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Veía la pantalla oscura de su teléfono con una expresión de derrota y apretando sus ojos fuertemente soltó un suspiro cansado, su madre lo mataría y probablemente no se lo perdonaría en meses y se lo recordaría en la cena de navidad.

¿Por qué, qué clase de hijo se olvidaría de la cena de aniversario de sus padres? Su madre se lo recordó al momento que estaba haciendo el menú para esa noche y semanas antes, pero como se encontraba tan ocupado con los últimos partidos de la temporada, lo olvidó por completo.
La peor parte no era eso, sino que su madre insistía sutilmente en emparejarlo con la hija de una de sus amigas “Pero es que deberías conocer a Olivia, cariño, es una jovencita tan dulce y de tu edad! Ella y su madre vendrán a la cena este sabado, seria una oportunidad perfecta!”

Ahora tenía que conseguir una cita para el sábado por la noche, porque en un momento de pánico y estrés luego de él negara haber olvidado la cena y que su madre insistiera con lo mismo nuevamente, lo primero que su cerebro atino a decir en el calor del momento fue que estaba saliendo con alguien y por ello no podía invitar a la chica Olivia. Cosa que estaba más que alejada de la realidad, pero es que él no estaba interesado en alguien de momento. O bueno, eso se decía a sí mismo para negar sus sentimientos por uno de sus compañeros de equipo.

Se podría decir que John tenía un pequeño enamoramiento con Rúben Dias, el joven defensa portugues, su compañero en el City.
No habría problema alguno si supiera que tiene alguna oportunidad con él, pero sabe que no es así. Ruben nunca ha mostrado interés en algún hombre siquiera y hace una semana lo vio paseando con una chica por las calles de Manchester.

Mentiría si dijera que su corazón no se apachurro un poco con esa imagen.

Soltó un suspiro cansado nuevamente y guardó su celular en el bolsillo de su pantalón deportivo y se dispuso a acomodar las cosas en su maleta, tendría que pensar en algo y pronto.

Pensó en qué tal vez podría pedirle a Jack que lo acompañara, conocía a sus padres y se llevaba bien con su hermana, de esa manera no tendría que llegar con un desconocido o desconocida del brazo, solo esperaba que este no tuviera planes para ese día, de lo contrario tendría que buscar a alguien más. Tal vez sería una buena idea tener a alguien más en mente, solo por si acaso Jack estaría ocupado siendo un mal tercio entre Haaland y Julián, parecía que últimamente esa era su actividad favorita y realmente admiraba la paciencia de ambos jóvenes.

Sería sencillo, le pediría a Jack el favor y le pagaría con comida y una botella del vino que tanto le gustaba. Su madre estaría contenta por verlo y olvidaría el tema de emparejarlo con una extraña. Era el plan perfecto y todos ganaban.

Jack había aceptado sin problema aunque le sugirió que en su lugar llevará a Rúben, puesto que sería la ocasión perfecta para ambos de tener una cita, aunque sería muy pronto para conocer a la familia. John casi se ahoga con su botella de agua al escuchar eso, después de recuperar el aliento dirigió su mirada a todos lados con prisa esperando que nadie más hubiera escuchado eso.

“Oh por dios, ni intentes negarlo Stones, se nota que te trae de un ala. La sonrisa de tonto enamorado que pones es más que notoria y pusiste cara de cachorrito abandonado la semana pasada cuando dijo que no iria con nosotros al bar porque tenia un compromiso previo. Eso sin contar que casi te vas sobre Rodrigo hace unos días por el cañonazo que le dio sin querer a tu chico.. “ fue interrumpido por un muy sonrojado John que buscaba la manera de callar a su amigo, aunque ahora reconsideraba si realmente lo consideraba así.

“¿Quieres bajar la voz?! ¡Te va a escuchar alguien! No se donde sacas todo eso, para nada es así.. “ Grealish enarco una ceja con una expresión de cansancio en el rostro “Bueno esta bien! Si, sí tienes razón! Por eso mismo no puedo invitarlo a esto, ¿te das cuenta de cuan incomodo seria? No podría volver a verlo de nuevo a la cara! Prefiero soportar a mi madre y mis tías en sus ridículos intentos de conseguirme pareja que arriesgarme a alejar a Rúben de esa forma.”

“No puedo creer que seas tan ciego Johnny, si ese hombre ilumina el lugar cuando sonríe al verte! Dios no creí que hubiera alguien más ciego que el Capi y Kevin, pero ya vi que si, ni a los niños les tomó tanto tiempo.” Pasó una mano por su rostro en un gesto exasperado. “Esta bien, ire contigo el sábado por que soy un gran amigo y un buen samaritano. Mandame la dirección por mensaje y enviame fotos de tus opciones de traje, si te van a ver conmigo tienes que lucirte” palmeó la mejilla derecha del defensa y con diversión antes de salir del vestidor con su maleta deportiva al hombro.

Jack Grealish tenía una misión y la cumpliría.

La noche del sábado llegó y John ahora estaba preocupado porque desde temprano Jack no le respondía y eso lo estaba poniendo un poco nervioso. Estaba considerando llamarlo para decirle que iría por él a su casa, a decir verdad era lo mínimo que podía hacer.

Estaba por llamarlo cuando el timbre de su casa sonó y una sensación de nervios le recorre el cuerpo, haciendo que restriegue las palmas de sus manos en el pantalón de vestir. Al abrir la puerta, sintió como el aire abandonaba sus pulmones.

Frente suyo, en un traje azul marino con camisa blanca impecable se encontraba Rúben, una sonrisa amplia en su rostro y John podía jurar como su corazón se detuvo por un momento, fue un milagro que no soltara un suspiro en ese momento.

“Hola, espero llegar a tiempo, ¿estás listo? Jack me dijo que pasara a esta hora por ti, pero si no puedo esperar, tenemos tiempo todavía.” notaba como habia cierto tono de timidez en el portugues y le parecia la cosa mas adorable del mundo, demonios se estaba comportando como un adolescente enamorado. “Si te dijo Jack que vendría yo en su lugar, ¿verdad? Me dijo que se encontraba enfermo del estomago y no quería quedar mal. Lo siento, debí hablarlo contigo también, pero él me dijo que lo haría” ahora Rúben se disculpaba mientras se rascaba la parte trasera de la cabeza.

Definitivamente mataría a Jack cuando lo viera el lunes.

“Si, si me dijo que se sentía mal, pero olvidó decirme que vendrías tú por mi, aunque lo agradezco en verdad. Perdón por meterte en este lío, seguramente tendrías otros planes o algo mejor que hacer.”

“Que va, no me molestaría para nada pasar un sábado por la noche contigo.” estuvo a punto de decir que había extrañado pasar más tiempo con él últimamente, pero no era el momento. “¿Nos vamos?”

“Claro, solo tomo mi cartera y llaves, pasa mientras. No tardaré”

Momentos después regresó a la sala de su casa y se detuvo unos segundos a observar como Rúben recorría el lugar con la mirada, sus manos en los bolsillos de su pantalón en una postura relajada. Estaba jodido.

Salieron de la casa con tranquilidad, rumbo a la casa de la familia Stones, pues su madre había insistido en hacer la cena en su casa e incluso arreglaron el jardín para ello, para su fortuna el clima se prestaba para ello.

Durante el camino Rúben hizo unas cuantas preguntas para estar al tanto de la situación pues no conocía tanto a la familia de su amigo y compañero, e incluso hizo una parada en una florería en el camino, “Mi madre crió a un caballero y sería de mala educación llegar con las manos vacías, traje una botella de vino, pero pensé que a tu mamá le gustarían unas flores” Señaló con la cabeza el asiento trasero donde un ramo de lirios blancos descansaban, pero lo que llamó la atención de John fue que a lado de ellas, había un ramo de peonías, el menor al notar esto, carraspeo un poco y en el semáforo en rojo se giró para tomarlo entre sus manos, un ligero rubor apareció en sus mejillas al momento de extenderlo hacia el inglés.

“Estas son para ti, espero no te moleste”

Por unos segundos se quedó sin saber que decir, se estaba ilusionando y no sabía si eso era algo bueno en realidad. Tomó el ramo entre sus manos y lo acercó a su nariz para olerlas. Eran preciosas.

“No debiste molestarte, pero son hermosas. Gracias” ahora era él quien se encontraba apenado.

El resto del trayecto paso con tranquilidad y no tomó mucho más tiempo para llegar a la casa de los padres de John.
La señora Janet los recibió con una sonrisa radiante en la entrada, llevaba un vestido en un tono rosa pastel, abrazando a su hijo primero y después observando a su acompañante, lo reconoció como uno de sus compañeros de equipo.

Les invito a pasar al jardín con el resto de los invitados, aceptando la botella de vino y las flores que Rúben le entregó, dirigiendo una mirada conocedora a John sin decir nada más. Por su parte, el defensa inglés estaba que se moría de nervios, cosa que no pasó desapercibida por su acompañante, quien solo tomo su mano para darle un apretón y transmitirle seguridad, no entendía del todo el porque estaría nervioso en una cena familiar de ese tipo, pero se le estrujaba el pecho al verlo así.

La noche avanzó sin incidentes, la charla era amena y durante la cena su padre platicaba animadamente con el portugues, lo cual era extraño pues solía ser un hombre un tanto reservado, pero verlo así tan animado con él le causaba una sensación familiar y agradable. Por un momento dejó que su mente volara e imagino reuniones así, cenas en Navidad o Año Nuevo, eventos familiares donde podrían convivir juntos de esa manera.

Tomó un trago de su copa de vino, tratando de ocultar la sonrisa que se esparcía en sus labios cuando Rúben volteo a verlo, esa condenada sonrisa en su rostro le provocaba que su corazón diera un vuelco, recordando como se había enamorado de su mejor amigo.

Una joven pelinegra se acercó a él con una copa de igual manera, la reconoció como Olivia por una fotografía que su madre le había mostrado una vez, tiempo atrás.

“Me da gusto ver que estás con alguien que te hace feliz, finalmente tu madre y la mía dejarán esa loca idea de juntarnos.” no sonaba molesta por ello, al contrario había un tono de diversión en su voz, lo cual provocó una risa en el futbolista “hace cuanto están juntos? si no es indiscreción de mi parte, claro está.”

“Nosotros no.. no estamos juntos. Solo somos amigos.” respondió un tanto cabizbajo, le dolía pensar que aquello no era más que una mentira blanca y que al final de la noche su corazón probablemente se rompería, anhelaba estar con Rúben, pero él estaba con alguien más.

“De verdad esperas que crea eso? He visto como lo miras cuando crees que nadie más los ve, la forma en la que él busca tu mirada cuando estás distraído, no es su sonrisa lo que lo delata, es su mirada, la misma que he visto en mis padres durante veinticinco años.”

“No es así, él sale con alguien más”

“Esa mirada preocupada y la manera en la que su sonrisa ha cambiado un poco dice otra cosa desde que llegué a tu lado.. Te ha dicho directamente que está con alguien o lo has visto? ¿Te lo dejo claro?”

Ahora que lo pensaba, no. No habían hablado de ello, Rúben nunca había mencionado explícitamente que tuviera una pareja o estuviera viendo a alguien. Pero estaba el hecho de que salió con aquella chica hace una semana, aunque no mencionara nada después. Le parecía un tanto extraño.

“Ahora que lo mencionas no… “ repasaba los eventos de las últimas horas y muchas de sus interacciones previas, tanto dentro como fuera de la cancha. Su corazón se aceleró ante la posibilidad de que sus sentimientos pudieran ser correspondidos. “Me dio un ramo de flores en el camino, unas peonias muy bonitas” admitió en un murmuro apenado, compartiendo ese pequeño secreto con la chica con quien su madre quiso emparejarlo.

Suspiro divertida, moviendo la cabeza de un lado a otro con suavidad. “Hombres, necesitan a veces que les digan las cosas claramente. Ahora es tu turno de ir por él. Conquista a tu chico” sin decir más, dejó un suave beso en su mejilla y palmeo su hombro sutilmente antes de alejarse del lugar.

Momentos después, el causante del revoloteo de su corazón se acercó a él con un vaso de whiskey en la mano, su mirada era más suave que antes, casi preocupada.

“Todo bien?” preguntó con cautela, su expresión era suave y John supo que no podía esperar más, necesitaba saberlo.

“Si, todo bien. Me acompañas a un lugar, por favor?” y antes de que siquiera pudiera responder su acompañante, ofreció su mano libre para que la tomara, un pequeño acto de valentía de su parte. Si su pulso se aceleraba por ello, nadie tenía porqué saberlo.

Salieron al jardín nuevamente, cerca de los rosales que tenía la madre de John, sus colores brillantes creaban una imagen envidiable.

Durante varios segundos Stones no dijo nada, no encontraba la manera correcta de expresarse y quería hacerlo bien, Rúben se merecía eso y mucho más. Tomó una bocanada de aire que dejó escapar lentamente, cerrando sus ojos antes de llenarse de valor para lo que diría. Solo esperaba no arruinar las cosas con él.

“Creo que es momento de confesarte algo. Invite a Jack a venir esta noche a la cena porque mi madre había estado intentando emparejarme con Olivia, la chica de hace unos momentos, pero ciertamente no es mi tipo y al tratar de convencerla de que no había olvidado su aniversario, entre en pánico y dije que salia con alguien mas. Él accedió a acompañarme en plan de amigos puesto que ya conocía a parte de mi familia. Todo bien hasta ahí. Pero, Jack siendo Jack y su habilidad para meterse en problemas, descubrió o mejor dicho termino por confirmar mis sentimientos por alguien más”

La forma en la que el brillo en los ojos de Rúben se comenzaba a apagar estrujo el corazón de John, deseaba eliminar todo rastro de duda, pero necesitaba hacerlo bien. Noto como de igual manera se tensaba ligeramente y alejaba su cuerpo unos cuantos centímetros hacia atrás.

“No, no tienes que decir más John, por favor. Está bien. Lo entiendo.” sentía sus ojos arder y una ligera presión en su pecho comenzaba a ser presente. No podía escuchar decirle que estaba enamorado de alguien más.

“Si, si necesito decirte esto. Jack no está enfermo, probablemente esté en casa viendo películas con una pizza y alcohol para hacer su historia más creíble. Él sabe de mis sentimientos por ti, Rub, sabía que no tendría el valor de invitarte esta noche y el muy cabrón busco la manera de hacerlo por mi. Yo..” hizo una pequeña pausa, soltando un ligero suspiro antes de tomar la mano ajena y colocarla en su pecho, justo encima de su corazón, dejaría que sus latidos dijeran el resto. “Me enamore de ti Rúben, desde hace tiempo. No dije nada antes por miedo a perderte, a perder nuestra amistad. Si tu no sientes lo mismo lo entenderé y sabré mantener mi distancia. Pero…solo necesitaba decírtelo, al menos una vez.”

Su mano cubría la ajena sobre su propia camisa color celeste, como los colores de su equipo en ese tono pastel. Bajo la mirada después de aquellas palabras, cerrando sus ojos pues no quería ver el rechazo en la cara del moreno, no se creía capaz de resistirlo.
El toque ajeno sobre su mejilla le hizo alzar el rostro, todavía se negaba a mirarlo a los ojos.

“Mirame John, por favor” pidio en un hilo de voz y para el contrario fue imposible no hacerle caso “Eres un idiota.. todo este tiempo, pudimos estar juntos” sin dejar pasar un segundo mas, tomo al mayor por la camisa con la mano que tenia en su pecho y lo acerco a él, colocando su brazo libre por un lado de su cuello y cerro la distancia en un beso, uno que llevaba esperando tanto tiempo.

Las manos del castaño viajaron a la cintura del portugues, buscando tenerlo más cerca, como si temiera que fuera a desaparecer en cualquier momento. No se arriesgaría a dejarlo ir ahora que lo tenía entre sus brazos.

El beso continuó momentos más, el tiempo parecía detenerse alrededor de ambos y poco les importaba, no tenían prisa ya. Era el comienzo de algo nuevo entre los dos.

Cuando finalmente la falta de aire fue notoria, se separaron y la sonrisa que había en sus rostros hablaba por ellos. John veía a Rúben con una ternura que no podía explicar, no encontraba las palabras en ese momento para hacerlo. Ahora, la pena invadía al menor, recordando el lugar en el que estaban y terminó por abrazar al joven inglés, ocultando su rostro en su cuello.

“No te pongas penoso ahora cariño” murmuró con ternura buscando la mirada ajena, abrazándolo con fuerza. “Creo que seria hora de irnos, tenemos muchas cosas por hablar y ciertamente no quisiera alejarme de ti todavía.” con eso dejó un casto beso sobre la coronilla del portugues.

“Te quiero, Stones. Al fin puedo decírtelo” dos simples palabras que causaban un mar de emociones en él, unas que antes solo se permitía soñar.

“Dilo de nuevo, por favor”

“Te quiero. Te quiero bobo y te lo repetiré las veces que sean necesarias”

Regresaron al lugar de la fiesta tomados de la mano, con Rúben yendo detrás de John con una expresión de tranquilidad pura, notando como Olivia alzaba su copa en dirección de ambos, sonriendo ampliamente.

Definitivamente ambos tendrán que enviarle una canasta de frutas o flores a Jack. O ser ahora ellos su cupido con Phil.