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Tiempo Histórico en Luhmann - Lionel Lewkow

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5 (1) 2011
ISSN 1887 3898

FILOSOFA DE LA HISTORIA UNIVERSAL Y TEORA SISTMICA DE LA EVOLUCIN: A PROPSITO DEL TIEMPO HISTRICO EN LA SOCIOLOGA DE NIKLAS LUHMANN Lionel Lewkow
Universidad de Buenos Aires

Introduccin
Una de las peculiaridades de la sistmica de Niklas Luhmann frente a la de Talcott Parsons es la plasticidad de su concepto de estructura. En ello consiste la disrupcin que esta perspectiva supone para el modelo parsoniano, se trata del pasaje de la teora estructuralmente funcional a la funcionalmente estructural (Luhmann, 1973a). De este modo, el socilogo oriundo de Lneburg sostiene que el defecto central del planteo de su maestro fue priorizar el concepto de estructura por sobre el de funcin. En contraposicin, ahora el concepto de funcin va a adquirir mayor relevancia que el de estructura. De hecho, el punto de referencia de los anlisis funcionales de Luhmann est dado por el problema de la complejidad del mundo. En este marco, el autor sostiene que los sistemas sociales reducen la complejidad valindose de estructuras verstiles, contingentes, o sea, estructuras que tienen el carcter de equivalentes funcionales (Luhmann, 1973b). Con el objeto de dar cuenta del dinamismo estructural, Luhmann compone una teora de la evolucin. Esfuerzo principal del autor fue contrastar esta perspectiva con el planteo de Hegel. Sin embargo, los textos del socilogo slo aportan indicaciones fragmentarias para un tndem Luhmann-Hegel. Como se lee en La sociedad de la sociedad: La relacin entre la teora de la evolucin y la dialctica (y, por tanto, con la teora de la historia de Hegel) exigira una investigacin ms profunda (Luhmann, 2007a: 394). Por tanto, el estudio de esta relacin qued como tarea para los intrpretes. Uno de los aspectos en que se tensan ambas teoras es el tema del tiempo, la filosofa de Hegel y la sociologa de Luhmann representan modos opuestos de aproximarse a tal problemtica. En la perspectiva hegeliana de la historia universal, el tiempo del mundo se integra en un modelo de fases del desarrollo teleolgicamente orientado del espritu. En contraste, segn Luhmann, la totalidad del horizonte de mundo se halla implicada de forma simultnea en cada comunicacin actual, estando constituido tal horizonte por la diferencia sistema/entorno que fundamenta a lo social. Por tanto, los acontecimientos del mundo, siendo presentes de modo conjunto, no se articulan de modo lineal. A propsito de ello, Luhmann afirma la imposibilidad de coordinar la totalidad de los eventos simultneos y elabora una nocin de evolucin sin teleologa histrica. De ah propone que su teora es opuesta a la filosofa de la historia universal. El punto de ataque de la crtica es la idea de progreso que elabora Hegel. En consecuencia, dado el nfasis de Luhmann en la simultaneidad de los acontecimientos del mundo, puede caracterizarse a su sociologa como una anti-filosofa de la historia Intersticios: Revista Sociolgica de Pensamiento Crtico http://www.intersticios.es pg. 181

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(Naishtat, 2005). Por lo dems, si el socilogo examin el problema de la temporalidad, en cambio, la nocin de historia, en cualquiera de sus acepciones, se encuentra escasamente aludida en sus escritos. De hecho, en una primera lectura, el evolucionismo que propone parece exigir la prescindencia del concepto de historia sin ms. Igualmente, considera Luhmann a la labor del historiador como opuesta a la del cientista social que se vale de la teora sistmica de la evolucin. Entonces, cabe preguntarse: es irreductible el antagonismo terico entre el punto de vista de la evolucin sistmica y el de la historia? Siguiendo la sugerencia de Luhmann de investigar la relacin de su planteo con la perspectiva de Hegel, es propsito de nuestro artculo revisar la teora sistmica de la evolucin para explicitar la forma en que concibe a la temporalidad y lo histrico. A tales efectos, argumentamos que el concepto tradicional de tiempo que llega hasta Hegel y arranca en Aristteles, es desmontado por Luhmann a partir de una reconsideracin de la idea de presente en el contexto de la teora de la observacin. As, el presente va a ser entendido como diferencia sin presencia. Sobre esta base, fundamentamos que la perspectiva de la evolucin que elabora el socilogo va en sentido contrario a su nocin de tiempo, oscilando entre un modelo terico circular y otro secuencial. Finalmente, exponemos los matices que el concepto de lo histrico posee en su planteo. En este marco, diferenciamos dos aproximaciones a la nocin de historia: en la primera de ellas, esta es entendida como delimitacin de acontecimientos relevantes del pasado para la orientacin de lo sistemas sociales en la dimensin temporal del sentido; la segunda, en discusin con la anterior, est relacionada con la idea de situacin histrica. Al respecto, esta segunda perspectiva, incluso sin orientarse por pautas universalistas o mesinicas, permite discutir el carcter reductivo de la historia en el primer sentido, abrindola a sus posibilidades.

I. De Aristteles a Hegel: el concepto de tiempo en la tradicin de la vieja Europa


Reverso de la sociologa luhmanniana es una diseccin de la tradicin vtero-europea. En este marco, sostiene el autor que un arco de pensamiento comienza con Aristteles y llega hasta Hegel:
De Aristteles hasta Hegel se pregunta si el tiempo es o no-es y con ello debe aceptarse que esta pregunta representa una paradoja para el esquema mismo de la ontologa. Una comprensin del tiempo slo puede lograrse disolviendo la paradoja. Lo cual se lleva a efecto sobre todo con la distincin secundaria de cosas mutables/inmutables (Luhmann, 2007a: 713-714).

Luhmann considera que luego de Aristteles las discusiones sobre el concepto de tiempo se atienen, en lo fundamental, a lo planteado por el griego. As, advierte que Aristteles ha llevado a cabo un cambio notable: una especie de adverbio temporal (ahora) [] se transforma en un sustantivo (el ahora). De tal manera el ahora adquiere cualidad de ser: que es o que puede ser (Luhmann, 2007b: 232). Bajo este punto de vista surge una dificultad: si slo el presente es, Cmo da cuenta el pensamiento vetero-europeo del tiempo y su carcter ontolgico? Precisamente, en la Fsica se explicita que no resulta claro si al tiempo hay que incluirlo entre lo que es o entre lo que no es [] Pues una parte de l ha acontecido y ya no es, otra est por venir y no es todava (Fs.: IV, 10, 217b34). La paradoja del ser/no-ser del tiempo es disuelta por Aristteles mediante la idea de movimiento. Se trata de un concepto objetivo del tiempo. El tiempo de la phsis es aquel que se puede cuantificar o medir. Pues, siguiendo la clebre formulacin aristotlica: el tiempo es nmero del movimiento segn el antes y despus (ibid.: IV, 11, 219b1). En este marco, el tiempo es pensado como una sucesin de instantes puntuales que se soporta en el desplazamiento de un ente: sigue al desplazamiento y a la cosa desplazada (ibid.: IV, 11, 220a6-7). Coherentemente, Luhmann observa que la temporalidad es tratada aqu como si fuese algo sustancial que pasara frente a nosotros y luego desapareciera (Luhmann, 2007b: 233). A ello se aade que, mientras la paradoja del ser/no-ser del tiempo es sorteada por el filsofo mediante la idea de movimiento, ste ltimo supone un primer motor inmvil, uno y eterno, que lo fundamenta.

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En conclusin, para Luhmann, la nocin de movimiento marc la pauta en la forma de concebir al tiempo en la tradicin. Ahora bien, cmo se vincula la perspectiva hegeliana de la historia con el concepto de tiempo de la vieja Europa? Segn Hegel, el espritu constituye el fundamento de lo histrico, el cual en su curso racional y necesario hacia una conciencia de s, cristaliza en diversas figuras, a saber: los espritus de los pueblos. En las Lecciones sobre la filosofa de la historia universal (Hegel, 1982) el transcurrir histrico es dilucidado a partir de tres categoras: en primer trmino, refiere el autor a la variacin; en segundo lugar, al rejuvenecimiento; y como tercer aspecto, al fin ltimo de la historia. Para trazar un contrapunto con la nocin luhmanniana de evolucin habremos de prestar atencin al significado de estos elementos. Al respecto, la variacin explicita la caducidad de las figuras histricas, se trata del cambio, de lo negativo. Pues,
Lo que nos oprime es que la ms rica figura, la vida ms bella encuentra su ocaso en la historia. En la historia caminamos entre las ruinas de lo egregio. La historia nos arranca a lo ms noble y ms hermoso, por que nos interesamos. Las pasiones lo han hecho sucumbir. Es perecedero. Todo parece pasar y nada permanecer (Hegel, 1982: 47).

Pero la variacin da lugar a lo nuevo. Consumiendo su figura previa, el espritu se eleva a una conformacin en la que se va aproximando a saber lo que es en s. Entonces, no obstante la irrupcin de la negatividad, el rejuvenecimiento conserva el carcter universal de lo fenecido, su esencia. Estas dos categoras exponen la incesante sucesin de las figuras histricas, de todos modos, el curso integro del acontecer se orienta por un fin ltimo bajo el cual la razn es rectora del mundo. Advirtase: el inters de Hegel en los acontecimientos histricos est puesto en el espritu de los acontecimientos, que hace surgir los acontecimientos (ibid.: 46). La teleologa de la historia reconcilia aquello negativo que sucede en su desarrollo:
Esta reconciliacin solo puede ser alcanzada mediante el conocimiento de lo afirmativo en el cual lo negativo desaparece como algo subordinado y superado, mediante la conciencia de lo que es en verdad el fin ltimo del mundo; y tambin de que este fin est realizado en el mundo y de que el mal moral no ha prevalecido en la misma medida que este fin ltimo (Hegel, 1982: 57).

El fin ltimo al que se alude, est constituido por la idea de libertad, segn Hegel, ello refiere a la realizacin de la autoconciencia del espritu y la configuracin del mundo en concordancia con el saber de s. Esta perspectiva toma forma en los pueblos organizados en Estados, es decir, el modo en que se desarrollan las diferentes esferas de un conjunto histrico, siendo la religin el ncleo de todas ellas. En este marco, los pueblos se distinguen segn el grado en que tienen conciencia del espritu universal. Asimismo, la realizacin del espritu en el mundo presenta dos aspectos: por un lado, consiste en una potencia abstracta anterior al pasaje de la interioridad a la existencia, por otro, requiere de las acciones de los individuos que lo realizan en el mundo. Los individuos constituyen los instrumentos o medios de la idea: slo mediante esta actividad se realizan aquellos conceptos y aquellas determinaciones existentes en s (ibid.: 81). De ah el lugar descollante que Hegel atribuye a los grandes hombres en la historia universal, aquellos individuos que mediante sus fines particulares contienen lo sustancial. Sin embargo, hay que explicitar un matiz importante de este planteo: el autor considera que la participacin del hombre en la historia no es intencional, sino algo ms que surge de los propsitos inmediatos de su accin. Dicho esto, mientras en el proceso histrico los pueblos particulares estn sujetos a la caducidad, el espritu universal es aquello que no puede perecer. Pues cada pueblo en que se manifiesta la marcha del espritu, representa una fase en el progreso de la conquista de la autoconciencia dando el tono a una poca de la historia universal. De tal suerte, Hegel se refiere a la evolucin del espritu orientado por la libertad. Siguiendo el planteo del autor, la historia transcurre a travs de oposiciones, implica una lucha del espritu contra s mismo: Esta evolucin tiene fases, porque el espritu no es inmediato a s mismo, sino que requiere

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mediacin, bien que una mediacin consigo mismo; pero esta evolucin est diferenciada, porque es divisin y diferenciacin del espritu (ibid.: 131, subrayado en el original). Sobre esta base, Hegel distinguen tres momentos que identifica con diferentes pueblos histricos: el primero es de unidad con la naturaleza, siendo slo un hombre libre y el resto de ellos subordinados; la segunda etapa es de una liberacin parcial ya que slo algunos hombres son libres, an cuando supone la salida de la mera obediencia y apoyo en los dems; en la tercera fase asciende la libertad a su universalidad, el hombre es libre como tal. Segn el autor, la primera fase se plasma en el mundo oriental; la segunda, dispuesta en dos instancias juventud y virilidad, encuentra entre los griegos su primero momento, y en el mundo romano, el segundo; finalmente, en la poca germnica, en el mundo cristiano, el ... espritu se ha reconciliado, se ha hecho uno con su concepto (ibid.: 132). No pretendemos profundizar en el eurocentrismo ms que evidente de esta mirada, buscamos dar cuenta de los presupuestos referidos a la nocin de tiempo en los que se apoya esta perspectiva. Al respecto, si la historia es entendida por Hegel como una sucesin de etapas del progreso, esto implica concebir al espritu en relacin con la temporalidad. En efecto: La historia universal es el desenvolvimiento, la explicitacin del espritu en el tiempo (ibid.: 130). Sin embargo, el tiempo es exterior al espritu. Al alcanzar la autoconciencia, al realizar su libertad, el espritu ha abolido la existencia temporal y limitada, y entra en relacin con la esencia pura, que es a la vez su esencia (ibid.: 67). El espritu y el tiempo poseen una afinidad formal, la cual consiste en el operar de la negatividad. Antes de precisar esta relacin, es importante destacar que el tiempo est concebido en este marco, tal como surge de la tradicin, a partir del esquema ser/no-ser. El punto de partida de Hegel es un ahora dotado de densidad ontolgica, cuya contradiccin, la irrupcin del no-ser, es el tiempo: El tiempo contiene la determinacin de lo negativo. Un acontecimiento es algo positivo para nosotros; pero la posible existencia de su contrario, la referencia al no ser es el tiempo. A lo cual agrega el filsofo: No slo pensamos el tiempo, sino que tambin lo intuimos. El tiempo en esta relacin, a la vez totalmente abstracta y sensible (ibid.: 129-130). El tiempo constituye la negatividad en lo sensible, en tanto negacin abstracta en lo meramente exterior. Al contrario, el espritu es la determinacin interior, esencial, de la negatividad. En suma, El modo abstracto en la progresin del espritu de un pueblo es el curso sensible del tiempo, primera actividad. El movimiento ms concreto es la actividad espiritual (ibid.: 69). El siguiente pasaje de las Lecciones sobre la filosofa de la historia universal muestra de modo patente la afinidad formal entre el tiempo y el espritu, y a la vez, aquello que diferencia a ste de aquel:
El tiempo es la negacin en lo sensible. El pensamiento tambin es la negacin; pero es la ms intima forma, la forma infinita en que todo ser se deshace y, en primer trmino, el ser finito, la forma definida. El tiempo es la negacin corrosiva; pero el espritu tambin lo es; porque destruye todo contenido determinado. El espritu es lo universal, lo ilimitado, la forma interna infinita y, por tanto, acaba con todo lo finito (Hegel, 1982: 147).

Mientras en el tiempo se suceden las pocas y la caducidad se aviene con lo histrico, lo que sustenta a este transcurrir es eterno, en s y por s; no es ni de ayer ni de maana, sino pura y simplemente presente, en el sentido del absoluto presente (ibid.: 149). De acuerdo con ello, Luhmann argumenta que la distincin de pocas histricas se conduce bajo la pretensin de absorber la diferencia en la unidad del espritu, se trata de probar que en lo distinto se activa lo idntico (Luhmann, 2007a: 333). De este modo, el sentido de la negatividad queda integrado al curso teleolgico de la historia hacia la libertad del espritu: El espritu se mueve en virtud de su capacidad de operar distinciones hasta alcanzar su forma final absoluta en la distincin de-lo-en-s- en-s-mismo. El espritu nicamente se concentra, no se extingue (ibid.). En breve, si antes se mostr que Hegel comprende a la temporalidad desde un ahora en relacin con el no-ser, lo expuesto en ltimo trmino la diferencia entre tiempo y eternidad, caducidad y espritu, permite constatar que su idea de historia actualiza el esquema de interpretacin del tiempo que ha signado al pensamiento de la vieja Europa desde Aristteles en adelante, o sea, la distincin mvil/inmvil. A partir de esta revisin crtica de la filosofa hegeliana, cabe preguntarse cmo articula Luhmann la nocin de tiempo con su teora de la evolucin. Abordaremos este problema intercalando dos digresiones previas: la

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primera sobre los rasgos principales de la teora sistmica de la evolucin, y la segunda, a propsito del concepto de tiempo que formula el socilogo.

II. La sociedad mundial funcionalmente diferenciada: aspectos generales de la teora sistmica de la evolucin
La perspectiva de la evolucin de Luhmann se orienta por el inters que atraviesa a la totalidad de su produccin, esto es: elaborar una teora del sistema sociedad, o sea, el sistema omniabarcador de todo lo que puede recibir legtimamente el ttulo de social. Tal es el proyecto de investigacin que cristaliza en La sociedad de la sociedad (Luhmann, 2007a) donde el marco terico elaborado en Sistemas sociales. Lineamientos para una teora general (Luhmann, 1998) se aplica al abordaje del sistema social de mayor envergadura. Recuperando el planteo de Maturana y Varela, Luhmann concibe a la sociedad como sistema autopoitico cuya operacin distintiva que la delimita frente al entorno son las comunicaciones. En esta perspectiva, el hombre, previa deconstruccin en un conjunto de diferencias sistema orgnico/sistema psquico, queda emplazado en el entorno de lo social. Ciertamente, la diferencia sistema/entorno producida de modo autopoitico constituye uno de los pilares de la teora de Luhmann. Slo las comunicaciones y todas las comunicaciones componen la sociedad, la cual es autopoitica en cuanto produce comunicaciones en una red recursiva de comunicaciones. Por tanto, el objeto de la sociologa no es el hombre, ni relaciones entre hombres, sino la sociedad entendida como totalidad de las comunicaciones posibles. El carcter omniabaracador de este sistema conlleva igualmente que slo haya un sistema mundial de sociedad. Pues, sistemas parciales de la sociedad como, por ejemplo, la religin, la economa y la ciencia, encargados de una funcin, de la resolucin de un problema, no estn sujetos a un espacio, no tienen lmites territoriales. Igualmente, estos sistemas elaboran diferentes versiones de descripcin y observacin de la sociedad con lo cual sta pierde la posibilidad de disponer de una representacin unificada del mundo, se trata de un mundo policontextural, descentrado. As, la cuestin que a Luhmann le interesa enfocar es, en concreto, la sociedad mundial diferenciada funcionalmente, ncleo de su perspectiva acerca de la modernidad. A tales lineamientos bsicos de la teora sociolgica de sistemas, hay que aadir el problema de la complejidad como eje articulador de la teora luhmanniana. Por tanto, el concepto de evolucin busca mostrar la probabilidad improbable de la gnesis de las estructuras del sistema social ms amplio, la sociedad, a partir de problemas de complejidad que anidan en la diferencia sistema/entorno. De lo dicho se desprende que la teora de la evolucin que elabora Luhmann se aplica a un sistema nico, es decir, la sociedad mundial.1 A propsito, es importante mencionar que incluso cuando Hegel compone su filosofa de la historia pensando en una multiplicidad de pueblos, para Luhmann, quien critica la idea de progreso que se apoya en la nocin de libertad del filsofo, esta misma nocin, por su tonalidad universalista, anticipa la perspectiva de una sociedad mundial. Retomando el comentario de Ritter que cita Luhmann: La sociedad industrial burguesa est para Hegel finalmente determinada por su propia ley a convertirse en la sociedad del mundo; la relacin de la libertad con la humanidad y con el hombre en cuanto gnero la cual es decisiva para la relacin de la revolucin poltica con la historia del mundo est fundada en la universalidad potencial de la sociedad burguesa (Ritter, 1969: 222, subrayado en el original). An as, Hegel poda, haciendo nfasis en lo universal, vincular lo que Luhmann entiende como sistemas diferenciados funcionalmente de la sociedad a determinados pueblos y pona en el centro de estas constelaciones a la religin. Por el contrario, para el socilogo se trata de sistemas mundiales sin vinculacin a conjuntos humanos singulares

1 Sin embargo, al interior de la sociedad pueden constatarse evoluciones particulares: la de las ideas y la de los sistemas parciales de la sociedad. No se abordarn en este artculo las evoluciones singulares, sino la dinmica de los mecanismo evolutivos en el contexto del sistema de conjunto de la sociedad.

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o territoriales. De igual modo, Luhmann discute la pertinencia de describir a la sociedad suponiendo un centro de la misma, como se seal, la sociedad moderna es policontextural. Otra cuestin de importancia, es que mientras Hegel afirma la necesidad de la accin de los individuos, aunque no intencional, para la realizacin y progresin de la idea en la historia, la nocin de autopoiesis que Luhmann esgrime, tiene por consecuencia que la transformacin evolutiva de la sociedad slo pueda concebirse como una reaccin de las comunicaciones a operaciones de su mismo tipo, esto es, sin intervencin del hombre para la produccin de tales resultados. Ahora bien, variacin, seleccin y reestabilizacin son los conceptos que le dan forma a la teora de la evolucin de Luhmann. Entonces, a modo de relevo de la distincin mvil/inmvil y la diferenciacin de etapas del progreso, el autor revisa algunos aspectos del planteo de Darwin proponindose utilizar esos tres elementos para abordar el problema de las transformaciones estructurales. En este sentido, mientras Hegel delinea las categoras de la historia universal, estos aspectos son entendidos por Luhmann como funciones evolutivas. La idea de funcin que sostiene el autor, supone que las nociones que utiliza para dar cuenta de la versatilidad de las estructuras, no han de concebirse como predicados esenciales del curso histrico. De hecho, Una teora que se fija como meta la comprensin y reduccin de la complejidad debe renunciar a los axiomas y, por lo tanto, debe ser traducida del lenguaje de los axiomas y sus consecuencias al lenguaje de los problemas y sus soluciones (Luhmann, 1973c: 111). Tampoco las funciones evolutivas constituyen determinaciones de una entidad denominada sistema social: el concepto de funcin y anlisis funcional no se refiere al sistema [], sino a la relacin entre el sistema y el entorno. La referencia ltima de todos los anlisis funcionales est en la diferencia sistema y entorno (Luhmann, 1998: 172). Es necesario enfatizarlo, los conceptos de variacin, seleccin y reestabilizacin no son categoras del devenir histrico, ni predicados de un tipo de objeto, con este instrumental terico Luhmann intenta dar cuenta del modo en que se efectan las transformaciones de las estructuras a partir de problemas de complejidad referidos a la diferencia sistema/entorno: El punto de partida [] es, por lo tanto, no una identidad, sino una diferencia (ibid.: 173). Asimismo, es en el plano de la diferencia entre el sistema y el entorno donde el autor ubica el disparador temporal de la evolucin: el tiempo es una de las condiciones esenciales de la evolucin lo cual significa, entre otras cosas, que los vnculos temporales estrechos entre estados del entorno y estados del sistema deben ser interrumpidos (Luhmann, 2007a: 328). Para cada sistema, la propia diferencia sistema/entorno es la que constituye el mundo y ste se dinamiza por la simultaneidad de ambos lados de la distincin mencionada y la imposibilidad de coordinarlos. Antes de aproximarnos a la relacin entre tiempo y evolucin, enfoquemos el problema de la temporalidad.

III. La paradoja del tiempo revisitada: la temporalidad del observar o el presente como diferencia sin presencia
En la teora de los sistemas sociales el tiempo es entendido en referencia al concepto de observacin. La temporalidad es el constructo de un observador que se realiza de modo concreto cuando con el uso de una distincin se efecta una observacin. Esto significa que el tiempo no es una categora a priori. Por otra parte, las observaciones en las que se realiza esta construccin son comunicaciones y el observador aludido es el sistema social de la sociedad. La sociedad construye diferentes representaciones o en trminos de Luhmann, semnticas de la temporalidad. En concordancia con ello, sostiene el autor que la idea de tiempo vinculada a la nocin de observacin est supuesta en los esquemas de distincin que se han desarrollado al amparo de la tradicin: tiene que situarse antes de cualquier diferenciacin particular que sea posible hacer sobre el tiempo: por ejemplo, mvil/inmvil, tempus/aeternitas (Luhmann, 2007b: 214). Como argumentaremos luego, la paradoja del ser/no-ser del tiempo, determinante en el pensamiento de la vieja Europa, es desmontada por el autor en el contexto de la teora de la observacin.

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En este terreno, es necesario distinguir entre operacin y observacin. Al respecto, se constata que la reproduccin autopoitica de un sistema a partir de las operaciones que lo caracterizan acontece slo en el ahora y que el presente de cada comunicacin es nico. Por otra parte, como mencionamos en la introduccin, en cada acontecimiento comunicativo se halla implicado el mundo entero, estando constituido tal horizonte por la propia diferencia sistema/entorno. Lo mismo se aplica a las observaciones en tanto comunicaciones: como operaciones, todas las observaciones de un observador son siempre (siempre!) simultneas (ibid.). Una observacin es una operacin que utiliza una distincin para indicar uno de los lados distinguidos. Ambos lados de la distincin trazada por un observador fungen simultneamente, pero como descripcin que hace uso de una indicacin, para conectar ms operaciones, la observacin utiliza uno de los lados el sistema a diferencia del entorno, dejando el otro sin marcar. A partir de su concepto de observacin, Luhmann afirma, en contrapunto con Hegel, que la diferencia que instaura un mundo no puede ser totalizada: la distincin [] no puede sealarse como unidad. El punto ciego ser tan slo diferido, y la expectativa de Hegel segn la cual la anttesis marcada con una distincin se hara traslcida [] mediante secuencias dialcticas que incorporaran niveles ms abarcadores, nunca podr realizarse (Luhmann, 2005: 57). Para dar cuenta de la nocin luhmanniana de tiempo, an es necesario separar la diferencia sistema/entorno de la diferencia pasado/futuro. Ello refiere al concepto de sentido que elabora el autor. El sentido es el modo en que procesan la complejidad los sistemas psquicos y los sociales. Se trata del procesamiento de la complejidad mediante la actualizacin y potencializacin contina de elementos de sentido. Luhmann desagrega este concepto en tres dimensiones: la dimensin social del sentido, la objetiva y la temporal. La diferencia sistema/entorno se enmarca en la dimensin objetiva del sentido la cual se articula a partir de los horizontes interior/exterior; por el contrario, la diferencia pasado/futuro constituye la dimensin temporal del sentido. Consecuentemente, el entorno de un sistema siempre es simultneo al sistema, esta relacin no se encuentra ordenada bajo el esquema pasado/futuro. Como ya anticipamos, la simultaneidad del sistema respecto al entorno es condicin de posibilidad de la aleatoriedad en la evolucin: Acontece lo que acontece, y as y todo el entorno permanece inalcanzable por su simultaneidad (Luhmann, 2006: 81). No obstante, para que los acontecimientos comunicativos puedan ser observados y conectarse unos con otros, se requiere que el lado interno de lo simultneo la cara interior de la forma, el sistema a diferencia de entorno est organizado segn la diferencia entre el pasado y el futuro, sustento de la construccin de los horizontes temporales de sentido. En este punto hay que reiterar lo formulado para el concepto de observacin en general: los dos lados de una distincin son siempre simultneos, tanto pasado como futuro surgen simultneamente. No tendra caso hablar de un pasado si no hubiera un futuro. La teora de la distincin de la forma obliga a que se designe que lado de la distincin ha de emplearse: si el pasado o el futuro. En la medida en que ya no se puede hacer esta distincin el tiempo desaparece (Luhmann, 2007b: 216). Dada la simultaneidad de los horizontes temporales, la observacin del tiempo genera una asimetra, se orienta ya sea hacia el futuro o hacia el pasado. As, la apora del tiempo no est dada por el vnculo entre un presente que es con un pasado y un futuro que no-son. En trminos observacionales, hay que hablar de la paradoja de los simultneo/nosimultneo. De este modo, Luhmann discute el esquema ser/no-ser propio de la tradicin. El propsito del autor es desactivar el sustancialismo fundado en tal esquema. As, mientras Hegel comprende el tiempo desde un ahora en relacin con el no-ser, estando toda diferencia, toda negatividad, absorbida en la unidad del puro presente del espritu, Luhmann elabora su idea de tiempo partiendo igualmente del presente, pero afirma que ste no es unidad sino diferencia, se trata de un presente sin presencia. En efecto, la unidad del tiempo no es la unidad del movimiento: o por lo menos habr que desprenderse de esta idea en la medida en que ya no logra describir este movimiento como autorrealizacin del espritu, como progreso o como cualquier unidad en el sentido de las teoras de evolucin predarwinistas (Luhmann, 2006: 88). El acontecer de la observacin es el de un presente que se constituye como diferencia. De modo ms preciso, se trata de la diferencia utilizada por el observador para distinguir el pasado y el futuro, siendo ambos simultneamente presentes. Pero incluso cuando todo lo que sucede, sucede simultneamente, el observador indica un lado de la distincin evitando la superposicin de planos temporales y constituyndolos como no-simultneos.
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Habiendo desarrollado estos aspectos generales sobre el concepto sistmico de evolucin y la idea de tiempo en Luhmann, se puede ahora proceder a explicitar la imbricacin de ambos trminos y su problematicidad.

IV. Evolucin y tiempo: las funciones evolutivas circularidad o secuencia temporal?


De acuerdo con los cimientos tericos de la sociologa luhmanniana, las funciones evolutivas responden a diferentes aspectos de la autopoiesis del sistema sociedad. La variacin refiere a sus elementos, es decir, las comunicaciones. En este caso se trata de la comunicacin inesperada, sorprendente. La seleccin consiste en la apropiacin de elementos de sentido que puedan formar estructuras de expectativas y ser utilizadas de modo repetido para orientar las comunicaciones. La reestabilizacin alude a los ajustes que requiere la incorporacin de estas estructuras para la relacin del sistema con su entorno. Ahora bien, la vinculacin de estos conceptos con la idea de tiempo es ambigua, cuando no resueltamente problemtica. Ciertamente, el planteo de Luhmann se corre de la idea de proceso que sostiene Hegel. No hay un hilo teleolgico entre las funciones evolutivas, estas tienen una relacin dada por el acaso, o la casualidad. Nuevamente, Luhmann fundamenta su punto de vista no en la unidad sino en la diferencia. Por otra parte, investiga de modo emprico cmo se realiza la separacin de las funciones evolutivas. Ello depende de los tipos de diferenciacin de la sociedad.2 Entonces, la relacin entre los diversos aspectos de la evolucin no se halla delineada previamente, no puede basarse en las necesidades de un proceso dialctico (Luhmann, 2007a: 394). La idea hegeliana de historia es contraria a tal formulacin ya que supone que los primeros rastros del espritu contienen virtualiter la historia entera (Hegel, 1982: 67). Pero all mismo donde, en La sociedad de la sociedad, Luhmann sostiene que la evolucin no se desarrolla de modo dialctico, apunta que en relacin a este estilo de pensamiento hay que notar nicamente que el concepto de forma marca una distincin y, por consiguiente, presenta como necesario el enlace entre ambas partes de la distincin. Por eso, a la variacin sigue necesariamente la seleccin; a la seleccin sigue necesariamente la reestabilizacin. Sin embargo, esto no significa que sea necesario el proceso correspondiente (Luhmann, 2007a: 394, subrayado en el original). Pues bien, la evolucin no se aviene con la idea de proceso unitario pero la relacin entre los mecanismos de la evolucin est planteada como una secuencia temporal. En consecuencia, el argumento del autor recae en un planteo de la temporalidad que pretenda desmontar con la problematizacin del tiempo a partir del concepto de observacin, esto es, el de un tiempo objetivo o cuantificable el cual se mostraba como una reduccin de la complejidad respecto a la paradoja de lo simultneo/no-simultneo. Mientras en el concepto de tiempo que Luhmann compone, el presente se constituye como la diferencia sin presencia entre el pasado y el futuro, los cuales, son horizontes simultneos, la evolucin difcilmente puede pensarse de otro modo que no sea como sucesin de momentos discretos o instantes puntuales. Del ltimo fragmento citado se desprende que hay aqu una relacin secuencial entre la variacin, la seleccin y la reestabilizacin. No obstante, debemos matizar lo sealado. El modo ms frecuente en que el autor presenta la teora de la evolucin muestra sus componentes en una relacin de circularidad. As pareciera que hay dos accesos posibles al concepto de evolucin:
La distincin de variacin, seleccin y reestabilizacin sugiere ciertamente una secuencia temporal y puede entenderse en este sentido. Sin embargo, es igualmente correcto pensar que variacin presupone ya estabi-

Un ejemplo ilustrativo: Luhmann (2007a) sostiene que en sociedades diferenciadas de modo segmentario -uno de los tipos de sociedad anterior a la modernidad-, donde slo se cuentan con la interaccin como forma de comunicacin, dada la presin a la conformidad que ejercen los presentes, la variacin queda limitada por la seleccin. Ello cambia con la invencin de la escritura y as se amplan las posibilidades de negacin. Esto hace improbable la aceptacin de comunicaciones dando lugar a nuevos mecanismos para fortalecer la seleccin. El caso ms analizado por Luhmann es el de los medios de comunicacin simblicamente generalizados que pre-estructuran constelaciones especficas de comunicacin: el poder, el dinero, el amor, la verdad, etctera. Tales desarrollos responden al la forma moderna de diferenciacin social, la diferenciacin funcional.
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lidad o, si se quiere, reproduccin normal. La evolucin, entonces, siempre es nicamente modificacin de estados existentes y, si se intenta aprehenderlos con conceptos como los de innovacin o emergencia, estos son ya descripciones derivadas en las cuales es posible preguntarse por qu se atiende a la discontinuidad y no a la continuidad (Luhmann, 2007a: 359).

La idea de una estabilidad dinmica es el ncleo de la circularidad que engarza a las dos orillas de la evolucin, es decir, la variacin y la reestabilizacin.3 Sobre esta base, Luhmann considera artificial recortar episodios de la evolucin tomando a la variacin por inicio desencadenante de un suceso evolutivo y a la reestabilizacin como su resultado final. Esto conduce al autor a pensar la evolucin de un modo acrnico disocindola de la temporalidad. Al respecto, habamos mostrado la relacin de exterioridad y afinidad formal entre el tiempo y el espritu constatada en el planteo de Hegel. En este marco, se trataba de la diferencia entre eternidad y caducidad siendo el espritu la medula del transcurso histrico. Por el contrario, dado el tono desontologizador de la teora de Luhmann, si bien separa evolucin y tiempo, esta distincin no responde al sealamiento de un fundamento del devenir, sino al intento de evitar el encorsetamiento de su planteo en un concepto de tiempo que considera cargado de tradicin, el de un tiempo objetivo, lineal, cronolgico, cuantificable. De todos modos, Luhmann reconoce que la teora de la evolucin no puede prescindir de esa consideracin vtero-europea del tiempo. En efecto, la separacin entre evolucin y temporalidad constituye una abstraccin: Si la evolucin no es un proceso y si presupone una relacin circular de sus funciones, entonces la teora hace abstraccin, ante todo, del tiempo. Aunque de igual manera no cabe la menor duda de que la evolucin tiene lugar en el tiempo (ibid.: 395). Esto significa, entre otras cosas, la posibilidad de fechar un cambio estructural sealando periodos de tiempo ms o menos largos (ibid.). La evolucin se abstrae del tiempo pero tiene lugar en el tiempo donde adquiere aptitud de medida. Pues, no est concebido aqu el tiempo como una extensin cronolgica que puede contener a la evolucin? Si Heidegger pudo decir que en la perspectiva de la historia de Hegel el tiempo se presenta frente al espritu como algo que pura y simplemente est ah. Por eso el espritu no puede sino llegar a caer dentro del tiempo (Heiedegger, 2006: 448, subrayado en el original), asimismo, aunque bajo otro fundamento terico, la evolucin en Luhmann parece caer en el tiempo como algo en que sta sucede. Ahora bien, queda todo dicho sobre la relacin entre las funciones evolutivas y la temporalidad con el declive de la nocin de evolucin en un tiempo que est ah? Al respecto, se advierte que la teora de la evolucin es complementaria con una nocin de historia que el autor apenas esboza. Esta nocin insina un modo de evitar algunas de las derivaciones metafsica sealadas, sin aportar una solucin firme del problema. Entonces, si bien el anlisis evolutivo hace uso de mediciones temporales, no se fundamenta en un concepto lineal de tiempo. La relacin entre evolucin y temporalidad, pensada ms all de un tiempo secuencial, refiere al concepto de situacin histrica. Cerramos nuestro trabajo con el anlisis de lo que esta perspectiva implica para los problemas que hemos tratado.

V. Evolucin e historia: acerca de la situacin histrica


Siguiendo el desarrollo de Luhmann en La sociedad de la sociedad (2007a) cabe afirmar que la perspectiva evolutiva y la histrica son antagnicas en un doble sentido: en primer lugar, en cuanto al objeto abordado; en segundo lugar, respecto al tipo de mirada que elabora cada una. Retomando lo dicho sobre el concepto de tiempo, habamos indicado que en el plano de la autopoiesis de un sistema todo lo que sucede, sucede simultneamente. En este sentido, Un sistema as por lo pronto no necesita historia para su reproduccin operativa (Luhmann, 2007a: 450). Esto en cuanto a la especificidad del objeto que es enfocado por la teora de la evolucin.

La estabilidad dinmica (Luhmann, 2007a) es una de las particularidades de la evolucin en el marco de la sociedad funcionalmente diferenciada. Esto significa que los sistemas parciales de la sociedad se estabilizan en el cumplimiento de una funcin en relacin al entorno y se abren a los equivalentes funcionales, es decir, a las transformaciones estructurales.
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Pero, igualmente, el modo de trabajo del historiador es para Luhmann diferente del que practica el socilogo haciendo uso del instrumental de la teora de la evolucin. En estos trminos entiende el autor a la perspectiva del historiador respecto a la del sistemista social:
[El historiador] Une narracin con explicacin causal bajo la condicin de hacer justicia a las fuentes accesibles. Con ello ninguna teora de la evolucin de la sociedad puede (ni quiere) siquiera competir. Para la manera sociolgica de ver las cosas (y en especial para los anlisis de la teora de sistemas) las explicaciones causales son tan difciles, que no se recomiendan en el plano de las afirmaciones tericas generales; y para las narraciones le hace falta al socilogo el talento de la improvisacin (Luhmann, 2007a: 450).

Como se puede advertir, la caracterizacin que Luhmann ofrece del trabajo del historiador resulta excesivamente amplia. Elude referencias a lneas de pensamiento especficas, pasando por alto las discusiones que se dan en el marco de la historiografa. Asimismo, el autor une dos modos de considerar lo histrico sin reflexionar su relacin: el de un modelo basado en la causalidad y aquel basado en la narracin. Por otra parte, se constata que al entender a la actividad narrativa como improvisacin, Luhmann desatiende los desarrollos contemporneos del narrativismo. Siguiendo el planteo de Paul Ricur (1999), se observa que la actividad narrativa puede concebirse en vinculacin a la temporalidad, la cual, en el anlisis de Heidegger que este autor recupera, constituye una estructura de la existencia. Por tanto, la narracin no es una mera improvisacin del historiador, en contraste, responde a tal estructura. Hecho este sealamiento, encontramos dos conceptos de historia en Luhmann: el primero de ellos supone que lo histrico es un modo de orientacin de los sistemas sociales en la dimensin temporal del sentido. Con esto se muestra que tales sistemas no prescinden de la historia como pretendera la lectura mencionada ms arriba. Esta perspectiva corresponde a Sistemas sociales. Lineamientos para una teora general (Luhmann, 1998). All el autor sostiene que la historia es un modo de reduccin de la complejidad temporal de los sistemas sociales, y an cuando no dedica un desarrollo extenso a la cuestin, contrapone lo histrico a la idea de un tiempo secuencial: Lo especfico de la historia del sentido radica [] en que posibilita el asimiento discrecional del sentido en los acontecimientos pasados o futuros, es decir, posibilita el saltar la secuencia [] La historia, por lo tanto, es siempre pasado-presente o futuro-presente, y siempre significa tomar distancia respecto de la secuencia pura (Luhmann, 1998: 94). Sobre la base de la simultaneidad de los horizontes de pasado y futuro, la historia fija acontecimientos de referencia para cada poca sorteando la paradoja de lo simultaneo/no-simultaneo. Por otro lado, en cuanto disciplina, la historia establece la posibilidad de discutir aquellos asimientos temporales. Dada la apertura de los horizontes de tiempo, surge la necesidad de una semntica histrica [] que destaque aspectos validos para pocas determinadas, as como un saber paralelo sobre la capacidad de disolucin voluntariamente aleatoria del tiempo en el tiempo (ibid.: 102). Sin embargo, el saber historiogrfico al que alude Luhmann permanece en la oscuridad. Ciertamente, estas escasas indicaciones dan a entender que aqu la historia retorna a su funcin didctica pre-ilustrada de fijacin o memoria de los hechos particulares del pasado [] como mera rapsodia de los acontecimientos particulares (Naishtat, 2005: 4). De modo semejante, en La sociedad de la sociedad (Luhmann, 2007a) se constata que lo caracterstico de la historia es delimitar acontecimientos que son considerados relevantes para la sociedad: La historia surge cuando acontecimientos importantes de la sociedad se observan desde la perspectiva de la diferencia antes/despus es decir, como acontecimientos, o ms exactamente, como cesuras (Luhmann, 2007a: 453, nuestro subrayado). No obstante, este no es el concepto de lo histrico que Luhmann acoge de modo positivo. La historia como orientacin de los sistemas sociales en la dimensin temporal es para el autor el equivalente terico del esquema csico en la dimensin objetual del sentido. Desde el punto de vista del sentido, un objeto se constituye como diferencia en el doble horizonte de lo interior/exterior. Esto permite seguir las referencias de sentido del objeto en sus determinaciones intrnsecas y en relacin con otros objetos. Por el contrario, el esquema csico corta tales nexos significativos aislando cosas que se tornan idnticas a s mismas. De modo semejante, el concepto reductivo de la historia supone

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que sta consta de hechos. Por tanto, se trata de la historia cosificada, por decirlo de un modo tal vez cercano al pensamiento de la vieja Europa. En contrapunto, la nocin de situacin histrica la segunda idea de historia que hallamos en la teora del socilogo permite discutir el planteo anterior, incluso cuando esta perspectiva de Luhmann despoja a la accin humana del lugar privilegiado que le otorg la tradicin y prescinde de cualquier pauta universalista en la descripcin de la sociedad que delinea. Resulta interesante hacer un contrapunto con otros planteos antagnicos a la idea de progreso, por ejemplo, el de Walter Benjamin. Segn este autor, el tiempo-ahora es aquel tiempo mesinico donde el presente, en una experiencia nica con el pasado, considerado en tanto presente que no es trnsito, hace saltar del continuum de la historia (Benjamin, 1996: 61-62). Al respecto, si bien la primera nocin de historia que explicitamos ya supone saltar la secuencia del equilibrio que establece la continuidad de los acontecimientos autopoiticos de un sistema social, la idea de situacin histrica enfoca de modo crtico la cosificacin de lo histrico, su encapsulamiento en los meros hechos. En otros trminos, esta nocin explicita y desmonta la reduccin de la complejidad histrica que realiza la sociedad. Siguiendo a Luhmann, el tiempo en el cual suceden las innovaciones estructurales adopta la forma de un presente histricamente nico, en donde se dispone de una combinacin de oportunidades y restricciones (2007a: 396). La situacin histrica, concepto que es elaborado por el autor para complementar a su teora de la evolucin, no refiere a un abordaje de la realidad histrica, por el contrario, enfoca lo posible. En conclusin, evitando una teleologa de acontecer, pero tambin el mesianismo, la unicidad de un evento histrico, en sentido no cosificado, alude, lisa y llanamente, a las oportunidades y restricciones de la situacin histrica.

Bibliografa
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