Cual ave fénix emergiendo entre las llamas, Dresde o la Florencia del Elba fue reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial hasta recuperar la imagen inicial que la había convertido en una de las ciudades barrocas más bellas del mundo.
Actualmente, Dresde sorprende más que nunca. Cuenta con numerosos museos, buena comida y un gran número de atracciones culturales de enorme interés.
Pasear por la capital de Sajonia se transforma en una experiencia sumamente agradable, inspiradora y relajante. Encontrarás joyas patrimoniales tan impresionantes como la Terraza de Brühl, el Mosaico del Desfile de los Príncipes (Fürstenzug, en alemán) y el palacio barroco Zwinger, en el que debes asistir a un concierto de gala. Moverte por la ciudad te resultará muy cómodo y te proporcionará vivencias inolvidables. Sobre todo si, de vez en cuando, paras para saborear una buena cerveza del país.
El reinado sajón de Augusto II El Fuerte, en el siglo XVIII, constituyó la edad de oro de Dresde. De esta época son los palacios de Zwinger y Residenzschloss, ciertamente impresionantes.
Dresde mantiene un sólido compromiso cultural, que se refleja en su excepcional oferta de museos: la Bóveda Verde, el Museo de Historia Militar y el peculiar Museo Alemán de Higiene son grandes ejemplos.
Los amantes del arte adorarán el Albertinum, donde Monet y Chagall conviven con otros coetáneos; y la Galería de los Viejos Maestros, donde se exponen obras de figuras tan ilustres como Rafael, Tintoretto y Durero.
Los habitantes de Dresde tienen la suerte de contar con hermosos parques, en especial Grosser Garten. Además, hay un llamativo zoológico y seductores jardines botánicos.
¿Te apetece presenciar una ópera en la lujosa Semperoper o prefieres asistir, en mayo, al Festival de Música de Dresde? Mientras te decides, vive la noche en los clubes que le han valido a Dresde el sobrenombre de la Detroit del Este.
Esta gran y teatral plaza pública que se encuentra junto al río Elba cuenta con una impresionante estatua ecuestre de bronce del rey Johann, quien gobernó Sajonia desde 1854 a 1873. Concentra muchos de los monumentos principales de Dresde, incluido el palacio Zwinger, Semperbau, la iglesia barroca Hofkirche, el Italienisches Dörfchen, el Altstädter Wache y la Atalaya del casco antiguo.
Convertida en escombros por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial y meticulosamente reconstruida en la década de 1990, la Frauenkirche es un ejemplo impresionante de la ornamentada arquitectura barroca. Su gran cúpula de piedra es un icono de la ciudad. Recorre el interior profusamente decorado y, si eres creyente, asiste a los servicios religiosos que se celebran dos veces al día.
El El Gran Jardín ocupa más de 1,5 kilómetros cuadrados en el corazón de Dresde. Incluye prístinos jardines, impresionantes fuentes y otros enclaves curiosos. Creado en 1676, se convirtió en jardín público en 1814. El Palais Sommer, un pequeño pero encantador palacio, está en su mismo centro y cuenta con impresionantes esculturas de piedra arenisca y otras creaciones del Barroco temprano. Acoge, además, el zoológico y el jardín botánico de la ciudad. Entre abril y octubre puedes aprovechar el divertido servicio de tren en miniatura para recorrerlo.
El Museo de Historia Militar de la Bundeswehr se ubica en lo que, en su día, fue un arsenal militar. Exhibe uniformes, armas y tecnología militar germana, refleja el costo humano de la guerra y muestra miles de pinturas y cientos de esculturas alusivas.
La renacentista Terraza de Brühl, popularmente conocida como el balcón de Europa, está ubicada en el entorno del río Elba y ofrece impresionantes vistas del río y la ciudad. Se trata de una sucesión de estructuras arquitectónicas históricas distribuidas por una amplia calle peatonal que está salpicada de bancos con vistas al río, así como de numerosos restaurantes y bares cercanos.
Esta gran y teatral plaza pública que se encuentra junto al río Elba cuenta con una impresionante estatua ecuestre de bronce del rey Johann, quien gobernó Sajonia desde 1854 a 1873. Concentra muchos de los monumentos principales de Dresde, incluido el palacio Zwinger, Semperbau, la iglesia barroca Hofkirche, el Italienisches Dörfchen, el Altstädter Wache y la Atalaya del casco antiguo.
Convertida en escombros por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial y meticulosamente reconstruida en la década de 1990, la Frauenkirche es un ejemplo impresionante de la ornamentada arquitectura barroca. Su gran cúpula de piedra es un icono de la ciudad. Recorre el interior profusamente decorado y, si eres creyente, asiste a los servicios religiosos que se celebran dos veces al día.
El El Gran Jardín ocupa más de 1,5 kilómetros cuadrados en el corazón de Dresde. Incluye prístinos jardines, impresionantes fuentes y otros enclaves curiosos. Creado en 1676, se convirtió en jardín público en 1814. El Palais Sommer, un pequeño pero encantador palacio, está en su mismo centro y cuenta con impresionantes esculturas de piedra arenisca y otras creaciones del Barroco temprano. Acoge, además, el zoológico y el jardín botánico de la ciudad. Entre abril y octubre puedes aprovechar el divertido servicio de tren en miniatura para recorrerlo.
El Museo de Historia Militar de la Bundeswehr se ubica en lo que, en su día, fue un arsenal militar. Exhibe uniformes, armas y tecnología militar germana, refleja el costo humano de la guerra y muestra miles de pinturas y cientos de esculturas alusivas.
La renacentista Terraza de Brühl, popularmente conocida como el balcón de Europa, está ubicada en el entorno del río Elba y ofrece impresionantes vistas del río y la ciudad. Se trata de una sucesión de estructuras arquitectónicas históricas distribuidas por una amplia calle peatonal que está salpicada de bancos con vistas al río, así como de numerosos restaurantes y bares cercanos.
Si quieres familiarizarte con los sabores gastronómicos locales, lo mejor es empezar con las tapas alemanas, las cuales puedes degustar a buen precio en Lila Soße. Otra valiosa recomendación es el restaurante de pescado gourmet Kastenmeiers. Lo habitual es pagar alrededor de 20 o 30 EUR por cabeza.
La primavera es un momento espléndido para visitar Dresde, no solo por su bondadoso clima (19 ºC de media), sino también por la abundancia de muestras culturales y festivales de música existentes. La Navidad y el verano, además, también son buenas fechas para disfrutarla.
Muchas líneas aéreas europeas low cost vuelan hasta el aeropuerto internacional de Dresde (DRS). Una vez en él, usa el autobús (líneas 77 o 97) o el S-Bahn (tren ligero) para desplazarte al centro. Su precio es asequible: 2,30 EUR. Un taxi te saldrá por 25 EUR.
Resulta sencillo llegar a la estación central de Dresde (Hauptbahnhof) desde Múnich, Berlín y Fráncfort del Meno. Además, otras trayectos llegan hasta la estación de Dresden Neustadt. Si puedes elegir destino, recuerda que la Hauptbahnhof es una estación más céntrica. Un viaje barato desde Múnich te costará menos de 20 EUR.
Para viajar desde Berlín debes tomar la A13 y, si lo haces desde Leipzig, la A14. Cuando la conexión es desde Praga, deberás usar la E8 y, al llegar a la frontera alemana, la A17.
Berlin Linien Bus, FlixBus y Eurolines ofrecen servicios diarios, desde las principales ciudades alemanas, hasta la estación central de Dresde. Por ejemplo, puedes viajar desde Berlín a Dresde con FlixBus desde 7,99 EUR.
Las opciones de alojamiento más interesantes son, en principio, el palaciego Hotel Taschenbergpalais Kempinski Dresden y el Suitess Hotel, mientras que el Bülow Palais está situado en una mansión al norte del río. Una opción económica muy recomendable es A&O Dresden Hauptbahnhof, donde puedes pasar una noche en una habitación doble desde 16 EUR. Las alternativas más lujosas, como Suitess an der Frauenkirche, rondan los 150 EUR.
1. Altstadt, que fue reconstruido con un celo increíble tras la Segunda Guerra Mundial, es una obra maestra del barroco. Ofrece plazas encantadoras, casas adosadas y una arquitectura cívica incomparable.
2. Innenstadt, el corazón de la ciudad moderna, se ha convertido en el distrito comercial de Dresde. Si quieres comprar recuerdos y souvenirs espectaculares, no dejes de visitar Prager Straße.
3. Loschwitz es un entorno próspero y moderno, repleto de pequeñas galerías de arte y tiendas de diseño, pero que también alberga un par de castillos del siglo XVIII.
La red de transporte público de Dresde es fiable, completa y eficiente. Sus autobuses y tranvías te trasladarán cómodamente hasta cualquier lugar que necesites por solo 2,30 EUR el billete. Si quieres ahorrar dinero y tienes previsto un intenso día de excursiones, el bono diario te saldrá por 6 EUR.
Los "bicitaxis", muy populares en Dresde, son ideales para realizar trayectos cortos. Los taxis convencionales cobran por la bajada de bandera unos 3,50 EUR y, a continuación, 3 EUR por cada 1,6 kilómetros recorridos.
Las compañías de alquiler de coches más habituales en Dresde son Sixt, Avis y Hertz. Si desear contar con tu propio coche, ten presente que pagarás unos 15 o 20 EUR diarios por un modelo pequeño.
Innenstadt es el lugar ideal para explorar las cadenas de tiendas nacionales e internacionales, mientras que Prager Straße es la principal calle comercial. Por último, acude a Äußere Neustadt si estás buscando comercios antiguos, tiendas de discos y boutiques originales.
Los supermercados locales más populares son REWE y Lidl, cuyos precios no suelen ser elevados. Así, lo habitual es pagar alrededor de 2,40 EUR por un galón de leche (unos 4,5 litros). Si te apetece comprarte una cerveza, pagarás entre 1 y 1,2 EUR por una botella de litro. Un refresco de cola de 2 litros te saldrá por unos 1,5 EUR y una docena de huevos suele costar unos 3 EUR, 0,23 EUR menos que un capuchino en una cafetería normal.