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Oficialdegui, Alfonso - Historia de La Iglesia de San Jose de Panama

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P. ALFONSO OFICIALDEGUI, O. A. R.

HISTORIA DE LA IGLESIA Y CONVENTO DE SAN JOS DE PANAM


DE AGUSTINOS RECOLETOS
1612-1972

P. ALFONSO OFICIALDEGUI, O. A. R.

HISTORIA DE LA IGLESIA Y CONVENTO DE SAN JOS DE PANAM


DE AGUSTINOS RECOLETOS
1612-1972

Puede imprimirse Panam, 2 de mayo de 1972 Juan Bautista Bustavino, Vicario General Nihil obstat: Fr. Eugenio Ayape, Censor. Puede imprimirse Madrid, 20 de octubre de 1972 Fr. Benjamn Ayechu, Prior Provincial, O. A, R.

PROLOGO Prologar es abrir paso a una obra, es intentar un resumen, presentar un autor. Todo ello requiere autoridad, jerarqua, que en mi caso no sobran ni tampoco faltan a mi admirado Padre Alfonso Oficialdegui, O. A. R., o a su Historia de la Iglesia y Convento de San Jos de P a n a m , de Agustinos Recoletos. 1612-1972. El de San Jos de los Agustinos Recoletos es el nico convento que ha sobrevivido las tres etapas de nuestra Historia: la colonial, la departamental y la republicana. Sus anales se funden en el acontecer hispnico, colombiano e independiente. Un ritmo comn alienta la panameidad y la Recoleccin a travs de tres siglos y medio de un existir convulsionado. Advirtese la afinidad histrica entre el Istmo y la Orden desde las primeras pginas del Padre Alfonso y se acenta progresivamente hasta un completo enlace antes del traslado del Convento de San Jos al sitio del Ancn, destruida la ciudad por el pirata Morgan. ISBN 84-7170-019-0 Depsito legal: M. 1659.1973
Grficas Halar, S. L.-Andrs de la Cuerda, 4.-Madrid-15.-1973

IMPRESO EN ESPAA 1973

La obra evanglica y misional fue, sin duda, la ms asombrosa hazaa que registra la colonizacin
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americana y en ella buena parte corresponde a los Padres Agustinos Recoletos. A travs de los conventos, logrse la rpida asimilacin por los aborgenes del contenido integral de la civilizacin cristiana; menos en Panam, punto geocntrico del mundo en la estrecha regin de los istmos, que atrae a los enemigos de Espaa, donde se hace difcil, casi imposible, la sujecin de los indios a la fe en Cristo y al gobierno del rey. Ingleses, holandeses y franceses escogieron como base terrestre de operaciones la zona comprendida entre Portobelo y Cartagena, cada grupo con sus propios apetitos y finalidades, casi siempre convergentes, hasta en la inoculacin del protestantismo, intentada por los holandeses, propiciada por los ingleses y tolerada por los franceses para proteger la piratera y levantar a los indios contra autoridades y misioneros. Fray Severino de Santa Teresa, consagrado historiador carmelita, reconoce que "en el transcurso de las misiones catlicas, encomendadas a las rdenes religiosas en Urab, la actuacin ms brillante corresponde indudablemente a los Padres Candelarios o Agustinos Recoletos del Convento de la Popa". * * * En forma desconcertante suele acondicionar la Divina Providencia los hechos en que ha de intervenir la propagacin de la fe entre los gentiles, ad majorem Dei gloriam. Cuatro aos despus de la fundacin de la Popa, el muy ilustre Padre Vicente Mallol, O. A. R., funda en la antigua Ciudad de Panam el Convento de San Jos, enclave necesario en el Pacfico a la obra catequstica agustiniana, complemento indispensable a las actividades del Convento de la Popa en Cartagena. Y ello es posible porque el Agustino Fray Vicente de Peraza, elevado a la dignidad episcopal
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el 7 de diciembre de 1520 por Breve de Su Santidad Len X, traslad la Sede Episcopal, primada de Tierra Firme, instituida en Santa Mara la Antigua, a la recin creada ciudad de Panam. A otro Agustino, Fray Agustn de Carvajal, Obispo de Panam, tocle autorizar la instalacin del Convento de San Jos y con previsin proftica expuso en el documento de fundacin: "... que esta licencia que aqu damos y concedemos, es nuestra voluntad que sea y entienda para que lo haya y goce los dichos frailes Recoletos Descalzos de la dicha Orden de San Agustn, y no otros ningunos, aunque sean de la misma religin". Premonicin del futuro tuvo el Obispo Carvajal, porque las tentativas encaminadas a privar a los Agustinos Recoletos del fruto meritsimo de sus esfuerzos abundaron, unas veces por la autoridad eclesistica, otras por la civil y aun por comunidades afines a la Recoleccin. Concibise la conquista como sujecin evanglica; inicila don Cristbal Coln a base de intercambio y amistad; consumronla los misioneros con la cruz sin la espada, a costa del martirio algunas veces, como ocurriera en Urab a los Agustinos Recoletos Fray Bartolom, Fray Miguel de la Magdalena y al inspirado Fray Alonso Garca de Paredes, a quien se considera pariente de don Samuel Lewis y de la familia de Garca de Paredes, de Panam. En un cambiante destino que flucta entre gloriosas realizaciones y deprimentes extremos, transcurren trescientos sesenta aos de labor evaglica descritos en compacta sntesis que reclama mayores dimensiones por la calidad de la narracin; pero el Padre Alfonso es preciso en describir y parco en elogiar lo propio. Confrmase a una exposicin sobria, temiendo, quiz, a lo ampuloso o lo sobrante.
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Al efecto, relata Fray Eugenio Ayape, Prior Provincial y antiguo cronista de la Orden, en su obra Fundaciones y Noticias de la Provincia de la Candelaria, que el Padre Valeriano Tanco de San Jos encontr rastros de actuaciones Recoletas en Chiriqu, desde 1722, al descubrir en los libros parroquiales de Alanje una partida autorizada por "Fray Bernardino de San Guillermo, religioso sacerdote de los Descalzos de nuestro Padre San Agustn". Desde 1793 hasta tiempos recientes la evangelizacin de todo Chiriqu estuvo principalmente a cargo de los Padres Agustinos. Por otra parte, las Misiones parecen avanzar por Pacora y Chepo hacia el Darin y Urab, mientras marchan al exterior otros zapadores de la Orden. En el Boletn de la Provincia, de la Candelaria (1921), se da cuenta de que los Padres Leonardo Azcona, Manuel Fernndez y Samuel Ballesteros recibieron una instruccin especial en San Jos para iniciar actividades de la Recoleccin en los Estados Unidos, hacia donde salieron el 8 de marzo de 1914. Al iniciarse el siglo xx, los feligreses de San Jos ponderan el temple, la capacidad y la consagracin de los Agustinos Recoletos, que transfiguran milagrosamente en preciosa joya del culto aquellas ruinas con jerarqua de Catedral Primada de Tierra Firme (1775-1762). Debise, en buena parte, la transformacin de San Jos a la clausura de los conventos en las Filipinas que dejaron de ser espaolas. Los Agustinos abandonaron el Archipilago en 1898, presididos por el Padre Adell, optaron por quedarse en Panam y obtuvieron del Obispo Peralta la restitucin de su antige heredad, confiscada por el movimiento poltico de "las manos muertas". Recuerdos de mi infancia, ligados a la Santa Iglesia de San Jos y a los recios varones que le dieron lustre, se agitan en mi mente mientras escribo. Bri 8

liante sucesin de escenas que dejan de ser estampas del pasado; inciensos que rocobran su perfume,, resonancias de rgano, la palabra imponente del predicador; multitudes de fieles e infieles, de indiferentes y practicantes de otros cultos atrados por el verbo de Fray Bernardino Garca, de Fray ngel Vicente, de Fray Doroteo Ocn (directores espirituales de mi madre), a quienes sucedieron otros de imperecedero renombre como el Padre Fabo, titular de la Real Academia de la Lengua, fundador de la Academia panamea; el Padre Lapieza, gran orador sagrado, y el propio Fray Alfonso Oficialdegui de reconocido prestigio. Pocos aos contaba en la poca dorada de San Jos, y rame imposible apreciar aquellos sermones que ilustraron una poca; pero mi madre me peda que siguiera la palabra sagrada y luego, en lenguaje a mi alcance, me explicaba la homila. He aqu el origen de mi filiacin agustiniana. Nunca olvidar su repetida frase: "T no sers Agustn el Santo; pero yo no quiero llorar como Santa Mnica a Agustn el joven." * * * El poder de transmitir el conocimiento de Dios, de las ciencias y de las artes es don de los Hijos de San Agustn. Establecida o reinstalada una Comunidad, los Agustinos inician la tarea educativa desde el profesorado en centros locales hasta la formacin de sus propios establecimientos de enseanza. Relata el benemrito Padre Suso en sus Apuntes para la Historia del Colegio de San Agustn, que una tarde, el 15 de junio de 1953, lleg a la Residencia de la Candelaria el Padre Sebastin Lpez Murga con la noticia de que "en Panam se presentaba la oportunidad de conseguir un buen colegio". Tratbase del edificio del Colegio La Salle en la Plaza Bolvar que despus de prolijas tramitaciones, alentadas por los Padres de San Jos, fue adquirido y puesto en servicio, gracias al Padre 9

Provincial de la Candelaria, Fray Estanislao Zabala, y a los Reverendos Padres Andrs San Martin, ngel Marcos, Alfonso Oficialdegui, Eduardo Razquin y al primer Rector del Colegio San Agustn, el Padre Rogelio Barasoan. "Al ao siguienteagrega el Padre Susofui destinado a Panam a trabajar en aquel Colegio motivo de nuestras conversaciones: haban cristalizado los anhelos y sueos de los Padres de la Residencia de San Jos." El profesorado llegaba a doce unidades al iniciarse las labores en 1954, cuatro de los cuales eran sacerdotes agustinos: los Padres Rogelio Barasoan, Benjamn Ayechu, Rafael Suso y Mariano Valls. La matrcula inicial fue de doscientos cuatro y un decenio despus lleg a mil treinta y un alumnos. El Colegio de San Agustn estaba llamado a expandirse y contribuy grandemente a ello un problema de ndole educacional y poltica que indujo al Gobierno a proponer la compra del edificio de la plaza de San Francisco para el nuevo Instituto Bolvar en proyecto. Tras las mltiples dificultades que conlleva la compleja operacin de vender la sede de un Colegio y construir otra, surgen los imponentes edificios de Paitilla. Correspondi al Padre Jos Arana, Provincial de la Orden, aprobar y ordenar el Colegio de Paitilla en el cual cooperaron con sus luces los Padres Francisco Remn, Eduardo Razquin, Jernimo Azanza, Manuel Gutirrez, Bab Mugueta, Germn Languil, Miguel Barrena, Antonio Bellido, Agustn Ganuza, Corpus Lpez, Rector en la actualidad; Miguel Ponte, Wenceslao Ruiz, Fermn Morlones, Javier Senz, Manuel Bueno, Salvador Macaya, Plcido Erdozan, JavierReal, Jess Garca, Vctor Garca, Jaime Oneca, Jess Vidaurreta, Javier Gil, Francisco Ibarrola, An 10

rs Martnez, Jos M. Mendia, Jess Osacar, Jos Luis Jimnez y los Hermanos ngel Ojuel, Eusebia Lozano y Paulino Petrerena. Con todos ellos ha contrado la Repblica una deuda de gratitud de imposible retribucin. Es la Universidad Santa Mara la Antigua, la obra ms reciente del poder creador de los Agustinos Recoletos, firmemente cimentada por el genio del Padre Benjamn Ayechu, primer Rector, a quien se debe la cosecha, ms extensa y pulida cada ao, de profesionales formados en las nobles fuentes de la moral cristiana. Es sta una breve resea de lo que el multisecular Convento de San Jos y sus piadosos Recoletos Agustinos han ejecutado fuera de sus venerables muros para mayor honra y gloria de Dios y beneficio de los panameos.
VCTOR F. GOITIA

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NOTA Entresacamos, para su publicidad, unos datos preciosos acerca del histrico Convento de San Jos y de su Iglesia, de los interesantes documentos que nos ha dejado el sabio y virtuoso Padre Marcelino Ganuza, O. A. R., fallecido el 27 de octubre de 1944 en esta ciudad de Panam. Yo dira que l es el autor de esta historia. El Padre Ganuza se dedic por muchos aos al estudio e investigacin de la historia panamea y nos dej ricas y bien documentadas pginas. No son de ayer en el Istmo los Padres Agustinos Recoletos. En el ao 1610 arribaron a nuestras playas los primeros. Desde entonces, as en la administracin colonial como despus de la emancipacin hispanoamericana y vida republicana actual, han participado con los panameos en sus triunfos y reveses en su agitado curso y progreso, colaborando con su ministerio religioso y actuacin cultural y social en su estructura y adelanto.
EL AUTOR

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I DESCUBRIMIENTO DE TIERRA FIRME. BASTIDAS. CRISTBAL COLON. SANTA MARA DE BELN. NICUESA Y OJEDA. BALBOA. PEDRARIAS. CAMBIO DE LA CAPITAL DE LA COLONIA. POBLACIN. PRIMEROS MISIONEROS. SEDE EPISCOPAL.CASAS DE MISIONEROS. Descubrimiento y conquista de Tierra Firme No entra en nuestro plan engolfarnos en el estudio y consideracin de la magna epopeya, del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo; pero ni siquiera en el de una porcin particular de ese Continente, la primera y ms interesante, la del Istmo panameo o Tierra Firme, Castilla de Oro, como tambin fue denominada en documentos oficiales desde sus principios, y del Darin* pues no nos sentimos con suficientes fuerzas o energas para tan magna empresa. Para nuestro propsito, ms modesto y reducido, nos basta con preparar el marco que encuadre el lienzo que nos proponemos dibujar, y que es indispensable para que se destaquen en l las figuras 15

y personajes que principalmente intervinieron en la conquista y colonizacin de Tierra Firme, y tambin los que con tanto arrojo y abnegacin y sacrificios la continuaron despus y prosiguieron hasta su cima y perfeccin con alto honor y engrandecimiento de la religin y la patria. Rodrigo Galvn de Bastidas El primer europeo que descubri y recorri las costas septentrionales del Istmo de Panam fue don Rodrigo Galvn de Bastidas, Escribano del barrio de Triana en Sevilla (Espaa) el ao 1501. Obtenida licencia de la Corona espaola para descubrir nuevas tierras en las ya descubiertas por Coln y otros marinos en las Antillas y Continente Sudamericano, armado y tripulando sus dos carabelas, zarp de Cdiz en octubre de 1501, trayendo como piloto a Juan de la Cosa, conocedor y prctico como pocos de los mares de Occidente, por haber acompaado al Almirante genovs en uno de sus viajes y recorrido haca poco con Alonso de Ojeda las costas de Venezuela. Llegado sin novedad a las Antillas, y continuando con rumbo al Continente, arrib y recorri el litoral venezolano, dobl luego el Cabo de la Vela, visit las costas de Ro-hacha, descubri a continuacin el ro del Magdalena con las tierras e islas comprendidas entre dicho ro y el golfo de Urab, y prosiguiendo el mismo rumbo, cruz este golfo, y explor el ro Atrato y toda la costa panamea, desde l hasta el puerto del "Retrete" o del escribano, como lo designaron sus compaeros en honor de su capitn Bastidas. Don Cristbal Coln Mientras Bastidas exploraba las costas panameas, Coln, anciano ya, y achacoso, preparaba su 16

cuarto y ltimo viaje al Nuevo Mundo, ansioso de encontrar el soado Estrecho que le condujese a la India. Y as que estuvo dispuesto todo para poder emprenderlo, zarp de Cdiz el 9 de mayo de 1502 al frente de cuatro carabelas y llevando en su compaa a su hermano don Bartolom, el adelantado su hijo Fernando, de unos trece aos de edad, y ciento cuarenta tripulantes. La escuadra arrib felizmente a Costa Firme, y si no le fue posible realizar su sueo dorado, consigui en cambio visitar varias islas en las Antillas, recorrer la costa de Centroamrica, desde el Cabo "Gracias a Dios", en Honduras, hasta Cariari, en Costa Rica, en octubre de dicho ao, 1502, fondeando despus la escuadra en una espaciosa baha, que los naturales llamaban Caribar y que los expedicionarios designaron en honor de su jefe con el nombre del Almirante, perteneciente hoy a la provincia de Bocas del Toro. Todava consigui ms: pues continuando el rumbo, descubri la de Aburem, esto es, la laguna de Chiriqu, donde tuvieron noticias por los indgenas que los visitaron colgando al cuello lucientes lminas de oro y adornados con otros dijes valiosos, de que el oro se produca en abundancia en las sierras de una regin que demoraba al Oriente, a pocos das de distancia, llamada por ellos Veragua. Y deseando Coln cerciorarse por s mismo de la verdad, parti de la laguna de Chiriqu y transmontando la altura de la isla del Escudo, explor las bocas de un gran ro, que debi de ser el Calobbera, conoci varios puntos importantes de la costa de Veraguas hasta Cubiga, trmino de la regin aurfera, segn le informaron los naturales. Despus de lo cual y con rumbo al Este, arrib a un esplndido y cmodo puerto de una risuea y elevada comarca con su simptica poblacin, que llam Portobelo, as por su excelencia como por la hermosura y fertilidad de las tierras aledaas; toc en una punta llamada despus Nombre de Dios, 17

entr de arribada forzosa por el tiempo, en Bastimentos, calmados los vientos y recio temporal pas por el puerto de El Retrete, la costa de los Contrastes, y, al fin, pudo fondear en las bocas de un ro que los naturales decan: "Yebra o Quiebra", y que Coln bautiz con el nombre de Beln, por haber llegado a l el da de los Santos Reyes. Santa Mara de Beln Encantados con este lugar, y parecindoles a todos el ms a propsito para fundar en l una prometedora y prspera colonia que los resarciese de tantos peligros y reveses padecidos hasta entonces en sus exploraciones por las costas del mar Caribe, dironse a urdir y combinar planes los ms risueos. La colonia se establecera en una pequea eminencia cercana a la desembocadura del ro, que asegurara y protegiera la posesin de la rica comarca, al Amando de don Bartolom Coln, hermano del Almirante. Este partira para Espaa donde informara de ella, y solicitara auxilios y recursos que les enviara para tan alta y elevada empresa. Y dicho y hecho: Coln sali en efecto en viaje para la Pennsula, luego de haberles pintado de color de rosa los bienes y ventajas de la nueva colonia de Santa Mara de Beln, y prometido favorecerla desde Espaa con toda eficacia. Pero no contaban con aquello de "el hombre propone, Dios dispone y el indio lo descompone", como desgraciadamente sucedi, pues la estrella tan brillante de Beln que con tanto alborozo saludaron al descubrirla, se les ocult bien pronto a los colonos, y lo grave, para no volver a aparecer. Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda Hechas estas exploracioes y descubrimientos en las costas istmeas, y fracasado el intento de la co 18

lonia de Santa Mara de Beln, transcurrieron varios aos sin que se acercara a ellas ningn hispano ni europeo, hasta que conocidos los propsitos que abrigaba el rey don Fernando V de colonizarlas. Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda dirigieron al monarca espaol sendas solicitudes, ofrecindose a realizarlos y pidindole los poderes necesarios para el gobierno y colonizacin de Tierra Firme, nombre con que fueron llamadas desde el principio de su descubrimiento. No les fue difcil obtenerlos, siendo como eran ambos sujetos calificados y respaldados adems como estaban con la recomendacin y valioso apoyo de protectores influyentes en la Corte espaola. Mas antes, a fin de evitar conflictos, estim conveniente el rey que se hiciera en ellas la demarcacin siguiente: tomando por base el golfo de Urab y ro del Atrato, las tierras comprendidas al Oriente hasta el cabo Vela, formaran una gobernacin que se denomin Nueva Andaluca, y su gobierno y colonizacin se encomend a don Alonso de Ojeda. Las comprendidas al oeste de dichos ros y golfo hasta el cabo de Gracias a Dios, se llamaran Castilla de Oro y se nombraba gobernador de ella a don Diego de Nicuesa. Hecho lo cual y preparadas las naves, hzose a la mar en noviembre de 1509 la expedicin de Ojeda, compuesta de cinco carabelas y dos bergantines con unos 800 hombres y regular nmero de caballos, con rumbo a Tierra Firme. Pocos das despus zarp tambin la de Nicuesa con slo dos barcos pequeos y otros dos bergantines llevando 500 hombres. Una en pos de otra llegaron a su destino: la de Ojeda fue la primera, que arrib al puerto de Calamar, en Cartagena de Indias, y bajando a tierra, penetr hasta Turbaco, donde fueron recibidos por los indgenas a flechazo limpio, perdiendo en la refriega mucha gente, y teniendo que llorar sobre todo la muerte del distinguido marino 19

don Juan de la Cosa, y vindose obligados a refugiarse en las ancladas naves en el puerto. En esos momentos de desaliento y angustia entr al puerto la flota de Nicuesa, e impuesto a este jefe de las desgracias de su rival, le proporcion elementos de gente y armas, y l mismo lo acompa en la empresa de tomar sobre los turbacos sangrienta y espantosa represalia. Vueltos a Calamar, Nicuesa se encamin al Oeste, en busca de Veraguas, y Ojeda se dirigi al golfo de Urab, en cuya costa oriental fund el establecimiento de San Sebastin de Buenavista, que haba de tener tan efmera existecia (Sosa y Arce). Nicuesa en Beln y en Nombre de Dios Deseoso Nicuesa de conocer bien los contornos de su gobernacin, embarcse con setenta hombres en una nave de peso calado, y ordenando a su teniente, Lope de Olano, lo siguiera con los dos bergantines, en tanto que los buques de mayor parte se hicieron mar afuera, para salvar los bancos y escollos de la ribera. Y as lo hicieron; mas fueron tantos los riesgos y peligros que corrieron en esta exploracin a causa de los elementos y recios temporales que les sobrevinieron, que vencidos al fin, dironse por satisfechos de reunirse ms muertos que vivos en Beln, el mismo lugar tan funesto para los colonos de Bartolom Coln. No lo fue ciertamente para los de Nicuesa, que encariados de su belleza y fertilidad, sembraron sus alrededores de hortalizas y sementeras y habran permanecido muy a gusto, si su jefe no hubiera resuelto trasladar la colonia a otro sitio ms saludable como lo era la baha de Portobelo, donde tampoco pudieron continuar por la hostilidad de los naturales de la comarca. De suerte que le fue preciso reem 20

barcarse con rumbo al Este, tocando en un puerto cercano de la Punta de Manzanillo, que juzg conveniente para establecerse, por la fertilidad del suelo y lo cultivado y ameno de los contornos. "Detengmonos aqudijo Nicuesaen Nombre de Dios", y de ah que denominasen as al lugar que Coln llam Bastimentos. Vasco Nez de Balboa Hasta este tiempo no era ms que un joven y oscuro hidalgo de Jerez de los Caballeros, conoca los parajes que recomendaba a la colonia, por haber estado nueve aos antes con Rodrigo de Bastidas y explorado las costas del Istmo. Regresando despus a Santo Domingo, y dedicado a la agricultura, experimentando grandes trabajos y llenndose de deudas, sus acreedores le impidieron embarcarse en la flota de Ojeda. Mas, al fin, pudo hacerlo con Enciso, burlando las pesquisas de aqullos, y arribar con l a San Sebastin o golfo de Urab, pero escondido en el buque, arrollado en una vela, segn unos, o dentro de un tonel vaco, conforme otros, y no saliendo de su escondrijo sino cuando se encontraba ya en alta mar, con riesgo de disgustarse Enciso al verlo, como as sucedi, y que gracias a la intervencin de los compaeros no lo hizo desembarcar en la primera isla desierta. Tal era entonces Balboa y de tan ninguna significacin ni consideracin la persona del joven jerezano; pero bien pronto se pondra de manifiesto y brillaran las dotes y cualidades superiores de que estaba dotado, y lo proclamaran todos el hroe del Darin, y cuyo nombre inmortalizara la Historia de los exploradores de Amrica, ensalzando al descubridor del mar del Sur... Se traslada la colonia al otro lado del Golfo; sale a su encuentro en son de guerra el cacique Cemaco; trbase la batalla y es derrotado por los castellanos; 21

fundacin de Santa Mara la Antigua; surge la discordia entre los colonos, y, por fin se pone al frente de ella Vasco Nez de Balboa. As sucedi, en efecto: siguiendo el acertado y oportuno consejo de Balboa, y guiamos y conducidos por l los expedicionarios arribaron a las bocas del ro Atrato, a legua y media de las cuales, sobre la margen izquierda del Tarena, asentaba su real el cacique Cemaco, jefe de los indios de aquella regin. Apenas vio el arribo de la expedicin, y comprendiendo, sin duda, sus intenciones, dispuso su gente y al frente de 500 combatientes resuelto a rechazarla, acometi valerosamente contra los invasores. Aceptronla stos de buen grado; pero recelando al mismo tiempo del buen xito de la contienda, prometieron dar al pueblo que fundaran en esa tierra el nombre de Santa Mara la Antigua, muy venerada en Sevilla, si conseguan la victoria. Trabse, pues, el combate con mucho arrojo y valor por ambas partes; mas no tard mucho en declararse el triunfo en favor de los espaoles, que derrotaron completamente al cacique y belicosa gente. Cemaco y los suyos vironse obligados a huir a la desbandada y a ua de caballo, buscando refugio en sus montaas, y abandonando en poder de sus vencedores sus bohos o casas con todo cuanto posean sin que pudieran librar ni una hilacha. Los espaoles, en cambio, una vez que derrotaron a sus agresores y se repartieron el botn, que, segn los seores Sosa y Arce, era rico, y consista en valiosas alhajas de oro, en cumplimiento de la promesa hecha, dieron al poblado del Tarena el nombre de Santa Mara la Antigua, quedando con esto establecida definitivamente la colonia y primera poblacin espaola del Darin al final del ao de 1510. Empero, poco dur la fiesta y el regocijo del triunfo.

Arribo del coronel Pedro Arias de Avila al Darin y su posesin de la gobernacin de Castilla de Oro Efectivamente, a fines del mes de julio de 1514 fonde frente al Atrato la flota de Pedrarias compuesta de diecinueve naves. Un mensajero despachado a tierra para dar aviso en Santa Mara de la llegada del nuevo gobernador, encontr a Balboa vestido de tela de algodn, calzado de alpargatas, ocupado tranquilamente con unos indios en techar de paja su casa habitacin, con harta sorpresa del enviado, que no se imaginaba encontrar al hroe cuya fama era tan notoria, en tales menesteres y de este talante tan singular. Y aunque herido en lo ntimo d su orgullo, y no obstante la excitacin y animosidad que la noticia caus en Santa Mara, hasta el punto de manifestar los colonos su propsito de rechazar con las armas a los expedicionarios, Balboa acompaado de su tropa sali a recibir con demostraciones de respeto y simpata al nuevo gobernador y a la brillante hueste que lo acompaaba (Sosa y Arce). Con Pedrarias vino al Darin el primer Obispo de la dicesis, ilustrsimo seor don Fray Juan de Quevedo, religioso franciscano; pues Santa Mara acababa de ser erigida en ciudad y sede episcopal, con escudo de armas, consistente en un castillo de oro sobre campo rojo, encima del cual un sol del mismo metal, y a los lados un puma (len de Amrica) y un cocodrilo, segn los mismos seores. El nuevo gobernador, ni corto ni perezoso, apenas tom posesin e inici su gobierno, orden al Licenciado Espinosa incoara el proceso contra Balboa, a quien se mantuvo preso mientras se dictaba el fallo, que le conden al pago de algunas sumas de dinero a Enciso y a otros acusadores, absolvindole de toda responsabilidad en la muerte de Nicuesa.

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Su gobierno y administracin Desde luego es preciso reconocer a Pedrarias gran actividad y empeo y solicitud nada comunes en el gobierno y administracin de la colonia del Darin. Tan pronto como tom posesin de ella, dedicse a organizar y dirigir en persona varias y aguerridas expediciones al mando de sus valerosos y expertos cftpitantes, como su segundo, don Juan de Ayora, Antonio Tello de Guzmn, Morales, el clebre Francisco Pizarro, que ms tarde se inmortalizara en la conquista del Per; Gonzalo de Badajoz, Gaspar de Espinosa y otros no menos notables, y encargando a Balboa la del Debaide en el interior del Atrato, y saliendo l mismo con otra, sin reparar en penalidades, peligros, trabajos, ni en dificultades de ningn gnero, y atrepellando por todo, que recorriesen y explorasen todas las regiones y comarcas del Istmo, como lo ejecutaron con gran arrojo y fomento y provecho muy sealados en favor y progreso de los intereses de su provincia de Castilla del Oro, y esplendor de la Corona de Espaa. Empero, Pedrarias fue muy duro y hasta cruel con los indios en estas expediciones y colonizacin, oponen los historiadores al referir estos hechos. Mas no habr en esto algo y ms que algo de apasionamiento y exageracin? No estarn contagiados de la Leyenda Negra contra Espaa los que as condenan al, Fundador de Panam? No es aqu el caso de averiguarlo, s efectivamente es digno de censurarse y reprobarse la conducta de ste y sus tenientes en la colonizacin del Istmo, por no ajustarse a las instrucciones y normas ms humanitarias y cristianas del Evangelio. Cambio de capital de la colonia y fundacin de Panam Desembarazado ya Pedrarias, cual otro Pedro el Cruel, de su mulo y aborrecido y temible rival, de24

dicse a explorar otros al frente de una expedicin que habiendo salido por el golfo de San Miguel, arrib e hizo escala en la isla de Taboga. Desde la cual, ordenando que saliese una comisin que reconociera la costa, se avist sta en un casero de pescadores, llamado por los naturales Panam, con la expedicin que por tierra conduca el Licenciado Espinosa y avisado y venido a dicho lugar Pedrarias, determin ste fundar con el mismo nombre de Santa Mara una poblacin formal. Esta resolucin llev a cabo el 15 de agosto de 1519 el Licenciado Espinosa ante un escribano y en nombre de los monarcas de Espaa, la Reina doa Juana de Castilla y su hijo, el Prncipe don Carlos: Desde ese momento toda la actividad, todo el empeo y preocupacin de Pedrarias se concentraron en favor de la nueva poblacin, en acrecentarla, en comunicarla y hacerla accesible con el mar Caribe, con el interior del Istmo y con el mundo entero, de tal suerte que se constituyera en centro del comercio y va expedita con Sudamrica y tambin con las colonias del centro y del Norte, organizando nuevas expediciones exploradoras y tomando otras importantes medidas encaminadas a engrandecer la nueva poblacin de Panam. En consecuencia orden el traslado de las familias con todos sus haberes que moraban en Santa Mara y el Darin a Panam, dejando en abandono completo cuanto se haba hecho hasta entonces en aquella colonia, y no cejando hasta conseguir de la Corona que se erigiese en nueva capital, y ms adelante el traslado a ella de la sede episcopal. Poblacin y etnografa del Istmo por esos aos No cabe en el reducido marco de estos preliminares abordar el tema tan interesante como exploradode la poblacin y etnografa de los indgenas que en la conquista v exploracin del Istmo panameo ha- 25

liaron sus primeros descubridores y colonizadores. Preferimos ms bien remitir al lector estudioso a los cronistas antiguos y a los historiadores modernos, contentndonos con entresacar los siguientes conceptos de Geografa descriptiva de la Repblica de Panam, produccin muy recomendable del aventajado y entusiasta joven panameo don Manuel M. Alba. Segn ese estudio, el clculo ms aproximado de la poblacin de Tierra Firme en esa poca era de 800.000 en nmeros redondos y se compona de numerosas tribus con sus caciques respectivos, y de razas diferentes con sus peculiares dialectos, y tanto unas como otras eran muy fuertes y belicosas, conforme lo demostraron en la defensa brava y tenaz que sostuvieron contra los conquistadores castellanos, los cuales necesitaron todo su valor y arrojo legendarios para reducirlas y pacificarlas. Las crnicas y Memorias dejadas por los conquistadores de Panam aparecen desde los comienzos contestes en que una poblacin densa exista en el Istmo a su arribo y descubrimiento, la cual alcanzaba a la suma dicha. Pero a los investigadores modernos que se han servido de los progresos y adelanto de la ciencia, les parece modesto y excesivamente reducido, si se atiende a los hechos e investigaciones hechas, que suponen una cifra mayor. En cuanto a su origen y procedencia, segn una insercin cientfica que se hace en ese trabajo, se lee que aun cuando las ramas a que esos indios pertenecan todava contina siendo un misterio para los investigadores, se ha dicho, no obstante, que el origen de los que habitan las regiones del Darin y Panam actuales, procedan de los Incas, Chibchas, Caribes, Cunas, o Cuevas ms tarde; y que ramas toltecas, aztecas, mayas y nahuas se extendieron hasta el Istmo, y dejaron impresas sus huellas raciales en los habitantes de la parte oeste de Beln las tribus diversas que le poblaban. Lo cual es motivo
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para presumir que el pas por la configuracin geogrfica sufri varias invasiones, as por el lado del Este, como del Oeste, y esta fusin produjo naturalmente un tipo local intermedio cuyas caractersticas necesariamente haban de ser mixtas en gran parte. Los primeros misioneros del Darin y del Istmo panameo Veamos ahora quines fueron esos desconocidos heroicos misioneros que arribaron al Istmo panameo juntamente con los conquistadores, y cuya caridad y celo apostlicos, contrastando con la dureza y hbitos guerreros de aqullos, salvaron en ms de una ocasin no slo la causa del rey, sino principalmente la de la civilizacin cristiana en Amrica. La Historia registra ya en la clebre expedicin de Balboa en el descubrimiento del mar del Sur el nombre del sacerdote don Andrs de Vera, dirigiendo en lo religioso a los expedicionarios, y entonando el Tedeum y dems ritos eclesisticos en el acto de dar gracias a Dios, tan pronto como pudieron contemplar desde la cima del Chucunaque el mar Pacfico. Era, sin duda, el capelln que los acompaaba desde la fundacin de Santa Mara, como lo fueron tantos otros en el descubrimiento y conquista del continente americano, como el Padre Fray Domingo Las Casas a don Gonzalo Jimnez de Quesada, por el ro Magdalena arriba; el Requexada a Frdeman desde Venezuela a Bogot, y a Belczar del Per a Popayn y la sabana bogotana un Padre mercedario. Pero la primera misin formal que sali de Espaa con destino a Tierra Firme, fue la que acompa a don Pedro Arias de Avila, cuya expedicin entr en Santa Mara del Darin en julio de 1514, segn queda dicho, y se compona del limo, seor Fray Juan de Quevedo, franciscano y natural de Bejeri, en la provincia de Burgos (Espaa), dotado de mucha pru 27

dencia, piedad y letras, acompaado de varios Padres misioneros de la misma Orden, y algunos sacerdotes seculares. Y como ya haba sido erigida en Sede episcopal la ciudad de Santa Mara del Darin por Bula de Len X, la primera del continente americano y la segunda de Amrica, despus de la de Santo Domingo en las Antillas, y elevada luego al rango de Catedral por el mismo Sumo Pontfice; en ella se instalaron y practicada la posesin, segn el Pontificial romano, se dispusieron a cumplir su sagrado apostolado con celo y caridad en un campo tan vasto como erizado de penalidades y trabajos sin cuento. Traslacin de la Sede Episcopal a Panam La muerte priv al seor Obispo Quevedo de poder aprovecharse y hacer uso de los benficos resultados y gestiones hechas ante la Corte y su Real Consejo en favor de la reduccin de los naturales del Darin. Quien supo sacar partido de esa ausencia y muerte del Obispo fue el fundador de Panam, poniendo en juego toda su actividad para el traslado de la Silla Episcopal y Catedral de Santa Mara a la nueva ciudad del Istmo, y alcanzndolo de la Corona, no obstante la oposicin y resistencia que haba, y al mismo Monarca no le agradaba el traslado, por haber sido erigida en dicho lugar la primera del Continente de Amrica. Cundo, y en qu fecha se hizo ese traslado, no es fcil precisarlo. El seor Rojas y Arrieta, en su Resea histrica de los Obispos de Panam, afirma que este punto de la Historia es muy oscuro; porque los autores no slo no estn de acuerdo, sino que adems lo han confundido y embrollado de tal suerte que no se sabe a qu atenerse. Refiere luego las distintas opiniones de los historiadores sobre ese hecho, concluyendo por decir que, a pesar de esta confusin, ha podido poner en claro dos cosas: que 28

Fray Vicente Teraza, y no Pedraza, fue el sucesor de Fray Juan de Quevedo, y, que fue por consiguiente, el segundo Obispo de Panam, elegido el 5 de diciembre de 1520, habiendo fallecido en Barcelona el seor Quevedo en 1519, por Bula de Len X y en el Consistorio celebrado en primero de diciembre de dicho ao. Del cual seor Obispo Teraza slo sabemos, agrega, que perteneca a la Orden dominicana, y que haba sido colegial de San Gregorio, de Valladolid. Adems, que muerto el seor Teraza hacia el ao de 1526, le sucedi en calidad de sustituto Fray Martn de Bjar, religioso franciscano, que gobern la dicesis hasta el de 1530, en que fue nombrado Fray Toms de Berlanga, dominicano y natural de la poblacin de ese mismo nombre, en la provincia de Soria, habindose dintinguido como misionero antes en la Espaola o Santo Domingo, aadimos por nuestra cuenta. Fndanse en Panam varias Casas de Religiosos Misioneros Establecida, pues, en Panam la Silla Episcopal con su Captulo Catedral correspondiente, y, erigida en capital del Istmo esta ciudad con sus respectivas entidades civiles de Cabildo, Gobernacin y luego Audiencia con su presidente y capitn general, unidas en armnico consorcio las autoridades eclesistica y civil, dedicronse a la noble tarea de organizar y promover el adelanto y prosperidad material y espiritual de su vasta jurisdiccin panamea. Y dejando al historiador estudioso que refiera los acontecimientos ms interesantes, producidos en los aos siguientes hasta concluir el siglo xvi, por los cambios y sucesin en el gobierno y administracin civil y militar, las disensiones y altercados de las autoridades, los asaltos y perturbaciones de los Contreras y otros, el alzamiento y depradacin de los cimarrones
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al mando de Bayano y Filipillo, la invasin y pirateras de los corsarios ingleses y franceses, etctera, nos limitaremos a lo sucedido en el dominio y jurisdiccin espiritual de la Mitra Episcopal bajo la cual est comprendido uno de los factores ms poderosos que para ayuda y apoyo del engrandecimiento panameo, poblacin y colonizacin de los naturales, recibi el seor Obispo en ese tiempo, como fue el arribo y establecimiento de Casas de Religiosos Misioneros. Sobre los cuales ya hemos notado antes que con el seor don Fray Juan de Quevedo vinieron y se establecieron en el Darin varios misioneros franciscanos, que tanto tuvieron que sufrir desde el principio en el fiel desempeo de su ardua misin y con cunta eficacia y abnegacin ayudaron a dicho Obispo en su administracin espiritual. Pues bien: a los Franciscanos se unieron luego y sucesivamente en esa misin los Padres Dominicos, Mercedarios, Hospitalarios de San Juan de Dios, Jesutas, Agustinos Descalzos o Recoletos, y ms adelante Filipenses; todos los cuales, de consuno y animados de un mismo ardiente celo y caridad apostlicos, dedicronse ahincadamente a la conversin de los indgenas, al mismo tiempo que velaban por la reforma de costumbres de los blancos o colonos. Nosotros vamos en estas pginas a descubrir la gnesis y desarrollo de la casa que aqu fundaron los Agustinos Recoletos y que ha sido un centro intenso de actividades apostlicas y culturales.

II EL PADRE VICENTE MALLOL, FUNDADOR DE LA IGLESIA Y CONVENTO DE SAN JOS. GESTIONES PARA INICIAR LA FUNDACIN. ENTUSIASMO DE LA CIUDAD. BENDICIN DE LA PRIMERA PIEDRA.CONTRATIEMPOS Y VICISITUDES. DESCRIPCIN DE LA IGLESIA Y CONVENTO Es conveniente que nuestros lectores conozcan algunos datos biogrficos del que fue el alma de la fundacin del Convento e Iglesia de San Jos. El Padre Mallol fue vastago legtimo de don Pedro Mallol y doa Violante Deinza, cristianos y piadosos; vino al mundo en 1567 en la villa de Concentaina, en el reino de Valencia (Espaa), donde habiendo recibido el sacramento del Bautismo, procuraron sus padres con el mayor empeo formarlo y educarlo no slo en las letras, sino principalmente en la prctica de la virtud; en la cual, dotado de felices disposiciones, hizo grandes y rpidos progresos con admiracin y gusto de ellos y de sus convecinos que no cesaban de encarecer su buena ndole, aplicacin y ejemplo del joven Vicente. Cumplidos los catorce aos de edad, sintise 11a-

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mado por Dios a la vida del claustro y fiel al divino llamamiento, profes en el Convento de los Padres Agustinos de Alcoy, en manos del Padre Prior Fray Luis Caizares, con el beneplcito y satisfaccin de sus padres y grande contento de la Comunidad, por la piedad y buen ejemplo edificantes del nuevo profeso. Coronados con lucimiento los cursos de Filosofa y Teologa, al tenor de la Regla y Constitucin de la Orden, y sin desatender lo ms mnimo ni aflojar en la piedad y la virtud, destacse, al decir del Padre Fabo, como uno de esos religiosos que brindan esperanzas y van floreciendo y llevando a sazn el fruto de su adelantamiento en los ejercicios del escolasticado. De ah que, ordenado de sacerdote, la obediencia lo destin al magisterio y profesorado de los estudiantes religiosos, al mismo tiempo que alternaba las tareas sagradas del pulpito y confesonario, cuando le permita el desempeo de las ctedras, y con el celo y caridad de fervoroso religioso. En medio de su quietud y sosiego claustral, agitbase su corazn ante la idea de una resolucin heroica que meditaba, sin duda, y que cambiara completamente su actual gnero de vida, era el apostolado en tierras americanas. En los Conventos de Espaa bulla por entonces una idea grandiosa en todos los corazones: la de conquistar para Dios el Nuevo Mundo descubierto. Los religiosos, lo mismo que todos los espaoles, ideaban conquistas de engrandecimiento nobilsimo que haban de llevar a cabo, ms que con la espada con la cultura y la religin, y hasta con el derramamiento de su propia sangre y la prdida de su propia vida. El Padre Mallol, dispuesto para toda empresa grande, se dispuso a sacrificar padres, patria y todas las comodidades en aras de tan noble y sublime apos 32

tolado, y a emprender viaje a las Indias tan pronto como se le ofreciere ocasin de ejecutarlo y obtuviere licencia de sus superiores. Y as lo hizo embarcndose con otros compaeros con rumbo a las misiones del reino de Nueva Granada (Colombia), llegando a Santa Fe, donde habitaba ya una Comunidad de Padres Agustinos dedicados a las misiones en diferentes regiones del reino hacia el ao 1596. Conocido de todos por sus virtudes, prudencia, celo apostlico y espritu agustinlano fue elegido para diversas fundaciones en el reino neogranaino. Entre estas nuevas casas del Instituto Agustino Recoleto, destacbase ya singularmente el Convento de la Popa en Cartagena de Indias, de tan renombrada fama, y al cual le seguira pronto el no menos famoso y clebre Convento de San Jos de Panam. Era en realidad el Padre Vicente Mallol profundo telogo, predicador elocuente y un verdadero sabio, sin petulancia, franco, esquivo cuando se trataba de figurar en las reuniones pblicas que la ciudad de Panam con motivos polticos, sociales o religiosos, haca, y en las cuales tena derecho propio el gran agustino. Era buscado de muy lejos, dice un historiador, para or sus sermones llenos de evanglica y santsima doctrina. Entregse en Panam a la predicacin apostlica con ms fervores que nunca. Fue perpetuo en el confesonario, incansable en la cabecera de los enfermos y amparo en todas las dificultades de sus prjimos. El rey Felipe III, a cuya corte haba llegado la fama de la austera y ejemplar vida del Padre Mallol, hizdlo nombrar Obispo de una de las iglesias de Amrica; mas l resisti con tal tesn y humildad que tuvieron sus admiradores que desistir de sus propsitos. Acab sus das en paz, dice un autor, con gran 33
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opinin de santidad en dicho Convento de Panam, despus de haber recibido con devocin extraordinaria los santos Sacramentos, quedando sumamente edificados sus hermanos los religiosos. Fue el trnsito de este gran varn por los aos 1640. Tuvo mucha razn el historiador Padre Pedro de San Francisco al llamarle "rosa odorfica y fragante con el olor de todas las virtudes". El insigne Prelado de esta iglesia de Panam, ilustrsimo don Fray Agustn de Carvajal, de la Orden de San Agustn, dese se fundase convento de Agustinos Recoletos en la ciudad, y tuvo principio, por haber venido a ordenarse de sacerdotes el Padre Fray Juan de San Agustn y otro compaero, Fray Juan de la Concepcin, por no haber en Santa Fe y Cartagena quien celebrase rdenes. Hosped el Venerable pastor a los Recoletos y pagse de su modestia y compostura, y habindoles ordenado, le pareci detenerlos en Panam, para ejemplo de sus conciudadanos, significando el deseo de que se fundase convento, a que ayudaban otras muchas personas graves, as de lo eclesistico como del estado seglar. Dadas las relevantes dotes de doctrina, experiencia y competencia en los asuntos religiosos que posea el Padre Mallol, se comprende que emprendiese, con diligencia y tino, la fundacin del Convento, luego que lleg a Panam. Sin embargo conviene advertir que no era cosa de coser y cantar, como suele decirse, sino empresa que requera suma prudencia y largo espacio de tiempo, ya que era preciso practicar antes muchas y diferentes gestiones y trmites que exiga la legislacin cannico-civil de esa poca. As se explica que las piezas del expediente de la fundacin del convento, cuya copia autntica est en nuestro poder, estn fechados con diferencia de tiempo y la ltima fuese acabada en veinticinco das de
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diciembre de 1612, no obstante hallarse el Padre en la ciudad desde ltimos de 1610 o desde principios del siguiente. Por tanto, atenindonos a dicha copia, rica en datos, daremos cuenta de esas gestiones y diligencias que precedieron, porque no slo dan a conocer los trmites y procesos que era menester practicar entonces en toda fundacin de conventos, sino adems, por la copia de noticias que contienen, relativas a esa fundacin. Las piezas o solicitudes de que se compone el expediente, estn unas dirigidas a la (Autoridad Eclesistica y otras a la civil. La primera representaba, segn queda dicho, la persona del ilustrsimo seor don Fray Agustn de Carvajal, y la otra la constitua primeramente la Audiencia, cuyo Presidente era don Francisco de Valverde y Mercado, nombrado por la Corte de Espaa, Presidente y Gobernador de Panam en 1604, que gobern con gran acierto y adelanto hasta el de 1614, como ya lo haba demostrado antes de fundar y organizar la ciudad de Portobelo. Y despus se agregaba el Cabildo de la ciudad, cuyo Alcalde ordinario era don Baltasar Maldonado; Alfrez real, don Jorge del Prado; alguacil mayor, don Agustn Franco, y los capitanes Nicols Martnez, Damin Mndez, Toms de Quiones, Gins de Bustamante, Juan de la Fuente, Almonte y Juan de Salazar, veinticuatro. Lo primero que se advierte al leer esos documentos es la buena acogida y estimacin con que fue recibido el Padre Mallol, desde el punto que lleg a Panam; no slo de parte del seor Obispo, tan entusiasta y decidido por la fudacin, sino tambin por parte de las Autoridades y vecinos principales de la ciudad. Y juntamente con esto el espritu cristiano que por ese tiempo privaba en todas las esferas de la sociedad panamea, que estimaba las Casas religiosas como otros tantos focos de luz 35

y progreso colonial, como los abanderados de la civilizacin cristiana y poderosos auxiliares del orden y la paz. De ah que unos y otros no slo acogiesen con cario el proyecto de fundacin, sino que adems, consecuentes con sus creencias religiosas, rivalizasen en cooperar a su realizacin con sus ofrendas y donaciones, desde el seor Obispo hasta el ltimo feligrs, como lo acredita el Padre Mallol en uno de sus Memoriales. "Representando a esta ciudad y Cabildo esta necesidad (la de fundar el convento), y a otras personas particulaes, movidas del ejemplo que los dichos religiosos de nuestra Recoleccin han dado y dan, ofrecen muy buenas limosnas, especialmente el capitn Lorenzo de Roa, que desde luego da un sitio y huerta de mucho valer, junto a la ciudad, de grande comodidad para el efecto, con la asistencia de su persona y de sus esclavos, de todo el tiempo que durare la obra de iglesia y convento, y don Pedro de la Torre Guedeja, como Albacea de Antonio de Carrin, el cual tiene hecha convencin firmada conmigo en presencia de V. S., por la cual da para toda la fbrica de la iglesia doce mil patacones: cuatro mil para comenzar la obra, desde luego, y dos mil para la armada que ha de venir el ao que viene de mil seiscientos catorce; y as mismo el Reverendsimo don Fray Agustn de Carvajal, Obispo de esta ciudad, alentando tan santa obra, ha aplicado para aceite y vino cien ducados de renta de cierta manda pa, que se haba hecho a la ermita y arruinada de Santa Brbara y San Cristbal. El Cabildo y la ciudad para el dicho efecto aplican y dan las limosnas que los vecinos de esta ciudad tienen mandadas para la dicha fbrica, as las cobradas como las que estn sin cobrar, que son en mucha cantidad, como consta del Decreto del dicho Cabildo y ciudad, y esto sin otras grandes
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limosnas de personas particulares que para esto tienen ofrecidas, y las darn luego que se comience la dicha fundacin de Iglesia y convento" (Carta del Padre Mallol). Dice as un expresivo documento de Fray Agustn de Carvajal, Obispo de Panam: "Y por cuanto nos consta ser cierto y verdadero lo contenido en el dicho pedimento, y que de hacer y edificar monasterio de Recoleccin, no slo no se sigue perjuicio a esta Repblica sino mucho fruto a los vecinos de ella, porque dicho convento y religiosos no son molestos ni pueden heredar bienes de ninguna cantidad ni calidad que sean, y por ser en decoro del culto divino y de la devocin de esta ciudad: Por el tenor de las presentes, usando de la facultad, etc., consentimos y damos licencia al dicho Padre Maestro Fray Vicente Mallol, para que pueda edificar y edifique la dicha iglesia y monasterio de Recoletos Descalzos del dicho sagrado Orden de San Agustn en el dicho sitio, que est junto a esta ciudad, que da y ofrece el dicho capitn Lorenzo de Roa, en el que pueda poner campana y hacer todo lo dems que sea necesario y convenga para el ornato y conservacin del dicho monasterio y frailes que en l morasen y residieren..." Y todava no contento con esto, aade: "Y esta licencia que aqu damos y concedemos, es nuestra voluntad que sea y entienda para que lo hayan y gocen los dichos frailes Recoletos Descalzos de la dicha Orden de San Agustn, y no otros ningunos, aunque sean de la dicha Religin, y si algn tiempo u ocasin que sea, los dichos frailes de Recoleccin faltaran del dicho convento de que por esta nuestra licencia se ha de fundar, desde luego la revocamos, y la dicha manda de los cien pesos la damos por ninguna." Ms claro y terminante no se puede expresar, y lo anotamos as, para que conste y desaparezca cual 37

quier otra opinin contraria que se pudiera oponer y defender sobre este particular. Concluidas, pues, todas las gestiones y diligencias requeridas, conseguidas las licencias necesarias, y contando tambin con las valiosas ofertas y cooperacin de los piadosos y generosos vecinos de la ciudad, para mayor gloria de Dios, acrecentamiento de la fe y bien espiritual de las almas, el celoso Padre Mallol no vacil en dar principio a la magna obra de la fundacin del convento e iglesia de San Jos. As que, estando dispuesto todo y avisada la ciudad de antemano, se coloc y bendijo la primera piedra de la fbrica en el susodicho sitio o huerta del capitn Lorenzo de Roa, cerca de la ciudad antigua de Panam, hacia los ltimos dias del ao 1612, o primeros del siguiente, muy probablemente por el ilustrsimo seor don Fray Agustn de Carvajal dado el inters y solicitud que puso en su fundacin y antes de partir a su nuevo obispado de Guamanga en Per, al cual haba sido promovido por la Santa Sede, y con la asistencia, de las Autoridades, Cabildos de la ciudad y gran concurrencia panamea de entusiastas y decididos por el nuevo convento y comunidad de Agustinos Recoletos. Del seor Obispo de Carvajal se lee en la Resea histrica de los Obispos de Panam, por el seor Rojas y Arrieta, el siguiente elogio: "Sucedile (al ilustrsimo seor Carcern) en 1608, Fray Agustn de Carvajal, religioso agustino, nacido en Mjico, edificante, instruido y celoso. Impuls mucho los trabajos de la Catedral, que ya sus predecesores haban adelantado bastante, y pudo destinar una parte del templo para la celebracin de los divinos oficios. La consagr a la Asuncin de la Santsima Virgen. Por este tiempo se comenz tambin la construccin de la iglesia de Santa Ana, en cuyo lugar haba slo una capilla, y cuyas ruinas se presentan a las miradas de los turistas al llegar a Panam Viejo.
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"Al seor Carvajal se atribuye la fundacin del primer seminario que existi en la antigua Panam y cuya direccin confi a los religiosos de San Agustn. Lo puso bajo la proteccin de este gran doctor de la Iglesia y por eso se llam seminario de San Agustn, contando en su principio con slo seis alumnos. A l tambin se atribuye la bendicin de las primeras campanas que se colocaron en la torre de la Catedral. Fue promovido en 1612 al Obispado de Guamanga", adonde parti, segn creemos, a principios del siguiente y despus de dejar instalados en Panam los Padres Agustinos Recoletos, que en sus Anales y Crnicas de la Recoleccin lo ensalzan como a uno de sus ms preclaros y entusiastas benefactores. El clebre historiador Ernesto J. Castillero R., escribiendo sobre el Obispo Agustino Fray Agustn de Carvajal pone esta interesante pgina: "Disfrut tambin de la satisfaccin de consagrar como sacerdotes a los novicios Agustinos (Recoletos), los primeros ordenados en Panam, quienes, procedentes de la Nueva Granada, vinieron en busca de un Obispo, por no haberlo en esos momentos en aquel pas, para recibir la consagracin." "La compaa de tales cofrades hizo concebir al Obispo la idea de fundar en Panam un Convento de Agustinos Recoletos, iniciativa que tom cuerpo en 1610 y se vio coronada con el xito dos aos ms tarde, al quedar fundado el 15 de abril de 1612 el Convento de San Jos. Abri igualmente ese mismo ao el Seminario de San Agustn para la preparacin de sacerdotes, que puso bajo la direccin de los mismos Padres Agustinos, donde se enseaba desde las primeras letras hasta la teologa" (Breve historia de la Iglesia panamea, pg. 18). Colocada y bendecida la primera piedra del convento e Iglesia de los Agustinos Recoletos en Panam Viejo, bajo la advocacin del glorioso Patriarca San Jos con el eficaz apoyo de las autoridades 39

como de los vecinos particulares de la ciudad, que anhelaban la pronta instalacin de la comunidad recoleta en su nueva casa, dironse tal prisa y pusieron tal actividad en la fbrica y construccin, que muy en breve tuvieron la satisfaccin de ver casi coronados sus esfuerzos; mas luego tuvieron la pena y el dolor de llorar su precipitacin y ruina. En efecto, "creca el edificio con estos socorros se lee en la Historia de los Agustinos Recoletos, cuando impensadamente cay en tierra la capilla mayor de la reciente iglesia. Ignorancia fue del artfice, aade, y tambin debi ser orden del cielo, que de estos que juzgamos acasos, hace medios para los fines que tiene prevenidos la Divina Providencia. Quera Dios que los religiosos estuviesen ms cerca del pueblo, para que ms cmodamente aprovechasen con su doctrina y ejemplo a los fieles, que es el fin por que los Romanos Pontfices sacaron de los desiertos a los Agustinos, avecinndolos a las ciudades". Sin embargo, los primeros Recoletos, amantes fervorosos del retiro y mal avenidos con el bullicio del siglo, establecieron algunos conventos fuera de las ciudades, como lo hizo animado de ese mismo espritu el Padre Vicente Mallol con el de San Jos de Panam, fundndolo en la huerta que don el capitn Lorenzo de Roa, como un cuarto de hora distante de la ciudad, pero que por la impericia del arquitecto y apresuramiento de los trabajos, se cay luego la capilla mayor de la iglesia y antes de concluir su construccin. "La planta es un rectngulo de 18,60 de ancho por 33,50 de largo y dos capillas laterales que le dan al conjunto la forma de una cruz latina, cuyo cuerpo es menor que la cabeza. Estaba dividida anteriormente por seis pilastras altas de manipostera en tres naves: la central de 6,25 metros de luz, y las dos laterales de 3,60 metros. Transversalmente tena cuatro compartimientos: en el primero estaba
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el altar mayor, la sacrista y, tal vez, una capilla bautismal o depsito; el segundo daba salida por las naves laterales con dos grandes puertas, una al claustro del convento y la otra a la calle o jardn; sobre la tercera se alzan las dos capillas laterales, que hacen que la iglesia tenga forma de cruz latina; el cuarto correspondiente al tabique provisional que, seguramente cerraba la iglesia por los costados de la parte Sur, en previsin de futuras capillas. El techo de toda la iglesia, a excepcin de las capillas laterales, que tenan bveda de medio can, era de madera y tejas, derramando la mitad de sus aguas sobre el jardn y la otra mitad sobre el convento. Las pilastras interiores estaban unidas por vigas de madera, que servan de apoyo a las piezas del techo. La fachada principal ha desaparecido enteramente. Debi elevarse a 32 metros, ms o menos, del fondo de la pared trasera de la iglesia. Una sola gran puerta por medio punto que abra sobre la nave central y dos hornaciones interiores 0 pilas de agua bendita en el frente de las naves laterales. Los restos actuales no muestran la existencia de torre alguna, y en cuyo caso el campanario debi situarse en el tringulo hastial. "El convento tena 47,30 metros de Este a Oeste, y 49 metros de Norte a Sur, ocupando una superficie de 2.315 metros cuadrados. El atrio era una plazoleta de 20,40 metros de Este a Oeste por 15,60 metros de Norte a Sur. Por el Norte daba entrada al templo, y por el Este al convento; los otros lados servan para el acceso del pblico por las calles que formaban esquina. A la usanza colonial debi estar pavimentado con piedras radadas." Segn consta en un documento del Archivo de Indias de Sevilla, los vecinos de la Villa de los Santos, edificados y movidos por la vida religiosa ejemplar y celo apostlico de los Agustinos Recoletos, recientes en Panam, pidieron a Su Majestad, el 1 de mayo de 1614, que se fundase en dicha Villa un Convento de Agustinos Descalzos, pues la Villa 41

tenia 1.200 almas, toda gente labradora. Es all, contina diciendo el documento histrico, de donde la ciudad de Panam se surte de bastimentos, principalmente de maiz. Y necesitan un sustento espiritual del que carecen. La peticin va firmada por Juan Prez Zambrano, Pedro Alvaro Ponce y Lope de Oliva, 16-3-16, ao 1614. No se efectu esta fundacin.

III LA COMUNIDAD SE INSTALA EN UN LUGAR PRXIMO A LA CIUDAD. EMPLAZAMIENTO DEL EDIFICIO.TEMBLORES DE TIERRA. VISIBLE CASTIGO. 1621. Nos lo refiere el cronista en las siguientes palabras: "Mucho sintieron los religiosos fundadores la ruina del edificio, y tomaron consejo en su afliccin de alquilar una casa junto a la ciudad, mientras lo cado se reparaba." Y, en efecto, "amanecieron una maana con el Santsimo Sacramento en la casa referida. Sintise la mudanza y condenronla algunos Ministros, dndole nombre de atrevimiento; y dieron su Decreto, para que luego se volviesen los religiosos al primer lugar. Obedecieron la rigurosa orden, y uno de los Ministros que ms fuerza hizo pag en breve su nimo menos bien afecto, cuando generalmente los ciudadanos se tenan por dichosos de que con la ruina del edificio se hubiese acercado el convento o comunidad". Estas fueron las providencias que, segn el cronista general, tomaron los religiosos al carseles la
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capilla mayor de su iglesia antes de terminarla: alquilar una casa junto a la ciudad, la cual debi ser en la vecindad de la ermita de Santa Ana, para morar en ella mientras se reparaba la ruina, y al efecto, una maana amanecieron en ella los religiosos recoletos con el Santsimo Sacramento colocado en ella. Quines promovieron el pleito contra los religiosos y cul fue el motivo principal? Segn el cronista general de los Agustinos Recoletos, los promotores del pleito fueron algunos ministros de la Audiencia, y el motivo o causa de l, la mudanza, esto es, la instalacin interina de la comunidad en la referida casa junto a la ciudad, sin haber contado antes, suponemos, con la Audiencia. De ah la condenacin y el Decreto que les manda desocuparla. Pero el Padre Fabo, O. A. R., al relatar en su Historia de la Candelaria, esa mudanza o alquiler de la casa referida, lo atribuye "a ciertos individuos viciosos, para quienes la presencia del religioso es severa reprensin". Y aade: "algunos ministros de la Corona Real sintieron displicencia por la mudanza, y con especiosos escrpulos sobre la colocacin del Santsimo en casa privada, dieron formidable batera a los religiosos, a quienes apoyaba el clero y el pueblo. De solicitudes, rplicas y contrarrplicas arm Satans recio tinglado, desde el cual azuz las pasiones y sembr a manos llenas la semilla de la discordia; de modo que los oposicionistas formaron crculo y arrastraron a su bando a los malos cristianos, con lo cual tenan la fuerza del mando y la fuerza del descaro". Si bien es cierto que no precisa la historia de los Agustinos, el lugar que buscamos del convento de San Jos, nos da a conocer la traslacin del primitivo, en la citada huerta del capitn Lorenzo de Roa, a otro sitio ms cercano a la ciudad y ms
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duradero o slido, y firme y ms sano que lo era el anterior, donde por esas fechas lo estaban construyendo justamente con la iglesia. Vase esto otro que tambin se consigna en la misma historia, y arroja ms luz sobre el particular, el cual, despus de hablar de los perjuicios y trastornos causados al convento y comunidad de San Jos por ciertas diferencias demsticas, dice as: "Si bien hoy el convento est con ms decoro por la diligencia del Padre Fray Alonso de la Magdalena, Comisario General de la Recoleccin, el cual trabaj mucho en mejorar el sitio de este convento, apartndole de la vecindad de las aguas, que le hacan enfermizo y peligroso por las inundaciones del ro que junto a l pasa." El historiador no da nombre al ro que pasaba junto al convento primitivo. Sera ignorancia, olvido? Tal vez porque no se conoca entonces sino un solo ro en la ciudad? El ro "Gallinero" o "ro Abajo", que de Sur a Noroeste surca Panam Viejo, cuyo puente real se halla en la entrada actual? Ser porque el de "Matasnillo" no se tena entonces sino por una simple quebrada en comparacin de aqul? Todo puede ser. Lo ms probable es que por el contexto nos inclinamos a crear que el cronista se refiere al primero, al del "Gallinero", y en este supuesto, se explica ms fcilmente y con mayor verosimilitud lo de las inundaciones del ro y la vecindad de las aguas, que hacan al convento primitivo malsano y hasta peligroso para sus moradores. Puesto que dada la inclinacin y descenso que se advierte en el terreno desde el puente real en adelante siguiendo su curso, es natural su desborde en invierno y que inunde sus mrgenes, como sucede hoy mismo y forma los pantanos que se ven actualmente por esos lados. Y siendo esto as, y teniendo en cuenta que desde ese sitio lo trasladaron ms tarde a otro ms cercano a la ciudad, en terreno ms firme y ms ele 45

vado, y por tanto, ms sano y sin los peligros del anterior por su proximidad al ro, pero en todo caso fuera de la ciudad, es preciso deducir con mucha probabilidad que su emplazamiento estaba en los arrabales de "Malambo" y no lejos de la ermita de Santa Ana. De esta primera fundacin de la iglesiaconvento de San Jos no se han localizado ruinas de ninguna especie. Y que esta hiptesis no es infundada, ni mucho menos, lo atestigua el seor don Juan Bautista Sosa en su estudio Panam la vieja, cuando afirma que "su localizacin (la del Convento de San Jos) no haba sido posible fijarla entre las ruinas de la vieja Panam. El edificio, de todo punto hermoso, en regulares proporciones y apreciable arquitectura, de tres naves, con capillas laterales, rematadas por un artstico techo abovedado, sacristas, arco toral, elegantes puertas que abran sobre los patios interiores y probablemente adornada por una torre esbelta y una hermosa fachada, desaparecidas hoy, es la ermita de Santa Ana; o si el edificio asi descrito no ser, con mejor fundamento, la iiglesia de los Agustinos Descalzos, salvado de la gnea ola como se salv el arrabal de Malambo, en cuya rea est localizada la ruina? Aqu se refiere el seor Sosa al edificio levantado despus de instalarse los Agustinos muy cerca de la ciudad. "La ermita de Santa Ana, construida a mediados del siglo xvi y consagrada a la devocin pblica por el aporte pecuniario de dos clrigos afortunados, no debi, seguramente, revestir los detalles arquitectnicos que sorprende el visitante en las primeras ruinas que traspasa el puente de Rey, se ofrecen a su atencin. Todo indica que ellas son las de una iglesia principal, de las ms bellas de la ciudad, y que el muro que encierra el recinto de sus anexos, por sus proporciones y por los vestigios que contiene, corresponde a una serie de construcciones de 46

madera que no soport el rigor de los aos y que dicen bien con las partes de un convento, con sus celdas y claustros, con extenso patio para el servicio y necesidades de una comunidad; construcciones que reposaron sobre ancha pared de manipostera bien conservada, de un metro de alto sobre el suelo y otro tanto de espesor, cubriendo con la iglesia una rea de 3.246 metros." A continuacin trae el seor Sosa la descripcin detallada as de la iglesia como del convento, envueltos entre esas ruinas, al tenor del estudio que hizo de ellas don Leonardo Villanueva Meyer, en varias visitas que hizo a ellas en compaa de otros seores arquitectos e ingenieros amigos. "La iglesia dicees una construccin elegante, de un estilo que se asemeja al toscano en sus pilastras y cornisas, la cual en mi concepto, ocupa el segundo lugar en importancia arquitectnica entre las ruinas de los edificios visibles hoy." Las ruinas de este hermoso edificio se conservan en mejor estado que las de cualquier otro monumento de Panam la vieja. Es debido a que el convento e iglesia de San Jos no sufrieron las consecuencias del incendio del Pirata. Obedecieron prontamente y sin replicar los religiosos la sentencia condenatoria del Tribunal de la Audiencia. Mas el cielo se encarg bien pronto de comprobar la inocencia de sus servidores. Recurdese que, segn el seor Sosa, en 1620 tuvieron que desocupar la casa que haban alquilado junto a la ciudad los Agustinos y tornarse a su primitivo convento en ruinas y reparacin. Pues bien: "no hacen los religiosos sino desalojar la casa de la ciudadescribe el Padre Fabo, y la tierra comienza a temblar con horrendas convulsiones. Como aqul no se haba presenciado terremoto alguno. El sentido catlico de la poblacin vio al punto, en el espantable episodio, un castigo del cielo; los funcionarios reales, adversos a la Recoleccin Agustina eran mi 47

rados con siniestros ojos; arreciaba el terremoto, las casas se agrietaban y caan, los habitantes refgianse en los templos y por tres das no cesaron los terribles sacudimientos y los fragorosos ruidos subterrneos. El malhadado iniciador de la enemiga contra los Recoletos desocup, a los primeros temblores, la casa; despus, como entrase a ella, desplomse sbitamente y lo envolvi entre los escombros. Ces entonces el terremoto; todos vieron la venganza del cielo. Buscaron al infeliz ministro real,, lo toparon magullado, pero, oh lance!, las manos truncadas, y la derecha con que haba decretado la expulsin, no pareca, y por grandes diligencias que hicieron para hallarla, no lo consiguieron". "Entonces todos adoraron los inescrutables designios de Dios y rogaron con instancia a los religiosos que regresaran a la ciudad y tomasen posesin de la casa, la cual fueron amplificando y adaptando a los menesteres de convento." Don Samuel Lewis, en sus Ritos, escribe: "Los temblores estn plenamente descritos en la relacin impresa del Padre Fray Juan de Fonseca, entonces predicador, custodio y guardin de San Francisco, de la ciudad de Panam. Duraron ms de tres meses y medio; ocurri el primero entre las nueve y las diez de la maana del domingo 2 de mayo de 1621, fiesta de San Atanasio y vspera de la Invencin de la Cruz, y continuaron hasta el 21 de agosto del mismo ao, vspera de San Bartolom." "El ms fuerte sucedi el citado 2 de mayo, entre cuatro y media y cinco de la tarde, sembrando el terror y la consternacin en todos los habitantes de la ciudad. Sufrieron ligeros daos los conventos de San Francisco y de la Compaa de Jess, averas de consideracin el convento de las Monjas de la Concepcin, y ech por tierra, en su totalidad, la casa del Oidor don Juan de Santacruz." "El pnico fue indescriptible; la muchedumbre
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enloquecida se congreg en la plaza principal, donde los sacerdotes, menos el Obispo, que se hallaba en el campo, sentados en las piedras que servan en la construccin de la Catedral, oan la confesin de los infelices y aterrados moradores de la ciudad sacudida." Don Juan de Santacruz haba venido a Tierra Firme en 1619. Poco tiempo despus de su llegada muri el Presidente de la Audiencia don Diego Fernndez de Velasco, y vino a reemplazarlo el oidor ms antiguo, quien en 1620 sali para Cartagena investido de cierta comisin de Su Majestad, quedando en su lugar el Licenciado don Juan de Santacruz, de ms tiempo en servicio que su nico compaero restante. El cual, "en su carcter oficial, tuvo dos choques desagradables con el clero". "Despus y en ese mismo ao, le toc fallar la controversia entre los Agustinos y la Catedral." "El domingo 2 de mayo de 1621, a la hora del gran temblor, estaba don Juan de Santacruz en su casa acompaado de su madre y de una hija pequea de ocho a nueve aos: el resto de la familia y el servicio estaba de paseo. El Oidor, su madre y la nia hallbanse instalados en la sala alta de la casa recibiendo la visita del piadoso alguacil mayor Agustn Franco. Al sentir el temblor, ste y el Oidor lanzronse por la escalera; pero don Juan al or las voces de su madre y de su hija regres a socorrerlas. Mas al subir la escalera una piedra le hiri el rostro, y derramando sangre penetr hasta la estancia donde se hallaban aquellos seres para l tan queridos, cuando el techo y las paredes cayeron sobre ellos, el piso a su turno cedi, y todo vino a dar al zagun. Acudieron las gentes en su socorro, y de entre las piedras y madera sacaron buenas a la seora y a la nia."
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Mas con gran trabajo y "tras larga brega descubrieron por un pie al Oidor y le sacaron a la calle, difunto, con los ojos reventados, los sesos por odos y narices, despedazada la cabeza, tronchadas las manos y todo el cuerpo como si hubiese sido blanco de diez piezas de artillera, despedazado y deshecho". Prescindiendo, pues, de si fue castigo del cielo, como juzg la gente de la ciudad, el hecho sucedi tal como lo relata un testigo de vista y tan grande impresin debi causar en el nimo u opinin de los habitantes en favor de los Agustinos, que no pararon hasta conseguir que regresaran y volvieran a instalarse en la casa junto a la ciudad, de donde haban sido expulsados por la sentencia del desgraciado e infeliz Oidor.

IV NUEVAS CONTRADICCIONES Y PRUEBAS. DIOS ESTA CON LA NUEVA FUNDACIN DE SAN JOS. LOS AGUSTINOS RECOLETOS, APOSTLICOS MISIONEROS. ACTIVIDADES MISIONERAS. EL PADRE JOS DE LA CIRCUNCISIN La Recoleccin Agustiniana fue sacudida violentamente en sus principios por el vendaval de toda suerte de contratiempos y persecuciones. Tal suele ser el sello de las obras de Dios. Por lo que hace al convento de San Jos de Panam es bien elocuente el siguiente documento: "El 27 de agosto de 1614, el Padre Fray Juan de la Concepcin, de la Orden de San Agustn, present una peticin en la que se negaba a recibir por superior del convento de San Jos de la ciudad de Panam, al Padre Fray Nicols Rondn, por no pertenecer a la Recoleccin Agustiniana, y a la vez presentaba un Buleto o Breve del Nuncio de Su Santidad, expedido en Toledo (Espaa) a 15 de febrero de 1614, para el arzobispo del Nuevo Reino de Granada y Obispos de Cartagena y Panam, y que cada uno de ellos proveyese cmo los religiosos recoletos de San

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Agustn del convento de San Jos de Panam no fuesen perturbados ni inquietados con prelados o superiores extraos a su recoleccin, ni que fuesen quitados sus bienes." "Este Breve fue presentado al Obispo de Panam, Fray Francisco de la Cmara, quien por sentencia de 14 de noviembre de 1614, manifestaba que l deba ser presentado al Provincial de los Agustinos en el Nuevo Reino de Granada, Fray Bartolom Barba, para que ste preveyera lo conveniente; y porque el convento no tena prelado que lo gobernase, de lo que poda derivarse grandes inconvenientes; declaraba por Vicario y prelado, hasta tanto resolviese el Padre Barba, y conforme a las Patentes, a Fray Nicols Rondn, y que deba ser recibido con obedecimiento, so pena de excomunin." "Y en su virtud, el 15 de noviembre de 1614, a las nueve de la maana, se present el presbtero Antonio de Ripa, juez delegado del Obispo en el convento de San Jos. Una vez all, prgunt a Fray Juan de la Concepcin cuntos religiosos haba en el convento, y ste manifest que slo l. El presbtero Ripa estuvo aguardando la llegada de los otros religiosos hasta las cinco de la tarde, y sobre todo al Padre Fray Juan de San Agustn, que era el prior. No esper ms el juez delegado e hizo que se tocasen las campanas para que se juntasen los religiosos a Captulo, y como no lo hacan, requiri a Fray Juan de la Concepcin, quien manifest que sus compaeros estaban en la ciudad recolectando limosnas. Es indudable que los religiosos tomaron esta actitud de verdadera protesta por tan injusto proceder." "Ley el juez Ripa el Auto del Obispo ante Fray Juan de la Concepcin y Fray Nicols Rondn. Apel el primero por considerar que no era Recoleto el nuevo Vicario, y porque se opona al Breve. Insisti Ripa en que aceptase el Auto, y Fray Juan protest una, dos y tres veces. En vista de la negativa del
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Padre, el Juez lo declar por excomulgado, y mand ponerlo de pies en el cepo, hasta que lo cumpliese." "Conoci la Audiencia de Panam, compuesta por don Francisco Valverde y Mercado, Gobernador y Presidente de la Audiencia, y los Oidores, Licenciados Alonso Coronado y Maldonado, Francisco Manso de Contreras, Antonio de Obando y Jorge Manrique de Lara, de la apelacin de Fray Juan de la Concepcin, y en 24 de diciembre de 1614, declar que el Obispo haba hecho fuerza en obligar a que gobernase Fray Nicols Rondn; que ste no continuara ms usando el oficio de Vicario, y, de conformidad con el Fiscal, Licenciado Surez de Poago, se declaraba por nulo todo lo actuado, en virtud de que el Breve deba ser conocido del Consejo de Indias." "El Obispo acept el Auto de la Audiencia, y ese mismo da el Licenciado Gaspar de Almeida, Provisor y Vicario General del Obispado, llev al convento desde la crcel real a Fray Juan de San Agustn, prior, a Fray Juan de la Concepcin y a los novicios, los cuales entraron en la iglesia del convento cantando el Te Deum laudamus. Notific el Provisor el citado Auto a Fray Nicols Rondn, quien entreg inmediatamente las llaves del convento al dicho Fray Juan de San Agustn, como prior y reliigoso ms antiguo, el cual tom posesin del convento ante los testigos, que lo fueron: Juan Meja de Merlo, Juan Martn Melgarejo, Juan Jimnez de Bohrquez y el capitn Pedro Pablo Minucio". Sin embargo, no debi durar mucho la paz de los Recoletos; porque al ao siguiente, junio de 1615, el Padre Fray Nicols Rondn, intitulado prior del convento de Agustinos Recoletos, habiendo conseguido copia de todo lo actuado con motivo de las citadas disputas, las remiti al Consejo de Indias, y ste, una vez que las revis, con fecha 26 de febrero de 1616, orden enviar Reales Cdulas de reprensin a la Audiencia de Panam y al Obispo
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de la misma, por haber admitido el Breve del Nuncio de Su Santidad contra lo prohibido y mandado por las Leyes y Cdulas Reales, que ninguna Bula ni Breve de Su Santidad que se presentaran en Indias se cumpla ni ejecute sin que primero conste haber pasado y presentado en el Consejo para su cumplimiento. Y el presentado por los Padres Fray Antonio Muoz y Fray Juan Ramrez, recoletos, recabado del seor Nuncio de Su Santidad en Espaa, careca de ese requisito. A cualquiera que haya ledo la historia asi profana como eclesistica de Panam colonial, le sorprender el injusto silencio que se guarda respecto del celo desplegado por los Agustinos Recoletos de la Comunidad de San Jos en el campo misional. A qu puede obedecer esta omisin lamentable? Ser ignorancia? Descuido? O que no hemos dado en nuestras investigaciones histricas con la que trata de ese punto? Sea lo que fuere, nos parece conveniente llamar la atencin de nuestros lectores sobre esto, supliendo ese vaco que debe desaparecer en honor a Orden tan misionera como la de los Agustinos Recoletos, pues fueron las misiones de Tierra Firme y del reino de Nueva Granada una de sus pginas ms brillantes. Y sea la primera la que ms de cerca concierne a la comunidad de Agustinos Recoletos de San Jos de Panam, y que a pesar de su heroico valor y mrito se ha olvidado por completo en los fastos panameos. "Tambin onde la bandera agustiniana en la isla de Santa Catalina, cuya direccin espiritual estuvo, desde antes del ao 1644, al cuidado de los nuestros, que nombraron por titular y abogado a San Nicols de Tolentinoexclama el historiador Padre Fabo. Aqu permanecan dos Padres, casi siempre ocupados en catequizar a los indgenas, y 54

como capellanes del presidio que los colonizadores edificaron." Estas isla pertenece al archipilago de San Andrs y Providencia, situado en el mar de las Antillas, al norte de la Repblica de Colombia. Por un documento de la Biblioteca Nacional de Madrid (Sec. mss. H. 73, fol. 617) consta que los espaoles conquistaron la isla de Santa Catalina el ao 1642 con un ataque naval y campal muy lucido. En l se da cuenta cmo don Francisco Daz Pimiento, General de la Real Armada de las Indias, la tom a los enemigos que la posean arrojndolos de ella, y de la estimacin de los despojos y nmero de prisioneros. Se deduce de aqu, dice dicho Padre, que inmediatamente los espaoles se la entregaron a nuestros religiosos en lo espiritual. Y de qu casa partan los misioneros destinados a Santa Catalina? De la comunidad de San Jos de Panam, segn las crnicas de la Recoleccin Agustina, donde se refiere lo siguiente: "En el ao de 1668, hizo mucho empeo el seor Obispo de Panam (don Sancho Pardo de Figueroa) para entregar la administracin espiritual de la isla (de Santa Catalina) a esta Provincia (la de la Candelaria) como parroquia en propiedad. La autoridad civil tambin se mostr deseosa de que se tomase, porque el empleo de capelln de que gozaba el superior del hospicio no le daba grandes utilidades. La mira del Presidente de la Audiencia de Panam, bajo cuyo gobierno estaba la isla, al querer que los Padres perseveraran en aquel lugar, era el bienestar de la infantera, pues la presencia cordia y disciplina de los soldados. Los filibusteros de los misioneros contribua grandemente a la conde aquel tiempo que cruzaban esos mares, siendo el terror de todos, invadieron las islas varias veces en busca de botn, por lo cual eran los sobresaltos de los moradores y de las guarniciones espaolas 55

constantes, el aislamiento muy terrible, las escaseces y penuria de los viveres y vestido no pocas, por la irregularidad de las naves auxiliadoras que, o se vean amenazadas por los piratas, o entorpecidas por la bravura de las aguas. Estas y otras razones movan a dicha autoridad de P a n a m a terciar en el debido establecimiento de la misin, la cual se r e p u t a b a como eje de la posesin espiritual y m a t e rial de aquellas islas." Por su parte, el ilustrsimo seor Obispo de Cartagena fundaba su empeo en el provecho espiritual que los misioneros reportaban a la Religin, porque los sacerdotes seculares que m a n d a b a n a S a n t a Catalina, no perseveraban en su cargo por los enormes sufrimientos materiales y morales de que se vean rodeados. Movido de esta necesidad, el Padre Provincial de la Candelaria de Agustinos Recoletos, determin acceder a los deseos de ent r a m b a s autoridades y m a n d a r en auxilio de los pobres moradores de dicha isla misioneros que les auxiliasen en t a n t a s necesidades. A quines les toc misin t a n ardua y difcil? Fueron varios, pero hacen mencin especial del Padre Bartolom de San Gregorio, ejemplar y fliodelo de misioneros. De este insigne recoleto se escribe lo siguiente: "Cunto trabajo en su oficio, cuan lucida fuese la c a m p a a del valiente adalid de Jesucristo, p r u balo el haberse expuesto en m u c h a s ocasiones a caer prisionero y d e r r a m a r la sangre por sus queridas ovejas." Vivi el Padre Bartolom, en la isla, rodeado de corsarios; desprendido del mundo, puso su empeo en santificar a unos seres arrojados de la sociedad, y en subir l de la tierra al cielo sobre las olas de la paciencia y la caridad. Vivir s a n t a m e n t e etftre militares, presos y cerriles negros, es herosmo digno de especial nota. 56

Nuestro Padre misionero hzose la composicin de lugar de que no haba ms m u n d o ni ms hombres que los de S a n t a Catalina, y que la redencin de Jesucristo haba sido p a r a los de aquella isla exclusivamente; y de aqu, que todo su empeo fue santificar a todos los que estaban bajo su cuidado. A los soldados dbales consejos frecuentes que m o van a misericordia y a la prctica de la religin; correga sus abusos, marcbales la r u t a de una vida perfecta; consolbalos en las penurias de la vida; alentbalos p a r a la guarda de la fidelidad a su Rey; sobre todo encarecales que fuesen benignos y clementes con los infelices presos. A stos infundales ideas de religin y de civismo que t e n d a n a moralizar sus instintos, a morigerar sus inclinaciones, a dolerse de sus crmenes y a sufrir el reato de pena como impuesto por Dios que castiga, pero tambin perdona como u n padre de familia. Con t a n prudente y cariosos proceder logr insinuarse en unos y en otros de tal suerte, que vino a tener reunido todo el prestigio de la autoridad paterna, sacerdotal, civil y militar. Era el padre, el sacerdote, el jefe y el capitn de aquel presidio VPaTe Ttoo - . Historia de la Ctr/ielaria). De este modo t a n sublime ejercit el Padre B a r tolom su heroico apostolado en aquella isla, entre privaciones, sobresaltos y penalidades sin cuento, d u r a n t e varios aos h a s t a que la obediencia regular lo premi sacndole y destinndole a los conventos de la Provincia, a fin de que descansara y edificase con su ejemplo a los compaeros, con g r a n sentimiento suyo, pues hubiera deseado permanecer en ella h a s t a el trmino de su vida, sin otro anhelo que darla y sacrificarla por sus queridos isleos. Sus ltimos aos vemos que los pas en el convento de San Jos de P a n a m donde, aunque decrpito, en 1668 cumpla las obligaciones de conventual y se complaca con la observancia, conforme reza u n documento de Archivo General de la Orden. 57

Vase, pues, diremos con el Padre cronista citado, cmo los Padres Agustinos Recoletos de Amrica echaban sobre sus hombros los ministerios ms arduos, sin que les quedase otro galardn que la corona del cielo, y el aplauso de los ngeles del cielo, bajo cuyo amparo acometan heroicidades. Casanare, la Guayana y Santa Catalina sern siempre monumentos del desinters material de los misioneros; porque ello es certsimo que jams repar esta Provincia en las utilidades y riquezas que pudieran proporcionarle los ejercicios de su ministerio, sino que ofreca su cooperacin y aplicaba su mano a todo lo desechado por otras religiones. Recios eran aquellos tiempos para los pobres misioneros, que a no estar vaciados en el divino troquel del Calvario, imposible que resistieran tantos cantratiempos y trabajos. Precisamente, volviendo a los aos 1667 y 68, en que don Sancho Pardo de Figueroa sucedi al ilustrsimo don Bernardo de Izafirme en el gobierno de la dicesis de Panam, por haber muerto antes de ser consagrado el seor Diego de Vergara, que deba haberle sucedido, hallbase el Istmo en circunstancias muy calamitosas para la colonia, debido a las frecuentes irrupciones de los piratas, segn se lee en la Historia ya citada de los Obispos de Panam. El reino de Tierra Firme estaba en perpetua alarma, pues por un lado el temor de un levantamiento de los salvajes y por otro, la aparicin de las flotillas filibusteras hacan intranquila la vida. Los hombres vivan armados, conservando las armas en sus casas, listos para acudir al toque de llamada al presentarse el menor peligro, que generalmente ocurra de noche, por ser sta la ocasin escogida por los bandidos para sorprender las poblaciones. De acendrado espritu y apostlico temple fueron los agustinos que desfilaron por los venerables claustros de San Jos de Panam la antigua; y podran menos de sentir dolor y pena inmensos al tener que destruirlos y cambiarse a la nueva, por
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exigirlo as la necesidad y demandarlo las circunstancias. Indudablemente que lo sintieron, mas era preciso sobreponerse a todo sentimiento y pensar sin demora en levantarlo de nuevo en el lugar susodicho, y as lo ejecutaron; pero con cunto trabajo y sacrificios, dada su pobreza y destituidos de rentas como se hallaban y sin otra ayuda que la caridad de los buenos panameos. Viendo los superiores que servira de mucha utilidad el poner al Padre Jos de la Circuncisin a la cabeza de un convento, resolvieron no hacer caso a la resistencia que siempre demostr en orden a las prelacias, y le encargaron el gobierno del convento de Panam, a principios de 1651. Tuvo, por tanto, que resignarse a la voluntad divina, exteriorizada por la del superior, y abandonando su querido convento de la Popa en Cartagena (Colombia) y aquella comarca, teatro de sus primeras labores misionales, asumi el destino que le confiaran. En l se condujo con la rectitud que requiere aquel precepto de la Regla: "Sea amante de la disciplina regular; impngala aun hacindose temer". (Regla c. XI, nmero 6). El practicaba la observancia regular, aun en los ms mnimos detalles, no slo con perfeccin, sino con deleite, con fruicin plena, porque consideraba que todo lo ordenado era voluntad de su querido Padre y Fundador; y por decirlo de una vez, cumpla con los mltiples quehaceres de su cargo, como si todos y cada uno en particular se los mandase presencialmente el mismo San Agustn. Empero si se trataba de castigar a sus subditos, con no ser transigente ni descuidado pastor de ellos, tenda siempre a la benevolencia, y solamente recurra al rigor de la pena corporal cuando la culpa exiga claro y pronto correctivo. Y en todo esto impona la disciplina regular temiendo y temblando por la cuenta que dara al Supremo Juez que juzga las justicias de los hombres. 59

Slo en atender a su alma y a la de sus hijos habla determinado ocuparse al llegar a Panam; pero la fama de su predicacin y de las misiones dadas por l lleg a dicha ciudad y a todo el territorio, por lo que principiaron a reclamarlo las autoridades eclesisticas y civiles de Panam para que ocupase la ctedra santa en las festividades ms solemnes. Resistise siempre, cuanto le fue posible, pero la caridad y la cortesa obtuvieron de l magnficos triunfos que daban por consecuencia la mejora de las costumbres y el ganarse, contra su querer, la palma de los oradores panameos. Cuando las circunstancias del superiorato podan compaginarse con la ausencia de su persona, base a los pueblos cristianos, y tambin a los gentiles, de las cercanas, donde ejercitaba tambin su eficaz evangelizacin. Por no hacernos interminables, no seguimos hablando del mucho provecho que lucr en estos ministerios, durante el perodo que presidi los destinos del convento de San Jos de Panam, por ausencia del venerable Padre Francisco de la Resurreccin; mas no despreciaremos el precioso documento que hallamos consignado en nuestras Crnicas (1), que se refiere, segn creemos, al tiempo en que iba a dejar vacante la prelacia de Panam. Copiamos textualmente: "Presidiendo el Padre en la ciudad de Panam, declam en un sermn delante de la Real Audiencia, contra los que practicaban el comercio clandestino con las naciones extranjeras, de que se originan notables perjuicios, no slo a la Real Hacienda, sino tambin a las almas y a la Religin catlica. Con su elocuencia y con la razn que le asista, movi de tal modo los nimos de aquel integrrimo Senado, que al punto se tomaron las ms fuertes providencias para la observancia de las reales rdenes prohibitivas del sobredicho comercio y para el castigo de los que se entregaban a su uso. Como algunos vecinos tuvieron que sufrir las consecuencias de tan justificada resolucin, miraban al Venerable Padre con malos ojos,
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echndole la culpa de los precedidos daos. Fuele preciso, poco despus, el viajar por el ro Chagres, a Portobelo, para encaminarse a Cartagena; y sin saber lo que haca, se introdujo en una embarcacin cuyo dueo y los que componan su tripulacin se hallaban muy lastimados con la mencionada novedad. Aseguraba, pues, el venerable religioso, como que lo supo despus de labios de los mismos reos, que le dieron veneno por tres veces: de las cuales, la una le detuvo Dios para que no probase el manjar que lo ocultaba; en la otra se hizo pedazos, sin golpe, el plato en que venia; y en la otra, aunque lleg a comerlo, vomit al punto cuanto tena en el estmago, con lo cual se vio libre del conocido peligro. Cesaron entonces los agresores en sus depravados intentos, vista la repetida maravilla, y el Padre, cuando lo supo, juzg haberla obrado nuestro gran Padre San Agustn, a quien, como a Protector de caminantes, se encomendaba todos los das, por la noche, por la maana y siempre que se sentaba a la mesa.

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de Panam, y otros testigos y cartas en documento del Archivo General de Simancas, donde se asegura que "de orden del Gobernador se prendi fuego a la ciudad por cuatro partes, habiendo salido antes de ella sus vecinos y salvado sus haciendas, retirndose algunos a los castillos de Portobelo, y otros embarcndose con los religiosos y monjas para el Per, en embarcaciones prevenidas de antemano por el Gobernador y conduciendo adems en ellas los tesoros reales, joyas, oro, plata y los ornamentos de las iglesias". V DESTRUCCIN DE PANAM LA VIEJA. LA IGLESIA Y CONVENTO DE SAN JOS SE SALVAN DEL INCENDIO. SANTIDAD, APOSTOLADO Y CIENCIA, LEMA DE LA COMUNIDAD DE SAN JOS DE PANAM LA VIEJA. EL PADRE MANUEL MONTES DE LA OCA Y EL SANTO Y SABIO PADRE PANAMEO DIEGO DE LA ASCENSIN Entr triunfador Morgan a la ciudad el 28 de enero de 1671 por el puente del matadero, llamado despus puente de Morgan, no sin tener que vencer antes la resistencia que le opuso el valor panameo parapetado en las calles y desde las habitaciones de las casas. El fuego y las llamas que envolvan los edificios y redujo a cenizas lo que restaba de valor en la tan codiciada presa, y que hizo casi ridicula la victoria, no fue por haberlo ordenado Morgan a sus soldados, como falsamente se ha escrito, sino por orden de don Juan Prez de Guzmn, quien viendo perdida la ciudad, mand que se prendiese fuego a los polvorines, segn informe a la Reina Gobernadora, doa Juana de Austria. Lo confirman las declaraciones de don Fernando Mohedano de Sabreda, "veinte y cuatro" de la ciudad 62 No obstante, el botn no fue despreciable, pues necesitaron los piratas 195 muas para transportarlo. Enclavado el convento de San Jos en el barrio de Malambo, como lo estaba el de la Merced en el de "Pierde Vidas", no es extrao que se hubiera salvado de las llamas del incendio de 28 de enero de 1671, cuando en junto quedaron en pie ms de trescientas casas pajizas, agrupadas proporcionalmente y respectivamente alrededor de esos conventos. Esto escribe el historiador seor Sosa, y de cuya opinin slo diremos que no carece de fundamento, sino que es muy verosmil, y tambin que est muy de acuerdo con los datos de las Crnicas de la Recoleccin Agustina. Lo confirma tambin el Licenciado Miguel Francisco de Marichalar en carta que dirigi a S. M. en octubre de 1671 como gobernador interino de Panam, nombrado por el Virrey del Per, y en el cual le da noticia del estado de la ciudad incendiada y saqueada por el pirata Morgan el 28 de enero de ese mismo ao. Pues bien: qu nos dice del convento de San Jos? Que habiendo sido quemada toda la ciudad a excepcin de muy pocas casas, que no padecieron el incendio, y destruidas por las llamas las iglesias
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y conventos, solamente se libraron de ellas el Convento de la Merced y el de los Agustinos Recoletos. Adems de aqul, el de la Merced, por estar fuera de la ciudad permanece en pie, pero amenazado de ruina, porque la cercana del polvorn que se quem, lo quebrant mucho. Y el de San Jos, de religiosos Agustinos, "es el que ha quedado solamente intacto". "En la cuarta cuadra de la calle de la Empedrada, contando de Este a Oeste, y sobre la banda septentrional, se hallaban el convento de los Agustinos Recoletos, y la iglesia bajo el patronato de San Jos, que ocupaban toda la manzana." "Fue en 1612 cuando el Reverendo Padre Fray Vicente Mallol construy el esplndido edificio. No hubo en Panam iglesia ms hermosa, y las actuales ruinas bastan como prueba de que su arquitectura era del tipo ms avanzado. Fue el ltimo convento fundado en Panam. "Todava puede verse hacia el Oeste, en la mitad del gran patio, una cruz, remate de cuatro gradas; y entre el patio y el cuerpo principal del edificio puede admirarse la alberca de cal y canto de unos 14 metros por 10 metros, para recoger de la lluvia el agua, tan escasa en Panam. "Estos edificios no fueron tocados por las llamas del incendio de Morgan, y el visitante de las ruinas puede observar la estrecha semejanza entre la iglesia y la del mismo nombre de Panam la moderna, en donde hace la admiracin del nacional y del extranjero el altar de oro, o sea, el altar mayor de la iglesia de San Jos de la vieja Panam, que fue trasladado a la moderna para ornato de la nueva iglesia" (doctor Jos de la Cruz Herrera). Nunca podrn olvidarse los admirables ejemplos de observancia regular y celo apostlico que han dejado en el convento de San Jos de Panam la 64

vieja aquellos Padres tan venerables y ajustados recoletos, como un Padre maestro Mallol, Fray Francisco de la Resurreccin, los dos Juanes, de San Agustn uno y de la Concepcin el otro, Padre Esteban de San Jos, Padre Salvador Malo de San Miguel, Padre Jos de la Circuncisin y otros no menos ilustres moradores de ese convento. Del primero ya queda dicho algo arriba, de lo mucho loable que sus bigrafos escriben sobre l; de los restantes es menester agregar que el Padre Esteban, por ejemplo, aparece en el seno de la comunidad de San Jos en el ao 1651, como ejemplar religioso y que en ella deba destacarse bastante, cuando el Padre Comisario General Fray Juan de San Guillermo Losada, lo escoge y destina para prior de El Desierto de la Candelaria en Colombia, cargo que desempe en dos perodos; es nombrado desllermo Losada, lo escoge y destina para Prior de Panam, donde siendo, desde nio, devotsimo de San Jos, promovi extraordinariamente su culto y devocin al glorioso Patriarca, y dej huellas imborrables de su acendrada virtud. Del Padre Salvador Malo, qu podremos decir aqu en su elogio, sino que se distingui en la capital del Istmo por su heroica caridad, asistiendo da y noche a los enfermos en una peste que afligi en el ao de 1652 a la mayora de sus habitantes? Que a fuer de misionero de muy subidos quilates de celo por los prjimos, despus de haberse empleado con gran edificacin de todos por largos aos, as en Cartagena como en otras provincias del nuevo reino de Granada, mereci los altos cargos de definidor, maestro de novicios de El Desierto y finalmente, el de Prior Provincial de la Candelaria en 1669, que desempe con aprobacin general de los religiosos, se acredit como uno de los ms distinguidos de esa poca. Del Padre Jos de la Circuncisin lese en las Crnicas Agustinianas: "El 20 de enero de 1675 muri en el Convento de Sevilla el venerable Padre
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Fray Jos de la Circuncisin, lustre de la Provincia de Andaluca, honra de la de la Candelaria y ornamento sobresaliente de toda la Agustiniana Reforma." Tomo 4. Dc. IX, c. V. Grande elogio ciertamente, pero bien merecido por sus extraordinarias dotes y vida religiosa desplegadas en los claustros y en las prelacias y en el apostolado de Amrica. Explicando en la ctedra del convento de Nuestra Seora de Ppulo de Sevilla, con gran crdito, y dedicado a la vez al pulpito, con general aplauso, hallbase el Padre Jos, cuando hacia el ao 1633 lleg de las misiones de Colombia (entonces Nueva Granada y Tierra Firme), a dicho convento, el Padre Fray Francisco de la Resurreccin de paso para la corte de Madrid y Roma, en calidad de procurador de la Descalcez Agustina probada con grandes trabajos, y sabedor de dicho Padre y deseoso de ayudarle a obviarlos, previo el permiso de sus Superiores, deja todo y se embarca, al regreso del Padre Francisco, con otros compaeros para Amrica, sin otra ambicin que la de sacar avante la Recoleccin americana y dedicarse con todo el fervor y celo apostlico que inflamaba su alma al bien espiritual de los prjimos. Y las primicias de su intenso y provechoso apostolado habra de cosechar la ciudad heroica de don Pedro de Heredia, Cartagena de Indias, como se deca entonces, luego la de Panam y ms adelante muchas otras comarcas del nuevo reino de Granada. "Su viaje se realiz, segn su bigrafo el Padre Fabo, probablemente a mediados del ao 1633 en que regres a Amrica el Padre Francisco con seis religiosos de las provincias de Espaa, uno de los cuales deba ser el Padre Jos. Mas dejando a un lado la incertidumbre sobre la fecha y modos de su viaje, es certsimo que el nclito sevillano mor en estos conventos, fue prelado admirable de ellos, convirti muchas almas para Dios, atesor caudales 66

de virtud heroica, obr milagros y fue, es y ser lumbrera de esta provincia de la Candelaria." Luego de arribar a Cartagena, la obediencia, lo destin al profesorado, que ejerci con admiracin y aplauso de los superiores y de los discpulos. Adems se dedicaba el tiempo que le permita el lectorado, sobre todo en las vacaciones, a predicar y dar misiones, que lo haca con gran utilidad y provecho no slo de los cristianos, sino tambin de los gentiles de la comarca, cuyo ministerio fue acompaado de hechos extraordinarios y claramente sobrenaturales por intercesin de su gran Padre San Agustn, al cual profesaba una devocin singular y encomendaba todas sus empresas. Conociendo los superiores su talento y virtud eminentes, lo destinaron al poco tiempo a las prelacias primero de la Popa en Cartagena, luego de la de Panam y despus lo promovieron a otros cargos no menos importantes. Siendo prior de la Popa cultiv amistad ntima con el santo apstol de los negros, Pedro Claver, en cuyos funerales, el ao 1654, predic la oracin fnebre o de triunfo del santo. Tres aos antes, el de 1651, el Padre Comisario Fray Juan de San Guillermo Losada, lo haba nombrado prior de San Jos de Panam en reemplazo del Padre Francisco, que fue comisionado por el mismo Padre Losada para trasladarse por sexta y ltima vez a Espaa en asuntos de la Descalcez. En Panam continu la misma labor de Cartagena; ante todo, promovi con el buen ejemplo y la exhortacin paternal, la disciplina regular, y adelant la obra material del convento, y se entreg de lleno a la predicacin y conversin de las almas, con igual edificacin de sus religiosos y admiracin y aplauso de fieles e infieles. Parece cierto y positivo que los Padres Agustinos comenzaron las obras del convento e iglesia de San Jos, en la nueva Panam, como lo hicieron las otras comunidades, con singular fe y empeo, bajo
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la direccin del nuevo prior, nombrado el ao de 1672 por el Captulo Provincial de la Candelaria, el Padre Fray Manuel Montes de Oca de San Agustn, religioso eminente, cuyo apellido revela origen espaol, dice su bigrafo, pero colombiano de nacimiento. De l no se sabe sino que en 1667 fue nombrado Vicario Prior del convento de Tunja; en 1669, definidor provincial; en 1671, Vicario Prior en el Desierto de la Candelaria; y en el de 1672, Prior del de San Jos en Panam, donde le toc dirigir la obra del convento cuando se traslad de la antigua a la nueva ciudad, donde est hoy. La actitud que despleg el prior Montes de Oca en su sabia direccin de los trabajos de la fbrica de la iglesia y convento fueron, sin gnero de duda, grandes y extraordinarios, conforme lo pedan el inters de la comunidad y la necesidad del culto. El cuatrienio del incansable y entusiasta Padre Manuel Montes de Oca iba a terminarse, y no pudiendo continuar ms tiempo en la direccin de la comunidad, por vedarlo los cnones de la Iglesia, los superiores lo eligieron el ao de 1684 para el priorato de la Popa en Cartagena, adonde le fue preciso trasladarse con harto sentimiento de los suyos, que lo estimaban como superior religioso incomparable, y tambin de los fieles devotos del convento de San Jos por el celo e inters desplegado en favor de la obra y tambin del culto y bien espiritual de sus almas. En virtud de la renuncia del priorato de Panam, presentada por el Padre Andrs Landera de San Jos, el Padre Manuel nuevamente torn a dedicarse de lleno a proseguir su labor anterior al par que a promover la observancia religiosa de su comunidad, vindose sometida a dura prueba su prudencia, celo y constancia con el suceso siguiente: en 1680 fue nombrado otra vez, segn las crnicas, prior del convento de Panam, y en este ao fue invadida la ciudad por los piratas ingleses, pro 68

cedentes de Jamaica, y hubo de salir con todos los religiosos, a la desbandada, tierra adentro, a las sabanas, como dicen hoy, conforme lo hicieron las dems comunidades, para librarse de ellas y salvar lo poco que pudieron sacar. Los conventos e iglesias agreganfueron llevados a saco, la casa del Gobierno y aun las particulares. Qu tal quedara nuestro convento de San Jos, colgese de lo que sucedi a los otros, y consta de una relacin hecha por el Obispo y dirigida a S. M. en marzo de 1691, en estos trminos: "La ciudad de Panam tiene seis conventos, el de San Agustn de Descalzos con hasta seis religiosos. Todos stos se sustentan con alguna necesidad, respecto de la estrechez de sus rentas, que perdieron en la invasin de los enemigos y mudanza de la antigua ciudad a sta; estn sus iglesias informes y en los principios de sus fbricas, que no se adelantan por las calamidades que esta ciudad y reino padecen con la guerra de los corsarios en este mar del Sur, y a causa de faltar limosnas." Al Padre Manuel sucedi en el priorato de Panam el Padre Diego de la Ascensin en el ao de 1684. Panameo de nacimiento o de residencia, en el convento de San Jos de Agustinos Recoletos, donde probablemente visti el hbito y profes la regla, figurando en el ao 1663 en San Jos, en calidad de neosacerdote encargado del culto. Y tan buen religioso debi de ser y de tales prendas dotado, que la obediencia lo emple en varios puestos eminentes de la Comunidad, como definidor y secretario de la Provincia en el ao de 1667; Vicario Prior de la Popa en Cartagena, en 1671; definidor otra vez, en 1672; maestro de novicios de Bogot en el de 1678, y en el de 1684, destinado a sustituir en Panam al Padre Manuel de San Agustn. Con qu ardor y empeo no se entregara, dados sus antecedentes, a la obra de la iglesia y convento, pero sealadamente a promover el culto y el adelanto material y espiritual de su comunidad? Es 69

natural suponerlo, a falta de documentos que nos lo atestigen por haberse perdido. Sin gnero de duda que impuls una y otra cosa, con el mayor empeo y las hizo adelantar mucho. Lstima que fuese tan breve su permanencia en el priorato; porque ha de saberse que a los dos aos, el de 1686, habiendo fallecido el Superior Provincial de la Candelaria, fue nombrado Rector Provincial de la misma, por nombramiento hecho en Espaa por el Superior General de la Orden, y en consecuencia le fue preciso dejar Panam y partir para Santa Pe de Bogot a cumplir con el mandato de su Superior. Tan pronto como se vio desligado del cargo, torn a vivir en el convento de San Jos de Panam, de donde, para prepararse mejor a su muerte que crey cercana, trasladse al Desierto de la Candelaria, donde termin sus dias el ao de 1697, en opinin de santo, segn la leyenda puesta al pie de su retrato conservado en dicho convento del Desierto: "Nuestro venerable Padre Fray Diego de la Ascensin, natural de Panam, muy dado a la Teologa mistica y con extremo a la oracin, varn exttico y ej emplarsimo en la Descalcez, fue maestro de novicios, Prior de Panam y Rector Provincial. Muri en opinin de santo en el Desierto de la Candelaria, ao 1697."

VI TRASLACIN DEL CONVENTO DE SAN JOS DE LA VIEJA A LA NUEVA PANAM, 1673. LA COMUNIDAD AGUSTINA EN LA NUEVA PANAM. LOS PIRATAS. EL ALTAR DE ORO DE LA IGLESIA DE SAN JOS.INTERESANTE LIBRO: PIRATES IN PANAM. Demarcados los sitios, trazadas las calles y levantados los planos de la nueva ciudad de Panam e inaugurada con la solemne bendicin del seor Obispo don Antonio de Len, diose principio en seguida a su construccin, pero con tanta actividad y entusiasmo que, segn los documentos de ese tiempo, en 1675 "no quedaba ya vecino alguno de ningn estado y condicin, que no se hubiere trasladado a la nueva ciudad, dejando la antigua tan desierta que da ms muestras de monte que de lo que fue, y slo quedaban en ella los religiosos de Nuestra Seora de la Merced, los cuales por su penuria y escasez de medios, no les fue posible hacerlo, hasta ms tarde, a juicio del informe de la Audiencia de Panam a S. M. El sitio viejo, se lee en carta del Gobernador don Alonso Mercado de Villacorta al 71

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Rey, por esa misma fecha, est desmantelado materialmente y de habitadores y hechas monte y bosque las calles; slo est habitable a las aves y a las fieras, sin permitirse ms la memoria de haber sido la ciudad, que ponen a la vista las ruinas". "Los mismos mercedariosagrega el Seor Sosa se vieron obligados al fin a abandonar el predio que el bosque invada incompasivo e irreverente, quedando de esa ciudad, para memoria de las generaciones venideras, muestras evidentes de su importancia en las ruinas de sus edificios, en las arcadas de sus puentes y cisternas, en la soberbia torre de la iglesia mayor, que contina soportando, enhiesta y elegante, el peso de los siglos sobre su estructura poderosa..." La nueva Panam, segn los planos de los seores ingenieros, qued trazada en esta forma: rodeada casi completamente por el mar Pacifico y en un permetro reducido, constaba de cuatro calles paralelas que se extiende de Sudeste a Sudoeste, y de varias otras, cortando stas de Noroeste a Sudeste. La misma que conserva actualmente despus del tiempo transcurrido, sin ms diferencia que la de haber sido reconstruida al estilo moderno. El solar designado para la iglesia y convento de San Jos de los Agustinos Recoletos o Descalzos, como entonces eran llamados, fue en una de las calles paralelas del Sudeste, pero al Sur contra la muralla, el mismo que ocupa al presente la iglesia de los mismos, al costado oriental de la calle 8.a, n. 1. El convento se halla convertido en viviendas particulares y almacenes, merced a las manos desamortizadoras desde el ao 1833. A este lugar de la nueva Panam tuvieron, pues, que venir los Agustinos de San Jos a construir su iglesia y convento, como lo hicieron las dems comunidades de Dominicanos, Franciscanos, Mercedarios, Juaninos y monjas de la Concepcin en los respectivos sitios que les fueron sealados.
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La tradicin, de consuno con la Historia, atestigua que en la nueva ciudad se aprovech todo cuanto se pudo transportar de las ruinas de la vieja, ofreciendo las autoridades y los vecinos un espectculo conmovedor, acarreando cada cual con el entusiasmo ms grande, sus muebles, sus alhajas y materiales por mar y por tierra, para la construccin de una nueva capital del Istmo. Lo propio, haran seguramente las comunidades religiosas, y con mayor razn la de San Jos, puesto que fue el nico convento o iglesia que permaneci ileso e intacto a la toma de Morgan y al incendio que arras la ciudad al entrar su expedicin. Por tanto, se puede afirmar, que la tradicin panamea no anda fuera de camino cuando asegura que el retablo del altar mayor de la actual iglesia de San Jos, en posesin de los Agustinos Recoletos, es el mismo de la iglesia antigua de Panam la vieja, el cual es una obra de arte, de estilo churrigueresco del siglo XVII. Y no slo esto, sino tambin es de presumir que trasladaron otras muchas cosas que posean en la vieja, en medio de su pobreza, como los ornamentos, trasladaron otras muchas cosas que posean en la nueva fbrica del convento e iglesia. Sin duda perteneci a la antigua iglesia un pequeo retablo de San Nicols de Tolentino con almas del purgatorio, al que llama la Historia "milagroso", conservado hasta hoy en la sacrista del actual convento. Lo cierto y positivo es que comenzaron la construccin como lo hicieron las otras comunidades, con singular fe y empeo, bajo la direccin del nuevo prior, nombrado el ao 1672 por el Captulo Provincial de la Candelaria, el Padre Fray Manuel Montes de Oca de San Agustn, religioso eminente. Bajo qu planes? Es muy verosmil que, al menos la iglesia, fue construida conforme a los de la antigua, a juzgar por el altar mayor que ajusta perfectamente el sitio, como si fuera hecha para l, y tener las mismas dimensiones que la actual, como
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puede comprobarse con el modelo que da de la antigua el seor Sosa en su citado estudio. La actividad y empeo que despleg, el prior, Montes de Oca, en su sabia direccin de los trabajos de la fbrica de la iglesia y convento fueron, sin gnero de duda, grandes y extraordinarios. Las circunstancias eran las ms desfavorables e impropias: no disponiendo de rentas, ni ms caudales que su pobreza religiosa, se deba esperar todo de la caridad y generosidad de los devotos panameos que en todo tiempo les ayudaron con su largueza, pero entonces, en la necesidad imperiosa y urgente de atender a la construccin de sus viviendas particulares y la de los edificios pblicos, bien poco podran favorecerles. As se explica que no fuese tan rpida como era menester la obra, sino lenta y despaciosa, pero el prior Padre Montes de Oca, no se desanim por esto, sino que principi y prosigui la construccin de su convento e iglesia en todo el tiempo que dur en el cargo, hasta el ao 1677, en que los superiores lo destinaron a la fundacin de una nueva casa en Cartago de Costa Rica, dejando el puesto al nuevo prior, nombrado por el Captulo Provincial, Padre Fray Andrs Landera de San Jos. Cambio que debi perjudicar, segn parece, y bastante a la labor comenzada por el Padre Manuel, puesto que el sucesor hallbase poco conforme con el priorato y de aqu que renunciara a l lo antes que pudo y que regresara al nuevo reino de Granada apenas admitida la renuncia por los superiores, que comprendiendo la necesidad de atender a la obra, tornaron a llamar al Padre Manuel y destinarle de nuevo a Panam, con el ttulo de Vicario Prior. En virtud, pues, de esto, nuevamente torn a dedicarse de lleno a proseguir su labor anterior al par que a promover la observancia religiosa de su comunidad, vindose sometida a dura prueba su prudencia, celo y constancia con el suceso siguiente:
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en 1680 fue nombrado otra vez, segn las Crnicas, prior del convento de Panam, y en este ao fue invadida la ciudad por los piratas ingleses procedentes de Jamaica, y hubo de salir con todos los religiosos a la desbandada tierra adentro, a las sabanas, como dicen hoy, conforme lo hicieron las dems comunidades, para librarse de ellos y salvar lo poco que pudieron sacar. Los conventos e iglesia, agregan, fueron llevadas a saco, las casas de Gobierno y aun las particulares. Qu tal quedara el convento de San Jos, colgese de lo sucedido a los otros, y consta de una relacin hecha por el Obispo y dirigida a S. M. en marzo de 1691, en estos trminos: "La ciudad de Panam tiene seis conventos, el de San Agustn de Descalzos con hasta seis religiosos. Todos stos se sustentan con alguna necesidad, respecto a la estrechez de sus rentas, que perdieron en la invasin de los enemigos y mudanza de la antigua ciudad a sta; estn sus iglesias informes y en los principios de sus fbricas, que no se adelantan por las calamidades que esta ciudad y reino padecen con la guerra de los corsarios en ese mar del Sur, a causa de faltar las limosnas de los fieles a cuyas expensas se hacen estas obras." Todo esto hizo que al Padre Manuel se le dificultara la obra de la iglesia y convento, no pudiendo conseguir su adelanto por tantos obstculos que se le oponan en su prosecucin. Pero faltaba otro mayor que sobrevino con la oposicin y ruidosa cuestin entre el Marqus de la Mina, Gobernador de Panam, y el Obispo de la Dicesis, monseor Guevara. Al Gobernador de Panam, Conde del Palmar, lo reemplaz en 1690 don Pedro de Guzmn y Dbalos, primer Marqus de la Mina. El nuevo gobernador, que proceda del Ejrcito y la Marina, tena una hoja de servicios muy brillante en su carrera, los que le valieron para que el Rey don Carlos II le concediera el primer marquesado de la Mina y le diera despus la gobernacin de Tierra Firme en el Istmo de Panam. Mas a pesar de tantos servicios y de tan excelentes dotes que le distinguan, la Real 75

Audiencia se quej contra el Marqus y le impuso los ms graves cargos, que el Obispo monseor Guevara oy e inici contra l y juntamente con los Oidores inform al Rey, no parando hasta que consiguieron fuese destituido y procesado y encarcelado como un criminal. Destituido de su cargo el Marqus, le sustituy en la gobernacin el seor Obispo, hasta que lleg el Conde de Canillas de Espaa para reemplazarle en 1697, que redobl contra el procesado Marqus el rigor de sus antecesores y enemigos que no perdonaron medio de hacerle sufrir, encarcelndole primero en el castillo de San Lorenzo, de Chagres, y en las Bvedas de Panam despus, durante cinco aos de crueles tormentos y malos tratos de sus carceleros. Tan ruidoso fue este proceso y tan enmaraado se hizo con el tiempo, cuyo sumario dcese que constaba de 30.000 hojas, fuera de 1.300 de slo declaraciones, que, al fin, qued en suspenso sin que se pudiera averiguar ni demostrar ciertamente la verdad, concedindole licencia al Marqus para que pudiera tornarse a Espaa, adonde lleg ms muerto que vivo y sin su querida consorte, la seora doa Juana Mara Spnola y Ramrez de Haro, hija de don Jcome Mara Spnola, cuarto Conde de Pezuela de las Torres, y de doa Francisca Mara Palavichini y Ramrez de Guevara, hermana de los primeros Condes de Bornos. Porque esta aristocrtica dama no le abandon en su desgracia a su esposo, sino queriendo compartir con l y participar de sus sinsabores y tormentos de prisin, le acompa fielmente y con tan heroico valor, que muri de pena en el calabozo de su marido. "Parece que el Virrey de Nueva Espaa logr mover resortes poderosossegn escribe el citado seor Arce, pues el Consejo de Indias dio permiso el 22 de noviembre de 1701 para que el preso regresara a Espaa, el cual se present a mediados del siguiente ao, sin que se le molestara ms" (cf. Serrano y Sanz: "Biografa de O. Diego Ladrn de Guevara, Obispo de Panam...", en Revista de Archivos y Bi 76

bliotecas y Museos, nmeros 5 y 6, mayo y junio de 1911). Este hecho escandaloso que en Panam debi llenar de tribulacin y tristeza a los buenos, caus sobre todo un perjuicio inmenso a la comunidad de Agustinos Descalzos de San Jos, de la cual fue el Marqus insigne benefactor en la obra de la iglesia y convento. A continuacin ponemos este hermoso artculo El Altar de Oro, del Padre Fabo, O. A. R., fundador de la Academia Panamea de la Lengua Espaola: "En la iglesia de San Jos est el altar que la leyenda llama de oro, y vamos a relatar esta tradicin oral para fomentar la aficin al FOLKLORE panameo, rica en esta suerte de noticias. Era el ao 1666 y los Padres Agustinos Recoletos estaban dando la ltima mano al dorado de oro macizo de su iglesia de San Jos en Panam la Vieja, dorado de dos dedos de grueso, con figuras de oro macizo incrustadas en la talla. En la comunidad haba un lego muy diligente llamado Fray Juan, natural de la Villa de los Santos, que tena desde haca muchos aos el encargo de recoger limosnas y mandas y tambin de procurar auxilios del gobierno colonial para la hechura de la obra. Frecuentemente haca salidas a los pueblos del interior, especialmente a Portobelo y solicitaba dinero en los barcos que iban y venan. Fray Juan era como una hormiguita arriera o como una abeja que llevaba al altar la miel de oro. Fray Juan era muy bueno y sencillo, pero ms pedigeo que el hambre, tanto que a veces las mujeres panameas se desprendan de sus anillos y joyas por no disgustar a Fray Juan, que iba repartiendo medallas benditas de San Jos, cuya devocin propagaba con celo extraordinario. Qu hay del altar de oro, Fray Juan? Cundo se inaugura?
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Ya no falta sino la estatua de San Jos y el remate donde se pondr un lienzo de mi tocayo Juan de Juanes, representando al Padre Eterno! Estn invitados el Obispo de Santa Marta y el de Lima. Las fiestas sern muy sonadas en todo el mundo. Muy sonadas, muy sonadas! Y Fray Juan se rea de gusto como un bienaventurado. En esto corri la noticia de la aparicin del pirata Enrique Morgan. Morgan era un sajn prfugo, que echndose a aventurero, fue esclavizado, entr a figurar con los bucaneros, se hizo jefe de una partida de forajidos y comenz a invadir los puertos de las Antillas y a saquearlos. Era el terror de los mares. En junio de 1668 tom por sorpresa la ciudad de Portobelo con nueve buques y cuatrocientos sesenta hombres. Poco tiempo despus aconteci la aparicin de Morgan por el ro Chagres. Entonces la ciudad de Panam fue vctima de un miedo pnico. Que viene Morgan! Que viene robando, matando y quemndolo todo! La iglesia de San Jos, la iglesia del leguito Fray Juan, iba tambin a ser robada. Oh, el Altar de Oro! Qu hacer? Los empleados civiles atendan a organizar fuerzas de resistencia, las familias huan a la desbandada, y todos acudan a lo suyo. Y Fray Juan? Pues Fray Juan reuni a los Padres, legos y criadillos del Convento, arranc las cuatro columnas macizas de oro, los principales detalles de ornamentacin churrigueresca, el remate superior del altar y la mesa de abajo, y como pudieron los pusieron en bongos y lanchas y los sumergieron en el mar en un punto convenido. Lo restante del altar que no se pudo arrancar ni trasladar, comenz Fray Juan a pintarlo con albayalde y otras pinturas para ocultar tanto tesoro a la soldadesca.
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Lleg el pirata a Panam, despus de heroica resistencia de los panameos, fue ocupando calle por calle y casa por casa hasta apoderarse de todo. Los habitantes haban desaparecido. Fray Juan, a pesar de ver a toda su comunidad huir, resolvi quedarse en el Convento para defender su altar de oro, aquel altar que le costara tanto sacrificio. Cuentan las historias que le hizo a San Jos muchas promesas y votos, y que lleg a estar persuadido de que su altar no se perdera. Es que San Jos, segn su frase, era un caliente a favor de sus devotos. Lleg el mismo Morgan al convento, lo recibi Fray Juan muy cortsmente, quien le entreg a las buenas cuanto quiso el pirata, y habindole entrado a la Iglesia, le mostr el altar dicindole: Seor, estamos de obra; ya veis qu retrasados andamos. Yo os he dado cuanto habis querido, ahora me otorgaris lo que os pida. No es verdad? Hzole gracia a Morgan la serenidad del lego y le dijo: Qu pides? Que me deis una limosna de mil ducados para terminar el altar de... madera, es decir, la madera del altar. Dicen las historias que se ri mucho Morgan y que exclam: Este lego es ms pirata que yo. Y mand que se le entregase de contado. En stas andaban cuando se declar en Panam un incendio muy horrible, que no pudieron contener de ningn modo; por lo cual los piratas perdieron mucho botn; esto no obstante, alcanzaron a reunir un cargamento de oro, plata y joyas, que fue transportado en 197 muas. 79

En los das que duraron recogiendo los piratas, Fray Juan les prest buenos oficios, y Morgan ayud con sus soldados a defender de las llamas la iglesia de San Jos, y sobre todo el altar de... madera embadurnada. El techo del templo s, se derrumb, pero el altar qued ileso. Apenas se fue el pirata con las 197 mulas cargadas, volvieron los panameos a la ciudad, regresaron a la iglesia de San Jos los religiosos y sacaron de las aguas los pedazos del altar. Lo nico que se perdi fue la mesa donde se celebraba la misa, por eso ahora es de oro nuevo." Las dimensiones de este Altar de Oro son de 12 x 7,50 m. de altitud y latitud. As como la Iglesia, en conformidad con lo que escribe el arquitecto seor Samuel Gutirrez, mide en su interior 34 m. de largo por 18 de ancho y 13 de alto. Sobre este ya legendario Altar de Oro se han escrito con garbo y a veces con bastante fantasa muchas pginas. Merecen citarse el libro en ingls Pirates in Panam, de F. N. Monjo, en donde se brinda un amensimo relato; y el bello captulo de la obra Tradiciones y Cuentos Panameos, de la escritora Juana Oller de Mulford. VII INAUGURACIN DE LA IGLESIA EN LA NUEVA PANAM.HACIA LA FELIZ CORONACIN DE LAS OBRAS DE LA IGLESIA Y CONVENTO. CELO DESPLEGADO POR LOS PADRES AGUSTINOS RECOLETOS EN SU IGLESIA DE SAN JOS Es lgico suponer que la fbrica de la iglesia y el convento de San Jos sufri con la promocin del Padre Diego a la rectora provincial; puesto que para proseguirla era menester un celo a toda prueba y aptitudes nada comunes en las circunstancias en que se hallaba por entonces la ciudad de Panam, y que se expresan claramente en las cartas-informes del seor Obispo Ladrn de Guevara a Su Majestad. Las autoridades y vecinos particulares ocupados en la construccin y defensa de la ciudad; las comunidades religiosas de Dominicos, Franciscanos, Jesuitas, Juaninos, Mercedarios y monjas de la Concepcin construyendo tambin sus respectivos conventos e iglesias a merced de la caridad de los fieles en su mayor parte, y si a esto se agrega la amenaza constante de los piratas que estn acechando el momento oportuno de invadir y despojar la ciudad, dgasenos si no se necesita valor para no 81

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trepidar ante tamaa empresa. Adems tenemos fundamento para sospechar de la ninguna ayuda prestada por el seor Ladrn de Guevara a nuestra Comunidad de San Jos, por haber sido protegida con predileccin dicha obra por el Marqus de la Mina, victima de la calumnia y mala voluntad de sus enemigos en ese tiempo, y que no dejaran de participar los Agustinos en el infortunio del Marqus. Con todo no se sabe que se hubiese paralizado dicha fbrica, sino al contraro, se prosigui por nuestros Padres, contra viento y marea, y sin tardar mucho, diose felizmente a ella con gran satisfaccin de la comunidad y general aplauso de los panameos que rivalizaban entre si para ayudar a las empresas religiosas. Pero qu Padres fueron los afortunados y cundo fue inaugurada la iglesia de San Jos? Arduo en extremo es poder contestar a esa pregunta despus de transcurridos siglos y sin disponer de verdaderas fuentes de informacin. Mas a juzgar por los pocos datos que hemos podido recoger en nuestras investigaciones, aunque no hemos podido saber qu Padre sucedi en el priorato de San Jos al Padre Diego el ao 1686, s hemos averiguado que en el de 1692 fue nombrado por el Captulo Provincial de la Candelaria Prior de San Jos de Panam, el Padre Fray Jos Villalobos de la Candelaria, y Superior y maestro de Novicios del mismo, el Padre Juan Mrquez de la Concepcin. En el de 1669 los Padres Diego de la Ascensin y Juan de Santa Gertrudis; en el de 1700, el Padre Manuel de San Agustn y Juan de Santa Gertrudis, y el de 1704, el Padre Bartolom de San Agustn y Diego de San Javier, fecha en que ya haba sido terminada la obra, y a la cual contribuy indudablemente el esfuerzo que desplegaron dichos Padres Superiores de San Jos, pero principalmente el Padre Toms Castro de la Encarnacin, a juzgar por el informe enviado a Madrid al Padre Superior General de la Orden de Agustinos Descalzos por el seor Den de Panam don Francisco del Molino y
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Zaldvar en 30 de septiembre de 1705, y en el cual ponderando las buenas cualidades de dicho Padre Castro, lo ensalza, "como prelado justo, buen religioso, hombre de bien y que trabaj por concluir aprisa la iglesia de San Jos de Panam". (Documento que reposa en el Archivo General de la Orden: carpeta F. nm. 25,b.) Pero aqu la duda si, segn este documento, fue prelado de San Jos el Padre Castro, en qu fecha rigi la comunidad de San Jos, y si le toc terminar la obra de la iglesia, cunto dur en el cargo y en qu ao la termin? Al presente no podemos contestar a estas preguntas por carecer de fuentes informativas indispensables donde se compruebe; sin embargo, nos inclinamos a que debi ser prelado por los aos de 1686 al 92, continuando al frente de la obra hasta su remate, que debi suceder al final del siglo xvn y principios del siguiente. En todo caso la inauguracin de la iglesia a principios del siglo XVIII fue celebrada por la comunidad de Agustinos Descalzos y los devotos panameos con grandes fiestas y culto magnfico y con singular esplendor y regocijo. As lo pedan la devocin y satisfaccin de unos y otros al ver coronados tantos esfuerzos y sacrificios hechos de una parte y otra. As lo reclamaba la coronacin de una empresa tan gloriosa para Dios y tan benfica para el bien espiritual de la almas, llevada a cabo en medio de tantas dificultades, escaseces, sustos y alarmas que tuvo que vencer en el largo espacio de treinta aos, desde su comienzo, como tambin el estado de desarrollo y prosperidad que renaca en la capital de Istmo y la venida a ocupar la Silla Episcopal el nuevo prelado agustino limo, seor don Fray Juan de Arguelles en 1699, natural de Lima y religioso "muy justificado", como se dice en la Resea de los Obispos de Panam, sucediendo al seor don Diego Ladrn de Guevara, que fue traladado al obispado de Guamanga.
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Carta de Fray Lucas de San Jos al Muy Reverendo Padre Vicario eGneral del os Agustinos Recoletos "M. R. P. V. G.: Habindose detenido hasta hoy 25 la embarcacin que haba de salir ayer, no puedo menos de poner en noticia de V. R. lo mucho que debe la Religin al seor Marqus de la Mina, especialmente en el tiempo que gobern a Tierra Firme con el cargo de Presidente, contribuyendo continuamente al convento de San Jos repetidos y considerables socorros sin negarse a vencer con su autoridad las mayores dificultades que se ofrecieron en su tiempo para el adelantamiento de dicho convento (de Panam), que sin duda se hubiera perfeccionado su aumento, si la malicia no hubiese triunfado de su inocencia, tenindole preso inhumanamente cinco o ms aos de donde Su Majestad, en virtud de diferentes informes que hizo, no pudo hacer apreciable la distancia que tanto desfiguraba las verdades. Aseguro a V. R. P. N., que el corazn ms cruel lleg a enternecerse en la tragedia de este caballero tan ejemplar, que creo que jams se ha visto en esta Amrica mayor sinrazn y atropello, ni fomentos ms inhumanos que los consumados contra este caballero, el que la estrechez del tiempo no da lugar a descender a las particularidades de los trabajos de este caballero, para que, informada V. R. pudiese, siendo servido, esto yo se lo suplico con todo rendimiento en nombre de esta Provincia, de explicar los oficios que V. R. pudiese contribuir en beneficio de este caballero; pues los que su liberalidad ha continuado en esta Provincia y dicho hermano los hace propios de la piedad de V. R. el ser Padre de la Religin y todos los hijos de esta Provincia, humilde subdito de V. R., que como son interesados, ser continuo cuidado de todos y muy especialmente rogar a Nuestro Seor lo mantenga y guarde muchos aos. Cartagena y noviembre 25 de 1700. Hijo humilde y subdito de V. R. que su mano besa. Fray Lucas de San Jos."
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Documento de inapreciable valor es ste, tanto en favor de la inocencia del Marqus, como en abono de nuestro aserto, porque quien lo atestigua no es un cualquiera, sino un religioso que tiene por qu saber lo que atestigua en su carta al Superior General de la Orden en Madrid, uniendo a las prendas y cualidades bien relevantes de la aristocracia cartagenera, a que perteneci antes de vestir el sayal agustino, y de rectitud y probidad religiosa sobresalientes, los cargos ms encumbrados que desempe en la comunidad agustino-recoleta con aprobacin general y aprovechamiento extraordinario de la misma, hasta el punto de merecer el alto honor de ser considerado como el segundo Padre Losada, en opinin de propios y extraos, y enalteciendo as el ilustre apellido de Salgado de Castro, que hered de sus progenitores nacidos en la ciudad heroica, o procedentes de la Pennsula y radicados en ella. Samuel A. Gutirrez, acreditado arquitecto y miembro de la Academia Panamea de la Historia escribe en su reciente obra Arquitectura Panamea. Descripcin e Historia: "La iglesia de San Jos est ubicada en la esquina de Avenida A y Calle Octava. La construcin fue iniciada en 1671 y terminada en 1677." "No se puede hablar de la iglesia de San Jos sin llamar la atencin sobre el lujo de su bello altar cuajado de talladuras doradas, de la exuberancia de sus formas barrocas y de la riqueza de los detalles que forman un conjunto que cubre el fondo de la nave principal. Este hermoso altar, estofado en oro, es conocido con el nombre de Altar de Oro. Es una obra un tanto churrigueresca del siglo xvn." "Este altar es el mismo que presidi la iglesia Josefina de la vieja ciudad de Panam, la cual fue la nica que no result destruida en el asalto de Morgan y el incendio que arras la ciudad. Los 85

Padres Agustinos lo trasladaron de la antigua ciudad de Panam a la actual iglesia de San Jos cuando fue inaugurada en el 1677." "El profesor Rubn D. Cariessigue escribiendo el arquitecto Gutirrezanota que este altar de oro, sus placas e incrustaciones son las mismas que decoraban el Altar Mayor de la iglesia existente en la antigua ciudad, las que fueron desprendidas y guardadas celosamente ante el peligro del asalto de los piratas de Morgan. Transportado a la nueva ciudad el maderamen del Altar Mayor de la iglesia de los Agustinos Descalzos (que no fue abatido por las llamas) y restaurado en Panam, hoy luce con todo el prestigio de su antigedad." "La construccin del altar consiste bsicamente en un labrado de caoba recubierto con oro. Su estructura, la exuberancia de formas y la riqueza de sus detalles, hacen de esta obra un conjunto magistral..." "Todo parece indicar que la actual iglesia de San Jos fue construida siguiendo la misma plantilla o dimensiones de la que existi en la vieja ciudad de Panam." "La iglesia cuenta con tres naves, estando la del centro coronada por bveda con cielo raso de madera. Al fondo de la nave principal, el bello altar, nico en la Repblica de Panam, refleja y quiebra en el oro de sus ornamentaciones la luz que proviene directamente de una claraboya en el techo. En la parte posterior estn las habitaciones y dependencias de los prrocos, las cuales se desarrollan alrededor de un patio. El templo ha sido totalmente desvirtuado. Sus paredes (exteriores) fueron repelladas y pintadas con pintura blanca" (Obra citada, pgs. 116 y 117). Una vez que los Padres Agustinos Recoletos contaron con iglesia nueva y suficientemente capaz 86

y lo ms ricamente adornada, a expensas del esfuerzo y generosidad de los devotos panameos, es indecible el celo apostlico y actividad con que se dedicaron al culto, confesonario y pulpito en San Jos de Panam. Todos admiraban, edificados, la premura y apostlica disposicin de aquellos abnegados Padres para acudir a la menor insinuacin de los fieles al confesonario, al lecho del enfermo, al recibidor o portera del convento, al estrado del magnate, a la buhardilla del plebeyo, al hospital y a cualquier otro lugar donde se puede ejercer el ministerio sagrado y aliviar alguna necesidad, en cualquier hora y tiempo, as del da como de la noche, y sin reparar en inconvenientes ni trabajo alguno. Si los incendios y las guerras, la incuria y el transcurso de los siglos, que todo lo devoran, no nos hubieran arrebatado el tesoro precioso de nuestros archivos, cuntas noticias importantes, qu pginas tan gloriosas y qu elogios tan elocuentes podran tenerse en torno de esa caridad, de esa abnegacin y sacrificios realizados por la comunidad de San Jos durante el siglo xvm; en esa poca colonial, cuando con la prosperidad material y cultural de espritu corran parejas el fervor religioso y las costumbres cristianas de los catlicos panameos! La comunidad de Agustinos, desde su fundacin, abri noviciado y vio con placer profesar en l buen nmero de jvenes y aun de personas de la ms alta sociedad, pero en los treinta aos que se sucedieron desde la fundacin de la nueva ciudad istmea hasta el 1700, se observa que disminuyen las vocaciones, y de ello se quejan en los captulos provinciales los superiores, sin expresar la causa de este fenmeno, y a lo cual se debe sin duda que los religiosos de ella no sean muchos, no pasando de seis u ocho, procedentes unos de las misiones de Casanare, del Colegio de Bogot otros, stos de la Popa de Cartagena, aqullos de otras casas y todos educados y formados en el noviciado privilegiado de El Desierto de la Candelaria, en Colombia.
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Empero son dotados de tal temple, hllanse inflamados de tan grande espritu religioso y anhelo apostlico por la gloria de Dios y la salvacin de las almas, que nada les arredra, y se dedican tan de lleno al sagrado ministerio que no se dan punto de reposo, y no hay accin ni empresa que redunde en favor de los prjimos que no acometan con el empeo y amor ms intensos por promover la gloria de Dios y por aliviar las necesidades espirituales de cuantos los solicitan, sin parar mientes en el color, raza y clases sociales, no considerando en ellos otra cosa que sus almas, por cuya salvacin anhelan sacrificarse totalmente y emplear su vida entera. Carecemos, es cierto, de documentos numerosos que lo atestigen; mas los pocos que poseemos estn contestes en afirmar que los Agustinos de San Jos rivalizan con los de San Ignacio en el ascendiente, prestigio y fama ante los panameos por ese tiempo, figurando despus de ellos, los que ms privan o influyen en la sociedad panamea. Mas con esta diferencia, que al paso de aqullos se distinguen en el aprecio y simpata de la aristocracia, stos, los Agustinos, influan y eran bien vistos en todas las esferas de la sociedad, lo mismo en las altas que en las bajas, as en la clase elevada como en la del pueblo; a todos servan y ayudaban, con todos alternaban y de unos y otros sin distincin eran igualmente estimados y solicitados en el desempeo de su ministerio, pasando sin reparo ninguno del estrado del rico a la barraca del pobre, del palacio del potentado a la buhardilla del menesteroso, del almacn del opulento comerciante al taller modesto del hijo del pueblo. Dichosa edad, siglo privilegiado que, debido a esta influencia y mediacin saludable del sacerdote catlico y poder moderador del misionero no conoci ni gimi ante los gravsimos problemas sociales que confronta el actual, como el del socialismo o comunismo que amenaza destruir y derribar los fundamentos de todo orden y toda institucin de la sociedad.
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Mayor y ms temible enemigo que el filibusterismo y la piratera fue para Panam el fuego. Tuvo lugar el primero y ms desastroso de los que azotaron la ciudad el Panam el da 2 de febrero de 1737; de 911 edificios o casas de que constaba por entonces la capital panamea, 600 fueron presa de las llamas. Se salvaron el convento de San Juan de Dios, la Catedral, la iglesia de Santa Ana y como 300 casas. Estall con extrema violencia desde el principio por la fuerte brisa que soplaba, y a pesar de los enrgicos esfuerzos que se hicieron para contenerlo, no fue posible dominarlo. Por su magnitud y por los estragos que caus, en la historia de Panam se le llama "el fuego grande o fuego de la Candelaria". Sucedi este incendio gobernando la dicesis panamea el ilustrsimo seor don Pedro Morcillo Rubio y Aun, que de obispo auxiliar de Lima fue promovido a la de Panam y posesionado de su silla en 1732, y siendo gobernador de Tierra Firme don Dionisio Martnez de la Vega, reemplazando a don Jos Anda Vicero, que fue llamado a la Corte en 1735 y condecorado con el ttulo de Marqus de Villahermosa en recompensa de sus buenos y leales servicios. Este incendio dej a muchas familias sin hogar y en la miseria, destruy los edificios pblicos y redujo a cerdzas la mayor parte de las iglesias y conventos. Cmo le fue a la Casa de San Jos y su iglesia? Las llamas se cebaron a su gusto y dieron cuenta de l igual que de la iglesia, aunque sospechamos que pudieron salvarla en parte, ya que se pudo librar el precioso retablo del altar mayor, al cual alcanzaron a chamuscarlo ligeramente, segn se observ despus y conserv por largo tiempo hasta que fue retocado de nuevo posteriormente. Prueba dura, adversidad formidable para los religiosos Agustinos. Tantas luchas, tantos esfuerzos 89

como haban tenido que hacer en la construccin de su convento e iglesia destruidos por el fuego en un momento! La abnegacin, el desprendimiento, el trabajo y tantas energas como haban tenido que desplegar a fin de tener su casa y el templo donde rendir el culto debido al Seor y dedicarse con el mayor entusiasmo al servicio y bien espiritual de sus prjimos consumidos por las voraces llamas en un instante. Era motivo ms que suficiente para pensar y reflexionar en la vanidad de las cosas de este mundo, en las vanas grandezas de los hombres, para desalentar al ms intrpido y ferviente y desistir de nuevos intentos de restauracin, al ver destruida su obra tan fcilmente y que estaba expuesta a repetirse en adelante, por ms diligencias que se hicieran en atajar el peligro, como lo haban experimentado palpablemente. Mas no, no discurrieron as, por fortuna; los Padres Recoletos eran hombres de mucha fe, de esa fe que transporta las montaas y vence las mayores dificultades, y adquiere nuevos bros en la prueba y no desmayan ante los mayores obstculos, y puesta su confianza en el que todo lo puede y en la caridad tambin, nunca desmentida de los panameos, tornaron a emprender la reconstruccin de la iglesia y su convento de San Jos. Cunto tiempo les cost reconstruirlos? Tanto quiz como en su anterior y primitiva construccin? No lo creemos, si bien no podemos precisarlo tampoco, por falta de documentos que nos lo atestigen. Lo que si podemos asegurar es que el Cielo premi su fe y su constancia, y que vieron coronados sus trabajos con la poderosa ayuda de los fieles, pudiendo renovar en su templo reconstruido su apostlico ministerio y el culto religioso con nuevo fervor y empeo. As se iba desenvolviendo la vida colonial del Istmo por esos aos, entre peligros, alarmas, combates y triunfos, cuando el 21 de marzo de 1756 se
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declar en la ciudad de Panam el segundo incendio, el cual, aun cuando no fue tan general y espantoso como el anterior, puso en grave alarma toda la capital y caus prdidas enormes. Principi por el lado del Sudeste a la orilla del mar, consumi muchas casas particulares y destruy los conventos de San Francisco, de las monjas de la Concepcin, de Santo Domingo y la iglesia de San Felipe Neri, todos ellos situados en la barriada, donde se localiz, y no se extendi a las otras por singularsima Providencia de Dios, y que para distinguirlo el pueblo, del incendio primero, lo design con el nombre de "fuego chico". No pas el incendio a la plaza de armas a cuyos lados estaban construidos el palacio episcopal y la catedral, ni prosigui del convento de Santo Domingo hacia el Oeste, donde a pocos pasos se hallaban el convento de la Compaa de Jess y el de San Jos de los Agustinos Recoletos. De suerte que en esta ocasin, San Jos protegi a su iglesia y favoreci a los nuestros, con gran contento de sus devotos, que pudieron continuar sin interrupcin su religioso y esplendoroso culto en ella, y su influencia benfica y salvadora en la sociedad panamea q'ue tanto distingui siempre a la comunidad agustino-recoleta de San Jos.

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VIII LA IGLESIA DE SAN JOS SIRVE PARA CATEDRAL. LA C R I S I S MISIONAL. CONDUCTA DEL CLERO Y DE LOS AGUSTINOS RECOLETOS EN LOS DAS DE LA INDEPENDENCIA DE LA MADRE PATRIA A mediados del siglo xvni Panam vive una poca difcil. Casi todo el trfico navega por el Cabo de Hornos causando extrema pobreza. Muchas familias se ven precisadas a emigrar y Panam decae en todos sus aspectos. En contrarrestar los efectos de esta decadencia, sealadamente en lo religioso y moral desplegaban de consuno las mayores energas y celo apostlico las comunidades religiosas, cada cual desde su radio de accin y apostolado, cuando acontecieron dos sucesos bien diferentes uno de otro, pero de singular trascendencia ambos, en su respectiva esfera, alegrando el primero a la ciudad y sumindola el segundo en amarga tristeza. Rega la dicesis panamea desde el ao 1759 el ilustrsimo seor don Manuel Jernimo de Roman y Carrillo, natural de Guamaga (Per), y una de las
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cosas ms memorables de su espiritual gobierno fue la bendicin solemne de la iglesia catedral de Panam, el ao 1762, segn reza el siguiente documento: "El da primero de diciembre de mil setecientos sesenta y dos se hizo la solemne bendicin de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad, comenzada en la parte de su Capilla Mayor por el ilustrsimo seor doctor Diego Ladrn de Guevara y continuada por el ilustrsimo seor don Pedro Morcillo, y ltimamente construida por el ilustrsimo seor doctor don Francisco Javier de Luna Victoria, del todo en su fbrica, obispos que fueron de esta ciudad, y el ltimo natural de ella, y hoy prelado de la Santa Iglesia de Trujillo, y el da dos de dicho mes se coloc el Santsimo Sacramento trado en pblica procesin de la iglesia del Seor San Jos de Agustinos Descalzos (Recoletos), que serva de Catedral, pues desde el da dos de febrero del ao de treinta y siete (1737) en que padeci general incendio esta ciu-j dad, y por consiguiente la Iglesia Catedral que era* de madera, no se haba logrado su restauracin y se ocuparon primeramente de la iglesia de Nuestra Seora de Santa Ana, parroquia extra muros, despus la del Oratorio de San Felipe, que se reedific del incendio padecido el citado da, por cuya nueva ruina en treinta y uno de marzo del ao cincuenta y seis (1756) por el incendio experimentado en aquella parte de la ciudad, se pas la Catedral a la iglesia del Convento Hospital de San Juan de Dios, y de ella ltimamente a la referida del Seor San Jos y de este modo, verificada la colocacin de la nueva Catedral, se celebr con solemnes fiestas de sermones y asistencia de los Tribunales, Universidad de San Francisco Javier en sus respectivos das, clero y vecindario desde el dos de dicho mes hasta el quince en que se acab el solemne Octavario de la Pursima Concepcin de Nuestra Seora, que se uni por continuacin a las fiestas de la nueva Dedicacin, y en el da veinte y uno del mismo mes se consagr la primera agua en la nueva fuente del bautisterio, siendo el bautismo primero que se hizo en ella el que consta de la partida antecedente a esta nota que
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pongo p a r a memoria de las noticias que contiene" (firmado: Mateo Betancourt). A los dos aos, en el de 1764, se inaugur el nuevo templo dedicado a S a n t a Ana, en el barrio de este nombre, en P a n a m , obra debida al desinters y piedad de don Mateo Izaguirre e Ibarzbal, quien con sus propios recursos reconstruy el edificio sobre el mismo sitio de su primera ereccin, mereciendo por esta obra, que acusaba su fervor religioso y su desprendimiento, que el Rey de Espaa le otorgara el ttulo nobiliario de Conde de S a n t a Ana. Ocupaba la silla episcopal p a n a m e a desde el ao anterior otro hijo ilustre de la ciudad, ilustrsimo seor don Miguel Moreno y Olio, que siendo Cannigo Den de la Catedral fue promovido a la dignidad episcopal de P a n a m en 1763, por haber sido trasladado a la Silla de Cuzco su antecesor, seor Roman y Carrillo. Bendiciones e inauguraciones de g r a n importancia histrica p a r a la sociedad p a n a m e a de esa poca p e n e t r a d a del espritu cristiano y que pona la cruz redentora del Catolicismo sobre todos los intereses mundanos, y que por esta razn se explica que las celebraran con t a n t o regocijo, esplendor y piedad. Mas, cuan poco dura la alegra del pobre, es decir, del cristiano en este mundo, sin duda dispuesto por Dios p a r a que no se engolfe en los m u n d a n o s goces y olvide los perpetuos del cielo como as sucedi a los p a n a m e o s al poco tiempo, en 1767, con la noticia del Real Decreto de Carlos III, de 27 de febrero de ese ao, por el cual extraaba de todos sus dominios a los religiosos de la Compaa de Jess. Los Jesutas estaban establecidos en P a n a m desde mediados del siglo xvi, y en todo tiempo se h a b a n distinguido por sus trabajos y celo apostlico, en t o dos los ramos del sagrado ministerio, pero principalm e n t e en la enseanza y las misiones y reducciones de infieles, y en P a n a m , como en todo el Istmo y en todas partes, as de Europa como de Amrica, 94

gozaban entre los catlicos de m u c h a estimacin y aprecio. Haca pocos aos que los Padres Jesutas h a b a n inaugurado la Universidad J a v e r i a n a en P a n a m , que t a n t o prometa p a r a la educacin de sus hijos. Obligados los Padres Jesutas a salir de todas las misiones de Tierra Firme por el Real Decreto de Carlos III, quedaron stas en lamentable abandono. No obstante en la Corte se dieron medidas p a r a evitar el desastre. Pero lo consigui con estas medidas? Dignas de toda alabanza y encomio fueron todas ellas sin gnero de duda, y a esa solicitud se debi que n o fuese mayor el decaimiento y perjuicio de las reducciones en Amrica, que de otra suerte hubier a sido total y completo. No obstante es preciso lam e n t a r que no fuese posible evitarlo del todo, "pues a pesar de esos las misiones con este golpe sufrieron notablemente y a este propsito igase lo que escribe el prestigioso historiador Groot, el cual, despus de poner al aserto del doctor Plaza los puntos sobre las es, que si por u n lado ensalza h a s t a la exageracin la labor de los jesutas, por otro los postra; basado en las Relaciones de m a n d o de los virreyes y de otros muchos documentos de autoridad, estampa esta conclusin: "El dao que se hizo a la propagacin de la fe y civilizacin de las naciones salvajes con la extincin de la Orden de los Jesutas fue inmenso, incalculable." Y no es que culpe a las dems rdenes religiosas que suplieron a los Jesuitas en las que dejaron, antes al contrario, hace grandes elogios de sus trabajos y sacrificios principalmente de los Candelarios o Agustinos Recoletos en las misiones del Meta y Cuiloto en los llanos de Casanare, de los cuales dice: "No h a y duda de que las Ordenes religiosas a las que se entregaron las misiones despus de la expatriacin de los Jesuitas, la de los Candelarios (Agustinos Recoletos) fue la que con ms orden y arreglo manej el negocio. Estos religiosos fundaron algunos pueblos, aunque no fueran de nuevas conquistas; las haciendas que se les entregaron no 95

slo eran bien administradas, sino que tuvieron grandes aumentos, segn consta de los estados que en muy buen orden presentaban anualmente. "La falta de formacin y de mtodoviene a decir dicho seory otras causas son las que impidieron a los que los reemplazaron, continuar las reducciones con el adelanto y fruto con que prosperaban bajo la direccin de los Jesuitas desterrados, como se desprende tambin de los informes de los virreyes, los cuales, por ms que se esforzaron en remediar, no pudieron conseguirlo" (H. E. y C. tomos I, pg. 427, y II, 62). Mas, por si algn lector extraa no ver a los Agustinos Recoletos de San Jos compartir las labores de evangelizacin en el Istmo, por ese entonces, con los celosos misioneros hijos de San Francisco de Ass, le diremos que no era por falta de celo, sino porque su comunidad era poco numerosa, suficiente apenas para las atenciones de la observancia regular de su convento y del sagrado ministerio de su iglesia y la ciudad, y tambin porque en ese mismo tiempo se ocupaban en las misiones de los Llanos en el Meta, muchos de sus compaeros procedentes de las casas del interior del virreinato, donde resida el ncleo principal de la Provincia de la Candelaria, a que pertenecan, sindole a sta, por consiguiente, imposible enviarles ms personal a la de Panam, y an creemos que pudo ser enviado algn religioso de la comunidad panamea a estas misiones de Casanare abandonadas por los Reverendos Padres Jesuitas. Para colmo de infortunios lleg el 26 de abril de 1781, con otro nuevo incendio en la ciudad de Panam, siendo obispo de ella el ilustrsimo seor don Jos Antonio de Umeres Miranda, natural de la ciudad de Santiago de Chile, desde el ao 1777 hasta el de 1791, en que muri en su sede panamea, y Gobernador Civil don Ramn de Carvajal. De este incendio se/ libr milagrosamente nuestro convento e iglesia de San Jos; sus llamas voraces entre la calle
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de la Merced y la de San Jos, hoy entre la Avenida B y la Avenida A, extendironse por sta hasta terminar en el hermoso edificio e iglesia de los Jesuitas o de la Compaa. En el Istmo como en Nueva Granada, Venezuela, Buenos Aires, Chile, Quito, Per, Mxico y en todas partes, la Iglesia no solamente asisti a las Juntas y puso su firma al lado de los proceres en las Actas de la Independencia, sino que contribuy con sus modestos haberes y sufri crceles y destierro por ella. Y en Panam, ah est la Historia que lo atestigua, cuando hace constar la presencia del seor obispo Duran y Martel y la del alto clero de la ciudad, y la adhesin unnime despus de todo el resto de los sacerdotes, de los pueblos, y adems su cooperacin generosa y desinteresada en el sostenimiento y defensa de la causa hasta llevarla a cima y feliz remate, no perdonando esfuerzo y poniendo a su servicio y sacrificando hasta los bienes preciosos y sagrados de la Iglesia por su triunfo, aun cuando luego y en el curso de este mismo siglo, y aun ahora en nuestros das lo hayan echado en olvido tantas veces y en tantas ocasiones los partidos polticos y adversarios gratuitos de la Iglesia Catlica persiguindolos, vejndolos y calumnindolos de todos modos y con la mayor injusticia y falsedad. El insigne historiador panameo don Ernesto J. Castillero ha hecho una hermosa defensa de la actuacin digna y patritica del clero en los das de la Independencia. El estudio por l publicado en la revista pocas, en uno de los nmeros del ao 1947, enaltece al autor y esclarece la historia. "Muchos miembros del clero secular y regular tomaron parte activa en los movimientos de emancipacin de Espaaescribe el Padre Fabo, y respecto a los Agustinos Recoletos pudese asegurar que durante esa peliaguda dcada se mantuvieron en una posicin decorosa; no se lanzaron de rondn como directores de guerrillas y barricadas, ni abandonaron 97

la clausura con pretexto de capellanas castrenses, ni se acercaban al altar calzando espada y con espada al cinto, sino que segn se t r a n s p a r e n t a en los documentos oficiales que obran en los archivos, moder a r o n su conducta con discrecin muy loable" (Kestauracin). Y ciertamente es muy de admirar esta conducta de nuestros religiosos, pues como escribe el seor Andr: "En los mismos comienzos del movimiento libertador, a los sacerdotes nacidos americanos se les presenta este caso ntimo de conciencia: dnde est su deber, esto es, dnde estn los intereses de la Iglesia unidos a la patria? La cuestin religiosa que habra podido hacerles titubear, queda en seguida descartadafuera de Venezuela d u r a n t e breve tiempo porque n a d a amenaza a los dogmas, a la jerarqua eclesistica ni a las ceremonias del culto. En todas partes, en el mismo Caracas, los nuevos Gobiernos decretan que el Catolicismo es la religin del Estado, con exclusin de otra alguna, prestan y hacen prest a r a sus funcionarios y a las masas de ciudadanos reunidos en las plazas pblicas, el j u r a m e n t o solemne de conservar p u r a y sin m a n c h a la s a n t a religin catlica, r o m a n a y apostlica y de defender el misterio de la I n m a c u l a d a Concepcin de la Virgen Mara Nuestra Seora." "La frmula casi es la misma en todas partes, raro es que se olvide la I n m a c u l a d a Concepcin que de hecho es creencia de dogma, sin haber sido todava declarado en toda la Amrica espaola en el decurso del siglo xvin. Y he aqu, desde los primeros das, el m s insondable abismo e n t r e la revolucin de Amrica y la de Francia su presunta madre. Aquellos sacerdotes no tuvieron, pues, en suma, sino preguntarse cules eran sus deberes de ciudadanos. "Hoy, despus de un siglo de ocurridos los acontecimientos, cuando uno de los dos partidos h a logrado u n triunfo definitivo que nadie discute n i discutir nunca, hoy, repetimos, es fcil la respuesta. Pero entonces no, puesto que toda la Amrica 98

espaola se dividi en dos campos enemigos y hubo en cada uno de ellos hombres de buena fe, patriotas sinceros y desinteresados. "El elemento religioso se encuentra, pues, dividido al comienzo de la revolucin libertadora, por n u m e rosas razones: su actitud depende frecuentemente de la de sus nuevos dueos, de los que algunosmuy rarosen Venezuela, por ejemplo, donde se avanza a m a r c h a s forzadas, son incrdulos. Hay prrocos que obedecen las instrucciones de sus Obispos y otros que no las observan" (lugar citado). A todo esto se agregaba en nuestros religiosos que sus vnculos sagrados con Espaa eran muy especiales, por c u a n t o resida el P a d r e Superior G e n e ral en Madrid, en cuyas manos estaba la vida o la muerte de la Provincia religiosa de que e r a n miembros. Todos eran por este tiempo americanos de nacimiento, m a s deban, n o obstante, conservar su dependencia jurdica de su General, lo cual les complicaba m s la situacin de conciencia p a r a inclinarse en pro o en contra de la causa independiente. Sin embargo y a pesar de que no dejaran de dividirse los pareceres, rindieron tributo de patriotismo cvico y ayudaron a la independencia. Distinguise entre todos los dems el Padre Fray Jos de San Andrs Moya, Agustino Recoleto, asistiendo a la Asamblea de representantes de 1811 en Bogot, llamada luego "Colegio Constituyente Electoral", y nombrado miembro de la Comisin encargada de r e d a c t a r el proyecto de Constitucin de la Repblica en asocio de don Jorge Tadeo Lozano y el doctor don Miguel Tovar. Sobresali tambin como compatriota el Padre Fray Javier de la Purificacin de la misma Comunidad, y que fue desterrado a C a r t a gena por su propaganda en pro de la independencia. Entre los religiosos capellanes del ejrcito p a t r i o t a es preciso enumerar a u n Padre de los nuestros que, sirviendo a las fuerzas que comandaba el general Rovira con Santander, y al ser derrotado en "Cachiri", provincia de Pamplona, por el general 99

Calzada, pudo escapar ileso y sano, gracias a la ligereza de sus piernas, segn lo hemos ledo en algunos de los documentos que obran en nuestro archivo provincial, pero de cuyo nombre (el del Padre) no recordamos. Cuntos otros se sealaran en trabajar por la patria y cuyos servicios esperan la mano paciente del curioso investigador que los saque a la luz del sueo del olvido! De la comunidad de Agustinos Recoletos de Panam, nicamente se sabe que se adhiri sin la menor protesta, al cambio de rgimen poltico; y sin mudanza ninguna en su mtodo de vida religiosa, continu su regular observancia y su sagrado ministerio, en su convento e iglesia de San Jos, con el mismo celo y consagracin apostlicos que hasta entonces se hablan distinguido en la ciudad, y con igual estimacin y prestigio entre los queridos panameos.

IX LEGISLACIN H O S T I L A LA IGLESIA Y COMUNIDADES RELIGIOSAS. SUPRESIN DE CONVENTOS MENORES. EL DE SAN JOS SOBREVIVE ALGUNOS AOS.EXTINCIN DE LA COMUNIDAD Y CIERRE DEL CONVENTO. MUERE EL ULTIMO P A D R E AGUSTINO RECOLETO.INTENTOS DE RESTAURACIN. En el ao 1826, dictse una ley, la de 7 de abril o 1. de la parte 3.a de id. cuyo art. 4 dispone que "los edificios y bienes muebles de los conventos menores suprimidos o que en adelante se suprimieren, que no estuvieren aplicados, ni pudieren conservarse, ni fueren adaptables para el servicio de colegios, podrn enajenarse al contado o a censo". Art. 7.Los dems bienes races de los conventos que se suprimieron sern precisamente adjudicados a los colegios ya establecidos, o que se establecieren en lo sucesivo. En los arts. 2 y 3 de la misma ley se orden que "todos los conventos de regulares, excepto los hospitalarios, que se hallen dentro de los lmites de la Repblica y que, en las provincias posteriormente

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libertadas, no tuvieron al tiempo de la publicacin de la ley de 6 de agosto de 1821, ao once, ocho religiosos sacerdotes de continua residencia, aunque despus los hayan tenido, se declaran comprendidos en la supresin decretada por la citada ley; y en el 3, tambin sern comprendidos los conventos que en lo sucesivo no tuvieren el nmero expresado de ocho religiosos sacerdotes de continua y permanente residencia dentro de sus claustros, si no se completare en el trmino de tres meses, y los conventos que no tengan los fondos necesarios para la subsistencia de los ocho religiosos de continua residencia". La otra de 4 de marzo del mismo ao, y es la 1.a, parte 3, trat. 4, orden lo siguiente: "Art. 1. Ninguna persona sea del sexo que fuere, podr ser admitido en calidad de novicio en convento o monasterio, antes de tener la edad de veinticinco aos cumplidos. Art. 2. Los novicios que haya actualmente en los conventos o monasterios existentes en la Repblica no podrn hacer profesin religiosa antes de haber sufrido los dos aos de noviciado que exija la respectiva regla, contndolos para este fin desde que hayan cumplido los aos de edad expresados en el artculo precedente. Art. 4. Los prelados seculares y regulares que otorgaren licencia en calidad de novicio a quien no tenga la edad que determina la ley, o permitieren que se haga la profesin religiosa por los novicios y las novicias actualmente existentes en los conventos y monasterios, sin tener la edad prescrita por el artculo 2, sufrirn pena de destitucin de prelatura y la de inhabilitacin perpetua para obtener otras. nico. Si el prelado de que habla este artculo fuere Arzobispo u Obispo, sufrir por la primera vez una multa de la cuarta parte de la renta que disfrute en aquel ao; por la segunda vez, la mitad de dicha renta, y por la tercera, se le impondr la pena de extraamiento del territorio de Colombia, y se le ocuparn sus temporalidades." 102

Estas son las leyes expedidas en estos aos y ejecutadas con extremado rigor por el gobierno republicano de Colombia contra las Comunidades religiosas. Los sucesos polticos ocurridos de 1826 a 1828 pusieron en manos del libertador Bolvar el poder omnmodo de Colombia a peticin de los pueblos que teman una catstrofe despus del fracaso de la Convencin de Ocaa, y una de las primeras providencias dictadas fue dar un decreto, ordenando: 1. Se restablecen los conventos suprimidos por las leyes de 6 de agosto de 1821 y 7 de abril de 1826. 2. Se entregarn los conventos que deban restablecerse, por inventario formal, con todos sus muebles, paramentos y alhajas de las iglesias que no se hayan enajenado de un modo legal. 3., 4., etc., por los que trat de reparar las injusticias y abusos cometidos contra la religin y los religiosos. Mas esto apenas constituy un parntesis demostrativo del abismo hacia el cual se precipitaba la repblica; pues eliminado tan injustamente el Padre de la Patria por las pasiones ms violentas de sus enemigos y encaramados en el poder, tornaron a restablecerse en todo su vigor las leyes anteriores en los aos subsiguientes desde 1832 en adelante con nuevas y terminantes disposiciones que determinaron la catstrofe de la Repblica y la Religin. El escritor Rubn Daro Caries, en nota enviada a La Estrella de Panam y publicada el 17 de julio de 1970, trae el parecer y afirmaciones siguientes acerca de "la posicin privilegiada de la Iglesia y el clero de Colombia" y, por tanto, de Panam, correspondiente al ao 1830, y fue escrita por el panameo Samuel Miranda, quien vivi en esta poca. No faltan en esta pgina de Miranda las exageraciones y ridiculez, aunque haya algo de verdad. "El clero en Colombia era extremadamente rico; posea infinidad de propiedades valiosas, y raras 103

eran las fincas en que la Iglesia no tuviese alguna accin o derecho. Cada campesino que mora, asignaba, en perjuicio de sus herederos, una porcin de sus bienes a favor de la Iglesia, para sufragio de su alma; los descendientes del difunto y los descendientes sucesivos iban haciendo otro tanto porque los sacerdotes no cesaban de amenazar al moribundo con las penas del infierno si no les compraban sus servicios. De modo que por varias centurias el clero vino a ser dueo de todas las propiedades de la nacin. Y si a esto se agrega el tributo que cobran a cada habitante por administrar el santo sacramento del bautismo, confirmacin, servicios de funerales, etc., ya se comprender la inmensa riqueza que la Iglesia tena... "Ya para el ao 1850 el clero haba perdido mucho, pero conservaba ntegra e ilesa su palanca ms poderosa con la cual podra conmover el mundo entero, que es la riqueza..." La familia agustiniana de San Jos, desde 1612, fecha de su fundacin, hasta el 1971 en que se cierra el captulo de esta historia, nunca ha contado con fincas, riqueza ni abundancia. Es norma suya vivir en pobreza recoleta, sosteniendo sus templos y casas y atendiendo a las necesidades propias y ajenas con el sudor de su rostroprecepto divino desde el inicio del mundo, dedicndose con el mayor celo apostlico al servicio religioso, educacional, social y asistencial en favor del pueblo panameo. Nunca los Agustinos Recoletos de Panam han contado con ms hacienda que la mano generosa de la Divina Providencia, palpada con agradecimiento en los siglos de permanencia en el Istmo. Qu suerte corrieron los conventos menores de la Provincia de la Candelaria de Agustinos Recoletos en esa campaa tan cruel iniciada contra ellos por el Congreso de Ccuta y continuada despus por los que le sucedieron y la guerra sin cuartel que 104

les declar, segn hemos visto, el gobierno del general Santander? Segn los documentos que obran en el archivo provincial y que el Padre Fabo ha publicado en Restauracin de la Provincia de la Candelaria, el estado de la Provincia era en 1816 el siguiente: "En el colegio de San Nicols de Tolentino: treinta Padres (entre ellos nuestro Padre Fray Jos de San Andrs, Provincial honorario y cura de Chipaque por el Rey nuestro Seor y del cual hicimos mrito en este estudio), diez coristas, cinco novicios y trece legos. Misiones del Meta con ocho Padres. Id. de Cuiloto, siete Padres. Conventos del Desierto de la Candelaria, seis Padres, un corista, dos novicios y cinco Hermanos legos. Cartagena, cinco Padres, un corista y un lego. Panam, cinco Padres, un corista y un lego. Tunja, cinco Padres, tres Hermanos legos. Honda, cuatro Padres y un lego." Se completa con los siguientes datos tomados de otro documento contemporneo que dice: "Se compone la Provincia de un Colegio de estudios (Bogot) y cuatro conventos: El Desierto de la Candelaria; Santa Cruz de la Popa, en Cartagena, puerto del mar del Norte; San Jos de Panam (puerto del mar del Sur); Nuestra Seora del Topo en la ciudad de Tunja, que aunque antes era slo hospicio, es ya convento por confirmacin que hizo el Rey nuestro Seor, Carlos III. Tiene finalmente un hospicio con iglesia pblica en la villa de San Bartolom de Honda, al margen del ro Magdalena, y sirve de escala y alojamiento a los religiosos que bajan de aqu (Bogot) a los conventos de la costa, y a los que de ellos suben a estos de Tierra adentro. "El convento de Panam, como situado en el Istmo, que por la misericordia de Dios se ha mantenido realista y libre de toda insurreccin, se conserva en un pie muy regular, aun a pesar de las prdidas que ha sufrido en sus principios, a causa de los in 105

cendios que hasta por tres veces abrasaron la mayor parte de aquella ciudad en el siglo pasado." Por esto y por la situacin poltica del pas, el convento de Panam se hallaba bastante pobre de bienes materiales. Se desprende de una carta escrita por el Padre Fray Anselmo de San Jos, fechada el 22 de junio de 1821 en el convento de la Popa que se encontraba en mayor necesidad: "Dios as lo querr, porque ha tocado los medios o extremos, a fin de subsistir, como fue el participar el Padre Vicario Prior de Panam que nos socorriese en la triste situacin; pero con fecha de 30 de marzo me dice, que aunque haba librado 400 pesos para si podamos transportarnos, pero que por causa del incendio acontecido el 26 de dicho mes, haba dado contraorden, y he aqu que en este de Cartagena nos hallamos como nimas en purgatorio: Dios sea bendito." El de Panam, aunque fue comprendido tambin en la ley de supresin, fue mejor librado, pues vemos que en el Captulo Provincial celebrado en 1824, fue electo prior del convento de San Jos de Panam el Padre Fray Jos de San Simn y subprior del mismo el Padre Marcos de San Nicols. Adems reforz el personal asignndole por conventuales a los Padres Fray Luis de Jess, Fray Martn de San Jos, Fray Manuel de San Pedro de Alcntara, Fray Diego de la Merced, Fray Vicente de Nuestra Seora de Gracia y Fray Pablo de San Andrs, librndose con esto de ser molestados por dicha ley. Desde esta fecha en adelante contina la comunidad de San Jos de Panam con la regularidad y disciplina religiosa, al menos hasta el 1832, segn consta en el archivo provincial, eligiendo y sucediendo sus superiores al tenor de las leyes. Copiamos aqu literalmente una pgina del Padre Marcelino Ganuza, A. R.: 106

"Escrito lo anterior, y no habiendo encontrado el documento buscado, a pesar de todas nuestras pesquisas y diligencias por archivos y bibliotecas, que nos manifestaran la suerte que le toc a nuestro convento de San Jos de Panam despus de la independencia y unin a Colombia del Istmo panameo, EUREKA! Un da, por fin, registrando el archivo parroquial de la Merced en esta ciudad, pudimos exclamar: Eureka! Tenamos, y casi no acertbamos a leer por la emocin, la siguiente partida de defuncin del tenor siguiente: En la ciudad de Panam, en 4 de enero de 1844, yo el presbtero Pablo Jos de Barrio, Cura interino del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral; di sepultura eclesistica al cadver del Reverendo Padre Fray Marcos de San Francisco de Ass, Religioso Agustino Descalzo, de ms de setenta aos de edad, hijo de la Provincia de Bogot, residente en sta desde corista; 'nico religioso que qued en esta ciudad despus que se extingui su convento el ao 1833', 'cuyo entierro se hizo en su iglesia con cruz alta, etc., en bveda de la misma iglesia de San Jos. Y porque conste lo firmo Pablo Jos del Barrio'. "Feliz hallazgo que estimamos ms que si hubiramos descubierto el ms rico tesoro, porque contiene toda una revelacin histrica, la cual nos declara lo que desde que principiamos el presente estudio nos dimos a la tarea de investigar: qu fin haba tenido nuestro convento de San Jos de Panam con los trastornos y leyes opresoras del gobierno de la Repblica de Colombia contra las Comunidades religiosas, y en este documento encontramos todo cuanto ansibamos saber." "En efecto, segn lo que en l se contiene, el convento de Agustinos Descalzos o Recoletos de San Jos de Panam fue extinguido el ao 1833 por el gobierno de la Repblica de Colombia. En virtud de qu decreto o de qu ley? Tuvo que ser por la ley de 13 de enero de 1832 que es la ley 11, parte 3, tratado 4, de la Recopilacin Granadina, por la cual 107

se declararon nulos los decretos del Libertador de 10 y 30 de julio de 1828, relativos a la supresin de conventos menores, y en fuerza y vigor las leyes de 6 de agosto de 1821 y 7 de abril de 1826, las cuales extinguieron los conventos en que no residieran habitualmente ocho religiosos sacerdotes, y disponiendo adems en el art. 2. de la primera que "los edificios de los conventos suprimidos se destinaran con preferencia por el Gobierno para casas de educacin, y los restantes para otros objetos de beneficencia pblica. Y todos los bienes muebles races, censos, derechos y acciones, que la piedad de los fieles haba dado a los mencionados conventos, se aplicaran para dotacin y subsistencia de los colegios o casas de educacin de las respectivas provincias, a quienes pasarn con todos los gravmenes impuestos por los fundadores." "De cuyo rigor se libr dicho convento de Agustinos Descalzos de San Jos, merced, sin duda, a que de Bogot mandaron los Superiores de la Provincia de la Candelaria seis Padres con destino al convento de Panam y con los cuales se complet suficientemente el nmero de religiosos sacerdotes que exiga la ley de Congreso de Ccuta de 1821, y ratific en 1826 el Congreso de Bogot. Porque consta de los libros de nuestro archivo de Bogot que nuestra Comunidad de Panam subsista tranquilamente y observando la vida regular al tenor de las leyes de la Orden hasta el ao 1832, y de esa fecha en adelante ya no figura ms en dichos libros, denotando claramente que no exista como tal por haber sido extinguida violentamente y no por alguna disposicin de los superiores de ella, de que habra constancia, sino por la ley del Gobierno en 1832, que exigi su cumplimiento de extincin en los conventos que cuando se dio la ley en 1821 no tuviesen ocho religiosos sacerdotes de residencia habitual, aun cuando los tuvieran despus de la expedicin de ella, por haberlos completado con otros los superiores." 108

"De otra manera no se explica el hecho consignado en el documento o partida de defuncin referida de que fuese extinguido en 1833 nuestro convento de San Jos de Panam, no existiendo como no existi ningn otro motivo que nos declare esa extincin tan extraa, injusta y extempornea." "Por tanto, en virtud de esa disposicin, digna de los Nerones y Dioclecianos, disolvise la comunidad; los Padres moradores de l vironse obligados a salir y emprendieron viaje probablemente hacia Bogot, excepto el Padre Fray Marcos que prefiri quedarse para cuidar de la iglesia de San Jos, viviendo en algn rinconcito del convento como particular, hasta que Dios Nuestro Seor lo llam, y que en atencin a sus venerables canas no le negaron, y favorecido con los cuidados y limosnas de los vecinos." "El convento juzgamos que no fue destinado ni para colegio, ni para asuntos de beneficencia, por tener la ciudad otros mejores, como el de la Compaa de Jess, que salidos los Padres en 1767, el Gobierno de la Colonia lo dedic a colegio primero y despus se convirti en Universidad llamada Javeriana, y el de San Francisco muy superior al de San Jos; sino cuando ms aprovechndose de los libros y de otros enseres utilizables para la enseanza y beneficencia, pondran un conserje que lo cuidara a nombre del Gobierno, y lo ocuparan para otros menesteres cuando la necesidad y las circunstancias lo exigieran hasta que el Gobierno del Estado panameo lo puso a pblica subasta el ao de 1857 y se le adjudic al seor don Pantalen de la Guardia." "Pero la iglesia de San Jos fue cuidada y servida por los Padres Agustinos Recoletos hasta que falleci el ltimo de ellos en 1844, Padre Fray Marcos de San Francisco de Ass y qued sin culto y sin ministros." El eminente hombre de letras don Samuel Lewis 109

escribe en Apuntes y Conversaciones sobre la Comunidad agustiniana y su templo: "Por los claustros de San Jos desfilaron sin cesar los varones ms clebres por su ciencia y santidad, los misioneros m s abnegados, los predicadores m s insignes, los ms conocidos catedrticos, los m a g n a t e s de la m s alta alcurnia, y el templo de los Agustinos vino a ser el favorito de la poblacin. En l frecuentaban los sacramentos los miembros de la nobleza p e n i n sular, los ms encumbrados servidores de la Corona y los principales personajes de la colonia nacidos en el Istmo." El seor Lewis menciona a los misioneros Agustinos; no est conforme, como no e s t a mos nosotros, con la afirmacin de Ernesto J. Castillero R. quien escribe: "Su funcin local se concret al servicio del culto sin participar en las misiones" (Breve Historia de la Iglesia Panamea, pgina 23). El profesor Rubn Daro Caries, invitado por el Padre Alfonso Oficialdegui, visit este antiguo convento, cuya p l a n t a est convertida en almacenes de la Compaa Icaza, y el piso en viviendas. Movido por el deseo de restauracin, pues por esos das de 1969 se insista en r e s t a u r a r los monumentos histricos antiguos, ubicados en la capital, se dirigi a la Academia P a n a m e a de la Historia. Consecuencia fue la carta enviada por el Presidente de dicha Academia, doctor Vctor Florencio Goita, y la Resolucin tomada por la Academia P a n a m e a de la Historia, como a continuacin pueden leerse. P a n a m , marzo, 17 de 1969. Reverendo P a d r e Alfonso Oficialdegui. E. S. M. Reverendo P a d r e : En cumplimiento de las rdenes impartidas por la Academia P a n a m e a de la Historia, me es grato 110

entregar a usted, personalmente, la Resolucin bada el da 12 de marzo, por la que se invita a y a los dems religiosos de la Congregacin de tinos Recoletos p a r a que tomen participacin programa conmemorativo del 450 Aniversario Fundacin de P a n a m . De usted atento servidor,

aprousted Agusen el de la

VCTOR FLORENCIO GOITA

Presidente de la Academia de la Historia

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que surgen espontneamente dondequiera goza de libertad la Iglesia, y son su porcin escogida. Y por esto la Repblica de Colombia cristiana tuvo luego el consuelo de ver el regreso a su seno de los Hijos de San Ignacio, y a los Franciscanos, Dominicanos, Agustinos y dems comunidades religiosas, y tornar a vivir en la profesin comn de su Regla y observancia regular, ya que no les sea posible en sus antiguos conventos, al menos al lado de sus iglesias, desde las cuales vuelven a prestar a los fieles, con celo y caridad, los ms importantes servicios. Fijemos, pues, nuestra atencin en la ciudad de Panam y veamos si a nuestra iglesia de San Jos le ha llegado tambin el beneficio de la restauracin. Obligados por el despotismo y la violencia, los Padres Agustinos Recoletos tuvieron que salir de sus amados conventos, del de Panam construido en 1672 a costa de tantos sudores y sacrificios, y dirigirse a donde la Divina Providencia les deparara cristiana hospitalidad. Empero, lo que ms hondamente sintieron, lo que ms los atribul y les doli en la mitad de su alma y destroz su corazn, no fue precisamente verse despojados de su pobre convento y comprado por las manos vivas para profanarlo, sino principalmente tener que dejar su iglesia; suspender el culto y la plegaria al Dios tres veces santo en su devoto templo, privndose del consuelo de ofrecer en sus sagradas aras la hostia sacrosanta, el divino sacrificio, y temiendo fundadamente que la casa de Dios fuera profanada. Afortunadamente no aconteci esto ltimo: la desamortizacin respet las iglesias, exceptundolas de la rapia. Sin embargo, la conden desde el momento que fueron desterrados sus celosos guar 113

RESTAURACIN DE LAS ORDENES RELIGIOSAS.SAN JOS DE PANAM CONTINUA SIN CULTO. LOS HIJOS DE S A N AGUSTN V U E L V E N PROVIDENCIALMENTE A SU TEMPLO DE SAN JOS. EL PADRE FLIX GUILLEN Declarada oficialmente muerta y sepultada entre su hacinadas ruinas y escombros la Constitucin de Rionegro, formse otra nueva basada en el orden y la justicia, y reconociendo Que la religin es elemento necesario y esencial en el orden poltico y social; se da la primaca entre todas las formas de religin a la catlica que es la de la nacin y de la patria de los insignes arzobispos de Bogot, limos, don Francisco Arias de Ugarte y Manuel Jos Mosquera. Y celebrado entre la Santa Sede y el Gobierno un Concordato que precisa con prudencia y sabidura las relaciones mutuas, los derechos y deberes recprocos, cerrando con ella la puerta a cualquier choque y conflicto entre ambas potestades, y del cual pudo decir con verdad el sapientsimo Len XIII que fue el mejor de cuantos le haban precedido, vino por consecuencia la restauracin de las rdenes religiosas, 112

dianes a quedar cerrada y a b a n d o n a d a ; los bronces coloniales de la iglesia de San Jos, desde ese da, enmudecieron p a r a no convocar ya a los fieles, como de costumbre, a la oracin, al santo sacrificio; sus altares tornronse solitarios, sus pesadas puertas ya no se abran p a r a dar e n t r a d a a los devotos; desde entonces a los cnticos sagrados, a las suaves armonas, a las voces de jbilo y alegra espirituales, sucedi el llanto, el silencio, al abandono, la desolacin. Hasta cundo permanecer as la iglesia de San Jos sin culto, sin sacrificio, sin oracin? Le estar reservado el lastimero destino de sus vecinas las de San Ignacio y Santo Domingo? No, en m a n e r a alguna, porque su titular y glorioso p a t r i a r c a San Jos vela por su templo y no dejar que se arruine, n i menos que las llamas lo devoren; al contrario, h a r que a n d a n d o el tiempo y por los caminos m s imprevistos y desconocidos, tornen a l y lo r e s t a u ren sus antiguos moradores, celebrando con mayor esplendor en culto y solemnidades, como realmente aconteci cuando menos se esperaba. Transcurra el tiempo sin que amaneciera el da de ver r e s t a u r a d a la iglesia de San Jos de P a n a m . Cuando h e aqu que estalla en 1898 en las misiones catlicas del archipilago filipino, la ms deshecha tempestad contra ellas; ensandose los revolucionarios, instigados por la masonera, s e a l a d a m e n t e contra las Ordenes religiosas, que desde la conquista del inmortal Magallanes las sostenan y venan a d ministrando con g r a n lustre de la religin y de la Corona de Espaa, y a cuya vanguardia militaban los Padres Agustinos Recoletos. La Corporacin de Recoletos fue la que mayores desgracias y dolores sufri. Ella sola tuvo, tal vez, tantos religiosos asesinados como todas las dems Corporaciones j u n t a s . Ms de treinta Recoletos haban sido asesinados 114

o h a b a n fallecido en la prisin, a causa de los m a los tratos que all reciban; gran nmero de ellos geman a n entre prisiones, destituidos de todo alivio, que en vano se les procuraba proporcionar por los Superiores de Manila y San Sebastin, devorando con frecuencia los insultos de las mismas tropas espaolas, pervertidas por jefes y oficiales, no t o dos, pero no pocos, sin pundonor y sin patriotismo; o desparramados por el archipilago, esperando la hora en que las turbas les diese l a gana de hacerlos prisioneros. Terrible prueba p a r a los pobres misioneros! Pero, oh designios de la Divina Providencia! Quin podra pensar que se valdra de sta p a r a r e s t a u r a r en P a n a m n u e s t r a iglesia de San Jos? Pues asi fue en efecto; porque as lo comprendi el angelical y m a g n n m o Padre Ex Definidor Fray P a t r i cio Adell de San Macario, el cual, siendo entonces Prior de San Sebastin de Manila, renunci generosamente su priorato, y el da 23 de agosto de 1898, esto es, a los diez das de entregada la plaza de Manila a los norteamericanos, sali p a r a Venezuela, en compaa de otros siete fervorosos operarios evanglicos, en busca de nuevas regiones donde g a n a r almas p a r a Jesucristo. "No podan inaugurarse bajo mejores auspicios las Misiones de la Provincia Filipina en la Amrica, que siendo iniciadas y presididas por el ejemplarsimo P a d r e Adel, alma candidsima y verdaderam e n t e e n a m o r a d a de todo lo santo, entusiasta de las glorias de la Orden Agustina como apenas podra encontrarse otro, y dispuesto siempre a ponerse al frente de cuanto significase abnegacin y sacrificio, si de ello haba de seguirse gloria a Dios y prestigio a nuestro santo Hbito" (Padre Pedro Corro, El Captulo general de los Padres Agustinos Recoletos). Y de este P a d r e t a n abnegado como humilde se vali el Seor p a r a que se recibiera la iglesia de San 115

Jos de Panam y se iniciara luego su restauracin. Porque ha de saberse que, emprendiendo dicho viaje desde Manila, por el Pacfico, arrib al puerto de Panam, y guiado por su apostlico celo y por va tambin de descanso, entr a la ciudad y visitando al seor Obispo doctor don Alejandro Peralta, y manifestado el objeto de su venida, alegrse inmensamente y le suplic que dejara en ella algunos de sus compaeros, ya que era tanta la necesidad de operarios evanglicos en el Istmo, pero principalmente en San Blas y en el Darin. Y aceptada por el Padre Adell la splica tan justa y encarecida del Prelado, se puso ste a pensar cul de las iglesias podra ofrecerles a los misioneros, y viendo que de las que haba en Panam todas se hallaban en servicio y administradas por los sacerdotes y Padres de la dicesis; acordse que exista una al sur de la ciudad y junto a las murallas, cerrada y abandonada y sin culto desde la exclaustracin, de suerte que ya ni se saba la Comunidad a que haba pertenecido. "Vamos, pues a verla", dijo el Padre Adell al seor Obispo; y, oh sorpresa, secreto admirable de Dios!, llegan a ella y cunta no sera su admiracin y alegra cuando desde el atrio advierten que en el sencillo y antiguo frontisde la iglesia se destaca claramente el escudo de armas de la Orden Agustino Recoleta, por el cual alcanzan a comprender que perteneci a nuestros Padres hasta la exclaustracin. Penetran en su sagrado recinto, contemplan llenos de contento en el retablo principal la imagen del glorioso Patriarca San Jos, se le ocurre a uno de los Padres curiosear el pulpito y halla en l un opsculo que dice: Novena a Nuestro Padre Jess que se venera en la iglesia de San Jos de los Padres Agustinos Recoletos de Panam. Muy deteriorada y estropeada ciertamente encontraron los Padres la iglesia de San Jos, como no poda ser de otro modo, despus de cincuenta aos de abandono; pero, no obstante, ms felices que si 116

hubieran hallado un rico tesoro, volvieron presurosos a pedrsela al seor Obispo para servirla y restaurarla, quien muy complacido por ello se la entreg sin condicin ninguna como a legtimos y antiguos dueos de ella. Hecho lo cual, y disponiendo que se quedaran el Padre Fray Indalecio Ocio de San Jos en la ciudad de Panam y los Padres Fray Gerardo Larrondo de San Jos y Medardo Moleres del Corazn de Jess con el Hermano ngel Cemborin de San Sebastin en la Parroquia de Chepo, continu con el resto de sus compaeros de viaje a Venezuela, donde habiendo llegado sin novedad, recab de los seores Obispos campo amplio y dilatado al celo y ministerio de los Padres misioneros emigrados de Filipinas Muy provechosa debi de ser la visita del Padre Adell a Panam porque no pas mucho tiempo sin que la ciudad istmea fuese testigo de un nuevo refuerzo de Misioneros Agustinos Recoletos procedentes de Manila. As fue, segn el informe y las notas del Padre Bernardino Garca. El da 16 de abril de 1899 arrib al puerto de Panam otra misin agustino recoleta compuesta de trece Padres misioneros, presidida por el Padre Fray Flix Guillen de San Jos, habiendo partido de Manila el 5 de febrero de ese mismo ao, al da siguiente de romper fuego entre norteamericanos y filipinos. Mas no todos ellos vinieron con destino al Istmo, sino que en virtud de una orden del reverendsimo Padre Comisario Apostlico, recibida al llegar, el dicho Padre Guillen se qued en Panam con seis de entre los compaeros por l escogidos y los restantes siguieron con destino a Venezuela. Se quedaron en Panam los siguientes Padres: Fray Flix Guillen, Fray Bernardino Garca de la Concepcin, Fray Melitn Martnez, Fray Celestino Falces de Santa Ana, Fray Francisco Mallagaray y Fray Miguel Lascaray, advirtiendo que tambin salieron 117

para Venezuela los Padres Ocio y Moleres, luego que lleg la nueva misin de los trece. De presumir es que en un viaje como el que hicieron nuestros Padres misioneros desde Manila a Panam por el Pacfico, y en las malas condiciones como tuvieron que embarcarse, les sucedieron muy variadas peripecias y algunas poco agradables. Uno de los misioneros refiere lo sucedido cuando desembarcaron en el muelle de Panam, digno de consignarse aqu para edificacin y provecho de nuestros lectores. Habla el Padre Bernardino Garca: "Varias fueron las vicisitudes y no pequeas las contrariedades que tuvimos que sufrir. Estaba en Panam (cuando llegamos) el Padre Indalecio en representacin del Padre Patricio Adell (que haba continuado su viaje a Venezuela); pero nadie se present al vapor (cuando arrib al muelle), para recibirnos ni ayudarnos a pagar ms de cien dlares que por exceso de equipaje debamos a la Compaa, pagadero en Panam (al llegar), a pesar de que desde Manila yo haba puesto un cable al Superior de Panam. Para poder, pues, desembarcar, el Padre Guillen nos suplic le entregramos el poco dinero que Nuestro Padre Provincial nos haba dado para comprar libros. "Como al llegar al muelle no haba nadie que nos esperara, el Padre Guillen con los once religiosos se fue al colegia de Balboa regentado por los Padres Escolapios, para buscar hospedaje, quedndome yo solo en el muelle con cuarenta y siete cajas de equipajes; debiendo advertir que era da domingo y por consiguiente no haba ni un mal carretn de alquiler, ni tena tampoco una peseta en el bolsillo. Mas, providencia de Dios que no abandona jams a los que en Ella esperan y se acogen! En esta situacin y cuando me crea ms solo y abandonado se me presenta una persona, don Santos Jorge Amatrian, a quien yo haba conocido de can 118

tor tiple en nuestro colegio de Martilla, en Espaa, a quien estimo y amo como a cosa propia, me saluda con el mayor cario, y al verme triste y contrariado y sin saber qu hacer para salir de situacin tan angustiosa, le manifiesto el motivo de ella, y contesta amable y sonriente: 'no tema, que yo vengo de parte del seor Obispo a servirle y ayudarle en todo lo que necesite y lo har con el mayor gusto'. Y en el instante se hizo cargo de todo y me llev con el equipaje al colegio de Balboa donde se hallaban ya mis compaeros los dems Padres." Empero lo interesante era or de labios de don Santos el relato del suceso con todos los detalles. Este seor, espaol, de Peralta de Navarra, y msico organista de profesin, sola ir a cantar en las fiestas del colegio de Martilla, cerca de Peralta, y con este motivo le conoci el Padre Bernardino. Pasados unos aos ese joven, a instancia del ilustrsimo seor Peralta, Obispo de Panam, vino a esta ciudad y se hizo cargo del rgano y canto de la catedral; se cas, form su hogar cristiano y en Panam ha continuado su vida, bien estimado y querido de sus habitantes, pero principalmente siendo de los Padres Agustinos Recoletos el paisano y amigo fiel de todos cuantos se han sucedido. Fue tambin don Santos Jorge autor del Himno Nacional de Panam. Desencadenada la revolucin filipina, en noviembre de 1898, se vieron todos los religiosos misioneros en la precisin de abandonar la isla de Bohol y de refugiarse en Manila. Aquel mismo ao, el 29 de agosto, haba cursado una circular el Padre Provincial exhortando e invitando a los religiosos para pasar a las misiones de Amrica dado que la situacin del pas imposibilitaba nuestra permanencia en los ministerios. El Padre Guillen fue uno de los primeros en manifestar deseos de emprender tan santa jornada, si los superiores se lo otorgaban. Se dio satisfaccin a sus deseos y en la segunda expedicin organizada para Panam, sali de Manila a 119

principios de febrero del 99, como Presidente de la misma. Formaban la expedicin doce religiosos. Fue nombrado Superior de la Residencia all abierta por los de la primera expedicin, pero falleci a los pocos meses. He aqu lo que nos cuenta el mismo Padre Provincial en la necrologa por l firmada: "Llegados que hubieron a Panam, el Padre Flix fue nombrado Presidente de aquella Residencia, en donde mostr una vez ms su celo por la gloria de Dios, bien de las almas y adelantamiento de nuestra Provincia de San Nicols de Tolentino en aquellas regiones. "En la excursin que hizo a las Misiones del Darin para instalar all a nuestros misioneros, fue atacado de fiebre, la cual le oblig a regresar a Panam y fue en aumento hasta que dio con l en el sepulcro. "El Padre Bernardino Garca de la Concepcin, que como ms antiguo de los religiosos que quedaban en aquella Residencia, se encarg de la presidencia de la misma, me comunica el fallecimiento del Padre Guillen en carta fechada el 14 de junio de 1899, de la cual entresaco los perodos siguientes: 'Vctima de una fiebre amarilla entreg su alma al Creador anoche a las once, el Padre Flix Guillen; despus de una breve enfermedad, pero terrible agona; recibi todos los sacramentos. No puedo explicar, Padre Nuestro, el dolor que mi corazn siente en estos momentos de prueba, slo el pensamiento de que sa es la voluntad de Dios es la que hace que me resigne y sufra este terrible golpe que la misin de Panam ha experimentado con la muerte del inmediato superior. Contentsimo estoy con las pruebas de cario que todo Panam ha dado durante la enfermedad, pues todo el da estaba invadida la casa de San Jos por la gente que vena a preguntar por la salud del enfermo, y si es verdad que todos se han interesado, el seor Obls - 120

po, sobre todo, pues todos los das iba a visitar al enfermo obligando (sic) a los mdicos salvaran al paciente, y cuando todos lo creamos fuera de peligro, vino un acceso de tan terrible enfermedad y se lo llev al sepulcro. Me he hecho cargo de todos los papeles y como no tena secretos el Padre Guillen para m, procurar seguir en todo conforme con su manera de pensar, hasta que el Padre Patricio (a quien he dado parte) resuelva quin se ha de hacer cargo de esta presidencia. Hoy se ha celebrado en esta iglesia solemne oficio de difuntos, con asistencia del seor Obispo, oficiando de Preste el Provisor del obispado, y con asistencia muy numerosa de lo ms selecto de Panam'." Con estos datos queda ampliada la biografa del Padre Guillen que aparece en el Catlogo del Padre Sdaba. Ellos nos muestran su incansable actividad y el celo que aliment por el ornato de la Casa de Dios y el esplendor del culto divino. Celo que combin con el de la salvacin de las almas a su cuidado confiadas, pues quien por su piedad y religiosidad mereci que le nombraran vice Maestro de novicios en Monteagudo, antes de su ordenacin sacerdotal, constituido pastor de almas, todo por ellas lo sacrific hasta el ltimo momento de su existencia (Boletn de la Provincia de San Nicols de Tolentino, mayo-junio 1969, nm. 625).

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ray, a las que no pudieron visitar sino u n a vez, y hubo de entregarse al seor Obispo por la imposibilidad de administrarlas por falta de comunicaciones y otras dificultades." "En el viaje y e n t r a d a del Padre Presidente en el Darin y que tuvo que demorarse algn tiempo h a s t a que coloc a los Padres Misioneros contrajo dice el P a d r e Bernardinolas fiebres, y t a n m a lignas fueron, que al regresar a P a n a m , declresele la fiebre 'amarilla', esto es, mortal. Como as sucedi; pues a los pocos das de su regreso, h a c i a el da 6 u 8 de junio entreg su alma al Creador. Prdida muy sensible fue sta p a r a nuestros Padres Misioneros cuando apenas principiaban sus apostlicas labores, y por ser el finado de p r e n d a s y cualidades de misionero muy relevantes, dotado adems de larga experiencia y de espritu religioso de muchos quilates. Fue la primera vctima que el Cielo pidi a la misin Agustino Recoleta en el Istmo p a n a m e o . " Ya queda dicho que el Padre Bernardino Garca fue el destinado de los misioneros p a r a compaero y auxiliar del Padre Guillen en la iglesia de San Jos de P a n a m , cuando partieron l o s dems Padres p a r a las misiones, y fallecido ste, tocle tambin reemplazarlo en la superioridad, por n o m bramiento de Vicario Provincial que recibi del Padre Provincial de la Provincia de Filipinas, Fray Francisco Ayarra de la Madre de Dios. Qu hizo, pues, al verse solo? Llamar al Padre Fray Celestino Falces p a r a que le a c o m p a a r a y ayudase a em~ prender cuanto antes la obra de restauracin de la iglesia, que lo d e m a n d a b a urgentemente, al par que a t e n d a n al sagrado ministerio y esplendor del culto. "El estado de la iglesiaescribe el Padre Bernar^ dioera lo m s deplorable: apenas si se p o d i a decir Misa, y el techo era de lo m s rstico y si^ forma n i arte alguno y hecho u n a criba, bastando 123

XI MINISTERIO APOSTLICO.RESTAURACIN DEL TEMPLO. EL PADRE BERNARDINO GARCA, PRINCIPAL RESTAURADOR DE LA IGLESIA DE SAN JOS. ESPINA EN SU APOSTOLADO. A S I S T E AL GENERAL VICTORIANO LORENZO. LOS P A D R E S AGUSTINOS RECOLETOS EN LA GUERRA Y EN LA INDEPENDENCIA DE PANAM Mucha satisfaccin y alivio debi de experimentar el seor Obispo Peralta al poder contar con la cooperacin y ayuda de los nuevos y abnegados misioneros, principalmente cuando los vio instalarse en la iglesia de San Jos a unos y partir otros a encargarse de las misiones del Darin y San Blas con el celo y abnegacin bien probados en las Filipinas. "El Padre Guillendice el P a d r e Bernardinoa mediados de mayo siguiente fue a hacerse cargo de las Misiones del Darin, dejndome a m encargado de San Jos y llevndose a todos los restantes que coloc en Chepo y Pacora, y desde ellas a t e n d e r a n a los pueblos restantes, como La Palma, P i n o gana, La Real, Chepigana y otros. De las misiones del Atlntico: S a n t a Isabel y San Blas, encargronse los Padres Hilario Snchez y Miguel Lasca 122

que lloviese y cayeran cuatro gotas, para no poder estar dentro de ella sin mojarse. Urga, pues, su restauracin. Mas, no contando con otros recursos que su extremada penuria sin disponer del cuantioso capital necesario para emprender una obra tan dispendiosa, ya que hasta proveerse de lo indispensable y necesario, pasaban sus angustias y dificultades, quin se atrevera a realizarla? En los primeros aosagrega dicho Padreslo procur limpiar la iglesia, retejar varias veces el tejado, pues yo no tena fondos para hacer una obra de importancia, ni tampoco contaba con amistades que me pudieran ayudar, hasta que el ao de 1903, al mes de proclamarse la Repblica de Panam, me decid (pues estaba haciendo un da el ejercicio del Va Crucis) y como estaba lloviendo ni yo ni los fieles sabamos dnde colocarnos para no mojarnos. Suspend, pues, el ejercicio, sub al pulpito, y les hice algunas reflexiones, terminando por anunciarles que el lunes prximo principiara las obras de reparacin de la iglesia, confiando en la ayuda de Dios y su cooperacin que no rehusaran en vista de la urgencia y de la necesidad." Y no se enga ni fue vana su esperanza; porque: "No en vano llam al corazn de los panameos, contina diciendo, todos contribuyeron con bastantes limosnas, y entre ellos el amigo don Eduardo Icaza me dijo: 'Todos los sbados gire usted contra mi caja, y ya pagar usted cuando pueda.' Todo lo pagu religiosamente, gracias a Dios; pero si no hubiera sido por la generosidad de ese buen amigo, no hubiera podido llevar a cabo la obra. Habilit la sacrista para decir Misa y guardar el Santsimo; tir todo el techo y coro de la iglesia, y solamente las paredes con los altares, quedaron en pie. El excelentsimo seor Presidente de la Repblica, doctor Amador Guerrero, el doctor don Arstides Arjona, Secretario del Gobierno, y los dems Secretarios me ayudaron mucho. Me ayudaron tambin los seores don Melchor Lasso de la Vega, don Nicols Victoria, el seor Gobernador, Mutis Duran; el se 124

or Prescot, subdirector del ferrocarril, hizo traerme con los camiones de la Compaa todo el material para la iglesia; y sobre todo quiero que conste que la seora Magdalena Icaza de Briceo trabaj mucho en la recaudacin de las limosnas para la construccin de la iglesia; yo le daba las listas y ella las haca efectivas." "Terminada la reconstruccin del techo y el coro, quit el almazarrn con que estaba pintado el altar mayor, y procur dorarlo con oro de baja ley, pues no contaba con los medios necesarios para otra cosa mejor. Luego fui, poco a poco, haciendo frente a otras necesidades como la compra de varias imgenes en Espaa, la apertura de una claraboya encima del altar mayor para dar luz a la parte alta, con lo cual qued muy hermoso el altar", haciendo otras reparaciones y mejoras no menos importantes, que muy fcilmente se encomiendan al papel o se dice muy pronto. Empero, cunto trabajo y constancia implica todo esto, que no se dice; cuntas dificultades y obstculos vencidos que se callan por abreviar; cuntos sacrificios por parte de la generosidad de los contribuyentes y donantes que solamente el Seor sabe y los anota para el da de la eterna recompensa. Una de las ms ilustres personalidades de la Iglesia Catlica que han pasado por el Istmo de Panam es, sin gnero de duda, el Padre Fray Bernardino Garca de la Concepcin, Agustino Recoleto. Su celo apostlico, su fecundo ministerio, su labor evanglica en todos los campos de apostolado, le valieron un renombre de figura procer. Am a Panam y se hizo querer de cuantos le conocieron. Despus de ms de cuarenta aos, se pronuncia su nombre con sincero cario. Fue un sacerdote que dio gloria a la Iglesia, a su Orden y a la Repblica de Panam, en donde por espacio de diez aos trabaj con infatigable ardor. Haba nacido este benemrito religioso en Tara 125

zona (Espaa), el 19 de mayo de 1862. Profes en la Orden de los Agustinos Recoletos el 19 de junio de 1878. Pas a Filipinas antes de terminar su carrera eclesistica y fue ordenado de sacerdote en Ceb, el 31 de mayo de 1885. En el Archipilago Filipino fue un verdadero apstol, como despus lo haba de ser en Panam. Al estallar la revolucin filipina, form parte el Padre Bernardino de la Misin presidida por el Padre Fray Flix Guillen que se diriga a Venezuela. Sali de Manila en febrero de 1899, desembarcando el 16 de abril en playas panameas. Aqu fue Superior y Vicario Provincial por espacio de diez aos. Al pasar la Casa de Panam a la Provincia de la Candelaria se traslad a Espaa. Ocup honorficos cargos en la Orden Agustino Recoleta. Fue Secretario Provincial por dos aos; Secretario General, por seis; Superior de Villaviciosa de Odn, por tres aos; de Barcelona, ao y medio; Definidor Provincial, dos aos. Se distingui siempre, como dice el cronista, como trabajador activo. Personificaba admirablemente el lema agustiniano: Caridad y ciencia. Falleci santamente en Madrid, el 7 de enero de 1937, a los setenta y cuatro aos de su fecunda vida apostlica. El gran afecto que senta por Panam le llev a refugiarse en el ao 1936, al iniciarse la guerra civil espaola, en la Legacin panamea de Madrid, en donde con la muerte del justo y rodeado de toda clase de cuidados por la familia Lasso de la Vega, entreg su alma al Seor para recibir el premio de sus acrisoladas, el 7 de enero de 1937. Para dar una ligera idea de su ingente labor apostlica, copiamos unos prrafos del Padre Marcelino Ganuza: "Al mismo tiempo el Padre Bernardino, auxiliado por sus compaeros, atenda en la iglesia al esplendor del culto, a la predicacin y el confesonario con 126

asiduidad y provecho espiritual de los fieles que acudan vida y preferentemente al templo de San Jos; dedicbase adems a dar, con lucimiento, clases de religin en escuelas y liceos, como en la Normal de Institutoras, en el Instituto Nacional de hombres, en las primarias de nios y nias; ejerca, la capellana del Batalln Colombia, y an sacaba tiempo su actividad y celo para auxiliar a los enfermos as en los hospitales como en sus domiciliostanto de pobres como de ricosy para ser, en suma, el amigo, el padre, el consejero de todos cuantos solicitaban su sagrado ministerio, encontrndolo a toda hora dispuesto a cumplirlo sin distincin de personas ni de clases, y con el mayor gusto y cario." "De aqu diman que bien pronto el buen nombre y prestigio del Padre Bernardino en Panam alcanzara general aprecio y respeto sumo, de suerte que estaba en labios de los panameos constantemente para ensalzarlo y bendecirlo, valindose de su ayuda y valimiento en cualquier angustia y necesidad en que se vieran, no dudando de ser remediados y consolados y en la certeza y seguridad de que el Padre los atendera y ejercitara con todo empeo su caridad y oficios en su favor y remedio. Justo premio y remuneracin que la Divina Providencia conceda aun de presente a los hombres apostlicos que se sacrifican generosamente dedicndose totalmente al bienestar y salvacin de los prjimos. 'Me dedico en la iglesia al culto', y algunas veces haca ms de lo que podadice en las citadas notas del mismo Padre, con singular laconismo y modestia. Estaba muy bien relacionadoaade con todos los elementos de la sociedad, y contaba hasta con la proteccin de los americanos. No, no me puedo quejar de Panam, siendo colombiana y antes de independizarse; pero mucho menos cuando se independiz y se proclam en Repblica, que me trat mejor y me dio pruebas de estima y consideracin que no olvidar jams. Y no digo ms, por 127

que si tiene empeo en saberlo, todava hay gentes que me conocen." No le falt al Padre Garca la aureola del sufrimiento. As sucedi: "De buena gana le diraescribe el Padre Bernardino, en carta particulartodo cuanto cierto seor nos hizo sufrir; pero no, pues usted debe estar enterado, y no hay para qu, mejor es no 'meneallo'. Hizo cuanto pudo; influy en los peridicos malos, me calumniaron; pero nada me import, pues la gente me conoca, y sus dardos o se embotaron, o se volvieron contra ellos mismos." Laconismo que dice con sencilla elocuencia cuanto deseara saber el lector, y que a la par deja traslucirse fcilmente todo lo dems, la verdad de nuestra afirmacin, de que lejos de faltarles a nuestros misioneros la prueba de las tribulaciones y contradicciones, tocles apurar el cliz amargo de la oposicin y adversidad en su apostlica misin en Panam y el Darin. Adems, una revolucin perseguidora de los misioneros los hizo salir del Archipilago Filipino y arribar penosamente a Panam, y cuando apenas haban emprendido sus trabajos y tareas apostlicas en el nuevo campo que la Providencia les haba deparado, levantse en armas el liberalismo en Colombia contra el Gobierno Conservador y si bien es cierto que en Panam, fuera de las penalidades y adversidades comunes a todos que ocasiona toda guerra y revolucin, no tuvieron que sufrir en particular y en su carcter de misioneros, como tampoco los del Darin, no sucedi lo mismo a los de Tumaco, sino que uno de ellos singularmente, el Padre Gerardo Larrondo, fue vctima escogida y bien atormentada de ella. "Llegamos a Panam el 16 de abril de 1899dice el Padre Bernardinoy en octubre siguiente se declar la guerra en Colombia, y desde el principio comenzamos a padecer. Como es natural, yo que estaba al frente de la casa me declar a favor de 128

los conservadores, y como era tambin capelln del batalln Colombia, me propuse con dos almas buenas: la seorita Mara Arias y la seora viuda del seor Luna, establecer un hospital de sangre, donde pudieran ser asistidos tanto los heridos del gobierno como los del campo contrario, como gracias a Dios sucedi, consiguiendo que no muriera ninguno sin los sacramentos. Al finalizar la guerra tuve que asistir en sus ltimos momentos al General Victoriano Lorenzo, sentenciado a la ltima pena y ejecutado el da 15 de mayo de 1903, por motivos polticos, en los cuales yo nunca me met. Los Padres del Darin y Chepo tampoco padecieron por este motivo, pues nadie se meti con ellos, mas si con los de Tumaco, como es del dominio pblico en Colombia." A todo lo cual se ha de agregar la pena amarga y tribulacin grande que tuvieron por la muerte de varios compaeros ocasionada por las fiebres contradas en la misin del Darin, como los Padres Mallagaray, Lascaray, Melitn Martnez, Cndido Prez y Justo Ecay, que vino de Manizales a Panam de capelln del Ejrcito del Gobierno con el Padre Eusebio Larranzar, y muri de fiebres luego que
lleg.

Los historiadores panameos recuerdan la figura apostlica del Padre Bernardino Garca en la ejecucin del General Victoriano Lorenzo. "Temporalmente acuartelada en Chiriqu, estaba la primera compaa del batalln Carlos Holgun; y fueron doce hombres de esta compaa, escogidos por sorteo, los que llevaron a efecto la ejecucin. El reo haba recibido la gracia de los auxilios espirituales por medio del Padre Bernardino, ilustradsimo sacerdote espaol de destacada actuacin en Panam. "Entre los doce hombres de la escolta al mando del subteniente Colombia Solrzano, y llevando a su 129

lado al Padre Bernardino quien tena entre sus dos manos un crucifijo de color negro y aproximadamente de un decmetro y medio de tamao, apareci el reo. Con visible decaimiento moral y tambin fsico, sostenido por el sacerdote, atraves el ancho patio... Llegados al lugar de la ejecucin, la escolta march veinte pasos al frente. El reo se dej caer en la silla lista para recibirlo. Redoblaron con lgubre acento los tambores: Rrrrrrrrr... Y el pregonero ley la sentencia." "Sentse Victoriano y tom de manos del sacerdote el crucifijo benditoslo le quedaba a la hora de la prueba, este amigo de los dbiles. Se coloc el crucifijo sobre el pecho; pero el sacerdote, sabido ya el momento, se lo quit alejndose luego." Se oy la voz de la justicia: "Atencin! Preparen! Apunten! Fuego!" La bala fue piedosamente certera. Instantneamente muerto, Victoriano dej caer la cabeza; su cuerpo se inclin a un lado. El Padre Bernardino rezle los oficios fnebres. Y a continuacin, con voz intensamente emocionada, dej or una magistral oracin fnebre, joya de oratoria de gran mrito. Las palabras finales eran: "Victoriano Lorenzo ha entregado su cuerpo a la justicia de los hombres; pero su alma ha volado a Dios." (R. W. D.) El Padre Bernardino Garca por su celo apostlico y amor a Panam fue invitado para impartir la bendicin a la primera bandera de la Patria, como puede verse por los siguientes prrafos entresacados de un artculo publicado en La Estrella de Panam, por Manuel J. Navas, con motivo de celebrarse el sexagsimo sexto aniversario de tan trascendental acontecimiento: "Se cumplen en este 20 de diciembre de 1969 sesenta y seis aos de un acontecimiento histrico de gran significacin que se llev a efecto en la ciudad 130

de Panam en los albores de nuestra cara Repblica... "La Plaza de Armas de Francia luca de gala y en ella se destacaban banderas con los colores nacionales, festones y pencas de palma. En sitio de honor se destacaba la bandera de Panam, al cuidado de sus dignos y respetables padrinos: Procer don Jos Agustn Arango, padre de la Repblica, y doa Manuela Mndez de Arosemena, el doctor y Procer don Gerardo Ortega y doa Lastenia Uribe de Lewis. Una gran sensacin y patritico jbilo debieron sentir los presentes, cuando el reverendo Padre Agustino Recoleto Fray Bernardino Garca de la Concepcin, revestido con los ornamentos correspondientes procedi a bendecir y a bautizar a la bella y gloriosa bandera de Panam. Era la primera vez que el sagrado Smbolo Patrio reciba la honra de la gracia de la fe. Es de suponerse que al concluir la ceremonia religiosa, miles de panameos jubilosos aplaudieron para rendir tributo a la bandera de Panam que recibi despus en solemne acto el juramento de los batallones presentes y de todos los ciudadanos que acudieron a la Plaza de Armas para presenciar el bautismo de la bandera de Panam y rendir homenaje a la Patria representada en Ella. "La nacin debe recordar con respeto y aprecio a los dignos padrinos y madrinas de la bandera... y al capelln Fray Bernardino Garca de la Concepcin, oficiante de la ceremonia." Ernesto Castillero R. se refiere a este solemnsimo acto en la revista pocas: "La ceremonia de la bendicin de la primera bandera de Panamescribeestuvo revestida de la pompa militar que se acostumbra en estos actos. En la Plaza de Armas (hoy Plaza de Francia), ante el batalln uniformado de gala y gran concurrencia de pblico, el capelln Castrense Fray Bernardino 131

Garca de la Concepcin, Agustino Recoleto, bendijo la bandera, y a continuacin pronunci una oracin, elocuente como todas las suyas, para explicar la trascendencia del acontecimiento y el significado del juramento que se iba a tomar a la tropa y oficiales inmediatamente. Hacemos destacar el siguiente perodo del emotivo discurso de Fray Bernardino en aquellos solemnsimos momentos en que el batalln Colombia jurara lealtad a su nuevo pabelln confeccionado por las delicadas manos de las mujeres panameas." "Pero advertid, os ruegodijo el orador, la importancia del acto religioso que vais a realizar. Los cielos y la tierra, los ngeles y los hombres, van a ser testigos de vuestro juramento, y Colombia toda presta odos a la promesa solemne de consagrar vuestras vidas y perderlas si fuere necesario, en defensa de lo que esa bandera significa, que es la justicia y la fe..." "Terminadas las palabras del ministro de Dios, el General Albn tom juramento a los militares. Jefes, oficiales y soldados del batalln juraron presentando armas, y dieron vivas a la Patria y a su caudillo, el General Albn. Acto continuo, el nio Bartolom Calvo recit una composicin alusiva a la bandera" ("Las banderas colombianas en el Museo Nacional", por Ernesto Castillero R., pocas, octubre, 1953). En plena actividad encontr la gera declarada en octubre de 1899, a los Padres Agustinos Recoletos. Encargados de mltiples ministerios en Panam, trabajaban incansables en las misiones del Darin a ellos confiadas, adems de administrar Chepo y otras localidades, carentes de la labor sacerdotal. Ninguno de estos benemritos ministros del Seor se mezcl en la poltica del pas, entregados por completo a la obra evanglica. A continuacin consignamos la lista completa de 132

los misioneros espaoles, procedentes de Filipinas que arribaron a Panam, aunque no todos permanecieron mucho tiempo en el Istmo. Con el Padre Fray Patricio Adell de San Macario, vinieron los Padres Fray Marciano Landa del Rosario; Fray Medardo Moleres del Sagrado Corazn de Jess; Fray Indalecio Ocio de San Jos; Fray Cndido Prez de la V. de Uju; Fray Gerardo Larrondo de San Jos; Fray Fermn Cataln de San Jos y el Hermano Fray ngel Cemborin de San Sebastin. Con el reverendo Padre Fray Flix Guillen: Padres Fray Julin Cisneros; Fray Bernardino Garca; Fray Francisco Mallagaray; Fray Isidoro Musitu; Fray Celestino Falces; Fray Eusebio Ortuoste; Fray Antonio Armendriz; Fray Hilario Snchez; Fray Melitn Martnez; Fray Paciente Corral; Fray Miguel Lascaray y Fray Demetrio Azqueta. De los cuales, excepto Guillen, Bernardino, Mallagaray, Falces, Hilario Snchez y Miguel Lascaray siguieron a Venezuela. Los Padres Larrondo y Melitn fueron destinados despus a Tumaco. El Padre Hilario, con dos Padres ms, que vinieron ms tarde y que suponemos fueron Fray Joaqun Igzquiza y Fray Len Ecay, hermano de Justo, encargronse de la parroquia de Chepo, los cuales se ausentaron luego, y el primero fue destinado a Guapi, en la Costa del Pacfico, perteneciente a Colombia. "Terminada recientemente la revolucin mediante el tratado celebrado el 22 de noviembre de 1902, a bordo del Wisconsin, surto en la baha de Panam, por los representantes del Gobierno y los de la revolucin en el Istmo al mando del General Benjamn Herrera; y proclamada la repblica de Panam, separndose de Colombia, el 3 de noviembre de 1903, con el apoyo de los norteamericanos; la situacin poltico-religiosa cambi desde esa fecha completamente. Porque merced a esa separacin poltica y transformacin, el liberalismo istmeo se apoder 133

del poder, y el 'nuevo Gobierno, a pesar de las promesas hechas al limo, seor Junguito por el primer Presidente de la recin nacida Repblica, doctor Manuel Amador Guerrero, no pudo ocultar sus tendencias anticatlicas' (Historia de los Obispos de Panam). "Ya en la Asamblea constituyente, reunida para elaborar la Constitucin de la nueva Repblica, al discutirse los que son hoy arts. 35 y 36 de la Constitucin Nacional, se suscitaron como era de esperarse, discusiones interesantes y vehementes. Los conservadores queran dejar consignado el principio constitucional de que en la Repblica sera 'tolerada' la profesin de todas las religiones, previo el reconocimiento de que la catlica es la de la nacin; y los liberales sostenan la libertad de cultos'. Tres das en sesiones diurnas y nocturnas, se discuti la cuestin, ganndola al fin los liberales, que eran 17 contra 15 conservadores." "Para atenuar los efectos desagradables de una discusin doctrinaria como aqulla, y dado el deseo que haba de mantener unidos los nimos de los convencionales, stos convinieron, a mocin del seor don Nicols Victoria J. declarar y afirmar en la Constancia de la Constitucin de que la Religin Catlica es la de la mayora de los habitantes de la Repblica." Las legislaturas nacionales de la nueva repblica, cul ms, cul menos, se han inspirado en las mismas ideas y en los mismos sentimientos liberales; los cementerios fueron declarados laicos; se intent imponer la enseanza laica, aunque no se consigui; se declar la separacin de la Iglesia y del Estado; no se reconoci el Concordato celebrado en 1887 por la Santa Sede con la Repblica de Colombia; se repudi la obligacin de pagar a la Dicesis la deuda contrada por el Gobierno colombiano en restitucin de los bienes de que fue despojada, y que pasaron a manos de particulares, que actual 134

mente los poseen; no se respetaron los das de fiesta religiosos, obligando a trabajar en ellos cuando cayeran en da de semana; se prohibi la asistencia oficial de las escuelas a los actos religiosos; se declar el matrimonio civil obligatorio; se "estableci el divorcio legal; y, en fin, se han dado otras leyes que abiertamente proclaman que el movimiento separatista no slo fue respecto de Colombia, sino tambin respecto de la Iglesia" (pgina 303, Obra citada). Sin embargo es menester aadir que el Gobierno panameo, al menos desde hace varios aos, lejos de mostrarse hostil a la Santa Sede, ha dado pruebas, si no de verdadera amistad y cordialidad, s de hallarse en las mejores disposiciones para con ella; como se ha visto desde que hacia el ao 1910 present al Gobierno las Credenciales el primer representante que envi el Santo Padre al Gobierno de la Repblica de Panam, y se apresur ste a corresponderle nombrando el suyo ante el Vaticano, y continuando despus las muestras de su deferencia a los representantes del Papa, que se han ido sucediendo en adelante; habiendo sido recibidos, no slo segn lo pide el protocolo de la diplomacia, sino en forma ms sincera y cordial en obsequio a la mayora catlica del pas. Desde enero de 1949, la Santa Sede se ha dignado conceder a Panam un encargado de negocios, oficio que desempe con exquisita competencia Monseor doctor Pablo Bernier. Con todo, el cambio poltico del Istmo, estmese favorable o contrario a sus intereses panameos, con tendencias anticatlicas o no conformes con la mayora de los catlicos del Istmo, y aun si se quiere, adversas, parece que no entorpeci lo ms mnimo el progreso religioso de la iglesia de San Jos desde el advenimiento de nuestros Padres filipinos, antes al contrario, acrecentse ms cada da y continu progresando despus de la independencia de Colombia, segn lo atestigua el citado Padre Ber 135 -

nardino, quien al frente de ella sigui desplegando su apostlico celo, las alas de su actividad bienhechora, aunque teniendo que luchar victoriosamente con el hombre enemigo del Evangelio. Pero no se puede decir lo mismo de las misiones del Darin que, despus de heroicos esfuerzos y sacrificios, llevados a cabo por sostenerlas, fue necesario entregarlas al seor Obispo, ilustrsimo seor don Javier Junguito, que sucedi en 1901 al ilustrsimo seor Peralta, muerto el 8 de julio de 1899, con harto dolor y sentimiento de los Padres por la prdida de tan ilustre protector, no menos que de todos los panameos. Con la restauracin del templo josefino y la popularidad de los Padres Agustinos Recoletos, principalmente del Padre Bernardino Garca, el barrio de San Jos, junto con el de Santa Ana, Santo Domingo y otros, se fue haciendo muy popular y renombrado, contribuyendo a esto la proximidad de la Plaza de Herrera. A ello aluden algunos prrafos de un artculo del historiador Ricardo A. Pardo, publicado en La Estrella de Panam, en enero de 1972. "Barrios tan interesantes como los que mencionbamos, por ejemplo, los barrios de San Francisco, San Jos, la Catedral... y algunas calles ya existentes con antelacin a la fundacin de la Repblica." "A raz de la separacin de Colombia los barrios anteriores de la ciudad fueron muy renombrados, Chiriqu, San Francisco, Santo Domingo, San Jos..." "Quienes vivieron el Panam de ayer pueden hablar con precisin sobre el atraso con que se desenvolva la existencia del pueblo panameo, la pobreza, y, aun cuando haba miseria, no se explotaba al consumidor ni al arrendatario en la forma en la que en la actualidad se advierte." "Era un Panam divertidsimo, alegre: Tiempos en que la juventud menos vocinglera, pero ms po 136

sitiva, ms sana en todos sus empeos, daba claras muestras de civismo." "En la mayora de los antiguos barrios hubo siempre un agitar de sano patriotismo. El respeto por los mayores y el cuido de las buenas costumbres eran normas obligantes tanto de los padres como de las autoridades." "Oh, los barrios antiguos! Oh, el Panam de ayer!..."

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Vocal nm. 2, Srta. Elvira Amador, por 19 votos. Tesorera, Fana Linares, por 37 votos. Secretaria, Florita Hincapi, por 22 votos. Celadora 1.a, Julia Cucaln, por 12 votos. 2.a, Sebastiana Lpez, por 9 votos. " 3.a, Josefa Cucaln, por 8 votos. " 4.a, Raquel Prez, por 8 votos. " 5.a, Raquel Alba, por 7 votos. " 6.a, Josefina Cucaln, por 7 votos. " 7.a, Carmen Vzquez, por 7 votos. Celador 8., Sr. Jos Escudero, por 7 votos. XII LA HERMANDAD DEL PATRIARCA SAN JOS, COLUMNA VERTEBRAL DEL CULTO EN EL TEMPLO JOSEFINO.EL PADRE BERNARDINO GARCA EMBARCA PARA ESPAA. CAMBIO COMPLETO EN LA COMUNIDAD DE AGUSTINOS RECOLETOS.GRAVE CONTRATIEMPO Y PRETENSIN INJUSTA Acta primera de la Hermandad de San Jos En la ciudad de Panam, capital de la Repblica de su nombre a 16 de agosto de 1908, reunidos a instancias del reverendo Padre Fray Bernardino Garca de la Concepcin, las seoras, seoritas y caballeros que desean formar la Cofrada de San Jos, despus de haber manifestado dicho Padre cul era el objeto de la reunin, que no era otro sino fundar cannicamente dicha Cofrada en honor de tan glorioso Patriarca, se procedi a elegir los dignatarios que deben integrar la Junta Directiva de la misma, y resultaron electas: Presidenta, Srta. Mara C. Sosa, por 38 votos. Vicepresidenta, Srta. Estela Icaza, por 25 votos. Vocal nm. 1, Srta. Hortensia Jovan, por 26 votos. 138 Reverendos Padres directores de la Hermandad R. P. Bernardino Garca de la Concepcin, Fundador, 1908. Doroteo Ocn de San Luis Gonzaga, 1916. Antonio Roy del Pilar, 1920. Pedro Cuartero, 1921. " Leornardo Azcona, 1925. " ngel Marcos, 1926. Leonardo Azcona, 1930. Flix Prez, 1933. Antonio Roy, 1933. " Marcos Bartolom, 1939. " Alfonso Oficialdegui, 1939-1970. Las presidentas de la Hermandad Srta. Mara C. Sosa, 1908. " Carmen de la Guardia, 1916. Sra. Da. Lastenia U. v. de Lewis, 1919. " Da. Guillermina D. de Arias, 1926. " Da. Aura A. de Alemn, 1930. " Da. Guillermina D. de Arias, 1936. " Da. Ana Pacheco de Vzquez, 1941 " Da. Julia H. de Paredes, 1946. " Da. Ana Josefa de Arango. Srta. Edelmira Moreno. 139

Junta Directiva de la Hermandad de San Jos, 1948 Presidenta: Da. Julia H. de Paredes. Vicepresidenta: Da. Ana Josefa de Arango. Secretaria: Srta. Carolina Lombardi. Vicesecretaria: Srta. Elvira Figueroa. Tesorera: Da. Carmen Aminta de Duque. Vicetesorera: Srta. Josefina Alderete. Vocales Celadoras:
>ro 1. Srta. Mara Arosemena. 2. Srta. Josefina Cucaln. 3. Srta. Edelmira Moreno. 4 0 Srta. Ernestina Cucaln. 5." Srta. Eudoxia Quintero. 6. Da. Josefa de Villalaz. 7. Srta. Virginia Fierro. 8. Srta. Bertilda Arjona. 9 0 Da. Julia de Paredes. 10. Da. Virginia G. de Vieto Guardia. 11. Srta. Elvira Figueroa. 12. Srta. Josefina Alderete. 13. Da. Carmen Aminta de Duque. 14. Srta. Ernestina Abrahams. 15. Da. Catalina de Abad. 16. Srta. Guillermina Icaza. 17.o Srta. Andrina Francis. 18. Da. Ana Josefa de Arango. 19.*> Da. Rosala Arosemena. 20. Srta. Guillermina Esquivel. 21. Da. Amparo de Sotomayor. 22. Srta. Carolina Lombardi. 23. Da. Ana C. de Pimentel. 24. Da. Luisa, viuda de Gordn. 25. Da. Delia Alfaro de Capar. 26. Da. Ederlinda Ayala de Carrasco. 27. Srta. Juanita Alan.

ria de Dios Nuestro Seor, especialmente en el augusto Sacramento de la Eucarista. Procurar la devocin y el culto del Glorioso Patriarca San Jos para mejor merecer su proteccin poderosa sobre la Iglesia Catlica y sobre los socios de esta Hermandad. Fomentar la fe y la prctica de la vida cristiana en las familias catlicas. Trabajar con los medios ms oportunos para atraer a la prctica de nuestra Religin a los individuos y familias que vivan apartados de ella. Dedicarse a actividades religiosas y sociales, como catequesis, Obra de Vocaciones, Talleres de Caridad de Santa Rita en favor de los pobres, Obra Social de San Jos en favor de los Ancianos, etc. Lleg el ao 1910, en que, habiendo pasado los desastres de las misiones Filipinas, y recuperado la congregacin de Agustinos Recoletos su normalidad y rgimen constitucional, los Superiores de la misma ordenaron que la casa de Panam y las misiones de Tumaco en la costa del Pacfico se entregaran a la Provincia de la Candelaria en Colombia, dando opcin a los religiosos que las ocupaban para continuar en ellas bajo la dependencia de los superiores de aqulla, o de trasladarse a la de San Nicols de Tolentino de Espaa y Filipinas a que haban pertenecido, si as lo queran. Apoyados en esta disposicin, los Padres Fray Bernardino Garca, Fray Celestino Falces y Fray Gerardo Larrondo, nombrado Maestro de Novicios de Espaa, determinaron trasladarse a la Patria, y el Padre Fray Hilario Snchez que estaba en Tumaco opt por quedarse, incorporndose a la Provincia de la Candelaria. Poco antes mand de Bogot el Padre Provincial a los Padres Marcos Bartolom y Fray Regino Maculet a visitar la casa de Panam y las de la Costa del Pacfico e informaran luego sobre la resolucin que tenan de quedarse o de trasladarse a Espaa, para segn esto, disponer del personal que 141

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Fines de la Hermandad: La Hermandad de San Jos se propone entre otros fines: Promover la glo 140

les reemplazara en dichas casas. Con ellos vino t a m bin el Padre Doroteo Ocn, con destino a la de P a n a m por motivo de salud. Por tanto, sabida la determinacin de dichos P a dres, informado el Padre Provincial de la Candelaria, m a n d al Padre Fray Pablo Planillo, n o m brado superior de la casa de P a n a m , al Padre F r a y Valeriano Tanco, como compaero, los cuales con el Padre Ocn, sucedieron en ella a los anteriores, y luego a los Padres Fray Rufino Prez y Antonio Roy a la de Tumaco y misiones de la Costa. No hay por qu decir lo mucho que sintieron los p a n a m e o s la salida del Padre Bernardino Garca de la iglesia de San Jos y su viaje a Espaa, e s t a n do t a n bien relacionado con todas las clases de la sociedad p a n a m e a y en pro de la cual haba t r a bajado t a n t o d u r a n t e varios aos y en poca de t a n t a s calamidades. Sin embargo, los nuevos Padres animados del mismo espritu agustino recoleto y bien posesionados de la misin que se les haba e n comendado, supieron continuar la labor de sus a n tecesores con tal arte y celo, que los feligreses y devotos de la iglesia de S a n Jos casi no advirtieron el cambio y continuaron como h a s t a entonces frecuentando la iglesia y contribuyendo con la m i s m a generosidad y ayuda al esplendor del culto y a las reparaciones y mejoras que se fueron haciendo en ella. Con la mejor buena fe y celo por la gloria de Dios y el bien espiritual de los fieles hallbanse t r a b a j a n d o los Padres venidos de Bogot, cuando de i m proviso y sin saber cmo, vironse asaltados del temor de ser despojados de su estimada iglesia de San Jos. Cmo fue eso? Parce ser que al visitar la Comunidad de P a n a m por esos das 1 de noviembre de 1910, el reverendsimo Padre Vicario General Fray Enrique Prez de la Sagrada Familia, de paso p a r a Bogot, advirti en seguida la estrechez y malas condiciones de la casucha infeliz que h a b i 142

t a b a n . Despus de haber visitado personalmeifte al seor Obispo, le dirigi un c a r t i t a muy a t e n t a avisndole su viaje p a r a Bogot, y suplicndole al m i s mo tiempo otorgara a los Padres licencia p a r a ens a n c h a r y mejorar la casita en que moraban, i n a decuada e n t e r a m e n t e p a r a observar en ella la vida y la disciplina regular. P a r a cuya inteligencia es de advertir que, al encargarse del culto de la iglesia de San Jos los anteriores Padres, segn queda dicho, no encontraron casa en que morar, por haber sido vendido el antiguo convento en la desamortizacin. Pero el ilustrsimo seor Obispo Peralta compr en la p a r t e de atrs, j u n t o a la m u ralla, u n taller de carpintera adosado a la iglesia, construido sin duda despus de la extincin de la comunidad, e hizo p r e p a r a r u n a casita provisional p a r a que la ocuparan los Padres. Se h a dicho que el seor Obispo deseaba donarla a ellos, y h a s t a que lleg a p r e p a r a r la escritura de donacin, pero la m u e r t e que lo arrebat al poco tiempo, le impidi realizarlo. La casa h a b i t a d a por los Padres qued, por consiguiente, perteneciendo a la Mitra p a n a mea, y por eso el reverendo Padre Prez, Vicario General de los Agustinos Recoletos, acudi en su solicitud al seor Obispo. La contestacin a ella fue u n a negativa rotunda, alegando que la Mitra la necesitaba p a r a colocar en ella a otros Padres que se encargaran de las misiones del Darin, y adems que se dispusieran a entregar tambin la iglesia p a r a esos mismos m i sioneros. Ante amenaza t a n perentoria, qu hizo el P a d r e Vicario General de Agustinos Recoletos? Recurrir a Roma, a la S a n t a Sede, fuente y asiento n o solamente de la verdad, sino tambin de la j u s ticia. Entre t a n t o la Sagrada Congregacin de Religiosos pidi informara sobre el asunto el seor Obispo de P a n a m , quien m a l aconsejado y peor informado, rindi su respectivo informe fundando su derecho a la propiedad de la iglesia de San Jos 143

en que la comunidad la haba abandonado y dejado voluntariamente desde el ao 1844, y pqr tanto haba pasado a poder de la Mitra. Y como se demostr luego brillantemente con pruebas irrefragables la falsedad de este aserto, la Sagrada Congregacin, despus de maduro examen sobre la cuestin, fall en favor de los Agustinos Recoletos contestando que continuaran en posesin pacfica de su iglesia, y en ella han continuado, gracias a Dios, sin otra contrariedad, trabajando en su sagrado ministerio y haciendo el bien con alegra y satisfaccin de los buenos panameos. Esperamos que no se volver a presentar en adelante semejante contratiempo, un vez que adems de ese tan respetable y autorizado fallo, la comunidad est en posesin de la escritura de donacin de la casa, hecha ms tarde en favor de aqulla por el ilustrsimo seor Arzobispo de Panam, doctor don Guillermo Rojas y Arrieta, guiado seguramente del espritu de Dios y de la justicia, y a quien por ello habr recompensado con largueza la Divina Providencia. En el libro Fundaciones y Noticias que public en Bogot, el ao 1950, el Padre Eugenio Ayape, se habla ms largamente sobre este pleito suscitado alrededor de la propiedad de iglesia y casa. Y se transcribe la respuesta de la Sagrada Congregacin de Religiosos, favorable a la Comunidad. En Roma actu con gran competencia el Padre Francisco Sdaba, procurador General de la Orden de Agustinos Recoletos. XIII EL PADRE NGEL VICENTE, SUPERIOR. INAUGURACIN DEL RGANO. RESTAURACIN DEL ALTAR DE ORO. CONSTRUCCIN DE LA N U E V A CASA. LA PARROQUIA DE DAVID En el mes de enero de 1911 se celebr el Captulo Provincial de la Candelaria en Bogot, despus de haber transcurrido ms de cuarenta aos de la celebracin del anterior, por haberlo impedido la turbulencia de los tiempos en Colombia, y como es de rigor constitucional en la Orden de Agustinos Recoletos, la renovacin de los cargos en la administracin de las casas religiosas de su dependencia y jurisdiccin, tocle tambin a la de Panam, y fue nombrado para regirla el Padre Fray ngel Vicente de la Concepcin, que estando a la sazn de maestro de Novicios en Espaa, trasladse al tener noticia a Panam. Llegado a ella hzose cargo de la administracin y en asocio de los Padres Doroteo Ocn y Valeriano Tanco, ardiendo por el celo de la gloria de Dios y el bien espiritual de las almas, y bien adiestrado como estaba en las tareas del sagrado ministerio, dio gran impulso al culto en la 145

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iglesia, al pulpito, confesonario y a las dems labores que desempeaban los Padres de P a n a m . El P a d r e Doroteo hace la siguiente referencia: "Estando, pues, en compaa del Padre Fray Valeriano Tanco, lleg a sta el Padre Fray ngel Vicente de la Concepcin, nombrado en Captulo superior de la Residencia. Ya haba comenzado el curso escolar, y t a n t o el Padre Tanco como un servidor tenamos bastantes horas de clases de religin, m u y bien retribuidas. Esto mismo se hizo con el P a d r e ngel Vicente, quien de muy buen grado acept el cargo (de dar otras clases). El culto fue en aumento cada da, de suerte que n u e s t r a vida en P a n a m j a m s fue descansada, ni siquiera en m u c h a s noches del ao. Tratndose de confesiones a enfermos aseguro que se nos buscaba m s que a cualquier otro. Sin duda alguna puedo asegurar que el P a d r e ngel Vicente hizo mucho bien en las almas, t a n t o desde el pulpito como en el confesonario, sobre todo en este ltimo al que era muy consagrado, a pesar de sufrir de los riones. De todos fue respetado y apreciado. P a r a dignificar m s el culto divino pens en conseguir un rgano. Me lo manifest a m y, lanzada nuestra idea al pblico, tuvo muy buena acogida. Hicimos listas de las personas principales, y se entregaron a quienes gozaban de muy buena reputacin. Y, gracias a Dios, se recogi lo suficiente p a r a emprender esa obra, teniendo el gusto de inaugurarla en d i ciembre de 1913. Muchsimo gust a todos el rgano que, en su clase, declaro que es el mejor que he visto. Sus quince registros son de lo m s escogido, y el conjunto muy acomodado a la iglesia. Con l tuvo nuevo atractivo p a r a los fieles nuestra iglesia, a u m e n t a n d o b a s t a n t e l a s funciones religiosas con canto. "El costo total h a sido de B./ 4.200 oro; su i n s talacin fue h e c h a por nosotros mismos con la ayuda del Padre Fray Leonardo Azcona, A. R., que accidentalmente se encontraba en esta Residencia 146

con los Padres Manuel Fernndez de San Jos y Samuel Ballesteros, en viaje p a r a fundar en los Estados Unidos, y dedicados al aprendizaje de ingls. "Estando p a r a t e r m i n a r el perodo de Superior escribe el Padre Doroteo Ocn, pens el Padre ngel aprovechar la circunstancia de hallarse en sta u n buen obrero espaol, decorador y dorador, el seor Agustn Donderis, p a r a r e s t a u r a r el g r a n dioso a l t a r mayor de n u e s t r a iglesia, cuyo dorado colonial h a b a desaparecido y se h a l l a b a m u y arruinado. A pesar de lo dispendioso de la obra, nos determinamos a emprenderla muy confiados en la ayuda de los fieles. La consecucin de los fondos, lo mismo que la del rgano y otras obras, quedo casi exclusivamente a mi cuidado. Hicimos el contrato, y acto seguido comenz la restauracin, quit a n d o al altar todo lo d a a d o por la accin del tiempo, desde que los Padres salieron de P a n a m . Como el altar es de estilo churrigueresco, las molduras estn hechas a capricho, y por t a n t o , su i m i tacin p a r a reponer las d a a d a s , fue de u n trabajo y costo muy considerable. P a r a la consecucin de los fondos p a r a esta y las dems obras, debo hacer muy especial mencin de u n a muy pobre, pero h o n radsima seorita llamada Hersilia Escala, que con sin igual consagracin, recogi cuanto se hizo n e cesario p a r a conseguir las sumas que requeran las obras emprendidas en n u e s t r a iglesia. Desde el p r i n cipio de esta obra no falt, a Dios gracias, lo necesario p a r a ir cubriendo los gastos que ocasion a b a ; y h a s t a el final de la m i s m a fue as: Laus Deo". Entre t a n t o lleg el ao 1915, y celebrado el Capt u l o provincial e n Bogot, fue elegido e n l p a r a el cargo de Vicario Provincial de la Casa de P a n a m, y de las misiones de Tumaco, el Padre F r a y Doroteo Ocn de San Luis Gonzaga. En tal virtud continu dicho Padre su residencia en P a n a m h a s t a el ao 1918 en que termin su perodo, y despus el siguiente como Presidente de la casa de 147

Panam hasta el de 1921, que fue elegido Superior del convento de noviciado de Sos en Espaa por el Captulo Provincial, celebrado ese ao en Bogot. Durante esos aos y auxiliado ya por unos, ya por otros Padres como experto y conocedor de las necesidades y costumbres panameas y bien apreciado por sus habitantes, pudo el Padre Ocn continuar con brillo y fruto espiritual de los fieles devotos de la Iglesia de San Jos el culto y las diversas ocupaciones de la Comunidad y coronar varias obras y hechos notables. El 14 de mayo de 1916, segn consta en sus notas y en recordatorios que an se conservan, tuvo lugar la bendicin e inauguracin del altar mayor terminado de dorar, y la bendicin de las preciosas imgenes de San Agustn y Nuestra Seora de la Consolacin, adquiridas en Espaa y que se expusieron a la veneracin en el mismo altar. Revisti tal solemnidad y aparato, que constituy un verdadero acontecimiento en Panam. Fue hecha y presidida por el ilustrsimo seor Obispo de la Dicesis, doctor don Guillermo Rojas y Arrieta, y con la asistencia de unos seiscientos padrinos, colectndose con ese motivo como mil dlares. Con esta limosna pudo acometerse la obra del arreglo y composicin de los dems altares y la consecucin de nuevas y lindas imgenes que era de suma necesidad para el ornato de la iglesia y devocin de los fieles, la compra adems de una custodia y ornamentos con otras cosas no menos importantes para el culto. El 28 de mayo de 1920 arribaron a Panam las Religiosas Franciscanas de Mara Inmaculada, presididas por la Madre Caridad, Superiora General de la Congregacin. Fueron fundadoras Sor Mara Francisca, primera Superiora del Colegio, Sor Mara Aquilina, Sor Mara Avelina y Sor Mara Luisa. La primera fundacin del Colegio fue en las ruinas de Santo Domingo, en el "Arco chato", con veinte 148

alumnas. Al ao siguiente se traslad el Colegio a una casa junto a la iglesia de San Jos; doa aos ms tarde a otra, llamada San Felipe, donde funciona actualmente el Colegio Comercial de Mara Inmaculada, perteneciente a la parroquia de San Jos. La matrcula que en su primer ao cont veinte alumnas, el 28 de mayo de 1970, fecha de las Bodas de Oro de fundacin panamea, asciende a cuatro mil aproximadamente, en los varios Colegios que regentan las Madres Franciscanas en el Istmo. Recordamos estos datos histricos, porque desde los primeros das de la llegada de las Madres Franciscanas a Panam fueron atendidas por la Comunidad de Padres Agustinos Recoletos, principalmente por el Padre Superior, Padre Antonio Roy. Atencin espiritual que la familia agustiniana ha continuado sin interrupcin a la familia franciscana con fraterna caridad en los cincuenta aos; y a la vez, ha sido correspondida por las Madres con el espritu del Serafn de Ass de paz, sencillez y amor. Su cooperacin y ayuda han sido valiossimas, sobre todo en la catequesis y culto del templo josefino. Terminado en 1921 el cargo del Padre Doroteo, quien sucedi al Padre ngel Vicente, y trasladado al priorato del convento noviciado de Sos en Espaa, le sucedieron en el de la residencia de Panam desde ese ao hasta el presente de 1932, los siguentes Padres: Fray Pedro Cuartero del Pilar; Fray Antonio Roy del Pilar; Fray Eusebio Larranzar de la Virgen del Puy; Fray Leonardo Azcona del Sagrado Corazn de Jess; Fray ngel Marcos de la Sagrada Familia y el Padre Azcona nuevamente, desde el ao 1929. El Padre Leonardo Azcona fund en el ao 1930 la Archicofrada de Nuestra Seora de la Consolacin, que tanto ha contribuido en el fomento de la devocin a la Madre de Dios y, en particular, a la Santa Correa, no slo en la capital, sino en el interior de la Repblica de Panam. Todos los mencionados superiores, cul ms, cul menos, 149

han rivalizado en la obra del sagrado ministerio por el decoro del templo, el fomento y la religiosidad del culto, la administracin de los sacramentos a los fieles; la consecucin de paramentos e imgenes, la inauguracin y sostenimiento de las confraternidades de San Jos, Nuestra Seora de la Consolacin, Santa Rita y la de la Pa Unin de San Nicols de Tolentino, amn de otras actividades no menos sagradas, benficas y laudables. Al Padre Antonio Roy es preciso abonarle en particular la obra de la nueva casa residencia de los Padres que hizo construir de nueva planta sobre el solar mismo de la casucha antigua, que hubo de destruirse totalmente. Falleci el Padre Roy en El Fresno, California, EE. UU., el 12 de julio de 1968. En este perodo y por breve tiempo tuvo su residencia en Panam el celebrrimo escritor Padre Pedro Fabo, fundador de la Academia de la Lengua Panamea, correspondiente de la Espaola, cuyo trascendental hecho le ha granjeado universal renombre y, en atencin a lo cual el Gobierno espaol le nombr, por Real decreto, hijo benemrito de la Patria. En Panam dict conferencias y escribi artculos literarios en la prensa con estilo inimitable. Los hombres ms calificados le han colmado de aplausos y alabanzas. Es menester consignar adems la fundacin en la ciudad de David, Provincia de Chiriqu, perteneciente a la Repblica de Panam, a instancias reiteradas, con sumo encarecimiento, del ilustrlsimo seor Obispo, doctor Rojas. La Comunidad encargse de la administracin parroquial en dicha ciudad el 24 de febrero de 1921, que han venido sirvindola dos, cuatro y seis Padres, desde esa fecha, y como los Prelados carecan de clero para administrar las dems parroquias de la Provincia y los pocos sacerdotes que haba se iban retirando, 150

los Padres Misioneros Agustinos de David han tenido que encargarse sucesivamente de ellas y atenderlas desde su residencia de David por muchos aos, viniendo a convertirse en centro de misiones, ya que se pensaba en erigir un Vicariato Apostlico, indispensable dada la escasez de clero en la arquidicesis panamea, lo cual peda la necesidad y lo reclamaba y anhelaba el ilustrsimo seor Rojas, por estar convencido de ello y de no hallar otra resolucin mejor, y ser la nica en aquella poca. La toma de posesin de la parroquia de la Sagrada Familia de David con la entrega de todas sus pobres pertenencias al Padre Pedro Cuartero, consta por la escritura que a continuacin transcribimos, enviada gentilmente por el Prroco Padre Epifanio Baztn, O. A. R. "En el ao del Seor de mil novecientos veintiuno, a los veinticuatro das del mes de febrero, proced a hacer formal y cannica entrega de esta iglesia, enseres, alhajas y dems a sta pertenecientes, al Reverendo Padre Pedro Cuartero de la Orden de San Agustn, nombrado prroco nico de las iglesias de esta ciudad y Vicario de la Provincia, por el Excelentsimo seor don Guillermo Rojas y Arrieta, Obispo de esta Dicesis, segn letras que me han sido presentadas. Asistieron a la entrega en calidad de testigos los seores... Y para la dicha constancia firman stos con el Prroco saliente y el entrante. Fecha, ut supra." Gorgonio Ocn, cura saliente (rubricado); Fray Pedro Cuartero, A. R. (rubricado); Antonio Prez y Snchez, Pbro. (rubricado); M. Sarzanedas (rubricado).

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guido religioso y hombre de letras y de ciencia y, en nota de estilo, a nombre del Gobierno, le manifest los ms vivos deseos de que dictara una conferencia en la Universidad. Para ms obligarlo puso a sus rdenes una coleccin copiosa de obras de autores nacionales. Parecido ruego le hizo, con instancias muy encarecidas, el propio Rector de la Universidad, Jos Dolores Moscote. Oprimido por las mltiples atenciones y cortesas que a diario se le prodigaban vacilaba el Padre Fabo el aceptar el honroso encargo que se le haca, pues sus achaques de salud continuaban fuertes y obstinados. Y he aqu que por estas calendas, se conoci en Panam la Bula de Po XI da fecha 14 de diciembre de 1925 por la cual elevaba a la categora de Arzobispado a esta ciudad, concediendo la dignidad de primer Arzobispo al que la rega como Obispo, Monseor Guillermo Rojas y Arrieta. Este benemrito y celoso Prelado conoca y admiraba los talentos y las virtudes de nuestro religioso. Y queriendo celebrar su ascenso con una tanda de Ejercicios Espirituales al Clero, solicit para dirigirlo a nuestro biografiado. Cumpli su cometido el Padre Fabo a maravilla y satisfaccin. La primera tanda oy su encendida y sabia palabra en la poblacin de Los Santos. La segunda se verific en la ciudad de Santiago de Veraguas. Pero la enfermedad que iba minando el organismo de nuestro fraile, se le recrudeci durante estos das, acompaada adems de fiebres violentas. Y no pudo por ello completar su obra apostlica. Regres entonces a Panam y, ya restablecido, dict su ansiada conferencia que vers sobre este sugestivo e importante tema: Hispano Americanismo, s; Latino Americanismo, no. El xito que obtuvo fue resonante y rotundo. La concurrencia se 153

XIV EL PADRE PEDRO FABO EN PANAM. FUNDA LA ACADEMIA PANAMEA DE LA LENGUA


Transcribimos uno de los captulos de la interesante biografa del Padre Fabo, salida de la pluma del muy reverendo Padre ex general de la Orden de Agustinos Recoletos, Fray Eugenio Ayape. A principios del ao 1926 fue el Padre Fabo trasladado a la casa de San Jos de Panam. Su salud a la sazn se hallaba bastante quebrantada, y esto fue parcial motivo para tal traslado. El Padre Fabo, aunque arrib a la capital del Istmo de una manera recatada y silenciosa, pronto interes la atencin general. En seguida llovieron sobre su persona calurosos elogios, y los peridicos publicaron la noticia de su llegada a grandes ttulos, y numerosos caballeros, los ms conspicuos y connotados intelectuales, se apresuraron a visitarlo y a estrechar su laureada mano. El mismo seor Ministro de Educacin Pblica se congratul del arribo a Panam de un tan distin 152

compona de lo ms granado del Istmo. Presidi el acto el Ministro de Relaciones Exteriores. Al da siguiente, la prensa apareca repleta de encomios al ilustre conferenciante. Se pueden ver los peridicos El Pueblo, La Estrella de Panam y otros, todos los cuales coinciden en calificar de magistral y eruditsima la disertacin del gran agustino recoleto. La tal conferencia sali publicada en uno de los tomos Pulpito y Tribuna, escritos por el Padre Fabo. No sabemos si su autor sigui ampliando este trabajo, pues l mismo declar en Panam a los periodistas que solicitaron copia de su conferencia su propsito de arreglarla y formar un folleto de propaganda. En la lista de sus libros en preparacin figura uno con este mote: Hispanoamericanismo, s; Latinoamericanismo, no. Por el ao 1930 fue trasladado el Padre Fabo a Espaa con graves quebrantos de salud debidos principalmente a la enorme labor literaria, cultural y apostlica a la que toda su vida, con tanto afn, se haba entregado. Nombrado Definidor General, le sorprendi la muerte en Roma, en 1933. Otro honor y otra confianza muy grandes dispens el recin nombrado Arzobispo de Panam al Padre Fabo cuando le hizo miembro y a la vez Secretario de la Junta Organizadora de los festejos que en semejante trance convena se celebraran. Es de advertir que la modestia caracterstica del Prelado y circunstancias polticas muy especiales tenan a Monseor Rojas en hondas preocupaciones. Pero el Padre Fabo se interes en ello, y quit obstculos, y sembr de optimismo y entusiasmo los nimos decados, y prepar con una actividad prodigiosa y con una tctica inigualable todas las cosas para un triunfo seguro y esplendoroso. La Oracin gratulatoria correra por cuenta de nuestro 154

biografiado, dolo por el momento del pulpito y de la tribuna de Panam. El aprovechara la oportunidad y el prestigio para pregonar en voz alta muchas verdades que era delicado pregonar. Cedamos a la vez el relato de este episodio de la historia del Padre Fabo al Padre ngel Marcos, el cual mand una resea completa de estas fiestas al Boletn de la Provincia de Nuestra Seora de la Candelaria. Dice entre otras cosas: "El resultado de las gestiones de nuestro religioso asombr a los mismos que intervinieron en su consecucin, y el domingo tuvimos el gusto de ver reunidos en la Catedral al excelentsimo seor Presidente de la Repblica con todos los miembros del Gobierno y el Cuerpo Diplomtico, representaciones de todas las Comunidades religiosas, tanto de hombres como de mujeres, y un nmero de fieles como jams se haba visto en Panam. El seor Arzobispo ofici de Pontifical, y a la hora acostumbrada, despus de ledas las Bulas y el Decreto de ereccin del Arzobispado, el Padre Fabo pronunci su Oracin gratulatoria, en la que expuso las ventajas que reportar al pas el acto trascendental en la vida de la Iglesia y de la Patria panameas que celebramos, en el que unidos la piedad y el patriotismo, dejando entrever la fecunda y saludable armona que reinaran siempre entre el Estado y la Iglesia, con la que ser impulsada la nave pblica por los mares del bienestar material, de la civilizacin social, de la cultura psquica, y de las ideas religiosas, cumplindose as aquel dicho sublime del Rey salmista: Iustitia et paz osculatae sunt." A grandes rasgos habl el Padre Fabo de la jerarqua eclesistica. Hizo una llamada muy oportuna sobre el abandono en que se tiene a los indios salvajes. Trajo a la memoria las palabras de Len XIII segn las cuales es un error muy grande excluir a la Iglesia, obra de Dios, de la vida social, de las leyes, de la educacin, de la juventud y de las familias. El tiro principal del discurso se ende 155

rez a estrechar las relaciones eclesisticas y civiles y a mover al Gobierno, all presente con el seor Presidente, a gestionar la celebracin de un Concordato con el Vaticano. Cualquiera puede observar las intenciones apostlicas del Padre Fabo en todo este modo de hablar y de proceder. La prensa de Panam publicaron algunas cartas refiere el religioso a una Secretario de Educacin Pereira. Fue un pequeo cias. El Diario y La Estrella, del Padre Fabo en que se declaracin hecha por el Pblica, Octavio Mndez incidente sin consecuen-

El Padre Fabo dio cuenta de haber recibido un documento oficial de la Real Academia que acordaba la creacin de la Academia Panamea, y los ttulos y credenciales para los seores Acadmicos. Inform que la corporacin madrilea aprobaba plenamente las bases que se le haban enviado para regular el funcionamiento de la Academia Panamea. Por otra parte, don Samuel Lewis y don Octavio Mndez Pereira, a quienes haba comisionado para estudiar la adaptacin de los Estatutos y del Reglamento de la Real Academia a la corporacin similar que se pensaba crear en Panam, informaron que podan adaptarse, con las modificaciones indispensables. En consecuencia, los fines y tareas de la Academia vinieron a ser los establecidos en tales bases, que se dieron por aprobados. En acto pblico efectuado en el Aula Mxima del Instituto Nacional, el 26 de agosto de 1926, se inaugur solemnemente la Academia Panamea de la Lengua, en presencia del entonces Presidente de la Repblica, don Rodolfo Chiari, quien rubric con un discurso la proteccin y apoyo que el Estado Panameo conceda a la entidad encargada de velar por la conservacin del idioma y de la tradicin hispnica en nuestro medio. Primeros acadmicos nombrados por la Real Academia Espaola "La Real Academia Espaola, segn lo propuesto por V. S. en cablegrama, primero, y posteriormente por cartas, para la creacin en Panam de una Academia Correspondiente de la Espaola, resolvi, en junta celebrada anoche, aprobar la fundacin, en la capital de esa Repblica, de la Academia Panamea, Correspondiente a la Real Academia Espaola, compuesta de 18 plazas de nmero y regida 157

El Padre Fabo fue el fundador de la Academia Panamea de la Lengua. Transcribimos de Domingos Literarios, pgina de La Estrella de Panam, a cargo de Lenidas Escobar, 5 de octubre de 1969, la interesante informacin respecto a la fundacin de la mencionada Academia. La informacin fue entresacada por el seor Escobar del Boletn de la Academia Panamea, 1968, nmero 4. El reverendo Padre Pedro Fabo, Agustino Recoleto, fue el gestor de la fundacin de la Academia Panamea de la Lengua, mediante eficaces recomendaciones ante la Real Academia Espaola, que haba decidido en el ao 1870, patrocinar en los pueblos de este continente que formaron parte de la Amrica colonizada por Espaa, la constitucin de entidades encargadas de velar por la conservacin del idioma. En efecto, el da 9 de agosto de 1926 se reunieron en casa de don Samuel Lewis los seores Nicols Victoria Jan, Octavio Mndez Pereira, Ricardo Mir, Abel Bravo, Jos de la Cruz Herrera, Jos D. Moscote, con la asistencia del Padre Fabo, para constituir la Academia Panamea. 156

por idnticas disposiciones que sus anlogas establecidas en Amrica. En la misma j u n t a , y de conformidad con las a c tuales y pertinentes disposiciones reglamentarias, se acord que la nueva Academia P a n a m e a quede formada por los seores don Samuel Lewis, Director; Eduardo Chiari, Tesorero; don Ricardo Mir, Secretario; don Ricardo J. Alfaro, don Guillermo Andreve, don Abel Bravo, don J e p t h a B. Duncan, don Demetrio Fbrega, don Julio J. Fbrega, don Narciso Garay, don Jos de la Cruz Herrera, don Melchor Lasso de la Vega, don Octavio Mndez Pereira, don Eusebio A. Morales, don J. D. Moscote, don Belisario Porras, don Samuel Quintero y don Nicols Victoria J. Lo que por acuerdo de la Academia Espaola, y en cumplimiento de grato y honroso deber, comunico a V. S., remitindole al propio tiempo, los t tulos y credenciales de los seores Acadmicos. Dios guarde a V. S. muchos aos. Madrid, 13 de mayo de 1926. El Al P a d r e Pedro Fabo.Panam. Boletn de la Academia P a n a m e a de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Espaola, diciembre 1969, nm. 4, pgs. 16-21. El tres veces Presidente de la Repblica m doctor Belisario Porras distingui con t a d al P a d r e Fabo; y el ilustre literato Recoleto prolog la obra del doctor Porras Trozos de vida. de P a n a su a m i s Agustino intitulada Secretario
EMILIO COTARELO

ministerio de P a n a m de la familia agustino recoleta. Los hombres m s conspicuos le h a n colmado de aplausos y alabanzas. En gracia a la brevedad, slo citar el nombre del insigne cervantino e inspector de publicaciones de la Real Academia de la Lengua, Rodrguez Marn, el quc\ declarndose su a d m i r a dor, le llama "excelente escritor, inspirado poeta, muy docto y habilsimo conocedor de la lengua de Cervantes".

El Padre Fabo ser, a no dudarlo, lo m s calificado en el r a m o de las letras que h a y a ejercido e] 158 159

XV MINISTERIO APOSTLICO. EL P A D R E MARCELINO GANUZA. SE GESTIONA LA PARROQUIA DE SAN JOS. A C C I N CATLICA.EL PADRE ROGELIO BARASOAIN, CONDECORADO POR EL GOBIERNO NACIONAL. ENSEANZA En los aos 1932-1940 tuvieron su residencia en la Casa de San Jos un buen nmero de Padres que dieron esplendor al culto de la iglesia y extendieron su apostolado fuera de ella con abundante fruto espiritual. Sabemos de la conventualidad de los Padres Antonio Roy, Superior de casi la totalidad del periodo, el historiador Marcelino Ganuza, Valeriano Tanco, Flix Prez, Andrs San Martn, el conferencista Francisco Lapieza, Ubaldo Ballesteros, Marcos Bartolom, Javier Iturri, Rogelio Barasoain, Gregorio Ganuza, Francisco Toboada, Alfonso Oficialdegui y el Hermano Doroteo Lozano. Muchas y buenas cosas podramos decir del celo desplegado en estos aos por los sacerdotes residentes en San Jos en los pueblos del interior, particularmente en Juan Daz, Arraijn y Paja, Chepo y Pacora, en donde se distinguieron por su apostlico 160

ministerio los Padres Valeriano Tanco y Flix Prez. La Cruz Roja Nacional tambin es testigo de la eficiente labor llevada a cabo, como capellanes gratuitos, en la que se haca un trabajo a modo de parroquia, adems del catecismo en colaboracin de los Hermanos de La Salle y las Madres Franciscanas del Colegio Comercial de Mara Inmaculada. Todos los domingos se celebraba la santa Misa en la sala principal y se predicaba, adems de las frecuentes conferencias o charlas a las madres y gentes pobres que acudan a la casa de la Institucin. Se trataba de dar a los beneficiados de la Cruz Roja, junto con lo necesario para la vida material, la instruccin religiosa y cvica convenientes. Por estos tiempos se increment notablemente la devocin de Nuestra Seora del Perpetuo Socorro con la bendicin de su imagen en 1934 y la fundacin de la Archicofrada. Es de advertir, como dato interesante, que casi todas las imgenes que se veneran en el templo josefino fueron hechas en acreditados talleres de Espaa principalmente en los de los de Companya y Ca., de Barcelona. Debe hacerse mencin sobresaliente del Padre Marcelino Ganuza quien vivi en Panam los aos de su ancianidad, desde 1930 hasta su muerte acaecida el 27 de octubre de 1944, por cuya razn no pudo dedicarse como hubiera deseado al ministerio apostlico. No obstante su edad y achaques, tiene la gloria de haber sido infatigable apstol de la pluma. Asiduamente colaboraba en la prensa catlica que en esa poca public los peridicos semanarios Adelante y El Lbaro. Hizo muy sabios y oportunos comentarios a varias encclicas de Po XI y Po XII que se lean con gusto y aprovechamiento. Fue eminente el Padre Ganuza como historiador, y como tal, autor de varios libros de investigacin. Por sus trabajos histricos sobre la iglesia y convento de San Jos ha de considerarse especialmen 161
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te benemrito. A l le debemos casi la totalidad de su historia. Opin sobre la ubicacin del convento de San Jos y su iglesia, situndola en lugar en donde no hay vestigio alguno; cosa rara, pues consta que tales edificios no fueron pasto de las llamas; opinin que siguieron algunos historiadores nacionales por la autoridad del ilustre escritor agustino recoleto, quien aduca como argumento principal, el que los Agustinos Recoletos edificaban algunas de sus fundaciones algo distante de las ciudades. El actual convento e iglesia de Panam, como el convento de San Nicols de Bogot, y otros en Madrid y Barcelona, y muchos ms, los levantaron en el mismo casco de las ciudades para edificar al pueblo catlico con su vida recoleta y su encendido apostolado. El Padre Pedro Fabo, anterior al Padre Ganuza en sus investigaciones sobre este asunto, y que como ms joven explorara las distintas reas de Panam la Vieja, despus de mucho estudio asegur que las actuales ruinas, antes conocidas por las ruinas de la iglesia y convento de San Jos, y desde poco despus de la muerte del Padre Marcelino, denominadas del convento de las Clarisas, eran las verdaderas de la iglesia y convento josefino, y as lo comprobaba una placa fija en sus muros. La buena conservacin de tales ruinas se explica por no haber llegado el fuego a este recinto sagrado. Para m la localizacin establecida por el Padre Fabo, es la cierta; y lstima que se haya quitado la placa que as lo afirmaba, sin antes probar con razones positivas que tal fundacin no era la de los Agustinos Recoletos. En el ao 1938 Monseor Juan Jos Maztegui, C. M. F., propuso a los superiores la creacin de la parroquia de San Jos, que acogieron con simpata; pero conocidos y examinados los trminos y condiciones en que se quera erigir la parroquia, 162

el Padre Provincial Edmundo Goi no juzg conveniente su aceptacin. Aos despus, la comunidad agustino recoleta hizo peticin al mismo Monseor Maztegui para que la iglesia conventual fuera erigida en parroquia. Tampoco dio resultado, pues, los lmites que se le sealaban no fueron aceptados por los Superiores. Monseor Francisco Beckmann, C. M., no dio ningn paso en este sentido. Por fin, el 8 de diciembre de 1966, Monseor Toms Alberto Clavel Mndez, a ruegos de los Padres Agustinos Recoletos, movido por una exigencia pastoral, la cre, superando no pequea resistencia de algunos eclesisticos de opinin contraria. El numeroso pblico catlico que frecuenta la iglesia Josefina acogi con gran complacencia el ttulo y categora de parroquia, concedidos a su querido y devoto templo. Al iniciarse el ao 1940 estaba al frente de la comunidad de San Jos, como Superior, el Padre Gregorio Ganuza, a quien sucedieron en esta dcada hasta el 1950, los Padres Gumersindo Fernandino, Leopoldo Marqunez y Flix Domnguez. Todos cuatro dejaron en esta residencia y templo huellas imborrables por su entusiasmo en el culto religioso, apostolado y labor social. Colaboraron los siguientes Padres: Marcelino Ganuza, Marcos Bartolom, Rogelio Barasoan, Alfonso Oficialdegui, Isidro Chasco, Sabino Atienza, Domingo Basterra, ngel Marcos, Aquilino Ibarra y Hermano Julin Garca. La Comunidad Agustino Recoleta se distingui en estos diez aos por sus notables actividades en pro de la Accin Catlica. El seor Arzobispo Monseor Maztegui nombr al Padre Leopoldo Marqunez, Consiliario Nacional de los Hombres de A. C, al Padre Rogelio Barasoan, de la Juventud Masculina y Estudiantado Catlico, al Padre Alfonso Oficialdegui, de la Juventud Femenina, quienes fueron valiosos cooperadores de Monseor Fran 163

cisco Beckmann, C. M., Obispo auxiliar de Panam y Consiliario General de la A. C. Al Padre Alfonso Oficialdegui sucedi como Consiliario Nacional de la S. F. de la A. C, el Padre Eduardo Razquin, profesor del colegio San Agustn. Un recuerdo muy especial merece el citado Padre Razquin, muy conocido en la Repblica de Panam por sus actividades apostlicas y por sus dotes oratorias, que fue Vicario Provincial de la Orden y que ejerci el cargo de Asesor de la Federacin Nacional de Mujeres Catlicas, en cuya fundacin y desarrollo puso sus mejores entusiasmos. El 22 de junio de 1942 se fund el Taller de Caridad de Santa Rita en el domicilio de doa Carmen Aminta Villarreal de Duque, el que ha proporcionado innumerables prendas de vestir y otras ropas a muchos panameos necesitados. El 23 de mayo de 1943 fue bendecido solemnemente por Monseor Francisco Beckmann, C. M., el altar del Santo Cristo del Perdn o Calvario, adquirido con donaciones voluntarias y con la valiosa ayuda de doa Rita Recuero de Preciado, y del Comit pro Altar integrado por la mencionada seora de Preciado, Tulia Aguilera, Rosala Arosemena, Ana P. de Velzquez, Rafaela de Ramrez, Josefina Alderete, Bertilda Arjona y Carmen Aminta de Duque. El lienzo pictrico del altar de Cristo Crucificado es obra del gran maestro de la pintura, el ilustre panameo Roberto Lewis. En el Congreso Catequstico Nacional, ya en el Pontificado de Monseor Beckmann, del 9 al 13 de enero de 1945, preparado y organizado principalmente por la Accin Catlica, se distinguieron los Padres Gregorio Ganuza y Alfonso Oficialdegui, el primero como Presidente de la Comisin de msica y canto y director de la gran Misa campal celebrada en su 164

clausura; el segundo, como Presidente de la Comisin de Exposicin Catequstica, efectuada en el saln Javier de la iglesia de San Francisco, adems de ser designado para pronunciar una conferencia en sesin general celebrada uno de los das del Congreso en la Catedral Metropolitana. Recin nombrado el Padre Oficialdegui Consiliario Nacional de la J. F. de la A. C, compuso el Catecismo Compendio de la Doctrina Cristiana, del que tantas ediciones se han publicado. Form parte de la Comisin nombrada por Monseor Beckmann, C. M., para la revisin y publicacin del Catecismo de la Arquidicesis de Panam. Debido a las razones aducidas por el Padre Alfonso en varias reuniones de la A. C, Monseor Beckmann autoriz en 1944 al mencionado Padre para que estableciera en la capital la Escuela Superior de Catequistas, con el fin de preparar a los maestros y profesores de religin. Hechas las debidas gestiones se fund la Escuela Superior de Catequistas y comenz a funcionar el curso 19441945. En ella se han graduado cerca de quinientos maestros de religin, en su mayora maestras nacionales, en los dieciocho aos de funcionamiento bajo la direccin del fundador ayudado con gran desinterspues era gratuitapor sacerdotes del clero diocesano y regular y las Hermanas Misioneras Catequistas. Mencin honorfica merece tambin el doctor Gilberto Ros, quien explic todo el tiempo la ctedra de filosofa. Al fundarse la Universidad Santa Mara La Antigua, el ao 1965, qued incorporada a ella la Escuela Superior de Catequistas. El Padre Rogelio lleg a Panam, de Puerto Rico, el ao 1937. Muri en Panam el da 10 de febroro de 1968. En los treinta y un aos que sin interrupcin ha vivido en el pas panameo, le ha regalado prdigamente lo mejor de sus dotes intelectuales y morales. Fue Consiliario Nacional de la Juventud Masculina de la Accin Catlica y del Estudiantado Catlico para quienes fund la prestigio 165

sa revista Vanguardia. Se lea con inters su asidua colaboracin en los peridicos semanarios Adelante y El Lbaro. Prepar y dirigi en el Aula Mxima del Instituto Nacional el primer Congreso General de Estudiantes de las Escuelas Secundarias del pas, en el que se llegaron a conclusiones muy prcticas para el estudiantado panameo. De fcil palabra, dict interesantes e incontables conferencias dirigidas preferentemente a la juventud de ambos sexos. Mantuvo por varios aos programas radiados, solo y en cooperacin de estudiantes por l preparados. El Colegio Comercial de Mara Inmaculada sabe de su competencia como profesor; y todos, chicos y grandes, han codiciado sus atinados consejos. Benemrito de la Iglesia de Panam y de Espaa, cuyas relaciones entre estos dos pases estrech considerablemente, enviando los primeros panameos despus de la guerra civil a las Universidades espaolas y valindose de su amistad personal con don Alberto Martn Arta jo, Ministro de Relaciones Exteriores de Espaa por aquel entonces, fue condecorado con altos y preciados galardones.

XVI COMUNIDAD AGUSTINO RECOLETA. LA VIRGEN DE FATIMA. CAPELLANA DE LA SALLE. FUNDACIN DEL COLEGIO SAN AGUSTN. ADMINISTRACIN PARROQUIAL DE ARRAIJANEL PADRE SEBASTIAN LPEZ DE MURGA.ACTIVIDADES.ORGANISTAS. VISITAS GENERALES Y PROVINCIALES Comienza el ao 1950 regida la Comunidad Agustino-Recoleta de San Jos por el Padre Flix Domnguez, quien entre otras cosas muy destacadas que hizo en favor de esta Casa fue la adquisicin del piso que se levanta sobre la sacrista, habitado por vecinos desde que el gobierno liberal despoj a la Orden agustiniana del convento e iglesia en la primera mitad del siglo xvni. El gobierno lo haba vendido por cualquier cosa a los particulares y haca tiempo perteneca a la familia de don Eduardo Icaza. Cuenta a su favor tambin el Padre Domnguez el celo desplegado en su predicacin que culmin en la gran novena predicada en David a la llegada de la Virgen de Ftima a esta capital chiricana, y sobre todo el haber sido el promotor principal de

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la devocin a la Dulce Seora en Panam, pues l consigui la imagen que despus recorrera casi toda la Repblica, bendecida solemnemente por su excelencia Monseor Francisco Beckmann, quien autoriz a los Padres de San Jos la gira misionera. Tambin adquiri imgenes para muchas parroquias de la Repblica. El Padre Sebastin Lpez, acompaado del Padre Agustn Lpez llev durante cinco meses consecutivos por casi todo el territorio de la Repblica la imagen de la Virgen de Ftima. Fue un viaje muy fructuoso y resonante. En los aos que historiamos desempearon el cargo de Superior y sucediendo al mencionado Padre Flix, los Padres Sebastin Lpez de Murga, Andrs San Martn, Julin Sagardoy, ngel Marcos, interino, y Jos Martnez. Residieron en esta dcada, integrando la Comunidad, los Padres Alfonso Oficialdegui, Julio Gonzlez, Aquilino Ibarra, Jess Sanzol, Rogelio Barasoan, Licinio Zudaire, Ricardo Nicols y Francisco Carlos. Quiz sea sta la poca, entre todas las anteriores, de ms intenso y extenso apostolado, de ms fondo de piedad, de ms ministerio general. Sin dejar nada de las actividades que entre manos traan los sacerdotes de la iglesia de San Jos, se hicieron cargo, en 1952, de la Capellana castrense de soldados puertorriqueos en la Zona del Canal, de la Capellana de los Hermanos de La Salle, y aceptaron con gusto, a peticin de Monseor Beckmann, la parroquia de Arraijn, administrndola desde el templo de San Jos con edificante celo. Insatisfechos haban estado siempre los Padres Agustinos de la residencia Josefina en el aspecto del apostolado docente; pues si se vean incansables en la enseanza del catecismo y religin en general, en el sacro recinto josefino, centros catequsticos, escuelas del Estado y particulares, suspiraban por dedicar lo mejor de su cultura religiosa, cvica, social y cientfica en favor de la 168

niez y juventud panamea. Y Dios satisfizo su hambre y sed de apostolado docente: el 10 de junio de 1953, reunido el Consejo de la Comunidad de San Jos, integrado por el Padre Sebastin Lpez de Murga, Superior, y los Padres ngel Marcos y Alfonso Oficialdegui, gestionan con todo el inters lo que juzgan inmensamente beneficioso para la cultura panamea y acrecentamiento progresivo de la Iglesia catlica, ante los Superiores de la Orden, a fin de que se compre el Colegio La Salle de los Hermanos Cristianos, entonces en venta, y poder comenzar, lo antes posible, las tareas de la enseanza. Dios bendijo las gestiones y el sincero deseo de todos los Agustinos Recoletos que antes y ahora trabajaran en el ministerio docente, pues comprado el susodicho Colegio se abrieron las aulas agustinianas en el curso 1954, con el xito que Panam admira y agradece. Fueron nombrados Rector y Secretario General del Colegio San Agustn los Padres Rogelio Barasoan y Licinio Zudaire, respectivamente. Con motivo de la venta al Gobierno del edificio del Colegio San Agustn en 1959 y construccin del nuevo en Paitilla, casi todo el personal residi en la casa de San Jos hasta marzo de 1960. Uno de los superiores ms activos que han pasado por los claustros de San Jos fue, sin duda, el Padre Sebastin Lpez de Murga: en la casa, dej los edificios del patio de la sacrista; en la iglesia, el altar de la Virgen de Ftima, adems de otras mejoras; se distingui por su celo en la administracin parroquial de Arraijn en donde le ocurri una curiosa ancdota, que podramos titular Cristo ante le Guardia. Llevaba la comunin a una viejecita enferma, postrada en su lecho en un campo prximo a la poblacin, en ocasin en que las escuelas de la localidad cantaban el Himno patrio con motivo de la festividad del 3 de noviembre. El Padre, ignorante de tan bella costumbre, pues su permanencia era reciente en la Repblica, hizo mencin de seguir adelante con una marcha estre 169

pitosa y aparatosa del carro, primerizo como era en el manejo del volante. Cundi la alarma en el alumnado; el agente denunci, detuvo y llev al Padre Lpez de Murga al puesto de la Guardia Nacional. Y ah tenemos a Cristo en el pecho del misionero ante la Guardia. As se lo hizo saber el sacerdote, quien humildemente confes su involuntaria transgresin, y pidi se le permitiera llevar la santa Comunin para consuelo de la viejecita enferma. La Guardia, muy corts: "Cmo no, Padrele dijo; somos catlicos; ponga cuidado y siga usted tranquilo." Apstol en actividades modernas, cuenta entre sus haberes apostlicos la filatelia enderezada en favor de las misiones y de la Obra Pontificia de las Vocaciones. Especializado en el ramo, fue el primero que comenz en San Jos a conseguir y ofrecer estampillas, movido nicamente por el bien de las almas necesitadas en remotas regiones. Con ello ha contribuido tambin a la mayor extensin de la filatelia panamea, en alas del turismo internacional que visita el Altar de Oro, y porta las artsticas estampillas panameas a todas partes del mundo. El Padre Lpez de Murga es fundador y director de la acreditada revista El misionero filatlico, editada en Bogot, en donde ha montado una importante oficina para esta apostlica actividad. Del 8 al 15 de agosto de 1954 tuvo lugar en Panam, en la ciudad capital, la misin organizada por Monseor Francisco Beckmann, C. M., y que dio tan excelentes resultados. Era la primera vez que se haca en toda la ciudad una misin de tal categora. Los Padres Mximo Ruiz y Alfonso Oficialdegui, de la comunidad de San Jos, misionaron en el relleno de Barraza y el Chorrillo. La predicacin y los cultos religiosos, por no haber templo en este sector, se hicieron en el Hogar Femenino. 170

Durante la misin asistieron a la santa Misa 473 personas; a las plticas, 2.000; confesaron 156, y recibieron la comunin, 233. Cifras insignificantes, si pensamos con el criterio de hoy. En aquellos tiempos, este sector, lejos de Santa Ana, regentada por el prroco sin ayuda de coadjutor, con un total de cincuenta mil almas, no poda estar espiritualmente bien atendido. Se celebraron tambin bastantes bautismos y matrimonios en la parroquia. Fruto especial de esta misin fue la persuasin que todos sacaron de la necesidad de un templo parroquial para Barraza y Chorrillo. Se gestion diligentemente el asunto, y poco despus, gracias al celo activo y generosidad del Padre Guillermo Sosa y de otras personas catlicas, entre las que hay que mencionar con agradecimiento a la seorita Norma Icaza, se vio levantada la iglesia parroquial de Nuestra Seora de Ftima, en el Chorrillo. El Padre Jos Martnez se hallaba al frente de la comunidad Josefina al comenzar el ao 1960. Le ayudaron en la buena marcha del mltiple y extenso ministerio los Padres Alfonso Oficialdegui, Jess Sanzol, Francisco Carlos, Javier Sanz y Juan Zaro. Durante este ltimo perodo que historiamos, han trabajado con celo y xito los Padres Gregorio Ganuza, Victorino Goi, Eduardo Razquin, Emilio Felipe, Estanislao Bseos, Flix Senz, Benjamn Ayechu, Alfonso Tabar y el Hermano donado Sal Betancourt, panameo, quien hizo su noviciado en el Convento del Desierto de la Candelaria, Colombia, y profes el 11 de diciembre de 1967 en el mismo Convento. En estos aos se ha visto aumentar considerablemente el culto de la iglesia de San Jos y el apostolado de toda clase, y no es de admirar, pues la dotacin de personal ha sido ms abundante, y con frecuencia la comunidad goza de la valiosa ayuda de los Padres del Colegio San Agustn y de los Misioneros de Bocas del Toro que, cuando 171

llegan, en son de descanso y a practicar diligencias en favor de la Misin, no se resignan a un descanso absoluto como se lo merecen. En nuestra iglesia de San Jos estn establecidas y funcionan muy religiosamente y con apostolado benfico-social, la Hermandad de San Jos, Venerable Orden Tercera de San Agustn, Archicofrada de Nuestra Seora de la Consolacin, Confraternidad de la Doctrina Cristiana, Pa Unin de San Nicols de Tolentino, Pa Unin de la Virgen de Ftima, Obra Pontificia de Vocaciones y Becas, Obra social de San Jos en favor de Ancianos, Talleres de Caridad de Santa Rita para confeccionar ropa para los necesitados, Taller de San Jos para el culto de la misma iglesia, Angeles del Altar para aclitos con Caja de Ahorros. Podran traerse aqu estadsticas que hablaran muy alto de la obra apostlica religioso-social de los Padres del templo de San Jos, pero no se ha credo conveniente el ponerlas en esta sencilla narracin histrica. Slo queremos mencionar las cincuenta y dos mil comuniones recibidas en el templo josefino, este ao de 1966, nmero apreciable en Panam, en donde an no es frecuente entre los fieles el participar de la Mesa eucarstica. Hasta el 2 de agosto de 1961 labor incansablemente, con aquel tesn y orden que le son peculiares, el Padre Jos Martnez como Superior; pues desde esta fecha en que le sucedi al Padre Alfonso Oficialdegui, ejerci el oficio de Vicario Provincial de la nueva Provincia de Nuestra Seora de la Consolacin, de Panam y Centroamrica. El nuevo Vicario Provincial continu en uno de sus trabajos ministeriales que ms renombre le han dejado en Panam: la entrega casi total a la evangelizacin del barrio de La Loma de la Pava, sirvindole en gran manera para su xito el incremento de la devocin a San Martn de Porres. El Padre Martnez fue el alma de todo lo bueno que se hizo en esos aos hasta el 1962, en que fue nombrado De 172

finidor General con residencia en Roma. As lo reconocieron los vecinos, quienes agradecidos, invitaron al excelentsimo seor Arzobispo Monseor Francisco Beckmann, C. M para que en el acto de despedida oficiara en la capilla de San Martn, una Misa solemne en la que tuvo palabras de mucho encomio para el Padre Jos que se alejaba dejando un recuerdo grato, edificante y perdurable. Conservamos como exponente de sus desvelos el censo completsimo que levant de la barriada La Loma de la Pava, que se precia de contarlo como su primer apstol. Al terminar el ao 1963 se colocaron las vidrieras artsticas de las ventanas y puertas del templo, encargadas a Florencia, Italia, a un costo de B/. 2.850. Lugar es ste de recordar a los buenos organistas que han pasado por el templo de San Jos contribuyendo poderosamente al fervor y culto religioso que en todo tiempo se ha visto en esta iglesia colonial con notable provecho de los fieles. Desde que se inaugur el que fue el mejor rgano de la Repblica de Panam, los Superiores se esmeraron en destinar a la Comunidad agustino recoleta de la capital a distinguidos organistas, como los Padres Doroteo Ocn, Leonardo Azcona, Gregorio Ganuza, Andrs San Martn, Francisco Taboada, Jess Sanzol, Francisco Lucea, Emilio Felipe, Antonio Prez, Luis Martnez y otros que seria largo enumerar. Por el mayor y ms artstico dominio del rgano destacaron los Padres Leonardo Azcona, inspirado compositor, que realz con sus composiciones el esplendor de las funciones litrgicas y cultuales; el Padre Gregorio Ganuza, de conocimientos, pericia y finura musical por pocos igualada; y el Padre Francisco Taboada, de gusto artstico religioso excepcional. Casi en todo tiempo han prestigiado el culto de 173

la iglesia de San Jos coros de selectas voces femeninas, y en ocasiones, de voces mixtas como el dirigido y p r e p a r a d o por el Padre Sanzol, que acompaados por el grandioso rgano, h a n sido la a t r a c cin devota de muchos catlicos panameos. Mencin honorfica se merece el colegio comercial de Mara I n m a c u l a d a por su frecuente cooperacin al canto, en las solemnidades del que h a n considerado como su templo predilecto y preferido en el t r a n s curso de tantos aos, desde su primera fundacin. En los dos lustros ltimos, los coros del colegio San Agustn, de Padres Agustinos Recoletos h a n puesto u n a nota de grandiosidad en las principales festividades del ao litrgico en la iglesia de San Jos, que no es fcil superar en nuestro medio. No dejaremos de decir, ya que toca a su t e r m i n a cin esta breve historia, en abono de la religiosidad y buen trabajo religioso, docente y social de la Com u n i d a d agustino recoleta de San Jos de P a n a m, cumpliendo a maravilla el lema "Ora y t r a b a ja", las ptimas impresiones que h a n recibido los reverendsimos Padres Visitadores Generales y P r o vinciales al girar sus visitas cannicas en los distintos tiempos, mxime en los ltimos cincuenta aos. Los libros oficiales nos m u e s t r a n las firmas de ios reverendsimos Gregorio Segura, Jess F e r n n dez, Leoncio Reta, Agustn Fernndez, Eugenio Ayape, ngel Almrcegui y Luis Garayoa; y los m u y reverendos Padres Provinciales Marcelino Ganuza, Edmundo Goi, ngel Marcos, Honorato Urrutia, Eugenio Ayape, Jos Arana, Cecilio Etayo, Rafael Suso y Benjamn Ayechu. Todos h a n tenido expresiones de elogio y complacencia p a r a con la Comunidad Josefina. Puede verse por las actas por ellos consignadas que el nico mvil animador de la familia Agustino Recoleta fue siempre la mayor gloria de Dios, el bien de la Iglesia Catlica y de la P a t r i a P a n a m e a y el buen nombre de su nclita Orden. 174

XVII ERECCIN DE LA PARROQUIA DE SAN JOS. EL PADRE VICTORINO JIMNEZ, SUPERIOR Y PRROCO.TESTIMONIO LAUDATORIO En el Captulo Provincial celebrado en Pamplona en 1964 fue reelegido en el cargo de Superior de la casa de San Jos el Padre Alfonso Oficialdegui, quien seal como punto principal de su programa la consecucin de la ereccin de la parroquia. Haca muchos aos que la comunidad agustinian a de San Jos deseaba la ereccin de la parroquia, p a r a dedicarse m s de lleno a toda clase de apostolado, sobre todo, en favor de t a n t o s fieles de las calles prximas al templo y que son asiduos en su asistencia a los cultos litrgicos y piadosos y en escuchar la Palabra de Dios y recibir los sacramentos. Los Superiores se h a b a n dirigido con este fin a los excelentsimos y reverendsimos seores Arzobispos sin ningn resultado positivo. Finalmente, despus de u n a peticin oficial y personal del reverendo P a d r e Eduardo Razquin, Vicario Provincial, firmada por sus Consejeros Padres Alfonso Oficial 175

degui y Corpus Lpez de Ciordia, el excelentsimo y reverendsimo Monseor Toms Alberto Clavel Mndez, superados no pocos obstculos y oposiciones, firm el decreto de ereccin del templo josefino e n parroquia de San Jos, con los lmites que abajo se sealan, el da 8 de diciembre de 1966. La inauguracin y toma de posesin del nuevo prroco, el mencionado Padre Oficialdegui, tuvo lugar el mismo da de la g r a n solemnidad de Mara Inmaculada, da de la Madre tambin p a r a P a n a m, que con t a n t o esplendor se celebra desde tiempo inmemorial, en la iglesia del Altar de Oro, a las 5,30 p. m., y despus de la grandiosa y hermossima procesin que en honor de la Toda Hermosa sale de esta iglesia t a n devota y t a n querida de los catlicos panameos. El acto revisti caracteres de solemnidad y entusiasmo. El nuevo prroco, arrodillado en el p r e s biterio del altar mayor a n t e el seor Arzobispo Monseor Clavel y el Vicario Provincial Reverendo Padre Eduardo Razquin, pronunci el j u r a m e n t o e hizo la profesin de fe exigidos p a r a tales casos. Al t e r m i n a r la lectura del Decreto de ereccin de la nueva parroquia, as como al ser presentado por Monseor el prroco y al t e r m i n a r las breves p a l a bras dirigidas al numeroso pblico por el P a d r e Alfonso, la muchedumbre de catlicos, que m a t e rialmente no caban en la iglesia, estall en espontneos y calurosos aplausos, manifestando su complacencia y satisfaccin por la proclamacin de esta nueva parroquia de San Jos, que h a c a m u cho tiempo a n h e l a b a n tantos devotos del glorioso P a t r i a r c a y de la Comunidad Agustiniana .

torio actual de las parroquias de la Merced, San Francisco de Ass y S a n t a Ana. Nos Toms Alberto Clavel Mndez Por la gracia de Dios y la Santa Sede tlica, Arzobispo metropolitano de Panam. Apos-

En virtud de las facultades que nos concede el Cdigo de Derecho Cannico (Cnones 1414, p a r grafo 2; y 1417) y:

CONSIDERANDO 1. Que es nuestro deber pastoral, conforme a la Carta Apostlica Ecclesiae Sanctor, el proveer al mejor bien y atencin espiritual de la grey a Nos encomendada. 2. Que p a r a ello se hacen algunas veces necesarias, la creacin de nuevas jurisdicciones p a r r o quiales, aun renovando los lmites territoriales de las ya existentes. Que lo anterior se verifica actualmente, en r e lacin con la proyectada creacin de la P a r r o quia de San Jos, en la ciudad de P a n a m .

3.

DECRETAMOS 1. Crear, como en efecto creamos, la parroquia de San Jos, en la ciudad de P a n a m , designndole por titular al Glorioso P a t r i a r c a P r o tector de la Iglesia Universal. 2. Encomendar la atencin espiritual de la nueva Parroquia al cuidado de los reverendos padres Agustinos Recoletos, que al presente tienen fundacin en la ciudad de P a n a m . 177

Decreto de reccin de la parroquia de S a n Jos Por el que se crea la Parroquia de San Jos, en la ciudad de P a n a m , territorio jurisdiccional p r o pio, formado por partes desmembradas del t e r r i 176

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3. Delimitar la nueva Parroquia, para efectos de jurisdiccin, de la manera siguiente: Al Norte: Avenida A, desde la calle Sexta hasta la calle Catorce. Al Sur: Baha de Panam, desde la calle Catorce hasta la calle Sexta. Al Oeste: Calle Catorce, desde la Avenida A hasta la Baha de Panam. Al Este: Calle Sexta, desde la Avenida A hasta la Baha de Panam. La jurisdiccin de esta Parroquia incluye la manzana en donde se encuentra el Colegio Comercial de Mara Inmaculada.
Firmado: TOMS ALBERTO CLAVEL MNDEZ

cual humildes violetas, ejercen su noble apostolado y esparcen el aroma de sus sabias enseanzas. "Son muchas las personas que desde lejanos lugares asisten a los oficios religiosos del templo josefino, que ntido y callado, invita al recogimiento." En el Captulo Provincial celebrado en Pamplona, en julio de 1968, fue elegido para Superior de la Residencia de San Jos el Padre Victorino Jimnez, quien al presente rige los destinos de la Comunidad y Parroquia. Como Superior de la Comunidad agustino recoleta y Prroco, merece un sincero aplauso. Recientemente, en agosto de 1969, ha establecido la Legin de Mara, de todos conocida por su celo apostlico, no fcil de imitar. En 1970, inici sus reuniones culturales y recreativas^ y su apostolado, la Agrupacin Juvenil de Avanzada Cristiana, recin fundada en la parroquia. Por eso, la noticia de la reeleccin para el mismo superiorato en San Jos, fue recibida con unnime complacencia. El Padre Jimnez recibi su nombramiento para un segundo perodo de tres aos, en el Captulo que tuvo lugar en la capital de Navarra, en marzo de 1970. Al iniciarse el ao 1969, la Comunidad Josefina estaba constituida as: Padre Eduardo Razquin, Vicario Provincial; Victorino Jimnez, Superior; Alfonso Oficialdegu y Emilio Felipe. En febrero de 1970, el Padre Jos Agustn Ganuza traslad su residencia, del colegio San Agustn a la casa de San Jos, por haber sido designado para Vicario Provincial en sustitucin del Padre Razquin, quien se traslad a Espaa como Consejero Provincial. La Comunidad Josefina se sinti particularmente complacida al anunciar Radio Vaticano, el 29 de " 179

Arzobispo de Panam. Parece bien este ltimo captulo para dar lugar a un prrafo de una interesante "Carta para ti", de la destacada educadora y cristiansima seora Carmen de Cardales, publicada en La Estrella de Panam. "Cerca del mar, entre Avenida A y calle 8, est la iglesia de San Jos, el antiqusimo templo del Altar de Oro. Hllase bajo el cuidado de un grupo de Padres Agustinos Recoletos. La obra desarrollada por ellos en beneficio de nuestro pueblo, tiene muy amplias proyecciones. "Dignos, ntegros y cultos; dinmicos, amables y entusiastas, realizan con fervor su labor de amor al prjimo, dentro de la iglesia, escuelas, hogares y hasta en las calles, tal como han hecho durante los dos ltimos aos cuando celebraron las posadas en las distintas calles de la Parroquia. "Los feligreses de San Jos sentimos cario y admiracin por nuestros guas espirituales, los Padres Agustinos Recaletas, quienes calladamente, 178

marzo de este mismo ao, la eleccin del Padre Jos Agustn Ganuza, para Prelado de Bocas del Toro, en la que deba suceder a Monseor Martn Legarra, O. A. R., a quien la Prelatura y todo Panam tendrn que agradecer los desvelos apostlicos y el ingente y fructfero trabajo realizado en la organizacin y progreso espiritual y material de esta abandonada regin. El 30 de septiembre de 1969 lleg procedente de Pamplona (Espaa) y asignado a esta Comunidad Josefina, el Padre Antonio Prez, joven, con un ao de apostolado sacerdotal, bien preparado con el magisterio por la Normal pamplonesa, msico y organista y con otras prendas que lo capacitan para el ministerio de los actuales tiempos. El Padre Agustn Lpez trabaj por breve tiempo en nuestra Parroquia, ya que tuvimos el gusto de contarlo en la Comunidad desde marzo de 1970 hasta abril. Luego fue destinado a Bocas del Toro, pues hay que decirlo sin ofender su modestia, que ya desde su juventud fue un celoso misionero. Supli en la Prelatura por corto tiempo al Padre Javier Rodrigo Lozano, ausente de Bocas por motivo del Captulo y vacaciones quinquenales. Luego despedimos al Padre Lpez destinado por la obediencia a San Salvador. El Padre Lpez vino de Medelln, afiliado a la Provincia de Nuestra Seora de la Consolacin. La Comunidad cont con otra valiosa ayuda desde el 18 de mayo del ao en curso; me refiero al Padre Luis Martnez, sobrino del Padre Jos Martnez, que con tanto acierto dirigi la casa de San Jos como Superior, cargo que no complet el trienio reglamentario por haber sido nombrado Consejero General con residencia en Roma. El Padre Jos se encontraba de profesor en el colegio de Sos del Rey Catlico cuando los Superiores le ordenaron el traslado a Panam. 180

El Padre Victorino Jimnez regres de Espaa a Panam el 2 de julio de 1970, para reasumir el cargo de Superior y de Prroco de la Comunidad e iglesia Josefinas. La recepcin fue la de quien se deseaba sinceramente su retorno. Al ser designado el Padre Miguel Polite como Vicario Provincial de Panam y Centroamrica, traslad, salvos los requisitos legales, la sede vicarial de la casa de San Jos al colegio San Agustn; fue en abril de 1970. Al poco tiempo, el 26 de julio de 1971, fij su residencia con carcter permanente en la casa de San Jos. Al saludar el principio de ao 1971, la Comunidad agustino recoleta de San Jos est constituida as: Padres Victorino Jimnez, Superior; Alfonso Oficialdegui, Emilio Felipe, Luis Martnez y Hermano Sal Bethancorut, panameo, quien se halla en Estados Unidos de Amrica cursando estudios y preparndose para emitir los votos solemnes. El Padre Antonio Prez pidi y obtuvo el permiso para ir como misionero a la Prelatura de Bocas del Toro. El nuevo distrito de Changuinola es, desde el 3 de enero, su campo de ministerio apostlico. Desde julio de este mismo ao la Comunidad de San Jos disfruta de la valiosa ayuda del Padre Cecilio Iturri de la Provincia de Colombia, Nuestra Seora de la Candelaria. El 31 de diciembre de 1971 residen en la Residencia parroquial de San Jos de Panam los Padres Miguel Polite, Vicario Provincial; Victorino Jimnez, Superior; Alfonso Oficialdegui, Emilio Felipe, Luis Martnez y Cecilio Iturri. Se puede anotar con satisfaccin que la Comunidad Josefina en toda su larga historia de apostolado religioso, cultural y social no ha tenido roce desagradable con las autoridades civiles, y se gran 181

je su aprecio. Ms; algunos de los Presidentes de la Repblica distinguieron con su amistad a los Agustinos Recoletos. Las autoridades eclesisticas h a n dado pruebas de satisfaccin; los Obispos y todos los Arzobispos se h a n sentido complacidos de la actuacin ministerial y mltiples actividades de la Comunidad Agustino Recoleta en su ms de tres veces secular permanencia beneficiosa en P a n a m ; y gustosamente h a n oficiado en el concurrido templo de San Jos. Monseor J u a n Jos Maztegui, C.M. F.; Monseor Francisco Beckmann, C. M.; Monseor Toms Clavel Mndez, Monseor Marcos Gregorio McGrath, C. S. C , y Monseor Carlos Ambrosio Lewis, S. V. D., Obispo Auxiliar h a n sido amigos y devotos de la Comunidad y del templo de San Jos. Como irradiacin de la casa de San Jos puede y debe considerarse el colegio de San Agustn, t a n famoso y t a n benemrito, que fundaron y dirigen en esta ciudad de P a n a m los Padres Agustinos Recoletos; y asimismo la Universidad de S a n t a Mara la Antigua, nacida y puesta en marcha, por el e m puje singular del Agustino Recoleto Padre Benjamn Ayechu, uno de los religiosos de ms resonantes ejecutorias en la Repblica, que fue adems Asesor de los colegios catlicos y privados y P r e sidente de la Fundacin de Servicios didcticos. Llevan estas lneas el mensaje del ms sincero agradecimiento a los bienhechores que en todo tiempo h a contado el templo y convento de San Jos, especialmente en lo que va de siglo. Sin ellos la apostlica labor no hubiera sido t a n fecunda, ni t a n hermoso el culto, ni el recinto josefino con su Altar de Oro se hubiera conservado en tales condiciones, que constituyen hoy uno de los atractivos ms preciados y admirados del numeroso turismo internacional que llega al Istmo p a n a m e o . Dice mucho de la calidad de algunos devotos josefinos el que h a n continuado d u r a n t e c u a r e n t a y m s 182

aos, visitando a San Jos en su iglesia. Querramos mencionar sus nombres, pero no lo hacemos por no ofender su modestia. He aqu el ndice de personas, no completo, con excusas por nuestras involuntarias omisiones, que merecen ser mencionadas con gratitud. Familias Arjona, Cucaln, Icaza, Obarrio, Brin Paredes, de don Toms Gabriel y Alejandro Duque, Preciado, Arango, Icaza de Briceo, Arias, Guardia, Arrocha Moreno y doctor Julio Fbrega. Personalmente m e recen el agradecimiento los doctores Jos Arjona, Toms Guardia, mdico oficial de la Comunidad de San Jos desde 1949, y Alfredo A. Figueroa. T a m bin se c u e n t a n entre los insignes benefactores don Enrique Daro Daz, Hermano General, don Pede- " * rico Humbert, Josefina Alderete y el doctor Vctor Florencio Goyta quien, como Hermano General de la Orden de Agustinos Recoletos, distingui a la ,. Comunidad Josefina con especiales manifestaciones de amistad. Antes de finalizar esta breve historia, p e r m t a senos recordar las significativas palabras p r o n u n ciadas por don Camilo Levy Salcedo, Director del Ceremonial del Estado y Protocolo, en el solemne acto de la condecoracin de uno de los sacerdotes de la Comunidad Josefina con la Orden Nacional de Vasco Nez de Balboa en el grado de Comendador: "Tenemos que dejar constancia de que- la Orden Agustiniana, fundada por el magnfico P r e lado de Hipona h a m a r c h a d o j u n t a m e n t e con la historia de la civilizacin, y t a n t o sus miembros como sus obras son pilares y monumentos perennes de la civilizacin h u m a n a , y en particular, del progreso cultural, religioso y social de P a n a m . "

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XVIII LISTA DE LOS SUPERIORES DEL CONVENTO DE SAN JOS DE AGUSTINOS RECOLETOS EN PANAM, DESDE SU FUNDACIN EN 1612 HASTA 1970 V. P. V. P. P. P. P. P. P. P. P. P. Mtro. Fr. Vicente Mallol, fundador Fr. J u a n de la Concepcin P . Fr. Francisco de la Resurreccin Fr. Jos de la Circuncisin Fr. Esteban de San Jos Fr. Manuel de San Agustn Fr. Andrs Londera de San Jos Fr. Manuel de San Agustn Fr. Diego de la Ascensin Fr. Jos Villalobos de la Candelaria, prior. Fr. J u a n Mrquez de la Concepcin, Superior P. Fr. J u a n de S a n t a Gertrudis, prior y m a e s tro de novicios P. Fr. Diego de la Ascensin, prior P. Fr. Manuel de San Agustn, prior P. Fr. J u a n de S a n t a Gertrudis, prior y m a e s tro de novicios P. Fr. Bartolom de San Agustn, prior P. Fr. Diego de San Javier, Superior y maestro de novicios 184 1612 1614 1651 1651 1665 1672 1676 1678 1684 1692 1696 1700 1704

P. Fr. Jos de Santo Toms de Villanueva, vicario prior P. Fr. J u a n de S a n t a Gertrudis, prior P. Fr. J u a n Apolinar de San Jos, Superior y maestro de novicios P. Fr. Toms Peralta de la Encarnacin, prior. P. Fr. J u a n de la Madre de Dios, prior y m a e s t r o de novicios P. Fr. Domingo de San Bonifacio, prior P. Fr. Bernardo de San Guillermo, prior y maestro de novicios P. Fr. Bernardo de San Guillermo, prior P. Fr. Nicols de San Agustn, prior y maestro de novicios P. Fr. J u a n de San Antonio, prior P. Fr. Miguel de San Lorenzo, prior y maestro de novicios P. Fr. J u a n de la Madre de Dios, prior P. Fr. Francisco de San Agustn, Superior y maestro de novicios P. Fr. Nicols de San Agustn P. Fr. Miguel de San Lorenzo, prior y maestro de novicios P. Fr. Nicols de San Agustn, prior P. Fr. Francisco de San Agustn, prior y m a e s tro de Novicios P. Fr. Vctor de San Jos, prior P. Fr. Nicols de San Agustn, prior y maestro de novicios P. Fr. F e r n a n d o de S a n t a Ana, prior P. Fr. Francisco de San Agustn, prior y m a e s tro de novicios P. Fr. Pedro de San Nicols, prior P. Fr. Jos de San Jernimo, prior y maestro de novicios P. Fr. Jos de San Rafael, prior P. Fr. Francisco de San Agustn, prior y m a e s tro de novicios P. Fr. Manuel de San Agustn P. Fr. Ignacio de San Jos, prior P. Fr. Manuel de San Agustn, prior P. Fr. Jos de San Pablo, vicario prior 185

1706 1708 1712 1716 1720 1724 1728 1732 1736 1744 1748 1752 1754 1756 1758

P. Fr. Antonio de San Miguel, prior P. Fr. Jos de San Pablo, prior P. Fr. Nicols de San Agustn, prior P. Fr. Toms de Jess Nazareno, prior P. Fr. Miguel del Corazn de Mara, vic. prior. P. Fr. Ignacio de la Stma. Trinidad, prior ... P. Fr. Pedro de la Stma. Trinidad, vic. prior. P. Fr. Pedro de la Stma. Trinidad, prior P. Fr. Ignacio de Jess, prior (?) P. Fr. Miguel de la Purificacin, prior P . Fr. Pedro de la Madre de Dios, prior P. Fr. J u a n Ignacio de la Stma. Trinidad, prior. P. Fr. Jos de Santo Toms, prior (?) P. Fr. Joaqun de Jess Mara, prior P. Fr. Ignacio de la Stma. Trinidad, prior ... P. Fr. Agustn de la Concepcin, prior P. Fr. Nicols del Rosario, prior P. Fr. Francisco de los Angeles, prior P. Fr. Francisco de San Joaqun, vicario prior. P. Fr. Luis de Jess, prior P. Fr. J u a n Bautista de San Joqun, subprior. P. Fr. Jos de los Dolores, vicario prior P. Fr. Jos Castro de la Trinidad, prior P. Fr. Jos Antonio Bonilla de San Francisco de P., subprior P. Fr. J u a n Ignacio de la Trinidad, prior ... P. Fr. Francisco de los Angeles, subprior P. Fr. J u a n Ignacio de la Trinidad, prior ... (No nombraron subprior). P. Fr. Javier de la Trinidad, prior P. Fr. Jos Antonio de San Cristial, subprior. P. Fr. Isidro de la Concepcin, prior (Posadas). P. Fr. Jos Antonio de S a n Cristbal, subprior. P. Fr. Luis de Jess, prior P. Fr. Marcos de San Nicols, subprior P. Fr. Jos de San Simn, prior P. Fr. Marcos de San Nicols, subprior P . Fr. Jos Mara de Jess, prior (renunci). P. Fr. Jos Magalln, subprior P. Fr. Benigno H u r t a d o de la Asuncin, vicario prior P . Fr. Martn de la Trinidad, prior 186

1760 1764 1766 1770 1772 1774 1776 1778 1780 1784 1786 1788 1790 1792 1796 1800 1804 1808 1820 1824 1828 1828 1830

P. Fr. Vicente Vzquez de Gracia, subprior ... P. Fr. Martn de la Trinidad, prior P. Fr. Manuel Monroy de San Jos, subprior.

1832

(Desde 1836 en adelante, no se hicieron en los Captulos m s nombramientos de Superiores de P a nam). P. P. P. P. P. Indalecio Ocio Flix Guillen Bernardino Garca Pablo Planillo ngel Vicente (primer Captulo despus de c u a r e n t a aos) P. Doroteo Ocn (superior y Vicario de las Misiones de Rumaco) P. Doroteo Ocn P. Pedro Cuartero (fundador de David). P. Antonio Roy (renunci) P. Eusebio Larranzar P. Leonardo Azcona P. ngel Marcos P. Leonardo Azcona P. ngel Marcos P. Leonardo Azcona P. Antonio Roy P. Marcos Bartolom P. Gregorio Ganuza P. Gumersindo F e r n a n d i n o P. Leopoldo Marqunez P. Flix Domnguez P. Sebastin Lpez de Murga P. Julin Sagardoy P. Francisco Lucea P. Jos Martnez P. Alfonso Oficialdegui P. Victorino Jimnez 1898-1899 1899-1900 1900-1910 1910- ? 1911-1915 1915-1918 1918-1921 1921- ? 1920-1921 1921-1922 1922-1923 1923-1926 1926-1927 1927-1930 1930-1934 1934-1937 1937-1938 1938-1942 1942-1946 1946-1950 1950-1951 1951-1954 1954-1955 1955-1958 1958-1961 1961-1967 1967-1973

187

XIX DOS ARTCULOS. ALTAR DE ORO. LOS PADRES AGUSTINOS RECOLETOS. IRRADIACIN. A modo de apndice, van copiados dos artculos, de carcter periodstico, en que se hace referencia de alguna manera al valor artstico y legendario del templo de San Jos y a la obra apostlica y social que realizan los Padres Agustinos Recoletos en Panam. Bien se pudiera agregar aqu algo ms detallado acerca de la irradiacin que ha tenido y tiene esta Comunidad en la Repblica, sobre todo durante estos ltimos aos. Los Padres Agustinos Recoletos, bastante tiempo sujetos a vivir en la estrechez de una pobre casa, hoy trabajan en el magnfico Colegio de San Agustn, en el barrio de Paitilla, y derrochan sus energas en la Prelatura Eclesistica de Bocas del Toro, en DavidChiriqu, en la parroquia de Ro Abajo, etc. La misma Jerarqua de la Iglesia de Panam se enriquece actualmente con dos eminentes Obispos Agustinos Recoletos, en Santiago de Veraguas y en Bocas del Toro. He aqu los dos escritos periodsticos. 188

EL ALTAR DE ORO DE LA IGLESIA DE SAN JOS.MONUMENTO HISTRICO. Por Juana Olier de Mulford, en Tradiciones y Cuentos Panameos. En una de las esquinas formadas por la interseccin de la avenida A y la calle 8.a se levanta la modesta fbrica del templo que los devotos del Santo Patriarca San Jos erigieron desde la poca de la Colonia para rendir fervoroso culto al Padre Nutricio de Nuestro Seor y en donde se le sigue rindiendo con el mismo calor y entusiasmo de los pasados tiempos, a pesar de la indiferencia religiosa que nos aqueja como resultado del crudo materialismo reinante. Este sencillo templo, que no ostenta altas torres ni fachadas gticas, que no deslumhra por su soberbia arquitectura, cuyas paredes no han sido construidas con piedras de rfido o granito y en las cuales no se advierten bajo relieves ni jeroglficos, que no tiene llamativos ventanales de madera labrada decorados con vidrios venecianos, sino que ms bien parece una iglesia de pueblo con su pequeo campanario, sus amplias puertas y sus paredes planas, pero limpias, es quiz el ms solicitado y frecuentado por los turistas que visitan nuestra capital. Y es que al fondo de su nave principal se encuentra el famoso altar de oro que hace cuatro centurias adorn el templo del mismo nombre en la antigua ciudad de Panam. Desde entonces, la gruesa capa de metal precioso que cubre la maravillosa obra de tallado en madera viene siendo el motivo de la admiracin y de codicia de los que la contemplan: unos, extasiados en la suntuosidad y magnificencia de los motivos que sirven de decoracin, como las espigas, las hojas de parra, los racimos de uvas, smbolos bblicos de la ltima cena; y otros, deslumhrados por el brillo y profusin de 189

tanta riqueza humillada ante el poder del amor, de la sencillez y de trabajo, atributos sobresalientes del Santo Patriarca. La versin ms corriente hasta hace poco sostena que este altar era todo de oro macizo, pero desde que fue trasladado al lugar donde actualmente se encuentra se vio que primero fue trabajado en finsima madera y despus recubierto por una gruesa capa de oro de altos quilates, como de un octavo de pulgada de espesor. Esta preciosa cubierta y la excelente calidad de la madera son las que han contribuido a hacerlo resistente e invulnerable al paso de los siglos. Cuentan viejas tradiciones que cuando el audaz Morgan entr a saco en la antigua capital panamea, lo primero que hizo, despus de recoger los dineros depositados en la Contadura y en las otras oficinas de recaudacin del Gobierno, fue a saquear los templos y conventos en donde encontr rico botn de vasos sagrados con incrustaciones de piedras preciosas, coronas de imgenes, ex votos de oro y plata y muchas otras joyas artsticas donadas a las iglesias por la piedad de los fieles. Los sacerdotes haban recibido la orden de guardan imgenes, de esconder valiosas reliquias difciles o imposibles de restituir y de abandonar los templos. En el de San Jos resultaba de difcil cumplimiento esta orden, tratndose del Altar Mayor, en donde la codicia de los asaltantes no respetara ni la santidad del lugar ni la obra de arte en l ejecutada. El hermano encargado del cuidado del templo, junto con otro que haca de cocinero, se devanaban los sesos en busca de algn artificio que les permitiera salvar la obra de la furia pirtica. Despus de una corta deliberacin resolvieron ocultar a los ojos ambiciosos de los saqueadores la materia de que estaba hecho el altar con una fuerte mezcla de agua, cal y barro que le diera un aspecto de vetustez y de insignificancia, poniendo en seguida en 190

prctica la original idea. Con la ayuda de andamios, escaleras y escobillas, y comenzando desde las siete de la noche, terminaron, ya casi al amanecer, de embadurnar todo el altar con aquella extraa mezcla. Apenas haban comenzado a aplicar la misma al altar de la Inmaculada, cuando sintieron que las puertas del templo eran forzadas por una turba de foragidos, capitaneada por el mismo pirata Morgan. Aquellos hombres les pidieron que les entregaran los tesoros religiosos, como clices, coronas, milagros, etc., que all hubiera, a lo cual contestaron ellos que desde el da anterior haban sido recogidos y llevados a Lima por los Superiores de la Comunidad. Exigieron las llaves del Sagrario, del Bautisterio, as como las de todas las celdas de los sacerdotes, las que les fueron entregadas. Y despus de un severo registro sin encontrar nada de valor resolvieron abandonar el templo, pero amenazando de que en otra ocasin no sucedera lo mismo. Al pasar junto al altar, en donde los religiosos estaban entregados a su tarea de pintar, les pregunt Morgan por qu no usaban pintura de aceite, que era ms apropiada para madera. A lo cual contestaron ellos sin inmutarse: Porque este templo es muy pobre y carecemos de dinero para comprarla. Morgan los mir por un momento, y despus con un gesto de hidalgua y desprendimiento, impropio de un pirata, meti su mano derecha en el bolsillo, de la que extrajo una bolsa llena de doblones de oro que arroj a los religiosos, dicindoles: Para que compren pintura. Los piratas abandonaron el templo, dejando pasmados de asombro a los dos monjes, que a duras penas podan creer lo que vean. Aquel hombre cruel y sanguinario que haba saqueado templos y hogares sin miramientos de ninguna clase, se sinti un da inclinado a hacer el sacrificio de unos cuantos do 191

blones para que un altar no fuese pintado con cal, sino con pintura de aceite. Curiosidad de piratas! Tan pronto como stos traspusieron las puertas del templo, los religiosos cerraron sus puertas y fueron a postrarse de rodillas ante la Inmaculada Concepcin, para darle gracias por haber librado a su templo de la voracidad de aquella impa soldadesca. Despus se dirigieron al refectorio a tomar algn alimento y a tomarse algn descanso. Crean tener derecho a un poco de sueo, despus de una noche de intensa labor y sobresalto. Ms estaba escrito que aquello era slo el principio del n, pues antes de que pudieran dirigirse a sus camas oyeron voces de alarma y los repiques de campanas de algunos templos tocando a rebato; salieron a la calle y pudieron contemplar las llamas de un voraz incendio que amenazaba consumir la ciudad. El incendio se haba iniciado hacia la parte Norte y se vea a las gentes correr en todas direcciones como locas ante la impotencia para detener las llamas, porque se careca de elementos apropiados contra esta clase de calamidades. Como a cada minuto que pasaba el fuego se acercaba ms y ms a la iglesia de San Jos, los pobres religiosos no saban qu partido tomar para salvar su iglesia y sus tesoros artsticos. Haca slo unas pocas horas que la haban salvado de la piratera y la profanacin, pero ahora, ante el peligro que se presentaba, nada valan el ingenio y la agudeza. Decidieron subirse a la torre para apreciar la magnitud de las llamas, desde donde pudieron ver que stas abarcaban una parte considerable de la ciudad. Ya haban desaparecido las oflcinas de la Contadura y la Casa de Contratacin, todas las casas de madera que se encontraban en las cercanas de stas y algunos templos. A los pocos minutos vieron cmo las llamas llegaron hasta la famosa catedral, que qued envuelta en una aureola de fuego. Con el espritu deprimido por tanta desgracia, abandonaron el mirador dispuestos a hacer el ltimo esfuerzo que les dictara su fe por la salvacin del templo y sus re 192

liquias. Sacaron del subterrneo la imagen de San Jos y la colocaron en el mismo puesto en donde haba permanecido durante tantos aos en el Altar Mayor, e invocaron su proteccin divina, ofrecindole erigirle en otro sitio su iglesia si salvaba del incendio el Altar Mayor y sus imgenes. Sea por obra de la casualidad o porque el Santo Patriarca oy el ruego de los abnegados religiosos, lo cierto es que el fuego no lleg a consumir ms que una parte del templo, en donde estaba el bautisterio, el coro y el altar lateral izquierdo, consagrado a las Animas, quedando intacto todo lo que se encontraba hacia el lado derecho y al fondo. Cuando la ciudad fue trasladada al nuevo sitio que hoy ocupa, el nuevo templo no pudo ser tan suntuoso ni tan amplio como el anterior, a causa de lo reducido del terreno que se le asign en el plano de la nueva ciudad. La reconstruccin se llev a cabo con las modestas contribuciones de los fieles y utilizando gran parte de las piedras de las paredes del viejo templo destruido por el fuego. Las paredes que el incendio no lleg a destruir fueron respetadas por los constructores y sirven hoy da para ubicar el punto en donde se levant el suntuoso templo de San Jos. El altar de Oro fue cuidadosamente desarmado y vuelto a armar en el lugar en donde hoy constituye la admiracin de propios y extraos, y en donde nos recuerda, a la par que la grandeza y podero de la antigua ciudad de Panam, el trgico fin de la orgullosa urbe a quien el destino haba sealado para expiar las culpas de su sanguinario fundador. A pesar del largo tiempo transcurrido, todava se conserva intocada una de las decoraciones que aparece en la cspide o remate de est efamoso altar, un poco ms arriba de la cabeza de la imagen de San Jos. Esta decoracin consiste en un disco en el cual est pintada a varios colores la imagen del Padre Eterno, con su mano izquierda apoyada en el 193

globo terrqueo, y la derecha un poco cerrada con dos dedos levantados en actitud de impartir la bendicin. Detrs de la imagen del Padre Eterno se advierte la figura de u n tringulo, que simboliza la Santsima Trinidad. T a n bella como sugestiva alegora se conserva t a l como fue concebida por su autor, sin que la m a n o del tiempo ni las brochas irreverentes de los pintores modernos h a y a n t r a t a d o de retocarla o desfigurarla.

LOS PADRES AGUSTINOS RECOLETOS. Publicado en el Lbaro, -peridico semanario de la Accin Catlica, el 25 de diciembre de 1953: Imposible encerrar en el marco estrecho de u n a pgina periodstica el historial glorioso de u n convento que, como el de P a n a m de Agustinos Recoletos, requerira libros enteros. Intentemos siquiera esbozar en unas lneas su brillante historia, haciendo resaltar la obra fecunda espiritual, de apostolado y social, que los Agustinos de Nueva G r a n a d a y Tierra Firme realizaron en el Istmo. Al cumplirse u n siglo escaso del descubrimiento del Pacfico por Vasco Nez de Balboa, en 1513, y de la fundacin de P a n a m por Pedro Arias Dvila, en 1519, los Agustinos Recoletos ponan sus p l a n t a s en la ciudad "Muy noble y muy leal", como la llam Carlos V, en 1610, y a fines de 1612 o principios de 1613, ocupando la silla episcopal u n agustino, Fray Agustn de Carvajal, decimotercero de los Obispos y fundador del primer Seminario, colocaban y h a can bendecir la primera piedra del Convento e Iglesia de San Jos, ubicados p r i m e r a m e n t e en las afuer a s de la ciudad, y trasladados poco ms t a r d e al lugar donde todava pueden admirarse sus b a s t a n t e bien conservadas ruinas. El celossimo Padre Vicente Malloil fue el a l m a de aquella fundacin, que t a n t a gloria haba de dar a Dios y que de t a n t o provecho haba de servir a las almas. 194

Si al campo de las misiones nos referimos, "la bandera agustiniana onde en la isla de S a n t a Catalina", dice el Padre Fabo, desde antes del ao 1644, es decir, desde que en 1642 don Francisco Daz Pimiente, General de la Real Armada de Indias, se la quit a los filibusteros que la infestaban, e n t r e gando la direccin espiritual a nuestros religiosos, que se ocuparon con el mayor ahnco en catequizar a los indgenas, consolar a los presidiarios y auxiliar a los pobres moradores de la lejana isla en todas sus necesidades. Actuacin destacadsima tuvo en esta obra el Padre Bartolom de San Gregorio, quien vivi heroicamente entre militares, corsarios, presos y gente de color, expuesto y dispuesto a d e r r a m a r por la salvacin de aquellas almas h a s t a la ltima gota de su sangre. Y entramos en el ao 1671. No hay p a n a m e o que no recuerde esta fecha nefasta en los anales patrios, y que no h a y a vivido en su imaginacin las escenas de horror de la piratera de Morgan y del pavoroso incendio que redujo a escombros y cenizas la ciudad de P a n a m , populosa, floreciente y prspera, cuyas ruinas nos h a b l a n todava con m u d a elocuencia de la magnitud de aquella dantesca catstrofe. De ella salv la Providencia Divina, gracias a la industria y diligencia del Hermano Agustino Fray J u a n , n a t u r a l de la Villa de los Santos, el precioso altar de oro. Con estos materiales salvados a tiempo de la r a p a cidad de los piratas, y la pobreza por todo capital, los Agustinos Recoletos, como las otras Comunidades religiosas y dems ciudadanos, emprendieron el xodo, p a r a levantar, por m a n d a t o real, de nuevo, en 1673, la ciudad en el mismo lugar donde hoy se encuentra emplazada. T r e i n t a aos ms o menos t a r d a r o n nuestros religiosos en ver coronados sus esfuerzos y disponer de nueva casa e iglesia donde poder ejercitar nuevam e n t e su celo apostlico y dedicarse otra vez en cuerpo y alma al culto, al confesionario, pulpito y misiones. Treinta aos largos p a r a su deseo, cortos 195

para los calamitossimos tiempos en que les toc t r a b a j a r y desenvolverse. A pesar de la escasez de vocaciones religiosas, t o dava la Comunidad p a n a m e a de Agustinos Recoletos pudo enviar religiosos a las misiones que a b a n donaron los Padres Jesutas, a causa de la supresin injusta de t a n esclarecida Orden. El siglo x i x , g r a n p a r t e de l, fue fatal p a r a las comunidades religiosas en general. Se dieron leyes opresoras e injustas que les obligaron a cerrar las casas en las que no haba por lo menos ocho religiosos residentes habituales, y h a s t a se lleg a despojar a los religiosos de sus bienes, incluyendo casas e iglesias. A estas leyes desamortizadoras se debe el que los Agustinos Recoletos perdieran en P a n a m su antigua casa y que la iglesia de San Jos p e r m a n e ciera alrededor de cincuenta aos cerrada y completamente abandonada, a merced del clima destructor, las goteras, t e l a r a a s y alimaas. Pero la Providencia de Dios, que aprieta, m s no ahoga, vino a hacer que el desastre de la revolucin en Filipinas, en el que t a n t o perdieron y sufrieron nuestros religiosos, viniera a ser como u n a inyeccin vigorosa p a r a esta casa de P a n a m , permitiendo t r a e r a ella el personal desalojado de all. Y as vemos en 1898 arribar a este puerto u n a t a n d a de misioneros, a la que siguieron otras muchas, con cuya ayuda pudo atenderse a las misiones del Darin, S a n t a Isabel y San Blas. Vctima de la fiebre amarilla, contrada en estas misiones, muri el P a dre Miguel Lascaray. De todos estos religiosos, destacaremos los m s notables: el Padre Bernardino Garca, principal rest a u r a d o r de la Iglesia de San Jos, trabajador activo e incansable, religioso de extraordinario don de gentes, cuyo nombre, despus de c u a r e n t a aos, a n d a en boca de todos, pronunciado con cario, a d m i r a cin y respeto. A l se debe tambin la iniciacin, 196

fundacin y primera direccin de la por tantos t tulos ilustre H e r m a n d a d de San Jos, piadosa y benfica institucin que, como escribe muy bien su actual Director, el Reverendo Padre Alfonso Oficialdegui, t a n t a gloria h a dado a Dios, t a n t o culto al glorioso P a t r i a r c a y t a n t o esplendor a su templo. El Padre Bernardino bendijo la primera b a n d e r a nacional. El confes y ayud a bien morir a Victoriano Lorenzo, pronunciando despus u n a elocuente y emocionante oracin fnebre. El Padre ngel Vicente, t a n consagrado al pulpito y confesionario, y tambin respetado y amado de todos, quien en asocio de los Padres Doroteo Ocn y Leonardo Azcona, inaugur en 1913 el grandioso rgano, con sus 15 escogidos registros y un coste total de B./4.200.00. El Padre Pedro Fabo, ilustre sabio y notable h o m bre de letras, amn de ejemplar religioso, a l t a m e n t e enamorado de todo lo agustino y p a n a m e o , y quien gestion y llev a feliz trmino la fundacin de la Academia P a n a m e a de la Lengua, correspondiente de la Espaola, en cuyo acto, celebrado con extraordinaria pompa y la asistencia del Presidente de la Repblica y sus Ministros, Cuerpo Diplomtico y Consular, artistas y escritores notables e importantes hombres pblicos nacionales y extranjeros, se le confiri el alto honor de representar a la Academia de Madrid, como miembro correspondiente que era de la misma. Se h a n distinguido como oradores de primer orden los RR. PP. Eusebio Larranzar y Francisco Lapieza. Este ltimo, de una elocuencia t a n avasalladora que el pblico se desbordaba de las iglesias en donde predicaba. Hizo poca su predicacin. El Padre Marcelino Ganuza, eminente dor, fue cooperador asiduo del peridico 197 historiaAdelante,

rgano de la Accin Catlica, y dej escrita la Historia de la Iglesia y Convento de San Jos. En estos ltimos tiempos, siguiendo el ejemplo de sus predecesores de ms de tres siglos, los Padres Agustinos Recoletos han trabajado y trabajan con gran celo apostlico en todas las actividades religiosas. Ellos llevaron a cabo la gran gira por casi todos los pueblos de la Repblica de la Santsima Virgen de Ftima, haciendo de esa visita de Nuestra Seora a cada pueblo una misin con abundantes frutos espirituales. Ms de seiscientos matrimonios se lograron santificar, solamente en la provincia de Chiriqu. Acompaaron a la imagen, la primera en llegar a Panam y en drsele culto solemne, los RR. PP. Sebastin Lpez de Murga y Agustn Lpez. Desde hace ms de doce aos, los Padres Agustinos trabajan en el apostolado de la Accin Catlica. El Reverendo Padre Rogelio Barasoan, gran publicista y organizador, fue Consiliario de la Juventud Catlica Masculina y estableci las asociaciones estudiantiles de ambos sexos de la Accin Catlica, la Confederacin de Juventud Catlica Masculina y de Jvenes Universitarios Catlicos, publicando por muchos aos la documentada revista Vanguardia. Fund el Instituto Panameo de Cultura Hispnica, con destacados intelectuales de la capital. Atienden a la enseanza de la religin en diversas escuelas y catecismos y dirigen la preparacin de maestras competentes de religin para este fin. Al presente, la Comunidad Agustina, que adems de todas las actividades apostlicas fuera del templo josefino sostiene un esplndido culto y fomenta la piedad cristiana en su iglesia, muy frecuentada de los fieles panameos, tienen establecidas las siguientes cofradas y asociaciones: Hermandad de San Jos, Archicofrada de Nuestra Seora de la 198

Consolacin, Pa Unin de Cruzados de la Virgen de Ftima, Pa Unin de San Nicols de Tolentino en Sufragio de las Almas del Purgatorio, Archicofrada de la Virgen del Perpetuo Socorro y Venerable rOden Tercera de San Agustn.

199

BIBLIOGRAFA La Orden de Agustinos Recoletos, Compendio H i s trico, por el P a d r e PEDRO CORRO, O. A. R., 1930r pgina 209. Historia de la Provincia de la Candelaria de Agustinos Recoletos, por FRAY PEDRO FABO, O. A. R.,

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de San Agustn, 1950, por el P a d r e EUGENIO AYAPE,

O. A. R., pgs. 50-78. Historia indita del convento


P a d r e MARCELINO GANUZA,

de San Jos, por el

1930.

La voz de San Jos, rgano de las Congregaciones de la iglesia de San Jos de P a n a m , 1946-1951. Boletn de la Academia Panamea de la Historia. Cartas inditas, del Padre BERNARDINO GARCA, O. A. R. Biografa del Padre Pedro Fabo, por el Padre EUGENIO AYAPE, 1941, pgs. 229-237. Libro de Cosas Notables de la Residencia de Padres Agustinos Recoletos de San Jos de Panam. Libro de Consultas de la Residencia de Padres Agustinos Recoletos de San Jos de Panam. La Estrella de Panam, Diario. Arquitectura Panamea, Descripcin e Historia, p o r
el arquitecto SAMUEL A. GUTIRREZ, 1968, pgi.

as 116-117 y notas. 201

220 aos del Perodo Colonial en Panam,

por el pro-

fesor RUBN DARO CARLES, pgs. 20 y 188.

Panam la Vieja, Resumen histrico y gua de sus ruinas, por JUAN B. SOSA, 1926, pgs. 70-77. Breve historia de la Iglesia Panamea, por ERNESTO
J. CASTILLERO, 1965, pg. 18.

Compendio Biogrfico de los Ilustrsimos y Excelentsimos Monseores Obispos y Arzobispos de Panam, por MONSEOR PEDRO MEGA, 1958, pgs. 78-96.

Continuacin del Padre Sdaba o Segunda Parte del "Catlogo de los Religiosos de la Orden de Agustinos Recoletos", por FRAY M. AVELLANEDA, O. A. R.,

1938. Boletn de la Provincia de San Nicols de Tolentino, O. A. R mayo-junio 1969, n m . 625, pgs. 150-151. Criticas y Plumadas, por el Padre PEDRO FABO, O. A. R., 1928, pgs. 267, 276 y 328. Boletn de la Academia Panamea de la Historia, Correspondiente de la Real Academia Espaola, diciembre 1969, n m . 4, pgs. 16-21.

NDICE

PRLOGO NOTA

I.

Descubrimiento de tierra firme. Bastidas.Cristbal Coln.Santa Mara de Beln.Nicuesa y Ojeda-Balboa.Pedrarias. Cambio de la capital de la Colonia.Poblacin.Primeros misioneros.Sede episcopal.Casa de misioneros El Padre Vicente Mallol, fundador de la iglesia y convento de San Jos.Gestiones para iniciar la fundacin.Entusiasmo de la ciudad.Bendicin de la primera piedra. Contratiempos y -vicisitudes. Descripcin de la iglesia y convento La comunidad se instala en un lugar prximo a la ciudad.Emplazamiento del edificio.Temblores de tierra.Visible castigo.1621

II.

III.

IV. Nuevas contradicciones y pruebas.Dios est con la nueva fundacin de San Jos. Los Agustinos Recoletos, apostlicos mi 202 203

Pgs sioneros.Actividades misioneras.El Padre Jos de la Circuncisin V. Destruccin de Panam la vieja.La iglesia y convento de San Jos se salvan del incendio.Santidad, apostolado y ciencia, lema de la comunidad de San Jos de Panam la vieja.El Padre Manuel Montes de la Oca y el santo y sabio Padre panameo Diego de la Ascensin VI. Traslacin del convento de San Jos de la vieja a la nueva Panam, 1673.La comunidad agustina en la nueva Panam.Los piratas.El Altar de oro.Interesante libro : Pirates in Panam VII. Inauguracin de la iglesia en la nueva Panam.Hacia la feliz coronacin de las obras de la iglesia y convento.Celo desplegado por los Padres Agustinos Recoletos en su iglesia de San Jos 51 Jos.Espina en su apostolado.Asiste al General Victoriano Lorenzo.Los Padres Agustinos Recoletos en la guerra y en la independencia de Panam XII.

Pgs.

122

62

La Hermandad del patriarca San Jos, columna vertebral del culto en el templo josefino.El Padre Bernardino Garca embarca para Espaa.Cambio completo en la comunidad de Agustinos Recoletos. Grave contratiempo y pretensin injusta. 138

71

XIII. El Padre ngel Vicente, superior..Inauguracin del rgano.Restauracin del altar de oro. Construccin de la nueva casa.La parroquia de David 145 XIV. El Padre Fabo en Panam.Funda la Academia panamea de la Lengua 152

81

VIII. La iglesia de San Jos sirve para catedral. La crisis misional.Conducta del clero y de los Agustinos Recoletos en los das de la independencia de la Madre Patria ...

XV. Ministerio apostlico.El Padre Marcelino Ganuza.Se gestiona la parroqua de San Jos.Accin Catlica.El Padre Rogelio Barasoan.Condecorado por el Gobierno Nacional.Enseanza 160 XVI. Comunidad Agustino Recoleta.La Virgen de Ftima.Capellana de La Salle. Fundacin del Colegio San Agustn.Administracin parroquial de Arraijn.El Padre Sebastin Lpez de Murga.Actividades.Organistas.Visitas Generales y Provinciales 167 XVII. Ereccin de la parroquia de San Jos. El Padre Victorino Jimnez, superior y prroco.Testimonio laudatorio 175

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IX. Legislacin hostil a la iglesia y comunidades religiosas.Supresin de conventos menores.El de San Jos sobrevive algunos aos.Extincin de la comunidad y cierre del convento.Muere el ltimo Padre Agustino Recoleto.Intentos de restauracin 101 X. Restauracin de las Ordenes Religiosas. San Jos de Panam contina sin culto. Los hijos de San Agustn vuelven providencialmente.El Padre Flix Guillen ... 112 Ministerio apostlico. Restauracin del templo. El Padre Bernardino Garca, principal restaurador de la iglesia de San
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XVIII. Lista de los Superiores del convento de San Jos, desde su fundacin en 1612 hasta 1972 184 XIX. Dos artculos.Altar de oro.Los Padres Agustinos Recoletos.Irradiacin Bibliografa 205 188 201

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