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La Ofensiva de Zaragoza (1936-1939)

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La Ofensiva de Zaragoza (1936-1939)


FERNANDO MARTNEZ
DE

BAOS CARRILLO

En la madrugada del 24 de agosto de 1937 miles de hombres del Ejrcito del Este republicano, desplegados en un semicrculo alrededor de Zaragoza, se ponan en movimiento con la intencin de ocupar la ciudad ese mismo da. Otros miles de soldados nacionales del V Cuerpo de Ejrcito de Aragn, fuertemente anclados al terreno, les iban a hacer frente desde sus posiciones defensivas repartidas a lo largo de la lnea del frente marcada por Zuera, San Mateo de Gllego, Leciena, Puerto de Alcubierre, Perdiguera, montes de Villamayor y de Alfajarn, Pina de Ebro, Quinto, Codo, Belchite, Fuendetodos y Villanueva de Huerva. El objetivo principal de los atacantes, muy pretencioso, era conquistar la ciudad en menos de 24 horas. Los secundarios, unidos inexorablemente al anterior, era el intentar frenar el avance nacional en el frente de Santander y evitar un movimiento rpido de las tropas de Franco que llegase al mar Mediterrneo y cortase en dos la Espaa republicana. Adems de considerarla como un ncleo importantsimo de comunicaciones, Zaragoza era una plaza vital en cuanto a la fabricacin de municin y de una gran importancia moral y religiosa. La lnea de contacto haba estado muy esttica hasta ese momento, salvo los lgicos movimientos para recticar y consolidar el frente. Desde el primer instante que se produjo la sublevacin contra el gobierno de la Repblica y se inici la guerra el 18 de julio de 1936, los partidarios de uno y otro bando pugnaron por establecerse en la mayor parte de ciudades y pueblos. Zaragoza desde un principio opt por la sublevacin. La mxima autoridad militar, General Miguel Cabanellas, no dud en proclamar el Bando de Guerra y militarizar las fbricas, anul la huelga obrera revolucionaria que se proclam al instante, organiz inmediatamente las fuerzas armadas disponibles, recondujo a los muchos civiles voluntarios a las las de las milicias y organiz columnas de castigo que recorrieron muchos pueblos de Aragn donde hubo resistencia a la asonada. Toda la mitad occidental de Aragn, con las tres capitales incluidas, se pusieron del lado de los alzados en un territorio considerado por el mando rebelde como

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un yunque que deba resistir todos los ataques que iba a recibir. Estas acometidas iniciales vinieron principalmente de Catalua, Levante y el Aragn Oriental, donde la sublevacin haba sido aplastada y donde se produjeron acciones represoras. Desde estos lugares se organizaron columnas que inmediatamente se dirigieron, con peor que mejor fortuna y ms voluntad que organizacin, hacia las ciudades de Huesca, Zaragoza y Teruel, con el nimo de liberarlas del yugo fascista. Los milicianos en sus avances solo consiguieron llevar la lnea del frente muy cerca de las tres capitales de provincia, pero sin poder avanzar ms, por el momento. Durruti, cuando lleg a Osera fue atacado desde el aire y obligado a retroceder a Bujaraloz con algunas bajas, aunque ms tarde recuper el terreno perdido y conquist Pina. La ciudad de Zaragoza plane y ejecut una defensa perimtrica organizando cinco subsectores donde desplegaron algunas de sus unidades, ocupando lugares estratgicos y tcticos, y dejando muchos espacios vacos controlados por columnas mviles. Era imposible ocupar todo el territorio con el escaso nmero de hombres que dispona la 5 Divisin Orgnica primeramente, V Cuerpo de Ejrcito despus. En un despliegue de defensa lejana, tropas zaragozanas se asentaron en los Montes de Alfajarn. Despus de encuentros espordicos, aunque breves e intensos por conseguir Leciena, Perdiguera, Farlete y Osera, las posiciones defensivas nacionales se establecieron entre otras cotas en los Petrusos, Flora (La Pica), Pinos y Primoral. Los republicanos por su parte se establecieron en posiciones avanzadas en Peguila y Suelta Alta, a la altura del km 9 de la carretera que une Villamayor con Farlete (actual A-1104), en La Puntaza (al noreste de Villafranca Bnker en el vrtice Flora (monte de la Pica, Villamayor) de Ebro) y en Pina de Ebro. En el sur del Ebro los nacionales haban desplegado, despus de los primeros combates, en La Zaida, Sstago, Azaila, Gelsa, Fuentes de Ebro, Quinto, Codo, Belchite, Jauln y Villanueva de Huerva. Por el sur de Zaragoza la columna republicana Carod-Ferrer haba llegado a ocupar el pueblo de Fuendetodos el 22 de septiembre de 1936. Volviendo al da del comienzo de la ofensiva del verano del 37, las tropas republicanas se pusieron en movimiento con una consigna fundamental ordenada por el general Vicente Rojo Lluch: no pararse, como en la Batalla de Brunete, ante objetivos secundarios. Lo prioritario era avanzar a toda velocidad para alcanzar Zaragoza. Lo dems no importaba. Ya habra unidades en segundo escaln que anularan los objetivos jados y desbordados. Pero no lo hicieron y pagaron caro su error.

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Lnea de mximo avance miliciano en octubre de 1936 y sectores defensivos establecidos por los nacionales alrededor de Zaragoza. [Mapa de A. Blanco sobre una idea de Martnez de Baos y plano depositado en el SHYCEA]

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Maniobras nacionales para ocupar Farlete y Osera.


[Mapa de A. Blanco sobre una idea de ngel Aparicio]

Situacin de las tropas ante la ofensiva de Zaragoza.


[Mapa de A. Blanco sobre una idea de ngel Aparicio]

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Las unidades que defendieron Zaragoza, al mando del general Ponte, fueron de la Divisin 52 (general Muoz Castellanos) y de las Brigadas de Posicin y Etapas (coronel Civera) y Mvil (coronel Galera). Por su parte el Ejrcito del Este republicano, al mando del general Pozas, dispuso en su ofensiva en ese frente de las Divisiones 26 (Sanz Garca), 25 (Ortiz Ramrez) y 30 (Prez Salas), con las reservas divisionarias 31, 32 y 33. La idea de maniobra republicana se consolid en el terreno con la organizacin de cuatro Agrupaciones: A, B, C y D. La A, al mando de Trueba primero y de Del Barrio despus, avanz sobre Zuera con la intencin de entrar en la ciudad de Zaragoza por la carretera de Huesca. La B, de Kleber, desplegada a ambos lados de Farlete, deba llegar a Santa Isabel pasando por Villamayor. La C, a las rdenes de Hernndez de la Mano, deba incidir por Pina sobre Quinto. Y la D, la que llev el esfuerzo principal a las rdenes de Modesto, deba consolidar el avance a travs de Quinto, Fuentes, Mediana, Puebla de Albortn y Belchite, sobre el sur y sureste de Zaragoza. Las tropas republicanas desplegaron la noche del 23 para comenzar la accin al amanecer. Aunque no todas las unidades de la Agrupacin B cumplieron lo establecido. Enfrente de las posiciones de los Petrusos (km. 4,5 de la carretera de Farlete), en una inmensa llanura, los internacionales de las Brigadas XII y XIII no se haban acercado lo suciente a sus objetivos y el amanecer les cogi por sorpresa. Quedaron indefensos a merced de las balas, el sol, el calor y de la terrible sed. En el frente sur, por su parte, problemas logsticos hicieron que solo pudiesen ocupar la ermita de San Roque y la estacin del FFCC de Utrillas en La Puebla de Albortn. En el norte, la posicin nacional de vrtice Pilatos fue ocupada despus de un combate sangriento. Las defensas de Valseca y Casa Montoya (Zuera) fueron sobrepasadas por la Agrupacin A, que logr llegar hasta los aledaos de Zuera, aunque fue rechazada despus. El ala derecha de esa Agrupacin se enfrent a los Castillejos y se detena a cinco kilmetros de San Mateo, frente a las posiciones de Crucetas.

Tronera de un bnker en la posicin Primoral (monte de Alfajarn). Obsrvese la mano impresa en el hormign de la tronera

Ante la Agrupacin B, los nacionales establecidos en el sector VillamayorAlfajarn haban conseguido frenar el avance republicano el primer da, quedndose stos muy lejos de cumplir el objetivo previsto de entrar en Zaragoza, aunque posteriormente llegaron hasta Villamayor. La resistencia de las posiciones nacionales de la Estacin de Pina y de la Ermita de Bonastre, a caballo de la carretera de Castelln, actual

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Las espectaculares ruinas del pueblo viejo de Rodn

N-232, retrasaron el avance de la Agrupacin C antes de que stas llegasen a las defensas de Quinto y contactasen con las tropas de la Divisin 35 (Walter). El pueblo de Quinto aguant el envite republicano hasta que los internacionales acabaron con la resistencia de Cerro Purburel, la ltima posicin nacional, al da siguiente de lo planeado. Los combates cuerpo a cuerpo en las posiciones de las Eras, de la Iglesia y de las avanzadas del cementerio, dan prueba, junto con la lucha desarrollada en el cerro mencionado, de la brutalidad del encuentro. Fotografas de la Brigada Lincoln nos lo muestran. Despus de Quinto el siguiente objetivo republicano, sin xito, fue la lnea FuentesRodn-Mediana para llegar a Vrtice Sillero y estribaciones de Valmadrid. Rodn fue ocupado pero no as las otras dos localidades. Las ruinas de lo que fue este pueblo aun se conservan como espectros sin nada que envidiar a las del viejo Belchite. Despus de varias horas de combate del primer da el mando republicano se dio cuenta que su pretensin de ocupar Zaragoza se dilua por momentos. Muchos factores polticos, personales, logsticos y de desobediencia de las rdenes emanadas del Cuartel General indicaban lo armado. Las posiciones cambiaban de manos en ataques, contraataques, avances y retrocesos. Los 200 defensores (la mayora requets del Tercio de Nuestra Seora de Montserrat) atrincherados en la pequea localidad de Codo cedieron al empuje de los ms de 6.500 republicanos de las Brigadas Mixtas 116 y 32 el 25 de agosto despus de resistir enconadamente. Solamente sobrevivieron 46. Y Belchite, desde ese mismo momento, comenz a sufrir uno de los cercos ms sangrientos de toda la guerra. Se volva a incumplir lo ordenado por el general Rojo de que no se parase el avance ante un objetivo secundario.

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En auxilio de ambos contendientes acudieron inmediatamente refuerzos y reservas que fueron ocupando y consolidando las respectivas posiciones. Lster tom el mando de las fuerzas republicanas, frenadas ante Fuentes de Ebro, y Snchez Plaza hizo lo propio con las que iban a asediar Belchite. Por el lado nacional fueron las Divisiones 150 de Senz de Buruaga y la 13 de Barrn las que se aprestaron al combate. La 150 despleg en Fuentes y alrededores y Barrn, con la 13, lo hizo desde Vrtice Jauln hasta ocho kilmetros al sur del Burgo, en un punto llamado Laguna Salada, cubriendo de esta forma, aunque dejando grandes espacios, las estaciones del ferrocarril de Valmadrid y de Torrecilla. Las alturas del vrtice CarniceroValdesimpor tambin fueron ocupadas y en la zona de la Laguna se organizaron dos posiciones que daban cobertura y cerraban ese hueco en el despliegue. Desde esta lnea inici Barrn el 28 de agosto su movimiento con la intencin de socorrer Belchite pero el choque contra las tropas leales que iban sobre ellos fue brutal. Uno de los trgicos escenarios fue la Ermita de la Magdalena (Mediana). La intencin de los dos bandos era conseguir el dominio de las fuentes de agua. Lo logr la Divisin 13 de Barrn, pero no pudieron continuar. Los dos ejrcitos quedaron enfrentados y atrincherados a uno y otro lado de la carretera actual A-222, al sur del pueblo de Mediana, que ya haba sido tomado por Modesto. Belchite, mientras tanto, ceda sus posiciones a los ataques republicanos: Vrtice Lobo, Estacin de Azuara, Santuario del Pueyo, Seminario, Cementerio, Paridera de El Saso los bombardeos de artillera y aviacin castigaban dursimamente a la guarnicin y poblacin civil. Estos reciban peridicamente suministros desde el aire que les ayudaron a resistir hasta el da 7 de septiembre de 1937, cuando la plaza pas a manos del mayor Toral, jefe de la 32 Brigada del V Cuerpo. Antes, un grupo de unas 500 personas encabezadas por el comandante Joaqun Santa Pau, salieron del cerco replegndose a sus lneas en un peligrossimo y audaz movimiento. Solo 150 consiguieron llegar vivos. El balance de la conquista de Belchite fue trgico para todos e intil para los republicanos. Miles de muertos en total. Escenas cruentas. Terribles las escenas vividas en los stanos donde se hacinaban los heridos y los muertos, y en las calles donde los parapetos se levantaron con cadveres. Luchas cuerpo a cuerpo en las casas, piso por piso y habitacin por habitacin. Hechos heroicos por parte de los defensores Resistir 4.000 combatientes los ataques de 60.000 hombres durante ms de siete das lo dice todo. Y el hecho de leer en un documento ocial que la Federacin Anarquista Ibrica (FAI) envi al Presidente del Consejo republicano, que cinco mil bajas en los primeros cuatro das son muchas bajas, seor presidente, para lograr la posesin de una efmera ciudad destruida, nos hace comprender el error de los mandos republicanos al empearse en esa batalla de Belchite.

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Fases de la batalla de Zaragoza.


[Diseo de A. Blanco sobre una idea de ngel Aparicio]

El intento republicano de ocupar Zaragoza haba fracasado. Las tropas nacionales consiguieron frenar el avance en todo el permetro defensivo cediendo las plazas de Quinto, Mediana, Codo, Belchite y La Puebla de Albortn. Pero los republicanos no cejaron de intentarlo. En el mes de octubre se produjeron ataques para ocupar Fuentes de Ebro y llegar hasta el vrtice Sillero. Lister dijo que esta fue una de las operaciones ms estpidas de toda la guerra. Emplearon masas de carros blindados rusos BT-5, que relevaban a los ya conocidos T-26,

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ensayando nuevas tcticas de ataque llevando encima de los carros a los infantes, que saltaban a tierra una vez superadas las trincheras nacionales. El mando de la ofensiva fue encomendado al general Walter y al coronel Casado. Se realizaron cuatro ataques los das 11, 13, 16 y 20 de octubre, fracasando en todos ellos. Pero no solo se combati en tierra. La guerra area no haba cedido en ningn momento. El primer bombardeo sobre Zaragoza se produjo en la noche del 3 de agosto de 1936. Cuatro bombas fueron lanzadas contra la Baslica del Pilar sin que ninguna de ellas explosionase. Posteriormente hubo ataques contra fbricas de municiones, poblacin civil e instalaciones areas. Los ms sangrientos fueron los que se hicieron sobre la ciudad durante el mes de mayo de 1937, y el ms contundente el que se hizo sobre el aerdromo de Sanjurjo el 15 de octubre de este mismo ao, con el resultado de ms de treinta aparatos nacionales destruidos entre Junkers, Fiat y Heinkel. Despus de la fallida ofensiva republicana sobre Zaragoza los dos ejrcitos entraron en procesos de reorganizacin y consolidacin de posiciones. Los nacionales vieron la necesidad de que haba que forticarse en profundidad en los salientes de Fuendetodos, Jauln, Botorrita y Villanueva de Huerva, Muel y Cariena. No queran que se produjera ningn ataque sorpresa por el anco sur de Zaragoza. De esta manera, en el mes de marzo de 1938 se construyeron los conjuntos defensivos que todava hoy podemos visitar en el vrtice Parapetos (Jauln) y a la entrada de Villanueva de Huerva, a caballo de la carretera de Fuendetodos. Pero la guerra continuaba. Franco ya haba previsto que la gran ofensiva se producira rompiendo el frente de Aragn en un rpido movimiento hacia el Este con la intencin de llegar al Mar Mediterrneo dividiendo en dos la zona oriental de Espaa en poder de la Repblica, aislando as Catalua. En el primer trimestre de 1938 los acontecimientos se precipitaron. La Repblica consigui conquistar su primera capital, Teruel, a comienzos del mes de enero, aunque fue rpidamente recuperada por los nacionales al mes siguiente. A principios de marzo el ejrcito nacional del Norte, que haba estado acumulando unidades a lo largo de todo el frente aragons, se puso en marcha. A las 26 Divisiones del general Dvila les iban a hacer frente en un principio las 16 Divisiones pertenecientes a los ejrcitos del Este (general Pozas), el de Maniobra (coronel Menndez) y el de Levante (general Hernndez Saravia), desplegados desde los Pirineos hasta Vivel del Ro, en Teruel. 160.000 soldados nacionales muy bien armados y plenos de moral contra 100.000 Bnker en la zona de los Parapetos (partida de La Carrasca, trmino de Jauln, en la carretera de republicanos con escaso material y aire Fuendetodos) de derrota.

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Bnker al este de El Burgo de Ebro, junto a la Torre de Pradas

El 9 de marzo de 1938, comenz la Batalla de Aragn. Los Cuerpos de Ejrcito Marroqu de Yage y el Galicia de Aranda, con el Cuerpo de Tropas Voluntarias Italianas (CTV) de Berti rompieron el frente al sur del Ebro por Villanueva de Huerva, Rudilla y Vivel del Rio, despus de una intensa preparacin artillera. El avance fue muy rpido. La 44 Divisin republicana del XII Cuerpo de Ejrcito a las rdenes de Snchez Plaza, desplegada entre Osera y vrtice Sillero, y la 24, situada a su izquierda, no pudieron frenar el avance nacional. La unidad que defenda Belchite, la Brigada 6/24, no aguant y huy dejando un agujero en el despliegue defensivo que intent tapar la Divisin 35, en reserva, sin conseguirlo. Belchite cay el da siguiente de comenzada la ofensiva, el 10. Todo el frente se derrumb y las ciudades de Alcaiz y Caspe se ocuparon entre los das 14 y 17 de ese mes de marzo. Muchos de los mandos republicanos de estas unidades que no pudieron frenar el avance franquista fueron expedientados. El general Carlos Masquelet, nombrado Instructor al efecto, present su informe en Barcelona muy pronto, el dos de abril. Al norte del Ebro, la segunda parte de la ofensiva se produjo el da 22, tambin de ese mes de marzo, buscando una maniobra de pinza sobre todo el ejrcito republicano. Ese avance se combin con una maniobra nocturna modlica de paso del rio Ebro por Quinto. La guerra sali de esta forma tan rpida de las tierras aragonesas en general y de las de las zaragozanas en particular. Vinaroz, en Castelln, fue testigo el 15 de abril de 1938 de la llegada de las tropas de Franco al mar y de la ruptura del territorio republicano. Un ao ms tarde la guerra termin.

Folleto sobre la posicin nacional de los Petrusos, en Villamayor [texto y fotos: J.L. Ona]

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