Crítica: Desmontando un elefante
por Alfonso Rivera
- En la elegante ópera prima de Aitor Echeverría, Emma Suárez y Natalia de Molina encarnan a una madre y su hija que se necesitan y repelen a partes iguales
La familia y sus complejidades, con la dependencia y la vida sacrificada por los cuidados de los otros, centraban la primera película de Nely Reguera, María (y los demás) [+lee también:
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ficha de la película]; en su segundo largometraje, La voluntaria [+lee también:
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ficha de la película], de nuevo el tema de los cuidados a terceros ocupaba el epicentro de la trama. En ambos trabajos la cineasta contó con Aitor Echeverría como responsable de la fotografía. Ahora el barcelonés ha debutado como director con Desmontando un elefante [+lee también:
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ficha de la película], film que compitió por el Giraldillo de Oro en el 21.º Festival de Cine Europeo de Sevilla y se llevó el Premio AC/E a la mejor dirección de película española, donde aborda similares conflictos familiares y dependientes.
En esta ópera prima, Natalia de Molina encarna a Blanca, la hija menor de un matrimonio formado por Darío Grandinetti y Emma Suárez. Ella, Marga en la ficción, es una arquitecta de prestigio que, con años de adicción al alcohol a sus espaldas, regresa a casa después de dos meses ingresada en un centro de desintoxicación tras sufrir un accidente doméstico. Ahora, lo que antes se callaba –y aceptaba tóxicamente– ya no se puede ocultar más, porque cae por su elevado peso. La verdad está sobre la mesa –de metacrilato–. El elefante que ocupaba buena parte de la habitación está por fin a la vista de todos y, si no se desmonta, puede causar aún más daño.
Puntuada con bellas escenas de baile (Echeverría ha realizado previamente también piezas de videodanza), Desmontando un elefante aborda la problemática de la incomunicación dentro del domicilio, cuando un conflicto que todos conocen se convierte inexplicablemente en un tabú innombrable. ¿Por qué las dinámicas familiares giran a veces en torno a un misterio a voces? ¿Por qué el hogar, que debía ser motor de confianza y afecto, se pervierte hacia dependencias y ocultaciones que lastran el fluir armónico de las relaciones de sus miembros? ¿Hasta cuando se mantendrá una situación así de absurda, pero normalizada?
Todas estas cuestiones expone en la pantalla este cineasta (coautor del guion junto a Pep Garrido) que ha apostado por una realización fría, calmada, elegante y distante que pauta una acción que transcurre mayormente dentro de una imponente casa acristalada que no tiene mucho que envidiar a la de La habitación de al lado [+lee también:
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ficha de la película] de Pedro Almodóvar; apoyada en la labor interpretativa de sus dos actrices centrales (los cinco Goya que suman entre ambas acreditan su credibilidad, sensibilidad y talento) y en una estructura narrativa que se sustenta en elipsis que el espectador debe completar con sus propias experiencias en materia familiar… y de eso todos tenemos de sobra.
Desmontando un elefante es una película de Arcadia Motion Pictures (España) en asociación con Pegaso Pictures AIE y Noodles Production (Francia), cuyas ventas internacionales maneja Filmax, compañía que también la estrenará el 10 de enero en cines españoles.
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