Chapter Text
Frodo se desplomó en el suelo del ascensor apenas entró en él y posó una de sus manos temblorosas en su pecho sintiendo cómo latía ferozmente su corazón en él, a punto de explotar, cortándole el aliento y ruborizando su rostro hasta hacerlo arder. Con esfuerzo logró estabilizar su respiración y forzó a sus inestables piernas a incorporarse para marcar el número de su piso, suspiró pesadamente mientras se apoyaba contra la fría pared metálica. ¿Qué acababa de suceder?
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“Sam... ¿Qué piensas de mí?” había preguntado sintiendo su garganta seca y su corazón latiendo a mil por hora, frente a él, Sam lo miraba con incredulidad y cierto temor en sus ojos castaños mientras tragaba pesadamente, Frodo sintió un profundo vacío posarse en su estómago al pensar que tal vez lo había incomodado. Estaba por alejarse profiriendo disculpas torpes cuando sintió que la cálida mano de Sam lo agarraba firmemente por la muñeca impidiendo que se separara.
“¿Qué pienso?” dijo con su voz temblando de anticipación y miró con un brillo desconocido de anhelo los ojos de Frodo, volvió a tragar saliva, su mano todavía agarrando con firmeza la delgada muñeca “Pienso muchas cosas de ti” respondió, su rostro ardiendo.
Frodo sintió como su pecho volvía a comprimirse pero no le desagradó la sensación “¿Cómo cuáles?” volvió a preguntar, su voz baja, notando como el labio inferior de Sam temblaba.
Apartó avergonzado su rostro, sintiéndose expuesto bajo la mirada expectante que se dibujaba en su rostro y respondió en un susurro: “Cosas agradables.” la mirada de Frodo brilló en la oscuridad como pidiéndole algo más conciso. Sam lo meditó y al verse acorralado decidió hacerle frente a todos aquellos sentimientos que lo llevaban mareando por tanto tiempo “Me gustas” confesó en un murmullo apenas audible sintiendo como sus latidos lo ahogaban.
Frodo calló, demasiado estupefacto como para reaccionar. Le gustaba a Sam. Él, Frodo Baggins; de alguna manera, pudo ser lo suficientemente agradable como para llamar la atención de Sam. Sintió como su corazón acelerarse en su pecho, los latidos golpeando en sus oídos. Miró a Sam, que se encontraba acorralado por él contra la puerta del auto, y observó cómo intentaba ocultar su rostro avergonzado y apretaba su mandíbula. Aquello era real, Frodo apenas podía asimilarlo, tomando valor estiró una de sus frías manos y agarró con gentileza el rostro de Sam para que lo mirara, se permitió perderse momentáneamente en sus ojos oscuros antes de acercarse a su rostro con cautela.
“Me siento igual,” dijo Frodo en voz baja mientras lo miraba con creciente devoción y dulzura “me gustas” aquellas palabras escaparon de sus labios en un suspiro tembloroso, Sam sonrió de la manera más brillante que alguna vez pudo presenciar y sintió cómo su corazón se hundía cada vez más.
Frodo devolvió una delgada sonrisa a cambio y, por primera vez en años, se permitió llevarse por sus impulsos. Inhalando profundamente, como dándose valor, se acercó el último tramo que lo separaba del rostro de Sam y se detuvo cuando sus narices se tocaron, sus alimentos mezclados, esperando una confirmación de él para romper esa barrera. Lo que no esperó fue que Sam se adelantara a él y uniera sus labios es un tierno roce, los gruesos y cálidos labios de Sam rozando sus labios resecos. Cuando se separaron ambos se observaron con incredulidad, como si apenas pudieran creer que aquello estuviera sucediendo, sin mediar palabra volvieron a besarse.
Frodo enredó sus brazos alrededor del cuello de Sam y se derritió bajo el tierno agarre en sus rizos castaños. Se perdieron en la sensación de los labios del otro con tanto anhelo y devoción que parecieron olvidar su alrededor. Cuando finalmente se separaron, Frodo respiraba pesadamente sobre la boca de Sam dejando que sintiera su cálido aliento con olor a café instantáneo, Sam sentía sus labios arder y juzgando la apariencia desaliñada de Frodo, con su cabello desordenado y labios rojos, supuso que él no se vería muy diferente.
Sonrió tontamente mientras observaba como Frodo intentaba acomodar su cabello. No pudo evitar pensar que el chico frente a él era un increíblemente atractivo desastre “¿Pasa algo?” preguntó Frodo mientras acomodaba el cuello de su camisa y chaleco.
“En lo absoluto” respondió Sam antes de volver a jalar a Frodo para unirlo en un ansiado beso.
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Frodo sentía como sus manos temblaban mientras buscaba en sus bolsillos las llaves del departamento, apenas podía creerlo. Sonrió inconscientemente y tocó sus labios que ahora se sentían cálidos bajo el tacto, Sam sentía lo mismo ¡y lo había besado! Muchas más veces de lo que Frodo esperaba. Se sentía nervioso y tan ilusionado al mismo tiempo. Cuando encontró sus llaves y entró en el departamento casi salta de su piel al encontrarse con sus primos sentados tranquilamente en su sala de estar.
“¿Qué hacen aquí?” preguntó mientras recuperaba el aliento y miraba con irritación a sus primos.
“Tengo las copias de tus llaves,” respondió Merry haciéndolas girar en sus dedos “vinimos en una visita sorpresa” Frodo puso los ojos en blanco.
“¿Qué te sucedió?” preguntó Pippin notando el aspecto desaliñado, los labios y mejillas rojas de su primo “Parece que te pasó un camión encima” añadió en burla.
“La cooperativa Gamgee” añadió Merry con sorna. Frodo enrojeció hasta el cuello y se dirigió rápidamente a su habitación ignorando las risas y burlas de sus primos “No seas tímido, Frodo” le dijo Merry intentando controlar sus carcajadas “¿Por qué Sam no subió?” bromeó mientras Pippin agarraba sus costillas conteniendo la risa.
“¡Déjame en paz!” gritó Frodo antes de encerrarse en su habitación. Definitivamente no estaba listo para soportar las bromas de sus primos sobre su, increíble y maravillosa, situación actual.
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Sam apenas podía contener su emoción mientras conducía hasta el departamento que compartía con Rosie, sentía como su corazón latía cálidamente en su pecho y sus labios se alzaban en una irremediable sonrisa que, sabía muy bien, después haría que le dolieran las mejillas. Al llegar las llaves casi resbalaron de sus dedos debido a todas las emociones que se arremolinaban en él. Frodo lo quería, después de todo sí le gustaba a Frodo Baggins ¡y lo había besado! Varias veces. Apenas podía creerlo.
“¿Pasó algo bueno?” preguntó Rosie al ver la irremediable sonrisa en el rostro de Sam cuando entró, ella se encontraba viendo una película en su laptop sentada en el único sillón del hogar.
Sam amplió su sonrisa y sus mejillas colorearon, todavía no terminaba de asimilar por completo lo que había pasado en el auto pero necesitaba contárselo a Rosie “Más que eso.” dijo y corrió para sentarse junto a su amiga en el sofá “ Marica es que usted no me va a creer que sucedió, ” comenzó emocionado y Rosie rió “yo... ¡Frodo y yo nos besamos!” anunció y sintió su pecho arder.
Rosie lo miró estupefacta y su mandíbula cayó “¿Hablas en serio?” preguntó acercándose a Sam y agarrándolo por los hombros “¡Dios mío! Ya era hora,” exclamó antes de lanzarse a los brazos de su amigo, ambos empezaron a reír “cuéntame todo” exigió Rosie separándose del abrazo.
Sam asintió y comenzó a relatarle con lujo de detalle lo sucedido en el auto mientras su amiga lo miraba expectante “No puedo creer que haya pasado,” confesó Sam sintiendo su pecho cálido “estoy tan feliz, Rosie”.
Su amiga sonrió y revolvió su cabello “Yo también” dijo antes de cambiar su expresión a una más decidida “¿Ahora que harás?”
“¿Disculpa?” soltó Sam confundido.
“¿Me vas a decir que confesaron sus sentimientos y no hicieron nada?”
“Nos besamos, técnicamente sí hicimos algo” respondió Sam y Rosie giró sus ojos.
“¿No vas a hacer nada?” preguntó exasperada.
Sam se cohibió con vergüenza “No sé qué hacer” admitió y Rosie suspiró.
“Invítalo a salir, estoy segura de que estará encantado” ánimo Rosie dándole empujones en el hombro. Sam lo meditó durante unos segundos antes de asentir.
“Lo intentaré” dijo con decisión.
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Sam se encontraba terminando algunos de sus trabajos para la próxima semana, ya estaba harto de tantas medidas e investigaciones culturales, así que decidió agarrar su celular y curiosear en él un rato. Al revisar sus mensajes sólo encontró uno de su madre y May que preguntaban por su receta de estofado; sin embargo, sintió como sus dedos picaban cuando su atención se desvió a uno de los contactos al cual todavía no había encontrado el valor para enfrentar.
Frodo
No habían hablado desde lo sucedido aquella noche, así que, decir estaba carcomido por la incertidumbre, era lo de menos. Sam sabía que si no daba el primer paso tal vez perdería la oportunidad, después de todo, casi había perdido un año sin atreverse a acercarse a Frodo. Reuniendo todo el valor que poseía le escribió, con suerte ya habría salido de su trabajo.
Hey! Estás libre?-
Ya terminé todos mis proyectos-
podría pasar por tu depa ;)
-Podría decirse :)
Vienes a cenar?
Al leer los mensajes en la pantalla de su teléfono Frodo casi suelta un grito ¡Sam quería verlo! Estaba profundamente agradecido del valor de Sam porque sabía muy bien que a él le hubiera tomado unas cuantas semanas más tomar la decisión de escribirle. ¡Y ahora iban a reunirse en una cita! Frodo sintió como su corazón se apretaba en su pecho, no estaba seguro de si podría clasificarse como una cita, pero él y Sam estaban a punto de cenar juntos y, quién sabe, tal vez ver una película. Frodo se incorporó enseguida de su cama, se dirigió a darse una ducha y cambiarse para la ocasión.
Sam tocó a su puerta poco después de las siete y nada podría haber preparado a Frodo para enfrentarse a él. Apenas lo vio fue desarmado por su sonrisa y ojos brillantes “Hola,” saludó Sam con timidez desde el umbral de la puerta “te ves bien” dijo con un tono que intentaba apaciguar su nerviosismo, Frodo llevaba unos baggy jeans color café y una camiseta sin mangas beige, realmente lo había deslumbrado.
“Digo lo mismo, Sam.” respondió con una sonrisa apreciando la forma en que la camiseta amarilla de Sam formaba su torso “Pasa, ya mismo está la cena” añadió haciéndose a un lado y sintiendo sus manos ligeramente sudorosas.
Sam asintió y se adentró al departamento, una densidad expectante casi podía cortarse en la habitación, se sentó en una de las sillas del comedor y comenzó a tararear las canciones que Frodo había puesto para ambientar en un intento de calmar sus nervios. A los pocos minutos Frodo volvió a aparecer con una charola cubierta de aluminio que depositó con cuidado sobre la mesa.
“No soy tan bueno como tú, pero sé defenderme” le dijo con una media sonrisa mientras descubría la charola revelando una más que decente lasaña de carne que Sam supo elogiar enormemente. Sus ojos castaños brillaron al comprobar que su sabor era tan exquisito como su apariencia y Frodo sonrió completamente rendido ante sus pies “¿Cumple con las expectativas de un chef?” preguntó mientras apoyaba su rostro en una de sus finas manos y lo miraba con ojos expectantes.
“Diría que incluso las supera,” respondió Sam devolviéndole la mirada mientras sonreía a medias lo que causó que Frodo apartara su mirada “no pensé que cocinaras” añadió pasando una mano encima de la mesa y depositándola cerca de la contraria.
Frodo, con algo de duda, agarró la mano de Sam “Aprendí un poco de Bilbo, pero no me apasiona.” dijo y su amigo le aseguró que tenía potencial, prometiendo que tal vez un día le enseñaría lo que la cocina tiene para ofrecer, parecía tan absorto en el tema que Frodo no pudo evitar pensar que era entrañable “Sam,” soltó mientras acentuaba el agarre en la mano de morena, observando disimuladamente sus labios en movimiento “te molestaría si…”
“¿Repetimos lo que pasó en el auto?” completo Sam, sintiendo su pecho arder mientras observaba el afilado perfil de Frodo que se tornó de un ligero tono carmesí. Él asintió y Sam sonrió ampliamente “Me encantaría, todas las veces que quieras” respondió.
Frodo volvió a asentir y esta vez una sonrisa se formó en su rostro. Sam haría cualquier cosa por esa sonrisa. El castaño se levantó y se dirigió a la sala donde se sentó en un sillón doble frente a su laptop “¿Te gustaría ver algo?” dijo mientras la encendía.
Sam asintió sintiendo como una corriente recorría su espalda y tomó asiento junto a él sintiendo como su pecho se comprimía mientras Frodo ponía una película que tranquilamente podría clasificarse como ‘ruido de fondo’, tragó saliva cuando sintió la huesuda mano de Frodo rozando la suya y la tomaba entrelazando sus dedos, realmente se sentía como un sueño y estaba seguro de no querer despertar. Escuchó atentamente cada una de las quejas de Frodo mientras transcurría la película con una sonrisa blanda en su rostro.
“¿Por qué estamos viendo esto si te parece tan malo?” preguntó con curiosidad a lo que Frodo no pudo responder y simplemente sujetó su brazo con fuerza mientras hundía su rostro en el hueco de su cuello. Sam rió al notar lo rojas que se encontraban sus orejas, nunca pensó que fuera del tipo que se sonroja.
Permanecieron acurrucados otro buen tramo de la película en el cual Frodo no se quejó ni una sola vez, incluso Sam pensó que se había quedado dormido acurrucado contra él cuando escuchó cómo murmuraba con voz tímida y apenas audible un: “Sam” el cálido aliento golpeó su brazo y sintió como se estremecía, Sam tarareó en respuesta y espero a que continuara “¿puedo besarte?” preguntó mientras se alejaba para poder mirarlo a los ojos, en ellos reconoció un brillo que antes se había negado a aceptar.
Sam sintió como su respiración se cortaba mientras observaba a Frodo, sus ojos celeste brillando como estrellas y sus labios entreabiertos, antes de asentir repetidamente. Cómo siempre, Frodo lo había dejado sin palabras. No podía negarse, no a él.
Frodo se acercó con cautela, casi con miedo de asustarlo, y unió sus labios en un lento beso, saboreando el sabor dulce de Sam que contrastaba maravillosamente con el sabor a café amargo de sus propios labios, sintió como una de las fuertes manos de Sam lo acercaban por la cintura antes de profundizar el beso poniendo la otra mano en su mejilla, él pasó sus brazos por su cuello y enredó las manos en los suaves mechones cobrizos tarareando contra su boca. Por primera vez pudo sentir como si estuviera avanzando hacia un dulce futuro que se encontraba entre los cálidos brazos de Sam, se separó momentáneamente para permitirse apreciar su suave rostro, mejillas bañadas de pecas y cejas frondosas, sonrió dulcemente antes de volver a unir sus labios en un acalorado beso, la película abandonada hace mucho.
Ahora se encontraba más enfocado en sentir los cálidos labios de Sam besando su rostro con tanta vehemencia que corría el riesgo de creer todas aquellas palabras gentiles y calurosas que Sam profesaba hacia él mientras sus ásperas manos recorrían su cuerpo.
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Habían transcurrido ya algunas semanas desde que empezaron con esta nueva rutina, que consistía más que nada en reunirse cada pocos días después de haber terminado sus turnos en sus respectivos trabajos y dirigirse a alguno de los departamentos para fundirse el uno con el otro en cálidas palabras y besos, preparar las cenas más agradables que Frodo había podido disfrutar desde que se mudó y desahogarse sobre sus ajetreados días. Sam se acostumbró rápidamente a este nuevo lado de Frodo; sus cabellos que parecía despeinarse ante el más mínimo esfuerzo; a su sonrisa perezosa cuando le contaba de sus problemas estudiantiles; la forma en sus ojos brillaban cada vez que probaba su comida y la forma en se retorcía cuando reía entre sus brazos. Debía admitirlo, Rosie tenía razón. Nunca imaginó que el cambio sería tan maravilloso, pero la vida estaba llena de sorpresas. Hubo tardes en las que Frodo se quedaba en su departamento ayudándolo con sus trabajos e incluso conversaba con Rosie durante la cena, dándole una que otra sonrisa tímida cada vez que decía algo que parecía entretenerlo.
También estuvo aquella tarde después de que sus hermanas se enteraran de su nueva ‘relación’ donde Sam fue acribillado con mensajes y Frodo le contó cómo de repente tuvo a todos los Gamgee en sus notificaciones esperando ser aceptados. Sam solo pudo reír ante esto.
Una de las tantas tardes que compartían juntos, después de pasar haciendo las compras para el mes, se dirigieron al departamento de Frodo. Decididos a preparar una receta que habían visto esa misma mañana y luego salir a comprar libros, una cita perfecta.
“Gracias Sam,” dijo Frodo mientras dejaba un par de fundas llenas de víveres y productos de limpieza en el suelo “pero pude haber cargado más”.
“Está...está bien” respondió sin aliento mientras dejaba las demás bolsas en el suelo, a pesar de la insistencia de Frodo sobre que podía cargar más Sam se había negado y se propuso a llevar las cuatro fundas restantes hasta el departamento. Frodo le sonrió con embelesamiento.
“Cómo digas, mi Sam” le dijo y revolvió su cabello “voy a guardar estos en el baño” Frodo alzó una funda llena de detergente y jabones neutros “recupera el aliento”.
Sam sonrió y se incorporó, sería lo mejor aprovechar este tiempo para guardar las compras en la alacena. Cargando las fundas restantes se dirigió a la cocina dejándolas sobre la repisa, comenzó a revisar el refrigerador y comprobar si habían productos vencidos mientras la rellenaba con los nuevos. Cogió unas latas de frutas al almíbar, que Frodo había comprado para llevar a la casa de sus tíos mañana, y las comenzó a acomodar en las repisas superiores, mientras hacía esto tarareaba débilmente alguna canción que había escuchado en la radio más temprano, últimamente parecía no poder evitar hacerlo. Sam, en un descuido, dejó caer una de las latas la cual rodó hasta chocar contra el basurero debajo del lavaplatos, rápidamente se dirigió a recogerla y algo llamó su atención dentro del tacho de basura, con duda, metió su mano dentro sacando una lata de cerveza que dejó caer de nuevo cómo si quemara.
Dejó las frutas en almíbar sobre el mesón y comenzó a revisar entre la basura encontrando otras tres latas, sintió su corazón comprimirse con miedo y se dirigió a las repisas en busca de más. Rebuscó hasta llegar a una de las repisas inferiores donde encontró una botella sellada de coñac, Sam sintió como si una pesada roca cayera en su estómago y su garganta se cerrara, sus oídos zumbando. Entre el aturdimiento que sentía pudo distinguir la lejana voz de Frodo llamándolo, sonaba ligera y ajena a todo los descubrimientos que había hecho Sam.
“¿Sam?” la voz de Frodo había logrado perforar la pesadez de sus oídos “¿Qué pasa?” preguntó, su voz preocupada.
“¿Qué es esto?” pudo decir Sam levantándose del suelo y revelando la pequeña botella “¿Por qué lo tienes?” volvió a preguntar mientras dejaba la botella sobre el mesón.
Frodo se tensó, pasó una de sus manos por su rostro y cabello antes de soltar un exasperado suspiro “Lo encontraste.” dijo más para sí mismo como regañándose y volvió a revolver sus rizos “No importa Sam, deja esa botella” le pidió antes de entrar en la pequeña cocina, pero Sam no cedió y Frodo frotó con dos de sus dedos el puente de su nariz “Está bien, la tengo por si acaso” admitió acostándose contra la pared “pensaba en regalarla”.
“Estaba escondida,” argumentó Sam con voz grave, comenzaba a molestarse por la falsa tranquilidad de Frodo “también encontré las latas”.
Frodo exhaló pesadamente “No entiendo por qué te metes tanto” soltó, su voz cansada “lo tengo bajo control”.
Sam se quedó helado por un momento y respiró profundamente antes de contestar “Tú me dejaste hacerlo, me permitiste acercarme” señaló, su respiración sintiéndose pesada “Frodo, somos novios, déjame ayudarte” soltó con voz desesperada, recibió una mirada tambaleante y confundida como respuesta.
“¿Novios?” preguntó Frodo, la duda brillando en sus ojos mientras una mueca de desconcierto tomaba sus labios, Sam sintió como si hubiera recibido un fuerte puñetazo en la boca de su estómago “Nosotros no-”
<<“Por supuesto que no”>> pensó Sam sintiendo su pecho encogerse hasta casi ahogarlo “Olvídalo,” se obligó a decir, su voz temblando “malinterpreté todo” dijo antes de salir con paso acelerado del departamento dejando a Frodo paralizado en su cocina. No podía creer que hubiera sido tan ingenuo.
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Frodo sintió su visión nublarse y sus rodillas tambalear mientras miraba, sin poder reaccionar, como Sam abandonaba la cocina con paso acelerado y ojos vidriosos. Intentó hablar, pero las palabras parecían haber abandonado sus labios, quiso gritar, pero su garganta se había secado hasta ser un desierto arenoso, lo único que salió de sus labios fue un tembloroso sollozo que lo terminó derrumbando. Lo siguiente de lo que fue consciente era que se encontraba tirado en el frío y pegajoso suelo de su cocina mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas y el pecho le ardía. Respiró temblorosamente agarrando su costado y sintiendo un profundo dolor golpeando sus costillas. Esta vez la había cagado, había arruinado uno de los pocos soportes que le quedaban, se maldijo internamente incapaz de dejar escapar cualquier palabra coherente a través de sus sollozos y temblores. Sam se había ido, posiblemente para siempre, y todo se debía a su estúpida falta de valor.
Sam los había llamado novios, él no se oponía a esa realidad, quizá incluso la quería tanto como el mismo Frodo. Sam los deseaba juntos, él los deseaba juntos, pero lo único que hizo fue alejarlo. Volvía a repetir los mismos errores y, lo que más le pesaba, volvía a lastimar a alguien que no lo merecía.
Sam lo había desarmado en tantos sentidos, tanto que incluso había olvidado que era capaz de arruinar todo lo que amaba. Frodo sintió que su visión volvía a aclararse y que la punzada en su pecho se volvía menos insoportable, “Sam…” suspiró, probablemente fue lo mejor que las cosas terminaran pronto. Sintió cómo su pecho volvía a comprimirse por el dolor y la repentina falta de aire. Estiró temblorosamente una de sus manos hasta alcanzar una de las latas que habían caído del basurero.
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Merry intentaba concentrarse en el programa de computación que se reproducía en su tele a la vez que tamborileaba uno de sus pies contra el suelo alfombrado de la sala, hacía unos veinte minutos había recibido un mensaje de Frodo diciéndole que quería hablar con él pero después de eso no tuvo más noticias y debía admitir, aunque lo llamaran exagerado, que comenzaba a preocuparse. Sentía como su cabeza se llenaba de un perforante ruido parecido a la estática, intentó respirar lentamente y, por un momento, logró recuperar su calma. Escuchó como alguien llamaba a la puerta lo que causó que saltara de su asiento y se dirigiera hacia la entrada velozmente. Al abrir la puerta sintió que un helado vacío se apoderaba de su estómago puesto que en el otro lado se encontró con Frodo, su rostro rojo y de ojos hinchados, que lo miraba con una fragilidad que pocas veces había visto en su ojos, casi al punto del colapso. Merry se apartó de la entrada para dejarlo pasar notando como los pasos de su primo eran inestables. Apenas cerró la puerta detrás suyo Frodo se abalanzó hundiendo todo su peso sobre él causando que Merry cayera en el suelo junto a su primo.
Frodo sollozó entrecortadamente, como si el aire faltara en sus pulmones, mientras se aferraba al pecho de Merry como un niño perdido, sintió la mano de su primo posarse sobre sus rizos castaños. No hubieron palabras, no hacían falta. Merry sujetó al inestable chico entre sus brazos mientras pasaba una de sus manos por su espalda intentando calmar los incesantes gemidos y lágrimas que escapaban de su húmedo rostro.
Permanecieron así hasta que Frodo sintió que sus lágrimas se habían agotado, al menos momentáneamente. Merry dejó que la respiración de su primo se estabilizara antes de preguntar con voz baja y suave “¿Qué pasó, Frodo?” recibió como respuesta fue un fuerte apretón en su camisa. Suspiró y volvió a enterrar sus dedos en los salvajes rizos castaños “Estoy aquí, estarás bien” le aseguró antes de dejar un suave beso en la coronilla de su cabeza.
Frodo olfateó y restregó su cabeza contra el pecho de su primo, se sentía afortunado de tenerlo pero las palabras se habían atorado en su garganta. Intentó, sin mucho éxito, que algo coherente saliera de él pero no era capaz de pronunciar palabras sin llantos de por medio, aún así Merry permaneció a su lado “Tenías razón” logró decir, su voz opaca y débil.
“¿Sobre qué?” preguntó Merry confundido.
“Sobre todo,” respondió entrecortadamente, sentía sus ojos arder como si estuvieran al rojo vivo “sobre las cervezas, sobre Sam, sobre…” no terminó su frase pues volvió a sentir su voz inestable. Merry siguió sobando su espalda “Tenías razón, no te escuché y ahora él-” sintió como su garganta se cerraba y volvió a soltar un sollozo.
Merry se sentía abrumado por la información repentina que Frodo estaba soltando pero sabía que no era el momento de buscar respuestas “¿Te parece si vemos algo?” preguntó y Frodo asintió levemente, Merry sonrió y ayudó a su primo a incorporarse “Mira Frodo,” comenzó mientras agarraba la mano de su primo “no sé lo que haya pasado entre ustedes, pero sabes qué es lo que deberías hacer si buscas arreglarlo. Si buscas ayudarte”.
Frodo no dijo nada, solo devolvió el apretón a la mano de su primo. Al cabo de unos minutos se terminó durmiendo a la mitad de un capítulo de la serie favorita de Merry.
A la mañana siguiente después de que su primo lo dejara en su apartamento (y de negarse repetidamente a las ofertas de Merry de quedarse una temporada con él, a lo que solo pudo zafarse después de acordar que se verían más tarde) se encontraba bebiendo una taza de té tibio mientras revisaba su lista de contactos sintiendo las manos heladas. Merry tenía razón, él sabía que debía hacer para intentar mejorar, aunque nunca había sido del tipo que daba por su cuenta los primeros pasos. Miró el contacto en su pantalla y sintió un nudo, se forzó a tranquilizarse. Si quería arreglar sus asuntos primero debía cerrar sus pendientes o eso decía Bilbo.
Goliat
Frodo tomó un último respiro antes de marcar. Esperó, sintiendo como su pecho se comprimía, a que Goliat contestara, sus manos sudaban cuando escuchó la grave voz del otro lado “¿Frodo? ¿Cómo van las cosas por allá?” saludó alegre, era raro que lo llamara sin avisar.
Sintió su garganta repentinamente seca “Goliat…” comenzó débilmente intentando que su voz no se rompiera “Quería hablar, las cosas no han salido de la mejor manera últimamente” logró decir finalmente.
“¿Qué pasó?” preguntó, la preocupación desbordando su voz “¿Estás solo? ¿Has hablado con tus tíos?”
“No, pero hablé con Merry.” respondió e inhaló profundamente antes de continuar “Eso no importa ahora, yo... Creo que arruiné las cosas con Sam, tal vez para siempre” dijo y sintió la propia fragilidad de sus palabras contra su garganta, realmente debía de ser patético para hablar de esto con él . Goliat aguardó pacientemente mientras le explicaba todo lo acontecido durante las últimas semanas “Lo siento por no decir nada pero tenía miedo”.
“Sabes que nunca te juzgaría” dijo Goliat con voz gentil, tratando de transmitir todo el cariño que sentía por su amigo a través de aquellas simples palabras.
“Lo sé, pero no hablo del alcohol.” confesó Frodo y Goliat tragó saliva “No tenía el valor de confesarte que estaba saliendo con alguien más”.
“Frodo…”
“Escucha, sé que lo nuestro terminó hace bastante tiempo pero, de alguna manera, me atemorizaba dejarte atrás”.
“No estás dejando atrás a nadie” Goliat suspiró “No tienes que auto sabotearte siempre,” dijo y añadió con voz cálida en un intento de aligerar el ambiente: “Estoy feliz por ustedes” Frodo pudo sentir la sonrisa en su voz.
“Gracias, pero nosotros ya no-”
“No te rindas tan fácilmente Frodo Baggins,” interrumpió Goliat “demuestra para qué tienes esa cabeza dura” Frodo rió pero no dijo nada.
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Frodo sintió una pesadez posarse en el fondo de su estómago, aplastando sus órganos, una vez se encontró fuera de la casa de tíos, de su casa. Tragó saliva, pagó su taxi y se dirigió a la puerta principal intentando acomodar sus pensamientos para fingir una apariencia de estabilidad, era lo menos que merecían. Esperó en la entrada dando pequeños golpes con su pie en el suelo de madera hasta que fue recibido por Bilbo quien le dio una alegre sonrisa.
“Es bueno verte mi muchacho,” dijo, la alegría brillando en sus ojos mientras agarraba la funda con latas de frutas en almíbar de las manos de su sobrino “Thorin ha estado esperando tu visita toda la semana, deja lo llamo” ambos se dirigieron a la cocina y Frodo sonrió al ver la emoción de su tío mientras se retiraba por el pasillo.
A los pocos minutos apareció Thorin que, sin darle tiempo siquiera de saludar, abrazó a su sobrino con fuerza “Ya era hora de que vinieras a visitar, chico” dijo antes de soltarlo y tomar asiento frente suyo.
Frodo sonrió casi por inercia “Apenas ha pasado un mes,” su expresión se tornó seria “prometo que los visitaré más seguido, es solo…” bajó su mirada y sintió como un nudo se formaba en su garganta, inconscientemente agarró uno de sus rizos y comenzó a jalar de él.
Bilbo sonrió comprensivo “No te preocupes por eso ahora querido, sabemos que debes estar ocupado” Frodo asintió y mordió su labio, culpándose por dejar ver su decaimiento.
Levantó su cabeza al escuchar el fuerte choque de las palmas de Thorin “Bueno, no hay que afligirse por eso. Mejor coméntanos sobre tu semana mientras comemos el delicioso pastel que preparó tu tío”.
“Suena bien” estuvo de acuerdo Frodo. Se encontraban disfrutando del delicioso pastel de limón especialidad de Bilbo junto a una taza de té mientras les comentaba superficialmente lo transcurrido desde su mudanza. Escucharon con atención todos los percances que tuvo su sobrino con uno que otro cliente grosero e incluso rieron de los accidentes que sufrió los primeros días después de que se mudó a su propio departamento.
“Parece que te has adaptado bien” dijo Thorin con sincera alegría en su voz, disfrutaba ver como Frodo avanzaba.
“¿Y qué hay de Sam?” preguntó repentinamente Bilbo mientras sorbía de su taza, Frodo sintió como su cuerpo se tensaba “Últimamente no hemos recibido ningún valor de la gasolina o noticias de él”.
“¿Todo bien entre ustedes?” añadió Thorin alzando una ceja, Frodo tragó saliva.
“Todo bien,” se forzó a decir “supongo que ambos hemos estado ocupados.” respondió sintiendo como cada palabra decaía a medida que salía de su boca “Pero no se preocupen, encontró otro trabajo de medio tiempo” añadió intentando parecer animado.
Sus tíos se miraron confundidos por el extremo cambio de ánimo en su sobrino “Frodo” comenzó Bilbo pero el chico negó con su cabeza.
“No pasa nada, es solo que estos días han sido pesados.” levantó su mirada e intentó sonreír. Thorin torció su boca con preocupación he intentó posar una de sus manos sobre la de él pero enseguida la apartó “Paren, por favor” suplicó antes de aclarar su garganta he intentar aligerar el ambiente cambiando de tema.
Thorin observó como los ojos de su sobrino se volvieron ligeramente cristalinos y agarró la mano de su esposo por debajo de la mesa presionando suavemente, Bilbo lo miró de reojo antes de asentir y seguir a Frodo en su nueva conversación.
El día comenzaba a volverse fresco y, si ponías la suficiente atención, podrías notar el canto suave de las aves en los árboles. Thorin se encontraba lavando los platos mientras Bilbo y Frodo lo esperaban sentados en el comedor, este había notado que su tío estaba tardando más de lo normal en su tarea pero prefirió restarle importancia. Se encontraba mirando en silencio hacia algún punto del comedor cuando sintió una cálida mano posarse sobre la suya.
“¿Qué tal?” preguntó la cálida voz de Bilbo, Frodo sintió un pequeño nudo formarse en su estómago pero no respondió, en su lugar volvió a bajar su mirada, no necesitaba esto ahora. Bilbo pasó su pulgar a lo largo del torso de su mano, él solo suspiró “Confía en nosotros querido, confía en mí” volvió a hablar y esta vez pareció casi una súplica.
Frodo miró a Bilbo y notó como sus ojos esmeralda relucían con un profundo brillo de dolor que pocas veces había podido vislumbrar en ellos, sintió su estómago retorcerse. Nunca entendió porque no podía ser lo suficientemente maduro para evitarle todo esto a sus tíos, intentó hablar pero lo único que salió de sus labios fue un pequeño sollozo que sólo amplificó la expresión preocupada del hombre. Apartó su rostro justo en el momento exacto en el que sintió sus ojos nublarse, pero huir de la mirada frente a él pareció ser suficiente para evitar que rompiera a llorar frente a su tío.
Bilbo agarró su mano con fuerza y no pidió más palabras o explicaciones, poco después sintió los pesados pasos de su tío acercarse y tomar asiento junto a él. Thorin sobaba su espalda con delicadeza mientras Bilbo lo calmaba con voz suave “Estamos aquí mi muchacho, sabes que siempre estamos”.
Frodo alzó su mirada y, con algo de esfuerzo, acertó a hablar “Lo siento, pero todo últimamente parece tan confuso” dijo sintiendo el calor de la vergüenza invadir su pecho.
“Habla con nosotros” pidió Thorin bajando su voz en un intento de parecer más reconfortante.
“No puedes guardar todo lo que sientes para ti” añadió Bilbo mientras sujetaba su mano con cuidado.
Frodo respiró profundamente antes de comenzar “Creo... creo que dejé de tener el control sobre muchas cosas.” confesó, enseguida quiso esconderse al notar la mirada asustada de sus tíos que parecían querer examinarlo pero tomó valor para continuar “Lo he intentado, pero cada cosa que hago parece no ser suficiente. Sigo sin entender qué hacer y eso ha terminado alejando a los que amo” dijo y no pudo evitar jalar con fuerza uno de sus rizos castaños. Thorin lo acercó y abrazó con fuerza.
“Frodo, seguimos aquí” dijo Bilbo con ojos cristalinos “y seguiremos aquí, no importa cuantas veces caigas” Frodo asintió en los brazos de su tío y, por primera vez en la tarde, se permitió llorar en silencio.
Finos rayos de sol atravesaban las ventanas de la antigua habitación de Frodo, golpeando su rostro e irritando sus ojos. Por petición de sus tíos había decidido quedarse el fin de semana con ellos. Con pesadez se sentó en la cama y ni siquiera se molestó en revisar la hora, ya no necesitaba fingir que tenía una rutina, suspiró pesadamente dejando salir todo el aire que parecía pesar en sus pulmones y pegó sus rodillas contra su pecho abrazándolas con fuerza. La atmósfera que había creado, llena de silencio y autocompasión, fue rota por el repentino portazo seguido de la ruidosa entrada de sus primos en su habitación, Frodo gruñó con exasperación y se estiró pesadamente en la cama.
“¿Por qué nunca tocan?” preguntó irritado.
“Queríamos despertarte” respondió Pippin mientras saltaba a su lado y se metía junto a él entre las sábanas.
“Además, si no quieres que entremos no dejes la puerta sin seguro” añadió Merry tomando asiento al pie de la cama y regalándole una burlona sonrisa, Frodo solo refunfuñó.
“¿No deberías estar en la escuela o algo así?” le preguntó a Pippin mientras dejaba que su primo se acurrucara junto a él.
“Es sábado” respondió y le dio un amistoso codazo.
“Lo que significa que nos tendrás todo el día para entretenerte, sin interrupciones” añadió Merry con una gran sonrisa a la Frodo había aprendido a temer. Sintió como el peso de su pecho se hacía más ligero, estaba feliz de tener a sus primos con él.
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Frodo se encontraba de pie junto a la estación de bus, acababa de salir de la primera de sus citas con el psicólogo que había programado. Suspiró aliviado y se colocó sus audífonos, había salido mejor de lo que había pensado. Estaba decidido a intentar ser completamente sincero esta vez, se había prometido que no volvería a pasar algo como lo sucedido con Sam... Él mejoraría, intentaría convivir con todo esto y, sobre todo, no dejaría que su cerebro volviera a causar que se alejen de él, no otra vez. Escuchó el claxon de un auto sonar repetidamente y sintió cómo su pecho se comprimía, al alzar su mirada se encontró con Merry que sonreía desde el asiento de copiloto del auto de Éowyn, no pudo evitar sentir alivio al ver que no se trataba de...
“¿Qué hacen aquí?” preguntó mientras se quitaba uno de sus audífonos.
“Vinimos a recogerte, sube” respondió Merry y Éowyn lo saludó desde el asiento del conductor.
Frodo asintió confundido y se subió “Gracias pero, cómo sabían que estaría aquí”.
“Tus tíos nos lo dijeron” respondió Éowyn poniendo en marcha su auto “Merry quiso pasar por ti, ya sabes como siempre se preocupa”.
Merry enrojeció de vergüenza y regañó a su novia que solo rió “¿Te dejamos en casa?” preguntó finalmente y Frodo asintió agradecido.
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Los días pasaron y poco a poco Frodo sentía como su vida volvía a su monótona normalidad, salvó por alguien. Agitó su cabeza y se enfocó en la limpieza de su departamento, realmente había sido un golpe bajo todo lo sucedido con Sam pero estaba decidido a no hostigarlo ni causarle más problemas de los que ya le había causado. Probablemente él también ya tenía bastante de toda esta situación, de ellos.
Sabía que en algún punto debería soltarlo, pero parecía tan difícil ahora, en especial cuando todo fue su culpa. Durante los últimos días tuvo suficiente tiempo para meditar y darse cuenta de la mierda de carga emocional que debió haber sido para el pobre chico, si tan solo tuviera la oportunidad de disculparse... Frodo sintió como un objeto pesado caía fulminante sobre su pie causando que gritara de dolor y cayera de espaldas, cuando se acercó al objeto que lo había golpeado se encontró con la pequeña maceta de plástico que contenía el cactus que Sam le había obsequiado aquel día...
La apartó rápidamente, como si la pequeña planta pudiera atacar. Sam se la había dado para que tuviera algo que cuidar, algo que los conectara… se armó de valor y se acercó para reunir la tierra que se había desparramado por su suelo alfombrado y volver a acomodarla dentro de la maceta. Frodo no pudo evitar sentir pena por el cactus, se preguntó cómo debió haber sido para este sobrevivir en la sombra o sin agua y sin el mínimo cuidado por parte del que se suponía debía protegerlo y amarlo.
“Lo siento” susurró y casi sonó como un bajo sollozo.
Aquel cactus... Cada vez que lo veía no podía evitar pensar en Sam, él siempre tuvo tanta fe en él y Frodo lo agradecería hasta el último de sus días. Aunque doliera admitirlo sabía perfectamente lo que sentía: él lo quería, realmente lo quería, tanto como a sus libros o la escritura. Sabía lo que sentía por Sam, aunque tuviera miedo de llegar a palabras mayores.
De repente, la realización lo golpeó tan fuerte como la corriente de un río contra las rocas de una quebrada. Debía luchar, intentarlo al menos por última vez, Sam era lo mejor que le había sucedido en estos últimos años, no podía simplemente dejarlo ir. Incluso, con suerte, él podría disculparlo por haber sido un imbécil y volverían a ser amigos.
Frodo estaba decidido, se levantó rápidamente del suelo dejando a la pequeña planta junto a su ventana y salió del departamento sin importarle lo que dejaba atrás.
Debido a esto no notó la extraña notificación que recibió a su inbox de Hal pues había dejado su celular cargándose en la sala.
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Sam abrió la puerta del modesto apartamento que compartía con Rosie sintiendo su cuerpo al punto del colapso, sus manos temblaban y tuvo que recurrir a más esfuerzo del habitual para sacar la llave de la vieja cerradura. Una vez estuvo dentro, completamente absorbido por la opaca oscuridad causada por las cortinas cerradas de su balcón, pudo permitirse respirar entrecortadamente y esta vez no detuvo las lágrimas saladas que rodaban por su mejillas morenas sintiendo su mirada volverse borrosa como cristal opaco y viejo. Se sentía un completo imbécil, ahora que aquella burbuja de enamoramiento había reventado podía ver claramente el tipo de relación que hubo entre ellos dos. El tipo de relación que Frodo pareció dejar clara desde el primer momento.
Soltó un bufido llenó de una profunda rabia e indignación consigo mismo sintiendo sus nudillos cosquillear mientras cerraba y abría sus entumecidos dedos, intentó controlar su agitada respiración para evitar cometer alguna estupidez.
“¿Sam?” escuchó amortiguada la voz de Rosie, sonaba inquieta. Escondió su rostro e intentó controlar las lágrimas que seguían saliendo de sus ojos esperando que su amiga creyera tontamente que se encontraba bien y lo dejara solo. Al girarse se encontró con la mirada angustiada de su amiga que se acercó a él y, con delicadeza, sostuvo el rostro de Sam entre sus pequeñas y delgadas manos preguntando con voz suave: “¿Qué sucedió?” sus ojos llenos de preocupación y cariño por su amigo.
Sam tragó pesadamente sintiendo que se ahogaba con el desierto en el que se había convertido su garganta y su mirada se volvió tan borrosa que no pudo distinguir el rostro de su amiga frente a él, lo siguiente que supo es que se encontraba sollozando amargamente en el hombro de Rosie, que pasaba delicadamente sus dedos pálidos a través de su cabello cobrizo mientras esperaba pacientemente a que su amigo dejara salir todo.
“ He vuelto a ser un tonto, Rosie. ” dijo después de un rato cuando estuvo lo suficientemente tranquilo como para hablar sin romper en llanto “Malinterpreté todo de la peor manera y, de nuevo, nada de lo que he intentado lo ayudó” habló sintiendo como las palabras se arremolinaban en su cabeza. Rosie lo observó con una mirada severa poco vista en su rostro y tomó su mano con reflexivo cariño llevándolos al único sofá que actuaba de sala.
“Necesito que te expliques, Sam” dijo suavemente, todavía sosteniendo la mano de su amigo. Sam asintió soltando un suspiro entrecortado y procedió a relatar de la mejor manera que pudo el incidente acontecido en la cocina de Frodo junto a todas las recientes sospechas que se crecían en su cabeza. Cuando terminó de hablar pudo notar una profunda ira relampaguear en los ojos celestes de Rosie que trato de esconder tras una expresión que intentaba de ser consoladora “Ya veo,” dijo reflexivamente y soltó las manos de Sam con delicadeza “no tenía cara de ser tan mierda” concluyó con voz contenida y temblorosa, dejando salir al exterior su nuevo descontento hacia Frodo Baggins.
Ante su repentino comentario Sam no pudo evitar reír con cierta tensión, pero enseguida su rostro acopló una expresión seria “No.” estuvo de acuerdo y apoyó su cabeza en el hombro de su amiga “No quiero que le comentes nada de esto a nadie, ni siquiera a Mari” advirtió con voz severa, Rosie intentó contestar pero terminó aceptando esto con un puchero “A pesar de todo no puedo simplemente odiarlo ¿sabes?” dijo y su amiga le dio ‘la mirada’ “Antes de que digas algo tienes que recordar que técnicamente sigue siendo mi empleador y este trabajo es el que más ingresos nos ha traído. No puedo cortar lazos y una parte de mi tampoco lo desea, sea un malparido o no ,” Rosie rió sin aire y acarició los mechones de color miel quemada bajo sus dedos “sin embargo, no le daré el privilegio de mi perdón o actuaré como si no hubiera pasado nada. Solo necesito un tiempo antes de tener el suficiente valor para enfrentarlo” esto último lo dijo en una voz baja y frágil.
Rosie suspiró y acarició el cabello de Sam “Ni una palabra saldrá de mis labios” prometió a regañadientes. Sam sonrió satisfecho.
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Sam caminaba apurado por los pasillos del Instituto. A pesar de todos sus esfuerzos no pudo evitar que su decaimiento traspasara el ámbito emocional y llegara a su desempeño en clases, Suspiró frustrado ante esto. Las últimas semanas apenas había podido dormir perdiéndose en tontos escenarios donde, tal vez, podría haber arreglado las cosas o reaccionado diferente, pero era muy consciente de que algo así ya no era posible.
Durante su clase práctica no logró concentrarse y, por una tonta distracción, terminó cortando uno de sus dedos con un cuchillo de pan. Ahora se encontraba sentado en uno de los bancos del amplio patio mientras ponía una curita en la herida poco profunda que se había causado “ Mantén tu cabezota en la tierra, Samwise ” se reprendió, utilizando las mismas palabras que su vejete cuando dejaba romper una maceta.
Suspiró pesadamente y sintió su voz a punto de quebrarse. No entendía cómo había creído que él y Frodo se encontraban en la misma página con respecto a su relación y, sobre todo, por qué todo volvía a terminar mal, después del inmenso esfuerzo ocupado y de ver las ganas de mejorar en aquellos ojos celestes ¿por qué seguía fracasando? Se preguntaba amargamente. Había investigado el tema, había brindado su apoyo y...
Sam se lamió sus labios y se sintió un gran idiota por haber pensado que podría haber hecho algo por Frodo en primer lugar, no pudo evitar sentir una punzada de culpa al recordar las razones por las que lo había intentado en primer lugar. Debía entenderlo de una vez: Frodo no podía ‘ser arreglado’ y no había nada que un tonto como Sam Gamgee pudiera hacer para brindar consuelo a su afligida mente. Revolvió su cabello con frustración dejando escapar un pesado suspiro “Eso te pasa por buscar redimirte con el primer chico con problemas que viste” se regañó y, secando sus ojos, se levantó para dirigirse a su siguiente clase.
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Sam se encontraba acostado en su cama hecho un ovillo entre las sábanas mientras suspiraba con pesadez y prolongaba lo más que podía su descanso antes de comenzar a hacer sus deberes. Le daba vergüenza admitirlo, pero superar su corta relación con Frodo (si se le podía llamar así) le estaba costando más esfuerzo de lo que le hubiera gustado admitir en un inicio. Giró en la cama molesto consigo mismo y soltó un suspiro exasperado. Realmente no podía molestarse por ninguno de los recuerdos que Frodo le había brindado pero el amargo rencor parecía mejor que aquel sentimiento de inestable vacío.
Sintió su teléfono vibrar debajo de su almohada por una notificación y pesadamente lo revisó esperando que no fuera algún correo de su universidad, grande fue sorpresa al darse cuenta que era un mensaje de Hal, que por lo general no era muy fanático de los mensajes de texto, pero esta solo incrementó al percatarse que era una invitación ¡A nada menos que su boda con Margaret Creek-Seeker! Se incorporó en su cama y leyó atentamente el mensaje sintiendo una sonrisa crecer en su rostro. Realmente no se lo esperaba, sin embargo, casi de inmediato sintió una sensación de vacío invadir su estómago, pero decidió ignorar aquel dolor en su pecho y alegrarse por su hermano.
Hal Gamgee (Hermano)
Estaré ahí!!!-
Felicidades Hal :)-
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Rosie se encontraba limpiando la cocina, la tarde estaba fresca y creyó que era un buen día para organizar todo y preparar un pastel de papa. Tarareaba para sí las canciones que sonaban en el pequeño parlante que había llevado consigo mientras realizaba una limpieza del refrigerador, sacaba la comida vieja y envases caducados, e intentaba pensar en algún plan para animar a Sam. El pobre chico apenas salía de su habitación si no se trataba de ir a la universidad o su trabajo y últimamente lo notaba pálido y ojeroso. Suspiró y sacudió su cabeza, en ese momento escuchó un golpeteo amortiguado en su puerta principal, extrañada, apagó la música y se dirigió a atender a su inesperada visita.
Al abrir la puerta sus ojos se abrieron por la sorpresa, realmente no esperaba esto. En su entrada se encontraba Frodo Baggins, parecía agitado y grandes ojeras oscurecían su mirada celeste. Rosie consideró gravemente el cerrarle la puerta en la cara pero algo en su mirada temblorosa la detuvo, aún así le dedicó una sombría mirada que hizo estremecer al chico frente a ella.
“Hola, Rose” comenzó débilmente, sonriendo y recibiendo la dura mirada de Rosie como respuesta.
“¿Qué quieres, Frodo?” preguntó, sus brazos cruzados mientras bloqueaba la entrada del apartamento con su cuerpo.
Frodo aclaró su garganta y miró a la chica frente a él con determinación en sus pálidos ojos celestes, aún así, Rosie se percató del ligero temblor en su labio inferior “¿Sam se encuentra aquí?” ella consideró sus posibles respuestas y Frodo pareció notarlo “Déjame verlo, por favor” suplicó, la desesperación cruzó su rostro “Si después de hablar conmigo se niega a verme otra vez lo dejaré en paz” prometió.
Rosie consideró esto, debía admitir que Frodo tenía algo de valor al presentarse aquí, aún así, no quería que Sam saliera más lastimado de todo este asunto. Sin embargo, cualquiera que sea el resultado de este encuentro, podría ser un buen cierre para su amigo. Suspiró pesadamente y se hizo a un lado desbloqueando la entrada “Está en su habitación” dijo en tono bajo y peligroso, los ojos de Frodo brillaron alertas y le agradeció, se dirigió al pasillo donde se encontraban las habitaciones.
Rosie mordió el interior de su mejilla deseando en su interior que esto saliera bien.
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Sam escuchó suaves golpes contra su puerta y se sentó pesadamente, todavía era temprano para la merienda así que pensó que probablemente Rosie solo quería ver como se encontraba “Adelante” dijo sin ánimo y la puerta de su habitación se abrió lentamente. Sintió cómo su pecho se cerraba aplastando sus pulmones cuando vio una cabeza castaña asomarse por la entrada y, seguido a eso, unos ojos celestes que todavía no tenía el valor para enfrentar que lo observaron con su típica profundidad pensativa que tanto cautivaba su corazón.
Casi resbaló de su cama al intentar incorporarse torpemente, su voz quedó atrapada en su garganta y sintió como el color abandonaba su rostro. Frodo lo miró con consternada preocupación y Sam deseó desaparecer en ese mismo instante, no sabía cómo reaccionar o qué decir, su cuerpo se paralizó y lo único que pudo hacer fue observar a Frodo de pie en el marco de la puerta de su habitación con la duda brillando en sus ojos.
Un denso silencio se posó entre ellos, casi palpable. No sabía qué hacer, ni siquiera tenía la fuerza suficiente para botarlo de su habitación, así que miró al chico frente a él y, con algo de sorpresa, notó las sombras oscuras y marcadas debajo de sus ojos, su ropa desprolija y cabello revuelto. Sam observó con sus profundos ojos castaños los movimientos nerviosos de Frodo quien miraba a todos lados menos a él, parecía frágil mientras retorcía sus largos dedos. Se regañó a sí mismo al sentir su corazón estrujarse ante esto. Finalmente, Frodo reunió el suficiente valor para romper el asfixiante silencio que se había creado en la habitación.
“Rose me dejó pasar.” comenzó, inseguro e inestable, en un intento de aliviar el ambiente. Posó su mirada en él y suspirando dijo: “Escucha Sam, sé que cometí varios errores y que nuestro último encuentro no fue el mejor” se aventuró a decir Frodo con una voz que intentaba ser pragmática y tranquila pero Sam lo interrumpió alzando una de sus pesadas manos, duras por el trabajo, haciendo que guardara silencio.
“No es necesario,” dijo sintiendo como un profundo dolor reprimido se posaba superficialmente en su pecho mientras clavaba sus uñas en las palmas de sus manos “dejaste las cosas bastante claras la última vez” Sam sintió su garganta secarse y tragó pesadamente saliva “Pronto le escribiré a tus tíos para justificar con ellos por mis faltas al trabajo. No te preocupes” Sam pudo notar la mirada dolorida en el rostro de Frodo y se forzó a apartar su rostro.
“Sam, escúchame” comenzó Frodo de nuevo y Sam guardó silencio sin atreverse a decir una palabra por miedo a dejar que su dolor se apodere de él “tú... Realmente me ayudaste, siempre, y quiero disculparme por lo que dije ese día” continuó, Sam sintió como su pecho se comprimía y un sentimiento parecido a la ira se apoderaba de él “No te pido que las cosas vuelvan a la normalidad pero-”
“No es necesario” volvió a repetir Sam aparentando su mandíbula con fuerza “no volveré a tocar el tema Frodo, quédate tranquilo.” tomó un profundo respiro antes de continuar “Entiendo si solo querías algo compañía” las palabras salieron de su boca sin mucho esfuerzo pero sintió su estómago arder ante ellas como las frutas demasiado fermentadas al fondo de un frasco “El lunes regresaré a mi puesto, te escribiré el domingo para coordinar el lugar y la hora. Pero no aceptaré más citas” dijo con la voz más monótona que pudo lograr y asintió formalmente como su padre y Ham les habían enseñado hacía tanto tiempo...
“¡Sam!” gritó Frodo y Sam guardó silencio inmediatamente, era la primera vez que lo escuchaba alzándole la voz a él o a cualquiera, en realidad “¿Crees que solo te estuve utilizando?” preguntó y su voz sonó más dolorida de lo que Sam esperaba “¿De verdad piensas que solo te utilice para... para eso?” dijo mientras su voz se volvía un murmullo, Sam se quedó congelado durante un segundo pero al ver la mirada herida y los nerviosos movimientos de las manos de Frodo, terminó negando débilmente y Frodo soltó un suspiro que sonó casi aliviado “Solo te pido que me escuches” rogó una vez más.
Sam lo miró fijamente antes de decir con voz baja y firme “Adelante” y los ojos de Frodo brillaron.
Frodo respiró profundamente en un intento de darse valor “Antes que nada quiero disculparme contigo, Sam” dijo y miró con sincero arrepentimiento al chico frente a él “No quise lastimarte ni hacerte creer que de alguna forma solo quise utilizarte,” Frodo dio tentativamente un paso más cerca de Sam a través de la habitación “pero ese día... me sorprendió que me llamaras como ‘tu novio’” tragó saliva y sintió los latidos de su corazón martillando en sus oídos “sigo sin poder creer que alguien tan increíble como tú, Sam, sea capaz de quererme de esa manera” admitió Frodo y una risa tensa escapó de sus labios, sus ojos brillaron con la amenaza de lágrimas. Sam no supo qué decir sintiendo su corazón latir a gran velocidad ante aquellas palabras y la mirada vidriosa que las siguió “No he sido sincero contigo sobre muchas cosas en un intento de protegerte de lo que soy, pero eso solo ha terminado haciéndote daño” Frodo caminó aún más cerca de Sam con paso inseguro como si temiera que volviera a irse de su lado “Esta vez lo estoy intentando con sinceridad, te pido una última oportunidad para demostrarte lo que puedo ser” dijo con ojos suplicantes, Sam dejó escapar un tembloroso respiro.
Realmente quería creer en esto, creer en Frodo, pero tenía miedo de que volviera a repetirse, que no fuera lo suficientemente bueno y volviera a fallar, sintió su labio inferior temblar y lo mordió con fuerza. Una parte de él quería correr hacia Frodo, agarrarlo en sus brazos y no dejarlo ir nunca pero algo lo seguía deteniendo ¿Qué pasa si seguía sin ser suficiente?
-No lo sé, Frodo” dijo, su voz temblorosa “ya no sé qué hacer contigo.” sintió sus ojos picar con la amenaza de lágrimas pero las contuvo y dejó escapar un suspiro exasperado mientras revolvía su cabello con frustración “Siento que no puedo hacer nada por ti”.
Frodo lo miró fijamente, la confusión pintada en su rostro “Sam, no tienes que hacer nada” le aseguró con voz suave e intentó agarrar el brazo de Sam pero este negó con su cabeza y se alejó.
“Lo he intentado por tanto tiempo” continuó sin poder mirar a Frodo, su corazón a punto de salir por su garganta “y nada de lo que haga puede hacerte mejorar, me dejé llevar los últimos meses y no estuve pendiente de ti. Dejé que esto volviera a suceder” se recriminó Sam llevando sus mano a su cabeza cobriza golpeteando su frente y soltando fuertemente aire por su nariz de aletas dilatadas “y no fui lo suficientemente astuto como para darme cuenta”.
Frodo lo miró con desconcierto “Sam…”
“No lo digas, sé que no debí asumir que todo cambiaría por mi inútil influencia.” dijo y apartó su mirada del rostro de Frodo “Si tan solo hubiera hecho más por ti”.
Frodo apretó sus puños con fuerza y finalmente explotó “No hables de mí como si ya no estuviera aquí” comenzó con voz suave que rápidamente se transformó en exasperación como una avalancha “¡Yo no soy Hamson!” exclamó y Sam alzó su mirada hacia él con la vergüenza brillando en su rostro moreno “Lamento mucho lo que le pasó y que hubieras sentido alguna vez que tú tenías la responsabilidad de salvarlo cuando solo eras un niño, pero yo. No. Soy. Él. Yo sigo aquí” Frodo miró con una determinación ardiente a Sam y sintió sus piernas temblar.
Sam lo miró perplejo y otro profundo silencio se posó entre ellos, caminó a paso lento hacia Frodo hasta que ambos quedaron frente a frente “Lo siento,” murmuró, el arrepentimiento pintando su rostro “sé que no eres Ham pero el mismo miedo se apodera de mí, no quiero perderte”.
El rostro de Frodo se coloreó ligeramente antes de asentir “Confía en mí, Sam” pidió mientras tomaba tímidamente una de las manos morenas entre las suyas. Sam asintió lentamente.
Frodo sonrió y acercó la mano de Sam a sus labios antes de depositar un afectuoso beso en ella, casi con vehemencia, Sam tragó saliva “¿Frodo?”
Frodo lo miró con los ojos más brillantes y hermosos que alguna vez Sam hubiera podido ver, parecidos a la caída del arroyo en verano “Sam, estoy enamorado de ti” confesó en un susurro bajo y claro mientras acercaba la mano de Sam a su mejilla y apoyaba su rostro en ella “Has calado en mí tan profundamente que llegó a asustarme, entenderé si no puedes volver a intentarlo o depositar esa maravillosa confianza que alguna vez creíste era merecedor en mí, pero debes saber que tus palabras son mi consuelo y tu suave toque mi alivio. Déjame mostrarte la persona en quien puedo convertirme” Frodo sintió sus piernas temblar y se dejó caer sobre el duro colchón de Sam con un seco rebote.
Sam se acercó vacilante y sostuvo el rostro se Frodo en ambas manos con suma delicadeza como si temiera que sus hábiles manos fortalecidas por el trabajo pudieran dañarlo, los ojos de Frodo parecían vulnerables bajo su tacto “Eres tan fácil de amar, Frodo Baggins” dijo Sam con una suave sonrisa, los ojos de Frodo se cristalizaron y lágrimas pequeñas rodaron por sus mejillas sin que pudiera evitarlo, rápidamente fueron limpiadas por manos firmes pero amables “no pude evitar enamorarme de ti desde que tuve la oportunidad de conocerte y quiero ver en lo que puedes convertirte” acarició el rostro de Frodo entre sus manos y los acercó hasta quedar unidos frente con frente.
Frodo sintió sus mejillas enrojecerse y, sin poder contenerlo más, dejó escapar un suspiro tembloroso que hizo sonreír a Sam. Sin querer dejarlo así Sam se acercó y unió sus labios suavemente permitiéndose disfrutar de la sensación de sus cálidos labios sobre los suyos antes de alejarse sin darle la oportunidad de profundizar el beso “Sam…” murmuró contra sus labios y el estudiante universitario casi pudo predecir la pregunta que venía con ese tono.
“Shh” dijo y acarició suavemente el cabello de Frodo “No hay necesidad de apurarse querido, pero conoces mi respuesta” dijo Sam sintiendo su corazón acelerarse, Frodo posó sus expresivos ojos en él antes de asentir reflexivamente.
“La conozco ahora” respondió y se acercó a Sam hundiéndose en la calidez de su regazo, soltó un suspiró aliviado mientras restregaba su rostro en el fuerte pecho.
Sam se permitió sujetarlo entre sus brazos y respirar el aroma de su cabello. Aparte de los libros viejos y café descubrió un nuevo y bienvenido olor floral que hizo que sus hombros se relajaran.
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Halfred Gamgee
Muchas felicidades!!! -
Acabo de hablar con Sam,-
estaremos ahí =)