquier caso una oportunidad sin par en el reequilibrio interior de la ciudad tanto en
140
en
el
intento
de
puede
resultar
raro
en
descubri
la
la
democracia
se
actuacin
del
justicia conden por prevaricacin, la ciudad sufri una gran conmocin. En el juicio se
vio involucrado el Ayuntamiento, y fueron condenados el alcalde, tres concejales, y el
secretario general del Ayuntamiento. Jos Mara Pea se converta en el primer alcalde
inhabilitado y tuvo que abandonar el Ayuntamiento por corrupcin. Naturalmente la
141
143
clave para logra el equilibrio de la ciudad que consiga devolver al centro histrico su
posicin central y su perdida centralidad previamente provocada.
A la fase de crecimiento perifrico de la ciudad a travs de Gamonal, y la posterior
de vaciamiento del centro, por prdida de poblacin y puestos de trabajo, le sigue,
superponindose en el tiempo un intento de retomar el centro para residencia de una
nueva poblacin y para nuevas actividades econmicas fundamentadas en la cultura
(congresos, reuniones de trabajo,...) y el turismo.
El vaciamiento residencial y comercial se solapa en los aos noventa con la
pretendida reutilizacin de esta parte de ciudad, razn por la que el centro est viviendo
en estos momentos
una situacin crtica
y de gran deterioro.
El
conjunto
primitivo constituye
un
gran
potencial
desde el punto de
vista urbanstico por
sus
caractersticas
medioambientales e
Figura 81: El centro histrico en una posicin geogrficamente excntrica.
(Fuente: Lorenzo Matas)
histrico
artsticas.
La categora de su
patrimonio monumental, el inters de su estructura y edificacin, y el carcter histrico
de Burgos han sido valorados muy positivamente por la iniciativa privada, que ha
apostado por una inversin sin duda rentable a medio plazo siempre que pudiera actuar
sobre un barrio prcticamente vaco. As ser ms fcil su revitalizacin operando sobre
manzanas enteras debido a la pequea dimensin de los edificios, de crujas demasiados
estrechas.
Para la iniciativa privada sustitucin y renovacin son las claves de la reutilizacin
del centro que, mediante un proceso de vaciado previo, permitir una recuperacin del
casco y lograr su renovacin no slo fsica sino tambin desde el punto de vista social.
Estamos, pues, ante un intento de recuperacin del centro con una revitalizacin social y
econmica.
En su borde norte destaca el cerro del Castillo, que adems de constituir uno de los
pulmones de la ciudad, es una zona de gran inters paisajstico y arqueolgico
reconocindose en su ladera sureste el primer asentamiento de la ciudad. Sin embargo, por
144
llevar
cabo
la
centro
el
PECH de 1995
proceso
de
abandono
fuera
transformar
el
nivel
abandonado,
que
haba
54 La propuesta de crear en el Castillo un parque temtico creativo presentada por un inventor asturiano, ha
sido recogida por el Ayuntamiento por considerar que puede tener encaje en un futuro museo interactivo,
idea transmitida al equipo que proyecta la reconstruccin de la fortaleza (Diario de Burgos, 12-1-1997:8).
55 (Diario de Burgos, 29-1-1997:8).
146
vas frreas donde ubicar la nueva estacin de mercancas de RENFE, as como espacios
para almacenaje, manipulacin e intercambio de cargas. El uso terciario prev, entre otras
cosas, actividades de promocin empresarial y formacin59.
El Plan Director del Centro Integrado de Transportes e Industria de Villafra,
redactado por PROINTEC y costeado por la Agencia de Desarrollo Econmico de Castilla
y Len, prev que el actual Centro de Transportes de la Aduana de Burgos, situado en la
carretera de Irn, se expanda hasta los lmites del casco urbano de Villafra englobando en
sus instalaciones el Mercado Central de Frutas y Hortalizas. La potencializacin definitiva
de la actividad de este recinto se producir con la ubicacin de la estacin de mercancas
de RENFE y con la puesta en marcha del aerdromo. Se ha diseado un verdadero recinto
intermodal con diversas reas logsticas que interconecten el transporte en carretera con el
ferrocarril y con el avin. Dicho intercambio se producir a dos niveles, fsico y
telemtico, con el sistema de Intercambio Electrnico de Datos EDI, el operador podr
gestionar de manera ms eficaz la distribucin de los productos.
Los redactores del Plan del CITIV, para poder rentabilizar mejor la nueva ubicacin
de la estacin de mercancas, han reservado dos reas de carcter logstico que sern de
uso compartido con el centro de Transportes. En ellas operarn empresas que por su
actividad puedan favorecerse de la intermodalidad ferrocarril-carretera. Adems de contar
con tres vas nuevas que se unirn a las cinco ya existentes, la estacin tendr dos rampas
diseadas para vehculos pesados que podrn ser utilizadas por el ejrcito para transportar
materias a la Base Militar de Castrillo del Val, que es donde estn acuartelados los carros
de combate de la Divisin Mecanizada Brunete. La estacin tambin dispondr de una
playa de mercancas.
Con el Plan Director del CITIV se ha empezado a gestionar uno de los centros
logsticos con ms potencialidades en nuestra regin y a nivel nacional. El Plan acta
sobre una superficie de 415 Has. con el fin de configurar en un plazo de 10 aos un
conjunto de instalaciones y equipamientos donde se desarrollen distintas actividades
directamente relacionadas con el transporte, organizadas en cuatro grandes reas: una de
servicios al vehculo, con aparcamientos, estacin de servicios, trenes de lavado, talleres
de reparacin y repuestos, e ITV y locales de exposicin y venta y alquiler de vehculos y
de maquinaria manipuladora de mercancas; un complejo logstico que albergara
59 Se aprob la constitucin de una sociedad para gestionar el aeropuerto de Villafra, GABSA (Gestin del
Aeropuerto de Burgos, S. A.) en la que formar parte: el Ayuntamiento, la Diputacin, la Junta de Castilla y
Len, la Cmara de Comercio y la Caja de Burgos y la Caja del Crculo. Se crear con un capital de 102
millones de pesetas aportados a partes iguales por las seis entidades. Hay otra Sociedad similar, formada por
los mismos miembros que conforman el Centro de Transportes Aduana de Burgos, CETABSA, en El plan
especial del aeropuerto de Villafra (Diario de Burgos, 25-1-1997).
150
II.3.6. Las estrategias de los agentes privados en el diseo de la ciudad: el desvo del
ferrocarril
Todas estas operaciones mencionadas hasta aqu, estn planificadas a travs del PGOU y
los distintos Planes especiales -Plan Especial del Centro Histrico, Plan Especial del
Castillo, Plan Especial de la Universidad, Plan Director del Centro Integrado de
Transportes e Industria de Villafra, Plan Especial de Aeropuerto de Villafra- que
canalizan la realizacin de las tres grandes intervenciones urbansticas contenidas en el
Plan (la revalorizacin de un centro histrico de gran calidad; la creacin de un campus
universitario nico en unos espacios caracterizados por su gran valor histrico y
paisajstico; y la creacin de una ciudad del transporte que convierta a Burgos en un
centro redistribuidor de mercancas de carcter internacional).
Figura 85: Trazado del desvo del ferrocarril por el norte de la ciudad. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
Figura 86: El Alcalde, Valentn Nio, presentado la maqueta del desvo. (Fuente: la autora)
de La Quinta, y con el que se resuelven dos pasos a nivel, muy traumticos para la ciudad.
El proyecto se basa en hacer la obra a cambio de los terrenos que se liberan, a razn de
sesenta viviendas por hectrea60.
La tardanza en la realizacin de esta aspiracin burgalesa y las protestas vecinales
recientemente organizadas en una coordinadora de vecinos denominada Sin vas 96 ha
relanzado una vieja opcin defendida por distintos ciudadanos que, a travs de una
plataforma ciudadana, tratan de canalizar la creciente preocupacin de la opinin pblica
que cuestiona seriamente la viabilidad del soterramiento. La Convergencia Ciudadana por
el Desvo FF.CC., que integra a diversos ciudadanos, organismos y asociaciones, intenta
conseguir un consenso ciudadano que logre vincular al Ayuntamiento, por considerar que
la alternativa elegida va a condicionar seriamente el futuro de la ciudad.
La propuesta atiende singularmente a las caractersticas geolgicas de la ciudad, una
ciudad que se asienta en el valle de tres ros, con graves problemas surgidos recientemente
en muchas edificaciones, por obras en el subsuelo, lo cual ha sensibilizado a la poblacin y
ha llevado a sus promotores a desestimar como alternativa posible cualquier obra que
tenga que realizarse profundizando en el suelo de la ciudad de Burgos. En consecuencia
proponen como alternativa el desvo del ferrocarril desde las proximidades de Villalbilla y
trnsito por detrs de los cerros que dominan la ciudad por el norte, para tener su salida en
las proximidades de Villafra. Esta alternativa prev un trazado distinto al previsto en el
PGOU para la Estacin de Mercancas y Contendores, y la sita al norte del futuro
aeropuerto de Villafra, donde existe espacio suficiente y sin limitar las posibilidades de
desarrollo de aqul. Propone finalmente llevar a cabo negociaciones con el MOPTMA y la
Unin Europea al objeto de conseguir las subvenciones que puedan alcanzar el 70% de la
obra total, compatibilizando en el espacio de circulacin del desvo el futuro tren de alta
velocidad, o velocidad alta, al que Burgos no puede renunciar61.
Estos problemas han dividido an ms a la poblacin burgalesa, cuya relacin con la
ciudad se puede caracterizar por la dicotoma entre lo que se siente y lo que se desea. La
poblacin se siente orgullosa de su ciudad y la considera una ciudad preciosa, una ciudad
que por su magnfica localizacin geogrfica posibilita los intercambios, una ciudad
industrializada con unas industrias de enorme capacidad econmica y de gran importancia
nacional. Pero tambin la poblacin es consciente de que el futuro de la ciudad, que es el
resultado del juego y de las opciones de los agentes urbanos, necesita de unos esfuerzos en
que nadie sobra. Por ello no puede ser excluida una parte importantsima de esos agentes
como son los ciudadanos. El nuevo ciudadano exige un cierto control de los
acontecimientos que estn preparando el nuevo rostro de la ciudad del futuro.
EL debate del desvo del ferrocarril termin en 1998 cuando tras unas jornadas
llevadas a cabo en la Facultad de Humanidades62 a favor del desvo del ferrocarril, el
alcalde de la ciudad Valentn Nio, que siempre haba defendido el soterramiento dijo que
soterramiento significaba desvo.
Decidido el desvo del ferrocarril, por la zona norte de la ciudad el Ayuntamiento
firm el convenio con el Ministerio de Fomento y RENFE para hacer el desvo. Fomento
se haca cargo del 50%, la Comunidad Autnoma del 25% y el Ayuntamiento del otro 25%
de esta macro-operacin que supone la liberacin de 16 km de suelo con una anchura
media de 30 m. que pasan de ser de de titularidad estatal a ser suelo de propiedad
municipal. Era suelo calificado como uso de Sistema General Ferroviario, y RENFE lo ha
liberado con el fin de que parte de lo obtenido con su venta se destine a financiar la
operacin. El valor estimado en 1998 era de 19.000 millones de pesetas, y todo lo que
excediera sera asumido por parte del Ayuntamiento.
Se ha contratado a unos arquitectos de renombre internacional para realizar un
bulevar e instalar una especie de tranva que recorra el antiguo trazado del ferrocarril. El
estudio de Herzog & de Meuron con una figura inexistente aqu, denominada Master Plan,
ha diseado una macro-operacin urbanstica para toda la ciudad. Es como un Plan
General pero desde el Ayuntamiento se ha presentado como una modificacin puntual del
Plan General vigente, porque una modificacin puntual no tiene que pasar por la
preceptiva fase de exposicin pblica y el consiguiente periodo de alegaciones.
El
62 Desde el rea de Geografa Humana de la Universidad de Burgos promovimos unas Jornadas de estudio y
debate sobre la ciudad: Las barreras ferroviarias en Burgos, que se desarrollaron del 12 al 15 de mayo de
1997 y tuvieron como marco base de estudio y debate la opcin del desvo del ferrocarril elaborada por
Convergencia Ciudadana, por considerarla la alternativa ms racional. Coincidiendo con las referidas
jornadas se realiz una exposicin del proyecto del desvo en la Facultad de Humanidades y Educacin para
acercarlo al conocimiento de todos los ciudadanos burgaleses y finaliz con la cesin por parte de
Convergencia Ciudadana de todos los materiales de estudio sobre el desvo a la Universidad de Burgos. A
partir de entonces la Universidad de Burgos, consciente del papel que debe cumplir en la sociedad, decidi
iniciar un estudio de viabilidad de la opcin desvo y poner a disposicin de la ciudad la investigacin que
desde distintas reas de conocimiento y desde distintos Departamentos vena desarrollando.
155
su
propia entidad:
asedios,
guerras,
expolios,
bombardeos,
inquietud (BORRADORI, 2004). Este es el poder del miedo. El francs Jacques Derrida
no es ms optimista cuando seala que en el futuro se podan hacer cosas peores [que el
11-S], de manera invisible, en silencio, mucho ms rpido, de manera menos sangrienta,
atacando las redes informticas de las que depende toda la vida (social, econmica, militar,
etc.) de la mayor potencia mundial (MUOZ, 2004).63
Qu cabe hacer contra
el
terrorismo?
Cmo
desechar el sentimiento de
vulnerabilidad
fragilidad
optado
es
una
demostracin de peligrosos
abusos y atentados contra las
libertades fundamentales con
los que se burla el Estado de
derecho,
convierten
la
de
terminar
terrorismo,
liberticida
en
con
un
el
rito
(RAMONET,
2002: 61-62) que seala la ruptura de este nuevo perodo de la historia contempornea
iniciado el 11 de septiembre de 2001, con lo que se ha dado en llamar un sangriento
choque de culturas por numerosos analistas.64
El movimiento de respeto y proteccin de los derechos humanos y del sistema
democrtico, tan fundamental en las ltimas dcadas del s. XX, ha dado paso a un
escoramiento que deriva hacia un Estado policial en el que el incremento de la represin
63 Jacobo Muoz (2004) resea el libro de Borradori en el trabajo titulado Occidente contra occidente.
64 Las torturas, que hemos conocido todos ahora, no son ms que la expresin de que vale todo. El
comentarista republicano Tucker Carlson fue muy explcito en la CNN: la tortura no est bien. Pero el
terrorismo es peor. De modo que, en determinadas circunstancias, la tortura es un mal menor (RAMONET,
2004).
157
El concepto de ciudad como nico lugar del mundo en el que se puede hallar refugio
contra el terror -refugio garantizado por las murallas-, ese concepto de ciudad, ya no
existe. No queda ni el recuerdo. Por el contrario, el terrorismo encuentra en las ciudades el
lugar privilegiado para poner de manifiesto la hipervulnerabilidad y fragilidad. La ciudad,
tomando prestadas una vez ms algunas ideas de Jos Luis Pardo, se ha convertido en el
autntico teatro experimental del riesgo. Slo hay ciudad all donde el riesgo, sin
desaparecer, se torna gestionable (PARDO, 2003; 221).
En la ciudad, en ese espacio de
sombra, se producen los acontecimientos
imprevisibles e inseguros, y sus posibles
soluciones, por lo que es a la vez el lugar del
caos y el lugar de la gestin del caos. A m
no son los acontecimientos imprevisibles,
desproporcionados, irracionales e ilgicos lo
que ms miedo me provoca, no es el riesgo
lo que ms nos preocupa, sino su control, la
vigilancia, la gestin del riesgo por parte del
Estado porque, para llevar a cabo esta
funcin, se hace necesario controlar a la
poblacin. Es previsible que adems de la
Figura 88: Farola con remate de cmara de
"seguridad". (Fuente: la autora)
aumentar el control de los ciudadanos aunque slo sea para disimular la vulnerabilidad de
las ciudades ante este tipo de actos terroristas y matizar la sensacin de desamparo que la
progresiva debilitacin de la proteccin pblica en situaciones de riesgo ha provocado en
la poblacin65. Desde ese momento son ms visibles las medidas que pretenden garantizar
nuestra seguridad. Slo as puede considerarse normal el dispositivo de seguridad
desplegado en Barcelona el 8 de mayo de 2004, cuando se inaugur el FORUM, cuyo
espacio estuvo vigilado por tierra, mar y aire por ms de 4.000 personas. Y solamente as
puede soportarse la Operacin Lazo, que con ms de 20.000 efectivos policiales y la
implicacin directa de las Fuerzas Armadas, convirtieron a Madrid, el 22 de mayo, en la
ciudad ms segura del mundo para que pudiera celebrarse, sin sobresaltos, la boda del
Prncipe de Asturias. Aunque semejante alarde de seguridad pueda ser revelador del grave
deterioro de la misma, y aunque, con el propio despliegue policial y la ocupacin de la
ciudad se produzca un viraje trgico en la percepcin ciudadana, pues tal demostracin de
poder aumenta la sensacin de miedo. Y slo as se entiende que los ciudadanos, antes de
montar en un avin sufran pacientemente la humillacin de ser tratados como potenciales
delincuentes y mostrar sus pertenencias ms personales despus de ser obligados a pasar el
control descalzos.
En los aos veinte del siglo pasado, el propio Walter Lippmann en sus progresistas
ensayos sobre la democracia, describe la fabricacin del consentimiento como una
revolucin en la prctica de la democracia: el control del pensamiento, una prctica
interesada y recurso socorrido de gobierno popular. A travs de lo que en su momento se
denomin propaganda, elaboracin del consenso o creacin de las ilusiones
necesarias, se debera habilitar a una clase especializada para gestionar los intereses
comunes que escapan en gran medida a la opinin pblica. Noam Chomsky explica que
este proceso, aunque opuesto a la democracia, es la esencia de la democracia llegando a
sealar que la propaganda es a la democracia como la violencia a dictadura. Una
propaganda entendida como el control de la mente pblica, el control del pensamiento
en las sociedades democrticas y la consiguiente marginacin del pblico en general
reducindolo a la apata, a la conformidad y pasividad de una forma u otra, lo que a su
juicio es verdaderamente aterrador.
En un reportaje de TV (Achbar and Wintonick, 2003), titulado Manufacturing
Consent. Noam Chomsky and the Media, Chomsky explicaba cmo estas viejas ideas han
influido en los polticos contemporneos, especialmente la versin del moralista y telogo
Reinhold Neighburg, quien en su Moral Man and Immoral Society, define la esencia del
modelo: se parte de que la racionalidad es del observador cabal pero, debido a la estupidez
del hombre medio, no obedece a la razn, sino a la fe. Y esta fe ingenua exige una ilusin
necesaria emocionalmente potente, conseguida a travs de supersimplificacin e iniciativa
de defensa estratgica, suministradas por el creador de mitos para mantener a raya a las
personas corrientes.
No es fcil mantener el poder y, desde antiguo, inspirar temor ha sido un buen
mtodo para lograrlo. Gracias a su propio tnel del miedo, el poder inquisitorial de la
Iglesia y el poder burocrtico del Estado logran controlar esa zona de sombra que es la
ciudad con el control de la opinin y con la instauracin del silencio.
Efectivamente el problema surge cuando el Estado pierde su porra y no puede
controlar al pueblo por la fuerza, porque la libertad suele transformar a la sociedad y
convertir tan curioso y arrogante al pueblo que pierda la humildad necesaria para
someterse a una norma civil. Cuando se puede or la voz del pueblo se hace necesario
controlar lo que piensa y la forma ms comn para conseguirlo es la fabricacin del
consentimiento, del consenso, consistente bsicamente en la creacin de un sistema de
opiniones a travs de los medios de comunicacin que configuran una imagen virtual,
informacin a la que se pliegan las personas indecisas -ya que parece que es la opinin de
la mayora-, por lo que llegan a aceptarla como una imagen real. Con ello se crea un
161
66 De lo que conteci a un rey con los burladores que fizieron el pao (SOTELO, 1984; 214-219).
67 ...e sealadamente que fazan un pao que todo omne que fuesse fijo daquel padre que todos dizan, que
vera el pao; mas el que non fuesse fijo daquel padre que l tena e que las gentes dizan, que non podra ver
el pao (SOTELO, 1984; 215).
68 El retablo de las maravillas (ASENSIO, 1978).
162
otros; alaban lo que los otros celebran, sin entenderlo, por no parecer de menos ingenio o
peor gusto... (SOTELO, 1984; 214).
Es tambin este temor al que hace referencia Elisabeth Noelle-Neumann cuando
analiza la incidencia de la opinin pblica en el individuo, que no es sino el efecto del
control social sutil y difuso, la autocensura de los propios ciudadanos, plegndose de
manera interesada, por apata, por escepticismo, por hipocresa y sobre todo por miedo, al
clima de opinin configurado por lo que aparenta ser el pensamiento o la voluntad de la
mayora (NOELLE-NEUMANN, 1995). Esta propensin hacia el conformismo colectivo
que la autora detect en la dcada de los aos ochenta, al estudiar los comportamientos de
los electores y el fracaso de las encuestas, como un mecanismo de imitacin en espiral -la
espiral del silencio- encierra los mismos principios que la fabricacin del
consentimiento: autocontrol, indiferencia y marginacin de la mayora de la poblacin
como consecuencia de la maquinacin del poder, fenmeno que aunque adopte forma
cambiante en el tiempo siempre tiene como reactor infalible el miedo impuesto desde
quien controla el poder.
Tampoco han faltado nunca las tentativas de censura por parte de los esclavos del
poder. No es casual que en un escenario a lo Blade Runner, donde se ponen de manifiesto
un mundo de hostilidades presidido por el miedo, destaque una idea clave, que Ridley
Scott expresa a travs de uno de los temidos androides. El replicante, al dirigirse
precisamente al hombre de la unidad Blade Runner que lo tiene que eliminar, le espeta
perdonndole la vida: Es toda una experiencia vivir con miedo, verdad?. Eso es lo que
significa ser esclavo.
Reconocemos, pues, que la tctica de asustar a la poblacin para anular cualquier
disidencia no es nueva, pero ahora, como resultado de la globalizacin, la necesidad de un
dominio total del entorno parece haber aumentado. No slo ha aumentado el alarmismo
social motivado por el poder de los medios de comunicacin, sino que se ha incrementado
el miedo real que padecemos los ciudadanos (econmico, laboral, medioambiental,
sanitario, terrorista...), lo que propicia bastante pesimismo (GIL CALVO, 2003). El
atentado de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 ha tenido el efecto de refrescarnos al
mundo entero la utilidad poltica del miedo (CARDONA, 2004).
Coincidimos en la afirmacin de que la guerra preventiva, es decir, el derecho a
recurrir a la violencia en defensa propia contra un ataque futuro, supone el fin de cualquier
esperanza de un mundo de ley y orden (CHOMSKY, 2003). Y se ha convertido en la
preocupacin del mundo entero porque se evidencia que algunas personas poderosas gozan
de una libertad inusual para modelar el futuro. Pero mientras, al mismo tiempo, para el
163
Esta reflexin nos permite afirmar que El juego del miedo y la libertad constituye
un riesgo para la ciudad histrica.
Nos interesa resaltar de manera fundamental los riesgos que comporta el miedo para
la conservacin de la ciudad, nos fijamos en una serie de peligros que acechan a la ciudad
actual y pueden hacer desaparecer la naturaleza y los espacios con significacin cultural,
que son los que permiten interpretar, comprender y disfrutar la historia de la ciudad. Una
historia escrita en la arquitectura de las catedrales y de los conjuntos histricos, y en la
forma y el uso de los espacios pblicos, que constituye la memoria del pasado pero
tambin la capacidad de encarar el futuro.
Con un poder poltico, sumiso al poder econmico o simplemente su cmplice, como
dej escrito con su meridiana claridad Jos Saramago parecera innecesario sugerir que la
estrategia de crear un ambiente de miedo en el que la gente est controlada es la que ms
conviene a los que negocian con la ciudad para dominar mejor a los ciudadanos,
fundamentalmente en tanto que consumidores y generadores de plusvalas (SARAMAGO
2004).
No nos cabe duda de que, aunque el miedo desparrame sus efectos entre todos los
ciudadanos, en la ciudad unas instituciones calculan, computan y procesan el miedo, y
otras se alimentan y negocian con l.
El poder, sea del tipo que sea,
tiene bien amarrado lo que espera de la
sociedad que controla. Lo tiene atado a
travs de un entramado de medios de
comunicacin,
seleccionan,
que
enmarcan,
determinan,
amoldan,
Prez Sanz, recibi el premio Ortega y Gasset de Periodismo 2004. Nadie duda de que esa
imagen influy en el curso de los acontecimientos. Puede servir de ejemplo de la enorme
importancia de los medios de comunicacin en un rgimen de libertades.
Sin embargo, con mayor frecuencia es el temor y el clima de opinin de miedo el
que extiende sus efectos no slo entre los ciudadanos sino tambin entre los poderes
pblicos, el poder empresarial, la Iglesia, la clase poltica, los llamados intelectuales e
incluso entre los periodistas. En realidad quienes ms temen a la opinin pblica no son
tanto los miembros del pblico que la construyen y la comparten, consintiendo o
resistiendo su presin, como los miembros de las instituciones interesadas en beneficiarse
de aquella -o al menos en no ser perjudicados por ella-: el poder, el capital y la prensa
(GIL CALVO, 2003; 41). Este clima de mutuo temor generalizado que todos manifiestan
ante la opinin pblica (tanto la poblacin como las instituciones) es el factor responsable
del poder que se le atribuye.
166
no dominar la
a cabo en los ltimos aos sufragando las obras de rehabilitacin (Diario de Burgos, 221-2004: 12).
Sabido es que esta institucin no slo teme a la crtica sino que tambin tiene miedo
a la ciencia, ahora a la experimentacin con embriones humanos y, en el pasado, a otros
muchos descubrimientos cientficos. No sabemos si esta opcin es consecuencia de una
apuesta por el mantenimiento del desconocimiento. Tambin puede ser que, en realidad, lo
que tiene es miedo a que el cuestionamiento de sus actuaciones le reste algo el poder de
meter miedo para mantener la subordinacin voluntaria a los sistemas de su poder
fctico y la lealtad a sus principios operativos. Por ello, con la ayuda de la Junta de Castilla
y Len, trabaron el mensaje que deriva de la nostalgia por verdades y valores culturales
uniformes, cuyo cuestionamiento slo puede proceder de ignorantes y enemigos de la
ciudad, y pusieron en prctica el viejo refrn cuando las barbas de tu vecino veas pelar,
pon las tuyas a remojar, provocando el miedo de los intelectuales, para neutralizar
cualquier intento de debate y con el fin de preservar la estabilidad de la situacin. El
control de los medios fue suficiente para que
autocensura
funcionara.
Corren
malos
la
censura.
La
presidencia
de
fundamentalistas
frente
posiciones
acomodaticias
ante
cualquier
72 En Espaa, la poltica de fomento para la construccin de viviendas comienza en 1911 con la Ley de
Casas Baratas de 12 de junio, que se derog en 1939, inicindose entonces un nuevo rgimen de proteccin
de la vivienda.
172
Gamonal hacia Burgos, crendose dos segmentos urbanos que se han mantenido
segregados durante dcadas y han hecho de Burgos una ciudad fragmentada: Gamonal y
Burgos (BERNAL, 1996). A pesar de los procesos de reestructuracin del espacio interno
de la ciudad, Gamonal, todava hoy, constituye el mejor ejemplo de la percepcin desigual
que se tiene de las distintas partes de la ciudad, y ha consolidado la dualidad entre la
ciudad rica y pobre; la monumental, digna, bonita y noble, y la popular, obrera, fea,
desordenada y desastrosa. Esta fragmentacin tambin explica los criterios desiguales con
que se interviene en la ciudad, marcados por una fuerte competencia por conseguir mejoras
urbanas, concurso en el que a Gamonal no le corresponde el trato ms favorable, puesto
que por haber sufrido un urbanismo devastador y agresivo no se le concede el derecho ni
siquiera a lo que le pueda dignificar, porque segn se dice ya no tiene arreglo.
En las dos etapas ms significativas del crecimiento urbano de Burgos se opt, pues,
por la dispersin y separacin de las viviendas obreras, lejos del casco de la ciudad. El
fundamento terico de estas decisiones fue el recelo, cuando no el miedo, a los
movimientos obreros, pero una vez procesado ste, aquellas decisiones resultaron ser un
buen negocio: unos calcularon el peligro y lo utilizaron para urdir el consenso y otros
pudieron negociar con l. Con la discontinuidad constructiva en el plano se propici la
creacin de grandes zonas intermedias de reserva de suelo y semejante prctica se
convirti en una forma caracterstica de creacin de espacio urbano en Burgos, con la
consiguiente generacin de plusvalas. Por eso queremos destacar la importancia de la
construccin de Casas Baratas en una ciudad tan pequea como era Burgos, porque
representan el inicio de una estrategia de intervencin pblica en la ciudad mediante una
dinmica de produccin de suelo urbano en la periferia para ganar nuevos espacios, que ha
marcado un patrn de crecimiento urbano, pues de repite en Gamonal y se afianza en la
actualidad, aunque ahora se complica an ms.
La consolidacin de este modelo espacial de segregacin a lo largo de todo el siglo
pasado es el que explica los nuevos crecimientos urbanos perifricos por los que la ciudad
se desparrama actualmente, a travs de numerosos fragmentos de urbanizaciones que
salpican los bordes de los ncleos rurales prximos a Burgos. Estas urbanizaciones de
viviendas unifamiliares se orientan a satisfacer una demanda de familias de clase media,
tanto conservadoras como de izquierdas, a las que la fabricacin del consenso ha
convencido de que realizan la eleccin ms acertada de su vida al huir de la ciudad y
alejarse de sus males intrnsecos, entre los que se incluyen los problemas de seguridad -la
falta de seguridad- y el del trfico: el temor a la contaminacin y al estrs. Nuevamente el
miedo, el peligro que acecha, esta vez, a los ciudadanos y nuevamente se observa la
174
utilizacin del miedo para negociar con la ciudad. Si ayer la casa propia con jardn se
apoyaba como un mtodo eficaz contra los intentos revolucionarios siguiendo las
directrices de la doctrina catlica, hoy se defiende siguiendo otra doctrina, la ecologista,
que no ha hecho sino extender los males detestados de la ciudad a todo el espacio que an
quedaba sin construir.
La ltima dcada del siglo XX supone el triunfo de las estrategias que permiten
continuar con el negocio inmobiliario a travs de mecanismos que hagan posible seguir
construyendo un mayor un nmero de viviendas para un nmero cada vez menor de
habitantes. El Plan Especial del Centro Histrico (PECH, 1995) y la Revisin del PGOU
(1999), definen perfectamente lo que es el juego en el que la ciudad se vaca y se vuelve a
llenar, en virtud de la creacin de nuevas necesidades de vivienda, dirigindolas unas
veces hacia la periferia y otras hacia la ciudad consolidada. Hoy conviven dos tendencias.
Por un lado, la que valora la naturaleza y la vida fuera de la ciudad: a esta dinmica
obedece la fuerte expansin del mercado de viviendas unifamiliares y las nuevas formas de
creacin de ciudad, con la construccin de centros comerciales adecuados a los nuevos
modos de vida, que son a la vez espacios de ocio. Esta valoracin de la privacidad del
espacio frente al carcter colectivo de lo pblico ha provocado modificaciones importantes
en el uso de la ciudad tradicional. Por otro lado pero al mismo tiempo, se produce una
mayor valoracin del patrimonio cultural con lo que, paradjicamente, asistimos a una
acentuacin de la reivindicacin de la ciudad como espacio de uso colectivo y la
recuperacin de la calidad de vida urbana. Son dos tendencias contrarias y simultneas
pero responden a mecanismos diseados por la promocin inmobiliaria, que ha elegido
actuar en la periferia unas veces, y que ahora ha decidido retomar el centro histrico. Eso
es lo que explica la reactivacin de la estrategia de provocar el abandono del centro
histrico de la manera ms rpida y eficaz posible, para, una vez vaco, proceder a su
rehabilitacin o renovacin, que permita ser retomado como lugar de residencia por la
poblacin que abandon la ciudad para ir a vivir a un adosado en las afueras. Dos
movimientos para los que tambin funciona el miedo. Y se aprovecha.
El miedo que se ha puesto en juego en el centro histrico en los ltimos aos
coincide con la maniobra de la que hablamos. El mensaje de que la ciudad tradicional se
ha vuelto insegura para vivir ha tenido gran xito para quienes ofrecen espacios de
seguridad en las urbanizaciones privadas y en los centros comerciales. Pero el mercado,
atento siempre a las tendencias de la demanda, ha visto que el patrimonio cultural fertiliza
la propiedad inmobiliaria, por lo que tambin quiere usar el espacio central de la ciudad,
que se ha quedado viejo, y aprovechar las plusvalas del patrimonio, diseando una nueva
175
ciudad histrica. Para que al poder econmico le sea rentable, esta tctica ha de realizarse
vaciando el centro histrico de contenido lo ms rpidamente posible aunque para ello
haya que utilizar mtodos de mobbing inmobiliario tan descarados y radicales como los de
los asustaviejas, la guetizacin de viviendas inducida por los propietarios o los
incendios provocados, que merecen la
crtica
reprobacin
de
los
personas
mayores,
marginal.
Adems,
el
gobierno
municipal,
sumiso
y/o
sofisticado
sutil,
pero
conforme
derecho:
la
176
Bakimet. Todo ello era de tal magnitud operativa y de tanto coste econmico y social que
precisaba un esfuerzo contundente para que pudiera llevarse a cabo en un plazo breve.
Todo este operativo slo poda llevarse a cabo desde una institucin pblica y de prestigio.
En esta dialctica se enmarca y se entiende mejor la estratgica apuesta de la Universidad
de Burgos para acelerar el desencadenamiento de los procesos de solucin y limpieza de
estos factores negativos que
haban impedido el crecimiento
de esta rea del oeste de la
ciudad. Ms all de la solucin
de los problemas era necesaria
una limpieza de imagen. Haba
que quitar el miedo.
Las instituciones y los
Figura 92: Nuevas promociones de viviendas rodean la
Facultad de Humanidades. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
medios
de
comunicacin
73 La comunidad universitaria solicit al Ayuntamiento en varias ocasiones la aceleracin del proceso Los
estudiantes piden que se acelere la integracin del poblado gitano de Bakimet (Diario de Burgos, 27-21997).
179
para ello se recurre al mensaje del miedo, como sucede con el poblado de Bakimet, o bien
se elige no desvelarlo y desviar la atencin del pblico ante una realidad, mantenindola
oculta para no perjudicar a los inversores que estaban construyendo un nuevo barrio en
este sector de la ciudad. Son dos maneras distintas de actuar y de manejar el miedo que
facilitan de igual manera los negocios inmobiliarios. Propagar y contagiar el miedo con
malas
noticias
que
se
han
cargados
para
que
de
la
elaborado, por los ciudadanos, los reclusos, los peregrinos y los universitarios (MOYA,
1996). Qu diferente de la poltica de superencarcelamiento de California y cunto le
gustara a Mike Davis conocer estas propuestas explicadas por Mario Gaviria desde la
Universidad de Burgos! La crcel podr quedarse incorporada junto a los terrenos
cientfico-tecnolgicos. Hay que entender que en el futuro de la sociedad espaola las
mejores crceles, las menos malas, sern aquellas urbanas en las que los reclusos y los
funcionarios puedan entrar y salir con escasos desplazamientos. Recurdese que el tercer
grado permite trabajar fuera de la crcel y volver a dormir a ella. Cada vez ms, las
crceles espaolas deberan ser, como las holandesas, crceles cada vez ms abiertas; de
hecho lo estn siendo. La cohesin social que Espaa mantendr en el futuro evitar las
grandes fracturas y las grandes desigualdades. Hay que tener en cuenta, adems, que la
tradicional sociedad castellana y burgalesa tiene un bajo ndice de delincuencia
(GAVIRIA, 1996: 19). En las atractivas previsiones los autores del citado plan, sealan
que la formacin a los reclusos, no slo intelectual sino tambin fsica, se puede ver
beneficiada por la utilizacin de las instalaciones universitarias. Y si en un futuro, con la
desaparicin de la crcel, sus instalaciones se vieran transformadas en un centro de
peregrinaje, los romeros de Santiago podran utilizar cmodamente los campos y canchas
universitarios. Tanto con un uso carcelario como de centro de peregrinaje, podra
utilizarse cmodamente la zona deportiva colindante, en la misma orilla del ro (MOYA,
1996).
El efecto de integracin de los presos en el planeamiento universitario no puede
considerarse obviamente un error de diseo sino una estrategia socio-espacial deliberada,
dispuesta al uso de un urbanismo de camuflaje que disimule la crcel, lo que pone de
relieve la existencia de un conflicto por el uso del suelo en el que la prisin no hace sino
entorpecer la buena marcha del negocio para las urbanizaciones que ya estaban
proyectadas en su entorno. La referencia a la crcel nos conduce a una nueva reflexin
sobre las contradicciones de la ciudad actual, denunciados por Mike Davis si los edificios
y las viviendas cada vez tienen ms apariencia exterior de prisiones o fortalezas, las
crceles, paradjicamente, estn adquiriendo la naturaleza arquitectnica de objetos
estticos (DAVIS, 2003: 221).
Ahora bien, este paraso que se describe derivado de la implantacin y desarrollo de
la Universidad de Burgos solo sera posible una vez desaparecidas las disfunciones
medioambientales nefastas. En este marco se explica que el Rector presentara ante el
Ayuntamiento de Burgos en noviembre de 1996 un documento con 18 alegaciones al
planeamiento que entonces se redactaba para la ciudad, con la pretensin de alcanzar la
181
correcta solucin de las sombras para hacer realidad un barrio de alto nivel. Quizs fuera
ste el verdadero objetivo de lo que planteaban el arquitecto Luis Moya y el socilogo
Mario Gaviria y no el desarrollo de un campus universitario. Utopa imposible de realizar
pues la utilizacin del mensaje mil veces repetido del objetivo de la Universidad de
realizar un campus nico ha generado tal vorgine constructiva que el espacio donde se
pretenda materializar ese campus nico se encuentra hipotecado precisamente por el
desarrollo de planes parciales con un elevado nmero de viviendas que se venden en la
mejor zona de Burgos, en la zona de la Universidad. El lema campus ha actuado como
una palabra mgica, autntico talismn, con tanta significacin que simplemente al
exponerlo pblicamente ha convertido el proyecto en algo imposible de realizar porque
sus ventajas se las ha apropiado el capital inmobiliario.
La opcin de crear un campus nico en la zona de San Amaro-Hospital del Rey con
el traslado de las actividades universitarias del Polgono del Vena al nuevo sector, adems
de provocar numerosas crticas, que aparecen en la prensa, sobre el carcter especulativo
de la operacin, indican la participacin activa de esta institucin en el proceso de
reorganizacin urbanstica al que nos referimos. El titular La gran complejidad de un
proyecto a largo plazo recoge las declaraciones realizadas al peridico por el Vicerrector
de Infraestructuras: Est claro que no tenemos presupuesto para construir una nueva
Politcnica si no se recalifica el terreno de Vign [Polgono Docente] para viviendas
(Diario de Burgos, 8-12-1994). Semanas ms tarde el Director de Diario de Burgos en su
Entrevista con el Rector de la Universidad", destaca de forma explcita su preocupacin
por el supuesto movimiento especulativo como consecuencia del anuncio del campus
nico y del incremento del valor de los terrenos en el entorno del Hospital del Rey (Diario
de Burgos, 29-1-1995). Esta decisin es un proceso que, debidamente alimentado por la
prensa, fue cada vez ms cuestionado por la opinin ciudadana que criticaba Negocios
alrededor del campus, (Diario de Burgos, 16-1-1997). En realidad la estrategia de los
agentes urbanos trataba de lograr un buen negocio, pero no fue posible para todos. Los
empresarios promotores de la construccin de viviendas, que contaban con obtener suelo
barato en el Polgono Docente del Vena (considerado suelo pblico) mostraron su
contrariedad al conocer la operacin especulativa de la Universidad de Burgos y el
elevado precio que la institucin pensaba obtener al determinar que la venta de los
terrenos haba de servir para financiar las obras del nuevo campus de San Amaro. Sin
embargo los propietarios de suelo en el sector de San Amaro, vieron colmado su deseo
con la opcin de la institucin universitaria, al poner a su disposicin la idea de llevar
182
hacia ese sector una actividad prestigiosa capaz de dar visibilidad a una zona que haba
permanecido en sombra demasiado tiempo.
La Universidad de Burgos, pues, se ha manifestado como el instrumento ms eficaz
para vender ciudad porque ha podido eliminar el miedo y cambiar la imagen del lugar.
Hoy en ese sector se comercializa con la imagen del espacio pblico, con la idea-fuerza de
la cultura como factor positivo.
La paradoja es que, habiendo burlado la sensacin de miedo de manera tan ventajosa
para la inversin inmobiliaria, el propio campus universitario constituya hoy uno de los
espacios del miedo. A ciertas horas y en ciertas pocas los propios espacios de la cultura y
del saber, los lugares de trnsito y comunicacin entre las distintas instalaciones
universitarias dan miedo, son espacios de desolacin y peligro. Estn vacos.
185
186
De los mismos temas pueden verse, de manera ms pormenorizada, las siguientes referencias: BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa (1998): Aproximacin al fenmeno del fachadismo en Espaa, en Le
Faadisme dans les capitales europennes. Analyse du phnomne et rflexion sur lattitude adopter,
Bruselas, indito.BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2001): La conservacin del patrimonio como
causa de la profunda e irremediable transformacin urbana, en MANERO FERNNDEZ, Fernando:
Espacio natural y dinmicas naturales, Valladolid, Universidad de Valladolid, pp. 575-588. BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa (2001): La ambigedad cultural en la proteccin del patrimonio urbano. El
fachadismo, en LAFUENTE, M Isabel (coord.), Los Valores de la ciencia y la cultura, Len, Universidad
de Len, pp.533-542. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2001): Le faadisme actuel en Espagne: un
problme durbanisme et de patrimoine, en CARR, Dominique (ed.): Faadisme et identit urbaine, Pars,
Centre des Monuments Nationaux / ditions du Patrimoine, pp. 76-79/262- 265. BERNAL SANTA
OLALLA, Begoa (2001): Cambio de uso y crisis de los centros histricos, Seminario Internacional de
Ciudades Histricas Iberoamericanas, Toledo, Comit Nacional Espaol de ICOMOS, pp. 67-71. BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa (2002): El futuro de Burgos: de ciudad histrica a ciudad escaparate, en
LAVADO RODRGUEZ, Fabin (coord.): Mrida, ciudad y patrimonio, Revista de Arqueologa, Arte y
Urbanismo, vol. 4-2000, Mrida, Consorcio Ciudad Monumental Histrico-Artstica y Arqueolgica de
Mrida, pp. 109-119. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2002): El patrimonio urbano del s. XXI en
Burgos: entre el fachadismo del Centro Histrico y la magia de Atapuerca, en FERNNDEZ GUTIRREZ,
Fernando, PUMARES FERNNDEZ, Pablo y ASENSIO HITA, ngeles (eds.): Turismo y
Transformaciones Urbanas en el siglo XXI, Almera, Universidad de Almera, pp. 467-479. BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa y MARTNEZ ARNIZ, Marta (2005): Una mirada actual al comercio de
Burgos: Cambios de orientacin y transformaciones espaciales, en PEA PREZ, F. Javier y PAYO
HERNNZ, Ren (coords.): Historia del comercio de Burgos, Burgos, Federacin de Empresarios de
Comercio de Burgos, pp. 355-378.
187
Espaa. Esta ley consagraba la intervencin directa del Estado pues estableca el
principio de sujecin de todos los bienes integrantes del Tesoro cultural a la tutela y
proteccin del Estado y la paralela obligacin impuesta a los propietarios o titulares de los
mismos.
Los avances de esta ley no se han valorado, tal vez porque fue sustituda al poco
tiempo por la de 1933. Pero merece destacarse que dos criterios esenciales de la misma se
adelantaban en el tiempo a los principios formulados por la Comisin Franceschini del
parlamento italiano en 1966 sobre la famosa teora de los Bienes Culturales, desarrollada
por Massimo Giannini, que han sido considerados pioneros a nivel internacional en
materia de conservacin del patrimonio.
Me refiero, por una parte, a la determinacin del valor cultural de un objeto como
elemento definidor de la proteccin de un bien; y, por otra parte, como la Comisin
Franceschini dej muy claro aos despus, a la obligacin por parte de los individuos igual
que por parte del Estado de proteger, conservar y respetar los Bienes Culturales.
La Ley de 1933, de 13 de mayo, sobre Defensa, Conservacin y Acrecentamiento del
Patrimonio Histrico Espaol, nace como una medida urgente ante el proceso de deterioro
y desaparicin del patrimonio inmueble que se estaba produciendo, pero supone un
retroceso respecto de la ley de 1926, sobre todo, por lo que atae a las ciudades puesto que
establece una divisin de los bienes inmuebles en dos categoras, monumentos, en los que
se incluyen los conjuntos urbanos, lo que ha originado la monumentalizacin de los
conjuntos histricos, y yacimientos arqueolgicos.76
En el largo periodo de la dictadura de Franco cabe destacar el Decreto de 22 de julio
de 1958, dos aos despus de la primera Ley del Suelo, de 1956, en el que se incorpora el
concepto de entorno a la legislacin espaola y las Instrucciones para la defensa de los
Conjuntos Histrico-Artsticos aprobadas en los aos sesenta.
El nuevo sistema democrtico iniciado a final de 1975 permiti una transformacin
social que se plasma en la promulgacin de la Constitucin Espaola de 1978. En ella, en
su Artculo 46, se estipula que Los poderes pblicos garantizarn la conservacin y
promovern el enriquecimiento del patrimonio histrico, cultural y artstico de los pueblos
de Espaa y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su rgimen jurdico y su
titularidad. La ley penal sancionar los atentados contra este patrimonio.
La utilizacin del sintagma patrimonio cultural es muy importante para los bienes
inmuebles pues indica una superacin del concepto de monumento como objeto singular
76
Para conocer la devastacin del patrimonio en Espaa es interesante el libro de MERINO DE CCERES,
Jos Miguel y MARTNEZ RUIZ, M Jos (2012): La destruccin del patrimonio artstico espaol, Madrid,
Ediciones Ctedra.
189
deben estar
77 Este mismo ao, como ya se ha dicho m Espaa firma la Convencin del Patrimonio Mundial Cultural y
Natural de la UNESCO (1972) y comienza la redaccin de la Ley del Patrimonio Histrico Espaol,
aprobada en 1985.
192
Es cierto que en una primera etapa, hasta final de los aos ochenta, el avance se not
en las ciudades, pero desde entonces hasta la primera dcada del siglo XXI se ha
producido un proceso totalmente contradictorio. Por un lado todas las ciudades quieren ser
diferentes y tener algo especial que las caracterice, para lo que se dotan de equipamientos
de calidad -auditorios, palacios de congresos, museos, etc- con los que intentan conseguir
una imagen de marca, como novedad. Al mismo tiempo se procede a realizar una
adecuacin de los espacios histricos a los que se otorga la funcin de permanencia a
travs del mantenimiento de la imagen del espacio pblico.
El resultado de este doble proceso de novedad y permanencia es la prdida de
identidad cultural, la prdida de autenticidad y la sensacin de que vamos caminando de
manera irremediable hacia la globalizacin absoluta, caracterizada por la uniformizacin y
el paisaje nico.
Pretendemos reflexionar sobre la realidad urbana y las transformaciones que definen
la etapa entre dos siglos a travs del anlisis de los centros histricos de las ciudades
espaolas lo que nos permite sealar las enormes contradicciones a que estn sometidos en
unos momentos, en los que tras muchos aos de olvido y abandono se ha puesto en marcha
el planeamiento especial.
Intentamos recapacitar sobre las estrategias urbanas que se producen en los centros
histricos y que son el reflejo de una profunda crisis que afecta a toda la ciudad. Es
evidente que la nueva etapa postindustrial, los cambios econmicos y la evolucin de las
formas de vivir y de trabajar, han creado nuevas necesidades, ante las cuales parece existir
una cierta incapacidad de crear nuevas formas arquitectnicas y, sobre todo, una gran
dificultad para definir la ciudad del maana. Quiz slo sea un fenmeno pasajero, pero es
un mal momento para la conservacin del paisaje y de la cultura urbana heredada, por eso
hablamos de crisis de los centros histricos.
Una cara de las importantes transformaciones que afectan a la organizacin de la
ciudad es el fachadismo como fruto de una ideologa esteticista cuyos principios son la
imagen, el juego, la diversin y la ficcin (AMENDOLA, 2000).
El fachadismo afecta a una parte de la ciudad, la zona histrica, donde la cultura, el
patrimonio construido, se considera como recurso productivo. Pero las leyes del mercado
que controlan y disean el espacio de la ciudad no slo aprovechan el espacio heredado
sino que tambin fabrican nuevos productos culturales para lo que se hace preciso crear un
nuevo patrimonio para el nuevo milenio, a cuyas construcciones se les da el mismo
nombre mgico del patrimonio ms preciado, se les llama las nuevas catedrales en las que
193
preocupa la imagen.
El
resultado
de
la
apropiacin econmica del espacio, la pugna de usos y de nuevas funciones en las zonas
histricas heredadas, ha provocado su crisis y ha puesto en crisis tambin el concepto
mismo de patrimonio como bien colectivo, como un bien social de inters cultural, tal
como indica la figura legal BIC.
Nunca se haba valorado tanto el patrimonio por los ciudadanos, nunca hasta ahora
se invirtieron tantos recursos econmicos pblicos para rehabilitacin y revitalizacin de
los centros histricos, ni se haban realizado planes especiales de conservacin, pero nunca
habamos asistido a un fenmeno semejante de intervenciones, aparentemente destinadas a
la preservacin, cuyos resultados son la desaparicin absoluta de la identidad fsica
(fachadismo arquitectnico), paisajstica (fatua transformacin de los espacios pblicos) y
cultural (ridcula trivializacin de la herencia histrica) de los lugares histricos de los que
desaparece la vida ciudadana, y las funciones quedan reducidas a una mera escenificacin
(SUREZ-INCLN, 1999).
194
Este trmino hace fortuna a partir de 1988 cuando lo utiliz pblicamente el escritor
belga Jean-Luc Outers en el peridico Le Soir como la expresin usada para definir un
modo de actuar, nacido en Bruselas a iniciativa del mercado inmobiliario.78 El historiador
canadiense Dinu Bumbaru fue el primero que analiz el nuevo concepto cuando era
Director General de la Fundacin del Patrimonio en Montreal, asocindolo a un
espectculo de grandes muros apuntalados a travs de los cuales se puede ver el cielo. Este
neologismo, es considerado por l como un intento de poner en valor el patrimonio, que
paradjicamente resulta de una conjuncin de factores ajenos a la conservacin, tales
como la especulacin inmobiliaria, la legislacin, las normas, las prcticas del urbanismo,
la formacin y compromiso de los implicados como arquitectos, constructores, y la
poblacin.
Todos estos aspectos son los condicionantes de la prctica del fachadismo. La idea
de aunar una nueva utilizacin de las edificaciones histricas y conservar el patrimonio ha
sido fruto del consenso con la sociedad, porque la reutilizacin adaptativa de edificios
histricos no se puede hacer sin
dolor (BUMBARU, 1989). En
1993, la prctica de fachadismo
se analiz en un dossier titulado
Le faadisme: conservation ou
bruxellisation
(ICOMOS,
78 Otros artculos reseables de este peridico son los de VANTROYEN, J-CL. (1990): La ville est un
dcor, Le Soir, 27 de marzo, y (1992), Ce Bruxelles en trompe-loeil, Le Soir, 30 de diciembre.
195
lograr una definicin crtica y, por lo mismo, a la banalizacin del concepto (SIMEONE,
1996).
Se trata, en principio de dar solucin a los problemas derivados del fenmeno de
renovacin de los barrios urbanos porque stos estn constituidos por unas estructuras
permanentes -el viario y el parcelario que constituyen la trama de la ciudad y la referencia
para la edificacin- y por los edificios que son destruidos y reconstruidos segn su
degradacin o simplemente por cambios en el gusto y necesidades de sus propietarios.
La renovacin de las edificaciones por sustituciones puntuales ha funcionado a un
ritmo mucho ms rpido que las eventuales transformaciones de calles y parcelas, que
tienden a permanecer de tal manera, que frecuentemente se puede apreciar en una misma
calle, de traza medieval, por poner un ejemplo, el desfase cronolgico absolutamente
pintoresco entre sus caractersticas y el diseo de los inmuebles.
Esta descompasada diacrona propia del paisaje urbano ha generado fuertes
contrastes entre la concepcin del trazado y los edificios elevados, en una cacofona
imposible de leer. Ante esta realidad parecera lgica la existencia de una reglamentacin
especfica, pero la proteccin de un edificio histrico es un concepto que en trminos
legislativos no tiene ms de un siglo.
Evidentemente existen algunas actuaciones que suelen considerarse precedentes. En
su Trait de la police, Delamare en el captulo titulado En quels cas lon peut defendre
aux propritaires de dmolir leurs maisons, manifiesta que la belleza de una ciudad
consiste principalmente en la belleza de sus casas. Las viviendas por s mismas son objetos
que fijan, afianzan, el privilegio de la decoracin del espacio pblico, y en consecuencia la
polica tiene derecho a oponerse a los cambios que causaran una deformacin sensible
(DELAMARE,1738). Esta misma prohibicin de cambiar las formas antiguas originales de
ciertas viviendas fue aplicada al mismo tiempo por voluntad de Luis XIII para proteger las
plazas reales, de los Vosgos y Dauphine, edificadas por su padre. La proteccin de las
fachadas de los edificios de Pars comienza por la uniformidad centenaria entre ellas y por
la conservacin de las repeticiones voluntarias. La proteccin de las ordenanzas
arquitectnicas existentes se extiende a la calle Royal y a la calle de Rivoli.
En 1909, a propuesta del subsecretario del Estado de Bellas Artes se instituye una
Comisin Interministerial para centralizar la accin de diversos servicios encargados del
mantenimiento de las perspectivas monumentales de la ciudad de Pars. Esta iniciativa
surgi como protesta contra un decreto de 1902 -inspirado por Louis Bonnier- por el que
se autorizaba alturas ms elevadas y resaltes o voladizos ms importantes para los
inmuebles que los autorizados por los reglamentos precedentes. Este cambio provoc un
196
debate pblico sobre la belleza de Pars y con l comenz realmente la lucha contra la
destruccin de los barrios histricos parisinos y contra la construccin de edificios muy
modernos en los barrios antiguos. Se consideraba suficiente catalogar algunos conjuntos de
inmuebles caracterizados por su armona y algunos espacios pblicos. Finalmente la
propuesta de la Comisin de 1909 consistira en catalogar algunas calles y ciertas plazas
como una categora de monumentos.
Ms tarde la catalogacin de bienes inmuebles recogida ya en una ley, en 1913, se
orient a la proteccin de las perspectivas monumentales. De acuerdo con ella, las
ordenanzas
arquitectnicas,
protegan
el
aspecto
exterior
de
los
inmuebles,
seguida
de
una
culturales
los
como
instrumentos
han regulado o reprimido. En otros casos, como sucede en Lisboa, despus de haber
sufrido este proceso, han conseguido controlarlo. A la vista de que este sistema se ha
198
en
proteccin
la
legislacin
del
sobre
patrimonio
Con lo sealado hasta aqu podemos deducir que este sistema nace intelectualmente
como resultado de la gran contradiccin que surge cuando se enfrentan dos ideas
necesarias, la renovacin de las funciones de los barrios histricos y la preservacin del
aspecto de su carcter histrico.
El arquitecto francs Pierre Pinon considera que el fachadismo lo invent en Pars en
1941 Jean-Charles Moreux, aunque no le diera ese nombre, al abordar una solucin para
las islas insalubres en los barrios histricos. Su propuesta era realizar una recualificacin
histrica en los barrios situados en el recinto de Fermiers Gnraux despus de aplicar el
sistema de destruccin de los interiores de los edificios, conservando sus fachadas,
precedido de un legrado de esas islas para lograr la aireacin e insolacin gracias la
apertura de pequeos jardines y espacios libres generados con la operacin (PINON,
1996).
Se puede considerar que el fachadismo es una reinvencin de ese tipo de
preservacin parcial que, al no poder salvar todo el inmueble, al menos salva lo que se
considera la esencia, la fachada urbana de la arquitectura, aquella que se ve desde la calle
principal.
La capacidad para disear fachadas de los arquitectos de las dcadas 1960 y 1970 ha
sido tan pobre y escasa, y los ejemplos catastrficos tan abundantes, que el fachadismo se
lleg a considerar una suerte de progreso, especialmente porque se planteaba como una
solucin excepcional. No obstante, en los aos 1990 los mismos que haban defendido esta
prctica de conservacin, fueron quienes empezaron a condenar el fachadismo que haban
promovido veinte aos antes, sealando los perjuicios de transformar los edificios en
simple decorado urbano. Aunque,
como afirma Pinon, el rechazo del
fachadismo no pudo ser el resultado
de una concienciacin en tan poco
tiempo, verdaderamente el abuso del
fachadismo haba dejado ver ya sus
defectos
Figura 98: Bruselas. Nuevo edificio de oficinas con la
fachada primitiva como antifaz. (Fuente: la autora)
ms
sensibles.
banalizacin
ofreca
perniciosos.
Posiblemente
Su
resultados
la
misma,
para
confrontar
experiencias,
la
economa
de
mercado
se
haba
instituciones
provocando
Figura 99: Lisboa. Edificio de viviendas
convertido en sede bancaria. (Fuente: la
autora)
culturales
destrucciones
de
abusivas
prestigio
y
la
explorar las causas y las diferentes formas de realizacin de este fenmeno, as como las
medidas y los mtodos de conservacin en los distintos pases Para ello era necesario
comprender la dimensin histrica del fenmeno y la legislacin en vigor sobre proteccin
del patrimonio arquitectnico y urbanstico. Era preciso identificar las posturas y la
responsabilidad de cada categora profesional en la prctica de este fenmeno de
fachadismo, lo cual result factible en un mbito reducido como en el que estbamos en
este taller. Haba que definir el buen uso del patrimonio como la capacidad de hacer
posible a la vez la adaptacin a las necesidades de evolucin de las capitales europeas
teniendo en cuenta el valor histrico de un edificio y la capacidad de integrar un programa
de reutilizacin del mismo. Todo ello para desterrar los principios adoptados por los
79 Este taller de Bruselas adems de los representantes del Ministerio de Cultura Francia y de Blgica,
reuni a especialistas conservadores, arquitectos, urbanistas, socilogos, historiadores, economistas,
responsables de la gestin del patrimonio, de la administracin pblica local y territorial, promotores y
constructores, de Alemania, Croacia, Espaa, Finlandia, Gran Bretaa, Hungra, Italia, Letonia, Lituania,
Portugal, Rusia, Estados Unidos y Canad (cuyo representante fue el citado Dinu Bumbaru).
202
de
establecerse
recomendaciones
sensibilizacin
para
lograr
tanto
gobernantes
que
decisiones,
como
las
la
de
los
toman
las
de
los
ciudades
histricas
de
los
profesionales de la formacin de
arquitectos. Tambin se tuvo en cuenta la dimensin ciudadana ya que han sido los
habitantes, los que primero manifestaron sus preocupaciones y quejas ante la destruccin
del patrimonio.
Es evidente que al analizar los mtodos de conservacin de los conjuntos histricos,
el empleo de las prcticas de fachadismo no puede ser considerado como un mtodo de
proteccin, ni como una etapa en la evolucin y progreso de las ideas conservacionistas,
sino meramente como un compromiso provisional, aunque en Espaa siga utilizndose en
el siglo XXI, porque como dice el tpico, nada es ms duradero que lo provisional.
Reproduzco aqu las reflexiones que present a la reunin de Bruselas, como inicio
de un planteamiento de aproximacin al fenmeno del fachadismo en Espaa. Es preciso
sealar que en ese momento en Espaa prcticamente no se conoca este neologismo.
Como mucho, para algunos profesionales del entorno universitario era sinnimo de pintar
203
las fachadas, de darles una mano de pintura, cosa que entonces se estaba produciendo en
muchas ciudades, como Burgos.
En 1998 partimos de la consideracin del fachadismo como un fenmeno aplicable a
ciertas intervenciones que se efectan en una parte determinada de la ciudad como es su
centro histrico. Evidentemente surge
como consecuencia de un intento de
mantener una imagen urbana que se
valora positivamente, por lo que se
considera que debe ser objeto de
preservacin,
aunque
oculte
una
que
solamente
afecta
solamente
se
consideraba
patrimonio
Todo ello explica que en muchas ocasiones no exista continuidad en las realizaciones
sociales porque no se ha entendido la ciudad como el resultado de una historia continuada,
y slo se han protegido las herencias de un periodo aislado.
204
205
necesidades del capital, que se apropia del valor de centralidad, sobre las necesidades
sociales. Lo perverso del fachadismo es que el proceso de transformacin-mantenimiento
del aspecto externo del edificio, no responde a las necesidades de la poblacin que habita
esos inmuebles, sino que responde a criterios de rentabilidad econmica y eso provoca un
desequilibrio desde el punto de vista patrimonial por
no ser el resultado de un proceso lgico en el
transcurso de la evolucin social de la ciudad.
Entendemos el patrimonio urbano como la
expresin de la vida social y cultural de sus
habitantes, por eso si se habla de preservar el
patrimonio habr que conservar tipologas y tambin
el tejido urbano y, no slo eso, sino que la identidad
del barrio tiene que reconocerse, y esto est
relacionado con las caractersticas sociales, con la
poblacin que lo vive; la peculiar fisonoma (que es
consecuencia del pasado, de la historia de la ciudad)
Figura 103: Museo de Ciencias, en
Cuenca, detrs de la piel de un edificio
histrico. (Fuente: la autora)
207
no se vive, est muerto y slo es usado por los turistas, como un museo, arqueolgico, de
obras arquitectnicas y de ambientes urbanos.
La ciudad es el resultado de un proceso
dinmico que le otorga la vitalidad de su
poblacin. Mientras la ciudad evolucion a lo
largo de la historia continuada, de acuerdo con
esa vitalidad cuya consecuencia ha sido un
proceso de modificaciones importantes que se
superponen a lo largo de los siglos y que hoy
valoramos como huellas patrimoniales de esa
memoria
histrica,
nadie
hablaba
de
fachadismo.
Hoy, frente a esta situacin, en Espaa
existen algunas tendencias que consideran que
la preservacin del patrimonio quizs se pueda
lograr si se compatibilizan los intereses de todos
Figura 104: Burgos. De mercado de ganado
de San Amaro a residencia universitaria
Camino de Santiago (Fuente: la autora)
rehabilitacin de viviendas destacamos la que entiende que hay que encontrar nuevos
espacios de habitabilidad que recojan las transformaciones urbanas, sociales y econmicas
de una sociedad viva, a partir de la realidad anterior ms que la defensa y mantenimiento
de las situaciones previas. Lo positivo sera encontrar el eslabn entre las herencias del
patrimonio y los valores propios de la modernidad urbana para lograr una confluencia
inteligente y realista que represente el encuentro, la continuidad entre lo nuevo y la ciudad
histrica.
Esto, que era hasta el siglo XX un proceso espontneo, debemos ser capaces ahora
de contemplarlo en el planeamiento urbano (BERNAL, 1998a).
Para preparar mi participacin en el Coloquio de Pars, con el tema Faadisme et
identit urbaine pude disponer de algunas referencias bibliogrficas de Espaa en las que
se utiliza el trmino fachadismo desde pocas tempranas y que anteriormente no haba
conseguido encontrar. Si esta palabra vio la luz pblica en las pginas de un peridico
belga, Le Soir, 1988, en Espaa un ao despus, 1989, tambin fue un peridico, cataln,
Diari de Barcelona, el que lo da a conocer al pblico con el artculo de Llus Grassot
autor de la biografa Cobius, el restaurador titulado Sodomia arquitectnica en el que
demuestra su inters por el patrimonio y realiza una dursima crtica a los profesionales de
208
rgimen,
consigui
autntico
pero
no
desarrollar
debate
de
se
un
tipo
ese momento. Pero a pesar de una nueva sensibilidad hacia el pasado, que aada al inters
por los monumentos la valoracin de los centros histricos, el debate terico no lleg a
producirse.
La renovacin poltica y social que se produjo con la Constitucin de 1978 se
manifest en la transformacin de la arquitectura en Espaa como consecuencia de un
aumento considerable de actuaciones pblicas, de reforma urbana, de vivienda social y
dotacin de equipamientos. La formacin de un nuevo Estado Autonmico hizo
imprescindible la disposicin de equipamientos para el desarrollo del poder y de la
administracin de las Comunidades Autnomas. No fue casualidad que en principio la
nueva administracin democrtica decidiera reutilizar inmuebles relevantes y de valor
histrico, que se encontraban sin uso, puesto que en la sociedad haba prendido la
revalorizacin cultural de la ciudad. Una parte importante de las obras ms significativas
80 Aunque el texto de mi trabajo presentado en el Coloquio de Pars se redact en 1999, la publicacin del
mismo se realiz en 2001 a cargo de CARR, Dominique (ed.): Faadisme et identit urbaine, Pars, Centre
des Monuments Nationaux / ditions du Patrimoine.
209
poder
convertidos
en
Es
preciso
sealar,
no
210
81 Mutilado y violado en plena va pblica, abre resignado sus brazos en cruz, con el rostro encarado a la
mtica montaa de Montjuc, mientras es sodomizado desvergonzadamente, a la vista de todos, por otro
edificio ms joven, ms corpulento y mucho ms feo que l.
211
212
caractersticas
de
los
barrios
populares.
la
declaracin
de
Inters
Cultural
otro
instrumento
urbanstico
de
urbanas existentes.
Pero toda la proteccin se basa en la
catalogacin, lo cual es una autntica trampa y un
mtodo perverso por su carcter selectivo y
excluyente, puesto que se privilegia una parte de la
herencia urbana y otra se rechaza, y, por tanto, se
puede aniquilar. Hay otro problema an ms grave
en la legislacin espaola que se utiliza como una
va abierta a la destruccin, es la declaracin de
ruina, argucia utilizada por los promotores que, sin
demasiada presin, obtienen fcilmente de la
Administracin,
aun
para
aquellos
edificios
la
parte
del
patrimonio
ello el inters patrimonial se fija en fachadas y monumentos, para los que exige
214
relaciones
volmenes
Ayuntamiento
Figura 112: Valladolid. Fachadismo junto a la iglesia del
Salvador. En la actualidad ya est reconstruida. (Fuente: la
autora)
espaciales
entre
trazos.
El
y
de
Valladolid
lo
Una llamada de atencin sobre esta paradoja nos la ofreca el afamado Santiago
Calatrava con motivo de su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando el 19
de noviembre de 2000 quien, al comparar la arquitectura y la escultura, consideraba
superior a la primera porque el escultor puede materializar una idea abstracta, en la que se
produce una ausencia en la servidumbre en la funcin de aquello que va a crear, mientras
que la arquitectura no puede obviar esta necesidad (EL PAS, 20/11/2000:46). Por eso
nos resulta llamativo que sean los propios arquitectos los que hagan este tipo de
intervencin para conservar los edificios,
puesto que esta prctica al reducir el valor
del edificio nicamente a su fachada,
reduce la arquitectura a la categora de
escultura, pura forma, quiz materialidad
pero con independencia de la funcin.
Este modelo, en el que dominan las
Figura 114: Oviedo. La fachada acta como una
escultura antepuesta a este edificio institucional.
(Fuente: la autora)
relaciones
espaciales
prevalece
la
privado
de
las
construcciones, y la calle.
Lo que est en el lado
pblico
es
lo
que
se
espectadores,
edificio.
Figura 115: Palacio de San Telmo en Sevilla. Un ejemplo desolador
de destruccin.
interior
En
los
no
al
cambio
el
responde a las
necesidades
del
propietario, es con todas las consecuencias el mbito privado, por eso se regula de manera
distinta y se permite su demolicin para dar cabida a otra funcin. sta es la esencia del
fachadismo.
216
217
un
edificio
monumental
en
desuso,
cuya
218
comercial ABC Serrano. De este tipo es la fachada de la Fbrica de Harinas El Palero que
sirve de piel histrica del Museo de la Ciencia en Valladolid.
- A veces, en ciertos edificios como, ciertos colegios, conventos, etc, adems de la
fachada, el nico elemento interior que se mantiene es el claustro, al se considera de valor
y sirve para publicitar el carcter histrico de la nueva funcin que acoge. Unos ejemplos
pueden ser el hotel Palacio de los Velada de vila; el hotel NH Palacio de la Merced en
Burgos, en el antiguo colegio de los jesuitas, o el caso del Real Monasterio de San Agustn
en el que se encuentra la biblioteca de Castilla y Len adems de albergar el archivo
provincial y diversas oficinas de la Diputacin, tambin en Burgos.
- En ocasiones se produce una densificacin de la parcela, un recrecido del edificio
por apilamiento o adicin de otro cuerpo sobre la fachada, con resultados a veces muy
espectaculares. Se conocen como edificios con montera.82 Este tipo de fachadismo es el
que se produce en Madrid, en el edificio de la calle Tutor esquina con Buen Suceso; en
Albacete, en la sede de Forum Filatlico, en la calle del Tinte; en Salamanca, en el edificio
de la calle Azafranal, 15/ Plaza de Santa Eulalia, por citar algunos ejemplos. Este tipo de
fachadismo abunda en el centro histrico de Almera y es especialmente llamativo en la
ciudad de Santa Cruz de Tenerife, en la que destaca el mencionado Parlamento de
Canarias.
- Existen tambin muchos casos semejantes al de la Diputacin de Barcelona, en lo
que fue Can Serra, calificados como ya se ha dicho, como sodoma arquitectnica. La
intervencin realizada en iglesia de San Lorenzo, en Valladolid, de la que solamente se ha
mantenido la torre y una mnima fachada de la puerta principal, achicada y envuelta por
una manzana de viviendas, un edificio enorme de ladrillo agredindola, resulta
especialmente grotesca. A travs de la portada de la antigua iglesia se accede al nuevo
templo construido en lo que parece un patio interior. Esta actuacin de los aos sesenta del
siglo XX, es una de las ms tempranas realizadas en Espaa, en aunque no se calificara
con el trmino de fachadismo.
- En todos los casos es visible la contradiccin entre interior/exterior del edificio y la
falta de relacin contextual y morfolgica. Aunque es un mtodo nacido para salvaguardar
al menos la parte externa y visible del edificio, la realidad es que las intervenciones
producen una renovacin aceptada y tolerada, aunque de resultados tan radicales como el
de la sede de la Joven Orquesta Nacional de Espaa (JONDE) en Cuenca.
82 En una imagen muy grfica, la cultura popular sevillana compara este tipo de edificios con una aceituna
pre en clara referencia al pepinillo que sobresale de la aceituna, del mismo modo que sobresale el nuevo
edificio de la fachada anterior.
219
2.- Conservacin de una fachada como nico elemento construido que se mantiene en pie.
En ocasiones existen edificaciones en desuso de las que solamente se conservaba su
fachada. Normalmente se trata de restos de monumentos que no han sido intervenidos y
que tienen al menos un significado de documento histrico. Por ejemplo los restos de la
iglesia del Convento de San Agustn en Valladolid, restaurado en el siglo XXI como
archivo municipal de Valladolid. Los restos de la iglesia de San Polo en Salamanca,
utilizados como adorno del hotel del mismo nombre, sirven para cerrar el pequea terraza
ajardinada de la parcela del hotel en su cara occidental y meridional. Los restos del
convento de San Francisco y del Monasterio de San Juan, ambos en Burgos, son otros
ejemplos de fachadas que se mantienen como ruina, con gran pesar de la poblacin
burgalesa.
Otras veces sucede, como en la Casa de los Cubos, en la Calle Fernn Gonzlez de
Burgos, que no es tal casa, sino una fachada. Se trata de un caso claro de utilizacin banal
de la cultura de la fachada, en que slo interesa la apariencia, y explica el concepto de
escenificacin fosilizada que han tenido los cualificados propietarios del solar que oculta,
el Colegio de Arquitectos de Burgos. Otro ejemplo que llama poderosamente la atencin
en este mismo sentido es la ridcula e intil fachada de grandes arcadas que, desde los aos
70, sirve de cierre el lado occidental de la Plaza de Viriato en Zamora. Los visitantes de las
zonas histricas, inocentes de la realidad que se oculta tras meras fachadas perciben algo
que aunque no logren explicar no es ms que el resultado de la falta de vida y de la
creacin de un espectculo urbano de atrezzo, en el que los espectadores son los que
representan la funcin. Por eso estos espacios urbanos, adems de no ser histricos
resultan tristes.
Ambos casos se han corregido en la dcada del 2000. La Casa de los Cubos, sirve de
fachada a un nuevo edificio destinado a albergue municipal de peregrinos. Y la fachada
zamorana se ha sustituido por un edificio construido por la Diputacin de Zamora para
albergar sus oficinas. Este nuevo inmueble de arquitectura contempornea denominado las
Arcadas, solamente conserva el nombre de la fachada anterior.
3.- El intento de crear una nueva ciudad histrica
La percepcin cualitativa de la ciudad histrica se ha ligado ms a cuestiones
estticas que a su contenido histrico, por eso numerosos proyectos inmobiliarios han
adoptado un estilo tpico al construir nuevas reas residenciales, con fachadas de
inspiracin histrica, de arquitectura popular. Estas nuevas formas de produccin de
espacio urbano del tipo de Puerto Bans o de Ondarribia, imitando una imagen histrica,
han sido exitosas. La consideracin de que el acceso a los valores patrimoniales es
220
exclusivo de una lite privilegiada y el esfuerzo de las clases medias por alcanzar un
patrimonio verdadero o falso, es la clave de la aceptacin de las reproducciones y
falsificaciones efectuadas.
Estas intervenciones se han retomado hoy en las zonas histricas de la ciudad, donde
el promotor ofrece un producto nuevo, acorde con las necesidades actuales, pero con
aspecto antiguo, mediante reconstrucciones de edificios con el label de antigedad.
Muchos de los hoteles "con encanto" han utilizado este procedimiento, como el hotel de la
cadena AC, en el paseo de la Audiencia esquina con la calle Alonso Martnez del Campo,
en Burgos. En este caso se mantuvo, durante algunos aos el armazn de la fachada de un
edificio de viviendas que haca chafln, bien trabado por una estructura de hierro, hasta
que la contumacia del propietario consigui licencia municipal para derribarla, justificada
por el hipottico peligro para los transentes. La adaptacin de estructuras es un problema
de estabilidad sin duda, que se torna difcil y peligroso, y el trabajo de construccin
manteniendo la fachada es tan costoso que los promotores inmobiliarios suelen llegar a la
demolicin de todo el edificio con el compromiso de reconstruccin de la fachada antigua.
El triunfo de este fenmeno, que se ha dado en llamar arquitectura de acompaamiento, es
que satisface las exigencias actuales sin desordenar el paisaje, aunque se produzca una
renovacin que lo falsifica totalmente. En Burgos, por ejemplo, presenta dos modalidades:
- Destruccin de los edificios de un conjunto histrico y reconstruccin de forma
similar a la antigua. El protagonismo del proyecto lo tiene el diseo de la fachada para
mantener la imagen, es lo que se ha llamado la alegora de las fachadas. Se produce la
paradoja de destruir la construccin antigua para edificar una moderna pero cuidando muy
bien que parezca antigua. Edificio y fachada se proyectan a la vez y la fachada es
desmontada pieza a pieza, para integrarse estructuralmente a la nueva edificacin. Un
ejemplo es la puerta principal de la Biblioteca central de Burgos, nico elemento que se
conserva del primitivo edificio, Hospital de San Juan.
- Una variante de lo anterior es consecuencia del tratamiento expeditivo de antiguos
edificios en alforja, de crujas estrechas. Tras la demolicin de varios edificios se procede
a la construccin de un nuevo inmueble sobre un solar unificado por agregacin de
pequeas parcelas, al que se antepone una nueva fachada que simula la apariencia del
parcelario tradicional. En este caso hay una clara incongruencia. A una sola estructura le
corresponden dos o ms fachadas desiguales, aparentemente individualizadas. sta es la
opcin ms cmoda para los constructores y los usuarios de las nuevas edificaciones, y la
mejor asumida por la poblacin en Burgos, ciudad en la que se tienen dibujadas las
fachadas de los edificios del centro histrico para poder reconstruir una "nueva ciudad
221
histrica". El hotel del Cid en Burgos en la calle de Fernn Gonzlez ha usado este
procedimiento aparentando al exterior al existencia de dos parcelas distintas.
En muchas ciudades es frecuente ver en una misma calle, varios edificios en ruina a
la espera de conseguir las suficientes parcelas para realizar el proceso de transformacin.
La necesidad de dotar de garaje a las nuevas
edificaciones ha acelerado el proceso de unir las
parcelas necesarias para que las mquinas
excavadoras puedan trabajar. As ha sucedido
en Valladolid en varios edificios de los
soportales de Cebadera-plaza de la Rinconada,
Figura 118: Valladolid. Unin de parcelas
en Cebadera. (Fuente: la autora)
hasta
Cantarranas,
para
poder
realizar
la
excavacin subterrnea.
Una variacin originada por la necesidad de
aparcamientos
en
los
centros
histricos
Exposicin
Universal
del
ao
1992,
las casas. La ausencia de los patios sevillanos, con el suelo de tierra, con vegetacin y
agua, no puede compensarse jams con el mantenimiento de la fachada. Casas enteras, a
veces individuales, o de vecinos en otras ocasiones, se han transformado en apartamentos a
los que se accede por lo que fue el patio y se ha convertido en portal cerrado, distribuidor
hacia las viviendas. El barrio de Santa Cruz se duele por el microclima perdido. Hoy la
judera sevillana padece ocho grados ms de temperatura que antes de su transformacin.
La transformacin de las casas sevillanas en apartamentos ha hecho necesario colocar aire
acondicionado para soportar el calor del interior de las viviendas, pero lo expulsa a la
calle. Por otra parte el cambio de uso de las zonas histricas para ocio intensivo ha
acarreado adems una consecuencia de gran impacto medioambiental como es el cierre
sistemtico con una cancela de las barreduelas, como denominan popularmente los adarves
o callejuelas sin salida, con la consiguiente prdida del espacio pblico por ocupacin por
parte de los nuevos residentes.
La prdida de patios interiores y de los corrales, y la consiguiente desaparicin del
elemento vegetal, que proporcionaba a Sevilla un aroma especial, ha merecido comparar la
labor restauradora de Sevilla con la de un taxidermista
Los centros histricos de muchas ciudades espaolas, han perdido su papel de
centralidad y se han convertido en espacios histricos, y ahora tambin pierden la historia
porque estn perdiendo la vida, la vitalidad que les daba la poblacin residente (BERNAL,
2001c).
223
Cambia tambin el uso de ambos, del edificio y del espacio pblico, y lo ms grave de
todo es que al cambiar el uso cambian los usuarios. Se altera, en fin, y se modifica el
medio ambiente cultural.
Como consecuencia la cuestin del fachadismo no afecta nicamente a las
estrategias de conservacin del patrimonio. Se trata de un problema cultural, econmico y
social, pero tambin es un problema medioambiental que obliga a repensar la ciudad de
manera global para poder encontrar una solucin urbanstica que necesariamente tiene que
ver con el uso que se designe al centro histrico de la ciudad para que pueda mantenerse
vivo y con su principal rasgo, la multifuncionalidad. Afecta a la concepcin de la ciudad.
2. Para dar la vuelta a esta tendencia sera necesario observar la actitud de Canad, donde
todo lo que existe debe ser estudiado y evaluado antes de ser objeto de cualquier
intervencin. La obligacin de savoir-faire a todos los niveles de competencia se pone en
evidencia a travs de la produccin de dossieres de trabajo fundamentados en un
conocimiento de los edificios y de los datos histricos y arqueolgicos disponibles.
Es necesario ver que el fachadismo es una intervencin arquitectnica y para que una
edificacin antigua pueda servir, un ejercicio imprescindible que hay que hacer es lograr
que pueda utilizarse en la actualidad. Por ello la eleccin de un nuevo uso para un edificio
es lo ms importante. Por ejemplo transformar un antiguo convento o un seminario en un
centro educativo, en un colegio, causar menos dao en el inmueble que si se quiere
convertir en un museo, porque ste conlleva tales exigencias tcnicas que la reaccin
razonable es desventrar y reconstruir un nuevo interior. Igual que sucede al revs, el
Colegio de la Asuncin, en Valladolid, hoy sede de Presidencia de la Junta de Castilla y
Len, es un ejemplo de adaptacin a un uso institucional. Del mismo modo que la
adaptacin del castillo, de Fuensaldaa, que estaba sin uso, sirvi para acoger las Cortes de
esta Comunidad Autnoma.
Un ejemplo de fcil adaptacin es el de edificios militares, transformados en uso
universitario como en Cartagena, en Zamora o en Madrid. Lo mismo que los edificios
industriales, muchos de los cuales se han transformado en hoteles, apartamentos, oficinas,
estudios de arquitectura, museos, facultades universitarias, etc. o aquellos que con una
mnima adaptacin se mantienen en la actualidad con usos educativos y tursticos como las
colonias de la industriales de Catalua que forman un magnfico ejemplo de valoracin del
patrimonio. En Castilla y Len el modelo de desarrollo urbano y la ignorancia han
provocado la desaparicin de magnficos ejemplos de patrimonio industrial como la
Azucarera de Aranda de Duero, o la antigua fbrica de Cellophane de Burgos, en unos
momentos en que el control del Patrimonio estaba en manos de los historiadores del Arte
225
que
las
destaquen
construcciones
precisamente
por
no
su
Hasta
hace
una
dcada,
nicamente se ha mantenido su
recuerdo
en
contadas
ocasiones
funciones. Los habitantes, recuerdan que el patrimonio de la ciudad existe para su uso y el
de las generaciones futuras y por lo tanto exigen tomar parte en las decisiones. La
poblacin no acepta el papel de espectador sino que demanda ser habitante del
patrimonio.83 Y esto reafirma la contradiccin de este peculiar mtodo de conservacin.
5. Si el fachadismo ha sido fruto de un consenso es porque se desconoce lo que es la
ciudad. Es necesario saber que el patrimonio no solo es arquitectnico y urbano. Adems
existe la poblacin con un modo de vida y un modo de relacin entre la poblacin y los
lugares en que vive y que usa. Y estas relaciones se han ido produciendo a lo largo del
tiempo. Es decir, hay que tener una cultura de lo que es la ciudad. Acabar con l pasa por
contar con polticas de ciudad que integren la gestin global del patrimonio en sus dos
dimensiones, fsica y social y que ordene los usos del espacio para fomentar o disuadir
determinados usos.
El fachadismo, como se ha dicho, no solo afecta a la materialidad de las
edificaciones sino que transforma por completo la sociologa de los barrios histricos a los
que se aplica una zonificacin sobrevenida por el cambio de uso y el cambio de funcin
en el sistema ciudad. Los habitantes son reemplazados por oficinas y en esta
transformacin no solo pierden, y mucho, las personas sino los centros histricos de la
ciudad que a partir de una hora quedan como inmensos escenarios vacos. La
irreversibilidad de los usos es uno de los aspectos ms graves de este fenmeno.
Se confirma la gran complejidad del tema, precisamente por la confrontacin
existente entre los trminos de fachadismo e identidad urbana que es lo que supone el
verdadero ncleo del problema.
6. No hace falta insistir en que el enfoque se inscribe en una reflexin urbana global,
donde un lugar preponderante deber darse a los que habitan la ciudad. Los planes de
ocupacin de suelo, los sectores salvaguardados, el respeto de los edificios antiguos o la
legislacin de patrimonio, no significan nada cuando barrios enteros son vaciados de sus
habitantes. El tema del fachadismo es muy complejo y no se limita al aspecto de la
salvaguarda del patrimonio. Es evidente que la cuestin de la conservacin sera tomada
con menor acritud en el contexto de un urbanismo social equilibrado.
Sin embargo este proceso de fachadismo despatrimonializa los ncleos histricos de
las ciudades lo cual es precisamente lo contrario a un desarrollo equilibrado.
83 La poblacin de Bruselas se ha destacado por sus crticas al fachadismo por ser la parte visible de un
proceso que expulsa a los habitantes de sus barrios en beneficio de operaciones urbansticas de
terciarizacin.
227
intervenciones que realizan y precisamente por eso me planteo otra paradoja: quizs con
tanta valoracin negativa del fachadismo podemos favorecer la demolicin completa de
los barrios histricos. La historia de la bruselizacin entonces, volvera a repetirse.
Como consecuencia de todo lo expuesto, debemos indicar que es ms sencillo
sealar el sntoma que tratar el problema en profundidad. Esta tarea que es mucho ms
ardua, es la que espero acometer en un futuro prximo mediante el tratamiento de casos
concretos que son analizados en virtud que distintos parmetros para lograr una
sistematizacin de lo que ha supuesto el empleo del fachadismo en relacin con la
preservacin del patrimonio en diversas ciudades. Tengo en preparacin un libro porque es
necesario mucho material para explicar los casos detalladamente. Pues, aunque puede
parecer que no ha alcanzado las proporciones de otros pases europeos Espaa tambin ha
sido tocada por este fenmeno, en algunas ciudades de manera espectacular. El fachadismo
aqu presenta distintas modalidades lo cual nos ha permitido esbozar alguno de los
problemas que afectan a los centros histricos de destruccin sistemtica y pacfica de la
ciudad heredada, en la etapa democrtica.
la ciudad y para la organizacin del espacio urbano (lo fsico y lo social) que es lo que da
vida y personalidad urbana a la ciudad. Fachadismo y nuevo patrimonio son los dos
efectos del mismo proceso, cuyo objetivo es convertir la ciudad en un mercado atractivo,
para lo cual ofrece sus fachadas que dan aspecto a la ciudad histrica, que es slo forma
sin relacin con el espacio, y crea una nueva arquitectura, edificios realizados por
arquitectos estrella para que provoquen la admiracin y que tambin son pura forma, su
funcin casi no importa, puede ser variable. Ciudad histrica y nuevos espacios
constituyen las dos facetas de la misma ciudad que se ofrece por el arte -el patrimonio
heredado- o por el espectculo: lo que dicen que es el nuevo patrimonio.
A veces el patrimonio, la ciudad histrica, tambin se convierte en espectculo
cuando se transforma la ciudad en un parque temtico, donde toda la ciudad se vende
(VERA, 1997).
Se trata de un proceso contradictorio. Por un lado todas las ciudades quieren ser
diferentes y tener algo especial que las caracterice, para lo que se dotan de equipamientos
de calidad con los que intentan conseguir una imagen de marca. Persiguen la novedad. Al
mismo tiempo se procede a realizar unas actuaciones inadecuadas en los espacios
histricos a los que se otorga la funcin de permanencia a travs del mantenimiento de la
imagen, slo la imagen, del espacio pblico. El resultado de este doble proceso de novedad
y permanencia es la prdida de identidad cultural, la prdida de autenticidad y la sensacin
de que vamos caminando de manera irremediable hacia la globalizacin absoluta,
caracterizada por la uniformizacin y el paisaje nico.
Las ciudades actuales ofrecen con imgenes y palabras dos mundos que cada vez
estn ms alejados y que llegan a ser un anverso y un reverso como una hoja de papel,
con una figura de un lado y otra del otro, que no pueden despegarse ni mirarse, igual que
ocurre en Moriana, una de las ciudades invisibles de Italo Calvino (CALVINO, 1999:
117).
inmuebles, por un compromiso cnico que sostiene nicamente la apariencia del espacio
pblico. La sustitucin edificatoria con conservacin de las fachadas no slo no logra
mantener la poblacin ni el uso de los inmuebles, sino que, tan pronto como los
ayuntamientos deciden embellecer y dotar de calidad los centros histricos, tambin los
espacios pblicos pierden sus propias caractersticas. Las operaciones de esttica tan de
moda, llenas de presuncin y fatuidad, para lo nico que sirven es para lograr la
uniformizacin progresiva de las ciudades, fenmeno que se ve acrecentado por los
procesos de recreacin ambiental y de animacin de los centros histricos, acciones ambas
basadas en el falseamiento de la historia y la banalizacin del espacio pblico y que
generan el desprecio de los centros histricos desde un punto de vista funcional, ya que se
les relega a soportar un uso teatral de lo ms ridculo. La estandarizacin, pues, tambin
afecta al uso del espacio pblico.
Desde hace algo ms de dos dcadas la obsesin por las mutaciones en la ciudad, los
esfuerzos realizados desde la administracin local por cambiar la imagen de la ciudad
histrica, no slo se han manifestado
en el exhibicionismo constructivo,
mediante obras faranicas de autor
sino que, de manera simultnea a la
introduccin
de
la
denominada
Adems
del
consabido
mercado medieval, tiene lugar un torneo Figura 122: Burgos. "Tradicional" mercado de la
Virgen Blanca. (Fuente: la autora)
damas y conseguir el favor del rey. Los caballeros diestros, tratan de emular a los antiguos
burgaleses, famosos por su destreza en el juego del bofordo. Cuando anuncian la fiesta
desde el Ayuntamiento, sealan que desfilar el tradicional pasacalles de caballos,
caballeros, damas, squito y corte llegados desde los lugares ms distantes del reino, e
iniciarn el torneo medieval con juegos, batallas y luchas de gran impacto esttico y una
notable espectacularidad.
Con motivo del V centenario del nacimiento del Emperador, la Consejera de
Turismo del Gobierno de Cantabria promovi, en 2001, en colaboracin con la Junta de
Castilla y Len y la de Extremadura, la recuperacin e institucionalizacin de la Ruta de
Carlos V desde Laredo hasta Yuste, cuyo objetivo es aportar dinamismo y resaltar el
elevado valor turstico de las distintas zonas por las que transcurre, a travs de actividades
que anen el senderismo, la historia y la cultura. En su largo camino, Medina de Pomar,
noble ciudad castellana, con las calles y plazas engalanadas con estandartes y blasones,
tiene el honor de acoger al Emperador, portado en andas, tras haber desembarcado unos
das antes en Laredo. El grupo teatral Gusarapo y cientos de vecinos de Laredo y Medina
montan un espectculo disfrazados para conmemorar el ltimo viaje del Emperador.
Tambin es divertida la fiesta de Baos de Valdearados, localidad donde existe un
yacimiento romano, por lo que adems del mercado, esta vez romano, con carteles en latn,
y disfraces de plebeyos, patricios, emperadores, senadores o esclavos, cuenta con la
animacin de calle, donde adems de los malabaristas, ioculatores y cmicos, hay venta de
esclavos y una lucha de gladiadores protagonizada por bomberos de Burgos.
Los guios histricos con determinados detalles, como el uso del latn o la
utilizacin de un tipo de moneda son del gusto de los que gestionan los lugares histricos
233
porque aparentan saber Historia. Como en Rivadavia, donde el maraved se utiliza como
nica moneda de la Festa da Istoria.
Ms preocupante, en cambio nos parece lo que sucede algunos aos en Soto de
Bureba, localidad burgalesa deshabitada en invierno, cuyos ex-habitantes tambin
celebran, en agosto, su fiesta medieval. Todos los participantes viven fuera y su objetivo es
revitalizar el pueblo. El testigo mudo es la iglesia de San Andrs, monumento nacional.
Podemos considerarlo como el paradigma de la frustracin y el fracaso de unas iniciativas
que han surgido de la administracin pblica, y que son copiadas por la poblacin.
Estas representaciones existen en todas partes. Los ciudadanos fascinados se liberan
mientras construyen sus falsificaciones
para la fiesta: fiestas prehistricas o
romanas, medievales o barrocas, da lo
mismo, porque el espectculo y el
escenario se realiza sin diferencias en el
mismo lugar: las calles histricas de la
ciudad. Hoy lo original sera declarar
una ciudad libre de celebraciones
pseudohistricas, o sealar claramente
Figura 123: Celebracin de episodios de la Guerra de
la Independencia en Aranda de Duero. (Fuente: la
autora)
opuesto,
transformndose en
una
la ciudad histrica que nunca son de carcter esttico sino tico. No son slo cuestiones
fsicas sino funcionales y sociales.
Consideramos que la crisis que nos afecta en la actualidad se puede entender mejor
si tenemos en cuenta que en estas ocurrencias han participado diversos agentes, polticos,
tcnicos, intelectuales, entidades financieras y promotores sin cuya complicidad no se
hubieran planteado. En la era del conocimiento, al comenzar el siglo XXI, la banalizacin
de los centros histricos se extendi por todo el territorio, al que afect una visin
paradisaca del capitalismo. Pensamos que al igual que la visin del paisaje que la burbuja
inmobiliaria ha dejado en Espaa, con tantas cicatrices en el territorio (BLANCHAR, 710-2010) tiene responsables, y, con el mismo asombro que la arquitecta Julia SchulzDornburg (SCHULZ-DORNBURG, 2012) perpleja ante los universos de ocio, nos
planteamos cmo puede pasar que nadie lo pare?
Todos los espacios que pierden la conexin dejan de funcionar. Tambin los barrios
antiguos de la ciudad. La lectura de Los nuevos principios del urbanismo nos confirma
esta idea en especial cuando su autor Franois Ascher explica la gran capacidad de
resistencia y de readaptacin a las transformaciones y seala que las ciudades han
demostrado su capacidad para sedimentar las diferentes capas de su historia, es decir, su
funcin de palimpsestos, pergaminos que no cambian sino que acogen sucesivamente
escritos distintos. Pese a ello, incluso las partes de las ciudades antiguas que se han
conservado materialmente han sufrido transformaciones profundas y no funcionan ya del
mismo modo que antes (ASCHER, 2004: 27).
239
ya
pueden
evaluarse
algunas
funcionalidad
de
esas
reas.
Somos
revista Alfoz, en 1994, dedicaba a este tema su nmero 109 titulado La ciudad accesible.
Anteriormente la revista del Colegio de Obras Pblicas OP (1989) haba dedicado un
monogrfico, el nmero 12, al Trfico en la ciudad. En su editorial se califica el
problema del acceso rodado a los centros histricos como la ceremonia de la confusin
porque los sermones sobre la necesidad de no usar el vehiculo privado se simultanean con
la construccin masiva de aparcamientos subterrneos en el mismo corazn de la ciudad y
se ensalzan las maravillas del transporte pblico, pero esa actitud se combina con la
inexistencia de mejoras efectivas del mismo.
Coincidimos con Jos Borrell cuando afirmaba que ante los problemas existentes en
la ciudad contempornea cuya solucin es difcil la nica lnea posible de accin eficaz es
reconocer que la cuestin no radica en resolver el problema de la movilidad a cualquier
precio. La cuestin se centra en facilitar la accesibilidad como indicador de calidad de
vida. (BORRELL, 1994: 37)
Mi preocupacin por la accesibilidad y movilidad en los centros histricos, ligada a
la calidad urbana viene de lejos como se puede comprobar en el libro Vivir las Ciudades
Histricas. Ciudad Histrica y calidad urbana que recoge los temas tratados en el
Seminario realizado en Burgos en 1998. En el citado Seminario le dedicamos especial
atencin y por ello contamos con los especialistas en esa materia: Jos Lus Caavate,
explic el modelo de peatonalizacin de Granada (CAABATE, 1999), Carlos Corral, el
de San Sebastian (CORRAL, 1999). Por su parte Toms Cortizo (CORTIZO, 1999) y
Alfonso Sanz Aldun (SANZ, 1999) pusieron en evidencia
espacio fsico sobre el que actan y creen que sus propuestas de remodelacin del espacio
y su diseo van a ser capaces de modificar las conductas de la poblacin. A veces sucede,
por ejemplo, que se peatonaliza una zona de una ciudad y la poblacin no es nada
obediente, y entonces dice "yo aqu no vivo", y se
va a otro lugar. Los gegrafos nos interesamos por
saber por qu se van los residentes de esos lugares
tan maravillosos peatonalizados, mientras que los
tcnicos urbanistas siguen pensando que los
ciudadanos son miopes y no se dan cuenta de la
bondad de las intervenciones. Es la diferencia. Por
eso en mi anlisis voy a intentar dar una pincelada
de lo que sucede y a lo mejor podemos intuir por
qu
sucede.
De
todos
modos,
habr
que
investigarlo ms a fondo.
Los anlisis realizados por consultoras que
Figura 126: En el centro todo son
prohibiciones! (Fuente: la autora)
automvil y la bondad de iniciativas como aquellas que proponan lograr pasar un fin de
semana sin coche o "ciudades sin coche" y otras ocurrencias semejantes surgidas desde la
instauracin del "Da Europeo de Ciudades sin coche", que slo se aplicaban en un barrio
de la ciudad, su casco histrico. Yo
creo que lo que la sociedad exige a
estas
alturas
es
decisin
para
trivialidades
sino
que
deben
acceso de todos a todos los hogares, y a todos los equipamientos y servicios existentes en
la ciudad.
En realidad lo que se demanda de una buena gestin es capacidad de proporcionar
de accesiblidad a todos los barrios de la ciudad. Tambin a aquellos donde la accesibilidad
242
no es fcil, como ocurre con las zonas viejas de las ciudades, por las que s que acceden,
en cambio, los transportes de reparto de bebidas para surtir a bares y restaurantes, y por las
que circula un tren chu-chu, en el que se transporta a los escolares y a los turistas, pero no
existe un transporte pblico que mejore la movilidad de los residentes porque, segn
afirman los polticos las calles del centro histrico no fueron pensadas para que circulen
vehculos. Esto es lo que sucede en Burgos. Pero lo hemos visto en otra ciudades, entre
ellas vila, en las que, su pequeo tamao no elimina las necesidades de la poblacin que
todava habita en la zona cerrada al trfico. Tambin hemos visto cmo en el corazn de
Len, espacios cerrados al trfico sin posibilidad de transporte pblico para personas,
admiten tranquilamente el transporte privado para cosas. La imagen de la plaza de San
Martn en Len, abarrotada de camiones de todos los colores y marcas de bebidas los das
de reparto, no puede ser ms significativa de lo que es una zona peatonal. Esta realidad nos
conecta de inmediato con la funcin diseada para el centro histrico: un uso turstico y de
ocio. Esta es una de las primeras cuestiones que cabe resaltar.
Por supuesto conocemos el ejemplo positivo de Granada donde barrios tan
complicados como el Albayzn dispone de transporte pblico adecuado para las personas,
que pueden acceder en microbs hasta el centro donde se puede enlazar con los autobuses
que conectan el resto de los barrios de la ciudad. Esos microbuses, pensados para la
poblacin residente, tambin son utilizados por los turistas, del mismo modo que los
microbuses que dan servicio a los residentes y llegan a la Alhambra. Este resulta un buen
servicio del que se beneficia tanto la poblacin local como los turistas. Esta duplicidad de
servicio, en cambio, no se produce en aquellos medios pensados nicamente para turistas y
que no sirven para beneficio de los residentes.
En segundo lugar, hemos observado que existe la tendencia a considerar que los
problemas de trfico urbano se generan nicamente por la movilidad interna de los
habitantes de la ciudad y por eso se solucionan cortando al trfico unas cuantas calles, sin
tener en cuenta la incidencia que tiene el uso diario de la ciudad por los que trabajan pero
no viven en ella, y la incidencia de la distribucin de bienes y servicios, que podran
resolver muchos problemas si se acomodaran a los nuevos sistemas de transporte
intermodal y si se desviara un gran volumen de trfico rodado al ferrocarril. Quiz una
apuesta en este sentido tambin tendra unas consecuencias visibles en una ciudad como
Burgos, con muchos problemas de este tipo por la congestin del transporte de camiones
entre sus polgonos industriales, Gamonal y Villalonquejar y la nula adaptacin a los
modernos sistemas de intermodalidad que reducen los impactos negativos aumentando los
flujos econmicos.
243
ciudad
consolidada
han
de
un
rosario
de
245
puentes. Tambin necesita cuidar el medio ambiente, organizar el trfico y mejorar los
transportes, para lo que puede aplicar tecnologa innovadora y combustibles alternativos.
En Burgos, ya se hace imprescindible un buen sistema de autobuses urbanos. Pero las
deficiencias de gestin y planificacin del transporte colectivo en Burgos inciden en la
246
ferrocarril se traslad del centro al borde norte de la ciudad, a 5 kilmetros del casco
antiguo sin que exista el debido servicio municipal de autobs. Sus horarios no coinciden
con las necesidades existentes para coger un tren, ni coinciden con las llegadas previstas
de los trenes a la nueva estacin Burgos Rosa de Lima inaugurada el 14 de diciembre de
247
2008. El acceso peatonal tampoco resulta fcil porque se encuentra al borde de la ronda
interior norte, en el tramo de la avenida Prncipe de Asturias, una va rpida en la que no
existe un paso de peatones. Por ello o se usa un coche privado, o se utiliza el servicio de
taxi, lo que dada la distancia resulta demasiado caro, y a veces cuesta ms ir a la estacin
que lo que cuesta el billete del tren. El resultado no puede ser ms lgico: el uso del
transporte por ferrocarril ha disminuido considerablemente. Ha bajado tanto el uso de los
trenes que unan Burgos con Valladolid que algunos se han suprimido a principio de 2013.
Al realizarse el desvo del ferrocarril, la transformacin del antiguo trazado
ferroviario mediante la realizacin de un bulevar, se plante como va de mejora del
transporte colectivo, tan deficiente en la ciudad. El bulevar proyectado por Herzog & de
Meuron estuvo concebido para el funcionamiento de un tranva que haba de poner en
comunicacin, de manera rpida y eficaz, al barrio de Gamonal y la estacin del ferrocarril
-en la zona este y noreste- con la universidad y la zona de expansin urbana situadas al
suroeste. Sin embargo ni bulevar est terminado, ni existe intencin alguna de instalar un
tranva. Los mismos problemas tiene el acceso al nuevo Hospital Universitario de
Burgos que comenz a funcionar en 10 de junio de 2012 en el margen norte de la ciudad,
al borde de la misma ronda interior norte, en el tramo denominado avenida Islas Baleares.
La entrada al hospital se encuentra en una rotonda en la que no puede parar el autobs,
pero tampoco puede acceder al interior del recinto hospitalario, que es enorme, porque la
administracin no tuvo en cuenta en disponer el espacio necesario para realizar el giro. En
cuanto a la posibilidad de llegar andando tiene los mismos problemas que la estacin de
ferrocarril, Burgos Rosa de Lima, es necesario cruzar lo que es una va rpida. La presin
ciudadana ha conseguido que se trace un paso de cebra, pero el problema del transporte
colectivo sigue sin solucionarse.
Tambin quiero hacer una reflexin sobre lo que los ciudadanos esperan de los
gestores de la cosa pblica. Con demasiada frecuencia se oye argumentar a algunos
tcnicos de estos temas lo bueno que es andar. El desplazamiento andando hasta el trabajo
o a realizar la compra, o a llevar al nio a la guardera antes de las 8 de la maana para
poder fichar a las 8 en punto debe ser muy sano, pero esto es una recomendacin ms
propia de un folleto de vida saludable que de la organizacin municipal, a la que se le pide
capacidad de gestionar lo pblico y de solucionar problemas y dotar de servicios a todos
los ciudadanos, incluidos los que no pueden caminar, entre los cuales no podemos olvidar
a las personas mayores.
La realidad es que cada vez se han hecho ms y ms complejas las necesidades de
movilidad de los ciudadanos. Y ante eso, or reiterativos consejos sobre la bondad de andar
248
y de lo ecolgico que resulta ir en bici, nos parece al menos poco serio por parte de los
gestores municipales, ya que se trata de una solucin que no requiere ningn esfuerzo por
parte de la administracin. Realizar los desplazamientos diarios andando, o moverse por la
ciudad en bicicleta son posibilidades individuales para lo cual no es necesario haber
avanzado socialmente y elegir a quienes desde una institucin sean capaces de dotar de
posibilidades colectivas para hacer la vida ms humana y ms sencilla cada da, y llegar a
dotar de servicios, que den cualidad a las ciudades que rigen, con frmulas ms audaces y
soluciones imaginativas. Nos parece oportuno poner de relieve la dicotoma existente entre
las teoras que se defienden y la realidad cotidiana. Por un lado se intenta transmitir como
una utopa deseable, la imagen de una ciudad para pasear por la calle sin encontrar coches,
ni humo, ni contaminacin. Estos mensajes se contradicen con la realidad a la que
sometemos a los ciudadanos del maana, es decir, a los nios, que desde su infancia
acumulan muchos kilmetros recorridos. Si el transporte escolar nos brinda una cara de lo
contradictorio del comportamiento de los urbanistas, ya que un buen nmero de
desplazamientos a que se somete a la poblacin infantil por motivos escolares seran
evitables, otro aspecto que igualmente chirra es la prctica, ya inevitable, de la compra de
bienes de consumo domstico en las grandes superficies comerciales, para lo que el
automvil es un elemento imprescindible de ese acto semanal, en el que participa toda la
familia, y que se nos antoja que resultara difcil realizarlo con los desplazamientos a pie, o
en una bicicleta.
La utilizacin masiva del automvil para ir a una gran superficie comercial, la
familia unida, y llenar el maletero con la compra semanal, no supone, sin embargo,
ninguna consideracin negativa por parte de los predicadores de la peatonalizacin. Tal
vez lo toleran sin ms cuestin, porque, aunque el problema de contaminacin y
congestin del trfico se ve afectado por esta nueva necesidad de comprar en las afueras, la
otra cara de la tragedia, la accesibilidad y el aparcamiento en el centro comercial, estn
garantizados y ste ltimo de manera gratuita. Cuando la gente dice "qu gusto sin
coches!", parece que se puede tomar como aceptacin de la propuesta, pero no es menos
verdad que el automvil es una carga econmica perfectamente asumida por la poblacin y
que ahora es cada vez ms frecuente que las familias usen dos coches en lugar de uno.
Slo as se explica otra dualidad: que los mensajes sobre la bondad de no utilizar el
vehculo privado se realicen a la vez que se demanda la necesidad de convertir la ciudad en
un gran aparcamiento subterrneo. Por eso consideramos esas campaas como propuestas
que se enmarcan ms en un ambiente de banalizacin de los problemas y en la
249
folklorizacin de la poltica, que en los intentos de dotar de medios eficaces para ordenar
esta especie de caos que caracteriza al mundo urbano.
resolver los problemas. No es lgico que una medida de poca ye-ye siga mantenindose,
lo cual plantea dudas razonables pues se presentan soluciones con una seguridad sublime,
como si un nuevo mecanismo, o la construccin de algn tipo de sistema de transporte
utilizado en otra ciudad, fuese capaz de resolver sbitamente todos los problemas
(MURGA, 1994: 84).
No nos parece raro que en los aos setenta del siglo pasado se defendiera la
peatonalizacin de sectores del casco antiguo de las ciudades en orden a invertir el proceso
de degradacin de los centros histricos, al tiempo que se pretenda dotarlos de nuevo uso
consistente en una explotacin turstica convirtiendo parte de la ciudad en un museo con
pequeas tiendas, o tiendas especializadas y de antigedades y con una explotacin ldica,
con diversos establecimientos de bares, restaurantes y discotecas o pubs. Este modelo de
actuacin se completaba con la remodelacin y sustitucin de la tipologa residencial,
considerada obsoleta, por viviendas con estndares actuales -aunque manteniendo el
aspecto antiguo- con la consiguiente expulsin de los habitantes tradicionales y su
renovacin desde el punto de vista social.
Pero s resulta raro que cuarenta aos despus de que se iniciaran aquellos
planteamientos, predicados entre otros por Mario Gaviria, el sistema de la peatonalizacin
todava se contemple como una de las intervenciones ms novedosas para lograr la
conservacin y revitalizacin de los cascos histricos as como el mtodo ms eficaz para
humanizar la ciudad, recuperar la calle para el peatn y luchar contra la contaminacin del
medio ambiente a la vez que propiciar el embellecimiento de la ciudad histrica. Con
todos estos mtodos, los responsables de la Administracin municipal esperan lograr
introducir unos cambios en el comportamiento de los ciudadanos que al ser ms felices
volvern a depositar su confianza en las elecciones futuras.
Al final de los aos noventa Enrique Porto Rey, autor del PGOU (PROINTEC,
1999) acept nuestra invitacin para explicar a los alumnos de Patrimonio Urbano su
visin de la ciudad. En la facultad de Humanidades nos explic lo que segn l deba ser
para el futuro -para el siglo XXI- el centro histrico de Burgos. Le escuchamos la misma
narracin que se transcribe ms arriba y nos dijo que quermoslo o no el papel que
tendrn los centros histricos -de todos- es el de convertirse en un parque temtico, esa es
la nica funcin posible segn l. Ese plan, todava est vigente.
El 20 de enero 2012 tuvo lugar la aprobacin definitiva por parte del Consistorio
burgals de la revisin del Plan General de Ordenacin Urbana, redactado por Jos Mara
Ezquiaga, y nicamente falta el informe favorable de la Junta de Castilla y Len. Sin
embargo, el 22 de febrero de 2013 ha sido devuelto por la Junta que no permite la
251
nico modo de liquidar al enemigo. Y esta actitud est produciendo ms problemas en esta
ciudad de subsuelo difcil que los que pretende resolver. No se contempla la posibilidad de
solucionar
el
aparcamiento
en
mandan
economicistas,
preocupante
Figura 130: El aparcamiento de La Flora ha daado la
estabilidad de los edificios de la plaza. (Fuente: Diario de
Burgos)
los
es
porque
intereses
especialmente
amenaza
la
lema.
El
espacio
pblico
no
es
quienes negocian con la ciudad. Las zonas peatonales han recuperado la ciudad para las
grandes empresas que ocupan el espacio fsico con toda una gama de elementos tan
inverosmiles como innecesarios.
Al mismo tiempo, en las zonas
peatonales
se
producen
cambios
siendo
ocupadas por
otras de
los
ciudadanos
tienen
que
convivir
84 Sigue el artculo se preguntado alguien por problema que acarrea a quienes viven en ellas? Gente
mayor, familias con nios, personas con minusvalas que se encuentran con el problema de tener que
caminar un buen trecho hasta encontrar un taxi o un autobs, o ir a su garaje, situado unas manzanas ms all
, mientras que los que han ido a pasear al centro disfrutan de esa calle peatonal.
256
III.5.3. Los procesos de peatonalizacin: una feria de oportunidades o cada cual a los
suyo
Pero ms all de la moda; ms all del xito poltico que sacan a las fotos de las
inauguraciones de las calles peatonalizadas a cargo del plan Urban o del denominado plan
Zapatero; ms all de la trivialidad con que los alcaldes actan en la ciudad; por encima
del autntico menosprecio con el que tratan a los ciudadanos, existen otros motivos para
que un mtodo que no soluciona aquello que pretende, se acepte con naturalidad por la
mayora de la poblacin que realiza un verdadero acto masoquista. Lo denominamos as
porque en vez de constatar las soluciones que slo desde la Administracin municipal se
pueden realizar, existe una aceptacin los problemas que la propia Administracin crea.
257
que
realizan
las
nuevas
dinero los vendedores de humo, las empresas que han vendido la genial idea de convertir
el centro histrico de las ciudades en un centro comercial abierto con la ridcula
colocacin de banderines o de artilugios que actan como puertas de acceso a ese centro
comercial del centro (sic), lo cual, adems de ser una falacia, ha supuesto para ellos un
gran negocio que se ha extendido por todo el territorio nacional. Todo lo dicho, a
beneficiado un gran negocio que se ha realizado con fondos pblicos, europeos unas veces
y otras del Estado espaol y que ha supuesto un absoluto derroche. A la luz de la crisis que
ahora sufrimos se ve an mejor.
Pero hay otra razn que a mi juicio es esencial, y desde ahora me permito catalogarlo
como un mtodo de mobbing inmobiliario conforme a derecho.
Desde antiguo para expulsar a la poblacin de algunos barrios degradados y poder
regenerarlos se ha utilizado el fuego y otros mtodos igualmente expeditivos.
El proceso que vivi Shangai en los primeros aos de este siglo o la remodelacin de
Pekn para adecuarse para la celebracin de los Juegos Olmpicos ha sido tan rpido que lo
hemos visto en tiempo real. Por ello hemos podido comprobar que las vctimas de tales
renovaciones han sido los habitantes de los barrios tradicionales de ambas capitales que
han sido arrasados para construir nuevos edificios. Evidentemente los barrios histricos
han desaparecido al tiempo que se produce un progresivo auge del capitalismo extico.
Cogen a personas mayores, las meten en un coche y, cuando regresan su casa est ya en
258
el suelo este es el testimonio de Juan Pablo Cardenal, enviado especial para El Mundo (El
Mundo 31-5-2004: 27).
En Espaa desde la democracia los mtodos de vaciamiento de los centros histricos
se han tratado de disimular de varias maneras. Desde que comenzaron a actuar los
asustaviejas en el barrio de la Via en Cdiz el mobbing inmobiliario ha ido utilizando
mtodos cada vez ms sofisticados y retorcidos.
Algunos han tenido respuesta judicial como el caso de casa Tangora, un magnfico
chalet de Neguri, cuya propiedad estaba ya dividida en tres viviendas. El problema
comenz cuando un empresario de Erandio adquiri la vivienda situada en medio de las
otras dos. Su intencin era adquirir el resto. Amenaz a los otros dos con meter gentuza
si no le vendan su parte. Ante la negativa de la familia de la primera planta de vender su
casa, el empresario, el 30 de julio de 2003, cedi la suya gratis a una familia numerosa de
etnia gitana, los Bargela, por motivos humanitarios. La vivienda es vuestra, haced con
ella lo que queris, dicen que les dijo y ellos convirtieron la amplia vivienda (285 metros
cuadrados) en un centro de acogida para parientes y para realizar sus celebraciones. Una
noticia destacaba el caso con un titular revelador: Solidaridad tnica o chantaje
inmobiliario? (El Mundo, 16-9-2003: 16).
Los propietarios residentes en la casa Tangora conscientes de que se utilizaba a esa
familia como un sacacorchos para conseguir toda la casa y sintindose vctimas de un
chantaje perverso, porque podra interpretarse como un prejuicio racista de los vecinos de
Neguri, denunciaron la situacin ante el juzgado de Guecho. La situacin de extorsin se
basaba en el comportamiento incvico de los treinta miembros de esa familia. Ruidos por
la noche, goteras, destrozos, amenazas y robos realizados a los propios vecinos y a los del
entorno eran incidentes habituales denunciados a la polica. Adems de meter la furgoneta
en el jardn, hacan fuego en l y tiraban desde el segundo piso toda clase de inmundicias
al jardn que, por otra parte, serva de acceso a las viviendas.
El problema para desalojar a vecinos tan molestos era difcil porque el arrendador les
haba hecho un contrato de alquiler por un euro. Sin embargo el propio juez, en su
sentencia de 19 de agosto de 2004, lo calific como mobbing inmobiliario fallando a
favor de los denunciantes. Noticia que tambin recogieron los medios de comunicacin:
Del palacete a la calle es el titular de El Pas (El Pas 21-8-2004: 19), pero tambin lo
pudimos leer en ABC y en El Mundo.
Esta es la primera sentencia que califica el delito de acoso inmobiliario y desde
entonces existe jurisprudencia de esta nueva forma de expulsin de la poblacin de las
viviendas que desea el capital inmobiliario. Despus ha habido bastantes ms.
259
Normalmente las vctimas suelen ser personas de edad avanzada que viven sola en
pisos antiguos con alquileres bajsimos pero tambin afecta a propietarios como el caso de
Neguri.
Conocemos la condena descrita en el auto como mobbing inmobiliario contra el
empresario de Arte Express y Casas Gticas del Mediterrneo, quien compr y rehabilit
las Torres del Temple de Palma de Mallorca y sin que estuviera previsto en el proyecto de
rehabilitacin, ni por tanto en la licencia quit la cubierta de las dos torres para que el
agua se colara al piso donde viva una inquilina y para presionar al titular de la papelera
que ocupaba los bajos85. Tambin se han producido en Burgos, como se puede ver con tan
slo leer el ttulo y subttulo de la noticia Un juez obliga a una inmobiliaria acusada de
mobbing a realizar reformas en la finca.
Los vecinos vivan con termitas, grietas y
ratas mientras los propietarios no hacan
mejoras (Diario de Burgos, 14-6-2008: 20).
Ese mismo ao 2008 se cre en
Barcelona una Fiscala para atender los
numerosos casos de posible delito de
mobbing inmobiliario. En Barcelona desde
Figura 137: As ven el centro histrico los
especuladores. (Fuente: la autora)
dedicado exclusivamente para estos casos, adems de ser una novedad corrobora la
existencia real de una enorme codicia por parte de especuladores sin lmite.
Inundaciones, amenazas, provocacin
de ruina por parte de los propietarios para
echar a los inquilinos sin indemnizacin,
aceptacin de pisos patera, rechazo de cobros
de alquiler para denunciar al inquilino por
impago, engaos y miedo son mtodos
utilizados para expulsar de sus casas a los
Figura 138: Burgos. Edificio vaco excepto el
bajo comercial. (Fuente: la autora)
viven solas. De ah el trmino de asustaviejas que fue acuado en Cdiz para designar a un
tipo particular de especuladores inmobiliarios. De las tcticas comunes empleadas la ms
rentable es la declaracin municipal de ruina porque no exige pagar ninguna
85 Esta noticia se puede ver en (El Pas, 4-11-2006: 28).
260
indemnizacin a los inquilinos ya sean vecinos o titulares de negocios. Ahora bien todos
los procedimientos mencionados son execrables y en ocasiones, un delito.
Si nos fijamos atentamente en los inmuebles existentes en el centro histrico de las
ciudades podemos observar que muchos de ellos estn vacos y lo nico que est ocupado
son los locales, los bajos, en los que se mantienen algunas funciones artesanales, pequeos
talleres y comercios.
Por lo que hasta ahora he podido estudiar, podemos afirmar que es ms fcil expulsar
a las personas que eliminar un negocio cuya indemnizacin sera elevada. Por esta razn se
ha hecho necesario utilizar algn mtodo ms efectivo para disponer del inmueble
completo, pero se necesita un procedimiento que no resulte gravoso, que no sea objeto de
denuncia como delito, y que adems su puesta en funcionamiento est bien vista, adems
de que los gastos corren a cuenta de la Administracin. Este mtodo perfecto se denomina
peatonalizacin. Cuando el proceso de peatonalizacin se pone en marcha desaparece
rpidamente el comercio, justo desde el
momentos en que se inician las obras, por
otra parte innecesarias porque con una seal
de trfico se puede impedir la circulacin.
Pero dado que se pretende tener vaco el
centro para actuar libremente en l tambin
se necesita levantar todas las calles,
impidiendo el paso de cualquier persona con
lo que se da el primer empujn al comercio
dejndolo maltrecho. El siguiente empujn
va slo cuando todo el centro se convierte
en peatonal. A partir de ese momento no es
preciso indemnizar, el comercio se va slo.
Figura 139: Burgos. Obras de mejora que hacen
difcil la pervivencia de la actividad comercial.
(Fuente: la autora)
261
Figura 140: Panormica de Burgos en 2004: El casco histrico, el ensanche y, al fondo, Gamonal.
(Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
El tercer ncleo comercial se sita en lo que hemos llamado zona del ensanche, que
va a surgir en la margen derecha del ro Arlanzn. La expansin de la ciudad histrica se
orienta, en una primera fase, mediados de los aos cincuenta, hacia el nor-noreste, con la
avenida del Cid como eje de crecimiento, y ms tarde, hacia el este, hasta rellenar el hiato
originado entre el crecimiento de Gamonal y el centro de la ciudad para dar lugar a la
plaza de Espaa y a las grandes arterias de Reyes Catlicos, avenida de la Paz, Bernardas,
Calzadas y la continuacin de la calle Vitoria. Esta expansin va a propiciar el nacimiento
y consolidacin de un nuevo sector comercial. Lejos de convertirse en una prolongacin
del comercio del casco histrico, el nuevo espacio nace con vocacin de diferenciarse, a
pesar de la continuidad espacial que se establece entre el ensanche y la ciudad heredada.
La existencia de tres reas urbanas y comerciales perfectamente individualizadas
entre s, guarda estrecha relacin con el singular modelo de crecimiento urbano de Burgos.
A comienzos del siglo XX Burgos era una ciudad pequea, apenas capaz de
mantener sobre su entorno ms influencia que aquella que le otorgaba su condicin de
capital provincial. Durante el primer tercio de siglo la ciudad tradicional esboza algunos
cambios interesantes. Por un lado, se compacta, continuando un proceso ya iniciado en el
XIX, con la progresiva elevacin en altura de las viviendas y la edificacin de los espacios
libres surgidos de la desamortizacin. Por otro, comienza a expandirse con la construccin
de nueva vivienda en el extrarradio, destacando por su importancia numrica y cualitativa
las barriadas de Casas Baratas para obreros, promovidas por la Administracin pblica
entre 1911 y 1935 (BERNAL, 2001a). Estas barriadas lineales, por lo general de vivienda
unifamiliar, surgen dispersas entre s y desconectadas de la ciudad heredada por la
existencia de espacios intermedios sin urbanizar. Pero su valor urbanstico es indudable,
pues su creacin, no slo va a suponer una primera ampliacin de la ciudad en mancha de
aceite, sino que esboza la apertura de nuevas calles y abre camino a la urbanizacin de
nuevos espacios en los que encauzar el crecimiento inmediato de la ciudad, por relleno de
los espacios intermedios. Ambas frmulas, compactacin de la ciudad heredada y
expansin por crecimiento en la periferia, refuerzan en esos aos la centralidad del casco
histrico como espacio comercial de referencia. Hasta los aos cincuenta, la mayor parte
de los establecimientos comerciales tradicionales tienen su emplazamiento en torno a la
plaza Mayor y calles aledaas, sin olvidar el otro foco comercial tradicional, desarrollado
en paralelo y situado al sur del ro Arlanzn.
Las otras dos reas comerciales surgirn en la segunda mitad del siglo XX,
coincidiendo con el momento expansivo ms importante de la ciudad. En los aos sesenta,
se inicia la promocin de viviendas a gran escala, utilizando para ello el territorio de lo que
265
fue el municipio de Gamonal de Ro Pico. Hasta los aos noventa la ciudad creci
fundamentalmente hacia el este y noreste, a travs de Gamonal, y con menor desarrollo
tambin hacia el sur, dando lugar a distintos barrios, espacialmente bien definidos
(BERNAL, 1996).
En la ltima dcada del siglo XX, se han puesto en marcha frmulas de expansin
urbana radicalmente distintas a las tradicionales. El crecimiento ha saltado la ciudad
consolidada y se aprecian caractersticas de una ciudad difusa, tanto en el crecimiento de
los barrios incorporados a la ciudad86 como en las nuevas periferias surgidas en ncleos
municipales vecinos.87 La estructura urbana resultante es compleja y de difcil
articulacin. El proceso de periferizacin supramunicipal conforma un espacio, en el que
lo rural se mezcla con lo urbano, pero nicamente en la funcin residencial, por lo que
estas reas son totalmente dependientes de la ciudad para el resto de las funciones.
Adems, las relaciones entre las nuevas periferias urbanas y los antiguos barrios presentan
notables desequilibrios, por las deficiencias del transporte pblico urbano, lo que tendr
repercusiones importantes en las formas de acceso y utilizacin de la ciudad tradicional.
Durante la dcada de los noventa se han producido cambios socioculturales que han
cristalizado en dos tendencias con gran incidencia en la ciudad. Por un lado, la que impone
el modelo de vivienda unifamiliar en urbanizacin privada situada fuera de la ciudad, que
est provocando modificaciones importantes en el uso de la ciudad tradicional. De otro
lado y al mismo tiempo, se produce una mayor valoracin del centro de la ciudad por su
patrimonio histrico y cultural. Ello explica que el centro histrico se reivindique como un
espacio de uso colectivo para el ocio, el turismo y la celebracin de fiestas y
representaciones, con lo cual, la ciudad antigua corre el riesgo de convertirse en espacio
espectculo. Dos tendencias en apariencia contrarias, pero que responden a mecanismos
diseados por el propio planeamiento de Burgos, que ha decidido actuar sobre la periferia
mientras el centro histrico se vaca y abandona. A partir de 1995 -fecha en la que se
aprob el Plan Especial del centro histrico (PECH)-, se ha decidido retomar el centro, al
tiempo que sigue apoyndose el crecimiento y desarrollo de la periferia, mediante una
estrategia que permite seguir construyendo ciudad para un nmero cada vez menor de
ciudadanos.
Burgos ha pasado de tener un solo centro, el centro, a tener tres unidades de alto
nivel de especializacin funcional. Pero esta decisin ha puesto al comercio convencional
en una situacin muy comprometida, porque la actividad comercial slo se desarrolla en
aquellas zonas donde existe una multiplicidad de funciones, adems de la puramente
residencial o universitaria y adems de la puramente recreativa y turstica. Para que se
desarrolle el negocio comercial se necesitan diversas funciones de relacin y de encuentro,
y resulta imprescindible que exista movilidad y accesibilidad para sacar rendimiento a los
flujos que se producen entre los nudos culturales, econmicos, financieros y demogrficos
de la ciudad.
Burgos ha cambiado mucho. Sin embargo, el crecimiento urbano ha dado lugar a una
ciudad desestructurada que no ha sido capaz todava de superar la desintegracin fsica de
sus barrios, muchos de los cuales mantienen hoy su marginalidad, permanecen inconexos y
presentan una marcada diferenciacin social. El auge que presenta el modelo de ciudad
difusa agrava ms la compleja estructura de una ciudad que se encuentra muy mal
articulada, con desequilibrio evidente en las relaciones entre sus barrios y en la que se han
consolidado procesos de dualidad y competencia por conseguir dotaciones que aumenten
su calidad urbana.
III.6.2. Espacio, tiempo, flujos urbanos y comercio en la ciudad del siglo XXI
El desplazamiento de la poblacin hacia las nuevas zonas de expansin de la ciudad, unido
a la implantacin de tres grandes centros comerciales, est cambiando la estructura
comercial de las reas urbanas de comercio tradicional. La organizacin del espacio
burgals es hoy mucho ms compleja, y la
redistribucin de las funciones urbanas en
el mismo es una de las consecuencias del
cambio del modelo de ciudad, hasta hace
poco concentrada y compacta. La reciente
tendencia a la dispersin residencial ha
favorecido
que
las
actividades
de
comerciales,
las
que
grandes
se
superficies
establecieron
distintos espacios urbanos en relacin con el tipo de demanda que proyecta la sociedad
actual.
Hechos semejantes ocurren en las ciudades de nuestro entorno, como es el caso de
Valladolid estudiado por Basilio Caldern y Jos Luis Garca Cuesta: a lo largo de las
ltimas dcadas del siglo XX el sistema inmobiliario ha venido expulsando de forma
sistemtica a amplias capas de poblacin del centro y bordes del mismo, en unos casos
por la obsolescencia de los edificios y en otros por el alto precio de las nuevas viviendas
renovadas o rehabilitadas. Esta poblacin desplazada forma un grupo social que, perdida la
referencia vecinal y siendo muy dependiente del transporte para realizar sus compras,
tiende a reducir y optimizar sus desplazamientos, por lo que es materialmente imposible
que vuelva al centro, del que fue en cierto modo expulsada, para realizar todas sus
compras, optando por otras frmulas que, ya sea por diversidad de oferta o amplitud de
horario, permiten atender la demanda de esta poblacin perifrica. [] El resultado de
esta estrategia urbanstica ha sido la creciente desertificacin del los centros de las
ciudades con el consiguiente incremento de la inseguridad y despilfarro inmobiliario, pero
la responsabilidad no es de la poblacin que no retorna a ellos para comprar, ni de los
Centros Comerciales perifricos, sino de aquellos que, de forma deliberada y sistemtica,
contribuyeron a romper la estructura y dinamismo de la ciudad tradicional en Espaa, es
decir, de un planeamiento subordinado y cmplice del negocio inmobiliario y un sector
269
diferentes barrios al sistema de movilidad urbana. Si a lo largo del siglo XX, las
desigualdades urbanas se basaban en la relacin jerrquica del centro, como espacio
dominante, y periferia, como espacio dominado, ahora el nuevo modelo de ciudad y la
realizacin de una peatonalizacin dura, estn provocando la ruptura trgica de una parte
de la ciudad, en otro tiempo central, segregndola hasta quedar excluida del sistema de
movilidad general y de los flujos econmicos. Una parte de la ciudad se queda desfasada.
Es muy posible que por eso el comercio tradicional en ella establecido participe de su
misma suerte.
la tarde de los fines de semana con juegos recreativos, en el cine, merendando o viendo
tiendas.
Son cambios que favorecen la tendencia irreversible hacia la concentracin
comercial en grandes superficies y explica el xito creciente de esta frmula combinada de
comercio y ocio en un espacio cerrado y artificial, que se empea en recrear el ambiente de
las calles comerciales, mimetizando las caractersticas de un espacio urbano abierto, con la
ventaja de no depender de las inclemencias caprichosas del tiempo.
Otro aspecto, que entronca con el anterior, es el de la accesibilidad a los servicios y
al comercio y la rapidez de los desplazamientos. El automvil se ha convertido en un
elemento esencial para nuestro modo de vida, con decisivas repercusiones en la
organizacin de las relaciones econmicas y de comunicacin dentro de la ciudad. Su uso,
cada vez ms cotidiano en los desplazamientos dentro de la ciudad, es obligado para la
poblacin que habita los barrios perifricos, vacos de funciones secundarias y terciarias,
por lo general. La necesidad de acceder en coche a la ciudad consolidada para trabajar,
llevar los nios al colegio, hacer gestiones o comprar, hace que la afluencia de vehculos
sea masiva. En unos casos, ser la falta de alternativas de transporte pblico, en otros, la
pura comodidad, pero de cualquier manera se plantea la necesidad de garantizar un acceso
fluido y cmodo a toda esa poblacin que potencialmente necesita hacer uso de la ciudad y
de los servicios que sta oferta. La ciudad debe adaptarse a las nuevas circunstancias, con
la construccin de infraestructuras especficas, como vas rpidas y aparcamientos, que
permitan llegar y aparcar sin perder tiempo. Ambas cosas, junto con la gratuidad del
aparcamiento, son aspectos que colocan a las grandes superficies en una posicin
ganadora, sin competencia respecto al resto de la ciudad, que tiene muchas ms
dificultades para adaptar su tradicional estructura a las nuevas demandas urbanas.
274
ello las nuevas superficies comerciales concentran en unos pocos metros una estrategia
multioferta ligada al ocio que complementan su oferta comercial.
La incapacidad de los nuevos espacios residenciales aunque sean populosos para
generar una actividad comercial propia, nos permite sealar que la presencia de residentes
no es suficiente para generar comercio, ni siquiera de consumo diario, lo que es indicativo
de un cambio de estilo de vida y de comportamientos respecto a los hbitos de compra
tradicionales. El modelo de ciudad difusa ha creado espacios urbanos monofuncionales,
exclusivamente residenciales, unas veces, universitarios, en otras ocasiones. Ya se
proyectan adoptando frmulas constructivas que no contemplan el comercio de barrio,
como sucede en las nuevas urbanizaciones, de adosados o de bloques donde en lugar de
bajos comerciales se construyen garajes, lo que facilita que se salga y entre en la vivienda
sin bajar del coche.
De todos modos, este modelo de ciudad, sin funcin comercial, no es nueva en
Burgos. Existen barrios anteriores que se han desarrollado sin apenas oferta comercial,
como son el barrio de los Pisones, La Castellana, Las Huelgas o los alrededores de la Isla.
En definitiva, observamos que el comercio necesita complejidad. Por eso, se
desarrolla donde todo circula, se mueve y desplaza a travs de flujos; en espacios de alta
congestin funcional, en lugares de paso, de relacin y de encuentro, ms que en los
espacios de tranquilidad y silencio en los que la ciudad desfallece bien por abandono y
decrepitud, y porque es incapaz de atraer a nadie.
Si las dos variables ms importantes para la implantacin comercial eran el volumen
de poblacin y la potencial capacidad adquisitiva, en estos momentos, podemos afirmar
que el comercio es una funcin que prefiere la compaa de otras funciones. Es una
actividad econmica que precisa la concentracin de otras actividades econmicas para
prosperar. Su xito ya no se basa slo en la existencia de poblacin. No depende
nicamente de la calidad urbana ni est en relacin necesaria con la centralidad.
Posiblemente se requiera una mezcla de todos estos factores, pero lo fundamental es que
existan flujos generados por la movilidad de la poblacin y la multifuncionalidad.
275
rea
Comercial
Urbana
Pero,
desde
el
punto
de
vista
medida,
este
responde
criterio
de
zonificacin,
objetivos
de
prospeccin,
fines puramente cientficos del anlisis aqu planteado. Este es el caso del reciente Informe
sobre la capacidad de conversin de las reas comerciales urbanas de la ciudad de
Burgos en Centros Comerciales Abiertos, realizado por la Junta de Castilla y Len, en el
que la existencia de Asociaciones Comerciales activas y bien organizadas es clave para los
planteamientos y objetivos del estudio.
Lo que es indudable es que las tres zonas urbanas con una mayor concentracin
comercial son: centro histrico, ensanche y Gamonal, por lo que bien podemos centrar
nuestro anlisis en las tres.
Figura 144: Relacin de comercios en las zonas peatonales: Sector tradicional. (Fuente:
Federacin de Empresarios de Comercio de Burgos)
menos, y han dejado de ser los espacios de convivencia e intercambio que fueron en tiempos
pasados.
El centro es escenario de procesos de cambio que slo acontecen en esa parte de la
ciudad. Debido a que su rea de influencia es, en principio, la ciudad en su conjunto,
tradicionalmente ha contado con el sector terciario ms especializado y diverso de Burgos.
Junto a un comercio en el que predomina la venta de bienes ocasionales de nivel medioalto y alto, abundaban los servicios de todo tipo, profesionales, personales, y aquellos
relacionados con el ocio, la cultura y la restauracin. El centro histrico se ha comportado
277
89 En el centro slo se han establecido dos almacenes comerciales. Almacenes Campo, que se asoma a la
Plaza Mayor desde la Plaza de Santo Domingo permanece cerrado desde hace casi tres dcadas. Solo la
planta baja ha sido alquilada y permanece con actividad comercial. El otro gran almacn era Galeras
Preciados, abierto a las calles de la Moneda y Almirante Bonifaz. En este edificio se instal hace aos El
Corte Ingls.
278
Figura 145: Nmero de establecimientos en relacin las nuevas calles peatonalizadas. (Fuente:
Federacin de Empresarios de Comercio de Burgos)
La desaparicin del comercio es total en la zona alta del casco antiguo, que se ha
especializado en un terciario de uso nocturno enfocado al ocio y la diversin de la
poblacin joven, que acude a esa zona desde todos los barrios de la ciudad. Este espacio,
sometido
un
abandono
exista
algn
tipo
de
en
el
albergue
279
aislada del sistema dinmico econmico y comercial, como si se tratase de una reserva,
casi un gueto, donde slo se concentra el arte ms monumental de la ciudad.
Pero la zona llana no es mucho mejor. La plaza de la Flora es un buen ejemplo para
verificar que el vaco funcional pesa mucho en el subconsciente colectivo. Los burgaleses
consideran este espacio, incluido en la zona de las Llanas, como parte del territorio de uso
nocturno. En la percepcin de los ciudadanos burgaleses el papel de centralidad de este
espacio ha desaparecido y no atrae a nadie durante el da excepto cuando se realiza alguna
fiesta singular, como el
esquileo o la matanza,
organizada
por
alguna
asociacin ciudadana. El
uso que ha adquirido esta
zona
peatonal
hace
acte como foco de atraccin para la actividad comercial. La zona ms antigua del ncleo
histrico prxima a la Catedral, permanece muy descuidada y sucia, sobre todo los fines de
semana, cuando la conducta incvica de los jvenes, que hacen uso nocturno de este
espacio emblemtico de
la ciudad, terminan por
degradarlo del todo.
El entorno de la
Catedral hasta a la plaza
de Vega, tambin ha
vivido
una
evolucin
significativa
Figura 147: Muchos visitantes y escasos establecimientos comerciales.
(Fuente: Federacin de Empresarios de Comercio de Burgos)
pocos
en
aos.
transformacin
muy
La
ms
caractersticas muy distintas han cerrado sus puertas y permanecen largo tiempo como
locales fantasma asomados al espacio supuestamente ms representativo de la ciudad.
En el entorno inmediato a la plaza Mayor se han abierto diferentes negocios, pero la
escasa permanencia de algunos, el cambio de dueo y orientacin, y la aparicin de alguna
franquicia de durabilidad
muy somera contribuye a
dar una sensacin de
crisis
evidente.
El
con
demasiada
frecuencia. Las calles comerciales ms afectadas por esta transformacin son las que se
encuentran en el borde del casco antiguo alto, como sucede con Huerto del Rey o la calle
de los Avellanos. Tienen un papel de frontera y les est afectando el abandono y la
degradacin de la parte ms histrica de la ciudad. As, por ejemplo, la plaza del Rey San
Fernando, antes foco de comercio, muestra hoy el abandono de muchos de sus locales
comerciales y la transformacin de otros destinados nicamente al consumo turstico de
regalos y fotografa, sin que existan tiendas de barrio ni de ciudad.
Si hoy el centro histrico a partir de las plazas de Mo Cid y de Santo Domingo de
Guzmn hasta el Castillo ya es un barrio aislado de los intercambios comerciales, vemos
con mucha preocupacin la ampliacin de las calles peatonales hasta la calle de la Moneda
y del General Santocildes, porque el borde crtico de marginalidad avanzar hasta la calle
de Santander, que es hoy el eje comercial ms representativo y dinmico dentro de la
ciudad histrica.
Aparentemente se trata de una crisis que afecta al comercio familiar en el sector
comercial ms tradicional de la ciudad, pero, paradjicamente, encontramos las mismas
tiendas en las grandes superficies comerciales, donde el comercio familiar minorista
encuentra hueco, intentando aprovecharse de su notable nivel de equipamientos y de una
oferta conjunta de comercio, recreo y ocio, capaz de librar, por s misma, una dura
competencia a las instalaciones comerciales de la ciudad tradicional. Mxime, si tenemos
en cuenta que el rea de influencia de estas grandes superficies trasciende la propia ciudad
y afecta a los residentes de los municipios de la provincia, que se dirigen all donde tienen
281
asegurada oferta y aparcamiento gratuito. Este hecho es significativo y permite sealar que
no se trata del fracaso de la actividad comercial convencional, ni tampoco del tamao de la
estructura comercial familiar. No es que todos los negocios se hayan quedado obsoletos,
pues los mismos comercios familiares, con los mismos nombres y con la misma actividad,
consideran las ventajas comparativas de cada espacio urbano y han emigrado a otras zonas,
fundamentalmente a Gamonal o a las grandes superficies comerciales, sin que ello
conlleve una reconversin productiva.
Las reconversiones productivas que se han dado en la ciudad tienen carcter
espacial. Un buen ejemplo es la que ha tenido lugar en el eje histricamente ms
comercial, formado por las calles de Lan Calvo y de la Paloma, antesala de la Catedral.
Este eje se caracterizaba por su diversificacin tipolgica. A las tpicas tiendas de barrio de
uso diario o peridico -alimentacin, droguera, perfumera, farmacia, etc.- se una un
comercio de ciudad, moda -confeccin, bolsos y calzado- y juguetes, al que se aada un
comercio de uso ocasional de mayor significacin y calidad, constituido por tiendas de
gran tradicin, especializadas en regalos y joyera, orientadas a satisfacer, no slo la
demanda de la propia ciudad, sino tambin la de los visitantes de mayor poder adquisitivo.
La remodelacin fsica de este espacio, para entrar
en la modernidad terciaria-turstica del siglo XXI,
se ha traducido en la sustitucin progresiva de un
comercio tradicional de gran arraigo por tiendas
de baraturas y de tarifa nica, es decir, por el
tpico comercio de recuerdos orientado a un
segmento de poblacin visitante de escaso poder
adquisitivo que viene de excursin y compra
recuerdos de poco precio como regalo para
amigos y familiares.
Estas circunstancias son la consecuencia de
un proceso de recesin y crisis, pero no del
Figura 150: En la calle de la Paloma las
joyeras han dado paso a tiendas de
recuerdos. (Fuente: la autora)
para la poblacin que vive en los municipios de la provincia y que acceden a la ciudad en
coche para realizar sus compras. A todos ellos les resulta mucho ms cmodo dirigirse
directamente a las grandes superficies comerciales, donde, sin lmite de tiempo, tienen
asegurado aparcamiento, con el aliciente aadido de ser gratuito.
Hoy la zona comercial tradicional se encuentra en una situacin de alarma. En el
entorno urbano tericamente ms bello paseo de la Isla, plaza del Rey San Fernando, paseo
del Espoln, plaza Mayor, calle de La Paloma, Lan Calvo, Almirante Bonifaz, no se
encuentra, como antes, la oferta comercial ms especializada, moderna y representativa de
la ciudad. En el entorno de la Catedral ya no se localizan las casas comerciales ms
prestigiosas y los productos ms exclusivos. El Espoln y el primer tramo del paseo de la
Isla constituyen tambin un ejemplo significativo. A pesar de ser espacios peatonales, esta
circunstancia no parece generar aqu ventajas comparativas respecto a otros espacios
prximos, como puede ser la calle de Santander o la de Vitoria. La falta de dinamismo
comercial de este espacio de gran calidad urbana viene a demostrar el escaso xito que
otorga por s misma la peatonalizacin o la existencia de un paseo.
Al mismo tiempo la peatonalizacin se ha acompaado de una prdida de calidad
urbana. Los comerciantes de las zonas
peatonales han tenido que replantearse
la seguridad de sus escaparates,
protegindolos durante las horas del
medioda y durante los fines de
semana, con lo que se pierde la
oportunidad de que los caminantes
curioseen y alimenten deseos de
Figura 151: Calle de la Moneda. Blindaje de las
joyeras en las calles peatonales. (Fuente: la autora)
positiva
para
un
comercio que ha eliminado la exposicin de los productos detrs de una persiana metlica,
a menudo totalmente opaca. Si la publicidad ha desaparecido como herramienta del
comercio en las zonas peatonales, el impacto visual de las persianas hasta el suelo tiene
consecuencias nefastas en la calidad del paisaje urbano.
Tambin llama la atencin, que la disminucin de la calidad de los comercios,
observada en algunas calles del centro histrico, se acompae de una alteracin importante
del uso del espacio pblico, del que se apropian los nuevos negocios. La calle es usada
como una prolongacin de la tienda, con la colocacin de reclamos publicitarios,
283
ms
reprobable,
con
la
comercios
antiguos,
muy
mayora de los casos, descuidada ante la certeza de su falta de viabilidad futura. Junto a
ellos, aparecen establecimientos de alto nivel, con una imagen exterior excelente y una
decoracin interior cuidada, segn los cnones estticos actuales que adopta el comercio
de calidad. Muchos de estos establecimientos son franquicias, cuya imagen externa, de
similares caractersticas en todos sus establecimientos, es precisamente su imagen de
marca y resume, en un golpe de vista, toda la filosofa de la firma a la que representa. El
escenario que ofrece el casco histrico es un valor aadido muy valorado por el comercio
de calidad, tanto global como local, que compite por establecerse en los bajos de vetustos
edificios y en calles con solera, buscando impregnarse del valor intangible que le ofrecen
la historia y los monumentos. No obstante, en Burgos, algunas firmas prefieren otros
espacios prximos, situados en la transicin hacia el ensanche, por su mayor valoracin
urbana.
Estamos en un momento en que la prdida de capital social en esta parte de la ciudad
est a punto de destruir el delicado equilibrio entre cultura y comercio, al tiempo que
empieza a quebrarse el estrecho compromiso entre el comercio y el turismo cultural. La
existencia de una poblacin flotante, importante en nmero y en capacidad de compra,
como son los turistas que visitan Burgos, ha sido tradicionalmente una interesante baza
para el comercio. Como su estancia no suele superar el da, sus movimientos en la ciudad
se circunscriben, por lo general, al entorno de la Catedral y las calles del casco antiguo,
que se convierten, para ellos, en el referente comercial de la ciudad. Burgos tuvo fama de
ciudad con mucha clase precisamente a travs del contacto de los visitantes con un
284
comercio tradicional de calidad en relacin, sin duda, con el turismo cultural que siempre
ha tenido la ciudad en torno a su Catedral. Pero en las actuales circunstancias constatamos
que se desaprovecha la potencialidad patrimonial de la ciudad histrica. A priori, el
comercio del centro histrico se muestra como uno de los puntos ms fuertes de la ciudad.
Sin embargo, es una actividad econmica frgil, ante la degradacin social y la
indefinicin de futuro, y muy vulnerable ante las tensiones que afectan a este espacio.
Cuando desde algunas instituciones burgalesas se manifiesta que el centro histrico,
vaco de poblacin, habr de convertirse en un espacio dedicado nicamente a la funcin
turstica y comercial no se tiene en cuenta el principal problema.90 Los fuertes contrastes
originados por el proceso de periferizacin de la ciudad, entre reas emergentes y reas
marginadas, no slo afectan a la poblacin, sino tambin a las actividades econmicas para
las que la marginacin espacial resulta paralizante. Hay que tener en cuenta que el espacio
urbano no acta como un simple escenario neutral en el que se localiza el comercio, ni
siquiera en la ciudad histrica, sino que es un gran condicionante para favorecer o
dificultar la implantacin comercial y su desarrollo.
Pese a los problemas sealados, no podemos olvidar la existencia de calles muy
comerciales en el Centro Histrico, que todava conservan un elevado nivel de
accesibilidad.
Son
la
se
puede
90 Es posible que, en un nuevo orden urbano, se intente convertir al Centro Histrico, vaco de poblacin y
de contenido, en un parque temtico para ser visto por los turistas y en un centro comercial abierto, sin
tener en cuenta que, para que una zona comercial sea atractiva, la oferta de establecimientos comerciales
tiene que ser del 75 % del total de establecimientos, ms un 25 % de servicios terciarios, tales como hoteles,
restaurantes, bancos, oficinas de seguros, equipamiento mdico, equipamiento cultural y atencin personal.
285
por lo que aprovecha los desplazamientos de los ciudadanos para mantener una oferta
variada.
A su lado, la calle de la Puebla, es mucho menos dinmica a pesar de su cntrica
situacin y su magnifica conexin con el casco histrico, a travs de la tranquila plaza de
la Libertad. Esta calle encarna la paradoja de ser un espacio peatonal que se encuentra en
un lugar plenamente central, pero que ha quedado al margen de los flujos de trnsito por lo
que el comercio en ella es escaso.
El centro histrico de Burgos, incluida la zona sur, atraviesa un deterioro productivo
impropio de una zona en la que la centralidad y el patrimonio histrico otorgan todava la
imagen ms atractiva de la ciudad, lo que puede parecer contradictorio porque es una
imagen
comercial
que
se
el
marketing
afana
en
ms emblemtico de la ciudad y
el de mayor valor paisajstico.
Con el nuevo orden que el planeamiento urbano ha diseado para la ciudad de Burgos, el
centro histrico ha quedado marginado para la funcin comercial, pues el comercio
necesita acompaarse de otras funciones que le han sido arrebatadas, contribuyendo a su
declive progresivo.
La crisis tambin afecta a la zona sur del centro histrico, situada en la margen
izquierda del ro Arlanzn en torno a las plazas de Vega y Conde de Castro. Esta zona
dispone como focos de atraccin algunos equipamientos y servicios, como la estacin de
autobuses, el Mercado Municipal de Abastos o Mercado sur y el Museo de Burgos, todos
en la calle de Miranda. Adems del servicio de Correos en la Plaza Conde de Castro. Por
ello las calles de Miranda y la de San Pablo son los ejes ms importantes de localizacin
comercial. Estos equipamientos y servicios configuran un tringulo entre la calle de
Madrid, la de San Pablo y la de Valladolid, cuya actividad comercial se prolonga, en parte,
por las calles del Progreso y de Santa Clara. Bsicamente se trata de un comercio
tradicional, que durante dcadas ha abastecido de productos de consumo diario a la zona
sur de la ciudad, junto a algunas pequeas tiendas de barrio. Varios supermercados de
286
de
maquinaria
algunos
se
zona un aspecto algo caduco y con escasa capacidad de atraccin externa. En general, se
trata de un comercio en desuso, aunque hay algunas excepciones recientes dignas de
mencin, como algunas charcuteras de calidad, alguna librera y tienda de papelera y
material de oficina o las dos tiendas de muebles de reciente apertura en la calle de
Valladolid, una de ellas franquicia de muebles de cocina. Esta ltima opcin puede ser
sintomtica de una posible tendencia futura. Algunas firmas y tiendas especializadas, con
calidad pero necesitadas de espacio, buscaran emplazamientos prximos al colapsado y
caro casco histrico, aprovechndo las sinrgias que ste genera en su entorno inmediato.
Desde hace algunos aos permanece entre los comerciantes de la zona sur un
sentimiento de crisis en el sector, fundado en la atona en que se sumergen la mayora de
los negocios. La necesaria renovacin de los comercios no se produce, pues domina un
pesimismo generalizado respecto a las posibilidades de un barrio, casi tan envejecido
como el casco histrico. La crisis es profunda en calles como la de Santa Clara, en la que
predomina un diminuto comercio de barrio de calidad modesta, hoy en plena recesin y en
donde, alguna nueva frmula ensayada ha fracasado en poco tiempo. La situacin ms
alarmante es la de la plaza de Vega y la calle de Madrid, cuyos locales comerciales han ido
cerrando hasta quedar desdibujada como zona comercial. ste es un claro ejemplo que
287
verifica la importancia que tienen los flujos de trnsito para la implantacin y xito
comercial. Si observamos el plano de Burgos se comprueba que, al estar el casco histrico
cerrado al trfico, la calle de Madrid ha quedado fuera de los flujos de acceso; ya no
constituye ningn eje de trnsito, ya no articula ningn espacio fsico. Esta calle lleva
muchos aos a la espera de una recualificacin que le d la vuelta, fundada en la
rehabilitacin y en la valoracin de ciertos espacios que se convertiran en focos de
dinamismo. Es el caso del Hospital de la Concepcin inmueble de la Universidad de
Burgos o el complejo de San Agustn.
El sector de los comerciantes y las asociaciones de vecinos de la zona sur han
manifestado su esperanza en que el traslado de la Facultad de Humanidades desde el
campus de San Amaro al Hospital de la Concepcin sirva para revitalizar el comercio y el
barrio. Adems del dinamismo directo que la presencia de alumnos y de las diversas
actividades universitarias puedan generar en la zona, se considera a la propia funcin
universitaria como una baza en s misma, para cualificar y reconvertir un espacio que
requiere algn elemento de choque para propiciar el cambio e invertir la tendencia
regresiva. Junto a esta iniciativa, la gran esperanza es la llegada de miles de visitantes al
Museo de la Evolucin Humana.
Puede resultar paradjico pensar que la afluencia de universitarios a la zona sur
pueda ser un factor de activacin comercial. Los aos transcurridos demuestran que la
concentracin de varias Facultades universitarias en la zona del Hospital del Rey no ha
generado ninguna actividad comercial en el espacio que ocupan. Sin embargo, esta
contradiccin es enormemente significativa a la hora de analizar los factores que rigen la
dinmica comercial. Ciertamente, no hay una relacin directa entre la aglomeracin de
jvenes universitarios y la existencia de comercio, como se observa en la zona del campus,
donde lo que falla es la ciudad. Sin embargo, con una sola Facultad en la calle de Madrid y
un nmero menor de jvenes, se puede generar razonablemente la esperanza de aumento
del mercado potencial y, en consecuencia, un futuro desarrollo y dinamismo comercial,
porque en esta zona histrica, existe ciudad. Todo lo cual demuestra una vez ms que una
sola funcin no genera actividad comercial, sino que es necesaria la multifuncionalidad
para la pervivencia y desarrollo del comercio; es decir, tiene que haber residencia, ocio,
cultura, administracin, servicios y flujo de personas para dar vida al mercado.
La referencia a la funcin universitaria, por la que se apuesta, en la zona sur, como
un valor seguro, nos da nuevamente la oportunidad de sealar que la segregacin elegida
para la Universidad de Burgos, la opcin por un campus nico situado en un extremo de la
ciudad, fue, sin duda, una ocasin perdida para dotar de nueva funcionalidad al centro
288
histrico. La ciudad histrica no puede ser slo considerada la pieza de mayor carga
simblica, sino que debe mantenerse viva y con futuro. Y en este sentido, la funcin
universitaria es una opcin ptima para hacer ciudad, pues puede contribuir a recuperar
patrimonio, dotndolo de nuevo uso, y crear centralidad cultural en un espacio que ha
perdido centralidad econmica. Si al rico patrimonio burgals, ligado al Camino de
Santiago como gran eje de conexin cultural, se le hubiera podido aadir la presencia
activa de la Universidad, el centro histrico hubiera contado con tres factores de
dinamismo, intercambio y universalidad de primer orden, a partir de los cuales recuperar la
multiplicidad de funciones y usos, as como, el atractivo suficiente para el desarrollo
natural de la actividad comercial.
Figura 156: El ensanche, convertido en "Burgos centro", acoge la multiplicidad funcional que tuvo el
centro histrico. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
plusvalas que le otorga su proximidad a la ciudad histrica. En este sector se dan cita
varios factores que le otorgan competitividad. Por un lado, su posicin y caractersticas
urbanas le permiten una conexin rpida con las otras reas de la ciudad. Por otro,
concentran la mayora de las funciones urbanas de direccin y gestin que desarrollan las
sinergias necesarias para que tenga xito la actividad comercial.
Los principales flujos se organizan en torno a la plaza de Espaa, a la glorieta de
Bilbao en la que se encuentra el edificio de la Junta de Castilla y Len, y a su lado, la
Comisara de polica
principalmente en el eje de la avenida de Cantabria. De ah, que los principales ejes sean la
avenida de la Paz, la avenida del Cid y la calle de Vitoria, que destacan por la variedad de
funciones urbanas que albergan y, en consecuencia, por el desarrollo y buen ritmo de la
actividad comercial.
En primer lugar, en el ensanche se sita la oferta comercial de frecuencia diaria de la
que carece el centro histrico. Asomado a la plaza de Espaa se sita el Mercado
Municipal de Abastos, conocido como Mercado norte por contraposicin al otro situado al
sur del ro Arlanzn. Varios supermercados de barrio, de tamao medio y situados
estratgicamente, completan la oferta de alimentacin, junto a algunas tiendas de
productos perecederos, que mantienen vigente, en este sector, un modelo de compra diaria
o frecuente del que carecen otros espacios urbanos. Adems existe todo tipo de comercio de moda, de complementos, de msica, etc.-, pero destaca por su importancia el tipo de
comercio ocasional, de muebles, regalos y equipamiento de hogar.
Los ejes comerciales lo forman las principales avenidas de la ciudad: avenida del
Cid, Reyes Catlicos, avenida de la Paz, las Bernardas y la calle Calzadas. Adems la calle
de Julio Sez de la Hoya, con algunos comercios ms especializados en el entorno de la
plaza de Espaa, participa de la misma capacidad de atraccin que la avenida del Cid y las
otras calles principales de esta zona.
El sector de ms reciente desarrollo, entre el ro Vena, la calle de Vitoria con la
presencia de varias instituciones como la Direccin Provincial del Insalud, la Delegacin
del Gobierno o la Delegacin de Economa y Hacienda, y la avenida de Cantabria, destaca
por una acusada especializacin gremial de su comercio, siguiendo una pauta de
concentracin espacial antigua, hoy muy valorada como estrategia comercial, por las
sinergias positivas que se generan. Dos sectores comerciales dominan los establecimientos
de la zona: moda, por un lado; mobiliario y complementos del hogar, por otro. Tiendas que
venden el mismo tipo de producto aparecen juntas, en un radio muy pequeo, incluso
pared con pared en la misma calle. Lejos de interferirse negativamente, su competencia se
290
cifra precisamente en su capacidad para destacar entre las dems, para singularizarse y
desplegar su oferta particular entre una clientela que viene de cualquier parte de la ciudad
a mirar o comprar, atrada por esa concentracin de la oferta. En este sentido, destaca la
avenida de la Paz -eje entre la plaza de Espaa y la glorieta de Bilbao-, que en la segunda
mitad de los noventa, se ha especializado en establecimientos de muebles de todas clases y
estilos, junto a tiendas de decoracin y equipamiento de hogar. En dicha calle hay ms de
una decena de esas tiendas, a las que se unen otras de similares caractersticas situadas en
las proximidades. Es posible que el xito comercial de algunas de las firmas de muebles
ms reconocidas de la ciudad, instaladas desde hace bastantes aos al final de la avenida y
en la plaza de Espaa, pueda considerarse el desencadenante que ha estimulado dicha
especializacin, establecindose los flujos correspondientes. Dada la actual crisis
econmica en este sector especializado en tiendas de muebles y decoracin, se nota ms
claramente.
Por su parte, los comercios orientados a moda se benefician de idnticas ventajas
derivadas de la concentracin sectorial. Algunas franquicias han apostado por este
emplazamiento, pero la mayora de los comercios de ropa y complementos de moda se
deben a la iniciativa local. La sociedad y el estilo de vida actual otorgan al tiempo un gran
valor. Por ello, la posibilidad de ir de compras en un espacio reducido, con una oferta
concreta abundante y variada, que permita elegir comparando y sin necesidad de invertir
tiempo en desplazamientos, se revela como una frmula interesante, que este espacio ha
podido adoptar, al ser uno de los ltimos colonizados por el comercio burgals. La oferta
comercial se completa con una abundante oferta de servicios personales y de ocio -en la
que hay que incluir el Conservatorio de Msica-, que convierten a este espacio, y en
concreto, al eje plaza de San Juan-Bernardas-Calzadas en uno de los sectores de mayor
complejidad funcional y diversificacin comercial dentro de la ciudad.
familiar
arraigado
de
cierta
tradicin. Ello explica que Gamonal constituya un barrio con personalidad especfica y
diferente dentro de la ciudad (BERNAL, 1996). Siempre tuvo vocacin comercial.
El barrio de Gamonal, a pesar de ser calificado a menudo como un espacio urbano
sin calidad -con intenso trfico, sin aparcamientos y altamente densificado-, tiene, sin
embargo, un gran dinamismo demogrfico que se traduce en una concentracin comercial
muy variada. Su estructura morfolgica no es la ms valorada de la ciudad de Burgos, pero
posee una magnfica accesibilidad desde el resto de la ciudad a travs de una lneas de
autobuses muy eficaces. Vemos, pues, que muy por delante de la calidad urbana, la
accesibilidad constituye uno de los factores importantes para conseguir clientes. Por eso se
explica el xito de Gamonal como lugar de localizacin de actividades comerciales y de
servicios a lo largo de las principales vas, en las que hay autobs urbano. El mbito de
influencia del comercio de Gamonal, hoy como a mediados del siglo XX, no est
vinculado nicamente al barrio sino que se ampla a la ciudad entera, lo cual le otorga un
mayor dinamismo.
La fcil comunicacin que establece la ciudad con el barrio de Gamonal y la
posibilidad de usar el vehculo privado, a pesar del caos aparente que genera la falta de
aparcamiento y las inevitables dobles filas, explica la formacin de verdaderos ejes de
292
competencia decisiva en el seno de una sociedad que est cambiando sus pautas de
conducta respecto a las formas de consumo. Con escasa poblacin residente y sin
comercio, muchas calles del centro histrico se orientan hoy al uso preferente del turismo
durante el da y al ocio juvenil durante la noche. Este proceso de regresin que caracteriza
al casco histrico, puede conducirle a quedar
convertido en un mero barrio histrico. Seguir
siendo, sin duda, el ms representativo de la
ciudad, al contener los monumentos y elementos
urbanos
ms distintivos y emblemticos de
publicitarias
llamativas,
ni
los
que se han producido en la ltima dcada del siglo XX obligan sin duda a organizar y
estructurar el comercio tradicional, aunque se estn intentando soluciones coyunturales
295
que
los
consumidores
puedan
las grandes superficies para hacer frente a la competencia. Sin embargo, otros factores
competitivos importantsimos como la amplitud de los horarios, la accesibilidad y la
296
los
centros
comerciales
han
299
300
IV.
EL
ESPACIO
PBLICO
COMO
ELEMENTO
SUSTANTIVO
DE
aproximacin a la percepcin y
Histrico.
la necesidad de avanzar en el estudio de los principales aspectos que ponen en relacin los
contenidos del sintagma lxico Patrimonio Urbano.
Patrimonio, lo heredado, lo histrico, la herencia histrica que tiene un valor
cultural, por lo que es necesaria su proteccin con un rgimen jurdico que hay que
conocer; y, urbano, la ciudad, en la que no slo existen edificaciones -monumentales o
no- y espacios vacos que conforman la trama y que, junto con los elementos naturales del
espacio en el que se asienta, van dando forma y configuracin al espacio urbano, sino que
tambin est formada por personas, usos y funciones.
Esta necesidad de dotar de contenido a una disciplina de Patrimonio Urbano
partiendo prcticamente de cero, fue dando forma y significado a una serie de Jornadas de
Geografa Urbana, cuyo contenido trata de servir de aproximacin cientfica a la ciudad en
sus mltiples facetas, y siempre relacionadas con su valor cultural y por tanto patrimonial.
Durante diez cursos consecutivos se celebraron diez Jornadas de Geografa Urbana. Una
cada ao. La tarea fue muy dura, ms si se tiene en cuenta que se realizaba en soledad.
Pero el esfuerzo mereci la pena y se consiguieron los objetivos, gracias a todos los
gegrafos, profesores de las diversas universidades, que aceptaron de buen grado colaborar
conmigo con una generosidad extraordinaria.
El objetivo era muy ambicioso. En primer lugar propiciar el encuentro, en Burgos,
de gegrafos especialistas en el estudio de la ciudad para poder compartir con colegas de
la profesin una preocupacin como es la teora del valor cultural aplicada al espacio
urbano. Con una formacin geogrfica yo tena que parir una asignatura denominada
Patrimonio Urbano desde la ptica de la Geografa. Yo misma tena una gran necesidad de
aprender a travs del conocimiento del trabajo realizado por gegrafos de otros lugares.
Algunas ciudades ya haban puesto en marcha planes especiales y procesos de
rehabilitacin de sus centros histricos, por lo que era necesario conocer de primera mano
las experiencias y los anlisis y realizados por gegrafos. Y sobre todo, poder hablar con
lenguaje geogrfico, de inters humano por la ciudad y plantear propuestas.
Para m tena mucha importancia tambin ofrecer a los estudiantes de la Universidad
de Burgos la posibilidad de conocer a profesores de Geografa de otras universidades y
escuchar sus explicaciones sobre temas especficamente elegidos para su formacin en una
asignatura novedosa como es Patrimonio Urbano, de la que nadie hablaba en esa poca.
Nuestra idea era conseguir la publicacin de los contenidos de todas las Jornadas para que
los alumnos pudieran contar con un corpus terico que les permitiera comprender de una
manera cabal a qu nos referimos al decir patrimonio aplicado a la ciudad. Para ello se
trataron los temas que estn ntimamente interrelacionados con la gestin y la
303
conservacin del patrimonio de la ciudad. Era muy necesario en una ciudad en la que la
palabra patrimonio estaba ntimamente asociada con esttica y con arte.
Por ltimo, aunque igualmente importante, he de sealar que estas Jornadas
cientficas se celebraron en el Centro Cultural Casa del Cordn. Podan haberse realizado
en la propia Universidad, tal vez con menos esfuerzo de organizacin, pero eleg ese lugar
por estar en el corazn de la ciudad. Esta opcin no fue slo una cuestin de militancia,
para mantener la funcionalidad cultural en el centro histrico, sino que nos movi la
voluntad de hacer un servicio a la ciudad por tener el convencimiento de que la
Universidad es un servicio para la colectividad y de que el conocimiento es un bien que es
imprescindible compartir para lograr la valoracin del patrimonio y con ella su
conservacin. La asistencia de numeroso pblico a las sesiones de estas Jornadas
demostraba claramente que la ciudad y el patrimonio interesa a la sociedad.
El centro histrico de las ciudades como Patrimonio Cultural sirvi de inicio de este
planteamiento; tambin analizamos la revitalizacin funcional como un reto de las
ciudades histricas y las oportunidades de desarrollo sostenible que tienen los conjuntos
urbanos histricos. Durante el curso 1998-1999 consideramos preciso estudiar el medio
ambiente urbano en las ciudades histricas. Con ese motivo el trabajo propuesto a los
alumnos consisti en analizar la imagen de la ciudad de Burgos y saber el punto de partida
con el que esta ciudad encaraba todas las transformaciones de la postmodernidad.
Las nuevas relaciones surgidas en la ltima dcada del siglo XX y la escasa
capacidad de reaccin de la ciudad de Burgos ante las constantes y rpidas
transformaciones que afectan a las ciudades a nivel mundial haban provocado una crisis
urbana evidente, por lo que desde el gobierno municipal pareca obligado adaptar la
imagen de la ciudad a ese sistema de desafos.
Nuestro objetivo era reflexionar sobre los nuevos factores y nuevos problemas que
afectan a la ciudad y sobre las estrategias con las que se acta en la ciudad de Burgos en
una coyuntura de competitividad fuerte en el contexto regional.
Ao tras ao habamos detectado la dificultad que surge para aprehender el concepto
de BIC referido al espacio urbano -ms all del monumento- y la necesidad de proteccin
del patrimonio histrico, superadora de la proteccin del patrimonio artstico, nociones
muy arraigadas en los estudiantes de Humanidades que eligen el itinerario de Patrimonio
(por el artstico) y con una fuerte expectativa y gusto hacia la Historia del Arte.
En la asignatura de Patrimonio Urbano no basta con analizar y explicar el fenmeno
urbano, objeto de muchas disciplinas, sino que cobra gran inters la dimensin histrica y
cultural que es lo que otorga el inters a los espacios histricos declarados BIC, lo cual
304
encierra una valoracin cultural, una visin subjetiva, colectiva y preferencial respecto a
otros barrios de la ciudad.
Nosotros consideramos que la conservacin del patrimonio se basa, por un lado, en
el conocimiento del bien patrimonial -en el caso que nos ocupa: la ciudad, la ciudad
histrica, los conjuntos urbanos histricos...- y adems en los sentimientos y valoracin del
bien por parte de la poblacin, lo
cual explica la ntima relacin
existente entre el patrimonio y la
dimensin subjetiva del espacio
urbano.
Somos conscientes de que la
valoracin del patrimonio urbano
no deriva de las caractersticas
objetivas de los conjuntos urbanos
Figura 164: Imagen del casco antiguo de Burgos. Los
nmeros indican los lugares donde se concentran los locales
de copas. (Fuente: Agenda Cultural. Ocio en Burgos, n 1,
1999)
con la moda o el mrketing y, sobre todo, de cmo se valore subjetivamente por parte de
los ciudadanos. De acuerdo con ello, en un curso de Patrimonio Urbano, racionalmente
habra que partir del anlisis de la realidad urbana, de la ciudad y su evolucin, con su
paisaje y sus caractersticas funcionales, econmicas y sociales.
Las dificultades de realizar esta tarea en tan poco tiempo nos aconsejaron a recurrir a
una metodologa diferente: tomar como punto de partida el conocimiento subjetivo de los
estudiantes, su percepcin, para intentar adecuar las clases tericas a sus posibilidades y
as sacar el mximo rendimiento desde el punto de vista pedaggico. El planteamiento
previo, por tanto, es que ya que un curso es insuficiente para adquirir el conocimiento
necesario del espacio urbano, de la ciudad, nuestro mayor esfuerzo deba de ir dirigido a
suplir esta dificultad incentivando la mirada, por considerar que nicamente con la mirada
la ciudad histrica adquirir valor y ser considerada patrimonio cultural.
As pues, a travs de una serie de trabajos realizados por los estudiantes y de las
explicaciones tericas realizadas en el aula intentamos reforzar la visin y la comprensin
de los elementos espaciales ms significativos del patrimonio urbano. La propuesta era
lograr el reconocimiento de los valores intrnsecos del espacio urbano, tanto del espacio
edificado como del espacio pblico que le hacen merecedor de ser considerado patrimonio
cultural.
305
El trabajo propuesto a los alumnos durante el curso que exponemos aqu pretende ser
una contribucin desde la Universidad de Burgos al conocimiento del medio ambiente
urbano, por el convencimiento de que hay que conocer para poder conservar y de que
solamente las generaciones futuras podrn conocer los bienes culturales que se hayan
preservado. Partimos, pues, del principio defendido por Paolo Torsello, que al plantear la
necesidad de unir a la expresin conocer para conservar la de conservar para conocer
(TORSELLO, 1996: 10).
Este proyecto, por tanto, tena como objetivo incentivar la comprensin de los
valores patrimoniales de la ciudad histrica, su patrimonio cultural, ya que sabemos que la
existencia de los bienes culturales no garantiza por s sola la comprensin de su
significado, ni su valoracin para el entendimiento de la historia de las generaciones que
nos han precedido. Por ello es necesario llevar a cabo acciones de educacin patrimonial
capaces de estimular en los estudiantes el respeto y el aprecio del patrimonio cultural.
Es obvio que la idea de involucrar a los universitarios en la valoracin y
preservacin del patrimonio es consustancial con la denominacin de la asignatura,
Patrimonio Urbano, pero tambin se presenta como una respuesta al artculo 27 de la
Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. Aunque en la
mencionada Convencin, la UNESCO a quien invita a sensibilizar sobre la necesidad de
preservar el Patrimonio y hacer todo lo posible por estimular en sus pueblos el respeto y el
aprecio del patrimonio cultural y natural, con todos los medios apropiados, y sobre todo
mediante programas de educacin y de informacin, es a los Estados Partes, desde el
primer momento que comenc a impartir la asignatura de Patrimonio Urbano he
pretendido contribuir con ese quehacer y establecer una relacin ms creativa de la
comunidad universitaria con el contenido cultural de la ciudad.
Consideramos que la universidad tambin es responsable de la construccin de la
ciudadana y nuestro deseo era que la Universidad de Burgos cumpla la tarea de formar
especialistas capaces de ofrecer un planteamiento cientfico a la valoracin y proteccin
del patrimonio histrico de la ciudad.
Por todo ello nos pareci fundamental conocer la imagen que los estudiantes
universitarios tienen de su propia ciudad, el modo en que perciben el espacio urbano y
determinar las preferencias espaciales, no slo a la hora de valorar el lugar donde les
gustara vivir, sino de valorar los aspectos patrimoniales, estn o no declarados, y la
relacin particular que mantienen con su patrimonio. Todo lo cual, aunque imposible de
cuantificar, nos indica la valoracin que hacen del patrimonio urbano como bien nico e
irremplazable.
306
documentos
urbansticos
se
apoya
o fotgrafos, una fuente importante para servir de referencia y contrapunto y, por supuesto,
de base de partida para plantear cambios futuros que puedan influir en la imagen de la
ciudad, de especial inters cuando se trata de tramas histricas como es el caso de Burgos,
cuyo ayuntamiento deseaba cambiar la suya con el fin de vender ciudad. Desde la
Administracin municipal en esos momentos se realizaban propuestas para mejorar su
imagen y desde la Universidad de Burgos tenamos la posibilidad de comprobar cul era
la autntica imagen que existe de la ciudad.
La lectura del Informe que el Defensor del Pueblo Andaluz realiz sobre la
contaminacin visual del Patrimonio Histrico Andaluz, nos sugiri fijarnos en esta
cuestin en la ciudad de Burgos (CHAMIZO DE LA RUBIA, 1998). Tambin nos interes
una exposicin fotogrfica sobre El cableado en el casco antiguo de Zamora, organizada
por la Asociacin Benito Pellitero, que tuvimos la suerte de visitar en el claustro del
Colegio Universitario de Zamora en 1998. En ella vimos que las fotos constituyen un
sistema de informacin documental para la conservacin del patrimonio y para tomar
conciencia de la calidad del medio ambiente urbano. Adems conocamos el trabajo
307
realizado por Vctor Fernndez Salinas con sus alumnos a lo largo de varios cursos en la
Universidad de Sevilla. Por otra parte la visita y el conocimiento en profundidad de la
exposicin Vivir las ciudades histricas en unos momentos en que la Fundacin la
Caixa nos encomend la organizacin de un seminario con el mismo ttulo -que tuvo
lugar en enero de 1998- nos sugiri incluir la fotografa por su carcter pedaggico y
propositivo como parte esencial de un trabajo personal de los alumnos y probar un nuevo
planteamiento metodolgico en el curso 1998-99.
IV.1.1. El registro de la imagen urbana: una visin crtica sobre el paisaje urbano en
el cambio de siglo
Con estas referencias propusimos un trabajo consistente en registrar la imagen urbana de
Burgos a finales del milenio, mediante una recopilacin fotogrfica de las zonas histricas
de la ciudad. El trabajo titulado, Burgos 2001: la otra imagen de la ciudad, es un recorrido
visual por las calles de los espacios histricos de la ciudad para descubrir imgenes que,
por habituales, pasan desapercibidas a los ojos de los ciudadanos. Lo que se recoge en las
fotografas son aquellos detalles que permiten una identificacin de lo que somos. A veces
son pequeos detalles que pasan inadvertidos pero que van configurando una visin global
de la ciudad que siempre queda reflejada en las
fotografas. Son detalles que ayudan a conformar la otra
imagen de la ciudad y que transmiten sensaciones del
lugar ms all del monumento. Son elementos
recogidos desde el espacio pblico que conforman y
modelan una peculiar visin de la ciudad, su propia
fisonoma, y configuran tambin la percepcin urbana
que se llevan de Burgos los visitantes.
La recopilacin fotogrfica trata de repasar lo
ms significativo de los elementos que contribuyen a
Figura 166: Poblacin envejecida en
el centro histrico. Una anciana
limpia la nieve. (Fuente: la autora)
los ciudadanos, que adems suelen ser valorados muy positivamente por los visitantes de
la ciudad.
Mediante las campaas de promocin turstica nos hemos acostumbrado a ver la
ciudad de Burgos a travs de una imagen oficial plasmada en folletos publicitarios, de la
308
que se eliminan los elementos negativos, y nos parece que su utilidad para el futuro de la
ciudad es muy limitada.
Nosotros proponemos obtener la imagen real por medio de fotografas que presentan
el reverso de las postales con absoluta objetividad. La otra imagen de la ciudad intenta
mostrar de forma sinttica y llamativa lo que significan los detalles negativos, cuya
solucin y correcta disposicin no slo es posible sino que ya existen todos los medios
tcnicos para poderse efectuar. Es una visin crtica y una denuncia constructiva -los
aspectos ms positivos de la ciudad ya se muestran en las postales-, puesto que hace
hincapi en los elementos ms sobresalientes y ms significativos por su carcter negativo
a la hora de valorar la calidad urbana del centro histrico.
A travs de las instantneas se puede apreciar el efecto visual negativo que producen
en el paisaje histrico de la ciudad cruces areos de cables en las calles, redes de cables de
telfono, contadores, postes, objetos inservibles -como palomillas, rieles, hierros,
transformadores, cuerdas de guirnaldas o enganches y cordeles para colgar los adornos de
navidad-, antenas o pararrayos, anuncios y carteles publicitarios en extravagante
competencia, seales de trfico en tropel o los distintos elementos que configuran el
mobiliario urbano. Tal amasijo de artilugios empobrece la esttica, a la vez que dificultan
la posibilidad de disfrutar de la imagen del patrimonio. Distorsionan la calidad ambiental
del conjunto histrico y, por tanto, configuran una mala imagen de la ciudad.
Es cierto que esta situacin puede pasar desapercibida para los ciudadanos
residentes, pero a los visitantes ese descuido les llama poderosamente la atencin.
La fotografa ayuda a detectar los elementos negativos del espacio pblico, como la
falta de limpieza y la permanencia excesiva en las vas pblicas de escombros y materiales
de construccin; el abandono de algunas calles y plazas, el deficiente estado del
pavimento, las fachadas desconchadas y agrietadas, medianeras mal resueltas, edificios
apuntalados desde hace tiempo y tapias semiderruidas; carteles y pintadas por doquier;
jardineras vacas o rotas convertidas en papeleras o en un basurero; sealizaciones,
contenedores, artilugios o mobiliario urbano sembrado a boleo. En todo momento nos
planteamos la deteccin de los elementos urbanos negativos como un esfuerzo de
colaboracin con la institucin municipal para poder cambiar la imagen de la ciudad y
mejorar la calidad ambiental del espacio urbano frente a los elementos que provocan su
contaminacin visual. Tambin consideramos los preceptos de la legislacin de patrimonio
y la normativa existente en materia de espacio pblico para comprender los motivos de esa
situacin.
Con este anlisis inicial los alumnos universitarios al tomar contacto con el
309
Figura 167: Plan Especial del Centro Histrico de Burgos (PECH). (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
entonces vigente, a pesar de que ese ncleo histrico no est dotado de un planeamiento
especial. A nuestro juicio este espacio tambin merece la atencin y el estudio oportuno
por ser una parte del BIC Camino de Santiago, declarado Patrimonio Mundial. Finalmente,
en el proyecto del registro de la imagen del Burgos histrico se incluyen tambin las
barriadas obreras realizadas en el primer tercio del siglo XX bajo la legislacin de Casas
310
a esta ciudad y los elementos que le dan identidad y personalidad urbana, todo lo cual nos
transmite el componente afectivo que para ellos tiene la ciudad.
Tambin incluimos en la encuesta otras preguntas como cul es su ciudad preferida y
cul aquella a la que nunca iran a vivir y los criterios, para poder saber as qu es lo que
valoran. Para ello tambin preguntamos qu elementos eliminaran si pudieran de la ciudad
de Burgos. Por ltimo pedimos que dibujaran esquemticamente en un trazado la ciudad
con sus partes y los puntos de referencia que les permiten orientarse en la misma. Con ello
pretendamos analizar el mapa cognitivo que tienen los alumnos. Nuestro trabajo se
inspira, adaptndolo a nuestras circunstancias, a lo expuesto por Raymond Ledrut
(LEDRUT, 1970).
Adems tenemos fotografas. Sesenta y siete alumnos salieron con sus cmaras
durante unos meses a buscar la otra imagen de la ciudad sin ms indicaciones que los
lmites de los conjuntos urbanos histricos formados por el centro histrico de Burgos, las
barriadas de Casas Baratas y el ncleo del antiguo pueblo de Gamonal, y por tanto, su
casco histrico. Sus cmaras han dejado testimonio de lo que hay, la evidencia de que la
zona ms retratada de Burgos que es el centro histrico, no es la ms fotognica de la
ciudad, y de que la imagen que presenta Gamonal, con ser mala, no es peor que la de otras
zonas del Camino de Santiago ms valoradas por los ciudadanos burgaleses, como las del
Hospital del Rey y de la Plaza del Sobrado.
Tenemos por tanto la imagen subjetiva y la objetiva, la de verdad. Pero, cul es ms
real, la imagen que existe en la cabeza y la de los sentimientos, o la que nos muestran las
fotografas?
Sabemos que la foto nos muestra verdad y exactitud, por lo tanto ofrece una gran
objetividad, pero tambin es cierto que a veces gana la otra imagen, la que poseemos
subjetivamente. Por eso son tan frecuentes los tpicos, por eso se perpetan ciertas ideas y
por eso molesta que se muestre la realidad sin ocultamiento ni censura.
La fotografa, depende para quien, se considera una agresin, por lo que Jean
Baudrillard denomina el "carcter pornogrfico de la mostracin", es decir, la capacidad
que tienen las fotografas de mostrar los objetos sin reparos (FONTCUBERTA, 1997: 32).
En unos momentos, en que todava se piensa que Burgos es una ciudad muy hermosa
y limpia, se produce un fuerte temor a que la imagen robe esa sensacin. Es como si la foto
nos robara el alma de la ciudad que no queremos perder, y por eso nos resistimos a
mirarlo, lo cual concuerda con el horror a la cmara y el rechazo generalizado a dejarse
fotografiar, tan habitual en pueblos primitivos ... (FONTCUBERTA, 1997: 30).
313
IV.1.3. La necesidad de una imagen urbana positiva: entre los criterios estticos y la
satisfaccin ciudadana.
El peculiar modelo de ordenacin urbanstica y de actividad constructiva en la ciudad
espaola, como seala Basilio Caldern, ha generado un caos visual que ha desdibujado
los rasgos que histricamente caracterizaron a la ciudad como forma de ocupacin del
territorio. Pero al tiempo que los excesos han llevado a la degradacin del paisaje en la
ciudad histrica, han surgido nuevos modos de hacer ciudad sin paisaje (CALDERN,
2003).
Al acabar el siglo XX la ciudad de Burgos era consciente de las dificultades que
supone tener una mala imagen para hacer frente a los nuevos desafos en un contexto de
fuerte competencia entre ciudades. Desde que la revolucin de las comunicaciones permite
elegir ciudad para vivir se ha originado una fuerte rivalidad entre ciudades. La
Administracin municipal confiaba en el marketing urbano como mtodo de respuesta a
las demandas del mercado -mercado de ciudades- y en la promocin econmica y la
planificacin estratgica como nicos instrumentos posibles. Ciertamente las ciudades
tienen que actuar como agentes econmicos y utilizar mtodos de marketing y promocin
315
El reto pues parece ser lograr una imagen positiva, una identidad cualitativa de la
ciudad que se obtiene de las caractersticas propias y especficas que le otorga el
patrimonio histrico, la capacidad productiva, los servicios culturales y de ocio, los
ciudadanos y el conjunto de elementos que hacen una ciudad atractiva para vivir, trabajar o
para visitar. Ello requiere obtener la mejor representacin simblica, una imagen de
identidad o un slogan que permita ganar la confianza de los inversores, la atraccin de
visitantes y el bienestar de los residentes (MELLA, 1998).
En esta bsqueda se ha visto que la imagen de la ciudad, la valoracin de la ciudad,
ya no viene determinada por un criterio puramente esttico, esto resulta insuficiente. Lo
que crea optimismo y valoracin positiva de la ciudad es la satisfaccin ciudadana, por
ello la imagen depende del grado de satisfaccin de las demandas de la poblacin. Por esta
razn todas las ciudades trabajan por lograr actividades de carcter cientfico, cultural,
deportivo o de ocio que les otorgue prestigio para movilizar sus potencialidades, conseguir
una mayor identificacin de los habitantes con su ciudad y mejorar as la imagen ante los
dems.
La imagen de la ciudad, considerada como la representacin mental que de la misma
tienen los ciudadanos, se va conformando a travs de datos objetivos y percepciones
subjetivas, de manera directa o mediante la informacin de otras personas, de los medios
de comunicacin y de la publicidad. En todo caso, la imagen nos ofrece las caractersticas
de la ciudad, sean positivas o no y el posible atractivo que la ciudad ofrece tanto a las
unidades econmicas -familiares, empresariales y para la Administracin pblica- como
desde el punto de vista residencial o como atractivo turstico.
De ah que conocer la imagen o posicin que una ciudad ocupa en la mente de sus
usuarios, residentes o no, es especialmente til para orientar la estrategia de marketing y
determinar las acciones necesarias a fin de consolidar o corregir la actual posicin
(MELLA, 1988: 577) (el subrayado es nuestro).
Aunque tradicionalmente a la Geografa le ha interesado la explicacin de la ciudad
objetiva, cada vez es ms frecuente encontrar trabajos que tratan de explicar la importancia
del comportamiento ciudadano relacionado con su percepcin del entorno urbano y la
incidencia en la organizacin de la ciudad. Algunos de carcter terico profundizan sobre
la percepcin del espacio urbano y el conocimiento geogrfico en la vida cotidiana, como
los de CAPEL (1973) o CASTRO (1997), o en el inters del conocimiento subjetivo como
recurso de gran capacidad para la actividad docente, CASTRO (1986) y ESCOBAR
(1995). Tambin se cuenta con trabajos sobre diversas ciudades como Lrida
(VILAGRASA et al., 1982), Santander (LUS y REQUES, 1984), Segovia (GARCA
317
93 Estos centros pertenecen a las ciudades de Albacete, Alicante, Badajoz, Bilbao, Cdiz, Crdoba, Granada,
Huelva, Las Palmas, Len, Madrid, Mlaga, Oviedo, Pamplona, Salamanca, Santander, Santiago, Sevilla y
Zaragoza.
318
319
clima y calidad de vida (cultura, mar, belleza) son los que destacan sobre los dems a la
hora de elegir una ciudad para vivir.
A nuestros alumnos, que han respondieron a un cuestionario similar, estos resultados
les resultaron familiares. Ellos, los burgaleses, lo que tambin valoran de una ciudad es la
posibilidad de trabajo, cultura y belleza. En eso cifran la calidad de vida y manifiestan que
quieren una cultura abierta y no anclada en el pasado como Burgos. As lo expresan unos
universitarios que viven en Burgos y reconocen que es una ciudad cmoda, con mucho
verde, pero a la que le faltan muchas cosas que no les permite desarrollarse, lo cual
provoca frustracin.
Adems han sealado que Burgos es una ciudad con glorioso pasado pero que no
est a la cabeza en el concierto nacional, por lo que tiene un futuro incierto. Con esta
valoracin se comprende que a muchos de nuestros estudiantes la palabra Burgos les
sugiere marcharse, evocacin absolutamente negativa sobre todo porque ellos son el
futuro. Si aadimos que otras veces son las propias familias las que prefieren que sus hijos
no se queden en Burgos a la hora de hacer una carrera, aunque sta exista en la
Universidad burgalesa -como sucede con algunos destacados gestores de esta ciudad-,
entenderemos la razn por la que en 20 universidades espaolas ningn estudiante eligiera
Burgos como mejor ciudad para vivir segn demuestra la tabla del profesor Ortigueira. Y
esto no nos parece bueno y ms, cuando se sabe que el xito de una ciudad estriba en
provocar actitudes positivas y favorables en sus habitantes capaces de atraer a nueva
poblacin preparada y dinmica, y de conquistar nuevos profesionales.
La total coincidencia en la negativa imagen pblica que tiene Burgos parece ser el
resultado de la superposicin de muchas imgenes individuales (LYNCH, 1998) que, aun
sin conocer la ciudad, provocan el rechazo o como mucho la sonrisa irnica.
La imagen de la ciudad se construye en la mente a partir de los atributos y
caractersticas transmitidos en la escuela y recibidos, en buena medida, por los medios de
comunicacin y por los propios residentes, que constituyen una fuente indiscutible de
generacin de imagen.
La imagen de la ciudad no es espontnea, sino que los smbolos, los significados o
los atributos forman parte de una cultura que adquirimos desde nuestro nacimiento, de tal
manera que la imagen de la ciudad es una imagen socialmente impuesta, colectivamente
aceptada o, al menos, generalmente tolerada (BOIRA, 1992: 19). Por eso es fcil que se
produzca la coincidencia entre los jvenes encuestados por Manuel Ortigueira.
Burgos se identifica mayoritariamente con la Catedral y con el fro, es adems una
ciudad monumental e histrica en la que se singulariza la figura del Cid. Finalmente el
320
xito de cualquier ciudad y fundamental para una ciudad como Burgos, incapaz de atraer a
nadie para vivir ni de retener a su propios jvenes universitarios.
Nuestros alumnos califican a Bilbao como ciudad sucia, oscura y triste, y dicen que
huele mal. Para ellos es, junto con Valladolid, una de las ciudades ms feas, aunque en
estos momentos no sea real en ninguno de los dos casos. Jams iran a vivir a esas
ciudades. Son stos dos buenos ejemplos de estereotipos como referencia de una peculiar
estructura de adopcin de esquemas que se resisten al cambio. La percepcin que se tiene
de Bilbao demuestra que la informacin acerca del lugar geogrfico se procesa en
nuestras mentes por la va de los esquemas o estereotipos, es decir, adoptando una
estructura que quiere perdurar y sobrevivir a los cambios (CASTRO, 1997: 153 y 154).
Pero tampoco les atrae Barcelona porque es muy grande y por la lengua, ni ciudades como
Soria, vila, Zamora, Albacete o Teruel por ser demasiado pequeas. La ciudad que
concita mayor rechazo para estos jvenes burgaleses es Madrid -con el 35% de las
respuestas- por su tamao, por la dificultad de los desplazamientos y por el estrs.
Por el contrario, aunque un 30% elige Burgos como mejor ciudad para vivir, el 17%
prefiere Salamanca porque es tan bonita como Burgos pero es muchsimo ms activa y con
ms ambiente cultural, y un 21% de las respuestas se reparten entre las ciudades de
Barcelona, Valencia, San Sebastin y Santander porque son bonitas y tienen mar. A un 6%
de los estudiantes les da igual cualquier ciudad y el resto orientan su preferencias entre un
total de diez y seis ciudades.
321
323
las respuestas. Adems aaden el valor del trazado urbano y del casero tradicional con sus
galeras y miradores.
Si el carcter artstico y patrimonial sobresale, con un 48% de las respuestas, como
elemento de identidad urbana, la personalidad de la ciudad de Burgos en una buena
medida, 36% de las referencias, es deudora de la
incidencia de los elementos naturales como el clima fro, ya sealado-, los parques - del Castillo, Fuentes
Blancas, La Quinta, El Parral- y los paseos y jardines,
entre los que destacan el de La Isla y El Espoln. Por
ello no es extrao que enfaticen la abundancia de reas
verdes, que sealan con su disposicin alargada
siguiendo el ro Arlanzn, como autntico protagonista
del espacio burgals. En la percepcin cualitativa de la
imagen de la ciudad la integracin de los espacios
Figura 171: Miradores en el
paseo del Espoln. (Fuente: la
autora)
de los elementos monumentales y el valor patrimonial de la ciudad, mientras que para los
residentes tiene mayor incidencia la calidad ecolgica que proporcionan los espacios
verdes.
Los espacios verdes y las reas de paseo y recreo han sido muy valorados porque
dotan a la ciudad de calidad y la hacen agradable para vivir. Constituyen el elemento
marcado a la hora de definir el espacio urbano, sin embargo no es suficiente para
caracterizar a Burgos por su color. Para la mayora no es el verde el color que define a
Burgos sino el gris. Y esta contradiccin tambin indica cosas. El verde describe una
ciudad hermosa, serena, frtil y fresca. Este color, junto con la importancia que se da al ro
y los paseos configuran un espacio ecolgico agradable y placentero. En cambio el color
gris, como la piedra, provoca la idea de ciudad con luz mortecina, triste, cerrada y fra.
Cada cual describe la ciudad, tal como afirm P. Nox en 1987, a travs del prisma
de la experiencia personal de la gente, coloreada por sus esperanzas y miedos y
distorsionada por prejuicios y predilecciones, como recuerda Jos V. Boira en su libro
sobre la imagen pblica de Valencia (BOIRA, 1992: 15).
Por supuesto, al elegir el color que mejor le va a Burgos, los estudiantes no slo
piensan en el aspecto fsico, sino tambin adjudican tono cromtico a las personas. Ambos
aspectos se funden y a veces los atributos se aplican indistintamente al territorio y a la
poblacin. Por eso, aunque para un grupo importante, 34%, el color que define a la ciudad
324
es el verde, gana el color gris, con un 38,3% de las respuestas, ntimamente unido al fro
pero tambin al carcter arisco de su gente. En este sentido varios encuestados sealan
que, aunque la ciudad es verde, la gente es gris.
El 10,6% ha elegido para la ciudad el color azul, lo cual da la impresin de ciudad
tranquila, pero de ellos alguno aclara que es por ser una ciudad conservadora. No falta
quien especifica que ve Burgos de color gris y azul oscuro o quien lo ve negro o de color
ocre y marrn, y para que no falten colores a la paleta, dos estudiantes dicen que Burgos es
de color amarillo y uno salmn. En conjunto los colores oscuros -negro, gris, azul oscuro,
azul marino, marrn, ocre- concentran el 57% de las respuestas, predominio de tonalidad
que resulta preocupante porque nos permite constatar la falta de esperanza de estos jvenes
ante las escasas perspectivas de futuro que la ciudad de Burgos les ofrece.
Posiblemente fallan los elementos que conforman la imagen desde un punto de vista
funcional y aunque algunos encuestados mencionan como identificativo de Burgos la
industria, los servicios, las grandes superficies comerciales o la Universidad, en total no
llegan al 8%, lo cual indica el oscuro panorama con que la mayora percibe las dotaciones
y equipamientos de que dispone esta ciudad. Aunque predominen los elementos histricos,
monumentales y naturales, los jvenes advierten que faltan otros de carcter
socieconmico, funcional, incluso de ocio y recreo, que son esenciales para ellos.
La imagen de la ciudad que han expresado los jvenes burgaleses nos proporciona
una perspectiva que reclama atencin. Por un lado evidencia que la valoracin subjetiva ha
ido creando en la mentalidad popular el estereotipo de que Burgos es una ciudad fra y
triste, tanto por la naturaleza fsica como por el carcter de la poblacin, lo cual no puede
ser motivo de deseabilidad geogrfica.
En unos momentos en los que las ciudades se valoran por su imagen, sta constituye
un problema de gran incidencia para Burgos ya que las ciudades se presentan como
opciones que se pueden elegir para vivir y trabajar, pero tambin son objeto de valoracin
para atraer inversiones y actividad turstica. La movilidad geogrfica y la idea de que, de
un abanico de lugares, se puede elegir un lugar para vivir hace que la ciudad adquiera un
carcter de mercanca sociocultural, con un umbral de deseo o de rechazo, segn sean las
posibilidades de satisfacer los deseos y necesidades de trabajo y de desarrollo cultural
(CASTRO, 1997), lo cual pone en un fuerte compromiso a Burgos por el prejuicio que
manifiestan los jvenes universitarios.
No creemos llegar a conclusiones infundadas al comprobar la escasa deseabilidad de
desplazamiento que provoca Burgos ante la percepcin de un importante universo
universitario de toda Espaa. La referencia a los atributos negativos con que califican la
325
ciudad y el hecho de que Burgos sea la nica ciudad que no aparezca en una lista de
cincuenta y tres ordenadas por preferencia indica un evidente rechazo. Es una ciudad
excluida. La convergencia de respuestas de nuestros estudiantes y los encuestados por
Ortigueira nos pone de manifiesto que algo serio sucede con esta ciudad y que es necesario
un gran esfuerzo para vencer este prejuicio con Burgos, que manifiestan los encuestados y
que se ha instalado como si hubiera una predisposicin o actitud reincidente. Se necesitan
actuaciones decididas y apuestas de futuro para eliminar el rechazo como factor relevante
de la percepcin valorativa de esta ciudad.
326
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328
329
Aunque entre los elementos espaciales asociados a su idea sobre la ciudad de Burgos
existe un predominio de los espacios naturales, junto con los monumentos, llama la
atencin la imagen contradictoria que poseen sobre la relacin de esos elementos naturales
y la ciudad.
Por un lado, absolutamente todos los encuestados consideran el ro", por el
Arlanzn, como nico elemento estructurante y valoran la importancia de los espacios
verdes que como un corredor lineal se extiende de este a oeste. Al mismo tiempo el ro"
es para ellos el elemento que divide en dos partes la ciudad, el centro histrico y el sur.
Olvidan la referencia a otros elementos naturales, como son los cerros que dominan todo el
valle a lo largo del cual se asienta la ciudad, omiten el ro Pico y olvidan el ro Vena, a
pesar de su incidencia en la zona que llaman de las Avenidas, una de las cuales incluso
lleva su nombre: Avenida del Vena.
Es cierto que el ro Arlanzn es un ejemplo de integracin paisajstica en la ciudad
por el aprovechamiento de las mrgenes y la organizacin de los espacios ribereos, pero
no se han resuelto los problemas de accesibilidad en una ciudad que se caracteriza por ser
lineal y alargada y en la que este ro marca una divisin y una ruptura del espacio
perceptual demasiado grande, habiendo consolidado el concepto de zona sur para el
espacio urbano existente en su margen izquierda, aunque no lo saben definir.
La inexistencia en la mente de notas identificativas de la zona sur puede explicarse
tal vez por la insuficiente valoracin del ro Arlanzn como elemento de unin en vez de
ser una barrera. Es necesaria pues una apuesta por lograr un ro capaz de unir la ciudad, de
ser autntico eje vertebrador de la misma. El ro Arlanzn fue el borde medieval de la
ciudad, por lo que no parece adecuado que se mantenga instalada en la percepcin
ciudadana una imagen que en nada se corresponde con la realidad (plano 1).
Un aspecto ms preocupante es la nula percepcin que se tiene del ro Vena, al que
solamente un encuestado lo menciona y lo plasma en el plano. La adecuada organizacin
de este ro es un reto pendiente tambin para la valoracin cualitativa de Burgos, que ha
sido definida como la ciudad veneciana por Jos Ortega y que tiene tanta relacin con el
agua, aunque a veces pase desapercibida (ORTEGA, 1997: 20).
El anlisis del mapa mental que dibujan nuestros alumnos permite realizar
puntualizaciones de inters.
Algunos elementos espaciales no constituyen parte de su referencia visual, como
sucede con el cerro del Castillo, al que tantas veces mencionan como parque pero no como
colina, con la pendiente que introduce en la ciudad histrica. No lo perciben como
330
accidente topogrfico. De igual manera ocurre con la escasa conciencia de que el Vena es
un ro de verdad, aunque encauzado y desviado, que desemboca en el Arlanzn.
Ello nos permite explicar la dificultad de percibir la existencia de una parte alta, que
se extiende hasta la vega del ro Arlanzn por las laderas del Castillo adecundose al
contorno del cerro. Por eso tampoco comprenden el complicado callejero que caracteriza
al ncleo histrico de la ciudad y, por eso, no saben trazar ni siquiera a grandes rasgos su
estructura. El mapa mental no expresa esta dimensin de la ciudad histrica, en la que
solamente destacan edificios singulares de carcter monumental -como la Catedral, el Arco
de Santa Mara o algunas iglesias- a los que dibujan desprovistos de un mnimo entorno.
Del mismo modo hemos constatado que, al sealar verbalmente los puntos de
referencia que les sirven para organizar mentalmente el espacio urbano, los nicos
edificios significativos que mencionan son otra vez los monumentales, que renen el 24%
de las respuestas. No existe ningn edificio funcional, ni pblico ni privado, que merezca
ser destacado, pues eligen trece edificios diferentes que, sumados, no llegan al 4% de las
respuestas. Slo cinco personas sealan el edificio de Correos y cuatro mencionan el de
Capitana General y el Gobierno Militar. Ni siquiera el Ayuntamiento es significativo ms
que para tres individuos. Ms grave con todo, es la ausencia de mencin de la Universidad
y su entorno. Concluimos la escasa importancia que los estudiantes otorgan a las
actividades de la ciudad. Para ellos en Burgos no hay contenido funcional y esta
constatacin tambin resulta relevante.
La ausencia generalizada -hay alguna excepcin- de referencia a los polgonos
industriales nos lleva a pensar en el escaso valor que para ellos tiene la funcin industrial,
lo cual es muy llamativo en una ciudad en la que tiene gran importancia este sector
econmico. Buscbamos entre las respuestas las chimeneas de la Cellophane como puntos
de referencia visual del espacio urbano burgals por ser un elemento muy marcado del
paisaje de la ciudad, pero, a pesar de su proximidad al campus universitario, ningn
estudiante lo ha sealado, y esto tambin nos parece sorprendente. Quiz tenga la misma
explicacin que el hecho de no marcar en el plano la Facultad de Humanidades donde
estudian.
Los equipamientos y los servicios tienen tambin escasa relevancia como elementos
espaciales para organizar mentalmente la ciudad, slo un 10% los mencionan y engloban
una serie de respuestas muy diferentes. Los ms valorados son las grandes superficies
comerciales, que ganan puntos como elementos funcionales por su contenido de ocio y
espectculo adems del comercial, seguidos de las bibliotecas, hospitales y equipamientos
331
de carcter deportivo. La escasez de otro tipo de dotaciones en una ciudad como Burgos
donde slo existe un centro cvico, explica que sean irrelevantes para la juventud.
Las calles, avenidas y plazas renen un buen nmero de respuestas, el 28%, como
referencias fundamentales en la organizacin espacial, lo cual es lgico. Si aadimos los
parques, paseos y jardines y el ro -las respuestas alcanzan el 46%- comprobamos la
fuerza que tiene el espacio pblico en el conocimiento de la ciudad y su incidencia para
poder comprenderla.
Tendremos oportunidad de volver sobre la importancia del espacio pblico no slo
para conformar la imagen colectiva de la ciudad, sino tambin para ver y disfrutar el
patrimonio edificado. El callejero mental significativo de los estudiantes encuestados est
formado por catorce calles diferentes, nueve avenidas y quince plazas. Son stas, las
plazas, las que mayor unanimidad alcanzan como referente espacial, con un volumen de
respuestas importante.
Plaza Mayor
29 %
Plaza de Espaa
26 %
21 %
Plaza de Vega
10 %
5%
Otras plazas
9%
Figura 180: Valor simblico de las plazas de Burgos en la percepcin de los alumnos,
septiembre de 1998. (Fuente: la autora)
Merece la pena resaltar que esta seleccin de las plazas de mayor valor simblico
viene a coincidir con las zonas que reconocen de la ciudad. Es decir, que cada zona o parte
de ciudad tiene su plaza significativa excepto el centro histrico del que eligen dos: la
Plaza Mayor y la Plaza del Cid. En lo que llaman el centro, no el histrico sino lo nuevo,
es la Plaza de Espaa. En el sur, la Plaza de Vega y, la Plaza de Santiago en el barrio de
Gamonal. El menor porcentaje de sta se debe al hecho de que solamente la usan los
estudiantes que residen en Gamonal. Aunque se mencionan otras plazas, cada una de ellas
es nombrada por una sola persona.
Resulta curioso comprobar que cuando los estudiantes trazan el plano, prcticamente
todos dibujan la Plaza del Cid, muchas veces con una figura sentada a caballo
representando al Campeador, pero, por otro lado, son muy pocos los que plasman en el
croquis la Plaza Mayor. Es otra de las contradicciones que se observan entre la expresin
332
entre Gamonal y el centro histrico, por lo que la Plaza del Cid aparece como el nodo ms
importante y central de la ciudad, y la principal referencia desde el punto de vista
simblico y visual.
Respecto a la forma y orientacin general del plano, hemos visto que no resulta ser
una tarea fcil, puesto que a la dificultad de trazar la estructura del callejero se suma la
ausencia mental de una adecuada configuracin del plano con sus ejes, que han hecho de
Burgos la ciudad de los caminos (ORTEGA, 1997: 18) por su situacin estratgica.
Hemos observado con perplejidad la curiosa disposicin con que algunos jvenes, siete,
han dibujado el mapa de Burgos de izquierda a derecha, desde Gamonal, barrio que est en
el este, hacia la derecha del folio donde sitan el centro histrico y el oeste de la ciudad
(planos 2 y 3). Quiz pese ms la vivencia personal por ser vecinos del barrio de Gamonal
que las convenciones cartogrficas al uso, pero debe ser muy complicado ver la ciudad
cuando se sita el sur en la parte superior de un folio y el oeste a la derecha.
Estos ciudadanos que viven en el barrio de Gamonal, desde el que es prcticamente
ir andando al centro de Burgos y an menos a la Facultad, no han aprendido a orientarse en
el espacio urbano. Creemos que la orientacin espacial es un ejercicio permanente en la
vida de la persona que se desplaza a pie, y resaltamos la idea de Constancio de Castro de
que la utilizacin del transporte urbano no facilita la plasmacin de imgenes urbanas en
nuestra mente, y menos si va lleno de viajeros como suele suceder en la lnea de autobs
de Gamonal (CASTRO, 1997).
Excepto dos personas, que dibujan un mapa cognitivo de forma radial (plano 4), y
otra que presenta un esquema jerrquico del espacio mediante una trama relacional de los
lugares, una especie de anlisis funcional orgnico como muestra de su expresin mental
de la ciudad (plano 5), la mayor parte de los mapas representan un esquema lineal dibujado
por el ro Arlanzn y por la Calle de Vitoria.
Solamente un estudiante relaciona la linealidad como un rasgo propio del trazado del
Camino de Santiago y lo seala en el plano (plano 6). ste es un hecho que llama la
atencin. Ni siquiera ha sido tenido en consideracin por quienes valoran las buenas
comunicaciones que dotan a esta ciudad de paso de una situacin estratgica en el mapa.
Es muy preocupante desde el punto de vista patrimonial la ausencia de referencias al
Camino de Santiago en una ciudad del camino, en la que los peregrinos recorren todo su
espacio urbano, desde Gamonal al este hasta el Hospital del Rey en el oeste, y que pasan
por la Facultad de Humanidades. Sorprende que no aparezcan representados los
principales ejes de trnsito como la Calle de las Calzadas, la Calle de San Juan la cual
aunque la mencionan en el cuestionario no la dibujan, o la Calle de Fernn Gonzlez.
334
todo esta percepcin de los jvenes es la que ms se acerca a la realidad como puede
deducirse del titular del peridico Diario de Burgos en un de sus documentos especiales
titulado El sur tambin existe.
Podemos afirmar que la forma de Burgos est totalmente desdibujada en su esquema
mental, en el que no son capaces de sealar los lmites de la ciudad ni siquiera de manera
vaga. Las vas de comunicacin como son la Carretera de Valladolid, la de Madrid o la va
de ronda hacia Santander, Avenida General Vign, constituyen elementos urbanos que
ayudan a fijar la imagen cognitiva.
Podramos aadir las vas del tren como otro elemento fsico importante, sobre todo
si tomamos en cuenta que veintinueve encuestados responden que eliminaran las vas del
tren. De acuerdo con esto podamos pensar que sta es una infraestructura de
comunicacin importante en su imagen fsica de la ciudad, pero paradjicamente es un
elemento que slo ha sido dibujado en el plano por tres personas. Las dems no lo sealan
ni siquiera como una barrera.
Realmente es el ro, nuevamente el Arlanzn, el protagonista del espacio burgals
que es dibujado como limite del espacio subjetivo. Se configura como un elemento bsico
incluso por los puentes, que se sealan como un elemento muy importante, con el 44% de
las respuestas, a la vez que insuficientes y aparece como una importante barrera a la
extensin del espacio subjetivo.
Son escasos los mapas en los que no se representa la lnea que une Gamonal con el
centro y su prolongacin, bastante desdibujada, hacia el Hospital del Rey. Algunos
amplan el permetro urbano incluyendo elementos singulares como el Hospital General
Yage, una gran superficie comercial o el cementerio, y son muy pocos los que sealan
por el sur la lnea de ferrocarril, la Estacin de Autobuses o algn otro elemento como
Correos o el Aparcamiento del solar de Caballera (plano 7).
Ahora bien, lo ms llamativo es que su mapa cognitivo no slo se termina en el ro
Arlanzn sino que en l no existe el oeste, a pesar de que todos los das desde hace varios
aos se dirigen a la Facultad de Humanidades, localizada en el sector occidental de la
ciudad. Este sector del espacio solamente ha sido representado por 4 alumnos.
Es el primer caso que conocemos, en el que al realizar un croquis de la propia ciudad
no se sealan los dos lugares ms usados, la casa y la escuela o el lugar de trabajo. Algo
falla. No es un espacio dominado sensorialmente y hay que sealar que no logramos
interpretar a qu se debe, en trminos sensoriales, esta marcada repulsin del lugar, pero
creemos que algo puede influir en su descaracterizacin la existencia de una funcin muy
336
eso esta zona resulta tan imprecisa y de ah la escasa atraccin que presenta esta parte de la
ciudad, que tiene adems las connotaciones negativas derivadas del peligro que ven en la
presencia del poblado marginal de Bakimet, por lo que se identifica como un espacio que
transmite emociones intensas de miedo y de inseguridad.
337
Los estudiantes burgaleses valoran la seguridad ciudadana -es una de las respuestas
ms reiteradas sobre lo que la ciudad debe aportar a sus habitantes- y por ello les preocupa
la proximidad de Bakimet, hasta el punto de que el 54% ha declarado que lo eliminara si
estuviera en su mano. De hecho en varias ocasiones los estudiantes han pedido
pblicamente que se acelere el traslado del poblado gitano de Bakimet, quejndose de que
la presencia policial no solucione el problema, pues estn hartos de ser atacados con robos
con intimidacin cuando esperan al autobs urbano.
Para el colectivo estudiantil la Facultad de Humanidades est absolutamente
separada de la ciudad, est muy lejos. No dudamos que en la percepcin de la distancia
puede influir el curso del ro que condiciona el itinerario por la escasez de puentes de
trnsito; tambin incidir sin duda la localizacin perifrica y la discontinuidad
edificatoria, pero hemos observado que, ms que por los factores fsicos, la distancia con
respecto de la ciudad es consecuencia de la falta de actividad urbana. Los estudiantes lo
que notan es la falta de vida, por eso a esta zona no la consideran ciudad.
El anlisis de esta realidad nos permite afirmar que una sola funcin urbana, aunque
sea tan especializada como la universitaria no hace ciudad. El campus de San Amaro o del
Hospital del Rey es un espacio con demasiados elementos negativos desde el punto de
vista funcional, social y de seguridad.
Asimismo los encuestados lamentan la prdida de tiempo que supone el
desplazamiento en autobs, en una ciudad que antes haban descrito como cmoda por ser
pequea, con distancias cortas y susceptibles de ser recorridas a pie. Esto tambin nos ha
permitido reflexionar.
La inexistencia en el entorno de la universidad de flujos de personas por la falta de
funciones como la residencial, comercial y de servicios administrativos, financieros y de
ocio en este espacio urbano, al que calificamos como de transicin por su carcter mixto,
de ambiente semirrural y con industrias desmanteladas, junto con las caractersticas
negativas, entre las cuales la presencia del poblado de Bakimet es sealado como la menos
tolerable, puede explicarnos que esta zona no forme parte del imaginario colectivo.
La realidad es que los burgaleses no han establecido lazos relacionales con este barrio, en
el que a la ausencia de vecindario se aade la existencia de una amplia zona de parque, a
ambas orillas del ro Arlanzn como son la Isla y el Parral, y un rea de instalaciones
deportivas que introducen una solucin de continuidad con el centro, por lo que el espacio
universitario es percibido como demasiado lejano.
A pesar del esfuerzo no ha tenido xito el empeo del Ayuntamiento al trasladar
hasta all -al espacio de La Milanera- algunas ferias significativas o la celebracin de
conciertos y fiestas juveniles. Ni siquiera la implantacin de las barracas en primavera o
durante las fiestas patronales de verano ha conseguido hacer familiar este espacio. A los
burgaleses no les gusta ir all porque no existe idea clara de barrio y es una zona percibida
como una periferia demasiado alejada.
La deficiente articulacin de esta zona, en la que se encuentra el campus
universitario, con el resto de la ciudad, puede tener su causa, pues, en que no se han creado
sistemas de recorridos bien identificados y sin rotura, entre los que debera pensarse por lo
menos un nuevo puente. Cuando estos elementos carecen de identidad por la dificultad del
recorrido, la imagen de la ciudad presenta dificultades. Insistimos en el papel de creador de
identidad urbana que tiene el transporte pblico eficiente y eficaz, que como queda dicho
en la ciudad de Burgos no existe.
Por su reducido tamao y su forma fsica, Burgos parece a primera vista una ciudad
fcilmente reconocible y manejable en la mente de sus habitantes, pero vemos que no
existe una imagen urbana clara sino un conjunto de imgenes que no guardan relacin
entre s.
Del conjunto de representaciones mentales cabe concluir que Burgos es una ciudad
fragmentada, mal estructurada, totalmente desdibujada en su forma y en sus barrios y con
lmites nada precisos. La constatacin de un espacio urbano fragmentado es lo que nos
explica que no exista una visin global del espacio, lo cual nos ayuda a entender muchas
de las disfunciones de esta ciudad.
Son disfunciones perceptibles tanto desde el punto de vista de la planificacin
urbana, en la que no se tiene en cuenta el conjunto de la ciudad y se disean estrategias
para los diferentes barrios de la ciudad que resultan contradictorias, como desde el punto
de vista funcional. As, las nuevas periferias, sean barrios urbanos o urbanizaciones en
municipios vecinos, constituyen elementos separados del centro de la ciudad y el centro
histrico aislado de todo.
El nuevo modelo de ciudad, caracterizado por un crecimiento perifrico que ha
saltado los lmites municipales y por el aumento de la movilidad, ha generado nuevos
340
flujos y ejes de crecimiento econmico, de los cuales el centro histrico, cerrado al trfico,
ha quedado excluido.
En consecuencia y siguiendo el esquema Lynch podemos identificar Burgos con una
ciudad que no se aprende bien por las dificultades de legibilidad de su espacio urbano y
con poca capacidad para crear un sentido de identidad entre sus habitantes. Esto es
completamente negativo si tenemos en cuenta la relacin que existe entre la preferencia
residencial de un lugar y el grado de percepcin y conocimiento por parte de la poblacin.
Pero tambin es muy valioso comprobar cmo perciben y sienten estos universitarios el
espacio urbano y los elementos patrimoniales contenidos en l. Una visin subjetiva en la
que los espacios heredados estn en sombra no es la mejor premisa para la valoracin del
patrimonio histrico. Por eso se produce la paradoja de que, a pesar del valor positivo que
se atribuye a Burgos por su pequeo tamao, por su gran patrimonio y por su calidad
paisajstica que la hace agradable para vivir, a pesar de ello los jvenes quieren marcharse,
y parece que esta decisin no es la ms deseable para unos universitarios que se estn
formando profesionalmente para el futuro.
las que se seleccionan y forman parte del escenario vital de cada persona y las que
permiten alcanzar el conocimiento del espacio urbano.
Nos interesa saber el valor del entorno. Nos preocupa en definitiva conocer de dnde
fluye el valor que la gente le da al patrimonio, sea natural o urbano, lo cual en ltima
instancia es el motivo por el que efectuamos todo este trabajo. Algo de ello nos van a
explicar las fotografas realizadas por los mismos alumnos.
Nuestro planteamiento inicial era contrastar la imagen subjetiva de la ciudad de
unos estudiantes universitarios al iniciar el curso y el grado de correspondencia con la
realidad obtenida por ellos a travs de la imagen fotogrfica.
Sabamos que la fotografa nos relaciona con nuestra propia vida y con el medio.
ramos conscientes del valor de la fotografa como
documento que refleja la transformacin de la
ciudad. Nosotros siempre la hemos valorado y
utilizado porque resulta ser una ayuda fundamental
para el estudio del espacio urbano ya que nos
muestra la realidad. Utilizamos la fotografa, pues,
como muestra de autenticidad, la fotografa como
testimonio y la fotografa como memoria.
Pero ahora vemos ms, la fotografa nos
ensea todava ms, puesto que nos permite adquirir
conciencia de lo que ya no se puede ver. Las
Figura 182: La gran capacidad de
sorprender que tienen los espacios
histricos. (Fuente: la autora)
Hay otra cosa, la fotografa se ha revelado como un excelente instrumento para que
los jvenes estudiantes entren en contacto con el espacio geogrfico con niveles que, de no
ser as, se nos escapan, y muy eficaz como medio para conocer la ciudad.
Por otra parte, dada la fragilidad de nuestra percepcin de la verdad, de la identidad
urbana, tambin es un elemento imprescindible al servicio de la conservacin del
patrimonio.
Hemos descubierto, en fin, las reacciones que la imagen urbana provoca en los
autores de las fotos y en quienes se han opuesto a que se mostraran pblicamente. Las
conclusiones son de enorme inters para nuestro propsito.
Cada estudiante recibi un carrete de 36 fotos, patrocinado por el Ayuntamiento de
Burgos que, como ya se ha indicado, acept nuestra propuesta para hacer una exposicin y
342
tener el registro de la imagen del espacio pblico de la ciudad. Las 2.412 miradas
personales conservadas mediante fotografas han ayudado a adquirir un conocimiento
directo de la ciudad, de la que eligen unas instantneas, con lo que este trabajo aporta una
interpretacin del medio ambiente y de las seas de
identidad que definen a los espacios histricos de
Burgos. Los estudiantes han levantado acta del
estado real del medio ambiente urbano de esta
ciudad histrica a finales del siglo XX. Precisamente
la fidelidad y la sensacin de verdad que tiene el
trabajo realizado son sus valores, pero tambin
constituyen los motivos por los que se rechaz su
exposicin al pblico.
Los jvenes han comprobado que la mejor
forma de conocer la ciudad es recorrerla y perderse
por sus calles descubriendo todos los paisajes que
Figura 183: Llana de adentro, (Fuente:
la autora)
cotidiano, pero a la hora de fotografiar se les ha avivado el ingenio. Tal vez porque estaba
previsto realizar una exposicin pblica pudimos seleccionar fotografas magnficas. Tal
vez coincidi un grupo de artistas.
Todos los estudiantes reconocen que las fotografas les han liberado de la miopa
urbana y que se ha despertado en ellos la capacidad de asombro. Para ellos, la ciudad
histrica, a excepcin de los elementos singulares, no ocupaba un lugar destacado de su
imagen mental. Por sus escasas funciones era un espacio irrelevante, sin embargo ahora
han descubierto la ciudad. Declaran haber recorrido la ciudad cotidiana hasta ahora con
una falta de atencin y una desmemoria de la que se arrepienten.
Han aprendido tambin que para disfrutar del espacio edificado resulta esencial la
mirada desde el espacio pblico, lo cual induce precisamente a valorar el entorno que,
como vimos al principio de curso era algo en lo que no haban reparado. Por ello a partir
de este trabajo fotogrfico han aprendido el espacio y ahora s que tienen en su cabeza la
compleja estructura urbana de Burgos.
Los alumnos no se han detenido en los detalles de los elementos arquitectnicos,
sino en aquellos aspectos que conforman el escenario urbano. Han establecido un dilogo
con la ciudad enfatizando el protagonismo de los elementos que agreden al medio urbano:
vallas de obras, cableado, contenedores multicolores y otros artefactos del mobiliario
343
urbano, lo que les ha llevado a sealar que nos estamos perdiendo lo mejor del paisaje
urbano por una contaminacin visual, cuyas verdaderas dimensiones no sabemos cmo
afectarn al ser humano.
En su tarea de grabar en la cmara fotogrfica la otra imagen de la ciudad han
recogido un testimonio de la calidad del medio ambiente urbano y de las sensaciones que
provoca. El contacto directo con la ciudad les ha
permitido
valorar
el
estado
actual
de
las
trabajo
tericamente
sobre
ha
la
permitido
reflexionar
ciudad
sobre
las
Ahora miran de otro modo los espacios histricos de Burgos -el casco histrico,
antiguo pueblo de Gamonal y barriadas obreras de principios del siglo XX- y no slo ven
sus iglesias y monumentos, sino tambin su trazado y su casero, del que valoran los
elementos caractersticos de su tipologa: las fachadas con los miradores y galeras de
madera, que consideran un elemento de continuidad por toda la ciudad tradicional y cuya
transformacin critican con preocupacin, por no saber mantener la imagen tan
caracterstica de Burgos con la conservacin de estos elementos de madera en vez de su
sustitucin por aluminio, PVC y cristales de espejo, cuyo impacto consideran altamente
negativo.
Han reconocido que muchas veces una maraa de cables oculta detalles de las
edificaciones que, aunque se deban al ingenio y al saber hacer popular, son los que
constituyen un rasgo de la personalidad del conjunto histrico y ayudan a individualizar la
ciudad. Por eso rechazan las puertas de PVC blanco de dudoso estilo ingls, que sustituyen
a las antiguas de carpintera de madera de muchos edificios del casco antiguo y de las
345
barriadas de Casas Baratas, y no toleran los cristales de espejo con que se estn
sustituyendo las ventanas y balcones del centro histrico.
Pero tambin se han dado cuenta de que los detalles contenidos en las fachadas de
los edificios -su decoracin, la iconografa figurativa, las puertas, las labores de madera en
balcones, galeras y cornisas, los herrajes, la numeracin y rotulacin de las calles, las
inscripciones y leyendas o las hornacinas- y en el espacio pblico -parques, paseos,
puentes, fuentes, ornamentos, farolas o pavimentos- constituyen documentos de cultura y
ayudan a valorar el patrimonio de la ciudad. Por eso les molesta que en muchas ocasiones
estos elementos se encuentren en un deplorable estado de conservacin.
Nunca haban reparado en la existencia de una serie de hornacinas repartidas por el
espacio urbano, en las que las imgenes de la Virgen y de Santiago explican que estamos
en una ciudad en el Camino de Santiago, pero denuncian que estn abandonadas o vacas,
porque segn dicen es algo en lo que no se haban fijado y ven por primera vez, pero les
gustara que estuviesen mejor conservadas, cuestionndose donde estn las imgenes que
hubo.
Las fotografas del atrio de la Iglesia de Gamonal, del Arco de San Juan, de la
Divina Pastora, de la Virgen de la Alegra, las hornacinas del Arco del Amparo, de San
Amaro o de la Plaza del Sobrado son muestras del gran impacto que les ha causado.
Tambin han aprendido a valorar la importancia del pavimento en las zonas
histricas de la ciudad y sealan que las obras de mejora urbana han arrebatado el corazn
del Espoln al arrancar su pavimento rojo y blanco, que dibujaba formas de gran
movimiento, para poner en su lugar granito fro y gris, convirtiendo el emblemtico paseo
en una calle ms, en las que se introducen alteraciones de pavimento para hacerlas
peatonales.
Han mostrado su rechazo por el deterioro del patrimonio edificado y el abandono
general de las zonas ms histricas de la ciudad con gran potencia patrimonial, para las
que reclaman mejoras urbanas.
Y, algo que no es fcil, han descubierto que los valores cualitativos del antiguo
pueblo de Gamonal forman un conjunto uniforme y homogneo que hoy estn
considerados muy negativamente por la Administracin. Pero con sus fotos demuestran
que es mucho peor la otra parte del Camino de Santiago, como el entorno de la Catedral los barrios de San Esteban y de San Gil- o la Plaza del Sobrado en el Hospital del Rey. Son
conscientes ahora de la incidencia que tienen los tpicos en la valoracin del espacio y
reclaman que estos lugares puedan rehabilitarse y contribuir positivamente al carcter
patrimonial de Burgos.
346
Al revelar sus fotos tambin han comprobado que todo el patrimonio que ahora
valoran suele pasar desapercibido porque existen demasiados elementos contaminantes,
muchos de los cuales paradjicamente son consecuencia de la actividad rehabilitadora
municipal por lo que deducen que no existe sensibilidad al realizar obras o adecuar el
espacio pblico a nuevas necesidades y que no se tiene en cuenta la inoportunidad o
inadecuacin en el momento de colocar en las calles y plazas distintos elementos que, a
veces, no son necesarios.
Con satisfaccin hemos visto que las intervenciones realizadas en el centro histrico
de Burgos suscitan entre nuestros universitarios reacciones y sentimientos de rechazo. No
les gusta lo que se est haciendo y en este punto no se produce ninguna contradiccin entre
la percepcin subjetiva y la imagen real puesto que ya lo indicaron al realizar la encuesta,
lo cual es muy significativo.
La fotografa en esta ocasin supone la explicitacin de algunas cuestiones
relevantes puestas de manifiesto en el proceso de percepcin de la ciudad. A travs de la
seleccin de los elementos que si pudieran
eliminaran de la ciudad, el 38,5% eligi el nuevo
mobiliario urbano por inapropiado, por la
contaminacin visual y por ser un estorbo que
aporta una esttica nefasta.
Al realizar sus fotografas han puesto de
relieve
nuevamente
que
los
elementos
del
patrimonio, como los cables, los objetos y elementos de PVC y los letreros y anuncios que
inundan la ciudad.
En la documentacin del Plan Especial del Centro Histrico (PECH) se ve que la
recuperacin y revitalizacin del centro histrico de Burgos se basa nicamente en
actuaciones en el espacio fsico, puesto que se fundamenta en un intento de preservar la
imagen histrica mediante la conservacin de la fachadas de los edificios y la
347
Figura 187: Los chirimbolos compiten con el paisaje patrimonial. (Fuente: la autora)
349
Los autores de las fotos constatan que, aunque antes de realizar el trabajo los
perciban como algo habitual del paisaje urbano, los anuncios comerciales constituyen una
agresin al paisaje, contaminan el patrimonio urbano por el color, el desorden y falta de
criterio con que se colocan, su deterioro y por la invasin de la va pblica, y por ello son
muy negativos para el medio ambiente. A la mayora de los estudiantes les molesta esta
realidad por su abundancia, su gran tamao y por la falta de integracin paisajstica. La
presencia de carteles sin control en las calles del centro histrico de Burgos es analizada
como una muestra de la escasa sensibilidad existente entre los comerciantes y en el propio
Ayuntamiento, que no realiza ninguna campaa para que los comercios se adecuen a la
legislacin vigente.
Las fotografas realizadas demuestran que la colocacin y el tamao de tantos
elementos visuales resulta particularmente molesta en los edificios prximos a los
monumentos y en algunas calles estrechas como sucede en la de San Lorenzo. No
obstante, los soportes considerados ms contaminantes son los que se disponen como
carteles, las vallas publicitarias y los grandes rtulos luminosos.
Todo el curso ha sabido captar el significado espacial de las dos actuaciones
municipales ms positivas a simple vista, como la peatonalizacin y el embellecimiento de
las calles, pero cuyos efectos son negativos puesto que son capaces de modificar el espacio
urbano hasta eliminar su coherencia. Seguramente no tendra por qu ser as pero as ha
ocurrido.
Desde que en 1995 fuera elegida por el ayuntamiento de Madrid para dotar a la
ciudad de un nuevo mobiliario urbano, una misma empresa decora las calles de veinticinco
ciudades espaolas, adems de un buen nmero de europeas. En 1998 la empresa J. C.
Deaux lleg a Burgos y llen la ciudad de artefactos publicitarios, a los que los ciudadanos
han dado el nombre de chirimbolos. Las condiciones del contrato firmado en 1997, hasta
2015, por el grupo empresarial francs y el gobierno municipal no fueron ventajosas para
la ciudad y no slo porque el canon que tiene que pagar dicha empresa por la gestin, con
carcter exclusivo, de la publicidad es tan slo de cuatro millones de pesetas al ao a
cambio de la colocacin de ms de 700 elementos publicitarios. Las consecuencias de esta
operacin son mucho ms negativas por su incidencia sobre el patrimonio urbano y sobre
la percepcin del espacio geogrfico de la ciudad.
La dotacin de mobiliario urbano ha sido calificada por la opinin pblica como
ejemplo de un completo desacierto municipal. Adems de ser un contrato lesivo
econmicamente para los intereses de la ciudad, la opinin pblica manifiesta que es un
350
352
anuncios publicitarios oculta la visin del espacio e impide gozar de lo real, del patrimonio
monumental y popular, que tambin es hermoso.
El trabajo de los alumnos ha sabido plasmar con sensibilidad esttica la cida
relacin que se produce entre los elementos del mobiliario urbano y el patrimonio, ya que
provoca un cambio en el sistema de referencia que modifica sensiblemente los valores del
patrimonio edificado y del paisaje.
Ahora, al captar la realidad con una cmara, se puede comprobar que el espectador
ve frustrado su intento de ver ms all porque el paisaje queda ocasionalmente oculto por
algn elemento que se interpone a la mirada, permitiendo nicamente ver los bordes de la
imagen urbana existente en la realidad. Aparentemente estos artefactos estn dispuestos a
voleo, pero su colocacin es perfecta para lo que estn pensados: cubren toda la superficie
de nuestra vista, todo el campo visual y, aunque no queramos, reclaman obsesivamente
nuestra atencin con colores cada vez ms agresivos que no permiten ver lo que hay
alrededor.
Los chirimbolos y los paneles de anuncios se han colocado en el centro histrico de
forma tan estudiada, en lugares tan precisos que hurtan y capturan la mirada del transente
aunque no quiera, interceptando toda capacidad de sorprender que tiene el paisaje urbano.
Al romper la perspectiva se ha roto el espectculo arquitectnico de la Catedral desde la
Plaza Mayor, de la Plaza de Mo Cid, de la Calle de Santander, del Arco de Santa Mara,
del Espoln desde el Espoloncillo, de la Plaza de Castilla, etc.
La acumulacin y la falta de adecuacin, por su tamao, a las estrechas calles del
centro hace de los contenedores elementos igualmente agresivos al secuestrar la mirada en
la calle Fernn Gonzlez interponindose entre el individuo y la Catedral, donde un
contenedor, que todas las noches de viernes, sbados y domingos corre por el suelo de la
calle, ejerce una triple presencia agresora, tanto a la Iglesia de San Nicols, como al
Palacio de Castilfal o, si se desciende de Pozo Seco, a la propia Catedral. Si
mencionamos los nuevos
verificar un intento de cualificacin de las calles que, a partir de ahora, se realizar por el
mobiliario urbano en vez de a travs de su carcter histrico y monumental.
Como en otras ciudades histricas las seales de trfico estorban en cada esquina del
espacio pblico y, paradjicamente, son ms abundantes cuanto menos necesarias, como
ocurre en las calles peatonalizadas, en las que su profusin y nefasta colocacin dificulta
junto con los bolardos el trnsito peatonal, y perturba la visin de la trama urbana
(BRANDIS y DEL RO, 1998).
354
355
carcter vivencial del espacio urbano, los lazos que unen a los habitantes con los lugares y
la importancia que tiene el patrimonio como factor de identidad.
Hemos determinado que el grado de legibilidad urbana de la ciudad de Burgos es
muy deficiente. A pesar de ser pequea, su forma alargada hace que la mayor parte de los
desplazamientos han de realizarse en autobs, por eso la imagen sntesis subjetiva que
tienen los estudiantes muestra una distorsin y, sobre todo, imprecisin con respecto a la
realidad. Pensamos, no obstante, que ste es un problema que se puede agudizar an ms.
El conocimiento espacial de la ciudad se adquiere en los desplazamientos cotidianos.
Hasta ahora el mapa mental, elaborado a partir de la informacin que se recibe del entorno
se construa a travs de un proceso de seleccin de determinados edificios o de anuncios
publicitarios, duraderos, existentes en una determinada trayectoria y de puntos de cruce
que hay que pasar hasta llegar al destino. Si en algunos momentos, como suceda a finales
del siglo XIX o a principios del XX, la publicidad con sus carteles constitua el teln de
fondo de la vida urbana, ahora ha encontrado la manera de ser protagonista de la ciudad y
reclama nuestra atencin vivamente.
Pensamos que este nuevo fenmeno plantear una tensin en la percepcin de la
realidad urbana de la que slo se aprecian bordes recortados por superficies de los paneles
de anuncios que ocupan el plano central de la mirada. El cambio fundamental es que ahora
los anuncios han dejado de ser fijos. En vez de ser duraderos cambian cada poco tiempo.
Adems ya no estn en los edificios sino que han bajado a la calle, interceptan nuestro
camino, estn a nuestra altura, captan y secuestran nuestra mirada y ocupan los puntos de
cruce que son aprovechados con una sobreabundancia de elementos publicitarios.
Nos atrevemos a aventurar que semejante sobreestimulacin que arrebata y cautiva
la mirada no mejora la informacin que se recibe, sino que conduce a la confusin espacial
y a la consiguiente prdida de la capacidad de orientacin.
Es preciso tomar en consideracin el estudio de Justo Villafae, segn el cual, la
percepcin de la ciudad depende de la posibilidad de captar el espacio concreto en el que
se mueve el ciudadano, con sus texturas y formas, con sus contornos, superficies y lmites,
dotado de profundidad y estabilidad, caractersticas que resultan esenciales del espacio
visual (VILLAFAE, 1992). Cualquier interferencia en la superficie y el lmite del marco
visual altera la percepcin del espacio urbano.
Tal como hemos constatado, el espacio vital se ordena mediante referencias fijas,
hitos, que permiten medir el espacio y el tiempo es decir, las distancias. Evidentemente
estos puntos de referencia, tan importantes para reconocer los itinerarios espaciales
cotidianos, son convencionales, pero son estables, no sufren modificaciones, por eso
356
pueden servir de referencia. No queremos decir con ello que sean eternos, pero no se
pueden cambiar constantemente porque la alteracin tiene sus efectos. Sobre todo provoca
confusin e incertidumbre y, en ocasiones, angustia.
Consideramos que la permanencia de los hitos es una exigencia vital para almacenar
informacin a travs de la memoria. Por esta razn nos preocupa que se interpongan los
paneles publicitarios, los expendedores de mapas, los recogedores de pilas o los distintos
chirimbolos, porque la sensacin visual, mecanismo receptor de informacin, estar
cambiando cada poco tiempo a medida que cambien las campaas publicitarias. Sus
estmulos no son los propios de las caractersticas espaciales sino el color, la esttica y el
marketing, cuyas sensaciones podrn ser muy intensas pero impiden obtener una
percepcin del lugar y realizar una seleccin y jerarquizacin de los espacios.
Se est configurando, como si fuera lo ms natural, un espacio urbano catico y
vulgar, que genera sus propias identidades cambiantes segn la moda y la poca del ao inicio de temporada, rebajas, navidad, estrenos de pelculas ...- que son iguales a las de los
dems barrios y a las dems ciudades. Nos tememos que en la mente de los nios se vaya
configurando una nueva cartografa que nada tiene que ver con el paisaje urbano. Habr
que esperar para comprobar los resultados porque es un fenmeno nuevo, pero ya
percibimos que la conciencia de diversidad desaparece en estos espacios dotados de una
identidad universal, transformando la ciudad histrica en un no-lugar.
Somos conscientes de que la capacidad de construir la imagen mental de la ciudad
puede ser muy sensorial y no slo se adquiere a travs de elementos visuales, tal como
indica Constancio Castro. Existen otros como la percepcin sonora, los desniveles, el
nmero de pasos en los cruces, el olor..., que ofrecen informacin sensorial variada a la
vez que conjugada. As se forman los sistemas perceptuales. El problema es que ahora el
entorno urbano nos envuelve con abundancia de estmulos que llegan incluso a
sobresaturar nuestra plataforma sensorial. Luces, colores, formas en una presencia
abigarrada, ms el ruido que a veces puede ser ensordecedor, ms los olores que a veces
pueden herir nuestra sensibilidad... por hablar solamente de sensaciones (CASTRO, 1997:
38).
Con la masiva utilizacin de imgenes publicitarias en el espacio urbano, la cultura
espacial visual del ciudadano medio se est empobreciendo considerablemente y
hacindose cada vez ms uniforme.
La pavimentacin realizada en muchas calles que se convierten en peatonales y la
colocacin exagerada de chismes de todo tipo, provoca la prdida de coherencia del
espacio pblico y la prdida de individualidad-identidad del centro histrico porque son
357
intervenciones que, lejos de marcar la variedad y cualidades del espacio urbano, provocan
su uniformidad y generan una gran monotona en el paisaje con la consiguiente prdida de
valor patrimonial. A medida que esto sucede se va perdiendo tambin la capacidad de
orientacin, la sensacin de seguridad y de identidad de la poblacin (PONCE, DVILA y
NAVALN, 1994).
Si aceptamos que no existe espacio urbano que no sea geomtrico, dotado de
perspectiva, y arquitectnico, la constatacin de que una multitud de artefactos impide ver
la arquitectura, rompe la perspectiva y elimina la geometra -cambindolo por un planonos obliga a concluir que el mobiliario urbano, que est perfectamente diseado y
colocado en la ciudad como incitacin al consumo, destruye la esencia del espacio urbano.
Podemos decir que la globalizacin que experimenta la ciudad a travs del mobiliario
urbano ha destrozado, hasta matarlas, la personalidad y la identidad del espacio urbano
burgals.
La mayor paradoja es comprobar que la ciudad propia se desdibuja en la mente de
sus ciudadanos, con consecuencias negativas para la imagen colectiva, justo cuando la
memoria individual se llena de infinitos lugares y ciudades gracias a los medios de
comunicacin. En unos momentos en que los poderes locales estn obsesionados por
generar noticias positivas y por poner la ciudad en el mapa, no parecen adecuadas las
intervenciones que realizan en el espacio pblico porque, lejos de reforzar el perfil
individual caracterstico de esta ciudad y su enriquecimiento simblico para facilitar la
identificacin y marcar la diferencia de la ciudad de Burgos respecto de otros lugares, las
obras realizadas unifican el paisaje urbano al de otras ciudades y neutralizan su
personalidad.
A mis alumnos les asombra que Burgos haya renunciado a su carcter original a
travs del desarrollo de una esttica de autntico camuflaje. No comparten el xito que
alcanza lo annimo, ni la uniformidad, y consideran que hara falta una moratoria en la
instalacin de artefactos en la calle. Les da la impresin de que Burgos, en cada
intervencin realizada en el espacio histrico, da ha renunciado a mantener la belleza y
creen que eso no es bueno porque saben que las dos condiciones que todo el mundo busca
cuando se visita una ciudad para disfrutar culturalmente, adems de su belleza, es que sea
sorprendente y que sea distinta a otras. Por eso consideran un error que el Ayuntamiento
realice propuestas de mejora de la imagen de Burgos, cuyo resultado, lejos de acentuar la
personalidad propia y diferenciada, es absolutamente homogneo y vulgar.
El valor histrico de la ciudad consiste en que los edificios monumentales, el tejido
urbano, el trazado y la arquitectura popular estn ah, en su realidad fsica, no como
358
recuerdos y signos del pasado sino en el espacio al que dan un ambiente concreto, capaz de
identificar los conjuntos histricos. ste es un valor intangible de enorme inters, es el
valor del entorno.
Ahora bien, si se agrede el histrico ambiente de la ciudad histrica con la
acumulacin de artilugios ms propios de los nuevos espacios, de los centros comerciales
o de los parques temticos, se rompe precisamente lo ms valioso de los recintos
histricos, su entorno como proceso que permite comprender la historia, la evolucin y su
autntico carcter.
Hemos de tener en cuenta que los monumentos no slo tienen valor esttico, no slo
son arte, sino que son una historia hecha espacio (ARGAN, 1984: 43). Por esta razn
consideramos que los artefactos, al alterar gravemente el ambiente de los conjuntos
histricos formado a travs de un lento proceso cultural, no slo agreden al espacio
pblico sino a los propios monumentos. Se sustrae el valor intangible del medio ambiente
urbano.
Con estas actuaciones tan vulgares como innecesarias se vulnera el arte, la historia y
la cultura. Esto es malo para todas las ciudades, que parecen clnicas, pero resulta
especialmente negativo para la de Burgos por todo lo dicho.
No obstante, los efectos pueden ser ms preocupantes an porque no quiero olvidar
las consecuencias que tienen en la vida real que veces se olvida, y es que tambin afectan a
la poblacin y a su calidad de vida. Uno de los problemas es la interpretacin espacial. El
mobiliario urbano, con sus mensajes publicitarios, neutraliza las caractersticas propias de
los distintos barrios de la ciudad. Cuando la imagen de dos muchachas divertidas que
pasean por La Habana en una bici-taxi (anuncio de Ducados) se clava en la retina a lo
largo de un itinerario urbano, se hace difcil saber distinguir si se transita por un barrio
histrico o por una zona recin construida de la ciudad. La prdida de identidad del
espacio histrico y su despersonalizacin actual, provoca desconcierto.
La identidad de la ciudad histrica ha estado basada en la cultura y en su historia
peculiar, por eso los espacios histricos, dotados de identidad, ejercen una atraccin
seductora. Pero desde hace poco tiempo, al igual que la enfermedad de Alzheimer, los
artefactos colocados en los espacios pblicos de las zonas histricas destruyen las
sensaciones pasadas, aplastan los planos cercanos de la memoria y anulan la coherencia de
lo que realmente constituye el patrimonio, introduciendo a la poblacin en un estado de
amnesia que le impide poder comprender la identidad cultural. Pero no hay que referirse al
Alzheimer para saber que el problema de la orientacin personal es un problema serio y
tiene importantes consecuencias en la calidad de vida.
359
como aclara Ezio Manzini, productos nacidos de la atencin por el detalle, del amor por
la vida de las cosas en relacin con la de los hombres y con el medio ambiente,
expresiones sutiles y profundas del ingenio, de la creatividad y tambin de la sabidura
humana (MANZINI, 1996: 104).
Somos la primera generacin que ve los monumentos de esa manera, con anuncios
interpuestos, lo que les da cierta vulgaridad y banalizacin. Con ellos se forma un paisaje
muy de nuestra poca y se genera una nueva forma de ver la ciudad, pero las instalaciones
publicitarias no permiten realizar aproximaciones ms reales al paisaje urbano, con lo que
no posibilitan el descubrimiento del espacio, que es personal, ni las emociones, que es lo
que permite al ser humano valorar un determinado espacio de la ciudad.
Adems dificultan el registro mental de lugares y smbolos que forman parte del
inconsciente colectivo y por tanto impiden que se forme la relacin esttica con el medio.
Nos tememos que la coherencia de las zonas histricas y la sorpresa esttica que provocan
pueda perderse con estas intervenciones. Tal vez por eso podamos comprender que se est
produciendo una ruptura en la relacin que los ciudadanos tienen con el uso de las zonas
histricas. Habra que estimular la necesidad de una sensibilidad esttica en la ciudad y no
renunciar a la ineludible exigencia de cualidad en el paisaje urbano que ha estado presente
a lo largo de la historia del hombre.
Nos hemos dado cuenta de que los nios
tambin hacen fotos en los espacios simblicos de la
ciudad, y en ellas slo se ven los anuncios. Por eso
pensamos que este fenmeno de convertir la ciudad
en soporte de valla publicitaria ha de producir un
cambio radical en el paisaje y en el mapa de la
infancia, que es el que se graba para siempre en la
memoria, forma parte de la personalidad y contribuye
a configurar la identidad.
Esta es una cuestin especialmente preocupante
por los nios, para los que el tamao de estos objetos
Figura 189: Curiosidad ante un
artefacto en la calle de Lan
Calvo.(Fuente: la autora)
361
362
la cual de la condicin como nuevos pasan bruscamente, con una especie de traspis, a la
de degradados para tirar (MANZINI, 1996: 67). Lo mismo sucede con los nuevos
espacios urbanos construidos, como la grandes superficies comerciales, en los que no hay
historia porque el tiempo no deja huella, su escasa durabilidad no lo soporta.
Otra cuestin que nos inquieta es el intento de eliminar toda posibilidad de
conciencia de la diversidad del centro histrico y la facilidad con que se puede destruir el
patrimonio. Pensamos que las intervenciones realizadas en pugna contra el espacio urbano
son demoledoras y empezamos a creer que, al eliminar el paisaje, resulta muy fcil actuar
impunemente destruyendo el patrimonio. Una vez perdida la identidad del espacio
histrico por homogeneizacin, tras haber hurtado a la poblacin el espacio, que es puesto
a disposicin del negocio publicitario, y despus de haber ocultado su valor patrimonial,
porque los artefactos roban la mirada e impiden las sensaciones de sorpresa desde el
espacio pblico ante las maravillas del arte y de las construcciones tradicionales, se
rompen las emociones y se pierde la habilidad de disfrutar de la ciudad histrica. Una vez
que subjetivamente no queda nada que valorar resulta mucho ms sencillo destruir.
El centro histrico se est transformando en un bricolaje postmoderno de artilugios
intercambiables y universales, que originan lugares neutros en los que se esfuma todo dato
de diversidad urbana. As, poco a poco, la ciudad se est quedando sin referencias de
quienes la habitan, sin componentes afectivos. Aunque a veces pueda ser considerado
como el resultado de la superficialidad con que se acta, en realidad parece ser ms bien el
fruto de una accin de destruccin voluntaria de la herencia histrica de la ciudad. No
olvidamos nunca, tampoco ahora, que de los casos de destruccin voluntaria de la
herencia histrica, el ms macroscpico es el de la ciudad (ARGAN, 1984: 88).
Entre los efectos perversos de la transformacin del patrimonio est la frustracin
que se apodera de la poblacin interesada por la historia y el arte de los monumentos y de
los conjuntos histricos. Como lamenta Franoise Choay los daos originados en el
patrimonio por el paso del tiempo con ser destructivos pueden superarse por el abuso con
que se interviene en l. Preocupada por el culto que hoy se rinde al patrimonio, se duele de
que la especie humana pueda llegar a arruinarlo rpidamente, mucho ms que las guerras,
ms que los actos de comercio y ms que las consecuencia del paso de los aos. Por
paradjico que parezca, las propias actividades de conservacin y mejora, como
sealamos, pueden en muy poco tiempo realizar destrucciones que antao hubieran
tardado siglos (CHOAY, 1992).
Quienes negocian con la ciudad han detectado que si las transformaciones realizadas
en los espacios histricos conllevan prdida patrimonial, provocan dolor y rechazo en la
364
poblacin. Son conscientes de lo eficaz que puede resultar poner en marcha la idea de
Vilm Flusser, citada por Joan Fontcuberta, de que olvidar es una funcin tan importante
de la memoria como recordar (FONTCUBERTA, 1997: 56). Por eso, al actuar sobre el
patrimonio, ponen en marcha la ceremonia del olvido para que su labor resulte ms fcil.
As cada vez es ms frecuente tapar los edificios en los que realizan obras con un
trampantojo, que cubre lo que siempre suele ser su destruccin y transformacin absoluta.
El tiempo transcurrido mientras dura la intervencin es suficiente para que la poblacin
olvide lo que haba antes. Quiz por eso podamos pensar que el afn de estetizacin de la
ciudad y las intervenciones de embellecimiento en el espacio pblico con amueblamiento
urbano no sean siempre el resultado de la imitacin, la moda y del marketing, o de la
simple estulticia. Tal vez la colocacin de chismes no sea slo para obtener dinero, sino
tambin sea un empeo perverso de hacer olvidar la belleza, los lugares o espacios que
provocan placer, porque, como insinuaba Silverberg, es el olvido lo que nos permite
aspirar a ser felices (FONTCUBERTA, 1997: 59).
Quienes entienden las bases biolgicas con las que funciona la mente humana nos
explican que la intensidad del sentimiento y de las emociones transmitidos por las
neuronas depende de la frecuencia del estmulo. De acuerdo con esta lgica podemos
deducir que las personas que disfrutan de la autenticidad del patrimonio y del placer de la
belleza, sufrirn menos si desaparece el estmulo, porque perder la intensidad del
sentimiento o de la emocin que provoca.
Por eso consideramos que el modo de llenar los mejores lugares del espacio urbano
con un mosaico de ofertas publicitarias no puede ser un simple juego, sino fruto de una
intencin. Es posible que sea parte de una estrategia bien definida para conquistar el centro
histrico de las ciudades por grupos con intereses especulativos y poder realizar
operaciones urbansticas de gran rentabilidad econmica sin problemas, en unos momentos
en que las ciudades histricas tienen planes especiales y existe gran concienciacin
ciudadana del valor patrimonial de esos espacios y de la necesidad de su supervivencia
para el disfrute y para el mantenimiento de la memoria.
Ahora bien, las obras que se realizan en un edificio se tapan fcilmente, pero para
ocultar todo el centro histrico de una ciudad no es suficiente un trampantojo. Es preciso
hacer algo ms. Un dispositivo eficaz s que puede lograr la descaracterizacin de ese
espacio. Hemos observado en tiempo real cmo a travs de la transformacin de sus calles,
con el cambio en la organizacin de las plazas, al romperse la relacin existente entre los
espacios edificados y los espacios vacos y mediante la colocacin de una desaforada
cantidad de ornatos, esparcidos en el espacio pblico, los valores patrimoniales asociados a
365
los elementos urbanos llegan a pasar desapercibidos. Una vez que desaparece el estmulo,
las neuronas no pueden transmitir sentimiento.
Por todo lo cual consideramos que una buena tcnica para eliminar el recuerdo de la
imagen de los espacios histricos, es provocar otras imgenes, otros recuerdos que los
sepulten. Para ocultar el espacio hasta hacerlo desaparecer del imaginario colectivo, un
mtodo radical es eliminar la accesibilidad del centro histrico y segregarlo del conjunto
de la ciudad con operaciones de peatonalizacin que, por lo ya indicado, nos parecen
perversas. As una parte de la ciudad queda desfasada y posiblemente olvidada por un
tiempo; mientras la transforman. As se puede actuar en el espacio edificado y se pueden
alterar las tramas sin que los ciudadanos manifiesten su desnimo porque ni siquiera se dan
cuenta de ello.
De este modo retomar el espacio central de las ciudades histricas, del que se ha ido
expulsando a las clases populares, ser mucho ms fcil. Si no existe dolor en la poblacin
ante la prdida de algo que ya no se valora, la actuacin sobre el patrimonio edificado
podr realizarse sin oposicin ciudadana. Construir en el centro de la ciudad una nueva
ciudad histrica con las plusvalas del patrimonio monumental para nuevos residentes no
ser difcil porque no encontrar ninguna reaccin en la poblacin, ningn problema.
Por otra parte si entre los ms jvenes no se han almacenado previamente en la
memoria imgenes urbanas con los valores de los espacios histricos, resulta innecesario
mantener el patrimonio para mantener la memoria. Cuando se ha logrado provocar un
desprendimiento de cualquier conexin con el patrimonio histrico, resulta facilsima la
tarea de redefinir por completo el paisaje de la ciudad histrica. As se estn diseando las
nuevas ciudades histricas que no lo son al haber perdido su autenticidad, y al no
preservar la historia.
IV.1.12. La fragmentacin espacial como problema: la prdida del sentido del lmite
para comprender los escenarios del pasado y su coherencia
Creamos que la ciudad, por tener una forma espacial bien definida y por tener focos de
atencin individualizados y simblicos, podra ser perfectamente identificable, pero a la
vista de la escasa comprensin que la ciudad de Burgos tiene para un grupo de jvenes
universitarios, hemos de plantear alguna conclusin.
En los recorridos que realizamos por la ciudad da la sensacin de que barremos la
realidad en vez de captarla. Parece que en la vida cotidiana percibimos miles de
sugerencias, pero tenemos los ojos vagos. Falla una educacin visual (SOTELO, 2000).
366
Por ello sera necesario aprender a mirar, saber mirar para ver todo lo que nos muestra el
espacio urbano, tarea que exige dirigir la atencin hacia el medio ambiente urbano
asumido como bien cultural y, por tanto, como patrimonio urbano.
Es necesario saber ver para saber interpretar el significado de la ciudad como lugar
de cultura, como documento histrico que contiene en su interior una gran informacin,
como un ejemplo de comunicacin e interaccin que muestra los valores culturales,
artsticos y medioambientales de las sociedades que nos han precedido. A travs de sus
edificaciones, de su trama y del uso de ambos, la ciudad ofrece las trazas imborrables de la
historia del hombre. Ahora bien, para que la poblacin comprenda la ciudad como lugar de
cultura no slo es necesario saber captar el significado histrico del tejido urbano sino
tambin distinguir aquellos elementos de la morfologa y del contenido del medio
ambiente que no se corresponden con las necesidades ni con los deseos de sus habitantes.
Tambin se hace preciso que exista una mayor responsabilidad por parte de la
Administracin local en la tarea de salvaguardar los espacios histricos en vez de actuar de
acuerdo con sus propios intereses que siempre coinciden con los intereses del mercado.
Nosotros entendemos el medio ambiente como fuente de conocimiento. Por eso nos
preocupa la alteracin a que est siendo sometido. Hemos visto, a travs de las encuestas
realizadas, que ahora se confunden los elementos que dan personalidad a Burgos y que
esta ciudad presenta dificultades de comprensin lo cual es absolutamente negativo para
configurar una imagen colectiva; pero pensamos que captar el complejo sistema de signos
que ofrece la ciudad va a ser mucho ms difcil de ahora en adelante, como consecuencia
de las intervenciones realizadas en el espacio pblico, que estn produciendo la prdida de
su personalidad y por tanto la prdida de identidad (BENEVOLO, 1994).
Si hoy la ciudad aparece fragmentada, mayor problema tendrn los que ahora son
nios, a los que se les ha hurtado no slo la belleza del arte, sino tambin los lmites de la
ciudad -ocultos por los artefactos- y la posibilidad de comprender los escenarios del
pasado y su coherencia. Los mamotretos tipo MUPI que se han colocado son un mtodo
excelente, pero perverso, para modificar la valoracin de las caractersticas del espacio
fsico. Tal y como se ha dispuesto el mobiliario urbano ha roto las perspectivas del espacio
geogrfico que se ha quedado sin profundidad.
Las referencias geomtricas, espaciales que llegan al cerebro vienen ahora a travs
de las campaas publicitarias cambiantes cada poco tiempo y a travs de los bolardos y
macetones que se ha colocado por igual en muchas ciudades sin tener en cuenta ni la
escala ni las caractersticas ambientales del casco histrico. La papelera de diseo es
protagonista hoy del centro histrico burgals junto con los otros elementos que se estn
367
convirtiendo en hitos visuales del paisaje urbano, que como consecuencia aparece cortado
y abigarrado.
Si alguien recin llegado a la ciudad buscara su centro histrico se dara cuenta que
ha llegado a l nada ms ver la profusin de objetos chirriantes que atestan sus calles. La
consiguiente prdida de precisin del espacio urbano, el abuso sistemtico de estos
chismes y el carcter acumulativo de los mismos est resultando un problema grave para el
espacio y, como consecuencia, para la imagen de la ciudad.
Percibimos que la imagen dominante que tena Burgos de ciudad bonita, ha sido
perturbada por unos elementos ajenos, externos, que la afectan muy negativamente. Los
principales puntos de referencia del centro histrico
han sido objeto de una sodoma paisajstica que
elimina cualquier testimonio del pasado, convirtiendo
el espacio en una construccin geomtrica neutral que
se desarrolla en un nuevo espacio indiferente y
montono. Con esos elementos, iguales en muchas
ciudades se acaba con la diferencia, y sin diferencia se
borra la historia. Esta tontera puede acabar con el
carcter histrico de la ciudad o por lo menos con el
disfrute de los espacios histricos, a pesar de lo que
digan los anuncios de las cabinas telefnicas desde las
Figura 191: Cabina de telfono
llamando al turista. (Fuente: la
autora)
gran valor arquitectnico, simblico y cultural, con un importante patrimonio y con una
excelente situacin estratgica en el espacio regional, deberan ser suficiente motivo para
justificar la necesidad de tener un gran cuidado a la hora definir las actuaciones adecuadas
para la salvaguarda de las oportunidades y para tratar de encontrar formas idneas de
cualificacin y valoracin del tejido urbano, sin dar cabida a ningn elemento negativo.
Pero se ha optado por utilizar el espacio urbano, el paisaje como un recurso econmico, en
vez de como un bien cultural, y se ha convertido en mercanca consumible y en un
producto explotable. El Ayuntamiento ha logrado que el escenario urbano, el espacio
pblico de Burgos haya perdido su identidad cultural. La poblacin llega a captarlo porque
siente las contrariedades que le producen desasosiego y pesar.
Hemos detectado que las intervenciones realizadas generan una situacin de
desequilibrio e inquietud, cuya intensidad vara en funcin de la sensibilidad de cada
368
persona, y pensamos que, ya que la funcin informativa que se intenta dar a travs de los
chirimbolos est garantizada por otros medios, se hace cada vez ms innecesario cargar
con este lastre en la ciudad. Aunque slo sea por salud mental.
Durante algn viaje realizado fuera de Espaa hemos comprobado cmo la mejor de
las sensaciones que se puede sentir, al visitar alguna ciudad por primera vez, es la
tranquilidad de disfrutar del espacio pblico cuando no existen bolardos y ni tanto
chirimbolo de plstico y lo relajante que resulta para la mirada.
Ahora bien, el problema ms serio que hemos observado en Burgos, es la ausencia
generalizada de un pensamiento riguroso sobre la ciudad. Para explicar el aparente caos
que hoy presenta la ciudad se hace necesario un tener un conocimiento global de la misma
del que depende la eficiencia y el desarrollo sostenible de Burgos actual. Es necesario
analizar la ciudad en trminos de totalidad. Sin embargo la realidad es que los ciudadanos
burgaleses, no slo los estudiantes, tienen una percepcin del espacio demasiado
fragmentada, y este problema tambin se ve reflejado en el planeamiento urbanstico y por
eso no funciona, por eso no se avanza y por eso ahora se ve el caos que constantemente
provocan actuaciones contradictorias por la falta de una planificacin integradora y
coordinada. Para que el planeamiento funcione es necesaria una consideracin
tridimensional que integre el espacio, el tiempo y la percepcin urbana de los habitantes tal
como ha demostrado Jos Vicente Boira en sus estudios sobre la importancia de la
percepcin como instrumento de planeamiento.
A nuestro juicio el fracaso del planeamiento de Burgos es consecuencia de no tener
estos hechos en cuenta. La falta de una planificacin global se aprecia en cualquiera de los
problemas que ahora tiene que resolver la ciudad como: la revitalizacin del centro
histrico, la relacin de la Universidad con la ciudad, la realizacin de un plan de
proteccin del Camino de Santiago, la dotacin de equipamientos, la solucin al trazado
del ferrocarril, o la simple colocacin de puntos limpios en distintos barrios. Cualquier
necesidad, en Burgos se convierte en problema, pero donde ms claramente se deja ver por
sus efectos perversos es en la ordenacin del trfico, que constituye un problema de fondo
ya que arrastra la movilidad, accesibilidad y el sistema de transporte urbano.
Un ejemplo claro es la propuesta del planeamiento en el barrio de Gamonal.
Mientras los ciudadanos de Gamonal, sobre todo los comerciantes de la asociacin zona
G, consideran que el trfico de la Avenida Eladio Perlado es demasiado rpido e intenso y
realizan propuestas de convertirlo en un bulevar de circulacin lenta, y mientras en el
barrio residencial G-3 y en la Barriada Illera los vecinos se encuentran en pie de lucha
intentando la reduccin del trfico a 40 kilmetros por hora y quieren eliminar su impacto
369
la ciudad. El problema es que falta una poltica de ciudad como estrategia de desarrollo
que permita tratar los problemas urbanos de un modo integral.
comercial; si salen del garaje de su casa montados en el coche y recorren la ciudad -no la
histrica porque est peatonalizada- hasta meterlo en el aparcamiento subterrneo, si este
es el modelo, nos preguntamos para qu y para quin hay que conservar el patrimonio
urbano.
Si son muchos los problemas espaciales que tiene Burgos para la interpretacin
correcta de los ciudadanos de un nivel educativo alto, nos permitimos pensar que tambin
lo sern para el ciudadano medio. Si es difcil aprender la ciudad, si fallan los aspectos
cognitivos del espacio urbano es muy difcil que el patrimonio urbano sea valorado y
usado correctamente. Sobre todo hemos detectado una dificultad a la hora de valorar,
entender y tomar conciencia para realizar una reflexin crtica de cmo han de realizarse
las intervenciones sobre el patrimonio urbano, y faltan datos para que los ciudadanos sean
capaces de diferenciar el destino que se quiere dar a los espacios histricos: de museo con
vistas a la visita turstica, o si por el contrario se desea integrarlos vitalmente como unos
espacios dinmicos en el conjunto de la ciudad.
La dificultad se agrava cada vez ms porque la ciudad histrica se est
transformando con tal cantidad de actuaciones urbansticas que queda despojada de su
valor simblico. Ser percibida y apreciada por la sociedad de manera absolutamente
distinta a como haba sido considerada hasta ahora. Por eso planteamos qu va a pasar.
Cmo proteger el patrimonio urbano? Qu uso se le va a dar? Para quin?
Es evidente que el cambio va implcito en el propio concepto de ciudad. La ciudad ha
experimentado a lo largo del tiempo, lentamente, un crecimiento urbanstico y una
continua transformacin del espacio pblico. El problema se plantea porque ahora nos
hemos propuesto conservarla y por eso se ha regulado jurdicamente cmo hemos de
hacerlo. Tal vez sea un planteamiento equivocado pues hemos constatado que, desde que
existen Planes Especiales para conservar los centros histricos, las intervenciones que se
realizan no intentan sino esconder las intenciones de transformacin de la ciudad para que
la sociedad no se de cuenta. Por eso pensamos que tal vez lo mejor sea quitar la proteccin
de los cascos histricos para que la ciudad no tenga que ocultar los designios de su propia
metamorfosis. Tal vez as los cascos histricos de las ciudades seguiran una
transformacin mucho ms orgnica y espontnea.
372
Fundacin la Caixa pudo contar con la colaboracin de la Universidad del lugar para
realizar un Seminario cientfico con el mismo ttulo, en el que se poda y se deba tratar
una temtica especfica. El Seminario realizado en Burgos del 19 al 21 de enero de 1998 lo
planteamos en torno a una idea central Ciudad histrica y calidad urbana como reto para
mantener las ciudades histricas vivas.
Durante el curso 1999-2000 tuve la oportunidad de participar nuevamente con la
Fundacin la Caixa en el programa Vivir en las ciudades histricas. Pasado y presente
hacia un futuro sostenible dirigido a los estudiantes de secundaria obligatoria. Desde que
lo conoc me interes por estar en sintona con su planteamiento y con su objetivo:
reconocer el valor patrimonial de las ciudades histricas y presentar este patrimonio como
un smbolo de identidad y desarrollo. Todo ello para fomentar una actitud activa de los
ciudadanos ante los problemas de las ciudades histricas, con el propsito principal de que
las futuras generaciones puedan disfrutar al menos del patrimonio que nuestra generacin
ha conocido.
La propuesta de este trabajo se plante en tres fases metodolgicas, anlisis,
diagnstico y pronstico donde se utilizan diferentes materiales.
En cada ciudad se aporta la informacin existente que se recoge en un lbum; se
ofrecen cursos de formacin para el profesorado de enseanza secundaria, aspecto en el
que se involucra la Direccin de Educacin. Posteriormente se realiza la presentacin de
los proyectos elaborados por los centros educativos, con los que se realiza un debate en
cada una de las ciudades participantes.
Mi colaboracin se ci a la correccin de los materiales del lbum referido a
Burgos, a la participacin en el curso de formacin a los profesores burgaleses inscritos en
el programa y a la asistencia, en calidad de experta, al debate final de las conclusiones
expuestas por los estudiantes burgaleses, celebrado en el ao 2000 al finalizar el curso.
La coincidencia ante la preocupacin por la transmisin adecuada de los valores del
patrimonio urbano a las nuevas generaciones me indujo a valorar un posible nexo en la
percepcin que tienen los jvenes, de la ciudad y de su patrimonio.
En ese momento ya conoca la imagen de Burgos de mis alumnos, estudiantes
universitarios, con los que realizamos el trabajo de percepcin de la ciudad durante el
curso anterior (1998-99) y la circunstancia que se daba ahora, en 2000, me anim a
conocer la que se desprende de los trabajos realizados por estudiantes de ESO.
El programa educativo Vivir en las ciudades histricas, pasado y presente hacia un
374
para
implicacin,
lo
que
ayuda y
es
necesaria
estmulo
la
de los
con
la
colaboracin
de
los
Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y que en ese momento integraban el Grupo
de Ciudades Patrimonio de la Humanidad: vila, Cceres, Crdoba, Salamanca, Santiago
de Compostela, Segovia y Toledo. En el curso 1999-2000, el mismo programa se llev a
cabo en otras ocho ciudades con importantes conjuntos histricos patrimoniales, algunos
de ellos declarados tambin Patrimonio de la Humanidad: Alcal de Henares, Burgos,
Cuenca, Gerona, Len, Oviedo, Tarragona y Zamora.
Bsicamente se trata de una serie de trabajos realizados por alumnos de diferentes
centros educativos, ayudados y orientados por sus profesores con material proporcionado
por la Caixa. Adems de la realizacin de una encuesta, igual para todos, para conocer y
valorar la opinin de la poblacin acerca de los aspectos positivos o negativos de su
ciudad, los alumnos, divididos en grupos, desarrollaron proyectos de actuacin sobre la
95 El nmero 27 de la revista ber (2001) est dedicado monogrficamente al proyecto educativo Vivir en
las Ciudades Histricas.
375
378
horas, de los edificios restaurados para la realizacin de todo tipo de celebraciones, como
bodas, reuniones de empresa, o de actos culturales.
El alquiler para actos culturales de edificios restaurados tambin es una propuesta de
los de Burgos. Pero en este caso se propone adems que lo mismo que los beneficios de
determinadas actividades tursticas, una semana medieval por ejemplo, deberan ser fuente
de financiacin para la restauracin de monumentos, incluidos los religiosos, de igual
manera la Iglesia debera prestar sus edificios para conseguir recursos econmicos que
revirtieran en las obras de restauracin y mejora de la ciudad. Es como si se pudiera
restaurar y rehabilitar la ciudad histrica creando una bolsa de restauracin, un fondo
comn. Vemos, pues, que los estudiantes involucran a la Iglesia como una fuente ms de
financiacin para las restauraciones de bienes que no tienen por qu tener carcter
religioso, y no se plantean que deba existir diferencia entre bienes patrimoniales civiles y
eclesisticos.
Tambin proponen repartir los beneficios del turismo los grupos de Salamanca,
Cuenca, Tarragona y Zamora, y consideran que dando prioridad a la restauracin de los
monumentos que puedan tener rentabilidad econmica, a travs de su uso turstico, pueden
obtenerse fondos con los que financiar otras restauraciones menores.
Es unnime el parecer que, para la restauracin de los edificios histricos, es
necesario combinar la iniciativa pblica y la privada. Pero varios grupos expresan una
preocupacin singular, ya que aceptan que las empresas privadas realicen su propaganda
de forma muy visible mientras duran las obras, pero exigen discrecin en dicha publicidad
una vez realizada la restauracin. As lo manifiestan los jvenes de Crdoba, Salamanca,
Santiago de Compostela, Segovia, Toledo y, un ao despus, los de Alcal de Henares,
Burgos, Cuenca, Len y Zamora.
Y hablando de fuentes y agentes con iniciativa en la conservacin del patrimonio,
hay grupos como el de Cuenca que implican en el deber de restaurar el patrimonio a
hosteleros y comerciantes, ya que son ellos los que obtienen ingresos y beneficios del
turismo. Aparte estn los de Len, quien, de manera ingenua, apuntan al Vaticano como un
obligado protagonista en la financiacin en los bienes patrimoniales.
El mayor desconocimiento lo muestra Oviedo, cuyos escolares parten de dos graves
errores. Por un lado, afirman que a las instituciones de todo tipo y mbito, incluida la
UNESCO, no les interesan los pequeos monumentos pero s a los ciudadanos, cuando la
realidad cada da nos demuestra que es lo contrario. Y en segundo lugar afirman tambin
que la UNESCO da la mayor parte del presupuesto econmico a los grandes monumentos,
desconociendo que esta oficina de la ONU no tiene como finalidad la contribucin
379
econmica en la restauracin de ningn tipo de bien patrimonial. Este ltimo error tambin
lo cometen los grupos de vila, Crdoba, Santiago de Compostela, Segovia y Burgos.
Los alumnos de Toledo, adems del dinero necesario, tienen en cuenta tambin el
valor de la aportacin de trabajo personal realizado por las escuelas-taller en la
restauracin del patrimonio. Esa opinin la comparten los de Santiago de Compostela,
quien adems valoran que la asistencia tcnica municipal es tan importante como los
recursos econmicos, aspecto este que tambin sealan desde Cuenca, con lo que se pone
en evidencia que en estas ciudades ha habido un programa de rehabilitacin de viviendas,
no slo de monumentos, con ayudas municipales, muy valorado por los estudiantes.
Cmo hay que restaurar el patrimonio?
Una idea sobresale ntidamente por encima de todo, y es que la restauracin es tan
importante como el respeto y mantenimiento del medio ambiente sin modificacin alguna.
Necesidad que explcitamente sealan los grupos de Crdoba, Santiago de Compostela y
Toledo y que reiteran los de Alcal de Henares, Burgos y Tarragona, para quienes resulta
fundamental la conservacin y embellecimiento del entorno de los monumentos porque lo
consideran como la prolongacin del edificio. En Alcal de Henares, Oviedo y Gerona los
participantes manifiestan tambin el inters por el cuidado de las calles y de la
arquitectura popular. Los de Cuenca, adems, expresan su rechazo por la inclusin de
nueva arquitectura en los cascos histricos, y sealan como ejemplo negativo el Museo de
la Ciencia.
Respecto a los criterios de restauracin las respuestas de los grupos reflejan
imprecisiones conceptuales en cuanto al significado de restauracin, que a menudo
mezclan con el de rehabilitacin. Los estudiantes de vila, Salamanca o Gerona no tienen
muy claro el concepto de restauracin, pues lo confunden con intervenciones de
remodelacin o de renovacin urbana. Creen que restaurar es modificar, renovar y tambin
incorporar nuevos elementos en un edificio. Incluso aceptan la demolicin de edificaciones
con el fin de dejar los monumentos exentos, como sucede con la propuesta de eliminacin
de las viviendas adosadas a la muralla de Zamora.
Tambin confunden restauracin con la necesidad de limpieza de fachadas,
eliminacin de graffiti o iluminacin de puentes y monumentos, como hacen los de
Gerona. Los estudiantes de Cceres mezclan la necesidad de restaurar algunos edificios
con la de arreglar el pavimento, las escaleras y barandillas de diversas calles. Al no tener
claro el significado de restauracin, incluyen en la respuesta la inadecuacin del mobiliario
urbano o la necesidad de suprimir seales de trfico y de soterrar el cableado.
380
381
las calles del centro histrico que son utilizadas por el ocio de fin de semana, y reclaman
una solucin para hacerlo habitable.
Un matiz en la solucin del problema de envejecimiento de la poblacin y abandono
de los barrios histricos lo introducen los de Tarragona, que pretenden lograr en ellos la
mezcla social y no slo de edades. Por ello proponen hacer atractiva la ciudad histrica
para habitantes de todo tipo mediante la multiplicidad de funciones, la dotacin de
servicios, incluidos los deportivos y de ocio, una buena accesibilidad con autobuses que
funcionen tambin durante la noche, y la generacin de nuevos y bien iluminados espacios
pblicos, como zonas verdes, plazas y parques infantiles. En esta ciudad se concibe la
rehabilitacin de viviendas no para la poblacin residente sino para atraer nuevos
habitantes.
El nico grupo que tiene en cuenta que mientras duran las obras de rehabilitacin
hay que hacer realojos de los vecinos es el de Oviedo, que, consciente de la elevada
inversin necesaria para llevarlo a cabo, sugiere que el Ayuntamiento ahorre en jardinera.
Adems de lo dicho hay que sealar que existen grupos de trabajo muy
concienciados sobre las ventajas que tiene la rehabilitacin desde el punto de vista
turstico, ya que mejora la imagen externa de la ciudad, pero tambin saben, y as lo
expresan, que la mejora de la imagen tambin afecta a la valoracin de los propios
ciudadanos, por lo que sealan que, aunque los costes sean elevados, merece la pena
efectuarla porque mejora la calidad de vida de los habitantes. Es el caso del grupo de
Crdoba, que nicamente se lamenta de la lentitud de la gestin pblica por dificultades
presupuestarias, y del de Santiago de Compostela, que, adems de valorar la rehabilitacin
por la mejora que supone en la habitabilidad y el nivel de vida de los ciudadanos, la
considera necesaria para conservar la memoria histrica y mejorar la calidad urbana de un
espacio con fuerte atractivo turstico y gran rentabilidad del sector servicios.
Destaca el planteamiento que los jvenes de Alcal de Henares y de Tarragona hacen
sobre la participacin ciudadana, con cuya opinin hay que contar antes de iniciar
cualquier plan de rehabilitacin de los barrios histricos para as poder tener en cuenta las
necesidades de los vecinos. Los de Gerona afirman que hay que continuar con el programa
de rehabilitacin de viviendas, lo mismo que los de Cuenca, porque saben que, adems de
la incidencia en los aspectos ya indicados ms arriba, la rehabilitacin de los barrios
histricos contribuye a la mejora de la seguridad ciudadana.
Al analizar este dilema de rehabilitacin, llama la atencin la nula aportacin del
grupo de Cceres, lo que slo es explicable por las escasas posibilidades que el casco
histrico de su ciudad, monumental y musestico, ofrece para los estudiantes. No lo deben
383
de ver con ninguna posibilidad de rehabilitacin. Algo similar parece haber sucedido en
Toledo, donde todas las rehabilitaciones son pensadas para una funcin de ocio y cultura.
No consideran la posibilidad de convertir algn edificio en viviendas, lo cual puede
explicarse porque hace ya tiempo que la poblacin ha abandonado el casco histrico.
Ambas ciudades son el ejemplo paradigmtico de ciudades-museo para ser visitadas por el
turismo y eso se nota en las respuestas. Sin embargo, en las conclusiones del grupo de
Toledo se puede ver una contradiccin, puesto que a la hora de rentabilizar de la ciudad lo
entienden como una forma de ofrecer mejores servicios a la poblacin residente en el
casco y mejorar su calidad de vida, y proponen restaurar las viviendas que presentan un
fuerte deterioro.
Un caso especial en este anlisis lo representa Burgos, cuyos estudiantes denuncian
que, ms que un lugar para vivir, el centro histrico se ha convertido en un museo para
visitar y cuestionan las actuaciones que se estn efectuando en la zona histrica. Como
parten de que no es un lugar para vivir no se plantean cmo atraer a poblacin joven, en
cambio manifiestan que hay que lograr fijar la poblacin, que no se vayan los vecinos que
actualmente residen, para lo que se hace necesario, entre otras cosas, dotar las viviendas de
servicios y comodidades, y evitar por todos los medios la especulacin de que estn siendo
objeto los barrios histricos. El de Burgos es el nico equipo de trabajo que hace
referencia al problema de la especulacin.
Intervenciones sobre el patrimonio edificado
En Crdoba los estudiantes muestran una gran madurez en la reflexin, al plantearse
algunos problemas de vital importancia a la hora de intervenir en los cascos histricos. Por
un lado se preguntan qu es lo que hay que hacer con los restos arqueolgicos que
aparecen cuando se realizan obras y, por otro, aunque no se decidan por una opcin, saben
que ha de fijarse claramente el tipo de rehabilitacin deseable, que puede ser morfolgica
o meramente esttica, para actuar con criterio sobre la ciudad patrimonial.
Dos grupos defienden el fachadismo en las intervenciones sobre el patrimonio
edificado de los centros histricos. El de Salamanca, por ejemplo, propone rehabilitar
nicamente las viviendas que tengan inters artstico, las dems se pueden demoler y
construir en su lugar nuevas viviendas al estilo de las antiguas. Adems seala la
conveniencia de disponer de un mobiliario urbano historicista para la zona noble diferente
del resto de la ciudad en que puede ser vanguardista. Tambin el de Len propone el
fachadismo, en sus diversas variantes, como mtodo de conservacin del patrimonio:
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histrica del barrio de Gamonal, al este de la ciudad, y el de Las Huelgas, al oeste, para los
que reclama mayor atencin y cuidado por ser parte del Camino de Santiago.
que no molesten ni a los turistas ni los cacereos cuando van a visitar la parte antigua de la
ciudad. nicamente hacen una concesin los viernes para que los vecinos puedan hacer la
compra y dejarla en la puerta de su casa. Sin duda la zona histrica de Cceres es el
paradigma de ciudad-museo por lo que es lgico que los jvenes estudiantes verbalicen el
hecho de que los cacereos cuando van al centro histrico se transforman en turistas de su
propia ciudad.
Los estudiantes de Salamanca, en contradiccin con las respuestas vertidas sobre los
temas tratados anteriormente, que apostaban por mantener vivo el centro histrico fijando
poblacin, ante el dilema que plantea la peatonalizacin, disean todo el espacio pblico
para la visita turstica. Su obsesin se comprueba porque aceptan el trnsito de vehculos
para carga y descarga para el terciario y proponen un tren turstico porque favorece e
incrementa el turismo por la ciudad peatonalizada. Sin embargo parece que no muestran
preocupacin por los residentes ya que rechazan el trnsito de los transportes pblicos
urbanos por las zonas acotadas al trfico, aunque sugieren a los vecinos la utilizacin de
carros manuales como los de los supermercados. Tambin sera este el medio de transporte
designado para que los turistas trasladen su equipaje desde los aparcamientos hasta el
hotel.
La concepcin musestica tampoco est ausente en vila, cuyo grupo propone la
peatonalizacin total y absoluta de una serie de plazas, las ms importantes, el Mercado
Grande entre ellas, sin que exista posibilidad de acceso en vehculo a motor ni a los
aparcamientos, aunque tambin contempla una peatonalizacin parcial, con posibilidad de
acceso a garajes, en otros sectores. Para el casco histrico nicamente plantea la existencia
de microbuses para trasladar a los turistas desde los diversos aparcamientos de la ciudad
hasta los hoteles. Tambin los estudiantes de Segovia proponen la utilizacin de las
furgonetas de los hoteles, que ya existan, para transportar a los viajeros a las zonas
peatonales. Sin embargo a diferencia de los grupos anteriores, el segoviano admite que el
transporte pblico pueda recorrer y circular por ciertas calles del casco histrico, que
puedan actuar a modo de distribuidor como si fuera el pasillo de las casas.
Los de Toledo no se limitan a decir que lo mejor es peatonalizar, sino que analizan
toda una batera de soluciones que han de ponerse en marcha para lograrlo: desde nuevas
infraestructuras -escaleras mecnicas o ascensores- y microbuses, a la ampliacin de
horario de reparto y de carga y descarga, al que exigen seriedad. Incluso plantean dnde
han de situarse las paradas de taxi y las paradas y estacionamiento de los autobuses
tursticos. Se nota que conocen y comparten el Plan de Accesibilidad y Movilidad de
Toledo.
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Especial atencin nos merecen las conclusiones del grupo de Crdoba, puesto que, a
pesar de considerar la peatonalizacin como una necesidad urgente porque mejora la
calidad de vida, propicia el paseo y el encuentro, proponen que las medidas de cierre al
trfico se lleven a cabo con una serie de actuaciones destinadas a suprimir la inseguridad
ciudadana que parece conllevar la peatonalizacin y proclaman la necesidad de limpieza,
aumento de iluminacin y presencia policial.
Llamo la atencin sobre este aspecto altamente significativo porque quienes
defienden la peatonalizacin como un medida positiva, al mismo tiempo y
paradjicamente, la sienten como peligrosa, por eso piden actuaciones especiales en orden
a la seguridad. Este aspecto se repite en otras ciudades que desarrollan este proyecto
educativo dos aos despus, como Cuenca, Gerona y Tarragona entre otras.
Todos los grupos que realizaron el programa Vivir en las Ciudades Histricas
aseguran que la peatonalizacin tiene ventajas para la salud, para el medio ambiente
porque disminuye la contaminacin y el ruido, para el comercio porque favorece que se
vean los escaparates y para el turismo ya que se ven mejor los monumentos y se pueden
hacer fotos sin problemas. Pero, segn sealan ellos mismos, tambin plantea
inconvenientes para todos los ciudadanos, que ven incrementado el gasto por
aparcamientos (ORA), y sobre todo para los residentes y comerciantes de la zona peatonal.
Sin embargo, mientras que en las ciudades los alumnos que participaron en la
primera fase dan mayor importancia a las ventajas, los grupos que realizaron el trabajo
durante el curso 1999-2000, a pesar de entender que lo mejor para los visitantes, ya sean
de otros barrios o de otras ciudades, es encontrar un centro histrico sin coches, piensan
que los realmente afectados negativamente por la medida son los residentes y
comerciantes, a los que hay que resolver los problemas, sobre todo de accesibilidad. De
ah que los temas ms importantes en los que inciden son aquellos que intentan minimizar
los inconvenientes de la peatonalizacin.
Necesidad de aparcamientos
Es preciso poner en relieve que todos los grupos, sean cuales sean sus opciones y
presenten propuestas ms o menos elaboradas, afirman que es necesario construir ms
aparcamientos en la ciudad. Algunos proponen que los posibles aparcamientos del centros
estn dedicados con exclusividad a los residentes y comerciantes -Crdoba, Santiago de
Compostela, Toledo, Segovia, Alcal de Henares, Burgos, Gerona y Tarragona-, algunos
piden que las plazas de estos aparcamientos sean subvencionadas -Santiago de Compostela
y Toledo-, incluso Salamanca se suma a la tarifa reducida, y los hay que solicitan la
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gratuidad total de este tipo de estacionamiento para los residentes, como hacen Gerona y
Tarragona.
Necesidad de un transporte pblico adecuado
Frente a la escasa preocupacin de muchas ciudades por los vecinos que residen en zonas
peatonalizadas, hay varias grupos de estudiantes como los de Alcal de Henares, o los de
Cuenca que sienten la necesidad de mejorar la accesibilidad con dotacin de un transporte
pblico adecuado. Llega a ser fundamental la intervencin de los alumnos de Tarragona
para quienes lo ms importante es que las calles peatonales estn bien comunicadas, lo que
supone un cambio cualitativo importante al tratar es problema que ms all de una
consideracin esttica, porque el centro histrico est ms bonito sin coches, merece una
reflexin funcional.
Es cierto que los grupos de todas las ciudades, aun los ms favorables a la
peatonalizacin, sealan que esta medida ha de ir acompaada de una potenciacin del
transporte pblico, que ha de mejorar en toda la ciudad, reduciendo su precio como dicen
los de Oviedo y Tarragona, incluso con carcter gratuito como piden los de Santiago de
Compostela para estudiantes y personas mayores. Pero lo ms interesante es que se pide
eficiencia, por lo que se sugiere que los recorridos integren paradas delante de los colegios,
lo cual evitara muchos coches privados -Tarragona-, y tambin se solicita incluir los
barrios histricos peatonalizados en el recorrido del transporte pblico, para lo que
proponen la utilizacin de microbuses no contaminantes adaptados a las calles de los
barrios histricos, como hacen los jvenes de Crdoba, Toledo, Alcal de Henares,
Burgos, Cuenca, Len, Oviedo, Gerona, Tarragona y Zamora. Por lado los grupos de
Oviedo y Crdoba proponen la recuperacin del tranva.
Desde Tarragona y Gerona los estudiantes ven adems la necesidad de ampliar los
horarios del transporte pblico y proponen que en los barrios peatonales funcione tambin
durante la noche. Esta reflexin es fundamental para los residentes sobre todo los jvenes
que no tienen otra posibilidad de acceso a los barrios histricos.
En realidad lo que han definido los estudiantes es que las zonas peatonales tienen
que estar bien comunicadas, tal como sealan desde Alcal de Henares, Burgos, Cuenca,
Gerona, Oviedo, Tarragona y Zamora. Y adems las citadas zonas tienen que contar con
un programa de mantenimiento y limpieza especial, con una mejora del alumbrado pblico
y con vigilancia para evitar los problemas de inseguridad que acechan a las calles y plazas
peatonalizadas de los cascos histricos. Nadie como ellos y sus padres conocen el
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problema del miedo que provocan las calles por las que no circulan coches, en especial por
la noche.
Diversos grupos consideran tambin la necesidad de contar con un transporte
especfico para los turistas. Se decantan por el tren turstico en Salamanca, Segovia, Len,
Oviedo y Gerona, o por el microbs elctrico como proponen Alcal de Henares, Oviedo y
Tarragona. En Zamora proponen un barco turstico para pasear por el Duero disfrutando de
la ciudad y en Oviedo piensan que sera bueno contar con un funicular para llegar al
Naranco.
Pero en lo que no hay acuerdo es en el hecho de si el tren o el microbs turstico
puede pasar o no por las zonas peatonalizadas del centro histrico. En Oviedo el grupo de
estudiantes opta por facilitar acceso a los turistas por las calles peatonalizadas, sea en
autobs, sea en microbs. El de Alcal de Henares tiene claro que el microbs de los
residentes puede recorrer la zona peatonal, pero pone en duda si hay que dejar pasar por
esa misma zona al transporte turstico, a diferencia de la respuesta del grupo de Salamanca,
para quien el tren turstico podra pasar por las calles del casco histrico vedadas al
transporte pblico urbano, al igual que plantea el de vila, que slo dejara circular por las
calles al microbs turstico para acceder a los hoteles.
Demanda de carril-bici
Todos los jvenes tienen bicicleta y en cuanto se les plantea el problema de
peatonalizacin y de congestin de trfico piensan en el peligro que supone circular con
ella por la ciudad, por lo que solicitan un carril-bici, no slo para pasear, como existe en
algunas ciudades, sino tambin para poder trasladarse por todo el espacio urbano, como
afirman los grupos de Alcal de Henares, Cuenca, Len, Tarragona, Burgos y Gerona.
Estos dos ltimos demandan adems aparcamientos vigilados para las bicicletas. En los
trabajos realizados en la primera fase, la conveniencia de un carril-bici no aparece
reseada ms que por el grupo de Crdoba, que manifiesta el deseo de contar con mapas
de ruta en bicicleta por la ciudad para favorecer su uso y por el grupo de Salamanca, que
propone establecer un carril para bicis en la zona peatonalizada para facilitar su salida y
entrada a los ciclistas que deseen practicar este deporte o desplazarse en este medio de
locomocin. Esta demanda es muy oportuna porque la mayora de las ciudades donde
existe el carril para bicicletas no tiene solucionado el problema de por donde han de
circular las bicis en las calles peatonales.
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peatonalizacin mencionan que puede perjudicar al comercio y que sube el precio de las
casas. Como vemos todo depende! No obstante, si dejamos de lado las afirmaciones
contrarias que se anulan, lo que queda claro es que para estos estudiantes de Zamora la
peatonalizacin a quien favorece es al turismo coincidiendo en esta opinin con la de
tantos otros ciudadanos. Pero esta afirmacin contrasta tambin con la propuesta que
hacen de construir una carretera de circunvalacin -para poder peatonalizar- que pase por
el ro Duero y que comunique toda Zamora y sin importar lo artstico, lo cual es todo un
detalle, en este caso muy preocupante.
Supresin de barreras y preocupacin por los minusvlidos y servicios de emergencia
El nivel de preocupacin por las consecuencias negativas para residentes y comerciantes se
ampla a las dificultades que la peatonalizacin tiene para los minusvlidos -Segovia,
Burgos, Cuenca, Gerona y Tarragona- y para los servicios de emergencia, como
ambulancias y bomberos.
As lo ve el grupo de Burgos, quien sugiere controlar el mobiliario urbano, que es
excesivo y entorpece las calles. La misma idea plantea Cuenca respecto de la colocacin
de los contenedores y adems reclama que las calles, aunque sean peatonales, tengan un
espacio libre para emergencias. Este grupo se suma tambin a los que sealan los riesgos
que acompaan a las calles peatonales, como son los actos vandlicos y la suciedad
derivada de su utilizacin por el ocio y el botelln. De ah la necesidad de refuerzo de los
servicios de limpieza y vigilancia, que son demandados igualmente por los grupos de
Gerona y Tarragona, como ya se ha sealado.
La preocupacin por las personas con limitaciones de movilidad es la que lleva a los
estudiantes de Gerona a proponer el servicio del trenecito turstico durante los meses de
invierno y aadir un vagn para minusvlidos. Cuenca mantiene una posicin crtica con
algunas intervenciones en materia de accesibilidad pues seala como peligrosa la
eliminacin de las aceras en las calles, que an siendo peatonales, se admite sin embargo
la circulacin rodada aunque sea de forma restringida.
Consecuencias de la peatonalizacin para el conjunto de la ciudad
Solamente existen tres grupos de estudiantes que exponen las consecuencias que tiene la
peatonalizacin del casco antiguo para el conjunto de la ciudad. Pero hay que valorarlo
positivamente, ya que es uno de los aspectos que refleja un paso ms en el anlisis de un
problema que afecta a todas las ciudades histricas.
En muchas ocasiones las intervenciones de peatonalizacin de un segmento de la
ciudad se defienden ante la poblacin, sobre todo en base de criterios meramente estticos,
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de mejora de la imagen de los barrios histricos. Las obras de cierre al trfico de una parte
de la ciudad se realizan sin tener en cuenta que se involucra la ciudad entera, cuyos
problemas se ven aumentados. Los ciudadanos, al observar los cascos histricos
peatonalizados, suelen exclamar qu bonito! sin pensar en ms. Por eso parece oportuno
destacar el hecho de que los jvenes hayan reflexionado sobre las consecuencias que tiene
en el conjunto del sistema urbano y sobre el cambio de funciones que se produce y se
puede producir en paralelo a los procesos de peatonalizacin.
Apuntan que la peatonalizacin produce problemas de saturacin de trfico en las
calles circundantes e introduce dificultades de aparcamiento que involucran a un espacio
urbano cada vez mayor. Esto es lo que dicen los estudiantes de Burgos y los de Len, que
adems reflejan la queja de los vecinos de barrios prximos a la zona peatonal y que han
visto aumentar el trfico, el ruido y la falta de sitio para aparcar, o el aislamiento a que
quedan reducidos algunos barrios, como sucede al barrio de Egido. Tambin lo mencionan
como problema los estudiantes de Oviedo, quienes aaden como negativo la proliferacin
de bares en la zona peatonalizada, la falta de accesibilidad y los inconvenientes que tiene
para el comercio.
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Los de Burgos cuando hablan del Museo de Atapuerca, entonces era slo una idea,
no le dan importancia ninguna al proyecto arquitectnico con que deba realizarse. No
entran, pues, en la valoracin o rechazo de la arquitectura de vanguardia. Por eso
normalmente, cuando hacen propuestas concretas piensan a la vez en un edificio histrico
y el nuevo uso cultural al que puede destinarse una vez rehabilitado. En otras ocasiones, en
las que solamente se cita la necesidad de equipamiento cultural sin que se mencione nada
ms, entendemos que se piensa en la construccin de un edificio de nueva planta. Pero no
mencionan ni dnde debe hacerse ni por quin. Este aspecto, que tanto inters tiene desde
el punto de vista urbanstico y para los Ayuntamientos que los proyectan, no interesa
absolutamente nada a los estudiantes, que lo nico que dicen es lo que les apetecera que
hubiera en su ciudad.
En realidad es ste uno de los dilemas donde ms se involucran los jvenes al
manifestar sus deseos. Son conocedores de la realidad de su ciudad y de las posibilidades
de ocio -preferimos los equipamientos de ocio a los de cultura, dicen los de Burgos- y de
las dificultades de disfrutar de su tiempo libre por distintas limitaciones impuestas por la
dispersin o por cuestiones de economa o de horario. A partir de ah realizan un ejercicio
de imaginacin de lo que podra ser y plasman en sus debates sus deseos en materia de
dotaciones de equipamiento. Demuestran que lo han pensado muchas veces y saben lo que
quieren, pero los gestores de la ciudad, aunque en el ayuntamiento exista una concejala de
juventud, casi nunca se lo preguntan. Es como una carta a los reyes magos para que la
ciudad les ofrezca lo que ellos consideran ms necesario, esta vez, para s mismos.
Por esta razn todos los grupos parten de un anlisis de los equipamientos existentes
en su ciudad y las posibilidades reales que tienen de disfrutar aquello de lo que ya dispone
la ciudad. De manera natural relacionan los equipamientos existentes con la programacin
cultural y, en segundo lugar, con los horarios, para llegar de modo inmediato a sealar una
serie de deficiencias relacionadas con la falta de informacin y con la mala gestin.
En primer lugar consideran que es preciso disponer de informacin continuada no
slo de los equipamientos existentes, sino de la programacin de actos culturales que se
realizan por las distintas instituciones en una ciudad. As lo exponen Crdoba, Salamanca,
Segovia, Alcal de Henares, Cuenca, Len, Gerona, Oviedo y Tarragona. En relacin con
lo cual, algunos grupos proponen crear puntos de informacin turstica y cultural como
hacen los grupos de Salamanca, Cuenca, Alcal de Henares y Len.
Los estudiantes de Alcal de Henares consideran que la falta de informacin de la
oferta cultural no permite aprovechar todas las posibilidades, aunque tambin se plantean
que hay muchos ciudadanos que no disfrutaran las actividades culturales ofertadas aunque
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les llegara informacin, por lo que consideran necesario generar actividades de fomento
del inters y la participacin a travs de escuelas-taller, de msica, teatro, etc. El grupo de
vila reclama ms presencia de las universidades. Suponemos que se refiere a ms
presencia pblica y social en la ciudad y la necesidad de conocer las actividades que se
realizan.
Al grupo de Salamanca le preocupa muchsimo la rentabilidad turstica de la ciudad
y por eso critica la mala informacin que se ofrece al turismo, pero lo ms importante es
comprobar que los propios alumnos se consideran parte de l, ya que dicen: los folletos
estn mal redactados, con palabras que no entendemos y exceso de fechas, son poco
atractivos, y el anuncio en televisin es aburrido. Esta consideracin de ser turista de la
propia ciudad como hemos mencionado ms arriba la ofrece tambin Cceres y Alcal de
Henares cuando los jvenes se refieren a los visitantes de la zona histrica y dicen: sean
ciudadanos de otros barrios o turistas.
Los estudiantes de Oviedo, que lamentan la falta de informacin de las posibilidades
culturales que aporta la ciudad, adems de la necesidad de una revista informativa sugieren
la colocacin de carteles en los lugares a los que ellos van -colegios e institutos, centros
mdicos y centros comerciales- para que los jvenes se enteren. Afirmaciones que son
todo un dato de la necesidad de informacin y de los hbitos juveniles que usan ms los
centros comerciales que la calle y por ello solicitan que se pongan all los anuncios
correspondientes .
El afn informativo lleva al grupo de Gerona a plantear que todos los monumentos
que forman parte del patrimonio histrico deberan estar bien sealizados con una ficha
explicativa. Es una evidencia fantstica del valor que se da a los monumentos como piezas
de un museo -esta vez todo el centro histrico- al aire libre. Esta es una traslacin de ideas
indicativa de que para ellos la propia ciudad histrica es un recurso cultural.
Adems del inters mostrado por la programacin cultural y por la difusin de las
actividades que se ofrecen, tambin apuntan con un gran sentido comn algunas
modificaciones necesarias para mejorar las oportunidades de uso y disfrute de los
equipamientos existentes. Sobre todo se refieren a los horarios y piden una flexibilidad
que facilite su aprovechamiento.
Los estudiantes salmantinos critican los horarios de cierre de algunos conventos y de
los museos, y se quejan de que la filmoteca, por ejemplo, slo tenga horario de maana,
por lo que casi nadie puede ir. Piden asimismo ms horario a las instalaciones deportivas y
dicen, en el caso de las piscinas climatizadas, casi siempre nos quedamos fuera.
Tambin los de Segovia quieren amplitud en el horario de los equipamientos culturales.
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Los de Gerona piden sesiones matinales de cine infantil y juvenil, para los fines de
semana. El grupo de Tarragona suea con la apertura de polideportivos durante ms horas
y durante todo el fin de semana. El de Burgos solicita que haya ms posibilidades de
disfrute de los equipamientos y menciona el programa Abierto hasta el Amanecer del
nico centro cvico que existe en la ciudad, como modelo para otras instalaciones. Incluso
en Cuenca los estudiantes critican el acceso restringido al Archivo Histrico, al que no
dejan entrar a los jvenes.
Varios grupos al valorar los equipamientos existentes han tomado conciencia de que
algunos no estn en buen estado o, como seala el de Crdoba son escasos pero quiz por
falta de pblico no se crean ms, por eso sugiere mejorar lo que hay con un nuevo
enfoque y mediante la adecuacin a las nuevas tecnologas convirtindolos en museos
interactivos. Otros grupos -Gerona, Len y Oviedo- creen que las bibliotecas existentes en
sus ciudades mejoraran dotndolas de equipos informticos.
Independientemente de estas puntualizaciones y an considerando que existen
muchos equipamientos culturales en sus ciudades, todos los grupos consideran que es an
mayor la demanda y, por tanto, es necesario incrementar dichos equipamientos con
actuaciones nuevas.
Demandas de nuevos equipamientos culturales
Es sabido que las ciudades cuentan con bibliotecas pblicas, pero las propuestas unnimes
y ms apoyadas por todos los grupos hacen referencia a la dotacin de bibliotecas por
barrios, pero adecuadas a las necesidades de los escolares. Consideran que los
universitarios y en general los ciudadanos ya tienen suficiente servicio con las existentes.
Los jvenes se refieren a un tipo especial de biblioteca que definen como un lugar
de estudio con buenos equipamientos informticos en el que puedan realizar sus trabajos
en equipo. Los de Burgos en concreto expusieron en el debate final la necesidad de
bibliotecas como lugares de reunin y encuentro con sus amigos, por lo que quieren una en
el centro histrico.
Frecuentemente sealan tambin la necesidad de dotar a la ciudad tambin de
videotecas, mediatecas, fonotecas y ludotecas y en esto coinciden prcticamente todos.
Por primera vez en este trabajo observamos que todos los grupos tienen en cuenta a
los barrios perifricos y piensan en un equipamiento necesario para los estudiantes, que,
como viven en distintos lugares de la ciudad, distribuyen por todos los barrios.
Curiosamente, en unas ciudades bien dotadas culturalmente -Salamanca, Santiago de
Compostela o Alcal de Henares, entre otras- piensan ms en los barrios perifricos que en
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el centro histrico, pero en ciudades como Toledo, por ejemplo, la biblioteca es planteada
en el antiguo Colegio de Infante, de esta forma la gente que vive en el casco, podra
acceder a ella con facilidad, seal clara de que en esta ciudad lo menos dotado es el
centro histrico. En el caso de Burgos, los estudiantes piden una biblioteca para la zona sur
y otra para el casco histrico, al que les apetece ir tanto para estudiar como para verse con
los amigos. Se declaran usuarios del centro histrico, zona donde se renen pero no saben
qu hacer porque slo hay bares y pubs y a ellos (todava) no les gusta beber.
Estos datos, representativos de las respuestas analizadas, manifiestan una gran
sensibilidad de los estudiantes en cuanto al modo de distribuir los equipamientos culturales
en el espacio urbano. Es una necesidad que sienten todos ellos, por lo que, como viven en
distintos barrios, ninguno se queda fuera del reparto de estos equipamientos, as como de
centros juveniles, a los que se refieren como: centros de reunin y participacin, centros
socioculturales, centros polivalentes... es decir, todas las variables de lo que es un centro
cvico. En Gerona incluso los jvenes piensan en loa necesidad de contar con centros
culturales para la integracin de extranjeros. En alguna ocasin, como en Crdoba
solicitan para la ciudad histrica un centro de ocio y cultura, con talleres de arte, joyera y
pintura, aprovechando la Casa Carbonell.
Las conclusiones del grupo de Santiago de Compostela muestran la existencia de un
gran nivel de discusin acerca de dnde realizar un centro cultural. Aunque no se lleg a
un acuerdo, podemos valorar la polmica entre los que opinaban que era mejor hacer en el
casco histrico un edificio polifuncional, que diera cabida a todas las deficiencias, por ser
una opcin ms econmica y rentable, frente a los que defendan utilizar edificios
separados, para las mismas funciones, por ser ms agradables y acogedores los pequeos
edificios, porque as no habra que modificarlos en su estructura interna y porque, al estar
dispersos por la ciudad, se brinda una ptima ocasin para conocerla mejor. Es una
reflexin que nos gustara que surgiera alguna vez desde el gobierno municipal de estas y
otras ciudades.
Del mismo modo, los equipamientos deportivos, entre los que mencionan piscinas,
pistas de tenis, pistas de patinaje, etc., unas veces son planteados en antiguos
equipamientos existentes -como sucede en vila (antigua Academia Militar) y Oviedo
(antigua Fbrica de Armas)-, mientras que en otras se propone la creacin de dotaciones
nuevas, como es el caso de Santiago de Compostela donde los jvenes estudiantes
proponen una ciudad deportiva, Salamanca, una zona deportiva en la ribera del Tormes,
Gerona donde que desean un parque de ocio y camping en la Devesa, en vila tambin
sealan la necesidad de tener pistas deportivas, aula de la naturaleza y juegos autctonos.
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Aunque son pocos grupos los que lo hacen, existen otras demandas, como cines y
teatros. Los de Santiago de Compostela piensan que son necesarios cines en los barrios y
un cine tridimensional que integrara en un edificio polivalente del que hemos hablado ms
arriba. En Toledo proponen recuperar dos cines, los de Gerona tambin valoran este
equipamiento, para el que pide mejores programaciones y sesiones juveniles, y en Zamora
consideran necesario adecuar algunos espacios para proyectar cine al aire libre.
En lo que se refiere al teatro, los grupos de vila y Len piden simplemente la
existencia de teatro, el de Tarragona pone de manifiesto que necesita la rehabilitacin de
su teatro y pide la creacin de una escuela de teatro, y en Salamanca solicitan un teatro
lrico. No podemos dejar de lado que en esta ciudad existe un Conservatorio Superior de
Msica y un Conservatorio Profesional de Msica, por lo que los jvenes salmantinos
estn muy sensibilizados y familiarizados con las actividades musicales.
La cultura ligada a la msica constituye una de las demandas culturales de los grupos
que presentan las singularidades propias de cada ciudad. Los de Burgos y Gerona quieren
un auditorio porque en ese momento no lo haba. En cambio el de Toledo solicita la
reutilizacin de edificios histricos para conciertos. Mientras el grupo de Cuenca critica la
programacin cultural de su Auditorio y quiere que haya conciertos para todo tipo de
demanda, el de Alcal de Henares expone que es necesario un auditorio nuevo porque el
que tiene no es funcional y propone destinarlo para otras actividades culturales. En
Segovia los estudiantes solicitan un auditorio que adems sirva como sala de baile, a la
que, dada la proximidad de Madrid con una buena promocin, aseguran su xito. La
ciudad del Acueducto pide adems un nuevo conservatorio de msica.
En algunas ocasiones los grupos mezclan y confunden la dotacin de equipamientos
con la dotacin de infraestructuras, por eso incluyen entre sus demandas la creacin de
paseos como se pide en vila y tambin en Cuenca, donde adems se considera necesario
un carril-bici y parques. Tambin se incluyen dotaciones de fuentes y zonas verdes, como
sucede en Santiago de Compostela, que incluso menciona la necesidad de contenedores
discretos.
Hemos visto que en muchas ciudades no saben muy bien cmo calificar lo que es un
mero servicio de atencin al turismo, y consideran que los puntos de informacin son un
equipamiento cultural necesario.
Pero donde ms despiste o cambio se observa es en la confusin de los servicios de
restauracin y del comercio a los que se incluyen como equipamientos culturales. Es el
caso de vila, que, aunque parezca asombroso, considera necesario abrir en el barrio de
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Ajates dos mesones y una venta al estilo medieval, por ser la poca de mximo
esplendor, para celebrar fiestas medievales y degustar la gastronoma.
Igualmente llamativa resulta la propuesta de Salamanca, que considera como
equipamiento necesario la elaboracin de un folleto trimestral con la oferta cultural de
todas las instituciones, la creacin de una joven orquesta filarmnica, puesto que tiene
Conservatorio Superior y no hay salida para los alumnos, y, por si fuera poco, la creacin
de un gran centro comercial, que albergue al pequeo comercio local para que el dinero
revierta en la propia ciudad.
Observamos como una constante que el comercio, las tiendas y las cafeteras, les
encanta a todos los estudiantes que han elaborado estos trabajos, y siempre que pueden
sugieren que los haya.
Los jvenes conquenses afirman que los museos de Cuenca han quedado muy
anticuados y resultan muy aburridos y poco interactivos, incluso el de las Ciencias, cuyas
salas ya estn muy vistas. Les gustan otros museos que tienen tiendas y cafs. No son
ellos solos los que desean museos con tiendas, tambin lo dicen los de vila, y los de
Salamanca, quienes al proponer el Museo del Ro Tormes en el Molino Viejo consideran
que adems de otras dependencias ha de contener una cafetera y merendero sobre el ro.
El grupo de Burgos asimismo quiere un Museo de Atapuerca con cafetera y restaurante.
Ms que un error, como parece a simple vista, la inclusin del comercio entre los
equipamientos culturales hemos de calificarla como un deseo, que ponen de manifiesto de
forma totalmente consciente porque, segn ellos las tiendas crean ambiente en los centros
histricos -Crdoba, vila y Segovia-. Los estudiantes burgaleses incluso ofrecen su
propia teora: afirman que el comercio puede ser considerado como un equipamiento
cultural, pues promueve la vida de los vecinos y hace que surjan los equipamientos
culturales, a la vez que los equipamientos culturales hacen que surja el comercio, y el
comercio -no slo el de lujo sino tambin el cotidiano-, da vida y trabajo.
Esta consideracin de la funcin comercial como una oferta cultural tambin la
ofrecen otros grupos. Los de Toledo plantean la utilizacin de los puentes de San Martn y
Alcntara para ferias de artesana y mercadillo. Y los zamoranos proponen adecuar y usar
el castillo para la celebracin de mercados.
La importancia que dan los jvenes a la funcin comercial en la ciudad, incluyendo
las tiendas y cafeteras en la consideracin de equipamiento cultural, es una consecuencia
lgica de una etapa de la sociedad de consumo, en la que no habamos reparado hasta este
momento en que ellos mismos, como sucedi en el debate que tuvo lugar en Oviedo, nos
han dado las pistas para comprender el significado que tienen para ellos los centros
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comerciales. Recordemos que los carteles que piden para estar informados han de ser
colocados en los lugares donde ellos van y adems del colegio sealan el centro comercial.
Es el elemento que forma parte de la cultura vital de los adolescentes, porque representa el
lugar donde disfrutan y emplean su tiempo libre y donde se concentran muchas de las
ofertas culturales y de relacin que antes ofreca la ciudad. Y ello ha provocado un cambio
cultural. Es un cambio de valoracin absolutamente significativo y real. Lo dicen ellos
mismos.
Adems de sealar este cambio cultural en los hbitos de ocio en la poblacin
juvenil y de su consideracin, es preciso llamar la atencin sobre otra realidad.
Normalmente el mundo de los adultos realiza transformaciones importantes en las
ciudades y en el territorio para recrear mundos fantsticos que se suponen atractivos para
los jvenes. La creacin y dotacin de parques temticos se justifica siempre por el
disfrute de los menores. Pues bien, a travs de este trabajo vemos que ningn grupo suea
por una realizacin de este gnero, ni siquiera como una utopa. Solamente lo mencionan
los de Burgos, pero proponen uno pequeo en el castillo con actividades alternativas en las
que se recree el mundo medieval pero sin la presencia de ningn artefacto como los que
caracterizan a los grandes parques temticos. Y su propuesta est hecha pensando sobre
todo en las posibilidades de juego para los nios, porque los parques infantiles que hay
ahora son todos de pago. Por eso, la distancia que media entre lo que los mayores creemos
que quieren los ms jvenes y lo que stos desean realmente es otra cuestin que hay que
resaltar y sobre la que debe reflexionarse. Al menos los que han participado en el
programa Vivir en las Ciudades Histricas han dicho lo que queran y no han elegido este
tipo de equipamiento cultural.
Donde han plasmado todos sus deseos y su utopa ha sido en la decisin de llenar
Espaa de museos, sin ningn reparo.
El grupo de vila propone seis en otros tantos edificios histricos: uno de artesana,
tradicional y de vanguardia; otro de la vida cotidiana durante la Edad Media, interactivo;
un museo etnogrfico y otro de tradiciones y costumbres antiguas (sic); uno temtico sobre
los oficios artesanales y sobre imaginera castellana, donde se mostraran los pasos de
Semana Santa; y, por fin, en la casa del curato de la iglesia de San Andrs se abrira un
museo que mostrara su propia riqueza artstica y que tambin albergara una tienda de
recuerdos.
El grupo de Salamanca prefiere cuatro: un museo del Ro Tormes en el Molino
Viejo, en el que se conserve y exponga la arqueologa industrial que contiene, y albergue,
adems de los proyectos de ingeniera hidrulica, un museo de la ciencia interactivo, en el
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que se pueda manejar todo. Este museo incluira una biblioteca especializada y los
servicios ya mencionados de cafetera y merendero sobre el ro. Un museo de la historia de
la ciudad; un museo de personajes importantes que han influido en la ciudad; y un museo
de bellas artes en el Palacio de Orellana para exponer prstamos de los depsitos del
Museo del Prado.
Tambin los alumnos de Toledo hablan de cuatro museos: el Museo del Ejrcito en
el Alczar, como estaba decidido; un museo de la historia de la ciudad en el Hospital de
Tavera; un museo de la ciencia y la tecnologa; y un museo etnogrfico de las tres culturas.
En cambio los trabajos de Crdoba, Santiago de Compostela y Segovia no
mencionan ninguna necesidad de dotacin musestica, sin duda porque Segovia acababa de
estrenar un museo de arte contemporneo -el Esteban Vicente-, lo mismo que Santiago de
Compostela. Y los de Crdoba prefieren potenciar los museos que ya tiene.
El grupo de Cceres, en cambio, con ese desdn que le caracteriza, habla
genricamente de museos y slo determina uno de ciencia y tecnologa para decir que, si
se hace, har falta un edificio nuevo fuera del casco antiguo.
Si exceptuamos al grupo de Tarragona, que se pide tres museos -uno casteller, otro
relacionado con el mar, y un museo de la ciencia- al de Len, que menciona dos -un
museo de la ciudad y uno etnogrfico- y al de Cuenca que desea otros dos -un museo de la
ciudad y otro de Semana Santa-, el resto de las ciudades que hicieron su trabajo en el curso
1999-2000 slo aspiran a la construccin de un nico museo. Variacin que es explicable
porque es la poca en la que ha hecho fortuna la idea del gran museo, tipo Guggenheim,
que se ha puesto de moda, convirtindose en el modelo que todas las ciudades quieren
imitar.
As un museo de la historia de la ciudad es el que le gustara al grupo de Alcal de
Henares. Al de Burgos, el museo de Apatuerca como ya lo hemos sealado. Los jvenes
de Gerona prefieren un museo temtico sobre flora y fauna gerundense. Los de Oviedo
piensan en un museo de la ciencia y la tcnica y en hacer un planetario en el Naranco. Y
los de Zamora proponen ampliar el que tiene esta ciudad sobre la Semana Santa, y les
gustara que se pudiera abrir un museo de trajes tpicos.
Ante este repertorio de propuestas queda claro que a los jvenes les gustan los
museos y que prefieren muchos aunque sean pequeos, sobre todo algunos, como el de la
Semana Santa propuesto por Cuenca, compuesto por reproducciones grficas de los pasos
e informacin de las iglesias donde se encuentran los originales, porque no se puede
privar a las iglesias de sus santos.
403
A juzgar por las propuestas tambin podemos deducir que les apasiona la historia,
puesto que el deseo de contar con un museo de la historia de la ciudad lo hacen explcito
en vila, Salamanca, Toledo, Alcal de Henares, Cuenca y Len. Y este aspecto tambin
nos parece digno de resaltar porque contrasta con la prctica de los planes de enseanza,
segn la cual la historia no interesa a los jvenes.
Para finalizar el anlisis de las respuestas a este dilema es necesario destacar la
coherencia del planteamiento del grupo de Toledo. Plantea que en Toledo no es necesario
construir edificios nuevos para nuevas dotaciones, sino reutilizar los existentes,
lamentando que de 115 monumentos que tiene el casco antiguo, slo 13 puedan ser
visitados. Los estudiantes no slo asignan unos determinados usos culturales a cada
edificio histrico, que naturalmente tendr que rehabilitarse, sino que se esfuerzan en
ofrecer frmulas econmicas que hagan viables sus propuestas en edificios privados: bien
a travs de cesiones de uso de los edificios al Ayuntamiento a cambio del pago de una
renta al propietario, bien mediante convenios de permuta de monumentos a cambio de
tierras o viviendas, o bien mediante acuerdos para la rehabilitacin de un monumento que
sera arreglado con la ayuda del Ayuntamiento a cambio de que pueda contar con l para
uso pblico.
introducir trayectos a caballo para jvenes, todo lo cual ya estaba hecho. Los estudiantes
de vila y Salamanca sugieren como una idea brillante utilizar las figuras histricas y de
la literatura en la promocin de la ciudad.
Lo mismo sucede con toda la retahla de programacin de fiestas atractivas de
carcter temtico, donde la poca medieval hace las delicias de los jvenes de vila y
proponen la celebracin de un mercado medieval y carnavales medievales. En Burgos lo
mismo que en Santiago de Compostela, la propuesta es una semana medieval con
mercado. En Cceres sealan como un buen mtodo de rentabilizar el patrimonio la
celebracin de
fiestas medievales y un
original. Igual que en Zamora, donde el grupo de trabajo propone fiestas, mercados y
torneos medievales. En Tarragona, obviamente se propone una fiesta distinta, la
celebracin de una semana romana.
Este repaso a travs de las propuestas realizadas por los jvenes estudiantes, nos
induce a pensar que les resulta demasiado ajeno el dilema que se les plantea. Que, como
hemos constatado, nunca les ha preocupado la rentabilidad turstica del patrimonio. Es un
tema en el que se muestra una gran paradoja ya que por un lado critican la promocin
turstica que se lleva a cabo en su ciudad y por otro, cuando tienen oportunidad de
manifestar sus posibles utopas, presentan como propuesta alternativa a lo que critican
precisamente aquello que se est haciendo en cada una de las ciudades.
La lgica de las contradicciones
Es este dilema en el que se manifiestan ms los problemas sobre la falta de percepcin
total de la ciudad, propio de la edad, y se ponen en crisis algunos contenidos conceptuales
que los estudiantes han vertido de forma fragmentaria al debatir sobre los dilemas
anteriores. Aparecen ahora importantes contradicciones que, no obstante, tienen una
explicacin lgica.
Lo primero que llama la atencin es la referencia a los parques temticos. Podra
parecer una incongruencia que, excepto la mencin de Burgos, ningn grupo considerara
necesaria la construccin de este tipo de equipamiento cultural o de ocio -al responder al
tema 4 sobre equipamientos culturales-
405
406
desde la
contradicciones surgen del diferente modo de considerar los bienes de que dispone una
ciudad cuando se les busca rentabilidad. En cualquier caso se observa que en este asunto
disean una estrategia que les resulta ajena.
En teora varios grupos parecen reconocer, como manifiesta el de vila, que la
rentabilizacin es la obtencin social de las inversiones realizadas por las instituciones a
travs de la mejora de la calidad de vida y de la dinamizacin social, cultural y econmica
que atrae nuevas inversiones para el desarrollo futuro de la ciudad. Opinin de la que
participan los estudiantes de Segovia. En Santiago de Compostela insisten en esta idea de
hacer rentables las inversiones en patrimonio para conseguir que los ciudadanos se sientan
a gusto en su ciudad y que resulte un lugar nico e irrepetible para los visitantes. El grupo
de Toledo incluso considera que hay que tratar de obtener la mxima rentabilidad de su
patrimonio para poder ofrecer mejores servicios los residentes del casco antiguo y as
poder compensar, al menos, las incomodidades que genera el turismo a los vecinos, por el
aumento de circulacin, la dificultad de aparcamiento y los altos precios de los artculos de
consumo diario. En Gerona por su parte declaran que todos sus esfuerzos que se hagan
para conseguir que la ciudad sea atractiva han de servir para que todos los que vivimos
aqu queramos quedarnos. Sin embargo, cuando plantean la creacin de nuevas empresas,
casi todas se ponen al servicio de la actividad turstica. Es interesante ver que en
Salamanca s que se plantean algunas ideas de rentabilizacin del patrimonio para uso y
disfrute de los salmantinos, sobre todo de edad escolar, y tratan la necesidad de realizar
mejoras en la gestin de las dotaciones culturales de que dispone a travs de un centro
canalizador de todas las actividades con sede en un edificio histrico, encargado de
elaborar actividades, estudios y proyectos, y de su difusin. El grupo de Cceres se
muestra contrario al traslado de los centros universitarios del casco antiguo, porque que se
pierde el aprovechamiento y rentabilizacin dinmica del mismo. Procede sealar aqu que
sta es la mejor aportacin de este grupo.
No obstante y a pesar de lo dicho, la mayor parte de las propuestas van encaminadas
a la visita turstica.
De acuerdo con lo dicho se explica la importancia que otorgan a la publicidad y a la
promocin de la ciudad. Prcticamente todos los grupos de trabajo piensan que la causa
por la que no se rentabiliza suficientemente su ciudad es la falta de una buena informacin,
razn por la cual se vuelcan en buscar frmulas agresivas para hacer frente a esta carencia,
como sealan los estudiantes de Len, quienes dicen que sera preciso reciclar a los
actuales empleados de la oficina de turismo por haber sido poco amables con ellos.
Distinguen la necesidad de una publicidad en la propia ciudad y otra que la promocione en
409
el exterior a travs de todos los medios de comunicacin, entre los que nadie olvida
mencionar Internet. Las ciudades ms interesadas por la promocin son Gerona, que
pretende crear esloganes sugerentes y preparar guas especializados; Tarragona, que quiere
aprovechar Port Aventura para hacer publicidad; Cuenca, donde los estudiantes adems de
poner en marcha un amplio plan de publicidad ven igualmente necesario incrementar el
nmero de guas, al igual que Segovia, cuyo grupo adems repartira por toda la ciudad
casetas de informacin y paneles de las actividades culturales que se pueden realizar cada
da, sin reparar que, segn han afirmado los componentes del grupo, son muy escasas. En
Salamanca es donde ms importancia dan los estudiantes a las campaas de promocin de
la ciudad a travs de diversos medios: con exposiciones de maquetas de la Salamanca
monumental, para darla a conocer fuera, y con sealizacin adecuada a travs de rtulos y
carteles sobre los temas que hay que ver, en la propia ciudad, en la que consideran
necesario tambin disponer de diversos mapas luminosos. Sugieren que se lleve a cabo una
campaa de preparacin entre taxistas, polica, jubilados y parados, para que ofrezcan
informacin adems de las oficinas de turismo. Tienen presente la existencia de 35.000
estudiantes a quienes animan a conocer la ciudad para que lo cuenten en sus lugares de
origen y promocionen Salamanca como lugar de marcha y movida muy atractivo para la
juventud.
En lneas generales, los debates sobre la promocin de la ciudad induce a los jvenes
estudiantes a considerar la existencia de dos tipos distintos de turistas en la ciudad, a los
que debe dirigirse la informacin. Unos son los visitantes procedentes de otros lugares y
adems hay que pensar en los propios vecinos. Sin duda la realizacin de este trabajo les
ha descubierto barrios, edificios histricos, monumentales o no, que no conocan. Tambin
han hecho encuestas, a travs de las cuales, han comprobado que hay personas que no
conocen la ciudad y que nunca han visitado ciertos monumentos, por lo que concluyen que
deben realizarse campaas publicitarias dirigidas a los habitantes de la propia ciudad. As
lo dicen los de Toledo, Burgos, Alcal de Henares y Cceres. Los grupos de Crdoba,
Salamanca, Tarragona y Gerona piden que los monumentos y museos tengan un horario
ms amplio, incluso que estn abiertos por la noche -Tarragona- y, sobre todo, que estn
abiertos los fines de semana y das de fiesta para que puedan visitarlo las familias.
410
IV.2.7. Los jvenes y la ciudad. Valoracin del patrimonio urbano en quince ciudades
histricas
Despus de haber analizado los resultados de las cinco ideas centrales o dilemas
fundamentales que han de tomarse en consideracin cuando se realiza el anlisis de los
problemas de las ciudades histricas, podemos realizar una valoracin conjunta que se nos
antoja muy interesante. Las diferencias que se perciben en las conclusiones de los distintos
grupos de trabajo dependen fundamentalmente de la experiencia de la ciudad de origen
respecto a su plan especial de rehabilitacin del centro histrico.
Los estudiantes de Crdoba se cuestionan problemas serios que hay que afrontar a la
hora de intervenir en los cascos. El enorme patrimonio histrico de Toledo y la necesidad
de organizar las visitas tursticas ejerce una fuerte presin sobre en el anlisis y valoracin
que los jvenes presentan a travs de este estudio.
Santiago de Compostela ofrece un ejemplo claro de concienciacin ciudadana,
conseguida por un proyecto municipal de recuperacin del casco histrico de la ciudad,
cuyos mensajes han calado hondo y constituyen el punto de partida en el tratamiento de
cada uno de los dilemas, gracias a lo cual los debates y las conclusiones alcanzan un gran
nivel.
El dinamismo del centro histrico de Salamanca, con una importante concentracin
de funciones, facilita a los estudiantes la aproximacin a cada uno de los temas tratados.
En Salamanca, como en Santiago de Compostela, el casco histrico est vivo, no es un
barrio marginal como en otras ciudades, todos los jvenes lo conocen y los usan, y eso
se nota a la hora de hacer determinados planteamientos ya que parten de una realidad
percibida por todo el grupo. Adems el desarrollo del Plan Especial del Centro Histrico
sin duda ha ayudado a que los jvenes salmantinos tengan un punto de partida muy
favorable al encarar el programa, por lo que ofrecen uno de los trabajos de mayor
densidad. Ahora bien, es en la nica ciudad donde cada grupo se responsabiliz de estudiar
un dilema y no existi un debate final comn entre todos los grupos, por lo que no hay
conclusiones globales sino que cada uno de los grupos present sus propias conclusiones,
que, en ocasiones, adolecen de descoordinacin. Por ello tambin se observan unas
diferencias muy claras entre los criterios que guan las propuestas del equipo que trabaj
sobre restauracin y la visin turstica del grupo encargado del dilema de peatonalizacin.
Tambin Cuenca ha vivido ya una etapa de rehabilitacin de viviendas y el
desarrollo de planes especiales, como el programa Cuenca a plena luz, por lo que los
estudiantes se involucran en los problemas en el convencimiento de que hay que continuar
411
con ese proceso. Estn viviendo un cambio interesante y en su trabajo plantean una
valoracin de lo realizado, saben la importancia que tiene la asistencia tcnica municipal a
la hora de afrontar unas obras de rehabilitacin y son conscientes de que vivir en el casco
histrico hoy es una carga que necesita compensaciones.
Burgos, por el contrario, plantea de manera muy crtica el resultado de las
intervenciones realizadas en la ciudad, en especial las que provocan los cambios
funcionales que afectan al casco histrico, porque desembocan en la consideracin de
Burgos como una ciudad museo.
Algunos grupos dan muestras de una gran madurez analtica al plantear los
problemas de peatonalizacin, ntimamente involucrados con los de rehabilitacin. La
necesidad de suprimir barreras que dificultan el trnsito de peatones y de servicios de
urgencia, la consideracin de que es indispensable mejorar la iluminacin y la limpieza, y
dotar de servicios especiales de vigilancia, as como la posibilidad de disponer de un
transporte pblico, son demandas que slo son tenidas en cuenta si se cuenta con una
sensibilidad especial ante los problemas nuevos que afectan a las zonas ya peatonalizadas,
como ponen de relieve los grupos de Gerona y Tarragona, que manifiestan su inquietud y
desvelo para que las zonas peatonales dejen de ser fragmentos acotados, autnticas islas
urbanas, y se integren con el conjunto de la ciudad. De ah que sus propuestas, que slo se
pueden plantear con una visin global de la ciudad, estn muy pensadas y se desarrollen a
travs de todos y cada uno de los dilemas como un objetivo prioritario.
De la riqueza de planteamientos, debates y conclusiones podemos extraer finalmente
y de manera conjunta las siguientes conclusiones:
En primer lugar, los estudiantes participantes en el proyecto Vivir en las ciudades
histricas han reconocido su ciudad, es decir, han realizado una labor de reconocimiento,
se han dado cuenta de la riqueza de su patrimonio y han reparado tambin en que las
ciudades histricas tienen que ser habitables adems de atractivas. Incluso se les ha hecho
ver que el patrimonio puede generar recursos econmicos. A travs de las discusiones
sobre cinco de los temas ms importantes que se plantean en la gestin de las ciudades
histricas, los jvenes han descubierto que la ciudad es dual, porque una parte es valorada,
el centro histrico, aunque ofrezca muchos problemas, mientras que tambin hay otra
parte, formada por los barrios perifricos en los que se han construido polgonos de
viviendas, a la que tambin afectan muchos problemas y que es la menos valorada.
En sus debates sobre restauracin y rehabilitacin todos los grupos se refieren
nicamente y centran toda la atencin de sus propuestas en el casco histrico, a excepcin
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de vila, Burgos y Tarragona, que tambin se fijan en algunos barrios, fuera del casco, y
que tambin son histricos.
La peatonalizacin siempre es pensada para el casco histrico, excepto en Segovia,
que incluye a todos los barrios perifricos por creer que todos los barrios de la ciudad
tienen que tener alguna calle peatonal.
En cambio, al tratar sobre las necesidades de dotacin de equipamiento cultural, en
lo que piensan fundamentalmente es en los barrios. En esta ocasin solamente dos grupos,
el de Toledo y el de Burgos, piensan tambin en el propio casco histrico, que pasa a ser
tratado como uno de los barrios ms desfavorecidos y tal vez por eso reparan en l.
En segundo lugar, destacamos que a lo largo de los debates han surgido entre los
estudiantes propuestas de gran inters y singularidad sin preocuparse por la viabilidad
econmica, ni siquiera por la posibilidad tcnica de sus propuestas, como se aprecia en el
tema de los aparcamientos por poner un ejemplo, puesto que llenan las ciudades de
aparcamientos subterrneos y adems solicitan gratuidad.
El desinters generalizado que denotan por los aspectos econmicos o financieros, se
rompe con Burgos al introducir el gravsimo problema de la especulacin existente en los
centros histricos, que impide a la poblacin joven instalarse y vivir en ellos dado el
elevadsimo precio que alcanzan las viviendas rehabilitadas.
En tercer lugar, queremos resaltar lo que ms preocupa a los jvenes estudiantes es
la imagen de la ciudad: su limpieza, el cuidado de las fachadas y buen estado de los
edificios, los cables y antenas, la iluminacin, el mobiliario urbano, los ruidos, la
accesibilidad y la necesidad de parques y equipamientos culturales. Pero la preocupacin
por todos y cada uno de estos temas no se queda en los aspectos meramente formales, sino
que los analizan en relacin con las principales funciones urbanas de los centros histricos:
residencial, comercial y turstica, de modo que, casi inconscientemente ofrecen un
diagnstico completo de las quince ciudades histricas al finalizar el siglo XX.
Por un lado, han asumido que los centros histricos de las ciudades necesitan
intervenciones oportunas y adecuadas para vivir, por lo que, adems de viviendas,
requieren una serie de medidas, a veces especiales, encaminadas a satisfacer las
necesidades que hoy demanda la poblacin.
De manera aparentemente espontnea han logrado otorgar una extraordinaria
importancia a la funcin comercial, a la que hacen referencia constante, de manera
transversal, al ponerla en ntima relacin con la funcin residencial -el comercio es
considerado como una dotacin necesaria para vivir en los barrios histricos- y con la
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eligen las murallas frente a cualquier otro monumento, y es desde esta plaza desde donde
mayor protagonismo adquieren las murallas.
Asimismo Toledo presenta la de Zocodover como la plaza que ms gusta. Hay que
sealar que la existencia de los soportales, la presencia de la delegacin del gobierno, el
hito del reloj, la mantienen como un centro vivo de actividad comercial, que es preferido
frente a la Plaza Mayor.
En Crdoba sucede algo parecido pues seala la Plaza de las Tendillas como la
preferida frente a la Plaza Mayor. Dado que no hay ningn edificio de la Administracin,
ni una significativa presencia comercial, tal vez su eleccin se deba a las recientes obras de
adecuacin y modernizacin realizadas o la existencia de algunos hitos singulares como el
edificio de la Unin y el Fnix o la estatua del Gran Capitn.
Len ha elegido la Plaza de San Marcos. Es uno de los casos ms singulares, ya que
este monumento no haba sido mencionado con anterioridad. Los leoneses valoran la
Catedral como mejor monumento y el Centro Histrico como barrio que ms les gusta,
pero no eligen la plaza de la Catedral ni la Plaza Mayor del recinto histrico, sino que es
otro monumento singular, el Hostal de San Marcos el que hace que los ciudadanos elijan el
espacio pblico que antecede al antiguo hospital, fuera del permetro del casco antiguo, y
puesto de moda por su reciente remodelacin frente a la Plaza Mayor, decrpita y
abandonada en el casco histrico.
Oviedo tiene Plaza Mayor, pero de manera incomprensible elige la Plaza de Amrica
de pequeo tamao, fuera del casco histrico. En ella, adems de la iglesia, existen algunas
oficinas bancarias y un colegio, y confluyen en ella calles de tipo radial. Teniendo en
cuenta que la circulacin se mantiene en esta plaza frente a la peatonalizacin de otras, tan
ponderada por los ciudadanos ovetenses, no llegamos a encontrar una explicacin.
Edificios o monumentos que deben ser restaurados
Dado el problema econmico que supone restaurar indiscriminadamente todo el
patrimonio, los entrevistados debieron optar por sealar, priorizndolos, tres edificios de
los diez seleccionados previamente y presentados por los alumnos.
Excepto Alcal de Henares y Cceres, las trece ciudades restantes eligieron la
Catedral, aunque no siempre en primer lugar. Tarragona antepone las murallas y el Puente
del Diablo, Salamanca la Plaza Mayor y Segovia antepone el Acueducto.
Cuatro ciudades, vila, Len, Tarragona y Zamora consideran prioritario tambin
sus murallas.
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Burgos y Zamora, por su parte, dan preferencia tambin al castillo. El alczar entra
dentro de las prioridades para aquellas ciudades que lo tienen, Segovia y Toledo.
Tiene mucho inters que adems se consideren y prioricen algunos bienes de
infraestructura, como son los puentes, importantes para Tarragona donde se elige el puente
del Diablo y Salamanca donde los ciudadanos eligieron el puente Romano.
Debemos resaltar como positivo la seleccin de barrios o conjuntos urbanos para su
restauracin realizada por cinco ciudades. Tal es el caso de la Plaza Corredera de Crdoba,
el barrio de El Salvador de Cuenca, el barrio Antiguo de Gerona, la Plaza Mayor de
Salamanca, y el Pazo Fonseca de Santiago de Compostela. Nos llama la atencin que
precisamente los estudiantes de Crdoba, Gerona, Salamanca y Santiago de Compostela
coincidan en sus propuestas al seleccionar los mismos conjuntos urbanos como dignos de
restauracin. ste es uno de los pocos ejemplos de coincidencia entre lo que manifiestan
las encuestas de los adultos y las conclusiones de los debates de los jvenes de ESO.
Resulta especialmente interesante la eleccin que se da en estas cinco ciudades, tanto
ms si consideramos que en todas ellas se inici hace ya aos el proceso de restauracin y
rehabilitacin a travs de un planeamiento especial, lo que induce a pensar que se trata de
unos planes compartidos por los ciudadanos. Este hecho se comprueba igualmente en la
explicacin de la eleccin de algunos monumentos que se estaban restaurando en el
momento de realizacin de las encuestas, incluso ya haban sido restaurados cuando stas
se hicieron, a pesar de lo cual los encuestados no dudan en seleccionarlos y darles un
orden de prioridad para su restauracin. Ante esta aparente incongruencia por parte de los
ciudadanos, slo podemos valorar dos posibilidades: que no conocen las restauraciones
que se efectan en monumentos y conjuntos histricos de su ciudad, o que lo que
enumeran en orden de prioridad son aquellos bienes que ms valoran y respecto de los
cuales reclaman siempre atencin preferente. Nos inclinamos por esta explicacin, porque
las restauraciones van siempre acompaadas de un gran aparato publicitario y no parece
posible estar desinformado.
Crdoba elige, adems de los sealados, el conjunto arqueolgico de Medina
Azahara.
A todo lo anterior hay que aadir la eleccin de otros edificios religiosos por parte de
nueve ciudades -Iglesia de San Pedro en vila, San Martn Pinario en Santiago de
Compostela, San Juan de los Reyes de Toledo, Monasterio de las Huelgas de Burgos,
Iglesia de Santa Mara de Alcal de Henares, San Miguel en Cuenca, San Feli de Gerona,
San Isidoro de Len, Santa Mara del Naranco y San Miguel de Lillo de Oviedo-, o de
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edificios civiles preferidos por dos ciudades, Cceres elige los palacios de los Becerros y
de los Golfines, y Alcal de Henares la Casa de Cervantes y la Crcel de mujeres.
Zona o Barrio que menos gusta de la ciudad
Existe una coincidencia absoluta con una sola excepcin, la de Tarragona, puesto que
todos los encuestados sealan como zona o barrio que menos les gusta los barrios de la
periferia, muchos de los cuales carecen incluso de nombre por lo que se refieren a ellos de
manera genrica: el sur, dicen desde Crdoba; el Polgono, responden Toledo y Alcal;
incluso Len confiesa que lo que menos gusta es el Polgono X.
San Andrs y la Toledana (vila), Buenos Aires (Salamanca), barrio Nueva Segovia
(Segovia), Gamonal (Burgos), las Quinientas (Cuenca), Ventanielles (Oviedo) o la Alberca
(Zamora) son los barrios menos afortunados al carecer de aprecio por parte de los
ciudadanos encuestados.
Dado que en la valoracin del espacio urbano tiene un peso muy fuerte la percepcin
individual de la ciudad, es lgico lo que nos muestra la encuesta realizada en Tarragona.
En esta ciudad se encuest a un 15% de ciudadanos de otras poblaciones, que como es
lgico tienen una percepcin de la ciudad diferente a la de los residentes, por lo que es
normal que se produzca una valoracin dual del espacio urbano.
Preguntas
Respuestas
vecinos
visitantes
El Casco Antiguo
Rambla-Balcn Mediterrneo
El Serrallo (periferia)
El Casco Antiguo
Como se puede observar, las respuestas de los vecinos y de los que no lo son no
coinciden y adems son contrarias. Es un buen ejemplo de una percepcin diferente de la
misma realidad urbana.
Necesidades o actuaciones para mejorar la ciudad
De toda la encuesta es la respuesta menos espontnea. A diferencia de las anteriores, en
esta ocasin la respuesta ha de elegirse entre unas cuantas opciones cuya preseleccin
induce en cierto modo a la respuesta, pues incluso se llega a conservar el orden en la
seleccin que hacen los encuestados. Los informantes deban elegir las tres actuaciones
que considerara ms importantes para mejorar la ciudad entre las siguientes posibilidades:
peatonalizar y mejorar las calles; construir aparcamientos para los residentes y visitantes;
arreglar las fachadas; ofrecer una mayor atencin al turismo; conseguir ms parques
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dentro del cuestionario. Es todo un dato sobre las necesidades sentidas por los
ciudadanos!
con la arquitectura de manera singular y aislada, pero al interesarse por su historia, por su
estado de conservacin, sus posibilidades de uso..., enseguida se fijan en las funciones y en
la relacin de los edificios y el espacio urbano. De manera que el paso de la arquitectura a
la ciudad en el anlisis realizado en este programa se produce casi de manera natural. Al
menos as lo demuestran las experiencias realizadas hasta ahora. Los conocimientos
adquiridos por los estudiantes de las quince ciudades participantes, no hacen referencia
nicamente a los monumentos de la ciudad estudiada sino que los trabajos se han fijado en
la funcionalidad de las ciudades histricas, han visto las funciones urbanas y los conflictos
provocados por el uso del espacio entre residentes, ocio de fin de semana y turismo.
El programa demuestra su carcter positivo porque ayuda a aprender a ver la ciudad
e induce a captar los problemas que se plantean en los espacios histricos y a reflexionar
sobre ellos, lo cual permite adquirir una actitud diferente ante la ciudad. Se aprende a
valorar de manera global los bienes patrimoniales y a modificar las conductas con un
mayor respeto hacia la ciudad histrica.
El trabajo realizado tiene un efecto multiplicador porque supone la implicacin de la
sociedad, docentes, alumnos, familiares, instituciones y medios de comunicacin se
involucran en una tarea comn porque la ciudad histrica interesa a todos.
La ciudad es un producto social global y en ella se reflejan muchos aspectos del ser
humano y de las relaciones de las personas. Tal vez por ello interesa, pero sin duda hay
que establecer un mecanismo capaz de despertar el aliciente que tiene para los ciudadanos
reflexionar sobre ella. En esto precisamente radica la gran cualidad de este proyecto
educativo, puesto que logra involucrar a un segmento de la poblacin muy joven -de 14 a
16 aos- al que normalmente no se considera interesado por la ciudad y, sin embargo,
queda demostrado que este sector de la poblacin queda enganchado en la propuesta, por
el mtodo de participacin activa con el que se desarrolla el programa. Lo mismo sucede
con las familias de los alumnos, en las que se despierta el inters de participacin en la
dialctica de organizacin de la ciudad y colaboran sin problema.
No debemos olvidar lo que supone este programa desde el punto de vista del
desarrollo personal de los alumnos y de sus capacidades de debate. No slo adquieren
contenidos conceptuales, sino que es una experiencia de comportamiento ciudadano en el
sentido de inters por la ciudad y de participacin en el proceso urbano del que se
sienten agentes. Es especialmente valioso el desarrollo del debate, ya que en ese momento
son lo propios alumnos los que desarrollan sus capacidades, en pblico.
Si en los proyectos y exposiciones tiene mucha importancia la labor desarrollada por
los profesores, en los debates se muestra la capacidad de los alumnos, que resulta
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Este proceso presenta una gran complejidad por las contradicciones visibles entre
unos espacios pblicos que han sufrido una modificacin por abandono de una parte de la
ciudad, la ms antigua, al tiempo que se intenta realizar una produccin contempornea de
espacio pblico.
Analizar el espacio pblico es analizar la ciudad, la manera de habitarla y la
morfologa urbana, las formas de la ciudad. Tratar el espacio pblico es tratar, las
funciones urbanas y el uso de la ciudad y de la conexin con otras ciudades. A la calle, a la
plaza, o los parques hay que aadir, las estaciones, los nudos de intercambio y todo lo que
est ligado al sistema de infraestructuras de la movilidad en una sociedad que no cesa de
consumir espacio y que se mueve de manera permanente. Por ello es necesario sealar los
procesos de reestructuracin que se manifiestan en el espacio interno de la ciudad de
Burgos, donde se consolida la ciudad dual: rica y pobre, y aparecen formas urbanas en las
periferias de base supramunicipal donde la ciudad se desdibuja.
En primer lugar hay que valorar la relevante mutacin del espacio pblico en los
lugares que nos ha legado la historia.
Aunque la degradacin afecta a la zona
alta del casco histrico, al entorno del
Hospital del Rey y al antiguo pueblo de
Gamonal, que se abandonan, podemos
sealar que en el resto del centro histrico,
es decir en la zona llana, el resultado de la
intervencin pblica en el tratamiento del
espacio no ha sido muy acertada. La
Figura 194: Exhibicin de habilidades. Los nicos
espectadores son los macetones. (Fuente: la autora)
identidad urbana por una decoracin idntica a la de otras ciudades que ha roto la mayor
riqueza que tenan, la diversidad. De modo que el pavimento, los bolardos y el mobiliario
urbano que acompaan a la peatonalizacin de las calles se ha revelado como un mtodo
perverso pero eficaz de unificacin y asolacin de la personalidad del espacio pblico y
por tanto del paisaje de la ciudad.
El centro histrico, por otra parte, se ha reducido a una misin escenogrfica y se ha
producido, en consecuencia, una grave alteracin, que afecta tambin a sus funciones no
slo a su forma. El tratamiento del espacio pblico durante la ltima dcada simboliza la
crisis y falsedad de la ciudad histrica, planificada a travs del Plan Especial del Centro
Histrico (1995) sin una poltica de ciudad.
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llenos por el botelln, reclama cada vez ms la presencia policial porque siente miedo. Las
tiendas tienen que proteger sus escaparates con persianas de acero y la progresiva
autodefensa hace ms peligrosa la zona, porque provoca la desconfianza ante posibles
agresiones por parte de la delincuencia urbana, sobre todo en las calles donde no circulan
los coches, el comercio tambin desaparece y cada vez hay menos luz.
La gestin del espacio pblico provoca una crisis urbana que afecta a la calidad de
vida de los ciudadanos.
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Figura 195: Transformacin del pasaje pblico de la Catedral en el museo de la claustra baja. (Fuente: la
autora)
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Y es que los templos, la Catedral, igual que los edificios pblicos y palacios son
estructuras que, por encima de su funcin, tienen un significado en la ciudad mediante la
sintaxis con que combinan el misterio y el arte, mediante la relacin simblica entre el
interior y el exterior: la ciudad. Su presencia se hace ms real cuando se puede entrar, se
puede acceder a esa edificacin. Por eso las escaleras, los prticos, los soportales, los
jardines, es decir, lo que permite acceder a su interior son la imagen que indica su
solemnidad, y por eso aparecen repletos de historia, estatuas, decorados e inscripciones.
Desde 1998 el Cabildo lo haba ido cerrado con motivo de alguna exposicin temporal a la
que serva de antesala, lugar de espera y entrada, y como pretexto para evitar los robos.
Pero se retrasaba lo ms posible en volverlo a abrir. Ahora est cerrado y no se va a volver
a abrir. El Cabildo ha decidido que la ciudad ya no necesita usar este espacio pblico. Que
ya no es un servicio para la ciudad.
Lo lamentable es que el Ayuntamiento no ha cumplido con su deber porque no ha
querido o no ha sabido proteger un espacio pblico y la ciudad ha perdido un espacio de
gran calidad simblica, un fragmento de la memoria histrica, lo que supone un
empobrecimiento de todos los ciudadanos. Por otra parte, la Catedral no ha ganado nada
desde el punto de vista patrimonial ms all de lo que marquen las mquinas registradoras
con el pago de la entrada de los visitantes, porque es una Catedral que ha perdido su unin
con el espacio social y ahora da la espalda a la ciudad.
430
Una de las promesas electorales del partido socialista en las elecciones municipales
de 1999, conquistada por la Asociacin de vecinos del barrio de Santa Clara, fue el
compromiso de realizar un nuevo centro de salud en la zona sur. Una vez ganadas las
elecciones, desde la Concejala de Urbanismo se encarg al equipo tcnico buscar un solar
de propiedad municipal apropiado para cederlo a la Junta de Castilla y Len y que pudiera
construir en l un centro de salud, necesario para la zona. Consultado el catastro, la opcin
elegida por los tcnicos como mejor solar fue la plaza de Santa Teresa. En la concejala
responsable de urbanismo ni se cuestion la eleccin. Se ofertaron as los terrenos de la
plaza de Santa Teresa. Las consecuencias de tal eleccin fueron desastrosas para la
concejal del rea, por desconocer que el espacio pblico es siempre suelo no edificable,
de titularidad y dominio pblicos. Es el suelo que forma parte, por tanto, de la estructura
que sustenta la permanencia de la ciudad como espacio social (ESTEBAN, 2003: 28), por
lo cual en el catastro figura a nombre del Ayuntamiento como garanta de un suelo pblico
perteneciente a todos los ciudadanos. Los tcnicos tampoco lo saban.
Siempre nos ha preocupado la cortedad de miras de quienes consideraban la
monumentalidad como el nico valor de la ciudad histrica y nuevamente tenemos que
realizar una seria reflexin sobre el espacio pblico, el patrimonio urbano y su significado.
Es alarmante la irresponsabilidad de algunas intervenciones realizadas en los espacios
pblicos sin tener en cuenta que esos espacios inciden claramente en la calidad de vida de
la poblacin y son los que caracterizan y sirven para diferenciar, desde un punto de vista
cualitativo, a las ciudades. Uno de los aspectos ms interesantes y significativos de una
ciudad histrica es la extraordinaria heterogeneidad de los espacios pblicos. Son espacios
absolutamente distintos por sus orgenes histricos, por sus dimensiones, formas y
contexto, y por su uso. La variedad de sus procesos de formacin y las diferencias entre
espacios espontneos y proyectados, explica la necesidad de entender los espacios libres,
vacos, en trminos de jerarquizacin urbana, articulando los espacios singulares y
valorando su significacin social y cultural. Ello ayuda a entender tambin que el
patrimonio cultural encuentra su mejor representacin en el plano de las ciudades, en la
relacin entre lo construido y los espacios vacos.
En el caso que nos ocupa, lo importante de esta plaza de tierra es lo que
aparentemente no se ve pero s que est. El protagonismo es el del espacio interior que est
detrs de los muros del convento de las carmelitas. Su esencia es ser el marco que contiene
la representacin de una etapa histrica y el simbolismo del ltimo convento que fundara
Santa Teresa. Estamos ante uno de los espacios ms inestables y frgiles de la ciudad,
desde que alguien se fij en el parque de la Quinta para transformarla en un parque
431
temtico. La plaza de Santa Teresa, en cuyo mbito se enmarca, a pesar de constituir uno
de los sectores urbanos de mayor y ms larga historia, dotado de un valor patrimonial,
simblico y ambiental superior, se ha convertido as en el escenario de profundas
contradicciones derivadas de la pretensin municipal de edificar en ella.
Figura 196: Plaza y Convento de Santa Teresa Santa con una pancarta de los terrenos cedidos por el
Ayuntamiento. (Fuente: la autora)
432
433
que se resisten a ser arrebatados a los habitantes de la ciudad. A pesar de que ya se haban
colocado las pancartas.
Figura 197: Distintos pongos distribuidos aleatoriamente en el espacio pblico. (Fuente: la autora)
436
437
La rica base natural sobre la que se asienta Burgos, se combina adems con unos
recursos y usos de carcter cultural de potente identidad, ya que a la vega de los ros
debemos aadir la existencia de parajes como San Pedro de Cardea, la Cartuja o Fuentes
Blancas; Las Huelgas, en ntima relacin con el agua, y las cuestas de los pramos y cerros
con sus atalayas, que dominan la sierra de Atapuerca y la sierra de la Demanda,
especialmente protagonista en invierno, cuando est nevada.
A las cualidades paisajsticas, estrictamente naturales hay que aadir la riqueza que
proporciona su combinacin con el uso humano a lo largo del Camino de Santiago que es
elemento natural y cultural a la vez. Los ros, la vega y el Camino de Santiago constituyen
claves potenciales para el rescate o mantenimiento de su identidad en aquellos mbitos
donde ha sido menoscabada. Fundamentalmente el Camino de Santiago, porque es un
recurso natural y cultural con una gran fuerza.
Tomar como referencia el Camino y los ros, dos elementos naturales, para aunar
pasado y presente; patrimonio y futuro, e integrar el sistema de espacios pblicos en una
red que acreciente la diversidad y singularidad cultural de esta ciudad histrica poda
ayudar a conseguir un reequilibrio no slo del hombre y la naturaleza, sino tambin de sus
funciones de ocio y cultura que adems consiga un nuevo equilibrio para los barrios de
esta ciudad desde su parte ms oriental hasta el oeste y enlace el norte con el sur, a travs
de nuevas estructuras de comunicacin entre los ros.
A nuestro juicio sera positivo lograr una nueva percepcin de la ciudad, mucho ms
global, mediante una correcta interpretacin de la naturaleza, en su versin de ruta, de
camino,
439
Figura 199: Burgos es una ciudad que permite ver la naturaleza. Al fondo Sierra de la Demanda.
(Fuente: la autora)
Figura 198: Plano del cinturn verde de Burgos. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
440
99 Por supuesto, quien decide la calidad de la arquitectura contempornea son los propios profesionales y sus
empresas y factoras que la realizan desarrollando construcciones emblemticas como marca de una
arquitectura global. As, los arquitectos son los que deciden sobre el valor de sus propias obras.
443
espacio urbano en un lugar recreativo preparado para el consumo cultural, por lo que
ofrecen, en un mercado global, sus centros histricos convertidos en espacios de la
distraccin y el espectculo. Ponen la arquitectura contempornea, de calidad, como
pretexto para lograr lo que quieren, pero esta actitud est provocando problemas nuevos en
la ciudad.
Entre arquitectura y ciudad existe un equilibrio frgil y una tensin -Tania Concko
habla de una relacin amorosa100- que llega al conflicto si la arquitectura contempornea
se opone a la ciudad histrica, porque lo que se transforma son las zonas ms apreciadas
de las ciudades, motivo por el cual la poblacin desea su permanencia. De hecho,
mientras que las ciudades crecen con arquitectura basura -en expresin del urbanista indio
Raj Rewal- los centros histricos se destruyen.101 Se reservan para realizar grandes
proyectos arquitectnicos que doten a la ciudad de equipamientos para, con una
arquitectura de marca, fabricar iconos que las siten en el mapa, como si una ciudad del
Patrimonio Mundial no figurara en l.
La impresin general es que las ciudades son cada vez menos para sus habitantes. La
transformacin urbana es demasiado rpida, profunda y difcil de asimilar, y adems la
inclusin de la arquitectura contempornea en los centros histricos no beneficia a la
poblacin sino que la expulsa de los espacios heredados, se tiene la sensacin de que unos
individuos transitorios, elegidos para solventar durante cuatro aos los problemas de cada
lugar, se creen autorizados a transformar de arriba abajo esos lugares, las ms de las veces
irreversible, irreparable y catastrficamente. No es ste un desmedido poder? La gente
suele estar contenta con sus ciudades, o por lo menos acostumbrada. Les desea mejoras, y
reparaciones donde hagan falta, y adecentamiento, pero no mucho ms. Lo que desde
luego no quiere es que se las hagan irreconocibles...( MARAS, 2007: 118).
Esta actitud, a mi juicio, es la que provoca la agona de la ciudad y del concepto
mismo de Patrimonio Mundial. Hablamos de la agona del patrimonio en el sentido
unamuniano de lucha, no como fase terminal de un proceso sino como una convulsin
que afecta en la actualidad a toda la ciudad y a la cultura, por tanto, como un estado de
crisis, porque esta tendencia se produce en un momento en que socialmente triunfa el culto
al patrimonio, el amor por el paisaje y la valoracin de la autenticidad. Estos fenmenos
son indicadores de las nuevas prioridades y de la calidad de vida de los ciudadanos, que se
identifica con el conocimiento y disfrute del patrimonio. Ahora mismo me interesan la
100 Intervencin de Tania Concko en el Dialogo, Ciudad y ciudadanos del siglo XXI, Forum 2004,
Barcelona, 10.XI.2004.
101 Dialogo, Ciudad y ciudadanos del siglo XXI, Forum 2004, Barcelona, 12.XI.2004.
444
naturaleza, la lengua espaola y el patrimonio monumental, tres cosas que estn en peligro
y cuyo empobrecimiento puede hacer muy desagradable la vida dentro de un par de
generaciones, sealaba el marqus de Tamarn, quien fuera Director del Instituto
Cervantes, en una entrevista sobre cmo vive la nobleza en el siglo XXI (RIVERA DE LA
CRUZ, 2007: 67).
La raz del problema es que esa transformacin que ahora se est produciendo no es
el resultado de las necesidades sociales, sino que refleja una clara voluntad contraria a la
conservacin del patrimonio cultural de los centros histricos a travs de intervenciones
orientadas al logro de la mayor rentabilidad de aquellos espacios heredados, en los que la
especulacin permite obtener importantes plusvalas y a los que la industria turstica pone
en explotacin porque los considera pertenecientes a la historia.
Para solucionar este conflicto de intereses entre poder, arquitectura espectacular y
sociedad, y para que a los ciudadanos no les duela la destruccin de los centros histricos
era necesario un nuevo discurso capaz de eliminar los obstculos de carcter social y poder
utilizar estos espacios aprovechando sus valores de centralidad privilegiada y su valor
patrimonial. Esto hace necesario desarmar el marco conceptual vigente y disear los trazos
de nuevas experiencias.
La liturgia de esta ceremonia se puso en marcha hace ms veinticinco aos a travs
de una serie de intervenciones -unas materiales y otras conceptuales- que, destinadas
tericamente a la mejora ambiental, han logrado desarmar la variedad, diversidad y riqueza
del espacio pblico de los centros histricos; convertir en invisible la ciudad histrica, e
introducir un barullo conceptual interesado capaz de justificar la expulsin de los vecinos
y elaborar argumentos eficaces para tener las manos libres y actuar con absoluta libertad.
conocimiento. No slo proporciona saber, sino una nueva capacidad de comunicacin con
otras sociedades, es un medio para entender la diversidad de culturas. La conservacin del
patrimonio como factor de identidad es una necesidad profunda. Su destruccin es, por
eso, perversa. En realidad somos memoria, pues una vez perdida sobreviene la
degradacin de la persona y la muerte. La disciplina mdica nos ensea que en el
transcurso del tiempo de existencia hay una necesidad de relacin con elementos
perdurables, lo que explica el deseo de persistencia que marca las pautas de conservacin
del patrimonio. De hecho es lo que se intenta garantizar con la legislacin vigente en
materia de conservacin de Patrimonio Cultural. Pero en estos momentos la ciudad se ha
llenado de objetos industriales -mobiliario urbano-, cuya caracterstica es su escasa
duracin. Son objetos sin memoria y no sern nunca soportes del recuerdo. Su modo de
durar se conecta mal a la idea de memoria, pues los nuevos materiales, incluso aquellos
duraderos, no parecen ser capaces de salir de una condicin de existencia dual, en la cual
de la condicin como nuevos pasan bruscamente, con una especie de traspis, a la de
degradados para tirar(MANZINI, 1996: 67). Un ejemplo extraordinario nos lo
proporcionan las estatuas de resina epoxi colocadas, en el ao 2000, en la fachada
principal de la Catedral de Burgos para resistir eternamente y no han durado ni 10 aos,
estn rotas.102
Lo mismo sucede con los nuevos espacios urbanos construidos que no parecen echar
races, o con las grandes superficies comerciales, en los que no hay historia porque el
tiempo no deja huella, su escasa durabilidad no lo soporta.
Resulta inquietante comprobar el intento de eliminar toda posibilidad de conciencia
de la diversidad de los centros histricos y la facilidad con que se puede destruir el
patrimonio. Pensamos que las intervenciones realizadas contra el espacio pblico son
demoledoras. Los bolardos se han convertido en elementos de composicin urbana que
establecen unidad, uniformidad y monotona en espacios que antes eran diferentes. La
acumulacin de elementos publicitarios, que responden a una concepcin estandarizada,
conduce a la degradacin visual del entorno urbano por los mensajes de la propaganda. La
adicin de artilugios rompe la profundidad de las perspectivas y, lejos de mejorar el
espacio pblico, da lugar a una cacofona ambiental e introduce un desorden que impide
obtener una percepcin espacial precisa.
La transformacin de pavimentos y el mobiliario urbano demuestran la distancia
existente entre la teora y la realidad porque ni embellecen ni mejoran, ni logran una
cualificacin del espacio pblico. Pero el abismo es todava mayor si nos fijamos en las
102 Este problema se trata ms adelante, en el apartado V. 2.3.1
446
ningn problema de la poblacin de los barrios histricos, que deberan estar integrados y
relacionados con la ciudad a travs de una planificacin seria. Los cascos antiguos quedan
segregados del sistema ciudad y la marginacin a la que se les somete ha acelerado el
proceso de abandono de la funcin residencial, y de desaparicin de las actividades
tradicionales, que han sido sustituidas por un uso recreativo y turstico. Son un fracaso. En
opinin de Jaime Lerner,103 la ciudad es una estructura de vida y trabajo juntos, cuando
se separan las actividades econmicas y los asentamientos humanos la ciudad es un
fracaso (LERNER, 2004).
Una vez perdida la identidad del espacio pblico por homogeneizacin, tras haber
hurtado a la poblacin el espacio, que es puesto a disposicin del negocio publicitario, y
despus de haber ocultado su valor patrimonial con artefactos que roban la mirada y la
capacidad de sorprender que tiene el espacio pblico de los conjuntos histricos, se
rompen las emociones y se pierde la habilidad de disfrutar de la ciudad histrica. Una vez
que subjetivamente no queda nada que valorar resulta mucho ms sencillo destruir.
Los centros histricos vulgarizados por un bricolaje de artilugios intercambiables y
universales, son lugares neutros en los que se esfuma todo dato de diversidad urbana. As,
poco a poco, la ciudad histrica se queda sin referencias de quienes la habitan y sin
componentes afectivos.
Quienes negocian con la ciudad han detectado que si las transformaciones realizadas
en los espacios histricos conllevan prdida patrimonial, provocan dolor y rechazo en la
poblacin. Son conscientes de lo eficaz que puede resultar poner en marcha la idea de
Vilm Flusser, citada por Joan Fontcuberta, de que olvidar es una funcin tan importante
103 Jaime Lerner en Dilogo, Ciudad y ciudadanos del siglo XXI, Forum 2004, Barcelona, 09.IX.2004.
447
de la memoria como recordar (FONTCUBERTA, 1997: 56). Por eso, al actuar sobre el
patrimonio, ponen en marcha la ceremonia del olvido para que su labor resulte ms fcil.
As, los trampantojos que cubren los edificios en restauracin sirven muchas veces para
que la poblacin olvide lo que haba antes de unas intervenciones, que suelen ser de
demolicin, o transformacin absoluta.
Por eso pensamos que el afn de estetizacin de la ciudad y las intervenciones de
embellecimiento del espacio pblico tal vez sean un (perverso) mtodo de hacer olvidar la
belleza y los espacios que provocan placer porque, como insinuaba Silverberg, es el
olvido lo que nos permite aspirar a ser felices (FONTCUBERTA, 1997: 59). No
olvidamos nunca, tampoco ahora, que de los casos de destruccin voluntaria de la
herencia histrica, el ms macroscpico es el de la ciudad (ARGAN, 1984: 88).
No cabe aplicar aqu las palabras de Ingmar Bergman de que las mejores intenciones
provocan, a veces, los mayores desastres.104 El modo de llenar los mejores lugares del
espacio histrico con un mosaico de ofertas publicitarias es parte de una estrategia bien
definida para conquistar el centro histrico de las ciudades por grupos con intereses
especulativos y para poder realizar operaciones urbansticas de gran rentabilidad
econmica sin problemas, en unos momentos en que existen planes especiales de
conservacin y existe concienciacin ciudadana del valor patrimonial de esos espacios y
de la necesidad de que permanezcan para el mantenimiento de la memoria.
pueden demoler manzanas enteras y alterar las tramas sin que los ciudadanos se den cuenta
de ello. De este modo retomar el espacio central de las ciudades histricas, del que se ha
ido expulsando a las clases populares, ser mucho ms fcil.
Si no existe dolor en la poblacin ante la prdida de algo que ya no se valora, la
destruccin del patrimonio edificado podr realizarse sin oposicin ciudadana. Construir
en el centro de la ciudad una nueva ciudad histrica con las plusvalas del patrimonio
monumental para nuevos residentes no ser difcil porque no encontrar ninguna reaccin
en la poblacin, ningn problema. Cuando se ha logrado provocar un desprendimiento de
cualquier conexin con el patrimonio histrico, resulta facilsima la tarea de redefinir por
completo el paisaje de la ciudad histrica, tal como pone de manifiesto Norman Foster:
en China tenemos la posibilidad de
redisear el paisaje urbano y realizar
edificios que se conviertan escaparate
del pas (RODRGUEZ, 2007: 56).
Cuando ya es todo distinto tambin es
ms sencillo introducir una nueva y
tramposa amalgama de conceptos sobre
Figura 201: En 2011 se habla de un nuevo casco
histrico. (Diario de Burgos)
la ciudad heredada.
suerte de esquizofrenia que slo se puede mantener tejiendo una espiral de silencio por el
miedo a la descalificacin personal y profesional de los ciudadanos, que se autocensuran
por temor a ser ridiculizados pblicamente.
Desde que se promulg la Convencin del Patrimonio Mundial Cultural y Natural
(1972) hasta hoy se han producido cambios positivos como resultado lgico de un proceso
de madurez en la reflexin y conocimiento del carcter patrimonial de la naturaleza y de la
cultura, pero tambin han aparecido algunos conflictos importantes, que ponen en crisis los
avances de los ltimos cuarenta aos. Por eso, quiero realizar alguna reflexin sobre ese
equilibrio inestable entre avances y desvos ocurridos respecto de los principios y criterios
contenidos en la Convencin .
Podemos considerar avances la integracin en la Lista del Patrimonio Mundial de
nuevos valores, de nuevas tipologas patrimoniales. As a los monumentos naturales,
formaciones geolgicas y ecosistemas que componen la categora de Patrimonio Natural, y
a los monumentos, conjuntos y lugares que integran el Patrimonio Cultural, se han aadido
en la Lista ciertos bienes singulares como el Camino de Santiago -el territorio como
patrimonio- o bienes de un significado claramente intangible, como San Milln de la
Cogolla, considerado como cuna de la lengua castellana. Tambin ha supuesto un gran
avance la inclusin de paisajes culturales por las interrelaciones entre el hombre y el medio
natural. El salto cualitativo ms relevante, pues, se produce a finales del siglo XX al
considerar importante no slo el patrimonio tangible, material sino los valores del
patrimonio intangible.
Se ha tomado conciencia de que los valores de los bienes culturales, su mensaje, las
creencias, los mitos... son cuestiones intangibles que se expresan en los distintos elementos
del patrimonio tangible, es decir, la dimensin inmaterial es la que tiene mayor
importancia, y es la que hace que un objeto se catalogue como bien cultural. En realidad es
el significado de una cosa el que convierte la cosa en bien cultural. Dicho de otro
modo, los bienes fsicos, materiales, tienen valor por su significado y valores inmateriales,
porque contienen las referencia espirituales, las creencias y las seales de civilizacin. Por
eso la proteccin de la dimensin intangible slo es real si se protegen las manifestaciones
tangibles o materiales. ste es un aspecto clave en estos momentos de crisis. La proteccin
tiene que plasmarse en realidades objetivas, no en la percepcin subjetiva que se tenga de
esas realidades.
Ahora bien, el poder poltico y sus arquitectos se aferran en sus discursos al
patrimonio intangible y han aprovechado la ampliacin de nuevas categoras de
Patrimonio Mundial para introducir nuevos conceptos y, como si fuera un juego, cambiar
450
unas expresiones por otras, unos trminos por otros, borrando los contenidos cientficos de
las distintas especialidades y disciplinas, y vaciar de proteccin a los centros histricos
(realidad objetiva), para aplicar la proteccin a su paisaje (realidad sujetiva).
Los principales desvos con que se intenta burlar la Convencin del Patrimonio
Mundial, son los problemas derivados del mantenimiento de la autenticidad y de la
integridad de los bienes declarados, y los que provienen de los intentos de sustitucin de
los principios de conservacin vigentes. Todo ello provoca unas prcticas cada vez ms
preocupantes. Una es la mercantilizacin de la cultura que justifica como inevitable la
falsificacin de los bienes patrimoniales, otra es la pretensin de cambiar los criterios de
restauracin y conservacin -Carta de Cracovia 2000- y, en tercer lugar, el intento de que
una nocin expansiva del patrimonio cultural, con un nuevo trmino -paisaje histrico
urbano- permita integrar las relaciones de la arquitectura contempornea y el Patrimonio
Mundial: Memorandum de Viena 2005.
Expresiones como, los restos del pasado sirven de materia prima para un negocio de
futuro, la explotacin turstica del patrimonio,105 o sin turistas tendramos que cerrar la
Catedral106 son tan frecuentes como la necesaria limitacin de acceso de visitantes a los
edificios y lugares histricos para favorecer su conservacin, por lo que se proponen
numerus clausus en los monumentos107, alertando del dao que causa el turismo de
masas sobre el patrimonio por lo que hay que entrar a las catedrales pagando108. El
turismo tan deseado es visualizado en ocasiones por los expertos como una amenaza para
la conservacin. Estas ideas sirven para justificar dos cosas: una museizacin radical que
rentabilice econmicamente las visitas y, en segundo lugar, la reproduccin industrial de
las obras de arte y de los bienes patrimoniales, y por tanto su falsificacin. Si el turismo
daa el patrimonio, ste tiene que guardarse en lugares especficos para que pueda ser
disfrutado por los que entienden, por los expertos. Para los turistas, que no entienden, a los
que slo les interesa decir que han estado donde han estado otros, les sirve el sucedneo, la
rplica. A los que no entienden por ejemplo, les vale la copia de la Cueva de Altamira, no
se distinguen, confiesa el responsable de la empresa ejecutora de la copia y repiten los
expertos que lo avalan. Estn tan asumidos estos criterios, que con descaro y sin rubor esos
105 "ARPA 98", en (El Mundo, 16-10-1998:6).
106 Entrevista con Matas Vicario, Presidente del Cabildo catedralicio de Burgos, (Gente en Burgos, del
13 al 19 -4-2007:10).
107 Creo que se debe restringir la entrada de turistas a un nmero limitado, sealaba Croci, para quien la
admisin de visitantes poda regularse mediante un sistema de preinscripcin, al tiempo que defenda el
aumento del precio de la visita. Nmeros clausus en los monumentos, (El Correo Gallego, 23-9-1999:31).
108Carlos de la Casa, Director General de Patrimonio de la Junta de Castilla y Len manifestaba que sera
una magnfica idea que se cobrara una entrada para visitar las catedrales de la regin, EFE: A las
catedrales, pagando (Diario 16 Burgos, 22-7-1997: 16)
451
pasos olvidando los lugares reales [...] Cuando se camina por la ciudad si se ha visto la
pelcula uno siente la presencia de una realidad ms potente que aquella que realmente
ocurri. [...] La fuerza infinita de aquella imagen errtica de la nia del abrigo rojo en un
mundo srdido de blanco y negro es parte de una verdad vivida virtualmente pero asumida
como smbolo completo de una realidad cruel y cierta. Incluso el hecho de que la realidad
sea recordada a travs de una ficcin hace las emociones ms intensas y libres de
interferencias, puesto que sus protagonistas son perfectos (PREZ ARROYO, 1999: 43).
Sobre esta idea del reemplazo de la civilizacin del objeto por una economa de la
experiencia ha reflexionado recientemente Lipovetsky: Las ciudades histricas se
convierten
en
poblados
temticos
reconstruido
virtual
materialmente
antiguas,
animales
han
o
ciudades
reservas
indias,
desaparecidos,
ocultar sus propsitos, a la vista de todos los agentes responsables del proceso y con gran
inteligencia pretenden cambiar la realidad cambiando las palabras y los conceptos sobre
los que se sustenta la conservacin de la herencia patrimonial. Esta tendencia, que est
perfectamente tejida en publicaciones de congresos y conferencias de los profesionales de
la arquitectura,113 y fielmente reproducida por los medios de comunicacin, ha generado
una mezcla terminolgica que, sin contribuir a profundizar en los principios de la
conservacin, atenta directamente contra la esencia de la metodologa cientfica que exige
la conservacin del Patrimonio Mundial.
Pero an ms grave es que este totum revolutum constituye tambin una amenaza
para el conocimiento porque altera, descompone y desnaturaliza las definiciones y
terminologas propias acuadas por diferentes disciplinas cientficas, entre otras, la
Geografa.
En 2003, dos aos despus de que el centro histrico de Viena se incluyera en la
Lista del Patrimonio Mundial, el Ayuntamiento promovi la realizacin de una serie de
equipamientos a gran escala, dedicados a la cultura, y distintas dotaciones para la atraccin
de visitantes que no slo fueran las masas de turistas que recorren la ciudad. Por supuesto
se proyectan como grandes rascacielos de carcter contemporneo realizados por
arquitectos de fama universal. Aunque el macroproyecto se realizara fuera, al otro lado
del Danubio, la construccin de esos equipamientos culturales, para miles de personas que
acudan a ferias, reuniones, congresos etc. exige de inmediato realizar una serie de
dotaciones complementarias, grandes hoteles, edificios de servicios de todo tipo, desde
oficinas, agencias, dotaciones comerciales y de ocio, adems de las infraestructuras
imprescindibles de accesibilidad, como plazas de aparcamientos o nuevas conexiones de
los nuevos espacios con el centro de la ciudad y, claro est, nuevos puentes sobre el ro.
Todo ese proyecto constituye una presin sobre la zona protegida de Viena que
resulta demasiado potente y la sociedad plantea un debate porque el proyecto Wien-Mitte
pone en peligro los valores que deben conservarse.
Para resolver el malestar ciudadano en 2005, se celebra en la ciudad de Viena, con
el patrocinio de la UNESCO, una Conferencia Internacional sobre Patrimonio Mundial y
Arquitectura Contempornea114 con el fin de analizar las relaciones estrechas entre el
desarrollo econmico, las arquitectura contempornea y la preservacin de los conjuntos
113 Ver, entre otros, CASAR, Jos I., GARCA VALLCANERA, Mara y LALINDE, Rosario (eds.) (2004):
Ciudades histricas ante el siglo XXI, Valencia, ICARO-CTAV-COACV. ESTEBAN PENELAS, Jos L.
(ed.). (2007): Arquitecturas siglo XXI. Madrid, COAM,
114
http://portal.unesco.org/culture/es/ev.phpURL_ID=26717&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
454
histricos del Patrimonio Mundial. En la citada Conferencia los protagonistas fueron los
arquitectos estrella entre ellos Moneo, uno de los arquitectos espaoles, galardonado en
2012, con el premio Prncipe de Asturias de las Artes que ven en la arquitectura
contempornea la mejor manera de completar la obra inacabada, que es la ciudad donde se
inserta. As lo recoge Ignacio Gonzlez Varas, en el ltimo semblante del arquitecto
publicado por el BBVVA: Rafael Moneo tiene la honda conciencia de que la arquitectura
se inserta en la ciudad o en la naturaleza, en un paisaje rural o urbano, que debe
potenciarse a la vez que se satisfacen las necesidades humana, materiales y espirituales de
sus habitantes. Le gusta entender que la ciudad es una continuidad histrica, un gran
proyecto siempre inacabado en el que se debe actuar aportando valores cvicos a travs de
la arquitectura (GONZLEZ-VARAS, 2013: 193). El Memorandum de Viena115 es el
resultado de este encuentro y se plantea como un documento ms del actual debate de la
conservacin sostenible.
El objetivo de sus autores para los que la arquitectura contempornea compone el
nuevo perfil de las ciudades que va a definir el siglo XXI, es focalizar la atencin en un
concepto ms amplio que el de centro histrico como es el de paisaje histrico urbano y
establecer una nueva metodologa aplicable a una vertiente concreta del patrimonio ligado
al paisaje. El texto propone una revisin crtica sobre la salvaguardia de los conjuntos
histricos y su funcin en la vida contempornea aunque slo se fija en sus componentes
fsicos sin tener en cuenta los aspectos sociales y funcionales que forman el hecho urbano
y, por tanto, la vida contempornea.
En realidad lo que preocupaba en Viena era la dimensin arquitectnica, la
construccin de inmuebles de gran autor como desafo, reto o provocacin; de lo que se
trat y lo que importaba en aquel congreso, era la integracin contextual de la arquitectura
contempornea, y no la preservacin del patrimonio.
El documento denominado Memorandum de Viena intenta relacionar los cambios
recientes producidos en la percepcin del patrimonio -calidad ambiental, armona,
ambiente histrico, entorno, imagen, paisaje cultural, skyline, ciudad sostenible...- para
que tome cuerpo la definicin de paisaje histrico urbano y se pueda incluir como nueva
tipologa del Patrimonio Mundial en vez de utilizar los trminos de centro histrico,
conjunto histrico, o ciudad histrica, sin reparar que estos conceptos, y otros relacionados
con el patrimonio urbano, estn perfectamente acuados y definidos por la comunidad
cientfica, recogidos en los textos legales y documentos urbansticos, y aceptados por la
poblacin, que entiende su significado.
115 http://whc.unesco.org/uploads/activities/documents/activity-48-3.doc
455
intencin de hacer de la construccin un acto paisajstico que conecte con las fuerzas
telricas del territorio. En el proyecto, seleccionado como emblema de la candidatura de la
ciudad polaca de Wroclaw para la Exposicin Internacional 2012, trata de hacer de la
arquitectura un acto geogrfico.
Estos arquitectos de fama necesitan dejar su huella en el espacio -geografa-, pero
tambin en el tiempo para pasar a la historia. Su deseo es que la arquitectura
contempornea perdure y quede atrapada por el peso de la memoria, y por este motivo se
comprende que no les sirve cualquier espacio urbano sino que se hace preciso construir en
espacios dotados de una identidad fuerte. Qu sera del edificio de Moneo en la Plaza de
Santa Teresa o el Grande si se hubiera construido en la periferia abulense?
La fotografa de la Torre Agbar de Barcelona alineada con la Sagrada Familia, que
muestra la portada de la Gua de Catalua, editada
por El Mundo (edicin 2007-2008), es el
paradigma
del
eficaz
binomio
arquitectura
Emilio
Mun
(Mansilla+Mun):
...
se
deban servir para cualificar el foro de acceso, lo que nosotros pensbamos deba ser el
gran espacio pblico del Len del siglo XX. Un gran espacio pblico deba tener relacin,
a nuestro modo de ver, con la Catedral, el gran espacio pblico medieval de Len. Pero si
la catedral era un espacio interior, en el que las vidrieras de colores incitaban al
recogimiento, el foro del MUSAC era un espacio pblico exterior ... y los colores deban
aparecer como resultado de dar la vuelta a la Catedral, como si de un calcetn se tratara, de
tal manera que las vidrieras se manifestaran al exterior (ESTEBAN, 2007: 243).
457
aadiendo
que
evidentemente decidirn los que las realicen. Esta es la razn de que las ciudades se
alimenten con pocos arquitectos y siempre los mismos. Son arquitectos que trabajan a
escala planetaria pero que no quieren compartir el espacio con los otros. F. Gehry, al
volver a Bilbao para celebrar el dcimo aniversario de su icono, critic el aspecto actual
del entorno del Guggenheim -lo encuentro empalagoso- y se justificaba sealando que
aoraba la zona industrial que l pretendi borrar para siempre, al comprobar que otros
arquitectos de renombre internacional haban levantado sus obras a poca distancia de su
museo: son amigos -dijo Gehry-, somos compaeros y a ninguno nos gusta la obra de los
dems.117
El objetivo final sealado: la continuidad de la cultura mediante intervenciones de
calidad pensando por encima de todo en la arquitectura contempornea y en las
intervenciones de diseo, se defiende en el Memorandum de Viena porque son elementos
clave para el renacer de las ciudades histricas. Los propios arquitectos unidos al poder
son los que se erigen en autores y jueces de sus propias intervenciones, resultando, as, su
apuesta una refinada irona.
Por un lado dictaminan el catlogo de inmuebles que han de conservarse de la ciudad
histrica, y por otro deciden el nivel de calidad y marcan la esttica de las nuevas
edificaciones, a las que confieren el carcter de monumento para que puedan permanecer
en el futuro. Esta idea acenta la nueva tendencia de introducirse en y con el centro
116 LUGILDE, A. Einsenman explica ante el Parlamento gallego su proyecto de la Ciudad de la Cultura
(La Vanguardia, 16-11-2007: 45)
117 LARRAURI, Eva. El entorno de Guggenheim es empalagoso. Gehry aora la dureza industrial que ha
perdido la zona. El Pas, 14.X.2007, pg. 43.
458
obstinada
de
sus
aspiraciones,
la
118 Sobre los temas que se exponen en este captulo pueden verse los siguientes trabajos de la autora:
BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (1999). Valoracin y gestin del patrimonio histrico en Burgos, en
EGEA LPEZ, Andrs Joaqun (coord.), Actas del I Seminario de Derecho Urbanismo y Patrimonio,
Crdoba: Cajasur, pp. 219-227. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2001): Bienes muebles frente a
bienes inmuebles: un peligro para la conservacin del patrimonio, en GARCA PAZOS, Mercedes y
ARROYO YANES, Luis Miguel (eds.): La polica del patrimonio histrico. Prevencin, persecucin y
sancin de las infracciones contra el patrimonio histrico mueble en Espaa, El Puerto de Santa Mara,
Ayuntamiento de El Puerto de Santa Mara, pp. 73-86. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2002):
Informe sobre la Catedral de Burgos como Bien del Patrimonio Mundial. Para el Comit Nacional Espaol
del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, Madrid, 17 pp. indito. BERNAL SANTA OLALLA,
Begoa (2002): La conservacin del Patrimonio Histrico. Necesidad de una reflexin, en CALVO, Ana,
CEBRIN, Enriqueta, CIRUJANO, Concha y LABORDE, Ana (eds.): Conservacin del Patrimonio:
Evolucin y nuevas perspectivas, Valencia, Grupo Espaol del International Institute for Conservation of
Historic and Artistic Works, pp. 229-233. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2002): Criterios de
intervencin en Bienes Patrimonio de la Humanidad. Materiales para un debate: La Catedral de Burgos, en
ICOMOS, XIII Asamblea General y Simposio Cientfico, Madrid, CNE de ICOMOS. indito. BERNAL
SANTA OLALLA, Begoa (2002): Propuesta de indicadores para evaluar el Bien declarado Patrimonio
Mundial: Catedral de Burgos, Estrategias relativas al Patrimonio Cultural Mundial. La salvaguarda en un
mundo globalizado. Principios, prcticas y perspectivas. Madrid: Comit Nacional Espaol de ICOMOS,
pp. 231-234. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2003b): The Burgos Cathedral, Heritage at Risk.
ICOMOS World Report 2002-2003, Mnchen: ICOMOS, pp. 188-193. BERNAL SANTA OLALLA,
Begoa (2007): Collective Heritage or Heritage of Captivity: a Change of Relationship Between Citizens
with the Cultural Values, en SILBERMAN, Neil Asher y LUIZZA, Claudia (eds.): Interpreting the past.
Who owns the past? Heritage rights and responsibilities in a multicultural World, Brussels, Flemis Heritage
Institute, Ename Center for Public Archaeology and Heritage Presentation, pp. 258-267. BERNAL SANTA
OLALLA, Begoa (2009): La restauracin de la Catedral de Burgos: un cambio de relacin de los
ciudadanos con los valores culturales del patrimonio, 25 aos de restauracin monumental (1975-2000). IV
Bienal de restauracin monumental, Fundacin Madrid, Caja Madrid, indito.
460
461
espacio simboliza la crisis y falsedad de la ciudad histrica, planificada a travs del Plan
Especial del Centro Histrico (PECH, 1995) sin una poltica de ciudad.
El centro histrico de Burgos se ha reducido a una misin escenogrfica y se ha
Figura 205: PECH. Delimitacin del rea de proteccin de dos mbitos histricos de Burgos: el casco
histrico y el conjunto de Las Huelgas y el Hospital del Rey. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
producido en consecuencia una grave alteracin, que afecta no slo a su forma sino
tambin a sus funciones. De las mltiples funciones posibles, el Ayuntamiento burgals, a
travs del PECH, ha optado por una, el espacio como escenario en el sentido ms vulgar
del trmino, en el de decorado, y ha vinculado la proteccin y conservacin del casco
histrico a actuaciones de fachadismo arquitectnico y paisajstico.
El conjunto histrico de Burgos se gestiona con un Plan Especial de proteccin, que
se ha preocupado ms por la apariencia, como corresponde a un afn de turistizacin de la
ciudad antigua, que por la calidad de vida de sus habitantes. Por esta razn se trata de un
conjunto histrico muy frgil, con graves problemas de deterioro y degradacin, en el que
predominan las funciones terciarias al tiempo que diminuye considerablemente la funcin
residencial. Podamos definirlo como una de esas ciudades-museo, en las que las
relaciones del binomio patrimonio-turismo estn regidas por el inters econmico, por lo
que nicamente pretenden satisfacer la demanda fugaz de los visitantes. Esa
mercantilizacin provoca unas prcticas en las que slo interesa una imitacin de la cultura
y del arte mediante la recreacin ldica y superficial. Como consecuencia de las nuevas
funciones, de los nuevos contenidos econmicos y sociales y de las nuevas formas, surge
un cambio en el simbolismo y en la significacin del centro histrico, es decir en la
interpretacin de los habitantes y usuarios de la ciudad, que es lo que realmente constituye
la identidad de los conjuntos histricos.
462
extendi hasta el siglo XVI, con reformas y adiciones en los siglos XVII y XVIII. Su
presencia en el espacio urbano burgals es total. Por su emplazamiento y por su potencia
visual se deja ver desde toda la ciudad. Pero es en el espacio del pequeo recinto histrico
donde alcanza un indiscutible protagonismo monumental y artstico, por lo que es el
smbolo ms relevante de la ciudad, tanto si se observa desde el cerro del Castillo, donde
se adquiere conciencia de lo que supone esta sagrada mole, como desde la zona llana
destacando en el conjunto del casero. El ser humano se empequeece ante la
magnificencia de la capacidad creadora de las generaciones que nos han precedido.
Figura 207: Burgos. Panormica cenital de la Catedral y su entorno. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)
Los mismos criterios utilizados en la ciudad histrica son los que rigen las
intervenciones de restauracin de la Catedral de Burgos, que han puesto en crisis la
relacin entre autenticidad, integridad y valor cultural de este bien patrimonial. De manera
que las modificaciones realizadas en la organizacin de los espacios en el interior del
templo y las sustituciones generalizadas de elementos originales por copias realizadas con
resina, son la consecuencia lgica de unas
actuaciones dirigidas a la museizacin del
monumento para su explotacin turstica
como fuente de obtencin de recursos
econmicos, es decir son el resultado
lgico del cambio de uso.
Antes de las intervenciones, era una
catedral multifuncional, viva y abierta.
Hasta 1994 se poda acceder al monumento
libremente y nicamente haba que pagar
para visitar el tesoro, una zona destinada a
museo,
pero
se ha convertido en museo, sin tener en cuenta que las obras se han realizado con el
esfuerzo financiero de toda la sociedad, que considera la Catedral como patrimonio de
todos.
Ahora la Catedral no puede ser disfrutada como espacio espiritual puesto que se ha
transformado en un mero recorrido turstico. El cierre definitivo de la catedral una
catedral en el Camino- producido precisamente el da de Santiago, 25 de julio de 2003,
implica un importante cambio de funcin, de catedral a museo, para lograr un beneficio
econmico y supone la negacin de la propiedad compartida y un empobrecimiento del
valor patrimonial. Desde entonces se ha restringido el acceso al templo. Hay una barrera
que lo impide y solo se puede entrar a la pequea capilla del Cristo de Burgos, que siempre
est abierta, y a la capilla de Santa Tecla, que se abre cuando hay culto.
465
pacfica del patrimonio que constituye otro tipo de expolio que puede provocar una
prdida irreparable del patrimonio histrico (BERNAL, 2001d).
Los responsables de esta actuacin conservadora y que deberan responder a las
cuestiones planteadas, son los titulares del bien -el Cabildo catedralicio- y la
Administracin pblica encargada de su tutela, los cuales actan sin tener en cuenta que la
propiedad privada de un bien patrimonial tiene que combinarse con el inters cultural
pblico (BERNAL, 1999a). La apreciacin del patrimonio por parte de la sociedad ha
llevado a realizar un gran esfuerzo financiero para colaborar con la obras de restauracin
de la Catedral, bien directamente a travs de donativos particulares al Cabildo o bien a
travs del mecenazgo de entidades privadas -Caja de Burgos, Caja Crculo, Caja Duero,
BBV, Banesto, Winthertur, UMAX Seguros, Rhne Poulenc, Fundacin para el Apoyo de
la Cultura, Fundacin Caja Madrid, Club Rotario, Consejo General de Ingenieros
Industriales, Amigos de la Catedral-, que se han unido as al enorme esfuerzo de
financiacin llevado a cabo por Administraciones y entidades pblicas: la Administracin
del Estado (Ministerio de Educacin Cultura y Deporte, Ministerio de Fomento), la
Administracin Autonmica (Junta de Castilla y Len), la Administracin Municipal
(Ayuntamiento de Burgos), y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).120
Aunque las intervenciones en la Catedral de Burgos comienzan en 1994, en realidad
se desconoce el presupuesto elaborado para todas y cada una de ellas. No obstante, a travs
de los medios de comunicacin, los responsables de la obras afirman que desde 1994 hasta
el 2004 se llevaban invertidos unos 24 millones de euros. De ellos, el BEI aport 6,6
millones de euros, la Junta de Castilla y Len 2,4 millones de euros, el Cabildo de la
Catedral 4,8 millones de euros procedentes de las aportaciones de los particulares. Las
mismas fuentes sealan que el presupuesto de la intervencin en la fachada de Santa Mara
fue de 1.300.000 euros, dinero procedente de la Junta de Castilla y Len, BEI y del
Cabildo, que canaliza los donativos de los ciudadanos particulares (BERNAL, 2007).
Ante la evidente opacidad con la que se gestionan los fondos destinados a la
restauracin del monumento, se hace necesario y urgente reclamar un control democrtico
que justifique la inversin de recursos pblicos en la conservacin de un bien de titularidad
privada y que garantice y buen uso y el disfrute del patrimonio como bien comn.
La utilizacin turstica del patrimonio y la mercantilizacin de la cultura provocan
unas prcticas perversas que justifican una museizacin radical para rentabilizar
120 Segn los datos conocidos, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aport 6,6 millones de euros; la Junta
de Castilla y Len, 2,4 millones de euros; y el Cabildo de la Catedral, 4,8 millones de euros, procedentes de
las aportaciones de los particulares.
467
123 En los diferentes encuentros desarrollados se pueden citar los que trataron temas como El turismo con
sus diferentes retos y oportunidades para las ciudades del Patrimonio Mundial, vora, Portugal, 1997; "La
innovacin en la gestin de las ciudades del Patrimonio Mundial", Santiago de Compostela, Espaa, 1999;
Medidas de prevencin y de proteccin para las ciudades del Patrimonio Mundial en caso de desastre,
Puebla, Mxico, 2001; Patrimonio de la humanidad, patrimonio con humanidad, Cuzco, Per, 2005; El
patrimonio y la economa, Kazn, Federacin Rusa, 2007; o Ciudades del Patrimonio Mundial y cambios
climticos en 2013", Sintra, Portugal, 2011.
469
produce el hecho de enfrentar una configuracin del pasado con la vida actual. Y entre su
objetivos sindicados proclaman Defender intereses comunes, estudiar soluciones a
problemas similares y promover un turismo cultural y de calidad histrica y artstica a
travs de sus ciudades (www.ciudadespatrimonio.org).
Se hace notar de forma expresa que, a los ojos de los regidores municipales, los
valores patrimoniales que puedan contener sus ciudades, tienen una inmediata y deseada
explotacin turstica con las consecuencias que ello pueda acarrear.
Figura 209: Vista panormica del casco histrico de Burgos, con la Catedral y el Castillo. (Fuente:
Ayuntamiento de Burgos)
rehabilitar los edificios y las calles del centro histrico de Burgos se promuevan
actuaciones extravagantes, ahistricas e inaceptables que enturbian y alteran gravemente el
paisaje que le es propio a la Catedral desde hace dos siglos. El Ayuntamiento de Burgos
tolera y propicia, incluso con ayudas econmicas, una transformacin degradante de los
inmuebles del entorno, que son modificados por procesos de fachadismo y de alteracin de
estructura en cubiertas y vanos, y alteracin de materiales. Especialmente degradante para
el medio ambiente histrico son las sustituciones masiva de las tradicionales galeras de
madera por modernas estructuras de aluminio y pvc.
Igualmente agresivo resulta el tratamiento que el propio Ayuntamiento hace del
espacio pblico en el conjunto histrico que rodea a la Catedral. En este espacio no se han
considerado los valores histricos a la hora de instalar un mobiliario urbano que no se
adecua ni por el tamao, ni por los materiales, ni por los colores, ni por los mensajes fundamentalmente publicitarios- al ambiente urbano que rodea al monumento. Es
especialmente llamativo el descuido en la regulacin de los servicios de hostelera (bares,
cerveceras, pubs...) que con su elevada concentracin en este sector, priva de calidad
urbana y provoca no pocos problemas (alto nivel de trfico de camiones de reparto,
suciedad, etc.) a una zona de alta fragilidad ambiental.
Y sin duda, lo ms grave de todo es que El Plan Especial del Parque del Castillo y
Cerro de San Miguel, contemplado dentro del PECH (1995), por su parte, refrendaba la
pretensin
del
concejal
de
Cultura
del
Ayuntamiento
de
Burgos
de
incidencia visual grave sobre las perspectivas de sta ltima, a la par que una sustantiva
alteracin de la autenticidad de los restos arqueolgicos del antiguo castillo y de su recinto
amurallado. En su lugar, aconsej desechar el proyecto de intervencin y consolidar las
ruinas como un parque histrico arqueolgico. La Catedral de Burgos, argument, est
incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y tanto sta como su entorno
inmediato forman parte del Camino de Santiago, que tambin se halla incluido en la
referida Lista.
Unos meses ms adelante, en su vigsimo segunda sesin celebrada en Kyoto
(Japn) entre los das 30 de noviembre y 5 de diciembre de 1998, el Comit del Patrimonio
Mundial realiz el siguiente pronunciamiento sobre el estado de conservacin de la
Catedral de Burgos: El Comit toma nota de la confirmacin del Observador de Espaa
de que el proyecto para el cerro y castillo de Burgos ha sido suspendido y que no se
emprender obra alguna. El Comit pide al Estado Parte mantener informado al
Secretariado de cualquier nuevo desarrollo de este asunto126.
Despus de todo este proceso, el Ayuntamiento de Burgos, a pesar de aceptar la
relacin que pudiera existir entre la Catedral y su entorno, el castillo en este caso, sigui
adelante con su proyecto, lo que dio lugar a que el Comit Nacional Espaol (CNE) de
ICOMOS elevara las correspondientes quejas al Ayuntamiento burgals y a las dems
autoridades responsables, y transmitiera su preocupacin a la Secretara internacional de
ICOMOS y al Comit del Patrimonio Mundial. Sealaba el CNE de ICOMOS que,
pasados ya cuatro aos, 2002, a pesar de las recomendaciones de la UNESCO, tanto el
recrecimiento de las murallas como otras intervenciones desaconsejadas en el castillo,
continuaban llevndose a cabo.
Esta reconstruccin -construccin- del Castillo, que se encontraba en un estado muy
avanzado, no slo invalidaba el valor arqueolgico del yacimiento, sino que haca que la
Catedral estuviera perdiendo una buena parte de su valor excepcional y sobresaliente en el
centro histrico de Burgos. La relacin entre la Catedral y su entorno era de absoluto
protagonismo en el espacio urbano, lo cual no es ms que el reflejo de la cultura y las
creencias del momento histrico en el que fue construida, dentro de una trama urbana de
gran valor histrico que desde ese momento queda burlado por la referida y caprichosa
reconstruccin del Castillo.
A todo lo anterior, con ser grave, hay que aadir que, al programar la realizacin de
infraestructuras en el casco histrico, el Ayuntamiento de Burgos no tiene en cuenta que
126 WHC-98/CONF.203/18 VII.40 Cathdrale de Burgos (Espagne)
(http://whc.unesco.org/fr/decisions/2734).
473
euros. A estos espacios abra que aadir la reurbanizacin de la calle de Fernn Gonzlez,
que se ejecut antes y con cargo al ARI del Centro Histrico. Esta intervencin del
Ayuntamiento en el entorno de la Catedral es para el periodista que firma la informacin,
muy importante porque le mete mano al que es sin duda el mayor y ms visitado museo
de Burgos: el entorno de Santa Mara la Mayor. El subrayado que hacemos sirve para
mostrar cmo ha calado en la opinin pblica el concepto Catedral-Museo, causa final de
las inapropiadas intervenciones llevadas a cabo en el primer templo burgals, Patrimonio
de la Humanidad.
Se parte de la idea de que el rea de intervencin es un rea peatonal, por lo que se
eliminarn las barreras arquitectnicas existentes: aceras, bordillos y el parterre de la
plaza del Rey San Fernando. En este caso, se pretende que esta plaza, desolado solar
pavimentado con granito y caliza, sirva de lugar de encuentro y eventos de todo tipo.
En palabras del alcalde, este amplio espacio que se crear podr alojar festivales de
msica, folklore, teatro, mercadillos, procesiones y todos aquellos eventos que contribuyan
a enriquecer la vida del centro histrico (http://noticiasburgos.com). As pasamos de la
474
bveda de la capilla del Condestable por copias de resina epoxdica, aunque desde el
Cabildo nunca se reconoci la sustitucin de las claves mencionadas, recientemente han
aparecido las originales en el museo creado en el claustro bajo de la Catedral, colocadas en
una pared formado una especie de mural deconstruido.
problemas que no han sido atacados en su raz, sino que en muchos casos han sido
enmascarados, con consecuencias muy negativas. Algunos de los problemas eran:
suciedad por abandono y humedad no atajada, sobre todo, humedad; vandalismo
provocado por la actuacin de los jvenes que acuden al casco histrico durante los fines
de semana; o grietas provocadas por la
alteracin
vuelven a salir pero lo peor es que siguen apareciendo otras. La suciedad y los colores
grisceos propios de la caliza han sido atacados con tratamientos y tcnicas muy agresivas,
ya que se utiliza chorro de arena a presin. La arena de Arija, aplicada a los paramentos,
decorados o no con labras, est resultando ser un sistema ms agresivo que la accin
476
erosiva provocada por el paso del tiempo, puesto que no slo elimina la suciedad, sino que
elimina una capa superficial, lo que supone una prdida no renovable de sustancia del
edificio y, por tanto, es irreversible. Con este sistema se han eliminado marcas de cantera
e inscripciones de distintos sillares. Adems y para contrarrestar el color blanco de la
piedra, resultado del raspado de la
arena, se procede a una entonacin
cromtica y a la hidrofugacin de la
roca
caliza,
utilizando,
teidas de colores rosados, sin criterios contrastados, puesto que no ha precedido una
investigacin histrica suficientemente fundada. El resultado llama la atencin
negativamente, sobre todo, en el revestimiento del cuerpo bajo de la fachada oeste por su
colorido, excesivamente rojizo, as como por los gruesos trazos negros que imitan un
despiece de sillares.
En relacin con todo esto podemos afirmar que ya se han planteado problemas de
difcil solucin, por ejemplo, en la pared exterior del claustro, visible desde la calle. Desde
la intervencin llevada a cabo y seguramente por la utilizacin de barnices protectores
acrlicos y morteros de restauracin inadecuados o no suficientemente probados han
aparecido unas enormes manchas grasientas. Posiblemente sean el resultado de la
consolidacin excesiva que se hace en una roca caliza cuyos poros quedan sellados por la
aplicacin de hidrofugantes. Con este procedimiento aplicado a una roca tan porosa como
es la caliza de Hontoria, los tcnicos que intervienen en la conservacin pretenden que la
roca repela el agua, pero no tienen en cuenta que la enorme humedad que afecta al
monumento, no proviene del exterior, de la humedad atmosfrica o del agua de lluvia, sino
que la roca se embebe de agua existente en el subsuelo que asciende por capilaridad. Por
ello este mtodo se torna desastroso ya que al estar tapados los poros, la roca mojada no se
puede secar, no transpira y se estalla.
En muchas partes se est produciendo el estallamiento y arenizacin de la roca
caliza, muy visible en los sillares, en las lpidas que tenan una inscripcin y se ha
477
borrado, y en las estatuas o pequeas esculturas que decoran las portadas exteriores del
templo.
En ocasiones se ha procedido a una burda, torpe y arbitraria restitucin de elementos
y partes perdidas o inexistentes en figuras y esculturas mutiladas. La puerta de la
Coronera ofrece una imagen que difcilmente se puede comprender ya que se ha realizado
la exhumacin de partes que han estado enterradas histricamente, debido a la
acumulacin sedimentaria provocada por procesos erosivos de vertiente que afectaron a la
ladera que une el cerro del castillo con la zona llana,
en lo que hoy es la calle de Fernn Gonzlez. Esta
intervencin, realizada sin ningn criterio funcional,
hace que una puerta quede convertida en un ventanal
colgado al que el visitante se asoma desde una ridcula
barandilla de acero inoxidable.
Las actuaciones para tratar el problema que
representa uno de los agentes contaminantes ms
agresivos como son las palomas demuestran una
evidente falta de criterio. Si en la puerta de la
Coronera se ha instalado un sistema de descargas
Figura 215: La puerta de Coronera,
con un foso delante, se ha convertido
en una suerte de ventada. (Fuente: la
autora)
elementos
decorativos
de
los
paramentos,
ocurrencia
que
resulta
478
modo con que la sociedad quiere mantener la autenticidad de su memoria y tener acceso a
su disfrute.
Las tcnicas de reproduccin con materiales sintticos, adaptados al moldeo y que
presuntamente
son
resistentes
paso
al
ms
del
de
la
fachada
resina
epoxdica-
gener
galera del tercer cuerpo de la fachada, llamada galera de los reyes que aparecen de
izquierda a derecha: Jes, David, Betsabe, Natan, Salomn, un profeta, Jael y Geden
(OATE, 1987: 20 y 27).
La falsificacin afecta por ltimo al conjunto que preside la fachada, formado por la
Virgen, Madre de Dios, con el Nio en los brazos, que se encuentra vestida de sol con la
luna bajo sus pies, y dos ngeles turiferarios. Es digno de sealar que a los lados de este
grupo escultrico puede leerse la frase Pulchra es et decora 'Bella eres y hermosa', es
decir, un piropo dirigido a la Virgen como corresponde a un templo dedicado a la Madre
de Dios.
La
actuacin
sobre
las
(Diario
de
Burgos,
16-10-
2010:19). Pero esta nueva herramienta para ver el monumento tambin ha puesto al
descubierto, ante los ojos de los burgaleses y a los de las antpodas, el deterioro de tres
estatuas de la llamada Galera de los Reyes. Desde hace un par de aos, tres de las estatuas
de los reyes -de izquierda a derecha, Natan (la 4), Salomn (la 5) y Geden (la 8)- estn
agrietadas y alguna de ellas presentan aplicaciones de mortero que 'tapan los remiendos'
que se estn produciendo en las tnicas y pellotes de los citados reyes.
Grietas en la Catedral comenzaba el pie de una gran foto de una de las estatuas, la
que representa a Geden. Desde la portada de Diario de Burgos, esta imagen a dos
columnas, alertaba sobre los problemas y soluciones que el deterioro de alguna de las
copias de plstico planteaba apenas diez aos despus de haberse colocado en lugar de las
originales (Diario de Burgos, 11-3-2012: portada). En el interior del peridico se sealaba
483
que tcnicos de la Catedral sellaran las grietas de las esculturas de resina. Las razones de
su deterioro, en palabras del presidente del Cabildo son las extremas condiciones
medioambientales a que se encuentran sometidas. Si las anteriores han aguantado con
muy poco deterioro cientos de aos (algunas desde el siglo XIII) esta rpida degradacin
habr sido fruto del llamado cambio
climtico?
Sinceramente,
no
lo
una
actuacin
mal
Catedral de Burgos afirma que si el problema persiste [la aparicin de nuevas grietas],
adems de los moldes tenemos reproducciones almacenadas (Diario de Burgos, 15-32012: 19).
Pese al fracaso de la esperada perdurabilidad de las nuevas estatuas, los titulares del
bien Patrimonio de la Humanidad, y no slo del Cabildo Catedralicio, mantienen su inicial
y equivocada postura, y los visitantes y los fieles que acuden a la Catedral de Burgos no
podrn contemplar sino una serie de quince estatuas falsificadas.
484
Patrimonio
Espaol
Histrico
define
qu
son
de
bienes
enumerados en el artculo
334 del Cdigo Civil, cuantos
elementos puedan considerarse consustanciales con los edificios y formen parte de los
mismos o de su exorno, o lo hayan formado, aunque en el caso de poder ser separados
constituyan un todo perfecto de fcil aplicacin a otras construcciones o usos distintos del
suyo original, cualquiera que sea la materia de que estn formados y aunque su separacin
no perjudique visiblemente al mrito histrico o artstico del inmueble al que estn
adheridos. Como esta definicin remite al artculo 334 del Cdigo Civil aunque es
conocido por cualquier ciudadano que haya realizado la transaccin de una vivienda, lo
recordamos aqu: Son bienes inmuebles: (3) Todo lo que est unido a un inmueble de
una manera fija, de suerte que no pueda separarse de l sin quebrantamiento de la materia
o deterioro del objeto. (4) Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de uso u
ornamentacin, colocados en edificios o heredades por el dueo del inmueble en tal forma
que revele el propsito de unirlos de un modo permanente al fundo.
La Ley de 1985 distingue con toda claridad los bienes muebles e inmuebles (aun
siendo separables) y seala taxativamente el rgimen de proteccin exigido para los bienes
485
128 La legislacin espaola protege al menos las fachadas de los bienes inmuebles declarados BIC y de los
edificios de los Conjuntos Histricos, pero la Catedral tiene proteccin estructural, por lo que no se pueden
alterar los materiales.
486
cambio de funcin sealado, sino porque su fachada habr perdido la dignidad al estar
falsificada por quince estatuas clnicas reproducidas por mtodos industriales a finales del
siglo XX, con lo que no podr seguir siendo calificada como una joya gtica, en la que la
piedra es arte. Pero recordamos que tambin se han reproducido con copias de resina
epoxdica
elementos
policromada,
expuestas
que
los
de
no
rigores
madera
estaban
de
la
estaban
dentro
del
copias de resina en la nave industrial donde se han realizado. Lo sabemos y lo hemos visto.
La clave central, la ms hermosa, con la escena del nacimientote Jess, estuvo expuesta en
la exposicin realizada con motivo del Quinto centenario de Isabel la Catlica 1504-2004
titulada Isabel la Catlica. La magnificiencia de un reinado, organizada por la Sociedad
Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Junta de Castilla y Len, en el Monasterio de
Prado, en Valladolid. La exposicin se realiz en 2004, la clave expuesta era la original.
Entonces la poblacin burgalesa pudo comprobar lo que venamos advirtiendo desde 1998,
puesto que en la bveda de la capilla del Condestable no faltaba la mencionada clave. Al
no tener el don del desdoblamiento se pudo constatar que la capilla de los Condestables
luce rplicas exactas y por tanto, falsificaciones.
Ante la manipulacin del lenguaje que subyace en esta actuacin, proponemos la
denuncia de la frecuente utilizacin indiscriminada de palabras como conservacin,
restauracin, recuperacin, rehabilitacin, proteccin, etc. para referirse a actuaciones en
monumentos, lo cual provoca muchas veces confusin en los ciudadanos. En la Catedral
487
arquitectura convencional ligado al sitio como algo fijo e inmutable. El hecho de que un
libro haya que abrirlo o una pelcula proyectarla, que una escultura o una pintura puedan
ser cambiadas de sitio con facilidad hace de la arquitectura algo diferente (PREZ
ARROYO, 1998: 91)
Las contradicciones en este peculiar criterio de proteccin del patrimonio se
manifiestan con ms intensidad al tener en cuenta que, adems de monumento histrico
artstico, la Catedral de Burgos es un bien inmueble declarado BIC, dentro de un Conjunto
Histrico tambin declarado BIC, que en el Plan Especial del Centro Histrico encabeza el
catlogo de edificios de la ciudad que gozan, como no poda ser de otro modo, de
proteccin integral. Lo que est protegido, pues, de modo especial es la Catedral de
Burgos, no estn protegidas solamente las quince estatuas de la fachada de Santa Mara.
Estas disyuntivas, difcilmente conjugables, se plantean por una doble decisin:
seleccionar unos cuantos elementos del bien inmueble para su preservacin y elegir como
nico modo posible, como nica alternativa su momificacin en el museo. A ste se le
otorga el rango de mausoleo dentro de la Catedral, consecuencia lgica de la decisin
tomada, puesto que desde el momento en que se sustrae el arte y se le contamina con la
produccin industrial se certifica su muerte: la de las estatuas, que fueron concebidas con
la arquitectura para estar al aire libre y que sueltas no son nada, y la del edificio, al que al
menos se menoscaba su dignidad porque se le agrede, se le empasta y se le contamina con
la adicin de estatuaria reproducida en materiales sintticos, la resina epoxdica, ms
propia de la ingeniera aeronutica que de la obra de arte.
Estas consideraciones nos sugieren otra vez, la pregunta de quin son los bienes del
patrimonio cultural como la Catedral de Burgos?
La Constitucin reconoce un inters colectivo que tiene por objeto el valor cultural
de los bienes que integran el patrimonio histrico, por eso los poderes pblicos tienen el
deber de garantizar la conservacin y promocin del patrimonio para todos los ciudadanos,
incluidos los que vivimos ahora. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, la sustitucin de
las estatuas se presenta ante la sociedad con un formidable cinismo, porque se quiere
proteger tomando como base la obligacin que tenemos de transmitir un bien a las
generaciones futuras, pero sin dar opcin a un derecho que tenemos todos los ciudadanos tambin las generaciones actuales- a disfrutar el bien con todo el valor de su autenticidad.
Sabemos que el patrimonio no nos pertenece sino que lo tenemos en prstamo de las
generaciones futuras, pero esto no quiere decir que su disfrute pueda sustraerse a las
generaciones presentes. La actuacin que se propone en la fachada de Santa Mara, adems
489
de ser una insensatez injustificada, podra definirse como una nueva fase de destruccin
premeditada o consentida del patrimonio.
Ante todas estas cuestiones planteamos una serie de interrogantes. Si las estatuas se
guardan en el museo no se sustraen de la fachada? Qu se hace con la nocin de
sinceridad en el contexto de la proteccin y valoracin del monumento? Qu pasa con la
fachada falsificada? Es que se conserva mejor con las estatuas de resina que con las
autnticas labradas en piedra? Las estatuas acrlicas se han realizado con molde qu
explicacin damos a la reproduccin mimtica que el art. 39 de la Ley 16/85, del
Patrimonio Histrico Espaol prohbe? Al restaurar por qu no se hace de manera que se
reconozcan las adiciones de final de siglo? Por qu se quiere reducir la sustancia del
edificio de la Catedral que se tiene que preservar nicamente a estas quince estatuas? Por
qu se tienen que sustituir por un material indestructible como es el plstico? Qu
nmero de piezas pueden ser sustituidas por rplicas de resina sinttica para que la
Catedral pierda su cualidad de autenticidad? Qu proporcin de obra nueva industrial,
ao 1999, puede tolerar la Catedral y seguir siendo gtica? Qu pasar si se pierde el
resto de las estatuas? Y ya que la degradacin afectar a todo el edificio nos quedaran
indelebles las quince estatuas de materia plstica? Para qu sirve, en fin, todo esto?
Conservar es sinnimo de guardar el objeto? Para el edificio, para el monumento al que
se sustraen unos elementos que son indisociables aunque puedan formar conjuntos y al que
se le aaden piezas falsas es menos malo que esa decisin la tomen los que intervienen en
su conservacin y tutela? Es peor que sea un ladrn profesional de obras de arte el que
pasa lo autntico a un coleccionista particular y pone en su lugar rplicas que nadie va a
notar? La fachada de la Catedral de Burgos notar este matiz? No es acaso un edificio de
la ciudad? Quiz por ser catedral y por ser monumento, este edificio de la ciudad no
merece la proteccin que ordena el PECH? (BERNAL, 2001d).
La prdida de sinceridad, de autenticidad, y el triunfo de la tcnica y de la
produccin en serie, con moldes, no puede ser considerado como conservacin sino como
falsificacin y decorado. En realidad se trata de una intervencin de sustitucin que
enmascara una ideologa que tiene como base de partida la discriminacin cultural. El arte
como privilegio de unos pocos, los expertos. Las estatuas estn mejor en el museo para los
expertos, y los turistas pueden ver la Catedral igual, como si no hubiera cambiado, sealan
los responsables de la medida, al mismo tiempo que aclaran su teora: que los turistas
pueden ver algo que slo un experto reconocera como falso; sin tener en cuenta que todos
tenemos derecho a no ser engaados y el derecho a disfrutar de la belleza de las obras de la
naturaleza y de la cultura, es decir, de las obras de arte. La instalacin de rplicas en
490
resina, que se justifica porque no se va a notar, es un verdadero fraude que atenta contra el
sentir del pueblo y pone de manifiesto la distancia abismal entre la discriminacin elitista
con que se encierran los bienes y la concepcin del Patrimonio Histrico como
instrumento de cultura, imprescindible para el adecuado desarrollo de la personalidad del
individuo.
dispuesto en la claustra baja, descontextualizadas; sin ningn orden y mezcladas con otros
objetos, les sucede como a las ruinas de la antigedad, han perdido su significado y no
tienen razn de ser. Como seala Argan son como los cadveres que tienen la forma y no
la sustancia de la vida (ARGAN,1984:33). Y, lo que es ms grave, no existe ninguna
indicacin que seale que se trata de las estatuas autnticas que formaban parte de la
fachada de Santa Mara.
Se puede afirmar que el valor cultural, el inters cultural de la Catedral en este punto
queda considerablemente mermado. Sobre todo porque el inters cultural de los bienes del
patrimonio slo es efectivo en la medida en que la colectividad puede disfrutarlos. Si la
constatacin de que la Catedral de Burgos tiene en su fachada oeste quince estatuas de
plstico no permitir disfrutar de una obra de arte, y si la alineacin de esas quince estatuas
dentro de un museo tampoco provoca belleza, por estar fuera de contexto, es rechazable
esta actuacin como mtodo posible de conservacin del patrimonio.
La Catedral de Burgos no es slo un edificio monumental sino un lugar en el que se
mezclan los smbolos del cristianismo, smbolos de civilizacin, del saber hacer de
generaciones que nos han precedido, forman como un gran libro en el que se plasma una
492
visin global de la existencia. Como fuente histrica y documento cultural este bien
constituye un legado asombroso de cultura que no admite alteracin alguna. Su
restauracin debera exigir la conservacin de la materia y la potenciacin de los valores
histricos, sociales, artsticos y arquitectnicos, puesto que materia, forma y simbolismo es
lo que conforma la identidad de un inmueble con inters cultural.
El concepto de autenticidad es un valor esencial y una condicin a la vez inherente al
patrimonio, sinnimo de individualidad, de originalidad, referida a lo que un bien tiene de
singular. Es lo que marca su identidad por ser un producto histrico. Como la identidad se
asocia a originalidad material -pues la materia permite documentar la originalidadcualquier cambio en la materia hace perder la autenticidad. Si las obras realizadas en la
Catedral de Burgos privan de autenticidad al inmueble y no potencian los valores
histricos, artsticos ni arquitectnicos, ni potencian los valores sociales, rechazamos este
mtodo como una buena prctica de restauracin.
El patrimonio tiene valor en tanto en cuanto confiamos en que es verdadero. Si se
hacen sustituciones sistemticamente no vamos a saber cul es verdad y cul no, y la
quiebra de la confianza es otro factor de preocupacin, puesto que provoca la prdida del
valor.
En esta sociedad tan desarrollada en la que triunfa la fealdad, el descuido de lo
autntico cambindolo por sucedneos de plstico, se hace necesaria una reflexin sobre el
hecho de que la belleza no reside slo en la forma de las cosas, sino en su sustancia.
Sabemos que la esttica de la arquitectura gtica no reside en la superficie de su fachada,
ni en su forma, sino en la armona que une todos sus elementos, de una sustancia, piedra
labrada. Es lo que permite el entendimiento del valor de las obras humanas y lo que le
proporciona inters cultural.
Las reproducciones colocadas en la fachada son exactamente iguales a las originales
en forma, en tamao y se ha intentado que sean de igual color, sin conseguirlo. Estos
aspectos morfolgicos -forma, color, tamao- pueden tambin salvaguardar el orden
formal y el equilibrio de la composicin de la fachada, pero no ofrecen ninguna
informacin ni valor histrico. El sentido esttico lo obtenemos de una visin global del
bien, de una apreciacin que une todas las cosas, cierto entendimiento del lugar que cada
elemento ocupa en la Catedral y de su significado. Es evidente que en la fachada de Santa
Mara el orden que mantienen todos los elementos arquitectnicos, con su dependencia
mutua entre sillares, relieves decorativos, estatuas, agujas, etc., han dotado al conjunto de
una significacin, que sita a la estatuaria en el plano de la historia de la cultura. Al querer
guardar las estatuas originales y poner en su lugar otras de resina, el arte de la piedra
493
composicin
de
los
significacin de las imgenes que no son pura forma. Esta situacin es especialmente
degradante para el conjunto escultrico formado por Santa Mara con el Nio y los dos
ngeles que les acompaan, que ha sido eliminado del lugar de honor desde el que presida
la fachada del templo, dedicado a la Virgen Mara.
La Catedral es un bien fsico pero contiene una referencia inmaterial, espiritual que
logra transmitir a toda la poblacin mundial, independientemente de sus creencias, un
enorme respeto, lo que nos obliga a transmitirla con toda la riqueza de su autenticidad.
Si se quiebra el significado y el valor simblico, si se pierde la armona se pierde el
don de la belleza, que es lo que produce emocin, y si se pierde la emocin, tal vez se
494
pierda el respeto. Lo irnico es que sean precisamente las catedrales, que han sido los
grandes smbolos de la espiritualidad, las que con ms ligereza de la esperada eliminan
aquellos aspectos que revelan la fe y la espiritualidad, la cultura de otros hombres.
La confusin entre conservacin y sustitucin, la desconfianza ante lo falso, la
prdida de autenticidad y belleza y la prdida de simbolismo no slo quitan valor cultural
al patrimonio histrico sino que se quiebra toda posibilidad de generar disfrute y potencia
emocional, como debiera producir un Bien de Inters Cultural. Adems se pone de
manifiesto que las actuaciones que no son demandadas por la sociedad generan
distorsiones e introducen una serie de resultados negativos, algunos especialmente serios,
como el cambio de uso y el fracaso funcional, que desemboca inexorablemente en un
empobrecimiento, al perder la multifuncionalidad de un bien patrimonial de tanta riqueza
como la Catedral, y en una prdida socioeconmica.
dejan de ser obras de arte. Porque no es balad recordar que una pieza es obra de arte no
slo por sus propiedades como objeto realizado con talento, sino por su funcin porque el
hacer artstico es un hacer segn un proyecto (por eso el procedimiento de la copia que
sustituye la experiencia y el proyecto por el modelo no es artstico) y el proyecto es una
finalidad que, realizndose en el presente, asegura a la accin un valor permanente,
histrico ... (ARGAN 1984:24). Si se pierde el espritu del arte es intil conservar lo
fsico, porque desaparecen sus
propiedades. Las estatuas pasan de
decorar un bien inmueble, al que
se unan indisociablemente y que
poda ser disfrutado por todos, a
ocupar un lugar para ser visto slo
por quienes entren a ver el museo
y paguen por ello. Y sta es la
prdida ms preocupante porque
afecta
Figura 225: Maqueta de la Catedral para llenar el museo.
(Fuente: la autora)
la
funcin
social
responsabilidad
ha
Pero
hoy
como
estamos
viviendo
en
puedan expresarse los tcnicos que se dedican a la restauracin. Tambin se echa en falta
un debate democrtico sobre el control econmico del dinero pblico que se emplea para
conservacin del patrimonio y sobre la tica de las actuaciones.
El seguimiento constante llevado a cabo de las obras en la Catedral de Burgos de la
que soy vecina y, en paralelo, en el centro histrico, y mi compromiso profesional y tico,
me ofreci la oportunidad de elaborar dos trabajos, reflexiones o propuestas en defensa de
los valores patrimoniales de la Catedral de Burgos.
497
afectan, ya sean las que se realizan en el propio templo o las de tipo urbanstico que
afectan al entorno del conjunto histrico y que tienen sus consecuencias tambin en la
Catedral.
V.2.4.1. Indicadores referidos a los valores del bien
1.- Importancia paisajstica
- Relevancia simblica en el paisaje urbano
- Mantenimiento de la Catedral como elemento predominante en el conjunto
histrico
- Vinculacin con el entorno
- Topografa urbana
- Estructura espacial
* Trazado del espacio pblico: calles, plazas y tejido urbano
* Conducciones
* Cables y canalizaciones
* Soportes publicitarios
- Accesibilidad
* Barreras arquitectnicas
* Peatonalizacin
- Impacto de las actividades econmicas
* Turismo
* Restauracin
* Comercio
* Servicios
2.- Importancia ambiental
- Identificacin de los agentes erosivos
- Contaminacin atmosfrica
- Contaminacin qumica (industria)
- Contaminacin biolgica (palomas y otras aves)
- Contaminacin visual
- Pintadas
- Suciedad ambiental por efecto de la movida
- Identificacin de riesgos
* Agua en el subsuelo
499
* Obras en el entorno
- Estado de canalizaciones y redes de servicios
3.- Importancia cualitativa (hace referencia al estado cualitativo en que se encuentra
el monumento histrico)
- Estructura del edificio
- Fisonoma en general
* Formas
* Materiales
* Color
* Tcnicas utilizadas
4.- Importancia histrica
- Referencia histrica
- Autenticidad
- Estudios histricos para un mayor conocimiento del Bien
5.- Importancia social y cultural
- Identidad cultural para la poblacin
- Sentimiento de identificacin y pertenencia
- Participacin ciudadana en apoyo de su patrimonio
- Calidad de vida
* Programas de educacin
* Programas de promocin y difusin
6.- Importancia funcional
- Usos histricos
* El culto: misas, bautizos, bodas, comuniones, procesiones y otros
ceremoniales
* Sede del cabildo
* Acogida de peregrinos
* Actos representativos y conmemorativos
* Enterramientos
- La visita turstica
* Origen de los visitantes
* Frecuentacin
* Recursos econmicos generados por la venta de entradas
500
* Suficiente?
* Accesible?
- Prevencin de peligros y de riesgos
* Servicios de proteccin y prevencin de incendios
* Servicios de proteccin y prevencin de robos
* Servicios de prevencin de agresiones al patrimonio
* Prevencin de riesgos de inundacin
* Prevencin de cada de fragmentos
- Permanencia de la multifuncionalidad
* Mantenimiento de usos histricos
* Otros usos
- Programas educativos para involucrar a la poblacin
- Accesibilidad fsica y econmica
- Recursos econmicos y financieros:
* Recursos procedentes del sector pblico y recursos procedentes del
sector privado
* Exenciones de tributarias y fiscales
* Inversiones directas
* Mecenazgo
* Donativos particulares
* Venta de entradas para visitas
* Venta de publicaciones y recuerdos
- Recursos materiales
* Grado de disponibilidad de materiales tradicionales
- Recursos humanos
* Personas implicadas en la conservacin
Personas que detentan la titularidad del bien
Administracin pblica
Organizaciones culturales
Fundaciones
Ciudadanos particulares
* Personal trabajador empleado (directa o indirectamente ) en la
restauracin
* Grado de dedicacin
Tiempo completo / tiempo parcial
502
505
- Respeto a la autenticidad
- Mantenimiento de las funciones mltiples (su mayor riqueza)
- Mantenimiento del sentido esttico e histrico
- Valor intangible
* Acrecentamiento o prdida de valores patrimoniales
* La tica de las intervenciones desde el punto de vista funcional,
esttico, simblico, religioso, de disfrute espiritual,...
- Mejora del conocimiento y la intercomunicacin cultural
6.- Utilizacin del Bien
- Vigencia funcional
- Uso turstico
* Evaluacin de los visitantes
* Beneficios econmicos por entradas
* Evaluacin de la relacin ingresos por entradas y gastos de
conservacin del Bien para comprobar si merece la pena la
explotacin turstica como fuente de obtencin de recursos
econmicos.
7.- Nuevos mecanismos de gestin
- Informacin detallada del valor del Bien
- Estudios cientficos
- Impulso de la investigacin cientfica y tcnica a travs de programas I+D+I
- Necesidad de definir criterios adecuados para evitar posibles problemas que
amenazan al patrimonio
- Informacin pormenorizada y comprensible sobre el estado del monumento y
de las obras que se realizan
- Necesidad de hacer viable la accesibilidad fsica y econmica al monumento
* Eliminacin de barreras arquitectnicas
* Eliminacin de cualquier plan que excluya a la poblacin local o a
cualquier grupo social mediante la supresin del pago de entrada
(son admisibles los donativos voluntarios)
- Organizacin y carcter de las visitas
- Disponibilidad horaria de uso y disfrute del monumento
* Especial atencin a los peregrinos jacobeos
* Consideracin de los horarios respecto a las visitas tursticas
506
130 Artculo 11.4.: El Comit establecer, llevar al da y publicar, cada vez que las circunstancias lo
exijan, con el nombre de Lista del Patrimonio Mundial en peligro una lista de los bienes que figuren en la
Lista del Patrimonio Mundial, cuya proteccin exija grandes trabajos de conservacin para los cuales se haya
pedido ayuda en virtud de la presente Convencin. Esta lista contendr una estimacin del costo de las
operaciones. Slo podrn figurar en esa lista los bienes del patrimonio cultural y natural que estn
amenazados por peligros graves y precisos como la amenaza de desaparicin debida a un deterioro
507
acelerado, proyectos de grandes obras pblicas o privadas, rpido desarrollo urbano y turstico, destruccin
debida a cambios de utilizacin o de propiedad de tierra, alteraciones profundas debidas a una causa
desconocida, abandono por cualquier motivo, conflicto armado que haya estallado o amenace estallar,
catstrofes y cataclismos, incendios, terremotos, deslizamientos de terreno, erupciones volcnicas,
modificaciones del nivel de las aguas, inundaciones y maremotos. El Comit podr siempre, en caso de
emergencia, efectuar una nueva inscripcin en la Lista del Patrimonio Mundial en peligro y darle una
difusin inmediata.
5. El Comit definir los criterios que servirn de base para la inscripcin de un bien del patrimonio cultural
y natural en una u otra de las listas de que tratan los prrafos 2 y 4 del presente artculo (COMIT DEL
PATRIMONIO MUNDIAL, 1972).
131 Criterios para la inscripcin de un bien en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro: El Comit podr
incluir en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro un bien del Patrimonio Mundial que corresponda a las
definiciones de los Artculos 1 y 2 de la Convencin, si estima que la situacin de ese bien corresponde por
lo menos a uno de los criterios mencionados en los dos casos que se exponen a continuacin (punto 178). En
el caso de los bienes culturales: a) PELIGRO COMPROBADO - El bien corre un peligro comprobado,
concreto e inminente, por ejemplo: i) alteracin grave de los materiales; ii) alteracin grave de las estructuras
y/o la ornamentacin; iii) alteracin grave de la coherencia arquitectnica o urbanstica; iv) alteracin grave
del espacio urbano o rural, o del medio ambiente natural; v) prdida significativa de la autenticidad histrica;
vi) grave adulteracin del significado cultural (punto 179), (COMIT INTERGUBERNAMENTAL DE
PROTECCIN DEL PATRIMONIO MUNDIAL -COMIT DEL PATRIMONIO MUNDIA-, 2006).
132 El programa Heritage @ Risk fue aprobado por los miembros de ICOMOS en la Asamblea General en
Mxico en 1999. El objetivo de estos informes es el de identificar los lugares amenazados del patrimonio,
monumentos y sitios, y presentar estudios de casos tpicos y tendencias, y sugerencias de acciones para
resolver las amenazas individuales o globales de nuestro patrimonio cultural. Cada ao se hace una
invitacin a todos los Comits Nacionales de ICOMOS, Comits Cientficos Internacionales y en todo el
mundo de la red profesional de ICOMOS, para proporcionar informes breves que describen los riesgos en su
pas o rea de experiencia incluye estudios de caso.
133 Heritage at Risk 2002-2003
508
al valor del bien con los problemas y los cambios que se derivan de las intervenciones
realizadas para su restauracin. El informe enviado a ICOMOS para su inclusin en el
correspondiente nmero de Heritage at Risk contiene un breve resumen de las actuaciones
llevadas a cabo en la "restauracin" de la Catedral que ya hemos analizado por extenso
ms arriba.
Aqu solamente hacemos menciones sucintas a las actuaciones y sus consecuencias
que, a nuestro juicio, ponen en peligro los valores patrimoniales de este bien de la Lista del
Patrimonio Mundial.
de
nuevas
comunicaciones
sido
atacados
enmascarados,
con
en
su
raz
sino
consecuencias
muy
negativas.
Se han realizado burdas reparaciones
como la colocacin de canalones taladrando
elementos decorativos de los paramentos. Con
Figura 227: Detalle de la destruccin de
molduras para pasar el caal. (Fuente: la
autora)
evacuacin de las aguas pluviales, introduce y fija humedad a lo largo de las paredes y en
la base de los muros. Todo ello viene a sumarse al atentado esttico que los tubos de zinc
introducen en la decoracin que rompe diseo y la armona de la obra de arte.
509
tendencia
manipulacin,
lo
empobrecimiento
la
que
de
la
falsedad
provoca
el
Catedral
esttica
prdida
social
est
arquitectnicos y
en
su
los
elementos
configuracin,
tambin en ser un sistema de seales materiales que permite integrar las fases
constructivas de la fbrica, definicin de cronologas, el saber hacer y la tradicin que se
ha sucedido a lo largo de la historia y que otorga identidad a los pueblos. Por eso, eliminar
estos valores es hurtar la obra arquitectnica, es el peor de los expolios que se puede
realizar, puesto que se la despoja del inters cientfico e interpretativo. Se le quita el
inters como documento histrico heredado. Se anula su valor como testimonio del pasado
y por ello su inters cultural.
En la gnesis de una obra, las ideas se plasman sobre una materia de acuerdo con el
uso previsto. La forma y la materia son muy importantes porque juntas adquieren un
significado. Materia, forma y significacin es la razn por la que los edificios histricos
tienen valor. Si la falsificacin viola esta relacin mutua entre tales conceptos, si se rompe
alguno de ellos se provoca la crisis y el valor desaparece.
510
significativas
de
elementos
una serie de necesidades que, segn la Convencin del Patrimonio Mundial, han de guiar
las intervenciones que se realicen en los bienes inscritos en la Lista: en especial en el
mantenimiento de la autenticidad, de la integridad y del buen uso del patrimonio.
Por eso es imprescindible preservar la vigencia funcional, es decir, el mantenimiento
de los usos histricos de la Catedral y eliminar cualquier planteamiento que excluya a la
poblacin local o a cualquier grupo social mediante la supresin del pago de entrada (son
admisibles los donativos voluntarios), puesto que consideramos que la esencia del
Patrimonio Mundial es su papel educativo en valores, lo que exige la posibilidad de su
disfrute para que sea posible el enriquecimiento cultural. Por eso nos parece negativo el
hecho de que se est realizando un cambio significativo de uso de la Catedral, que quedar
cerrada en el momento en que se acaben las obras del tnel que se construye para dar
acceso a la visita turstica.
La concepcin del Patrimonio histrico para el adecuado desarrollo del individuo
nos lleva a afirmar que la conservacin de un bien no puede ser reducida a la conservacin
formal sino que debe de asegurar su esencia funcional y simblica y su importancia como
factor de desarrollo cultural de la poblacin local y visitante, tanto por la posibilidad de
disfrutar el Bien como de aumentar del desarrollo educativo de la poblacin, con el fin de
lograr la mejora de la calidad de vida y la educacin en valores de solidaridad y
cooperacin.
La Catedral fue incluida en la Lista del Patrimonio Mundial, como bien cultural, por
su autenticidad, por su valor excepcional y por haber conservado su compleja funcin a lo
largo de los siglos. Pero por las intervenciones realizadas ha experimentado un
empobrecimiento desde el punto de vista cultural y la prdida cultural es el mayor de los
expolios que se pude hacer del patrimonio. Por eso consideramos de vital importancia el
mantenimiento de la multifuncionalidad de la Catedral, una Catedral viva y abierta, con
especial atencin a los peregrinos jacobeos (BERNAL, 2003a).
Es imprescindible la vigencia funcional, es decir, el mantenimiento de los usos
histricos de la catedral y eliminar cualquier planteamiento que excluya a la poblacin
local o a cualquier grupo social mediante la supresin del pago de entrada. Lo cual no
excluye que sean admisibles los donativos voluntarios.
Consideramos que la esencia del Patrimonio Mundial es su papel educativo en
valores, lo que exige la posibilidad de su disfrute para que sea posible el enriquecimiento
cultural de la colectividad. Por eso nos parece negativo el hecho de que se est realizando
un cambio significativo de uso de la Catedral. La concepcin del patrimonio histrico para
el adecuado desarrollo del individuo nos lleva a afirmar que la conservacin de un Bien de
513
Inters Cultural no puede ser reducida a la conservacin formal sino que debe de asegurar
su esencia funcional y simblica y su importancia como factor de desarrollo cultural de la
poblacin local y visitante, tanto por la posibilidad de disfrutar el bien como de aumentar
del desarrollo educativo de la poblacin, con el fin de lograr la mejora de la calidad de
vida y la educacin en valores de solidaridad y cooperacin.
Pero somos conscientes de que las ciudades son como los sueos. Estn llenas de
temores y de deseos. Italo Calvino, en Le citt invisibili (1972), distingua dos clases de
ciudades: las que a travs de los aos y las mutaciones siguen dando su forma a los
deseos y aquellas en las que los deseos, o logran borrar la ciudad, o son borrados por ella
(CALVINO, 1999: 49). stas son las que frustran.
La publicacin del informe denunciando el estado de cosas en la restauracin de la
Catedral de Burgos, el hecho que se conocieran fuera del mbito burgals las contestadas
intervenciones
que se estaban
llevando a cabo
en la Catedral,
lejos
de
fuera
que
ocasin
para replantear
el programa de
restauracin
sirvi para que
se
reaccionara
contra
aquel
que persiguiera
el
Figura 230: La reaccin del Cabildo. (Fuente: Diario de Burgos)
estricto
cumplimiento
de la normativa
vigente en materia de proteccin y conservacin del Patrimonio Mundial.
Tanto el Cabildo catedralicio, como el Ayuntamiento de Burgos, parte de la prensa
local a travs de editoriales y sueltos, y la Junta de Castilla y Len, se constituyeron en
frente de acusacin contra quien recordaba a los titulares del bien, responsables de la
ciudad, opinin pblica y responsables y garantes ltimos del cumplimiento de la ley, que
la Catedral de Burgos estaba soportando un conjunto de actuaciones que abocaban a la
514
prdida de los valores culturales excepcionales por los que fue incluida en la Lista del
Patrimonio Mundial.
De la misma manera, algunas cadenas de televisin de mbito nacional y dos
peridicos nacionales dedicaron amplios espacios al asunto de la Catedral de Burgos.
Hasta tal punto se exacerbaron los nimos de los que estaban interviniendo en la Catedral
que no slo no ahorraron crticas y descalificaciones injuriosas a la autora del informe sino
que, a la contra, defendieron sus intervenciones en
el templo, en su restauracin y en su cambio de uso,
esgrimiendo ftiles argumentos y razones propias
de una escena pardica ideada por los Monty
Python en su conocida pelcula La vida de Brian.134
Este revuelo y polvareda levantada contra las
denuncias de un proceso de restauracin muy
criticable por su trascendencia en la prdida de
contenidos patrimoniales del templo burgals fue el
punto final a las crticas formales a unos mtodos
de conservacin, restauracin y gestin de un
monumento de primer orden mundial, pero sirvi
Figura 231: Si el presbiterio estuviera
ms bajo... (Fuente: Carmelo Mazo)
subsuelo del actual presbiterio y se restaurar el retablo que se adaptar al nuevo nivel del
presbiterio, situado a cota inferior, con lo que se liberarn en gran parte de (sic) las
vidrieras de la cabecera135. Con el cambio del presbiterio debe efectuarse una intervencin
en el suelo de la nave para dotarla de calefaccin [] y se utilizarn las actuales canaletas
de aire caliente para la conduccin del fluido calefactor (ADRIN y LVAREZ, 1998:
65-78).
Finalmente y como consecuencia de estas ltimas obras, que haran difcil la
contemplacin directa del culto por parte de los fieles, el proyecto incluye la instalacin de
monitores de vdeo repartidos por las naves del templo, para poder asistir dentro de la
Catedral a una misa por televisin!
De todo lo sealado ms arriba en el Plan Director, el asunto que ms ha llamado y
llama la atencin y ha provocado numerosas noticias y opiniones es el la calefaccin
mediante suelo radiante. Se dice que es necesario instalar un sistema de calefaccin, ese,
como si no hubiera calefaccin en el templo. Si fuera as porqu se dice en el Plan
Director que se utilizarn las actuales canaletas de aire caliente para la conduccin del
fluido calefactor? Hay calefaccin por aire! Pero ahora el sistema elegido es de suelo
radiante, para lo que es absolutamente necesario levantar (y destruir) todo el pavimento de
la baslica, realizado en mrmol de Carrara136 en el siglo XIX y actualmente en perfecto
estado de conservacin.
Por ese particular, por ese despilfarro patrimonial, por esa exhibicin de imprudencia
cultural -y quizs tambin porque esas muestras de conducta insensata e ilegal en la
custodia y conservacin de los valores patrimoniales de la Catedral de Burgos denunciada
en las pginas anteriores- en esta ocasin la Junta de Castilla y Len, a travs de la
Direccin General de Patrimonio, va dando largas al asunto, explicaciones dilatorias y no
da el visto bueno a los proyectos presentados por el Cabildo de la Catedral.
En efecto, son muchas y continuadas las noticias sobre las peticiones del Cabildo al
director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y Len y muchas tambin las veces
que se produce un lamento ante la indeterminacin de la Junta. Un suelo radiante
135 Una operacin semejante fue consumada hace unos aos en la Catedral de Santo Domingo de la
Calzada. La diferencia no obstante radica en que en el templo riojano, el deseo de dejar a vista los ventanales
de la girola, hizo que se quitara de su sitio, el presbiterio, el magnfico retablo de Damin Forment, que pas
a ser montado en el crucero norte, donde estaba, entre otras interesante obras, la tribuna de piedra del rgano,
que cedieron su sitio al retablo y dejaron escaso rastro de su destino (NAVASCUS, 2001).
136 Se coloc en 1863 a iniciativa de D. Fernando de la Puente, Cardenal Arzobispo de Burgos. El importe
de la obra (incluida la escalinata del presbiterio, que ahora tambin se pretende eliminar) fue de 841.382
reales. Esta cantidad fue la suma de las aportaciones siguientes: El Gobierno (del fondo de reparacin de
templos), 224.987 rs.; producto de la suscripcin, 245.715 rs.; fbrica de la Catedral, 367.984 rs.; y fondo de
reserva de la Dicesis, 20.000 rs. Quedaron para bruirlo, cuando hubiese ms fondos, 17.303 reales
(OATE, 1987: 107).
516
de Cultura, dado que poner fin a las bajas temperaturas que sufren los
feligreses y los turistas138 es una de sus prioridades. Por su lado, el Cabildo, que ya haba
presentado el proyecto de suelo radiante en marzo, seala en agosto que estudia otra
opcin similar elctrica ? Y la cuestin sigue, y sigue sin solucin alguna tal como se leen
la prensa: La Comisin de Patrimonio de la Junta sigue sin contestar a la propuesta que se
le envi en marzo de un proyecto de calefaccin bajo el pavimento del templo (Diario de
Burgos, 10-8-2012:14).
Pero buenas palabras no faltan. Segn la consejera de Cultura, en una visita llevada a
cabo a la Catedral de Burgos en septiembre de 2012, declar que el proyecto se est
analizando pero aade que todava tena que tratarlo la Comisin de Patrimonio para
decidir. Parece, en cualquier caso, que el plazo para conocer la postura de la Junta es una
incgnita porque se est estudiando a nivel tcnico (Diario de Burgos, 5-9-2012: 16).
El da 10 de octubre, la prensa volva a lamentarse de que pasaban los das y no
haba respuesta (Diario de Burgos, 10-10- 2012:18) hasta que el 17 de ese mismo mes, el
presidente del Cabildo se atreva a declarar a Diario de Burgos que el director general de
137 Es una constante en este asunto de la Catedral -y tambin en otros- que no falten firmas reconocidas, y
de Burgos!, que reclaman una solucin para la climatizacin de la Catedral, remando siempre a favor de las
tesis del Cabildo cuando no criticando o descalificando los informes, criterios y posiciones de ICOMOS,
Direccin General de Patrimonio de la Junta de Castilla y Len y Ministerio de Cultura, como, esta vez,
GONZLEZ URBANEJA, Fernando (2011): El fro de la Catedral Diario de Burgos, 25 de octubre p.15.
138 Esta afirmacin necesita alguna matizacin ya que los fieles, exceptuando las grandes celebraciones
(Semana Santa, Fiesta de Nuestra Seora del 15 de agosto y otras pocas contadas) asisten al culto en dos
capillas que s tienen calefaccin, y los turistas, cada vez menos en nmero, deambulan por las naves del
templo durante unos muy limitados minutos.
517
518
ltimas noticias!
Sbado, 16 de febrero de 2013: Patrimonio rechaza el proyecto de suelo radiante de la
Catedral. Con este titular abre la edicin impresa de ese da el Diario de Burgos. Y aade
como sumario de la noticia que se desarrolla en la pgina 19: La Junta deniega al Cabildo
el permiso para instalar el sistema de calefaccin en el templo gtico. El argumento es que
este proyecto tampoco garantiza la conservacin de los bienes. En cualquier caso se
enviar a la UNESCO para conocer su opinin (Diario de Burgos, 16-2-2013: 1).
Los problemas detectados desde el principio siguen bloqueando e impidiendo las
pretensiones de los dueos de la Catedral: existen riesgos muy graves para la conservacin
y perdurabilidad del bien, la Catedral. Y sin levantar, y romper, el suelo actual -mrmol de
Carrara- , difcilmente se va a rebajar el presbiterio, y sin bajar de cota el presbiterio no
podr reducir su cota el retablo, y los deseados turistas y los fieles que acudan a las
contadas celebraciones solemnes celebradas en la nave central al cabo del ao no podrn
ver los extremos superiores de los ventanales de la girola. Ni se podrn ver las misas por
pantallas de plasma porque no ser necesario y por su grave impacto visual.
inclusin de un bien en la Lista del Patrimonio Mundial nicamente para que su localidad
aparezca como un reclamo atractivo en los circuitos tursticos. Naturalmente la actividad
inmobiliaria tambin se aprovecha de la imagen y prestigio de los bienes declarados
Patrimonio Mundial y los ayuntamientos ofrecen sus ciudades o sus monumentos para que
arquitectos de prestigio den forma nueva a aquello que decidieron libremente presentar
como Patrimonio Mundial por su excelencia patrimonial. Hemos tenido tiempo ya para ver
que en el momento en que un alcalde logra la inclusin de una ciudad en la Lista de la
UNESCO, de inmediato se pone a trabajar para realizar mejoras de tan entidad que el
espacio patrimonial de la ciudad no se reconoce. La prdida ms significativa en estos
casos es la prdida de autenticidad de los bienes (FERNNDEZ SALINAS, 2008)
Por los medios de comunicacin todos los ciudadanos hemos podido conocer los
problemas que amenazan al patrimonio en Cceres, en Cuenca o Toledo, en Ibiza, en
Oviedo o en Sevilla, o Santiago de Compostela, porque an viviendo lejos de estas
ciudades las noticias son de alcance nacional dado que se trata de actuaciones que ponen
en peligro bienes de valor excepcional universal. En regiones como Castilla y Len, una de
las que mayor nmero de bienes culturales tiene catalogados, son frecuentes los avisos que
reciben por parte de organismos internacionales y diversas organizaciones preocupadas por
el patrimonio, los alcaldes de Burgos, Salamanca, Segovia o vila.
Hispania Nostra, UNESCO, ICOMOS, World Monuments Fund (WMF), tienen
constante trabajo para realizar llamadas de atencin a los gestores para que cumplan los
convenios y la legislacin que les obliga a conservar el patrimonio y no a destruirlo ni
cambiarlo, pero en muchas ocasiones puede parecer un esfuerzo vano. En lo que atae a
los bienes culturales podra decirse que se est en fase de pregestin(FERNNDEZ
SALINAS, 2008:14).
El mal ejemplo de gestin existente en la ciudad de Burgos lo hemos analizado a
travs de la conservacin de un monumento, su catedral, y de la necesidad de cuidar el
entorno. Ahora vamos a presentar el caso de vila, una ciudad y sus arrabales que se ve
afectada por elementos que van restando su primitivo valor patrimonial, por una mala
gestin de los bienes culturales.
Un ejemplo paradigmtico es el de la ciudad de vila. La Ciudad vieja de vila con
sus iglesias extramuros (las iglesias romnicas de San Segundo, San Vicente, San Andrs
y San Pedro), fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en el ao 1985 sobre la base
de los criterios iii y iv. Los criterios aludidos son:
iii: Aportar un testimonio nico o al menos excepcional de una tradicin cultural o
de una civilizacin: vila es un ejemplo eminente de ciudad fortificada de la Edad Media
520
murallas visibles a larga distancia desde los alrededores. Asimismo en sus arrabales, como
en cualquier ciudad medieval tipo, se fueron asentando pequeos grupos de poblacin en
torno a ermitas, iglesias, monasterios y conventos. Esta estructura urbana y esta
disposicin en el espacio ha permanecido hasta finales del siglo XX, lo que ha hecho de
vila un perfecto y excepcional ejemplo y testimonio de una ciudad medieval, que le ha
valido ser reconocida como Patrimonio Mundial.139
Adems, si esta estructura y disposicin fsica ha pasado a la imagen colectiva y
compartida de la ciudad de vila a travs de la contemplacin en la distancia de su silueta,
de su paisaje, desde esta singular ciudad amurallada en la cumbre de un altozano se ha
podido vigilar durante decenas de aos y contemplar placenteramente durante siglos
huertas, sementeras, caminos, eriales, colinas, praderas y sierras circundantes. vila, tal
como ha llegado hasta finales del siglo XX, era una ciudad-defensa observada y temida
desde lejos y era una ciudad-viga que miraba al campo circundante hasta el horizonte
montaoso. Ver y ser visto. El espacio habitado y el espacio deshabitado, en vila, han
mantenido una muy estrecha relacin.
En las ltimas dos dcadas, diferentes intervenciones urbansticas realizadas en este
mbito declarado Patrimonio Mundial, han provocado una grave crisis en el
mantenimiento de los valores patrimoniales heredados.
intervenciones en los centros histricos: Ley del Patrimonio Histrico Espaol, Ley de
Patrimonio Cultural de Castilla y Len, Carta de Venecia, Convencin del Patrimonio
Mundial, Recomendacin de Nairobi, Carta de Washington.
La ciudad de vila, definida como un Conjunto Histrico, contiene, adems, entre
sus muros un elevado y compacto nmero de monumentos declarados Bienes de Inters
Cultural. Esa situacin tiene como consecuencia que tanto los edificios declarados como
las otras construcciones circundantes estn sometidos a un rgimen estricto, preciso y legal
de proteccin. Por ello, deben protegerse de la destruccin o deterioro los bienes de inters
cultural tanto como debe
evitarse que un inmueble
impida
perturbe
contemplacin
de
la
dichos
Patrimonio
Histrico
Cultural
de
El
Juzgados
edificio
de
de
los
vila,
523
El nuevo edificio de los Juzgados de vila, tal como se puede apreciar en las figuras
1 y 2, es un edificio de gran altura, por encima de la altura media de las edificaciones
intramuros, con fachadas de granito gris abujarrado -en claro contraste con los tonos ocres
y sepias de las casas tradicionales abulenses- y con cubiertas de zinc, excepcin llamativa
en medio de un mar de rojizos tejados de teja rabe.
En las figuras 1 y 2, se comprueba de manera directa el fuerte y negativo impacto
visual que el nuevo edificio de los Juzgados de vila somete a varios bienes patrimoniales
declarados BIC y a una buena parte del bien patrimonial, Ciudad vieja de vila con sus
iglesias extramuros,140 inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en
1985.
El desproporcionado tamao de la construccin -la escala-, el color gris de los
paramentos, el material y cromatismo de las cubiertas pregonan de forma descarada que no
se ha tenido en cuenta nada de lo dispuesto en la Carta de Venecia (1964) en su artculo 6,
que dice: ... y toda construccin nueva, toda destruccin y cualquier arreglo que pudiera
alterar las relaciones entre los volmenes y los colores, ser desechada. Tampoco se ha
seguido lo aconsejado en la Recomendacin de Nairobi (1976), que en su disposicin n 5,
seala que ...Los arquitectos y los urbanistas deberan procurar que la vista de los
monumentos y los conjuntos histricos, o desde ellos, no se deteriore y que dichos
conjuntos se integren armoniosamente en la vida contempornea. Igual sucede con lo que
dice la n 28: Se debera poner especial cuidado en reglamentar y controlar las
construcciones nuevas para conseguir que su arquitectura encaje armoniosamente en las
estructuras espaciales y en el ambiente de los conjuntos histricos. Con ese objeto, un
anlisis del contexto urbano debera preceder a toda nueva construccin no solo para
definir el carcter general del conjunto, sino tambin para analizar sus dominantes:
armona de las alturas, colores, materiales y formas, constantes de ordenacin de las
fachadas y los tejados, relaciones de los volmenes construidos y de los espacios, as como
sus proporciones medias y la implantacin de los edificios. En la construccin del Palacio
de Justicia de vila, en cambio, no se ha respetado la altura, la armona de los colores ni
los materiales constructivos acordes con el entorno, con el resultado de un grave deterioro
de la ciudad entera de vila, Patrimonio de la Humanidad, conjunto edificado al que le ha
restado el protagonismo de la mirada de los ciudadanos de vila y de miles de turistas
desde el mirador ms visitado y sentido, el mirador de los Cuatro Postes.
140 La ermita de San Segundo figura expresamente citada en el expediente de declaracin como Patrimonio
de la Humanidad en 1985.
524
Jos
Rafael
Moneo
construccin del nuevo edificio para tratar de adaptarlo lo mejor posible al conjunto
histrico de la zona (UNESCO, WHC-03/27.COM/24, 2003).
En la 28 sesin, celebrada en Suzhou, China, en 2004, el Comit del Patrimonio
Mundial record que el Estado parte (Espaa) no haba informado a tiempo al Centro del
Patrimonio Mundial sobre los proyectos a fin de poder evaluar el impacto que pudieran
provocar en el valor universal del sitio. Solicita, adems, que, de manera conjunta y
coordinada, expertos de ICOMOS y del Centro del Patrimonio Mundial, elaboren un
informe sobre este caso, informe que ha sido aludido ms arriba (UNESCO: WHC04/28.COM/26, 2004).
Por fin, en la 29 sesin, celebrada en Durban, Sudfrica, el Comit del Patrimonio
Mundial -conocido ya el informe elaborado conjuntamente por un miembro del Centro del
Patrimonio Mundial y otro de ICOMOS- lamenta que el Ayuntamiento haya autorizado la
construccin de un inmueble cuya altura y volumen modifican los valores arquitectnicos
de la plaza. Recuerda adems que es importante respetar en su integridad el prrafo 173 c)
de las Directrices Prcticas para la aplicacin de la Convencin del Patrimonio
Mundial141. Lamenta asimismo que las autoridades competentes no hubieran consultado a
tiempo con el Centro del Patrimonio Mundial acerca de este proyecto a fin de evitar la
modificacin del tejido urbano histrico de la Plaza de Santa Teresa (UNESCO: WHC05/29.COM/22, Durban, 2005).
En conclusin, a juicio tanto del Comit Nacional Espaol de ICOMOS -ver
Heritage at Risk 2004/2005- como del Comit del Patrimonio Mundial de la UNESCO en
repetidos documentos, la intervencin urbanstica realizada en la plaza de Santa Teresa,
conculca en varios e importantes puntos los procedimientos y la teora de la conservacin
y gestin de los bienes patrimoniales inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. En los
documentos arriba citados se reconoce que la demolicin de los edificios antiguos
existentes ataca gravemente la autenticidad de los bienes patrimoniales circundantes y que
las nuevas construcciones no se adaptan al ambiente urbanstico, histrico y emotivo del
mbito donde se levantan.
La intervencin realizada de Reforma y construccin de un aparcamiento y nuevos
edificios en la Plaza de Santa Teresa en la ciudad de vila, ha originado una evidente
141 173. El Comit del Patrimonio Mundial solicita que los informes de las misiones de examen del estado
de conservacin de los bienes del Patrimonio Mundial incluyan: a) una indicacin de las amenazas o de la
mejora considerable en la conservacin del bien desde el ltimo informe presentado al Comit del
Patrimonio Mundial; b) toda implementacin de las decisiones precedentes del Comit del Patrimonio
Mundial sobre el estado de conservacin del bien; c) informacin sobre cualquier amenaza, dao o prdida
del Valor Universal Excepcional, la integridad y/o la autenticidad que justificaron la inscripcin del bien en
la Lista del Patrimonio Mundial.
527
prdida de autenticidad y de integridad y por ello una merma considerable de los valores
que presentaba la ciudad de vila en el momento de su declaracin como Patrimonio de la
Humanidad.
el
arquitecto
Francisco
Mangado,
octubre
de
ese
comienzo
en
2005.
El
plazo
de
ejecucin se fij en 30
meses. La superficie
Figura 234: Centro Municipal de Exposiciones y Congresos, Muralla de
vila y Ermita de San Segundo. (Fuente: la autora)
total
del
Municipal
Centro
de
Exposiciones y Congresos es de 19.800 m2, a los que hay que sumar otros 23.000 m2 de
urbanizacin exterior y plaza de acceso y 21.000 m2 de aparcamientos exteriores. El
edificio cuenta con espacios vestibulares, galeras de acceso y dotaciones pblicas con una
superficie total de 4.500 m2. La sala principal y los escenarios tienen, segn proyecto,
2.170 m2, mientras que la sala secundaria tiene 500 m2 y las de conferencias, 280 m2.
Mientras, la sala de exposiciones ser de 2.100 m2.
Tambin hay un bar restaurante de 760 m2 y otras instalaciones y almacenes con una
superficie de 2.500 m2. La sala principal puede acoger a 1.400 personas, la sala secundaria
tiene una capacidad para 440 personas y, finalmente, las tres de conferencias, para 80
personas cada una. A ellos hay que aadir restaurante, cafetera y espacios para albergar
los servicios propios de este tipo de instalaciones.
528
en efecto as ha sido.
Ni en la fase de diseo, ni en la realizacin se ha
Municipal
de
Exposiciones
miles
de
metros
cuadrados
de
529
forasteros
pocas
pasadas
los
culturales,
los barrios histricos extramuros. Es el lugar desde donde los visitantes pueden
comprender el significado y la belleza de la ciudad de vila, y desde donde los ciudadanos
142 Idem., art. 1. b: Se considera medio de los conjuntos histricos el marco natural o construido que
influye en la percepcin esttica o dinmica de esos conjuntos o se vincula a ellos de manera inmediata en el
espacio o por lazos sociales, econmicos o culturales.
143 Esta es la impresin mostrada por parte de la opinin pblica, como muestra la pgina web elpais.com
que inclua una foto titulada: La muralla de vila, asediada por un buque de hormign. Y ms abajo: Se
construye un gran edificio de hormign junto a la muralla de la ciudad castellana que afea el paisaje y atenta
contra el valor artstico del monumento abulense;
http://www.elpais.com/yoperiodista/articulo/Periodista/Espana_Avila/avila/muralla_de_avila/patrimonio_pai
sajistico/agresion/muralla/Avila/asediada/buque/hormigon/elpepuyop/20081204elpyop_1/Ies
530
abulenses interiorizan y sienten su ciudad144. Por ello los Cuatro Postes se ha convertido
en el mirador oficial para ver, explicar y conocer la ciudad de vila.
La Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y Len, en su artculo 42, dispone: La
conservacin de los conjuntos histricos comporta el mantenimiento de la estructura
urbana y arquitectnica y de la silueta paisajstica, as como de las caractersticas generales
de su ambiente. Y aade: La conservacin de los sitios histricos y conjuntos
etnolgicos comporta el mantenimiento de los valores histricos, etnolgicos,
paleontolgicos y antropolgicos, el paisaje y las caractersticas generales de su
ambiente. Por su parte, tanto la Ley del Patrimonio Histrico Espaol (art. 37.3) como la
citada La Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y Len (art. 29.2) valoran en tal grado el
poder contemplar los bienes patrimoniales que se admite la posibilidad de expropiacin
de los inmuebles que impidan o perturben la contemplacin de los Bienes de Inters
Cultural.
Pues bien, el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de vila, no slo altera
radicalmente el paisaje extramuros de vila sino que perturba la contemplacin de
diferentes Bienes de Inters Cultural inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, como la
muralla de vila, la Ermita de San Segundo y las iglesias y conventos de la vaguada que
discurre a lo largo del lienzo norte de la muralla -Santa Mara de la Cabeza, San Martn,
San Andrs, el Convento de la Encarnacin, etc.-, elementos singulares de la vista
contemplada desde los Cuatro Postes.
La mirada a vila desde
el entorno de los Cuatro Postes,
se ve ahora distrada y atrada
por el Centro de Exposiciones y
Congresos de vila que no hace
sino destrozar el paisaje.
Este nuevo edificio ocupa
casi
tanta
superficie
visual
verdosos, ocres y grises del paisaje de vila. De esta forma, el Centro Municipal de
144 Los Cuatro Postes se han convertido en el topnimo que ha prestado su nombre a hoteles, bares y otras
diversas empresas de la ciudad.
531
para
Centro
albergar
Municipal
el
de
Exposiciones y Congresos de
vila usurpa un sector del
zcalo
verde
amurallado
del
y
recinto
compite
Sin
embargo,
en
los
elementos
que
Figura 241: Plano remitido al Comit del Patrimonio Mundial. La flecha roja indica la ubicacin de la
Ermita de San Segundo y la flecha azul seala un incompresible espacio "libre", fuera de la zona
tampn, en las inmediaciones de la muralla y de la ermita citada. (Fuente: Ayuntamiento de vila)
eran necesarias, pues no se puede entender lo irregular de los lmites sin explicar las
actuaciones urbansticas que ya se haban puesto en marcha.
El temor y recelo expresados por ICOMOS se han visto confirmados y el Comit del
Patrimonio Mundial sorprendido. El Ayuntamiento de vila no incluy en la zona tampn
147 UNESCO: WHC-07/31.COM/24, Christchurch, 2007.
534
o de amortiguamiento el espacio sealado por la flecha azul en la figura anterior -solar del
antiguo Mercado de Ganados- porque ya, desde 2005, se estaba construyendo el edificio
proyectado en 2002 por Francisco Mangado, edificio que atenta gravemente contra el
entorno y perspectivas de la ciudad de vila y de varias de sus iglesias Patrimonio
Mundial. Con esta forma de actuar del Ayuntamiento de vila s se puede decir que el
bien, Ciudad vieja de vila con sus iglesias extramuros, tiene delimitada ahora una zona
tampn de proteccin pero, paradjicamente, se han podido realizar intervenciones
urbansticas de manera librrima en espacios que el sentido comn y la prudencia de una
gestin inteligente debera tener controlados y haber restringido en su uso. Por eso, las
declaraciones del teniente de alcalde del rea de Medio Ambiente, Urbanismo y
Patrimonio Histrico, Luis Alberto Plaza, causan pasmo y estupor. No solamente dice que
la obra del Centro Municipal de Congresos y Exposiciones se ajusta escrupulosamente a
la legalidad vigente y ha buscado en todo momento su integracin en el entorno
patrimonial sino que la ubicacin del edificio se encuentra fuera de la zona de afeccin
del control de declaracin de la UNESCO como ciudad patrimonio de la Humanidad,
(Diario de vila Digital 29-10-2008). Es lgico, el edificio est fuera de la zona de
afeccin porque el Ayuntamiento de vila excluy ese solar de la zona de afeccin del
control.
535
149 Los datos referidos al proyecto, que aparecern entrecomillados, pertenecen al proyecto presentado por
el Ayuntamiento de vila (AYUNTAMIENTO DE VILA, 2008)
537
aparcados.
nicamente se declara la
masificacin y se aportan
fotografas.
Aparentemente son
muchos
Figura 242: Vehculos aparcados al lado de la muralla. (Fuente:
Ayuntamiento de vila)
los
coches
estacionados al lado de la
muralla,
pero
mirando
detenidamente se observa que son los mismos coches fotografiados desde diferentes
ngulos. Incluso, hemos observado in situ que muchas veces no hay vehculo alguno.
En conclusin, no se demuestra de manera incontestable la necesidad de un
aparcamiento basado en la necesidad de dar una adecuada ubicacin a una importante
cantidad de vehculos, aparcados al da de hoy al pie de la muralla abulense.
No es momento de analizar ahora si el peatonalizar sectores de una ciudad viva y
visitada constituye un bien deseable, cuestin que ya abordamos crticamente en otros
captulos, pero s cabe preguntarse en este caso si es posible eliminar el trfico en las calles
del interior de la muralla que estn en la proximidad de sta. Es decir nos planteamos la
finalidad e idoneidad de la peatonalizacin del sector norte de la ciudad.
Dado que existen viviendas y dotaciones hoteleras de gran capacidad, no es posible
una peatonalizacin radical. Podemos sealar, como ejemplo, la ubicacin del Parador
Nacional de Turismo, pegado a la muralla y al lado del arco del Mariscal, lugar donde
comenzar el proyectado pavimento peatonal de la Ronda Vieja, en el exterior de la
muralla. Por el contrario, es ms que conveniente que los flujos interiores de la ciudad
538
tengan una salida del recinto amurallado en este sector, ya que las calles de la ciudad
antigua de vila no permiten la circulacin de vehculos en dos direcciones.
Figura 243 : En la foto superior se observa la conexin para peatones y vehculos entre la ciudad
amurallada y los barrios extramuros. En la imagen inferior se aprecia la "conexin verde" entre la zona
alta y la baja de la ciudad en su sector norte. (Fuente: Ayuntamiento de vila)
A la vista de las imgenes de la foto cabe preguntarse si el csped que cubre las
laderas que suben hasta las murallas de vila es el pavimento idneo para desplazarse
desde el Convento de la Encarnacin (extramuros) hasta la plaza de Mosn Rub (en el
interior de los muros abulenses).
De concluirse que no, slo es posible pensar que el acceso a la ciudad amurallada
desde la Avenida de Madrid se har desde la glorieta donde desemboca la calzada que
desciende de la Ronda Vieja.
Y si volvemos a la
pretensin de crear un
apoyo formal que pueda
garantizar
las
naturalmente-
-inclinado,
siguiendo
es el impacto visual que crea la calzada que baja hacia el este, la intervencin ms sencilla
y barata sera eliminar dicha calzada. No es necesario construir nada (y menos an un
aparcamiento subterrneo en el subsuelo de granito) debajo de la pradera para que dicha
pradera, espacio verde, pueda ser ampliada o mejorada a fin de servir de lugar de
esparcimiento ciudadano. Tampoco es necesario construir un aparcamiento cuya cubierta
reproduzca la verde pradera inclinada para que no se produzcan interferencias con la
muralla y potencien su horizontalidad, pues ya existe dicha pradera inclinada.
En conclusin, no hay conexin lgica de causa-efecto entre la construccin en ese
lugar del pretendido aparcamiento subterrneo y la obtencin de una mejora en el espacio
verde o en la contemplacin de la muralla. Sin embargo, los dos objetivos declarados por
el Ayuntamiento se pueden conseguir con ms eficacia y sin riesgo para el bien si se
eliminara la citada carretera que desciende en sentido noreste y se prohibiera el
aparcamiento de coches en superficie.
El Ayuntamiento de vila proyecta construir un aparcamiento subterrneo en la
ladera norte de la ciudad amurallada para poder acoger a los vehculos que aparcan en
superficie en ese entorno como si no hubiera otro lugar ms adecuado sin valorar el riesgo
para el patrimonio (la muralla y otros elementos) que supondra el proceso de construccin
de una cavidad en la roca de granito subyacente. Pero existe un lugar cercano, muy
prximo, y con capacidad suficiente para aparcar, producto de una intervencin del
Ayuntamiento de la que hemos hablado, el Centro Municipal de Exposiciones y
541
sector norte de la muralla -el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de vilademuestra que no se ha tenido ningn respeto con el entorno de diferentes bienes
declarados Patrimonio de la Humanidad. Ante actitudes municipales tan contradictorias no
es posible confiar en el repentino y sobrevenido afn conservacionista y respetuoso con el
patrimonio del Ayuntamiento de vila. pero adems existe un lugar muy prximo y con
capacidad suficiente para aparcar -el Centro de Exposiciones y Congresos- situado en el
mismo sector norte de la ciudad y a slo 300 metros del lugar sealado por el
Ayuntamiento en el proyecto de aparcamiento. Este centro cultural tiene previstos 21.000
m2 para aparcamiento en superficie lo que supone espacio para ms de 800 vehculos,
cuatro veces ms de plazas que las previstas en el aparcamiento subterrneo. Como para
construir el aparcamiento subterrneo es necesario de proceder a voladuras controladas
para hacer la excavacin, la actuacin pone riesgo la conservacin de la muralla y su
entorno, por lo que debe de ser evitada.
En marzo de 2010, el propio Alcalde vila, Miguel ngel Garca Nieto, present
ante el Comit de Patrimonio Mundial, en Pars, lo que l denominaba una idea, aunque
fuera un proyecto formal elaborado por el Ayuntamiento, de lo poda ser un aparcamiento
subterrneo en el lienzo norte de la muralla. Segn el regidor abulense, el director de la
oficina del Comit de Patrimonio Mundial, Francesco Bandarin, haba acogido con
simpata la idea y por ello, segn el comunicado del Ayuntamiento de vila, "Bandarin ha
sealado que cree que no ser necesario que esta idea tenga que pasar por el Comit de
Patrimonio Mundial, y que, por lo tanto, el Ayuntamiento de vila tendr una respuesta
rpida en coordinacin con ICOMOS Internacional"
(http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/26/castillayleon/1269618078.html).
A pesar de los anlisis que presentamos y gracias a la intervencin prometida por
Francesco Bandarin hoy existe el riesgo de que se lleve a la prctica la construccin del
aparcamiento subterrneo. Incomprensiblemente, el Centro del Patrimonio Mundial, ha
dado luz verde al citado proyecto municipal.
No obstante, la crisis econmica, puede dejar las cosas en empate: Los responsables
internacionales garantes de la salvaguarda del Patrimonio Mundial, siguiendo con las
buenas relaciones que han mantenido con las autoridades abulenses, aceptan el proyecto
del Ayuntamiento de vila y, por otro lado, el alcalde Miguel ngel Garca Nieto,
alcanzado el apoyo a su idea, se ve obligado a aparcar para mejores momentos el proyecto
de aparcamiento subterrneo cuya gestin y ejecucin rondar los cinco millones de euros.
Que nadie piense que ese aparcamiento se va a hacer maana, advirti el alcalde al dar
la noticia de la aprobacin del proyecto por parte del Comit de Patrimonio Mundial el 20
543
de enero de 2015, Ahora tenemos que retomar los contactos con las empresas que hace
cuatro cinco aos mostraron su inters por hacerlo, pero los tiempos han cambiado, son
muy difciles, y habr que ver si siguen interesados en llevarlo a cabo,
(www.diariodeavila.es/noticia/ZA22ED48E-0E3E-3ABB-5204C7F18D0121
/unesco/autoriza/aparcamiento/subterraneo/lienzo/norte/muralla).
Parece que la crisis econmica puede acudir en auxilio de la conservacin y buena
gestin de los bienes con altos valores patrimoniales, ya que, las finanzas del
Ayuntamiento en estos momentos no permiten realizar las inversiones previstas (e
imprevisibles).
bien los que deciden, los que mandan sobre un patrimonio que ya no es que sea comn
sino que pertenece a la Humanidad entera. Si los primeros implicados en la tutela de los
valores del bien son los alcaldes de la ciudad, a ellos hay que sumar la Junta de Castilla y
Len y, finalmente, el Ministerio de Cultura del Gobierno de Espaa. No son los
ciudadanos los que son tenidos en cuenta en materia de patrimonio aunque sean los
protagonistas y agentes a lo largo de la historia de la creacin y trasmisin de los bienes
culturales de carcter patrimonial. Pero ahora, actuaciones mayoritariamente oficiales
han desarrollado actuaciones que restan autenticidad histrica a partes de la ciudad de
vila y perturban la contemplacin tradicional del conjunto de la ciudad amurallada y su
entorno. Contemplacin tradicional necesariamente protegible no por unos prejuicios
acadmicos, sino por el refrendo que durante dcadas y dcadas muestran el afecto de los
abulenses y las gratificantes vivencias que se llevan consigo los numerosos turistas. Las
nuevas construcciones, como el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de vila,
deterioran gravemente tanto diferentes bienes patrimoniales de categora mundial como el
ambiente histrico que hizo posible la declaracin como Patrimonio Mundial en 1985 de la
ciudad de vila. La ermita de San Segundo soporta con dificultad la abrumadora presencia
del cercano centro cultural! promovido por el Ayuntamiento de vila y aprobado por la
Junta de Castilla y Len. Una dotacin, que toma inicialmente el nombre de la muralla a la
que acosa, elabora un material grfico para su presentacin evitando que las fotografas
demuestren el impacto soberbio que ejerce contra el lienzo norte de la muralla de vila; de
las veinte fotografas que exhibe su pgina web, solamente una plasma el modelo emulado
sobresaliendo sobre el perfil del edificio de Mangado (www.lienzonorte.es).
La poltica seguida por el Ayuntamiento de vila en orden a crear normas y
reglamentos de proteccin del patrimonio histrico ha sido y es poco clara, incomprensible
y, al final, con efectos negativos para el patrimonio. De esta manera en los ltimos aos,
desde 1999 al menos, se ha desarrollado una poltica de hechos consumados que ha hecho
irreversibles actuaciones que han provocado prdida de autenticidad y de valores
patrimoniales.
Por esta razn, la amenaza y la agresin a los valores patrimoniales por los que la
ciudad de vila fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en 1985 se han
generalizado, extendindose por los diversos sectores de la ciudad. Todo ello llama a la
reflexin y a la responsabilidad. Responsabilidad del Ayuntamiento de vila, como
responsable del planeamiento urbanstico y de la proteccin del patrimonio, que deber
incorporar conocimientos tericos y mecanismos eficaces en el urbanismo de la ciudad que
permitan una correcta proteccin de todos sus valores culturales. Asimismo el
545
patrimoniales del bien, se hace denuncia pblica de los peligros que acechan esos valores
que sirvieron a la ciudad de vila para su inscripcin en la Lista del Patrimonio Mundial.
Figura 246: Detalle del informe de WMW 2010. En l aparecen seis referencias a otros tantos bienes
culturales en peligro. (Fuente: World Monuments Fund)
547
548
550
Observamos cada vez con mayor frecuencia la confusin y poco rigor conceptual
existente a la hora de llevar a cabo la pretensin de establecer rutas o itinerarios culturales.
Posiblemente el xito alcanzado por los parques temticos ha provocado una carrera
desatada por conseguir la tematizacin de la oferta recreativa destinada a la captacin de
visitantes, y se intenta aprovechar para ello elementos patrimoniales, personajes heroicos o
elementos significativos de la cultura (GRANDE IBARRA, 2001).
Es necesario, sin embargo, tener en cuenta que el sintagma lxico itinerario cultural
est formado por dos palabras, el adyacente calificativo cultural que llevan todas las rutas
propuestas y el ncleo sustantivo itinerario. Mientras que la utilizacin del trmino
cultural realmente s que tiene justificacin en la realidad designada, lo que falla, la mayor
parte de las veces en que se proponen estos productos tursticos, es el sustantivo, ya que en
muchas ocasiones no existe ningn itinerario porque no existe ningn camino en el
territorio. Falla, por tanto, el criterio geogrfico.
diferentes pueblos revela una dimensin que no slo tiene significado local, o regional,
sino que se refleja en un contexto universal. Este aspecto es especialmente relevante en la
actualidad para todas las sociedades implicadas en su trayecto, ante la confusin y prdida
de conciencia de la autenticidad histrica que pueden acarrear los factores negativos de un
proceso globalizador sin precedentes. Pero algunos itinerarios que hasta ahora se han
inventado plantean algunos dilemas serios provocados por distintos intereses que entran en
conflicto y que estn relacionados con la gestin del patrimonio y la gestin del turismo.
Son problemas cuya solucin no es sencilla por su gran complejidad, sobre todo cuando se
trata del patrimonio inmaterial
El mercado turstico, por su parte, ha visto rpidamente el inters que tiene esta
nueva consideracin y valoracin patrimonial y ha decidido sacar provecho econmico a
este nuevo concepto con el fin de conseguir mayores ofertas de viajes para captar el
deseado turismo cultural. De ah que a menudo surjan iniciativas para dar impulso a rutas
tursticas propuestas por empresarios hosteleros, agencias de viajes o patronatos de
turismo, cuya finalidad es atraer inversiones econmicas. Del mismo modo muchas
instituciones pblicas se han lanzado a crear rutas culturales, que tratan de engarzar unos
territorios de cualquier manera aprovechando para ello, aunque sea por los pelos, la
existencia de elementos patrimoniales semejantes. En realidad lo que se elige es un hilo
argumental para trabar un producto de entretenimiento a travs de unos temas concretos.
Existen algunos ejemplos: la Ruta del Romnico; la Ruta del Modernismo; la Ruta de las
Fortificaciones Abaluartadas;152 el Camino de los Vikingos;153 el Camino de la Lengua
Castellana; la Ruta de Ciudades Patrimonio de la Humanidad; la Ruta de la Esclavitud; el
Camino del Cid o Ruta del Destierro; la Ruta de Don Quijote; la Ruta de las Icnitas; o, el
Itinerario Cultural de la Vid y el Vino en los pueblos del Mediterrneo, por citar algunos
ejemplos. Todas pugnan por convertirse en itinerarios culturales de carcter internacional y
por ser incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial. Y siempre se tiene como referencia al
Camino de Santiago, cuya declaracin inici este nuevo enfoque que pretenda hacer
152 Las construcciones abaluartadas, con su diversa tipologa -murallas, fuertes, reductos, torreones,
cuarteles, polvorines, castillos...- constituyen un sistema defensivo funcional en desuso que, por su enorme
variedad y riqueza, merece la pena ser conservado. Explican una parte interesantsima de la historia de la
humanidad, sobre todo el conjunto de las fortalezas hispano-lusas que se extendieron por Amrica. Adems
de su contenido militar, estn al servicio de una ciudad o del ordenamiento regulador de un territorio, es
decir, tienen una gran importancia en la ordenacin del territorio. Realmente existe un sistema de
fortificaciones hispano-portuguesas que se conforman como puntos esenciales en la organizacin y defensa
de extenso territorios, pero no constituyen una ruta.
153 El Camino de los Vikingos en Suecia ha sido seleccionado por el Consejo de Europa. Se ha seguido
como criterio la seleccin de lugares susceptibles de ser visitados -los puertos, por ejemplo- y se ha creado
una red de lugares que promociona los vikingos y su mundo. La promocin y la mercadotecnia parecen ser
la base de itinerarios como ste que se ha creado para comercializar el patrimonio como idea, aunque sea
falsa.
554
ICOMOS
(1999):
555
V.1.2. El Camino del Cid, Itinerario Cultural o una buena actividad turstica?
Todos compartimos la certeza de que las rutas han unido a los pueblos a travs de una
realidad histrica, de un tejido social y cultural mucho ms rico y complejo de lo que a
veces se admite. Basta pensar en las calzadas romanas y en la extraordinaria actividad que
pudo desarrollarse gracias a la estructuracin y vertebracin del territorio mediante una
tupida red de comunicaciones terrestres que hicieron posible el mantenimiento del Imperio
Romano y el desarrollo de la civilizacin occidental. Cmo explicar si no la difusin de la
lengua latina o del Derecho Romano?
Despus de participar en reuniones de expertos de los cinco continentes para tratar
de las encrucijadas histricas en los itinerarios transcontinentales (Tenerife, 1998), en
Congresos de Caminera Hispnica dirigidos por Criado de Val, en los que se debaten
556
mltiples aspectos que ataen a los caminos fsicos, histricos, filosficos o literarios, y en
diversos congresos de ICOMOS -Congreso Internacional de Itinerarios Culturales
(Pamplona, 2001); Congreso Internacional de Patrimonio Mundial: El espritu y el valor
de los itinerarios culturales y los bienes en serie nacionales, transfronterizos,
transnacionales,
continentales
intercontinentales
(Burgos,
2008);
Congreso
incluso
coetneos,
que
del
Cid,
que
permite
colaboracin
entre
abierta por el Cid en su destierro hacia Valencia y del legado patrimonial, tangible e
intangible, nacido en ese posible itinerario. El juglar annimo del Cantar de Mio Cid ide
un relato en el que la historia y la imaginacin se funden en un itinerario literario, germen
del actual Camino del Cid.
La idea de crear un camino literario, fundamentado en el Cantar, que tuviera como
principal protagonista al hroe castellano, surgi en Burgos en 1996, por iniciativa de la
557
proceso de homogeneizacin cultural en una recuperacin del tiempo y del espacio propios
de cada cultura (SUREZ-INCLN, 2002).
El concepto de 'itinerario cultural' supone tambin la conceptualizacin del
patrimonio territorial: el territorio como corredor patrimonial a travs del cual se desarrolla
y dinamiza la cultura. Este concepto permite contemplar la labor de la proteccin en la
interseccin del patrimonio cultural con el natural, en una interpretacin integral del
patrimonio, y ofrece tambin la oportunidad de vincular el territorio con un patrimonio
intangible, vinculado a la vida tradicional de las comunidades implicadas en su trayecto.
Comparto con Ma Rosa Surez-Incln la idea de que los itinerarios culturales
constituyen la vertiente ms fascinante del patrimonio cultural, ya que son ejemplos de una
evidencia, la importancia que encierra la observacin atenta del devenir humano a travs
del trnsito continuado de ida y vuelta a lo largo de la historia. Los itinerarios culturales
se caracterizan por su dinmica y por la movilidad, y han atravesado y modelado mltiples
y diferentes paisajes culturales en su recorrido por la tierra y los ocanos. Han creado
muchas manifestaciones del patrimonio tangible y especialmente del intangible. Por eso
los itinerarios culturales representan un cambio cualitativo de la nocin de conservacin
del patrimonio, puesto que dota a la poltica de preservacin de una amplitud territorial,
una integracin cultural y una armonizacin de acciones y contenido que pocas veces se ha
logrado hasta ahora.
Un Itinerario Cultural, desde el punto de vista cientfico, tiene que ser un camino
real, es decir, fsico y determinado, una verdadera ruta fsica, de ida y tambin de vuelta,
que haya tenido vigencia durante un largo periodo histrico. Es tambin necesario que a
travs de ese camino se haya producido un intercambio cultural fecundo, fruto de su propia
dinmica y funcionalidad, y que esto haya generado resultados patrimoniales ciertos y
evidentes, tanto materiales como intangibles que acrediten el intercambio y la movilidad a
lo largo de su recorrido durante el tiempo en que ha sido utilizado. Considero, pues, que un
itinerario cultural ha de responder a un criterio de autenticidad histrica. Algunos
Itinerarios Culturales han surgido como un proyecto estratgico trazado de forma
voluntaria que ha contado con poder suficiente para dar curso a un propsito determinado,
por ejemplo, el Camino de los Incas, las calzadas del Imperio Romano o el propio Camino
de Santiago. Otras veces, son el resultado de un largo proceso evolutivo en el que
intervienen de forma colectiva distintos factores humanos que coinciden y se encauzan
hacia un mismo fin como pueden ser las rutas de caravanas comerciales africanas, o la
Ruta de la Seda. En ambos casos se trata de procesos surgidos deliberadamente de la
559
recorran muchos andarines, entonces quizs se haga camino: tierra hollada por donde se
transita habitualmente. Pero ser cultural cuando se descubran, valoren o produzcan
manifestaciones culturales como consecuencia de ese trnsito. Y sern las generaciones
futuras las que, si todo ello se produce y si lo valoran, puedan declararlo Bien de Inters
Cultural. Ahora no, a no ser mediante una pirueta que va ms all de lo que la sociedad
reclama. Al menos en la universidad estamos obligados a identificar, describir, analizar y
conservar itinerarios autnticos. La propuesta que ahora conocemos puede empezar por ser
un recorrido turstico. Pero en todo caso, ser difcil que se fomente el inters y la
solidaridad en torno a un patrimonio mientras ste no sea compartido por las distintas
comunidades y pueblos, mientras la poblacin no se sienta involucrada en ese itinerario.
La situacin es que desde 1996 en que Burgos empez con la propaganda y la sealizacin
de bastantes lugares y se han editado guas, son pocas las personas que lo recorren.
Por ltimo y comprendiendo el afn de atraer turismo que mueve distintas
administraciones pblicas ponemos de relieve lo paradjico que resulta que una
Diputacin como la de Burgos realice tanto esfuerzo econmico al poner en marcha un
camino, en el que Vivar del Cid (Burgos) es el punto de partida. De Burgos se sale, a
Burgos no se llega, por lo que no parece muy eficaz. Creemos ms rentable ser una etapa,
un lugar de paso o ser el final de la ruta. Por eso pensamos en la suerte de Valencia, si es
que de verdad funcionara el itinerario, aunque sabemos que no necesita estas novedades
para atraer ms turismo.
Me voy a referir, a continuacin, a otros proyectos de distinta significacin pero
igualmente banales, a mi juicio, porque no articulan ningn territorio ni constituyen una
infraestructura histrica, ni tienen encrucijadas. Para recorrerlos y trabarlos se necesitan
grandes dosis de imaginacin. Las instituciones pblicas han planteado su deseo de que
sean declarados Patrimonio de la Humanidad.
posibilidades que existen de rentabilizar las oportunidades del patrimonio aunque sea
intangible, como la lengua (GARCA ZARZA, 2000). Al ser la lengua instrumento que
hace posible la comunicacin y vnculo de unin de todos los pueblos del mundo
hispnico, como patrimonio ha de plasmarse en algo fsico y para ello se utiliza la magia
de un itinerario cultural. En el Camino de
la Lengua se muestra esta actividad que
tiene como soporte principal sistemas
culturales no explcitos pero decisivos a
la hora de establecer los objetivos a los
que se dirige el turismo.156
Este ejemplo pone de relieve la gran
diferencia conceptual existente entre lo
que es un Itinerario Cultural y la simple
conexin
culturales
Figura 249: Folleto de El Camino de la lengua
castellana. (Fuente: Fundacin Camino de la
Lengua Castellana)
caprichosa
que
entre
no
bienes
renen
las
caractersticas de un itinerario. En el
Camino de la Lengua la cultura de los
Glosas
Silenses;
Emilianenses
dos
ciudades,
como la primera gramtica, que elabor Antonio de Nebrija; a ellas viene a sumarse vila,
156 El viaje inaugural por el citado Camino de la Lengua, que fue realizado por cincuenta profesionales de
los medios de comunicacin y que finaliz el 18 de julio de 1998, no ha vuelto a ser recorrido por nadie ms,
si exceptuamos el camino que recorri una exposicin itinerante por los puntos que lo forman. La
inauguracin de la exposicin Camino de la Lengua Castellana tuvo lugar en Valladolid (octubre, 2001)
coincidiendo con la celebracin del II Congreso Internacional de la Lengua Espaola. El catlogo editado,
coordinado por el catedrtico Carlos Alvar de la Universidad de Alcal, es una fuente documental sobre este
itinerario.
563
donde la lengua fue utilizada como ninguna otra para acercarse a Dios, tal como lo
hicieron Santa Teresa de Jess y San Juan de la Cruz; Alcal de Henares, ciudad natal de
Miguel de Cervantes, supone el ltimo hito en este itinerario. As recoga el Diario de
Burgos una intervencin sobre este tema del Consejero de Educacin y Cultura de la Junta
de Castilla y Len y presidente de la Fundacin Camino de la Lengua.157 Y aada, sin
tener en cuenta el desajuste geogrfico, que ... el castellano supone un vnculo comn de
millones de hablantes. Esta circunstancia tambin concede a este proyecto cultural unas
buenas perspectivas econmicas con un turismo cultural cada vez ms en auge. El Camino
de la Lengua supone una excelente oportunidad de creacin de riqueza que se manifiesta
en las decenas de miles de estudiantes extranjeros que se acercan cada ao a aprender
espaol a Castilla y Len (Diario de Burgos, 5-3-2001: 6-7). Es evidente que la
inexistencia real de un camino de la lengua hace que se fije la atencin nicamente en la
lengua como negocio y como recurso propio de una sola regin -Castilla y Len-,
olvidando el camino que presuntamente una lugares pertenecientes a las Comunidades de
La Rioja y de Madrid y que constituan el comienzo y el final de este itinerario fruto de la
fantasa.
La estrategia inicial de los promotores de este camino se centra en realizar todos los
esfuerzos que sirvan para valorar un patrimonio histrico que podr ser visitado por miles
de turistas y expertos en el idioma.158 Por eso se ha creado una gua, editada en cinco
idiomas, que divulga en todo el mundo el rico patrimonio de los seis enclaves del camino.
La organizacin creada para gestionar la ruta del castellano, llamada Fundacin Camino de
la Lengua Castellana, ha logrado que la ruta haya sido reconocida como Itinerario Cultural
Europeo (2002) y Gran Ruta Cultural del Consejo de Europa (2004). Los artfices del
invento se han dado cuenta de que, para obtener dicha declaracin, el Camino de la
Lengua necesita un contenido cultural, como la defensa de un idioma que hablan 400
millones de personas, y una dimensin internacional,159 motivo por el que ya se han fijado
las seis ciudades del Mediterrneo por las que el Camino de la Lengua continuar su
157 En la Fundacin Camino de la Lengua estn representadas las Comunidades de La Rioja, Castilla y Len
y Madrid; los Ayuntamientos de Valladolid, vila, Salamanca y Alcal de Henares; la Diputacin de
Valladolid; el MEC; TURESPAA; y las Cmaras de Comercio de los territorios afectados. En sus estatutos,
la Fundacin recoge como fines la promocin de la lengua castellana, promocionar el itinerario y potenciar
las races culturales y el patrimonio histrico de los hitos que recorre.
158 Se propuso elaborar una credencial para los turistas que realicen esta ruta. Esta credencial, al igual que la
que portan los peregrinos del Camino de Santiago, se sellara en cada uno de los seis hitos que dibuja este
singular y arbitrario itinerario.
159 El Consejo de Europa establece, entre otros criterios que el bien que pretende ser declarado tiene que ser
significativo como memoria colectiva de varios pases para permitir la cooperacin y los intercambios
culturales entre los distintos pueblos o corrientes de civilizacin del itinerario. Por ello la propuesta de una
ruta ha de desarrollarse a travs de un trabajo cientfico que parta de una base real sin la cual no puede existir
la significacin colectiva que se requiere.
564
recorrido vinculando el camino en Espaa con aquellos lugares donde los judos sefardes
se asentaron manteniendo vivas las manifestaciones y vestigios de la lengua espaola en el
destierro. Son candidatas a formar parte de este itinerario Liborno (Italia), Sarajevo
(Bosnia), Sofa (Bulgaria), Estambul (Turqua), Salnica (Grecia) y Jerusaln (Israel),
ciudades que representan los lugares por donde se expandi la lengua castellana a travs
del ladino. Finalmente las ciudades de Jerusaln, Estambul, Salnica, Sofa y Tetun -las
rutas del Sefarad- son las que se han unido configurando la ruta que, al aprobarse por el
Consejo de Europa (junio 2002), se ha denominado oficialmente Camino de la Lengua
Castellana en Espaa y su expansin en el Mediterrneo a travs de las rutas de Sefarad.
La Fundacin es consciente del valor aadido que podra obtenerse ampliando el tramo
espaol del camino adems de los lugares y gentes, paisajes y paisanajes del mundo
sefard, a los pases hermanos de Amrica sin los cuales el crculo del idioma quedara sin
cerrar (Diario de Burgos, 29-4-2001: 6).
Este itinerario, que pretende ser cultural, utiliza el patrimonio, la lengua, pero lo hace
de espaldas a la cultura, ya que acota un camino y se usa el espaol, cuya mayor riqueza es
la universalidad. La ruta de la lengua, de existir, debera coincidir con el mapa
hispanohablante. No puede admitirse como un itinerario cultural porque es excluyente y no
cumple ninguno de los criterios que han de guiar la recuperacin de rutas culturales. Esta
ruta no integra nada, es simplemente una ruta ficticia y falsa, no es, por tanto, una ruta
histrica. Ni es cultural, por cuanto rechaza la universalidad del elemento patrimonial que
utiliza, la lengua espaola. Como no se hace con una base real lo que se crea es un club,
una lite que deja a otros fuera. Entre los hitos seleccionados no existen enlaces, sino
saltos. Es nicamente un producto turstico y as es tratado en el folleto divulgativo editado
por TURESPAA en 2001.
La iniciativa del Consejo de Europa al promover en 1987 el programa de itinerarios
culturales intentaba en un primer momento mejorar el ocio de los ciudadanos europeos a
travs de la exploracin de rutas en las que se hubiera creado la identidad de los diversos
pueblos de la Unin Europea y facilitar la actividad turstica. Pero en este caso cada uno de
los puntos que constituyen el Camino de la Lengua es capaz por s mismo de generar el
atractivo suficiente para el desplazamiento turstico, como ha ocurrido hasta ahora. No hay
por qu ir en contra de la cultura, porque en este caso -el de la lengua- ni es cultural, ni es
camino. Se produce as la desnaturalizacin del concepto itinerario cultural.
Frente a ello, el concepto de ruta cultural que defendemos es un espacio real con
base territorial. Las rutas histricas se han creado a lo largo de un proceso temporal, no son
ficticias ni arbitrarias, se pueden datar. A lo largo de una ruta de estas caractersticas hay
565
sitios que establecen el trnsito y entre ellos se pueden identificar costumbres, modos
constructivos, realizaciones artsticas, formas de vida diferentes a la vez que similares,
todo lo cual hace que los pueblos implicados en esa red de comunicacin sean conscientes
de ese fenmeno de comunidad y a la vez los ajenos a la ruta observen y valoren con
atencin esta manifestacin cultural y patrimonial.
excepcional en unos pueblos que con el cultivo de la vid y la elaboracin del vino han
sabido armonizar el respeto a la naturaleza y la habilidad artesanal con una gran
creatividad humana. Tradicin, progreso, artesana y ciencia contribuyen a hacer del vino
una clara referencia cultural.
El enorme valor cultural de elementos patrimoniales materiales e intangibles en
todos los lugares en donde se cultiva la vid y se elabora el vino constituye un importante
vehculo de unin y amistad que sin duda puede ser aprovechado para crear recorridos
tursticos de gran inters geogrfico y sociocultural. La cultura del vino se ha puesto de
moda y ha despertado el inters de los medios de comunicacin, que cada vez dedican ms
espacios y monogrficos en la prensa para tratar del atractivo paisajstico de las comarcas
vitcolas o de la adecuacin de las bodegas a los nuevos modelos de arquitectura
contempornea para dotarse de una imagen de marca a travs de lo que llaman las nuevas
catedrales del vino. Tambin informan de las reuniones de los consejos reguladores, de las
actividades de las estaciones enolgicas y de los actos de promocin, certmenes y catas,
todo ello acompaado de carteles divulgativos y folletos, en los que se emplea el diseo
grfico ms avanzado que alcanza tambin a las botellas y etiquetas. Hay, pues, alrededor
del vino un despliegue de recursos econmicos y artsticos de primer orden en las
actividades productivas de hoy da. Todo lo cual es muy positivo y resalta el valor
econmico indudable de la vitivinicultura. Pero a esto hay que aadir el valor simblico -lo
religioso y lo profano que se sincretiza en las fiestas, refranes, proverbios y canciones-; un
valor paisajstico y medioambiental, tanto por la humanizacin del espacio como por la
arquitectura peculiar que genera; un valor cientfico, tcnico e industrial; un valor
artstico; y, un valor cultural, que es visible desde el folklore hasta la gastronoma.
Precisamente por todo ello, cada vez proliferan ms los recorridos tursticos
vinculados a la produccin del vino, fenmeno conocido como enoturismo. Las visitas a
comarcas y regiones ligadas a recorridos por vias y bodegas, y las catas de sus vinos
tienen cada vez ms xito en nuestro pas. Y lo mismo sucede en otros pases donde los
turistas, dems de degustar vinos excelentes, se deleitan con la visita a monasterios
histricos, rodeados de viedos para asegurarse la bebida sagrada. La oferta especializada
de este producto constituye sin duda un buen motivo que genera desplazamientos
tursticos. Sin embargo no se puede identificar el Itinerario Cultural de la Vid y el Vino en
los pueblos del Mediterrneo tal como son reconocidos los itinerarios culturales por la
UNESCO, porque falla el planteamiento.
La vid y el vino han dado lugar a una cultura, a un Paisaje Cultural, que tambin es
una categora patrimonial, pero no a un itinerario de carcter patrimonial. Insistimos
568
nuevamente sobre el concepto de Itinerario Cultural que no se logra trabando una serie de
vas de comunicacin que conecten diversos elementos patrimoniales aunque sean
valiosos, sino que es resultado de un fenmeno histrico singular que no se puede
conseguir con la imaginacin o con la voluntad de crear un conjunto asociativo de bienes
culturales con rasgos comunes.
Aunque entre las regiones y pases donde existe vid y vino hayan existido
intercambios no hay una ruta ni un camino, y nadie lo ha usado. No es, pues, un itinerario
cultural porque no tiene autenticidad.
En segundo lugar, el vino y el viedo estn en la base de la civilizacin de los
pueblos del Mediterrneo, pero el vino y las vias marcan la geografa y la historia de la
humanidad. No es exclusivo de los pueblos del Mediterrneo. Por otra parte los pueblos
del Mediterrneo han otorgado desde siempre a la vid y al vino un valor cultural especial
al considerarlos un smbolo y a la vez vehculo de unin y amistad.
Dado que la finalidad de la declaracin de Patrimonio de la Humanidad que se
pretende es la de proteger el bien, resulta del todo superfluo declarar a la vid y el vino
como bien cultural puesto que son bienes que gozan desde la antigedad del aprecio y
valoracin mximas de todas las religiones y las civilizaciones histricas que se han
sucedido en el solar europeo. Estaramos ms dispuestos a aceptar que la cultura
vitivincola es patrimonio de todo el planeta, pero consideramos que no es necesario
declararlo porque desde que existe el vino el ser humano tiene conciencia de la
importancia del vino y del viedo, a los que desde antiguo ha otorgado un origen divino.
Por otro lado la cultura del vino y de la vid ha generado un paisaje en el territorio
que constituye un buena muestra en la que se ve que patrimonio natural y patrimonio
cultural son dos partes de una misma realidad: un Paisaje Cultural, figura que ya ha sido
reconocida de manera universal por la UNESCO en 2001 al declarar paisaje cultural al
Paisaje Cultural del Alto Duero, en Portugal. La identidad simblica de este paisaje de
viedo portugus no ofrece dudas. Su valor cultural tampoco, pero no se le da carcter de
Itinerario Cultural.
Podemos sealar que los paisajes culturales forman parte relevante de los Itinerarios
Culturales que, en su recorrido por el territorio, atraviesan diversos paisajes relacionados
por su propia configuracin a lo largo de la ruta. Pero no sucede al revs. Paisajes
Culturales semejantes, como pueden ser los generados por el cultivo de la vid y la
elaboracin del vino, no son la consecuencia de un Itinerario Cultural.
569
VI.1.5. Bases para reconocer un Itinerario Cultural con valor patrimonial. Los
caminos como nexo de estructuracin y vertebracin de un patrimonio territorial
Un itinerario cultural desde el punto de vista cientfico requiere que se trate de un camino
con base territorial real, objetivo, identificable fsicamente, de ida y de vuelta, y que haya
tenido vigencia y funcionalidad durante un largo periodo histrico. Es necesario tambin
que a travs de ese camino se haya producido un intercambio cultural con resultados
patrimoniales evidentes, fruto de la movilidad y de las relaciones a lo largo de su recorrido
y del tiempo en el que haya sido transitado.
En primer lugar hay que tener en cuenta que las rutas culturales, los itinerarios,
cuyas huellas tangibles y signos construidos llevan la marca de intercambios culturales a lo
largo de los siglos, de todas las comunidades a travs de las cuales se engarzan, contienen
tambin una fuerte carga simblica, ya que estn asociadas a tradiciones vivas, ideas y
creencias. Todo lo cual forma parte del riqusimo patrimonio de orden intangible,
inmaterial. Sin embargo aunque esta dimensin es importantsima, hasta el punto de que es
la que tiene la fuerza para que la sociedad considere necesaria la proteccin de una
determinada ruta, a pesar de la importancia y del peso de la dimensin inmaterial, su
proteccin ha de encarnarse en el bien material, tangible que es la base sobre la que se
desarrolla. Los factores intangibles proporcionan significado a los diversos elementos que
lo componen, pero las rutas, los itinerarios, han de apoyarse necesariamente en elementos
tangibles que son la confirmacin fsica de su existencia. Aunque la cultura del vino, como
hemos puesto de relieve, es muy importante, en el Itinerario de la Vid y el Vino... el bien
cultural protegido tiene que ser el camino, la ruta, si es que realmente existiera. Cuando se
buscan itinerarios no vale todo. Por eso proponemos como criterio metodolgico el
conocimiento del territorio basado en su historia, en las caractersticas ecolgicas, urbanas
y sociales, es decir, en su identidad.
En segundo lugar hay que hacer referencia a la funcionalidad que tiene que tener una
ruta, de ida y vuelta, que posibilite el trnsito libremente y que adems deje la huella de
quienes lo recorren. Para ello hace falta que sea un camino, un trayecto. Si no es as hemos
de tener la capacidad de otorgar sin complejos otro nombre en vez de rutas a los productos
que, aunque no articulen ningn territorio posean por s mismos una gran riqueza y
suficiente atractivo cultural como destino turstico. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la
ruta de las fortificaciones abaluartadas que hemos mencionado ms arriba. Un sistema
funcional tcnico-defensivo como el de fortificaciones abaluartadas no tiene por qu estar
ligado a un itinerario cultural, es suficientemente importante en s mismo. Lo mismo pasa
570
con la no-ruta del romnico o el camino de la Lengua y es lo que sucede tambin a los
pueblos del Mediterrneo, entre los que no hace falta trabar arbitrariamente ningn
itinerario virtual para que todos -los pases del Mediterrneo- sean dignos y apetecidos
destinos tursticos.
Un itinerario cultural es una estructura funcional de comunicacin con un uso
principal -unas veces comercial, otras ganadero, a veces de peregrinacin o, en ocasiones,
de gestin administrativa- y unos usos secundarios. Como hablamos de patrimonio se trata
de un itinerario heredado que ha tenido una utilizacin histrica, que puede ser coincidente
o no con la actual. Los caminos tienen ramales que se unen con otros caminos, hay
encrucijadas y tienen fronteras. Un camino, una ruta es, antes que otra cosa, un corredor
natural que el hombre aprovecha para establecer los contactos. Se inscribe en un contexto
natural y se fundamenta en los movimientos de la poblacin y en el intercambio, en el
espacio y en el tiempo. Es un camino fsicamente reconocible y tambin funciona como un
corredor histrico, a travs del cual se difunde la cultura. Es un sendero de ida y vuelta,
por eso las rutas son paisajes en transformacin permanente, con preexistencias y con
cambios. Algunos tramos pueden haber variado y otros pueden haberse perdido, pero
siempre existen unos ejes fundamentales y otros secundarios.
Un itinerario tiene una naturaleza fsica, que puede ser martima, fluvial, terrestre o
mixta. Un itinerario es un trayecto, un camino, una senda, una va de comunicacin que
tiene una direccin y une distintas regiones, pases o pueblos. Por ello, cuando se propone
el reconocimiento de un itinerario es preciso marcar claramente su direccin y describir el
camino con expresin de los lugares, los accidentes, las paradas y pueblos que existen a lo
largo de l. Todo itinerario tiene un recorrido, una extensin susceptible de ser medida en
kilmetros, unos lmites espaciales y un mbito geogrfico, de manera que puede ofrecer a
quien lo recorre una visin del territorio y sus paisajes geogrficos. Ha de poder ser
representado y especificado en un mapa. En los caminos se deben distinguir la etapas
principales del recorrido. Existen elementos propios, hitos, seales, marcas y signos de
todo tipo que son vestigios fsicos de la verdad histrica del propio camino, igual que se
reconocen los materiales -piedra, tierra, etc.-, el trazado, las sealizaciones, los cruceros,
las fuentes, puentes y otras estructuras asociadas a los caminos para la atencin de los
transentes o para el abastecimiento, reparacin y descanso de los medios de locomocin,
ya sean caballos, carruajes, vehculos a motor o naves. De manera que establos, paradas,
postas, talleres, ventas, fondas, posadas, albergues, hospitales, aduanas, puertos, lugares de
devocin, monasterios, pueblos y ciudades constituyen instalaciones y elementos propios
571
de los caminos que conforman y definen la estructura del itinerario. Son elementos
superpuestos generados por el propio camino.
En este sistema de comunicacin tienen lugar los intercambios, ferias y mercados, y
se celebran las fiestas correspondientes. Por eso aunque haya desaparecido el camino
siempre quedan vestigios. Los mitos, relatos y leyendas, los recuerdos histricos, las ferias
y los topnimos, huella intangible de una actividad quizs olvidada, ayudan tambin a
definir lo que constituye el significante o soporte fsico de una ruta. Las rutas, en fin,
tienen un largo recorrido espacial, a travs del que se han producido intercambios
materiales y culturales generados por la movilidad de los hombres a lo largo del recorrido.
Ahora bien, una vez definido y descrito el itinerario y confirmada su existencia
fsica, hay que valorar si tiene o no una significacin cultural para que adquiera valor
patrimonial y pueda ser declarado Itinerario Cultural y, sobre todo, ser un testimonio
excepcional si es que pretende ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial. La red de
carreteras, por ejemplo, no constituye ningn itinerario cultural y no dudamos que
constituye un soporte de comunicacin.
Algunas rutas han servido para transmitir conocimiento, saber hacer y cultura, y nos
han legado su valor patrimonial. Pero no siempre es as, ya que en otras ocasiones pueden
existir unos valores culturales perfectamente probados y definidos, pero, si no son
generados por la movilidad de los hombres a travs de un recorrido o no se puede probar la
existencia de una ruta en la que hayan nacido y por la que se hayan difundido, en frtil
intercambio con otros hechos culturales, no se puede hablar de itinerarios culturales. Si
hay realidad cultural pero no fsica, si no existe base territorial, habr que llamar a esto de
otra manera. Sin duda los elementos intangibles del patrimonio son los que proporcionan
significado a los itinerarios culturales, pero stos, los itinerarios, si existen, si son reales, se
inscriben en un contexto natural y deben apoyarse necesariamente en elementos tangibles.
como los Palacios reales de Abomey, en Benn, y las ciudades donde se celebraban los
mercados de esclavos, se presentan como lugares pintorescos para el visitante. Son lugares
de reclutamiento, de refugio, de resistencia, de religin, de confinamiento o de ejecucin.
Es cierto que en el Caribe existen
pequeas construcciones de madera muy
trabajada y tejado de paja. Esta arquitectura
verncula es especfica del estilo afrocaribeo y constituye un patrimonio que
puede explicarse por la fecundacin cruzada
entre la poblacin africana y la de all. Pero
no se puede hablar de itinerarios culturales
de la esclavitud sin hacer una pirueta que
supera el umbral de cinismo permisible.
frica export durante casi cuatro
siglos la materia prima sobre la que se
ciment la riqueza de Europa y Amrica:
Figura 251: Portada de la revista Patrimonio
Mundial. (Fuente: UNESCO)
573
banalidades ni los intentos de reparacin con lo que fue una prctica aberrante que no
puede ser olvidada.
Aceptamos que la esclavitud no ha sido suficientemente estudiada como proceso
histrico y de civilizacin, por lo que es necesario darle la importancia histrica que tiene
y realizar un estudio histrico exhaustivo que permita aclarar muchas de las cuestiones que
han mantenido la esclavitud en una autntica opacidad. El desafo es esclarecer a travs de
Figura 252: Rutas de los esclavos. (Fuente: Revista Patrimonio Mundial, n 27)
hacedores
de
esta
ruta
2002)
defienden
por
la
turstico.
Tambin
son
ticos, aunque puedan sobreabundar los de otro tipo, se pueden alcanzar situaciones
paradjicas y esperpnticas. frica ha exigido a Europa y a Estados Unidos que pidan
perdn por los siglos de esclavitud. En 2001 millones de personas se dieron cita en Durban
para que las actividades esclavistas fueran declaradas crimen contra la Humanidad. En
Durban se considera el comercio de seres humanos como una espantosa tragedia, cuyas
consecuencias siguen vigentes, por su barbarismo y por su magnitud y naturaleza
perfectamente organizada. En la Conferencia Mundial contra el Racismo, celebrada en
Durban en septiembre de 2001, se declar a la Esclavitud Crimen de la Humanidad. Y la
paradoja es que pueda declararse tambin Patrimonio de la Humanidad tal y como est
propuesta. La distancia entre lo que desean los ciudadanos, en este caso la poblacin
negra de frica, y lo que sugieren las instituciones internacionales es demasiado grande!
576
Son stas dos cuestiones sustanciales en las que me voy a detener, dedicando el
siguiente epgrafe, por la incidencia que tienen en la ciudad de Burgos y los problemas que
derivan desde el punto de vista patrimonial. Estn en relacin con el Camino de Santiago y
su valor de Patrimonio Mundial. Son problemas que, an pareciendo locales, tienen una
escala global, afectan a la gestin del patrimonio cultural, en especial de los Itinerarios
Culturales, puesto que los gobiernos no saben o no quieren asumir con seriedad la tarea de
conservar y preservar el contenido histrico y cultural que resguardan, aplicando polticas
pblicas enfocadas a su gestin integral. Y ello pese a que los Itinerarios Culturales cobran
cada da una mayor importancia a nivel mundial.
La conservacin de Itinerarios Culturales implica, en fin, analizar la relacin
existente entre las polticas de desarrollo urbano, el patrimonio edificado y el espacio
pblico. Quiz por ello resulta una tarea compleja, si se toma en consideracin que planear
y tomar acciones para la proteccin del patrimonio edificado y quienes lo usan, ya sean
habitantes, comerciantes o turistas, requiere asumir una responsabilidad compartida entre
gobiernos y sociedad.
165 La documentacin presentada por el MEC, para la declaracin puede leerse en Documentation: WHC
Nomination UNESCO 17th Session , 11/12/1993 < http://whc.unesco.org/archive/1993/whc-93-conf00214f.pdf>
582
atraviesa y a los grandes complejos situados inmediatos a l y que ejercieron una gran
influencia. El expediente detalla en planos a escala 1: 50.000 el recorrido exacto del
Camino y su estado actual; tambin incluye planos a escala 1: 1.000 1: 2.000 de los
ncleos que atraviesa el Camino e incluye un catlogo de todos los elementos
arquitectnicos, singulares o como conjunto incluidos en el mismo, tanto los ya declarados
Bien de Inters Cultural, como los incluidos en Inventario General del Patrimonio
Arquitectnico realizado en 1979-1980 para el Ministerio de Cultura. La delimitacin del
conjunto que se propone para la inclusin en la Lista comprende un ancho de 30 metros a
cada lado de la va sealada en los planos e incluye todos los sectores medievales de los
ncleos que atraviesa el Camino tal como se representa en los planos de poblacin
aportados. Y as est recogido en la Inscripcin realizada.
El Ministerio de Cultura, plenamente consciente de que el bien a inscribir debe ser
autntico, en el Texto de la justificacin de la solicitud de Inclusin del Camino de
Santiago en la Lista del patrimonio Mundial plantea que el Camino es una realidad fsica
documentada con exactitud, es una senda que se conserva en un 80% de su longitud como
camino de tierra. Un 10% se ha transformado en carretera y el resto se ha perdido, bien por
la construccin embalses o aeropuertos, o porque reformas agrarias lo han transformado.
Adems de la propia va fsica, se realiza una especificacin puntual de los
componentes del itinerario, con expresin explcita de los lugares y de los Bienes
Culturales que estn directamente ligados al mismo.
Es tan importante para mi este texto que considero oportuno que quede referido en
esta tesis.
Por un lado las primeras y ms sobresalientes obras del romnico peninsular:
Catedral de Jaca, San Juan de la Pea, Santa Cruz de la Serox, Monasterio de Leire, San
Miguel de Estella, San Martn de Frmista, Santiago de Carrin de los Condes, San Isidoro
de Len, la misma Catedral de Santiago de Compostela. Ello adems de las singulares
aportaciones de los caballeros del Temple -Eunate, Torres del Ro- o las aportaciones del
romnico mudjar en Sahagn: San Tirso, San Lorenzo, Santiago. [] Una extensa
constelacin de monasterios cuya influencia religiosa y cultural los hace organismos
capitales en la organizacin del territorio medieval de la Pennsula: San Juan de la Pea,
San Salvador de Leire, Irache, San Milln de la Cogolla, Santo Domingo de Silos, San
Zoilo de Carrin de los Condes, San Facundo en Sahagn, San Pedro de Ardn, Santo
Toms de las Hoyas, Samos.
Finalmente y como ltimo episodio que seala el crucial papel que desempea el
Camino de Santiago en la vida medieval de los reinos cristianos de la Pennsula Ibrica,
583
Comit a inscrit ce site sur la Liste du patrimoine mondial conformment aux critres (ii),
(iv) et (vi). En rponse une suggestion du Bureau, le dlgu de lEspagne a inform le
Comit que son pays dsirait maintenir les sites dj inscrits de Saint-Jacques-deCompostelle et de la Cathdrale de Burgos comme des biens spars sur la Liste du
patromoine mondial, tant donn leur caractre individuel unique et particulier.
(http://whc.unesco.org/archive/1993/whc-93-conf002-14f.pdf Decision pp. 42 y 43)
La Convencin del Patrimonio Mundial es clara en todos sus preceptos, por eso
sealamos que la declaracin de un bien, en el caso que analizamos, el Camino de
Santiago, como Patrimonio Mundial significa que debe protegerse y garantizar que el valor
universal excepcional y las condiciones de integridad y autenticidad que tena en el
momento de la inscripcin en la lista se mantengan o mejoren en el futuro. Ahora bien esta
proteccin no es aleatoria. No es lo que quiera elegir la Administracin pblica en un
momento determinado, sino que abarca unos lmites claramente definidos en el expediente
de la declaracin, sin los cuales no puede existir una proteccin eficaz del bien inscrito. De
tal manera que la definicin de lmites constituye un requisito indispensable y as se
constata en el expediente del Camino de Santiago (tomo II) como veremos ms adelante.
En este caso, dado que es un bien catalogado entre otros segn el criterio (vi), los
lmites se establecen incluyendo todas las reas y los atributos que son expresin tangible
directa de su valor universal excepcional, adems de las reas que, considerando
posibilidades futuras de investigacin, podran contribuir a su comprensin y a mejorar
sta.
Procede insistir aqu nuevamente en dos de los elementos definitorios de un
Itinerario Cultural como he adelantado ms arriba.
En primer lugar, el valor de conjunto compartido: el itinerario constituye un
conjunto de valor superior a la suma de los elementos y de las partes que lo integran y que
le dan una identidad global al ofrecer una serie de caractersticas y escalas de valores
compartidos. Esta amplitud es importante desde el punto de vista territorial y del
tratamiento integral de los diversos elementos patrimoniales que incluye.
Todo el Camino tiene el mismo valor patrimonial en todo su recorrido, 810 km. y
ofrece a quien lo recorre una visin del territorio y sus paisajes geogrficos. Existen
elementos propios: hitos, seales, marcas y signos de todo tipo que son vestigios fsicos de
la verdad histrica del propio camino, igual que se reconocen los materiales, el trazado, las
sealizaciones, los cruceros, las fuentes, puentes y otras estructuras asociadas al camino
tecnolgico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana;
(vi) estar directa o materialmente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras
artsticas y literarias que tengan una importancia universal excepcional.
585
para la atencin de los peregrinos. De manera que posadas, albergues, hospitales, puertos,
lugares de devocin, monasterios, pueblos y ciudades constituyen instalaciones y
elementos tangibles que definen la estructura del itinerario. Son elementos superpuestos
generados por el propio Camino.
En este sistema de comunicacin tienen lugar los intercambios, ferias y mercados, y
se celebran las fiestas correspondientes. Por eso aunque desapareciera algn tramo en el
camino siempre quedan vestigios. Los mitos, relatos y leyendas, los recuerdos histricos,
las ferias y los topnimos, huella intangible de una actividad quizs olvidada, ayudan
tambin
definir
constituye el
soporte
fsico
lo
que
significante o
de
la
ruta
(NAVARRO, 2002).
En
entorno
natural
segundo
lugar,
el
geogrfico,
ya
sea
cultural,
rural
Itinerario
proporciona
Cultural,
un
le
ambiente
A pesar de la variedad, los paisajes del Camino tienen elementos comunes y no slo
de arquitectura, sino de la organizacin del territorio porque lo que prima en su
construccin es la impronta cultural y humana desde poca medieval hasta hoy. El Camino
de Santiago es el resultado de una red de asentamientos que se establecen a lo largo de la
ruta y de una utilizacin del territorio basada en la agricultura, en la ganadera y en los
usos forestales que ha pervivido hasta el siglo XX.
Santiago de Compostela es el ncleo que constituye la meta del itinerario, pero hay
un rosario de ncleos -pequeas villas-, que conservan prcticamente intactas sus
edificaciones y su disposicin original de gran inters para el estudio del urbanismo
medieval, pequeos ncleos urbanos (Jaca, Estella, Puente la Reina, Njera, Santo
Domingo de la Calzada, Carrin, Sahagn, Astorga, Ponferrada...) y ciudades medias
(Pamplona, Logroo, Burgos, Len)- que son etapas del Camino que presentan obras de
arte y arquitectura popular, fiestas, romeras, devociones, mitos, leyendas y tradiciones,
que se encuentran a lo largo del desplazamiento y conforman un patrimonio cultural que es
una realidad doble, puesto que afecta tanto al escenario lineal como a cada uno de los
enclaves, con lo que comprende todo el territorio y se extiende a todos los lugares.
Lo ms importante es que en la ruta se activa toda la potencialidad por la linealidad,
que afecta a todos los enclaves del Camino y articula intervenciones de desarrollo del
territorio. Esto es lo que ha provocado la valoracin sociocultural del patrimonio del
Camino de Santiago y esto es lo que ha propiciado un cambio sustantivo ya que se ha
pasado de valorar el patrimonio histrico del Camino de Santiago a valorar el Camino de
Santiago como patrimonio.
El Camino de Santiago es una infraestructura histrica que an es funcional. Es un
camino vivo, usado, y los peregrinos siguen desplazndose a lo largo de esta ruta hasta
llegar a Santiago de Compostela. El Camino de Santiago nos permite analizar los lugares,
el espacio, con sus smbolos construdos a lo largo del tiempo. Es una ruta polismica, con
muchos significados, porque no slo viajan los peregrinos, tambin se produce una
comunicacin espiritual entre las ideas, tradiciones y las devociones, lo que explica la
cantidad de santuarios marianos en los ncleos camineros en los que se presenta a la
virgen Mara como la Peregrina. La devocin a la virgen de Rocamador, la virgen Blanca,
o san Martn de Tours, son buena muestra del influjo de la peregrinacin. A lo largo del
Camino tambin se repiten los milagros y las leyendas, que forman parte ya del imaginario
colectivo, como sucede con el milagro del ahorcado;167 viajan los juglares, trovadores y
167 El Cdice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela (s. XII) y las Cantigas de Santa Mara de
Alfonso X el Sabio (s. XIII) sitan la accin de este suceso maravilloso en Toulousse (Francia), la tarda
588
responde
lgica
del
los
monjes
benedictinos
territorio
de
las
vegas,
el
tradicin hispana (s. XIV) lo sita en Santo Domingo de la Calzada y la tradicin lusa en Barcelos, lugares
donde cant el gallo para demostrar que el peregrino no haba muerto.
589
elementos funcionales que han ido transformando el paisaje natural, tambin hay smbolos
intangibles ligados a la visin imaginaria, que han dejado su huella en la cultura. Son el
resultado de mitos y visiones fantsticas y milagrosas que han llegado hasta nosotros como
el propio nombre de Compostela, camino de las estrellas, la va lctea o Camino de
Santiago, el milagro de la luz de san Juan de Ortega, el milagro del ahorcado, el romero
suicida... Son prodigios y milagros
que explican y dan nombre a los
lugares. Son paisajes donde la
naturaleza y lo imaginario se
funden y han pasado al imaginario
colectivo.
El Camino de Santiago no
slo
es
representativo
de
la
facilita
la
solidaridad,
590
592
169 Los Promotores de la declaracin fueron: Juan Vallejo, pintor, autor de los frescos de San Pedro de
Cardea y la monumental obra Sileuros, en la abada de Silos; Jos Vela Zanetti, pintor , autor del mural Los
derechos del hombre, de la ONU; Alejandro Yage, compositor musical y profesor de msica; Victoriano
Crmer, escritor, poeta y periodista. Tino Barriuso, poeta y profesor de bachillerato, Juan Jos Garca:
profesor de Historia Medieval y vicerrector de la Universidad de Burgos en ese momento; Marcos Sacristn
Represa, entonces era el primer rector de la Universidad de Burgos; Francisco Javier Bartolom, arquitecto;
Jos Luis Gutirrez, director general de Diario 16; y Jos Luis Estrada, Director de Diario 16 Burgos.
593
ciudades, y hay un Itinerario Cultural que incluye a varios ncleos rurales y urbanos. Pero
esta realidad no se entiende bien.
Con mucha frecuencia se confunde la declaracin de Patrimonio Mundial por parte
de la UNESCO con el Grupo de ciudades Patrimonio de la Humanidad, GCPHE,
constituido en vila en 1993, asociacin privada de un grupo de alcaldes de ciudades,
cuyos centros histricos figuran en la Lista del Patrimonio Mundial, y que voluntariamente
deciden unirse para tratar temas comunes y formar un grupo de presin ante las
administraciones pblicas. A esta confusin contribuyen los medios de comunicacin y,
como casi siempre, algunos intelectuales. Todo lo que les preocupa es el selecto grupo,
la lista prestigiosa o el valor aadido para atraer turistas. Pero la actitud del Grupo
Espaol de Ciudades Patrimonio de la Humanidad es un problema grave porque
contradice el espritu de colaboracin y solidaridad de la Convencin, y porque introduce
engao, falsedad y competitividad entre bienes excepcionales, de valor universal, como
son los conjuntos histricos de las ciudades que figuran de una u otra manera en la Lista
del Patrimonio Mundial.
En 1991 se celebr en la ciudad de Qubec (Canad) el Primer Coloquio
Internacional de las Ciudades del Patrimonio Mundial. Los delegados de las 41 ciudades
representadas en el mismo adoptaron la Declaracin de Qubec, en la cual se afirmaba el
deseo de constituir una Red de Ciudades del Patrimonio Mundial. En 1993 los delegados
de 56 ciudades, reunidos en Fez (Marruecos) en el Segundo Coloquio Internacional de
Ciudades del Patrimonio Mundial fundaron la Organizacin de las Ciudades del
Patrimonio Mundial (OCPM). El nico requisito para pertenecer a esta organizacin es
que tengan en su territorio un sitio habitado inscrito como bien cultural en la Lista del
Patrimonio Mundial de la UNESCO. En esta organizacin internacional estn asociadas 17
ciudades espaolas: 5 color violeta ms 12 amarillo. De estas dos asociaciones ya se ha
hecho mencin en el captulo anterior.
596
Asociacin
OCPM
OCPM y GCPHE
GCPHE
Pertenecen a la
Organizacin
de
Ciudades
del
Patrimonio
Mundial
(Fez,
1993)
5 alcaldes
Pertenecen a la
Organizacin y al
Grupo de Ciudades
Patrimonio de la
Humanidad
de
Espaa (GCPHE1993):
12 alcaldes
Pertenece solo al
Grupo de Ciudades
Patrimonio de la
Humanidad
de
Espaa:1 alcalde
Ao
declaracin
Se habl entonces del grupo de las 6. Crdoba inscrita en 1994 ingres en 1994, Cuenca
(1996) lo hizo en marzo de 1998, ao y medio despus de que fuera inscrita en la Lista.
Alcal de Henares fue admitida en 1999 nada ms ser declarada (1998). En 2002, ingresa
en el grupo La Laguna (declarada en 1999). En 2003 se admite a Ibiza (declarada en
1999). Mrida ha sido admitida en 2005 despus de un largusimo proceso, a pesar de que
desde 1993 perteneca a la Organizacin de Ciudades de Patrimonio Mundial. Tambin se
ha incorporado recientemente Tarragona. Esta agrupacin espaola, es nicamente una
organizacin funcional, una federacin formada por los alcaldes de 13 ciudades cuyos
cascos histricos estn declarados, pero no estn todos. La UNESCO lo que declara son
los centros histricos de las ciudades. As, lo que aparece inscrito es la ciudad histrica o
la ciudad vieja, es el conjunto histrico, es decir, el casco histrico de tal o cual ciudad. La
denominacin, pues, de Ciudades Patrimonio de la Humanidad es el nombre del grupo u
organizacin de ciudades y no un trmino utilizado por la UNESCO en la declaracin de
Patrimonio Mundial. Lo perverso de esta cuestin es que los alcaldes de estas ciudades
espaolas se comportan como un club privado, excluyendo de la consideracin que tienen
como Patrimonio Mundial a otras muchas que tambin han sido declaradas, como por
ejemplo Burgos, Len, Lugo, Oviedo, Aranjuez, Granada, beda o Baeza por ejemplo,
algunas de las cuales pertenecen a la organizacin mundial -OCPM-, pero no son
admitidas por la organizacin espaola, GECPH.
Pero, si negativa es la actitud de los alcaldes, que deberan saberse la Convencin del
Patrimonio Mundial y regirse por sus principios, mucho ms negativa es la actitud de las
administraciones autonmicas en su comportamiento respecto a las lneas de ayudas y
subvenciones, en las publicaciones divulgativas de sus ofertas tursticas y en la promocin
de la imagen de la comunidad respectiva, puesto que perpetan la competitividad en vez de
propiciar la solidaridad, la cooperacin y el conocimiento mutuo de las ciudades y sitios
que poseen bienes de carcter excepcional reconocidos por la UNESCO.
Desde 2010 hasta 2012 los ciudadanos burgaleses asisten perplejos a una nueva
etapa en que el ayuntamiento de Burgos se plantea lograr que la UNESCO incluya el
centro histrico de Burgos en la Lista del Patrimonio Mundial: El Plan Estratgico de la
Cultura, documento que propone las lneas a seguir en esta materia, plantea el reto de optar
a un nuevo reconocimiento de la UNESCO. Sera el cuarto tras la Catedral, Atapuerca! y
el Camino de Santiago.172
172 La primera declaracin de Patrimonio de la Humanidad en Burgos se la llev la imponente Catedral
gtica en 1984. Casi una dcada despus, en 1993, lleg el reconocimiento para el histrico Camino de
Santiago. Y en el ao 2000, Burgos volvi situarse entre las ciudades elegidas por la UNESCO con una
nueva distincin mundial para la Sierra de Atapuerca. Por qu no aspirar a una cuarta declaracin de
598
Patrimonio de la Humanidad, en esta ocasin para el centro histrico? Esa es la pregunta que deja en el aire
en forma de propuesta el Plan Estratgico de la Cultura []; Diario de Burgos, 26-2-2010, p. 6.
173 Los firmantes de la solicitud recogan en su escrito una amplia relacin de casos de amenazas o de actos
ya realizados que ponan en grave peligro la integridad y la autenticidad de Camino de Santiago. Entre otros,
y en el Camino francs, se sealaba la construccin de un Polgono Industrial-Comercial en el Concello de O
Pino (La Corua, Galicia) cerca de Compostela; la destruccin de 2 Km, del Camino y la superposicin, en
12 puntos a lo largo de 8 Km. de la senda jacobea, del trazado de la autova A-12 entre Santo Domingo dc La
Calzada y Burgos, en los Montes de Oca y en la Sierra de Atapuerca; el proyecto de construccin de un
telefrico entre la Ciudad de la Cultura y el centro histrico de la ciudad de Santiago de Compostela; la
afectacin del Camino por la pretendida ampliacin del Embalse de Yesa (Huesca, Aragn); la afectacin del
Camino por la aprobacin del Proyecto del Plan Parcial del Parque Tecnolgico de Burgos; la modificacin
del itinerario del Camino de Santiago en las parroquias de Castaeda y de Burres en el Concello de Arza
(La Corua) por el Plan General de Ordenacin Municipal de 2008; la aprobacin en 2009 del Parque Elico
sobre el Monte Oribio (Triacastela, Lugo); la informacin del inicio de las obras de construccin del
Polgono de Las Caas, al noroeste de Logroo, que est atravesado por el Camino de Santiago; el asfaltado
de diversos tramos del Camino (Reirz, Refoxos y Pascais); la sustitucin del puente de piedra por uno de
599
hormign junto al molino de Renche, tala de arboleda en el entorno del monasterio y plantacin de camelios
en el ayuntamiento de Samos (Lugo); la destruccin del Hospital de la Tiendas, de la orden de Santiago,
conocido como el Hospital de Gran Caballero, mencionado por Laffi en el siglo XVII, situado entre
Calzadilla de la Cueza y Ledigos (Cervatos de la Cueza, Palencia) y que figura como la etapa XVI del
Camino francs; construccin de barracones en el Monte del Gozo en Santiago; campo de golf en Ciruea
(La Rioja); el proyecto de autova Lugo-Santiago; y, la pertinaz opacidad en la informacin sobre las
intervenciones en el Ptico de la Gloria y en la Capilla Mayor de la Catedral de Santiago de Compostela.
Tambin otros tramos del Camino de Santiago no incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial sufran
destrozos y amenazas: derrumbe por abandono, en 2008, del casern destinado a albergue en Pendueles
(Llanes, Asturias) en el Camino del Norte; proyecto de Refinera de petrleo en Villafranca de los Barros
(Badajoz) en el Camino Mozrabe; abandono de la iglesia romnica de Villaescusa de Palositos
(Guadalajara), situada en la V etapa de la Ruta de la Lana, camino seguido desde 1624 y cortado por all en
2006; abandono de Santa Mara la Real de Obona (Tineo, Asturias); desvo del Camino Ingls para construir
un campo de golf y una urbanizacin entre Perbes y Vilanova de Mio (La Corua); destruccin del Camino
por las obras de la autova Oviedo-La Espina; destruccin y apropiacin por particulares del tramo del
Camino que coicide con la calzada romana perteneciente a la XIX en la aparroquia de Villamayor (Toques,
Lugo); corte del Camino Portugus en Las Gndaras (Porrio, Pontevedra).
600
que se convierte en bien por el valor cultural inherente a la cosa. A partir de esta premisa
califica al bien cultural como inmaterial porque la cosa material es soporte del bien pero
no es el bien en s mismo; el bien se debe al valor cultural, que es inmaterial. El verdadero
objeto de tutela jurdica es el valor cultural, no el elemento material. En el marco jurdico,
para justificar la intervencin pblica sobre los bienes culturales acude a la tcnica de la
propiedad dividida en base a la doble naturaleza del objeto: la cosa como soporte fsico y
el bien como utilidad que el objeto soporta. Es decir en la cosa material se concentran dos
tipos de bienes, el bien de pertenencia que puede ser pblica o privada y el bien de
fruicin, para el disfrute de la sociedad por lo que debe ser accesible al uso pblico. Esta
suerte de propiedad colectiva es la que legitima la intervencin administrativa sobre los
bienes cuya propiedad es privada
La trivializacin del patrimonio histrico, la consolidacin de la cultura de consumo
o la constante utilizacin de la frase poner en valor el patrimonio, aunque se destruya para
lograrlo, son el resultado de un momento como el actual regido, como describe Guilles
Lipovetsky por el vaco absoluto propio de la era hipermoderna (LIPOVETSKY, 2007).
Es un momento en que los medios en vez de reflejar la realidad la fabrican pero la
realidad, la verdad y la ficcin no se diferencian.
Hasta finales del siglo XX han existido normas y referencias colectivas que definan
sin ambigedad el valor de los bienes culturales declarados Patrimonio Mundial -valor
excepcional universal, autenticidad e integridad- y unos principios y textos legales
asimilados por los ciudadanos; sin embargo este orden se est desarticulando en beneficio
de las leyes del mercado. Esta actitud, a mi juicio, es la que provoca la agona del
patrimonio en el sentido unamuniano de lucha, no como fase terminal de un proceso sino
como una convulsin que afecta en la actualidad a la cultura, por tanto, como un estado de
crisis. El problema es que esta crisis refleja una clara voluntad de lograr la mayor
rentabilidad de las manifestaciones culturales y sus espacios para la industria turstica para
obtener importantes plusvalas sin que se note demasiado. Para ello se hace necesario
desarmar el marco conceptual vigente y disear nuevas lneas mediante una nueva
concepcin del patrimonio ligado a la defensa de los derechos humanos, el desarrollo
sostenible de las comunidades y el logro de la paz, objetivos positivos que enmascaran, sin
embargo, los dictados del mercado.
La liturgia de esta ceremonia realizada a travs de diferentes documentos, culmina
con una nueva convencin: Convencin para la salvaguarda del Patrimonio Cultural
601
Hoy nadie desconoce que una promocin intensiva del turismo es una amenaza que
puede destruir las mismas culturas que pretende enriquecer, pues son las necesidades de
los turistas las que dictan la forma de vida de los ciudadanos. Coincidimos con la
aseveracin de Lipovetsky cuando seala que las ciudades histricas se convierten en
poblados temticos para responder a las necesidades de autenticidad de los turistas vidos
de cosa extranjera, de ambiente local y exotismos folklricos (LIPOVETSKY, 2007: 57).
A otra escala, ste es un esperpento que observamos muy frecuentemente en los
pequeos pueblos espaoles, siempre dispuestos a aparentar autenticidad ante los que van
en vacaciones desde la ciudad, aunque para ello tengan que realizar esfuerzos fsicos
improcedentes como sucede, en algunos ncleos rurales de Castilla y Len, donde los
ancianos reproducen labores del campo como la siega, la trilla, acarreo de madera, etc.
muy del gusto de los forasteros.
El informe realizado por la consultora francesa SCETO sobre Bali resulta expresivo
de las contradicciones que nos preocupan: Los visitantes, individuos con un alto nivel de
vida y ms o menos frustrados con su propia cultura, intentan idealizar una civilizacin
que slo pueden apreciar superficialmente, identificndola con un "paraso perdido" cuya
conservacin desean. Los anfitriones, por su parte, slo ven los atractivos exteriores de una
forma de vida extraa a su experiencia, y tienden a creer que los turistas vienen de una
especie de "tierra prometida" que se esfuerzan por reproducir (GOLDSTONE, 2003: 309)
stos son algunos de los principales desvos en el proceso de conservacin del
Patrimonio Mundial, pues desde 2003, se pretende sustituir la salvaguardia del patrimonio
cultural y natural para valorar lo que se ha dado en llamar patrimonio inmaterial y
apropiarse as de las ventajas y plusvalas simblicas y econmicas del patrimonio
cultural.
Lo relevante de esta categora denominada Patrimonio Inmaterial es que se trata de
creaciones vivas que conforman un patrimonio que es recreado constantemente por las
comunidades infundindoles un
sentimiento
de identidad
y continuidad. Son
sociedad no quiere prescindir y para cuya salvaguardia si que se necesita una actuacin de
tutela institucional eficaz.
Por ello se hace necesario ahondar en un debate que de sentido a palabras como
patrimonio material o inmaterial, patrimonio tangible frente al intangible, oposicin que
poda ser cambiada por patrimonio permanente, o eventual. Nuestra propuesta es hablar de
patrimonio cultural (material e inmaterial al mismo tiempo) porque cualquier bien del
patrimonio mundial de carcter fsico, es decir material, tiene unos ingredientes
inmateriales, y todos los bienes denominados patrimonio inmaterial (en la Convencin de
2003) tienen su expresin material. Luego no son diferentes. Los propios textos de la
UNESCO sealan la estrecha relacin entre el patrimonio cultural y el patrimonio
inmaterial. Porque es lo mismo. No existe diferencia entre patrimonio material y
patrimonio inmaterial, puesto que son las dos facetas imprescindibles del patrimonio
cultural.
El patrimonio mal llamado material, es tambin siempre un patrimonio inmaterial.
Su proteccin jurdica no se agota en la conservacin de la cosa, del objeto, porque el bien
protegido la trasciende. Ejemplo de una concepcin del patrimonio cultural totalmente
trasnochada es la proteccin de las estatuas de piedra de la catedral de Burgos sin tener en
cuenta que slo se protege la piedra pero no su valor de significacin, que se ha perdido al
estar ahora desordenadas y mezcladas con otros objetos en un museo.
608
177 (i) representar una obra maestra del genio creador humano; (ii) atestiguar un intercambio de valores
humanos considerable, durante un periodo concreto o en un rea cultural del mundo determinada, en los
mbitos de la arquitectura o la tecnologa, las artes monumentales, la planificacin urbana o la creacin de
paisajes; (iv) ser un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construccin o de conjunto
610
que ya sabamos! Pero en 2001, el mismo elemento que desde 1985 era parte integrante de
la Medina de Marrakech, bien inscrito como patrimonio cultural en la Lista del Patrimonial
Mundial pasa a ser incomprensiblemente y contradictoriamente elemento integrante de las
Obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad.
En conclusin, la plaza de Jemaa-el-Fna para una Convencin o para otra, es un
importante lugar (significante, soporte material) de intercambios culturales (significado,
valor inmaterial) y eso es lo que tiene importancia, aunque por otra parte demuestra la falta
de atencin en el momento de realizar las declaraciones por parte de la UNESCO. Este es
un buen ejemplo de superproteccin de un bien que, adems, goza de proteccin oficial
desde 1922, en tanto que elemento del patrimonio artstico de Marruecos. Y es un ejemplo
tambin de que no se precisa una actuacin de tutela por parte de las instituciones pblicas
porque es una realidad viva que hacen los ciudadanos da tras da.
del Patrimonio Mundial. Esas canciones identitarias son a la vez materiales, su msica, e
inmateriales, la evocacin y su capacidad para cohesionar al grupo. Podemos
preguntarnos, de paso, por qu el criterio de identidad, coordinado con el de
autenticidad, condicionante necesario para la valoracin del valor excepcional de un bien
que pretenda ser inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial, no se aadi explcitamente
en la Convencin del Patrimonio Mundial de 1972 y s en la Directrices Prcticas
establecidas para su aplicacin. Esto hubiera servido de ayuda para aclarar alguno de los
puntos que estamos tratando. Y hubiese servido tambin para evitar la atribucin en
exclusiva del criterio de la indentificacin de las comunidades a los bienes culturales
tradicionales y populares tratados por la Convencin para la salvaguardia del Patrimonio
Cultural Inmaterial de 2003.
practicado durante las dos ltimas centurias al menos, por la etnografa, la antropologa, la
etnolingstica -mtodo y corriente dialectolgica conocida como Wrten und Sachen, es
decir Palabras y cosas-, la etnomusicologa y otras disciplinas humansticas. Para todas
estas ramas de la ciencia humanstica, los elementos de la cultura tradicional y popular no
slo han sido y son un preciado objeto patrimonial, sino que este objeto era, adems,
material (tangible), puesto que daba lugar a registros sonoros, inventarios, estudios y
publicaciones, que han servido para el mejor y ms cabal conocimiento de los pueblos y
comunidades creadores de una danza, o de una tonada, de unas formas de trabajar las hojas
de palma o de determinados ritos imprecando la lluvia.
En el considerado 2 de la nueva Convencin se reconoce tambin la profunda
interdependencia que existe entre el patrimonio cultural inmaterial y el patrimonio material
cultural y natural algo lgico puesto que todo ello, lo ms circunstancial, eventual y
evanescente, que es lo que caracteriza a lo que en el texto se denomina patrimonio
inmaterial, y lo ms estable en el tiempo y fijado en el espacio como son los monumentos
y los sitios, todo ello, es lo que constituye el patrimonio cultural.
La Convencin del Patrimonio Inmaterial de 2003 y la Declaracin de la UNESCO
sobre la Diversidad Cultural (Pars, 2001) ponen en relacin la salvaguarda de las
manifestaciones de los pueblos y comunidades con las oportunidades de desarrollo
sostenible de esos pueblos y comunidades. Asimismo, la pervivencia de esa cultura
tradicional, por su valor identitario para cada grupo, se constituye en un factor ideal y
eficaz para fomentar las relaciones entre los pueblos y desarrollar as un mundo en paz.
En la Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, uno de
los textos en los que se basa el texto de la Convencin del Patrimonio Inmaterial y citado
en su propia introduccin, dice: La diversidad cultural ampla las posibilidades de
eleccin que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no
solamente en trminos de crecimiento econmico, sino tambin como medio de acceso a
una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria (artculo 3).
Resulta de inters resaltar una idea clave recogida en los puntos 6 y 7 del
prembulo de esta Declaracin de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, uno de los
textos de referencia para comprender el origen y la elaboracin de la Convencin del
Patrimonio Inmaterial: Comprobando que la cultura se encuentra en el centro de los
debates contemporneos sobre la identidad, la cohesin social y el desarrollo de una
economa fundada en el saber; Afirmando que el respeto de la diversidad de las culturas,
la tolerancia, el dilogo y la cooperacin, en un clima de confianza y de entendimiento
mutuos, son uno de los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales
615
(UNESCO, 2001).
Es muy revelador constatar que en el texto de un documento cuyo objetivo es la
conservacin del patrimonio llamado inmaterial, pero patrimonio al fin, se resalte la misma
idea expresada en otro documento elaborado con otro fin. As lo podemos verificar al leer
el punto 7 de la Convencin del Patrimonio Inmaterial: Considerando la inestimable
funcin que cumple el patrimonio cultural inmaterial como factor de acercamiento,
intercambio y entendimiento entre los seres humanos. Lo que demuestra que las ideas
fuerza de la nueva Convencin son lograr un desarrollo sostenible (art. 3, como vimos ms
arriba) y lograr un mundo en paz.
Cuando ahora se habla de patrimonio inmaterial, invocando la Convencin de 2003,
ya no se est hablando de Patrimonio Cultural sino de Derechos Humanos, de respeto a la
diversidad de los pueblos y sus culturas, y de las nuevas oportunidades de desarrollo
econmico. Por otra parte al verificar cuales son los elementos incluidos como patrimonio
inmaterial de la humanidad, parece que es una lista con la que se puede contentar a
comunidades primitivas cuyas manifestaciones se declaran patrimonio inmaterial, y, por
todo lo sealado, constatamos que la Convencin que estamos comentando no deja de
mostrar un cierto paternalismo del primer mundo hacia los pueblos y comunidades menos
desarrolladas, posibles perjudicados por los procesos de mundializacin.
El mayor problema con todo es que en este momento existen dos listas de UNESCO
y dos emblemas diferentes: la Lista del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, y la Lista
representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y muchas diferencias
en su consideracin y tratamiento.
Si los bienes de la Lista del Patrimonio Mundial Cultural y Natural constituyen un
valor nico por considerarse cada uno de ellos patrimonio excepcional de valor
universal, los bienes de la cultura tradicional (encuadrados en el patrimonio inmaterial)
son considerados y valorados en conjunto por ser fuente de intercambios, de innovacin
y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria para el gnero humano como la
diversidad biolgica para los organismos vivos.
Que los llamados por su Convencin bienes culturales inmateriales no tienen la
misma consideracin que los que integran la Lista del Patrimonio Mundial tambin se
prueba al analizar sobre quien recae la responsabilidad de la conservacin. As la
Convencin del Patrimonio Mundial de 1972 seala, en los considerandos 1 y 5, que
incumbe a la colectividad internacional entera participar en la proteccin del patrimonio
cultural y natural de Valor Universal Excepcional prestando una asistencia colectiva que
sin reemplazar la accin del Estado interesado la complete eficazmente porque el deterioro
616
617
618
cuestionables
un
hbil
manipulacin
proceso
de
emanado
del
mercado y orientado a un
desarrollo
urbanstico
Burgos
Figura 260: Trazado del bulevar. (Fuente: Masterplan H&deM)
economicista,
de
meramente
y
que
se
179
Este tema ha sido tratado, entre otros tranbajos, en: BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2002): El
patrimonio urbano del s. XXI en Burgos: entre el fachadismo del Centro Histrico y la magia de Atapuerca,
en FERNNDEZ GUTIRREZ, Fernando, PUMARES FERNNDEZ, Pablo y ASENSIO HITA, ngeles
(eds.): Turismo y Transformaciones Urbanas en el siglo XXI, Almera, Universidad de Almera, pp. 467-479.
BERNAL SANTA OLALLA, Begoa, (2009): La intrusin de la arquitectura de autor en los lugares de la
historia como proceso de desarrollo y salvacin econmica de una ciudad media. El Museo de la Evolucin
Humana: realidad y paradoja, en CARAVACA, Inmaculada, FERNNDEZ SALINAS, Vctor y SILVA,
Roco (eds.): Ciudades, culturas y fronteras en un mundo en cambio, Sevilla, Junta de Andaluca, pp. 67-82.
619
180 Las imgenes que siguen estn tomadas de HERZOG & DE MEURON (2006): Burgos. Mtodos y
propuestas urbansticas para una ciudad media espaola, Burgos, Consorcio para la gestin de la variante
ferroviaria de Burgos.
620
Figura 263: Propuesta de desarrollo de nuevos barrios y aumento de la densidad. (Fuente: Masterplan
H&deM)
621
Cuando se hayan concluido los desarrollos en torno a las dos estaciones, debera
permitirse el desarrollo de los nuevos barrios en el borde de la ciudad, ocupando los
terrenos agrcolas, aunque clasificados como urbanizables, que rodean la ciudad.
La ciudad de Burgos es un lugar en el Camino de Santiago. Burgos -como suele
poner de relieve Ortega Valcrcel- tiene una cualidad sobresaliente, saber hacer ciudad,
y puede mostrar esa construccin urbana, de siglos, con un inmejorable uso del espacio.
Del ro y sus bordes, como un gran corredor verde urbano integrado plenamente en el
cuerpo de la ciudad. De los caminos y su trnsito ordenador [...] De los hitos colocados
como puntos de identidad y como perfiles del horizonte: catedral y castillo (ORTEGA,
2006: 120).
Dado que el Camino es la esencia urbanstica de la ciudad a lo largo del cual se
engarzan una serie de monumentos conectados por la ruta jacobea, Herzog y de Meuron
proponen tambin realizar 13 nuevos edificios de gran altura y arquitectura de calidad
sobresaliente -algunos proyectados por ellos mismos- que actuarn como hitos,
articulando as el bulevar. La situacin y las formas de los edificios que se construirn a lo
largo del bulevar estarn definidas por pasillos visuales que enmarcan la catedral o el
monasterio de Las Huelgas, como
principales monumentos histricos y
los cerros que dominan el paisaje de
la ciudad, el del Castillo, el de San
Zoles y el cerro de San Isidro. De
modo que la nueva arquitectura,
segn estos profesionales, podr
formar un tercer sistema lineal en el
paisaje de Burgos junto con el ro y
el Camino de Santiago.
Figura 265: Desarrollo de nueva arquitectura en el
entorno de la vieja estacin. (Fuente: Masterplan
H&deM)
El
entorno
de
la
antigua
este tramo se convierta en una nueva zona de actividad de usos terciarios y servicios de
Burgos.
Con 12 Km de longitud, el bulevar -dice el proyecto- recorrer de este a oeste,
conectando las distintas partes de la ciudad con la nueva estacin del ferrocarril, cuando
termine de realizarse el nuevo trazado ferroviario, desviado por el norte de la ciudad, y
revalorizar los barrios situados a lo largo del mismo. El bulevar ferroviario, en fin, es un
622
paisajista
(Pars),
MGB
Ingeniera
623
propuesta que viene nada menos que de un estudio de arquitectura suizo, de renombre
internacional, nadie se atrever a criticar la personalsima impronta que Herzog & de
Meuron proyecten dejar en la configuracin del bulevar.
Podemos calificar este proyecto como la apuesta urbanstica de futuro ms ambiciosa
de la ciudad en lo que va de siglo. Ha sido tan ambiciosa que la crisis ha dado al traste con
ella. El contrato de la ciudad de Burgos con el estudio de arquitectura de Jaques Herzog y
Pierre de Meuron, firmado en febrero de 2005, se rescindi a final de 2011. De las grandes
obras no se ha realizado ninguna. Hoy podemos ver un tramo importante de lo que se
denomina bulevar pero que, a pesar de la inversin multimillonaria, es una avenida normal
y sin terminar. El trazado tena que conectar el barrio de Gamonal, al este de la ciudad, con
la Universidad en el oeste, pero la crisis no lo ha permitido.
Si las importantes propuestas de intervencin urbanstica realizadas por los
prestigiosos arquitectos, premios Pritzker, para
cambiar la ciudad de Burgos fueron asumidas de
manera complaciente por la opinin pblica, no
sucedi lo mismo con la comprobacin real de los
detalles del mobiliario urbano diseado en
exclusiva para el bulevar tras un estudio
concienzudo de las caractersticas patrimoniales de
la ciudad: sus monumentos, su espacio pblico y su
naturaleza.
El da 2 de febrero de 2012 Diario de
Burgos, daba en portada la humillante noticia
Figura
267:
Noticia
sobre
la
exclusividad del mobiliario del bulevar.
(Fuente: Diario de Burgos)
da antes, 1 de febrero,
624
avenida burgalesa: Sabis de donde tomaron H&M los diseos de las paradas del
Bulevar? http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=88124968
Esta fotgrafa que se encuentra entre las artistas ms reconocidas de la segunda
mitad del siglo XX en Alemania, ha formado parte de las cuatro muestras que tratan sobre
Arte y misticismo, organizadas por la Junta de Castilla y Len para el Congreso
Internacional de Mstica. En la entrevista publicada por El Pas con motivo de su
exposicin en vila, se declara
militante del blanco y negro y
afirma no considerarse mstica en
absoluto.Mis fotografas reflejan
muchas cosas a la vez, el paso del
tiempo, la prdida de cosas, las
personas que hubo all.... La
arquitectura es muy importante en
mi trabajo, es un smbolo (PREZ
DE PABLOS, 2008)
Figura 269: Armenia: una fuente de inspiracin. (Fuente:
Diario de Burgos)
Esta
mensajes
fotgrafa
diversos,
transmite
crticos,
de
denuncia: el descuido con el patrimonio o lo que ha sufrido con las guerras. Ursula ha
Figura 269:
Dos mundo
versiones
del mismo
recorrido
medio
buscando
imgenes que transmitan un mensaje. Su obra es
comprometida y sirve como fuente de documentacin. Bien lo sabemos ahora todos los
burgaleses.
Tal vez Ursula Schulz-Dornburg nunca hubiera pensado en que Herzog &de Meuron
se lo tomaran al pie de la letra utilizando como fuente de documentacin las fotografas
que realiz durante sus viajes por Armenia entre 1997 y 2001 y que forman parte de
imgenes para la espera en medio de paisajes desolados (FEIREISS y BARMANN,
2008).
La opinin del estudio de Herzog & de Meuron ante las crticas de la poblacin
burgalesa tambin la ofreci el peridico local. Con la afirmacin No hay que
reinventarlo todo los artistas defienden que el uso de las imgenes de Schulz-Dornburg es
un homenaje a los diseadores annimos de la era moderna que se brinda dndoles una
nueva vida y por tanto son tratadas como arquitectura verncula. Cuentan en Herzog &
de Meuron que si utilizamos este mtodo de apropiacin (como trmino y estrategia
utilizada en las artes visuales, que en su traduccin del ingls ese trmino no tiene el
sentido peyorativo que s tiene en espaol) no fue por pereza, ni por ahorro ni porque
625
Burgos sea un proyecto menos importante, sino por su valor como estructuras sociales y
porque nos parecen bellas y establecen la escala humana.
Ahora conocemos su concepto sobre el proceso artstico de apropiacin: copiar,
reproducir o repetir como tales no son necesariamente decisiones ilegales ni inmorales,
todo depende del contexto
especfico.
Burgos,
coser
los
diferentes
arquitectura
diseo. Por ltimo, los padres del bulevar hacen una matizacin importante: habamos
diseado paradas contemporneas y nicas cuando tomamos la decisin de apropiarnos
de las modernas. Esos diseos fueron mostrados en la exposicin sobre el bulevar de
2006, pero la idea se abandon. Por qu las paradas deberan ser menos queridas al saber
que no las diseamos nosotros? Ms claro: tenamos algo exclusivo, pero encontramos
algo mejor y lo aplicamos.
Siendo las paradas el elemento ms significativo de la apropiacin de elementos
recolectados por el globo y reinventados para
Burgos, no son el nico ejemplo. Tambin los
bancos de lminas de madera verde son iguales
que en el Central Park de Nueva York. Su
longitud, segn dicen los suizos, permite la
Figura 271: Las luninarias son exclusivas,
pero poco. (Fuente: la autora)
Lo que s se pari ex profeso para Burgos fueron las luminarias, como gotas de
roco de la maana suspendidas en cables a lo largo del bulevar recordando la catenaria
del ferrocarril desaparecido. Pero tambin se han colocado en la Plaza de Espaa de Santa
Cruz Tenerife y en el patio del Museo del Mediterrneo de Torroella de Montgr, en
Gerona y s, esperamos que se usen en otros lugares tambin por qu no usarla en varios
lugares si la idea es buena? y subrayan que se trata de un producto industrial. Desde
626
Herzog & de Meuron hacen una puntualizacin sobre las clusulas que hay en el contrato
con el Ayuntamiento: En el plano legal no existe ningn problema contractual
relacionado con la exclusividad del diseo; es ms, estamos contentos de que la gente est
debatiendo sobre nuestro proyecto porque no cabe duda de que es un discurso de gran
actualidad en todo el mundo.
Fue una decisin artstica consciente. S reconocen en Basilea que tuvimos dudas
sobre plantar 12 kilmetros de un todo nuevo, pero en lugar de eso propusimos un
proyecto de sampling (apropiacin) para crear algo realmente nico para Burgos. Dado
que el reto era enlazar distintas tramas urbanas y conectar tanto la herencia histrica como
la ciudad de los aos 60 y 70 y la ciudad reciente, se desterraron los diseos originales
elaborados por el estudio y se opt por aquellos que, aun existiendo ya, encajaban mejor
en el heterogneo contexto del bulevar. De este modo el impacto del resultado del bulevar
de Burgos afirman ser ms reconocido y vanguardista que si hubiramos diseado unos
relamidos refugios de vidrio y acero. Bajo esa premisa, la de que no todo debe ser
reinventado cada vez poniendo en riesgo el acierto de la nueva criatura, es como Herzog &
de Meuron decidieron amueblar el bulevar. Y a fe que es algo nico dnde, si no, se
podran ver paradas armenias y bancos neoyorquinos en un mismo paseo? (Diario de
Burgos 18-2-2012: 16 y 17)
Aunque los responsables municipales admitieron desconocer la inspiracin Armenia
de Herzog y de Meuron para las marquesinas consideraron que no es relevante.
No es mi propsito analizar el Masterplan de H&deM ni juzgar el cambio y la
complejidad de las transformaciones del espacio urbano burgals, sino plantear la lgica
con la que se estn produciendo esos cambios y los conflictos derivados de las relaciones
estrechas entre las propuestas de desarrollo econmico, la utilizacin del patrimonio,
natural y cultural, la arquitectura contempornea y la preservacin de los conjuntos
histricos del Patrimonio Mundial, en unos momentos en que los arquitectos estrella y el
poder no slo cambian fsicamente la ciudad sino que provocan la transformacin de la
cultura, de los valores y de la calidad de vida de la poblacin.
Los profesionales de la arquitectura seguros de que el proyecto urbano que define el
siglo XXI es la arquitectura contempornea que compone el nuevo perfil de las ciudades,
han afianzado la idea de focalizar la atencin en un concepto ms amplio que el de centro
histrico como es el de paisaje histrico y establecer una nueva metodologa aplicable a
una vertiente concreta del patrimonio ligado al paisaje cultural.
La utilizacin de los valores del Patrimonio Mundial y de sus smbolos; la tramposa
pretensin de crear el patrimonio del futuro con obras de arquitectura contempornea; la
627
explotacin del concepto paisaje cultural vinculado a la sociedad del ocio y el abuso de ese
trmino, definido como superposicin de memorias, que se pueden inyectar desde la
arquitectura y que se estn creando para el futuro; la utilizacin de la ciencia y la
socializacin del conocimiento como ciencia aplicada a la economa; la materializacin
del concepto industria de la ciencia, la repeticin de la idea de que hay que poner en
valor el patrimonio aunque haya que realizar demoliciones de edificios protegidos y
alteraciones sustanciales del espacio pblico como el propio Camino de Santiago o
sacrificar las riberas del ro; la consideracin de la cultura de consumo como cultura total;
la utilizacin de la fascinacin pblica por las formas; la existencia de una sociedad
alienada y consumidora sin ms aspiracin que la felicidad basada en la aventura
disimulada y el simulacro, la existencia de una sociedad narcisista (LIPOVETSKY,
2007 a: 51); o las promesas de dinamismo econmico y el mito de la prosperidad han
servido para amasar una estrategia que ha funcionado en Burgos gracias a la facilidad de
manipulacin de una poblacin que asiste perpleja a la representacin de un fantstico
espectculo trabado por excelentes operaciones de marketing, iniciadas desde hace tiempo
por los codirectores del yacimiento de Atapuerca, que estn bien ancladas en los poderes
pblicos y se materializan en la ciudad tomando forma arquitectnica y urbanstica.
A orillas del ro Arlanzn, frente a la desembocadura del ro Vena, en el corazn de
la ciudad de Burgos, Camino de Santiago, a solo 550 m. de la Catedral, se alza el
Complejo de la Evolucin Humana como paradigma de las obsesiones y paradojas que
caracterizan a la ciudad y a la sociedad actual. El gigantismo de la obra realizada por J.
Navarro Baldeweg, sobre una parcela de 22.641 m2, sobresale como epifenmeno de un
momento histrico concreto que nos permite tomar conciencia de las desviaciones
producidas en la dinmica del individualismo hiperindividualismo caracterstico del inicio
de la era hipermoderna, en la que se ha impuesto la bsqueda del placer de la experiencia
privada, de la percepcin de sensaciones ntimas y emociones nuevas, y de un consumo
salvaje, hiperconsumo como sucedneo de las reglas, de las normas, de la ciencia, de las
ideologas, de las utopas y del rigor (LIPOVETSKY, 2007 b).
En esta poca de modernizacin desenfrenada hecha de mercantilizacin a ultranza,
de desregulaciones econmicas, de desbordamiento tecnocientfico (LIPOVETSKY,
2006: 55), las paradojas son muy visibles porque se ofrecen muchas promesas, pero
tambin comportan consecuencias muy negativas no solo para la ciudad sino tambin para
la poblacin, en la que ya se aprecian muestras de escepticismo o decepcin frente al mito
628
181 Emiliano Aguirre fue el maestro de los tres codirectores: Juan Luis Arsuaga, Jos M Bermdez y
Eudald Carbonell.
629
del gran retraso histrico de la ciudad, los responsables polticos del Ayuntamiento de
Burgos se proponen extender la sensacin de que la ciudad est experimentando una
evolucin considerable. Es sta la impresin que reofreci en el vdeo promocional sobre
Burgos, cuyas imgenes acompaaron las transmisiones de TVE de la Vuelta Ciclista
Internacional a Burgos (agosto de 2000) que, bajo el lema Evolucionando, intentaba
definir la metamorfosis de la ciudad, con la que se quiere lograr una nueva imagen que
ayude a poner a Burgos a la altura de las ciudades ms importantes y dinmicas de Europa.
Las actuaciones pblicas programadas serviran para complementar el patrimonio
histrico con nuevas dotaciones culturales, que sienten las bases de una intensa renovacin
del paisaje urbano de Burgos. Sin duda, el solar de Caballera, es considerado el germen de
una ciudad absolutamente distinta por su especializacin como lugar, con una funcin
ldica y turstica de carcter espectacular que dar lugar al Museo de la Evolucin
Humana. Se enmarca por tanto en una iniciativa de carcter cultural y cientfico del equipo
de gobierno municipal socialista para la divulgacin de los hallazgos e investigaciones del
equipo de cientficos que trabaja en los yacimientos, quienes consideran que la
impresionante riqueza del registro arqueopaleontolgico de los yacimientos de la Sierra de
Atapuerca tiene que ser expuesta a toda la sociedad de forma dinmica y moderna, con un
concepto musestico renovado.
Burgos, capital europea y mundial para su periodo cronolgico de la Paleontologa
Humana, necesita tener el Museo de la Evolucin, una obra definida por los directores
como rentable, eficaz y muy til por ser un proyecto nico en el mundo dedicado a la
evolucin humana. De acuerdo con ello, el Ayuntamiento burgals realiz los trmites
para registrar a su nombre y como uso exclusivo de la ciudad el nombre de Museo de la
Evolucin Humana e impedir as cualquier otra iniciativa similar en ningn otro punto de
Europa.
La trascendencia mundial que tienen los yacimientos de Atapuerca se consideraba
una oportunidad histrica que permitira a Burgos incluirse en los grandes circuitos de
explotacin cultural, a travs de un gran proyecto de Museo de la Evolucin Humana.
El propio alcalde de Burgos, mirando a Bilbao, lidera la gnesis de una etapa de
ilusin para los ciudadanos a travs de su gran proyecto; Atapuerca es el gran argumento
de futuro del Ayuntamiento burgals y quiere que se asome al mundo a travs del museo
que edificar en el solar de Caballera. As lo declara en uno de los paneles de la
Exposicin de los Proyectos presentado al Concurso de Ideas, celebrada en la Casa del
Cordn de Burgos entre los das 26 de septiembre y 19 de octubre de 2000: Un proyecto
que (...) contribuir a impulsar decisivamente la dinamizacin cultural, social y econmica
630
de nuestra ciudad, situando a Burgos entre las ciudades espaolas y europeas de mayor
proyeccin cultural. Como alcalde de Burgos182 siento gran satisfaccin por el inters que
los burgaleses han demostrado por esta iniciativa que han hecho suya. Atapuerca ha
encontrado un considerable eco nacional e internacional y este Museo ser un centro de
referencia mundial. (...) Poseemos un sector servicios en constante proceso de mejora,
contamos con una ubicacin estratgica de primer orden y un potencial cultural, de la
mano de nuestro rico patrimonio y de los yacimientos de Atapuerca, que nos proporcionar
un valor aadido que ha de colocarnos en unos niveles de proyeccin exterior, desarrollo y
bienestar hasta ahora desconocidos.
La ciudad de Burgos acababa el siglo XX como lo empez, con muchas esperanzas
en el porvenir, con una serie de iniciativas y proyectos de dotacin de equipamientos
culturales y de obras pblicas para transformar la economa urbana. La ordenacin del
solar de Caballera con el Museo de la Evolucin Humana y la construccin de un Palacio
de Congresos, Exposiciones y Auditorio se presentaba como el proyecto estrella. El solar
de 23.400 m2 tiene una posicin privilegiada junto al ro Arlanzn. Corresponde al antiguo
cuartel de Caballera levantado a finales del siglo XIX sobre las ruinas del antiguo
convento de San Pablo, fundado en el siglo XIII por Santo Domingo de Guzmn, y ha
estado en expectativa, sin saber el uso que debiera tener, desde que en 1973 se demoli el
citado cuartel.
El Ayuntamiento quera incorporar a Burgos en la ruta de los museos que discurre
entre Madrid, Bilbao y Altamira, dentro de una oferta cultural cada vez demandada por los
ciudadanos. Pretende ilusionado captar el codiciado flujo turstico que se dirige al
Guggenheim y que los turistas permanezcan en Burgos algo ms del da y medio que es el
periodo de estancia media caracterstico en la ciudad. Este proyecto, como centro de
proyeccin cultural, social y cientfica, buscaba adems ser un elemento sinrgico que
generara nuevas inversiones. Con ello se pretenda tambin cualificar la zona sur de la
ciudad como contrapunto a la ciudad tradicional.
Adems del museo, se planteaban un conjunto de operaciones urbansticas como el
desvo del ferrocarril, la construccin de una nueva estacin intermodal o la puesta en
funcionamiento del aeropuerto de Villafra para intentar cualificar la imagen de la ciudad
hasta conseguir hacer realidad lo que proclama la campaa publicitaria promovida por el
Ayuntamiento: Burgos 2000. Una ciudad abierta al mundo.
Al comenzar el nuevo siglo, Burgos, como otras muchas ciudades histricas, da
muestras de un proceso de transformacin de su espacio urbano consolidado, que es el
182 En aquellas fechas era alcalde ngel Olivares del PSOE.
631
638
640
Ao de
apertura
2000
hoteles
plazas
63
2001
21
2002
491
2003
2004
66
2005
363
2006
346
2007
133
2008
265
2009
60
2010
15
2011
28
2012
60
total
30
1.911
2000 y 2012.
Adems se han realizado 21 plazas de
apartamentos muy bien situados para dar respuesta a
una demanda que precisa estar en la ciudad un
641
Unos dicen, con Atapuerca nos ha tocado la lotera (Diario de Burgos, 25-3-2007:
contraportada), otros, como el Presidente de la Comunidad de Castilla y Len, lo ensalza
como una gran idea que en los primeros aos no encontraba cauce por culpa del
escepticismo inicial. [...] el paso del tiempo y una gran dotacin presupuestaria lo ha
convertido en el mejor complejo cultural de Espaa y, en su gnero, sin parangn en
Europa y yo dira que en el conjunto del mundo (Diario de Burgos, 29-2-2008: 17).
Por su parte, Juan Carlos Aparicio, alcalde de Burgos desde 2003, refirindose al
Museo destaca que todo lo que sirva para reforzar la absoluta excepcionalidad de estos
yacimientos [...] ayuda mucho a esta ciudad, adems de ser un argumento slido para esa
candidatura cultural de Burgos 2016 (El Correo de Burgos, 30-6-2007: 12). Precisamente
para lanzar la campaa de adhesin a la candidatura de la ciudad de Burgos a Capital
Europea de la Cultura 2016, el alcalde Carlos Aparicio, en carta abierta a los ciudadanos
desde el peridico municipal Plaza Mayor, escribe: Burgos pone su legado y patrimonio
al servicio de la capital europea del ao 2016. Su historia, su tradicin cultural, su
categora de cruce de caminos y punto de encuentro de ciudadanos europeos, su
proyeccin y su espritu de superacin y modernidad hacen de la ciudad un enclave
cultural que ya acogi a los primeros ciudadanos europeos hace ms de 800.000 aos, el
subrayado es nuestro, (Plaza Mayor, octubre, 2007). Con escritos y declaraciones como
stas se puede comprobar que el valor de los smbolos del Patrimonio Mundial es ms
importante muchas veces para los polticos que el propio patrimonio y que el conocimiento
que pueda generar.
A pesar de que la poblacin burgalesa otorga y calla por temor a ser tratada como
ignorante, los codirectores de Atapuerca, como los nuevos sacerdotes de las ruinas
teatrales de nuestra sociedad hipermoderna, siguen utilizando sus estratagemas porque
todava hay ciudadanos que no son conscientes de las buenas nuevas que predican. As, E.
Carbonell afirma: Nunca un proyecto cientfico se haba convertido en un proyecto
econmico. La ciudad de Burgos no es consciente de lo que puede suponer un
equipamiento cultural de estas caractersticas: el 95% de los ciudadanos de Burgos no se
han enterado del impacto econmico que va a tener el MEH. Pero este instrumento es tan
importante que va a cambiar la ciudad. Juan Luis Arsuaga por su parte formula tambin
su queja: Se nos suele reprochar que es una visin desenfocada, lo que nos perjudica
mucho. Lo que nosotros hacemos es conocimiento, pero tambin es economa. Nosotros
decimos que hacemos ciencia aplicada (Diario de Burgos, 25-7-2007: 6-7).
Lo ms cierto de todo es que Atapuerca ha cambiado la ciudad de Burgos y la
cambiar todava ms. Ha cambiado la percepcin de las personas. Pero tambin est
643
PRESUPUESTO DE
FINANCIACIN
CONTRATACIN
Centro Nacional de Investigacin
14.798.641,40
de la Evolucin Humana
Museo de la Evolucin Humana
Palacio de Congresos,
Exposiciones y Auditorio
51.589.877,68
50.629.268
Una estructura de acero rojo en el museo, que es la pieza principal, y los tres
edificios mastodnticos cubiertos de cristal y separados por dos estrechos callejones, dan
al conjunto una indudable imagen de dominio al servicio del poder, sin pensar en las
necesidades de la poblacin.
644
Son tres edificios y son tres las Instituciones que los han financiado. La Junta de Castilla y
Len es la administracin pblica con mayor porcentaje sobre la inversin prevista,
61,82%, ya que ha aportado 120.102.748 para la construccin de: un aparcamiento
subterrneo, el Museo, la
mitad
del
CNIEH
importe
del
el
del
40%
Auditorio. El Ayuntamiento
de Burgos, adems de pagar
el proyecto y ceder el solar
de
Caballera,
participado,
con
ha
muchas
financiacin
Auditorio.
Figura 275: Maqueta del Complejo de la Evolucin Humana. (Fuente:
Ayuntamiento de Burgos)
La
del
inversin
prevista de 66.030.883
representa el 33,99%. El
Ministerio de Educacin y Ciencia cofinancia el 50% del CNIEH, 8.139.253 , por lo que
su participacin sobre la inversin prevista es del 4,19%.
Institucin
Junta de Castilla y Len
Ayuntamiento de Burgos
Ministerio de Educacin
Financiacin aportada
Porcentaje sobre
inversin prevista
Aparcamiento subterrneo
MEH y Central de instalaciones
CNIEH (50%)
Palacio Congresos, Exposiciones, Auditorio (40%)
Solar de Caballera
Proyectos y direcciones tcnicas
Palacio Congresos, Exposiciones, Auditorio (60%)
CNIEH (50%)
Inversin total prevista: 194.272.883,90
Inversin prevista
61,82%
120.102.747,89
33,99%
66.030.883,2
4,19%
8.139.252,77
Figura 277: La nueva imagen del viejo Burgos. (Fuente. Ral Ochoa)
reproducen los yacimientos, como metfora del libro de naturaleza que recoge todo el
conocimiento distribuido en los estratos del corte de la sierra de Atapuerca.
Superada la concepcin de la arquitectura como objeto, los codirectores del
yacimiento han logrado convencer a la administracin pblica de la necesidad de
concebirla como amplificador de algo que tiene valor, para dotarlo de un mayor brillo. Si
tenemos en cuenta que brillante para Navarro Baldeweg significa imborrable, el
narcisismo colectivo que sustenta todo este macroproyecto se ver colmado. As el enorme
Complejo de la Evolucin Humana y su autor, los afamados investigadores de Atapuerca,
y los polticos que lo ha hecho posible, brillarn eternamente.
Rotundidad y esplendor, han guiado la intencin de los promotores en todo
momento, desde el punto de vista urbanstico es muy importante que tenga toda la belleza
y el mximo esplendor para que ya desde fuera genere atraccin, deca la Consejera de
Cultura poco antes de comenzar las obras (Diario de Burgos,18-10-2003: 12).
Este conjunto, que Aguirre y Carbonell ya proyectaron en sus cabezas en el ao
1978 (Diario de Burgos, 19-5-2007: 18), convierte en realidad la afirmacin, editada en el
mismo peridico, de J. M. Bermdez, los cientficos cambiarn Burgos. Su tarea ha
consistido en disear el proceso de metamorfosis de la ciudad con un faranico edificio
para que acte como fermento de una transformacin urbanstica a travs de un proyecto
innovador de arquitectura, con marca de autor, para potenciar al mximo las cualidades de
646
Figura 278: Vista area del centro histrico. (Fuente: Catastro de Urbana de Burgos)
Los mecanismos invisibles ejercidos desde los medios de comunicacin, con gran
poder sobre los ciudadanos, y los codirectores de Atapuerca con distintas estrategias han
ido trabando esta seduccin, imponiendo un comportamiento social que asiente felizmente
frente a la doble paradoja que se deriva de confrontar la realidad fsica del lugar: del
espacio, del paseo inmediato, de las riberas del ro, del tejido histrico urbano, del paisaje,
de la Catedral, del centro histrico de Burgos por un lado y por otro la deconstuccin de
Atapuerca y la deslocalizacin de los yacimientos.
Como si los yacimientos no tuvieran lugar, los cientficos que trabajan en Atapuerca
han logrado trastocar las estructuras conceptuales de los burgaleses y la percepcin no slo
de lo que son los yacimientos arqueolgicos sino tambin la percepcin de la propia
ciudad, con una macro-reproduccin que rompe la escala de la ciudad histrica y donde
parece que importa ms lo esttico que lo cientfico y lo documental.
647
declarada Patrimonio Mundial, en una ciudad del Camino de Santiago y por tanto con un
centro histrico que es Patrimonio Mundial.
En el caso del Museo de la Evolucin Humana la ceremonia de la transferencia de
valores corre a cargo, tambin, de los propios gestores de Atapuerca que producen un
trasvase del valor universal de los yacimientos hacia las piezas encontradas, a las que
otorgan valor universal excepcional, y de stas se traspasa a su contenedor, al museo, que
en un atropellado proceso metonmico es calificado en ocasiones como Patrimonio de la
Humanidad.
As lo hace Jos M Bermudez de Castro que en una entrevista periodstica
responda uno de los objetivos del CENIEH es encargarse de esta coleccin de fsiles de
Atapueca, que es Patrimonio Mundial y, de hecho, se hizo una inversin importante para
poder albergarlos (Diario de Burgos, 26-12-2011). Carbonell ha recordado recientemente
en pblico que los fsiles dispersos en varios lugares, entre ellos en la Universidad Rovira
y Virgili de Tarragona, en la que es catedrtico, deben estar en el CENIEH de Burgos
porque todas estas piezas son parte del Patrimonio de la Humanidad (ABC, 12-1-2013:
49).
Del mismo modo, la noticia de la presencia de la provincia de Burgos en INTUR, en
la edicin de 2010, destaca El MEH, referente en 2010, y explica que La Junta de Castilla
y Len apostar el prximo ao por los bienes Patrimonio de la Humanidad, como son el
yacimiento de las Mdulas, ubicado en el Bierzo y el Museo de la Evolucin Humana, en
Burgos, ligado a las excavaciones de Atapuerca (El Correo de Burgos, 20-11-2009: 13).
La desviacin patolgica sobre el significado del concepto Patrimonio Mundial que
se ha instalado entre el poder le ha hecho olvidar que todos los bienes incluidos en la Lista
de la UNESCO deben contar con mecanismos proteccin que abarcan unos lmites
claramente definidos en el expediente de inclusin en la lista del Patrimonio Mundial,
como requisito indispensable para su proteccin eficaz. Y as sucede con el bien
denominado: Sitio arqueolgico de Atapuerca, cuyos lmites cartografiados, son
excesivamente parcos.
La obsesiva unin de la arquitectura con la naturaleza, ms prudente en Altamira, es
reconocida en Burgos por J. Navarro, quien considera una gran fortuna poder realizar este
proyecto en un solar junto al ro Arlanzn que hace de parque lineal. Atapuerca explicaba en la entrevista citada ms arriba- es un lugar en el que la naturaleza tiene un
protagonismo absoluto y tambin tenamos que reflejarlo. Que el orden del ro entre dentro
del museo y produzca unos pequeos acantilados informativos [...] El museo es como una
reproduccin a escala del entorno de los yacimientos, lo cual es muy positivo por razones
649
Figura 279: El concejal Luis Escribano a la entrada del Museo que acta como un espejo de la
Catedral. (Fuente: Semanario Gente)
650
por los valores del mercado, como el paradigma de una utilizacin de la cultura y del
conocimiento cientfico al servicio del consumo cultural.
El museo de Altamira se presenta ante los visitantes, con el smbolo del Patrimonio
Mundial, -correspondiente a la cueva- editado en el folleto informativo. En ocasiones
cuevas y museo, lo real y su doble, comparten la misma seal orientadora marcada con el
mismo icono -el de museo- como si fueran una sola realidad. Dado que el logo usado para
la identificacin de museo es muy parecido al smbolo de UNESCO, no parece ilgico
deducir que el letrero de museo y cuevas de Altamira es un buen ejemplo de lo eficaz
que puede resultar generar la confusin en la percepcin de los visitantes a travs del juego
de la manipulacin de las imgenes. Y ms cuando los indicadores referidos a las Cuevas
de Altamira, tienen la silueta de un bisonte, nicamente, sin que aparezca el smbolo del
Patrimonio Mundial diseado para los bienes incluidos en la lista de la UNESCO.
El Comit adopt en su segunda reunin celebrada en Washington, 1978, el
emblema del Patrimonio Mundial, diseado por Michel Olyff. Este emblema simboliza la
interdependencia de los bienes culturales y naturales. El cuadrado central, forma creada
por el hombre, y el crculo, que representa la naturaleza, estn estrechamente vinculados.
Figura 280: Contraportada del folleto informativo del Museo de Altamira (2008) con el smbolo del
Patrimonio Mundial
652
184 En muchas ocasiones las autoridades municipales incumplen las Directrices prcticas y no aplican los
principios y preceptos que marca la Convencin del Patrimonio Mundial, aprobada en Pars el 16 de
noviembre de 1972, argumentando desconocimiento de la misma. Por este motivo la UNESCO pidi al
Ministerio de Cultura la edicin de un libro en el que se recoge absolutamente todo lo que es preciso saber
para gestionar con prudencia y eficacia los bienes del Patrimonio Mundial. El propsito es que en todos y
cada uno de los despachos de la administracin de cultura, en cualquiera de los niveles del Estado, central,
autonmico, provincial y local, se disponga de la publicacin, que ya est tambin en Internet. MINISTERIO
653
DE CULTURA y UNESCO (2006): Textos bsicos de la Convencin del Patrimonio Mundial de 1972,
Pars, UNESCO.
654
efecto muy enriquecedor. Desde el interior de esa enorme caja vaca que es el museo uno
siempre se encuentra mirando hacia la Catedral que es una belleza, precisamente poder ver
la Catedral es lo mejor del museo, segn afirma su autor. Hay una cierta direccionalidad
del conjunto que lleva la mirada hacia la Catedral.
Es cierto que existe otro eje visual que relaciona a ambas moles. Desde el mirador
del Castillo se ve la construccin de Navarro Baldeweg pero lamentablemente la catedral
de Burgos no se beneficia por ello; por el contrario el MEH constituye una agresin
entorpecedora de la capacidad de sorprender que proporciona la observacin del paisaje
desde una zona de relieve destacado, desde la cual la Catedral se muestra completa ante la
mirada. Esta percepcin se ha esfumado.
Los edificios del Complejo de la Evolucin an siendo tres estn unidos con el eje
que marca el ro Arlanzn en la ciudad y los parques concatenados, que son uno de los
elementos ms bellos de Burgos. Esta idea unitaria que marca la linealidad con el ro est
presente en el museo. Precisamente explica la relacin entre el museo y la Catedral desde
el punto de vista fsico, como si hubiera un espejo en el que se refleja cada obra a una
orilla del ro Arlanzn.
Aparentemente no se ha tenido en cuenta la especificidad del lugar elegido, ni el
paisaje, pero la maqueta realizada por el arquitecto J. Navarro expresa claramente el poder
del
impacto
de
dos
edificios,
de
excepcional.
valor
Se
ha
universal
querido
descuidado, lamentaban el derroche con el que se acta con el dinero pblico. Las quejas
en la prensa y las fotografas de denuncia no han llegado a calmarse hasta que el
Ayuntamiento ha puesto unos carteles indicando que no se trata de un jardn. En ellos, con
el ttulo Paisajismo del museo se explica que ese paisaje exterior recrea la vegetacin
actual del entorno agrcola que rodea a la Sierra de Atapuerca, lo que complementa el
paisaje ms antiguo instalado en el interior del Museo. En el desnivel formado por
distintas terrazas de terreno, destacan las plantaciones de cereal (trigo y cebada) que
empezaron a cultivarse en la Sierra hace unos 8.000 aos. Fue en este momento cuando los
grupos humanos que habitaron en Atapuerca se convirtieron en agricultores y pastores
iniciando una transformacin del paisaje que ha durado hasta nuestros das. Los campos de
cereal estn salpicados por robles, mientras que en la parte baja de la Sierra aparecen las
primeras encinas. Hay otras especies minoritarias como el fresno, el arce o el majuelo.
Junto a este arbolado se observan numerosas plantas y arbustos, como los brezos, las
aulagas, las lavandas, los tomillos o los rosales silvestres. Todo ello configura la
diversidad y singularidad paisajstica de la Sierra de Atapuerca y su entorno.
Mala cosa es que se tenga que explicar a los ciudadanos que eso no es un jardn, sino
paisajismo. Pero si se explica de manera tan torpe es an peor. Siempre hemos pensado en
el fracaso de aquellas intervenciones que la poblacin no entiende; pero en esta ocasin
nos parece inaceptable por lo que supone de insulto al comn de la sociedad, tanto
burgalesa como de la que pueda llegar como visitante.
Se ha cortado el trfico desde el cruce de Correos hasta la plaza de Santa Teresa, un
eje de comunicacin intraurbana que era fundamental en la ciudad, con lo que el trfico del
puente de San Pablo y de la plaza del Cid, hacia la calle de Santander y hacia la avenida
del Arlanzn se ha complicado sobremanera.
Los accesos al aparcamiento en las calles Burgense y Dr. Fleming, y la unin directa
con el bulevar de Herzog & de Meuron exigen una operacin en la que tienen que ser
demolidos varios inmuebles de viviendas, catalogados en el Plan Especial del Centro
Histrico (1995), para dar salida natural al problema creado.
Adems ha sido necesario realizar puentes y nuevos accesos, lo que ha supuesto un
esfuerzo inversor al Ayuntamiento de Burgos en unos momentos en los que estaba agotada
la sobrefinanciacin que han disfrutado las arcas pblicas en la etapa del boom de la
construccin. Por ello el resultado es de una indescriptible vulgaridad.
Lo que se crea fermento de una transformacin urbanstica y cultural de la ciudad de
Burgos ha modificado el paisaje urbano y no de manera positiva y ha producido adems
una contaminacin terminolgica. El exceso y exageracin en todo este proceso est
658
provocando un estado de crisis de la ciudad; una crisis econmica de quien crey que los
visitantes vendran a miles, y una crisis de cultura y del concepto mismo de Patrimonio
Mundial, que se refleja de manera proverbial cada vez que una autoridad local, provincial
o regional, seala que la ciudad de Burgos tiene tres patrimonios (sic) incluyendo a los
yacimientos de Atapuerca.
Existen diversos folletos de los lugares atractivos de la provincia de Burgos, editados
por lo que fue, hasta 2012, el Patronato de Turismo. Uno de ellos, con 23 pginas de texto
e ilustraciones se dedica a los Yacimientos de Atapuerca. Naturalmente tambin existe un
folleto, de 28 pginas, dedicado a Burgos, la ciudad, pero lo inslito es que en ste, que
muestra la ciudad de Burgos, incluye en su pgina 12, los yacimientos de Atapuerca, lo
cual, adems de falso y de producir los consiguientes errores en los turistas que no
encuentran en la ciudad las famosas excavaciones, constituye un indicador de que algo
muy serio est fallando en la cultura, en la valoracin la autenticidad del patrimonio y en
la percepcin que se tiene de la propia ciudad.
659
Dado que los parques temticos han fracasado y los museos ofrecen un panorama
desolador con un nmero de visitantes cercano a lo que las matemticas llaman un
conjunto vaco no podemos sino pensar que alguno de los asesores de los que tanto se
queja actualmente la sociedad ley el libro de Amendola y se fij en 2 epgrafes, el IX, La
ciudad como parque temtico, y el X, La ciudad museo viviente. Pero no entendi
absolutamente nada de lo que explica Giandomenico (AMENDOLA, 2000: 8).
Observamos que a la Administracin pblica, no le interesa absolutamente nada el
patrimonio, lo que es muy grave. Por esta razn se explican todas las contradicciones que
sufre todo el territorio.
Burgos presenta enormes contradicciones resultado del triunfo de esa nueva
supracultura homogeneizadora que es el turismo, considerado frecuentemente como la
consecuencia ms degradante de la mundializacin. La fragmentacin y dualidad con que
se nos presenta hoy la ciudad responde a la consideracin, tambin dual, del fenmeno
turstico, que se empea en oponer el turismo cultural frente al turismo de masas, sintagma
despectivo que menosprecia la capacidad intelectual del visitante; pero el turismo de masas
es el enemigo ms deseado. La consideracin de la ciudad como empresa ha llevado al
Ayuntamiento a construir nuevo patrimonio, la catedral de la Paleontologa, con una
gran inversin emblemtica en el solar de Caballera. Los responsables municipales
olvidan que las ciudades no se componen slo de catedrales, por impresionantes que sean.
No son conscientes de que la eficacia y la calidad de vida urbana que los ciudadanos
demandan no mejoran con realizaciones banales, ni dependen de la originalidad de las
nuevas intervenciones. Tampoco tienen en cuenta que Burgos necesita lograr
funcionalidad a travs de los elementos tradicionales de su patrimonio heredado antes que
mediante realizaciones estrella.
Tal vez por eso estn surgiendo los problemas en la gestin de esta ciudad.
cultural es un activo que hay que tratar de rentabilizar con una visin a largo plazo y un
enfoque de exquisito cuidado de su conservacin. En Europa se calcula que varios
millones de personas viajan atradas fundamentalmente por manifestaciones culturales de
alto nivel. Por todo ello desde Europa se considera una oportunidad aprovechar para dotar
a nuestras ciudades patrimonio de las necesarias infraestructuras de transporte,
construccin, comunicaciones, etc.
Por eso la dimensin urbana que no haba constituido una de las prioridades claves
de las polticas europeas, est cada da mas presente en todas ellas. La Direccin General
XVII de la Comisin Europea apost por desarrollar un Plan de accin para un desarrollo
urbano duradero.
Desde 1992 la Agenda 21 de la Cumbre de Ro se reconoci la importancia de la
dimensin local y urbana en toda poltica ambiental y el reto de una adecuada gestin del
medio ambiente urbano para lograr la sostenibilidad en un nivel global. Al acabar el siglo
XX se vislumbra que es necesario establecer una alianza entre tecnologa y patrimonio.
Llamada la atencin el mensaje de la Conferencia Habitat II sobre el hecho de que la
necesidad de lograr la sostenibilidad se alcanza en las ciudades.
No tenemos ninguna duda de que las ciudades histricas contienen mucha
experiencia en desarrollo sostenible, duradero, como se deduce del hecho de hoy en ellas
se muestra el reflejo de civilizaciones anteriores y la fusin de culturas resultado de su
comportamiento (frente al mundo rural) como centros de innovacin durante un dilatado
proceso temporal.
Pero ahora las ciudades histricas se enfrentan a nuevos desafos: conciliar la
conservacin del legado cultural que contienen y que ha de preservarse para las
generaciones futuras, y dotarse de la renovacin necesaria que ha caracterizado en cada
poca a estos lugares.
Mantener este patrimonio no debera implicar en modo alguno congelar las antiguas
ciudades privando a la poblacin de los servicios elementales y de ningn modo debera
congelarlas con restricciones de trfico.
Desde hace ya dos dcadas se habla de los retos que tienen que asumir porque la
catalogacin monumental no basta, las ciudades histricas tienen que estar vivas, necesitan
siempre nueva savia capaz de alimentar el tejido urbano, social, cultural y econmico. Hoy
ms que nunca, se dice, las ciudades histricas necesitan una proyeccin al futuro que
permita recuperar su secular papel territorial, econmico y social.
Esta es una estrategia que forzosamente requiere el concurso de las nuevas
tecnologas, un campo en que el que se perfila una nueva alianza que podr convertir estos
663
664
185
Publicaciones de la autora sobre los aspectos tratados en este captulo: BERNAL SANTA OLALLA,
Begoa (2009): Tradicin y modernidad en la elaboracin y en la arquitectura del vino en la Ribera del
Duero, AMARILLA DE PUPICH, Laura (ed.): Patrimonio Industrial Agroalimentario, DVD, (1-84),
TICCHI, Cdoba, Argentina). BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2009): The River Duero in Soria or
the Literary Construction of a Heritage Landscape, en TOURGEON, Laurier (ed.): Spirit of Place: Between
Tangible and Intangible Heritage, Qubec, pp. 155-163. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2010): Un
mejor futuro para nuestro pasado. O de cmo la arquitectura contempornea pretende apropiarse de los
conjuntos histricos de la ciudades declaradas Patrimonio Mundial sin rendir cuentas a la sociedad, en
MALLOL, J., MUNTANER, Ll. Y RULLN, O. (eds.): Homenatge a Bartomeu Barcel i Pons, gegraf,
Palma de Mallorca, Lleonard Muntaner editor, pp. 531-546. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2010):
"La agitacin del paisaje en los espacios urbanos histricos", en DELGADO, C. (ed.): Espacios y paisajes
urbanos: reflexionar sobre su presente para proyectar su futuro, DVD, Bilbao, AGE Grupo de Geografa
Urbana, pp. 127-141. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2010): Permanencias y transformacin del
paisaje de la Ribera del Duero, en LECO BERROCAL, F; PREZ DAZ, A; MATEOS RODRGUEZ, B;
GARCA MARN, R; ALBERDI NIEVES, V (coords.): Territorio, paisaje y patrimonio rural, CD, (1.4),
Cceres, Universidad de Extremadura. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2010): The Cultural
Landscape of the River Duero in Soria as a Paradigm of a Pathological Deviation, en CASTRO
FERNNDEZ, B., LPEZ , L. y PIEIRA MANTIN, M J. (eds.): Processes of Heritage Making in
Geographical Space, Santiago de Compostela, pp. 313-331. BERNAL SANTA OLALLA, Begoa (2011):
Ciudad histrica versus paisaje histrico urbano, Historic Urban Landscapes. A new concept? A new
category of World Heritage Sites?, DVD, Valencia, Forum UNESCO University and Heritage, Universitat
Politcnica de Valencia.
665
de
pie
no
entienden de arquitectura. El
excelente
Forges
manda
666
667
del lugar. Pero al mismo tiempo hemos observado desvos que ponen en crisis la
conservacin del patrimonio cultural y natural.
Desde el ao 2000 se han producido varios intentos de desarmar los principios
reguladores de proteccin del patrimonio vigentes desde la adopcin de la Carta de
Venecia (1964) y de los contenidos en la Convencin del Patrimonio Mundial (1972). La
restauracin de las ciudades histricas, el turismo y el inters por la arquitectura
contempornea han hecho nacer un gran inters por el paisaje urbano. Pero las propuestas
se alejan mucho de un pensamiento razonable. Dos documentos, la Carta de Cracovia
(2000) y el Memorandum de Viena (2005) permiten comprobar que la destruccin del
paisaje y la trivializacin de nuestro territorio no se producen por casualidad.
Los denominados expertos son capaces de alterar los significados esenciales de las
palabras, sin tomar en consideracin que no slo afectan a la semntica, sino a la tica y a
los valores de la cultura. Recordemos, "Antes lo autntico era la materia, ahora tambin la
idea, y un ejemplo puede ser la Catedral de Burgos, se salva la autenticidad del edificio
poniendo copias" (RIVERA,1999). Ya vimos tambin cmo la Carta de Cracovia propone
como modelo para la restauracin de las viejas ciudades, la copia del gueto judo, realizada
para rodar una pelcula. Esta actitud se ha convertido en una tendencia, en el sntoma
revelador de nuestros valores sociales y culturales (HERNNDEZ MARTNEZ,
2007:14). Las ciudades dedicadas a un uso turstico han ido replicando el modelo
(PELLICER 2008). Muchas ciudades han apostado por poner en funcionamiento la
industria de la experiencia, con un exceso de simulaciones, artificios espectaculares y
estimulaciones sensoriales destinadas a hacer que los individuos tengan sensaciones
extraordinarias, que vivan emociones, bajo control, en entornos hiperrealistas,
estereotipados y preparados, desprovistos de riesgos y de incomodidad.
Aunque el mtodo de cambiar lo autntico por una economa de la experiencia ya ha
sido muy criticado, las ciudades histricas se convierten en poblados temticos para
responder a las necesidades de autenticidad de los turistas vidos de cosa extranjera, de
ambiente local y exotismos folklricos. Unos parques temticos han reconstruido virtual o
materialmente ciudades antiguas, reservas indias, animales desaparecidos, momentos de
nuestra historia (LIPOVETSKY 2007:57).
Si Cracovia 2000 fue el primer intento en el siglo XXI de dar valor a la insensata
tematizacin de las ciudades histricas, desde 2005 se ha dado un paso ms ya que se
pretende sustituir los criterios de salvaguardia de los conjuntos histricos para avalar la
introduccin en ellos de la arquitectura contempornea de gran escala y apropiarse as de
las ventajas y plusvalas simblicas y econmicas del patrimonio. Este es sentido del
668
669
671
el caso del patrimonio, tal vez todo. Se intenta introducir un cambio de concepto y para
redefinirlo se mantiene la idea de lo histrico y se cambia la palabra ciudad por el trmino
paisaje urbano, que est de moda, es ms amplio e incluye la arquitectura contempornea
de calidad.
Confusin e inestabilidad, propias de los momentos de crisis, son rasgos que definen
la sociedad actual. Coincidimos con Irene Lozano en que es una confusin provocada que
afecta a las palabras esenciales del vocabulario educativo, econmico, cultural o poltico,
por lo que sera raro que escapara el patrimonio y los conceptos de conservacin. Hemos
detectado que la confusin terminolgica es empleada de manera entusiasta por los
profesionales de la arquitectura, por los intelectuales y por los medios de comunicacin
que participan en su expansin sin intentar clarificar los significados inestables
(LOZANO, 2008:32-34).
Despus de participar en distintos congresos en los que se ha analizado la propuesta
y por el conocimiento de la propia disciplina geogrfica que nos permite valorar la
importancia que tiene la conservacin del paisaje y la necesidad de una nueva cultura del
territorio, podemos afirmar que no se debe sustituir el trmino ciudad histrica por el de
paisaje histrico urbano porque el paisaje es un componente de aquella. Por descontado el
paisaje merece ser incorporado -con mayor consideracin a lo que es y a lo que el paisaje
significa- a la doctrina y la metodologa especficas de la conservacin y la gestin de las
ciudades histricas. Pero en ellas no puede conservarse slo su significado, o valores
intangibles, mientras se destruye la realidad tangible, material.
La Geografa nos ensea que el paisaje es materialidad y forma, pero es tambin
una representacin culturalmente ordenada y valorada de esa realidad material y formal,
por lo que no deben separarse la dimensin natural, formal del paisaje y su dimensin
ms perceptiva y cultural. Naturaleza y cultura, objetividad y subjetividad, forma y sentido
se dan la mano en una visin geogrfica moderna del paisaje (ORTEGA CANTERO,
2009: 33 y 40).
Para la conservacin del patrimonio no supone ninguna ventaja reemplazar el
trmino ciudad histrica, vigente y claro, por el de paisaje histrico urbano. Para la
ciencia tampoco, porque una cosa es la ciudad y otra cosa es el paisaje, y como no son
sinnimos, porque primero existe la ciudad y despus la miramos, no se deben cambiar. El
manejo del concepto de paisaje urbano slo puede tener ventaja para los autores del
documento, a los cuales les interesa aadir el calificativo histrico en su propio beneficio.
La confusin conceptual afecta letalmente a los criterios conservacin dando carta de
naturaleza a la destruccin de la ciudad histrica a travs de la continuidad de la cultura
673
Moneo una obra de arquitectura, si tiene xito, acaba por hacer desaparecer al arquitecto.
(GONZLEZ-VARAS, 2013: 192). En el libro del BBVA, referido a los cuarenta
innovadores que han cambiado el mundo en el siglo XXI, Moneo tiene un sitio de honor.
Pero no as toda su arquitectura. En su curriculum ha procedido a la erradicacin de toda
referencia (SOJA, 2008: 459) a su desastre en vila. En esta obra disimula su enorme
error en la acepcin que tiene para Jean Baudrillard, disimular es fingir no tener lo que se
tiene (BAUDRILLARD, 1998: 12).
Los arquitectos y el poder se necesitan mutuamente (SUDJIC, 2007). Los deseos de
la administracin pblica por mejorar la imagen de su ciudad, son atendidas por los
arquitectos superestrella, con capacidad de otorgar prestigio y valor aadido a quien entre
en contacto con su trabajo (AMENDOLA, 2000: 138). Su firma es un signo de distincin
y la realizacin de un proyecto icnico, espectacular, aumenta el valor de la ciudad y de su
alcalde. A cambio el valor del icono y el prestigio de su autor se ver aumentado si se
edifica en una ciudad declarada Patrimonio Mundial o en un espacio con acreditado valor
histrico y estticamente relevante.
Ambos, poder y arquitectos son conscientes de que son pocos los edificios que pasan
de inmediato a formar parte de la memoria colectiva, pero estn decididos a que la
denominada arquitectura de xito alcance y proporcione el xito al arquitecto y al poder.
As, a medida que destruyen la ciudad Patrimonio Mundial, intentan vampirizar la
proteccin que otorga la Convencin de 1972 haciendo pasar la proteccin desde la
realidad objetiva que es la ciudad histrica, a lo que es subjetivo, el paisaje.
Los arquitectos necesitan dejar su huella en el espacio, geografa, pero tambin en el
tiempo para pasar a la historia. Su deseo es que la arquitectura contempornea perdure y
quede atrapada por el peso de la memoria, y por eso no sirve cualquier espacio urbano sino
que precisan construir en espacios dotados de identidad y de un fuerte carcter patrimonial.
La arquitectura es paisaje, los edificios son montaas es la metfora utilizada por
Vicente Guallart guiado por su intencin de hacer de la construccin un acto paisajstico
que conecte con las fuerzas telricas del territorio. En su proyecto, seleccionado como
emblema de la candidatura de la ciudad polaca de Wroclaw para la Exposicin
Internacional 2012, trata de hacer de la arquitectura un acto geogrfico (GARCA
RODRGUEZ, 2007).
Escala colosal y exhibicionismo publicitario son consustanciales a la arquitectura
contempornea, tal vez sea porque la ansiedad del estatus histrico impone su ley de
hierro, y slo la talla XL parece garantizar la supervivencia simblica. Los arquitectos
recuerdan el viejo consejo de impresionar al cliente con grandes planos y grandes planes, y
675
envidian a los ingenieros capaces de hacer obras visibles desde el espacio exterior
(FERNANDEZ-GALIANO 2005: 164). Qu distinta realidad la que ofrece el texto de
Josefina Gmez Mendoza sobre el entendimiento del paisaje del ingeniero Fernndez
Casado como derecho de los ciudadanos esencial para su bienestar, del respeto al
patrimonio cultural y el temor por el posible deterioro del paisaje particularmente en el
mbito urbano (GMEZ MENDOZA, 2008). Ojal las intervenciones de los arquitectos
pudieran ser consideradas paisaje con proyectos, en lugar de proyectos en el paisaje.
676
186
Ver
fotos
%C3%A1vila?more=1
en:
http://www.wmf.org/project/old-town-%C3%A1vila-ciudad-vieja-de677
manipulacin cincelada de la gran roca del terreno. Como pretenda su autor ser lo
primero que podr verse desde la muralla de vila.
Prolongar y activar la mirada de y desde la muralla estn en la base conceptual de su
obra, que no es otra que logar una equivalencia entre palacio de congresos y muralla:
vila resulta ser una ciudad intensa y densa [...] Todo vila es en realidad esta roca en
medio del duro paisaje que la rodea [...] El espacio extramuros est en el origen de esos
vacos que sirven de articulacin entre las dos ciudades. La presencia de un espacio libre a
los pies de la muralla permite pensar en sistemas de generacin como el indicado.
Densidad conceptual y generosidad (configurada en plaza) en la manera de ocupar el sitio
han sido criterios que han guiado las decisiones de proyecto (MANGADO, 2005).
La relacin arquitectura contempornea y la del pasado se presenta en vila como
una lucha con y en el patrimonio, donde la muralla es a la vez compaera y
antagonista.
El centro de congresos y la muralla a partir de ahora se mirarn frente a frente y la
arquitectura de Mangado hablar de t a t con un edificio de valor universal excepcional,
igual que sucede en Burgos. Es, nuevamente, el sndrome del Patrimonio Mundial que
aqueja a los arquitectos selectos.
Esta la ceremonia de la transferencia parasitaria de valores corre a cargo, tambin,
del alcalde quien dndole el
nombre de Lienzo Norte en
un
atropellado
proceso
trasvase
del
valor
hacia
el
nuevo
edificio. Su explicacin de
esta arquitectura de dilogo
no deja lugar a dudas, El
logotipo, que recrea la parte
Figura 286: Palacio de Congresos y Auditorio Lienzo Norte. (Fuente:
la autora)
458-459)187,
convencimiento
de
en
el
que
la
en un lugar de contemplacin
del patrimonio, en una ventana
que permite ver, como si se estuviera frente a un espejo, en el otro lado, una imagen ya
conocida.
Por eso para Mangado uno de los valores es que desde su edificio se vea la muralla y
desde la muralla quede enmarcado su edificio. Con estas relaciones asociativas por el valor
patrimonial, entre la arquitectura contempornea y la ciudad amurallada y la Ermita de San
Segundo, y las iglesias y conventos de la vaguada que discurre a lo largo del lienzo norte
de la muralla de vila, espera que se produzca en el nuevo edificio la necesaria metstasis
enriquecedora, aunque en este caso no parece que pueda tener xito. Ha pasado poco
tiempo desde que se construy el Palacio de Congresos de vila, un enorme volumen que
desde el famoso mirador de los Cuatro Postes se ofrece a la mirada como una superficie
tan grande como la propia ciudad de vila rodeada por las murallas. El efecto visual
impone. Sin embargo no parece que les guste mucho a los ciudadanos ni a los fotgrafos
187 Edward Soja dedica el captulo Jean Baudrillard y la precesin del simulacro de su libro
Postmetrpolis a los conceptos de simulacin e hiperrealidad contenidos en la obra de Jean Baudrillard
(1983): Simulations.
679
oficiales que muestran lo mejor de esta ciudad, porque las imgenes realizadas siempre
desde el mirador citado esquivan, con gran destreza y picarda la edificacin diseada por
Francisco Mangado. Tal vez tenga una explicacin crtica en la metfora del simulacro,
puesto que la imagen con que se muestra oficialmente vila enmascara la ausencia de la
realidad bsica indicativa desde la simple simulacin (fingir que no se tiene lo que uno
realmente tiene) hasta la erradicacin de toda referencia (SOJA, 2008: 459).
Es significativo el caso del pintor que aparece en la figura. Se trata de un artista que
saca su caballete para pintar al natural la imagen y los colores de vila. Ha elegido el
espacio inferior de los Cuatro Postes y ha "defendido" su mirada sentndose detrs de un
arbusto para que la nueva construccin no distraiga su atencin. Luego, mediante la
observacin pero tambin mediante el recuerdo, pasa al lienzo una panormica de vila
amurallada y la vaguada norte sin el nuevo edificio.
La fotografa del pintor que intenta esquivar la vista del edificio de Mangado,
responde con precisin absoluta a la definicin que hace Jean Baudrillard en su escrito La
precesin de los simulacros de los conceptos disimular es fingir no tener lo que se tiene.
Simular es fingir tener lo que no se tiene (BAUDRILLARD, 1998: 12). El primero remite
a una presencia que no quiere plasmar el pintor.
680
Figura 289: Situacin de la Ciudad del Medio Ambiente y del Polgono Industrial
Soria II en el entorno de Numancia en Soria. (Fuente: J. Cabrero)
ve obligado a aprobar una modificacin puntual del Plan General de Ordenacin Urbana
de Soria, que se haba aprobado en verano del 2006, con el fin de crear un polgono
industrial de 110 hectreas, a ambos lados de la travesa de la Nacional 122, o
circunvalacin de Soria, en el paraje conocido como El Cabezo (dentro de la finca
propiedad de la familia Marichalar, que alberga la ciudad de Numancia).
Las propuestas de la Ciudad del Medio Ambiente, proyecto diseado por Francisco
Mangado, igual que la industrializacin de un segmento del paisaje soriano de gran valor
patrimonial, que han pasado desapercibidas para la poblacin local, sin embargo han
causado un gran impacto y preocupacin en la comunidad cientfica por ser un ataque a la
cultura, al paisaje cultural y porque quienes lo promueven son precisamente las
instituciones pblicas, local y regional, que son quienes tienen la responsabilidad y
competencia de preservar el patrimonio.
El Proyecto Regional
Ciudad
del
Medio
Ambiente se desarrolla en
el paraje conocido como
Soto de Garray, situado
a lo largo del curso alto del
ro Duero, y entre ste y el
ro Tera a su paso por el
trmino
municipal
de
Garray, al noroeste de la
ciudad de Soria, enfrente
Figura 290: Las cpulas de la energa en la CMA. (Fuente: El Mundo)
de Numancia.
Se trata de una zona
incluida en el Lugar de Inters Comunitario (LIC) Riberas del Duero y afluentes
declarado as por la Comisin Europea, a propuesta del Gobierno autonmico, por
Decisin de 19 de julio de 2001, por la que se adopta, de conformidad con la Directiva
92/43/CEE del Consejo, la lista de lugares de importancia comunitaria de la regin
biogeogrfica mediterrnea.
Este proyecto incluye zonas del trmino municipal de Garray definidas en las
Normas Subsidiarias como suelo rstico especialmente protegido, por lo que, para
desarrollar la urbanizacin del suelo prevista y alcanzar as los objetivos del proyecto, se
han tenido que modificar parcialmente las Normas Subsidiarias, convirtiendo suelo rstico
especialmente protegido en suelo urbanizable.
682
de
la
Junta
de
sirven
para
proyectos
especulativos
Figura 291: El Soto de Garray inundado en febrero de 2010.
(Fuente: lvaro de Marichalar)
maquillar
urbansticos
en
reas
de
paisaje natural y cultural es un paso ms en el mal uso del territorio auspiciado por el
gobierno regional. Esta ciudad publicitada como ideal y sostenible, se construye a pocos
kilmetros de la ciudad de Soria, en el Soto de Garray, que es una zona inundable, tal
como se refleja en el Sistema Nacional de Cartografa de Zonas Inundables, del Ministerio
de Medio Ambiente. Por esa razn la Junta de Castilla y Len tuvo que aprobar una ley ad
683
hoc, Ley de la Ciudad del Medio Ambiente (2007), para evitar el control, mediante la
desclasificacin por ley de una zona protegida.
El objetivo de construir las ciudades del futuro, las smart cities o ciudades
inteligentes, mediante el uso de tecnologa de vanguardia y una gestin sostenible de los
recursos energticos, se ha convertido en un nuevo nicho de negocio con importantes
ayudas de la Administracin pblica. A esta idea responde el Plan regional del Duero de
la Junta de Castilla y Len que contempla la construccin, en lugares estratgicos a lo
largo del curso del ro Duero, de cinco cpulas de cristal institucionales y multiusos: la
Cpula de la Energa en Garray, al pie de Numancia, dentro de la Ciudad del Medio
Ambiente; la Cpula del Patrimonio junto al Monasterio de la Vid, en Burgos; la
Cpula del Vino junto al Monasterio Cisterciense de Valbuena, en Valladolid; la
684
Este plan es un fenmeno que sirve a la vez de fascinacin para los insensatos
promotores y de alegora extrema del tiempo en que vivimos pues es la constatacin de
que la Administracin pblica es capaz de hacer de la destruccin del paisaje una accin
simblica de su poder.
La Cpula de la Energa en la Ciudad del Medio Ambiente nos permite confirmar
que la arquitectura autista se ha transformado en una actividad deshumanizada por la
codicia especulativa y de intereses polticos que no vacilan en destruir un paisaje cultural y
natural, con la malversacin del concepto de medio ambiente y sostenibilidad.
El proyecto de la Junta de Castilla y Len es una muestra ms de una estrategia
puesta en marcha, en esta
ocasin por Mara Jess Ruiz,
la
Consejera
de
Medio
Ambiente y Vicepresidenta de
la Junta de Castilla y Len, su
principal impulsora, para seguir
urbanizando espacios naturales
sin rendir cuentas a la sociedad.
A travs del uso de una
terminologa
Figura 293: Esquema que trata el paisaje del entorno de
Numancia. (Fuente: ASDEN)
amiga
medio
ambiente, se consiguen las palabras mgicas que son utilizadas de manera interesada por
parte de la administracin pblica en este plan territorial. Segn el Gobierno castellanoleons, se trata de un proyecto integral de asentamiento humano, al que se destinan 560
ha. y 500 millones de euros, compaginando el desarrollo econmico de la zona con el
mximo respeto posible al valioso entorno natural que lo rodea. Son conceptos muy
loables pero estas palabras no son inocentes. De hecho, argumenta frente a las crticas que
enclaves como ste hay miles en toda la comunidad; claro que tiene valores ambientales,
como todo suelo rstico en Soria... Soria merece un proyecto que genere trabajo y la site
en el futuro (PERX, 2010).
La Ciudad del Medio Ambiente, cuya construccin, comenzada en febrero de 2010,
se lleva a cabo en el Soto de Garray, ocupa una zona inundable con grandes y singulares
valores naturales. Por ello, diversos cientficos y diferentes organizaciones ciudadanas
como ASDEN (www.asden.org), Ecologistas en accin, Greenpeace, Seo BirdLife, WWF,
para las que el paisaje es una parte muy valiosa del patrimonio colectivo, asociado a la
685
188 Los medios de comunicacin han cumplido deber informativo. Es tan espectacular el atentado, que se ha
dedicado un Informe Semanal y un programa del Escarabajo Verde, titulado Nuevo cerco a Numancia, que
puede verse en http://www.rtve.es/alacarta/la2/#1000675 El programa ofrece el gran impacto que el
proyecto ha tenido ya en la zona, con la desecacin de charcas o la desaparicin de nidos de cigea que han
sido sustituidos por artificiales, por cigeas de plstico como reclamo.
686
Dinamarca), para quien la Comisin debe proteger los valores comunes de Europa. La
eurodiputada Mara Irigoyen (S&D) ha defendido la peticin argumentando que las obras
entorpecen la panormica maravillosa de las ruinas de Numancia, as como su entorno
natural, por lo que la construccin del proyecto poda haberse ubicado en cualquier otro
sitio que no fuera Garray. Por su parte, el vicepresidente de la comisin de peticiones,
Willy Meyer (GUE), ha acogido positivamente la propuesta de definir las competencias
europeas en materia de patrimonio cultural: Hay un vaco que las Instituciones Europeas
tenemos que dar al patrimonio cultural europeo y entre todos los grupos parlamentarios
podemos redactar una mocin de resolucin al pleno con procedimiento simplificado que
permita alertar a las instituciones europeas para evitar que se repitan hechos como este,
por lo que enviar una misiva al presidente de la Comisin Europea, Jos Manuel Durao
Barroso, para pedirle que d prioridad a la conservacin del patrimonio cultural en la UE.
(Parlamento Europeo. Oficina de Informacin en Espaa. Madrid, 16 de marzo de 2011).
A pesar del inters que tienen las conclusiones del mencionado debate sobre
patrimonio, la construccin sigue y puede decirse que realmente Numancia est siendo
cercada. Por eso debemos volver los ojos a las obras.
El proyecto, de Francisco Mangado se organiza en varios campus, uno tecnolgico,
industrial e institucional, otro investigador y empresarial, un tercero, deportivo-ldico (ya
hay un equipo de voleibol llamado Ciudad del Medio Ambiente), un campus fluvial y
lacustre del Duero; el campus del hbitat experimental, con 780 viviendas en su mayor
parte unifamiliares; otro residencial-transente (lo que supone la creacin de 300 plazas
hoteleras); y por ltimo uno cultural arqueolgico (puesta en valor de una necrpolis
medieval). Con todas estas frusleras, insisten,se trata de una respuesta no urbana porque
no habr calles y los edificios se relacionarn con el medio ambiente.
La CMA va a ser un proyecto pionero a nivel nacional y mundial y la gente an no
es consciente de lo que se va a hacer, se lamenta el Jefe del Servicio Territorial de Medio
Ambiente en Soria, el cual se extraa porque se trata de crear una sociedad de futuro. Lo
que la sociedad soriana no termina de creerse es que una zona que desarrollas a nivel
urbanstico pueda poner en valor un entorno natural (Heraldo de Soria, 20-1-2011: 6).
Segn sus promotores, el proyecto pone de manifiesto su mximo respeto a las
caractersticas naturales del emplazamiento, presenta soluciones avanzadas, movilidad
sostenible, mantenimiento de la topografa y mejora del arbolado, y sostenibilidad
energtica, todo ello presidido por la Cpula de la Energa, institucional y
multiusos, emblema de la CMA, dicha cpula ser la primera de las cinco que
acompaarn al ro Duero hasta la frontera con Portugal.
688
funcional y
econmica -la inversin prevista es de 35 millones de euros- son las mgicas palabras
utilizadas para dotar al edificio institucional de una fuerte condicin representativa y
energticamente eficaz.
El jurado, uno de cuyos
miembros
era
Francisco
Mangado
ha
valorado
una
construccin
organizada en
diez mdulos
llega a enrasar con la cota del yacimiento de Numancia. El conjunto, parece una naranja de
la que se han separado distintos gajos en los que adems de la energtica -centrada en las
energas renovables con un carcter divulgativo- se albergarn otras funciones: hotelera,
expositiva, cultural dedicada a encuentros y seminarios, operativa y de trabajo. La
superficie total edificable abarca 26.000 m2. Las fotos de este edificio imposible pueden
verse en la Red.190
Adems del cinismo verde del gobierno autonmico de Castilla y Len, que maquilla
legislativamente, apelando a conceptos medioambientales, proyectos urbansticos en reas
de especial ecolgico, podemos verificar que realmente vivimos un urbanismo loco
(KOOLHAAS, 2009). Nadie lo sabe mejor que los mismos arquitectos estrella.
190 http://www.urbanity.es/foro/energia-y-aislamiento-termico-y-acustico/13768-soria-cupula-de-energiamansilla-tunon-albornoz.html
689
VIII.3. El paisaje cultural del Duero en Soria como paradigma de una desviacin
patolgica
Donde el ro Duero traza su curva de ballesta en torno a Soria (Espaa) existe un paisaje
constituido por bienes patrimoniales de diversa cronologa, heterogneos en su tipologa y
contradictorios en su proceso de patrimonializacin. Hoy, desde el Mirador de los Cuatro
Vientos y el Mirador del Castillo de la ciudad de Soria se disfruta de un paisaje rico en
memoria heroica y en evocaciones literarias y de leyendas. A la memoria del herosmo
(Numancia) o de una manifestacin artstica, se ha sumado la mirada transformadora de
escritores trascendentales en la cultura espaola. Bcquer, Machado o Gerardo Diego,
pusieron palabra literaria a sus vivencias y nostalgias. As, en un mismo sitio, el valor
patrimonial surge de la actividad humana en el pasado y tambin de la proyeccin cultural
de unos sentimientos sobre la realidad circundante. La fuerza de la palabra potica,
repetida y comentada en las aulas, ha convertido al ro Duero en un paisaje patrimonial.
Vamos a tratar de comprender el valor patrimonial y las sombras que se ciernen
sobre Numacia y el Cerco romano de Escipin, que fue uno de los primeros bienes
declarado con la categora de Monumento Nacional, junto con el claustro de San Juan de
Duero, y el monasterio de Santa Mara de Huerta por Real Orden de 25 de Agosto de
1882, a instancias de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San
Fernando.
Se trata de un paisaje histrico, que ha permanecido casi inalterado a lo largo de ms
de dos mil aos, sin el cual no puede entenderse la gesta numantina. Numancia no atrae al
pblico por la espectacularidad de sus restos, interesantes para el conocimiento cientfico,
sino porque su paisaje es un lugar desolado que permite la emocin de recrear su trgico
asedio de Numancia. En este paisaje del pramo castellano, cuya belleza inquietante ha
inspirado a poetas como Gerardo Diego o Machado, es sencillo captar la tragedia del
cerco. Destruir este paisaje es destruir Numancia (PERX, 2010).
En unos momentos de crisis econmica se concentran en Soria, paradjicamente, una
serie de proyectos e iniciativas de desarrollo econmico como la mal llamada Ciudad del
Medio Ambiente o el Polgono Industrial SORIA II, que resultan ser un despropsito contra
el paisaje natural y cultural, y contra el propio desarrollo sostenible tantas veces utilizado
(y en parte ilusorio). La irracionalidad de ambos proyectos supondr la destruccin del
paisaje cultural soriano con prdida irreparable de la autenticidad del conjunto patrimonial
690
691
191 Para saber el alcance de la actuacin, ver PERX, Mara Jess (2010): e-rph Revista electrnica de
Patrimonio Histrico, diciembre, n 7.
http://www.todopatrimonio.com/revistas/69-e-rph-revista-electronica-de-patrimonio-historico
192 AYUNTAMIENTO DE SORIA: Revisin y adaptacin del Plan General de Ordenacin Urbana de Soria,
PROINTEC, marzo de 2006, Boletn Oficial de la Provincia de Soria, 26 de abril de 2006.
692
193 AYUNTAMIENTO DE SORIA : Revisin y adaptacin del Plan ..., op. cit., p. 56.
194 AYUNTAMIENTO DE SORIA : Revisin y adaptacin del Plan ..., op. cit., p. 97.
694
Soria II, es decir la nueva Soria. Nos basamos en que en 2007 en unos momentos en que se
produca una deslocalizacin industrial alarmante en Espaa no pareca lgico que nuevas
empresas decidieran implantarse en Soria precisamente, una ciudad que por no tener no
tiene ni mano de obra. Por otra parte si alguna suerte de milagro econmico llevara a algn
empresario a fijarse en esta ciudad, el polgono industrial de Valcorba ofrece suelo ms que
suficiente. De modo que est contrastado que en Soria no existe necesidad de ms suelo
industrial del que ya dispone.
Por eso calificamos el proyecto de Polgono Industrial Soria II como una pirueta que
slo es posible con una poltica corrupta. Siguiendo con la argumentacin, dado que
Numancia y todo su entorno est protegido, ninguna Administracin pblica podra
expropiar suelo rstico para realizar una urbanizacin, porque se precisa un argumento de
inters comn, por ello el truco era acometer un polgono industrial, urbanizado por la
empresa GESTURCAL de la Junta de Castilla y Len. Como quiera que ninguna empresa
decidira implantarse all, el terreno ya urbanizado podra servir para construir una nueva
ciudad -Soria II- en la mejor rea de Soria, al lado de Numancia orientada al suroeste y
mirando al ro Duero. Siempre hemos pensado que la toponimia tiene un valor
extraordinario. Hasta donde conozco cualquier polgono industrial existente recibe el
nombre del lugar en el que se asienta, de modo que el nuevo polgono que se pretenda
realizar tendra que haberse denominado Polgono del Cabezo, que es el nombre del pago
elegido y no el de la ciudad que est enfrente. Por todo lo sealado hasta aqu, y nada ms
ver que en los documentos analizados la denominacin del polgono era Soria II claramente
pudimos deducir que era una estratagema con fines urbansticos inmobiliarios
Afortunadamente, las acciones judiciales emprendidas por la familia Marichalar han
llegado a buen fin y a la paralizacin del proyecto. Recientes sentencias han paralizado
definitivamente la expropiacin y consiguiente construccin.195
Duero en su margen izquierda. Estos datos confieren a esta rea bastantes posibilidades de
haber albergado algn tipo de asentamiento humano en remotos tiempos. Un espacio
caracterizado por la empresa Arquetipo: A nivel general podemos indicar que el relieve
de la zona presenta unas condiciones favorables para el establecimiento de grupos
humanos, fundamentalmente en el sector septentrional, al corresponder este ltimo con
una elevacin que delimita la margen izquierda del Ro Duero, dominando un amplio
entorno geogrfico. El resto ofrece una superficie amesetada, por la que discurren algunos
arroyos de carcter estacional que definen laderas de escasa pendiente que conectan
elevaciones escasamente diferenciadas del entorno ARQUETIPO, 2006: 20).
Asimismo, este sector rstico del horizonte noreste de la ciudad de Soria est en
contacto y rodeado de un buen nmero de bienes declarados BIC y de otros elementos
arquitectnicos catalogados por el PGOU de Soria, como se ha dicho ms arriba. Esta
situacin de proximidad, adems de contigidad, del proyectado polgono con bienes
declarados BIC, pone en grave riesgo la integridad y conservacin adecuada de cada uno de
estos bienes con los que esta rea se relaciona, dada la necesidad de acometer importantes
obras en el desarrollo del proyecto urbanstico. La parcelacin del Polgono Industrial
SORIA II, el trazado de sus viales y accesos, las dotaciones de electricidad, agua y
saneamiento, y la posterior construccin de naves, almacenes, oficinas, depsitos,
chimeneas e ingenios, precisarn no slo la realizacin de grandes excavaciones y
movimientos de tierras, sino tambin provocarn la alteracin del color paisaje y del perfil
del horizonte que elevar significativamente su cota.
Estas radicales intervenciones en el subsuelo y en la superficie de las 117 hectreas
elegidas, y estas necesarias zanjas en las inmediaciones de otros bienes catalogados o
declarados BIC para la instalacin del Polgono Industrial SORIA II deben ser valoradas
con extremo cuidado y rigurosos criterios -tal como prescribe la Ley de Patrimonio
Cultural de Castilla y Len196 en su Artculo 30, para evitar la alteracin, la degradacin o
la destruccin de capitales bienes de valor patrimonial: se efectuar una estimacin de la
incidencia que el proyecto, obra o actividad pueda tener sobre los mismos [el patrimonio
arqueolgico o etnolgico]. En el caso que nos ocupa, tenemos que detenernos en un
documento, aludido ms arriba, que quiere ser una estimacin de la posible incidencia del
proyecto Polgono Industrial SORIA II en bienes de carcter patrimonial. Se trata del
documento Prospeccin arqueolgica. Estudio de impacto al patrimonio arqueolgico,
etnolgico, histrico y artstico. Desarrollo urbanstico del Polgono Industrial SORIA II
196 Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y Len. BOCYL, 19 de julio de 2002:
Artculo 30. Instrumentos de ordenacin del territorio y evaluacin de impacto ambiental.
697
(Soria), 2006, firmado por ARQUETIPO S.C.L, y encargado por GESTURCAL S.A. antes
del 9 de mayo de 2006.
El texto de esta Prospeccin Arqueolgica da cuenta del permetro y de los
elementos posiblemente afectados por la proyectada actuacin urbanstica, realiza un
estudio arqueolgico y elabora unas conclusiones y propuestas. Alguna de sus afirmaciones
no dejan de ser contundentes por obvias: La actuacin puso de manifiesto la inexistencia
de enclaves arqueolgicos, catalogados, en el mbito de estudio...197 Tal afirmacin era
del todo esperable antes de comenzar este o cualquier otro estudio, puesto que un enclave
arqueolgico, si est catalogado, se sabe de su existencia, y un actualizado archivo
bibliogrfico del tema nos proporciona dicha informacin. Es decir, el documento
Prospeccin Arqueolgica no dice nada nuevo y nada que sea fruto de su propia
prospeccin. Mas el texto sigue apuntando: ...pero s [la existencia] de varios Bienes de
Inters Cultural (Colegiata de San
Pedro, Claustro de San Juan de
Duero, Margen derecha (sic) del
Duero,
Muralla
elementos
medieval)
arquitectnicos
de
proponer
las
medidas
correctoras precisas.
Parece evidente que si se
program el estudio de todos esos
Figura 296: Plano con los bienes declarados y catalogados
que tienen relacin con el rea de intervencin. (Fuente:
Amalio de Marichalar)
ambiente o entorno que se relaciona con los terrenos reclasificables: La fragilidad visual
[de la zona de actuacin], se puede considerar alta debido a las proximidades de Soria
capital, al encontrarse dividido (sic) por una carretera Nacional y al existir en las
inmediaciones puntos elevados muy atractivos desde los que la zona es divisada
(Numancia, Ermita del Mirn, Cerro del castillo, Monte de las nimas...).
De todo ello cabe destacar que el BOCYL refleja una paradoja patolgica ya que, sin
quererlo o sin saberlo, se est refiriendo al paisaje de Soria, puesto que est hablando de un
paisaje (el de Soria) que da sentido al Mirador de Los Cuatro Vientos junto a la Ermita del
Mirn y al del Cerro del Castillo. Y es que Numancia mira a Soria por encima de ese
paisaje que de rstico pretende convertirse en industrial.
ste resulta ser un buen ejemplo de la degradacin existente en las premisas y
fundamentos sobre los que se asienta el conocimiento de los conceptos paisaje, ambiente,
entorno, etc., porque la Administracin regional rompe inexplicablemente toda lgica
cuando habla de fragilidad visual y no concluye inevitablemente que es necesaria una
evaluacin ambiental que preserve las vistas desde puntos elevados tan atractivos. Todo
indica que para la Administracin pblica la realidad no es la realidad en s sino una
manera de urdir una argumentacin para conseguir determinados propsitos y quedar
bien ante los ciudadanos. Si por un lado, de cara a la opinin pblica, hace referencia a la
fragilidad visual, por otro, en la prctica ejecutiva evita, con un flagrante olvido o
desconocimiento de la doctrina cientfica y de la Ley de Patrimonio de Castilla y Len,
considerar a lo visual como un bien patrimonial susceptible de proteccin. Por ello
afirma que no es necesario evaluar ningn tipo de riesgo.
en todas partes: en los medios urbanos y rurales, en las zonas degradadas y de gran calidad, en los espacios
de reconocida belleza excepcional y en los ms cotidianos; Convenio Europeo del Paisaje (Florencia 2000).
702
reconoce no slo un valor al entorno como elemento constitutivo del bien patrimonial sino
que se seala su funcin fundamental en el momento de la creacin o formacin de dicho
bien. As se seala en el desarrollo o comentario del texto del primer punto de la
Declaracin de Xian: Ms all de los aspectos fsicos y visuales, el entorno supone una
interaccin con el ambiente natural; prcticas sociales o espirituales pasadas o presentes,
costumbres, conocimientos tradicionales, usos o actividades, y otros aspectos del
patrimonio cultural intangible, que crearon y formaron el espacio, as como el contexto
actual y dinmico de ndole cultural, social y econmica.
En el prrafo 2 de esta Declaracin, se apunta adems a la valoracin principal que
hay que hacer, en materia de patrimonio, de la percepcin por parte de la poblacin de las
cualidades que constituyen esa realidad a la que se aprecia y se protege: Las estructuras,
los sitios o las reas patrimoniales de diferentes escalas, inclusive los edificios o espacios
aislados, ciudades histricas o paisajes urbanos, rurales o martimos, los itinerarios
culturales o los sitios arqueolgicos, reciben su significado y su carcter distintivo de la
percepcin de sus valores sociales, espirituales, histricos, artsticos, estticos, naturales,
cientficos o de otra naturaleza cultural. E, igualmente, de su relaciones significativas con
su medio cultural, fsico, visual y espiritual. Estas relaciones pueden ser el resultado de un
acto creativo, consciente y planificado, de una creencia espiritual, de sucesos histricos, del
uso, o de un proceso acumulativo y orgnico, surgido a travs de las tradiciones culturales a
lo largo del tiempo.
El valor patrimonial, parece desprenderse de este texto, no slo proviene de las
caractersticas objetivas previas del presunto bien, sino de la transmisin y percepcin de
ese bien por parte del ciudadano. Se establece, pues, un acto de comunicacin cultural entre
la realidad y las personas que conocen, usan y sienten esa realidad. Adems, en esta
comunicacin o dilogo reiterado a lo largo de generaciones, lo ejemplar de la historia, lo
mgico y mtico de las creencias, y la esttica del pensamiento y el sentimiento verbalizado
pasa de ser el entorno de un sitio, el envoltorio inmaterial de un sitio, a integrarse con l
para convertirse ya en un bien de carcter patrimonial (uno solo). As, una creacin
literaria es capaz de mezclar, mediar y envolver las referencias histricas, los valores
simblicos: Numancia del silencio y de la ruina,/ alma de libertad, trono del viento...
(GERARDO DIEGO, Alondra de Verdad); Gentes del alto llano numantino/ que a Dios
guardis como cristianas viejas,/ que el sol de Espaa os llene/ de alegra, de luz y de
riqueza! (MACHADO, Campos de Castilla); o entre la historia, las imgenes sugerentes y
el sentimiento hecho paisaje: Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas/ que vais al
joven Duero, zagales y merinos,/ con rumbo hacia las altas praderas numantinas,/ por las
703
caadas hondas y al sol de los caminos;/ hayedos y pinares que cruza el gil ciervo;/
montaas, serrijones, lomazos, parameras [...] Adis, tierra de Soria; adis el alto llano/
cercado de colinas y crestas militares,/ alcores y roquedas del yermo castellano,/
fantasmas de robledos y sombras de encinares! (ANTONIO MACHADO: Campos de
Castilla).
Por ello cobra capital importancia el llamado entorno en la valoracin, proteccin y
transmisin de un bien patrimonial, porque si se destruye el entorno se destruye el bien. En
consecuencia, si se destruye el paisaje del noreste de la ciudad de Soria construyendo el
Polgono Industrial SORIA II, se destruye el significado y el carcter distintivo de la ciudad
histrica de Soria.
La relacin necesaria e inevitable entre los sitios o reas patrimoniales y su entorno
deriva del papel esencial que ste juega en la definicin y valoracin de la importancia de
dichas reas o sitios: La definicin del entorno requiere comprender la historia, la
evolucin y el carcter de los alrededores del bien patrimonial. Se trata de un proceso que
debe tener en cuenta mltiples factores que han de incluir la experiencia de aproximacin
al sitio y el propio bien patrimonial (DECLARACIN DE XI'AN, punto 3).
Dado que el entorno se conforma como una entidad polifactica, compuesta de
elementos muy heterogneos en su cualidad y diversos en su cronologa, incluir el entorno
en la comprensin requiere una aproximacin multidisciplinar y la utilizacin de diversas
fuentes de informacin.199 Por ello, en los estudios de los posibles impactos que puede
recibir un bien de carcter patrimonial (un conjunto histrico, un monumento, etc.) de una
actuacin urbanstica o de cualquier otro tipo, deben incluirse necesariamente informes de
varias disciplinas y no limitarse nicamente a un informe arqueolgico. En Espaa, tal vez
falta dar el paso de intervenir con equipos multidisciplinares aportando conocimiento
geogrfico e interpretativo sin el que, como vemos, queda vaca de contenido la proteccin
jurdica del paisaje cultural.
En el punto 7 de la Declaracin de Xian se puede leer: Los instrumentos de
planeamiento deben incluir medidas efectivas de control del impacto de los cambios
rpidos o progresivos del entorno. Las siluetas, las vistas y las distancias adecuadas entre
cualquier nuevo proyecto pblico o privado y las estructuras, los sitios y las reas
199 Dichas fuentes incluyen fondos documentales y archivos, descripciones artsticas y cientficas, historias
orales y conocimientos tradicionales, los puntos de vista de las comunidades locales y de las relacionadas
con el bien, as como un anlisis de las perspectivas visuales. Las tradiciones culturales, los rituales, las
prcticas espirituales y los conceptos, as como la historia, la topografa, los valores del medio natural, los
usos y otros factores contribuyen a crear el conjunto de valores y dimensiones tangibles e intangibles del
entorno. La definicin del entorno debe conjugar armoniosamente su carcter, sus valores y su relacin con
el bien patrimonial; (DECLARACIN DE XIAN, punto 4)
704
patrimoniales, son factores fundamentales a tener en cuenta para evitar las distorsiones
visuales y espaciales o los usos inadecuados en un entorno cargado de significado.
Y de la necesidad y conveniencia de efectuar valoraciones de impacto ambiental se
habla, una vez ms en el punto 8 de este documento: Deben llevarse a cabo valoraciones
de impacto ambiental para cualquier proyecto que suponga un impacto en el significado de
las estructuras, de los sitios y de las reas patrimoniales, as como en su entorno.
Pues bien, en la proyectada construccin del denominado Polgono Industrial SORIA
II, promovido por GESTURCAL S.A., no se ha realizado ninguna valoracin de impacto
ambiental en el entorno de los bienes relacionados con la pretendida actuacin -trmite tan
importante como necesario-, y no se han considerado de ninguna manera, en ningn
momento, las siluetas, las vistas y las distancias entre el rea elegida para el proyecto
industrial aludido y los BIC y otros elementos arquitectnicos catalogados.
Esta carencia o inexistencia de valoraciones del entorno pone en peligro la integridad
y significado de los bienes de carcter patrimonial, como seala la Declaracin de Xian en
su punto 9: La transformacin rpida y progresiva de los paisajes rurales y urbanos, las
formas de vida, los factores econmicos, o el medio ambiente natural, pueden afectar de
forma sustancial o irreversible a la autntica contribucin del entorno al significado de una
estructura, un sitio o un rea de valor patrimonial.
Esto nos lleva a concluir que, con la Resolucin de 18 de abril de 2007, de la
Secretara General de la Consejera de Medio Ambiente, por la que se hace pblica la no
necesidad de evaluacin ambiental de la modificacin puntual n 1 del PGOU Polgono
Industrial Soria II, promovido por el Ayuntamiento de Soria, la Administracin pblica que
tiene la misin de proteger y gestionar el medio ambiente, se ve afectada por una suerte de
anomia y acta de manera incomprensible e incompatible con la preservacin y proteccin
del significado de unos Bienes de Inters Cultural que, con su entorno -el sector de El
Cabezo-, conforman un sitio o rea de valor patrimonial.
unas veces, de las realidades fsicas de la actividad humana en el pasado, pero, en otras, de
la proyeccin cultural de unos sentimientos sobre la realidad circundante, que ha hecho
nacer un paisaje con una fuerte carga patrimonial. Por ello, ese paisaje tan preado de
valores culturales y naturales, tan lleno de restos arqueolgicos como de construcciones
literarias, tan rebosante de valores queridos y transmitidos por generaciones a
generaciones de sorianos -valores patrimoniales al fin200- se destruira por la instalacin en
ese horizonte coherente de un polgono industrial.
Si cartas, convenios y leyes internacionales y nacionales teorizan sobre el papel del
paisaje, del ambiente y del entorno, y reglamentan sobre ello, una ley autonmica como la
Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y Len no es ajena, como sabemos, a esta corriente
de valoracin y proteccin del paisaje. Y si en el Art. 42 se dice que la conservacin de
los conjuntos histricos comporta el mantenimiento de la estructura urbana y
arquitectnica y de la silueta paisajstica, as como de las caractersticas generales de su
ambiente, de la lectura del Art. 29 se puede claramente colegir y evaluar la extraordinaria
importancia que otorga a cuestiones que tienen que ver con el paisaje, con el ambiente y
con lo visual y su relacin con los Bienes de Inters Cultural. El texto del citado artculo
29 seala: 1. El incumplimiento de las obligaciones de proteccin y conservacin, de los
bienes declarados de inters cultural o inventariados ser causa de inters socia para la
expropiacin forzosa por la Administracin, y 2. Podr acordarse igualmente la
expropiacin por causa de inters social de los inmuebles que impidan o perturben la
utilizacin, la contemplacin, el acceso o el disfrute de los Bienes de Inters Cultural, que
atenten contra la armona ambiental o que generen riesgo para su conservacin.
En este artculo no se trata de regular para prevenir posibles efectos nocivos para el
patrimonio o para proteger bienes ya declarados o inventariados, sino que se habilitan
normas para que un bien ya amenazado se libre del deterioro al que se ve sometido. Es tal
el valor que se le da a la contemplacin del bien y a la armona ambiental (en torno al
bien) que stas se convierten en causa de inters social para la expropiacin de aquello que
las perturben.
De haberse llevado adelante el citado proyecto, Polgono Industrial SORIA II,
hubiera habido causa suficiente, de inters social, para su expropiacin. El resultado
entonces sera difcilmente reparable por la poca reversibilidad de la actuacin.
200 DRAE: Patrimonio. (Del lat. patrimonium). 1.m. Hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes.
Hacienda. (Del lat. facienda, pl. n. del ger. de facere, lo que ha de hacerse). 2. Conjunto de bienes y riquezas
que alguien tiene.
707
El Patrimonio Cultural de Soria es, adems de otras muchas cosas, paisaje. Paisaje
visto desde la ciudad y paisaje visto desde sus alrededores. Es paisaje porque la naturaleza
y la historia as lo han dispuesto y es paisaje del alma, del sentimiento y de la inteligencia
porque ilustres y celebrados poetas lo han querido y los sorianos y visitantes as lo han
percibido: Soria, sucedida y barbacana, la tierra escrita con plumas de Bcquer, Machado,
Gerardo Diego o Unamuno, autoras de una cartografa literaria que recorrer en cuerpo y
letra por una ruta multiplicada. Es as como la herencia potica se vuelve aqu paisaje. El
espacio, hecho memoria lrica, descubre al viajero nacida de la rima y la leyenda. Es el
verso reiterado, nico y diverso, que se ha dibujado sin descanso en la piel de esta
provincia, solapando a su universo nuevos itinerarios en los que sumar la lectura de su
poemario prdigo. Este texto corresponde a la web oficial del Ayuntamiento de Soria en
el enlace La ciudad, lo que nos hace pensar de nuevo en una especie de desorden bipolar
de las instituciones pblicas. Parece que existe una clara conciencia y sensibilizacin ante
los valores culturales literarios que se transforman en paisaje de la ciudad de Soria y que
confieren a sta una mayor calificacin patrimonial, de la que el Ayuntamiento se siente
orgulloso y a la que est obligado a proteger y preservar..
El Ayuntamiento de Soria lo asumi en marzo de 2006, cuando aprob el Plan
General de Ordenacin Urbana, cuyo primer objetivo es la defensa del patrimonio
cultural y de los medios natural y paisajstico de la Ciudad (p. 57). Sin embargo, los
proyectos que tiene en marcha demuestran lo contrario.
El Ayuntamiento de Soria debera conocer, asumir, respetar y difundir los preceptos
de la UNESCO y sus textos de referencia para la buena gestin del patrimonio. Y en vez de
hablar por hablar empujado por las presuntas exigencias del marketing, debera ser
consciente de la singularidad y excepcionalidad de su patrimonio cultural, combinacin de
elementos naturales, histricos, espirituales, mgicos y literarios. Este patrimonio es una de
las principales riquezas de la ciudad de Soria, constituye la imagen que Soria transmite
hacia fuera y que es reconocida por visitantes y estudiosos, y es un bien de incuestionable
proteccin, por encima de utpicos o soados dorados industriales en una poca de
deslocalizacin despiadada y sin escrpulos.
El espacio elegido para dicho polgono industrial es una extensin de suelo rstico
comn, en la que se combinan manchas de encinas, eriales y perdidos, afloramientos de
calizas, irregulares parcelas cerealistas, ribazos con vegetacin arbustiva y monte bajo,
pinos de repoblacin, un paisaje, en fin, acorde con la imagen que tradicionalmente han
transmitido los alrededores de la ciudad de Soria, paisaje tal que ha servido de
intermediario necesario y adecuado para expresar sentimientos y emociones de los ms
708
709
aprende. Una diferencia notable es que la inversin forma parte del proceso econmico y
la financiacin no es pblica.
Se trata de un paisaje creado por la sociedad con una finalidad productiva en la que
se combina la presencia humana y su laboreo en el campo con la arquitectura, heredada en
general y contempornea
en
muchas
ocasiones;
tambin
por
estn integradas en un
710
m.)
explican
su
contrastes
Grandes
trmicos
zona llana, de espacios abiertos y despejados que proporciona amplios horizontes, pero no
una llanura, sino llanuras diversas -pramos, valles, terrazas, cerros, tesos- que comparten
la planitud.
Naturaleza y cultura se combinan en los pueblos de la Ribera del Duero. Una historia
que muestra sus races romanas y ofrece impresionantes monasterios, magnficas iglesias,
palacios y casas seoriales, pero tambin modestas construcciones de viviendas de adobe,
tapial y madera, barrios de bodegas, apriscos y corrales, creando admirables conjuntos de
arquitectura popular. La abundancia de castillos siguiendo la lnea del Duero es
consecuencia
estratgico
del
de
carcter
esta
comarca
emplazamiento
de los
del
suelo
que
caracteriza tanto la superficie de cultivo del viedo como las construcciones asociadas a la
elaboracin y almacenamiento del vino que constituyen referencias tangibles y simblicas
de esta tierra. Orientados al norte en las cuestas de pramos y terrazas fluviales, los barrios
tradicionales de lagares y bodegas subterrneas, con sus puertas de madera calada y las
zarceras de piedra, ofrecen una sencillez, funcionalidad e integracin en el paisaje que dan
una belleza singular a los pueblos de la Ribera.
En los ncleos de mayor poblacin las bodegas se encuentran debajo del casero,
como sucede en Pearanda, Gumiel, Roa o como en Aranda, donde forman un conjunto
interesantsimo con una red de varios kilmetros de longitud de galeras intercomunicadas
entre s por debajo de la mayor parte de su casco histrico.
vendimiadores. Antes eran todos los miembros de la familia, mientras que ahora los
campos de viedos de la Ribera se llenan de trabajadores inmigrantes, contratados para
esta tarea.
El proceso de trabajo es diferente y se refleja en la arquitectura de las bodegas y en
el paisaje. Antes, con carros, era ms fcil transportar la uva que el vino. Las cubas eran
muy grandes y se llenaban tirando el mosto con pellejos cargados por personas, por lo que
el lugar de elaboracin del vino, el lagar, tena que estar lo ms cerca de la bodega donde
se guardaba. Hoy el objetivo es elaborar
vino lo ms cerca de la via, de la uva. Por
ello se construyen las nuevas bodegas en el
campo, entre los viedos. La energa
elctrica y los medios de transporte
permiten la deslocalizacin de las bodegas
respecto de los ncleos de poblacin. Este
es un factor de cambio radical, muy visible
Figura 300: Bodega tradicional, Hoyales de Roa,
Burgos. (Fuente: la autora)
tecnolgica
ha
logrado
713
Figura 301: Sotillo de la Ribera, Burgos, en algn momento del pasado. (Fuente: Bodegas Ismael
Arroyo)
inversores de fuera del sector, que se han convertido en bodegueros: entidades financieras,
empresarios de la industria del sector del automvil, o de la construccin, familias ligadas
a la fabricacin de perfumes, de abonos, de hierro, o de cemento, profesionales de los
medios de comunicacin, deportistas y artistas diversifican su negocio invirtiendo en
viedos y bodegas.
714
715
716
Las agencias de viajes incluyen este nuevo tipo de turismo en sus itinerarios y las
editoriales editan guas especficas para orientar a los viajeros sobre las bodegas que se
pueden visitar, el patrimonio que se puede conocer, las tradiciones, fiestas, gastronoma de
las distintas localidades y las posibilidades de compaginar esta actividad de turismo
cultural con el de naturaleza.
La creacin de la Ruta del Vino (2011) como producto que ana gastronoma,
naturaleza y patrimonio cultural de la zona, es un paso ms del Plan de Dinamizacin de
Producto Turstico para potenciar la oferta ecoturstica y ofrecer al visitante
establecimientos de mxima calidad. En ella se unen 53 municipios, el Consejo Regulador
de la Denominacin de Origen, 33 bodegas, 18 restaurantes, 16 alojamientos, 8 enotecas y
comercios especializados, 3 spas, 5 museos y una agencia de viajes. La promocin de esta
ruta, repercute positivamente en el desarrollo econmico y social de los diferentes pueblos.
Existen 10 asociaciones ligadas al desarrollo territorial de la zona y sus efectos en la
autoestima de la poblacin del medio rural son importantes.
El xito del museo del vino de Peafiel, con un ms de 10.000 visitas anuales ha
propiciado un espectacular despegue del sector hostelero la comarca: de contar con 50
plazas ha pasado a ms de mil. La nueva funcin turstica de las bodegas provoca una
presencia humana continua en el campo, capaz de hacer de locomotora para la dotacin de
casas rurales y otros servicios de todo tipo. El enoturismo se ha revelado como un
dinamizador del medio rural al que aporta una nueva fuente de ingresos y la creacin de
empleo, sobre todo femenino, as como una mejora de la imagen de la zona que se visita.
718
los extremos, un espacio semienterrado que proporciona luz natural a las instalaciones y
desde el que se ve el castillo de Peafiel (BIC), que custodia la bodega desde el alto del
cerro. El edificio se levanta sobre un basamento triangular de hormign sobre el que se
asientan 5 bvedas parablicas interconectadas que dibujan la silueta del edificio,
soportadas por grandes arcos de madera laminada, que se revisten con piezas de terracota
de gran formato para crear una estructura ligera y articulada. En su presentacin Lord
Rogers remarc la idea del edificio inteligente que tiene un importante papel en 3
sentidos: es un vehculo del enoturismo; un instrumento de la propia actividad publicitaria
y de comunicacin, y es el corazn en la produccin de los mejores vinos.
El afamado arquitecto francs Philippe Mazires, especializado en la construccin de
prestigiosas bodegas, ha diseado la bodega Hacienda Monasterio (1992), entre Pesquera y
Valbuena (Valladolid). El Grupo Chivite de Navarra confirma que Rafael Moneo ha
aceptado el encargo de construir una bodega en La Horra (Burgos). lvaro Siza ha
firmado el proyecto de ampliacin de la bodega Cillar de Silos en Quintana del Pidio
(Burgos). Pero hay muchas ms que ofrecen la cara ms culta del vino. Es el caso de las
bodegas Pago de los Capellanes, en Pedrosa de Duero, del arquitecto Jess Manzanares,
que tambin ha diseado la bodega Aalto en el pramo de Quintanilla de Arriba. O de
Pagos del Rey, Anta-Banderas de Federico Ortega. Mara Vie y Viky Daroca, arquitectas
721
formadas en Alemania, son las autoras de la Bodega Martn Berdugo en Aranda. Cepa 21,
en Castrillo de Duero, est diseada por los arquitectos burgaleses Alberto Siz de Aja y
Jos Manuel Barrio Eguiluz. Legaris, en Curiel de Duero, ha sido construida por Domingo
Triay. La bodega Qumran, situada en Padilla de Duero, se integra entre el viedo con un
edificio de lneas rectas y hormign, diseado por Sandra Hernndez y lvaro Sols. Cada
vez es ms habitual encontrar bodegas donde predominan las lneas rectas, el estilo
minimalista y materiales tan poco tradicionales como el hormign, el metal y el cristal.
Evidentemente las bodegas que apuestan por esta arquitectura icnica pertenecen a
grandes grupos o a sociedades de capital diverso. En cambio las promovidas por pequeos
viticultores, suelen ser naves sencillas y funcionales, construdas con piedra o ladrillo,
madera y teja rabe.
Frente a la arquitectura de autor llama la atencin que muchas bodegas han
apostado por la calidad de sus vinos pero su autor es absolutamente irrelevante. Su
tipologa. ha confiado por igual en la ingeniera, la qumica y la arquitectura al servicio de
la uva. En sus magnficos folletos, lo importante es el vino, los premios, las aadas, pero
no existen datos de la construccin de la bodega, ni del autor del proyecto arquitectnico.
El mejor ejemplo es Vega Sicilia, (1864) en Valbuena, germen de la Denominacin
de Origen Ribera del Duero. Es una de las bodegas ms prestigiosas de Europa. El aspecto
inmaculado del complejo, el secretismo y la seguridad, hacen un mito del vino ms
deseado y famoso de Espaa. Es una clsica hacienda agrcola, con una casona familiar
rodeada por un terreno equilibrado y armonioso en el que destaca un inmenso jardn
botnico, lleno de lavanda, que le separa de la carretera. Vende toda su produccin a sus
elegidos y expectantes clientes.
De todos modos la arquitectura del vino, realizada por arquitectos estrella o no, es un
elemento protagonista de la modernidad en una comarca de gran tradicin.
722
CONCLUSIONES
El conocimiento que ha generado el tratamiento de una serie de temas nos remite otra vez
a la imagen de una rampa helicoidal, como la del Guggenheim de Nueva York. La base es
la ciudad, con su complejidad y sus dilemas. A partir de ah, y a medida que se analiza
cada dilema surgen aspectos que se interrelacionan entre s por lo que se va conformando
la necesidad de analizar esos nuevos aspectos.
Por eso se explica que haya cuestiones vistas una, otra y otra vez, pero que son
analizadas con distintas herramientas. Se pasa varias veces por el mismo sitio, pero cada
vez a una altura distinta porque se profundiza intelectualmente ms a la vez que se aaden
ms factores y se generan nuevas ideas, en vertical. Y al repetir este ascenso con ms
conocimiento y ms altura, se gira y se abre el campo de visin sobre los mismos temas
pero con otra perspectiva ms compleja y se aportan nuevas consideraciones. En este dar
vueltas, en ese girar y ganar la altura que nos permite a su vez tener mejor perspectiva, ha
pasado tiempo, pero no se han producido pausas, gracias a lo cual hemos podido presentar
un trabajo que contiene aportaciones nuevas y nuevos conceptos que son el resultado del
esfuerzo intelectual realizado y contrastado por la participacin activa en congresos y en
reuniones cientficas. Despus de ellos se hace necesario realizar una teorizacin que
explica la complejidad de los temas tratados, por eso se combinan anlisis de casos con
formulaciones conceptuales que vienen a dar respuesta a esta situacin planteada y abren
la posibilidad de nuevas perspectivas. Y la rampa sigue con un nuevo giro.
La realidad espacial actual se configura de una manera fraccionada y confusa y se
plantea como problema, por lo que nuestro inters ha consistido en ofrecer una visin
global del espacio histrico de la ciudad, capaz de conseguir explicar los factores que lo
originan.
De este modo explico esta tesis, como una rampa y es el final, en vertical el que
ofrece ampliar el conocimiento. Es un intento de ofrecer una lectura global del espacio
considerado como patrimonio cultural.
Hemos partido del anlisis de la ciudad de Burgos como hecho fsico y como hecho
social y hemos llegado a la valoracin del patrimonio y del paisaje, con su significacin,
con las disposiciones jurdicas que definen la obligacin de conservarlo, con las
determinaciones y disposiciones doctrinales de la UNESCO, con los avances y las
desviaciones, que tambin existen. Para ello ha sido preciso analizar el verdadero sentido
que tiene la consideracin de un bien como Patrimonio Mundial y las consecuencias de
723
Se ha
impuesto la cultura de la apariencia, pero queda pendiente lograr una ciudad histrica viva,
para lo cual es necesaria una restructuracin del centro histrico.
Con la pretensin de atraer turismo, Burgos ofrece algunos ejemplos de
totemizacin, en los que se hace patente la fcil comunicacin existente entre los modelos
de un folklorismo trasnochado y el vacuo inters por la Historia, que no slo se manifiesta
en especializacin festiva con la que se quiere revitalizar el centro histrico, sino tambin
en la creacin de una ruta, como el Camino del Cid. En ello intervienen el gobierno
municipal, y la Diputacin provincial. Pero la Universidad que requiere compromiso
social, como servicio a la colectividad, debera esforzarse por mirar con distanciamiento la
celebracin de festejos que llevan la Historia a la vulgarizacin de leyendas y mitos. Sin
embargo la realidad es que durante ms de dos dcadas los historiadores han colaborado en
su propagacin.
El poder, para hacer ciudad, usa todo lo que puede. Se vale de todo, incluso del
engao. Unas veces utiliza el patrimonio, para vender la promocin de viviendas
construidas entre el Monasterio de las Huelgas y el Hospital del Rey, en una zona de gran
peligro por la proximidad de los depsitos de CLH. En otras ocasiones lo ignora o intenta
destruirlo.
Unas veces desde el poder se propone la vivienda fuera de la ciudad. Con pocos
mensajes se vale de la publicidad y elabora el consenso, con lo que la poblacin se
convence de que en la ciudad no se puede vivir. Pero en otras ocasiones, como sucede
desde que en 2008 comenz la crisis, el centro histrico es el ideal. Se considera que el
centro es la base para la regeneracin de las ciudad, reconstruyendo el espacio que
725
la ciudad patrimonial. Hemos expuesto los valores patrimoniales urbanos. Sin embargo en
este anlisis patrimonial, constatamos que no se puede explicar con segmentos o capas que
se van sumando sino que es todo ms complejo. Desde esta consideracin, la ciudad se nos
presenta como una realidad helicoidal ms que como un hojaldre, porque no hay sincrona,
no hay posibilidad de anlisis sincrnico sino que hay continuo cambio. Quiz porque
siempre se est errando. Aunque se proyecte algo bien, en cuanto se pone en marcha y
empieza a funcionar ya no sirve, por el factor tiempo, porque surgen nuevos factores y
nuevas necesidades. Evidentemente siempre hay permanencias, lo que conduce a la
consideracin de la ciudad como palimpsesto, pero los cambios son mayores.
En definitiva, la ciudad es una realidad multidimensional, un sistema en el que todo,
como en una constelacin, tiene que ver con todo. Mejor dicho, es un ecosistema porque
las interrelaciones existentes entre urbanismo y patrimonio no son resultado de la adicin
de unas capas sobre otras. Los sectores protegidos tienen belleza y complejidad. Pero
tambin contienen dificultades y presentan paradojas. En esta tesis se repiten varias veces
los mismos problemas que afectan a la pervivencia de la ciudad en su anlisis patrimonial,
cultural y paisajstico: peatonalizacin, expulsin de la
actividad comercial,
728
Por ltimo deseamos concluir con una doble reflexin. Por un lado es un deber dejar
constancia de que si no se conserva el patrimonio es porque el poder municipal, como
primer responsable de los bienes patrimoniales existentes en su trmino municipal, no
cumple la legislacin. Lo decimos porque el legislador lo hace bien y lo ha plasmado en
los documentos jurdicos que ataen a la conservacin. Nos referimos a la normativa sobre
patrimonio cultural y sobre paisaje. La otra atae a la Geografa, que por estudiar la
transformacin social del espacio y por su capacidad de interpretar la realidad, fsica y
humana, es una de las disciplinas ms adecuadas para participar no slo en la valoracin
sino tambin en la identificacin de los bienes y recursos naturales y culturales que
constituyen el patrimonio comn. La conciencia de que el territorio es un elemento de
referencia fundamental y la base para una reflexin cientfica y sensata sobre el patrimonio
cultural hace de la Geografa un arma para la proteccin.
729
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NDICE DE FIGURAS
Figura 1: Plano de Burgos, 1812. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos) ....... 21
Figura 2: Plano de Burgos, 1894. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos) ....... 22
Figura 3: Localizacin de las barriadas realizadas con prestacin de trabajo personal.
(Fuente: la autora) ................................................................................................... 24
Figura 4: Localizacin de las barriadas realizadas mediante el sistema de contrata. (Fuente:
la autora) ................................................................................................................. 24
Figura 5: Plano de Burgos hacia 1920. En la parte inferior derecha aparece la primera
barriada, la del Crculo Catlico de Obreros. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de
Burgos) ................................................................................................................... 27
Figura 6: Barriada de la Asociacin de la Prensa en un momento crtico, 1983. (Fuente: la
autora) ..................................................................................................................... 28
Figura 7: Localizacin de las barriadas de Casas Baratas en el plano de Burgos de 1935.
(Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos, la autora) .................................... 30
Figura 8: En la barriada Municipium, el desnivel de ha aprovechado para hacer garajes.
(Fuente: la autora) ................................................................................................... 32
Figura 9: Crecimiento de Burgos originado por la construccin de Casas Baratas (1935).
Barriadas al norte del ro Arlanzn. (Fuente: la autora) ............................................ 33
Figura 10: Crecimiento de Burgos originado por la construccin de Casas Baratas (1935),
Barriadas situadas al sur del ro Arlanzn. (Fuente: la autora).................................. 34
Figura 11: La barriada de Empleados provinciales en el paseo de Los Pisones. (Fuente: la
autora) ..................................................................................................................... 35
Figura 12: Barriada El Progreso. (Fuente: la autora) ........................................................ 47
Figura 13: Barriada La Fraternidad en la ladera del cerro del Castillo. (Fuente: la autora) 47
Figura 14: Barriada del Padre Salaverri. (Fuente: la autora)............................................. 52
Figura 15: Barriada de la Asociacin de la Prensa quemada y destrozada por los ocupantes.
(Fuente: la autora) ................................................................................................... 54
Figura 16: Barriada de la Asociacin de la Prensa, recuperada. (Fuente: la autora) ......... 54
Figura 17: Proteccin de las barriadas de Casas Baratas establecidas por el planeamiento.
(Fuente: la autora) ................................................................................................... 58
Figura 18: Barriada La Social. (Fuente: la autora)............................................................ 59
Figura 19: Burgos a principios del siglo XX. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de
Burgos) ................................................................................................................... 59
Figura 20: Barrio de San Esteban a finales del siglo XX. (Fuente: la autora)................... 62
Figura 21: Plano de Burgos y Gamonal en 1806. (Fuente: Biblioteca Nacional) .............. 65
Figura 22: El trmino municipal de Burgos tena una isla correspondiente al trmino de
Gamonal. Plano de 1942. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos)............ 66
Figura 23: Fincas de los Catorce en el lmite este del municipio de Burgos. (Fuente:
Archivo Histrico Municipal de Burgos) ................................................................. 66
Figura 24: Plano de Burgos y sus inmediaciones, 186.. (Fuente: Biblioteca Nacional) ..... 67
Figura 25: Gamonal en 1960. (Fuente: Foto Fede)........................................................... 68
Figura 26: La "isla" del municipio de Gamonal dentro del trmino municipal de Burgos.
(Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos) ................................................... 69
Figura 27: Ciudad Deportiva Militar, construida en terrenos de Gamonal cedidos al
Ayuntamiento de Burgos. (Fuente: Foto Fede)......................................................... 70
Figura 28: Campo de aviacin de Burgos en terrenos cedidos por Gamonal. (Fuente:
Lorenzo Matas) ...................................................................................................... 72
777
778
Ciencias, San Amaro, Hospital del Rey, depsitos de CLH, Bakimet frente a
Facultad de Humanidades, e industrias abandonadas. (Fuente: Paisajes espaoles) 101
Figura 56: Plan realizado por la Universidad de Burgos. (Fuente: Universidad de Burgos)
.............................................................................................................................. 103
Figura 57: Promociones inmobiliarias frente a la Facultad de Humanidades. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 104
Figura 58: Los promotores inmobiliarios buscan deliberadamente el contagio enriquecedor
del prestigio de la Universidad. (Fuente: la autora) ................................................ 108
Figura 59: El gran edificio del Seminario Mayor hoy se ha convertido en el Hotel ABBA.
(Fuente: Lorenzo Matas)....................................................................................... 110
Figura 60: Plaza del sobrado antes del derribo de la casa propiedad de la Universidad de
Burgos. (Fuente: Paisajes espaoles) ..................................................................... 112
Figura 61: Plaza del Sobrado, ya calle, despus del derribo de la casa propiedad de la
Universidad de Burgos. (Fuente: la autora) ............................................................ 113
Figura 62: Plano de Burgos a finales del siglo XX. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos) . 115
Figura 63 : Con el derribo de la Plaza de Toros se inicia el ensanche a travs de las
"avenidas". (Fuente: Foto Fede)............................................................................. 116
Figura 64: El ensanche de Burgos con los bloques de Villa Pilar, entre el Arlanzn y la
calle de Vitoria. (Fuente: Lorenzo Matas) ............................................................. 117
Figura 65: La prensa se hace eco de la amenaza de derribar Gamonal. (Fuente: Diario de
Burgos) ................................................................................................................. 119
Figura 66: Artefacto publicitario elegido como imagen de la ciudad. (Fuente: La autora)
.............................................................................................................................. 120
Figura 67: Permetro de la propuesta municipal ante la UNESCO para declarar el centro
histrico burgals Patrimonio Mundial. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)........... 122
Figura 68: Burgos a principios del siglo XXI. (Fuente: SIG Catastro)............................ 123
Figura 69: El cerro del Castillo sin castillo desde 1813. (Fuente: Lorenzo Matas)......... 124
Figura 70: Ejemplo expresivo del abandono del casco histrico. (Fuente: la autora) ...... 126
Figura 71: El antiguo pueblo de Gamonal conserva todava su trazado caminero. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 127
Figura 72: Iglesia de Nuestra Seora Real y Antigua de Gamonal, de gran importancia en
el Camino de Santiago. (Fuente: la autora)............................................................. 127
Figura 73: Los vecinos de Gamonal ha reivindicado desde hace tiempo el cumplimiento de
las previsiones del Plan Delta Sur. (Fuente: la autora)............................................ 128
Figura 74: El PGOU prev indultar la casa de la Cofrada de San Antn. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 128
Figura 75: El casero del antiguo pueblo de Gamonal se ha convertido en un estorbo para
los planes urbansticos de la ciudad. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos)................ 130
Figura 76: Crucero del Camino de Santiago en Gamonal. (Fuente: la autora)................. 132
Figura 77: Monasterio de Las Huelgas y chimenea de la Cellophane. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 136
Figura 78: El Monasterio de Las Huelgas ser rodeado por las edificaciones previstas por
el planeamiento una vez demolida la Cellophane y eliminadas las antiguas vas del
ferrocarril. (Fuente: la autora)................................................................................ 136
Figura 79: Barracones del albergue de peregrinos en El Parral. (Fuente: la autora) ........ 138
Figura 80: Polticos en el banquillo, titulaba Diario 16 de Burgos el da 7 de abril de
1997. ..................................................................................................................... 141
Figura 81: El centro histrico en una posicin geogrficamente excntrica. (Fuente:
Lorenzo Matas) .................................................................................................... 144
Figura 82: La destruccin de los edificios antiguos sirve para construir viviendas de
marca. (Fuente: la autora) .................................................................................... 145
Figura 83: Parque del Castillo recuperado. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos).............. 145
779
Figura 84: Desarrollo inmobiliario en torno al Hospital del Rey. (Fuente: Ayuntamiento de
Burgos) ................................................................................................................. 147
Figura 85: Trazado del desvo del ferrocarril por el norte de la ciudad. (Fuente:
Ayuntamiento de Burgos)...................................................................................... 152
Figura 86: El Alcalde, Valentn Nio, presentado la maqueta del desvo. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 153
Figura 87: Vieta de El Roto en El Pas......................................................................... 157
Figura 88: Farola con remate de cmara de "seguridad". (Fuente: la autora) .................. 159
Figura 89: Vieta de El Roto en El Pas......................................................................... 165
Figura 90: Publicacin en papel de H & R 2002-2003. .................................................. 169
Figura 91: Reportaje sobre el mobbing. (Fuente: XL Semanal, 30-9-2007).................... 176
Figura 92: Nuevas promociones de viviendas rodean la Facultad de Humanidades. (Fuente:
Ayuntamiento de Burgos)...................................................................................... 179
Figura 93: Foto area de Burgos realizada desde el oeste. En primer plano, a la izquierda,
la crcel, al otro lado del ro, La Milanera y, hacia el sur el desarrollo del campus.
(Fuente: Paisajes espaoles) .................................................................................. 180
Figura 94: Edificios institucionales (UE) en el centro de Bruselas. (Fuente: Parlamento
Europeo................................................................................................................. 194
Figura 95: Instituciones europeas en el centro de Bruselas, Quartier Lopold. (Fuente:
Parlamento Europeo) ............................................................................................. 195
Figura 96: Pars, Rue du Quatre de septembre. Un edificio de viviendas se prepara para
convertirse en oficinas. (Fuente: la autora)............................................................. 198
Figura 97: Bruselas. La necesidad de hacer aparcamientos exige la unin y vaciamiento de
varias parcelas. (Fuente: la autora)......................................................................... 199
Figura 98: Bruselas. Nuevo edificio de oficinas con la fachada primitiva como antifaz.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 200
Figura 99: Lisboa. Edificio de viviendas convertido en sede bancaria. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 202
Figura 100: Gante. La fachada de un antiguo inmueble presta la cara a una nueva
edificacin. (Fuente: la autora) .............................................................................. 203
Figura 101: Madrid. Calle Tutor esquina Buen Suceso. (Fuente: la autora).................... 204
Figura 102: Fachadismo junto a la Catedral de Valencia. (Fuente: la autora) ................. 204
Figura 103: Museo de Ciencias, en Cuenca, detrs de la piel de un edificio histrico.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 207
Figura 104: Burgos. De mercado de ganado de San Amaro a residencia universitaria
Camino de Santiago (Fuente: la autora) ................................................................. 208
Figura 105: Barcelona. Can Serra, hoy sede de la Diputacin. (Fuente: la autora).......... 209
Figura 106: Barcelona. Hotel Clars. (Fuente: La Vanguardia)....................................... 210
Figura 107: Santa Cruz de Tenerife. El Parlamento de Canarias se levanta sobre dos
edificios que fueron viviendas. (Fuente: la autora) ................................................. 212
Figura 108: Santa Cruz de Tenerife. Parlamento de Canarias. (Fuente: la autora) .......... 213
Figura 109: Santa Cruz de Tenerife. De viviendas a oficinas municipales en la calle de
Imeldo Sers. (Fuente: la autora) ............................................................................ 213
Figura 110: Bruselas. Dos edificios de viviendas unidos, convertidos en un solo comercio.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 214
Figura 111: Santa Cruz de Tenerife. La antigua fachada deja ver el muro cortina del nuevo
edificio de oficinas. (Fuente: la autora) .................................................................. 214
Figura 112: Valladolid. Fachadismo junto a la iglesia del Salvador. En la actualidad ya est
reconstruida. (Fuente: la autora)............................................................................. 215
Figura 113: Plaza Mayor de Valladolid. El fachadismo como programa de paisaje urbano.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 215
780
Figura 114: Oviedo. La fachada acta como una escultura antepuesta a este edificio
institucional. (Fuente: la autora)............................................................................. 216
Figura 115: Palacio de San Telmo en Sevilla. Un ejemplo desolador de destruccin...... 216
Figura 116: Burgos. Casa del Cordn. De palacio a sede de la Caja de Burgos. (Fuente:
Caja de Burgos)..................................................................................................... 218
Figura 117: Valladolid. El mismo solar de Cebadera visto por detrs. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 222
Figura 118: Valladolid. Unin de parcelas en Cebadera. (Fuente: la autora) ................. 222
Figura 119: La fbrica Cellophane de Burgos podra haber albergado un centro cvico para
el nuevo barrio. (Fuente: Archivo Histrico Municipal de Burgos) ........................ 226
Figura 120: El Cid y sus caballeros en la glera burgalesa. (Fuente: Diario de Burgos, 7-102012)..................................................................................................................... 231
Figura 121: Recreacin de viejas labores, lavanderas y vareadores de lana, en la orilla del
ro Arlanzn. (Fuente: la autora) ............................................................................ 232
Figura 122: Burgos. "Tradicional" mercado de la Virgen Blanca. (Fuente: la autora)..... 233
Figura 123: Celebracin de episodios de la Guerra de la Independencia en Aranda de
Duero. (Fuente: la autora)...................................................................................... 234
Figura 124: Plano del centro histrico de Burgos peatonalizado. (Fuente: Ayuntamiento de
Burgos) ................................................................................................................. 239
Figura 125: Calle de la Moneda en Burgos, uno de los inicios de la isla peatonal. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 240
Figura 126: En el centro todo son prohibiciones! (Fuente: la autora) ............................ 242
Figura 127: El transporte, para los turistas, no para los vecinos. (Fuente: la autora) ....... 242
Figura 128: El concejal tiene razn: en el centro sobran los vecinos. (Fuente: Diario de
Burgos, 23-5-2002)................................................................................................ 244
Figura 129: Plano de ejes y reas peatonales (Fuente: Ayuntamiento de Burgos).......... 246
Figura 130: El aparcamiento de La Flora ha daado la estabilidad de los edificios de la
plaza. (Fuente: Diario de Burgos) .......................................................................... 253
Figura 131: Los reclamos publicitarios compiten con la poca presencia de peatones.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 253
Figura 132: Burgos, calle de la Paloma. La calle se llena de artefactos vulgares. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 254
Figura 133: Burgos, calle de la Paloma. La peatonalizacin se lleva mal con el comercio
de calidad. (Fuente: la autora)................................................................................ 254
Figura 134: Plaza Mayor de Burgos. Los anuncios impiden el paso y la vista. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 255
Figura 135: El trasporte de carga es posible, pero el de las personas no. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 255
Figura 136: Burgos, plaza de Santo Domingo. Vaca de coches pero llena de "corpreos"
del Centro comercial abierto. (Fuente: la autora).................................................... 258
Figura 137: As ven el centro histrico los especuladores. (Fuente: la autora)................ 260
Figura 138: Burgos. Edificio vaco excepto el bajo comercial. (Fuente: la autora) ......... 260
Figura 139: Burgos. Obras de mejora que hacen difcil la pervivencia de la actividad
comercial. (Fuente: la autora) ................................................................................ 261
Figura 140: Panormica de Burgos en 2004: El casco histrico, el ensanche y, al fondo,
Gamonal. (Fuente: Ayuntamiento de Burgos) ........................................................ 263
Figura 141: El paseo del Espoln de Burgos ha perdido toda su vitalidad. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 268
Figura 142: El pequeo comercio se ha organizado en asociaciones con un criterio zonal.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 269
781
Figura 208: Campaa "El Museo ms grande del Mundo est vivo". (Fuente: Junta de
Castilla y Len) ..................................................................................................... 465
Figura 209: Vista panormica del casco histrico de Burgos, con la Catedral y el Castillo.
(Fuente: Ayuntamiento de Burgos) ........................................................................ 471
Figura 210: Catedral de Burgos. Humedad y musgo en el paramento de la girola. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 474
Figura 211: Clave central de la capilla del Condestable. (Fuente: la autora)................... 476
Figura 212: Las figuras de la clave central y de otras ocho en l rea de interpretacin de la
Catedral. (Fuente: la autora) .................................................................................. 476
Figura 213: Manchas y grietas en los sillares del claustro bajo en la calle de la Paloma.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 476
Figura 214: Manchas y pintura en la fachada de Santa Mara. (Fuente: Foto Fede) ....... 477
Figura 215: La puerta de Coronera, con un foso delante, se ha convertido en una suerte de
ventada. (Fuente: la autora).................................................................................... 478
Figura 216: Moldes de silicona en el taller de CPA. (Fuente: la autora) ......................... 480
Figura 217: Taller de CPA: originales y copias de resina. (Fuente: la autora)................. 480
Figura 218: Plan Diretor de la Catedral. Alzado de la fachada de Santa Mara. (Fuente:
Plan Director)........................................................................................................ 482
Figura 219: Grieta en la tnica de Geden. (Fuente: Diario de Burgos) ......................... 483
Figura 220: Declaraciones del presidente del Cabildo a Diario de Burgos...................... 484
Figura 221: Estatuas dentro del museo. (Fuente: la autora) ............................................ 485
Figura 222: Talla de la clave central de la capilla del Condestable, expuesta en la sala "los
leguajes del triunfo" de la exposicin del quinto centenario de Isabel la Catlica.
(Fuente: la autora) ................................................................................................. 487
Figura 223: Geden, en el museo, comparte espacio y atencin con otros objetos y
maniques de exposiciones temporales. (Fuente: la autora) .................................... 492
Figura 224: Virgen con el Nio, y dos ngeles. De presidir la fachada diseada en su honor
a descansar en el alfizar de una ventana del museo. (Fuente: la autora) ................ 494
Figura 225: Maqueta de la Catedral para llenar el museo. (Fuente: la autora)................. 496
Figura 226: Una Catedral para el turismo. (Fuente: la autora) ........................................ 497
Figura 227: Detalle de la destruccin de molduras para pasar el caal. (Fuente: la autora)
.............................................................................................................................. 509
Figura 228: Lamentable aspecto de las bajantes que han sustituido a las grgolas. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 510
Figura 229 : Copia de la Virgen emergiendo de su molde, colocada en el claustro bajo
convertido en museo. (Fuente: la autora) ............................................................... 511
Figura 230: La reaccin del Cabildo. (Fuente: Diario de Burgos) .................................. 514
Figura 231: Si el presbiterio estuviera ms bajo... (Fuente: Carmelo Mazo)................. 515
Figura 232: El nuevo edificio del Palacio de Justicia de vila compitiendo con la torre de
la Catedral (BIC), con las murallas (BIC) y con la ermita romnica de San Segundo
(BIC). (La autora).................................................................................................. 523
Figura 233: vila. Plaza de Santa Teresa con la iglesia de San Pedro al fondo. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 525
Figura 234: Centro Municipal de Exposiciones y Congresos, Muralla de vila y Ermita de
San Segundo. (Fuente: la autora) ........................................................................... 528
Figura 235: El Centro de Exposiciones y Congresos desde el adarve de la muralla. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 529
Figura 236: Lienzo norte de la muralla y el Centro de Exposiciones y Congresos. (Fuente:
la autora) ............................................................................................................... 529
Figura 237: Los Cuatro Postes y vista general de vila. Postal (Fuente: Foto Alarde,
Oviedo) ................................................................................................................. 530
784
Figura 238: "Nueva mirada" parasitaria desde el entorno de los Cuatro Postes. (Fuente: la
autora) ................................................................................................................... 531
Figura 239: Desde la Universidad Catlica de vila. El edificio de Fco. Mangado
"integrado" en el lienzo norte de la muralla. (Fuente: la autora) ............................. 532
Figura 240: Ermita de San Segundo acosada por el Centro de Exposiciones y Congresos de
Fco. Mangado. (Fuente: la autora) ......................................................................... 533
Figura 241: Plano remitido al Comit del Patrimonio Mundial. La flecha roja indica la
ubicacin de la Ermita de San Segundo y la flecha azul seala un incompresible
espacio "libre", fuera de la zona tampn, en las inmediaciones de la muralla y de la
ermita citada. (Fuente: Ayuntamiento de vila)..................................................... 534
Figura 242: Vehculos aparcados al lado de la muralla. (Fuente: Ayuntamiento de vila)
.............................................................................................................................. 538
Figura 243 : En la foto superior se observa la conexin para peatones y vehculos entre la
ciudad amurallada y los barrios extramuros. En la imagen inferior se aprecia la
"conexin verde" entre la zona alta y la baja de la ciudad en su sector norte. (Fuente:
Ayuntamiento de vila) ........................................................................................ 539
Figura 244: Sendero que cruza la parcela verde en la actualidad. (Fuente: Ayuntamiento de
vila) .................................................................................................................... 540
Figura 245: En rojo el Centro de Exposiciones y Congresos, en amarillo el lugar elegido
para el proyectado Aparcamiento pblico de vila. (Google) ................................ 541
Figura 246: Detalle del informe de WMW 2010. En l aparecen seis referencias a otros
tantos bienes culturales en peligro. (Fuente: World Monuments Fund)................... 547
Figura 247: El difcil trazado del itinerario manifiesta la complejidad del proyecto.
(Fuente: Fundacin Camino del Cid) ..................................................................... 557
Figura 248: Burgos. Hito del Cantar de Mio Cid: la Glera. (Fuente: la autora)............... 558
Figura 249: Folleto de El Camino de la lengua castellana. (Fuente: Fundacin Camino de
la Lengua Castellana) ............................................................................................ 563
Figura 250: El absurdo trazado de un camino que no lo es. (Fuente: Fundacin de la lengua
castellana) ............................................................................................................. 563
Figura 251: Portada de la revista Patrimonio Mundial. (Fuente: UNESCO) ................... 573
Figura 252: Rutas de los esclavos. (Fuente: Revista Patrimonio Mundial, n 27)............ 574
Figura 253: Mary Robinson, Alta Comisaria de Derechos Humanos de la ONU, aplaude a
Nkosazana Dlamini-Zuma, Ministra de Asuntos Exteriores de Sudfrica, las 2
mujeres responsables de la Conferencia contra el Racismo, celebrada en Durban en
septiembre de 2001. La declaracin final incluye la trata de negros como crimen
contra la Humanidad, (Fuente: El Mundo) ............................................................. 576
Figura 254: El Camino de Santiago a su paso por Burgos. ............................................. 582
Figura 255: Peregrinos en San Amaro, Burgos. (Fuente: la autora)................................ 586
Figura 256: Grupo de peregrinos que acompaa al peregrino engaado por el diablo,
protagonista de la cantiga n 26. (Fuente: Cantigas de Santa Mara)....................... 589
Figura 257: El "milagro de la luz" en San Juan de Ortega, Burgos. (Diario de Burgos).. 590
Figura 258: Lista del Patrimonio Mundial. (Fuente: la autora) ....................................... 597
Figura 259: Anuncio en la Estacin de Atocha, Madrid. (Fuente: la autora)................... 605
Figura 260: Trazado del bulevar. (Fuente: Masterplan H&deM) .................................... 619
Figura 261: Burgos. Antiguo trazado ferroviario. (Fuente: Masterplan H&deM) ........... 620
Figura 262: Trazado del bulevar sobre las antiguas vs del ferrocarril. (Fuente: Masterplan
H&deM)................................................................................................................ 620
Figura 263: Propuesta de desarrollo de nuevos barrios y aumento de la densidad. (Fuente:
Masterplan H&deM) ............................................................................................. 621
Figura 264: Ciudad de Ave proyectada. (Fuente: Masterplan H&deM).......................... 621
Figura 265: Desarrollo de nueva arquitectura en el entorno de la vieja estacin. (Fuente:
Masterplan H&deM) ............................................................................................. 622
785
786
NDICE GENERAL
................................................................................................................ 341
IV.1.9. LAS GRIETAS DE LA REALIDAD: UNA SISTEMTICA FALTA DE INTEGRACIN
PAISAJSTICA EN LAS TEXTURAS DE LA CIUDAD ................................................... 345
IV.1.10. VARIACIONES EN EL DOMINIO PERCEPTUAL DEL ESPACIO: ENTRE LA
SOBREESTIMULACIN Y LA CONFUSIN ESPACIAL................................................ 355
IV.1.11. ENTRE LA MEMORIA Y EL OLVIDO: UNA GENERALIZADA Y ACRTICA PRDIDA DE
REFERENCIAS EMOCIONALES EN LA PERCEPCIN DEL ESPACIO URBANO ................... 363
IV.1.12. LA FRAGMENTACIN ESPACIAL COMO PROBLEMA: LA PRDIDA DEL SENTIDO DEL
LMITE PARA COMPRENDER LOS ESCENARIOS DEL PASADO Y SU COHERENCIA ............ 366
IV.1.13. EL SIGNIFICADO PEDAGGICO DE LA CIUDAD: LECTURAS DEL ESPACIO E
IDENTIDAD PATRIMONIAL ............................................................................... 371
IV.2. DEL ESTUDIO DEL P ATRI M ONI O A L A PE RCEPCIN DE L A
COM P LE JIDA D DEL FEN M ENO U RB AN O. .......................................... 373
IV.2.1. LA OPORTUNIDAD DE UN PLANTEAMIENTO SERIO Y REFLEXIVO .................... 373
IV.2.2. RESTAURACIN DE MONUMENTOS : QU, QUIN , PARA QUIN Y CMO
RESTAURAR ? .............................................................................................. 377
IV.2.3. UNA POSIBILIDAD DE MANTENER LAS VIVIENDAS, LA REHABILITACIN .......... 382
IV.2.4. LA PUESTA EN PRCTICA DE LA PEATONALIZACIN DE LAS ZONAS HISTRICAS 388
IV.2.5. LOS EQUIPAMIENTOS CULTURALES, NDICE DE CALIDAD DE VIDA DE LOS VECINOS O
ATRACTIVO TURSTICO? ................................................................................ 395
IV.2.6. POSIBILIDADES DE DESARROLLO ECONMICO A PARTIR DE LA VALORACIN DEL
PATRIMONIO ............................................................................................... 404
IV.2.7. LOS JVENES Y LA CIUDAD. VALORACIN DEL PATRIMONIO URBANO EN QUINCE
CIUDADES HISTRICAS .................................................................................. 411
IV.2.8. ENSEAR LA CIUDAD PARA COMPRENDER EL PATRIMONIO. UNA FORMA DISTINTA
DE APRENDIZAJE. ......................................................................................... 414
IV.2.9. UN PROGRAMA EDUCATIVO INNOVADOR CAPAZ DE ESTIMULAR EL RESPETO Y
APRECIO DEL PATRIMONIO CULTURAL ............................................................... 420
IV.3. TR ANS F OR M A CIONES Y NUEV A S V A L O R ACI ONES DE L ES PACIO
PBLICO EN BU R G OS ................................................................... 423
IV.3.1. LA PRDIDA DE UNO DE LOS ESPACIOS PBLICOS MS SIMBLICOS: EL PASAJE DE
LA CATEDRAL ............................................................................................... 428
IV.3.2. LA PLAZA DE SANTA TERESA COMO PARADIGMA DEL EXCESO MUNICIPAL ........ 430
IV.3.3. INTERVENCIONES MARGIVAGANTES COMO FACTORES DE DISTORSIN DEL ESPACIO
PUBLICO DE BURGOS ..................................................................................... 435
IV.3.4. UNA CIUDAD VERDE Y AMABLE .............................................................. 437
CA PTUL O V. EL P ATRI M ONI O MUNDIA L. EV OLUCIN DEL C ONCEPTO .... 441
V.1. L A C ONSE R V ACIN DE L OS V A L O R ES DEL PAT RI M ONIO M UNDIA L EN
UN MUND O C A MBI ANTE................................................................. 441
V.1.1. LA CEREMONIA DE LA DISOLUCIN DEL PATRIMONIO MATERIAL ..................... 445
V.1.2. LA INVISIBILIDAD DE LOS ESPACIOS HISTRICOS DE LA CIUDAD .................... 448
V.1.3. EL DESARME DEL MARCO CONCEPTUAL: LA CARTA DE CRACOVIA (2000) Y EL
MEMORANDUM DE VIENA (2005) ..................................................................... 449
V.2. PATRIMONIO COLECTIVO O PATRIMONIO CAUTIVO: UN CAMBIO DE RELACIN DE LOS
CIUDADANOS CON LOS VALORES CULTURALES . .................................................... 460
V.2.1. A QUIN PERTENECE EL PASADO? ......................................................... 461
V.2.1.1. Desafos y retos patrimoniales del periodo entre siglos, XX y XXI .................. 464
V.2.2. BURGOS, CIUDAD PATRIMONIO MUNDIAL ................................................. 468
789
V.2.2.1. La Catedral de Burgos, bien cultural inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de
la UNESCO, est en la ciudad de Burgos .......................................................... 470
V.2.2.2. El entorno de la Catedral de Burgos ...................................................... 471
V.2.3. LA CONSERVACIN DEL PATRIMONIO HISTRICO. NECESIDAD DE UNA REFLEXIN
................................................................................................................ 475
V.2.3.1. LA INDUSTRIALIZACIN DE LOS VALORES CREATIVOS Y LA
MERCANTILIZACIN DE LA OBRA DE ARTE .................................................. 479
V.2.3.2. Restauracin con museo al fondo .......................................................... 485
V.2.3.3. El empobrecimiento cultural de la Catedral y la prdida de valores patrimoniales
............................................................................................................. 491
V.2.3.4. La importancia de los significados y la necesidad de una tica en las intervenciones
............................................................................................................. 495
V.2.4. PROPUESTA DE INDICADORES PARA EVALUAR EL BIEN DECLARADO PATRIMONIO
MUNDIAL: CATEDRAL DE BURGOS ..................................................................... 498
V.2.4.1. Indicadores referidos a los valores del bien ............................................. 499
V.2.4.2. Indicadores referidos a las intervenciones que afectan al bien ....................... 503
V.2.5. ES LA CATEDRAL DE BURGOS UN BIEN DEL PATRIMONIO CULTURAL EN PELIGRO?
................................................................................................................ 507
V.2.5.1. Intervenciones en el monumento ........................................................... 509
V.2.5.2. Los cambios de uso de la Catedral ........................................................ 512
LTIMAS NOTICIAS! ..................................................................................... 519
V.3. L A C RTICA CONSE R V ACI N DE L OS V A L O R ES PAT RI M ONIA LES DE L A
CIUDAD VIEJ A DE VI L A C ON SUS IG LESIAS E XTR A M U R OS: UN C A M BIO DE
R E L ACIN C ON L OS V A L O R ES CU LTU R A LES. ..................................... 519
V.3.1. EL VALOR DEL ENTORNO PARA COMPRENDER LOS BIENES PATRIMONIALES ...... 521
V.3.2. PALACIO DE JUSTICIA DE VILA: UNA COMPETENCIA DESLEAL EN EL INTERIOR DE
LAS MURALLAS............................................................................................. 522
V.3.3. EL COLAPSO PATRIMONIAL DE LA PLAZA DE SANTA TERESA O DEL MERCADO
GRANDE: UN FRACASO DE LA ARQUITECTURA DE AUTOR ..................................... 525
V.3.4. EN EL CALLEJN DEL GATO: EL CENTRO MUNICIPAL DE EXPOSICIONES Y
CONGRESOS DE VILA.................................................................................... 528
V.3.5. LOS RIESGOS DE LA CONSTRUCCIN DE UN APARCAMIENTO PBLICO INNECESARIO
EN LA CIUDAD DE VILA PROMOVIDO POR SU AYUNTAMIENTO ................................. 537
V.3.6. LA SOBREEXPLOTACIN DEL ESPACIO EN LA NUEVA CIUDAD COMO EFECTO
PERVERSO DE UNA PERMISIVA POLTICA URBANSTICA. ....................................... 544
CA PTUL O VI. NUEV AS C ATEG O R AS DE P ATRI M ONIO M UNDIA L ........... 549
VI.1. L A I M P O RTANCIA DE L C ONOCI MIENTO GE OG R FICO EN L A
IDENTIFICACIN Y V A L O R ACI N DE UNA N UE V A C ATEG O R A DE
PATRI M ONI O MUNDIA L: EL ITINER A RI O C ULTUR A L ........................... 549
VI.1.1. LA ELABORACIN DE ITINERARIOS CULTURALES O LA COMPLEJIDAD DE UNA
ESTRATEGIA TURSTICA ................................................................................ 552
V.1.2. EL CAMINO DEL CID, ITINERARIO CULTURAL O UNA BUENA ACTIVIDAD
TURSTICA? ................................................................................................ 556
VI.1.3. LA RESTRICCIN FRENTE A LA UNIVERSALIDAD. UNA DISYUNTIVA DIFCILMENTE
CONJUGABLE. .............................................................................................. 562
VI.1.4. LA DISTORSIN EN LA INTERPRETACIN DE ITINERARIO CULTURAL. LA OPCIN
DE PAISAJE CULTURAL .................................................................................. 566
VI.1.5. BASES PARA RECONOCER UN ITINERARIO CULTURAL CON VALOR PATRIMONIAL.
LOS CAMINOS COMO NEXO DE ESTRUCTURACIN Y VERTEBRACIN DE UN PATRIMONIO
TERRITORIAL .............................................................................................. 570
VI.1.6. LA ARRIESGADA AVENTURA DE DEFINIR ITINERARIOS CULTURALES ............. 572
VI.1.7. NECESIDAD DE UNA REFLEXIN ............................................................. 577
VI.1.8. DEFINICIONES, METODOLOGA Y ASPECTOS RELATIVOS A LAS RUTAS O
ITINERARIOS CULTURALES ............................................................................. 578
VI.1.9. EL CAMINO DE SANTIAGO, UN ITINERARIO CULTURAL EN PELIGRO. EL EJEMPLO DE
BURGOS ..................................................................................................... 581
VI.1.10. UN DESVO EN LA INTERPRETACIN DEL VALOR PATRIMONIAL DEL CAMINO DE
SANTIAGO ................................................................................................... 591
VI.2. EL PAT RI M ONIO IN M ATE RI A L ................................................ 600
VI.2.1. ANLISIS DE UNA CONFUSIN .............................................................. 608
790
792