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Cofres misteriosos

Summary:

El grupo del héroe Himmel está explorando unas ruinas cuando encuentran un cofre misterioso, ¿contendrá un valioso grimorio o será una trampa?

Notes:

One-shot para el Flufftober 2024. Tema: cumpleaños.

Work Text:

El grupo del héroe Himmel recorrió un largo pasillo empedrado dentro de las ruinas de un templo hasta situarse frente a una puerta enorme, la cual estaba decorada con extraños grabados.

-Parece que hemos llegado a la última sala – anunció el de pelo azul – Heiter, dame la llave que arrebatamos a ese monstruo, por favor – pidió tendiendo el brazo hacia el aludido.

-Aquí tienes – contestó el sacerdote entregándosela.

-¿Crees que abrirá esta puerta? – preguntó el enano Eisen con algo de desconfianza.

-Sí, la abrirá – se adelantó Frieren en responder – Detecto que la magia que tiene impregnada esa llave es la misma que la de la puerta.

-Entonces no perdamos más el tiempo – dijo Himmel introduciendo la llave en un pequeño hueco que había a un lado.

Una extraña luz recorrió entonces los grabados de la puerta y finalmente esta se abrió con un chirrido, dejando a la vista una sala con unas altísimas columnas de piedra. Los cuatro aventureros entraron mirando hacia todas partes con curiosidad, allí había almacenados objetos antiguos de todo tipo. Pero lo que más destacaba era un cofre pegado a la pared del fondo, hacia el cual Frieren se dirigió a toda prisa.

-Ya sabes que el noventa y nueve por ciento de estos cofres resultan ser una trampa – le recordó Heiter.

-Ya, pero ¿y si este pertenece al otro uno por ciento? ¡Podría contener un grimorio bien raro! – contestó la maga elfa con algo de emoción.

-Está bien, dejadla que pruebe – habló Himmel – Siempre le advertimos sobre este tipo de trampas y no nos hace ni caso.

-Bien, allá voy – dijo Frieren frotándose las manos.

La maga se agachó junto al cofre, pero al tocarlo la tapa se abrió como si fuera una boca y se tragó a Frieren hasta la mitad de su cuerpo.

-¡Socorro! – chilló la elfa pataleando en el aire inútilmente – ¡Está oscuro! ¡Quiero salir de aquí!

-Parece que era un mimic – comentó Eisen con tranquilidad.

-Lo mismo de siempre… ¿No se supone que ella es una maga prodigio? – preguntó Heiter con vergüenza ajena.

-Tranquila, Frieren. Enseguida te sacamos de ahí – dijo Himmel mientras les hacía un gesto hacia la puerta de salida a sus otros dos compañeros y ellos asintieron.

El de pelo azul se acercó con parsimonia hacia el mimic mientras Heiter y Eisen abandonaban la sala.

-¿Viene alguien o no? – preguntó Frieren con algo de desesperación.

-Ya estoy aquí. No seas impaciente – contestó Himmel agarrándola de la cintura y tirando de ella hacia atrás, aunque no demasiado fuerte – Te tiene bien agarrada, ¿eh? – bromeó un poco.

-¿Qué haces? ¡Sabes que tienes que tirar más fuerte para sacarme de aquí! – protestó.

Himmel miró de reojo hacia atrás y vio cómo sus otros dos compañeros de equipo entraban de nuevo a la gran sala y después colocaban otro cofre en un rincón distinto de la habitación.

-Prepárate. Voy a dar un tirón más fuerte – anunció el de pelo azul.

-¡Pero date prisa! – insistió Frieren.

-Sí, sí – respondió Himmel dando esta vez un tirón bastante más fuerte, con el cual logró liberarla por fin de las fauces del mimic.

-Uff… Por poco me quedo ahí atrapada para siempre… – murmuró la maga aliviada, aunque también algo humillada.

-Si sigues insistiendo de esa forma con todos los cofres que veas quizás algún día sí que encuentres uno que tenga un tesoro – trató de animarla el de pelo azul – Oh, hablando de eso, ahí hay otro cofre.

-Qué sospechoso. Ese antes no estaba – comentó Frieren con desconfianza.

-¿Estás segura? – preguntó Heiter tratando de disimular su nerviosismo.

-Yo no lo tengo tan claro – lo apoyó Eisen.

-Claro que no estaba – contestó la elfa – Lo primero que he hecho ha sido inspeccionar visualmente la sala y solo he visto el cofre que ha resultado ser un mimic.

-A… a lo mejor ha aparecido ahora – opinó Himmel tratando de convencerla.

-Lo cual lo hace más sospechoso todavía – respondió ella.

-Venga, a lo mejor este sí tiene el premio gordo. ¿Por qué no lo abres? – insistió el de pelo azul – Si resulta ser otro mimic te prometo que te volveré a rescatar.

-¿Acaso…? – preguntó Frieren mirando a sus compañeros con curiosidad, pero al momento sonrió levemente – Está bien, lo abriré. Pero solo para que dejéis de insistir.

La maga se acercó al nuevo cofre mientras los otros tres la miraban con expectación. En esta ocasión, al tocarlo no se abalanzó hacia ella ningún monstruo y pudo abrirlo con normalidad.

-¡Feliz cumpleaños! – exclamaron sus tres compañeros a la vez.

-Lo sabía. Estabais siendo demasiado insistentes – respondió Frieren con satisfacción – En fin, veamos qué hay dentro – añadió extrayendo un grimorio – No… no puede ser. ¡Es de los raros! ¡Me encanta! – exclamó con ojos brillantes.

-Ya puede gustarte, para comprarlo he tenido que dar todos los ahorros que tenía reservados para cerveza… – dijo Heiter y entonces Himmel le dio un codazo y lo miró mal – ¡Ay! Era… ¡era broma! He pagado con mucho gusto.

-Sacerdote corrupto… – murmuró la maga y todos rieron.

-Frieren, creo que ya lo sabes, pero nosotros te apreciamos un montón y agradecemos que nos estés acompañando en esta aventura – dijo el de pelo azul entonces.

-¿Eh? – se sorprendió ella – Gracias, supongo – añadió con una pequeña sonrisa – ¿Cómo podría mostrar mi agradecimiento? Este no es un buen lugar para usar la magia que hace crecer flores… – agregó mirando a su alrededor – Ah, ya sé.

Frieren entonces les lanzó un beso y Himmel cayó al suelo.

-Oh, ¿será esta una poderosa técnica de seducción o algo así? – se preguntó a sí misma algo confusa – Creo que acabo de aprender algo nuevo hoy – añadió contenta.