Georg Christoph Lichtenberg

Georg Christoph Lichtenberg
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Georg Christoph Lichtenberg (Ober-Ramstadt, 1 de julio de 1742 – Gotinga, 24 de febrero de 1799) fue un científico y escritor alemán.

• «A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores».^[1]

• «Antes de censurar, siempre habría que ver si no se puede disculpar».^[2]

• «Concede a tu espíritu el hábito de la duda, y a tu corazón, el de la tolerancia».^[3]

• «Cuando una beata se casa con un beato, el resultado no es siempre una pareja beatífica».^[4]

• «¡Cuán felices vivirían muchos si se preocuparan menos de las cosas ajenas y más de las propias!». ^[5]

• «El buen sentido en la juventud es tan raro como el hielo en primavera».^[6]

• «El instinto de perpetuar la raza a perpetuado también muchas otra cosas».^[7]

• «El orden conduce a todas las virtudes. ¿Pero qué conduce al orden?».^[8]

• «El renombre y el descanso no compaginan».^[9]

• «El sabio busca la sabiduría; el necio la ha encontrado».^[10]

• «El único defecto de los libros verdaderamente buenos es que casi siempre dan origen a miles de libros malos».^[11]

• «Es casi imposible llevar la antorcha de la verdad a través de una multitud sin chamuscarle la barba a alguien».^[12]

• «Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable».^[13]

• «La enfermedad es la mayor imperfección del hombre».^[14]

• La moderación presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay más abstemios que moderados».^[15]

• «La ocasión hace al ladrón, pero también a los grandes hombres».^[16]

• «La verdadera historia no es la de las masas sino la de los hombres de genio».^[17]

• «Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos 'pequeños'».^[18]

• «Los relojes de arena no sólo recuerdan la veloz huida del tiempo, sino también el polvo en el que alguna vez nos convertiremos».^[19]

• «Los santos esculpidos han tenido mucha más influencia en el mundo que los santos vivos».^[20]

• «Llovió tan fuerte que todos los cerdos se lavaron y todos los hombres se emporcaron».^[21][22]

• «Muchos hombres ven la virtud más en el arrepentimiento de los pecados que en el hecho de evitarlos».^[23]

• «Nada nos hace envejecer con mayor rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos».^[24]

• «¿No os parece chocante ver a los hombres combatir con furia por su religión y vivir con tan poca voluntad de acuerdo con sus preceptos?».^[25]

• «No se duerme para dormir, sino para trabajar».^[26]

• «Para la mayoría de la gente, dudar de una cosa es simplemente creer ciegamente en otra».^[27]

• «Por lo menos una vez al año todo el mundo es un genio».^[28]

• «Quien busque la injusticia no necesitará lámpara».^[29]<

• «Quien tiene menos de lo que desea, ha de saber que tiene más de lo que vale».^[30]

• «Tales obras son como espejos: si se mira un mono es imposible que se refleje un apóstol».^[31]

• «Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños».^[32]

• «Todos nos equivocamos, pero cada cual lo hace a su modo».^[33]

• «Vivimos en un mundo en el que un loco hace muchos locos, mientras que un sabio hace pocos sabios».^[34][35]

• Bartra (datos.bne). Frases y citas célebres. Grijalbo. p. 180. ISBN 8425315263. 

• Lichtenberg, Georg Christoph. Aforismos (trad. Juan del Solar). Barcelona: Edhasa, 2006. ISBN 84-350-9158-9

• Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)

• Palomo, Eduardo. Cita-logía. pág. Punto Rojo Libros, 2013. ISBN 9788416068104.

• Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.