Interenfriador
El intercooler es un radiador aire-aire o aire-agua que se encarga de enfriar el aire comprimido por el turbocompresor o sobrealimentador de un motor de combustión interna.
Normalmente los gases al comprimirse adiabáticamente (sin cesión de calor al entorno) se calientan; se puede ver al hinchar la rueda de una bicicleta que la válvula se calienta. En el caso del turbo los gases salen a una temperatura de unos 90-120 °C. Este calentamiento es indeseado, porque los gases al calentarse pierden densidad, con lo que la masa de oxígeno por unidad de volumen disminuye. Esto provoca que la eficiencia volumétrica del motor disminuya y así la potencia del motor disminuye, ya que hay menos oxígeno (masa) para la combustión.
El intercooler rebaja la temperatura del aire de admisión a unos 60 °C, con lo que la ganancia de potencia está en torno al 10-15 % respecto a un motor solamente sobrealimentado (sin intercooler).
Lo habitual es que los intercooler sean aire-aire, aunque en algunos casos, se tiene la posibilidad de añadir un pequeño chorro de agua que humedece el exterior del intercooler para que al evaporarse se enfríe, aumentando así la potencia durante un rato.
En motores que tienen una preparación un tanto más «extrema» se ha experimentado con la «congelación» del intercooler por un corto lapso para ganar potencia extra. Esto se puede hacer mediante descargas de CO2 comprimido sobre el mismo.