HORMIGAS
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Fortalezas arboreas
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ogn Costa Rica, una hormiga Pseudomyrmex destroza un bejuco
que se enzarza en las hojas de la acacia (derecha), donde vive
su colonia, Si los dejaran crecer, los bejucos podrian sobrecargar, dar
sombra y posiblemente matar al arbol. En Africa occidental, una hormi-
ga Crematogaster destruye una puesta de mariposa en una hoja de Barte-
ria (abajo). Si los huevos eclosionasen, las orugas se comerian las hojas
del arbol, el hogar de la hormiga. En ambos casos, unas hormigas es-
pecializadas, a menudo de especies que s6lo viven en el lugar, cuidan de
los arboles dia y noche con la diligencia
de unos jardineros obsesivos.
Hormigas y plantas han desarrollado
muchas relaciones curios.
unas positi-
vas y otras negativas. Los ejemplos mas
extremos se producen en las plantas tro-
picales mirmecéfilas, o «plantas de hor-
migas», que proporcionan a sus insectos
huéspedes alojamiento y con frecuencia
comida, Muchas de estas plantas son
lianas u otros tipos de vegetacién del
dosel, pero en los ejemplos que se muestran aqui, los huéspedes son los
propios arboles y arbustos. He explorado y documentado bosquecillos
de arboles de hormigas en Brasil y Borneo, en zonas donde las hormigas
mordedoras y picadoras son las verdaderas duenas del bosque.
Muchas veces, el comportamiento de las hormigas se puede interpre-
tar como interesado: la obrera que destruye huevos obtiene comida; la
que roe los bejucos destruye una ruta que podrian utilizar enemigos in-
vasores. En otros casos, las obreras defienden partes concretas de la plan-
ta que afectan a la capacidad reproductora del arbol y a su salud a largo
plazo, sin que existan beneficios aparentes inmediatos para las hormigas.
En cualquier caso, la interaccién tiende a ser beneficiosa a largo plazo
para la hormiga y para la planta: una relacién simbidtica que los ecélo-
gos llaman mutualismo. Como voy a mostrarles, a veces esta relacién se
rompe, como cuando las hormigas pardsitas se apoderan de un arbol.MATAR O MORIR
Alojadas en el interior de las ramas huecas
de un rbol Cordia nodosa, estas obreras de
color anaranjado de una colonia de Allomerus
despedazan los cadaveres de sus enemigos
(derecha, abajo). Allomerus es un parésito:
esteriliza a su huésped destruyendo sus flores
(abajo). Al desviar la energia que destinaba
a la reproduccién, el arbol crece més y,
por tanto, proporciona més espacio vital
ala coloni hormigas son mutualista:
favorecen la reproduccién de su habitat prot
giendo las flores del huésped.
El bidlogo Doug Yu, que estudia el Cordia
y otras plantas de hormigas en Pert, captura
ejemplares de Pseudomyrmex en un arbol
Triplaris, cuya base han dejado sin vegetacién
stas hormigas (izquierda, abajo).
En Africa occidental, los arboles Leonardoxa
africana hospedan la hormiga Petalomyrmex
phylax, que mata insectos folivoros, o bien
la pardsita Cataulacus mekeyi. Las hormigas
«buenas) excluyen a sus rivales haciendo la
entrada de sus nidos estrecha, por la que no
puede entrar esta reina Cataulacus (derecha).’ a
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ORC MERCIHOGAR DULCE HOGAR
Una reina de Pachycondyla (abajo) labra una
entrada en el tallo hueco de un pimpollo de
Cecropia para establecer una colonia nueva.
El arbol de Cecropia es comtn junto a lo
y cerca de los asentamientos humanos en
la América tropical; los arboles de Macaranga
son un equivalente ecolégico en los trépicos
del Viejo Mundo. Las obreras, atraidas por
el dulce néctar que segregan por su limbo
hojas jévenes de Macaranga (abajo, inferior
patrullan y protegen este follaje, apetecible
y vulnerable para los escarabajos y otros
herbive
Proporc
ros. El Arbol de Macaranga también
na a sus hormigas guardianas otros
alimentos que se acumulan bajo las estipulas
de color puirpura (derecha). Dentro brillan
los glébulos de grasa nacarados y sabr¢
(derecha, extremo). Las hormigas Pheidole
viven en bolsas diminutas sobre las hojas de
los arbustos de Maieta (abajo, derecha). Una
ca suele servir de nido para las hormigas
y su progenie, mientras la camara adya
aloja los desechos de las hormigas: abono
del que el arbusto podria absorber nutrientes.ASUNTO ESPINOSO
Las espinas de Acacia drepanolobium
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PernCOMIDA PARA
LAS CRIAS
Ademés de procurar néctar a
las hormigas adultas, las acacias
americanas tienen unas excre-
encias en forma de zanahoria
en los extremos de sus foliolos
(pagina anterior): una «comida
para bebés» especializada.
Las obreras de Pseudomyrmex
reparten este alimento entre sus
cémaras de nidificacién (arriba)
para que lo coman las larvas
en fase de crecimiento (centro).
Incluso cuando las hormigas se
ausentan, las acacias continuan
produciendo estas excrecencias.
to Piper de Costa Rica
frugal. Segrega uno
Iébulos pegajosos y blanco
slo si se instalan hormigas de
alguna de sus especies favoritas
(abajo), y deja de producirlos
la colonia se extingue. Todo ello
a cambio de algunos cuidad
por parte de lashormigas. ]