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Los Chamanes Como Psicoanalistas, L+®vi-Strauss

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Se profundiza en la comprensin

namiento, de responsabilidad social y de contacto con pode-


rosas f ~er zas O espritus. El curandero, adems, debe obrar
con frialdad y a conciencia cuando se requiere su actuacin,
Y no segn el curso o el impulso de una enfermedad mental.
Tampoco busca el conocimiento o el poder que se le requiere
mediante drogas O danzas desenfrenadas sino ms bien me-
diante quietud y receptividad, meditacin y rememoracin,
0b~~rvacin e inferencia, concentracin y determinacin. La
suya es una profesin para la que ha sido preparado y entre-
nado debidamente. As pues, no se trata de un antojo, aunque
21. LOS CHAMANES
puede ser que a veces un hombre crea que "ha sido iniciado"
en el transcurso de un sueo, pero tal pretensin no es su-
COMO PSICOANALISTAS
ficiente para acreditarle como tal. En ste mismo sentido, no-
sotros tambin debemos distinguir entre el psicoanalista y
CLAUDE LvI-STRAUSS (1949)
terapeuta con una buena formacin y reconocimiento del afi-
cionado y el oportunista. ES este ltimo quien, en general, sue-
~1 anwoplogo francs Claude Lvi-Strauss seal el te-
le ser algo mormal y parece incapaz de ver con clandad en s
neno comn entre el chamanismo y el psicoanlisis en un
mismo 0 de darse cuenta de que deberla hacerlo. En otros tr-
ensayo titulado "La eficacia simblica". SU anlisis hace re-
minos, el verdadero curandero es un profesional que cuenta
ferencia a la transcripcin de una sesin chamnica curativa
entre 10s indios cuna de Panam. L vi - S~~~USS estableci la
con una P ~ X U ~ C ~ ~ determinada y cuya personalidad, desde
diferencia existente entre el simbolista prctico y el psicoa-
el Punto de vista de la comunidad, alcanza un alto nivel de
nalista, y 10 puso muy claro: el chamn habla, mientras que
el psicoanalista escucha.
La cura consistirla, pues, en volver pensable una situacin
para el espritu los dolores que el cuerpo se rehsa a tolerar.
Que la mitologa del chamn no corresponde a una realidad
objetiva carece de importancia: la enferma Cree en esa reali-
dad, y es miembro de una sociedad que tambin cree en ella.
LOS espritus protectores y los espritus malignos, 10s n~ons-
tmos sobrenaturales y los animales mgicos f01-man Parte de
un sistema coherente que funda la concepcin indgena del
universo. La enferma los acepta O, mejor, ella Jams 10s ha
Se profundiza en la comprensin Los chamanes como psicoanalistas
Puesto en duda. LO que no acepta son dolores incoherentes y ta ese momento, ya sea en razn de su represin por obra de
arbitrarios que, ellos s, constituyen un elemento extrao a su
:
otras fuerzas psicolgicas, ya sea -como en el caso del Par t e
sistema, pero que gracias al mito el charnn va a colocar de nue-
:
a causa de su naturaleza propia, que no es psquica sino or-
vo en un conjunto donde todo tiene sustentacin. gnica, o incluso simplemente mecnica. Tambin en ambos
Pero la enferma, al comprender, hace algo ms que resig- casos, 10s conflictos y resistencias se disuelven, no debido al
narse: se cura. Y sin embargo nada semejante se produce en conocimiento, real o supuesto, que la enferma adquiere Pro-
nuestros enfermos, cuando se les ha explicado la causa de sus ; gesivamente, sino porque este conocimiento hace posible una
desrdenes invocando secreciones, microbios o vinis. s e nos experjencia especfica en cuyo transcurso 10s conflictos se re-
acusar de emplear una paradoja si respondemos que la razn actualizan en un orden y en un plano que permiten su libre de-
estriba en que 10s microbios existen y que los monstmos no senvolvimiento y conducen a su desenlace. Esta experiencia
existen. Pero la relacin entre microbio y enfermedad es ex-
terior al espritu del paciente, es de causa a efecto, mientras bid0 que tiene por condicin la intervencin n0 provocada del
que la relacin entre monstruo y enfermedad es interior a su
espritu, ~0nSciente o inconsciente: es una relacin de smbo-
lo a cosa simbolizada o, para emplear el vocabulario de los
lingistas, de significante a significado. El chamn propor-
ciona a la enferma un lenguaje en el cual se pueden expresar
inmediatamente estados informulados e informulables de otro ~ o d o s estos caracteres se encuentran en la cura ~hzmans-
modo. Y es el paso a esta expresin verbal (que permite, al mis-
mo tiempo, vivir bajo una forma ordenada e inteligible una
experiencia actual que, Sin ello, sera anrquica e inefable) 10
que Provoca el desbloqueo del proceso fisiolgico, es decir la
reorganizacin, en un sentido favorable, de la secuencia cuyo
desarrollo sufre la enferma.
A este respecto, la cura charnanstica est a medio camino
entre nuestra medicina orgnica y las teraputicas psicolgicas
como el psicoanlisis. SU originalidad proviene de que aplica el papel del encantamiento propiamente dicho. Pero el chamn
a una ~emrbacin orgnica un mtodo muy semejante al de s- no se limita a proferir el encantamiento: es SU hroe, porque
&S ltimas. Cmo es posible este resultado? Una comparacin es 61mismo quien penetra en los rganos amenazados a la ca-
ms estrecha entre chamanismo y psicoanlisis (compara- beza del batalln sobrenatural de los espritus Y quien libera
cin que no comporta, en nuestra intencin, ninguna descor- el alma cautiva. En este sentido el charnn se encama, como el
tesa Para con este ltimo) permitir precisar este punto. psicoanalista objeto de la transferencia, para convertirse, gra-
cias a las representaciones inducidas en el espritu del enfer- En ambos casos, el propsito es llevar a la conciencia con-
flictos Y resistencias que han permanecido inconscientes has- mo, en el protagonista real del conflicto que este ltimo ex-
Se profundiza en la comprensin
perimenta a medio camino entre el mundo orgnico y el mun-
do psquico. El enfermo neurtico acaba con un mito indivi-
dual al oponerse a un psicoanalista real; la parturienta indge-
na vence un desorden orgnico verdadero, identificndose con
un chamn mticamente transpuesto.
El paralelismo, pues, no excluye diferencias. Esto no debe
sorprender si se toma en cuenta el carcter del trastorno que
se trata de curar: psquico en un caso, orgnico en el otro. En
realidad, la cura chamanstica parece ser un equivalente exac-
to de la cura psicoanaltica, pero con una inversin de todos
22. UTILIZAR
los trminos. Ambas buscan provocar una experiencia, y am-
bas lo consiguen reconstruyendo un mito que el enfermo debe
SUSTANCIAS INVISIBLES
vivir o revivir. Pero, en un caso, se trata de un mito individual
que el enfermo elabora con ayuda de elementos extrados de
PARA HACER EL BIEN
su pasado; en el otro, de un mito social, que el enfermo recibe
del exterior y que no corresponde a un estado personal anti-
guo. Para preparar la abreaccin, que se convierte entonces en
una "adreaccin", el psicoanalista escucha, mientras que el
ALFRED MTRAUX (1 949)
chamn habla.
El tema de los dardos mgicos y las substancias invisibles
aparece en varias ocasiones en la presente antologa. Se tra-
ta, en efecto, de un elemento recurrente en el chamanismo,
en particular en Amrica del Sur. El antroplogo suizo Al-
fred Mtraux aport uno de los primeros anlisis detallados
sobre el tema en su Handbook of South American Indians,
publicado en su momento por el gobierno norte~meri~ano.
El poder del chamn se ha identificado a menudo Con su
respiracin o el humo de tabaco, que materializa la respiracin
y aade el efecto del tabaco. El poder purificador y revitaliza-
dar de la respiracin y el humo de tabaco ocupaban una Parte
importante en los tratamientos mgicos y Otros ritos mgicos.
Algunos autores tambin han descrito el poder del chamn
como una sustancia misteriosa que el mago lleva en su cuerpo.

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